CUBAGUA Personajes: - Henry americ ican ano, o, gere gerent nte e de la Comp Compañ añía ía que que expl explot otab aba a yaci yacimie mient ntos os de Henry Stakelun Stakelun,, amer magnesita. - Leónidas Figueiras, Figueiras, jue. - Andrea, Andrea , cocinera de !igueiras. - Juan de la Cruz Rojas, Rojas , coronel de ser"icio en la isla. - Gregorio Almozas, Almozas, doctor. - Jesús uijada, uijada, propietario de la cantina. - Fray !ionisio, !ionisio, #raile #ranciscano. - "ila C#li$e, C#li$e, $ospedada en casa de %ionisio, tocaba el &rgano de la iglesia' $ija del cacique (imarina. - Jose%& Jo&nston, Jo&nston , ex-gerente de la compañía. - 'elma Jo&nston, Jo&nston, esposa de )osep$. - Ramón Leiziaga, Leiziaga, graduado en *ar"ard, ingeniero de minas, enamorado de +ila. - (i)erio *endoza, *endoza, acadmico, poseedor de las perlas que eiiaga $abía recolectado. - Pedro C#li$e, C#li$e, comerciante' tra#icante de escla"os. - +enito Arias, Arias, secretario de gobierno. - Camilo 'aldarriaga, 'aldarriaga, doctor, je#e de eiiaga. - Hernando Casas, Casas, ex-dueño de la #inca as ayas. - ,tel-ina Casas, Casas, esposa de *ernando. - Antonio Cede.o. Cede.o. - *iguel /$am%o, /$am%o, capit/n de a 0sa. - (eó0ilo /rtega, /rtega, amor de +ila. 10rteguilla2 asesino de %ionisio en el pasado. - Lu1s de Lam%ugnano, Lam%ugnano, in"entor de un aparato recolectador de perlas. 3iglo 456. - Pedro /rtiz de *antienzo, *antienzo, gobernador de +ue"a C/di. 78asado9 - *art1n *ala-2. *ala-2. - 3ndio Arimuy. Arimuy. - !iego de /rdaz, /rdaz, conquistador asesinado por 8edro 0rti de antieno. - 4o$$&i, 4o$$&i, $ombre personi#icado como deidad para los indígenas. - Selim Ho)ua$, Ho)ua$, sirio, comerciante de perlas. - Heri)erto Cruz, Cruz, $ermano de ala".
Resumen: 7por :duardo Casano"a, ;<<=9 :l argumento o trama de Cubagua no parece complicado> narra la peripecia del doctor (am&n eiiaga, 1graduado en *ar"ard, al ser"icio del inisterio de !omento2, que descubre algo así como los dobles de personajes contempor/neos, ubicados en el pasado remoto de Cubagua. :sa duplicidad no se limita a los nombres, sino que parecería que son las mismas personas ubicadas en dos momentos separados por el tiempo pero, a la "e, unidos por el tiempo. :n la no"ela se #unden y se con#unden los planos temporales. a b?squeda y explotaci&n de las perlas de ayer es la l a b?squeda y explotaci&n del petr&leo de $oy. %e la antig@edad se presenta el Conde de ampugnano, un a"enturero inescrupuloso que logr& para sí una concesi&n del :mperador para explotar las perlas de Cubagua con una m/quina mara"illosa, y que, luego de caer en desgracia, accedi& a en"enenar al conquistador %iego de 0rda como precio de su propia libertad. ambin es personaje el negrero 8edro C/lice, que es, a la "e, un en#ermo de lepra en pleno siglo 44 y un tra#icante de escla"os en el siglo 456. :st/ asimismo la moderna y encantadora +ina C/lice, que se desdobla en diosa pagana. , sobre todo, est/ el misterioso #raile, !ray %ionisio, que parece "iajar en el tiempo. Un #raile que "iajaba por las regiones ignotas 1enseñando el :"angelio2. la no"ela es justamente eso, un "iaje mara"illoso en el tiempo, un juego de planos que se meclan y se con#unden, se $acen mitos y construyen un espacio de tiempos meclados.
os primeros p/rra#os de Cubagua son muy sencillos. Una agradable descripci&n de la pequeña ciudad insular y pro"inciana de a Asunci&n. 8ero de repente, se entiende, al aparecer el primer personaje, el jue !igueiras, que es una obra de #icci&n, cuando el autor cambia de la narraci&n en pasado a la narraci&n en presente 7:n la misma calle que !igueiras "i"e el coronel )uan de la Cru, (ojas, etc.9. +?ñe, luego de pasear al lector por la $istoria de Aguirre, le presenta a #ray %ionisio, que le sir"e para combinar lo actual con lo antiguo y lo antiquísimo. :s el p/rroco, acti"o y a la "e $umilde. Constructor y guía que tiene muc$o de los curas que "inieron a Amrica, de "erdad, a conquistar almas para %ios, y no riqueas para ellos mismos. de inmediato presenta a +ila C/lice, c$ica moderna y desen"uelta que, sin embargo, toca el &rgano en la iglesia con e#ectos místicos sobre quienes escuc$an, y que la magia de la creaci&n literaria con"ierte en expresi&n de la mitología indígena, meclada con la griega> es :rocomay y tambin %iana, la luna. (epresenta la riquea material que deslumbra a los seres $umanos. %espus sabremos que es la $ija de (imarina, 1cacique de los tamanacos2. :s lo primiti"o, lo que nace de la oscuridad, y es la claridad que pro"iene de la m/s moderna educaci&n. :n "erdad no es nada C/lice. :s $ija de (imarina, un cacique que muri& asesinado $ace algunos años. !ray %ionisio es su tutor. %espus, el autor nos presenta a 3taelun, el gringo que representa el imperialismo, la b?squeda de riqueas que esquilmar, de $ombres que explotar> el buscador de petr&leo. por #in, en un di/logo m?ltiple, aparece por "e primera (am&n eiiaga, 7el graduado en *ar"ard, ingeniero de minas al ser"icio del inisterio de !omento, caraqueño9, que por su origen parece destinado a sentirse extranjero en su propia tierra, el "erdadero protagonista de la obra. +?ñe apro"ec$a el di/logo para mostrar la pobrea de la isla, la miseria de sus $abitantes, que son demasiado #ecundos y parecen condenados a ser lo que son por un determinismo insuperable. +?ñe pasa de una escena a otra sin soluci&n de continuidad. Cuando apenas la no"ela empiea a tomar #orma, uno de esos p/rra#os internos, que se presenta en #orma de di/logo interior o de larga re#lexi&n de eiiaga, nos permite identi#icarlo como protagonista, como el que expresa los "erdaderos puntos de "ista de :nrique Bernardo +?ñe, como cuando dice 1*ay espacio para ciudades colosales2 o 1arde o temprano, el mundo "iejo ir/ desapareciendo, borr/ndose en Amrica2. Casi de inmediato, en otro p/rra#o dedicado a la $istoria de argarita y, en especial, a la aparici&n de la 5irgen del 5alle, +?ñe trabaja la narrati"a dentro del m/s per#ecto esquema del realismo m/gico> os indios descubrieron entonces entre las aras, junto a una ca"erna, morada de adi"inas, una #igura resplandeciente. enía un $alo de estrellas y un pedestal de nubes. 8iadosamente la condujeron a un "alle y allí erigieron un santuario. %esde aquel día las playas y laderas de la isla manan un olor sua"e y deleitoso. a segunda aparici&n de +ila C/lice es tambin algo notable en la obra. *ay allí un manejo $abilidoso de los tiempos. $ay un adelanto de lo que "a a ser> eiiaga crey& $aberla "isto toda la "ida o al menos $allar una imagen que "i"ía con#usamente dentro de l. :sta escena, el encuentro de +ila y eiiaga en presencia de 3taelun, es central en la no"ela. eiiaga y 3taelun son los buscadores de riquea, son el nue"o mundo. +ila es lo primiti"o, lo mítico, lo pro#undo. 3on los opuestos que se encuentran. 8ero, tambin parad&jicamente, los buscadores de petr&leo y de riqueas materiales no representan tanto la modernidad como +ila. Con un cierre de magia y poesía, despus de mostrar como "elado al personaje eilo 0rtega, que mantiene con +ila una extraña y ambigua relaci&n de amante y de escla"o, y que en otro tiempo #ue el encargado de asesinar al #raile %ionisio, que tambin, como $emos "isto, cumple en la obra un papel ambiguo y misterioso, el primer capítulo concluye. uego aparece la isla de Cubagua, la isla mítica junto a la isla misteriosa, y con ella cobra "ida otro personaje> Antonio Cedeño, el marino, el isleño. :s l quien se encarga de describir la antigua ciudad, $oy sumergida en el agua y en el tiempo. :s quien in#orma a eiiaga que en Cubagua $ay petr&leo. 8etr&leo, el equi"alente actual de las perlas que parecieron la #ortuna de
Cubagua, y que, tal como el petr&leo, #ueron explotadas $asta la saciedad y nada dejaron al sitio. :l n/car parece ser una obsesi&n en +?ñe, lo puede "er, lo palpa, lo siente en el cielo, en la tierra, en el agua. +o se cansa de nombrarlo. Al #inal del Capítulo 66, o#rece al lector una cla"e esencial. eiiaga, descubre en su mente una coincidencia de nombres que puede ser muc$o m/s que eso. :l #raile %ionisio le $a sugerido que l, eiiaga, puede ser el mismo ampugnano, el buscador de riqueas, y eso solo pensamiento lo $ace re#lexionar> D3ería l acaso el mismo ampugnanoE esa parece ser la señal para que de repente $aya un cambio de ambientaci&n y el lector salte sin soluci&n de continuidad al siglo 456. a no est/ en la isla semidesierta, entre ruinas, sino en Cubagua, la isla llena de "ida y riqueas. a no se $abla de goletas sino de naos y, en e#ecto, eiiaga es ampugnano. +?ñe pre#iere re#erirse a l con el pronombre 1l2, 1l daba rodeos2, 1l se emple&2, 1l iba2, es una manera de mantener un "elo de misterio sobre la identidad del personaje, de ambos personajes. 8ero ya no $ay duda> no se trata de coincidencia de nombres. 0campo es el mismo 0campo, Cedeño es el mismo Cedeño, C/lice es el mismo C/lice. Fui/s los del siglo 44 $an perdido #uera "ital, dignidad, se $an con"ertido en seres "enidos a menos. +?ñe narra el alamiento de los indios de ierra !irme de H;, un $ec$o $ist&rico, y en una piragua est/ la cabea de #ray %ionisio, el mismo #raile que con"ersa en la isla con (am&n eiiaga, cuatrocientos y tantos años despus, y así eiiaga descubre un mundo de $ec$icería que le es muy di#ícil comprender. o que narra +?ñe no es otra cosa que la conquista. a luc$a imposible de los indígenas por conser"ar su poder y su libertad. a luc$a de los españoles por apropiarse de las tierras de los derrotados. :s una luc$a desigual, en la que los indios est/n condenados a perder, y en ella +?ñe "uel"e a ser el $istoriador, el cronista, que es capa de dar "ida a la materia muerta. :n Cubagua el autor $a creado un mundo nue"o a partir del +ue"o undo, y en l ampugnano, que es eiiaga, el buscador de perlas que es el buscador de petr&leo, recibe un rol preponderante que en la "ida real jam/s tu"o> se le encarga en"enenar a %iego de 0rda, el conquistador que in#orm& por "e primera a los europeos de la existencia del gran río 0rinoco, y que se en#rent& a 8edro 0rti de atieno, Alcalde y )usticia ayor de Cubagua, de quien se dice que, en e#ecto, en"enen& a 0rda mientras "iajaban a :spaña. 8arece ser que atieno, que $abía en#rentado a 0rda, temía que ste $iciera "aler sus in#luencias en la corte para derrotarlo. :l crimen de ampugnano, los muc$os crímenes de los conquistadores, son las "erdaderas causas de la ruina de Cubagua, tal como $abía sentenciado #ray %ionisio> os placeres no se agotaron nunca. Cuando se empobrecían de un lado, se $allaba otra ona m/s rica. :s el mismo sistema empleado $oy. %e la explotaci&n irracional de la riquea, de las perlas entonces y del petr&leo a$ora, nada qued& para los que "enían despus. 3&lo ruinas y desolaci&n. 8ero eiiaga no lo entiende, y en aras de un progreso super#icial y mal entendido, se prepara a repetir el mismo error que, cuatro centurias, antes cometi& y ayud& a cometer. :n el Capítulo 65 7:l card&n9, +?ñe "uel"e a jugar con el tiempo y la met/#ora> la relaci&n entre +ila y #ray %ionisio es la ideal que planteaba el #raile Bartolom de las Casas. :n la no"ela es algo que puede $aberse producido en los comienos del siglo 44, pero lo que est/ planteado es lo que debi& ser en el siglo 456. :s el #raile que, dulcemente, da la Buena +ue"a a los indígenas americanos. %ionisio comprendía sus lenguas, sus símbolos, sus conjurosI lo cual no es otra cosa que una apelaci&n al sincretismo, al encuentro, de dos culturas que deberían complementarse mutuamente, sin que una de ellas destruyese la otra. :s un planteamiento destinado al #racaso> +ila #ue a :uropa, a +orte Amrica. os pro#esores le parecían ridículos en su seriedad, con#iados ciegamente en su ciencia que le parecía a ella una #antasía mara"illosa.
:n cuanto al capítulo 5, el llamado simplemente 15occ$i2 por el nombre del personaje dios de los albores de la $umanidad. Cuenta la $istoria para dejar sentado que los dioses est/n $ec$os a imagen y semejana del $ombre, y no a la in"ersa. Amali"aca, seg?n los caribes y tamanacos #ue un dios de piel blanca, creador de la $umanidad, del 0rinoco y del "iento. %ebido a un gran dilu"io, un dilu"io uni"ersal, Amali"aca recorri& en una canoa el mundo, y, con su $ermano 5occ$i, repar& los grandes daños causados por el dilu"io. %e la gran inundaci&n solo qued& una pareja de $umanos, que desde una gran colina arrojaron los #rutos de la palma moric$e para que de sus semillas brotaran los $ombres y las mujeres que repoblaron el mundo. +?ñe narra a su manera esa "ieja leyenda, sin señalar las coincidencias con la $istoria del %ilu"io y +o. :l capítulo cierra con el descubrimiento de Amrica, con el encuentro de las dos culturas, del cual sale destruida la m/s nue"a, que es la m/s antigua. :l siguiente capítulo es una caja de sorpresas. Un "iaje a un :l %orado muy especial 7un dorado que sobrepasaba todos sus proyectos9, en donde +?ñe con"ierte a 5occ$i en personaje de la no"ela. :n medio de su "isi&n, est/ +ila, la diosa. +o es una ceremonia de Cubagua, ni del 0rinoco. :s del Caribe entero, de toda Amrica, y del mundo entero. %espus, eiiaga, que a la "ista del oro tangible des#alleci&, qui/s como muc$os años despus el "eneolano no encontrar/ la "oluntad para crecer y pre#erir/ importar bienes y "ida #/cil, "ol"er/, a la "ida normal. ras otra escena #ant/stica, que puede ser el eco de la anterior, eiiaga reaparece en el mundo real. !ray %ionisio y +ila se $an ido y eiiaga est/ demasiado cansado para entender lo que "i"e. :l anillo de eiiaga est/ en la mano de 5occ$i, con lo que se da la uni&n per#ecta de los mundos. siempre queda la duda> Des acaso un sueño de eiiaga, un sueño de ebriedad, de drogaE :n ocasiones los di/logos desconciertan al lector. :s como si +?ñe ol"idara incluir algo. 3uele continuar la narraci&n despus de un parlamento, sin el necesario gui&n, lo cual puede conducir a errores de lectura. a "eces no est/ claro quin es el personaje que $abla. (am&n eiiaga, de regreso del *ades, $a cambiado> descubre la bellea la "ida sencilla, que $asta entonces no $abía apreciado. %escubre que la ci"iliaci&n no es un bien, y muc$o menos cuando es impuesta desde a#uera. :l $ombre que $a "uelto de aquella a"entura demoníaca es, de#initi"amente, otro. Cubagua se $a "isto a#ectada por la maldici&n de la ambici&n y la a"aricia, del ansia incontenible de riquea, que tanto $a a#ectado a 5eneuela desde J;;, cuando el #amoso 1(e"ent&n2 petrolero en el ago de aracaibo. eiiaga est/ dominado por la codicia, aunque no "ea en las perlas 1su "alor material2. :st/ embrujado por el brillo de la riquea #/cil, que lo $a idiotiado. Al apoderarse de un lote de perlas cree poseer en alguna #orma la gracia luminosa de +ila. a narraci&n, entonces, se $ace circular, aun sin "ol"er al comieno 7es posible, sí, que lo que $ayamos leído sea lo narrado al doctor endoa, cientí#ico e incrdulo que termina lucr/ndose con lo que a"erigua, mientras que eiiaga ni siquiera podr/ goar el placer de contarlo9. *ay, sin embargo, una ?ltima maniobra de tiempos trocados, cuando eiiaga se encuentra consigo mismo, pero no con eiiaga, sino con ampugnano, y le pide que se aparte de l> 3omos uno mismo -le dice-. +o era, pues, alucinaci&n, no era sueño. sin embargo, sí l o era. :l #inal, como muc$as de las situaciones de la no"ela, es deliberadamente inde#inido, ambiguo y tiene muc$o de suspenso. eiiaga, luego de $aber salido de la c/rcel y estado en casa de 3taelun en compañía de l, de !igueiras y del doctor Almoas, termina abordando un bote con destino al 0rinoco. :l autor nos indica que todo estaba tal cual como $ace cuatrocientos años. Fue la #alsa riquea impidi& el progreso "erdadero, en la bella isla de Cubagua.