POR QUE PIERDE USTED EN EL AJEDREZ Fred Reinfeld Esta obra se ocupa exclusivamente de los factores sicológicos que llevan a la derrota. Recurriendo a este método singular, Fred Reinfeld examina, en unión del lector, · algunas de las razones por las que el adversario parece conocerlo mejor de lo que e l lector se conoce a sí mismo, las razones de por qué suele perder éste con jugadores de capacidad inferior, y por qué pierde a menl:Jdo una partida antes de que com ience a jugarla. El señor Re infeld no se propone mejorar la habilidad técnica del lector. En lugar de e llo, le ayuda a analizar su actitud hacia el juego mismo (¿lo considera como un desafío o una amenaza?), hacia su adversario (;.intimida fácilmenté al lector?) y, sobre todo, su actitu d para cons igo mismo : ¿Es emprendedor o cuidadoso? ¿Lo dejan helado las sorpresas o las to ma como vienen? ¿Le incomodan las cosas con las que no está fami liarizado o no pierde la confianza en sí mismo? ¿Tiende a sobreestimar o a menospreciar su propia habilidad? He aquí algunas de las preguntas que hace el autor al lector, . demostrándole que, si cambia su· actitud actual, podrá mejorar su juego y derrotar a jugadores considerados como "mejores". Su conocimiento del ajedrez es enciclopédico. Se le considera como el escritor de ajedrez más prolífico del mundo, y es un campeón por derecho propio (dos veces ganó el Campeonato del Estado de Nueva York). El señor Reinfeld ofrece su.s observaciones, análisis y soluciones qon la facilidad que dcrn el conocimiento y la autoridad.
FREO RHil\lFHLD
PORQUE PIERDE USTED El\l EL JlJEDREZ
EDITORIAL DIANA MEXICO
Título original en inglés:
WHY
You LosE
AT CHESS.
Traducción: Andrés Bestard.
la. Edición, noviembre de 1958 1Oa. Impresión·, febrero de 1972
Derechos reservados
®
Edición autorizada por: Simon and Schuster, Jnc., 6~0 Fifth Avenue New York, N. Y. (U.S.A.)
EDITORIAL DIANA, S; A. Calles de Tlacoquemécatl y R9berto Gayol, México 12, D. F. Impreso en México - Printed in Mexico
CONTENIDO·
J.
No Tienes Idea, Lector, de la Clase de Jugador que E.res
Pierdes porque tienes algunos conceptos equivocados sobre tu juego Conócete a ti mismo. . . y conoce a tu contrincante Examen de la personalidad en el ajedrez Déjate de excusas Hay que tener fe en el trropio juego Hay que saber diferenciar entre los adversarios El valor de la sorpresa El eterno tridngulo 2.
Juegas las Aperturas Ciegamente, Lector, o las Juegas de Memoria
49
Jugadas a ciegas en la apertura jugadas de memoria en la apertura Crisis imprevistas Crimen y castigo ~.
No Conoces, Lector, el Principio Fundamental del .Juego de Ajedrez: el Dominio del Centro
¿Qué e!l el centro'!
67
¡Por qué es importante dominar el centro1 El poderoso centro de peones La pieza poderosamente centralizada Amenaza a través del centro Al lector k incomodan las aperturas irregulares 4.
Pierdes, Lector, Porque no Puedes Ver la Siguiente Jugada
93
La obsesión por la jugada evidente Hay que cuid6rse de la jugada obligada 5.
No Sabes Cuándo Debes Atacar, Lector, ni Cuándo Debes Defenderte
111
etuíndo atacar La dama del que se defiende no está en acción
Superioridad local del atacante Debilidad de peones del que se defiende Cuándo no debe uno atacar Cuándo debe uno defendene 6.
Pierdes Lector, Porque Ignoras el Valor de Ciertas Combinaciones
141
¡Qué es un final1 A taques que amenazan mate en el final Sacrificios brillantes en el final e oronación de un peón Finales de rey y peones Zugzwang 7.
Pierdes, Lector, Porque Juegas Contra el Tablero, no Contra el Adversario 1
Cómo iwpar contra el hombre y no contra el tablero El error jde un campeón mundial Cómo vehcer al los iguales
161
8.
Pierdes, Lector, Porque te Aburres Fácilmente
179
La técnica de la victoria La alternativa equivocada Si se da a un hombre la cuerda suficiente . .. 9.
Pierdes, Lector, Porque eres Perezoso
197
Cómo ganar peleando duro ¡Hay que aceptar el desafío! Te ganan, lector, porque pierdes el tiempo 1O.
Pierdes, Lector, Porque eres Obstinado
Más vale algo que nada Un alfil vale más que un caballo Protección excesiva de la posición enrocada Cuándo son convenientes las jugadas de los peones
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CAPITULO 1
No tienes lded, Lector, de Id Cldse De Jugddor Oue Eres 81, COMO HA DICHO ALGUIEN, el tacto es "la cualidad de describir a otros como se ven a sí mismos", encontrarás, lector, que éste es un libro sin tacto, pues en él describiré el ajedrez que juegas, no como lo ves tú, sino como lo veo yo. Pierdes en el ajedrez, lector, y te disgusta perder. Hace ya tiempo que juegas ajedrez. Has hecho algún progreso, pero no mucho. Has dedicado algún estudio al juego ... , tampoco mucho, es cieno, pero también es verdad que no has tenido el tiempo necesario ni el deseo de hacer del ajedrez una ocupación seria. No sería aventurado afirmar que los libros de ajedrez te han decepcionado. Si así es, la culpa no es del todo tuya. Algunos maestros de ajedrez escriben como si se dirigieran a una convención de grandes maestros reunida en la cima del Monte Olimpo. Con frecuencia me he reído, y quizá tú has hecho lo mismo, del título de la obra de Capablanca, Principios Fundamentales del Ajedrez, un libro sobre los "principios fundamentales" que ni siquiera te explica cómo se mueven las piezas ni cómo se ·anotan sus movimientos. Después de todo, ¿qué puede esperarse de un genio que aprendió a jugar cuando tenía cuatro años de edad con tan sólo mirar cómo jugaba su padre? ¡Y ya entonces criticaba los: errores en que incurría su progenitor al mover las piezas!
2
FRED
REINFELl>
Por otra parte, quizá hayas advertido que más de un estudioso del ajedrez toma las cosas tan literalmente que no puede discutir una idea abstracta. Hace algunos años, un amigo mío leyó la obra clásica de Znosko-Borovsky. El juego Medio en el Ajedrez, en el que abundan las intuiciones brillantes y los conceptos originales. Pero todo lo que mi amigo obtuvo del libro fue obsesionarse con una maniobra que aprendió al estudiar un breve fragmento de una partida entre Emanuel Lasker y Capablanca. He aquí la posición que tanto lo impresionó:
CAPABLANCA
DIAGRAMA
l
(Juegan las blancas) Campeonato Mundial de 1921
DR. LASKER
Las blancas están atrasadas en su desarrollo, y algunas de sus piezas desarrolladas están en mala posición. Znoko- Borovsky usó esta posición para demostrar la habilidad con que Lasker mejoró su juego y neutralizó Ias deficiencias de su falta de desarrollo.
La partida fue así:
1 2
P5R T3C
C4D
POR QUt
PIERDE
USTED EN
EL AJEDREZ
Las blancas amenazan con A6T, ganando el cambio, pues las negras no tendrían otra jugada mejor con qué responder que ... P3C. 2 J
4
TxC T3C
CxC D2D
Las blancas amenazan otra vez con A6T, etc.
TRlD
4
Capablanca contrarresta la amenaza. 5
A6T
P3C
Ahora Lasker se ha desarrollado y su situación no es mala. Znosko-Borovsky ilumina esta serie de jugadas con un análisis realmente encantador. Pero lo que fascinó a mi amigo fue la idea de jugar TID, seguido de T3D y T3CR. Desde que leyó ese libro, allá en 1923, ha estado llevando una torre a la tercera fila con la ilusa pretensión de ganar el ca~bio con T3CR. Algunas veces lo logra; otras, su paseadora torre muere como un perro. Cuando pierde el cambio (lo que sucede con mucha frecuencia), veo con pesar que la poca ciencia es peligrosa. Y cuando ocasionalmente gana el cambio, me digo para mis adentros: '"Ah, vaya, aprendió algo, aunque se haya perdido del 99 por ciento de lo que el libro podía ofrecerle". Y así son las cosas, lector: quizá sea tu culpa, o tal Ve7. sea del autor, pero, como quiera que sea, el estudio no te ha servido de mucho. Volvamos, entonces, a la nefasta pregunta: ¿Por qué pierdes en el ajedrez1 Las razones son muchas. Examinemos algunas de ellas.
4
FRED
REINFELD
Pierdes porque tienes algunos conceptos equivocados sobre tu juego Mientras persistan estas ilusiones, no sólo perderás en el ajedrez, sino que continuarás perdiendo. Puede ser que hagas algún pequeño progreso, o quizá no adelantes nada. En cambio, si rectificas tus conceptos erróneos tu juego mejorará notablemente aun cuando no vuelvas a abrir -un libro de ajedrez en el resto de tus días.
Conócete a ti m'smo . .. y conoce a tu contrincante U no de tus mayores errores es el de considerar el ajedrez como una especie muy complicada de juego solitario. Deberías advertir que tu adversario participa en el juego tanto como tú, con ambiciones, cualidades, debilidades y flaquezas muy semeJantes a las tuyas. No hay un solo jugador de ajedrez que tome a la ligera su derrota. ¿Te has fijado alguna vez en la manera como abandonan el juego los jugadores de ajedrez? Hans Kmoch y el autor de esta obra examinamos en cierta ocasión estos métodos en un artículo intitulado Rendición sin Convenciones. En él recordábamos que Alekhine, que no tenía rival como luchador desesperado en situaciones desalentadoras, ocasionalmente abandonaba el juego tomando su rey y arrojándolo al otro extremo de la habitación. t:ra un fiel creyente de la fórmula inflexible de Tartakover: .. Nadie ganó nunca una partida abandonándola". Admirable principio, pero Alekhine exageraba un poco. Tenemos también el ejemplo de Nimzovich, hombre nervioso y maestro de la extravagancia. Cuando menos en cierta memorable ocasión saltó sobre la mesa y gritó: .. ¿Por qué he de perder con este idiota?". Otros, en verdad, han sido más sosegados. Spielmann, el gran maestro del ataque, de quien volveremos a hablar más
POR
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EL AJEDREZ
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adelante, torda el gesto como si se hubiera comido un confite envenenado. Rubinstein, indescriptiblemente donairoso en su juego, pero inexpresivo en su trato social, sucumbía con expresión inalterable. En cuanto a Gruenfeld, la incolora máquina vienesa de memorizar variaciones de las aperturas, detenía con displicencia su reloj y se alejaba silenciosamente, como un árabe que se pierde en la noche. ¿Conoces el caso más famoso de todos? Ocurrió en la siguiente posición: VON BARDELEBEN
2 (Juegan las negras) Hastings, 1895
DIAGRAMA
STEINITZ Steinitz tenía sesenta años de edad cuando jugó esta partida. El año anterior había perdido el título de campeón mundial después de un reinado de veintiocho años. Si tomamos en consideración su edad y sus condiciones físicas, debemos considerar milagroso su juego en esta partida. Veamos ahora el diagrama 2. Las negras tienen una pieza de desventaja, pero todas las piezas\de las blancas se encuentran amenazadas y, lo que es peor, las negras amenazan mate. Pero -y éste es un gran "'pero"-, ¡las negras estdn en jaque! Y tan formidable es el jaque, que Bardeleben no quiso rendirse como los hombres y felicitar a su anciano rival por su magnífico juego. En lugar de ello, abandonó la sala de juego y dejó que se agotara su tiempo. En cuanto esto sucedió, Stei-
FRED
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nitz hizo las siguientes jugadas que le dieron una victoria obligada: RIT
1
Si 1 . . . DxT; 2 TxT t, las blancas quedan con una manifiesta superioridad de una pieza. Y si 1 . . . RxT, las blancas pueden capturar la dama negra con jaque. Por otra parte, si 1 ... RlA, las blancas ganan con 2 CxP t, forzando 2 ... RxT, haciendo posible 3 DxD t· 2
TxP
t!
RlC
Si 2 ... DxT, las blancas juegan 3 TxT t, etc. (pero no 3 CxD ?77 que permite 3 . . . TxT t seguido de mate). J 4 5
T7G D4T D7T
t! t! t
RlT RxT RlA
Todos los movimientos de las negras son obligados. 6
DST 7 D7C 8 DSC 9 D7A 10 DBA 11 G7A 12 D6D
t· t t t t
t
R2R RlR R2R RlD DIR R2D
tf!
Todos tenemos nuestro modo especial de rendirnos -espero que no sea tan especial como el de Bardeleben-, pero no hay razón para disimular que es doloroso hacerlo. Sentimos dolorosamente la derrota porque el ajedrez es uno de los juegos de rivalidad más cruel. El juego ofrece tantos rasgos lógicos y matemáticos, tantas posibilidades de cálculo exacto, que el lec-
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tor que pierde queda aplastado. La derrota nos hace quedar tan mal parados -o, cuando menos, así lo creemos-, que, al igual que todos los jugadares de ajedrez, tenemos miedo de perder. Y esto aumenta la ansiedad que provoca el juego. (En realidad, como lo verá el lector en este capítulo y en los subsecuentes, la casualidad, la suerte y la diferencia de personalidades desempeñan en el ajedrez un papel mucho más importante de lo que se cree). Considerando estos motivos de ansiedad, el lector debe conocer su temperamento y carácter, sus gustos y aversiones, sus puntos débiles y fuertes. Si ya los conoce, es, en verdad, un jugador poco común. Hasta los campeones mundiales se equivocan a veces y pagan duramente su falta de conocimiento de sí mismos. El jugador de gran agresividad se cree cuidadoso, conservador y discreto. En cambio, el jugador pesado se imagina ser brillante maestro del ataque. Algunas veces estos engaños pueden ser encantadores y divertidos. Pero con mayor frecuencia llevan al fracaso y la tragedia. Pueden debilitar el buen juicio, quitarle lo incisivo al juego y hacer que se pierda la fe en la propia habilidad. Como ha visto el lector, hasta un campeón mundial puede sufrir de este defecto. Alexander Alekhine fue, sin duda, el jugador más grande de la historia, pero de lo que realmente se. enorgullecía era de su. . . ¡juego de bridge! Lo único que sé del bridge es que se juega con un mazo de cartas -o tal vez con dos (es muy confuso)-, pero los que pueden juzgar me han dicho que Alekhine era lastimoso jugador de este juego. No me es difícil creerlo. Así como juzgamos equivocadamente nLestros puntos fuertes, también nos equivocamos con nuestras debilidades. Como examinaremos estos puntos débiles y fuertes, quizá sea éste un buen lugar para detenernos y hacer algunas preguntas al lector sobre las que deberá reflexionar al ir adelantando en la lectura de esta obra:
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Examen de la personalidad en el ajedrez 1.-¿Eres enérgico y emprendedor? ¿0 eres cuidadoso y conservador? · 2.-¿Te gusta arriesgarte? ¿O prefieres jugar sobre seguro? 3.-¿Te dejan helado las sorpresas? ¿O las tomas como vienen? 4.-¿Te incomodan las cosas con las que no estás familiari7.ado? ¿O no pierdes la confianza en ti mismo? 5.-¿Tiendes a sobreestimar tu propia habilidad y a menospreciar la de tus oponentes? ¿O tiendes a menospreciar tus fuerzas y a sobreestimar la de tus rivales? 6.-¿Te gusta calcular todos los detalles? ¿O juegas dejándote llevar por tus impulsos? 7.-¿Eres un jugador lento? ¿O lo eres rápido? Medita estas preguntas cuidadosamente y respóndelas con veracidad. Sólo entonces podrás obtener la mayor ventaja de esta obra. Quizá el lector piense que algunas de las preguntas son capciosas. Si es así, está en lo cierto. Están formuladas de tal manera, que si puede contestarlas honradamente, Q.abrá descubierto que en su juego de ajedrez hay cosas que no había sospechado nunca. Recuerda esto: el conocimiento de sí mismo es el principio de la sabiduría.
Déjate de excusas ¿Cuál es tu excusa cuando pierdes? Seguramente el lector tiene una; todos los jugadores de ajedrez tienen alguna disculpa clásica. ·Al parecer, hasta los grandes maestros necesitan una excusa, así que el lector tiene compañeros distinguidos. Uno de los jugadores más notables de los Estados Unidos -llamémoslo Smithocupa siempre un lugar distinguido en los torneos del campeonato de ese país. Smith participa en él con la esperanza expresa de ganar, pero nunca lo consigue.
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Cuando pierde, dice que se encontraba en malas condiciones físicas; que había trabajado mucho; que casi no tuvo descanso ni entrenamiento antes de que se iniciara el fatigoso trajín. Un desconocido que escuchara el relato de sus cuitas por primera vez podría haberle preguntado: "Entonces, ¿por qué no se fue usted al campo a pasar unos días? ¿Por qué no descansó algún tiempo? ¿Por qué no se dedicó a entrenar?". Pero esas preguntas hubieran sido ingenuas. La excusa es más importante que los hechos. En verdad, la excusa crea los hechos. En éste, como en todos los casos, la excusa se ha convertido en parte de la personalidad del jugador, en parte de su juego de ajedrez, en parte de su vida. Ofrece la excusa por primera vez después de su primer fracaso. A partir de en ton ces, la excusa está allí, a la mano, para aplicarla inconscientemente antes de cada fracaso subsecuente. Al invocar su excusa, Smith se escuda contra las consecuencias de su esperado fracaso. Y también desdeña todo paso constructivo para superar ese fracaso. La excusa es una protección, pero también es perjudicial. En el caso del lector, la excusa le impide mejorar su juego. Le impide averiguar por qué pierde en el ajedrez. No hace mucho, un jugador estaba haciendo un papel muy desairado en uno de los torneos de Navidad de Hastings. Alguien le preguntó con benevolencia cuál era la causa. El jugador replicó: "¡Los otros jugadores son mejores que yo!". Su cándida sencillez fue desconcertante: quizá la interpretaron como sarcasmo, pues un jugador de ajedrez nunca abandona su excusa favorita. Un jugador refunfuña: "Era mi día de malas". Otro: "Tenía la victoria en la bolsa, pero la dejé escapar". Un terrero afirma que no estaba en forma. Otros tienen dolores de cabeza o de la espalda, trastornos del estómago, gargantas irritadas, toses atormentadoras. Y otros más dicen que la luz era muy débil, o demasiado brillante. No es de extrañar que el gran maestro inglés Amos Burn dijera con ironía que nunca le había ganado una partida a un hombre que se sintiera bien.
F R E D
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R E 1 N •. E L )).
En cierta ocasión, un conocido jugador atribuyó su mala actuación en un torneo al hecho de que estaba acostumbrado a vivir en un ambiente ruidoso, y el torneo se había jugado en un local donde reinaba el silencio. El inmortal Tarrasch explicaba volublemente que su mal juego en el Torneo de Hastings en 1895 se debió al aire del mar. Pero no explicaba por qué ese mismo aire aumentó el vigor de sus rivales. La excusa de Tarrasch dio origen a una de las historias más fantásticas ·de los juegos de torneo. La posición era la siguiente: TEICHMAN
DIAGRAMA
3
(Juegan las blancas) Hastings, 1895
TARRASCH A pesar de que Tarrasch tenía que hacer cuatro jugadas en dos minutos, ¡se quedó dormido! (El maldito aire del mar, sin duda). "¡Le toca jugar, doctor!". No hubo respuesta. (Quisiera poder decir que a Teichmann le respondió un sonoro ronquido, pero la historia es bastante divertida sin agreg-arle adornos). Otra vez ve gritó Teichmann, y nuevamente no hubo respuesta. Finalmente, cuando lo llamó por tercera vez, Tarrasch despertó, miró en su torno desatinadamente y jugó C3R como un rayo. Pero era demasiado tarde: había excedido el límite de tiempo. Esta historia puede considerarse de dos maneras. Una de ellas consiste en examinar el diagrama 3. Se ve claramente que
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las blancas han perdido el juego, pues la ventaja de las negras es indudable. Así: 1
2
C3R C5D
C4R DlC
Si las blancas cambian damas, la torre de las negras llega a 7CD, lo que significa el principio del fin. Si las blancas no aceptan el cambio de damas, la dama y la torre de las negras penetran por las dos columnas abiertas del ala de la dama. Además, el peón de las blancas en 40R está en situación débil, y su alfil no puede hacer nada, pues se halla encerrado por sus propios peones. No cabe duda: las blancas han perdido el juego. Pero también puede uno olvidarse de la posición del tablero y reflexionar en la conducta extraordinaria de Tarrasch. Los siquiatras hablan de un estado llamado "narcolepsia" en que una persona tiende a quedarse dormida fácil y frecuentemente cuando no puede superar sus problemas. Tarrasch quisiera hacemos creer que perdió porque se quedó dormido; lo que realmente sucedió es que se quedó dormido porque estaba perdido. Éste es un buen ejemplo de la manera en que el riguroso análisis del ajedrez se confunde con las reacciones personales. El rival de Tarrasch en este juego, Richard Teichmann, tuvo una carrera extraña. Lo apodaban "Ricardo V" porque generalmente ocupaba el quinto lugar en los torneos. Fácilmente hubiera podido hacer un mejor papel, como podemos ver en su espléndido primer lugar en Carlsbad en 1911, uno de los torneos internacionales más reñidos que se hayan visto. Cuando se examinan los juegos de Teichmann, se ve que son sólidos, por no decir estólidos. Y pronto se tiene la impresión de que si se hubiera esforzado más, habría sido uno de los grandes maestros del ajedrez. Veamos su extraordinario juego en esta horripilante posición:
FRED
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REINFELD
AFICIONADO
DIAGRAMA
4
auegan las blancas)
Zurich, 1921
TEICHMAN
Para comenzar, Teichmann dio un caballo de ventaja, y después perdió otra pieza. Ahora, su alfil está siendo atacado, al igual que una de sus torres. Al lector y a mí, esta posición no ofrecería ninguna posibilidad de salir adelante. Pero Teichmann ve un pequeño rayo de esperanza en el peón del caballo de rey, que se encuentra muy adelantado. En consecuencia, juega: 1
TxP !!
Esta jugada amenaza mate, comenzando con 2 TST eso, las negras toman la torre. ¿Por qué no? 1
t!
lleva al mate.
D5C!
Y ahora, si 2 . . . PxA; S DSD 2 3
Por
CxT
Si 1 . . . TxT; 2 AxC 2
t!
DSD t!!
t
decide el juego. C2A CxD
Y ahora, después del sacrificio de la dama viene una jugada de sorprendente belleza: 4
P6T!
Abandonan !
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Después de 4 . . . PxA, las negras tienen una ventaja de dama, una torre y tres piezas menores. A pesar de ello, 5 P7T t las obligan a abandonar el juego. Las negras son impotentes contra esta amenaza, pues su torre en 3R está clavada. Pocas cosas han sido más trágicas en el ajedrez que el relativo fracaso de este gran maestro. A pesar de su enorme capacidad de irLlaginación, Teichmann no pudo llegar a la cima. ¿Su excusa? "¡Pereza!". Durante varias décadas fue su característica. Pero el mundo del ajedrez de los maestros ha visto excusas más extrañas aún. David Janowski, famoso contemporáneo de Tarrasch y de Teichmann durante el período de 1890 a 1920, se distinguía por su despreocupada audacia. He aquí una posición típica de su arrojado estilo: SCHALLOPP
5 (Juegan las blancas) Nurember, 1896
DIAGRAMA
]ANOTVSKJ
Las blancas se encuentran considerablemente más desarrolladas que las negras, cosa que les permite continuar su ataque y, al mismo tiempo, proteger su torre amenazada. La jugada de Janowski es sobrecogedora, elegante y enérgica: 1
A5D !!
PRxA
Había que capturar al insolente alfil, y ésta era la única manera de hacerlo.
FREO
14 2
DxPA
t
Si 2 ... R2R; 3 CxP todos modos. DxT t 4 D7C t 5 D6A t 6 A4A!
J
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RID
t
haría retroceder al rey negro de
R2D R3R A3D Abandonan
Un bello final. Si 6 ... DxT t; 7 R2D, DxT; 8 DxA t, y las blancas dan mate en dos jugadas más. En este juego se puede ver que J anowski era un gigante cuando se trataba de deshacerse de rivales de segunda catego· ría. Pero cuando tenía que vérselas con jugadores realmente formidables, las cosas eran muy diferentes. Jugaba bien y ga· naba alguna partida. Pero luego comenzaba a mostrar su morosidad, a comprometerse en complicaciones innecesarias. Tomemos la siguiente posición de una partida jugada contra Emanuel Lasker: ]ANOWSKJ
6 (Juegan las negras) Campeonato M un dial de 1910
DIAGRAMA
DR. LASKER
Janowski tenía en las manos una victoria fácil haciendo la jugada más evidente: 1 ... A4AD. Entonces las negras amenazan con ganar una pieza. Pero las blancas no tienen otra alternativa; deben intentar 2 P4CD. En ese caso, las negras juegan 2 . . . AxC !
POR QUÉ
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Ahora las blancas tienen dos posibilidades. U na es 3 AxA, D40R; 4 C5C# P3TD, y las negras ganan una pieza. (Si en lugar de esto las blancas juegan 4 C2R, quedan en una situación intolerablemente apretada). La otra posibilidad es 3 PxD, AxC t; 4 A2D, TxA, y las blancas están perdidas: 5 DxT AxD t; 6 RxA, CxP. Las negras tienen dos piezas y un peón por una torre. Pero Janowski quiere alardear de imaginación. Y asf: 1 C3T 1 2 P4CD D4R 3 C(3A)5C Lasker lucha lo mejor que puede. (Su rival, Tarrasch, le rindió en una ocasión el siguiente tributo: "Lasker pierde un juego de vez en cuando, ¡pero nunca pierde la cabezal"). Si las negras juegan 3 ... P3T, Lasker tiene pensado jugar 4 DIA !1, Px.C; 5 CxC con un contraataque resuelto. 3 C4A 4 TIA!
Contraataque en la columna abierta. Al clavar el caballo de las negras, confunde a Janowski y acaba por paralizar su voluntad de ganar. 4 CxA 5 PxC DxPR t 6 A2R A2R 7 T3A !1 Lasker juega con encomiable sangre fría en una situación peligrosamente precaria. Y ahora ofrece a 1anowski la oportunidad de jugar 7 ... DxT t!; 8 CxD, CxC, dejando a las negras con un juego muy fuerte. Pero, una vez más, 1anowski -el arrojado 1anowskivacila ...¿Qué persigue el viejo zorro?''', se pregunta. Perplejo e indeciso, consigue arrebatar la derrota de las garras de la victoria. A5T t7 7
FRED
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P~C
9 0-0 !
REINFELD
D5R A3A ]ANOWSKI
7 (Después de 9 . . . A3A)
DIAGRAMA
DR. LASKER
La posición de las negras parece todavía amenazadora, pero veamos cómo la hace pedazos Lasker. JO
TxA!
Ha eliminado a su peor enemigo. ¡La fuerza de esta jugada sólo se hará evidente diez jugadas después! JO . . . PxT .JJ A3A Por fin, después de una defensa increíblemente paciente que pocos jugadores hubieran podido sostener, Lasker toma la iniciativa. Ahora ya no perderá el tiempo: cada jugada es un martillazo, implacable castigo a la indecisión de las negras. JJ D4R J2 CxP t R2A JJ C (7T)xC PxC J4 TxP t RIC Ahora el rey de las blancas está a salvo, mientras que el de las negras ha quedado expuesto al ataque. J5 T6G t RIA J6 DIA t R2D J7 CxA PxC J8 T7C t RIR J9 A6A t Abandonan
POR QUÉ
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Porque después de 19 ... R1A; 20 D6T
t
lleva al mate.
Al igual que en esta partida, 1anowski perdía una línea decisiva tras otra; en los torneos abundan sus victorias fallidas. ¿Por qué? ¿Porque "le gustaba el ajedrez interesante"? ¿Porque "'se deleitaba tanto con un juego ganado, que no quería que se acabara"? Estas explicaciones son música celestial. Es divertido jugar ajedrez, pero es más divertido ganar la partida. La verdadera razón de que 1anowski perdiera esos juegos ganados era que tenía miedo de la crisis, de ese terrible momento en que todo el juego está en la balanza. Por valeroso que pareciera 1anowski, indudablemente había cierta timidez en su naturaleza que lo hacía retroceder ante las decisiones que, una vez tomadas, no pueden revocarse. Emanuel Lasker, Campeón Mundial de 1894 a 1921, era un tipo de jugador completamente distinto. Fue el primero que demostró la importancia de la personalidad en el ajedrez y que caracterizó al juego como una lucha. Tenía una noción clara de sus propias cualidades y de las de sus contrincantes. En consecuencia, podía llevar el juego por caminos en que sus contrarios se extraviaban. Cuando se proponía crear complicaciones, este magnífico luchador era implacable consigo mismo y con su rival. Me agrada mucho este franco comentario que hizo La.sker sobre su vida de empedernido ajedrecista: ..De mis cincuenta y siete años, dediqué cuando menos treinta a olvidar casi todo lo que había aprendido o leído. Y una vez que lo conseguí, adquirí cierta soltura y ánimo que no me gustaría volver a perder. Si es necesario, puedo hacer cosas de las que no tengo idea en el momento. He retenido poco en la memoria, pero puedo aplicar ese poco, y es muy útil en muchos y variados aprietos. Lo mantengo siempre en orden, pero me resisto a aumentar su lastre". Estas palabras nos revelan admirablem~te el aplomo, la calma y confianza de Lasker, así como sus insuperables cuali-
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dades de estratega. Cuando reproducimos cualquiera de sus partidas. vemos claramente cómo se revela el elemento personal en el ajedrez. Pero volvamos a nuestro tema de las excusas. ¿Cómo supone el lector que los contemporáneos de Lasker lo consideraban? ¿Encomiaban la madurez de sus conceptos y su mágica habilidad para salir de las situaciones críticas? No exactamente. Atribuían su éxito, no a su manera superlativa de jugar, sino a las fétidas tagarninas que fumaba. Es siempre más cómodo atribuir la derrota a un cigarro puro que a la inferioridad en el juego. Y es más, mucho más fácil, invocar la excusa que esforzarse por mejorar el juego. Así, en lugar de decir con voz melancólica: "Si tan Sólo pudiera jugar mejor las aperturas, todo saldría bien", ¡por el amor de Dios, hay que dedicarse a estudiarlas! Naturalmente, la excusa que oímos con más frecuencia es la siguiente: "¡Juega demasiado lento! Ya le tenía ganado el juego, y luego me volvió loco con su pachorra en cada jugada. Cuando menos lo pensé, se me agotó la paciencia, hice cualquier jugada y ... , ¡zas! ¡Allí se acabó todo!". Y esto es algo que el lector no solamente ha escuchado con mucha frecuencia, sino que lo ha dicho más a menudo aún. Pues la lentitud del juego -del contrincante, claro está, no la propia- es excusa universal de todos los jugadores de ajedrez. ¿Tiene fundamento esta excusa? No mucho. Y he aquí por qué: Ambos jugadores -el lector y su contrincante- confunden el tiempo con la duración. Cuando le toca jugar al lector, se abisma a tal extremo en sus pensamientos que no se da cuenta de cómo pasa el tiempo. Su adversario, en cambio, se encuentra condenado a la ociosidad e inquieto, esperando con impaciencia que le toque jugar. (Buckle, el famoso historiador, que también era un buen jugador de ajedrez., dijo una vez con mordacidad: "Es difícil soportar la lentii&'a del genio, pero la del mediocre es insufrible"). 1
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Subjetivamente, el lector siente que ha empleado muy poco tiempo en hacer su jugada; pero la irritada impresión del contrincante es que tardó varios siglos. (Y hasta puede ir más lejos e insinuar que el lector juega deliberadamente con lentitud: una guerra de nervios). Pero ahora le toca jugar al contrincante. ~Qué sucede? Los papeles se han invertido, y esta vez es el adversario el que tiene la impresión de que no emplea mucho tiempo en decidir su jugada, mientras el lector sucumbe a la ilusión de que es ignominiosamente lento para tomar una resolución. Piénselo bien el lector y, según creo, coincidará conmigo en afirmar que no hay exageración en lo que he dicho. ~Qué debe hacerse? Ante todo, es necesario dominar la irritación. El lector juega ajedrez por divertirse. Si no es así, ~para qué juega? Pero es más fácil decirlo que hacerlo. Quizá el siguiente consejo le ayude a ello. Toda la dificultad 'surge cuando el lector espera que su contrincante juegue. Pero, ~por qué ha de esperar sin hacer nada? En lugar de mirarse los dedos, 4por qué no aprovechar el tiempo7 Puede uno, por ejemplo, estudiar la posición para ver si es posible capturar una pieza, atacarla o amagarla. El lector se sorprenderá agradablemente al encontrar que puede tener una imagen más clara de la situación ahora que momentáneamente se ha libertado de la responsabilidad de tomar una decisión. Y no es esto todo lo que puede hacer. ~Por qué no mirar la posición desde el punto de vista del contrincante? ~Por qué no preguntarse qué haría uno en su lugar? ~Qué jugada haría uno en la situación inmediata? ~Qué plan escogería? Empleando de esta manera el tiempo del contrincante, el lector no sólo calmará sus nervios, sino que también verá el juego como no lo había visto nunca antes. Y, lo mejor de todo, en lugar de cultivar una excusa vana, mejorará su ajedrez de una manera constructiva.
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Hay que tener fe en el propio juego La seguridad en sí mismo, o incluso una imitación razonable de ella, es un arma potente en el ajedrez. Si el lector tiene confianza de alcanzar lo imposible, puede -aunque no lo creatriunfar en un proyecto poco probable. Pero si duda de alcanzar lo que está en su capacidad de hacer, fracasam incluso en ese objetivo limitado. En el ajedrez, naturalmente, es ventajoso conocerse a sí mismo. ,Pero es necesario conocer también al otro. Es difícil lo primero. Pero es más difícil aún lo segundo. Como sabemos muy bien, los jugadores de ajedrez toman la derrota con amargura considerable. Para protegerse contra la decepción que experimentan al perder, invocan excusas muy conocidas a fin de sentirse menos incómodos. Por ello, a menudo temen que se les ponga a prueba. Van a un club de ajedrez, pero rehuyen jugar. Algunos llegan al extremo de imaginar que los ojos de todo el mundo están fijos en ellos, que todos los espectadores del juego están atentos a burlarse de cada una de sus jugadas. En cierto grado, su temor es explicable. Todos tenemos miedo de lo desconocido, y una prueba crucial ante extraños es una verdadera ordalía. Pero, en realidad, quien obra así se mortifica sin motivo, pues puede tener la seguridad de que su contrincante se siente tan incómodo como él: la desagradable experiencia no lo es sólo para él. Es consolador saber que hasta los grandes maestros sufren este sentimiento de ansiedad. Los que adoptan el aire más convincente de confianza en sí mismos son, generalmente, los más perturbados. Tomemos como ejemplo la siguiente narración sobre la conducta de Najdorf al final de uno de los torneos más reñidos de los tiempos modernos: "A pesar de todo su ingenio y sus numerosos éxitos de tiempos pasados, Najdorf nunca había obtenido un triunfo tan impresionante. uPero, según la propia afirmación de Najdorf, se sentía
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perdido en cada una de las partidas. En cuanto había hecho un cierto número de jugadas, corría a la sala de periodistas -casi con la puntualidad de un reloj- para anunciar alocadamente que iba a perder por algún descuido, algún grave riesgo o alguna jugada sorprenden te del adversario. "A pesar de que estos dramáticos anuncios se repetían con toda la dramática intensidad de que era capaz Najdorf, ninguno de ellos se realizó. El terrible ataque de Reshevsky quedó contenido. El descuidado sacrificio al jugar contra Gudmundsson resultó ser atinado. La sorprendente jugada de Pilnik fue una especie de boomerang. "Como muchos de sus colegas del pasado y de la actualidad, incluyendo a Alekhine, Najdorf sólo juega realmente bien cuando tiene que poner sus cinco sentidos espoleado por el miedo. Pero en lo que se distingue de los demás es en que lo confiesa francamente y sin importarle su •prestigio'. Como él mismo dijo en una ocasión: 'Siento el impulso de desnudarme en público'". Podemos dar otros ejemplos. El más notable de los que recuerdo es el pasmoso artículo de Capablanca en The New York Times poco antes del Torneo de Nueva York de 1927. En la víspera de uno de los mayores triunfos de su carrera, el Campeón Mundial proclamó en los términos más sombríos que dudaba mucho de sus probabilidades de éxito. (¿No nos recuerda esto la excusa de Smith? Podría clasiCAPABLANCA
8 (Juegan las negras) Nueva York, 1927 DIAGRAMA
NIMZOJ!ICH
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ficarse como "la excusa preliminar y propiciatoria... La siguiente ocasión en que Capablanca recurrió a esta excusa fue cuando Alekhine le ganó el Campeonato Mundial, pérdida que sorprendió a Capablanca y a todo el mundo, ¡con la excepción del mismo Alekhinel). La siguiente partida dará al lector una idea del abismo que había entre la desalentada predicción de Capablanca y sus soberbias jugadas unos cuantos días más tarde (véase el diagrama 8). Capablanca, que se propone un bonito sacrificio de la dama, abre la posición con: 1 2
AxPR
P4R! T (ID)7D
Amenazando . . . TxP con un ataque amagando mate con las poderosas torres. Si las blancas se defienden con 3 TlAR, las negras tienen la aplastante continuación 3 ... DxPR 1, y si 4 PxD, T7C t; 5 RlT, TxP t; 6 RIC, T(7A)7C tt. 3
D7C
TxP
4 P4C Esforzándose desesperadamente por usar el alfil para defender el flanco de rey. Pero Capablanca frustra su propósito. 4
5
A3C
D3R! TxP!
Magistralmente jugado: si ahora 6 AxT, DxPC D6T !, forzando el mate. 6 D3A 7 DxT 8 RxT
T (7T)7C TxD t DxP
t;
7 RIT,
t
Ca.pablanca tiene una victoria fácil, en parte por su ventaja
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en material y posición. N imzovich se rindió después de ocho jugadas más. ¿Cómo podría uno reconciliar las dudas de Capablanca con su espléndido juego y garboso aire de seguridad durante el torneo? Esta especie de ansiedad antes de la batalla nos recuerda el doloroso miedo a aparecer en las tablas que aflige aún a los actores veteranos y a los concertistas. Sin embargo, apenas unos momentos después ponen de manifiesto la habilidad y maestría que los ha hecho distinguirse en su profesión. En cambio, la "fe en lo imposible" es una de esas ilusiones vitales que pueden hacer del lector un mejor jugador de ajedrez. Quizá quien me lee conoce ya la afirmación que se atribuye a Tchigorin, el gran maestro ruso de las dos últimas décadas del siglo pasado. Se dice que cuando tenía las blancas siempre jugaba 1 P4R, confiado en que tenia el mejor juego. Cuando tenía las negras, respondía a .1 P4R con 1 ... P4R, convencido con igual firmeza de que tenía, cuando menos, ¡un juego parejo! Comparemos estas dos afirmaciones, y el lector dirá que son, lógicamente, ridículas. Es cierto. Pero hay muchas cosas en el ajedrez que no obedecen a la lógica, y el lector será un mejor jugador de ajedrez si se convence de ello. Pero sucede que la afirmación de Tchigorin de ninguna manera es tan fantástica como parece, pues contiene una .. premisa menor tácita" que tiene un gran sentido. Lo que en realidad quería decir era: @uando yo, el gran Tchigorin, tengo las blancas, las blancas tienen el mejor juego. Y cuando yo, el gran Tchigorin, tengo las negr~ entonces las negras tienen, cuando menos, un juego parejo'~ Para comprender claramente esta engañosa afirmación, examinemos dos partidas deliciosas ganadas por Tchigorin: la primera con las piezas blancas y la segunda con las fuerzas negras. En el primer juego, Tchigorin derrota a una autoridad en abrir el juego en quince jugadas, usando una apertura que en la actualidad sólo se ve en la tienda de antiguallas:
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Nueva York, 1889 APERTURA DE PONZIANI Blancas Tchigorin 1 P4R 2 C3AR J P3A
Negras Gossip P4R C3AD P4D
Una respuesta más sencilla es 3 ... C3A; 4 P4D, P4D !, con igualdad. P3A 4 D4T Adelantar prematuramente el peón del alfil del rey puede ser muy perjudicial. 5 6
A5C PxP
7 0-0 8 P4D
CR2R DxP A2D
Si las negras jugaran bien, saldrían hábilmente del paso con 8 ... PxP; 9 PxP, C4R !; 10 AxA t, DxA! Tal como juegan las negras, pronto se encuentran en un serio aprieto que Tchigorin explota hasta lo último. 8
9 CR2D 10 A4A 11 D3C 12 A7A t
P5R '! C3C D4TD P4A
El principio del fin. Tchigorin no dejará escapar un rey rodeado por un enjambre de enemigos. 12 R2R '! 13 C4A! D3T 14 A5C t! RxA Tchigorin termina el juego de una vez con drástico jaque doble, teóricamente la jugada más fuerte que se conoce en ajedrez:
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GOSSIP
DIAGRAMA
9
(Después de 14 ... RxA)
TCHIGORIN 15
C6D
tt!
Ahora viene la segunda parte, para mostrar lo que hacia Tchigorin con las negras: San Petersburgo, .J 87 8 CONTRAGAMBITO DEL GRECO Blancas Schletser 1 P4R 2 C3AR
Negras Tchigorin P4R P4AR
Ahora las blancas deberían jugar 3 CxP, amenazando D5T t. La mejor jugada de las negras es 3 ... D3A, pero después de 4 P4D, P3D; 5 C4A, PxP; 6 C3A, las blancas tienen un notable adelanto en el desarrollo. PxP A5C 5 AxC 6 CxP
J
4
C3AD A4A! PDxA ADxP
Tchigorin se ha desarrollado rápidamente, pero, como veremos, su último movimiento requiere considerable previsión. 7 D5T t 8 Cx'PC 1!
P3CR
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Las blancas están hipnotizadas por la idea codiciosa de obtener una ganancia material. Si ahora 8 ... AxC (que es lo que esperan), entonces 9 DxAR le dan dos peones de ventaja. TCHIGORIN
10 (Después de 8 Cx.PC ?!)
DIAGRAMA
SCHLETSER 8 9
DxT
PxC !! D2R t
Las tres piezas desarrolladas de las negras acosan ahora al rey de las blancas hasta perderlo. Si 10 RlA, AxPAD !, y la amenaza de ... A6D t es decisiva. JO
RID
AxPAR!
Esta jugada excluye la interposición de P3AR y, en consecuencia, amenaza ... A5C tt. Es cierto que Tchigo:rin deja dos piezas amagadas, pero estos problemas son demasiado insignificantes para preocuparse por ellos. 11 DxC t Si ahora 12 DxT, A5C tt. 12 D4A Abandonan 1
R2D TIR!
La decisión de las blancas es prudente en virtud de la amenaza de Tchigorin: 13 ... DSR f!; 14 TxD, TxT ft.
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TCHIGORiN
DIAGRAMA }}
(Posición final)
SCHLETSER Si 13 P3D, D7R tt. Osi 13 P4D, A5C f; 14 R2D, D6R tt· ·Después de reproducir estas dos partidas, vemos que la pretensión de Tchigorin tenía su lógica propia: la lógica de su habilidad deslumbradora, con la que destruía rápidamente a los contrincantes inferiores.
Hay que saber diferenciar entre los adversarios Así, se trata en realidad de un problema de personalidades. Y esto sucede en gran parte del ajedrez. Quizá esta afirmación sorprenda al lector, pues no la encontrará en ningún libro de ajedrez. Pero los mismos maestros del tablero suelen hacer a un lado la lógica· en favor de las consideraciones personales. Compárese el juego de un maestro del ajedrez en un torneo con sus partidas en una exhibición simultánea. ¿La calidad de su juego es la misma en ambos casos? Ciertamente, no. En una exhibición, donde debe jugar rápidamente contra un grupo de jugadores más débiles, el maestro sabe que puede vencer con jugadas que casi nunca darían resultado contra otro maestro. Supongamos que se encuentra en esta situación: puede (a) ganar un peón simplificando grandemente, o (b) rehusar el peón a fin de conservar una posición complicada y llena de promtsas vagas, pero amenazadoras. En una partida con otro maestro, se inclinará a tomar el peón y recibirá con beneplácito
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la simplificación del juego. Sin embargo, en una exhibición simultdnea probablemente preferirá el curso complicado. ¿Por qué esta diferencia? Por una parte, es demasiado discreto para jugar a la ligera con un contrincante poderoso, mientras que al rivalizar con jugadores simultáneos, la experiencia y las estadísticas le enseñan que la defensa se derrumbará ante un ataque resuelto y complejo. Si el lector ha jugado alguna vez en exhibiciones simultáneas, probablemente ha visto esa situación por sí mismo. En un lado del tablero está el maestro hábil, experimentado, seguro de sí mismo, esperando caer sobre el más pequeño error de su adversario. Y en el otro lado, el lector, el aficionado, sin seguridad de sí mismo, aturdido por la posición, atormentado por el presentimiento de que el desastre es inminente. Una de las numerosas facetas de Alekhine era su notable facilidad para sentir estas dificultades. La obra maestra que ofrecemos a continuación pone de relieve la enorme diferencia entre el juego del maestro y el del que juega una partida simultánea: Amsterdam, 1933 (Exhibición simultánea)
RUY LóPEZ Negras Blancas Alekhine Mindeno P4R 1 P4R 2 C3AR C3AD 3 A5C P3D A los maestros modernos del ajedrez no les satisface esta defensa, pues lleva a las negras a una situación cerrada y pasiva. 4 P4D PxP 5 DxP Gana tiempo para enrocar después en el lado de la dama. 5 A2D AxC 7 C3AD 8 A5C 9 0-0-0 6
AxA
C3A A2R 0-0
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MINDENO
12 (Después de 9 ... 0-0)
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ALEKHINE
Las blancas tienen que tomar ahora una decisión. Los rasgos esenciales de la posición son los siguientes: la posición de las negras, como sabemos, es un tanto restringida. Las blancas pueden reforzar tranquilamente su posición con la esperanza de conservar su dominio de la situación o pueden crear complicaciones en que sus amenazas llenen de pánico a las negras. Unos cuantos meses antes, jugando contra el maestro danés Andersen en el Torneo Internacional de Folkestone, Alekhine, en una posición idéntica, prefirió el primer método. En esa partida jugó así: 10 TRIR, C2D; 11 AxA, DxA; 12 T3R, D3A. (El propósito de las negras es el de salir de su posición cerrada mediante -cambios que simplifiquen el juego). La partida continuó: 13 C5D, AxC; 14 PxA, DxD; 15 CxD, TRIR; 16 TDIR, TxT; 17 TxT. Las blancas quedan con una pequeñísima ventaja de movilidad que es suficiente para que gane Alekhine. Pero ésa era una partida contra un maestro. He aquí cómo juega Alekhine contra un aficionado: JO P4TR Jugada astuta que sugiere a las negras la idea suicida de amenazar y luego capturar el alfil blanco. JO P3TR JJ C5D !
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Las negras pueden salvar todavía el pellejo jugando 11 ... CxC !; 12 PxC, A2D. Pero el poder de la sugestión es demasiado para ellas.
11 12 CxA 13
t
PxA? DxC
PxP
Después de esta jugada, la columna abierta de la torre del rey tendrá que decidir la partida en favor de las blancas, a pesar de su inferioridad material. M IN DEN O
13 (Después de 13 PxP)
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ALEKHINE
Ni siquiera el cambio de damas puede neutralizar el ataque de las blancas. Veamos esta variación: 13 ... DxP; 14 PxC, DxD; 15 TxD, AxC; 16 PxA Ahora, 16 ... PxP 1 permite 17 T4CR tt! O si 16 ... TR1R, 17 T4CR !, P3CR; 18 T(4C)4TR y las blancas sucumben con T8T tt. 13 14 T5T 15. TD1T
CxP D3R P4AR
Aunque luchan en una situación difícil, las negras pueden ahora darse el lujo de mostrarse complacientes. Es cierto que las blancas tienen 16 P6C (amenazan mate), DxPC; 17 C5R !1 que parece ganar; pues si 17 ·. . . PxC 1; 18 D4A t y después de 18 ... D2A o 18 ... T2A sigue 19 T8T tt·
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M IN DEN O
14 (Después de 15 ... P4AR)
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Pero he aquí la razón de que las negras se rían en sus barbas: después de 16 P6C, DxPC; 17 C5R ¡1, juegan 17 ... DxT 1; 18 TxD, PxC, con material más que suficiente a cambio de su dama. ¿Será que el aficionado ha superado al maestro? De ninguna manera. Con sonrisa compasiva, ·Alekhine traspone las jugadas, toma su caballo y lo planta con gesto de triunfo en una jugada genial: 16 C5R !!! Esta bella jugada tiene tres rasgos de sutileza. El primero: si ahora 16 . . . DxC; 17 DxD, PxD; 18 P6C, y las negras no pueden hacer nada contra T8T tt. Al mismo tiempo, las blancas amenazan T8T tt de todas maneras, por lo que es necesario capturar el caballo. 16 ~e 17 P6C ! Abandonan Y aquí encontramos el segundo rasgo de sutileza en la deliciosa combinación de las blancas: si 17 ... DxPC; 18 D4A t forza el mate. ¿Y el tercer rasgo de la combinación? Volvamos al diagrama 14. Si las blancas juegan 16 P6C, DxPC; 17 D4A t. las negras tienen la sencilla defensa 17 . . . P4D. Al jugar ·16 C5R !!!, Alekhine eliminó al peón de dama de las negras, de manera que ya no podían jugar P4D.
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Habría que buscar mucho para encontrar una partida más artística, y, sin embargo, el punto decisivo que hizo posibl~ el triunfo de las blancas se presentó en las jugadas 10 y 11. El ardid sicológico de las blancas fue la mecha que produjo la explosión. Ahí tiene el lector la diferencia entre el juego de torneo y el de las panidas simultáneas. En una partida entre dos maestros, las posibilidades son de que fracasen los ataques de especulación, aunque pueden tener éxito en una panida de cada diez. En una exhibición simultánea, triunfan 999 veces de cada mil.
El valor de la sorpresa Incluso en las partidas entre jugadores de primera clase, una jugada poco sólida, si se hace con cierto atrevimiento, tiene algunas probabilidades, por remotas que sean, de triunfar. Así lo descubrí una vez en una divertida partida que jugué en el Campeonato del Club de• Ajedrez Marshall. Mi contrincante, un buen jugador, adoptó la Defensa India del Rey. Pronto llegamos a una posición semibloqueada, en la que ambos bandos tendrían que recurrir a pesadas maniobras. Aunque las jugadas de mi adversario eran excelentes, corría el riesgo de que se le agotara el tiempo por jugar con demasiada lentitud. Por último, sólo le quedaban unos dos minutos para hacer veinte jugadas. Advirtiéndolo así, jugué mi rey de ICR a 2AR y luego a 3R en movimientos sucesivos. Casi todas las piezas estaban todavía en el tablero. Mi adversario, como había previsto, miraba al rey con ojos estupefactos, esforzándose por adivinar la razón de sus locos vagabundeos. Los movimientos del rey eran malos, tan malos así que RSR le daba la oportunidad de tomar mi dama con un jaque a la descubierta. Pero mi asombrado adversario no veía nada. Miraba al tablero como hipnotizado, mientras los segundos se deslizaban sin cesar. Y pronto perdió la partida por exceder el límite de tiempo.
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Claro está que éste es un caso extremo. Pero sirve para demostrar los efectos desastrosos de la sorpresa. En otro de los ejemplos que recuerdo, la estratagema fue diferente, pero mucho más común. La partida a que me refiero fue jugada en el Campeonato del Club de Ajedrez de Manhattan también contra un jugador bastante bueno. Al iniciarse el juego medio vi la oportunidad de hacer el sacrificio especulativo de un peón. Parecía seductor, y comencé a examinar sus consecuencias. Después de mucho pensar: "Si hace esto, yo haré esto otro", me dije de pronto: "¡No seas tonto! 'Especulativo' no quiere decir otra cosa sino 'especulativo', y si vas a sacrificar un peón, sacrifícalo sin importarte las consecUencias''. Dicho y hecho. Hice mi jugada resueltamente, y me apoyé en el respaldo de la silla a esperar cómodamente el desenlace. Mi adversario pareció alarmarse, luego me estudió inquisitivamente y por fin dedicó su atención al ta~lero. ¿Era una jugada buena o mala? Podía ver que en su fuero interno luchaba la suspicacia contra la preocupación y el miedo. Observó atentamente la posición, levantando las cejas de vez en cuando para lanzarme una rápida mirada, como si quisiera encontrar en mi expresión la solución a su problema. Su decisión, como puede suponer el lector, no era fácil. Una jugada le permitía tomar el peón sin riesgo, aunque no sin pasar por ciertas incomodidades. Otra manera de capturarlo lo expondría a toda clase de dificultades, y un tercer método lo haría perder una pieza en tres jugadas obligadas. ¿Cuál jugada escogió? Antes de decírsela al lector, debo explicar que, aunque es un buen jugador, su fuerte son las posiciones simples y claras que no entrañan ningún riesgo. Rehuye la táctica atrevida, y cuando tiene que escoger entre dos o más posibilidades, comienza a titubear. Al final, después de media hora de estudio, escogió el método equivocado de capturar el peón y pronto perdió una pieza. El lector puede estar seguro de que los maestros conocen bien esta táctica. Algunos de los más emprendedores, como 1
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Rudolf Spielm.ann, por ejemplo, gustan de los sacrificios poco sólidos que parecen estar cargados de dinamita. Aunque lo condenaran más tarde algunos críticos que nunca se dejaron llevar por un arrebato para hacer una jugada, alcanzó un gran porcentaje de éxitos en sus partidas. La que ofrecemos a continuación demuestra cómo un gran maestro presenta una sorpresa a su adversario. Ha sido considerada como la más brillante que se haya jugado nunca, y, sin embargo, nadie sabe a la fecha si es sólida o no. Margate, J938 GAMBITO DE LA DAMA Negras Blancas Book Alekhine 1 P4D P4D 2 P4AD PxP 3 C3AR C3AR 4 P3R P3R 5 AxP P4A La desaparición del peón negro de dama en el centro deja las manos libres a las blancas en esa importante zona. Un ju· gador dinámicamente agresivo como Alekhine no necesita que se le haga invitación formal para aprovecharse de semejante situación. 6 0.0 C3A 7 D2R P3TD 8 C3A P4CD 9 i\3C P5C JO P5D ! Comienza el ataque. Si 10 ... PxP; 11 CxP !, CxC; 12 TID, y las blancas recuperan la pieza con una ventaja decisiva. JO C4TD 11 A4T t A2D J2 PxP PxP En esta posiciÓn, Alekhine hizo una de las jugadas más asombrosas que se hayan visto en el juego de ajedrez. En lugar
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de salvar su caballo (como el lector o yo hubiéramos hecho), estudió la posición por largo tiempo y finalmente jugó: 13 14 15 16
TID !!1 TxA ! C5R PxP !
PxC .CxT T2T
Alekhine ha sacrificado una torre ... , ¿para qué? Tan sólo para llenar de inquietud al adversario. BOOK
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(Después de 16 PxP !)
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R2R '!!
Con la esperanza de librarse de la molesta presión sobre el caballo, que estaba clavado.
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17 P4R ! Es una jugada diabólica. Si 17 . . . CxC, las blancas ganan con 18 A5CR t! Las negras están ya perdidas. He aquí la fonna impresi
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Alek.hine, naturalmente, sabía que había muchos factores en su favor. En primer lugar, su envidiable reputación le aseguraba prácticamente que los demás creerían en la solidez del sacrificio, aunque no fuera más que por la teoría ligera, pero impresionante, de que si Alekhine lo jugaba, debía ser sólido. Además, la sobrecogedora presencia de esta personalidad aterradora fue suficiente para aturdir a las negras. Consideremos, por otra parte, el desconcierto que produce siempre en el que se defiende un sacrificio de sorpresa. Cuanto más in~ perado sea el sacrificio, mayor será el desconcierto; y este sacrificio fue algo completamente fuera de lo común. Partidas como ésta sirven de mucho para explicar la confianza de Spielmann en los sacrificios que caen en esa vaga zona que separa lo sólido de lo erróneo. El crítico puede más tarde hacer mofa de estos sacrificios, pero para usar las palabras de Tarrasch, no es suficiente con ser un buen jugador; ademds, hay que jugar bien. El mismo Tarrasch, por gran jugador que fuera, sucumbió más de una vez al desconcierto que le produjo el sacrificio de sorpresa de un perspicaz maestro táctico. Cuando Lasker hizo su memorable observación sobre Tarrasch, diciendo que .. le faltaba la pasión que enciende la sangre'', pensaba seguramente en partidas semejantes a la que ofrecemos a continuación: San Sebastidn, 1912
RUY Blancas Duras 1 P4R 2 C3AR J A.5C 4 A4T 5 P3D 6 P3A
LóPEZ Negras Tarrasch P4R C3AD P3TD C3A P3D P3CR
Los teóricos dirán al lector que en las variaciones del Ruy
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López, cuando las blancas juegan conservadoramente P~D, las negras pueden ganar la iniciativa si más tarde juegan ... P4D. Todo esto es muy cierto, pero lo que no dicen al lector es que las blancas son un táctico resuelto, marrullero e implacable, mientras su adversario es más bien un teórico obstinado cuyos mejores tiempos quedaron en el pasado.
7 PSTR 8 A.3R 9 DIA JO A2A 11 A6T 12 CD2D 13 ese 14 P4C
A2C 0-0 P4CD TIR AIT P4D! D3D CID
Habiendo despejado su juego, las blancas están listas ahora para . . . C~R, a lo que sigue C5A o . . . P4A y . . . P5A, o ... P5D. 15
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!)
DURAS Las negras tienen un juego espléndido, y Duras sabe que sólo puede salvarse con marrullerfa. He aqui su sorpresa: 16 CxP !!1
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Ahora bien, si las negras conservan la calma y dominan el desconcierto que les produce esta sorprendente jugada, tienen la oportunidad de superar al adversario con 16 . . . PxP !; 17 P4D, P4A !
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Tarrasch cree que Duras ha cometido un disparate.
17 P4D 18
P5R
D3D DlD
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DURAS Cuando imagino la escena, veo a Tarrasch esforzándose por ocultar una sonrisa de triunfo. Si las blancas juegan 19 Px.C 77, entonces las negras juegan ... ClA, y así ganan la dama. Pero ahora viene la segunda sorpresa, aún más demoledora que la primera: 19
0-0-0 !!
Duras abandona la pieza para seguir con su especulación. A cambio de ello, ejercerá una presión de la que las negras nunca podrán librarse. 19 20
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P4AR! AxA P5A TDIA
C2D A20R CxA CIA
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¡Qué avanzada de peones! Las amenazas de las blancas parecen insinuarse por sí mismas, sin necesidad de pensarlas; por ejemplo, D6T, seguida de C2D, C3A, C5C y P6A en algunos casos. Las negras escapan a esto, tan sólo para perder en una forma igualmente drástica. PxP 2J D5T 24 PxP P3AR 25 C2D T2R 26 TRlC! D4T 27 T4C! 28 D3A! Esta jugada brutal deja indefensas a las negras, pues amenaza 29 TxC t. ganando la dama, o 29 DxP t, ganando una torre, o 29 PxP, ganando una pieza. 28 D2A 29 Px.P ! DxP JO DxP t Abandonan Para comenzar, las blancas ganan una torre. Esta partida es una de mis favoritas porque revela de manera dramática la fuerza de la personalidad en el ajedrez.
El eterno triángulo Hasta ahora he indicado algunas de las formas en que el factor personal domina una partida de ajedrez. Tan sólo para remachar el clavo, por si el lector no está todavía convencido, consideremos el siguiente enigma: A derrota una vez tras otra a B y B derrota una vez tras otra a e; ¡sin embargo, e derrota una vez tras otra a Al Probablemente el lector ha visto que esto sucede en su club de ajedrez. Y es muy probable que le haya sucedido a él mismo. ¿Cómo puede explicarse este enigma? Ciertamente, no con la lógica o por la fuerza comparativa de los jugadores. Si se usa uno de estos dos criterios, la triple relación no tiene sentido. La explicación debe encontrarse necesariamente en el dominio de la personalidad. Con la venia del lector me referiré a un trío semejante y
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al lazo extraño e ilógico que los unía. Estaba formado por Sammy Reshevsky, Reuben Fine y yo. Aunque yo no estaba en el mismo club que ellos, me aceptaban como de la familia. He aquí la razón: Reshevsky derrotaba una y otra vez a Fine; Fine me derrotaba una y otra vez, y, sin embargo, ¡yo tenía una de las mejores series de triunfos que se hubieran alcanzado contra Sammyl No era misterio que yo perdiera casi siempre con Fine, pues era mejor jugador. Agréguese a esto mi sincero respeto por su habilidad; cuando éramos jóvenes, jugábamos ajedrez y lo estudiábamos juntos, y hasta escribimos algunos libros sobre este juego en compañía, en lugar de estudiar nuestras lecciones escolares. Pero ahora sé -muchos años después- que no era la superior lfabilidad de Fine lo que explicaba. los resultados tan abrumadoramente unilaterales. Lo que realmente me vencía era l_a expresión despreocupada de su rostro, la humillante arrogancia de su actitud hacia todos los adversarios. Ya era yo hombre al agua antes de que se iniciara la partida. Y esto nos lleva al segundo enigma. ¿Por qué la arrogancia de Fine no afectaba a Reshevsky? Por varias razones. Para comenzar, Sammy tiene una sublime confianza en sí mismo que empequeñece el orgullo de Fine. Sammy no alardea de ello, como debe comprender el lector. Tan sólo considera su propio genio con profundo respeto y serena admiración. Está tan cierto de que va a ganar como de que el sol saldrá por la mañana. Sammy tenía otras ventajas. Es mucho más flemático que Fine y, en consecuencia, está mejor dotado para encararse a situaciones tensas. Cuando se encuentra en una posición :¡ue descorazonaría a otro jugador, Reshevsky no hace otra cosa que luchar con mayor ardor. Naturalmente, esto desconcertaba a Fine. Otro punto más en favor de Sammy era que virtualmente no se interesaba en otra cosa que no fuera el ajedrez. Fine, en
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REINFELD
cambio, tenía diversos intereses. Por lo tanto, Fine nunca exigía la misma concentración que se requería para jugar con Sammy. Por estas razones, si no es que por otras, Fine resultaba siempre fácil presa para Sammy. Si Fine tenía una partida perdida, la perdía. Si tenía un juego ganado, lo empataba. Hasta donde yo recuerdo, Fine sólo consiguió ganarle una partida a Reshevsky, y eso sucedió después de muchos años de intentarlo. ¿Quién podría olvidar su juego en el Campeonato de los Estados Unidos de 1940, en el que Sammy estuvo tan cerca de perder que se le salían las lágrimas? ¡A pesar de todo, empató la partida y conservó el título! He aquí la posición en que se decidió el destino de la partida: RESHEVSKY
DIAGRAMA
19
(Juegan las blancas) Campeonato de los Estados Unidos, 1940
FINE
Con dos piezas por una torre, las blancas tienen una victoria fácil. Lo tinico que necesitan es librar a su alfil de rey que está clavado. Para ello hay una manera sencilla, y otra complicada. Fine escoge la complicada, procedimiento insensato contrá un jugador como Sam.my, que, cuando menos, tiene nueve vidas. La forma sencilla es 1 T 4A, y la ruina de las negras es irremediable. En lugar de ello, Fine jugó: AxA 1 A4A 1 2 DxA P4C J P3CR D5C
POR
QU~
PIERDE
USTED
EN EL AJEDREZ
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~sta es la posición que quería Fine, pero ahora, para su consternación, descubre que todo ha sido inútil. He aquí la razón:
RESHEVSKY
20 (Después de 3 . . . D5C)
DIAGRAMA
FINE
Pretende jugar 4 C4R, librando así a su alfil clavado y amenazando también con el funesto doblete 5 C6A t. Pero, como suele suceder cuando Sammy parece derrotado, tiene una defensa perfecta, como sigue: 4 C4R D3R! Si ahora 5 DxD, PxD, y el alfil, clavado en la columna, está perdido. P4AR! 5 D4D 6 C5A D7R Y si aquí 7 TlCR, las negras no juegan tontamente 7 PxA 777 para que las blancas respondan con 8 PxP t a la descubierta, y ganan. En lugar de ello, juegan 7 ... D6A t!; 8 T2C, D8A t. con empate. D8R t 7 T2A PxA 8 R2C 1Y las negras se han escapado! En realidad, Fine no jugó 4 C4R. En la posición del diagrama 20, continuó 4 DxPAD, PxA; 5 TxP, D3R; 6 D3A, P4A; 7 D5D, TDlR; 8 R2C, DxD t; 9 CxD con dos peones por el cambio. Pero las negras están a salvo, y la partida terminó finalmente en un empate.
FRED
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REINFELD
Ahora llegamos a un enigma mayor aún: la impotencia de Sammy contra mí. En las cinco partidas de torneo que jugué contra él, gané las dos primeras y empaté las otras tres. ¿Por qué triunfé donde Fine había fracasado? Ningún razonamiento lógico o técnico podría explicarlo. La solución se encuentra por entero en mi actitud hacia Reshevsky. A diferencia de Fine, yo no era su rival, y por ello mi primera sensación al jugar con él era más bien de alivio que de temor. No era vergonzoso perder con este gran maestro, cosa que p~ dría sucederle a cualquiera. Yo no tenía nada que perder; me sentía sin responsabilidad y despreocupado, como rara vez se siente uno en un torneo de ajedrez. ¡Vaya paradoja! Yo me sentía despreocupado, y Sammy nunca lo podía estar. El ajedrez era para Sammy una cosa muy seria. La combinación de estos factores era suficiente para ~ nerme en el mejor de los estados de ánimo y para dar rienda suelta a mi imaginación. Jugaba con gran confianza y riqueza de ideas. Y así conseguí un récord envidiable contra ese formidable jugador, tan superior a mí en habilidad técnica. En nuestra primera partida lo abrumé con tres desagradables sorpresas: ~.Winneapolis
(Campeonato del Oeste), 19J2
DEFENSA INDIA DE LA DAMA Blancas
Negras
Reinfeld 1 P4D 2 P4AD
Reshevsky
J C3AR 4 P3CR 5 A2C 6 P5D!
C3AR P3R P3CD A2C P4A 1
La primera sorpresa incómoda para Sammy. Por medio de este sacrificio temporal del peón formo un poderoso centro de peones, y él queda en una posición apretada.
POR
QUÉ
PIERDE
USTED
6
7 C4T 8 C3AD 9 0-0 JO PxP 11 P4R 12 P4A
EN
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PxP P3C P3TR P3T P3D A2C
RESHEVSKY
21 (Después de 12 P4A)
DIAGRAMA
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Las negras deben cuidarse ahora de la terrible jugada P5R, que, si llega a verificarse, destruirá su posición. 12 13 14 15
P4T ! A3R D2A
CR2D 0-0 R2T
Antes de intentar P5R, fortalezco mi posición y desarrollo más piezas. 15 16
P3T 17 TDIR 18 A2A
C3AR CD2D TIR CICR
Como puede ver el lector, Sammy se ha esforzado por evitar P5R. ¡Y, a pesar de ello, la jugada es posible! Ésta es la segunda sorpresa, aún más desagradable que la primera!
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RESHEVSKY
22 (Después de 18 CICR) DIAGRAMA
REINFELD
PxP P5R !! P5A !! Es el punto de rompimiento. Si ahora 20 ... P4CR; P6A t a la descubierta gana una pieza. Y si 20 ... PxP; CxP con la amenaza de 22 C6Dt a la descubierta. 20 CIA 21 Px.P t PxP 22 A4A D3D 23 A3R C2R 24 T7A RIC 25 TDIAR CxP 7! La presión se ha acumulado implacablemente, y a las gras no les queda ya ninguna buena jugada. En el caso 25 . . . C4A, puedo continuar como lo hice en la partida. 19 20
RESHEVSKY
23 (Después de 25 CxP 7!) DIAGRAMA
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21 21
nede
POR QUt
PIERDE
USTED
EN
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26 TxAD!
La tercera sorpresa: parece un descuido, pero no lo es. 26
CxA
27 D2A De manera que si 27
CxT; 28 D7A
27 28
t
y 29 DxA
tt.
C4A CxC
O 28 AxC, ganando una pieza, pues si 28 . . . PxA; 29 t! gana (29 RxT; 30 CxP t, con doblete al rey y la dama). TxA
28
PxC
29 DxPAR JO T7AR
RIT
O 30 D7A, C3R; 31 D6C y ganan. 30
C3C
En este punto Sammy excedió el límite de tiempo, faltándole diez jugadas más para satisfacer el control de tiempo. Pero después de 31 DxC, su rendición hubiera sido inevitable. Éste es un ejemplo perfecto de cómo la confianza en sí mismo puede ayudar al jugador a vencer a otro mejor que él. El lector debe meditarlo bien, y encontrará en este análisis del ..eterno triángulo" muchas cosas que pueden aplicarse a él. Conócete a ti mismo ... , y a tu adversario. Obtendrás más del ajedrez, más victorias. Y más diversión, también.
CAPITULO 2
Juegds lds Aperturds Ciegdmente, Lector, o /ds Juegas de Memorid EL LECTOR es un jugador de golf tan inepto que lanza la bola al terreno difícil y después pierde golpes preciosos para sacarla de nuevo, por muchos juramentos que deje escapar no podrá remediar el hecho de haber arruinado la puntuación de su juego y el buen rato que debió haber pasado. Si también su ineptitud en el bridge lo lleva a una situación imposible, es evidente que desde el principio está perdido. Lo mismo sucede en el ajedrez. Si el lector juega mal la apertura, no tendrá esperanzas de salir adelante en el juego medio; su derrota es muy probable, tal vez irremediable. En otros juegos, esta secuencia de causa y efecto es clara para la mayoría de los jugadores. En el ajedrez, muchos de nosotros no nos damos cuenta de la relación que existe entre una y otra. Consideramos la apertura como una especie de preludio a la partida, no como una parte de ella, y quizá la parte más importante. Si no tenemos experiencia, hacemos las jugadas de la apertura a ciegas, creándonos, sin saberlo, futuros sinsabores. Si leemos un libro o dos, nos apresuramos a dejar atrás las aperturas, haciendo las jugadas de memoria, con prisa por llegar al '"verdadero" juego. Hasta los maestros, que deberían proceder de otra manera, incun·en algunas veces en esta falta. No hace mucho leí que en un torneo internacional uno de los maestros hizo sus catorce
SI
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primeras jugadas en tres minutos. Se rindió nueve jugadas y varios minutos después. Aquello no fue una partida: ' fue una carnicería. Su prudente adversario jugó la apertura con profundo conocimiento, pensó sus jugadas con verdadero cuidado y alcanzó una hermosa victoria.
jugadas ciegas con las apertuars El jugador inexperto juega mal la apertura porque no sabe lo que está haciendo. Tiene la costumbre de jugar un peón tras otro. ¿Por qué? Porque las jugadas de los peones son las más sencillas. No comprende que retarda su desarrollo, priva a sus piezas de las mejores casillas, debilita seriamente su posición y expone su rey a peligrosos ataques. Veamos este ejemplo imaginario de juego ciego de la apertura. (Confieso que el ejemplo es exageradamente torpe). APERTURA IRREGULAR Blancas 1 P4R
Negras P4R
Hasta aquí, muy bien. Ambos jugadores han adelantado un peón central y han creado una línea de desarrollo para el alfil del rey. 2 P3D 1 NEGRAS
DIAGRAMA
24
(Después de 2 P3D 7)
BLANCAS
POR QUt. PIERDE
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Pero, ¡éste es un error! Sin verse obligadas a ello, sin que se les provoque siquiera, las blancas cierran voluntariamente
la línea de desarrollo del alfil del rey. Nunca hay que quitarse uno la libertad de acción a menos de verse obligado a ello. Pero la jugada 2 P3D 7 de las blancas fue un craso error por otra razón: el tiempo. Debió haber jugado 2 C3AR. Esta jugada tiene varios puntos importantes en su favor. Por principio de cuentas, desanolla una pieza. Las piezas desarrolladas son piezas activas; están prontas a desempeñar un papel eficaz. Las piezas que se quedan en la primera fila son como tropas de reserva inmovilizadas a centenares de kilómetros de distancia. Adviértase también esto: 2 C3AR no es sólo una jugada de desarrollo: es una jugada vigorosa. Ataca al peón del rey de las negras. La economía de los medios es el alma misma del ajedrez; ¿y qué podría ser más económico que desarrollar el juego con una amenaza al enemigo? Pero 2 C3AR tiene todavía. otra vinud: es un preludio al enroque. El rey se encuentra más expuesto al ataque en el centro, esa plaza mayor del tablero. El rey se encuentra menos expuesto al ataque cuando se enroca, cuando se refugia en un lado del tablero, donde no es tan fácil destruir sus defensas. En consecuencia, el proceder más sensato (el más económico) en la apertura consiste en combinar el desarrollo con el pronto enroque. He aquí el procedimiento común: l. Se juega 1 P4R. 2. Se juega C3AR. J. Se saca el alfil del rey. Ahora el lector está preparado para enrocarse. ¡Hágalo sin tardanza! Pero ésta no es una regla inmutable. Puede muy bien suceder que el lector no consiga hacer estas cuatro cosas en las primeras cuatro jugadas. Mas debe conservar esta meta inmediata, concreta y vital ante sus ojos. Digamos que debe alcanzarla en las primeras diez jugadas, cuando más. No hay que
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demorarse; no hay que olvidarlo; no hay que distraerse en otras jugadas. El lector deberá seguir esta meta como cosa rutinaria y tendrá un desarrollo razonablemente bueno; el rey estará a salvo; tendrá espléndidas perspectivas para el juego medio. Descuídese esta meta y se encontrará uno a mitad del camino que conduce a la derrota. 2 C3AR Excelente. Las negras desarrollan su caballo del rey a la casilla más eficaz. Al mismo tiempo, hacen una de las jugadas que preparan el enroque. He aquí un signo revelador de que las blancas andan mal: aunque las blancas tienen la primera jugada, las negras estdn mds desarrolladas. J P3CD '! Otra jugada ..sencilla" de peón. Nuevamente las blancas descuidan el desarrollo de una pieza; otra vez se olvidan de preparar el enroque. J P4D! NEGRAS
25 (Después de 3 P4D !) DIAGRAMA
BLANCAS
Al adelantar dos casillas el peón de la dama, las negras han tomado la iniciativa en el centro. Al mismo tiempo, han abierto una diagonal para desarrollar su alfil de dama. Esto revela previsión en las negras. (Obsérvese que las negras no imitan el error de las blan-
POR
QU~
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cas jugando 3 ... P3D 1, que las privaría de la opción de desarrollar después agresivamente su peón del rey). Pero quizá el lector se pregt:.nte si las negras no debieron haber desarrollado su alfil del rey preparando el enroque inmediato. Es una pregunta pertinente. El pronto enroque hubiera sido conveniente para las negras, pero en este caso no era absolutamente necesario, pues las blancas se han limitado ya a un papel pasivo, privándose de toda probabilidad de ataque. En consecuencia, las negras no tienen necesidad inmediata de enrocarse. Volvamos ahora a la partida (diagrama 25). ¿Cómo deben proceder las blancas? Si juegan 4 PxP, puede seguirse 4 ... DxP, poniendo otra pieza en juego; (si juegan después 5 C3AD, A5CD !). Esta última jugada del alfil es muy buena: es una jugada de desarrollo que defiende a la dama negra clavando al caballo de dama de las blancas. Además, debido al debilitamiento producido por las jugadas segunda y tercera de peones blancos, las negras amenazan con ... AxC t. ganando una torre. (Éste es un buen ejemplo de cómo pueden debilitar la posición los movimientos excesivos de los peones). Y asf, en la posición del diagrama 25, las blancas se defienden. ¿Cómo? ¡Naturalmente, con otra jugada "sencilla" de los peones! 4 P3AR 7 NEGRAS
26 (Después de 4 P3AR 1)
DIAGRAMA
BLANCAS
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Las blancas continúan descuidando su desarrollo. Fíjese el lector: cuatro jugadas, ¡y no hay una sola pieza desarrollada! Y, lo que es peor aún, la última jugada de las blancas privan al caballo del rey de su mejor casilla: 3AR. Ahora será necesario desarrollar el caballo en un lado del tablero (3TR), donde un caballo tiene pocas perspectivas, o a 2R, que tiene dos inconvenientes: l.-En 2R, el caballo se encuentra en la segunda fila y sólo alcanza a dominar hasta la cuarta fila de las blancas. (En 3AR se encuentra en la tercera fila, y su dominio se extiende hasta la quinta fila). En consecuencia, C2R es menos agresiva que C3AR. 2.-En 2R, el caballo estorba el desarrollo del alfil del rey de las blancas. Antes de que pueda moverse el alfil, será necesario que el caballo del rey de las blancas se mueva otra vez, con nueva pérdida de tiempo. Por lo tanto, C2R es menos agresiva y menos económica que C3AR. 4
A4AD
Espléndida jugada de desarrollo. Las negras han aumentado su ventaja en el desarrollo, pues han sacado dos piezas, y las blancas ninguna. NEGRAS
DIAGRAMA
27
(Después de 4 ... A4AD!)
BLANCAS
Después de su última jugada, las negras están prontas a
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enrocarse. Pero eso no es todo. Colocando su alfil en 4AD, monopolizan la diagonal que las blancas han debilitado con 4 P3AR 7 Cuando las blancas consigan -si. alguna vez consiguendesarrollar trabajosamente su caballo de rey y su alfil de rey, no podrán enrocarse todavía a causa de la posición del alfil negro en 4AD, que hace imposible colocar el rey blanco en la casilla 1CR. Ya desde ahora no es aventurado decir que las blancas han perdido la partida. Nunca podrán recuperar su retraso en el desarrollo; sus piezas no tienen perspectivas de hacer jugadas eficaces, activas y coordinadas, y su rey no tiene probabilidades de salvarse. Las negras, en cambio, se han desarrollado rápida y libremente; pueden enrocarse al momento; disponen de multitud de planes, todos ellos igualmente buenos. No tienen necesidad de idear un plan específico. Lo que importa es que tienen la capacidad de jugar agresivamente y con un fin determinado. Si las negras continúan con el mismo estilo alerta y astuto, los ataques, las amenazas, las posibilidades de ganar material se presentarán por sí solos. Tarde o temprano sus ventajas se combinarán en alguna agresión provechosa que acabará con las blancas. Se vislumbra ya cuál será el destino de la partida. Si al lector le parece que esta afirmación es exagerada, debe considerar la siguiente continuación, perfectamente plausible:
5 A2C
C3A
La jugada de desarrollo de las blancas ataca al peón del rey; la respuesta de desarrollo de las negras defiende al peón. 6
C2R
Al parecer, las blancas progresan en su desarrollo; en realidad, les espera el desastre. (Véase el di4grama 28).
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REINFELD
1VEGRAS
28 (Después de 6 C2R)
DIAGRAMA
BLANCAS
PxP!
6
Jugada astuta. Como quiera que recapturen las blancas, están perdidas. 7
PAxP
La alternativa 7 PDxP es aún peor. (¿Por qué?).
7 Con la amenaza brutal de doblete a la dama y la torre.
8 Px.C RxA Abandonan
9
CxP! A7A
it
A7A DxD
o ... C7A, con
t!
Las blancas han sufrido una aplastante pérdida de material. Debe atribuirse a la posición del alfil de rey de las negras en 4AD y a los torpes movimientos de los peones que, en último término, dieron a las negras la oportunidad de desatar su devastador ataque.
] ugadas de memoria en la apertura Quizá esto sea un poco menos ingenuo que jugar la apertura a ciegas, pero los resultados son con frecuencia igualmente desastrosos. El que juega la apertura a ciegas lo hace así porque no sabe hacerlo mejor. El que la juega de memoria lo hace así a pesar de que sabe -o debería saber- hacer mejor las cosas.
POR QU:t
PIERDE
USTED
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EN EL AJEDREZ
Nadie puede jugar bien ninguna parte de la partida aprovechando ciegamente el cerebro de otro o haciendo jugadas dictadas solamente por la costumbre. Basta con una jugada irreflexiva para arruinar la posición más perfecta. El peligro puede acechar en la situación de aspecto más inofensivo. Por ejemplo: Berlín, 1920 DEFENSA FRANCESA Blancas Seppelt 1 P4R 2 P4D 3 C2D
Negras Laeganki P~R
P4D
LAEGANKI
DIAGRAMA
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(Después de
~
C2D)
SEPPELT
La última jugada de las blancas parece sospechosa a primera vista, pues el caballo de la dama estorba el desarrollo del alfil de dama. (Han rehuido la jugada que parecería más natural, ~ C~AD, pues no les gusta la respuesta ~ ... A5C, que las clavaría). Cuando un maestro juega ~ C2D, se da bien cuenta del peligro de impedir su propio desarrollo; por ello tiene cuidado de que el caballo de la dama no esté más tiempo del debido en 2D. Un jugador menos experimentado, que no haga más que imitar el elegante ~ C2D, puede fácilmente extraviar su juego.
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4 PRxP 5 PxP
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P4AD PRxP AxP
¿Qué ha sucedido? Las blancas han cambiado peones a fin de dejar a las negras con un peón de dama aislado. Este peón, que ya no puede ser defendido con otros peones, tendrá que ser protegido por las piezas. En el final, esta debilidad puede ser particularmente enojosa. Pero, como gustaba Tarrasch de decir: "Antes del final, los dioses han puesto el juego medio". (Y, para provecho de nuestros lectores, debió haber agregado: "Y antes del juego medio han puesto la apertura~'). Las blancas están jugando ajedrez de posiciones ("tal como un maestro"). Pero no advierten el hecho de que han dado a las negras una posición magnífica y libre. En estos momentos, su conducta indicada es 6 A5C t (preparando el enroque); o bien, 6 C3C (para alejar al alfil adelantado de las negras, abrir la diagonal para su alfil de dama y prepararse a fin de colocar el caballo en el punto fuerte 4D). En lugar de ello, las blancas cometen el terrible error: 6
C2R 11
Como hemos visto, ésta es una jugada de la que debemo., siempre desconfiar. El caballo es menos agresivo en este punto que en 3AR, y estorba el desarrollo del alfil de rey de las blancas. 6
D3C!
Abandonan Las negras amenazan 7 ... AxP tt. Tanto 7 P3AR como 7 C3CD penniten también el mate, así que a las blancas no les queda nada mejor que el humillante 7 C4D, retardando el mate con la pérdida de una pieza. Obsesionadas con ideas estratégicas de gran envergadura, las blancas han dejado al rey expuesto al ataque súbito y desastroso.
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LA.EGA.NKI
!0 (Posición final)
DIAGRAMA
SEPPELT Crisis imprevistas
El jugador que hace sus jugadas de memoria, pone fe implícita en el libro. ¿En cuál libro? Pues, en cualquiera que esté de moda en el momento. Los libros cambian, las jugadas recomendadas son sustituidas por otras jugadas recomendadas con el mismo entusiasmo. Sin embargo, la actitud del que juega de memoria -el que confía ciegamente en los autores- continúa siendo la misma. Sigue aceptando las jugadas que recomiendan los libros sin esforzarse por penetrar en las razones en que se apoyan. La forma correcta de jugar la apertura consiste en usar el propio juicio, aun cuando ello entrañe caer en errores. Se ~ quiere madurez para hacerlo y para confiar en el método. Pero es la única forma de progresar. Cuando se consigue esto, se tiene la satisfacción de ganar por el propio esfuerzo, y aumenta la confianza en el juego. Y aun cuando uno pierda, se aprende lo que hay que evitar. Lo que es aún más importante: usando el juicio propio se corre menos riesgo de tropezar con aisis imprevistas, como la siguiente: GAMBITO DE LA DAMA REHUSADO Negras Blancas P4D 1 P4D P3R 2 P4AD CSAR J CSAD
4 A5C
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En este caso, las jugadas más populares de los libros son 4 . . . CD2D o 4 . . . A2R. Ambas han sido puestas a prueba en el transcurso de los años, y para la mayor parte de nosotl . -s resulta indiferente cuál jugamos primero. Y, en verdad, con frecuencia suelen transponerse para dar la misma posición. En consecuencia, el lector puede llegar a la conclusión de que es posible hacer cualquiera de estas dos jugadas .. sin pensarlo". ¡Pero no es asíl Si las negras juegan 4 ... A2R, la apertura toma un rumbo sosegado y sin incidentes. Pero si juegan 4 ... CD2D -objetivamente, al menos, tan buena como la otra-, pueden encontrarse de pronto en un aprieto. 4
CD2D NEGRAS
31 (Después de 4 CD2D) DIAGRAMA
BLANCAS
Las negras han hecho una jugada perfectamente rutinaria .y se consideran muy satisfechas con su posición. De pronto, ven con horror que las blancas pueden ganar un peón con 5 PxP, PxP; 6 CxP. (¡El caballo de rey de las negras está clavado!). ¿Cómo pudieron las negras descuidar este punto tan evi~ dente? Porque se atuvieron a su recuerdo de las jugadas de otros, registradas en los libros. En consecuencia, han jugado atolondradamente la apertura, sin pensar, sin intención, sin plan y, lo que es peor aún, sin razón para ello. Ahora, por fin, las negras se dedican desesperadamente a
POR QUÉ PIERDE
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ver lo que puede hacerse para evitar la pérdida del peón. Y he aquí lo que encuentran: 5 PxP PxP 6 CxP 11 NEGRAS
32 (Después de 6 CxP 11)
DIAGRAMA
BLANCAS 6 CxC !! Es un hermoso ejemplo de los magníficos recursos que a menudo se ocultan en posiciones que parecen no tener salida. 1Pero es necesario buscarlos! 7 AxD A5C t 8 D2D AxD t 9 Rx.A RxA Y las negras han ganado una pieza. Las negras corrieron con suerte en este caso. No sucede a menudo que el ..rutinero'•, como lo llama Tartakover, tenga la buena fortuna de escapar a las consecuencias de su juego rutinario. El siguiente ejemplo muestra cómo un jugador recibe típico castigo por jugar irreflexivamente la apertura.
Crimen y castigo En este juego encontramos una de las variaciones más populares -y una de las menos comprendidas- de todo el repertorio de jugadas de la apertura. Es la Defensa Morphy a la apertura Ruy López, que comienza con los movimientos 1 P4R, P4R; 2 C3AR, C3AD; 3 A5C, P3TD. La última jugada de las negras, ¿es buena o mala? Aparen-
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temente, muy pocos jugadores se han hecho alguna vez esta pregunta. Conozco jugadores que han usado esta defensa durante treinta años sin descubrir hasta la fecha el propósito de ! ... P8TD. Asi, pues, veamos si podemos descubrir cuál es ese propósito:
RUY blancas 1 P4R 2 C81\R 3 A6C
LúPEZ Negras P4R CSAD NEGRAS
Diagrama . . . 33 (Después de 3 A5C)
BLANCAS
Las blancas amenazan -o parecen amenazar- con ganar un peón mediante 4 AxC y 5 CxP. El problema de las negras consiste en hacer una jugada que mantenga la defensa del peón del rey y que también contribuya a un plan general de desarrollo. Casi todos los maestros modernos coinciden en que 3 ... P3TD (la Defensa Morphy) es la solución a los problemas de las negras. No necesitan temer 4 AxC en respuesta, porque después de 4 ... PDxA; 5 CxP recuperan de manera satisfactoria el material perdido mediante 5 . . . D5D o 5 . . . D4C (ataque doble en cualquiera de los dos casos). De esta manera, las negras ahuyentan al alfil de las blancas y al mismo tiempo evitan la pérdida de material. Después de las siguientes jugadas 4 A4T, C!A; 5 0-0, la partida puede seguir una de estas dos líneas:
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A.-5 ... A2R; 6 TlR, P4GD; 7 A3C, P3D; 8 P3A, 0-0; 9 P3TR, C4TD; 10 A2A, P4A; 11 P4D, D2A ! Por medio de
las jugadas novena y décima, con las que ganan espacio, las negras han dado a su dama una buena colocación y despejado su juego. B.-5 . . . CxP; 6 P4D, P4CD; 7 A34 P4D; 8 PxP, A.3R. También aquí las negras han dado buena colocación a sus piezas. En ambas variaciones, los esfuerzos de las negras para librarse dependen de hacer retroceder al alfil de las blancas. Allí tenemos la estrategia fundamental de las negras. Volvamos ahora al diagrama 33: las negras deciden adoptar un tipo diferente de desarrollo, comenzando con:
J
C3A
Asf, las negras han dejado la Defensa Morphy (3 ... P3TD), cuando menos por el momento. La jugada que han es-cogido parece, ciertamente, .prometedora: desarrollan una pieza y contraatacan al peón de rey de las blancas. Y, como hemos visto, no tienen por qué preocuparse por la suerte del peón del rey en este punto. NEGRAS
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(Después de 3 . . . C3A)
BLANCAS 1
4 0.()
Las blancas no se preocupan por su peón del rey, ya que después de 4 . . . CxP minarán la posición del caballo adelan-
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REINFELD
tado con 5 P4D (de manera que si 5 ... Px.P 7; 6 TIR, y las negras se encontrarán en un serio aprieto debido a que tienen una pieza clavada en la columna del rey). Pero ésta no es, de ninguna manera, la última palabra en las consecuencias de 4 ... CxP. Las negras pueden hacer esta jugada sin riesgo a condición de que respondan prudentemente a 5 P4D con 5 . . . A2R, desarrollando otra pieza, eliminando todo peligro en la columna del rey y preparándose para el enroque. En lugar de ello, las negras, que no han examinado esta posibilidad porque juegan de memoria, prefieren 4 . . . P3TD para su siguiente jugada. Después de todo, se dicen, obtenemos la misma posición con 1 P4~ P4R, 2 C3AR, C3AD; 3 A5C, C3A; 4 0-0 :P3TD; 5 A4T, A2A que con la linea indicada por los libros: 1 P4R, P4R; 2 C3AR, C3AD; 5 A5C, P5TD; 4 A4T, C3A; 5 0-0, A2R. A primera vista parece no haber ningún error en el juego de las negras. Aparentemente, no hay daño en este ligero cambio en el orden de sus jugadas (5 . . . C5A en lugar de 3 ... P5TD, y luego 4 . . . P3TD en lugar de . . . C3A). Pero -
P3TD 1 NEGRAS
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BLANCAS
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EL AJEDREZ
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Las negras están tan impacientes por alejar al alfil, que descuidan la posible pérdida de su peón del rey. Lo que no toman en consideración es que, ep vista de haber cambiado el orden de sus jugadas tercera y cua-rta, la torre del rey de las blancas está lista pa-ra entrar en acción en el centro. Resultado: las blancas ganan un peón, el peón del rey que las negras han descuidado. 5
AxC!
A diferencia de su contrincante, las blancas se acomodan sabiamente a las nuevas circunstancias. 5 6
PDxA CxP
Y las blancas han ganado un peón definitivamente. Así, si 6 ... D5D '1, las blancas responden sencillamente 7 C3AR, y si 7 . . . DxPR 771; 8 T 1R gana la dama. O si 6 ... CxP 7'!; 7 TIR y las blancas ganan material: una retirada del caballo amenazado permite un decisivo jaque a la descubierta en la columna del rey. Tampoco servirá de nada proteger al caballo (7 ... A4AR; 8 P3D, etc.). La moraleja de este ejemplo es evidente. Jugar la apertura con un plan general es muy conveniente, pero el lector no debe precipitarse en los movimientos individuales que fonnan el curso del juego que se ha planeado. Hay que pensar cada jugada; estudiar las posibilidades que crea al adversario; convencerse de que no lo pone a uno en riesgo de perder material. Lo que hemos visto en este capítulo, entonces. es que jugar la apertura a ciegas sólo sirve para provocar futuros sinsabores. Las jugadas irreflexivas de los peones estorban el desarrollo, exponen al rey a ser atacado o permiten que el contrincante obtenga una magnífica ventaja en el desarrollo. Por lo tanto, no debe jugarse la apertura a ciegas. Hay que sacar las piezas rápida y eficazmente. Es necesario enrocarse lo más pronto posible. Hay que precaverse de los movimientos excesivos de los peones.
66
FllED
llEINFELD
Y el lector debe recordar también que jugar la apertura de memoria tiene las mismas tristes consecuencias. Hay que ase· gurarse de que las reglas generales son válidas en posiciones específicas. En otras palabras: No se hagan jugadas de la apertura sin saber cuál es su propósito. No debe uno contentarse con aceptar los méritos que otros atribuyen a una jugada. No debe hacerse una jugada sin tener una razón para ello. Y, sobre todo, recuerde el lector que los buenos planes y la falta de oportunidad en su realización son tan nocivos como no tener ningún plan.
CAPITULO 3
No Conoces, Lector, e/ Principio Fund"mentéJI del Juego de Ajedrez: El Dominio del Centro del centro y saber cómo dominarlo son las características del buen jugador, pues dicho dominio es la clave de un ataque victorioso. Y eso no es todo. El dominio del centro permite obtener movilidad superior, desarrollar las piezas poderosamente y res-tringir el desarrollo de las piezas del contrincante. Por ello vemos que el centro es de vital importancia. Sin embargo, es desgraciadamente cierto que la mayor parte de los libros de ajedrez lo han ignorado o sólo se han referido a él con una o dos trivialidades. ¿El resultado? Lo que es bastante para el libro, lo es también para el lector, así que éste hace lo mismo. El lector no debe negarlo. Si lo hiciera, no le creería. Y ésa es una razón importante de que pierda en el ajedrez. He aquí lo que el lector necesita saber: 1.-¿Qué es el centro? 2.-¿Cómo se domina el centro? ~.-¿Por qué es importante dominar el centro? COMPRENDER LA IMPORTANCIA
¡Qué es el centro? El centro es un área de casillas centrales. Está fonnado por el centro fundamental (el área intensamente sombreada del diagrama 36) y el centro subsidiario (encerrado por la Hnea negra del mismo diagrama).
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FRED
REINFELD
NEGRAS
86 (El centro)
DIAGRAMA
BLANCAS
Las casillas del centro fundamental son: 5 rey 4 rey 4 dama 5 dama Los peones del centro fundamental son el peón del rey y el peón de la dama. Las casillas del ceo tro subsidiario son: 4 alfil rey 5 alfil rey 4 alfil dama 5 alfil dama 8 rey 8 dama 6 rey 6 dama Los peones del centro subsidiario son el peón del alfil del rey y el peón del alfil de la dama.
¡Cómo se domina el centro? Existen tres formas fundamentales de dominar el centro: l.-Ocupando el centro con peones. 2.-0cupando el centro con piezas. S.-Amenazando el ceo tro, o a través de él, con piezas. Con frecuencia se pueden emplear los tres métodos stmul táneamen te.
POR QUt PIERDE
USTED
EN
EL AJEDREZ
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¡,Por qué es importante dominar el centro? En este sentido, usamos la palabra "centro" para referimos al rentro fundamental. ¿Por qué damos tan enonne valor al domiuio del centro? Sencillamente, porque es allí donde las piezas tienen el mayor alcance. Colóquese una dama en cualquiera de las cuatro casillas centrales y se verá que tiene más casillas potenciales a donde ir que en cualquiera otra posición del tablero. Lo mismo puede decirse de otras piezas. Veamos algunos ejemplos: NEGRAS
37 Quegan las blancas)
DIAGRAMA
BLANCAS
Las blancas desatan el enonne poder de la dama jugando D4R ! Esta jugada ataca a la derecha (amenazando 2 DxPT it) y también a la izquierda (amenazando 2 DxT). Las negras deben evitar el mate y, por lo tanto, pierden sin remedio la torre de dama. En el diagrama 38 observamos nuevamente el poder de la dama centralizada: Las negras juegan 1 . . . P7R t a la descubierta, atacando la torre de rey. ¡Las blancas tienen que perder una torre! Si intentan salvar la torre del rey jugando 2 T2A, entonces viene 2 ... DxTD t (atacando en otra dirección), y las negras ganan.
70
FRED
REINFELD
NEGRAS
38 las negras)
DIAGRAMA
Ouegan
BLANCAS La poderosa colocación de una torre blanca en el diagrama 39 ilustra otra ocupación del centro con piezas. Pero el verdadero argumento es el poder de las piezas que amenazan a través del centro.
ENZINGER
39 (Juegan las blancas) Campeonato del Club de Ajedrez M arshall, 1926 DIAGRAMA
REINFELD
A primera vista podría pensarse que las negras, con su presión contra el peón del alfil de dama, tienen la iniciativa. En realidad, no es así. Las torres de las blancas tienen un dominio indudable de la vital columna abierta del centro. La torre en 7R está aferrada a la séptima fila. No obstante, la dama y el alfil de las blancas no parecen ser muy activos. c!:Cómo pueden aumentar la presión? La solución de este problema demanda la acción agresiva de las blancas en el centro. Por lo tanto:
POR
QU~
PIERDE USTED EN EL AJEDREZ
1
71
D2C !!
La idea de esta jugada es la de amenazar con la dama a través del centro hasta la casilla 7CR. Esto parece fantástico, pero es tan sólo un ejemplo de lo que puede hacer una pieza si amenaza a través del centro. Si yo hubiera comprendido el valor del centro en la época en que se jugó esta partida, tal vez habría encontrado antes esta jugada un tanfo sutil. Pero sólo tenía entonces dieciséis años y mis ideas sobre la imponancia del centro eran un poco vagas. 1 TDlT 2 P5D Las blancas eliminan uno de los obstáculos que obstruyen la diagonal que va a 7CR. Y lo hacen así ganando tiempo, porque atacan a la dama de las negras. 2 D3D J P4A! ENZINGER ·
40 (Después de 3 P4A !)
DIAGRAMA
REINFELD
Ahora enseñan los dientes las blancas. Su principal amenaza es 4 TxPC t!, RxT; 5 T7R t doble, R3C; 6 T7C t. R4T; 7 D2R tt. Existe también una amenaza adicional: 4 T (5R)6R que gana la dama de las negras por la franca amenaza de mate por la diagonal.
FRED
72
REINFELD
Estas amenazas nos dan clara idea del poder que adquieren las piezas cuando actúan a través del centro. Volvamos ahora al diagrama 40. ¿Qué deben hacer las negras? Ven que es inútil ~ ... T2A, pues entonces viene 4 A4C, D2A; 5 TxT, RxT; 6 T7R t. y todo ha terminado. Y si 4 ... D~AR; 5 TxT, RxT; 6 T7Rt; o 5 ... DxT; 6 T7R y ganan. T~A
3
Es el último esfuerzo; esperan obstruir la desastrosa diagonal. 4
A4C!
En preparación de Jo que ha de seguir, las blancas impiden que la dama de las negras defienda a la torre de rey.
4 5
D2A TxPA!
Las blancas han llevado a su adversario a una bonita clavada doble: si 5 ... TxT; 6 DxP t+, o si 5 Ax.T; 6 TxD. ENZINGER
DIAGRAMA
41
(Después de 5 TxPA !)
REINFELD 5
Ni siquiera 5 gada de las blancas: 6 TxP
T7T TDlAR habría evitado la siguiente ju-
t!
Abandonan
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USTED EN
EL AJEDREZ
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La culminación del ataque de las blancas a través del centro. En estos ejemplos podemos ver que un jugador que domina el centro tiene una enonne ventaja. En cambio, un jugador que no lo domina, con toda probabilidad encontrará que sus piezas se han aglomerado y no tienen acceso a las casillas más favorables. Esta última reflexión sugiere que los peones centrales pue-den desarrollar una magnífica acción restrictiva. Ya hemos visto en el capitulo anterior que los peones centrales abren líneas de desarrollo con su adelanto. Observemos ahora cómo un peón fuerte puede quitar movilidad a las fuerzas del adversario: PIRC
42· (Juegan las negras)
DIAGRAMA
Bled, 1931
BOGOLYUBOV Las perspectivas de las negras son muy pobres gracias al poderoso centro de las blancas. Así, las negras no pueden establecerse en el centro con ... P4R o ... P4AD, pues el peón de dama y el caballo de las blancas impiden estas jug?das. El caballo de las blancas tiene acceso a la poderosa casilla central 5R. El caballo de las negras, en cambio, no puede llevar a cabo la misma maniobra; y tampoco es posible ... C4D, pues el peón de rey de las blancas vigila ·la casilla 5D. Para resumir, el control de las blancas sobre el centro les da un juego evidentemente superior. Pueden reforzar gradual-
FRED
74
REINFELD
mente su posición y esperar el futuro con confianza. La falta de dominio de las negras sobre el centro les da un juego inc~ modamente pasivo, condenado a la política de "esperar y ver".
El poderoso centro de peones La siguiente partida demuestra cómo un poderoso centro de peones ayuda al desarrollo, impide el desarrollo del contrincante y estorba su juego de tal manera que le es imposible defenderse con éxito. Nueva York, 1912
GAMBITO DEL REY Blancas Rudolph 1 P4R 2 P4AR
Negras Aficionado
P4R
Es una lucha por dominar el centro. Las blancas tienen la esperanza de eliminar el dominio del centro del peón de rey de las negras. Si las blancas lo consiguen, podrán jugar P4-D con un formidable centro de peones. 2 3
PxP
A4A
Con esta jugada de desarrollo, las blancas intensifican su dominio de la importante casilla 5D y también amenazan a través del centro a la casilla 7AR, que suele ser un punto vulnerable en el juego de las negras.
A4A 7
3
Una jugada de desarrollo, pero no es buena, pues la inmediata respuesta de las blancas demuestra que están resueltas a seguir dominando el centro. 4
P4D
POR QU:t
PIERDE
USTED
EN
EL AJEDREZ
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AFICIONADO
DIAGRAMA
43
(Después de 4 P4D !)
RUDOLPH
Esta jugada de las blancas pone de manifiesto el papel clásico del poderoso centro de peones para privar a las piezas hostiles del acceso al centro. 4 D5T t Las negras tienden una pequeña trampa de valor temporal y que, por lo demás, no tiene valor a la larga. Esperan que 5 P3CR 1, a la que responderán con 5 ... PxP, lo que les dará la victoria debido a la mortal amenaza ... P7C t a la descubierta. Sin embargo, las blancas adivinan el deleznable plan y p~ siguen su desarrollo atacando a la dama negra, con lo que ganan tiempo. 5 RIA La pérdida del enroque de las blancas no las perjudica, pues las negras no están en situación de aprovechar esta circunstancia. 5 A.3C DID 6 C3AR 7 ADxP Las blancas tienen ahora un magnífico desarrollo y sus piezas amenazan eficazmente el centro. Las negras quisieran jugar ... C3AR, pero, en ese caso, la respuesta P5R ahuyenta al rey. (He aquí otro ejemplo de la forma en que un poderoso centro de peones restringe las posibilidades de desarrollo del adversario).
FRED
76 7
REINFELD
C2R
No pudiendo hacer la mejor jugada de desarrollo ( ... C3AR), las negras se ven obligadas a adoptar un método más pasivo. Pero ahora las blancas se lanzan a un poderoso ataque: 8
C5C AFICIONADO
DIAGRAMA
44
(Después de 8 C5C)
RUDOLPH
Ha llegado la hora de que las negras paguen sus anteriores culpas. Si intentan contraatacar en el centro para deshacer el ataque sobre su peón de alfil del rey, sigue 8 ... P4D; 9 PxP, CxP; 10 CxPA!, RxC; 11 D5T t. Entonces las negns pierden rápidamente, ya jueguen 11 . . . R3R; 12 D5R t. etc., u 11 . . . P3CR; 12 AxC t. etc. Por ello las negras intentan otro método, pero el ataque de las blancas es demasiado poderoso. 8 9
0-0 D5T!
Este ataque aplastante es posible porque las negras no jugaron . . . 03AR, y esto, a su vez, puede atribuirse al poderoso centro de las blancas. (Véase la nota a la séptima jugada de las blancas). 9 10
AxPAR
t
P3TR R1T
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USTED
EN EL AJEDREZ
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De esta manera es posible un final brillante, pero después de 10 ... TxA; li DxT t. tienen considerable desventaja en material. AFICIONADO
DIAGRAMA 45 (Después de 1O RIT)
RUDOLPH 11 12
DxP A.5R
t!
tt
PxD
De manera significativa, las blancas dan mate con un alfil centralizado. Esto sugiere nuestro siguiente tema.
La pieza poderosamente centralizada Hemos visto ya en los diagramas 37 y 38 la fuerza que tiene una pieza poderosamente centralizada. En el siguiente ejemplo, las blancas tienen un magnífico juego debido a su caballo centralizado en la casilla 5R. Par{s, 1900
GAMBITO REHUSADO DE LA DAMA Blancas Pillsbury 1 P4D 2 P4AD J C3AD 4 A5C
Negras Marco P4D P3R C3AR A2R
FRED
78 P3R C3A 7 A 3D 8 PxP
5 6
REINFELD
0-0 P3CD A2C PxP MARCO
46 (Después de 8 . . . PxP)
DIAGRAMA
PILLSBURY
Ambos jugadores han desarrollado rápidamente sus fuerzas, pero el juego de las blancas es un poco más libre. Esto se debe principalmente al hecho de que su alfil en 3D amenaza a través del centro el flanco del rey, mientras que el alfil negro en 2CD está bloqueado por el peón de dama. 9
C5R!
Ésta es la famosa jugada con que el gran Pillsbury ganó algunas bellas partidas. El impacto de estas victorias fue tal que la defensa adoptada aquí por las negras quedó fuera de boga. El principal factor técnico en las victorias de ,Pillsbury fue la posición poderosamente centralizada del caballo en 5R. El caballo está colocado idealmente aquí, y su poder irradia hacia el flanco del rey y también hacia el flanco de la dama. Las blancas prosiguen con P4D y D3A, seguidas de D3T, desarrollando un ataque formidable. En el mejor de los casos, las negras probablemente se defenderán de manera adecuada. Pero deberán estar sobre aviso y no desperdiciar ninguna oportunidad. En la práctica, como
POR QUt PIERDE
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demostró Pillsbury, este método favorece al atacante, debido, ante todo, a su caballo centralizado poderosamente en 5R.
Amenaza a través del centro Si se examinan cuidadosamente algunas de las combinaciones más bellas que se hayan hecho, se encontrará que se deben a un ataque a través del centro. (Como insisto una y otra vez, si el lector domina el centro, el ataque pierde su eficacia). Ya hemos visto un ataque semejante en el diagrama 39, pero las dos joyas de Anderssen que ofrecemos a continuación son aún más hermosas: Breslau, 1860 GAMBITO DE EVANS
47 (Después de 9 P5D)
DIAGRAMA
A.NDERSSEN
FRED
80
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Es la jugada favorita de Anderssen. A costa de cerrar la diagonat del alfil del rey, abre la linea para el otro alfil, que ahora podrá amenazar la casilla 2CR de las negras a través del centro. 9 A2C 11 A3D 12 C3A 13 C2R JO
C4T C3AR A5C P3A
Las blancas mueven el caballo, en parte para usarlo eficazmente en el flanco del rey, y en parte con el fin de mantener abierta la diagonal para su alfil de dama. 13 14
0-0 D2D AFICIONADO
48 (Después de 14 D2D)
DIAGRAMA
ANDERSSEN
Es peligrosamente fácil que las negras se vean en un aprieto en esta posición si descuidan el efecto que puede tener desde lejos el alfil de dama de las blancas. Otra partida famosa de Anderssen, por ejemplo, terminó así: 14 ... TIA; 15 D5C, AxC; 16 PxA, PxP; 17 RIT !, C5A; 18 TICR, CIR, y entonces las blancas revelaron el poder del alfil atacando por el centro: 19 DxPC f!!, CxD; 20 TxC f, RIT; 21 T8C doble !!, RxT; 22 TICR f, D4C; 23 TxD ft!
t
POR QUlt PIERDE
14 15 16 17 18 19
USTED EN
D4A C3C TDID PxP C5A
EL AJEDREZ
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C2D A4T A3C Px.P C4A CxA 1
Las negras están confiadas, pero pronto descubrirán que no pueden tomar a la ligera al alfil. AFICIONADO
49 (Después de 19 CxA 7) DIAGRAMA
ANDERSSEN 20
D6T !!
Abandonan
Pues si 20 . . . PxD; 21 CxPT ff, gracias al alfil y su feroz diagonal que atraviesa el centro.
Al lector le incomodan las aperturas irregulares Quizá el lector se pregunte qué tiene que ver esto con el tema que estamos discutiendo: la importancia del centro. Tiene que ver mucho. Las aperturas irregulares sólo tienen de irregular que ignoran el centro. Quien las emplea con más frecuencia es el jugador débil, creyendo que confundirá al contrincante "saliéndose del libro... Y a menudo lo consigue. Y el adversario pierde. En lugar de dejarse confundir, hay que considerar estas jugadas como lo que son: malas jugadas. Y mientras el adver-
FRED
82
REINFELD
sario se afana con sus "jugadas irregulares", hay que apoderarse del centro y cantar victoria. Ofrecemos a continuación un ejemplo gráfico de este punto, pues demuestra lo absurdo que es esforzarse por embaucar a un adversario de primera categoría jugando las aperturas "irregulares". (Morphy, que lleva aquí las blancas, juega simultáneamente ocho partidas a ciegas). BirminghGm, 1858 DEFENSA IRREGULAR
Blancas
Morphy 1 2
P4R P4D
Negras Carr P3TR 1 P4TD 7
Las jugadas tontas e .. irregulares" de las negras han permitido que las blancas establezcan un monopolio de peones en el centro. Ya desde ahora las blancas pueden esperar confiadas el medio de la partida, seguras de que las negras nunca encontrarán buenas casillas donde colocar sus piezas. 3
A3D
4 C2R 5 6
0-0 P4AD !
P3CD P3R A!T
Naturalmente. Cuando se tiene mucho más terreno que el adversario, no se le permite que cambie sus piezas mal colocadas por las propias piezas que ocupan una magnífjca situación. C3AR
6
7
P5R!
He aquí un ejemplo perfecto de cómo el monopolio de los peones en el centro permite al jugador ahuyentar a las piezas hostiles de esa zona vital.
POR QU:t PIERDE USTED EN EL AJEDREZ
SS
CARR
50 (Después de 7 P5R !)
DIAGRAMA
MORPHY
7 ... C2T Las dos piezas ..desarrolladasr• de las negras están colocadas en posiciones despreciables, cosa que debe atribuirse a su descuido del centro. 8 P4A 9 ese 10 D4C!
A2R P4D
El superior desarrollo de las blancas, que resulta de su dominio del centro, les permite continuar el ataque directo. Ahora, 1O . . . PSC sería una jugada demasiado débil. Por lo tanto, las negras se enrocan, pero con ello no se ponen a salvo. JO 11 C5T !
0-0 CARR
51 (Después de 11 C5T !)
DIAGRAMA
MORPHY
FRED
84
REINFELD
Las blancas amenazan mate, y 11 ... P3C sería inútil porque 12 AxP, etc. 11 12
P4CR PxPC
Ahora las negras no pueden recapturar con una pieza, debido a 13 P4TR, con lo que ganarían una pieza. 12 13
AxC
t
PTxP RlT
O "abandonan". Si 13 ... Rx.A; 14 C6A t, AxC; 15 TxA, y las blancas tienen un ataque con el que dan mate. 14
C6A
PxP
Ahora, 15 A4R lleva a una victoria inmediata. Pero el método que sigue Morphy es suficiente. 15
A2A
DxP
t
Y pierden una segunda pieza a fin de prevenir la amenaza de mate de las blancas en dos jugadas. El resto no importa (16 DxD, A4A: 17 DxA, etc.). Las negras tienen una tremenda desventaja en material. Esta partida presenta características que se observan a menudo en las partidas entre jugadores que no son de la misma fuerza. La secuencia es la siguiente: l.-Dominio del centro. 2.-Mejor desarrollo. S.-Ataque decisivo. Al ganar el dominio del centro, las blancas obtienen un magnífico desarrollo de sus piezas, mientras que las fuerzas de las negras quedan limitadas en su acción. La ventaja de desarrollo da a las blancas una iniciativa que, a su vez, conduce a un ataque aplastante. Pero aun en partidas entre jugadores de la misma fuerza, una apertura irregular conduce al desastre porque descuida el centro. He aquí un ejemplo:
POR QUt PIERDE
USTED EN EL AJEDREZ
85
Campeonato del Club de Ajedrez Marshall, 1929 ATAQUE NIMZOVICH Blancas Dunst 1 P3R
Negras Reinjeld
Jugada misteriosa, de las que suelen llenar al adversario de pánico porque llevan a lo desconocido e inexplorado. A pesar de ello, las negras no parecen impresionadas. Consideran que 1 P3R domina menor porción del centro que 1 P4R y, por lo tanto, debe ser una jugada más débil. Además, ven en 1 P3R cierta tendencia que están dispuestas a combatir: indicio de que las blancas se proponen maniobrar y hacer fintas, sin revelar sus planes sino hasta muy tarde. En lugar de atemorizarse con esta política de mixtificación, las negras la aceptan con una respuesta que, en apariencia, es aún más reservada. Pero el lector no debe suponer que las negras abandonan el centro. Recordemos, según hemos visto, que hay tres maneras de dominarlo: l.-Ocupando el centro con peones. 2.-0cupando el centro con piezas. 3.-Amenazando el centro, o a través de él, con piezas. Las blancas, como podemos ver, han renunciado a su papel de ser las primeras en esforzarse por ocupar el centro. De esta manera, dejan la iniciativa a las negras. Las negras deciden adoptar ·el tercer método: usarán sus piezas para dominar el centro. Como demuestra esta partida, el dominio con las piezas es muy eficaz cuando el otro jugador ha renunciado a esforzarse por dominar el centro con los peones.
1
C3AR
Las negras dejan a su adversario a oscuras con respecto a sus planes para los peones del centro.
FRED
86 2
C3AR
REINFELD
P3CR
Otra jugada semejante. Las negras sacarán su alfil del rey y se enrocarán, dejando todavía sin tocar los peones del centro. (¿Y por qué no? A causa de su anunciada política reticente en el centro, las blancas no están en situación de emprender ninguna acción allí). 3
P3CD
4 A2C
A2C
0-0
Ahora, dos alfiles se disputan el dominio de la gran diagonal. En efecto, hay un duelo de largo alcance entre los dos alfiles que se atacan mutuamente a través del centro. Todo esto puede parecer portentoso y lento al lector, pero como las negras no están en peligro, ¿por qué no han de planear su desarrollo calmadamente y sin precipitación?
A2R 6 0-0 7 C5R 8 A3AR
5
P3C P4A A2C
REINFELD
DIAGRAMA 52 (Después de 8 A3AR)
DUNST
Las negras han sacado su otro alfil para atacar el centro. Las blancas neutralizan esta presión y, al mismo tiempo, ofre-
cen el cambio de alfiles. Algunos jugadores rehusarían automáticamente el cambio jugando . . . P4D. Pero las negras ra-
POR QU:t PIERDE USTED EN EL AJEDREZ
87
zonan de otra manera en esta partida: se proponen dejar que las blancas hagan lo que quieran en todos los objetivos que carezcan de verdadero valor, pues llegarán tarde o temprano a un callejón sin salida por haber ignorado el problema de dominar el centro. 8
9 JO
AxA D!A
D2A DxA
Aquí también es aplicable la observación anterior. Las negras están dispuestas a dejar que las blancas lleven a cabo sus intenciones. Esta sucesión de ideas, a las que falta inspiración, sólo puede dejar a las blancas con una penosa falta de iniciativa. JO JJ
CxD
DxD C!A
Desarrollo con ganancia de tiempo, pues ... C5CD promete ser desfavorable. J2
P3TD
Ahora podemos ver, quizá sin que nos sea posible expresarlo con palabras, que el juego de las blancas no ofrece perspectivas muy agradables. REINFELD
53 (Después de 12 P3TD}
DIAGRAMA
DUNST
12
TRIR
88
FRED
REINFELD
Esta jugada prepara una futura ... P4R, P5R. ¿Qué pueden hacer las blancas para evitarlo? Si intentan 13 C5R, entonces 13 ... C5CR ! da a las negras un juego espléndido. O si 13 P4D, C5R! y el peón de dama de las blancas queda clavado, lo que da a las negras una iniciativa indudable. 13 P3D P4D Las negras resuelven iniciar un avance de peones en el centro, pues las blancas no pueden proseguir con C5R o P4D. 14 CD2D P4R ! ¡Justicia merecida! Las blancas hah ignorado constantemente el centro, y ahora las negras toman allí la iniciativa. Los tranquilos métodos seguidos por las negras son muy instructivos, pues hacen notar claramente cuánto pierden las blancas por descuidar el centro. REINFELD
DIAGRAMA 54 (Después de 14 P4R !)
DUNST
Ahora las blancas tienen frente a sí perspectivas tan tétricas como . . . P5R, que pone fuera de acción a su caballo del rey, o ... P5D, que sepulta a su alfil. 15 P4R ¡Es verdaderamente irónico! Por fin, después de muchas jugadas tortuosas, las blancas juegan el avance que debieron haber jugado, sin ninguna concesión a las negras, desde la primera jugada.
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Y -lo que es más triste todavía- en este punto la jugada con el peón del rey tiene un inconveniente: deja libre el camino al caballo de dama de las negras. C5D !
15
Cruel dilema para las blancas. Si dejan este caballo en el tablero, estará activa e incómodamente centralizado. Además, ataca al peón del alfil de dama, y TIAD 7 será inútil porque ... C7R t. REINFELD
55 (Después de 15 C5D !) DIAGRAMA
DUNST
Las blancas se han visto reducidas a esta situación por su descuido de las soluciones fáciles. Se deshacen del caballo, pero a un gran precio, como veremos. 16 CxC
PAxC!
Ahora aparece una nueva dificultad para las blancas: un peón retrasado de alfil de dama que puede ser atacado por las torres de las negras en la columna del alfil de dama. Por ello, las blancas se apresuran a quitarse esta molesta debilidad.
17 P!AD 18
Ax.P
PxPA TDIA!
Las negras aprovechan su ventaja sin piedad. Si ahora 19 A20, T7A; 20 AlA, y las blancas están perdidas. 19
TDIA
FRED
90
REINFELD
REINFELD
56 (Después de 19 TDIA)
DIAGRAMA
DUNST
Por haber ignorado el centro, las blancas se encuentran condenadas a la derrota.
19
A8T!
¡Decisiva! Las negras amenazan con ganar una pieza mediante 21 ... P5D; 22 A4C, P4T. El infortunio de las blancas es que su alfil se encuentre imposibilitado de abandonar la casilla que ocupa. 20
P4A 1!
Desesperación. Después de 20 TRlD, las negras tienen muchas fonnas de establecer una decisiva ventaja de posición; por ejemplo, 20 ... P5D; 21 A2C, Tx.T; 22 AxT, TlA!D (intentando ... T7A o ... T6A). O 20 ... PxP; 21 PxP, TRlD !, y las blancas no pueden resistir. 20 21 22
PSC R2C
AxP A6R t! P5D!
Abandonan
Pues si 28 TxC, PxA gana más material. Y si 28 A2C, AxC; 24 TxT, TxT; 25 TxC, T7A; 26 AIT, A6A t a la descubierta toma al desafortunado alfil.
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91
Por eso digo una vez más: hay que dominar el centro, hay que ocupar el centro, hay que atacar a través del centro. Ése es el campo de batalla. 1Hay que apoderarse de éll Cuando le preguntaron al general Forrest su opinión sobre la táctica militar, contestó: "Hay que presentarse lo más rápidamente posible con todo lo que se tenga a mano'". Esta máxima es igualmente aplicable a la táctica en el ajedrez. Recuerdeel lector que el centro es el campo de batalla. En consecuencia, hay que presentarse alH lo más rápidamente que sea posible con todo lo que se tenga a mano, y con ello el lector dejará de preguntarse: ¿Por qué pierdo en el ajedrez?
CAPITULO 4
Pierdes, Lector, Porque no Puedes Ver 1d Siguiente JugddéJ Es
desagradable. Probablemente el lector se siente agraviado. ¿Y quién no? Pues bien, hagamos una prueba sencilla.
ÉsTA UNA ACUSACIÓN
MURRAY
57 (Juegan las negras) Campeonato de Minnesota, 1946 DIAGRAMA
G/LBERT
Las negras tienen un peón de desventaja. A pesar de ello, la posición está cerrada y no será fácil que las blancas aprovechen su peón adicional. Además, las negras tienen alfiles fuertes y una columna abierta de caballo del rey. Parecerla, entonces, que tienen probabilidades de atacar. ¿Qué deberán hacer las negras? ¿Deberán enrocarse y luego llevar su torre de dama a la columna del caballo de rey? ¿Deberá buscar líneas abiertas pa:ra sus alfiles?
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FRED
REINFELD
¿Deberá buscar posiciones agresivas para su dama? La respuesta a todas estas preguntas es muy sencilla. Las
negras no deberán hacer ninguna de estas cosas. En lugar de ello, en la posición del diagrama 57, deberá jugar sin vacilación 1 . . . C6C tt. Con mucha frecuencia he mostrado esta posición de aspecto inocente a los estudiantes de ajedrez, y repetidamente me he sorprendido de ver cuán a menudo pasan por alto este mate en una jugada. ¿Le pasó lo mismo al lector? ¿Por qué se pasa por alto una jugada tan evidente? Porque se concentra la atención en un plan, en toda una serie de movimientos. Es conveniente hacer planes. Lo considero indispensable. Pero cada jugada es importante en sf misma: puede ganar la partida o echar a perder la posición. Los maestros del ajedrez lo comprenden así. Imaginamos a un maestro como una persona que puede ver muy, muy lejos. Por mi parte, prefiero imaginar un maestro como el que, en una posición dada, encontrará casi invariablemente la jugada más fuerte. Lo que más nos impresiona es que encuentre la jugada más fuerte aun cuando se oculte en una posición que parezca inocente. Tomemos como ejemplo la siguiente posición: WOOD
DIAGRAMA
58
(Juegan las blancas) Southsea, 1949
ROSSOLIMO
Las blancas tienen un peón de desventaja, pero las piezas de las negras están mal colocadas y su rey corre cierto peligro.
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Las blancas tienen el juego en sus manos, y, sin embargo, no parece haber a mano nada decisivo. La partida ha durado ya ochenta y seis jugadas; es una de esas partidas en las que hay que retroceder, avanzar y esperar. Esperar interminablemente. Pero Rossolimo ve una coyuntura: 1 DxPR t!!! PxD 2 T6R tt! Y ofrecemos otro ejemplo que me causó gran impresión. Reproducía yo una partida de Spielmann en que el gran maestro del ataque llegó a la siguiente posición:
LEONHARDT
59 {Juegan las blancas) San Sebastián, 1912
DIAGRAMA
SPIELMANN
¿Cuál es la siguiente jugada de las blancas? Sin mirar al registro de la partida y aun sin pensarlo, hice la siguiente: 1 P7R! ·Luego, mirando al registro, vi que ésta fue la jugada que hizo Spielmann. ¿Por qué hice esa jugada? Francamente, porque parecía fuerte. Pero mi instinto babia acertado, pues con ella se obtiene una victoria obligada. La razón de que adelanté el peón intuitivamente fue que ataca a la torre de dama de las negras, que está inmovilizada en la columna de la dama para defender al caballo negro que se encuentra en 5D. Asi, si 1 . . . TD 1R, las blancas responden 2 AxC t. ganando una pieza.
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FRED
REINFELD
LEONHARDT
DIAGRAMA
60
(Después de 1 P7R !)
SPIELMANN
Pero, dirá el lector, el peón en 7R puede ser capturado por el alfil o el caballo de las negras. No hay que ir tan de prisa. Recuerde el lector que el alfil de las negras está inmovilizado también para defender al caballo en 50. Esto significa que 1 . . . AxP será inútil, pues la respuesta 2 Ax.C t o 2 TxC gana al caballo. Pero 1 . . . CxP tampoco sirve, pues entonces 2 AxC t, TxA; 3 TxT, AxT; 4 TxC t. y mate en la siguiente jugada. Asi, vemos' que la jugada 1 P7R ! es posible debido a que el caballo adelantado de las negras "está en el aire". Las negras comprendieron todo esto y jugaron: 1 T3D Si 1 ... T4D; 2 AxC (6C) y ganan, pues si 2 ... DxA, 3 DxD t y 4 PSR, coronando. 2 AxC (6C) PxA J DxT t! Abandonan Pues las blancas coronarán y quedarán con una torre de ventaja. La moraleja de todo ello es que cada jugada es un dilema. Debemos buscar siempre la jugada más fuerte, que gane material, que haga presión sobre el adversario. Por otra parte, la jugada más fuerte puede ser la que contribuya a defender al propio rey. Es éste un arte que no puede aprenderse en un solo día. Es una cualidad que requiere paciencia y perseverancia. Pero
POR QUÉ
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vale la pena. Si el lector hace memoria, recordará muchas partidas prometedoras que se perdieron por una jugada descuidada o por seguir ciegamente un plan de largo alcance.
La obsesión por la jugada "evidente" No basta con estar en guardia contra los errores. Es necesario desconfiar también de las jugadas que parecen evidentes, así como de las decisiones que lo son. Esto es urgente sobre todo cuando inicia uno una variación (secuencia de jugada). Las jugadas pueden ser más que evidentes, y, a pesar de ellos, tener una falla. Es por eso que un jugador fuerte se interesa menos en la extensión de una variación que en la validez de cada una de sus jugadas. Sabe que una variación, al igual que una cadena, no es más fuerte que el más débil de sus eslabones. Sabe que un jugador que elabora una combinación -una serie de jugadas-, deberá proceder con precaución, como un hombre que sube por una escalera desvencijada, deteniéndose cuidadosamente a cada paso para asegurarse de que el siguiente peldaño soportará su peso. Cuando no se observan estas precauciones, el jugador se descarría. Con la mirada fija en lejanos horizontes, pasa por alto lo que literalmente está frente a sus narices. Por ello, no hay que esforzarse por hacer jugadas de fantasía, especialmente cuando se enfrenta uno a un táctico perspicaz. Hay que conservar la simplicidad. Aprovechemos la experiencia del error de las blancas en la siguiente posición: BERNSTEIN
61 (Juegan las blancas) Montevideo, 1954 DIAGRAMA
SALOMóN
FR.ED
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R.EINFELD
Las blancas tienen dos peones de desventaja y un peón débil, el del rey, que no está protegido por ningún otro peón. Están condenadas a la pasividad, cosa que no es muy prometedora. Por ello, al atacar al peón negro que está en 4AD, quieren dárselas de listas. Como una finta, intentan: C4T 7 Las negras pueden defenderse con sencillez mediante 1 ... P8CD, pero tienen una jugada mucho mejor: 1 P4CD !! Esta jugada parece disparatada, pues las blancas pueden (al parecer) salvarlo todo con: 2 DxPA 1
BERNSTEIN
62 (Después de 2 DxPA)
DIAGRAMA
SALOMóN
En este punto podemos imaginar a las blancas mirando con complacencia a los espectadores. Su variación de dos jugadas tiene éxito -o asi lo parece- porque la dama de las negras está amenazada. (Si 2 . . . DxD; 8 CxD, y las blancas han ganado un peón sin riesgo). 2 T3D !! Hermosa jugada que destruye completamente la variación evidente de las blancas. Las blancas tendrán que perder ahora su caballo, pues si 3 C3A (o 3 C2C), TSD t!, con lo que ganan la dama de las
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blancas. He allí la falla de la variación de las blancas, formada por jugadas evidentes. En consecuencia, las blancas abandonan la panida. No debe maravillarnos que Tarrasch acostumbrara gritar con estridente desesperación: .. ¡Hay que ver la jugada! ¡Hay que ver la jugada!". A un estudiante que quería saber lo que debería hacer para evitar los errores, le dijo con tono adusto: "'¡Tenga quietas las manosl'·. Así como es necesario cuidarse de las jugadas evidentes, hay que cuidarse también de las decisiones evidentes. Si somos capaces de ver la siguiente jugada, no seremos tan crédulos como las negras en la siguiente posición: MASTICHJADIS
63 (Juegan las negras) Torneo de Dubrovnik,
DIAGRAMA
1950
RESHEVSKY
La posición de las negras parece desesperada. Las blancas están a punto de jugar PxP, y si después las negras responden con . . . PxP, quedarán con un peón retrasado en una columna abierta. Las blancas ganarán considerable espacio con T7T y luego acabarán con el peón débil mediante jugadas tales como C3C, C5T, etc. Así razonan las negras, que no ven la oportunidad que se les presenta. De pronto, ¡escuchan que Reshevsky ofrece declarar tablas la partida! ¿Por qué no? Con gran alivio, las negras se apresuran a aceptar, sin tomarse la molestia de preguntarse por qué Reshevsky se ha convertido súbitamente en un filántropo. Pero si las negras no hubieran estado tan ensimismadas
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estudiando las sombrías y lejanas perspectivas de su peón de alfil de dama, se habrían entusiasmado menos con la sagaz oferta de Reshevsky. Efectivamente, si las negras hubieran buscado la jugada más fuerte, quizá habrían visto: CxPA ! Con ello, la posición de las blancas queda hecha pedazos. Su alfil está atacado, y si 2 RxC, DxP t, seguido por 3 ... DxA, con lo que ganan fácilmente. Así, las negras perdieron una gran oportunidad, pero, cuando menos, tuvieron la fortuna (?) de escapar con una partida tablas. En el siguiente ejemplo, el juego es aún más curioso. Aquí, uno de los jugadores pierde por su error; el otro gana por su propio error. 1
THOMAS
64 (Juegan las blancas) Torneo de la Victoria de H~tings, 1919 DIAGRAMA
CAPABLANCA
Un rápido vistazo nos dice lo siguiente: Las piezas de las blancas son agresivas. Las de las negras, pasivas. Y, lo que es peor aún para las negras, la cuña de peones que deja un hueco en 6CR de las blancas, deja .al rey negro en posición de mate en la primera fila. Esta posición debería ser un juego de niños para Capablanca, "la máquina de jugar ajedrez"'. Puede ganar fácilmente con:
POR QUI!
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TxT! Es una jugada que se ve fácilmente, pues la respuesta es obligada. 1 DxT 2 D4T !! Esto es un poco más dificil de ver, pero no tan difícil. Y, ciertamente, no es demasiado difícil para Capablanca, quizá el jugador que en la historia del ajedrez se haya distinguido más por lo acertado de sus jugadas individuales. Representa un ataque doble, pues amenaza a la dama y la torre de las negras, y aprovecha el peligro de mate del rey negro. Lo importante es que si 2 ... DxD; 3 TSC t lleva al mate. En consecuencia, las negras deberán perder su torre; por ello, más valdría que se rindieran. Pero "la máquina de jugar ajedrez" no jugó así. En lugar de ello (diagrama 64), continuó: 1 DST 11 Con esto se propone que si . . . TxT (¿qué otra cosa pueden hacer?); 2 TxT, y las blancas dan mate a pesar de lo que hagan las negras. Convencido -en realidad, anonadado-, Thom.as se rindió sin mirar más el tablero. rY. sin embargo, tenia ganada la partida! 1
THOMAS
65 (Después de 1 DST 11)
DIAGRAMA
CAPABLANCA
¿Cómo? Sencillamente, jugando:
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1
TxPT !! Si ahora 2 TxT, TxD; 3 TxD t. TxT, y las negras no corren ningún peligro, con un peón ganado. O 2 DxT, TxT, con el mismo resultado. Pero, dirá el lector, esto es un poco complicado; son varias las formas en que puede ponerse uno en un aprieto. Además, como quizá explicó Thomas con pesar: "Nadie espera que Capablanca incurra en un error~·. Pero, ¿cómo es posible encontrar la jugada correcta con esa clase de razonamientos? Aun en situaciones mucho más sencillas, esos razonamientos pueden resultar fatales. Por ejemplo: MARCO
66 (Juegan las negras) Monte Cario, 1902 DIAGRAMA
VON POPIEL
Las negras se encuentran en lo que parece ser una posición desdichada: su alfil de rey, atacado tres veces y defendido sólo dos, está inmovilizado en su sitio. Está clavado y, por lo tanto, no puede moverse. Obsérvese la engañosa expresión "por lo tanto". ¿Recuerda el lector que hemos dicho que una variación no es más fuerte que su eslabón más débil? Las proposiciones generales suelen tener sus excepciones. Y las excepciones desechan invariablemente lo evidente. He aquí una de las excepciones: 1 ASC !! 'tsta es la victoria, pues las negras amagan con ... DxPT tt y también atacan a la dama de las blancas. Para evitar el
POR QUt.
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mate, las blancas deberán perder la dama o sufrir una pérdida igualmente grave de material. Pero, dirá el lector, seguramente Marco, el mejor de los anotadores de partidas de ajedrez, vio este recurso y salvó la partida. Pues no, no fue así. ¡Abandonó la partida! Como ve el lector, su mente estaba obsesionada con prolongadas variaciones, exámenes profundos, planes de largo alcance. La tarea inmediata, la necesidad más urgente -en resumen, la siguiente jugada-, estaba más allá de lo que podía ver.
Hay que cuidarse de la jugada obligada Cuanto más ingeniosa es una combinación, mayor es el placer que nos proporciona. Quizá haya ciertos sentimientos de poderío en la construcción de toda una serie de jugadas obligadas que el adversario no puede alterar. Pero -como hemos visto- estas variaciones obligadas pueden ser peligrosas si no se tiene presente en todo momento que pueden venirse abajo muy fácilmente. Se necesita tener cierto sentido de la proporción y estar constantemente sobre aviso, recordando que también el contrincante tiene algo que decir sobre estas jugadas. El siguiente ejemplo, tomado del período juvenil de Alekhine, es fascinador desde el punto de vista sicológico. Uno o dos años después Alekhine se convertiría en un maestro de fama universal. Pero en la época en que jugó la partida, no era más que un joven que prometía mucho. En esta partida, el contrincante de Alekhine tomó las cosas con cierta condescendencia. Después de algún tiempo, se llegó a la posición del diagrama 67. Las blancas tienen dos alfiles contra un alfil y un caballo, lo que suele ser considerado como ventaja de posidón. No obstante, se proponen obligar el cambio de su caballo restante por el alfil que le queda a las negras. Esto, según razonan un poco académicamente, les dará dos alfiles contra dos caballos, lo que es una ventaja abrumadora.
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ALEKHINE
67 (Juegan las blancas) Carlsbad, 1911 DIAGRAMA
ALAPIN
En consecuencia, las blancas prosiguen con una combinación obligada, confiando que con ella alcanzarán su objetivo: 1
P4CR 1!
Este movimiento del peón debilita seriamente la posición enrocada de las blancas. Por lo tanto, es una jugada que ningún jugador fuerte de ajedrez haría con ligereza. A pesar de ello, Alapin la hace porque espera obtener una ventaja que compense este inconveniente. ¿Cuál es su razonamiento? Ve que si el alfil negro retrocede, puede jugar CxA, alcanzando así su objetivo (dos alfiles contra dos caballos). Por otra parte, si las negras intentan evitar este curso jugando 1 . . . AxA, entonces las blancas responden 2 DxA, ganando con ello una pieza. Imagine el lector el asombro de Alapin cuando Alekhine juega: 1 2
AxA !!
DxA
¿Cómo es posible que las negras eviten la pérdida de una pieza?
POR
QUÉ
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ALEKHINE
DIAGRAMA
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(Después de 2 DxA)
ALAPIN
Pero el asombro de Alapin se convierte en desconcierto cuando su bizoño adversario continúa: C4R
2
Ésta es una verdadera combinación de Alekhine, de ésas que el ajedrez mundial podría esperar más tarde de él. Después de un prolongado estudio de la posición, Alapin inicia una triste retirada con 3 D lA. Veamos ahora qué habría sucedido si hubiera ganado la pieza, como se proponía. 3
DxC?
t
CxPA
Ésta es la consecuencia de la posición débil de las blancas.
4 R2A 5
TxD
DxD CxT
Ahora sería inútil RxC, por lo que las blancas intentan tenderle una trampa al caballo. 6 T2D 7 T2R
P3C TxA
Si ahora 8 TxT, CxP, y el caballo escapa, dejando a las negras con dos peones de ventaja. 8
RxT
TIR
t
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11
R2D R3A CxT
C6A TxT
REINFELD ~
P4AD
Y las negras ganan el final. El ejemplo anterior se inició a partir de una posición de juego medio. En la práctica, la apertura es un recurso aún más rico de jugadas evidentes y obligadas. He aquí un buen ejemplo en que las blancas sufren una aplastante sorpresa: CAPABLANCA
69 (Juegan las negras) Nueva York, 1924 DIAGRAMA
TARTAKOVER
Las blancas amenazan con ganar una pieza median te AxC, TxA; 2 D4T Las negras pueden defenderse fácilmente de esta amenaza enrocándose, pero prefieren lo que Capablanca gustaba de llamar "una combinacioncitap'.
t.
PxP!
1
Es una defensa sutil, aunque parezca ser un mero descuido. Tartakover continúa gozosamente su ganancia "obligada" de una pieza. 2
AxC
C4D!
¡He aquí la sorpresa! Y todavía hay más sorpresas cuando Tartakover comienza a comprender el verdadero significado de esta jugada.
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USTED
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CAPABLANCA
DIAGRAMA
70
(Después de 2 C4D !)
TARTAKOVER
La inesperada jugada del caballo de las negras protege al alfil amenazado y, además, amaga con ... C6R t. con lo que gana la dama de las blancas. En consecuencia, las blancas aprenden una vez más la antigua y amarga lección de que no debe iniciarse un ataque cuando el rey propio es vulnerable. Existe todavía otra sutileza. Tartakover puede haber pensado que podía jugar 3 A4A, de manera que 3 ... CxA 1; 4 D4T t. deja a las blancas con una pieza ganada. Pero al jugar 3 A4A, las negras tienen 3 ... D3A !!J amenazando no sólo 4 ... DxA t, sino también 4 ... C6R t. porque el alfil de las damas está clavado. Por ello, la variación obligada de las blancas no fue obligada en manera alguna, y no les queda más que mover el rey. 3 4
R2A AxP
TxA O-O
Las negras han terminado la apertura con una posición
superior. Cualquier jugador de primera categoría habría previsto la debilidad de la anterior variación obligada, por hermosa que sea. En el siguiente ejemplo, la equivocación de las negras es c.asi disculpable, aun cuando pierda con una pieza de ventaja.
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Pero hay que tomar en consideración que la partida fue jugada en un torneo de rapidez, donde puede suceder cualquier cosa. PETROSYAN
71 (Juegan las blancas) Estocolmo, 1952 DIAGRAMA
SCHMID
Aunque con una pieza de desventaja, las blancas tienen ciertas posihilidades vagas de atacar, pues el rey de las negras parece un tanto inseguro. Tienen una inspiración: dejando a su dama amenazada, desatan una amenaza de mate con: 1
T3TD !!1
De modo que si 1 ... DxD 11, 2 T6T "ft. ¡Acontecimiento terrible en un torneo de rapidez! Examinando la situación con calma, las negras debieron haber advertido que la posición requería 1 ... C2D ! para obstruir la acción combinada de las torres blancas. En lugar de ello, las negras prefieren el camino evidente de protegerse contra T6T t. 1
R3C ?1
¿Evidente? Pierden sin remedio. El método de las blancas para obtener la victoria es tan increíblemente sutil que hasta un jugador que dispusiera de tiempo a su antojo podía sucumbir a esta brillante celada. ¿Cuál es la advertencia que la posición le está gritando a las negras? Que las blancas tienen el dominio exclusivo de la séptima fila. (Por eso recomendamos 1 . . . C2D ! a fin de obstruir esa fila).
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PETROSYAN
DIAGRAMA
7·2
(Después de 1 ... R3C ?'!)
SCHMID 2
D6D t!!
Increíble, pero cierto. Si 2 ... DxD; 3 T (7C) 7T, y las blancas no pueden defenderse contra la inminente jugada T (3T)6T tt! 2
T3A
Otra defensa evidente, que también resulta inútil. 3 4 5 6
D5A t!! PCxT t T6T t TxD tt
TxD R3A D3C
Tal vez al reproducir estos ejemplos reveladores, el lector recuerda algunas partidas en las que se dio a perseguir al mismo fuego fatuo. Al elaborar planes de largo alcance, es frecuente pasar por alto las sencillas posibilidades tácticas de una jugada, que son el corazón mismo del ajedrez. Y al omitir esas jugadas relativamente sencillas, el jugador se condena a sí mismo a sufrir desengaño tras desengaño. Es ésta una falta difícil de eliminar. No sería honrado que yo dijera al lector lo contrario. Por ello, cuando el lector esté a punto de hacer una jugada "evidente" u "obligada", asegúrese de que es la mejor. Como solía decir Tarrasch: "¡Hay que verla!".
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La extraña y consoladora paradoja es que cuando uno se concentra para encontrar la jugada más fuerte en cualquier posición dada, automáticamente se dedica a elaborar un plan y a iniciar combinaciones de largo alcance. No está mal caminar con la cabeza en las nubes. Además, es muy agradable. Pero no lo resulta tanto si de pronto tropieza uno con una piedra y se rompe la cabeza. Nunca hay que olvidar esto: la jugada más importante en cualquier partida de ajedrez es siempre ... la siguiente jugada.
CAPITULO 5
No Sdbes Cuándo Debes Atdcdr1 Lector, ni Cuándo Debes Defenderte SI EL LECTOR es como la mayoría de los jugadores de ajedrez, ataca porque con ello obtiene un gran placer. El juego agresivo, para muchos de nosotros, es lo mejor del ajedrez. Y el lector se defiende cuando ... , pues, cuando tiene que defenderse. ¿Quién quiere defenderse si no se ve obligado a ello? Todo esto lleva a un estilo caótico con el que se pierden numerosas partidas, pues uno ataca cuando no debería hacerlo y entonces resulta indispensable retroceder para salvar el pellejo, o, con más frecuencia de lo que se cree, se pierde toda posibilidad de iniciar un ataque brillante y definitivo. También se pierden muchas partidas porque no le gusta a uno defenderse, o porque no se comprende la necesidad de hacerlo. ¿Qué hacer? El problema puede estudiarse desde dos puntos de vista. El primero, como ya he indicado, consiste en estudiar el propio temperamento en el juego. Lo que el lector necesita preguntarse ante todo es: ¿Qué clase de jugador de ajedrez soy? ¿Soy por temperamento un jugador agresivo o un jugador defensivo? Este conocimiento de sí mismo es quizá más importante que cualquier estudio técnico del juego. Los principios generales que se aplican a un jugador no son necesariamente aplicables a otro. Si el lector es agresivo, si se solaza en el peligro, entonces debe cultivar a toda costa el juego agresivo. Pero si el lector prefiere la certidumbre, si no desea com-
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prometerse, si prefiere un juego de espera, si no está seguro de sí mismo, deberá evitar los ataques especulativos. En otras palabras, debe conocerse a sí mismo, sus gustos y sus aversiones.
Cuándo atacar Aparte las consideraciones de la personalidad, el lector pierde porque no sabe evaluar una posición y decidir si es posible atacar o no. No sabe cuáles son las probabilidades en su favor o en su contra. En resumen, juega por conjeturas o encomendándose al cielo. Existen cuatro factores clave que revelan cuándo puede tener éxito un ataque. Si el lector es agresivo, un rápido examen de estos factores evitará que inicie un ataque inútil. Si es conservador por naturaleza, el examen lo animará a atacar cuando las perspectivas son favorables. He aquí los cuatro factores: l.-El que se defiende no domina el centro. Esto significa que no lo acompañará la fortuna si se ve obligado a defenderse contra un ataque vigoroso. Hemos discutido la importancia que tiene esto en un capítulo anterior, así que no necesitamos examinarlo más detenidamente. Si el que se defiende domina el centro, debe pensarlo dos veces antes de iniciar un ataque, especialmente cuando requiere sacrificio de material. 2.-La dama del que se defiende no puede entrar en acción. Como veremos pronto, la ausencia de la dama asegura el éxito del ataque. Durante esa corta fase crítica, se tiene, en realidad, una dama de ventaja, pues esto es lo que sucede cuando la dama propia es el alma del ataque y la del adversario se encuentra alejada del escenario donde se desarrolla el conflicto. 3.-Superioridad local en el área de ataque. La igualdad de fuerzas puede convertirse en una cuestión académica cuando se trata del ataque y la defensa. Si las piezas del lector están en acción y las del adversario son pasivas, se tiene una gran
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ventaja sobre él. Y si las piezas del lector están concentradas en la zona de ataque y las del contrincante se encuentran esparcidas por el tablero y no se han desarrollado, es muy posible que el lector pueda obtener la victoria antes de que el adversario haya traído auxilios al área amenazada. Si las comunicaciones del que se defiende son inadecuadas porque el lector domina el centro, las probabilidades son de que nunca podrá traer reservas adecuadas para rechazar el ataque. Si, además, la dama del oponente no está en acción, entonces, como he indicado, el ataque promete ser abrumador. El rey del adversario se encontrará sometido al fuego cruzado de las piezas enemigas. 4.-Debilidad de peones en la posición enrocada del que se defiende. Si ha desaparecido cualquiera de los peones de la posición enrocada del que se defiende, se crea una brecha por la que pueden penetrar las fuerzas que atacan. Si se ha adelantado cualquiera de estos peones, se crea un blanco para abrir una columna. La debilidad de peones en la posición del que se defiende permite que las fuerzas atacantes se infiltren en el enemigo y lo destruyan. Estos factores no están aislados. Algunas veces existen dos o tres de ellos, y hasta los cuatro. Pero cualquiera de ellos deberá bastar para hacer que el lector se detenga y examine las posibilidades que ofrece la posición. Una última advertencia antes de que veamos algunos ejemplos prácticos. El lector debe recordar lo siguiente: los sacrificios son deliciosos y causan gran placer. A todos nos gusta hacer sacrificios brillantes. Pero no son emanaciones incomprensibles del genio. Cuando la posición está madura para hacerlos, representan una fuerza- explosiva. Algunos sacrificios son como explosiones de TNT. Sirven para hacer volar los obstáculos por el aire. Cortan e incomunican a las fuerzas enemigas. Abren amplio camino para las fuerzas de invasión.
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Otros sacrificios son astutos y sutiles. Son celadas que se tienden al adversario, lazos para que caigan los defensores del rey sitiado. Obstruyen las líneas de comunicación. Crean posibilidades sutiles de confundir al enemigo. Pero, cualquiera que sea la naturaleza de un sacrificio, su éxito o su fracaso depende de estos cuatro factores clave del ataque. Si los factores son favorables, los sacrificios serán brillantes, inspirados, afortunados. Si los factores son desfavorables, los sacrificios serán torpes, inútiles, ridículos.
La dama del que se defiende no está en acción He aquí una posición en que no hay ventaja de material y parece anunciarse el empate. DURAS
73 (Juegan las negras) San PetersburgoJ 1909 DIAGRAMA
ZNOSKO-BOROVSKY
Olvidémonos de la igualdad de material. En realidad, las negras pueden hacer que las blancas se rindan en la siguiente jugada. ¿Por qué? Hay dos razones. La primera es que la dama de las blancas se encuentra fuera dP. acción, y no puede acudir en ayuda del rey. Segunda razón: las blancas han debilitado la posición de su rey cambiando su peón de alfil del rey (que abre su segunda fila) y adelantando su peón de caballo del rey (que permite la infiltración de la dama negra). Así: 1
T7R!
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Las blancas abandonan, pues si 2 TxT, DxT ft. Y además, las negras amenazan con 2 ... D7C tt o 2 ... DxPT tt. La gran superioridad local de las negras en el flanco de rey explica lo sucedido.
En la siguiente posición, las negras se encuentran en un aprieto porque su dama se ha alejado mucho para tomar un peón aislado. Las blancas tienen un ataque peligroso, pues ambas torres están dobladas en la columna abierta del caballo de rey y la dama está pronta a apoyar el ataque. SCHLECHTER
74 (Juegan las blancas) Londres, 1899 DIAGRAMA
]ANOWSKI
Sin embargo, las negras se han defendido bien -aparentemente- doblando sus torres en la segunda fila. Y, a pesar de ello, las blancas pueden penetrar de manera brillante, tan sólo porque la dama negra se encuentra lejos de la escena. He aqui cómo lo hacen: 1
DxP
t!!
Si la dama de las negras estuviera en !AR, tomando parte en la defensa, este sacrificio seria un rotundo fracaso. (~Por qué?). 1 2 J
T5T 06C
t
RxD RIC Abandonan
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SCHLECHTER
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(Después de 3 C6C)
.fANOWSKI
Las negyas no pueden hacer nada, ¡a pesar de tener una dama (inútil)! Las blancas amenazan con 4 TST tt. Si 3 ... T3A; 4 TST t. R2A; 5 TSA tt. Así, pues, vemos que la dama negra bien podía haber estado ausente del tablero. La superioridad local de las blancas en el flanco de rey, basada en la ausencia de la dama negra, hace posible el sacrificio victorioso.
Superioridad local del atacante Generalmente, este tipo de ventaja no es suficiente por sí mismo para triunfar. No obstante, combinado con otra ventaja {como cuando se explota la debilidad de peones en la posición enrocada del que se defiende), la superioridad local suele ser de gran valor para el atacante. La siguiente partida, breve y directa, demuestra cómo el atacante obtiene la superioridad local de fuerzas y la convierte en un ataque victorioso. Beverwijk, 1952 DEFENSA CARO-KANN Blancas Negras Fuderer Donner 1 P4R P3AD 2 P4D P4D t)xP J C3AD C3A 4 CxP
POR
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CxC t A4AD 7 C2R
5 6
8 9 JO
0-0
C3C D5T
EN
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PRxC A 3D 0-0
D2A C2D
Con su última jugada, las blancas han logrado la superioridad local de fuerzas en el flanco de rey. La dama en 5TR y el alfil en 4AD amenazan la posición enrocada de las negras. E:i. caballo y el otro alfil pueden tomar parte muy rápidamente, s1 es necesario, en el ataque inminente. Pero las negras no están perdidas. Mas deben estar sobre
DONNER
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(Después de 1O D5T !)
FUDERER
aviso, especialmente porque tendrán que debilitar su posición enrocada adelantando uno de los peones del flanco de rey. Esto, combinado con su desarrollo un tanto retardado y la ausencia de la dama en el flanco de rey, pronto conducirá a una crisis. JO 11
P4AD A3D
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Amenazando con 12 DxPT tt y obligando con ello a las negras a debilitar su posición enrocada adelantando un peón. Adviértase que 11 . . . P3TR 7 sería inútil, pues entonces el sacrificio 12 AxP ! daría una rápida victoria: 12 ... PxA; 13 DxPT, y las blancas dan mate.
11 12 D6T
P3CR
Con el horrible amago de 13 C5T ! (amenazan 14 D7C PxC; 14 DxPT tt.
tt).
TIR
12
A fin de responder a 13 C5T con 13 ... AlA 13
PxP
Ahora las negras tienen que jugar 13 ... AxP, conservando el caballo en 2D a fin de proteger al peón que está en 3AR. En lugar de ello, prefiere una alternativa plausible que parece mucho mejor. 13
CxP 77
Al alejar al caballo de flanco de rey, permiten que la superioridad de las blancas en ese flanco sea abrumadora.
DONNER
DIAGRAMA 77 (Después de 13 CxP 77)
FUDERER
POR QUt PIERDE
14
USTED
EN
EL AJEDREZ
119
C5T !!
Amenazando no solamente con 15 D7C tt. sino también con 15 CxP t. seguido de 16 DxPT tt. Las negras provocaron el desastre que se cierne sobre su cabeza permitiendo que la superioridad local de las blancas en el flanco de rey se hiciera irresistible. 14 15 16
Px.C AxP A6C
t
17 D7T
t
t
dese.
RIT RIC Abandonan
Porque después 17 ... RlA, sigue 18 A6T t, R2R; 19 t. R1D; 20 DxT tt. Compárese el diagrama 78 con el diagrama 77. Después de pennitir a su adversario la superioridad local en el flanco de rey, las negras cayeron en una red que las llevaría al mate, tan sólo cuatro jugadas después. Con su desafortunada decimatercera jugada, las negras labraron su propia desgracia. DxP
DONNER
78 (Posición final)
DIAGRAMA
FUDERER También en la siguiente posición podemos ver el efecto decisivo de la superioridad local cuando se aplica contra la debilidad de peones. La primera idea del lector cuando examina el diagrama
FRED
120
REINFELD
79, es que las blancas están perdidas porque su aventurero caballo se encuentra atrapado. Pero echemos una segunda ojeada: La dama y las torres de las blancas están prontas a atacar. La posición de los peones en el flanco de rey de las negras tiene numerosas debilidades. El rey de las negras está expuesto. La dama de las negras no participa en el juego. En otras palabras, los cuatro factores favorables del ataque victorioso están en manos de las blancas. NEU
79 (Juegan las blancas) Torneo de Amsterdam, 1954 DIAGRAMA
VESTOL 1
TxC!
Se inicia el ataque. 1 2 3
PxT RIC
t TxA t! DxP
Lo que sigue es un día de campo para la dama blanca: seis jaques consecutivos, y la dama negra no puede hacer nada mientras su rey recibe una paliza mortal. 3 4 5
D6T DxP
RxT R2A RIR
t t
O 5 . . . RlC; 6 D6C
tt·
POR
QUÉ
PIERDE
6
USTED
DxT
7 D6A 8 9 JO
DBA D7C C6A
t t t t tt
EN
EL
AJEDREZ
121
R2A RIR R2D RIR
La violenta carnicería de las blancas es un ejemplo perfecto del poder devastador de la superioridad local al desatar un ataque sobre un rey indefenso.
Debilidad de peones del que se defiende Como ha visto el lector, las probabilidades de atacar con aumentan grandemente si el adversario ha debilitado su _oosición enrocada adelantando uno de los peones del flanco de rey. La siguiente partida ilustra este punto a la perfección. Lo que es más, demuestra cómo el que se defiende tiene que esforzarse por contraatacar contestando al juego en el centro. Esta partida pone también de manifiesto lo que le sucede al que se defiende cuando no continúa el contraataque con la mayor energía y, en vez de eJlo, crea líneas de ataque para el enemigo. El lector se sentirá deleitado con el brillante final de las blancas; pero, cosa que es aún más importante, aprenderá mucho de los preparativos de las blanca'S para el ataque final. ~xito
Campeonato del Club de Ajedrez de Brooklyn, 1904 DEFENSA SICILIANA Blancas Fox 1 P4R 2 C3AR 3 P4D 4 CxP 5 C3AD
Negras Dickerson P4AD C3AD PxP P3CR A2C
122
FRED
R.EINFELD
Las negras han adoptado la Variación del Dragón, una de las lineas de juego más prometedoras en esta apertura para el segundo jugador. Es una linea en la que hay gran lucha, pues tiene puntos fuertes y débiles. El punto fuerte, naturalmente, consiste en que el alfil de las negras atacan el centro con terrible poder. Las negras han ganado muchas partidas históricas debido a la magnífica presión que ejerce este alfil. Pero hay que tomar en consideración también el factor negativo. Las negras han adelantado su peón de caballo del rey, y si se enrocan en el flanco de rey -cosa que hacen invariablemente-, el peón de caballo del rey será un blanco para el ataque de las blancas. Pero, se preguntará el lector -o me preguntará a m.J-, ¿por qué las negras se debilitan deliberadamente? Es una pregunta pertinente, pero tiene una respuesta que lo convencerá. En ajedrez, todo principio tiene excepciones valederas. La Variación del Dragón es una de esas excepciones, por dos motivos: En primer lugar, el ajedrez no sería el estupendo juego de lucha que es si no nos mostráramos deseosos de correr ciertos riesgos. En este caso, las negras están dispuestas a someterse a un posible ataque, si ése es el precio que ha de pagar por ejercer enérgica presión en el centro. Como corolario, pennítaseme agregar la siguiente reflexión: las negras esperan mantener tan ocupado a su adversario en el centro, que nunca podrán iniciar el ataque en el flanco de rey. (Explicaré esto más detalladamente en los comentarios que siguen al diagrama 80). Otra observación importante sobre la Variación del Dragón: las negras consideran que pueden arriesgase a debilitar un tanto su flanco de rey debido a que su importantísimo alfil desempeña un papel defensivo vital en 2CR. El alfil es un anna poderosa para defender al rey negro. Pero (en ajedrez siempre hay un "pero") el lector debe recordar que las cualidades personales de los jugadores desem-
POR. QUt PIERDE
USTED EN
EL AJEDREZ
123
peñan un papel muy importante en el juego, y esta afinnación es particularmente cierta en este caso. Fox es un brillante jugador agresivo que aprovechará sus probabilidades de ataque. Dickerson, en cambio, no se da bien cuenta de las necesidades de su posición. Observe el lector lo que sucede a causa de esta diferencia en sus actitudes. P3D e3A A2D
A3R 7 A2R 8 ese 9 P4A JO P4C! 11 P4TR! 6
O-O TIA
DICKERSON
80 (Después de 11 P4TR !) DIAGRAMA
FOX
Es una posición que ofrece seductoras posibilidades. Las blancas se proponen usar el peón de caballo del rey negro como blanco para abrir una columna mediante P5T y PxP, cosa que abrirá una columna para su torre de rey, dándole gran superioridad local en el flanco de rey. Una cosa es evidente: las negras deberdn responder al ataque. lCómo? Contraatacando en el centro y en el flanco de dama, aprovechando la columna del alfil de dama, abierta a medias.
FRED
124
REINFELD
Por ejemplo: 11 . . . C4TD !; 12 P5T, C5A, que ejerce una presión muy incómoda. O 11 ... C4TD !; 12 CxC, DxC (amenaza ... CxPR, contraatacando en el centro por la acción de la agresiva dama de las negras). Si entonces 13 A3A, A3A ! renueva la amenaza. Podría seguir: 14 D3D, C2D ! En ese caso, las negras amenazan con 15 ... 04A, atacando a la dama y amenazando también con ... CxP o ... C5T. No necesitamos examinar estas posibilidades detalladamente. Lo principal es el espíritu de estas poderosas jugadas para distraer al enemigo. Mantienen tan ocupadas a las blancas, que no tienen tiempo de desatar su proyectado ataque en el flanco de rey. Así es, entonces, cómo debieron haber jugado las negras. En lugar de ello, ésta fue su siguiente jugada: 11
RIT ?
Lamentable pérdida de tiempo. 12 13
P5C P5T
CIR AxC
t?
Con esta jugada, las negras niegan todo su plan para la partida. Alejan la única pieza que evita el desplome del flanco de rey. Y el lector debe recordar que esta misma pieza es la clave de cualquier contraataque. Así, las negras se abren al ataque y al mismo tiempo se privan de cualquier posibilidad de responder al ataque. 14 15
PxA PxP
P3R PAxP
Las negras están perdidas. Su flanco de rey se ha debilitado y no tiene defensa. No podrán hacer nada contra el inminente ataque por la columna de la torre de rey. No pueden contestar en el centro o en el flanco de dama. Mientras tanto, las blancas se preparan para triplicar sus piezas pesadas en la columna abierta de la torre de rey, que se ha convertido en el camino de la victoria.
POR QUÉ
PIERDE
USTED
EN
EL AJEDREZ
125
DICKERSON
DIAGRAMA 81 (Después de 15 PAxP)
FOX
16
17 18 19
D3D 0-0-0 T6T ! TDIT
R1C T2AR D2A
Ahora las blancas~han duplicado sus torres en la columna de torre de rey; sólo necesitan una maniobra más -llevar su dama a esa columna- para que su superioridad en el flanco de rey sea abrumadora. 19 C4T 20 A2D CxC t P4C 21 PTxC Aquí 21 ... A3A es una defensa más prometedora, aunque la presión de las blancas sobre los peones debilitados es demasiado poderosa. 22 D3T Atacando al peón de torre de rey por tercera vez. Si las negras defienden el peón con 22 A3A, entonces las blancas tienen 23 DxP. T2C 22 R2A 23 TxPT A3A 24 D6T Ahora las blancas están preparadas para explotar la estruc· tura debilitada de peones de las negras. Al mismo tiempo, comprobamos el valor de la superioridad local en el flanco de rey:
FRED
126
REINFELD
DICKERSON
82 (Después de 24
DIAGRAMA
A3A)
FOX
25 DxP t!! 26 A5T t! 27 A7A tt
RxD RxT
La superioridad local de las blancas vale más, mucho más que el sacrificio de la torre y la dama. ¿Qué mejor prueba podríamos tener de que los sacrificios brillantes no son más que explosiones violentas provocadas por la abrumadora su· perioridad local? En la siguiente posición, las negras, a primera vista, parecen haberse atrincherado hábilmente. Y, lo que es más, están a punto de simplificar mediante ... TSA, quitando fuerza al proyectado ataque de las blancas.
SHOWALTER
83 (Juegan las blancas) Certamen de 1897 DIAGRAMA
PILLSBURY Pero las blancas tienen todos los triunfos en la mano.
POR QUt
PIERDE
USTED
EN
EL AJEDREZ
127
l.-Un caballo maravillosamente centraliZildo, al que no es posible alejar. 2.-Posibilidad de P5C 11 Esta jugada explota la debilidad de la posición enrocada de las negras por haber adelantado su peón de alfil de rey y su peón de torre de rey. 3.-Gran superioridad local que resulta de P5C 11 de las blancas. 1 P5C !! Arrojándose hacia el objetivo. Las negras no tienen más remedio que tomar. 1 P1rxP CxP 2 PxP Ahora las negras esperan que 3 CxC, PxC; 4 TxP, TSA !, y el ataque de las blancas habrá perdido todo su brío. Pero las blancas conservan su valioso caballo: 3 TxC! PxT 4 CxPC Amenazando con 5 D7T y 6 DST tt. De esta manera, la superioridad local de las blancas, unida a la debilidad de peones de las negras, da a las primeras un ataque victorioso.
4 5
6
DxP t D6R t!
P3CR D2C
SHOWALTER
DIAGRAMA
84
(Después de 6 D6R
PILLSBURY
t !)
128
FRED
REINFELD
Deliciosa demostración del poder del caballo: si 6 ... RIA; 7 DxT t!, TxD; 8 C6R t. y las blancas habrán ganado una pieza. 6 RIT 7 T3C! T8A t 8 R2C T(IA)7A t 9 R3A T8A t JO R4R El rey blanco está bellamente centralizado contra nuevos jaques; y ahora las blancas amenazan con 11 T3T t. JO . . . T8TR 11 D8R t Abandonan Las blancas tienen el mate en dos jugadas. SHOWALTER
DIAGRAMA 85 (Posición final)
PILLSBURY Aprovechando las comprometedoras jugadas de los peones de las negras, las blancas acabaron con toda defensa válida en el flanco de rey. El resultado fue un día de campo para las blancas, gracias a su aplastante superioridad local en el flanco de rey. Pero supongamos que no hubieran existido estos factores. Supongamos que no se tiene la superioridad local. Supongamos que el adversario no ha creado un fácil blanco de peones para el ataque. Supongamos que la dama del contrincante sí participa en el juego. Supongamos que el enemigo domina el centro. La respuesta es sencilla: en ese caso, ¡no hay que atacar!
POR
QUÉ
PIERDE
USTED
EN
EL
AJEDREZ
129
Cuándo no debe uno atacar Saber cuándo debe uno abstenerse de atacar si las condiciones son desfavorables es un arte tan importante como llevar a cabo un ataque en condiciones favorables. El arte de abstenerse de atacar le repugnaba a un gran jugador agresivo de la talla de Marshall. Siempre sabía cuándo atacar, pero a menudo no sabía cuándo no debía hacerlo. Tonlemos como ejemplo la siguiente partida: CAPABLANCA
86 (Juegan las blancas) Berlín, 1928 DIAGRAMA
l\1ARSHALL
Las blancas pueden atacar con dama y alfil; pero no puede decirse que esto constituya la superioridad local. Pueden esforzarse por llevar su torre de dama al flanco de rey jugando P4R; pero esta jugada obstruiría su diagonal del alfil. La obstrucción con las propias piezas y la interferencia mutua no pueden hacernos muy optimistas con respecto a las probabilidades de ataque de las blancas. En cuanto a las negras, su caballo no desarrollado puede entrar rápidamente en el juego gracias a las optimistas maniobras de ataque de las blancas. Por último, como veremos, las negras pueden contraatacar eficazmente en el centro. He aquí nuestra conclusión: las blancas deberían jugar sobre seguro y consolidar su posición con D2R, seguida por TID. Pero no se puede dar tan prudente consejo a un jugador fieramente agresivo. De manera que: 1 D5T
150
FR.ED
R.EINFELD
Amenazan mate. 1 PSTR Acaban con la amenaza de mate. ¿Es débil la jl..igctda del peón? Indudablemente. Pero, ¿cómo pueden probarlo las blancas? 2 P4A C2D J P4R P4R!, CAPABLANCA
DIAGRAMA 87 (Después de S P4R !)
MARSHALL La coordinación de Capablanca es impecable. Si ahora 4 P5A, CSA. La dama de las blancas tiene que retirarse y su alfil queda enterrado en vida. No hay ataque aquí. O si 4 PxP, CxP, y el caballo de las negras tiene una casilla "eterna" en el centro con ataque permanente sobre el peón aislado de rey de las blancas, además de que domina la columna abierta de la dama. En ese caso, las blancas no tienen posibilidad de ningún ataque que valga la pena, y el monopolio de las negras en el centro decide la partida fácilmente en su favor. 4 CSA TDlR 5 C4T PxP! Esta jugada descubre la debilidad fatal de las blancas: el peón aislado del rey. 6 TxP D4C! Obligando una vez más a retirarse, pues el cambio de damas costaría una pieza a las blancas.
POR QUt PIERDE
7
USTED
D1JA
EN
EL AJEDREZ
1~1
C4R!
lQuién ataca ahora? Las negras ganan el peón débil. 8 9
D2A TxC
CxA TxP y ganan
Las blancas se rindieron doce jugadas después. Es éste un ejemplo clásico de cómo se puede rechazar un ataque inadecuado. En el siguiente ejemplo, la refutación depende de una sutileza táctica: POMAR
88 (Juegan las blancas)
DIAGRAMA
Hollywood, 1955
SMOOK
Las blancas han hecho demasiadas jugadas, de peones. Les falta desarrollo; su posición en el centro es débil; están am~ nazadas con ... AxC, que destruye su posición de peones del enroque y prepara para ... C5D, poderoso avance de las negras en el centro. Esta situación requiere una cuidadosa medida defensiva como A3R (que neutraliza un posible . . . C5D), o A2R (para evitar la desorganización de sus peones). En lugar de ello, ¿en qué piensan las blancas? ¡Piensan en atacar! 1
P5A 7
Están obsesionadas por una sutileza táctica: si 1 ... AxC; 2 PxC, y ganan una pieza.
132
FRED
REINFELD
AxC !!
1
Bien jugado. 2
PxC
C5D!
Las negras pueden darse el lujo de perder una pieza: a cambio de ello, desorganizan el flanco de rey de las blancas. 3 PDxA D2D ! • POMAR
89 (Después de 3 D2D !) DIAGRAMA
SMOOK
Ahora las blancas ven que si se detienen para salvar su dama, las negras tienen 4 . . . D5C; 5 P3CR, D6T, y sigue el mate. Por ello intentan ganar la pieza de una manera diferente: 4 A5A CxA 5 PxA C5D ¡El dominio del centro dará sus frutos! 6 D4R D6T! Ahora la superioridad local de las negras en el flanco de rey, unida a la fatal debilidad de los peones de las blancas, compensa de una manera más que suficiente la ventaja de una pieza de las blancas. 7 A4A CxP t Abandonan Porque si 8 R 1T, DxT tt. Por ello, las blancas deben sacrificar su dama para evitar el mate.
POR
QUÉ
PIERDE
USTED
EN
EL
AJEDREZ
133
Cuándo debe uno defenderse Como sabe bien el lector por propia experiencia, a todos nos gusta atacar y nos disgusta defendernos. El jugador que ha sabido dominar esta reticencia a defenderse ganará muchas partidas. U no de los aspectos más útiles -y menos conocidos- de la defensa es que la centralización obrará con frecuencia maravillas. Veamos cómo obra milagros: REINFELD
DIAGRAMA
90
(Juegan las negras) Ventnor City, 1939
ULVESTAD
Las negras tienen sólo una fracción de segundo para hacer su última jugada a fin de no exceder el límite de tiempo (cuarenta jugadas en las primeras dos horas). Y ven que: l.-Su rey está siendo atacado. 2.-No pueden jugar 1 ... DxD ???, pues entonces 2 TxD t lleva al mate. 3.-Tienen el empate con 1 . . . T5A t. por ejemplo, 2 R3C, T6A t; 3 R2C, T7 A t; 4 RIC, T8A t! Pero, después de todo, según razonan, tienen un peón de ventaja. ¿Por qué no hacer una jugada más y luego, disponiendo de tiempo suficiente, buscar algún recurso para salvar la partida? P4T t!? 1 2 R4T Las negras están en un aprieto. Han acabado con la ame-
134
FRED
REINFELD
REINFELD
DIAGRAMA
91
(De&pués de 2 R4T !)
ULVESTAD
naza de mate, es cierto, pero después de 2 ... DxD t1; 3 TxD t, R2T; 4 P6R, las blancas deberán ganar. Tampoco tienen ya las negras el jaque perpetuo, pues si 2 ... T5A t; 3 RxP !, T4A t; 4 R6C !, y ganan. ¿Qué hacer? Después de estudiar la posición durante media hora, las negras dan con la idea acertada: ¡deben centralizarse! 2 ... RIC !! Primer punto: las negras usarán su rey para detener al peón pasado. Segundo punto: si las blancas juegan 3 DxC'1, su dama quedará fuera del juego, dando a las negras la superioridad local en el flanco de rey: 3 DxC 11, T5A t; 4 R3C, T5C t. O 4 R3T, D4A t. En cualquiera de los dos casos, las negras dan mate. 3 P6R Es una jugada mortal, aparentemente, pero las negras tienen una fácil defensa centralizando el caballo. 3 C3A! RxD 4 DxD t 5 T7D RIR! CID ! 6 TxPC 7 TxP CxP Tablas
POR QUt
PIERDE
USTED
EN
EL AJEDREZ
135
¡Las negras han salvado la partida con su oportuna centralización 1 Por ello, como puede ver el lector, es un arte muy útil saber cuándo hay que defenderse. La oportunidad en la defensa es particularmente importante en aperturas tales como el Gambito de Rey, donde las blancas anuncian sus intenciones agresivas desde el principio de la partida. Ordinariamente, las negras se aturden tanto con esta franca hostilidad, que se derrumban en su atolondramiento. (Tenemos un ejemplo de esto en la partida entre Rudolph y un aficionado, en la página 74. Pero aquí pueden semos de gran ayuda los conocimientos que acabamos de adquirir. Cuando las blancas juegan el Gambito de Rey, no poseen los cuatro factores clave que se necesitan para un ataque victorioso. Estas consideraciones deberán alentar al lector cuando juegue la defensa. Puede defenderse victoriosamente contra el Gambito de Rey si advierte que las probabilidades están en su favor. En otras palabras, debe iniciar el contraataque, como hacen las negras en la siguiente partida. Las negras no necesitan mucho tiempo para comprender que su única salvación está en responder a la presión en el centro. En consecuencia, desarrollan rápidamente sus piezas y, al mismo tiempo, ponen a salvo al rey. Una vez que las negras han tomado esta resolución decisiva, la llevan a cabo con de-temtinacióu, sin detenerse a defender el peón del gambito. ¡Es un buen ejemplo que debe seguir el lector! Stuttgart, 1939 GAIMBITO DEL REY Negras Blancas Eliskases Kieninger P4R 1 P4R PxP 2 P4AR C3AR 3 C3AR P4D 4 C3A CxP 5 PxP
136
FRED
REINFELD
6 CxC DxC 7 P4D A2R Defendiendo indirectamente el peón del gambito, pues las blancas amenazan con 8 AxP, D5Rt; 9 D2R !
8 9 JO
P4A R2A P5A !?
D5R t A4AR
EL/SKASES
DIAGRAMA
92
(Después de lO P5A !)
KIENINGER
La dama de las negras se encuentra poderosamente centralizada, y, a pesar de ello, es inquietante la posición de su rey y su dama en la misma columna (abierta). El rey negro deberá salir de esa situación. J() C3A! Admirable contraataque. Las negras desarrollan una pieza, restan energía a A5C t, seguido por T l R, y ejercen presión sobre el peón de dama de las blancas. 11
A5C
A fin de hostigar a las negras con T l R. 11
D4D !
Con el objeto de continuar manteniendo una posición fuertemente centralizada para su dama, las negras renuncian discretamente a su pe6n de ventaja a fin de salir de la columna peligrosa.
POR
QU~
PIERDE
USTED
EN
EL
AJEDREZ
137
Adviértase, de paso, que 11 . . . 0-0-0 seda inútil, pues entonces 12 TIR, D4D; 13 AxC gana una pieza. 12
AxP
0-0-0 !
De esta manera alejan a su rey de la columna abierta y ejercen mayor presión sobre el peón de dama de las blancas. La presión de las negras obliga a las blancas a atacar, sea la ocasión propicia o no. 13
A3R
A3A!
Continúan acumulando presión sobre el peón de dama. 14
D4T
A5R!
La crisis. En lugar de proteger a su peón de torre de dama, las negras contraatacan amenazando a uno de los defensores (el caballo blanco) del peón de dama. ELISKASES
93 (Después de 14 A5R !) DIAGRAMA
KIENINGER
En efecto, las negras ofrecen el sacrificio de una torre a fin de continQar su contraataque en el centro: 15 AxC, DxA; 16 DxP, AxC; 17 PxA, AxP; 18 AxA, TxA; 19 DST t. R2D; 20 DxT, DxPAD !J y las blancas están perdidas. He aquí una posibilidad típica: 21 TD1AD, T7D t doble; 22 R3C, D4CR t; 23 R3T, D7C t; 24 R4T, T5D t; 25 R5T, D3C tt. ¿Y por qué es posible todo esto? Porque las blancas, toman-
FR.ED
1!8
R.EINFELD
do a la torre en esta variación hipotética, ponen a su dama fuera del juego. Pero volvamos al diagrama 98 para la continuación de la partida: 15 16
A.xC DxD
DxA AxD
Las negras han rechazado el ataque y continúan a la caza del peón de dama. Con las damas ausentes del tablero, cualesquier posibilidades de ataque que hayan podido tener las blancas se han desvanecido para siempre. La presión de las negras sobre el peón de dama es más fuerte que nunca, y no tienen nada que temer de las blancas. El magnifico contrajuego de las negras les ha dado todos los triunfos. 17 TDID 18 TRlR 19 RxA 20 AxA 21 TxT
TRIR AxC! AxP!
TxT TxA
La tenacidad de las negras ha tenido su recompensa. Gracias a su espléndida oportunidad en el contraataque, han ganado un peón y llegado sin daño al final de la panida. Para estos momentos, el lector tiene una buena idea de la naturaleza del ataque y la defensa. Seguramente ha aprendido que si faltan cienas características, el ataque fracasa aparatosamente. Asimismo, ha aprendido que sus sacrificios no rendirán fruto si falta la base adecuada para el ataque. También habrá visto que un ataque preparado de manera impropia es una de las maneras más ciertas de perder la partida. Y -cosa de igual importancia- habrá visto que un contraataque decidido en el centro puede acabar con cualquier ataque.
POR QU.t PIERDE
USTED EN EL AJEDREZ
U9
Sobre todo, el lector habrá aprendido algo sobre la oportunidad de las jugadas. Ahora podrá ver que ha perdido más de una partida por no saber cuándo debe atacar o cuándo debe defenderse.
CAPITULO 6
Pierdes, Lector, Porque Ignoras el
Valar de CierttJs Combindciones S1 sE ME PREGUNTARA cuál es la razón principal de que el lector pierda en el ajedrez, diría que se debe a que subestima la importancia del final. Y esto, tomando en consideración el hecho de que más del 60 por ciento de todas las partidas de ajedrez se deciden en el final. Si el lector continúa ignorando los finales, puede apostar tres contra dos a que perderá invariablemente. Sencillo, ¿verdad? ¿Por qué ignora el lector esta fase tan importante del ajedrez? Porque los finales lo aburren mortalmente. Mi propósito no es el de enseñar al lector a jugar los finales. Lo que quiero es indicar las razones de que pierda en el ajedrez. Y, como he indicado, la razón principal es que ignore los finales, que los rehuya deliberadamente. Sencillamente, no le interesan. Lo que espero hacer aquí, entonces, es modificar su actitud dogmática e infructuosa demostrándole que el final no es sólo importante, sino también bello y emocionante. Para ser franco, quiero inculcarle la idea de que debe cultivar su habilidad en el final y, con ello, eliminar una de las principales razones de que pierda en el ajedrez. Examine el lector las partidas de cualquier maestro de renombre y encontrará que los finales de primera categoría explican una gran parte de sus éxitos. Esto puede tener validez también en lo que se refiere a las propias partidas del lector.
142
FRED
REINFELD
¡Qué es un final? Quizá e:i lector no tenga una idea clara sobre lo que es un final. Sin duda, está familiarizado con los finales compuestos, que no provienen de una partida real; son posiciones construidas artificialmente en las que un lado puede ganar o empatar de una manera ingeniosa y, aparentemente, imposible. En dichos finales compuestos, cada unidad sobre el tablero ha sido colocada allí por una razón especial, funcional. No hay material superfluo o inútil en el tablero. Pero en los finales que encontramos en las partidas jugadas realmente, la situación no es clara en manera alguna. Depende del lector introducir el orden en el caos aparente, hacer que sus piezas y peones trabajen en su beneficio. Si no sabe cómo hacerlo, el lector pierde. Una posición del final de una partida, de las que encontramos en el juego real, se ha simplificado en cierto grado por cambios previos. En casi todos los casos las damas han desaparecido. Hay muchas clases de finales. Los más simplificados son los finales de rey y peones, aquellos en que cada jugador tiene sólo su rey y uno o más peones. (En algunos casos, uno de los jugadores no tiene ning\1n peón). Existen, además, los finales de torre y peones -el tipo más común-, en que cada jugador tiene su rey, una torre y algunos peones. (Y en éstos y otros tipos de finales, puede suceder que un jugador tenga algunos peones, mientras que su adversario no tiene ninguno). Los finales con dos torres en cada bando son relativamente raros. Otro tipo es el final con piezas menores, en que un alfil o caballo se opone a otro alfil o caballo, con algunos peones que quedan todavía en el tablero. En pocos casos tenemos finales de dama y peones, en que no se han cambiado las damas, pero sí todas las demás piezas. Allí tiene el lector el cuadro general: una posición de fi-
POR
QUt
PIERDE
USTED
EN
EL AJEDREZ
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nales es aquella en que se han cambiado algunas piezas (generalmente las damas). En cualquier caso, ha habido considerable simplificación. ¿Por qué rehuye el lector los finales? Porque rehuye el cambio de damas. En su opinión, una vez que han desaparecido las damas se acaba lo divertido del juego de ajedrez. Pero, en realidad, el lector ignora qué son los finales, y no sabe cómo ganar en ellos. Mientras el lector da rienda suelta a su indignación, ¿me pennite contarle algo de mi propia experiencia? Cuando yo era un adolescente, me disgustaban los finales, exactamente como al lector. Tenía la cabeza llena de ideas preconcebidas. Ya lo sabe el lector: .,Los finales son aburridos'' . .. Nunca sucede nada". "Demasiado sencillo'~. ¡Quería acción! Cuando se vislumbraba un final, lo rehuía a toda costa por el sencillo expediente de buscar como un tonto perder el juego. De vez en cuando me dejaba arrastrar a un final; pero si lo odiaba y lo temía, ¿cómo podía jugar bien? Después de cierto tiempo comencé a mejorar lentamente y a interesarme, aunque fuera de mala gana, por los finales. Pero aun entonces me preguntaba cómo era posible que los grandes tácticos a quienes veneraba -hombres como Morphy, Tchigorin, Pillsbury, Alekhine- fueran maravillosos jugadores de finales, cómo podían soportar jugadas tan monótonas. En mi ingenuidad e ignorancia no me daba cuenta de que los tácticos juegan maravillosos finales porque todos ellos se resuelven por medios tdcticos. Después de todo, ¿de qué otra manera podrían resolverse? Por sutil y estratégico que sea un final, se gana o pierde, en ultimo análisis, por algún punto táctico: amenaza de mate, captura imprevista, clavada o am~ naza simultánea a dos piezas, a·taque doble, un peón coronado, etc. Y, además, consideremos que la esencia misma de casi todos los finales es la coronación de un peón. En si misma, es una de las jugadas más enérgicas, violentas y decisivas en el juego de ajedrez y explica por qué la ventaja de un peón ha
FRED
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sido causa de que el Campeonato Mundial cambie de manos. Una vez que lo comprende uno, se despierta el interés por los finales. Y he aquí otro punto. El cambio de damas no significa en manera alguna que se acaben las posibilidades de animación en una partida de ajedrez. Cuando desaparecen las damas, las otras piezas adquieren mayor importancia y poder. Si el lector está al acecho de las oportunidades que se le presenten y da valor a ese delicado poder, podrá alcanzar algunas conclusiones fascinadoras.
A taques que amenazan mate en el final El lector se sorprendería verdaderamente si, por ejemplo, comprendiera con cuánta frecuencia surgen en el final los ataques que amenazan mate. He aquí una belleza: SCHELFHOUT
94 (Juegan las blancas) Amsterdam> 1934 DIAGRAMA
KMOCH
Las blancas dan mate con: 1 T5A t!! ¡Hermosa jugada! 1
AxT
2 C4A tt! Vemos que la primera jugada de las blancas fue una maniobra para dar movimiento al caballo. Como era de esperar, el gran táctico Marshall dio algunos
POR
QUÉ
PIERDE
USTED
EN
EL
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145
de sus golpes maestros en el final. He aquí un ejemplo que demuestra cómo obtiene un brillante final con mate de una posición que no parecía interesante: MARSHALL
DIAGRAMA
95
(Juegan las negras) Londres, 1899
ES SER
La mayor parte de los jugadores se habrían conformado con la continuación 1 ... TxP para recuperar el peón y ganar otro peón. Pero Marshall descubre una línea mucho más enérgica: T5A t!!
1
Abandonan
Estupefactas, las blancas comprenden al fin que 2 PxT será seguido por 2 ... A7A tt; mientras que 2 AxT, A2R t y mate en la siguiente jugada. ALEKHINE
DIAGRAMA
96
(Juegan las blancas) Margate, 1938
PETROV
FllED
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REINFELD
¿Quién dijo que los finales son insulsos? Para cercioramos, veamos lo que le pasa al gran Alekhine en el diagrama 96. Las blancas pueden ganar un peón jugando 1 C4R t y 2 TxP, pero ésa seria obra de un carnicero. En lugar de ello, las blancas juegan como un gran artista: 1
P4C t!!
RxP
El rey negro tiene que resignarse. Si 1 ... R!C; 2 T7C f, R8T; 8 TITD tt! Ya ve el lector que no se necesita la dama para dar mate.
T7C t O 2 ... R4A; 8 T5C misericordia.
R6A
2
J
C4R
f
Si 8 ... R5A; 4 T4D 4
tf.
Las piezas blancas no conocen la
R7A
tt.
T (7C)IC !
Abandonan ALEKHINE
97 (Después de 4 T(7C)IC !) DIAGRAMA
PETROV
Aunque las negras se paren de cabeza, no podrán impedir 5 T (ID)IAD tt. ¡Juego magnifico! Concedido, puede decir el lector muy a su pesar, pero no todos los finales son tan brillantes. Es cierto, pero tampoco todos los juegos medios ofrecen tantas oportunidades de hacer sacrificios brillantes.
POR
QU~
PIERDE
USTED
EN
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Sacrificios brillantes en el final Aun sin ataques que amenacen mate, hay grandes posibilidades de brillantez en el final. Nimzovich, el maestro de lo grotesco y lo fantástico, nos demuestra lo que puede hacer un jugador de imaginación en una posición que parece irremediablemente bloqueada: NIMZOVICH
DIAGRAMA
98
(Juegan las negras) Lund, 1921
AFICIONADO
He aquí cómo abre Nimzovich la posición: 1 P5C U El lector no podrá apreciar esta jugada hasta que llegue al punto en que las blancas se rinden. Mientras tanto, advierta que las negras amenazan 2 P6A t; ~ PCxP, PxPT, ganando por el método del texto. 2 PxP TxC !! Jugada típica de Nimzovich. Primero ataca un ala y luego en la otra. Cada jugada individual parece no tener sentido, pero ambas forman un plan brillante. J PxT P6C !! ¿Están las negras regalando la partida? ¡Un obsequio tras otro! Pero observe el lector que amenazan coronar un peón con ... P7C. Jugando sin miramientos en ambas alas, Nimzovich reduce gradualmente a su adversario a la impotencia. La coronación de un peón negro es sólo cuestión de tiempo.
148
FRED
REINFELD
NIMZOVICH
DIAGRAMA
99
(Después de 3 P6C !!)
AFICIONADO 4 PxP P6A t!! Aprovechando astutamente la ventaja de que el alfil de las blancas no tenga ya protección de peones. En consecuencia, si 5 RxP, Rx.A, y las negras coronan un peón. 5 PxP P6T ! Abandonan Porque si 6 RIA (para evitar que corone el peón de torre), RxA, y las negras tendrán que coronar un peón.
Por brillante que sea el juego de las negras en este ejemplo, queda empequeñecido por lo que sucede en la siguiente posición: SANZ
l 00 (Juegan las negras) Madrid, 1934 DIAGRAMA
ORTUETA
"Con material igual y habiendo desaparecido las damas del tablero, tablas".
POR QUÉ
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USTED
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Eso es lo que cree el lector. Observe lo que sucede: T7D!
1 2
C4T
Naturalmente. 2
TxPCD !!!
Soberbio sacrificio, jugado para coronar un peón. 3
CxT
P6A
Amenazando con 4 PxC y 5 . . . PSC (D) f. Si las blancas intentan 4 C3D, entonces 4 . . . P5A t desc.J· 5 Tx.A, Px.C ! y las negras coronan uno de sus peones. o
4
•
•
Tx.A!
Esperando 4 . . . PxT; 5 C3D, P5A; 6 ClA, y las blancas ganan con su pieza de ventaja. SANZ
DIAGRAMA
l 0l
(Después de 4 Tx.A !)
ORTUETA 4
P5A !!!
La mejor jugada del final. Evita C3D y, por lo tanto, amenaza coronar adelantando . . . P 7A, etc. 5 T4C! Las blancas luchan desesperadamente. Si 5 . . . PxC; 6
150
FRED
REINFELD
TxPC gana fácilmente. Y si 5 ... P7A; 6 TxP, ganando dos piezas. P4T !! 5 Este recurso previsto desde hace mucho aplasta a las blancas a pesar de sus dos piezas de ventaja. Pues si ahora 6 Tx.P, PxC, y las negras coronan. De manera semejante, si 6 T7C, P7 A, y también coronan las negras. 6 C4T PxT! Abandonan El caballo de ventaja de las blancas es puramente ornamental: no hay forma de impedir que las negras coronen un peón. En estos dos magníficos finales, el lector vio que todo el juego brillante se concentró en tomo a la coronación de un peón. ¿Tienen que ser siempre brillantes estos finales? De ninguna manera. Sólo recurrí a la brillantez como una píldora azucarada para conservar el interés del lector. Sin el cebo de Ja brillantez, el lector podría haberse rehusado a admirar un final.
Coronación de un peón Quizá ahora el lector sea, cuando menos parcialmente, un pecador arrepentido. Tal vez quiera examinar un final común y corriente en que uno de los jugadores se prepara para coronar un peón. No hay brillantez en él, pero creo que al lector le gustará el procedimiento de las blancas. SALMO N
102 (Juegan las blancas) Exhibición a ciegas Birmingham, 1858 DIAGRAMA
MORPHY
POR
QUÉ
PIERDE
USTED
EN
EL
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Morphy, que rara vez pasaba por alto cualquier recurso que se le presentara en un final, ve inmediatamente su oportunidad: 1
TBR!
Ahora las negras no pueden aventurarse fácilmente con ... TxT 1?; 2 PxT (D) t y ganan, pues la nueva dama está protegida por el alfil blanco. TIA R2A! El rey blanco se dirige a 8AD, ¡y las negras no pueden hacer nada para evitarlo! P4C 2 P5C 3 R3R! P4C 4 R3D! 1 2
5
A6A!
6
PxP
7
R4A!
8
R5C! R6T! R7C ! RBA !
9 JO 11
PxP TIC TIA TIC TIA TIC
SALMO N
103 (Después de 11 RBA !)
DIAGRAMA
MORPHY Las blancas han realizado su plan y ahora ganan una pieza coronando su peón.
FRED
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REINFELD
11 A3C 12 TxT RxT Abandonan 13 P8D t Quizá, para sorpresa del lector, encuentre que este final es agradable, a pesar de su falta de brillantez. La lógica tiene un encanto propio, y hasta una combinapón brillante no es otra cosa que el ropaje en que se envuelve una idea lógica.
En el ejemplo anterior era evidente la lógica del procedimiento de las blancas para ganar. En la siguiente posición la idea para ganar es igualmente lógica, pero no tan sencilla de encontrar. LUNDIN
104 (Juegan las blancas) Torneo de Amsterdam,
DIAGRAMA
1954
UNZICKER
He aquí los elementos fundamentales de la situación: El peón pasado de las blancas se encuentra en la séptima fila, pronto a coronar. Desgraciadamente, la torre blanca no se puede mover, y por esta causa se puede perder el precioso peón. La torre negra impide que el peón corone; pero, por otra parte, la misma torre está inmovilizada en la columna de torre de dama. ¿Y el rey? El rey negro no puede moverse de su casilla, pues si lo y coronan su peón. hace, las blancas juegan TSR El rey blanco tiene libertad de movimiento, y ésta es la
t
POR QUJt PIERDE
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clave de la victoria: el rey blanco deberá dirigirse a 6TR. Lue-go . . . Pero esperemos hasta que el rey llegue allí. 1
R4A
T6T
Adviértase que 1 ... P4C es inútil, porque después de 2 Px.P, las negras no pueden recapturar sin exponer a su rey al fatal jaque de la torre. R5A R6D 4 R7R 2 3
TBT T6T T3T
Y no 4 TxP, pues entonces las blancas mueven su torre y coronan el peón.
5
R7A R7C 7 R6T 6
TliT TBT T3T LUNDIN
105 (Después de 7 . . . T3T)
DIAGRAMA
UNZICKER
Ahora que el rey blanco ha llegado a 6TR, puede renunciar a su peón pasado, obteniendo dos peones hostiles en su lugar. TxP 8 TBCD! R3R 9 T5C! TlT JO RxPC TlCR 11 RxPT
154
FRED
REINFELD
12 P4C 13 R6C Las negras comprenden que su Después de 13 ... TxP; 14 T6C de desventaja y no pueden detener el
T1TRt Abandonan situación es desesperada. t. quedan con dos peones avance para coronar.
Finales de rey y peones En este tipo de final, en que sólo quedan en el tablero los reyes y peones, no hay más que un modo de ganar: la coronación de un peón. (Naturalmente, de vez en cuando puede presentarse un mate extraordinario). En consecuencia, hay enorme desproporción entre el reducido poder de los reyes y el tremendo valor de la futura dama. Cuando se estudian estos finales, los peones no son más que peones para el lector. ¡Pero no para el maestro del tablero! Para él, estos modestos peones son damas en potencia, con todo el dinámico poder de esa vigorosa pieza. Por dicha razón, estos finales son siempre emocionantes y en ellos abundan las maniobras delicadas. Por ejemplo: ALEKHINE
DIAGRAMA
106
(.Juegan las negras) Dresde, 1936
K ERES
Las negras tienen un peón de ventaja y dos peones pasados. Al mismo tiempo, debe vigilar cuidadosamente -o, cuando menos, así parece- al peón pasado de las blancas. Las negras tienen dos métodos para obtener la victoria. Fiel a su temperamento,. Alekhine escogió el más atrevido:
POR QUt PIERDE
USTED
EN
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1 ... R5C! ¡Dejando que corone el peón pasado de las blancas!
2 3
P7C R6T
P6D R2A
Si ahora 4 RIC, P6R; 5 P7D, P7R; 6 PSD (D), PSR (D) itl Si, en lugar de ello, 6 R2A en esta variación, sigue 6
PBC
(D)
f;
7 RxD, PSR (D)
4
ttl P6R f!
P7D
Si ahor;;t 5 R2R, PSC (D); 6 PSD (D), D7 A f, cas tendrán que escoger entre 7 R3D, D7D f, en la dama, y 7 RID, P7R t, en que las negras ganan dama. Naturalmente, si 5 RxP, las negras coronan y
y las blanque pierde una nueva dan jaque.
ALEKHINE
DIAGRAMA
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(Después de 4 P6R f!)
K ERES
R3A P8D (D) 7 R4R 8 D7D t
PSC (D)
5 6
D7A
9
P7R R7C R8A
D4C
t
t
Abandonan Los jaques de las blancas se han agotado, pues si 10 D3T
t.
FRED
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D7C t!, obligando al cambio de damas y coronando el peón pasado. Quizá el lector crea que todas estas hermosas posibilidades hacen gran honor a este ..sencillo final de rey y peón. Pero hay algo más en él, por esta razón: e~ método victorioso de Alekhine es demasiado atrevido para recomendarlo al resto de nosotros. En verdad, hay un método mucho más sistemático, así que volvamos al diagrama 106 y veamos cómo va la alternativa: 1 R4R! 2 R2R R3D 3 R3R R2A! Las negras pueden darse el lujo de dejar sin protección a su peón pasado, porque después de 4 RxP 77, P7C, el peón de caballo corona sin remedio. 4 R2R R2C Adviértase que el rey negro no se aleja del peón pasado de las blancas. 5 R3R ALEKHINE
DIAGRAMA } 08 (Después de 5 R3R) Variación
K ERES 5
P4T! Obteniendo un tercer peón pasado, que las blancas deberán liquidar de inmediato, pues su rey no puede capturar tres peones libres. 6 PxP a.p. t RxP
POR QUt PIERDE
USTED EN EL AJEDREZ
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Todavía puede el rey negro evitar que el peón corone.
7 R2R 8 R3R 9 R2R JO R3R
R2C R2A R3D
Ahora que las negras han hecho volver a su rey, ¿qué han obtenido? Esto: P4C !!
JO
Al dividir a los peones de las blancas, liquidan al peón blanco pasado. ¡Magnífico juego! 11
PxP
RxP
Ahora las negras juegan . . . R 4A, seguido por . . . RxP. Entonces, con dos peones pasados, pueden ganar fácilmente. Lo único que necesitan hacer es apoyar con su rey el adelanto de los peones. Con este final el lector puede darse una buena idea de la riqueza de posibilidades que ofrecen estos '"sencillos"' finales de rey y peones. Ahora que el lector ha visto cómo la promoción de los peones puede desempeñar un papel vital en el final, veamos un último motivo que es muy común en numerosos tipos de finales.
Zugzwang Zugzwang es una expresión alemana que significa '"obligación a jugar''. Se refiere a posiciones en que un jugador tiene protegidas todas sus fuerzas, pero debe perder parte de esa protección debido a que le toca jugar. Para llevar al adversario al Zugzwang hay que llevarlo a un juego acosado que gana la partida. He aquí como se hace en el diagrama 109: Si 1 RxT, PxT, y la partida termina en tablas. Y si 1 TSC t. TIC, y las negras se han salvado. Pero las blancas juegan una partida acosada con:
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REINFELD
NEGRAS
109 (Juegan las blancas)
DIAGRAMA
BLANCAS 1
T7C !!
¡Las negras están perdidas! Efectivamente, si l ... TIC; 2 T7T tf". Y si la torre negra se aparta de la columna del caballo de rey, las blancas dan mate con 2 TSC t, etc. He aquí otro juego acosado. ANDREASSEN
DIAGRAMA
11 0
(Juegan las blancas) Campeonato Mundial Junior? 1953
KUPFERSTICH 1
C6D !!
Abandonan
Las negras están en Zugzwang. No pueden mover su rey o su torre, y las jugadas del alfil no podrán impedir el plan de las blancas: llevar su rey a 7R, después de lo cual las blancas juegan C4R (6 CSR) seguido de C6A tf"! Aunque este
POR QUt
PIERDE
USTED
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plan requiere diez jugadas para llevarlo a cabo, es obligado. Por ello abandonan las negras. Creo haber convencido al lector de que los finales no son necesariamente aburridos, sino que pueden ser bellos y emcr donantes. ¿Qué podría ser más lógico que la victoria de Unzicker en el diagrama 104, o más brillante que el ataque de Nimzovich en el diagrama 98? ¿Ha visto el lector alguna vez un mate más sorprendente en el medio del juego que el de Marshall en el diagrama 94? ¿Qué podría ser más elegante que los bellos sacrificios del diagrama 100? Pero, como ya hemos visto ahora, los finales no son sólo bellos, sino vitalmente importantes. Y el descuido del fina] es una de las principales razones de que el lector pierda en el ajedrez. En consecuencia, no hay que temer el cambio de damas, especialmente si el adversario es un jugador agresivo que quiere conservar la dama en el tablero. Al rehuir el cambio de damas en situaciones semejantes, el lector crea una razón doble de que pierda en el ajedrez.
CAPITULO 7
Pierdes, Lector, Porque Juegds Contrd el Tdblero, no Contrd el Adversdrio He aquí otra manera de decirlo: pierdes, lector, porque tu juego es demasiado inflexible. Juegas de una manera rígida y mecánica. La dificultad consiste en que el lector ha aprendido en los libros de ajedrez que hay una forma correcta de jugar. Recuerde que el objeto de un libro de ajedrez es enseñarle a jugar correctamente contra un adversario impersonal que se supone ser infalible o se acerca mucho a ello. Eso está bien para un libro de instrucción, pero no ayuda mucho cuando se juega contra un adversario real, vivo, pues los adversarios están muy lejos de ser infalibles. No son autómatas: son seres humanos. Hay lo que se llama ser demasiado cuidadoso, demasiado sutil, demasiado amante de la perfección. Y entonces, ¿qué sucede? El lector cuida de que ninguno de sus peones esté aislado, y va a dar al mate. Desarrolla sus piezas impecablemente, y pasa por alto el hecho de que el adversario ha dejado a su dama amenazada. El lector no debe mal interpretar. Sí puede aprender en los libros de ajedrez. Pero algo que nunca aprenderá en ellos es la facilidad de concentrarse en los puntos fuertes y débiles del enemigo. Si el lector no tiene esa facilidad, puede perder una partida que podía haber ganado, porque no explota sus oportunidades. ¡Si el lector conociera el secreto de ganar partidas semejantes llevándolas por caminos donde el adversario es más vulnerable ... 1
FRED
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REINFELD
Por ello debe tomar el siguiente consejo: evitar las líneas de juego en que el adversario sea fuerte, y buscar aquéllas en que sea más débil. En resumen, jugar contra el hombre, no contra el tablero.
Cómo jugar contra el hombre y no _contra el tablero ¿Parece esto demasiado maquiavélico? Pues bien, he aquí cómo lo hacía Morphy: Nueva Orleans, 1855 DEFENSA DE LOS DOS CABALLOS Negras Blancas Morphy 1 P4R
1
Aficionado
P4R C3AD C3A
C3AR A4A C5C Muy significativo. Por regla general, Morphy rehuía las jugadas repetidas de la apertura con la misma pieza. Pero aquí juega contra un principiante y sabe que puede tomarse ciertas libertades. (Naturalmente, sólo se pueden tomar cienas libertades contra los jugadores débiles. Se juega contra el hombre, no contra el tablero). 4 P4D 5 PxP Ahora, si el que juega las negras fuera un buen jugador -que no lo es-, jugaría 5 ... C4TD, feliz de que la diagonal del peligroso alfil de rey de las blancas esté cerrada. Pero las negras no juegan 5 ... C4TD, como bien sabía Morphy que no jugarían. La dificultad del aficionado consiste en que no sabe contra qué tiene que enfrentarse; en consecuencia, no adopta las 2
3 4
1 Para hacerlo más drástico. Morphy da la ventaja de la torre de dama, así que el lector debe eliminar esta pieza del bando de las blanca.'! antes de iniciar la partida.
POR QUt
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163
medidas apropiadas para evitar los aprietos o para contraatacar adecuadamente. El resultado es el desastre inevitable. AFICIONADO
DIAGRAMA 111 (Después de 5 PxP)
AfORPHY
5 CxP Esta jugada es perfectamente válida, ¡pero no contra Morphy! Si el lector analizara la posición durante seis millones de años, encontraría siempre que la victoria corresponde a las negras ... , pero no en esta partida panicular. 6 CxPA 1! El famoso Ataque del .. Hígado Frito". No sería valedero aun cuando Morphy tuviera su torre de dama; imagine el lector, entonces, cuán poco sensato será sin esa pieza. Pero, nuevamente, recuerde que Morphy juega contra el hombre y no contra el tablero. 6 RxC R3R 7 D3A t Morphy tiene ahora la clase de posición que quería: el rey de las negras se encuentra en lo descubierto y las negras ven fantasmas por todas panes. Aterrorizadas y confundidas, es demasiado su desconcierto para esquivar el ataque de Morphy, que, en el fondo, es sólo farsa y jactancia. 8 C3A Las negras deberían defender ahora su caballo clavado mediante ... CD2R seguida de ... P3A. Con una posición
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sólida y dos piezas de ventaja, tendrían ganada la partida muy fácilmente. En lugar de ello, aturdidas por la pieza clavada, las negras se dejan atolondrar por las jugadas amenazadoras de Morphy. AFICIONADO
DIAGRAMA 112 (Después de 8 C3A)
MORPHY 8 .. . C5D De esta manera pierde una de sus piezas de ventaja sin ninguna compensación. A pesar de ello, éste es un lujo que las negras pueden darse. 9 AxC t R3D JO D7A !
Una muestra de lo que es Morphy; amenaza oon 11 C4R tf'l AFICIONADO
DIAGRAMA
113
(Después de 1O D7 A !)
MORPHY
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Ahora las negras pueden ahogar el ataque -como lo sabe muy bien Morphy- mediante 1O • • • D2R ! Pero las negras están durmiendo el sueño de los justos. Peor aún: roncan sonoramente. A3R 1 10 11 AxA CxA 12 C4R t R4D 13 P4AD t! RxC 14 DxC Morphy ha conseguido la magnífica tarea de embotar el entendimiento de las negras, de manera que éstas pasan por alto 14 R5D ! , que podría aún darles una defensa llevadera. 14 D5D 1 Ahora Morphy gana por fuerza. Su diabólica táctica ha dado resultado. 15 D4C t R6D 16 D2R t R7A La marcha obligada del rey lleva a un final chusco. 17 P3D t dese! RxA Menos espectacular, pero fundamentalmente tan buena, es 17 ... RSC; 18 0-0, RxPT; 19 D2A !, y el siguiente jaque a la descubierta aplasta a las negras. 18 0-0 tt! Resumamos lo que ha sucedido aquf, pues encierra una importante lección. Las blancas iniciaron la partida con una torre de menos: desventaja material irremediable. Es decir, hubiera sido irremediable si los jugadores fueran de la misma categoría. Pero no es así. Las blancas son, con mucho, quienes juegan mejor, y esto es tanto asf que su desventaja de una torre apenas tiene importancia. Adviértase también esto: ateniéndose a las ideas convencionales de la sensatez, las blancas no habrían ido a ningún lado. Deben jugar contra el hombre, confundirlo, aturdirlo, anonadarlo.
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AFICIONADO
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(Po~ición
114 final}
MORPHY
Confieso que esta partida es un tanto drástica, pero no es exagerada. Es la imagen fiel del éxito que espera al lector si tiene una idea exacta de las debilidades de su adversario y sabe cómo explotarlas.
El error de un campeón mundial Ningún jugador carece de debilidades. No, ni siquiera un campeón mundial. Y he aquí la prueba: Wilhelm Steinitz fue uno de los tres maestros más grandes del ajedrez de todos los. tiempos. (Lo considero de la misma categoria que Lasker y Alekhine). En su juventud, Steinitz fue un amante feroz de los gambitos. Desde el principio de la partida se consumía de ansiedad por deshacerse de peones y piezas para ganar de una manera brillante. Más tarde, con todo el celo de un pecador arrepentido, Steinitz afinnaba que la ventaja material debía ganar siempre. Cuando tenía un peón de ventaja, estaba cierto de que tenia que ganar. Le era igual que su adversario -fuera Zukertort o Tchigorin, o un niño de pecho. En resumen, Steinitz jugaba contra el tablero y no contra el hombre. Debido a que Steinitz era un superhombre, solía salirse con la suya gracias a su teoría: que no importa quién sea el adversario mientras la posición objetiva esté a favor de uno.
POR QU:t PIERDE
USTED EN EL AJEDREZ
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Pues bien, con el tiempo apareció una nueva generación de maestros del ajedrez. Y su idea era la de jugar contra el hombre, no contra el tablero. Se dieron cuenta de que Steinitz, cuando jugaba contra el Gambito de Evans, se enredaba. Así que jugaban el Gambito de Evans en su contra, aun en los torneos de campeonato mundial. He aquí cómo se desarr~ lió una de esas extraordinarias partidas:
Campeonato Mundial de 1891 GAMBITO DE EVANS Blancas Gunsberg 1 P4R 2 C3AR J A4A
Negras Steinitz P4R C3AD A4A
Conservamos el relato de un testigo presencial de la partida: "Ojalá juegue Gunsberg el Gambito de Evans", dijo un espectador, pero, por el tono en que lo dijo, era evidente que consideraba que su deseo no se cumpliría. Los dos maestros ascendieron entonces al salón de juego del piso superior. Las tres primeras jugadas se desarrollaron rápidamente y el incrédulo espectador comenzó a parar las orejas, por decirlo en fonna. figurada. Cuando se hizo la tercera jugada, dejó escapar una exclamación de alegría, pues por fin se había realizado su deseo y el Gambito de Evans formaba el centro de la batalla. He aquí la causa de la emoción de los espectadores: Steinitz jugaba en ese entonces un torneo por cable con Tchig<..rin recurriendo a una extraña defensa contra el Gambito de Evans. En esta partida, los espectadores, con el mismo espíritu de los romanos que asistían a los combates de gladiadores, esperaban que Steinitz fuera tan tonto como para ponerse en desventaja con la mima desagradable defensa. 4
P4CD
FREO
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Si Sfeinitz hubiera estado jugando contra el hombre y no contra e~ tablero, habria sido la cosa más sencilla del mundo jugar 4 . . . A3C, desconcertando a su adversario al ponerlo frente a un problema inesperado. Pero, nada de eso: Steinitz puede ganar un peón y, .. por lo tanto, la partida". Asi que toma: 4 5 6
P3A 0-0
AxPC A4T D3A 1
¿De qué sirve escribir libros de ajedrez si hasta los campeones mundiales han de violar los principios más elementales de la estrategia desarrollando prematuramente la dama? Pero Steinitz considera que todas las penalidades son pocas cuando se tie11e un peón de ventaja.
STEINITZ
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(Después de 6 D3A 1)
GUNSBERG
7 P4D A5GR 9 P5D 8
C3T D3D
Obstruye su diagonal de alfil de rey, pero, como rompen-
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169
sación., condena a la inactividad al caballo de las negras. Adviértase, de paso, que Gunsberg sigue a Tchigorin jugada a jugada, induciendo astutamente a Steinitz a incurrir en nuevas y desastrosas excentricidades. 9 JO D4T ! 11 C3T !
CID A3C
El caballo entrará más tarde en el juego de una manera enérgica con C4A. 11
P3AD
Las negras se están ahogando, pero aún se aferran a su peón. 12 A2R !
Situación fantástica. Con sólo explotar la obstinación de su adversario, las blancas han llegado a una posición magnífica. Si las negras intentan 12 . . . PxP, entonces TID favorece a las blancas. En este punto, las blancas amenazan 13 C4A, D2A (obligada); 14 P6D, DIC, y las negras quedan enterradas en vida. El juego de las blancas prácticamente se juega solo. STEINITZ
116 (Después de 12 A2R !)
DIAGRAMA
GUNSBERG
FRED
170
12 13
C4A
REINFELn
A2A DIA
¡Y Steinitz está todavía satisfecho con- su posición! 14 15 16
P6D ! C6C DxPT
Ax.P TDIC
STEINITZ
DIAGRAMA
117
(Después de 16 DxPT)
GUNSBERG
tsta es, seguramente, la posición más extraordinaria que haya ocurrido nunca en un torneo por el campeonato mundial. Pero no así por lo que toca a Steinitz, pues éste indicó más tarde que el juego de las negras hubiera sido muy satisfactorio después de 16 . . . CIC. ¡Verdaderamente, era una noción fantástica! 16
17 C4TR ! 18 AxC 19 C5A !
C5C C3R CxA
POR QUI:
PIERDE
USTED EN
EL AJEDREZ
171
STEINITZ
DIAGRAMA
118
(Después de 19 C5A)
GUNSBERG
Las blancas mejoran continuamente su posición, mientras que el juego de las negras está lamentablemente desorganizado. Si las negras intentan 19 ... CxP, las blancas ganan con 20 TRID, A2A; 21 CxA, TxC; 22 DxP, RID; 23 DxP, etc.
19 20 TRID 21 CBT !
C3R A2A
El enérgico juego de las blancas comienza a dar resultados; si ahora 21 ... RID; 22 CxA, RxC; 23 C6D, seguido de TD 1C, con una posición arrolladora de las blancas. 21 22
DxT
TxC RlD
Las blancas están ahora prontas para una acción decisiva: sus piezas se encuentran admirablemente colocadas para el ataque, mientras que el rey negro se halla seriamente expuesto, su desarrollo está retrasado y su reina no participa en el juego. :tstas son las situaciones, como hemos visto antes, en que el que ataca está justificado en hacer grandes sacrificios de material. Ello explica la siguiente jugada de las blancas.
FRED
172
REINFELD
STEINITZ
119 (Después de 22 RID) DIAGRAMA
GUNSBERG 23 24
TxP TID
t!
t
RxT Abandonan
Hasta el obstinado Steinitz comprendió que era tiempo de entregar el alma al Creador. Así, si 24 ... A3D; 25 DSC ! fortalece decisivamente la clavada de las blancas. O 24 ... C5D; 25 PxC, R3R; 26 C6D t dese !, RxC; 27 D3T t, P4AD; 28 DxP tt. Después de 24 ... C5D; 25 PxC,, las negras pueden intentar 25 ... PxP. Pero después de 26 CxPD t dese, su indefenso rey tendrá que soportar la concentrada furia de las fuerzas blancas. La perspectiva es demasiado sombría hasta para un genio de la defensa como Steinitz. Así fue como perdió Steinitz. Pero piense ahora el lector en su propio juego. ¿No es cierto que ha perdido más de una partida por ser tan obstinado y dogmático como ese gran maestro? El lector ha perdido por jugar contra el tablero y no contra el hombre. En lugar de ello, he aquí cómo debería jugar:
eómo vencer a los
iguales
En las dos partidas anteriores el lector ha visto cuál es la manera adecuada de hacer frente a un adversario al que afligen debilidades técnicas o sicológicas. Cuando se enfrenta uno a un jugador de igual categoría, se puede aplicar este sistema,
POR QU:t.
PIERDE
USTED
EN
EL AJEDREZ
173
pero el juego deberá ser escrupulosamente sólido. En el consejo que voy a dar al lector no hay nada que signifique que debe ignorar el juego contra el tablero. Viene a parar en esto: En lugar de correr un riesgo, hay que dar al adversario la oportunidad de cometer un error. Confrontándolo con alternativas desagradables, se socava su espíritu de lucha. Emanuel Lasker era un maestro en esta técnica, y el siguiente ejemplo muestra su maestría. San Petersburgo, 1895-1896
GAMBITO DE EVANS Negras Blancas Lasker Tchigorin 1 P4R P4R 2 C3AR C3AD 3 A4A A4A 4 P4GD AxPC Tchigorin era un maestro mucho más grande que Gunsberg (el triunfador de la partida precedente), y el Gambito de Evans era su especialidad. Pero Lasker acepta confiadamente el gambito, pues no tiene intención de ponerse en desventaja como lo hizo Steinitz. A4A . 5 P3A P3D! 6 0-0 Muy bien. Es algo mucho mejor que la jugada excéntrica de Steinitz 6 . . . D3A 1 7 P4D (Véase el diagrama 120). A3C! 7 En lugar de dar a las blancas un poderoso centro de peones con 7 ... Px.P; 8 PxP, etc., Lasker ofrece en realidad el peón que tiene de ventaja. En su insensatez hay cierto método. Si las blancas recuperan el peón con 8 PxP, Px.P; 9 Dx:D f, CxD; 10 GxP, habrán
174
FRED
REiNFELD
LASKER
120 (Después de 7 P4D)
DIAGRAMA
TCHIGORIN
terminado todos sus sueños de un ataque brillante. El final descolorido sería polvo y ceniza para un jugador agresivo como Tchigorin; en cambio, Lasker, que jugaba todos los tipos de posiciones con igual entusiasmo, estaría en su elemento. No hay que dudarlo: Tchigorin se estremece ante la desagradable posibilidad de un final semejante. Por ello tenemos aquí un soberbio ejemplo de la pavorosa habilidad de Lasker para jugar contra el hombre. Pero si Tchigorin no recupera el peón, las negras conservarán de todas maneras un fuerte centro de peones. P4TD A5CD JO AxC t 11 P5T 12 PxP 8 9
C3A P3TD Px.A A2T CxP
Aquf también pueden recuperar su peón las blancas: 13 D4T, C4A; 14 DxP t. A2D; 15 D5D, 0-0. Pero la posición de las blancas no es muy invitadora. 13
D2R
P4D!
La posición de los peones centrales de Lasker es más vigorosa que nunca, y tiene un caballo magníficamente centralizado. Pero, lo que es aún más, ha quitado a Tchigorin toda esperanza de atacar. A eso se llama jugar contra el hombre.
POR QUt PIERDE USTED EN EL AJEDREZ
14 C4D 1! 15 CxC 16 D3D 17 D3C
175
CxPAD AxC P4AD !
LASKER
DIAGRAMA 121 (Después de 17 D3C)
TCHIGORIN
Por un momento parece que Tchigorin va a parar a alguna parte. Si 17 ... 0-0 1; 18 A6T, AxPR; 19 Dx.A, Px.A; 20 Cx.P. O 17 ... P3C; 18 A5C, seguido de A6A. En cualquiera de los dos casos, las blancas tienen ciertas posibilidades de atacar. Pero no como juega Lasker: 17
A3R !
La amenaza de las blancas se ha desvanecido, ya que de~ pués de 18 Dx.P 1, R2D, las negras tienen un ataque devastador por la columna abierta del caballo de rey. Lasker ha estado jugando ajedrez sólidoJ pero, lo que importa aún más, ha ignorado sencillamente la amenaza de las blancas. ¿Qué podría ser más desdeñoso, más aplastante? A eso llamo yo jugar contra el hombre. A5C TD1A 20 PxP 21 A4A 18
19
D2D P3AR ! PxP TR1C
Así, Lasker tiene su columna abierta de todas maneras.
FREO
176 22 23
REINFELD
0-0 P5A!
D3A TR1R
Para guardarse de la amenaza 24 D2R. 24
25
A4AR
D2R D2T 1
Las blancas están perdidas en todo caso, pero esto precipita su perdición.
LASKER
122 (Después de 25 D2T 1)
DIAGRAMA
TCHIGORIN
Las negras tienen superioridad local en el flanco de rey; sus piezas son activas. Las blancas carecen de recursos defensivos y su dama no participa en el juego. En resumen, está indicado un sacrificio brillante. TxP
25
Pues si 26 RxT, A6T 26
t;
RIT
t!
27 Rl T, D5C y sigue el mate. TxPA
Abandonan
Si 27 C2R, A5R t gana. O 27 A2D, D3D, etc. Esta notable y clara partida tiene una moraleja convincente: hay que jugar contra el hombre, no contra el tablero. Es verdad que Lasker jugaba también según el tablero, pues
POR QUt PIERDE
USTED EN
EL AJEDREZ
177
era un táctico vigoroso y sólido, pero por encima de su habilidad témica estaba su capacidad para poner a su adversario ante una disyuntiva que quitó a Tchigorin todo deseo de seguir jugando. La magnífica jugada séptima de Lasker comprueba esto fuera de toda du
CAPITULO S
Pierdes, Lector, Porque te Aburres Fdcilmente POSICIONEs que parecen rutinarias o parejas y descoloridas tienen un pésimo efecto sobre el juego del lector. Tienden a aburrirlo, le hacen perder el interés, lo llevan a ser descuidadQ. Tomemos como ejemplo la siguiente posición:
LAs
BERGER
DIAGRAMA 12~
(Juegan las blancas) Carlsbad, 1907
]ANOWSKI
Si el lector tuviera las blancas en esta posición, le seria difícil formarse un plan; en realidad, le sería difícil que se despenara su interés. Las blancas no están en grave peligro, pero, por otra parte, no parecen tener ante sí ninguna meta particularmente invitadora. En pocas palabras, es una posición tfpicamente gris. Sea como fuere, mi argumento es el siguiente: frente a tal situación, el lector tiende a aburrirse, pierde el interés, se descuida y, finalmente, pierde. ¿Qué puede hacer el lector para dominar su aversión a
180
FRED
REINFELD
estas postaones descoloridas? Ante todo, debe aprender a distinguir entre las posiciones que realmente no ofrecen posibilidades y las que sólo parecen incoloras. Los grandes maestros, por ejemplo, tienen la facilidad de descubrir posibilidades que pennanecen por siempre ocultas para el resto de los mortales. Alekhine tenía esta facilidad en grado asombroso. Euwe lo llamaba .. un poeta que crea una obra de arte a partir de algo que apenas inspiraría a otro hombre el enviar una tarjeta postal". Spielmann, que fue un gran jugador agresivo, decía me· lancólicamente: ..Entiendo bien las combinaciones de Alekhine; pero no alcanzo a comprender de dónde obtiene sus posibilidades de ataque y cómo infunde tal vida a la apertura misma". ¿Y qué hacemos con las posiciones que sean realmente incoloras? Recuerde el lector que fonnan la mayor parte de las posiciones en ajedrez, de la misma manera que fonnan la mayor parte de las situaciones en la vida real. Sería muy agradable que todas las partidas nos dieran materia para un ataque sorprendente o combinaciones de gran imaginación. Pero, en realidad, el número de dichas partidas es muy, muy limitado. ¿Qué consejo puedo, entonces, ofrecer al lector sobre estas posiciones que parecen carecer de todo interés? ¿Qué indicio puede servirle de guía? Es éste un tema difícil, tan difícil, en realidad, que ningún escritor de ajedrez que yo conozca ha intentado resolverlo alguna vez. Al pensar en él, casi no sabía por dónde empezar. Mis ideas siguieron más o menos este rumbo: Supongamos como ejemplo una partida maestra que se inicia descoloridamente y tennina con un resultado decisivo. Existe cierto punto en que podemos decir que la partida está pareja todavía, y hay un cierto punto posterior en que se hace evidente que uno de los jugadores va a ganar. Y, para aclarar el problema, supongamos que la victoria no es el resultado de un craso error del adversario. Así hemos limitado la explicación de la victoria a una zona
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181
bastante reducida. ¿Qué ha sucedido en este breve número de jugadas? Un lado ha cedido terreno. Pero, ¿cómo y por qué?
La técnica de la victoria Existen dos razones por las que un jugador es capaz de obtener la victoria en una posición incolora. Fundamentalmente, el secreto consiste en ofrecer alternativas al adversario. Una de estas alternativas puede dejar intacta su posición, la otra puede debilitarla ligeramente. Si el contrincante escoge el camino acertado, la posición continúa siendo pareja. Pero si escoge el otro, su posición comienza a decaer imperceptiblemente. Advierta el lector que no está perdido todavía. Pero comienza a dudar. Pierde la seguridad en si mismo. La siguiente vez que se le ofrece una alternativa, es más probable que se equivoque. El proceso se repite, y por fin descubre -demasiado tarde- que el juego no está ya bajo su dominio. Ha perdido una partida. Existe otra razón para perder una partida sin incurrir en un error manifiesto. Lo descolorido mismo de la situación engendra el descuido. En el ajedrez no se puede omitir continuamente la jugada correcta. Unos cuantos errores u omisiones, y una situación fácil y descolorida se transforma en otra ec que bullen las dificultades.
La alternativa equivocada Veamos ahora cómo se llegó a la posición descolorida del diagrama 123 y cómo continuó posteriormente el juego. Se llegó a la posición mediante jugadas rutinarias e inocuas. Precisamente porque las jugadas fueron tan comunes y faltas de tensión, las negras creyeron erróneamente que podían dejarse llevar por la situación. Las blancas, en cambio, comprendieron la naturaleza traicionera del juego de la apertura y, por lo tanto, esperaron alertas su oportunidad para explotar la debilidad del comportamiento de las negras. La superior perspicacia de las blancas les dio una posición victoriosa.
F R E D
182
R E l N F E L·D
Carlsbad, 1907
APERTURA DEL PEóN DE DAMA Blancas .fanowski 1 P4D 2 C3AR 3 PxP 4 P3R
Negras Berger P4D P4AD P3R AxP
Posición que parece descolorida. Ambos jugadores han obstruído al alfil de dama adelantando el peón de rey una casilla. 5
A2R
Es un deslustrado sustituto de la jugada más agresiva A3D. 5 6
0-0 7 P3TD 8 P4CD 9 A2C JO CD2D
C3AR 0-0 P3CD A3D A2C CD2D
Y así, mientras los dos jugadores completan gradualmente su desarrollo, llegamos a la posición del diagrama 123. Las posibilidades tácticas son nulas. ¡Y, a pesar de ello, esta panida estaba destinada a ganar un premio de brillantez! '
11
P4A
D2R
Las negras (que acabarán por perder la partida) no tienen, ciertamente, nada que temer en este punto. Están realmente adelantadas en su desarrollo, y su alfil de rey se encuentra colocado más agresivamente que la misma pieza de las blancas. Pero ... , un momento. He aquí la primera y diminuta nube, no más grande que la mano de un hombre. ¿Será el alfil de rey de las negras, agresivamente colocado? Sí, si hay la po-
POR
QUÉ
PIERDE
USTED
EN
EL
AJEDREZ
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BERGER
DIAGRAMA 124 (Después de 11 D2R)
./ANOWSKI
sibilidad de atacar en el flanco de rey. Pero no hay tal posibilidad: la posición es demasiado pareja. Mas si no hay posibilidad de ataque en el flanco de rey, entonces debe procurarse jugar en el centro y en el flanco de dama. En ese caso, el alfil de rey de las blancas, moderadamente colocado, puede jugarse más ventajosamente. ¿Podrá ser que el astuto Janowski se haya dado cuenta de ello? Veamos: 12 PxP Para dar a las negras la primera alternativa. Si ahora 12 Px.P, las negras quedan con un enérgico dominio en el centro mediante ... C5R. Pero su peón de dama quedaría aislado -lo que sería una debilidad duradera- y su alfil de dama no tendría campo de acción. Por lo tanto: AxPD
12
Es la forma correcta de recuperar el peón. Las negras dan al alfil una larga diagonal. Pero ahora Janowski crea otra alternativa:. 13
C4D !
Y ahora amanece una gran luz. La casilla 3AD de las negras es un "agujero": no está dominada por peones y nunca podrá estarlo. En consecuencia, si las blancas logran quitar el protector peón de dama de las negras, podrán ocupar dicho agujero con C6A. En ese caso,
184
FRED
REINFELD
BERGER
DIAGRAMA 125 (J?espués de 13 C4D !)
.fANOWSKI
las blancas quedarían en una posición dominadora. (Ya lo verá el lector más tarde). De pronto, encontramos que la posición incolora no lo es tanto. La partida tiene ahora un hilo de Ariadna, como en el mito clásico griego que cuenta cómo Ariadna tendió un hilo en el suelo del laberinto para guiar al héroe Teseo a través de los innumerables aposentos del dédalo. Una vez que tenemos esta idea para guiarnos, la partida se hace un poco más fácil. Y, a pesar de ello ... , todavía hay grandes peligros. Las negras tienen tres formas de reaccionar. Pueden subestimar la amenaza; pueden dejarse dominar por el pánico; o pueden hacerle frente con prontitud, aunque sin comprometerse. El plan de las blancas, a grandes rasgos, consiste en jugar A3AR, librándose del alfil de las negras. Entonces pueden continuar con P5C y esperar una oportunidad favorables para continuar adelante con su plan. La respuesta indicada de las negras es 13 . . . TD lA, dando mayor protección a 3AD y colocando su torre en una columna abierta. Ésa sería una jugada perspicaz y poco comprometedora. JJ P4TD Pero esto ya es otra cosa. Las negras provocan P5C a fin de centralizar su caballo de dama con ... C4A. ¡Objetivo laudable, ciertamente, pero que ayuda a las blancas a llevar a cabo su planl
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14
USTED
P5C
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EL AJEDREZ
185
C4A
Las negras no están perdidas. Ni siquiera se encuentran en peligro. Pero están buscando el peligro. La posición parece todavía descolorida, mas bajo la superficie hay algunas posibilidades siniestras que comienzan a t~r fonna.
15
A3AR
Según el plan. No obstante, las negras pueden destruir el plan fácilmente jugando 15 ... C(3A)5R !, con lo que obtienen mayor centra· lización y una posición excelente. C6D 1
15
¡Mas las negras escogen la alternativa equivocada! A pesar de ello, la jugada es insidiosamente plausible. Los alfiles de Janowski fueron siempre· armas temibles, y de aquí la ansiedad de Berger para librarse del último alfil de las blancas. En su apresuramiento, las negras se olvidan de que se privan del caballo que acaban de plantar tan firmemente en 4AD. 16 AxA
CxAD
17 D3C
CxA
18
DxC(2C) BERGER
DIAGRAMA 126 (Después de 18 DxC(2C)
]ANOWSKI
Ahora las blancas están resueltas a jugar C6A, previniendo
FRED
186
REINFELD
TID y apoderándose gradualmente de la columna abierta de dama. Las negras pueden evitar esto, cuando menos por algún tiempo, pero cada una de sus jugadas preventivas les cuesta ceder terreno en algún otro respecto. D3A
18
Clavando el caballo y evitando así C6A. 19
TDIA
La jugada plausible 19 C4R 1 sería inútil a causa de 19 AxP t, 20 R.xA, D5T t, etc. 19 20
TDIA D3C
Renovando la amenaza de C...6A. D3T 1
20
Esta jugada, deplorablemente superficial, amenaza mate, ¡pero a qué costal La dama negra se encuentra ahora alejada en el flanco de rey, incapaz de tender una mano de auxilio en la lucha que se desarrolla en el flanco de dama. Aquí recordamos una importante observación del Capítulo V, pero con una significación inversa. Allí hicimos notar que cuando se inicia un ataque en el flanco de rey, tiene probabilidades de triunfar si la dama del que se defiende no participa en el juego. Pero en la situación del diagrama 127 encontramos que la afirmación inversa es también verdadera. El teatro principal de la acción en este punto se encuentra en el flanco de dama, y las negras están fatalmente impedidas por la ausencia de su dama en el sector amenazado. ¿Y por qué? Porque hacen una jugada tonta para amenazar mate. 21
P3C
Las negras tienen un juego perdido desde el punto de vista de la posición. Si ahora 21 ... C2R; 22 C4R, AIC; 23 C6AD,
POR QUt PIERDE
USTED
EN
EL AJEDREZ
187
BERGER
DIAGRAMA 127 (Después de 21 P3C
]ANOWSKI
CxC; 24 PxC, A2A; 25 TRID, TRID; 26 T7D !, y el peón pasado de las blancas gana la partida. Esta variación tiene dos características significativas. La primera es que las blancas han logrado concentrar el juego en el centro y en el flanco de dama. La segunda característica, como hemos visto, es que la dama de las negras se encuentra mal colocada, pues está en el lado equivocado del tablero. A4A
21
Es ésta una trampa que no debería dar resultado. La idea es que si ahora 22 C6A !, las negras replican con 22 ... CxP 1!; 23 PxC, AxPR f; 24 R2C, AxC. Pero las negras olvidan que, en este caso, 25 C7R t es aplastante. 22
C (2D)3A
Y las blancas pasan también por alto esta posibilidad. Ahora las negras tienen una buena oportunidad de dominar la posición con . . . C2R ! D4T
22
Previniendo C6A debido al ataque sobre el otro caballo de las blancas. 23
R2C
Aún ahora las negras podrían dominar la posición si jugaran con la debida perspicacia.
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FR.ED
REINFELD
BERGER
DIAGRAMA
128
(Después de 23 R2C)
]ANOWSKI
Ahora las negras pueden dominar todavia la partida con C2R! CSA 1 23 24 C6A ! ¡Por finl Obsérvese cómo se desploma el juego de las negras. 24 RlT 25 TRlD ! P3T 26 T4A! Ahora, después de la etapa preliminar de tanteo, la partida toma súbitamente un ritmo furioso. La dama negra, mal colocada, se convierte ahora en el blanco, lo mismo que el rey de las negras. Y todo a causa de que las negras están inmovilizadas para responder al juego. 26 C4D 27 T4TR! D3C BERGER
DIAGRAMA
129
(Después de 27 D3C)
]ANOWSKI
POR
QU~
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EN EL AJEDREZ
189
28 e (6A)5R ! . El caballo busca praderas más verdes, poniendo a la dama en una posición lamentable. (Si ahora 28 ... D3A 7; 29 e7D_ gana el cambio). 28 D2T 29 P4R ! e2R TDlR 30 T?D ! Die 31 C5C ! 32 D3AD !! ¡Qué magnífico progreso han hecho las blancas después de su apertura incolora, gracias al juego inexacto de las negras! Las blancas amenazan 33 TxP t!, PxT; 34 C6C tt o 34 e (5R)xP tt. 32 P3A Abandonan 33 TxC ! BERGER
130 (Posición final)
DIAGRAMA
]ANOWSKI
A pesar de que hay tres piezas blancas amenazadas, las negras no pueden hacer nada. Si la torre fuere~. capturada, entonces 34 C6C tt. Si 33 . . . Pxe(4e); 34 TxPT t!, PxT; 35 C6C tt· Si 33 . . . PxC (4R); 34 TxPT t!, PxT; 35 DxP t que lleva al mate. Ésta es una partida extraordinariamente instructiva. En la jugada 15, las negras tenían un juego que valía la pena de jugarse. En la jugada 18 -sin habeT incurrido en ningún errO'T
190
FRED
REINFELD
evidente-, ¡tenían una posición perdida! Fue en la jugada 15 donde comprometieron su posición. Su desgracia fue que 15 . . . C6D 1 era, a la vez, plausible y poco inspirada. Pero hay aún algo más. La jugada 13 de las negras ... P4TD, aunque no es un error, estuvo equivocada sicológicamente porque fue demasiado comprometedora. Fue la base sicológica de un error posterior. Es de estas jugadas de apariencia inocente de las que hay que cuidarse.
Si se da a un hombre la cuerda suficiente . .. Emanuel Lasker era un maestro para jugar en posiciones aparentemente incoloras. Se conformaba con continuar plácidamente, confiado en que su adversario acabaría por embrollarse antes que él, ya fuera por descuido o por desconcierto. Una y otra vez Lasker hizo que maestros experim~ntados pa· recieran niños inermes. Consideremos el ejemplo siguiente: Nuremberg, 1896
RUY LóPEZ Blancas Negras Lasker Tarrasch 1 P4R P4R 2 C3AR C3AD 3 A5C P3TD 4 AxC Es una jugada incolora por excelencia. Si acaso, podría considerarse que las negras tienen la ventaja, pues quedan con dos alfiles contra un alfil y un caballo. 4 PDxA Si ahora 5 CxP, las negras recuperan el peón con D4C o ... D5D. 5 C3A Ahora las negras tienen una continuación eficaz con 5 P3A (para proteger su peón de rey). Entonces, después de ~
POR
QUÉ
PIERDE
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EN
EL
AJEDREZ
191
TARRASCH
DIAGRAMA
131
(Después de 5 C3A)
LASKER P3D, A3D; 7 A3R, C2R; 8 D2D, P4AD, tienen una pOSición sólida con grandes perspectivas para sus alfiles cuando la ¡». sición se abra más tarde. Pero las numerosas alternativas de jugadas son demasiado para las negras. 5
A4AD
Jugada plausible de desarrollo. Después de 6 CxP, proyectan 6 ... AxP t, 7 RxA, D5D t, etc. 6
P3D
A5CR
El desarrollo de las negras ha sido impecable. Sin em.bargo, la siguiente jugada de las 1blancas despierta ciertas dudas~
7 A3R! Sicológicamente, muy incómoda para las negras. Si cambian alfiles, dan a las blancas una columna abierta del alfil de rey. Si retiran su alfil de rey, reconocen que les faltó perspi~ cada en la sexta jugada. (Adviértase cuán astutamente mina Lasker la confianza en sí mismo del adversario. La posición de las negras continúa siendo aceptable, pero comienzan a dejarse corroer por la duda).
7
...
D3D
Es un compromiso. Perrni te el cambio, pero continúa con
FRED
192
REINFELD
su desarrollo. Aun así, la posición presenta más problemas de los que advierten las negras. 8 AxA DxA Continúa siendo una posición incolora. 9
D2D!
TARRASCH
132 (Después de 9 D2D !)
DIAGRAMA
LASKER La última jugada de Lasker es muy astuta. Quitando la clavada de su caballo, hace que las negras duden del valor de 6 ... A5CR. Y amenazando ganar un peón con 10 D5C, fortalece esa impresión. No obstante, jugando 9 ... P3A, las negras estarían perfectamente a salvo. En lugar de ello, habiendo perdido su dominio, juegan: 9 AxC JO PxA C2R 11 0-0-0 C3C 12 D3R! La crisis. Las negras no se deciden a enrocar en el flanco de rey en vista de la columna abierta de caballo de rey que han creado para las blancas. Por lo tanto, las negras deben pensar en enrocar en el flanco de dama. Como las negras proyectan enrocar en el flanco de dama, la última jugada de Lasker les crea un serio dilema. Si no aceptan el cambio de damas con 12 ... D3D, por ejemplo,
POR QUÉ PIERDE
USTED EN EL AJEDREZ
193
TARRASCH
133 (Después de 12 D3R !)
DIAGRAMA
LASKER
he aquí lo que podría suceder: 13 P3TD, 0-0-0; 14 D7T (amenazando 15 DST t y 16 DxPC). Por ello, Tarrasch decide cambiar damas. 12 DxD t 13 PxD Ahora las blancas han fortalecido la posición de su peón central, creando la posibilidad de jugar más tarde P4AR, que apretaría aún más el juego de las negras. Pero aun ahora las negras no están perdidas en manera alguna, y, a los ojos de los jugadores de tipo medio, no ha sucedido nada interesante o de importancia. Sin embargo, las neg14s están ya desmoralizadas por haberse dejado convencer sutilmente de que les ha faltado buen juicio. 13 T1D 14 C2R Preparándose para P4AR, que oprimiría el juego de las negras. Pero Lasker, de manera característica, deja que su amenaza penda sobre la cabeza de las negras, creando de esa manera el amago sicológico. 14 P3A R2A 1 15 TR1C El primer paso definido hacia la perdición. Hubiera sido más prudente enrocar por las razones que pronto se hamn evidentes.
FRED
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REINFELD
TDIA
Otra jugada amenazadora. Adviértase cómo maniobra Lasker en las columnas que le abrieron las negras.
16 17 C3C !
TRIR C1A
A fin de alejar al caballo negro con 18
P3C.
P4AR
Con la intención de 19 PxP, TxP; 20 P4D, TRIR; 21 P5R, y las blancas tienen una presión p_oderosa. 18 19 C5T !
P4AD
¡Las negras están perdidas! Si 19 ... C3C; 20 P5A seguido de 21 TxP t y ganan. O 19 C3R; 20 P5A, ganando, pues 20 ... C4C es refutada por 21 P4TR. P3CR
19
Aparentemente, la única posibilidad. Pero las blancas tienen una punzante refutación.
DIAGRAMA 134 (Después de 19 P3CR)
LASKER 20
PxP
POR QUlt
PIERDE
USTED
EN
EL AJEDREZ
195
¿Recuerda el lector lo que dijimos en un capítulo anterior sobre las sutilezas tácticas que ganan los finales? De pronto, las negras se dan cuenta de que si 20 ... PxC 1, las blancas pueden jugar 21 TxP t. R2R; 22 T7C tt· 20 21
TxP CxP
Con un peón de ventaja y una posición inmensamente superior, Lasker no tuvo dificultad para ganar el final. Juéguelo el lector para que lo vea. He aquí las jugadas de conclusión: 21 ... R2C; 22 T2A, P4TR; 23 C5D, P3A; 24 C4A, P5A; 25 T (2)2C, T3D; 26 P4TR, PxP; 27 PxP, R2A; 28 T5C!, TxT; 29 TxT, T3A; 30 P5R, T4A; 31 TxT, PxT; 32 P4D, R2R; 33 R2D, P4A; 34 R3D, PxP; 35 PxP, RlD; 36 P5D, R2D; 37 R4D, R2A; 38 P4C, R2D; 39 R5A, R2A; 40 P6D t, R2D; 41 R5D, abandonan. De estas dos partidas aparentemente incoloras, el lector puede aprender mucho. Teni~ndo la impresión, como la tiene, de que las posibilidades son limitadas en las posiciones incoloras, se aburre fácilmente. Luego, como ha visto, se necesita sólo Úna jugada descuidada o dos para quedar en un predicamento irremediable. Por lo tanto, puede deducir las siguientes conclusiones: Si subestima las posibilidades que ofrecen las posiciones incoloras, el lector pierde porque pronto se encuentra dando cara a amenazas formidables, en gran parte porque el sueño lo domina cuando llega el momento decisivo. Si ve amenazas donde realmente no existe ninguna, pierde porque compromete su posición a causa de su ansiedad excesiva. Si no juega con perspicacia, si se aburre y se descuida, pierde porque el equilibrio del poder se le va de las manos. El equilibrio de la posición se altera, pero no en su provecho.
196
FRED
REINFELD
No se puede tener todo a la medida del deseo, y no es posible tener posiciones brillantes y llenas de color en todas todas las partidas. Es necesario que el lector se resigne a jugar posiciones rutinarias. Si se aburre fácilmente, o si pierde pronto la paciencia, no sólo perderá en el ajedrez, sino que continuará perdiendo siempre.
CAPITUL09
Pierdes, Lector, Porque Eres Perezoso AL LECTOR no le gustan las situaciones difíciles y rehuye las complicaciones. ¿Por qué? Porque es demasiado perezoso para reflexionar y resolver los problemas que surgen en el curso del juego. Y por eso pierde ... , y merece perder, ya que no es consecuente consigo mismo. Se mete en una situación difícil porque no le gusta cambiar damas. A pesar de ello, cuando se encuentra en una situación que parece complicada precisamente porque las damas se encuentran todavía en el tablero~ rehuye la responsabilidad. "¿Qué significa esto?", responde el lector. "¿Tengo acaso que trabajar en lo que es para mí una diversión?" Seguramente. ¿Por qué no? Si el lector fuera un filatelista, estaría ocupadísimo con marcas de agua y perforaciones y errores y variedades microscópicamente diferentes. Si jugara golf, pasaría cada minuto de ocio en el campo puliendo sus jugadas; pagaría muy buen dinero a un experto para que lo aconsejara; leería, con avidez, todo libro nuevo sobre el juego. Entonces, ¿por qué portarse como un sentimental en el ajedrez? Y recuerde esto el lector: si se llega a saber que no le gustan las complicaciones, sus adversarios (puede estar seguro de ello), le darán una dieta interminable de ellas. Por no ace~ tar la responsabilidad, lo único que consigue es crearse dificultades. En el ajedrez suelen presentarse posiciones decisivas en las
198
FRED
R.EINF.ELD
que hay que aceptar la responsabilidad sin titubeos. En esas ocasiones, la única forma de ganar es peleando duro; el camino fácil es el camino que conduce a la perdición.
Cómo ganar peleando duro Sammy Reshevsky es famoso por su entereza y resolución. Cuando una posición parece madura para rendirse, cava, levanta sus defensas y hace el juego tan difícil para el adversario que por fin obtiene el empate y a veces la victoria. He aquí uno de sus esfuerzos más notables, que demuestra lo que puede lograrse con la defensa tenaz: RESHEVSKY
135 (Juegan las negras) Campeonato Abierto de los Estados Unidos, 1939 DIAGRAMA
ULVESTAD
Los dos desdichados caballos de las negras están siendo atacados. El que ocupa la casilla 6CD está defendido, pero el otro necesita protección. Adviértase que es imposible la retirada, pues l ... C4C 1 permite 2 DxC. O si l . . . C5A; 2 C4C, y las blancas ganan el cambio ya que las negras no tienen nada mejor que 2 TxC, etc. Tampoco sirve 1 ... TlT ?, pues otra vez sería posible 2 DxC. Reshevsky, obstinadamente, encuentra el único camino, a pesar de que tiene que hacer trece jugadas en menos de un minuto: DIT 1
POR
QUÉ
PIERDE
USTED
EN
EL
AJEDREZ
199
¡Imagine el lector meterse en tan incómoda clavada! A pesar de ello, las negras pueden sostener la posición aún después de 2 AlA, a la que sigue 2 ... CxA; 3 DxC, T6C; 4 DIT, TRIC; 5 CIA, TSC !, ó 4 C4C, P4AD !; 5 C2A, TxP; 6 T3R, TxC !, y las negras ganan. ¡Éstas son, en verdad, variaciones notables! Tampoco tienen las negras que temer 2 PxP, PxP; 3 CIA, P4R !; 4 A3R, PxP, con dos posibilidades: a).-5 PxP, D5T; 6 RIC, T5C, y las negras se mantienen firmes. b).-5 AxPD, AxA; 6 PxA, CxC; 7 DxC, T6C; 8 T3R, TxT; 9 DxT, C5A ! Lo importante aquí es que si 1O TxD ?, CxD t, y las negras ganan. ¡Se puede tener la seguridad de que Reshevsky encontrará estas sutilezas diabólicas en un instante!
RESHEVSKY
136 (Después de 1 DIT !)
DIAGRAMA
ULVESTAD
2
C4C
CxP!
Hermoso juego, que aprovecha la ventaja de la clavada por la dama negra en la diagonal mayor, y la acción disfrazada de su torre en la columna de dama.
FRED
200 3
REINFELD
PxC
O 3 DxC Px.P, y las blancas recuperan ventajosamente la pieza. 1
3 4
D3D
TxC T5T
Reshevsky está preparado para 5 PxP, Px.P; 6 TRITD, pues entonces viene 6 ... AxP !!, y si 7 TxC, AxT, y ganan las negras.
5
TRITD
Ahora parece que ya no les queda ningún ardid a las negras. RESHEVSKY
DIAGRAMA
137
(Después de 5 TR l TD)
ULVESTAD
En un abrir y cerrar de ojos, Reshevsky encuentra la única _jugada: PxP!
5
Si ahora 6 AxPR, AxA; 7 TxC, TxT; 8 TxT, D4D, ¡y el alfil negro se ha salvado! 6
TxC
7 TxT
TxT D4D!
Ahora todo se hace claro. Si 8 AxPR, A.x.A, y las negras han recuperado la pieza. Si 8 A3R (u otra retirada del alfil), entonces 8 . . . P5R, ¡con lo que también recuperan la pieza!
POR QU.t
PIERDE
8 9
USTED
EN
EL AJEDREZ
D3A
PxA
DxP
PxP
201
Y Reshevsky ganó fácilmente en otras cuantas jugadas, gracias a su ventaja material. Éste es mi ejemplo favorito de lo que puede lograr un jugador resuelto cuando se encuentra en situación desesperada.
¡Hay que aceptar el desafío! Pero pocos jugadores tienen la gran capacidad de lucha de un Reshevsky. La mayor parte de ellos, en realidad, tienen el mal hábito de adoptar defensas mecánicas que saben que no son adecuadas. Quizá son fatalistas; tal vez sean indiferentes. Pero, ¿podría haber algo más absurdo que esta actitud que se derrumba sin presentar batalla? Cuando la situación es desesperada irremediablemente, es el momento de buscar una línea salvadora que parezca fantástica. Después de todo, si la situación es realmente mala, ¿qué se puede perder? Para ver este problema en su forma más evidente, examinemos una posición en que un jugador encuentra un magnífico recurso y su adversario entrega el juego con una respuesta deslustrada:
LICHTENHEIN
DIAGRAMA
138
(Juegan las blancas) Campeonato de los Estados Unidos, 1857
MORPHY
FRED
202
REINFELD
Morphy ha entregado dos peones a cambio de un ataque erróneo, y está a punto de perder un tercer peón. Y cuando las blancas pierdan su peón de caballo de rey, perderán también el caballo. En esta situación aparentemente desesperada, Morphy hace una jugada genial: 1
T7D !!?
Jugada verdaderamente hennosa. Si ahora 1 ... DxD ?; 2 TxP Y si 1 ... T2R; 2 DxD, TxD; 3 TxPAR t, RlR; 4 TxC y ganan. (La posición del caballo negro parece una desgracia que no puede remediarse). Finalmente, las negras ven que si 1 ... CxP; 2 TxC ! es la respuesta. ¿Qué deben hacer las negras? La brillante jugada de Morphy las ha confundido. Intentan una tibia defensa, que es refutada en unas cuantas jugadas:
++·
D2C?
1
2
D4A
Renovando la amenaza de mate, de manera que después de 2 ... CxP; 3 TxC, las negras no pueden capturar el caballo. 2 3 TxT 4 TIR
t
T2R RxT Abandonan
Porque si 4 ... RlA; 5 D5A tt. Y si 4 ... R2D ó 4 RlD; 5 D5D t y mate en la siguiente jugada. Lo asombroso de la derrota de las negras es la manifiesta tontería con que marcharon al desastre inevitable. ¿Cómo fue posible que un jugador de la fuerza de Lichtenhein llegara al mate? Pero eso es precisamente lo que hizo, como muchos otros.
POR
QU~
PIERDE
USTED
EN
EL AJEDREZ
203
En lugar de este final poco glorioso, las negras tenían una defensa satisfactoria. Las jugadas que fonnan la defensa son muy perspicaces, y, sin embargo, existen dos razones por las que no era difícil encontrarlas. La primera razón es que la fonna en que jugaron las negras carecía de objeto. Tenían que perder con esas jugadas y, por lo tanto, debieron haber buscado otra cosa. Para un jugador resuelto y enérgico, una situación semejante e" un estímulo y no motivo de deprimirse. La segunda razón de que las negras debieron haber encontrado la defensa correcta es que cada una de sus jugadas sirve para contraatacar. En mi opinión, la esencia misma del ajedrez es el contraataque. ¿No está el lector de acuerdo conmigo? De cualquier manera, veamos de nuevo la posición después de 1 T7D ! !1 para ver cómo debieron haber jugado las negras.
LICHTENHEIN
139 (Después de 1 T7D ! !1)
DIAGRAMA
MORPHY
La jugada correcta para las negras era: 1
CxP!!
FRED
204
REINFELD
~
Si el lector vuelve a la página 202, advertirá que en esta jugada sólo hice el comentario de que debería responderse con 2 TxC ! Tal vez, como Lichtenhein, se sintió deslumbrado por la brillante respuesta. Si es así, entonces -también como Lichtenhein- desesperó demasiado pronto. 2
TxC!
Brillante, es cierto, pero el lector no debe olvidar que una jugada brillante no es necesariamente decisiva. LICHTENHEIN
DIAGRAMA
140
(Después de 2 TxC !?) Variación
MORPHY Pero las blancas continúan amenazando mate y dejando que su dama esté atacada. Pues en el caso de 2 ... DxD 7 ó 2 ... DxT 1, tienen ~ TxP ff. 2
D~A
!!
¡Bravo! Es recomendable ser brillante, pero es más recomendable aún conservar la sangre fría ante la brillantez del adversario. Con su última jugada, las negras han logrado mucho: Se defienden contra la amenaza de mate. Amagan a la dama de las blancas. Continúan atacando a la torre de rey de las blancas. Y, de paso, tienden una bonita trampa, que es la siguiente: Si las blancas, en un exaltado ataque de brillante inspi-
POR
QUÉ
PIERDE
USTED
EN
EL AJEDREZ
205
ración, juegan 3 DxP '!! con la esperanza de 3 . . . PxD ??; 4 TSC tt, las negras deshacen el ataque de una vez por todas jugando 3 ... TDID !! Si entonces 4 D4C, TxT; 5 DxT, y las negras no pueden capturar aún la tentadora torre. Pero pueden jugar 5 ... P6A !, y con ello ganan: 6 TIC, P7A; 7 TIA, TSR t, etc. Esta deliciosa variación tiene una moraleja: las negras ganan mediante el contraataque. 3
D4A
La única jugada, pero aparentemente muy poderosa, pues amenaza mate en dos jugadas. 3
4
R2D 5 TxT
TSR T2R DxT
t
Ahora las negras amenazan 6 ... D6R t, 7 RID, TID t; 8 T5D, D6AR f!! con una fácil victoria. Veamos ahora qué posición tan completamente distinta se presenta cuando las negras contraatacan. Las blancas tienen una pieza por tres peones, pero su posición abunda en dificultades. Así, si juegan 9 T5R, las negras contestan 9 ... TID f!. Ahora el rey blanco no puede cruzar
LICHTENHEIN
DIAGRAMA
141
(Después de 5 . . . DxT) Variación
MORPHY
206
FRED
REINFELD
a la columna de r~y, de manera que después de 10 R1A, D3A, las negras tienen la poderosa amenaza de . . . P6A, seguida por ... P7A y ... P8A (D). (Y, además, las negras amenazan . . . R2C, tomando el caballo). Supongamos que las blancas intentan un plan diferente en la posición del diagrama 141: 6 DxP (4A), T1D t, 7 R3A, D8R t; 8 R4A, D7R t. Ahora, si las blancas saben lo que les conviene, tomarán el jaque perpetuo con 9 R3A, D8R t, etc. Pues 9 R5A, DxP t, 10 R4C, D7D t, 11 DxD, TxD, en que las negras amenazan otra vez . . . R2C, ganando el caballo y quedando así con un final ganado. Hemos visto numerosas jugadas y muchas variaciones desde el diagrama 138. Condensémoslas en una simple y franca conclusión: Si las negras se hubieran defendido con verdadera resolución (comenzando con 1 ... CxP !!), hubieran tenido, cuando menos, un empate, y quizá la victoria. Quizá el lector nos diga ahora que el procedimiento que hemos sugerido es demasiado difícil de descubrir. Concedido, es difícil, especialmente para el jugador perezoso. Pero eso no es lo importante: el procedimiento sencillo de encontrar la línea que siguieron las negras, las condujo a la derrota. De aquí que la línea difícil -la que pone en aprietos a las blancas- sea la única que merece consideración. Que quede esto bien claro: no es necesario que el lector prevea hasta la última jugada. Todo lo que le pido es que seleccione la defensa que le permita luchar, resistir, crear obstáculos al adversario. El camino fácil, el camino de la pereza, el fatalista, no lo llevará a ninguna parte. Si lucha tan duramente como pueda, es posible que, a pesar de todo, pierda. Pero, en cambio, tiene, cuando menos, la oportunidad de empatar, o quizá de triunfar. Mas si toma el camino de la pereza, seguramente perderá. En contraste con el colapso del ejemplo anterior, tenernos
POR
QUÉ
PIERDE
USTED
EN
EL
AJEDREZ
207
el hermoso contraataque, lleno de recursos, de las blancas en la siguiente posición: AFICIONADO
142 (Juegan las negras) París, 1944 DIAGRAMA
ROSSOLIMO
En lugar de jugar 1 AxC y 2 PCxP, las negras intentan lo que parece un ataque decisivo por la columna abierta de la torre de rey: o
1 2 3
RxA RIC
o
o
o
o
o
AxP t?! D5T t TITR
Las negras amenazan mate. Parece que las blancas no tienen nada mejor que 4 DxT t, DxD, en la que no podrán jugar 5 CxA debido a 5 . . . DxT. Aparentemente, entonces, las blancas están condenadas a sacrificar su dama debido a la amenaza de mate. No obstante, encuentran un magnífico contraataque. Quizá el lector se pregunte: ¿cómo hace uno para encontrar estos ingeniosos recursos? La respuesta está en que la necesidad es verdaderamente la madre de la invención. La posición es desesperada. Uno sabe que hay que encontrar una buena jugada o, de lo contrario, está hundido. La clara concepción de la brutal crisis sirve como acicate. ¡No hay que entregarse a la desesperación 1
FRED
208
REINFELD
AFICIONADO
DIAGRAMA
143
(Después de 3 TlTR)
ROSSOLIMO 4
D7C t!!
Si ahora 4 . . . RxD; 5 CxA t seguido de 6 CxD, y las blancas ganan fácilmente con su pieza de ventaja. 4 ... 5- D5R t!
RIR
Esto descana 5 . . . R lA, porque la respuesta seria 6 DxTD seguido de 7 CxA t. ganando la dama negra. Y si 5 RID; 6 D7A t! lleva a la misma variación.
t,
5
R2D AFICIONADO
DIAGRAMA
144
(Después de 5 ... R2D)
ROSSOLIMO
Las negras esperan 6 DxA t1, R 1D ! ! , ¡y ganan 1
POR
QUÉ
PIERDE
USTED
EN
EL AJEDREZ
209
6 D6D t!! Abandonan Por otra parte, si 6 ... RxD; 7 CxA t y 8 CxD, ganando fácilmente. Si 6 ... RlA; 7 D7A tt. Y si 6 ... RIR; 7 DxT t y ganan. El brillante juego de las blancas es un ejemplo impresionante del poder de las piezas centralizadas.
Te ganan, lector, porque pierdes el tiempo Verdaderamente afortunado es el jugador que puede hacer frente a una crisis con la inteligencia y resolución de Rossolimo. La actitud del lector es distinta. Cuando ve una situación difícil, pretende ignorarla. Tiene la esperanza de que de esa manera podrá hacerla desaparecer. Pero, naturalmente, lo único que hace es empeorar. Y empeora de varias maneras. El lector' da a su adversario todo el tiempo que quiera para construir su posición cómodamente, llevando sus fuerzas a la situación más favorable para dar mate. No se le da nada que lo preocupe, nada que tenga a raya la acumulación de sus fuerzas. Mientras tanto, naturalmente, el lector se siente inerme al empeorar su posición. En resumen, el lector pierde porque ve que el desastre es inminente, pero no hace nada para evitarlo. El lector tiene la obligación para consigo de hacer algún esfuerzo por contraatacar. Puede descubrir, para su asombro, que lo inevitable no lo es tanto, después de todo. Creo firmemente que es posible recuperarse después de jugar erróneamente en la primera parte del juego. Si el lector se muestra escéptico, es excusable. Por ello, permítame que le muestre una partida que resultó ser el punto decisivo en mi carrera de jugador. En la apertura y el principio del juego medio, mi modo de jugar fue tan temerario, que comprendí que merecía perder. Sabía que si Capablanca o Alekhine o alguno de los grandes maestros hubieran tenido las negras, me habrían hecho picadillo. Como casi todos los jóvenes, era muy dogmático. Si había
FREO
210
REINFELD
echado a perder el juego, merecía perder, y eso era todo. Pero en esta partida descubrí lo que se requiere para ser un jugador maduro de ajedrez. A pesar de que tenía conciencia honrada de haber jugado mal, me daba vergüenza desesperarme tan pronto. Después de todo, mi adversario no era Capablanca o Alekhine. ¿Por qué no hacerle la victoria tan difícil como fuera posible? Quizá se fiara demasiado. Tal vez incurriría en un error. Quizá -¿quién sabe? -excedería el límite de tiempo. ¡Ya antes han sucedido esas cosas! Así, en lugar de esperar el desastre como un fatalista, luché lo mejor que pude. Sabía que había perdido la partida. Pero, en lugar de dejarme llevar sin gloria a la derrota segura, preferí ofrecer a mi adversario toda la resistencia de que fuera capaz. Eso mismo puede hacer el lector en sus partidas. Recuerde que el camino de la pereza es el camino seguro de la derrota. Y el camino difícil no lo es tanto cuando se descubre que da resultados: buenos resultados. He escogido una de mis partidas, no por jactancia, sino por una razón completamente distinta. En la primera parte del juego mi plan fue muy deficiente: cualquier principiante lo hubiera hecho mejor. Debido a ello, tuve que pasar por una situación difícil durante el resto de la partida. Lo que aprendí es tan valioso, que quiero revelarlo al lector. De esa manera, puede sacar algún provecho examinando mis errores y tal vez evite dificultades semejantes en sus partidas. Liga Metropolitana. de Ajedrez, 1926
GAMBITO REHUSADO DE LA DAMA Blancas Reinfeld 1 P4D 2 P4AD J C3AD
Negras Dornbach P4D P3R C3AR
POR QUI1
PIERDE
USTED
4 C3A 5 A5C 6 PxP
EN
EL AJEDREZ
211
CD2D P3A
Para evitar la Defensa de Cambridge Springs (6 P3R, D4T, etc.). No obstante, el cambio abre la diagonal al alfil de dama de las negras. 6
PR.xP
7 P3R
A2R DORNBACH
145 (Después de 7 ... A2R)
DIAGRAMA
REINFELD
Las negras están a punto de librarse con ... 05R. Las blancas deberían evitar esto con 8 D2A ! (Si entonces 8 ... C5R '!; 9 CxC, PxC; 10 DxPR, ganando un peón). 8
A3D
C5R!
Si ahora 9 Cx.C '1, PxC, ¡y las negras ganan una pieza! 9 JO 11
AxA 0-0 TIA
DxA 00
P4AR
Las negras han igualado el juego, por no decir más. La estrategia de las blancas en la apertura está completamente desacreditada. Desconcertadas al comprenderlo así, dejan que su situación empeore.
212
FRED
12 13 14 15 16 17
D3C? AxC? C5R C4T 1 CxC T2A?
'REINFELD
CD3A PAJrA RIT C5C AxC T2A DORNBACH
146 (Después de 17 T2A)
DIAGRAMA
REINFELD
Sería difícil encontrar un ejemplo peor \de juego de la apertura que el que han mostrado las blancas \en esta partida. Han ayudado generosamente a las negras a establecer una fuerte posición de ataque, y, al mismo tiempo, ha quitado de manera sistemática sus piezas del amenazado flanco de rey. Las blancas comprenden que si esperan pasivamente la inminente tempestad, no podrán hacer nada contra posibilidades tales como ... D4C, seguido de ... A6T o ... A:6A; o ... T3A, segu·ido de . . . T3R y D5T. Advierten que no pueden mejorar su posición, mientras que las negras pueden reforzar su juego de diversas maneras. En consecuencia, las blancas resuelven buscar una decisión, provocando un ataque inmediato antes de que su situación empeore aún más. Su juego seguirá siendo difícil, pero, cuando menos, podrá luchar. 18
P3TR !?
POR QUll
PIERDE
USTED
EN EL AJEDREZ
213
No es una decisión fácil, pues las blancas saben que su rey será perseguido hasta la casilla 3AD en el ataque que espera. AxP!
18
Después de 18 ... A4T, la formación de ataque de las negras no es tan eficaz, y las blancas pueden consolidar con C3A, C2R y C3C. 19
Px.A
T6A
Con numerosas amenazas contra el rey expuesto de las blancas. La principal, quizá, es ... D5T, seguida por ... TxPT. DORNBACH
I4 7 (Después de 19 T6A)
DIAGRAMA
REINFELD
El rey blanco tiene que huir. 20
21 22
23
TRIA! RIA ! R2R C5A
D2D DxP t P4CD P4TD
Si, en lugar de ello, 23 TxPA t7; 24 R.xT, T1AR 25 RIC !J y las blancas se han salvado. 24
25
TIA RIR
t;
D5C P4T
Las negras tienen dos peones por la pieza, y su presión continúa.
214
FRED
26
TIA
27 DID
REINI'ELD
TDIAR TxPA! DORNBACH
148 (Después de 27 TxPA !) DIAGRAMA
REINFELD
Ahora las negras han tomado un tercer peón por su pieza, y su ataque sigue progresando. Las blancas no se atreven a jugar 28 DxD debido a 28 ... TxT t!; 29 R2D (no 29 R2R 1?, T(IA)7A ff), PxD, en que las negras tienen la ventaja del cambio y de tres peones. 28 TxT D8C t 29 R2D La única jugada. 29 30
TxT
t
R3A DORNBACH
149 (Después de 30 R3A)
DIAGRAMA
REINFELD
POR QUÉ
PIERDE
USTED EN
EL AJEDREZ
215
Ahora las negras deberían jugar ~O . . . D7T, donde las blancas juegan 31 T2A ! (:ao ~~ DlT 11, T7A t!! y ganan), y todavía continúa la lucha. 30 31 32
TxD T1TR.!
DxD T7R
Si ahora ~2 ... TxPR t; ~~ R2D, seguido de ~4 TxP t. O ~2 ... P3C; ~~ T~T !, R2C; ~4 C7C, P5TD; ~5 CSD ! 32 33 34
R3C R4T
P5C t TxPR P3C
t
Las negras tienen cuatro peones por la pieza, pero deberán perder, a pesar de los tres peont-s pasados. Lo importante es que el rey blanco no está ya amenazado y puede ahora hacer una carnicería con los peones hostiles. DORNBA.CH
DIAGRAMA
150
(Después de
~4
P~C)
REINFELD 35 36
RxPT R6C !
T7R
Amenazan 37 P4T !, PxP a. p.; ~8 PxP, seguido del avance del peón a la octava fila. (¿Recuerda el lector lo que dijimos sobre la importancia de coronar peones en el final?).
216
FRED
36
TxP TxP
37 RxP 38
REINJo'ELD
RxP
DORNBACH
DIAGRAMA
151
(Después de 38 RxP)
REINFELD A las blancas sólo les queda un peón, pero ese peón es candidato a coronar y las negras no pueden evitarlo. 38
39
... R5R
P6R
Abriéndole el camino al peón de dama.
39 40 41 42 43 44 45
TIR C4R TxP P5D
P6D
T7AR P7R TIA
R2C R3T P5T
.P7D
El avance del peón es decisivo.
45 46
P4C C6A
Amenazan 47 C8R y 48 PSD(D). 46
...
TID
POR QUÉ
PIERDE
47 48
USTED
EN
R5A T7R !
EL AJEDREZ
217
P6C Abandonan DORNBACH
152 (Posición final)
DIAGRAMA
REINFELD
Las negras no pueden hacer nada. Si 48 ... TITR; 49 P8D (D) !, TxD; 50 T7TR
tt.
El lector puede ver en esta partida que suele ser posible salvar una situación desesperada haciendo frente a la crisis con ánimo resuelto. En cambio, si no tiene resolución, pierde la partida, y la pierde sin luchar. Si cierra los ojos a los peligros que lo amenazan, se entrega en manos del adversario. Contemporizando, titubeando, se condena a una situación en la que ya no puede sostener el juego. Renunciando a toda esperanza demasiado pronto, se crea en realidad nuevos peligros. Entregándose a la pereza, es imposible luchar. Y mientras sucumba a la inercia y la pereza, continuará perdiendo en el ajedrez.
CAPITULO lO
Pierdes, Lector, Porque Eres Obstinddo EL LECTOR tiene prejuicios y nociones preconcebidas, y se niega a renunciar a ellas. De todas las faltas de su juego, ésta es la más inexcusable. Pues, ¿de qué sirve mostrarle por qué pierde en el ajedrez si está demasiado hecho a sus hábitos para cambiar? Sin embargo, existe la posibilidad de que el lector sea inflexible porque no comprende que aferrarse a las nociones preconcebidas conduce a la derrota. Una vez que se le muestren las consecuencias inevitables de esa actitud, quizá cambie su modo de ver las cosas. Dicho cambio, lo confieso, no es fácil; lo que ha sucedido es que generalizaciones que en otro tiempo fueron útiles se han convertido en lugares comunes. Se requiere un gran esfuerzo para librarse de ellos. ¿Por qué es, por ejemplo, que el lector se niega a empatar en cualquier posición? Llevar esa posición más allá de lo que puede dar legítimamente es un comportamiento peligroso que suele llevar a la derrota, la cual, quizá, podría evitarse fácilmente.
Má.s vale algo que nada
Hay veces en que un empate es muy útil; en ocasiones, lograr el empate contra un adversario poderoso ha servido para ganar un torneo de grandes maestros. Eso sucedió, por ejemplo, en el Torneo Semmering de 1926, uno de los más grandes torneos de maestros que se hayan celebrado. En la última vuelta, Spielmann, que iba a la cabeza del torneo por medio punto de ventaja sobre Alekhine, jugó contra éste.
FRED
220
REINFELD
Alekhine hizo todo lo humanamente posible para quitar a Spielmann el primer lugar. Pero éste se defendió obstinadamente, y por fin Alekhine tuvo que conceder el empate, dejando a Spielmann el primer lugar. Si Spielmann se hubiera dejado llevar por su inclinación natural de jugar a ganar, muy bien podría haber sido que perdiera el juego y, con él, el primer premio. En circunstancias un tanto semejantes, Pillsbury jugó en cierta ocasión un empate que está considerado entre sus obras maestras. Y, por lo que respecta a su interés deportivo, la partida supera con mucho a más de una victoria rutinaria. He aquí la partida: Munich, 1900
RUY Blancas Halprin 1 P4R 2 C3AR J A5C
LóPEZ Negras Pillsbury P4R C3AD C3A
La Defensa Berlinesa fue por muchos años la línea favo-rita de Pillsbury contra el Ruy López.
4 5
0-0 P4D
CxP C3D
La continuación acostumbrada es ahora 6 AxC, PCxA; 7 PxP, etc. Maroczy y Schlechter, que iban parejos con Pillsbury por el primer lugar en este torneo, conocían bien su afición a esta defensa. Por lo tanto, prepararon a Halprin, uno de los últimos finalistas, con algunos de los análisis secretos que Pillsbury nunca había visto. Esperaban que, cuando se viera ante una serie de jugadas originales y desconcertantes, se daría por perdido. Pero lo que en realidad pasó es que Pillsbury encontró, en el tablero, una secuencia soberbia de jugadas que habían sido completamente analizadas por sus rivales. Imagine
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el lector la perplejidad de estos últimos cuando P:illsbury se salvó del desastre. 6
PxP !?
La primera sorpresa. El sacrificio de la pieza es sólo provisional, pero, a pesar de ello, desconcertante, por ser indicio de que las blancas juegan con cerebros prestados.
PILLSBURY
DIAGRAMA 153 (Después de 6 PxP !?)
HALPRIN 6
7 P4TD 8 P6R !? 9 PxC JO C3A 11 C5C
CxA P3D PxP C2R C3C
Las blancas deben precipitar su ataque antes de que las negras hayan tenido tiempo de consolidar su posición con el enroque. 11 12 · D5T 13 AxA
A2R
AxC D2D
Ahora las blancas proyectan llevar al ataque su torre de dama pasando por 3TD. Pero primero se preparan para ello con una maniobra sutil.
FRED
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REINFELD
Las blancas, naturalmente, juegan de memoria y, en consecuencia, hacen jugadas sensacionales sin el menor esfuerzo.
PILLSBURY
154 (Después de 13 D2D) DIAGRAMA
HALPRIN 14 15
PAxP
P6C !! C5D !!
Con la doble amenaza de 16 CxP o 16 C7·R. Así, las negras deberán capturar el caballo, venga lo que viniere. 15 16
PxC TRIR
t
Las blancas no pierden tiempo en aprovechar la columna abierta de rey. Después de 16 . . . R2A; 17 T7R t. DxT; 18 AxD, RxA, las negras tendrán una ventaja académica de material, pero su rey se encontrará gravemente expuesto y su posición no se habrá desarrollado. Pillsbury, por lo tanto, selecciona un procedimiento que parece aún más azaroso. 16
RIA!
17 T3T ! Las blancas tienen una amenaza diabólica: 18 T3AR t. RIC; 19 T7R !, D3A; 20 T8A t!, RxT; 21 D3A t. y las bla:" cas matan en tres jugadas más. La partida ha llegado ahora a su etapa critica. El juego de las negras no está desarrollado y su rey se encuentra ex-
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223
puesto al ataque de las fuerzas agresivas de las blancas. Pero Pillsbury no pierde la cabeza y escapa ileso. PILLSBURY
DIAGRAMA
155
(Después de 17 T3T !)
HALPRIN
17
C4R! 18 TxC! PxT RIC 19 T3AR t Por fin parece que Pillsbury ha alcanzado una posición segura, y tiene una torre de ventaja. Pero la excelente memoria de las blancas les da un nuevo recurso: 20 A6T !! Después de esta jugada inesperada, el ataque se enardece nuevamente, y se necesita todo el ingenio y resolución de Pillsbury para resistir. PILLSBURY
DIAGRAMA
156
(Después de 20 A6T !!)
HALPRIN
FREO
224 Si capturan T3CR t, RIA; t, etc. Tampoco es D2D; 22 AxP !, 23 DSD t.
REINFELD
el alfil, pierden las negras; 20 . . . PxA: 21 22 DxPR, TRIC; 23 D6A t!, D2A; 24 DSD conveniente 20 . . . D3R a causa de 21 D5C ! , en que 22 DxA lleva al mate después de D2R!
20
A primera vista, las negras parecen impotentes contra 21 T3CR, porque si 21 ... P3C ?; 22 TxP t! y ganan. No obstante, después de 21 T3CR, las negras juegan sencillamente 21 ... A3R! Entonces, después de 22 TxP t, DxT; 23 AxD, RxA, es fácil su victoria debido a su ventaja material. Pero ahora vemos el objetivo final del análisis preparado: 21
AxP ! PILLSBURY
157 (Después de 21 AxP !)
DIAGRAMA
HALPRIN
Las negras deberán andarse con cuidado, porque después de 21 ... DxA '!'!; 22 DSR t, y viene el mate en la siguiente jugada. Y si 21 A2D ?; 22 AxT, RxA; 23 T7A, ganando la dama. 21
RxA!
Esto es posible gracias a que la jugada 20 de Pillsbury, D2R ! excluye 21 D5C ttl
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T3CR t RlA T3AR t R2C RlA 24 T3CR t Tablas No es de extrañar que esta emocionante partida haya sido considerada como "el empate más bello de un torneo". Y el lector debe confesarlo. ¿Ha reproducido partidas más emocionan tes? ¿Los empates son aburridos? ¡Tonterías! Otra noción preconcebida que tiene el lector es la siguiente: 22 23
Un alfil vale más que un caballo Son muchos los escritores de ajedrez que han hecho esta afirmación dogmática sin comprender que el jugador de tipo medio es incapaz de demostrar esta superioridad. No sólo eso, sino que la llamada superioridad ha sido grandemente exagerada. En consecuencia, el lector se deja engañar y juega buscando esa superioridad, que puede ser sólo imaginaria, cuando haría mejor en dedicar su tiempo a procurar que ninguna de sus piezas se vea atacada. Además, el lector puede estar completamente impreparado para el sorprendente descubrimiento de que en algunas posiciones el caballo es superior. He aquí un caso: FINE
DIAGRAMA
158
(Juegan las blancas) Nueva York, 1930
REINFELD A primera vista, las negras tienen la ventaja, pues tienen
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REINFELD
un alfil contra un caballo y están a punto de ganar un peón. Pero, en realidad, las negras están perdidas. En las posiciones en que el alfil está encerrado por sus propios peones, tiene muy poco alcance agresivo. En la posición ilustrada, como se ve, el alfil no puede moverse. También la posición de los peones es desventajosa para las negras. Obsérvese su peón de alfil de rey, que es muy vulnerable. Si las blancas pudieran capturar este peón débil, pronto coronarían su peón adelantado de alfil de rey. Esto da la clave del procedimiento de las blancas: 1
C4C!
Las blancas están a punto de eliminar el peón de alfil de rey de las negras. Las negras no pueden hacer nada para evitarlo.
1 2 3 4
C6T RxC R7C
RxP CxC R5C
Ahora las blancas están a punto de eliminar el único obstáculo para obtener una nueva dama.
P3C
4
5
C4T
P4C
6
G5A
R6A RxP Abandonan
7 RxP 8 R7C
Las negras no pueden evitar que corone el peón pasado. Adviértase que en todo el final, el alfil negro no pudo hacer nada. 1Vaya por la teoría doctrinaria!
Protección excesiva de la posición enrocada En el Capítulo 5 insistí sobre la importancia de no debilitar la posición enrocada. Como vio el lector en ese capítulo, el mover los peones que están frente al rey crea blancos para
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el ataque del adversario. No obstante, si el lector se aferra obstinadamente a este consejo, no es difícil que evite la creación de un espacio para su rey. ¿El resultado? Puede terminar sufriendo mate por el movimiento imprevisto de la dama o de una torre a la primera fila. Por ello, en las posiciones en que el adversario no tiene perspectivas en el flanco de rey, conviene interpolar jugadas tales como P3TR o P3CR. Una vez que se ha dejado espacio para que escape el rey, no hay por qué temer un mate de sorpresa. CAPA BLANCA
DIAGRAMA
159
Uuegan las blancas) Moscú, 1914
BERNSTEIN En el diagrama 159, el lector puede ver cómo el peligro que acecha en la primera fila puede conducir ál desastre. El caballo de las blancas está siendo atacado. ¿Debe capturar el peón de alfil o retirar el caballo a 4D? Ninguna de las piezas negras amenazan el flanco de rey. En consecuencia, las blancas deberían hacer oportunamente un espacio para su rey moviendo uno de los peones que están frente al rey enrocado. P3TR, por ejemplo, sería una de las fonnas de hacerlo. Eso es lo que deberían haber hecho las blancas. Si lo hubiera hecho así, ahora podría jugar sin peligro CxP A. Pero las blancas han descuidado esa precaución. Por lo tanto, no deben jugar CxPA, y en lugar de ello tendrán que contentarse con C4D.
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REINFELD
Tal como se jugó la partida, las blancas se equivocaron de medio a medio jugando 1 CxPA 11 He aquí lo que sucedió: 1 2 J
CxPA ?? TxC TxT
CxC TxT D7C !!
CAPABLANCA
160 (Después de 3 D7C !!)
DIAGRAMA
BERNSTEIN La espectacular jugada de dama de las negras ha aprovechado cruelmente la falta de protección en la primera fila de las blancas. Si las blancas juegan 4 DxD, las negras responden con 4 ... TSD tt. O si 4 DlR, DxT !; 5 DxD, TSD t. para dar después mate. Las blancas tienen otras posibilidades, pero todas ellas son inú'"iles; por ejemplo, 4 T2A, DSC t; 5 DlA, DxT. Por ello, encontrando imposible evitar el mate y salvar también la torre, las blancas se rindieron en la posición del diagrama 160. Si hubieran jugado P3TR o P3CR con anterio-ridad, la combinación de las negras habría fracasado.
Cuándo son convenientes las jugadas de los peones En esta obra -y en toda otra obra de ajedrez que el lector haya leído- hemos advertido que no deben hacerse demasiadas jugadas de los peones en la apertura. Dichas jugadas, como se le ha dicho al lector una y otra vez, son pérdida de tiempo, retrasan el desarrollo de las piezas y crean debilidades en la posición. Todo ello es muy cierto.
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Pero también en este caso el lector debe distinguir entre un principio útil y una trivialidad inútil. De vez en cuando se llega a una posición excepcional en que se requiere jugar los peones. En dicha posición, el procedimiento más enérgico que puede adoptarse es el de toda una serie de jugadas de peones. Marshall, jugador ingenioso e irreverente, sabía cómo comportarse en las posiciones excepcionales. En este caso, castiga implacablemente a las negras por haber creído erróneamente que la falta de desarrollo puede servir para un fin útil. Consideremos esta posición sorprendente: Nueva York, 1940 DEFENSA SICILIANA Negras Blancas Marshall Rogosin 1 P4R P4AD 2 P4CD PxP C3AD ? 3 P3'I'D Esta jugada "de desarrollo" es mala, pues el caballo ten· drá que caminar de la Ceca a la Meca. La jugada correcta debió haber sido 3 ... PI!D !~ y si 4 PRxP, DxP, pues las blancas no pueden jugar 5 C3AD para alejar a la dama. 4 PxP C3A 1 Continúa el desarrollo ... , es decir, el desarrollo defectuoso. 5 P5C C5D '! 6 P3AD C3R 7 P5R C4D 8 P4AD C (4D)5A '! ¡Con esta jugada pierden una pieza! Las negras tenían que jugar 8 ... C3C, pero aun entonces su posición hubiera sido desagradable. La pérdida de tiempo de las blancas con las jugadas de los peones no es, en realidad, tan grave como parece, pues también las negras han estado perdiendo el tiempo con sus jugadas del caballo.
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230 9 JO
P3C P4A
REINFELD
C3C
ROGOSIN
161 (Después de 10 P4A)
DIAGRAMA
MARSHALL Las negras no tienen defensa para la futura jugada P5AR, por ejemplo, 10 ... C2A; ll P5AR !, CxP; 12 P4D, ganando una pieza. O lO . . . P4A; 11 PxP a. p. y las negras tampoco pueden hacer nada contra la futura jugada P5AR. JO
11
Px.C
C (3C)xPA CxP
Las negras tienen tres peones por la pieza, pero esto no es suficiente para la fase inicial del juego. Mientras tanto, las blancas continúan ateniéndose a las jugadas de peones. 12 13
P4D P4T
C3C
Amenazando con ganar el otro caballo mediante P5T ! 13 14
P3R P5T
¿Cómo es que las blancas han podido hacer catorce jugadas consecutivas de peones sin mover una sola pieza y sin meterse en un aprieto? La respuesta está en que el supuesto "desarrollon de las negras no tiene valor. En consecuencia, las blancas .pudieron
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ROGOSIN
162 (Después de 14 P5T)
DIAGRAMA
MARSHALL
tomarse toda clase de libertades. A pesar de ello, merecen gran encomio por su atrevimiento y su falta de ideas preconcebidas. La mayor parte de los jugadores se habría estremecido de horror ante tal serie de jugadas de los peones. 14 15 16
17 18
A5C
A2D CxA C4R P6T !
f t
AxA C2R C4A P3CR
O 18 ... CxP; 19 C6D t, R2R; 20 TxC, PxT; 21 D5T, DIC; 22 C3A, con tremenda iniciativa. También el texto es poco prometedor. 19 20 21 22
C6A t C3A C5C ! PxP ·
RIA P3D PxP
DxD
t
Buscando alivio, pero no lo obtiene, pues la presión de las blancas es tan poderosa que aun en la desaparición de la dama no la disminuye. 23 24 25 26
TxD T3T A2C C(5C)xPT
R2R P3C TDIC Abandonan
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F R E D
R E l N ¡.· E L D
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163 (Posición final)
DIAGRAMA
MARSHALL Las blancas amenazan con el mate mediante 27 T (3T)3D y 28 T7D t. Por ello, 26 ... TID es inevitable. Pero entonces viene 27 TxT, RxT; 28 C8A, seguido por el avance y coronación del peón de torre. Así, las blancas se fiaron de sus peones hasta el final mismo de esta partida poco convencional. Podría multiplicar estos ejemplos indefinidamente. Pero creo que ya he demostrado lo que me proponía. No es suficiente que el lector entienda los principios generales; debe entender también las excepciones que alteran los casos. Cuando se piensa en ello, todas las diversas razones por las que el lector pierde en el ajedrez pueden resumirse en una sola: juega mecánicamente y sin pensar. Sigue siempre por el mismo camino trillado. ¿Cómo puede cambiar el lector ... , y cambiar, naturalmente, para mejorar? Mi primer consejo es el siguiente: ¡conócete a ti mismo! El lector debe conocer la clase de jugador que es. Debe conocer el tipo de partida que mejor se acomoda a su naturaleza. Una vez que conozca su temperamento y su estilo de ajedrez, debe buscar la clase de juego en que sobresale. Es necesario que evite la clase de juego en que es débil. Sólo entonces podrá cultivar sus ventajas y eliminar los inconvenientes de su juego. Al analizar su estilo. el lector obtendrá inevitablemente
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una nueva perspectiva sob1e el juego de sus adversarios. Hay que jugar contra sus debilidades. El lector pierde porque juega las aperturas sin reflexión. Juega ciegamente, haciendo una jugada insensata tras otra, o repite las jugadas de algún autor famoso. Para vencer la primera de estas dificultades, deberá jugar con algún plan. No necesita ser de gran calidad. Recuerde tan sólo que lo que haga al principio determinará su futuro. Fíjese el lector en una meta sencilla, aunque no sea nada más complicada que sacar algunas piezas y prepararse para el enroque. Siguiendo un plan semejante, el lector encontrará que ya no echa a perder su apertura Y~ al mismo tiempo, todo el juego. Debe dejar de luchar con una mano atada a la espalda. Debe darse a sí mismo una probabilidad de triunfar. ¿Cómo puede el lector superar la segunda dificultad del principio del juego, la de seguir a algún autor famoso? Es bien sabido lo que sucede cuando se fía uno de fórmulas aceptadas universalmente. En cuanto el adversario se aparta del libro, el lector no sabe qué hacer. Precisamente cuando más necesita una guía, su utilidad termina súbitamente. El efecto sicológico es sumamente perjudicial para el lector. Será el sentido común el que lo ayude en ésos casos. Mientras se atenga a los libros, sucederá siempre que quedará des-concertado con jugadas que nunca se han visto. Aquí también la solución está en hacer un plan, por sencillo que sea, a} principio del juego. Con él ganará habilidad y confianza, y evitará meterse en un aprieto del que no pueda salir. Una de las guías valiosas para jugar la apertura c-on ideas propias consiste en observar la importancia del centro. El lector pierde más de una partida de ajedrez porque descuida este importantísimo principio. Debe recordar la siguiente regla fundamental: cuanto mayor sea su dominio del centro, mejores serán sus perspectivas.
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Aquí reside la solución de uno de los problemas más inquietantes. Si el adversario, por astucia o ignorancia, juega una apertura poco acostumbrada, el lector se deja dominar por el pánico. Pero, a partir de ahora, en lugar de reaccionar instintivamente, supongamos que el lector mira cara a cara a la apertura desacostumbrada. De esa manera, aprenderá algunas cosas curiosas e interesantes sobre ella. Todas las aperturas son luchas por el centro. Si una apertura es desacostumbrada, se le considera así porque cede al enemigo el monopolio del centro. Una apertura desacostumbrada, sencillamente, no ofrece lucha por el dominio del centro. Allí está la clave para el lector. En lugar de reaccionar con temor contra la apertura desacostumbrada, puede proceder con la mayor de las confianzas. Domine el centro, y la victoria será suya. El lector pierde porque se deja impresionar por historias sobre los grandes maestros que prevén hasta las dieciocho jugadas siguientes con numerosas variaciones. Hay que tornar estas historias con un grano de sal. No hay nada más irritante que pasar por alto lo que tiene uno frente a la nariz por estar soñando despierto con un plan de largo alcance. Mientras el lector pierde el tiempo con uno de esos proyectos de apariencia impresionante, el adversario puede darle mate en la siguiente jugada. Ya han sucedido estas cosas. He aquí lo que se debe hacer: hay que buscar jugadas sencillas, poderosas, violentas, sin pasar por alto jaques o ganancia de material. No hay que fijar la mira muy lejos; de lo contrario, el lector se sentirá confundido por las muchas posibilidades que se le presentan. Hay que buscar jugadas enérgicas de consecuencias definidas. De esa manera se crea el orden en el caos. Hay que buscar jugadas evidentes y decisivas -¡allí están, en el tablero!-, y así convertirá el lector más de una derrota en una futura victoria. El lector pierde también porque gusta de atacar. ¿A quién
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no? Pero la voluntad de triunfar no es suficiente. Se requieren otras cualidades, como saber lo siguiente: ¿Tiene el lector los factores victoriosos del ataque? ¿Existen en este caso? Si es así, puede ganar. De lo contrario, perderá. Así de sencilla es la cosa. Pero debe recordar esto: si ataca tan sólo porque le gusta hacerlo, eso no es jugar ajedrez. Es un juego de azar. Más le valdría atacar dejándose aconsejar por una cartomanciana. ¡Sacaría el mismo provecho! El lector pierde porque los finales lo aburren. Al igual que sus prejuicios en favor del ataque, sus prejuicios contra los finales perjudican el juego inmensamente. ¿Y qué sucede? Constantemente da ventaja al adversario. ¡Y qué ventaja! Recuerde el lector que el 60 por ciento de las partidas se decide en el final. Su aspecto matemático hace absolutamente esencial que el lec~or se interese en el final. Pero, además, tal interés le dará a su juego profundidad y madurez. Si el adversario cree que puede ganar una ventaja llevando el juego al final, el lector puede ir a él, sereno y seguro de que no lo conducen contra su voluntad a un tipo de ajedrez que le repugna. En resumen: cuanto más le guste el final, mayor será el número de partidas que gane. El lector pierde porque juega contra el tablero y no contra el hombre. Es decir, pierde porque no conoce la diferencia entre un jugador y otro. Le es igual si juega contra Sammy Reshevsky o contra Juan Pérez. Lo único que hace es jugar contra el tablero. ¿Cómo sabe el lector que lo que no le da resultado contra Sammy no se lo dará tampoco contra Juan? Hay que aprender a diferenciar entre los adversarios. El lector descubrirá muy pronto que la clase de juego que no procede contra A resulta adecuada contra B~ etc. Si el lector me preguntara: "¿Debo jugar el Gambito del Rey?", le res-
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pondería con una pregunta: "¿Contra quién?" Responder con un sí o un no sería una tontería. El lector pierde porque es perezoso. Cree que dedicarse a un hobby equivale a divertirse fácilmente. Pero el lector verá que las personas que obtienen el mayor placer de sus hobbies son las que les dedican mayor esfuerzo. Si el lector desea ganar, debe esforzarse por poner fin a sus debilidades en el juego. Si no lo hace así, continuará perdiendo sin remedio. Y el lector pierde porque no quiere progresar. Es inflexible. No quiere cambiar. Como he venido diciendo, la única manera de mejorar -de dejar de perder en el ajedrez- consiste en cambiar los hábitos que provocan la derrota. En la actualidad, pierde porque continúa dejando las cosas como están. El lector pierde porque no aprovecha las técnicas simplificadoras que lo capacitan para jugar un ataque seguro o para proyectar un final victorioso. En resumen, el lector pierde porque 1~ falta saber lo que debe hacer y cuándo debe hacerlo. ¡Animo! También hay factores en su favor. Los libros y el estudio no son nunca la solución completa para mejorar el juego. Hay que tomar ejemplo de Gruenfeld, esa enciclopedia ambulante de las aperturas. Sabía más sobre ellas que cualquier maestro de 'su tiempo, y, sin embargo, eso no le sirvió nunca para figurar entre los jugadores de primera categoría. La lección es la siguiente: hay que leer los libros, naturalmente, pero no dejarse esclavizar por ellos. Recuerde el lector, también, que el ajedrez es algo más que la aplicación de principios generales y la memorización de técnicas específicas. Es una lucha entre dos seres humanos. Por eso la sicología -el arte de juzgar al adversario- suele ser más importante que la habilidad técnica para jugar. Si se ignoran esos factores sicológicos, continuará uno quedando rezagado.
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No hay que desesperar en seguida; no hay que abandonar la esperanza fácilmente. En el ajedrez, la carrera no la gana siempre el más rápido, ni la batalla el más fuerte. Hay que tener más confianza en sí mismo. Al hundirse el lector en problemas que le parecen imposibles, encontrará que en el ajedrez es mucho más fácil adquirir ciertas técnicas de lo que piensa. Pero no hay que comenzár con el pensamiento: "¡Oh, nunca podré aprender estos malditos finales". Hay que intentarlo, y se verá que no son tan difíciles o tan ingratos como se cree. Así que una vez más digo al lector que hay que tener confianza. Pero ésta no es un capital que pueda medirse y pesarse. No es algo que se pueda obtener en los libros. Mas una vez que se tiene, mejora el juego tan enormemente que apenas se reconocerá el lector a sí mismo. He oído decir a menudo que el ajedrez es muy divertido. Y siempre respondo: "Sí, el ajedrez es muy divertido, pero es más divertido cuando uno gana". Nunca olvidaré la descripción de la escena final del certamen de 1935 por el campeonato mundial. Tanto Alekhine, e] campeón derrotado, como Euwe, el nuevo campeón, derramaban lágrimas. Pero había esta diferencia: Alekhine~ el derrotado, lloraba lágrimas de tristeza. EuWie, el triunfador, lloraba lágrimas de alegría. Es cierto que el lector no es un campeón del mundo. Pero, a pesar de ello, significa mucho para él ganar o perder. Quiere ganar, pero pierde sin remedio. Por mi parte, afirmo que el lector pierde un 50 por ciento más de las partidas que debería perder: no por falta de habilidad técnica, sino porque no advierte, e ignora, los factores sicológicos que intervienen y dominan en la contienda más cruelmente emuladora de todas: una partida de ajedrez.
ACERCA DEL AUTOR Para quienes compran libros de ajedrez, el nombre de Fred Reinfeld es garantía de calidad superior. Se le can~idera como el autor más prolífico de libros de ajedrez. Campeón. por sus propios méritos (dos t1eces fue campeón del Estado de Nueva York),, Reinfeld conoce el tema de que escribe. Lo hace con claridad, destreza y buen humor, -y su conocimiento del ajedrez es enciclopédico.