TALLER DE CATEQUESIS 1.- Enseñar como Jesús para vivir como El. 2.- Nuestro grupo. 3.- Al encuentro con el Dios vivo. 4.- ¿Cómo preparar un encuentro catequístico?. 5.- El Catequista como Agente de Pastoral 6.- El Catequista como animador de grupo 7.- Enseñar a hablar con Dios
Sábado 24 de JULIO 09.30 hs 09.45 hs 10.00 hs 10.20 hs 11.05 hs 11.30 hs 12.00 hs 12.30 hs 13.00 hs 14.30 hs 15.20 hs 16.10 hs 16.40 hs 17.10 hs 17.50 hs
Entrega de material. Presentación. Oración Inicial. Tema 1. Tema 2. Pausa. Tema 3. Preparación almuerzo. Almuerzo. Tema 4. Taller. Tema 5. Tema 6 Tema 7. Evaluación del Encuentro
Entre tema y tema enseñaría alguna canción que sirva para la catequesis con los niños.
Materiales:
Tarjeta identificatoria una por participante Carpeta con hojas blancas, una birome y cancionero Grabador Cd con canciones Tapete artesanal Biblia Cirio / Fósforos
1.- ENSEÑAR COMO JESÚS, PARA VIVIR COMO EL. En la catequesis, se trata de enseñar como Jesús lo hizo,
para vivir como Jesús vivió.
Y ¿cómo enseñaba Jesús?... partía de la vida… El modo de enseñar de Jesús nos muestra como iniciar y llevar adelante un proceso de
aprendizaje, crecimiento y maduración en la fe. Es importante partir de la vida, iluminar la realidad con la Palabra de Dios y expresarla a través de la oración y celebraciones comunitarias , para volver a nuestra realidad y manifestar, con compromisos concretos, esa vida nueva que recibimos por la acción de la Palabra de Dios. Es lo que se llama PROCESO CATEQUÍSTICO, cuatro momentos que hacen un todo y en donde ninguno puede faltar… La catequesis centrada en Jesús y en su Palabra tendrá como objetivos: -
Formar la fe Invitar a la conversión Animar a la esperanza Integrar a la comunidad Promover el compromiso Para lograrlo es importante:
1.- Partir de la vida : -
Conocer a nuestros catequizandos. Partir de la situación concreta que se vive y que viven los integrantes del grupo.
2.- Iluminar con la Palabra de Dios -
Conocer la Palabra, el mensaje de Jesús … no puedo transmitir…dar aquello que no conozco. Leerla diariamente … meditarla… Buscar en ella criterios para discernir la realidad y las situaciones que vivimos. Dejarse interpelar y cuestionar por la Palabra, para generar el cambio interior y la conversión.
3.- Expresar en oración y celebración -
Promover la actitud de escucha y apertura a lo que Dios nos habla. Estimular el diálogo con Dios. Enseñar a ofrecer, pedir y dar gracias. Celebrar la presencia de Dios en nuestras vidas. Promover una vida sacramental vivida en comunidad.
4.- Comprometerse en obras concretas -
Animar a la solidaridad y la búsqueda de la justicia y la verdad. Promover la expresión del cambio en actitudes, gestos y hechos concretos. Y el compromiso de una vida de fe concretada en lo cotidiano.
1.- Partir de la Vida
2.- Iluminar con la Palabra
El Proceso Catequístico
4.- Comprometerse en obras concretas
3.- Expresar en oración y Celebración
2.- NUESTRO GRUPO Todos tenemos la experiencia de haber integrados grupos en nuestra vida: la familia, la escuela, grupos de Amigos, trabajo, etc. El ser humano, el hombre, la mujer, por propia naturaleza tiende a agruparse y reunirse. No fuimos creados para vivir en soledad sino en comunidad. Es importante diferenciar una reunión de personas de un grupo.
Un grupo establece una red de relaciones. En un grupo se dan relaciones entre sus miembros, existe una mutua interdependencia. Lo que le pasa, vive o dice uno de sus miembros afecta a los demás y viceversa.
Un grupo tiene objetivos , existe un para qué estar reunidos. El objetivo es, muchas veces, el motor del grupo y lo que fomenta su cohesión y unidad. Es importante que el objetivo sea claro, conocido por todos y consensuado.
Un grupo tiene una cierta permanencia en el tiempo.
En un grupo existen ciertas normas , que ayudan a relacionarse y organizar el trabajo en común.
En un grupo hay roles definidos o establecidos, los roles están relacionados con el poder y la autoridad dentro de un grupo : quien puede, quien conduce, quien lidera, quienes hablan, quienes callan… Si bien los roles están muy relacionados con las características personales de los individuos, es importante que en un grupo los roles funcionales ( aquellos que tienen alguna responsabilidad o tarea especial ) sean rotativos, y se distribuyan de una manera democrática, con participación y acuerdo de todos.
Sentido de pertenencia, todos los miembros del grupo se sienten parte de …Perciben algo que los contiene. La pertenencia genera responsabilidad e interés. La gran problemática actual es que nuestros chicos, nuestros jóvenes y muchas veces los adultos no tienen sentido de pertenencia. La vivencia de la FE, es esencialmente GRUPAL. Jesús mismo, formó un grupo de personas para compartir la vida al inicio de su predicación, y nos prometió estar presente cuando dos o tres estén reunidos en su nombre. ( Mt. 18,20). El bautismo, sacramento que nos inicia en la vida de fe, nos integra a la IGLESIA, pueblo de Dios. El GRUPO de FE tiene todas las características de un grupo humano, pero además tiene otra especifica que le da identidad propia : la manera como se viven las cosas que pasan, desde donde se interpreta y se iluminan las realidades que el grupo va viviendo, cuales son los criterios y valores que usamos para tomar una determinada postura. Esta manera de VER , los CRITERIOS y VALORES que usamos, están expresados en el
EVANGELIO.
3.- AL ENCUENTRO CON EL DIOS VIVO ¿Es lo mismo un encuentro de Catequesis, que una clase de religión? ¿Qué distingue una de la otra? El Encuentro de Catequesis realidad humana de acercamiento, apertura, dialogo.
responde a esa
El Encuentro de Catequesis es generado por un propósito común …No cuenta con la “presión” de una nota evaluativa … El Encuentro catequístico supone, una búsqueda motivada de espacios para profundizar la fe, para conocerla más, para ayudar a crecer…
Pistas para la preparación de un Encuentro de Catequesis Preparar un encuentro no es lo mismo que dar una clase. Para transmitir la experiencia de fe, y ayudar a que la misma crezca en otras personas es importante el marco de una comunidad. Es importante crear un ambiente comunitario entre las personas que van
a compartir el espacio.
Promover el conocimiento personal entre catequizandos y catequistas Ayudar a que cada persona se sienta valorada, respetada e integrada al grupo, que nadie quede al margen Preocupándonos por la presencia o ausencia de los miembros del grupo
¿ Cómo conseguir esto?
Iniciando los encuentros con algunas preguntas para compartir, que permitan que todos hablen, cuenten algo de su vida, expresen algo de sus deseos, anhelos ,etc.
Generando espacios de comunión extra – reuniones. Una visita, un llamado de teléfono, una salida como grupo juntos …
A través del reconocimiento explícito del trabajo, la participación, la tarea en el cuaderno o la carpeta…
El festejo de los cumpleaños, acontecimientos especiales …
4.- ¿CÓMO PREPARAR UN ENCUENTRO DE CATEQUESIS? PLANIFICAR con tiempo, preparar las reuniones con anticipación. Un buen esquema de lo que se va a realizar ayuda a establecer tiempos, recursos, preguntas a utilizar, y colabora para que el catequista tenga claro el objetivo del encuentro y guíe al grupo para alcanzarlo.
MODELO DE PLANILLA Encuentro Nº
Tema
Objetivos
Actividad
Materiales
Tiempo
Incluir en los encuentros espacios para EL DIALOGO, favorecer la comunicación dentro del grupo Esto se logra con actividades o preguntas para que el grupo trabaje en conjunto o en pequeños grupitos. El ejercicio del dialogo, de escuchar al otro, de respetar
los turnos, de aprender lo que el otro dice es un aporte valiosísimo para aprender a escuchar la Palabra de Dios. La catequesis no es un monólogo del catequista, es una búsqueda compartida, que implica : 1.- Aprender a escuchar; 2.- Aprender a participar; 3.- Aprender a decir lo que se descubre y se tiene en el corazón. Dar a la Palabra de Dios un LUGAR CENTRAL, en el encuentro . La lectura de la Palabra de Dios debe significar la presencia de Jesús. Que se acerca, que comparte nuestra vida, que nos escucha y que nos habla.
Crear UN ESPACIO DE ORACION. Esto implica generar un clima, motivar a hablar en voz alta, iniciar al grupo en el silencio. Pensar y proponer actividades que tengan en cuenta la SITUACION de los Catequizandos. Es decir su edad, sus conocimientos, su forma de expresarse, etc. Partir de la vida e iluminarla con la Palabra son los dos primeros pasos de la metodología catequística.
Para pensar y aplicar 1.- Algunas ideas en torno al lugar de la Palabra en el Encuentro. 1. Ubicar la Palabra abierta en un lugar visible. 2. Armar un pequeño rincón para la Palabra, puede acompañarse de una vela o flores. 3. En el momento de la lectura prender la vela , para significar la presencia de Jesús en medio del grupo 4. Pueden prepararse de antemano, algunas tarjetitas pequeñas con algún versículo de la lectura que se trabaje en el encuentro y que cada participante la pegue en su carpeta o cuaderno de actividades.
2.- Algunas ideas en torno a la forma de trabajar con la Palabra en el Encuentro. 1. Procurar que todos tengan Biblia o Nuevo Testamento o por lo menos una fotocopia de la lectura bíblica. 2. Crear un clima de respeto y silencio en el momento de leer la palabra. 3. Hacer una lectura en voz alta mientras todos siguen la lectura en forma personal. 4. Intentar reconstruir el texto leído, a partir del recuerdo de todos. 5. Relacionar el texto bíblico que se lee con el tema del encuentro. Debe existir una unidad entre la temática del encuentro y la lectura bíblica que la ilumina.
5.- EL CATEQUISTA COMO AGENTE DE PASTORAL En este tema, en concreto, vamos a detenernos a estudiar la figura del catequista: la importancia y necesidad de su tarea, el carácter propio de la misma, los rasgos del ministerio catequético en la Iglesia y las cualidades mínimas del catequista que hoy se necesita.
Nos encontramos con datos que son una clara invitación a la esperanza:
Lo primero que llama la atención es su elevado número. Es una constatación gozosa. La catequesis es una de las acciones pastorales mejor dotada de agentes, si no es la que más. Cabe preguntarse por qué se elige esta acción, precisamente, para colaborar en la misión de la Iglesia.
También es muy positivo constatar que, en su gran mayoría, los catequistas son laicos. Esto supone una importante presencia del seglar en las responsabilidades pastorales de la Iglesia.
Igualmente hay que hacer notar que en la gran mayoría de estos catequistas se da una concepción renovada de lo que es la catequesis. Ha ido quedando atrás el concebir la catequesis como mero aprendizaje memorístico, o solamente como una enseñanza, o como una mera preparación sacramental. Otro dato esperanzador de la realidad de los catequistas se refiere a la influencia de la tarea catequética en la persona del propio catequista. Son muchos los que confiesan lo positivamente que les afecta: da un sentido cristiano más hondo a sus vidas, representa una oportunidad muy valiosa para su propia formación cristiana e, incluso, para crecer humanamente como personas.
Pero junto a estos aspectos positivos de la realidad de los catequistas, aparecen, también, algunas sombras:
Tenemos pocos catequistas de adultos. La inmensa mayoría realiza su tarea en el campo de la catequesis de niños y jóvenes, y muy pocos en el campo de la catequesis de adultos. ¿Cuál puede ser la causa?. También se constata que, entre los catequistas, hay muchas más mujeres que hombres. Sería deseable que hubiera un mayor equilibrio entre unos y otros en el ministerio catequético. Conviene analizar las razones de este desajuste. Se tiene la impresión de que muchas veces los catequistas no están suficientemente integrados en la vida de la parroquia. Su acción, entonces, aparece como una acción aislada y no brota de lo más hondo de la comunidad cristiana. Finalmente surgen, a veces, interrogantes sobre el suficiente sentido religioso, eclesial y social de los catequistas. ¿No estaremos necesitando una mayor hondura humana y cristiana para lograr una catequesis más eficaz?
1.- Importancia y necesidad del catequista en la acción catequizadora En toda acción educativa es clave la figura del educador. Las actitudes y convicciones que deja traslucir influyen decisivamente en su tarea educadora. Eso mismo ocurre en la catequesis. El Evangelio que la Iglesia anuncia se hace men saje de vida en el pueblo cristiano por medio de la mente, del corazón, de la palabra, de la vida de fe del catequista. Allí donde hay un catequista, auténtico discípulo de Jesucristo y entusiasta del anuncio y crecimiento del Reino de Dios, que ama profundamente a los catequizandos, que sabe lo que debe transmitir y lo vive intensamente, el grup o experimenta su impacto y queda seriamente interpelado. En una catequesis es muy importante contar con unos buenos instrumentos: catecismo, materiales catequéticos, programas, medios audiovisuales,… ; pero mucho más importante es contar con buenos catequistas. De los diversos factores q ue concurren en la catequesis, el más importante es la figura del catequista.
El catequista es un formador de base el que inicia a la vida de la fe. A él le toca poner los cimientos de la personalidad creyente. Y todos sabemos que la solidez de una casa depende de la calidad de los cimientos. La tarea del catequista es una labor paciente, silencios a, humilde,… , como la de todo el que enseña a dar los primeros pasos.
El catequista es un educador integral que ayuda a ejercitar todos los músculos de ese cuerpo que es la vida de fe: el conocimiento del Evangelio, la oración, el compromiso, la vida evangélica, es como darle unas buenas raíces para que después, el árbol pueda crecer fuerte. El catequista realiza una labor de “puente” : abre a los catequizandos a la
realidad de Dios y ayuda a conectar con la Comunidad cristiana, dándola a conocer a los catequizandos, haciendo que se interesen por ella.
1.-
Personalmente, ¿en qué puedo mejorar?, ¿Cómo puedo madurar en la fe p ara dar mejor testimonio
de la misma?, ¿qué aspectos he de cultivar más en mi formación?. 2.- Como grupo de catequistas , ¿en qué podemos mejorar?, ¿cómo podemos vivir más comprometidos y dar un mayor testimonio de unidad ante los catequizandos?. 3.- Como miembros de la comunidad , ¿cómo podemos interesarnos más por la vida de la parroquia, conocer mejor sus objetivos evangelizadores, coordinarnos mejor con otros agentes de la pastoral?
6.- EL CATEQUISTA COMO ANIMADOR DE GRUPO El grupo en la catequesis , constituye la pequeña comunidad que va recreando las condiciones humanas para el encuentro con el Señor y con los demás, para invitar a la experiencia de fe, para compartir la vida con los demás, para expresar la fe, para orar. En el grupo de catequesis, los participantes, se van iniciando en la vida de una comunidad, van haciendo un camino de integración a la gr an comunidad parroquial y eclesial. El catequista facilita la tarea grupal, anima a la participación, estimula la creación de vínculos humanos que contribuyan a enriquecer la experiencia de fe. El catequista no es responsable de todo lo del grupo ni debe hacer todo en el grupo. Va guiando a los integrantes, colabora en las tareas, presenta el trabajo grupal. Y para todo esto busca aprovechar y potenciar las capacidades y dones de sus catequizandos.
Actitudes que son importantes para la animación de un grupo de CATEQUESIS:
El respeto, por la persona del otro, por sus tiempos, por sus fragilidades.
El estímulo y el reconocimiento explícitos , son herramientas que colaboran en incrementar la autoestima de las personas, favoreciendo así un excelente clima grupal para el crecimiento personal de los catequizandos.
La capacidad de escucha. El catequista que “se las sabe todas”, podrá mantener a un grupo en funcionamiento durante un tiempo. Pero éste siempre es limitado porque el catequista no sabe escuchar los intereses, necesidades, limitaciones y expectativas de su grupo, difícilmente vaya a poder generar un verdadero aprendizaje y una experiencia de fe y encuentro.
El ejemplo. Es conocido el dicho popular que dice: “ se enseña con el ejemplo”. Un catequista que pregona una manera de actuar pero actúa en forma diferente seguramente será poco creíble. La coherencia de vida es una de las herramientas para enseñar y transmitir la fe de forma más eficaz. Si el catequista no vive su tarea, ésta se verá muy disminuida.
Para que el grupo cumpla sus funciones, los catequistas hemos de saber animar el grupo. Es importante que conozcamos lo que es un grupo, cómo funciona, cuáles son sus procesos...Que sepamos avivar el dinamismo que el grupo lleva dentro, suscitar y fomentar actitudes positivas. Hemos de procurar que el grupo sea un espacio de participación, comunicación y creatividad . ( Cfr.Ficha Nº 6 ).
Para pensar ... 1.- ¿Cómo es tu estilo de animación? 2.- ¿Promueve la participación y la comunicación dentr o del grupo? 3.- ¿Cómo mejorar?
7.- ENSEÑAR A HABLAR CON DIOS Dios nos habla, Dios nos escucha, Dios quiere comunicarse con nosotros. Es posible que en la preparación de los encuentros de catequesis, y en su posterior desarrollo, prestemos mucha atención a la motivación, a las dinámicas que usaremos, a las actividades… y en nuestro afán de llegar al encuentro con la mejor planificación posible nos olvidemos o no profundicemos la oración. La oración en un encuentro de catequesis no debe ser sólo un momento determinado. No debemos reducir la comunicación con Dios a la repetición y la monotonía. La oración es una actitud que atraviesa todo el encuentro desde su inicio hasta su finalización. No es fácil enseñar a hablar con alguien que no se ve, como no es fácil, muchas veces, hablar con quienes nos encontramos cara a cara. El dialogo profundo exige apertura, donación de uno mismo, capacidad de silencio, esfuerzo de ent endimiento, y sobre todo mucho amor. Una de las tareas más hermosas del catequista es iniciar y acompañar en la vida de oración a sus catequizandos. La oración es dialogo con Dios, el encuentro con Aquel que nos ama, nos escucha, nos comprende y siempre tiene una palabra para animarnos.
PISTAS PARA INICIAR EN LA ORACION Aprender a callar
El dialogo se diferencia del monólogo porque la comunicación es rec íproca, “va y viene”, “viene y va”. La oración es dialogo y para poder hablar, hay que saber escuchar, Y para saber escuchar es necesario, saber callar. Vivimos inmersos en una sociedad donde existe “mucho ruido de fondo”. Basta pensar en cuantas familias almuerzan o cenan viendo televisión…
Hacer silencio
El silencio no es solamente ausencia de palabras. Más bien es una actitud interior de apertura y entrega. El silencio me permite encontrarme muchas veces con lo profundo de mí mismo. Me obliga a despertar otras capacidades comunicativas que todos tenemos, y que suelen estar aletargadas, esperando el momento de crecer y de desarrollarse. En la práctica :
1. Aprovechar los espacios naturales : después de la lectura de la Palabra ( un tiempo para meditarla en silencio, personalmente ), antes de la oración espontánea en común ( para pensar lo que se va a decir ) 2. No imponer largos momentos de silencio 3. Hacer uso de ciertos ejercicios de concentración y relajación, como por ejemplo: concentrarse en el ritmo de la respiración. 4. Puede ayudar concentrar la mirada en una vela, en una imagen o cerrar los ojos ( no durante mucho tiempo ) 5. Escuchar música instrumental
Aprender a escuchar
Cuando callamos comenzamos apercibir muchos sonidos que normalmente nos acompañan pero no nos damos cuenta de su presencia. Cuando podemos disminuir el “ruido” interior y exterior a nuestra persona aparece más clara la voz de Dios que nos habla a través de muchísimas maneras.
A.- Escuchar en la naturaleza Dios nos habla en la naturaleza a diario, constantemente. Sin duda es una de las fuentes más transparentes de su presencia. Muchos salmos, que recogen la sabiduría religiosa del pueblo israelita a través de cientos de años, nos enseñan a descubrir a Dios en la naturaleza y la creación. Sólo hay que aprender a “ver” y “escuchar” de una manera nueva. Hacer silencio nos ayuda a escuchar a Dios en la naturaleza. En la práctica, podemos realizar encuentros de catequesis en un ambiente natural, ejercitar el silencio y el reconocimiento de los sonidos. La lectura de algunos salmos que hablan de la creación puede ser una buena motivación para la contemplación de Dios en la naturaleza
B.- Escuchar en mi vida El silencio interior me permite encontrarme con mi propia interioridad y descubrir allí la presencia de Dios. En la práctica, promover ejercicios de revisión de la propia vida. Los grandes momentos y hechos de nuestra propia historia. Reconocer los puntos dónde el Señor dejó sus huellas.
C.- Escuchar en los otros Dios nos habla a través de las personas. Muchas veces un consejo, una palabra, una opinión, un testimonio, pueden ser el medio que Dios utiliza para darnos a conocer su voluntad, su proyecto. La Biblia está llena de relatos en los cuales Dios habla a través de las personas. En la práctica: pensar en las personas que conocimos en la vida. Descubrir quienes fueron signo de Dios vivo para nosotros.
D.- Escuchar en la historia, en las cosas que pasan. Dios está presente en la historia, Dios habla en las cosas que pasan, en la realidad, en los acontecimientos. Hay que afinar el oído y saber escuchar. Por eso es importante, como decía Monseñor Angelelli : “hay que poner un oído en el evangelio y otro oído en el pueblo”. Hay que prestar atención a la realidad, estar informado, discernir lo que vamos viviendo. En la práctica: un ejercicio sencillo puede ser leer las noticias del diario e intentar descubrir qué nos quiere decir Dios a través de la r ealidad.
E.- Escuchar en su Palabra. Como muchas veces no nos resulta sencillo escucharlo en la naturaleza, en la propia vida, en los demás o en las cosas que pasan, Dios nos brinda su Palabra escrita en la Biblia. Ella es una guía para descubrir la presencia de Dios y aprender a escuchar su voz en la creación, en la vida y en la historia. En la práctica : Ejercitar la lectura de la Palabra de Dios en la oración.
Aprender a hablar
Orar no sólo es escuchar a Dios sino también dirigirnos a El, dialogar, comunicarnos. Dios nos espera con los brazos abiertos… como el Padre de la Parábola del Hijo Pródigo. Orar es hablar con Dios de manera familiar, cotidiana, como se habla con las personas que uno quiere. Aprender a : 1. Hablar con el corazón : Sencillos, espontáneos, con palabras de todos los días. 2. Hablar con gestos : Recuperar el lenguaje del cuerpo, de la mirada, de los signos, para comunicarse de una manera integral con Dios 3. Hablar con palabras : Aprender a dar gracias, a pedir, a alabar, a pedir perdón En la práctica : Se creativos, introducir signos, cantos, no rezar siempre de la misma manera. Estimular la oración personal y comunitaria.
PARA RECORDAR : La oración es el motor de la vida de fe. Como catequistas estamos llamados a ayudar en poner en marcha ese “motor” en la vida de los demás.
ORACIÓN