Philippe Caillé
Uno más uno son tres La pareja revelada a sí misma Ilustraciones de Morten Magnus e(fici011es PAIDOS Barcelona-Buenos Aires-México Título srcinal: Un et un font trois. Le couple révélé á tu¡-méme Publicado en francés por ESF éditeur, París Traducción de Mireia Bofill Cubierta de Eskenazi & Asociados 1. ° edición, 1992 © 1991 by Philippe Caillé © De todas las ediciones en castellano, Ediciones Paidós Ibérica, S.A., Mariano Cubí, 92 - 08021 Barcelona y Editorial Paidós, SAICF, Defensa, 599 - Buenos Aires Impreso en España - Printed in Spain
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A las parejas que he conocido a lo largo del camino, incluida la mía, naturalmente, por todo el saber que me han transmitido.
SUMARIO Introducción..................................................... 1. LA PAREJA, ¿CUESTION DE PUNTOS DE VISTA? ... Enfoques de la pareja.......... .................... ... - La búsqueda del significado..... ............. . ...... - El paradigma que organiza la mirada………… - Dos modalidades de interrogación................... - La complejidad de la mirada terapéutica... ..... Enfoques sobre la demanda («El mal de la pareja»), - Paradojas de la demanda. ...... . ............ .... . . . - Interpretación moral del «pero...»..... ........ ....... - Interpretación psicoanalítica del «pero...». ..... ....... - Interpretación del «pero...» según la teoría sistémica de primer orden…………… - Interpretación del «pero...» según la nueva teoría sistémica............................... 2. EL ABSOLUTO RELACIONAL DE LA PAREJA, TERCERO EXCLUIDO DEL DIALOGO..................... Primera recursividad. El absoluto de la pareja es «algo que gravita fuera de la pareja»..... Segunda recursividad. El absoluto de la pareja es «algo que gira sobre sí mismo». ... Tercera recursividad. El absoluto de la pareja es «algo que
se mueve con la
pareja»......... se mueve con el absoluto del terapeuta».............. 3. RECHAZO DE LA REPARACION. INCORPORACION DE LOS ABSOLUTOS RELACIONALES AL DIALOGO Rechazo de la reparación........ ......... . ........... - Posición de la pareja en el planeta Alfa. . . ........... - Posición del terapeuta en el planeta Alfa.... ......... - Terapias interminables y terapias «sin terminar»...... Incorporación del absoluto de la pareja al diálogo...... 2
- La negociación cognitiva preliminar........ ......... - El contrato………………………………………….. Mantener los pies en el planeta Beta....... ............ - Presencia activa del absoluto de la pareja............ - Presencia activa del absoluto del terapeuta..... ...... - El espacio intermedio......... .......... ............ El protocolo invariable............................... 4. APLICACION DEL PROTOCOLO INVARIABLE..... . Consideraciones generales.... ..... ................... Exploración analógica de la relación de pareja......... Primera sesión. Las estatuas vivientes.................. - Estatua viviente de Antoine (figura 1)...... ..... ..... - Estatua viviente de Cécile (figura 2)................. . - Otros contenidos de la sesión. . . . . . ........... ... Segunda sesión. Los cuadros de ensueño............... - Cuadro de ensueño de Cécile (figura 3).............. - Cuadro de ensueño de Antoine (figura 4)....... ... - Otros contenidos de la sesión... .............. ... La primera serie de tres sesiones individuales.......... - Proyecto general del recorrido........... ........ . ... Cuarta recursividad. El absoluto de la pareja es «algo que - Recorrido con Cécile................................ - Recorrido con Antoine... La sesión común intermedia....................... ... - Consideraciones generales.......................... - La sesión con Antoine y Cécile..... La segunda serie de tres sesiones individuales.......... - Consideraciones generales. . . . .............. ........ - Recorrido con Cécile.... . . . . . . . ..................... - Recorrido con Antoine. ...... . ...... ................ Sesión común final. . . ............. ... 3
- Consideraciones generales.......................... - Sesión con Cécile y Antoine . ...... . . ...... . ..... . ... La sesión de control... ......... - Consideraciones generales.......................... - Sesión con Antoine y Cécile.... ........ ............. - Estatua viviente de Cécile (figura 5).................. - Estatua viviente de Antoine (figura 6)................ - Intervalo en la sesión......................... ..... . - Cuadro de ensueño de Cécile (figura 7).............. - Cuadro de ensueño de Antoine (figura 8)............. Conclusión del protocolo invariable................... 5. LA RECONQUISTA DE UN ABSOLUTO VIABLE. POSIBILIDADES E IMPOSIBILIDADES.................. El absoluto como síntesis de la pareja............. .... La síntesis ya no es posible. El absoluto de la pareja se mueve en el vacío...................... - Heléne y Thomas................................... - Modelo organizativo de la relación................... - Recorrido con la pareja.... .................. ....... - La sesión de control................................ - Conclusión......................................... INTRODUCCIÓN Cambiar de absoluto sin perder la pareja............... - Viviane y Jean...................................... - El modelo organizativo de la relación................ - Recorrido con la pareja. ............................ - La sesión de control................................ - Conclusión......................................... 6. PENSAR CON LA BOCA LLENA.................... El modelo sistémico y el individuo.................... - La prueba de la existencia........................... - Pruebas faustas, pruebas nefastas.................... 4
- Otras identificaciones.................... ........... El modelo sistémico y la pareja....................... - La pareja ya no es lo que era........................ - La pareja contemporánea es una organización frágil... - La pareja contemporánea también es una organización fuerte....................................... El modelo sistémico y la sociedad..................... - ¿La emergencia del modelo sistémico responde a una necesidad? .......................... - Apertura de los sistemas humanos................... El modelo sistémico y el diálogo pareja-terapeuta...... - Diálogo y densidad de los interlocutores........ ... - Diálogo e interrogación existencial................... - Diálogo y creación artística............... ........... - Diálogo y nuevo humanismo........................ GLOSARIO........................................... BIBLIOGRAFIA......................................
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INTRODUCCIÓN Este libro no tratará de la pareja de la forma habitual; por el contrario, la considerará como un ser vivo que teje su propia historia. Historia que puede causar las delicias o, por el contrario, la desesperación de quienes intervienen en ella. Considerada bajo esta perspectiva, la pareja que se crea, como una criatura que despierta a la vida, no tarda en adquirir conciencia de su propia existencia. Tiene sus exigencias y no le arredra entrar en conflicto con las en necesidades personales de quienes le hana dado Esta pareja viva, busca de su propio destino, exigente, vecesvida. cruel, es un tema de permanente interés para novelistas y poetas. Curiosamente, esta pareja dotada de vida carece de carta de naturaleza en el mundo de la psicología y de la psiquiatría, donde la pareja sólo aparece como objeto y se presenta como una franja de tejido relacional cuya textura puede resultar más o menos satisfactoria para los cónyuges. La calidad del tejido, varía, encoge, crea problemas. La mayoría de manuales sobre la terapia de la pareja parecen coincidir unánimemente en una conclusión: hay que trabajar sobre la relación actual y sobre las expectativas que le han servido de base. Se trata, en suma, de reacomodar tanto el presente como el pasado, para que todo transcurra tal como debería haber transcurrido. El terapeuta debe ocuparse, por tanto, del tejido relacional, recortarlo, alargarlo o acortarlo, blanquearlo o teñirlo, de manera que resulte aprovechable para sus propietarios. La pareja se como un objeto, un vínculo, un espacio, que debe adaptarse a las necesidades de susconcibe usuarios. Toda vez que a menudo también se trata de una expectativa frustrada, cabe anticipar que ningún retoque, ninguna mejora, conseguirá satisfacer al cliente. La irracionalidad de la expectativa puede dar lugar a una inevitable decepción, se dice. Hay deseos imposibles de satisfacer, al margen de la calidad del objeto. El credo de la literatura profesional recomienda, por tanto, prestar tanta atención a la demanda inicial -lo que cada uno de los cónyuges esperaba encontrar en el otro-, como al examen objetivo del producto existente en términos de comunicación, apoyo, cooperación, entendimiento sexual. Este modelo de pensamiento puede parecer sensato a primera vista. Incluye la rigurosa distinción entre cliente y producto de consumo que nuestra cultura parece considerar esencial. Sin embargo, a nuestro entender, puede resultar particularmente peligroso. En efecto, se trata de un discurso que prescinde de lo esencial. No reconoce la burda simplificación que se permite introducir al transformar la pareja en objeto, el modelo particular mente primitivo en que se apoya. Pero estas premisas tienen preocupantes consecuencias. Los problemas de la pareja-objeto tendrán que asociarse a defectos cuantificables en términos de una norma, basada en la naturaleza de la propia relación o en las expectativas que en ella depositan los cónyuges. ¿Dónde quedan entonces las particularidades relacionales, los significados secretos de las cosas, las anticipaciones de sucesos futuros que caracterizan a las parejas en la vida cotidiana y también en la literatura? En la literatura profesional, todo cuanto no tiene cabida en el modelo de la pareja-objeto en general queda excluido, privado de voz. No debe menospreciarse, por tanto, la posibilidad de que semejante representación «mecanicista» de la pareja dé lugar a valoraciones erróneas.
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Este libro quiere presentar la psicoterapia de la pareja con un rostro más humano y se enfrenta, por consiguiente, con el dogma silencioso de la pareja sin absoluto`, donde el hecho relacional se reduce a una cuestión de aprendizaje, de racionalidad, un tipo de pareja donde uno más uno serían dos. Hemos adoptado una perspectiva opuesta a la anterior, donde la pareja crea su propio modelo único, específico, srcinal, modelo que designaremos como el absoluto de esa pareja, puesto que define la existencia de la pareja y marca sus límites. En la hipótesisdeque desarrollaremos, uno más uno sumarán por evidente tanto tres:e indiscutible los dos componentes la pareja y su modelo específico, su absoluto, para ellos, sin el cual serían unos extraños el uno para el otro. Existirá un equilibrio de la pareja que no es de carácter estático, cuyas alteraciones se situarán en el ámbito de la ruptura o de la reparación; un equilibrio dinámico, con constantes intercambios entre los componentes de la pareja y su modelo de relación. Este modelo, representación actual de su absoluto, interviene constantemente como tercer protagonista de la relación. La relación dialéctica entre la pareja y su absoluto puede dar lugar a estancamientos y metamorfosis. La cartografía, el plano de la pareja que establecemos es más complejo que en el modelo mecanicista «Uno más uno son dos». Hemos constatado que se adapta mejor a la variedad de situaciones observadas y es más susceptible de aplicación práctica. A nuestro entender, ésta es unahumanas experiencia frecuente. Unacómodos, simplificación excesivaque de la complejidad de las relaciones genera esquemas pero estériles, llegan incluso a bloquear y perpetuar los desórdenes que pretenden analizar. Existen otros enfoques más exigentes y que no presentan una realidad tan bien ordenada, pero que en cambio consiguen llegar a la raíz de los problemas y a hacer aparecer soluciones nuevas. En la medida en que respetan la complejidad de las relaciones humanas, también dan cabida al potencial inventivo y creativo del individuo y de la relación. Nuestra propuesta se inscribe dentro de un redescubrimiento de la pareja, examinada en el momento presente, en nombre propio y sin ambigüedades, como un sistema vivo. Obliga a renunciar a la vieja cartografía para construir otra nueva. Habrá que analizar en qué se asemeja el sistema restringido que es la pareja a otros sistemas vivos y en qué difiere de éstos, cuál es la dinámica peculiar de la díada en el ámbito del individuo y de otros sistemas más amplios. Y también será preciso reconocer que resulta provocador difícil hablar dedebería la pareja sin apara priori y analizara cualquiera el motivo de Escuchar el ydiscurso popular bastar convencer deque queasí lassuceda. esperanzas depositadas en la relación de pareja siempre son inmensas. Son las artífices del éxito de ven tas de la mayoría de revistas y de la popularidad de los seriales televisivos. Contradictoriamente, en la vida cotidiana ese mismo discurso popular se tiñe con facilidad de la más negra y feroz ironía con respecto a esa misma relación. La complejidad de las expectativas que se depositan en la pareja ya debería ser motivo suficiente para intentar alejarse de los ámbitos comunes y dedicarle un estudio que respete su srcinalidad. La proposición paradójica «Uno más uno son tres» remite a un modelo complejo de la pareja. Complejo, pero no oscuro. Antes de examinar algunas de sus manifestaciones a lo largo de esta obra, intentaremos circunscribir en el espacio de unas pocas máximas este modelo complejo.
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La díada parece ocupar un lugar muy especial en nuestro universo. El otro protege de los otros o incluso puede llegar a permitir prescindir de ellos. Un hecho esencial para cada uno de nosotros en tanto que individuos. En efecto, dedicamos mucho tiempo a la defensa de una identidad que nos hemos inventado y cuyo reconocimiento por los demás intentamos conseguir. Esta identidad debe remozarse continuamente, retocándola a lo largo de los días y al hilo de las experiencias. Lo que ha ido configurándose en el curso de los meses y de los años podría dejar de seducir, de convencer. experiencia dolorosa. A veces es recortar tejido, destruir algo que es parteEs deuna nosotros mismos para reencontrar la preciso seducción, para el restablecer el contacto con los otros, esos otros múltiples, tan mutables y tan exigentes. Es preciso actuar, disimular, ponerse una máscara mientras se compone a toda prisa el material que desean encontrar. Poco importa que sean tres, diez o cincuenta; nos observan y nos juzgan, como nosotros a nuestra vez los observamos y juzgamos. Algo muy distinto sucede con el otro, el compañero dentro de la relación de pareja. Esa persona ha incurrido en nuestra soledad y la ha transformado en díada. Frente a ella ya no debería ser necesario ocultarse ni fingir. Es una persona que ha abandonado mágicamente el campo de los otros para unirse a nosotros. Es nuestra aliada y nuestra cómplice. Compensará nuestras carencias, como nosotros compensaremos las suyas. Nos dará la seguridad y plenitud que nos faltaban. Juntos, estaremos mejor armados para enfrentarnos a los otros. De todas las experiencias humanas, la más y también másotro gratificarte sin duda el descubrimiento de la díada, el dejar caer extraña las barreras frente la a ese que ya noesforma parte de los otros. Para constatarlo, bastará pensar en una pareja de enamorados a bsorta en su recíproca contemplación. Cuesta contener la sonrisa. Cada uno parece pensar que el otro, por un inexplicable prodigio, acaba de caer del cielo justo a su lado. También sabemos que esta sensación de fusión total es fugaz, que se debilita pronto para reaparecer sólo pasajeramente. Otro, antes tan alabado, puede transformarse también en todo lo contrario. Pasa a ser entonces la única persona que no nos comprende, que es totalmente indiferente a las cualidades que entonces nos reconocen los demás. ¡A quién le importan estas desventuras! El tema de la díada organiza, hoy como ayer, múltiples fantasmas, a escala del individuo y a escala de la sociedad. Con la omnipotencia de un Vishnú, reaparece en todos los tiempos y lugares bajo las formas más diversas, desde el rock máspor reciente ópera, desde la fotonovela Sorprende, tanto,hasta que lala profunda importancia de la hasta díada,elelpoema intensoabstruso. goce de su posesión, las angustias de sus transformaciones reciban tan poca atención en los libros de psicología, que aparezca en ellos como un fenómeno accesorio y no como una aspiración fundamental del individuo. Como no es menos sorprendente que a las parejas que acuden a consultarnos también les cueste tanto hablar de la importancia de su pareja, de esa aureola mística que rodea a la díada en el contexto del destino individual. Les resulta más fácil hablar de ella como si fuese un microondas o una aspiradora, objetos adquiridos de buena fe, pero que simplemente no satisfacen las expectativas del cliente. Entonces nos dicen: « ¿Reconoce usted que son legítimas nuestras aspiraciones en cuanto al sexo, la comunicación, el ocio compartido? ¿Por qué no puede satisfacernos entonces esta pareja que nos parecía una buena adquisición?» ¿Qué decir ante esta extraña dificultad de hablar? ¿Por qué cuesta tanto referirse a lo esencial?
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Es posible que nuestros pacientes tengan dificultades para hablar de su pareja por los mismos motivos que inducen a los científicos a evitar mencionarla. La naturaleza de la pareja se compone de múltiples niveles en constante imbricación. De ello se deriva una complejidad difícilmente expresable sólo a través del lenguaje, escrito o hablado. Afortunadamente, por nuestra parte advertimos muy pronto que sólo el empleo de representaciones plásticas, a través de imágenes, en forma de relatos, de metáforas, de esculturas, nos permitía obtener de nuestros pacientes la información que deseábamos y transmitirles, a nuestra vez, los mensajes podrían serles Este lenguaje de las imágenes, llamado analógico*, basado enque la capacidad de la útiles. representación a través de imágenes para captar la complejidad de los hechos naturales, se contrapone al lenguaje llamado digital*, el de las palabras, que nos obliga imperiosamente a fragmentar, a dividir en porciones la realidad, según criterios poco conscientes de estandarización. Así, el lenguaje analógico es pobre en a prioris normativos, capta la globalidad de una situación sin detenerse en tal o cual detalle, se lanza valerosamente al descubrimiento de nuevos significados, en vez de buscar la seguridad en la repetición de los datos ya identificados. Tendremos ocasión de volver a tratar de las ventajas de este lenguaje a lo largo de todo el libro. De momento, sólo adelantaremos que el dominio del lenguaje analógico facilita la reflexión sobre la complejidad. Pero para poder hablar de la díada no basta con acotar la complejidad. En efecto, además de compleja, la díada también es paradójica; un nuevo obstáculo. Como ya hemos señalado, uno más uno en este caso noevolutivo son dos, sino tres, siCuando se admite la pareja es, enasiento efecto,enuna substancia viva, un sistema y creativo. losque cónyuges toman la sala de consulta, la pareja-institución también ocupa su lugar, srcinando una serie de vértigos conceptuales. Citaremos dos de ellos. Primer vértigo: cuando los cónyuges critican su pareja, se están enfrentando con una institución que ellos mismos han creado íntegramente. ¿De qué deben considerarse culpables, entonces? ¿De haber hecho pedazos una estructura inicialmente viable? ¿O bien de haber cavado con sus propias manos, desde el primer momento, un pozo sin fondo de ilusiones en el que cada vez caen más hondo sin que nada pueda detenerles? Otro vértigo: ¿dónde está el fondo y dónde está la forma? Es sabido cuán difícil resulta apreciar, desde el asiento de un tren detenido en una estación, si el tren contiguo se ha puesto en movimiento o si, por el contrario, el que está arrancando es el propio. ¿Qué se mantiene estable y qué es lo que se desplaza? Análogamente cabe preguntarse si son los cónyuges modelan la según pareja su delógica acuerdo con sus deseos. si,cónyuges por el contrario, ésta la quequienes los modela a ellos fundamental. ¿SonOlos quieneses abandonan en plena marcha la pareja? ¿O es ésta la que abandona la vida de los cónyuges? Volveremos a enfrentarnos con estos vértigos a la luz de las consideraciones que seguirán. De momento bastará dejar constancia de ellos.
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1. LA PAREJA, ¿CUESTIÓN DE PUNTOS DE VISTA? ~F FJG Sobre la mesa han quedado tres grandes temas: la inevitable complejidad de todo modelo relacional, las celadas del lenguaje digital y la naturaleza paradójica de los sistemas vivos. Estos temas iniciales irán reapareciendo a lo largo de todo el recorrido. Considerémoslos como los tres aldabonazos que deben darse antes de poder descorrer el telón e intentar aclarar un poco el misterio de la pareja. Somos fruto de una pareja. Nosotros mismos seguramente vivimos en pareja. Estamos rodeados de parejas. Resulta asombrosa, por tanto, la dificultad para hablar de la pareja en términos concretos. En la cultura actual, en particular, la estructura de la pareja parece querer ser tan proteiforme que elude toda posibilidad de descripción. Si se intenta asociarla al matrimonio, resulta que también debe abarcar todas las uniones «sin papeles». Si se intenta asociarla a la sexualidad, se aduce que también ha de abarcar las uniones homosexuales. Si se intenta definirla por la duración ilimitada de la relación, alguien propondrá, como hizo Margaret Mead algunos años atrás, la celebración de matrimonios mediante contratos de cinco años de duración como solución para garantizar el futuro de la pareja. En última instancia, una característica de la pareja sería que no admite una definición simple. La relación de pareja tiene la propiedad de adoptar múltiples formas sin dejar de ser identificable como tal. Por tanto, puede resultar engañoso, arriesgado incluso, intentar circunscribirla al marco de una definición exhaustiva, que siempre dejaría fuera algunos aspectos ¿Significasignificativos. esto que debemos aceptar la imposibilidad de saber qué es la pareja o simplemente es cuestión de ir cambiando de punto de vista? ¿De renunciar a intentar descubrir los rasgos de una pareja, lo que distingue a la pareja de la no-pareja, para intentar descubrir, por el contrario, para qué sirve una pareja, qué sentido tiene en el marco de las relaciones humanas? Desde esta perspectiva, todas las estructuras de relación portadoras de ese sentido serían parejas, por diferentes que puedan ser unas de otras. Un enfoque bastante razonable, al parecer. Identificamos como embarcación a cualquier construcción con las propiedades necesarias para que un ser humano pueda utilizarla para atravesar una extensión de agua. El término «embarcación» evoca ante todo y en primer lugar ese sentido y sólo posteriormente también una forma. Las claras diferencias existentes entre un junco chino, un galeón del siglo de oro y un moderno catamarán no plantean ningún obstáculo para su identificación. Consideraremos, tanto, la parejadeenfocándola desde la perspectiva su significado otro tanto haremospor con la demanda terapia de una pareja, esto es, elde contexto concretoy en que se presenta ante nosotros.
ENFOQUES DE LA PAREJA La búsqueda del significado Nuestro estudio de la pareja pretende explorar su significación para los participantes en la relación, su significado sincrético. No se entretendrá en la descripción de detalles de comportamiento fácilmente observables. El propósito es hacernos una idea del significado de la pareja: qué significa para dos individuos concretos y también qué significa para quienes buscan ese contexto de vida. Como en la antropología cultural, ambas indagaciones discurrirán de forma paralela. El estudio paralelo de diversas culturas permite discernir mejor las especificaciones de cada una.
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Ello ayuda a distinguir entre los lazos comunes de parentesco y las características singulares de una cultura dada. En términos de la búsqueda de un significado, la diferencia está en que los grupos por los que se interesa el etnólogo no han solicitado su presencia, que sólo constituye un episodio accidental para ellos. El etnólogo puede interrogar sin rodeos a sus informantes sobre los temas que le interesan y éstos en general le darán respuestas fidedignas. En efecto, no tienen ningún interés en influir, en uno u otro sentido, en la opinión de ese curioso venido de sabe dónde. Losquién integrantes de la pareja objeto de nuestra indagación ven las cosas de un modo muy distinto. Sin duda, como la tribu, también representan un sistema humano natural, pero con la notoria diferencia de haber solicitado nuestra ayuda ante unas dificultades internas insolubles. Cada uno de los cónyuges piensa que nuestra intervención puede modificar la situación, en un sentido que le será favorable o, por el contrario, desfavorable. Toda respuesta queda, por tanto, automáticamente sesgada en virtud de esta expectativa de los cónyuges. Uno y otro están interesados en influir sobre el dictamen del terapeuta, en convertirlo en su aliado, en otras palabras. En este sentido, encontramos mayores dificultades que los etnólogos para reunir informaciones válidas capaces de iluminar el significado de los sistemas vivos objeto de nuestro estudio. Aunque tenemos la ventaja de no enfrentarnos con problemas idiomáticos, por cada una de las tieneinfluir buenos motivos para disimular que otro sabelado o para expresarse enpersonas términosinterrogadas que le permitan sobre la valoración del lo terapeuta. Se han sugerido diversas técnicas para intentar sortear esta dificultad. El terapeuta puede actuar como un «guarda-agujas» comunicacional, cuidando que cada cónyuge pueda expresarse libremente sin interrupciones, controlando la lógica y la claridad de las respuestas y solicitando las aclaraciones necesarias para evitar cualquier confusión. Este esfuerzo estructurador, que aborda frontalmente las naturales reservas, suele topar a menudo con una fuerte resistencia de las partes implicadas. Los cónyuges se confabulan para sabotear los esfuerzos del indagador que intenta definir objetivamente la naturaleza de sus conflictos. Con frecuencia el resultado es un enfrentamiento y un bloqueo. Existe otro método más sutil, y por eso mismo también más eficaz, que se ha popularizado mucho. Me refiero a la entrevista circular, practicada por Mara Selvini Palazzoli y su equipo en los años setenta (Selvininoetsobre al., 1978*). El entrevistador dirige a un miembro del sistema para pedirle su opinión, su relación personal conseotro miembro del sistema, sino sobre la relación que existe entre otros dos miembros del sistema. El interrogado no responde, por tanto, como actor, sino como observador de la relación. Con este procedimiento, a la persona interrogada le resulta difícil orientar su respuesta en un sentido favorable para ella, con lo cual se convierte en un informador relativamente imparcial. Esta técnica, que sigue siendo eficaz para las familias y los grandes sistemas, tiene sus limitaciones cuando sólo hay dos interlocutores, como en el caso de la díada. Para explorar la pareja por este medio, es preciso recurrir a preguntas sobre la relación del cónyuge con personas no presentes en la sesión: otros miembros de la familia, amigos, compañeros de trabajo. Aunque el artificio sigue siendo útil, su reiterada utilización crea una cierta falta de naturalidad. El terapeuta puede sentirse forzado y poco creativo en ese contexto. De ahí que en la terapia de la pareja el interrogatorio circular no tenga tanta importancia como en otros contextos de intervención sistémica.
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A nuestro entender, es mucho más eficaz actuar sobre la propia percepción de los integrantes de la pareja, enseñándoles a completar su óptica cultural, la perspectiva individual, la del «uno más uno son dos», con una perspectiva sistémica del «uno más uno son tres», que ve la relación como otro protagonista activo. Se trata de hacerles pasar, en suma, de una visión monocular, centrada en el individuo, a una visión binocular, que abarca individuos y sistemas. Con esta nueva visión, el paisaje adquiere relieve y se plantean nuevos interrogantes. La pareja abandona automáticamente la afición a las redundancias y se embarca en lacognitiva búsquedasedeconsigue nuevas respuestas. Esta innovación presentando enseguida, sin vacilación, la relación de pareja como un protagonista de pleno derecho cuya presencia en la sesión también se desea. Para subrayar este hecho, le atribuiremos su sitio en la sala de consultas, representado por cualquier objeto estable. Un objeto -un jarrón, una mesa, un grabado- simbolizará la relación de pareja. Otras veces, le reservaremos un asiento, la silla del tercero*. Una vez asignada esta localización especial, podrá pedirse con naturalidad a cada uno de los cónyuges que responda dos veces a cualquier pregunta, en nombre propio una vez y la otra como intérprete de la relación como entidad. Paulatinamente, el intercambio a tres bandas entre los cónyuges y el terapeuta se transforma en un intercambio a cuatro bandas entre los cónyuges, el terapeuta y el tercero ahora incluido. Es una técnica fructífera ya descrita anteriormente bajo el término de
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inesperados de una situación que muchas veces se presenta ya tamizada y tristemente catalogada. La simplificación introducida con el cambio de paradigma, con la adopción de una nueva epistemología, hace parecer natural este descubrimiento, pese a que el contenido que se saca a la luz modifica radicalmente nuestra percepción del mundo. Una vez superada la angustia inicial ante la sustitución del modo habitual de pensar por un nuevo modelo de lectura de los acontecimientos, una vez cumplida la difícil prueba de aplicar en términos concretos esta nueva se abre aellos ojosque un les amplio paisaje, donde losfacilidad acontecimientos y loscomprensión, mensajes encuentran lugar corresponde con una desconocida hasta entonces. Unos y otros adquieren sentido. Tanto para la pareja como para el terapeuta, las dificultades del trayecto nada tienen que ver con las vacilaciones de un tortuoso avanzar por las profundidades de un largo túnel, sino que nacen de la dificultad de organizar la miríada de nuevos detalles que se ofrecen repentinamente a la mirada con el cambio de paradigma. En términos de la clasificación de los aprendizajes de Gregory Bateson, el significado introducido tiende a plantear un aprendizaje de nivel 2 y en algunos casos de nivel 3 (Bateson, 1977). El aprendizaje de nivel 1 consistiría en repetir con la pareja las diversas sumas y restas mentales que han efectuado con respecto a la relación. El resultado final sería una confirmación de su juicio o la detección de un error en su valoración de las dificultades atribuidas susvida actitudes sexuales, a su respectiva capacidad de comunicación o al reparto de roles enasu de pareja. No es éste el esquema seguido. Nuestro objetivo es un aprendizaje de nivel 2, que intenta dotarles de una nueva aritmética, y posteriormente un aprendizaje de nivel 3, que les permitirá crearse su propia aritmética. Una aritmética constantemente renovable, en el segundo caso, puesto que ellos mismos sabrán crear sus reglas, y que llegará a ser emblemática de la pareja, una imagen de marca creada por los cónyuges y que irá creándoles a su vez en un ininterrumpido ciclo recursivo. Un descubrimiento que define de manera dinámica un territorio y una especificidad: todo lo contrario de una frontera impermeable que aísla del contexto. Respetar la diferencia se convierte en una opción lógica y se favorece una actitud móvil y exploratoria. Sin embargo, el aprendizaje de nivel 3 es un resultado iniciático imprevisible, que puede darse o no. En consecuencia, el objetivo inicial que se propone el modelo aquí expuesto es un aprendizaje nivel 2,que a través de la asimilación nuevo paradigma. Conviene añadirdetambién este nuevo paradigma de no un debe atribuirse ninguna hegemonía entre los restantes sistemas de conocimientos. El paradigma sistémico es dialéctico por su propia naturaleza. No representa un conocimiento fijo, clasificable. En el caso de la pareja, con gran abundancia de hechos y multiplicidad de experiencias, el método expuesto es útil pues ofrece una interesante visión de conjunto de la masa de hechos. Aunque siempre a condición de no dejar de ser plenamente conscientes de la complejidad de la realidad. Se trata de un procedimiento útil para la pareja, sobre todo por cuanto, lejos de hacer obsoletas sus anteriores reflexiones sobre la vida de pareja, por el contrario viene a sumarse a éstas. Como señala Judith Schlanger, a quien volveremos a citar más ampliamente en el último capítulo del libro: «Lo interesante desborda por todos lados a lo verdadero... De acuerdo en que el conocimiento racional debe desprenderse de algún modo de la nebulosa de los excesos, pero no definiéndose por la vía del rechazo y la negación de las conexiones» (Schlanger, 1983). La pareja, como también el terapeuta, deberá permitirse gozar, por tanto, 13
de las satisfacciones que aporta el nuevo paradigma, sin creer no obstante que con él quedan resueltos todos los misterios de la vida de pareja. Curiosamente, este riesgo de predominio desconsiderado de un nuevo paradigma, de su total prevalencia sobre la interpretación de los hechos, parece manifestarse más claramente en la actualidad en las ciencias llamadas humanas que no en las ciencias físicas. A nadie le extrañará que diga que la Tierra es plana, puesto que camino sobre ella, al mismo tiempo que afirmo que también es redonda; que diga que la mesa es sólida, puesto que me apoyo enLas ella,ciencias al mismo tiempo quehabituado también declaro que se compone de partículas en movimiento. físicas se han a la existencia de verdades diversas, a la posibilidad de adoptar múltiples enfoques. El efecto de provocación implícito en la afirmación de la existencia de diversas verdades concomitantes parece conservar todo su impacto en la mayoría de las ciencias humanas. ¿Quizá por la relativa juventud de estas disciplinas, por la extrema complejidad del terreno o por la dificultad de las pruebas empíricas? En cualquier caso, las exclusiones recíprocas suelen ser la norma y la intransigencia adopta sus formas más extremas. El paradigma propuesto es el último eslabón de una sucesión de revoluciones en la interpretación de los contenidos mentales iniciadas a principios de siglo. Entre las más importantes cabe citar la conmoción en el campo de la comprensión de las motivaciones individuales introducida por el psicoanálisis, seguida, en los años cincuenta, por la supresión de las distinciones entre fenómenos intra-psíquicos y dinámica de las relaciones como frutoen deellos trabajos delcibernético, equipo de Palo Alto. Estas últimas investigaciones, inspiradas pensamiento introducen la teoría sistémica de primer orden*. Actualmente parece evidente que es imposible concebir al individuo al margen de una pertenencia grupal y que todo grupo emerge de la interacción entre individuos. Este esfuerzo pionero, basado en el estudio de familias de transacción psicótica, abrió también el camino para los planteamientos que han dado lugar a nuestro presente paradigma, que designaremos con el nombre de nueva teoría sistémica*. Esta nueva teoría sistémica cuestiona sus propios orígenes y se diferencia de las teorías ancladas exclusivamente en la cibernética. Toma como punto de partida la complejidad de los sistemas humanos y considera indispensable la multiplicidad y coexistencia de modelos. Más que una teoría sobre las motivaciones humanas, el nuevo pensamiento sistémico es ante todo una reflexión sobre el fenómeno del conocimiento, sobre la cognición, y sobre los mecanismos de elaboración de modelos* que acompañan todo proceso cognitivo. La nueva teoría sistémica así definida cuenta en en estos momentos representantes en numerosos campos de estudio: en la sociología, la biología, encon la filosofía, en la gestión empresarial. Algunos le han dado fama más allá de las fronteras de su propio ámbito de especialización. En este sentido, cabe citar, entre otros, a H. von Foerster, J.L. Le Moigne, E. Morin, H. Maturana, H.A. Simon y F. Varela, todos ellos útiles fuentes para nosotros. La nueva teoría sistémica contiene una invitación implícita a alcanzar un aprendizaje de nivel 3, aunque la propuesta explícita se sitúe necesariamente en el nivel 2. Para la nueva teoría sistémica, el conocimiento implica la constante elaboración de nuevos modelos del mundo. Modelos que, aun pareciéndonos muy útiles en el momento presente, son por esencia transitorios e imperfectos. Es ineluctable que así sea. En efecto, estos modelos sólo dan cuenta de los procesos mentales dinámicos a través de los cuales aprehendemos el mundo. Representan rastros cognitivos. En cuanto se transforman en verdades o en dogma, el ciclo se interrumpe, la 14
máquina se atranca, el individuo o el sistema se bloquean. En otras palabras, lo importante es la capacidad de construir modelos, no la posesión de un modelo. Nos parece importante añadir aún dos palabras sobre el aspecto teórico de la elaboración de modelos, de la modelización. Debería ser evidente que todo modelo, para que sea útil, debe poderse compartir, debe ser comprensible para otras personas. Por consiguiente, la nueva teoría sistémica no sólo insiste en lo novedoso del paradigma, sino también en la posibilidad práctica de compartir la nueva experiencia. Como señalaba Isabelle Stengers, en el cursouno de de un nosotros debate sobre la transmisión del saber laslanuevas poder: «Cada construye «sus» hechos, peroyen medidaformaciones en que, sin del dominarlos, compartimos un lenguaje, una densa memoria cultural, todos nos interesamos por el "mismo" mundo» (Stengers, 1985). En otras palabras, constantemente nos referimos a una «misma» cosa, a la experiencia humana común, aun cuando hablemos de cosas «distintas», esto es, aun cuando nos planteemos modalidades cognitivas diferentes, y ésta es, de hecho, la única vía a nuestro alcance para progresar en el ámbito del conocimiento. Intentaremos ilustrar la brecha que puede separar dos enfoques de la pareja y, en consecuencia, dos maneras de interrogarla. Dos modalidades de interrogación En el planeta Alfa, cada pareja está provista durante toda su existencia de un pequeño artilugio electrónico llamado «normalidad diádica» que le permite obtener automáticamente adecuadas a los problemas puedandeplanteársele en relación a la sexualidad,laslarespuestas comunicación, la atracción mutua, el que equilibrio gustos. Si este maravilloso aparatito se avería, sus propietarios naturalmente se ven inmersos en un profundo desconcierto y quedan aislados de la comunidad. En efecto, no les queda la solución de utilizar provisionalmente la «normalidad diádica» de otras parejas, pues como es lógico ninguna de ellas está dispuesta a separarse ni por un instante de tan indispensable artilugio. A los infortunados les queda, sin embargo, la posibilidad de acudir a los miembros de la llamada profesión de los reparadores. Estos se encargarán de verificar su aparato con respecto a las constantes de normalidad diádica y lo pondrán nuevamente en funcionamiento, una vez efectuadas las necesarias reparaciones de los elementos defectuosos. Dado el alto grado de perfeccionamiento de la electrónica en el planeta Alfa, ampliando debidamente el número de reparadores debería poderse llegar a eliminar los problemas de Beta*, las parejas. En el planeta la vida es más agitada. Multitud de ríos de caudal muy variable surcan su atormentada geografía. Los cursos de agua constituyen el entorno vital de sus habitantes, cuya existencia debe adecuarse, por tanto, a este ritmo de continuas transformaciones. En el curso regular de un río pueden alternarse los rápidos con zonas de aguas quietas. Remolinos y cascadas completan este mutable y en parte imprevisible contexto. Cada pareja debe fabricarse, por tanto, una embarcación desde el momento mismo de su constitución. Algunas la construyen con el tronco de un árbol, otras con pieles de animales, otras con trozos de corteza. No existen dos barcas iguales y cada pareja forma una unidad con este instrumento de supervivencia, que procura utilizar de la mejor manera posible en un entorno que obliga a continuas adaptaciones de los contrapesos y de la cadencia de los remos. Sin embargo, algunos pierden el control del esquife y naufragan. Entonces su única esperanza es encontrar en la orilla a algún miembro de la llamada profesión de los
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interrogadores, quienes intentan ayudar a la desventurada pareja a superar su difícil situación por el procedimiento que a continuación se describe. Saben que todo movimiento del remero queda englobado en el acto en un conjunto móvil de acontecimientos. También saben que todas las parejas de Beta forman una unidad con su embarcación. Cada pareja posee, por tanto, un estilo singular, fruto de una organización específica, forjada en el curso de los meses o de los años. La búsqueda de una solución debe tener en cuenta, por consiguiente, tanto las peculiaridades de la pareja como la diferencia el obstáculo y otras dificultades superadas con anterioridad. No es entre de extrañar que la presente ayuda que recibe una pareja en este planeta comience con un largo interrogatorio y que los miembros de esta profesión sean conocidos popularmente como «interrogadores». Por otro lado, aunque la vida en este planeta pueda parecer demasiado agitada para considerarla feliz, sin embargo no carece de interés. De las páginas especializadas de las revistas y de un buen número de obras sobre la terapia de pareja parece desprenderse que nuestro propio planeta, la Tierra, debe asemejarse bastante al planeta Alfa. Todo parece reducirse a una cuestión de ajuste inicial y a valorar la normalidad y lograr una adaptación de los gustos, las maneras de ser y los caracteres. En esta lectura, el profesional responsable de la intervención aparece y se concibe a sí mismo como un reparador. Desde la perspectiva del nuevo pensamiento sistémico, nuestra Tierra se parecería al planeta Beta. Esy imposible a la pareja-embarcación individuo-remero. peculiaridades la historia disociar de la embarcación cuentan tanto del como las cualidades deLas los remeros. En consecuencia, la pareja sólo puede cambiar a condición de que los cónyuges acepten la dimensión autónoma de la relación como factor activo que los controla en igual medida que ellos pueden controlarla a su vez. Para avanzar será preciso interrogarse, por tanto, a propósito de esa tercera parte esencial que es la relación. Este es el papel del terapeuta, quien debe interrogarse sobre la totalidad y la complejidad. La complejidad de la mirada terapéutica Para concluir esta descripción a vuelo de pájaro de este nuevo enfoque de la pareja, sólo un par de palabras sobre la persona que lo observa: el terapeuta. Puesto que nuestro trabajo se centra en el hecho cognitivo, debemos aplicar al terapeuta, tanto si trabaja solo como si lo hace en equipo, los mismos razonamientos ya expuestos en relación a la pareja. Todo terapeuta cuenta con referentes teóricos,enuna experiencia elementos de conocimientos que se integran un modelo que personal, constituyeununestilo, círculo autorreflexivo juntamente con el individuo que es el terapeuta. Ambos son inseparables entre sí. Este modelo cognitivo puede ser útil para el terapeuta y ayudarlo a sentirse capaz. Pero también puede convertirse en una traba y contribuir a que se sienta incompetente, inútil, y a ponerlo en crisis. La situación no varía cuando el terapeuta trabaja en cooperación directa con otros colegas o con un supervisor, con ayuda de un espejo unidireccional. En este caso se requiere un modelo cognitivo consensuado, lo cual puede facilitar las cosas o crear problemas. La necesidad de negociar continuamente lo que se observa puede obstaculizar la labor del equipo terapéutico o hacerla sumamente creativa, según los casos. Lo importante, por tanto, es que el terapeuta, solo o en equipo, trabaje en simbiosis con un modelo de conocimiento que raras veces explicitará y que sin duda desconoce en parte. 16
El ejemplo de los planetas Alfa y Beta nos ha permitido poner de relieve las dramáticas consecuencias que puede tener el modelo del terapeuta para la pareja. Las bases teóricas aceptables para aquél determinarán la manera en que será percibida y tratada la pareja. El modelo del planeta Alfa impone al terapeuta unos objetivos normativos. El del planeta Beta le obliga a estar continuamente al acecho de nuevos descubrimientos, a aceptar una perpetua renovación. En el planeta Alfa, se llega a ser maestro en el oficio a través de la práctica. En el planeta Beta, cualquier intervención deja de ser eficaz cuando adquiere carácter La Para seguridad delintervención éxito excluyepueda la creatividad del contacto el terapeutadey rutina. la pareja. que una seguir siendo eficaz, elentre terapeuta debe estar constantemente al acecho de lo inesperado, de las sorpresas que encierra la interacción. En la nueva teoría sistémica, las aspiraciones de aprendizaje del nivel II también se aplican al sistema terapéutico. Igual que interroga a la pareja sobre su «manera de saber», el terapeuta también debe preguntarse por sus propios mecanismos cognitivos. Esto ayudará a la pareja a empezar a cuestionar sus propias interpretaciones. Los intercambios más fecundos de una terapia se desarrollan esencialmente en este plano de los interrogantes sobre « ¿Cuál es nuestra manera de saber?», así como en relación a las similitudes y diferencias entre los modelos cognitivos en juego. ENFOQUES SOBRE LA DEMANDA «EL MAL DE LA PAREJA» Paradojas de la demanda Louise tieneny 42 y 46 años dos. Ellay Serge es maestra él trabaja en larespectivamente. administración.Su matrimonio es el segundo para los Fueron buenos amigos durante mucho tiempo antes de casarse. Louise estaba mal casada con un hombre irresponsable y fútil y Serge le daba consejos. Él le prestó apoyo durante el divorcio y también la ayudó a resolver los problemas con los dos hijos de su primer matrimonio, ahora adolescentes. Cuando se conocieron, él ya estaba divorciado de un primer matrimonio sin hijos. Después del divorcio de Louise, siguieron viéndose y por fin acabaron casándose. El descubrió entonces que ella tenía problemas orgásmicos y consultó la bibliografía necesaria, asumiendo la responsabilidad de los orgasmos de su mujer mediante el uso de las técnicas apropiadas, inicialmente con un cierto éxito. Tuvieron dos hijos. Serge, magnífico padre, apenas se atreve a confiar su cuidado a su mujer y tiembla cuando salen de casa sin él. Ella ha llegado odiarle y desdequé hace másredobla de un año niega a mantener cualquier contacto sexual.aEl no entiende pasa, sus se atenciones y acoge con agradotipo la de propuesta de Louise de acudir a una terapia de pareja como una solución para «mejorar» su propia actitud. Anne y Thomas están en la treintena. Llevan tres años viviendo juntos y no tienen hijos. Anne considera que Thomas es un irresponsable y le gustaría que cambiase. Thomas se queja de las exigencias de Anne, diciendo que quiere modelarle a su gusto y transformarle en un adorno o un mueble. Se sienten muy dependientes el uno del otro, aunque también muy distintos. Anne procede de un medio acomodado y tiene estudios universitarios. Thomas es de srcen modesto y sólo ha completado la instrucción elemental. Ella ha seguido una psicoterapia individual durante varios años por problemas relacionados con la alimentación, principalmente de tipo anoréxico, alternando con fases de bulimia. Él bebe a menudo en demasía y combina los excesos alcohólicos con el consumo habitual de marihuana.
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Dos demandas en apariencia muy distinta, que sin embargo tienen en común su contenido totalmente paradójico, a saber: el deseo de hacer durar una situación descrita como intolerable y sin ningún imperativo que requiera su existencia. En efecto, el fundamento lógico de una pareja es partir de una experiencia positiva que se desea prolongar. En el contexto cultural actual ya no se puede pretender que la pareja se mantiene a causa de los hijos. Es relativamente sencillo distinguir el deseo de ser una pareja y el deseo de ser padres, esto es, el deseo de tener hijos. Evidentemente, ambos deseos pueden coexistirseyha se visto influencian mutuamente, peroenson naturaleza distinta. Esta distinción reforzada culturalmente losdeúltimos decenios. Pueden verse padres divorciados que mantienen una colaboración tan perfecta en relación a sus hijos que a veces hasta resulta chocante para quienes les rodean. Sin embargo, han dejado de ser una pareja. Otros padres, en cambio, se hacen la vida imposible y perturban a sus hijos pues, aun después del divorcio, todas sus vivencias emocionales continúan girando en torno a los pasados desacuerdos de la pareja. La pareja que ya no se justifica por la mutua satisfacción de los cónyuges es vulnerable. Al tratarse de un sistema «reflexivo», sólo quienes viven en la situación de pareja, esto es, los Cónyuges, pueden hacer el «balance» de una pareja y su veredicto es inapelable. No existen «consumidores» exteriores que puedan declarar en favor de lo bien fundado de la pareja y reforzar su estructura expresando el deseo de continuar gozando de sus servicios, como podría suceder en el caso de un sistema «transitivo», como por ejemplo una escuela o una empresa comercial (Caillé, 1987). Otros sistemas «reflexivos» pueden admitir al menos el azar del nacimiento. Nacemos en el seno de una familia, de una nación, de una raza. Formamos parte de ellas y en realidad no podemos dejarlas. No ocurre lo mismo en el caso de la pareja. Esta es, al menos en nuestra cultura, uno de los pocos sistemas «reflexivos» que sólo se legitima por sí mismo. Esta vulnerabilidad, que procede a la vez de la libre elección en que se basa la pareja y del hecho de tratarse de un sistema exclusivamente «reflexivo», explica la cualidad paradójica de toda demanda de terapia de pareja. LA PAREJA, ¿CUESTIÓN DE PUNTOS DE VISTA? Louise y Serge, Anne y Thomas exponen argumentos importantes que justificarían la interrupción de la relación si se considera que ésta debe ser una experiencia positiva para los cónyuges. El discurso explícito es: «Estará de acuerdo con nosotros en que esto no puede continuar... Nuestra vida de pareja es imposible...» Entonces, ¿qué hacen allí los cónyuges, habida su cuenta de quedebe la pareja sóloun puede portransformándolo sí misma? Para comprender presencia, añadirse perolegitimarse a su discurso, en un: «Estará de acuerdo con nosotros en que esto no puede continuar, pero...» ¿Pero qué? Interesante pregunta. Este «pero» nunca pronunciado será escuchado de forma distinta según los terapeutas y, sobre todo, según las escuelas. Nuevamente nos encontramos ante una cuestión de puntos de vista, o más bien de puntos de escucha, que valdrá la pena examinar con mayor detenimiento. Interpretación moral del «pero...» «Nuestra vida en pareja es imposible... ...pero una pareja debería durar y disolverse sólo con el fallecimiento de uno de los cónyuges.» Este imperativo moral ha perdido mucha fuerza en los últimos decenios, tanto entre las parejas como entre los terapeutas. Sin embargo, no debe olvidarse que sigue estando 18
fuertemente arraigado en la mayoría de las grandes culturas, incluida la nuestra, que a fin de cuentas tiene sus raíces en la tradición judeocristiana. Existe una cierta lógica en el hecho de que toda religión intente canalizar un vínculo de relación que pretende depender sólo del arbitrio de dos personas individuales, confiriéndole una oficialización y una duración que no figuran entre sus requisitos. Un vínculo de relación tan importante y que rechazase cualquier injerencia externa sería por naturaleza anárquico y potencialmente peligroso para el orden establecido. Es importante, por tanto,humanas. asignarle,Por quieras que resulta no, un lugar dentro del orden general que como regula las relaciones ejemplo, cómodo considerar el matrimonio un sacramento, confiriéndole un peso que no tiene según los cánones de la Iglesia: de hecho, sólo tiene la categoría de bendición impartida por el sacerdote, como ratificación de la promesa recíproca formulada por los cónyuges. Para muchos, el matrimonio sigue siendo un orden moral a defender. Paradójicamente, la existencia de uniones libres tiende a reforzar, más que a debilitar, esta interpretación moral del «pero». Estas uniones libres tienden a crear una nueva moral, basada en una responsabilidad individual lúcida, liberada de todo respaldo ritual o administrativo. Este tipo de parejas no estarán dispuestas a reconocer que puedan ser en ningún sentido menos seguras, en términos de constancia y de duración, que las uniones que se apoyan en el ritual del matrimonio, visto por las primeras como una estructura esclerotizada. Los componentes de una pareja «sin papeles» reconocen la existencia de fuertes morales que ylesgarantes. unen, tanto más intocables en la medida en que ellos mismosvínculos son sus legisladores El respeto a la exhortación moral, sobre todo cuando no está rubricada por una legalización oficial, se convierte en una muestra de normalidad y su incumplimiento en muestra de desviación. El bovarismo aparece más como una enfermedad que como un vicio. Numerosos terapeutas piensan así, pero muy pocos lo admitirían. Sin embargo, esta lectura moral del «pero...» les empuja a comportarse como «reparadores». Intentan reencauzar a la pareja hacia la observación de unas ciertas normas de equidad, cualquiera que sea la naturaleza del conflicto expuesto. Interpretación psicoanalítica del «pero...» «Nuestra vida en pareja es imposible... Pero el individuo se siente incompleto cuando está solo» (Freud). Según el propio Freud, el desarrollo psíquico del individuo no puede evolucionar normalmente sinapoyo, la constante presencia «La del otro, que aparece comoesmodelo, objeto, como fuente de como enemigo. psicología individual al mismocomo tiempo, desde sus inicios, una psicología social» (Freud, 1921). El descubrimiento de la pareja y el establecimiento de la relación de pareja marcarán, por tanto, la salida del conflicto edípico. El individuo habrá conseguido aceptar la prohibición del incesto y establecer una identificación suficiente con las figuras parentales. Entonces podrá dirigir hacia un individuo adulto del otro sexo la mayor parte de sus deseos infantiles y adultos, incorporándoles elementos contradictorios. En esa alianza intenta encontrar a la vez lo que le falta, el apoyo y la plenitud –componente anaclítica-, y también lo que es, ha sido o desea ser -componente narcisista-. El individuo busca en el otro la solución a su problema, pero el otro, naturalmente, no puede serle suficiente, ni mucho menos. Ante todo, porque gran parte de estas expectativas y de esos deseos son contradictorios e inconscientes. Están asociados al pasado personal del individuo, al que es necesariamente ajeno el otro. Y también porque el otro, a su vez,
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intenta encontrar la solución para «su» problema. Por tanto, le impulsan otros deseos y otras expectativas, también en gran parte contradictorios e inconscientes. Finalmente, según Freud, toda relación afectiva contiene una parte de sentimientos hostiles que ahora es preciso rechazar. La pareja aparece entonces como una mezcolanza o un collage de fragmentos heteróclitos aportados por los cónyuges. Sin embargo, por elección y por azar a la vez, se dan una serie de rasgos comunes, de complementariedades* que permiten salir beneficiadas a ambas partes. Mediante malabarismo de acuerdos, conclusiones compromisos, los integrantes deun la complicado pareja pueden llegar a ocupar el lugar del «otro» paray su cónyuge. El auténtico problema de la pareja en dificultades es su resistencia a ver la pareja como una muleta necesaria, pero imperfecta, de la identidad individual. Los cónyuges se achacan mutuamente la responsabilidad de una incompletud inevitable. La pareja sana vive en una soledad compartida, lo sabe y se conforma con ello. Según esta lectura del «pero...», el terapeuta debe actuar como un «intérprete» que revelará el significado del conflicto, reconduciendo a la pareja hacia unas expectativas razonables. Interpretación del «pero...» según la teoría sistémica de primer orden «Nuestra vida en pareja es imposible... ...pero dos personas normales deberían poder vivir juntas y entenderse. » La teoría sistémica de primer orden está inspirada esencialmente en la cibernética y, en consecuencia, se concentra en el equilibrio dinámico existente entre los cónyuges. En su intento de entender los datos procura analizar atentamente las aparece características observables dede la este vidaequilibrio, de la pareja. El funcionamiento de la díada entonces por primera vez como un fenómeno diferenciado digno de estudio y no ya como mero subproducto de la actividad de sus componentes. Uno de los textos que marca un hito en esta nueva lectura es el artículo publicado por D.D. Jackson en 1965, donde introduce la noción de un «quid pro quo» dentro del matrimonio. Escribe Jackson: «El quid pro quo (literalmente: «una cosa a cambio de otra») es una expresión de la naturaleza legal de un intercambio o de un contrato en el cual cada una de las partes debe recibir algo a cambio de lo que da, contrato que define los derechos y obligaciones de las partes en el contexto de la transacción. El matrimonio puede compararse también con una transacción que determina los diferentes derechos y obligaciones de los esposos, donde a cada uno puede pedírsele que haga X, si y porque el otro hace Y. El quid pro quo es, por tanto, una metáfora describe una basada en unas diferencias y la expresión de las redundancias queque se observan en larelación interacción entre los esposos». Jackson retoma estas mismas ideas y las desarrolla, en colaboración con W.J. Lederer, en un libro publicado un año después, Los espejismos del matrimonio (Lederer y Jackson, 1966). La idea del quid pro quo se basa esencialmente en la constatación de que una interacción continuada entre dos actores por fuerza da lugar, en plazos de tiempo bastante cortos, a la aparición de redundancias en el comportamiento que revelan la configuración de una «pauta» de relación, de un acuerdo sobre lo que es o no es aceptable en el contexto de la relación establecida. Esta connivencia, parcial o totalmente inconsciente, ofrece la ventaja de proporcionar a los actores de la relación un sentimiento de estabilidad y de seguridad, basado en la certeza de que existe un cierto equilibrio de fuerzas en términos de poder. Una iniciativa positiva de una de las partes generará la respuesta favorable adecuada por parle del otro, confirmando 20
la existencia del contrato implícito; una infracción de las reglas no escritas dará lugar a un castigo proporcional. En toda relación existirá, por tanto, una norma de comportamiento que los actores de la misma interpretan como su estado natural. En consecuencia, estos actores son hostiles por instinto a toda desviación con respecto a este equilibrio. En biología, el cuerpo tiende a mantener estables las constantes hormonales por el mismo procedimiento, esto es, a través de continuas rectificaciones y, por tanto, de una permanente actividad. Esta estabilidad que, lejos de suponer una inmovilidad, implicapor portanto, el contrario un permanente se orden denomina homeostasis*. Es muy natural, que la teoría sistémicaajuste, de primer haya adoptado el mismo término de homeostasis para designar la estabilidad característica de los sistemas humanos, fruto también de la constante intervención a través de compensaciones rectificadoras. Si una de las partes desequilibra el quid pro quo al cambiar de comportamiento, cabe esperar que el comportamiento de la otra parte también se modifique en uno u otro sentido a fin de compensar el desequilibrio y restablecer la homeostasis. En la conceptualización del quid pro quo, como en la descripción cibernética de la caldera controlada por un termostato, no se alcanza jamás el equilibrio definitivo. Al contrario, la flexibilidad del sistema, atestiguada por la capacidad de neutralizar las más amplias oscilaciones, aparece asociada, en el caso del sistema humano, a una mayor capacidad de supervivencia. La principal función del sistema es, por tanto, reconducir los comportamientos que perturban el equilibrio característico hacia una en zona de compatibilidad. Es decirElque la homeostasis en sí no excluye las innovaciones materia de comportamiento. sistema sólo pierde sus características funcionales y desaparece toda posibilidad de cambio cuando se estrechan y se hacen rígidos los límites entre los cuales se encuadran los fenómenos homeostáticos. La teoría sistémica de primer orden se ocupa, por consiguiente, de la dinámica del equilibrio, sin adoptar, en principio, una postura en cuanto a las normas del equilibrio deseable. Las mismas insuficiencias homeostáticas pueden darse tanto si los componentes de la pareja intentan diversificar sus aportaciones a la relación -como sucede en el contexto de la complementariedad de roles del matrimonio tradicional-, como si por el contrario procuran que estas contribuciones sean idénticas e intercambiables -como establece el imperativo de simetría" de la pareja contemporánea-. Para la teoría sistémica de primer orden es importante que el quid pro quo esté claro y que sea funcional y renegociable. Esta idea del quidenpro tuvo, de como es natural, unsetenta gran impacto entre los terapeutas norteamericanos lasquo décadas los sesenta y los e indirectamente también en Europa, donde varios de ellos han creado escuela. M. Bowen, J. Haley, S. Minuchin, C. Whitaker la mencionan explícitamente, aunque sus técnicas de intervención, para romper los «estados de equilibrio bloqueados» y devolver a la pareja la posibilidad de descubrir otros contratos más flexibles y humanos, sean diferentes. Cualquiera que sea el método empleado, en esta lectura del «pero... » Según la teoría sistémica de primer orden, el terapeuta interviene para objetivar el quid pro quo existente en la pareja y contrastarlo con las posibles alternativas. El terapeuta actúa como un negociador. Interpretación del «pero...» según la nueva teoría sistémica «Nuestra vida en pareja es imposible... ...pero, ¿por qué tenemos que separarnos después de habernos encontrado?»
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A diferencia de las restantes interpretaciones del «pero...», ésta plantea una pregunta que exige una respuesta concreta por parte de la pareja misma que ha acudido a la consulta. ¿Por qué el destino particular de esta pareja concreta tiende a su destrucción? Desde la perspectiva de la nueva teoría sistémica, detrás del supuesto callejón sin salida expuesto, siempre existe un interrogante latente en cuanto a la complejidad del modelo de relación de la pareja. En términos más gráficos, detrás de cada pareja del planeta Alfa se esconde una pareja gemela del planetadeBeta. Pero de la localización del gemelo de Betadequeda difuminada de la localización la pareja Alfa y es preciso estar seguros su existencia paradetrás sacar a la luz sus contornos. Esta disparidad de las representaciones depende una vez más de los mecanismos cognitivos que empleamos para conocer el mundo y a nosotros mismos. Aplicando a la pareja los términos que emplea Judith Schlanger para referirse a la cultura, aquélla sería « la que establece la interdicción, la que la elude mediante dispositivos de obediencia y de ostentación y la que con absoluta ingenuidad no percibe ni la interdicción ni el alarde, sino sólo la absoluta necesidad natural de lo que le resulta comprensible» (Schlanger, 1983). La nueva teoría sistémica se interesará, por tanto, por la pareja «que hay detrás de la pareja», por la pareja «que se ha visto como pareja», por la pareja creadora de un modelo organizativo* de una pareja, a sabiendas de que, si bien puede establecer un diálogo con esa pareja, jamás podrá establecer un plano exacto de la misma, pues se trata de un sujeto complejo, de un sistémica actor cognitivo, y no de un objeto. La nueva teoría no niega el interés de las diferentes interpretaciones del «pero...» antes expuesta. Sin embargo, éstas son más interesantes y más ilustrativas de los problemas cognitivos del terapeuta, que no útiles en términos de la relación con la pareja. Frente a la complejidad de la pareja, resultan caricaturescas, por las selecciones mutiladoras que introducen en la complejidad de los hechos. Ahora bien, aunque pueda resultar interesante e incluso fascinante como obra de arte, la caricatura tiene el inconveniente de dramatizar un rasgo particular del sujeto. Con lo cual inmoviliza el pensamiento y no favorece en absoluto una mejor comprensión de la totalidad. Según la lectura de la nueva teoría sistémica, la pareja se presenta como un objeto averiado, como un recurso para banalizarse, para distanciarse de su absoluto, dolorosa causa de sus problemas. Sin embargo, el absoluto de la pareja deberá ser el objeto esencial de nuestro proceso de análisis. En vez de irritarnos por la supuesta «avería» expuesta, podemos considerarla como una ocasión oportuna para el conocer esa pareja. Basta con saber cambiar de epistemología. Lo mismo ocurrió día en mejor que una eclipse solar, esa señal de mal augurio que exigía rituales especiales para apaciguar a los dioses, se transformó en bienvenida ocasión para avanzar en el conocimiento de los astros. Si el paradigma de la construcción de un modelo de la complejidad es, en palabras de 1. Stengers (1986), «un modelo de confluencia de los conceptos con la posibilidad de experimentación», en la terapia de pareja, a semejanza de lo que hace la astronomía, debemos aprovechar los fallos de funcionamiento como afortunadas posibilidades de experimentación, puesto que no existen otras. La «avería» adquiere entonces un valor heurístico y ya no es necesario eliminarla lo más rápidamente posible como un preámbulo intempestivo. En esta lectura del «pero...» según la nueva teoría sistémica, el terapeuta es un interlocutor y más exactamente un interlocutor esencial para la pareja en el desarrollo de un proceso que conducirá a los cónyuges a explorar su propio modelo. En sus esfuerzos por centrar este
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proceso en el planeta Beta, el terapeuta interviene más sobre el modo de pensamiento que regula los intercambios que sobre la pareja en sí. Defensor vigilante de una epistemología, también deberá actuar en el plano retórico, pues para poder existir, todo saber tiene que convencer, como mínimo. Consideremos ahora qué puede decirse de ese tercero que queremos conocer, el absoluto de la pareja, siempre excluido de la demanda en un primer momento, siempre despojado de la palabra en la epistemología de la «avería». 2. EL ABSOLUTO RELACIONAL DE LA PAREJA, TERCERO EXCLUIDO DEL DIÁLOGO Las consideraciones sobre el absoluto de la pareja que aquí expondremos, sin duda van mucho más allá de la relación de pareja. En efecto, todas las relaciones humanas tienen sus absolutos. Sin embargo, nos centraremos en la relación de pareja en particular, dejando que el lector establezca los paralelismos que considere oportunos entre la pareja y otros sistemas humanos. Robert Neuburger (1988), en su libro Lo irracional en la pareja y en la familia, define la pareja como una institución. Y añade que la pareja debe proteger su identidad institucional, no sólo en los intercambios con miembros de otras instituciones, sino también a través de las diferentes pertenencias familiares y profesionales de las dos personas que la integran. La mayoría de las parejas seguramente temerán que definir su pareja como una institución pueda transmitir una idea de molesta inmovilidad. Sin embargo, la metáfora de la institución útil,y alanuestro entender, pues que permite distinguir claramente la identidad deeslamuy pareja de los dos individuos la crean. Si la pareja es unaentre institución, será preciso diferenciar entre la institución, sus estatutos y su finalidad, por un lado, y los miembros de esa institución por otro, y determinar qué relación existe entre la primera y los segundos. La otra ventaja de la metáfora de la institución reside en que permite hacer patente la importancia decisiva de los primeros momentos de la vida de la pareja. ¿Qué circunstancias convencieron a los interesados, acertada o erróneamente, de que estaba justificada la creación de una nueva institución, de que su encuentro era excepcional hasta ese extremo? Estas circunstancias son lo que Robert Neuburger llama el «mito fundador» de la pareja. Este acto fundacional establece una interesante escisión en el concepto del tiempo. La noción del tiempo tiene un sentido distinto para la institución recién creada y para sus miembros. La institución es, por esencia, indiferente al reloj biológico, existe al margen del tiempo y lo anula. Así lo confirma la liturgia católica del matrimonio la fórmula que la muerte nos separe». Los cónyuges, en cambio, están sometidoscon al tiempo y éste«hasta transforma sus designios, sus ambiciones y su percepción de sí mismos. ¿En qué medida pueden permitirse tomar conciencia de esta escisión? ¿Cómo asumirán la paradoja de verse obligados a evolucionar y transformarse en el seno de una institución basada en una definición inicial que no admite revisión? La metáfora de la institución puede ser útil, por tanto. Pero, ¿existen otras posibilidades de acotar más el absoluto de la relación? El acto fundacional sin duda es importante, ¿pero no debe compararse con la primera función de un espectáculo, más que con la aprobación de unos estatutos? Para que esta primera función de estreno pase a la historia y deje huella es preciso que despierte interés y que continúen las representaciones. Cuando la obra sigue representándose con tanto éxito que ya no se sabe si lo más admirable está en el escenario o en la sala, la fecha de su primer estreno adquiere dimensiones de acontecimiento histórico. 23
Del mismo modo, el absoluto de una relación adquiere consistencia cuando ya no es posible discernir qué es más importante, si la pareja o sus miembros, si el espectáculo representa do o quienes lo contemplan a la vez que lo representan. La metáfora del espectáculo, de la representación, que sugiere la fascinación común por una idea, puede resultar, por tanto, más fructífera que la de la institución. La idea que fascina es la imagen mental de la relación compartida o, dicho en otras palabras, el modelo* que constituye esta relación, su absoluto. Los cónyuges están fascinados porenlatodos parejalosque escenifican y el espectáculo los ideas transforma individualmente, como sucede buenos espectáculos. Desarrollan y comportamientos que sólo con un conocimiento de esta representación interna pueden llegar a ser inteligibles, en cierta medida, para otra persona. Pero aun sin comprenderlos, no puede dejarse de constatar que en la pareja se da un denso compartir de ideas y de comportamientos. Este entendimiento va dando cuerpo a la pareja que se perfila detrás de las dos personas individuales que la componen. Excluye a los demás, marcando una frontera. Es el rastro siempre observable del absoluto de la pareja. También sería legítimo considerar el absoluto de la pareja como producto de un pensamiento que tiende a ordenar el mundo. En este sentido, representa una conquista cognitiva. Donde aún no había nada, dos personas vieron una pareja y, habiendo conseguido verla, procedieron a crearla. ¿Por qué no hablar incluso de creación artística, en sentido amplio? La creación de una pareja representará, en la vida de numerosas personas, su única Las ocasión de crearextremas algo de que forma puramente intuitiva, la única ocasión de valorar sentirsesu artistas. posiciones a menudo adoptan las personas al intentar relación de pareja, en términos de depreciación o de sobrevaloración, probablemente tienen su srcen en este hecho; el absoluto de la pareja es por naturaleza una obra de arte, no un objeto utilitario. Cualquiera que sea la metáfora escogida, institución, espectáculo, obra de arte, una de las ideas transmitidas es que el absoluto de la pareja es algo que se tiene en pie, algo que posee una coherencia interna, un sentido consistente. También se produce un intenso intercambio de significados entre la identidad individual de los integrantes de la pareja y el contenido de su absoluto. Aquéllos le añaden sentido y se lo quitan, confirmando o debilitando simultáneamente tanto al individuo como a la pareja. Si ahora intentamos establecer un modelo del intercambio de significados en el seno de esta entidad compleja formada por el absoluto de la pareja y sus interlocutores-creadores, será natural que expresemos esta circulación incesante del encontramos significado enfuera forma anillos de la cerrados. Estos anillos recursivos simbolizan que nos deldedominio causalidad lineal. Si una idea conlleva una acción, puede decirse asimismo que el hecho de que se produzca esa acción es necesario para el mantenimiento de esa idea. Ya no hay necesidad de saber cuál es la causa y cuál el efecto. El anillo, útil representación de la complejidad, permite no establecer divisiones. Se comprende así por qué en adelante hablaremos mucho de anillos y de recursividades. El propio modelo organizativo mediante el cual representamos el absoluto de la pareja comprende dos niveles de recursividad. A él se suma otro anillo que representa los intercambios entre los componentes de la pareja y el modelo organizativo, así como un cuarto y último anillo recursivo, instaurado por la petición de ayuda, que enlaza a la pareja con el terapeuta. La visualización de estos cuatro planos autónomos de recursividad plasma, a nuestro entender, un modelo que respeta la integridad de la pareja y permite una intervención eficaz (véase la figura de la pág. 51).
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¡El lector no debe dejarse desanimar por la aparente complejidad de esta modelización! Nos hemos habituado, de manera totalmente inconsciente, a descifrar modelos parecidos en la vida cotidiana. A continuación examinaremos los cuatro circuitos por los que se mueve el significado. PRIMERA RECURSIVIDAD EL ABSOLUTO DE LA PAREJA ES«ALGO QUE GRAVITA FUERA DE LA PAREJA» Una pareja nos dice: «No somos como nuestros amigos, pues nosotros somos una pareja curiosa, dinámica,RELACIONAL moderna...». UnDE enunciado que puede parecer trivial, sin misterio. EL ABSOLUTO LA PAREJA Pero si se reflexiona un poco, resulta sumamente curioso y absolutamente indemostrable en términos de la lógica deductiva. ¿Cómo pueden saber estas personas, que parecen sinceramente convencidas de lo que dicen, que forman una pareja y además una pareja que se distingue de ese modo de las demás parejas? Esa pareja manifiesta un saber específico que divide el universo entre su pareja propiamente dicha y cuanto queda excluido de ésta. Sus miembros no nos piden nuestro parecer: se limitan a informarnos de una situación. Se molestarán si se les contradice. Su seguridad de estar en lo cierto, su indiferencia hacia nuestra opinión nos ofrece, paradójicamente, la prueba definitiva de su existencia como pareja. Desde luego, tenemos derecho a poner en duda lo acertado de su descripción, pero ahora estamos convencidos de que forman una pareja. Hay «algo» que gravita fuera de ellos y que pueden tomar comomás punto referencia. Llevando un poco lejosdeesta reflexión, no debería extrañarnos que la presencia de «alguna cosa» fuera de la pareja sea la prueba de su existencia como sistema. Este es el axioma fundamental de la cibernética: el sistema es algo más que la suma de sus partes. Hasta en los sistemas mecánicos hay una emergencia. Cuando se establece un circuito entre un medio ambiente, un termostato y un radiador, emerge una nueva calidad, el mantenimiento de una temperatura estable, que no se encuentra en ninguna de las partes. Metafóricamente, este sistema demuestra serlo a través de la emergencia de esta finalidad. Lo que nos intriga no es ya que ese «algo» gravite fuera de la pareja, sino más bien en qué consiste ese «algo» que gravita fuera de la pareja. Recordemos la frase de la pareja antes citada: «Somos una pareja curiosa, dinámica, moderna...». Lo que gravita fuera de ella no es en absoluto una finalidad abstracta, sino la representación que de sí misma se hace la pareja, una representación con un contenido en el plano de las ideasmoderna). (una pareja curiosa)deducir y también el plano de los comportamientos pareja dinámica, Podemos queen fuera de cada pareja gravita una (una representación de esa pareja que comprende su forma particular de pensar (plano ideológico o místico de la representación) y su forma particular de actuar (plano fenomenológico o ritual). La siguiente afirmación de Francisco Varela, aunque basada en su experiencia de biólogo, parece corroborar esta concepción: «La organización fisiológica y cognitiva de un sistema autoconsciente puede interpretarse como algo que emerge de una red neuronal circular y recursiva, que contiene su propia descripción como fuente de ulteriores descripciones» (Varela, 1975). Sea lo que sea, sólo esto que ahora vemos gravitar fuera de la pareja, inicialmente imaginado de manera fortuita por sus componentes, es lo que le confiere existencia. La madre de la hija casadera que al verla en buena compañía exclama: «Hacéis buena pareja», no crea una pareja por mucho que ése sea su deseo. Más bien corre el riesgo de
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producir el efecto contrario. En cambio la pareja que anuncia, por boca de uno de los cónyuges: «Somos una pareja imposible, nuestras maneras de pensar son incompatibles, somos incapaces de hacer nada juntos», ratifica irrefutablemente la existencia de una relación de pareja. Una última prueba que corrobora esta emergencia cognitiva organizativa es el hecho de que los componentes de una pareja siempre sabrán expresar plásticamente, a través de imágenes, el modelo que en su opinión describe a su pareja, tanto en el plano de las ideas como en el de los comportamientos. en las parejas más divididas y más hostiles existe un importante grado de coincidencia Aún en estas representaciones. Ofreceremos numerosos ejemplos de este hecho en los próximos capítulos. Lo que gravita fuera de la pareja parece estar tan densamente cargado de sentido que las descripciones de sus miembros siempre mantendrán una cierta coherencia. En resumen, la primera recursividad, el primer anillo, se compone de hecho de dos anillos superpuestos, de dos recursividades, descripciones paralelas del tipo de entendimiento que existe entre los componentes de la pareja para verse como tal. Una de las representaciones se sitúa en el plano de las ideas (plano mítico) y la otra en el plano de los comportamientos concretos (plano ritual). SEGUNDA RECURSIVIDAD EL ABSOLUTO DE LA PAREJA ES «ALGO QUE GIRA SOBRE SÍ MISMO» Hemos señalado que toda pareja puede referirse, en todo momento, a algo exterior a los individuos componen la díada, ratificando con que elloambos el fenómeno de ladepareja. Estase prueba nos que parece convincente porque es evidente miembros la pareja refieren a una imagen común de la relación, aunque estén en desacuerdo en numerosos aspectos. Sus valoraciones difieren pero, retomando la metáfora de la representación, hablan del mismo espectáculo. Que los cónyuges puedan seguir coincidiendo en cuanto al contenido de esta representación después de diez o quince años de vida en común, por ejemplo, plantea un problema lógico. El absoluto de la pareja no puede ser únicamente un antiguo relato que existe al margen de la pareja, el retrato enmarcado del «mito funcional» de Robert Neuburger, el texto ori ginal del primer encuentro. Si el absoluto de la pareja fuese sólo este hecho histórico, su recuerdo en la memoria de los cónyuges debería desvanecerse paulatinamente, su contenido se fragmentaría y perdería nitidez. Para que la coherencia de la representación pueda subsistir y seguir teniendo sentido, es preciso reconocer que ese «algo» extraño que es el absoluto de la pareja no sólo «gravita fueradedelaésta», que además «gira sobre sí mismo». En otras palabras, el absoluto parejasino no es una visióntambién pasiva, histórica, petrificada, sino, muy al contrario, una visión activa, móvil, cuyo significado puede evolucionar. Este aspecto vivo del absoluto de la pareja tiene su srcen en el hecho de que, aun siendo estable, los cónyuges han seguido repensándolo. Es un modelo del mundo que les sirve de apoyo. El, ABSOLUTO RELACIONAL DE LA PAREJA SS En consecuencia, los dos planos -mítico y ritual- del absoluto no siguen trayectorias paralelas diferenciadas, ajenas entre sí. Al contrario, ambos se hallan en constante interacción. La articulación lógica que remite del plano mítico al plano ritual y del plano ritual al mítico es la que crea significado. Esta dinámica interna permite que el absoluto de la relación man tenga una coherencia que no depende del número de años transcurridos desde que tuvo 26
lugar el suceso fundacional. Este es el segundo anillo, la segunda recursividad, la rotación creativa del absoluto de la pareja sobre sí mismo. En la cuarta y quinta parte del libro presentaremos varios ejemplos del factor evolutivo contenido en este tipo de recursividad. Pero este plano del absoluto de la relación tiene tanta importancia para el enfoque de la nueva teoría sistémica que creemos obligado dedicarle un poco más de atención. Abriremos, por tanto, un necesario paréntesis para examinar los rasgos generales de los modelos cognitivos de los que dependemos los humanos. La teoría sistémica parte de la constatación de que los sistemas humanos no son complicados, sino complejos. En consecuencia, no es posible comprender las relaciones humanas mediante el instrumento mental del análisis. Estas sólo resultan inteligibles a través de modelos (Le Moigne, 1990). En consecuencia, en numerosos campos, la elaboración de modelos es el único medio al alcance del ser humano para escapar a un angustioso caos cognitivo. Lo que llamamos culturas, religiones, ideologías políticas, de hecho son absolutos, modelos suscritos por un gran número de personas. Toda representación a través de un modelo tiene un doble efecto: interpreta el mundo y crea un universo común para quienes la comparten y que srcinará un sentimiento de comunidad. Consideramos, por ejemplo, el caso del marxismo. Una persona sabe que es marxista porque toma como referencia el modelo marxista. Lo mismo hacen todos cuantos creen ser marxistas. ofrece en un lamedio para descifrar el mundo que comprende plano mítico, queEste aquímodelo resumiremos convicción de la importancia fundamental deun la relación entre el trabajo y la posesión de los medios de producción, y un plano ritual, por ejemplo, la posesión de un carnet del Partido Comunista. Cabría pensar que Carlos Marx creó el modelo marxista, puesto que éste lleva su nombre, pero es probable que esta afirmación no sea correcta en términos semánticos. Si Marx hubiese cambiado de opinión antes de morir, probablemente ello habría tenido escasa repercusión sobre el marxismo como modelo. El modelo marxista no depende de Carlos Marx. La creación del modelo marxista se produce en cuanto, y mientras existe un número determinado de personas que comparten ese instrumento cognitivo para organizar en un sistema el fenómeno de las relaciones sociales. Hay momentos en que el modelo cognitivo funciona «como una seda»: quien cree en la colectivización de los medios de producción (plano mítico), se inscribe en el Partido (plano ritual) y, recíprocamente, quien se ha en eldePartido (plano(plano ritual), obviamente procurará lograr la colectivización de inscrito los medios producción mítico). El modelo es un conjunto autorreferencial cerrado: cada uno de sus planos remite al otro, sin injerencias externas. Sin embargo, no es necesario que el modelo funcione «como una seda» para que pueda subsistir. Basta con que mantenga su carácter autorreferencial. Todos los modelos humanos pasan por momentos de crisis y por esto son evolutivos. Así, por ejemplo, alguien puede tener el carnet del Partido, pero puede albergar sus dudas en cuanto a la eficacia de la colectivización (problemas en el plano mítico). Esto le conduce a mantener enfrentamientos teóricos con los otros miembros del Partido (repercusiones en el plano ritual). O bien, puede ser que alguien crea en la colectivización, pero esté en desacuerdo con la estrategia que sigue la dirección del Partido (problemas en el plano ritual). A resultas de ello devolverá el carnet y se apartará momentáneamente del partido, como una forma de manifestar su desaprobación (repercusiones en el plano mítico).
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En ambos casos no se ha abandonado el modelo, puesto que se siguen utilizando los diferentes planos del mismo como referencia para señalar que algo marcha mal. La crisis hace tambalearse los diferentes planos del modelo, que pueden reacomodarse de manera más satisfactoria para sus mantenedores. En resumen, el modelo existirá mientras siga girando sobre sí mismo, sin problemas o con dificultad, y mientras sus adeptos no lo sustituyan por otro modelo de pensamiento. Hemos citado el marxismo para ilustrar, de forma necesariamente muy esquemática, un gran absoluto. Evidentemente, haber recurrido a cualquier otro la gran modelo a cognitivo que nos sea familiar, podríamos como el catolicismo, la cultura occidental, pertenencia la nación francesa. En todos los casos encontraríamos la misma articulación entre un plano mítico o ideológico y un plano ritual o conductual, que se revalidan perpetuamente entre sí en un equilibrio dinámico creador de significado para los adeptos a ese modelo. En nuestra opinión, no existe ninguna diferencia fundamental entre los diversos modelos de relación de que se sirven los humanos. Esto permite describir, acertadamente, el absoluto de la pareja como una cultura; una micro-cultura, sin duda, puesto que sólo puede dar cabida a dos miembros, pero también una cultura esencial para esas dos personas. Ahora examinaremos la relación que existe entre la cultura y sus miembros, la recursividad entre el absoluto de la pareja y sus integrantes. TERCERA RECURSIVIDAD EL ABSOLUTO DE LA PAREJA ES «ALGO QUE SE MUEVE CON LA PAREJA» Los de la parejaasela ven como de unauna pareja, comomiembros eso. La pertenencia pareja sólopartes representa partepero de suevidentemente identidad. no sólo En esta identidad existen otras facetas a través de las cuales están paralelamente en contacto con otros absolutos, otros modelos cognitivos que les sirven para ordenar la realidad. Se identifican con una familia de srcen, son miembros de una profesión, son padres, pertenecen a un sexo, profesan determinadas creencias. El hecho de formar parte de una pareja se engloba así dentro de la multiplicidad de modelos de cognición de los que depende todo ser humano. A esta necesidad de pensar el mundo se suma, en cada individuo, la sumisión a los avatares de un destino biológico que da lugar a transformaciones corporales, enfermedades, accidentes, la vejez o la muerte. Mediante los modelos, el individuo puede nombrar el mundo y, al mismo tiempo, nombrarse a sí mismo, dotarse de una identidad. El caos se transforma en orden. Sin embargo, cualquier excedente de significado de los modelos cognitivos no es necesariamente útil paradebe el individuo. Para que el significado sea aprovechable, el pensamiento individual poder integrarlo. Lo que el modelo aporta tiene que ser interesante (constituir una novedad), inteligible (guardar alguna relación con lo que ya se sabe) y finalmente también útil (abrir nuevas perspectivas). Si el significado adicional aportado tiene estas cualidades, el individuo a su vez podrá ampliar y enriquecer el modelo cognitivo, gracias al incremento de sus posibilidades de lectura del mundo. En caso contrario, la relación entre el modelo cognitivo que aporta datos no integrables y el individuo se volverá rígida. En los sistemas desventurados, la interacción entre los individuos y el absoluto del sistema adopta la forma de una circularidad rígida, donde las normas y las apuestas parecen haber quedado definitivamente petrificadas. Cada participante acaba creyendo que mejorará su suerte si consigue una ventaja respecto a los demás. Lo cual es un engaño, pues una vez ganada una partida sólo se inicia otra, idéntica a la anterior en todos los aspectos. No hay ninguna aportación de significado o el significado, 28
inaceptable, que brota por todas partes, de nada les sirve a los miembros del sistema (Chase, 1988). En este caso, la coexistencia sólo es posible merced a una sobrevaloración irrazonable del absoluto relacional, en aras del cual se supone que debe sacrificar su identidad el individuo. Esta perturbación de la tercera recursividad conduce, en un plazo bastante corto, a una fosilización, tanto del individuo como del modelo. Vemos, pues, que la relación que mantienen los miembros de un sistema con su absoluto puede Por otro lado, que no todos tienende la la misma para unvariar. individuo. El corro formalos el modelos individuocognitivos con el absoluto parejaimportancia es mucho más íntimo que el que le unirá a su absoluto profesional o político. El absoluto de la pareja se adapta con facilidad a la identidad individual como una segunda piel y la interrupción del corro a menudo se vive como un desgarro de la identidad, como un profundo sufrimiento. ¿Qué ocurre, entonces, cuando el individuo no puede aceptar el significado que le aporta su absoluto de la pareja? Existen dos soluciones posibles. Una es reconocer que el modelo está en crisis e intentar hacer nacer del absoluto existente, otro absoluto capaz de crear un orden útil para los participantes en la relación. La otra es rechazar el absoluto de la relación en su globalidad e intentar abolir la pareja. No todos los absolutos relacionales cuentan con estas dos soluciones. Hay numerosos sistemas que es imposible abolir. No se puede abolir la familia, el sexo, la raza en los que se ha una nacido. Otros sistemasdeson absolutos difíciles de desmantelar. tiene célula comunista poner en crisis el absoluto del Partido,¿Qué o unaposibilidades parroquia de hacer otro tanto con el absoluto de la Iglesia? Si nos referimos explícitamente a la cultura occidental contemporánea, que es la nuestra, justo es reconocer que la pareja puede acceder fácilmente a ambas opciones. Micro-cultura con dos participantes, su absoluto está relativamente expuesto a las crisis, y por eso mismo es maleable. Al mismo tiempo, como sistema basado en la decisión de sus miembros, que sólo se legitima por sí mismo, la pareja también puede abolirse sin dificultad. Cuando se interrumpe, se bloquea el corro que bailan los componentes de la pareja con su absoluto y el individuo muy pronto se encuentra a caballo entre dos salidas posibles: la confrontación o la huida. Cuesta discernir los fundamentos lógicos en que podría basarse una decisión de este tipo. La pareja también se siente indecisa a menudo. Refugiarse en la epistemología de la avería y la reparación del planeta Alfa puede aparecer entoncesde como unaensolución El la absoluto de la pareja se convierte, merced a la demanda ayuda, tercero prudente. excluido de relación y se niega la tercera recursividad. Ya hemos señalado la responsabilidad que en tan arriesgadas implicaciones le corresponde a la persona a quien acude la pareja en demanda de su intervención. Volveremos sobre ello en el próximo capítulo, que trata precisamente de la reintegración del tercero excluido del diálogo. Pero antes nos falta examinar la cuarta recursividad del modelo organizativo: la que se da entre los modelos organizativos de la pareja y del terapeuta. CUARTA RECURSIVIDAD EL ABSOLUTO DE LA PAREJA ES «ALGO QUE SE MUEVE CON EL ABSOLUTO DEL TERAPEUTA» Ante todo, recordemos que el observador de la pareja, para captar toda la complejidad del objeto estudiado, debe utilizar un modelo organizativo cognitivo, el absoluto terapéutico,
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que comparte con una comunidad profesional, visible (equipo terapéutico) o invisible (colegas, profesores, supervisores). Cada terapeuta se moverá también en un corro más o menos fructífero y creador de sentido (tercera recursividad) con un absoluto modelizador que a su vez comprende un plano mítico, una teoría formada por un conjunto coherente de nociones, y un plano ritual, pragmático, que incluye un cierto número de técnicas (primera recursividad). Estas técnicas se desprenden naturalmente de la teoría y tienden a confirmar lo acertado de ésta (segunda recursividad) (Véaseintroduce la figurauna 1 denueva la pág. 51). La teoría sistémica perspectiva en los modelos terapéuticos. El terapeuta sólo podrá ayudar a la pareja negándose a «conocerla» -con lo cual estaría identificándola como un sistema simple analizable, cosa que no es- y esforzarse, por el contrario, por «comprenderla» -definiéndola así como un sistema complejo, accesible solamente a través de un modelo-. Ahora bien, lo modelizable de una pareja es el modelo que ésta se construye, su manera de conocer el mundo y de auto conocerse, su absoluto de pareja. El razonamiento, obviamente, también puede advertirse. Lo único que puede conocer la pareja del terapeuta es el modelo que éste construye y, básicamente su absoluto de terapeuta, puesto que como tal se presenta ante ellos. Reencontramos aquí la metáfora del planeta Beta, con la complicación adicional de una interrogación recíproca. El terapeuta interroga a la pareja y la pareja interroga al terapeuta. Las preguntas unoenhacen referencia del otro. Sólo tienen valor, sólo son pertinentes, ende la cada medida que son capacesaldeabsoluto transformar evolutivamente el absoluto del otro, revelando sus límites. Este proceso, que podríamos describir como de mutua transformación, concluye cuando deja de tener sentido, al haber reencontrado la pareja su propia manera de dialogar con su absoluto. Cuando entonces se produce la separación, el otro ha llegado a ser inteligible, pero sigue siendo inexplicable, no analizable. Entre el modelo aquí expuesto y el de la mayoría de constructivistas existe una importante diferencia. Francisco Varela niega la posibilidad de una «interacción instructiva». Algunos, como Harold Goolishian, por ejemplo, deducen de ello que no es posible transmitir nada al otro (Goolishian y Anderson, 1988). El hecho terapéutico consistiría entonces en mantener un diálogo que descarte la idea misma de la transmisión de cualquier posible saber. El problema se crea en el ámbito del lenguaje y desaparece a través del lenguaje. Fuera del lenguaje no existe nada modelo, si bien no seuna da una transmisión de saber en tangible. forma de En un nuestro aprendizaje de nivel I, lociertamente cual supondría reparación, sin embargo existe una transmisión de saber en forma de aprendizaje de los niveles II y III. Lo que se transmite es el modelo sistémico, a la vez como teoría, como modelo del mundo, y como meta-teoría, como modelo para construir modelos (Bateson, 1977). A nuestro entender, existe una posibilidad de definir un proceso que favorezca estos tipos de aprendizaje, proceso que, para no quedar reducido a una «interacción instructiva», en el sentido de un aprendizaje de nivel I, deberá estar estructurado y desembocar, una vez terminado, en la disolución de la relación terapeuta-pareja. Volveremos sobre ello en la cuarta parte del libro, al describir el protocolo invariable*. El terapeuta que olvida esta cuarta recursividad y acepta una relación con la pareja que no incluya el absoluto de la pareja ni tampoco el suyo propio, se sitúa en el contexto del planeta Alfa. Al simplificar y mutilar, por ese mismo hecho, un sistema complejo, se cierra 30
la posibilidad de hacerlo inteligible (Le Moigne, 1990). Se reduce el espacio intermedio, que simboliza el hecho de que ambos sistemas pueden comprenderse, pero no conocerse. Este modelo relacional insuficiente deja el campo abierto para las repeticiones estériles y las acusaciones mutuas. Por esta vía, numerosas terapias de pareja acaban en medio de la desilusión y los recíprocos reproches entre la pareja y el terapeuta. Cerraremos este capítulo, en el que hemos intentado acotar las aportaciones teóricas de la teoría sistémica a la terapia de la pareja, con dos proposiciones. Es importante unterapéutico. espacio simbólico intermedio quepreguntas marque la separación entre se el sistema pareja que y el exista sistema Sólo pueden hacerse adecuadas cuando sabe con certeza que es imposible prever las respuestas; éstas son las únicas «preguntas legítimas» (Von Foerster, 1984). La distancia es importante para que tanto la pareja como el terapeuta sean conscientes en todo momento de la alteridad del otro y mantengan constantemente viva su curiosidad por el modelo que el otro aplica al mundo. La proposición sistémica es a la vez una teoría y también una meta-teoría o epistemología. Describe la construcción de un modelo y también un modelo de la construcción de un modelo. Volveremos sobre ello en la sexta y última parte del libro. 3. RECHAZO DE LA REPARACIÓN INCORPORACIÓN DE LOS ABSOLUTOS RELACIONALES AL DIÁLOGO La epistemología sistémica nos proporciona un medio para materializar la sensación intuitiva de que la pareja no puede ser un objeto simple, analizable y clasificable de acuerdo con criterios normativos. Sinenembargo, al rechazar el análisis que fragmentaría esta que a substancia viva, nos vemos la necesidad de construir un modelo de la complejidad, su vez exige, según se ha visto, que la pareja y el terapeuta «completos» participen en el diálogo, esto es, que sus absolutos tengan cabida en él en tanto que terceros incluidos. Una forma más visual de expresar lo mismo sería decir que el terapeuta que rechaza la pareja «mecanicista» tampoco debe concebirse a sí mismo de forma «mecanicista», como entidad totalmente racional e intercambiable. Y si considera la srcinalidad de la pareja y la suya propia como factores decisivos para la buena evolución del proceso, deberá localizar inequívocamente los encuentros en el planeta Beta. Lo cual, por cierto, no deja de plantear sus problemas. En efecto, es bien sabida la atracción que ejerce el planeta Alfa, tanto sobre nuestro ambiente cultural como sobre nuestras vivencias cotidianas. Trescientos años de racionalismo impregnan profundamente todas nuestras opiniones. Ante una dificultad, del tipo que sea, automáticamente surge la tentación de situación a través de análisis,undelargo buscar la causa del teórico y problema concomprender que hemos la topado y suprimirla. Sesurequiere entrenamiento, también práctico, para lograr sustraerse a la influencia de este planeta y reconocer de entrada, detrás de las señales engañosas de la demanda, los recursos y la competencia que posee el sistema demandante. A las dificultades personales que pueden planteársele a la persona que realiza la intervención para situar su trabajo en el planeta Beta, se suma el hecho de que no siempre puede escoger literalmente la localización epistemológica de su trabajo. En un medio institucional, la necesidad de presentar su actuación de forma inteligible para sus colegas y de contar con la cooperación de éstos puede obligarle a efectuar numerosas incursiones en el planeta Alfa. Otros contextos, como la obligación de asumir la responsabilidad del proceso, por ejemplo en el caso de una intervención por mandato judicial, también pueden conllevar coacciones en el mismo sentido. En estas circunstancias, a menudo se requerirá una larga fase de negociación previa, que ponga de relieve las ventajas y limitaciones de
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cada enfoque, antes de que el terapeuta pueda situarse de manera estable en su planeta preferido. Esta fase preliminar de negociación es de capital importancia. Enseguida volveremos sobre ello. Pero antes conviene examinar por qué sería nefasto que quien realiza la intervención trabaje en el contexto del planeta Alfa y por qué éste tiene derecho a negarse a verse como un reparador de parejas. RECHAZO DE LA REPARACIÓN Aceptar la reparación significaríaentrabajar excluyendo tercero, esto es, sin aprovechar potenciales creativos contenidos los absolutos de laalpareja y del terapeuta. Cuando selos excluye al tercero, sólo puede verse a la pareja y al terapeuta como ejemplares de la clase general de las parejas o de los terapeutas, identificables únicamente por su clasificación dentro de la escala normativa característica de la clase considerada. Una pareja será entonces más o menos disfuncional. Un terapeuta, más o menos competente. En el contexto de la demanda, la pareja se presenta, por tanto, como un ejemplar deficiente, no funcional, de la estructura humana denominada pareja y espera que el terapeuta, poseedor de los planos generales de esta estructura, sepa distinguir entre lo normal y lo patológico y conseguirá ayudarla a ser funcional. En este enfoque del tercero excluido, en la pareja sólo existen los dos cónyuges: «Uno más uno son dos». El terapeuta del planeta Alfa sin duda puede considerar desmesurada su tarea, pero sólo porque le parece una misión difícil, no imposible. Si reconociera su imposibilidad, se trasladaría a otro planeta. Las razones de que, en efecto, clarasAlfa. si examinamos en qué posición se encuentran la parejaseay imposible el terapeutaquedarán en el planeta Posición de la pareja en el planeta Alfa La pareja sin absoluto se encuentra prisionera de la situación paradójica en que ella misma se ha metido. La demanda de ayuda, que relega a la condición de tercero excluido el modelo organizativo de la relación, elimina la posibilidad de vivir una auténtica crisis de relación. La pareja se presenta como una máquina y las máquinas averiadas no entran en crisis. Pero, en cambio, suscitan el interés de los reparadores, profesionales o aficionados. La vida que anima a la pareja que funciona con exclusión del tercero depende de esta mirada exterior. La pareja vive en una situación de dependencia, al margen de que el lugar de reparador esté ocupado por familiares, amigos o profesionales de la reparación. En el planeta Alfa la pareja es un aparato averiado, una cosa inerte, desprovista de toda iniciativa propia. Sólo adquiere vida bajo el contacto de las manos del reparador, ya sea para adaptar se durante tiempo al cambio de forma que aquél le prescribe, ya sea para resistirse a este cambio yalgún rechazar la forma que aquél le propone. Todo se desarrolla como en un juego, un juego importante para la pareja, pero cerrado, no evolutivo, redundante. El final de una partida da paso a otra nueva partida, idéntica a la anterior. Los profesionales invitados a participar en este juego pueden cansarse, pero este incidente se resuelve reclutando a nuevos dinamizadores. El juego mismo no se modifica en modo alguno. La mirada interesada que proyectan sobre la pareja los reparadores potenciales se convierte en símbolo de un cambio, siempre deseado pero, paradójicamente, inalcanzable en razón del contenido mismo de la demanda. Posición del terapeuta en el planeta Alfa Como profesional de las relaciones humanas, el terapeuta no debería estar allí. Subvalora a la pareja al no tener en cuenta su complejidad y sus recursos, y él mismo se subvalora al ignorar su propia complejidad y sus propios recursos. 32
Como fruto de esta doble subvaloración, el planeta Alfa se convierte en un universo kafkiano para el terapeuta. Sobre él recae la responsabilidad del futuro de una pareja que, al operar con exclusión del tercero, sólo puede plantear problemas impersonales y aceptar respuestas también impersonales. Tanto los interrogantes como las respuestas son impersonales porque deben ser pertinentes según criterios aplicables a todas las parejas. En consecuencia, el terapeuta no puede llegar a establecer nunca un verdadero contacto con la pareja que debe encargarse de pilotar. Pese a todos sus esfuerzos, ésta seguirá siendo ininteligible inaccesible él en su sin especificidad. El terapeuta, eque se siente para responsable poder saber de qué, se verá obligado, por el papel que él mismo se atribuye, a ofrecer continuamente nuevas respuestas. En el planeta Alfa, donde la única identidad que poseen los seres humanos viene determinada por su forma de funcionar, el anonimato forzoso impide un diálogo evolutivo. Las respuestas ofrecidas no impiden que sigan repitiéndose los mismos interrogantes. El diálogo discurre por trayectos aleatorios donde la emergencia de un significado sólo puede ser fruto del azar. Terapias interminables y terapias «sin terminar» El resultado son una serie de juegos cerrados, competitivos y redundantes. Unos y otro, la pareja y el terapeuta, saben que están haciendo trampa al excluir a su tercero, subterfugio que no pueden revelar al otro. La comodidad buscada al situar la relación de pareja en el universo mecanicista del planeta Alfa tiene un efecto de boomerang que no deja salida posible. Así se explica que numerosas terapias deque parejas parezcan no poderunconcluir vaivén de las vicisitudes de una relación ha llegado a adquirir mayor onunca. menorAlgrado de fusión, el terapeuta, que ahora forma parte de la vida de la pareja, alterna entre la buena voluntad de la asistenta doméstica que acude a poner orden cuando la pareja parece un poco desorientada y la severidad del juez que castiga y corrige a los dos culpables. La pareja, dependiente de la mirada exterior, a menudo acoge con agrado estos cambios, que vienen a romper un poco la monotonía de la vida cotidiana. El terapeuta suministrador de normas llena mejor o peor el vacío que ha dejado la exclusión del absoluto de la pareja. La relación terapéutica puede prolongarse interminablemente. En otros casos, el desenlace es distinto. La pareja utiliza la terapia como pretexto para decidir disolverse. Al constatar que el terapeuta, pese a sus esfuerzos, no logra ningún efecto reparador, los integrantes de la pareja consideran que han recibido carta blanca para proceder a la separación o al divorcio. «Ya han hecho cuanto podían hacer». Si en ejemploaanterior la terapia se hacía interminable, en este queda sin terminar. No haelayudado los cónyuges a comprender mejor el modelo de caso su relación, ni tampoco los problemas asociados a ese modelo, ni sus dificultades para resolver esos problemas. Como tampoco podrá ayudarles a negociar las relaciones que tal vez se vean obligados a mantener el futuro, ni a iniciar con más buen pie la relación de pareja q puedan llegar a establecer más adelante con otras personas INCORPORACIÓN DEL ABSOLUTO DE LA PAREJA AL DIÁLOGO La negociación cognitiva preliminar De lo expuesto hasta aquí se desprende claramente que la fase inicial de cualquier terapia de pareja debe empezar por una negociación. La pareja deseará localizar las sesiones en el planeta Alfa. El terapeuta, por su parte, querrá que todos los contactos se desarrollen en el planeta Beta. Será preciso resolver esta discrepancia. Sin embargo, el desacuerdo es más de orden práctico que de principios. La pareja ha adquirido culturalmente el hábito de pensar a la manera del planeta Alfa. El pensamiento
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sistémico es un concepto si no desconocido, al menos muy confuso para ella. A su vez, el terapeuta nada ganaría convirtiéndose en propagandista de la teoría sistémica. Ello equivaldría a adoptar una actitud educativa, a caer en una epistemología normativa que le trasladaría inexorablemente al planeta donde no quiere situarse. En consecuencia, será preciso partir de la constatación de que la pareja y el terapeuta perciben una misma situación de dos maneras distintas y puede serles útil comparar pragmáticamente las ventajas e inconvenientes de cada visión. De las consideraciones antes expuestas que, la mayoría de los casos, debería posibleBeta, llegar a un acuerdoparece sobre desprenderse la conveniencia deen hacer una incursión en común en elserplaneta visto que el planeta Alfa ya se ha explorado ampliamente, sin éxito a todas luces. Esta fase preliminar de negociación es sumamente importante. Puede ser corta o puede ser larga. En cualquier caso, nunca debe intentarse abreviarla. • Es inútil y arriesgado trasladar por la fuerza al planeta a Sexi lo, iniciando el protocolo invariable que ense _Por ejemplo pondremos- a una pareja decidida a no moverse de mida exá más útil recomendar a la pareja reticente que prosiga p›. Ser Beta tentativas de reparación normativa y no vuelva a pensar en sus tentativas a menos que los cónyuges, circunstancia improbable el otro consideren que sus problemas ya no pueden resolverse en el planeta Alfa. El número de sesiones necesarias para llegar a decidir la sin duda, probabilidad de hacer una incursión en el planeta Beta varía unas parejas son conscientes de entrada considerablemente. Algunas de las insuficiencias del contexto de Alfa y, de hecho, están sacando tientaso otra dimensión. tal caso,para se decidirán bu dos sesiones. Otrasyanecesitarán seisameses un año de una oEn reflexión decidirse en a dar el salto de un planeta a otro. El contrato Una vez llegados a un acuerdo sobre el planeta en que nos paremos, falta acordar también el recorrido a realizar, el situaremos, objetivo que se pretende alcanzar y el tiempo necesario para llegar a él. El objetivo del trayecto es revelar a la pareja su propio modeJanizativo, incorporando para ello el tercero excluido al lo org diálogo, y enfrentar a la pareja con sus propios límites. Aunque hablemos de terapia, salta a la vista que no se trata de un proceso médico tradicional, donde el paciente debe ser «paciente», esto es, pasivo. Al contrario, más bien se trata de un proceso iniciático que puede aportar buenas y malas sorpresas y que confronta a la pareja con sus responsabilidades. A una pareja queloacaba en el nuevo planeta puede resultarle difícil captar la diferencia entre que sedeleaterrizar P y la terapia tal como se entiende en el planeta Alfa. Sin propone embargo, se trata de una diferencia esencial. Es preciso evitar meque el proceso pueda concebirse como una reparación. A meq nudo puede ser útil recurrir a una metáfora para aclarar la nudo puede distinción. A continuación se expone la de la casa, que quizá también facilite la comprensión por parte del lector. Si nos preocupan los crujidos que se escuchan en las paredes de la casa que habitamos, una solución posible es hacer sonar constantemente una música de fondo que nos ayude a olvidar esos ruidos y procurar no comprar muebles pesados. Es una actitud perfectamente legítima que puede resultar eficaz y suficiente. Otra solución más arriesgada es retirar el revestimiento de los techos de la casa y comprobar el estado de las vigas. 34
Esta operación no deja de entrañar sus riesgos. Es posible que permita constatar que las vigas están en perfecto estado, en cuyo caso podrán comprar el piano de cola de sus sueños y dormir tranquilos. Pero también puede suceder que las vigas estén completamente devoradas por las termitas y sólo se sostengan de milagro, ante lo cual el mal menor será derribar la casa. ¿Creen que las grietas que existen en su pareja merecen correr el riesgo de averiguar el estado de las vigas? ¿Están dispuestos a arriesgarse a posibles sorpresas, agradables o desagradables? Una explicación metafórica de este tipo muchas veces ayuda a los miembros de la pareja a confirmar que han entendido el enfoque y la finalidad del trabajo a realizar. Este objetivo implica que ambos deberán trabajar bastante en la exploración y el estudio de sí mismos y de su relación, en tanto que las intervenciones del terapeuta serán más puntuales y estarán destinadas a ayudarles a ensamblar los elementos que le aporten. Su responsabilidad se limitará a revelar el modelo organizativo de la pareja, pues sólo los cónyuges están en condiciones de poder valorar y, llegado el caso, transformar el absoluto que estructura su relación. El trabajo que deberá realizar la pareja durará unos seis meses, con una sesión cada tres semanas. Volveremos sobre ello en otro apartado y en la cuarta parte del libro, al tratar del protocolo invariable. Una vez establecido un contrato en cuanto al lugar y las características del trayecto a recorrer, es importante queson el propio terapeuta no ponga peligro la tarea, cosa que puede ocurrir. Los virus de Alfa poderosos y es fácil volveren a caer en una epistemología reparadora, si el terapeuta no adopta como consigna el propósito de mantener en todo momento firmemente los pies en el planeta Beta. MANTENER LOS PIES EN EL PLANETA BETA Para lograrlo, deben cumplirse en todas las sesiones las tres condiciones siguientes: 1. Presencia activa del absoluto de la pareja (modelo organizativo con una función primordialmente reflexiva, a saber, preservar la conciencia que de sí misma tiene la pareja); 2. Presencia activa del absoluto del terapeuta (modelo organizativo con una función primordialmente transitiva, a saber, hacer adquirir conciencia de sí misma a la pareja); 3. Mantenimiento durante las sesiones del espacio intermedio, que individualiza sin posibles dudas a la pareja y al terapeuta como dos sistemas con características distintas. Presencia activa del absoluto de la pareja El terapeuta tiene que estar constantemente a preservar la inclusión del tercero antes excluido de la relación. Naturalmente, cabe atento la posibilidad de llegar a un acuerdo básico con la pareja en el sentido de que los cónyuges no podrían existir como sistema autónomo si no contasen con un guion propio, con un modelo diferenciado. Invitarles a identificarse con los personajes de Pirandello cuando declaran ante el director: «El [guion] está en nosotros. El drama está en nosotros, somos nosotros, y estamos impacientes por representarlo tal como por dentro nos urge la pasión». (Luigi Pirandello, 192 1). Esta comprensión intelectual puede modificar el contexto cognitivo en el que opera la pareja. Sin embargo, existe el riesgo de que no pase de ser un concepto abstracto, con escasa influencia sobre las vivencias reales de la pareja. Cualquier contribución de la pareja a una representación simbólica del absoluto de la pareja durante las sesiones constituye un indicio mucho más claro de que se están situando en el planeta Beta. Debe comunicarse bastante pronto a los cónyuges que identificamos la presencia a su lado de una tercera persona, que es «su relación». Emplear en ese estadio el 35
término «relación» para identificar al tercero excluido por la pareja es un recurso cómodo, pese a su relativa imprecisión semántica, al ser más accesible y menos esotérico que términos como absoluto de la pareja o modelo organizativo. Los cónyuges conocen mejor que nadie esa relación, que sin embargo es algo distinto de ellos. Ellos la han creado y ésta, a su vez, les está creando continuamente. Si a la pareja le cuesta asimilar el concepto, puede utilizarse una silla vacía, como ya se ha señalado, para subrayar que el absoluto de la pareja ocupa un lugar aparte. En otras circunstancias, algún objeto -una símbolo mesa, undestaca jarrón, launestabilidad cuadro- puede simbolizar a ese tercero. La constancia del objeto de esa nueva dimensión. A partir de ese momento, pueden utilizarse múltiples perífrasis («la especificidad de la pareja», «las particularidades de su relación», «el carácter único de la relación que existe entre ambos») que evitan la rigidez del discurso y fomentan las aportaciones espontáneas de los cónyuges al diálogo. A medida que avance el diálogo, el absoluto de la pareja irá adquiriendo consistencia a través de estas aportaciones. La función protagonista ya identificada del «Uno más uno son tres» se enriquece con la descripción de los rasgos particulares de ese absoluto, tal como los perciben los componentes de la pareja. No deberán describirlos por la vía indirecta de las palabras, sino de modo analógico. Cada miembro de la pareja aportará imágenes que ilustren el plano ritual y el plano mítico del modelo organizativo, esto es, imágenes que expresen cómo les induce éste a actuar y a pensar como pareja. Las imágenes de los cónyuges serán por fuerza más odel menos divergentes, pero no estehace hecho sólo contribuye a poner de manifiesto los matices absoluto de la pareja; improbable su existencia, sino que revela su complejidad. Más adelante, la inclusión del tercero de la pareja se garantizará utilizando en la interacción imágenes aportadas por los componentes de la pareja. El terapeuta podrá confirmar la coherencia del modelo recomendando cambios de comportamiento que contradigan los rituales evocados por los cónyuges. También podrá utilizar las figuras empleadas para describir el plano mítico del modelo de la pareja como un medio para ilustrar la influencia del absoluto de la pareja sobre el destino individual de cada uno de los cónyuges. Volveremos a examinar ampliamente estas intervenciones al tratar del protocolo invariable. De momento, bastará insistir en las múltiples posibilidades de garantizar la presencia activa del absoluto de la pareja en todas las sesiones. Presencia activa del absoluto del terapeuta El absoluto del terapeuta un absoluto constructor de modelos, que semítico inscribe epistemológicamente en elesenfoque de ladenueva teoría sistémica. El plano de este absoluto es, por tanto, la proposición según la cual, al construir un modelo de la complejidad de toda nueva pareja, el terapeuta evoluciona continuamente como tal a través de la auto transformación de su propio modelo. En este modelo, el modelizador se concibe como un factor móvil, pues sólo una interacción dinámica y cambiante con el objeto complejo podrá hacer emerger nuevas propiedades de ese objeto. Concibe su intervención como una interferencia, pues sólo a través de perturbaciones que pongan en entredicho el orden normativo del planeta Alfa podrá revelarse la especificidad de la organización de la pareja. También se concibe en continuo cambio, pues la elaboración de un modelo es un proceso en constante evolución. Finalmente concibe que concluirá su tarea, pues toda modelización tiene un límite, no es un fin en sí mismo y no debe proseguirse una vez alcanzado el objetivo para el que se ha 36
construido el modelo, en este caso particular, que la pareja adquiera capacidad de autogestión como sistema autónomo. Por su naturaleza, este absoluto del terapeuta no admite verbalización. Nunca se explicitará verbalmente, pero en todo momento deberá manifestarse de forma concreta. El terapeuta no se limitará a registrar las respuestas de los cónyuges, sino que también las «problematizará» e intentará darles nuevo sentido incorporándolas a la totalidad de la información disponible. Se entrevistará algunas veces con los dos cónyuges juntos y otras con uno por separado, en todos losprincipal. casos centrando en el tercero incluido, en elcada absoluto de la pareja, como tema Animaráeladiálogo los cónyuges a explorar su propia cultura. Les comunicará sus hipótesis sobre las estructuras que podrían darse en la relación y les pedirá que confirmen en términos concretos su veracidad. Les pedirá que valoren la importancia relativa que atribuyen a la continuación de la relación de pareja, frente a los inconvenientes de una disolución. Los niveles de intervención, por tanto, son múltiples y el «baile» del terapeuta con la pareja, variado, tal como lo exige el absoluto del terapeuta. Sin embargo existe un riesgo, a saber, que el terapeuta que «baila» con la pareja se vea inducido por este baile a entrar en un nuevo tipo de fusión con aquélla, no una fusión rígida como la que se da en el planeta Alfa, sino un estado de fusión móvil y lúdico en este caso. El aspecto gratificarte del medio puede hacer perder de vista el objetivo a alcanzar. Por esto consideramos útil para el terapeuta una sistematización de los diferentes «pasos» que deberáNuestra ejecutar con la pareja un protocolo que confiera una cierta pro ceso. experiencia nosenindica que este fijo, elemento de estabilidad tieneconstancia el efecto al paradójico de dar mayor relieve a las aportaciones srcinales de la pareja y al comportamiento particular del terapeuta en el curso de la terapia, en contraste con lo que ocurriría en caso de trabajar sin ningún tipo de restricciones. Enseguida trataremos más ampliamente de este protocolo que hemos denominado «invariable». El espacio intermedio El espacio intermedio es el espacio simbólico que separa a la pareja del terapeuta. La separación ratifica la autonomía de los sistemas. El terapeuta no puede conocer a la pareja por el procedimiento de fragmentarla a través del análisis, pero la pareja y el terapeuta llegan a ser mutuamente inteligibles gracias a un proceso de modelización recíproca. El espacio intermedio también es el espacio que reúne temporalmente a la pareja y al terapeuta en un «meta sistema»* transitorio, crisol de una modelización cruzada. En esteyespacio intermedio aparecerán los contenidos mentales aque se intercambian entre la pareja el terapeuta en vistas a este proceso de representación través de modelos. Unos contenidos que no existían antes de iniciarse la terapia y que son los rastros del proceso que se está desarrollando. Los denominados «objetos flotantes El «objeto flotante» es un producto del encuentro. No pertenece propiamente ni al terapeuta ni a la pareja, pero uno y otra lo aceptan como significante. El objeto flotante aparece cuando hay inteligibilidad, simbolización compartida, interferencia. La silla vacía, el lugar del absoluto de la pareja, siempre que la pareja y el terapeuta vean en ella a ese absoluto, es uno de los «postes indicadores» del espacio intermedio. Lo mismo sucede con las representaciones plásticas de los planos ritual y mítico del absoluto de la pareja, de las que volveremos a hablar más adelante. Pero, además de determinados elementos relativamente constantes en virtud de su conexión con el protocolo invariable, entre los «objetos flotantes» podrán figurar también multitud de detalles, anécdotas, apodos, imágenes (la metáfora de la casa, por ejemplo), que la pareja y el terapeuta utilizan 37
como un código útil para el desarrollo del proceso de exploración que han decidido emprender en común. El espacio intermedio puede concebirse también como una pantalla de cine, inicialmente en blanco, sobre la cual van apareciendo progresivamente diversos «objetos flotantes» inesperados. Es una historia que se va creando sobre la marcha y será un lugar que resultará interesante volver a visitar una vez concluida una terapia, a fin de redescubrir su especificidad. EL PROTOCOLO INVARIABLE En el siguiente capítulo examinaremos en detalle el protocolo invariable a través de la descripción de una terapia. De momento, nos limitaremos a exponer sus líneas maestras para subrayar su finalidad, que es formalizar el proceso dinámico que acabamos de describir. Una formalización de este tipo ofrece la doble ventaja de garantizar el desarrollo del proceso, evitando la evolución hacia una «danza fusional», al mismo tiempo que permite comparar mejor, y por tanto evaluar lógicamente, los efectos conseguidos mediante la intervención sistémica. Trataremos de este tema en otra obra. El protocolo invariable propiamente dicho consiste en diez sesiones, separadas por un intervalo de dos a cuatro semanas, más una sesión adicional de control, entre diez y catorce meses más tarde. Cuatro de las diez sesiones son comunes y las otras seis, individuales (Véase la tabla de la pág. 79). El protocolo invariable puede describirse como un proceso que introduce a la pareja en el uso de un nuevo modelo cognitivo. Ahora bien,delnoabsoluto hay iniciación posible curiosidad. El protocolo invariable, proyecto de exploración de la pareja, nosin puede ofrecerse como una posibilidad si la pareja no ha llegado a ser previamente consciente de que había excluido su modelo organizativo del contenido de la demanda. Ya hemos visto la importancia de la fase preliminar de negociación. En el caso de algunas parejas, dicho sea de paso, no será necesario seguir más adelante. Todo parece resolverse cuando abandonan la óptica del planeta Alfa. Una vez re incluido un absoluto en su relación, comienzan a evolucionar sin mayor necesidad de ayuda. Para la mayoría, es útil completar el protocolo invariable. Hemos comparado este protocolo invariable con una iniciación en el campo de la cognición, pues es una metáfora que permite poner de relieve que, si bien el ritual es constante, la experiencia por éste inducida no lo es en absoluto. Los datos que surgen en el curso de estas terapias son totalmente imprevisibles. Incluso sería ilusorio anticipar una progresióninesperados en la toma yderetrocesos, concienciaasí encomo relación al absoluto de la pareja. Pueden producirse bloqueos también inexplicables aceleraciones. Nos parece importante insistir tanto en la total imprevisibilidad de la experiencia inducida al seguir el protocolo invariable a fin de que cuando expongamos al lector su aspecto formal algo árido, no pueda llevarse la impresión de que se trata de una propuesta de condicionamiento de la pareja, impresión totalmente contraria a la realidad de los hechos. Confiamos en que los ejemplos que se presentarán más adelante serán prueba suficiente de la extrema diversidad de las experiencias. Un breve repaso a la tabla que se presenta en la página 79 nos ayudará a identificar los aspectos esenciales del protocolo invariable. Como puede verse, las dos primeras sesiones son comunes y se dedican básicamente a una primera exploración del absoluto de la pareja a través del trabajo con representaciones plásticas. Las «esculturas vivientes» de la primera sesión remiten a la percepción que tiene 38
cada cónyuge del plano ritualizado del modelo que organiza la relación; los «cuadros de ensueño» remiten a su percepción del plano mítico. En las tres sesiones individuales siguientes, el terapeuta, basándose únicamente en el contenido de la «escultura viviente» de cada uno de los cónyuges, le indicará un cambio que deberá introducir en su comportamiento, destinado a perturbar el contenido ritualizado de la interacción. Los cambios prescritos tienen por objeto desequilibrar simbólicamente el modelo organizativo de la relación. Se las habrá privado cuidadosamente de todo contenido normativo, que no puedansu serrechazo. interpretadas como unaresistencia reparación. El absoluto adefinlade pareja impondrá La inesperada de los cónyuges al cambio propuesto será, así, el primer rastro de la existencia de un absoluto diádico que también interviene en la interacción. Al mismo tiempo se profundizará en los antecedentes de ambos cónyuges en vistas a contextualizar la emergencia del absoluto de la pareja y su influencia sobre el sentimiento de identidad individual. En la sexta sesión común, la pareja y el terapeuta vuelven a concentrarse en la presencia y la identidad del tercero incluido. La sesión acaba con una interrogación sobre la complejidad del absoluto de la pareja y su influencia en la relación. La séptima, octava y novena sesiones vuelven a ser individuales. En ellas se reconoce a cada cónyuge, tomando como referencia el contenido de los «cuadros de ensueño», el mérito de haber intuido acertadamente la fuerza del absoluto de la pareja y el despotismo que ejerce sobre la relación. Es decir que en cierto modo ha habido un acuerdo tácito entre los cónyuges cuanto al predominio de su absoluto, que les ha inducido a intentar excluirlo de laenterapia. Pero ahora está presente como tercero incluido. Se contrastarán con cada cónyuge los aspectos negativos y positivos del absoluto de su pareja. En un platillo de la balanza se pondrá su escasa maleabilidad y su interferencia con las necesidades individuales de los cónyuges; en el otro, la seguridad de ser una pareja y la confirmación individual que de ello se deriva. La insistencia paradójica del terapeuta en la inmutabilidad del absoluto de la pareja suscita progresivamente en los cónyuges una reflexión sobre las posibilidades de transformación del tercero ahora incluido. La décima y última sesión dramatiza este último punto. A la vez que legitima las necesidades de cambio de los cónyuges, el terapeuta insiste en el hecho de que su demanda inicial, que excluía al tercero, indica que están poco dispuestos a desmantelar su absoluto. Poner en entredicho podría desencadenar una crisis fatal en la pareja. El terapeuta no anticipaeldeabsoluto qué forma pueden resolver los cónyuges su dilema. La solución, cualquiera que sea, se verá en la sesión de control, que se presenta simplemente como una muestra del interés del terapeuta por la futura evolución de esa pareja concreta. Como puede verse, el protocolo invariable incluye, bajo formas flexibles, una exploración de todos los planos de recursividad del modelo organizativo. También concluye con una interrupción lógica de la relación terapéutica. En nuestra opinión, el protocolo invariable ofrece un marco que permite una eficaz interacción entre las singularidades de los dos sistemas presentes. Cada sistema estimula las posibilidades del otro y transforma su modelo cognitivo, abriéndole con ello nuevas posibilidades de actuación. EL PROTOCOLO INVARIABLE DESARROLLO TEMAS TRATADOS 1. a sesión común
Plano ritual del modelo de la relación: esculturas vivientes.
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2. a sesión común Plano mítico del modelo de la relación: cuadros de ensueño. 2.1 tarea individual Antecedentes del otro cónyuge. 3. a sesión Transgresión del ritual: La tarea individual Antecedentes del otro cónyuge. 3. a tarea individual Antecedentes propios. 4.1 sesión 4.a sesión Transgresión del ritual: 5. a sesión 5.a sesión Transgresión del ritual: 6. ° sesión común Estabilidad «inesperada» del ritual: descubrimiento de la complejidad del modelo. 7. a sesión 7.a sesión Interdependencia de lo mítico y lo individual Individual ritual: abandonar uno de los planos = perder el modelo. 8. a sesión individual 8.a sesión individual Dependencia del modelo: dependencia del otro cónyuge. 9. a sesión individual 9.a sesión individual. Dependencia del modelo: dependencia propia 10. a sesión común Los pros y los contras del modelo de la relación: abogar en favor del statu quo - riesgos de la crisis. Sesión control común Modelo actual de la pareja: nuevas estatuas vivientes, nuevos cuadros de ensueño. 4. APLICACIÓN DEL PROTOCOLO INVARIABLE CONSIDERACIONES GENERALES En aras de las convenciones, hemos descrito anteslas de presentar el instrumento que la ha hecho posible. Algo elasíobjeto comode si la uninvestigación pintor describiese sensaciones que se propone expresar a través de su pintura antes de ocuparse de las técnicas que han posibilitado esa expresión. Los pintores en general suelen ser más avisados. Saben que si no pueden encontrar nuevas «maneras de hacer», fruto del azar en apariencia, no podrán acceder a ningún nuevo ámbito expresivo. Cualquier ampliación de los conocimientos tiene su srcen en la introducción de nuevos rituales. Estos rituales, que también podemos denominar métodos, condicionan lo que llegaremos a conocer. En una investigación de verificación, el objetivo es anterior al método. Si la investigación se plantea como descubrimiento, objetivo y método son simultáneos e indisociables. Reivindicamos esta recursividad pues nos parece indispensable para el avance del saber en este ámbito. Gregory Bateson lo representó gráficamente al señalar que la relación entre el leñador, el hacha y utiliza el árbolelno puede simbolizarse a través una línea recta queelindique que el Una hombre instrumento para conseguir su de objetivo de derribar objeto deseado. representación adecuada de lo que en realidad ocurre debería simbolizarse mediante un círculo. En efecto, con cada impacto entre el instrumento y el objeto se forma en la mente del leñador un nuevo objetivo. Se modifica el modelo preexistente y surgen nuevas posibilidades (Bateson, 1977). De igual modo, el protocolo invariable no debe considerarse como un instrumento inerte, un abrelatas de la relación de pareja. No puede disociarse de la capacidad creativa espontánea de la díada, de su capacidad de autogeneración y de auto transformación. Su papel fundamental, en la historia de nuestra investigación, ha consistido en hacer patentes las propiedades evolutivas que, a semejanza de cualquier otro sistema humano, posee la pareja. Está en general se presenta bloqueada, inhibida, pasiva, falta de imaginación. Se agradece, por tanto, un instrumento capaz de quitarle, sin violencia, esta máscara y 40
devolverle una apariencia viva. Esa ha sido la pasarela que nos ha permitido acceder a varias de las proposiciones teóricas que ofrecemos al lector. Aun en caso de no aplicar el protocolo invariable, éste sigue siendo indisociable de nuestro modelo consistido. El leñador no utiliza la sierra porque se haya olvidado de que existe el hacha, sino al contrario, porque sabe muy bien cuál es el ámbito concreto de utilización de esta última herramienta. Lo mismo sucede con el protocolo invariable. Cuando no lo utilizamos, tenemos motivos para no hacerlo. Y aún entonces interviene como elemento preciso de referencia. Siempre tendremos cuenta los efectos que supuestamente podría haber tenido la aplicación de ese protocoloenpara la pareja. Visto el interés que para nosotros tiene este instrumento, convendrá examinarlo en detalle. EXPLORACIÓN ANALÓGICA DE LA RELACIÓN DE PAREJA La pareja ha reconocido intelectualmente la insuficiencia de sus propias explicaciones. Acepta, a regañadientes pero también con cierta curiosidad, la proposición del terapeuta sobre la existencia de un modelo excluido: el del absoluto de la pareja. Este modelo, tercero que el terapeuta desea incorporar al diálogo terapéutico, debe recibir rápidamente una expresión concreta, ratificada por la propia pareja. De lo contrario, el modelo no pasará de ser una abstracción que sólo puede ser útil para el terapeuta. El absoluto de la pareja corre el riesgo de quedar doblemente excluido. Eliminado ya como inexistente cuando la pareja formula su demanda, volverá a serle arrebatado si sólo está presente como construcción mental de quien efectúa la intervención. La comunicación analógica un instrumento que aladescubrir manipulación de los múltiples significados de lasserá palabras para ayudarmás a laútil pareja los primeros rastros de su absoluto. Privilegiaremos, por tanto, la actitud corporal, la ocupación del espacio y la metáfora como portadoras de significado. Todo cuanto se diga sólo tendrá el valor de un comentario con respecto a este núcleo de comunicación. Para que una reformulación tan profunda de las normas de la comunicación sea posible, el terapeuta deberá marcar el tono de manera muy activa y explícita desde las primeras entrevistas. Una relación de tipo sub hipnótico puede favorecer la aceptación por parte de la pareja de modos de expresión con los que suele estar poco familiarizada. El objetivo es que, a partir de las dos primeras sesiones, los cónyuges comiencen a elaborar un material srcinal, primer entramado del espacio intermedio. Este material, como veremos, es el contenido simbólico específico en torno al cual se articulará el desarrollo lógico del protocolo invariable. En otras palabras, terapeuta contexto de la momento relación, pero la creación competencia de la el pareja. Ello gestiona equilibraeldesde el primer el diálogo. Si lo es que la pareja sabe sobre sí misma puede expresarse en una creación srcinal y única, los cónyuges no podrán recorrer el proceso terapéutico como meros pasajeros. Al contrario, tendrán que compartir con el terapeuta la responsabilidad de transformar su relación de pareja. Es importante prestar especial atención a las primeras sesiones, donde se redistribuyen los roles según una óptica de interacción recursiva y se hacen emerger los rastros del absoluto de la pareja en los planos ritual y mítico. Cualquier fallo en su ejecución pone en peligro el resto del proceso, que corre el riesgo de apoyarse sobre proezas retóricas dudosas. Podríamos comparar la aportación de estas sesiones con los clavos que fija el alpinista en una pared de roca resbaladiza. Si los clavos están bien fijados, podrá iniciarse sin peligro la exploración en profundidad del absoluto de la pareja. Si su anclaje es dudoso, los descensos en cordada se realizarán con temor y se tenderá a buscar apoyos suplementarios. Se 41
buscará, entonces, un apoyo, una connivencia de la pareja que perturbará el proceso de exploración. Empezaremos por intentar dar una imagen lo más exacta posible de lo que sucede en las dos primeras sesiones a través del ejemplo de una pareja: Antoine y Cécile. PRIMERA SESIÓN LAS ESTATUAS VIVIENTES «Antoine está enamorado de otra mujer y esto ha sumido a Cécile en una profunda depresión». Antoine, años, y Cécile, 35futuro. años, elSin motivo de laquerría consulta. Antoine creeAsí queexplican la aventura con la38otra mujer no tiene embargo, alejarse durante una temporada de Cécile para reconsiderar su relación. Cécile se deprime, no se siente capaz de soportar una espera cuyo significado se le escapa. La depresión de Cécile hace sentirse culpable a Antoine. Como él es el responsable del estado de Cécile, tiene que ayudarla y no puede dejar su domicilio. En el plano verbal, la explicación es recursiva y desemboca en un punto muerto. La situación parece de inextricable bloqueo. Antoine y Cécile llevan trece años casados y tienen tres hijos. En las dos primeras entrevistas queda patente que ambos sufren intensamente. Están dispuestos a dedicar tiempo y atención para explorar su situación. Desean desesperadamente encontrar una solución. Antoine y Cécile parecen curiosamente dependientes el uno del otro, como dos niños en medio de una tormenta, a pesar de que uno de losCécile, motivos de la consulta sonde lasestablecer premisas de separación. Para el deseo de Antoine unauna cierta distancia sólo puede significar que nunca creyó de verdad en su relación. Sólo fingía creer en ella, la ha engañado y se ha engañado a sí mismo. Si ahora ha descubierto que su relación sólo ha sido una añagaza desde el principio, ¿con qué lógica puede pensar que lo que era ilusión se convertirá de repente en realidad si se aleja de ella? Antoine cree que eso puede ser una posibilidad, pero para ello sería necesario que Cécile confiase en la relación que él mismo quiere poner a prueba. Si ella no representa su papel de «vestal» de la relación, si también se distancia, literal o psíquicamente, a su vez, todo se desmorona para él. No resulta fácil comprender la relación de esta pareja, que al mismo tiempo flota suspendida en las esferas celestes, lejos de toda temporalidad terrestre, y yace abandonada en su tumba. El modelo que presentan Antoine y Cécile parece funcionar según el principio delpesar todo de o nada. A su angustia, ambos aceptan someterse al protocolo invariable. En la última sesión preliminar se les expone brevemente el siguiente esquema: diez sesiones repartidas a lo largo de un período de unos seis meses, alternando las sesiones en común con otras individuales; es importante que colaboren activamente en la observación de la relación a lo largo de todo el proceso. Se dan estas instrucciones durante la sesión a fin de atribuir un espacio a una nueva forma de expresarse. No se plantean como un aprendizaje de lo analógico. Constantemente matizamos, reforzamos, contradecimos nuestra comunicación verbal a través de mímicas, gestos, actitudes corporales. De lo que se trata es de separar cada ámbito, de diferenciar una comunicación que, al menos en parte, será sólo analógica. La habitual infiltración entre lo verbal y lo analógico nos obligará a ser muy cuidadosos y rigurosos en nuestras formulaciones. Esta necesaria precisión en la inducción del protocolo invariable da lugar a una ritualización de las instrucciones que les confiere unas cualidades 42
sub hipnóticas. Se emplearán las mismas frases para subrayar los diferentes puntos de la consigna. El tránsito de una etapa de la interacción a otra se efectuará atendiendo a las reacciones indicativas de la aceptación de los cónyuges: acomodación corporal a las instrucciones, sonrisas, gestos de aprobación con la cabeza o las manos, etc. La consigna general dice así: «Hoy intentaremos comprender mejor su relación, en particular cómo se tratan el uno al otro, qué hacen el uno con el otro; en pocas palabras, intentaremos ver qué ocurre concretamente su sin relación. «Es un tema delenque duda ya deben haber hablado entre ustedes y a lo mejor también con parientes o amigos. Probablemente habrán observado que en estas conversaciones emplean siempre las mismas palabras, las mismas expresiones. Como saben, estas palabras y estas expresiones acaban desgastándose. Las palabras pierden sentido. Se parecen a las monedas que llevan muchos años circulando de mano en mano, tan desgastadas por el uso que resulta casi imposible leer su valor. «Por esto, intentaremos utilizar un nuevo modo de expresión, donde las palabras tienen muy poca importancia. Expresarán lo que piensan con ayuda de su cuerpo. Aunque pueda parecer extraño, en realidad es fácil. Y yo les ayudaré a conseguirlo. «Para empezar, procuren instalarse lo más cómodamente posible en su asiento (pausa), relájense bien (pausa). Pueden cerrar los ojos si eso les ayuda a relajarse. Si prefieren, también pueden mantenerlos abiertos. Pueden hacerlo de las dos maneras, tanto da. «Ahora imaginen yo con no hablo sucómo idiomaseytratan que tienen explicarme una estatua qué hacen que el uno el otro, el unoque al otro, qué tipomediante de comportamientos mantienen entre ustedes. «Cécile, usted debe imaginar una estatua con dos personajes: Antoine y usted misma. Esta estatua deberá expresar a través de la actitud y la posición de estos personajes su visión de lo que hacen el uno con el otro. «Antoine, usted también creará su propia estatua de la interacción entre Cécile y Antoine. Esta estatua expresará su percepción de la forma en que se tratan el uno al otro. «Ya ven de qué se trata. Ahora les dejaré unos minutos para que imaginen esas estatuas. Cuando las vean claramente, les ayudaré a representarlas aquí, como parte de la sesión». De costumbre, los miembros de una díada necesitan entre dos y cinco minutos para acceder a una percepción visual de este tipo. Transcurrido este plazo de tiempo, puede preguntárseles si han terminado. A menudo basta dejarse guiar por la observación de señales analógicas queposición, indican un deseo satisfechas, de pasar a labúsqueda fase siguiente: aperturadeldeterapeuta. los ojos, repetidos cambios de sonrisas de la mirada También es importante descifrar los mensajes analógicos de esta fase para decidir por cuál de los cónyuges se empezará. Debe comenzarse siempre por el que parezca tener la actitud menos cooperativa. En las parejas se da con frecuencia un aspecto de complementariedad en la relación, con un cónyuge «buen alumno», que comprende las dificultades de la pareja, y un cónyuge «lerdo», que no entiende nada. La ilusión de que existe una relación electiva de cooperación entre el terapeuta y el «buen alumno» reiniciaría este tipo de juego en la sesión, impidiendo mostrarse cooperativo al cónyuge «lerdo», que se sentiría obligado a demostrar su incompetencia. De ahí la importancia de trabajar activamente con el cónyuge que parezca sentirse menos capaz y de destacar muy positivamente la srcinalidad de su aportación. Esto situará de entrada a ambos cónyuges en un plano de igualdad en el momento de adentrarse en un
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ámbito de conocimiento todavía desconocido para ellos, como es una terapia centrada en la exploración del absoluto de la pareja. Estatua viviente de Antoine (figura 1) En este caso concreto, Antoine parecía más reticente e inhibido. El terapeuta se levanta primero y se acerca a Antoine para preguntarle qué clase de estatua ha imaginado. En cuanto Antoine comienza a explicarse, el terapeuta le pide a Cécile que se levante y finja ser un bloque de arcilla que Antoine podrá modelar a su gusto Antoine (Cécile y Antoine repetido la estatua de Antoine. Este último no ha introducido ningún cambiohan ni ha manifestado ninguna señal analógica de desagrado). -No, ¡ya está bien así...! Estatua viviente de Cécile (figura 2) Ahora le toca el turno a Cécile. Cécile está de pie bastante tensa. Antoine está frente a ella, desplomado contra su cuerpo, con la cabeza en su hombro y los brazos caídos. Cécile le sostiene, protectora, con gran dificultad, rodeándole los hombros con los brazos, mientras mantiene la mirada fija hacia la frente, perdida en el vacío. Tampoco hay movimiento en la estatua de Cécile. La acción representada es sólo de inmovilidad total. Tras una breve pausa, Cécile debe repetir, como antes, su estatua con la cooperación de Antoine, esta vez sin decir palabra y sin ayuda del terapeuta. En caso de haber existido algún movimiento, éste habría proseguido hasta la desaparición de uno de los cónyuges de lamás escena -comohasta habría el casodedelaCécile porinicial. efecto La de su Deslizamientoo bien, caso habitual, la sido repetición posición estatua viviente expresaría entonces un ciclo de comportamiento, algo así como un baile relacional. Veremos un ejemplo de ello en la estatua viviente construida por Cécile en la sesión de control (pág. 119). A continuación, Antoine y el terapeuta trabajan en colaboración para perfeccionar la pose de Cécile siguiendo las indicaciones de Antoine, que sólo se situará posteriormente en la posición en que se ha visto. Antoine. -Ella estaba sentada de rodillas, con una mano en el suelo y la otra, la derecha, ligeramente tendida hacia mí. Su mirada... Terapeuta (Le interrumpe y le indica que debe colocar a Cécile en el centro del cuarto tal como la ha visto en su estatua. Antoine así lo hace y señala que Cécile, de rodillas, en actitud ligeramente suplicante, dirige la mirada hacia él). -¿Y usted, en qué posición estaba? Antoine. -Yo estaba a poca distancia de ella, pero al mismo tiernpo muy lejos. Terapeuta. Antoine (Se-¡Veámoslo! arrodilla, casi frente a Cécile, pero con el tronco muy ladeado, al igual que la cabeza y la mirada, en una actitud de apartamiento total. Sin embargo, paradójicamente, sus manos están ciegamente tendidas hacia ella, con las palmas hacia arriba como pidiendo ayuda). -¡Más o menos así! Terapeuta (comentando las poses). -Es decir que Cécile está de rodillas y dirige la mirada hacia usted. Su cabeza y su mirada están vueltas en esta dirección... y sus manos en esta otra... Es una estatua muy hermosa... Puesto que estamos trabajando con una interacción, esto es, con algo vivo, imaginemos ahora que un soplo de vida pudiese animar por unos instantes estas estatuas. ¿Habría algún movimiento, algún desplazamiento que pudiera hacer todavía más fiel su estatua, más representativa de lo que hacen el uno con el otro, o no? Antoine (reflexiona). -No... no creo... o sólo un lento deslizamiento de la estatua de Cécile, que se aleja imperceptiblemente, sin que ninguno de los dos se mueva de verdad.
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Terapeuta. -¡Perfecto! Ahora pueden incorporarse unos momentos los dos para relajarse un poco. Luego reharán la estatua de Antoine, esta vez sin decir nada, y mantendrán esa posición durante dos o tres minutos para que Antoine pueda asegurarse de que lo que nos ha comunicado le satisface o pueda introducir alguna rectificación. Haremos lo mismo que cuando vamos al sastre. Primero se toman las medidas y luego se vuelve para una prueba, a fin de comprobar si el traje nos cae bien o hay que hacer algún retoque. Otros contenidos de la sesión El primera se acaba la realización deque las esculturas Es contenido importantedenolaperder de sesión vista elnocarácter decon la demanda inicial, viene a servivientes. algo así como el billete de entrada de la terapia. El terapeuta debe conservar siempre a mano este billete de entrada, como una indicación para la pareja de que el malestar que ha originado su demanda es el motor de toda la actividad terapéutica desarrollada. Las modificaciones contextuales que introduce el terapeuta, con la aprobación de la pareja, son intentos de abordar desde una nueva perspectiva las dificultades que ésta sufre, pero el terapeuta debe abstenerse de modificar el contenido de la demanda. De hacerlo así, crearía para la pareja el fantasma de una rectificación en nombre de alguna obscura norma de la vida conyugal. Con lo cual aboliría el espacio intermedio y volvería a caer en una epistemología de la reparación. De nada le servirían entonces todas las técnicas analógicas. Una precaución útil para mantener el espacio intermedio es recomendar a la pareja que introduzca el menor número de cambios posibles en sus actuales conductas, señalándole que, por más desgracia, algunas parejas pueden evitar poner ununa poco más deEsto buena voluntad, un poco de comprensión en su no relación una vez iniciada terapia. resulta nocivo. Estas modificaciones del comportamiento son un estorbo para el terapeuta y para la pareja cuando surgen justo en el momento de iniciar la difícil tarea de descubrir la verdadera naturaleza de la relación. Además, no sirven de nada, pues si todo pudiera arreglarse simplemente con un poco de buena voluntad, los cónyuges no habrían tenido que acudir al terapeuta. Es importante, por tanto, que los cónyuges se abstengan de malgastar sus fuerzas en empresas estériles, nefastas incluso para el desenlace del proyecto en curso. ¡Deben seguir comportándose como tienen por costumbre! Por otro lado, también es importante que los cónyuges se abstengan de comentar entre ellos o con otras personas el contenido de las estatuas vivientes. Estas representan una importante adquisición que se utilizará en adelante en la terapia. Sería una lástima arriesgarse a vaciarlas de contenido y convertirlas en una réplica de las palabras gastadas a las cuales deberían sustituir. SEGUNDA SESIÓN. LOS CUADROS DE ENSUEÑO La experiencia de las esculturas vivientes facilitará esta nueva recogida de información analógica. Es importante destacar, por tanto, en qué se diferencia este nuevo nivel de interrogación del anterior. Ya no será necesario convencer a los cónyuges de que también es posible expresarse sin necesidad de palabras. Ambas tareas comparten como elemento común un clima favorable a la sugestión subhipnótica. La consigna puede formularse como sigue: «Hoy intentaremos continuar explorando a ese tercero que conocemos tan poco, esa relación que ha ido configurándose a su lado. También esta vez, y por los mismos motivos, intentaremos evitar recurrir a las palabras. 45
«Esta será la única similitud, pues hoy nos ocuparemos de algo muy distinto que en la sesión anterior. Ya no prestaremos atención a los tipos de comportamiento que intercambian. ¡Hoy queremos descubrir en qué aspectos es única, singular, especial su relación! ¡En qué se diferencia de todas las demás relaciones! Qué es lo que les permitiría identificarla entre un millar, mientras que los comportamientos que describieron el último día sin duda se dan en numerosas parejas. «Es una pregunta difícil y para ayudarles a encontrar la respuesta, procederemos como sigue. Comoque el otro día, procurarán relajarsePueden tanto como ensisueso asiento, buscando una postura les resulte cómoda (pausa). cerrarpuedan los ojos les ayuda a concentrarse. O también pueden mantenerlos abiertos. Puede hacerse de las dos maneras (pausa). «Ahora tendrán un ensueño que describa la especificidad de su relación (pausa), lo que hace que sea única, distinta a todas las demás relaciones (pausa). Soñarán despiertos, naturalmente. Pero a pesar de todo será un ensueño porque podrán reconocer a las personas que vean en él aunque no presenten su apariencia habitual. «En efecto, en este ensueño sobre lo que tiene de único su relación, cada uno le dará al otro una forma que escogerá libremente. Puede ser una forma mineral, vegetal, animal, como prefieran, cualquier cosa excepto un ser humano. Cada uno adoptará también una forma no humana, ligera o pesada, muerta o viva, que pueden escoger libremente entre todas las del universo (pausa). «Puede ser quesegundos estas formas acudanenrápidamente su pensamiento, o también pueden tardar algunos o minutos concretarse.a Esto no tiene ninguna importancia (pausa). «También puede suceder que les resulte difícil utilizar la forma que querrían dar a su cónyuge, por temor a ofenderle, irritarle o entristecerle. En tal caso, pueden reemplazarla por la segunda forma que se les ocurra. Pero no reemplacen con demasiada facilidad unas formas por otras, pues al final obtendríamos algo que ya no sería característico de su relación. «Cuando hayan visualizado esas formas, obsérvenlas, síganlas con la mirada, fíjense en cómo se sitúa cada una en relación a la otra (pausa). ¿Cuál es el entorno? ¿Pueden identificar la estación del año, la hora del día? ¿Qué ambiente se respira en el sueño? ¿Sereno, tranquilo, alegre, angustiado, tierno, lúgubre? (pausa)». Igual que en la ejecución de las estatuas vivientes, el terapeuta ajusta su ritmo de progresión de acuerdoque conlelas señales analógicas indicativas de dificultades o de dominio de la situación dirigen ambos cónyuges. Cuando la pareja parece haber completado la tarea, nuevamente se escogerá al que parezca menos competente para que escenifique primero su cuadro de ensueño con ayuda del terapeuta. Si no se observa ninguna diferencia entre ambos, se establecerá una alternancia y se invitará a empezar primero al cónyuge que fue último en la sesión anterior. Así ocurrió en el caso escogido como ejemplo y, en consecuencia, el terapeuta se dirigió primero a Cécile. Cuadro de ensueño de Cécile (figura 3) El terapeuta se interesa por el contenido de su sueño. Cécile responde que ella es un gran árbol de verde follaje. Es verano, hace calor. Todo está en calma. No hay otros árboles en los alrededores. Antoine es una gran golondrina, despreocupada y alegre, que ha hecho su nido en el árbol. Pasa tanto tiempo volando alrededor del árbol como descansando en su nido. Se le ve contento y despreocupado. El árbol también está contento y se mece dulcemente movido por el viento.
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El terapeuta coloca a Cécile de pie en el centro del cuarto como un árbol. Antoine gira a su alrededor como el pájaro. De vez en cuando debe cogerse a ella como si entrase en su nido. Cécile comenta y corrige el ritmo del movimiento y las actitudes de Antoine hasta que considera que la escenificación del sueño reproduce fielmente su cuadro interior. El terapeuta le ofrece luego la oportunidad de revivirlo todo otra vez, sin palabras y sin su ayuda, pero con la participación de Antoine, evidentemente, para que pueda decidir por sí misma si la escenificación concuerda con el ensueño vivido. Este es también el momento de introducirlaalgunas si así lo desea. Cécile se declara El terapeuta felicitarectificaciones e invita a los cónyuges a sentarse a reposar unossatisfecha. instantes. Pasados unos minutos, se dirige a Antoine. Después de recomendarle que prescinda por completo de la experiencia que acaba de tener lugar, le pregunta por el contenido de su ensueño. Le invita a rememorar el estado de ánimo en que se encontraba al final de la evocación. Cuadro de ensueño de Antoine (figura 4) Antoine también ha visto a Cécile como un árbol, un árbol de mediano tamaño, pero muy robusto y con gruesas raíces. Estas raíces se hunden en una ciénaga, donde hay un pez que es Antoine. Figura 1 Es un pez exótico de colores vivos que desentonan con el entorno. El pez nada entre las raíces. También puede permanecer quieto entre ellas. El pez se alimenta de esas raíces, lo cual representa un peligro para el árbol. La ciénaga varía tamaño segúnverlasnada, estaciones. primavera, crecida, las aguas están agitadas y eldepez no puede aunqueEn afuera todo secon vea laclaro y límpido. No ocurre nada más. Antoine escenifica también este cuadro de ensueño con Cécile. Ella está de pie, con las piernas un poco separadas, encima de una alfombra que simboliza la ciénaga. Antoine indica el comportamiento del pez, a ratos inmóvil, a ratos explorador, a ratos voraz. Cuando todo parece haber quedado claramente explicitado, vuelve a repetirse la escena, sin palabras y sin ayuda del terapeuta. Antoine también se declara satisfecho. Otros contenidos de la sesión La inclusión del modelo excluido de la relación avanza a buen ritmo. En la silla destinada al tercero de la pareja ya podemos colocar dos estatuas vivientes, que representan las dos visiones complementarias de su plano ritual, y dos cuadros de ensueño, que ilustran dos visiones referentes a su plano mítico. Sólo nosque falta recomendarles vez másesbozado, que no desmiembren mediante a ese tercero empezamos a ver una tenuemente con la promesa de quepalabras paulatinamente iremos utilizando el precioso material que nos han proporcionado. Estatua viviente de Antoine «Antoine se arrodilla, casi frente a Cécile, pero con el tronco muy ladeado, al igual que la cabeza y la mirada, en una actitud de apartamiento total. Sin embargo, paradójicamente, sus manos están ciegamente tendidas hacia ella, con las palmas hacia arriba, como pidiendo ayuda» (pág. 75) (del srcinal) figura 2 Estatua viviente de Cécile «Cécile le sostiene, protectora, con gran dificultad, redeándole los hombros con los brazos, mientras mantiene la mirada fija hacia el frente, perdida en el vacío» (pág. 76) (del srcinal) Figura 3 Cuadro de ensueño de Cécile 47
«Cécile responde que ella es un gran árbol de verde follaje. Es verano, hace calor [ ...]. Antoine es una gran golondrina, despreocupada y alegre, que ha hecho su nido en el árbol» (pág. 79) (del srcinal) Figura 4 «Antoine también ha visto a Cécile como un árbol[..]. Estas raíces se hunden en una ciénaga, donde hay un pez que es Antoine (pág. 80) (del or.) Cuadro de ensueño de Antoine Proyecto generalSERIE del recorrido LA PRIMERA DE TRES SESIONES INDIVIDUALES La tercera silla está ocupada ahora por fragmentos de ese precedente desconocido de la relación, el absoluto de la pareja, su modelo de referencia o modelo organizativo. Para que esos fragmentos se carguen de significado, es preciso que los cónyuges descubran previamente que, en efecto, son significantes de la construcción mental común que es una relación humana. Es un descubrimiento conmovedor, con un fuerte impacto emocional. En una primera fase, la pareja creerá hallarse ante la «realidad» de la relación. El modelo organizativo les parecerá entonces una definición inmutable. Una evolución favorable demostrará que se trataba de un error epistemológico. El modelo organizativo sólo es una »realidad» de la relación. No existe más «realidad» que la actual, que no excluye otras realidades posibles. Por tanto, toda «realidad» es transformable por principio, pero transformarse menosque queseseacepte reconozca su pleno de poder organizativo enno el puede momento presente, a amenos la posibilidad la crisis. El objetivo de las tres primeras sesiones individuales es hacer aparecer el modelo organizativo como un elemento de su vida cotidiana. Es importante, por tanto, que los cónyuges pue dan palpar la fuerza del plano ritual del modelo. Para ello, el recurso más convincente es intentar ir a contracorriente, contradiciendo el ritual. Para ello se acordará un contra-ritual que deberá practicarse durante períodos de quince a treinta minutos, tres veces por semana. El cónyuge anotará cada vez, en una libreta, la fecha y la hora en que ha realizado el contraritual, su propia reacción ante esta tarea, así como la supuesta reacción del cónyuge y de otros posibles testigos de la escena. Tomar nota por escrito de las experiencias efectuadas es un medio para asegurarse de la exactitud de las observaciones realizadas durante el período de tres semanas que media entre sesión y sesión. Al principio, empezamos practicando el contra-ritual una de inversión comportamiento. El cónyuge debía observar durante elcomo período tiempo del acordado un comportamiento minuciosamente opuesto al expuesto a través de su estatua viviente. Actualmente, consideramos demasiado mecánico este enfoque y hemos optado por tareas más esquemáticas, más simbólicas. De hecho, consideramos suficiente limitarse a dos o tres tipos de tareas. El contra-ritual es en realidad una forma de actuar que contrasta deliberadamente con el comportamiento espontáneo habitual. No es preciso que sea opuesto a éste. Recorrido con Cécile Volvemos a visualizar su estatua, donde ella sostiene a Antoine, que recuesta pesadamente la cabeza sobre su hombro. Cécile confirma cuánto le pesa en realidad esa cabeza. Reconoce que aprovecha cualquier ocasión de dejar caer todo su peso sobre Antoine para intentar hacerle comprender, de forma indirecta y secreta, cuánto peso puede representar a veces él para ella.
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A partir de la actitud de ayuda activa que ella adopta en la estatua, el terapeuta le propone la «tarea del oasis» como primer contra-ritual. La consigna es la siguiente: retirarse a un rincón de la sala de estar con una taza de té y sumergirse en una lectura apasionante y poco habitual, poesía, arte, filosofía. No dejar entrar a nadie en este oasis durante media hora. Cualquier intento de intrusión será rechazado, con actitud distraída pero tajante, con la promesa de un pronto retorno. Transcurrida la media hora, reintegrarse al medio familiar con una conducta habitual. Responder con evasivas e incomprensión a cualquier pregunta o alusión sobre la estancia enconvincentes el oasis. para rechazar esta tarea. Ella y Antoine son muy Cécile ofrece argumentos activos y han distribuido racionalmente todo el tiempo de que disponen. El que no se ocupa de los niños debe estar libre. Ella está de baja desde hace varias semanas debido a su depresión, pero también está escribiendo un libro y a menudo tiene necesidad de aislarse por este motivo. El contra-ritual sin duda pasaría desapercibido. Se le propone entonces la «tarea del vendedor de cepillos». Esta consiste en lo siguiente: su nombre quiere evocar el comportamiento frenético de los vendedores a domicilio en las películas americanas de los años treinta. Tres veces a la semana, Cécile deberá regresar a casa con un «cepillo», esto es, una explicación sobre una experiencia vivida, una sensación experimentada, una persona a la que haya visto, que intentará venderle a Antoine durante quince minutos. El objetivo es que éste «compre» el cepillo, aceptando sin ninguna reserva ni oposición ver el episodio descrito a través de los ojos de Cécile. Pasados los quince minutos, interrumpirá la volver tarea yavolverá su comportamiento normal, manifestando desinterésésta si Antoine intenta tocar elatema. Repetirá esta experiencia el número de veces convenido, abordando en cada ocasión con ardor un nuevo tema. Anotará cuidadosamente todas las observaciones realizadas en una libreta. Primera sesión Cécile aprovecha para comentar algunos cambios espontáneos en su comportamiento. Ha empezado a encolerizarse con Antoine, cuando antes sólo era capaz de mostrarse irritada con sus hijos y sus amigas. El terapeuta no manifiesta demasiado interés por estos hechos. La exploración del absoluto de la pareja es una empresa seria y de largo alcance. Segunda sesión Cécile menciona de nuevo algunos cambios «espontáneos». Su conducta agresiva sólo acentúa la depresión de Antoine, que empieza a resultar inquietante. También ha intentado salir sola con algunas amigas, pero Antoine no reacciona. Ha realizado también el contra-ritual, a conciencia según parece, pero sólo cuatro veces en vez de las ocho posibles. El primer «cepillo» era una película. Antoine se fue a la cama pasados cinco minutos. La segunda era el movimiento neo-religioso «Nueva Era», tema de un reciente programa de televisión. De pronto, Antoine empezó a manifestar interés y a Cécile le costó abandonar bruscamente la habitación una vez cumplido el tiempo establecido, con el pretexto de tender la ropa. Le preocupaba haber dejado solo a Antoine, pero cuando volvió, éste simplemente se había dado un baño. El tercer y el cuarto cepillo también estaban bien escogidos. El problema que siempre se plantea es que, cuando Antoine se anima y «compra» el cepillo, ella se conmueve y se emociona. Se preocupa por él cuando tiene que dejar la habitación. Es un momento propicio para obtener información sobre las familias de srcen, en particular la del cónyuge. El padre de Antoine era marino y casi siempre estaba ausente. Su madre, en cambio, lo sabe todo sobre sus hijos, sus matrimonios y sus problemas, es una auténtica madre clueca. A Cécile le asombra la rapidez con que ella y Antoine se
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convirtieron en una pareja. Pocos días después de la ceremonia, el horizonte de Antoine ya se limitaba sólo a su matrimonio y parecía completamente satisfecho. Sufrió dolores de estómago en el momento del nacimiento de cada uno de sus hijos, reacción que él mismo atribuye al aumento de sus responsabilidades. Queda patente la inutilidad de profundizar en la especificidad de la tarea de cambio. Numerosos contra-rituales podrían poner de relieve la relación complementaria ritualizada, «cuidadora-cuidado» , que existe entre Cécile y Antoine. Esta se inquieta en cuanto abandona descuida poco a su «enfermo», en particular cuando este último acepta sus cuidados yose muestrauninteresado. Tercera sesión Cécile se siente mejor, probablemente porque Antoine ya no se muestra tan deprimido. Su problema, dice ella, es que no consigue exteriorizar lo que lleva dentro, en particular su talento por la música. Talento que, por cierto, no ha reconocido nunca su madre. En cuanto a la tarea propuesta, la ha realizado tres de las ocho veces posibles, pero con gran seriedad. Ya no le crean tanta ansiedad las terminaciones bruscas. Lo que de verdad la desconcierta es que Antoine parece muy deseoso de «comprar» sus «cepillos». Constata que él es capaz de ver las cosas desde varios ángulos y tiene pocos prejuicios. Contrariamente a lo que habría hecho ella, no cae en la tentación de intentar hacerle cambiar sus puntos de vista. Recorrido con Antoine Primera sesión Estudiamos el contenido de su estatua viviente. Vuelve el cuerpo apartándose de Cécile, mientras le tiende las manos en una actitud que, paradójicamente, significa a la vez: «No me abandones» y «Así son las cosas, ¿qué puedo hacer?». Opina que la estatua expresa bien su relación. Cuenta que Cécile le pidió que se marchara de casa y luego cambió de parecer. El terapeuta duda entre dos posibles tareas: «el vendedor de cepillos» y «el suelo se abre bajos mis pies», y por fin decide proponerle esta última. Tres veces por semana, con motivo de alguna contrariedad insignificante, Antoine tendrá un verdadero ataque de desesperación, «se mesará los cabellos», se golpeará el pecho, se sentirá el hombre más desgraciado del mundo. La crisis cesará súbitamente al cabo de quince minutos. Luego recuperará su estado habitual, sin comprender cómo ha podido reaccionar de ese modo ante semejantes bagatelas. Al principio, Antoine se resiste. ¿Cómo puede tener ataques de depresión cuando es un la depresivo crónico? Eso noya tiene ningunaesforzándose importancia,por replica el terapeuta. Aumentando intensidad de un estado existente, exagerar lo que ya hace, sin duda le señalará un cambio a Cécile. Lo importante, a la vista de su estatua, es que adopte una postura en uno u otro sentido, que no sea «mitad lo uno, mitad lo otro». Antoine comienza a interesarse paulatinamente por el contra-ritual propuesto y se decide a probarlo. Segunda sesión Antoine llega a la sesión con una gran libreta y da la impresión de querer cooperar. Sin embargo, ha tenido grandes dificultades, pues la situación conyugal parece desesperada, dice. Se ha deprimido por bagatelas en tres ocasiones de las ocho posibles. La primera vez, Cécile se acercó a consolarle y le abrazó. La segunda vez, más bien intentó hacerle razonar. La tercera vez, se enfureció y se fue a acostar. 50
El comportamiento de Cécile parece conocido, cuando el contra-ritual de Antoine debería haber suscitado una desviación. ¡Eso es lo curioso! Entonces Antoine confiesa que, en realidad, no consiguió salir de su depresión una vez transcurrido el cuarto de hora. Se quedó con la cabeza hundida entre las manos, callado, triste, sin saber exactamente por qué. Esto fue probablemente lo que hizo reaccionar a Cécile de la forma habitual. Convenimos en que «dosificar» la depresión es una tarea demasiado difícil para él. Entonces le asigno la tarea ya descrita del «vendedor de cepillos». Antoine otra parte,como que últimamente CécileSiente se muestra y sonriente, cosa quecomenta, él recibe por curiosamente una provocación. deseoscordial de agredirla sin saber por qué. Luego también habla de la familia de Cécile. Sus padres se divorciaron muy pronto. La madre, que exigía mucha atención a sus hijos adultos, más aún de Cécile que de sus dos hermanos, se quitó la vida en circunstancias bastante dramáticas. Antoine piensa que Cécile se parece a su madre. Es escéptica por naturaleza, muy apegada a unas pocas personas próximas, pero fuera de eso muy cerrada con los extraños. Tercera sesión Antoine sigue mostrándose bien dispuesto, aunque la tarea asignada le ha resultado difícil. Sólo la ha realizado dos veces. La primera vez le «vendió» a Cécile una reunión sindical. Estuvo hablando sin interrupción durante diez minutos. Estaba absolutamente seguro de que ella le había visto venir. Pero no, ¡solo se mostró interesada y bien dispuesta! La segunda le «vendió» empleado tienda que se ahabía mostrado particularmente servicial.vez, También en esteun caso, Cécile de se una mostró dispuesta escucharlo y sonriente. Estas experiencias le han sugerido varias reflexiones a Antoine. Para empezar, no tiene temperamento de «vendedor». Es demasiado crítico y reservado ante las cosas, sobre todo en presencia de Cécile. Segundo punto, ha llegado a la sorprendente conclusión de que Cécile no se parece ni a su madre ni a su padre. No es escéptica como dijo la última vez. Al contrario, lo que de entrada le atrajo de ella fue su espíritu abierto, combinado con una especie de candor y una integridad de pensamiento. Sabe decir las cosas con toda naturalidad. Cuando salen juntos, a menudo tiene la impresión de hacer de comparsa. En su profesión de maestro no le ocurre lo mismo. Sabe hablar sin rodeos. Pero, en la vida privada, en presencia de Cécile, se bloquea. Coincidimos en que el resultado de los contra-rituales es difícil de interpretar. Le doy plena libertad, es decir, que queda ensesión sus manos. Puededespués practicar desea, que hasta que nos reunamos paratodo la próxima individual, de la la tarea, sesiónsienlocomún tendrá lugar a continuación. También puede no realizarla. A él le toca decidir. LA SESIÓN COMÚN INTERMEDIA Consideraciones generales Las tres primeras sesiones individuales han demostrado la importancia y la fuerza del ocupante de la tercera silla, del modelo organizativo de la pareja. Antoine no consigue salir de la actitud «torcida» tan bien simbolizada en su estatua. No puede implicarse a fondo en nada en el contexto de la relación, ni hundirse en una intensa desesperación, ni entusiasmarse. Está encerrado en un comportamiento que no comprende. Como también está bloqueado el comportamiento de Cécile, que se siente responsable de ese hombre que la engaña. Si el contacto con Cécile no suscita una actitud extrovertida y alegre en Antoine, ella habrá fracasado en su tarea. 51
La sesión intermedia es una sesión cargada de tacto y sutileza. El terapeuta pasa revista con discreción a las incongruencias que han salido a la luz a través de los intentos de invertir el ritual de la pareja. Se basa en la experiencia vivida de la imposibilidad de un cambio exclusivamente comportamental para subrayar repetitivamente el carácter complejo del ocupante de la tercera silla. El esfuerzo por deshacerse de él trabajando exclusivamente en el plano de las esculturas vivientes, de los rituales, ha fracasado. En consecuencia, no quedará más remedio que conceder que temores le corresponde tercera persona la relación, descubrirla e incluirla, el porlugar muchos que elloa esta suscite. Desde luegode resulta angustioso tomar la medida a la relación, revelar su verdadero rostro. Supone ir mucho más allá de los lugares comunes, como pueden ser las declaraciones de afecto o de amor. ¿Pero existe otra vía para dar a la relación una auténtica oportunidad de supervivencia, como no sea dejar que se manifieste tal como ha sido hasta el momento? Muchas veces resulta útil examinar abiertamente y con empatía los pros y los contras de esta propuesta. Los cónyuges pueden sentirse cansados y escépticos en cuanto a las posibilidades de un futuro en común. Puede que la exploración que les proponemos esté más allá de sus fuerzas. ¿Prefieren evitar la confrontación con el modelo excluido y seguir aplicando durante un tiempo las soluciones ya intentadas? O por el contrario, ¿están dispuestos a correr el albur, cueste lo que cueste, y dejar salir el fantasma del armario para conocer en su integridad al ocupante de la tercera silla? La decisión final está en sus manos. El objetivo de la sesión tanto, hacer un balancecon de elloprotocolo alcanzadoinvariable. hasta entonces recabar la aceptación dees, lospor cónyuges para continuar La y posibilidad de decidir ofrecida a la pareja debe ser auténtica para evitar que desaparezca el espacio intermedio entre ésta y el terapeuta. De este modo se garantiza que la terapia seguirá siendo un diálogo evolutivo y transformador, del que se sienten responsables por un igual tanto la pareja como el terapeuta. Sus curiosidades están equilibradas. Si sólo el terapeuta desea saber más y la pareja, objeto de su curiosidad, espera a ver el resultado final para pronunciarse sobre la terapia, se habrá vuelto a caer en la epistemología de la reparación. La sesión con Antoine y Cécile Parece más cercano el uno al otro. Cuentan que el día anterior mantuvieron, por primera vez en muchos años, un diálogo serio sin que acabara en disputa. Antoine dice que cada vez siente mayor curiosidad por averiguar qué ocurre entre ellos y que la otra es aahora menos importante Cécile notarelación cambiado Antoine, pero no sabríapara decirél.en qué sentido. Piensa que debería seguir con las experiencias en el ámbito de la relación, pero en este momento le preocupa más encontrar un sentido personal. Si un año atrás le hubiesen preguntado si su matrimonio era feliz, habría respondido que sí sin pensárselo dos veces. Ahora ya no sabría qué decir. ¿Tal vez sea una cuestión de condimento? ¡Y cuesta tanto emplear bien los condimentos! Cuando se dosifican mal, ¡nunca logra saberse si a una se le ha pasado la mano o se ha quedado corta! Antoine y Cécile también se preguntan en qué medida pueden influir sus familias de srcen en su propia relación. La madre de Antoine sigue mostrándose sumamente inquisitiva, pero él ha conseguido pedirle que guarde las distancias sin tener un acceso de cólera infantil como solía. Cécile se siente satisfecha por ello.
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Antoine y Cécile están decididos a seguir adelante. Aunque describen algunos hechos que siguen siendo difíciles de interpretar, cuando se les plantea si quieren continuar con el programa, deciden sin vacilar que desean conocer mejor su relación. LA SEGUNDA SERIE DE TRES SESIONES INDIVIDUALES Consideraciones generales Los cónyuges, de común acuerdo, han dado vía libre a la continuación del programa. Ahora se trata de integrar en el diálogo el plano mítico del modelo organizativo, con lo cual saldrá alógica relucir que el tercero la relación de pareja posee una estructura recursiva rebelde a la corriente y operadesegún su propia supra-lógica`. El terapeuta sólo irá presentando progresivamente la totalidad de este contexto, insistiendo sobre todo en el primer momento de la recursividad entre la estatua viviente de un cónyuge y el cuadro de ensueño del otro. Esto permite connotar en términos positivos la lealtad al modelo organizativo. La gran dependencia del mito de la relación que manifiesta el otro obliga al cónyuge a cumplir con su parte del ritual. Según hemos podido constatar, la pareja raras veces se deja engañar durante largo tiempo por tan benévola explicación. En el curso de las sesiones, cada cónyuge acaba reconociendo de manera implícita, pero clara, su propia dependencia cognitiva de los dos planos del modelo organizativo, su incapacidad para percibir de otro modo la pareja, de hecho. La situación se vuelve progresivamente caótica. Cada cónyuge querría distanciarse de la supra-lógica del modelo organizativo, en favor de un universo lógico menos restrictivo. Pero el modelo es emblemático de de la relación, constituye su imagen de marca, su blasón. Comoorganizativo tal, es precioso y está cargado significado. Prescindir del tercero incluido significa entonces convertirse en extraños el uno para el otro, vaciar de contenido la relación, perder tal vez parte de sí mismos. Se inicia, por tanto, una travesía del desierto, de un desierto poblado de signos y de símbolos. Numerosos prejuicios pierden fuerza y desaparecen. Surgen nuevas hipótesis. El terapeuta sigue los acontecimientos con manifiesto interés. ¿Empiezan a vislumbrar quizás a lo lejos los cónyuges los perfiles de una nueva relación, un nuevo mito, un nuevo ritual? ¿Se limitarán tal vez a sacudirse el polvo de las alpargatas, dejando que se separen sus caminos, sin pesar ni espíritu de venganza? En tal caso, de hecho conservarán, como último recuerdo, la memoria de ese difícil recorrido realizado en compañía del otro. Lo que ahora se plantea es, naturalmente, la reaparición y la travesía de la crisis que la demanda de terapia tendía a exorcizar. Aunque el terapeuta no puede decidir el desenlace de esta crisis, en cambio sí puede hastapueda un cierto punto, sulosintensidad. Se crean así las condiciones propicias para controlar, que el sistema aprovechar recursos específicos que se derivan de las personalidades de los cónyuges y de las especificidades sistémicas de su relación. Recorrido con Cécile Todo se ve negro. Cécile le pidió a Antoine que la ayudara a entrar en calor una noche que se sentía transida de frío. Él le respondió que no se sentía en condiciones de hacerlo. Desde entonces, está desanimada e ignora totalmente a Antoine, cosa que a él no parece molestarle. Primera entrevista Le recuerdo el cuadro de ensueño de Antoine. Ella era un árbol robusto con las raíces hundidas en el agua. El, un pez exótico, mal adaptado a su entorno y peligroso para el árbol de cuyas raíces se alimentaba. Antoine parece tener la extraña idea de ser nocivo y destructor para la relación, se ve a sí mismo en términos completamente negativos. Cécile 53
está absolutamente de acuerdo. Le ha reprochado a menudo su pesimismo en cualquier relación humana o al menos en el caso de las personas adultas. A continuación le indico que en el cuadro de ensueño de Antoine hay una víctima, el árbol, y un verdugo, el pez exótico. Ella podría poner en peligro esta representación por la que él parece sentir un extraño apego, con dos actitudes distintas: una sería alejarse por completo de él, rehuyendo el papel de víctima; la otra, por el contrario, sería aproximarse a él con actitud absolutamente confiada y abierta, poniendo en entredicho la autenticidad del verdugo. Ahora comprendo su reticencia a poner práctica El losdistanciamiento contra-rituales, está pues en parte corresponden a esas actitudes peligrosas paraenAntoine. presente en la «tarea del oasis», el contacto confiado y sin reservas en la del «vendedor de cepillos». Ambas fueron fuente de problemas. Su presente actitud, en guardia y distante, parece adaptarse mucho mejor al mito del pez problemático y peligroso. Cécile se defiende valerosamente contra la hipótesis de su sumisión al modelo organizativo. Dice que su mayor deseo es colaborar con una actitud positiva. Sin embargo, acaba aceptando a regañadientes que su actual postura de no tomar ninguna iniciativa es una muestra de esa sumisión. Todo le parece caótico. Segunda entrevista Vuelvo a recordar la descripción de la versión del modelo organizador ofrecido por Antoine. Él es el pez exótico que está fuera de lugar. Se esconde entre las raíces de un árbol robusto al que cree poder dañar con su presencia. No es fácil convivir con un hombre que cree estar participando en laafunción. Cécileseselos marcha, creará problemas. Y si le concede fraudulentamente abiertamente un lugar su lado, Si también creará.le¡Vaya dilema! Cécile se queda muy pensativa. Dice recordar muy bien nuestra última conversación. Cuenta que Antoine se fue unos días a casa de su madre con los niños para que ella pudiera descansar. Se le ve más activo y contento en su trabajo. Se ha distanciado de la otra mujer y ahora se muestra alegre y tierno con ella. Cécile creía que un cambio de este tipo le habría provocado suspicacias y agresividad, pero curiosamente no ha sido así. Consideramos la posibilidad de que la madre de Antoine haya contribuido, en cierta medida, a su idea de no tener derecho a estar donde está. Cécile cuenta que a los dos les preocupa mucho la opinión de los demás. La madre no tiene amistades, nunca va al cine. Ella, en cambio, es todo lo contrario, a pesar del trágico fin de su propia madre. De niña, era la pequeña y para ella era lo más natural del mundo pedir ayuda a sus padres o a sus hermanos. Llegamos a la conclusión que ésa puede serenuna diferencia importante: Antoine nunca se concede el derechode a pedir ayuda, ella cambio se lo permite espontáneamente. Por otro lado, Cécile no está en absoluto de acuerdo con mi recomendación de abandonar las tareas de cambio. Incluso se ha estado planteando reanudar la del «vendedor de cepillos». Me muestro escéptico y le digo que se lo piense bien y que sea prudente. En mi opinión, su actual actitud de dejar que Antoine se crea sin derecho a participar en la función, que es un pez venenoso y molesto, es preferible a intentar convencerle de lo contrario. Con lo que pretende hacer, en vez de convencerle de que está equivocado, corre el riesgo de consolidar todavía más esa imagen. Esta noche ha soñado que llegaba tarde, pero que yo no estaba molesto con ello. También ha soñado varias veces que tenía que actuar en una obra de teatro, pero no conocía el texto de su papel. 54
En contra de mis recomendaciones, ha practicado «el vendedor de cepillos». Ha quedado sorprendida ante el interés de Antoine por comprar lo que intentaba venderle. Al principio ha tenido grandes problemas para interrumpir bruscamente la venta y continuar con sus cosas. Luego, al ver que Antoine reacciona con tanta naturalidad ante estos repentinos impulsos, también ha llegado a hacerlo con naturalidad. Le resulta difícil reivindicar la responsabilidad de este descubrimiento. Querría atribuirme la paternidad a mí. Le recuerdo que yo era contrario a esta experiencia. Empezamos a hablar deldistinto carácterdel abierto o cerrado de las personas. Me Sin pintaduda, un cuadro de la familia curiosamente que me había descrito al principio. el modelo organizativo está en proceso de mutación. Cécile describe hoy a su suegra como una mujer enérgica y emprendedora. Ha heredado el carácter de su padre, el abuelo materno de Antoine, quien creó una importante empresa a partir de cero. Su propia familia es muy distinta. El padre y los hermanos, como también antes su madre, son de carácter cerrado. Expresan poco sus sentimientos; se limitan a hablar de ellos y esperan que sean los demás quienes los demuestren. No manifiesta ninguna reacción particular por el hecho de que la próxima sesión sea la última. Parece saber que tiene en sus manos instrumentos útiles para continuar evolucionando. Recorrido con Antoine Primera Antoine entrevista está bastante deprimido. En casa se respira un ambiente cargado, los cónyuges no se hablan. Recordamos el cuadro de ensueño de Cécile: él aparece como una golondrina alegre y despreocupada, ella como un árbol de verde follaje, un ambiente risueño y armonioso. Antoine no comprende cómo puede ser él esa golondrina. El mismo más bien se ve como un polizonte en la mayoría de las relaciones. Siempre cree no tener derecho a estar allí, mientras que Cécile, en cambio, siempre tiene asegurado su lugar. Volvemos a hablar de la relación de Cécile con sus padres. La madre, sumamente exigente, llegó a suicidarse en un último esfuerzo por controlar su entorno. Por tanto, no sería raro que Cécile haya sentido necesidad de construirse una imagen ideal de la pareja exactamente opuesta a la de sus padres. Una relación alegre, armoniosa y sin problemas, una «casa de muñecas» (Ibsen, 1879). Porobra consiguiente, es importante para CécileLotener la exclusiva de la es redacción del guión de la que representan en su matrimonio. quiera o no, Antoine la golondrina despreocupada y ella el árbol que se mece movido por la brisa. El resto sólo son detalles incidentales. Sin duda, él podría haber insistido en intervenir también como autor, aportar su pizca de sal, modificar algunas escenas. Pero ha captado la apremiante necesidad de Cécile y ha optado por intervenir sólo como actor, una decisión juiciosa según parece. Si intentase hacer valer sus prerrogativas de autor, correría el riesgo de contradecir en cualquier momento el guión que Cécile lleva escrito en la cabeza, estropeándole sin querer la obra, lo cual sería dramático para ella. Ahora veo con toda claridad por qué acogió con tantas reservas las tareas de cambio. Tanto « el suelo se abre bajo mis pies» como «el vendedor de cepillos» podrían haber sido interpretadas por Cécile como una rectificación de su texto impuesta por Antoine. 55
Antoine me escucha con interés. No comenta gran cosa, pero le preocupa saber si su relación de pareja es particularmente complicada. ¡No debe inquietarse, todas las relaciones humanas son complejas! Pobre consuelo, en realidad. En efecto, aunque la complejidad de la relación es necesaria para acomodar las mil facetas de lo humano, en el caso de un modelo rígido, también puede eternizar el sufrimiento. Segunda entrevista Por un lado, las cosas van mejor. Antoine siente más real, más próxima, la relación con Cécile. Se de ha cansancio distanciadoendetodo su amiga. Al mismo tiempo, se siente muy tenso y con una sensación el cuerpo. Volvemos a comentar mi descripción del cuadro de ensueño de Cécile, según la cual él teme introducir el desorden en la «casa de muñecas». Antoine no cree estar tan claramente al servicio de los intereses de Cécile. Se ve más bien como un comparsa activo, que de vez en cuando se aventura a improvisar y a intentar ser autor. Se muestra, por tanto, un poco a la defensiva. Insisto en varias ocasiones en mi valoración positiva, afirmando que se mantiene en el papel de comparsa, no por su propia satisfacción o interés personal, sino por temor a desorganizar el guion de Cécile. El argumento que vivió en su casa es tan malo, que ha tenido que construirse otro de carácter opuesto. Esto hace que resulte más bien utópico y amanerado, quizá demasiado parecido a una opereta. Pero Antoine ha comprendido, aun así, cuán importante es para Cécile. Antoine cuenta Cécile teníay planificado de entrada tendría tres hijos, con tres años deentonces intervaloque entre uno yyaotro, así lo hicieron. Él tuvoque dolores de estómago cada vez, pero su ansiedad no podía alterar el plan de Cécile. Es algo sabido entre ellos que él tiende a tomarse demasiado a pecho ciertas cosas y no hay que hacerle caso. Tercera entrevista Antoine parece más satisfecho. Ahora le preocupa su aportación a la relación, se pregunta si se muestra suficientemente responsable. De niño, se portaba bien para complacer a su madre, no por propio deseo. Ahora querría intervenir como autor en el guion de la relación, pero comprende que es importante que respete la escenografía de Cécile. Dedicamos largo rato a comparar la importancia relativa del papel de actor y el de autor. Antoine ha descubierto también la importancia del lenguaje analógico'. Podemos servirnos del cuerpo para expresar emociones que resulta difícil comunicar mediante palabras. Quizás, dede suslodolores de aestómago cosas deasítravés mismo que creía Cécile. y sus tensiones musculares, le ha dicho más Antoine también parece contar ahora con algunos puntos de referencia para abordar en compañía de Cécile la conmovedora empresa del tercer incluido. SESIÓN COMÚN FINAL Consideraciones generales La última sesión presenta una sucesión de momentos importantes. A lo largo de los últimos meses, el terapeuta y la pareja han recorrido un camino en común que supone una experiencia singular y distintiva. El momento de la separación contiene necesariamente una cierta carga emotiva. Esta carga afectiva es importante y útil, pero también debe procurarse que su expresión no repercuta sobre la buena conclusión del protocolo invariable. El mayor error sería aprovechar la próxima separación para ofrecer algunos consejos juiciosos, regalo simbólico a través del cual manifestaría su simpatía el terapeuta.
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Cualquier consejo resultaría particularmente peligroso en esta fase. La finalidad del protocolo invariable es establecer un «espacio intermedio» que el terapeuta y la pareja enriquecen con los descubrimientos que hacen en común. Respetar este espacio intermedio es una actitud emblemática de que el terapeuta y la pareja asumen una responsabilidad compartida. Aunque esta actitud del terapeuta pueda parecer sorprendente al principio, acaba siendo aceptada y reconocida como fructífera por la pareja, que de este modo accede al paradigma de la complejidad. Los consejos bien intencionados riesgo de echarlo todo a rodar. En efecto, desaparecido el antiguo deseo de corren contar el con un experto que «sabe» y la búsqueda deno unahan reparación por obra del otro, que siguen latente entre bastidores. Es muy posible que una pareja piense que el protocolo invariable no es más que una preparación necesaria para que el experto pueda volver a tomar el control después. Por tanto, puede sobrevalorar fácilmente cualquier instrucción y convertirla en una regla de oro tranquilizadora para los meses siguientes. El respaldo emocional debe encuadrarse, por tanto, íntegramente en el paradigma de la complejidad. El terapeuta subrayará que parecen haber descubierto algunas cosas interesantes. Sin embargo, lo desconocido todavía ocupa una enorme parte del mapa de la relación de la pareja. Y es posible que, de momento, lo poco que conocen incluso haga la situación aún más confusa para los cónyuges. Esto es habitual y, en cualquier caso, los cónyuges ya han demostrado poseer talento de exploradores. Otra información útil es más que la experiencia numerosos terapeutas demuestra que las parejas hacen progresos rápidos cuandodequedan libradas a sus propios recursos y no tienen un terapeuta pegado a los talones. Este podría ser también su caso. Por su parte, el terapeuta sólo puede reconocer la importancia del trabajo realizado por la pareja a lo largo de los meses anteriores. Volverá a verles con gran interés pasado un año a fin de informarse sobre el camino que habrán recorrido entre tanto. Les recomienda que, en la medida de lo posible eviten mantener contacto con ningún terapeuta durante ese período. Ello podría desviarles del camino hacia el que de forma natural les encauza la experiencia realizada. Evidentemente todas estas recomendaciones son de carácter general y pueden ponerse en contacto con él cuando lo deseen, si consideran que así lo exige la situación. En la sesión de control se recomienda examinar francamente cualquier necesidad de ayuda que puedan sentir en ese momento los cónyuges. Esto permite mantener el paradigma de la complejidad. El espacio intermedio sigue existiendo, autotransformadoras bajo la común responsabilidad delNo terapeuta y de lareanimar pareja. Se destacan cualidades de la pareja. es necesario la llama de lalas epistemología de la reparación para poder manifestar la empatía que se siente. Paradójicamente, esta sesión de separación a menudo parece representar una prueba emocional más dura para el terapeuta que para la pareja. Esta última suele acoger con satisfacción la manifestación de estima y de confianza contenida implícitamente en la actitud del terapeuta. Sin duda, el paradigma de la reparación tiene un peso más importante de lo que estamos dispuestos a reconocer en el modelo organizativo de nuestros equipos terapéuticos. Sesión con Cécile y Antoine En esta última sesión se les ve relativamente cómodos a los dos. Su relación parece ir mejor que al principio de la terapia. Acogen con un cierto optimismo las explicaciones del terapeuta sobre lo que ocurrirá a continuación. 57
Sin embargo, Antoine querría asumir la responsabilidad de lo ocurrido. Fue él quien empezó a enturbiar las aguas, dice, y no debería haberlo hecho. Cécile se queja de que Antoine se enfada y se marcha cuando ella intenta hablarle. Antoine, por su parte, piensa que Cécile pone fin a cualquier discusión que empieza a resultar un poco difícil echándose a llorar. Figura 5 Según el terapeuta, esto confirma que la situación aún no está clara. Han salido a relucir tantos momentos contradictorios que continuar las entrevistas sólo contribuiría a agravar la situación. Pordeelun momento, el terapeuta no puede serles de ninguna utilidad. Ya volverán a verse dentro año. LA SESIÓN DE CONTROL Consideraciones generales La única finalidad de la sesión de control es integrar en la intervención sistémica esta experiencia de un año sin contacto terapéutico. En ningún caso pretende retomar el tratamiento. La situación ya no puede ser la misma de un año antes. La demanda, si la había, necesariamente habrá cambiado. En la gran mayoría de los casos, se trata de una sesión única que ratifica la competencia de los cónyuges por lo que respecta a su relación y toma nota simbólicamente de las transformaciones efectuadas, cualesquiera que hayan sido sus consecuencias: de consolidación de la relación de pareja o de disolución. No sólo se registrará el estado de la cuestión. También se prestará gran atención al recorrido losconflictos, cónyuges para llegar aen la el situación actual: temas han sido objeto de seguido discusiónpor o de variaciones clima emocional de laque relación, incidentes o accidentes ocurridos durante este período y sus consecuencias. Todo es importante para el terapeuta, pues le ayuda a tener acceso al laboratorio donde ha practicado su singular alquimia la pareja. La terapia sistémica considera esencial que se mantenga el paradigma de la complejidad. El sistema, capacitado a través del protocolo invariable para poder dialogar con el tercero inicialmente excluido, está en condiciones de utilizar la situación de crisis de manera creativa en vistas a alcanzar un nuevo equilibrio. Cabe esperar lógicamente, entonces, que este sistema también haya aprendido a reconocer al mismo tiempo el potencial renovador de las crisis que puedan presentársele más adelante. No caerá en la tentación de transformarlas en averías. Mantener el acento en el paradigma de la complejidad es, «Una especie de baile campesino, una polka tal vez, de ritmo armonioso, relativamente rápido» (pág. 99) (del srcinal) Estatua viviente de ligero CécileyFigura 6 Cuadro de ensueño de Cécile Figura 7 «Es verano, hace sol y una suave brisa agita dulcemente al mismo ritmo las ramas de ambos árboles» (pág. 101) (del srcinal) Estatua viviente de Antoine «Ella sonríe y mira al frente, él, más serio, la mira ladeando la cabeza» (pág99) (del srcinal) Figura 8 Cuadro de ensueño de Antoine «Antoine se ve como una nube blanca, redondeada y compacta en medio del cielo. Cécile es un viento suave que empuja la nube» (pág. 101) (del srcinal) por tanto, el mejor medio para reafirmar en su competencia natural a la pareja. El paradigma de la reparación` la induce, en cambio, a rehuir la experiencia de la crisis y presenta como solución lógica intentar delegar cuanto antes toda responsabilidad en un experto.
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También es interesante señalar que, en esta sesión de control, muchas parejas anuncian que han mejorado problemas apenas mencionados, y a veces ni siquiera abordados, durante la terapia. Por su parte, no establecen distinción entre lo que han tratado con el terapeuta y lo que no. Todo parece indicar que el protocolo invariable podría constituir, tanto para los cónyuges como para el terapeuta, una «preparación epistemológica», un ejercicio práctico en el manejo del paradigma de la complejidad. En consecuencia, cualquier resultado obtenido gracias a esta nueva aptitud podrá conyaelsecontacto terapéutico, cuya estructura lo asemeja un poco a unasociarse recorridolegítimamente iniciático, como ha señalado. Sesión con Antoine y Cécile Ambos se muestran muy satisfechos. Antoine destaca, en particular, un espíritu abierto antes ausente en la relación. El sufrimiento que les provocaba el hecho de estar juntos cuando mantuvieron su primer contacto con el terapeuta le parece ahora totalmente extraño. El período difícil parece haber quedado lejos, mucho más de lo que en realidad lo está. Siempre según Antoine, ahora se conocen mejor y él se conoce mejor a sí mismo. El único problema que les afecta en estos momentos son las dificultades de tener tres hijos, sobre todo desde que Cécile ha vuelto a trabajar a jornada completa, al mismo tiempo que prosigue sus actividades literarias. Cécile está de acuerdo. Realmente han cambiado los dos. Ahora piensa mucho más que antes en Antoine y en su relación. Han aprendido a ponerse acuerdo y aAntes cumplir sus lo compromisos, cosa importante cuando, como ellos, se tienendevarios hijos. nunca conseguían. El terapeuta procura orientar de la forma más abierta posible esta recogida de información. Es importante no adoptar en ningún momento una actitud directiva. Los cónyuges deben poder comentar e interpretar libremente cualquier experiencia sin innecesarias interferencias del terapeuta. Los fragmentos de vivencias que van surgiendo en el curso de este diálogo pasarán a enriquecer también el espacio intermedio, memoria común de la relación terapéutica. Con igual atención se recopilará la información analógica aportada por la repetición de las esculturas vivientes y de los cuadros de ensueño. Sabemos que estas representaciones nos indicarán con precisión desde qué lugar nos habla ahora la pareja, esto es, el lugar hacia el cual se ha encaminado durante estos meses de separación. Como en las dosfacilitar primeras invariable,Sepodrán emplearse técnicas subhipnóticas para la sesiones induccióndeldelprotocolo trabajo analógico. repetirán detalladamente todas las instrucciones necesarias. No hay que confiar en el recuerdo que puedan conservar los cónyuges del trabajo análogo realizado dieciocho meses antes. Vista la turbulencia de nuestras vidas y la gran cantidad de estímulos a que estamos expuestos, sería tan presuntuoso como arriesgado confiar en los recuerdos que pueda conservar la pareja de su primera experiencia y basarse en ello para ofrecerles unas instrucciones someras. Al contrario, es conveniente decirles, por ejemplo: «Ahora intentaremos ver qué aspecto tiene actualmente su relación de pareja. Hacerlo con palabras plantea muchas dificultades. Intentaremos prescindir de ellas (pausa). Vamos a repetir, por tanto, el trabajo que ya realizaron hace un año y medio aproximadamente, al iniciar nuestros contactos. Tal vez lo recuerden un poco (pausa).
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«De todas maneras, les repetiré las instrucciones necesarias. «Empezaremos por examinar cómo se tratan ustedes entre sí, qué hacen el uno con el otro, qué tipo de comportamientos intercambian. «Imaginen que se encuentran ante un interlocutor que no habla su idioma. Cada uno de ustedes debe hacerle comprender el contenido de esta interacción a través de una estatua con dos personajes, su cónyuge y ustedes mismos. Al ver esta estatua, el extranjero comprenderá cómo actúa cada uno de ustedes en relación al otro. «Procuren en su asiento...» El resto de relajarse las instrucciones y observaciones sobre la ejecución de las esculturas pueden consultarse en la descripción de la primera sesión del protocolo invariable (pág. 84). Estatua viviente de Cécile (figura 5) Lo primero que ve es la escena de un baile. Al principio ambos se miran, la mano derecha de Cécile cogida de la mano izquierda de Antoine. Se contemplan el uno al otro, ella risueña, él con una sonrisa. Las manos enlazadas se desplazan hacia delante sin soltarse, los cuerpos y las caras se vuelven hacia el exterior. Luego las manos unidas, siempre enlazadas, se mueven hacia atrás y ambos vuelven a encontrarse cara a cara. Una especie de baile campesino, una polka tal vez, de ritmo ligero y armonioso, relativamente rápido. Estatua viviente de Antoine (figura 6) Están otro, con yuna rodilla en el él, suelo, con un brazo enla torno a la cinturauno deljunto otro. al Ella sonríe mira al frente; máscada serio,uno la mira ladeando cabeza. En el movimiento que sigue, los dos se levantan, sin separarse, y avanzan, siempre enlazados, hasta desaparecer del campo de observación. El desplazamiento es pausado, regular, sin movimientos bruscos. Intervalo en la sesión Cuadro de ensueño de Cécile (figura 7) Visto que en este caso ambas representaciones se realizarán durante una misma sesión, es particularmente importante establecer una fase de transición. Se hará algún comentario positivo sobre la ejecución de las esculturas vivientes. A continuación, se invita a los cónyuges a sentarse para tomarse unos minutos de descanso. Puede ser un momento propicio para aclarar algunos aspectos de la conversación inicial. Luego se pasa a la visualización de los cuadros de ensueño. Una vez más, no se confiará en la memoria los cónyuges y sehicimos repetiránla atentamente las instrucciones concompletamente todo detalle. Por ejemplo:de«Ahora, igual que otra vez, pasaremos a otro tema distinto. Lo único que se mantiene es nuestro deseo de prescindir de palabras (pausa). «Procuren relajarse en su asiento... Ahora tendrán un ensueño, despiertos, naturalmente, en el cual visualizarán lo que hay de específico, de único, en su relación, lo que la diferencia de cualquier otra relación de pareja... Como en los sueños, verán personajes conocidos bajo apariencias extrañas, pero aun así los identificarán enseguida... se imaginarán a sí mismos y a su cónyuge bajo una forma vegetal, mineral o animal, que pueden escoger libremente. Los seres humanos quedan excluidos... Estas formas pueden aparecérseles de inmediato... O también puede ocurrir que tengan que esperar un poco... Cuando las visualicen, síganlas mentalmente observando qué ocurre entre ellas..., cómo es el ambiente..., tenso... sereno..., qué hora es..., es de día... o de noche..., cómo es el clima...» El resto de las instrucciones y demás recomendaciones pueden consultarse en la segunda sesión del protocolo invariable (pág. 91).
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Veamos ahora el contenido de los cuadros de ensueño en la sesión de control que aquí nos ocupa. En su ensueño, Cécile ve a dos abedules adultos, pero relativamente jóvenes. Los dos árboles están bastante próximos, a unos diez metros de distancia más o menos, pero sus ramas no se tocan. Cécile se sitúa a poca distancia de Antoine. Los dos miran en la misma dirección, con los brazos levantados a ambos lados de la cabeza para simbolizar las ramas. Es verano, sol y una suaveotro brisa agita dulcemente al mismo ritmo las ramas de ambos árboles. Nohace se observa ningún movimiento. Cuadro de ensueño de Antoine (figura 8) Antoine se ve como una nube blanca, redondeada y compacta en medio del cielo. Cécile es un viento suave que empuja la nube. El resto del cielo está despejado y sereno. La nube se desplaza suavemente empujada por el viento, sin cambiar de forma. Todo está tranquilo y en calma. Tardamos un poco en decidir la escenificación del cuadro. Finalmente Antoine se coloca de pie, con los brazos en jarras, para representar la nube. Cécile, con una mano sobre su hom bro y la otra extendida hacia atrás, le empuja suavemente. Antoine se desliza lentamente de costado sin cambiar de posición y Cécile le sigue. En este movimiento lateral sin ningún cambio de actitud en ninguno de los dos, Antoine y Cécile parecen figuras de un bajorelieve egipcio. CONCLUSIÓN DELsesión PROTOCOLO El contenido de esta de control INVARIABLE no hace necesario continuar con las entrevistas. Más bien se plantea como un acto de clausura. El motor esencial de la sesión es la legítima curiosidad del terapeuta, así como la necesidad de la pareja de cerrar un diálogo iniciado hace más de un año. Una situación abierta de este tipo puede resultar un poco sorprendente en el contexto de un universo terapéutico todavía muy dominado, a pesar de todo, por la epistemología reparadora. Si la pareja hubiese hecho referencia a problemas residuales, habría habido que explorar su capacidad para manejarse en esos ámbitos. ¿Aceptan esos problemas como naturales, léase necesarios? ¿Tienen el propósito de intentar hacer algo, y qué? Una demanda más concreta de los cónyuges, circunstancia muy poco frecuente en esta fase, podría justificar empero algunas entrevistas suplementarias centradas en una dificultad particular. Antoine y Cécile, en cualquier caso, no plantearon ninguna demanda de este tipo. Intentaremos exponeryfielmente abordar un terapeuta una parejanuestra en estaentrevista fase final.como ejemplo de los temas que pueden Antoine y sobre todo Cécile mencionan una expectativa de interpretaciones concretas que se ha visto frustrada. Creen comprender la razón, pero siguen sintiendo curiosidad por saber qué ha observado en ellos el terapeuta durante las sesiones. Se muestran asombrados ante la evolución constatada y que no saben explicarse exactamente cómo se ha producido. Reconocen con sinceridad que la terapia es un espacio en el que resulta fácil hacer preguntas. El problema es que en la mayoría de los casos quedan sin respuesta. Posiblemente esperaban «revelaciones» más importante sobre sus móviles inconscientes. La dificultad para establecer una relación lógica entre el protocolo invariable y los efectos que suscita es algo habitual y bastante comprensible, puesto que el protocolo invariable no actúa como factor de causalidad lineal, sino que delimita un marco epistemológico. 61
Para comprender el carácter indirecto de la relación existente se requiere un difícil proceso de concienciación, que raras veces tiene lugar de forma inmediata. En cambio, con relativa frecuencia recibimos cartas sumamente interesantes de parejas o de familias, a menudo varios años después de dar por concluido el contacto. En ellas se manifiestan reflexiones que revelan la inopinada aparición de esta comprensión. De pronto han tomado conciencia con toda claridad de las enseñanzas implícitas en el protocolo invariable. Una última ventaja de este modelo de actuación que no querríamos dejar de mencionar, es que permite con un contacto más natural y másnorelajado con lasante parejas han seguido tratamiento anterioridad. El terapeuta siente revivir ellosque el ya sentimiento de un responsabilidad ansiosa que queda como reminiscencia de los esfuerzos realizados en el contexto de una epistemología de reparación. ¿Cómo parece funcionar por el momento la pareja? ¿En qué medida puede felicitarse o debe reprocharse el terapeuta por los resultados obtenidos? Estas preguntas tienen su srcen en el aspecto fusional de una terapia que no deja un espacio intermedio entre el terapeuta y la pareja. El protocolo invariable obliga a la pareja y al terapeuta a respetar hasta la última sesión este espacio enriquecido simbólicamente con sus creaciones conjuntas. De este modo se equilibra el reparto de responsabilidades. Completado este recorrido detallado de un protocolo invariable, volveremos a plantearnos el tema en términos más globales, para examinar el problema general de las posibilidades e imposibilidades asociadas a esta forma de abordar los problemas de la pareja. 5. LA RECONQUISTA DE UN ABSOLUTO VIABLE. POSIBILIDADES E IMPOSIBILIDADES EL ABSOLUTO COMO SÍNTESIS DE LA PAREJA Para hacerse una idea de los problemas que plantea para una pareja el debilitamiento de su absoluto puede ser útil recordar la dialéctica hegeliana. Las personas que forman una pareja son diferentes por su sexo, sus historias personales, su cultura familiar de srcen. Toda dinámica de pareja se basa, por consiguiente, en la confrontación de percepciones distintas del mundo, en la contraposición de visiones antitéticas. La vida de pareja puede definirse adecuadamente, por tanto, como un proceso dialéctico permanente que da lugar a síntesis transitorias y revisables. La síntesis se define como una reunión de elementos psíquicos en un todo estructurado, que presenta cualidades o valores nuevos en relación a los elementos srcinarios. En ausencia de un proceso dialéctico, excluida la posibilidad de una síntesis, la yuxtaposición de los contrarios desemboca enamenaza su mutuapara exclusión. Debe suprimirse al otro. La otro se convierte en una mi propia identidad. El racismo no diferencia es sólo un del fenómeno propio de los grandes sistemas sociales, también puede darse en la pareja. Todo depende, por tanto, de que sea posible o no una síntesis, de la posibilidad o imposibilidad de contar con un absoluto de la pareja. El absoluto es la síntesis, portadora de significado, de las diferencias entre dos individuos. En su ausencia, estas dos personas deben enfrentarse constantemente al hecho inexorable de que sólo pueden ser unos extraños el uno para el otro. En cuyo caso, ¿para qué vivir en pareja? En consecuencia, la experiencia nos indica que el factor esencial para la supervivencia de una pareja es el sentimiento de contener a ese tercero, la conciencia de una síntesis en curso. Este factor predomina sobre cualquier dificultad de relación. Sin embargo, cuando el absoluto de una pareja se debilita o desaparece se justificará el fracaso sacando a relucir todos los elementos problemáticos de la relación. 62
Esta postura tal vez parezca exagerada. Pero no se requiere una larga experiencia en la práctica de la terapia de pareja para constatar que cualquier norma preconcebida resulta un estorbo totalmente inútil en el trabajo con la pareja. El mismo modelo de relación en términos de comunicación, de sexualidad o de reparto de responsabilidades puede ser presentado por dos parejas que acuden a nuestra consulta como una maravilla de buen funcionamiento y como una calamidad, alternativamente. Los absolutos de algunas parejas incorporan con toda naturalidad prácticas que pueden parecernos totalmente exóticas comparadas con las habitualmente en nuestra sociedad. Otros absolutos impulsan a los miembros de una pareja aaceptadas poner en tela de juicio actitudes que pueden parecernos tan inocentes como anodinas. Es evidente que la tolerancia del terapeuta nunca deberá llegar al extremo de aceptar prácticas que pongan en peligro la integridad individual de uno de los cónyuges, pero la necesaria adopción de medidas protectoras, de carácter jurídico o de otro tipo, no significa que pueda prescindirse del absoluto de esa pareja para aplicar en este caso un enfoque puramente normativo. Continuamente se constata el fracaso de las maniobras educativas. A una pareja que acude a la consulta con dificultades serias, que sufre realmente un «problema de pareja», de nada le servirán los consejos destinados a mejorar únicamente el desorden expuesto. No existen pruebas científicas serias que demuestren una reducción duradera de los problemas sexuales de la relación de pareja a través de las «terapias sexuales», como tampoco se consiguen mejoras en la comunicación cónyuges a través de lasnumerosos «terapias de comunicación», etcétera. No obstante seentre han los hecho y siguen haciéndose esfuerzos en este sentido, sobre todo en Estados Unidos, a pesar de los fundados reparos que pueden albergarse en cuanto a su eficacia. El fracaso de estos esfuerzos de carácter pedagógico nos parece de lo más lógico. A partir del momento en que el «Uno más uno son dos» tiende a convertirse en el modelo organizativo de una pareja, ésta habrá entrado en el camino de la disolución. Todo en la relación se vive, justificadamente, como absurdo. Sin embargo, de acuerdo con la especificidad de la relación, en medio del marasmo general será más fácil aducir unas dificultades que otras como explicación del supuesto fracaso. Estas dificultades, «confesables» en razón de la especificidad de la pareja, se convierten en el billete de acceso a la terapia. Sin embargo, igual que en una estación el destino escogido -la dificultad expuesta, en este caso- no ayuda a comprender la personalidad del viajero, modificarnos su trayecto, proponiéndole pasar porpersona, Limogespara en vez de porlaClermont-Ferrand, tampoco servirá para conocer mejor a esa averiguar organización de la pareja. Ya hemos descrito por qué medios intentamos ayudar a la pareja a tomar contacto con el absoluto que intenta mantener silenciado. Hecho esto, la pareja empieza a oscilar entre la tentación de seguir reivindicando este absoluto y la necesidad, no menos imperiosa, de deshacerse de él. Esta oscilación favorece la aparición de una situación de crisis en la que se decidirá el futuro de la relación. El absoluto de la pareja, el tercero ahora incluido, ¿es viable bajo una nueva forma o pertenece inexorablemente al pasado? El objetivo no es en absoluto preservar a toda costa la relación de pareja. La intervención se dirige esencialmente a dos individuos, a quienes ya no permitirá poner entre paréntesis el absoluto que rige en su relación. Les obliga a actuar de forma equitativa consigo mismos y con esa construcción común al tomar la decisión que ineludiblemente han de tomar, cualquiera que ésta sea.
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Examinaremos más ampliamente en otra obra las pruebas objetivas de los potenciales efectos destructores de la perturbación de la relación de pareja para la salud mental del individuo, repercusiones que parecen más importantes, a corto y a largo plazo, de lo que habitualmente suele admitirse. De ahí la importancia de preocuparse seriamente del individuo dentro de la pareja. Con lo cual también nos ocuparemos de ésta, puesto que el sistema no puede funcionar mejor que cada una de sus partes. Si el absoluto de la relación finalmente se demuestra viable, el individuo sin duda se felicitará así sea. Si, por eluna contrario, ha quedado relegado inexorablemente al pasado,que se habrá producido pérdida.elElabsoluto individuo debe poder comprender esta pérdida y asumirla. Entonces incluso podrá mantener una relación relativamente satisfactoria con su antigua pareja. Recurrir a lanzar acusaciones contra el otro una vez disuelta la pareja suele ser un subterfugio destinado a eludir la vivencia de una pérdida, que sigue siendo tan inconfesable como persistente, pues no forma parte de un modelo de pensamiento aceptable para la persona en cuestión. Un mayor desafío para nuestra capacidad de comprensión es el que plantea la capacidad de supervivencia de algunos absolutos a través de su transformación en otros distintos por medio de un fenómeno de auto-regeneración o de auto poises, si se prefiere, en tanto que otros parecen incapaces de lograrlo. Ofreceremos algunas reflexiones al respecto a través de la descripción de dos terapias que ilustran estos dos casos opuestos: una terapia en la cual el proceso recorrido no parece haber influido sobre el absoluto de la pareja y otra en la cual el absoluto sealrenovó. Queremos animar lector a hacerse sus propias reflexiones, pues nos sentimos muy lejos de poderle proponer auténticas conclusiones. LA SÍNTESIS YA NO ES POSIBLE; EL ABSOLUTO DE LA PAREJA SE MUEVE EN EL VACÍO Hélélze y Thornas Héléne v Thomas están en mitad de la treintena. Hace cuatro años que viven juntos sin estar casados. Los dos trabajan para sendas agencias de publicidad, donde tienen puestos de responsabilidad y creativos. Cuando se conocieron, trabajaban en la misma agencia, donde Héléne desempeñaba un trabajo subalterno. Héléne reconoce que Thomas la ha ayudado mucho a progresar profesionalmente y que debe estarle agradecida. Tienen un hijo de dos años, Pierre. El motivo de la consulta es que ya no saben por qué viven juntos y dudan que su relación tenga futuro. Adoptan actitudes acusadoras simétricas. Cada uno piensa que el otro hace demasiado poco y no da lo suficiente. Bajo un cierto tono de camaradería, la atmósfera que se respira en la pareja recuerda una guerra de trincheras, con continuos ataques y contraataques. La agresividad se enmascara bajo la ironía y se mantiene controlada. A pesar de todo son «colegas». Seguiremos con el lector el desarrollo del protocolo invariable y expondremos sucesivamente el modelo organizativo de la relación observado en el curso de las dos primeras sesiones, el proceso seguido por la pareja y, por último, la sesión de control. Modelo organizativo de la relación Las estatuas vivientes Thomas les ve a los dos de rodillas, separados por una mesa baja. Se están enfrentando en un «pulso». La lucha es larga pero, tras numerosas peripecias, Héléne acaba imponiéndose e inmovilizando el antebrazo de Thomas contra la mesa. 64
Héléne se ve de rodillas, desplomada, a unos cincuenta centímetros de Thomas que, cómodamente tendido de espaldas, parece totalmente relajado. Pasado un instante, Héléne se incorpora con gran esfuerzo, extiende una mano y la apoya en un muslo de Thomas, como para atraer su atención. El no manifiesta ninguna reacción ante esta invitación. Héléne vuelve a desplomarse entonces en su actitud inicial y permanece postrada un rato, hasta que por fin vuelve a repetir un nuevo intento de aproximación, idéntico al anterior, tanto en la forma como por su ineficacia. Los cuadros de ensueño Thomas se ve como un árbol en apariencia bastante robusto. La especie no tiene importancia. Héléne es una hermosa roca lisa color gris claro situada a poca distancia de la base del árbol. Todas las personas que pasan por allí admiran la hermosa roca. Pero no saben que ésta tiene, en su parte inferior oculta a la vista, afiladas aristas cortantes como dientes. La roca se desplaza sigilosamente para cortar con estos dientes las raíces del árbol. Muy lentamente completa toda la vuelta a su alrededor. Las ramas empiezan a decaer y el árbol se va muriendo lentamente, víctima de la agresión disimulada tras la apariencia a primera vista idílica del cuadro. Héléne ve a Thomas como un gran elefante que avanza majestuosamente. Ella es un ratoncito gris que corretea entre las patas del elefante, buscando su protección. El ratoncito tiene otro recurso, pues enestá el camino por elpor que avanzan hay ningún otro lugar donde no poder refugiarse. El camino flanqueado rejas que lonoseparan del resto de la ciudad. El ratoncito se ve obligado, por tanto, a adaptar constantemente su paso al del elefante a lo largo de un recorrido que parece no tener fin. Recorrido con la pareja Como primer paso, tenemos que disociarnos de la posición de juez en que intentan colocarnos las acusaciones recíprocas de ambos componentes de la pareja. En consecuencia, nos situamos de inmediato en el plano de la primera recursividad, invitando a Héléne y Thomas a aportarnos más información suplementaria. De este modo esperamos establecer un espacio dialéctico entre el terapeuta y la pareja, que paulatinamente podrá ir adquiriendo mayor consistencia y profundidad. Este espacio, que denominamos intermedio, garantiza nuestra libertad de acción y nos permite establecer un auténtico diálogo con Héléne y Thomas, convertidos a su vez en investigadores de su propia relación de pareja. Este diálogo evolutivo debería permitirnos descubrir entre los tres al ocupante de la tercera silla, el tercero reintegrado en la relación. Con ayuda de las tareas de cambio y del contenido analógico de las estatuas vivientes y de los cuadros de ensueño, el terapeuta impide que la pareja se refugie en la fragmentación de sus vivencias a través del lenguaje, fomentando sus posibilidades de alcanzar la crisis existencial que es vehículo de la autorenovación de la pareja. Las tareas de cambio Describiremos a continuación las tareas asignadas a Thomas y Héléne como medio de transgresión de su propio ritual. El nombre de «tareas anti-homeostáticas» con que las hemos designado en otros escritos es un término demasiado general. Toda vez que su objetivo concreto es la componente estabilizadora del ritual, parece más adecuado denominarlas «contra-rituales». Estas tareas de cambio están desprovistas, obviamente, de todo contenido normativo.
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Para Thomas, la situación vivida aparece como un conflicto permanente, un «pulso» en el cual, tras una larga lucha, acaba saliendo derrotado. Un cambio obvio será negarse a luchar v declararse vencido de entrada. En consecuencia, le pedimos que exponga a Héléne a la siguiente situación: Tres veces a la semana, bajo el pretexto de un problema insignificante (el extravío de un objeto, una noticia desagradable, por ejemplo), Thomas simulará, durante quince a treinta minutos, un estado de profunda desesperación. Se sentirá metafóricamente derribado, aplastado. llamarse: «De prontodeelforma suelo incontrolada se abrió bajo emis pies». Durante este accesoLa detarea total podría impotencia, se comportará infantil. Una vez transcurrido el plazo de tiempo establecido, recuperará el control de sí mismo y reanudará su comportamiento habitual. Si Héléne le hace preguntas, se negará a comentar el incidente, refugiándose en la incomprensión. Cada vez observará la misma rutina y tomará meticulosamente nota de su propia reacción ante este incidente, así como de la de Héléne y otros posibles testigos, en un cuaderno que comprará con este objeto. Héléne, por su parte, percibe su contribución al status quo de la relación como una repetición desilusionada de intentos de atraer la atención de un hombre que no le concede ninguna. A la vista de esta actitud derrotista parece lógico pedirle que experimente los efectos de un ataque frontal. Tres veces a la semana, antes de regresar a casa, Héléne escogerá una experiencia muy concreta, pero que no tenga nada que ver con la relación. Puede ser un encuentro que haya tenido durante día, un artículo leído en la prensa, la sensación experimentada al atravesar un parque o un eljardín. En el curso de la velada, escogerá un momento para intentar «vender» durante quince minutos ese estado de ánimo a Thomas de la manera más convincente de que sea capaz, procurando hacerle participar al máximo en su experiencia. Luego se desinteresará repentinamente del tema en cuestión y retomará su comportamiento habitual hasta la siguiente ocasión. También ella deberá tomar nota con toda exactitud tanto de su propia reacción como de la de Thomas ante estos episodios. Como puede verse, se trata de una variante de la tarea del «vendedor de cepillos» descrita en el capítulo anterior. Efectos del contra-ritual En el caso de esta pareja, la resistencia a poner en práctica las tareas de cambio procederá paradójicamente, pero no sin una cierta lógica, de la constatación de que son factibles. Thonzas nos cuenta, por ejemplo, sus accesos desesperación es apiadarse de él y que que la sereacción muestra de másHéléne atentaante y solícita cuantode más nimio e infantil es el motivo de la crisis. Esto le molesta enormemente por los siguientes motivos: Héléne procede de una familia de personas psíquicamente inestables. Tanto su padre como su madre han estado internados en centros psiquiátricos. Sus hermanos y hermanas hablan continuamente de sus depresiones y veleidades suicidas. Hasta el momento, él cree haber simbolizado para Héléne un mundo distinto donde imperan el autodominio, el control y una serenidad olímpica. En consecuencia, ve en el apoyo afectivo que le prodiga Héléne un intento de integrarle en ese otro mundo suyo, lo cual le resulta mucho más difícil de soportar que el respeto obviamente implícito en su hosquedad habitual. Héléne observa que Thomas se muestra poco dispuesto a comprar los «productos» que intenta venderle. Sin embargo, le gusta realizar la tarea, pues siente que la protege de 66
Thomas. La hace sentirse como una estratega. En esas circunstancias, Thomas no puede cortarle la hierba bajo los pies. Sin embargo, añade que Thomas no le compra nunca o casi nunca nada. Lo que ocurre es que no soporta deberle nada a nadie. En opinión de Héléne, se trata de una actitud de srcen familiar. Thomas es hijo único y ha heredado el carácter de su padre. Este no era un cualquiera, a pesar de haber pasado su infancia en un asilo. Hijo de un padre que, según dicen, se ahorcó y de una madre desaparecida contratambién todas lasquiera adversidades, crearse una control situación destacada. ¡Nosinesdejar rato rastro, que Thomas ejercer a logró toda costa pleno sobre cualquier situación! Comentarios Está claro que Thomas y Héléne no valoran los resultados de las tareas recomendadas en términos de las ventajas inmediatas que podrían aportar a la relación. Les ayudan a descubrir algunas cosas, pero éstas más bien vienen a cimentar sus pasadas actitudes en vez de servir para matizarlas. Esto es poco habitual. Sin duda, las tareas de cambio tienen por objeto poner de relieve que no es posible decidir libremente un comportamiento y que es preciso tener siempre en cuenta el absoluto de la relación. Todas las parejas quedan fascinadas, por tanto, ante el aspecto de transgresión de esas tareas, el cual suele inducirles a profundizar en la naturaleza del orden así amenazado. En el caso que nos ocupa,denoHéléne llegó aenpenetrarse más allá le deimpide un aspecto esquemático este orden. La «inferioridad» el plano psíquico imponer a Thomasdeuna «compra», y la «supremacía» de Thomas en ese mismo plano no le permite presentarse «tambaleante» ante los ojos de Héléne. Dado el carácter esquemático de este orden, la reticencia a realizar las tareas también aparece poco matizada y al terapeuta luego le resultará difícil respaldar tan dialécticamente como querría, en la séptima sesión del protocolo invariable, el absoluto actual de la relación que sostienen. En situaciones como ésta, el escaso e insuficiente enriquecimiento de los contenidos del diálogo puede dar una textura paradójica demasiado marcada a esta intervención de reintegración del tercero excluido, en consonancia con la rigidez del modelo cognitivo presentado por la pareja. En consecuencia, será importante intentar mantener abierto el diálogo, no dejarse llevar por la tentación de jugarse el todo por el todo, atando demasiado a la pareja a su propia definición. Incluso en los casosofreciendo que parecen es importante dejara abierta la Lo posibilidad diálogo evolutivo, un rebeldes, cierto margen de maniobra la pareja. cual seráde un imposible si el terapeuta, convencido de que ésta no presenta la menor predisposición espontánea a rebelarse contra su propio modelo, decide elevar hasta extremos insoportables la temperatura de la sauna que le ha creado. Paradójicamente, con ello corre el riesgo de perder todos los efectos favorables del trabajo sistémico realizado hasta entonces y volver a caer inadvertidamente en la cibernética primaria y en el planeta Alfa, empujado por su necesidad de eficacia. Resto del recorrido Sólo señalaremos los temas más destacados. Le aseguramos a Thomas que su reticencia a mostrarse débil y deprimido, aunque sólo sea por breves períodos, está justificada. En efecto, el cuadro de ensueño de Héléne manifiesta de manera rotunda la fantasía según la cual él es un elefante con la piel muy gruesa, 67
fantasía que es preciso respetar a toda costa para que se mantengan intactas las premisas de su relación. Es importante recordar en este contexto que Héléne conserva el recuerdo de un padre «de piel frágil» que intentó quitarse la vida en dos ocasiones. En consecuencia, es esencial para ella que Thomas deje clara la diferencia. Desde esta perspectiva, parece razonable que Thomas procure mantener callados sus posibles deseos de un cambio. Siente que no debe vaciar la relación de un contenido tan precioso para Héléne. Héléne, su parte, ya puede olvidarse ventas promocionales. Todo parece indicar que debepor limitarse a representar un papelde desus saboteadora de afilados dientes, el único en el que puede ser útil para los intereses de Thomas. En efecto, éste se ve como un baobab que resiste todos estos ataques. Lo que Thomas no soporta son los regalos inesperados. Recibir una ventaja por la que no ha luchado le hace sentirse débil y sin defensas. La relación exige, por tanto, que Héléne, ignorando sus propias necesidades, ratifique que Thomas es un digno descendiente de su padre, el hombre que se hizo a sí mismo a partir de la nada. Pese a las reservas expresadas en cuanto a la dinámica de este diálogo particular, como de costumbre seguimos considerando imprevisible su desenlace. Un proceso activo puede ponerse en marcha de forma tardía o incluso, como hemos podido observar en más de una ocasión, una vez concluida la serie de entrevistas. Habrá que esperar a la sesión de control para poder sacar verdaderamente una conclusión sobre los resultados de la intervención realizada. Veamos, pues, cómo actuaron Thomas y Héléne un año más tarde, en la sesión de control. La sesión de control Las estatuas vivientes Las dos piezas sólo pueden acoplarse por una pequeña parte que simboliza sus cabezas. Sin embargo, en el sueño, Thomas y Héléne van probando sin descanso todas las otras caras con la esperanza de encontrar una alternativa. Esto es imposible y el juego se prolonga indefinidamente. Thomas se ve como un antiguo puente romano, bastante largo, que cruza un río apacible. Héléne es un pequeño coche de carreras rojo que se dedica a atravesar sin cesar el viejo puente a toda velocidad o bien para en seco en el centro para salir disparado en sentido contrario. El puente así maltratado se resquebraja progresivamente. Algunos bloques se desprenden y van a caer río. Héléne ve aalThomas de cuatro patas. Ella está tendida de bruces debajo. Intenta levantarse apoyándose sobre las manos y las rodillas, pero topa con el pecho de él. Vuelve a desplomarse pesadamente. Después de tomarse un descanso, inicia nuevas tentativas que, como la primera, acaban chocando contra ese «techo». Thomas los ve a los dos tendidos de costado, pies contra cabeza, pero a una cierta distancia, de unos dos metros aproximadamente, el uno del otro. Sus cuerpos están inmóviles. Sólo se mueven las bocas. Hablan y hablan y hablan... Fuera de eso, no se observa ninguna actividad... La agresividad y la distancia vuelven a aparecer, por tanto, como temas dominantes, igual que en las dos primeras sesiones del protocolo invariable. El único cambio es la inversión de los papeles de portavoz. Ahora, Thomas expresa la distancia y Héléne, la agresividad. Los cuadros de ensueño 68
Héléne ve dos piezas de un juego de construcción. Thomas es un elemento de gran tamaño de color azul oscuro y ella, un pequeño elemento de vivos colores variados. Conclusión Como puede apreciarse, los temores por el futuro de la pareja que afloraron al final de la fase contra-ritual se ven confirmados en este caso. Son patentes las grandes semejanzas entre las descripciones del modelo organizativo de la pareja ofrecidas por los cónyuges al inicio del protocolo invariable y en la sesión de control. En el planoElritual, un intercambio en torno al tema inicialmente de un antagonismo simétrico. tema persiste de la coerción se expresabloqueado en el «pulso» presentado por Thomas y en la «restricción» visualizada por Héléne en la sesión de control. La imposibilidad de comunicación aparece simbolizada en la escultura viviente inicial de Héléne y en la final de Thomas. En el plano mítico también se conservan los mismos temas. Uno es la imposibilidad de relación debido a la disimilitud, a la monstruosidad del otro, tal como se expresan en las figuras del elefante y el ratoncito, de las dos piezas incompatibles del juego de construcción. El otro tema que permanece es el de la presencia de pulsiones destructivas en el seno de la pareja, pulsiones que concuerdan con la componente racista del tema anterior: el árbol y la roca dentada, el puente romano y el coche de carreras. Parece razonable concluir, por tanto, que la pareja no ha cambiado a pesar del trabajo realizado. La relación no ha perdido nada de su rigidez. Esta constatación se basa esencialmente en En loscambio, criterioslos precisos de valoración del modelo organizativo queverbal ofreceen el modo analógico. elementos de información aportados en el plano muchos casos pueden interpretarse indistintamente como indicativos de un cambio o de todo lo contrario, visto lo cual su fiabilidad nos parece muy relativa. Así, por ejemplo, Thomas y Héléne anunciaron en la sesión de control que se habían separado unos meses antes. Thomas manifestó que su anterior irritación aparecía matizada ahora por una cierta añoranza de la relación. Héléne dijo que, en su opinión, si volvían a vivir juntos, se casarían. Ambos aseguraron que, de momento, sólo el otro contaba para ellos en el plano afectivo. Por nuestra parte, consideramos que tanto la separación como la añoranza son indicadores poco seguros. No existe motivo alguno para suponer que el absoluto de la pareja formada por Héléne y Thomas se haya modificado a lo largo del recorrido y que en estos momentos estén en condiciones de acceder a nuevas modalidades de vida. CAMBIAR DE examinaremos ABSOLUTO SIN LA PAREJAel resultado contrario, esto es, la A continuación otroPERDER caso que ejemplifica transformación del absoluto de la pareja. El ejemplo lo ofrece una pareja en la cuarentena, formada por Viviane y Jean. Viviane y Jean Viviane y Jean llevan diecinueve años casados. Tienen un hijo y una hija, esta última afectada por una grave enfermedad crónica. Los cuatro últimos años Jean ha tenido importantes problemas de trabajo y su situación profesional es actualmente incierta. Durante el mismo período, Viviane reanudó los estudios universitarios que había interrumpido al nacer sus hijos. Estos le apasionan y empieza a plantearse la posibilidad de iniciar una interesante carrera en el campo de las relaciones humanas. El problema que exponen es el siguiente: Viviane ha descubierto que Jean ha venido manteniendo desde hace varios años una relación continuada con una mujer mucho más
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joven. Con grandes dificultades ha conseguido convencerle para que renuncie a esta relación. Sin embargo, una vez obtenido este resultado, la situación parece haber empeorado, en su opinión. No pone en duda el afecto que le tiene Jean, pero se siente insegura, humillada, llena de rencor. Las discusiones son continuas y sumamente destructivas, sin que ninguno de los dos logre vislumbrar una salida. El modelo organizativo de la relación Las estatuas vivientes Viviane ve a Jean tendidoyace en elensuelo, con el dorso de la mano derecha sobre la frente y los ojos cerrados. Su cuerpo una postura abandonada, como sin vida, cerrado a todo contacto. Viviane está sentada a una cierta distancia, mirándole mientras le habla con vehemencia. Con la mano y el cuerpo inclinados hacia él, parece totalmente entregada a ese intento de establecer contacto. Pasados unos instantes, ocurre algo: Jean abre los ojos y finalmente se sienta, abrazándose las rodillas. Vuelve la cabeza y se queda mirando a Viviane. En el acto, ésta deja de hablar, pierde toda su vehemencia. Deja caer los brazos. Su actitud pasa a ser pasiva. Instantes después vuelven a encontrarse en la situación inicial: Jean ha caído de nuevo en su letargo y Viviane se activa otra vez. El juego se prolonga indefinidamente en una repetición de esta alternancia. En estatua perseguido porpara Viviane. Ella le sigue a aproximadamente a unsumetro de viviente, distancia,Jean con se la ve mano extendida darle alcance. El huye encorvado, con los hombros caídos, cubriéndose los oídos para no escuchar lo que ella quiere decirle. Ella consigue tocarle. Entonces él deja caer una mano, descubriendo un oído y vuelve la cabeza hacia ese lado. Escucha unos instantes algunos jirones del discurso de Viviane. Luego reemprende la huida, tapándose una vez más los oídos, y ella vuelve a perseguirle. El ciclo se prolonga indefinidamente en esta alternancia de bloqueo total o parcial de la comunicación paredes bajas. La pelota es negra y la caja, roja. Viviane es una mano que aprieta la pelota para introducirla en la caja. La pelota debe convertirse en un cubo. Cada vez que la mano afloja un poco la presión, la pelota recupera su forma inicial. También en este caso, el juego no tiene salida. La escena se desarrolla en el interior de una casa. Los otros muebles y el ambiente no tienen la menor importancia, dice Jean. Toda la atención se concentra en la pelota y la mano. Al representar este ensueño en la sesión, ambos cónyuges manifestaron una gran implicación lúdica. Viviane intentaba imponer una postura en ángulos rectos a Jean, el cual, de cuatro patas, se apresurara a redondear la espalda, los brazos y las piernas en cuanto Viviane le soltaba. Los cuadros de ensueño Recorrido con la pareja Viviane, en su cuadro de ensueño, se representa a Jean como un toro, joven y juguetón, que brinca alrededor de una bonita flor, una rosa, que la representa a ella. El toro querría que la flor le hiciera caso. La flor lo sabe y responde a este deseo inclinándose ligeramente cada vez que el toro pasa por su lado. Por desgracia, es un movimiento tan discreto que el toro no lo advierte y acelera el paso ejecutando exageradas cabriolas que asustan a la flor. 70
Es un juego sin salida. La flor emite en vano sus señales de interés que el toro no consigue captar. El comportamiento de éste se hace cada vez más caótico. El ambiente es de verano. Hace calor. Hay muchas otras flores esparcidas por el campo, pero ninguna es tan hermosa ni tan interesante como la rosa. Al escenificar este cuadro de ensueño de Viviane, Jean al principio accede de mala gana a representar el papel de toro desprovisto de sensibilidad, luego va entrando progresivamente en el juego, que parece divertirle. Jean describeeneluna siguiente cuadro de ensueño: se ve como una gran pelota de goma introducida caja cuadrada Las descripciones analógicas ofrecidas por los cónyuges en relación al plano ritual del modelo (el yaciente y la reanimadora, el que huye y la informadora) son bastante concordantes. Viviane define el juego y da las instrucciones. Jean no se enzarza en una competencia directa, pero sabotea con bastante eficacia los planes de Viviane y la acorrala. Las tareas de cambio A la vista de esta complementariedad bastante rígida de los roles, con una persona activa y otra pasiva, parece natural sugerir a cada uno de los cónyuges que invierta su papel. El que desempeña el papel activo será invitado a actuar de forma pasiva, y a la inversa. Es decir que podremos emplear una vez más los contra-rituales del «vendedor de cepillos» y el «oasis», convenientemente adaptados. Veámoslo. Jean, como es lógico, será el «vendedor de cepillos». Tres veces a la semana regresará a casa con aunViviane. tema de conversación escogido por él, que intentará «vender» durante quince minutos Es importante que se trate de un tema circunstancial, una impresión de su trabajo, un encuentro fortuito, nada que pueda resultar fascinante de entrada para ella. Después de cada tentativa, anotará cuidadosamente en un cuaderno secreto la fecha, la hora y el resultado conseguido. En total, efectuará tres «ventas» por semana, nueve en conjunto hasta la próxima sesión. Viviane, de costumbre tan responsable y tan presente, por el contrario se retirará tres veces por semana a su «oasis» durante media hora. Para ello escogerá un momento en que Jean esté presente. Se preparará una taza de té o de café y se refugiará en un rincón de la sala de estar, donde se concentrará por completo en una ocupación desusada para ella. Viviane decide empezar a dibujar, tarea por la que hasta entonces no ha manifestado nunca ningún interés. Se comprará lápices de carbón y un bloc. Cualquier intento inmiscuirse en esta o de atraer la atención de Viviane parte de Jean será de rechazado amable, peroactividad firmemente. «Enseguida te atiendo» puedepor ser una frase útil, por ejemplo. Pasada media hora, Viviane saldrá de su oasis y se comportará de la forma más habitual posible. Escuchará con atención cualquier alusión de Jean o de sus hijos al anterior episodio, pero sin darles ninguna explicación ni hacer el menor comentario. Naturalmente, tomará nota de todo en un cuaderno secreto para luego poder examinarlo en detalle con el terapeuta. Además, como Viviane teme la reacción de Jean, le ofrecemos un «paracaídas». Si la tarea llega a desencadenar una crisis importante, está autorizada a descargarse de toda responsabilidad revelando que la acción que ha provocado la cólera del otro responde a las «instrucciones» del terapeuta. En nuestra experiencia, casi siempre resulta innecesario un «paracaídas» de este tipo, aunque suele ser acogido con alivio. Sin embargo, el hecho de no tener que emplearlo lo
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convierte muy pronto en un elemento más del enigma. «No he tenido que utilizar el "paracaídas", por tanto no es el otro quien me impide cambiar. ¿Qué es lo que impide un cambio, entonces? ¿Yo misma o ese tercero desconocido que es la realidad de nuestra pareja?» Efectos del contra-ritual Viviane intenta realizar a conciencia su tarea, pero los resultados no la satisfacen. Jean y sus hijos se molestan por sus «ausencias», la incomodan con sus sarcasmos. Entonces veces seque le olvida la consigna e intenta justificar su los nueva afición.Jean Despotrica contra susasuegros, decidieron tener un hijo único pasados cuarenta. nunca será adulto. Jean, por su parte, tiene grandes dificultades para cumplir su tarea. Descubre que siempre se siente tentado a «vender» únicamente «cepillos rentables», proyectos de trabajo, temas políticos, capaces de suscitar comentarios inmediatos por parte de Viviane. Parece que tema darle una sorpresa. No consigue encontrar un «cepillo» en forma de comentario peregrino, de tema más bien exótico. Descubre que teme parecer «superficial», irresponsable, a los ojos de Viviane. Jean habla largo y tendido sobre las responsabilidades que tuvo que asumir Viviane después de la muerte de su padre y de su hermana mayor. También describe cuánto se ha dedicado a Suzanne, su hija mayor, afectada por una disminución. Hasta estos últimos años, Viviane ha vivido inmersa en este universocon de deberes. completosiempre los estudios que ahora acaba de reanudar éxito. Tuvo que abandonar por Comentarios A Viviane le enfurece que no se le conceda el derechp a media hora de pasividad, como algo razonable a lo cual puede aspirar en el marco de la relación. Jean teme que un cuarto de hora de excentricidad le haga perder definitivamente todo derecho a la estima de Viviane. Nuestros informadores descubren que, con o sin «paracaídas», no están en condiciones de aprovechar los momentos de libertad propuestos. Les señalamos que se trata de una prueba, de un experimento para ver qué ocurre, pero siguen prisioneros de la supralógica de su modelo y sólo piensan en términos a largo plazo. Sin embargo, ¿cómo es posible que un comentario extravagante de Jean pueda tener efectos más destructivos que su prolongada infidelidad con una joven rival? ¿Qué peligro puede suponer que Viviane se retire episódicamente a su «oasis»? Viviane y Jean empiezan preguntas. Sus vivenciasa abordar adquieren complejidad. Empiezan a estar abiertosaa hacerse los temas que nos disponemos conmayor cada uno de ellos en la segunda parte del protocolo invariable. Resto del recorrido fácil demostrarle que la situación quizá sea aún más complicada de lo que ella supone. Recordemos con cuánto placer escenificó Jean su cuadro de ensueño: la pelota de goma que resiste victoriosa los esfuerzos de la mano por encerrarla en una caja. Viviane probablemente tiene razón cuando afirma que Jean nunca deseó de verdad tener una amante. El objeto de su deseo ha sido siempre una paciente educadora y ha sabido elegirla muy bien. De algún modo, Viviane debe saber cuán importante es para Jean que ella no renuncie a esa tarea de educadora, tal vez ni siquiera por espacio de media hora. Por eso le ha planteado tantos problemas su contra-ritual. 72
La restitución del modelo organizativo funciona un poco como un koan para un estudiante de zen. Ninguna respuesta inmediata resulta satisfactoria. Viviane difícilmente podrá admitir su deseo de seguir educando a Jean, misión que rechaza. Tampoco le parece concebible que Jean, tan débil e influenciable, realmente tenga poder para obligarla a continuar con ese juego. Pero, entonces, ¿quién detenta el poder en la pareja? Si ninguno de los cónyuges la controla, ¿quién lo hace? Jean llegará a un dilema equivalente por un camino paralelo. No se atrevesiempre a sorprender a Viviane un mensaje de su propia a adelantarse a la reacción de con su mujer. ¿No será porque encosecha. el fondoTiende sabe que Viviane sólo es capaz de escuchar el eco de su propia voz? Tendría que saber sintonizar perfectamente con su diapasón. Pero por desgracia no lo consigue. En vez de incomodarla con sonidos discordantes, ha optado por la solución sumamente ingeniosa de proponerle, como norma, sólo mensajes que ella pueda rechazar de inmediato como banales y carentes de interés. De este modo le evita las dificultades que debería superar para neutralizar el comentario de Jean y restablecer la presencia de su propio universo, como se vería obligada a hacer si él le plantease, aunque sólo sea durante un cuarto de hora, un tema de conversación personal, coherente y srcinal. Jean debería recordar el cuadro de ensueño de Viviane, su Viviane comienza a advertir poco a poco que no puede evitar seguir empeñada en «educar» a Jean. Su modelo es elsupadre autoritario seductor perdió cuando tenía 23 años. aceptó gustosa legado y se hizoycargo de laque educación de su madre y de sus Viviane hermanas. Reconoce haber sido una buena educadora. Siempre ha obtenido buenos resultados, incluso con su hija minusválida. Su único fracaso ha sido Jean. Sólo él se le escapa. Jean representa la tarea imposible a la que debería renunciar, pero no puede. Le preocupa más la debilidad de carácter de Jean que su infidelidad. En efecto, ella misma se ha enamorado de diversos hombres durante su matrimonio, pero siempre ha sabido controlarse. En cambio Jean, que sólo la quiere a ella, no tuvo la voluntad de resistirse a esa joven que lo acosaba. Esto es lo que la inquieta. Nos encontramos plenamente en el plano supra-lógico. Será versión de la especificidad de la relación. ¡El torito parecía estúpido por no comprender el lenguaje de la flor! Pero, ¿no sería más acertado decir que el joven toro era tan sensible a las necesidades de la rosa que, comprendiendo su deseo de detentar la exclusiva de la expresión correcta y equilibrada, desempeñaba a la perfección papel demostrarse incapaz de estar a suelaltura? He aquí un segundo koan, estasuvez paraalJean. Si Viviane en efecto dirige juego, lo hace por un motivo que él no puede aceptar, a saber, su propia torpeza. Si por el contrario quien decide mantenerlo es él, debe atribuirse unos motivos altruistas que no concuerdan con la agresividad que le inspira su mujer. Si es el juego quien los dirige, en vez de dirigir ellos el juego, ¿qué posibilidades tienen de salir del punto muerto en que se encuentran? Como puede verse, en el caso de esta pareja, los temas han cambiado y han adquirido mayor complejidad a lo largo del recorrido. Se ha dado un diálogo evolutivo. Esto parece una señal de buen augurio. Sin embargo, al finalizar el recorrido se respira un cierto ambiente de crisis en la pareja. Las peleas son bastante frecuentes. Ambos cónyuges parecen pesimistas. Sin embargo, aceptan la idea de que en nada les beneficiaría prolongar el contacto terapéutico. Ahora son 73
conscientes de que numerosas respuestas sólo pueden surgir de su pareja y no tienen la menor duda de que el período que se avecina será decisivo para ellos. Por consiguiente, no será posible llegar a ninguna conclusión hasta la sesión de control. Veamos cómo se desarrolló ésta su trabajo. Le han confiado un puesto de gran responsabilidad. Viviane ha escrito una tesis. Dicen haber cambiado mucho. Cooperan mucho mejor entre ellos que antes. El carácter de sus discusiones se ha transformado por completo. Jean tiene una imagen menos idealizada de Vivia laneiniciativa y ya no teme enzarzarse una nueva discusión con no ella. toma tan a Se menudo en lugar de Jean.enEsta reserva le Viviane crea malanoconciencia. siente tranquila aunque se separen peleados. «¿Cómo y por qué se ha producido este cambio»?, pregunta inocentemente el terapeuta. «Todo ha ocurrido de forma espontánea», es cuanto le responden. Veamos ahora si también se detecta el mismo cambio en el modelo organizativo. Las estatuas vivientes Viviane los ve a los dos cara a cara con las manos enlazadas. Los dos se miran. De vez en cuando se inclinan al encuentro del otro y se besan. Una figura más bien estática con escasos movimientos. Jean también los ve a los dos de pie. El contempla a Viviane que está frente a él con el cuerpo ligeramente ladeado. Están cogidos de la mano. Él apoya la mano libre en el hombro de su mujer. Ella tiene la mano libre sobre el vientre, en una actitud de Madonna. Ningún Cuadrosmovimiento de ensueño anima la estatua. La sesión de control Diez meses más tarde, en la sesión de control, nos encontramos con una situación muy cambiada. Jean ha obtenido un considerable e inesperado ascenso en Viviane se ve como una alta montaña cubierta de vegetación. Jean es una fuerte cascada que se desliza sobre la ladera de la montaña. La cascada es impetuosa al principio, luego su flujo se hace más regular. No se ve dónde va a caer cuando se separa de la pared rocosa. Sus aguas son claras y abundantes. El aire está fresco, calienta el sol. No hay ningún movimiento aparte del desplazamiento del agua. El ambiente es sereno. Jean ve dos jarras con tapa, absolutamente idénticas. Ambas están situadas una al lado de la otra sobre una superficie lisa y son de vivos colores. La tapa deUn la líquido jarra querebosa simboliza Jean está tapa de Viviane está abierta máximo. de lasajarras y seentreabierta, derrama a sulaalrededor, más abundante en elal caso de Viviane, más denso en el suyo. La impresión general es casi geométrica, sin nada destacable en el entorno. Sólo importan las dos jarras y el líquido derramado a su alrededor. Conclusión En cambio en la sesión de control existe mayor armonía entre las formas evocadas: montaña y cascada, las dos jarras. En los nuevos ensueños, las responsabilidades están repartidas de forma más equitativa y ha desaparecido la tensión de un juego sin salida. También ha desaparecido la acusación contra el otro presente en el cuadro de la mano que quiere transformar la esfera natural en cubo o del toro que no quiere comprender lo que le está diciendo la flor. Debemos reconocer, por tanto, que esta pareja se ha convertido en una pareja distinta sin dejar de ser tal. Sus impresiones subjetivas y el material analógico concuerdan en este
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aspecto. De un modo u otro, han sabido utilizar de forma creativa la crisis que parecía inminente al finalizar el protocolo invariable. La riqueza simbólica de las esculturas vivientes y de los cuadros de ensueño siempre incita a intentar interpretar tal o cual detalle. No lo aconsejamos. Para estudiar el modelo organi zativo lo importante es la combinación de los elementos, su globalidad. Las primeras estatuas vivientes se caracterizaban por la distancia y la ineficacia de la interacción. Viviane no conseguía hacer revivir a Jean y éste se mostraba sordo a las palabras de Viviane. sesión de se observa, porcruzan, el contrario, proximidad entendimiento tácito.En Loslacuerpos se control tocan, las miradas se la interacción se y desarrolla en un clima reposado. Han desaparecido las actitudes indicativas de sufrimiento o coacción. Los cuadros de ensueño también se han transformado, confirmando nuestra hipótesis básica sobre la interdependencia entre los planos ritual y mítico del modelo organizativo. En los cuadros de ensueño iniciales, las formas eran de naturaleza muy distinta: pelota y mano, torito y flor. El control de la situación estaba desigualmente repartido. La pelota sufría los movimientos de la mano. La flor observaba pasivamente las incoherencias del torito. Con esto creemos haber expuesto con suficiente detalle la aportación de la teoría sistémica a la terapia de la pareja, tanto en su aspecto teórico como práctico. Antes de terminar, pensamos que puede ser útil ampliar el marco y examinar en toda su complejidad los procesos activados porBOCA las resonancias 6. PENSAR CON LA LLENA de nuestras interacciones sistémicas. «Pensar con la boca llena». Hemos decidido iniciar este último capítulo con el hermoso título del libro de Judith Schlanger. Nos parece adecuado describir nuestro proyecto, que es la imagen, a través del espejo del suyo. Judith Schlanger parte de la superabundancia de hechos, de la imbricación entre los datos de la experiencia para observar cómo se autoriza alguien a extraer de ellos los aspectos que realmente cuentan, los aspectos fiables sobre los cuales puede construirse una teoría. También examina el hecho de que numerosas teorías nieguen implícitamente el proceso activo de selección que les ha dado srcen. Se consideran la imagen objetiva de pleno derecho de un fenómeno natural, lo cual las hace adoptar una postura crítica respecto a cualquier otro intento explicativo. Sin embargo, como señala J. Schlanger, «lo interesante desborda por todos lados a lo verdadero... De acuerdo en que el conocimiento racional tiene desprenderse en ycierta medida de de las la nebulosa del exceso, pero 1983). no definiéndose para ello aque través del rechazo la negación conexiones» (Schlanger, Nuestro proyecto opera en sentido inverso. Partimos de una explicación racional, el nuevo pensamiento sistémico, que se propone tener en cuenta esta superabundancia de hechos. Querríamos establecer modelos que no amputen ni simplifiquen lo real, modelos de la complejidad. A través de la descripción de un modelo sistémico de terapia de pareja hemos podido seguir algunos procesos de transformación ocurridos en el terapeuta y en la pareja. Ahora nos interesa averiguar si los fundamentos sistémicos del método le permiten alcanzar justamente su objetivo de dar cuenta de la densidad v exuberancia de los hechos, sin perder de vista su aspecto pragmático, que sigue siendo terapéutico. Intentar averiguar si un método puede proponerse un constante proceso de innovación y evolución, sin renunciar por ello a su fiabilidad. En otras palabras, quisiéramos verificar la hipótesis según la cual el terapeuta que toma como referencia un proyecto de elaboración de un modelo de la complejidad no sólo está en 75
condiciones de «pensar» sin más, esto es, de orientar su actuación de manera lógica, sino también de «pensar con la boca llena»; es decir, sin excluir a priori, como fútil y discordante, ninguno de los hechos introducidos en la relación terapéutica por el individuo o de los hechos introducidos por la cultura. Para dar una idea de la exuberancia de los hechos que nos preocupan, señalaremos que la literatura constituye una interesante fuente de información. En efecto, es un caleidoscopio en el que vemos girar lo humano en multitud de situaciones, en el que se imbrican las épocas, lasinteresa, situaciones, lasnos culturas, siempre destacando como aspecto decisivo lo que aLos todos nos lo que convierte en lectores, a saber: la búsqueda de un sentido. escritores, guardianes de los hechos, intervendrán en este capítulo en cierto modo como árbitros de la amplitud de las simplificaciones que puede introducir una teoría de las relaciones humanas. Consideramos que se trata de una reflexión importante en términos teóricos para determinar la legitimidad de la perspectiva sistémica. El interés del modelizador sistémico por comprobar si la polarización que introduce en la densidad de lo vivido tiene las propiedades esperadas bastaría para justificar estas reflexiones. Pero hay algo más. En estas consideraciones aparentemente teóricas, vuelve a aparecer un tema totalmente pragmático, el de la posibilidad misma de transmisión del saber. Ya lo hemos mencionado antes, en particular al tratar del fomento de los niveles 2 y 3 de aprendizaje. Al seleccionar las «perturbaciones» útiles en el contexto de la relación entre sistema tratado ynuestra sistema tratante, aldeproponer determinados «objetos flotantes», actuamos guiadoslapor percepción la densidad de los hechos. Para que la pareja pueda «captar» imagen que le proponemos y utilizarla en favor suyo en adelante, es preciso, en medio de la exuberancia de los datos, que de algún modo ya esté presente en ella un germen de esta «nueva» visión. La visión útil es, por tanto, una visión «revelada», no una visión transmitida de forma pasiva. Quien la hace suya, la incorpora al instante como propia. Resulta interesante, cautivadora, como nunca podrá serlo una tabla de multiplicar que, pese a un laborioso aprendizaje, siempre continuará siéndonos ajena. Cualquier esfuerzo terapéutico útil debe abordar, por tanto, la densidad de los hechos presentes en el individuo y en la cultura. Citaremos por primera vez a Milan Kundera, cuyas palabras volveremos a evocar en varios momentos: «La novela descubre el inconsciente antes que Freud, la lucha de clases antes que Marx, practica la fenomenología (la búsqueda de la esencia de las situaciones humanas) antes que los fenomenólogos. Cuántas magníficas «descripciones fenomenológicas» hay en Proust, quien no conoció a ningún fenomenólogo» (Kundera, 1986). Por nuestra parte, añadiremos que el psicoanalista, el marxismo, la fenomenología, han sido modelos importantes porque tenían posibilidades de hallar resonancia en la densidad de los hechos compartidos en un momento histórico dado. Esos modelos eran obscuramente necesarios para una toma de conciencia colectiva y, por eso mismo, dieron frutos una vez expuestos de manera lógica. Comprobar que la novela contemporánea, en tanto que contenido de la conciencia colectiva, se ha adelantado a los teóricos sistémicos en el conocimiento sistémico del mundo sería un buen indicio para nosotros. Una señal prometedora en cuanto a la posible utilidad de las aportaciones sistémicas en múltiples campos. A continuación intentaremos examinar, por tanto, qué conexiones pueden establecerse entre el modelo sistémico y el individuo, la pareja, la sociedad, tal como los conocemos a través de nuestra cultura.
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EL MODELO SISTÉMICO Y EL INDIVIDUO Antes de proceder a una selección de acciones que le aportarán un significado, el individuo siempre ha considerado esencial establecer la prueba de su existencia. Pero esta prueba esencial no es unívoca. Su textura parece cambiar con el tiempo y, en consecuencia, debe ser objeto de un consenso general. En efecto, si la prueba que aporto no convence a los demás, tampoco será convincente para mí. La prueba de la existencia En la Edad pordel ejemplo, la No situación es relativamente simple. El hombre es la prueba de laMedia, voluntad creador. tiene necesidad de interrogarse sobre su propia existencia, pues ello pondría en entredicho el buen juicio divino. El cuestionamiento de este punto de vista, con la Revolución Francesa, tiene una representación metafórica adecuada. La desaparición de los registros eclesiásticos hace necesario el «certificado de existencia», la «fe de vida». De pronto, el garante de la existencia de una persona ya no es Dios, o el clero que le representa, sino sus vecinos o sus compañeros de regimiento, inversión cognitiva cargada de consecuencias (véase el documento de la pág. 161). Indudablemente, a lo largo de más de dos siglos de positivismo, la Razón tiende a relevar a Dios. Se asigna un lugar al hombre dentro de un orden natural clasificador. A principios de siglo, esta presentación austera y anónima de lo humano se enriquece con las importantes aportaciones del psicoanálisis, de la explicación psicológica de las motivaciones individuales. Sin embargo, a juzgar los del testimonios de ladenovela contemporánea, todavía superado realmente el por dilema «certificado existencia», la necesidad de lano hemos intervención del otro como testigo indispensable que nos obliga a actuar de determinada manera para lograr que nos autentifique. Franz Kafka expone este argumento de forma obsesiva, en particular en El proceso. No sabemos nada de K., no conocemos su pasado, ni sus gustos, ni su edad, ni su aspecto. Sin embargo, no dudamos de su existencia puesto que la Justicia intenta someterlo a un proceso. Demuestra su existencia en un intento de liberarse de la sospecha de una descripción que hacen de él y que él desconoce, a saber: la acusación. Sus adversarios, que neutralizan sus esfuerzos, forman parte integrante de esa prueba única de la existencia de K., la imposibilidad de justificarse y escapar de la trampa (Kafka, 1933). El mismo tema de personas que se adhieren a conciencia a su papel en una interacción de oscuro significado y con ello obtienen una prueba suficiente de su existencia reaparece a menudo en los autores contemporáneos. PodemosItalo citarCalvino aquí a Dino Buzzati los tártaros), Max Frisch (Llámame Gantenbein), (Si una noche(Eldedesierto inviernode un viajero) y la mayoría de las novelas de Milan Kundera. Como manifestaba este último en una entrevista: «La novela moderna no examina la realidad, sino la existencia. Y la existencia no es lo que ha ocurrido, la existencia es el campo de las posibilidades humanas, todo aquello de lo cual es capaz... Tanto el personaje como su mundo [los otros] deben entenderse, por tanto, como posibilidades» (Kundera, 1986). Como en el modelo sistémico, las expectativas se centran sobre todo en las posibilidades de interacción, en la posibilidad de crear juegos de relación anticipándose a ellos, más que en una comprensión psicológica o histórica del camino recorrido. Más que desprenderse el devenir de la historia, será ésta la que se configurará a través del devenir. Pruebas faustas, pruebas nefastas 77
Siguiendo la pista abierta por estos autores, el hecho de situar el punto de gravedad en un futuro posible, pero no totalmente anticipable, hace más aleatorio, más vulnerable al personaje contemporáneo. Milan Kundera habla de una trayectoria ineluctable hacia la levedad. En el ámbito de la pareja, por ejemplo, el testimonio que cada uno ofrece al otro puede constituir, según los casos, una prueba fausta o por el contrario nefasta para el individuo. Veamos primero el desenlace feliz del relato de Milan Kundera, El doctor Havel diez años más tarde. Havel, cuya identidad reside en ha serestado reconocido como seductor, a su amiga actriz que acuda al balneario donde pasando algunos días le enpide dolorosa soledad: «Havel, que vivía desde hacía algunos días en una humillante invisibilidad se deleitaba al observar el interés de quienes pasaban por su lado y deseaba atraer hacia él la mayor parte posible de esos destellos; cogía a la actriz por la cintura, le cuchicheaba toda clase de dulzuras e invitaciones a la oreja... Y, bajo tantas miradas, Havel sintió que empezaba a recuperar su visibilidad perdida, que sus rasgos indecisos se volvían perceptibles y nítidos, y volvió a sentirse orgulloso del placer que le procuraba su cuerpo, sus pasos, todo su ser» (Kundera, 1970). En otro cuento del mismo libro, El juego del autostop, descubrimos, en cambio, una prueba nefasta de existencia a través de la pareja. Una joven pareja, cuyas mal definidas vivencias comunes parecen apoyarse sobre todo en una cierta ternura, parte de vacaciones en coche. Una serie de azares llevanIntentarán a los dos jóvenes a acordar tácitamente explorar un modelo desconocido de relación. representar, a modo de juego, una relación en que ella figurará ser una autoestopista libertina y él, un conductor cínico y licencioso. Papeles, como es obvio, totalmente contrarios a lo que creen ser y esto es precisamente lo que les fascina. Lo que no podían imaginar es que el modelo que creían estar explorando se convertiría, en el espacio de una noche, en la realidad de su pareja. La interacción regida por el círculo lógico entre venalidad y sadismo, plano mítico y ritual del juego explorado, les ratifica, en el marco de la pareja y contra su voluntad, en su nueva identidad. Su devenir como pareja pronto deja de situarse en un lugar anterior al juego, para ir más allá de éste hasta alcanzar un punto sin retorno. Se han perdido el uno para el otro tal como antes se conocían. De nada sirve que la joven repita sollozando: «Yo soy yo, yo soy yo». Kundera responde: «El callaba, sin moverse y comprendiendo demasiado bien la triste inconsistencia de la afirmación de su amiga, donde lo desconocido se definía en virtud de lo desconocido mismo» (Kundera, 1970). Otras identificaciones No pretendemos presentar a Milan Kundera como un defensor de la teoría sistémica. Igual que nadie dirá que Marcel Proust demuestra la validez del psicoanálisis y Emile Zola la del positivismo. Los grandes escritores son fundamentalmente testigos de su tiempo. Simplemente se trata de poner de manifiesto que el universo cognitivo compartido, la densidad de la cultura que nos impregna, no constituyen un magma indiferente al tiempo. Más bien son comparables a un océano donde, junto a capas inmóviles de agua, residuos de corrientes desaparecidas, se encuentran otras corrientes conocidas y también corrientes nuevas. Por lo que al individuo respecta, la literatura moderna añade al mapa oceánico de lo cognitivo una fuerte corriente centrada en las finalidades existenciales, en la exploración de las posibilidades de relación. Lo cual no significa que el individuo haya perdido el sentido de la introspección, de la historia o de los valores. Muy al contrario, sigue percibiendo la
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influencia de estas corrientes, pero se encuentra sometido sobre todo a la acción de la otra corriente hasta ahora desconocida, y todas ellas se entremezclan de forma aún confusa. EL MODELO SISTÉMICO Y LA PAREJA Elisabeth Badinter escribió, en 1986, en un capítulo titulado «¡Antes la soledad que la coacción!»: «El constante aumento del número de divorcios es un fenómeno patente desde hace unos quince años en el conjunto de los países industrializados, tanto en Oriente como en Occidente (...) El divorcio afecta primordialmente a las parejas jóvenes, después de tres orestricciones cuatro años-sociales, de matrimonio, y a lasopoblaciones urbanas en menos sometidas a lasLas económicas religiosas- vigentes algunas regiones... estadísticas tienden a demostrar que las mujeres reaccionan más amargamente que los hombres contra los inconvenientes de la vida conyugal» (Badinter, 1986). Es decir que la pareja, vista sólo como la institución estable que antes era, ya pertenecería a la historia. Pero habría que preguntarse si es realmente imprescindible interpretar esta evolución sólo como el triunfo de lo Razonable, como parece hacer la autora cuando cierra su libro con la siguiente conclusión: «Si no puedo estar caliente contigo, prefiero estar cómodo conmigo mismo. Pero con ello dejamos atrás la vieja lógica de la oposición que engendraba odio y guerras. Entre lo caliente y lo tibio, ya no queda lugar para el resto». Aunque sin duda algo ha ocurrido, ¿qué es lo que ha pasado? La idea de una «mutación» que lleva al rechazo de las tradiciones, superadas por obra de un hedonismo razonado, nos parece unayapreocupante La pareja no es lo quesimplificación. era Sin duda la pareja, en tanto que estructura manifiesta, ya no parece tener el peso social que poseía antes. Con la estabilidad ha perdido también el poder. Ya nadie resuelve sus problemas con un «buen» matrimonio. De nada debe avergonzarse ya quien lleva una vida de soltero. ¿Pero qué se ha hecho de la pareja en tanto que concepto denso, del núcleo complejo de ideas que se activa cuando pensamos en la pareja? Difícilmente puede rechazarse la idea de que este mismo concepto denso también se ha transformado. El problema está en comprender la naturaleza de esta transformación. Retomando la idea del océano de lo cognitivo, parece innegable que también en el caso de la pareja existe una corriente de superficie sumamente poderosa que, en el espacio de dos gene raciones, ha modificado por completo las condiciones de navegación. Pero, ¿es del estoconcepto motivo suficiente decir, una como no vacilan hacer muchos, queveces la totalidad de pareja para ha sufrido mutación, queeneste océano varias milenario ha dado paso, en el espacio de algunos decenios, a un mar completamente distinto? De acuerdo con esta proposición, que nos parece simplificadora y poco fundamentada, sería difícil hablar de pareja en la actualidad, puesto que nos hallaríamos ante un nuevo concepto, un nuevo tipo de pareja y todo estaría por explorar. Pero, ¿no será que las dificultades que plantea el manejo del concepto proceden más bien de la asombrosa complejidad de las masas marinas, entrevista al tratar del individuo? El choque de la violenta corriente superficial contra otras corrientes subyacentes todavía poderosas produce remolinos que hacen prácticamente imposible la navegación. En vez de dictar las leyes de la nueva pareja, más bien convendría intentar comprender sus contradicciones internas.
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Margaret Mead, con toda su sabiduría de etnóloga, ya destacó en 1948 todos los imperativos, irreconciliables de hecho, que debe cumplir la pareja moderna para poder percibirse como tal. Para empezar, el hombre y la mujer tienen que haberse escogido el uno al otro. «No sólo se recomienda, sino que se exige esta reciprocidad. Las cosas son más sencillas si los padres están de acuerdo, pero ni la ley ni la sociedad lo prescriben. A los jóvenes que permiten la injerencia de sus padres en sus proyectos conyugales se les considera faltos de madurez afectiva, no corrompidos poreleluno dinero o las influencias Enobstáculos.» efecto, el joven y lacuando joven ideales se escogen al otro y se casan pesefamiliares. a todos los Este tipo de elección, la elección romántica, también se encuentra en las sociedades primitivas muy reducidas; pero en ese caso, la elección se realiza entre ocho o diez muchachas procedentes de un medio idéntico al del muchacho y que éste conoce casi de toda la vida. Los riesgos no son demasiado grandes. Por el contrario, como señala Margaret Mead, la elección romántica que sigue prevaleciendo en nuestra sociedad no es una guía demasiado fiable para escoger para toda la vida, entre millares de otras, a una persona a quien se ha conocido por breve tiempo y que sin duda procede de un medio totalmente distinto al propio. La elección romántica también tiene por efecto que la nueva unión no deba parecerse en ningún caso a la de los padres. «La vida, el destino que cada uno escoge están en función del futuro, sin ningún lazo o aún en contradicción con el pasado. La primera señal de la asimilación de un hijo inmigrantes es su material. matrimonio grupo.» Los tampoco ayudarán a losdehijos en el aspecto «Elfuera temordel a depender del padres padre o del suegro está siempre presente para incitar a la joven pareja a redoblar sus esfuerzos, pues la madurez nunca puede considerarse definitivamente adquirida, sino que está en función de la capacidad de ganarse la vida.» Sin embargo, en la idea misma de una elección totalmente personal, intuitiva, de la pareja, que hemos denominado elección romántica, existe otra paradoja aún mayor, que Margaret Mead describe como sigue: Si se «prescinde de toda consideración práctica para demostrar que en efecto se trata de una cuestión de amor», la confirmación de que las personas están enamoradas, y por tanto no se han engañado, debe proceder de su buena armonía en todos los ámbitos, del mutuo respeto y de una colaboración equitativa. «Un hombre debe encontrar a una joven que sea como su hermana gemela en todos los aspectos: medio familiar, religión, educación, experiencia, en unas circunstancias que les permitan creer a ambos eque se flan escogido el uno al otro, entre millones de candidatos, por razones intrínsecas independientes de todas esas consideraciones» (Mead, 1948). En consecuencia, nos parece legítimo llegar a la conclusión de que la pareja moderna sólo dispone en apariencia de la libertad que se le atribuya y que tan a menudo reivindica. La Libertad de elección a su disposición es, de hecho, restringida. Debe tener en cuenta, en profundidad, las múltiples y contradictorias interdicciones citadas La elección romántica es tanto una señal de acatamiento del deber de romper con una antigua norma, como un medio para la auténtica satisfacción de las propias necesidades. La pareja, sometida a presiones culturales, se ve empujada a aceptar unos desafíos que pueden pareces, irrazonables: escoger sin apelar a la razón y hacer una elección sensata; distanciarse del pasado y transmitir una tradición viva, tomar como pareja a un extraño y encontrar a una alma gemela en él. La pareja contemporánea es una organización frágil Cuando se publicaron Madame Bovary (Flaubert, 1857) o El amante de Lady Chatterley
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(Lawrence, 1928) cabía pensar que una pareja podía desafiar el consenso social. Actualmente, podría afirmarse más bien lo contrario: es la evolución social la que representa un desafío para la pareja. En 1948, cuando Margaret Mead escribió su libro, su propósito era ofrecer una descripción característica de la pareja norteamericana en contraposición a la europea. Atribuía la paradójica situación de la pareja a 1A exhortación a rechazar el pasado y afianzarse sólidamente en el presente inmediato, inherente a la cultura de los Estados Unidas. «Es defender y esto sóloojohapuesto de hacerse realidad 11todo (...) Timopreciso la única, siempre con un en el considerando futuro, que tallavez puedapresente cambiarlo Si el matrimonio fracasa, es señal de que no era lo que debía ser, pero tal vez la próxima vez fea la vencida. Cada empleo, cada hogar, cada amigo y cada enamorado puede ser acogido, así, con afán y optimismo, y ningún fracaso sufrido a lo largo del camino excluye definitivamente la posibilidad de llegar a tener más éxito en el futuro.» En el seno de esa cultura, la constante obligación de hacer una buena elección tiene como ineludible consecuencia la necesidad de estar dispuesto a cambiar de opinión en cualquier momento. Esto introduce una fragilidad en la pareja. «En un contexto que nada podía romper, uno podía permitirse las discusiones, los enfados, las crisis de distanciamiento o de obcecación. Ahora cualquier disputa conduce a interrogantes del tipo: « ¿Quieres que nos divorciemos? ¿Tengo ganas de que nos divorciemos? ¿Deseará ella el divorcio? ¿Se habrá acabado todo? ¿Ya hemos llegado a esto?» Esta excelente descripción sobre el terreno permite constatar que la cultura que describe Margaret Mead al otro lado del Atlántico en los años cuarenta ha pasado a ser la cultura occidental, por no decir la cultura mundial, con la salvedad de algunos pocos islotes culturales o religiosos menos permeables a la influencia occidental. En una cultura centrada en la transformación permanente, la detección y utilización permanente de las posibilidades, con la mirada siempre parcialmente fija en el futuro y casi nunca dirigida hacia el pasado, la pareja sin duda se ha vuelto frágil. Pero frágil no es sinónimo de débil. La pareja contemporánea también es una organización fuerte En un mundo en continua transformación, todo saber transmitido despierta suspicacias. Los viejos ya no son sabios investidos de autoridad, los padres no se atreven a hacer valer su experiencia, los educadores se interrogan sobre lo bien fundado del saber que transmiten. El saber ya noque es resuelve conocimiento de lo hasta previamente existente, sinoSealgo que se inventa,por se azar descubre, problemas ahora desconocidos. pueden descubrir restos de saber en los libros, pero siempre habrá que extraerlo y traducirlo para aplicarlo al presente, pues la situación se modifica continuamente. En este contexto, la pareja es uno de los escasos marcos de vida libres de sospecha, puesto que también se inscribe en esta movilidad, esta necesidad de anticipar el futuro. Las familias de srcen, el Estado, la Iglesia, el medio en que se ha vivido la infancia, tienden a poner límites, exigen una fidelidad al pasado que puede restar disponibilidad al individuo, hacerle perder oportunidades. No ocurre lo mismo con la pareja. Sus dos integrantes ven su campo de acción en el futuro. Para los cónyuges, la pareja parece poder conciliar la necesidad de estabilidad y el deseo de transformación. Es un espacio donde pueden expresarse sus deseos y sus aspiraciones, convertidos en el fundamento mismo de la creación de una nueva cultura, para recibir de este modo la
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confirmación simbólica de su legitimidad. En la pareja se da, por tanto, una fijación y legitimación de lo personal no satisfecho. También es el espacio donde se establecen, se armonizan y se hacen realidad los proyectos, un espacio creativo donde se configuran las estrategias que permitirán alcanzar ciertos objetivos algún día. La pareja permite, a la vez, soportar mejor el hambre y lograr la saciedad. Organización flexible que crea sus propias normas, preocupada por las posibilidades del momento y orientada hacia finalidades futuras, la pareja moderna aparece, por tanto, como una fuerte, sin competidoras reales ámbito de la Sus estructura fundamentos biológicos, confirmados poren la el aparición loscultura. hijos en esta vida de pareja, también aseguran su predominio. La procreación representa en cierto modo una apropiación del futuro y un lazo tácito con el pasado, que completa un perfil hasta ese momento sintonizado exclusivamente con el presente v el futuro inmediato. V Los «colectivos» y otras soluciones alternativas tuvieron que ceder rápidamente ante la considerable fuerza de la pareja. En nuestro descubrimiento de la pareja, organización compleja, recorrida por nuevas corrientes superficiales, frágil y fuerte en relación a la cultura, nos hemos alejado bastante de la esterilla eléctrica aleatoria que parecía querer presentarnos Elisabeth Badinter como metáfora adecuada de la pareja contemporánea. EL MODELO SISTÉMICO Y LA SOCIEDAD ¿La emergencia del modelo sistémico responde a una necesidad? La culturade contemporánea parece caracterizarse por su movilidad, inquietud, creatividad, búsqueda finalidades, incredulidad ante los grandes mitos explicativos. Parece bastante evidente que nos encontramos en una fase de transición. La cultura está ávida de información, de nuevos planos, pero también se muestra insatisfecha y pronta a rechazarlos. Parece existir una confusa necesidad de otro tipo de planos capaces de llenar un vacío, una confusa necesidad de un nuevo orden cognitivo que haga innecesario el perpetuo carrusel de teorías contradictorias. ¿Puede considerarse que existe una cierta afinidad entre este orden que se echa en falta y el que anuncia la nueva teoría sistémica en sus intentos de establecer modelos de la complejidad? Este nuevo orden excluye la dominación de la cognición sobre el sistema complejo, ya sea un individuo, una pareja o una empresa. Excluye la eliminación del misterio del fenotipo a través del trazado de un plano del mismo. Aborda el sistema complejo sin intentar transformarlo algo previsible y sin sorpresas. Reconoce que se tratalasdememoriza, un objeto activo, espacio de unaenregulación, que recoge información, toma decisiones, las coordina y de este modo consigue estar en condiciones de imaginar y de concebir nuevas finalidades (Le Moigne, 1990). Esta construcción de modelos, al contrario de lo que ocurre con la amputación a través de la simplificación, sólo exige de un sistema vivo que sea inteligible y que permita realizar un trabajo en común capaz de sacar a la luz diversas posibilidades de su fenotipo. ¿La inquietud que se detecta en la cultura, los nuevos interrogantes, el modelo de la nueva teoría sistémica, corresponden a una progresión del entendimiento humano? Decimos progresión y no progreso, pues es muy difícil prever a dónde nos conducirá todo esto. Esta progresión, si en efecto existe, parece tan global como ineluctable. El espíritu humano, que cada vez se contenta menos con los grandes mitos explicativos, como contrapartida se ve obligado a relativizar sus propios modelos y a aumentar su complejidad. 82
Se produce entonces una sincronía entre la evolución de la cultura y la emergencia de las teorías necesarias. Podríamos avanzar que nuestros contemporáneos están en condiciones de pensar de forma sistémica antes de que haya llegado a formalizarse la teoría sistémica. La aportación teórica es tanto más útil por cuanto ya existen las condiciones para su transmisión retórica. La nueva teoría corresponde a lo que ya se sabe confusamente, pero al tratarse de un conjunto lógico y no sólo de una impresión difusa, también difiere suficientemente de ello para despertar interés. Suscita asimismo la adhesión, pues su carácter permite solicitando descubrir muy hasta ahora desconocidas. Doctor ycoherente madame Bovary, unapronto terapiaposibilidades de pareja. También las empresas, los negocios, eran antaño sistemas cerrados, con una estructura fija gestionada por una persona claramente identificada, y que prosperaban o se iban a pique sin plantearse la posibilidad de transformar su organización. Actualmente, cualquier empresa se considera como un sistema abierto cuya supervivencia depende de su constante capacidad de adaptarse a nuevas situaciones. Los actores del sistema son intercambiables, la estructura modificable, los detentadores del poder fluctúan al compás de las especulaciones bursátiles. La pareja, la familia, por su función esencialmente reflexiva, son sistemas más cerrados y menos dependientes del contexto que la empresa moderna. La función por completo transitiva de esta última, a saber, la satisfacción de demandas externas sobre las cuales ejerce escasa influencia, le impone una total apertura y la rápida búsqueda de ayuda exterior en caso de dificultades. Puede decirse, porcontrario tanto, que terapia dea pareja, lejosbastante de constituir un fenómeno representa por el la la traducción un sistema particular, por sus singular, dimensiones y su función, de una necesidad que experimentan la mayoría de los sistemas humanos. Apertura de los sistemas humanos El saber sistémico ha podido desarrollarse porque algunos sistemas humanos se han abierto al contacto con otros sistemas humanos, no en demanda de una alianza o de un dictamen, sino en busca de ayuda para poder funcionar mejor. Esto que puede parecernos lógico, representa no obstante un fenómeno relativamente reciente. Hace poco tiempo que este tipo de demanda se ha incorporado a nuestras costumbres. Antes, los sistemas humanos: pareja, familia, empresas, funcionaban como sistemas cerrados. Sería difícil imaginarse al príncipe y la princesa de Cléves, o incluso al La conclusión sería entonces que, trátese del individuo, de la pareja o de la sociedad, la abundancia y que, complejidad de los hechos nos desbordan el marco teoría sistémica.con el Constatación lejos de inquietarnos, reconforta, pues de estálaen consonancia universo epistemológico cuyos contornos empezamos a entrever. Ya no nos proponemos llegar a dominar la complejidad encuadrándola en unos planos, ahora dialogamos con ella por intermedio de modelos. Nos falta demostrar que trabajar con la pareja de acuerdo con el método propuesto también es una forma de «pensar con la boca llena», que la vivencia de la terapia no puede reducirse al protocolo invariable, ni para el terapeuta ni para la pareja. Con esto daremos por concluida esta presentación de una terapia sistémica de pareja. A fin de disipar cualquier equívoco, conviene repetir que el hecho de que la realidad no sea reducible al modelo no inquieta en absoluto al terapeuta sistémico. Al contrario, es un indicio de la adecuación del modelo al fenómeno en cuestión. Este necesariamente es, por naturaleza, más denso y más rico que el modelo que tiende a representarlo. EL MODELO SISTÉMICO Y EL DIÁLOGO PAREJA-TERAPEUTA
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Diálogo y densidad de los interlocutores Una vez abandonado el planeta Alfa y desechado la perturbadora metáfora de la reparación, la pareja y el terapeuta abordan una nueva densidad en el planeta Beta. Ya no pueden servirse de los planos ilusorios que proponía la pareja al efectuar su demanda, recurriendo a la alegoría de la enfermedad. Las exigencias del protocolo invariable no les dejan más salida que concederse recíprocamente una auténtica mirada, adoptar una actitud de sincera curiosidad con respecto al el otro. Al principio, el otro se resulta enigmático y opaco.y Luego, a medida que va avanzando proceso, esta opacidad transforma en densidad complejidad. El desarrollo de la terapia de pareja no se propone crear transparencias. La creación común que es una terapia, los rasgos distintivos que individualizan la aportación de cada cual, contribuyen a hacer aún más comprensible y natural esta densidad, en la cual reside la singularidad del otro. La impresión de haber desvelado el secreto del otro, de haber dejado sus planes al descubierto, sería un indicio de una peligrosa pérdida de contacto con lo real y de una tendencia a la fusión. En circunstancias ideales, la pareja y el terapeuta se separarán satisfechos, pues la densidad del otro resiste la toma de conciencia recíproca que resulta al recorrer el protocolo invariable. Persiste una legítima curiosidad por el devenir del otro, pero ningún sentimiento de responsabilidad angustiada con respecto a él. Diálogo e interrogación existencial Las densidades la parejade y del no seanteriores refieren, consideraciones obviamente, sólosobre a un las fenómeno que respectivas aparece en eldecontexto unaterapeuta terapia. Nos ocupa, en términos más generales, la densidad existencial de cada individuo que se desprende de la auto-referencia del modelo que lo organiza. Lo cual, por otra parte, sólo representa una de las caras de la medalla de la auto-referencia. La otra es, paradójicamente, la de la duda que ésta introduce, de la «levedad del ser», que exige, como ya hemos señalado, un «certificado de existencia», una «fe de vida», en forma de autentificación a través de la mirada del otro. El protocolo descrito comprende ejercicios sistémicos que conducirán ineluctablemente a los componentes de la pareja a tomar contacto, cada uno por su lado, con estas dos vertientes de su autonomía cognitiva: la densidad y la levedad del ser. No entra dentro de los límites de la terapia de pareja interrogarse sobre esta toma de conciencia, ni la forma que adoptará en cada persona. Sólo nos interesa subrayar que lo que sucede en el curso de este diálogo desborda necesariamente el marco de la simple relación entre los miembros desingular la pareja. No se trata de una simple extrapolación basada en la teoría. En el curso de estas terapias surgen múltiples evidencias concretas de este hecho. Algunos clientes comunican espontánea mente su impresión de que la transformación personal experimentada después de una terapia de pareja de unos seis meses de duración es, a su entender, más importante que la alcanzada a través de una psicoterapia individual de varios años. Otros manifiestan haber resuelto problemas profesionales o familiares no mencionados en ningún momento durante la terapia. Cabe señalar también que no necesariamente existe una relación directa entre estas transformaciones «fuera de contexto» y la satisfacción de esos clientes con la terapia en tanto que terapia de pareja propiamente dicha. Diálogo y creación artística Diálogo y nuevo humanismo 84
Aludimos aquí sobre todo a la expresión a través de esculturas, al concepto del «espacio intermedio» y a los «objetos flotantes» que actúan como postes indicadores. Cuando se escucha, situados detrás del espejo unidireccional, el primer intercambio de las frases convencionales de rigor entre la parejas y el terapeuta, al inicio de la primera sesión del protocolo invariable, cuesta creer que dentro de pocos minutos esas personas, todavía prisioneras de la situación convencional de asistencia del planeta Alfa, conseguirán crear conjuntamente algo tan singular como pueden ser las estatuas vivientes, creaciones a menudo bellas, bellísimas incluso.Beta e invariablemente ocurre lo increíble. A lo Luego semuy efectúa el traslado al planeta largo de las sesiones van configurándose las estatuas vivientes, los cuadros de ensueño, el simbolismo de los contra-rituales, los combates metafóricos que circunscriben el modelo organizativo. El «espacio intermedio» se llena de «objetos flotantes» y se convierte en «huella de la terapia». Esta carga artística tan constante forma parte de la complejidad de la experiencia y tiene un considerable poder de convicción, tanto sobre la pareja como sobre el terapeuta, que desborda ampliamente el actual contexto de la teoría sistémica. Sin embargo, sabemos que no es posible crear algo bello si previamente no ha habido unas vivencias importantes. El artificio o la mentira no pueden dar lugar a una creación artística. Más aún, la creación de algo bello da fe de la vitalidad del sistema humano, de sus posibilidades evolutivas. Hace reaparecer una densidad donde todo empezaba a parecer transparente. A observado un cambio brusco en de una expresión en los cónyuges descubrir quemenudo el otro hemos era capaz de representar la relación escultura viviente y un al cuadro de ensueño. Ante la sorpresa de lo bello resulta difícil mantener los estereotipos. A punto de dar por terminada esta obra y «pensando con la boca llena», tal vez por fin sea legítimo plantearse si la aparición de este nuevo tipo de terapia coincide con, y forma parte de, un fenómeno más general que de hecho implicaría una revisión de la razón humana. Hasta la fecha, los cánones del entendimiento humano se han basado en la aceptación de unos parámetros externos que servían como guías para el pensamiento. El pensamiento justo se ha guiado por parámetros sagrados en la Edad Media, estéticos en el Renacimiento, emocionales en el Romanticismo, y finalmente lógicos durante todo el período positivista. ¿Hemos entrado en una importante fase de transición en la cual el entendimiento humano empieza a tomar conciencia de una autonomía hasta ahora ignorada y se interroga sobre la posible existencia de parámetros intrínsecos? ¿A través de qué artificios llegamos a la conclusión de que sabemos? ¿Qué mundo creamos a través de su contemplación? ¿En qué medida el modelo que construimos de un objeto puede favorecer su evolución o su destrucción? Esta nueva conciencia, aunque se manifieste en el curso de un diálogo, en una terapia de pareja o en otro contexto, también está estrechamente ligada, por otro lado, a los problemas eco nómicos, ecológicos y políticos que empiezan a plantearse a escala planetaria en todas partes. Problemas que tienen su srcen en el hecho de que el hombre, por efecto del desarrollo tecnológico, ya no tiene un medio ambiente, sino que él mismo es ese medio ambiente, en virtud de su influencia sobre la naturaleza. En nuestro actual contexto, aunque el hombre no haya creado srcinariamente el mundo, al menos lo crea en su vida cotidiana, al plasmarlo en modelos destinados a destruirlo o protegerlo. En consecuencia, no existe otro mundo que el que tenemos en la cabeza, lo cual nos remite nuevamente a la responsabilidad de pensar lo que pensamos.
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¡Cuán lejos puede llevarnos una terapia de pareja! GLOSARIO Absoluto (de una relación). Representación de esa relación compartida por los participantes en la misma, en virtud de la cual se estructura el sentimiento de pertenencia. Véase modelo organizativo. Auto-referencia-Procesos autorreferenciales. Los individuos y los sistemas humanos tienen posibilidad de definirse emitiendo una opinión sobre sí mismos de un nivel lógico A, justificada otra opinión emitida a un nivelA.lógico B, por a suejemplo, vez lógicamente basado en lapor opinión expresada según el segundo nivel lógico Véanse, los procesos autorreferenciales que enlazan el plano mítico y el plano ritual en el modelo organizativo de una pareja. Gracias a su capacidad de autorreferencia, los sistemas humanos son relativamente independientes de los cambios contextuales. Cibernética. Ciencia que estudia los sistemas complejos: máquinas, organismos biológicos, grupos humanos, a través de sus mecanismos de regulación interna y con especial atención a sus finalidades. Cibernética de la cibernética o Cibernética de segundo orden. Estudio de las condiciones en que los sistemas humanos toman conciencia de sus mecanismos de regulación interna y de sus finalidades, transformando de ese modo esos mismos mecanismos de regulación y esas finalidades. El observador es consciente de su participación activa en la creación de la observación, «se observa observar» y con ello transforma radicalmente el carácter de su observación. Complementariedad. Una relación es complementaria cuando un tipo de comportamiento en uno de los participantes en la relación suscita en el otro un comportamiento de tipo distinto que completa el comportamiento del primero y lo hace comprensible. La relación entre la madre y el lactante es un ejemplo de relación complementaria. Connotación positiva. Técnica utilizada con frecuencia en la intervención sistémica primaria. Consiste en un comentario del terapeuta que destaca y da mayor resonancia a todos los aspectos positivos de los comportamientos observados dentro del sistema solicitante de ayuda, absteniéndose de todo matiz crítico o de duda. El propósito es disociar al terapeuta del papel de juez y perturbar por un medio no agresivo la homeostasis del sistema. Constructivismo. Véase nueva teoría sistémica. Homeostasis. Estado interno relativamente estable de un sistema, basado en mecanismos de autorregulación. Lenguaje analógico. Se habla de lenguaje analógico cuando existe una similitud entre los signos utilizados para expresar algo y el contenido de lo expresado. El lenguaje analógico no se basa en las palabras, sino en el tono de voz, las expresiones de la cara, las actitudes corporales. El número de signos utilizados por el lenguaje analógico es limitado y éstos son poco adecuados para la expresión de conceptos abstractos. En cambio, son de una gran precisión para describir las relaciones humanas. Lenguaje digital. En este caso no existe ningún tipo de similitud entre el signo utilizado y lo que se expresa. Así, por ejemplo, no existe ninguna relación lógica entre el nombre de un objeto y el objeto mismo. El lenguaje digital permite transmitir mensajes mucho más complejos en comparación con el lenguaje analógico. A diferencia del lenguaje analógico, el lenguaje digital puede afirmar la no existencia de una cosa. También puede explicar una expresión a través de otra, creando jerarquías lógicas 86
dentro del discurso. El lenguaje digital cuenta con numerosos signos, a saber, las palabras, pero éstos poseen escasa precisión en el caso de las relaciones humanas. Meta-sistema. Todo sistema humano es, de hecho, una acotación arbitraria del modelo que elaboramos, puesto que todo sistema pertenece, por un lado, a sistemas más amplios y contiene, por otro lado, otros sistemas menores. En el contexto del presente estudio, consideraremos el meta-sistema como un sistema transitorio resultante de la interacción prolongada entre dos sistemas naturales, por ejemplo: una familia y una escuela, una pareja _y un terapeuta. Esta meta-sistema, como tododesistema, se crea a través de la emergencia de propiedades autorreferenciales características la meta-sistema. Una meta-sistema terapéutica o de intervención debe tender a su propia destrucción a través de protocolos definidos más o menos claramente. En efecto, la finalidad de una meta-sistema de este tipo es restituir sus propias capacidades de evolución a los dos sistemas temporalmente fusionados en virtud de la demanda de ayuda. Modelo, Modelización. Representación mental esquemática que, por un lado, debe concordar con los datos de una teoría explicativa concreta y, por otro, debe conservar los aspectos esenciales del objeto que se observa. Por ejemplo, las esculturas vivientes y los cuadros de ensueño de una pareja constituyen un modelo que a la vez concuerda con el concepto general del carácter autorreferencial de los sistemas humanos y también expresa determinadas particularidades de la relación de pareja considerada. Modelo organizativo. Modelo de la construcción mental que organiza un sistema humano en el momento la observación. El modelo organizativo sintetiza dos planos de observación: el de plano ritual (o fenomenológico), que describe los intercambios que tienen lugar dentro del sistema en el ámbito de los comportamientos; y el plano mítico, que resume las convicciones que sostiene el sistema. El método postula, además, una recursividad lógica entre ambos planos conceptuales, en virtud de la cual cada uno legitima al otro. El ritual no es concebible sin el mito y el mito explica el ritual. El modelo organizativo refleja, por tanto, la propiedad de auto-referencia de los sistemas humanos. Paradigma de la complejidad. Se basa en la decisión del observador que opta por utilizar el modelo de la cibernética de segundo orden para descodificar las informaciones que recibe del sistema observado. En consecuencia, el observador procura sacar a la luz las posibilidades y alternativas del sistema considerado, en tanto que sede de procesos organizados y organizativos. Se pone el acento en la imposibilidad de llegar a conocer íntegramente ese proceso, lo cual remite al concepto de complejidad y hace necesario elaborarteoría un modelo a partir de las propiedades dellasistema observado. Nueva sistémica. Pensamiento sistémicoglobales basado en cibernética de segundo or den o cibernética de la cibernética. En este marco epistemológico, lo que el observador percibe es justamente la actividad misma de observar. El observador se observa observar. Bajo esta perspectiva queda excluida por principio la neutralidad del observador, que siempre debe incluirse dentro del campo de su observación. En términos teóricos generales, la nueva teoría sistémica es, en la práctica, sinónima del constructivismo. Paradigma de la reparación. Se basa en la decisión del observador que opta por utilizar un modelo causal lineal para descodificar la información recogida. El observador se dedicará a identificar los ámbitos en los que funciona satisfactoriamente el sistema observado y aquellos en que se detectan bloqueos o interacciones improductivas. Esta identificación permitirá intervenir luego sobre las causas probables de los problemas detectados, como por ejemplo, trastornos en la comunicación o confusión jerárquica, con el propósito de eliminarlas.
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Objeto flotante. Concepto derivado de la nueva teoría sistémica. En este contexto teórico, la terapia aparece como un proceso de perturbaciones recíprocas que se desarrolla entre dos sistemas autorreferenciales. Se espera que este proceso desestabilizador tenga por efecto una transformación paralela de ambos sistemas a través de una actividad creadora común, a saber, la «co-creación» de nuevos conceptos y nuevos modelos útiles para ambos sistemas en su interacción. Las esculturas, las tareas de cambio, las metáforas, los relatos sistémicos que van surgiendo a lo largo de los encuentros son pruebas concretas de esta actividad cocreadora. lo que denominamos objetos flotantes de la terapia. efecto,tratado, en sentido estricto noSon pertenecen ni al sistema que efectúa la intervención ni alEnsistema pero su presencia permanecerá como rastro visible del proceso evolutivo recorrido conjuntamente por ambos sistemas. Planeta Alfa. Espacio metafórico en el cual predomina el paradigma de la reparación. Planeta Beta. Espacio metafórico en el cual predomina el paradigma de la complejidad. Protocolo invariable. Sucesión de etapas predeterminadas de un proceso terapéutico de entrevistas, que sitúa al terapeuta en tanto que sistema en una posición simétrica con respecto al sistema tratado. El terapeuta debe «co-evolucionar» como participante en el proceso creativo de las entrevistas y abstenerse de «encauzar» la evolución del sistema tratado en una dirección supuestamente favorable. El protocolo invariable tiene como fundamentos teóricos la nueva cibernética y el paradigma de la complejidad Supra-lógica. Tipo de razonamiento deductivo propio de un sistema. Los miembros del sistema aceptan como lógica la supra-lógica de aquél, vez que ésta tiene sus raíces en el modelo organizativo compartido, substrato de toda la estructura autorreferencial del sistema. En consecuencia, su coherencia sólo resulta inteligible para el observador en la medida en que éste ha conseguido forjarse un modelo del modelo organizativo del sistema considerado en la nueva teoría sistémica: la familia más uno, el protocolo invariable, tienen por objeto incitar al sistema demandante a reivindicar de nuevo su modelo organizativo, soporte de su identidad. Entonces, el tercero quedará incluido en el encuentro y el proceso terapéutico podrá desarrollarse según el paradigma de la complejidad. Simetría. Una relación es simétrica cuando el comportamiento de uno de los componentes de la pareja suscita un comportamiento idéntico en el otro, a menudo con un intento de emulación entre ambos. El comportamiento simétrico es natural en determinadas situaciones, por ejemplo, en la competición deportiva o escolar. Teoría sistémica de primer orden. Pensamiento sistémico basado en la cibernética de primer orden. El terapeuta neutralidadEn en consecuencia, la observaciónpodrá de losescoger trastornos de autorregulación del postula sistemasu considerado. la intervención más idónea para perturbar el equilibrio del sistema demandante según criterios lógicos generales, sin tener en cuenta la especificidad de su propia observación. Tercero (incluido/excluido). Desde una perspectiva sistémica, todo sistema humano aparece como un conjunto de individuos más un «tercero» simbólico, que representa el modelo organizativo del sistema más o menos conscientemente compartido por esos individuos. La demanda de ayuda crea una situación paradójica, toda vez que el sistema demandante, al solicitar explícitamente el juicio objetivo de un experto, se ve obligado a disimular la srcinalidad fundamental del «tercero», en virtud de la cual sería absurdo apelar a un saber universal. El tercero que representa el modelo organizativo queda excluido, por tanto, del diálogo con el experto y el sistema se presenta como una máquina averiada, situando de entrada el encuentro en el ámbito de un paradigma de reparación. Las técnicas inspi 88
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