EL TRAT TRATA AMIENTO MI ENTO HOMEODINÁMICO Clasi asificac ficaciión de las enfer nfermeda dade des s y su tratamiento liomeodinániíco E n el parág parágrrafo 248 248 de la Sex Sexta E dici di ción ón del del O r ganon, H ahnem ahnemann ann clasifi asifi ca la las enfe nf ermedades medades en en tr tres categ ategorías: / 1. Casos asos muy urg urgentes ntes 1 2. E nfer nfer medade dadess aguda udas \ 3. E nfer nfer meda medade dess cr ónic ni c;
Casos asos muy muy urg urgentes ntes L os casos muy urgentes avanzan rápidamente hacia su final, los rasgos vitales se extinguen en un momento. Los pacientes son atacados por aquellas clases de enfermedades des que apro aprovechan vechan que que su su vital vitaliidad dad es muy muy débi débill. P or l o general los responsables de estos casos son los miasmas mezclados y los cuadros subagudos. Si el paciente no es atendido rápidamente y la recuperación es inmediata, !a muerte puede sobrevenir en pocas horas. Tratamiento
E n estos casos, asos, el remedi r emedio o selec sel ecci ciona onado do adec adecuadamente se deberá administrar cada hora o más frecuen93
J osé oséC r u z Ruvalca Ruvalcabbaa Or nelas nel as
teme temente nte (cada (cada 5,1 5, 1 0 ,15 ,1 5 ,20 ,2 0 o 30 minutos, minu tos, conf conform orme e se sel necesario).
Enfer nferme medades dades ag agudas udas En estos casos, el paciente se deteriora en forma gradual y le l entame nt ament nte e, día día tras tras día, hora hora tras tras hora. L as exace xacer baci baciones ones agudas de los miasmas son las responsables de estas enfermedades, pero las causas excitantes (y a veces constantes) crean estas condiciones. La energía vital disminuye lentamente. La muerte puede presentarse si no se lleva a cabo una curación en un periodo razonable de tiempo. Tratamiento
E n esto estoss caso casos, s, por l o ge gener ner al, se admi admi nistr ni stran an lo l os medimedi camentos cada 2 a 6 horas.
Enfermedades crónicas E n l os caso casoss de enferme enfermedades dades crónicas, cróni cas, el el paciente viaja viaja por el camino a la muerte en forma lenta y paulatina, día tras tras día, mes mes tras mes. mes. L a cur ación aci ón se se vue vu el ve cas casii i mposi mp osi-ble si no se administra un tratamiento antimiasmático. Estas enfermedades son adquiridas o heredadas por los miasmas crónicos. Tod Todas estas tas enferme nfermeda dade dess se desarroll arrolla an muy muy lenta lentam mente y su cu cur ación aci ón tambié tambi én se lleva a cabo le lentament ntamente e. E s nece necesasario mucho más tiempo para curar estos casos que el que se requiere para el tratamiento de las enfermedades agudas. Tratamiento
El tratamiento más adecuado para estos casos crónicos es laadministra inistracción ión de de dosis DI ARI AR I AS o ca cada S E G U N D O D I A 94
Atr é vete a sabe aber. L os cambi os i n com pr end i d os del del O r gan on
I ,a escala scala descendent descendente e de 3 en 3, 3, com comenzand nzando o con la L M /30
J osé oséC r u z Ruvalca Ruvalcabbaa Or nelas nel as
teme temente nte (cada (cada 5,1 5, 1 0 ,15 ,1 5 ,20 ,2 0 o 30 minutos, minu tos, conf conform orme e se sel necesario).
Enfer nferme medades dades ag agudas udas En estos casos, el paciente se deteriora en forma gradual y le l entame nt ament nte e, día día tras tras día, hora hora tras tras hora. L as exace xacer baci baciones ones agudas de los miasmas son las responsables de estas enfermedades, pero las causas excitantes (y a veces constantes) crean estas condiciones. La energía vital disminuye lentamente. La muerte puede presentarse si no se lleva a cabo una curación en un periodo razonable de tiempo. Tratamiento
E n esto estoss caso casos, s, por l o ge gener ner al, se admi admi nistr ni stran an lo l os medimedi camentos cada 2 a 6 horas.
Enfermedades crónicas E n l os caso casoss de enferme enfermedades dades crónicas, cróni cas, el el paciente viaja viaja por el camino a la muerte en forma lenta y paulatina, día tras tras día, mes mes tras mes. mes. L a cur ación aci ón se se vue vu el ve cas casii i mposi mp osi-ble si no se administra un tratamiento antimiasmático. Estas enfermedades son adquiridas o heredadas por los miasmas crónicos. Tod Todas estas tas enferme nfermeda dade dess se desarroll arrolla an muy muy lenta lentam mente y su cu cur ación aci ón tambié tambi én se lleva a cabo le lentament ntamente e. E s nece necesasario mucho más tiempo para curar estos casos que el que se requiere para el tratamiento de las enfermedades agudas. Tratamiento
El tratamiento más adecuado para estos casos crónicos es laadministra inistracción ión de de dosis DI ARI AR I AS o ca cada S E G U N D O D I A 94
Atr é vete a sabe aber. L os cambi os i n com pr end i d os del del O r gan on
I ,a escala scala descendent descendente e de 3 en 3, 3, com comenzand nzando o con la L M /30
Atr é vete a sabe aber. L os cambi os i n com pr end i d os del del O r gan on
I ,a escala scala descendent descendente e de 3 en 3, 3, com comenzand nzando o con la L M /30 Tradicionalmente hemos utilizado los medicamentos
homeopáticos siguiendo una escala de carácter ascendente, sin importar la escala con que se esté llevando a cabo el tratamiento del paciente: por ejemplo, comenzamos dando una 30 C , y si si segui seguimo moss admin adminii strando str ando el mismo mi smo re r emedi medio o, con con ti nuamo uamos con una 200 200 C, C , l uego con la 1M , y así suc su cesivame si vamennte, en ord or d en ascen ascendent e. Esta corriente es la que se ha generalizado, sobre todo siguiendo las enseñanzas del Dr. Kent. Sin embargo, en un trabajo de investigación y práctica que hemos realizado los últimos 9 años, hemos encontrado evidencias de que H ah n em an n no u ti l i zab zabaa la l a es escala aasscen- dente, sino todo lo contrario, comenzaba por la potencia más alta (30) (30) e iba iba desce descen die di en do, conf con form or m e lo l o fuera re r equiqui riendo la mejoría del paciente. Son evidencias fuertemente fundam fun dame entadas nt adas en lo l os propi pr opio os esc escrr i tos de H ahne ahn emann. mann . abajj aba er er a en en f or m a de desscend ndeen te y La escala qu e H ah n em a n n tr aba las potencias que con mayor frecuencia utilizaba siempre eran en en escala scala de 3 en 3. P or lo l o tanto, el el M aestro aestr o sólo sól o utiuti lizaba 10 potencias de cada remedio: 30,27,24,21,18,15, 12, 9, 6, 3, y utilizaba las potencias en el orden que el paciente se las iba “pidiendo”, de acuerdo a la evolución del caso, pero siempre en forma descendente. H ago la acl aclarac araciión previa, previa, porqu por que e en en la l a pri pr i mer mer a edi edición ción de “Atrévete a saber los cambios incomprendidos del O r ganon: P otenc tencii as L M ”, habí habí amo amos estab establl eci do que el el uso de las las pote potenc ncii as L M debe deberr í a comen omen zar con con la L M /1, lueg l uego o la L M /2, y así así sucesi sucesivame vament nte e, has hasta lle ll egar a la L M /30. Es E stas tas indicaciones obedecieron a que seguimos las indicaciones y enseñanzas que hasta el momento de escribir esa primera edición del libro, habíamos aprendido de diferentes escuelas y diferentes maestros bastante respetables.
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Sin embargo, y como lo dije antes, el resultado de l| continua investigación en la búsqueda de la línea pura dv la H omeopatía que practicaba el Dr. H ahnemann, hemol encontrado que él mismo establece una forma de aplicar lk repetición de los remedios poco conocida por la mayoría de los homeópatas de la actualidad. De todo esto, quiero aclarar que, después de utilizar la» potencias de la escala 50 M ilesimal en el orden que H ahnemann lo establece en sus obras, con respecto a la repetición los remedios, debe ser en forma descendente, comenzando con la 30, (descendiendo de 3 en 3). H emos comprobado que todas las ventajas que nos ofrece esta escala son mucho más satisfactorias aplicándolas de esta forma que cuando comenzábamos con la L M /1 y seguíamos la forma ascendente. Por l o tanto, de ahora en adelante les recomiendo que usen las potencias L M en la forma DE SC E N D E N T E , comenzando con la L M /30 (de 3 en 3) y, si fuera necesario y el paciente lo requiriera, llegar hasta la L M /3, tal como lo hizo el fundador de la H omeopatía, el Dr. Samuel Hahnemann, ¿Dónde habla H ahnemann sobre esta forma tan poco común de utilizar los remedios homeopáticos en la actualidad? Las pruebas que hay, son contundentes, muy evidentes y fundamentadas por el mismo H ahnemann. Las siguientes son algunas referencias que se pueden encontrar en la obra de Samuel H ahnemann “Las enfermedades Cróni cas”, traducción publicada por editorial Porrúa: Págs. 173, 181, 241, 294
Además, en su “Diario de Pacientes, (DF 5) 18371842”, el cual corresponde a sus últimos años de práctica, se contemplan más de 100 expedientes clínicos, en los cuales podemos comprobar que en todos los casos comenzaba 96
A tr é vet e a saber. L os cam bios i n comp r end i d os d el O r ga n on
administrando primero la potencia 30 y después descendía (hacia la 24,18, etc., según los indicaran los síntomas y <1avance del paciente). E n algunos casos muy excepciona-
A tr é vet e a saber. L os cam bios i n comp r end i d os d el O r ga n on
administrando primero la potencia 30 y después descendía (hacia la 24,18, etc., según los indicaran los síntomas y <1avance del paciente). E n algunos casos muy excepcionales, intentó utilizar otras potencias, pero no hay informa i ion complementaria del M aestro al respecto. Estos datos nos permiten observar que, con la forma i ión que tuvo H ahnemann como médico, siempre definía .i las dosis como médico, considerando la cantidad de sustancia que existía en cada dilución y potencia. D esde este panorama, y de acuerdo al punto de vista del M aestro sobre la dosis mínima, es obvio que si comenzaba con la potencia 30, (y siempre ha recomendado comenzar con la dosis mínima), entonces ésta es igual a la dosis mínima, desde la visión práctica de H ahnemann. Al ser la potencia 30 la dosis mínima, la potencia 27 tiene mayor cantidad de sustancia que la 30, por lo que sise cumple la indicación de ir incrementando gradualmente la dosis cada vez que descendemos en cada potencia que se va necesitando. Así es como aplicó H ahnemann las potencias con sus pacientes y tuvo los mejores resultados, y nosotros lo hemos corroborando en la práctica también.
Vías de administración homeopática Para administrar los remedios homeopáticos existen varias vías que generalmente no utilizamos en su momento adecuado, ya que por lo general nos conformamos con administrar por vía oral, sin explotar adecuadamente las demás formas posibles. Existen cuatro vías factibles para administrar los medicamentos homeopáticos: 97
J o séC r u z R u v a k a b a O r n el a s
Oral l a lengua, la boca y el estómago son los órganos más comúnmente involucrados en la administración de los medicamentos, y son los que con mucha mayor frecuencia se utilizan para la administración de los medicamentos homeopáticos. (Parágrafo 284, Organon, Sexta Edición)
Olfacción o inhalación A la par de la lengua, boca y estómago, la nariz y los órganos respiratorios son receptivos a la acción de los medicamentos en su forma fluida por medio de OL F A C I ÓN E I N H A L A C I Ó N por vía bucal. La inhalación por la boca se realiza cuando por alguna razón la nariz está obstruida. Este método nos permite sacar mucha ventaja en la administración, logrando excelente respuesta cuando tenemos casos de pacientes hipersensibles y así se evitan reacciones indeseables o agravaciones medicamentosas. A demás, tiene un valor incalculable cuando se tienen pacientes que no cooperan mucho o están en condiciones de inconsciencia o semi conciencia. En el Organon se menciona que la olfacción debe aplicarse en pacientes cróni cos "... cada dos, tres o cuatro días, y también éste deberá ser bien sacudido ocho a diez veces antes de cada olfacción...”. (Parág rafo 284, Organon, Sexta Edición)
Ventajas del método por olfacción Entre las principales ventajas del método por olfacción se pueden mencionar las siguientes: 98
Atr é v ete a saber. L os cam bi os i n com pr en d i d os del O r gan on
I 1. L os medicamentos actúan muy rápido y el pacien , te reacciona de una manera más segura. 1 2. La probabilidad de que se presente una agrava
Atr é v ete a saber. L os cam bi os i n com pr en d i d os del O r gan on
I 1. L os medicamentos actúan muy rápido y el pacien , te reacciona de una manera más segura. 1 2. La probabilidad de que se presente una agrava j ción es mucho menor, aún en los pacientes ¡ hipersensibles. ¡ 3. En los casos de pacientes hipersensibles ya bien [ clasificados con incapacidad para tolerar las más ; bajas dosis de medicamento por vía oral, pueden ¡ tratarse en la mayoría de los casos por olfacción, ¡ sin provocar ningún problema de agravación N o debemos tener la menor duda acerca de la acción curativa de este método. E n nuestra vida cotidiana, algunas veces nos enfermamos o, al menos, nos vomitamos si estamos en un lugar donde se perciban olores muy fétidos. N os sentimos confortables y cómodos en un ambiente hermoso y cautivador con el olor encantador de las flores o cuando olemos un perfume que nos parece muy agradable. N uestros medicamentos dinamizados actúan a través de los nervios. P or lo tanto, se puede sacar mucha ventaja en la velocidad de respuesta que nos puede ofrecer un paciente, si entendemos lo que se puede lograr aplicando el medicamento a través de nervios terminales com o los son los de la lengua y la nariz. Además, todos sabemos que las vías de acceso más rápidas hacia el interior del organismo son las mucosas; de ahí que la nasal y la oral sean las que se utilicen con mayor frecuencia, sin descartar las demás vías.
Preparación de la solución para el método de olfacción E n este pr oceso es necesario un frasco de 1 dracma (equivalente a aproximadamente 3.5 mi.), según indicaciones de 99
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la 6a. Edición del Or ganon. Se coloca un microglóbulo dentro del frasco y se disuelve con una gota de agua. Posteriormente, se le agrega alcohol hasta sus 2/3 partes, y se sucucusiona igual, 8 o 10 veces, antes de cada dosis. En cada dosis sólo se permitirá inhalar durante 1 o 2 segundos. Se siguen las mismas condiciones de administración que se estudiaron anteriormente, tanto para las enfermedades agudas como para las crónicas, según sea el caso. “...Si en el tratamiento se usare tan sólo un frasquito de, digamos, una dracma de alcohol diluido en el cual estuviere contenido y disuelto mediante sucuciones un glóbulo de la medicina a usar por olfacción cada 2, 3 o 4 días, también este frasquito deberá ser sacudido 8 a 10 veces antes de cada olfacción...” (Parágrafo 248, Organon, Sexta Edición)
Piel. Aplicación externa Con la apli caci ón simul tánea por vía i nt erna y ext em a se ace- lera el ti empo de cur ación,
H ahnemann nos aclara en el Organon, que su experiencia con esta vía de administración de remedios homeopáticos le pr oporcionó grandes satisfacciones y la recomienda como una excelente vía de absorción, siempre y cuando se prescriba de manera simultánea por vía interna: “...Pero toda la epidermis que reviste al cuerpo es apta para la acción de las soluciones medicinales, especialmente si la untura es apoyada simultáneamente con la administración interna...”. Las enfermedades crónicas se pueden curar rápidamente si la solución medicamentosa es friccionada sobre la piel sana durante el curso del tratamiento por vía interna. 100
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La solución no debe ser friccionada en las partes enfermas o insanas del cuerpo. M uchos homeópatas han hecho la observación que esta clase de masaje o fricción definitivamente acelera el proceso de curación.
Atr é vete a saber. L os cam bi os i n com pr en d i d os del O r ga n on
La solución no debe ser friccionada en las partes enfermas o insanas del cuerpo. M uchos homeópatas han hecho la observación que esta clase de masaje o fricción definitivamente acelera el proceso de curación. H ahnemann nos dice: “...De este modo el médico puede promover la extinción de enfermedades muy antiguas mediante la aplicación externa, frotando la espalda, brazos y extremidades con L A M I SM A M E D I C I N A que administra internamente y que ya ha demostrado ser curativa. Al proceder así, debe evitar las zonas doloridas o sujetas a espasmos o que presenten erupciones epidérmicas...”. (Parágrafo 285, Organon, Sexta Edición)
I nclusive en su obra de E nfermedades Crónicas nos explica de igual manera: “...M ás se acrecientan bastante aún los efectos curativos del medicamento apropiado a la enfermedad, cuando además de poner la disolución acuosa en contacto con los nervios de la boca y del canal alimenticio, se la emplea SI M U L T Á N E A M E N T E en F RI CC I ON E S al exterior, sobre un solo punto del cuerpo, o sobre muchos, eligiendo aquellos que están más exentos de los síntomas morbosos, por ejemplo, un brazo, una pierna, un muslo. Se puede del mismo modo variar o alternar la fricción ya en un miembr o ya en otro. Administrados de esta manera los medicamentos homeopáticos hacen bastante más bien, en las enfermedades crónicas, y procuran más prontamente la curación, que cuando nos limitamos a hacerlos tragar...”. Y más adelante nos explica que debemos utilizar las zonas de piel sana y que lo mejor es realizar las fricciones en los espacios de tiempo en que no se toma el remedio por vía interna, aconsejándonos que la fricción deberá ser alternando las zonas propicias, siempre y cuando el paciente tenga muchas de estas zonas disponibles para la aplicación: 101
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“...La parte del cuerpo que se elige para practicar la fricción, debe en consecuencia tener la PI E L SA N A , y si se hallan muchas en este caso, se las fricciona A L T E RN A T I V A M E N T E , eligiendo de preferencia los DI AS en que el enfermo N O T O M A M E D I C A M E N T O I N T E R I O R M E N T E . La fricción se ejecuta por medio de la mano, con una corta cantidad de la disolución; se continúa frotando hasta que la piel se seca. Para esto aún, debe empezarse por sacudir 5 o 6 veces el frasco que contiene el líquido...”. (Prefacio. Enferm edades Crónicas. Samuel Hahnemann).
¿Cómo y Cuándo se debe usar la aplicación externa? C omo ya hemos visto, la mejor manera de administrar los medicamentos por aplicación externa es friccionando las dosis líquidas del remedio, en la misma potencia, sobre la piel, de preferencia en las zonas que estén sanas. H ahnemann nos recomienda utilizar brazos, piernas y espalda, principalmente. El cuándo se deben aplicar, H ahnemann es muy claro en el Organon, recomendándonos que se deben aplicar externamente por fricción hasta que se seque, pero siempre deberá ser con la administración simultánea de la misma potencia por vía interna, con el fm de acelerar el proceso curativo. “...N o es útil introducir un remedio externo por frotación o aplicarlo externamente a la zona, ya se trate de una enfermedad local aguda reciente o de una afección que haya existido por largo tiempo, si simultáneamente no se le administra internamente, aun cuando fuera el específico y que, de haber sido usado internamente, sería benéfico en razón de su homeopaticidad...” (Parágrafo 194 , Organon, Sexta Edición) 102
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“...Pareciera, por cierto, como si la curación de tales enfermedades fuera apresurada por emplear la sustancia medicinal que se sabe es verdaderamente homeopática a la totalidad de los síntomas, no sólo
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“...Pareciera, por cierto, como si la curación de tales enfermedades fuera apresurada por emplear la sustancia medicinal que se sabe es verdaderamente homeopática a la totalidad de los síntomas, no sólo internamente más también externamente, porque la acción de una medicina aplicada al asiento de la afección local puede actuar sobre ella más rápidamente...” (Parágrafo ¡96, Organon, Sexta Edición)
Leche materna H ahnemann comprobó de manera amplia y con resultados extraordinarios que si los recién nacidos padecían de alguna afección, ésta puede ceder rápidamente si se le administra directamente a la madre o quien lo esté amamantando. I nclusive, si se le administra un medicamento anti psórico a la madre durante el embarazo, el bebé nace más sano: “...El poder de los medicamentos actuando sobre los niños de pecho, por medio de la leche materna o de la nodriza, es una ayuda maravillosa. Toda necesidad del niño cede ante los medicamentos homeopáticos correctamente seleccionados, dados a dosis moderadas a la madre que lo amamanta y administrados de esta manera son asimilados por estos nuevos ciudadanos del mundo con más certeza y facilidad de cuanto ha sido posible lograr en los últimos años. Desde que a la mayoría de los niños se les imprime la Psora a través de la leche de la nodriza, si es que no la han recibido ya de la madre por herencia, por el mismo medi o de la leche de la nodriza, ellos podrían quedar protegidos anti psóricamente, la que de tal modo se habría tornado medicinal. Pero el tratamiento de las madre en su preñez mediante un antipsórico suave, especialmente con dinamizaciones de SU L P H U R preparadas de acuerdo a las I N D I C A C I O N E S D E L P A R Á G R A F O 270 incluidas en esta obra 103
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(Organon, Sexta E dición, Escala 50 M ilesimal), es indispensable a fin de desarraigar la Psora (ésa productora de la mayoría de las enfermedades crónicas) que los humanos reciben por herencia, así se le aniquila, tanto en la madre como en el feto, protegido preventivamente a la posteridad. Esto ha quedado confirmado en las mujeres embarazadas a las que trato, puesto que dieron a luz criaturas muy sanas y fuertes, lo que causó asombr o general. H e aquí una nueva confirmación de la gran verdad que he formulado: la teoría de la Psora...”. (Nota al pie No. 164, P arágrafo 284, Organon, Sexta Edición)
¿Cuándo se deben administrar los medicamentos? T iempo, espacio y dimensión, son tres aspectos muy importantes que siempre deben ser considerados en todas las áreas de la ciencia. En la H omeopatía no es la excepción, también estos tres aspectos son de suma importancia, sobre todo en el proceso de administración de los remedios. U n medicamento bien seleccionado, si no se aplica en el tiempo apropiado, debe causar agravación innecesaria. La vida del paciente puede estar en peligro si consideramos que está en una situación débil y precaria. Por lo tanto, los medicamentos no deben ser administrados si antes no se toman las consideraciones necesarias para su administración (excepto en casos muy agudos). Considerando la aplicación del medicamento en casos de fiebre, Hahnemann dice: “...El tiempo más apropiado y eficaz para la administración del medicamento en estos casos es inmediatamente o tan pronto como finalice el paroxismo, tan pronto como el paciente se haya recuperado en algo de sus 104
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efectos; de este modo tiene tiempo para que la salud sea restituida, sin que medie ninguna perturbación o conmoción vi olenta, en tanto que la acción del medicamento, por apropiada
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efectos; de este modo tiene tiempo para que la salud sea restituida, sin que medie ninguna perturbación o conmoción vi olenta, en tanto que la acción del medicamento, por apropiada que fuera, si llegara a darse inmediatamente antes del paroxismo, coincidiría con la recurrencia natural de la enfermedad y causaría tal reacción en el organismo, que semejante ataque produciría, cuando menos, una gran pérdida de fuerzas, si no llegare a amenazar la existencia:..” (Parágrafo 236, Organo», Sexta Edición)
Por lo tanto, tanto en los casos crónicos como en los agudos, se presenta un periodo definido de agravación de la enfermedad, y ese N O ES el momento apropiado para la administración del remedio, siempre debemos buscar el tiempo posterior a la agravación, cuando el organismo se haya recuperado del paroxismo y tenga la fuerza suficiente para poder reaccionar contra la enfermedad misma. Por ejemplo, los problemas de un paciente sifilítico se agravan generalmente en la noche y esto nos sirve de guía para evitar cuanto sea posible una administración durante la noche para estos pacientes, sobre todo cuando se trate de casos crónicos.
Solo un medicamento por vez H ahnemann nos indica que no debemos administrar más de un remedio al mismo tiempo, y esto tiene una explicación tan grande y válida que no permite que se le refute: la patogenesia que existe de cada remedio es el resultado de la experimentación pura que se hizo con esa única sustancia, sin mezclarla o combinarla con otras. “...En ningún caso bajo tratamiento homeopático puede llegar a ser necesario, y en consecuencia inadmisible, administrar a un paciente más de una sustancia medicinal, simple y única cada vez. Es inconcebible que pueda haI
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ber la menor duda acerca de si es más racional y más conforme con la naturaleza el prescribir en cada caso una medicina simple y única o una mezcla de varias drogal activas y diferentes. E n la H omeopatía, único arte de curar, verdadero, simple y natural, no es admisible, en absoluto, dar al paciente dos diferentes sustancia medicinales A L M I S M O T I E M P O ...”. (Parágrafo 273, Organon, Sexta Edición)
Preparación de la solución medicamentosa de potencias LM 1*1. Tomar un frasco nuevo de aproximadamente 60\ I mi. con tapadera, limpiarlo apropiadamente. (N o se deben usar frascos sucios o utilizados previa J mente). ‘ 2. Preparar una solución de solamente 8 cucharadas l soperas de agua destilada o purificada, s 3. Poner dentro del frasco, una cucharada sopera de I alcohol, como preservativo. ¡ 4. Agregar al frasco un glóbulo del medicamento que i ha sido seleccionado, machacándolo previamente J con un poco de azúcar de leche. y 5. La solución medicamentosa está lista para usarse \ y administrarse al paciente. J
Preparación de la solución. (Organon) “...Preparada con 40,30,20,15 u 8 cucharadas soperas de agua con la adición de algo de alcohol o un trocito de carbón de leña a fin de preservarlo; si se 106
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usare éste último será suspendido dentro del frasco por medio de un cordel para poder quitarlo cuando
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usare éste último será suspendido dentro del frasco por medio de un cordel para poder quitarlo cuando el frasco sea sometido a sucuciones. Puede facilitarse la preparación de la solución de un glóbulo medicinal (y raramente será necesario usar más de un glóbulo) de una medicina bien “potentizada” dentro de una cantidad mayor de agua, preparando una solución de solamente 7 a 8 cucharadas soperas de agua y luego de una consumada sucución del frasco que la contiene, extraer de él el contenido de una cucharada sopera y verterlo en un vaso de agua (que contenga de siete a ocho cucharadas), revolver bien este contenido y luego dar una dosis al paciente...” (Ñola al pie No. i 34, Parágrafo 248, Organon, Sexta Edición)
¿Porqué lleva alcohol la solución preparada? Algunos homeópatas que recién han comenzado a utilizar el método de la Escala de Potencias L M , con frecuencia se preguntan ¿porqué se le agrega alcohol?, y la respuesta es que se utiliza precisamente para preservar la solución preparada con agua. En esto H ahnemann nos dice: “...M as como el agua, aun la destilada, empieza a alterarse al cabo de algunos días, lo cual D E ST R U Y E L A P O T E N C I A de la débil cantidad de medicamento que aquella contiene, he creído necesario adicionar U N P O C O DE A L C O H O L , o cuando esto es imposible, poner algunos fragmentos de un C A R B Ó N DE M A D E R A dura; de este modo he llegado a mi objeto, salvo no obstante que en el segundo caso, el líquido se pone turbio y negruzco al cabo de algunos días...”. (Prefacio. Enfermedades Crónicas. Samuel Hahnemann)
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Indicaciones ai paciente Sucusionar la solución medicamentosa por 8,10 ~o\ I 12 veces, según sea necesario, antes de utilizarla. ■<=> Extraer una cucharada cafetera o sopera de la so j lución preparada (según lo requiera el caso) y veril terla en un vaso que contenga 8 cucharadas sope ■ ras de agua natural, purificada. j & Agitar la solución del vaso fuertemente. ! & Dar a tomar al paciente una o varias cucharadas j de las de té, llenas, según lo requiera el caso (agu ; do, subagudo o cróni co). J & Eliminar el sobrante (o administrarlo externamen \ te si se considera necesario).
Solución al problema de selección de potencia El problema de la elección de la potencia y la dosis son situaciones muy cuestionadas, siendo uno de los G R A N DE S P ROB L E M AS de la Escala CE N T E SI M A L y la Quinta E dición del Organon en sí. Sin embargo, la práctica de H ahnemann y la Sexta E dición del Organon ofrece mejores opciones para lograr la mejor solución a este problema. En el tratamiento de las enfermedades es mejor comenzar con la dosis mínima (los GR A D OS de dinamización MÁS AL TOS) e ir incrementando la dosis gradualmente (y avanzar a los M ÁS BAJ OS cuando sea necesario). La Sexta E dición del O rganon no solamente resuelve el problema de controlar la agravación medicamentosa y aclarar el camino para poder materializar el más alto ideal de curación (de manera suave, rápida y permanente), si no que 108
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también da respuesta a muchas controversias y dudas, ta-
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también da respuesta a muchas controversias y dudas, tales como: ¿C on cuál potencia debemos comenzar el tratamiento?, entre otras. H ahnemann nos advierte que debemos comenzar con la dosis mínima para el tratamiento de cualquier paciente. Entre las cosas interesantes que se encontraron en las propiedades personales de H ahnemann después de su muerte fue el hallazgo de una caja de medicamentos conteniendo 703 frascos de la Escala Centesimal, en diferentes potencias. Mientras que también se encontró la presencia de H! 1,716 frascos de medicamentos preparados en la E SCA L A 50 M I L E SI M AL ü!. La mayoría eran de la 10 a la 1. En un trabajo de investigación que hemos realizado durante los últimos años encontramos evidencias de que H ahnemann no utilizaba la escala ascendente, sino todo lo contrario, comenzaba por la potencia más alta y, posteriormente, iba descendiendo, conforme lo fuera requiriendo la mejoría del paciente. Son evidencias fuertemente fundamentadas en los propios escritos de Hahnemann, sobre todo en “Las Enfermedades Crónicas” y en su “Diario de Pacientes (DF 5, de 18371842)”. La escala que H ahnemann trabajaba era en forma descendente y las potencias que con mayor frecuencia utilizaba siempre eran en escala de 3 en 3. Por lo tanto, el M aestro sólo utilizaba 10 potencias de cada remedio: 30,27,24,21,18,15,12,9,6,3, y utilizaba Jas potencias en el orden que el paciente se las iba “pidiendo”, de acuerdo a la evolución del caso, pero siempre en forma descendente. Este es el punto más importante donde radica la práctica de las L M . L os números del 1 al 10 corresponden a los grados millonésimos que adquirían las potencias elaboradas desde el método centesimal, donde la proporción matemática de millón en millón nos permitía llegar hasta la potencia 30, la cual era la número 10 (X, en números romanos), también llamada “grado decillonésimo” en le escala centesimal de L lahnemann. 109
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Generalmente se comienza el tratamiento de cualquier paciente con la potencia L M /30. Aparte de nuestra experiencia, siguiendo la experiencia y forma de aplicación de los medicamentos de H ahnemann, vemos que la mayoría de los medicamentos de esta escala cubren el propósito de lograr la curación generalmente partiendo de la L M /30, U n medicamento bien seleccionado en la primera prescripción, generalmente cambia la totalidad de los síntomas del paciente con diluciones sucesivas, sucucionadas, desde la L M /30 hacia abajo, L M /27, etc., hasta cuando la segunda prescripción sea necesaria. El medicamento seleccionado para la segunda prescripción también debe ser aplicado, al igual que la primera prescripción, comenzando por J o general con la L M /30, y después se irá bajando gradualmente a las potencias siguientes. El problema de cuál es la potencia adecuada para comenzar con el caso nos lo ha resuelto Hahnemann. Esto ha sido totalmente experimentado y comprobado por mí mismo y por mis compañeros en la profesión por más de 8 años, y corroborado en la práctica de Hahnemann, en su “Diario de Pacientes”, donde aparecen más de 100 expedientes clínicos e invariablemente todos comienzan el tratamiento con la potencia 30 y, por lo general, las prescripciones posteriores del mismo medicamento son hacia aba j o (24,18, etc.). Algunos homeópatas comienzan el tratamiento con L M / 3, L M /6, L M /9 o L M /12, siguiendo un camino de saltos y galopando con las potencias. Pero esta clase de aplicación va contra las enseñanzas que H ahnemann dejó plasmadas en la Sexta E dición del Organon. El M aestro y guía más grande que podemos tener en H omeopatía hasta nuestros días es el Dr. H ahnemann. 110
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listamos obligados a admitir que, especialmente en lo que se refiere a problemas de potencias, difícilmente podría-
A tr é vete a saber. L os cambi os i n com pr end i d os del O r gan on
listamos obligados a admitir que, especialmente en lo que se refiere a problemas de potencias, difícilmente podríamos igualarlo. P or l o tanto, seguir a H ahnemann en lo que a aplicación de medicamentos homeopáticos dinamizados .serefiere es lo más conveniente y seguro, tanto para nosotros como para nuestros pacientes. Se ha observado que en muchos casos de enfermedades agudas, la solución medicamentosa de las dosis no es requerida en su totalidad. En algunos casos sólo 1 a 3 dosis es suficiente para controlar la situación aguda. Posteriormente se puede administrar el medicamento complementario (de acuerdo con la totalidad de los síntomas), donde puede ser que con sólo 1 o 2 dosis el paciente regrese a su estado de salud. E n el caso de que el paciente consumiera la totalidad de las dosis de la solución medicamentosa sin ser necesario, podría presentarse una enfermedad o agravación medicamentosa y provocaríamos que su vitalidad se tornara más débil. Por lo tanto, debemos tener cuidado de no sobredosificar a ningún paciente. Vamos a dar un ejemplo: Suponiendo que se prescribe B E L L A D ON A L M /30, administrada cada 2 horas para un paciente que sufre de fiebre. La temperatura del paciente baja después de la primera dosis y la fiebre no aparece hasta el día siguiente, después de que se han administrado 4 o 5 dosis. P osteriormente se le administra la siguiente dosis sólo una vez al día. N o aparece la fiebre al tercer día. El paciente está bien con sólo 6 dosis de la solución medicamentosa de Belladona L M /30. P or consecuencia, n o es necesario utilizar Belladona L M /27 como segundo tratamiento. Por el contrario, debemos advertir que no se administre la dosis restante de la primera prescripción. Después de esto, sí es necesario, y sí los síntomas concuerdan, se pueden administrar una o varias dosis de un medicamento complementario de Belladona, lo que restablecerá al paciente a su estado de salud. Esta advertencia es para tenerla presente en todos los casos agudos. 111
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Ahora vamos a discutir el problema de las enfermedades crónicas. E n estos casos sabemos que los medicamentos son aplicados diariamente o cada 48 horas. Pero en algunos casos se ha observado que el paciente no puede tolerar dosis diarias, inclusive de la dilución de un 3o. o 4o. vaso. E ntonces, se debe administrar la dosis más pequeña que tolere el paciente y continuar cada segundo día. Si se observa que el paciente sigue presentando reacción, el medicamento deberá aplicarse en tiempos más prolongados de acuerdo al límite de tolerancia del paciente. Ese es el porqué de la frase “si es necesario” que menciona Hahnemann en el Organon.
La primera prescripción Durante la acción de una dosis de la medicina de la Escala Centesimal, la segunda dosis no debe ser repetida, a pesar de la presencia de síntomas de la enfermedad en el organismo, pero con las potencias de la Escala 50 M ilesimal SÍ SE P U E DE : “...la misma medicina que fue seleccionada cuidadosamente puede ahora ser administrada diariamente y durante meses, SI F U E RE N E C E SA RI O, del siguiente modo: una vez que el G R A D O I N F E R I O R de potencia se haya usado durante una o dos semanas en el tratamiento de la enfermedad crónica, del mismo modo se avanzará hacia graduaciones SU P E RI ORE S, (comenzando con el uso de los grados inferiores de acuerdo al nuevo método de dinamización que aquí se enseña)...”. (Nota al pie No. 132, P arágrafo 246, Organon, Sexta Edición)
Por este método casi perfecto se lograría muy poco si no preparamos y administramos los medicamentos tal y como el M aestro nos indica en el Organon. 112
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Sabemos también que las enfermedades crónicas avan-
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Sabemos también que las enfermedades crónicas avanzan en forma gradual y continua, sin hacer saltos. D e este modo, siguiendo las indicaciones del M aestro, debemos administrar las potencias también en forma gradual y continuada, iniciando desde el más bajo grado de dosis de la potencia L M /30, y continuar en forma subsiguiente con las potencias en forma seriada y descendente (27, 24, 21, 18, 15,12,9, 6,3). El Organon recomienda elaborar potencias desde la L M / 1 hasta la L M /30 solamente. La vitalidad del cuerpo humano tiene límites, por lo tanto, H ahnemann también puso límites para los medicamentos homeopáticos hasta la L M / 30, y así poder tratar a los seres humanos enfermos. D ebemos notar que en el caso de las potencias Centesimales, H ahnemann tampoco aceptó potencias más allá de la 30, aunque en su tiempo, J enichén preparó potencias hasta la 1,600. H ay evidencia de que el mismo Hahnemann experimentó con potencias l,000y 1,600, pero después de eso, él mismo rechazó las potencias superiores a la 30. (Carta del Dr. H ahnemann al D r. Schreter, en 1829). Aunque hemos visto que experimentó la respuesta de algunos pacientes a las potencias superiores a la 30 en sus últimos años de practica, sin que haya arrojado comentarios contrarios a la práctica general que venía realizando desde muchos años atrás, como era la de incrementar las dosis en forma gradual (dismi nuyendo el grado de potencia gradualmente). E n el nuevo método también puso límite hasta la 30. Esto lo apoya en los hallazgos de muchos de sus diferentes ensayos: “...Debe existir algún final para cada cosa, no puede ir más allá del infinito...”. E n el año de 1833, habla más favorablemente de las atenuaciones más altas: “...A las diluciones 150 y 300 se les atribuye más rapidez y penetración, pero, igual mente, una acción más cor ta ...”, “...los
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homeópatas pueden tener la capacidad para asegurarse ellos mismos que los resultados sean uniformes en su práctica...”. (The Lesser Writtings, págin a 263: ‘‘Observaciones sobre la atenuación extrema del medicamento homeop ático ”. Samuel Hahnemann)
¿Cuáles son los efectos inmediatos de la primera dosis mínima? H ahnemann nos dice que en todos los casos, después de administrar la dosis más pequeña, debemos esperar mejoría principalmente en el estado de ánimo y mental del paciente, como síntoma inequívoco de que el remedio fue el homeopático y la ley de curación va por buen camino: “...E n todos los casos los signos de mejoría en el ánimo y en la mente deben ser esperados sólo poco después de que la medicina haya sido tomada y cuando la dosis haya sido suficientemente pequeña (es decir tan mínima cuanto haya sido posible)...” (Nota al pie No. 138, Parágrafo 253, Organon, Sexta Edición)
Dilema: ¿glóbulos o líquidos? Siempre hemos tenido la duda de cuál es la mejor forma de administrar los remedios, ¿en glóbulos o en forma líquida?. H ahnemann nos enseña que las administraciones en seco sólo son convenientes cuando se presenta un caso moderado y reciente. Sin embargo, aclara que la me jor forma de la que se puede sacar el provecho máximo es en forma líquida, diluyendo un microglóbulo, machacado
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previamente en azúcar de leche, en una buena cantidad de
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previamente en azúcar de leche, en una buena cantidad de agua, para obtener muchas dosis de ahí: “...E xceptuando “un moderado caso reciente de enfermedad”, los medicamentos de la Escala 50 M ilesimal N O P U E D E N administrarse en condiciones SECAS. Dosis no divididas de una dilución 110 pueden ser aplicables porque tocarán muy pocos nervios. Esa dosis debe dividirse en muchas dosis. U n glóbulo de medicamento M A C H A C A D O con algo de azúcar de leche disuelto en una buena cantidad de agua (Parágrafo 247) y agitado bien antes de cada aplicación producirá un medicamento más poderoso para el uso por varios días. Cada dosis, no importa qué tan pequeña sea, toca por el contrario muchos nervios...”. (Parágrafo 272, Organon, Sexta Edición)
P equeños glóbul os, como semillas de amapola, son necesarios en esta E scala 50 M ilesimal . L os glóbulos medicados se guardan en frascos bien tapados. De este frasco, uno o varios glóbulos (aunque raramente son varios) se disuelven en agua y se dividen en 78 dosis.
Dosis en seco (glóbulos), ¡¡¡NO!!! H ahnemann establece claramente que la administración de los medicamentos que debe tomar el paciente no deben ser en seco (quizás sólo la primera dosis pudiera permitirse administrar en seco, ya que H ahnemann nos habla de la segunda dosis en adelante), sobre todo después de haber observado que la primera dosis fue benéfica: “...N o se debe permitir que el paciente tome una segunda dosis o una tercera dosis, E N SE C O, de la 115
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medicina homeopática así fuese la mejor seleccionada, por ejemplo un glóbul o de la misma potencia que fue beneficiosa en un principio...”. (Nota al pie No, 133, Parágrafo 247, Organon, Sexta Edición)
“...U n glóbulo de estos, puesto SE C O sobre la lengua, es la DOSI S M Í N I M A para una E N F E RM E DA D R E CI E N T E M OD E R A D A . En este caso, la medicina toca POCOS NERVIOS. Pero OTRO I GU AL AL A N T E R I O R , triturado con azúcar de leche, disuelto en bastante agua (parágrafo 247) y sacudido bien antes de cada toma, se convi erte en un medicamento mucho M AS P O D E R OSO, apto para usar por varios días. Cada dosis, por pequeña que sea, afectará muchos nervios...”. (Parágrafo 272, Organon, Sexta Edición)
Dosis líquidas sin agitar, ¡¡¡NO!!! También para la administración de las dosis preparadas en forma líquida, H ahnemann establece que debemos modificar en algo el grado de dinamización para que pueda seguir beneficiando al paciente, sobre todo si la primera dosis resultó ser beneficiosa para él; “...De igual manera, sí la medicina fue disuelta en agua y la primera dosis resultó ser benéfica, una segunda o tercera dosis o también una dosis más pequeña extraída del frasco SI N H ABE RL A AGI T A D O, aún mediando varios días, N O SE RÁ B E N É F I CA, aunque la preparación original hubiera sido “potentizada” mediante diez sucuciones o, como he sugerido posteriormente, con sólo dos sucuciones, a fin de obviar esta desventaja y ell o de acuerdo a razo116
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nes expuestas. P ero mediante la modificación de cada dosis en su grado de dinamización, como aquí enseño, se evita todo perjuicio A U N C U A N D O SE R E P I T A N D OSI S C O N M A Y O R F R E C U E N C I A y
A tr é vete a saber. L os cam bi os i n comp r end i d os del O r ga n on
nes expuestas. P ero mediante la modificación de cada dosis en su grado de dinamización, como aquí enseño, se evita todo perjuicio A U N C U A N D O SE R E P I T A N D OSI S C O N M A Y O R F R E C U E N C I A y aun cuando el medicamento resultare muy “potentizado” a causa de tantas sucuciones. Pareciera como si el remedio homeopático mejor seleccionado fuera capaz de extraer el desorden mórbido que afecta a la fuerza vital y tratándose de enfermedades crónicas extinguirlas, únicamente si se le emplea en varias formas diferentes...”. (Nota al pie No. 133, Parágrafo 247, Organon, Sexta Edición)
I nclusive, H ahnemann en su obra de E nfermedades Crónicas nos indica que la mejor forma de utilizar los glóbulos es en forma líquida: “...La experiencia me ha demostrado, y ciertamente ha hecho lo mismo con todos los que siguen C O N F I DE L I DA D mis huellas, que, en las enfermedades de cierta importancia, sin exceptuar ni aún las más agudas, y con más fuerte razón en las crónicas, es lo mejor emplear los glóbulos homeopáticos BAJ O L A F O R M A DE D I L U C I O N , en cantidad de 7 a 20 cucharadas, sin ninguna adición...”. Y continúa explicando: “...M as si se quiere hacer tomar una misma sustancia repetida muchas veces, lo que es indispensable para curar una enfermedad crónica y grave, se tiene cuidado de variar cada vez el grado de dinamización...”. Pero para lograr este grado de dinamización nos indica: “...Basta sólo producir un ligero cambio en el grado de dinamización, sacudir fuertemente, cinco o seis veces el frasco que contiene la disolución...”. (Prefacio, Enferm edades crónicas. Samuel Hahnemann).
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Sucuciones * “potentizacíón” El objetivo de “sucucionar” (golpear vigorosamente), “triturar” y “friccionar” las sustancias en el proceso de elaboración, no es otr o que el de hacer “MAS P O T E N T E ” la virtud o acción medicamentosa de dicha sustancia por medio de la separación entre sí de los átomos y sus partículas que están contenidos en ella. Por lo tanto, “sucucionar”, “triturar” y “fri ccionar”, equivalen a “P O T E N T I ZA R ” o “D I N A M I ZA R ” una sustancia, lo cual significa que se están activando poderes que permanecían “ocultos y dormidos”. Las palabras “potentizar” y “dinamizar” son 2 vocablos que no existen en el idioma castellano como verbos, pero que la H omeopatía los ha tomado como propios para definir sus propias características. “...Pero si la dosis subsiguiente fuera modificada ligeramente cada vez, es decir, “potentizada” algo más (Parágrafos 269, 279, Organon Sexta E dición) entonces el principio vital podría ser alterado sin dificultad por la misma medicina (lo que equivale a disminuir la sensación de la enfermedad natural) y así se aproximaría a la C U R A C I O N ...”. (Parágr afo 247, Organon Sexta Edición)
Hahnemann nos enseña que para “potentizar” cada dosis del medicamento que estamos administrando, debemos SU C U SI O N A R la solución medicamentosa por 8,10 o 12 veces: “...C on tal propósito “potentizamos” de nuevo la solución medicinal (con unas 8, 10 o 12 SU C U C I O N E S) de la cual damos al paciente una o varias dosis (aumentando gradualmente) de cucharadas de las de té, llenas...” (Parágra fo 248, Organon Sexta Edición)
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De manera general se recomienda el número de sucuciones en las siguientes circunstancias:
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De manera general se recomienda el número de sucuciones en las siguientes circunstancias: / 1. 8 S ucuciones en caso de pacientes\ j hipersensibles. I ’ 2. 10 Sucuciones en caso de pacientes que \ j reaccionan normalmente. j l 3.12 Sucuciones en caso de pacientes muy ' Debemos considerar la vitalidad de nuestro paciente para darnos cuenta de las condiciones de respuesta que puede tener al tratamiento, sabiendo de antemano que una vitalidad debilitada será más propensa a las agravaciones. U n paciente que cuente con una vitalidad normal, por lo general no siente agravación, aún si se administran medicamentos en dosis de potencia elevada. Ese es el porqué muchos de nuestros compañeros homeópatas les agrada afirmar categóricamente que la Escala Centesimal no siempre provoca agravaciones. H ahnemann lo establece basado en sus experiencias y nosotros lo hemos comprobado en nuestra práctica diaria: la Escala Centesimal acarrea agravaciones que en un alto porcentaje se tornan violentas y agresivas. P ero ahora contamos con una gran ventaja: estas agravaciones se solventan con la aplicación de los medicamentos preparados por medio de la Escala 50 Milesimal, si se administran apropiadamente, como nos lo indica Hahnemann en el Organon.
¿Por cuánto tiempo la primera prescripción? Las dosis de la primera prescripción se deberán seguir administrando mientras no se observen nuevos síntomas y la mejoría avance de manera ininterrumpida. 119
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“...La dosis de la medicina que continúe siendo útil y que no produzca nuevos síntomas perturbadores debe ser continuada pero E N A SC E N SO G R A DU A L en tanto el paciente E XP E RI M E N T E U N A M E J OR Í A GE N E R A L y hasta que comience a sentir que retorna suavemente a una o varías de sus dolencias antiguas. Esto indica una C U R A C I Ó N P R OX I M A mediante un ascenso gradual de la dosis moderada, modificada cada vez mediante SU C U C I O N E S (Parágrafo 247)...” (Parágrafo 280, Organon, Sexta Edición)
Se deberá C ON T I N U A R C O N LA PRIM E RA PRESC R I P C I O N "... Tanto tiempo cuanto el paciente sienta mejoría continuada sin encontrar alguna molestia o síntoma que él haya sentido jamás en su vida...”. (Parágrafo 248, Organon, Sexta Edición)
De lo anterior podemos deducir, además, que sólo la potencia del medicamento es la que debe ser cambiada en forma subsecuente de la L M /30 a la L M /27 y así sucesivamente. Este método nos permite saltar potencias para buscar una curación más rápida, ya que en cualquier caso debemos comenzar por las dosis más bajas e ir incrementando en forma gradual la dosis descendiendo a grados inferiores de potencia, dependiendo de las características y la sensibilidad de nuestro paciente.
La curación también debe ser gradual Las enfermedades, especialmente las crónicas, no se presentan y agravan súbitamente, sino por el contrario de 120
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una manera lenta y gradual. Esa es la naturaleza de las enfermedades crónicas. P or lo tanto, la dosis del medicamento no se debe incrementar tan súbitamente, se deberá incrementar gradualmente de igual manera como se desarrolló
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una manera lenta y gradual. Esa es la naturaleza de las enfermedades crónicas. P or lo tanto, la dosis del medicamento no se debe incrementar tan súbitamente, se deberá incrementar gradualmente de igual manera como se desarrolló la enfermedad y así lograremos que la curación se presente también en forma gradual, pero en este caso la diferencia es que utilizando los medicamentos de la L M , podemos llegar al objeti vo de una manera más rápida. Es la naturaleza de la curación real con el uso de las L M , es decir, de la C U R A C I ON H OM E O DI N Á M I C A.
Cómo reducir las dosis Se pueden utilizar diferentes opciones para reducir las dosis: /l . j ;| 2. i i 3, 14. í j 5. f 6. V
E n lugar de una cucharada sopera, se puede admi nistrar 1/2 cucharada o una cucharada de las de té. Se puede preparar un 2o., 3o. o 4o. vaso, según la sensibilidad de nuestro paciente, partiendo de una cucharada de las de té. Disminuyendo el número de sucuciones. Alargando los tiempos de administración de cada dosis. U tilizando el método de olfacción, Suspendiendo totalmente laadministración de las dosis restantes.
E n consideración con este úl ti mo caso, H ahnemann dice: “...Por otra parte, si durante las repeticiones casi diarias del remedio homeopático bien elegido y hacia el final del tratamiento de una enfermedad crónica, aparecieran las denominadas A GR A V A CI ON E S H O M E O P Á T I C A S (Parágrafo 161, Organon, Sexta E dición), por cuya causa 121
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el cuadro de los síntomas mórbidos parecieran incrementarse en algo, las dosis en tal caso deberán ser reducidas (la enfermedad medicinal, similar a la original, ha quedado sola y se manifiesta ahora persistentemente) e incluso deberán repetirse a intervalos cada vez más largos y hasta ser suspendidos por varios días a fin de averiguar si la convalecencia ya no requiere de más ayuda medicamentosa... ” (Parágrafo 248, Organon, Sexta Edición)
La repetición de las dosis Las dosis posteriores a una primera sepueden repetir con frecuencia, pero es necesario realizar una variación mínima por medio de sucuciones y agitación. Por el contrario, si no se modifica en algo una segunda dosis después que la primera fue benéfica, pude resultar totalmente contraproducente para el paciente. “...Carece de sentido repetir la misma dosis de un remedio sin haberla variado, peor aún repetirla con frecuencia (y a cortos intervalos con la finalidad de no demorar la curación). El principio vital no acepta tales dosis SI N V A R I A C I ÓN y las resiste, o sea que se manifestarán otros síntomas de la medicina diferentes de aquellos que son similares a la enfermedad por curar, debido a que la dosis anterior ya había cumplido el cambio que se esperaba sobre el principio vital y una SE G U N D A D OS I S, SI N C A M B I Ó A L G U N O y similar dinámicamente, ya N O E N C U E N T R A a la fuerza vital en iguales condiciones. Por cierto que al paciente puede enfermársele diferentemente administrándole otra dosis sin cambio, incluso AGRAVARL E más de lo que estaba, pues ahora continúan activos tan sólo aquellos síntomas del remedio, dado que no eran homeopáticos respecto de la enfermedad original, por 122
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lo que el estado del paciente no avanza hacia la curación y sí
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lo que el estado del paciente no avanza hacia la curación y sí hacia una verdadera agravación...”. (Parágrafo 247, Organo», Sexta Edición)
“...Dado que U VE XP E RI E N CI A ha confirmado I N V A RI A B L E M E N T E que la dosis de una medicina homeopática especialmente adecuada, muy difícilmente podría ser preparada como para que no produjese una mejoría perceptible de la enfermedad a causa de su E XC E SI VA P E QU E N E Z (Parágrafos 275178), actuaríamos I N SE N SA T A Y P E RJ U DI CI A L M E N T E si, cuando no se hubiera producido mejoría alguna o fuese ésta muy leve y sucedida de una agravación, RE P I T I E RA M OS o, peor aún, incrementáramos la dosis de esa misma medicina, TAL C O M O SE P ROCE DE E N EL VI E J O SI ST E M A, bajo la ilusión de que no ha sido eficaz a causa de su exigua cantidad (dosis demasiado pequeña)...”. (Nota ai pie No. 135, Parágrafo 249, Organon, Sexta Edición)
Antes de conocer el nuevo método, y siguiendo la doctrina expuesta por K ent, la aplicación de los medicamentos homeopáticos era realizando grandes saltos de potencias, por ejemplo, de la 30 C a la 200 C, luego de la 200 C a la 1M , y así sucesivamente. Por lo tanto los intervalos de energía medicamentosa entre una dosis y otra eran abismales y eso provocaba que nuestros pacientes tuvieran que reaccionar, en la mayoría de los casos, de una manera muy violenta y peligrosa desde el inicio del tratamiento. Pero este nuevo método de la Escala 50 M ilésima! es totalmente compatible con las etapas evolutivas que ha recorrido nuestro enfermo, y en consecuencia se puede considerar más científico. 123
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La frecuencia La frecuencia con que se repiten las dosis de las potencias L M depende del caso en turno. L o importante es que se pueden repetir tan frecuentemente como sea necesario: en las enfermedades agudas cada 6,4 o 2 horas, y aún con más frecuencia si el caso lo requiere; en las enfermedades crónicas se puede repetir diario o cada segundo día, siempre y cuando en ambos casos se observe franca mejoría ascendente. H ahnemann establece que: “...cada medicamento homeopático, correctamente seleccionado, aún esos casos cuya acción es de larga duración, pueden ser repetidos diariamente por meses, con beneficio creciente...”. (Parágrafo 248, Organon, Sexta Edición)
La continuidad U na vez terminada la administración del primer frasco de medicamento seleccionado (L M /30, de acuerdo con la dosis mínima de medicamento que haya comenzado el tratamiento), la siguiente potencia deberá ser preparada de la misma manera. El frasco y su tapadera deberán ser nuevos cada vez. D el mismo modo, se deberán preparar las potencias siguientes (L M /27, L M /24, etc.).
Las excepciones Hahnemann dice: “...La norma de comenzar el tratamiento homeopático de las enfermedades crónicas con las dosis más pequeñas posibles y de aumentarlas sólo gradualmente, está sujeta a una N OT A B L E E X C E P C I ÓN cuando se 124
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deben tratar los tres grandes miasmas, en tanto ellos estén A B RI É N DOSE PASO por la E P I DE RM I S. Ejemplos:
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deben tratar los tres grandes miasmas, en tanto ellos estén A B RI É N DOSE PASO por la E P I DE RM I S. Ejemplos: / í. SA R N A de reciente erupción \ 2. C H A N C R O que no haya sido tratado j (sobre órganos sexuales, labios vaginales, \ boca o labios, etc.); y 3. V E R R U GA S en forma de higo Tales casos n o sólo toleran si no que requieren grandes dosis de sus remedios específicos desde el comienzo mismo del tratamiento, en grados de dinamización diariamente incrementados (y posiblemente hasta varias veces al día). P rocediendo de este modo no debe temerse peligro alguno, el que sí existe tratándose de enfermedades que se ocultan en lo interior, en cuyo caso las dosis excesivas extinguen a la enfermedad pero, por uso repetido, pueden iniciar y arraigar a una enfermedad crónica medicinal. Pero éste no es el caso tratándose de las manifestaciones externas de estos tres miasmas, porque basándose en el progreso diario en su tratamiento se puede observar y juzgar hasta qué punto las grandes dosis extinguen día tras día a la sensación de la enfermedad sobre el principio vital; porque ninguno de estos tres miasmas puede ser curado sin que el médico se percate, mediante la desaparición de su manifestación externa, de que no habrá necesidad de continuar con la medicación y se convenza de ello...”. (Nota al p ie No. 163, Pa rág rafo 283, Organon, Sexta Edición)
Aparición de síntomas nuevos o desusados Cuando tenemos que un paciente desarrolla la presencia de nuevos síntomas o diferentes a los que tenía cuando 125
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vino a la consulta, es una señal de que no administramos el remedio similar al caso: “...Por otra parte si el paciente mencionara que ha experimentado algún síntoma nuevo de importancia o algo desusado, señal de que la medicina seleccionada no ha sido estrictamente homeopática, aun cuando él nos asegurara de buena fe que se siente mejor, lo que no es raro tratándose de pacientes tísicos con abscesos pulmonares, no creeremos tal afirmación sino que consideraremos que su estado se ha agravado, como resultará evidente en breve lapso...” (Parágrafo 256, Organon, Sexta Edición)
La segunda prescripción Para que podamos realizar la segunda prescripción, es necesario que exista la presencia de nuevos síntomas, diferentes a los que traía el paciente en la primera prescripción; cuando el paciente experimente algún malestar quejamás haya sentido: “...Porque si esto ocurriere, si el cuadro de la enfermedad apareciere dentro de un grupo de síntomas AL TE RADOS, entonces se debería SE L E CC I ON AR O T R A M E D I C I N A mejor relacionada que la anterior y administrarla en las mismas dosis repetidas cuidando, no obstante, de modificar la solución de cada dosis con S U C U C I O N E S F I RM E S Y V I GOROSA S, aumentando, en algo, su grado de potencia...”. (Parágrafo 248, Organon, Sexta Edición)
¿Con cuál potencia comenzar la segunda prescripción? Realmente esto ha sido un gran problema para los homeópatas, pero que tiene ahora una solución más 126
Atré vete a saber. L os cam bios in com pr end i d os del Or gan on
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científica. En el Organon no está especificado muy claramente en lo se refiere a este problema. Sin embargo, H almemann nos enseña insistentemente que siempre debemos comenzar con la dosis mínima. P or l o tanto, lo más adecuado es comenzar con la más baja dosis, que equivale a la dilución más alta, y volver a tratar al paciente desde el inicio con L M /30 y, posteriormente, avanzar hacia grados inferiores de potencia (pero superiores en dosis). Hasta la fecha no hemos si do capaces de descubrir ni ngún instrumento que nos permita detectar cuál potencia es la que necesita el paciente de acuerdo con su vitalidad actual. Por lo tanto, lo más seguro, razonable y científico sería comenzar con la dosis mínima (L M /30). Ésta fue la práctica que siempre uti lizó H ahnemann hasta sus últimos momentos de vida: comenzar invariablemente con la potencia 30 y posteriormente ir descendiendo gradualmente, como quedó establecido fehacientemente en su “Diario de pacientes (D F 5)” en la etapa parisina de 1837 a 1842. Sin embargo muchos homeópatas que están comenzando a utilizar el sistema de la Escala 50 Milesimal lo están haciendo de una manera equivocada, comenzando con la potencia que ellos quieren y siguiendo los grados superiores sin un orden, haciendo saltos de potencias, lo cual indica que no están siguiendo las indicaciones que nos dejó H ahnemann en el Organon, su práctica y sus obras complementarias, lo cual podría tornarse muy peligroso, tanto para los pacientes como para la homeopatía misma. Esta clase de aplicaciones, donde se demuestra el desconocimiento cabal del método y una negligencia consciente o inconsciente, puede crear agravaciones medicamentosas furiosas o reacciones indeseables en la vitalidad de nuestros pacientes, lo cual se puede evitar fácilmente si se aplican los medicamentos adecuadamente, ya que en lugar de curar, retrasan y bloquean el camino hacia la curación. 127
J oséC r u z Ru valcaba Orn ela s
P or otro lado, esta clase de mal práctica nos lleva hacia resultados insatisfactorios, crea confusión, decepción y desaliento entre los homeópatas que esperan mejores resultados, obligándolos en muchas ocasiones a recurrir a otras alternativas y mezclarlas con los tratamientos homeopáticos y, lo peor de todo, obliga al paciente a abandonar la homeopatía, desconfiando de su verdadero poder curativo y se va en busca de cualquier otra alternativa, menos la homeopática.
¿Qué debemos hacer cuaudo nos equivocamos en la selección del medicamento homeopático? C omo dice el Dr. H ahnemann, si somos estudiosos, cuidadosos, conscientes y libres de prejuicios, debemos tener la capacidad para detectar lo más rápidamente posible si es que nos equivocamos en la selección de nuestro remedio. Para darnos cuenta si nos equivocamos no necesitamos de tomar mucho tiempo, bastan tan sólo unas cuantas horas. Cuando esto sucede y nos percatamos rápidamente del error, es nuestra obligación volver a tomar el caso de nuestro paciente y administrar el medicamento lo más apropiado posible en concordancia con los síntomas presentes en el paciente: “...Cuando sea evidente, ajuicio del médico que estudia cabalmente el estado de la enfermedad, que ha efectuado una selección errónea al prescribir la última medicina dada, por cuyo motivo el paciente está empeorando lenta pero perceptiblemente, de hora en hora, debido a la aparición de nuevos síntomas y sufrimientos, en casos urgentes y transcurrido un lapso de 6,8 o 12 horas, entonces n o sólo le está permitido sino que debe remediar su error mediante la selección y administración de otra medicina homeopática 128
A tr é vete a saber. L os cambi os i n com pr end i d os del O r gan on
que sea no sólo más adecuada, sino la más apropiada posible al estado de enfermedad existente...”