MOISES Y LA RELIGION MONOTEISTA, SIGMUND FREUD
I. Biografía y argumentos por las cuales Freud escribió sobre Moisés y el monoteísmo. Sigmund Freud nació en Freiberg, el 6 de mayo de 1856, resultado de un segundo matrimonio. Su padre fue un comerciante de lanas, en 1859 1859 al tener la familia problemas económicos se trasladan a Viena donde vivió hasta 1938. Ese año, ese se dio la anexión de Austria a la Gran Alemania y debido a su condición judía salieron exiliado a Londres. Como su padre era un un libre pensador, pensador, nunca fue muy religioso, Sigmund había perdido las creencias religiosas judías desde su adolescencia, sin embargo la familia y él se mantuvieron siempre fieles a la comunidad judía. Siempre fue un buen estudiante, quiso estudiar leyes pero al final se decidió por la medicina, graduándose de medico en 1881. Su afán era hacer investigación en biología sobre las estructuras nerviosas de los animales y del cerebro humano. En 1882 conoció a Martha Bernays, con quien contraería matrimonio en septiembre de 1886, ella era la hija de una familia de intelectuales judíos. El deseo de contraer matrimonio y la falta de dinero para lograrlo, lo grarlo, lo hicieron dejar la investigación i nvestigación y dedicarse a trabajar como médico. En 1885, se le nombró “Privatdozent” de la Facult ad de Medicina de Viena, en donde enseñó a lo largo de toda su carrera, primero neuropatología y tiempo después psicoanálisis. En un viaje de estudios a Paris pudo observar las manifestaciones de la histeria y los efectos de la hipnosis, resultó en la creación del psicoanálisis. Este hecho sucedió después de haber utilizado el método de la hipnosis con una paciente de su amigo, Josef Breuer. Como Breuer no estaba de acuerdo con las especulaciones
de
Freud,
(especulaciones
características de su doctrina)
que
más
tarde
fueron
finalmente rehusó subscribir la creciente
convicción de Freud acerca del papel desempeñado por la sexualidad en los trastornos psíquicos, rompiendo la relación entre a mbos.
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II. Moisés y la religión monoteísta. En 1939, en uno de los períodos mas obscuros del judaísmo al final de su vida, Freud publico su libro “Moisés y la religión monoteísta”. monoteísta”. La motivación principal para escribir este libro fue su casi obsesión por la figura de Moisés y su legado. En Moisés y la religión monoteísta, Freud trata de explicar porque se consideraba judío si no era creyente y no seguia las tradiciones judias. Freud se redefinió como un "judío sin Dios". Separó al judaísmo del sentimiento de la judeidad, propio de los judíos incrédulos. El hecho en que desjudaiza a Moisés, le asignaba a la judeidad, comprendida como esencia y pertenencia, en virtud del cual un judío sigue siendo judío en su subjetividad, aunque sea incrédulo, era su experiencia personal, y él no vaciló en asemejarlo a una herencia filogenética deseando siempre contar con un modelo biológico, se basó en la tesis neolamarckiana de la herencia de los caracteres adquiridos para afirmar que la judeidad se transmitía de generación en generación "por los nervios y la sangre", es decir, por la vía de un inconsciente hereditario. Tomada por Darwin al evolucionismo lamarckiano, la tesis de la herencia de los caracteres adquiridos había sido invalidada por August Wiesmann (1834-1914), desde fines del siglo XIX, y definitivamente abandonada en 1930. Para fundar el principio de su judeidad perpetua y transmisible, Freud enfrentaba no sólo a toda la ciencia de su época, sino incluso a su propia concepción del inconsciente. Ubicado bajo el signo de la pasión, este testamento del gran hombre dio lugar
a
múltiples
interpretaciones
contradictorias
y
a
menudo
extravagantes. En 1991, el historiador Yosef Hayim Yerushalmi se consagró a "la escucha de Freud" para publicar el comentario más erudito y más completo sobre esta obra. Allí, subraya que Freud hizo del psicoanálisis la prolongación de un judaísmo judaísmo sin Dios: una judeidad "interminable". 1 Se piensa que Freud intento explicar la esencia de ser judío, las razones de su supervivencia y las profundas razones psicológicas para el antisemitismo. Como Freud había abandonado la religión de sus padres y
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http://www.tuanalista.com/DiccionarioPsicoanalisis/6241/Moises-y-la-
religion-monoteista-pag.5.htm
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ciertamente no creía en ninguna religión le era muy importante responder y demostrar por que después de no creer en los principios religiosos judíos lo que aún permanecía en él era la esencia judía, agregaba que la esencia del judío se podía entender con una mente científica, hablaba precisamente de la relación con el psicoanálisis de las religiones. Freud define su condición judía como algo enigmático, por la vertiente de la negación. La esencia judía no tiene que ver con una religión, ni con una nación, ni con un lenguaje. Para Freud ser judío es una esencia irreductible a toda definición e inaccesible a todo análisis. análisis. Freud reduce la religión a una neurosis de masas. Freud hablaba de una neurosis colectiva de las religiones y añadiría del concepto de los nacionalismos. En una carta a Lou Andreas-Salomés del 6 de enero de 1935, él resumió el contenido de su libro, concluyendo que las religiones deben su poder coactivo al retorno de lo reprimido, son reminiscencias de procesos arcaicos desaparecidos, sumamente efectivos en la historia de la humanidad. El hombre huye de la dura realidad en la religión, siendo ello tan solo una ilusión. La religión es la respuesta a la dureza de la vida, la dureza que se debe a la una impotencia al ser finito. ( Quien?) El afirma que solo con la ciencia se podrá controlar la realidad y al hombre. Para él en la religión judía hubo una rebelión de los hijos contra el padre originario, Moisés, lo mataron y por otro lado lo admiraron como el “yo” yo” ideal, aceptando los mandatos de un “super yo” yo”. Esto es el esclarecimiento del sentimiento humano de culpabilidad. En el cristianismo en cambio, el Hijo muere en la cruz para redimir ese pecado original y exculpar al hombre, es la religión r eligión del amor. Freud afirma que la religión o el nacionalismo son neurosis, en ambos casos son una ilusión donde se trata de huir de la realidad y buscar la autoridad paternal, la persona continúa con representaciones ideales de origen infantil. Es el desamparo de la debilidad infantil y se prolonga como una reminiscencia en la vida. El anhelo de un padre omnipotente, que consuela y protege es lo que retorna en la religión como ilusión en lo reprimido.
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En este libro Freud afirma que Moisés era seguidor de la religión que el faraón Amenhotep IV instituyó; esta religión creía en un solo dios solar llamado Atón, Amenhotep IV a partir de entonces se hizo llamar Iknathon o Akenathon. La religión de Atón, según Freud, además de monoteísta y creer en la vida después de la muerte, rechazaba toda creencia basada en brujerías y poderes mágicos. Tras la muerte de Iknathon, los egipcios regresaron a sus antiguas creencias politeístas. Según Freud, Moisés no era hebreo , sino un sacerdote o un noble egipcio, y un ferviente monoteísta. Para poder salvar y continuar con la religión de Atón, Moisés eligió a un pueblo semita oprimido, lo liberó de la esclavitud egipcia, lo guió y lo gobernó e hizo de él una nueva nación, el pueblo judío. Según el autor, Moisés les inculcó un monoteísmo altamente espiritual, basado en la prohibición de nombrar a dios o de representarlo eliminando de esta manera la idolatría. La religión fue muy difícil de llevar para el pueblo y este pueblo pue blo judío decidió asesinar a Moisés, Moisé s, sin embargo se restringe trasmitir el conocimiento de este crimen. Freud explica que una generación después los judíos se encontraban aún en el desierto y decidieron juntarse con otra tribu semita, Horeb que creía en el dios Yahvé; al pueblo judío le pareció idóneo juntarse con esta tribu para lograr resolver la conquista de Canaán y tomaron como símbolo al carismático Moisés. Este hecho es la unión del dios guerrero de los Horeb, con el dios espiritual de Moisés. Freud en esta parte resuelve las preguntas sobre cual es la esencia del judaísmo, las razones de su supervivencia y las profundas razones psicológicas para el antisemitismo. Dice que … podemos afirmar ahora que fue el hombre Moisés quien impuso para todos los tiempos a los judíos este rasgo fundamental. Exaltó su autoestima, asegurándoles que eran los elegidos de Dios; les impuso la santificación y los comprometió a mantenerse apartados de los demás. No es que los demás pueblos hubieran carecido de autoestima, pues, igual que ahora, cada nación se consideraba también entonces mejor que todas las demás. Pero gracias a Moisés la autoestima de los judíos logró fundarse en la religión, convirtiéndose en una parte de su credo religioso. Merced a las relaciones particularmente íntimas con su Dios, los judíos se hicieron
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partícipes de su magnificencia. Como sabemos que tras el Dios que eligió eligi ó a los judíos y los libertó de Egipto se levanta la persona de Moisés -que realizó precisamente estas obras, aunque, según pretendía, en nombre de Dios-, nos atrevemos a decir: Fue este único hombre, Moisés, quien creó a los judíos. A él le debe ese pueblo su tenaz poder de supervivencia, pero también buena parte de la hostilidad que experimentó y que aún sufre. 2 Después Freud establece la hipótesis sobre la creación del cristianismo y habla de un agitador político-religioso que separa la nueva religión cristiana de la judía, en realidad el que lleva a cabo esta tarea es un judío romano, Pablo. En el judaísmo Dios es una deidad que simboliza la figura del Padre, la nueva religión cristiana, el hijo de Dios (Cristo) se deja matar en nombre de todos los humanos y cargar y limpiar así con las culpas de todos los nuevos creyentes. Freud nos dice en su libro “ La religión religión monoteista… había producido o al menos, preparado- transformaciones tan decisivas en la vida humana, que es forzoso creer que haya dejado en el alma del hombre alguna traza permanente, algo comparable a una tr adición. Los psicoanálisis individuales nos han enseñado que las primeras impresiones recibidas por el niño a una edad en que apenas tiene la capacidad del habla se manifiestan alguna vez a través de efectos de carácter obsesivo, sin que ellas mismas lleguen a ser conscientemente recordadas. Creemos que idénticas condiciones deben regir para las primeras experiencias de la Humanidad. Uno de aquellos efectos sería la emergencia de la noción de un gran Dios único, que cabe aceptar como un recuerdo; un recuerdo deformado, pero un recuerdo al fin. Dicha noción tiene carácter compulsivo, simplemente debe ser creída. En la medida en que alcanza su deformación, cabe designarla como delirio en la medida en que alberga el retorno de lo reprimido, débese considerarla como verdad.
También el delirio psiquiátrico aloja una partícula de verdad, y la convicción del enfermo se expande desde esta verdad hacia toda la envoltura delirante.” 3 2 Freud,
Sigmund, Moisés y la religión monoteísta. Pag. 61 Pag. 61
3 Freud,
Sigmund, Moisés y la religión monoteísta. Pag. 75 Pag. 75
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III. Hipótesis Existen similitudes entre la conexión humana derivada del judaísmo, aún en el caso de no practicar la religión y la conexión de los mexicanos que emigran a otros países como como los Estados Unidos. Unidos. La unión entre ellos se asemeja al sentimiento de los judíos en el importante lazo con la Virgen de Guadalupe.
IV. Desarrollo. El pueblo judío se siente escogido por Dios Podemos tomar como punto de partida un rasgo r asgo característico de los judíos, que domina su relaciones con los otros pueblos. No cabe duda que los judíos tienen una opinión particularmente exaltada de si mismos, que se más nobles, encumbrados y superiores a los demás, de quienes también se diferencian por muchas de sus costumbres. Con todo esto, los anima una particular confianza en la vida, como la confiere la posesión secreta de un bien precioso, una especie de optimismo que los piadosos llamarían confianza en Dios. Bien conocemos las razones de esta actitud y sabemos cuál es su más arcano tesoro. Los judíos realmente se consideran el pueblo elegido de Dios, creen estar particularmente próximos a éste, y tal creencia les confiere su orgullo y su confiada seguridad. 4 De igual manera los mexicanos nos sentimos escogidos por la Virgen de Guadalupe; como pueblo escogido nos sentimos unidos por ella, con confianza en ella y realmente con una mayor proximidad a ser beneficiados en todo lo que pidamos. Los mexicanos, sentimos que nos protege y jamás nos abandonaría. Este sentimiento es independiente a la practica de la religión católica, no es extraño escuchar a un no-practicante decir “Soy “Soy guadalupano”. guadalupano ”. Las tradiciones mundanas, ya sean festividades, comida, cultura de los diferentes grupos sociales unen a ambos grupos. Los judíos siguen unidos a pesar de todas sus vicisitudes al igual que los mexicanos seguimos unidos a pesar de las nuestras. 4 Freud,
Sigmund, Moisés y la religión monoteísta. Pag. 60 Pag. 60
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Haber tenido la perdida de la mitad del territorio, revolución, crisis económicas y sigue habiendo esa unidad de identidad aun en lugares remotos a la patria. En Moisés y la religión monoteísta, Freud afirma: afirma : Tratábamos de explicar de dónde procede el enigmático carácter del pueblo judío, que quizá también haya permitido su subsistencia hasta nuestros días. Comprobamos que el hombre Moisés plasmó ese carácter al dar a los judíos una religión que exaltó su autoestima en grado tal que los hizo creerse superiores a todos los restantes pueblos. Luego subsistieron manteniéndose apartados de los demás, y poco importaron en ello los mestizajes, pues lo que perpetuaba su cohesión era un factor ideal: el poseer en común ciertos valores intelectuales y emocionales. La religión mosaica tuvo tales efectos porque: 1) permitió al pueblo participar de la grandeza que ostentaba su nueva representación de Dios; 2) afirmó que este pueblo sería el elegido de ese Dios excelso, quien lo habría destinado a recibir las pruebas de su particular favor; 3) impuso al pueblo un progreso en la espiritualidad que, harto importante de por sí, le abrió además el camino hacia la valoración del trabajo intelectual y a nuevas renuncias instintuales.5 Con argumentos similares podemos pensar que la religión católica en la época colonial le dio al pueblo de México similares sentimientos a los descritos por Freud en el párrafo anterior. Los mexicanos también tenemos, en la Virgen, una figura prominente. Cabe destacar que en el caso mexicano la figura principal es la madre que protege y cuida, por lo contrario, en el caso judío es un padre autoritario, que le exige a su pueblo cargar con esa culpabilidad a través del tiempo. Podemos decir, siguiendo a Freud, que tanto la judeidad como el sentimiento guadalupano se basa en la psicología de las masas. Freud dice que “Habría, en efecto, de explicar el hecho sorprendente de que en determinadas circunstancias, nacidas de su incorporación a una multitud humana que ha adquirido carácter de “masa psicológica” psicológica” , 5 Freud,
Sigmund, Moisés y la religión monoteísta. Pag. 71 Pag. 71
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aquel mismo individuo que a logrado hacer inteligible, piense, sienta y obre de un modo absolutamente inesperado” 6. Freud dice que cuando se llega a este estado, las masas reaccionan mas a colores vivos y a la repetición de las mismas cosas que a argumentos lógicos. De lo descrito por Freud podemos tomar argumentos para entender las causas catalizadoras de estos actos similares en estas dos sociedades y podemos empezar a concluir que es por razones similares.
V. Conclusiones. Freud nos da grandes respuestas de como la sociedad o diferentes segmentos de ella se pueden cohesionar, perdurar, compartir anhelos y estas características pueden originarse en los principios y veneración de sus grandes héroes o en su religión. Si se puede ser o sentirse judio judio sin estar en una tierra judia o seguir la religión igual como se puede ser mexicano en Detroit, aun sin practicar el catolicismo o hablar el idioma espaNol. Freud, 6 Freud,
Sigmund, Psicología de las masas y análisis del yo, II, Pag. 2
V. Bibliografía.
Diccionario Psicoanálisis, Moisés y la religión monoteísta. TuAnalista.com http://www.tuanalista.com/DiccionarioPsicoanalisis/6241/Mois es-y-la-religion-monoteista-pag.5.htm
Freud, Sigmund, Moisés y la religión monoteísta. LIBROdot.com: disponible en http://librodot.com
Freud, Sigmund, Psicología de las masas y análisis del yo. Traducido por Luis Lopez Ballesteros. http://elortiba.org/pdf/freud_masas.pdf-argentina
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Navarro Bañuelos, Jesús María, El Guadalupano visto desde la psicología de masas: disponible en http://www.iifl.unam.mx/pnovohispano/
Rogel Hernández, Héctor, Diccionario de Filósofos, Doctrina y Errores. Av. Republica Argentina 15, México D.F.: Editorial Porrúa, 2007.
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