Reglas para la dirección del espíritu René Descartes
I
El fin de los estudios debe ser la dirección del espíritu para que emita juicios sólidos y verdaderos de de to todo lo lo qu que se le le pr presente. II
Conv Convie iene ne ocup ocupar arse se tan tan sól sólo o de de aqu aquel ello loss obj objet etos os sobre los que nuestros espíritus es píritus parezcan ser suficientes para obtener un conocimiento cierto e indudable. III
Acerca de los objetos propuestos se s e ha de buscar no lo que otros hayan pensado o lo que nosotros mismos conjeturemos, sino lo que podamos intuir clara y evidentemente o deducir con con cer certe teza za,, pue puess la la ci cienci encia a no no se se adq adqu uiere iere de otra manera. IV
El método es necesario para la investigación de la verdad de las cosas. V
Todo Todo el mét método odo con consi sist stee en en disp dispon oner er en orde orden n aquellas co cosas sas a las qu que se se ha ha de di dirigir la la mira mirada da de la mente ente a fi fin de de qu que des descu cubr bram amos os algu alguna na ver verda dad. d. Y la obs obser erva vare remo moss exac exacta tame ment ntee si reducimos gradualmente las proposiciones comp compli lica cada dass y oscu oscuras ras a otra otrass más más simp simple les, s, y si si desp despué uéss int inten enta tamo moss asc ascen ende derr por por los los mis mismo moss grados desde la intuición de las más simples hasta el conocimiento de todas las demás. VI
Para distinguir las cosas más simples de las complicadas e investigarlas co con or orden, conv convie iene ne en cada cada seri seriee de de cos cosas as,, en en que que hemo hemoss dedu deduci cid do dir direc ecta tame ment ntee algu alguna nass ver verda dade dess de de otra otras, s, obse observ rvar ar cual cual es la más más sim simpl plee y como como toda todass las las demá demáss est están án más más o meno menoss o igua igualm lmen ente te alejadas de ella. VII
Para completar la ciencia es preciso precis o recorrer en un movimiento continuo e ininterrumpido del pensamiento todas y cada una de las cosas que conciernen a nuestro propósito, y abarcarlas en una enumeración suficiente y ordenada.
VIII
Si en la serie de las cosas que se han de investigar se presenta algo que nuestro entendimiento no no pu puede in intuir su suficientemente bien, allí es preciso detenerse; y no se debe examinar las demás cosas que siguen, sino abst absten ener erse se de un trab trabaj ajo o sup super erfl fluo uo.. IX
Conviene dirigir toda la agudeza del espíritu a las cosas más insignificantes y fáciles, y detenerse en ellas largo tiempo hasta acostumbrarse a intuir distinta y claramente la verdad. X
Para Para que que el el esp espííritu ritu se vuel vuelva va saga sagazz deb debee ejercitarse en buscar las mismas cosas que ya han sido descubiertas por otros, y en recorrer con método incluso los más insignificantes artificios de los hombres, pero sobre todo aquellos que explican el orden o lo suponen. XI
Desp Despué uéss de de habe haberr int intu uido ido al alguna gunass proposiciones simples, si si de el ellas co concluimos algu alguna na cosa cosa,, es es úti útill rec reco orrer rrerla lass con con un movi movimi mien ento to con conti tinu nuo o e ini inint nter erru rump mpid ido o del del pensamiento, reflexionar en sus mutuas rela relaci cion ones es y con conce cebi birr dis disti tint ntam amen ente te,, cua cuant nto o sea sea posi posibl ble, e, vari varias as cosa cosass a la vez, vez, pues pues así nuest uestro ro conocimiento se hace mucho más cierto y, s obre todo, se desar sarrolla la capacidad del espíritu. XII
Finalmente, es preciso servirse de todos los recursos de del en entendimiento, de de la la im imaginación, de los los sen senti tido doss y de la memo memori ria: a: ya para para intu intuir ir dist distiintam ntamen entte las las prop propos osic icio ion nes simp simplles; es; ya ya pa para com compara pararr deb debid idam amen ente te lo que que se se busc busca a con con lo lo que que se cono conoce ce,, a fin fin de de rec recon onoc ocer erlo lo;; ya ya par para a descubrir aquellas cosas que deben ser comparadas entre sí de modo que no se omita ningún elemento de la habilidad humana.