T ratado d e Paz Pa z de Itam I tam araty ent re Perú Pe rú y Ecu ado r El 17 de febrero de 1995, se firmó en Brasil la ''D eclaración de Paz de Itamaraty'', un tratado que l e ponía fin al conflicto entre entre el Perú y Ecuador. En esta reunión de alto nivel diplomatico. los vicecancilleres del Ecuador y del Perú, embajador Marcelo Fernández de Córdoba y em bajador Eduardo Ponce Vivanco, en representación de sus gobiernos, confirman el cese de hostilidades entre el Ecuador y el Perú. En la Declaración de Paz de Itamaraty se estableció lo siguiente: 1. Aceptar complacidas el ofrecimiento de los países garantes para el envío de una misión de observadores, a fin de velar por la estricta aplicación de los compromisos señalados en los numerales 2, 3 y 5 del presente acuerdo. Las partes solicitan que el plazo de la misión sea inicialmente de 90 días, pudiendo ser extendido, en caso necesario, para lo que las partes y los países garantes harán oportunamente los arreglos pertinentes. La misión d e observadores de los países garantes empezará su trabajo al producirse la suspensión de las operaciones militares. Las partes se comprometen a proveer el apoyo y las f acilidades necesarias para que la misión de observadores pueda ejercer sus funciones y para asegurar la integridad física de sus miembros, lo que oportunamente será objeto de una "definición de procedimientos'' entre las partes y los países garantes. Asimismo, las partes se comprometen a designar de inmediato a las autoridades militares que servirán de enlace con la misión de observadores. 2. Separar inmediata y simultáneamente todas las tropas de los dos países comprometidas en los enfrentamientos, a fin de eliminar cualquier riesgo de r eanudación de las hostilidades, con prioridad en el caso de las fuerzas que están en contacto directo. En ese se ntido, las tropas de Ecuador se concentrarán en el puesto de Coangos (03° 29' 40.9" S 78° 13' 49.67" W) y las del Perú en el PV1Puesto de Vigilancia N° 1 (03° 32' 00" S/ 78° 17' 49" W), comprometiéndose a no efectuar desplazamientos militares en el área de enfrentamiento. Dada la importancia de este compromiso, las partes aseguran que la misión de observadores tendrá las condiciones para verificar su cumplimiento. El proceso de separación de fuerzas se hará con la supervisión de los países garantes. La misión de observadores instalará centros de operaciones en los puntos considerados de mayor tensión, como es el caso de Tiwinza y Base sur. 3. Solicitar a la misión de observadores de los países garantes que, en el marco del cumplimiento de lo estipulado en el numeral anterior, recomiende a los gobiernos de Ecuador y Perú un área a ser totalmente desmilitarizada, en cuya determinación se tendrán debidamente en cuenta las garantías necesarias para la seguridad de las zonas vecinas de ambos Países. 4. Dejar constancia que las referencias geográficas del numeral (2), tendrán efecto solamente en la aplicación del citado proceso de desmilitarización y separación de fuerzas. 5. Iniciar de inmediato, como medida de fomento de confianza, en las zonas fronterizas no comprometidas directamente en los enfrentamientos y con la supervisión de los países garantes, una desmovilización gradual y recíproca, con el retorno a sus guarniciones y bases, de las unidades desplegadas en las operaciones militares. 6. Iniciar conversaciones en el contexto del párrafo 4 de la comunicación dirigida a los gobiernos del Ecuador y Perú por los países garantes del Protocolo de Río de Janeiro el 27 de enero de 1995, para encontrar una solución a los impasses subsistentes, tan pronto se cumplan los puntos anteriores y se restablezca un clima de distensión y amistad entre los dos países. En fe de lo cual, firman la presente declaración los representantes del Ecuador y del Perú, en dos ejemplares en español, en la ciudad de Brasilia, a las horas del día 17 de febrero del año de 1995, en presencia de los representantes de Argentina, Brasil, Chile y Estados Unidos de América,
países garantes del Protocolo de Río de Janeiro. Hecho en el Palacio de Itamaraty, Brasilia 17 de febrero de 1995.
Conflicto limítrofe entre el Perú y el Ecuador Desde su nacimiento como repúblicas independientes a principios del siglo XIX, y hasta el año de 1998, ambos países mostraron discrepancias sobre sus límites fronterizos en regiones comprendidas entre la cuenca del Amazonas y la cordillera de los Andes. Los problemas en la delimitación de fronteras entre ambos países tienen su punto de partida cuando la Gran Colombia (estado antecedente de Ecuador, encabezado por Bolívar ) exigió a la naciente República del Perú la entrega de las provincias de Tumbes, Jaén y Maynas, que eran peruanas de acuerdo al principio de la libre determinación de pueblos, fundamentalmente. Disuelta en 1830 la Gran Colombia y nacido el Ecuador a la vida independiente, este país revivió en reiteradas ocasiones el viejo reclamo bolivariano hacia al Perú, llegando a agudizarse la relación entre ambos países en tres ocasiones (1941, 1981 y 1995) y desembocando en guerras generalmente cortas. El conflicto se convirtió durante siglo y medio en el principal factor que dificultó el fortalecimiento de las relaciones comerciales peruano-ecuatorianas. La declaratoria de guerra y el bloqueo de la costa ecuatoriana Por ley del 26 de octubre de 1858 el Congreso peruano autorizó al gobierno de Castilla a emplear toda medida, inclusive la guerra, para obtener satisfacciones de parte del Ecuador. En virtud de dicha autorización, Castilla ordenó el bloqueo pacífico de toda la costa ecuatoriana. Una escuadra de la Marina de Guerra del Perú, con 5000 hombres, al mando del vicealmirante Ignacio Mariátegui y Tellería bloqueó el puerto de Guayaquil. En una circular a los diversos cuerpos diplomáticos y consulares, la Cancillería peruana señaló como causas del conflicto las siguientes: 1.º la cesión hecha por el Ecuador a sus acreedores ingleses de terrenos pertenecientes al Perú; 2.º las injurias oficiales contra el Gobierno y el pueblo peruanos y los atropellos, vejaciones y hostilidades de que fueron víctimas muchos connacionales; 3.º el apoyo a los insurrectos de este país; y 4.º el conflicto suscitado alrededor del ministro Cavero. Gracias a la mediación del ministro español en Guayaquil, el vicealmirante peruano Mariátegui acordó un armisticio con el jefe de dicha plaza, general Guillermo Franco, el 20 de agosto de 1859. El ejército ecuatoriano se comprometió a no ocupar Guayaquil, que tampoco sería ocupado por las tropas peruanas. Los guayaquileños quedaron en libertad para establecer un gobierno provisional. El bloqueo de Guayaquil, que había empezado a afectar seriamente los suministros alimenticios de dicho puerto, fue suspendido por 15 días, lo que fue celebrado estruendosamente por los lugareños. Finalmente, Castilla decretó la suspensión indefinida del bloqueo de Guayaquil el 31 de agosto, y de toda la costa ecuatoriana, el 28 de septiembre. Todas estas medidas apaciguadoras de parte del Perú se proponían crear el ambiente propicio para un arreglo pacífico del conflicto, pero al no ocurrir ello, partió el mismo Castilla al frente de una expedición de 15 buques y 6.000 soldados. En el Perú quedó al mando del gobierno Juan Manuel del Mar . El presidente peruano Ramón Castilla se proponía entablar negociaciones directas con el gobierno ecuatoriano para solucionar de una vez el conflicto, pero se hallaría ante el inconveniente de que en el Ecuador se había desatado la guerra civil y la anarquía, habiéndose establecido en dicho país hasta cuatro gobiernos provisorios, que se disputaban el poder.
Tratados limítrofes: Perú - ecuador
El Perú y el Ecuador fijaron sus límites por el Protocolo
de Río de Janeiro en 1942. 1º- Boca de Capones en el Océano; 2º- Río Zarumilla y Quebrada Balsamal o Lajas; 3º- Río Puyango hasta la Quebrada Cazaderos; 4º- Cazaderos; 5º- Quebrada de Pilares y del Alamor hasta el río Chira; 6º- Río Chira, aguas arriba; 7º- Ríos Macará, Calvas y Espíndola, aguas arriba, hasta los orígenes de este último en el Nudo de sabanillas; 8º- Del Nudo de Sabanillas, hasta el río Canchis; 9º- Río Canchis es todo su curso, aguas abajo; 10º- Río Chinchipe, aguas abajo, hasta el punto en que recibe el río San Francisco. En 1995 estalla el conflicto de la cordillera del cóndor que concluyo con la DECLARACIÓN DE ITAMARATY el 17 de febrero de 1995 i niciándose las conversaciones entre los dos países para establecer las fronteras definitivas con la participación de los pises garantes del protocolo de río de Janeiro ,las cuales concluyeron con el ACTA DE BRASILIA que establece un acuerdo definitivo entre ambos países firmado el 26 de Octubre de 1998 entre el presidente Ecuatoriano Jamhil Mahuad y el presidente peruano Alberto Fujimori. Además el Perú otorga 2 zonas francas al ecuador en las riberas del Marañon y el Amazonas además de un kilómetro cuadrado en Tiwinza.
La guerra grancolombo-peruana (1828-1829) . El 3 de julio de 1828 estalló una guerra entre la República Peruana y la Gran Colombia, compuesta en esa época por los territorios de Cundinamarca (Colombia), Ecuador ,Panamá y Venezuela. El presidente grancolombiano, Simón Bolívar , después de diversos incidentes diplomáticos, en los que ambas partes se ofendieron mutuamente, declaró la guerra. El objetivo expreso de la Gran Colombia era obligar a Perú a qu e le entregara los territorios de Tumbes, Jaén y Maynas, que consideraba suyos, y que habían sido ocupadas por las tropas p eruanas en el curso de la guerra de la independencia. A lo cual el Perú repuso que dichas provincias habían decidido voluntariamente ser parte de su territorio, bajo el principio de la libre determinación de los pueblos. Sin embargo, el origen real de esta guerra fue el encono de Bolívar hacia el Perú, debido a que este país p uso fin al régimen bolivariano o vitalicio tanto en su territorio como en Bolivia, entre 1827 y 1828. Los reclamos territoriales no fueron más que una excusa, como se desprende de la correspondencia del mismo Bolívar con Santander el 3 de agosto de 1822; en ella, el Libertador reconocía que tanto Jaén como Maynas pertenecían legítimamente al Perú.En el transcurso de la guerra, el Perú ocupó el puerto de Guayaquil y la provincia de Loja en el departamento de Azuay, que era uno de los tres departamentos que componían el Distrito del Sur de la Gran Colombia (que corresponden al territorio del actual Ecuador). El ejército peruano lo integraban alrededor de 4.000 soldados y el grancolombiano, 4.200. El último encuentro librado fue la Batalla del Portete de Tarqui (27 de febrero de 1829). La batalla dio inicio cuando una avanzada peruana de reconocimiento compuesta por alrededor de 1.000 hombres, se vio cercada por el ejército de la Gran Colombia. A pesar de la derrota, el grueso de las fuerzas peruanas se mantuvo intacto, esperando la batalla final. La caballería grancolombiana, bajo el mando del Coronel Daniel Florencio O'Leary, intentaba cortar la retirada de la infantería peruana; en vista de ello el general argentinoMariano Necochea, al frente de los Húsares de Junín, comandó una carga de caballería que consiguió desbaratar a la caballería contraria. Fue en este encuentro cuando se produjo el célebre duelo a lanza entre el coronel peruano Domingo Nieto, jefe del primer escuadrón de los Húsares de Junín, y el coronel José María Camacaro, que mandaba al célebre escuadrón Cedeño, para evitar así más derramamiento de sangre y ahorrar municiones, que tenían agotados ambos ejércitos, acordando que el perdedor aceptara su derrota, donde triunfó el coronel Nieto y Camacaro fue muerto. La batalla final nunca sucedió, pues ambas partes decidieron poner fin a la guerra, celebrándose el Convenio de Girón. Se acordó que las fuerzas peruanas se habrían de retirar de la provincia del Azuay y Guayaquil. La Gran Colombia reconoció implícitamente la soberanía peruana en Tumbes, Jaén y Maynas al no reclamarlas como territorio grancolombiano. Sin embargo, tras declaraciones ofensivas por parte de Sucre, La Mar decidió continuar con las hostilidades. La Marina de Guerra del Perú aún continuaba dueña del mar y el ejército grancolombiano no se hallaba en condiciones de intentar recuperar Guayaquil. Finalmente el mismo Bolívar se había desplazado hacia el sur para dirigir la campaña para recuperar el puerto. La guerra acabó inesperadamente con un golpe de estado por parte de Agustín Gamarra y otros jefes peruanos en Lima, que derrocó a La Mar. El nuevo gobierno de Agustín Gamarra cesó las hostilidades y se avino a celebrar la paz.
El vicealmirante Ignacio Mariátegui y Tellería, comandante en jefe de la armada peruana que bloqueó la costa ecuatoriana en 1858-1859.
Frontera Colombia y Perú: Tratado Salomón-Lozano El Tratado Salomón-Lozano fue un tratado de límites firmado el 24 de marzo de 1922 que puso fin a un litigio territorial de casi un siglo entre Colombia y Perú. Este tratado fue aprobado por los congresos de las dos naciones, ratificado por los presidentes de ambos países, canjeadas sus ratificaciones en Bogotá el 24 de marzo de 1922, e inscrito en la secretaría de la Sociedad de Naciones el 29 de mayo de 1928. El tratado fue obra del Plenipotenciario de Colombia, Fabio Lozano Torrijos, y el Plenipotenciario de Perú, Alberto Salomón. Artículo 1° dice: La línea de frontera entre la República Peruana y la República de Colombia queda acordada, convenida y fijada en los términos que en seguida se e xpresan: Desde el punto en que el meridiano de la boca del río Cuhimbé en el Putumayo corta al río San Miguel o Sucumbíos, sube por ese mismo meridiano hasta dicha boca del Cuhimbé; de allí por el río Putumayo hasta la confluencia del río Yaguas; sigue por una línea recta que de esta confluencia va al río Atacuari en el Amazonas y de allí por el río Amazonas hasta el límite entre Perú y Brasil establecido en el Tratado Perú-Brasileño de 23 de octubre de 1851. Colombia declara que le pertenecen a Perú en virtud d el presente Tratado, los territorios comprendidos entre la margen derecha del río Putumayo, hacia el oriente de la boca del Cuhimbé, y la línea establecida y amojonada como frontera entre Colombia y el Ecuador en las hoyas del Putumayo y del Napo, en virtud del Tratado de Límites celebrado entre ambas Repúblicas, el 15 de julio d e 1916. Colombia declara que se reserva sus derechos respecto a Brasil, específicamente a los territorios situados al oriente de la línea Tabatinga-Apaporis, pactada entre Perú y Brasil por el Tratado de 23 de octubre de 1851. Las Altas Partes Contratantes declaran que quedan definitiva e irrevocablemente terminadas todas y cada una de las diferencias que, por causa de los límites entre el Perú y Colombia, habían surgido hasta ahora sin que en adelante pueda surgir ninguna que altere de cualquier modo la línea de frontera fijada en el presente Tratado.
Bajo la presión de los Estados Unidos para que aceptase un tratado que era impopular, el presidente peruano Augusto B. Leguía remitió el documento al parlamento en diciembre de 1927. Según la historiografía colombiana, en este tratado Colombia tuvo que ceder al Perú la zona comprendida entre el río Putumayo y los ríos Napo y Amazonas, zona que pertenecía a Colombia por el uti possidetis iure de 1810 tal como estaba confirmado por diversos tratados suscritos con el Ecuador : Tratado de Pasto de 1832, Tratado de 1856 y Tratado Muñoz Vernaza-Suárez de 1916.Según la historiografía peruana, mediante este tratado el Perú cedió a Colombia toda la franja entre los ríos Caquetá y el Putumayo, perdiendo alrededor de 100.000 kilómetros cuadrados de territorio que le pertenecía por el uti possidetis iure de 1810, en donde inclusive se había fundado asentamientos peruanos en los puertos de Tarapacá y Puerto Arica, fundados por colonos peruanos provenientes de antiguos territorios peruanos del mismo nombre perdidos en la Guerra del Pacífico; el tratado incluyó el poblado de Leticiay la porción entre el Putumayo con el Amazonas llamado "Trapecio amazónico", con el único fin de otorgar a Colombia una salida propia al Amazonas.
Frontera entre Colombia y Perú La frontera entre Colombia y Perú es un límite internacional continuo de 1.626 kilómetros que separa a los territorios de ambos países. Se fijó por el Tratado Salomón-Lozano de 1922 y por el Protocolo de Río de Janeiro de 1934, que puso fin a laguerra colombo-peruana de 1932. Ambos acuerdos establecen la frontera en el río Putumayo, con la excepción del trapecio amazónico entre los ríos Putumayo y Amazonas, que está bajo la soberanía de Colombia.
Trazado de la frontera Según estos tratados, los límites entre Colombia y Perú son los siguientes: Desde la confluencia de los ríos Güepí y Putumayo, entre Perú, Ecuador y Colombia, aguas abajo por el río Putumayo, hasta la boca del río Yaguas.
Una línea recta trazada desde la boca del río Yaguas, en el Putumayo, hasta la boca del río Atacuari, en el Amazonas.
El río Amazonas, aguas abajo, siguiendo el curso del mismo, hasta la boca de la quebrada San Antonio, donde empieza la frontera con Brasil.
Ciudades fronterizas Colombia: Puerto Leguízamo, Puerto Colombia, El Encanto, La Chorrera, Puerto Arica, Puerto Nariño, Tarapacá, Leticia.
Perú:
Güepi, Soplín Vargas, Angusilla, Florida, Santa Mercedes, Puerto Limón, Santa Clotil de, San Antonio del Estrecho, Teniente Berggerie, Remanso, Yaguas, Caballococha, Francisco de Orellana, Santa Rosa de Yavarí, Iquitos.
Ríos fronterizos[editar ] Los principales ríos que cruzan o forman parte de la frontera son:4
Río Güepí
Río Putumayo
Río Yaguas
Río Atacuari
Río Amazonas
Puerto de Leticia
Tratado de PERU Y BRASIL .
Tratado Velarde-Río Branco El Tratado Velarde-Río Branco fue un Tratado Definitivo de Límites, Comercio y Navegación entre Brasil y Perú. Fue suscrito en Río de Janeiro, el 8 de septiembre de1909, por el Ministro de Relaciones del Brasil, José María da Silva, Barón de Río Branco, y el ministro plenipotenciario del Perú en Brasil, Hernán Velarde. Gobernaba entonces en el Perú el presidente Augusto B. Leguía (primer gobierno), y en el Brasil el presidente Nilo Pecanha.
Contexto internacional Durante la primera década del siglo XX, el Perú se debatió en una severa crisis internacional, pues se agravaron los litigios limítrofes con prácticamente todos sus vecinos. E l problema más álgido era con Chile, por la llamada cuestión de Tacna y Arica, sobre la cual la cancillería peruana volcaba entonces sus mayores esfuerzos. Con el Brasil, con el que se compartía la Amazonía, solo se había llegado a una solución parcial de la delimitación fronteriza, faltando definir un extenso sector al sur del río Yavarí, por lo que, desde las décadas finales del siglo XIX los brasileños hicieron avances sobre los territorios en cuestión, en el contexto de la Fiebre del caucho, avances que a principios del siglo XXadoptaron caracteres violentos. Pero también existían problemas limítrofes con Ecuador y Bolivia con los que se intentó infructuosamente recurrir a la fórmula del arbitraje, llegándose con cada uno de dichos países al borde del conflicto bélico, en abril y en diciembre de 1910, respectivamente, amenazas que felizmente fueron superadas de manera pacífica. Con Colombia también existían desacuerdos por la región situada entre el río Putumayo y el río Caquetá, los mismos que en 1911 adquirieron un matiz violento (combate de La Pedrera). En todos estos conflictos con Bolivia, Ecuador y Colom bia, la diplomacia peruana creyó ver, con m ucha razón, la mano oculta de Chile, que trataba de buscarle al Perú problemas en las otras fronteras, precisamente en momentos que se agravaba la cuestión d e Tacna y Arica. Se sabe que en plena tensión peruano-ecuatoriana de 1910, Chile proporcionó armas al Ecuador, parte del cual parte llegó a Guayaquil en el vapor Maullín. El Perú vivió entonces profunda y constante intranquilidad, pero al final lograría delimitar pacíficamente sus fronteras. No es casuali dad que el primer arreglo definitivo de sus fronteras lo hiciera precisamente con el Brasil, ya que era prioritario un entendimiento con la gran potencia sudamericana, con la que solo cabía la solución diplomática, pues una guerra habría sido letal para el Perú, más aún, con los problemas que enfrentaba con el resto de sus vecinos.
Antecedentes del Tratado [editar ] Luego que en 1851 se firmara la Convención Fluvial sobre Comercio y Navegación y Parcial Acuerdo de Límites entre Perú y Brasil, el arreglo definitivo de la cuestión limítrofe entre ambos países, al sur del río Yavarí, se había venido dilatando en el tiempo. En teoría, al Perú le pertenecían inmensos territorios colindantes con el Brasil, ilusión basada en los viejos mapas coloniales del siglo XVIII nacidos del Tratado de San Ildefonso, aunque en la práctica los brasileños iban avanzando sobre la Amazonía y ejercían su dominio de facto en ella. Ello se debía
a la mayor fuerza expansiva y el dominio sobre la parte baja de los ríos amazónicos que tenía el Brasil. A fines del siglo XIX, los caucheros brasileños empezaron a incursionar e n los territorios peruanos en el río Purús y el río Yurúa. El 25 de octubre de 1902, la guarnición peruana de Amuheya rechazó a un destacamento brasileño que le exigía abandonar su puesto. El final de la Guerra del Acre en el que Bolivia cedió a Brasil el territorio del Acre arreció los avances brasileños sobre territorio peruano. En 1903, una lancha con personal peruano del comisariato de Chandles fue baleada en el Acre. En 1904, el coronel brasileño José Ferreira arribó al río Santa Rosa, afluente del Purús, y saqueó caucho y siringa a extractores peruanos. En noviembre de ese año, la guarnición de Amuheya se rindió ante fuerzas brasileñas superiores después de dos días de combates. Esto implicaba de por sí un casus belli , pero el gobierno peruano optó por la solución diplomática. En 1903 el distinguido diplomático y escritor peruano Hernán Velarde fue acreditado como ministro plenipotenciario del Perú en el Río de Janeiro (entonces la capital de Brasil), donde el 12 de julio de 1904 negoció un modus vivendi por el cual se contuvo el avance brasileño sobre territorio peruano. Se puso así fin a la amenaza bélica, y se reanudaron las negociaciones para fijar definitivamente las fronteras pendientes. ¿Que tenemos en común ? "Brasil y Perú: ¿Qué tenemos en común?". La pregunta, innumeras veces formulada, innumeras veces respondida, presenta una aparente simplicidad. De hecho seria despropositado que, ante tal indagación, alguien respondiera: la diversidad ambiental, las bellezas naturales, la arquitectura barroca, la pluralidad étnica, entre otros elementos que integran nuestro sentido común. Se trata, sin duda alguna, de elementos objetivos que cualquier uno podría apuntar a primera vista. Brasil y Perú, con todo, tienen mucho más en común que lo que una rápida mirada podría rebelar. La coloniación ibérica, la empresa evangelizadora, la esclavitud, la lucha por la independencia y por el desenvolvimiento son algunos aspectos formativos en nuestra historia que aproximan y entrelazan a nuestras sociedades. Este libreto cumple con el objetivo de apuntar elementos, conocidos u olvidados, tradicionales y nuevos, que ayudan explicar la identidad y sinergia que hay entre el pueblo brasileño y el peruano. De hecho, si estamos trillando el irreversible camino de la integración, eso se debe, en buena medida, al hecho de que compartimos muchas circunstancias, sean geográficas, sean históricas, sean, en último análisis, social. Por consiguiente, reside en el mayor conocimiento e información de nuestros elementos en común la llave del suceso para la consolidación de un sentimiento de identidad más amplio, que nos llevará a seguir juntos para alcanzar el pleno desenvolvimiento de nuestras sociedades. Se trata de una tarea que cabe a cada uno de nosotros y que, ojala, sea estimulada al final de la lectura de este libreto.
Corcovado - Rio de Janeiro Machu Pichu - Cuzco
Tratado de Límites suscrito entre la República del Perú y la República de Bolivia, La Paz, 1909 Reunidos en el Ministerio de Relaciones Exteriores del Perú a los treinta días del mes de marzo de mil novecientos once, los infrascritos, señores doctor Germán Leguía y Martínez, Ministro del Ramo, y doctor don Severo Fernández Alonso, Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario de Bolivia. Deseosos de remover cualquier obstáculo que se oponga al mantenimiento de las cordiales relaciones existentes entre los dos países, de dar solución amistosa y eq uitativa a los incidentes últimamente ocurridos en el río Manuripe, y de evitar toda posibilidad de nuevos conflictos en dicha región: a la vez que animados del propósito de obviar las dificultades que puedan oponerse a la pronta y eficaz ejecución del protocolo sobre límites de 17 de setiembre de 1909: Han convenido en lo siguiente: 1°
Los Gobiernos del Perú y de Bolivia deploran los sucesos acaecidos en la región d el manuripe, en el curso del año mil novecientos diez, y declaran que han sido independientes de su acción directa. 2°
Cada Gobierno, por medio de sus autoridades o c omisarios especiales, hará investigar los hechos realizados en la expresada región, mediante un proceso administrativo detallado, a fin de fijar responsabilidades y acordar las justas indemnizaciones que correspondan a los daños y perjuicios sufridos y que estén debidamente comprobados. 3°
Los comisionados de que trata el anterior artículo se constituirán en la zona del Manuripe en el plazo de tres meses, contados desde la fecha del presente protocolo, y allí rec ibirán las reclamaciones de los damnificados, actuarán las pruebas en que éstos las apoyen, tomaran todos los datos y efectuarán las investigaciones que fueren necesarias, para expedir su informe. 4°
En el plazo de seis meses desde la suscripción de este protocolo, deberán esta r concluídas las labores de investigación e información. Cada delegado elevará a su Gobierno el proceso actuado y el informe consiguiente, que servirán de base para la d iscusión y acuerdos del caso y cada Gobierno enviará al otro copia autentica de los documentos anteriores. 5°
Emitidos los informes respectivos y efectuado su estudio por ambos Gobiernos, tratarán éstos de llegar a una inteligencia amistosa acerca de las conclusiones formuladas por los correspondientes comisarios. Si no
pudieran llegar a un acuerdo, someterán el asunto a la decisión arbitral inapelable del Tribunal Internacional de La Haya. 6°
A fin de evitar cualesquiera choques o conflictos que pudieren suscitarse, en la región del Manuripe, entre las fuerzas militares de los dos Estados, ambos Gobiernos convienen, mientras se realice la demarcación prescrita en el artículo 3° del Protocolo de 17 d e setiembre de 1909, en que, de conformidad con las órdenes que impartieron simultáneamente a sus delegados en 17 de diciembre último, la guarnición per uana continúa ocupando el punto de la confluencia de la quebrada Mavila con el río Manuripe, más dos kilómetros al oriente; y la boliviana siga ocupando, a su vez, la casa Illampu, más dos kilómetros al occidente; quedando neutralizada toda la zona intermedia. Es entendido que, dado el carácter provisional de lo contenido en esta cláusula, sus términos no afectan los derechos que las Partes Contratantes pudieran tener en virtud del pacto de 17 de setiembre de 1909, a que se refiere la cláusula octava del presente protocolo. 7°
Animados ambos Gobiernos del deseo de remover cuantas dificultades pudieran entorpecer la mejor y más rápida ejecución del pacto de 17 de setiembre de 1909, procurarán, a la posible brevedad, llegar a un acuerdo sobre la manera de efectuar el trazo de la línea general de demarcación, a fin de que l os peritos demarcadores no tengan dudas, y puedan, sin interrupción, fijar los hitos y levantar las actas respectivas. 8°
En consecuencia del anterior artículo, ambos Gobiernos tratarán de llegar a una inteligencia amistosa sobre la interpretación de la cláusula II del protocolo de 17 de setiembre de 1909, por lo que se refiere a la línea que, partiendo de la boca del Heath, debe cruzar al occidente de la barraca “Illampu” sobre el río Manuripe y de allí
a la confluencia del Yaverija con el Acre. Procurarán igual acuerdo sobre cualquier otro punto de disidencia que pudiere surgir en la realización correcta de los trabajos demarcatorios. 9°
Si, dentro de seis meses contados a partir de la suscripción de este protocolo, no pudieran ambos Gobiernos arribar a un acuerdo en lo relativo al límite sobre el río Manuripe, o en las demás causas de divergencia, fijarán concretamente en una acta los puntos de disidencia con e xpresión de los motivos de ésta; y someterán el asunto a la decisión arbitral; inapelable, del Tribunal Internacional de La Haya. Llegado este caso, uno y otro Gobierno presentarán en un plazo de tres meses, contados desde la aceptación del árbitro, memorias explicativas detalladas sobre los puntos en debate, acompañadas de los correspondientes mapas. En vis ta de tales documentos y sin otro trámite, la cuestión será resuelta por el árbitro, a quien se suplicará emitir fallo definitivo dentro de los cuatro meses posteriores a la p resentación de las enunciadas memorias. Y firmaron por duplicado, en Lima, a los treinta días del mes de marzo de mil novecientos once.
Tratado Polo-Bustamante El Tratado Polo-Bustamante o Tratado Polo-Sánchez Bustamante fue un Tratado de Rectificación de Fronteras firmado entre Bolivia y Perú. Fue suscrito en La Paz, el 17 de
septiembre de 1909, por el ministro plenipotenciario del Perú, Solón Polo, y el Ministro de Relaciones Exteriores de Bolivia, Daniel Sánchez Bustamante. Gobernaba entonces en el Perú el presidente Augusto B. Leguía (primer gobierno), y en Bolivia el presidente Eliodoro Villazón Montaño.
Antecedentes Los incidentes sucedidos a principios del siglo XX entre caucheros peruanos y brasileños alcanzaron también a los bolivianos, porque Bolivia se sentía con derecho a la cuenca del río Purús. Varios intentos para solucionar el problema limítrofe entre Perú y Bolivia habían fracasado, hasta que, gobernando en el Perú el presidente Eduardo López de Romaña fue acreditado como ministro plenipotenciario en Bolivia el ilustre diplomático peruano Felipe de Osma, quien, el 23 de setiembre de 1902, firmó con el canciller boliviano Eliodoro Villazón un tratado de demarcación directa de la frontera peruano-boliviana, entre el río Suches y la frontera con Chile. Por un tratado adicional suscrito el 30 de diciembre de 1902, quedó sometido al arbitraje del Presidente de la República Argentina la zona materia de mayor conflicto, situada al norte del río Suches hasta la frontera con Brasil. Del alegato peruano se encargó el eminente internacionalista Victor M. Maúrtua, quien realizó una extraordinaria investigación documental, en colaboración con los especialistas Luis Ulloa, Víctor Andrés Belaunde y Carlos A. Romero. El alegato fue publicado en Madrid en 1906-1907: la exposición consta de dos volúmenes; la prueba documental, doce volúmenes; la contestación a la demanda de Bolivia, un volumen; la contestación al alegato de Bolivia, un volumen; y la prueba de la contestación de alegato, siete volúmenes. Por fin, el 9 de julio de 1909, durante el primer gobierno de Augusto B. Leguía en el Perú, el presidente de Argentina José Figueroa Alcorta expidió su laudo arbitral, que decidía la ubicación de la línea fronteriza entre ambos países. Este laudo no dio toda la razón al Perú, ni tampoco a Bolivia, sino que era de equidad, más que de estricto derecho. El Perú aceptó el laudo, pero no ocurrió lo mismo con Bolivia, que se rebeló contra el mismo, produciéndose en su territorio manifestaciones en contra del Perú y la Argentina. El día 11 de julio las turbas bolivianas atacaron la legación peruana en La Paz y se produjeron saqueos de propiedades de varios ciudadanos peruanos. Las objeciones de Bolivia al laudo fueron, a todas luces, incongruentes:
Acusó de extralimitación al árbitro, lo que no era exacto, pues el convenio lo facultaba para fallar con equidad. Reclamó el derecho de pedir una revisión, pese a que ambas partes se habían comprometido a considerar el laudo como definitivo e inapelable.
Tachó al árbitro por haberse negado a una inspección ocular, pero ocurría que esa diligencia no la pidió en el momento oportuno, sino cuando ya el laudo estaba formulado.
Ambos países movilizaron sus ejércitos a la frontera común, surgiendo la amenaza de guerra. El rechazo al fallo por parte de la cancillería boliviana originó también que La Paz y Buenos Aires rompieran sus relaciones diplomáticas.