Brokeback mountain
-En terreno vedadoEl secreto de la montaña E. Annie Proulx
Ennis del Mar se despierta antes de las cinco, el viento mece el remolque, silba al entrar por los marcos de aluminio de la puerta y la ventana. Las camisas colgadas de un clavo ondean en la corriente. Ennis se levanta rascándose la cuña gris de la tripa y el vello púbico, se acerca al hor hornill nillo o de gas gas ar arra rast stra rand ndo o lo loss pies pies,, vier vierte te lo loss restos de café en un desportillado cao esmaltado! las llamas lo envuelven de aul. "bre el grifo y orina en la pila, se pone la camisa y los vaqueros, las desgastadas botas, taconea sobre el suelo para calárselas bien. El viento brama sobre la curvada super#cie de la casa remolque y ba$o su atronador embate Ennis oye el rasposo roce de la gravilla y la arena. %r por la autopista con el remolque de caballos quiá no va a ser fácil. &iene que recoger sus cosas y marcharse esa misma mañana. El rancho vuelve a estar en alquiler, ya han despachado los últimos caballos, las cuentas tas las saldaron la v'spera y el dueño di$o( )*ádselas al buitre de la agencia inmobiliaria, yo me largo), y deposit+ las lla lave vess en ma mano noss de Enni Ennis. s. &al ve ve teng tenga a que que pasar una temporada con su hi$a casada antes de conseguir otro traba$o, y, sin embargo, lo embr em bria iaga ga una se sensa nsaci ci+n +n plac placen enter tera a por porque que ha soñado con ac- &ist.
Ennis del Mar se despierta antes de las cinco, el viento mece el remolque, silba al entrar por los marcos de aluminio de la puerta y la ventana. Las camisas colgadas de un clavo ondean en la corriente. Ennis se levanta rascándose la cuña gris de la tripa y el vello púbico, se acerca al hor hornill nillo o de gas gas ar arra rast stra rand ndo o lo loss pies pies,, vier vierte te lo loss restos de café en un desportillado cao esmaltado! las llamas lo envuelven de aul. "bre el grifo y orina en la pila, se pone la camisa y los vaqueros, las desgastadas botas, taconea sobre el suelo para calárselas bien. El viento brama sobre la curvada super#cie de la casa remolque y ba$o su atronador embate Ennis oye el rasposo roce de la gravilla y la arena. %r por la autopista con el remolque de caballos quiá no va a ser fácil. &iene que recoger sus cosas y marcharse esa misma mañana. El rancho vuelve a estar en alquiler, ya han despachado los últimos caballos, las cuentas tas las saldaron la v'spera y el dueño di$o( )*ádselas al buitre de la agencia inmobiliaria, yo me largo), y deposit+ las lla lave vess en ma mano noss de Enni Ennis. s. &al ve ve teng tenga a que que pasar una temporada con su hi$a casada antes de conseguir otro traba$o, y, sin embargo, lo embr em bria iaga ga una se sensa nsaci ci+n +n plac placen enter tera a por porque que ha soñado con ac- &ist.
El café rancio ha empeado a hervir y Ennis lo retira del fuego antes de que se desborde, lo sirv si rve e en una una ta taa suci sucia a, sopla opla so sob bre el neg negro l'quido y pasa a la siguiente diapositiva de su sueño. /i no se esfuera en recordarlo, puede que el sueño lo reconforte durante todo el d'a, reavivando los vie$os tiempos en la fr'a montaña, cuando eran los amos del mundo y todo parec'a estar en su lugar. El viento golpea el remolque como un cargamento de tierra cayendo de un volquete, amaina, se encalma, de$a un pasa$ero silencio. Los dos se criaron en ranchitos pobres situados en e0tremos opuestos del estado, ac- &ist en Lightning 1lat, $unto a la frontera de Montana, Ennis del Mar en los alrededores de /age, cerca de los l'mites de 2tah, ambos muchachos rústicos sin estudios ni perspectivas de futuro, de moda odale less tosc toscos os,, rud rudo hab habla lar, r, educ educa ados dos en el traba$o duro y las privaciones, curtidos por una vida estoi oicca. Enn Ennis, criado por su hermano y hermana mayores después de que sus padres se sali sa lier era an de la únic única a curv curva a de la ca carrreter etera a del 3aballo Muerto de$ándoles veinticuatro d+lares en metálico y un rancho sobre el que pesaban dos hipotecas, solicit+ a los catorce años un permiso de conducir especial que le permitiera hacer el trayecto de una hora del rancho al instituto. La camioneta era vie$a, sin calefacci+n, con un solo limpiaparabrisas y los neumáticos en mal estado!
cuando las transmisiones se estropearon estropearon no hab'a h ab'a dinero para reparadas. 4l hab'a querido ser bachiller, se le anto$aba una palabra con cierta distinci+n, pero la camioneta lo de$+ tirado antes, lanándolo de cabea a las faenas del rancho. En 5678, cuando cono onoci+ a ac- &ist, st, Ennis nis esta es taba ba prom promet etid ido o co con n "lma "lma 9eer 9eers. s. &anto anto acaccomo co mo Enni Enniss as aseg egur urab aban an es esta tarr ahor ahorra rand ndo o para para comprar un ter terrenito nito!! en el caso de Enn Ennis el ahorro consist'a en una lata de tabaco con un par de billetes de cinco d+lares dentro. "quella primavera, ávidos de cualquier traba$o, ambos se apuntaron a la "gencia de Empleo en :ran$as y ;anchos! salieron $untos en la lista, el uno como pastor y el otro como guardián de campamento, para apacentar un rebaño al norte de /ignal. Los pastiales de verano quedaban por encima del l'mite de la ona arbol ola ada en las tie tierras del /ervicio 1orestal de la montaña 9ro-ebac-. /er'a el segundo verano en la montaña para ac- &ist, el primero para Ennis.
)El /ervicio 1orestal tiene establecidos los lugares donde hay que montar los campamentos. " veces los campamentos quedan a unos tres -il+metros del luga ugar donde onde apace pacent nta amos mos la lass ove$ ove$as as.. Los predadores hacen estragos, no hay nadie cerca para vigilar el rebaño de noche. Lo que quiero es que el guardián del campamento esté en el campamento base, donde dice el /ervicio 1or ore estal, pero el ="/&>; )señal ñal+ a ac- con ta$ante ademán) plantará una canadiense $unto al aprisco, donde no se vea, y *>;M%;? "LL@. Aue cene y desayune en el campamento, to, pero " *>;M%; 3>< L"/ >BE"/ toda la noche, y <"*" *E C>:2E;"/, no hay que de$ar C2ELL"/. =or la mañana recogerá la tienda por si acaso el /ervicio 1orestal se pone a husmear. &e llevas los perros, tu 8D ) 8D, y duermes ah'. El puto verano pasado tuvimos casi un veinticinco por ciento de pérdidas.
; L" M"F"<" os llevaremos en la
furgoneta hasta la cañada )menudo par de golfos sin futuro. 9uscaron un bar y pasaron la tarde bebiendo cervea, ac- le habl+ a Ennis de la tormenta del año anterior que hab'a matado cuarenta y dos ove$as en la montaña, del curioso hedor de los cadáveres y de c+mo se hinchaban, de que en aquellas alturas hac'a falta una buena provisi+n de his-y. Cab'a caado un águila, di$o, y volvi+ la cabea para mostrar la pluma de la cola que llevaba prendida en la cinta del sombrero. " primera vista ac- no era mal parecido, con el pelo riado y la risa fácil, pero le sobraban algunos -ilos en las caderas dada su escasa altura y su sonrisa revelaba unos dientes que se proyectaban hacia delante, no tanto como para permitirle comer palomitas directamente del cuello de un cántaro, pero s' de una forma apreciable. Estaba enamorado de la vida de los rodeos y se a$ustaba el cinto con una mediocre hebilla de $inete de toros, pero sus botas estaban traslúcidas de tan desgastadas, llenas de agu$eros ya imposibles de reparar y ac- se mor'a de ganas de estar en algún lugar, en cualquier lugar que no fuera Lightning 1lat. Ennis, de nari con pronunciado caballete y semblante estrecho, desgarbado y con el pecho un poco hundido, balanceaba un torso menudo sobre largas piernas tipo compás, pose'a un
cuerpo musculoso y elástico hecho para la equitaci+n y las peleas. /us reGe$os eran e0traordinariamente rápidos y su visi+n de le$os lo bastante buena como para que desdeñara leer todo lo que no fuera el catálogo de sillas de montar de Camley. Los camiones de las ove$as y los remolques de caballos descargaron donde arrancaba la cañada y un vasco de piernas arqueadas enseñ+ a Ennis a apare$ar y cargar las mulas, dos fardos y una albarda por animal, todo atado en redondo con dos vueltas de cuerda y asegurado con medias vueltas! luego le di$o( ) H
Goridos y el impetuoso e incesante viento. =lantaron la gran tienda en la plataforma del /ervicio 1orestal, pusieron a resguardo la cocina y las ca$as de provisiones. "mbos durmieron en el campamento aquella primera noche! acempe+ a echar pestes desde el mismo momento de la orden de a)dormir)con)las)ove$as)y)nada)de) hogueras que le hab'a dado oe "guirre, pero antes de que rompiera el alba ensill+ la yegua baya sin apenas rechistar. El amanecer fue de un naran$a cristalino, con una gelatinosa fran$a color verde pálido por aba$o. La mole retinta de la montaña empalideci+ lentamente hasta volverse del mismo color que el humo de la hoguera en la que Ennis preparaba el desayuno. El aire fr'o se calde+, $unto a las piedras amontonadas y las crestas de tierra surgieron de pronto sombras de la longitud de un lápi, ladera aba$o los enhiestos pinos se arracimaban en lanchas de sombr'a malaquita. *e d'a Ennis dirig'a la vista más allá de un gran precipicio y a veces divisaba a ac-, un puntito que se mov'a por los prados altos como un insecto pulula sobre un mantel! ac-, en su oscuro campamento, ve'a a Ennis como una hoguera en la noche, una chispa colorada en la gigantesca masa negra de la montaña. ac- volvi+ remol+n al campamento a última hora de una de aquellas tardes, bebi+ un par de
cerveas puestas a enfriar en un saco húmedo a la sombra de la tienda, engull+ dos cuencas de estofado, cuatro de los pétreos panecillos horneados por Ennis, una lata de melocotones, li+ un cigarrillo y contempl+ la puesta de sol. )Me paso cuatro horas al d'a yendo de aqu' para allá )di$o de mal talante) vengo a desayunar, vuelvo con las ove$as, al atardecer las reco$o en el aprisco, vengo a cenar, otra ve de vuelta con las ove$as, a estar media noche levantándome para ver si hay coyotes. En $usticia deber'a pasar aqu' la noche. "guirre no tiene derecho a hacerme esto. JAuieres que te releveK pregunt+ Ennis. ) " m' no me importar'a dedicarme al pastoreo.
)
fritas y un cuartillo de his-y compartido, recostados contra un tronco, con las suelas de las botas y los remaches de cobre de los vaqueros calientes! se pasaban la botella mientras el cielo lavanda se vaciaba de color y el aire fresco se escurr'a hacia la tierra, beb'an, fumaban cigarrillos, se levantaban de tanto en tanto para orinar, un arqueado chorrito que la lu de la hoguera pintaba de destellos, echaban palos al fuego para continuar con su charla, hablaron de caballos y rodeos, de sucesos violentos, fracasos y heridas abiertas, del submarino &hresher que se hab'a ido a pique dos meses atrás con toda la tripulaci+n a bordo y de c+mo deb'an de haber sido los últimos minutos fatales, de los perros que ambos hab'an tenido y conocido, de la leva del e$ército, del rancho donde hab'a nacido ac- y aún viv'an su padre y su madre, de las tierras de la familia de Ennis, liquidadas hac'a años cuando murieron sus padres, ahora su hermano mayor viv'a en /ignal y su hermana casada en 3asper. ac- di$o que su padre hab'a sido un $inete de toros bravos de cierta fama en sus tiempos, pero que siempre guard+ para s' sus secretos, nunca le hab'a ofrecido un conse$o ni hab'a ido una sola ve a ver c+mo montaba, pese a que cuando era un chiquillo lo sub'a a lomos de los corderos. Ennis di$o que él s+lo estaba interesado en montar cuando uno se manten'a sobre el animal más de ocho segundos y de aquello se sacaba algo. /acar dinero era importante, apostill+ ac-,
y Ennis tuvo que mostrarse de acuerdo. ;espetaban mutuamente sus opiniones, felices ambos de contar con un compañero inesperado. Ennis, cabalgando contra el viento hacia el aprisco a la traicionera y alcoholiada lu, pens+ que en su vida lo hab'a pasado me$or, se sent'a capa de quitarle el blanco a la luna de un arpao. El verano sigui+ su curso y trasladaron el rebaño a nuevos pastos, cambiaron de campamento! la distancia entre el aprisco y el nuevo campamento era mayor y la cabalgada nocturna más larga. Ennis montaba rela$ado, durmiendo con los o$os abiertos, pero las horas que pasaba ale$ado de las ove$as se alargaban más y más. acarrancaba un chirrido umb+n a la arm+nica, un poco aplastada por una ca'da de la espantadia yegua baya, y Ennis ten'a buena vo, de sonido rasposo! más de una noche interpretaron a su manera algunas canciones. Ennis sab'a la picante letra de O;uana ro$iaP. ac- acometi+ una canci+n de 3arl =er-ins, diciendo a grito pelado Olo que yo di)i)i)goP, pero prefer'a el melanc+lico himno Oesús caminando sobre las aguasP aprendido de su madre, que cre'a en el =entecostés, y él lo cantaba con la lentitud de una endecha, desencadenando aullidos de coyotes en la le$an'a.
)Es demasiado tarde para ir al maldito aprisco ) di$o Ennis, borracho como una cuba y a cuatro patas, una fr'a noche en que la luna marcaba las dos pasadas. Las rocas del prado desped'an destellos verde blanquecinos y el viento acerado que soplaba sobre la hierba recortaba las llamas y luego las alborotaba como si fueran amarillas cintas de seda. QBoy a coger la manta que te sobra y me tumbo aqu' fuera, echo un sueñecito y me marcho en cuanto amaneca. )/e te va a congelar el culo cuando se apague el fuego. /erá me$or que duermas en la tienda. )
ba$+ los pantalones, coloc+ a ac- a cuatro patas y, con ayuda de un poco de grasilla y de saliva lo penetr+, algo para lo que no necesitaba manual de instrucciones pese a que no lo hab'a hecho nunca. Lo hicieron en un silencio tan s+lo roto por algún que otro resuello y por el sofocado Ome corroP pronunciado por ac-! luego fuera, aba$o y a dormir. Ennis despert+ en el ro$o amanecer con los pantalones por las rodillas, un dolor de cabea de primera y ac- adosado a él! sin decir nada ambos sab'an c+mo iba a transcurrir el resto del verano, al in#erno las ove$as. as' transcurri+ en efecto.
perros de los ranchos que ladraban en las horas de oscuridad. 3re'an ellos que eran invisibles, sin saber que cierto d'a oe "guirre los hab'a estado observando a través de sus prismáticos de 5D 0 RS durante die minutos, en espera de que se abotonaran los vaqueros y Ennis volviera $unto a las ove$as para ir a comunicarle a ac- que su familia hab'a llamado diciendo que su t'o Carold estaba hospitaliado con una neumon'a de la que quiá no saliera. =ero sali+ de ella, y "guirre subi+ de nuevo al monte a darle el recado, clav+ en ac- una mirada descarada y no se molest+ en desmontar. 3uando lleg+ agosto Ennis ya hab'a tomado por costumbre pasar toda la noche con ac- en el campamento base y, durante una ventosa graniada, las ove$as huyeron hacia el oeste y se metieron entre las de un rebaño de otro terreno. Cubo entonces cinco d'as de pesadilla en los que Ennis y un pastor chileno que no hablaba inglés trataron de separarlas, tarea casi imposible dado que las marcas de pintura estaban desva'das y borrosas ya al #nal de la temporada. %ncluso cuando el número de ove$as coincidi+, Ennis supo que estaban revueltas. &en'a la inquietante sensaci+n de que todo estaba revuelto. Las primeras nieves cayeron pronto, el trece de agosto, una capa de treinta cent'metros que no tard+ en fundirse.
La semana siguiente oe "guirre mand+ recado de que ba$aran del monte, otra tormenta mayor se apro0imaba desde el =ac'#co, asi que liaron el petate y descendieron con el rebaño! los gui$arros rodaban a su paso, nubes violetas avanaban desde el oeste y el olor metálico de la nieve que iba a caer avivaba su marcha. La montaña herv'a con demon'aca energ'a, relumbraba ba$o la intermitente lu de las nubes desgarradas, el viento peinaba la hierba y arrancaba un umbido bestial a los achaparrados arbolillos que coronaban el bosque y a las grietas de las rocas. Mientras ba$aban la ladera Ennis se sent'a en una ca'da a cámara lenta, irreversible y de cabea. oe "guirre les pag+ lo convenido sin apenas abrir la boca. *espués de echar un vistao a las arremolinadas ove$as con gesto agrio, di$o( )"lgunas de éstas no subieron all' con vosotros. &oco el recuento le sali+ como era de esperar. Los patanes de los ranchos nunca hac'an el traba$o como es debido. )JBas a volver a hacerlo el pr+0imo veranoK )le pregunt+ ac- a Ennis en la calle, ya con un pie en su camioneta verde. El viento soplaba en poderosas ráfagas fr'as. )&al ve no )un penacho se elev+ del suelo nublando el aire con #na arena y Ennis entorn+ los párpados )3omo te he dicho, "lma y yo nos
casamos en diciembre. Boy a tratar de colocarme en un racho. J túK )desvi+ la mirada de la mand'bula de ac-, amoratada como consecuencia del formidable puñetao que él le hab'a pegado la v'spera. )/i no me sale al paso nada me$or. Ce pensado que quiá vuelva a casa de mi padre, a echarle una mano en invierno, y luego tal ve ponga rumbo a &e0as en primavera. /i no me reclutan a la fuera. )9ueno, nos veremos, supongo. El viento arrastr+ por la calle una bolsa vac'a de comestibles que fue a engancharse ba$o la camioneta. )3laro )di$o ac-, y se estrecharon la mano, se dieron una palmada en los hombros y luego ya estaban a doce metros el uno del otro y no cab'a sino ale$arse en direcciones opuestas. Ennis no hab'a recorrido mucho más de un -il+metro cuando sinti+ como si estuvieran sacándole las tripas, un metro con cada estir+n. /e detuvo en la cuneta y, en medio de los remolinos de la nevada, trat+ de vomitar en vano. /e sent'a peor que en toda su vida y hubo de pasar mucho tiempo para que esa sensaci+n se desvaneciera. En diciembre, Ennis se cas+ con "lma 9eers y a mediados de enero ya la hab'a de$ado embaraada. 3onsigui+ una serie de traba$os pasa$eros en diversos ranchos y luego se estableci+ de vaquero en el Ci)&op, del vie$o
Elood, al norte de Lost 3abin, en el condado Tasha-ie. /egu'a traba$ando all' en septiembre cuando naci+ "lma segunda, as' llamaba a su hi$a, y el dormitorio conyugal se llen+ de olores a sangre rancia y a leche y a caca infantil, y los sonidos eran berridos, succiones y somnolientos que$idos de "lma, todo ello testimonio de la fecundidad y de la continuidad de la vida para alguien que traba$aba con ganado. 3uando el Ci) &op entr+ en quiebra, se trasladaron a un pisito de ;iverton, sobre una lavander'a. Ennis se sum+ a una cuadrilla que traba$aba en la construcci+n de la autopista, labor que simplemente toleraba, y los #nes de semana traba$aba en el ;after 9 a cambio de que le de$aran guardar all' sus caballos.
de vientre y rodilla y ascendi+ por el interior de la húmeda hendidura que llegaba hasta el polo norte o hasta el ecuador, según el rumbo en que te imaginaras que navegabas, se la traba$+ hasta que ella se estremeci+ y corcove+ contra su mano, entonces le dio media vuelta e hio a toda prisa lo que ella detestaba. /e quedaron a vivir en el pisito, alternativa preferida por Ennis ya que les ofrec'a la posibilidad de marcharse en cualquier momento. Lleg+ el cuarto verano desde la estancia en la montaña 9ro-ebac- y en $unio Ennis recibi+ una carta de ac- &ist remitida desde su direcci+n anterior, las primeras señales de vida en todo aquel tiempo. Amigo, hace mucho que debería haberte escrito. Espero que te llegue la carta. Me he enterado de que estás en iverton. !o" a pasar por ahí el #$, he pensado pararme a invitarte a una cerve%a. Mándame unas líneas si puedes, dime si estás ahí. &a direcci'n del remite era de (hildress, )exas.
Ennis respondi+( )claro que s'), y le envi+ su direcci+n de ;iverton. La mañana del d'a señalado fue calurosa y despe$ada, pero hacia el mediod'a ya se hab'an instalado unas nubes venidas del oeste empu$ando ante s' una brisa t+rrida. Ennis, con su me$or camisa puesta,
blanca con anchas rayas negras, se hab'a tomado el d'a libre porque no sab'a a qué hora llegar'a ac- y se paseaba arriba y aba$o, mirando el cate pálido de polvo. "lma coment+ que hac'a tanto calor que en lugar de cocinar pod'an llevar a cenar a su amigo al Unife V 1or- si es que encontraban a alguien que les cuidara a las niñas, pero Ennis di$o que más bien se llevar'a a ac- a emborracharse por ah'. ac- no era de los que van a restaurantes, añadi+, pensando en las cucharas sucias sobresaliendo de las latas fr'as de $ud'as en equilibrio inestable sobre un tronco. " última hora de la tarde, cuando los truenos rug'an, la vie$a camioneta verde aparc+ y Ennis vio a ac- apeándose, con el baqueteado ;esistol echado hacia atrás. 2na sacudida caliente puso en ebullici+n a Ennis, que sali+ al descansillo y cerr+ la puerta tras de s'. ac- sub'a los escalones de dos en dos. /e agarraron por los hombros y se abraaron con todas sus fueras, cortándose mutuamente la respiraci+n a la ve que dec'an )hi$o de puta, hi$o de puta), y luego, con la misma facilidad con que la llave adecuada hace girar la guarda de una cerradura, sus bocas se $untaron, los duros dentarrones de ac- hicieron brotar sangre, su sombrero cay+ al suelo, se raspaban con sus incipientes barbas, la l'quida saliva se acumulaba, y la puerta se abri+ y "lma observ+ durante unos segundos los hombros en tensi+n de Ennis y luego cerr+ la puerta mientras los hombres aún segu'an enlaados, apretados uno
contra otro, pecho, entrepierna, muslo y pierna, pisándose mutuamente los dedos de los pies hasta que se separaron para tomar aliento y Ennis, a quien no se le daban muy bien las ternuras, di$o lo mismo que dec'a a sus caballos y a sus hi$as, OcariñitoP. La puerta volvi+ a entreabrirse y en la estrecha fran$a de lu apareci+ "lma. JAué pod'a decirleK )"lma, éste es ac- &ist! ac-, "lma, mi mu$er )su pecho sub'a y ba$aba. =ercib'a el aroma de ac-W, aquel olor intensamente familiar a cigarrillos, a almicleño sudor y una tenue fragancia a hierba, y con ella los golpes de fr'o de la montaña) o "lma Qdi$o), ac- y yo llevamos cuatro años sin vernos )como si eso fuera un buen motivo. Le consolaba que el descansillo estuviera apenas iluminado, pero no trat+ de volverse para que ella no lo viera. )3laro )di$o "lma en vo ba$a. Cab'a visto lo que hab'a visto. " sus espaldas, la ventana parec'a una blanca sábana ondulando en el viento a la lu de la sala y la nena lloraba. )J&ienes una niñaK )di$o ac-. /u mano temblorosa ro+ la malla de Ennis y una descarga eléctrica crepit+ entre ellos. )*os niñas pequeñas )di$o Ennis). "lma segunda y 1rancine. Las quiero a rabiar )"lma torci+ la boca.
)o tengo un niño )di$o ac-). *e ocho meses. J/abes quéK, me he casado con una chiquita preciosa de &e0as all' en 3hildress... Lureen... =or la vibraci+n de la tabla del suelo sobre la que estaban ambos Ennis not+ el fuerte temblor de ac-. )"lma Qdi$o), ac- y yo vamos a salir a tomar un trago. " lo me$or no vuelvo esta noche si nos ponemos a beber y a charlar. )3laro )di$o "lma, y sac+ de su bolsillo un billete de un d+lar. Ennis adivin+ que le iba a pedir que le comprara un paquete de tabaco para obligado a volver antes. )Me alegro de conocerla )di$o ac-, trémulo como un caballo deslomado. )Ennis... )di$o "lma con vo aGigida, que no hio aminorar el paso de Ennis escaleras aba$o. )"lma )le respondi+), si quieres fumar encontrarás cigarrillos en el bolsillo de la camisa aul que está en el dormitorio. /e ale$aron en la camioneta de ac-, compraron una botella de his-y y en menos de veinte minutos estaba meneando una cama en el motel /iesta. 2nos cuantos puñados de granio repiquetearon contra la ventana seguidos de lluvia y de un escurridio viento que sacudi+
entonces y a lo largo de toda la noche la puerta con el pestillo sin echar que daba a la habitaci+n contigua. La habitaci+n apestaba a semen, humo, sudor y his-y, a moqueta vie$a y heno rancio, a cuero de silla de montar, e0crementos y $ab+n barato. Ennis estaba tumbado con los braos desplegados cual alas de águila, agotado y húmedo, respirando profundamente, todav'a medio tumescente! ac- e0halaba enérgicamente nubes de humo como surtido de ballena, y de pronto di$o( )*ios, debe de ser tan $odidamente maravilloso todo el tiempo que pasas montando a caballo. &enemos que hablar de esto. uro por dios que no sab'a que 'bamos a meternos en esto otra ve... ) bueno, s'. =or eso estoy aqu'. Baya si lo sab'a. Ce venido escopeteado, no ve'a el momento de llegar. )
)/'. "quel año gané tres mil d+lares de mierda. Me mor'a de hambre. Mis compañeros ten'an que prestarme todo menos el cepillo de dientes. Me pasaba la vida recorriendo &e0as. La mitad del tiempo metido ba$o la $odida camioneta para repararla. =ero nunca pensaba que iba a perder. J LureenK "h' tengo una mina. /u padre está forrado. Bende maquinaria agr'cola. 3laro que Lureen no ve ni centavo, y el vie$o me odia a muerte, as' que de momento lo tenemos dif'cil, pero uno de estos d'as... )/i te lo propones lo lograrás. J
me faltan, putas costillas rotas, esguinces y contusiones, roturas de ligamentos. a ves, las cosas han de$ado de ser como en tiempos de mi padre. "hora son tipos con dinero que van a la universidad, atletas entrenados. Coy d'a hay que tener pasta para dedicarse a los rodeos. El vie$o de Lureen no aGo$ar'a ni un centavo, menos en cierto caso. ya me conoco bastante bien la historia para saber que nunca voy a ser de los grandes. hay más raones. Lo voy a de$ar ahora que todav'a puedo andar. Ennis llev+ la mano de ac- a su boca, dio una calada al cigarrillo, e0hal+. )o te veo bien entero, te lo aseguro. J/abes una cosaK, he pasado mucho tiempo tratando de averiguar si era... y s' que no lo soy. sino mira c+mo estamos, los dos con familia, Jo noK y me gusta hacerlo con las mu$eres, pero, qué coño, no se puede ni comparar.
)"quel verano )di$o Ennis), cuando nos separamos después de que nos dieran la paga, me entraron unos retorti$ones tan fuertes que paré el coche y traté de vomitar cre'a que hab'a comido algo en mal estado en el sitio ese *ubois. &ardé todo un año en descubrir que el motivo era que no deber'a haberte perdido de vista. ) " buenas horas lo descubr', amigo )di$o ac-). Estamos metidos en un l'o de mucho cuidado. &enemos que pensar qué vamos a hacer. )*udo mucho que haya nada que hacer )di$o Ennis). a sabes, ac-, que en estos años me he construido otra vida. Auiero mucho a mis hi$itas. J "lmaK
pero al salir vi un par de prismáticos de tamaño natural colgando $unto a la ventana de atrás.
entonces U E. nunca más me dio problemas. La lecci+n fue, no digas nada y soluci+nalo deprisa. 2n teléfono son+ en la habitaci+n contigua, son+ y son+ y se detuvo de golpe a media llamada. )" m' no volverás a pillarme )di$o ac-). >ye, estoy pensando una cosa, tú y yo podr'amos tener un ranchito $untos, un pequeño rebaño de vacas y terneros, tus caballos, ser'a una vida agradable. a te he dicho que me voy a retirar de los rodeos.
clavaron un gancho y le arrastraron por el pito hasta que se lo arrancaron, no quedaba más que un amasi$o de sangre. los golpes con el gato lo de$aron como si le hubieran chafado tomates quemados por todo el cuerpo, la nari despachurrada después de haber barrido el suelo. )J tú lo visteK )Mi padre me oblig+. Me llev+ a verlo. =or lo de U. E. y yo. " mi padre le hio gracia el espectáculo. 3uernos, hasta puede que fuera obra suya. /i levantara la cabea, la asomara por esta puerta ahora mismo, ten por seguro que ir'a a buscar el gato de su coche. J*os t'os viviendo $untosK Aué va. Lo único que se me ocurre es que nos veamos de ve en cuando en algún lugar perdido en el quinto demonio. )J3uándo es de ve en cuandoK )di$o ac-). J2na puta ve cada cuatro "ñosK )
espalda a Ennis), y me importa un cara$o. Me cago en die, Ennis, c+gete un par de d'as libres. "hora mismo. Bámonos de aqu'. Echa tus trastos en la parte trasera de mi camioneta y larguémonos a la Montaña. 2n par de d'as dec'a mi nota, todav'a atada al hilo, que no hab'a tocado el agua en su vida, y como si la palabra OaguaP hubiera sido una llamada a su prima doméstica, "lma abri+ el grifo y en$uag+ los platos. )Eso no signi#ca nada. )
hacia atrás y sali+ pegando un portao. Esa noche fue al bar 9lac- and 9lue Eagle, se emborrach+, se enar+ en una pelea breve y traicionera y se fue. =as+ mucho tiempo sin tratar de ver a las niñas, pensando que ya lo buscar'an ellas cuando tuvieran el buen sentido y los años necesarios para irse de casa de "lma. a no eran hombres $+venes con toda la vida por delante. ac- estaba más metido en carnes por los hombros y las nalgas, Ennis segu'a tan en$uto como un poste de tendedero y se paseaba con botas desgastadas, vaqueros y una misma camisa tanto en verano como en invierno, añadiendo un chaquet+n de lona a su indumentaria en las épocas de fr'o. 2n tumor benigno le hab'a desplomado un párpado sobre el o$o, ten'a la nari ganchuda por una fractura que hab'a soldado as'. "ño tras año continuaron recorriendo prados alto cuencas Guviales, cargando los pertrechos a lomos de sus caballer'as en Ya cordillera 9ig Corn, los montes Medicine 9o, las estribaciones meridionales de las :allatin, las montañas "bsaro-a, las :ranite, las >l 3ree-, la sierra de 9ridger)&eton, los montes 1reeeout y los /hirley, los 1erris y los ;attlesna-e, la cordillera de /alt ;iver, se adentraron una y otra ve en los montes Tind ;iver, en /ierra Madre, en :ros Bentre, en las Tasha-ie y las Laramie, pero nunca regresaron a la montaña 9ro-ebac-.
Entretanto, el suegro de ac- falleci+ en &e0as y Lureen, que hered+ el negocio de maquinaria para gran$as, demostr+ grandes dotes de gestora e implacable negociadora. ac- se encontr+ con un ambiguo cargo e$ecutivo que lo llevaba a visitar ferias de ganado y de maquinaria agr'cola. "hora ten'a algún dinero y siempre encontraba la manera de gastarlo durante sus via$es de negocios. 2n leve acento te$ano saonaba sus frases. /e hio limar los dientes frontales y cubrirlos con coronas y remat+ la faena de$ándose un espeso bigote. En mayo de 56Z8 Ennis y ac- pasaron unos cuantos d'as gélidos en una serie de pequeños lagos de alta montaña, sin nombre y rodeados de hielo, luego continuaron ruta hacia la cuenca del r'o Cail /tre. Cac'a un hermoso d'a mientras ascend'an la ladera, pero las márgenes de la senda estaban encharcadas y se desprend'an. /e desviaron por una sinuosa cortada llena de barro llevando por las riendas a los caballos entre quebradios rama$es! ac-, con la misma pluma de águila en su vie$o sombrero, alaba la cabea en el caluroso mediod'a para aspirar el aire embalsamado por la resina de los pinos, la reseca alfombra de pinocha y las piedras calientes, el olor acre de las bayas de enebro aplastadas ba$o los cascos de los caballos. Ennis, que ten'a buen o$o para el tiempo, avior+ por el oeste posibles cúmulos calientes en un d'a como aquel, pero el n'tido aul era tan profundo, di$o ac-, que incluso
podr'a ahogarse mirando hacia arriba. /obre las tres desembocaron por un estrecho des#ladero en la vertiente sur oriental, donde el poderoso sol de primavera hab'a tenido oportunidad de de$ar su huella, y descendieron por la trocha que se e0tend'a ante ellos sin gota de nieve. "lcanaban a o'r el murmullo del r'o, como el traqueteo de un tren en la le$an'a. Beinte minutos más de camino y sorprendieron a un oso negro en lo alto de un terraplén $unto al que pasaban! estaba volteando un tronco en busca de larvas y el caballo de acse espant+ y recul+, ac- gritaba( )H/>>I H/>>I) mientras el bayo de Ennis caracoleaba y relinchaba sin llegar a encabritarse. ac- cogi+ el 8D ) 8D pero no fue necesario! el oso, sobresaltado, se intern+ a toda prisa en el bosque, con un trote desgarbado que creaba la impresi+n de que estaba cayéndose a pedaos. El r'o, de color de té, Gu'a poderoso con el agua del deshielo, una bufanda de espuma en torno a cada roca que sobresal'a de la corriente, los remansos y poas desbordándose. Los sauces de ramas acres oscilaban r'gidos, las candelillas cargadas de polen como huellas digitales. "brevaron los caballos y ac- ech+ pie a tierra y sumergi+ la mano ahuecada en las heladas aguas, gotas cristalinas se escurrieron entre sus dedos, su boca y su barbilla reluc'an mo$adas.
)Bas a pillar la #ebre del castor si haces eso )di$o Ennis, y luego continuo ) Este sitio está bien )mirando la llana margen donde dos o tres c'rculos de piedras daban testimonio de antiguos fuegos de campamento de caadores. 2na ladera cubierta de hierba se elevaba desde la ribera al abrigo de un bosquecillo de pinos. Cab'a madera seca en abundancia. Montaron el campamento sin apenas hablar, ataron los caballos a estacas clavadas en el prado. ac- rasg+ el precinto de una botella de his-y, peg+ un trago largo y cálido, e0hal+ enérgicamente, di$o( )ésta es una de las dos cosas que me hacen falta ahora mismo )enrosc+ el tap+n y le lan+ la botella a Ennis. La tercera mañana aparecieron las nubes que Ennis esperaba, un frente gris que avanaba vertiginosamente desde el oeste, oscura fran$a precedida por rachas de viento y pequeños copos. "l cabo de una hora qued+ reducido a espon$osa nieve primaveral que form+ una pesada capa húmeda. El fr'o se recrudeci+ al anochecer. ac- y Ennis se pasaban un porro, con la hoguera encendida hasta altas horas! ac-, inquieto y maldiciendo el fr'o, atiaba las llamas con un palo y no par+ de dar vueltas al bot+n de sintoniaci+n del transistor hasta que las pilas se gastaron. Ennis di$o que hab'a estado tirándose a una mu$er que traba$aba a media $ornada en el bar Tolf Ears de /ignal donde él estaba ahora
empleado en la cuadrilla de vaqueros de /toutamire, pero aquello era caso perdido, la mu$er ten'a ciertos prob5emas de los que Ennis no quer'a saber nada. ac- di$o que se hab'a metido en una historia con la mu$er de un ranchero vecino de 3hildress, y que llevaba unos meses escabulléndose por las esquinas en espera de que si no era Lureen fuese el marido quien le pegara un tiro. Ennis solt+ una risita y di$o que probablemente se lo ten'a merecido. ac- di$o que no le iban mal las cosas pero que a veces echaba tanto en falta a Ennis que podr'a pegarle latigaos a un niño de pecho. Los caballos relinchaban en la oscuridad más allá del c'rculo de lu de la hoguera. Ennis rode+ a ac- con el brao, lo atra$o hacia s', di$o que ve'a a las niñas una ve al mes, "lma segunda estaba hecha una diecisieteañera t'mida que hab'a heredado su tipo larguirucho, 1rancine era un pequeño mano$o de nervios. ac- desli+ la fr'a mano entre las piernas de Ennis, di$o que estaba preocupado porque su hi$o era, sin lugar a duda, dislé0ico o algo por el estilo, no entend'a nada a derechas, ya tenia quince años y apenas sab'a leer, él lo ve'a muy claro, pero Lureen, la muy puñetera, se empecinaba en no reconocerlo y hac'a como si no pasara nada, se negaba a buscar ni una maldita ayuda. 4l no ten'a ni puta idea de c+mo resolverlo. Lureen mane$aba la pasta y estaba al mando.
)" m' me habr'a gustado tener un niño )di$o Ennis a la ve que desabrochaba botones), pero s+lo he tenido hi$as. )o no quer'a ni a los unos ni a las otras )di$o ac-). =ero ni una puta ve me han salido las cosas como quer'a. El viento nunca sopla a mi favor. /in levantarse, ac- arro$+ leña seca al fuego, del que se alaron chispas llevándose sus verdades y mentiras, unas cuantas ascuas aterriaron en sus manos y sus rostros, no era la primera ve, y ellos se revolcaron en el suelo. Cab'a algo que nunca cambiaba( las brillantes e0plosiones de sus infrecuentes acoplamientos siempre quedaban oscurecidas por la sensaci+n de que el tiempo volaba, nunca su#ciente tiempo, nunca. 2n par de d'as después, en un aparcamiento de camiones, con los caballos ya en los remolques, Ennis estaba listo para regresar a /ignal y acpara ir a Lightning 1lat a visitar a su padre. Ennis se apoy+ en la ventanilla de ac- y di$o lo que llevaba toda la semana posponiendo decir, que probablemente no podr'a escaparse hasta noviembre, después de que hubieran enca$onado los terneros y antes de que tuvieran que empear a echarles pienso a los animales en invierno. )
has dicho antesK Cas tenido toda la puta semana para comentarlo. J por qué siempre salimos a helarnosK Cay que hacer algo. &enemos que ir al sur. &enemos que ir a Mé0ico algún d'a. )JMé0icoK ) ac-, ya me conoces. Mis via$es han consistido como mucho en dar vueltas a la cafetera buscando el asa. todo agosto me toca mane$ar la empacadora, eso es lo que pasa con agosto. "n'mate, ac-. En noviembre podremos ir de caa, cobrar un hermoso alce. Boy a ver si *on Troe me de$a otra ve su cabaña. "quel año lo pasamos muy bien. )/abes, amigo, esta $odida situaci+n es de lo más desagradable. "ntes nunca ten'as problemas para venir a verme. "hora es como pedir audiencia al =apa. )ac-, tengo que traba$ar. En los vie$os tiempos siempre de$aba colgados los traba$os. &ú tienes una mu$er con dinero, un buen traba$o. &e has olvidado de c+mo se vive cuando se está siempre sin blanca. JCas o'do hablar de la pensi+n en concepto de alimentosK Llevo años pagándola y aún me quedan muchos por delante. =erm'teme que te diga que esta ve no puedo de$ar el traba$o.
Eso no se hace. /toutmire es de los que montan broncas y me mont+ una buena por tomarme una semana libre.
Lo que no sé )di$o Ennis), todas esas cosas que no sé, podr'an costarte la vida si llegara a enterarme de ellas. )J a ti qué te parece estoK )replic+ ac-), s+lo te lo voy a decir una ve. JAuieres que te diga una cosaK, podr'amos haber vivido muy bien $untos, co$onudamente bien. =ero tú no quisiste, Ennis, as' que ahora nos queda la montaña 9ro-ebac-. &odo se basa en eso. Es todo lo que tenemos, t'o, ésa es la puta verdad, y espero que te enteres de una ve por todas aunque nunca te enteres de lo demás. 3uenta las veces que nos hemos visto en estos malditos veinte años. Mide la correa con la que me tienes atado muy corto, y luego pregúntame sobre Mé0ico, y luego dime que me vas a matar por necesitar algo que casi nunca me das. $alá supiera c+mo de$arte. &odo lo que no se hab'an dicho durante años y ya no se pod'an decir, confesiones, declaraciones, verg[enas, culpas, miedos, se al+ entre ellos como enormes nubes de vapor de un manantial de aguas termales en invierno. Ennis se qued+ como si le hubieran atravesado el cora+n de un tiro, el rostro grisáceo y con las arrugas muy marcadas, una mueca en los labios, los párpados
atornillados, los puños apretados, las piernas cediendo, cay+ de rodillas en el suelo. )*ios )di$o ac-). JEnnisK =ero sin darle tiempo a salir de la camioneta, mientras trataba de adivinar si hab'a sido un infarto o un desbordamiento de c+lera incendiaria, Ennis se puso en pie y, tal como una horquilla se desdobla para abrir la cerradura de un coche y luego se devuelve a su forma original, se las arreglaron para tensar la situaci+n y de$arla casi como estaba antes, porque lo que se hab'an dicho no era ninguna novedad.
apenas a la lu chispeante, y ac- se reclin+ sobre los regulares latidos de su cora+n, las vibraciones del canturreo como un leve umbido eléctrico, y as' de pie, se hundi+ en un sueño que no era sueño sino algo diferente, e0tasiado arrobamiento, hasta que Ennis, rescatando de los tiempos infantiles previos a la muerte de su madre una frase o0idada pero todav'a en buen uso, di$o( )Lleg+ la hora de recogerse en la cuadra, vaquero. &engo que marcharme. Bamos, estás durmiendo de pie como un caballo )y arande+ a ac-, le dio un empu$+n y se ale$+ en la oscuridad. ac- oy+ temblar sus espuelas mientras montaba, la frase Hnos vemos mañanaI, el resoplido estremecido del caballo, los cascos rechinando sobre la piedra. &iempo después, el somnoliento abrao cristali+ en su memoria como el único momento de sencilla y mágica felicidad en sus vidas separadas y dif'ciles. estampada encima.
Marc+ el teléfono de 3hildress de ac-, algo que antes s+lo hab'a hecho una ve, cuando "lma se divorci+ de él, y ac- hab'a interpretado mal el motivo de la llamada y hab'a recorrido casi dos mil -il+metros de carreteras rumbo al norte para nada. Esta ve todo saldr'a bien, ac- coger'a el teléfono, ten'a que cogerlo él. =ero no lo hio. 1ue Lureen quien contest+ diciendo( )JAuiénK JAuién esK), y cuando él se lo repiti+, ella di$o con vo serena( W/', ac- estaba hinchando una rueda pinchada de la camioneta en un camino vecinal y la rueda estall+. =or lo visto la válvula estaba estropeada, y la fuera de la e0plosi+n lan+ la llanta contra su cara, le rompi+ la nari y la mand'bula y le de$+ inconsciente tirado boca arriba. 3uando pas+ alguien por all' ya se hab'a ahogado en su propia sangre )
acero chocando contra el hueso, el estrepitoso golpe del cerco metálico de un neumático. )JEstá enterrado ah'K )quer'a maldecirla por haber de$ado que ac- muriera en un camino de tierra. La vocecita te$ana se desli+ por el hilo. )Cemos colocado una lápida. ac- sol'a decir que quer'a que lo incinerasen y esparcieran sus cenias en la montaña 9ro-ebac-. o no sab'a d+nde estaba. "s' que lo incineraron, cumpliendo su voluntad, y, como te he dicho, hemos enterrado aqu' la mitad de sus cenias, y la otra mitad se la enviamos a su familia. o pensaba que la montaña 9ro-ebac- estaba cerca del lugar donde se cri+. =ero conociendo a ac-, tal ve era un sitio imaginario donde cantan las aves del para'so y hay un manantial de his-y. )2n verano estuvimos pastoreando un rebaño de ove$as en la 9ro-ebac- )di$o Ennis. La vo le sal'a a duras penas. )Baya, pues él dec'a que era su sitio. o supon'a que quer'a decir el me$or sitio para emborracharse. Aue ah' se dedicaba a beber his-y. ac- beb'a mucho. )J/iguen viviendo sus padres en Lightning CatK )/', claro. seguirán ah' hasta que se mueran. o no los conoco.
gustará que se cumplan los deseos de su hi$o.
parecido entre ac- y cualquiera de ellos, respir+ hondo. )Lo de ac- me ha afectado much'simo.
construir una cabaña de troncos y a ayudarme a llevar el rancho y a levantarlo. Luego, esta primavera ten'a otro amigo con el que iba a venir aqu', a construirse una casa y echar una mano en el rancho, no sé qué ranchero vecino suyo de &e0as. %ba a separarse de la mu$er y a volver aqu'. Eso dec'a. =ero como la mayor'a de las ideas de ac-, se qued+ en idea. "hora Ennis sab'a que hab'a sido el gato de cambiar la rueda. /e levant+, di$o( )3laro que me gustar'a ver la habitaci+n de ac-), record+ una de las anécdotas que ac- contaba de su padre. ac- ten'a el prepucio recortado y el vie$o no! diferencia anat+mica que el hi$o hab'a descubierto durante una terrible escena y que le preocupaba. &endr'a unos tres o cuatro años, según le hab'a contado a Ennis, y siempre llegaba demasiado tarde al retrete, peleándose con los botones, con la taa, con la altura del aparato, y la mayor'a de las veces todo el suelo se quedaba salpicado. Eso hac'a refunfuñar al vie$o, que en aquella ocasi+n mont+ en c+lera. ) I*iosI, me urr+ la badana, me tir+ al suelo del baño y me aot+ con su cintur+n. 3re' que me mataba. Luego va y me dice( WJAuieres enterarte de lo que molesta que esté todo meadoK &e lo voy a enseñarW, se la sac+ y me me+ encima, me empap+, luego me tir+ una toalla y me oblig+ a limpiar el suelo, a quitarme la ropa y lavarla en la bañera, a lavar la toalla, y a
todas estas yo lloraba a moco tendido y berreaba. =ero mientras me calaba con la manguera me di cuenta de que él ten'a materiales e0tra que a m' me faltaban. Bi que a m' me hab'an señalado con aquel corte, como se marca al ganado con los hierros o recortándole una ore$a. *espués de aquello fue imposible entenderse con el. El dormitorio, en lo alto de una empinada escalera con su propio ritmo de ascensi+n, era minúsculo y as#0iante, el sol de la tarde pegaba fuerte por la ventana del oeste, ca'a a plomo sobre la estrecha cama infantil pegada a la pared, un escritorio manchado de tinta y una silla de madera! sobre el lecho, un riGe de pequeño calibre en un armero tallado a mano. La ventana daba a un camino de grava que se desplegaba hacia el sur y a Ennis se le ocurri+ que hasta que se hio mayor aquel fue el único camino que acconoc'a. 2na vetusta fotograf'a de una morena estrella de cine, recortada de alguna revista, estaba pegada a la pared $unto a la cama, el tono de la piel se hab'a vuelto púrpura. "lcanaba a o'r a la madre de ac- de$ando correr el agua en el piso de aba$o, llenando el hervidor y poniéndolo de nuevo en el fog+n, preguntándole algo al vie$o con sordina. El armario era una cavidad de poco fondo recorrida de lado a lado por una barra de madera y separada del resto de la habitaci+n por una desva'da cortina de cretona colgada de una cuerda. *entro del armario, en sendas perchas,
dos pares de vaqueros planchados con raya y pulcramente doblados, en el suelo un par de desgastadas botas de embalador que Ennis cre'a recordar. 2n saliente de la pared creaba un angosto escondite en el e0tremo norte del armario y all', r'gida por haber pendido largo tiempo de un clavo, hab'a una camisa. La descolg+ del clavo. La vie$a camisa que acusaba en los tiempos de la 9ro-ebac-. La sangre seca de la manga era sangre de Ennis, el chorret+n que le hab'a salido por la nari la última tarde en la montaña, cuando ac- le hab'a pegado un formidable rodillao en la nari en pleno fragor de sus descoyuntantes luchas cuerpo a cuerpo. ac- hab'a restañado con la manga de su camisa la sangre que todo lo bañaba, ellos dos incluidos, pero la restañadura de nada sirvi+ porque de improviso Ennis se hab'a endereado y descargado un puñetao sobre el ángel au0iliador tumbándolo entre la aguileña silvestre, con las alas plegadas. La camisa le pareci+ pesada hasta que descubri+ que llevaba dentro otra camisa, las mangas cuidadosamente enca$adas dentro de la de ac-. Era su propia camisa de cuadros, perdida, según cre'a él, largo tiempo atrás en alguna maldita lavander'a, su camisa sucia, con el bolsillo desgarrado y sin algunos botones, robada por ac- y escondida all', dentro de su camisa, ambas como dos pieles superpuestas, dos en una. "pret+ el rostro contra la tela, inhal+ despacio por la boca y la nari, queriendo percibir un leve
rastro del humo, la salvia de la montaña y el agridulce tu#llo de ac-, pero no ten'a un aroma real, s+lo su recuerdo, la fuera imaginada de la montaña 9ro-ebac- de la que nada quedaba salvo lo que sosten'a en las manos. "l #nal, el pato dominante se neg+ a desprenderse de las cenias de ac-. ) JAuieres que te diga una cosaK, tenemos una tumba familiar y ah' es donde lo vamos a enterrar. En pie $unto a la mesa, la madre de acles sacaba el cora+n a unas mananas con un instrumento punante y dentado. )Buelve cuando quieras )di$o. =egando tumbos por el camino ondulado como tabla de lavar, Ennis pas+ de largo $unto al cementerio rural vallado con un combado alambre de corral de ove$as, minúsculo cuadrado acotado en la interminable pradera, un puñado de tumbas relucientes de Gores de plástico, y él no quer'a saber que ac- iba a terminar ah', enterrado en la doliente llanura. =asadas unas cuantas semanas, un sábado Ennis ech+ todas las mantas de caballo sucias de /toutamire en la trasera de la camioneta y las llev+ al L"B"*> *E 3>3CE/ ;ápido para rociarlas a presi+n con la manguera. 2na ve guardadas las mantas limpias y húmedas en la ca$a de la camioneta, Ennis entr+ en la tienda de regalos de
Ciggins y se puso a revolver el e0positor de postales. )Ennis, Jqué postal andas buscandoK )di$o Linda Ciggins a la ve que tiraba a la papelera un #ltro de café empapado y marr+n. )2n paisa$e de la montaña 9ro-ebac-. )JEstá en el condado 1remontK )