EDAD MEDIA EN ITALIA Elegí a Italia como País en la Época Medieval para poder conocer cómo fue su moral, ética y sus valores en esa época, aunque actualmente nos damos cuenta que conforme avanzan los años todo va cambiando y cada época tiene su percepción de las cosas y además se aplica como mejor nos convenga. Italia como siempre una ciudad totalmente católica con sus creencias sobre la iglesia y las leyes de Dios, en esa época todo era muy imponente ya que la gente debía creer en Dios para poder obtener las cosas, además de que existía el feudalismo. Empecé explicando un poco sobre qué es la Edad Media. Se conoce como Edad Media el periodo de la historia europea que transcurrió desde la desintegración del Imperio romano de Occidente, en el siglo V, hasta el siglo XV. Su comienzo se sitúa convencionalmente en el año 476 con la caída del Imperio romano de Occidente y su fin en 1492 con el descubrimiento de América, o en 1453 con la caída del Imperio bizantino. Había muchos castillos (con sus Reyes, condes, guerreros, campesinos y bufones). También había muchos conventos y sus monjes eran los que mejor sabían leer y escribir. La Edad Media fue una época donde la sociedad se caracterizó por la gran desigualdad de clases. Solamente había un grupo reducido de personas que eran libres; el resto se encontraba sometido y no podía abandonar la tierra donde había nacido, sistema que se se conoció como servidumbre. Las clases sociales eran tres: 1.- La nobleza: Lo constituía el rey, el señor y sus vasallos. vasallos . Estaba constituida en su mayoría por personas de origen franco o germánico. 2.- El clero: Además de las funciones religiosas, tuvo un papel trascendental en la sociedad y la cultura, debido a que sus miembros recibían una instrucción superior que les capacitaba para dirigir la sociedad. 3.- Población campesina: Era la base de la pirámide social. El campesino o siervo no era dueño de su persona, pues formaba parte de la gleba o tierra, y no podía abandonarla sin el consentimiento del señor. La única institución europea con carácter universal fue la Iglesia, pero incluso en ella se había producido una fragmentación de la autoridad. Todo el poder en el seno de la jerarquía eclesiástica estaba en las manos de los obispos de cada región. La Iglesia se veía a sí misma como una comunidad espiritual de creyentes cristianos, exiliados del reino de Dios, que aguardaba en un mundo hostil el día de la salvación. 1
Origen de Italia La historia de Italia comienza entre los años 2.000 y 1.000 a. C. cuando la península itálica recibió el aporte de pueblos indoeuropeos provenientes de Europa Central. Entre los más importantes se encuentran los celtas, los íberos, los pelasgos y, sobretodo, los etruscos que extendieron gradualmente su influjo por el norte del país. A partir del siglo VIII a. C. las colonias griegas se instalaron en el sureste de la península, transformándose en ciudades-estado que en su conjunto fueron conocidas como Magna Grecia. Es de gran importancia el papel de Roma en la historia de Italia. En el 753 a. C. se fundó a orillas del Río Tíber una ciudad que dominaría Italia y Europa durante siglos: Roma. Según la leyenda, Rómulo y Remo fundaron Roma, que fue desde el primer momento rival de la vecina ciudad de Alba Longa por el control del Lacio e Italia. Inicialmente la ciudad no tuvo gran importancia, y tan sólo era un puerto más de la ruta de la sal. Pero progresivamente Roma conquistó el territorio y a todos los pueblos que habitaban Italia. Por eso siempre se afirma que la Edad Media se forma con la unión entre romanos y germanos o según los materialistas entre régimen comunal primitivo y sistema esclavista. Desarrollo El cristianismo, basado en la revelación, descendía de Dios al hombre; es decir, tenía un carácter sintético, por lo cual aprovecha de la antigua ciencia cuanto conviene a su desenvolvimiento. Los grandes hombres del cristianismo sienten ante todo el apremio de defender la religión de los ataques asestados por los paganos y de patentizar las excelencias de su doctrina. De tal necesidad nace la filosofía apologística. Durante la edad media tardía, los trabajos de Aristóteles, a los que se pudo acceder a través de los textos y comentarios preparados por estudiosos árabes, tuvieron una fuerte influencia en el pensamiento europeo. Al resaltar el conocimiento empírico en comparación con la revelación, el aristotelismo amenazaba la autoridad intelectual de la Iglesia. El teólogo cristiano santo Tomás de Aquino consiguió, sin embargo, armonizar el aristotelismo con la autoridad católica al admitir la verdad del sentido de la experiencia pero 2
manteniendo que ésta completa la verdad de la fe. La gran autoridad intelectual de Aristóteles se puso así al servicio de la autoridad de la Iglesia, y la lógica aristotélica acabó por apoyar los conceptos agustinos del pecado original y de la redención por medio de la gracia divina. El pensamiento de Aquino partía de la superioridad de las verdades de la fe, sin embargo, ello no le impidió presentar a la filosofía como un modo de conocimiento plenamente autónomo capaz de por un lado, concordar armónicamente con la teología y, por el otro, de tratar de forma independiente los más diversos aspectos de la realidad Conforme la Iglesia medieval se hizo más poderosa, se desarrolló un modelo de ética que aportaba el castigo para el pecado y la recompensa de la inmortalidad para premiar la virtud. Las virtudes más importantes eran la humildad, la continencia, la benevolencia y la obediencia; la espiritualidad, o la bondad de espíritu, era indispensable para la moral. Todas las acciones, tanto las buenas como las malas, fueron clasificadas por la Iglesia y se instauró un sistema de penitencia temporal como expiación de los pecados. Durante la Edad Media Italia se convertiría en un mosaico de ciudades-estado que luchaban entre sí para conseguir la hegemonía sobre el resto, con frecuentes intervenciones de las potencias circundantes y de la Iglesia. En el siglo X, se introdujo un nuevo elemento de discordia: el enfrentamiento entre la Iglesia y el Imperio, que fue conocido como la Querella de las Investiduras de 1073 que inició una serie de conflictos por la primacía del Papa o el Emperador en la cristiandad y el Sacro Imperio. Ambos se discutían el sometimiento teórico del poder temporal imperial al religioso papal o viceversa y el derecho al nombramiento de los obispos. La lucha dividió Italia entre güelfos (por los Welfen de Baviera) que apoyaban al Papa y gibelinos (por el castillo Hohenstaufen de Waiblingen) o defensores del poder imperial. La nobleza era devota pero poseían unos valores propios que eran en cierto sentido independientes de la religión, pero aun singularmente poderosos. La rivalidad política entre los nobles y el papado estaba en la ocupación de las tierras y los impuestos que estas pagaban como en el sistema feudal reconocían las obligaciones del vasallo para con su dueño, el hecho de que la iglesia tenia poder territorial cada vez mayor, pues se hacía cada vez más grande con la aparición de las ordenes monásticas. 3
Además este era la que proporcionaba la educación que recibía el pueblo gozaba de gran poder, puesto que "regían sobre las almas de los humanos" y el pueblo "ignorante ante las cuestiones de dios" tenía que obedecer las órdenes del clérigo (que representaba la voluntad de Dios), esto era una amenaza evidente a los señores feudales que vieron su poder subordinado al papal, mientras que la iglesia sostenía cada vez más una lucha por su independencia moral y material del Sacro Imperio Romano Germánico, y que los papas se veían expulsados de Roma y sustituidos por antipapas a gusto y devoción del emperador. El concepto de ciudad es para la Edad Media desde el punto de vista eclesiástico, una ciudad no podía llamarse verdaderamente así si no era la sede de un obispado. En cuanto al aspecto material, salvo en el caso particular de Venecia, que estuvo siempre protegida por el mar, la ciudad se diferenciaba del campo y sus habitantes dispersos por la presencia de una muralla. En cuanto al perfil social, la ciudad se caracterizaba por una población articulada y estratificada en nobles, ricos, clase media y pobres; en mercaderes, artesanos, tenderos, profesionales, asalariados y desempleados. Éste era un perfil que resultaba particularmente evidente en las ciudades italianas respecto a otras regiones europeas. Desde el punto de vista económico, la ciudad se diferenciaba del territorio circundante por la presencia no sólo de actividad comercial e industrial, sino también por la presencia de mercados y ferias, y también por su capacidad de ser el centro de las relaciones económicas y de las riquezas de un territorio. Los ministros de Dios se vendían al poder más fuerte y negociaban con sus cargos eclesiásticos (práctica comúnmente llamada "simonía"). Estos comportamientos, por otra parte, no se limitaban sólo a los obispos, sino que a veces también implicaban a los abades de los monasterios e incluso a simples sacerdotes que, en su afán por asegurarse posiciones patrimoniales sólidas, desatendían deliberadamente el cuidado de sus almas. En la Edad Media las teorías éticas buscan una conciliación con la doctrina moral cristiana. Tomás de Aquino lleva a cabo tal armonización sobre la base de la ética aristotélica, dando lugar a un eudemonismo en el que el máximo bien (felicidad) se identifica con Dios. Es Él quien da la ley eterna y establece los contenidos de la verdadera moral como una ley natural en los hombres. Esta ley natural contiene principios normativos, que se hallan en nosotros como inclinaciones naturales (hábitos) y de los cuales el primero es ha de hacerse el bien y evitarse el mal. 4
CONCLUSIONES Con todo esto, se llega a la conclusión de que la moral de las sociedades cambia a medida que cambian las relaciones entre los seres humanos. Si se admite como valida una relación de dominación de un hombre sobre otro, de una clase social sobre otra, de un país sobre otro, de una sociedad sobre otra, no queda más que aceptar la idea de que la moral imperante en esa sociedad, será la moral del dominador, la moral del esclavista, la moral de la clase dominante, del país colonizador, etc. La moral, ética y valores que se manejaban en Italia durante la Edad Media siempre giraban hacia el eje del amor, fue al época del cristianismo, la moral era afectiva y no intelectual, la felicidad para ellos era el encuentro con Dios, sus virtudes eran la fe, la esperanza, la caridad, siempre se dejaban llevar por la iglesia y el clero. Uno de los filósofos más importante fue Tomás de Aquino, quien se basó siempre en la ética, moral y la teología, el fin de la vida humana, la conciencia moral, el bien común y la justicia social, el equilibrio que parece lograr entre la razón y la fe y su práctica; los dos ámbitos le interesaron, aunque, sin duda, el motor de su extraordinario esfuerzo filosófico fue la experiencia religiosa que siempre le acompañó. Por su relevancia e influencias en la historia de la filosofía y, más aún, por mostrarnos una posibilidad del pensamiento (acercarse a lo sagrado y absoluto), es un filósofo imprescindible para todo aquél que se atreva a pensar con radicalidad la vida humana y el mundo La época del cristianismo fue una de las épocas donde había mucha desigualdad, lo cual hasta nuestros tiempos sigue siendo un tema muy relevante, ya que la desigualdad de clases cada vez es mayor, han cambiado algunas cosas; en la actualidad existen un sinfín de religiones y la gente ya no solo es católica, por lo tanto ya no sigue tanto a la iglesia y sus mandamientos, como se hacía en esa época. Italia sigue siendo unos de los países más católicos, se sigue rigiendo por la iglesia, sus valores, su ética y su moral han cambiado, como siempre, todo es para un beneficio o como cada quien lo quiera manejar, pero siguen conservando sus raíces arraigadas hacia la iglesia, aún existen la gente con mucho poder, la gente que aún se deja llevar por lo que dice la iglesia se debe cumplir. Esto es lo que ha venido sucediendo a través de la historia de la humanidad, las ideas o la moral de los más fue rtes, de los “superiores” se ha impuesto sobre la moral de los más “débiles”; no quiere decir esto que estos últimos no hayan tenido una moral propia, sino que,
ha sido ensombrecida con la moral de aquellos. La moral se basa y se origina en una emoción o sentimiento de aprobación o desaprobación que experimentamos al realizar una acción, dependiendo de la utilidad que tenga para la sociedad en general y no sólo para el individuo. 5
BIBLIOGRAFÍA
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