INDICE II. INDICE DE FIGURAS
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III. RESUMEN
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IV. OBJETIVOS
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V. MARCO TEORICO
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1. Introducción
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2. Tratamientos térmicos
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2.1 Recocido
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2.1.1 Factores que influyen en el recocido
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2.1.2 Tipos de recocido
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2.1.2.1 Recocido de homogeneización homogeneización
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2.1.2.1.1 Recocido de regeneración o de austenización completa
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2.1.2.1.2 Recocido de austenización incompleta
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2.1.2.2 Recocido de ablandamiento o industrial
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2.1.2.3 Recocido de recristalización
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2.1.2.4 Recocido isotérmico
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2.1.2.5 Doble recocido
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2.2 Normalizado
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VI. CONCLUSIONES
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VII. BIBLIOGRAFIA1 BIBLIOGRAFIA1
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VIII. ANEXOS
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II. INDICE DE FIGURAS Figura 1: Recocido de regeneración (o de austenización completa)
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Figura 2: Recocido de austenización incompleta
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Figura 3: Recocido de ablandamiento o industrial
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Figura 4: Recocido de ablandamiento o industrial
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Figura 5: Recocido isotérmico
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Figura 6: Normalizado
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III. RESUMEN En este informe se pone de manifiesto los tipos de tratamientos térmicos que se le aplican al acero dependiendo de las características que se necesite.
IV. OBJETIVOS
Conocer los tratamientos térmicos de recocido y normalizado
V. MARCO TEORICO 1. INTRODUCCIÓN Al añadir ciertos elementos (azufre, cobalto, cobre, cromo, tungsteno, manganeso, molibdeno, níquel, vanadio…) en la aleación del acero se consigue mejorar algunas de sus
propiedades, obteniendo aleaciones específicas para determinadas aplicaciones industriales, como herramientas, cuchillas, fijaciones, soportes,…. Sin embargo la diferencia de comportamiento entre los diversos aceros depende, no sólo de su composición química, sino también del tipo del tratamiento térmico a los que se les someta. Existen piezas que están sometidas a condiciones de trabajo que requieren propiedades específicas para soportar esfuerzos de choque, vibraciones y rozamiento superficial. Para soportar estas condiciones de trabajo, se requiere tenacidad elevada, resistencia, y una gran dureza superficial. Por este motivo se realizan los tratamientos térmicos, que son procesos en los cuales mediante una sucesión de operaciones de calentamiento y enfriamiento, se modifica la microestructura y la constitución de los metales y aleaciones sin variar su composición química. Con ellos se pueden alcanzar algunos de los objetivos siguientes:
Conseguir la estructura de menor dureza o mejor maquinabilidad. Eliminar la acritud que origina el trabajo en frío. Eliminar las tensiones de cualquier origen, que pueden ser la causa de deformaciones después del maquinado, o producir roturas en servicio. Eliminar las tensiones internas, originadas por deformación de la red atómica, las cuales elevan la dureza y aumentan la fragilidad. Conseguir una estructura más homogénea que antes de dar el tratamiento térmico. Conseguir máxima dureza y resistencia. 4
Mejorar la resistencia a los agentes químicos. Variar alguna de las características físicas. Ocasionar modificaciones estructurales, de dimensión y de forma de los microconstituyentes, sin modificar su naturaleza. Producir mediante procesos químicos o químico-físicos, modificaciones en la composición química del material en su superficie. Conferir propiedades particulares a las capas superficiales.
2. TRATAMIENTOS TÉRMICOS Los tratamientos térmicos más importantes son: temple, recocido, revenido y normalizado. Con su aplicación se consiguen estructuras más blandas y más mecanizables, con mayor dureza y resistencia. Otro aspecto que mejoran es la homogeneización de la estructura.
2.1. RECOCIDO
Se trata de calentar el metal hasta una determinada temperatura y enfriarlo después muy lentamente (incluso en el horno donde se calentó). De esta forma se obtienen estructuras de equilibrio. Son generalmente tratamientos iniciales mediante los cuales se ablanda el acero. . El recocido se utiliza con los siguientes fines:
Para regenerar la estructura cristalográfica afinando el grano.
Eliminar las tensiones internas producidas mediante los tratamientos termomecánicos o mecánicos en frío de forja, estampado, laminado, distintos maquinados, etc. Eliminar los efectos del trabajo en frío (Acritud).
Para "ablandar" los aceros ya que de esta manera se los proporciona con la mayor proporción de ferrita posible, constituyente este sumamente blando, y posibilitar así o facilitar material apto para realizar tratamientos mecánicos en frío (Recocido de ablandamiento o industrial). Ello es posible por haber logrado, en el enfriamiento, estructuras ferritoperlíticas que son más blandas que las bainíticas o las martensíticas. El recocido proporciona a los aceros valores de dureza sumamente bajos.
Para mejorar las propiedades de las piezas tratadas en virtud de una mejor distribución en toda la masa de los distintos componentes químicos o estructurales. (Recocido de 5
homogeneización). Así, con el recocido podemos lograr la total eliminación de la acritud y las tensiones internas en la masa metálica y el afinado de la estructura cristalina y la total desaparición de los efectos del temple que pueda haberse realizado con anterioridad.
2.1.1. FACTORES QUE INFLUYEN EN EL RECOCIDO
Temperaturas de recocido La temperatura que se debe alcanzar en el tratamiento de recocido, el tiempo de estabilización (homogeneización) y el período de enfriamiento varían según el tipo de recocido que se desee hacer (finalidad que se desee alcanzar), naturaleza del material y tamaño de las piezas. Para lograr simplemente la disminución de tensiones bastará un calentamiento a una temperatura aproximada a Ac1 (650-700° C). En este caso el calentamiento debe ser tanto más prolongado cuanto menor sea la temperatura de recocido, mientras que si deseamos restaurar totalmente el cristal proporcionando una estructura totalmente uniforme, deberá calentárselo durante algunas horas a una temperatura superior al Ac3.
Tiempo de calentamiento El tiempo de permanencia de las piezas a la temperatura de recocido, es función del espesor, y puede fijarse en un tiempo no inferior a una hora por cada 25 mm de espesor en la sección de su parte más gruesa. Este tiempo es preciso empezar a contarlo desde el instante en que toda la masa de acero ha alcanzado la temperatura deseada. Los calentamientos en baños de sales requieren menos tiempo, debido a que en ellos el calor se transmite con más rapidez.
Velocidad de enfriamiento Ha de ser lo suficientemente lenta para permitir que todas las transformaciones de la austenita se desarrollen en la zona superior de la reacción perlítica. Se obtiene así una estructura formada por ferrita o cementita proeutectoides, según el tipo de acero, y perlita laminar.
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2.1.2. TIPOS DE RECOCIDO
Este tratamiento térmico muy utilizado y según las temperaturas que se alcanzan en el proceso se puede distinguir los siguientes tipos:
2.1.2.1. Recocido de homogeneización: Al solidificar una aleación de composición CI el primer sólido es rico en el componente A (mayor punto de fusión) y el último es más rico en B. Esto da una heterogeneidad en el interior del grano. Con el recocido de homogeneización se pretende homogeneizar la composición, calentando casi hasta la temperatura solidus (con esto también homogeneizamos las propiedades). Se usa en aceros de alto contenido de C o en piezas obtenidas por colado (aceros brutos de colada) con el objeto de eliminar las grandes diferencias estructurales que se producen en los aceros sobrecalentados u obtenidos por este método (solidificación del lingote). El calentamiento en el recocido de regeneración (Homogeneización), es el de mayor temperatura realizándose a 20 -50 ° C por encima del AC3, con el objeto de obtener una austenización completa y homogénea, tratando de favorecer al máximo la difusión; solamente queda limitada por el peligro de quemar el acero, ya que el sobrecalentamiento que pueda originarse, se eliminará posteriormente durante el trabajo de laminación en caliente. La temperatura deberá ser tanto mayor cuanto menor sea el tenor de C que posea el acero. Como en todos los tratamientos térmicos, en este, el enfriamiento es la etapa fundamental del proceso, por lo cual deberán extremarse en esta parte del tratamiento los controles correspondientes. Si se desea obtener una estructura fina de ferrita y eutectoide, para un acero hipoeutectoide, el enfriamiento debe realizarse dentro de los límites prefijados, con una velocidad mayor tendente a evitar el crecimiento del grano cristalino; la velocidad de enfriamiento debe ser tanto mayor cuanto menor sea su contenido de C. Hay dos tratamientos: - Recocido de regeneración (o de austenización completa) - Recocido de austenización incompleta Se denominan recocidos supercríticos porque requieren la austenización previa del acero al menos por encima de la temperatura crítica Ae. Tienen por finalidad ablandar el acero para poder mecanizarlo o conformarlo en frío. Ello es posible por haber logrado, en el enfriamiento, una estructura ferrito-perlítica que es más blanda que la bainítica o la martensítica.
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2.1.2.1.1. Recocido de regeneración (o de austenización completa) Para efectuar un recocido de regeneración se calienta el acero hasta una temperatura T superior a su A3c, (T > A3c) y se mantiene a esa temperatura hasta lograr la estructura austenítica en todos los puntos de la masa de acero. Desde esa temperatura el enfriamiento debe ser suficientemente lento ( Figura 1 ) con el fin de lograr los constituyentes de equilibrio del diagrama Fe-Fe3C. El enfriamiento debe ser más lento que en el normalizado. Conviene enfriar rápidamente entre A3r y Ae, con el fin de disminuir el tiempo total del tratamiento. Ese rápido enfriamiento conlleva que se obtienen granos de ferrita proeutectoide finos y, por tanto, no se obtiene el máximo ablandamiento. Después, desde una temperatura ligeramente superior a Ae, debe enfriarse muy lentamente para obtener perlita laminar gruesa. Una vez lograda totalmente la estructura ferrito-perlítica la velocidad de enfriamiento ya es indiferente. Suele hacerse al aire. Por razones técnicas el recocido de regeneración sólo se emplea en aceros hipoeutectoides cuando se desea obtener perlita laminar; por ejemplo, para un posterior fresado. Por razones económicas se prefieren otros recocidos; por ejemplo, el recocido de austenización incompleta o, incluso, el recocido subcrítico. El recocido de regeneración no se emplea en aceros hipereutectoides porque comporta riesgos de sobrecalentamiento y/o quemado.
2.1.2.1.2. Recocido de austenización incompleta Para efectuar un recocido de austenización incompleta se calienta la pieza de acero hasta una temperatura T1 comprendida entre Ae y A3c. [T1 (Ae, A3c)]. Se mantiene a esa temperatura un tiempo menor que el preciso para lograr plenamente las fases de equilibrio, que son ferrita y austenita. A esa temperatura habrá cementita además de ferrita y austenita. Esa cementita proviene de la perlita que tenía previamente el acero (o de bainita o martensita) y no se descompuso plenamente en hierro y átomos de carbono durante el calentamiento a T1. ( Figura 2). A continuación se enfría lentamente la pieza de acero desde esa temperatura T1. Al término de la transformación se obtiene una estructura de ferrita y de un agregado que recibe el nombre de globulita. Su morfología está constituida por glóbulos de CFe3 dispersos en una matriz de ferrita. La estructura del acero después de este recocido de austenización incompleta resulta más blanda que la obtenida en el recocido de regeneración y, por tanto, más ventajosa para poder efectuar luego operaciones de conformado en frío del acero o de torneado. En definitiva, para ablandar un acero, resulta casi siempre ventajoso el recocido de austenización incompleta respecto al recocido de regeneración. Además, éste recocido, al requerir temperaturas de austenización inferiores a A3, consume más energía. Por otra parte el 8
recocido de austenización incompleta no presenta riesgos de sobrecalentamiento y puede emplearse también en aceros hipereutectoides.
2.1.2.2. Recocido de ablandamiento o industrial. El recocido subcrítico es otra modalidad de tratamiento empleado para ABLANDAR AL ACERO. Se realiza calentando la pieza de acero hasta una temperatura próxima e inferior a Ae (aproximadamente 700° C) y permaneciendo un tiempo a esa temperatura. La velocidad de enfriamiento tras el recocido subcrítico puede ser cualquiera ya que no hay transformaciones alotrópicas. (Figura 3) La estructura que se logra al término de esa permanencia a temperatura constante es de cementita globular repartida en una matriz de ferrita. La obtención de esa estructura ablanda el acero cualquiera que sea su estructura inicial; tanto si la estructura previa fuera de martensita, como si se tratara de bainita o de perlita (Revenido de la bainita y de la perlita). El ablandamiento que se logra, luego de permanecer a la temperatura subcrítica del tratamiento, es suficiente para el fin que se persigue en la mayor parte de los aceros utilizados para maquinaria: el mecanizado. No se llega a valores de dureza tan bajos como en el caso del recocido de regeneración. El ritmo de ablandamiento, en función del tiempo de permanencia a la temperatura fijada, es rápido al principio y decrece asintóticamente. Al cabo de un cierto tiempo, por más que se prolongue el tratamiento, llega a ser casi nulo el ablandamiento que se consigue. Este tipo de recocido suele denominarse también "recocido globular", habida cuenta de la forma adoptada por la cementita. Con todo parece más propio reservar ese nombre, y así suele hacerse, para los recocidos de austenización incompleta. Para algunos aceros aleados, autotemplantes y de herramientas, suele resultar insuficiente el ablandamiento logrado por recocido subcrítico y se requieren recocidos de austenización completa o incompleta. Con las limitaciones sindicadas en el párrafo anterior el recocido subcrítico presenta varias ventajas respecto a los recocidos supercríticos:
Ahorra energía al no precisar temperaturas que superen Ae No presenta los riesgos de deformación y/o agrietamiento de la pieza por transformaciones alotrópicas, que no existen en este tratamiento. Las variaciones dimensionales debidas a la transformación alotrópica α
γ durante el
calentamiento son inherentes a cualquier tratamiento que requiera austenización y hacen necesario que el calentamiento hasta alcanzar la temperatura de austenización sea lento. Tanto más lento cuanto mayor sea el tamaño de las piezas. Esos riesgos de tensiones, deformaciones y grietas durante el calentamiento hasta austenización son comunes a los recocidos de 9
regeneración y de austenización completa, al temple, al normalizado, a la forja en estado gamma, etc. Si se desea obtener perlita globular, más blanda que la perlita laminar deberá realizarse el recocido de globulación que consiste en llevar repetidas veces al metal por encima y por debajo del AC1, con lo que se logra que la cementita precipite, formándose glóbulos de la misma en la matriz de ferrita. La operación se realiza de acuerdo al diagrama. (Figura 4)
2.1.2.3. Recocido de recristalización: Se realiza sobre aceros que hayan sufrido anteriormente tratamientos mecánicos de deformación en frío, como ser estampado, forja, laminado o trefilado y tiene como objeto el regenerar en el metal su estructura cristalina original y eliminar las tensiones internas que puedan producir fragilidad a fin de hacerlo más apto para resistir los esfuerzos a que se vea sometido. Las temperaturas y tiempos de enfriamiento se escogen según el acero a tratar y el grado de acritud del mismo. En general a 650-700 °C con enfriamiento por aire, los granos de ferrita deformados por el tratamiento mecánico, recuperan su estado poliédrico de cristalización con lo cual vuelven a poseer su anterior ductilidad.
2.1.2.4. Recocido isotérmico Varias son las razones que pueden aconsejar el empleo del RECOCIDO ISOTÉRMICO para un determinado acero, tanto si el calentamiento ha sido de austenización completa como de austenización incompleta.
Puede fijarse esa temperatura constante y la transformación de la austenita será uniforme en cualquier punto de la pieza. Ello permite controlar el espaciado entre láminas, So, de la perlita, y la regularidad de esa perlita tanto en las zonas masivas como en las de menor sección de la pieza. Puede elegirse una temperatura de las sales fundidas de forma que toda la austenita se transforme plenamente en perlita diluida (sin aparición de ferrita proeutectoide), y ello permite, además, enmascarar la estructura bandeada característica de los aceros forjados.
El recocido isotérmico se hace particularmente necesario cuando el acero tiene gran templabilidad; como ocurre con muchos aceros autotemplantes empleados para herramientas. En esos casos el lento enfriamiento continuo entre Ae y Ae -50 ºC, necesario para posibilitar la transformación de la austenita en perlita, puede durar días, pues de lo contrario las estructuras finales serían bainíticas o martensíticas. En cambio, con enfriamiento isotérmico, la transformación isotérmica de la austenita en perlita puede realizarse brevemente: habida cuenta de la gran capacidad de absorción de calor de las sales fundidas si se compara con la del aire caliente. 10
Eso mismo justifica que, para aceros de gran templabilidad, después de conformar una pieza en estado gamma se aconseje su inmediata inmersión en sales fundidas cuya temperatura sea inferior y próxima a Ae. Si, en cambio, esa pieza se dejara enfriar al aire después de la forja se obtendría una estructura dura, de bainita o martensita, inadecuada para aquellas operaciones complementarias. Con ese enfriamiento isotérmico después de forja se ahorra energía al lograr directamente una estructura perlítica, blanda, apta para las operaciones de mecanizado y taladros que la pieza requiera a continuación. Recuérdese que la resistencia mecánica, Rm, de la perlita es inversamente proporcional a la raíz cuadrada del espaciado interlaminar So. Desde las temperaturas de austenización total o parcial, el acero es enfriado por inmersión en un baño de sales fundidas cuya temperatura sea constante. Esa temperatura debe ser inferior (y próxima) a la temperatura Ae. Se le mantiene en dicho baño hasta lograr la total transformación de la austenita en perlita, luego de lo cual se le enfría al aire. En este caso el tratamiento se denomina recocido isotérmico. ( Figura 5) Con este tratamiento se obtienen los mismos resultados que con el recocido industrial, consiguiéndose en algunos casos una mejor maquinabilidad y siempre un substancial ahorro de tiempo en la operación.
2.1.2.5. Doble recocido: Esta operación consiste en la ejecución de un recocido de regeneración seguido de un recocido de ablandamiento, realizado cuando el acero se halla todavía caliente. Permite obtener grados de dureza sumamente bajos.
2.2. NORMALIZADO
Consiste en llevar el acero por encima del Ac3, con el objeto de conseguir su austenización completa, homogeneizarlo en ese estado y enfriarlo, con mayor velocidad que en el recocido, por lo general al aire libre. El calentamiento se realiza a una temperatura algo mayor que el recocido completo (temperatura de austenización 40-60 ºC por encima de Ac3) y la mayor velocidad de enfriamiento permite obtener estructuras perlíticas laminares muy finas. Uno de los peligros del recocido consiste en que, en razón de su enfriamiento lento, pueden reproducirse las estructuras gruesas originales. Esto no ocurre en el normalizado pues su mayor velocidad de enfriamiento lo impide. La mayor temperatura a que se realiza el proceso, acorta el período de homogeneización, por lo que, reduciéndose el total del tiempo de operación (se tarda menos para austenizar plenamente la estructura cuanto más alta es la temperatura de austenización). Pero no se deben sobrepasar las temperaturas recomendadas a fin de evitar los riesgos de sobrecalentamiento y quemado. Es procedimiento más económico, 11
y muy apto para el tratamiento de piezas coladas, por cuya causa se ha difundido muy ampliamente. En síntesis, el normalizado es apto para:
Eliminar tensiones producidas por operaciones anteriores. Preparar el acero para operaciones de mecanizado merced a la estructura blanda obtenida. Proporcionar mejores propiedades mecánicas en razón de su estructura perlítica fina.
En aceros hipoeutectoides, la temperatura a que deberá llevarse la pieza será de 40-60 °C mayor que su AC3. En aceros hipereutectoides, mayor que su Acm. Realizando esta misma operación en algunos aceros aleados (Cr, Ni, Cr-Ni, Mn, etc.), denominados autotemplantes (enfriamiento al aire quieto), se obtiene una estructura martensítica sumamente dura. Si un acero hipoeutectoide no es autotemplante (es decir si no se produce martensita por simple enfriamiento al aire desde el estado austenítico, no lo son los aceros al carbono ni los aceros de baja aleación-) el enfriamiento al aire desde el estado austenítico suele producir estructuras de ferrita y perlita laminar en la periferia y en el núcleo de la pieza normalizada ( Figura 6 ). Si la pieza normalizada es de gran tamaño, la estructura perlítica en el núcleo de la pieza resultará más gruesa que en su periferia; porque el enfriamiento periférico ha sido más rápido. Por tanto la carga de rotura de una probeta extraída del centro de esa pieza de grandes dimensiones resultará menor que la de otra probeta extraída de una zona cercana a la superficie. Con el tratamiento de normalizado se intenta obtener una estructura ferritoperlítica"normal" del acero, con tamaños de grano ferrítico iguales o apenas inferiores al valor 7 ASTM. Este tratamiento suele tener por finalidad corregir la estructura de Widmanstátten derivada de un tamaño austenítico grande. Y, en general, afinar el grano austenítico de los aceros en estado bruto de moldeo (o bruto de laminación), o sobrecalentados durante una austenización. Otras veces el normalizado se utiliza como alternativa del temple+revenido. En ese caso se pretende simplemente lograr una estructura de perlita laminar — diluida y fina — distribuida en una matriz de ferrita proeutectoide de grano fino. Con esa estructura micrográfica la carga de rotura Rm del acero (ref VIII.1.6) y su tenacidad pueden resultar suficientes para muchos de los requerimientos en servicio; sin necesidad de templar y revenir el acero. Así, gran parte de los aceros empleados en ferrocarriles — raíles, ruedas, etc — se utilizan en estado normalizado.
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La refrigeración al aire desde el estado gamma resulta más rápida que el enfriamiento de equilibrio correspondiente al diagrama Fe-Fe3C. Suele considerarse de equilibrio el enfriamiento que tendría lugar, desde el estado gamma del acero, muy lentamente, en el interior de un horno a puerta cerrada, como habitualmente se hace en el recocido de regeneración. Por tanto, si se comparan los resultados de un normalizado con los de un recocido de regeneración en un mismo acero hipoeutectoide de contenido en carbono C1 %, el acero normalizado presentará: mayor proporción de perlita; menor diámetro de grano de la ferrita proeutectoide; menor separación S0 entre láminas de cementita; y más proporción de ferrita en el interior de la perlita. En conclusión, el límite elástico, la carga de rotura, la dureza y, casi siempre, la tenacidad del acero normalizado resultarán mayores que la del acero recocido. Generalmente, en casi todos los materiales, cuando aumenta la dureza disminuye la tenacidad. Pero en el caso de un acero normalizado no necesariamente resultará menor su tenacidad que la de ese mismo acero en estado recocido y por tanto más blando: adviértase que tras normalizado las láminas de la cementita perlítica resultarán más delgadas que en el recocido. Esas láminas delgadas pueden por tanto resultar menos frágiles que las gruesas al admitir una cierta deformación plástica en servicio; y si llegan a quebrarse durante la deformación mecánica, las microgrietas generadas pueden quedar detenidas en el interior de la ferrita que acolcha la lámina de cementita quebrada. Con lo que, según resulte el grado de dilución de la perlita, también la tenacidad puede resultar mejorada por un normalizado. Se trata de calentar el metal hasta su austenización y posteriormente dejarlo enfriar al aire. La ventaja frente al recocido es que se obtiene una estructura granular más fina y una mayor resistencia mecánica. La desventaja es que la dureza obtenida es mayor. Mediante este proceso se consigue:
Subsanar defectos de las operaciones anteriores de la elaboración en caliente (colada, forja, laminación,…) eliminando las posibles tensiones internas.
Preparar la estructura para las operaciones tecnológicas siguientes (por ejemplo mecanizado o temple).
El normalizado se utiliza como tratamiento previo al temple y al revenido, aunque en ocasiones puede ser un tratamiento térmico final. En el caso de los aceros con bastante contenido en carbono y mucha templabilidad, este tratamiento puede equivaler a un temple parcial, donde aparezcan productos perlíticos y martensíticos. Para aceros con bajo contenido de carbono no aleados no existe mucha diferencia entre el normalizado y el recocido. Cuando se trata de aceros de contenido medio en carbono (entre 0.3 – 0,5%C) la diferencia de propiedades es mayor que en el caso anterior; en general, el proceso de normalizado da más dureza.
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VI. CONCLUSIONES Con el termino del informe se ha podido reconocer los tratamientos térmicos recocido y normalizado que se aplican al acero.
VII. BIBLIOGRAFIA
http://www.tecnosefarad.com/wpcontent/archivos/bach_2/materiales/T3_tratamientos_termicos.pdf http://www6.uniovi.es/usr/fblanco/Tema1.TratamientosAceros.pdf
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VIII. ANEXOS Figura 1
Figura 2
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Figura 3
Figura 4
Figura 5
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Figura 6
Definiciones de temperaturas de transformación en hierro y aceros Temperatura de transformación: aquella a la que ocurren cambios de fase; algunas veces define los límites de un rango de transformación.
Acm. En aceros hipereutectoides, límite de solubilidad de carbono en la austenita. Ac1. Temperatura a la cual comienza a formarse austenita durante el calentamiento (la c deriva del francés chauffant) Ac3. Temperatura a la cual se completa la transformación de ferrita en austenita durante el calentamiento. Aecm, Ae1, Ae3. Temperaturas de cambios de fase en equilibrio. Arcm. En aceros hipereutectoides, temperatura a la que comienza la precipitación de cementita durante el enfriamiento (la r deriva del francés refroidissant) Ar1. Temperatura a la cual se completa la transformación de austenita a ferrita o a ferrita más cementita durante el enfriamiento. Ar3. Temperatura a la cual la austenita comienza a transformar en ferrita durante el enfriamiento. Ar4. Temperatura a la cual la ferrita- se transforma a austenita durante el enfriamiento. Ms. Temperatura a la cual comienza la transformación de austenita a martensita durante el enfriamiento. Mf . Temperatura a la cual finaliza la transformación de austenita a martensita durante el enfriamiento 17