Tratado I, capítulo III, observación VI –La arquitectura puede corregir las reglas antiguas e inventar nuevas. La belleza de la fábrica consiste en una proporcionada conveniencia de las partes, para obtener lo cual los antiguos con Vitrubio dedujeron ciertas y determinadas reglas, de las cuales algunas son aserciones tan tenaces que nec latum unguem si partiéramos de ellas, pero yo, juzgando discretamente sobre aquello que ocurre en otras profesiones, estimo que se puede corregir cualquier regla antigua, y agregar cualquier otra; primeramente la experiencia misma lo demuestra, porque la Antigüedad Romana no fue precisamente según las reglas de Vitrubio, ni las proporciones del "Baroccio" (J.Barozzi, llamado "il Vignola"), ni de los otros modernos que siguen en toda simetría a los documentos antiguos; mas como se puede ver, hay muchas nuevas proporciones, y muchos modos nuevos de seguir que fueron reencontrados en nuestros tiempos que no usaron los Antiguos; por lo cual Alstedio afirma: Los arquitectos que tienen práctica auténtica de arquitectura, no dependen en todo de Vitrubio, sino que se hacen guiar de la razón y de la atenta observación, además de los edificios más bellos de la antigüedad; y el "Chales" (F.Millet Dechales) en su arquitectura, tomo I, pag.709, afirma: No hay dudas que debemos mucho a los antiguos, pero en cuanto a eso, como los maestros debemos tomar los primeros elementos de las ciencias; no estamos sometidos a ellos como esclavos, tanto como para perder cualquier facultad de juicio. Y más abajo concluye: Considero justo por tanto que se opte por una vía intermedia, de modo de conceder algo a los antiguos arquitectos: debe ser rigurosamente respetada la simetría de cada orden, mientras el resto de la disposición debe ser confiado al ingenio del sabio Arquitecto. Se prueba también lo mismo porque mudan la usanza los hombres, consecuentemente es necesario decir que la arquitectura ordenada a su utilidad se deba cambiar para acomodar la habitación que lo acompañe según sus nuevas costumbres. Y máximamente, que muchas Artes se van de nuevo reencontrando, y como dice Cornelio Tácito, l.III Annal: No todas las cosas que pertenecen a la antigüedad son mejores: nuestra edad ha producido muchas cosas loables también en el campo del arte, dignas de ser transmitidas a la posteridad. Por lo cual no debe sorprender que un arte en alguna parte se cambie. Y se confirma, porque la Arquitectura Militar y el arte de guerrear con las nuevas armas de fuego se ha cambiado totalmente de la antigua, por lo que no ha de parecer cosa extraña, si también la Arquitectura Civil en alguna parte mutara.
Tratado I, capítulo III, Obs ervación IX –La simetría de la arquitectura puede, sin desconcertar por ello, ser variada. Se prueba, si no por ciencia por evidencia, que no hay solamente varias, sino más aún, contrarias opiniones, también en materia gravísima de fe, de costumbres y de intereses; por lo cual, ¿Cuánto más podrá ser varia la visión de la arquitectura, que no se complace si no de complacer a los sentidos, qué otra razón la gobierna, sino el agradamiento de un razonable juicio, y de un ojo juicioso? Si no experimentad en las diversas proporciones, que dan los ingeniosos y célebres arquitectos modernos, o como vemos en la Antigüedad Romana, que variaban del sentimiento de Vitrubio. Se puede también conocer esto en la arquitectura Gótica, que debía placer en su tiempo y que hoy no es estimada, sino denostada, bien que los hombres verdaderamente ingeniosos encuentran en esa erecta fábrica tan artística, que si con justo ojo la consideran, si bien no tan exacta en simetría, no deja de ser maravillosa y digna de mucha alabanza.