poemario sien volando

(poemario) 1

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Sien Volando (poemario)

1







Temuco, otoño del 2010.

Indice de autores

Poemario 1 Nelson Habert Arte de portada Jairo Troppa

Jorge Volpi







Boleto escolar

Boleto, siempre me acompañas, en viajes intergalácticos intergalácticos Me das tu cariño de papel de tinta, de sangre negra de todos los colores Muchas gracias por tu compañía inseparable y ternura palpable.

Veo fuera de mi ventana esqueletos de madera mientras nubes chorrean lágrimas indeseadas.







Febrero Con la espalda y el pie absurdo apoyados en el muro. Con la cabeza cortada de tanto leer a Cortázar Cortázar.. Con el humo del cigarrillo poniendo amarilla la orilla de mi dedo. Con el tiempo violento pálido, color graso arrastrando música, palabra y la vanidad del parpado. Pero nada ocurriendo en ese instante. Solo el presente cayendo pesado en el pasado como gruesa y turbia gota abriendo el lodo, rompiendo lo incesante. Y así aburrida la mano en el bolsillo y después quizás tus suaves senos o la música de Mozart cuando tú duermas la siesta. Pero mientras tanto mi espalda apoyada en el muro con el sol inquieto

El cielo de mis ojos

Llevas mucho tiempo viendo tus nubes girar en mis ojos blancos, abusando de mi paciencia, calmando mi ira con paisajes desterrados de otros mundos. Me cansé de que presiones mi cabeza como una maceta pequeña cobijando una planta sedienta. Me dejaré caer de tu presencia, como se deja caer del árbol una pera madura para ser carcomida por la tierra, y por la noche, disfrazado de polilla te engañaré para volar hasta la lu na.







La última nevada

Propuesta

La última nevada cae en la parte más lejana del cementerio tapando la maleza de viejas tumbas olvidadas los niños se acercan a jugar con los muertos se toman las manos hacen una ronda.

La propuesta es hacer nada No trabajar No estudiar No pensar Solo sentir pasar el tiempo como verde frescor por las narices, pero seguir haciendo nada. Metámonos sin decoro las manos en los bolsillos y paseemos como burgueses por las imaginarias plazas, como pensando en algo pero sin pensar en nada Mira que pensar en algo se ha tornado tan inútil, que es más inútil intentar seguir haciendo algo. Quedémonos así, quietos como estamos y esperemos como dormidos que el ocio se lleve esta nostalgia.









Con el permiso de todos lo huérfanos de La Historia

No es que tu presencia suponga tanta maravilla maravilla Es tu ausencia la que requiebra las paredes de mi casa y sin más, soy una niña perdida en Hiroshima después de la bomba

Tarde “La tarde es un sollozo contenido” Sergio Hernández

Tarde nadie llama nadie a quien contestar llega sola la nostalgia vecinas mirando tele cien pesos de pan







A las afueras del tiempo y de s us horas

Pensión Melancolía “La radio era un artefacto más de la melancolía” Gonzalo Millán

La tristeza tiene pelo blanco y arrienda pieza en esta casa cuando llega por acá me pide azúcar un poco de hilo verde

Aquí estoy como sonrisa clandestina transeúnte descuidada en una gran avenida de lamentos Tengo la piel del rostro curtida de tantos ayeres bajo el sol esperando una caricia sin manos







Contemplación

Anestesia

Abierta el agua quieta la piedra danza el pez en rededor

Así será el día que te tome por tus brazos y pueda decir: Quizás los dos deberíamos partir al océano, a las montañas.

Murmulla la brisa al rozar el riachuelo

Tras el sol que agrietaba esos días que nos veían asomar juntos, te veía soñar junto a mi lado , a la diestra de un momento eterno, en el cual el demonio y los ángeles lloraron nuestro partir Ya no montamos juntos el amanecer,

Una nube memoria de vertiente vertiente







Susurro

Detrás de la reja

Algo escuché la otra noche, que un gitano había matado, matado, que los peces nadaban al revés. Tal vez ya sé que eso no fue. Me contaron que un susurro, como gemido, irrumpió en la noche fresca, para decir algo de tu pelo. Tal fue dicho susurro que un muro de cal

Detrás de la reja estaba mi amigo. Qué te pasó no sé, me dijo me tomaron, me apresaron, me preguntaron si yo conocía al silencio, y porqué me reí me pegaron Grita me decían, y yo me reía silenciosamente para no sentir sus golpes







Cerca de la estufa

Tras la arboleda

Estrecho pasaje flotante se descubre entre las nubes oníricas, al lado atento migra so puerto desnuda -dama- que aferra iluminada sus hojas precipitan inmóviles, el aire del silencio refresca la sonoridad estática, corrompe las aves mientras te acompañan,

Tras la arboleda está el sol lo sé por las moscas doradas sobre el agua. Una joven muy linda duerme en la casa con un libro abierto sobre el pecho. Para no despertarla cruzaremos el río por las piedras mientras los conejos en sus cuevas transforman en bolitas doradas el hinojo que comieron durante la noche.















poemario sien volando

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