Dos canciones profanas, for voice and piano. With poems by Federico García Lorca. I. Serenata. II. Es verdad.Descripción completa
Canción Allegro Adagio
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Cinco canciones de niños, de Silvestre Revueltas, para voz y piano. Contenido: 1. El Caballito 2. Las Cinco Horas 3. Canción tonta 4. Canción de cuna 5. El lagartoDescripción completa
Descripción: autoayuda
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contiene los aspectos mas relevantes de la importancia de la fauna silvestreDescripción completa
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Descrição: Hidraulica geral
Hidraulica geral
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Descripción: Fundamentos de economia
Descripción: Hidraulica geral
Presentación La personalidad de Silvestre Revueltas ha sido particularmente atractiva para forjar mitos y leyendas a su alrededor. Su breve vida tan contrastante y plena de acontecimientos, ha sido propicia para que propios y extraños se hayan aprovechado al tratar mañosamente de llenar huecos y de explicar hechos que, de acuerdo a su criterio, no han sido muy denidos. Al mismo tiempo, resulta curioso comprobar cmo esto se ha !estado en forma de pequeños intentos, abord abordand ando o slo slo pocos pocos momen momentos tos anecd anecdti ticos cos de su trayec trayector toria ia art"st art"stica ica o aludiendo, no musicalmente, musicalmente, a al!una de sus obras# pero para bien o para mal, nadie hasta ahora se ha preocupado por rastrear dentro de sus propios escritos la real realid idad ad de su pens pensam amie ient nto, o, elab elabor oran ando do,, aunq aunque ue fuera fuera con con car$ car$ct cter er novelesco, un estudio m$s amplio del m$s importante compositor que ha nacido en nuestro pa"s. %e ah" que este libro sea plenamente bienvenido, pues por medio de &l y en forma directa, tenemos la satisfaccin de incursionar en el mundo interno de Revueltas. 'or otra parte, y abundando en esta idea, es poco com(n que un m(sico de nuestro tiempo sea capa) y est& dispuesto, por muchas ra)ones, a dejar tal testimonio, a reali)ar tal cantidad de correspondencia y a plasmar en el papel ese valioso c(mulo de conceptos que van desde lo m$s profundo y losco, hasta lo m$s mundano y concreto. concreto. 'or el prop propio io Silv Silves estr tre, e, pene penetra tramo moss en lo m$s m$s rec recnd ndit ito o de su ment mente e y transitam transitamos os con &l, por sus inquietud inquietudes es est&ticas, est&ticas, pol"tica pol"ticas, s, sentiment sentimentales ales,, econm econmica icas, s, labora laborales les y music musical ales. es. 'ara un m(sico m(sico del prese presente nte,, resul resulta ta sorprendente ver cmo la problem$tica profesional no ha cambiado y cmo la visin y juicios !enerados por el a!udo sentido de observacin del Revueltas de hace *+ o + años, si!uen vi!entes. -/u& /u& dive divers rsid idad ad de sent sentim imie ient ntos os00 /u& /u& mane manera ra tan tan inte intens nsa a de vivi vivirr su existencia0 Sin embar!o, dentro de ese torbellino de vitalidad y ener!"a, hubo un factor dominante y a la ve) determinante, que lo acompañ toda su vida# tal fue su amor al prjimo y a su patria, representado en tan diferentes facetas como1 su devocin por la familia y la mujer, especialmente por su An!elucha, su entre!a a un ideal art"stico y sociopol"tico# sus actividades profesionales en 2exas, 2exas, su estancia en 3spaña durante la !uerra civil, su paso por la L3AR y sobre todo su ape!o y devocin a 4&xico. 'ero, qui)$ la m$s !rande cualidad que Silvestre acusa en sus escritos, a mi parecer, es la ausencia de solemnidad, de vanidad y sobreestimacin de sus
m&ritos como creador# y no porque no estuviera consciente de su valor o estatura art"stica, sino por su modestia, que casi se podr"a interpretar como inse!uridad, su honestidad y un realista conocimiento del medio dentro del cual &l se desenvolv"a, muy opuesta a la actitud de al!unos contempor$neos suyos y otros posteriores que creen que 4&xico no los merece. Su permanente sentido del humor se re5eja en toda su m(sica, pero tambi&n en expresiones como1 6Los hombres famosos necesitamos escribir cartas06 62odo el mundo me ha felicitado. 7ran m(sico, !ran director, !ran artista y todas las musarañas habituales.6 3se sentido del humor lle!a al m$ximo al ocuparse de 6la cr"tica6 y sus cultivadores, particularmente en el art"culo en el que supuestamente enaltece y dee deend nde e esa esa acti activi vida dad. d. /u& /u& iron iron"a "a tan tan cert certera era y al mism mismo o tiem tiempo po tan tan disfra)ada0 8abe tambi&n mencionar la natural facilidad de Silvestre, con!ruente con su creacin musical, para narrar y describir todo lo que lo rodeaba o le acontec"a# sus im$!enes son tan claras, vivas y po&ticas, que llevan a quien lee sus 6apuntes6 a participar "nte!ramente de los mismos sentimientos y a ubicarse en el lu!ar de los sucesos. 8omo un ejemplo, baste recordar el diario en el sanatorio del doctor 9alcn, en el cual sus amar!as vivencias son transmitidas con !ran dramatismo y una extraordinaria delidad narrativa. :denticando al 6m(sico total6, exento de petulancia y con plena experiencia en todos los campos de ese arte, quiero referirme a al!unos conceptos que &l tan rara y sinceramente expone# se relacionan con su ocio de compositor y re)an literalmente1 6;o hay m$s que dos caminos en el arte# o se hace uno virtuoso o se hace uno payaso.6 -< 3ste tipo de expresiones las externaba siempre que alud"a a las !entes que tanto abundan en nuestra profesin1 las que pretenden 6ser6 y no son, y las que tan auda)mente en!añan al p(blico. :!ualmente con !racia y esp"ritu burlesco reri&ndose a cr"ticos y seudomusiclo!os1 6Al! 6Al!u unos nos ente enten ndido idos en m(sic sica determinada1 determinada1 binaria, ternaria, lied.6
son son
capa capacces de
enc encontra ntrarl rle e
for forma
6%esde el punto de vista t&cnico=musical no puedo decir nada, porque no me interesa.6 6Al!unas personas de buen humor, dicen que ten!o t&cnica# otras de mal humor, que no. %eben saberlo mejor.6
m&ritos como creador# y no porque no estuviera consciente de su valor o estatura art"stica, sino por su modestia, que casi se podr"a interpretar como inse!uridad, su honestidad y un realista conocimiento del medio dentro del cual &l se desenvolv"a, muy opuesta a la actitud de al!unos contempor$neos suyos y otros posteriores que creen que 4&xico no los merece. Su permanente sentido del humor se re5eja en toda su m(sica, pero tambi&n en expresiones como1 6Los hombres famosos necesitamos escribir cartas06 62odo el mundo me ha felicitado. 7ran m(sico, !ran director, !ran artista y todas las musarañas habituales.6 3se sentido del humor lle!a al m$ximo al ocuparse de 6la cr"tica6 y sus cultivadores, particularmente en el art"culo en el que supuestamente enaltece y dee deend nde e esa esa acti activi vida dad. d. /u& /u& iron iron"a "a tan tan cert certera era y al mism mismo o tiem tiempo po tan tan disfra)ada0 8abe tambi&n mencionar la natural facilidad de Silvestre, con!ruente con su creacin musical, para narrar y describir todo lo que lo rodeaba o le acontec"a# sus im$!enes son tan claras, vivas y po&ticas, que llevan a quien lee sus 6apuntes6 a participar "nte!ramente de los mismos sentimientos y a ubicarse en el lu!ar de los sucesos. 8omo un ejemplo, baste recordar el diario en el sanatorio del doctor 9alcn, en el cual sus amar!as vivencias son transmitidas con !ran dramatismo y una extraordinaria delidad narrativa. :denticando al 6m(sico total6, exento de petulancia y con plena experiencia en todos los campos de ese arte, quiero referirme a al!unos conceptos que &l tan rara y sinceramente expone# se relacionan con su ocio de compositor y re)an literalmente1 6;o hay m$s que dos caminos en el arte# o se hace uno virtuoso o se hace uno payaso.6 -< 3ste tipo de expresiones las externaba siempre que alud"a a las !entes que tanto abundan en nuestra profesin1 las que pretenden 6ser6 y no son, y las que tan auda)mente en!añan al p(blico. :!ualmente con !racia y esp"ritu burlesco reri&ndose a cr"ticos y seudomusiclo!os1 6Al! 6Al!u unos nos ente enten ndido idos en m(sic sica determinada1 determinada1 binaria, ternaria, lied.6
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6%esde el punto de vista t&cnico=musical no puedo decir nada, porque no me interesa.6 6Al!unas personas de buen humor, dicen que ten!o t&cnica# otras de mal humor, que no. %eben saberlo mejor.6
2anto 2anto en vida de Silvestre, como despu&s de su muerte, han existido !entes que al hablar de su m(sica y con pedanter"a e i!norancia han dicho que sus obras son ori!inales, atractivas, suenan mexicanas, etc&tera, pero que carecen de t&cn t&cnic ica a y de una una depu depura rada da elab elabor orac aci in n acad acad&m &mic ica# a# al anal anali) i)ar arla lass debidamente y con un criterio desapasionado y profesionalmente slido, saltan a la vista y de inmediato, partituras que desmienten aquel concepto, pues se trata de una m(sica nacida desde otro punto de vista creativo, en la que el autor deliberadamente y con !ran talento y habilidad evit referencias de formas y patrones tradicionales# no slo estructuralmente, sino en cuanto a len!uaje armnico, instrumental y desarrollo tem$tico. Revueltas sab"a perfectamente cu$ndo y cmo elaborar o repetir un tema, el cual por cierto y es necesario decirlo, nunca tom de la m(sica popular o tradicional de nuestro pa"s# en &l todo suena nacional y sin embar!o no existen 6citas6 fol>lricas, ni meldicas, ni instrumentales. 3sta !ran ori!inalidad, es qui)$ una de las mayores cualidades de su obra, y ahora a la distancia y con un amplio 6conocimiento de causa6, podemos decir1 qu& excelente m(sica0, 0qu& !ran representante de nuestro arte0 y qu& bueno que no escribi ni Sinfon"as, ni 8onciertos, ni las supuestas 6!randes formas60 ?l fue siempre el a sus convicciones, tanto en lo pol"tico como en lo est&tico y art"stico. -@ 3n las pocas ocasiones en que mencion detalles de su m&todo y de sus motivaciones, dec"a1 64is ritmos son pujantes, din$micos, t$ctiles, visuales, pienso en im$!enes que son acordes en l"neas meldicas y se mueven din$micamente.6 64e !usta toda clase de m(sica. 'uedo soportar hasta a al!unos de los cl$sicos y al!unas de mis propias obras, pero preero la m(sica de mi pueblo, que se oye en la provincia.6 provincia.6 2odos 2odos sabemos cu$n cerca quiso y pudo estar de lo popular# en toda su obra existen reminiscencias reminiscencias del jarabe, del son, del corrido, pero siempre a trav&s de una ptica ori!inal y con temas y tratamientos muy personales, especialmente en el sentido r"tmico# &l ten"a una sin!ular inclinacin hacia el 6ostinato6, el cual manej con !ran maestr"a y sorprendentes resultados. resultados. A trav&s de su obra musical y de sus pensamientos se percibe un marcado esp"ritu interdisciplinario y espont$neamente van!uardista# Revueltas pensaba no slo slo en son sonidos idos,, sino sino en otro otross elem elemen ento toss art" art"st stic icos os y hum humanos anos,, en contraposicin a otros contempor$neos que todav"a soñaban con una m(sica decimonnica, de aula, r"!ida y do!m$tica. As", &l dec"a con una !ran visin, y ya en -<+, al!o que ahora, a nal del si!lo puede parecer tan simple y natural, especialmente en cuanto a la elaboracin y notacin de las partituras1
6Boy a hacer una confesin1 hasta esta &poca yo sueño con una m(sica para cuya cuya transc transcrip ripci cin n no existe existen n caract caracter eres es !r$co !r$cos, s, pues pues los conoci conocidos dos no alcan)an a decirla, a escribirla. Sueño con una m(sica que es color, escultura y movimiento.6 3n la concepcin del mundo sonoro, &l se anticip mucho tiempo a su &poca, pues esos conceptos no eran comunes en los creadores del primer tercio de nuestro si!lo. 2anto 2anto por la calidad de los textos, que en forma concreta contiene esta coleccin, como por la esencia que se oculta detr$s de ellos, el lector ser$ part part"c "cip ipe e de un hech hecho o que que es indi indisc scut utib ible le11 esta esta recop ecopil ilac aci in n de escr escrit itos os cons consti titu tuye ye un rotu rotund ndo o 6men 6ment" t"s6 s6 a cier cierto toss detr detrac acto torres que que siem siempr pre e han han expr expresa esado do que el !enial !enial Silve Silvestr stre e fue fue simpl simpleme emente nte un 6talen 6talentos toso o bohemi bohemio o autodidacta6. 'or otra parte, el conocimiento m$s profundo de su vida y de su credo ser$ estimulante y de un !ran valor para las actuales !eneraciones de m(sico m(sicoss mexic mexicano anos, s, carent carentes es de una aut&nt aut&ntica ica infor informac macin in de los pilar pilares es fundamentales fundamentales de nuestro arte y cultura. -C 8omo inte!rante de la comunidad art"stica y musical de 4&xico, quiero hacer prese presente nte mi recono reconocim cimien iento to por este este lo!ro lo!ro a Rosaura osaura,, Dn!ela Dn!ela y 3u!en 3u!enia ia Revueltas y a 'hilippe 8heron, piedras an!ulares en la publicacin de estos apuntes autobio!r$cos. 4anuel 3nr"que) -*
Larga vida a Silvestre Revueltas Si Silvestre Revueltas estuviera vivo, en diciembre de -E celebrar"amos su nona!&simo cumpleaños. 3n ve) de eso, hace unos d"as conmemoramos el cuadra!&simo noveno aniversario de su muerte. Revueltas muri hace dos !eneraciones, pero slo ahora emer!e su reputacin de las p$!inas traseras de la historia. Sin embar!o, la historia no es un libro que se escribe por s" mismo, y existen ra)ones concretas por las que no se ha o"do hablar de Revueltas durante tantos años, y ra)ones por las que ahora resur!e. %esde lue!o, yo escribo desde la perspectiva de un compositor que vive en 3stados Fnidos Gtan lejos de %ios y de 4&xicoH. As", mi visin de Revueltas tal ve) no es la de un compatriota, sino la de quien aprendi, en buena medida a
trav&s de la vida y la obra de Revueltas, qu& si!nica ser norteamericano. Se ha hablado mucho del distanciamiento entre 8h$ve) y Revueltas como causa de que este (ltimo cayera en la oscuridad histrica. 8reo que otros factores Go compositoresH en 3stados Fnidos contribuyeron tambi&n a ello en !rado considerable. 3l destino histrico de Revueltas fue compartido por muchos otros miembros de su !eneracin, compositores cuyas obras ahora parecen m$s si!nicativas, radicales y aut&nticas que las de los compositores que los suplantaron en los titulares de la historia. Ante todo Icu$les son esos elementos 6si!nicativos, radicales y aut&nticos6 en la m(sica de Revueltas, cu$les de ellos comparte con otros compositores y cu$les son caracter"sticos solamente de su propia vo)J Fna especie de estallido en la forma cancin Gpor oposicin a la forma sonataH y la importancia del ritmo Gantes que la armon"aH como principio !enerador y or!ani)ador son dos conceptos b$sicos de la estructura que separ !ran parte de la m(sica americana m$s din$mica del si!lo KK de sus antecedentes europeos. - Adem$s de la expansin continua de los recursos para la orquestacin con que cuentan actualmente los compositores occidentales =sobre todo a partir de erlio)=, el encuentro de esa herencia cl$sica con las tradiciones populares vivas de 4&xico proporcion a Revueltas una ima!en o modelo sonoro enteramente ori!inal que es uno de los aspectos m$s vitales de su m(sica. ;o tenemos que buscar mucho en el funcionamiento y la estructura internos de la m(sica de Revueltas para hallar su radicalidad u ori!inalidad, porque la m(sica muy simplemente suena as"1 est$ ah", en la supercie. 3s m(sica que posee a la ve) un amplio atractivo popular y las cualidades sucientes para que los profesionales atiendan y tomen nota. 3n ello reside el !enio de Silvestre Revueltas. 3ste talento musical tiene otra dimensin que podemos describir como profundamente humanista y espiritual Gsin duda, al!unas de las personas m$s espirituales de este si!lo, como Revueltas, han sido ateosH. 3s este elemento del arte de Revueltas el que sur!e nalmente a la lu) con la publicacin de los escritos del compositor. 3n estas p$!inas se nos revela una persona muy compleja1 para Silvestre Revueltas, la funcin principal de la escritura, incluso cuando describe elementos externos, era el autoexamen, a menudo reali)ado del modo m$s doloroso y vulnerable. Lo que resuena a lo lar!o de estos escritos no es la duda y el cuestionamiento internos, sino la incre"ble valent"a de Revueltas incluso en plena autodestruccin mediante el alcohol. 9ue esa valent"a lo que lo convirti en un ejemplo para sus cole!as, y, de nuevo, no se trata simplemente de valor pol"tico o moral, sino de al!o tal ve) m$s peli!roso para el artista1 la valent"a
creativa. Revueltas se atrevi a ser un maniesto i)quierdista y maestro. 'ero, sobre todo, no es exa!erado decir que puso su vida en jue!o en cada nota de m(sica que escribi. 3sa intensidad emocional es lo que se reconoce universalmente en su m(sica, junto con otros ries!os que asumi t&rminos de t&cnica y forma. Los artistas que viven y trabajan de esta manera mueren jvenes con demasiada frecuencia, de modo que ahora, medio si!lo m$s tarde, la muerte prematura de Revueltas me parece menos tr$!ica. 4$s bien veo el brillante ejemplo de una vida y una obra vividas con pleno compromiso. -M La capacidad para el autoexamen constante puede hacer del artista el m$s solitario de los individuos. 3stos escritos tambi&n revelan una profunda conciencia de ello. 3n ese punto =Ime atrever& yo, un gringo, a llamarlo 6solitud6J= es donde se alcan)a la esencia desnuda y la nalidad del Arte# y es un lu!ar al que Revueltas retornaba, una y otra ve). ?ste tambi&n es un aspecto de su !ran valent"a. 3stos textos rebosan tambi&n de vida, con toda su vivacidad, sensualidad y exceso. N &se es otro mensaje de la m(sica y los escritos de Revueltas1 lan)arse de cabe)a en la vida, en el mundo. Ah", en esa primera l"nea, debe tambi&n estar el artista. Afortunadamente he conocido a muchos compositores de la !eneracin de Revueltas. 'ero a Silvestre nunca lo conocer&, excepto a trav&s de la resonancia de su m(sica, sus escritos y =tambi&n= su leyenda, que atraviesa un lapso de cinco d&cadas desde su muerte. 8on la publicacin de estos textos, al!o del Silvestre Revueltas total, m(sico y ser humano, nos es nalmente devuelto, junto con su m(sica. Fna cosa es se!ura1 nunca m$s se le olvidar$ como se le olvid Gy nosotros, en 3stados Fnidos, hemos participado m$s que la mayor"a en ese olvidoH. Lar!a vida a Silvestre Revueltas0 'eter 7arland E de octubre de -E, Santa 9e, ;uevo 4&xico -E
Unas palabras sobre Silvestre por Rosaura Revueltas
;uestros padres fueron !ente muy sencilla, sobre todo mi madre# a!reste, sin cultivo, como la ve!etacin del paisaje que la vio nacer. Sin embar!o ambos eran seres iluminados en medio de su sencille). 4i padre qued hu&rfano a muy temprana edad, junto con una hermana que se llamaba Lu). ;uestra joven abuela paterna debe haber quedado muy pobre a la muerte de su marido, porque el pequeño Oos& tuvo que empe)ar a trabajar en una tienda de abarrotes a la corta edad de ocho años, para ayudar al mantenimiento de su madre y de su hermana =a quien nunca abandon. 'ero su esp"ritu inquieto lo hi)o independi)arse muy pronto y empe) a recorrer pueblos y minerales llevando las mercanc"as de primera necesidad, a lomo de mula. As" fue como en el mineral llamado San Andr&s de la Sierra =estado de %uran!o, de donde ambos eran oriundos= conoci a Romana S$nche), la que habr"a de ser su esposa poco tiempo despu&s. 'ara entonces ya no era el vendedor pere!rino, sino que hab"a alcan)ado un puesto en las ocinas del mineral. 3n cuanto se casaron se trasladaron a la ciudad m$s cercana, Santia!o 'apasquiaro =tambi&n del estado de %uran!o=, donde mi padre abri su primera tienda de abarrotes, telas y toda clase de mercader"as que la !ente necesita en los pueblos. 3n Santia!o 'apasquiaro nacieron los primeros cinco hijos de la pareja Oos& Revueltas 7uti&rre) y Romana S$nche) Arias# esos cinco hijos fueron1 Silvestre, 9erm"n, Oos& 4aximiliano =que muri niño=, 8onsuelo y 3milia. G3n. %uran!o nacieron1 Rosaura, Oos&, 4ar"a del Refu!io, 4aura, 4ar"a de la Lu), 4ar"a y A!ust"n.H %e all" empe) la inquietud de mi padre por buscar otros lu!ares mejores donde poder dar educacin a sus hijos, hasta que despu&s de mil penalidades y sacricios lle! hasta la ciudad de 4&xico, capital de la Rep(blica. - A trav&s de sus cartas de años despu&s, dedu)co que trabajaba como comisionista# por esta ra)n ten"a que viajar constantemente de un lu!ar a otro aprovechando o buscando oportunidades que se le presentaran para la compraventa de !ranos y otras mercanc"as al por mayor, porque hablaba de fur!ones de diferentes mercanc"as. 3ntre los años --- y -- escribe de Sinaloa, ;uevo Len, 8oahuila, Oalisco, 4ichoac$n y la misma ciudad de 4&xico. 3n sus cartas muestra siempre su !ran preocupacin por la educacin de los hijos, porque &se es el tema principal de esa correspondencia, y por la salud de mi madre. ;o ten"a otro pensamiento que sacar adelante a su familia en constante crecimiento, luchando a bra)o partido en la turbulenta corriente de la Revolucin, siempre en busca de lu!ares mejores donde sus hijos pudieran recibir una buena educacin.
4i padre, por lo menos hacia afuera, era un hombre muy severo y exi!ente, atributos que ejerc"a sobre sus hijos y exi!"a de ellos. Los trataba desde pequeños como si fueran adultos y les impon"a deberes que no correspond"an a su edad, con el n de hacerlos fuertes y responsables. 3sa dure)a se!uramente le dol"a, pero era la (nica manera de sobrevivir en la tormentosa &poca que le toc vivir. %escubr" su cora)n, su profundo sentido reli!ioso y su pensamiento rme y auda) solamente a trav&s de las cartas que escrib"a a mi madre desde sus continuos pere!rinajes por nuestro vasto territorio. ;unca supe si ten"a inquietudes pol"ticas. Al!unos de esos viajes los debe haber hecho con toda su familia, a la que se un"a la de mi madre, es decir sus padres y tres hermanas solteras. 4e ima!ino que las circunstancias de la &poca lo obli!aban a ello. Lo sorprendente en mis padres es que, siendo ambos de una extraccin social tan modesta, con instruccin apenas elemental y movi&ndose en un ambiente completamente ajeno al arte, a la cultura, a la civili)acin, pudieran sin embar!o intuir en sus hijos mayores 6un al!o6 fuera de lo com(n. 'ero eran tan modestos y discretos en cuanto al talento que sospechaban en ellos que sent"an cierto sonrojo al reconocerlo. 3n el fondo de sus cora)ones siento que ten"an una se!uridad car!ada de presa!ios, lo que impulsaba a mi padre a luchar al m$ximo para dejarles un camino tra)ado. Su lucha no fue en vano, aunque la pa! con una muerte prematura. <+ 3n sus constantes andan)as no dejaban a los hijos sin escuela, buscando siempre un maestro de viol"n para Silvestre y uno de pintura para 9erm"n. Silvestre obtuvo su primer viol"n cuando ten"a cinco años. ;o me ima!ino con qu& maestros pudieron estudiar arte en aquellos lu!ares y en aquellos tiempos. 8omprendiendo esto, mi padre mand primero a Silvestre a la ciudad de 4&xico para estudiar viol"n. 'or aquella &poca habr$ tenido diecis&is años. 'ero se!(n las cartas del muchacho, los maestros no eran buenos y adem$s se sent"a muy solo y muy triste. 3ntonces mi padre los mand al año si!uiente a un cole!io jesuita en la ciudad de Austin, 2exas. Silvestre habr$ tenido entonces diecisiete años y 9erm"n catorce. 3l cole!io se llamaba St. 3dPardQs 8olle!e, naturalmente todav"a existe. ace al!unos años, cuando me propuse recopilar los escritos de Silvestre y sobre Silvestre, sorpresivamente recib" una carta del que fuera su maestro de m(sica en el cole!io, el hermano Louis La)a!ne, quien me tom por la esposa de Silvestre. :ntercambi& un par de cartas con &l que considero importante transcribir aqu", porque dan una idea muy clara de cmo era Silvestre por esos años. 3ste mismo maestro comprendi que en ese cole!io no tendr"a Silvestre la preparacin musical que necesitaba, y le su!iri a mi padre lo enviara al 8hica!o 4usical 8olle!e, lo cual hi)o mi padre en cuanto pudo. As" fue como Silvestre entr al 8hica!o 4usical 8olle!e, donde empe) a estudiar