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En .este libro informativo y entretenido, StanJey Coren -autor de La inteligfllcia de los perros- enumera no sólo los sonidos, palabras, acciones y movimientos con los que podemos comunicarnos de manera efectiva con nuestros perros, sino que también descifra los signos que éstos nos envían: el meneo de su cola, el vaivén de sus orejas, el movimiento de su cuerpo así como sus ladtidos. Así, nos abre las puertas de su maravilloso mundo comunicativo. equipando a los amantes de los perros con las habilidades que necesitan rara mejorar las relaciones con sus animales de compañía. Dibujos originales ilustran las sutilezas de su lenguaje corporal, y se incluye un práctico glosario de consulta. Como todo dueño admitirá, los Faros tienen una increíble habilidad para responder a los matices del habla humana. Aunque conversaciones como aquéllas de las que parece ser capaz Lassie y otros perros de Hollywood siempre estarán fuera de nuestro alcance, la investigación y la observación demuestran que es posible establecer una intensa comunicación real que vaya más allá del simple hecho de dar órdenes y obedecerlas. Este libro explora los límites del lenguaje canino y examina sus posibilidades. ProporcIOna a los dueños las claves necesarias para interpretar correctamente no sólo la información sino también los estados emocionales, brindando consejos taciles de seguir para imitar el lenguaje
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CONVEBtE CON SU PERRO
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How TO SrUK DOG Edición original
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Traducción ALBERT
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RAQYELCA."E Diseño de interior
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VERÓNICA LEMaS
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Diseño de tapa
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Este libro está dedicado a mi viejo amigo y respetado colega Pe ter Suedfeld, a su esposa, Phyllis Johnson, y a su no-perro, Buckshot (Perdigón)
©
2000
© ©
2000 2001
Stanley Coren Laura Hartman Maestro. ilustraciones de Interior Ediciones BArgentina S.J. Paseo Colón 221 - 6' - Buenos Aires - Argentina
ISBN 950,15-2208-3 Impreso en la Argentina I Printed in Argentine Depositado de acuerdo a la Ley 11.723
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Esta edición se terminó de Imprimir en General Diaz 1344
PRINnNG BOOKS •
Avellaneda - Prov. de Buenos Aires - Argentina.
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en el mes de abril de 2001.
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INDICE
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PREFACIO
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2 EVOLL·CIÓN y LENGUAJE ANIMAL
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UN PERRO ESCUCHA
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4 ¿REAL.\lENTE ESCUCHA EL PERRO?
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5 ¿RUIDO :\NIMAL O LENGUAJE ANIMAL'
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6 EL PERRO HABLA
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7 .-\PRENDER A HABLAR
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8 H.WLAR CON LA CARA
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9 HWLAR CON LAS OREJAS
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10 H.WLAR CON LOS OJOS
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PREFACIO
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LA IMPORTANCIA DE SEÑALAR
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179
HABLAR CON EL CUERPO
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155
HABL¡\.R CON LA COLA
14
213
HABLAR CON EL SEXO
15
225
SIGNOS y TECLAS
16
239
HABLAR CON LOS OLORES
17
257
PERfl.OS H:\.BLANDO CON GATOS
LEONARDO DA VINC!,
18
DIALECTOS PEfl.RUNOS
Cuaderno de notas, hacia 1500
273
19
¿Es
LENGUAJE?
285
20
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HABLAR PEfl.fl.lJNO
y
MATEfl.NÉS CANINO
295
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POSFACIO
UNA ÚLTIMA CUESTiÓN
317
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ApÉNDICE
DICCIONARIO VISUAL Y
GLOSARIO DE fRASES PERRUNAS
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El hombre tiene un gran poder de habla, pero la mayor parte de lo que dice es vano y engañoso. Los animales apenas pueden hablar, pero lo poco que dicen es Íltil y veraz; y es mejor una cosa pequeña y cierta que una grarl Jalsedad.
NOTAS
337
INDICE ANALÍTICO
339
319
Cuenta la leyenda que el rey Salomón tenía un anillo de plata en el que estaban grabados su sello y el verdadero nombre de Dios. Este anillo le pernútía entender a los animales y hablar con ellos. Cuando Salomón murió, ese anillo fue escondido en "una gran casa con mu chas puertas" . De joven, yo deseaba tener un anillo que me permitiera hablar con mis perros. Aunque sabía que sólo era un cuento popular, de adulto me sentí más indinado a creer que el sabio rey Salomón podía hablar con los animales, incluso sin el anillo mágico del que nos habla la leyenda, porque nosotros también podemos aprender a hablar con ellos. La "magia" que había en el anillo de Salomón es una comprensión de cómo se comuni can los animales, y ésta se encuentra en la ciencia, que es la casa con muchas puertas. Los conocimientos necesarios son similares a los que se precisan para hablar cualquier lenguaje. Para hablar con un perro, lo pri mero que debe hacerse es aprender el \'ocabulario; concretamente, aque llo de lo que se componen las "palabras" en su lenguaje canino. También debe aprenderse la "gramática" del lenguaje o lo que es lo mismo: cómo hay que unir y combinar esas palabras, para formar "frases" y enviar y recibir así mensajes dotados de significado.
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CONVEB2-E
PREFACIO
CON SU PERRO
13
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Este libro trata de la comunicación de los perros: cómo "hablan" entre ellos, cómo entienden los mensajes que les envían los humanos y cómo los humanos pueden int~rpretar las ideas que el perro está in tentando transmitir. Comprender cómo se comunican los perros au menta considerablemente nuestra capacidad de saber qué sienten y piensan y cuáles son sus intenciones. También nos proporciona más forma de decirles lo que queremos que hagan y de controlar su con ducta. Esto no significa que vayamos a mantener con ellos profundas conversaciones sobre historia natural o filos06a moral; ni tan siquiera sobre las últimas películas de Hollywood. Por otra parte, he descubier to que mis conversaciones con los perros suelen ser más ricas y pro fundas que las que mantengo con mis nietos de dos y tres años de edad, y a menudo giran en torno a temas muy similares. Conocer el lenguaje canino también evita que sUljan ciertos malentendidos muy habituales entre los seres humanos y las criaturas caninas. Durante nuestras "lecciones de lenguaje" hablaremos de ciertos perros notables y veremos lo listos que pueden llegar a ser algunos perros normales y corrientes. También iremos viendo el efecto que la presencia humana ha tenido sobre la capacidad lingüística de los pe rros durante la larga historia de la domesticación de nuestros primeros compañeros animales . Algunos de mis colegas científicos podrian objetar el uso que doy a la palabra "lenguaje" cuando hablo de la capacidad de comuni caéión de los perros. Durante mucho tiempo se ha creído que el len guaje es una habilidad exclusiva de los humanos. No obstante, a lo largo de este libro quedará patente la gran similitud que existe entre las pautas de comunicación de los humanos y las de los perros. Como psicólogo, no tengo ningún inconveniente en sacar conclusiones so bre el aprendizaje humano basándome en datos obtenidos del estudio de ratas o monos, y lo mismo puede decirse de la mayoria de investi gadores. Seria una evidente insensatez seguir con esta práctica si se creyera que el aprendizaje humano es radicalmente distinto, en su na turaleza, del que encontramos en otros animales. Así pues, suele sor prenderme que cuando se habla de lenguaje y comunicación, algunos conductistas dejen de creer en la evolución progresiva de las capacida des e insistan en que una diferencia radical separa el lenguaje humano de la comunicación animal. La cuestión de si el "verdadero" lenguaje es exclusivo de los seres humanos es un tema muy interesante dotado de una larga y fascinante historia que se irá desvelando durante nues tro intento de aprender a entender y hablar el lenguaje de los perros.
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Querría expresar mi gratitud a mi esposa loan, que hizo ex tensos comentarios sobre la primera versión de este manuscrito, así como a nuestra hija Karen, algunas de cuyas sugerencias también me fueron de gran ayuda. También querría agradecer a mis perros, Wiz, Odín y Dancer (Bailarín), por sus sutiles explicaciones sobre ciertos aspectos del lenguaje canino.
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(1621-1695)
"El granjero, el perro y el zorro"
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Estoy seguro de que prácticamente cualquier ser humano ha querido, en un momento dado. ser el doctor Dolittle o poseer el anillo del rey Salomón para poder así entender a los animales y
hablar con ellos. En mi caso, los animales con los que más deseaba
hablar eran los perros. Recuerdo que un anochecer de wrano esta ba sentado en el suelo de la sala de estar frente a la gran radio
familiar,junto a mi beagle, Skippy. Con la espalda apoyada en un
enorme síllón, esperaba a que empezara el programa de radio que
protagonizaba mi estrella de cine favorita. La sintonía del programa
comenzó a sonar -creo que era la ronada tradicional "Green
Sleeves"-, y unos instantes después pude oír su "voz". Ladraba en
la lejanía y se iba acercando cada vez más ...
Mucho antes de la oleada actual de estrellas de cine caninas como Benji y Beethoven, y de sus colegas televisivos, Eddie,Wíshbone y el Pequeño Vagabundo, estuvo Lassie. Lassíe era mucho más que una perra; era una amiga y una fiel compañera. Era una defensora de la justicia, una valíente protectora y una aguerrida luchadora .
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CONVEW-E
CON SU PERRO
CONVERSACIONES CON CANES
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El perro que quizás haya contribuido más a dar forma al con cepto popular de los perros y su inteligencia era un personaje de un relato de Eric Knight publicado en 1938 por e! Saturday ElIening Post. El relato fue tan bien acogido que en 1940 Knight lo amplió, convir tiéndolo en un bestseller y en 1943 sirvió de base a una conmovedora película titulada Lnssie Come Home (La cadena invisible o Lassie vuelve a casa). Filmada en magníficos colores y ambientada en Gran Bretaña, trata de una familia acosada por las dificultades económicas que se ve obligada a vender a su fiel perra collie, Lassie, a un noble que adora a los perros. La hija de! conde fue interpretada por una jovencísima Elizabeth Taylor. Lassie huye del cruel encargado de las perreras del duque de Rudling y consigue ir de Escocia a Inglaterra para volver a casa con su joven dueño, e! actor Roddy McDowall. El papel de Lassie no fue interpretado por una hermosa perra, sino por un perro llamado Pal (Amigo).De hecho, desde entonces Lassie ha sido siempre inter pretada por algún imitador de hembras perteneciente a la raza collie. Se prefería a los machos porque son más grandes y menos tímidos que las hembras. Además, cuando una perra no esterilizada entra en celo (lo cual sucede dos veces al año), suele perder gran parte del pelaje. Que el grosor del pelaje de Lassie variara de una escena a otra no sólo habría dejado bastante perplejos a los espectadores, sino que además hubiese sido la pesadilla del montador cinematográfico. Cuestiones de género aparte, Lassie causó un enorme impacto en nuestro concepto de cómo piensan y actúan los perros. Eso se de bió en parte a la cantidad de material sobre ella al que nos vimos expuestos. Hasta el momento ha habido diez largometrajes que cuen tan sus hazañas. En ellos, Lassie ha conseguido dejar en un segundo plano a algunas de las mayores estrellas de Hollywood, entre las que figuran James Stewart, Helen Slater, Nigel Bruce, EIsa Lanchester, Frederic Forrest, Mickey Rooney y muchos más. También hubo una serie televisiva que permaneció en antena desde 1954 hasta 1991 (con algunas interrupciones), utilizó seis escenarios distintos y tuvo varios repartos. En algunas temporadas, las familias de Lassie incluyeron ros tros tan conocidos como Cloris Leachman y June Lockhart. Muchos de esos episodios todavía se reponen en la pequeña pantalla. Incluso hubo una serie de dibujos animados (Lnssid' ResClIe Rangers) destinada a la programación infantil. El pape! más extraordinario entre todos los que interpretó Lassie fue quizás el de protagonista de una serie radiofónica que se emitió desde 1947 hasta mediados de los cincuenta; yo era uno de sus jóvenes
fans. Apostaría a que, dada la mentalidad mediática de hoy, los produc tores de una serie radiofónica protagonizada por un perro partirían de
la base de que había que darle una voz humana a Lassie para que
pudiéramos oír sus pensamientos y saber qué quería decir en cada momento. Sería una suave voz femenina, de edad indeterminada, qui
zá con un ligero acento escocés para recordarnos su origen. Esos pri meros episodios radiofónicos, no obstante, fueron fieles a la personali dad que Lassie había adquirido en la pantalla. Lassie nunca habló e!
lenguaje humano: sólo ladraba. Un aspecto digno de mención es que, aunque todos los ladridos del programa corrían a cargo de Pal, los gañidos,jadeos, gruñidos y resoplidos eran convincentemente produ cidos por actores humanos.
Una parte de la magia del programa estribaba en que Lassie no tenía que hablar inglés, español, alemán, francés u otra lengua humana. Su familia y todos los que la oían podían entenderla sin ninguna difi cultad. Un típico comienzo de episodio podría ser el siguiente: Lassie llega corriendo a un campo, ladrando y gimoteando desesperadamente. Su joven dueño le pregunta:
-¿Qué te pasa, chica? -y Lassie ladra.
-¿Le ha ocurrido algo a mamá? -interpreta él, y Lassie ladra y gimotea. -Oh, no... ¡Se ha hecho daño! Papá le dijo que no usara esa máquina cuando estuviera sola. Ve a buscar al doctor Williams. Lo vi bajar de su coche delante de la granja de 10sJohnson.Yo iré a casa a ver si puedo hacer algo. El muchacho va corriendo a casa. Lassie ladra y parte en busca de ayuda. El doctor, naturalmente, entenderá cada ladrido y gimoteo, y también acudirá al rescate. En otros episodios y otros momentos, los ladridos de Lassie ad vierten que vienen unos maleantes, que hay objetos robados o escon
didos cerca, o informan a su dueño que alguien miente o está dicien
do la verdad. Lassie parece hablar un lenguaje universal. Hay un episodio en el que un muchacho francés va a vivir con su tia después de que su familia muere trágicamente. El pobre niño no habla inglés.Afortuna damente, no necesita hablarlo. Lassie habla el lenguaje universal de los ,perros (llamémoslo "perruno"). El niño lo entiende de inmediato, por supuesto, dado que, al parecer, los perros franceses usan ese mismo lenguaje. Debido a esto, Lassie puede decirle (con más ladridos, gañidos, gemidos y algún que otro gruñido ahogado) que ha venido a un sitio I
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CONVEF2.E
CON SU PERRO
el" el que la gente quiere ser su amiga, aunque hay un niño bastante malo con el que debería tener cuidado. Lassie consuela al muchacho, lo integra en la comunidad, aclara algunos malentendidos surgidos entre él y la chiquillería local y después le enseña sus primeras palabras en el idioma de su nueva patria, que son, naturalmente: "¡Lassie, eres una perra muy buena!"
Yo sentía auténticos celos de la familia y los vecinos de Lassie.
Todos comprendían el lenguaje de los perros, y además sabían cómo hacer que su perro captara exactamente lo que le estaban diciendo. Acaricié las largas orejas de Skippy y me pregunté por qué yo era tan lingüísticamente inepto. No es que yo no entendiera lo que intentaba decirme Skippy. desde luego. Cuando meneaba la cola, sabía que estaba contento. Cuan do la metía debajo de la barriga, sabía que no se encontraba bien. Cuando ladraba, sabía que venía alguien, o que quería comer, o que . quería jugar, o que estaba nervioso por algo... Bueno, el caso es que Skippy ladraba muchísimo. Cuando soltaba ese curioso aullidito aho gado típico de los beagles, yo sabía que estaba siguiéndole el rastro a algo. El que tenía carencias lingüísticas no era Skippy, sino yo. A veces, mi perro podía ser increíblemente innovador a la hora de decirme lo que quería. Un día empujó deliberadamente su cuenco del agua por el suelo de la cocina hasta hacerlo chocar con mi zapato, sólo para decir me que tenía sed y el cuenco estaba vacío. Aun así, en la mayoría de ocasiones yo no conseguía entender lo que me estaba diciendo y nuestra falta de comunicación me ponía muy triste. Ahora, después de mu chos años de investigación y estudio, creo que estoy empezando a entender el lenguaje de mis amigos caninos. Como psicólogo, tam bién he llegado a percatarme de cómo la comprensión de la comuni cación canina puede afectar las relaciones humanos-perros. En los humanos, es frecuente que el lenguaje parezca el factor individual de mayor importancia para determinar el éxito de las rela ciones sociales y la adaptación al entorno. Cuando se examinan los resultados de las investigaciones acerca de la relación entre niños discapacitados y sus familias, descubrimos que el amor yel afecto pue den surgir y perdurar incluso si el niño sufre graves problemas, con tal de que pueda hablar y entender el lenguaje a un nivel que le permita hacer uso de él. Las familias de niños aquejados por problemas meno res pero cuya capacidad lingüística se encuentra seriamente afectada, evidencian problemas sociales y de ajuste más severos, y parecen se~tir menos afecto hacia el niño y una mayor frustración. De manera similar,
CONVERSACIONES CON CANES
19
varios estudios han demostrado que el factor más importante a la hora de determinar si un inmigrante o refugiado conseguirá integrarse en su nueva sociedad es la rapidez y la eficiencia con las que aprende el lenguaje de su nuevo país. De la misma manera, la capacidad de un ser humano para entender el lenguaje del perro puede determinar hasta " q u é punto ese perro será aceptado dentro de la familia. Leer incorrectamente el estado emocional de un perro puede crearle serios problemas a su familia humana, e incluso puede llegar a resultar fatal para el perro. Estoy pensando en el caso de Finnigan, un precioso setter irlandés de un criadero de perros dirigido por una mujer llamada Melanie. Yo sabía que Melanie era una criadora muy concienzuda, cuya meticulosidad le había permitido obtener una estirpe canina que, además de fisicamente muy hermosa, era afable,juguetona y tolerante. Dicho esto, pueden imaginarse lo preocupada que se sintió Melanie cuando la familia que había comprado a Finnigan le telefoneó para quejarse de que el perro era demasiado agresivo. Le dijeron que se tiraba encima de las visitas y de los otros perros y que les gruñía. Cuando surgieron aquellos problemas, la familia contrató los servicios de un adiestrador, pero éste encontró al pe rro dificil de manejar y no consiguió eliminar aquellas manifestaciones de agresividad. Finalmente, recomendó que se le practicara la eutanasia. La familia no quería llegar a ese extremo, pero les parecía que, dadas las cir cunstancias, no podian tenerlo en casa. Melartie se ofreció a devolverles lo que habían pagado por Finnigan y les pidió que se lo enviaran. Después me telefoneó. "La verdad es que nunca he tenido que tratar con un perro agresivo -me dijo-o Me preguntaba si podrías estar conmigo cuando vaya a recogerlo, por si acaso... Bueno, por si I ocurre algo y no sé qué hacer." . Yo no podía imaginarme a uno de sus perros siendo agresivo, pero Melanie parecía tan preocupada que accedí. Fui allí para ayudarla a hacerse cargo de Finnigan. Llevé conmigo el equipo habitual para : tratar con prácticamente cualquier perro agresivo. Constaba de un par I de correas muy sólidas, un collar, un dogal especial, un bozal e incluso una manta gruesa por si había que inmovilizar fisicamente al perro tapándolo con ella para poder emplear algún utensilio de aquel equi po de control. Además, me llevé un par de gruesos guantes de cuero (que me han salvado la piel, literalmente, en unas cuantas ocasiones). Cuando llegó la camioneta que transportaba a Finnigan, me i agaché para echar un vistazo por la mirilla de su perrera portátil de I plástico marrón. No hubo gruñidos ni ladridos amenazadores, sólo un , gimoteo lleno de excitación. Aun así, optamos por ser cautelosos, por I
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2O
CONVE~E CON SU PERRO
CONVERSACIONES CON CANES
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lo que abrimos la puerta muy despacio. Y un perro rojizo la mar de contento saltó al suelo y miró alrededor, intentando averiguar dónde estaba. Después, en una respuesta claramente provocada por el entor no desconocido del muelle de carga, enseñó hasta el último diente que había en su enorme bocaza. Mi reacción fue involuntaria, pero creo que cuando me eché a reír dejé un tanto desconcertada a Melanie. Soy consciente de que para una persona que no entiende el lenguaje de los perros, el hecho de que Finnigan enseñara sus cuarenta y dos largos dientes blancos podía ser interpretado muy facilmente como una manifestación de agresividad. No obstante, un perro puede enseñar los dientes de varias maneras distintas, yen realidad la expresión que lucía Finnigan era una sonrisa sumisa y apaciguadora. Aquella expresión no significaba "Re trocede o te morderé", sino más bien:"Tranquilo. No soy una amena za.Ya me he dado cuenta de que aquí mandas tú". El joven setter estaba tan lleno de energía que se tiraba encima de las personas y de los otros perros. Pero en realidad todas aquellas acometidas sólo formaban parte de un saludo. Finnigan únicamente quería restregar su hocico contra el de esos altísimos perros de dos patas a los que llamamos humanos, y la única manera de llegar a su hocico era saltarles encima. Para asegurarse de que aquel comporta miento no fuera interpretado como una ·amenaza, Finnigan lo acom pañaba con una sonrisa de sumisión. Cuanto más le reprochaban su "agresión" la familia y los adiestradores, más sumiso se volvía Finnigan. Cuanto más sumiso se sentía, más ancha se volvía su "sonrisa", basán dose en el razonamiento de que no habían captado su señal y en su sincero deseo de suavizar la tensión. Naturalmente, cuanto más ancha era su "sonrisa", más dientes enseñaba. La primera familia de Finnigan no entendía lo que el perro estaba intentando decirles; de haber seguido el consejo que se les dio, podrían haber puesto un fin prematuro a la vida de aquel precioso perro color fuego. Ahora, Finnigan es feliz con una nueva familia. Melanie me dice que todavía sonríe y salta mucho, pero ella ha expli cado el significado de esa conducta a sus nuevos dueños. Como ellos entienden su mensaje, saben que no corren ningún peligro. Por desgracia, interpretar equivocadamente las señales que en vía un perro es un error muy común que puede llegar a causar serios problemas y graves tensiones. Una mujer llamada Eleanor vino a ver me con un problema. La causante de su problema era Weedels, una cocker spaniel americana rubia, que, según su dueña, estaba "volviendo loco a mi
esposo. No hay manera de que aprenda a no hacer sus necesidades dentro de la casa, y ahora se orina en cualquier sitio simplemente para molestar. Stephen [su esposo] dice que si no resolvemos pronto este problema, tendremos que librarnos de ella". El período de tiempo durante el que un cachorro aprende a no ensuciar la casa suele ser estresante. Pero normalmente todo se solu ciona en unas cuantas semanas, siempre que se regule la ingestión de comida y agua del animal y el dueño sepa cuándo habría que sacarlo de casa para que vacíe la vejiga y los intestinos. En este caso,Weedels ya casi tenía siete meses, una edad más que suficiente para que hubiera aprendido los hábitos de limpieza, por lo que le pregunté qué habían hecho para adiestrarla. "A Stephen le gusta que todo esté muy limpio y ordenado, así que era importante que adiestráramos a Weedels lo más pronto posi ble. Leí uno de esos libros sobre cachorros y seguí sus consejos, y la sacábamos de casa para que hiciera sus necesidades fuera. Pero de vez en cuando seguíamos teniendo 'accidentes líquidos'. Stephen me dijo que estaba siendo demasiado blanda con Weedels y que él resolvería el problema. Cuando encontraba un sitio en el que Weedels había moja do el suelo, la arrastraba hasta allí y le restregaba el hocico en el charco. Después la reñía a gritos y le daba un cachete en el trasero cuando la sacaba de casa. "Stephen tuvo que hacer un viaje de negocios y estuvo fuera casi cuatro semanas. Durante ese tiempo, Weedels se portó muy bien. Puede que hubiera uno o dos 'accidentes', pero eso fue todo, y yo limpié el suelo y la saqué al patio sin armar ningún escándalo. Las últimas dos semanas no ensució la casa ni una sola vez. Entonces, hace unos días, Stephen regresó y volvimos a las andadas. Apenas Stephen entró en la casa, Weedels se orinó en el suelo delante de él. Stephen se enfadó tanto que pensé que iba a hacerle daño.Y ahora Weedels siem pre lo está provocando. Cuando ve que Stephen entra en la sala, em pieza a arrastrarse por el suelo y se orina delante de él para hacerlo enfadar. Lo de ayer fue la gota que colmó el vaso. Stephen entró en la sala y Weedels se puso panza arriba, como hacen los perros algunas veces para que les rasques la barriga. ¡Y cuando Stephen se inclinó sobre ella, intentó mearle la cara! Por eso estoy aquí hoy." No pude evitar compadecerme de la pobre Weedels. Los perros no se comunican utilizando las mismas señales que emplean los humanos. En aquel caso,Weedels estaba transmitiendo un mensaje muy claro en el único lenguaje que conocía. Desgraciadamente, no había ningún
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traductor cerca, por lo que su súplica de comprensión estaba sien do malinterpretada y la había metido en un buen lío. Su problema no tenía nada que ver con los hábitos de limpieza. Mi conversación con Eleanor me reveló que a esas alturas Weedels ya se había acos tumbrado a vivir en una casa. El problema tenía que ver con su esposo, Stephen. Cuando Weedels empezó a orinar en el suelo, Stephen se mostró particularmente duro a la hora de corregirla. Eso hizo que Weedels acabara teniéndole un miedo espantoso a su amo. Si un perro está experimentando un intenso miedo social, intentará parecer lo más pequeño e insignificante y lo menos ame nazador posible. Arrastrarse por el suelo o ponerse panza arriba forman parte de esa pauta de conducta. Lo que Eleanor consideraba un intento de orinar sobre la cara de su esposo para sacarlo de quicio, no era más que la expulsión de orina propia de una perra que adopta una postura muy sumisa yasus tada. La orina pretendía recordar al "perro dominante" el comporta miento de los cachorros. De pequeños, los cachorros necesitan que les limpien la orina y las heces, y para hacerlo la madre normalmente se limita a ponerlos panza arriba. Así pues,Weedels estaba haciendo cuanto podía para decir: "Me asustas, pero mira, no soy ninguna amenaza. Sólo soy una cachorrita indefensa". En cuanto le traduje el mensaje de Weedels a Eleanor, la situación quedó mucho más clara.Ahora su tarea consistiría en conseguir que Weedels se sintiera más segura de sí mis ma. Tratar de convencer a su esposo de que fuese más amable con la perra y no se mostrara tan amenazador sería otra cuestión, quizá no tan facil de resol ver. Muchos de los mensajes caninos más comunes pueden malinterpretarse. En una ocasión, una mujer llamada Josephine me pidió que ·Ia ayudara a resolver un problema que tenía con su perro. "Brutus es demasiado afectuoso conmigo y eso me molesta y disgusta a mi esposo -me explicó por teléfono-. Lo compró para que fuese un perro guardián y no quiere que se comporte como un perrito faldero, ni siquiera con la gente de casa." Brutus resultó ser un robusto rottweiler, al que le habían puesto el nombre del gigantesco, malvado y feísimo personaje de cómic que siempre se pelea con Popeye el Marino. El nombre, que había sido elegido porVincent,el esposo deJosephine, ya me dijo algo acerca del hombre y de lo que esperaba del perro. Vincent era un adiestrador muy exigente y había recurrido frecuentemente a métodos bastante bruscos para imponerle su voluntad a Brutus. El perro obedecía a su
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dueño, aunque a veces no parecía hacerlo de muy buena gana. Según Josephine, Brutus nunca la obedecía, pero mostraba extremos y persis tentes signos de afecto hacia ella. Cuando llegué a su casa,Vincent estaba trabajando y Josephine me llevó a la sala de estar. Me senté en un sillón y la miré, recatadamente sentada en un extremo del sofá con Brutus echado en el suelo junto a ella. Brutus era todo músculo y debía de pesar unos 50 kilos, mientras que Josephine, de aspecto frágil y no parti cularmente atlético, no pesaría más de 45. Mientras hablábamos, Brutus le puso la pata en la rodilla y ella respondió inmediatamen te acariciándole la cabeza. Pasados unos momentos, Brutus subió de un salto al sofá junto a ella y Josephine se hizo a un lado para dej arle sitio. Brutus se quedó inmóvil, lanzándome miradas ocasio nales para mirarla después a ella. Cuando la miraba a los ojos, Josephine alzaba la mano y le acariciaba el lado de la cara. Después, Brutus apovó todo su peso en aquella mujercita. Pasa dos unos momentos, ella se corrió hacia un lado para librarse de la presión del robusto perro. Brutus reaccionó cambiando de posición para volver a quedar sentado junto a ella, con su peso nuevamente apoyado en Josephine. Ella volvió a apartarse unos cuantos centíme tros y el perro volvió a pegársele. Mientras hablábamos, este espec táculo prosiguió hasta que Josephine acabó arrinconada en el otro extremo del sof.í. Cuando ya no pudo seguir apartándose, se levantó y señaló al perro. "¿Ve a qué me refería? -dijo-o Me ha estado pidiendo aten ción con la pata. Siempre me está mirando a los ojos y apoyándose en nú para demostrar lo mucho que me quiere. Ni siquiera puedo ver la televisión sin que acabe echándome del sofá a menos que Vincent esté aquí. No quiero herir sus sentimientos, pero es un perro enorme. Esa clase de afecto continuo por parte de un animal tan grande es irritante y pone muy nervioso a mi esposo. ¿Hay alguna forma de que poda mos enseñarle a ser menos dependiente y más seguro de sí mismo?" Una vez más, un perro había enviado un mensaje que había sido malinterpretado por su receptor humano. Brutus no le estaba diciendo a Josephine "Te quiero. Te necesito. Dependo totalmente de tu afecto", que era la traducción que ella y su esposo estaban haciendo de aquellas señales. Lo que estaba diciendo en realidad era: "Mi estatus es superior al tuyo. Cuando el jefe de la manada [VincentJ esté fuera, entonces yo asumo el mando y tú me harás sitio y responderás a mis necesidades". ~~~~~~~~~;¡¡a¿:,~'íV'~~~~~~~~~
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Los signos de dominio eran claramente legibles. Un perro que pone la pata encima de la rodilla de un humano suele estar expresando dominio sobre ese humano, de ia misma manera que un lobo pondrá su pata o su cabeza sobre la espalda de otro lobo para demostrar que su estatus es superior al del animal subordinado. El que Brutus mirara directamente a josephine a los ojos constiruye un signo clásico de dominio y amenaza cuyo objetivo es producir respuestas apaciguadoras en otros miembros de la manada.josephine aceptaba su dominio aca riciándole un lado de la cara, de la misma manera en que un lobo subordinado puede lamerle la cara a un animal de estatus más elevado. Finalmente, el gesto de apoyarse pretendía conseguir que aquella mu jercita le hiciera sitio. El jefe de la manada puede ocupar cualquier parte del territorio que desee hacer suya y puede sentarse o dormir donde quiera. Los miembros subordinados de la manada se hacen a un lado para permitírselo, aceptando con ello el dominio del otro animal. En otras palabras, todo lo que estaba "diciendo" Brutus era "Soy el jefe", y todo lo que estaba "diciendo"josephine era "Sí, acepto humil demente tu autoridad". Una vez que el mensaje quedó claro, no fue difícil encontrar la solución al problema.josephine tuvo que lIe\'ar al animal a clases bási cas de obediencia para perros en las que Brutus aprendió a obedecer las órdenes de su dueña. Dado que no podia dominar físicamente al perro,josephine usó las golosinas para inducirlo a responder. También asumió toda la responsabilidad de su alimentación en casa, donde le exigía que acatara órdenes simples como "Siéntate" y "Quieto" antes de darle de comer. En un medio salvaje, el jefe de la manada come primero y controla la caza y la distribución de la comida. Al controlar la comida, en forma de cenas y recompensas, e insistir en que Brutus obedeciera sus órdenes para obtenerlas,josephine había pasado a utili zar una forma de comunicación canina para decirle: "Aunque yo no sea tan alta o fuerte como tú, este perro de dos patas tiene un estatus superior al tuyo". De la misma forma que las personas pueden aprender a in terpretar el lenguaje de los perros, no cabe duda de que los huma nos podemos comunicarnos con los perros si optamos por hablar les en su lenguaje canino. El doctor Michael Fox, considerado uno de los grandes investigadores del comporramiento de los perros y los cánidos salvajes, me contó una historia que constituye un ejem plo muy interesante de esta teoría. En aquel entonces, Fax formaba parte del cuadro académico del Departamento de Psicología de la
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Universidad de Washington en San Luis. Estaba realizando un trabajo magnífico comparando las pautas de comportamiento de cánidos sal
vajes como el lobo, el zorro y el coyote con las de lo; perros domésti cos. Sus investigaciones acabarían convenciendo a los científicos de la
existencia de un núcleo universal de comportamientos común a todos
los cánidos. En la medida en que esto sea cierto, podremos entender mejor a nuestra mascota estudiando las conductas de los lobos salvajes. y a la inversa, podremos entender mejor a los lobos estudiando a un
pequeño spaniel que quizás esté durmiendo a nuemos pies. Hoy día este concepto goza de aceptación general, pero entonces todavía ge neraba mucha controversia. Conocí al doctor Fax después de una conferencia que acababa de dar. Cuando me presenté, le dije que había visto n/e Wo!f.vfan, un documental para la televisión en el que había colaborado. Su respuesta llevó la conversación por un derrotero totalmente inesperado. "Ah, sÍ. Bueno, ese proyecto me enseñó que era capaz de comu nicarme con los lobos lo bastante bien para que no me hicieran daño, pero también me dejó claro que no los conocía lo suficiente para evitar meterme en líos -dijo el doctor Fox con su suave voz y su leve acento inglés, en tono divertido-.Verá, acabábamos de hacer las pre
sentaciones entre un grupo de lobos en la base de in\"estigación, con la esperanza de poder fotografiar cómo se comportaban. Creí que ten dría la oportunidad de obtener una buena filmación de sus pautas de
saludo y de cómo determinaban sus relaciones de dominio. En cual quier caso, e! macho de mayor edad y su compañera (que tendrían unos cuatro años) se encontraban al final de la zona de investigación junto con e! resto del grupo. Resultó que la hembra estaba en celo, y
no paraba de empujar sumisamente al macho con el hocico. Con va rios lobos desconocidos en su territorio y una compañera en celo, supongo que el macho acabó poniéndose bastante nervioso.
"Llevábamos un rato escondidos detrás de unos arbustos cuan do aquella pareja se separó de! resto de los animales y vino hacia los matorrales donde nos encontrábamos. Cuando pasaron junto a noso tros, pensé que podría obtener unas buenas fotos, así que corrí tras
ellos. De pronto los dos lobos volvieron sobre sus pasos y me sorpren dieron en flagrante delito. ¡Un ser humano corría hacia ellos y los miraba fijamente! En el mejor de los casos, esa clase de actividad [co
rrer hacia adelante y el contacto ocular directo] indica sólo una ame naza, así que me quedé inmóvil. Pensé que eso bastaría para evitar cualquier problema. Pero debí de seguir mirándolos directamente en
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CONVEF2.E
CON SU PERRO
lo que tenía que ser interpretado como un franco desafio. No hubo más palabras entre nosotros: el macho simplemente me atacó. "Con una cámara sujeta a cada muñeca no podía hacer gran cosa, así que levanté las manos y llamé a gritos al adiestrador. [Después supe que eso era justo lo que no debía hacer, ya que las manos levan tadas parecían otro intento de imponer el doI1Únio. Indudablemente aquello fue leído como el equivalente a que otro animal se incorpora ra sobre las patas traseras para parecer más grande. Los gritos también podían ser malinterpretados como un ladrido o un gruñido-ladrido.] Mientras tanto, el maciIo me estaba mordiendo en la mano, el bra zo y la espalda, y la hembra se había unido a él y arremetía contra mis piernas. En ese momento tuve por fin la presencia de ánimo necesaria para acordarme de cómo podía decirles que aquel ataque no era necesario. Me quedé totalmente inmóvil y me encogí sobre mí mismo para hacerme lo más pequeño posible mientras soltaba quejidos y gimoteos, igual que un lobezno sumiso y asustado.Aun que los dos lobos interrumpieron el ataque de inmediato, el macho se plantó delante de mí, me I1Úró a los ojos y lanzó un gruñido. Respondí apartando la mirada y evitando cualquier contacto ocu lar mientras seguía gimoteando. Cüando me pareció que la pareja se había calmado un poco, intenté retroceder lentamente para ale jarme de ellos, pero sólo conseguí que volvieran a atacarme. Esta vez, no obstante, el ataque consistió únicamente en amenazas, sin que llegaran a morderme, lo cual quería decir que la parte más importante de I1Ú mensaje había sido entendida. "Entonces llegó el adiestrador, sujetó al macho y se lo llevó por la fuerza. La hembra se quedó inmóvil, con los ojos clavados en mí, como si esperara a que yo hiciese el próximo movimiento. No lo hice. Me quedé donde estaba, con los ojos medio cerrados en señal de su I1Úsión sin dejar de gimotear, hasta que finalmente le pusieron un co llar y se la llevaron. "Afortunadamente, yo llevaba ropa bastante gruesa y eso impi dió que sus dientes me desgarraran mucha piel. Por otra parte, la pre sión de las mandíbulas y los zarandeos con que acompañaron los mor discos me dejaron bastante dolorido y lleno de magullones, y también sufrí algún daño en los tendones y los músculos. -Fax se rió y tomó un sorbo de su bebida-o Una de las personas que estaban allí fotogra fió todo el incidente. Una de esas fotos muestra un ejemplo perfecto de una mueca de I1Úedo... sólo que quien la exhibe es un psicólogo humano, y no un lobo asustado."
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En este caso, un humano extremadamente inteligente y muy experto en el tema tranSI1Útió sin darse cuenta las señales equivocadas a un cánido yeso produjo un ataque. Afortunadamente para él, Fax conocía lo suficientemente bien el lenguaje canino para poder expre sar que todo había sido un error y que no tenía intención de conti nuar con el desafio o sugerir otra amenaza. Probablemente esto lo salvó de quedar muy malparado. En muchos aspectos, nuestra capacidad para convivir felizmente con cualquier perro dependerá de nuestra competencia a la hora de leer su lenguaj e. Si una persona sabe cómo hablar "perruno", entonces puede interpretar lo que el perro está intentando decir y eI1Útir señales inequívocas que el perro podrá traducir.A diferencia de los lenguajes humanos, que deben ser aprendidos, una gran parte del lenguaje del perro se halla codificado en sus genes. El perro también posee la capa cidad de aprender a entender gran parte del lenguaje humano, lo que en última instancia acabará facilitando la comunicación con las perso nas. No obstante, antes de tratar la cuestión de cómo hablar con nues tros compañeros caninos, deberíamos saber algunas cosas sobre el len guaje propiamente dicho.
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... Antes de pasar a hablar de traducir el lenguaje de los perros, deberíamos responder a una pregunta básica de vital importancia: Aparte de los humanos, ¿hay algún otro animal que posea un lenguaje propio? Aunque la mayoría de científicos estarán de acuerdo en que los anima les pueden comunicarse entre ellos, el problema parece estribar en qué es lo que vamos a definir como "lenguaje". Muchos investigadores, concretamente lingüistas, están dispuestos a admitir que los animales utilizan sonidos como parte de su sistema de comunicación; no obs tante, afirmarán a continuación que los animales ni siquiera disponen
de unos elementos básicos del lenguaje a lós que podamos llamar pa labras. Según sus análisis, los animales no son capaces de "nombrar"
objetos de su entorno, como "pelota" o "árbol", o de expresar nocio
nes abstractas, como "amor" o "verdad". Noam Chomsky, el célebre lingüista de! Instituto de Tecnología de Massachusetts, defiende la teoría de que sólo los humanos son ca paces de aprender lenguajes porque sólo los humanos disponen de las estructuras cerebrales necesarias. Los humanos aprenden vocabulario a un ritmo realmente increíble. Entre los dos y los diecisiete años de edad, el niño medio incrementará su vocabulario a un ritmo equiva lente al aprendizaje de una nueva palabra cada noventa minutos del tiempo que pasa despierto. Simultáneamente, adquirirá una gramática y una sintaxis altamente complejas. Lo que resulta más asombroso es que el niño aprende sin necesidad de una educación o instrucción fo·rma!. Según Chornsky, este notable logro sólo puede explicarse par tiendo de la base de que todos los cerebros humanos disponen de un órgano para procesar e! lenguaje. Este órgano especial no contiene ningún lenguaje específico, sino una especie de "programa" para apren der todos los lenguajes. Dicho órgano también incluye la estructura
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capacidad de las aves para volar fue precedida por versiones menos complejas de dicha habilidad. En épocas anteriores, hubo animales (los pterodáctilos, por ejemplo) que podían deslizarse por el aire. Este mo vimiento no era un auténtico vuelo, sino más bien una especie de flotación por los aires con un grado limitado de control. La capacidad de vuelo de las aves es simplemente una e\"olución más avanzada y compleja de esa habilidad más sencilla que permitía planear o deslizar se por los aires. Lo que se le ha añadido es la capacidad de despegar de cualquier superficie y cambiar de altitud a voluntad. Las habilidades más importantes y útiles muestran alguna forma de cambio continuado a lo largo de eones de evolución. Lo que Chornsky y otros que niegan la capacidad lingüística en los animales no-humanos están ofreciendo, es lo que los biólogos llaman la teoría del "monstruo afortunado". Dicha teoría propone que un accidente milagroso que causa una mutación aleatoria, debida únicamente al azar, es lo que produce casualmente un animal radicalmente mejor equipado: la versión de la "in tervención divina" del teórico de la evolución. Esta clase de explicación nunca me ha convencido. La evolu ción se parece mucho a una gran autopista por la que viajan las espe cies. Los cambios de dirección son bastante graduales, dado que un viraje demasiado brusco haría que los vehículos (o especies en proceso de evolución) que viajan por la autopista a gran velocidad salieran despedidos para precipitarse a la extinción. En el nivel biológico, esta idea de la autopista representa el cambio lento continuado, con mu chas similitudes entre varias especies animales. esp;cialmente a un ni vel genético. Algunas personas quizás encuentren sorprendentes, o in cluso inquietantes, ciertos descubrimientos recientes en el campo de la bioquímica que sugieren que los humanos no somos tan gené ticamente únicos como pensábamos. El análisis del ADN indica que en los niveles molecular y genético, los humanos y los chimpancés son idénticos como fiÚnimo en un 98 por ciento. Este grado de similitud es tan elevado que algunos científicos creen que sería posible cruzar ambas especies para obtener una especie híbrida. Las consideraciones éticas y morales seguramente prohibirían semejante experimento genético, por supuesto, pero esta posibilidad ilustra lo similares que son los seres humanos a otros primates. Hasta un animal tan aparente mente alejado de los humanos como nuestro perro sigue siendo muy similar a nosotros. Ambos somos manúferos, y las secuencias de los códigos delADN de los perros y de los humanos muestran un nivel de correspondencia superior al 90 por ciento.
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CONVEmE
CON SU PERRO
Si nos encontramos genéticamente tan cerca de los animales no-humanos en todos los otros aspectos, parece improbable que la evolución diera un súbito salto cuantitativo y cualitativo en lo que respecta a la capacidad lingüística. La conclusión más lógica sería que la evolución se encaminó hacia la aparición de capacidades lingüísticas en el nivel humano y, si buscamos lo bastante a fondo, encontraremos una serie continuada de etapas que conducen a nuestra propia forma de capacidad lingüística. Esas primeras capacidades lingüísticas no apa recerán plenamente desarrolladas, pero los precursores deberían hacer su aparición antes en las pautas de comunicación de otros animales, como los perros. Lo lógico sería esperar que el "lenguaje" de los perros fuese mucho más sencillo que el de las personas, pero esa misma lógica sugiere que habrá un lenguaje de los perros. Si la lógica de la situación sugiere que otros animales deberían tener alguna forma más simple de lenguaje, entonces ¿por qué los investigadores, como Chomsky, sugieren que la especie humana es tan especial en lo que respecta a la capacidad lingüística? De hecho, al hacerlo están perpetuando una larga tradición que empezó con los filósofos y los primeros naturalistas, cuando quisieron dejar firmemen te establecido que los seres humanos son únicos y una clase en sí mis mos. Hay algo en ese razonamiento que halaga a nuestro ego. Hace que nos sintamos orgullosos de estar tan dotados, de que toda la natu raleza se encuentre por debajo de nosotros y quizás incluso de que Dios nos haya distinguido con alguna bendición especial. Obviamente, los seres humanos difieren de los animales en mu chos aspectos. Los humanos, por ejemplo, son los únicos animales que tienen grandes pechos colgantes, llevan ropa, se perforan algunas par tes del cuerpo (como las orejas) e introducen adornos en los agujeros, se tiñen el pelo, se tatúan el cuerpo, se pintan la cara, usan dinero o cocinan sus alimentos. Esas diferencias menores no son motivo de or gullo para nosotros; antes bien, ha sido siempre en los reinos de lo mental, como el del razonamiento, la moral y el lenguaje, donde de seamos afirmar nuestra superioridad y que somos únicos .. La versión más conocida de este argumento probablemente sea la que nos ofreció René Descartes, quien propuso que los humanos eran los únicos animales poseedores de conciencia, auténtica inteli gencia y capacidades mentales superiores. Los animales no-humanos sólo eran máquinas peludas, muy hábilmente construidas, que reac cionaban a los estímulos del mundo de una manera muy parecida a la respuesta que da la máquina cuando accionas un interruptor. La
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Iglesia apoyó las conclusiones de Descartes, dado que si los animales fueran capaces de pensar, también podrían tener alma. Si tuvieran alma, entonces eso plantearía ciertos problemas éticos relacionados con el tratamiento de los animales (un tema que la Iglesia no quería verse obligada a tratar) como la moralidad de matar animales para comerlos, negarles el libre albedrío u obligarlos a trabajar para los humanos. Para Descartes, cuando se quería averiguar si un animal podía pensar y era un ser consciente, bastaba con determinar su nivel de competencia lingüística y, en concreto, su capacidad para producir de manera creativa lenguaje humano hablado. Sin embargo, la idea de que el hombre era especial no era com partida universalmente. El filósofo griego Aristóteles, el erudito santo
Tomás de Aquino y el biólogo evolucionista Charles Darwin llegaron a la conclusión de que los humanos y los animales difieren sólo cuantitativamente (en el grado en que sus capacidades mentales se expresan a sí mismas) más que cualitativamente (en la auténtica natu
raleza de dichos procesos mentales). Esto permitiría, por ejemplo, que una especie menos compleja tuviera un lenguaje menos complejo que el de los humanos. Por supuesto, el que los animales tengan un lenguaje o carezcan de él dependerá de cómo definamos el lenguaje. Si lo definimos como cualquier sistema de comunicación o de e¡:nisión de señales, entonces probablemente todos los animales del planeta tendrían derecho a que se les reconociera la posesión de un lenguaje. Los grillos y los salta montes comunican su ubicación y su disponibilidad a las posibles pa rejas mediante sonidos que producen frotando los afilados bordes de sus patas traseras, mientras que las luciérnagas comunican un mensaje similar mediante destellos luminosos. ¿Deberíamos pensar que los in sectos poseen un lenguaje? El etólogo Karl van Frisch así lo creía, y ganó el Nobel por su intento de traducir lo que llamaba "el lenguaje de las abejas". La abeja melífera ha desarrollado un extraordinario método de comunicación para contribuir a la supervivencia de su colmena. Ex ploradoras especializadas buscan comida y vuelven con la noticia en cuanto han encontrado un suministro de néctar o polen. Después in forman al resto de la colmena mediante una serie de movimientos "de danza" únicos. Las abejas vuelan en círculos alrededor de la pared o del suelo de la colmena dibujando una especie de ocho, meneando el abdomen mientras danzan. Las pautas y la rapidez de los movimientos que ejecutan, y la orientación y el tamaño de dichas pautas, transmiten
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información sobre la dirección en que se encuentra e! alimento que han localizado y la calidad de éste. Sus movimientos también indican la distancia hasta la fuente de comida, que puede estar a varios kilóme tros de la colmena. En las colonias de abejas hay incluso una exploradora "buscadora de vivienda" especial, a la que, al parecer, no le interesa transmitir información sobre la comida. Esta exploradora recorre la zona en bus ca de un nuevo emplazamiento para otra colmena. Si una colonia se encuentra con dos reinas, una es inevitablemente expulsada. Esta reina reúne a un grupo de leales seguidores que se irán con ella para crear la nueva comunidad en el lugar encontrado por la exploradora. El len guaje de esas exploradoras es tan preciso y exacto que el investigador que las observaba pudo llegar al emplazamiento de la nueva colonia antes que las abejas. Por muy notable que sea esta conducta, y aunque la mayor parte de los científicos estarían dispuestos a admitir que las abejas disponen de un complejo sistema de comunicación, la inmensa mayoría de im'estigadores se referirían a él como un "sistema de señales" antes que hablar de verdadero lenguaje. Es como si la es tructura de! sistema fuera excesivamente sencilla y su contenido no lo bastante flexible para que los científicos puedan sentirse real mente cómodos empleando el término "lenguaje". Las abejas no parecen "hablar" de nada que no sea "¿Dónde está la comida?" y "¿Dónde iremos a vivir cuando nos vayamos de aquí?". Ninguna abeja parece decir nunca "Hoy estoy contenta", "Me gustas", "Este trabajo es aburridísimo" o "Yo de mayor quiero ser reina". Qué constituye el requisito mínimo para un auténtico lenguaje es una pregunta muy dificil y una cuestión que acabaremos teniendo que abordar. No obstante, hay ciertos aspectos de! lenguaje humano que podrían no ser obligatorios en todos los otros lenguajes. Por ejemplo, la mayoría de personas tienden a confundir el lenguaje con e! habla. Para los humanos, obviamente, el habla es la forma más común de expresar ideas a través del lenguaje. En términos evolutivos, las voces son un desarrollo bastante tardío. Producir palabras habladas requiere una caja vocal, lo que llamamos laringe. Si nos ponemos las puntas de los dedos en e! cuello y hablamos o canturreamos, podremos sentir las vibraciones que se producen cuando el aire atraviesa la laringe y pro duce sonidos. La laringe aparece en los animales terrestres superiores, incluidos los manúferos y algunos reptiles y anfibios, como parte del conducto que lleva e! aire a los pulmones. Aunque una tarde de verano
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en el campo puede estar llena de ruidos de insectos, ningún insecto tiene caja vocal, como tampoco la tiene ningún otro invertebrado (es decir, los animales que carecen de columna vertebral). Los peces tam poco tienen laringe, dado que al respirar obtienen el oxígeno a través de agallas en vez de pulmones. Para entender por qué son especialistas las personas en su capacidad de hablar, tendremos que dedicar un par de párrafos a la fisiología. La laringe cuenta con varios segmentos de cartílago fir me y elástico unidos por músculos y ligamentos y se extiende des de la garganta (faringe) hasta el conducto o tubo (tráquea) situado debajo de ella. La boca puede usarse tanto para ingerir alimento como para respirar, por lo que es preciso disponer de un aparato especial que separare dichas funciones. Este aparato es la epiglotis, una especie de tapadera que bascula sobre la abertura situada entre la garganta y la caja vocal. Cuando un animal traga, la laringe sube para presionar la epiglotis y la base de la lengua, cerrando el gazna te para que la comida pueda ser dirigida hacia el estómago y no provoque asfixia al obstruir el conducto del aire. Los sonidos vocales se producen cuando e! aire interactúa con las cuerdas vocales. dos delgadas bandas o pliegues de membrana en forma de "V" que atraviesan la sección superior de la laringe. La ten sión de estos pliegues es controlada por músculos. Cuando respiramos normalmente, nuestros músculos vocales están relajados, lo cual per';' mite que el aire entre por una gran ranura y salga de ella sin producir ningún sonido. Cuando los músculos se tensan, las cuerdas vocales empiezan a vibrar, Cuanto más se tensen los músculos vocales, más contraerán las cuerdas vocales y más alto será el timbre o tono del sonido producido. El proceso es muy parecido al que se produce con un globo de juguete. Si lo hinchas y luego aflojas la presión sobre la abertura, el aire sale sin producir ningún sonido. Estirar ligeramente la goma en la abertura para crear una estrecha rendija hace que e! aire produzca sonidos cuyo tono variará a medida que varíes la tensión. Los movimientos de la lengua y los labios modificarán todavía más la naturaleza de los sonidos, dándoles forma, moldeándolos y dividién dolos en nuevas pautas. La razón por la que es importante conocer el funcionamiento de la caja vocal es que los humanos y los perros no estamos formados de la nUsma manera, y esto limita los sonidos que pueden producir los perros en comparación con las personas. En los perros, sólo hay una leve curvatura en el conducto de! aire que va de la boca al gaznate. En
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CONVEME
CON SU PERRO
los seres humanos, debido a que nos mantenemos en posición vertical hay un ángulo de 90 grados en el conducto de! aire; esto proporciona espacio suficiente para que la laringe se alargue y para que haya otros accesorios de producción de sonido adicionales, como dos cavidades resonantes en vez de la única cavidad que tiene e! perro. Además, los humanos disponemos de espacio para una lengua más grande y re dondeada que la más corta y plana de los perros. Debido a ello, un perro sencillamente no posee el aparato vocal y el grado de control necesarios para producir de manera voluntaria y selectiva varios soni dos del habla, como la "a" de "baya", la "i" de "fin", o la "u" de "usual". Otra diferencia entre los perros y los humanos es que, siendo cazadores que suelen seguir a su presa por e! rastro de olor que deja, los cánidos han adaptado sus conductos del aire para que les resulte más fácil oler y respirar mientras están corriendo, lo cual les obliga a man tener la epiglotis cerrada durante la mayor parte del tiempo. Eso les permite ladrar, gruñir o aullar mientras se están moviendo. En los hu manos, cuando estamos hablando esta especie de tapadera permanece abierta la mayor parte del tiempo. No permita que su perro desarrolle un complejo de inferiori dad debido a su limitada capacidad para producir ciertos sonidos, ya que se trata de un desarrollo evolutivo muy moderno. Al parecer, algu nos de nuestros antepasados humanos más recientes, como el hombre de Neanderthal, experimentaron dificultades similares. Hay indicios que sugieren que los neanderthales no podían hablar, o que su capaci dad de habla era muy limitada. Los tejidos blandos como la laringe no sobreviven al paso del tiempo, por lo que no disponemos de ningún conducto vocal fosilizado que perteneciera a algún humanoide primi tivo. No obstante, el psicólogo Philip Lieberman ha demostrado que si se intenta insertar un conducto vocal humano moderno directamente en el esqueleto de un neanderthal, éste simplemente no encaja.! La laringe moderna acaba ocupando una posición tan extraña como im probable dentro del pecho del neanderthal; obviamente, es una ubica ción imposible. La conclusión lógica es que los neanderthales proba blemente carecían del aparato más refinado necesario para producir sonidos orales complejos. Hay otro aspecto de la evolución humana que nos proporciona una ventaja sobre los perros en términos de producción del habla. Como andamos erguidos, los humanos tenemos las manos libres para manipular cosas y podemos cazar y protegernos usando armas que sostenemos con nuestras manos. Esto significa que no necesitamos un
. EVOLUCIÓN y LENGUAJE ANIMAL
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robusto hocico lleno de dientes para que se encargue de esos trabajos. Podemos tener nariz y hocico más cortos, lo cual permite que nues
tros labios dispongan de una mayor flexibilidad a la hora de producir sonidos. Nuestro rostro, más flexible también nos proporciona el apa rato necesario para producir una gama de sonidos vocales más amplia
que la que pueden abarcar los perros. De hecho, consideraciones evolutivas como éstas han llevado a una teoría maravillosamente especulativa según la que los perros podrían ser responsables del desarrollo del lenguaje humano habla do. Para seguir con este argumento, antes tenemos que decir que disponemos de nuevas evidencias, basadas en análisis del ADN, que indican que quizá los perros fueron domesticados por los humanos mucho antes de lo que imaginaban los científicos anteriormente.
Es posible que los perros fueran domesticados hace nada menos
que 100.000 años. Remontar los orígenes del perro doméstico a ese lejano pasado ha hecho posible la aparición de una nueva co rriente de pensamiento acerca de cómo coevolucionaron los hu
manos y los perros. No cabe duda de que los humanos primitivos que sobrevi vieron y se convinieron en nuestros antepasados establecieron una temprana relación con los perros. Comparemos nuestro éxito con el de los neanderthales, que nunca se llevaron demasiado bien con los perros y acabaron extinguiéndose. Algunos teóricos de la evo lución han afirmado que la supervivencia de nuestros antepasados tuvo bastante que ver con el hecho de que nuestra relación coope
rativa con los perros hizo de nosotros unos cazadores más eficien tes que los neanderthales. 2 Contar con los sistemas sensoriales más
agudos del perro facilitaba considerablemente la localización de las
presas. El exquisito sentido del olfato del perro, combinado con la adaptación de sus conductos respiratorios que les permite seguir el rastro de un olor incluso cuando están corriendo, hizo de ellos unos rastreadores muy eficientes. Por supuesto, la localización de las presas es una de las tareas más importantes a las que tiene que enfrentarse una sociedad de cazadores. Aquí es donde empieza la especulación seria. Esos teóricos su gieren que dado que, esos primeros humanos disponían de perros para seguir el rastro de sus presas, ya no tenían necesidad de las estructuras faciales que les permitirían detectar olores tenues. Eso permitió que nuestros primeros antepasados desarrollaran unos rasgos faciales más
flexibles, los cuales eran capaces de producir sonidos más complejos.
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CONVEmE
CON SU PERRO
En otras palabras, nuestra asociación prehistórica con los perros, que se encargaban de oler por nosotros, nos proporcionó la habili dad de crear el habla. La raza rival de los neanderthales, no obstante, nunca llegó a establecer un pacto con los perros, lo cual supuso que conservaran unos rasgos faciales menos flexibles porque siguieron necesitando sus capacidades olfativas superiores. Menos flexibilidad significa un con trol vocal más limitado, lo que a su vez habría hecho que el habla les resultara mucho 'más dificil. En cuanto el hombre primitivo adquirió la capacidad de dar forma a los sonidos vocales, empezó el desarrollo del lenguaje hablado. Como ya hemos visto, el lenguaje trae consigo muchas ventajas. Puede ayudar a organizar un grupo, puede permitir la transmisión de conocimiento e información y puede proporcionar nos muchas más ventajas relacionadas con la supervivencia. Piensen en ello: si esta teoría está en lo cierto, ¡entonces es muy posible que el lenguaje humano deba su existencia a nuestra asocia ción con los perros! Que los perros no dispongan de habla no tiene por qué signifi car necesariamente que carezcan de un lenguaje. Sabemos que mu chas personas sordas usan los signos en vez de los sonidos como forma de lenguaje. De manera similar, y aunque la evolución ha negado al perro la flexibilidad facial, la caja vocal y el grado de control volunta rio necesario para crear los sonidos del habla humana, sigue siendo posible que los perros puedan usar otros medios para comunicarse.Y puede que estas otras formas de comunicación canina dispongan de la riqueza y la complejidad necesarias para constituir un lenguaje.
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UN
PERRO
ESCUCHA
Hay una cosa que la gente tiende a olvidar cuando piensa cómo usan el lenguaje los individuos. La habilidad lingüística implica dos componentes importantes. El primero es la capacidad de entender el lenguaje, que realmente es el requisito más básico. El segundo, y más complejo, es la capacidad de producir lenguaje. Se puede enterider el lenguaje sin ser capaz de producirlo, como ocurre con los mudos de nacimiento o los individuos que han perdido esta capacidad debido a algún accidente o enfermedad. Esas personas pueden entender lo que se está diciendo, pero no pueden producir,los sonidos que componen el lenguaje que están interpretando. Estas habilidades constituyen lo que llamamos capacidad lingüística receptiva en contraposición a la capacidad lingüística productiva, la cual implica no sólo la habilidad de entender un lenguaje sino también la de producirlo de tal manera que otra persona pueda interpretarlo. Las primeras fases del desarrollo lingüístico humano compren den el desarrollo del lenguaje receptivo. A los trece meses de edad, el bebé humano típico entenderá casi 100 palabras; no obstante, a esa edad su lenguaje productivo es prácticamente inexistente. A los trece meses, la inmensa mayoIÍa de niños producirán uno o dos sonidos lingüísticos significativos, mientras que los más despabilados pueden producir cinco o seis "palabras". Está claro que los bebés desarrollan la comprensión del lenguaje antes de que puedan hablarlo. El hecho de que la recepción del lenguaje se aprende más facil mente que la producción del lenguaje fue tomado en consideración por la Agencia Espacial de los Estados Unidos, la NASA, cuando puso en marcha las primeras misiones espaciales cooperativas multinaciona les. Cuando los astronautas americanos y rusos fueron convocados por primera vez para trabajar juntos en el espacio, se le pidió a cada uno
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CONVER2.E
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que hablara su lengua nativa. Así, los astronautas americanos sólo ha blaban inglés mientras que los astronautas rusos sólo hablaban ruso. Cada astronauta sólo tenía que ser capaz de entender, pero no produ cir, el otro lenguaje. Esto facilitó considerablemente la comunicación y la hizo mucho más precisa, dado que la capacidad lingüística recep tiva puede alcanzar elevados niveles de eficiencia en un período de tiempo mucho más corto. He percibido esta misma pauta en mi propia experiencia con el lenguaje. Puedo comprender el inglés, ruso, alemán, español, francés e italiano lo suficientemente bien para entender películas en esos idio mas sin necesidad de subtítulos, y seguir conversaciones con una razo nable habilidad. Por otra parte, creo que hablo el inglés con fluidez, el español moderadamente bien, el alemán a un nivel inferior, el francés con una competencia minimamente comprensible y, en lo que con cierne al italiano y el ruso, mi nivel de capacidad lingüística productiva me hace parecer un niño de dos o tres años de edad en cuanto a la fluidez. Así pues, y tal como les ocurre a todos los niños humanos, mi lenguaje receptivo es muchas veces mejor que mi lenguaje productivo. No cabe duda de que los perros poseen la habilidad de discriminar sonidos necesaria para desarrollar el lenguaje receptivo. De hecho, los pe rros pueden captar matices muy sutiles en la pronunciación humana. Un ejemplo de esto nos lo proporciona el etólogoVictor Sarris. Dicho etólogo estaba tan enamorado del sonido de su propio nombre que dio a sus tres perros nombres que rimaban con Sarris, llamándolos: Paris, Harris y Ariss. Lo lógico habría sido esperar que esto causara confusión, pero no fue así. Cada perro respondía a su nombre en cuanto era llamado, y los tres pare cieron aceptar de buen grado la elección de nombres de su dueño. No hay que subestimar la capacidad lingüística receptiva de los perros. El hecho de que no sean capaces de producir sonidos humanos para comunicarse con nosotros no significa que no entiendan las pala bras humanas. Un perro puede demostrar que las entiende cuando responde apropiadamente a las órdenes habladas. El perro puede obe decer una orden hablada o producir una conducta inteligente y ade cuada en respuesta a nuestro mensaje hablado. Todo aquel que haya vivido con un perro sabe que aprenden rápidamente a responder a un cierto número de palabras humanas. Como ejemplo, he preparado un mini-diccionario de los vocabularios cotidianos de mis tres perros. Esto debería dar una cierta idea del alcance de la capacidad lingüística receptiva de un perro corriente, aunque desde luego no marca ellimi te de lo que son capaces de llegar a aprender. .
UN
PERRO ESCUCHA
4I
Algunas de las palabras y frases que aprenden mis perros son bastante peculiares e intransferibles, puesto que reflejan mi manera de vivir y la forma en que me relaciono con mis perros. Además, algunas de las palabras quizá no provoquen una respuesta en todos mis pe rros, ya que el que sean reconocidas dependerá de su edad y nivel actual de adiestramiento. También es cierto que mi lista parcial sólo incluye palabras que uso deliberadamente para obtener una respuesta, con preferencia a otras que los perros pueden entender pero a las que no les exijo que respondan. Cada palabra de la lista va acompañada por las acciones que demuestran la comprensión del perro. o ABRAZOS: Es una orden muy tonta, pero me encanta. La uso
para hacer que mis perros se incorporen delante de mi y apoyen las
patas delanteras en mis muslos, lo cual me permite acariciarlos sin
necesidad de inclinarme.
o ABRE LA BOCA: USO esta orden cuando les limpio los dientes a mis perros. o ALTO: El efecto de esta palabra varía según el perro esté andan do, sentado o acostado. Si el perro se está moviendo, la palabra "Alto" hará
que se quede inmóvil con la cabeza dirigida hacia adelante. Si el perro estaba sentado o acostado, se levanta, da uno o dos pasos hacia adelante y luego se queda inmóvil con la cabeza dirigiQ;¡ hacia adelante.
o Aquí: Uso esta orden cuando estoy paseando a mis perros. El perro que se haya quedado demasiado rezagado responderá a ella co locándose más cerca de mí. o ATRÁS: Sólo la uso en el coche. El perro responde pasando del asiento delantero al área de atrás. o DELANTE: La versión de obediencia de la orden de llamada más informal, "Ven". Cuando le digo al perro que venga, bastará con que se aproxime a mi. Cuando le digo al perro "DELANTE", sin embargo, se supone que ha de venir y sentarse delante de mí hasta que le diga qué ha de hacer a continuación. o BAJA: Cuando oye esta orden, el perro responde bajando el tramo de escalones que hay delante de él. o BUEN PERRO: Un elogio general al que normalmente el perro responderá meneando la cola en señal de placer. Al tener tres machos, puedo sustituirlo por "Buen chico". o BUSCA: Orden de competición. Le dice al perro que encuentre el objeto con mi olor que ha sido incluido en un grupo de otros objetos marcados con el olor del encargado de la pista de adiestramiento.
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o CALLA: Esta orden hará que un perro deje de ladrar. .. al menos durante unos momentos. o CASETA: En respuesta a esta orden, el perro entra en su Caseta. o COLLAR: Esta expresión es muy útil, ya que hace que el perro levante la cabeza y dirija el hocico hacia arriba para que se le pueda poner el collar con menos esfuerzo. o COLLAR FUERA: Obviamente, es la frase complementaria de la anterior. El perro responde bajando la cabeza para que se le pueda quitar el collar con mayor facilidad. o CORRE: Una orden de juego para indicar al perro que puede ir a buscar el objeto que he lanzado. o CORREA: Otra de esas frases muy útiles que hacen que vivir con un perro resulte más facil. En respuesta, el perro levanta la cabeza para proporcionar acceso al anillo del collar. "Correa fuera" produce la misma respuesta. o DAME: Esta palabra se usa cuando quiero sacar algo de la boca de mi perro. En respuesta, el perro afloja la presión sobre el objeto que tenga en la boca para que yo pueda extraerlo facilmente. o DAME UN BESO: En respuesta a esto, el perro me lame la cara. • DAME LA PATA: Cuando oiga esta frase, el perro levantará la pa ta más próxima a mi mano para que le corte las uñas o le seque las almohadillas. o DA LA VUELTA: Mi orden para hacer que el perro describa un círculo por detrás de mí y luego se siente cerca de mi pierna izquierda. • DATE PRISA: Esta orden se enseña cuando el perro está apren diendo los hábitos de limpieza. Al oírla, empezará a buscar un sitio donde hacer sus necesidades, aunque sólo sea con un levantamiento de pata simbólico para tenerme contento. o DÉJALO: El perro responde a esta orden apartándose de lo que estuviera investigando o haciendo y volviendo conmigo. o DESCANSA: Una orden normalmente acompañada por una se ñal manual que indica el lugar. Significa que el perro debe permanecer en el área designada sin moverse de ella. Puede estar sentado o acosta do, o incluso quedarse de pie y moverse ocasionalmente, pero no pue de iniciar otra actividad. o DISCULPA: Una palabra muy útil que uso cuando uno de mis perros se interpone en mi camino. El perro responde levantándose y haciéndose a un lado para dejarme pasar. o ¿DÓNDE ESTÁ TU PELOTA?: Una de las varias frases del tipo "En cuentra el objeto" a las que responden mis perros. Si el objeto es accesible
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de un salto y trató de saludar a los otros perros, que seguían ejecutando su ejercicio obedientemente. Al día siguiente abandoné "Bien" como palabra de liberación y la sustituí por la frase "Hora de jugar".Al me nos esta frase es mucho menos frecuente en las conversaciones, y no se usa prácticamente nunca en la pista de obediencia canina. o HORA DE LA TOALLA: Al oír esta frase, mis perros van al centro de la habitación (normalmente la cocina) para esperar a que los seque después de haber dado un paseo si estaba lloviendo. o HORA DE LIMPIARTE LOS OJOS: El perro responde poniendo la cabeza en mi mano izquierda para que yo pueda llevar a cabo el ritual de limpiarle los residuos causados por el lagrimeo. o JUNTO A Mí: Una orden polivalente usada en las actividades cotidianas para hacer que un perro que se ha alejado vuelva conmigo y se quede a mi izquierda. o MíRAME: Esta orden sirve para que se me preste atención. Ad vierte al perro de que no debe aparrar los ojos de mí, ya que dentro de un momento le daré una orden. o No: Esta orden siempre se da en un tono seco y levantando la voz. Lo que se pretende con ella es conseguir que el perro se quede inmóvil y deje lo que está haciendo. Para obtener esa respuesta paralizante, las pri meras veces que uso esta orden con un cachorro nuevo la acompaño con algún ruido fuerte. Golpear la encimera con una olla da buenos resultados; dar una palmada en la pared o en una mesa, patear un suelo de madera o incluso tirar un libro al suelo también darán resultado. Esta orden es extre madamente útil para evitar que su perro se mera en líos. Un grito de "¡No!" puede paralizar a un perro que está yendo hacia un niño asustado o una situación peligrosa. En cuanto se haya detenido, la orden 'Junto a nú" hará que vuelva a mi lado, donde puedo controlarlo con las manos y supervisar cualquier acontecimiento subsiguiente. o No TE MUEVAS: La utilizo como variante o refuerzo de "Quie to". Sólo la empleo durante el cepillado, cuando estoy usando el cepi llo de desenredar o tirando de alguna manera del pelo del perro, cosa que puede resultar incómoda para él. La frase "No te muevas" hace que el perro se quede inmóvil y mantenga la posición pese a cualquier tirón o incomodidad momentánea. o OBEDECE: La orden tradicional para controlar a un perro du rante el paseo haciendo que se ponga a mi izquierda. o PERRO MALO: Indica disgusto. El perro reconoce el enfado que lleva implícito y normalmente responde encogiéndose sumisamente y a veces saliendo de la habitación.
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PERRO ESCUCHA
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o PONTE CÓMODO: Es una frase que enseño a todos mis perros
cuando son cachorros.Al oír la orden "Ponte cómodo", el cachorro (al
que llevo en brazos) me pone la cabeza en el hombro y descansa allí.
o PONTE DE PIE: Otra orden sencilla para hacer que el perro ejecute un "truco" tan viejo como el mundo. En respuesta a la orden, el perro se sienta sobre las patas traseras, con las patas delanteras en la posición tradicional de "mendigar". o PONTE PANZA ARRIBA: Bueno, todo el mundo tiene que ense ñar al perro algunos "trucos" para tener contentos a sus hijos o sus ruetos. El perro responde tumbándose sobre la espalda para que le rasquen la barriga. o ¿QUIÉN QUIERE COMER?: Intercambiable con "Hora de co mer", esta frase hace que los perros vayan corriendo a la cocina y se sitúen de cara al sitio donde se les ponen los cuencos de la comida, a la espera de ser alimentados. o ¿QUIÉN QUIERE IR A DAR UN PASEO?: Los perros van a la puerta principal y esperan. o ¿QUIÉN QUIERE IR EN COCHE?: Cuando estoy fuera de la casa, esta pregunta hace que los perros vayan corriendo a la camioneta y esperen para poder entrar en ella.. . o ¿QUIÉN QUIERE UNA GALLETA?: Todos los perros que se encuen tren lo bastante cerca para oír esta preguma irán corriendo a la cocina a esperar una galleta para perros. o ¿QUIERES JUGAR?: Esta frase hace que el perro ladre, ande en círculos y emita gañidos juguetones preparándose para un poco de diversión y ejercicio. o QUIETO: Esta orden muy específica indica al perro que debe per manecer en su posición y sitio actuales hasta que sea liberado de ella. o SAL: Una orden de uso limitado, que únicamente le dice al perro que salga de su caseta o de cualquier otro sitio cerrado en el que se encuentre, corno mi coche. o SALTA: Uso esta palabra para hacer que un perro salre por enci ma de algún objeto u obstáculo que estoy señalando. o SUBE: Habitualmente esta palabra va acompañada por una señal con la mano. La señal manual (tocar un objeto o señalarlo con el dedo) indica la superficie a la que se supone que el perro ha de subir de un salto. o TíRALO: Esta expresión defensiva se la enseño a mis perros cuando son cachorros, que es la época en la que hay más probabilida des de que se metan en la boca objetos que podrían ser dañinos. El perro responde escupiendo al suelo lo que tuviera en la boca.
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La orden formal para que mi perro recupere un objeto. hace que mi perro vaya más despacio cuando
estamos andando para suavizar los tirones de la correa.
o V AMOS: En realidad es una versión coloquial de la orden "Obe dece", en la que basta con que el perro se mantenga razonablemente cerca de mi mientras ando. El perro puede ir un poco por delante o por detrás de mi y no tiene que sentarse cuando me paro. o VE A BUSCAR TUS JUGUETES: Una frase doméstica muy útil que
hace que el perro recorra la habitación buscando sus juguetes y me los
traiga.
o VEN: La orden básica de llamada. o VUELVE: Esta orden siempre se da con una señal manual para indi
car la dirección. Cuando la oye, el perro se aparta de mi siguiendo una
línea recta a lo largo de la dirección indicada hasta que le digo que pare.
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escritorio. Odín, mi perdiguero, localiza mi maletín y se instala cerca de él. Se ha dado cuenta de que antes de ir al despacho de casa o hacia la puerta para irme, normalmente me llevo el maletín. Otras frases habituales también parecen ser interpretadas, como por ejemplo "Bueno, me vaya dormir", la cual hace que Odín suba por la escalera, vaya a nuestro dormitorio y se acueste en el cojín que tenemos reservado para él junto a la cama. Estoy seguro de que hay otros mensajes lingüísticos comunes a los que los perros responden regularmente, pero aún no he aislado las conductas que indican que están interpretando correctamente las palabras. Sé de algunos casos en los que un perro muy listo aprendió el lenguaje receptivo tan bien que acabó convirtiéndose en una auténti ca molestia para sus dueños. Rita, la propietaria de un perro de lanas blanco llamado Tony, descubrió que no podía usar ciertas palabras en una conversación delante del perro sin que éste respondiera a ellas. La mera inclusión de la palabra "paseo" en una frase hacía que Tony co rriera a la puerta de su casa y empezara a ladrar ante la perspectiva de salir a la calle. De manera similar, decir "pelota" producía una frenética búsqueda de su juguete, mientras que "comer" lo incitaba a plantarse delante de la nevera con expresión expectante. Parecía haber una me dia docena de palabras a las que respondía de esa manera. Rita y su esposo acabaron hartándose de aquellas rea,cciones, y empezaron a re currir a deletrear las palabras que las producían. Así, Rita decía:"¿Quieres llevar al perro a dar un P-A-S-E-O?" Pero Tony había llegado a desa rrollar el lenguaje receptivo hasta tal punto que no tardó en aprender los sonidos de las palabras deletreadas, después de lo cual respondía a ellas de la misma manera en que respondía a las palabras habladas. ¿Cuántas palabras o frases puede llegar a aprender un perro? Esta cuestión ha sido muy discutida. Si nos limitamos a las palabras y los sonidos, algunos psicólogos, como]. Paul Scott, SLlgieren que un perro corriente puede distinguir casi 200 palabras humanas habladas, con lo que su capacidad lingüística equivaldría aproximadamente a la de un niño de dos años. Algunos adiestradores afirman que los perros pueden aprender un número de palabras bastante superior, quizá más de 300. Recibí una carta de un adiestrador alemán en la que afirmaba haber enseñado a un pastor alemán a responder a unas 350 palabras. "Estas palabras no tienen por qué ser órdenes de una o dos palabras -escribía en su carta-, sino que pueden formar parte de una frase. El perro se limita a seleccionar la parte importante y hace lo que se le pide que haga." Ciertamente hay evidencias de que así es.
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Esta lista de palabras y frases es incompleta, evidentemente. Me he limitado a incluir el vocabulario que utilizo con más frecuencia, y no he añadido todas las palabras que producen respuestas espontáneas. La palabra "baño" pronunciada por rrú durante una conversación con mi esposa, por ejemplo, puede provocar distintas respuestas dependiendo del perro que la escuche. Flint, un cairn terrier que tuve, respondía buscando un sitio donde esconderse. Mi spaniel Cavalier King Charles va a la puerta del cuarto de baño para aguardar lo inevitable, mientras que mi perdiguero se limita a ponerse en guardia y observa lo que le rodea para averiguar si la palabra va a afectarlo de alguna manera en el futuro. Con el paso del tiempo, he ido dándome cuenta de que los perros responden a muchas otras palabras que uso pero que nunca les he enseñado deliberadamente. Me he percatado de que cuando oyen la frase "clase para perros", montan guardia junto a la puerta y vigilan el armario en el que guardo mi equipo de adiestramiento. Hace poco descu brí que la palabra "despacho" ha adquirido un significado para ellos, pero la acción que causa dependerá de dónde nos encontremos en ese mo mento y variará según el perro. Así, si estamos en nuestra granja y le digo a mi esposa,]oan que vaya ir al despacho a trabajar un rato, los perros inician una migración hacia mi despacho, donde permanecerán tum bados cerca de nú mientras escribo. Cuando estoy en mi casa de la ciudad, no obstante, esta misma frase puede significar que voy al des pacho a escribir un rato, o que me dispongo a salir de casa para ir a mi despacho de la universidad. Mi spaniel responde de la misma forma que en la granja, y después se lo puede encontrar descansando bajo mi
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Un ejemplo histórico de perros que parecen capaces de filtrar el
lenguaje humano en busca de los fragmentos que tengan sentido para
ellos, procede de una época en la que a muchos perros se les criaba
específicamente como una fuente de energía barata. Todo el mundo
sabe que los perros han sido usados en vez de caballos, mulas u otros
animales para transportar materiales en mochilas y tirar de cargas co- .
locadas en trineos o pequeñas carretas. El hecho de que a los perros se les haya utilizado como fuente de energía para accionar maquinaria ligera no es tan conocido. Durante siglos los perros tuvieron un lugar especial en la cocina de las grandes mansiones. En esa época, normal mente se cocinaba la carne en espetones horizontales colocados enci ma de un fuego. Esos espetones tenían que estar girando continua mente para asar toda la carne por igual. Este tedioso trabaj o de dar vueltas a la carne se confió a una raza especial de robustos perros de cuerpo largo y patas cortas, muy adecuadamente llamados "turnspits": A dichos perros se les introducía en una rueda cerra da, que parecía una versión más grande de las ruedas suspendidas que vemos a veces dentro de las jaulas de los hámsters o las ratas. A medida que el perro andaba dentro de aquella rueda, ésta iba gi rando, lo que generaba el movimiento rotatorio necesario para mover e! espetón conectado al eje central. Una casa podía disponer de varios "turnspits", y cada perro podia llegar a accionar la rueda durante varias horas. Los perros también eran utilizados para generar el movimiento necesario para hacer mantequilla, moler grano o bom bear agua; e incluso hay una patente de esa época para una máquina de coser accionada por un perro. No siempre se los confinaba a la cocina, ya que con frecuencia tenían otras tareas más agradables. Cuando a uno o más de esos perros no se les precisaba como fuente de energía solían llevarlos a la iglesia, donde su trabajo consistía en calentar los pies de los fieles. Un domin go, el obispo de Gloucester oficiaba un servicio religioso en la abadía de Bath. Había elegido una lectura de! décimo capítulo de! Libro de Ezequiel. El obispo era un orador muy apasionado que siempre daba mucho énfasis a sus palabras. En un momento dado, se dirigió a la congregación y gritó: "¡Y fue entonces cuando Ezequie! vio la rue da!". Hasta aquel instante, los perros presentes en la iglesia habían esta do descansando tranquilamente a los pies de sus dueños. Pero no cabe
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UN PERRO ESCUCHA
CONVE~ CON SU PERRO
"Turn"; girar. hacer que algo dé vueltas. "Spit"; espetón. (N del T.)
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duda de que estaban siguiendo el curso de! sermón, quizá tratando de extraer alguna información que pudiera concernirles. La mención de la palabra "rueda" -el temible lugar de trabajo de aquellos perros produjo una súbita reacción. Un testigo presencial contó que varios perros "salieron corriendo de la iglesia con e! rabo entre las patas". El importante lugar que los perros ocupan en nuestras vidas queda ilustrado por e! hecho de que les demos nombres. Eso dota a cada perro de una identidad individual e indica su importancia. Tam bién asigna un sonido particular a cada perro. Lo más interesante es que los perros terminan respondiendo al sonido de sus nombres. En medio natural, los animales sociables no parecen necesitar los nombres para nada. Cada animal sabe qué lugar ocupa dentro del grupo y se relaciona con los demás sin ninguna etiqueta identificatoria vocal. Es sólo en el mundo de las personas donde los perros necesitan aprender esa partícula de lenguaje receptivo. Para los seres humanos, los nombres son algo muy especial. Se gún la Biblia, una de las primeras tareas que Dios encomendó a Adán fue la de asignar un nombre a cada criatura viviente. En muchas cultu ras, e! nombre de una persona contiene la esencia de ella, y pronunciar ese nombre puede llegar a conferir de manera mágica cierto control sobre esa persona. Hay varias culturas, por ejemplo, en las que cada niño recibe un "nombre verdadero" al nayer, pero este nombre nunca es pronunciado en voz alta y sólo es conocido por e! niño y por aque llos que se lo dieron, para evitar así cualquier forma de control mágico.
Los niños de esas culturas también reciben un segundo nombre, que es aquel por e! que serán llamados en su vida cotidiana.
En lo que respecta a los animales, sólo las criaturas muy especia les reciben nombre. Normalmente un granjero no pone nombre a sus gallinas o a las reses que acabarán en el matadero. Dar un nombre a algo o alguien equivale a reconocerlo como individuo dotado de una identidad y de sentimiemos propios. Las personas que no reconocen a los perros como individuos tenderán a usar una etiqueta desperso nalizada cuando se refieran a ellos. Una persona que dice "El perro tiene hambre. Dale de comer", muestra la misma falta de considera ción que mostraría si estuviera hablando de su hijo o su hija y anun ciara:"EI niño tiene hambre. Dale de comer". Las personas a las que les
importa e! individuo utilizan su nombre; si nos importa, quien tiene hambre es Lassie, Sarah o George.
Los esquimales van más lejos en cuanto a lo que piensan de sus perros, porque creen que no tienen alma a menos que se les dé un
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Muy pocos perros reciben esos preciados nombres. Esos perros afor tunados entran a formar parte del hogar, y habitualmente se los
alimenta mejor y reciben un trato de animal de compañía que los
distingue de los que sólo trabajan y tiran de los trineos. Los esqui males necesitan identificar de alguna manera a los perros comunes,
por lo que cada uno de ellos recibe una especie de etiqueta. Éstas
pueden basarse en sus características físicas, como Gris, Negrito,
Dientes Largos, Cola Manchada, Animal, o en sus habilidades y
conducta, como CO,rredor, Dormilón, Feliz o Corazón Valeroso.
Esas apelaciones identificatorias, no obstante, no son auténticos
nombres y, según la tradición esquimal, no proporcionan un alma.
Incluso dejando aparte cualquier creencia mística o religiosa sobre la cuestión, el nombre de los perros representa un aspecto fun damental de sus existencias. Recuerde que un perro vive inmerso en un mar de sonidos orales humanos. No obstante, su vocabulario es relativamente limitado, igual que les ocurre a los niños pequeños. La primera labor del perro a la hora de interpretar nuestro lenguaje, por lo tanto, consistirá en tratar de determinar cuáles de las palabras que entiende están dirigidas a él personalmente, y cuáles no. Así pues, un comentario casual destinado a un miembro de la familia, como "Eh, ven aquí y siéntate a mirar la televisión conmigo", podría ser un au téntico dilema para un perro. Para mis perros, esa frase contiene tres palabras que cada uno de ellos conoce muy bien -las órdenes de obediencia comunes "Ven", "Siéntate" y "Aquí"- así como la palabra para atraer la atención "Mira". Supongamos que hubiera un perro sentado en la sala cuando diriges esa frase a un miembro de tu familia. ¿Realmente esperarías que cualquier perro empezara a ejecutar esa secuencia de conductas primero viniendo hacia ti, luego sentándose y después acost~ndose en el suel~ para mirarte directamente? Si no lo esperas, ¿a que se debe eso? ¿Como sabe el perro cuál de las muchas palabras que dices va dirigida a él y debería ser respondida inmediata mente, a diferencia de aquellas que no lo afectan para nada? Una de las maneras en que los perros pueden interpretar si las palabras humanas van dirigidas a ellos es a través de nuestro lenguaje corporal. Obviamente, si el perro me está prestando atención y yo lo estoy mirando a los ojos, no habrá ninguna ambigüedad en las palabras "Ven", "Siéntate" y "Aquí". En estas circunstancias, el perro sabe que se trata de órdenes claramente dirigidas a él y debería saber
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que estoy esperando que responda a esas palabras. Pero cuando esa clase de lenguaje corporal explícito no se da, entonces el nombre del perro se convierte en la clave de su comprensión. En efecto, el nombre de un perro es la señal que le indica que los próximos sonidos que salgan de la boca de su amo van a tener cierta repercusión en su vida. Es como si el proceso de traducción convirtiera el nombre del perro en una frase del estilo de "Escucha con atención, porque el próximo mensaje es para ti". Debido a esto, cuando hablemos con nuestro perro deberemos ser muy precisos. Cada vez que queramos que haga algo, deberíamos empezar con su nombre. Eso significa que "Rover, siéntate"; "Rover, ven" o "Rover; acuéstate" son ejemplos correctos de cómo hay que dirigirse a un perro. "Siéntate aquí, Rover" o "Haz el favor de venir, Rover", en cambio, son ejemplos de lo que no debemos decir cuando nos estemos dirigiendo a nuestro perro. La razón es simplemente que las palabras a las que usted quiere que responda se habrán disipado en el viento mucho antes de que el perro haya comprendido que los ruidos que está haciendo con la boca van dirigidos a él. Cuando dice "Siéntate aquí, Rover", el que su nombre no vaya seguido por nada significativo puede hacer que acabe con un perro que se limita a alzar la mirada hacia usted con expresión de "Vale, ¿y qué quieres que haga ahora que ya estoy pendiente de ti?" que, todos hemos visto en tantas ocasiones. El perro le está mirando porque ha atraído su atención usando su nombre y ahora espera recibir información sobre lo que desea de él. Después de unos segundos de este intercambio de miradas, quizás aca be repitiendo la orden en un tono de irritación. "He dicho siéntate, perro estúpido." Y ahora el perro se sienta, pero era el humano el que se estaba comportando como un estúpido. Habitualmente, los perros de raza tienen dos o más nombres. El primero es aquel con el que se los registró en el club de su criadero. Los nombres reg~str~dos suelen se,~ marav~os.amente rimbombant~s y/o carentes de slgmficado, como Remasla Vmdebon de Torwood , "Sombra de Flatcastle en Aguas Turbulentas", "Romance de Encaje Negro y Luz de Luna", "Óptica Solar de Creekwood" o "Dama del Lluvioso Parkburn". No obstante, el nombre más importante del pe rro es su "nombre de llamada". Después de todo, nadie quiere tener que gritar "¡Tollbreton Coranado Dancer, ven!" cuando sale al patio a llamar a su perro. La mayoría de personas encontrarán un nombre corto que dar al perro para la relación cotidiana. Su nombre de llama da se convierte en un nombre propio que le pertenece únicamente a
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CON SU PERRO
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él, Y es el que usamos cuando hablamos con ellos. En el caso de mis perros, son nombres como Odín,Wiz o Flint. Con el paso de los años he descubierto que los nombres de dos sílabas me resultan más faciles de pronunciar y tienden a producir una mejor respuesta. De esta ma nera, Wiz ha terminado siendo Wizzer, mientras que Flint obtuvo el falso nombre latino Flintus. Me gusta que haya alguna relación, por tenue que sea, entre el nombre registrado y el nombre de llamada. Así, "Tollbreton Coranado Dancer" recibió el nombre de llamada "Dancer (Bailarín)", mientras que el nombre de llamada de "Abracadabra Al quimista de Koy" acabó siendo "Magic (Mafia)". Algunas personas utilizan el nombre de llamada de su perro para producir una determinada impresión. En el mundo del atletismo profesional, la gente trata por lo general de crearse una imagen dura y dominante. Esas personas suelen elegir perros robustos y de aspecto temible, como rottweilers, mastines ingleses, doberman Pinschers y grandes daneses, para subrayar el hecho de que son imponentes y du ros. Normalmente, a esos perros se les adornada con los accesorios adecuados para reforzar tal imagen, como gruesos collares de cuero claveteados. Además, el perro debe tener un nombre adecuado. Herschel Walker, que en 1995 estableció el récord histórico de yardas en el fútbol profesional, tiene un rottweiler llamado Al Capone. Otros nom bres de perros propiedad de atletas profesionales son: Slugger (Des tructor), Rocky, Hawk (Halcón),Ghost (Fantasma), Jagger (Sierra), Trooper (Soldado), Rocket (Cohete) y Shaka Zulú. Un perro que se llamara Honey (Cariño), Fluffy (Peluche) o Fifi simplemente no enca jaría en ese ambiente. ¿Poner un nombre impresionante a su perro hará que la gente le considere más duro y dominante? Bueno, realmente eso no está muy claro. No obstante, un nombre amenazador y temible sí que parece influir en la forma en que otras personas reaccionarán ante su perro. He tenido ocasión de verificarlo en un experimento de laboratorio. A los participantes se les dio la siguiente explicación: Estamos interesados en su capacidad de determinar la perso nalidad e intenciones de los perros basándose únicamente en la conducta que verán. Les proyectaremos un vídeo de un perro llamado Ripper (Destripador), interactuando con una persona. Observen atentamente al perro porque les haremos algunas pre guntas sobre la conducta de Ripper.
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Ripper (Destripador) podía sustituirse por algún otro nombre impresionante, como Asesino, Matón, Carnicero, Gángster y similares, o por nombres más positivos como Campeón,Valiente, Feliz,Afortu
nado, etcétera. El vídeo consistía en imágenes tomadas de una serie de
televisión protagonizada por un pastor alemán. La corta secuencia con
sistía en un hombre andando; de pronto, el perro entra en el encuadre
y corre hacia él. Hay un primer plano del perro ladrándole al hombre,
seguido por otro en el que el perro salta sobre él y le pone las patas en
los hombros. El hombre aparta al perro de un empujón y el perro sale
del encuadre ladrando. Un total de 291 personas vieron el vídeo tras haberles entre gado la breve descripción en la que se incluía el supuesto nombre
del perro. Después se les entregó una lista de palabras para que marcaran las que creían que describían mejor al perro que acaba ban de ver. Esta lista contenía adjetivos típicos utilizados para des cribir atributos positivos como sociable, amistoso, cordial o jugue
tón y también atributos negativos como agresivo, amenazador, hostil o peligroso. Cuando el nombre del perro era "duro", como por ejemplo Asesino o Carnicero, había muchas más probabilidades de que los sujetos describieran la conducta del perro como hostil o amenazadora que cuando el perro tenía un nombre más positivo y menos amenazador. Uno de los aspectos más interesantes de este estudio es que cuando se les pidió a esas personas que describieran los acontecimien tos que acababan de ver, quienes habían oído describir al perro con un nombre tan temible como Degollador tendian a decir cosas como:"El perro vio a un hombre y no le cayó bien. El perro le ladró y se le tiró encima para hacer que se fuera, pero el hombre lo apartó de un empu jón antes de que pudiera morderlo y el perro huyó". Las personas a las que el perro les había sido descrito con un nombre más positivo, como Feliz, tendían a describir esa misma escena como:"EI perro vio venir a un hombre y corrió a saludarlo. El perro ladró y le puso las patas en los hombros para que jugara con él. Después el perro echó a correr delan te del hombre para conducirlo hasta su casa". Recuerden que todas esas personas habían visto exactamente el mismo vídeo. La única dife rencia era el nombre del perro. Esta clase de datos deja muy claro que el nombre que le ponga a su perro dirá algo acerca de ese perro a las otras personas con las que va a entrar en contacto. Obviamente, la elección será más importante para un perro grande. Francamente, dudo que un pequinés, un
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chihuahua o un maltés vayan a producir una sensación de temor o amenaza por mucho que se llamen Exterminador, Asesino o Bestia. Prácticamente cualquier palabra puede convertirse en un nom bre. Palabras sencillas tomadas al azar del diccionario, como Promesa, Alondra, Especia o Corredor, parecen convertirse en excelentes nom bres de llamada para perros. Los atlas ofrecen algunas posibilidades interesantes, como Oxford, Newgate o Congo. Si se tiene alguna afi ción o interés especial, las listas de términos técnicos pueden producir nombres utilizables. Conozco a un abogado que tiene un perro llama do Hearsay (Prueba), un geólogo con un perro llamado Granite, y un entusiasta de la navegación a vela con un perro llamado Rudder (Ti món). Los nombres pueden ser totalmente arbitrarios. Por ejemplo, en una ocasión e! cantante Frank Sinatra le regaló a la actriz Marilyn Momoe un perro de lanas blanco llamado Maf. Le dijo que "Maf" era una abreviatura de"Mafia",que como todos sabemos es una organiza ción con la que Sinatra no tuvo absolutamente nada que ver. La lista de los diez nombres de perros preferidos en los Estados U nidos y la Gran Bretaña apenas ha experimentado variaciones du rante la última década. Empezando por los más populares, estos nom bres son:
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MACHOS
HEMBRAS
Max Rocky Lucky Duke King Rusty Prince Buddy Buster Blackie
Princess Lady Sandy Sheba Ginger Brandy S~mantha Daisy Missy Misty
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alternativo; así, cuando digo, "¡Puppies, venid!", espero que aquellos de mis perros que se encuentren lo bastante cerca para oírme vengan corriendo. Un amigo que sólo tiene machos usa la palabra Gentlemen (Caballeros), en tanto que otro (un oficial retirado que sirvió en el Cuerpo de Blindados) utiliza como nombre de grupo Troops (Tropa). Desde e! punto de vista del perro, ese nombre de grupo no es más que otro sonido que significa "Presta atención, porque tendrás que obede cer e! próximo sonido que oigas". El club de! criadero sólo permite cambiar el nombre registrado del perro una vez a lo largo de la vida del animal. Los perros, no obstante, son más flexibles, siempre que se les dé ocasión de aprender .a reconocer su nueva etiqueta. Así, los perros adoptados o rescatados de una perrera suelen carecer de nombre conocido, pero aprenden rápidamente cualquier nombre nuevo que se les dé. A veces, incluso cuando vive de manera estable con una fa milia, un perro se encontrará con que su nombre va cambiando. Normalmente esto ocurre cuando se le aplica un apodo que de alguna manera consigue perdurar durante mucho tiempo. Por ejem plo, mi hijastra, Karen, tenía una perra que en un principio se lla maba Countess (Condesa). Su nombre de llamada acabó convir tiéndose en Tessa, pero también aprendió a responder a Tess, Tessa Bear (Oso),T-Bear y Bear.Tess soportó to'dos esos cambios de títu lo con el mismo aplomo que podríamos mostrar los humanos si un ser querido que siempre nos había llamado "Cariño" decidiera empezar a llamarnos "Encanto" y, a veces, "Ricura". Los problemas relacionados con e! cambio de nombre padeci dos por Tessa no fueron nada en comparación con los que han experi mentado otros perros. Por ejemplo, está el caso del Skye terrier que tenía Robert Louis Stevenson es más conocido por haber escrito clá sicos como La isla del tesoro o El extraño caso del doctor ]ekyll y mister Hyde. Al principio su perrito se llamaba Woggs, un nombre que des pués pasó a ser Walter, luego Watty, posteriormente se transformó en Woggy y acabó siendo Bogue. Cualquier sonido que sea utilizado habitualmente con un perro puede llegar a convertirse en su nombre, al menos durante un tiempo. Tuve una experiencia muy interesante con un perro, un husky siberiano llamado Polar. Me habían convocado en calidad de invitado especial a un seminario científico que iba a celebrarse en una estación de esquí. Me alojaron en una cabaña que compartiría con Paul, uno de los di rectores de! programa de conferencias ..Paul vivía lo bastante cerca de
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Para mi, la gran sorpresa fue que el nombre Snoopy (el perro al que ha hecho famoso la popular tira cómica "Peanuts" de Charles Schulz) no ocupara un lugar muy alto en la lista. ¡En cambio, lo en contré en la lista de los diez nombres preferidos para gatos! Además de su nombre registrado y su nombre de llamada, todos mis perros tienen un tercer nombre. Se trata de un nombre de grupo, que en mi caso es Puppy (Cachorro). Para cada perro, éste es su nombre
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allí para poder venir en coche, y decidió traerse consigo a Polar. Sabía que a mí me gustaba tener perros cerca en todo momento, y pensó que su presencia ayudaría a mitigar la añoranza que experimento siem pre que he de alejarme de mis cachorros por razones de trabajo. Ver cómo se relacionaban Paul y Polar fue muy interesante. Aunque saltaba a la vista que Paul quería mucho a su perro, tenía ciertos problemas para controlar a aquella exuberante bola de pelos. Nada más abrirse la puerta del coche, Polar salió como una exhala ción. Paul gritó "¡No!", y el perro volvió obedientemente junto a él. Cuando fui a saludar al perro, éste saltó sobre mí, y Paullo devolvió al suelo con un seco "¡No!". Esa noche, mientras Paul y yo charlábamos tomando una copa, Polar empezó a restregarse contra su dueño para tratar de hacerse con uno de los pretzels del cuenco que teníamos entre nosotros. Otro rápido "No" hizo que Polar volviera a echarse en el suelo con un suspiro.Ya entrada la noche, hubo cierta agitación en el lado de la habitación ocupado por Paul. Polar había intentado me terse en su cama y fue rechazado con otro seco "¡No!". Por la mañana, los primeros sonidos que oí procedían de Paul, quien le estaba dicien do a Polar: "No, es demasiado temprano. Todavía no quiero levantar me". Luego, unos minutos más tarde:"No, déjame dormir.Ya te sacaré a pasear dentro de un rato". Mientras cenábamos, Paul me confesó que a veces tenía la sen sación de que la mayor parte del tiempo no controlaba a su perro. "Por ejemplo, hay momentos en los que tengo la impresión de que Polar ni siquiera sabe cómo se llama." "Polar sabe cómo se llama -le dije--, pero tú quizá no lo se pas.''Y en respuesta a su mirada de perplejidad, añadí: "Cuando volva mos a la cabaña esta noche haremos un pequeño experimento". Cuando volvimos a la cabaña, le dije a Paul que esperara en la cocina y me llevé a Polar al porche que había junto al dormitorio. Estaba acariciando a Polar, quien parecía disfrutar bastante con toda la atención de que estaba siendo objeto. cuando Paul, que no se había movido de la cocina, gritó (tal como habíamos acordado): "¡No!" Po lar se levantó y trotó obedientemente hacia su amo. Dada su experien cia. el sonido asociado con consecuencias personales para él que había oído con más frecuencia era "No". ¡Debido a eso, Polar estaba con vencido de que se llamaba "No"! Hemos hablado de la capacidad lingüística receptiva de los pe rros y, en concreto, de su capacidad para entender aspectos del lengua je humano. Los ejemplos que he usado provienen de perros corrientes
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que viven en una situación familiar normal. No obstante, hay muchos informes e historias sobre perros dotados de una capacidad realmente asombrosa para entender lo que dice la gente. Si creo esos relatos, entonces mis perros todavía no han terminado el primer curso en comparación con las hazañas universitarias de que son capaces esos talentos caninos. Quizá valdría la' pena que echáramos un vistazo al
lenguaje receptivo en algunos de esos perros tan bien educados, ya que sus logros encierran algunos secretos realmente sorprendentes.
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Supongo que fue en algún momento de la década de los sesenta cuando tuve ocasión de ver una demostración llevada a cabo por Charles Eisenmann y sus perros. "Chuck" Eisenmann, como se lo conocía, empezó jugando al béisbol profesional y luego, a causa de una serie de vicisitudes laborales y personales, terminó siendo adiestrador de perros. Aunque sus perros aparecieron en muchas películas de Hollywood, se lo conoce principalmente por su serie de televisión The Littlesl Hobo, protagonizada por su pastor alemán, London. London tuvo varios hijos, entre ellos Little (Pequeño) London,Toro y Thorn (Espino), que fueron usados en' muchas ocasiones como dobles de London para ciertas escenas de acción. Todos se ganaron una excelente reputación como perros extraordinariamente dotados. Eisenmann aseguraba que aquellos perros conocían varios centenares de palabras y que habían alcanzado el nivel de comprensión lingüística de un niño de ocho años. La demostración a la que asistí había sido organizada, o patroci nada, por una emisora de televisión local, y había unas cuantas cámaras para grabar o filmar parte de su desarrollo con vistas a su posterior emisión. Eisenmann presentó a sus cuatro perros y explicó que la in mensa mayoría de los perros eran adiestrados para adquirir hábitos, como echarse cuando oían la palabra "Abajo" o acudir cuando oían la palabra "Ven". Básicamente, se limitaban a asociar un sonido con una acción. Después explicó que él adiestraba a sus perros usando lo que llamaba" el Método Intelectual". La esencia de aquel méto do consistía en que se suponía que obligaba a sus perros a pensar y aprender los elementos básicos del lenguaje hablado. Su técnica pedagógica parecía ser bastante similar a la manera en que enseñamos el lenguaje a los niños. En vez de asociar una palabra con una acción o
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concepto, Einsemann iba variando las frases que usaba y presentaba el mismo problema en varios entornos distintos. Exhibió los resultados que podía obtener con su adiestramiento demostrando que London no sólo respondía a la orden "Abajo", sino también a formulaciones alternativas como "Ten la bondad de reclinarte en el suelo" o "Adopta una postura prona". Aquellos perros entendían muy bien el lenguaje, desde luego.
Cuando Eisenmann les hablaba en un tono de conversación usando
palabras y frases cotidianas, los perros demostraban entender cuanto
les decía, ya fuese abrir o cerrar una puerta, encender o apagar una luz
accionando el interruptor y toda una serie de acciones similares. Re
cuerdo lo mucho que me impresionó que fueran capaces de examinar
un grupo de objetos y elegir el que había mencionado su amo. Mi
credulidad empezó a verse puesta a prueba, no obstante, cuando
Eisenmann afirmó que sus perros responderían igual de bien si les
hablaba en francés o en alemán. Supongo que, al tratarse de California,
era inevitable que alguien le preguntara si también le obedecerían en
el caso de que les hablara en español.
"No sé si los perros entienden el español-replicó Eisenmann-.
¿Por qué no lo intentamos? Déme una orden sencilla en español."
Se le explicó qué significaban las palabras españolas Cierra la puerta y, con ese conocimiento, Eisenmann se volvió hacia el perro y dijo:"¡London, cierra la puerta!" El perro se levantó, y aunque pareció titubear y tardó un poco más de lo habitual en reaccionar, fue hacia la puerta que había sido utilizada anteriormente para una demostración de su habilidad para abrir puertas. London miró a su amo y después adelantó una pata, y la puerta entreabierta se cerró. El público lo re compensó con un gran grito de aprobación. Aquella demostración me dejó verdaderamente inquieto. Creo que a los perros se les puede enseñar a comprender muchas más frases y palabras de lo que la mayoría de la gente piensa que son capaces. También creo que pueden aprender órdenes o palabras en varias len guas, de una manera muy parecida a Como lo hacen los humanos. Pero también sé que cada palabra en cada nueva lengua requiere alguna forma de aprendizaje antes de que esa comprensión pueda ser demos trada. Por ejemplo, el que yo sepa que la palabra inglesa "dog", la alemana "hund" y la francesa "chien" significan lo mismo, ciertamente no me capacita para saber que la palabra española "perro" tiene el mismo significado. Hasta que no se me proporcione alguna informa ción sobre la traducción, no se puede esperar de mi que entienda el
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significado de una palabra. ¿Cómo podía haber entendido el perro
London una orden la primera vez que la oía si, como parecía, su amo
no conocía aquella lengua y nunca se la había enseñado? El hábito de
hacerse preguntas forma parte de ser un científico, y dicho hábito
hace que me cueste aceptar una cosa sin pruebas incluso cuando se
trata de algo en lo que quiero creer. En ese momento, las banderas de
la cautela empezaron a ondear en mi mente y a partir de entonces vi la exhibición con ojos bastante más escépticos.
Mi inquietud no tardó en acentuarse, porque Eisenmann em pezó a explicarle al presentador que muchas personas creen que los perros no pueden ver los colores. Él podía demostrar que no era así. -London, señala algo de esta habitación que sea rojo -dijo. El perro se levantó, cruzó la habitación y dirigió el hocico hacia un tazón rojo que había junto a la mano del presentador. Cuando se le pidió que señalara algo azul, señaló una silla azul; finalmente, cuando se le pidió que señalara algo amarillo, London fue a la pared y dirigió el hocico hacia una cortina amarilla. Mientras el público lo aclamaba, yo empecé a ponerme muy
nervioso. Una vez más, me parecía que London no podía hacerlo tan
bien como lo estaba haciendo. Uno de los aspectos en que el ojo del
perro se diferencia del ojo humano es su área de visión de los colores, que es donde los perros muestran el mayor déficit relativo. Los pe
rros no son ciegos a los colores, si con eso queremos decir que sólo ven el mundo en tonos grises. Los científicos han podido demos
trar, usando técnicas especiales de adiestramiento, que los perros
probablemente ven el mundo en tonos grises, verdes y marrón rojizo. El hecho de que se les pueda enseñar a discriminar esos
colores demuestra que tienen cierta capacidad de ver los colores. El
reverso de ese hecho es que dichos métodos de adiestramiento son muy laboriosos y excepcionalmente difíciles, lo cual quiere decir que la visión de los colores probablemente tenga muy poca impor
tancia para el perro. Desde un punto de vista biológico, la visión de los colores sólo es importante para los animales con una dieta muy varia
da y que actúan básicamente durante las horas diurnas. En ese caso, ver los colores ayuda a encontrar e identificar varias cosas que podrían ser . comida. Los perros, que son por naturaleza cazadores del crepúsculo y el amanecer, no encontrarían excesivamente útil esta capacidad y no parecen usarla espontáneamente. Supongamos por un momento que Eisenmann hubiera conse guido que los colores llegaran a ser importantes para London, de tal
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manera que éste utilizara su limitada capacidad de visión siempre que se le pidiera que lo hiciese. Aun así, dado que los perros discriminan el mundo en tonos verdes y marrón-rojizo, el hecho de que London también pudiera identificar un azul y un amarillo, dos colores entre los que sus ojos no pueden distinguir, era asombroso... e improbable. Empecé a seguir el desarrollo de las pruebas con mucha aten ción. Eisenmann prosiguió con su "demostración" y le dijo a London que "encontrara algo con palabras impresas encima". El perro miró con gran atención a su amo mientras éste pronunciaba las palabras y después fue hacia un cartel colgado de un soporte y lo señaló. Luego tomó un lápiz de una mesita cuando Eisenmann le pidió que le trajera "algo con lo que pueda escribir en un papel". London asombró al público con su capacidad para deletrear palabras. Cuando se le pidió que "trajera unas g-a-f-a-s", London fue hacia el presentador; mien tras la audiencia se reía, London le quitó delicadamente las gafas con la boca y se las llevó a su amo. La comprensión del lenguaje demostrada por aquel perro exce día todo lo razonable. Si Eisenmann estaba en lo cierto al asegurar que todos los perros pueden ser adiestrados hasta alcanzar el nivel de com prensión de un niño de ocho años, ¿por qué tenemos tantos perros "retrasados" en nuestro mundo? Finalmente, el secreto de las exhibiciones de London me fue revelado por el profesor CarlJohn Warden, uno de los psicólogos com parativos de la evolución más respetados de principios del siglo xx. Mientras estaba en la Universidad de Columbia de NuevaYork,Warden tuvo ocasión de estudiar a un pastor alemán llamado Fellow (Chico) cuyo dueño, Jacob Herbert, vivía en Detroit, Michigan. Herbert era un criador de perros que había seleccionado a Fellow de entre los muchos perros que había criado por considerarlo uno de los más inte ligentes. Planteándoselo como una especie de proyecto personal, deci dió que trataría de enseñarle todo el lenguaje humano que pudiera. Había descubierto el mismo procedimiento que Eisenmann, que con sistía simplemente en hablarle continuamente al perro, con el mismo ánimo instructivo con que podríamos hablarle a un niño con el que estuviéramos viviendo. Herbert creía que su perro conocía unas 400 palabras y las entendía de una manera muy similar a como las habría entendido un niño en circunstancias similares. Herbert no pretendía atribuirle una capacidad lingüística plenamente desarrollada, pero es taba convencido de que Fellow había logrado relacionar ciertas pala bras con determinados objetos o acciones.
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Herbert reconocía que no era ningún experto en comporta miento animal y quería descubrir cuáles eran exactamente las capaci dades lingüísticas de Fellow. Contactó con el profesor Warden y orga nizaron una comprobación de las capacidades del perro para su próxima visita a Nueva York. La primera serie de pruebas se llevó a cabo en la habitación de hotel de Herbert. Warden y un colaborador suyo, L. H. Warner, se plantearon las pruebas partiendo de lo que Warden llamaba una "actitud de escepticismo crónico". No tardaron en quedar muy impresionados por el hecho de que el perro las superaba notablemen te bien, respondiendo a una amplia gama de órdenes. A Warden le sorprendió mucho (igual que me sorprendió a nú la demostración de London) el hecho de que el dueño del perro no intentara usar las mismas frases cuando le pedía a Fellow que hiciera cosas. Además, todas las órdenes se daban en un tono de lo más normal, como si Herbert se limitara a mantener una conversación con el perro. Los psicólogos trataron de determinar si había algo más, aparte de la comprensión de las palabras, que pudiera explicar los excelentes resultados obtenidos por Fellow. Lo primero que hicieron fue usar una lista de órdenes habladas en un orden totalmente distinto al empleado por Herbert hasta aquel momento para averiguar si Fellow respondía a ellas. El perro estuvo igual de acertado, lo que significaba que no estaba siguiendo ninguna rutina "fija". Parecía que Fellow respondía a las palabras en sí, dado que cuando su amo variaba deliberadamente el tono con que se dirigía al perro, pasando de un tono grave o agudo a hablar con voz monocorde, eso no afectaba a los resultados obtenidos por Fellow. Para asegurarse de que no había ninguna clase de señales secretas, Herbert fue al cuarto de baño de la suite y cerró la puerta, con lo que no podía ser visto. Aunque en esas condiciones Fellow no obtuvo unos resultados perfectos, su respuesta fue correcta en la ma yoría de las ocasiones. Eso era sorprendente, ya que se trataba de una situación nueva para él y, al tener que atravesar la puerta, las palabras no se oían con tanta claridad. Los psicólogos convencieron a Herbert y Fellow de que debían ir al campus de la Universidad de Columbia, donde se los sometió a pruebas más elaboradas. En esas pruebas, tanto Herbert como los psi cólogos permanecieron escondidos detrás de biombos, observando la conducta del perro a través de pequeñas rendijas. Una serie de pruebas de localización dejaron claro que Fellow conocía el significado de muchas palabras comunes. Entre los objetos de uso cotidiano que Fellow reconocía estaban llave, cepillo, guante, paquete, almohada, agua, leche, ~'C'VM~~~:'i~~~",,~X~~;.;'¡o("..g:;~~W&t'~~to1~~r.:¡I
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zapatos, sombrero, abrigo, bastón, pelota, cartas, dinero (billetes), dólar (moneda de plata), señora, caballero, muchacho, muchacha, cachorro y muchos más. Otras pruebas sugirieron que conocía los nombres de varias partes del cuerpo, como pie, cabeza, boca, pata y regazo (de una persona).Asombrosamente, también podía distinguir el tamaño de los objetos, así como la diferencia entre "un muchacho" y "un niño". Durante la sesión de pruebas, los psicólogos verifICaron que Fellow podía responder sin equivocarse a cincuenta y tres órdenes, sentencias y frases distintas, aunque no pudiera ver a su amo. Éstas iban desde simples órdenes de acción como "Siéntate", "Ponte panza arri ba", "Vuelve la cabeza", "Del otro lado" (que hacía que el perro volviera la cabeza en sentido opuesto) hasta las más complejas "Ve a dar un paseo por la habitación", "Sal fuera y espérame" (la cual hacía que el perro saliera de la habitación y esperara junto a la puerta), "No me fio de él" (que provocaba que el perro ladrara y amenazase con atacar, y muchas más.Además, había ciertas ideas con siderablemente complejas que podía obedecer correctamente, como "Ve con ese señor (o señora) ", mientras que "Para", "Deja eso", "Olví dala" o "Quieto" hacían que el perro interrumpiera cualquier activi dad que estuviera llevando a cabo en aquel momento. "Vuelve a hacer eso" daba como resultado que el perro repitiera cualquier serie de acciones que acababa de ejecutar. Aunque era extremadamente impresionante, la habilidad tenía ciertos límites. Había ciertas órdenes que el perro podía ejecutar sin cometer ningún error cuando su amo se hallaba presente, pero que no parecía entender cuando Herbert quedaba oculto por el biombo. Cuan do esas órdenes fueron analizadas, enseguida quedó claro que todas tenían algo en común. Esas órdenes incluían dos componentes. En primer lugar, había un objeto a identificar, y luego una ubicación ha cia la cual había que orientarse. Así, Feillow respondía sin equivocarse a la orden "Ve y encuentra al profesor Warden" cuando su amo estaba presente, pero no cuando no le veía. Otras frases que producían difi cultades similares cuando el amo del perro no estaba visible fueron "Ve a mirar por la ventana", "Ahora ve a la otra ventana" o "Ve y súbete a esa silla [o mesa o cualquier otro objeto adecuado]". Como cada una de esas órdenes requería que el perro se orien tara hacia una dirección determinada antes de realizar alguna acción con el objeto allí ubicado,Warden pensó que Herbert podía estar dan do alguna señal visual sutil al perro. Dado que Herbert no parecía la clase de hombre capaz de recurrir a esos trucos y estaba sinceramente
¿REALMENTE ESCUCHA EL PERRO?
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interesado en determinar cuánto lenguaje sabía Fellow, parecía proba ble que dicha señal tuviera que ser un movirrúento inconsciente y natural. El más obvio de dichos movimientos es volver la cabeza. Si una persona pide algo, como en la frase "Tráeme el teléfono, por fa vor", es muy natural que dirija la mirada hacia la mesa donde se en cuentra el teléfono. Este tipo de giro de la cabeza, o mirada, ocurre casi automáticamente siempre que hablamos de un objeto que es visible desde el lugar donde nos encontramos en ese momento. Para verificarlo, el profesor Warden hizo que Herbert inten tara confundir deliberadamente a FeIlow. Así, Herbert recibió ins trucciones de decir "Ve a la puerta" mientras miraba una mesa si tuada al otro extremo de la habitación. FeIlow respondió inmediatamente cuando su amo habló; no obstante, lo hizo siguiendo la dirección en la que estaba mirando Herbert, en vez de las pala
bras, dado que el perro se levantó y fue directamente hacia la mesa. Cuando Herbert miró la ventana pero dijo "Súbete a la silla, perro
bueno", FeIlow fue a la ventana hacia la que su amo había vuelto la cabeza. Después se le pidió que apoyara la cabeza en la silla. En vez de hacer lo que se le pedía, FeIlow subió de un salto a la mesa que estaba mirando Herbert. De esta manera quedó claro que algunos aspectos de la notable comprensión del lenguaje demostrada po~ Fellow no eran totalmente lingüísticos. En algunos casos, era evidente que el perro respondía pri mero al tono de voz de su amo, el cual le sugería que hiciera algo. Entonces el perro captaba la ubicación del objeto con el que tenía que hacer algo o hacia el que tenía que ir mirando la cabeza de Herbert y averiguando así qué dirección debía seguir. En cuanto se encontraba con un objeto, realmente sólo podía hacer unas cuantas cosas. Si el objeto era pequeño, podía tomarlo con la boca y llevárselo a su amo. Si el objeto era grande, pesaba mucho o estaba sujeto, podía limitarse a mirarlo o podía rozarlo con el hocico para indicar que ése era el
objeto en cuestión. En algunos casos, cuando el objeto formaba parte del mobiliario o era algo sólido de tamaño intermedio, podía subirse a él o saltar por encima, o apoyar la cabeza en él.
Volvamos a la conducta de ese otro pastor alemán, London, cuan do obedecía las órdenes de Charles Eisenmann. La mayor parte de la demostración había sido filmada, y un montaje de algunas secuencias se emitió por televisión. Conociendo el "secreto" de la impresionante exhibición de Fellow, no le quité los ojos de encima a Eisenmann mientras daba sus órdenes. y naturalmente, cuando dio la orden de
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cerrar la puerta en español, Eisenmann volvió la mirada hacia la puerta
en el mismo instante en que terminaba de decir "¡Cierra la puerta!"
El montaje emitido también incluía la prueba de los colores que
tanto me había inquietado. Enseguida vi que cuando Eisenmann decía
"Londres, señala algo de esta habitación que sea rojo", estaba mirando
el tazón rojo que había en la mesita colocada junto al presentador. London había seguido la dirección de esa mirada. Como yo ya estaba sobre aviso, me di cuenta de que London se limitaba a dirigir el hoci co hacia el borde de la mesita. Ni siquiera parecía mirar el tazón. Al parecer, el público (yo incluido), como observadores humanos que podíamos ver el color rojo, habíamos identificado rápidamente el ta zón rojo y dimos por sentado que eso era lo que estaba señalando London. Es muy posible que el perro hubiera pegado el hocico a la mesita de manera deliberada, dado que era el objeto más obvio en la dirección hacia la que estaba mirando. Un leve giro de la cabeza tam bién había precedido a su identificación de los objetos azul y amarillo. Les ruego que no utilicen estas observaciones para atribuir al guna clase de fraude consciente a Eisenmann. La situación es similar a una que se produjo a principios de siglo, cuando un profesor de mate máticas alemánjubilado, Herr van Osten, dio clases de historia, mate máticas y ortografia a su querido caballo Hans. En algunos casos, el caballo demostraba su capacidad para aprender seleccionando la res puesta correcta a la pregunta que se le hacía. Así, se le podía preguntar cuál de cuatro palabras estaba correctamente escrita y se le presentaba una lista como 1) atog,2) gtao, 3) gato y 4) tgoa. El caballo respondía golpeando el suelo con la pezuña el número de veces correspondiente a la palabra (en este caso, naturalmente, seóan tres golpes). Van Osten no estaba interesado en exhibir al caballo por dinero, pero invitó a reducidos grupos selectos, que solían incluir a conocidos científicos conductistas, a que vieran al caballo e hicieran sus propias pruebas. Todos ellos se fueron convencidos de que el caballo se había ganado con toda justicia su mote popular, "Hans el Listo", dado que parecía tener un amplio conocimiento del lenguaje así como considerables conocimientos matemáticos, históricos y geográficos. La verdadera naturaleza de las dotes de Hans fue revelada por el psicólogo experi mental Oskar Pfungst, quien demostró que el caballo se guiaba por los movimientos, inconscientes y casi imperceptibles, de la cabeza y los pequeños cambios en la postura corporal de los miembros del público. La señal principal eran los movimientos creados por la relajación involuntaria de la tensión en sus observadores cuando los golpes que
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daba con la pezuña alcanzaban el número correcto. Esto ayudó a ex plicar el sorprendente descubrimiento de que la capacidad de Hans para entender el lenguaje disminuyera perceptiblemente con la llega da del crepúsculo, dado que en la oscuridad el caballo ya no podía ver las señales del público que le indicaban cuál era la respuesta correcta. En el caso de London y los otros perros, también había una clara pista disponibleVolver la mirada hacia un objeto del que estás hablan do es un acto natural e inconsciente. Desgraciadamente, en este caso en el que estamos tratando de entender la capacidad de un perro para interpretar el lenguaje hablado humano, esas miradas sirven como una fuente alternativa de comunicación. Al perro le basta con leer la direc ción indicada y con el tono de la voz que le dice que haga algo con el objeto situado en esa dirección. Creo que, a cierto nivel, Eisenmann quizá fuera consciente de que había algo importante en la situación y en el hecho de que mirara al perro, dado que posteriormente escribió: "Aunque de vez en cuando doy órdenes a mis perros de espaldas a ellos, no es un sistema que me guste demasiado. ¿Hasta qué punto son sutiles esas indicaciones que damos a los perros cuando les estamos diciendo adónde han de ir y qué han de hacer? Cabe la posibilidad de que los perros estén respondiendo a los movimientos claramente perceptibles de nuestra cabeza y nues tro cuerpo, y también podría ser que estuvieran siguiendo la direc ción en la que miramos. Los seres humanos somos muy hábiles a la hora de percibir la dirección en la que están mirando otros huma nos, así que es una posibilidad. En el caso de Fellow, el profesor Warden lo verificó vendándole los ojos a su amo. Cuando se le dijo a Herbert que se orientara hacia una determinada dirección ade cuada a la orden, Fellow no tuvo problemas a pesar de que los ojos de su amo habian dejado de ser visibles. Esto significa que es pro bable que el perro usara los siempre más perceptibles movimientos de orientación asociados con la cabeza y el cuerpo, en vez de nece sitar una mirada direccional de los ojos. La conclusión importante de todo esto ha de ser la de que a veces, cuando los perros parecen estar respondiendo a lo que decimos, puede que en realidad no lo estén haciendo. No cabe duda de que los perros pueden entender muchas palabras y sonidos, pero lo que hace que parezcan todavía más capaces de lo que son en realidad es su sutil habilidad para captar nuestras indicaciones orientativas. Una serie de palabras dirigidas a un perro puede incluir sonidos que éste entiende, como "Encuentra", "Trae", "Busca", "Salta" o "Ve a". No obstante,
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otros aspectos de nuestros sonidos hablados pueden no tener absolu tamente ningún significado para él. Así, si le digo a mi perro, "Trae la cosa roja", es mi palabra inulcando la acción, "Trae", la que hace que se ponga en movimiento para traerme algo, pero lo que realmente lo alinea con la pelota roja que quiero que me alcance es el giro de mi cabeza y de mi cuerpo. Pensar que el lenguaje hablado es lo único que importa es un prejuicio muy humano. Mi perro no tiene ni idea de lo que es "la Cosa roja", pero cualquier objeto presente en la trayectoria de mi mirada -ya sea rojo, blanco o verde-- es lo que me traerá. Aunque solemos pensar que el perro interpreta nuestro lenguaje escu chándolo, es muy posible que preste mucha más atención a lo que está haciendo nuestro cuerpo. Los perros son grandes lectores del lenguaje corporal, incluso cuando nosotros no somos conscientes de estar comuni cándonos de esa manera. Más adelante, veremos que pueden usar inten cionadamente su propio cuerpo para transmitir complejos mensajes. Por el momento sólo hemos examinado hasta qué punto los perros son capaces de interpretar el lenguaje humano. Es evidente que son bastante hábiles a la hora de interpretar el significado de lo que queremos que sepan, tanto si extraen dicho significado del lenguaje hablado como si lo obtienen de otras indicaciones. Después de haber tratado brevemente el lenguaje receptivo de los perros, pasaremos a ocuparnos de su lenguaje productivo para determinar hasta qué punto son capaces de comunicarse entre ellos.
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La mejor manera de empezar a tratar de entender el lenguaje de los perros sea quizás examinar la manera en que hablan. Para los seres humanos, el habla, definida como la producción de sonidos dotados de significado, es una forma de comunicarse tan natural que muchas personas piensan que el habla es ellenguaje.Ya hemos visto que, debi do a sus limitaciones físicas, los perros nunca podrán llegar a producir los complejos tipos de sonidos que crean los humanos; no obstante, los perros pueden producir sonidos, y los producen, con el propósito de comunicarse. El lenguaje en [arma de sonidos aventaja en algunos aspectos a otros tipos de comunicación. Comparemos 'los sonidos con las señales visual~s. El lenguaje corporal visible es un medio importante de co
municación para los perros y los ayuda a sobrevivir. Un mensaje en viado en forma de signo visible no produce ruido, pero puede ser
captado desde lejos. La ubicación y el origen del mensaje también pueden detectarse con facilidad. La señal puede ser "activada" o "desactivada" instantáneamente, y también se puede variar su intensi dad haciendo que los movimientos de seiialización sean más vigoro
sos, más rápidos o más exagerados. Con tal de que el perro haya apren dido a traducirlas, señales visuales tan simples como menear la cola o mover la cabeza pueden contener información bastante compleja. Esto
significa que el lenguaje de las señales visuales es muy flexible y que sus posibilidades son ilimitadas. Así pues, ¿por qué se desarrollaron las señales sónicas? Para un animal, el gran problema del lenguaje visual estriba en que sus mismas ventajas pueden volverse contra el individuo que lo emplea. Como las señales tienen que ser recibidas, no siempre es posi ble evitar que un depredador, o una presa en potencia, también vea al
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dificiles de localizar. No obstante, si otro animal, digamos la madre del
que grazna, ha estado a la escucha y ya conoce la ubicación del emisor,
puede interpretar el mensaje y acudir inmediatamente.
En lo que respecta a los sonidos, sabemos efectivamente que los animales producen un gran número de ellos. Parece intuitivamente lógico sugerir que esos sonidos no habrían evolucionado como parte de las pautas de comportamiento normales de los animales si no tu vieran una función específica. Bastantes científicos han llegado a la conclusión de que muchos de los sonidos que producen los animales parecen ser similares a lo que llamamos "palabras" y tener significados muy específicos que son entendidos por otros miembros de la especie.
La evidencia más abrumadora nos la proporcionan los monos (quizá porque los humanos tienden a sentirse más impresionados por lo que hacen los monos que por lo que hacen los animales de cuatro patas). U no de esos monos es el vervet africano. Este simio esbelto y grácil, de largos brazos y piernas y rostro bastante plano, también es conocido como mono de la sabana, dado que permanece casi siempre en la misma sabana o cerca de ella. Pasa una gran parte de su vida en el suelo, donde busca fruta, hojas y demás vegetación. Los vervets obtu vieron su nombre de la palabra francesa ver!, que significa verde, por que el suave y espeso pelaje de su espalda tiene un tono verdoso que contrasta con la negrura de sus manos, pies y cara y el color amarillo pálido o blanco de la parte delantera del cuerpo. Y lo más importante para el tema que ahora nos ocupa es que también poseen un vocabu lario que advierte de la proximidad de posibles depredadores. Los vervets no sólo dan la alarma cuando se detecta a un depredador, sino que también usan "palabras" específicas para informar a los otros miem bros de su manada de contra qué clase de depredador deberían mante nerse alerta. Los psicólogos Dorothy Cheney y Robert Seyfarth de la Uni versidad de Pensilvania dirigieron la mayor parte de las investigaciones lingüísticas relacionadas con los vervets. Descubrieron que hay tres grandes depredadores que cazan a estos pre~iosos manitos: el leopardo, el águila y la serpiente. Un vervet que detecta a un leopardo produce una especie de ladrido entrecortado que suena como una ráfaga de ametralladora. Si detecta a un águila, produce un ladrido distinto que suena como una risa forzada y si detecta a una serpiente, produce una especie de parloteo estridente. Cada uno de estos sonidos actúa sobre los otros vervets como si fuera una señal de alarma o palabra específica y provoca un comportamiento distinto. Cuando oyen el ladrido que significa "leopardo", todos los monos dejan lo que estuvieran hacien do y buscan refugio en los árboles. Cuando un vervet oye la carcajada que significa "águila", alza rápidamente los ojos hacia el cielo para observarlo antes de ponerse a cubierto entre los matorrales. Cuando un vervet emite el parloteo que significa "serpiente", los otros monos se yerguen sobre sus patas traseras para inspeccionar el suelo a su alre dedor en busca de su sigiloso enemigo reptante. Para confirmar su impresión de que aquellos sonidos actuaban como palabras, los dos investigadores tenían que descartar antes otras posibilidades. La más importante es que tanto los sonidos como las conductas protectoras específicas que exhibían los monos no tuvieran
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como objetivo comunicar algo, sino que en realidad sólo fuesen una especie de respuesta emocional causada por la visión del depredador. Para verificarlo, Cheney y Seyfarth grabaron las distintas llamadas de alarma. Después pusieron las grabaciones cuando no había ningún depredador en los alrededores. El resultado fue que todos los monos que oyeron las llamadas grabadas respondieron de la manera apropia da. Esto quiere decir que los monos extraían los significados de los sonidos y que los consideraban palabras. Había otro característica por la que las palabras de los vervets parecían asemejarse al lenguaje humano. Cuando los niños están apren diendo a hablar, suelen cometer el error de usar la misma palabra para varias cosas similares. Los vervets jóvenes también cometen esa clase" de errores. Un vervet joven puede usar la llamada de alarma del águila cuando ve caer una hoja, o la del leopardo cuando un antílope pasa cerca de él, o la de la serpiente cuando ve una liana que cuelga de un árbol. Los vervets cometen muchos menos errores conforme van cre ciendo, lo cual sugiere que están aprendiendo y desarrollando sus ha bilidades lingüísticas. Durante el proceso, tienden a volver la mirada hacia sus madres cuando otro mono da la alarma, como si aprendieran qué es lo que han de hacer observando la manera en que responden los animales más viejos y experimentados. También parecen compro bar si otros monos están de acuerdo con su elección de la llamada de alarma cuando utilizan una. Con el paso del tiempo, los jóvenes vervets llegan a ser hablantes más precisos del "vervés" escuchando y obser vando a otros monos. Si los sonidos de los vervets fueran una especie de lenguaje pri mitivo, entonces, como todos los lenguajes vivos, el vervés debería ser capaz de crear nuevas palabras con las que describir nuevas cosas o condiciones en el entorno. Los lenguajes humanos modernos han te nido que crear palabras como "teléfono", "ordenador" y "láser" a me dida que cada una de esas cosas entraba en escena y se volvía impor tante. Así pues, podríamos preguntar: si apareciera una nueva clase de depredador especializado en los vervets, ¿producirían éstos una nueva llamada de alarma? Marc Houser, un psicólogo y antropólogo de la Universidad de Harvard, tuvo ocasión de observar cómo ocurría esto entre los vervets. Mientras pasaba por el mismo hábitat que habían estudiado Cheney y Seyfarth, oyó un coro de llamadas de alarma que sugería la proximidad de un leopardo. Pero al escucharlas más atenta mente, se percató de que las llamadas eran ligeramente distintas. "En vez de las intensas llamadas de alarma parecidas a ráfagas asociadas con
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los avistamientos de leopardos -comunicó después-, estas llamadas mostraban una pauta temporal de emisión mucho más lenta, tal como se percibiría una grabación si las pilas del aparato se fueran agotando' durante la reproducción." Cuando llegó a la escena, descubrió que los vervets se habían subido a los árboles y saltaba a la vista que habían estado indicando la presencia de un león. En el transcurso de los estudios, nunca se había visto que los leones trataran de cazar a los vervets. Parece lógico, dado que el león es más lento que el leopardo y por lo tanto tiene menos probabilidades de atraparlos. Además, el pequeño vervet no representa ningún gran
trofeo para el león, que necesita presas más grandes para sustentarse a sí mismo y a su manada. Al parecer, en este caso, y dado que las otras fuentes de alimento habían empezado a escasear, el león recurrió a una fuente de comida no-tradicional. Los vervets respondieron inclu
yendo a los leones en la categoría general de los felinos cazadores y produjeron una nueva "palabra" modificando el sonido de la llamada del leopardo. El entorno había cambiado y el lenguaje vocal de los vervets respondió cambiando para incluir las nuevas condiciones, de manera muy parecida a como se expande el lenguaje humano para incluir nuevos conceptos. Este grado de sofisticación lingüística parece muy complejo, pero no deberíamos pensar que tales habilidades,lingliísticas sólo son posi bles en especies COl! cerebros tan complejos como el que encontramos en un mono. Hallamos palabras específicas similares, en forma de lla madas de alarma, en muchos otros animales. Un ejemplo nos lo ofrece
la ardilla terrestre de Belding, una criatura muy sociable que excava madrigueras. Como pasa la mayor parte de las horas diurnas al descu
bierto, encima de rocas y junto a troncos, esta ardilla es muy vulnera ble a los ataques desde el aire de los halcones y otras aves de presa, y también está expuesta a los ataques en tierra de varios mamíferos depredadores, como los gatos monteses o los tejones. Esas dos varieda des de depredadores utilizan estrategias de caza muy distintas: los hal
cones confían en la rapidez y los gatos monteses en el sigilo. Al igual que los vervets, las ardillas terrestres disponen de varias llamadas de alarma que especifican cuál es el depredador avistado. Un agudo silbi do es el sonido para "Se aproxima un halcón", mientras que una espe cie de castañeteo significa "Un mamífero está intentando acercarse sin que lo veamos". Como en el caso de los vervets, estas ardillas terrestres responden apropiadamente cuando oyen una de esas señales. Se ponen a cubierto cuando alguien lanza la llamada del "halcón", y se dirigen
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hacia sus madrigueras para montar guardia cuando otra ardilla lanza la
llamada del "manúfero al acecho".
En la escala evolutiva, los perros ocupan un puesto intermedio
entre las ardilla~ terrestres y los vervets, por lo que parecería lógico
esperar encontrar vocalizaciones "con significado" en los cánidos. El
sonido más comúnmente atribuido al perro doméstico es el ladrido, por lo que quizá fuese interesante hacer algunas especulaciones evolu tivas acerca de cómo llegó a surgir este ladrido. En un capítulo poste rior, "traduciremos" los significados de los distintos ladridos. Probablemente nunca dispondremos de pruebas concluyen
tes que nos indiquen cómo los humanos y los perros llegaron a
formalizar su mutua relación personal y de trabajo, pero lo- más
probable es que el hombre no eligiera inicialmente al perro y que
más bien fueran los perros los que eligieron al hombre. Probable
mente se sintieron atraídos por los campamentos humanos debido
a que los_humanos también eran cazadores y había muchas proba
bilidades- de que hubiese restos animales como huesos, trozos de
piel y demás despojos de las víctimas de cacerías recientes, esparci
dos por los lugares donde acampaban los humanos. Los antepasa
dos de los perros actuales (siempre pendientes de la comida) des
cubrieron que, si se mantenían cerca de las moradas del hombre,
podrían hacerse de vez en cuando con algún que otro bocado al
tiempo que se ahorraban el esfuerzo de una cacería.
Aunque el hombre primitivo seguramente no se preocupaba mucho de la limpieza, las cuestiones de salud o el saneamiento, sí es verdad que, al pudrirse, la comida huele mal y atrae insectos que ha brían causado serias molestias a los humanos. Por ello, es probable que en un principio los perros fueran tolerados en el perímetro del campa mento porque se ocupaban de la basura. Esta función de eliminación de los desperdicios se prolongó durante incontables siglos y siguen llevándola a cabo los perros parias en muchas de las regiones menos desarrolladas del mundo. Los antropólogos que estudian a las tribus primitivas del Pacífico Sur se han percatado de que en las islas cuyos habitantes tienen perros, las aldeas y asentamientos son mucho más permanentes. Las aldeas sin perros tienen que cambiar de emplaza miento cada año para escapar a la contaminación ambiental causada por la putrefacción de los residuos. Esto incluso ha llevado a sugerir que los perros muy bien pudieron ser un elemento fundamental en el establecimiento de ciudades permanentes en esa remota época, antes de que descubriéramos la importancia del saneamiento público.
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En cuanto los cánidos salvajes que acabarían convirtiéndose en perros se sintieron atraídos por los asentamientos humanos, nues tros antepasados no tardaron en notar otro efecto beneficioso de su presencia. Recuerden que los primeros humanos vivían en una época muy peligrosa. Había muchos animales de gran tamaño que consi deraban a los humanos como fuentes potenciales de carne fresca. También había otros grupos de humanos con intenciones hostiles. Como los cánidos que vivían alrededor de la alde-a empezaron a considerar esa área como su territorio, daban la alarma cada vez que se aproximaba un humano desconocido o alguna bestia salvaje. Eso alertaba a los residentes con tiempo suficiente para permitirles organizar alguna clase de defensa en caso de que fuera necesario. Mientras los perros estuvieran presentes, los centinelas humanos no necesitaban mantenerse tan vigilantes, lo cual permitía más tiem po de descanso y una vida mejor. El proceso que va de los perros que protegen la aldea al perro personal de una casa no es muy largo. Ahora los humanos ya sabían que los perros darían la alarma si su territorio era invadido. Suponga mos que esa idea fue un poco más lejos: un perro que considerara una casa como su territorio proporcionaría una advertencia personal a la familia. Esto serviría al buen propósito de avisar a la familia de que se acercaban unos visitantes (una especie de timbre canino) o advertir de la aproximación de alguien con intenciones malévolas (una alarma antirrobo canina). No cabe duda de que ésta fue una de las motiva ciones para capturar cachorros de perro salvaje, llevárselos a casa y domesticarlos. Cuando decimos que los cánidos del hombre primitivo ladra ban, no nos referimos a la clase de ladrido que los perros exhiben actualmente. Los sonidos producidos por esos primeros perros proba blemente fueran mucho más parecidos a los que producen los cánidos salvajes de hoy. Lobos, chacales, zorros y coyotes rara vez ladran, y el ruido que hacen dista mucho de ser impresionante. Recuerdo la pri mera vez que oí ladrar a una manada de lobos cuando nos aproxima mos a su cubil. No me costó mucho reconocer aquel sonido como ladridos, pero me sorprendió lo contenido que era. Los perros domés ticos sueltan largas y ruidosas series de ladridos. Los ladridos de los lobos eran mucho más suaves, y sonaban como una especie de "buf" ahogado. No se producían en series, sino que consistían en un solo ladri do. En un período de medio minuto conté cuatro modestos ladridos, mientras que, cuando avisa de la aproximación de un desconocido, un
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En un momento dado, los primeros "dueños de perros" tuvie ron que percibir alguna diferencia en la cantidad de vocalización de los distintos cánidos que compartían sus campamentos. Parece obvio, desde el punto de vista de la seguridad personal y comunitaria, que el perro más efectivo es e! que tiene un ladrido ruidoso y persistente. Aparentemente, los humanos iniciaron una especie de programa pri mitivo de cría selectiva para obtener esa clase de perros. Un perro que ladraba era conservado y apareado con otros que también ladraban.
Uno que no ladraba no servía de nada y se prescindía de él. Esto
parece explicar la divergencia que existe entre las tendencias vocales
de los perros y los cánidos salvajes.
Para respaldar esta "teoria de la evolución controlada", hay evi
dencias documentadas de perros modernos criados para ladrar. Esto
supuso el desarrollo de los terriers. El terrier es un perro de caza espe
cializado. La raíz latina terra de "terrier" hace referencia al suelo o la
tierra y también a la habilidad especial de este tipo de perro, que con
siste en seguir a la presa hasta su madriguera o alguna hendidura natu
ral y sacarla de ella o matarla. Los primeros terriers ladraban, pero no
más que cualquier otra raza de perro doméstico. Ladraban cuando
alguien se acercaba a sus casas o su territorio y para dar una alarma
general. No obstante, los perros, al igual que sus parientes salvajes, no
ladran cuando cazan. Eso seria contraproducente. Un ladrido alertaría
a la presa de la presencia y la situación exacta de su depredador y le
facilitaría la huida. Debido a eso, la inmensa mayoria de perros cazan y
atacan en el más absoluto silencio. Cazar sin hacer ruido puede ser aconsejable en espacios abier tos, pero cuando se trata de cazar animales en sus cubiles o madrigue ras en beneficio de los humanos, ya no resulta tan útil. El sonido de! perro moviéndose bajo tierra es lo que indica a los cazadores dónde deben cavar para poner al descubierto al zorro o tejón, y también les ayuda a recuperar a su perro. Como los terriers no ladraban cuando perseguían o atacaban, los cazadores diseñaron para ellos collares especiales con campanillas. De este modo, el ruido podría guiar a los cazadores durante la cacería y a la hora de cavar. Desgraciada mente, la solución no era viable. Muchos perros morían asfixiados cuando sus collares se enganchaban en alguna obstrucción subterrá nea, y otros morían porque los cazadores no podían oír e! tintineo de las campanillas cuando e! zorro y el terrier desaparecían bajo el suelo
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en su confrontación final. Un perro que ladrase,sin embargo, podía ser oído y gracias a ello localizado, sin que los ladridos incrementaran e! riesgo que corría. Esto llevó a criar sistemáticamente a los terriers para que ladra ran. Los perros con más predisposición a ladrar cuando se excitaban por algo fueron apareados con otros terriers que también ladraban mucho.A finales de! siglo XIX, prácticamente cualquier perro al que se pudiera llamar terrier era una máquina de ladrar. El tamaño no tenía nada que ver. Un diminuto Yorkshire terrier de un palmo escaso de altura ladrará más vigorosamente con mucha menos provocación que un gran danés de 60 kilos y 75 cm de altura. Esto no se debe a que el minúsculo terrier sea valiente o esté más asustado, sino a que ha sido criado para ladrar. Los datos científicos probablemente más sistemáticos que se han obtenido sobre la herencia de la ladra en los perros provienen de dos psicólogos, John Paul Scott y John L. Fuller, que estudiaron durante quince años las particularidades genéticas y el comportamiento de los perros en una instalación especial, elJackson Memorial Laboratory de Bar Harbar, Maine. Una de las razas de perros que estudiaron fue el basenji. El basenji es un soberbio sabueso africano de rostro pun tiagudo, orejas tiesas y cola que se curva hacia la espalda. Es de tamaño medio: pesa alrededor de 10 kilos y mide unos 40 cm hasta la paletilla. Una de las características más sorprendentes del basenji es que rara vez ladra. En vez de ladrar, lo que hace es emitir una especie de suave sonido ululante que suele recordarme al canto tirolés, mientras que en otras ocasiones emite una especie de risa suave. El basenji puede ladrar, sólo que, a menos que esté muy excitado, raramente lo hace. Ha habido algunas especulaciones en cuanto a porqué apenas ladra. La teoría más común es que en las selvas africanas ladrar para alertar de la proximidad de una persona o animal desconocido podría resultar muy poco funcional, o incluso peligroso. Algunos naturalistas han observado que a los leopardos les encanta la carne de perro, y es posible que en ese entorno el perro que ladre sólo consiga atraer la atención hacia sí mismo y, con ello, aumen tar las probabilidades de una muerte prematura. Scott y Fuller prepararon una serie de prueb~s de dominio so cial para averiguar cómo se comportarían distintas razas. Un aspecto de la conducta que examinaron fue la cantidad de ladridos. La prueba de dominio consistió en introducir a dos perros en un recinto con un hueso muy deseable. Normalmente, los perros que se encuentran en
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tal situación ladrarán para amenaZar al otro perro o en un intento de atraerlo para conseguir que se aleje del hueso. En esta situación, sólo alrededor del 20 por ciento de los basenjis llegó a ladrar, contra cerca del 68 por ciento de los cockers spaniels sometidos a la prueba. De los basenjis que ladraron, la mayoría sólo emitieron uno o dos suaves "buíS" parecidos a los de los lobos, y el más ruidoso soltó veinte ladridos durante los diez minutos que duró el test. En comparación, el 82 por ciento de los spaniels ladraron más que el más ruidoso de los basenjis. ¡Un cocker spaniel soltó 907 ladridos en el período de diez minutos, lo que supone más de 90 ladridos por minuto! Así, yen lo que respecta al basenji, no sólo es menos probable que ladre, sino que cuando ladre lo hará menos veces. El siguiente paso fue cruzar deliberadamente al silenóoso basenji con el ruidoso cocker spaniel. El resultado fue una camada de perros con casi tantas probabilidades de ladrar como el grupo de cockers spaniel original (el 60 por ciento contra el 68 por ciento). Esto sugiere que en los perros domésticos la tendencia a ladrar no sólo es genética, sino que probablemente se trate de un gen dominante. Eso significa que un perro que tenga tanto un gen de ladrar como uno de ausencia de ladridos acabará siendo un ladrador, lo que probablemente explica por qué a los primeros criadores de perros les costó tan poco crear un perro doméstico con tendencia a ladrar. En cuanto se ha encontrado la caracteristica, resulta muy facil cultivarla y mantenerla por la sencilla razón de que se impone a otras tendencias más silenciosas. La tendencia dominante a ladrar, sin embargo, no lo explica Aunque el cruce de basenji y cocker spaniel tiene casi tantas todo. probabilidades de ladrar como el cocker spaniel puro, el número de ladridos que emite a lo largo de un período de tiempo es reducido. El 82 por ciento de los cockers ladró más de veinte veces durante la prueba mientras que, de los cruzados basenji/ cocker, sólo lo hizo el 49 por ciento. Esto demuestra que hay dos tendencias heredadas distintas. La primera es la probabilidad de que un perro ladre (o la cantidad de estimulación necesaria para que lo haga), mientras que la segunda es la cantidad o pauta de ladrido que producirá una vez ha empezado a ladrar. Hemos estudiado una teoria sobre la evolución del ladrido en los perros modernos, pero todavía no hemos hablado de si los distintos ladridos pueden interpretarse como poseedores de distintos significa dos (como ocurre en las llamadas de depredadores del vervet y la ardilla terrestre). Para ello, antes deberemos aprender a escuchar los sonidos
que producen los perros y a distinguir la manera en que pueden dife rir los distintos ladridos y demás vocalizaciones. La verdad es que la gente no parece prestar mucha atención a los matices que diferencian los distintos ladridos de los perros. Debido a ello, nos perdemos una gran parte del contenido de los mensajes que los perros intentan trans mitirnos. Un ejemplo de lo insensibles a la voz de un perro que somos es el hecho de que el oído humano ni siquiera ha logrado establecer un consenso acerca de cuál es el sonido básico que producen los pe rros. Para los angloparlantes, el perro dice bou-uau, buf-buf o an-an. .Para los hispanoparlantes dice guau-guau, para los holandeses waf-waf, para los franceses woa-woa, para los alemanes wau-wau,para los checos haff-haff, para los coreanos mung-mung, Ypara los chinos wung-wung. ¿Será que nuestros perros hablan distintos lenguajes? Probablemente todo se reduzca a que los humanos no sabemos escuchar.
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Para los seres humanos, los sorudos del lenguaje son considerable mente arbitrarios. No existe rungún conjunto de palabras que tengan un significado común para todos los miembros de nuestra especie. Muchos sorudos distintos, en distintos lenguajes, pueden significar lo mismo. Los sorudos asociados con las palabras dog, chien, hund y "perro" significan lo mismo, aunque no haya prácticamente nada en común entre las pautas de sorudos que componen esas palabras.A veces los humanos han intentado eliminar las dificultades producidas por la multiplicidad de lenguajes hu manos creando un "lengu;tie uruversal". El más conocido es el esperanto, pero por desgracia apenas ha terudo efecto sobre la diversidad del lenguaje humano. Los sorudos que los arumales emplean para comurucarse entre ellos, sin embargo, presentan una uruformidad mucho máyor. Esos soni dos difieren para cada especie, pero (salvo algunos "dialectos" regionales
en las aves) siempre parece existir una clase de lenguaje bastante común o uruversal dentro de cada cipo de arúmal.
El código lingüíscico uruversal de los arúmales, lo que podríamos llamar Esperanto Evolutivo, incluye cierto número de pautas de sorudos comunes que se usan para la comurucación. Dichas pautas han sido crea das no por estudiosos y lingüistas, sino por las presiones evolutivas que operan sobre los sorudos ópicos producidos por los arúmales. El Esperanto
Evolutivo permite no sólo que cada grupo de perros entienda las señales vocales de los otros grupos, sino que otras especies (la humana incluida)
puedan extraer también un considerable sigllificado de esas señales. En el Esperanto Evolutivo de los arúmales, las reglas básicas para la comprensión tienen que ver con las tres dimensiones: e! tono de! sorudo, la duración del sorudo y la frecuencia o índice de repetición de los sorudos. Pensemos en lo que significa variar el tono de un sonido. Pa ra los gruñidos, ladridos y otros sonidos, los tonos graves (como el
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gruñido de un perro) normalmente indican amenaza, ira y la posibili dad de agresión. Básicamente significan "No te acerques". En general, los sonidos agudos significan todo lo contrario. O dejan claro que puedes acercarte sin correr ningún peligro o preguntan si el que los emite puede acercarse. El naturalista Eugene J. Morton,l trabajando en colaboración con J. Pope en el Parque Zoológico Nacional de Washington, nc., analizó los sonidos de cincuenta y seis especies de aves y mamíferos y descubrió que esta Ley del Tono era válida para todos ellos. Los perros gruñen de la misma manera en que los elefantes, las ratas, las zarigüeyas, los pelícanos y lOS paros carboneros. Todos esos gruñidos parecen que rer decir "Esto no me gusta", "No te acerques demasiado" o "Cuida do". Los perros gimotean de la misma manera en que lo hacen los rinocerontes, los conejillos de indias,los ánades e incluso los uombats, esos pequeños osos australianos, yesos gimoteos tienen el significado general de "No soy ninguna amenaza", "Me duele" o "Quiero". Los psicólogos han demostrado esas mismas características en el lenguaje . humano. Cuando un humano está enfadado o se muestra amenazador, el tono de su voz tiende a un registro más bajo. Por otra parte, cuando invitamos a alguien a que se acerque y sea nuestro amigo, la voz huma na tiende a usar un tono más agudo. La pregunta a la que debemos responder es: ¿por qué deberían los perros, o los elefantes, o los faisanes, o usted, usar y entender esta Ley del Tono? La respuesta empieza con la simple observación de que las cosas grandes producen sonidos graves. Tome dos vasos de agua vacíos, uno grande y otro pequeño, y golpee suavemente cada uno con una cuchara. El grande producirá un tintineo más grave. Una cuerda más larga en un arpa o un piano produce un sonido más grave, al igual que un tubo de órgano más largo. Las leyes fisicas de la reso nancia son válidas tanto para los animales como para los objetos inani mados que pueden producir sonidos. Los animales más grandes pro ducen sonidos más graves que los animales más pequeños. Evidentemente, no se trata de que los animales grandes decidieran producir sonidos más graves para que los otros animales supieran que eran grandes: la razón es pura y simplemente fisica.Aun así, y como la evolución actúa a través de la supervivencia, los animales que apren dían a mantenerse alejados de las cosas que producían sonidos graves también tenían más probabilidades de evitar encuentros fatales. El re verso de la moneda es que los animales tienen más probabilidades de sobrevivir si aprenden a no huir de los gemidos y los chillidos agudos,
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dado que lo más probable es que éstos sean producidos por criaturas pequeñas y no amenazadoras, mientras que el huir de ellos dejándose llevar por el pánico podría causar lesiones o atraer la atención de algo más grande y más peligroso. Aquí es donde la evolución y el desarrollo de la comunicación empezaron a entrelazar su magia. Suponga que es usted un animal que está enviando señales a los individuos que lo rodean. Como sabe que otros animales están prestando atención al tono de sus señales, ahora puede usar deliberadamente dicho tono como un medio de comuni cación. Si quiere conseguir que otro animal se aleje, o que no entre en su territorio, entonces siempre le quedará el recurso de emitir una . señal más grave, como por ejemplo un gruñido, con lo cual sugerirá que usted es más grande y más peligroso. Otra opción sería producir una señal aguda, como un gimoteo, para sugerirles que, como usted es bastante pequeño, no correrán ningún peligro si se le aproximan.Aun que usted sea grande, si va a acercarse a otro animal y desea indicar que no pretende amenazarlo o hacerle daño, podría usar el gimoteo o el quejido para dejar claro que tiene intención de comportarse como una criatllra pequeña e inofensiva. . Esta clase de conducta es abiertamente manipuladora, por su puesto. Nadie altera su tamaño por el mero hecho de modificar el tono de sus señales. Así pues, ¿por qué va a .responder el receptor de la señal a dichas variaciones de tono si esa señal ya no se corresponde con la realidad fisica del individuo que la está emitiendo? La razón es que responder al tono constituye una ventaja de supervivencia para el animal que recibe la señal. Un animal que gruñe en voz baja es un animal al que más vale evitar. La prudencia aconseja mantenerse aleja do del animal que está emitiendo esas señales, tanto si es grande como si no es más que un animalito lleno de hostilidad y dispuesto a atacar. Si el propietario de la boca está realmente furioso, unos dientecillos insignificantes pueden causar grandes heridas. Un animal que está pro duciendo sonidos gimoteantes ya es otra cosa. No hay ninguna nece sidad de evitar la fuente de esos sonidos agudos, tanto si el animal realmente es pequeño como si meramente está de buen humor y se siente sociable, dado que la señal que está transmitiendo es todo lo contrario de una amenaza. . Los estudiosos de la conducta evolutiva dirían que esas señales relacionadas con el tono se han convertido en señales "ritualizadas". Nuestras respuestas a esas señales han llegado a ser independientes de los hechos fisicos que en un principio las volvieron adaptativas. Ahora,
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esas señales ritualizadas servirán a una función lingüística muy útil, y también pueden reducir la cantidad de violencia y agresión innecesa rias entre los animales que viven en grupos sociales. Si un lobo se acerca al jefe de la manada y es recibido con un gruñido gutural, puede estar seguro de que el estado emocional de! jefe oscila entre la ira y la agresividad. Entonces puede evitar meterse en líos con sólo mantenerse alejado, antes de que se enseñen los dientes y los cuerpos sufran heridas. Dicho lobo también puede empezar a producir agudos sonidos gimotean tes para indicar que no está amenazando o desafian do al jefe. En tales condiciones, e! jefe puede dejar de gruñir y permi tir que se acerque. En cualquier caso, no hay derramamiento de sangre porque ambos lobos conocen los significados de las señales ritualizadas. Esos significados han evolucionado debido a que contienen informa ción útil y contribuyen a mantener la armonía social. Hay que subrayar que el gruñir sólo resulta efectivo en e! senti do de que es una señal ritualizada que intenta cambiar la conducta de otro individl,o. Concretamente, el gruñido pretende advertir a alguien que no debe acercarse. Un perro que ha decidido atacar no gruñe, sino que se limita a atapr. Si un perro ha estado gruñendo y e! objeto de su comunicación no empieza a retroceder, es muy posible que el perro deje de gruñir. Esto no significa que la hostilidad haya finalizado. Cabe la posibilidad de que e! perro comprenda que e! gruñido no es aceptado y que la única alternativa que le queda es luchar. Ahora en silencio, e! perro baja ligeramente la cabeza; su labio contraído puede temblar y de pronto, y sin ningún otro sonido, habrá una acometida y un intento de morder. Los perros que han decidido atacar no emiten señales vocales. Si han visto alguna demostración de como actúan los perros policía, sabrán que cuando se le da la señal de atacar a la persona que finge ser un crimi nal acosado, el perro se limita a salir disparado en un silencio fantasmal para cerrar sus fauces sobre el brazo acolchado del crin1.Ínal. El gruñido puede reaparecer una vez entablado e! combate, dando al oponente la señal de abandonar la lucha y salir huyendo. Un perro asustado que decide que la única forma de mantener su integridad física es huir, se comportará de manera igualmente silenciosa. Un perro que huye a toda prisa, tratando de interponer la mayor distancia posible entre sí mismo y lo que percibe como una amenaza, no suele producir ningún sonido. La situación ha rebasado e! nivel de la comunicación social. Tanto en e! caso del miedo como en el caso de la ira, cuando los sonidos ya no sirven como len guaje, cesan. ¿Por qué seguir produciendo sonidos si han dejado de ser señales útiles que puedan influir en la conducta de algún oyente?
La segunda característica importante del Esperanto Evolutivo es la duración de! sonido. Ésta puede usarse para modificar los significa dos de los sonidos de un tono determinado. La manera en que la du ración se combina con el tono es un poco compleja. Básicamente,las duraciones más cortas van asociadas a miedo intenso, dolor o necesidad, Tomemos por ejemplo e! quejido agudo de un perro. Si acortas su dura ción, se convierte en un chillido, el cual puede significar que el perro acaba de experimentar dolor o que está aterrado y se dispone a huir. Si se prolonga la duración de ese sonido, se convierte en un gimoteo, el cual puede significar placer, ganas de jugar o una invitación. En términos ge nerales, cuanto más prolongado sea e! sonido, más probable será que e! perro tome una decisión consciente sobre la naturaleza de la señal y las conductas que van a seguirla. Así, e! gruñido amenazador de un perro dominante que está decidido a defender su territorio cueste lo que cues te no sólo será grave, sino también prolongado y sostenido. Si el gruñi do es lanzado en series más cortas y mantenido sólo brevemente, indi ca que existe una parte de n1.Íedo y que el perro no está demasiado seguro de que el ataque sea la solución más aconsejable. La tercera dimensión de! Esperanto Evolutivo de las vocaliza ciones caninas es el índice de repetición del sonido. Los sonidos repe tidos con frecuencia y a buen ritmo indican un grado de excitación y urgencia. Los sonidos espaciados, o no repetidos, normalmente indi can un nivel de excitación menor o un estado mental pasajero. Un perro que le ladra una o dos veces a una ventana, sólo está indicando un leve interés por algo. Un perro que dirige múltiples series de ladri dos hacia esa ventana y los repite muchas veces por minuto está mos trando un nivel de excitación mucho más elevado. Está indicando que cree que la situación es importante, qúizás incluso crítica. Veremos cómo interactúan estas dimensiones si examinamos lo que quieren decir los perros cuando usan vocalizaciones como los ladridos, gruñidos, aullidos, gimoteos y demás.
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trinos de algunos pájaros siguen la pauta básica de un ladrido. Si grabas en una cinta algunos de esos sonidos de pájaros y la escuchas a una velocidad más reducida, suenan notablemente parecidos al ladrido de un perro. En un principio los ladridos eran probablemente simples llama das de alarma para advertir de que se acercaba alguien, más o menos como la trompeta medieval que anunciaba que un grupo de personas se aproximaba a las puertas de una fortaleza. La alarma todavía no nos dice si quienes se aproximan son amistosos u hostiles, y se limita a alertarnos de que nos vayamos preparando para entrar en acción. Ésa es la razón por la que un perro puede ladrar igual de fuerte cuando su amo empieza a subir los peldaños que llevan a la casa como cuando detecta la presencia de un ladrón que intenta entrar en ella. El ladrido cumple también la misma función que la interpe lación de un centinela. El "Alto, ¿quién va?" gritado por el centi nela anuncia la presencia del individuo y permite que la guardia obtenga un poco más de información. Al igual que en el caso de los centinelas, las conductas cambiarán en cuanto el recién llegado haya sido identificado. En los perros, los ladridos cesan y e! animal puede recurrir a los gimoteos y a menear la cola como saludo amis toso a una persona que le resulta familiar. También puede dejar de ladrar pero empezar a gruñir y amenazar con un ataque si el visi tante es percibido como hostil. El análisis de los sonidos de! ladrido revela que están formados por un tono cambiante que sube y baja bruscamente. En este sentido, combinan las cualidades de aspereza de un gruñido con las cualidades tonales de L1n gimoteo. Como los ladridos ocupan una posición cen tral dentro de la gama tonal, al perro le resulta muy facil alterar ligera mente el tono para volverlo un poco más grave o más agudo a fin de producir muchos matices de signif¡cado.Ahora examinaremos algunas de las pautas básicas del ladrido y su interpretación. o LADRIDO EN SERIES RÁPIDAS DE TRES O CUATRO LADRIDOS SIN PAUSAS INTERMEDIAS, TONO MEDIO: Estamos ante una llamada de alerta indef¡nida. Signif¡ca que el perro percibe que hay algo ahí, pero c;:se algo todavía no ha sido identificado o no se encuentra lo bastante cerca para ser una amenaza. En realidad es una sugerencia de que los otros miembros de la manada deberían reunirse en este sitio. Así pues, este sonido podría signif¡car: "Sospecho que puede haber un problema o intruso cerca de nuestro territorio. Creo que e! jefe de la manada debería ir a echar un vistazo". ?J5
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o LADRIDO RÁPIDO, TONO MEDIO: Es e! ladrido de alarma básico. Significa: "¡Reunid a la manada! ¡Preparaos para actuar! ¡Alguien se dispone a entrar en nuestro territorio!". El ritmo de los ladridos se ha acelerado, lo cual quiere decir que el perro está muy nervioso y nota que el visitante (o problema) se encuentra mucho más cerca. o LADRIDO TODAVíA CONTINUO PERO UN POCO MÁS LENTO Y DE TONO MÁs GRAVE: El que el tono se haya vuelto más grave y los ladri dos se sucedan más lentamente sugiere que e! perro está percibiendo un problema inminente. Así, este sonido significa: "El intruso (o peli gro) se encuentra muy cerca. Me parece que no es amistoso. ¡Prepa
raos para defenderos!" Los ladridos han extendido su significado mucho más allá de su función de alarma original. Añadiendo ciertos matices de sonido, se han convertido en señales ritualizadas que transmiten significados más sutiles. Por ejemplo: o UNA SERIE PROLONGADA DE LADRIDOS, CON INTERVALOS DE MO DERADOS ALARGOS ENTRE LADRIDO Y LADRIDO: Estos sonidos adoptan la forma de "Buff" - pausa - "Buff" - pausa - "Buff", y así sucesivamente. La mejor manera de entenderlos es pensando que significan "¿Hay alguien ahí? Estoy solo y necesito compañía", y son la respuesta más habitual al confinamiento o a dejar solo al animal durante largos pe ríodos de tiempo. Como los perros son animales sociales, separarlos de su manada puede resultarles muy estresante. Si e! nivel de estrés es lo bastante acusado, el tono de! ladrido se saldrá de la gama media habi tual, y sonará como una especie de gañido sutilmente mezclado con un ladrido. Como ocurre casi siempre, la agudización de! tono invita a otros a aproximarse, por lo que esta clase de ladrido quejumbroso también está diciendo: "Sigo aquí. ¿Os habéis olvidado de mí? Respondedme, por favor". o UNO O DOS LADRIDOS SECOS Y CORTOS DE TONO AGUDO O ME DIO: Es el sonido de saludo más típico, y normalmente sustituye a los ladridos de alarma cuando el visitante es reconocido como amistosO. Muchas personas son saludadas de esta manera cuando entran por la puerta. Su verdadero significado es "¡Eh, hola!" y normalmente va seguido por e! típico ritual de saludo del perro. o UN SOLO LADRIDO SECO, TONO MEDIO TIRANDO AGRAVE: Se oye con frecuencia cuando una madre está enseñando disciplina a sus ca chorros. Es el mismo sonido que oirá cuando un perro es despertado bruscamente o le tira del pelo al cepillarlo. El leve descenso de! tono siempre va asociado a la idea de amenaza o molestia, por lo que el - - _ .-,...,...-..- - - - - . - -.......
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'" significado de este sonido puede ser interpretado como "¡Deja de ha cer eso!" o "¡Estáte quieto!". Fijense en cómo ciertos pequeños matices y sutilezas en las verbalizaciones del perro pueden alterar considerablemente los signi ficados que pretenden expresar. Es algo muy parecido a la manera en que los cambios en la inflexión o el tono de voz pueden cambiar el significado de las declaraciones en el lenguaje humano. Así, una frase de dos palabras como "Está listo" puede ser tanto una aseveración que significa "Ya está listo" como una pregunta que significa "¿Ya está lis to?". Convertimos la aseveración en una pregunta subiendo el tono de voz al final de la frase para preguntar, en vez de bajarlo como se hace en las aseveraciones. Las inflexiones pueden alterar drásticamente el significado de las palabras.Todos sabemos que podemos expresar nuestra confor;rudad con algo que se acaba de decir mediante las palabras "Sí, claro". Adoptando un tono irónico, no obstante, esas mismas palabras pueden usarse para transmitir el mensaje: "No creo ni una palabra de laque estás diciendo". Los perros utilizan cambios de inflexión similares, que afec tan a la duración y el tono del sonido para alterar el significado de un ladrido u otra vocalización. Esos cambios de inflexión son par ticularmente evidentes en las secuencias del ladrido único o corto. Veamos cómo afectan estas pequeñas alteraciones a la comunica ción canina. • UN SOLO LADRIDO SECO Y CORTO, TONO MEDIO ALTO: Es el soni
do de la sorpresa. También se puede oír si el perro se sobresalta por
algo y significa "¿Qué es esto?" o quizá simplemente "¿Eh?".
Si este mismo ladrido corto y seco de tono medio se repite dos o tres veces con un intervalo moderado entre las repeticiones, el signi ficado pasa a ser "¡Venid a ver esto!", alertando a quienes se encuen tren cerca de que se ha producido alguna novedad. El hecho de que el tono no sea claramente alto o bajo significa que este sonido es causado por la curiosidad o el interés y no indica, al menos por el momento, ni miedo ni ira defensiva. Si modificamos el mismo tipo de ladrido de manera que no sea tan corto y seco y adquiera una vocalización más deliberada, el signi ficado pasa a ser" ¡Venid aquí!". El sonido ha pasado a ser una orden más insistente que en el caso anterior, y muchos perros usarán esta clase de ladrido poco antes de la hora de cenar, cuando esperan junto a su cuenco de la comida, para tratar de apresurar nuestra llegada con algo de comer.
Bajar el tono hasta un tranquilo tono medio,justo lo suficiente para que siga sonando corto pero parezca haber perdido cualquier sequedad anterior, lo convierte en "¡Estupendo!" o cualquier otra ex clamación similar, como "¡Oh, magnífico!". Hace tiempo tuve un cairn terrier al que le encantaba saltar, y soltaba ese único ladrido de alegria cuando era enviado a saltar la valla más alta. Por desgracia, y como se supone que durante la competición de obediencia los perros deben trabajar en silencio, cada uno de esos ladridos me costaba un punto. Nunca intenté hacer nada al respecto, dado que oír aquel ladrido lleno de felicidad me proporcionaba el placer de saber que mi perro lo esta ba pasando en grande. El que disfrutara haciendo los ejercicios valía más para mí que uno o dos puntos extra en mi marcador. Otros perros sueltan este mismo ladrido cuando les das su cuenco de la comida o vas a buscar su correa para ir a pasear. Ciertos sonidos caninos están asociados con determinadas acti vidades. Una de las diferencias entre los perros domésticos y los cánidos salvajes es que los humanos hemos preservado cierto número de ca racteristicas infantiles en los perros domésticos adultos, caracteristicas que se pierden cuando el cánido salvaje se vuelve adulto. Un delicioso ejemplo de estas conductas de cachorro es el deseo de jugar, que se ha conservado intacto en todos los perros. Nuestros perros también han desarrollado un conjunto de vocalizacione~ o ladridos especializados que invitan a otros perros a jugar o expresan el placer que sienten cuando están jugando. • LADRIDO-TARTAMUDEO, TONO MEDIO: Imaginemos que pode mos transcribir el sonido del ladrido de un perro como "Ruff". En ese caso, el ladrido-tartamudeo se transcribiria como "arr-Ruff". Sig nifica "¡Venga,juguemos!" y se usa para iniciar la conducta de juego. Normalmente va acompañado por una determinada postura de invi tación al juego, en la que el perro baja la parte delantera del cuerpo haciendo que sus patas delanteras queden casi pegadas al suelo hasta los codos, mientras mantiene elevados los cuartos traseros con la cola dirigida hacia arriba. El ladrido-tartamudeo puede ir seguido inme diatamente por una serie de correteos de un lado a otro, después de los cuales el perro vuelve a asumir la postura de juego y suelta otro ladri do-tartamudeo. • LADRIDO CRECIENTE: Este sonido resulta un poco más dificil de describir, aunque el sonido resulta inconfundible una vez que lo has oído. Normalmente consiste en una serie de ladridos, cada uno de los cuales empieza en la sección media de la gama para luego subir bruscamente _____. .
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por ella. Casi es un ladrido-chillido, pero no llega a ser tan agudo o estridente. Es otro de los sonidos asociados con el juego. No es una invitación a jugar, pero aparece durante los juegos, especialmente los de naturaleza más física y movida. Indica excitación y podría traducirse como "¡Esto es muy divertido!". Una versión de este ladrido puede oírse cuando algunos perros se ponen muy nerviosos ante la perspec tiva de que su dueño les lance una pelota o un frisbee.
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Aunque tenemos la idea de que los gruñidos son sonidos aso ciados a los depredadores grandes y peligrosos como los tigres, los leones y los osos, en realidad e! gruñido es un sonido producido por muchos o.tros animales. Criaturas tan pacíficas e inofensivas como el faisán,la zarigüeya, e incluso algunos conejos, gruñen. El gruñido tie ne como propósito mantener alejados a otros animales. Los gruñidos pueden ser "palabras" completas, o pueden utilizarse para modificar los ladridos añadiéndoles un grado de amenaza. • GRUÑIDO RONCO Y SUAVE QUE PARECE PROCEDER DEL PECHO: Es el clásico gruñido de un animal dominante y seguro de sí mismo, y significa "¡Mucho cuidado!" o "¡Atrás!". Se usa deliberadamente como amenaza. Quienes oigan este sonido responderán generalmente apar tándose y cediéndole más espacio al perro que lo produce; el no ha cerlo puede desencadenar un ataque. Si un perro ha estado emitiendo este sonido y de pronto se calla sin alterar su postura para adoptar una más relajada, entonces tenga cuidado. Eso puede significar que el pe rro ha decidido que el "hablar" no está dando resultado y que su único recurso es emplear la violencia física. Recuerde que la inmensa mayo ría de ataques se inician en silencio • GRUÑIDO SUAVE UN POCO MÁS AGUDO QUE PARECE PROCEDER
Muchas personas lo describirían como más parecido a un rugido ahogado que a un gruñido y. de hecho, puede ir asocia do a un cierto fruncimiento de los labios. Tiene un significado similar al del gruñido anterior puesto que qui~re decir "¡No te acerques!" o "¡Mantente alejado de mí!". El tono ligeramente más agudo indica que el sonido lo produce un animal un poco menos seguro de sí mismo que preferiría no luchar, pero que está decidido a hacerlo en caso de verse obligado. DE LA BOCA:
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• GRUÑIDO-LADRIDO GRAVE: Es un claro gruñido que lleva a un ladrido, y suena algo así como "grrrr-Ruff'. Al añadir el ladrido, natu ralmente, estamos añadiendo un componente de tono un poco más agudo. Recuerde que e! tono agudo suele asociarse a un menor domi nio y agresión. Al combinar e! ladrido con el gruñido, el perro está pidiendo refuerzos. Así, esta vocalización significa: "Estoy bastante al terado y si es necesario lucharé, pero tal vez necesite un poco de ayu da". Sigue siendo una clara advertencia de que hay que mantenerse alejado. Este perro preferirla recibir alguna ayuda de sus compañeros de manada pero, si se ve presionado, actuará agresivamente por su cuenta. • GRUÑIDO-LADRIDO DE TONO MEDIO ALTO: La SLlbida del tono añadida al gruñido-ladrido indica que e! perro no se siente nada segu ro de sí mismo. El animal está diciendo: "Estoy nervioso o asustado, pero me defenderé". Aunque no confíe demasiado en sí mismo, esta amenaza es real y hay muchas probabilidades de que el perro luche si se ve acorralado. • GRUÑIDO ONDULANTE: Es un gruñido que cambia de tono, pasando de medio bajo a medio alto. Puede quedar disgregado en frases (gruñidos cortos acompañados por cambios de tono) y ocasio nalmente el animal puede añadirle una especie de semiladrido a medi da que va subiendo e! tono. El sonido significa: "Estoy aterrorizado. Si me atacas, puede que luche o puede que huya". Es e! sonido temero so-agresivo de un perro muy inseguro de sí mismo. El dilema de que darse y luchar o huir para salvar el pellejo viene expresado por las variaciones de tono y las pausas ocasionales en e! gruñido. • GRUÑIDO RUIDOSO DE TONO MEDIO Y ALTO SIN ENSEÑAR LOS
Hasta que no se conoce bien a un perro, este gruñido puede resultar un poco dificil de interpretar basándose únicamente en e! so nido. Suena como un gruñido, pero el componente de! rugido ahoga do está ausente. En muchas ocasiones, la mejor manera de entender un sonido es observar cómo encaja dentro de la pauta de comunicación. En este caso, el gruñido es audible pero los dientes no se ven y los labios no están contraídos en una mueca amenazadora. En realidad, esto significa "¡Este juego es muy divertido!" y "¡Lo estoy pasando en grande!". Por lo general forma parte de la secuencia deljuego y puede ir intercalado en una serie de ladridos-tartamudeos. Habitualmente indica una intensa concentración, como en el juego del estira y afloja, la disputa por un palo que sujeta otro perro o la agresión fingida. Si está muy familiarizado con el perro en cuestión, reconocerá este gru ñido nada más oírlo incluso si no lo analiza conscientemente. Con un DiENTES:
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perro al que conozca, quizás usted se diga a sí mismo algo parecido a:
"Ese gruñido no es nada convincente; no es un auténtico gruñido
amenazador" .
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Aullidos y alaridos Aunque los perros domésticos ladran más que los lobos o sus otros primos salvajes, de hecho' aúllan mucho menos. En los lobos, el aullido tiene varias funciones. Una de ellas es reunir a la manada para cazar. Como los lobos cazan a primera hora del crepúsculo y al ama necer, no tiene nada de sorprendente que sea en esos momentos cuan do es más probable oírlos aullar. Los aullidos convocan al grupo, que puede haberse dispersado en la espesura para dormir durante la noche o descansar donde no puedan ser vistos durante el día. Como nuestros perros domésticos cuentan con la comida que les suministran sus amos, no necesitan reunir a su manada para organizar una cacería sincronizada. Otro propósito del aullido es reforzar la identidad del grupo. En cuanto oyen el aullido, los miembros del grupo se reúnen y participan en la canción de su manada. Debido a esto, los perros suelen aullar cuando se los separa de los suyos para encerrarlos en algún sitio o se los aísla de alguna manera de su familia y su manada. Este aullido de soledad tiene la misma función que el aullido grupal: es un intento de atraer a otros perros. No todos los aullidos son iguales, sin embargo. • CHILLIDO-AULLIDO: Suena algo así como "yip-yip-yip-aulli do", con el aullido final bastante prolongado. Normalmente significa "Estoy solo", "¡Me siento abandonado!", "¿Hay alguien ahí?". Es el aullido con más probabilidad de producirse cuando el perro ha sido apartado de su fanúlia, por ejemplo encerrándolo en un sótano o un garaje donde deberá pasar la noche. • AULLIDO: Es el aullido tradicional, que empieza sin ninguna fanfarria y produce un sonido continuo y prolongado. En ocasiones puede empezar en un tono ligeramente más alto antes de pasar al tono principal, ya veces puede bajar un poco de tono hacia el final. El oído humano lo encuentra má~ sonoro que el chillido-aullido, y suele des cribirse como "lastimero". Esta vocalización dice "¡Estoy aquí!" o "¡Este territorio es mío!"; Suele ocurrir que un animal que se siente seguro de sí mismo aúlle meramente para anunciar su presencia. Este aullido
suele lanzarse en respuesta a un chillido-aullido de otro perro, y en ese caso puede significar "¡Te he oído y sé que andas por ahí!". Otros animales pueden unirse al coro. Una vez iniciado, este ulular se convierte a menudo en una alegre celebración en la que los perros, o lobos, anuncian entusiásticamente su presencia y su camara dería con otros de su especie en lo que podría denominarse una jam session canina. Esta actividad vocal puede durar un buen rato e in
cluir a los animales de todo un vecindario o barrio. Es durante uno
de esos conciertos salvajes cuando los cánidos demuestran su sensi bilidad musical. Las grabaciones han demostrado que un lobo que
esté aullando alterará su tono cuando otros lobos se unan al coro.
Ningún lobo parece querer terminar con la misma nota que otro miembro del coro. En más de una ocasión he tenido la sensación de que los humanos que no responden al aullido de un perro uniéndose al coro, de alguna manera están descuidando sus obligaciones como miembros de la manada. Pero mi esposa no está de acuerdo, sobre todo cuando cabe la posibilidad de que los vecinos me oigan aullar y sa quen conclusiones erróneas. En ocasiones los perros aúllan durante una interpretación musi cal, con especial frecuencia cuando los instrumentos son instrumentos de viento, particularmente los de lengüeta, como los clarinetes, los saxofones o las flautas. A veces se los puede inducir a aullar mediante una nota larga en el violín, o incluso cuando un humano mantiene una nota mientras canta. Es de suponer que estos sonidos le parecerán auténticos aullidos :tI perro que los escucha, por lo que debe de sentir
la necesidad de responder a ellos. • LADRIDO-AULLIDO: Es uno de los sonidos más tristes que puede llegar a producir un perro. Empieza con dos o tres ladridos y termina con un aullido, y la secuencia puede repetirse varias veces. Normal mente lo produce un animal que ha permanecido relativamente aisla do (por ejemplo, encerrado todo el día en un patio sin acceso a la compañía humana o de otros animales) cuando un desconocido u otro perro se acercan al lugar en que se lo mantiene confinado. El ladrido indica su deseo de que los miembros de su manada vengan a reunirse con él, por si surge algún problema, mientras que el aullido indica que no espera que haya respuesta a su llamada. De hecho, este sonido signi fica:"Estoy nervioso y solo. ¿Por qué no viene alguien a ayudarme?". El hecho de que el aullido sea un intento de reunir a la manada para no estar solo podría explicarla vieja superstición de que los pe
rros que aúllan advierten de que alguien de la familia va a morir o de
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que está a punto de ocurrir algún desastre. Habitualmente va asociada a la creencia de que los perros poseen ciertos poderes místicos que les permiten ver el futuro. Suele ocurrir que las cosas que parecen rela cionarse con acontecimientos aciagos sean consideradas maléficas en sí mismas, por lo que nuestra fe en los perros parece habernos impul sado a interpretar los aullidos que precedieron a una muerte como un intento de nuestro fiel amigo de advertir a su familia humana de que el peligro estaba cerca. Si hacemos caso omiso de las explicaciones sobrenaturales, exis te otra posibilidad muy simple con la que explicar esta asociación. Supongamos que hay alguien enfermo en la casa. Debido a los cuida dos que necesita esa persona, un perro que normalmente permanecía dentro de la casa podría considerarse una distracción, un estorbo mo mentáneo o una fuente de ruidos que podrían molestar al paciente. Por esta razón, quizá sacaran al perro de la casa o lo encerraran durante un tiempo. De este modo, un perro que estaba rodeado de su familia y que incluso podía llegar a dormir en la misma habitación que la per sona enferma, se encuentra solo. Esta soledad podría hacer que" aullara. Como hay un enfermo en la casa, las probabilidades de que haya una muerte serían mucho más elevadas de lo habitual. De esta manera, la gente sólo recordaría cosas del estilo de: "El perro del abuelo nunca había aullado antes, pero la noche en que murió el abuelo, aulló tan desesperadamente porque sabía que el fin estaba cercano". La verdad es que el perro nunca había aullado antes porque nunca antes le ha bían encerrado y aislado de su familia. Esa noche, dado que el abuelo estaba enfermo, la familia pensó que era preferible encerrarlo donde no molescara. Ese tipo de asociaciones casuales pueden acabar dando origen a una leyenda. Naturalmente, si necesitamos un guión para otro episodio de Expediente X, deberíamos recurrir a explicaciones de naturaleza más mística. • DICHA: El aullido es bastante distinto de la dicha, que es el sonido que producen los perros mientras siguen un rastro. Cuando oyes por primera vez esos dos sonidos percibes una vaga similitud, pero la dicha es más melodiosa porque contiene muchas variaciones conales en vez de mantener un solo tono durante un largo período. Para mí, suena un poco parecido a la combinación de un aullido con un chillido. No cabe duda de que es un sonido mucho más apasionado y suele estar lleno de un alegre entusiasmo. Los sabuesos producen este sonido para indicar que han en contrado el olor de su presa. Parte de la intención de la dicha es ese
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"reuníos a mi alrededor" que caracteriza al aullido, sólo que ahora la causa no es la soledad sino la cooperación en la cacería. Durante una cacería siempre cabe la posibilidad de que el olor sólo haya sido capta do por unos cuantos perros de la manada, por lo que al interpretar el sonido los demás le atribuyen el significado de "¡Seguidme! He en contrado el rastro". A medida que el olor se intensifica, indicando que la manada se encuentra muy cerca de su presa, el sonido se vuelve un poco menos melodioso: la duración de las frases individuales se acorta al tiempo que se hacen más frecuentes, y el mensaje pasa a significar "¡A por él!" o "¡Venga, todos a una!".
Gemidos, chillidos y gimoteos Los sonidos más agudos que pueden llegar a producir los perros son interpretados por los humanos como gemidos o gimoteos. El tono indica parte de su significado: pretenden conseguir que quien los oye se acerque un poco más al que gime y denotan mie do o sumisión. También son los sonidos que producen los cacho rros, lo que quizá sea la razón por la que pueden usarse como soni dos apaciguadores o suplicantes. Indican ausencia de amenaza, así como dependencia y necesidad. Los estudiosos de la conducta han descubierto que estos soni dos cortos y agudos son, en algunos aspectos, muy especiales. Son prácticamente los mismos sonidos producidos por las crías de la mayo ría de vertebrados terrestres, ya sean lobos, osos, felinos, cocodrilos, gallinas o patos. Poseen dos cualidades importantes: en primer lugar, son muy faciles de oír y separar de los otros sonidos ambientales. En segundo lugar, cuesta localizar su origen exacto. Ambas cualidades son extremadamente importantes en la comunicación entre una madre y su progenie, La madre, obviamente, debe poder oír cualquier llamada de socorro que se emita. Además, estas peticiones de auxilio no deben revelar el escondite de su camada a ningún depredador potencial. El hecho de que la ubicación no se deduzca del sonido no es importante para la madre, dado que ella sabe dónde dejó a sus bebés. El código lingüístico de los cachorros es bastante simple. Cuan to más intenso y frecuente sea el quejido o el gimoteo, mayor será la intensidad del sentimiento. En los cachorros, el gimoteo es un intento de comunicar un deseo. Lo que se desea puede ser comida, interacción
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social o jugar.También puede ser causado por sensaciones corporales, como una vejiga llena. Si es ignorado, el gimoteo se volverá más inten so y frecuente antes de que el cachorro acabe aceptando el hecho de que nadie va a responder a él. El gimoteo inquieto o quejumbroso del "Quiero" o "Necesito" se va volviendo más agudo hacia el final del sonido. Puede alcanzar distintas combinaciones de una frecuencia tan alta que recuerda al chirrido de una tiza ar
sufre o cuando un perro sumiso se encuentra en un lugar desconocido que le parece amenazador. Suele ir acompañado por un desvío de la mirada para evi tar el contacto ocular directo con quienes lo rodean, lo cual refuerza el hecho de que es una comunicación centrada en la sumisión. Es sorprendente lo mucho que se parece este sonido adulto a la especie de maullido quejumbroso que emiten los cachorros cuan do tienen hambre o frío o están asustados. La idea de que un adulto de una especie depredadora esté produciendo sonidos de C:l.chorro asus tado indica muy claramente la dura prueba fisica o psicológica por la que está pasando. • GEMIDO O GEMIDQ-CÁNTICO: Suena algo así como "Yauel-uauel auel-uauel". Es claramente más grave que los gemidos y gimoteos, pero está todavía entre la sección media y alta de la gama tonal. Es un sonido de expectación, y podría considerarse el resultado de un placer espontáneo y de la excitación. Su significado puede ser interpretado como "¡Vamos!" o "¡Me muero de impaciencia!", y normalmente se escucha cuando está a punto de ocurrir algo que al perro le gusta muchísimo. Para la mayoría de los perros, esto tiene el mismo signifi cado general que el gimoteo de excitación que hemos explicado ante riormente. Por razones que no están muy claras. algunos perros adop tan un sonido alternativo para expresar exactamente la misma emoción. Yo llamo a esto un "aullido-bostezo". El ,nombre deja bastante claro que se trata de una especie de aullido (un poco más agudo que el aullido típico) mezclado con un sonido similar al bostezo que suena como una especie de "Uuuuuuh-ah-uuuuh" entrecorrado. No tengo ni idea de por qué algunos perros eligen el gemido-cántico, en tanto que otros escogen el aullido-bostezo o incluso el gimoteo de excita ción para expresar esa misma expectativa esperanzada de que está a punto de ocurrir algo bueno. Los gañidos se diferencian de los ladridos en que son más agu dos y contienen algunos de los elementos de un gimoteo combinados con un ladrido. La mayoría de humanos los encuentran un poco mo lestos o inquietantes, probablemente porque captamos el componente de miedo o dolor que hay en ellos. • UN SOLO GAÑIDO O UN LADRIDO MUY CORTO Y AGUDO: Equiva len a lo que entre los humanos es el "¡Ay!" (o cualquier juramento) en respuesta a un dolor súbito e inesperado. Una perra que ha dado a luz puede llegar a castigar a los cachorros que hacen gañir a sus compañe ros de camada. El gañido arrancado por un mordisco demasiado enér gico durante el juego suele poner fin a las sesiones de juego de los
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cachorros, y ésta es una de las maneras en que los cachorros aprenden a morder sin excederse o a inhibir el mordisco durante los juegos u otras interacciones con miembros de la manada o de su camada. • SERIES DE GAÑIDOS: Una señal muy obvia que significa "¡Me duele!" o "Estoy muy asustado". Es la respuesta al miedo y el dolor intensos. También podrán oír una serie de gañidos repetidos muy de prisa cuando un perro huye después de una pelea, una seria amenaza o un encuentro doloroso. En estas circunstancias, los otros perros involucrados en e! incidente por lo general ni lo seguirán ni lo acosa rán. Aparentemente, en tales situaciones esta clase de gañido se inter preta como un signo de rendición que pone fin a cualquier acción agresiva, dado que si la rendición de! perro que está gañendo es acep tada, la agresión pasa a ser innecesaria.
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Este sonido se parece mucho a los que emite un niño aterro
rizado que sufre intensos dolores mezclado con lo que sólo puedo
describir como un gañido realmente prolongado. Las series de so
nidos duran varios segundos y se repiten. Es el sonido que produce
un perro cuando sufre un dolor tan terrible que teme por su pro
pia vida. La congoja que impregna este sonido es inconfundible,
aunque quizá no esté tan claro cuál es la especie que lo produce.
Sólo lo he oído unas cuantas veces a lo largo de mi vida; pero en
una ocasión, cuando lo oí, lo tomé por el sonido de un niño huma
no en una situación desesperada y crucé corriendo unas obras para
ir en su ayuda. El sonido transmite tanta angustia y agonía que
espero no tener que volver a oírlo nunca más.
En las manadas salvajes firmemente establecidas o en familias con vínculos sólidos en cuya casa hay más de un perro, e! grito hará que los otros perros vayan junto a su camarada herido o asustado. Su aproximación, sin embargo, carecerá de los alardes que usan para apo yar a un perro que ladra a fin de dar la alarma. Cuando oigan el grito, los otros perros se aproximarán cautelosamente por si fuera algún de predador lo que está haciendo gritar a su compañero de manada, lo cual supondría también un peligro para ellos. Aunque estos gritos suelen interpretarse por la manada de! pe rro como una petición de ayuda, dichos sonidos pueden suponer un
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error fatal en presencia de perros desconocidos. Al tratarse del grito de un animal que teme morir, puede provocar una reacción depredatoria en otro perro que no conozca al que grita y hacer que ese perro desconocido le ataque. Esto no indica maldad por parte de! atacante. Debemos recordar que los perros son cazadores, y que para un depre dador carnívoro como e! perro, el grito es e! sonido de un animal herido. Esta señal que indica que la presa está herida y es vulnerable puede desencadenar un ataque tan rápido como violento e! cual, en un entorno salvaje, proporcionaría con toda seguridad una buena cena esa noche. El hecho de que en esos gritos no pueda reconocerse de inmediato que e! sonido lo está produciendo otro perro probable mente contribuye a que se dé e! ataque. Vi cómo ocurría esto en una ocasión, durante una exposición canina. Un hombre estaba paseando a un malinés (un perro pastor belga de pelo corto un tanto parecido a un pastor alemán) sujeto de la correa y lo llevaba hacia el edificio donde se celebraba la exposición. Una camioneta entró en e! aparcamiento y e! conductor abrió la puerta de atrás. Antes de que tuviera tiempo de hacer liada más, un precioso samoyedo blanco bajó de un salto. Desgraciadamente, el perro aterrizó justo donde alguien había dejado una botella rota. Cuando pisó el suelo,los afilados trozos de cristal le desgarraron las patas y el samoyedo empezó a gritar. El malinés, que hasta aquel momento estaba muy tranquilo y no había reaccionado de forma agresiva ante otros perros con los que se había cruzado, saltó hacia adelante, arrancando la correa de la mano de su dueño. Cuando consiguieron separar a los dos perros, el samoyedo no sólo sangraba a causa de los cortes de los cristales sino de los mordiscos de! otro perro. El grito de un animal desconocido había activado el código genético que hace atacar a un depredador. Los humanos deberían aprender a no pasar por alto este grito, dado que es una señal a tener muy en cuenta cuando unos perros están teniendo una disputa. En términos generales, mi consejo es que nunca hay que interferir cuando dos perros están teniendo un conflicto. Existen ciertas "reglas" y "rituales" que los perros usan para dirimir sus cues tiones concernientes al dominio social, el territorio y la posesión de objetos. Habitualmente, los combates se desarrollan de acuerdo con esas reglas, y rara vez hay más derramamiento de sangre que un mor disco en la oreja u otra herida por el estilo. Si los perros se están enseñando los dientes mientras producen su rugido de combate (un gruñido sordo y continuo, ocasionalmente puntuado por algo que suena COmo una persona gritando "¡Eh!"), entonces tenemos una
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disputa normal. Si se permite que los perros resuelvan el problema por su cuenta, lo normal es que el conflicto termine rápidamente sin vio lencia. Normalmente éste termina cuando uno de los perros retrocede y muestra sumisión..En ese momento, el incidente ha terminado.Aun que es raro, a veces puede ocurrir que un perro que no ha llegado a aprender los rituales de su especie rechace los gestos de sumisión del otro y no acate esta señal de detener el conflicto. Ese perro seguirá luchando, y entonces su oponente empezará a gritar. En tales circuns tancias, hay que detener el combate ya que, de lo contrario, el perde dor puede acabar gravemente herido o incluso muerto. Detener una pelea entre perros no es facil. No se interponga ni intente separarlos. Hacerlo supone correr el riesgo de verse atacado por ambos rivales. La reina Isabel II de Inglaterra tuvo ocasión de comprobarlo cuando intentó separar a dos de sus corgis que se estaban peleando, tras lo cual tuvieron que darle varios puntos en la mano. Posteriormente, el adiestrador real le indicó lo que habría debido ha cer: tomar una de las bandejas de plata que tenía cerca y tirarla al suelo haciendo mucho ruido. Una distracción de ese tipo suele interrumpir la pelea el tiempo suficiente para poder controlar a los perros. Echarles un cubo de agua o mojarlos con una manguera también dará resulta do. He descubierto que lanzar una manta o abrigo encima de cada combatiente (nunca con los dos debajo de la misma manta), o a veces simplemente sobre el agresor, detendrá la pelea y reducirá sus probabi lidades de salir malparado, aunque el abrigo o la manta puedan sufrir ciertos daños. Chillar o gritar no servirá de nada, dado que sólo pare cerá que usted también está ladrando y gruñendo y que probablemen te se dispone a unirse a uno de los dos bandos.
Otras vocalizaciones Los perros producen otros sonidos. Algunos de ellos no preten den servir como palabras o señales. No obstante, en muchas ocasiones estos signos no intencionados pueden leerse y darnos cierta idea de lo que está pensando el perro. El más obvio de ellos es el jadeo. • JADEO: El característico sonido de un perro que jadea, con la boca abierta y la lengua fuera, deriva de una obvia necesidad fisiológi ca. No es más que el resultado de su intento de controlar su tempera tura corporal: la evaporación de la humedad sobre la lengua y en la
boca refresca al perro. Los humanos consiguen lo mismo sudando; la humedad que se evapora de nuestra piel nos atempera. Los perros, sin embargo, no sudan por la piel como lo hacemos nosotros o tomo lo hacen los caballos. El único lugar por el que sudan son las almohadillas de sus patas, y por eso es frecuente que un perro muy acalorado o estresado deje huellas húmedas en el suelo. En los seres humanos, el estrés, la ansiedad o la excitación pueden elevar nuestra temperatura corporal. Ésa es la razón por la que hay personas que bajo presión empiezan a sudar, y lo mismo ocurre con los perros. Por eso, cuando un perro que no se mueve ni está expuesto a alguna fuente de calor, empieza a jadear vigoro
samente, significa que está excitado debido al estrés (que puede estar causado por condiciones tanto negativas como positivas) .Aun
que dista mucho de ser una comunicación intencionada, podemos interpretarlo como "¡Estoy listo!", "¡Vamos!" o (especialmente si hay huellas húmedas en el suelo), "Esto me tiene bastante preocu pado y me estoy poniendo muy nervioso." • SCSPIROS: Estas vocalizaciones son simples expresiones de emo ción, que podemos traducir si nos mantenemos atentos a lo que está ocurriendo. Normalmente los suspiros van acompañados del gesto de echarse en el suelo al tiempo que se apoya la cabeza en las patas delan teras. Dependiendo de qué más esté ocurriendo y de la presencia de ciertas expresiones faciales, el suspiro puede tener dos significados. Con los ojos a medio cerrar, es un signo de placer y significa: "Estoy muy a gusto y me parece que vaya descansar un ratito". Esta conducta pue
de verse cuando un perro ha comido hasta hartarse, o cuando un due ño muy querido vuelve y el perro se acomoda en el suelo cerca de él.
Al igual que ocurre con algunas de las otras vocalizaciones, el significado puede cambiar totalmente cuando hay otras expre siones faciales o conductas. Si el perro se acomoda con un suspiro y los ojos totalmente abiertos, esto invierte el significado. Ahora el suspiro es un signo de decepción porque el perro ve que algo que esperaba no se ha materializado, y habría que interpretarlo como "¡Me rindo!". Esto puede verse en un perro que ha estado rondan do la mesa alrededor de la cual comen algunos humanos, con la esperanza de conseguir un poco de comida. Si las personas acaban
de comer y es obvio que no le van a dar nada, el perro puede reaccionar con la pauta del suspiro y los ojos muy abiertos. Si mi
perro Odin me ha estado pidiendo que vaya a buscar sufrisbee y lo saque a jugar, pero se percata de que no he respondido y me he
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sentado detrás de mi escritorio para trabajar, en muchas ocasiones re accionará con este característico suspiro de decepción. Bishop (Obis po), el perro de mi hija Karen, tiene una versión más enfatica de esta conducta suspirante. Cuando se le pide que se eche en el suelo, o que se mueva, o que haga algo que le resulta levemente irritante, suelta lo que podriamos llamar una especie de suspiro-resoplido. Nosotros lo interpretamos como su versión del "¡Bueno, vale!".
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Cada especie posee una capacidad o predisposición "preprogra mada" para aprender a entender y producir el lenguaje o las conductas de comunicación que le son caracteristicas. El lenguaje humano (por lo que sabemos) es seguramente el más sofisticado y elaborado, lo cual significa que los humanos disponemos con toda probabilidad de la forma más sofisticada de esta predisposición genética. El desarrollo del lenguaje en un niño es una combinación casi mágica de esa capacidad preprogramada en cooperación con el lenguaje presente en el entor no del niño. Piénsese que un estudiante de secundaria medio conoce alrededor de 80.000 palabras. Si suponem~s que empezamos a apren der palabras alrededor del año de edad, el cálculo nos dará un prome dio de casi 5.000 palabras al año: es decir, trece palabras aprendidas cada día. El aspecto más asombroso de este aprendizaje del lenguaje no es sólo el ritmo al que se produce, sino que la mayor parte de ese lenguaje no se le enseña al niño mediante un· proceso de instrucción formal. Obviamente, ésa es la razón por la que los niños que viven en lugares donde no hay escuelas son capaces de hablar adecuadamente su lengua nativa. Los niños se limitan a imitar las conductas vocales de las personas junto a las que crecen. A los diez meses de edad, cuando aún balbucean, los niños ya producen sonidos que permiten que un lingüista pueda reconocer el lenguaje hablado en su entorno natal. En otras palabras, que los niños que viven en un lugar donde se habla inglés balbucean en inglés, mientras que los que viven en un lugar donde se habla chino balbucean en chino. Un ejemplo fascinante de cómo los niños simplemente absor ben el lenguaje o las conductas relacionadas con el lenguaje que se dan en su entorno nos lo ofrece un suceso que empezó en octubre de 1920, cuando un misionero cristiano, el reverendo J. A. 1. Singh,
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emprendió una de sus habituales expediciones para salvar almas por la región bengalí de la India. Singh reunía voluntarios entre los paganos de las aldeas cercanas, los cuales normalmente estaban dispuestos a oírle predicar con tal de que se les permitiera cazar entre sermón y sermón. En la aldea de Godamuri le contaron una historia muy extra ña sobre un manushbhaga, u hombre-fantasma, que había sido visto en varias ocasiones durante los últimos años. Habitualmente se lo veía rodeado de lobos que entraban y salían de un gigantesco hormiguero abandonado por las termitas que al parecer, los lobos usaban como guarida. El reverendo Singh hizo construir un escondrijo de cazador cerca del hormiguero de donde, poco después del anochecer, vio salir a un lobo. Singh lo llama lobo, pero en su diario I observa que proba blemente fuera algún tipo de chacal, muy Común en esa región, más que un auténtico lobo. En cualquier caso, el "lobo" fue seguido por varios más, y después vio salir a un animal de aspecto realmente gro tesco. Tenía el cuerpo de un humano pero andaba a cuatro patas, apo yando las palmas de las manos en el suelo. La cabeza parecía "una gran bola de algo que le cubría los hombros y la parte superior del busto". Obviamente había un rostro humano visible debajo de esa bola. (La bola resultó ser una acumulación de cabellos enredados.) Detrás de este animal apareció otro, de aspecto idéntico sólo que un poco más pequeño. Cuando Singh propuso excavar el montículo, los aldeanos se negaron. Temían que molestar a los "fantasmas" hiciera caer algún cas tigo o maldición sobre ellos y su aldea. Finalmente, el reverendo fue a otra aldea, que no había oído hablar de la historia, y reclutó a unos cuantos hombres dispuestos a hacer el trabajo. La mañana del 17 de octubre el montículo fue excavado. En cuanto los trabajadores empezaron a cavar, dos lobos salieron corrien do del montículo y huyeron a la jungla. Un tercero, una hembra, optó por defender la guarida. Posteriormente, el reverendo Singh dijo que lamentó tener que matarla, dado que el que la loba hubiera decidido mantener con vida a aquellas dos extrañas criaturas (aunque parece probable que en un principio las hubiese llevado a la guarida para que sirvieran de alimento a sus cachorros) parecía un acto divino. En el interior de la guarida encontraron a dos lobeznos y, acurrucados junto a ellos, a las dos extrañas criaturas, que resultaron ser niñas. La mayor tendría unos ocho años y se le puso por nombre Kamala, mientras que a la más pequeña, que tendría dos años, se la llamó Anula. Amala mo riría antes de que transcurriera un año, y Kamala murió cuando tenía unos dieciocho años.
Para nuestros propósitos, los aspectos más interesantes de este caso tienen que ver con la conducta de los niños. Además de andar a cuatro patas, mostraban otras conductas lobunas. Olisqueaban todo lo que se les daba y comían y bebían igual que los perros, de un plato puesto en e! suelo. Preferían la carne cruda y gruñían o intentaban
morder a quienquiera que se les acercase mientras estaban comiendo. Si se asustaban, retrocedían gruñendo y enseñando los dientes. En cuanto Kamala se acostumbró a su entorno y empezó a sentirse a gusto en él,
a veces agarraba un juguete con la boca y salía corriendo con él, de forma muy parecida a como hacen los perros cuando juegan entre ellos. Parecía estar tratando de inducir un juego de persecución al estilo canino. Inicialmente, el reverendo Singh informó de que las muchachas eran mudas, pero lo que quería decir con eso era que no hablaban ningún lenguaje humano. Articulaban sonidos, como esa especie de gruii.ido de la que ya hemos hablado. También emitían un gimoteo estridente, muy parecido al que producen los cachorros cuando están solos o asustados. Ocasionalmente gañían cuando se excitaban por algo, también como un cachorro que quiere jugar. Pero el sonido más sorprendente de cuantos producían era e! aullido. Empezaba en un tono grave y gutural para convertrse gradualmente en un prolongado gemido que guardaba muchas similitudes, con los aullidos nocturnos de lobos, chacales y perros. En los días siguientes a su rescate, las chicas pasaban la noche al acecho. Interrumpían sus merodeos a intervalos regulares para aullar, normalmente alrededor de las diez de la noche, la una de la madrugada y nuevamente a las tres de la madrugada. SLlS conductas vocales eran exactamente las que esperaríamos en unos ni ños que sólo hubieran estado expuestos a los sonidos vocales de los lobos. Aparentemente, y de! mismo modo que los niños que han sido educados imitan por lo general los sonidos de! lenguaje que se habla en su hogar, Kamala y Amala habían aprendido a reproducir los soni dos "hablados" en su hogar canino. Mientras que los humanos aprenden instintivamente e! lengua je reproduciendo los sonidos de! habla presente en su entorno, la ma yoría de los animales no disponen de esta predisposición genéticamente preprogramada que impulsa a imitar las vocalizaciones. Aun suponien do que contaran con la capacidad física de crear los sonidos del len guaje humano, carecen de! instinto necesario para copiar espontánea mente las palabras que oyen pronunciar. Por sí solo, esto ya bastaría para hacer altamente improbable que aprendieran el lenguaje hablado
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de la misma manera en que lo aprenden los humanos. No obstante, muy pocos animales han sido tratados exactamente de la misma ma nera en que se trata a los niños. Esto nos lleva al caso de Clla, una chimpancé que fue separada de su madre en la primavera de 1931, cuando tenía siete meses y medio, y entregada al profesor Winthrop Kellogg y su esposa, Louise. Los Kellogg querían llevar a cabo un ex perimento para averiguar si un chimpancé criado como un niño hu mano, en un ambiente familiar normal, desarrollaba habilidades hu manas, lenguaje incluido. 2 Sus expectativas no eran totalmente descabelladas, dado que el ADN de los chimpancés difiere en menos de un 2 por ciento del de los humanos. Dada esta similitud genética, parece razonable sugerir que criar a un chimpancé en un ambiente humano normal y tratarlo como se trataría a un niño podría conferirle muchos atributos y capacidades humanas, las cuales podrían llegar a incluir una cierta capacidad lingüística humana. Gua fue tratada como si fuese la hermana pequeña de Donald, el hijo de nueve meses y medio de los Kellogg. Al igual que Donald, era bañada y empolvada con talco y se le ponían pañales. Cuando comia, ocupaba una sillita para bebés y se la alimentaba con una cuchara. Se le hablaba igual que a Donald y, durante los nueve meses que vivió con los Kellog, éstos trataron a Gua como si fuera un bebé humano. Comparada con Donald, Gua se desarrolló mucho más deprisa en cuanto a sus habilidades motrices. Fue capaz de manipular objetos más pronto y mejor que Donald, y aprendió a caminar y correr antes que él. La única área en la que Gua empezó a quedarse rápidamente rezagada fue la de las habilidades lingüísticas. No se hizo ningún in tento especial de enseñarle el lenguaje. Se esperaba que, si era capaz de aprenderlo, lo aprendería de una forma muy parecida a como lo hacen los niños humanos, imitando el lenguaje en el que se encuentran Inmersos. Gua desarrolló un método de comunicarse mediante gestos y movimientos corporales. Por ejemplo, cuando veía un vaso lleno de zumo de naranja encima de una mesa, iba hacia ella y chasqueaba los labios o fingía besar el borde de la mesa para indicar que quería el vaso. También señalaba las cosas que deseaba, o se limitaba a atraer la aten ción de los demás hacia las cosas que le interesaban. Gua producía sonidos. Estos sonidos no eran palabras, sin em bargo, sino más bien los típicos sonidos vocales de los chimpancés salvajes. El número de esos sonidos no varió durante el tiempo que pasó viviendo con los Kellog. En la mayoría de casos estaba muy claro
lo que pretendía decir con ellos: un grito de dolor cuando se hacía daño, gritos de pánico, diversos sonidos de ira, chillidos de excitación y gruñidos de satisfacción. La característica más interesante de esos sonidos sea tal vez la forma en que dos de ellos llegaron a adquirir un nuevo y más amplio significado. El primero es el ladrido de la comida, que los chimpancés utilizan para avisar a los miembros de su grupo de que han encontrado algo comestible. El segu~do era el sonido "u-u" que normalmente significa problemas o expresa un nivel moderado de miedo o ansiedad. El ladrido de la comida acabó convirtiéndose en el equivalente de "Sí" y era utilizado para responder a preguntas como "¿Quieres una manzana?", o "¿Quieres salir de casa?". El sonido "u-u" acabó significando UNo", y era utilizado para responder a preguntas como "¿Quieres que te bañemos?", o cuando se le preguntaba si que ría ir a la cama a echar la siesta con la frase "¿ Quieres ir a la camita?". Gua no aprendió palabras humanas, sino que adaptó sus propios soni dos lingüísticos de chimpancé para responder a los humanos que tenía alrededor y comunicarse con ellos. Pese al hecho de que Gua no producía sonidos lingüísticos en inglés, no cabe duda de que los entendía, y a los nueve meses podía comprender y reaccionar correctamente a más de setenta palabras y frases. Más que a la totalidad de la frase, Gua parecía responder a ciertas palabras clave. Por ejemplo, respondía con el mismo ladrido de la co mida a la pregunta "¿Quieres una naranja?" y a la pregunta de una sola palabra "¿Naranja?". La entonación -es decir, la elevación del tono en nuestras voces- es lo que nos permite saber que una palabra hablada es una pregunta. Para Gua, la entonación no era tan importante, dado que la palabra "naranja" pronunciada con voz átona, o incluso bajando el tono al final, producía la misma respuesta. A veces, Gua tenía problemas de comprensión, especialmente cuando se unían palabras para formar combinaciones que nunca había oído antes. En una ocasión, después de que se le hubiera enseñado el significado de la frase "Besa a mamá", a continuación se le dijo "Besa a Donald". El niño dejó muy claro que había entendido esta petición, dado que se apresuró a levantar la mejilla para recibir el beso. Gua, sin embargo, no entendió la nueva frase y se quedó muy confundida. Obviamente, la experiencia que los Kellogg vivieron con Gua demostró que habitualmente los animales no aprenden de manera es pontánea a imitar los sonidos del lenguaje humano. No obstante, hubo una divertida demostración de que los humanos imitan espontánea mente los sonidos que oyen a su alrededor. Aunque Gua no imitó las
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... vocalizaciones inglesas, Donald aprendió rápidamente e! repertorio completo de gritos, ladridos y chillidos de Gua. Además, parecía usar los correctamente, al menos a juzgar por las conductas de Gua. Así pues, los humanos pueden aprender espontáneamente a aullar como un lobo o ladrar como un chimpancé, pero esos animales no parecen responder con una imitación sinúlar de nuestrOS sonidos lingüísticos. Hasta ahora hemos estudiado e! alcance limitado de la imita ción "entre especies" por animales distintos a los humanos. No obs tante, hay raros ejemplos en los que los animales aprenden a imitar las emanaciones del habla humana de tal manera que pueden vocalizar una especie de "eco" de algunas palabras humanas. La capacidad "lin güística" de los loros es un ejemplo de ello. El único caso de imitación verbal espontánea de una palabra por parte de un perro que he tenido ocasión de observar es el de Brandy, un perro de lanas propiedad de la psicóloga Janet Werker de la Universidad de la Columbia Británica. Brandy pasaba el día en casa. Cada noche, cuando los miembros de la familia volvían a casa, normalmente entraban y saludaban al perro que los esperaba con la palabra "HelIo" (Hola). El saludo a su perro siem pre era pronunciado en un tono de voz alegre y musical. Pasado un tiempo, el perro aprendió a imitar ese cantarín "Hola" de dos sílabas con su propia versión de dos sílabas, "Erl-rou". Esta versión del saludo humano pasó a ser el sonido que Brandy producía espontáneamente cuando saludaba a los miembros de la familia al entrar éstos en casa. Dicha vocalización, no obstante, estaba reservada específicamente para la familia y nunca la usó con desconocidos. Brandy parece haber aña dido un sonido vocal inglés a su vocabulario perruno ya existente. Aunque los perros normalmente no pueden, o no quieren, imi tar el lenguaje humano, la inmensa mayoría de cánidos aprenden a imitar los sonidos de otros cánidos. Un caso interesante de cánidos salvajes, que copian los sonidos producidos por canes domésticos se dio a comienzos de los setenta en el Yukón canadiense, donde un proyecto biológico y de estudio de la conducta requirió el marcaje y examen de cierto número de lobos. Una manada -un grupo de cua tro adultos y dos lobos jóvenes- fue aislada y sedada para poder marcarla con vistas a su identificación posterior y también para que un veterinario pudiera examinar a los animales a fin de determinar ciertos aspectos de su salud. Los resultados del examen dejaron preocupado al veteri nario, ya que descubrió que tres de los adultos mostraban indicios de una enfermedad respiratoria. El veterinario temió que aquella enfer medad pudiera ser contagiosa, y que devolver los lobos infectados a su
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territorio pudiera extenderla a otros lobos en la zona, quizás incluso a otras especies. La enfermedad podía afectar seriamente al organismo; si los tres adultos infectados acababan muriendo debido a las compli caciones, el veterinario dudaba de que el adulto y los dos lobos jóve nes restantes fueran capaces de sobrevivir; aun suponiendo que logra ran escapar a la infección. El tratamiento, por otra parte, era simple. Si los lobos podían ser confinados durante varias semanas, unas cuantas dosis de antibióticos bastarían para curar la enfermedad. Con tal pro pósito, los seis lobos, inconscientes, fueron llevados a un puesto cerca no y colocados en una zona vallada que formaba parte de una perrera donde dormían los perros de tiro. Como ya hemos visto, por lo general los lobos no ladran, excepto cuando son cachorros y están muy excitados. Los perros de! recinto con tiguo se comportaron de la manera habitual: ladrando advertencias y salu dos. La manada de lobos "trasplantada" se encontró viviendo en un entor no lleno de los sonidos de unos perros domésticos que no paraban de ladrar. A lo largo del mes escaso que se los mantuvo encerrados, el com
portamiento de los lobos empezó a cambiar. Durante la última semana de su estancia, los investigadores se dieron cuenta de que cuando alguna per sona se aproximaba a su recinto, los dos lobos jóvenes y uno de los adultos
corrían hacia ella y empezaban a ladrar. El sonido era un poco más ronco
que el que se oye habitualmente en los per;ros, pero la pauta de ladridos imitaba la pauta de alerta habitual en los perros domésticos, con series de tres o más ladridos seguidas por un corto silencio tras el cual venía otra
serie de ladridos. Todos los presentes tuvieron la impresión de que aque
llos lobos imitaban los sonidos vocales de los otros cánidos con los que
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compartían su entorno.
Los perros domésticos se encuentran en una situación de relati va desventaja en lo que concierne al desarrollo de sus capacidades de comunicación. Si se les ha permitido permanecer junto a su madre y sus compañeros de camada hasta que han cumplido un mínimo de ocho semanas de edad, deberían haber aprendido el significado de algunas señales caninas básicas, expresadas tanto vocalmente como a través del lenguaje corporal. Parece evidente que una gran parte de la comunicación canina está preprogramada genéticamente, pero al parecer el perro también necesita disponer de las comunicaciones de otros perros para poder imitarlas y desarrollar una gama completa de señales cani nas. En cuanto se saca al perro de un entorno donde está interactuando con otros perros y se le coloca en un entorno familiar humano cual quier intento de aprender nuevas habilidades comunicativas tendrá que
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hacerse "por libre". Obviamente, los perros no imitarán el lenguaje humano; pero si se encuentran con otros perros, aprovecharán la opor tunidad para aprender a reproducir cualquier vocalización canina adi cional que oigan. He visto a perros que imitaban la manera de ladrar de otros perros en varias situaciones. Por ejemplo, Karen y]oseph Moss tenían una setter Gordon. En la mayoría de los casos esta raza no es especial mente ruidosa, y Sheila era un ejemplar particularmente callado de su especie. La hija mayor de los Moss ya llevaba unos años viviendo fuera de casa de sus padres, y de pronto se le presentó la ocasión de comple tar sus estudios en otra ciudad. Dado que pasaría el curso en una resi dencia universitaria, no podía llevarse consigo aArgos, su Airedale terrier. Karen y]oseph accedieron a "adoptar" al perro hasta que su hija regre sara. Argos era el típico terrier: ladraba cuando alguien se acercaba a la puerta, ladraba cuando alguien salía de casa y ladraba por el mero pla cer de oírse ladrar. Conforme pasaban las semanas, el comportamiento de Sheila empezó a cambiar. Ahora, cuando Argos le ladraba a la puer ta, ella también lo hacía, y a veces, cuando Argos correteaba por la casa ladrándole a fantasmas y fantasías porque tenía ganas de jugar, Sheila se unía a él con su propio y sonoro ladrido. Mucho tiempo después de que Argos hubiera vuelto con su dueña, Sheila seguía mostrando la misma conducta que había aprendido de su amigo el terrier. Mi perro Odín tiene un "iadrido de petición", que usa para pedir que se le permita volver a entrar en casa después de haber pasado un rato en el patio trasero. Consiste en un solo ladrido, seguido por una larga pausa que puede prolongarse de treinta segundos a dos mi nutos antes de que se repita el ladrido. Cuando Odín tenía seis o siete meses, recompensé este ladrido respondiendo rápidamente a él y de jando que volviera a entrar en casa. No sólo es un ladrido que ha aprendido a usar de esta manera, sino que suena realmente distinto a sus otros ladridos: resulta un poco más artificial o forzado, dado que termina con una especie de carraspeo. Cuando Dancer llegó a nuestra casa siendo un cachorro de ocho semanas, dejé que saliera al patio con Odín para hacer sus necesidades, como parte de su habituación a la casa. Dancer necesitó menos de una semana para desarrollar el mismo ladrido. La pauta temporal es la misma pero, al ser un cachorro, el tono del ladrido de Dancer era mucho más agudo. Con todo, y a pesar de las diferencias tonales, el ladrido suena forzado y artificial, de la misma manera en que lo hace el ladrido de Odín, con esa misma especie de carraspeo al final de cada vocalización. Ahora, a las doce semanas de
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edad, Dancer usará este ladrido incluso si está solo en e! patio. Ha aprendido a imitar e! sonido de Odín, y su valor comunicativo. El perro adulto ha enseñado al cachorro una palabra o frase en su dialec to del lenguaje perruno. En algunas ocasiones, los perros de una misma casa se imitan mutuamente hasta tal punto que acaban desarrollando una especie de dialecto perruno común. Un ejemplo de esto nos lo proporcionan los ruidos de excitación. Recuerden que hay tres sonidos distintos que caracterizan la excitación en los perros. Éstos son el gimoteo de exci tación, e! gemido-cántico ("Vaue!-uaue!-aual-uauel"), y el aullido bostezo (un "Uuuuuu-ah-uuuuuu" entrecortado y jadeante). Todos esos sonidos se producen mientras e! perro nos mira fijamente y va de un lado a otro para demostrar lo contento y excitado que está. Cada perro parece decidir cuál de esos sonidos emitirá cuando espere algo con impaciencia, y la elección no parece depender de cuál sea su raza. Lo realmente curioso, sin embargo, es que los perros que viven juntos parecen imitarse mutuamente hasta e! punto de que llega un momen to en el que todos acaban utilizando el mismo sonido. Por ejemplo, una conocida mía tiene cuatro perdigueros de pelo liso y todos sus perros emiten el aullido-bostezo. Conozco a otra persona que tiene tres perros de distintas razas -un pequinés. un springer spanie! inglés y un perdiguero de pelo liso- y todos ellos (e! perdiguero incluido) utilizan e! sonido gemido-cántico. Llevé a cabo una encuesta informal entre dieciséis personas que tienen más de un perro y cuyos perros siempre han vivido en la misma casa desde que eran cachorros. Doce de esas personas me dijeron que todos sus perros usan los mismos sonidos de excitación, sea cual sea su raza. Esto indica que los perros se están copiando las pautas de sonido entre ellos. Como, al parecer, los perros sólo copian los sonidos de otros perros, esto puede ponerle las cosas bastante dificiles al humano que quiera adiestrar a su perro para que produzca sonidos. Naturalmente, y como es un truco que siempre resulta gracioso, muchas personas ense ñan a "hablar" a sus perros, lo que en realidad significa ladrar cuando se les ordena. Pero esos ladridos voluntarios suenan cualitativamente dis tintos a un ladrido espontáneo. Parece como si les faltara emoción, y a veces resultan curiosamente débiles. Lo mismo puede decirse del la drido que los perros policía y de protección aprenden a enútir para anunciar dónde se esconde alguien. El dueño de un perro policía me contó que el ladrido de detección de su perro le "sonaba a falso". "No es como un ladrido de verdad, que tiene cierta pasión... pero la mayoría
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no nota la diferencia, porque no están acostumbrados a escuchar a los perros. A lo mej or es que se ponen tan nerviosas ante los ladridos de un perro que ya no se enteran de nada más." A algunos perros se les puede enseñar a producir sonidos espe cíficos bajo ciertas condiciones, desde los simples ladridos, gimoteos o gruñidos juguetones hasta sonidos más complejos, que pueden SOnar como cantos tiroleses o un intento de hablar. El adiestramiento para enseñar a emitar estos sonidos no consiste en producirlos Con la espe ranza de que el perro los copie. En vez de eso, cuando el perro emite el sonido que se quiere llegar a controlar, lo que se hace es dar la orden y recompensar al perro. El problema, obviamente, es que no se puede recompensar al perro por producir determinado sonido hasta después de haberlo hecho espontáneamente. Tomemos el caso de Ann, una mujer que vivía sola en la ciudad y quería enseñar a su extremada mente sociable perdiguero labrador color chocolate, Caesar, a que la drara cuando se le diera la señal de hacerlo. El problema era que Caesar saludaba alegremente a todos los que se acercaban y nunca ladraba a los desconocidos. Ann se sentía un poco insegura e indefensa en su barrio. Pensaba que si Caesar aprendía ladrar cuando se le ordenase, el sonido serviría para mantener alejados a los desconocidos que se le aproximaran en la calle o acudieran a su puerta. Creía que tener un perro "protector" que ladrase la haría sentirse mucho más segura. Cuando Ann vino a verme, lo primero que tuvimos que hacer fue decidir qué órdenes usaríamos. Alguien que te oye decirle a tu perro "Habla" y luego lo oye ladrar, seguramente no se sentirá muy impresionado por los ladridos. Al final optamos por la palabra "¡Prote ge!" cama orden para iniciar los ladridos. Pensamos que si una perso na amenazadora iba hacia Ann y el perro empezaba a ladrar después de haber oído la orden "¡Protege!", habría más probabilidades de que esa persona pensara que Ann tenía un perro adiestrado para atacar y se fuera. La orden para dejar de ladrar sería "¡Vigila!", la cual crearía la impresión de que el perro, aunque ya no ladrase, seguía estando dis puesto a defender a su dueña. Naturalmente, para Caesar, "¡Protege!" no tendría más significado que el que la orden "Habla" puede tener para otro perro, Y"¡Vigila!" significaría lo mismo que "Calla". Decidir cuáles serían las órdenes fue mucho más facil que Conse guir que Caesar "hablara". El primer paso para que un perro ladre en cuanto se le ordena es encontrar una siruación en la que el perro ladre espontáneamente. En cuanto el perro está ladrando, ya puedes dar la orden y e1ogíarlo. Normalmente, esto se consigue sin demasiadas dificultades
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poniéndole la correa y haciendo que alguien llame a la puerta con los nudillos o pulsando el timbre. En cuanto se oiga el sonido, se supone que el dueño debe gritar "¡Protege!". Si el perro ladra, recibe alguna golosina. Desgraciadamente, viniera quien viniese a la puerta, Caesar no ladraba. El paso siguiente consistió en incrementar la amenaza implícita para tratar de hacerlo ladrar. Repetimos el montaje de la persona que llamaba a la puerta, sólo que esta vez Ann recibió instrucciones de actuar como si estuviera muy alarmada. Ann fue de un lado a otro, agitando los brazos mientras gritaba: "¡Caesar, protege!". Si ladraba, recibiría elogios y una golosina. Una vez más, Caesar no ladró. Después pasamos a utilizar una estrategia que a veces da resulta do. Aunque los perros no imitan el lenguaje humano, sí imitan otros sonidos caninos, como ya hemos visto. A veces, un humano puede hacer ladrar a un perro reproduciendo el sonido de los ladridos. La mejor manera de hacerlo es produciendo jadeos y resoplidos, seguidos por un sonido que imite un ladrido ahogado. El perro no intentará imitar este ladrido humano, pero muchas veces se pone lo bastante nervioso para empezar a lanzar espontáneamente su propia versión del ladrido de alarma "llamar a la manada". Cuando la persona fuera hacia la puerta, Ann tenía que decir: "¡Caesar, protege! ¡Huff, huEr, huEr, buf, buf, buf!"Caesar se puso bastante nervioso, pero siguió sin ladrar. Finalmente, adoptamos unas medidas algo más provocadoras dentro de una especie de formato de juego. Organizamos una situa ción en la que Aun estaba fuera con Caesar sujeto de la correa. Entonces
yo iba hacia él armado con una fregona. Saltaba a su alrededor, gritando y agitando la fregona delante de la cara de Caesar mientras Aun gritaba:
"¡Caesar, protege!". Esto le arrancó a Caesar su primer ladrido del día,
pero obviamente era un ladrido de miedo, ya que Caesar tiraba de la correa hacia atrás en un intento de retroceder. Después de que hubiera
ladrado, Ann lo elogió de inmediato: "¡Buen perro! ¡Proteges muy bien!". En ese momento yo me apresuré a retroceder para que Caesar . se sintiera 10 bastante seguro de sí mismo para responder en la próxima ocasión. Tras una breve pausa, volví a ir hacia él y agité la fregona delante de la cara de Caesar mientras Ann decía: "¡Protege!". Caesar hizo un nuevo intento de retirada y esta vez soltó dos rápidos ladridos. Mientras Ann lo estaba elogiando, volvió a retroceder. Después de dos intentos más, Caesar pareció captar la idea de que su ladrido hacía que "aquella cosa" se fuera. Cuando me retiré, decidió que quería "atrapar a esa cosa" y empezó a tirar de la correa tratando de avanzar al tiempo que yo retrocedía. Mientras tiraba de la
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correa, le ladraba enérgicamente a la fregona. Los labradores son unos perros muy listos. Ahora que estaba ladrando furiosamente y era elo giado por ello, Caesar se dijo que eran sus vocalizaciones las que ahu yentaban a aquella cosa y hacían feliz a Ann. En cuanto hubimos con seguido que respondiera a la orden "¡Protege!", pasamos a la fase siguiente. Después de que Caesar hubiera tenido ocasión de soltar una serie de enérgicos ladridos en el momento adecuado, Ann le ponía la mano en el hocico y murmuraba:"¡Vigila!". Ahora, Caesar era elogia do cuando dejaba de ladrar.
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HABLAR CON LA CARA
Un par de días después, repetimos las sesiones de práctica, sólo que ahora yo iba hacia Caesar con un paraguas. Cuando lo abría en su dirección,Ann decía: "¡Protege!". Cuando Caesar ladraba, yo cerraba el paraguas inmediatamente y retrocedía para que se sintiera más segu ro de sí mismo. Cuando yo ya estaba lo bastante lejos,Ann decía "Vi gila", y cuando Caesar se quedaba inmóvil, le daba una golosina. Des pués hicimos que otra persona fuera hacia ellos con la cabeza tapada por la chaqueta. A esas alturas, Caesar ya había aprendido que "¡Prote ge!" significaba "ladra". Llegados a ese punto, no nos costó demasiado transferir el adiestramiento a personas que se aproximaban sin frego nas, paraguas o chaquetas ondulantes. Pasada una semana, Caesar la draba obedeciendo la orden cuando alguien acudía a la puerta deAnn. Para un desconocido, los ladridos de Caesar y sus tirones de Correa son muy convincentes. La ciudad suele parecerles un lugar poco seguro a
las mujeres que viven solas, y los ladridos de Caesar le proporcionan a
Ann ese margen de seguridad extra que cree necesitar. Naturalmente,
cuando se enfrenta a los frenéticos ladridos de Caesar, lo que la perso
na potencialmente peligrosa no sabe es que una gran sonrisa y un
elogio como "Oh, qué bien proteges... ¡Qué ladrido tan estupendo,
Caesar!", ¡convertirían la estruendosa conducta amenazadora en un
alegre recibimiento y unos meneos de cola!
Los seres humanos comunican muchas cosas con la cara. El len guaje facial expresa una amplia gama de emociones e incluso de in tenciones muy sutiles. De hecho, "hablar con la cara" es tan informa tivo que algunas personas -como los jugadores de cartas, los negociadores, los reporteros y ciertos empresarios- suelen tener que aprender a no decir demasiado con sus expresiones. Los humanos pueden mentir con la cara. Aunque hay quienes han sido específicamente adiestrados para detectar mentiras a partir de las expresiones faciales (por ejemplo, los agentes de los servicios secre tos, algunos agentes de policía especializados ylos psicólogos clínicos), el individuo medio suele ser engañado fácilmente para creer en emo ciones faciales manipuladas y falsas. Lo que quiero decir con esto es que tenemos dos sistemas neurales distintos que manipulan nuestros músculos faciales. Un sistema nemal está sometido al control volunta rio y otro opera bajo control involuntario. Se conocen casos de indi viduos que se han lesionado el sistema neural que controla las expre siones voluntarias. Esas personas siguen teniendo expresiones faciales, pero son incapaces de producir expresiones engañosas. La emoción que ves es la que están sintiendo, dado que han perdido el control voluntario necesario para producir expresiones faciales falsas. También hay casos clínicos que muestran la otra cara de la moneda: personas que tienen dañado el sistema que controla sus expresiones involuntarias, por lo que los únicos cambios que pueden verse en sus rostros son expresiones voluntarias. La razón por la que las personas pueden mentir sin ser descubiertas es que el sistema neural involuntario ejerce un mayor grado de control sobre la parte superior de la cara, en tanto que el sistema voluntario ejerce un mayor grado de control sobre la parte inferior (probablemente
Aunque no poseen la habilidad o una predisposición instintiva para imitar los sonidos humanos, y.;. hemos visto que los perros cuentan con un vocabulario útil y significativo de sonidos vocales, algunos de los cuales pueden haber aprendido de otros perros. Los sonidos, sin embargo, no son el único medio que los perros pueden usar para "hablar". Hay muchas otras maneras de transmitir mensajes que no utilizan los sonidos, pero que representan canales muy importantes de la comunicación canina.
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porque actividades como el comer y el hablar son voluntarias y re quieren un control consciente sobre la región de la boca). Esto es importante porque, cuando están tratando de interpretar los senti mientos y emociones de otra persona, los seres humanos aparente mente prestan más atención a las señales procedentes de la mitad infe rior de la cara. Aquellas personas que han sido adiestradas para detectar el engaño y las que simplemente tienen un talento natural para ello, leen toda la cara, incluidos los ojos. Una sonrisa falsa (que puede re presentar un intento consciente de engañar o simplemente una (alta de verdadera emoción) puede ser detectada porque se utilizan exclu sivamente los músculos de la parte inferior de la cara, los cuales sólo afectan a la forma de la boca. Una auténtica sonrisa también involucra a los músculos que se encuentran más arriba y sirven para "izar las mejillas". En la auténtica sonrisa, la acción de estos músculos hincha levemente las mejillas y entrecierra los ojos, mientras que la falsa son risa se limita a elevar los rabillos de los ojos. . Algunos músculos involuntarios de alrededor de la boca produ cen expresiones que cuesta mucho falsear. Por ejemplo, la pena y e! abatimiento tirarán de las comisuras de los labios, curvándolas hacia abajo sin mover los músculos de! mentón. Los estudios científicos de muestran que menos de un 10 por ciento de las personas pueden hacer esto voluntariamente. Otro signo involuntario de la boca es e! fruncimiento de los labios, un indicador muy fiable de la ira. Los labios no se tensan o fruncen de manera perceptible, sino que parecen vol verse más delgados, casi como si una pequeña porción de la parte carnosa del labio se introdujera en la boca, proporcionándole un as
pecto adusto muy sutil e involuntario.
Para camuflar su ira, miedo o culpabilidad, los mentirosos que saben que esos movimientos automáticos de la boca no pueden ocul tarse intentan tapar esas señales con otra emoción intensa. Usar la risa forzada es un truco muy habitual; la indignación es otro.. Los agentes israelíes que interrogaron al criminal de guerra AdolfEichmann con taron que usó esta técnica. Posteriormente uno de ellos escribió que cada vez que su prisionero mascullaba con gran indignación "¡Nunca! ¡Nunca, Herr Hauptmann!" o "¡Ni una sola vez! ¡Ni una sola vez!", él sabía que Eichmann estaba mintiendo e intentaba disimular cualquier signo facial que pudiera delatarlo.! Las expresiones faciales de los perros, especialmente aquellas que implican a la parte inferior de la cara y las regiones situadas alrededor de la boca, son similares en muchos aspectos a las de los humanos, pero
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su gama es más limitada. Los perros no tienen, o no usart, el sistema neural de control voluntario necesario para dar forma a las expresio nes transmitidas por sus bocas. Esto no significa que los perros sean incapaces de contar mentiras, sino únicamente que no usan sus bocas y sus expresiones faciales para hacerlo. Otra limitación se debe a que la
estructura de su hocico es distinta a la de la boca humana. El hocico
canino fue diseñado para una serie de usos más limitada, yeso restrin ge el número de expresiones posible. A excepción del hombre, casi todos los animales vertebrados tienen hocico. Leones, osos, aves, cocodrilos y perros tienen una boca que se proyecta hacia adelante para formar su hocico, una parte muy importante de su equipo básico de supervivencia. El hocico permite que esos animales sujeten, roan o mordisqueen a otros animales, y en la mayoría de ellos la boca también se usa para hacerse con el alimento. Una vaca masticará hierba, mientras que un tigre morderá a su presa y la desgarrará. Los humanos no necesitan disponer de un hocico para tales propósitos porque nosotros, y la mayoría de los otros primates, usamos nuestras manos para llevarnos la comida directamente a la boca. El hocico es un arma muy potente. Un hocico alargado puede contener montones de dientes. Los dientes son, naturalmente, las he rramientas básicas usadas por los carnívoros, como los perros. En el hocico esos dientes están colocados de tal manera que se extienden hacia fuera, lo cual permite que la boca se cierre como una trampa. Varios haces de poderosos músculos se unen a la articulación posterior para ejercer una gran fuerza a la hora de morder. El perro medio tiene una potencia de mordisco de unos 65 kilos por centímetro cuadra do. Incluso los perritos falderos tienen una potencia de mordisco de 50 kilos por centímetro cuadrado o más, mientras que un perdiguero labrador, que puede llevar un ave en la boca tan delicadamente que la entrega a sus dueños sin haber revuelto las plumas o desgarrado la piel, es capaz de morder con una presión de más de 72 kilos por centímetro cuadrado. Algunos de los perros de mayor tamaño y cara cuadrada, como el mastín o el rottweiler, tienen una potencia de mordisco de unos 140 kilos por centímetro cuadrado, lo que, cuando atacan, los
convierte en oponentes formidables. Aunque es importante tener músculos para conseguir que e! mordisco sea fuerte, la musculatura de los labios es mucho menoS im portante dado que éstos no juegan ningún pape! destacado a la hora de matar, mordisquear o comer. Los cánidos beben lamiendo con sus lenguas, por lo que no necesitan ningún sistema de control labial que
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les permita chupar o adaptar los labios a la forma del recipiente como hacen los humanos. Cuando son ca chorritos (hasta alrededor de las seis semanas de edad) necesitan mamar; no obstante, e! hocico de un cachorro es mucho más corto y pequeño, lo que les permite formar la estrecha abertura bucal necesaria para crear un vacío que posibilite e! chupar. El control labial limitado restringe la variedad de las expresio nes faciales que los perros pueden adoptar con sus bocas, pero aun así éstas siguen siendo lo bastante flexibles para poder expresar ciertas señales comunicativas. De hecho, la boca probablemente sea el medio de expresión más importante del perro, y al decir esto no me refiero únicamente al sonido.
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El lenguaje de la forma de la boca en los perros sigue la pauta general de otros sistemas de comunicación basados en los gestos, en el sentido de que las señales se reservan para las cuestiones importantes. La boca proporciona información sobre la ira, el dominio, la agresión, el miedo, la atención, el interés o la relajación. Examinemos algunas de estas expresiones.
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o BOCA RELAJADA Y LIGERAMENTE ABIERTA, LENGUA QUIZÁ LEVE
MENTE VISIBLE O INCLUSO UN POCO EXTENDIDA SOBRE LOS DIENTES INFE
RIORES: Indica un perro contento y relajado. Es el equivalente canino
de la sonrisa humana, y hace muchos siglos que es reconocida como
tal por los humanos. En el antiguo Egipto, los juguetes tradicionales de
los niños tenían forma de caras de animales, y la más común era la del
"animal sonriente". Esos juguetes estaban rematados por una lengua
extendida que asomaba de la boca parcialmente abierta, imitando así la
sonrisa de un perro. La traducción de esta expresión para los perros es
"Estoy contento y relajado", "Todo va bien" o "No veo ningún pro
blema o amenaza a mi alrededor".
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o BOCA CERRADA, SIN DIENTES O LENGUA VISIBLES: El simple acto de cerrar la boca cambia el significado de la expresión del perro. La expresión de boca cerrada normalmente va asociada con la mirada dirigida a una dirección determinada, y las orejas y la cabeza pueden inclinarse ligeramente hacia adelante. Esto es un signo de atención o interés. La sonrisa ha desaparecido, principalmente porque el perro está evaluando la situación, intentando determinar el significado de lo
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que está observando y quizá determinando qué acciones podría em prender. La actitud ya no es pasiva, pero el perro no está preocupado o enfadado. Así, esta expresión adquiere el significado de "Esto es intere sante" o "Me pregunto qué estará ocurriendo ahí". Las señales de advertencia consisten en fruncir los labios o su birlos para mostrar los dientes y quizá las encías. La regla básica para las expresiones de la boca canina es muy simple: cuanto más visibles sean los dientes y las encías, más probabilidades hay de que el perro esté expresando agresión. Esta señal altamente funcional se ha desarrollado porque muestra las armas del perro (los dientes) y permite que quien la ve comprenda que no tomar en serio la advertencia tendrá conse cuencias negativas. De esta manera, la otra parte tendrá ocasión de retroceder y marcharse o hacer algún gesto apaciguador. Evitar los combates mediante tales señales aumenta las probabilidades de super vivencia, no sólo de! individuo, sino también de la manada y la especie. Los enfrentamientos fisicos causan lesiones, y un animal herido puede morir, debilitando a la manada y pudiendo dejar abandonados a unos cachorros que no tendrán a nadie que cuide de ellos. Incluso si sobre vive a las heridas, el animal no volverá a ser tan efectivo como cazador, defensor de la manada o cuidador de los pequeños hasta que no se haya curado del todo. o LABIOS FRUNCIDOS PARA MOSTRAR UNOS CUANTOS DIENTES, BOCA TODAVíA BÁSICAMENTE CERRADA: El primer signo de disgusto o amena za en un perro. El perro no está preocupado, y puede guardar silencio mientras vuelve la mirada hacia el origen de su enfado o emitir un sordo gruñido. Básicamente, esto es una señal dirigida a un perro cercano que indica que el emisor agradecería una mayor distancia y menos interacción social. No es una simple petición sino e! primer signo claro de amena za. En el lenguaje cotidiano humano, se traduce como "¡Vete! ¡Me estás molestando!" o" ¡Atrás! ¡Me estás sacando de quicio!". o LABIOS FRUNCIDOS HACIA ARRIBA PARA MOSTRAR LOS DIENTES PRINCIPALES, CON CIERTO ARRUGAMIENTO DEL ÁREA SUPRANASAL y LA BOCA PARCIALMENTE ABIERTA: Podemos traducir esta señal como "Si haces algo que yo pueda interpretar como una amenaza, te morderé". Nóte se que esta expresión sólo informa de las intenciones y emociones de! individuo que la exhibe. No dice nada sobre las causas subyacentes que lo impulsan a emitir la señal de amenaza. La amenaza podría ser una ex presión de dominio social producida por un perro de alto rango muy seguro de sí mismo pero, como veremos más adelante, también puede indicar temor. En cualquier caso, acosar a un perro aproximándose
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CON SU PERRO
demasiado en esta situación puede inducir a un ataque agresivo. Lo más sensato sería dejar de acercarse, quedarse quieto o retroceder. • LABIOS FRUNCIDOS HACIA ARRIBA PARA ,"IOSTRAR NO SÓLO TO DOS LOS DIENTES SINO TAMBIÉN LAS ENCÍAS SUPERIORES, CON ARRUGAS VlSIBLES POR ENCIMA DE LA TRUFA: Es la última advertencia de que un ataque fisico no sólo es posible sino que puede iniciarse en cualquier momento: "¡Atrás, o de lo contrario.. .1" La amplitud de la exhibición amenazadora indica que e! perro está preparado para lanzar un ataque violento y dispuesto a iniciarlo. Si alguna vez se enfrenta a toda esta exhibición, y aunque esté asustado, no debería salir huyendo. Todos los perros tienen una res puesta de persecución genéticamente programada que los hace perse guir instintivamente, y quizá morder, a las cosas que huyen por delante de ellos. En este caso, aunque la agresión con que amenaza e! animal se base más en el miedo que en el dominio y la seguridad en sí mismo, e! nivel de excitación es tan alto que correr o incluso un movimiento brusco pueden provocar respuestas de persecución y ataque. Más ade lante les explicaré cómo expresar que no representan ninguna amena za a los petros que manifiesten esta advertencia tan extrema.
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¿Miedo, ira o dominio?
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En todas estas expresiones, me he concentrado únicamente en e! grado de amenaza que comunica el perro. El desencadenante o ra zones por las que estas señales de advertencia se producen es otra cues-: tión. Las amenazas pueden estar provocadas por un intento de impo ner el dominio social, por la ira o el disgusto y también debido al miedo. Conocer la naturaleza de la emoción que el perro expresa con la señal es importante, porque predice cómo se comportará. Los perros asustados actúan de manera distinta a los perros dominantes que creen controlar la situación. En respuesta a un desafío, un perro enfadado o molesto que se siente seguro de su posición se limitará a seguir amena zando hasta que el individuo que lo molesta se vaya de una vez. Des pués, el perro volverá tranquilamente a otras conductas más tranquilas y sociables. Un perro asustado, sin embargo, suele seguir teniendo miedo durante mucho tiempo. El incidente hará que se sienta todavía menos seguro de sí mismo que antes, por lo que no le costará mucho respon der agresivamente a cualquier acontecimiento inesperado que ocurra
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cerca de él. También puede huir aterrorizado en cuanto la confronta ción haya terminado. Así pues, es importante entender la motivación que hay detrás del mensaje agresivo. El nivel de agresión viene indicado por el grado de exhibición de los dientes y las encías, pero es la forma de la boca y la naturaleza de la curvatura del labio lo que realmente indica si esta expresión ha sido
provocada por la ira, e! dominio o e! miedo. Eche un vistazo a la Figura 8-1. La cara de arriba muestra un perro que está enviando la señal de agresión pero sigue estudiando la situación y espera a ver
cómo evolucionará. En la columna de la izquierda son e! dominio y la ira los motivadores de la agresión. La columna de la derecha representa el miedo y la agresión. A medida que descendemos por las columnas, se incrementa la intensidad de las emociones (ira o miedo) y la proba bilidad de que haya una agresión. Si nos fijamos en las formas de las bocas, veremos que las que están asociadas a la ira y el dominio son muy distintas de las que indican miedo. La ira produce una boca abierta en la que el con torno tiene una forma de ce y los dientes más visibles son los gran
des caninos delanteros. Los dientes de atrás apenas se verán visibles. En un perro asustado la forma de la boca se alarga, como si la
comisura interior hubiera sido estirada hacia atrás para tensar la abertura de la boca. Este alargamiento hace que los dientes de atrás sean más visibles. Las señales bucales de esta figura son amplificadas por las señales hechas con las orejas y los oj os, de las que hablaremos más adelante. De momento, fíjese en que las orejas de! perro dominante se dirigen hacia delante y puede que un poco hacia los lados, mientras que las del perro más asustado y sumiso están orientadas hacia atrás y se pegan a la cabeza. Los ojos del perro dominante también están más abiertos y su
mirada es más intensa, mientras que los del perro más sumiso yasusta do están más cerrados y casi parecen dos rendijas.
Así pues, las <;aras de la columna de la izquierda muestran la ira agresiva. Están diciendo (con creciente intensidad): "Si contin úas mo
lestándome o desafiándome, te haré daño". Las caras de la columna de la derecha, más asustadas, dicen:"Me das miedo, pero si me veo obliga
do, lucharé". Que la agresión se base en el miedo no reduce las proba bilidades de que el perro acabe mordiendo. Un perro asustado se de fenderá quizá todavía más ferozmente que un perro dominante, ya que teme por su seguridad y supervivencia. Ya sea estimulada por el
miedo o por la ira, cuanto más intensa sea la emoción causante de la
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Figura 8-' La cara del extremo superior representa una cautelosa señal agresiva. Descendiendo por la columna de la izquierda. vemos señales cada vez más agresivas motivadas por el dominio. mientras que si lo hacemos por la columna de la derecha vemos señales cada vez m.is agresivas motivadas por el miedo.
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agresión (es decir, cuanto más abajo de la columna se encuentre), más probabilidades habrá de que el perro cumpla su amenaza. • POSICIONES DE LA CABEZA: Hay otro aspecto a considerar en las señales bucales caninas que se limita al hecho de si la boca está vuelta hacia ti o no. La única arma realmente peligrosa de que disponen los cánidos es su dentadura. Un perro que mira directamente a otro indi viduo dirige su arma hacia él. Esto puede producir el mismo efecto que provoca un ser humano cuando apunta a alguien con una pistola: suscitar miedo y una actitud defensiva en el individuo u objetivo. Un animal dominante o amenazador usará el gesto de dirigir su hocico hacia alguien como una amenaza. Un animal dominante, en cambio, puede calmar el miedo de un animal más sumiso ladeando ligeramen te la cabeza y apartando la boca de él para demostrar que no tiene intención de atacar. Cuando un animal menos dominante se acerca a uno de rango superior, el animal subordinado puede aproximarse con la cabeza baja al tiempo que dirige su hocico hacia el animal más poderoso para apartarlo rápidamente después. Puede responder a una mirada directa del animal dominante volviendo la cabeza de tal manera que su boca quede dirigida hacia un lado, apartándola así del otro perro. Desviar la boca equivale a decir:"He enfundado mi arma y no te estoy apuntan do con ella. No busco pelea, así que tranquilízate". • BOSTEZOS CANINOS: Probablemente, una de las señales caninas con más probabilidades de ser entendida por los humanos. Cuando ven bostezar a un perro, la mayoría de personas piensan que debe de estar cansado o aburrido y la consideran una señal menor o carente de importancia. Pero no es así. Fisiológicamente, el bostezo de un perro tiene las mismas carac terísticas que el de un humano. Suministra oxígeno adicional al cere bro, el cual puede ayudarnos a permanecer despierto o a espabilamos rápidamente después de haber dormido. Debido a esto, no tiene nada de sorprendente que los perros, como las personas, bostecen cuando están cansados. En el caso de los perros, sin embargo, el bostezo tiene toda una serie de otros significados. Un perro sometido a tensión bos tezará, En las clases de obediencia canina, he visto bostezar a muchos perros inmediatamente después de que sus amos los riñeran por algo o les impusieran un correctivo muy severo. Cuando está enseñando a su perro a sentarse y estarse quieto o a echarse y estarse quieto, la gente no suele estar muy segura de si el animal se quedará en su sitio o correrá hacia ellos (o hacia los otros perros) en cuanto se hayan alejado
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", un par de metros. Por esta razón, e! adiestrador principiante suele usar un tono muy áspero y amenazador, y ordena a sus perros que se estén "¡Quieeeeeeetos!" como si estuviera anunciando el comienzo delJui cio Final. En una clase de principiantes, verán cómo muchos perros a los que se les ha ordenado permanecer en una posición sentado-quie to bostezan mientras sus amos los observan desde el otro extremo de la sala. Cuando e! dueño aprende a dar las órdenes en un tono más afable, normalmente la conducta de bostezar desaparece. En este sen tido, e! bostezar debería interpretarse como "Estoy tenso, preocupado o nervioso". Uno de los usos más interesantes del bostezo consiste en enviar un mensaje pacificador. La raíz latina de la palabra "pacificar" nos da una buena indicación de su significado, dado que viene de pax, que significa "paz", y de ¡acere, que significa "hacer". El bostezo no contie ne elementos de miedo, dominio o agresión. Es todo lo contrario de una amenaza. Cuando un perro está siendo amenazado por las señales agresivas de otro perro, puede limitarse a responder con un bostezo. Aunque e! acompañante humano del perro quizá vea en ello un signo de despreocupación o aburrida seguridad en sí mismo, en realidad e! perro está mandando un mensaje apaciguador. Al mismo tiempo, bos tezar no es Ull signo de sumisión. En muchas ocasiones, el perro ame nazador interrumpirá inmediatamente su exhibición agresiva en cuanto vea bostezar a su blanco. Puede que incluso muestre cierto titubeo o parezca no saber qué hacer, y que luego inicie conductas de saludo y acercamiento.
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El bostezo también puede aparecer en otra situación, pero en
este caso es un gesto apaciguador hecho por un perro dominante.
Supongamos que un animal dominante va hacia un perro sumiso que
protege temerosamente algo, como un trozo de comida. En esas cir
cunstancias, e! perro dominante puede bostezar, quizá como signo de
afable desinterés, lo cual producirá un efecto tranquilizador en el pe
rro asustado. Los perros leen las señales del bostezo en los humanos. Hace algún tiempo me invitaron a un programa televisivo en el que iba a analizarse la personalidad de algunos propietarios de determinadas ra zas de perros. El presentador les había pedido que llevaran a sus anima les para que los acompañaran durante la entrevista, que versaría sobre sus relaciones con ellos y e! porqué los habían elegido. Cuando me acompañaron al plató, ya había sentadas en él tres parejas de dueños y perros. Como es típico en semejantes situaciones, los perros estaban
un poco nerviosos a causa de las luces, e! movimiento y todas las per sonas desconocidas que tenían alrededor. Se suponía que yo debía sen tarme al lado de! presentador del programa. Al otro lado tenía a una
mujer con un enorme rottweiler. Cuando me senté, el rottweiler dejó
escapar un ronco gruñido gutural, empezó a fruncir el labio, mostró los dientes y me miró fijamente. Al parecer ya se sentía bastante incó
modo en aquella situación, nueva para él, y que un desconocido tuvie
ra el descaro de sentarse a su lado fue la gota que colmó e! vaso. Me estaba indicando que quería que me apartase y le dejara un poco de espacio. Desgraciadamente, yo no podía hacer eso. Lo peor de todo era
que en un par de minutos estaríamos en antena, así que no había .tiempo para e! habitual ritual de saludo que practico cuando me en cuentro con un perro al que no conozco. Como no había muchas más alternativas, lo que hice fue desviar la mirada, interrumpiendo e! con
tacto ocular con el perro, al tiempo que bostezaba aparatosamente. El
perro me miró y empezó a parpadear. Le devolví el parpadeo, y el perro se echó tranquilamente en el suelo poniéndome la cabeza enci
ma del zapato. La amenaza se había desactivado. Desde entonces, he usado el bostezo en varias ocasiones o se lo he sugerido a personas que se enfrentaban a situaciones potencial mente agresivas. Por lo general, un bostezo, seguido por alguna otra
respuesta de saludo no agresiva, provoca que el perro al que iba dirigi do deponga su actitud hostil o baje e! nivel de la exhibición agresiva. Bostezar en público puede considerarse una conducta relativamente
carente de significado (o grosera) entre los humanos, pero cuando esa conducta es usada por los perros o va dirigida a ellos, constituye un acto de conversación y conciliación. • LAMER: Este gesto bucal se interpreta aún peor que e! bostezo por parte del gran público. Pregúntele a cualquiera qué intenta decir un perro cuando viene y le lame la mano. Las madres explican esta conducta a sus niños con palabras como, "Mira, querido, Lassie te está dando besos de perro". Desgraciadamerite, esta interpretación suele ser errónea. Dependiendo de! contexto, los gestos relacionados con el lamer pueden significar muchas cosas distintas. No pueden traducirse simplemente como afecto. Cada una de esas conductas debe interpretarse en función de la forma en que e! perro actúa y la situa ción que se dé en ese momento. Las lameduras difieren del beso en varios aspectos. El comporta miento es totalmente distinto. Cuando besan, los humanos y los primates no humanos, como los chimpancés, unen sus labios. Los perros no
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establecen ninguna clase de contacto labial, ya que se limitan a lamer. El beso normalmente se aplica a la cara, y en ocasiones a las manos, en los contactos sociales normales. Aunque los perros lamen la cara si tienen ocasión de hacerlo, también lamerán manos, rodillas, pies o cual quier parte de! cuerpo a la que puedan aproximarse lo bastante para ponerle la lengua encima. En los humanos y los primates, el beso suele formar parte de un ritual de saludo. Besas a la tía Sylvia o a la hermana de tu esposa no como una expresión de amor romántico, ni tan siquiera necesaria mente como un signo declarado de afecto, sino más bien como parte de una conducta de saludo. Lo mismo ocurre entre los chimpancés. Dos perros que están familiarizados e! uno con el otro también pue den lamerse la cara mutuamente cuando se saludan. No obstante, los perros suelen ir bastante más allá de la cara. Cuando se saludan mutua mente, los perros husmean cualquier membrana húmeda donde los olores sean más intensos, normalmente alrededor de la boca, la nariz, las regiones anales y las áreas urogenitales. Esos olisqueas de saludo e identificación también pueden convertirse en lametones. Los humanos también emplean e! beso como parte de su con ducta sexual. La actividad sexual es e! momento en que los humanos pueden besar ávidamente partes de! cuerpo que no sean la cara y las manos.Al parecer, los chimpancés también utilizan e! beso en su acti vidad sexual, boca a mano, boca a boca, boca a manos, boca a genitales. Para los perros, lamerse también forma parte del ritual sexual. Los perros suelen explorarse e! uno al otro como parte de sus conductas de apareamiento todavía más vigorosamente que al saludarse, lamiendo todas las áreas interesantes de! cuerpo de la pareja durante e! proceso. Aunque el besar en los humanos y el lamer en los perros pare cen guardar ciertos paralelismos por lo que a comunicación se refiere, en e! caso de los cánidos la lamedura tiene un significado social mu cho mayor. Lamer puede expresar información acerca de! dominio, las intenciones y e! estado de ánimo y, al igual que el bostezo, es básica mente una conducta apaciguadora. Una cosa que tienen en común todas las conductas pacificadoras es que contienen elementos del com portamiento de los cachorros. Este comportamiento infantil es e! equi valente canino a una "bandera blanca". La mayoría de adultos tienden a cuidar de los más jóvenes de su especie, y parece existir una fuerte inhibición contra la posibilidad de atacarlos. Así, los adultos no-domi nantes, asustados o débiles adoptarán posturas y actitudes infantiles para evitar la agresión. Lo normal es que estas conductas dulcifiquen la
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actitud de! animal amenazador, y en general reprimirán cualquier cla se de ataque fisico. Muchos de los gestos de la conducta pacificadora se basan en el lamer, por lo que conviene estudiar las primeras etapas de la vida canina para interpretar qué pretendían comunicar dichas seña les en sus primeras fases. Los perros conocen las lameduras cuando su madre los lame inmediatamente después de haberlos dado a luz. En cuanto los cacho rros han salido del útero materno, la madre los lame para limpiarlos. Estos lametones sirven también para estimular su respiración. En los días siguientes, la madre seguirá lamiendo a los cachorros para asearlos. U na gran parte de los lametones se concentrarán en la región anogenital para estimular la evacuación de orina y la defecación. Creo que pode mos afirmar que las madres quieren a sus cachorros; cuando los lame, sin embargo, la madre usa su lengua para limpiarlos, no para darles besos. Como quiere a su bebé, una madre humana le lava y le cambia los pañales para mantenerlo limpio. Aun así, dudo que nadie pueda equiparar el hecho de cambiar un pañal con besar. Los perros mantie nen limpios a sus cachorros y les quitan la orina y las heces con la lengua por la sencilla razón de que no poseen la destreza necesaria para hacerlo con las patas, y ciertamente no poseen la habilidad de bañarlos y ponerles pañales. A medida que crecen, los cachorros' empiezan a lamerse y lim piarse a sí mismos y a sus compañeros de camada, actividades que desempeñan ciertas funciones sociales. Obviamente, ayudan a mante ner limpios a los cachorros, pero el proceso también contribuye a reforzar los vínculos existentes entre ellos. El mecanismo que hace que este afecto se desarrolle es la satisfacción mutua. Un cachorro cuenta con la ayuda de sus compañeros de camada, que llegan a esos lugares que a él le cuesta alcanzar: las orejas, la espalda y la cara, y puede devolverles e! favor a su vez lamiéndolos a ellos. Como los amigos y los familiares limpian y asean a los amigos y los familiares en un gesto de afecto, el mero acto de lamer a otro perro se convierte en un medio de comunicación. De esta manera, el acto utilitario de la mer deviene en gesto ritualizado cuyo significado, en esa etapa de la vida de un cachorro, es la buena voluntad y la aceptación. A efectos prácticos, cada cachorro está diciendo:" Mira lo simpático y afable que soy". Conforme e! cachorro madura, el mensaje transmitido por el acto de lamer sigue siendo amistoso. pero se amplía para significar también uNo soy ninguna amenaza", y quizá la súplica sumisa "Por favor, acéptame y sé bueno conmigo".
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CONVEB2-E
HABLAR CON LA CARA
CON SU PERRO
Lamer adquiere un nuevo significado un pOCO más .avanzada la edad de! cachorro, normalmente en torno al momento en que empieza a ser menos dependiente de la leche de su madre. En un medio salvaje, cuando una madre loba regresa de cazar ya se ha alimentado con su presa. Cuando entra en la guarida, los cachorros la rodean y empiezan a lamerle la cara. A un romántico esto le parecerá una cariñosa bienvenida de todos los cachorros, que rebo san de alegría al ver llegar a su madre tras varias horas de ausencia. Esa persona creerá que los lobeznos expresan su felicidad y su ali vio besando a su madre. El auténtico propósito de todo ese ritual, sin embargo, es mucho más funcional. Los cánidos salvajes tienen un reflejo de regurgitación muy desarrollado, y los cachorros la men la cara y los labios de su madre para hacerle vomitar un poco de comida. Para la madre es mucho más cómodo llevar comida dentro del estómago que tratar de arrastrar trozos de alimento has ta la guarida con la boca. Además, esta sustancia parcialmente dige rida supone una cena ideal para los jóvenes cachorros. Es interesante observar que nuestros perros domésticos tienen un reflejo de regurgitación reducido en comparación con los lobos y 105 chacales. La regurgitación inducida por los cachorros no se ve con tanta frecuencia en los perros, a menos que los cachorros no estén siendo debidamente alimentados. Cuando se produce, es más probable que ocurra en razas de cara afilada que se parecen más a los cánidos salvajes, como e! lobo. Entender el desarrollo de la conducta de lamer ayuda a inter pretar otra situación en la que se produce. En los cánidos adultos, lamer la cara puede ser un signo de respeto o deferencia hacia un perro más dominante. Habitualmente, e! perro que lame inclina e! cuerpo para parecer más pequeño y alza la mirada hacia e! otro perro para añadirle e! efecto de la conducta infantil. El perro que recibe los lametones muestra su dominio manteniéndose erguido para aceptar e! gesto, pero no lame al otro perro para devolvérselo. Ahora, cuando su perro le lama la cara debería tener un poco más claro lo que está intentando comunicar. Puede que simplemente tenga hambre y esté pidiendo que le dé de comer. Obviamente, usted no reaccionará a la señal regurgitando un poco de comida, pero podría responder afectuosamente y quizá darle una golosina, como una galle ta para perros. El perro puede estar comunicando sumisión y apaci guamiento en una versión adulta de la camaradería entre cachorros. Básicamente, está diciendo: "Oye, sólo soy un cachorro que depende
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Figura 8.2 Las lameduras no deben interpretarse como "besos"; pueden ser una señal de sumisión y apaciguamienca. de respeto o simplemente una petición de comida.
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CONVEF2-E
CON SU PERRO
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ele aelultos enormes como tú. Necesito tu aceptación y tu ayuda". O también, puede estar mostrándote respeto y deferencia por conside rarte un perro más dominante en su manada . El perro que efectúa el gesto de lamer suele estar estresado y tener miedo, y esas conductas han llegado a volverse tan ritualizadas que un perro muy nervioso y asustado puede lamer incluso cuando no hay ningún perro o persona cerca. A veces, el perro se lirp..ita a extender la lengua con un movimiento muy rápido y a lamer e! aire. En otras ocasiones, puede tirarse al suelo y lamerse nerviosamente las patas o el cuerpo. Suelo ver esta clase de gestos durante e! primer día de una clase de obediencia canina para principiantes. Los perros acostum bran a estar estresaelos (tal vez porque sus adiesttad,ores están un poco nerviosos), e! lugar les resulta extraño y hay perros a los que no conocen en la sala. A medida que se suceden las clases y la sala y la situación y los otros perros se van volviendo familiares, la con ducta de lamer desaparece rápidamente. Varios veterinarios me han contado que observan el mismo comportamiento en sus consultas. El perro lame el aire y se lame los labios mientras parece pregun tarse qué está haciendo en ese nuevo entorno lleno de extraños donde n0 sabe qué le deparará el futuro. Ha quedado claro, pues, que lamer es una señal compleja que
no siempre constituye el equivalente canino de besar. Transmite
mensajes sociales importantes, los cuales podemos leer descifrando
la pauta y el contexto de la conducta. Sin embargo, y dado que
ninguno de esos mensajes está relacionado con la hostilidad, .no
tengo ningún inconveniente en unirme al resto de! planeta y decir
a mis nietos que mis perros les están besando cuando los lam:en. Es
un mito tan inofensivo como Santa Claus O los Reyes Magos, y
aporta una dosis equivalente de alegría.
HAn LAR CON LAS OREJAS
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Aunque la habilidad de! perro para comunicarse se ve reducida
por la falta de flexibilidad de su boca y el eSCasO control que puede
ejercer sobre ella, los perros aventajan a las personas en su capacidad
para conlllnicarse con otras partes de su cuerpo. En los humanos, por
ejemplo, las orejas 'no son muy expresivas; Aunque durante mi infancia
tuve un amigo quen:o~ deleitaba a t()dot!lrneneando las orejas cuando
se le pedia qu~:~Ó'~'B1Ciera, la mayoría de nosotros no ejercemos un
control volun'tario sobre la forma o la posición de nuestras orejas.
Nuestras orejas tienen una forma f~a y están inmovilizadas en una sola
posición, lo que las vuelve inútiJes par!llas comunicaciones.dirigidas al
exterior. Las orejas de los ~~os, si'll'--emba,go, resl:itán mlíy>,~~cuadas
para enviar mensajes. . .,
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Las orejas de los perros pueden tener muchas formas, y algunas son
mucho más eficientes que otras a la hora de comunicarse. EmpezaremQ.S-,
examinando las orejas m<Í5 expresivas del reino canino. Todos los cánidos
salvajes, y muchos perros domésticos, tienen orejas tiesas que sobresalt>:
de! cráneo y son visibles desde una distancia considerable. La ore'
está dotada de cierto grado de movilidad que le permite gira
sonidos significativos. El movimiento de la oreja-'es
conjunto de la cabeza, con lo qu~e hay men~s probabili la situación de un animal escondido. La e\;'olución, aprovechó tanto la movilidad como la visibilidad un canal de comunicación.
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CON SU PERRO
HABLAR CON LAS ORE1AS
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Aunque la posición de las orejas del perro transmite señales muy sigrúficativas, éstas deberían leerse dentro del contexto de la actitud general del perro. Utilizadas en conjunción con otras señales, contri buyen enormemente a la claridad del mensaje y permiten añ~dirle ciertos matices de significado. ¡ Si se encuentra delante de un perro que enseña los dientes, gru ñe y frunce el hocico, es muy importante fijarse en las posiciones de las orejas para entender su motivación. Normalmente, la gente se con centra en el hecho de que o puede ver dientes o no puede verlos. Las sutiles señales del lenguaje facial asociadas al fruncimiento de los la bios o la forma de la boca del perro pueden pasarse facilmente por alto cuando su nivel de adrenalina empieza a subir porque un perro que gruñe le ha puesto nervioso. Los cambios de posición de las orejas, no obstante, son faciles de ver y pueden modificar nuestra interpretación de la aparente amenaza. Empecemos examinando algunas posiciones no agresivas. • OREJAS TIESAS o LEVEl'vlENTE INCLINADAS HACIA ADELANTE: Una indicación de que el perro está estudiando lo que le rodea en bus~e información, o un signo de atención cuando ha visto u oídg:i1go nuevo. La mejor manera de interpretarlas es como "¿Qué es es'to?". . El mensaje que transmite esta posición de las orejas cambia un poco cuando va acompañado de un ligero ladeamiento de la cabeza y una boca relajada o levemente abierta~ En este contexto, el mensaje puede interpretarse como '~Esto es realmente interesante". Esta señal suele enviarse cuando el perro está observando un acontecimiento nuevo o inesperado.' . Si cerramos la boca y abrimos un poco más los ojos, el significa do vuelve a cambiar sutilmente. Ahora pasa a ser "No lo entiendo" o "¿Qué significa esto?". En estas circunstancias, también puede haber un leve y lento meneo de la cola, que mantendrá un poco baja. Cuan do además de esta señal de las orejas el perro enseña los dientes y frunce el hocico, revela una amenaza ofensiva lanzada por un p~ro seguro de sí mismo. Lo que significa en realidad es: "Estoy listo p~"ra luchar contigo, así que ten mucho cuidado con lo que haces". • OREJAS ECHADAS HACIA ATRÁS Y PEGADAS AL CRÁNEO: Sumado a enseñar los dientes, es el signo de un perro muy nervioso que es-tá diciendo: "Estoy asustado, pero me protegeré si te considero una ame naza". Normalmente esta combinación de posición de las orejas y expresión facial suele verse en perros menos dominantes a los que se les ha planteado alguna clase delieSafio que los preocupa bastante. -1 ..-..."...
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134 CONVE~E
CON
SU
PERRO
Si las orejas permanecen planas, la boca se encuentra tensada hacia atrás, los dientes no son visibles y la frente está lisa y libre de arrugas, entonces. se trata de una señal apaciguadora o de sumisión que significa: "l\1e gustas porque eres muy fuerte y siempre .me tratas bien". Cuando va acompañada de un descenso de la parte trasera del cuerpo y amplios meneos de la cola, es un gesto de intensa sumisión que significa "No represento ninguna amenaza y no quiero que me hagas daño". Este mismo gesto de las orejas pegadas a la cabeza, acompañado de una boca abierta, relajada, parpadeos y una cola razonablemente alta, es un signo amistoso que significa: "Hola. Podemos pasarlo muy bien juntos". Normalmente, este conjunto de gestos va seguido por una clara invitación ajugar, como una reverencia canina o un ladrido tartamudeo. • OREJAS LIGERAMENTE ECHADAS HACIA ATRÁS APLANADAS O EX TENDIDAS HACIA LOS LADOS: Las cabezas de los perros de orejas tiesas siempre me han; racordado a una especie de "v" en la que la parte superior de la letra son las orejas y la punta inferior es el hocico. La señal que estamos examinando ensancha o abre la "v". En algunos animales, puede parecer que las orejas han sido ligeramente aplas tadas hacia los lados, adquiriendo una forma semejante a la de las alas de un aeroplano, aunque no tan plana. Este signo es mUy ambivalente. Básicamente significa "Esto no me gusta" Y "Estoy listo para luchar o huir". Esta posición de las orejas indica que el animal puede pasar rápidamente de la suspicacia recelosa a la agre ,sión o a conductas de miedo y huida. • OREJAS EN MOVIMIENTO, HABITUALMENTE UN POCO INCLINADAS HACIA ADELANTE Y UN MOMENTO DESPUÉS LIGERAMENTE ECHADAS HACIA ATRÁS O HACIA ABAJO: Otro signo de indecisión, pero con un compo nente mucho más sumiso y temeroso. Podría leerse como:"Sólo estoy echando un vistazo, así que no te ofendas". En este sentido, tiene un contenido apaciguador mucho más intenso. Una vez, en una clase de obediencia, una adiestradora y yo tuvimos ocasión de presenciar esta pauta cambiante de señales en las orejas de un husky siberiano llama do Eddie. Mientras sus orejas se movían hacia adelante, hacia atrás y ocasionalmente hacia los lados, la adiestradora se echó a reír y dijo: "Cuando Eddie empieza a hacer eso con las orejas, siempre tengo la sensación de que está probando distintas emociones para ver cuál re sulta más apropiada para la ocasión".
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HABLAR CON LAS OREJAS
135
Orejas caídas
y orejas recortadas
Todos los adultos de las especies caninas salvajes, ya sea el lobo, el chacal, el coyote, el dingo, el zorro o el perro salvaje, tienen las orejas tiesas, pero todos sus cachorros tienen orejas caídas que cuelgan como faldones a los lados de su cabeza. Las orejas caídas sólo perduran du rante la edad adulta en algunas especies domésticas. Esto nos lleva a preguntarnos cómo apareció esta "juvenilización" de las orejas en esas razas de perros. Dado que todas las señales hechas con las ore jas que hemos mencionado parecen haber sido diseñadas para unas orejas tiesas, también debemos preguntarnos si la comunicación mediante las orejas se ve afectada de alguna manera en los perros adultos de orejas caídas. Es importante recordar que las razas de perros que conocemos actualmente se crearon mediante una especie de genética primitiva de la conducta aplicada. Hay ciertas características que, al parecer, las per sonas quieren para t&das sus razas de perros y que parecen haber sido seleccionadas conscientemente durante el proceso de domesticación de los perros. En concreto, la gente quería perros que fueran relativa mente mansos y estuvieran dispuestos a aceptar ser dirigidos y contro lados por aquellos a los que ven como líderes. Las manipulaciones genéticas nunca son simples. Cuando se selecciona con el propósito de obtener la característica deseada, suele descubrirse que está genéti camente unida a otras características que pueden ser o no, deseables. Por ejemplo, los mismos genes que determinan el color blanco del pelaje canino pueden contener una predisposición a la sordera. Orientar la crianza para obtener ejemplares dóciles que es una característica de la conducta de los cachorros salvajes) también produce perros fisica mente más parecidos a cachorros, con hocicos más cortos, dientes menos desarrollados, ojos más grandes, cabezas más pequeñas y redondeadas y, lo más importante de todo respectó a la cuestión que estamos tra tando ahora, orejas caídas en algunas razas. Originalmente, la forma de las orejas no era una característica demasiado importante para la mayoría de razas caninas. No afectaba a la capacidad de cazar, seguir un rastro, traer la presa o cuidar de un' rebaño. Por esta razón, las personas que criaban perros con vistas a ciertas funciones y propósitos no prestaban demasiada atención a las orejas caídas. No obstante, la forma de la oreja sí que afecta al aspecto del animal. Para muchas personas, las orejas largas y caídas resultan
136
CONVER!E CON
HABLAR CONtAS
SU PERRO
muy atractivas, tal vez porque recuerdan el aspecto de una larga cabellera enmarcando un rostro humano, o quizá simplemente porque preserva una pequeña parte de la apariencia del cachorro en el animal adulto. Con el desarrollo de ]a "afición a los perros", en la que a los perros se les juzga únicamente por su aspecto,]a forma de la oreja pasó a ser una cuestión importante. El Norwich terrier fue creado hacia 1880 por Frank ("Roughrider") Jones a partir de terrier corrientes que procedían de distintos criaderos ingleses, empleando básicamente con toda probabilidad una mezcla de border terriers, cairn terriers e irish rerriers. Jones acabó creando un magnífico terrier de pequeño tamaño que podía trabajar solo o en jaurías para eliminar a los zorros y los roedores. Sin embargo, los Norwich terriers mostraban dos orejas distintas: una oreja caída y una oreja tiesa. Aunque esto no tuviera ninguna importancia para los primeros dueños, posteriormente ad quiriría una gran importancia para los aficionados a los perros. Final mente se comprendió que el tipo de oreja era una característica que se transmitía a las crías, y que aparear perros de orejas caídas producía perros de orejas caídas en tanto que aparear perros de orejas tiesas producía pe rros de orejas tiesas. Así,., en 1979 el America Kennel Club separó las razas, permitiendo que la variedad de orejas tiesas conservara el nombre de Norwich terrier al tiempo que la variedad de orejas caídas pasaba a ser conocida como Norfolk terrier. No sé en qué razones se basaron para elegir los nombres, pero para nú fue una suerte porque siempre he tenido muy mala memoria.Ahora puedo usar un truco mnemotécnico para distinguir a un terrier de otro: "Norwich" se parece mucho a "Nor-witch"·, y el atuendo tradicional de las brujas incluye sombreros puntiagudos que recuerdan a las orejas tiesas del Norwich terrier. 'En lo que concierne a la comunicación canina,la cuestión de las orejas caídas no tiene nada de trivial. Las orejas tiesas proporcionan señales más visibles que las orejas caídas. Los cambios en la forma de la oreja se ven con más facilidad y a mayor distancia, con ]0 que la comunicación resulta más perceptible y menos ambigua en los perros de orejas tiesas. Esto no quiere decir que no sea posible leer ]a posición de las orejas en los perros de orejas caídas, sino que las señales de estos perros resultan más sutiles, tanto para los observadores humanos corno para los caninos. Eche un vistazo a la Figura 9-2, que muestra ejemplos de distin tas posiciones de las orejas en un perro de orejas caídas. El ejemplo
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Figura 9.2
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( superior izquierdo muestra la posición de las orejas en un perro relaja do y atento. A la derecha tenernos el equivalente en el perro de orejas caídas a las orejas erguidas e inclinadas hacia adelante de un perro de orejas tiesas. Cuando va acompañado por el lenguaje facial y corporal adecuado, este aspecto, que siempre me recuerda a un elefante visto de frente, con las orejas extendidas hacia los costados, puede significar un incremento del dominio y una posible agresión. La figura inferior muestra una posición de las orejas más sumisa, y es el equivalente en el perro de orejas caídas a las orejas tiesas echadas hacia atrás. Este aspecto
siempre me hace pensar que al perro le han estirado las orejas hacia abajo y se las han pegado a los lados de la cabeza. Fíjense en que,
aunque las señales son menos pronunciadas, sigue habiendo variacio nes en la posición que permiten que los perros de orejas caídas puedan , comunicar sus sentimientoS e intenciones. .
Este tema de las orejas de los perros tiene una parte tan curiosa
corno lamentable. Corno hemos visto, los criadores crearon genéti camente las razas caninas de orejas caídas y al hacerlo, n:duj~ro.n.l~~_
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I-1AIlLAR CON LAS oRifAS
139
CON SU PERRO
visibilidad de unas señales de comunicación muy importantes. Pero como nunca están satisfechos con lo que tienen, los humanos deci dieron volver a intervenir. Después de haber producido las orejas caídas, los criadores decidieron alterar quirúrgicamente a muchos de estos perros recortándoles esas mismas largas orejas. Esta prácti ca de "podar" las orejas obliga a cortar una gran parte de la oreja. Normalmente sólo se aplica a los perros de orejas largas y caídas, y e! efecto principal es que disminuye todavía más la capacidad de comunicación de esos perros. Los defensores de la práctica aducen varias razones para justifi car que a ciertas razas caninas, como los bóxers, doberman pinscher, rott:Weilers o grandes daneses, se les recorte una gran parte de la oreja. Estas razas se concebieron para ser utilizadas como guarda y custo dia. Lis orejas y la zona de unión a la cabeza son extremadamente sensibles en todos los perros, y cualquier daño que se les inflija causará un intenso dolor. Permitir que un perro guardián conserve sus orejas caídas supone un serio riesgo para el perro. Las orejas pro porcionan a los intrusos un par de asas con las que sujetar al perro, al tiempo que se mantienen alejados de sus dientes. De este modo, el intruso no sólo controla la cabeza del perro, sino que también le causa un dolor increíble. Ambos problemas pueden elinúnarse de gol pe simplemente cortando las orejas de tal manera que sólo queden un par de cortos muñones, los cuales son demasiado pequeños para aga rrarlos de manera efectiva. Recientemente, este tema se ha convertido en el foco de una controversia internacional. Algunos países han prohibido la práctica y otros se lo están planteando. Los defensores del recorte han aportado nuevos razonamientos en apoyo de la práctica, como que ciertas razas son "razas que escuchan" (con lo que se quiere decir que la audición es muy importante para que ejecuten correctamente sus funciones nor males) y necesitan disponer de la máxima sensibilidad posible a la hora de utilizar sus oídos. La oreja larga y caída cubre el canal auditivo, con lo que obviamente reduce la cantidad de sonido que llega al oído interno del perro. Supuestamente, la eliminación de la oreja permite que el soni do acceda directamente al canal auditivo, con lo que el perro se vuelve más sensible a los sonidos. Otro argumento es que recortar las orejas contribuye a la higiene, dado que los perros con orejas largas y caídas son propensos a sufrir infecciones en los oídos; los faldones de las orejas pueden impedir que la humedad acumulada en ellas se seque, contribuyendo así a causar infecciones y otros problemas.
En realídad, estos argumentos no son demasiado sólidos. Mu chos perros, como los sabuesos, los spanie!s y los perdigueros, tienen orejas mucho más largas y gruesas que las razas a las que normalmente se les recortan las orejas. Nadie defiende que a estas razas habría que recortarles las orejas, a pesar de que muchas de las razas utilizadas para cazar han aprendido a obedecer órdenes dadas mediante silbatos y no cabe duda de que esto debería clasificarlas como "razas que escuchan". En cuanto. al argumento de la higiene, un spanie! o un perdiguero tienen muchas más probabilidades de verse obligados a trabajar en e! agua que un bóxer o un rottweiler, lo cual significa que están expues tos al riesgo de sufrir infecciones en los oídos. Aun así, los criadores de estos perros -de caza no consideran que las orejas caídas sean ningún problema, y nadie ha sugerido que habría que recortarles las orejas para mejorar la audición o por razones higiénicas. Aparte de lo doloroso que puede resultar e! procedimiento qui rúrgico para los perros, recortarles las orejas también afecta a su capa cidad para comunicarse. En teoría, debería ser posible encontrar un método de recorte qi.Ie sustituya a la oreja caída con algo que se aproxi me a una oreja tiesa, y si la musculatura es adecuada, esto contribuiría a mejorar la comunicación a través de las orejas. Lo prim'ero que se nos pasa por la cabeza es algo parecido al tradicional "recorte de exhi bición" que se' usa en ocasiones para los doberman pinscher. No obs tante, este recorte de exhibición es caro y dificil de practicar, y no satisfaría el prepósito principal de! recorte de orejas en un perro guar dián porque seguiría dejando demasiada oreja que agarrar. El recorte de orejas estándar que vemos en la mayoría de perros de esa raza achi ca la oreja hasta tal extremo que ya no es visible, y reduce la sección posterior de tal manera que ésta ya no puede crear cambios visibles en la posición de la oreja en respuesta a los movimientos musculares. Esto significa que las razas cuya capacidad para comunicarse ya se ha redu cido debido a los cambios genéticos que les proporcionaron las orejas caídas, sufren ahora una reducción todavía más drástica de su capaci dad para enviar señales debido a la alteración quirúrgica. Salvo en los perros guardianes empleados para tales funciones, creo que actual mente e! recorte de las orejas se basa únicamente en una cuestión cosmética que busca obtener un determinado estilo o "look". Desgraciadamente, he de limitarme a ofrecer mis ideas sobre este asunto como meras opiniones. No conozco ninguna investiga ción científica que compare la capacidad para comunicarse de los pe rros con orejás recortadas con la de otros. Un conocido mio tiene dos
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preciosos bóxers castrados, Zero y Naught (Nada). Hace un tiempo, los dos rondaban los tres años de edad y, como suele ocurrir con los bóxers, eran muy sociables y estaban bien educados. La diferencia más visible entre ellos era que a uno le habían recortado las orejas y al otro no. Cuando salían de casa, valía la pena observarlos mientras se relacio naban con otros perros. Zero, el de las orejas recortadas, era recibido por los otros perros con más suspicacia. Los que no lo conocían pare cían interpretar que los restos de sus orejas tiesas eran la señal de desa fio de un animal dominante, y la tensión que eso producía en ellos hacía que se mostraran bastante cautelosos a la hora de iniciar las con ductas de saludo. Naught, con sus orejas caídas naturales, tenía más probabilidades de ser abordado sin titubeos por los otros perros. Hay muchas explicaciones posibles para esta diferencia en las respuestas que quizá no tengan nada que ver con el recorte de las orejas. No obstante, las más obvias no parecían ser aplicables a aquel caso. En general, los perros grandes son percibidos como más domi nantes y potencialmente amenazadores que los perros más pequeños. Pero, para ser un bóxer macho, Zero era más bien pequeño, ya que no llegaba a los 60 cm de altura. Basándose en el tamaño y la apariencia, por lo tanto, Naught tendría que haber parecido más amenazador, y yo hubiese esperado más cautela y titubeos cuando los otros perros se aproximaban a él. Además, Zero era el más pasivo y sumiso de los dos, lo cual vuelve todavía más sorprendentes las acciones de los otros perros. Aunque no dispongo de pruebas científicas en las que apoyar mis conclusiones, creo que la fría acogida de que era objeto Zero se debía a que las señales que enviaba con las orejas apenas podían leerse, y a que la forma de sus orejas recortadas podía con fundirse fácilmente con la señal de orejas tiesas inclinadas hacia adelante de una amenaza de dominio. Además, el hecho de que hubiera tan poco cambio legible en las posiciones de las orejas re cortadas de Zero habría podido interpretarse como la incapacidad de reconocer los gestos amistosos de los perros que se le aproximaban y una advertencia de posible agresión. En resumen, creo que debenamos dejar en paz a los perros de orejas caídas. Sus orejas ya limitan en cierta medida su capacidad de enviar señales, así que deberíamos permitir que usaran las habilidades que les quedan para comunicarse lo mejor que puedan. En realidad no hay ninguna razón sólida para que les intervengamos quirúrgicamente. De hecho, pensar en cómo usan los perros sus orejas me ha hecho reconsiderar mi afirmación anterior de que los humanos nunca
usan las suyas para comunicarse. No cabe duda de que nos fijamos en las orejas de los demás, y por eso las adornamos con aretes, pendientes y colgantes. Es en este aspecto donde la comunicación es posible, pero de una manera más intencionada y relativamente estática. De joven salí con una chica que tenía dos juegos de pendientes de oro, cada uno con una palabra suspendida de una cadenita sujeta al cierre. En un juego ponía "Sí" yen el otro ponía "No". Solia decirme: "Si quieres saber lo que significas para mí, lee mis orejas". Una noche fui a buscarla para llevarla a cenar. Mis esperanzas de pasar una buena velada aumentaron considerablemente cuando vi un
"Sí" colgando de su oreja, y empecé a charlar alegremente mientras la
ayudaba a ponerse el abrigo. Fue en ese momento cuando vi que de su otra oreja colgaba un "No" dorado. Los mensajes transmitidos por las
orejas de la mayoría de los perros, incluso los de orejas caídas y aque
llos a los que se las han recortado, son más dinámicos y ciertamente menoS ambiguos que el que ella me estaba enviando.
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Tanto si se trata de una serpiente como de un sapo, un león, un humano o un perro, todas las caras de los animales terrestres se rigen por el mismo plan maestro. Originalmente las caras fueron diseñadas para controlar la búsqueda de alimento, y como todo lo que un animal puede introducirse en la boca no tiene por qué ser necesariamente comestible o inocuo, los tres grandes sentidos seleccionadores -el sabor, el olfato y la vista- están agrupados cerca de la boca. La dispo sición siempre es la misma: papilas gustatorias en la boca, orificios de la nariz justo encima y ojos un poco más arriba. Esta disposición permi te a los animales terrestres ingerir trozos de comida depositados en el suelo al tiempo que perciben olores y ven lo que están comiendo. La pauta general de la cara es la misma para la inmensa mayoría de las especies, pero presenta ciertas diferencias en lo que respecta a los ojos. Los animales que sirven de presa y cuya única defensa es correr, necesitan disponer de un sistema de alerta qi.Je los avise con la máxima antelación posible. Por esta razón, los conejos y los antílopes tienen los ojos a los lados de la cabeza, lo cual les proporciona una visión pano rámica completa del mundo que a veces abarca los 360 grados. Esto hace que resulte muy dificil aproximarse a ellos sin ser visto. En los depredadores, como los tigres o los lobos, los ojos están dirigidos hacia adelante, igual que un par de faros. Esto posibilita la vision binocular, la cual aumenta la capacidad de calcular la distancia de un objeto. Obviamente, el hecho de saber a qué distancia se encuentra un animal para saltar sobre él con mayor precisión convertirá a un depredador en un cazador mucho más eficaz. Los perros son depredadores, así que sus ojos también miran hacia adelante. Pero los ojos desempeñan otras funciones además de la visual. Como seres humanos, estamos convencidos de que la parte más
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l expresiva del cuerpo es la cara, y los ojos a su vez son una de sus partes más expresivas. Los actores y los directores de cine conocen la impor tancia de los ojos cama medio de comunicación y suelen explotarla. Alfred Hitchcock, el gran director de thrillers, dijo: "El diálogo sólo deberia ser un sonido entre otros sonidos; meramente algo que sale de la boca de personas cuyos ojos cuentan la historia en términos visua les". Hitchcock solía usar primerisimos planos, en los que práctica mente sólo se veían los ojos, para crear una sensación de amenaza o miedo. El actor Henry Fonda estaba convencido de que los oj as trans miten mensajes muy importantes y siempre insistía en tener una "luz de refuerzo" para sus primerisimos planos que consiste en una dimi nuta luz que se coloca cerca de la cara. Cuando un actor vuelve la mirada hacia ella, sus ojos brillan y parecen llenarse de una profunda intensidad emocional. En los perros, hay varios aspectos estructurales importantes de los ojos que pueden proporcionar comunicación interpretable. La parte coloreada del ojo es el iris; el agujero o punto oscuro que hay en su centro, la pupila; y a la porción blanca del ojo que forma el recubri miento exterior del ojo se la Conoce con el nombre de esclerótica. Fi nalmente, la forma visible del oj o viene determinada por la manera en que se abren o se cierran los párpados.
Hablar con las pupilas En lo que concierne a la visión, el único propósito del iris, o
porción coloreada del ojo, es contraerse o expandirse para variar el
tamaño de la pupila y controlar así la cantidad de luz que entra en el
ojo. Cuando la luz es tenue, la pupila se expande para absorber toda la
energía IUITÚnica disponible en el entorno mientras que, cuando la luz
es intensa, la pupila se contrae para evitar que un resplandor excesivo
borre los detalles de la escena visual. No obstante, las pupilas comuni
can. El tamaño de la pupila y sus cambios dinámicos de forma, pueden
depender también de los estados emocionales.
En términos generales, la excitación, el interés o cualquier Otra emoción intensa dilatarán las pupilas. Muchos estudios han investiga do qué factores causan la expansión de las pupilas en los humanas. Sentir interés por otra persona es uno de ellos, desde luego. Habitual mente no somos conscientes del tamaño de las pupilas de otra perso na, pero sí nos damos cuenta de que hay algo en sus ojos que parece
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sugerir interés o placer. Los seres humanos tendemos a ver con mejo res ojos a las personas que nos encuentran interesantes, por lo que alguien que nos mire con grandes pupilas dilatadas tiene muchas pro babilidades de parecernos rriás atractivo. A partir del Renacimiento y hasta finales del siglo XIX, las mujeres usaron extractos venenosos de belladona (también conocida como el mortífero beleño) para dilatar sus pupilas y resultar así más atractivas a los ojos de los hombres. El mismo nombre de la planta, Beladonna, significa "hermosa dama" en italiano. Hoy en día, obtenemos un efecto muy similar cuando cena mos a la luz de las velas. La luz tenue hace que las pupilas se expandan (para dejar entrar más luz), y de esa manera ofrecemos un aspecto más atractivo y parecemos más interesados sin necesidad de administrarnos una sustancia tóxica. Un aspecto particularmente interesante de la atrac ción de las pupilas grandes es que los criadores han buscado específi camente ojos y pupilas grandes en algunas razas de perros falderos. En estos animales de compañía, las grandes pupilas de perros como el Cavalier King Charles spaniel o el pequinés parecen irradiar afecto a los ojos del observador humano. Al igual que ocurre en las personas, el tamaño de las pupilas de un perro también refleja su estado emocional. El problema estriba en que, para los perros, el tamaño de la pupila resulta a veces más dificil de percibir, dado que algunas razas tienen el iris muy oscuro y la pupila parece fundirse con él. Cuanto más claro' es el iris, más fáciles de ver son los cambios en el tamaño de la pupila, pero incluso los iris oscuros merecen ser examinados, dado que los ojos expresan con mucha in tensidad lo que está sintiendo el perro. Si las pupilas grandes indican una emoción intensa, las pupilas más pequeñas suelen indicar aburrimiento, somnolencia y relajación. Es importante recordar que los cambios en el tamaño de las pupilas de un perro sólo reflejan cambios en la intensidad de la emoción, y no necesariamente el hecho de si la emoción es positiva o negativa. La excitación y la alegría intensas pueden agrandar las pupilas, pero la ira o el miedo intensos también pueden dilatarlas. No obstante, si da la casualidad de que está mirando a un perro a los ojos durante ese mo mento critico en el que realmente puede ver cómo las pupilas van cambiando y se expanden y contraen (en vez de ver meramente el resultado final de una abertura grande o pequeña), puede obtener in formación adicional. Una situación placentera o que el animal recibe con alegría sólo produce una dilatación de la pupila. Cuando el perro empieza a enfadarse o se va poniendo agresivo, las pupilas empiezan a
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Dirección de la mirada Ahora examinaremos la región blanca del ojo o esclerótica. Sorprendentemente, esta región también desempeña una función comunicativa. ¿Qué razones pudo tener la evolución para volver blan ca una parte del ojo? ¿Por qué no limitarse a extender e! color de! iris de tal manera que todo e! ojo fuese castaño o azul? La razón es que e! blanco del ojo contrasta Con el color del iris, y esto facilita ver en qué dirección están mirando los ojos. En los humanos, esto es un método de comunicación extremadamente importante, y por esta razón tene mos mucha área blanca en comparación con otros animales. Los pe rros también tienen una esclerótica blanca, pero a veces es preciso examinarla con mucha atención para obtener indicaciones. Esto es debido en parte a que los perros suelen volver la cabeza en la misma dirección hacia la que dirigen los ojos. En las personas, la capacidad de detectar la dirección en que están mirando los demás tiene una gran importancia social, pues nos indica si nos están escuchando durante una conversación. Se ñala nuestras intenciones, dado que tendemos a mirar en la direc ción que nos disponemos a tomar. Los grandes vendedores dicen que pueden saber en qué artículos está más interesada una persona siguiendo la dirección de su mirada. Cuando los ojos del cliente en
potencia empiezan a volverse hacia la salida, saben que el cliente se
ha hartado, ya no está interesado o se siente incómodo y empieza a
pensar en irse. Mirar a un individuo puede comunicar muchas cosas e in cluso desencadenar conductas en otras personas. Recuerdo que hace poco leí un artículo sobre un violento enfrentamiento en el Reino Unido entre dos pandillas que ocurrió tras un partido de fútbol muy reñido. Hubo bastantes heridos graves y el estadio sufrió se rios daños antes de que la policía llegara y pusiese fin a la batalla. Lo más curioso del choque fue que todo empezó cuando un miem bro de una pandilla seiialó con el dedo a un miembro de la pandilla rival y se puso a gritar: "¡Me ha mirado! ¿Habéis visto eso? ¡Me ha mirado!". Al final del artículo, el periodista que describía el incidente
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dedicaba unos cuantos párrafos a insistir en lo trastornadas que tienen que estar esas personas para iniciar una batalla simplemente porque alguien las estaba mirando. Pero la verdad es que mirar a alguien no es un acto inofensivo. Mirar fijamente se considera una amenaza. Los psicólogos han llevado a cabo algunos experimentos interesantes para demostrarlo. I En un estudio, los investigadores se apostaron en la esquina de una calle y se dedicaron a mirar fijamente a los conductores que se habían detenido delante de un semáforo en rojo. Descubrieron que la mayoría de con ductores detectaban la mirada en cuestión de segundos y, en cuanto la luz se ponía verde, atravesaban el cruce mucho más deprisa que los conductores a los que no se había mirado. En otros estudios, los inves tigadores miraron fijamente a peatollL's. La respuesta de éstos consistió en apretar el paso para alejarse del il1dividuo que los miraba. En otro de esos estudios, los investigadores hicieron que sus colaboradores miraran fijamente a los estudiantes en una biblioteca universitaria, y descubrieron que los estudiantes a los que miraban tendían a terminar lo que estuvieran haciendo y salir de la biblioteca antes que 105 demás. Prácticamente todos los animales consideran el mirar f0a mente una amenaza, y esta regla se aplica a toda la escala evolutiva, incluidos los reptiles. La serpiente heterodón fingirá estar muerta si un depredador en potencia se le acerca,. Si e! depredador la mira fijamente, fingirá estar muerta durante un período de tiempo más largo. Mirar fijamente a un lagarto hará que se quede totalmente inmóvil, y también desencadena una reacción defensiva en muchos pájaros. Los monos rara vez ignoran ese tipo de mirada, y respon derán a esa conducta agresivamente o enviando señales de sumi sión. Los perros también usan la mirada f~a como gesto de control. Examinemos ésta y otras señales oculares más. • UNA MIRADA DIRECTA OjO-A-OjO: Una mirada directa con los ojos muy abiertos suele ser una amenaza, una expresión de dominio o incluso un anuncio de que e! ataque es inminente. En muchas ocasio nes, un perro o lobo dominante irá hacia un animal menos dominante y lo mirará fijamente. Habitualmente, e! animal que ocupa un nivel inferior en la escala de dominio será el primero en interrumpir el contacto ocular, se dará la vuelta o incluso se echará al suelo en un gesto de sumisión. Si la mirada directa no es respondida, puede ir seguida por una escalada en el nivel de confrontación. Así pues, esta expresión debería traducirse como "Aquí mando yo, así que lárgate" o "Me estás molestando. Sigue así y haré que lamentes tu conducta".
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Los perros tienen una forma muy interesante de usar la mirada directa para controlar la conducta humana. El lugar donde puede ver se con más frecuencia es la mesa del comedor, o allí donde haya unas cuantas personas comiendo. El perro llega, se sienta en e! suelo y pri mero mira a la persona y luego lo que está comiendo. Esto es un intento evidente de conseguir un poco de comida, y siempre tendrá más probabilidades de dar resultado cuando el perro es pequeño. En este caso,lo más probable es que ni siquiera la más directa de las mira das se interprete como una amenaza. La persona puede traducir esta mirada como "triste", "esperanzada" o "suplicante" y responder dán dole un poco de comida al perro. Desde el punto de vista del perro, sin embargo, lo que ha hecho con esa mirada es afirmar directa mente su dominio. Cuando usted responde dándole lo que quiere, el perro lo interpreta como un gesto de sumisión por su parte, y también ve en ello su aceptación de que su estatos dentro de la manada es superior al suyo. Eso supone sentar un precedente bas tante peligroso en el caso de los perros grandes, y puede crearle serios problemas incluso con un perro pequeño. Tarde o temprano hará que el perro se vuelva más dificil de controlar, dado que para que se le obedezca tiene que ser un líder o, al menos, estar por encima del perro en la escala de dominio. Éste es un ejemplo muy claro de situación en la que debería pensar en lo que está diciendo e! perro antes de darle cualquier respuesta. Por otra parte, debería tener cuidado con mirar directamente a un perro al cual no conoce. Mirar fijamente a un perro dominante puede ser interpretado como una agresión, mientras que mirar fija mente a un perro asustado confirma sus peores temores y puede hacer que se deje llevar por el pánico. Pero la mirada fija puede ser usada con excelentes resultados para controlar a su perro. En muchas ocasiones el mirarlo directamente hará que abandone una determinada conducta, y muchos perros responderán con gestos apaciguadores y de sumisión para tratar de recuperar su favor. o APARTAR LOS OJOS PARA EVITAR EL CONTACTO OCULAR DI RECTO: Si una mirada directa es una amenaza, parece lógico enton ces que interrumpir el contacto ocular sea un signo de sumisión y tal vez de miedo. Esto es lo que ocurre en el caso de los perros. Un animal que se enfrente a un perro dominante desviará la mirada. Su respuesta típica consistirá en bajar los ojos y apartarlos en un movi miento que podemos· interpretar como" Acepto que tú eres e! jefe" y "No quiero problemas".
Esto también es aplicable a los humanos. Estoy seguro de que habrán oído cómo alguna madre le dice a su hij o que mirar fIja mente a alguien es de mala educación. En las conversaciones, nor malmente evitamos mirar directamente a los ojos a la persona con la que estamos hablando. Lo que hacemos es mantener la mirada en movimiento alrededor de su cara. Miramos a un lado, bajamos la vista hacia nuestra taza de café o sólo los miramos directamente cuando ellos nos están mirando. Evitar el contacto ocular directo con una persona investida de autoridad casi es un ritual. Una persona corriente nunca establecerá contacto ocular directo con el gran sacerdote o el emperador. Entre los cánidos ocurre lo mismo. Cuando e! jefe de la manada regresa, los demás se congregan a su alrededor y lo miran a la cara, pero nunca directamente a los ojos. El que un perro aparte la mirada también puede tener otros significados. En ciertas situaciones, este gesto puede significar aburri miento. A veces lo vemOS en las clases de obediencia canina, cuando hay largas pausas entre los ejercicios. Los perros que habían estado mirando a sus amos empiezan a romper cualquier contacto ocular y miran alrededor de manera más bien vaga. Cuando la atención se rela ja, la mirada empieza a vagar sin rumbo. o PARPADEAR: La mayoría de animales parpadean. Hasta el ser humano más atento pierde unos veintitrés minutos de información visual de sus horas de vigilia debido al parpadeo. Esos minutos desaparecen en 14.000 diminutas interrupciones del flujo visual. Con todo, parpadear es una actividad necesaria. Los ojos deben permanecer húmedos y limpios, y las células de nuestra córnea (e! abultamiento transparente que hay en la parte delantera de nuestros ojos) deben mantenerse con vida. Cada parpa deo esparce el fluido de nuestras glándulas lacrimales por la superficie del globo ocular. Las lágrimas no son sólo agua, sino que forman parte del sistema circulatorio. El hecho de que la córnea tenga que ser transpa rente significa que no puede atravesarla ningún vaso sanguíneo, por lo que una de las funciones que desempeñan las lágrimas es la de transpor tar el oxígeno y los nutrientes necesarios para mantener con vida a las células corneales. Las lágrimas también contienen una serie de sustancias químicas que matan a las bacterias y capturan el polvo y los residuos. Los parpadeos desplazan el fluido lacrimal por la superficie del ojo. Unas tres cuartas partes de las lágrimas bajan de! ojo a los conductos nasales. Esto ayuda a mantener la nariz humedecida Y libre de bacterias, y también explica por qué el llorar hace que nos gotee la nariz.
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El ritmo al que parpadeamos y las situaciones en las que parpa deamos (o aquellas en las que no), proporcionan información acerca de los estados emocionales. Un ritmo de parpadeo rápido puede indi car aburrimiento, ya que parpadeamos menos cuando estamos pres tando atención. Cuando un conductor lleva mucho rato al volante, su ritmo de parpadeo aumenta. Si algo interesante aparece junto a la carretera, los parpadeos disminuyen considerablemente. y lo que es más importante: el parpadeo también puede funcionar como signo de sumisión. Cuando describimos un conflicto, a veces nos referimos a la persona que rehuyó la confrontación como la que "parpadeó prime ro". También nos referimos al individuo duro y seguro de sí mismo como aquel que puede tomar decisiones dificiles y llevarlas a la prác tica "sin pestañear". En el lenguaje de los perros, el parpadeo rompe la mirada de dominio y muestra sumisión. Aunque representa una renuncia al dominio, no es un gesto tan sumiso como el de desviar la mirada. El parpadeo tiende a significar, "Somos casi iguales, pero aceptaré que tú eres el jefe", en vez de "Por favor, no me hagas daño y te obedeceré en todo". Parpadear también puede ser un signo de cordialidad o incluso de atracción. Todos conocemos el estereotipo de la púdica doncella que parpadea, en una actitud de delicada invitación, cuando un hom bre la mira. En los perros y los lobos, el parpadeo puede llegar a formar parte de un ritual de saludo, Cuando un perro sumiso se acerca al jefe de la manada o a otro perro dominante, inclina ligeramente el cuerpo y puede lamer el aire o la cara del animal dominante. Si este acerca miento es aceptado, en muchas ocasiones el animal dominante parpa
deará dos o tres veces en rápida sucesión. Entonces, el perro sumiso le
devolverá el parpadeo, para seguir lamiendo el aire o efectuando mo
vimientos de tragar o masticar con la boca. Los dos perros han acorda
do aceptarse el uno al otro en términos amistosos.
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Forma del ojo
La forma de los ojos de un perro se distingue fácilmente porque la mayoría de las razas caninas tienen colores contrastados en la perife ria de los ojos. En los perros de pelaje más claro, casi parece que les hubieran dibujado el contorno Con un lápiz. En los perros más oscuros
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suele haber un ligero aclaramiento de la cara en las regiones oculares o en la piel o membranas que rodean alojo. El propósito de estas marcas es permitir que la forma del ojo resulte visible desde más lejos. El lenguaje de la forma del ojo es muy simple: cuanto más gran de y redondo sea el ojo visible, más furioso y amenazador está el perro. Los ojos grandes forman parte de la pauta de la mirada de do minio. De hecho, los músculos de debajo de los ojos se tensan (como parte del conjunto de movimientos que produce el fruncimiento irri tado de la nariz y la frente del perro) y esto ejerce presión sobre el ojo, obligándolo a desplazarse ligeramente hacia adelante dentro de la cuen ca. La primera consecuencia es que una mayor parte del ojo queda expuesta, haciendo que parezca todavía más grande. En segundo lugar, el área superficial visible así incrementada captará mejor cualquier luz disponible, haciéndola más prominente y fácil de ver. La acción muscular inversa estrecha el ojo volviéndolo más pe queño y menos visible, yesos cambios van asociados con el miedo, la sumisión y el apaciguamiento. Un perro que esté intentando librarse de una amenaza y mostrar un extremado nivel de sometimiento pue de llegar a cerrar los ojos. Hay una situación en la que este tipo de lenguaje ocular puede sufrir serias interferencias, Esto ocurre cuando el miedo se mezcla con la agresión, como cuando un perro subordinado se ve metido en una situación de la cual no puede escapar y piensa que debe luchar. En estas circunstancias, el ojo puede adoptar una forma triangular o de lágrima, ligeramente más ancha cerca del hocico y visiblemente más estrecha hacia las sienes, como si el ojo estuviera intentando expresar dos emociones. Empieza con una mirada directa cerca del hocico y va estrechándose gradualmente de tal manera que el párpado cubre el ojo y hace que parezca más pequeño. El conflicto que hay en la mente del perro se vuelve claramente visible en el mensaje contradictorio que transmiten sus ojos. En el caso de los humanos, una gran parte del mensaje que transmiten los ojos procede de las posiciones cambiantes de las cejas. Como contrastan en color con nuestra piel, las cejas son fácilmente visibles desde lejos. Pequeños movimientos musCl.1lares alrededor de los ojos y la frente, que de otra manera resultarían difíciles de ver, se acentúan por la presencia de las cejas visibles. Las cejas envían mensajes muy claros, y los leemos de manera tan precisa como automática.Varios estudios científicos han demostrado que si cubres toda la parte inferior de la cara, dejando visible únicamente la
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porción superior que contiene las cejas y la frente, las personas siguen siendo capaces de identificar sin equivocarse la mayoría de las emocio nes humanas básicas. Incluso hay ciertas expresionés que involucran únicamente a las cejas, como el llamado "saludo con las cejas". Esta respuesta se produce cuando saludamos a un amigo desde cierta dis tancia. Consiste en una rápida elevación y descenso de las cejas, que dura un sexto de segundo. La respuesta indica cordialidad y placer, y no se da cuando saludamos a personas que no nos gustan. Aunque los seres humanos no parecen ser conscientes de esta señal, es universal y puede verse en europeos, americanos, samoanos, los bosquimanos del África e incluso en tribus aisladas del Perú. Los perros no tienen cejas. Los humanos las necesitan para evi tar que la transpiración de la frente nos entre en los ojos. A los perros no les hacen falta porque no sudan de la misma manera que nosotros: el único sitio por el que sudan son las almohadillas de los pies. No obstante, tienen precursores evolutivos de nuestras cejas en forma de marcas que acentúan los movimientos de los músculos situados alre dedor de los ojos. Estas marcas pueden ayudar a comunicar. Muchos perros tienen distintos colores del pelo cerca de los ojos, como man chas. Según la tradición popular, los perros con más poderes sobrena turales son los "perros de cuatro ojos"; perros claros con una mancha oscura encima de cada ojo o perros negros con manchas claras sobre los ojos. Se supone que estos perros tienen habilidades místicas espe ciales, como la capacidad de ver demonios, diablos o fantasmas. Aun que no puedo confirmar sus poderes de clarividencia, es probable que obtuvieran esta reputación porque sus expresiones eran más faciles de leer que las de los otros perros. Las manchas de colores contrastados hacen que los movimientos de los músculos situados encima del ojo resulten mucho más visibles. En algunas razas caninas que carecen de esas manchas, la pig mentación que enmarca el ojo se extenderá hasta más allá de la comi sura del límite de éste para marcar una región sobre la ceja. En otras razas, especialmente las de coloración uniforme y las más oscuras, la pauta del pelaje que crece alrededor de la porción superior de los ojos cambia para producir un característico dibujo de sombras que desem peña la misma función que las manchas en los perros de cuatro ojos. Todas esas diferencias sirven únicamente para permitirnos leer la ex presión del perro "como si" tuviera cejas. El lenguaje de la ceja (o marcador-ocular) canina es similar al de los seres humanos. Cuando el perro se enfada, el espacio entre las cejas
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(manchas) se contrae y las cejas se inclinan hacia abajo. El pelaje tambien
se erizará alrededor de los ojos para sugerir con mayor intensidad una ceja al estilO humano. Cuando el perro está asustado o muestra sumi sión, las cejas se elevan por el centro y los extremos exteriores se ten
san hacia abajo y hacia las sienes. Este movimiento es menos espec
tacular porque el pelaje no se eriza alrededor de los ojos y no hay ninguna acentuación de la región de las cejas.
Los perros también utilizan sus cejas para mostrar perplejidad y concentración, normalmente cuando se enfrentan a un problema o están intentando comprender algo. Esta actitud se traduce en un des censo conjunto de las cejas, sin la angulación que se da en la ira. Es el mismo movimiento que ejecutan los humanos cuando están cavilan do algo. Por esta razón, Charles Darwin llamaba al corntgador (músculo
que controla este movimiento) "el músculo de la dificultad".
Los perros pueden mostrar emociones bastante sutiles con sus cejas. La sorpresa, Y hasta un leve asombro, se expresan mediante los movimientos de elevación y descenso de las cejas. Conocí a un Airedale llamado Brandon que incluso tenía una expresión de cejas traviesamente maliciosa. Brandon te miraba y luego enarcaba una ceja.Tras este gesto siempre agarraba algo y salía corriendo, en un intento de provocar el juego de "píllame si puedes".
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Todos los mamíferos disponen del órgano necesario para producir lágrimas, .pero lo usan únicamente para mantener sus ojos húmedos y limpios. Suele afirmarse que sólo los seres humanos lloran coma expre sión emocional. En los humanos, las emociones que producen lágri mas normalmente son negativas, como el dolor o la pena, pero si una emoción positiva es lo suficientemente intensa, podemos "llorar de alegría". Recientemente, varios investigadores han sugerido que muchos mamíferos lloran, pero sólo bajo circunstancias de e:-"lrema emoción.
Hace unos años en una reunión de la Asociación de Medicina
Veterinaria Canadiense a la que asistí suscité una acalorada discusión
acerca de si los perros lloran o no. Una docena de asistentes a la re
unión, ocho de los cuales eran veterinarios, estábamos sentados alre dedor de la mesa en la que habíamos cenado. Cuando pregunté si los
perros lloraban, los veterinarios se dividieron radicalmente: cuatro de
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ellos aseguraban que los perros lloran igual que lo hacemos los huma nos y otros cuatro afirmaban que esas lágrimas no eran más que un mero reflejo debido a la tensión muscular de la cara y alrededor de los ojos causada por el miedo y el dolor. Ambos bandos expusieron sus argumentos con creciente acaloramiento y terminaron discutiendo de manera bastante apasionada (y ruidosa), lo cual demuestra que se trata de un tema muy controvertido. Por mi parte, puedo decir que he visto llorar a un perro, y que tengo noticias de otro perro que lloró. Una tarde atravesaba el campus de mi universidad cerca de unas obras. De pronto, oí los gritos más desesperados y lastimeros imaginables, que sonaban como un bebé en una terrible agonía. Corrí hacia allí y encontré a una joven bóxer (después sabría que se llamaba Evita) de batiéndose entre unos alambres de espino. Tras haberse quedado atra pada probablemente había dado varias vueltas intentando soltarse. Lo que consiguió con ello fue quedar enrollada en varias vueltas de alam bre, y al revolverse estaba provocando que los pinchos se hundieran en los costados, la espalda y el abdomen. Me quité la chaqueta para poder controlar sus contorsiones sin cortarme. En ese mismo instante, un obrero que aún estaba trabajando en las obras vino corriendo. Vio lo que pasaba y fue a buscar unos alicates para cortar alambres. Mientras yo mantenía inmovilizada a Evita, él cortó los alambres que la sujeta ban. Mientras tanto, yo intentaba tranquilizarla hablándole suavemente y observaba su cara, en la que destacaban dos grandes ojos oscuros de los que brotaban hilillos de lágrimas que se deslizaban por su cara. Lo encontré muy lógico. Evita estaba sufriendo muchísimo, y lloraba como hubiese podido hacerlo un niño asustado presa de terribles dolores. La segunda vez que tuve constancia del llanto de un perro lle gué demasiado tarde para presenciar sus lágrimas o incluso ayudarle. Mi viejo cairn terrier, Flint, había tenido dolores durante toda la no che, y aunque por la mañana parecía encontrarse mejor, decidí llevarlo al veterinario para que lo examinara. Cuando llegué a su consulta, abrí la puerta de atrás de la camioneta para encontrarme con que Flint había muerto en silencio durante el trayecto. Lo había oído gemir quejumbro samente durante el viaje, y yo había intentado tranquilizarlo diciéndo le que no tardarían en atenderlo. Contemplé aquel viejo rostro gris y vi las huellas que las lágrimas habían dejado a lo largo de su hocico. En ese momento no me cupo duda de que Flint había estado llorando y que las lágrimas estaban dejando esas mismas señales en mi cara.
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Las personas que no entienden el lenguaje de los perros suelen complicarse la vida y además consiguen complicársela a los demás. Un día recibí una llamada telefónica de Steve, un profesor de Educación al que había tenido ocasión de conocer en la universidad. Parecía muy preocupado. "Necesito tu ayuda -dijo-o Mi perro se ha convertido de repente en llna especie de sociópata. Ataca sin avisar, y anoche mordió a mi nieto y mi hija dice que no volverá a traer al niño a nuestra casa a menos que hagamos algo al respecto. Dice que un perro que muerde a un niño debería ser sacrificado, pero Bagel 'no es un mal perro. ¿Po drías hacer algo por él?" Esa noche fui a su casa y Steve me recibió en la puerta. Detrás de él había un beagle que valoró la situación, soltó un ladrido de saludo y pasó junto a su amo para venir a darme la bienvenida. Mientras yo me inclinaba para acariciarle las orejas y el pecho, Steve me fue informan do. "Éste es Bagel. Normalmente está como lo ves ahora, tranquilo y encantador con todo el mundo. Pero últimamente se ha vuelto impre decible. Me ha mordido a nú, a mi esposa y ahora a Denny, mi nieto. No sé qué hacer. Lo queremos mucho, pero no podemos vivir con un perro peligroso o psicótico. Si no hay más remedio, tendremos que..." y Steve se calló y miró al perro con ojos apesadumbrados. Aquello me sorprendió mucho. Los beagles tienen algunos in convenientes, como su fuerte tendencia a deambular por su cuenta con la nariz pegada al suelo sin hacer ningún caso de los frenéticos gritos de su dueño. Pueden ser un poco tozudos e independientes, por lo menos en lo que respecta a aprender órdenes como "Siéntate", "Ven" o "Échate" y obedecerlas. También se distraen facilmente con cualquier cosa que ocurra a su alrededor. Algunas personas se quejan
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también de su tendencia a "cantar" o ulular con una estridente voz de tenor cuando se excitan por algo. No obstante, los beagles siempre han sido unas mascotas muy populares debido a lo afectuosos que son y a su bajo nivel de agresión. En una casa llena de niños activos un beagle jugará alegremente con todos ellos, mientras que en una casa con per sonas mayores se sentirá igual de feliz adoptando e! pape! de adorno del sofá. Además, generalmente son muy tranquilos y tolerantes. A juzgar por mi primer encuentro con Bagel, no parecía distinto al resto de los de su raza, así que. me sentí bastante perplejo. Steve me dio más detalles mientras yo me arrodillaba y acaricia ba a Bagel. -Le hemos comprado montones de juguetes.Ya sabes, cosas de goma que rebotan y pueden masticarse,juguetes peludos que suenan cuando los aprietas y docenas de esas cosas para masticar que parecen de cuero. Normalmente elige uno y se sube al sofa para masticarlo. Eso es lo que estaba haciendo cuando traje a Denny para que lo acariciase. Fue realmente muy extraño, ¿sabes? Bagel se incorporó y parecía muy contento de conocer a mi nieto, pero cuando Denny alargó la mano hacia él, ¡de pronto gruñó y le mordió! Eso me dejó bastante perplejo. -¿Y cuáles eran las circunstancias cuando mordió a tu esposa, Steve? -No tenían nada de especial. De hecho, eran más o menos similares. El perro estaba en e! sara con otro juguete y cuando mi esposa se inclinó sobre él, Bagel se incorporó para saludarla como si se alegrara de verla y después gruñó y la mordió. Pensé que ya sabía lo que estaba ocurriendo. -Steve, estoy seguro de que has oído decir que algunos perros pueden sentirse muy amenazados cuando están royendo o comiendo algo y se les acerca una persona. Si esa persona extiende la mano hacia ellos para acariciarlos, el perro puede confundirlo con un intento de robarle el objeto que está royendo. Robarle comida o un objeto que valora mucho a un perro puede hacer que responda agresivamente. Steve me miró y luego, hablando en el tono que usan los profe sores de Educación cuando están tratando de explicarle un concepto dificil a un estudiante no demasiado despierto, dijo: -Claro que lo sé. Para empezar, deberías saber que Bagel no es de esa clase de perros. Por eso te pedí que vinieras a echarle un vistazo y averiguases qué es que lo anda mal. En segundo lugar, creo que entiendo de perros tanto como cualquiera. Si nuestro perro pareciera
sentirse amenazado, gruñera o gimoteara, nunca intentaría tocarlo, y te aseguro que no le diría a mi nieto de cuatro años que lo acariciase. Pero no fue eso lo que ocurrió. Bagel se incorporó. ¡Lo miró directamente a los ojos! Y mientras hacía todo eso no paraba de menear la cola. ¡Y cuando Denny fue a acariciarlo, entonces gruñó y le dio un mordisco! -De acuerdo, de acuerdo. ¿Y cómo meneaba la cola exacta mente? La voz de Steve adquirió el tono de enfado del profesor que se enfrenta a un estudiante que está molestando al resto de la clase con preguntas estúpidas que no vienen a cuento. -Bueno, yo diría que la respuesta es obvia. Meneaba la cola de la manera en que un perro mueve la cola de un lado a otro para de mostrarte que está contento. -Steve sacudió el brazo frente a mi cara para hacerle una demostración visual del concepto a aquel estudiante tan estúpido. -Sólo una cosa más, Steve. ¿Su cola estaba un poco baja u horizontal y se movía en grandes vaivenes que también sacudían sus caderas? Esta vez fue Steve el que puso cara de perplejidad. Entrecerró los ojos como si intentara ver una proyección de su recuerdo del incidente. -No, no la movía de esa manera. -¿Mantenía la cola alta? -Steve asintió-o ¿La cola estaba casi vertical y Bage!la agitaba con una serie de movimientos cortos, más como una vibración que meneándola o sacudiéndola? -Hice una demostración con mi mano y Steve volvió a asentir. El resto de mi labor fue realmente sencilla. Se limitó a explicarle a Steve que no todos los meneos de cola significan lo mismo. Algunos van asociados a sentirse contento y satisfecho. Otros, sin embargo, pue den significar toda una serie de cosas, que van desde el miedo y la inseguridad, pasando por el desafio de dominio, hasta una clara adver tencia de que "como sigas acercándote, tienes muchas probabilidades de acabar recibiendo un mordisco". En el caso de Bagel, no cabe duda de que estaba protegiendo su juguete. No meneaba la cola porque estuviera contento y quisiera saludar a la persona que venía hacia él. Cuando alguien se le acercaba, Bagel se incorporaba, lanzaba una mirada directa de amenaza con los ojos muy abiertos y levantaba la cola de una manera dominante y amenazadora. Esa cola estaba diciendo: "¡Atrás! ¡Protegeré lo que es
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mío!". Cuando el nieto de Steve pareció ignorar esa advertencia,Bagel se creyó autorizado a cumplir su amenaza de la única forma en que sabía hacerlo... mordiendo. Entender el lenguaje de la cola de Bagel fue el primer paso de la solución del problema. En algunos aspectos, menear la cola cumple las mismas funcio nes que nuestra sonrisa humana, el saludo cortés o el inclinar la cabeza en señal de reconocimiento. Las sonrisas son señales sociales, y los seres humanos parecen reservar la mayor parte de sus sonrisas para las situa ciones sociales, cuando hay alguien cerca para verlas. A veces, las situa ciones sociales vividas por delegación, como cuando vemos la televi sión o estamos pensando en alguien especial, pueden provocar una sonrisa. En los perros, menear la cola parece tener las mismas propie dades. Un perro meneará la cola para una persona o para otro perro. Puede menear la cola para un gato, un caballo, un ratón o quizás inclu so una mariposa. Pero cuando el perro está solo, no le meneará la cola a ningún objeto sin vida. Si le pone delante un cuenco lleno de comi da, el perro meneará la cola para expresarle su gratitud. En cambio, cuando el perro entra en una habitación y descubre que su cuenco está lleno, irá hacia él y comerá con la núsma satisfacción, pero no meneará la cola a excepción quizá de un leve temblor de excitación. Esto es una indicación de que menear la cola sirve como comunica ción o lenguaje. De la misma manera en que los humanos no les ha blamos a las paredes, los perros no le menean la cola a las cosas que no parecen estar vivas y no devuelven una respuesta social. La cola de un perro dice muchísimo sobre su estado mental, su posición social y sus intenciones. La historia de cómo la cola llegó a convertirse en una herramienta de comunicación es muy interesante. Originalmente, la cola del perro fue diseñada para que le ayuda ra a conservar el equilibrio. Cuando un perro corre y tiene que girar rápidamente, lanza la parte delantera de su cuerpo hacia la dirección en la que quiere ir. Entonces su espalda se curva, pero como la veloci dad que ha adquirido el cuerpo es alta, los cuartos traseros tienden a seguir desplazándose en la dirección original. Si no se lo frenase de alguna manera, este movimiento podóa hacer que la parte posterior del cuerpo del perro describiese un gran arco, lo cual reducióa consi derablemente la rapidez de movimientos del animal e incluso podóa hacer que el perro se cayera mientras intentaba ejecutar un giro a gran velocidad. La cola ayuda a evitar que esto ocurra. Lanzar la cola hacia la misma dirección en la que está girando el cuerpo actúa como una especie de contrapeso, con lo que la cola reduce esa tendencia de
salirse del curso. Los perros también usarán sus colas cuando caminen por una superficie estrecha. Moviendo deliberadamente la cola hacia uno u otro lado en sentido opuesto a cualquier inclinación que apa rezca en el cuerpo, el perro mantiene el equilibr-io, de forma muy parecida a como un funámbulo de circo utiliza una pértiga de equili brio. Así pues, es evidente que la cola tiene usos importantes asociados con movimientos específicos, aunque no es particularmente impor tante en superficies planas, cuando un perro se limita a mantenerse en pie o anda a velocidades normales. En esos momentos, la cola queda disponible para otros usos. La evolución volvió a aprovechar la ocasión que se le presentaba y adaptó la cola con vistas a la comunicación. Mucha gente se sorprende cuando se entera de que los cacho rros no menean la cola cuando son muy jóvenes. El cachorro más pequeño al que he visto menear la cola sistemáticamente tenía diecio cho días de edad, y tanto el criador como yo estuvimos de acuerdo en que aquello no era nada corriente. Aunque hay algunas diferencias entre las distintas razas, los datos científicos indican que, a los treinta días de edad, aproximadamente la mitad de los cachorros ya menean la cola, y lo normal es que alrededor de los cuarenta y nueve días de edad la conducta haya quedado firmemente establecida. ¿Por qué tarda tanto el cachorro en empezar a menear la cola? La respuesta es que empiezan precisamente cuando es necesario ha cerlo de cara a la comunicación social. Hasta que tienen unas tres semanas de edad, los cachorros dedican la mayor parte de su tiempo a comer y dornúr. No están interactuando de manera significativa con sus compañeros de camada, como no sea para arrimarse unos a otros y darse calor mutuamente mientras duermen oapelotonándose alrede dor de la madre para mamar. En ese momento ya son fisicamente capaces de menear la cola, pero no lo hacen. A las seis o siete semanas de edad (que es cuando empezamos a ver de manera regular la conducta de mover la cola), los cachorros ya interactúan socialmente entre sí. La mayor parte de estas interacciones consisten en lo que los psicólogos llaman "conductas de juego". Es a través del juego como van descubriendo sus propias capacidades, cómo pueden interactuar con su entorno y, lo más importante de todo, a convivir con otros individuos. Un cachorro aprende que si muerde a un compañero de camada jugando, lo más probable es que sea mordi do a su vez, y que dicho compañero, ahora enfadado, puede poner fin al juego bruscamente. Es en este momento de su vida cuando el ca chorro también empieza a aprender el lenguaje canino. No está claro
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CONVE~E CON
SU
PERRO
hasta qué punto esas comunicaciones sociales emergentes están preprogramadas, pero el aprendizaje es claramente necesario para refi nar el uso y la interpretación de esas señales. Los cachorros aprenden a relacionar sus señales y las señales proporcionadas por su madre y sus hermanos con las conductas que las siguen, así como que pueden usar las señales para indicar sus intenciones y para evitar los conflictos. Es en ese momento cuando empieza la conducta de menear la cola. Un momento en el que es probable que surjan conflictos es en el de alimentarse. Cuando un cachorro quiere mamar, debe permane cer muy cerca de sus compañeros de camada mientras se abre paso entre ellos para encontrar las tetas de su madre. Recuerden que ahora este cachorro va a acercarse a los mismos individuos que pueden ha ber estado mordisqueándolo, pisoteándolo o persiguiéndolo unos mi nutos antes. Para indicar que se trata de una situación pacífica, y para calmar cualquier respuesta de miedo o agresividad de los otros cacho rros, que también están tratando de abrirse paso, el cachorro empieza a menear la cola. En ese momento e! cachorro usa e! movimiento de la cola como una bandera de tregua ante sus compañeros de camada. Más ade!ante, los cachorros lo harán cuando pidan comida a los ani males adultos de su manada o familia. Los cachorros se aproximan a un adulto para lamerle la cara y muestran sus buenas intenciones me neando la cola. De esta manera queda claro que la razón por la que los cachorros muy pequeños no la menean es que todavía no necesitan enviar señales de apaciguamiento a los otros perros. Cuando la comu nicación entre perros se vuelve necesaria, éstos aprenden rápidamente a enviar las señales adecuadas con la cola. El lenguaje de la cola cuenta con tres canales de información
distintos: posición, forma y movimiento. El movimiento es un aspecto
muy importante de la señal, ya que los 0jos de! perro son mucho más
sensibles al movimiento que a los detalles o los colores. Esto hace que
llna cola que se mueve resulte muy visible para los otros perros.
La evolución ha utilizado unos cuantos trucos adicionales para hacer que las colas sean todavía más visibles. Los cánidos salvajes, como los lobos, suelen tener colas grandes y tupidas que pueden verse fá cilmente desde lejos. Además, muchas colas tienen una coloración espe cial para facilitar el reconocimiento de las señales. La parte inferior de la cola suele ser más clara, con el fin de que las señales hechas levantando la cola sean visiblemente distintas de aquellas en las que la cola adopta una posición más baja. Muchos cánidos también tendrán marcas dis tintivas para que la punta de la cola resulte más visible. Habitualmente,
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, el color se hace más claro hacia la punta, o simplemente hay una marca blanca que define la punta de la cola. En otros cánidos, la punta de la cola es visiblemente más oscura. Cualquiera de esos dos contrastes de
color contribuye a que la punta de la cola sea más visible, lo cual
garantiza que las indicaciones propocionadas por el movimiento y la posición sean más fáciles de reconocer.
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Posición de la cola
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Aunque empezaré describiendo la posición de la cola, debemos recordar que cada señal que transmite puede tener hasta tres compo nentes distintos. Al igual que ocurre con otras señales, es la combina
ción de los distintos componentes la que produce los significados más ricos y más faciJes de leer.También hay otro factor importante a tomar
en consideración: las distintas razas caninas mantienen sus colas a dis
tintas alturas. Todas las posiciones de la cola deberían leerse con rela ción a la posición media en que un perro mantiene la cola normal
mente. Más adelante volveremos a ocuparnos de esta cuestión.
• COLA HORIZONTAL, SEPARADA DEL CUERPO PERO NO RÍGIDA: Es un signo de atención que podría traducir;;e como "Aquí podría estar ocurriendo algo interesante". Normalmente la causa algún aconteci miento cercano, la aproximación de alguien o un olor interesante que flota en el viento. Este gesto no contiene ningún signo de amenaza, pero si la coja empieza a ponerse rígida indicará que el perro se ha dado cuenta de que la situación está empezando a cambiar. • COLA EXTENDIDA HOR.IZONTALMENTE, RÍGIDA y SEPARADA DEL CUERPO: Normalmente, las colas rígidas contienen un elemento de agresión; así pues, este gesto forma parte de un desafio inicial cuando el perro se encuentra con un extraño o un intruso. Podría traducirse como "Vamos a aclarar quién manda aquí" y es el comienzo de otro ritual de saludo bastante cauteloso entre perros que no se conocen demasiado bien el uno al otro. A veces podremos verlo también si un incidente ha provocado alguna pugna, como cuando dos perros en
cuentran un trozo de comida o un juguete muy atractivo al mismo tiempo. Dado que el jefe de la manada, o el perro más dominante, siempre
es el primero en disfrutar de la comida o los tesoros, el resultado del desafio es importante. Ese tipo de intercambio rara vez conduce a una agresión fisica, dado que normalmente uno de los dos perros evaluará
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CONVE~E CON SU PERRO
la situación y (quizá como resultado de un historial de confrontacio nes anterior) se limitará a retroceder, resolviendo así e! conflicto. La posición de la cola puede tener un considerable efecto sobre el significado del gesto. Modifiquemos la altura de la cola rígida ele vándola un poco.
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• COLA LEVANTADA, ENTRE LA POSICIÓN HORIZONTAL Y LA VERTI
Es el signo de un perro dominante. La rigidez de la cola indica su intención de imponer activamente su dominio sobre todo e! que se encuentre cerca de él. De momento e! perro no se siente desafiado, pero prevé la posibilidad contraria. Esta señal de la cola se traduce como "Aquí mando yo, y estoy dispuesto a demostrárselo a cualquiera que dude de mi palabra". Eliminar la rigidez de la cola al tiempo que se mantiene esa posición elevada y la punta se desplaza un poco hacia adelante, mues tra una actitud claramente segurade sí misma. CAL:
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• COLA LEVANTADA Y LIGERAJI,IENTE CURVADA SOBRE LA ESPALDA:
Esta señal dice: "Todo el mundo sabe que aquí nundo yo". Es la ex presión de un perro confiado y dominante, que no duda de su capaci dad para controlar la situación. Este perro no espera desafíos; todo lo que quiere ocurrirá de acuerdo con sus planes y deseos. Me he preguntado en muchas ocasiones cómo evolucionaron estas posiciones de la cola levantada que indican el dominio de un perro determinado. Curiosamente, fue un cuento popular e! que me proporcionó la pista que me puso en el buen camino. Ocurrió cuando e! Dalai Lama visitó Vancouver para dar una serie de conferencias y algunos contactos políticos. El Dalai Lama es e! líder espiritual de la mayor orden de budistas tibetanos y, hasta 1959, fue también e! gober nante político de! Tíbet. La universidad organizó una recepción espe cial a continuación de un discurso de! Dalai Lama a la que fui invitado. El Dalai Lama se hallaba rodeado de fuertes medidas de seguridad, y la sala estaba tan llena de dignatarios que no tuve ocasión de llegar a hablar con él. No obstante, varios monjes budistas de su séquito tam bién asistieron a la recepción y pude charlar un rato con uno de ellos. Lo que realmente me interesaba no tenía nada que ver con la politica o la religión sino, como siempre, con los perros y, concreta mente, con e! Lhasa Apso, la más antigua y popular de las cuatro razas de perros consideradas nativas del Tíbet. El Lhasa Apso es una raza más bien pequeña, de unos 25 centímetros de altura hasta las paletillas y unos seis kilos de peso: Tiene un pelaje largo y sedoso, orejas caídas, una pequeña cola que mantiene levantada y la cara achatada. En teoría,
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se supone que debía parecerse al León Celestial. Su historia se remon ta a un llÚnimo de 1.300 años. Siempre ha estado relacionado con los monasterios budistas, donde servía como perro de compañía y tam bién como perro guardián para dar la alarma. Además, existía la tradi ción de llevar a este perrito a la habitación donde agonizara un sacer dote. Los monjes creían que el cuerpo de! perro albergaría tempo ralmente e! alma de! hombre santo hasta que ésta pudiera reencarnarse en un nuevo cuerpo humano. Debido a esta asociación con las almas de los hombres santificados, dichos perros eran mascotas muy aprecia das. A lo largo de los años, sucesivos Dalai Lamas regalaron Lhasa Apsos a varios emperadores chinos. Yo esperaba averiguar algo más sobre aquellos perritos hablando con alguien de su tierra natal. Como ya he dicho, tuve ocasión de conversar con un sacerdote auxiliar de! Dalai Lama que hablaba un inglés muy fluido y parecía amable y dispuesto a hablar. Cuando le pregunté por e! perro se echó a reír, probablemente porque aparte de mí todo e! mundo estaba ocupadísimo con la política y otros asuntos importantes. Aun así, me habló de ellos. "Esos perros llegaron a ser muy populares en e! siglo XVII. Fue durante los tiempos del quinto Dalai Lama, al que llamamos e! Gran Quinto [Ngag-dbang-rgya-mtsho]. El Gran Quinto era un caudillo militar y político, y estableció una alianz~ con los mongoles. [De he cho, fue e! responsable del poder político de esta orden religiosa en e! Tíbet.] El Gran Quinto también estaba muy interesado en las tradi ciones e historias populares y solía contarlas para entretener a sus oyentes. Una de ellas versaba sobre la cola de! Lhasa Apso. Los mongoles y los chinos solían usar perros de guerra en sus campañas. Según el Dalai Lama, los dioses dieron las colas a sus perros para que desempeñaran la misma función que los estandartes que llevaban los caudillos militares. La bandera alzada indicaba a las tropas dónde se encontraba su coman dante,lo cual les permitía ir allí para recibir instrucciones o agruparse a su alrededor para la defensa. El Gran Quinto decía que ésa era la razón por la que e! perro que manda sobre los demás lleva la cola erguida. La cola es su bandera. El Dalai Lama solía echarse il reír cuan do decía que siempre había pensado que sólo los perros dispuestos a luchar se habían ganado sus colas. Por esa razón, sugería a veces que los Lhasas probablemente hubiesen debido nacer sin cola. Años más tarde, después de que hubiera construido el Potala, en Lhasa, cambió de parecer. [El Potala es e! magnífico palacio de invierno utilizado por los Dalai Lamas y el sitio que acabaría dando su nombre al perro.]
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CONVEF2-E
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PERRO HABLAR CON LA COLA
UEI Gran Quinto tenía muchos enemigos políticos que querían vedó ·inuerto. Cuentan que una noche, mientras el Da1ai Lama dor mía, unos asesinos entraron en sus aposentos del palacio. Mataron sin hacer ruido a los guardias del perímetro exterior y después fueron sigilosamente hacia el grupo de guardias que defendÍ3n el dormitorio del Da1ai Lama. De pronto, un pequeño Lhasa Apso que dormía en aquellos aposentos empezó a ladrar furiosamente. Eso alertó a los guar dias personales del Dabi Lama e hizo acudir a otros que se encontra ban cerca. Una vez descubiertos, los asesinos ya no tuvieron ninguna posibilidad de salirse con la suya. Fue así -comportándose como un guerrero que montase guardia- como el Lhasa Apso le salvó la vida al Da1ai Lama. Después, oyeron que el Gran Quinto le decía a su perro: "Ahora comprendo que realmente te has ganado tu cola, perrito. Le vanta tu estandarte de batalla, y 1úce10 con gran honor". Esta historia siempre me ha parecido encantadora, y a veces la recuerdo cuando veo a un perro con la cola erguida. Mucho tiempo después estaba viendo una serie de filmaciones de lobos, en algunas de las cuales se veía a lobos saludarse tras una cacería o preparándose para salir de caza, cuando me di cuenta de que había una partícula de verdad en la idea de que la cola levantada era el estandarte de batalla de un perro. En esos episodios, el grupo de lobos acostumbraba a reunirse alrededor del líder de la manada. Con tantos lobos juntos era difícil localizar a un individuo determinado entre la masa de cuerpos, salvo al jefe. Su cola permanecía levantada lo más arriba posible, como una bandera, para que siempre estuviera claro dónde se encontraba en un momento dado. La función de estandarte para agrupar a la manada queda toda
vía más clara si consideramos el efecto que produce una cola levantada
en distintas situaciones. Me di cuenta, por ejemplo, de que cuando el
jefe de la manada se paseaba por la zona de descanso con la cola rela jada, los integrantes de la manada apenas prestaban atención a sus movimientos y seguían con lo que estuvieran haciendo. Pero si el jefe de la manada atravesaba el claro con la cola lev:mtada, los otros lobos casi siempre se percataban de ello y, lo que es más, iban a reunirse Con él. El lobo Alfa parecía usar aquella señal de manera selectiva. Levanta ba la cola cuando se disponía a reunir a sus camaradas para iniciar la cacería. También la levantaba cuando iba hacia un animal que no le resultaba familiar o cuando percibía una situación ambigua o posible mente amenazadora. La elevación de la cola agrupaba a sus tropas a su alrededor, de forma muy parecida a como el estandarte alzado del
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". caudillo mongol indicaba su posición a sus fuerzas para que se agrupa ran en torno a él. A medida que la cola baja, el contenido del mensaje cambia. • COLA MANTENIDA POR DEBAJO DE LA HORIZONTAL PERO TODAVíA AALGUNA DISTANCIA DE LAS PATAS, CON ALGÚN QUE OTRO VAIVÉN OCASIO NAL: Es la señal de un perro relajado que no tiene ninguna clase de problema por el momento. Puede traducirse como "Estoy tranquilo" o "Todo va bien" . • COLA BAJA, CERCANA A LAS PATAS TRASERAS: Esta posición de la cola modifica su significado dependiendo del lenguaje corporal del perro. Si las patas siguen rectas y la cola se mueve lentamente de un lado a otro en un va.ivén más bien corto, podemos interpre tar el significado del mensaje como "No me encuentro bien". Es una señal común en el perro que está enfermo o sufre algún dolor no demasiado intenso. La señal también puede indicar un malestar más mental que físico, y en ese caso podría traducirse como "Estoy un poco deprimido". Un cambio en la posición del cuerpo altera el significado de esta señal. La modificación más común consiste en un descenso del cuerpo, que se obtiene doblando las patas traseras ligeramente hacia dentro. Esto crea una leve inclinación hacia abajo de la espalda del perro y altera el significado para conveJ;tirlo en uno que contiene ciertos elementos de aprensión o timidez. Básicamente, esta señal de la cola significa ahora:"Me siento un poco inseguro". Suele verse cuan do el perro tiene que enfrentarse a un entorno desconocido, pero a veces también aparece cuando el perro ve que un miembro de su familia se dispone a abandonar la casa y prevé un período de separa ción de sus compañeros habituales. • COLA METIDA ENTRE LAS PATAS: Bajar del todo la cola desplaza la señal de la aprensión o la inquietud al miedo declarado. Esta posición se traduce como "¡Tengo miedo!" o "¡No me hagas daño!". Aunque el elemento principal de esta posición de la cola sea el miedo, también se ha ritualizado hasta convertirse en una señal pacifi cadora que ayuda a neutralizar la agresión de otro perro. La circuns tancia más habitual en la que aparece esta posición es en presencia de un perro dominante o de una persona que es percibida como domi nante y que controla la situación. En esos casos, esta señal de la cola también puede significar "Acepto mi humilde papel en la manada y no estoy intentando desafiarte", o "Me siento tan claramente abruma do por tu presencia que nunca cuestionaré tu autoridad".
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Hay una interesante razón adicional por la que las posiciones en que la cola está levantada pueden haber evolucionado como señales de dominio mientras que las posiciones en que está baja se han converti do en señales de sumisión o inseguridad. Esta razón no tiene nada que ver con la señal proporcionada por la cola. El argumento es que lo importante no es necesariamente la cola en sí, sino más bien lo que hay debajo de ella. Las glándulas anales de un perro contienen mucha información olfatoria que sirve para identificar al animal, y también indican su estado emocional y su nivel de receptividad sexual. Las glándulas anales son prácticamente un informe con los datos persona les de un perro determinado. Así pues, un perro que levanta la cola expone esta información al mundo. Esa postura pregona la identidad del perro haciendo que sus olores estén a disposición de todo el que se encuentre cerca, lo cual podría equipararse a poner nuestro nombre en neones o publicar nuestra biografia para que la lea todo el mundo. En las personas, ese tipo de exhibición pública de la información personal se asocia a individuos que son famosos, ricos, poderosos o importantes por otras razones y que, debido a ello, se sienten realmente seguros de sí mismos. Con los perros ocurre exactamente lo mismo. Los perros dominantes están orgullosos de su identidad y les encanta anunciar a todo el mundo:"Tu líder ha llegado. Huele y así sabrás quién soy yo". Si la posición de la cola levantada al máximo pretende exponer las glándulas anales y difundir e! olor, entonces, obviamente, una cola más baja tenderá a reducir la cantidad de olor. Una cola firmemente metida entre las patas tapará físicamente la región anal, con lo que cumplirá la misma función que el tapón de una botella de perfume, evitando fisicamente que se escapen los olores. Básicamente, el perro hace que su presencia resulte menos obvia evitando la difusión de los olores que lo identificarían en tanto que individuo. Algunos científi cos han sugerido que este gesto de la cola entre las patas es el equiva lente canino a una que vemos en los seres humanos inseguros -espe cialmente los niños- que se cubren la cara con las manos cuando tienen que comparecer ante una persona dominante o potencialmen te amenazadora. Así pues, las señales olfativas también pueden ser un componente importante de la comunicación con la cola. La Figura 11-1 nos ofrece una representación visual de las dis tintas posiciones de la cola. Fíjese en que e! aumento de! dominio o de la agresión eleva la posición de la cola, en tanto que ésta baja si e! miedo o la sumisión se incrementan.
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Figura I 1.1 posiciones básicas de l. col.: La figura de arriba de todo representa a un perro alerta y rel.jado. Bajando por la columna i~quierda. vemos cómo la cola se elev. con el aumento del dominio o de la amenaza agresiva, mientras que bajando por la columna de la derecha vemos cómo la posición de la cola desciende a medida que aumentan el miedo o la sumisión.
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Forma de la cola Como he señalado antes, la información que facilita la posición de la cola está condicionada por varios factores. Uno de ellos es la forma de la cola. • PElO ERIZADO A LO LARCa DE LA COLA: La manera más racil de cambiar la forma de la cola es erizando el pelo, en vez de mantenerse liso como está normalmente. En términos generales, el centro cerebral que causa el erizamiento del pelo en el lomo del perro hace también que el pelo de la cola se erice. Al igual que el erizamiento del pelaje en la espalda del perro, el de la cola también es un signo de agresión. Es, no obstante, una señal independiente que puede ser usada para mo dificar cualquier posición de la cola añadiendo un poco de amenaza a la señal. Así, Con la cola recta modifica la señal haciendo que ésta pase de "Vamos a aclarar quién manda aquí" a "Vamos a determinar quién es el jefe aquí, ¡y si crees que para ello es necesario luchar, por mí de acuerdo!". Añadiendo el erizamiento a una cola que está levantada o por encima de la espalda, significa "Aquí mando yo. No te tengo miedo, y cualquier desafio por tu parte acabará en una pelea". La cola mantenida a un nivel inferior, al tiempo que el pelo está erizado, significa, "Me estás po niendo francamente nervioso. Si me obligas, quizá tenga que luchar". • PELO ERIZADO ÚNICAMENTE EN LA PUNTA: El erizamiento de toda la cola siempre encierra un mensaje agresivo, pero una cola que está erizada únicamente en la punta, especialmente si esa punta está levantada, añade un componente de miedo, ansiedad o desánimo, más que de agresión, al mensaje. Así, una cola baja (pero no metida entre las patas) con un erizamiento al extremo y la punta levemente doblada hacia arriba, puede estar diciendo que el perro tiene un mal día. En mis perros, esto se soluciona dedicándoles un poco más de atención personal. Si eso falla, averiguo si hay algún problema fisico que pueda estar causándole molestias. • UNA DESVIACIÓN o CURVATURA PRONUNCIAD:\ EN LA COLA CUAN DO ÉSTA SE MANTIENE EN ALTO: Este cambio en la forma de la cola es muy interesante, y las razas en las que puede verse con mayor claridad son aquellas que más se parecen a los lobos. Los pastores alemanes, los pastores belgas y algunas de las razas del norte 10 muestran de una manera muy visible. Esta señal cobra el aspecto de una brusca desvia ción o curvatura en la cola.A veces hace que parezca torcida o rota, y le da una apariencia ondulante de serpiente, una especie de letra ese puesta de lado. Es un signo inequívoco de que el perro está pensando
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en iniciar una acción agresiva. Si usted se enfrenta a esta señal, espe cialmente si hay otros signos de dominio o agresión, ha llegado el momento de que usted y su perro pongan la mayor distancia posible con esa situación. Esta señal significa:" ¡Atrás! Si no te largas de aquí, vaya atacar... ¡ya.1" . • UNA CURVATURA CERCA DE LA PUNTA DE LA COLA: Esto añade una amenaza moderadamente agresiva a cualquier otra señal. El perro está diciendo: "No te acerques. No te metas conmigo, porque puedo atacar". Las curvaturas de la cola son una señal que nunca debería pasar se por alto. Suelen ser un poco sutiles, pero habría que responder a ellas, dado que normalmente indican que el perro se siente lo bastante agresivo para llegar a morder.
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Movimientos de la cola Los distintos movimientos de la cola pueden añadir matices y significados adicionales a muchos otros mensajes, tanto si se transmi ten a través del sonido, el lenguaje corporal u otros métodos de expre sión con la cola . • MENEO RÁPIDO: Este movimiento puede aparecer como signo de excitación o tensión. En general, el vigor o la rapidez del meneo indican el grado de excitación. A la hora de juzgar la excitación basán dose en los movimientos de la cola, es importante prestar atención a la rapidez del meneo, ondulación o vibración, con independencia de la amplitud de barrido del movimiento. La amplitud del meneo de la cola variará dependiendo de la características de la raza, así que habría que mantener los ojos bien abiertos. Por ejemplo, un perro de caza con una cola que se agita libremente puede dar la impresión de estar moviéndola mucho más de 10 que un terrier mueve su cola en forma de zanahoria (que, de hecho, puede parecer que sólo tiembla). Pero, en ambos casos, los movimientos rápidos únicamente significan que el perro está excitado. La amplitud de cada barrido de la <;ola guarda más relación con el estado emocional del perro (positivo o negativo) que con su nivel de excitación. • LICERO MENEO DE LA COLA, CON BARRIDOS DE ESCASA AMPLITUD: Este meneo de la cola se observa normalmente durante los saludos. Puede dirigirse a desconocidos, al amo humano o a otro miembro significativo de la familia cuando entra en la casa. Suele aparecer antes
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CON SU PERRO
de que la presencia de! perro haya sido percibida por la persona. Puede interpretarse como un "Eh, hola" un poco vacilante, o un "Estoy aquí" que pide una respuesta. Este pequeño meneo de la cola también puede verse cuando el dueño de! perro vuelve la mirada hacia e! animal, ya sea al entrar en una habitación o como una interrupción de alguna actividad que se estuviera llevando a cabo. Suele ser ofrecido con e! significado de "Veo que me estás mirando.Te gusto, ¿verdad?". Este meneo es una respues ta a la atención social y pretende dejar claro que el perro no está desafiando la posición de dominio de la persona, sino que sólo busca contacto social y una respuesta cordial. • MENEO AMPLIO; Es una señal amistosa de! tipo "No te estoy desafiando o amenazando" y también puede utilizarse para decir"Me caes bien". Este gesto de la cola puede verse con frecuencia durante el juego, cuando un perro parece estar atacando al otro y se lanza sobre él, gruñendo y ladrando. Al mismo tiempo que está produciendo to dos esos ruidos y conductas aparentemente agresivas, e! perro menea alegremente la cola. Este meneo pretende asegurar al otro perro (o persona) que e! resto de las señales no van en serio, como cuando unos niños juegan a ladrones y policías y uno de ellos finge disparar contra otro y ruge "¡Ahora sí que estás listo! ¡Vaya matarte!", mientras acom paña esas palabras con una gran sonrisa. Este meneo amplio también puede significar "Estoy a gusto", en muchos contextos, y es e! que más se aproxima a la concepción popular del meneo "de felicidad". • MENEO AMPLIO, CON GRANDES BARRIDOS QUE LLEGAN A DESPLA ZAR LAS CADERAS DE UN LADO AOTRO: A veces se ve durante e! saludo, particularmente después de una larga ausencia. Puede aparecer cuan do la "persona especial" de! perro en cuestión -aquella a la que e! perro siempre parece más dispuesto a escuchar y obedecer- entra en la habitación. También puede producirse si e! perro está aprendiendo una nueva orden, como la de llamada, en la que e! animal aprende a responder a la palabra "Ven". Aunque parezca el movimiento de cola que expresa una mayor felicidad, en realidad es una señal compleja que indica el rango social de esa persona especial con respecto al pe rro. Puede leerse COI11O un saludo realmente efusivo y humilde, algo así como "Oh, Gran Líder, he venido a recibirte. Haré lo que tú quie ras que haga y tú, a tu vez, cuidarás de mi y no me harás daño". Cuando e! perro esté realmente decidido a cubrir de elogios al "Gran Líder" y quiera dejar muy claro e! mensaje "Te seguiré adonde
sea", bajará la parte trasera de! cuerpo de tal manera que parecerá que los vaivenes de la cola barren e! suelo. Al mismo tiempo, la parte delan tera del cuerpo se elevará ligeramente, e! perro levantará la cabeza para lanzarnos una mirada implorante y nos lamerá o lamerá e! aire delante de nosotros. Ante la visión de tanto amor y respeto, interpretamos e! mensaje como sincero y aceptamos al perro, lo saludamos, lo acariciamos y senti mos e! deseo de protegerlo. Éste es exactamente el tipo de comporta miento con que los perros subordinados reciben al jefe de la manada a su regreso o cuando se les acerca. El mensaje es de respeto, obediencia no amenazadora y apaciguamiento de cualquier posible agresión. • VAIVÉN LENTO, CON LA COLA A "MEDIA ASTA"; Esta señal de la cola no es tan social como la mayoría. Durante el adiestramiento, la interpreto como "Trato de entenderte. Intento averiguar qué es lo que quieres decir, pero no acabo de comprenderlo". Cuando e! perro haya conseguido resolver el problema, por lo general la rapidez y la ampli tud de los vaivenes de la cola se incrementarán considerablemente, quizás hasta el punto de convertirse en el pronunciado meneo "Gran Líder, oigo y obedezco". En general, el vaivén lento, con la cola ni en una posición parti cularmente dominante (alta) ni sumisa (baja), es un signo de inseguri dad o de que el perro no tiene demasiado claro qué es lo que hay que hacer a continuación. Pueden llegar a ver esta clase de movimiento cuando un perro se da cuenta de que alguien se aproxima a su hogar o su territorio. El perro puede dar un par de pasos hacia el desconocido, menear la cola lentamente y después volver la mirada hacia su familia o manada, a lo que seguirá otro meneo lento, otra mirada al descono cido y así sucesivamente. La indecisión queda reflejada en su cola. En cuanto el perro haya decidido si la presencia del desconocido repre senta un peligro o una amenaza o un acontecimiento positivo, o haya decidido actuar, su cola subirá o bajará, y este "meneo de indecisión" quedará sustituido por otra señal más obvia.
Interferencias humanas y dialectos de la cola
La apariencia que pueden adoptar las señales de la cola en un perro determinado depende de la forma de la cola y su posición normal, que varían según la raza. La intervención humana y el establecimiento de
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CON SU PERRO
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estándares de raza por parte de los amantes de los perros han dictado la "pauta" para las colas. Ciertas razas tienen que mantenerla baja, mien tras que otras deben llevarla erguida y otras mantenerla a medio nivel. A los perros con una posición natural demasiado alta o demasiado baja para su raza seguramente se les penalizará en las competiciones.Algu nas razas han de tener una cola que sea naturalmente recta, la de otras debe curvarse de manera natural por encima del cuerpo y otras, en cambio, deben tener una cola que normalmente permanezca metida entre las patas. Algunas razas deben tener una cola con muchas "plu mas", mientras que a otras éstas les están prolúbidas.Algunas razas de ben tener colas de una determinada longitud, mientras que otras no deben tener cola. Muchos de esos requisitos, pero no todos, son de naturaleza meramente estética o sólo pretenden obtener un "aspecto" determi nado. No obstante, cada raza de perro fue criada para desempeñar una función específica, y en algunos casos la cola constituye una parte esencial para realizar esa función. Un ejemplo claro son los perros de caza. Los sette.rs fueron criados para que pudieran moverse sobre e! terreno mucho más deprisa que sus predecesores, los pointers. Tam bién se los crió para que el cazador supiera lo cerca que sus perros creían estar de la presa basándose en el movimiento de su cola, dado que las colas de los setters se mueven con creciente rapidez conforme se aproximan a la presa. Por lo tanto, deben ser lo más tupidas posible para que resulten visibles. Una vez que los setters han localizado la pieza y la "señalan", todos los movimientos de la cola deben cesar. Esto indica al cazador que las aves se encuentran muy cerca del perro y que debe aproximarse con mucho cuidado' para no asustarlas y pro vocar que huyan de su escondite antes de que pueda abrir fuego de manera efectiva. Otro caso lo constituyen los perros de trineo, que deben man tener la cola alta. Una vez más, existen razones funcionales que justifi can esta posición. El que un perro de trineo mantenga alta la cola hace que cualquier señal resulte visible para e! conductor, incluso si los perros están enganchados al trineo. Las desviaciones de la posición elevada normal pueden verse incluso con el trineo en movimiento. Que todas las colas estén levantadas indica que e! equipo de perros está atento y listo para iniciar la marcha. Un descenso relativo en la cola de un perro será fácilmente visible, y el conductor podrá deter minar si ese animal tiene algún problema. El enderezamiento de una cola, o la aparición de una torcedura visible, indica al conductor que
puede haber algún conflicto entre los miembros del equipo. Si las colas se mantuvieran a un nivel intermedio resultaría mucho más dificil ver estaS señales, dado que las colas de los perros que abren la marcha quedarían ocultas por los cuerpos de los perros engancha dos detrás de ellos. De esa manera, sin la posición elevada de la cola, el conductor se vería privado de una información vital acerca de sus perros. En cuanto a los perros pastores, se supone que deben mantener la cola baja. Normalmente, sus colas permanecen relativamente inmó
viles y apuntan hacia atrás, siguiendo la misma dirección que e! cuer
po del perro. La razón es que los perros pastores utilizan la amenaza de morder, las miradas y las cargas en determinadas direcciones para des
plazar al rebañó. La dirección que come el rebaño normalmente ven drá determinada por la postura del perro. Las ovejas, por ejemplo, se desplazarán en sentido opuesto a la mirada del perro, o correrán si guiendo una trayectoria recta para alejarse de la acometida del perro. Los animales del rebaño parecen tomar el alineamiento de la cabeza y
el cuerpo del perro por una flecha que señala la dirección en que se supone que han de ir. Imagínense lo que pasaría si e! perro pastor tuviera una cola erguida que se meciera de un lado a otro, como la de!
perro de trineo. Esta cbse de señal distraería facilmente a los animales
del rebaño, desviando su atención de la dirección indicada por la mi rada y el alineamiento del perro Y osc~lreciendo e! mensaje que el perro pastor estaría intentando enviar. El problema es que, a veces, la forma y las posiciones de la cola exigidas por la raza pueden volver confusos los mensajes enviados a los humanos o a otros perros. La persona que mire a un setter irlandés, por ejemplo, puede leer el rápido vaivén de su cola como una indicación de que el perro está entusiasmado o agitado y, en algunos casos, incluso
demasiado contento. Rara vez tendremos noticias de un setter irlandés
excesivamente reservado o tímido. Por otra parte, ese tipo de comentarios sí suelen oírse acerca de perros como los border collies, cuya cola permanece baja y no se mueve con demasiado entusiasmo. A pesar de ello, he descubierto que estos collies son tan sociables como la mayoría de los setters. La diferencia estriba en que, debido a que los perros son criados con vistas a obtener determinados atributos de la cola, tene moS que aprender a leer las señales dentro de! contexto de la raza en cuestión. Naturalmente, si usted vive con un perro durante algún tiempo, debería serIe más facil leer los cambios relativOS en la posición de su cola, con lo que el lenguaje de ésta resulta menos ambiguo.
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CONVEN-E
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La manera más significativa con que los humanos han interferi do en las señales normales de cola en los perros ha sido seguramente con la práctica de cortarla, con la que se amputa al cachorro una parte o la totalidad de la misma en cuanto nace. Obviamente, un perro sin cola no puede emitir señales Con ella.
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Dicha práctica ha generado apasionadas controversias, y yo ten go sentimientos contradictorios acerca de la cuestión. Los argumentos en contra (basados en alegaciones de crueldad, dolor y mutilación) han hecho que varios países la prohibieran. No obstante, es importan te entender los propósitos originales que hicieron que fuese adoptada por los criadores de perros. Cortar la cola no empezó como una sim ple cuestión de moda mediante la cual los criadores trataban de obte ner un aspecto determinado en la pista de competición. Muchas razas de spaniels a las que se somete rutinariamente a esta amputación tie nen cola elegante y tupida, que en realidad hace que el perro tenga una apariencia más hermosa, al menos a mis ojos. Como en otros muchos casos de manipulación humana de la forma canina, esta medi da se adoptó por razones muy prácticas. Una de las razones es la misma que se adujo en un principio para reCOrtar las orejas a los perros guardianes. La cola proporciona un medio con el que un criminal o cualquier otro indeseable podría suje tar al perro, controlando así sus acciones y evitando así sus dientes. La cola se corta 10 más cerca posible del cuerpo para evitar el uso de tales estrategias Contra los perros guardianes.
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No obstante, la mayoría de los perros a los que se les corta la cola no son perros guardianes. El Corte parcial o total de la cola se aplica en más de cincuenta razas de perros. En muchas de las razas deportivas, originalmente era un procedimiento preventivo destinado a evitar que sufrieran lesiones en la cola. Esas lesiones son particular mente comunes en los perros de caza que tienen que perseguir presas a través de vegetación frondosa, zarzales o terreno rocoso. La rápida acción de sus colas, que se mueven incesantemente de un lado a otro, puede hacer que un perro acabe con la cola desgarrada, rota y ensan grentada, 10 cual es doloroso, suele ser dificil de tratar y puede requerir la amputación de la cola en el perro adulto, bastante más arriesgada. Obviamente, cortar la cola elimina el riesgo de que sufra lesiones. Las raZOnes a fa\'or de este procedimiento han sido confirmadas recientemente en un estudio realizado por el Consejo Sueco de Cría del Pointer Alemán de Pelo Corto. Después de que Suecia hubiera prohibido COrtar la cola en 1989, se produjo un visible incremento en
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el número de lesiones de cola. En 1991, esta organización efectuó un seguimiento de 191 pointers a los que no se les había cortado la cola y que en el momento del estudio tenían entre veinticuatro y treinta meses de edad. Asombrosamente, un 51 por ciento de esos perros había sufrido lesiones en la cola que requirieron tratamien to médico. La probabilidad y gravedad de las lesiones parece estar relacionada con algunos factores bastante obvios. Los investigado "res mencionaron como uno de esos factores la característica vitali dad de la raza y la manera en que mueve la cola. Como era de esperar, la frecuencia con que se utilizaba al perro para cazar y el tipo de terreno también eran factores importantes. Los perros que se movían por terreno rocoso, boscoso o con mucha vegetación tenían muchas más probabilidades de sufrir lesiones en la cola que los utilizados en áreas pantanosas o en praderas llanas. Los perros con colas más gruesas y musculosas, como los perdigueros labrador, conservan la totalidad de su cola y parecen me nos propensos a sufrir lesiones. En algunas razas, como el vizslas, la parte inferior de la cola es bastante robusta, mientras que la sección de la cola más próxima a la punta suele quedar dirigida hacia arriba (10 cual hace más probable que se enganche en los obstáculos) y no tiene mucha grasa o músculo que le sirva de protección contra la espesura y las rocas. Por esta razón, por lo general a esta raza sólo se le amputa el tercio superior de la cola. Puedo entender las razones de índole práctica con que se justi fica esta práctica, pero sigo temiendo que limite de manera significati va el uso de las señales de cola y, de esa manera, disminuya la efectivi dad de un canal de comunicación muy importante para el perro. Permitanme ofrecerles unos cuantos datos y una anécdota que pare cen confirmar mis temores. En un estudio, observamos a perros interactuando en un parque urbano donde les estaba permitido ir sin correa. Contamos 431 encuentros entre perros. La mayoría de dichos encuentros (382, o el 88 por ciento) fueron típicas conductas caninas de saludo, frecuentemente seguidas por conductas de juego, con las persecuciones habituales incluidas. Los cuarenta y nueve encuentros restantes incluyeron un elemento agresivo por parte de uno o más de los perros involucrados. Dicho elemento podía ser tan leve como un gruñido y un intento de morder sin que llegara a haber contacto o tan serio como un ataque tísico con derramamiento de sangre. Los perros involucrados fueron clasificados según tuvieran cola (intacta o parcialmente cortada) o no la tuvieran (muy probablemente
HAllLAR CON LA COLA
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CONVER2-E
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CON SU PER.RO
porque se la habían cortado). Para que pudiera ser clasificado como "sin cola", un perro debía tener una cola de aproximadamente 15 centímetros o menos de longitud (eliminamos de la muestra a los perros falderos). La proporción de perros con cola era considerable mente más alta dentro de esta población y ascendía al 76 por ciento, contra un 24 por ciento de perros sin cola. No obstante, cuando con tamos a los perros que habían tomado parte en incidentes agresivos, descubrimos que en 26 de esas confrontaciones (53 por ciento) habían participado perros sin cola. Basándonos en e! número de perros con cola y sin ella, cabía esperar sólo doce incidentes agresivos (24 por ciento) en los que estuvieran involucrados perros sin cola. Así pues, nuestros resultados indican que los perros con cola corta o ausente tienen el doble de probabilidades de verse envueltos en encuentros agresivos Con perros que aquéllos con cola más larga y visible. Esto nos obliga a preguntarnos si el incremento de las confrontaciones no podría estar relacionado con la ambigüedad o ausencia de seña les de cola adecuadas que habrían podido indicar apaciguamiento evitando así una pelea. La anécdota acerca del corte de la cola trata de un perdiguero labrador llamado Transit, un labrador típico que se tomaba la vida de manera cordial y afable. Las personas siempre le daban besos, y se rela cionaba muy bien con los otros perros. Mark, su dueño, solía llevarlo a un parque cercano donde está permitido que los perros vayan sin co rrea dentro de una zona cercada. Mark me contó que Transit nunca había tenido interacciones agresivas o negativas con ninguno de los perros que iban al parque. Pero un día, aquel tranquilo perro negro sufrió un desgraciado accidente al fallar el cierre automático de la puerta de un garaje.Tras llevarlo corriendo al veterinario, éste no tuvo más remedio que amputarle casi toda la cola, dejándole un muñón de unos tres centímetros escasos de 10ngitud.Transit se recuperó por com pleto y, con esa capacidad de adaptación que hace que los labradores se mantengan entre las diez razas caninas más populares, su personalidad no mostró cambio alguno... o al menos ninguno que los seres huma nos pudieran percibir. Mark, no obstante, cuenta que ahora los otros perros le responden de una manera bastante más ambigua que en el pasado. Cuando Transit conoce a nuevos perros, éstos parecen tardar más que antes en completar e! ritual de saludo. y en los tres meses transcurridos desde su recuperación, ya ha habido tres incidentes de amenazas o mordiscos en el parque. En cada caso, el ataque fue inicia do por e! otro perro. ¿Será que Transit ha perdido parte de su precisión
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4 anterior a la hora de comunicarse? ¿Y si, al haber perdido su capacidad para hablar con la cola, Transit ya no pudiera enviar las nítidas señales cordiales y pacificadoras que transmitía antes? Aunque podría haber otras explicaciones para estOS datos y esta anécdota, y éstas podrían derivar de otros factores aparte del recorte de la cola, me han hecho recapacitar. Acepto las razones de "seguridad preventiva" para cortar la cola, pero me temo que el déficit de comu nicación, el cual parece ser una consecuencia de tal recorte, es signi
ficativo. Quizá vaya siendo hora de asumir un compromiso en esta controversia. Quizás ha llegado el momento de pensar en el corte
parcial, que consiste en la amputación de esa porción de la cola
(normalmente situada hacia la punta) con más probabilidades de sufrir lesiones, al tiempo que se conserva cola suficiente para per
mitir que el perro pueda comunicarse con sus compañeros cani nos. Desgraciadamente, dudo que esta idea vaya a aceptarse. Los que
se oponen a cortar la cola seguióan manteniendo que la eliminación de cualquier porción de la cola supone una mutilación del perro, mien
tras que sus defensores dióan que no eliminamos suficiente cola para que esos perros trabajen sin correr peligro. Existe otra solución al problema que exigiría mucho más tiempo y trabajo creativo. ¿Por qué no criar perros de comperición con colas más fuertes y perros guardianes cQn colas más cortas? podóa hacerse. Hemos criado perros para obtener toda clase de atributos similares. Quizá se requiriese la relajación de algunos estándares de raza que permitiera algún grado de cruce para conseguir los cambios, pero el esfuerzo estaóa más que justifIcado. No obstante, me tema que los aficionados a los perros no permitióan que semejante "adultera ción" llegara a ocurrir, lo cual significa que las probabilidades de que esta solución se acepte son mínimas. Así pues, si yo tuviera una cola
que no hubiera sido acortada por las presiones evolutivas, ahora me
veóan llevarla muy baja, cerca de mis piernas y moviéndola lo menos
posible: una clara indicación del estado emocional que la cuestión de
la cola provoca en mí.
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Hace algún tiempo asistí a una reunión de laJunta Municipal de Parques en la que se debatía una norma que declararía ilegal pasear perros sin correa por cualquier parque. Varias personas expusieron sus opiniones a favor yen contra de aquel cambio en la normativa, yen poco tiempo la discusión llegó a ser bastante acalorada. En un momento dado, una mlüer se opuso apasionadamente a las áreas sin correa, afirmando que los perros eran "peligrosos y dejaban todo hecho un desastre". El hombre sentado junto a mí era un profesor de universidad que enseñaba nego ciación en la Facultad de Comercio. Me miró y observó: -La nueva norma ganará por tres; puede que cuatro votos de margen. Tendremos nuestros parques sin correa. -¿Cómo lo sabe? -le pregunté. -Me lo han dicho -contestó él mientras señalaba a los miem bros de la junta sentados a una larga mesa al fondo de la sala. -¿Quiere decir que ha hablado con ellos antes de esta reunión? -No, se lo están diciendo a todo el mundo. Fíjese en ese hom bre de la derecha. ¿Ve cómo se inclina hacia adelante para escuchar? Está de acuerdo con la oradora, y la mujer sentada dos asientos más allá que se acaricia el mentón también está de acuerdo con ella. Ahora fíjese en los demás. Ninguno de ellos está a favor de sus argumentos. Dos se han recostado en sus asientos como si intentaran aumentar la distancia que los separa de ella, y uno está mirando el techo. El hom bre que está sentado junto a él se ha cruzado de brazos, y la mujer sentada a su lado aprieta los dientes y mantiene las manos entrelazadas delante de ella. Esa mujer que se ha llevado un dedo a la cara también está rechazando el argumento. El único voto del que no puedo estar seguro es el del hombre de la barba. La manera en que apoya la cabeza en la mano indica aburrimiento, y tanto podría votar a favor como en
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CONVEroE
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CON SU PERRO HABLAR CON EL CUERPO
contra, aunque por el ángulo de su cuerpo yo diría que piensa que esa mujer no está diciendo más que tonterías. Había sabido leer el lenguaje corporal de la gente. La idea de un período de prueba con una serie de parques concebidos para que los perros pudieran ir sin correa se aprobó por cuatro votos de margen. Aquellos cargos públicos no habían hecho ningún intento deliberado de revelar sus opiniones por adelantado, pero sus cuerpos enviaron señales muy claras acerca de sus actitudes e intenciones. Los negociadores profesionales, psicólogos clínicos, algunos agen tes de la ley y muchos hombres de negocios han aprendido a leer las señales no verbales que emite el lenguaje corporal. La mayoría de no sotros hemos llegado a dominar razonablemente bien esta habilidad aunque no se nos haya enseñado específicamente. Eche un vistazo a la Figura 12-1, que muestra unas cuantas figuras. Después lea la lista de frases que haya continuación e intente determinar qué figura es más probable que esté diciendo cada una de las frases siguientes. Escriba la letra correspondiente a esa figura junto a la frase. Cuando haya terminado, pase al párrafo siguiente para ver cuáles son las respuestas correctas.
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__ 1. "¡Hemos ganado!"
__ 2. "No, no me apetece."
__ 3. "Bienvenido a mi casa."
__ 4. "¡No olvides que aquí todavía mando yo!"
__ 5. "Todo esto me resulta muy embarazoso."
__ 6. "Déjame pensarlo."
__ 7. "No tenía ni idea de lo que estaba ocurriendo aquí."
__ 8. "Me has decepcionado, y estoy muy disgustado contigo."
Los emparejamientos correctos son: 1-E; 2-A; 3-C; 4-F; 5-B; 6-H; 7-D; 8-G. Estoy seguro de que la mayoría de ustedes han inter pretado estos ejemplos de lenguaje corporal con muy poca dificultad incluso aunque nunca hayan sido preparados formalmente para hacer lo. Fíjense en que la información transmitida por estas breves "instan táneas" de personas está relacionada con una larga serie de temas bas tante complejos, como el saludo, el dominio social, la ira o el enfado, la excitación, la inocencia, etcétera. Toda esta información se comunica mediante la postura de una persona, las posiciones de sus manos, el ángulo de inclinación de su cabeza y la forma en que se mueve. Con los perros ocurre exactamente lo mismo. Los perros usan la postura corporal, la disposición de las patas y la forma en que se mueven como una parte esencial de su l~nguaje.Además, al igual que ocurre con las personas, el lenguaje corporal de los perros transmite mensajes sobre sus estados emocionales y asuntos sociales.
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Figura 12.1 Estas figuras forman parte de un test para determinar su capacidad de leer el lenguaje corporal. Escriba la letra correspondiente a cada figura jUnto a la frase adecuada del texto, y después lea el párrafo sigUiente para ver qué tal lo ha hecho.
La expresión del dominio social, la agresión, el miedo y la sumi SlOn en el lenguaje corporal siempre sigue la regla general de que cuanto más agresivo y dominante sea el perro, más enorme y alto tratará de parecer. Los anímales asustados y sumisos intentan volverse lo más pequeños posible. Esta observación no es nueva: Charles Darwin ya se percató de ello y lo describió en 1872 en su libro The Expression of Emotions in Animals and Man. Ahora veremos cómo este principio general se combina con los otros movimientos corporales del perro para transmitir unos cuantos mensajes muy específicos. • PATAS RíGIDAS, POSTURA ERGUIDA O MOVIÉNDOSE LENTAMENTE HACIA ADELANTE CON LAS PATAS RíGIDAS:
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un perro dominante que intenta decir "Aquí mando yo". También contiene una clara indicación de que, si es necesario, recurrirá a la agresión fisica para imponer su autoridad. Por 10 tanto, también signi fica "Te desafio". Esta postura está representada en el dibujo original de Darwin, que he incluido como Figura 12-2. Durante mucho tiempo se pensó que esta postura indicaba que
el perro se preparaba para luchar y que la agresión era inevitable. Pero ) ~
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no es así. Los perros dominantes rara vez llegan a luchar por la sencilla razón de que no necesitan hacerlo. El ordenamiento jerárquico dentro de una manada de cánidos salvajes, como los lobos, normalmente se establece sin que llegue a haber derramamiento de sangre. La amenaza de agresión es en realidad un ejemplo de conducta ritualizada, donde 10 que importa son los signos y las señales, no las acciones que parecen anticipar, La palabra "ritual" procede de la palabra latina ritualis, que significa "hábito" o "ceremonia". Los rituales son pautas de conducta que han perdido su [unción original de preparativo para una acción y han adquirido un significado a efectos comunicativos. Aunque es im probable que la amenaza vaya seguida por un ataque, el efecto que la amenaza produce en los otros animales del grupo normalmente basta para establecer el nivel jerárquico del peno dentro de la manada.
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¿Por qué este gesto corporal ha pasado a convertirse en una señal y a formar parte de la pauta de comunicación del perro, en vez de ser simplemente la primera fase de un verdadero ataque? La res puesta tiene mucho que ver con la evolución y la supervivencia. Exami némoslo desde esta perspectiva. Cada día ocurren muchos encuen tros menores que podrían producir alguna forma de conflicto. Éstos incluyen disputas sobre quién puede dormir dónde, quién se aparta del camino de quién, quién come primero, quién inicia el juego o la actividad sexual, etcétera, Si cada una de esas situaciones cotidia nas derivara en un enfrentamiento físico, todos los cánidos acaba rían agotados y pasarían una gran parte de su tiempo cuidándose las heridas y recuperándose. Esto reduciría las probabilidades de supervivencia tanto para el individuo como para la manada, dado que un animal cansado o herido no puede cazar eficientemente ni defen derse de manera efectiva, Aquí es donde interviene la evolución. Los perros que han apren dido a aceptar la señal de dominio ya someterse a ella salen beneficia dos en términos de salud y energía. Los perros que han aprendido a ejecutar una exhibición de dominio y esperar que ésta produzca una conducta de sumisión, por lo que no necesitan luchar a continuación, también salen beneficiados. Esto significa que la evolución favorece a los individuos fisicamente menos agresivos, en los grupos de animales sociales, al mismo tiempo que permite que algunas exhibiciones real mente capaces de asustar sigan formando parte del sistema de comu nicación canino. Si dos perros asumen esta misma postura erguida y ambos reco nocen que están aproximadamente igualados en lo que respecta al dominio pero que no representan una amenaza el uno para el otro, inician una pequeña danza de saludo, Los perros parpadean o inte rrumpen el contacto ocular durante un momento, y después cada uno va lentamente hacia los flancos de! otro, evitando cualquier tipo de mirada directa. Cuando están el uno junto al otro, ambos todavía con las colas en e! aire, cada perro husmea la región anal del otro. Esto sirve a dos propósitos: ayuda a cada perro a reconocer el sexo e identidad del otro, y también indica que ambos se sienten lo bastante seguros de sí mismos para exponerse sin temor a ser atacados. Después de esto, cada perro puede dar unas cuantas vueltas alrededor del otro y después quizá vayan corriendo a jugar o cada uno siga su camino. Esto no significa que a esta exhibición de dominio nunca le siga un ataque. Estamos hablando de comunicación, por lo que una vez la
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CONVEN-E
CON SU PERRO
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señal ha sido enviada, la siguiente acción del emisor dependerá de lo que el otro perro haga en respuesta. o CUERPO L1GERA!vlENTE INCLINADO HACIA ADELANTE, PIES FIRME MENTE PLANTADOS EN EL SUELO: Ésta es la señal que tiene más probabi lidades de provocar un ataque a continuación de la conducta. El perro que adopta esta posición corporal ha presenciado la declaración de un perro dominante de que allí manda él, pero no la acepta. De hecho, lo que está diciendo es: "¡Desafio tu dominio y estoy dispuesto a lu chad". Una vez se ha llegado a esta situación puede ocurrir práctica mente cualquier cosa.EI encuentro podría terminar de manera pacífi ca si el primer perro se echa atrás, o al menos deja de tratar de imponer su dominio, lo cual indicaría que acepta al segundo perro al menos como su igual. En caso contrario, ambos perros pueden seguir avan zando el uno hacia el otro y acabar luchando.
Llegados a este punto, hay pequeños cambios en las señales que también pueden indicarle qué ocurrirá a continuación. En ese caso, debería fijarse en el pelaje del lomo de los perros. o EL PELAJE SE ERIZA EN LA ESPALDA Y LAS PALETILLAS: Es un signo de posible agresión incluso cuando tiene lugar sin la postura corporal rígida y erguida. Un surco de pelo erizado a lo largo de la espalda dice "¡No me provoques!", o "¡Me estoy enfadando!". En otras circunstan cias, también puede indicar miedo e incertidumbre.
Es importante fIjarse en la forma que adopta el erizamiento. En muchas razas, los pelos tienden a Oscurecerse hacia las puntas. Así, cuando el perro eriza el pelaje (extendiendo los pelos sobre las paletillas y la columna vertebral), las puntas OSCUras lo vuelven más visibles, hacien do que el perro parezca todavía más grande y alto y reforzando la expresión de dominio. En algunos lobos y razas de perros, hay una
línea o retazo de pelo oscuro que cruza la espalda y también, ocasio
nalmente, un oscurecimiento en las paletillas. Estos cambios de color
sirven seguramente para atraer la mirada hacia esas señales.
El pelaje puede erizarse de dos maneras. Una de ellas limita el erizamiento a la región del cuello y las paletillas. Un perro dominante, que todavía se siente seguro de sí mismo y sólo está un poco preocu pado por la situación actual, probablemente sólo levantará los pelos de esas regiones de la parte anterior de la espalda. En el segundo caso, los pelos se erizan a lo largo de toda la espalda (10 que también puede ir acompañado por el erizamiento de la cola). Esta "exhibición al com pleto" del erizamiento significa "Ya estoy harto de ti", y es un signo de ataque inminente. En otras circunstancias, también puede significar
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que el perro está un poco preocupado por la situación y se dispone a
usar sus dientes en un desesperado intento de defenderse o defender la
posición que ocupa dentro de la manada. En cualquier caso, y tanto si
se trata de miedo como de ira crecientes, este erizamiento del pelaje
suele indicar que el perro no ve más alternativa que la de luchar, a
menos que el otro perro se eche atrás o se Someta.
o BAJAR EL CUERPO O ACURRUCARSE, MIENTRAS SE MIRA HACIA ARRIBA: Es un gesto claramente sumiso, dado que consiste en bajar el cuerpo para parecer más pequeño y, por lo tanto, es justo lo contrario de expresar dominio aparentando ser más grande de lo que se es en realidad. Básicamente, el perro está diciendo "No discutamos", o "Acep to tu liderazgo y tu estatus social superior". Darwin representó la for ma clásica de esta postura en la Figura 12-3. Algunas personas han sugerido que este gesto es la expresión emocional de un perro que teme a la persona o animal ante el que se inclina, pero existen varias clases de miedo. La forma más evidente podría llamarse "miedo existencial", y aparecería en aquellas situacio nes en que la propia vida y la seguridad del perro se encuentran ame nazadas. En esta situación, el perro sólo puede seguir dos líneas de conducta: escapar de la situación que lo atemoriza o enfrentarse al individuo que lo amenaza. Si están lo bastante asustados, casi todos los perros sensatos huirán. La huida es la opción más aconsejable, dado que minimiza las probabilidades de sufrir algún daño. El hecho de que la mayoría de perros tengan las caderas bastante estrechas (una característica evidente en los sabuesos que se guían por la vista, como el lebrel y el galgo) les permite correr muy deprisa, y salir corriendo es una buena opción cuando se ven amenazados. Pero cuando la huida es imposible, como ocurre cuando un perro se ve acorralado por un depredador más grande que él, por ejemplo un oso o un puma, entonces la única opción que le queda al animal si quiere sobrevivir es luchar, al menos durante el tiempo suficiente para en
contrar una escapatoria. Imaginemos que un perro tiene que enfren tarse a un oso gris que pesa 180 kilos y que no tiene manera de huir.
¿Creen que el perro adoptaría una postura como la que vemos en la Figura 12-3? Por supuesto que no. No serviría de nada y sólo conse guiría que alosa le resultara todavía más facil herirle. Hay una segunda forma de miedo, no obstante, a la que podria mas llamar "miedo social". Este miedo aparece cuando animales so ciales, como los perros, entran en conflicto con miembros de su propia especie. Obviamente, la huida y luchar siguen siendo dos opciones a
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las que puede recurrir. De las dos, luchar es el desenlace menos proba ble. Recuerden que la evolución no parece estar muy de acuerdo con la agresión entre miembros del mismo grupo, a menos que no haya otro recurso. La huida siempre es una posibilidad. Huir de un animal de estatus mucho más elevado reducirá la ansiedad, pero al mismo tiempo reducirá cualquier contacto social que tengas con ese indivi duo. En una manada de lobos, es importante que cada individuo tra baje en estrecha colaboración con los demás por la supervivencia de la manada, y esto requiere que se establezca alguna clase de lazo social. Un perro que sale huyendo elimina cualquier posibilidad de contacto social. Así pues, ¿qué puede hacer el animal que tiene miedo de un lobo más dominante? La respuesta radica en la comunicación. Admitir la superioridad o el rango superior del otro individuo mediante algún signo o gesto evita cualquier posibilidad de conflicto. Un perro que envía una señal de sumisión acepta el dominio del otro perro. Si ese perro acepta la comunicación, va hacia él y muestra quizás algún signo de saludo, no sólo se ha evitado una pelea sino que hay una posibilidad de que se cree algún vínculo. En esta situación, puede darse una ver sión menos exuberante de la danza de saludo que vimos entre dos perro~ del mismo rango. La danza no es tan aparatosa porque el perro
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sumiso permanece inmóvil. Sólo el perro dominante se mueve en torno a él para acabar husmeando los cuartos traseros del perro subor dinado. Los perros dominantes husmean mientras que los perros su bordinados se limitan a quedarse quietos y esperar. Mediante este ri tual, el perro que se ha sometido desarrolla una nueva confianza en el animal de rango superior, dado que su posición es reconocida. Ahora sabe que, si acepta su condición de subordinado, podrá permanecer en la manada sin peligro de ser atacado. La señal ritualizada de bajar el cuerpo no es un signo de miedo físico, sino más bien un medio de evitar una situación que podría llegar a producirlo. Un campesino se inclina ante un rey para demos .trar respeto y reconocer su rango. Sabe que, siguiendo este ritual, se protege contra el peligro e incluso puede obtener alguna clase de be neficios, como la protección. Entre los perros ocurre exactamente lo mismo. Esta posición es el equivalente canino a inclinarse ante alguien que nos supera en rango. Tomada por sí sola, esta conducta tiene como objetivo apaci guar; no obstante, en muchas ocasiones sólo es una entre varias con ductas de sometimiento activo. Por ejemplo, al mismo tiempo el perro puede lamer el aire o producir otras señales apaciguadoras . • EMPUJAR CON EL HOCICO: La posición inclinada del cuerpo suele ir acompañada de una conducta d~ cachorro que podríamos llamar "empujar con el hocico". Esta conducta ocurre cuando un pe rro sumiso va hacia un perro más dominante y empuja suavemente el hocico de ese perro con el suyo. Esta señal,junto con bajar el cuerpo, indica que el perro de estatus más bajo está aceptando el rango supe rior del otro. La evolución de este signo probablemente proceda de las interacciones entre los cachorros y su madre que hemos observado con anterioridad. Los cachorros piden comida con el hocico. Cuando son lo bastante jóvenes, restriegan el hocico contra las tetas de su ma dre para que éstas empiecen a dar leche. Posteriormente, frotarán la cara de la madre, o la de otro adulto dominante, con el hocico y la lamerán para hacerle regurgitar un poco de comida. Esta conducta infantil se ha ritualizado hasta convertirse en una señal de comunica ción que dice:"Sé que no vas a hacerme daño y que cuidarás de mi". Sabemos que ese frotamiento con el hocico sólo pretende comunicar, pues en muchas ocasiones los perros sumisos ejecutarán el movimien to sin llegar al contacto físico con el otro perro. Rozan el aire en dirección al otro animal de una manera muy similar a cuando nosotros
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CONVE~E CON SU PERRO
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HABLAR CON EL CUERPO
besamos el aire mientras miramos a un ser querido simplemente para demostrar un poco de afecto. Los perros suelen usar ese gesto cuando interactúan con personas. Cuando quieren algo, como comida o salir a dar un paseo, es frecuente que empujen la pierna o la mano de su dueña con el hocico. Si hay una jerarquía firmemente establecida den tro de la familia, también es frecuente que lo hagan simplemente para que se les preste un poco de atención, y quizá para que les acaricien. • AL
ACERCÁRSELE OTRO PERRO, EL PERRO SE SIENTA Y SE DEJA
La posición inclinada del cuerpo es un signo de sumisión, pero no es la única forma en que pueden ser exhibirse las diferencias de rango. Tomemos la situación en que dos perros se encuentran y ambos se sienten bastante dominantes y seguros de sí mismos, aunque los dos reconocen que uno es el más poderoso. El perro que se siente un poco superado en rango, pero que normalmente es do minante con respecto a otros perros, puede encontrar dificil exhi bir completamente la señal de bajar el cuerpo, dado que eso suge riría una diferencia de rango mayor de la que existe en realidad. En vez de eso, el animal subordinado simplemente se sienta. Al hacerlo elimina todas las señales asociadas con la amenaza y el desafio, dado que éstas requieren un animal en pie que se esté moviendo. Permi tiendo que el otro perro se aproxime y lo olisquee, acepta el domi nio del otro perro, pero también indica que la relación existente entre ellos no es una relación del tipo "realeza respecto a campesino", con una gran diferencia social entre ambos. Entre los seres humanos, esto sería el equivalente a que un príncipe comparezca ante un rey. El prín cipe puede limitarse a bajar la cabeza y los ojos durante un momento, reconociendo así la posición del rey, en vez de ejecutar la gran reve rencia que se espera de otros miembros del reino. OLISQUEAR:
Conocer esta señal puede evitar confrontaciones cuando pasee a su perro llevándolo sujeto de la correa. Si un perro que parece mos trar intenciones hostiles va hacia su perro, puede limitarse a ordenarle a su perro que se siente. Si su perro responde a la orden, las probabili dades de que haya algún conflicto seguramente quedarán eliminadas. Desde el punto de vista del otro animal, su perro ha admitido su do minio social, por lo que no hay ninguna necesidad de probarlo fisica mente. Al mismo tiempo, su perro probablemente obedecerá su orden sin vacilar, dado que no le ha pedido que demuestre una gran debili dad delante de ese desconocido.
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PERRO SE ECHA SOBRE EL COSTADO O EXPONE EL ESTÓMAGO E
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es el equivalente a una reverencia humana, entonces esta posición equivale a humillarse: Es la forma más extrema de señal pacificado ra o de sumisión que puede llegar a transmitir el perro, dado que en esta posición renuncia a cualquier posibilidad de iniciar una acción agresiva. Es un signo de auténtico miedo social y de que hay una considerable diferencia de rango social. Si las posturas cor porales tuvieran un sonido, el de ésta sería un gimoteo, que dice al perro dominante: "No soy más que una humilde bestia que acepta tu irresistible autoridad". En esta posición de impotencia, el perro pasa a decir: "Para demostrarte que no soy ninguna amenaza, pue des hacer lo que quieras conmigo". Si el perro realmente quiere poner el máximo énfasis posible en su grado de miedo social y su reconocimiento de que existe una enorme diferencia de rango, también puede evacuar unas cuantas gotas de orina. La combinación de echarse en el suelo para parecer lo más pequeño posible con esas gotas de orina recuerda al perro dominante las conductas de los cachorros. Cuando son pequeños, a los cachorros se les tiene que limpiar la orina y las heces, y para ello la madre se limita a darles la vuelta para dejarlos tumbados sobre la espalda. En realidad, el perro que se humilla de esta manera está diciendo: "No soy un desafío mayor para ti de lo que sería un ca chorro indefenso". Cuando se envía esta señal, altamente pasiva, la mayoría de perros dominantes le husmearán los cuartos traseros al perro que se ha tumbado en el suelo. El perro sumiso no empezará a moverse hasta que el dominante se haya dado la vuelta o aparte la mirada. En ese momento, puede volver a adoptar la postura corporal de sumisión de la Figura12-3 en un intento de establecer alguna for ma de interacción social. Solemos ver elementos de esta conducta (sin la rotura total del contacto ocular o las gotas de orina) en situaciones no tan intensas emocionalmente. Muchos perros adoptan esta postura de manera bas tante relajada y satisfecha cuando se encuentran cerca del jefe de su manada. Entonces el perro dominante puede pasarles el hocico por la barriga, la garganta o los genitales, o lamerles la cara, como signo de aceptación. A veces los perros adoptarán esta conducta ante los huma nos. Cuando tu perro se echa sobre la espalda, puedes pensar que está pidiendo que le rasques la barriga. En realidad, es un signo de que has sido aceptado como el t090poderoso líder de la manada (lo de rascarle la tripa es una bonificación añadida).
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CONVE~E CON SU PERRO
Existen otras posiciones corporales ritualizadas y pautas de con tacto que los perros utilizan para mostrar dominio. La más simple es permanecer de pie junto a otro perro que está echado. Ésta es una forma muy clara de decir: "Soy más grande y más alto, y aquí mando yo". Los perros adultos suelen plantarse junto a los cachorros y mirarlos desde arriba para dejar claro que todavía controlan cualquier clase de interacción con ellos. Ciertas pautas de Contacto específicas también sirven para subrayar esta idea. Los perros dominantes, los jefes de la manada y los perros que aspiran a ocupar la jefatura utilizan varias maneras de decir "Quiero que sepas que aquí mando yo". Muchas de ellas se basan en la idea de la diferencia de tamaño, dado que, cuanto más grande es un perro, más probabilidades habrá de que sea domi nante. Una de las más comunes consiste en que el perro apoye la caveza en la paletilla de otro perro. Hay una variación de esta conducta en la que el perro dominallte pone la pata sobre la espalda del perro menos domil/ante.Ambos gestos requieren que el perro ponga una parte de su cuerpo encima del cuerpo del otro. Obviamente, un perro real mente grande tocaría a otro perro de esta manera por la sencilla razón de que el perro más pequeño se encontraría fisicamente por debajo de él. No obstante, este gesto se ha ritualizado hasta adquirir el significado de que el perro dominante considera que el perro menos dominante es fisicamente más pequeño (incluso si no lo es) y lo tratará de la manera correspondiente. Si un lobo u otro cánido salvaje es reconocido como jefe de la
manada, los otros animales del grupo se apartarán para dejarlo pasar
cuando se aproxime. Si el jefe desea estar en un lugar determinado, irá
hacia él y cualquier animal que se interponga en su camino se hará a
un lado en cuanto lo vea venir. Un perro que se cree dominante ac
tuará de manera similar y a veces impondrá que se le abra paso. La
manera más activa de hacerlo es mediante el empujón con la pale
tilla. En los perros, es frecuente ver que un perro corre hacia el
flanco de otro y lo empuja enérgicamente con su paletilla. Habi tualmente, si el perro que ejecuta esta acción es más grande o ha acumulado una buena inercia, el otro perro se verá desplazado unos cuantos pasos en sentido opuesto al empujón, dejando así paso li bre al perro activo. En esta escena, el primer perro ha dicho: "Estoy por encima de ti, y cuando me veas venir me abrirás paso". No espera a que el otro perro responda, sino que lo obliga a obedecer al tiempo que impone su dominio. Obviamente, ésta es la declaración de un animal muy seguro de sí mismo.
HAllUR CON El CUERPO
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Existe una variación muy sutil de esta clase de conducta que suele pasar desapercibida a los humanos. Es el apoyarse. En realidad, apoyarse no es más que una versión muy pasiva y discreta del empujón con la paletilla. Un perro que desee expresar su dominio se pondrá junto a otro perro y después apoyará su peso en él. Si el otro perro le hace sitio apartándose ligeramente, el mensaje de que el perro que se apoya es el dominante ha sido aceptado. Esta señal corporal ha obliga do al segundo perro a desplazarse y renunciar a su posición, incluso si el movimiento se ha reducido a unos cuantos centímetros. Recuerden que estamos hablando de comunicación, no de conflicto, y los mensa jes transmitidos y recibidos son simbólicos. De la misma manera en que una persona puede inclinar momentáneamente la cabeza un par de centímetros cuando comparece ante una autoridad superior, un representante de la realeza o una eminencia eclesiástica, ese sutil movi miento establece el estatus relativo de los individuos. No hace falta gritar o efectuar movimientos exagerados con el cuerpo. Basta con saber leer el lenguaje corporal. Los seres humanos siempre deberían ser conscientes de estas señales cuando interactúan con perros. La señal de apoyarse que aca bamos de examinar es una conducta sutil y bastante común con la que los perros intentan establecer su dominio sobre las personas (acuér dense de la historia de Brutus en el primer capítulo). Es muy común ver a un perro grande apoyándose en su amo cuando están de pie el uno alIado del otro, y los perros a los que se les permite dormir en la cama con sus amos suelen probar suerte con esta señal. Cambiar de posición hará que la persona pierda estatus, y aumentará las pro babilidades de que el perro vuelva a apoyarse en el futuro. Con el paso del tiempo, y si esta interacción se repite frecuentemente, el perro puede recurrir a otras maneras de incrementar su dominio, quizá mostrando desobediencia a las órdenes o incluso enviando se,.. ñales más agresivas. Un perro grande que se incorpora e intenta apo yar las patas en los hombros de su dueño puede estar tratando de expresar la misma clase de dominio que indica poner la pata sobre la paletilla de un perro de rango inferior. La conocida señal en la que el perro pone la pata encima de la rodilla de su amo también puede tener el mismo significado de dominio. No obstante, habría que fijarse atentamente en este gesto. Si forma parte de una pauta en la que el perro araña el aire delante de su amo e intenta meter la cabeza debajo de su mano, probablemente sólo sea parte de un intento de conseguir que se le preste un poco de atención.
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SU PERRO HABLAR CON EL CUERPO
En esas circunstancias, esta señal significa "Eh, que estoy aquí" o "Préstame atención", en vez de "Creo que estoy más capacitado para mandar que tú". Los perros que quieren evitar el enfrentamiento pero no quie ren mostrar un grado excesivo de sumisión, también pueden usar una serie de señales ritualizadas para indicar que aceptarán la situación actual pero que no aceptan que eso signifique que ocupan un nivel inferior en la manada. Muchas de esas señales se basan en gestos de darse la vuelta, despreocupación o en fingir que se está distraído. La forma más sencilla de expresar intenciones pacíficas es que un perro le muestre el costado a otro animal. Habitualmente, es el perro subordinado el que lo hace, pero suele hacerse en silencio y sin dar ninguna señal de miedo o inquietud, sugiriendo que el perro que se pone de lado acepta la autoridad del otro pero continúa sintiéndose seguro de sí mismo. Enseñar el costado suele parecerse a la posición-T mostrada en la Figura 12-4. Este tipo de encuentro prácticamente nunca
causa una agresión.
Una variación de esta conducta puede verse cuando un perro vuelve los cuartos traseros hacia otro. Normalmente es una conducta de saludo. Muestra un poco menos de confianza que enseñar el costado, y puede surgir si hay una mayor distancia entre los rangos sociales de los individuos.
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Si un perro ya estaba de lado cuando otro perro va hacia él, yen respuesta a esa aproximación se vuelve para encararse con el recién
llegado, esto expresa tanto dominio como confianza en sí mismo. Al igual que ocurre con tantos otros aspectos del lenguaje canino, el que
esto termine en juego o en conflicto depende de la respuesta del re cién llegado a este gesto de superioridad jerárquica. Parte del lenguaje corporal canino que se usa para desactivar una situación incluye fingir la indiferencia más absoluta ante la situa ción actual. He visto muchos incidentes en los que un perro se aproxi ma a otro de manera amenazadora para encontrarse con que el perro amenazado olisquea el suelo. A todos los efectos, el perro que husmea el suelo parece estar ciego y sordo a la aproximación del perro amenaza dor. Pueden estar seguros de que en ese punto del suelo no hay nada de interés, y que la acción tiene como único fin desviar la atención del animal que lo está olisqueando. El aspecto comunicativo de esta con ducta es que un perro que parece totalmente concentrado en husmear algo no está preparando ninguna forma de respuesta agresiva o desafio.
Eso hace que el perro beligerante no tenga ninguna excusa para con tinuar con la amenaza, dado que no hay nada en disputa.
Existen otras variaciones de esta señal de distracción e indife rencia. Una de ellas consiste en que el perro desafiado miraJUamwte el horizonte, aparentemente indiferente a la aproxi,mación del otro perro. Esto no es más que la versión visual de husmear concienzudamente el sue lo. Si el perro amenazador no reconoce el hecho de que su objetivo está contemplando la lejanía, el perro amenazado puede soltar uno o dos ladridos hacia la dirección en que está mirando. Esto desvía inva riablemente la atención del perro que se aproxima, y casi siempre pone fin a la amenaza. La forma más simple de indiferencia despreocupada en respues ta a una amenaza probablemente sea la que se da cuando un perro responde a las provocaciones de otro perro rascándose. Ésta suele ser la res puesta al desafio de un perro bastante dominante. En una ocasión pude observar esta situación en el parque, cuando un akita robusto y joven decidió encararse con un akita de más edad pero más grande. El joven perro inició una aproximación con las patas rígidas, mirándole fijamente a medida que se acercaba. El otro perro simplemente se sentó y empezó a rascarse la oreja con aburrida indiferencia. Eso pare ció dejar totalmente perplejo al perro más joven, que se sentó a un par de metros de su congénere. Rascándose, el más grande de los dos perros había demostrado que no se estaba preparando para una pelea,
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PERRO
pero también que no le tenía miedo al perro más joven. En cuanto ambos estuvieron sentados (una señal moderadamente sumisa), a los dos les resultó muy fácil volver a incorporarse e iniciar un ritual de saludo relajado y no amenazador, que consistió en la danza habitual acompañada por una gran cantidad de olisqueas, Una parte del lenguaje corporal básico de los perros ha evolu cionado para transmitir ciertos matices emocionales. • EL PERRO SE SIENTA CON UNA PATA DELANTERA LIGERAMENTE LEVANTADA: Es un signo de estrés. Combina el miedo social con una razonable dosis de inseguridad y significa: "Estoy nervioso, inquieto y preocupado". En las competiciones de obediencia para principiantes, donde el perro debe permanecer sentado durante un minuto mientras su dueño espera a unos diez metros de distancia al otro extremo de la pista, es frecuente ver cómo perros nerviosos y relativamente novatos ejecutan este gesto. Los perros que se comportan de esa manera tam bién son los que tienen más probabilidades de tumbarse en el suelo o abandonar la postura y correr hacia su amo antes de que haya pasado el tiempo, confirmando así su ansiosa inseguridad. Esta conducta tam bién puede verse en los 'cachorros, donde significa no sólo cierto estrés, sino "Necesito que hagas algo por mí". Este signo parece haber evolucionado a partir de la señal de sumisión en la que el perro se echa sobre la espalda. Si observa a un perro cuando adopta esta posición, verá que empieza el giro levantan do una pata yque luego vuelve la parte delantera del cuerpo. Se trata, pues, de un fragmento de esa acción que sugiere que puede haber miedo, pero que éste no es lo bastante intenso para sacar a la luz la totalid,.ld de la pauta de comportamiento sumiso. No todo el lenguaje corporal está relacionado con el rango so cial, el dominio, la sumisión y la inseguridad. Hay muchas otras cosas que los perros pueden decir con sus cuerpos. • EL PERRO SE ECHA SOBRE LA ESPALDA Y FROTA EL SUELO CON LAS PALETILLAS: En algunas ocasiones, el movimiento viene precedido por "restregar la nariz", una acción en la que el perro restriega la cara, y posiblemente el pecho, por el suelo. También puede ir asociado a un exagerado restregamiento de la cara con la pata delantera de los ojos a la nariz. Personalmente, me gusta pensar que esa serie de signos for man parte de una ceremonia de satisfacción. El momento en que hay más probabilidades de observar este pequeño ritual es tras haberle ocurrido algo agradable al perro, como inmediatamente después de que le hayan dado de comer. De vez en
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CON EL CUERPO
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cuando, aunque no con tanta frecuencia, puede ocurrir mientras está a punto de suceder algo bueno, como cuando el amo del perro está preparando la comida. Este ritual generalmente sigue, más que antici parse, a una actividad agradable. Así, la perra de nuestra hija Karen, Tessa, ejecutaba su revolcón de satisfacción acompañado de frotamiento inmediatamente después de haber disfrutado de unas buenas carreras junto al arroyo, nunca antes. Cuando venía a nuestra granja,Tessa solía expresar ese mensaje de felicidad en cuanto se le permitía salir de casa a continuación tras un largo período de confinamiento; sin embargo, la conducta no aparecía hasta después de que hubiera corrido por todo el patio para quemar el exceso de energía acumulada. Cuando había terminado su "danza de la libertad", Tessa concluía la conducta con su revolcón de satisfacción y después se instalaba sobre su parterre de flores favorito para echar la siesta.
Juego
En la mayoría de animales, el deseo de jugar desaparece cuando los individuos se hacen adultos. No obstante, los seres humanos han criado perros para que conserven muchas, características de los cacho rros, y el deseo de jugar que perdura durante toda la vida forma parte de ellas. Esto es importante para las personas, porque los humanos también conservamos nuestra curiosidad y deseo de jugar infantiles durante toda nuestra existencia. En efecto, como monos perpetua mente jóvenes que somos, hemos creado un compañero de juegos en forma de lobo perpetuamente joven. Para los cachorros, el juego es algo muy serio, y no una mera conducta caótica aleatoria. Los cachorros aprenden muchas cosas ju gando. En primer lugar, van descubriendo sus capacidades físicas me diante la práctica de toda una serie de maniobras y contorsiones. En el juego también se utilizan muchas secuencias de conducta relacionadas con huir del peligro, defenderse a sí mismos, la caza e incluso el aparea miento. Por encima de todo, los cachorros deben aprender a interactuar con otros perros y recibir sus primeras lecciones de lenguaje perruno. Jugar a pelearse les enseña en qué consiste el dominio, y así aprenden a reconocer su posición social. También descubren qué conductas dan resultado a la hora de influenciar a los demás, y de ese modo aprenden a conseguir lo que quieren y a evitar aquello que no quieren.
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CON SU PERRO
Jugar enseña a los cachorros que, en prácticamente todos los casos, la agresión fisica declarada es inaceptable dentro de la vida social de su manada. Cuando muerden por primera vez a otros cachorros mientras juegan con ellos, aprenden rápidamente que si no utilizan un mordisco suave o inhibido, ocurren cosas malas. Por ejemplo, al hun dir sus afilados dientecillos en la oreja de un compañero de camada oyen un chillido, su amigo abandona el juego y puede que su madre los castigue. Para poder continuar la interacción social y el juego, los cachorros deben aprender que la agresión fisica no sirve de nada. Como jugar implica perseguirse, morder, saltar, empujar, deba tirse, gruñir y fingir que se lucha, es importante señalar que esas accio nes tienen como objetivo divertirse, y no han de tomarse en serio. Por esta razón, los perros han desarrollado una serie de señales de juego. • EL PERRO SE INCLINA CON LAS PATAS DELANTERAS EXTENDIDAS, EL
TRASERO Y LA COLA HACIA ARRIBA Y DE CARA A SU COMPAÑERO DE JUE
Es la clásica reverencia canina y la señal más común para indicar que se desea jugar. Se usa como invitación a pasarlo bien, y normal .mente va seguida por una súbita huida o una carga hacia el compañero de juegos. A partir de ahí perseguir y pelearse constituyen la mayor parte del juego. Esta reverencia de juego es algo más que una mera invitación. En realidad es una especie de signo de puntuación que se usa durante el período de juego para recordar a todo el mundo que lo que se está haciendo no es más que un juego. Así, antes de que un perro se lance sobre otro en un ataque fingido, puede ejecutar la reverencia de juego. Si un perro choca accidentalmente con otro de manera demasiado violenta, o lo tira al suelo, normalmente volverá a adoptar de inmedia to la posición de la reverencia de juego para asegurar al individuo afectado que sólo estaba jugando y no pretendía ser agresivo. A veces, la reverencia de juego sólo constituye una parte de la invitación. Algu- ' nos perros correrán locamente de un lado a otro cuando se les permita salir a un espacio abierto. Saltarán, correrán en zigzag, harán piruetas, meterán la cola bajo el trasero y se moverán en círculos. Intercalada entre todos esos exagerados movimientos habrá alguna que otra rápi da reverencia de juego, que será abandonada inmediatamente en cuanto el perro que quiere jugar vuelva a corretear, saltar y hacer piruetas. Esta conducta puede parecer disparatada, pero de hecho se basa en una estrategia de caza adoptada por los lobos y los zorros. Al "bailar" de manera impredecible, estos cánidos atraen la atención de los animales que podrían servirles de presa. Cuando esas criaturas confundidas se GOS:
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acercan a los cánidos para tratar de discernir el significado de su apa rente locura, pueden caer en una emboscada o se las puede atraer lo suficiente para lanzarse sobre ellas. Esta estrategia la usaron los cazadores norteamericanos durante el siglo pasado para atraer a los patos. Los cazadores animaban a sus perros (que en aquel entonces eran perros de lanas) a jugar, saltar y hacer tonterías en un espacio abierto. Cuando los patos salvajes veían toda esa actividad, quedaban fascinados y se acercaban a investigar aque lla absurda escena. Eso era su perdición: se los atraía lo suficiente para que se pusieran a tiro. Cazar patos de esa manera pasó a ser conocido como tolling (repicar). Los perros desempeñaban la misma función que la campana de la iglesia cuando repica para llamar a los fieles a los servicios religiosos o reunir a la comunidad cuando hay problemas. Posteriormente, los canadienses criaron un perro específico para esta clase de caza. El N ova Scotia Duck Tolling Retriever, llamado simple mente "toller" (repicador) por sus criadores, no sólo corre de un lado a otro en tierra firme para atraer a los patos, sino que además nada erráticamente en el agua con el mismo propósito. Hay ocasiones en que la reverencia de juego no basta para ven cer la timidez de algunos perros jóvenes y hacer que jueguen con los adultos. Los perros mayores parecen sentirse bastante frustrados por ello y harán cualquier cosa con tal de incitar a los cachorros para que jueguen.A veces esto requiere usar una señal que tiene otro significa do, como una especie de "señal tranquilizadora". En la conducta más común, un perro dominante va hacia el perro más joven y se acuesta sobre la espalda en lo que parece una aparatosa exhibición de sumi sión pasiva. Adoptando este signo de inferioridad de rango, parece decir a los perros más jóvenes: "Si juegas conmigo, puedes ser el jefe durante un rato". Sintiéndose quizás un poco halagado al ver que un perro más grande y con n\ás años que él actúa sumisamente, el joven perro se aproxima. En cuanto se ha acercado, el perro de más edad ejecuta una reverencia de juego y la diversión puede empezar. Los perros no tienen muchos juegos, pero siempre ponen mu chísimo entusiasmo en los que practican. El más popular probable mente sea el "No te acerques", y consiste en tomar un objeto y salir corriendo con la esperanza de ser perseguido. A veces, el perro que ha elegido el objeto se aproximará a unos metros de su compañero de juegos y dejará caer el objeto al suelo, con el único fin de animar al otro perro a que intente apoderarse de él. En CU:lOtO lo haga, el objeto volverá a ser tomado inmediatamente y el juego se convertirá en el
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"Que te pillo", con un perro persiguiendo al otro. El papel de perse guidor suele cambiar, y cuando un perro es alcanzado, el juego pasa a ser uno de los eternos favoritos de los cánidos, la "Pelea", con alboroto y gruñidos suficientes para convencer a quienes no sepan gran cosa sobre perros de que uno de los animales está a punto de ser destrozado. Otro juego es "¡A la carga!", en el que un perro se lanza sobre el otro para desviarse cuando se encuentra a escasos centímetros de su objeti vo.Esto puede parecer muy amenazador, pero cuando eljuego es acep tado, se convertirá rápidamente en "Que te pillo", con el perro "obje tivo" persiguiendo al que ha cargado contra él. Ver corretear a unos perros mientras juegan es disfrutar de la gracia y la alegría. También es una clave para entender algo sobre su psicología: correr es para los perros lo que el bailar para las personas. Es su manera de sentir el ritmo del universo.
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LA IMPORTANCIA DE5EÑALAR
En el capítulo 4, cuando examinamos algunos casos de perros que supuestamente tenían gran capacidad lingüística y amplio voca bulario receptivo, descubrimos que, en algunos casos, lo que hacían los perros en realidad no era tanto responder a las palabras como al len guaje corporal de los seres humanos que las estaban pronunciando. En la mayoría de esas situaciones los perros interpretaban lo que la perso na quería que hicieran, o adónde quería que fueran, gracias a alguna forma de sutil giro corporal o de mirada dirigida en determinada di rección. La primera vez que nos encontramos con este fenómeno, lo consideramos una especie de contaminante que distorsionaba nuestra habilidad para determinar cuántas palabras habladas podía llegar a en tender un perro. No obstante, siempre podemos reconsiderar esta con clusión a la luz de lo que sabemos ahora. Ya hemos visto lo hábiles que son los perros para leer el lengua je corporal, así que tal vez deberíamos reinterpretar sus gestos para señalar considerándolos como una parte más del lenguaje de señales corporales caqino. Una razón significativa para hacerlo es que los pe rros no sólo interpretan el lenguaje corporal de otros individuos en relación a señalar, sino que también producen gestos de señalamiento con la obvia intención de comunicarse. En otras palabras, que el seña lar es una parte tanto receptiva como productiva de su lenguaje. Cuando hablo del aspecto especializado del lenguaje corporal al que llamamos "señalar", no me estoy refiriendo a la clásica indicación "dónde se encuentra la presa" que vemos en un perro de caza, como un pointer o un setter, el cual tras orientar su cabeza y su cuerpo y quedarse totalmente inmóvil, adopta la posición que indica dónde está el ave. La clase de señalamiento de la que hablo se parece mucho más a la que usan las personas para informar a otros individuos. Para
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entenderlo, quizá deberíamos empezar examinando la conducta equi valente en los humanos. El profano puede pensar que señalar no tiene nada que ver con el lenguaje, pero cuando los científicos investigan el desarrollo del lenguaje humano descubren que guarda muchas simili tudes con él. Algunos psicólogos creen que la primera palabra que pronuncia un niño en realidad no es una palabra, rú tan siquiera un sonido. Es un gesto que, de hecho, consiste precisamente en señalar con el dedo. Cuando señalamos un objeto, no estamos diciendo nada acerca de nuestro dedo. Lo que hacemos es señalar un objeto determinado si tuado en un punto determinado del espacio. De esta manera, si seña lamos una joya puesta encima de una mesa, lo que estamos diciendo es; "Mirad esa joya". Otra posibilidad es que podríamos estar diciendo "Quiero...", o "Me gusta...", o "Estoy interesado en esa joya". Pero desde luego no decimos "Mirad mi dedo". Los niños humanos no nacen con la habilidad de señalar ob jetos de manera significativa. Si le enseñamos a un bebé de nueve meses un juguete interesante o una galleta que se encuentra fuera de su, alcance, puede que lo primero que haga sea alargar el brazo hacia el objeto con todos los dedos extendidos. El bebé dirigirá la mirada hacia la cosa que quiere, y cuando vea que no puede llegar hasta ella, tal vez exhiba conductas de frustración, como chillar o golpear la mesa o la silla. Alrededor de los diez u once meses en las niñas y entre los trece
y los quince en los niños, se produce un cambio repentino. Ahora el
niño ya no se limita a hacer gestos con los dedos extendidos, sino que
empieza a señalar. Que esto es un acto de comunicación lo ejemplifica
el hecho de que, si se encuentra solo en la habitación, el niño no
señalará. Además, el niño tenderá a mirar a sus padres o a otro adulto
antes de señalar, y a menudo incluso mientras señala. Al mismo tiem
po, el niño puede tratar de emitir un sonido parecido a una palabra.
Los sorúdos que está produciendo pueden ser un intento de poner un
nombre al objeto, o quizá sólo sean un medio de conseguir que el
adulto que se encuentra cerca del niño vuelva la mirada hacia él, de
modo que el adulto también se dé cuenta del gesto de señalar. Fíjense en lo que está ocurriendo aquí. El niño está señalando un objeto si tuado en un lugar determinado e intentando comunicar: "Quiero esa cosa de ahí". Señalar con el dedo cumple la misma función que eti quetar el objeto.Así, si el niño señala una galleta y le llevamos la galle ta, señalar surte el mismo efecto que si el rúño hubiera pronunciado la
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palabra "galleta". De esta manera, podemos considerar el gesto de se ñalar como la primera palabra o como una especie de protopalabra. En una conversación que mantuve con una psicóloga que estu dia el desarrollo del lenguaje en los niños y me informó de que el gesto de señalar era lo que la había convencido de que los perros nunca tendrán nada parecido al lenguaje. "Cuando señalo con el dedo para indicarle a mi perra dónde está algo, incluso si se trata de algo que ella quiere, como una golo sina, ¿qué consigo? Mi perra me mira la mano. Si continúo seña lando con el dedo, ella va hacia mi mano y empieza a empujarme el dedo con el hocico. Puedo señalar las cosas una docena de veces. La pobre se va sintiendo cada vez más frustrada, pero sigue yendo hacia mi mano cada vez que la levanto. La idea de que el dedo con que señalo está indicando "esa golosina de ahí" nunca se le pasa por la cabeza." Hay dos cuestiones en este análisis. La primera tiene que ver con el hecho de que siempre damos por sentado que los perros y otros animales tienen que actuar exactamente de la misma manera, y usar las mismas herramientas que los humanos para obtener resultados simila res. En el caso que tratamos, esto es claramente imposible. Los perros no utilizan sus patas de la manera en que las personas utilizan sus manos. No pueden hacer gran cosa en cuestión de manipulación, y ciertamente no usan las patas para señalar. Cuando un perro señala, no lo hace con la pata, sino con la cabeza y el cuerpo. Cuando mi perro Odín quiere salir de casa, me mira y luego orienta su cabeza y su cuerpo hacia la puerta. Esta conducta es el equivalente a señalar con el dedo en un humano. Si no respondo, Odín me mirará, soltará un la drido vacilante y luego volverá a mirar la puerta y orientará su cuerpo en esa dirección. Un perro puede aprender a responder a un humano cuando éste señala con el dedo, pero su instinto natural es buscar los giros de la cabeza y el cuerpo. He tenido ocasión de comprobarlo sin lugar a dudas con Odín. En las competiciones de obediencia hay un ejercicio llamado "Salto Dirigido". Como parte de la competición para obte ner el título de Perro Adiestrado y cuando se le dé la orden, el perro tiene que echar a 'correr y avanzar unos doce metros hasta que se le ordene gir~r, sentarse y quedar de cara a su adiestrador.A cada lado de la pista hay un obstáculo: el adiestrador debe indicar si el perro tiene que saltar el de la izquierda o el de la derecha para volver a reunirse con él. Normalmente esto se hace mediante un amplio gesto
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de señalamiento en dirección al obstáculo deseado al mismo tiempo que el adiestrador da una orden verbal, como "Salta". Yo estaba empezando a adiestrar a Odín para que obedeciese la orden de saltar, y cuando inicié mi pequeño experimento, nunca había tenido más de un obstáculo en la pista. Para nú experimento, lo pri mero que mce fue colocar dos obstáculos idénticos en la parte central de la pista, separados por unos tres metros. Con Odín en un extremo de la pista y yo en el otro, volví deliberadamente la cabeza y el cuerpo hasta quedar orientado hacia el obstáculo de la derecha al tiempo que gritaba: "¡Odín, salta!". El gran perro negro cruzó corriendo la pista sin ninguna vacilación, saltó el obstáculo hacia el que yo me había orientado y se detuvo ante mi. Cuando me orienté de la misma mane ra hacia el obstáculo de la izquierda, tampoco titubeó. Obviamente, usar la orientación de la cabeza y el cuerpo le indica al perro de mane ra muy clara dónde queremos que haga algo. Después lo coloqué en posición al otro extremo de la pista y di la núsma orden de salto. No obstante, esta vez mantuve la cabeza y el cuerpo rectos, y me limité a volver los ojos hacia el obstáculo. Odín se levantó muy lentamente, volvió la núrada de un obstáculo a otro y después me miró, obviamente en busca de alguna indicación y sin lograr obtenerla de mis ojos. Luego vino hacia mi por entre los obs táculos, y parecía perplejo y bastante nervioso. Me apresuré a concluir el experimento llamándolo para que viniera directamente hacia nú, poniendo fin así asu confusión. La vez siguiente, volví a proporcionarle una rápida orientación con la cabeza y el cuerpo para indicar el próximo obstáculo a saltar, y Odín me demostró que seguía prestándome atención saltando el obs táculo hacia el que yo me había vuelto. Obviamente, Odín podía cap tar sin necesidad de ningún adiestramiento las direcciones indicadas por nú cuerpo, pero no las indicadas por mis ojos. Queriendo averi guar a qué más podía responder, pasé a un nivel intermedio. En vez de orientar mi cabeza y mi cuerpo, mantuve el cuerpo recto y me limité a volver la cabeza hacia el obstáculo al que quería que se dirigiese. Odín volvió a incorporarse con el mismo titubeo de antes y me miró en busca de información. Yo mantuve la cabeza orientada hacia el obstáculo y Odín fue cobrando confianza a medida que se aproximaba a él, hasta que finalmente fue hacia el lado que yo deseaba y se detuvo a cosa de medio metro por delante de la barrera. Estaba claro que Odín había usado la orientación de mi cabeza para leer lo que yo quería que hiciera, pero que aquella señal no era
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IMPORTANCIA. DE SEÑALAR
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tan efectiva como la de mi cabeza y mi cuerpo juntos. Aun así, aparentemente los lobos son capaces de seguir la dirección indica da por el giro de la cabeza del jefe de la manada, incluso a una gran distancia. Yo había visto y analizado filmaciones de lobos hacién dolo. Así pues, ¿por qué el giro de mi cabeza era una señal tan poco eficiente? Finalmente caí en la cuenta de que los lobos tienen un hocico muy largo y ahusado que deja claro sin ninguna ambigüe dad, cuál es la dirección hacia la que están volviendo la cabeza. Los humanos, en cambio, sólo tenemos una nariz relativamente peque ña. Aunque la dirección de nuestra cabeza puede quedar clara para un perro si se encuentra lo bastante cerca para ver adónde apunta 'nuestra nariz, a una distancia de diez metros esto ya no resulta tan claro. Si yo tuviera un hocico realmente digno de ese nombre, no obstante, éste sería lo suficientemente visible desde lejos para que mi perro pudiera determinar la dirección que debía seguir. Aprovechando que no había nadie en casa que pensara que al fmal me había vuelto loco, entré en casa y fabriqué un hocico de perro. Bueno, en realidad era un cono de papel blanco de unos 30 centímetros de longitud, al que uní unas bandas elásticas para que no se me cayera de la cabeza. Oscurecí la punta del cono pintándola con un rotulador negro para que se pareciera más a un hocico canino rematado por una trufa negra. Una vez colocado sobre llÚ nariz, me hacía parecer más una especie de pájaro surrealista que un lobo, pero me dije que los principios eran más importantes que la estética. Volví al campo y situé a Odín en el fondo de la pista. Después, con un lento y deliberado giro de mi cabeza agrandada por el hocico, grité: "¡Odín, salta!". Sin que esta vez hubiera la más rrúnima vacila ción, Odín trotó hacia el obstáculo que yo estaba IlÚrando. Cuando repitió la prueba de salto con el obstáculo del otro lado me demostró que el acierto no se había debido a la casualidad y que Odín podía, y de hecho así lo hacía, leer facilmente la posición de mi cabeza. Después del tercer salto, di por finalizada la prueba. En realidad, fue Odín quien la dio por concluida. Cuando me incliné para elogiar le por haber saltado el obstáculo, faltó poco para que le sacara un ojo con mi pico de papel. Odín respondió tomando defensivamente mi hocico de papel entre sus dientes. Tiró de él durante unos momentos, pero no pudo quitármelo debido a las bandas elásticas que lo mante nían en su sitio. Como todo aquello me estaba poniendo un poco nervioso, grité "¡Odín, suéltalo!", que es la orden que hace que mis perros dejen caer lo que quiera que tengan en la boca. Odín soltó
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obedientemente mi falsa nariz, y e! elástico retrocedió todo lo que se había estirado y la falsa nariz se estrelló contra mi cara. La inflamación y dolor de cabeza resultantes me convencieron de que ya había hecho suficientes experimentos por un día. Basándome en ese pequeño estudio, hice ver a mi colega que, si en vez de señalar una golosina con el dedo movía el cuerpo de tal manera que quedase orientado hacia el objetivo, se inclinaba un poco hacia adelante y núraba fijamente el lugar adecuado, debería obtener el mismo efecto con su perro que señalar con el dedo produce en los humanos. Se mostró bastante escéptica, pero dijo que estaba dispuesta a intentarlo y me invitó a su casa para que presenciase e! experimento. Sally, su springer spaniel, respondió al señalar con e! dedo exactamente tal como había dicho mi colega, observando su mano en vez de volver la mirada hacia la golosina que yo había dejado caer subrepticiamente en el suelo. Pero cuando la psicóloga ejecutó el "señalar con la cabeza yel cuerpo", Sally se volvió para alinearse siguiendo la dirección de la mirada de su dueña. Saliy demostró que era exactamente eso lo que había hecho localizando la golosina y despachándola de inmediato. La segunda razón por la que la comparación inicial de mi colega era injusta para con los perros es que hay muchas probabilidades de que algunos aspectos de la conducta de señalar sean fenómenos aprendidos. Los padres humanos y sus hijos interactúan con un gran número de respuestas de señalar. Los padres señalarán un gato y dirán: "¿Ves a ese gato?". O pueden señalar a una visita y decir: "Mira, ahí está la tía Sylvia".A la hora de cenar, e! niño puede tener delante dos tipos de comida y sus padres pueden señalar uno y pre guntarle: "¿Te apetecen estas zanahorias?". Después, modificando la dirección de la señal, pueden añadir: "¿O preferirías estos guisantes?". Hay muchas interacciones similares que enseñan al niño el significado del gesto de señalar con e! dedo. Otra evidencia de la naturaleza aprendida de este gesto nos la proporcionan los llamados "niños del armario". Esta etiqueta describe con bastante crudeza lo que, al parecer, se está convirtiendo en un fenómeno cada vez más extendido en la sociedad occidental. Los asisten tes sociales acostumbran a referirse eufeITÚsticamente a los niños (normal mente de edad preescolar) a los que dejan solos sus padres, sin ninguna supervisión u otro contacto social, como "abandonados en el hogar". A estos niños a menudo los encierran en una pequeña habitación, y en ocasiones incluso dentro de un armario. Los padres suelen explicar que obran de esta manera "para protegerlos mientras estamos trabajando",
, o "para evitar que hagan algo peligroso, o hagan desastres, mientras estoy fuera de casa". De ese modo, los niños pasan el día entero espe rando en una especie de privación social y sensorial, mientras sus pa dres están fuera de casa haciendo otras cosas. Aparte del serio daño emocional y social que causa, esta especie de cruel educación priva al niño de! entorno necesario para desarro llar e! lenguaje. Para aprender a hablar, tiene que haber alguien que sirva de hablante modelo de! lenguaje y que responda a lo que se diga con su propio discurso. Por eso no tiene nada de sorprendente que, cuando esos niños del armario son localizados, suelan estar práctica mente desprovistos de toda habilidad lingüística u oral. En la mayoría de los casos, esOs niños tampoco muestran la conducta de señalar con e! dedo, y eso a pesar de que ya pueden tener cuatro o cinco años de edad. En vez de señalar, esos niños parecen haberse queda do estancados en la fase de los gritos, y siguen dirigiendo la mano con los dedos extendidos hacia el objeto que desean. Ese compor tamiento, sugiere que en los humanos, el gesto de señalar, al igual que otras conductas comunicativas, debe aprenderse. Esto queda de mostrado por e! hecho de que una de las primeras señales de que el niño aún puede aprender e! lenguaje -una vez que ingresa en un entorno sensorial y social normal- es la aparición de la conducta de señalar con e! dedo. Si a los humanos hay que enseñarles a señalar, ¿por qué debería mos esperar que los perros respondan a ese gesto sin un adiestramien to previo? El hecho de que se les pueda enseñar a responder queda demostrado por el ejercicio de salto dirigido que he expuesto ante riormente. Una vez que e! perro ha sido adiestrado, basta con exten der e! brazo hacia la dirección en que se desea que salte para que el perro sepa cuál es el obstáculo que ha de superar. De hecho, no está permitido volver la cabeza y e! cuerpo hacia e! obstáculo durante la competición y hacerlo puede descalifIcar al animal. En algunos casos, señalar presenta ciertas ventajas sobre el len guaje hablado, ya que puede hacerse de manera muy subrepticia. Los sonidos pueden ser captados por todos los que se encuentran cerca de! que los produce, y, para un cazador, como los primos salvajes de! perro, eso significa que e! sonido puede ser oído no sólo por los miembros de la manada sino también por la presa, la cual puede tomarlo como advertencia y escapar. Señalar es silencioso y evita que e! mensaje se difunda con tanta amplitud. Sólo los individuos cuya trayectoria visual incluya al que señala captarán e! mensaje. Además, si el que señala usa
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gestos leves y discretos, todavía habrá menos probabilidades de que el mensaje sea captado por individuos a los que no estaba destinado. Tomemos un simple ejemplo humano.A mi esposa no le gustan demasiado las recepciones formales y fiestas a las que frecuentemente debo asistir en mi calidad de profesor universitario o de autor de li bros. En la mayoría de ocasiones se limita a no ir, pero algunas veces, cuando el acontecimiento es local o muy importante, me acompaña. En esas ocasiones, no es raro que yo levante la mirada y vea que se está comunicando conmigo mediante una sutil serie de disimulados gestos de señalar. Por ejemplo, puede señalarse a sí misma y luego a una silla o un grupo de personas, indicando con ello que allí es donde la en contraré si la busco. Un gesto más frecuente es que señale su reloj de pulsera primero y la puerta después, para indicar que le parece que ya va siendo hora de irse. Conversaciones enteras, así como la coordinación de complejas ,actividades, pueden llevarse a cabo mediante señalamientos. Recuerdo una situación que se dio durante mi adiestramiento militar en el ejér cito. Se trataba de uno de esos combates simulados en los que un grupo de soldados interpreta el papel de defensor y el otro tiene que organizar un ataque contra ellos. La tarea de mi pelotón consistía en tomar una pequeña colina, que había sido fortificada con unos cuan tos nidos de ametralladora ocultos. Los ocho hombres que formaban mi equipo de fusileros (el cual también incluía un monitor o árbitro que determinaría quién era declarado muerto) tenía que acabar con los defensores que hubiera en la ladera este de la colina (la que ofrecía una mayor cobertura con arbustos, árboles, un viejo muro de piedra medio derruido y unas cuantas torrenteras). Seguimos en silencio a nuestro sargento, un duro soldado profe sionalllamado Tyner, hasta que estuvimos cerca de la base de la colina. De pronto, Tyner se detuvo y señaló la ladera. Mirando pendiente arriba, vimos lo que parecía un nido de ametralladoras para cuatro hombres rodeado de sacos terreros. De alguna manera, nos habíamos aproximado considerablemente a nuestro enemigo y estábamos a me nos de treinta metros de distancia. Cualquier sonido podía revelar nues tra situación y exponernos al fuego de ametralladora (lo cual pondría un rápido fin a nuestra participación en el ejercicio). El sargento Tyner señaló a tres hombres, que fueron hacia él. Después señaló a lo largo del muro de piedra. Su brazo trazó una línea recta alejándose de él, y luego el dedo que señalaba subió hacia un lado, indicando muy claramente que aquellos tres hombres tenían que
avanzar siguiendo el muro, doblar la esquina allí donde éste cam biaba de sentido e ir subiendo colina arriba. Acto seguido, el sar gento se señaló la minutera de su reloj y después movió el dedo para representar el paso de unos diez minutos. Señaló un rifle, lue go señaló el nido de ametralladoras y después volvió a señalarse el reloj. El mensaje -que aquellos tres hombres debían seguir el muro, doblar la esquina y, pasados diez minutos, abrir fuego sobre el ene migo con sus rifles- no podía haber sido más claro. El sargento volvió a señalar el muro y los tres soldados empezaron a avanzar en silencio hacia su posición.
A continuación,Tyner señaló a los dos hombres equipados con
rifles lanzagranadas. Señaló los lanzagranadas Y luego señaló el suelo.
Los dos hombres se arrodillaron y empezaron a colocar las granadas en
sus armas. El sargento volvió a señalarlos, y después se señaló los ojos Y
el emplazamiento enemigo,indicando:"Quedaos aquí. Esperad mi señal
de disparar". Finalmente, señaló a los dos hombres restantes -uno de los cuales era yo-, nos indicó la dirección en que debíamos avanzar con un rápido barrido de la mano y empezamos a seguirlo sin hacer ruido. El árbitro decidió ir con nuestro grupo para observar la acción. Apro vechando al máximo la cobertura que ofrecía el terreno, avanzamos unoS cuantos metros hacia la ladera y luego subimos un trecho colina arriba. El sargento tenía que coordinar las actividades, por lo que nun ca perdía de vista a los hombres de los lanzagranadas. Finalmente lle gamos a una posición segura Y esperamos. Transcurrieron unos minutos hasta que, exactamente tal como se había planeado, los tres hombres apostados junto a la curva del muro abrieron fuego con sus rifles. Los ocupantes del nido de ametralladoras volvieron inmediatamente su arma en esa dirección, con lo que nos dieron la espalda, dirigiendo su atención hacia el punto del que, creían, procedía el ataque. Después de aquel intercambio de fuego de ametra lladora y rifles que duró un minuto, el sargento Tyner señaló a los hombres de los lanzagranadas. Dos chasquidos resonaron desde sus posiciones, y antes de que viéramos caer las granadas, el sargento nos señaló a nosotros Yal nido e iniciamos una frenética carga. Llegamos al nido antes de que la dotación de la ametralladora se hubiera recupera do de su confusión. El monitor declaró capturado el emplazamiento Y todos sus ocupantes fueron considerados bajas. Lo importante es que toda esta secuencia coordinada de accio nes fue organizada y controlada única y exclusivamente mediante
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PERRO
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señalamientos. Que yo recuerde, desde el momento en que el sargento divisó la posición enemiga no se dijo ni una sola palabra. Unos treinta y cinco años después de este incidente, tuve oca sión de ver Cómo se desarrollaba una escena similar, con la única dife rencia de que en este caso todos los actores pertenecían al genero canino. En Norteamérica existen varios proyectos de investigación cuyo objetivo es estudiar la conducta de los lobos. Varias bibliotecas dispo nen de filmaciones y cintas de vídeo que registran la conducta lupina tal como ha sido observada en dichos proyectos.Yo estaba examinando una de esas colecciones cuando encontré una secuencia que mostraba a unos lobos cazando. La similitud entre ese incidente y mi adiestra miento militar era notable. La especie estudiada era el lobo gris (Canis lupus), al que mu chos científicos consideran el cánido salvaje genéticamente más cerca no a nuestro actual perro doméstico. El que se los llame lobos grises no quiere decir que tengan que ser de ese color; los pelajes de aquella manada de seis animales iban del crema blanquecino a un gris-amari llo arenoso. Era a mediados de verano, había mucho follaje y los lobos descansaban junto a un pequeño macizo de árboles. Había Cuatro adul tos, dos machos y dos hembras, y dos lobos jóvenes. Eljefe de la mana da (al que normalmente se conoce Como "macho Alfa") era un animal muy grande, de unos SO kilos de peso y unos 75 centímetros de altura, y el macho subordinado I debía pesar unos once kilos menos. Los dos lobos jóvenes eran hijos dé la hembra Alfa y el macho Alfa. La hembra Alfa también era grande, al menos para ser una loba gris, can unos 60 kilos de peso, y fue la primera que pareció percibir el olor de algún ciervo .cercano. Se levantó y husmeó el aire. Dio un paso adelante, rozando ligeramente al macho dominante. Lo miró directamente a la cara y después volvió los ojos hacia el punto del que venía el olor, en
un clásico gesto de señalar canino.
En ese momento, el jefe de la manada asumió la coordinación
de las actividades. Poniéndose en pie, miró en la dirección indicada
por su compañera. Después se apostó junto a su flanco derecho un
paso por delante de ella.Volvió la mirada hacia el macho subordinado
y dirigió la cabeza hacia los ciervos. El otro macho avanzó hasta que dar a la derecha del jefe. Mientras tanto, la 'otra hembra y los dos lobos jóvenes observaban esta conducta en silencio y ocupaban sus posicio nes a la izquierda de la hembra dominante. Todos los animales se ha bían orientado hacia el viento, hacia los ciervos, y la hembra subordi nada y los dos lobos jóvenes comprobaban continuamente la dirección
IMPORTANCIA DE SEÑALAR
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en la que estaba mirando eljefe e intentaban orientarse en consecuen cia.Toda la manada parecía estar agrupándose, ya primera vista parecía que estuvieran juntando los hocicos, lo habitual en las ceremonias de saludo caninas. No obstante, una atenta observación reveló que en realidad sólo trataban de aproximarse al jefe de la manada para poder orientar sus cabezas y sus cuerpos exactamente en la dirección que indicaba con la cabeza. Señalar con la cabeza cumplía la misma fun ción que el gesto de señalar con el dedo del sargento Tyner: indicar al grupo la posición de la presa. Después, los lobos siguieron silenciosamente la línea de visión del jefe de la manada. Mientras se aproximaban a un claro, vi que señalaban a dos ciervos que pastaban al descubierto. Uno era una hembra adulta y el otro un joven ciervo de un año de edad. El jefe de la manada miró directamente al otro macho y después bajó los ojos para mirar un punto en el suelo,justo a la derecha de él y a la altura de su hombro. El macho subordinado se dirigió inmediatamente al lugar designado. El movimiento fue tan exacto como si el jefe de la manada hubiera dibujado una marca con tiza en el suelo. Después de haber apostado al macho, el jefe de la manada miró directamente a la hembra dominante, estableció contacto ocu lar y luego volvió la mirada hacia un punto situado a la izquierda, cerca del extremo opuesto del claro, ipclinando el cuerpo hacia adelante en la dirección de su mirada. La hembra Alfa miró a los dos lobos jóvenes y a la otra hembra, y empezó a moverse en esa
dirección. Aquellos cuatro lobos avanzaron bordeando el límite del claro, moviéndose sin hacer ruido al tiempo que se escondían de
trás de los arbustos. Cada pocos metros, la hembra dominante se
paraba y volvía la mirada hacia el jefe de la manada. Éste vigilaba a los ciervos que pastaban, pero cuando notaba que la hembra lo
miraba, volvía inmediatamente la cabeza para clavar los ojos en un punto situado cerca del fmal del claro. La hembra, a su vez, seguía la dirección de su mirada y continuaba avanzando en esa dirección. No necesité hacer un gran esfuerzo para imaginar a los tres fusileros de nuestro pelotón siguiendo la dirección indicada por el sargento Tyner para ocupar posiciones a lo largo del muro de piedra. Cuando la hembra Alfa y su grupo llegaron al punto designado, la hembra volvió a mirar al jefe. Esta vez él.la miró a ella y después miró el suelo delante de él. La hembra miró el suelo ante ella, y enton ces los cuatro animales del grupo se agazaparon sin hacer ruido, adop tando una posición de emboscada.
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CON SU PERRO
Eljefe de la manada miró directamente al macho que terna a la derecha, y después volvió rápidamente los ojos hacia los ciervos. En ese momento, los dos machos entraron velozmente en el claro, como disparados por un cañón. Corrieron como una exhalación hacia los dos ciervos que pastaban. Nada más ver a los lobos ambos ciervos volvieron grupas para huir, disponiéndose a correr hacia el otro extre mo del claro. En ese momento, la hembra Alfa accionó la trampa, saltando al claro junto con sus tres compañeros. Los ciervos no pudie ron reaccionar lo bastante deprisa, y la hembra dominante se abalanzó sobre la grupa del joven ciervo. La otra hembra se unió al ataque mordiéndole los cuartos traseros. La acción de las dos hembras obligó al ciervo atacado a apartarse de la ruta más corta para ponerse a salvo, y un instante después los dos machos se arrojaron sobre él y no tarda ron en matarlo. Los dos lobos jóvenes persiguieron al ciervo supervi viente, pero en cuanto vieron que el resto de la manada no se les unía, volvieron rápidamente para reclamar su porción de la presa de! día. Las similitudes entre este incidente y mi experiencia en e! ejér cito son casi increíbles. Toda la estrategia -el ataque inicial para atraer la atención de la presa, seguido por una maniobra de flanqueo- era casi idéntica. Más asombroso todavía fue e! hecho de que toda la ac ción se hubiera comunicado y coordinado sin un solo sonido. En ambos casos, todos los mensajes se redujeron al movimiento de un brazo o un dedo en e! caso del ataque humano, o del cuerpo y la cabeza en el ataque canino. Prácticamente todos esos gestos adoptaron la forma de señalar. Tanto par~ los humanos como para los lobos, esos gestos de señalar tenían significados específicos, y habían sido claramente con cebidos para comunicar y coordinar una acción de grupo. Tanto los humanos como los lobos habían \lsado los gestos de señalar para dar a entender" Mirad, nuestro objetivo se encuen tra ahí arriba", "Id al sitio que os estoy indicando" y "Asumid una posición" [de rodillas o acos tados o en un lugar determinado], "Esperad aquí" y "Atacad ahora". En la conversación de los lobos, naturalmente, no se habló para nada del equipo (dado que no disponían de rifles o lanzagranadas) y sus mensajes tampoco abordaron la cuestión del tiempo (dado que no tenían relojes, y ciertamente ninguna idea de lo que quiere decir"diez minutos"). Dejando aparte esas consideraciones tecnológicas, las "con versaciones" habían sido notablemente similares. Así pues, debería haber quedado claro que aunque el gesto de señalar puede ser una form~ de comunicación muy primitiva para los humanos jóvenes, puede evolucionar hasta convertirse también en una
forma altamente compleja de lenguaje gestual. Los perros y sus primos salvajes poseen esta misma habilidad lingüística, y sus con ductas de señalar han evolucionado hasta convertirse en una forma de comunicación altamente compleja. Si se considera que el seña lar demuestra que los niños tratan de comunicarse mediante la de signación de objetos, y que están poniéndoles una etiqueta tempo ral con ese gesto, entonces también debemos llegar a la conclusión de que los perros son igualmente capaces de alguna forma de de signación objetual básica. Pueden señalar (con la cabeza y el cuer po) e interpretar la señal de otro animal. Responder al señalar con el cuerpo y la cabeza es algo que parece surgir de manera natural; no obstante, la interpretación del gesto humano de señalar con el dedo precisa de cierto adiestramiento específico.
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HABLAR CON EL SEXO
Adele tendóa unos cuarenta y cinco años, y cuando vino a ver me parecía sentirse muy incómoda. "Como es usted psicólogo, espero que podrá aconsejarme..." Enseguida supuse que ella, o un miembro de su familia humana, tenia algún problema. La gente sólo menciona que soy psicólogo cuando tiene que enfrentarse a algún problema humano. El resto del tiempo normalmente sólo soy el "Hombre de los Perros". "Es mi Samuel. Me temo que es gay, y espero que usted me diga qué puedo hacer al respecto." No era la primera vez que me encontraba en aquella situación, y me disponía a embarcarme en mis comentarios habituales sobre cómo los jóvenes a veces experimentan con prácticas sexuales alterna tivas antes de adoptar la conducta heterosexual más habitual, y que incluso si su hijo había decidido seguir una forma de vida homo sexual, la sociedad contemporánea está mucho más dispuesta a aceptar esas conductas que en el pasado, y que muchos homosexuales practi cantes llevan una vida feliz y productiva ... No llegué muy lejos porque de pronto caí en la cuenta de que Adele no tenía hijos y de que su esposo se llamaba Roger. No obstante, tenía un bóxer al que normal mente llamaba Sarnrny. Queriendo asegurarme, le pregunté qué estaba haciendo exactamente el tal Sarnrny. "Bueno, hace un par de días estábamos en el parque e intentó ... En fin, ya sabe. -Suspiró y volvió a empezar-o Intentó hacérselo a Benji, el perdiguero de mi amiga Nancy. Las dos nos sentimos muy avergonzadas y yo lo arranqué de la espalda de Benji y todo pareció volver a la calma. Ayer volví a ir al parque con él, y de pronto se apoyó en la espalda de un perdiguero labrador al que yo nunca había visto antes y empezó a tratar de...Ya sabe, empezó a tratar de hacer esa cosa
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HABlAR CON EL SEXO
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sexual con él.Yo pensé que se habria encaprichado de alguna perrita que no tenía muchas ganas de cooperar y que quizá le rechazaba. Entonces la dueña de aquel perro vino corriendo y me gritó: "Mi Walter es un perro normal. ¡Quítde de encima a ese asqueroso animal homosexual suyo! ¡Que alguien me ayude!" "No paraba de gritar, y empezó a pegarle a Sammy con la correa de su perro. La gente se giraba para averiguar a qué venía tanto escándalo. ¡Nos estaban mirando, compréndalo! Fue realmente embarazoso. Separé a los perros y me llevé a Sammy. Hoy no lo he llevado al parque y no sé si podré volver a llevarlo si va a compor tarse de esa manera." El significado de que Sarnrny montara a aquellos otros perros había sido totalmente malinterpretado por Adele y la dueña del perdi guero. Ambas mujeres, y otras personas relacionadas con ellas, aplica ban a los perros sus propias actitudes hacia las conductas sexuales, Lo único que saben muchas personas sobre la sexualidad de los perros es que el acto sexual se realiza adoptando una postura que los humanos conocen como "estilo perro". Pero el sexo canino no se reduce a eso, y la conducta de montar tiene un significado mucho más amplio que el meramente sexual. Hay unos cuantas cosas que todo el mundo deberia saber acerca del sexo entre los perros. En primer lugar, existe una clara desigualdad entre machos y hembras. En los seres humanos y en algunos monos (pero no en todos), tanto el macho como la hembra se mantienen sexual mente activos a lo largo de todo el año. En la inmensa mayoría de los otros animales, tanto el macho como la hembra tienen una "época de celo" que consiste en un breve periodo de tiempo durante el que ambos están preparados para mantener una intensa actividad sexual. En el caso de los perros, no obstante, los machos siguen la primera pauta, lo cual significa que están listos para la actividad sexual durante todo el año, mientras que las hembras sólo tienen dos perio dos de celo relativamente breves durante los que están interesadas en la actividad sexual y dispuestas a practicarla. Estas diferencias podrían tentarnos a sugerir que los machos pasan la mayor parte del año en un estado de frustración sexual, rodea dos por hembras habitualmente poco dispuestas a la actividad sexual. No es ése el caso. Aunque los machos pueden sentirse interesados por el sexo en cualquier momento, sólo se excitan sexualmente ante una hembra en celo, o al menos en presencia del olor que emana. Es du rante el celo (conocido técnicamente como periodo del estro) cuando
los ovarios de la hembra empiezan a producir las hormonas sexuales necesarias para hacerla fértil, así como el olor que la hace atractiva para los machos. La palabra procede del término latino estnlS, que significa "frenesí", dado que esas mismas hormonas la vuelven mucho más ac tiva y a veces más dominante Y agresiva. El periodo del estro dura unos veintiún días y está dividido en tres fases. La primera, el pro-estro, normalmente dura nueve días. Du rante esta fase, la helubra se muestra muy nerviosa, tiende a moverse más de lo habitual, bebe más que de costumbre y orina copiosamente durante sus paseos, y es la fragancia de esta orina lo que atrae a los machos. Éstos la husmean Y después alzan la cabeza y parecen clavar los ojos en la lejanía como si reflexionaran sobre algún profundo mis terio filosófIco. Los machos pueden detectar el olor de la hembra des de una gran distancia, Y no es raro ver a una perra en celo ávidamente perseguida por un nutrido grupa de pretendientes que se congregan esperanzadamente alrededor de su hogar. Conforme el periodo del pro-estro se aproxima a su fin, las secreciones vaginales empiezan a oscurecerse Y teñirse de sangre. Es en ese momento cuando muchas personas dicen incorrectamente que la hembra está menstruando. En las mujeres, la menstruación tiene lugar bastante después de la ovulación. Indica el fm de cada período de fertilidad y representa la ruptura de tejidos que no son necesarios para sustentar a un feto cuando la mujer no está embarazada. En los perros, la hemorragia tiene lugar antes de la ovulación a consecuencia de los cambios que se producen en las paredes de la vagina para prepararla para la ovulación. Durante este periodo de tiempo, al menos desde el punto de vista de los machos esperanzados a los que atrae, la hembra se gana el significado callejero de su nombre técnico, "perra". Ha estado dilu yendo ese invitador perfume sexual en su orina, y sus secreciones vaginales lo han dejado flotando en el aire para que atraiga a todos los machos de la vecindad. No obstante, la hembra rechaza todas las insi nuaciones amorosas de los machos. Puede recibir al pretendiente con gruñidos, amenazarlo, perseguirlo e incluso llegar a morderlo. Una hembra menos agresiva se limita a huir, o gira en redondo cuando el macho intenta montarla, con lo que eljadeante Romeo acaba tenien do delante no un trasero invitador sino un rostro que le amenaza. También puede adoptar una estrategia menoS complicada que consis te simplemente en sentarse, cortando así cualquier acceso a la parte posterior de su cuerpo.
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Esto no significa que la hembra esté jugando con los machos, por supuesto. Lo que OCUrre es que todavía no ha ovulado, y no lo hará hasta alrededor del segundo día del estro propiamente dicho, que es cuando las secreciones se vuelven más claras y acuosas, lo cual indicará que la vagina está lista para el apareamiento. Una vez liberados, los óvulos necesitarán alrededor de setenta y dos horas para madurar antes de que puedan ser fertilizados por el esperma del macho. El período fértil de la hembra quizá dure sólo unos días, por lo que es muy im portante que haya atraído a un número de machos lo bastante grande para poder seleccionar a su compañero en el momento adecuado. Las conductas y señales de cortejo presentan muchas similitudes con las del juego, con unas cuantos gestos de invitación especiales añadidos. Básicamente, es la hembra la que controla la situación. Esto era de esperar, dado que es la hembra la que debe invertir una gran energía en el proceso de la concepción, el desarrollo de los cachorros dentro del útero, el parto y los cuidados posnatales. En estado salvaje, esto significa que se produce un activo proceso de selección, en el que a algunos candidatos a la paternidad se les rechaza enérgicamente mien tras que otros Son buscados con afán. La evolución ha infundido un cierto grado de programación, que anima a la perra a elegir un perro robusto y dominante que transmitirá genes capaces. Llegados a este punto, es importante recalcar la diferencia entre las conductas sexuales de los perros actuales y las de los cánidos salva jes. Durante el proceso de domesticación, los seres humanos alteramos profundamente la naturaleza de la reproducción canina. Para ser exac tos, creamos un animal que es mucho más fértil. Excepto en el caso de los basenjis, normalmente los perros domésticos entran en celo dos veces al año en vez del único celo anual de los cánidos salvajes. Nues tro perro doméstico es también mucho más promiscuo que sus pri
mos salvajes. Eso fUe un esfuerzo deliberado y consciente por nuestra
parte y es un aspecto necesario de nuestro deseo de crear perros con
unas determinadas características. Cada raza de perros aparece mediante la crianza selectiva. Esto
quiere decir que debemos poder tomar un perro que posea ciertas
características (como un determinado color de pelo, forma del cuerpo
o capacidad conductual, como la de cobrar la presa o cuidar de un rebaño) y cruzarlo con otro perro que tenga las mismas u otras carac terísticas especiales que deseemos. Obviamente, tener un perro que entra en celo con mayor frecuencia nos proporciona más ocasiones de tratar de combinar los genes de distintos perros que podrían acabar
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produciendo exactamente el perro que queremos. No obstante, tam bién debería ser igualmente obvio que para que tal crianza controlada tenga éxito, los candidatos a progenitores caninos deben estar dispues
tos a aceptarse mutuamente como compañeros sexuales. Que los pe
rros domésticos fueran altamente selectivos y rechazaran a las parejas elegidas para ellos supondría un serio obstáculo en el proceso de la
creación y el mantenimiento de nuestras modernas razas de perros.
Por esta razón, la promiscuidad en los perros es en realidad una carac
terística deseable.
Pero en los cánidos salvajes no ocurre lo mismo. En este caso, la reproducción indiscriminada supondría un auténtico desastre, ya que sometería a una presión excesiva a los recursos alimentarios locales. En general, una manada de lobos sólo tiene una camada, que oscila entre los cuatro y los seis cachorros, y que habitualmen te procede del apareamiento entre el lobo Alfa y la hembra Alfa. Si corren malos tiempo y el alimento escasea, tal vez ni siquiera esa única camada llegue a nacer. Las conductas de cortejo entre los perros salvajes, y menos fre cuentemente entre los perros domésticos, pueden prolongarse duran te horas. A veces, en estado salvaje, el cortejo incluso puede quedar interrumpido temporalmente para reanudarse al día siguiente. Nor malmente, la hembra dará comienzo a la danza de apareamiento co rriendo hacia el macho para luego salir huyendo y, a continuación, volver a correr hacia él y ejecutar otra rápida retirada. La mayoría de machos encuentran irresistible esta conducta, pero en el improba ble caso de que el macho quiera "hacerse el duro", la hembra pue de empezar a dar saltos y corretear a su alrededor, llegando al ex tremo de golpearlo con las patas. Si eso no da resultado, algunas hembras intentarán montar al macho, como si le recordaran cuál es la auténtica finalidad de todo ese juego. Al final suele haber un largo período de persecución, correteos y esquivamientos mutuos. Esas actividades suelen estar interrumpidas por reverencias de juego y por algunos períodos en los que ambos animales se incorporan sobre las patas traseras mientras están frente a frente, a veces apoyando las patas en el pecho o las paletillas del otro y presionando con ellas, como si practicaran la lucha libre. Después de este período de jugueteo, la pareja en potencia se reúne y empieza a explorar el cuerpo del otro. Normalmente empie zan con unos cuantos episodios de olisqueo nariz-contra-nariz, tras lo cual pueden lamerse las orejas mutuamente. Finalmente, la pareja pasa
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a la fase sexual, que se inicia con un prolongado olisqueo de los trase ros. Ahora es la hembra la que decide. Si está interesada, indica al ma cho que está preparada ofreciéndole el trasero y moviendo la cola de un lado a otro. Ante este gesto, el macho generalmente volverá a com probar las intenciones de la hembra poniéndose junto a ella yapoyán dole la barbilla en la espalda, Éste es el momento crucial. Si la hembra permanece inmóvil y no da senales de apartarse, el macho se colocará detrás de ella y la montará. El macho se inclina sobre la espalda de la hembra, le sujeta los cuartos traseros con las patas delanteras y empieza a embestir. Ésta es la posición que adoptan los perros cuando copulan. En estado salvaje, cuando las hembras de la manada están en celo se produce una gran actividad de cortejo, pero como los cánidos salvajes son mucho más selectivos, hay muchos menos apareaoúentos. Un investigador estudió las conductas de apareamiento de los lobos de una manada durante el estro primaveral y contó 1.296 cortejos en cosa de un mes. Éstos sólo produjeron treinta y un apareamientos com pletos, lo que significa que sólo el 2,4 por ciento de todos esos corte jos terminaron en una relación sexual consumada. Aparentemente, nuestra domesticación de los perros no ha in troducido muchos cambios en la secuencia de las conductas de corte jo, dado que los perros, lobos, coyotes, chacales, dingos y perros salva jes, e incluso los zorros, parecen usar la misma danza de cortejo. En los perros domésticos, sin embargo, la duración del período de cortejo se ha reducido considerablemente, y lo que es todavía más importante: las probabilidades de que cada cortejo termine con un apareamiento se han incrementado enormemente. Cuando se organiza un aparea oúento entre dos ejemplares de raza, sigue habiendo algunas ocasiones en las que se producen rechazos, pero ahora son lo suficientemente escasas para que, cuando ocurren, lleguen a causar discusiones entre los criadores involucrados. En las auténticas conductas sexuales, la monta sólo tiene lugar una vez terminada la danza de apareamiento y únicamente si la hem bra ha aceptado de manera muy explícita a su pretendiente. Compáre se esto con la conducta de monta que tiene lugar entre dos machos. Habitualmente va precedida por un meticuloso olisqueo, seguido por movimientos con las patas rígidas y la cola y las orejas mantenidas en posición erguida. Ésta no es la conducta de juego que da comienzo a la secuencia de apareamiento. Así pues, es obvio que cuando un ma cho monta a otro macho las implicaciones y el mensaje tienen muy poco que ver con el sexo.
El hecho de que la conducta de monta puede ser relativamente independiente de las intenciones sexuales se comprueba fácilmente observando a los cachorros cuando son muy jóvenes. Mucho antes de que hayan alcanzado la pubertad (que tiene lugar entre los seis y los ocho meses de edad), los cachorros ya muestran esta clase de actividad. La monta aparece poco después de que los cachorros empiecen a an dar y ya es común cuando empiezan a jugar entre ellos. Es una con ducta socialmente significativa, no sexual. Para los cachorros, la monta supone una de las primeras ocasiones de ir descubriendo sus capacida des físicas y su potencial social. El cachorro más fuerte y autoritario montará a sus hermanos y hermanas más sumisos simplemente para . exhibir liderazgo y dominio. Esas conductas se conservarán durante la edad adulta y su significado será el poder y el control, no el sexo. Esta conducta de montar se usa comO senal de dominio, y dado que no guarda ningún tipo de relación con la reproducción, su signi fIcado es aplicable tanto a los machos como a las hembras. En tanto que exhibición empleada para desafiar o reafirmar el dominio social que un perro ejerce sobre otro, esta conducta puede ocurrir entre individuos del mismo o de distinto sexo. Un macho que monte a otro macho no está exhibiendo tendencias homosexuales, sino que se limi ta a decir: "Aquí mando yo". Las hembras también pueden usar la monta como una declaración de posición social, ya que pueden domi nar sobre otras hembras e incluso sobre algunos machos y exhibirlo adoptando una postura de monta. No nos hallamos ante ninguna cues tión de confusión sexual, dado que la estructura dinámica de la socie dad canina no depende únicamente del sexo. El estatus dentro del mundo canino depende más del tamano y de la capacidad fisica com binados con ciertas características asociadas al temperamento, la moti vación y el vigor. La estructura social de los perros se divide en tres jerarquías distintas. En primer lugar está la estructura jerárquica dentro de la manada, que empieza con el jefe y termina con el perro menos im portante. Hay un líder o macho Alfa y una hembra Alfa, y uno de ellos será el jefe de la manada. También hay una jerarquía entre el resto de los machos, y otra entre las hembras. La conducta de monta puede producirse para imponerse en una de esas jerarquías, lo que significa que pueden verse machos montando a machos, hembras montando a hembras, machos montando a hembras y viceversa. Ninguna de esas conductas representan una forma de avance o invitación sexual. De hecho, deberían considerarse como una dara senal de que el animal
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que ejecuta la monta alberga serias ambiciones sociales. Algunas de las expresiones de dominio que hemos visto anteriormente, incluida aque lla en que el perro dominante apoya la cabeza o las patas en el cuello o las paletillas de otro perro, muy bien podrían ser sutiles componentes de actividades relacionadas con la monta. En este caso, el perro que ocupa la primera posición en la manada es, literalmente, el perro que está arriba. Dado que, en la mayoría de los casos, la conducta de montar representa un intento de reclamar un estatus social superior al de otro animal, no debería sorprendernos descubrir que la creencia de que usted puede evitar que su perro la practique esterilizándolo no es más que un mito. La esterilización eliminará ciertas hormonas relacionadas con el sexo canino, como la testosterona, y la reducción de esas hormonas masculinas reducirá las tendencias agresivas del animal así como otras conductas de dominio. Eso significa que puede dis minuir la práctica de la conducta de montar. No obstante, la esteri lización no modificará el carácter y la personalidad básicos del pe rro,lo que significa, en el caso de un perro dominante y orientado hacia el liderazgo, que dicha conducta puede seguir apareciendo. Lo que sí que hará la eliminación de las hormonas sexuales será reducir la intensidad con la que el perro perseguirá sus ambiciones sociales. Pero cuanto más viejo sea un perro en el momento de esteri lizarlo, menos afectadas se verán sus características de dominio. Castrar a un macho eliminará su capacidad de reproducirse. La erección aún será posible, pero la producción de esperma se habrá detenido. Esto quiere decir que el perro puede seguir mostrando interés por una hembra en celo, pero cualquier intento de apareamiento será "infruc tuoso" en el sentido más literal de la palabra. Aunque la conducta de montar no es algo que la mayoría de personas consideren aceptable en sus perros, en comparación con lle gar al enfrentamiento fisico y la exhibición de dientes y garras que muerden y arañan, es en realidad un comportamiento de lo más con trolado e inofensivo. Recientemente, varios científicos han empezado a especular con la posibilidad de que la relación entre la conducta sexual masculina y el poder en los humanos sea similar a la que existe entre los perros. Algunas de estas especulaciones se han suscitado debido a la oleada de revelaciones periodísticas que han descubierto embarazosas rela ciones extramatrimoniales de conocidos políticos. Esos científicos par ten del hecho de que, indudablemente, los políticos son individuos
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socialmente dominantes, para interrogarse luego abiertamente sobre la posibilidad de que las características del liderazgo puedan estar rela cionadas con una tendencia biológica al incremento de la conducta sexual. Cuanto más dominante sea el individuo, más probable será la promiscuidad, tanto si está socialmente aceptada (como en el caso de aquellas culturas donde los hombres pueden tener más de una esposa) como si no lo está. ¿Acaso el rey Salomón no tuvO más de mil esposas, según la Biblia? De manera típicamente científica, esos investigadores han sugerido que se podría llegar a separar la sexualidad del poder utilizando algunos farmacos específicos que anularan el efecto de cier tas hormonas. De esa manera, sería posible crear políticos con una fuerte tendencia al dominio que no sintieran ningún interés por las rubias espectaculares, las becarias de la Casa Blanca o las artistas de variedades.También debería ser posible crear personas del tipo opues to, socialmente irresponsables Y promiscuas, al estilo de la imagen po
pular de las estrellas de rack o de los hippies de finales de los sesenta y principios de los setenta. Por desgracia, como observó un científico, la
investigación necesaria para confirmar esta hipótesis requeriría que
ciertos voluntarios que han triunfado en la política estuvieran dis
puestos a "curarse". Que yo sepa, de momento ni un solo político ha
decidido ofrecerse voluntario.
Se conocen muchos casos en los que un perro ha intentado
montar a un ser humano. Como ahora comprendemos que la conduc
ta de montar casi siempre constituye uI1a declaración de dominio, de
bería quedar claro que el perro que le ha agarrado la rodilla y la está
embistiendo alegremente no le está diciendo "Te quiero", ni tampoco
trata de ser "cariñoso". Cuando los perros montan a seres humanos,
prácticamente siempre intentan expresar su convencimiento de que
son dominantes. De hecho, quieren ser los jefes de la manada. Esta
clase de "lenguaje" canino no es permisible. Debe detenerse para man
tener la jerarquía de la manada, la cual siempre debería poner en tér
minos de dominio a los humanos por encima de los perros.
¿Cómo impedir que un perro monte a las personas? Dado que
el montar es un signo de dominio social, usted deberá imponer alguna
forma de dominio o eliminar el valor social del acto. La manera más
simple de imponer el dominio es a través del adiestramiento de obe
diencia básico. La gente suele asombrarse ante la rapidez con que pue
de reducirse esta clase de conducta con sólo llevar al perro a una clase
de obediencia canina para principiantes. El adiestramiento consiste en
enseñar al perro a que responda a sus órdenes: eso hace que usted
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exprese su dominio, y los perros no montan a los individuos a los que perciben como dominantes. En el improbable caso de que la conducta vuelva a ·aparecer, se le dice "No" al perro con el mayor énfasis posible, y luego se le aparta rápidamente de su objetivo, se le coloca en una posición controlada de "sentado" o "echado", y se le ordena que se "esté quieto" durante uno o dos minutos. Si hace mos cumplir las órdenes de esta manera, el dominio del humano queda restablecido sin necesidad de recurrir a la fuerza, y la con ducta de montar debería desaparecer. A veces, especialmente con dueños tolerantes y pacíficos y pe rros grandes y dominantes, esta conducta puede ser muy persistente. En esos casos, he descubierto que la mejor manera de actuar es atacan do el componente "social" del dominio. Para ello hay que evitar cual quier contacto físico con el perro cuando éste exhibe las conductas de monta. El contacto físico y la atención social pueden ser recompensas muy poderosas. Basta con que deje una correa corta unida al collar del perro. Cada vez que el perro intente practicar la conducta de montar con usted, con sus hijos o con cualquier visita, debería sujetarlo por la correa, llevado a una habitación y cerrar la puerta, aislando físicamen te al animal de cualquier contacto durante unos tres minutos. Después de este "descanso" se le abrirá la puerta para que pueda volver a disfru tar del contacto humano, sin reñido y sin decirle nada. En una ocasión, le describí el método que uso para eliminar la conducta de montar a la propietaria de un foxterrier llamado Tracker. Aunque el perro siempre se portaba bien en presencia de su espo so, el cual pesaba 80 kilos, apenas éste salía de la casa, intentaba montar a su dueña y persistía en esa actividad muchas veces a lo largo del día. El día en que se inició el procedimiento de aisla miento, la mujer me telefoneó. "No está dando resultado. Hoy he tenido que aislar a Tracker veinticinco veces." "Siga con ello -le dije-o Tracker lleva más de un año ex presando su dominio con éxito, y el método quizá tarde un poco en surtir efecto." Unos días después, volvió a telefonearme. "Tracker lo está ha ciendo mucho menos, puede que media docena de veces al día. Des graciadamente ahora tenemos un nuevo problema. ¡Tracker la ha em prendido con los cojines del sofa!". "Eso es lo que llamamos una conducta de desplazamiento -la tranquilicé-o Como ve que ahora ya no tiene tanto éxito con usted,
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Tracker anda buscando algo que dominar, aunque sólo sea un co jín. Ponga fuera de su alcance cualquier objeto que intente montar, y cada vez que lo vea montando a un objeto, actúe como si la estuviera montando a usted y limítese a aislarlo durante el período de tres minutos habitual." El número de montas y aislamientos se fue reduciendo cada día que pasaba, y al cabo de unas tres semanas éstos se redujeron a cero. Recuerden que montar es una conducta que pretende expresar domi nio social. Si el perro es apartado inmediatamente de los IIÚembros de su manada cada vez que intenta llevarla a cabo, la conducta se vuelve inútil a efectos comunicativos porque el resultado es que, de pronto, el . perro no tiene alrededor a nadie a quien dominar. El objetivo de la comunicación canina es proporcionar al perro resultados útiles y de seables, por lo que las señales que producen efectos no deseados sim plemente tienden a desvanecerse.
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otras, dado que no puede percibir los sonidos asociados a las conversa ciones corrientes. Pero esas personas pueden aprender un lenguaje basado en gestos. En los Estados Unidos, habitualmente aprenden el
Lenguaje de Signos Americano (American Sign Language, que suele designarse ASL). ¿Es este complejo sistema de gestos un auténtico lenguaje? Bueno, aunque no es una mera traducción directa de ningún lenguaje cono cido, indudablemente dispone de todos los componentes que espera mos encontrar en un idioma, gramática incluida. Además, elASL no se
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reduce a una simple cuestión de señalar: puede usarse para expresar ideas y puede describir acontecimientos que ocurrieron en el pasado o que pueden ocurrir en el futuro. También puede utilizarse para des cribir y analizar objetos que no se hallan fisicamente presentes. En ASL, pueden contarse las historias más complejas al igual que en cual quier otro lenguaje hablado. El ASL puede aprenderse de la misma manera informal en que los niños aprenden los lenguajes hablados. Los bebés de padres sordos que hablan ASL simplemente aprenden ASL. El bebé puede no ser sordo, pero aprenderá los gestos a través de las interacciones informa les con sus padres, y no mediante alguna forma de instrucción explíci ta, del mismo modo en que los niños dotados de audición que crecen en un entorno en el que están rodeados de lenguaje hablado, aprenden a hablar el lenguaje utilizado por sus padres. Dichos bebés también pasarán por las fases de desarrollo del lenguaje normal, e incluso bal bucearán, pero no vocalmente: balbucearán en gestos. Está claro, pues, que el lenguaje no tiene por qué surgir de la boca; también puede proceder de las manos o de cualquier otra parte del cuerpo que pueda usarse para hacer gestos. Una vez que nos hemos liberado de la idea de que los ani males deben hablar y "sonar como personas" para que se los reco nozca como poseedores de alguna clase de lenguaje, podemos exa minar el lenguaje animal desde una perspectiva más innovadora. Hemos visto que los animales disponen de un lenguaje corporal y tienen la habilidad de hacer gestos. Algunos animales quizá no sean capaces de hacer gestos tan complejos como los que encontramos en el ASL, pero otros sí pueden hacerlos. Además, ahora que nos hemos desprendido de las cadenas de la palabra hablada, podemos ayudar a esos animales que no disponen de un control muscular demasiado bueno sustituyendo su capacidad limitada para hacer gestos por algunas soluciones tecnológicas. Cuando una nueva jornada de investigadores empezó a estudiar el lenguaje animal, los perros no estaban entre las primeras especies que eligieron. Siguiendo el camino trazado por los primeros investiga dores, escogieron a los animales más próximos a los humanos, los monos, con la esperanza de que eso aumentaría las probabilidades de éxito.Ya hemos visto que los chimpancés criados en casas humanas y que reci bieron la misma instrucción lingüística que los niños no aprenden a emitir muchos sonidos significativos. No obstante, en una fecha tan temprana como 1925, el psicólogo y estudioso del comportamiento
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animal Robert Yerkes aventuró la hipótesis de que los monos quizá tuvieran muchas cosas que decir, pero que simplemente no tenían forma alguna de decirlas. Sugirió que quizá se les pudiera enseñar algún lenguaje de signos. Esta sugerencia no se llevaría a la práctica hasta 1966, cuando entraron en escena Allen y Beatrice Gardner, de la Universidad de Nevada. Esta pareja de investigadores supo aprovechar el hecho de que los monos disponen de manos muy flexibles, las cua les pueden formar muchos gestos. Los Gardner se hicieron con una chimpancé de aproximada mente un año de edad llamada Washoe que había sido capturada en estado salvaje después de pasar los primeros meses de su vidajunto a su madre. Washoe fue alojada en el patio trasero de los Gardner, un área de unoS 1.500 metros cuadrados. Vivía en una casa remolque totalmente autosuficiente, dentro de la que podía comer, dormir y hacer sus nece sidades. Durante los cuatro años que Washoe pasó allí, los investigadores sólo se comunicaron con ella enASL. Se esperaba que Washoe aprendiera una gran parte del lenguaje de signos meramente por el hecho de estar expuesta a él, pero también se le darían algunas sesiones de instrucción formal, una especie de escuela primaria, para aprender ASL. Un miembro del equipo de investigación permanecía junto a Washoe en todo momento salvo cuando dornúa. Los investigadores hablaban con ella en lenguaje de signos mientras llevaban a cabo toda una serie de actividades concebidas para mantenerla interesada y acti va. Washoe hacía frecuentes salidas a la comunidad cercana Y recibía muchas visitas.Tambiénjugaba, trepaba a los árboles y usaba los juegos infantiles instalados en el patio trasero de los Gardner. El programa de actividades se completaba con las sesiones de instrucción formal du rante las que se le enseñaba ASL,un aprendizaje que solía limitarse a hacerle imitar los gestos ejecutados por el profesor. A veces había que tornarle las manos para enseñarle las posiciones correspondientes al signo en cuestión. Para alentarla a usar los signos,Washoe recibía golo sinas de recompensa cuando hacía los signos correctos para detemú nado objeto o situación. Washoe empezó a aprender el ASL e incluso pasó por algunas de las fases iniciales del aprendizaje del lenguaje observadas en los hul manos, como el balbucear con gestos. Acabó aprendiendo 132 signos. Roger Fouts, uno de los investigadores que trabajaban con los Gardner, siguió estudiando el lenguaje de los simios después de haber se llevado a Washoe al Cenero de Primates de la Universidad Central de Washington? Fouts creía que la evidencia más abrumadora de que
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SIGNOS Washoe utilizaba el lenguaje de la manera en que 10 emplean los niños humanos era 10 que él llamaba "parloteo manual espontáneo". La chim pancé se sentaba en su cama y le hacía signos a su muñeca favorita. de la misma forma en que los niños hablan con sus juguetes. En una ocasión, Fouts vio entrar sigilosamente a Washoe en una habitación que. ella 10 sabía. le estaba prohibida. y se dio cuenta de que se estaba haciendo el signo de "Silencio" a sí misma. Ver a Washoe mientras se fa sometía a diversas pruebas para de terminar su nivel de conocimiento del lenguaje, produjo algunas ob servaciones fascinantes. Por ejemplo. cuando se equivocaba, Washoe tendía a cometer la misma clase de errores que cometen los niños. Sus errores se basaban más en la confusión de significado que en la del sign? correspondiente a la palabra. A veces hacía el signo de "perro" cuando se le enseñaba la foto de un gato, o el de "cepillo" ante la foto de un peine, o el de "comida" ante la foto de un trozo de carne. Inclu so aprendió a corregir su propio uso de las palabras. En una ocasión, hizo el signo de "esa comida" cuando estaba mirando una foto de un refresco en una revista. Después se miró la mano. puso cara de disgusto y cambió el signo por" esa bebida". Así es como los niños suelen co rregirse a sí mismos cuando hablan diciendo: "¡No! ¡No quería decir 'd eClr . ..." eso., Quena Además de aprender signos de ASL correspondientes a palabras. Washoe aprendió a unir signos para formar frases de dos palabras y. en ocasiones, de tres. Podía pedir casas -"Dame manzana" o "Más pláta no"-. y describir objetos. como "Manzana roja" o "Bola grande". Solicitaba actividades -"Hazme cosquillas"-, o describía destinos a los que tenía intención de ir, diciendo "Ir fuera" cuando se disponía a
salir de la habitación o "Dentro cama" cuando se preparaba para ir a
dormir. Podía determinar relaciones complejas. por ejemplo de pro
piedad. como cuando respondió a la pregunta "¿De quién es este SOm
brero?" diciendo "Sombrero de Rog er ". o a "¿De quién es esta pelo
ta?" con "Pelota de Washoe". Después de Washoe. se les ha enseñado ASL a varios chimpancés más. La similitud de su uso del lenguaje y estructura con 10 que vería mos en un niño entre los dos años y medio y los tres es notable. Oca sionalmente.los chimpancés inventan nuevas etiquetas usando signos ya existentes, como cuando llaman "fruta bebida" a un melón o "pája ro de agua" a un cisne. Hubo una Ocasión en que un chimpancé mor dió un rábano y se apresuró a escupirlo mientras hacía los signos "llora comida daño". Si no existe ningún signo adecuado que puedan usar
y TECLAS
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para referirse a un objeto. se sabe de casos en los que han creado uno. Un ejemplo muy interesante de ello se produjo cuando Washoe in ventó un signo para "babero" que consistía en reseguir los contornos de uno sobre su pecho. Los Gardner habían querido que usara la pala bra "servilleta", dado que ésta se empleaba con tanta frecuencia como el babero, y por eso insistieron en que Washoe usara aquel signo. Cosa de un mes después. varios niños sordos de la Escuela para Sordos de California que hablaban ASL veían una filmación de Washoe. Cuando vieron que Washoe hacía el signo "servilleta" para referirse al babero, informaron a los investigadores de que el signo estaba equivocado. Después les mostraron el signo ASL para "babero". que consistía en trazar los contornos de un babero delante del pecho...• iY era casi idén tico al signo que Washoe había inventado por sí sola! Aparentemente. los chimpancés incluso pueden crear y usar pa labrotas. Esto se observó por primera vez después de que Washoe hu biera sido transferida al Instituto para el Estudio de los Primates de Norman. Oklahoma. Allí vivía en un gran cercado con más chimpan cés y otros monos. La observación de su conducta demóstró que se guía usando el lenguaje de signos e incluso que se 10 había enseñado a otros chimpancés del recinto. de manera muy parecida a como los adultos intentan enseñar el lenguaje cuando interactúan con niños o con individuos que no conocen la lengua que están hablando. Hasta aquel momento.Washoe había empleado la palabra "sucio" para refe rirse a las heces o los objetos manchados. Después de pelearse con un mono rhesus. se refirió a él llamándolo "mono sucio". Desde ese mo mento. Washoe ha usado regularmente el signo "sucio" para describir a las personas que rechazan sus peticiones. ¡Igual que los humanos. Washoe ha aprendido a renegar' Posteriormente. Roger Fouts llevó a Washoe a un entorno familiar que compartía con variosjóvenes chimpancés. Él y su esposa. Debbi. gra baron en vídeo unas cuarenta y cinco horas de conversaciones entre chimpancés. Descubrieron que, al igual que una familia humana. los chimpancés charlaban entre ellos mientras llevaban a cabo sus activi dades cotidianas. Intercambiaban signos mientras jugaban. compartían mantas y desayunaban y cuando se disponían a acostarse. Hasta resol vían dificultades recurriendo al lenguaje de signos. Si dos jóvenes chim pancés. Loulis y Dar. se peleaban. Loulis culpaba del problema a Dar. Él la señalaba y luego hacía los signos "Bueno bueno yo". Entonces Washoe venía y castigaba a Dar. Finalmente. Dar acabó encontrando una solu ción. Cuando veía venir a Washoe. corría hacia ella y expresaba
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frenéticamente: "Ven abrazar." Entonces Washoe se ablandaba y se li mitaba a reñir a Loulis, diciéndole que saliera de la habitación con un "Ve allí", al tiempo que señalaba la salida. Los chimpancés no son la única especie no humana que puede aprender el ASL. A un orangután se le enseñaron más de cincuenta gestos, y la psicóloga Francine Patterson ha enseñado a Una gorila de las llanuras llamada Koko más de 300 signos gestuales. Al igual que Washoe, Koko ha aprendido a usar palabrotas, pero, además, de vez en cuando utiliza el lenguaje de signos para decir mentiras, si cree que, haciéndolo, puede obtener alguna clase de recompensa. Algunos escépticos dudan de que nada de todo esto sea autén tico lenguaje. Se basan en el hecho de que la mayor parte del lenguaje de los monos adopta la forma de petición, y argumentan que los ani males simplemente podrían estar aprendiendo de memoria un gesto determinado para obtener una recompensa. Así, dicen que si un perro responde a la orden "¡Siéntate!" desplazando su cuerpo hacia una po sición sentada, y luego obtiene una golosina o una palmadita en la cabeza, ha demostrado una asociación aprendida entre un sonido y un movimiento corporal, pero no el significado de la palabra "Siéntate". De manera similar, un chimpancé puede responder a los signos de la pregunta "¿Qué quieres ahora?" con los signos "Dame manzana" sin tener ninguna noción conceptual del significado del lenguaje o de la secuencia, y sabiendo únicamente que esa determinada secuencia de movimientos de la mano obtiene una recompensa. Hay varios puntos que hacen que este argumento no sea dema siado convincente. Uno es el hecho de que una gran parte del lengua je humano, aunque no venga expresado como una petición, sirve para pedir algo, dependiendo del contexto. Tomemos una frase como" Me duelen los pies". A primera vista, suena como llna descripción de una condición existente en el mundo y no parece ser una petición, como sí lo es "Dame manzana". No obstante, hay muchas situaciones en las que la frase "Me duele el pie" es correctamente interpretada por un oyente como una petición. En la consulta de un médico, dicha decla ración serviría como una petición de ser tratado y obtener un alivio del dolor. Yendo por un camino de montaña, podría ser interpretada como la petición de hacer un alto para descansar. Saliendo del trabajo, esa m.isma frase podría ser interpretada por un amigo como una peti ción de ser llevado a casa en coche.Y al entrar en casa, podría ser una petición dirigida a un ser querido que pretende obtener atención, un abrazo y una palabra amable.
Existen otras pruebas de que el lenguaje animal no se reduce a un mero aprendizaje de memoria, sino que posee las características del lenguaje humano. En lenguaje humano podemos expresar la misma idea usando varias secuencias de palabras distintas: "El chico golpeó a la pelota", "La pelota fue golpeada por el chico", "Lo que el chico golpeó fue la pelota", "Fue una pelota aquello que fue golpeado por el chico", etcétera. Cada una de esas frases es distinta, pero todas comu nican el mismo contenido. Este proceso también se halla presente en el caso de Washoe. Por ejemplo, cuando se encontraba ante una puerta cerrada, Washoe variaba sus frases. "Dame llave", "Abre llave", "Llave dentro", "Abre lla\'e por fa\'or", "Abre más", "Dentro abre ayuda" y "Abre llave ayuda deprisa" figuran entre las trece frases distintas graba das por los investigadores que Washoe usó para esa situación. Si se tratara de aprenderse de memoria una frase para obtener un determi nado resultado y ésta hubiera sido recompensada, entonces la misma frase se habría utilizado una y otra vez, y no habría sido necesario introducir variaciones. Algunos análisis de las conversaciones filmadas de la vida coti diana de los chimpancés también indican la existencia de algo más que meras peticiones aprendidas. Los chimpancés solían sentarse a charlar de los acontecimientos del día y de aquello en lo que parecían estar pensando. Cuando hablaban de su comidíl favorita no era para obte nerla, dado que no había humanos cerca. U no de ellos podía decir "Manzana buena". y otro chimpancé mostraba su desacuerdo con esa elección diciendo "Plátano bueno". Después podían pasar a hablar de los alimentos que no les gll5taban, todo ello sin que hubiera nada que comer a la vista, como si alguien viera pasar a una persona con una taza de café en la mano y comentara "Café", y otra persona (que lo encontraba demasiado amargo) replicara:"Café malo". El vocabulario es muy simple y las frases son muy cortas, pero parece haber un inten to real de usar los signos de la m.isma manera en que los niños sordos usan su lenguaje de signos. Desde el punto de vista de un investigador, aunque estos resul tados parezcan impresionantes, hay ciertos problemas a la hora de con siderar el A5L como una evidencia de lenguaje en los monos. Existe la posibilidad de que el observador que conversa con el chimpancé peque de un exceso de interpretación y lea demasiado significado en las respuestas del animal. El oyente incluso puede, de una manera in consciente, estar guiando o controlando la conducta del chimpancé para crear la apariencia de una mayor habilidad lingüística de la que
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realmente posee el animal. Por esta razón, algunos investigadores han usado otra técnica, que equivale a enseñar a leer y escribir a los monos. La primera persona que intentó enseñar un lenguaje gráfico a monos fue David Premack, quien inició su trabajo con la Universidad de California y más tarde prosiguió sus estudios en Pensilvania.3 Su primer estudiante fue una chimpancé de seis años llamada Sarah que se había criado en un laboratorio. En vez de palabras escritas, Premack usó piezas de plástico de distintos colores y formas cuyo reverso metá lico permitía adherirlas a un tablero magnetizado. Las formas eran totalmente arbitrarias y no guardaban ninguna clase de relación con los objetos que representaban. Además, muchas de las palabras eran bastante abstractas, como "no" o incluso "si... entonces". Sarah apren dió a "leer" esas formas igual que si fueran palabras. Usando métodos de aprendizaje lo más simples posible, Premack le enseñó después a escribir sus frases seleccionando formas y combinándolas para que for maran respuestas a preguntas o peticiones de distintos objetos. Sarah ha aprendido alrededor de 130 palabras, que es aproximadamente el mismo número que Washoe aprendió en ASL. Además, Sarah puede combinar esos símbolos para "escribir" frases bastante complejas refe rentes a trueques y situaciones hipotéticas. Por ejemplo, podría escri bir: "Sarah da manzana Mary silentonces Mary da Sarah chocolate." Este trabajo ha sido ampliado y sometido a un mayor control experimental por Duane Rumbaugh y Sue Savage-Rumbaugh, que trabajan en los Laboratorios Yerkes de Biología de los Primates en las afueras de Atlanta, Georgia. 4 Los Rumbaugh tuvieron la suerte de usar una variedad de chimpancé que ha resultado ser un mago del lenguaje en comparación Con otros animales. Se trata de una especie rara y en peligro de extinción, el Pan panisms, conocido a veces con el no muy acertado nombre de chimpancé pigmeo, aun que esos animales son casi tan grandes como el chimpancé común. También se los llama bonobos. El sistema de aprendizaje del len guaje que utilizan es un tanto similar al de Premack, Con la dife rencia de que está totalmente computarizado. Usan un teclado de entre setenta y cinco y noventa teclas en el que cada tecla está marcada con un símbolo arbitrario. Cuando se pulsa la tecla, ésta se ilumina y su símbolo aparece secuencialmente en una pantalla, lo cual permite que los chimpancés puedan ir siguiendo sus secuencias de símbolos a medida que "escriben frases". Los resultados obtenidos por los chimpancés bonobo han sido realmente impresionantes. A veces usan los símbolos para nombrar y
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describir objetos que no están pidiendo sino que simplemente están viendo en aquel momento. En ocasiones también usan sus símbolos tecleados para describir acontecimientos que tuvieron lugar en el pa sado, como cuando un bonobo explicó un corte que tenía en la mano describiendo cómo lo había mordido su madre. A veces hacen peti ciones muy creativas, como pedir a otros que le hagan algo a otro individuo: un bonobo pidió a un investigador que persiguiera a otro para que pudiera ver cómo corrían. Estos chimpancés no estaban rodeados de ASL; vivían en un entorno donde los investigadores hablaban inglés. Los investigadores les hablaban cuando les enseñaban símbolos, por lo que un sonido también podía asociarse con un signo, y también hablaban a los chim pancés de lo que se estuviera haciendo en un momento dado. Al igual que unos niños que crecen rodeados de un lenguaje hablado determi nado, aquellos chimpancés desarrollaron habilidades de lenguaje re ceptivo y han llegado a entender notablemente bien el inglés hablado. Su capacidad lingüística es lo bastante grande para permitirles respon der a órdenes que utilizan combinaciones de palabras que no habían oído antes. Por ejemplo, se le puede decir a un bonobo: "Toma la llave y ponla dentro de la nevera". Aunque los chimpancés ya entiendan cada una de las palabras por separado, esta frase representa un concepto nuevo con el que nunca habían tenido contacto anteriormente. Aun así, los animales son capaces de hacer lo que se les píde. La similitud entre la manera en que los bonobos parecen haber aprendido el lenguaje y cómo lo aprenden los niños humanos es nota ble. Una gran parte del aprendizaje se produce simplemente observan do cómo otros individuos usan el lenguaje y a través de interacciones sociales normales en las que el lenguaje se halla presente. Un banaba, Kanzi, aprendió a teclear frases viendo cómo le enseñaban a hacerlo a su madre cuando él era muy joven. Los investigadores acabaron pres cindiendo de su madre, ya que parecía costarle mucho aprender y daba la impresión de no ser particularmente lista. Pero en cuanto su madre hubo salido del laboratorio, Kanzi demostró haber desarrollado una considerable habilidad lingüística, no sólo en lo referente al lenguaje receptivo sino también en lo concerniente al lenguaje productivo. Confirmó que ya había aprendido a usar correctamente el teclado para pedir determinados alimentos, y más tarde que también había aprendido a solicitar actividades, como ver la televisión,jugar, visitar a sus amigos, etcétera. Lo más sorprendente de todo quizá sea que Kanzi también usa el teclado para anunciar sus intenciones, como: "Kanzi
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come manzana enton~es...después va a dormir". Algunos investigado res han sugerido que este nivel de capacidad lingüística casi equivale al de un niño de tres años. Aunque estos estudios de las capacidades lingüísticas de los monos son prometedores, su aplicación a las capacidades lingüísticas de los perros podría ser un tanto limitada. Los estudios nos dicen que los animales pueden aprenderse algunas formas de lenguaje corporal (y los signos son un lenguaje corporal) con más facilidad que el lenguaje vocal. La razón obvia por la que los estudios centrados en el ASL no ofrecen un camino tan prometedor para los perros es que éstos no sólo disponen de un control vocal muy limitado para articular los sonidos de las palabras, sino que su capacidad manipulativa tam bién es limitada. N o poseen la destreza de los monos y no pueden formar gestos. Aunque tu vieran la agilidad necesaria en sus patas, no tienen dedos con los que ejecutar las formas necesarias para el ASL u otro lenguaje de signos más complejo. Los perros pueden apren der a tocar las cosas con las patas, y quizás incluso a acercárselas o mantenerlas inmóviles, pero básicamente manipulan el mundo a tra vés de su boca y sus mandíbulas. Sin embargo, los últimos estudios sobre el uso de los teclados parecen un poco más esperanzadores. Un perro podría aprender a pulsar una tecla con la nariz, o quizás incluso a poner la pata sobre un símbo lo determinado. Si, de alguna manera, esas respuestas se asociaron a símbolos, quizá podríamos enseii.ar al perro algunos aspectos del len guaje humano. Esto nos lleva a la historia de Elisabeth Mann Borgese y Arli . Estos acontecimientos son anteriores a los experimentos de manipu lación de símbolos de Premack y los Rumbaugh, e incluso al proyecto con el que los Gardner empezaron a enseñar el lenguaje de signos a Washoe. Elisabeth era la hija menor de Thomas Mann, el novelista alemán que ganó el Nobel de Literatura en 1929. Era escritora, defen sora del medio ambiente y también una apasionada estudiosa del com portamiento animal. En octubre de 1962, Elisabeth dio comienzo a lo que sería un experimento de tres años en el que intentaría enseñar a su perro Arli a leer y escribir. No utilizaría ningún sistema arbitrario nue vo de comunicación, sino el lenguaje humano. Eligió a Arli por consi derarlo el más inteligente de sus cuatro setters ingleses y el que tenía más probabilidades de beneficiarse de la instrucción. Cuando hubiera terminado de enseñarle, Arli sabría escribir al dictado y teclearía las palabras que le fuera diciendo su dueña.
Al principio, sus métodos de enseñanza fueron bastante simples. Elisabeth usó tazas de plástico que podían taparse con platillos de plás tico. En cada platillo había un símbolo. El trabajo del perro consistía en decidir qué símbolo era correcto y hacer caer ese platillo de la taza. Si había acertado, Arli encontraba un trocito de comida en la taza, y eso le servía como recompensa. Su dueña empezó usando platillos marcados con uno o dos puntos negros. Si ella decía la palabra "uno", el perro tenía que seleccionar el platillo con un punto, mientras que "uno-dos" era el signo verbal para seleccionar el platillo con dos pun tos. Este primer paso en el aprendizaje del lenguaje requirió cuatro semanas de adiestramiento. Para conseguir que el perro prestara más atención a las pautas, pasó a enseñarle a distinguir entre varios símbolos dibL~ados, como un signo más y un círculo o un triángulo y un cuadrado. En cuanto Arli hubo aprendido a discriminar entre cierto número de pares de símbo los, su dueña pasó a hacerle elegir entre varias posibilidades. Ahora, el perro te'nía delante tres tazas marcadas con uno, dos o tres puntos. La pauta de tres puntos añadida tenía que ser seleccionada si se le daba la nueva orden verbal, "uno-das-tres". El orden en que se presentaban las pautas siempre era cambiante ycombinado, por lo que el animal realmente tenía que fijarse en las pautas y contar los puntos para selec cionar la taza con el número correcto. Arb no había nacido con nin gún don especial para las matemáticas pero, después de tres meses de adiestramiento cotidiano, había aprendido a contar hasta tres . El ritmo de aprendizaje de Arli se aceleró tras unas breves vaca ciones de la escuela, y sólo necesitó un mes más para aprender a contar hasta cuatro, así como para saber distinguir entre las palabras "PERRO" Y "GATO". Elisabeth lo explicaba así: "Ésta es la forma en que "leen" los animales. Tú dices "perro" y él tira el platillo donde está escrito "pe rro"; tú dices "gato" y él tira el platillo donde está escrito "GATO"." Después de unas cuantas semanas más, Arli podía contar hasta seis y leer las palabras PERRO, GATO, ARLI, PÁJARO, PELOTA Y HUESO. Tam bién había aprendido a seleccionar el más alto de dos números que se le presentaran, aunque Elisabeth ~dmitió que eso había requerido "mu chos días y semanas Y nos obligó a pasar por miles de errores, decep ciones y retrocesos". La siguiente tarea consistió en aprender a deletrear. Elisabeth eligió la imagen de una palabra familiar, como GATO, y la presentó bajo la forma de cuatro platillos marcados con las letras G, A, T Y O, respecti vamente. Arli tenía que tirar los platillos en el orden necesario para
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deletrear la palabra de prueba, incluso si los platillos estaban ordenados en alguna secuencia distinta como ATOG o GTOA. En cualquier caso, Arli tenía que seleccionar 'p;imero la G, luego la A, después la T y finalmente la Más adelante,Elisabeth introdujo conjuntos de letras mezcladas, como PGOATORRE, y Arli tenía que seleccionar las palabras PERRO o GATO en cuanto se le ordenara.
o.
El adiestramiento no siempre iba sobre ruedas. Cuando Arli es taba cansado o encontraba particularmente dificil una tarea, a veces se quedaba quieto con una expresión particularmente perpleja en la cara y esperaba a que le echaran una mano. Otras veces se limitaba a tirar platillos al azar, como un estudiante cuando se enfrenta a un examen de respuestas múltiples para el que no ha estudiado. Ese estudiante se dice que las respuestas marcadas al azar podrían, por pura causalidad, ser las correctas, mientras que no Contestar ninguna pregunta cierta mente le hará obtener la puntuación más baja posible. Después de que Arli hubiera llegado a ser bastante fiable dele treando palabras con platillos marcados con letras, se le transferió a una máquina de escribir eléctrica. El teclado disponía de una barra espaciadora y veintiún letras que podía accionar Arli. Lo único que tenía que hacer era pulsar la tecla adecuada con el hocico. No había ningún monitor de ordenador especial que Arli tuviera que mirar, ya que en aquel entonces el uso de los ordenadores todavía no estaba muy extendido, por lo que la única manera en que Arli podía seguir la secuencia de letras que tecleaba era viéndolas aparecer sobre el papel con cada pulsación. Para ayudarlo, Elisabeth instaló delante del carro de la máquina una lupa, la cual debía permitir que Arli viera amplia ciones de las letras y las palabras que estaba tecleando. El invento, sin embargo, no sirvió de nada. No parecía haber forma alguna de dirigir la atención de Arli hacia la página escrita, ni de relacionar el
mecanoscrito obtenido con la actividad de teclear. En lo que al perro
se refería, su cometido terminaba cuando había tecleado, o quizá sería
más exacto decir "accionado", una secuencia de letras para formar una
palabra. A partir de ese momento, el manuscrito o página tecleada sólo
era algo que podía masticarse. Arli aprendió muy deprisa a escribir palabras, entre ellas: ARU, PLUTO (otro de los perros de Elisabeth), PERRO, GATO, PÁJARO, COCHE, CARNE, HUESO, HUEVO, PELOTA, BUENO, MALO, REGULAR, IR, VEN, COME,
Las palabras le eran dictadas fonéticamente y Elisabeth trataba de articularlas de la manera más meticulosa y prolongada posi ble, como en AAAAA-RRRRR-LLLLL-III!l. Desgraciadamente,Arli no parecía TOMA, Y, NO.
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atribuirles ningún significado especial. En realidad, más que aprender a leer parecía estar "escribiendo al dictado". Pasado un tiempo, había aprendido diecisiete letras y alrededor de sesenta palabras, y podía te clear sin errores frases enteras del tipo de Arli bueno va a coche y ve un perro malo. Elisabeth estaba muy orgullosa de los progresos que había hecho durante aquel año. De hecho, confiaba hasta tal punto en sus habilida des que permitió que Arli escribiera sus felicitaciones navideñas. ¿Entendía realmente Arli el significado de algo de lo que teclea ba? Elisabeth no estaba completamente segura, pero hubo un inciden te que le hizo concebir algunas esperanzas. Elisabeth había estado via jando con Arli y el perro sufrió algunos problemas gástricos. El resultado fue que perdió las ganas de trabajar. Un día Elisabeth lo llamó a la máquina de escribir.Arli estaba medio dormido y no mostró ningún interés mientras su dueña le dictaba "p-e-r-r-o b-u-e-n-o c-o-m-e h-u-e-s-o". Aparentemente, a Arli le daba igual que hubiera hueso o no. Elisabeth esperó en silencio y finalmente Arli fue a la máquina de escribir y pulsó la tecla "m" con el hocico. Elisabeth no había dictado ninguna "m", pero decidió dejarle hacer. Arli procedió a teclear, sin ninguna indicación y poniendo todos los espacios en su sitio: nHlY malo perro. Elisabeth se hizo grandes ilusiones respecto a que por fin habían logrado dar el paso decisivo que le permitiría comunicarse por escrito con su perro. En cuanto Arli se hubo recuperado, su dueña decidió intentar un nuevo experimento. Dejaría que Arli escribiera sin dictarle nada.
Permitiría que teclease cualquier cosa que le pasara por la cabeza (o el hocico). Una vez examinado el resultado, Elisabeth llegó a la conclu
sión de que Arli estaba escribiendo poesía, no prosa. Arli escribía en líneas continuas, pero Elisabeth, al tiempo que conservaba cuidadosa mente todos los espacios entre unidades, dividió las líneas largas en otras más cortas, para subrayar la cualidad rítmica del texto. También completó cada "poema" añadiéndole un título. El caso es que Arli apenas usa palabras reconocibles en su poesía. Mi poema favorito de entre todos los suyos es: CAMA UN GGATO
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Elisabeth envió algunas muestras de la obra de Arli a un renom brado crítico de poesía moderna, sin decirle que los poemas habían sido escritos por un perro, El crítico respondió diciéndole que los poemas eran "encantadores, Me parece que muestran una clara afini dad con los grupos 'concretistas' de Brasil, Escocia y Alemania. ¿Ha estado en contacto con ellos?". Después pasaba a sugerir que, si dispo nía del apoyo y el aliento necesarios, Arli podía acabar alcanzando la talla del poeta americano e e curnrni ngs , "que en estos momentos también está escribiendo poesía de ese tipo", Elisabeth podría haberle proporcionado ese apoyo y aliento, pero decidió no hacerlo. Como escribió más adelante:
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Recompensando únicamente las palabras correctas mientras confiaba a Arli la labor de elegir libremente de entre su, a esas alturas, ya considerable vocabulario de palabras y combinacio nes de palabras, hubiese podido adiestrarle para que prefiriera las palabras reales en oposición a las secuencias causales de letras, Pasado un tiempo, los poemas habrían parecido bastante más humanos y menos concretistas, Pero me abstuve de hacerlo, El tecleo espománeo resulta muy duro para Arli, Se pone nervioso, Empieza a golpear las teclas con la pata, Empieza a gemir, gañir y gimotear. "¿Cómo vaya saber qué es lo que he de hacer? -parece decir-o ¡Dicta! ¡Por el amor del cielo, dicta!"S Lamentablemente, la palabra escrita no parece ser el medio más adecuado para que un perro exprese ideas.Arli me recuerda mucho a una secretaria mía que tuvo que transcribir algunos viejos informes para introducirlos en mi ordenador. Llevaba varios días trabajando en ello cuando pasé junto a su escritorio y le pregunté si encontraba interesante el material. "No sabría decirle -replicó ella-o Sólo lo tecleo. No es como si lo leyese o lo entendiera." Eso era lo que parecía ocurrir con Arli, el setter inglés converti do en secretario.
Podemos aprender a entender a los perros e incluso a comuni carnos con ellos a través del conocimiento de su lenguaje, pero eso sólo puede ocurrir cuando sus señales están diseiüdas para ser recibi das por sentidos que funcionan eficientemente en los seres humanos, Entendemos los mensajes que e! perro envía mediante e! sonido y podemos leer lo que exhibe su cara, leer sus señales táctiles e interpre tar sus "danzas" comunicativas y sus posturas corporales mediante la vista. No obstante, hay un canal muy importante de! lenguaje canino que siempre será un misterio para la mayoría de los humanos, y es e! lenguaje olfativo, , El hombre medio tiene alrededor de 5 millones de receptores olfativos en su nariz, lo cual nos sitúa en e! tercio inferior de los manú feros en lo que respecta a nuestra sensibilidad olfativa. La nariz del perro medio tiene alrededor de 220 núllones de receptores, lo que hace que su sentido de! olfato sea potencialmente cuarenta y cuatro veces más sensible que e! nuestro. Además, la evolución ha diseñado la nariz de! perro para que haga e! máximo uso posible de esa multitud de receptores olfativos. Para empezar, e! cánido dispone de orificios na~ales móviles que le ayudan a deternúnar la dirección de! olor. In cluso sus pautas de olisqueo difieren de las de los humanos. El perro no necesita llenarse los pulmones mientras introduce continuamente e! olor en su nariz mediante series de entre tres y siete olisqueas. La nariz de! perro contiene una estructura ósea de la que carecen los humanos. El aire inhalado pasa por encima de este saliente óseo, y muchas moléculas de .olor se adhieren a él. El área situada encima de . este saliente no es "lavada" cuando e! perro exhala, yeso permite que las moléculas de olor permanezcan allí y vayan acumulándose. Cuan do un perro respira normalmente, el aire pasa por su nariz y luego baja
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hasta los pulmones. Cuando olisquea, sin embargo, deja el aire en re poso dentro de las cámaras nasales de tal manera que el olor puede ir acumulando in tensidad. Eso significa que pueden detectar incluso olores increíblemente tenues. Hasta qué punto es sensible la nariz del perro lo ha demostrado el Ejército de los Estados Unidos, que ha usado perros para localizar minas terrestres. La limpieza de los t~rrenos minados es un tema que preocupa cada vez más, dado que actualmente muchas minas utilizan componentes de plástico (salvo para los contactos), lo que dificulta enormemente localizarlas con detectores de metal. Un informe del Centro de Investigación y Desarrollo del Ejército publicado en 1985 llegaba a la conclusión de que no había ningún aparato me cánico o electrónico que fuera tan efectivo como un perro a la hora de detectar minas, trampas para incautos y explosivos. Ade más, la habilidad del perro es rara incluso entre los animales, dado que también se hicieron pruebas Con tejones, coyotes, ciervos, coma drejas, zorros rojos, varios tipos de cerdo (incluida una variedad del cerdo salvaje llamada jabalina), mapaches, (y su primo sudamericano el coatí), mofetas, zariglieyas y cruces entre coyote y beagle. Ninguno lo hizo tan bien como el perro. Los investigadores del ejército asignaron algunas tareas increí blemente dificiles a los perros durante el curso de esas pruebas. Ente rraron lllinas y las dejaron allí durante semanas o meses antes de que se le pidiera al perro que las encontrara. Vertieron aceite en el suelo y le prendieron fuego para cubrir el olor; esparcieron munición intacta y usada en el suelo para que sirviera como distracción. Nada fue capaz de derrotar a la nariz del perro. Los perros empiezan sus vidas guiándose casi exclusivamente
por el olfato y el tacto. Lo primero que los atrae es el calor de su
madre, pero los cachorros recién nacidos están ciegos y deben usar su
sentido del olfato para enCOntrar las tetas de su madre y poder mamar
de ellas. Pasados unos días, ya pueden distinguir el olor de su madre de todos los demás. El mero hecho de introducir a su madre en una habi tación donde se les haya aislado de ella tenderá a calmar a los cacho rros, incluso si se la lleva allí sin hacer ningún ruido y eilos no pueden vt:-r1a. Su olor es el olor de la seguridad y las comodidades. El sensible sentido del olfato de los perros siempre produce nuevas sorpresas. Hace algún tiempo hablé con Richard Simmons, que estaba trabajando en un proyecto parcialmente financiado por los Institutos Nacionales de Salud de los Estados Unidos. Me contó una historia
sobre Marilyn Zuckerman, de Nueva York, y Tricia, su perra ovejera Shetland.Tricia había desarrollado el molesto hábito de husmearle los riñones a Marilyn o empujárselos con el hocico cada vez que se sen taba y la perra podía llegar hasta esa zona de su cuerpo. Su esposo se dio cuenta de que en la espalda de Marilyn había un lunar oscuro en el
que Tricia parecía muy interesada. Parecía extraño que la perra se inte
resara tanto por aquel lunar, pero como ni le dolía ni le molestaba para nada, Marilyn se limitó a ignorarlo. Un día de primavera, Marilyn estaba tumbada en su balcón tomando el sol en traje de baño. De
pronto, sintió unos dientes en su espalda. Al parecerTricia había deci dido que aquel lunar no debía estar allí y estaba intentando quitárselo. La perra mordió el lunar con tal fuerza que Marilyn soltó un chillido
de dolor y se levantó de un salto.
Fue entonces cuando el esposo de Marilyn sugirió que tenía que haber algo realmente raro en aquel lunar para que preocupara tanto a la perra. Marilyn iba a ir al médico por otra razón, y más para satisfacer la curiosidad de su esposo que por otra cosa, le enseñó el lunar. Antes de que terminara el día, Marilyn ya estaba ingresada en el Centro Médico Cornell, donde el lunar fue diagnosticado como cán cer de piel; de hecho, era una variedad virulenta y peligrosa del melanoma, que puede ser fatal si no se detecta en una fase lo suficien temente temprana. La advertencia de Tricia probablemente le salvó la vida a Marilyn. Simmons me dijo: "Debido a historias como ésa empezamos a investigar las capacidades diagnosticadoras de los perros. Nuestros da tos preliminares sugieren que los perros pueden detectar melanomas y otros tipos de cáncer bastante antes de que haya cualquier otra indica ción de que existe un problema. Creemos que esos cánceres deben
desprender alguna clase de olor que la nariz del perro puede captar.
Algunos perros muestran señales de agitación en cuanto una persona con cáncer entra en la habitación. Puede que, en algún momento del
futuro. la inspección llevada a cabo por un perro llegue a ser una parte rutinaria de la detección del cáncer".
Aunque todos los perros parecen tener un agudo sentido del olfato, no podemos decir que todos hayan sido creados iguales en lo que concierne a sus capacidades olfativas. Los machos parecen tener mejor olfato que las hembras, tal vez porque son más competitivos y más sensibles a las señales olfativas dejadas por otros machos cercanos. También hay diferencias entre las razas. Los perros con caras achatadas, como los dogos falderos y los pequineses, no salen muy bien parados
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como grupo, probablemente porque la forma de su cara suele causar les problemas respiratorios que pueden afectar e! flujo normal del aire a través de la nariz, Las mejores narices se encuentran en los sabuesos, con el sabueso policía como probable campeón de todos los tiempos, Se ha demostrado científicamente que un sabueso policía no pierde el rastro que está siguiendo ni siquiera cuando su objetivo se pone unas botas de goma o se sube a una bicicleta como parte de una estrategia de fuga, La sensibilidad olfativa de las distintas razas de perros fue estu diada en parte por ]ohn P. Scott y]ohn L. Fuller en su laboratorio de Bar Harbar, Maine, 1 Los investigadores colocaron un 'ra~ón en un campo de un acre y soltaron a unos cuantos beagles. Esos pe~ros altamente sensibles a los olores sólo necesitaron un minuto para encontrar al diminuto roedor. Cuando se repitió la misma prueba con unos foxterriers, éstos tardaron unos quince minutos en dar con el ratón. Un grupo de terriers escoceses ni siquiera consiguieron localizar al ratón por el olor. Uno de ellos llegó a pisarlo, y fue e! chillido que. soltó e! ratón lo que finalmente le permitió detectar su presencia. Su pongo que ésa es la razón por la nunca usamos a los terriers escoceses para seguir el rastro de fugitivos y niños perdidos. Creo que podemos afirmar sin temor a equivocarnos que los perros perciben e! mundo de manera distinta a las personas. Para los perros, leer olores es el equivalente a leer un periódico. Los olores especiales que los perros y otros animales producen con el propósito de comunicarse se llaman fcromonas, de las palabras griegas pherein, que significa "transportar", y horman, que significa "excitar". En un princi pio se creía que esos olores simplemente indicaban a los machos cuándo estaban en celo las hembras, y que luego servían para im pulsarlos a seguir a las hembras hasta encontrarlas y aparearse con ellas. Hoy día sabemos que esas sustancias químicas de naturaleza personal contienen mucha más información que la mera predispo sición a la actividad sexual. Las hormonas secretadas varían según e! animal esté furioso, asustado o tranquilo y seguro de sí mismo. Algunas "firmas químicas" identifican e! sexo de! perro, y otras nos dicen qué edad tiene. También proporcionan una gran cantidad de información sexual, como en qué momento del ciclo del estro se en cuentra la hembra, si está embarazada o teniendo un falso embarazo e incluso si ha dado a luz recientemente. Si leer olores es, para los perros, e! equivalente a leer un mensaje escrito, entonces la orina es e! equivalente canino de la tinta. Muchas
de las sustancias químicas que componen las feromonas se encuentran disueltas en la orina de! perro, lo cual quiere decir que contiene mu cha información acerca de él. Olisquear una boca de agua para incen dios o un árbol situados en una ruta popular entre los perros es un medio de mantenerse al corriente de los últimos acontecimientos. En realidad ese árbol es un gigantesco periódico sensacionalista canino que contiene las últimas noticias de! mundo de los perros. Tal vez no contenga pasajes seleccionados de los clásicos de la literatura canina, pero seguro que incluirá una columna de cotilleos y la sección perso nal de los anuncios clasificados. Cuando mis perros husmean diligen temente uno de sus lugares favoritos o un árbol en una calle frecuen tada por otros perros, a veces me imagino que puedo oír cómo leen las noticias en voz alta. La edición de esta mañana podría anunciar, entre otras cosas, que "Gigi, una joven perrita de lanas que acaba de llegar al barrio, anda buscando compañía (machos castrados abstenerse)", o que "Rosco, un robusto pastor alemán de mediana edad, declara que a partir de ahora aquí manda él Yestá marcando toda la ciudad como su territorio. Dice que quien no esté de acuerdo hará bien asegurándose de estar al corriente de pago de su seguro médico". La principal diferencia entre la lectura canina y la humana es que a los humanos se les permite terminar e! artículo. Muchos perros sólo tien~n tiempo de "leer los titulares" aptes de que un brusco tirón de su correa los obligue a seguir su camino. Esto ocurre porque mu chos opinan que el proceso de husmear e! sitio en el que otros perros han dejado sus señales de orina es asqueroso Y muy poco higiénico. Algunos dueños particularmente ignorantes pueden llegar a castigar a sus perros por haber tratado de seguir la actualidad del barrio. La razón por la que las farolas y los árboles son tan populares entre los perros a la hora de orinar es que los machos prefieren "mar car" superficies verticales. Extender e! olor por encima de! suelo per mite que el aire lo lleve mucho más lejos. La razón más importante para usar como blanco superficies elevadas y verticales es que la altura de la marca proporciona al barrio una indicación de cuáles son las dimensiones del perro que ha dejado la marca. Recuerden que el ta maño es un factor importante a la hora de determinar el dominio entre los cánidos. Como el dominio parece ser más importante para los machos, éstos han desarrollado e! hábito de levantar la pata cuando orinan para lanzarla a una mayor altura. Otro factor importante es que, cuanto más arriba esté la marca, más dificil les resultará a los otros perros dejar su propia marca encima de ella y tapar el mensaje.
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SU PERRO HAlllAR CON LOS OLORES
Algunos perros se esfuerzan hasta tal punto por dejar sus marcas de orina lo más arriba posible que casi se caen en el intento.Yo mismo he presenciado un ejemplo realmente curioso. El protagonista fue un basenji, el pequeño sabueso africano a quien se considera muy cercano a los perros salvajes africanos en cuanto a muchas de sus conductas. Aquel base~i en particular, un robusto macho sin castrar llamado Zeb, había adoptado una pauta de micción utilizada ocasionalmente por los perros salv~es. Zeb seleccionaba un árbol y corría hacia él. Cuando se enCOntraba cerca de su base, saltaba de tal manera que sus pies traseros acababan subiendo por el tronco como si anclaran por él. Normalmente la inercia lo llevaba cosa de un metro y medio tronco arriba. A continuación, Zeb daba una voltereta en el punto más elevado de su carrera de tal manera que aterrizaba sobre los pies después de haber llevado a cabo un rizo perfecto. El verdadero propósito de este truco quedaba patente porque Zeb ejecutaba su pirueta acrobática sin dejar de orinar en nin gún momento. Naturalmente, eso dejaba una franja de olor que se ele\'aba muy por encima de la dejada por cualquier otro perro de la vecindad. Más de una vez me pregunté qué pensarían sus vecinos cani nos cuando leían el anuncio de Zeb. "Hrrunrnm, me parece que quizá tengamos un perro del tamaño de King Kong viviendo por aquí. .." Aunque normalmente son los machos los que levantan la pata, no es inusual que una hembra también lo haga. Esto parece depender en cierta manera de su autoestima y seguridad en sí misma. Las hem bras más dominantes tienen muchas más probabilidades de levantar la pata cuando orinan, mientras que las que se sienten menos seguras de
sí mismas probablemente no lo harán. El estatus sexual también juega
su papel. Las hembras esterilizadas son mucho menos proclives a le
vantar la pata, aunque una hembra dominante puede seguir haciéndo
lo incluso cuando ya no es fértil. El entorno también juega cierto
papel. Si hay muchas hembras sexualmente activas en la zona, es más
probable que una hembra determinada levante la pata al orinar. En
Dinamarca, donde pocas perras que vivan en una ciudad llegan a ser
esterilizadas, hay más probabilidades de ver a una hembra levantando
la para que en los Estados Unidos o Canadá, donde lo normal es que
los perros de ciudad sean esterilizados. Los perros y los lobos suelen usar la orina para marcar sus territo rios. Roger Peters, un psicólogo y estudioso de los lobos, estudió dichas 2 marcas. Descubrió que los lobos usan la orina para marcar el períme tro de su territorio, con el resultado final de que acaban viviendo dentro de una región delimitada por orina. También usan la orina para marcar
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ciertas rutas que son importantes para ellos. Esto quiere decir que, en el caso de los lobos, esos postes olbtivos de orina componen un mapa de su región, informando a los visitantes acerca de sus moradores y confirmando a los miembos de la manada que han vuelto a territorio familiar. Los perros y los lobos marcarán con más frecuencia cuando salen de su territorio, y se ha sugerido que esta conducta sirve al mis mo propósito que el quemar árboles de los humanos: permitirles en contrar el camino de vuelta a casa una vez finalizado el viaje. Los lobos y los perros usan no sólo la orina sino también las heces para marcar el territorio y sus zonas importantes. Las glándulas anales de los cánidos proporcionan una determinada firma a los depó sitos fecales. Esas firmas identifican al individuo que las deja, al mismo tiempo que marcan el lugar en el que se depositan las heces. Los pe rros se toman muy en serio esos hitos. Esto explica el ritual que llevan a cabo los perros antes de defecar y que a ojos de los humanos parece tan complejo como carente de significado. La mayoría de los perros empiezan husmeando minuciosamente un lugar, quizá para f~ar una línea exacta o límite entre su territorio y el de otro individuo. Esta conducta también puede incluir la búsqueda de elevado, como por ejemplo una roca, una rama caída o las hojas más bajas de un arbusto, sobre las que dejar las heces. Una vez más, la elevación permitirá una dispersión máxima del olor. Los depósitos de heces y orina son tan importantes a la hora de marcar la región que los perros y los lobos suelen dejar postes de señales visuales y olfatorias para asegurarse de que serán encontrados por quienes visiten el área. La mayoría de los machos, y un número razonable de hembras, arañarán el suelo con sus patas traseras después de haber dejado una marca olfativa. Como la tierra sale despedida hacia atrás a partir de! punto en que es arañada, y una parte de ella puede caer sobre e! sitio donde se han dejado las heces o la orina, algunas personas llegaron a la conclusión de que esta actividad tenía como objetivo esconder las heces y cubrir e! olor. Los gatos arañan el suelo exactamente con esa intención; los perros, no. Otra hipótesis fue que los perros quizás intentaban esparcir la materia fecal. Si así fuera, entonces muchas generaciones de perros han desarrollado una pésima puntería, dado que esa conducta de arañar el suelo al azar rara vez llega a desplazar e! depósito. Recientemente, hemos llegado a comprender que arañar el suelo es un signo viSLlal que orienta hacia una marca olfativa. Si hay otros perros en la zona, ese arañar entusiasta les permite ver que otro perro
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ha dejado su marca. Normalmente, los otros perros irán allí y husmea rán el suelo, lo que les permitirá conocer las últimas noticias y obser var los protocolos territoriales adecuados. Un factor importante en todas esas marcas es la frescura del olor. El clima y el paso del tiempo erosionarán las marcas olfativas, y es frecuente que éstas tengan que ser renovadas. De esta manera, la fres cura de! olor dará a los visitantes una idea dé! estatus actual de esa zona y de si sus habitantes la usan con frecuencia. Las regiones en disputa, o que son utilizadas por distintos animales en distintos momentos, pue den convertirse en escenario de batallas de marcas, en las que cada marca olfativa de! "otro equipo" de! área disputada se borra mediante la marca de otro competidor cada vez que éste se encuentra con ella. Esta misma conducta puede verse en ciertas áreas de NuevaYork y Los Ángeles, donde las pandillas humanas que compiten entre sí por un barrio o "zona" anuncian sus pretensiones mediante pintadas,sólo para ver cómo sus marcas son cubiertas por otra pandilla al día siguiente en un signo de desafio. Obviamente, nosotros, en tanto que humanos, no somos cons cientes del contenido de los mensajes que los perros dejan en su orina. Pero ha habido algunos casos en los que unos humanos han intentado comunicar algo a los perros usando la orina. El autor y naturalista canadiense Farley Mowat quiso garantizar la seguridad e intimidad de su campamento mientras observaba a los lobos. Mowat orinó con cienzudamente sobre rocas que marcaban un perímetro alrededor de su área de acampada. Cuando los lobos descubrieron sus marcas olfativas, fueron al otro lado de la roca y la marcaron con su olor. De esa manera. cada roca tenía un lado que anunciaba el territorio de Mowat y otro que indicaba el limite de! territorio de los lobos. Mowat cuenta que, aunque los lobos solían patrullar ese confin olfativo, entendieron el mensaje y respetaron su espacio. He oído decir que un investigador que estaba estudiando a los lobos en lsle Royale, Michigan, aseguraba que había tratado de repetir e! experimento de Mowat, pero que los lobos simplemente ignoraron sus marcas fronterizas. Como no conozco todos los detalles de este intento, me he preguntado en más de una ocasión si la orina de este investigador no tenía nada interesante que decir, o si quizá su pauta de marcas no dejaba muy clara la comunicación. Eso seria algo muy parecido al hecho de que algunas personas son capaces de contar un chiste que provoca carcajadas a mansalva, en tanto que otras, repitiendo la historia palabra por palabra, son incapaces de provocar tan siquiera una sonrisita.
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Conozca un caso en el que las marcas olfativas humanas se uti lizaron para comunicarse con perros domésticos Y dieron resultado. Un amigo y colega !lÚa de la universidad tenía un problema. Su espo sa había decidido poner unos cuantos parterres de flores nuevos a ambos lados de la puerta principal de su casa. Cavó el suelo y rodeó los parterres con rocas decorativas. Desgraciadamente, la tierra recién removida y el olor a plantas nuevas atrajeron a algunos de los perros de la zona, los cuales empezaron a arrancar sus flores casi tan pronto como ella las plantó. Mi amigo había leído Never Cry Woif, el maravilloso libro de Mowat, y pensó que quizá podría marcar con orina las rocas que delimitaban los parterres -algo así como definir un diminuto te rritorio botánico- y que eso tal vez mantuviera alejados a los perros. Una noche, salió sigilosamente de casa y orinó alrededor de uno de los parterres. Sólo marcó uno porque, como es científico, quería comprobar los efectos experimentalmente, yeso le permiti ría comparar los resultados en los dos parterres. Como era de espe rar, durante las cuarenta y ocho horas siguientes el parterre que no había marcado fue visitado y parcialmente excavado, mientras que el que había sido marcado con orina permaneció intacto. Alentado por el éxito (así como por unas cuantas tazas de té), la vez siguiente marcó ambos parterres. Como sabía que los efectos se disiparían con el tiempo, mi amigo fue renovando' las marcas cada dos días, y los perros del barrio parecieron responder tal como él había esperado que lo hicieran. De vez en cuando se presentaban por aUí y orinaban sobre las rocas que marcaban el límite, pero no lo cruzaban y no excavaban los parterres. Pero a veces el éxito se noS resiste. U nas semanas después de haber iniciado su programa de marcar el territorio, mi amigo vino a mi despacho en busca de otra solución a su problema. "Con los perros está dando resultado, pero ha causado otros problemas. Lo hago de noche para ser discreto, pero esta mañana mi vecino me paró cuando salía de casa para ir a trabajar. 'Ya sé lo que es tener una casa llena de hijas que siempre parecen ocupar el cuarto de baño cuando necesitas usarlo. Como al parecer usted está teniendo ese problema con mucha frecuencia últimamente, podría llamar a mi puerta en vez de... Bueno, ya sabe.' "Y lo peor de todo es que cuando mi esposa descubrió lo que estaba haciendo, se enfadó muchísimo. 'No esperarás que trabaje en esos parterres después de que tú has estado usando los bordes como si fueran un lavabo, ¿verdad?' Bien, dime qué se supone que he de hacer."
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Le dije que tomara un poco de algún producto de limpieza doméstica -uno que tuviera un olor perceptible- y lo mezclara con amoníaco, que es una de las sustancias productoras de olor presentes en la orina. El producto de limpieza serviría meramente para dar un poco de complejidad al olor (y para convencer a su esposa de que había limpiado el límite de rocas), mientras que el amoníaco serviría para que la mezcla oliese como una orina extra ña. Le dije que usara un rociador para esparcirla por encima de las rocas que rodeab:w los parterres. Así lo hizo, y las plantas siguen am, aunque suelo preguntarme de qué clase de perro creerán los cánidos del barrio que es aquel olor. Los perros parecen manipular conscientemente los olores o ju gar con ellos.A lo largo de los años, muchas personas me han pregun tado por qué su perro -que por lo demás parece estar cuerdo- se revuelca en la basura, el estiércol o cualquier otra sustancia cuyo olor resulta igual de ofensivo para los humanos. Se han expuesto varias teorías para explicar esta conducta. Una de las más ridículas es que se trata de un medio para combatir los parásitos. La idea es que los insec tos, como las pulgas y los piojos, procurarían mantenerse alejados de algo que oliera tan mal. Desgraciadamente, a la mayoría de insectos no parece molestarles lo más mínimo que un perro huela mal. Una segunda teoría sostiene que es un medio de "escribir un mensaje" dirigido a los otros miembros de la manada. Un perro o un lobo se revuelcan en algo que huele mal pero que quizás aún sea comestible. Despues vuelven con la manada. Los otros miembros del grupo captan el olor inmediatamente y saben que cerca de allí hay algo que podría pasar por comida. Una tercera teoría sugiere que en realidad el perro no trata de impregnarse de los hedores en cuestión, sino que intenta taparlos con su propio olor. Es cierto que los perros y los lobos suelen restregarse Contra algo, como un palo o un lecho nuevo, como si estuvieran in tentando depositar su olor en ello. Algunos psicólogos han sugerido que los perros suelen restregarse Contra las personas para dejar algún vestigio de su olor y marcar al individuo como un miembro de la manada, de manera muy parecida a lo que hacen los gatos cuando se restriegan contra alguien para marcarlo con su olor. La explicación desde el punto de vista evolutivo es que esta conducta olfativa podría ser un intento de disfrazar al perro, lo cual sugiere que lo que estamos viendo es una conducta residual de los tiempos en que nuestros perros domésticos todavía eran salvajes y
tenían que cazar para subsistir. Si un antílope captaba el olor de un perro salvaje, o de un chacal o un lobo, cerca de él, lo más probable era
que saliese huyendo. Por esa razón, los cánidos salvajes aprendieron a revolcarse en las heces de los antílopes. Los antílopes están acostum
brados al olor de sus propios excrementos, por lo que no recelarían ni
tendrían miedo de una cosa peluda cubierta de ese olor. Eso permitiría que el cánido salvaje pudiera llegar a aproximarse mucho más a su presa durante la cacería. Yo tengo otra teoría, que carece de todo mérito científico. Los perros, como las personas, disfrutan con la estimulación sensorial y tender a buscar dicha estimulación en un grado excesivo. Creo que la auténtica razón por la que se revuelcan en materias orgánicas pestilentes es, simplemente, porque así expresan el mismo desgraciado sentido de
la estética que hace que los seres humanos lleven camisas hawaianas de colores chillones.
Aunque pueda haber dado la impresión de que los perros son capaces de extraer enormes cantidades de información social de los olores en tanto que las personas no pueden obtener prácti camente nada de ellos, esto dista mucho de ser verdad. Los seres humanos producen feromonas, al igual que otros animales, y sería muy raro que la evolución hubiese conservado semejante capaci dad si no se utilizara de alguna manera. Ahora parece probable que realmente usamos la información de las fe romanas de otros huma nos, pero que a menudo no somos conscientes del hecho de que
captamos señales olfativas. Recientemente, los científicos han de mostrado que los olores también pueden jugar un papel importan
te en la conducta social de las personas. Muchos de los estudios de la capacidad humana para reconocer olores han empleado la técnica de la "camiseta maloliente". Los vo luntarios deben renunciar durante varios días al uso de jabón, perfu me, loción para después del afeitado y productos similares, y durante ese período de tiempo deberán lavarse únicamente con agua para que su olor no se contamine. Entonces se les da una camiseta esterilizada para que la lleven puesta durante cierto número de horas. Después de quitársela, la camiseta se introduce en un recipiente hermético, donde el olor puede concentrarse, y acto seguido se entrega a otras personas para que la huelan en dosis medidas y controladas. Los resultados son bastante interesantes. En primer lugar, los humanos pueden detectar su propio olor corporal de entre una serie de olores similares aportados por otros
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voluntarios.También pueden identificar e! sexo de un donante de olor anónimo. Cuando insistimos en que nos describan cómo huele un hombre o una mujer, las descripciones más comunes son que los hom bres tienen un olor"almizclado" en tanto que las mujeres huelen "bien". Además, los olores masculinos suelen describirse como fuertes y tal vez un poco desagradables, mientras que los olores femeninos son agra dables y menos intensos. Las hembras humanas son mucho más eficientes en esta tarea que los machos. No sólo pueden identificar e! sexo de un individuo a partir del olor, sino también si es un bebé, un niño, un adolescente o un adulto. Los machos carecen de esta capacidad discriminatoria de la edad, aunque algunos parecen capaces de distinguir e! olor de un bebé de otros olores. Incluso los bebés muy pequeños pueden identificar el olor del pecho de su madre, yen cuanto son un poco mayores pueden reconocer los olores de! cuerpo y el aliento de su madre. Los padres distinguen e! olor de sus hijos de otros olores, y los hermanos y her manas también reconocen sus olores. En términos generales, muchos estudios parecen demostrar que las personas responden a ciertos olores casi a un nivel inconsciente. La conducta en la que los humanos procesan información olfativa de manera inconsciente con mayor frecuencia quizá sea la relacionada con e! sexo. Alrededor de la región genital hay grupos particularmente grandes de glándulas productoras de feromonas. Cuando se excitan sexualmente, tanto los hombres como las mujeres suelen enútir olores intensos tanto en esta zona como en otras partes del cuerpo. Las evi dencias disponibles actualmente indican que esos olores podrían ser un componente fundamental de la conducta sexual humana y de la atracción interpersonal. Cuando las personas pierden el sentido de! olf.,\to (una condición llamada arlOsmia), aproximadamente la nútad de ellas experimentan una marcada disminución del interés sexual y casi una cuarta parte expresarán difIcultades para el coito y una gran re ducción de! placer asociado al sexo. En otras palabras, esos olores rela cionados con e! sexo, que en su mayor parte nos habían pasado inadvertidos, podrían ser un componente necesario de las conductas sexuales humanas. De ser así, no debería sorprendernos descubrir que los fabrican tes de perfumes están buscando feromonas para incluirlas en sus pro ductos a fin de hacerlos "más atractivos". Esta búsqueda no es nueva. Los extractos de las glándulas sexuales productoras de olores de varios animales llevan siglos utilizándose en los perfumes. El almizcle es e!
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olor sexual de cierto ciervo asiático, en tanto que la algalia procede de la región genital de un gato salvaje y el castóreo es e! olor sexualmente excitante de los castores. Esos olores se han incluido en los perfumes porque se creía que excitaban a las personas, no sólo a quien va dirigi do e! perfume, sino también al portador, haciendo que emita una pe queña cantidad de sus propias fe romanas sexuales, con lo que se incrementa el efecto. Aquí hay dos cuestiones importantes a destacar. No sólo somos más sensibles a los olores de lo que normalmente se nOS induce a creer, sino que también somos sensibles a las fe romanas y respondemos a ellas cuando son producidas por otros manúferos. Por esta razón, los fabricantes de perfumes pueden usar ahora el androstenol alfa, que es una hormona atractora sexual de los cerdos que también se halla pre sente en el sudor de! sobaco humano. Juegan esos olores algún pape! en la atracción sexual humana? Los resultados científiCOS son interesantes. En esta clase de investiga ciones, se expone un hombre a lIna vaharada de androstenol alfa, que habitualmente pasa totalmente desapercibido a nivel consciente. Mien tras ese olor flota en el aire,se le muestra la foto de una mujer. Cuando se le hacen preguntas sobre la persona de la foto, e! sujeto considera a esa mujer más atractiva sexualmente que a una mujer similar cuya foto no ha sido vista bajo el efecto de la feromana. De modo parecido, las mujeres que han sido expuestas a esa misma feromona durante la no che parecen estar más dispuestas a iniciar interacciones sociales con hombres (pero no con mujeres). Un estudio observó incluso que una minúscula cantidad de esta feromona esparcida sobre una solicitud de empleo influyó en la calificación obtenida por los candidatos al pues to. Pero hay que tener cuidado, porque los efectos fueron distintos dependiendo de si e! solicitante era evaluado por un hombre o por una lllujer.Todos esos efectos se producen incluso si el estímulo olfativo no se percibe conscientemente. Si las personas responden a las feromonas animales, aunque sea a un nivel inconsciente, entonces no debería sorprendernos que los pe rros respondan a las feromonas humanas. Los perros suelen olisquear las áreas genitales y anales de otros perros. Eso les proporciona algunos eflurios que obtendrían olfateando la orina o las heces y también olo res adicionales de naturaleza más claramente sexual. Ésa es la razón por la que a veces los perros se dedican a la embarazosa tarea de olisquear a los humanos que llegan a casa. Muchos perros muestran el deseo de husmearle la ingle a la persona que ha mantenido actividad sexual
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recientemente. Los perros también parecen sentirse atraídos por las muje res alrededor del momento de su ovulación y por aquellas que han ciado a luz recientemente (sobre todo si todavía están dando de mamar al bebé). Algunos medicamentos parecen cambiar el olor humano, y ciertos ali mentos quizá también lo alteren. Cuando su perdiguero labrador empieza a frotarse con la falda de la tía Matilda, lo úruco que está haciendo es tratar de obtener más información acerca ella debido a ciertas feromonas muy interesantes que está produciendo. El perro no tiene TÚ idea de que la gente considera descortés dicho comportamiento. Los humanos suelen reaccionar de manera demasiado exagera da cuando un perro empieza a examinarles el cuerpo en busca de mensajes olfativos. Tomemos el caso de Barbara Monsky, una activista política local de Waterbury, Connecticut, que llegó a demandar al juez Howard Moraghan y a su perdiguero, Kodak, por acoso sexual. La base para su acción legal era que Moraghan solía llevar a su perro al Tribu nal Superior de Danbury. Monsky alegó que el perro había "atisbado, olisqueado o metido el hocico" por debajo de su falda un minimo de tres veces. Según ella, eljuez era cómplice en el acoso porque no había hecho nada al respecto. El caso acabó llegando a Cerard Coettel, el juez del distrito. Coettel rechazó la demanda, y en una entrevista pos terior explicó que "la descortesía por parte de un perro no constituye acoso sexual por parte del dueño". La furiosa y ofendida Monsky respondió afirmando que la decisión deljuez era "tan insultante como el que un perro husmee debajo de una falda". Para un perro, sin embargo, esta clase de conducta no es más ínsultante que pulsar el botón de escucha de un contestador automá tico para averiguar si se ha recibido algún m~nsaje interesante. El he cho de que uno de los centros de mensajes olfativos más importantes de los humanos esté ubicado entre nuestras piernas es sólo un peque ño inconveniente en lo que al perro se refiere. Aunque los humanos no podemos extraer de los olores la vasta cantidad de información que los perros obtienen, casi siempre respon demos a uno de los mensajes olfativos que envían los perros: los hu manos sabemos distinguir el olor de un cachorro de menos de nueve semanas de edad del resto de olores caninos. La reacción es automáti ca, e incluso los niños humanos poseen esta capacidad. Cuando llevé a nuestra casa a Dancer, mi Nova Scotia Duck tolling retriever, los hijos de los vecinos vinieron a verlo. Los tres tenían entre nueve y doce años de edad. Una de las niñas lo tomó en brazos, le hizo unos cuantos mimos y anunció: "¡Si hasta huele como un cachorro!"
Normalmente, los humanos no podemos saber qué está oliendo un perro o qué información extrae de los olores que nos rodean, pero los perros disponen de algunas maneras de describir lo que están oliendo, y algunos sabuesos están particularmente dotados. Mi primer encuen tro con sabuesos que podían decir lo que estaban oliendo ocurrió cuando estaba en el ejército y tuve que ir a entrenarme a Fort Knox, Kentucky. En los alrededores de Fort Knox vivían grandes aficionados a los perros, y llegué a conocer a unos cuantos. Los perros más popu lares de la zona parecían ser los sabuesos. La estrella de la región era un sabueso de pelo rojizo llamado Hamilton, que había llegado a ser fa moso localmente por su habilidad para localizar gatos monteses. Yo acababa de descubrir algo sobre los sabuesos blueticks que sonaba in teresante. Se suponía que tanto a los sabuesos de pelo rojizo como a los blueticks se les criaba para que "tuvieran la música", lo cual querÍa decir que su llamada de caza variarÍa según la presa.Yo no me lo creía, pero quena comprobarlo personalmente. En la región se decía que había un ministro baptista que tenía "los mejores sabuesos bluetick del mundo". Normalmente se referÍan a él como "Reverendo John", o simplemente "Hermano John". Una tarde de sábado tomé el camino que llevaba a la casa de John. Cuando me acerqué a la casa, vi a dos de los perros. Eran unos sabuesos bastante altos, con el hocico oscuro Y las orejas ribeteadas de negro. Su pelaje era básicamente blanco, con un fino espolvoreo de marcas negras que parecían picaduras de tábano esparcidas por la espalda y a las cuales el sol, si les daba en el ángulo adecuado, arrancaba destellos púrpu ra azulado, lo cual, al parecer, es como obtuvieron su nombre esoS sabuesos. Uno de los perros, un viejo macho, soltó un ladrido prelimi nar y después vino a saludarme; el otro, una preciosa hembra joven, se mostró más reservada y no se movió del porche. El hermano John había salido de la casa al oír el ladrido y me saludó con la mano. -Así que usted es el que quiere ver a mis perros, ¿eh? -Sí. He oído decir que tiene los mejores blueticks' de la re gión. Me han dicho que le hablan y que le dicen lo que están cazando. Nos sentamoS en el porche, y el hermano John trajo un par de tazones de metal esmaltado y una botella de cristal llena de un líquido ambarino. Llenó cada recipiente con una generosa ración, alzó el suyo y brindó:
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-Por el amor de Dios -tras lo cual nos dedicamos a tomar sorbos del bourbon local mientras él me hablaba de sus perros. -Llevo casi treinta años criando blueticks. Los crío para que tengan una buena nariz, algo de seso y el deseo de cazar. Pero también los crío para que puedan decir qué es lo que están oliendo. Conmigo, si un perro no sabe cantar no se reproduce. -Señaló al viejo macho y siguió hablando-: Zeke, por ejemplo, es un ejemplar típico de mi linaje. Cuando anda detrás de un conejo, suelta una especie de chillido cantarín. Cuando anda detrás de una ardilla, es más bien un chillido, y cuando se le ha metido en la nariz el olor de algún tejón, se dedica a cantar. Cuando ha encontrado el rastro de un oso, suelta una especie de ladrido-gruñido, pero no muy fuerte. Si huele a un gato grande, suelta un ladrido tan agudo que casi parece un graznido. Becky, en cambio -señaló a la perra, que se había instalado cómodamente al sol cerca de nosotros-, prefiere no saber nada de los osos. Cuando huele a uno, se queda quieta, gruñe y no quiere seguirle el rastro. Con los otros animales canta y chilla sin equivocarse ni una sola vez. Pero su ladrido para los gatos es distinto al de Zeke. Con ella sólo oyes una pequeña subida de tono al final de cada ladrido, no el auténtico graz nido que tienen la mayoría de mis machos. La música de verdad suena cuando se les mete en la nariz el olor de un ciervo. Quiero decir que entonces sí que suenan como unos verdaderos sabuesos, como si andaran detrás de un alma perdida o algún criminal escapado. Nada de acercar se sigilosamente a un ciervo en cuanto han captado su olor. "Los distintos sabuesos y los distintos linajes de cría pueden te
ner distintas palabras de caza. Los redbones son distintos de los blueticks,
pero cada uno parece conocer las palabras del otro. Una vez estaba
cerca de Brownsville, y Stephen persiguía a un gato muy grande con
Hamilton, ya sabe, ese redbones tan enorme que tiene. El sonido de
Hamilton cuando persigue a un gato montés se parece mucho al de
mis perros cuando están cazando ciervos, sólo que es mucho más ner
vioso y entrecortado. Zeke oye a Hamilton y echa a correr hacia su
sonido, pero mientras corre va soltando ese ladrido chirriante suyo que dice "gato". Puede que los perros tengan dialectos, o quizá sólo traducen mentalmente lo que dicen los otros perros. -Me miró, son rió y añadió-: O podría ser que se lo vayan inventando sobre la mar cha para liar a los humanos." El hermano John no había inventado la tendencia de criar a sus perros por la voz. Durante siglos, los sabuesos han sido criados sistemáticamente no sólo p~r su excelente olfato y deseo de seguir el
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rastro, sino también por los sonidos que producen cuando cazan. La dicha de los sabuesos mientras siguen un rastro actúa como una baliza que permite a los cazadores saber con toda e:--:actitud dónde se en cuentra la jauría en cualquier momento. El número de perros que están cantando en un momento dado y la intensidad de sus gritos, proporciona una indicación al cazador humano de lo fresco e intenso que es el olor. Mientras el perro transmite esta información sobre lo que está oliendo, el cazador la usa para tratar de determinar a qué distancia puede estar la presa. Eso permite que los humanos ejerzan cierto control sobre los movimientos de lajauría a través de las señales de un cuerno de caza que, para los perros, suena como una forma especial del canto canino. El sonido al que llamamos "dicha" tambi~n es importante para los otros sabuesos de la jauría, así como para sus dueños humanos. La capacidad de oler del perro se encuentra limitada por lo que llamamos adaptacióll olJatoria. Cuando entras en una habitación, quió percibas un olor tenue, como el perfume de alguien, el aroma de unas flores de la habitación, el del café que están preparando, etc. Pasados unos mo mentos, la adaptación olfatoria habrá hecho que dejes de ser conscien te de esos olores. En realidad, esto es el resultado de la fatiga de las células sensibles al olor, que aparece cuando un olor determinado se encuentra en la nariz durante cierto período de tiempo. Durante la cacería, a los sabuesos les ocurre e:--:actamente lo mismo. Cuando un sabueso capta un rastro, su reacción típica consistirá en cantar o "usar la lengua". Este sonido es interpretado por los demás perros de la jauría como "Seguidme. He localizado el olor de nuestra presa". Si el olor es intenso, no obstante, la adaptación olratoria sólo tarda Ull par de minutos en aparecer, y entonces el sabueso que estaba siguiendo el rastro pierde su capacidad de detectar el olor. Entonces el perro se callará y levantará la cabeza para respirar aire fresco que esté libre del olor, permitiendo así que sus receptores nasales puedan volver a a ope rar en un proceso que durará un minimo de diez segundos y un máxi mo de un minuto, dependiendo de la intensidad del olor original. Por esta razón los cazadores utilizan jaurías de sabuesos. En cualquier mo mento, unos perros tendrán el rastro y lo anunciarán, mientras que otros correrán en silencio con la manada esperando a que sus narices se recuperen. Los distintos miembros de la manada se turnan para seguir el rastro, por lo que nunca debería producirse la situación de que todos los perros descansen la nariz al mismo tiempo. Los perros cuya nariz se ha desconectado temporalmente saben a qué perros
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deben seguir, ya que los que continúan siguiendo e! rastro Son los que están ladrando. Esas señales sónicas permiten que la manada siga mo
viéndose de manera coordinada, Con todos los perros mantenién
dose lo más cerca posible de! rastro.
Así como el hecho de que un perro ladre o no dependerá en un
alto grado del control genético, la dicha también depende de ello. El
genetista 1. F. Whitney observó que aunque la mayoría de los sabuesos
cantaban mientras seguían un rastro, algunos no lo hacían. Whitney
fue capaz de demostrar que, criando selectivamente a los perros que
no cantaban, podía producir un linaje de sabuesos que seguían el rastro
en silencio. Aunque tal variedad de perros podría tener cierta utilidad a la hora de sorprender a un criminal escondido, en la mayoría de las circunstancias un sabueso silencioso no serviría de nada. Por ejemplo, como e! perro no produce sonidos, no sabríamos dónde está, Con lo cual deberíamos llevarlo sujeto de una Correa. Además, como el perro no canta, no se sabría si ha encontrado el rastro y lo está siguiendo o se limita a dar un paseo por e! bosque disfrutando de los olores normales de la naturaleza. Así pues, el canto de un perro es una manera impor tante de comunicar lo que está oliendo a sus dueños humanos "nasalmente discapacitados".
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CON GATOS
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,, Mi abuela Lena contaba una historia sobre por qué los perros parecen odiar a los gatos. Probablemente sea de origen lituano o letón, como muchas de sus historias. Ésta empieza poco después de que Adán y Eva fueran expulsa dos del Jardín de! Edén. Era un tiempo mágico, cuando los animales todavía sabían hablar. Dios les había concedido e! don de! habla, por lo que cada uno podía murmurarle su nombre a Adán, yesos nombres llegarían a formar parte del lenguaje humano. Con el tiempo, sin em bargo, los animales olvidarían cómo hablar. Adán se enfrentaba a grandes dificult'ades, porque e! mundo que había fuera del Jardín era hostil y peligroso. Se pasaba el día entero cazando y cultivando la tierra para procurarse el sustento. No había descanso, ni siquiera de noche. Las bestias salían de! bosque para tratar de robarles sus escasas reservas de comida o para llevarse sus reses, e incluso para amenazar a Adán y su familia. Adán apenas dormía, y la salud y el ánimo empezaban a fallarle. Perro había estado viviendo en e! bosque como una criatura salvaje, cazando y buscando entre los restos para comer. Cuando vio lo que le estaba ocurriendo a Adán, Perro pensó que allí había una opor tunidad para ambos. Fue a ver al hombre y le ofreció un trato. "Vigilaré tu casa durante la noche para que puedas dormir. Te ayudaré a cazar y cuidar de tus reses para que puedas prosperar. A cambio, sólo pido que me dejes descansar junto al fuego en tu casa, que me des de comer y que cuides de mi incluso cuando sea demasia do viejo para trabajar una jornada entera." Adán miró al perro, que estaba meneando la cola. Sabía que cuando el perro meneaba la cola, estaba diciendo la verdad y era since ro, de modo que aceptó la oferta, que se convirtió en un pacto.
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Era un trato justo.Adán podía dormir de noche y Perro daba la alarma si venían las bestias y entonces las hacían huir entre los dos. Adán ya no tenía que dedicar tantas horas a cazar, porque Perro podía seguir el rastro de las presas, y la cantidad de tiempo necesario para cuidar de los rebaños se vio considerablemente reducida, dado que Perro hacía una gran parte del trabajo. Tal Como habían acordado, Adán cuidaba del perro, le daba de comer y le proporcionaba un lugar junto al fuego. Por aquel entonces, Gato también vivía en el bosque. Gato se sentía muy desgraciado, porque básicamente era una criatura perezosa que prefería pasarse el día entero durmiendo pero se veía obligado a cazar ratones en la densa espesura o a pasar horas emboscado al acecho de los pájaros. Había visto el hogar de Adán y le pareció que era un buen sitio. La comida que almacenaba Adán atraía a los ratones, y bastaba con mantenerse por los alrededores, quizás incluso dentro de la acogedora y caliente casa de Adán, para atraparlos. Todavía más inte resante era el hecho de que Eva tiraba grano al suelo para atraer a los pájaros cantores que tanto le gustaba escuchar. Allí había una Oportu nidad de conseguir que los pájaros vinieran a él, sin largas esperas sobre la fría y húmeda hierba. De modo que Gato fUe a ver a Adán para ofrecerle hacer un trato con él. "Hombre -le dijo Gato-, cazaré a los ratones que se comen una gran parte de tu comida y echan a perder el resto. A cambio, sólo pido que me proporciones el calor de tu fuego, cobijo y un poco de leche y nata de vez en cuando." Adán no confiaba en el gato, en parte porque sus ojos se entornaban hasta convertirse en dos rendijas cuando hacía sol, y esos ojos entrecerrados le recordaban a la serpiente cuyas malvadas maquinaciones habían provocado que su familia fuera expulsada del Edén.
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"¿ y qué me dices de los pájaros cantores de Eva? -preguntó-o Te he visto cazar pájaros en el bosque para matarlos y comértelos." Gato mintió al hombre, diciéndole que sólo deseaba cazar a los ratones y que dejaría en paz a los pájaros, y después el astuto y artero felino meneó la cola como le había visto hacer al perro en tantas ocasiones. No podía imitar S1.I meneo a la perfección, por lo que cuan do meneó la cola ésta onduló Como una serpiente, pero sabía que menear la cola era el signo del perro de que estaba diciendo la verdad y sus intenciones eran sinceras. Adán se dejó engañar por este gesto y aceptó el trato.
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Gato había mentido. Cazaba a los ratones, pero cuando Adán y Eva no estaban, acechaba a los pájaros cerca del lugar donde Eva les daba de comer y los capturaba y mataba. Eva no se dio cuenta porque Gato se llevaba a los pájaros al bosque para comérselos allí. Un día cálido y soleado, Eva estaba en casa y Perro dormía en el patio mientras Adán esquilaba a las ovejas en un cercado junto a la casa. Gato vio un pájaro cerca del mantoncito de grano y lo mató. Se disponía a salir huyendo para esconderse junto con su presa cuando oyó venir a Eva. Gato dejó caer el cuerpo todavía caliente junto al perro dormido y se apartó unos cuantos metros para fingir que él también dormía. Cuando Eva vio el cuerpo ensangrentado, se enfadó muchísi mo. "Gato, ¿has hecho tú esto?" Gato dijo: "No, ha sido Perro". Después meneó la cola de esa manera serpentina suya, y Eva se dejó engañar y creyó que Gato era sincero y estaba diciendo la verdad. Eva tomó su escoba y empezó a golpear a Perro ITÚentras le llamaba de todo. Le dijo que aquella noche no cenaría, y que como castigo lo atarían fuera de la casa para que pasara fria y estuviera solo. Adán oyó el alboroto y vino corriendo para averiguar qué pro blema había. Cuando Eva le contó lo que había ocurrido, Adán se volvió hacia Perro y le preguntó si era verdad. "Estaba durmiendo y desperté cuando Eva me dio con la esco ba. No maté al pájaro, pero he visto acechar a Gato muchas veces cerca de donde dais de comer a los pájaros." Perro meneó la cola. El meneo fue lento y titubeante, pero Adán creyó que el perro le estaba diciendo la verdad. Sin embargo, cuando interrogó al gato, éste repitió sus men tiras y meneó la cola. "Los dos parecéis ser sinceros, al menos por lo que puedo ver en vuestras colas, pero uno de vosotros tiene que estar mintiendo." "Las mentiras del gato se ven hasta en su cola -dijo el pe rro-. Fíjate en el meneo de la cola de un perro. Nuestras colas se mantienen tan rectas como el camino que lleva de la verdad al Cielo. Nuestras colas van y vienen como la hierba o los juncos agitados por el viento de Dios. Pero cuando Gato menea su cola, ésta se dobla y ondula a imagen y semejanza de la serpiente que enseñó a mentir al gato." Adán miró y comprendió. "No he sabido entender lo que veía. Cuando un perro menea la cola, eso significa que es sincero y dice la verdad, pero cuando un gato
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menea su cola, eso significa que está tramando maldades y desea engañarte. Perro, cada vez que veas a un gato meneando su cola, sabrás que está planeando hacer algo perverso, así que tienes llÚ perllÚso para castigarlo." Gato protestó can una mentira, a.segurando que había dicho la verdad, pero a esas .alturas menear la cola cuando mentía ya se había convertido en un hábito. Cuando meneó la cola, el perro se lanzó sobre él y 10 persiguió hasta que el gato acabó subiéndose a un árbol. Por eso, desde entonces los perros persiguen a los gatos: ven que el gato menea la cola y enseguida saben que no trama nada bueno. Lo que más me fascina de esta historia es que contiene un im portante fondo de verdad: no acerca de Adán y Eva, sino acerca de los perros y los gatos. Los perros hablan perruno y los gatos hablan gatu no, y muy frecuentemente los llÚsmos signos y señales pueden signifi car exactamente lo contrario. A medida que he ido descubriendo más cosas sobre el lenguaje de los animales, he llegado a creer que quizás una parte de la enellÚstad y desconfianza que vemos entre perros y -gatos esté relacionada con la interpretación equivocada que cada uno hace del lenguaje del otro. La misma naturaleza de los cánidos y los felinos salvajes de bería predecir requisitos lingüísticos distintos para los dos tipos de animal. Los cánidos viven en el entorno social de la manada y, como hemos visto, se comunican para definir rangos y obligaciones, trans mitir información, coordinar actividades y reducir al mínimo los conflictos con los otros miembros de la manada. A excepción de los leones, los felinos son básicamente cazadores solitarios. Es fre
cuente que sus interacciones con otros miembros de su especie
sólo se produzcan cuando hay conflictos territoriales, o cuando se
aparean y crían a los cachorros. Los perros y los gatos domésticos suelen verse obligados a vivir
en estrecha proxillÚdad, en ocasiones incluso compartiendo la llÚsma
casa, y ciertamente compartiendo una vecindad. ¿Comparten una for
ma común de lenguaje? ¿Intentan comunicarse los unos con los otros?
¿Qué problemas pueden surgir cuando los perros intentan interpretar
el gatuno y los gatos el perruno? Antes de que podamos comparar las señales comunicativas de los gatos y los perros, es necesario que sepamos algunas cosas sobre la conducta del gato. Como hemos visto antes, la manada canina retleja muchos aspectos de la organización de la sociedad humana, con una estructura básicamente lineal dispuesta de arriba abajo a modo de
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escalera de caracol. Esto mantiene intacta la estructura de la manada, dado que cuando el perro Alfa dOllÚn?nte no se halla presente, el perro número dos pasa a ocupar su sitio y es aceptado como jefe por los otros miembros de la manada. Cuando los gatos se ven obligados a vivir juntos, exhiben una estructura grupal con una jerarquía de do llÚnio. No obstante, interactúan mucho menos que los perros. No se
puede decir que los gatos sean sociales o antisociales, pero lo cierto es que no han desarrollado un coricepto amplio de organización social.
El gato dOllÚnante se comporta como si se encontrara en un pedestal,
con todos los gatos de rango inferior situados en un nivel subordinado. Normalmente este "Rey" felino hará su vida y tendrá preferencia en
lo que respecta a la comida y el espacio para dormir. Si otro gato ha desafiado al Alfa, el contlicto entre los dos animales no se olvidará
fácilmente y puede no quedar resuelto, con lo que las relaciones sue len ser tensas y problemáticas.
Los gatos subordinados establecen cierto sistemajerárquico, pero éste no es lineal. De esta manera, Tabby puede ser dominante en rela ción a Félix y Félix puede serlo con respecto a Misty, llÚentras que Misty 10 es con respecto aTabby. Al parecer, cada gato necesita desafiar a cada uno de los otros gatos para desarrollar una jerarquía bilateral entre cada par de animales. Los gatos de rango inferior no se compor tan como los perros de rango inferior. Pare,cen obrar motivados por la necesidad de estar a la defensiva, la hostilidad, o incluso el rechazo. En vez de mostrar sometimiertto o hacer gestos apaciguadores hacia un gato dominante, es frecuente que el gato subordinado se limite a igno rar la existencia del animal situado por encima de él en lo que parece un súbito caso de ceguera y sordera al mundo exterior. Para los perros, el territorio pertenece a la manada. Aunque cada perro puede tener sus lugares favoritos, otro perro de la llÚsma manada o familia puede ocupar ese espacio sin causar ningún contlic too Entre los gatos, cada individuo expresa su estatus a través de la cantidad de territorio que controla individualmente y está dispuesto a defender. Dado que los gatos también pueden usar el espacio vertical, suele ocurrir que el gato que lleva la voz cantante no sólo se queda con el territorio más grande sino que también se quedará con las
atalayas más altas y ventajosas, como la parte superior de la nevera o el último estante. Este hecho suele ser la clave de la paz cuando los gatos
y los perros tienen que compartir un espacio. Como los perros no
pueden trepar, los gatos residentes pueden ocupar las áreas elevadas y
sentir que su dominio territorial está relativamente exento de desafios.
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Cuando tratan de comunicarse, los gatos utilizan sonidos, ex presiones faciales, posturas y movimientos de la cola y el cuerpo igual que los perros. Algunas señales son similares, pero la mayoóa son dis tintas. Comparemos los sonidos que producen los gatos con los que emiten los perros. Los gatos ronronean, maúllan, bufan, sisean, gruñen y chillan. Los perros entienden algunos de esos sonidos, pero otros no. El sonido felino por antonomasia es el ronroneo. Esa especie de gorgoteo tiene una clara intención comunicativa, dado que los gatos sólo ronronean en compañía de seres vivos, como otros gatos, personas y otros animales de compañía. Todos los gatos ronronean en la misma frecuencia, que es de 25 ciclos por segundo, y ésta es independiente del sexo, la edad o la raza. La intensidad y regularidad del sonido pue den variar, dependiendo de la situación. El cómo se las ingenian los gatos para producir el ronroneo todavía es un misterio. Una teoóa bastante popular sugiere que la vibración se produce en unas "falsas cuerdas vocales", unas estructuras que se hallan cerca de las cuerdas vocales posteriores. Otras teoóas sugieren que las responsables son las pautas de contracción de los músculos de la laringe y el diafragma. Incluso existe la teoóa de que empieza con turbulencias en el torrente sanguíneo, pasa a vibraciones de la columna de aire en la tráquea y termina con vibraciones resonantes simpáticas en los senos nasales. En resumen, que no sabemos cómo se produce dicho sonido. Lo que sí sabemos es que el ronroneo aparece muy pronto. Los gatitos ronronean cuando aún están mamando. Se ha sugerido que la madre y los gatitos ronronean para tranquilizarse mutuamente. La madre gata suele ronronear cuando regresa al cubil para informar a la camada de que está en casa y todo va bien. Los gatitos ronronean cuando intentan que otros gatitos jueguen con ellos. Habitualmente, el ronroneo parece ser una señal de satisfacción y bienestar. No obstante, los gatos también pueden ronronear cuando sufren intensos dolores o están muy asustados. Puede que lo hagan porque normalmente ronronear es una seilal tan positiva que los tran quiliza oír sus propios ronroneos, de forma muy parecida al niilo asus tado que silba mientr~as pasa junto a un cementerio una noche sin luna. Los ruidos alegres y familiares que producen les dan ánimos y les aseguran que al final todo saldrá bien. Aunque otros gatos pueden responder al ronroneo, y a los hu manos puede gustarles oír ese sonido lleno de satisfacción, los perros no parecen enterarse de él. Pude presenciar una demostración infor mal de ello cuando puse una grabación de un gato ronroneando en
PERROS HABLANDO CON GATOS
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una sala donde había cuatro perros. Los perros estaban descansan do, pero no durmiendo, cuando se empezó a oír el sonido. Las orejas de un perro temblaron durante un momento y otro se re movió ligeramente y medio volvió la cabeza hacia el sonido, pero aparte de eso no hubo ninguna respuesta. Los animales no encon traron el sonido lo bastante interesante o importante para que jus tificara ponerse en pie e ir a investigar, o ni siquiera alterar de manera significativa su posición corporal. Otro sonido exclusivo de los gatos es el "miau", un sonido emi tido por una boca abierta que se cierra sobre el "au" para producir un . ruido que a los humanos les parece una palabra. El tono, intensidad y duración del maullido pueden variar muchísimo. Incluso existe un maullido silencioso: el gato parece estar ejecutando los movimientos bucales asociados con el sonido habitual, pero no oímos nada. De he cho, el análisis de una grabación hecha durante uno de esos maullidos silenciosos demostró que sí había sonido. Aunque no rebasaba los lí nútes de la capacidad auditiva del gato, aquel sonido era demasiado agudo para que pudiera ser captado por el oído humano. El maullido del gato parece ser una petición de alguna clase de servicio. Se oye cuando el gato tiene hambre y quiere ser alimentado, cuando quiere que le abran la puerta o simplemente cuando quiere que se le preste atención. El aspecto más in'teresante del sonido es que parece estar reservado casi exclusivamente para los seres humanos. Un gatito muy pequeño puede dirigírselo ocasionalmente a su madre pero, Ulla vez crecidos, los gatos prácticamente nunca les maúllan a otros gatos, a los perros o a otros animales de compañía. Al parecer, los pe rros son conscientes de que el maullido no tiene nada que ver con ellos, y rara vez lo encuentran lo bastante interesante para ir hacia un gato que está maullando. Los únicos sonidos que los gatos y los perros tienen en común son los ronquidos y los gruilidos. Ambos son sonidos reverberantes, pero en un gruñido el sonido va acompañado por un fruncimiento del labio para enseñar los dientes. Tanto en los perros como en los gatos, este sonido pretende incrementar la distancia entre quien lo emite y el individuo al cual va dirigido. Es una señal agresiva que está un tanto teñida de miedo. En términos generales, hablando, un perro responderá al gruñido de un gato como mínimo interrumpiendo su acercamiento, y los gatos responderán al gruñido de un perro huyen do si pueden hacerlo. En esa sala llena de perros donde na encontra mos ninguna respuesta al ronroneo de un gato, poner una grabación
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CONVEroE
CON SU PERRO PERROS HABLANDO CON GATOS
de un gato gruñendo sí surtió efecto. El sonido hizo que los cuatro perros se pusieran en pie y dos de ellos empezaron a recorrer la sala, emitiendo sus propios gruñidos guturales. Las expresiones faciales de los gatos son un tanto similares a las de los perros. Tanto en unos como en otros, mirar fijamente can los ojos muy abiertos representa una amenaza. Para ambas especies, par padear es una señal tranquilizadora que Corta la mirada amenazante. En un perro, los ojos entornados normalmente significan tranquilidad y satisfacción, mientras que en el gato representan confianza y relaja ción. Así pues, los significados de las señales oculares son 10 bastante similares para que sea poco probable que se produzcan malentendidos entre ambas especies. Las señales que ambos envían con las orejas también son bastan te similares, como puede verse en la Figura 17-1. Al igual que ocurre con los perros, un gato contento y relajado mantendrá las orejas levan tadas y dirigidas hacia adelante. Un gato tranquilo y atento mantendrá
RELAJADO ATENTO
ASUSTADO
Figura 17.1
AGRESIVO
Expresiones faciales y señales básicas de las orejas en un gato.
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las orejas levantadas pero ligeramente inclinadas hacia adelante en di rección al acontecimiento interesante. Nuevamente como en el caso de los perros, un gato asustado tenderá a pegar las orejas a la cabeza, aunque a veces éstas se inclinarán hacia los lados, recordando a las alas de un aeroplano. La agresión es el mensaje transmitido con las orejas en que los gatos difieren de los perros. Como hemos visto, un perro dominante y agresivo mantendrá las orejas levantadas y dirigidas hacia adelante.Jus to antes de iniciar un ataque, las orejas pueden inclinarse ligeramente hacia los lados, agrandando la forma de "v" que dibujan las orejas levantadas. En el caso del gato, este gesto es mucho más pronunciado y además las orejas giran, de tal manera que la parte interior se vuelve hacia los lados, con lo que se verá la parte posterior de la oreja. En algunos felinos salvajes de mayor tamaño, la parte oscura de detrás de sus orejas está marcada con pautas de señales pálidas, lo cual hace que, cuando expresan sus intenciones agresivas, esta rotación de las orejas resulte más conspicua. Otros gatos salvajes tienen mechones de pelo en la punta de las orejas que también ayudan a hacer que las posiciones y rotaciones de éstas resulten más visibles desde lejos. Cuando llegamos a la cola, sin embargo, y al igual que ocurría en el cuento de mi abuela, las posibilidades de que sUljan malentendidos entre gatos y perros se incrementan. Aunque ambas especies menean la cola, los significados son diametralmente opuestos en cada una. En el caso de los perros, el meneo amplio de la cola es lo que podríamos llamar una señal que reduce la distancia e invita a otro individuo a aproximarse de manera amistosa. En los gatos, sin embargo, menear la cola es una señal dirigida a aumentar la distancia, que le dice a quien la ve que se vaya e indica alguna forma de tensión o conflicto emocional. Los gatos suelen empezar a mover la punta de la cola de un lado a otro antes de acometer o atacar con una pata. El movimiento de vaivén amplio, en el que la cola puede llegar a golpear el suelo a medida que aumentan la velocidad y la dimensión del arco, es la más clara señal de agresión en un gato. Si no hay otras señales agresivas visibles, un perro puede verse inducido a acercarse a ese gato que "menea la cola" amis
tosamente para ser recibido con uñas y dientes. Así pues, no tendría nada de sorprendente que el perro viera en el gato a un "mentiroso",
en el que no se podrá confiar en el futuro. Las posiciones más estáticas también pueden engañar. Tanto los perros como los gatos acercarán la cola al cuerpo y pegarán éste al suelo para parecer más pequeños cuando quieren indicar sumisión y
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En los perros, la cola levantada en posición vertical, o un poco curvada sobre la espalda, es un signo de dominio y seguridad en sí mismo y una afirmación de autoridad. En los gatos, esta misma señal es uno de los signos más cordiales que puede llegar a ofrecer la especie. La cola levantada, y quizá ligeramente curvada por encima de la espal da, permite que otro gato no hostil investigue la región expuesta situa da debajo de la cola. Los gatos, al igual que los perros, tienen glándulas productoras de olor alrededor de la región anal cuyas feromonas pue den servir a cualquier animal que capte el olor para identificar al indi viduo. De esta manera, se podría decir que levantar la cola equivale a ofrecer el pasaporte o el carnet de conducir para que verifiquen tu identidad.. Un perro que vea esta señal de la cola levantada tiene mu chas probabilidades de malinterpretar este mensaje gatuno de amistad tomándolo por un intento de expresar dominio. De modo parecido, el gato también puede sentirse traicionado cuando vea que su oferta de amistad es recibida con suspicacia y amenazas. Una cola en posición vertical puede tener también otro signifl cado en los gatos. El gato asustado arquea la espalda, eriza el pelaje y esponja la cola al tiempo que la mantiene recta en posición vertical. Esta postura, que produce la típica silueta felina de la noche de HalJoween, indica que la situación actual tiene muy asustado al gato. En los perros, la piloerecciótl (nombre técnico del erizamiento o esponjamiento del pelaje de un animal) sirve para hacerlos pare cer más grandes y representa un elevado nivel de agresividad. Como hemos visto anteriormente, cuando un perro está comunicando que puede atacar, veremos habitualmente cómo el pelaje de las paletillas se eriza en un esponjamiento que puede extenderse a lo largo del centro de la espalda. Al mismo tiempo, el pelaje de la cola puede erizarse mientras el perro la eleva en una posición vertical do minante. Si un gato presencia esta exhibición en un perro, puede malinterpretarla como la declaración gatuna que indica que el animal al que ve está aterrorizado. Entonces, al no retroceder, el gato puede desencadenar un ataque. El perro puede malinterpretar con idéntica facilidad la indicación de miedo del gato. Si lee esta señal en perruno, el erizamiento del pelaje y la cola levantada significan que el gato no piensa retroceder e insiste en luchar. El lenguaje corporal también es distinto en cada especie. Tome mos el lenguaje de sometimiento en un perro.. Un gato asustado, al igual que un perro asustado, se pegará al suelo para parecer lo más pequeño posible e indicar que no representa ninguna amenaza. Un
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CONVE~E CON
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SU PERRO . PERROS HABLANDO CON GATOS
perro aterrorizado llegará todavía más lejos, ya que se echará sobre la espalda para exponer su estómago desprotegido. Ésta es la máxima señal de sumisión en un perro. Un gato, sin embargo, no se echa sobre la espalda para indicar miedo o sumisión, sino más bien como un movimiento defensivo o cuando está intentando matar a alguna presa. Esta posición lo coloca en una postura de ataque porque deja libres los cuatro conjuntos de zarpas. Un gato que esté cazando a un animal grande o de tamaño moderado, Como un pájaro o una rata, habitual mente saltará sobre ella y luego se echará sobre la espalda.A continua ción sujetará a la presa con las patas delanteras y la morderá. Mientras tanto, sus patas traseras se deslizarán por debajo del área estomacal del animal, las uñas saldrán de sus vainas y el gato lanzará una doble patada simultánea can ambas patas traseras. Este movimiento puede destripar a la víctima del gato o a un agresor o causarle serios daños en los órganos vitales. La posibilidad de error de interpretación canina o felina san obvias. Un gato furioso se echa sobre la espalda, lo que el perro lee como el mensaje perruno de que el felino renuncia a luchar y quiere la paz.Va hacia el gato para llevar a cabo el olisqueo ritualizado can el que los perros aceptan esas ofertas de paz... para encontrarse Con que cuatro veloces juegos de garras le arañan la cara. Los malentendidos entre especies también pueden produ cirse con señales más sutiles. Recuerden que los perros levantan una pata cuando están tensos, moderadamente asustados o intentan atraer la atención de alguien a quien consideran más dominante. Recuerden que este gesto acabó convirtiéndose en una señal ritualizada, porque es el primer movimiento que hay que ejecutar si el perro va a echarse sobre la espalda para mostrar sumisión. En un gato, este movimiento de la pata también precede al momento de echarse sobre la espalda, pero aquÍ sirve COmo preparativo de la agresión. Si el nivel de amenaza es bajo, el gato levantará una pata para señalar con ella la amenaza o molestia. Si un perro malinterpreta
este gesto, puede acercarse al gato y, al provocarlo, terminar con la
cara o la nariz arañadas.
Hay una última área en la que los perros y los gatos tienen serias
dificultades para interpretarse mutuamente, y es en el contacto corpo
ral directo.Ya hemos visto que los perros suelen empujar a las personas
o a otros perros, o ponérseles al lado y apoyar su peso en ellos como señal de dominio. Para los gatos, no obstante, restregar el cuerpo con tra algo mediante empujones con la paletilla, pecho o cabeza, o apo yándose pesadamente con las caderas, es un medio de dejar su olor en
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ese objeto o individuo. Esta mezcla de olores ayuda a distinguir lo conocido de lo nuevo y al amigo de! desconocido, por lo que forma parte del ritual de saludo amistoso de un gato. Si un gato le hace esto a un perro, el perro puede malinterpretar muy facilmente e! gesto de biénvenida gatuno tomándolo por un intento de mostrar dominio apoyándose en él. Obviamente, existen muchas ocasiones de malinterpretar las se ñales entre los gatos y los perros. Eso invita a especular con la posibi lidad de que gran parte de la aversión mutua se deba simplemente al hecho de que los lenguajes gatuno y perruno tienen significados opues tos para algunas de las mismas señales. Un animal que ha pagado esta mala interpretación de una señal de la otra especie con una herida, un susto o un mal rato, seguramente se lo pensará dos veces antes de volver a relacionarse con ella en e! futuro. Empezar un encuentro sin tiéndose lleno de hostilidad hacia la otra parte puede derivar muy fácilmente en e! clásico conflicto que observamos entre perros y gatos. Pero tanto los perros como los gatos pueden llegar a ser "bilin gües". De la misma manera que los perros, y en menor medida los gatos, pueden aprender algunos aspectos de! lenguaje humano, tam bién pueden aprender a leer las señales de! otro si viven en la misma casa. Un perrito y un gatito que han crecido juntos parecen tener pocos problemas, principalmente porque han resuelto sus malentendidos cuando ambos eran jóvenes. Como hemos visto anteriormente, un cachorro de perro que meta el hocico en el estómago de un gatito cuando éste acaba de echarse sobre la espalda pronto aprenderá cuáles son las consecuencias de dicho acto. En esa fase del desarrollo, no obstante, las diminutas garras y dientes proporcionan pocas ocasiones de hacer daño, pero muchas de aprender. La convivencia entre perros y gatos adultos resulta más difi cil, especialmente si el perro ha vivido o se ha relacionado con otros perros y si el gato ha alternado ampliamente con otros gatos, dado que los animales con ese tipo de experiencias anteriores ha brán desarrollado unas expectativas muy claras acerca de las con ductas que deberían producir sus señales en perruno o gatuno. La mejor línea de acción probablemente sea dejar que los animales resuelvan sus problemas lingüísticos entre ellos. Normalmente, la manera más rápida de aprender es experimentando las consecuen cias de un malentendido, aunque en las primeras fases de la convi vencia entre un perro y un gato en el mismo hogar nunca habría que perderlos de vista. Si la situación se descontrola y el nivel de
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CON SU PERRO
agresión aumenta hasta llegar a un punto en el que el gato o el perro sufren daños fisicos, entonces más vale intervenir. Cuando surjan problemas entre su gato y su perro, no corra a interponerse entre ellos para hacer de intérprete o árbitro. La única recompensa que obtendrá a cambio de sus esfuerzos será arañazos por parte del gato y mordiscos por parte del perro. La solución más simple es distraer a los combatientes. Hágalo desde lejos, mojándo los con una pistola de agua o un rociador para plantas, o incluso vaciándoles un vaso de agua por encima. Otra estrategia es tirar una manta, toalla de baño o chaqueta encima de los animales en zarzados en la pelea. Cuando interrumpan su confrontación, lléve se a uno de los animales (preferiblemente al que parezca que iba perdiendo). Cuando ambos animales se hayan calmado, quizás una o dos horas después, permita que vuelvan a acceder a las mismas áreas. Las lecciones de lenguaje proseguirán durante un tiempo, pero no debería tardar en reinar cierta armonía. Los signos más fiables de cómo se están aclimatando el uno al otro pueden verse en sus arreglos para dormir. Hasta que el gato y el perro se hayan acostumbrado a vivir j untos, cada uno buscará un sitio separado para dormir, como habitaciones separadas en las que queden escondidos a los ojos del otro. A medida que vayan desarrollando una confianza mutua, empezarán a dormir en la misma habitación. El máxi mo signo de confianza y una búena señal de que se ha llegado a alguna clase de acuerdo permanente, es cuando los animales están dispuestos a dormir en la misma habitación, bastante cerca el uno del otro y dándose la espalda mutuamente. Después de todo, no le das la espalda a alguien en quien no confías. Los perros y los gatos que se aceptan el uno al otro como parte de su manada o grupo de vida mutuo pueden acabar practicando una forma común de comunicación amistosa: asearse mutuamente. La mayoría de las mañanas, cuando suena mi despertador, Loki, nuestro gato pelirrojo, baja del asiento de la ventana en el que estaba durmien do. Si hace un poco de sol, va a las puertas vidrieras de nuestra terraza y se acuesta delante de ellas. Más o menos a la misma hora, Odín, mi perdiguero de pelo liso, se levanta del almohadón sobre el que duerme y que está situado junto a mi cama. El gran perro negro se estira, bosteza y luego va hacia el gato y procede a lamerle la cara y el cuerpo, limpiándolo de manera muy parecida a como una madre podría lim piar a sus cachorros. Después se echa junto a Loki, y el gato le limpia concienzudamente las orejas y la cara con la lengua. Odín y Loki han
estado juntos desde que el perro tenía nueve semanas de edad y el gato ocho. Habiendo crecido juntos, obviamente han resuelto sus malentendidos lingüísticos, con el resultado de que Odín habla un poquito de gatuno y Loki habla suüciente perruno para hacerse en tender. Por supuesto, si el cuento de mi abuela estaba en lo cierto. de vez en cuando mi perro todavía le echa un vistazo a la cola de nuestro gato para saber si está mintiendo.
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Existen varios aspectos del lenguaje que son prácticamente universales en todos los lenguajes animales, o al menos en el len guaje de los mamíferos. N o obstante, nuestro estudio de las dife rencias entre las pautas comunicativas de los gatos y las de los pe rros debería haber dejado claro que no todos los animales usan exactamente las mismas señales con exactamente los mismos signi ficados. Es interesante observar que, incluso si restringimos esta reflexión al lenguaje de los perros, encontraremos diferencias siste máticas entre los distintos grupos de perros, lo cual en otras pala bras, constituye lo que podríamos llamar "dialectos". Nuestros actuales perros domésticos difieren de los cánidos sal vajes, como los lobos, en varios aspectos. El más importante está rela cionado con la neotenia, término técnico empleado para describir el hecho de que el adulto conserva ciertas características y comporta mientos juveniles. Esto quiere decir que un perro doméstico adulto tiene una forma mucho más parecida a la del cachorro que un lobo adulto, con un hocico más corto, una cabeza más ancha y redondeada y unos dientes un poco más pequeños, y quizá también las orejas caí das. En lo que al comportamiento se refiere, los perros también se parecen más a los cachorros de los cánidos salvajes, con ese deseo de jugar que conservan a lo largo de su vida. Además, como ya hemos visto, el ladrar no es una conducta que se vea habitualmente en los lobos adultos, pero es una característica de los cachorros de lobo y, naturalmente, de los perros domésticos adultos. De hecho, nuestros perros son los Peter Pan del mundo canino. La domesticación y la neotenia parecen ir de la mano. Durante las primeras fases del contacto humano con los perros, antes de que las personas se ocuparan activamente de criar perros como compañeros y
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CONVE~E CON SU PERRO
ayudantes en el trabajo,los perros parecen haber empezado a domes ticarse a sí mismos. El principio evolutivo de la "supervivencia del más apto" opera sin importar cuál sea e! entorno al que se aplique. Los cánidos "más aptos", como en el caso de esos primeros oportunistas que buscaban un poco de comida entre los restos, serían los más amis tosos y menos amenazadores, dado que tenían más probabilidades de que se les permitiera acercarse al campamento humano y, de esa ma nera, acceder a los recursos alimentarios disponibles, como las sobras y la basura. Esta "presión evolutiva" para ser amable se incrementó cuan do los humanos empezaron a tratar de domesticar activamente a los perros controlando su reproducción. Obviamente, un can que fuese muy feroz o le tuviera mucho miedo a la gente no encajaría en la vida de la aldea. Esos animales tan poco sociables serian expulsados de! asentamiento humano o simplemente sacrificados. Los perros que se mostraran amistosos con las personas serían mucho más adiestrables y, debido a ello, más útiles. Ésos fueron los canes a quienes se conservó y alimentó, llegando de esa manera a ser los progenitores de la siguiente generación de perros. No obstante, este proceso tuvo unos efectos secundarios inesperados. A finales de los cincuenta, el genetista ruso Dmitry K. Belyaev inició nn proyecto que ya lleva más de cuarenta años en curso. I Belyaev expuso la teoria de que casi todas las diferencias fisicas y de conducta entre los perros domésticos y los cánidos salvajes eran resultado del simple acto de seleccionar cánidos basándose en su domesticabilidad o su buena disposición hacia los humanos. Llevar a cabo un estudio experimental sobre e! proceso de la evolución es una tarea muy dificil. Sin embargo, mientras trabajaba en el Departamento Siberiano de la Academia de Ciencias Rusa en Novosibirsk, Belyaev decidió que intentaría dar marcha atrás al reloj hasta volver al punto en que se iniciaron los trabajos para domesticar a los perros. De ese modo podría "reproducir el proceso" y estudiar atentamente lo que ocurrió durante la creación de! perro. Cuando llegó el momento de elegir al cánido salvaje que emplearia como su "protoperro", Belyaev decidió no usar lobos. Esta decisión era muy acertada desde el punto de vista científico, dado que las poblaciones de lobos salvajes existentes en la actualidad ya no son genéticamente "lim pias". Es bien sabido que muchos perros domésticos han huido de sus hogares y se han apareado con lobos salvajes, con lo que cualquier interpretación sería aún más dificil. Belyaev acabó optando por una especie canina muy próxima a los perros, pero que no se cruza de
manera natural con ellos y que nunca ha sido domesticada: el zorro plateado rusO (Vu/pes vu/pes). Conceptualmente hablando, el experimento era muy simple, pero exigía muchísimo trabajo y paciencia. Empezando con 130 zo rros no domesticados, Belyaev estableció un programa de reproduc ción sistemática. Cada nueva camada de zorros era estudiada para de terminar su nivel de hostilidad hacia los humanos. En las primeras generaciones, y a fin de seleccionarlos con vistas a su inclusión en el programa de reproducción, los zorros tenían que comer de la mano y dejarse acariciar por humanos. Esta cualidad se encontró únicamente en aproximadamente el :) por ciento de las primeras generaciones. Hacia la sexta generación, Be!yaev y sus colaboradores endurecieron sus requisitos. Para que fuesen conservados como reproductores, los zorros también tenían que buscar activamente el contacto humano, lo que hacían aproximándose al tiempo que meneaban la cola, y tenían que solicitar la atención humana gimoteando. Belyaev y sus colabora dores sólo conservaban a los zorros más mansos y amistosOs de cada nueva generación. De esta manera, no tardó en quedar claro que las generaciones de zorros se iban pareciendo cada vez más a los perros domésticos en su conducta. Los animales así criados se acercaban a las personas y luego las lanúan y olisqueaban en un intento de obtener caricias y respuestas afectuosas . A estas alturas ya se han criado más de 35 generaciones, con un total de unos 45.000 zorros a lo largo de las cuatro décadas que lleva funcionando este proyecto. Los científicos no tardaron en descubrir que tenían un excedente de aquellos "zorros domesticados". Al mis mo tiempo, tuvieron que enfrentarse a las restricciones presupuestarias causadas por la debilidad de la economía rusa. La solución a ambos problemas consistió en vender los zorros sobrantes como animales de companía y usar los fondos resultantes para mantener en marcha e! proyecto de investigación. Los científicos siguieron los progresos de algunos de aquellos zorros para averiguar cómo les iba en sus nuevOS hogares, y descubrieron que cuando eran adoptados en casas humanas típicas, aquellos zorros domésticos salían adelante sin problemas. Los dueños los describían como unos compañeros "con muy buen tempe ramento" y decían que eran unos animales de compañía encantadores. Desarrollaban sólidos vínculos con las personas, aunque eran un poco más independientes o felinos que la mayoría de razas de perros. Uno de los resultados más importantes de la investigación es que, aunque los zorros eran seleccionados basándose en una sola
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CONVEP¿,E
CON SU PERRO
DrALEcros
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caractenstlCa de la conducta, la amigabilidad, empezaron a cambiar físicamente. Empezaron a aparecer orejas caídas, colas enroscadas o más cortas y pelajes más claros o incluso multicolores; además, los ho cicos se acortaron, las cabezas se volvieron un poco más anchas y re dondeadas y los dientes también se acortaron un tantO.Todas esas trans formaciones son similares a los cambios que distinguen a los perros domésticos de los cánidos salvajes. El curso temporal del desarrollo, desde cachorro hasta adulto, se alteró durante el proceso de selección. En los zorros, al igual que en los demás cánidos, se da una secuencia sistemática y un momento relativamente Concreto en el que ciertas conductas infantiles aparecen y luego se abandonan. Cuando se miden estas conductas, enseguida queda claro que el proceso de domestica ción ha modificado tanto el ritmo como la duración de la fase de desarrollo. Las conductas infantiles aparecen muy pronto y perduran mucho más tiempo en los zorros domesticados que en el Zorro salvaje. En otras palabras, ahora no sólo tenemos Zorros domésticos: tenemos zorros que, al igual que los perros, cons~rvan muchas características y conductas infantiles a lo largo de la edad adulta. De esta manera, el trabajo de Belyaev nos muestra Con toda claridad lo que ha Ocurrido realmente durante el proceso de domesticación de los perros: criar perros buscando la amigabilidad y la docilidad ha producido perros que son, tanto mental Como fisicamente, más parecidos a cachorros de lobos que a lobos adultos. Aunque todas las selecciones de Belyaev se hicieron basándose en la a.migabilidad, puede que los primeros humanos también selec cionaran buscando ese aspecto "de cachorro" durante sus primeras acciones en la cría de perros. Es obvio que tanto los animales como los humanos sienten una ternura especial por los jóvenes de su especie. Varios naturalistas, el ganador del Nobel Konrad Lorenz entre ellos, han sugerido que esta emoción puede estar causada por algo en la apariencia de los animales jóvenes. Básicamente, nos parecen "unas monadas" porque son muy pequeños y tienen ojos grandes, caras cha tas y redondas y expresiones faciales atractivas, y porque producen sonidos agudos. En realidad, este "ser tan monos" es un factor de su pervivencia que impulsa a los adultos a proteger y cuidar de manera especialmente solícita a los animales más jóvenes de su grupo. Los psicólogos Contemporáneos han demostrado que este factor también es capaz de atravesar las fronteras entre las especies. Tendemos a sentir más cariño por los gatitos que por los gatos adultos, y los polluelos nos parecen más atractivos que un gallo o una gallina. Lo mismo OCurre
PERRUNOS
277
con los cachorros respecto a los perros adultos. Es difícil no querer
llevarse a casa a prácticamente todos los cachorros que ves. El hombre
primitivo, y puede que todavía en mayor grado la mujer primitiva,
pensaba probablemente que los perros recién domesticados que te
nían un aspecto más infantil eran unas monadas, que es lo mismo que
pensamos nosotroS. Quizá los más monos disfrutaban de los mejores
cuidados. Quizá se les daba de comer antes y recibían el hueso en el
que había más carne. Quizás eran aquellos a los que se seleccionaba
para compartir los refugios humanos, protegerlos de las inclemencias
del tiempo y darles más oportunidades de reproducirse.
La domesticación no sólo ha afectado a la apariencia y las conductas generales de los perros, sino que posiblemente haya alte rado también el contenido del vocabulario de nuestros perros con respecto al de sus primos salvajes. Podría decirse que en los perros domésticos, la conducta social ancestral y los patrones de comuni cación del lobo están fragmentados e incompletos. Las conductas de los perros forman una especie de mosaico que contiene algunas de las señales de comunicación del lobo adulto, pero también con tiene muchas señales infantiles. Si examinamos el desarrollo del lenguaje en los lobos y los pe rros de aspecto más lupino, veremos que hay una secuencia de desa rrollo para la aparición de ciertas señales cC'lmunicativas. Los cachorros muy jóvenes son dependientes y están indefensos y, en consecuencia, la mayor parte de sus señales van orientadas a solicitar cuidados y a mostrar conductas sumisas, pasivas y apaciguadoras cuando hay adul tos presentes. De esa manera, el cachorro tiene más probabilidades de lamer el hocico de un adulto, pegarse al suelo o apartar la mirada. Conforme el perro se hace mayor, en su vocabulario empiezan a apa recer señales socialmente más dominantes. La mirada amenazadora, el gruñido y el mirar a otro individuo desde arriba son más probables en un perro adulto. De hecho, podemos prever el mOp1ento en que irán apareciendo esas señales a lo largo de la vida de un perro. Las señales de sumisión más simples tienden a aparecer pronto, y las señales domi nantes y de sumisión de mayor complejidad social más tarde, cuando el animal se vuelve adulto. Si llamamos al lenguaje adulto "lobuno" y al de los individuos más jóvenes"cachorril", evidentemente un indi viduo que hable el lobuno debería seguir siendo capaz de entender el cachorril, porque lo habló cuando era más joven. Un individuo que sólo hable cachorril, sin embargo, se encontrará en desventaja, dado que quizá no haya aprendido todavía todos los términos del vocabulario
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lobuno. Éste es el problema al que pueden enfrentarse los perros do mésticos con respecto a los lobos. Nuestros canes hablan cachorril. Puede que posean una cierta capacidad lingüística receptiva en lobu no, pero su vocabulario productivo se encuentra limitado porque la neo tenia frenó su desarrollo antes de que hubieran tenido tiempo de desarrollar todas sus capacidades lingüísticas adultas. Se sabe de casos en que este hecho ha dificultado la comunicación entre los perros domésticos y los lobos. En un estudio, varios malamutes fueron cria dos con lobos, y por lo general eran incapaces de leer correctamente las señales de conducta social de los cánidos salvajes. . Ahora vamos a complicar un poco más las cosas. No todos los perros domésticos muestran el mismo grado de neotenia. El mejor indicador de cuánta neotenia presenta una raza probable mente sea la similitud que presentan los individuos Con el aspecto de un lobo adulto. Los perros que se parecen mucho a los lobos, como los pastores alemanes y los huskies siberianos. no sólo tienen más características fisicas adultas sino que muestran menos neo tenia en sus conductas. Por el contrario, perros con un aspecto más pro nunciado de cachorros, como el Cavalier King Charles spaniel o el bulldog francés, no sólo deberían presentar más características ju veniles en lo fisico sino también en lo referente a la conducta debi do a su mayor grado de neotenia. Partiendo de estas observaciones, bastará con ciar un paso para
llegar a la conclusión de que distintas razas de perros pueden desarro
llar distintas versiones del lenguaje perruno o dialectos. Los más próxi
mos a los lobos adultos por sus características son los que tienen más
probabilidades de usar muchos elementos del lobuno en su lenguaje,
mientras que aquellos Con un mayor grado de neotenia pueden ser
relativamente ignorantes del lobuno y hablar únicamente versiones cachorriles de la lengua canina. Deborah Goodwin,John Bradshaw y Stephen Wickens, tres investigadores del Instituto de Antrozoología de la Universidad de Southampton, Gran Bretaña,2 estudiaron diez razas distintas, que ordenaron en términos de su similitud con ellobo.Yen do de los más semejantes a los cachorros a los más parecidos al lobo adulto, su lista fue: 1. Cavalier King Charles spaniel
2. Norfolk terrier 3. Bulldog francés 4. Perro ovejero Shetland
DIALECTOS PERRUNOS
5. 6. 7. 8. 9. 10.
279
Cocker spaniel Munsterlander Perdiguero labrador Pastor alemán Golden retriever Husky siberiano
A continuación, los investigadores estudiaron quince sei1ales de dominio y sumisión. Lo que descubrieron encajaba con la no ción de la néotenia, no sólo en lo que respecta a la forma del cuer po sino también al lenguaje canino. El menos lupino de los perros, . el Cavalier King Charles spaniel, era el que poseía un vocabulario social más limitado, y habitualmente sólo mostraba dos de las quin ce señales sociales seleccionadas. Esas dos señales eran también las primeras en aparecer en el desarrollo normal de un lobo, y serán las que muestre un cachorro de tres o cuatro semanas de edad; es como si el vocabulario social de esta raza se hubiera detenido en ese ni vel. El husky siberiano, sin embargo, utiliza la gama completa de las señales de comunicación social estudiadas, lo que le proporciona un vocabulario de conducta similar al de un lobo adulto. Para las razas situadas entre esos dos extremos, cuanto más lupino era su aspecto, mayor era el número de señales ,sociales que usaban y más probabilidades había de que los gestos empleados fueran los que aparecen en una etapa más tardía de la vida. Debemos, tener en cuenta que esta investigación habla de co municación canina, no de personalidad. Esos resultados no significan que un husky siberiano, un perdiguero o un pastor alemán vayan a ser necesariamente más agresivos que otras razas. En vez de eso, los resul tados nos indican que esas razas menos neotenizadas disponen de un mayor vocabulario de señales y gestos para comunicarse con Otros perros acerca de asuntos sociales. Dichas razas no sólo disponen de una gama más amplia de señales agresivas, sino que su gama de señales apaciguadoras también es más amplia. Si recordamos que una parte del propósito de la comunicación canina consiste en establecer unas bue nas relaciones sociales dentro de la manada y evitar enfrentamientos fisicos en los que ambas partes salgan malparadas, entonces esos perros más lobunos cuentan con la gama de respuestas más amplia y, quizá, con una mayor capacidad para mantener una sutil "conversación;'so bre el estatus social. En última instancia, esto podría significar que también son más capaces de evitar el conflicto directo. Las razas que
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SU PERRO DIALECTOS PERRUNOS
hablan un dialecto cachorril tendrán un vocabulario más limitado y, en general, su gama de señales de sometimiento será más amplia que la de las señales de agresión. También pueden ser menos cons cientes de las señales emitidas por otros perros para indicar ambi ciones sociales, afirmación del rango o, incluso, rendición ante un perro más dominante. Un efecto obvio de esas diferencias lingüísticas es que pue den surgir malentendidos entre perros que hablan distintos dialec tos. El animal de naturaleza más juvenil, cuyo dialecto no tiene como objetivo prioritario el dominio social, puede pasar por alto señales importantes. Un descuido del animal de menor capacidad lingüística podría desencadenar un ataque físico, o el conflicto po dría proseguir más allá del punto de rendición porque el perro que habla el dialecto lobuno más adulto esperaba una determinada se ñal indicadora de sumisión y, al no encontrarla, procedió a incre mentar e! nivel de agresión. Examinemos un caso ilustrativo, que fue relatado por el novelis ta galardonado con el premio Nobel John Steinbeck, quien escribió clásicos como Las uvas de la ira, Al este del Edén y De ratones y hombres. A Steinbeck le gustaban mucho los perros y uno de sus libros, Travels with Charley, describe un viaje de casi un año de duración que emprendió con su perro de lanas negro, Charley, como único acom
pañante. Esta historia, sin embargo, la protagonizaba un perro que
Steinbeck tuvo mucho antes, un airedale. Basándose en su aspecto,
nadie diría que los airedales sean muy lupinos. Steinbeck describe
una prolongada disputa territorial entre su perro y otro animal.
Este segundo perro tenía un aspecto mucho más lobuno, y el autor
lo describe como "una mezcla de ovejero, setter y coyote". Parece ser
que cada vez que e! airedale del escritor pasaba ante los dominios de
aquel perro, los dos animales acababan peleándose. Steinbeck nos dice:
"Cada semana mi perro se enfrentaba a aquella espantosa criatura, y
cada semana era derrotado". Esta guerra desigual se prolongó durante varios meses. Enton ces, un día, el airedale de Steinbeck tuvo un golpe de suerte. Pilló desprevenido al duro mestizo lupino y le dio una auténtica paliza. Steinbeck parece haber lamentado muchísimo lo que ocurrió a conti nuación. El perro vencido "inclinó la cabeza en el rincón del perde dor". De manera típicamente pasiva y sumisa, se echó sobre la espalda y expuso la vulnerable parte inferior de su cuerpo. En ese momento, según Steinbeck, e! airedale "abandonó toda caballerosidad". Para
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gran consternación del autor, el airedale no estaba satisfecho con una simple victoria. Mientras el perro derrotado yacía sobre su espalda, indicando así a la auténtica manera lupina su sumisión para poner fin al conflicto, el perro de Steinbeck volvió a lanzarse sobre él y atacó salvaj emente sus partes íntimas. La escena fue horrible. Cuando pudieron apartar por fin al aire dale de su víctima, ésta "estaba acabada como padre". Steinbeck concluye su relato dicien do: "Al igual que ocurre entre nosotros, también puede haber pe rros sin honor". Steinbeck puede estar en lo cierto al suponer que aquel airedale simplemente estaba loco o era una criatura malvada, y que quería hacer daño deliberadamente a su antiguo atormentador a pesar de su obvia rendición. No obstante, otra posibilidad es que, al ser de una raza muy alejada de! prototipo lobuno, el airedale sim plemente no entendiera del todo el significado social del gesto del otro perro. Para un perro que habla lobuno, esta señal de sumisión significaría una disminución permanente del rango. Socialmente, pues, esta señal es importante y representa un mensaje decisivo. Para un perro que habla un dialecto no tan lobuno, este tipo de señales sociales pueden resultar más difíciles de leer, o pueden interpretarse como dotadas de una importancia meramente mo mentánea, sin el matiz de sumisión a lar;go plazo que necesitaba el airedale para sentirse seguro. La incapacidad para reconocer esta señal y todo su significado podría explicar por qué el airedale no puso fin al ataque cuando vio e! mensaje de derrota enviado por el otro perro. De ser así, entonces fue la ignorancia del lenguaje, más que una intención malvada, la que causó aquella violación de la tradición y e! código del honor caninos. Por supuesto, asegurar que todos los perros responderán de manera apropiada y predecible a una comunicación sería tan teme rario como afirmar que todos los seres humanos responderán de manera apropiada y predecible a un mensaje hablado. Existen va riaciones raciales en el dialecto hablado, y también habrá diferen cias individuales en las respuestas entre distintos perros. Esto fue lo que me pasó por la cabeza mientras veía desarrollarse una situación extremadamente tensa en una clase de obediencia canina a la que asistía. Era la primera clase de una nueva sesión y una mujer había llevado al pastor alemán más enorme que he visto jamás. El perro se llamaba Shredder (Triturador), y el nombre parecía muy ade cuado, ya que el animal estaba enviando un auténtico despliegue de
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señales agresivas de amenaza a todos los perros que se le aproxima ban.Además, cualquier humano que se acercara demasiado era tra tado de la misma manera, con lo que todos los nuevos estudiantes habían retrocedido y se pegaban a la pared del fondo sujetando protectoramente las correas de sus perros. El instructor, Ralph, se dio cuenta de que tenía un problema. -¿Siempre está así? -preguntó. -Sólo cuando se pone tenso -respondió la mujer con voz temblorosa. -Bueno, en ese caso tendré que decirle, en lenguaje canino, que no está siendo amenazado -dijo Ralph. Cuando vi que se metía la mano en el bolsillo para sacar unas cuantas golosinas, creí saber cómo iba a manejar la situación. Pero en vez de sacar golosinas, y para gran asombro mio, Ralph se sentó en el suelo con las piernas'extendidas hacia Shredder. -Éste es el equivalente humano a la postura de sumisión de un perro -explicó-. En lo que a él concierne, estoy enseñando mi ab domen y mis genitales, lo que significa que no represento ninguna amenaza para él. Ningún perro atacará nunca a otro perro que haya adoptado esta posición. Contuve la respiración mientras Shredder, que seguía gruñen do, iba hacia las piernas separadas de Ralph. El instructor se puso la mano entre las piernas (en un gesto que me pareció un poquito defen sivo) y después abrió la mano para descubrir una golosina. Shredder siguió yendo cautelosamente hacia él y acabó tomando la golosina. Olisqueó la ingle de Ralph y después volvió el costado hacia el hom bre sentado. Cuando Shredder acabó sentándose y miró a Ralph, el hombre se levantó muy despacio. -Bueno, ahora siéntese por ahí y yo me ocuparé de él -dijo. -¿No le parece que se ha arriesgado demasiado? -le pregunté. -No, si conoces el lenguaje canino no corres absolutamente ningún peligro. Pensé en el airedale de John Steinbeck. Cuando se le habló en perruno, aquel perro no reaccionó como se esperaba. Quizá no cono cía aquella señal en ese dialecto. Pero también cabe la posibilidad de que lo conociera y hubiera decidido ignorar el mensaje. El hecho de que sepamos cómo comunicarnos no garantiza que el perro esté dis puesto a escuchar y responda a lo que estamos diciendo. Eso depende de la raza, el perro en cuestión y la situación. Esta vez, la maniobra de Ralph había dado resultado: el perro leyó su señal y respondió de la
manera adecuada. El pastor alemán se parece mucho a los lobos de las montañas y no muestra un grado extremo de neotenia, por lo que había bastantes probabilidades de que fuera sensible a esa clase de men saje. No obstante, la próxima vez Ralph podría equivocarse y usar su métodO con un perro que hablara el lobuno con menos fluidez y no percibiera tan bien las señales de dominio y sumisión. Me estremezco sólo de pensar en las posibilidades.
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Al principio de este libro les dije que iba a utilizar de manera intercambiable las palabras "lenguaje" y "comunicación" sin prestar demasiada atención al debate científico sobre la diferencia entre estos conceptos hasta más adelante. Ahora que sabemos unas cuantas cosas más sobre el perruno, podemos examinar esta cuestión. El tema debe explorarse, porque la controversia científica es muy real y yo soy, por mi profesión, un científico. Así pues, veamos si los perros tienen un lenguaje tal como los humanos entendemos la palabra o si su comuni cación consiste meramente en un conjunto de signos y señales. En la mayoría de áreas de la ciencia, cuando se usa la palabra "lenguaje", ésta se define como un método de comunicación que utiliza declaraciones, signos, símbolos o gestos para transmitir significado. Dentro de esta definición más amplia, no obstante, también se in cluyen algunos requisitos específicos. Antiguamente, la lista de es tos requisitos era larga y se redactó de tal manera que acabamos llegando a la conclusión de que sólo los seres humanos tenemos un lenguaje. Hoy día la lista es mucho más corta, quizá porque desde hace algún tiempo nos hemos acostumbrado a aceptar que los seres humanos forman parte de la naturaleza en vez de verlos como una creación exclusiva o especial colocada en un pedestal evolutivo. La mayoría de psicólogos y lingüistas actuales probablemente estarían de acuerdo en que existen cuatro o cinco requisitos básicos para que algo sea definido como un lenguaje. La característica más importante de un lenguaje es la sigllificatividad (a veces llamada sel1lanticidad). Esta característica es obvia, dado que el lenguaje tiene como único propósito comunicar significados a otros. Cada palabra ha de tener un significado, y además ciertas combinacio nes de palabras también pueden modificar o clarificar dichos significados.
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Creo que ya hemos establecido que las señales del perruno tienen un significado. Los perros no ladran, gruñen, levantan la cola o te miran meramente porque sí y sin propósito alguno. De hecho, al final de este libro he incluido un "Glosario de frases caninas" (véase p. 325), que es una especie de diccionario de los significados de los signos y símbolos del perruno, por 10 que podemos concluir que este requisito ya ha sido satisfecho por la comunicación canina.
El siguiente requisito básico es el desplazamiento, que se refiere al hecho de que el lenguaje permite la comunicación acerca de objetos y acontecimientos "desplazados" en el espacio o en el tiempo. Esto sig nifica que el lenguaje puede usarse para comunicar algo acerca de objetos que no se hallan presentes y visibles en ese momento, o de acontecimientos que han tenido lugar en el pasado o pueden ocurrir en el futuro. Aunque, en el nivel productivo, los perros no se refieran habitualmente a objetos ausentes, su capacidad para entender cons trucciones lingüísticas que los involucren está muy clara. La mayoría de dueños de perros usan alguna clase de variante de la frase-tipo "Encuentra el objeto". Por ejemplo, mis perros responden a "¿Dónde está tu pelota?" correteando de un lado a otro en busca de ella y luego trayéndomela. Si la pelota es inaccesible, normalmente se quedarán cerca de ella y ladrarán. "¿Dónde está tu palo?" causa la búsqueda del último palo con el que el perro ha estado jugando. "¿Dónde está Joannie?" es una frase muy útil que me ayuda a localizar a nlÍ esposa.
Nada más oírla, el perro va a la habitación en la que se encuentra mi
esposa. Si está en el piso de arriba o en el sótano, el perro irá a la
escalera correspondiente y esperará allí. Si está fuera de la casa, el perro
irá a la puerta que ha utilizado para salir. Si no sabe dónde está, por 10
general empezará a buscarla. En todos estos casos, el perro está respon
diendo adecuadamente a un objeto que no se halla presente en ese
momento, 10 que satisface el requisito del desplazamiento. Por 10 que
respecta a las evidencias de desplazamiento en el lenguaje productivo,
éstas no son tan abundantes, pero recuerden que los perros usarán un
ladrido de alarma determinado para "Llamar a la manada", incluso si
los otros miembros de la manada no son visibles en ese momento. Cuando se trata de determinar si los perros tienen "un au téntico lenguaje" en el sentido en que 10 tienen los humanos, uno de los puntos que genera mayor controversia ha sido siempre la cuestión de la gramática, el conjunto de reglas mediante el cual estructuramos un lenguaje. En la parte más importante de estas reglas figura la sintaxis, que rige el orden en que se disponen las
palabras y las frases. El artículo, por ejemplo, habitualmente va delan te de la palabra a la que hace referencia. De esta manera, la frase "El chico tiró la pelota" tiene sentido, mientras que la frase "Chico el pelota tiró la" no tiene absolutamente ninguno. Las reglas específicas que determinan el orden en que combinamos las distintas partes del discurso pueden diferir en distintos lenguajes. En inglés, los adjetivos que describen un objeto generalmente van delante de ese objeto, como en la frase "white house". En el francés y el español, ese orden queda invertido, y entonces diríamos maisol1 blanche o casa blanca. Las reglas que determinan el orden en el que se pueden combinar las distintas partes de un lenguaje también determinan qué palabras pueden ir juntas sin perder el significado al unirse. De esta manera, frases como "aquello gatos" o "unas pelota" no tienen ningún sentido. Podemos llamar a este aspecto de la gramática reglas de combinación. El orden de las palabras también puede determinar el signifi cado de lo que se dice. Por ejemplo, la frase "tiburón devorador de hombres" hace referencia a algo totalmente distinto a la frase "hom bre devorador de tiburones". De manera similar, "El chico golpeó a la chica" significa algo totalmente distinto que "La chica golpeó al chico". Podemos llamar a este aspecto de la gramática reglas de la secuencia de palabras. ¿Tienen los perros una gramática en esos dos sentidos: reglas de combinación y reglas de la secuencia de palabras? Hasta hace poco, la mayoría de científicos parecían pensar que la respuesta a dicha pre gunta era no. No obstante, ciertas observaciones recientes sugieren que los perros muestran por lo menos algunas evidencias de que po seen una gramática. Tomemos las reglas de combinación, que permiten que algunas cosas vayan juntas en el lenguaje al tiempo que excluyen otras posibles combinaciones. Cuando exanúnamos los sonidos que producen los perros y los lobos, descubrimos que hay algunas combinaciones que nunca aparecen. Los aull~dos y los gimoteos son una combinación que nunca se oye. Tampoco oirán nunca aullidos y gruñidos juntos. Por otra parte, los aullidos se combinan sin problemas con los chillidos y, ocasionalmente, con algunos tipos de ladrido. Los ladridos pueden combinarse Con otros ladridos, con gruñidos y con gimoteos, pero los gruñidos y los gimoteos nunca se combinan entre sí. Vista la importancia que tienen la postura y las señales corpora les en el lenguaje de un perro, es interesante que ciertos sonidos nunca se combinen con ciertas posturas corporales. Nunca veremos una
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postura dominante de patas rígidas combinada con gimoteos o chilli dos. Habitualmente esta postura se adopta al tiempo que se producen gruñidos y, menos frecuentemente, un ladrido para dar la alerta. La posición de tirarse al suelo en la que el perro enseña sumisamente el abdomen nunca va combinada con gruñidos o ladridos, pero sí se acompaña por gimoteos o gañidos. La posición de incertidumbre de la pata levantada tampoco se combina nunca con gruñidos o ladridos y, de hecho, en la inmensa mayoría de los casos parece ser un gesto totalmente silencioso. También podemos encontrar gestos de la cola que siguen reglas de combinación con sonidos. La cola levantada y un poco curvada de! perro seguro de sí mismo nunca es vista en conjunción con gemidos, gimoteos o incluso gruñidos. Antes de que un perro seguro de sí mis mo empiece a gruñir, extenderá la cola de tal manera que ésta quede recta y apuntando hacia arriba, con la punta dirigida hacia atrás. Cuando el animal exhibe esta señal de la cola que significa "vamos a ver quién manda aquí", nunca se oyen gemidos, gimoteos ni aullidos. De hecho, hay muchas expresiones del cuerpo, la cola, las orejas y la boca que suelen tener ciertos acompañamientos vocales y que no parecen combinarse nunca con otros sonidos vocales. Todo esto, tomado en conjunto, ciertamente parece sugerir que los perros disponen de algunos elementos de gramática asociados con las reglas de combinación. Las observaciones más interesantes hechas en los últimos tiem pos tal vez sean las que sugieren que los perros también podrían tener gramática en lo que a las reglas de secuencia de las palabras se re6ere. Examinemos dos sonidos simples que producen los perros. El primero es el gruñido con e! labio fruncido, que suena algo así como "harrrr". Tomado por sí solo, este gruñido es una firme advertencia que se dirige a otro perro o persona para indicarle que no debe aproximar se. Puede oírse en situaciones en las que un perro tiene en su poder un objeto muy apreciado, como un hermoso hueso o un cuenco de co mida, y el gruñido: "No te acerques. ¡Esto es mío!". El segundo sonido simple es un ladrido, que empieza siendo grave, va subiendo de tono y termína con algo parecido a un sonido de "f". Una descripción aproximada sería "rruff". Éste es el típico ladrido de alerta que sueltan los perros para atraer la atención de los otros miembros de la manada: "Eh, me parece que deberíais venir a echar un vistazo". Normalmente, los otros perros responden a él yen do en esa dirección para ponerse junto al que ha ladrado.
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Cuando combinamos estos dos sonidos, sin embargo, obtene mos distintos significados, Y el significado específico dependerá del orden en que se los combine. La combinación "harrr-rruff" es una invitación a jugar, y habitualmente va unida a la típica reverencia cani na deljuego. Invirtiendo la combinación para producir"rrruff-harrrr", obtenemos un mensaje totalmente distinto. Esta combinación de so nidos es una amenaza proferida por un perro inseguro, tal vez para
tratar de proteger un objeto como un hueso, pero a veces simplemen te para mantener alejado a otro perro que puede aparecer como do
minante y amenazador. En esta forma, el sonido significa algo así como:
"Me estás poniendo nervioso, y si te acercas un poco más quizá me
vea obligado a luchar". El hecho de que indique una amenaza basada en la inseguridad es lo que lo diferencia del simple "harrrr" lanzado por un perro dominante Y seguro de sí mismo. Como seres humanos, somos proclives a verlo todo en términos de nuestro propio lenguaje. Por eso tendemos a buscar combinaciones gramaticales y secuencias de palabras que adopten la forma de sonidos. Pero si adoptamos la perspectiva del perro, para el que una señal cor poral es tan importante como un sonido, entonces quizá podríamos encontrar más evidencias de la existencia de reglas secuenciales. Cuando un perro clava la mirada en e! rostro de otro, generalmente se trata de una exhibición de dominio o una amenaza, que básicamente dice: "Pienso que aquí mando yo. ¿Quieres desafiarme?". Por otra parte, un perro que interrumpe deliberadamente el contacto visual con otro perro y desvía la mirada, está demostrando que no representa ninguna amenaza y básicamente está diciendo: "Acepto que aquí mandas tú. Puedes establecer las reglas y yo haré lo que tÚ quieras". Combinar las dos señales, de tal manera que se empiece con una mirada directa a la cara seguida por un breve desviar la mirada para luego volver a dirigir
la a la cara, cambia el signi6cado para sugerir un encuentro más pací
fico entre dos perros dominantes. Esta señal podría ser interpretada
como: "Ya veo que eres un tipo muy duro y quizá seas el que manda
aquí. Bueno, yo también soy bastante duro, pero no nos peleemos".
Ahora tomemos estas dos señales y combinémoslas con un so
nido. Al hacerlo, cambiamos por completo la naturaleza de la comuni
cación. Cuando un perro mira fijamente a otro, y al mismo tiempo
emite el gruñidO de labios fruncidos "harrr", las probabilidades de que
haya un enfrentamiento físico son muy altas. Esta señal es el equivalen
te canino al enfrentamiento tradicional de los westerns, cuando el fo
rajido del sombrero negro anuncia: "Este pueblo no es lo bastante
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grande para los dos. Desenfunda". Pero si un perro mira a otro a la cara y después aparta la mirada y emite el gruñido "harrr", la respuesta es muy distinta. El perro que estaba siendo observado vuelve los ojos en la dirección en que está mirando el perro que ha gruñido. Puede que también adopte una postura defensiva junto al otro perro, al tiempo que mira en la misma dirección. Este intercambio significa algo así como: "Creo que ahí hay problemas. Unamos nuestras fuerzas y ac tuemos en caso de que sea necesario". Lo importante de estos intercambios es que un elemento deter minado, ya sea un sonido ("harrrr" o "rrruff") o un gesto de lenguaje corporal una mirada directa a la cara o volver los ojos y la cabeza), toma su significado del lugar que Ocupa en una secuencia de sonidos o gestos. Esto ciertamente parece indicar que los perros usan reglas gra maticales de la secuencia de palabras.
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Tomadas en conjunto, observaciones como éstas apuntan a que el lenguaje de los perros es más complejo de 10 que habíamos creído hasta ahora. No cabe duda de que parecen existir ciertas evidencias cuando menos de una gramática y sintaxis rudimentarias, así Como de reglas de combinación y de la secuencia de palabras.
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El último requisito básico para que haya un lenguaje es conoci do como prodllctil'idad. Un verdadero lenguaje debe permitir la expre sión y la comprensión de un número infinito de expresiones nuevas, todas las cuales se crean sobre la marcha. De manera más clara, esta noción se basa en la idea de que el lenguaje es un sistema creativo de comunicación y no un sistema repetitivo cuyo funcionamiento se basa en reciclar un número limitado de sentencias o frases. Algunos investi gadores podrían sugerir que este requisito parece descartar la posibili dad de que exista un lenguaje canino. Desgraciadamente, si se 10 inter preta de manera estricta, también descartaría la existencia de cualquier lenguaje simple con un vocabulario reducido y unas reglas gramatica les limitadas que obligan a usar frases cortas. Un niño de dos o tres años, Con un vocabulario de sólo cien palabras y una longitud de frase limitada a dos palabras, dispondrá de un número fijo de frases posibles y "reciclará" esas frases según las necesidades del momento para co municarse con quienes lo rodean. y, sin embargo, consideramos que ese niño tiene un lenguaje, a pesar de que no supera la prueba de la productividad. Personalmente, estoy dispuesto a aceptar el perruno cama un lenguaje simple, usando las mismas reglas y criterios que empleamos para atribuir un lenguaje a los niños pequeños. Cuando comprueban
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el desarrollo del lenguaje en una persona, los psicólogos conside ran los gestos como componentes del lenguaje, además de los soni dos.Veamos uno de los tests, el Inventario MacArthur del Desarro llo Comunicativo, que ofrece una serie de formularios para medir el desarrollo del lenguaje en niños de hasta sólo dos años de edad. El MacArthur incluye una sección entera sobre "Gestos comunicativos", a los que considera como lenguaje. Éstos incluyen seilalar objetos o acontecimientos interesantes, despedirse diciendo "adiós" con la mano cuando una persona se va, extender los brazos hacia arriba para comunicar el deseo de ser tomados en brazos e incluso rela merse los labios en un gesto del tipo "qué bueno" para indicar que algo sabe bien. Ciertamente, los gestos comunicativos de los perros igualan en complejidad a todos estos. No deberíamos ir demasiado lejos a la hora de determinar las similitudes existentes entre las capacidades de comunicación caninas y el habla infantil. Aun así, existen ciertos paralelismos inevitables. Tanto en los perros como en los niños, el vocabulario receptivo es más am plio y fiable que el productivo. Los productos lingüísticos que son entendidos también tienden a contener información referente a ac ciones que al orador le gustaría que el nii'io llevara a cabo. Le decimos "Dame la mano" a un niño, y le atribuimos una cierta capacidad lin güística cuando nos la da. Obviamente, entonces, la respuesta del perro a "Dame la pata" también representa una capacidad lingüística equiva lente. El lenguaje emitido tanto para los niños pequeños como para los perros es de una naturaleza casi exclusivamente social, e intenta obte ner respuestas de otros individuos. En los perros, de hecho, el lenguaje emitido es un poco más complejo que el de los niños pequeíios, dado que hace hincapié tanto en el dominio y las relaciones de estatus como en los estados emocionales y deseos del comunicador. Un niño de dos años de edad puede tratar de manipular a los demás mediante exhibi ciones como rabietas, pero normalmente los niños humanos no inten tarán comunicar o expresar un auténtico dominio social hasta que tienen unos cuantos años más. Algunas personas han argumentado que, dado que el perruno se ocupa principalmente de cuestiones sociales y emocionales, no puede ser considerado un auténtico lenguaje. Esas personas, sin embargo, no parecen entender cómo utilizan los seres humanos su lenguaje. Cuan do hablamos, la mayor parte del tiempo intercambiamos información personal y social. Habitualmente no debatimos sobre la filosofia de Aristóteles o las teorías de Einstein ni reflexionamos sobre el estado
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actual del universo, sino que parecemos mucho más interesados en los aspectos cotidianos de nuestras vidas sociales. Dos psicólogos ingleses hicieron un muestreo de conversacio nes para averiguar de qué habla la gente normalmente. Robín Dunbar tomó muestras por toda Inglaterra, en tanto que Nicholas Ernler hacía lo mismo con las conversaciones corrientes en Escocia. I Ambos des cubrieron que las cuestiones emocionales y sociales ocupan más de las dos terceras partes de nuestras conversaciones. Entre los temas típicos figuraba quién está haciendo qué y con quién, en ocasiones con co mentarios añadidos sobre si eso es bueno o malo. Otros temas serían quién progresa en el mundo y quién se queda atrás y por qué. Muchas de las conversaciones de mayor intensidad emocional trataban de cómo enfrentarse a situaciones sociales dificiles, y describían complejas interacciones con amantes, niños, compañeros de trabajo, vecinos, pa rientes, etcétera. Obviamente, había algunas discusiones técnicas com plejas, puede que suscitadas por un problema surgido en el trabajo o un libro leído recientemente. Pero cuando llevé a cabo mi propio muestreo con más de cien conversaciones entre mis colegas universi tarios, no encontré ni una sola discusión técnica que se prolongara más de entre cuatro y siete minutos sin derivar, al menos durante un rato, hacia la conversación social. De hecho, sólo una cuarta parte del tiempo se había dedicado a las cuestiones técnicas. Cuando examinamos el lenguaje impreso, encontramos una si tuación similar. Los libros más vendidos son de ficción. La mayoría (incluso las historias de aventuras o misterio) describen a los persona jes en relación con sus interacciones sociales, sus relaciones con la familia, sus ambiciones personales, los engaños que han sufrido o infli gido y, por supuesto, las cuestiones sexuales. Las llamadas novelas ro mánticas siguen ocupando los primeros puestos de las listas de éxitos en lo que respecta al volumen total de libros vendidos. La única cate goría de no-ficción que consigue hacerse con una porción significati va de! mercado son las biografias (y las autobiografias). Da la impresión de que cada actor, político, deportista, locutor y escritor hubiera escri to su historia, y al parecer existe un público ávido de leer esos relatos. Pero ¿por qué compramos esos libros? No leemos la vida de un polí tico para aprender a redactar y promulgar leyes. No leemos la vida de unjugador de béisbol para aprender cómo darle mejor a la pelota y no leemos la vida de un actor para aprender a memorizar guiones. La razón por la que leemos esos libros es que queremos enterarnos de los detalles sociales. Queremos saber a quién amaron y odiaron, cómo
reaccionaron a las dificultades sociales y situaciones emocionales, con quién se relacionaron a lo largo del camino a la fama y así sucesiva mente. Incluso los periódicos se rigen por ese criterio. Unas dos terce ras partes de los" centímetros de columna" impresos consisten en his torias de interés humano o información social que intentan describir las vidas íntimas de las distintas celebridades Ycreadores de noticias de los que hablan. El espacio dedicado a quién tiene conflictos o intimi dades con quién o quién está "de moda" o "de capa caída" en el mun dillo social supera con mucho al dedicado a las descripciones de obje tos o a cómo está el mundo. El hecho de que las personas inviertan la mayor parte de sus esfuerzos lingüísticos en temas sociales y emocionales no nos hace dudar de que posean un lenguaje. Dado que el perruno parece satisfa cer la mayor parte de los requisitos que se le exigen al lenguaje, no deberíamos negar que la comunicación canina es un lenguaje simple mente porque no suele tratar temas más elevados que las interacciones sociales y los estados emocionales. Cuando mis hijos eran adolescen tes, los consideraba poseedores de un lenguaje a pesar de que me pare cía que prácticamente toda su conversación giraba en torno a lo que sentÍan y a sus relaciones con otroS. En estructura y complejidad, el lenguaje de los perros es aproximadamente equivalente al lenguaje de un niño de dos años. El contenido de ese lenguaje, no obstante, se parece mucho al contenido de dos terceras partes del lenguaje huma no adulto, y se ocupa de asuntoS sociales cotidianos, la estructura de la sociedad y el mundo emocional en e! que viven los perros.
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Hasta este momento, prácticamente todo lo que hemos dicho ha estado relacionado con cómo podemos entender lo que nos está diciendo un perro usando ellengu~e canino. Salvo por nuestro breve estudio del lenguaje receptivo en los perros, no hemos considerado cómo pueden hablarles las personas a sus perros de una manera que éstos entiendan. La mayoría de nosotros ya les hablamos a nuestros perros en nuestra lengua nativa, y no me refiero a lo que hacemos cuando emi timos órdenes para decirle a un perro que se siente o que venga, sino a aquellas ocasiones en las que le hablamos al perro de la núsma mane ra en que podríamos hablarle a otra persona o niño. Una encuesta constató que el 96 por ciento de las personas les hablan a sus perros de esta manera. Prácticamente todas las personas encuestadas admitieron que habitualmente saludan a sus perros cuando entran en casa y que también les dicen adiós cuando se van. Otra forma de "conversación" muy común consiste en elogiar al perro diciéndole que es bonito o listo. Muchas personas explicaron que suelen decirle al perro lo que opinan de su conducta, yeso significa explicar que alguna conducta reciente fue estúpida, traviesa, útil o graciosa. A veces, el comentario se prolonga hasta convertirse en un breve relato: "Menos mal que he visto este desastre antes de que lo viera tu madre. Se habría enfadado muchísimo contigo". La mayoña de personas también adnútían que suelen interrogar al perro sobre cuestiones que pueden ser de interés para su acompañante canino, dirigiéndole preguntas del estilo de "¿Quieres salir a dar un paseo?" o "¿Quieres comer algo?". Uno de los aspectos más interesantes de la comunicación hu mano-canino es que la mayoría de los dueños afirman que de vez en cuando formulan preguntas a las que no esperan que el perro conteste
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(y ni siquiera que le interesen demasiado), como "¿Crees que hoy lloverá?" o "¿Crees que Sally me perdonará por lo que le dije?". Habi tualmente, esta conversación adopta la forma de un monólogo, en la que es el humano quien le dice todo mientras el perro se limita a proporcionar una presencia amiga. Una variedad de conversación un tanto más compleja adoptaría la forma de un diálogo en el que hay un cierto toma y daca pero sólo un hablante. En esta clase de conversación, normalmente miramos al perro de vez en cuando, haciendo una pausa en los momentos en que se podría esperar que el perro hiciera un comentario para luego seguir hablando, como si el silencio del animal hubiera transmitido algún significado. Si escucha esta clase de conversación, lo que oirá sonará muy parecido a escuchar una parte de una conversación telefónica. La conversación podría discurrir de esta manera: "¿Qué crees que debería regalarle a la tía Sylvia por su cumpleaños?" [Unos segundos de pausa) "No. El año pasado ya le regalé flores. ¿Algún dulce, quizá?" (Otra breve pausa) "Unos bombones, naturalmente." [Pausa) "Me parece que sé 10 que estás pensando. Un montón de bombones de licor metidos en una preciosa caja, ¿eh? Has tenido una idea realmente magnífica, Lassie." Existe otro tipo de interacción entre humanos y perros que les resultará familiar a muchos dueños de perros, pero que puede parecer le un poco extraña a quien no lo tenga. En esa situación, la persona no sólo le habla al perro sino que también proporciona las respuestas, esencialmente pronunciando las palabras que nos parece que diría el perro en respuesta a nuestros comentarios. Así, la persona podría decir "Bueno, Lassie, ¿te apetece una golosina?" y cuando el perro responde yendo hacia ella, la persona puede añadir (a menudo alterando la voz): "¡Pues claro que me apetece, tontaina!". A veces oyes esta clase de conversación cuando los padres le hablan a un bebé. La versión am pliada de esta situación, aquélla en que la persona aporta tanto su diá logo como el del perro, tiende a producir una conversación muy simi lar a las de esas típicas escenas de película de Hollywood en que las distintas personalidades múltiples de un esquizofrénico discuten entre ellas, cada una con su propia voz y su propio carácter. En realidad ninguna de estas formas de "conversación" tiene como objetivo comunicarse con el perro. Su verdadera función con siste en proporcionar algunas interacciones sociales al humano que habla, ya que éstas pueden. ayudarlo a resolver un problema, completar un pensamiento o reconocer una emoción. Las pruebas disponibles
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sugIeren que estas interacciones son muy importantes para la salud psicológica. Generalmente obtenemos esta interacción social de otras personas, pero las personas mayores, la gente que vive sola o cualquiera de nosotros que se encuentre en un hogar vacío porque la familia y los amigos están fuera, puede sustituirla en parte hablándole a un perro. Algunos investigadores han usado las lecturas de la presión sanguínea para demostrar que produce menOS estrés hablarle de cuestiones deli cadas a un perro que discutirlas con el cónyuge. Otros estudios han demostrado que las personas mayores que viven solas tienen muchas menos probabilidades de caer en una depresión o necesitar ayuda psi cológica si cuentan con la compañía de un perro y tienen ocasión de conversar con él. La manera más extraña de hablarle a los propios perros sea quizá la que me contaron durante una convención científica en Dallas. Esta ba hablando con un psicólogo argentino cuando me explicó cómo algunas personas les hablan a sus perros y, además, se hablan unas a otras a través de sus perros. Éste fue su relato. "Los achuar son una tribu sudamericana que usa a los perros como una paree viral de sus comunicaciones. Entre los achuar, las mujeres se encargan de cuidar a los perros. A su vez éstos vigilan el hogar. Algunos perros ayudan en las tare;¡s domésticas transportando cosas dentro de una especie de mochila en forma de cesta que pueden ser sujetadas a su espalda. Las mujeres les ponen nombre a los perros Y hablan con ellos, de una manera muy parecida a como hablan con sus niños. No obst:mte, la labor principal de los perros consiste en ayudar durante la c;¡cería. La caza está reservad;¡ a los hombres, por 10 que los perros pas;¡n muchas horas, ya veces incluso días enteros,junto a ellos. Los hombres llaman a los perros por los nombres que les han puesto las mujeres. También les enseñan a cazar Y a responder a las órdenes que necesitarán entender para colaborar en la cacería. A veces charlan con sus perros, especialmente cuando tienen por delante un largo y solitario viaje de regreso al hogar, de manera muy parecida a como hacen las mujeres cuando los perros están en la casa. "Creo que el que ambos sexoS compartan sus ratos libres y su conversación con los perros ha hecho que, para los achuar, esos anima les acabaran ocupando un lugar en el que el mundo de los hombres y el mundo de las mujeres se rozan sin llegar a mezclarse. Debido a esto, el perro puede jugar un papel muy importante en el sistema social de . los achuar a la hora de aliviar la tensión y evitar los enfrentamientoS entre un hombre Ysu esposa. Siempre que puede llegar a surgir alguna
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clase de conflicto, los achuar llevan a su perro favorito a casa y le piden que haga de intermediario. "El sistema funciona de la siguiente manera: supongamos que soy un achuar y que mi perro favorito se llama Chuka. Llevo al perro a casa, me siento y espero hasta que mi mluer entra en nuestro hogar. Como no quiero hacerla enfadar sugiriendo que no sabe llevar la casa y no está cumpliendo con sus obligaciones domésticas. podría mirar al perro y decir algo del estilo de: 'Chuka, quizá podrías hablar con mi esposa, que te quiere mucho. Dentro de un mes habrá una gran fiesta y mi gorro de danza ya está muy viejo y a punto de romperse. No es fácil bailar bien cuando sabes que los demás te están mirando y pien san que debes de ser pobre porque tus ropas de gala dan pena'. "Mi esposa no me miraría directamente, pero podría volverse hacia el perro y decir: 'Chuka, como sabes que te quiero mucho, quizá podrías preguntarle u mi esposo si tenemos dinero suficiente para ir al mercado esta semana y comprar algunas plumas o botones bien bri llantes. Dile que si dispusiera de esas cosas, podría hacerle un cuello nuevo para su capa de danza y así se le vería muy elegante y orgulloso de sí mismo en la fiesta del próximo mes'. "Como los dos le hablan al peLTo, o están hablando a través de él, no tienen que encararse el uno con el otro. Eso signifIca que no tienen que enfrentarse a expresiones faciales que podrían indicar ira o resentimiento, las cuales a su vez podrían 'cargar' la atmósfera entre la pareja. Al perro no parece importarle, y los mensajes llegan a su desti natario sin haber sufrido ninguna deformación." En la mayoría de las culturas. cuando realmente queremos co municarnos con un perro siempre empleamos alguna forma especial de lenguaje. Todos sabemos que nuestro lenguaje cambia según las circunstancias. Existe un lenguaje formal que usamos cuando nos diri gimos a una autoridad o a un público, y ese lenguaje es más reservado y ceremonioso que el lenguaje que empleamos cuando hablamos con la familia y las amistades. De modo similar, cuando escribimos, nues tras frases tienden a contener más información y a emplear una gra mática y un vocabulario mucho más complejos que nuestro lenguaje hablado. Esto explica por qué, cuando lees un texto escrito en voz alta, suele sonar artificial, retorcido y ampuloso y nos parece totalmente distinto al lenguaje que empleamos en una conversación. Los psicólogos han descubierto que también existe una clase especial de lenguaje que utilizamos para dirigirnos a los niños peque ños. Se trata de un lenguaje simplificado, con muchas repeticiones y
que suele hablarse con un ritmo cantarín. A veces incluso utiliza mos un tono de voz más agudo de lo normal. Los investigadores han llamado a este lenguaje especial para los niños ll1atemés. ya que habitualmente es el lenguaje que usan las madres cuando se dirigen a su progenie. No obstante, el maternés no está limitado a las ma dres, dado que prácticamente todos los adultos. tanto hombres como mujeres. tienden a usarlo cuando se dirigen a un niño muy peque ño. Las psicólogas Kathy Hirsh-Pasek Y Rebecca Treiman demos traron que el lenguaje que usamos cuando les hablamos a los pe rroS es muy similar al maternés,l Yllamaron a esta forma de lenguaje
doggerel (maternés canino). El maternés canino no es el lenguaje formal que usaríamos en presencia de otros adultos. Cuando nos dirigimos a nuestros compa ñeros caninos, las frases que empleamos se vuelwn mucho más cortas. Cuando tengamos que hablarle a un adulto humano usaremos frases con una longitud media de entre diez y once palabras, mientras que cuando les hablamos a los perros esa longitud se reduce a alrededor de cuatro palabras. Con nuestros perros usamos muchos más imperativos u órdenes, como "Lassie, échate" o "Baja del sofá". Curiosamente, tam bién les hacemos el doble de preguntas que a los humanos, a pesar de que, como ya hemos visto, en realidad no esperamos ninguna respues ta. Esas preguntas no parecen buscar información Y básicamente son intercambios sociales de naturaleza trivial, como" ¿Qué tal te encuen tras hoy, Lassie?". Muchas de esas interrogaciones adoptan la forma de preguntas con coletilla, que es como llamamos a aquellas preguntas en las que hacemos una observación Y formulamos una pregunta al fmal de la frase. Un ejemplo sería: "Tienes hambre, ¿verdad?". El maternés canino se habla mayormente en presente, lo que significa que por lo general les hablamos a nuestros perros de lo que está ocurriendo ahora más que del pasado o el futuro. De hecho, las grabaciones demuestran que alrededor del 90 por ciento del maternés canino está en presente, es decir, un 50 por ciento más que en el habla de los adultos humanos. Además, hay veinte veces más probabilidades de que noS repitamos que cuando hablamos con personas. Esas repeti ciones pueden ser copias exactas, repeticiones parciales o alguna forma de paráfrasis. Un ejemplo de paráfrasis y repetición sería: "Lassie, eres una perrita muy buena. ¡Qué perrita tan buena eres!".Todas esaS ca racterísticas del maternés canino recuerdan al maternés. No obstante, existe un área donde la manera en que le hablamos a nuestros perros es muy distinta de la manera en que le hablamos a
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nuestros niños. La diferencia entre el maternés canino y e! maternés se hace obvia cuando se entra en el terreno de la deixis, que es el nombre técnico para aquellas frases que proporcionan una infor mación específica, como "Esto es una pelota" o "Ese jarrón es rojo". Generalmente se considera que esta clase de frases intentan educar a otro individuo. El maternés contiene muchas más frases de este tipo que el habla normal dirigida a los adultos, porque las madres intentan activamente enseñar el lenguaje y el entorno a sus hijos mientras hablan con ellos. El maternés canino, en cambio, sólo con tiene la mitad de frases de ese tipo. Obviamente, la mayor parte de lo que les decimos a los perros tiene como único objetivo para nosotros desempeñar una función social; que los perros aprendan algo de ello no parece preocuparnos demasiado. Una diferencia muy clara entre el maternés canino y cualquier otra de las hablas qt¡e usamos es nuestra tendencia a im.itar ocasional mente los sonidos que producen nuestros perros. Una noche fui a casa de una amiga y su perra de lanas apareció, se plantó delante de ella y soltó un seco ladrido que sonó algo así como "Buf". Ella replicó: "¡Qué buf ni buf, señorita! Te daré de comer en cuanto se hayan ido las visitas". Su "buf" en esta respuesta fue una imitación muy pasable del ladrido de su perra de lanas, y estaba claro que eso era lo que pretendía ser. Las madres rara vez im.itan los sonidos aleatorios del habla infantil, e imitar los sonidos o tonos de! habla que usa otro adul to probablemente sería considerado como una burla o un insulto. Por alguna razón, imitar los sonidos caninos es otro de los recursos que empleamos para mantener conversaciones con los perros. Cuando hablamos maternés canino, éste suena muy distinto al habla que usamos cuando nos dirigimos a personas maduras. Además de emplear un tono de voz más agudo, también damos mucho énfasis a las entonaciones ya todos los fraseas emocionales. Además, podemos usar muchos diminutivos, como "paseíto" por paseo o "bañito" por baño. Las palabras y las frases pueden ser modificadas para que no suene n tan formales, como cuando usamos palabras del estilo de" dale" o "venga". Así que si oyen decir a una mujer con voz cantarina "Dale, ya está aquí tu conúdita", lo más probable es que le esté hablando a su perro, aunque también hay una pequeña probabilidad de que se dirija a un niño muy pequeño. En todo caso, pueden estar razonablemente seguros de que no le está hablando a un adulto. Aunque no hay ninguna prueba de que el hablarle a un perro en maternés canino le ayude a entender lo que estamos diciendo, sí
hay muchas evidencias que sugieren que dirigirse a los perros hablan do de manera normal, decidida Ysignificativa mejora sus capacidades lingiiísticas receptivas. No me estoy refiriendo al tipo de charla que mantenemos cuando hacemos "vida social" con nuestros perros. La forma educativa de la conversación consiste en dirigirse deliberada mente al perro usando frases simples que anticipen actividades con cierta relevancia en su vida, como "Vamos a dar un paseo" o la forma interrogativa,"¿Quieres ir a dar un paseo?". Cuando nos disponemos a subir o bajar escaleras con el perro, decimos "arriba" o "abajo". Cuan do queremos que el perro noS siga a otra habitación, decimos "Vamos a la sala" y así sucesivamente. Dado que el propósito de este tipo de habla consiste en ampliar
el vocabulario receptivo del perro incrementando el número de pala
bras y señales que conoce, habóa que ser consistente y usar siempre las
mismas palabras y frases. Por ejemplo, antes de darle de comer, usted
podría decir "Hora de cenar", "La cena está lista"," A la mesa" o "La cena será servida en el comedor principal". Da igual qué frase emplee, con tal de que escoja una palabra o frase y la llse siempre. En cuanto el perro haya captado el concepto básico podrá introducir sinónimos, pero la coherencia desarrolla más rápidamente el vocabulario del pe rro. La idea es conseguir que el perro entienda que ciertos sonidos humanos predicen ciertos acontecimientos. Obviamente, siempre será más productivo que todos los miembros de la fanúlia utilicen las mis mas palabras cuando se dirijan al animaL El perro demostrará que está incorporando nuevas palabras a su vocabulario receptivo respondiendo de la manera adecuada. Después de preguntarle si quiere ir a dar un paseo, el perro puede ir hacia la puerta para esperar a que se la abran. La frase "Vamos a buscar tu frisbee" puede hacer que el perro vaya corriendo a la caja donde están guardados sus juguetes para encontrarlo y esperar a que se lo lancen. Cada frase empieza a provocar una acción en el perro que demuestra
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que la palabra ha sido aprendida. Existen algunos truCOS muy simples que pueden ayudar a mejo rar más deprisa la capacidad canina para entender el lenguaje. Siempre que le hable a un perro, acuérdese de pronunciar primero su nombre. El nombre del perro le indicará que e! sonido siguiente tiene un signi ficado aplicable a él.También es importante que cada palabra tenga un solo signifIcado. Por ejemplo, si usa la palabra "fuera" cuando quie re que el perro salga por la puerta, entonces na debería usar la misma palabra cuando quiera sacarle un objeto de la boca. La técnica
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pedagógica más útil (especialmente con perros jóvenes) es la que yo llamo autoadiestramiento, ya que ayuda al perro a aprender algunas ór denes básicas sin demasiado esfuerzo. Supongamos que usted tiene una perrita a la que le ha puesto el muy tradicional nombre de Lassie. Para enseñarle palabras mediante el autoadiestramiento, debe empezar observando atentamente las activi dades cotidianas de Lassie mientras interactúa con ella. Si ve que em pieza a venir hacia usted, debería decir "Lassie, ven" o, cuando empieza a sentarse, "Lassie, siéntate". Después de cada una de esas acciones elogiará a la perrita, igual que haría si hubiera respondido correcta mente cuando usó la palabra como una orden. Lo que está haciendo usted es unir una etiqueta a una actividad que el animal ya está llevan do a cabo. Los psicólogos llaman a esto aprendizaje de contigüidad. En muchos casos, basta con unas cuantas repeticiones de la palabra para identificar esa acciÓn en la mente del perro. Una vez establecida esa base, bastará con un pequeño esfuerzo adicional para que el perro responda a la palabra como una orden. El autoadiestramiento puede facilitar considerablemente el apren dizaje de palabras que implican acciones simples, y resulta particular mente útil cuando se quiere enseñar al perro el significado de palabras que describen actividades difíciles de controlar directamente.Yo utili zo esta técnica cuando enseño a mis perros los hábitos de limpieza en el hogar. Cada día los llevo por una ruta familiar. En cuanto el perro empieza a ponerse en cuclillas para evacuar, digo" Lassie, date prisa", y lo repito una o dos veces durante el proceso de evacuación. Después, el animal es elogiado como si acabara de hacer algo maravilloso. Pasa das una o dos semanas, la frase "Date prisa" empieza a tener un signi ficado: cuando el perro la oiga, empezará a husmear en torno a él buscando un sitio donde evacuar. Una versión similar del autoa diestramiento puede enseñar a un perro el significado de la palabra "descansa", la cual indica que se supone que debe permanecer quieto, manteniéndose lo más inactivo posible, en una región determinada de la habitación o la casa. Para enseñar esta palabra a un perro, espere a que se haya quedado quieto y entonces diga: "Rover, descansa". Des pués vaya hacia él y acarícielo mientras repite la palabra "descansa". No deberían hacer falta muchas repeticiones para que el perro empie ce a evidenciar que entiende la palabra. Pronto, cuando oiga la palabra "descansa",el perro buscará un sitio cómodo en el que pueda sentarse o acostarse pero desde el que pueda seguir observando las actividades que se desarrollan en la habitación.
Si su perro recela de los desconocidos, puede usar el autoadies tramiento para conseguir que se sienta más seguro de sí mismo. Para ello, necesitará la ayuda de algunas amistades y un montón de go losinas. Lleve al perro hacia alguien a quien no conozca y entré guel a esa persona una golosina para que se la dé al animal.]usto e antes de que le ofrezcan la golosina al perro diga "Lassie, di hola", y después repita la frase cuando el perro tome la golosina de la mano de la persona. Después de unas cuantas repeticiones, la frase "di hola" debería llegar a significar que la persona a la que el perro está a punto de conOcer tiene una golosina; esto producirá una respuesta emocional positiva en el perro. Con el paso del tiempo, la frase desarrollará un signifIcado más
general para el perro: que la persona con la que va a encontrarse es
amistosa y no amenazadora (incluso si en ese momento no lleva nin guna golosina encima). Hasta el momento, todo lo que hemos dicho pretende ayudar a los perros a entender el lenguaje humano. Pero si vamos a mantener una comunicación útil y significativa con nuestro perro, debemos apren der a pronunciar palabras en perruno.También necesitamos saber cómo evitar transmitir inadvertidamente mensajes en perruno que podrían minar nuestra relación con un perro. Un ejemplo de lo importante que es usar las señales adecuadas noS lo proporciona el psiquiatra francés Boris Cyrulnik/ que estudió la comunicación entre niños y animales analizando cuidadosamente fIlmaciones Y vídeos de sus interacciones. Una de las cosas que más le sorprendieron fue que los dos grupoS de animales que estudió (perros y ciervos) reaccionaban de manera más negativa y temerosa cuando interactuab:m con niños normales que cuando interactuaban con ni ños aquejados de graves problemas psicológicos, como el autismo o el síndrome de Down. Cyrulnik acabó llegando a la conclusión de que el problema estribaba en las señales que esos dos grupoS de niños enviaban a los animales. Cuando se aproximaban a un perro, Cyrulnik observó que los niños normales miraban directamente a los animales.Ya hemos visto que, en perruno, el mirar fijamente constituye una amenaza, por lo que mirar a los ojos al animal hace que el encuentro dé comienzo con un mensaje hostil. Después, los niños les sonreían. El problema era que la sonrisa que les dirigían no consistía en lIna discreta elevación de las conúsuras de los labios, sino que era una ancha sonrisa de boca abierta. Para el animal, esto significa que los niños acababan de ense nade los dientes, una señal bucal que sugiere claramente la amenaza de
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agresión. Otra reacción típica de los niños consistía en levantar los brazos y extenderlos hacia los perros. En perruno, esto es el equivalen te a que un perro se incorpore sobre las traseras para parecer mayor y más dominante y amenazar con un ataque. En la mayoría de los casos, los niños también les tendían las manos con los dedos extendidos. Prueben a hacer este pequeño expe rimento. Extiendan los dedos de una mano, y después vuélvanla hasta dejarla de lado y núrenh. La mano se parece mucho a una boca abierta llena de dientes. Después vuelvan la mano hacia su cara y obsérvenla desde delante. Desde el punto de vista del perro, esa mano no sólo podría ser una boca abierta, sino una provista de unos dientes impre sionantes y muy largos, y que además está dirigida directamente hacia él. Este gesto es una de las amenazas más claras que se pueden lanzar en perruno. Finalmente"y después de haber transmitido todas esas señales amenazadoras, por lo general los niños normales corren hacia el perro en una gran exhibición de afecto y entusiasmo. Desgraciadamente, para muchos perros esto es la gota que colma e! vaso, e! signo de que se está iniciando un ataque. Dadas esas observaciones del comporta miento infantil, no debería sorprendernos que muchos niños sean mordidos cada año por perros cuyas familias los describen como nor malmente amistosos y no agresivos. La auténtica sorpresa quizá sea que no haya muchos más niños mordidos, dado lo hostil de los men sajes que están transmitiendo en perruno. Cyrulnik descubrió que los niños con la capacidad mental re ducida actuaban de manera muy distinta. Evitaban mirar directamente a los animales, así que no habia amenaza inicial. Se movían más despa cio y en muchas ocasiones se aproximaban avanzando de lado, en vez de hacerlo de frente. A veces, incluso se movían en una especie de lento desplazamiento lateral. Cuando se disponían a tocar a los perros, tendían a mantener los brazos bajos y los dedos normalmente vueltos hacia dentro. De esta manera, la misma naturaleza de sus trastornos los volvía no amenazadores para los animales. En un caso que observó Cyrulnik, un par de perros comían de un plato cuando dos niñas, una normal y la otra con retraso mental, fueron hacia ellos. La niña normal iba delante y al extender las manos hacia los perros recibió un gruñido amenazador que la hizo retroceder de inmediato. La deficiente mental, no obstante, nunca miró directamente a ninguno de los dos perros.Avanzó lenta mente y apartó a los perros empujándoles e! trasero con la cabeza,
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comportándose de manera muy parecida a los cachorros cuando quie ren bloquear la agresividad de los perros adultos. Esto le permitió acer carse mucho a ellos, y entonces la niña se acostó en el suelo y les quitó el plato con mucho cuidado. Los perros toleraron esta conducta por que no había señales de amenaza Y ninguna señal asociada con impo siciones de dominio social adulto. Estos ejemplos noS demuestran que los perros leen el lenguaje corporal humano como si fuese perruno, e indican que los humanos pueden usar deliberadamente dichas señales perrunas para comuni carse con los canes. Supongamos que usted se encuentra con un perro nervioso o tímido de! que quiere hacerse amigo. Si ve que el perro empieza a comportarse de manera asustada, debería girar inmediata mente la cabeza y los ojos Ymirar en otra dirección. Después, vuelva e! cuerpo lentamente hasta que su costado quede dirigido hacia el perro. Todos sus movimientos deberían ser lentos y relajados. No vaya direc tamente hacia e! perro y siga una trayectoria oblicua, como si fuera a pasar junto a él, y recuerde que siempre debe mantener el cmtado vuelto hacia el perro. Cuando se encuentre cerca de él, pero no tan cerca como para incrementar el nivel de ansiedad del perro, debería arrodillarse. A veces ayuda fingir que se está interesado en algo que hay en el suelo, quizá tocándolo deb nte de usted. podría mirar el horizon r te o hacia un lado, pero nunca mire al perro directamente.Aho ;¡. saque lentamente una golosina, póngase!a en la mano ahuecada Ysepárela un poco del cuerpo. Su relación con el perro debería parecerse a la que muestra la seción superior de la Figura 20-1. Llegados a este punto, me gusta hablar despacio Ycon calma, produciendo sonidos tranquilizadores en un tono de voz un poco más agudo del que empleo normalmente. También intento usar el nombre del perro si lo conozcO. Esto parece surtir un efecto tranquilizador. Normalmente bastarán unos momen toS para que el perro vaya hacia usted. Incluso si siente un hocico frío en su mano, no vuelva la cabeza todavía. Espere a que el perro haya tomado la golosina y luego vuelva un poco la cabeza moviéndola muy despacio. Entonces puede ofrecer una segunda golosina mientras man tiene la mirada vuelta hacia su mano. No se precipite, y no intente acariciar al perro hasta que éste acepte su proximidad. Uno o dos minutOS deberían ser suficientes para pasar por todas estas etapas. Aunque un perro no muestre ningún temor al verlo venir,cuando se trata de un perro al que no conocemos siempre es preferible iniciar la ceremonia de saludo volviendo e! costado hacia él. Debería evitar mirarlo directamente a la cara y mantener los ojos dirigidos hacia el
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que no muestra miedo o una reacción defensiva.
horizonte.Si ofrece una golosina o la posibilidad de ser olisqueado, hágalo separando la mano del costado y asegúrese de que mantiene los dedos juntos y vueltos hacia la palma. La sección inferior de la figura 20-1 muestra esta típica posición de saludo. Al igual que en el caso del perro tímido, hablarle al perro con suavidad y usar su nombre siempre parecen ayudar. Incluso el simple acto de acariciar al perro tiene significados perrunos. Si acerca la mano al perro de tal manera que quede por encima de su cabeza, éste podría interpretarlo como una señal de do minio en potencia, similar a incorporarse sobre las patas traseras o ponerle la pata encima a otro perro. Cuando acaricie a un perro, su mano debería partir de bastante abajo y empezar acariciando el pecho, para luego ir subiendo hacia la cabeza y evitar así cualquier señal do minante o desafiadora. Supongamos que se ve amenazado por un perro. Si el perro muestra toda la pauta de amenaza -boca abierta, dientes al aire, encías al descubierto, pelaje erizado-, tendrá que encontrar alguna manera de comunicarle que usted no representa ninguna amenaza para él. Da igu;¡1 que el perro se esté comportando de manera agresiva porque es dominante y está seguro de sí mismo y se siente desafiado por alguna razón, o si le está amenazando porque tiene miedo y se siente insegu ro. Incluso si la posición de la cola y las orejas sugiere que la agresión está motivada por el miedo, usted no debería bajar la guardia, porque los perros inseguros y asustados muerden a muchas más personas que los animales dominantes. Cuando un perro está expresando una amenaza, lo primero que usted tiene que recordar es que no debe darse la vuelta y echar a correr, porque eso activará la respuesta de persecución del perro. Su reacción a esa señal debería consistir en bajar la mirada hacia un lado y parpadear una o dos veces. Éstas son respuestas de sumisión apaciguadoras. Abra un poco la boca, lo cual indica una cierta contraamenaza, para sugerir que responderá a cualquier agresión si el perro la inicia. Después dé unos cuantos pasos atrás, sin apresurarse sin mirar a los ojos al perro en ningún momento. Si puede controlar su respiración lo suficiente para ello, vuelva un poco más la cabeza e intente bostezar o diga algo tranquilizador en un tono bastante agudo. Cuando se haya alejado un poco, vuélvase de manera que su costado quede dirigido hacia el perro. Si éste va hacia usted, encárese nueva mente con él y luego dirÍjale otra serie de parpadeos lo más exagera dos posible, baje la mirada hacia un lado y continúe retrocediendo
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lentamente. Si el animal no muestra un incremento en el nivel de excitación y no hay ningún cambio amenazador en su conducta cuan do vuelva el costado hacia él, entonces puede irse caminando lenta mente. Evite que sus ojos se encuentren directamente can los del pe rro e intente moverse de una manera 10 más relajada y natural posible. Algunas personas han sugerido que la mejor manera de evitar la agresión y asegurarse de que su perro le obedezca es adoptar actitudes del comportamiento canino para que su perro sepa que usted es "el jefe de la manada". La idea consiste en usar medid:ls tan dominantes y punitivas que el perro nunca desafie su autoridad. En épocas anterio res, puede que hasta la década de los veinte, el adiestramiento de obe diencia canino era conocido como" domar al perro". Entre las décadas de los treinta y los cincuenta aún era posible comprar "fustas para perros" y Correas cuya asa podía utilizarse como un látigo. En respues ta a la creciente preocupación pública por los malos tratos de que eran objeto los animales,' la fusta para perros fue sustituida por el collar de presión y el tirón correctivo Con la correa. Conforme íbamos conociendo mejor las conductas de los canes domésticos y salvajes, algunos adiestradores de perros empezaron a sugerir que los perros podían ser castigados por cualquier desafio a la autoridad humana empleando las mismas conductas que emplean los cánidos más dominantes en estado salvaje. Desgraciadamente, muchos de sus intentos de usar las señales del perruno no podían ir más desencaminados. Por ejemplo, algunas personas se fijaron en la forma en que los perros adultos se dirigían los unos a los otros cuando se enfurecían. Si el conflicto no podía resolverse, un miembro de la pare ja enfrentada podía morder al otro en la nariz o las orejas. Se sugirió que, para imponer el dominio, el amo humano debía morder al perro de la misma manera. Tratar de morder en la nariz a un perro mediano o grande es pura y simplemente una locura. Si el perro está furioso, su boca y su hocico están mucho mejor diseñados para infligir daños que los de un humano. ¡Les aseguro que nunca ofreceré mi cara como blanco fácil tratando de morder en la nariz a un perro grande que esté furioso! Morder al perro en la oreja es otra insensatez. Una vez más, al perro no le costará nada volver la cara Yresponder con sus dientes, que son mucho más grandes y afilados. Además, la oreja del animal puede quedar dañada o desfigurada de manera permanente. También están las consecuencias legales, ya que algunas personas han sido acusadas de infringir las leyes de malos tratos a los animales después de haberlas sorprendido mordiendo a sus perros. Lo peor de esta estrategia es que
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lv no funciona. Para los perros, morder es lo que queda cuando la comu nicación fracasa. Es el último recurso, cuando las señales del perruno
han sido incapaces de resolver un conflicto. En sí mismo, morder no es
ninguna señal comunicativa. El famoso etólogo Konrad Lorenz sugirió que podíamos ense ñar disciplina a los cachorros agarrándolos por el cogote y sacudién dolos. Este método se basaba en la observación de que a veces las perras adoptan esa conducta con un cachorro especialmente revoltoso. Algu nos adiestradores llevaron el concepto un poco más allá y propusieron que se le hiciéramos a los perros adultos para informarles de que no
toleraríamos los desafíos a nuestra autoridad. Si e! perro es 10 bastante
grande, habrá que agarrarlo por los pliegues de piel de los lados del cuello, mirarlo a la cara y zarandearlo violentamente. Esta maniobra pondrá fin a la violencia, pero no porque sea una señal en perruno. Más bien constituye un nivel superior de violencia, y e! resultado es que "gana e! más fuerte". Esto es coaccionar, no comunicarse. Más recientemente, algunos adiestradores han aconsejado utili zar e! "giro alfa". Observaron, muy correctamente, que un perro su miso indica su subordinación y que está dispuesto a someterse a un perro más dominante echándose sobre la espalda y exponiendo la par te inferior de! cuerpo. Así pues, razonaron, podemos usar esta señal para dejar claro que somos los jefes de la manada y ocupamos una posición dominante. La idea era acostar al perro sobre la espalda por la fuerza y, si intentaba moverse, sujetarlo y gruñirle. En este caso, la interpretación de la señal es correcta, pero la estrategia no. Cuando dos perros interactúan, nunca verán al perro dominante obligando al perro sumiso a echarse sobre la espalda. El perro sumiso adopta esa postura por sí solo, después de haber reconocido el dominio del otro perro. Obligar al perro a que se eche sobre la espalda es el equivalente a que un padre recurra a la fuerza para obligar a su hijo a decirle "Te quiero". Aunque pueda haberle arrancado las palabras, el uso de la fuerza no hará que la declaración sea cierta. El niño puede decir 10 que se espera de él, pero seguirá detestando al padre. Obligar a un perro a que adopte una posición de sometimiento es el equivalente en perru
no a esa escena. Peor aún, esta técnica puede enfurecer al perro hasta el
extremo de provocar un ataque.
Obligar a un perro a ejecutar el giro alfa, o zarandearlo, cons tituye una agresión fisica. La agresión fisica no es comunicación. Si hay una buena comunicación, esas confrontaciones no tienen por qué llegar a ocurrir.
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Controlar a nuestro perro es algo que se consigue mediante la combinación de dos factores. El perro debe aceptar que usted es e! perro Alfa y el animal tiene que querer complacerle. Eso requiere equilibrar los mensajes. Debe comunicar que es usted dominante y el jefe de la manada, pero también debe asegurarle al perro que es aceptado y que tiene derecho a disfrutar de una vida tranquila como miembro de "su manada". Este libro no es el medio adecuado para analizar a fondo el tema de! dominio canino, pero existen unas cuantas reglas que garantizan que e! perro entienda quién manda en la manada. El perro Alfa controla los recursos, ya se trate de la comida, la ocasión de jugar o cualquier otra cosa. El perro nunca debería obtener nada "gratis". Exigirle que haga algo antes de que consiga lo que quiere, incluso si se trata de algo tan simple como sentarse o echarse antes de que reciba una golosina o una palmadita en la cabeza, expre'sa dominio sin indicar amenaza o agresión. Lo que el perro está aprendiendo en esas situaciones es que debe res ponder a sus mensajes. Como jefe de la manada, usted lo recom pensarácon las cosas que desea. Si cree que debe "gritar" en perru no el mensaje de que allí manda usted, haga que el perro se esté quieto o permanezca sentado junto a usted y ponga la mano o el brazo sobre la espalda. Esto es el equivalente a que un perro im ponga su dominio poniendo la cabeza o la pata sobre las paletillas de otro animal. Si su perro se resiste a esta señal, es que todavía no está realmente convencido de que usted sea e! jefe. Hasta ahora, nos hemos concentrado única y exclusivamente en hablarle al perro y conseguir que el perro nos hable a su vez. ¿Qué ocurre cuando queremos que el perro deje de hablar? Por ejemplo, en una ocasión me hallaba en una clase de obediencia canina para principiantes cuando un border collie llamado Richard empezó a ladrarle a la hilera de perros sentados al otro extremo de la sala. Normalmente, no presto mucha atención al ladrido ocasio nal de un perro, pero en aquella ocasión el nervioso colIie ladraba cada vez más fuerte y, en esa pequeña sala, sus ladridos empezaban a resultar bastante molestos. El dueño de Richard empezó a chillar frenéticamente: "¡No! ¡Para de una vez!". Desgraciadamente, con eso hizo justo lo que no debía hacer. AqUÍ tenemos una situación en la que el amo del perro simple mente no entiende las reglas básicas del perruno. Para un perro, pala bras cortas como "¡No!", "¡Calla!", "¡No ladres!" dichas secamente y en voz alta suenan igual que ladridos.Véanlo desde esta perspectiva. El
perro ladra para indicar un posible problema. Entonces usted (que se supone que es el líder de la manada) va y también se pone a ladrar. Esto indica con toda claridad que usted está de acuerdo en que es el momento apropiado para dar la alarma. Richard leyó la situación de esa manera Ysus ladridos se volvieron realmente frenéticos. Con e! nivel de ruido subiendo rápidamente, otrOS núembros de la clase empezaron a núrar a su alrededor esperando que se hiciera algo para calmar la conmoción. El instructor (llamémosle George) respondió a aquella presión. Había aprendido unas cuantas cosas sobre comunicación canina y decidió usar una amenaza dominante para poner fm a aquel clamor. Su intento de hacer callar al perro consistió en núrarlo directamente a los ojos de manera acusadora. Richard echó las orejas hacia atrás sunúsamente Y bajó el cuerpo para demostrar que reconocía la amenaza. Dejó de ladrar. Desgraciadamente, aquel mo mento de silencio no duró demasiado. De hecho, sólo duró hasta que George apartó la nÚrada. En cuanto el contacto visual quedó inte rrumpido, Richard empezó a ladrar nuevamente. George perdió la paciencia. En vez de considerar el ladrido como una comunicación, decidió que se encontraba ante una "situación" que requería adiestra núento y un correctivo inmediato. El siguiente intento de George consistió en sujetar al perro y colocarlo en una posición sentada junto a su pierna izquierda. En cuanto Richard soltó el primer ladrido, la mano derecha de George subió velozmente por debajo del hocico de Richard, propinándole un bofe tón que le juntó las mandíbulas por un momento Yluego, con idéntica rapidez, la mana volvió al costado de George. La escena se repitió un par de veces: ladrido, bofetón, silencio; ladrido, bofetón, silencio. Cuando Richard volvió a quedarse callado, George se puso nuevamente al frente de la clase. Por supuesto, Richard reanudó sus ladridos tan pronto como se encontró fuera del alcance de George. Se ha recurrido a muchas técnicas para hacer que los perros dejen de ladrar. He visto usar pistolas de agua Y rociadores, tanto de agua como de zumo de limón, bozales, cinta adhesiva, revistas enrolla das, latas llenas de guijarros y collares eléctricos. A veces surten efec to... y en muchas ocasiones, no. Incluso cuando dan resultado, esOS métodos tienden a ser violentos Y pueden dañar la relación entre pe rrO y amo. El perro está ladrando para comunicar algo que cree rele vante para la manada. Puede estar percibiendo un peligro y tratando de advertir a sus compañeros. Puede estar detectando una incursión en el territorio de la manada y creer que está defendiendo el hogar
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común. Cualquiera que sea la razón, el perro cree que actúa por el bien de aquellos a los que quiere. Imagínense lo que le pasa por la mente cuando este acto de devoción es recibido con violencia. Tiene que ser algo muy parecido a lo que sentiría una persona si viera salir humo de un edificio y fuera a advertir a sus amistades de que deberían evacuarlo, para recibir un puñetazo en la cara y oír cómo le decían que se callara. Ese tipo de acciones agresivas siempre dañan las relaciones futuras. Además, esos "correctivos" agresivos sólo proporcionan una solución temporal a un problema que puede resolverse Iacilmente si entiendes las pautas de comunicación de los perros. Ya sabemos que, aunque los cánidos salvajes no ladran mucho, cuando son pequeños sí que lo hacen. En la seguridad del área del cubil, ese ruido es inofensivo, pero a medida que los cachorros crecen y empiezan a acompañar a los adultos en las cacerías, esos ladridos se vuelven contraproQucentes. Un cachorro o un lobo adolescente que ladren en el momento inadecuado pueden alertar a las posibles presas de que la manada anda cerca. Los ladridos también podrían atraer la atención de otros depredadores más grandes, que podrían haberse afi cionado a la carne de lobo. Para evitarlo, se ha desarrollado una pauta de comunicación. Obviamente no uúliza ninguna señal sónica, dado que lo que pretende es poner fin al ruido. Esto significa que un lobo no hará que otro deje de ladrar ladrándole a su vez. La señal para dejar de ladrar tampoco puede emplear una agresión directa contra el indi viduo que está haciendo ruido. Morder al individuo que ladra causaría chillidos de dolor, gruñidos o carreras para huir de la violencia fisica o responder a ella. Todo ese ruido y agitación tendrían tantas probabili dades de alertar a otros animales como los ladridos originales. Así pues, el método para pedir silencio debería ser relativamente silencioso y excluir la agresión física. El procedimiento desarrollado por los cánidos salvajes para poner fin al ladrido es muy simple. El jefe de la manada. la madre del cachorro o cualquier miembro de la manada al que el indivi duo esté obviamente subordinado pueden emitir la señal que pide silencio. Para que el revoltoso deje de ladrar, el animal dominante le pone la boca encima del hocico sin llegar a morder y después suelta un corto gruñido gutural. El gruñido no se oirá a mucha distancia y dura muy poco. La boca puesta sobre el hocico no está infligiendo dolor, por lo que no hay chillidos ni intento de escapar. Habitualmente. el silencio seguirá de inmediato a la ~~ñaJ. Esta maniobra puede verse en la Figura 20-2.
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Los humanos pueden imitar esta conducta y usarla para decirle a un perro que deje de ladrar cuando lo tienen cerca. Con el perro sentado a su izquierda, deslice los dedos de la mano izquierda por debajo del collar en la parte de atrás de! cuello de! perro.Tire de! collar con la mano izquierda mientras su mano derecha se curva sobre el
hocico del perro y presiona hacia abajo. En un tono de voz lo más
impasible Y tranquilo posible, limitese a decir "Calla". Repita esta
maniobra de silenciamiento siempre que sea necesario. Dependiendo
de la raza, pueden hacer falta entre dos y una docena de repeticiones
para que e! animal asocie ese "Calla" ordenado con voz suave y tran quila con el poner fin a los ladridos.
Lo que usted ha hecho en este caso es copiar de modo efectivo
la manera en que el jefe de la manada hará callar a L1n cachorro o a otro miembro. Su mano izquierda en el collar sirve para inmovilizar la cabeza. Su mano derecha cumple la misma [unción y comunica el
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mismo mensaje que la boca de! jefe puesta sobre e! hocico del animal que está haciendo ruido. El "Calla" dicho en voz baja y tranquila imita e! corto gruñido gutural. Volvamos a la clase de obediencia y al collie que no paraba de ladrar. Le indiqué a George que yo pondría fin al jaleo que armaba Richard, que ladraba como un energúmeno cuando me detuve junto a él. Usé la señal de silencio que acabo de describir y en voz baja dije "Calla". Richard sólo necesitó tres repeticiones de esta acción para dejar de ladrar aquella tarde. Luego me enteré a través de su adiestra dor de que, una semana después, bastaba con un "Calla" dicho en voz baja para que dejara de ladrar. No obstante, asegúrese de que sólo utiliza este procedimien to para hacer que un perro deje de ladrar cuando el ladrido sea innecesario como durante una clase de obediencia o en un lugar público. Recuerde que hemos criado a los perros precisamente para que ladren, por lo que si su perro da la alarma cuando ve venir a un desconocido o simplemente cuando hay un gato frente a la venta na, usted no debería corregir esa conducta. Si no hay ninguna cau sa que justifique esa actuación, llámelo y hágale una rápida caricia. Al ladrar, su perro se está limitando a hacer aquello para lo que lo diseñamos hace millares de años. Probablemente, lo mejor que se puede hacer es dejar la ladra a los perros y que los humanos no intentemos imitar deliberada mente esos sonidos. Linda Cawley, una abogada, cuenta que en una ocasión tuvo que actuar como defensa en un caso de ladridos mo lestos. El acusado, sin embargo, era un humano, no un perro. La situación surgió en Lakewood, Colorado. El acusado se encontraba en su patio trasero cuando el perro del vecino empezó a ladrarle. Aque! hombre obviamente no entendía el principio canino de que "ladrar engendra más ladridos" y pensó que podría hacer callar al perro devolviéndole los ladridos. El perro ladró, el hombre le ladró a su vez, el perro ladró más enérgicamente, el hombre ladró más fuerte y acabó estallando lo que fue descrito como una auténtica guerra de ladridos. Esta clase de conducta se prolongó durante va rios días, y los dueños del perro empezaron a ponerse bastante ner viosos. En vez de hacer algo para silenciar a su perro, lo que hicie ron fue presentar una demanda legal contra e! hombre. ¡Parece increíble, pero aquel vecino fue acusado de crueldad animal por que molestaba al perro! Nadie quería darse por vencido. El perro continuó ladrando, el hombre continuó ladrando y los engranajes
de lajusticia empezaron a girar. El caso llegó a los tribunales. Cawley, que está especializada en legislación animal, defendió al hombre. "Basé mi defensa en que se estaba atentando contra la liber tad de expresión de mi cliente", dijo Cawley. Aquel hombre tenía derecho a expresar sus opiniones, y Cawley opinaba que el lengua je que había usado para hacerlo, en la intimidad de su propio patio trasero, era irrelevante. El juez estuvo de acuerdo con ella y absol vió al acusado, confirmando así el derecho de las personas a ladrar como medio de expresión personal.
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Una última cuestión
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Hay un sonido que emiten los perros y que no he incluido en mi estudio de las vocalizaciones del perruno. No lo he hecho porque es un sonido automático que probablemente ni la evolución ni los dioses tuvieron nunca intención de que formara parte de la comuni cación, pero que para mi ha llegado a tener significado. Es el sonido que producen al respirar. De noche, cuando me voy a dormir, mi viejo perro Wiz se echa en la cama junto a mi, mientras que Odín se acuesta sobre encima un almohadón puesto en el suelo cerca de mi cabeza. Al otro extremo de la habitación, mi cachorro, Dancer, que todavía está aprendiendo los hábitos de limpieza doméstíca, duerme en su perrera de alambre. Oigo la suave y lenta respiración del gran perro negro, la más rápida y entrecortada del cachorro anaranjado y los ocasionales resoplidos y ronquidos del viejo perro blanco. Mientras escucho esos suaves soni dos, pienso en algún hombre primitivo, yaciendo en una caverna o un tosco refugio, descansando sobre un lecho de pieles o paja. Aquel hom bre vivía en un mundo hostil y peligroso. Las armas eran primitivas; los
recursos, frecuentemente escasos, y había cosas amenazadoras que se movían en la noche. Ese antepasado, muerto hace mucho tiempo, tam
bién tenía perros que yacían junto a él mientras intentaba dormir. Sus
perros producían esos mismos sonidos al respirar yesos sonidos tenían
un significado. No eran una mera parte del lenguaje de la naturaleza:
eran los sonidos de la seguridad y el confort, una declaración del con
trato a perpetuidad del perro con los humanos.
"Estoy aquí contigo -decía la respiración del perro-o Nos enfrentaremos a esta vida juntos. Ningún intruso o bestia salvaje podrá
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r, acercarse a ti sin ser detectado porque yo estoy aquí, y seré tus ojos y tus oídos. No te ocurrirá nada malo porque yo estoy a tu lado para advertirte, y para defenderte si es necesario. "Mañana cazaremos juntos. Mañana reuniremos a los rebaños juntos. Mañana compartiremos la luz del sol. Exploraremos este mun do juntos. Reiremos juntos. Jugaremos juntos. a pesar de que ya no somos niños. "Si las cosas no van bien, te consolaré cuando estés triste. Nunca volverás a estar solo. Te lo prometo. Soy tu perro, y te cantaré esta promesa, y te la susurraré por la noche, cada noche, con mi aliento. Puedo oír esas palabras en los suaves sonidos de la respiración de nús perros y, al igual que nú antiguo antepasado, las entiendo y me siento confortado por ellas. En lo más profundo de nú ser sé que si el lenguaje de los perros fuera tan linútado que éste fuese el único men saje que pudieran tr~nsnútir, seguiría bastando con él.
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APÉNDICE
Diccionario visual
y Glosario de frases perrunas
En este libro he intentado reunir una amplia gama de signos y señales que puede utilizar para interpretar lo que está diciendo su pe rro. Este Apéndice recopila los temas y signifIcados principales de la comunicación canina. Consta de dos secciones. En primer lugar hay un Diccionario visual que muestra imágenes de algunas posturas Y expresiones faciales típicas de tal manera que, cuando las vea, podrá hacerse enseguida una idea general de lo que está comunicando el perro. En segundo lugar hay un Glosario de frases perrunas que toma una por una las señales más importantes -basadas en sonidos, ex presiones faciales, señales hechas con los ojos y las orejas, posicio nes de la cola y lenguaje corporal geI1eral- y las interpreta en términos de lenguaje humano cotidiano. Además, bajo el encabe zamiento "Condiciones YEmociones", he intentado dar una cierta idea del estado psicológico subyacente o de las circunstancias Y acontecimientos que pueden desencadenar dichas señales. En con junto, estos datos pueden ayudarle a entender mejor lo que su pe rro intenta decirle a otros perros y a las personas.
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DICCIONARIO VISUAL
DOMINIO I AGRESiÓN
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Orejas hacia adelante (pueden estar ligeramente orientadas a los lados formando una gran "V")
Orejas erguidas ./ (no hacia adelante)
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Cola baja y relajada
Cabeza alta
Postura relajada, con el peso firmemente apoyado en Jas patas
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Patas rígidas el cuerpo ""\i~ ligeramente inclinado
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Este conjunto de señales las emite un perro relajado y razonablemente contento que no se siente amenazado por ninguna de las actividades que euán ocurriendo en su entorno inmediato.
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L:el co Ia esLd. rlgida pero se la puede ver
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verticales
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Cola erguida y enzada
La frente puede mostrar arrugas
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hacia adelante
Estas señales son emitidas por un animal muy dominante y seguro de si mismo que tanto expresa su dominio social como amenazar con la agresión si éste es desafiado.
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ALERTA Y ATENTO
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MIEDO IAGRESIÓN
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(Amenaza defensiva) Orejas vuelcas hacia adelante __ (pueden temblar si está ~ tratando de captar un sonido) ", ' "', Oj.os muy ,'.,' s~ abiertos o', ....... ' ....
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Cola horizontal (no rigida o erizada)
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Ligera inclinaCión hacia adelante con el peso apoyado en las garras
Cuando algo interesante entra en el entorno o es deteCtado, estas señales comunican que el perro le está prestando atención y está alerta,
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. Comisuras de la boca hacia atrás
Este conjunto de señales comunica que el perro esú asustado pero no quiere mostrar sumisión y puede atacar si se lo acosa. Estas señales van directamente dirigidas al individuo que lo amenaza,
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!
322 CONVEME
DICCIONARIO VISUAL
CON SU PERRO
323
I
MIEDO EXTREMO / SUMISiÓN TOTAL
TENSiÓN Y ANSIEDAD
(Sumisión pasiva)
0"'....\ ..,,.
Cuerpo bajo
~
Cabeza girada para evitar
Y·'T4.
la espalda para e"poner \ el est6mago y la garganta
~
el contacto ocular directo
Orejas echadas hacia atrás y
pegadas al cráneo \
Se echa sobre
Ojos parcialmente cerrados
··r~~ Cola entre las patas
Jadeo rápido
~
..~ ""/
. ~ - Nariz
y frente
lisas
con las
comisuras
de la boca
~'~
hacia atrás
Sudoración en las almohadillas
'''::¿~~~,_
Puede
eVacuar una~
cuantas gOtaS de orina
Éste es el conjunto de señales que comunica que un perro está muy tenso. El origen de la tensión puede ser social o ambiental y las señales no se dirigen a ningun individuo determinado.
Este conjunto de señales indica rendición y sumision totales. El perro e"presa su estatus inferior y se humilla ante el animal de rango superior para apaciguarlo y evicar el enfrentamiento.
"REVERENCIA DE JUEGO"
MIEDO I SUMISiÓN Cola erguida --....
(Sumisión activa)
Contactos
Orejas hacia atrás
~ Cola baja (puede menearse
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oculares breves
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-------e indirectos
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Lame la Cara del perro dominante o el aire
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I puede La co a n amplio mostrar u
Pata levantada
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Frente lisa
Cuerpo bajo
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Normalmente el perro sólo mantendrá
esta posici6n
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un momento antes
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F , . ,<. f: J ':.""i. '.
A
Ia Ie ngua puede mostrarse
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dirección al azar
i1t:,,:-.
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Puede dejar huellas sudorosas
Este conjunto de señales comunica que el perro tiene un poco de miedo y ofrece signos de sumisi6n. La mayorla de estas señales pretenden apaciguar al individuo de un estatus social
tsta es la invitación a ¡ugor básica. Puede ir acompañada por ladridos de e"citaci6n o ataques Y retiradas fingidas. y puede utlizarse como "signo de puntuación" para indicar que cualquier
superior para evitar nuevos desafíos o amenazas.
brusquedad anterior no pretendia ser ninguna amenaza.
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GLOSARIO
DE FRASES PERRUNAS
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Esta recopilación de las principales señales usadas por los perros en su comunicación no es completa, dado que existen muchísimos matices de significado. Las he ordenado según el sistema empleado para transmitir la señal. De esta manera, hay secciones separadas para señales sónicas (divididas en ladridos, gruñidos, gemidos y gimoteos) y señales visuales (divididas en señales oculares, bostezos, señales faciales, señales con la cola y lenguaje corporal). En muchos casos, una señal debe leerse en conjunción con otras para determinar el significado sin dejar lugar a ambigüedades. He incluido un equivalente en lenguaje humano cotidiano para la mayoría de las frases. Los equivalentes pretenden dar una idea de la naturaleza de la comunicación pero, en muchos casos, otras frases tam bién podrían servir. La sección sobre "Condiciones y Emociones" le ayudará a desarrollar esos signi.ficados alternativos y le permitirá ha cerse una idea de cuáles son los sentimientos y acontecinúentos que desencadenan la comunicación. Además, he incluido unas "Reglas Generales" dentro de las sec ciones. Todas las señales pueden modificarse para añadirles un conte nido agresivo, apaciguador o tranquilizador o para indicar una mayor excitación y nerviosismo subyacentes en el mensaje. Todas estas frases pertenecen al lenguaje productivo canino y representan señales producidas por los perros que nosotros, como hu manos, podemos interpretar. Los aspectos del lenguaje humano que un perro sea capaz de entender dependerán de su experiencia indivi dual con el habla y el lenguaje corporal humanos, por lo que no pue den relacionarse aquí. Espero que esta lista contribuirá a que usted y su perro puedan entenderse mutuamente.
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GLOSARlO DE FRASES PERRUNAS
327
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CONVEW-E
CON SU PERRO
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I
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SEÑAL SÓNICA
SIGNIFICADO EN LENGUAJE HUMANO
CONDICIONES y/o EMOCIONES
~
SEÑAL SÓNICA
SIGNIFICADO EN LENGUAJE HUMANO
CONDICiONES '( /0 EMOCIONES
LADRIDOS (continuación) LADRIDOS
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Series rípidas de 3 o 4 ladridos con pausas intermedias (tono medio),
"Agrupaos, Me parece que deberíamos ir a echar un vistazo."
Llamada de alerta que sugiere mís interés que alarma.
l.
Ladra rápida (tono medio).
"¡Llamad a la manada!" "¡Alguien estí entrando
Ladrido de alarma básico, El perro estí alerta pero no inquiew. Se inicia por la aproximación de un desconocido
,
en nuestro terrüorio!"
"Puede que pronto tengamos que actuar."
Ladrido-tartamudeo ("¡ar-Rum")
"Juguemos."
Ladrido crecíente \
"¡Esto eS muy divertido' "¡Venga, vamos!"
Habitualmente se emite con las patas planas sobre el suelo y la parte posterior del cuerpo elevada como invitación al juego. Ladrido de excitación durante el juego o en espera de él, como cuando el amo va a tirar la pelota,
o un acontecinüento
imprevisto. Es mís insistente que el ladrido entrecortado anterior.
Ladra continuada (un poco mJs lenta yen tono más bajo),
"Hay un intruso [o peligro) muy cerca.''''¡Preparaos para defenderos!"
Ladrido más preocupado que el de alarma, que perci be una anlenaza inminente.
Larga serie de ladridos
"Estoy solo y necesito compalihl." "¿Hay alguien ahí?"
Normalmente es causado
solitdr1oS con pausas
entre cada uno.
por O
el
aislamiento social
el confmamiento.
Típica señal de saludo o
Uno O dos ladridos secos y cortOS (tono alto O medIo) no muy potentes
"¡Eh, hola!" "Te veo:'
Un solo ladrido seco, corto y potente (tono medio bajo),
"¡Para ya!" "¡Atrís!"
Ladrido de irritación cuando el animal estaba durmiendo y algo lo despierta, le tiran del peJo, etcétera.
Un solo ladrido seco, corto y de potencia moderada (tono mís alto).
"¿Qué es eso?" "¿Eh?"
Indica sorpresa o sobresalto,
Un solo ladrido, emitido de manera mJs deliberada y no tan seco o cono como los anteriores (tono medio a medio alto) que puede sonar un poco forzado O artificial.
"iVen aquí!"
reconocinuento, provocada
por la llegada de, o la visión de, una persona conocida,
Suele ser una expresión aprendida que intenta
Rr.~I'15 GCHrrale; pam lO! ¡,,,J,id,,;; _ UII ,,"11 g",,,e siJillifl(" '/'1/II;lIio o a"'CHaza y 11111' agll,J,' illdiea ill;rgllridad " ",ied", 1 _ Clhlllft /lliís riÍJ'idc.1 SCI1 d ritlllO, III(1)'OT es fa rxcittlCil"l }' el nuviojis/tlo. 1 GRUÑIDOS
Suave, tono grove (parece proceder del pecho)
Gruñido-ladrido ("Grrrrr-Ruff" grave)
Gruñido-ladrido (tono medio alto)
Gruñido ondulante (el tOno sube y baja)
obtener un01 respuesta hunl,;)na como abrir una
"¡Atrás'" "¡Cuidado!"
"¡EstoY lTIUY nervioso y si me presionaslllcharé!" "¡Compañeros, agrupaos juntO a mi par.! defendernos'"
"¡Me ;:ISustdS, pero si nle obligas me defender,;l"
"¡Estoy aterrorizado!" "Si me atacas quizá luche, 1 pero también podria salir huyendo,"
D~ un perro dotninante
está irritado o exige que otros se aparten,
q\.le
Signo de irritación un poco menos donünante con la insinuación de que se agradecería la ayuda de otros miembros de la manada. Amenaza con preocupación emitida por un perro que no está muy seguro de sí n1isn1u pero usará };:I agresión si se le obliga, Sonido temeroso-agresivo de un perro muy inseguro,
puerta, dar comida, etcétera.
Re.~"I.' GCPlerales para ,,,, g,,,,,idos:
• UII 10/10 grave si.~"U¡(" domi"io o alllellllZa y "'"' ,t~lIdo illdiúl ill.,egllridad " ,,,ied,,,
_ellalllO más fremelll ; sean las ''!lriad,,"rs o (a",bil's (FI el to"o y el riltrlO del g""iid", IlIás i".«g"r"
e sr sicflte el perro.
1
328 CONVEro-E
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CON SU PERRO
·GLOSARlO DE FRASES PERRUNAS
329
;"
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\ SEÑAL SÓNICA
SIGNIFICADO EN
CONDICIONES y/o
LENGUAJE HUMANO
SEÑAL SÓNICA
EMOCIONES
SIGNIFICADO EN
CONDICIONES Y/O
LENGUAJE HUMANO
EMOCIONES
~~~. k.
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AULLIDOS Y DICHA GEMIDOS. GIMOTEOS, GAÑIDOS, LATIDOS y CHILLIDOS (continuación)
Chillido-aullido
("yip-yip-yip-aullido". con el aullido prolongado)
"Estoy soJa." "¿Hay alguien ahí?"
Aullido (a menudo sonoro y prolongado)
"¡Estoy aquí'"
Ladrido-aullido ("RufT-rufT-aullido")
,
Provocado por el aislamiento de la familia y otros perros. Los perros usan este sonido para anunciar su presencia, para relacionarse a distancia y para declarar que ése es su territorio. Aunque a un humano puede parecerle lleno de tristeza, el perro está perfectamente.
"¡Éste es mi territorio!" "Oigo tus aullidos."
"Estoy triste y solo.'''·¿Por qué no viene alguien a hacerme compañía?"
Dicha
Sonido lastimero de un perro que está solo y aislado y teme que nadie responda a su llamada.
"¡Seguidme!"
Lbmada de caza de un perro que ha en can trado el rastro, está siguiendo a la presa y quiere asegurarse de que el resto de la manada estará cerca por si necesita ayuda.
"¡Venga, todos a una!" "¡He encontrado el rastro, así que no os alejéis de mí'"
Gimoteo suave
Gimoteo que baja de tono al final del sonido o termina sin cambiar de tono
Gemido-canto ("YaueJ uauel-ouel-uavel") o Aullido-bostezo ("Uuuuh ah-uuuh" jadeante)
"¡Venga, vamos todos'"
I
"¡Qué emocionante, vamos allá!" "¡Esto es genial!"
~ 1,. ';,{T
Respuesta a un súbito dolor inesperado.
~.¡;
"¡Ay!" (o algún juramento corto)
Series de gañidos
"¡Estoy muerto de miedo'" "¡Me duele'" "¡Yo me largo de aquí'" "¡Me rindo!"
Respuesta activa al miedo y el dolor, que se produce normalmente cuando el perro huye de una pelea o un conflicto.
Grito (puede sonar como un niño al que le duele algo combinado con un chillido prolongado)
"¡Socorro! ¡Socorro!" "¡Me nluero!"
Signo de dolor y pónico de un perro que teme por su vida.
Jadeo
"iEstoy listo""'¿Cuándo ~ll1peZJnlos?""jEsroes increíble'''''iEsto 110 me gusta nada!""¿Va todo bien'"
Sonido de estrés. excita clón o t~nsa esp'era, que puede ir acompañado por huellas húmedas en el suelo.
"Estoy muy a gtll[O y voy ~ descansdr un [;.][0:' "¡No puedo más, asi que abandono'"
Otra señal emocional simple, que pone fm a una acción. Si la acción ha valido la pena, indica satisfacción; en caso contrario indica la finalización de un esfuerzo.
1-.
"
~
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q~ :~r
GEMIDOS, GIMOTEOS, GAÑIDOS, LATIDOS Y CHILLIDOS
.. Quiero..... "Necesito... "
-:;
Sonido de pasividadl sumisión que puede aparecer [;lnto en adultos como en cachorros.
Latido (puede sonar como un ladrido agudo y muy corto)
Suspiros Gimoteo que sube de tono al final del sonido (puede sonar como si estuviera mezclado con un poco de chillido)
"Me duele." "Estoy muy asustado."
k
Petición o súplica de algo; un mayor volumen y fre euenria indican una emo ción intensa detrás de Ja súplica.
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~ ~~
Normalmente indica excitación y tensa espera, COmo cuando el perro espera a que le den de comer o le lancen una pelota. Señales de placer y excita ción ante algo que está a pUnto de ocurrir y que es del agrado del perro. Cada perro escogerá su propio sonido.
SEÑALES DE LAS OREJAS (normalmente leidas en conjunción con otras señales)
'Z, Orejas erguidas o un poco inclinadas hacia adelante
"¿Qué es eso'"
Indica atención
Orejas claramente hacia adelante (combinadas con dientes al descubierto y nariz fruncida)
"Mucho cuid.ldo con lo que haces, porque estoy listo para luchar."
El desafio activo y agresivo de un perro dominante y seguro de sí mismo.
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. GLOSARIO DE FRASES PERRUNAS
330 CONVEME CON
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SEÑAL SÓNICA
33\
SU PERRO
SIGNifiCADO EN LENGUAJE HUMANO
CONDICIONES y/o EMOCIONES
SEÑAL SÓNICA
SIGNIFICADO EN LENGUAJE HUMANO
CONDICIONES y/o EMOCIONES
¡¡.
,
SEÑALES OcULARES (continuación)
~
SEÑALES DE LAS OREJAS (continuaci60)
~ ~
;.
Orejas planas hacia atrás y pegadas a la cabeza (combinadas con dientes al descu bierto y freme arrugada)
r"Estoy asustado, pero \ si intentas hacerme daño me protegeré ,H
Señal agresiva y temerosa de un perro no dominame que se siente amenazado.
,
~
t
Orejas pegadas a la cabeza (diemes no visibles, frente lisa, cuerpo bajo)
•
"Te acepto como mi poderoso lider." "Sé que no me harás daño porque no represemo ninguna
Señal apaciguadora de s0l11etin,jento activo.
alnenau."
Parpadeo
"Hola a todos. Podemos pasarlo bien jumas."
Orejas levemente ech"das hacia atrás que parecen 1igetamente aplastadas u orientadas hacia los lados.
"Esto me huele maL" "Esto no me gusta y puede que luche o huya."
Gesto amistoso, a menudo seguido por el olisqu:o
I
nlutuo o una mvJtaClOn
a jugar. Si¡;no de tensión o preocupación por lo que está ocurriendo. Puede convertirse rápidamente
en agresión o miedo, dependiendo de lo que suceda a continuación. Orejas en movimJellto,
"Sólo estaba echando
habitualmente un poco inclinadas hacia adelante y un momento después un poco hacia atrás o hacia abaJO.
un vistazo, así que
no te ofendas."
Señal apaciguadora de que n~ sab: qué hacer y qUila este un poco
asustado.
"¡Te desafio'"
Sellal dominante/agresiva
"'¡Para ahora mismo!"
activa, normalmente
"¡Aquí mando yo, así que largo'"
emitida por un perro seguro de sí mismo que está manteniendo un enfrentamiento social con otro.
Mirada den'iada para evitar el contacto ocular directo.
"¡No quiero líos'" "Acepto el hecho de que aqui mandas tú."
Señal de sumisión con algunos matices de miedo.
Parpadear añade un gesto pacificador a la mirada de amenaza y reduce el nivel de confrontación sin renunciar a mucho esta tus.
Reglas Ceuera1eJ JObre 105 s"jaleJ oClllares: _ euarlt ' /IIás grallde sea el tamarjo de la pupaa, lIIás excitado y e/llociollado está el perra. _ ellarltot /IIás grarlde y redolldeada Jea la forma del ojo, /IIás dOllli"OI11e y amenazadora eJ la serial. _ellallt" ""ís peqllerio parezca el ojtl (y /IIás cerca de estar cerrado), más apaciguadora y sllmisa es la señal. _ Cllalld" se ven lIIov;",;enrrs ell (" ZOlla de la frente del perra qlle c",respollde al ¡"gar e/ollde estarlan lI11estras cejas, las sellales ell",cirllales soll práctica,nellte idénticas a las señales de los ojos y
cejas !,,,,,,anoJ.
SEÑALES FACIALES (pueden tener que interpretarse junto con otras señales) "Estoy contento y relajado." Boca relajada y ligeramente abiena (1a lengua puede ser visible o incluso estar parcialmente extendida sobre los dientes inferiores) Boca cerrada (ni lengua ni dientes visibles; el perro nüra en una dirección
"Esto es interesante."
\ Lo que más se aprOXIma en los perros a la sonrisa humana.
Indica atención o interés.
"Me pregunto qué estará ocurriendo allí."
determinad~ con el
cuerpo un poco inclinado
hacia adelante)
sonletiluiento en un perro
I I
SEÑALES OCULARES Mirada directa ojo-a-ojo
evitar que me desafien."
"Eh, te aseguro que no te estoy amenazando."
[(15
Orejas pegadas a la CJbe~a (cola alta, ojos que parpadean y boca relajada abierta)
"Bueno, a ver si puedo
Labios fruncidos para mostrar algunos dientes (la boCJ sigue mayormen te cerrada) Labios fruncidos hacia arriba para mostrar los dientes príncipales. algunas arrugas encima de la nariz;
boca parcialmente abiena.
Labios fruncidos hacia
arriba para mostrar no
sólo los dientes sino
también las encias por
encima de los dientes
delanteros; arrugas visibles encima de la nariz.
"¡Largo' iMe estás molestando!"
"Si no me dejas en paz, o haces algo que interprete conlO una anlenaza,
lucharé."
"Vete de aquí o .. ."
Primer signo de irritación o amenaza, que puede ir acompañado por un gruñido gutural. Respuesta agresiva activa. que pu ede ser motivada por un desafio al dominio social o por el miedo.
Nivel elevado de agresión activa, con muchas probabilidades de que si no se le cede espacio adicional al perro éste desencadene un ataque.
'..~••.J
333
GLOSARlO DE FRASES PERRUNAS
332
CONVE~E CON SU PERRO
SEÑAL SÓNICA
"_;¡¡;.;;-.J
\~.i
CONDICIONES YIO EMOCIONES
SIGNIFICADO EN LENGUAJE HUMANO
SEÑAL SÓNICA
CONDICIONES YIO
SIGNIFICADO EN LENGUAJE HUMANO
EMOCIONES
........ ~
\,_ .J
\
SEÑALES CON LA COLA (continuaci6n)
SEÑALES FACIALES (continuaci6n) Reglas Gen....ales sob" las señalesJaciales basadas en la ba",:
- Cuanto más expuestos esttll los dientes y las encías, mayor es fa amenaZa indicada.
~ Si la bOla estÍJ tMalmente abierta y informa de (t, la amenaza se basa en el dominio.
~ Si In boca está abierta pero la lOmisllra parece tensarse hacia atrás, la amenaza se basa en el miedo.
Bostezos
.. Me encuentro un poco tenso."
Un signo de estrés o ansiedad que también puede utilizarse para desactivar una amenaza.
Lamerle la cara a una persona o perro
"Soy tu sirviente y amigo y reconozco tu autoridad." "Tengo hambre. ¿Tienes algo de comer?"
Un gesto apaciguador de sumisión activa que admite
Cola baja, cerca de las patas lraseras, con posible vaivén lento y cono; patas rectas y
.
"No me encuenuo bien. "Estoy un poco deprinudo."
Indiea malestar o incomodidad fisica o menral.
"Me siento un poco inseguro. l
"Me inclino ante
"Tengo miedo. ¡No me hagas daño'"
Ge
n1iento extrenlO que indica sumisión temerosa.
no me harás daño."
Pelo erizado a \0 largo de la cola
El erizamiento se limita a la punta
SEÑALES CON LA COLA Desviación o curva
Cola horizontal, "parada del cuerpo pero no ñgida.
¡"AqUí podría estar ocuI rriendo algo interesanre."
Signo de atención relajada
Cola extendida horizontal n1ente, separada del cuerpo.
"Vamos a adarar quién manda aquí."
Cauteloso rirual de saludo y leve desafio inicial a un desconocido.
Cola erguida y ligeramente curvada sobre la espalda.
"¡Te desafio'"
pronunciada en Id cola
Ligero nleneo. con vaivenes de escasa anlplitud
donlin~l.Ote.
Vaivén amplio que no Cola mantenida un poco por debajo de la horizontal pero todavía a cierra distancia de las patas,
"Esroy un poquito tenso."
.. ¡Si no hay mís remedio.
te demostraré quién manda aquí'"
"Te gusto, ¿verdad?" "Estoy aquí."
Señal confiada de un perro
"Aquí mando yo y todo el mundo lo sabe."
afecta a las caderas y sin
I "Todo va bien."
Postura normal de un perro tranquilo que
"Estoy relajado"
\.-' \. -~::'
Esta señal añade un ekmento de amenaza Y agresión a cualquier otra
Un gesro de apacigua
tu
I autoridad y confio en que
1.,' \,.'
señalo posición de la cola.
Lamer el aire
\..,.
'
bajo Cola entre las patas
Indica ansiedad social y una leve sunlisión.
el donlinio de otro. En
tanro que residuo de la conducta infantil, también es una petición de comida.
,
\".
\;.'
cuerpo a una altura normal
Cola baja, cerca de las patas traseras, con ¡as patas Oexionadas Y el cuerpo
..
~
postura corporal baja
"Me gustas." "Seamos amigos."
1,;,. ....J
Esu señal añade un elemento de miedo o an;iedad a cualquier otra señalo posición de la cola.
'"
Esta señal añade dominio
\:
... J
\ro'
y amenaza innlinentc a cualquier otra señal o F0;ición de la cola. Seiul de sometimiento un tanto vacilante, que puede añaJirse a la mayoría de po'ielones de la cola. G~HO JmistOso
libre
de todo dominio social y que también puede verse durante el juego.
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" . Q.
de momento no está
preocupado por nada.
quizá con algún que otro
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vaivén relajado. i¡¡,
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GLOSARlO DE FRASES PERRUNAS
334
CONVEME CON SU
335
PERRO
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CONDICIONES y/O
~
SEÑAL SÓNICA SEÑAL SÓNICA
CONDICIONES y/o EMOCIONES
SIGNIFICADO EN LENGUAJE HUMANO
SIGNIFICADO EN LENGUAJE HUMANO
EMOCIONES
LENGUAJE CORPORAL (continuación) SEÑALES CON LA COLA (continuación)
Meneo amplio con grandes vaivenes que mueven las
Signo de respeto y leve sumisión ante la persona O perro al que va dirigido. El perro no se siente amenazado, pero reconoce su subordinación y confia en que su gesto será aceptado.
"iEres el jefe de mi manada y te seguiré adonde sea!"
caderas de un lado a otro, puede que con Jos cuartos traseros bajados
Meneo lento con la cola en una posición entre moderada y baja
En realidad no es una señal socíaJ. sino más bien un signo de indecisión o confusión ante lo que sucede o lo que se espera del perro.
"No acabo de entender esto." "Estoy intentando captar el mensaje."
Res/as Gel/era/es sobre las serla/es (OH la cola: . CHal/Iv más aira está la (dIal más dominante es la se/;d/; malHo más baja, má_~ Sf",risa. _La ",pida «111 1"e se mlleve la cola i"diw el grado de e.witació.. e illlcris. U..a (Ola 1e>llblorosa (qlle parecr vibrar más que 1II11llerse de 1m lado o otro) l/O debería itllerprctarsr nHlllllHl '"eHeo de 1Illa,pero eS ",., SigilO de emoci6u ye.wiladóu. - 7i.,das las seiia/es de /,7 (v/a debería" iuterpretarse el' re/ació" a la posiciólI Iwrrllal de la mili [lIalldo el perro está relajado (por ejcmpllJ, los galJ!os Ilormalme"re manticue" la cola baja, miemras que 1111 malamllte relajado la marltieue alta). LENGUAJE CORPORAL Postura erguida con las
patas rígidas o avance lento can ¡as patas rígidas
Cuerpo ligeramente inclinado hacia adelante con los pies bien plantados en el suelo
Señal agresiva activa de un perro donlinante que está dispuesto a imponer su liderazgo.
"Aquí mando yo." "¿Me estás desafIando'"
Normalmente es una respuesta a una amenaza o la respuesta a un perro que no retrocede ante una amenaza. Esta señal indica que la agresión activa
"¡Acepto tu desafio y estoy listo para luchar!'"
I El pelo se eriza en las paletillas y a lo largo de la espalda
"¡Ya me tienes harto' Escoge: deja de molestarme, lucha o vete."
Me estás poniendo nervioso. No me obligues a pelear.''''EstO no me gusta."
H
es inminente.
Signo de creciente agresividad en un perro dominante y seguro de sí mismo. Puede indicar que el animal va a atacar en cualquier momento.
Pelo erizado únicamenre en las paletillas
El perro baja el cuerpO o se encoge mientras rnj,ra.
A menudo, signo de agresión temerosa de un perro amenazado y que sospecha que se le puede obligar a pelear.
"No discutamos," "Acepto que estás por encima de mí."
hacia arriba Frotar con el hocico
"Eres mi líder. Acéptam e , por favor.""Quiero ..."
Cuando otro individuo se k 'lcerca, el perro se sienta ~ se deja olisquear
El pcrro se echa sobre el costado o e"pone el abdomen y ron'pe todo
"Estamos casi igualados eU estatl1S, así que sean10S civilizados Y tratémonos con educación."
Gesto de sumisión activa
para apaciguar a un perro
nlás domOlnante.
El significado es muy
parecid o al del gesto de
lamer, pero sin ser tan
sumiso. También puede
nsarse para pedir cosas. Pequeño gesto apaciguador de un perro nornlalmente dominonre, sólo ligeromente superado en rango por otro.
"Sólo soy un humilM animal que acepta tU autoridad Y no representa
ninguna iíHl1enaZ3 para ti."
contacto ocular
Erguido encima de otro perro, que puede estar acostado. Cabeza sobre la espalda o las paletillas de
otro perro. pata encima de
otro perro o sobre él
Empujón con lo paletillo
Sumisión pasiva: el equivalente Comino a orrastrarse por el suelo.
"Soy más alto, más gronde y nlás fuerte, y aqui mando
Aflrmac',ones levemente activas de dominio Y estatuS social.
yo." 1
1
AfIrmación más enérgica "Eres mi sllbordinodo y cuando me acerque me dejarás posar.
de dotninio social rdativo. Apoyarse en otro perro es una versión nlenos intensa de esta ffilslna señal.
Leve admisión de cierta El perro dirige el costado hacia otro animal
"Acepta que eres más dominante que yo, pero todavío puedo cuidar de mí
inferioridad en rango soci:ll
nllsmo."
inquietud. Si la brecha social es más grande, puede dirigir los cuortoS traseros hacia el
por un perro seguro de sí mismo, sin ningún miedo o
perro donunante.
\0 .\
"" 336
CONVEME CON
SU PERRO
'v • 'o:r ~~
\
CONDICIONES y/o EMOCIONES
SIGNIFICADO EN LENGUAJE HUMANO
SEÑAL SÓNICA
NOTAS
LENGUAJE CORPORAL (continuación)
Cuando es amenazado por otro perro: - el perro husmea el suelo o cava buscando algo - mira el horizonte - se rasca
"No veo que me estés amenazando y no vaya responderte. así que cálmate."
El perro se sienta con una pata delantera ligeramente levantada
HEsroy un poco nervjoso,
El perro se tumba sobre su espalda y restriega ¡as paletillas contra el suelo (a veces también la nariz)
"Estoy contento y todo va bien."
inquieto y preocupado."
I
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I
" ~
o tran'luilizadoras basadas en la distracción que indican ausencia de hostilidad pero no sumisión.
Indica inseguridad y una leve tensión.
"
"
., .,
"
2
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EVOLUCIÓN y LENGUAJE ANIMAL
I
El perro se agazapa con las patas delanteras extendidas. La parte posterior del cuerpo y la cola están levantadas
ISeñales apaciguadoras
"
I
"Juguemos!" "¡Huy! No pretendía asustarte. Sólo estaba jugando."
Ritual que suele producirse después de algo agradable. por lo que a veces se lo llama "revolcón de satisfacción". La invitación a jugar típica. que también puede usarse para asegurar a otro perro que una conducta brusca o amenazadora anterior
P. Lieberman, The Biology and Evolution 01 ulI1grUlge. Cambridge,
1.
MA: Harvard University Press, 1984. J. M.Allman, Evolving Bmins. Nueva York: Freeman, 1999.
2.
...
¡
\¡
6 EL PERRO HABLA
E. S. Morton y J. Page, Animal1iJlk. NuevaYork: Random
1.
House, 1992.
no debra [on13rSe en serio.
7
1.
2.
... \;
1" APRENDER A HABLAR
Reglas Gel/erales para las setiales de lel/gllaje corporal: _ L)s itllelUdS del perro de parecer más grande 4J más al/o represen/all sr/iales de domi"io.
~ Los in/en/os de parecer más peque'-io represen/all señales de sumisión ¡J pacificación.
_ Dirigir ti cuerpo, la cabeza o los ojos hacia ¡JITO perro represetlla dominio y q"izás amellaZo.
~ Apartar el c/lerpo, la cabeza o los ojos es lIt1a serial apaciguadora y rrallqllilizadl,ra.
\,
J. A.1. Singh y R. M. Zingg, Wolf-Children and Feml Mml. Hamden, CT: Archon Books, 1996. W. N. Kellogg. The Ape and the Child: A Study 01 El1virolll1lental 7 lIifluellce UpOIl Early Belzavior. Nueva York: Hafner, 196 .
"
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8
HABLAR CON LA CARA
1.
P. Eckman. Telling Líes. Nueva York: Norton, 1992. 10 HABLAR CON LOS OJOS
\
1.
I
G. Bendelow y S. J. Williams, Emotiolls in Social Lije: Critical e Tlzemes and Contemporary Issues. Nueva York: Routledg , 1998.
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338 CONVE~E CON
~
SU PERRO
1
15
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SIGNOS y TECLAS
f
1.
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2.
3.
.
4,
'
~.
5.
R. A. Gardner, B. T. Gardner y T. E. Cantfon, Teachil1g Sing LAnguage lo Chimpanzees. Albany: SUNY Press, 1989. R. Fouts, S. T. Mills y J. Goodall, Primos hermanos: ~ que me han enseiiado los chimpancés acerca de la condición humana. Ediciones B, Barcelona, 1999. D. Premack, Illlelligence in Ape and Mall. Hillsdale, N]: Erlebaum, 1976. S, Savage-Rumbaugh, Ape LAnguage: From COlldilioned Response lo S)'lIIbo/. Nueva York: Columbia University Press, 1986. Extracto de: E. M. Borgese, The LAnguage Barrier: Bcasls al1d Men. NuevaYork: Holt Rinehart &Winston, 1965 (pp. 64-65). 16
HABLAR CON LOS OLORES
1. 2.
J. P. Scott y J. 1. Fuller, Genelics and lhe Social Belwl!ior of (he Dog. Chicago: University of Chicago Press, 1965. R. Peters, Da/1cc of lhc Wolvcs, Nueva York: McGraw-Hill, 1985. 18
DIALECTOS PERRUNOS
l.
2.
19
I 1
,
J I
~J
J,
--t.,
...J,
1. N, Trut, "Early canid domestication:The farm-fox experiment." American Scienlisl (1999); 160-169. D. Goodwin,J.W S. Bradshaw y S. M.Wickens, "Paedomorphosis affects agonistic visual signals of domes tic dogs." Animal Behaviour (1997) 53; 297-304.
¿Es 1.
LENGUAJE?
R. 1. M, Dunbar, Gro0Il1Í/1g, Gossip and lhe Evolulion of LAl1guage. Londres: Faber and Faber, 1996.
20
HABLAR PERRUNO Y MATERNÉS CANINO
1.
K Hirsh-Pasek y R. Treiman, "Doggerel: Motherese in a new context",Journa/tif C/lild LAnguage (1982) 9; 229-237.
/
IN DICE ANALÍTICO
A Acariciar el perro, 307
Achuar, 297 -298
Acostumbrarse a la casa, 21-23
Adaptación olfatoria, 255
Adiestrar a los perros para que
produzcan determinados sonidos, 112-114
ADN, similitudes en d, 31
Agresión, signos de, 19-20
bostezo y, 124
diccionario visual. 321
en los gatos, 265-266
expresiones faciales y,
120-123
formas de la cola y, 17 6-177
lenguaje corporal y, 184
orejas y,131-137
posiciones de la cola y, 167
Airedale terriers, 110, 280-281
Apoyarse, 190-191
Aprendizaje cogniti\'o, 302
Aquino, Tomás de, 33
Ardillas, sonidos producidos
por la variedad de tierra,
73-74
Aristóteles, 33, 291
Arli (perro), cómo leer y escribir
a máquina, 234-238
Aullidos descripción de los, 105-107,
328
gañido, 105
ladrido, 106-107
Autoadiestramiento, 302-303
B Basenjis, 77-78,216,244
Beagles, 155-156,242
Belyaev, Dmitry K., 274-275
Bonobo/ chimpancés pign1eos,
232-233
Border collies, 173
Borgese, Elisabeth Mann,
234-238
Bostezar, 123-125
Bóxers, 138-140
Bradshaw,]ohn, 278
Brandy, 106
Brutus, 22-24
BuUdog francés, 278
e Caja vocal, diferencias entre
los perros y los humanos,
35-36
I
~
~
~
,
¡,
,
Do
342 CONVEro.E CON
. IN DICE ANALíTIco.
posiciones de la cola, 265
ronroneo, 262-263
sonidos producidos por los,
262-264
Gatos y perros convivencia de animales adultos, 269-271
errores de interpretación en
las señales entre, 260-270
Genúdos, descripción de los, 95-97,328-329
Genúr, 97, 328-329
Gimoteos, descripción de los,
95-97,328-329
Giro Alfa, 309
Golden retriever, 279
Goodwin, Deborah, 278
Grandes daneses, 138
Grito, descripción del, 18-100
Gruñidos
agudos, 90
descripción de los, 90-91,
327
fuertes, 90-91
graves, 91
lentos, 90-91
ondulantes, 91
producidos por gatos, 263
Gua, una chimpancé, 106-108
~
, ~
., ¡..
,
~
mejorar la capacidad de
comprensión de un perro,
sugerencias para, 303-305
saludar/acercarse a los perros,
305-308
uso consistente de las
palabras, importancia del, 305
Hans, el caballo, 66-67
Herbert,jacob, 62-65, 67
Hirsh-Pasek, Kathy, 299
Hocico
empujar con el, 187-188
función del, 117-118
Houser, Marc, 72
Huskies siberianos, 279
1
Inventario MacArthur del
Desarrollo Comunicativo,
291
J jadeo, descripción del, 100-101
jones, Frank, 136
juego, 195-198,323
K
H Hablar a los perros
autoadiestranúento, 302-303
formas comunes de, 295-296
hablar a través de los perros,
297-298
inútar los sonidos caninos,
300
maternés canino, 299-315
~I
343
SU PERRO
Kellog, Winthrop, 106-107
Kellogg, Louise, 106-107
Knight, Eric, 16
Koko, una gorila, 230
L Labios
fruncir los, 119-120
función de los, 118
significatividad/semanticidad, Ladrar/ladridos
285
adiestrar a perros para,
universal, 81
órdenes para, 112-114
y habla, 34
Basenji,77-78
Lenguaje, aprendizajelinútación
control del, 310-314
en niños criados por
cortos, 87-89
animales, 103-105
crecientes, 89
Gua, una chimpancé, criada
cría de los terriers para, 77
por humanos, 106-108
descripción de los, 86-90,
loros, capaces de hablar, 108
326-327
perros, imitación por,
evolución de los, 75-79
108-114
ladrido-aullido, 93-94
Lenguaje corporal prolongados, 87
cómo interpretan los perros rápidos, 86-87
el lenguaje corporal humano, tartamudeo, 89
50
Lamer, 125-130
comprensión del lenguaje y,
Laringe, 34-35
65-68
diferencias entre los perros Y
desventajas del, 69-70
los humanos, 35-36
ejemplo de lectura del
Lassíe Come Home, 16-17
lenguaje corporal humano,
Lassie, 15-18
179-181
Lassíe's Rescue Ratlgers, 16
en los gatos, 267-268
Lenguaje
sonidos comparados con el,
capacidad lingüística en los
69-70
perros, 286-293
Lenguaje corporal en los perros
comprensión del, 59-68
agacharse/ encogerse, 184 comprensión frente a
186
producción, 39
apoyarse, 190-192
definir el, 33, 285-286
básico, 181-195
desplazanúento, 286
descripción de las señales,
evolución en los humanos,
334-336
29-36
diccionario visual, 319-323
gestos comunicativos, 291
dificultades con su uso, 231,
gramática, función de la, 233
286-290
echarse sobre el costado o
productividad,290-291
enseñando el abdomen,
reglas de combinación,
188-192
286-287
echarse sobre la espalda, 194
reglas de la secuencia de
palabras, 287-288
344
CONVE~E CON SU PERRO
empujón con la paletilla,
190-191
enseñado a chimpancés,
228-231
enseñado a gorilas y otras
especies, 231
erizamiento del pelaje, 184
frotar con el hocico, 187-188
giro de los cuartos traseros,
192
inclinarse hacia adelante, 188
juego, 195-198
olisquear el suelo, 193
poner la pata sobr~ la rodilla
del amo, 191
posición en T, 192
posición sentado, 194
postura erguida con las patas
rígidas, 181-182
señalar, 199-211
Lenguaje de Signos Americano
(ASL),225-228,231-234
Lhasa Apso, 162-164
Lieberman, Philip, 36
Little London, 59
Littlest Hobo, The, 59
Llanto, 153-154
Lobos, 164
colas de los, 164
cómo señalan los, 203,
210-211
comparación de las distintas
razas de perro con los,
278-279
conducta de cortejo en los,
218
imitación de sonidos,
108-109
marcaje del territorio,
244-246
sonidos producidos por los,
78,84,92
London, 59-63,66-67
Lorenz, Konrad, 276, 309
Loros, capaces de hablar, 108
M Marcar áreas
arañando o rascando, 245
con orina/heces, 244-246
frescura de las marcas,
246-248
Maternés canino, 299-315
Maternés, 299-300
Menear la cola
en los gatos, 265
interpretación, 157-159
tipos de meneo, 169-170
Método Intelectual, 59
Miedo/sumisión, signos de
diccionario visual, 321-323
en los gatos, 265, 268
expresiones faciales, 120-122
lenguaje corporal y, 185-187
orejas y, 133-134
posiciones de la cola y, 167
Mirar fIjamente, 147-149
Monos
ASL enseñado a chimpancés,
228-231
Gua, una chimpancé, 106-107
lenguaje gráfico enseñado a
un chimpancé, 232-233
sonidos producidos por los
vervets/sabana, 71-72
uso del teclado enseñado a
chimpancés pigmeo/
banabas, 232-233
Monsky, Barbara, 252
it
~
"f
t
~
~,
~
346
r!I
INDICE ANAL/nco
CONVE~E CON SU PERRO
r
t
en los gatos, 264-265
en movimiento, 134
erguidas y hacia adelante, 132,
264
ligeramente orientadas hacia
atrás, 132, 134
planas hacia atrás y pegadas a
la cabeza, 132, 265
tiesas, 131-134
Osten, Herr van, 66
t
t ~
f
J;
~
t '?
?
~ ~
!
r
r t
p
~
Pal,16
Palabras deletreadas, respuesta a las,
47
Parpadeo, 149-150
en los gatos, 264
pastor belga, 168
Pastores alemanes, 59-68, 168,
279,281-283
Patterson, Francine, 230
Peleas
entre perros, interferir en las,
99-100
entre perros y gatos, 270
Pequinés, 145,241 Perdigueros, 139, 279
Perdiguero labrador, 175-177,
279
Perdiguero Nova Scotia
Duck Tolling, 197
Perros agresivos, cómo
responder
a ellos, 307-308
Perros de trineo, 172-173
Perros ovejeros
Belgas, 168
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.
"...¡•.
Shetland,278
Perros pastores, 173
Perros que muerden, 307
Pfungst, Oskar, 66
Piloerección,267
Pistas visuales (Véase Lenguaje
corporal) Pointers, 172, 174
Polar, 55-56
Pope,].,82
Posiciones de la cabeza, 123
Premack, David, 232, 234
Pro-estro, peóodo del, 215
Pupilas, 144-145
R
Rasgos faciales, evolución de los,
38
Repicar, 197
Resonancia, fisica de la, 82
Respirar, sonido de los perros,
317-318
Rottweilers, 22-24, 90,138-139
Rumbaugh, Duane, 234
S
Sabuesos, 139,242
olfato y, 153-256
Saludar/acercarse a los perros,
305-308
Sarah, una chimpancé, 232
Sarris,Victor,40
Savage-Rumbaugh, Sue, 232
Scott,]ohn Paul, 47, 77, 242
Señalar
definición, 199-200
descripción del, 200-211
en los humanos, 199-200,
204-207
en los lobos, 207-210
347
resonancia, fisica de la, 82
posición corporal para, tonos, razones para responder
204-205
a los, 83-84
salto dirigido, 203-204
tonos, variación en los, 82-83
ventajas sobre el lenguaje
ventajas de los. 70
hablado, 206
Sonidos, tipos de Setter Gordon, 110-111
aullidos, gañidos y dicha,
Setters irlandeses, 19-20,
105-107
172-173
gimoteos, graznidos y
Sexo
gemidos, 95-97
conducta de monta, 218-223
grito, 98-100
conductas de cortejo,
gruñidos, 90-91
diferencias entre los perros
jadeo, 100-101
domésticos y los salvajes,
86-90
ladridos, 216-218
suspiros, 101-102
estro/ época de celo, 214
Sonidos vocales, mecánica de
pro-estro, período del, 215
los, 38
Seyfarth, Robert, 71
Spaniels
Simmons, Richard, 240-241
Cavalier King Charles, 145,
Sinatra, Frank, 54
278-279
Singh,].A. L., 103-105
Cocker, 20-22, 78, 279
Sometimiento, signos de, 21-22
colas de los, 174
Sonidos
orejas de los, 139
adiestrar perros para que
Steinbeck,]ohn,280-282
produzcan determinados,
Stevenson, Robert Louis, 55
112-114
Suspiros, 101-102
comparados con el lenguaje
corporal, 69-70
duración de los, 85
T imitación de, por los lobos,
Terriers,76
108-109
Airedale, 110
imitación de, por los perros,
Escocés, 242
108-114
Fox,242
ladrido, evolución de los, 75-79
Norfolk, 136, 280
pautas de repetición, 88
Norwich, 136
producidos por ardillas de
Tonos
tierra, 73-74
fisica de los, 83
producidos por gatos,
razones para responder a los,
261-262
83-84
producidos por monos
ritualización de los, 84
vervet, 71-72
"I¡¡
",",
348 CONVEME
CON SU PERRO
Tono de la voz, comprensión del lenguaje y,65 Travels with Charley (Steinbeck), 280-282 Treiman, Rebecca, 299 Turnspits, 48
if
~l
1
'~1
U Ululato, descripción del, 92-94
'~
J
~
W Walker, Herschel, 52 Warden, CarlJohn, 62-65 Warner, L. H., 63 Washoe, una chimpancé, 226-230,232 Weedels, 20-22 Werker,Janet, 108 Whitney, L. F., 256 Wickens, Stephen, 278 Wolf Man, The, 25-27
V Vervets, sonidos producidos por los, 71-72 Vizslas, 175 Vocabulario entendido por los perros cuánto puede aprender un perro, 47-48 ejemplos históricos, 48 lista de, 40-46
~! "
it.
~I~ ~,
if:,
~ I~
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"'t1.
f¡r,-i.
~ ~, ~
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y Yerkes, Robert, 227
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Z Zorros, plateado ruso, 275-277 Zuckerman, Marilyn, 241
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