RELACION DE LA COMUNICACIÓN Y LA INFORMACION Y MOVIMIENTOS SOCIALES En el mundo de la información y la comunicación, se registra en las últimas décadas un proceso creciente de concentración y monopolización a escala mundial y regional. El proceso de fusiones, reestructuraciones y adquisiciones transfronterizas ha dado lugar al nacimiento de unos pocos conglomerados multimedias que controlan los medios, la industria cultural y del entretenimiento, además de la Internet, entre otros, a nivel planetario. Estos conglomerados cumplen un doble rol: como agentes discursivos y como agentes económicos. En tanto actores económicos se inscriben en una de las actividades de mayor desarrollo y que más ganancias genera, a tal punto que desde ellas han surgido los mayores multimillonarios del mundo, como Bill Gates. Como agentes “discursivos” no solo “venden y legitiman el ideario global sino que también lo transforman en discurso social hegemónico, difundiendo visiones del mundo y modos de vida que transfieren al mercado la regulación de las demandas colectivas. La llamada gran midia fabrica el consenso sobre la superioridad de las economías abiertas, insistiendo en que no hay salida fuera de las recetas neoliberales” En América Latina también se produce un proceso de concentración mediática en los mismos grupos tradicionales dominantes que históricamente han detentado el poder económico y político, mismos que ha entrado en alianza, de manera subordinada, con el capital transnacional. La concentración en pocas manos dificulta la entrada de nuevas empresas, estilos y contenidos en el mercado. Más aún: homogeniza el noticiero y estandariza el entretenimiento. Poderosos, los controladores son contrarios a la crítica y al cuestionamiento a sus procedimientos. En el caso de las emisoras de radio y televisión, que dependen de concesiones públicas para operar, el caso es peor, ya que la condición pública, los compromisos que se derivan de la concesión y las contrapartidas sociales son simplemente olvidados. EnAmérica Latina y el Caribe aún está lejos de superarse la denominada brecha digital que es la expresión de las “brechas sociales, económicas, políticas y culturales, existentes dentro y entre las s ociedades”. Aunque en Venezuela, según datos de la CEPAL, el número de usuarios de la Internet se multiplicó por 12 entre 1998-2012, esto representa solo el 14% de la población latinoamericana y caribeña, lo que contrasta con el 50% de los habitantes de los países desarrollados. El acceso a Internet se concentra en las capas de mayor nivel económico y es usado más por hombres que por mujeres, en tanto que amplios sectores pobres del campo y de las ciudades, grupos étnicos y minorías forman parte del gran
contingente que se está quedando fuera de los potenciales beneficios de las nuevas tecnologías. Si bien el poder de las corporaciones y de las empresas mediáticas es muy grande, sin embargo éste no es absoluto, presentándose fisuras, sobre todo en momentos de crisis en los que han sido severamente cuestionados. Esto se ha evidenciado, por ejemplo, en Venezuela donde los grandes medios han reemplazado a los partidos políticos convirtiéndose en agentes activos de la oposición al proceso bolivariano. Los grandes medios venezolanos han perdido credibilidad y legitimidad debido a su “labor” de manipulación y desinformación. La respuesta de los ciudadanos no se ha hecho esperar y han “castigado” a algunos periódicos, negándose a comprarlos, por lo que éstos han tenido que reducir drásticamente sus tirajes. Esto, igualmente, ha desarrollado la conciencia sobre la necesidad de contar con medios propios que permitan no solo contrarrestar la influencia del poder mediático sino de emprender procesos de comunicación pluralistas y democrático En Venezuela, como es conocido, el 11 de abril de 2001 se produjo un golpe de Estado fallido que intentó derrocar al Presidente Hugo Chávez, siendo restituido dos días después en el poder por el pueblo que se lanzó a las calles. En la autoconvocatoria y la repuesta inmediata del pueblo venezolano destaca la conformación de una red que permitió romper el cerco informativo impuesto por los grandes medios utilizando no solo la Internet sino los celulares, las radios y la televisión comunitaria por cable, además de la comunicación cara a cara o los mensajes que llevaban y traían los motociclistas que tanto abundan en Caracas. Los dirigentes sociales hacían sus convocatorias a la movilización llamando a las radios, que les permitían salir al aire con sus mensajes no censurados. Los vecinos no solo sintonizaban las cadenas radiales más comprometidas con la lucha social, sino que también oficiaban como reporteros espontáneos, ayudados de los teléfonos celulares. Las transmisiones radiales desde los mismos lugares donde se producían masacres de las fuerzas armadas y bloqueos de los pobladores, generalizaron un clima de indignación que finalmente forzó la presencia del presidente Chavez. Poco a poco, en las organizaciones y movimientos sociales del continente se presenta la necesidad de definir estrategias y políticas de comunicación entendidas como un conjunto de principios, voluntades y decisiones que definen y orientan el rumbo de la comunicación de una organización. En términos prácticos, las definiciones estratégicas se concretan cuando las organizaciones y movimientos sociales deciden crear medios propios, lo cual es visto como la única posibilidad de romper o al menos disminuir la dependencia con los grandes medios tradicionales que frecuentemente recurren al ocultamiento, la manipulación o a la estigmatización de los movimientos sociales.
La decisión de crear medios propios implica comunicarse “con voz propia”, tanto con sus bases como con la sociedad, sin filtros ni intermediarios que puedan distorsionar sus mensajes. Pero además implica priorizar, buscar y dedicar recursos –siempre escasos- tanto para asegurar el funcionamiento de los medios propios como para la formación de los cuadros que se harán cargo de éstos.
El reto es construir un tejido comunicacional propio y apuntar a la construcción de una fuerza social organizada que exija derechos en este campo y que reivindique los espacios públicos, intentado frenar las políticas neoliberales de privatización y liberalización que favorecen a los conglomerados mediáticos y a sus aliados locales.
DISCURSOS Y PRACTICAS COMUNICACIONALES ORALIDAD Y ESCRITURA, COMUNICACIÓN ALTERNATIVA CIRCULACION Y DIFUSION DE LA COMUNICACIÓN EN LOS MOVIMIENTOS SOCIALES Un elemento común en el discurso de la «counicacion en los movimientos sociales», y que más ha ejercido influencias en diversas experiencias y estrategias es la comunicación intersubjetiva centrada en la palabra, que se concreta, en gran medida, a través de estrategias de participación y de interacción grupal. Los campos de la comunicación y de la educación por separado han construido representaciones sobre el otro campo que resultan obturadoras: muchos educadores ven a la comunicación como un instrumento o una técnica, mientras que muchos comunicadores perciben a la educación como una actividad normativa y escasamente creativa. De lo que se trata no es de negar o aplanar las especialidades, sino de romper las barreras que impiden la construcción interdisciplinaria. Mario Kaplún ha aportado una perspectiva para reconocer en las experiencias las relaciones ya establecidas entre comunicación y difusion Su propuesta, presentada como desafío, es hacer explícitas y analizar las concepciones educativas que subyacen a las prácticas comunicacionales, a la vez que las concepciones comunicacionales que operan en las prácticas de comunicación alternativa. De allí que distinga tres «modelos» en la relación comunicación/difusion. Los dos primeros son exógenos o planteados desde fuera del destinatario. El primero se corresponde con un discurso que pone énfasis en los contenidos y una comunicación entendida como transmisión de información de un emisor a un receptor, el segundo, una practica discursiva que pone énfasis en los efectos y una comunicación entendida como persuasión, en el contexto de una ingeniería del comportamiento centrada en estrategias de difusión para el cambio de conductas El tercer modelo es endógeno porque parte del destinatario, considerado sujeto y no objeto. El énfasis comunicacional en este modelo está puesto en los
procesos de transformación de las personas y las comunidades, preocupándose por la interacción dialéctica entre las personas y su realidad. Como se verá enseguida, el modelo está centrado en la comunicación intersubjetiva y la participación en los movimientos sociales. Indudablemente, cuando se trata de comunicación intersubjetiva, el centramiento está puesto en la palabra, donde es posible distinguir que «lo comunicacional», en esta relación, tiene que ver precisamente con la expresión de la palabra. La palabra, sin embargo, está ligada con la retórica, cuyo objeto es la persuasión, y que se concreta en dos vertientes: la verborrea (sobreabundancia de palabras y frases hechas) y el verbalismo (uso de la palabra como sustituto de la experiencia), por un lado y, por el otro, el tecnicismo (la palabra inaccesible y vacía de contenido) y el teoricismo (la palabra descontextualizada). Frente a esto, apostamos a la recuperación del pleno sentido de la palabra y la participación recuperación que no es mera expresión de la voz para balbucear, sino expresión de la palabra para «poder utilizarla con la suficiente coherencia como para poder hablar de uno mismo y de la propia situación social. Por otro lado, también frente al uso retórico de la palabra, se pone de manifiesto la máxima de Simón Rodríguez: “Hablar a cada uno en su lenguaje es la táctica de la palabra” Lo que implica que la palabra, en la comunicación intersubjetiva, reconoce y parte del lenguaje propio del interlocutor. Sin embargo, la «comunicación expresiva» va más allá de las palabras en un sentido estricto, para generar las posibilidades reales de expresión/pronunciamiento de la realidad por los sujetos: es en la práctica de ese pronunciamiento donde se refleja la comunicación expresiva Para el discurso de la «comunicación alternativa» intersubjetiva las palabras son instrumentos del pensamiento: la incorporación terminológica determina la capacidad y el enriquecimiento del análisis de la realidad. Esto se debe a la percepción de una «cultura del silencio» que, al recuperar y pronunciar la palabra, se quiebra, de modo que los sujetos comienzan a dejar de ser «receptores pasivos». En conclusión, la palabra no debe ser menospreciada, ya que ella es «el instrumento más rico y complejo que poseemos de manera natural y espontánea para comunicarnos» La utilización en el contexto de este discurso de conceptos como «palabra», «comunicación expresiva», «diálogo» o, incluso, «código común», deriva de las concepciones pedagógicas de Freire y de las concepciones comunicacionales de Antonio Pasquali. Este último afirma:«Sólo hay sociedad o estar-uno-con-otro donde hay un con-saber, y sólo hay con-saber donde existen formas de comunicación (...) Comunicación entendida así es, pues, un término privativo de las relaciones dialógicas interhumanas» Si fuera así, debemos comprender estos elementos del discurso en una concepción más amplia que diferencia de manera excluyente comunicación e
información. De otro modo, los conceptos mencionados estarían construidos desde una visión ingenua del lenguaje, la palabra y los códigos, ya que en todos los casos la expresión lingüística carga con significaciones producidas y legitimadas por los sectores hegemónicos, aún cuando sean «dichas» por los sectores subalternos. No sólo debe resaltarse el carácter de «naturalizados» de los códigos, lenguajes y palabras producidos por el emisor en la comunicación masiva, sino también la naturalización de los mismos en la apropiación y el uso cotidiano El lenguaje, en efecto, no es un medio del que usamos sino, antes bien, en él y desde él producimos sentidos; somos, de algún modo, usados por el lenguaje, no sólo como tejido que permite interpretar la experiencia, sino también como plataforma desde la que nos es posible la experiencia. Los «micromensajes», los contenidos, las palabras y las actitudes que se producen y circulan en torno a los grupos y a los medios «de comunicación» (es decir, no «de difusión») o alternativos, son también interpelaciones y contienen modelos de identificación que buscan reconocimiento subjetivo. De hecho la prealimentación será una estrategia para hacer que los productos comunicacionales sean interpeladores. Por otro lado, a partir de la ruptura epistemológica producida por el «paradigma de las mediaciones» es necesario observar cómo, en los medios masivos, también se articulan deseos, placeres y expectativas de los sectores populares, y no cargan y transmiten o «difunden» sólo contenidos dominantes. Lo masivo debe desanudarse se lo dominante para percibir de qué modos es también una mediación de la cultura popular, de sus significaciones y sus visiones del mundo.
REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACIÓN UNIVERSITARIA UNIVERSIDAD BOLIVARIANA DE VENEZUELA – MISIÓN SUCRE ALDEA UNIVERSITARIA “LICEO CREACIÓN SABANA DE PARRA” PROGRAMA DE FORMACIÓN DE GRADO: COMUNICACIÓN SOCIAL VIII COHORTE – VII SEMESTRE
RELACION DE LA COMUNICACIÓN Y LA INFORMACION Y MOVIMIENTOS SOCIALES DISCURSOS Y PRACTICAS COMUNICACIONALES ORALIDAD Y ESCRITURA, COMUNICACIÓN ALTERNATIVA CIRCULACION Y DIFUSION DE LA COMUNICACIÓN EN LOS MOVIMIENTOS SOCIALES
ASESORA::
Lcda. LISETH BOYER
TRIUNFADORAS: ESCALONA ANA MENDOZA VIRGINIA
SABANA DE PARRA, NOVIEMBRE 2012.