Crítica de la razón instrumentalde Max Horkheimer* Estudiante del Doctorado en Cienc ias Sociales en el Colegio Mexiquense. Profesora de tiempo completoen la Faculta d de Ciencias Políticas y Sociales de la UAEMéx. 238Crítica de la razón instrumentalde Max Horkheimeridealismo alemán. Estas posturas, a pesarde que no excluían la razón subjetiva, la con-sideraban parcial y limitada, p uesto que elgrado de racionalidad de una persona esta-ba determinado a partir de la armonía consu totalidad. La función de la razón subjetivaes la de calcular probabi lidades y establecerlos medios apropiados para lograr el fin su-premo, por tanto , esta posición le otorga ma-yor importancia a los fines que a los medios.De acuer do con esta teoría, sólo el sujetopuede ser racional, por ello, cuando a unainstituc ión se le adjudica cierto grado deracionalidad, es porque los individuos se lahan imprimido. En la actualidad, la crisisde la razón reside en el hecho de que al lle -gar a cierta etapa, el pensamiento ha tendi-do a perder la capacidad de la obje tividad,o la ha combatido como una ilusión, afec-tando por tanto el contenido obje tivo de todocuerpo racional. A pesar de que la razón enrealidad nunca ha dirigido la realidad so-cial, hoy se encuentra en proceso de ser eli-minada en ella sus i nclinaciones específicas,que la han hecho, incluso, renunciar a sucapacidad de juz gar acciones y modos devida de los seres humanos.Es por ello que ser racional im plica aceptarla realidad tal como es y adaptarse a ella,así como la de regular la relación entremedios y fines, lo contrario a lo que antesimplicaba que la razón fuer a un eficienteinstrumento para entender los fines y deter-minarlos. Para Horkhei mer la sociedad ac-tual ya no se preocupa por comprender losfines, ya que su obj etivo es servir a un fin,esto implica que el mundo pone mayor én-fasis en los medi os que en los fines.En la actualidad la razón ha demostrado unagran incapacidad po r lograr un orden obje-tivo, aunado a que el interés egoísta se haconvertido en hege mónico, tanto en las es-cuelas de pensamiento, como en la concien-cia pública. Por t anto, cuanto más se debili-ta el concepto de razón, está mayormentepropenso a la manip ulación ideológica. Conel advenimiento de la sociedad industrialexiste una tendencia cada vez mayor a lacosificación, es decir, a la transformación detodos los producto s de la actividad humanaen mercancías; este proceso de cosificaciónes típico de la sub jetivación y formalizaciónde la razón, e inicia con la sociedad organi-zada y del uso de herramientas.La posibilidad de colocar un producto en elmercado es el precio que se pide por ésta.En esta situación se encuentra el trabajo,manual o intelectual, el cual se ha vueltohonorable al convertirse en la única formasocialmente aceptad a de obtener ingresos yganarse la vida. Pero sobre todo, esta visiónle ha otorgado al trabajo el estatus de pro-ductivo. El pensamiento moderno ha inten-tado conv ertir este modo de ver las cosasen una filosofía, tal como la presenta elpragmatis mo, cuya sustancia está constituidapor la opinión de que una idea, un conceptoo una teoría no son más que un esquema oun plan para la acción, y de que por lo tantola verd ad no es sino el éxito de la idea.La reducción de la razón a mero instru-mento perjudi ca, en último caso, incluso sumismo carácter instrumental. La neutrali-zación de la ra zón, que se ocupa más delcómo que del qué, va transformándola enmedida siempre creciente d e un mero apa239Martha E. Nateras Gonzálezrato destinado a registrar hechos. La razónsubjetiva pi erde espontaneidad, toda produc-tividad, fuerza para descubrir nuevos con-tenido s y de hacerlos valer, es decir, pierdetoda su subjetividad.Para Horkheimer la u topía negativa deAldous Huxley ilustra este aspecto de la for-malización de la razón, vale decir, su trans-formación en estupidez. En ella se presentanlas técnicas del nue vo mundo feliz y losprocesos intelectuales que van unidos a ellas,así como pensar s i tiende a ser reemplazadopor ideas estereotipadas consideradas en dossentidos: instrumentos puramente utilitariosque se toman o se dejan según convenga, ycomo ob jetos de devoción devoción fanática.La filosofía de hoy se enfrenta con el dile-ma de que si e l pensamiento puede conser-var su autonomía y arreglar así su soluciónteórica, o debe co nformarse con desempe-ñar el papel de una metodología hueca, o dereceta para lograr un nuevo mundo felizcomo si fuera un traje a la medida. No obs-tante, hoy reina un consenso casi generalque establece que no se ha perdido nadacon la decadencia d el pensamiento filosófi-co, pues su lugar ha sido ocupado por uninstrumento cognos citivo más poderoso, elpensamiento científico moderno. De hecho,una tendencia dominant e en la llamada filo-sofía moderna es transferir a la ciencia loque no le fue posi ble conseguir a través dela especulación tradicional.La filosofía positivista concibe
a la cienciacomo motor del progreso y por tanto noduda en adaptar la filosofía a l a ciencia, esdecir, a las exigencias de la praxis, y no vice-versa. De hecho, la ciencia actualmente sólopuede ser entendida en relación con lasociedad para la que funciona, es por esoque la tendencia general es revitalizar lasteorías de la razón o bjetiva. Esta revitali-zación de sistemas de la filosofía objetivista,de la religión o de la superstición tiene lafunción de reconciliar el pensamiento indi-vidual con la s formas modernas de manipu-lación de masas.Las ciencias naturales, sobre todo la física,es para el positivismo moderno el modeloadecuado de pensamiento, por tanto, la lógi-ca se deriva de métodos empíricos, y laspalabras sólo tienen una función, no un s en-tido. Por tanto, la ciencia moderna se refie-re básicamente a enunciados sobre hechos,producto de la alienación social, com-probados mediante métodos cuantitativos ,y considerados como los únicos científicos,por lo general fenómenos inconsistentes qu esólo contribuyen a conocer la realidadsuperficial. En esta lógica, la teoría es reducida a simple instrumento, y los medios teó-ricos para analizar la realidad carece n desentido metafísico. Esto hace del positivismouna filosofía deficiente, alejada d e laautorreflexión e incapaz de defender suspropias derivaciones filosóficas.En nues tra era, el uso de palabras y proposi-ciones simples es una tendencia cada vezmás frecuente y se manifiesta concretamenteen el lenguaje y en la vida cultural, con stitu-yendo una actitud antiintelectual y antihuma-nista, orientada a desarrolla r una inteligenciapragmática de corto alcance. Por ello, todapalabra, acción o locuc ión que no tenga finespragmáticos resulta sospechosa, pues el fin 240Crítica de la razón instrumentalde Max Horkheimeradquiere significación en la medid a en quese convierte en funcional. En este mundode objetos, los hombres deben ad aptarse enaras de su supervivencia y autoconservación.Adaptarse significa identifi carse con el mun-do y reaccionar a los modelos generales queimpone la propia soc iedad; de hecho, la ra-zón misma ha tendido a la adaptación. Porello, la razón, dice H orkheimer, se ha vuel-to irracional y tonta.La autoconservación es el tema de esta épo-ca, sin embargo, ya no existe un yo que con-servar, por tanto, es importante reflexionarsobre el individuo, el cual se supone comoplenamente desarrollado al ser la obra maes-tra de una sociedad plenamente desa-rrollada. Esta necesidad de autoconser-vación está por encima del propio individuo,pues en esta era de individu alidad, los inte-reses materiales del individuo están orien-tados a su preservación. No obstante, esteprincipio de autoconservación está amena-zado cada día más en esta época de la in-dustrialización, en donde resulta cada vezmás difícil al hombre sencillo hac er planespara su futuro, y más aún para sus descen-dientes, ya que sus perspectivas concretastienen que ser de corto plazo. El futuro cadavez es más incierto y podría a niquilar al in-dividuo, de la misma forma en que eliminalas perspectivas de un f uturo estable.Con la moderna cultura de masas, las pala-bras están al servicio de este tipo de cultu-ra, la idea de felicidad se ha banalizado eincluso la idea de verdad se ha reducido alpapel de instrumento necesario para con-trolar la natur aleza y para el cumplimientode los fines del individuo, esto quiere decirque se tiende a enaltecer al mundo tal comoestá. Esta moderna cultura de masas ha pro-voc ado la decadencia del individuo, el re-sultado de los logros técnicos del hombre,p ero principalmente de las estructuras ycontenidos actuales del espíritu objetivo,o s ea del espíritu que rige todas las esferasde la vida social. Hoy por hoy las agenc iasde la cultura de masas generan patronesde pensamiento y acción, que las persona sreciben y utilizan como si fueran propias,y que por supuesto influyen fuertemen teen ellas.Cualquier afirmación que señale que el hom-bre es mejor que el mundo en e l que vive esdigna de cuestionarse, ya que todo indicaque el hombre actual parec e seguir una vidaa partir de una serie de instrucciones ajenasa él, a las que además se adapta con facili-dad. Aunado a que su vida espiritual se extin-gue cuando s e le pide que reflexione y usela razón, pero no de manera instrumental.Horkheimer concluye diciendo: los verda-deros individuos de nuestro tiempo son losmártires, qu e han atravesado infiernos desufrimiento y de degradación por su resis-tencia al s ometimiento y a la opresión, nolas hinchadas personalidades de la culturade masas, los dignatarios convencionales.BIBLIOGRAFÍAHorkheimer, Max (2002), Crítica de la razón instrumental, Madrid, Editorial Trotta.