Julio Ramón Ramón Ribeyro
Prosas Apatridas Aumentadas
Julio Ramón Ribeyro
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1 ¡Cuánt os libro s, Dios y que poco tiempo y a vece vecess qué poc pocas as gana ganass de leerl leerlos! os! Mi propia prop ia biblio bib liotec tecaa dan dando do antes ant es cada cad a libro lib ro que ingres ing resaba aba era previ pr eviame ament ntee leído leí do y digerido, se va plagando de libros parásitos, parásitos, que llegan allí muchas veces veces no se sabe cómo cómo y que que por por un enó enóme meno no de imant imantac ació iónn y de aglut aglutina inació ciónn contr contribu ibuye yenn a cimentar cimentar la monta montaaa de lo ileg ilegib ible le y entre entre estos estos libros libros,, perd perdid idos os,, los los que yo he escrito" #o digo en cien aros, en die$, en veinte ¡qué quedará quedará de todo esto! esto! %ui$ás solo los autores que vienen vienen de muy atrás, atrás, la docena de clásico clásicoss que atravie atraviesan san los siglos siglos a menudo menudo sin ser muy e idos, idos, pero airosos airosos y robustos robustos,, por una especie especie de impulso elemental o de derecho adquirido" &os libros de Camus, de 'ide, que hace apen apenas as dos dos decenios se leían con tanta pasión (qué interés tienen tienen ahora, ahora, a pesar de que ueron escritos con tanto amor y tanta pena) (*or qué dentro de cien aos se seguirá leyendo a %uevedo y no a +ean *aul artre) (*or qué a -rancois .illon y no a Carlos -uentes) (%ué cosa hay que poner en una obra para durar) Diríase que la gloria literaria es una lotería y la perduración artística un enigma" / a pesar de ello se sigue escribiendo, publicando, leyen do, glosando" 0ntrar a una librería es pavoroso y parali par ali$ant $antee para par a cualqui cual quier er escrito escr itor, r, es como la antesa ant esala la del olvido olv ido11 en sus nichos nic hos de madera, ya los libros se aprestan a dormir su sueo deinitivo, muchas veces antes de habe haberr vivid vivido" o" (%ué (%ué empe empera rado dorr chino ue el que destruyó destruyó el alabeto alabeto y todas las huellas de la escritura) (#o ue 0róstrato el que incendió la biblioteca de 2le3andría) %ui$ás lo que pueda devolvernos el gusto por la lectura sería la destrucción de todo lo escrito y el hecho de partir inocente, alegremente de cero"
2 .ivimos en un mundo ambiguo, las palabras no quie quiere renn decir ecir nada nada,, las las idea ideass son son cheques sin provisión, los valores carecen de valor, las personas son impenetrables, los hechos amasi3os de contradicciones, la verdad una quimera y la realidad un enómeno tan diuso que es diícil distinguirla del sueo, la antasía o la alucinación" &a duda, que es el signo de mi inteligencia, es también la tara más ominosa de mi caráct carácter" er" 0lla 0lla me me ha hecho hecho ver ver y no ver, actuar y no actuar, ha im pedido en mí la ormaci ormación ón de con convic viccio ciones nes durade duraderas ras,, ha matado matado hasta la pasión pasión y me ha dad dadoo inalmente del mundo la imagen de un remolino donde se ahogan los antasmas de los días, sin de3ar otra cosa que bri$nas de sucesos sucesos locos locos y gesticula gesticulacione cioness sin causa ni inalidad"
3 0 l sentimiento sentim iento de la edad es relativo1 relat ivo1 se es siempre 3ove 3ovenn o vie3o con respecto respecto a alguien" alguien" Cé4 sar .alle3o dice en un poema en prosa que por más que pasen los aos nunca alcan$ará la edad de su madre, lo que es cierto además" 0s comprensible que los hombres de cuarenta o cincuenta aos sigan sintiéndose 3óvenes, pues saben que todavía hay hombres de setenta u ochenta" olo cuando se llega a esta 5ltima edad comien$an a escasear los puntos de reerencia por la cima" &os octogenarios se sienten pocos, es decir solos, vie3os"
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4 9eoría del :error inicial:1 en toda vida hay un error preliminar, aparentemente banal, como un acto de negligencia, un also ra$onamiento, la contracción de un tic o de un vicio, que engendra a su ve$ otros errores" Carácter acumulativo de estos" 2l respecto1 imagen del tren que, por un error del guarda4agu3as, toma la vía equivocada" Más 3usto sería decir por un descuido del conductor de la locomotora" Más 3usto todavía imputarle el error al pasa3ero, pasa3ero, que se se equivo equivoca ca de vagón vagón"" &o cierto cierto es que que al al pasa3 pasa3ero ero se le term termina inann las las provi provisio siones nes,, nadie lo espera en el andén, es e;pulsado del tren" #o llega a su destino"
5 Conocer el cuerpo de una mu3er es una tarea tan lenta y tan encomiable encomiable como aprender aprender una lengua muerta" Cada noche se aade una nueva comarca a nuestro placer y un nuevo signo a nuestro ya cuantio cuantioso so vocabula vocabulario" rio" *ero siempre siempre quedará quedaránn misterios por desvelar" 0l cuerp cuerpoo de una mu3er mu3er,, todo todo cuerpo cuerpo humano humano,, es por deinic deinición ión ininito ininito"" otras se atracan en la garganta como un eterno cadalso" (/ qué de cir del bra$o, del hombro, del seno, del musl musloo, de?) 2p 2pol olli linnaire aire habla bla de las las ie iete *uerta rtas del cuerpo cuerpo de una mu3er" mu3er" 2preci 2pr eciaci ación ón arbit arb itrar raria" ia" 0l cuerpo cuerpo de de una mu3er mu3er no tien tienee puertas puertas,, como como el mar mar""
6 &a locura en muchos casos no consiste en carecer de ra$ón sino en querer llevar la ra$ón que uno tiene hasta sus @ltimas consecuencias" 0l hombre, como leí en un cuento, que trata de clasiicar clasiicar a la humanidad humanidad de acuerdo acuerdo a los más variados criterio criterioss Anegro Anegross y blan blanco cos, s, negros altos altos y blancos blancos ba3os, negros altos altos lacos y blancos blancos ba3os gordos, negros altos lacos solteros solteros y blancos blancos ba3os ba3os gordos gordos casado casadosB sB etc" etc" encon encontrá trándo ndose se así en la necesi necesidad dad de ormular ormular una serie serie ininita" ininita"
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era inatacable, pero llevada a la práctica era un acto de demente" &o que dierencia este este tipo tipo de locu locura ra de la cord cordur uraa no es tant tantoo el cará caráct cter er irrac irracion ional al de la idea idea incriminada sino el que esta contenga en sí su propia imposibilidad" &os locos de esta esta natu natura rale le$a $a lo son son porq porque ue han han aisla aislado do comple completame tamente nte su preocu preocupac pación ión del conte;to que los rodea y no tienen en cuenta así todos los elementos de una situación o, como se dice, todos los imponderables de un problema" De allí que esta orma de locura tenga tantas similitudes con la genialidad" &os genios son estos locos más una cua cualidad1 lidad1 la de encontra encontrarr la solución solución de un problema problema saltando saltando por encima de las diicultades intermediarias"
7 &ugares tan banales como la preectura de policía o el ministerio de 9raba3o son ahora los temp templo loss dél délic icos os dond dondee se deci decide de nues nuestr troo dest destin ino" o" *ort *orter eros os,, vale valets ts,, empleadas vie3as con permanente y mitones, son los pequeos dioses a los que estamos irremediablemente sometidos" Dioses uncionarios y alaces, nos traspapelan para siem siempr pree un doc documen umento to y con él nuestra nuestra ortuna ortuna o nos cierran el acceso acceso a una oici oicina na que que era la 5nica 5nica en la cual cual pod podíamo íamoss redimir redimirnos nos de alguna alguna alta" &os designios de estos diosecillos burocráticos son tan impenetrables como los de los dioses dioses antiguos antiguos y como como estos estos distri distribuy buyen en la dicha dicha y el dolor dolor sin apelació apelación" n" &a empl emplea eada da de corre correos os que que se se nie niega ga a ent entre rega garm rmee una cart ca rtaa cert ce rti iic icad adaa porq po rque ue el remi re mite tent ntee ortograió mal una letra de mi apellido es tan terrible como Minerva desarmando a un soldado solda do troyano troya no para de3arlo de3arlo inde indeens ensoo en manos manos de uno griego griego"" Muertos Muertos los vie3os vie3os dioses dioses por la ra$ón, ra$ón, renacie renacieron ron multiplic multiplicados ados en las divinidades me$quinas de las oicinas oic inas p5blicas" p5blicas" 0n sus sus vent ventan anill illas as enre enre3a 3ada dass está estánn como como en alta altare ress de paco pacoti tilla lla,, esperando que les "rindamos adoración"
8 Calvo, Calvo, obeso, obeso, ma3est ma3estuos uoso,, o,, con sus modales modales llenos de unción, unción, el barredor barredor de la 2gencia 2gen cia me da siempre l a impresión de un obispo que, a r aí$ de algun lgunaa in3ust in3usticia icia,, ha sido despo3ado de sus vestiduras sagradas" Cuando lo veo recorrer en overol los,pasill los,pasillos, os, con su aire recogido, recogido, sonriente y benévol benévolo, o, imagin imaginoo lo bien que se le vería celebrando una misa o presidiendo una ceremonia de canoni$ación" =abla solo, saluda obsequiosamente a todo el mundo, es un pacíico demente " -ue un re dactor que, atacado atacado de locura erótica, trató hace hace muchos muchos aos aos de violar violar a una secret secretari ariaa en un ascensor ascens or"" #o lo echar ech aron on de la oici oi cina, na, pero per o cuando cua ndo salió salió de la casa casa de reposo reposo,, desmem desmemoria oriado do y aparentemente aparentemente eli$, lo reba3aron al cargo car go de barrendero"
9 *odemo *odemoss memori$ memori$ar ar muchas muchas cosas cosas,, imágen imágenes, es, melodí melodías, as, noc nocion iones, es, argume argumenta ntacio ciones nes o poemas, poemas, pero hay hay dos cosas que no pode podemos mos memori$a memori$ar1 r1 el dolor y el placer" *odemos a lo más tener el recuerdo de esas sensaciones pero no las sensaciones del recuerdo" i nos uera
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posible revivir el placer que nos procuró una mu3er o el dolor que nos causó una enermedad, nuestra vida se volvería imposible" 0n el primer caso se convertiría en una repetición, en el segundo en una tortura" Como somos imperectos nuestra memoria es imperecta y solo nos restituye aquello que no puede destruirnos"
10 Mirando al gato del restaurant1 la maravillosa elegancia con que los animales llevan su desnude$" =ace tiempo comprobé eso en los perros, en los caballos" #o hay en los animales nada de ridículo ni de desagradable" i alguna ve$ sus posiciones o sus actos nos astidian es por su seme3an$a con los actos o posiciones humanas1 por e3emplo, cuando los animales hacen el amor"
11 &a vida se complace a veces en orecernos compendios alegóricos de la realidad o más bien citas magníicamente elegidas del gran te;to de la historia que vivimos" 0n los pasillos del metro, el primero de mayo, millares de obreros endomingados, 3óvenes y vie3os, con sus amilias se desbordan alegres, despreocupados, rumbo a la eria de *arís, al Campo de darte o al Eois de Eoulagne, todos con su ramillete de muguet en la mano" 0stán elices, han almor$ado bien, es su eriado, su estividad" entados en el suelo de un corredor, dos estudiantes hirsutos y barbudos con guitarras, cantan un aire marcial y revolucionario, del que soFlo percibo al pasar esta estroa1 Gbreros, levanten sus barricadasH" &os proletarios, sin detenerse, les pasar una mirada de reprobación, se sienten chocarlos, casi oendidos" #ada más uera de lugar que esos mo$albetes hablando de barrica s, luchas y conlictos en un día de esparcimiento entre tantos días de traba3o" &a presencia de esos estudiantes, su actitud, su propósito, es tan vano e ilusorio como el de esas mu3eres del 03ército de alvación que se apostan en la puerta de los burdeles tratando de catequi$ar a los putaeros"
12 &a historia es un 3uego cuyas reglas se han e;traviado" -ilósoos, antropólogos, sociólogos y poI íticos las buscan, cada cual por su lado, de acuerdo a sus intereses o a su temperamento" *ero solo encuentran reta$os de ellas" &a tentativa más coherente para rescatar los principios de este 3uego es probablemente el mar;ismo" *ero no la 5nica ni la deinitiva" erá completada, rectiicada, incluso rebatida, pero habrá cumplido una unción de esclarecimiento" Mientras no sur3a otra e;plicación habrá que aceptarla, pragmáticamente" &o terrible sería que después de tantas b5squedas se llegue a la conclusión de que la historia es un 3uego sin reglas o, lo que sería peor, un 3uego cuyas reglas se inventan a medida que se 3uega y que al inal son impuest 4as por el vencedor"
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13 Dentro de nosotros hay como una oicina meteorológica que emite cada maana su parte sentimental1 estaremos contentos, suriremos, cólera al mediodía, etc" / hacia esa predicción avan$arnos temerosos o coniados" icina ala$, tan volandera como la que proeti$a el clima1 la tarde de la que esperábamos tanto 35bilo se cubre de pronto de una insoportable triste$a" *ero también cómo alumbra esa noche auguralmente l5gubre la sonrisa de la desconocida"
14 &a e;istencia de un gran escritor es un milagro, el resultado de tantas convergencias ortuitas como las que concurren a la eclosión de una de esas belle$as universales que hacen soar a toda una generación" *or cada gran escritor, icuántas malas copias tiene que ensayar la naturale$a! ¡Cuántos +oyces, KaLas, Célines flous, velados o sobre;puestos habrán e;istido!
15 0sperando a alguien en la boca del metro veo entrar y salir a cientos de muchachas 4empleadas, estudiantes, etc"4 y me doy cuenta en ese instante de una de las unciones de la moda" eguir la moda es renunciar a sus atributos individuales para adoptar los de un grupo o, en otras palabras, de3ar de ser una persona para convertirse en un tipo" &os signos vestimentarios que eligen las mu3eres a la moda 4en el presente caso pantalones muy anchos, abrigos de piel, botines de altas suelas44 producen un a ilusión en el espectador1 conundir a la copia con el modelo" Mientras más perecta es la imitación más ácil es la ilusión" *or ello la moda no es otra cosa que un disra$ colectivo que se adopta todas las temporadas de acuerdo a ciertos patrones de belle$a impuestos por los modelistas" &o curioso de la moda es que las mu3eres que la siguen buscan ser observadas, pero terminan por uniormarse, corriendo el riesgo de pasar desapercibidas" (Desapercibidas) 9al ve$ como unidades de una amilia, pero no como amilia" *ues l a ambigedad de la moda reside en que oculta por un lado, pero luce por otro" culta a las mu3eres, pero luce a la mu3er"
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16 dónde estan las ti3eras, ell hilo, la libreta que en vano buscamos"=abita las cosas y las cosas la habitan" ensible a lo pequeo, descubre la mancha en la alombra, la ceni$a en la mesa" #osotros, desdeosos 4, distantes, adquirimos las cosas, pero luego las de3amos vivir indierentes y las vemos perecer sin pesadumbre"
17 &os nombres cambian, pero las instituciones se perpet5an" 0sos hotelitos destartalados de calles como la rue *rincesse o la rue des rteau;, donde se alo3an los peones que vienen del Mediterráneo, no son otra cosa que la versión moderna de los ergástulos romanos" #o encuentro prácticamente ninguna dierencia entre un albail argelino o portugués y un esclavo de la época de Diocleciano" 0n esos hotelitos los peones oráneos se instalan a perpetuidad y salen solamente para su traba3o todos los días o un día, el 5ltimo, rumbo al cementerio" on e;traos estos hotelitos, e;plotados generalmente por un paisano de sus inquilinos" 0n la planta ba3a está el bar4restaurante y el tablero con las llaves y en sus cuatro o cinco pisos las celdas donde los obreros duermen hacinados en camas4 camarote" 0l local les orece todo1 bebida, comida, litera, televisión, mesas para 3ugar a las car tas o al dom inó " &o que gan an en la áb ri ca lo gastan en el hotel" In5til decir que, a dierencia de los esclavos, son libres" #o les queda ni siquiera la esperan$a de la manumisión"
18 0l a3edre$ es como el amor venal, en el cual la pare3a se re5ne no por ainidad ni simpatía sino porque se necesitan recíprocamente para obtener de su con3unción un disrute" Con el alemán acista de la 2gencia no me saludo ni cru$o la menor palabra en toda la semana, pero basta que llegue el domingo para que en las horas libres 3uguemos una partida" 0s un acuerdo tácito, que no va precedido de ninguna invitación verbal" Easta que empiece a armar el tablero para que yo me acerque a su mesa y se inicie la partida" *artida silenciosa de la cual está e;cluido todo comentario"
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19 2l igual que yo, mi hi3o tiene sus autoridades, sus uentes, sus reerencias a las cuales recurre cuando quiere apoyar una airmación o una idea" *ero si las mías son los ilósoos, los novelistas o &os poetas las de mi hi3o son los viente álbunes de las aventuras de 9intín" 0n ellos todo está e;plicado" i hablamos de aviones, animales, via3es interplanetarios, países le3anos o tesoros, él tiene muy a la mano la cita precisa, el te;to irreutable que viene en socorro de sus opiniones" 0so es lo que se llama tener una visión, qui$ás alsa, del mundo, pero coherente y muchísimo más sólida que la mía, pues está inspirada en un solo libro sagrado, sobre el cual a5n no ha caído la maldición de la duda" olo tiempo más tarde se dará cuenta de que esas e;plicaciones tan simples no ca$an con la realidad y que es necesario buscar otras más soisticadas" *ero esa primera versión le habrá sido 5til, como la placenta intrauterina, para protegerse de las contaminaciones del mundo mayor y desarrollarse con ase margen de seguridad que requieren seres tan rágiles" &a primera resquebra3adura de su universo coloreado gráico, será el signo de la pérdida de su candor y de su ingreso al mundo individual de los adultos, después de haber habitado el genérico de la inancia, del mismo modo que en su cara aparecerán los rasgos de sus ancestros, luego de haber sobrellevado la máscara de la especie" 0ntonces tendrá que escrutar, indagar, apelar a ilósoos, novelistas o poetas para devolverle a su mundo armonía, orden, sentido, in5tilmente, además"
20 =abituados a la ciudad, ignoramos, hombres de esta época, todas las ormas de la naturale$a" omos incapaces de reconocer un árbol, una pl anta, una lor" #uestros abuelos, por pobres que uesen, tuvieron siempre un 3ardín o una huerta y aprendieron sin esuer$o los nombres de la vegetación" 2hora, en departamentos u hoteles, no vemos sino lores pintadas, naturale$as muertas o esas raquíticas plantas de macetas que parecen sembradas por peluqueros"
21 &o ácil que es conundir cultura con erudición" &a cultura en realidad no depende de la acumulación de conocimientos, incluso en varias materias, sino del orden que estos conocimientos guardan en nuestra memoria y de la presencia de estos conocimientos en nuestro comportamiento" &os conocimientos de un hombre culto pueden no ser muy numerosos, pero son armónicos, coherentes y, sobre todo, están relacionados entre sí" 0n el erudito,, los conocimientos parecen almacenarse en tabiques separados" 0n el culto se distribuyen de acuerdo a un orden interior que permite su can3e y su ructiicación" us lecturas, sus e;periencias se encuentran en ermentación y engendran continuamente nueva riqueza: es como el hombre que abre una cuenta con interés" 0l erudito, como el avaro, guarda su patrimonio en una media, en donde solo cabe el enmohecimiento y la repetición" 0n el primer caso el conocimiento engendra el conocimiento" 0n el segundo el
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conocimiento se aade al conocimiento"
22 =ay amores horribles que ultra3an en realidad el abolengo de este sentimiento y lo despo3an de toda su aureola romántica" *or e3emplo el que e;iste entre uno de los 3ees de la 2gencia y una de las secretarias" 0l 3ee es viscoso, moluscoide, oo, cincuentón y mediocre" &a secretaría una gorda desteida, mastodóntica, con los dientes uera de las encías y una nari$ tan larga que es una inracción permanente a las leyes de la cortesía" en consecuencia cabe pensar qué sórdida catástroe debe consti tuir en cada caso su matr imonio , para que le busquen uera de él esta compensación ominosa" Cuando los sorprendo en la oicina haciéndose sig nos de inteligencia, bromas o mirándose desde le3os embobados, me avergen$o por mí, por mi especie" / cuando imagino que estos amores deben consumarse en secreto, adulterinamente, en cuartos de hotel, en sabe Dios qué camas de alquiler y evoco sus atroces cuerpos conundidos, siento la tentación de arro3arme por la ventana, presa de una locura incurable"
23 &os aos nos ale3an de la inancia sin llevarnos or$osamente a la madure$"
24 Cuánto tienen que circular los ob3etos para encontrar en una casa el lugar que les conviene! 0n los pocos aos que llevamos en la place -alguiére, sillas, lámparas, cuadros,
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estantes, han sido protagonistas de un atigante periplo, que los llevó de pie$a en pie$a y de rincón en rincón" 2lgunos, es verdad, se adaptan con acilidad y terminan por habitar pacíicamente con sus vecinos" tros, las insociables, los réprobos, no encuentran posición ni lugar y transitan sin descanso de un espacio a otro, sin echar amarras en ning5n sitio" Mal que bien, a regaadientes, terminan a veces por aceptar una esquina y llevar allí una vida que yo adivino plena de incomodidad y de resentimiento" *ero hay también los irrecuperables, aquellos que no transigen con nada y que como castigo a su espíritu subversivo son recluidos en el ondo de un ca3ón o en la oscuridad de un sótano" b3etos terribles, condenados, que deben estar tramando en silencio alguna vengan$a atro$"
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26 &os dos barrenderos ranceses de la estación del metro, con sus overoles a$ules, hablando en argot, gruendo más bien, acerca de su traba3o" (0n qué los ha beneiciado la Qevolución -rancesa) 0scala ínima de los erroviarios" In5til preguntarles qué opinan sobre la guerra de .ietnam o la uer$a nuclear" on 3ustamente los tipos que hacen racasar los sondeos de la opinión p5blica" (Culpa de ellos) (Culpa del sistema) Cabe pensar que la Qevolución -rancesa, toda revolución, no soluciona los problemas sociales sino que los trasiere de un grupo a otro, me3or dicho, se los endosa a otro grupo no siempre minoritario" 0ste endoso no se produce necesariamente en el momento de la revolución, sino que puede dierirse durante aos o decenios" 0s cierto que TPO8 produ3o la burguesía más inteligente del mundo, pero al mismo tiempo miles de epiceros, de conser3es y de barrenderos de metro"
27 (*or qué e;istirán habitaciones que estrangulan en quien las habita toda tentativa de creación) 0sta que tengo ahora en la avenue des 'obelins es el nicho del ingenio1 estrechísima, larga, oscura, amena$ada por el bullicio de tanta carrocería" #o se trata, sin embargo, de una habitación miserable, sino de una pie$a donde se ve con demasiada evidencia la mano ecónoma del previsor e insoportable patrón de hotel pari sino" 0s lo que se puede llamar una habitación me$quina" #o hay la posi 4
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bilidad de de3ar correr el agua en el lavabo, ni de conectar un tocadiscos porque los plomos estallan" #o hay una repisa donde poner libros ni un escondri3o donde sepultar la maleta para evitarnos la impresión de ser los eternos via3eros" *or el contrario, toda la coniguración de la pie$a parece estar destinada a recordarnos que somos pasa3eros, que no tenemos la más remota esperan$a de estabilidad y que debemos eliminar de nuestra imaginación el proyecto de establecer aquí nuestro domicilio" i Vlas habitaciones hablaran, esta diría1 :0;tran3ero, te consi ento que duermas, pero vete l o más pronto posible y no de3es el menor recuerdo de tu persona:"
28 ¡Con qué irresponsabilidad vive la gente! 2l mirar por mi ventana veo a un hombre que cru$a la pista con un pan, una muchacha llevando un perrito, un vie3o cargando un paquete, un peatón que luego de vacilar elige un itinerario, una pare3a de 3óvenes abra$ados, un piloto a! volante de un velo$ automóvil" Despreocupados, indierentes, vacan a sus ocupaciones, sus rutinas, sus errores, sus deleites o sus vicios (Ignoran acaso que no hollan terreno s eguro, que vivimos en permanente toque de queda, que a la vuelta de cada esquina los acecha lo invencibl e) #o han meditado seguramente la rase de La Celestina1 &a muerte nos sigue y nos rodea y hacia su bandera nos acercamos, seg5n natura:"
29 &a lu$ no es el medio más adecuado para ver las cosas, sino para ver ciertas cosas" 2hora que está nublado he visto por el balcón mayor n5mero de detalles en el paisa3e que en los días soleados" 0stos resaltan ciertos ob3etos en detrimento de otros, a los que de3an en la sombra" &a media lu$ del día nublado pone a todos en el mismo plano y rescata de la penumbra a los olvidados" 2sí, ciertas inteligencias medianas ven con mayor precisión y con mayores matices el mundo que las inteligen cias luminosas, que ven solo lo esencial"
30 0l advenimiento de un nio a un hogar es como la irrupción de los bárbaros en el vie3o imperio romano" Mi hi3o ha destro$ado en veinte meses de vida todos los signos e;teriores y ostentatorios de nuestra cultura doméstica1 la estatuilla de porcelana que heredé de mi padre, reproducciones de esculturas amosas, ceniceros raros hurtados con tanta astucia en restaurantes, copas de cristal encargadas a *olonia, libros con grabados preciosos, el tocadiscos portátil, etc" 0l nio se siente rente a estos ob3etos, cuya utilidad desconoce, como el bárbaro rente a los productos enigmáticos de una civili$ación que no es la suya" / como a pesar de su ignorancia y su sinra$ón, él representa la uer$a, la supervivencia, es decir, el porvenir, los destruye" Destruye los signos de una cultura ya para
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él caduca porque sabe que podrá rempla$arlos, desde que él potencialmente, una nueva cultura"
encarna,
31 #o hay que e;igir en las personas más de una cualidad" i les encontramos una debemos ya sentirnos agradecidos y 3u$garlas solamente por ella y no por las que les altan" 0s vano e;igir que una persona sea simpática y también generosa o que sea inteligente y también alegre o que sea culta y también aseada o que sea hermosa y también leal" 9omemos de ella lo que pueda darnos" %ue su cualidad sea el pasa3e privilegiado a través del cual nos comunicamos y nos enriquecemos"
32 0n el rostro de los ciegos de nacimiento hay siempre alg5n otro rasgo, aparte de sus o3os re4 ventados, nebulosos, viscosos o simplemente i3os o cerrados, que indica su ceguera" &a boca, la nari$, los m5sculos aciales adquieren cierta e;presión particular que es ya :una e;presión de ciego:" Diríase que estos rasgos, desconocidos o incontrolables por quien los soporta, siguen sus inclinaciones naturales y se deorman o se ablandan" *ara el ciego no e;iste el espe3o que permite a los videntes corregir sus rasgos a tiempo y componerse una e;presiónV adecuada" &a e;presión de los ciegos es libre, la más natural que pueda darse" Qecuerda un poco la e;presión de la gente que duerme" *arece que el rostro se organi$ara alrededor de la mirada y cuando esta desaparece, se desbarata"
33 (%uién puede dar testimonio de las conversaciones que dormidos entablan los amantes) 2pagada la lu$, abandonados al sueo, algo en ellos permanece vigilante" #o su espíritu ni su conciencia, sino su ternura" Diálogos nocturnos, hechos de rases rotas, de palabras aberrantes que no escuchan, sin embargo, pero obedecen" 2sí, al despertarse, recuerdan a veces como una otra vida, de alguien que los relevó durante su descanso y se mantuvo atento y hasta rememoran ragmentos de un discurso que, l5cidos, los hace reír y no comprenden"
34 bservando 3ugar a los nios en el parquecito de la rue de la *rocession" u edad oscila entre uno y tres aos" 2 esta edad se amontonan, pero no se comunican" &es interesa la vecindad y a menudo el espectáculo, pero no el contacto directo" Cada cual en el ondo sigue tan solo como en el cuarto de su casa, pero reractados en m5ltiples espe3os"
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&legan incluso a ro$arse la mano, a intercambiar sus baldes intercambiables, pero prácticamente sin hablar, sin dar nada de sí ni decir nada, aparte de un ob3eto como el balde que, en este caso, es un ob3eto neutro" / en las bancas del 3ardín, en torno a la po$a de arena, los vie3os" olos también" obre todo se ven 3ubilados y tullidos, bastón y boina, callados, mirando sin ver el ilm de su inancia que reto$a a sus pies y trata de retenerlos, al menos por el recuerdo, a la vida" olo cabe sacar una conclusión1"la soledad de los nios preigura la de los vie3os" &os parquecitos como el de la rue de la *rocession se han hecho para ambos" %ue se re5nan el cabo con el rabo" 2sí se 3uega de nio, solo" 2sí se toma el sol en la ve3e$, solo" 0ntre ambas edades, el interregno poblado por el amor o la amistad, el 5nico cálido, soportable, entre dos e ;tremos de abandono"
35 &as palabras que se dicen los amantes durante su primer orgasmo son las que presidirán en el uturo toda su comunicación se;ual" on momentos de absoluta improvisación, en ¡os cuales los amantes se rebauti$an o rebauti$an las partes de su cuerpo" &os nuevos nombres regresarán siempre durante el acto para constituir el códice que utili$arán en la cama" 0stas palabras son inocentes y muchas veces poéticas con relación a lo que designan" 2 veces son también disparatadas" #adie está libre de decirle a su mu3er la noche de su primera posesión1 :2lcachoa:" / se regó porque desde entonces, al poseerla, tendrá siempre que decirle :2lcachoa:" 0l día que no se lo diga, la habrá de3ado de querer"
36 Dentro de algunos aos alcan$aré la edad de mi padre y unos aos después superaré su edad, es decir, seré mayor que él y más tarde aun podré considerarlo como si uese mi hi3o" *or lo general, todo hi3o termina por alcan$ar la edad de su padre o por rebasarla y entonces se convierte en el padre de su padre" olo así entonces podrá 3u$garlo con la indulgencia que da el :ser mayor:, comprenderlo me3or y perdonarle todos sus deectos" olo así además se alcan$a la verdadera mayoría de edad, la que e;tirpa toda opresión, así sea imaginaria, la que concede la total libertad"
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38 0l 3uego de la bolsa debe ser una ocupación melancólica" 2 3u$gar al menos por los cientos de bolsitas que diariamente veo en los caés que rodean a la place de la Eourse" olos o en grupos, e;actamente a las dos y media de la tarde, salen estos enigmáticos seores por las escalinatas de su templo neoclásico" %ué clase de gente es) .isten todos con decoro, pero no puede decirse que sean elegantes" u edad oscila entre los treinta y los sesenta aos" #o son muy locuaces ni comunicativos, salvo entre ellos, cuando orman su pequeo clan" 0s gente más bien preocupada, que sabe esperar" 0n algo se parecen a los 3ugadores de lotería" 9ienen la misma resignación y en el ondo la misma tena$ esperan$a" 9al ve$ su ocupación es tan vana, tan romántica como la literatura" 0videntemente, ellos no están dans le oup! 2lguien los mane3a, está por encima de sus previsiones, alguna especie de divinidad de las inan$as cuyas intenciones tratan de penetrar" .ienen diariamente al templo con la seguridad de haber sorprendido alg5n designio del limpo, pero por lo general se equivocan" (2spiran a ser ricos) (&o son) (%ué me3or medio para ser lo, en luga r de montar un nego cio, que estar allí donde el negocio se reduce a su e;presión más abstracta, como puede serlo una pi$arra con coti$aciones) *or eso su oicio tiene también algo de religioso, de esotérico y es e3ercido solo por los iniciados" on algo así como los ieles 4no los sacerdotes, que permanecen ocultos4 de la gran misa cotidiana del capitalismo universal"
39 Cada amigo es dueo de una gaveta escondida de nuestro ser, de la cual solo él tiene la llave e ido el amigo la gaveta queda para siempre cerrada" 2le3arse de los amigos es así clausurar parte de nuestro ser" /o habría sido dierente si hubiera continuado recuentando a ciertos amigos de mi 3uventud" *ero las circunstancias nos separaron y continuamos via3ando cada cual por su lado y por ello mismo mutilados" De allí que a cierta edad sea diícil hacer nuevos amigos" 9odas las acetas que orecía nuestra personalidad han sido ya copadas,ocupadas, selladas por las vie3as alian$as" #o hay supericie libre donde la nueva amistad pueda asirse" alvo que el nuevo amigo se pare$ca e;tremadamente al anterior y se valga de esta seme3an$a para penetrar por eracción al recinto secreto de la primera amistad" *ero por más aecto que na$ca siem pre será el imitador, el alsario, el que no accederá 3amás a la cámara Vmás preciada" Cámara irrisoria, seguramente, que no guarda a lo me3or más que un montículo de pedrequlio, pero que los o3os del amigo, dei primero, convertían en lo que él queria ver1 lo irrempla$able"
40 0s necesario dotar a todo nio de una casa"
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y hasta :la igura escondida en las venas del mármol de la chimenea:" 9odo para él será atesoramiento" Más tarde no importa"
41 0l pequeo comerciante rancés está tan identiicado con su negocio que cuando sale de él pierde su personalidad" Cuántas veces me cru$o en mi barrio con hombres o mu3eres que me son conocidos, pero no podría airmar si son el carnicero, el epicero, la verdulera o la mercera" olo cuando los veo dentro de su marco habitual, descuarti$ando una res, despachando patatas, o sirviendo vino, logro reconocerlos" Diríase que ellos solo e;isten en unción de los ob3etos que manipulan y dentro del conte;to de una actividad determinada" 0sta actividad los individuali$a, los dota de ser" -uera de ella se vuelven entes impersonales, anónimos, su3etos de una oración incompleta, a la que no sabemos qué complemento ponerles"
42 &o que pierde a los hombres no es tanto sus grandes vicios como sus pequeos deectos" e puede convivir muy bien con la pere$a, la prodigalid ad, el taba co o la lu3 uri a, pero en camb io qué dainos son las negligencias o los ínimos des4 cuidos" *arece que la vida, como ciertas sociedades, tolerara los glandes crímenes pero castigara implacablemente las altas"
43 0l empleado de la 2gencia que regresa a traba3ar después de cuatro meses de ausencia por enermedad" 0ra un hombre alto, grueso, ligeramente barrigón, con una melena plateada y un cigarrilo eterno humeando en su labio carnoso" &o que viene de él es un resumen, un esbo$o torpe de su antiguo ser, al punto que cuando lo vemos no podemos reconocerlo" (%ué queda de él) *robablemente ni él mismo lo sabe, pues cuando volvemos a verlo y al in lo identiicamos, nos mira con una mirada ansiosa y triste,
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como si lo hiciera desde lo más proundo de una ma$morra" 0ncerrado en su nueva isonomía, pide, casi implora que lo recono$can y lo rescaten de ella con el saludo" &a ener4 medad lo ha ta3ado, recortado, humillado, hundido, encorvado, pelado, aterrado, trasormado en otro hombre que tiene probablemente el mismo registro civil y conserva su memoria, pero que ya no es el mismo gordo rubicundo y umador, sino el espectro de su propia ve3e$, llegada anti cipa damente a nosotros a través de un implacable recodo1 el de la grave enermedad" u rostro tiene la e;presión del hombre que acaba de escapar de un terrible accidente, de un nauragio, en el cual la muerte tuvo tiempo de imprimirle su marca de propiedad"
44 *royectar diapositivas en colores de los grandes maestros1 Qembrandt, .elásque$, &eonardo, etc" &uego proyectar solo detalles de sus cuadros, por e3emplo un ondo rocoso, el brocado de un cortina3e, los dibu3os de una alombra o simplemente un rostro en primer plano" 0stos detalles son ya pintura moderna, sea impresionista, cubista o no igurativa" Diríase que en los cuadros de los grandes maestros está contenida potencialmente toda la pintura moderna, como en algunas páginas de Qabelais o de Cervantes todo el arte literario de nuestros días" Desde esta perspectiva, el arte llamado moderno no sería otra cosa que un detalle ampliado del antiguo o un :mirar de más cerca: la realidad" imple cuestión de distancia"
45 0n la calle 'ay &ussac me cru$o con el colombiano que via3ó en mi camarote cuando regresé al *er5 en T8JP a bordo del Marco *olo" 0ntonces uimos muy amigos, vivíamos encerrados en un pequeo espacio, leíamos, umábamos y bebíamos 3untos" 2hora, seis aos más tarde, nos cru$amos como dos desconocidos, sin ánimo de so4 brepararnos para estrecharnos la mano" #o es solamente la ragilidad de la amistad lo que me sorprende, sino la coincidencia de habernos cru$ado en *arís, de haber estado otra ve$ los dos, aunque sea por unos segundos, ocupando un espacio reducido" 0l ininito encadenamiento de circunstancias avorables para que este encuentro se produ$ca" Desde que nos despedimos en Cartagena en T8JP hasta hace un momento en la calle 'ay &ussac, todos los actos de su vida y los míos han tenido que estar dirigidos, regulados con una precisión inhumana para coincidir, él y yo, en la misma acera" Cualquier pequea alla que hubiera ocurrido ayer o hace una semana o hace un ao, hubiera impedido este encuentro" 0n la vida, en realidad, no hacemos más que cru$arnos con las personas" Con unas conversamos cinco minutos, con otras andamos una estación, con otras vivimos dos o tres aos, con otras cohabitamos die$ o veinte" *ero en el ondo no hacemos sino cru$arnos Ael tiempo no interesaB, cru$arnos y siempre por a$ar" / separarnos siempre"
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0l mundo no está hecho para los nios" *or ello su contacto con él es siempre doloroso, muchas veces catastróico" i coge un cuchillo se corta, si sube a una silla se cae, si sale a la calle lo arrolla un automóvil" 0s curioso que en tantos miles de aos de civili$ación no se haya hecho prácticamente nada para aliviar o solucionar este conlicto" e han inventado los 3uguetes, es cierto, que es un mundo miniaturi$ado, al uso y medida de los nios" *ero éstos se aburren de sus 3uguetes y, por imitación, quieren constantemente disponer de las cosas de los adultos" Con qué decisión y espontaneidad se precipitan hacia su adulte$, qué obstinación la suya en mimar a sus mayores" / a costa del dolor, aprenden" u condición para progresar es 3ustamente estar en contacto permanente con el mundo adulto, con lo grande, lo pesado, lo desconocido, lo hiriente" ería lo ideal, claro, que vivieran en un mundo aparte, acolchado, sin cuchillos que cortan ni puertas que chancan los dedos, entre nios" *ero entonces no evolucionarían" &os nios no aprenden nada de los nios"
47 Desde la 2ntigedad hasta nuestros días e;iste un denominador com5n en el hombre1 la crueldad" 0sta no ha disminuido en nuestra época sino que se ha delegado y se ha hecho por lo mismo casi invisible" 2hora e;isten e3ecutores oiciales de la crueldad Apolicías, torturadores, cuerpos de choque, etc"B que la canali$an y la practican en orma reglamentada y generalmente clandestina" 2ntiguamente, en cambio, era p5blica y se e3ercía en orma más directa1 los obispos degollaban, los reyes a3usticiaban con sus propias manos" Carlos AII de -rancia llega a Eru3as en el siglo WI., ve en la catedral cuatro mil estribos de soldados ranceses e;terminados en la época de -elipe el =ermoso por los lamencos y ordena en el acto pasar por las armas a todos los habitantes de la ciudad" .engan$a monstruosa, ría, dierida en un siglo"
48 Mi mirada adquiere en privilegiados momentos una intolerable acuidad y mi inteligencia una penetración que me asusta" 9odo se convierte para mí en signo, en presagio" &as cosas de3an de ser lo que parecen para convertirse probablemente en lo que son" 0l amigo con el que converso es un animal vestida cuyas palabras apenas comprendo, la canción de Monteverdi que escucho la suma de todas las melodías inventadas hasta ahora, el vaso que tengo en la mano un ob3eto que me orece, atravesando los siglos, el hombre de la edad de piedra, el automóvil que atraviesa la pla$a, el sueo de un guerrero sumer3o y hasta mi pobre gato el mensa3ero del conocimiento, la tentación y la catástroe" Cada cosa pierde su candor para trasormarse en lo que esconde, germina o signiica" 0n estos momentos, insoportables, lo 5nico que se desea es cerrar los o3os, taparse los oídos, abolir el pensamiento y hundirse en un sueo sin riberas"
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&a sorpresa o más bien el pavor que me produ3o el empleado de la 2gencia que con su bra$o atroi ado, ese bra$o más corto que el otro, terminado en una mano que no es mano sino una especie de muón con uas, amena$ó al mo$o del bar" 0n ese momento me di cuenta que la e;tremidad que yo consideraba como su punto más débil y debido a lo cual lo compadecía, era su instrumento normal de agresión"
50 0l policía del metro1 bella rente, mirada noble, nari$ perilada, e;presión de sensibilidad e inteligencia, que me hicieron preguntarme qué hacía ese artista en potencia cubierto con ese desprestigiado uniorme" De pronto un compaero se acerca y le dice algo al oído" 0l policía empie$a a reír, los o3os se le desorbitan, su nari$ se achata, sus ma;ilares comien$an a desquiciarse, su perecta dentadura asoma ero$mente, todos los tendones y nervios de su cuello vibran, sus m5sculos aciales se agarrotan y de sus auces brota un rugido atro$, inhumano, como el de un 3abalí acosado o un toro atravesado por el estoque" u risa lo delata"
51 &ectura del tomo quinto de la " i s t o r i a de Frania de #i"elet! Así omo yo ol$ido los detalles de esto que leo y no guardo más que una impresión general de malestar y de horror, aparte de tres o cuatro anécdotas, el mundo olvida su propia historia, no la interroga y no saca de ella ninguna ensean$a" Diríase que la historia se ha hecho para olvidarse" %ué humano, a no ser un especialista, rele;iona ahora sobre las e;acciones que su4 rieron los 3udíos ba3o -elipe el =ermoso o sobre la coniscación y destrucción de los templarios) *or ello mismo, en la historia que se escriba en el ao tres mil, la segunda guerra mundial que tanto costó ala humanidad ocupará tan solo un párrao y la guerra de .ietnam una nota al in del volumen que muy pocos se darán el traba3o de leer" &a e;4 plicación reside en que el hombre no puede al mismo tiempo enterarse de la historia y hacerla, pues la vida se ediica sobre la destrucción de la memoria"
52 .ia3ar en un tren en el sentido de la marcha o de espaldas a ella1 la cantidad ísica de paisa3e que se ve es la misma, pero la impresión que se tiene de él es tan distinta" %uien via3a en el buen sentido siente que el paisa3e se proyecta hacia él o más bien se siente proyectado hacia el paisa3e> quien via3a de espaldas siente que el paisa3e le huye, se le escapa de los o3os" 0n e! primer caso el via3ero sabe que se está acercando a un sitio, cuya pro;imidad presiente por cada nueva racción de espacio que se le presenta> en el segundo, solo que se ale3a de algo" 2sí, en la vida, algunas personas parecen via3ar de espaldas1 no saben dónde van, ignoran lo que las aguarda, todo los esquiva, el mundo que los demás asimilan por un acto rontal de percepción es para ellos solo uga, residuo, pérdida, deecación"
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53 Distancia1 a doscientos metros no podemos saber si una mu3er es bella" 2 unos centímetros todas son iguales" &a percepción de la belle$a necesita cierto margen espacial, que varía no solo de acuerdo al observador sino también de acuerdo al ob3eto observado" 0ntre nosotros decíamos sobre algunas mu3eres, utili$ando una e;presión ya convenida, :tiene buen le3os:, pues a cierta distancia parecía guapa, pero apenas se acercaba no lo era" tras en cambio tienen :buen cerca:, pero al ale3arse notamos que son desproporcionadas o lacas o con las piernas torcidas" (%ué distancia debe servirnos de patrón para dar un veredicto estético sobre una persona)
54 &as relaciones que uno tiene con su mu3er, por hermosa que sea, llegan con el tiempo a hacer4 se tan rutinarias como las que uno mantiene con su ciudad" Qutinarias en el sentido que la atención se alo3a y uno termina por no percibir del ob3eto cercano más que ciertos puntos de reerencia" 2sí como al cabo de habitar varios aos en una ciudad no vemos ya las pla$as, las avenidas, los monumentos, sino cuando el a$ar o la obligación nos lo pro4 ponen A2te, pero aquí habían árboles, oh, í3ate qué hermoso portal, etc"B del mismo modo a veces descubrimos que nuestra mu3er tiene senos o bonitos o3os o apetecibles caderas" *ero son momentos esporádicos y se diría anormales, puesto que e;igen en nosotros un nuevo enoque o una nueva regulación en el diaragma de nuestra conciencia, lo que implica un esuer$o y por esa misma ra$ón encuentra en nosotros resistencia" 0s por este motivo que la vida conyugal, cuando no hay hi3os ni intereses comunes ni ainidades intelectuales ni sobre todo compatiblidades temperamentales o se;uales, llega a convertirse en una icción, en un compaerismo a ciegas, tan antasmal como el itinerario mil veces seguido por una ciudad en la cual solo nos conducen nuestros rele3os" &a mu3er lo comprende y a veces trata de hacerse visible con un nuevo peinado, un detalle vestimentario o una invitación a seguirle por el barrio no visitado, réprobo, de su cuerpo" 0l hombre tam4 bién lo comprende y e;ige a veces un cambio de apariencia Acaso patológico del travestiB" *ero los disraces también cansan y no son otra cosa que disraces"
55 2yer recordé s5bitamente las noches de Miralores y empecé a escribir una narración" 0ntonces y solo entonces me di cuenta de que esas noches 4dos o tres de la maana4 tenían una m5sica particular" #o eran silenciosas" 0n esa época, cuando vivíamos esas noches, decíamos incluso1 : ¡%ué tranquilidad!" #o se escucha nada:" *ero era also" olo ahora, al rememorar esas noches con el propósito de describirlas, puedo darme cuenta de los rumores que la poblaban" Qesacas de los acantilados, que3idos del le3ano tranvía nocturno, ladridos de perros en las huacas y una especie de $umbido, de estampido persistente y ahogado, como el de una trompeta que gime en el ondo de un sótano" Comprendí entonces que escribir, más que trasmitir un conocimiento, es acceder a un conocimiento" 0l acto de escribir nos permite aprehender una realidad que
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hasta el momento se nos presentaba en orma incompleta, velada, ugitiva o caótica" Muchas cosas las conocemos o las comprendemos solo cuando las es cri bim os" *or que escribir es escrutar en nosotros mismos y en el mundo con un instrumento mucho más riguroso que el pensamiento invisible1 el pensamiento gráico, visual, reversible, implacable de los signos alabéticos"
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57 &as 5nicas personas civili$adas de la playa de 2lbueira son esos campesinos que a veces ba3an de sus chacras de higos y almendros, vestidos de negro ba3o el sol torrencial, con su e;traa manera de ponerse el sombrero, muy tirado sobre los o3os y levantado sobre la nuca y que se quedan contemplando en silencio, un poco asombrados, pero con altura e indulgencia y sabiduría a los turistas que disra$ados de ranas, desollados vivos en la resolana, metidos en bolsas de toallas, engrasados como armas de uego, han desembarcado de vehículos rodantes venidos del norte y ahora reto$an en la arena, leyendo %ie &elt, '"e 'imes, Le #onde e introduciendo, sin saberlo, en ese espacio bellísimo, los primeros signos de la barbarie"
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58 2hora que mi hi3o 3uega en su habitación y que yo escribo en la mía me pregunto si el hecho de escribir no será la prolongación de los 3uegos de la inancia" .eo que tanto él como yo estamos concentrados en lo que hacemos y tomamos nuestra actividad, como a menudo sucede con los 3uegos, en la orma más seria" #o admitimos intererencias y desalo3amos inmediatamente al intruso" Mi hi3o 3uega con sus soldados, sus automóviles y sus torres y yo 3uego con las palabras" 2mbos, con los medios de que disponemos, ocupamos nuestra duración y vivimos un mundo imaginario, pero construido con utensilios o ragmentos del mundo real" &a dierencia está en que el mundo del 3uego, inantil desaparece cuando ha terminado de 3ugarse, mientras que el mundo del 3uego literario del adulto, para bien o para mal, permanece" (*or qué) *orque los materiales de nuestro 3uego son dierentes" 0l nio emplea ob3etos, mientras que nosotros utili$amos signos" / para el caso, el signo es más perdurable que el ob3eto que representa" De3ar la inancia es precisamente rempla$ar los ob3etos por sus signos"
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60 2 mí los tullidos, los tarados, los pordioseros y los parias" 0llos vienen naturalmente a mí sin que tenga necesidad de convocarlos" Me basta subir a un vagón de metro para que en cada estación, de uno en uno, suban a su ve$ y vayan cercándome hasta convertirme en algo así como el monar ca siniestro de una Corte de los Milagros" &a 3uventud, la belle$a, en el andén del rente, en el vagón vecino, en el tren que se ue" 0n cuántas biurcaciones de los pasillos del metro he perdido para siempre un amor"
61 0sas maanas nulas, canceladas, en las que escucho m5sica sin oírla, umo sin sentir el sabor del tabaco, miro por la ventana sin ver nada, pierdo en realidad todo contacto con la realidad sin que por eso acceda a un mayor contacto conmigo mismo, esas maanas, ni en el mundo ni en mi conciencia, loto en una especie de tierra de nadie, un limbo donde están ausentes las cosas y las ideas de las cosas y no me de3an otro legado, esas maanas, que una duración sin contenido"
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62 0l a$ar de mis traba3os y andan$as me lleva al barrio de aint4Cloud, cerca de la casa donde vivió una amiga hace dieciséis aos" Qetrocedo, indago, busco el lugar que habitaba" &lego al ena y recorro un trecho del muelle" E5squeda vana" 0l antiguo puente ha sido rempla$ado por uno más moderno y para ello ha sido necesario derribar su casa que daba al río" 2llí, 3usto donde estaba su cama, su cuarto con terra$a sobre el río, se yergue el pilar del puente, a pico sobre una mole de cemento" #ada ha quedado" / yo que quería tan poco, mirar apenas la ventana por donde 3untos, al atardecer, veíamos pasar las barca$as" 0lla, a miles de Lilómetros de aquí, no piensa en esto y yo, de no haber venido al vie3o barrio, tampoco pensaría" *ero el lugar, (por qué también el debía caer no solo en el olvido sino en la destrucción) (%ué testimonio, qué huella) 9ambién mueren los lugares donde uimos elices"
63 bservación banal que me ha de3ado estupeacto, tanto, que imagino que debe haber en ella una alacia imperdonable" *artí del principio de que tengo dos padres, cuatro abuelos, ocho bisabuelos, dieciséis tatarabuelos" (*or qué no seguir adelante) Cogiendo lápi$ y papel hice la progresión" 0n el ao TOPU tenía N7 ancestros Acalculando U aos por generaciónB, en el ao T7PU tenía NJ"JN, en el ao T67U tenía TN"OT"6TN, en el ao TUNU tenía T"UN8"N7J"P67" / no seguí porque ya entraba en el absurdo, en la más grande alsedad histórica1 simplemente porque en el ao TUNU la población del mundo no llegaba a dos mil millones de habitantes" (%ué e;plicación puede tener esto) 0l incesto y la poligamia pueden reducir en parte estas ciras, pero no al e;tremo de anular su inaceptable cuantía" Misterio" *arado3a1 cada habitante del globo desciende de todos los anteriores habitantes del globo Acono invertido, pero de un anterior habitante del globo y su pare3a descienden todos los habitantes actuales Acono normalB"
64 &as aeromo$as orman numerosas sectas y están aectadas a dierentes parroquias volantes" 0llas son las sacerdotisas de la religión, de la técnica y están, por principio, consagradas a la muerte"
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*or la misma vereda desierta por donde yo camino, un hombre viene hacia mí, a unos cien metros de distancia" &a vereda es ancha, de modo que hay sitio de más para que pasemos sin tocarnos" *ero a medida que el hombre se acerca, el especie de radar que todos llevamos dentro se descompone, tanto el hombre como yo vacilamos, $ig$agueamos, tratamos de evitarnos, pero con tanta torpe$a que no hacemos sino precipitarnos hacia una inminente colisión" 0sta inalmente no se produce, pues altando unos centímetros logramos renar, cara contra cara" / durante una racción de segundo, antes de proseguir nuestra marcha, cru$amos una ulminante mirada de odio"
66 Mientras más cono$co a las mu3eres, más me asombran" i no se produce alguna mutación en el género humano, estos hombrecillos que entre las piernas, en lugar de nuestro colga3o, tienen un surco, un estuche, seguirán siendo enigmáticos" caprichosos, tontos, geniales, ridículos, en in, para decirlo en una palabra, maravillosos" (%ué me atrae en ellas) 2l llegar a los cuarenta aos uno se da cuenta que más vale vivir en el comercio de las mu3eres que de los hombres" 0llas son leales, atentas, se admiran ácilmente, son serviciales, sacriicadas y ieles" #o rivali$an con nosotros en el terreno al menos en que los hombres rivali$an1 la vanidad y el amor" Con ellas sabemos a qué atenernos, o están con nosotros o están contra nosotros, pero nunca esas medias tintas, esos celos, esas ricciones que tenemos con nuestros pares" 2demás ellas son las 5nicas que nos ponen en contacto directo con la vida, tomada esta en su sentido más inmediato y también más proundo1 la compaía, la con3unción, el1 placer, la ecundación, la progenie"
67 (%uién conoce mi aceta de animal nocturno) Cuántas veces en mi cuarto, estando ocupado en alguna lectura, he sentido penetrar por las ventanas, por las rendi3as de la puerta, el llamado de la noche" *onerse el abrigo y comen$ar a caminar" *equeas luces, cielos opacos o estrellados, gente que sale lavada, peinada, en busca del placer" 0staciones en los bares, sin precipitación, bebiendo a pausa un trago ino, mirando, pensando, sintiendo operarse la tras4iguración " " " De pr on to ya so mo s ot ro1 una de nuestras cien personalidades muertas o recha$adas nos ocupa", #uestro cuerpo la portará, la soportará hasta el alba" &uego la enterrará en una mala cama de hotel, en una 5ltima copa que no debió nunca venir" Qostros de mu3er, bellas cortesanas, besos pagados, comedia del amor, mis largas, mis incontables noches de bebedor anónimo en 0uropa, (qué cosa me han enseado) .ie3a y e;acta metáora de identiicar a la mu3er con la tierra, con lo que se surca, se siembra y se cosecha" 0l arado y el alo se e;plican recíprocamente" 0llas son en realidad el humus donde estamos asentados, de donde hemos venido, hacia donde vamos" =acer el amor es un retorno, un impulso atávico que nos conduce a la caverna original, donde se bebe el agua que nos dio la vida"
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Cada ve$ más tengo la impresión de que el mundo se va progresivamente despoblando, a pesar del bullicio de los carros y del a3etreo de la muchedumbre" ¡0s tan diícil ahora encontrar una persona! #o nos cru$amos en la calle sino con siluetas, con iguras, con símbolos"
69 *asa una vistosa camioneta amarilla con este anuncio publicitario1 :Caé ort décaéiné pour actis décontractés:" De inmediato la imagen del :acti décontracté: se me presenta en espíritu de una manera nítida, astidiosa, groseramente sensorial" .eo en ellos la ra$a de los triunadores1 e3ecutivos de empresa, actores de cine, animadores de televisión, técnicos en inormática o en relaciones p5blicas, etc" / descubro a continuación que con esta gente los rustrados, los mediocres, nunca tienen contacto y por ello es que, como no pueden aprender de ellos ni imitarlos, contin5an en la mediocridad y la rustración" &as personas con é;ito solo buscan y se re5nen con las personas con é;ito, y los racasados con los racasados" *or ello la osa que separa a triunadores de regados se ensancha cada ve$ más, como la que los economistas han diagnosticado entre pueblos pobres y ricos" 9an e;trao es que un millonario ande con pobretones como que un artista de é;ito pare con artistas de domingo" &as personas que triunan orman de i nm edi at o un a l ogi a, co mo l os r ico s, p or qu e triuno y ortuna son complementarios, caras de Yuna misma moneda" / esta asociación espontánea es e;plicable porque el é;ito llama al é;ito, como el dinero al dinero" 0l é;ito solo puede aumentar si está en contacto con el é;ito, porque se re le 3a en él y se ortiica, así como los ricos se alían con los ricos porque de su alian$a brota ma4 yor ortuna" 0sto e;plica también, la avide$ de la masa por la televisión, las revistas de cine, la vida oculta o privada de millonarios o reye$uelos1 porque es la 5nica manera de acceder a las eseras inaccesibles de la gloria o la ortuna"
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*odemos concebir un espacio sin tiempo, pero no un tiempo sin espacio" 0l tiempo necesita de las cosas para e;istir" 0n un universo absolutamente vacío el tiempo no e;iste" 0l tiempo es así una cualidad del ser, algo que le pertenece por deinición pero del cual no podemos separarlo" 0l tiempo no puede aislarse ni almacenarse, ni en un calendario, ni una clepsidra" #o podemos ahorrarlo para utili$arlo luego" 0l tiempo" desaparece conorme se usa" =acia atrás no hay absolutamente nada1 nada separa el día de ayer de la batalla de &epanto, están unidos por su propia ine;istencia" 0l 5nico tiempo posible es el uturo, pues lo que llamamos presente no es sino una permanente desaparición" *ero el uturo mismo no sabemos en qué consiste, es una mera posibilidad" abemos que está allí, que viene hacia nosotros, que está a punto de llegar" *ero, (cómo) (dónde) 0l tiempo sería así e! ámbito de la caída de lo que e;iste, s i no la pr opia caída"
71 #ada más deprimente que percibir por una ventana entreabierta el interior de una loge de portera parisina" Cada una de estas loges es el santuario de lo horrible" 0n este pequeo espacio se dan cita los ob3etos más eos del mundo1 lores de plástico, bibelots de erretería y esos peces de cerámica, rígidos, siniestros, que, adosados al muro, nos taladran con su o3o ciego" i uno quisiera alguna ve$ hacer un museo o una e;posición con lo más tosco y vulgar de nuestra manuactura no tendría más que recolectarlo en estas loges! 0l gusto de estas mu3eres es verdaderamente demoníaco, no tiene ni pa$ ni límites" =ay toda una industria, sin duda, especialmente destinada a satisacer este apetito estragado y que abrica en serie, aconse3ada por modelistas paranoicos, toda una gama de productos para los cuales el mercado espiritual es ilimitado1 $apatillas de trapo, cupidos de marmolina, ruteros, de madera tallada y esos centros de mesa, especie de naturale$a muerta en mayólica, que ascinan a colmo de horror y terminan por poblar toda nuestra vida de pesadillas"
72 &iteratura es aectación" %uien ha escogido para e;presarse un medio derivado, la escritura, y no uno natural, la palabra, debe obedecer a las reglas del 3uego" De allí que toda tentativa para dar la impresión de no ser aectado 4monólogo interior, escritura automática, lengua3e coloquialconstituye a la postre una aectación a la segunda potencia" 9anto más aectado que un *roust puede ser un Céline o tanto más que un Eorges un Qulo" &o que debe evitarse no es la aectació n congénita a la escritura sino la retórica que se aade a la aectación"
73 &as turistas norteamericanas del ómnibus1 vie3as y arrugadas" *ero arrugadas de una manera dierente a como se arrugan las mu3eres por otras latitudes" e habían arrugado en el
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conort y la bonan$a" &os surcos de su cara eran el ruto de gestos placenteros, 3ubilosos y hartos repetidos hasta el ininito, hasta haberles impreso la máscara de una ve3e$ sin grande$a, la ve3e$ de la satisacción"
74 0l vie3o, el ancestral ca$ador que hay en todos nosotros renace en ciertas circunstancias" Cua4 lidades que poseemos dispersas, pero rara ve$ concentradas en una sola actividad, como son el silencio, la paciencia, el sigilo, la atención, la agilidad, la celeridad, la sorpresa, se dan cita en la supericie de nuestro ser y nos convierten en un ave$ado y cruel hombre del paleolítico" 2sí, cuando mi gato comete alguna grave tropelía, con qué astucia y tenacidad lo aguardo encogido tras un sillón o detrás de una puerta, tendiéndole alguna sutil celada, durante interminables minutos, para al in saltar sobre él y atacarlo por su lado más vulnerable"
75 #uestra naturale$a tiende a e;pulsar el dolor, no a conservarlo" 2 los tres días de la muerte de 9" pienso menos en ella y cuando lo hago no siento ya esa opresión en el pecho, en la garganta, esa opresión que de no dominarla se e;tiende rápida mente hacia la cara, deorma nuestros rasgos y se convierte en llanto" 0l dolor lo vamos echando por pequeos paquetes y solo queda en nosotros el estupor, la indignación"
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proyecto, una posibilidad, mientras que con los adultos muere algo ya consumado" &a muerte de un nio es un despilarro dela naturale$a, la de un adulto el precio que se paga por bien que se disrutó"
76 Cenando de madrugada en una onda con un grupo de obreros me doy cuenta que lo que separa lo que se llama las clases sociales, no son tanto las ideas como los modales" *robablemente yo compartía las aspiraciones de mis comensales y más a5n estaba me3or preparado que ellos para deenderlas, pero lo que nos ale3aba irremediablementeera la manera de coger el tenedor" 0ste simple gesto, así como la orma de mascar, de hablar y de umar, creaba entre nosotros un abismo más grande que cualquier discrepancia ideológica" 0s que los modales son un legado que se adquiere a través de varias generaciones y cuya presencia perdura por encima de cualquier mutación intelectual" /o estaba de acuerdo con la maniestación de la que hablaban e incluso con la huelga, pero no con la vulgaridad de sus ademanes ni con el carácter caótico y estridente de su discurso" Mi bistec me hubiera sabido me3or si lo hubiera comido rente a un oligarca podrido, pero que hubiera sabido desdoblar correctamente su servilleta" &o que me habría permitido alternar con él no hubiera sido nuestras opi4 niones sino nuestro comportamiento, pues la comunicación entre las gentes se da más ácilmente a través de las ormas que de los contenidos" &a importancia de los modales es tan grande que lo que en mi país se llama los huachaos, tratan de saltar de una clase a otra no mediante un cambio de mentalidad sino gracias a la imitación de los modales, sin darse cuenta, como lo hacen los arribistas, que lo ácil es copiar, las ideas, puesto que son invisibles, y no las maneras, lo que requiere una de4 mostración permanente que los e;pone generalmente al ridículo" *ues los modales no se calcan sino que se conquistan, son como una acumulación de capital, un pr oducto, ruto de l esuer$o y la repetición, tan válido como cualquier creación de la energ ía humana " on el santo y sea que permite a una clase identiicarse, recuentarse, convivir y sostenerse, más allá de sus pugnas y discordias ocasionales" &o 5nico que puede llegar a nivelar los modales, inventando otros nuevos más naturales y soportables, son las verdaderas revoluciones" ADe allí que a las inauténticas se las reconoce, no por la ideología que tratan de propagar, sino por la perpetuación de los modales de una sociedad que creen haber destruido"
77 0n su comportamiento con las mu3eres los hombres son por lo general necios, atuos y rancamente detestables" Mis via3es en metro me tienen ya amiliari$ado con el ceremonial de los machos mediterráneos 4espaoles, italianos, argelinos, tunecinos y en menos grado rancesa4 que desde que suben a un vagón no piensan más que en ubicar a una mu3er, de preerencia guapa, pero si no la hay, a cualquier mu3er, para aprovechar la apretura y rotarse contra ella" i no es hora de aglomeración, no importa, tratan de colocarse rente a una mu3er para mirarle las piernas o, los más románticos, i3amente a los o3os, esperando no sé qué, vanamente, durante die$ o veinte estaciones" *ero el colmo, por lo que tiene de
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quimérico como proyecto o de eímero como placer, son las agresiones visuales que suren las mu3eres de hombres que no via3an en su metro sino del que va en dirección contraria" &os vagones se cru$an durante segundos en cada estación, pero aun así no alta nunca, líbreme Dios, nunca, un cabro mostachudo, escuálido o depravadamente calvo, que lance su mirada ávida hacia el vagón inverso y si distingue una mu3er guapa no la observe con impertinencia o gula o provocación o arrogancia" (%ué unción cumple esta uga$ mirada) (0s el homena3e genérico, impersonal, rutinario del se;o uerte al débil) (0l propósito de registrar una igura que pasará a ormar parte de un harem interior) (&a esperan$a de sor4 prender en la mu3er observada una respuesta a ese ulminante convite se;ual) *resuponiendo que la respuesta sea airmativa, (cómo ingeniárselas para pasar de un vagón a otro que va en sentido contrario o al menos concertar una cita en racciones de segundo) 9odo esto es descabellado, iluso" *ero sucede todos los días en el metro, hasta las náuseas, hasta la compasión" *orque el macho mediterráneo, al término de su via3e en metro, no debe llevar más que el peso de una terrible rustración, sin otra salida que la de hacer el amor a ciegas con su mu3er ea o ya usada o masturbarse estoicamente, como un orangután en3aulado
78 *ara un padre, el calendario más vera$ es su propio hi3o" 0n él, más que en espe3os o almanaques, tomarnos conciencia de nuestro transcurrir y registramos los síntomas de nuestro deterioro" 0l diente que le sale es el que perdemos, el centímetro que aumenta el que nos empequeecemos, las luces que adquiere las que en nosotros se e;tinguen, lo que aprende lo que olvidamos y elao que suma el que se nos sustrae" u desarrollo es la imagen simétrica e invertida de nuestro consumo, pues él se alimenta de nuestro tiempo y se construye con las amputaciones sucesivas de nuestro ser"
79 0l alcohol produce en nuestros sentidos una vibración, que nos permite distorsionar nuestra percepción de la realidad y emprender de ella una nueva lectura" 2quello que debía ser recibido como una totalidad llega a nosotros descompuesto y podemos así tomar nota de sus elementos y establecer entre ellos un nuevo orden de prioridades" 2l beber cambiamos sencillamente de lente y recibimos del mundo una imagen que tiene en todo caso la venta3a de ser distinta de la natural" 0n este sentido la embriague$ es un método de conocimiento" &a embriague$ moderada, es decir, aquella que nos ale3a de nosotros mismos sin abandonarnos, no la borrachera, en la cual nuestra conciencia le dice adiós a nuestro comportamiento"
80 2 cierta edad, que varía seg5n las personas pero que se sit5a hacia la cuarentena, la vida comien$a a parecemos insulsa, lenta, estéril, sin atractivos, repetitiva, como si cada día no uera sino el plagio del ant erior" 2lgo en nosotros se ha apagado1 entusiasmo, energía,
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capacidad de proyectar, espíritu de aventura o simplemente apetito de goce, de invención o de riesgo" 0s el momento de hacer un alto, reconsiderarla ba3o todos sus aspectos y tratar de sacar partido de sus laque$as" Momento de suprema elección, pues se trata en realidad de escoger entre la sabiduría o la estupide$"
81 2l lado del carril de la vida, por donde todos andamos, hay una vía paralela, que eligen solo los iluminados" .ía e;presa, no se detiene en ninguna estación ni se de3a tentar por las delicias del paisa3e" 0lla lleva directamente a su término y en el pla$o más corto, pues el tiempo que la gobierna no es el que igura en nuestros relo3es" (%uién no ha estado tentado alguna ve$ de seguirla) =e conocido héroes precoces, drogados inclementes, que desdearon la senda ordinaria, por su prisa desesperada de llegar, centelleando, a la muerte"
82 2 veces descorro el visillo y lan$o una mirada ávida sobre el mundo, lo interrogo, pero no recibo ning5n mensa3e, salvo el del caos y la conusión1 automóviles que circulan, peatones que cru$an la pla$a, negocios que encienden sus luces, e;cava4 doras que aran un terreno baldío, pá3aros e;traviados buscando un remanso en el bullicio" on los días neastos, en los cuales nada podemos desentraar, pues nuestra conciencia está e;cesivamente embara$ada por la ra$ón y nuestros o3os empaados por la rutina" &impiar ambos de lo que los es torba no es una tarea ácil" 2 veces se consigue por un esuer$o de concentr ación, otr as viene naturalmente, gracias a un traba3o interior en el cual no hemos deliberadamente participado" olo entonces la realidad entreabr e sus puertas y podemos vislumbrar lo esencial"
83 2rte del relato1 sensibilidad para percibir las signiicaciones de las cosas" i yo digo1 :0l hombre del bar era un tipo calvo:, hago una observación pueril" *ero puedo también decir1 :9odas las calvicies son desgraciadas, pero hay calvicies que inspiran una prounda lástima" on las calvicies obtenidas sin gloria, ruto de la rutina y no del placer, como la del hombre que bebía ayer cerve$a en el .iolín 'itano" 2l verlo, yo me decía1 ¡en qué dependencia p5blica habrá perdido este cristiano sus cabellos!:" in embargo, qui$ás en la primera órmula resida el arte de relatar"
84 =ay veces en las cuales la taberna tiene un aire siniestro y entonces las noches se cubren de una irremediable triste$a" 0n el mostrador los borrachines y putillas de *ágina 68 de 78
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costumbre" &a sala del ondo casi desierta1 una pare3a abra$ada, una vie3a tomando un agua mineral, un tecnócrata discutiendo con un burócrata" /o y mi gigondas en un rincón, mirando, esperando" (0sperando qué) 0so, el milagro, un a$ar, un encuentro, un soplo de misterio o de poesía" *ero nada" 2 la tercera copa apago mi cigarrillo y me voy, no vencido sino avergon$ado, por haber creído que a5n cabe aguardar en este mundo banal la irrupción de lo maravilloso"
85 &a @nica manera de comunicarme con el escritor que hay en mí es a través de la libación solitaria" 2l cabo de unas copas, él emerge" / escucho su vo$, una vo$ un poco monocorde, pero contin ua, por mome ntos im perio sa" /o la regis tro y trato de retenerla, hasta que se va volviendo cada ve$ más borrosa, desordenada y termina por desaparecer cuando yo mismo me ahogo en un mar de náuseas, de tabaco y de bruma" ¡*obre doble mío, a qué po$o terrible lo he relegado, que solo puedo tan esporádicamente y a costa de tanto mal entreverlo! =undido en m í como una semilla muerta, qui$ás recuerde las épocas elices en que cohabitábamos, más a5n, en que éramos el mismo y no había distancia que salvar ni vino que beber para tenerlo constantemente presente"
86 0l hecho material de escribir, tomado en su orma más trivial si se quiere 4una receta médica, un recado4 es uno de los enómenos más enigmáticos y preciosos que puedan concebirse" 0s el punto de convergencia entre lo invisible y lo visible, entre el mundo de la temporalidad y el de la espacialidad" 2l escribir, en realidad, no hacemos otra cosa que dibu3ar nuestros pensamientos, convertir en ormas lo que era solo ormulación y saltar, sin la mediación de la vo$, de la idea al signo" *ero tan prodigioso como escribir es leer, pues se trata de reali$ar la operación 3ustamente contraria1 temporali$ar lo espacial, aspirar hacia el recinto inubicuo de la conciencia y de la memoria aquello que no es otra cosa que una sucesión de graismos convencionales, de tra$os que para un analabeto carecen de todo sentido, pero que nosotros hemos aprendido a interpretar y a reconvertir en su sustancia primera" 2sí, toda nuestra cultura está undada en un ir y venir entre los conceptos y sus representaciones, en un permanente comercio entre mundos aparentemente incompatibles pero que alguien, en un momento dado, logró comunicar, al descubrir un pasa3e secreto a través del cual podía pasarse de lo abstracto a lo concreto, gracias a una treintena de iguras que se ueron pereccionando hasta constituir el alabeto"
87 Cuando me quedo solo en casa como ahora, bastan dos o tres días para que a mi alrededor se instaure ese desorden que siempre me acompaó en mis tiempos de soltero"
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realidad mi verdadero orden" 0n el dormitorio la cama destendida, camisas colgando de todas las sillas, libros tirados por el suelo, tres vasos en la mesa de noche con agua de días, pastillas contra el dolor de cabe$a, ceniceros repletos de colillas, calcetines tirados deba3o de la cama, chicles sobre el escritorio, más pastillas, boletos de metro, misteriosas llaves salidas no se sabe de dónde, paquetes de cigarrillos a medio terminar, 3ebecitos, lapiceros sin carga, pilas de libros, un vaso con restos de un gin de ayer, una ta$a de té con una colilla aplastada, monedas de varios países " " Decorado que escruto con simpatía y una pi$ca de inquietud, sin atreverme a modiicarlo, de3ándolo librado a su propia descomposición"
88 &legan puntualmente a las cinco de la tarde al bar de la clase turista, con su uniorme negro, un patético aire de enterradores"
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cincuentonas" Cree producir eecto" ¡2h tristísimo buenmo$o diletante empecinadamente italiano! 0s el 5nico además que viene siempre con el uniorme impecablemente planchado y el que agradece los aplausos después de cada intervención, levantándose ligeramente de su asiento para hacer reverencias y rapidísimas venias a derecha e i$quierda" 2 él están encomendados además los tro$os de lucimiento, que ataca con energía, agitando su melena blanca y elevando de ve$ en cuando, por en4 cima de su partitura, su regard sobre las mu3eres" Comprendo que este hombre hace cien aos, con esos gestos y esos pavoneos, tuviera é;ito entre las damas románticas de los pueblecitos" 2hora es un payaso y el típico marido cornudo de las pie$as de *irandello"
89 Durante die$ aos viví emancipado del sentido de la propiedad, de la proesión, de la amilia, del domicilio y via3é por el mundo con una maleta llena de libros, una máquina de escribir y un tocadiscos portátil" *ero era vulnerable y cedí a sortilegios tan antiguos como la mu3er, el hogar, el traba3o, los bienes" 0s así que eché raíces, elegí un lugar, lo ocupé y empecé a poblarlo de ob3etos y de presencias" *rimero alguien a quien querer, luego algo que este ser quisiera, después la utilería del caso1 una cama, una silla, un cuadro, un hi3o" *ero era solo el comien$o, pues todos uimos recolectores, nos volvemos coleccionistas y acabamos siendo un eslabón más en la cadena ininita de los consumidores" De modo que estando ya usado, gastado para el disrute, uno se ve circunscrito por las cosas" &ibros que no se quiere leer, discos que no se tiene el tiempo de escuchar, cuadros que no se apetece mirar, vinos que hace dao beber, cigarros que tenemos prohibido umar, mu3eres a las que se carece de la uer$a de amar, recuerdos sin ánimo de consultar, amigos a quienes no hay nada que preguntar, y e;periencias que no hay orma de aprovechar" &o tardío, lo superluo, lo antiguamente codiciado, se amontona en torno nuestro, se organi$a en lo que podría llamarse una casa, pero cuando ya estamos despidiéndonos de todo, pues esta vida acumulativa termina por ediicarse en el umbral de nuestra muerte"
Aumentadas 90 #os paseamos como autómatas por ciudades insensatas" .amos de un se;o a otro para llegar siempre a la misma morada" Decimos más o menos las mismas cosas, con algunas ligeras variantes" Comemos vegetales o animales, pero nunca más de los disponibles, en ning5n lugar nos sirven el 2ve del *araíso ni la Qosa de los .ientos" #os 3actamos de aventuras que una computadora reduciría a die$ o doce situaciones ordinarias" (&a vida sería entonces, contra todo lo dicho, a causa de su monotonía, demasiado larga) (%ué importancia tiene vivir uno o cien aos) Como el recién nacido, nada vamos a de3ar" Como el centenario, nada nos llevaremos, ni la ropa sucia, ni el tesoro" 2 lgunos de3arán una obra, es verdad" erá lindamente editada" &uego curiosidad de alg5n
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coleccionista" Más tarde la cita de un erudi to" 2l inal algo menos que un nombre1 una ignorancia"
91 Qelectura de 'ibbon, las interminables querellas en torno a la trinidad, la encarnación, la eucaristía, las imágenes" Cada religión segrega automáticamente sus propias here3ías" Del cuerpo central de una doctrina se desprende siempre una o varias acciones que discuten puntos de detalle y que terminan por crear su propia doctrina, la que a su ve$ da origen a otras" 2sí como en el orden biológico ciertos procesos vitales perduran solo a través de la partenogénesis, en el orden de las ideas ocurre lo mismo y estas solo son ecundas de acuerdo al principio de la subdivisión permanente"
92
93 &a mayoría de las vidas humanas son simples con3eturas" on muy pocos los que logran llevarlas a la demostración" /o he identiicado a quienes se encargarán de completar en mi vida las pruebas que altaban para que todo no pase de un borrón" =an tenido casi las mismas e;periencias, leído casi los mismos libros, surido casi las mismas desventuras, incurrido casi en los mismos errores" *ero serán ellos quienes escribirán los libros que yo no pude escribir"
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94 0ntro a la cocina y veo a mi mu3er sumergida ba3o centenares de platos, ta$as, uentes, ollas, copas, cubiertos, coladores, espumaderas, aparatos eléctricos, tratando de limpiarlos y ponerlos en orden" / me digo que no hay nada peor que caer ba3o la dominación de los ob3etos" &a 5nica manera de evitarlo es poseyendo lo menos posible" 9oda adquisición es una responsabilidad y por ello una servidumbre" De allí que ciertas tribus recolectoras de 2ustralia, #ueva 'uinea, 2ma$onía, hayan decidido no poseer nada lo que, paradó3icamente, no es un signo de pobre$a sino de rique$a" 0so les permite la movilidad, la errancia, es decir, lo que no tiene precio1 la libertad"
95 #uestro rostro es la superposición de los rostros de nuestros antepasados" 0n el curso de nuestra vida los rasgos de unos se van haciendo más visibles que los de otros" 2sí, de bebes nos parecemos al abuelo, de nios a la madre, de adolescentes al tío, de 3óvenes al padre, de maduros al papa Eoniacio .I, de vie3os a un huaco Chim5 y de an cianos a cualquier antropoide" Casi nunca nos parecemos a nosotros mismos"
96 0l más allá nos envía a menudo a sus muertos" 2yer, por e3emplo, me crucé en la rue de .augirard con el presidente 'eorges *ompidou" =ace unos días mi abuela +oseina se me acercó en la calle para preguntarme la hora" emanas atrás, cosa más grave, estuve con *ablo #eruda tomando un caé y conversando en una terra$a de la Contrescarpe" #o hace alta decir que los tres estaban de incógnito, el presidente vestido de albail, mi abuela de mon3a y el poeta de otógrao ambulante" 2llá ellos si quieren pasar desapercibidos" *ero yo los reconocí, sin equívoco posible" (*ara qué vienen), me pregunto" #o creo que para recordar, ni para recoger algo que se les olvidó, ni para inali$ar alg5n trámite que de3aron inconcluso en el a3etreo de su partida" .ienen tal ve$ como los emisarios secretos de alguna administración le3ana, para de3ar por deba 3o de la puer ta la convo cato ria que a5n no esperábamos"
97 omos un instrumento dotado de muchas cuerdas, pero generalmente nos morimos sin que hayan sido pulsadas todas" 2sí nunca sabremos qué m5sica era la que guardábamos" #os altó el amor, la amistad, el via3e, el libro, la ciudad, capa$ de hacer vibrar la polionía en nosotros oculta" Dimos siempre la misma nota"
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&os ecólogos se han encargado de denunciar la contaminación del medio ambiente, pero (quién se preocupa de la polución verbal e ideológica) i/ es tan visible! / tan nociva, pues causa verdaderas depredaciones en la personalidad, sobre todo en lo que atae al lengua3e" /o he tomado nota de la corrupción de algunos hablantes, aplastados por el desmonte y los restos de una cultura de masas, que suelta no importa dónde sus ideas y sus palabras" &e preguntan a una peluquera en la televisión qué piensa de su oicio y responde1 :0s una prestación muy aleatoria, pero cuando hay una verdadera motivación, nos permite ciertas perormances y e;presar nuestra identidad:" Más breve, pero igualmente ilustrativa, es la respuesta de un pintor abstracto del Caribe, completamente ignorante, que al ser interrogado sobre la signiicación de sus iguras geométricas contesta sonriente1 :&a semiótica, chi co: "
99 Durante muchos aos, por un error del editor que se había equivocado en el retrato de la contratapa, leí obras de Eal$ac pensando que tenía el rostro de 2miel, es decir, un rostro alargado, magro, elegante, enermi$o y metaísico" olo cuando más tarde descubrí el verdadero rostro de Eal$ac su obra para mí cambió de sentido y se me iluminó" Cada escritor tiene la cara de su obra" 2sí me divierto a veces pensando cómo leería las obras de .íctor =ugo si tuviera la cara de Eaudelaire o las de .alle3o si se hubiera parecido a #eruda" *ero es evidente que .alle3o no hubiera escrito los Poemas (umanos si hubiera tenido la cara de #eruda"
100 0mba3adores que han perdido su cargo caminan por la calle con un aire de pi ca pe dr er os , ministros destituidos parecen la oto amaril lenta de su antigua eigie" =ay hombres así que, abandonado el puesto, recaen en la insigniicancia" 0llo se debe a que no tenían otra manera de ser que su unción"
101 Idea1 en cada uno de nuestros actos hay un desperdicio de energía" Consideremos un hecho tan simple y cotidiano como el caminar" *ara poner en movimiento nuestra masa tenemos que emplear una uer$a superior a su peso, pues de lo contrario quedaríamos inmóviles" De este modo, en cada paso que damos hay un e;cedente ener4 gético que queda sin uso y que constituye una dilapidación del esuer$o humano" 0studiar la orma de recuperar esta energía sobrante" *or e3emplo, colocar en I4 $apatos de los caminantes 4que son miles de millones al día4 pilas o acumuladores" / que los sabios se rompan luego la cabe$a pensando en la etapa siguiente del proceso"
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102 0n el LiosLo de un vendedor de loterías leo este aviso1 :2quí se vendió el 5ltimo n5mero del millón:" 0rror táctico" *ara atraer a los clientes, debería decir1 :2quí hasta ahora nunca se ha vendido el n5mer o del mill ón:"
103 &o diícil que es ensearles a perder a los nios" +ueguen a los soldados, a las damas, al monopolio o a las cartas, no admiten otra posibi lidad que la vic4toria" Cuando esta se revela4 imposible tratan de rescatarla con alguna estratagema, abandonan el 3uego antes que se deina o proponen otro en el que están seguros de ganar" *ero con el tiem4 po llegan a comprender que también e;iste la derrota" 0ntonces su visión de la vida se ensancha, pero en el sentido de la sombra y el desamparo, como para aquel que habiendo siempre dormido de sol a sol despertara una ve$ a mitad de su sueo y se die4 ra cuenta que también e;iste la noche"
104 2 veces tengo la impresión de que mi gato quiere comunicarme un mensa3e" &a obstinación con que me observa, me sigue, se me acerca, se rota contra mí, me maulla, van más allá que el simple testimonio de sumisión de un animal doméstico" 2dvierto en su mirada inteligencia, prisa, ansiedad" *ero nada podré recibir de él, aparte de estas seas enigmáticas" 0ntre él y yo no hay siglos sino centenares de siglos de evolución y somos tan dierentes como una piedra de una man$ana" 0l, a pesar de vivir en nuestra época, sigue derivando en el mundo arcaico del instinto y nadie podrá comprenderlo sino los de su especie" 9endrán que trascurrir a5n centenares de siglos para que la distancia que nos separa tal ve$ se acorte y pueda al in entender lo que me dice, lo que seguramente no pase de un lugar com5n1 hay una mosca, hace calor, acaríciame" Como cualquier ser humano, en suma"
105 9orno conciencia ahora, solo en casa, de mis ideales de adolescente, cuando imaginaba en mi cuarto de Miralores, al lado de la parra y los man$anos, cómo sería de agradable una vida de escritor" 0ntonces remedaba esa vida, me ponía en la boca una pipa sin tabaco, al alcance de la mano un vaso con agua que suponía ser vino y sentado rente a mi escritorio ingía escribir" ¡Cuánta ilusión e inocencia había en esos gestos! 2hora soy eso que imaginé, umo, bebo y escribo de verdad y para ser sincero diré que eso puede entretenerme pero no me reconorta" 9al ve$ porque escribir signiica desoír el canto de sirena de la vida, tal ve$ porque nada de lo que he hecho me satisace, tal ve$ porque a menudo tengo la impresión de que en alg5n momento erré el camino y ello me ha condenado para siempre a pasar ) ot* de la question!
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106 0l más insigniicante de los hombres de3a una reliquia 4su pantalón, una medalla, su carta de identidad, un ri$o guardado en una ca3ita4 pero son pocos los que de3an una obra" *or ello las reliquias me deprimen y las obras me e;altan" *or ello también rara ve$ visito la :casa del artista:, se trate de Eal$ac, Eeethoven o Qubens y preiero la compaía de sus libros, melodías o pinturas" &as reliquias segregan un aroma de triste$a, de ugacidad y sobre todo de ausencia, pues son el signo visible de lo que ya no está" u valor es condicional1 se conservan porque pertenecieron a tal o cual, pues de otro modo hace tiempo que serían polvo, como sus dueos" #ada más angustioso por ello que ver el sillón de .oltaire, la tabaquera de Each o el pincel de &eonardo" Cosas deshabitadas" 0l espíritu pasó por allí, pero solamente pasó, para instalarse en la obra"
107 Marcado al ro3o vivo por un mal $odiacal, agobiado por cuentas vencidas e invencibles, privado de toda gracia creadora, sintiendo que de hora en hora caen sobre mí las paletadas de mi propio sepelio, enclaustrado por ello mismo en casa en esta tarde benemérita, me deleito sin embargo en mi encierro y tomo de aquí y de allá el $umo de las cosas, la rase de un libro, la línea de un grabado, la cadencia de una melodía, el aroma de una copa, la silueta de una idea que asoma, reulge y desaparece, diciéndome que no hay nada más duradero que el instante perecto"
108 0l gran mural otográico que adorna la sala del caé &es -inances" Qepresentaba en sus buenas épocas un bosque en pleno verdor" Con los aos el color se ha amarillado" &a primavera de las otograías también tiene su otoo"
109 Caé e;preso en la placita central de Capri, ho3eando el Corriere +ella sera y observando el denso lu3o de veraneantes" =erc5leos mo$os que lucen sus muslos tostados y sus pectorales velludos> ineables nias en blue43eans a3ustados, más bellas que cualquier mármol lorentino> pero sobre todo vie3os pan$ones en pantalón corto, calcetines y sandalias, vie3as pintarra3eadas en biLini con várices, celulitis y horribles colga3os de carne en el vientre y decrépitos ancianos, e;tremadamente dignos y elegantes, con sombrero de pa3a y saco de lino, que derivan en la tarde soleada tanteando con su bastón su 5ltimo verano"
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110 &a 3oven y bonita propietaria del estudio que tuve en la calle aint4éverin y que el día que le devolví las llaves estalló al comprobar que había una mancha en el muro, una quemadura de cigarrillo en el borde de la mesa y tres o cuatro vasos de menos %ue me reclamara una compensación por estos min5sculos daos me pareció normal, pero lo que me llamó la atención ue el argumento que utili$ó1 :#o olvide que mi marido y yo somos una pare3a 3oven" ous ommenpons- : 0sta órmula trunca, sin continuación ni complemento, ue más e;presiva y convincente que cualquier discurso1 :nosotros comen$amos:" #o hacía alta aadir máspara conocer las entraas del persona3e" Comenzar signiicaba en este caso comen$ar a poseer casas, a tener inquilinos, a cobrar, a sacar partido en cualquier orma del privilegio del propietario, a discutir coniadamente desde una posición de uer$a, a amena$ar, a mostrarse implacable con el deudor, a no ceder un ápice de sus derechos, a no renunciar a ninguna orma de ganancia, a poner la piedra angular de un proyecto de vida que implicaba la acumulación de nuevos bienes, la multiplicación de la renta, la deensa de la propiedad, de la seguridad, del orden, para así, al cabo de veinte o treinta aos, llegar a ser una vie3a rica, odiosa y pertrechada, instalada coniadamente en el engaste de un patrimonio inmobiliario y bursátil, lo que no la libraría sin embargo ni de la pequee$, ni del olvido ni de la muerte"
111 Mientras me traslado de *arís a Eruselas en automóvil veo pasar en sentido contrario un enorme camión remolque que trasporta cuatro caravanas" *oco más allá pasamos a otro camión remolque que lleva, esta ve$ hacia Eruselas, cuatro caravanas idénticas a las anteriores" De inmediato pienso1 se hubiera economi$ado tiempo, dinero y esuer$o si en lugar de trasportar las caravanas de una ciudad a otra simplemente se hubieran an.eado" 0sto me hace recordar mi vie3a idea de un +AC/ %0 10R23C3/1! Muchas veces tenemos que trasla darnos de un e;trem o a otro de *arís u a otro país para cumplir una tarea simple o hacer una ge st ión an od ina , al mism o tiem po que otra persona tiene que hacer el via3e inverso con un propósito análogo" .er la orma de ponernos en contacto para intercambiar nuestras acciones" /o hago esto por ti aquí y t5 eso por m í allá" 0sto requiere naturalmente, en muchos casos, cierto grado de despersonalizaión, que la costumbre admitirá, como por e3emplo que yo remplace a tal seor en mi barrio en una cena y él a m í en una boda en su barrio" 2sí la gente se movería menos, lo que es una gran venta3a, pues como decía -laubert :moverse es deletéreoH"
112 0n la cadena biológica o más concretamente en el curso de la humanidad somos un resplandor, ni siquiera eso, un sobresalto, menos a5n, una piedra que se hunde en un po $o, to davía al go más insignii cante, un rel e3o, un soplo, una ar enil la, nada que salga del n5mero o la indierencia" Desde esta perspectiva el individuo no cuenta sino la especie, 5nico agente activo de la historia" 0sta deberá escribirse alguna ve$ sin
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citar un solo nombre, así sea de emperador, artista o inventor, pues cada uno de ellos es el producto de todos los que lo antecedieron y el germen de quienes los sucederán" &a noción de individuo es una noción moderna, que pertenece a la cultura occidental y se e;acerbó después del Qenacimiento" &as grandes obrasde la creación humana, sean libros sagrados, poemas épicos, catedrales o ciudades son anónimos" &o importante no es que &eonardo haya producido La 4ioonda sino que la especie haya prod ucido a &eonardo"
113 =ay tardes de primavera en *arís, como esta de hoy soleada, dorada, que no se viven sino que se desga3an y manducan como una mandarina" / para ello nada me3or que una terra$a de caé, una bebida toniicante, una vacancia de la atención, un de3ar que nuestra mirada en reposo reciba y archive las imágines del mundo, sin preocuparse de encontrar en ellas orden ni sentido ni prioridad"er solamente el cristal a través del cual nos penetra intacta la vida"
114 0l portero del ediicio, ochenta aos, veterano de dos guerras, muere de u n inarto en su cama cuando hacía la siesta" 0n las horas siguientes pasan la policía, el médico, algunos vecinos, para los trámites y veriicaciones del caso" *ero al anochecer, como no tiene parientes en *arís, se le de3a en su loge, sin que nadie lo vele, acostado tal como se e;tinguió" 0sa misma noche, muy tarde, llega de &ima un primo mío, viene a casa a buscarme y como no sabe en qué piso vivo, entra a la loge para interrogar al portero" #o le responde" 0n in, preguntando de puerta en puerta, llega a mi piso y me dice1 : ¡%ué traba3o encontrarte! 0ntré donde el portero y por más que le pregunté dónde vivías no me respondió:" :0s natural, le digo, si está muerto:"
115 Mi gato negro y yo, en esta noche lluviosa de verano" &a pie$a silenciosa"
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0n algunos casos, como en el mío, el acto creativo está basado en la autodestrucción" 9odos los demás valores 4salud, amilia, porvenir, etc"quedan supeditados al acto de crear y pierden toda vigencia" &o inapla$able, lo primordial, es la línea, la rase, el párrao que uno escribe, que se convierte así en el depositario de nuestro ser, en la medida en que implica el sacriicio de nuestro ser" 2dmiro pues a los artistas que crean en el sentido de su vida y no contra su vida, los longevos, verdaderos y 3ubilosos, que se alimentan de su propia creación y no hacen de ella, como yo, lo que se resta a lo que nos estaba tolerado vivir"
117 &a terrible soledad de la campia" 2yer depresión, angustia en la casa solariega que me han prestado, a cien Lilómetros al sur de *arís" Qecluido voluntariamente en ella para tratar de terminar unos cuentos" &os ruidos inhumanos que habitan esos silencios1 cru3en las vigas, sopla el viento, crepita el carbón en la chimenea, gra$na un pá3aro nocturno" 0sta maana hice tres Lilómetros a pie hasta el pueblo más cercano y no vi un hombre, un animal, un vehículo" oplaba un viento helado sobre la tierra ría y los árboles ennegrecidos" &a naturale$a es espontáneamente ea" &a belle$a se la hemos aadido nosotros, es una convención cuyo origen" habría que buscar en los bucólicos griegos, en .irgilio, en los clásicos del :paisa3e ameno:, en los románticos ingleses, en in, en la literatura"
118 2lguna divinidad, cuando nacemos, tra$a sobre nuestro nombre una cru$ negra y entonces no habrá cuartel en nuestra vida, no encontraremos sino escollos, chan$as y celadas y la más pequea alegría tendremos que arrancarla a puro pulso, pu3ando, luchando contra la corriente, viendo en la ribera desli$arse a los aortunados, su carta triunal en la mano, y sin permitirnos la menor distracción, pues solo se espera eso de nosotros, que cedamos un instante al desánimo, para que el arma penetre hasta la empuadura"
119 Momentos de absoluta soledad, en los cuales nos damos cuenta de que no somos más que un punto de vista, una mirada" #uestro ser nos ha abandonado y en vano corremos tras él, tratando de retenerlo por el aldón de la levita"
120 *arado en el cerco de piedra que cae a pico sobre el vergel descuidado de los olivos contemplo la quebrada descendente, el ondo de la cual se divisa, plomi$o y calmo, el mar *ágina 7U de 78
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9irreno" 2tardece" Mi oído ausculta la naturale$a y descubre que lo que yo tomaba al comien$o por silencio no es más que una trama e;tremadamente apretada de ruidos1 grillos, cigarras, ranas, abe3as, moscardones, pá3aros, tan tupida que orma una melodía uniorme sin un solo intersticio donde pueda colocarse una pausa" 0n suma, la vo$ de la naturale$a que canta su canto inmemorial, el que escucharon hace veinte siglos +ulio César, =oracio, Catón" (%ué me separa de ellos) 0n tanta soledad, aparentemente nada" 2l hollar su espacio inmaculado, diríase que me he vuelto su contemporáneo" *ero siempre hay algo que nos reconduce a nuestro tiempo y nos recuerda que las eras no pasan en vano" 2l levantar la cabe$a distingo en la cumbre de! monte 2rgentario, irritante por lo escarpado e imposible, los siete discos gigantes de una estación de radar"
121 &o e;trao, en nuestro cuerpo, es la sumisión a las reglas de la simetría" 9enemos dos o3os, dos ore3as, dos oriicios nasales, dos series de dientes numéricamente e;actos, dos amígdalas, dos clavículas, dos bronquios, dos pulmones, dos omóplatos, dos tetillas, dos bra$os, dos riones, dos caderas, dos nalgas, dos piernas, dos testítulos, dos manos, dos pies, dos 3uegos de costillas" (%uién habrá implantado este orden binario que parece calcado sobre un pensamiento previsor) (%ué relación hay además entre estos órganos o miembros repetidos y los 5nicos como la lengua, el esóago, el estómago, el cora$ón, el hígado, , el alo, el ano) omos una combinación de lo solitario y de lo doble, lo que parece indicar que quien nos inventó dudó y al inal, sin saber qué partido tomar, optó un poco al a$ar por el eclecticismo"
122 &a sabiduría de ese vie3o líder campesino cusqueo, que al ser interrogado por ávidos aventureros sobre dónde puede estar el *aititi o, en otras palabras, 0l Dorado, responde1 :olo encontrarás el *aititi cuando logres arrancar de tus o3os resplandor de la codicia:"
123 0l asombro, el sobresalto, incluso el malestar que me produ3o comprobar hoy que el inquilino calvo, con anteo3os y perrito con el que me he cru$ado durante ocho aos en las escaleras, diciendo siempre la misma e invariable rase, :*ardon, monsieur:, no era uno sino eran dos" Dos hombres e;actamente iguales, con anteo3os, calvos y perrito, pero con los que me he cru$ado siempre a horas dierentes, de modo que los había undido en un solo ser" /a me había intrigado un poco la acultad que tenía este hombre de multiplicarse, pues a veces tenía la impresión de cru$arme con él demasiado seguido y a veces en lugares incongruentes" *ero hoy sucedió lo que debía haber sucedido hace aos y encontré a ambos en la puerta del ediicio, con sus perritos y sus anteo3os, departiendo amigablemente, al igual que sus perros" 9an conundido quedé que no supe a cuál decirle mi :*ardon, monsieur:, y los miré alternativamente, con la boca abierta, hasta que al in ambos se anticiparon y pronunciaron al unísono el saludo habitual, acompaándolo de
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una sonrisa y una venia" alía la calle sin responderles, rancamente indignado, como si hubiera sido víctima de una arsa"
124 Decir como los estoicos de la antigedad o los místicos orientales1 :#ada tiene importancia:, ni la vida ni la muerte, ni la rique$a ni la miseria, ni el placer ni el dolor, ni la gloria ni el racaso" Decir como tantos intelectuales de hoy1 :9odo tiene importancia:, la pa$ y la guerra, la libertad y la opresión, el hombre y la naturale$a, los ob3etos y las ideas" 2mbas actitudes me de3an perple3o" 9odo tiene importancia, nada tiene importancia, aquí, ahora"
125 &os hospitales son los puestos ronteri$os por donde se canali$a el tránsito entre la vid a y la muerte" *or la gran puerta de la achada entran y salen los vivos" *ero hay una puerta discreta, vergon$ante, por donde se despide disimuladamente a los muertos" Médicos, ciru3anos, anestesistas, son los administradores omnipotentes del Más 2llá" *ero hay también uncionarios menores que deciden lo irreparable, tales las enermeras que olvidan de renovar una t rasusión o que no acuden en el momento preciso en que el paciente necesitaba la pastilla o simplemente la palabra capa$ de retenerle en su 5ltima caída" / esos choeres de ambulancia, odiosos lacayos volantes de la salud, que salen disparados en sus ruidosos vehículos hacia el lugar de los accidentes" 9ienen instrucciones muy precisas1 conducir cada cual a su clínica u hospital a los buenos heridos, es decir, a los ricos" *ara identiicarlos disponen de una serie de normas, pero a alta de indicios lagrantes, recurren a un e;pediente conocido1 los $apatos" 0n los $apatos se revela sin equívoco la situación social de la víctima" 2 un herido que cal$a $apato vie3o, y sin marca conocida preieren al que lleva Charles +ourdan" 0sta es solo una anécdota" =ay cosas peores1 las instrucciones que tienen las enermeras para que no se vea morir a un paciente" 0n las salas comunes colocan biombos a ambos lados del enermo grave" *ero cuando se avecina el momento deinitivo lo ponen en una camilla rodante y comien$an a pasearlo por los corredores mientras agoni$a y se debate" C uando va a e ;pirar , (qué hacen con él)"
126 Mi error ha consistido en haber querido observar la entraa de las cosas, olvidando el precepto de +ouber t1 :Cuídate de husm ear ba3o lo s ci mientos:" Como el nio con el 3uguete que rompe, no descubro ba3o la orma admirable más que el vil mecanismo" / al mismo tiempo que descompongo el ob3eto destruyo la ilusión"
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127 De la imposibilidad de curar los vicios"
128 =ace una semana una anciana del 5ltimo piso, días atrás el portero del ediicio, ayer el vecino de los altos1 regularmente esta casa va evacuando a sus muertos" 0llos veían por su ventana la pla$a que yo veo, empu3aban con su mano el portón que yo empu3o, subían con sus pies la escalera que yo subo, saludaban con su bon.our a los inquilinos que yo saludo" 2hora ni ven, ni empu3an, ni suben, ni saludan" / no ha pasado nada"
129 =ay veces que el itinerario que habitualmente seguimos, sin mayor contratiempo, se puebla de toda clase de obstáculos1 un enorme camión nos impide cru$ar la pista, un ta;i está a punto dé atropellarnos, un vie3o gordo con bastón y bolsa obstruye toda la vereda, una $an3a que el día anterior no estaba al¡ i nos obliga a hacer un rodeo, un perro sale de un portal y nos ladra, no encontramos sino luces ro3as en los cruceros, empie$a a llover y no hemos traído paraguas, recordamos haber olvidado en casa la billetera, alg5n imbécil que no queremos saludar nos aborda, en in, todos aquellos pequeos accidentes que en el curso de un mes se dan aisladamente, se concentran en un solo via3e, por un desallecimiento en, el mecanismo de las probabilidades, como cuando la ruleta arro3a veinte veces seguidas el color negro" 0;trapolando esta observación de una 3ornada a la escala de una vida, es esa alla lo que dierencia la elicidad de la inelicidad" 2 unos les toca un mal día como a otros una mala vida"
130 &a especie humana tiene sus certe$as, se diría e;traindividuales, pues las repiten, casi con las mismas palabras, autores a los que separan no solo siglos sino milenios" éneca, Manrique, Montaigne, %uevedo, =eidegger, para citar solo algunos, insisten en recordarnos una verdad esencial que a menudo olvidamos1 la presencia de la muerte en nuestra vida" Citaré solo a Montaigne, pues resume el sentir de todos en la orma más clásica y al mismo tiempo más moderna1 :0l primer día de nuestro nacimiento nos encaminamos a la muerte?&o que vivimos lo sustraemos a nuestra vida, lo hacemos a sus e;pensas" " " &a obra continua de nuestra vida es ediicar nuestra muerte " " 0stamos en nuestra muerte mientras estamos en vida:" / un párrao que trascribo íntegro, pues al mismo tiempo que instruye consuela1 :#adie muere *ágina 7 de 78
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antes de su hora" 0l tiempo que de3amos Aal morirB es tan poco nuestro como el que trascurrió antes de nuestro nacimiento:"
131 &a crítica no se opone necesariamente a la creación y son conocidos los casos de creadores que ueron e;celentes críticos y viceversa" *ero genera5mente ambas actividades no se dan 3untas, pues lo que las separa es una manera dierente de operar sobre la realidad" 2hora que he leído las actas de un coloquio sobre -laubert he quedado asombrado por el saber, la inteligencia, la penetración, la sutile$a y hasta la elegancia de los ponentes, pero al mismo tiempo me decía1 :2 estos hombres que han desmontado tan l5cidamente la obra de -laubert nadie los leerá dentro de cinco o die$ aos"
132 0mer3o de mis lecturas sobre el +ansenismo para ho3ear los diarios del día y me pregunto qué relación puede haber entre esas querellas teológicas que duraron siglos, imbricándose cada ve$ más con problemas políticos y económicos y lo que pasa en el mundo actual1 *ortugal, 2ngola, &íbano, 2rgentina, etc" / me digo que hay un la$o secreto entre las luchas antiguas y las presentes, que estas no son sino la continuación de las pretéritas, ba3o dierentes nombres, ideales y prete;tos" 2 priori podrá decirse que los problemas de la gracia, del libre arbitrio, de la predestinación no tienen ahora ninguna vigencia" *ero, (la tendrá dentro de algunos siglos conceptos como libre empresa, lucha de clases, sistema parlamentario, medios de producción, elecciones democráticas) *robablemente sí, pero dentro de un conte;to tan dierente que habrá que ser adivino para darse cuenta que el combate sigue siendo el mismo"
133 0spectáculo1 por la larga calle desierta, en el mediodía canicular, cuando todos los negocios están cerrados, pasa un hombre distinguido, corpulento, calvo, con saco y corbata, corriendo a una velocidad vertiginosa para su masa, resollando, baado en sudor y llevando un maletín en la mano" &os escasos transe5ntes se detuvieron para mirarlo, pues se trataba de una carrera desesperada y, lo que es peor, sin destino ni ob3eto visibles" *or allí no habían estaciones de ta;is, autob5s o metro, ni nadie lo perseguía ni andaba tampoco tras alguien" (0ra un loco) (un anático de la velocidad) (estaba cumpliendo una apuesta) (se había impuesto una penitencia) (huía de alg5n demonio interior) (lo agui3oneaba alguna urgente necesidad corporal) (esperaba llegar a tiempo a una cita amorosa que iba a decidir su vida) (era solamente un arsante que quería de3ar perple3os a sus
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eventuales testigos) Como dice Erecht en un poema amoso, :tantas preguntas, tantas respuestas:"
134 #ada1 me incomoda más que el ser tomado alguna ve$ como modelo de estoicismo" como modelo de cualquier cosa" Detesto los conse3os y los paradigmas" Con respecto a los estoicos, admito que leo con placer a Marco 2urelio y sobre todo a 0picteto y recono$co en ellos actitudes o a;iomas que me encantaría haber inventado" *ero los siento a3enos a mí en muchos aspectos" &a religiosidad del primero me astidia, así como el conormismo del segundo" / en ambos la carencia de sensualidad" 0n mí hay un rasgo de primitivismo o de desmesura que me conduce a menudo al e;ceso y que una salud deiciente, más que una determinación de mi inteli gencia, me ha or$ado a ir soocando" oy un hedonista rustrado"
135 &os conquistadores de 2mérica encontraron lo que buscaban1 oro en cantidades nunca vistas, tierras eraces y e;tensísimas, siervos que traba3aron para ellos durante siglos" 0ncontraron también muchas cosas que no buscaban y que modii4 caron el régimen alimenticio de la humanidad1 la papa, el maí$, el tomate" *ero de contraband o, los vencidos les pasaron otro producto que ue su vengan$a1 el tabaco" / los ueron envenenando para el resto de su historia"
136 Cuando alguie n se ent era que he vivido en *arís casi veinte aos me dice siempre que me debe gustar mucho esta ciudad" / nunca sé qué responderle" #o sé en realidad si me gusta *arís, como no sé si me gusta &ima" &o 5nico que sé es que tanto *arís como &ima están para mí más allá del gusto! #o puedo 3u$gar a estas ciudades por sus monumentos, su clima, su gente, su ambiente, co mo sí puedo hacerlo con ciudades por las que he estado de paso y decir, por e3emplo, que 9oledo me gustó pero que -rancort no" 0s que tanto *arís como &ima no son para mí ob3etos de contempla4 ción sino conquistas de mi e;periencia" 0stán dentro de mí, como mis pulmones o mí páncreas, sobre los que no tengo la menor apreciación estética" olo puedo decir que me pertenecen"
137 &a literatura es, además de otras cosas, un modelo de conducta" us principios pueden e;trapolarse a todas las actividades de la vida" 2hora, por e3emplo, para poder subir los mil peldaos de la playa de &os -arallones tuve que poner una apli4 *ágina 7J de 78
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cación literaria" Cuando distinguí en lo alto el inaccesible bel$edere me sentí tan agobiado que me era imposible dar un paso" 0ntonces ba3é la mirada y ui construyendo mi camino grada a grada, como construyo mis rases, palabra sobre palabra"
138 Durante die$ aos, mientras traba3é en la 2gencia, ui casi todos los días a los 3ardines del *alais Qoyal, a caminar por sus arcadas unos minutos, antes o después del almuer$o y, cuando no ten la dinero, en ve$ del almuer$o" (/ qué queda en m í de estos paseos, santo cielo, qué queda en mí) (*ara qué me sirvió esa inversión de cientos y cientos de horas de mi vida) *ara nada, aparte que para de3ar en mi memoria algo así como el dibu3o necio en su precisión de una tar3eta postal" #osotros tenemos una concepción inalista de nuestra vida y creemos que todos nuestros actos, sobre to4 do los que se repiten, tienen una signiicación escondida y deben dar alg5n ruto" *ero no es así" &a mayor parte de nuestros actos son in5tiles, estériles" #uestra vida está te3ida con esa trama gris y sin relieve y solo aquí y allá surge de pronto una lor, una igura" %ui$ás nuestros 5nicos actos valiosos y ecundos han sido las palabras tiernas que alguna ve$ pronunciamos, alg5n gesto de arro3o que tuvimos, una caricia distraída, las horas empleadas en leer o escribir un libro" / nada más"
139 .eo pasar por la place -alguiére a un muchacho barbudo que lleva a una adolescente en una moto y me digo1 ¡esta es una de las cosas que ya nunca podré hacer! *ero hay otras también que serán mis sueos incumplidos1 recorrer parte de -rancia, Italia y 0spaa a pie, conocer el Cusco, hacer nuevamente el via3e a caballo entre antiago de4 Chuco y la hacienda 9ulpo, vivir un tiempo en metrópolis como #ueva /orL o Mosc5, aprender a tocar el piano, navegar en velero hacia una isla o playa desierta, tener otro hi3o, terminar mí vida en un vie3 o ranc ho de l mal ec ón miralorino" ¡/ me hubiera bastado tan poco para que esto uera posible! *or e3emplo, que mi plegaria de esta tarde se cumpliera, cuando vi pasar a un ornido obrero por la pla$a y rogué1 su estómago por cuarenta aos de lecturas"
140 #uestra vida depende a veces de detalles insigniicantes" *or un desperecto momentáneo del teléono no recibimos la llamada que esperábamos, al no recibirla perdemos para siempre el contacto con una persona que nos interesaba, al perderlo nos privamos de una relación capa$ de trasormarnos, al privarnos de ella desaparece una uente de go$o, de innovación y de enriquecimiento, al desaparecer clausuramos la 5nica alternativa verdaderamente ecunda que nos orecía el mundo, al clausurarse vol vem os al pun to de par tida1 la de qui en espera la llamada que nunca vendrá"
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141 &a vida se nos da y se nos quita, pero hay momentos en que la merecemos, quiero decir que depende de nosotros que contin5e o que cese" / esto lo digo al recordar aquella noche atro$ en el hospital, en la cual lloraba desamparado sintiéndome perdido y sin ning5n socorro posible, pues hacía días que no dormía, mi cuerpo se evaporaba en la traspiración, tubos y sondas me salían de la nari$, la boca, el recto, la uretra, la vena, el tóra;" Deseaba que me borraran todo y antes que nada mi propio surimiento"
142 &a ostentación literaria de muchos escritores latinoamericanos" u comple3o de proceder de $onas periéricas, subdesarrolladas y su temor a que los tomen por incultos" &a voluntad demostrativa de sus obras, huachaísimas" *robar que también pueden englobar toda la cultura (qué cultura) ¡Como si solo e;istiera una cultura! 4y e;presarla en una obra enciclopédica que resuma veinte siglos de historia" 2specto nue$o rio dé sus obras1 palacetes heteróclitos, monstruosos, recargados, como el atuendo que el inmigrante aricano o el arrabalero parisién lucen los domingos para pasearse por los grandes bulevares" u propio brillo los desluce"
143 De pronto el cielo de *arís se cubre, la tarde se oscurece y en el interior de la casa se instala ese espesor de penumbra que solo he visto en las vie3as haciendas de la sierra anegadas por la lluvia" ¡%ué invencible nostalgia al recordar entonces 9ulpo, 0l 9ambo, Conocancha, las casonas andinas donde anduve de nio y adolescente! 2brir la puerta al descampado era penetrar al cora$ón del país y al cora$ón de la aventura, sin que nada me separara de la realidad, ni la memoria, ni las ideas, ni los libros" 9odo era natural, directo, nuevo e inmediato" 2hora, en cambio, no hay puerta que abra que no me ale3e de algo y no me hunda más proundamente en mí mismo"
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144 #unca podremos saber cómo veíamos la ciudad soada a la cual alguna ve$ llegamos" (Cómo era el *arís que yo imaginaba de adolescente) De él e;istió seguramente alguna plancha pero mi e;periencia de la ciudad la veló por completo" 2hora mismo no puedo representarme cómo veía hace un mes la playa de Carboneras Ay estoy convencido que la $eía en los días que precedieron a mi via3eB, pues luego la conocí y tra3e de ella una memoria de lo vivido que recubrió la memoria de lo imaginado" =ablo de ciudades, pero ello puede aplicarse a personas, obras de arte, ob3etos" 2ntes de conocer a amuel EecLett, de ver un cuadro de Eacon o de comer un cammembert, yo tenía una imagen apro;imativa o errada de lo que eran" (Dónde está esa imagen) 0s in5til que indague, no queda nada" Construcciones de nuestra imaginación, e;isten solo provisionalmente porque son alsas y se retiran para siempre cuando aparece el verdadero modelo"
145 0l amor, para e;istir, no requiere necesariamente del consentimiento ni siquiera del conocimiento del ser amado" *odemos querer a una persona que nos desprecia o incluso que nos ignora" &a amistad, en cambio, e;ige la reciprocidad, no se puede ser amigo de quien no es nuestro amigo" 2mistad sentimiento solidario, amor solitario" uperioridad de la amistad"
146 0n una tribu ama$ónica que describe &evi4trauss el 3ee tiene una serie de obligaciones agobiantes que, aparentemente, están en contradicción con su 3erarquía1 participa en los traba3os comunitarios como cualquier su3eto, en caso de guerra tiene que estar en primera línea e;poniendo su vida, le corresponde distribuir sus bienes anualmente entre sus s5bditos" *ero, como compensación a todas estas cargas, go$a de un solo privilegio1 es el 5nico, en esta tribu monógama, que tiene derecho a poseer varias mu3eres" 0n eso reside su ma4 3estad" *oder Z se;o"
147 =ay maanas en que me levanto, miro por la ventana, veo la cara del día y me niego terminantemente a recibirlo" =ay algo en él de turbio, de solapado, de me$quino, de hipócrita que me impide darle cabida" on los días acreedores, los que llegan para llevarse algo y no para de3arnos algo" &es tiro entonces las puertas en las narices, como a cualquier vendedor de productos de pacotilla o como a esos vie3os conocidos que nos caen de improviso para que les irmemos un maniiesto o para reavivar una amistad ya
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