GRITON CLASICOS POLITICOS
I N S TI T U TO
D E E S TU TU D I O S
P O L I TI TI C O S
M AD RI D
C L A S I C O S
P O L I T I C O S
PLATON
C RI TO N EDICION, TRADUCCION Y NOTAS, CON ESTUDIO PRELIMINAR POR
MARIA RICO GOMEZ CATEDRATICO SB LENGUA ORTEGA
INSTITUTO DE ESTUDIOS POLITICOS
Madrid 1970
L a ed i c i ón ón d e 1957 d el el C r i t ón ó n , d e P l a t ón , f u e r ev i ssa a d a p o r el C a t ed ed r át i c o d e l a U n i v er er s i d a d d e M a d r i d D . M a n u e l F er e r n án d ez e z -G a l i a n o .
Depósito legal: M. 4.738-1970 GRAFOFFS GRA FOFFSET, ET, S. L.
-
Be r j a , 15
-
M A D R ID -19 -19
Reimpresión de la 1.a edición de 1957
La colección Clásicos politicos está dirigida por FRANCISCO JAVIER CONDE
INTRODUCCION 1) Los
DIÁLOGOS SOCRÁTICOS MENOBES: EL «C r ITÓN».
E l Gritón es uno de los diálogos que compuso Platón en los comienzos de su carrera literaria, hacia el 396 a. C. A su regreso del viaje via je que realizó por po r E gipt gi ptoo inmediata mente después de la muerte de Sócrates, Platón se pro pone pon e reivindicar la memoria del maestro y recrear de nuevo su figura tal como él, en su piadosa veneración, la recor daba. Junto a este propósito, otro de mayor alcance paTa la filosofía había ya germinado en su espíritu: Platón, siguiendo paso a paso el método de Sócrates y evocando sus enseñanzas, se disponía a sacar todas las fecundas con secuencias que de ellas derivaban. A su proy pr oyec ecto to sirven de base estos pequeños peque ños diálogos, comúnmente llamados diálogos socráticos menores, en los que gusta de ver la crítica na primer estadio de la creación literaria y del pensamiento platónicos, en el que el joven Platón, firmemente anclado todavía en el puerto socrático — despu después és de de nueve años años de trato y comunicación constan tes con co n el maestro— maestro— , se habría limita limitado do a darnos una ver sión quintaesenciada del Sócrates que hubo de ser. Tal criterio tiene numerosos partidarios y sin duda que, al evocar en nuestro interior la pérsonalidad de «el mejor y . más feliz de los hombres» hombres» (Mem. IV.8.11), todos le adornamos con las amables y humanísimas características con que Platón nos le presenta en estos cuadros deliciosos. Pero muchos son también los que, con mayor amplitud de miras, consideran que el deseo de dar nueva e inmortal vida al maestro no pudo ser el único móvil que indujo a Platón a escribir estos diálogos. Para los que así piensan, ya desde un principio tenía trazado Platón en sus líneas
VI
esenciales el grandioso plan de su obra, dentro del cual estas obras menores cumplen una función introductora que no es posible desconocer ni hipovalorar. Entre ellas, el Gritón lia atraído invariablemente la uni versal atención, no sólo por el'arte de que hace gala Platón en el desarrollo de su bellísimo tema, sino también por el interés de las ideas expuestas en este diálogo. Platón per sigue en esta obra como objeto inmediato el hacer com prender a las gentes las causas por las que Sócrates no rehuyó la muerte ni aceptó los medios legales e ilegales de que abundantemente dispuso para eludir su fin. Purga así Platón el recuerdo de su amigo de las acusaciones o sospe chas que probablemente amenazaban ya su memoria: ni hastío de la vida, ni orgullo filosófico, ni cobardía moral pesaron sobre Sócrates en esa hora suprema; sí un religioso sentido del respeto debido a la polis materna y a sus leyes nutricias, y un indomable espíritu de fidelidad a sí mismo. Pero a otro fin aún más alto sirve Platón en este diálogo. En él, Sócrates brinda una'de sus postreras y más excelsas lecciones de virtud, y de virtud cívica precisamente, que es a la que continuamente aspira e incita a todos. 2)
E l «Cr it ó n », d iá l o g o p o l í t ic o .
En efecto, el Critón a pesar de su brevedad y de su extre mada sencillez está en la línea de las grandes creaciones plátónicas por su preocupación predominantemente po lítica. Jaeger (1) analiza de manera definitiva la significación que los diálogos menores, tienen dentro de la obra plató nica por estar enraizados en toda una problemática filo sófica, que en ellos no aparece en primer plano, pero que es ya un supuesto previo: una problemática de tinte polí tico. Ninguno como el Critón responde a este carácter. Si ya en la Apologia Apo logia (30 a-b), Sócrates define su misión como la de educador de los ciudadanos en la verdadera tiene un nombre, mejor me jor diríamos, diríamos, tiene arete, aquí esta areté tiene Pa ideia eia,, los ideales de la cultura griega. Fondo (1) W . Jaeger.— Paid de Cultura Económica. México (1948). V 9I. II. págs. 111 y sgs.
VII VI I
su nombre: la justicia, entendida como la veneración a la ley de la ciudad. Es decir, que Sócrates, que del problema de la justicia había hecho cuestión vital (Cf. Gorgias, Repú blica, Político, Leyes , ...), lo afronta aquí en su aspecto más significativo: la justicia como virtud civica. De antiguo venía siendo problema predilecto para los atenie ateniens nses es el de de la virtud cívica, y «la «la definición— dice dice Jaeger (2)— (2)— que de este este conce con cept ptoo suele suele darse darse es es «est «estar ar educado en el espíritu de las leyes». Pues la ley significaba para el ciudadano de la antigua Atenas algo más absoluto y vital que lo que, al amparo de una reflexión superfcial, podría concebir una mente moderna. La ley, para el griego, constituye toda una norma de conducta a la que el hombre ha de tributar rendida obediencia. Porque la ley es «el soberano de la sociedad» (3), que en ella se asienta y de ella se nutre; la sociedad pervive en cuanto la ley subsiste. Si.la sociedad acarrea la muerte de la ley, ella misma misma perece como privada que queda de la substancia espiritual que la configura; si el individuo desoye el mandato inapelable de la ley, dicta él mismo su propia exclusión de esa comuni dad da d materna materna en cuyo cu yo seno vive vive** Poi P oiqu quee no es posible atacar la permanencia de las leyes, en nombre de un puro utili tarismo, sin atentar mortalmente contra la vida misma de_ la sociedad y contra la sagrada pervivencia de la polis. Pues la polis vive de la vida de la ley; sin ley no hay ciudad ( Grit. 53 a). a). Y lícito líci to es a los ciudadanos ciudadan os introducir modificaciones en las leyes que los rigen, mas sólo si actúan de común acuerdo e inducidos por una razón sana y pre ocupada en la prosperidad de la polis ( Crit. it. 51 b); y tales modificaciones no supondrán atentado contra el carácter estático de la ley, que conservará, en toda su integridad, el carácter de suprema norma ética, «acerca de lo que es just ju stoo o. injusto». Y con co n ese carácter ha de estar estar impresa impresa en el corazón de cada uno de los ciudadanos, para que viva en ellos como virtud suprema por la que alienta poderosa (2) W . Jaeger. Alabanza Alab anza dt la ley. ley. Inst. Est. Polit., Madrid. 1953, pág. 49. (3) E. Barker. Greek political theory, Plato and Ms predecessors. London (1925) pág. 5-6.
νπι νπι .la vida de la polis. Tal es la virtud cívica que durante largo tiempo postularon las más altas mentes de Grecia, la que animó el espíritu del Estado ateniense a lo largo del glo rioso siglo v y a la que, en el momento de la quiebra de cisiva, ofrendó su vida Sócrates. Sócrates conoció los momentos mejores de Atenas, pero hubo también de vivir las horas caóticas de la ruina del imperio ático. Horas de general disolución, en que al colapso político y económico del Estado se unía el desencadena miento, ya inevitable, de las funestas consecuencias deri vadas de las tendencias sofísticas. Durante todo el siglo v, y en forma más o menos insidiosa, la propaganda de los sofistas había venido socavando los principios morales y políticos que constituían el firme asiento del Estado; y así, al finalizar esta centuria, los acontecimientos políticos pu sieron de manifiesto la grave crisi crisiss en que— que— por obra de una nueva concepción de la ley, elaborada y difundida por las diversas sectas de sofistas—se hallaba inmersa la autoridad moral de la polis. La ley es, ahora, «simple función de poder»; en el mejor de los casos se justificaba utilitariamente como «fundamento único de la seguri dad» ( i ) . Destituida la ley de su rango esclarecido, se inicia el hundimiento de la polis, como tal sociedad política. La forma estatal que había alumbrado las horas más gloriosas de la historia ateniense sucumbía, antes de que un nuevo sistema se columbrara en el horizonte. * * * Este es el momento de Sócrates. Sócrates mide el peligro en todas sus dimensiones y se propone luchar contra él en la medida de sus fuerzas. Postula fundamentalmente el regreso incondicional al antiguo concepto de la ley como salvaguarda de la polis, como norma superior de conducta, como fuente suprema de educación para los ciudadanos (Apol. 24 d). La ley vuelve a ser saludada nuevamente en ias prédicas de tono ético de Sócrates como la fuerza supe rior y divina a¡ la que el hombre, si es justo, ha de rendir Ala b. de la ley, págs. 60 y sigs. (4) W . Jaeger. Alab.
I X
obediencia; porque las leyes dimanan de la voluntad justa it. 54 d. Cf. diálogo con Hipias en Mem. IV. de los dioses ( Grit. 4). Regresa así Sócrates a los viejos cauces del pensamiento griego en que las meditaciones sobre la naturaleza de la justicia justici a conflu co nfluye yen n con co n las reflexione refle xioness en torn to rnoo a la ley; ley; y de nuevo Oímos la antigua sentencia: que justicia no es sino obediencia a la ley ( Grit. rit. 51 a). Pues para Sócrates el problema fundamental, en présencia de la catástrofe polí tica de la Atenas finisecular, se centraba en torno a la justicia; al intentar una reconstruc recon strucción ción política polí tica,, un resur resur gir de la polis, se sitúa en un terreno ético y consigue que ética y política sean una misma de nuevo y ya para siempre ética cosa. Sócrates asume una misión de signo, en apariencia, pura mente ético; pero de hecho, al combatir la apatía y la des moralización que minaban a los individuos, le anima una intención evidentemente política: hacer posible el naci miento de un nuevo Estado sobre la base de una ética salvadora. Y así, obligado por las circunstancias históricas y con clara conciencia de la limitación que se imponía, Sócrates, mentalidad política por esencia, se reduce a una tarea ético-pedagógica de la que hizo su misión y a la que se ligó entrañablemente, haciendo posible de esta manera que el tono moralizador de su apostolado absor biera para el porvenir toda otra significación de la figura de Sócrates (Tovar) (5). Pero no es difícil comprender que Sócrates no ha renun ciado a su vocación política; que, en realidad, hace política a su manera, a la manera que él mismo explica en la Apo Ap o logía (30 e-31 b. Cf. Mem. 1.6.15 y Gorg.bil d). Sócrates, en sus investigaciones en torno a la arelé, aparentemente dirigidas en exclusiva al fondo ético del individuo, no echa en olvid olv idoo «la «la conciencia concie ncia de que la existencia individual indivi dual se halla halla condicionada condiciona da por lo lo soci so ciaa ly lo político» (6); antes antes bien, bien, lo que persigue es despertar en las gentes el sentido moral del deber político; plantear ante sus conciudadanos el pro(5) (5) A. Tovar. Vida de Sócrates. Rev. Occid., Madrid (1947), ca pítulo XI, passim. Paid eia, vol. II. pâg. 7. (6) W. Jaeger. Paideia,
X
blema de la pervivencia de la polis; hacer que de nuevo la política fuese, no terreno abonado para la codicia de los logreros, sino, como él la sentía, «suprema razón de la actividad humana» y «última coacción para la ética». (To var). La Apología Apolog ía y el Gritón son muestras decisivas de la clara intención política de la actividad socrática. Mas Sócrates no llega, ni aun lo intenta, a elaborar un ideario político. En el Gritón aparece retratada con firmes rasgos su actitud de simple y piadosa sumisión a la ciudad heredada (Cf. la repulsa del individualismo apatrida de Aristipo Aristi po en Mem. II. 1) y a sus leyes, porque «lo que ordena la ciudad, eso es lo justo» ( Grit. it. 51 b); y el hombre, que de la ciudad y de sus leyes recibió vida y educación y cuantos bienes posee, ha de,Tendit firme acatamiento a estas leyes nutricias, superiores en derechos a los individuos, como madres y señoras (50 d-e); o convencer, si puede, de error a la ciudad, y si a ello no alcanza, acatar sumiso sus sen tencias (51 a-c). Pues justicia es obediencia a la ley de la ciudad. Esta fidelidad a la polis materna es la virtud que postulan las Leyes en su solemne requisitoria frente a un Sócrates, presunto fugitivo; esta fidelidad es el substrato moral sobre el que Sócrates hace descansar toda su ética, ética abocada a lo político. Tovar ha trazado una hermosa semblanza de este Só crates atento «al imperio de lo legal y normal, de lo admi tido y consuetudinario», de lo tradicional (τό ν ι ον), «por lo que el individuo forma parte de la ciudad», porque «el hombre es hombre por completo en su conexión con la ciudad» (7). * * * Sócrates, pues, al oponerse al torrente de la disolución, se alza con un criterio tradicionalista, (8) sumiso a «la an tigua tradición griega para la que la polis era la fuente (7) (7) A. Tovar. Vida de Sócrates, cap. XI, pág. 272 y cap. XII, pág. 296. tradicionalis mo político polí tico de Sócrates. Sócrates. (8) Cf. A. Montenegro, Él tradicionalismo Rev. Est. Polit. LXXII. Nov-Dic. 1953, págs. 37-64.
XI X I
de los bienes supremos de la vida y de las normas de vida más altas». «Sócrate «Sócrates— s— seguimos seguimos citando cita ndo a Jaeger (9)— es uno de los últimos ciudadanos en el sentido de la antigua Grecia de la polis. Y es al al mismo mismo tiempo tiem po la encarnación enca rnación y la suprem supremaa exaltación de la nueva forma de la individualidad moral y espiritual». En este dualismo, en este imposible equilibrio tan finamente analizado por Tovar, reside la clave del carácter siempre enigmático de Sócrates. En él tenemos también la explicación ‘de su trágico fin. El ironista Só crates nos invita en la hora de su muerte a una última me ditación sobre su grave ironía, al afrontar basado en her mosísimas razones de inquebrantable lógica, una muerte, absurda para sus amigos, que, sin embargo, no acertaron a ver que el absurdo no residía tanto en el hecho de que Sócrates muriera injustamente por seguir los imperativos de la justicia, como en la definitiva quiebra del Estado que esa muerte suponía. 3) Co mp o s ic ió n d e l «Cr it ó n ».
La estructura de este diálogo es extremadamente sen cilla. Nos sitúa Platón en la celda en que su maestro espera la muerte, a la hora del alba de la víspera del día en que Sócrates ha de morir; o de la antevíspera si queremos tam bién nosotros dar crédito al sueño socrático (44 a-b). Des pués de un breve diálogo (43a-44b), Critón, a quien la sere nidad de Sócrates llena de desconcierto, comienza a instar al maestro parä que consienta en salvarse a costa de lo que sea. Sócrates escucha con tranquila mesura las acu ciantes razones de Critón (45a-46a) y, una vez que éste parece haber concluido de hablar, se dispone a refutarle pacientemente. Comienza Sócrates por hacer profesión de su fe en la razón (46 b y sgs.), en aquella razón que guió sus pasos en la vida y a la que sigue venerando lo mismo que antes. Invita a Critón a que «juntamente con él» considere el (9) W . Jaeger. Paideia, Paid eia, II, pág. 89.
X I I
asunto a la luz de esa razón amiga. Después de dejar bien sentado cómo base de su argumentación, que sólo ha de ser atendida la opinión de los discretos (47a-48a), y que se ha de apreciar no tanto el vivir como el vivir bien, y que una misma cosa es el bien y la honestidad y la justi cia (48 b)—refutando así lo que constituía el nervio del patético pat ético alegato alegato de Critón Critón en en pro de la fuga salvadora— , entra Sócrates de lleno en el terreno de lo que es el fondo del diálogo: la defensa de la ley de la ciudad. Siguiendo un modo que fué sin duda muy socrático y del que Platón nos conserva otras muestras, Sócrates co mienza por una breve exhortación (48 c-d) a la que sigue el diálogo elénctico (49 a-e) en el que se discute si es lícito en algún caso, sea el qué sea, obrar injustamente: Critón reconoce que, en efecto, nunca es lícita la acción injusta. Sócrates exhorta a Critón a que Considere las consecuencias de la conformidad que declara, mas ante la insistencia de su amigo, lanza su último y definitivo ataque: que los convenios que los hombres establecen, si son justos, han de ser mantenidos a costa de lo que sea, si no queremos obrar contra justicia; y, por tanto, «si escapamos de aquí nosotros sin haber logrado persuadir a la ciudad, ... ¿nos mantendremos en lo que hemos convenido que es justicia o no?» (49e-50a). En este momento Critón confiesa que no le es posible responder, pues no coínprg¡nde la pregunta de Sócrates. No espera éste más para lanzarse a la demos tración que pretende: que intentar la huida sería una acción contra justicia, un atentado contra lo que es más sagrado para el hombre: la polis y sus leyes (50b-53d), con las que él, Sócrates, ha establecido voluntariamente acuerdos in violables. Deseoso Platón de dar una especial fuerza patética a las palabras de Sócrates en este momento augusto, supone que las Leyes personificadas hablan al maestro un len guaje divino y lleno de dignidad, en el que Sócrates repite a Critón, y sç, repite a sí mismo, todas las razones que cla morosamente resonaban en su interior (54d), desde que el inicuo proceso tuvo comienzo, y que le inducían a aceptar el resultado del mismo, fuera cual fuere, por un religioso respeto a la ley de la ciudad.
XI X I I I
Asi añora declara su decisión decis ión de acatar la sentencia, no sin invitar cortésmente a Critón a hablar, «si crees que puedes conseguir algo» (54 d). Mas Critón nada dice y confiesa melancólicamente que no le es posible rebatir las palabras supremas de las leyes. «Obremos, pues, así, pues que así lo quiere la divinidad», dice Sócrates, cerrando la amistosa discusión con este llamamiento a la aceptación de la voluntad divina, que aparece así identificada con la ley de la ciudad. 4)
P e r s o n a j e s d e l «C r i t ó n ».— H i s t o r i c i d a d DE ESTE DIÁLOGO.
Sócrates aparece a nuestros ojos en este diálogo rodeado de ese halo angélico que acaso él de ningún modo hubiera deseado, pero que para nosotros está indisolublemente unido a su recuerdo: es el Sócrates προ του του θανά του, el Sócrates que está en presencia de la muerte. Pero éste no es sino nuestro especial modo de evocarlo: de hecho, Platón, interpretando con genial arte la que fue, sin duda, actitud socrática en aquellos treinta días que transcurrieron entre la sentencia y la muerte, nos presenta a su amigo en un cuadro lleno de simpática naturalidad: vivos están en él en este instante supremo su buen humor, su amable gra vedad, su sencillez y cortesía; vivos también su espíritu dialéctico, su lógica rigurosa y su conciencia de misión. No hallamos, en cambio, rastro alguno de su acostumbrada ironía, sino antes bien una crepuscular gravedad muy en consonancia con el clima patético del diálogo; muy a tono también con el carácter de intimidad que a la conversa ción entre los dos viejos amigos ha sabido comunicar el genio poético de Platón. Porque entre las muchas bellas cualidades que, desde un punto de vista estrictamente formal, sería posible apreciar en esta obra, una de las más notables, a nuestro juicio, es la de ser muestra perfecta del diálogo entre amigos; la disputa tiene el tono cálido del más noble sentimiento entre humanos: al empeño en conado de Critón en lograr que el maestro se salve de la muerte, responde Sócrates— que «siem «siempre pre era era útil a su sus
XIV X IV
amigos amigos»— »— con co n su denonado esfuerzo por po r sacar a Gritón Gritón de una postura equivocada y contraria a la virtud. Pero ¿quién es este Critón que sólo en este diálogo se nos presenta en un primer plano tan honroso? Las refe rencias, escasas, que de él tenemos encajan perfectamente en el carácter que a lo largo de estas páginas ostenta. Critón es un amigo; es, acaso, el amigo por excelencia de Sócrates. Compañero de demo y de su misma edad, tem pranamente hubo de entablar relación con Sócrates, tri butándole primero su admiración y recurriendo a él en busca de consejo (Eutid. 304 a-306 c y Mem. Mem . II.9); ha ciéndole más tarde entrega rendida dé su afecto más des interesado y de su protección. Pues Critón era hombre rico y, cuando las consecuencias calamitosas de la Guerra del Peloponeso empezaron a dejarse sentir, abatiéndose prinpalmente entre los ciudadanos modestos (entre ellos, Só crates), Critón, que hasta entonces había administrado la fortuna de Sócrates (unas ochenta minas de capital, al pa recer), cuida por todos los medios de que nada falte a su amigo que, dedicado por entero al «cuidado de las almas», no podía atender a las perentorias exigencias de la vida diaria diaria.. Critón no es una una mente filosó filo sófica fica,, pero per o es un hombre capaz de nobles preocupaciones espirituales e interesado en los problemas de la educación; fué, sin duda, un espíritu sensible capaz de apreciar en todo su valor la talla gigante de Sócrates. Dió al maestro lo que éste más amaba: su amistad. Cuántas veces nos le presenta Platón, no podemos por menos de rendir homenaje a su actitud solícita, al en trañable acento de su amistad·, con él dialoga por última vez Sócrates ( Fed. 118 a), a él cabe el privilegio doloroso de cerrar para siempre los ojos y la boca del maestro muerto (ibid.). Escasas son, hemos dicho, las referencias sobre Critón, pero conformes todas en reconocer la sana condición de su personalidad: esto apoya la idea del ca rácter histórico, en lo esencial, del diálogo en que Platón nos le presenta repitiendo tozudamente a Sócrates que le haga caso y se Salve. * * *
XV X V
est e diálogo Porque el problema de la historicidad en este — como com o en tantos otros en que igualmente igualmente se se plantea— plantea— no es soluble sino con co n las armas del buen sentido. Es natural natural suponer que pudo haber, que tuvo que haber, entre Só crates y sus amigos, conversaciones en que discutirían la necesidad de que el maestro se salvara por cualquier medio, y sin duda él se negaría suave y resueltamente a hacerlo, apoyándose en las hermosas y lógicas razones que expone Platón en su diálogo. Probablemente el viejo Critón no dejaría de insistir hasta el último momento, y nos parece justa recompensa a su solicitud que Platón Plató n haya querido hacer de él el máximo representante, para la posteridad, de ese patético interés con que los amigos de Sócrates acu ciaron al filósofo para que escapara a las garras de una injusta sentencia. En este diálogo se nos ofreren, artísti camente sintetizadas, todas esas amistosas polémicas, con el triunfo de Sócrates, dueño del mejor razonamiento. 5) E l t e x t o .
Nos hemos atenido, en general, a la tradición de los manuscritos aunque en algunos casos hemos aceptado las lecciones de la excelente edición de Burnet.
S I G L A B = codex code x Bodlei Bodleianus anus 39. T = codex code x Venet Venetus us Marci Marcian anus us 4. W = oodex oodex Vindo Vindobon bonens ensis is 54. Recentiores manus eorum librorum litteris B’ T’ W’ significantur codd. = codi codice cess in marg marg.. = in margi margine ne om. = omittit, omittit, omittunt omittunt recc. recc. = rece recent ntes es recep. recep. = recepit, receperunt receperunt secl. secl. = seclusit, seclusit, secluseru secluserunt nt trib trib.,., = trib tribu uat, at, tribuunt tribuun t
i ω
Ν
Σ Κ ΡΑ Ρ Α ΤΗ Τ Η Σ, Σ, Κ Ρ Ι Τ Ν
Σ . Τί τηνι ηνικά δε φ ξαι, ώ Κρ τοον; ή ο πρφ πρ φ ® »/ »/ > / --ετι εστιν; ΚΡ. Πά νυ ν ο ν. Σ6 . Πην κα λιστα στα; Κ Ρ. ρθρος θρ ος βαθ . ^ ΣΟΙ Θαυ ^ρο, οττως θέ λησέ ησέ σοι ό του του δε σμ ωτη ωτη ρ ου φ λας πακοϋ σαι. ΚΡ. Συν θης θης δη ' οί έ σ πν, ώ Σ κρα κρατε , δι τό ττολλ ολλ κις δεΟρο φοι φοιτ ν, καί τι καί καί ς εργ τητα ηται ττ5 ε ο . 1 Σ ). "Αρ "Α ρτι δέ ή κεις ή ττ λαι;
i3
6
ΚΡ. Σ(α).
’ Επ ιεικώ ςπ άλα ι.
Ε ΐτα ΐτα π ς ο κ ε θ ς έ π γειρ ς ε, λλα σιγή σιγή παρακά θησαι θησαι; Κ Ρ. Ο ά τ ν α, ώ Σώ κρατ κρατε , ο δ’ αν αυτ ς θεΤ θεΤ/ον /ον εν το σα τη τε τε αγρυπνί γρυ πνί α καί καί λ πη εί ναι. ' λλα καί σοΰ π λαι θαυ θαυ ^οο αισθα σθαν ενος ,, ς δέ ως καθε δει · καί επ τηδες ηδες σε σε ο κ γειρον, ον, να ς δισ διστα δι γης . και πολλ ολλ κις κις εν δή σε και και πρό τερον εν πα παντ ντίί τω βί ω η δαι δαι νισα το τρ που, πολ δέ λιστα στα εν τη Vuv παρεστ ρεστ ση συ φορ , ώ +ρ (δ ως α τ ν καί πρ πρ ως φ ρει . 43 α) ή θέ λησέ ησέ Β: ή θελ θελε Τ. δ) πώ ς Β: ς Τ ||τε |τε γρυπνή υπνή ΒΤ: ά γρυπνίατ υπνίατεε W ||ν ν ΒΤ: νυνί W.
CßlTON SÓCRATES, CRITÓN S ó c r .— ¿Cómo aquí, a estas horas, Critón? ¿No es aún aún 43
muy pronto? Cr i t .—Muy pronto, desde luego. S ó c r .— ¿Qué ¿Qué hora, h ora, aprox ap roxim imada adam m ente1 en te1? Cr i t .—La del alba. SÓCR.— Me sorprende que haya ha ya querido hacerte hace rte caso el guardián de la prisión. A m igo ig o m ío es ya, ya , Sócrates, por po r m i mucho mu cho í t y Cr i t .— .— Am
venir acá, aparte de que algún provechillo ha sacado tam bién de mí. llegar ar o hace ya tiempo? tiempo? Só c r .— ¿Acabas de lleg Cr i t .— .— H ace un buen, buen , rato. S ó c r.— r. — Y ¿por ¿por qué no me has has despertado despertado en segui seguida, da, b sino que te estás ahí sentado en silencio? Cr i t .—-Por Zeus, Sócrates, tampoco a mí me gustaría
tener que aguantar tan largo insomnio en medio de un pesar tan grande. Pero cierto es que llevo un largo espacio admirado de ver cuán apaciblemente duermes. Y de in tención no te despertaba, para que pases el tiempo en la mayor tranquilidad. Verdaderamente, muchas vecös ya, durante toda tu vida, envidié tu carácter, pero mucho más aún en la desgracia ahora presente, al considerar con cuánta serenidad y mansedumbre la sobrellevas.
2
c
Σ(0 . Καί Καί y à p αν, ώ Κρ των, πλ πλημ ελ ς εΐη γανακτ νακτε ε ν τη λικουτ ικο υτο ο ν ό ντα ντα, ει δει δη τελευτ ν, KP. Και λλοι, οι, ώ Σ κρα κρατε , τηλι ηλικοΰ τοι εν Toi Toiaúrai aúraiss συ συ φορα ορα ς λ σκοντ κονται, ά λλ5 λλ5 ο δ ν αυτο ς êiriÀy^rqi ή ηλικί α τό ή ο χΐ γανακτε κτε ν τη τταρό ση τ χ η . ,, Σ6 . ’ στι στι τα τα. λλά τί δη δη οΰ τω ττρφ φ ξαι; KP. KP. ’ Αγγ Αγγελ αν, ώ Σ κρα κρατε , φ ρων χαλεπ ν, ο σοί , $ έ οι φα νεται, λλ’ οί καί τοΐ τοΐ ς σο επιτ δει δειοις πασιν σιν καί καί χαλ χαλεπ ν καί καί βαρε αν^ή ν εγώ , ς ε οί δο^ώ , έ ν τοΐ ξ βαρ τατ’ αν ν γκαι ι. Σ ι). Τίνα το την την;; [fpro πλοΐ ον φ κτα κται κ d λου, ου , ο δει φικομ υου τξ'θν 'θν ναι ε; KP. Ο τοι δή φ κται, ά λλά δοκεΐ εν οι ξειν τ ερον εξ ν παγγ λλουσιν ουσιν κον κοντ ς τι vçç πό Σουν ου καί καί κατ καταλιπ ντες εκεί α τ . δή λον ο ν κ το των [των [των αγγέ λων] τι ξει τ ε ρον, κα κ αί ανά γκη γκ η δή εις αυρι υριρν εστα εσται, ώ Σ κρα κρατε , το ν βίον βί ον σε τελευτ ν. Σ6 . λ λ 3, ώ Κρ Κ ρ των, τ χή αγα γαθθ , εί εί το τη τοΐ ς θεο θεο ς φ λον, ον, τα τη 'στ 'στω. ο ντοι οι αι ξειν α τό τό τ ερον. ον. 44 KP. Πό θεν θεν το το τεκμ α ρη; Σ . ’ Εγώ σοι ¡ ρ . τή γ ρ που υσ υστερα α δει ε ποθν σκει κειν ή ή αν ελθη ,τ πλοϊ ον. KP. Φ ασ , γέ τοι δή οι το των κ ριοι. οι. , Σ6 . Ο το νυν τ $ έ πιο σης ρας οίμ αι α τό ξειν, λλά τ ς ετ ρα . τεκμ α ρο αι δέ εκ c) α τού ς Β: α τοΐ ς Τ || καί καί βα βαρειαν ιαν Β: om. T W || ßaf-ύ τατ’ Β Τ': βαρυτ τοις Τ. ' d) δοκεΐ ... ... ξειν B'T W : δοκε δοκε ν ... ξειν Β: δοκε δοκε ν ή ξει Bu But-tt-tmann, Burnet || των ά γγ λων seel seel.. Hirschig Hirschig:: των ά γγελιώ ν W. W.
2
gritó itón, n, que serí seríaa importuno, a mis mis c S ó c r .— En verdad, gr años, irritarme porque hay que acabar ya. otros de tu misma edad se ven cogidos cogidos Cr i t .— También otros en tribulaciones como ésta, Sócrates, pero en nada les impiden los años de afligirse por su suerte. es. Pero ¿por qué has venido tan pronto? S ó c r .— Así es. Cr i t .— Porque Porq ue traigo una una noticia, noticia, Sócrates, Sócrates, terrible— terrible—n no para ti, a lo que veo— , pero sí terrible y dura para para mi y para tus amigos todos; por mi parte, no creo que pudiera recibir otra más dura. ¿Qué ué es es ello? ello? ¿Ha llegado tal vez ve z de Délo Délos· s· la d S ó c r .— ¿Q nave (1), a cuya llegada preciso es que yo muera? que haya haya llegado; llegado; pero probablemente probablemente Cr i t .— No, no es que estará aquí hoy, según las nuevas que traen algunos que vienen de Sunio (2) y la han dejado allí. Según éstos, no hay duda de que llegará hoy, y en consecuencia fuerza será, Sócrates, que mañana acabe tu vida. así agrada a los dioses, Critón, así se sea S ó c r .— Pues si así en buena hora. Pero nö creo que llegue hoy. Cr i t .— ¿De dónde esa segur 44 segurida idad? d? S ó cr .— Te lo v o y a decir decir.. Según Según parec parece, e, yo debo mori morir a al día siguiente de aquel en que llegue la nave, ¿no es así? Cr i t . .-—Así dicen los que son árbitros en estas cosas. eso es por po r lo que no creo que llegue llegue hoy Só c r .— Pues por eso
la nave, sino mañana. Me fundo en un sueño (3) que he (1) La nave sagra sagrada da de Délos Délo s sal salía ía todos tod os los los años del puerto puerto del Píreo, cargada de ofrendas con destino al templo de Apolo que se alzaba en la isla de Délos, consagrada al dios pitio; mientras la nave· estaba ausent ausentee del puerto puert o de Atenas, At enas, no pod p odía ía darse darse cumpli cum pli miento a ninguna pena capital. En esta ocasión, la nave era porta dora, además, de un coro ateniense que acudía a participar en la gran fiesta cuadrienal en honor al dios. (2) E l promonto prom ontorio rio de Sunio se alzaba a gran altura en la extre extr e midad SE de la tierra ática. (3) * Al parecer, Sócrates Sócrates da crédito, com co m o es corriente corriente en su época, al valor admonitorio de los sueños, aunque Tovar cree que Platón hace soñar demasiadas veces a su maestro. De esta ingenua fe en el testimonio de los sueños tenemos muestras en Heródoto y en Homero, y con gran frecuencia en Jenofonte.
3
τ νος ενυπν υπν ου, ö ε ρακα ολί γον πρ τερον το τη τ ς νυκτ νυκ τ · καί καί κιν κινδυν δυνε εις εν και καιρω τινι ο κ εγε ραί ε. KP. ΤΗν δέ δή τί τό εν εν πνιον; ον; . 6 Σ6 . δό κει κει τ ς μ οι γυνή προσε προσελθ,οϋ θ,οϋ σα ..καλ καί ευειδ , λε λευκά τια εχουσα, χουσα, καλ καλ σαι σαι μ ε κα ε ττε ν· ώ Σ κρα κρατε , ατί κεν τριτ τορ Φ θ ην ρί βω λο ν^ ιο. KP. ’ τοποV τό εν πνιον, ώ Σ κρα κρατε . Σ6 . '"’Ενα ’Εναργ ς εν ουν, ς γέ οι δοκε , ώ Κρι τ ν. ' KP. Λ αν γε, ς εσ εσικεν. λλ’ , ώ δαι νιε Σώ κρα κρατε , ετ ετι κα νυν οι πε θου και και σώ θ η τΓ ε οί, ε ν σ ποθ νης , ου α συ φορά ορά εστιν^ λλά λλά χωρ ς εν του εστερ σθαι θαι τοιφ οιφ του επ επιτηδε ου, ο ον εγώ ο δ να ή ποτέ οτέ ε ρ σω, ετ ετι δέ και πολλ ολλοΐς δό ξω, οι ε έ και σέ ή σαφ ς ϊσα ϊσ ασιν, ώ ^ειν, ει θελ θελον ναλ σκει κειν χρ α ° οΐ ς τ’ ν σε σφ^ει τα, ά ελ σαι σαι.· κα τοι τ ς αν α σχί ων ε η το τη δό ξα ή δοκε ν χρ ατα περί πλε ονος ονος ποιε οιε σθαι σθαι φ λου ; ο γά ρ πε σοντ ονται οί πολλ ολλοί ώ ς σ αυτ ο κ θ λη σας πι ναι νθ νδε ν προ θ υ ο υ νων. νων. ' 1 λ λά λ ά τί ϊ ν, ν, ώ ακ ριε Κ ρί τω των, ο τω Σίύ. τ ς των πολλ ν δό ξης _ ελει; οί γ ρ επ επιεικέ στα τοι, ώ ν μ λλον αξιον φροντ οντ ^ει ^ειν, γή σοντα σονται α τ ο τω πεπραχθα ραχθαιι, σπερ σπερ αυ αυ πρα πραχθ . 44 6) δτοπ δτοπον ον Β: ώ ς τοπον οπον Τ || γέ οι Β: οί Τ || πείθου ΒΤ: πιθοϋ ιθοϋ Bulges, Bulges, Burnet ||ό ύ ία Τ: ο δε ία Β || toü στερ σθαι θαι Sallie Sallier, r, Burnet: Burnet: σου σο υ έ στ στεερησθά ι ΒΤ. ΒΤ . C) ς οΐό ς τ’ ν codd. dd.: οΐό οΐό ς τ’ ν Cobet.
t '
3
tenido esta noche, hace un momento. Y sin duda que has sido muy oportuno al no despertarme. qué sueñ sueñoo ha ha sido ése ése? Cr i t .— ¿Y qué S ó c r .—Parecíame que una mujer hermosa y de noble b aspecto, vestida de blanco, se acercaba a mí, y llamándome por mi nombre me decía: «Sócrates, al tercer día llegarás a la fértil Ftía» (á). Extr año sueño sueño,, Sócrat Sócrates. es. Cr i t .— Extraño S ó c r .-^-Y muy significativo, al menos para mí, Critón. ta l vez demasiado, en verdad. Pero, vamos, Cr i t .— Sí, tal
Sócrates, desconcertante amigo, por favor: hazme caso y sálvate. Que para mí, si murieres, no es una sola desgracia, pues aparte de verme privado de un amigo cual jamás hallaré otro semejante, además de eso, muchos de los qué no nos conocen bien a ti y a mí, creerán que pudiendo yo o salvarte, si hubiera querido gastar dinero (5), lo he des cuidado. cuidad o. Y ¿puede haber fama fam a más vergonzosa que ésta ésta de parecer estimar en más el dinero que a los amigos* Porque la mayoría no creerá que tú mismo te negaste a salir de aquí, a pesar de nuestros ruegos. S ó c r .— Y ¿qué se nos da a nosotros, buen Critón, de esa opinión de la mayoría? (6). Pues los más inteligentes, de quienes razonablemen razona blemente te más hemos de cuidarnos, creerán' cree rán' que estas cosas sucedieron tal como realmente hayan su cedido. ' (4) Cf. II., II. , IX, 363. (5) Es sabido que Critón Critón disponía de una buena fortuna, y que era por otra parte hombre generoso y protector incansable de Só crates; Critón hace posible a su amigo el disfrute de lo que éste lla Bar ariq iq.. 4. 44). maba la mejor me jor posesi posesión: ón: el ocio filosó filosófico fico (Jenof., B (6) (6) Este desprecio desprecio de Sócrates Sócrates por la opinión de la mayoría may oría es es ostensible también en Qorg. 474 b y Rep. Re p. 492 y sigs.
KP. λλ ’ ρας δή δ τι ν γκ η , ώ Σ κ ρατε , καί τ ς των των πολλ ολλ ν δ ξη ς λειν. α τά τά δέ δή λα τά παρ ντα ντα νυνί τι οϊοί οϊ οί τ ’ ε σ ν ot πολλοί πολλοί ου τ σ ικρ τατα των κα κακ ν εργ ^εσθαι λλά τά γιστ γιστα α σχε σχεδό ν, ε ν τις εν α τρ ς δια διαβεβλημ νος . Σ6 . Εΐ γά ρ φελον, ον, ώ Κρ των, οϊ οί τ’ ε ναι οΐ πολλοί ολλοί τά γιστα στα κακά κακά ργ ^εσθαι» να οϊοί τ’ σαν καί ά γαθά τά γιστα, και και καλ καλ ς αν ε χεν. νυν δέ ουδέ ουδέ τερα οϊοί οϊ οί τε τε· οϋ τε γά ρ φρ νι ον ο τε φρονα ονα δυνα δυνατοί ποιή σαι σαι, ποιοΰ ποιοΰ σι δέ δέ το το ο τι ν τ χωσι χωσι.. , ΚΡ. ΚΡ. Ταυτ Ταυτα α ν δή ο τω τως εχέ τω· τ δε δ , Σ κρα κρατε , ε πε οι. δρά δρά γε ή ε ου προ η ^η και και τω ν ά λλων επιτηδε ων ', ε ν σ ενθ νδε εξ λθη , οί οί συκο συκοφ φ νται ν πρ γ ατα πα παρέ ρέ χω σιν ς σέ ενθ νδε εκκλ κκλ ψ ασιν, και και ναγκασθώ κασθώ εν ή καί π σαν την ο σ αν ποβα οβαλε ν ή συχνά συχνά χρ ατα, ή καί καί λλο τι πρ ς το τοις οις παθε ν; εί γά ρ τι τοιοϋ τον φοβη, φοβη, εα εασον α τό τό χα ρειν* ημ ε ς γά ρ που πο υ δίκα δί καιιοί σ εν σώ σαντ σαντ ς σε κινδυνε ^ι ^ιν το το ν τ ν κίν κί νδυνον καί καί ε ν δέ η ετι τουτ ου το υ ε ^ω. ^ω. λλ’ ε οί πε πε θου θου κοίΐ μ ή λλως πο ει. Σ(α3 . Και Και ταυτα υτα προμ ηθουμ ηθ ουμ αι, ώ Κρί των, κα λλα πολλ ολλ . ΚΡ. Μή τε<τοί <τοί νυν>τα ν>ταυτα υτα φοβου· κα,ί γά ρ ο δέ πολ πο λ τ ργ ρι ν εστιν ο θέ λου,σ ου,σιι λα λαβ ντες τιν σώ σαί σαί σε σε καί καί έ ξαγ γε ν ενθέ νδε. επειτα ο χ ρδς το τους το ς συκοφ υκοφ ντας ς ε τελε , καί καί ο δ ν ν δ οι επ επ’ α το ς πολλ ολλοΟ ά ργυρ ου; σοί δ d) δή λα codd: cod d: δηλοϊ Cornarius || ργά ζεσθα ζεσθαιι Β: έ ξεργ ζεσθα εσθαιι T W || γαθά τά γισ ισττα ΒΤ: ΒΤ: τά γισ ισττα γαθά W: τ γαθά τά γισ τα Cobet. e) ρά γε ή οΰ ΒΤ: ΒΤ: ΐρά ΐρά γε οϋ W [| το τοις ΤΒ': ΤΒ': το τους Β. Β. 45 ο) μ τε τοίνυ ίνυν Β: μ ή τοίνυ ίνυν TW.
4 Cr i t .—Pero tú mejor que nadie sabes, Sócrates, que d
también tam bién hay ha y que cuidarse cuidarse dede- la opinión op inión del vulgo. v ulgo. Pues Pues precisamente en estas cosas que ahora suceden, se hace claro que capaz es el vulgo de llevar a cabo no sólo los males más pequeños, sino aun los mayores, contra aquel que haya incurrido en su cólera. S ó c r .— ¡O ¡Ojalá jalá,, Critón Critón,, fuera el vulgo vulg o capaz de hacer los males mayores, para que fuera también capaz de los más grandes bienes! Eso sería magnifico. Pero, en realidad, ni de una ni de otra cosa es capaz (7). Pues no hay en él poder de hacer a otro ni cuerdo ni insensato, sino que en todo procede a impulsos del azar. Sea como tú dices. Pero..., vamos a ver, Sócrat Sócrates, es, Cr i t .— Sea dime. ¿Tal vez temes por mí y por po r los demás demás amigos, que, que, si tú sales de aquí, vayan a perjudicarnos los sicofantas (8) por haberte sacado, y que nos veamos por eso obligados a perder toda nuestra fortuna o buena parte de ella, o a sufrir cualquier otra o tra cosa a más de éstas éstas?? Pues, si tal temes; desecha esa idea: que justo es, sin duda, que corramos este riesgo por po r salvarte, y aun otro otr o mayor ma yor si forzoso forz oso fuere. fuere. Hazme caso, pues, y no obres de otro modo. To do eso temo, tem o, Critón Critón,, y otras otras muchas muchas cosa cosas. s. S ó c r .— Todo tengas esos esos temores..., porque, po rque, en reali reali Cr i t .— Pues no tengas dad, hay quienes por no mucho dinero están dispuestos a salvarte y a sacarte de aquí. Además, ¿no ves que estos sicofantas también son muy baratos y no haría falta mucho
(7) Las Las afirmaciones de Sócrates Sócrates convienen con la idea, en él típica, de que el conocimiento engendra necesariamente el bien, pues la virtud no es sino conocimiento y el mal no es otra cosa sino ignorancia. (8) Loa sicofantas sicofan tas eran denunciantes de profes pr ofesión ión que hacían hacían imposible la vida a los atenienses con sus constantes amenazas de delación.
e
45
a ,
5
υπ ρχει ν τά ά χρ ατα, ς εγώ οι αι, ίκα ίκ α 6 ν · πειτα καί εΐ τι τι οΟ κηδ ενος ο κ ο ει δε ν ναλ σκει κειν τ , ξ νοι ο τοι νθ δε έ τοι οί ναλ σκει κειν* ε ς δέ καί κε < ι <εν επ’ α τό το το ργ ριον ικαν ν, Σι ας ό Θηβ Θηβα ος · τοι ος δ και Κέ βης και και λλοι πολλοί ολλοί π νυ. στε στε, οπε οπερ λ γω , τε ταυτα υτα φοβο μ ενος ποκά ης σαυτ ν σώ σαι, σαι, τε, δ ελ ελεγες ευ τω δικα δικαστ στηρί ηρί ω, δυσχεδ υσχερ ς σοι γεν σθω τι ο κ ά ν εχοις ξελθώ ν τι χρφο χρφο σαυτφ· φ· πολλα ολλαχου ν γ ρ καί ά λλοσε cmoi ν e σαυτ φ κη γαττ σουσί σουσί σε. ε ν δέ βο λη εις Θ εττα λ αν ΐ ναι, ε σ ν έ οί εκεί ξ νοι οΐ σε περί πολλοϋ πο λλοϋ ποιή σοντα σονται κα κα'ι σφ λει ν σοι παρέ ξοντα ονται, στε στε σε ηδέ να λυττ;έ ν των των κα κ ατά Θ ετταλία λί αν. "Ε " Ε τι δέ , ώ Σ κ ρατε , ο δέ δίκα δί καιι ν οι δοκε δοκε πιχειρε ν πρά γ α, σαυτ σαυτ ν προδοΰ ναι, εξ ν σ ωθ η ναι, καί καί το ιαυ ιαυ τα σπε σπε δεις δεις περί σαυτ ν γενέ γενέ σθα σθαι περ ν κα o j εχθροί εχθροί σ ο υ σπε σπε σαι σαι ν τε καί καί εσπευ7 σπευ7 σαν σαν σέ διαφθε ραι βουλ ενοι. νοι. προ προ ς δέ το τοις καί καί το ς ε ς το το ς σαυτ σαυτου ου ε οιγ οιγε δοκε ς ιτροδιδό οδιδό ναι, ους σοι εξ εξ ν καί καί κθρ ψ αι καί καί κπα κπαιδε σαι σαι ο καταλιπ ν, καί τό σ ν ρος τι ν τ χωσι χωσι d χ σει κατ τοϋ το πρ πρ ξουσ ουσιν* τε ξοντ ονται δ , ώ ς τό ε κ , το ιο των οΐ περ ε θεν θεν γ γνεσθα νεσθαιι εν τα ς ρφα φα ν αις πε περί το ς ορφανο , ή γά ρ ο χρή π ιε σθα σθ αι πα παιδα ιδαςς ή συνδια συνδιαταλαιπωρΈ ν καί καί τρέ φοντ φοντα α καί καί παιδε οντ οντα, σ δέ οι δοκε ς τά ραθυμ τατα αίρε ίρε σθαι. χρή δ , περ ν ν ρ γαθό ς κα καί ν δρ ος ελοιτ οιτο, ταυ τα α ρε σθαι θαι, φά σκοντ σκ οντάά γε δή 6) οδτοι οδτοι codd: τοι τοι Schanz ||είς |εί ς δέ καί καί ΒΤ: ΒΤ : ε ς δέ W || τε τα τα Β Τ ': μ ή ταυτα υτα Τ. c) σπε σπε δεις δεις codd: σπε σπε δειν δειν Steph Stephaanus. nus. d) τ ) τε ξοντ ονται δέ ΒΤ: τε ξοντ ονταί τε W |¡ ς το ε κό ς Β ’: ς ε κό ς · Β II ού χρή Β: ού χρ ν (sic (sic)) Τ.
dinero para ellos? Yo creo que te bastaría con lo mío; pero, si en tu solicitud solicit ud por mí, mí, no te parece bien bien que me lo gaste, gaste, .aquí tienes a estos extranjeros, dispuestos a dar lo que haga falta: uno incluso, Simias (9), el tebano, ha traído, él sólo, dinero suficiente para este asunto; dispuesto está también Cebes y otros muchos; de manera que, te lo re pito, por tales temores, no desistas de salvarte. Ni, como decías ante el tribunal (10), (10), sea sea p a ra't ra 'tii dificulta dific ultadd el sabe saberr cóm có m o has de vivir viv ir al sali salirr de aquí, pues pues adondequiera que vayas vay as te recibirán bien; y si si quieres quieres ir a Tesalia, Tesalia, allí tengo ten go amigos que te honrarán en mucho y te darán seguro asilo, · de modo que no habrá nadie en Tesalia que te haga daño. Además, Ademá s, Sócrates, me parece parec e que intentas una acción que ni siquiera es justa: entregarte cuando puedes salvarte, y apresurarte a hacer contra ti mismo cosas tales, que sólo tus enemigos procurarían, ... y procuraron, en efecto, de seosos de perderte. Creo, además, qiie traicionas a tus hijos, pues pudiendo criarlos y educarlos, los dejas en abandono", de modo que, en lo que de ti depende, eso se hará sabe Dios Di os cómo, cóm o, y su suerte será será,, claro cla ro es, es, la que suele suele estar estar reservada a los huérfanos en las orfandades. Pues menester es o no dar vida a los hijos o cargar con todas las penali dades que acarrean su crianza y educación; mas tú, a mi parecer, has elegido lo más fácil. Sin embargo, se ha de elegir como lo haría el hombre honrado y valeroso, sobre (9) Simias y Cebes, que que aparecen en el Fedón Fed ón discutiendo discutien do con Sócrates, son dos tebanos ricos, discípulos de Filolao, filósofo de tendencia místico-pitagórica; fueron muy amigos de Platón. (10) Cf. A Vol. ol. 34b-38d.
6
c -
¿
o αρετ ς διά παντ ς του β ου πι ελε σθαι· β γ ω γ καί π ρ^σοϋ καί υπ ρ ή μ ώ ν των σ ν επι τηδε ηδε ων α σχ νο αι μ ή δό ξη παν τό πραγ α τ περί σέ ανανδρ νδρ α τινί τή ετ ρα πεπρδχθ πρδχθα αι, κα ή ε σοδος τ ς δίκης ίκης εις τό τό δικ αστ ρι ν 'ε σ λθ εν εξ ν ή είσε ίσελθεΐν. ΐν. καί αυτ ς ό γ ν τ ς δίκη ίκης γ νετσ, καί καί τό τό τελευτα υτα ον δή τουτ ου τ , σπε σπερ κ ατ γελως γελως τ ς πρά ξεως , κακί κακί α τιν , καί ανανδρ α τ ετ ρα διφ διφτεφευγ ναι ή ας δοκε οκε ν, ο'ί ο'ίτ τιν ς σε ο χί 46 σ σα εν ουδέ συ σαυτ σαυτ ν, οϊ ν τε ον καί δυν δυνατ ν εΐ τι καί ικρ ν ημ ν ' φελος ν. τα τα ο ν, ώ Σ κρα κρατε , δρα ή α τω κακω κακω καί αι αισχρ σχρά ή σοί τεκ α ν. ά λ λ ά β ο υ λ εύ εύ ο υ , μ ά λ λ ο ν έ ο ύ β ο υ - λε εσ εσθαι θαι 'τι ρα λλά λλά βεβουλε ουλε σθαι σθαι. α δε βου βο υ λ · τ ς yàp πιο σης νυκτ ς π ντα τα τα δει πεπρδχθ πεπρδχθα αι, ει δ’ ετι περι εγοϋ εν, ά δ νατ νατον κα ο κ τι ο ν τε. λλά παντί τρ πω, ώ Σ κρα κρατε , πε θ ου οι καί ηδα ηδα ς λλως ποίει ίει. b ΣΟ . Τω φ λε Κρ των, ή ·ρρ ·ρροθυ α σου σο υ π ο λλοί/ ξία εί ετά τίνο ίνος ρθό τη το ς εϊη* ϊη* εί δ$ δ$ , ο ω μ ε ^ων ^ων το σ ο τω χαλ χαλεπωτ ρα. ρα. σκοπε σκοπε σθαι σθαι ο ν χρή ημ ς ε τε ταυτα υτα πρακτ ον ε τε * εγώ ο νον νυν λλ / καί ά εί τοιου οιουτ τ ς ο ος των ν μ η δεν i αλλω πε πε θεσθαι ή τω λ γω ος ος ν μ οι λογ 130 νω β λτιστος στος φα νηται. τονς δή λ γους ους ν τω ε προσθεν οσθεν ελ ελεγον ου δ να αι ν ν κ βα βα λεϊν, ϊν, επ επειδή οι δε ή τ χη γ γονε ονεν, ά λλά σχεδό ν τι οιοι οιοι φα νοντ ονται οι, οι, καί καί το το ς α το το ς πρε πρεσβε ω c καί τι ώ οϋ σπερ καί πρ τερον* ν ε ν ή βελ e) ε σ λθεν θεν Β: Β: ε σή λθες θες Τ Β ’ || δή τουτί ουτί Τ: δή που τουτ τουτίί Β. 46 α) ού δέ BW: om. Τ || 8’ ίτ ί τι Β: δέ δέ Τ. 6) ού νον νυν ΒΤ: ού νυν πρ τον inscn inscnptum ptum in Socratis Socratis imagin imaginee (cf. C. C. I. G. G. I l l , 843, 843, núm. 6115 6115), ), recep. Burnet || δή λ γους TW: δέ δέ λ γους ους Β.
G
todo cuando uno dice y repite que se ocupa durante toda la vida vid a en el ejefci eje fcicio cio de la-vi la -virt rtud ud.. Yo,' verdaderamente, me avergüenzo por ti t i y p o r ,nosotros, tus amigos, amigos, de que pueda parecer que todo este asunto tuyo ha sido llevado con una cierta cobardía por nuestra parte: tu comparecen cia ante el tribunal (11); cómo, habiéndose podido evitar, tuvo lugar; el curso mismo del proceso; y, para remate, este final verdaderamente ridículo. Parecer pudiera que — puesto que ni tú a ti mismo, ni nosotros nosotr os te salvamos— salvamos— es que hemos rehuido este asunto simplemente por falta de valor, por cobardía, siendo como es cosa fácil y hace dera, si hubiera en nosotros algún interés por pequeño que fuése. Cuida, pues, Sócrates, de que no venga esto a parar en daño y deshonra tuya y nuestra. Así pues, reflexiona; aunque ya no es tiempo de reflexionar, sino de decidir; y sólo una decisión es posible, pues en la próxima noche ha de estar hecho todo esto; si esperamos algo más, ya no será posible hacer nada. Vamos, pues, Sócrates, hazme caso sin vacilar y en manera alguna obres de otro modo. S ó c r .— Querid Queridoo Critó Critón, n, tu solicitud muy mu y estimabl estimablee serí seríaa si se aliara con alguna, rectitud. Mas, si no es así, cuanto mayor, más enfadosa. Menester es, pues, que consideremos si se ha de obrar así o no; que yo no por primera vez ahora, sino de siempre he sido de tal condición que a ningún otro impulso he cedido sino a la razón que, en mis reflexipnes, se, me aparece como la mejor (12). Mas no puedo recha zar ahora los razonamientos que en otro tiempo profesaba, fiólo porque me haya sobrevenido esta adversidad, sino que me siguen pareciendo, por así decirlo, iguales, y honro y venero los mismos que antes. antes. D e m odo od o que si si n o pode(H) Sócrates podía haberse abstenido de comparecer ante el
e
40 a
tribunal, si se hubiera decidido a abandonar Atenas. Incluso, aun habiendo comparecido, le hubiera sido fácil lograr una sentencia favorable apelando a la piedad de los jueces o valiéndose de mil A pol. l. nos e3 bien conocida cuál fué su actitud: recursos: pero por la Apo cf. Apol. sgs. Ap ol. 34 c y sgs. (12) (12) Sobre este este fiel acatamiento acatam iento de Sóorat Sóorates es a la razón, cf. Gory. 475 d.
&
c
7
τ ω εχ εχω εν λ γειν εν τώ τταρ ντι, εΰ σθι τι ο σοι συ γχωρή σω, σω , ο δ’ ά ν πλε ω των νυ νυν παρ ν των ή των πολ πολλ λ ν δ να να ις σπερ παιδας ή α ορ ολ ττητα ηται, δεσ ο ς καί θαν θαν τους ους επιπ που σα καί χρημ χρημ των αφαιρ σει , πώ ς oöv oöv ν ε τρ ι τατα σκοτ κοττοί εθα αυτ ; εi πρώ το ν ν το τοι; οι; τ ν λ γον ναλ βοι εν, δν δν συ λ γεις περί τ ν δοξ ν. π τερο ν κά λ ς ελ γετο κ στο τε ή ο , τι τα ς ν δει τ ν δοξ ν προσ χειν τ ν νουν, τα τα Λ δέ ου ου; ή πριν ν ε έ δε δεΐν ποθν οθν σκει κειν καλ καλ ελ γετο, ν ν δέ κατ κατ δηλος δηλος ρα γ νετο τι λλως νεκα λ γου ελ γετο, ή ν δέ παιδιά διά ¿q ¿qii φλ φλυαρ α αληθώ ; επιθυ ώ δ 1 εγωγ’ επισκέ ψ ασθ αι, ώ Κρ των, ων, κοινή ετά σου εϊ τί τί οι λλοι τερος φανε ται, επ επειδή δε χω, χω, ή ό αυτ , κα καί ε σο εν χα ρειν ή πεισ εθα α τ . ελ γετο δέ πως πως , ς εγφ αι, έ κά στο τε δε Οπό τ ν ο ο νων τι λ γειν, σπερ ν ν δή εγώ λεγον, τι τ ν δ ο ξ ν ά ς ο νθρω θρωποι δοξ ^ου ^ουσιν δ οι τ ς ν περί πολλ ολλοϋ e πο ποιεΐσθ ΐσθ αι, τ ς δέ δέ . τοΰ το πρ ς θε ν, ώ Κρίτων, ο δοκεϊ καλ καλ ς σοι σοι λ γεσθαι θαι; σ γά ρ, γε τ νθρ πεια, εκτ ς εϊ του λλ ιν ποθν οθν σκει κειν 47 α ριον, ον, καί καί ο κ ά ν σε παρακρο οι ή πα παρο ρο σα σ υ α φορ . σκό πει δή ’ ο χ καν καν ς δο δοκεϊ σοι λ γε σθ αι τι ο π σ ας χρή τ ς δ ξας τ ν νθ ρ πίον ίο ν τι ν λλα τ ς ν, τ ς δ 5 ου, ο δέ π ντων λλά τ ν ν, τ ν δ 1 ου; τί φ ; τα ταυ τα ο χι καλ καλ ς λ γεται; á!) κ ατ δηλος δη λος Β Τ ’: καί καί δηλος δη λος Τ || φανε τ ι Β: Β : φα νετ νεται Β' Β ' || σο εν Β Τ’: σω εν Τ. 47 α) ο δέ ..... δ’ οΰ TW: om. om. Β.
7
mos ahora exponer otros mejores que aquéllos, sábelo bien q\ie no te obedeceré, ni aunque el poder de los más inten tara amedrentarnos como a niños con males mayores que los ahora presentes, poniendo ante nuestros ojos, prisión y muerte y privación de riquezas. ¿Cómo, pues, conside raríamos estas estas cosas más más discretamente? ¿ Y si empezá ramos por examinar de nuevo ese. argumento que hace un momento mom ento aducías tú con co n respecto a las las opiniones? ¿Era ¿Era o no acertado aquello que solíamos decir, que se ha de prestar prestar atención a unas unas opiniones opiniones y a otras otras no? ¿O ta l vez era acertado antes de que yo tuviera que morir,, pero ahora ha venido a resultar que lo decíamos en vano, por hablar, y que en realidad no eran sino chiquillerías y sim plezas? Vivamente deseo, Critón, examinar juntamente contigö si en algo he de cambiar de opinión ahora que me encuentro en estas circunstancias, o si todo sigue igual; y si debemos mandar a paseo a quel razonamie razo namiento nto o seguir seguirle le.. Según yo creo, solían sobre poco más o menos decir los y a hace un que se tienen por entendidos, lo que decía ya momento: que de las opiniones que forjan los hombres, debe de bem m os estimar unas unas en mucho mu cho,, y otras no. Esto, E sto, Critón, por los dioses, ¿no te parece que está bien dicho? Porque tú, al menos en cuanto a lo que humanamente se puede prever, estás estás lejos de tener que morir mañana, mañana, y por po r tanto no parece que pueda ofuscarte el inminente peligro. Así pues, reflexiona. ¿No te parece que hay razón sobrada para decir que no se han de honrar todas toda s las .opiniones de los·hombres, sino unas sí, otras no? ¿Ni las de todos, sino las de unos, unos , mas no las de otro otros?. s?. ¿Qué ¿Qué dices? ¿No está bien dicho esto?
Æ
e
47 a
KP. Καλ Καλ . Σ( . Ο κο ν τ ς ν χρη σ τ ς τι ν, τ ς δ πονερ ς ; KP. Noti. Σ . Χ ρηστα ρησταί δέ ο χ αί των φρον ων, πονη ραί δέ αί τω ν αφρ νων; KP. Π ς δ ’ ον; Σ6 , Φέ ρε δ , πώ ς au τά τοια οιαυτα υτα λ γετο; γυ να30 ενος ν ρ κ α το το ιτ ιτρ ττων π τερον παντ ς νδρ ς επα νω καί ψ γω καί δό ξη τ ν νουν προσ χει, ή εν ς νου εκείνο ίνου δς ν τυ γχ νη ια ιατρ ς ή παιδοτ δοτρ βης ν; KP. ‘ Εν ς νου. Σ6 . Ο κο ν φοθε σθαι θαι χρή το ς ψ γους κα σπ ^εσ ^εσθαι θαι το ς επα νους ους το ς του εν ς κε νου λλά ή το ς τ ν πο λλ ν . KP. η λα λαδ . Σ(0 . Τα τη ά ρα αυτώ υτώ πρακτ ον καί γυμ να να στ ον καί δεστ ον γε καί ποτ ποτ ον, ον, ή ν τώ ν δοκή , τώ επιστ τη κα καί πα οντι, λλον ή f¡ σ πασι τοΐς λλοι . KP. KP . " Εστι Εστι ταυ τα. / Σ6 . Εϊεν ϊεν. πειθή σας δέ τώ νί καί τι σα αυτου υτου τ ν δ ξαν καί το ς επα νου , τι τι σας σας δ το ς τ ν πολλ ολλ ν [λ γου ] καί μ ηδ ν επα ντων, ρα ο δέ ν κακό κακό ν πε σετ σεται; K P. Π ς γ ρ ο ; ΣΟ . Τί δ’ δ ’ εστ εστιι τό κακό κακό ν το το , καί καί ποΐ τε τε νει, καί είς τί τ ν τοϋ τοϋ πειθου θουντο ; K P. λο ν ο τι είς τό σ α· τουτ ου τσ γ ρ δ ι λ λυσι. 6) ή Ί) σ πασι Β'Τ: ή εί σ πασι Β. c) λ γους Β: om. ΐ || τό κακό ν τοϋ το Β: κακό ν τοϋ το Τ.
está.. Cr i t .— Bien dicho está S ó c r .·— ¿Honraremos, pues, pues, las buenas y no las mala malas? s? Cr i t .— .— A sí sí es. S ó c r .— .— B uenas son las de los hombres sensatos, malas las de los necios, ¿no es así? (13). Cr i t .— ¿Cómo ¿Cómo no? pues, qué es es lo que se se quería decir con S ó c r .— Veamos, pues, todo esto. Un hombre que se ejercite en la gimnasia, al obrar así, ¿presta atención a la alabanza o reproche y a la opinión de cualquier hombre, o a la de sólo aquel que sea precisamente médico o pedotriba? (14). Cr i t .— .— D e sólo éste. tant o, menester es que que tema tem a los reproch reproches es S ó c r .— Por tanto,
y desee las alabanzas de solo éste, mas no las de la ma yoría. Desde lueg luego. o. Cr i t .— Desde S ó c r .—Portanto, pues, obrará y se ejercitará, y comerá y beberá, según la opinión de solo aquel que es guía y entendido en el asunto, y la antepondrá a la opinión de todos los demás. Cr i t .— .— A s í e s . S ó c r .—Bien. Y si no obedece a éste y sólo a éste, sino
que menosprecia su opinión y sus alabanzas, y honra en cambio las del vulgo que no entiende, ¿no ha de sufrir lógicamente algún daño? Cr i t .— .— P ues ¿cómo no?· S ó c r .— Y ¿ q u é m a l e s é st s t e y a q u é a f e c t a y a q u é e le le mento de los del desobediente? pues éste éste se se va corrom corro m Cr i t .— Sin duda que al cuerpo; pues
piendo.
(13) (13) Nuevamente Nuevam ente reitera aquí aqu í Sócrates su creencia en la equiva lencia entre virtud y conocimiento, entre maldad e ignorancia, «principio del que deriva toda la ética socrática» (Tovar). (14) E l pedotriba pedot riba era el encargado de dirigir en la palestra los ejercicios gimnásticos a que con tanto entusiasmo se dedicaban los griegos en todas las épocas de su vida. Sabido es que los gimnasios y palestras eran los lugares a que con mayor gusto acudía Sócrates en busca de interlocutores.
9
Σ . Καλ Καλ ς λ γει , ο κο ν καί καί τ λλα, ώ Κρ των, ο τως , να ή πά ντα ντα δ ι ω εν, και και δή και περί τ ν δικα δικα ων και και δικων δικων και και αισχρώ ν καί καί κα λ ν καί αγ αγαθώ ν και κακώ κακώ ν, πε περί ν ν ν ή βουλ ουλ ή ν εστιν, π τερον τη τ ν πολ πολλ λ ν δ ξη δε δει d ή μ ας επεσθαι θαι και και φο φοβε σθαι θαι αυτ ν ή τή τοΰ εν , εϊ τ ς εστιν στιν επα ων, ον δε! δε! και και α σχυνε σχυ νεσθ σθα αι καί καί φο βε σθαι λλον ή σ παντας το το ς λλου ; φ ει κολουθή σομ εν, δι διαφθερ θερου εν εκε νο καί καί λωβη/ λωβη / σ εθα, θα, ö τω ν δικα ω β λτιον έ γ γνετο, τώ δ δ κ ω π λλυτο. υτο. ή ουδ ν στι το το ; ΚΡ. ΚΡ. Οι αι 'γωγε, ώ Σ κρα κρατε . Σ£ . Φέ ρε δ , ε ν τό υπό υπό τοΰ γιεινοΰ εν β λτιον γιγν ενον, ον, υπό υπό τοΰ , νοσ δους δους δέ δια δια φθειρ ενον διολ σω εν πειθ ενοι ή τή τ ν πα ντω ντων δό ξη , &ρα βιωτ βιωτ ν ιν εστι στιν διε διεφθαρ θαρ e μ νου α το ; εστι δέ που τοΰ το τό σώ α· ο χί; ΚΡ. Ναί, Σ(ύ. ' rΑρ’ Αρ’ ο ν βιωτ ν ΐν στιν ετά οχθη οχθη ροΰ καί διεφθαρ νου σώ ατος ; ΚΡ. Ο δα . ΣΟ . ’ Α λλά ετ’ εκε νου ρ’ ν βιωτ ν διε φθαρ νου, φ τό δικον ν λωβ ται, τό δέ δ και καιον ν νησι ησιν; ή φα φαυλ υλ τερον γο εθ α ε ναι το σώ ατος εκείνο ίνο, τι ποτ’ ποτ’ εσ εστί τ ν ή ετ ρων, πε περ δικί α καί καί ή δικα δικαιιοσ νη έ στ ν; 48 ö ή τε δικί ° Κ Ρ. Ο δ α . Σ Ο. ’ Αλλά Αλλά τι τι ι τερδν; ΚΡ. ΓΤολ ΓΤολ γε. γε. ΣΟ . Ο κ ρα, ώ β λτιστε, π νυ ν οΰ τ e) τοΰ το τδ σώ α Β: το ντο ντο σώ α Τ. 48 α) τί Β: δ τι τι Τ || οϊοί οϊ οί τε Β: οϊ οί τέ γ' Τ.
dices. Y lo mismo sucede, Critón, en las S ó c r .— Bien dices.
demás cosas, para no ir enumerándolas todas. Así pues, en lo justo y lo injusto, en en lo innoble y lo noble, en lo bueno y lo malo, cosas que son precisamente el objeto de nuestra actual discusión (15), ¿debemos seguir la opinión d de la mayoría y temerla, o sólo la del entendido—si es que hay ha y alguno— alguno— , al cual hemos de respetar y temer más que que a todos los demás juntos? Pues si a un hombre tal no obe decemos, corromperemos y dañaremos aquello que se hacía mejor con la justicia y peor con la injusticia. ¿No es tal como digo? así lo creo, Sócrate Sócrates. s. Cr i t .— Y o así S ó c r .— .— V eamos, eamos, pues. Si lo que se perfecciona con un régimen higiénico, pero se corrompe con un régimen mal sano, lo dejamos perder por seguir una opinión que no es la de los entendidos, ¿nos será realmente posible vivir, una vez corrom cor rom pido esto? Esto Es to que, según creo, es el e cuerpo, ¿no? Cr i t .— .— Sí. Sí. ¿Nos ser seráá posible vivir con c on un cuerpo miserab miserable le S ó c r .— ¿Nos
y corrompido? Cr i t .— De ning ningún ún modo. ‘ cuando se se haya corrompido corrompido aque aquell lloo a l o que S ó c r .— ¿Y cuando la injusticia daña y beneficia la justicia? (16). ¿Tal vez creemos de menos valor que el cuerpo, esta parte de nos otro ot ross mismos, sea cual sea, sea, a la que q ue se refieren refier en la injustic inju sticia ia 48 y la justicia? a Cr i t .— .— De D e ningún modo. Entonc es, ¿es ¿es más valiosa? Só c r .— Entonces, más, ciertamente. ciertamente. Cr i t .— Mucho más, Só c r .— .— Por P or tanto, queridísimo, no debemos cuidarnos (15) (15) Esta Est a enumeración de virtudes virtude s concretas concretas (con (co n sus vicios opuestos) consideradas en conjunto cómo objeto único de la discu sión, constituye un esbozo de lo que era el pensamiento íntimo de Sócrates: una virtud única, de la que esas manifestaciones concretas no son sino apariencias o aspectos. (16) En Gorg. 477 c, se afirma también que «la injusticia es un mal del alma».
10
φροντ οντιστ ον τί ερο σιν ο'ι πολλ πολλοί ημ , λλ’ λλ’ ö τι ό επα ων περί τω ν δικα δικα ων καί καί δικων, δικων, ό εις κα αυτή υτή ή αλ θει θεια, στε στε πρώ τον εν τα τη ο κ ρθ ς εί ση ση γ , εί ση σηγο ενος τ ς τ ν π ο λλ ν δ ξη ς δε ν ή ας φροντ οντ ^ει ^ειν πε περί των τω ν δικα δικα ων και και κα λ ν και αγαθώ ν και τ ν εναντ ων, λλά εν δ , <ραη γ ’ αν αν τι , οΐοί τέ εισιν δς οί πολλ πολλοί οί πο πο κτινν ναι. b KP. KP. λα δή και τα τα· φα η γά ρ αν, ώ Σ κρα κρατε . "Αληθή Αληθή λ γει . Σ6 0 . λ λ ’ , ώ θ αυ σιε, ο τ ς τε τε ό λ γο ς ον ον διε διεληλ θα εν 'μ οιγε δοκε οκεΐ οιος οιος ε ναι καί καί πρό τε ρον· ον· και και τ νδε δέ α5 σκό πει ει ετι μ νει ιν ή ου, ου, οτι οτι où τό ^ ν περί πλε στου στου ποι ποιητ ητ ον λλά τ εύ ^ ν. KP. λ λ ά μ νει. Σ . Τ ό δε ε καί καί κ αλ ς κα'ι δικα δικα ως τι τα τ ν έ στιν, νει ή ου νει; KP. Μέ νει. Σ(0 . Ουκου κουν εκ τ ν ολογ ολογου ου νων το το σκε σκ επτ ον, πό τερον δίκα δί καιιον ε έ ενθέ νδε πειρα ιρασθα c έ ξι ναι ή φιέ ντων’ ντων’ Αθηνα Αθηνα ων η ο δί και καιον και και ε ν εν φα νητα ηται δ και καιον, πειρ εθα, θα, εί εί δέ δέ , ω εν. ας δέ συ λ γεις τ ς σκ ψει ψεις περί τε ναλ σεω σεως χρηχρητων καί δ ξη ς καί πα πα δων τρο φ , μ ή ς λη θώ ς τα τα, ώ Κρ των, σκέ ατα ή τ ν ρα ραδ ω ποκτι οκτινν ντων καί ά ναβιωσκς νων γ ’ ν, εί εί οΐοί τ’ ή σαν, ο δενί συν ν , το το τω των τ ν πολλ πολλ ν, ϊν δ’, επειδή ό λ γος οΰ τως αίρε ίρει, μ ή ο δ ν λλο 6) φα φα η γά ρ äv secl. Schanz Schan z |j ληθη λ γεις Critoni trib. BT BTW Socr So crati ati recc re cc.. || καί καί πρ πρ τερον ερον öum öu m Pi isciano, · Burnet: Bur net: τω κα πρό τερον ερον B W ': καί καί πρό πρό τερος ερος Τ: τω πρ τερον W || τ νδε 8έ Τ: τ νδε Β.
10
tanto de lo que dirá el vulgo de nosotros, sino de qué dirá el que es entendido en lo justo y lo injusto: sólo él (17) y la Verdad en sí sí misma misma deben preocuparnos. De modo m odo que, que, en primer lugar, no te conduces bien al juzgar que debe mos preocuparnos en la opinión del vulgo con respecto a las cosas justas, nobles y buenas, así como a sus contrarias. Aunque Aun que no faltará, naturalmente, quien diga: «Si, «Si, sí, sí, pero muy capaz es el vulgo de darnos muerte». Cr i t — Sin duda que así es. Podría decirlo, Sócrates· j> j> - Razón Ra zón tiene tienes. s. . S ó c r .— Bien está; está; pero, a mi parecer, parecer, amiguito, este ra zonamiento que hemos desarrollado sigue siendo tal como antes era. Reflexiona ahora a ver si también este otro conserva o no su autoridad para nosotros: que no se ha de tener en la mayor estima el vivir, sino el vivir bien. Claro que la conserva. conserva. Cr i t .— Claro que el bien y la honestida honestidadd y la justicia justicia son son Só c r .— Y que una misma cosa (18), ¿lo seguimos manteniendo o no? Cr i t — Lo L o seguimos manteniendo. tan to, se ha de conside considerar rar según según esto en lo Só c r .— Por tanto,
que de acuerdo estamos, si es justo o no que yo intente salir salir de aquí, no permitién permi tiéndolo dolo los ateniens atenienses. es. Y si resulta c ser justo, intentémoslo; y si no, dejémoslo. Con respecto a las consideraciones que acabas de hacerme sobre gasto de dinero, buena fama y crianza de hijos..., mira, Critón, no seaü éstas realmente razones propias de los que tan fácilmente hacen matar a cualquiera como le harían resu citar si de ello fueran capaces, sin pararse en reflexiones; es decir, de ese vulgo. Pero nosotros, puesto que así lo exige la razón, no consideremos otra poSa sino lo que (17)' (17 )' Esto es, es, Dios, identificado identificad o aquí con la Verdad, Verdad, concebida concebida como un atributo esencial de Dios. (18) A quí qu í se expresa con mayo m ayorr claridad claridad el pensamiento pensamiento unitari unitarioo de Sócrates; véase nota 15.
11
d
e
49
6
σκεπ κεπτ ον ή ή οπερ ν ν δή λ γομ εν, π τερον δ και καια πρ ξομ εν καί χρ ατα τελοΰ ντες το τοις το ς ε έ ενθέ νδε εξαξουσιν ου σιν καί χά ριτ ριτα , καί καί α το'ι ξ / ^ντ ^ν τ ς τε καί εξαγ ενοι, ή τή ληθ ε α δ ική σο εν π ντα ντα τα τα ποι ντε · καν καν φαιν εθα δικα α τά εργαζ ενοι, οι, ή ο δέ η πολογ ολογ ^εσθα ^εσθαιι ο τ5 εΐ ά ποθυ σκει κειν δει παρα νοντ οντας καί καί συχ αν γοντ οντα , ο τε λλο τιο ν π σχειν πρό τοΰ δι δι κεϊν. ΚΡ. Καλο ς μ ν οι δοκ ΐς λ γειν, ώ Σ κρα κρατε . ορα δέ τί δρ εν. Σ6 0 . Σκοπ εν, ώ γαθέ , κοιν , και ε’ί πη εχ ις ντιλ γειν ε οΰ λ γοντος οντος , αντ αντ λεγε καί σοι πε σο αι· ει δέ , πα σαι δη, ώ ακ ριε, πο λ λ κις οι λ γων τ ν α τ ν λ γον, ον, ς χρή ενθ νδε -εγώ περί κό ντων ’ Αθην θηνα ων ε έ oo ooyíévar πολλοΰ πολλοΰ ποιο οιο αι πε σας σε τα τα πρ ττειν, ά λλ ή κ οντο . ορα δέ δή δή τ ς σκ σκ ψ εω εως τ ν ρχ ν ε ν σοι καν καν ς λ γητα ηται, καί καί πει πειρώ ποκρ νεσθαι θαι τό ερωτ ενον , ν μ λιστα.ο η . Κ Ρ. λλά πειρ σο αι. . ΣΟΟ. Ο δεν δενΐ τρό τρό πω ,φα ,φα ν χοντ οντας δικητ δικητ ον ε ναι, ή τινί ν δικητ δικητ ον τρό trco, τινί δέ δέ ο ; ο δα ς τό γε δικεΐν ο τε γ θό ν ο τε τε καλ ν, ς πολλ ολλ κις κις ν καί εν ,τω ,τω ε προσθεν χρ νω ολογ θη; θη ; [οπ [οπερ κα'ι ρτι. ελ γετο] ή πασαι σαι ν έ κε ναι αί πρ σθεν σθεν,ό ολογί ολογί αι έ ν τα σδε σδε τα λ γαις ραις κκεχυ' ναι ε σ ν, κα καί π λαι, Κρ των, ρα τηλι ηλικοί οε [γέ ροντ οντε ] ά νδρες πρ λλ λους ου ς σ πουδ ουδ ή διαλεγ ενοι ελ θο εν ή α e) πε σας σας Buttm Bu ttmann ann:: πει πει σαί σαί Β. 49 α) α) δπε δπερ κα. κα . ¿ίρτ ¿ίρτι ελέ γετο γετο seel. Burg Bu rges, es, Burnet Bur net.. || γέ ροντες ροντες seel. Jacobs, Burnet.
11
ahora mismo decíamos: ¿obraremos justamente granjeán donos con dinero y con favores a los que están dispuestos a sacarme de aquí, siendo nosotros a un mismo tiempo d medianeros de la huida y fugitivos? ¿0, por el contrario, obraremos en' realidad injustamente al proceder de este m odo? odo ? Y ' si es es manifi man ifiesto esto que obramos obram os en esto esto contra just ju stic icia ia,, n o sea m enes en ester ter y a ten te n er en cuen cu enta ta si h abre ab rem m os de sufrir, sin movernos de aquí e inactivos, la muerte o cualquier otra adversidad, adversidad, con c on tal de no obra r injustamente. Cb i t .— .— Bien dices, a mi parecer, Sócrates. Mira, pues,
qué hemos de hacer. S ó cr cr.— .— Consi Conside derém rémos oslo lo en en común, mi buen amigo; y si si de alg algún- m odo od o puedes refutar mis razones, razones, hazlo y yo te te e obedeceré. Pero si no puedes, deja ya, buen Critón, de repetirme una y otra vez el mismo consejo: que debo marcharme marcharm e de aquí, aquí, aun contracontra- la volu v olunta ntadd de los ate nienses. De verdad te digo que yo tengo gran interés en lograr en este asunto tu conformidad y en no hacer nada contra tu-deseo. Mira, pues, si te parece bien establecida la base de nuestra argumentación y procura contestar- 49 com co m o m ejor ejo r creas a mis preguntas. , a Cr i t .—-Lo procuraré. S ó c r .— .— ¿Afirmamos que en ningún caso se ha de hacer
injusticia voluntariamente, o en ciertos casos sí y en otros no? ¿No es en modo alguno bueno ni hermoso el obrar contra justicia, como en otrás muchas ocasiones anteriores hemos convenido? conveni do? ¿O acaso todo to doss aquellos nuestros nuestros anti anti guos acuerdos han venido por tierra en estos pocos días? ¿Tal vez, Critón, Critón, ha podi po dido do suceder que que hombres hombr es de nuestra 6 edad hayan estado tanto tiémpo departiendo uno con otro
]2
αυτο υτο ς πα δων δων ο δέ ν διαφ ροντε ; ή παντ ς λ λον ο τως τως εχ'ει σπε σπερ τ τε λ γετο ν* ε τε φασ ν οί πολλο πολλο ί ε τε , και και ε τε δει ή ας ετι τώ ν δε χαλ χαλεπώ τερα π σχει σχειν ε τε καί καί πρα τερα, ό ως τό γε δικε ν τώ δικοϋ ντι καί κακ ν καί αι αισχρ σχρ ν τυγχά υγχά νει νει ον παντί ντί τρό πω πω;; φα ν ή ου; KP. Φ α ν. Σίλ) ίλ). Οΰ δα ς ά ρα δει δικε ν. KP. KP. Où δή τα. Σ . Ουδ Ουδέ ά δικο ενον ρα νταδικε ν, ς ο πολλο ολλο ί οϊ οντ ονται, επειδή γε ο δα ς δει δικε ν. c K P. Où φα νετ νεται. Σ6 0 . Τί δέ δ ; κακο κακου υργε ν δει, ώ Κρ των, ή ου; ου; K P. Ου δει δή που, ώ Σ κρα κρατε . Σ(ύ. Τί δ ; ντικακο κακου υργε ν κακώ κακώ π σχοντα σχοντα, ς οί πο πο λλο λλο ί φασιν, δ και καιον ή ο δ και καιον; ον; K P. Ο δ α . Σ6 0 . Τό yáp που κ ακ ς πο ποι ΐν νθρ πο υ το υ ά δικε δικε ν ο δέ ν δι διαφ ρει. KP. Α ληθ ή λ γει . . : Ο τε ά ρα νταδικέ δικέ ν δει ουτε ουτε κακώ κακώ Σύ). ποιε ν ο δ να νθρ πων, ο δ’ ά ν τιουν πά σχη π’ α τ ν. καί öpa, ώ Κρί των, ταυ τα κ αθ ομ ολο d γ ν , δ πω ς ή παρά δ ξαν ο λο γ · ο ιδ α γ ρ οτι οτι λ γοις τισί ταυτα υτα καί καί δοκε δοκεΐΐ καί καί δό ξει. οί οϋ ν ουτ ου τω δ δοκτα οκται καί οί ς , το τοις οις ο κ εσ εστι κοινή βο υ λ , λλά ν γκ η το το υ ς λλ λων κ α ταφρονε ν, ρ ντας λλ λων τά τά βουλ ουλε ατα, σκό πει δή ουν ουν καί καί σ ευ λα π τερον κοι κοινωνε d) λλ λων τά Τ: τά τά
λλ λων Β.
12 muy seriamente, sin advertir que en nada diferían de unos niños? ¿,0 siguen, siguen, sin reserva alguna, nuestras conviccio conv icciones nes tal como entonces las manteníamos: que diga lo que diga el vulgo y séanos o no forzoso sufrir cosas peores o mejores q re éstas, el hecho es que obrar con injusticia es, en cual quier caso, un mal y una deshonra para el que tal hace? ¿Estamos conformes o no? Cr i t .— .— Sí Sí lo estamos. ningún modo se ha de obrar injusta injusta Só c r .— Luego de ningún
mente.
desde luego. luego. Cr i t .— No, desde S ó c r .—Luego ni aun el que sufre injusticia ha de con
testar con injusticia, como cree el vulgo; ya que en ma nera alguna se ha de obrar injustamente. evidente nte que no. Cr i t .— Es evide S ó c r .— .— Bueno, B ueno, Critón, ¿y hemos de causar perjuicio a otro o no? Cr i t .— .— Desde D esde luego que no, Sócrates. S ó c r .— .— Y Y ¿es justo, como dice el vulgo, o^no, que el que sufre algún daño responda con nuevos daños? Cr i t .— .— D e ningún modo. S ó c r .— .— Como Como que el hacer daño a otro en nada difiere del obrar injustamente. Cr i t .— D ices verdad. Só c r .— .— Luego ni se ha de responder a la injusticia ni se
c
ha de1hacer daño a hombre alguno, ni aunque se sufra lo que se sufra por culpa de ellos. Mucho ojo, Critón, al mos- d trarte conforme en esto (19), no sea que vayas a caer en contradicción. Pues bien sé que a muy pocos parece y parecerá así; y entre los que juzgan y los que no juzgan de este modo no hay acuerdo común, sino que, por fuerza, viendo unos y otros sus respectivos pareceres, mutuamente se menosprecian. Examina, pues, tú también atentamente si estás de acuerdo conmigo y si eres de mi parecer; y si (19) En el Gorgias mantiene Sócrates decididamente esta opinión contra los ataqùes de Polo y Calióles; cf. 469 b-c, 472 e-473 a, 508 b y siga. Bien sabía Sócrates (Cf. Rep. Rep . I. 355) el escándalo y risa que tal opinión provocaba, y así previene a su amigo para que consi dere atentamente si puede o no dar su conformidad en este punto.
13
καί συνδο υνδοκε κεΐΐ σοι καί ρχ εθα εντε θε θεν βουλε βου λευό υό ενοι, ώ ς ουδ ποτε ρθώ ς 'χοντος ο τε του δ ι κεΐν οϋ τε τοΰ νταδικε ν οϋ τε κακώ κακώ ς π σχοντα σχοντα μ νεσθαι ντιδρ ντα κακώ κακώ , ή φ στο σαι καί ου e κοινωνεΐς τ ς αρχ ; ε οί ν γ ρ καί π λαι οϋ τω και ν ν ετ ετι δοκε οκε , σοι δέ δέ εΐ πη λλη λλη δέ δοκτα δοκται, λ γε καί δ δασκε, κε, εϊ δ’ ε νεις τοΐ τοΐ ς πρ σθε, σθε, τό ετ τοΰ το κου . ΚΡ. ’ Α λλ5 ε νω τε καί συνδοκεΐ κεΐ οι· λλ λ γε. Σ . Λέ γω δή αϋ τό ετά το ^ ο , λλον δ ’ ερωτ · π τερον ά ν τις ό ολογ ολογ σ η τω δίκα ίκαια ντα ντα ποιητ ον ή ξαπατητ ον; , ΚΡ. Ποιητ Ποιητ ον. Σ6 . κ το των δή θρει. πι ντες εν ενθ νδε ε ς ή πε σαντες τ ν π λιν π τερον κακώ κακώ ς τι 50 νας ποιοΰ οιοΰ εν, καί καί τα τα τα ο ς κιστ κιστα α δει, ή ο ; κα νο εν οίς ο λο γ σα εν δικαίοι ίοις ο σιν ή ο ; ΚΡ. Ο κ εχω, χω, ώ Σ κρα κρατε , ποκρ οκρ ν σθαι θαι πρ ς ο ρωτα · ο γ ρ εννο . λ λ ’ φδε σκ πει, εϊ λλουσιν ΐν Σ(ύ. ενθ νδε ε τε ποδι οδιδρ σκει κειν, ε θ5 πω πωςς δει νομ σαι τοΰ το, λθ ντες οί ν οι καί τό τό κοιν ν τ ς πό λεως πιστ ντες εροιντο* ‘ ειπέ οι, ώ Σ κρα τε , τί τί ν νφ εχ εχεις ποιε ν; λλο λλο τι τι ή το τω τώ δ εργω φ επιχειρε ς διανοή το ς τε ν ους , ή δ πολ σαι καί σ πασαν τ ν π λιν τό σ ν μ ρο ; ή δοκεϊ δοκεϊ σοι οϊ ν τε ετ ετι εκε εκε νην τ ν πό λιν λιν ε ναι κα ή νατετρ φθαι θαι, ν ή ν αί γε γεν εναι δ και μ ηδ ν σχ ωσιν σιν λλά πό ιδιω διωτ ν κυρ κυροι τε γ γνωντ ωνται καί καί διαφθε διαφθε ρωντα νται; ’ τί εροΰ εν, ώ Κρ των, πρ πρ 50 δ) έν fi αν TW TW : ν η Β || γίγνωνται Τ: γίγ γί γνοντ νον ται B W || δια διαφθείφθεί ρωντ ρω ντα αι Τ: διαφ διαφθε ροντα ονται BW B W || δίκα δί καςς τ ς TW T W B ': om. Β.
13
así es, iniciemos nuestra deliberación, partiendo del prin cipio de que jamás es recta la acción injusta, ni la réplica a la injusticia, ni devolver mal por mal. O mira si, por el contrario^ prefieres volverte atrás y no estás conforme con ese principio princip io fundament funda mental. al. A mí m í me sigue pareciendo e atora t(an cierto como en otro,tiempo; pero, si tú opinas de otro modo, sea cual séa, habla y explícalo. Mas si per sistes en nuestras convicciones anteriores,' escucha lo que sigue. Persisto en ella ellass y esto es toyy de acuerdo contigo· Cr i t .— Persisto Habla, pues. Entonces, he aquí lo que vo v o y a decir; decir; o mejor, Só c r .— Entonces, a preguntar: aquellas cosas en las que se está conforme con alguien y que son justas, ¿se han de hacer o se han de burlar? hacer. Cr i t .— Se han de hacer. Só c r .— Pues Pues fíjat fíj atee bien en lo que de esto esto se deduce. Si escapamos de aquí nosotros sin haber logrado persuadir a la ciudad, ciudad, ¿hacemo ¿hacemoss daño a alguien— algu ien— y precisamen precisamente te a quiene quieness de ningún ningún modo mo do debemos hacerlo— hacerlo— o no? ¿ Y nos nos mantenemos en lo que hemos convenido que es justicia o no? Cr i t .— .— No puedo contestar, Sócrates, a lo que pregun tas, pues no lo entiendo. Considera, a, pues, lo siguiente. siguiente. Sup Su p onga on gam m os. os . que que Só c r .— Consider al pretender nosotros escapar de aquí, o como haya que llamar a eso, llegándose las leyes y el Estado a nosotros, nos preguntaran: «Dinos, Sócrates, ¿qué es lo que vas a hacer? ¿Qué otra cosa tramas con esta empresa que inten tas, si no es arruinarnos a nosotras las leyes y a la ciudad b toda, en lo que de ti depende? ¿Te parece posible que sub sista sin arruinarse aquella ciudad en la que las sentencias pronunciadas nada pueden, sino que son despojadas de su autoridad y destruidas por los particulares?» ¿Qué di remos, Critón, a tales preguntas y a otras por el· estilo?
14
ταυτα υτα καί λλα λλα τοιαυτ οιαυτα α; πο π ο λλά γά ρ ν τις εχοι, οι, λλως λλως τε καί ρ τωρ, ωρ, ε πε ν υπ ρ το του του του νό ου πολλ ολλυ νου δς τ ς δίκα ίκ ας τ ς δικ ασθείσα ίσα προ προ στ ττει κυρ κυρ ας ε ναι, ή ερου εν πρό ς αυτ αυτο ο , c ό τι δίκε ίκει γ ρ η ς ή π λις καί ο κ ρθ ς τη ν δί κην κην εκρ εκριινεν; ταυ τα ή τί ερουμ εν; KP. Ταυτ Ταυτα α νή α, ώ Σ κρα κρατε . ΣΟ . Τί ουν ν ε πωσιν οί ν οι· ‘ ώ Σ κρα κρα τε , ή καί τα ταυτα υτα λ γητο ητο ή ιν τε καί σο , ή ε γειν τα ς δ και 'α ς ν ή π λις δικά δικά ^η;’ ^η;’ εΐ ο ν α τ ν θαυ ^οι εν λεγ ντων, σώ ς ν εϊπο ϊποιεν τι 'ώ Σ κ ρατε , μ ή θα αζε τά λεγ ενα λλ’ π ο κρ νου, επ επειδή καί ειωθας θας χρ σθαι σθαι τώ ρωτα ωταν τε καί π κρ νεσθαι θαι. φ ρε γά ρ, τί εγκαλ καλ ν ν κα d τη π λει επιχειρε ς ή ας πολλ ολλ ναι; ο πρ το ν ν σε εγενν σα εν η ε , κα καί δι’ ημ ν ελ ελαβε τ ν ητ ρα σου ό πατ ρ καί καί φ τευσ ν σε; φρ σον ο ν, το το ις η ν, το ς ν οις το το ς περί το το ς γά ου , φη τι ς ο κ αλ ς εχ εχουσιν; ’ 'ο φο αι5, φα φα ην ν. 'ά λλά τοΐ ς περί τ ν του γενομ νου τροφή ν τε και και παιδε αν έ ν ή κα κα σ παιδε /θης ; ή ο καλ καλ ς προσ/ οσ/ ταττον ν οΐ πι το τοις οις τε τετα γ νοι ν οι, παραγγ λλοντ οντες τώ πατρί τώ τώ σφ σε ν ουσ ουσική καί καί γυμ γυμ ναστι στική παιδε ειν; ’ 'κα 'κ αλώ 1, c φα ην ν. ‘ ε εν. / επειδή δέ γ νου τε καί καί ξετρ φης καί καί παιδε θη , εχοις οις ν ε πε ν πρώ πρώ το ν ν ς ο χί χί ή τερος σθα καί εκ γονος καί δο δο λο λο , α τ ς τε καί οί σοί πρ γονοι; ονοι; καί εί τοΰ θ ’ ο τως εχει, ρ’ εξ εξ σου ο’ ι ε ναι σοί τό δίκα δί καιιον καί καί ή ν, καί ά ττ’ ν η ε ς σε πιχειρ εν ποιε ν, καί σοί c)
?ίκει ?ίκει codd: αδικεί δικεί Heindorf ||έ νειν Β: έ ενε ν Step Stephan hanus us.. Burnet. d) λαβε λαβε TW: λ βανεν Β || πί τού τού τοις Β: πΙ τού τού τω Τ. Τ. e) τ ν δεσπ δεσπ την ΒΤ: δεσπ δεσπ την W.
14
¡Cuá ¡Cuánt ntas as cosas cosas po dría dr ía— — sobre todo tod o un orador orador (20)— (20)— decir decir en favor de esta ley que nosotros intentamos aniquilar, la cual establece que las sentencias, una vez pronunciadas, tienen tiene n plena autoridad! Pero podríam pod ríamos os acaso contestarles: « «Es que la ciudad nos trataba con injusticia y sentenciaba sin rectitud». ¿Diremos esto? Zeus, "Sócrates. "Sócrates. Cr i t .— Sí, por Zeus, nos dicen: dicen: S ó c r .— Y supongamos que las leyes entonces nos
«¿Es esto, Sócrates, lo que se convino entre tú y nosotras? ¿No fué más bien que respetarías respetarías los juicios que pronunciare la ciudad?» Y si nos sorprendiéramos de oír tales palabras, podrían ellas sin duda decir: «No te admires, Sócrates, de nuestras palabras, y contesta, tú que tan acostumbrado estás a usar de preguntas y respuestas. Vamos, pues, ¿qué es lo que nos echas en cara á nosotras y a la ciudad para intentar destruirnos? En primer lugar, ¿no te dimos nos- d otras la vida, pues que por nosotras tomó tu padre a tu madre y te engendró? Di'; pues, entre nosotras las leyes, ¿tienes algo que reprochar a las que ordenan los matri monios? ¿Algo en que no estén bien?» «Nada», diría yo. «¿Y a las referentes a la crianza de los hijos, y a la educa ción en la que tú también fuiste formado? Aquellas de nosotras que con respecto a esto fueron establecidas, ¿no gobernaban bien al ordenar a tu padre que te educara en la música y en la gimnasia?» «Sí», diría yo. «Pues, entonces, e si gracias a nosotras naciste y fuiste criado y educado, ¿puede caber en ti ni por un mçmento la idea de que no eras hijo y aun esclavo nuestro (21), tú y tus progenitores? Y si es así, así, ¿cr ¿crees ees que tus derechos pueden ser los mismos que los nuestros? ¿Y que es justo que, a lo que nosotras intentemos hacerte, pretendas tú responder de igual ma(20) (20) H ay aquí, tal vez, vez, un cierto deje irónico, irónic o, en en medio de la gra vedad de que reviste Sócrates su argumentación, contra los orado res y sus habilidades retóricas; ironía achacable, probablemente a Platón. (21) (21) Esta idea, extraña al derecho modern mo derno, o, es, es, en en cambio, fun damental para los antiguos, y clave por tanto para la comprensión del diálogo. La ciudad y las leyes son sagr sagradas adas;; los derechos del d el indi indi viduo, frente a ellas, prácticamente nulos.
15
ταυ τα ντιποιε οιε ν ο|ει δίκα δί καιιον ε ναι; ή πρ ς ν ά ρα σοι τ ν πατ ρα ο κ εξ εξ σου ν τό δίκα δί καιιον καί καί πρ τ ν δεσ δεσπ την, ην, εϊ σοι ν τ γχαν ν, στε στε περ πά 51 σχ6ι σχ6 ις ταυτα υτα καί ά ντιποιε οιε ν, οϋ τε κακώ κακώ ς κο οντα οντα αντί λ γειν οϋ τε τυπτ υπτ ενον ντιτ πτειν οϋ τε ά λλα τοιαυτ οιαυτα α πολλ · πρό ς δε τ ν πατρί δα ρα κα το ς ν ους ους ξ σται σοι, οι, στε στε, ε ν σε επιχειρ , εν ε ς πολλ ναι ναι δ και καιον ηγο ηγο ενοι ε ναι, κα συ δέ δέ ή ς το ς ν ους κα'ι τ ν πα πατρ δα καθ’ σον δ νασα νασαιι επιχειρ σει σεις ντα νταπολλ πολλ ναι, ναι, καί καί φ SÊ15 τα τα ποιώ ν δίκα δί καιια πρά ττειν, ό τη ληθε α τ ς ρετ ς επι ελ ενο ; ή ο υ τ ς ει σοφ ς σ τε λ ληθ ν σε τι μ ητρ ητρ ς τε καί πατρ ς κα'ι τ ν λλων πρ προγ νων νων π ντω ντων τι τι ι τερ ν στι πα πατρ'ι5 6 καί σε ν τερον καί γι τερον και εν ε ^ονι οί ρα καί παρά θεο ς καί παρ’ ά νθρ ποι τοΐ ς νουν έ χ υ σΐ, σΐ , καί σέ βεσθαι θαι δεΐ καί λλον πε κ ιν· καί θω θ ω πε ειν πα πατ τρί δα χαλε χαλεπα πα νου νο υσαν σαν ή πα πατ τ ρα, ρα, καί καί πε θει θειν ή ποιε οιε ν ά ν κελ κελε η, καί καί π σχει σχειν ε ν τι τι προστ προσ τ ττη παθε ν ησυχ αν γοντα οντα, ντε τ π τεσθαι θαι έ ντε δε σθαι θαι, έ ντε εις π λε ον ά γη τρωθη ρωθη σ ενον ή ποθαν οθανο ενον, ον, ποιητ ποιητ ον τα τα, κα καί τ δ και καιον οϋ τως εχει, καί καί ο χί πεικτ ον ο δέ να να χωρητ ον ο δέ δέ λειπτ ον τ ν τ ξιν, λλά καί έ ν c πολέ ω καί καί ν δικα δικαστ στηρ ηρ ω καί παντ παντα αχοΰ χο ΰ ποιητ οιητ ον ά ν κελε η ή π λις καί ή πατρ , ή πε θειν α τ ν ή τό δ καιον π φυκε· βι ^εσ ^εσθαι θαι δέ ο χ σιον οϋ τε ητ ρα οϋ τε πατ ρα, ρα, πολ δ έ το το των ετι ττο ν τ ν πατρ δα;’ δα;’ τί φ σο εν πρ πρ ς τα τα, ώ Κρ των; λη θ ή λ γειν το ς ν ους ή ο ; ΚΡ. ’ οιγ οιγε δοκεϊ. 51 α) α) εστι εστι πα πατρίς ρί ς Τ: στ στιν ιν ή πατρίς Β. 6) ποιητ οι ητ ον τα τα Β : ποιητέ ποι ητέ α τα τα W .
15
ñera? Pues, sin duda, que tú no creerás que tus derechos son iguales a los de tu padre o a los de tu amo, si es que lo tienes, de manera que puedas responder con la misma moneda a lo que te hagan hagan,, ni replicar replicar si si fueras fueras injuriado, ^ ni contestar con golpes a los golpes, ni otras muchas cosas por el estilo. Pero, en cambio, va a serte lícito con respecto a la patria y a las leyes que, si nosotras determinamos eli minante, porque nos parece justo, también tú a tu vez intentes en la medida de tus fuerzas destruirnos a nosotras las leyes y a la patria; y al hacer esto, ¿afirmarás que obras bien, tú, el que muy de veras se cuida de la virtud? 0 quizá es qué eres tan sabio qué se te oculta que más preciosa que la madre y el padre y que los demás antepasados todos es la patria, y más venerable y más sagrada y de más alta b estima entre los dioses y entre los hombres que son dis cretos; y que es fuerza venerarla y obedecer y halagar más a la patria, si se irrita, que al padre; y o persuadirla o hacer lo que mande; y si manda sufrir algo, sufrirlo con manse dumbre, sea seT azotado, sea ser cargado de cadenas; y si a la guerra te envía para ser herido o muerto, así ha de hacerse; y eso es justicia. Y no se ha de ceder ni retroceder ni abandonar el puesto, sino que en la guerra y ante' el tribunal y dondequiera dondeq uiera que sea, sea, se ha de hacer lo que c manden la ciudad y la patria; o, si no, convencerla según justicia. justic ia. Porque Por que hacer violencia violenci a a una madre o a un padre no es piadoso, pero aún menos a la patria». ¿Qué diremos a esto, Critón? ¿Que dicen verdad las leyes o no? \
CpiT CpiT.— .— Y o creo que sí sí.
16
Σ Ο. 'Σ 'Σκο κοπ πεί τοί τοί υυν υυν, ώ Σ κρατ κρατε ’ , φα εν ν σως σως οί ν οι, 'εί η είς ταυτα υτα ληθή ηθή λ γο εν τι ου δίκα δί καιια ή ας επιχειρε ς δρδν δρδν ά νυν επ επιχειρε , ημ ε ς γά ρ σε γενν σαν σαντε , κθρ κθρ ψ αντε , πα παιδε σαντε , εταδ ντες π ντων ν οϊοί οϊ οί τ’ ή εν κα κα d λ ν σοί καί τοΐ τοΐ ς λλοις οις πδσι δσιν πολ ται , ω προαγ οαγορε ορε ομ εν τώ εξουσ αν πε πεποιηκέ οιηκέ ναι ’ Α θ η να ων τώ βουλο ^οο, πειδ ν δοκι οκι ασθή καί ϊ δη τά εν τη π λει πρ γ ατα καί ή δς το υς ν ου , ώ ν ή ρ σκ εν η είς , έξε έξε ν^αι λαβ ντα τά θ του πι ναι οποί οποί ά ν βο λητ λητα αι. κα /ο δε δε ς ημ ν τ ν ν ων πο δ ν στιν ο δ’ παγορε ει ει, ε ντε τις βο λητα ηται υ ν είς ποικίαν κίαν ίέ ναι, εί ή ρ σκ ι εν η ε ς τε καί ή π λι , ντς ετοικεΐν λ λοσέ ποι ελθώ ν, ναι. κε σε ποι ν βο βο λητ λητα αι, χοντ οντα τά α του. ου. ος δ’ ν. ν παρα ε νη, ρ ν e δν τρ πον η ε ς τ ς τε δ κας δικά ^ο εν καί τ λλα τ ν π λιν διοικο εν, δη φα ν το τον ολο ολο γηκ ναι ργώ ΐν ά ν εΐς κελε εν ποι σειν ταυτα υτα, καί καί τ ν ή πειθ^ ενον τριχή ριχή φα εν δικε ν, τι τε γεννητ ννητα α ς ο σιν σιν ν ο πε θετ θεται, καί καί ό τι τροφε σι, κα καί ό τι ολογ ολογ σας σας ν πε θεσ αι ο τε πε θετ θεται ο τε πε θει ή , εί εί ή καλ καλ ς τι ποιου οιου εν, 62 προτι οτιθέ ντων ν καί ο κ γρ ως πιταττ ντ ν “ ποιεΐν ά ν κελε εν, λλά φι ντων δυο ν θά τερα, ή πε θειν δς ή ποιε οιε ν, το το των ο δέ τερα ποιε οιε , τα ταις δή φα εν καί σε, σε, ώ Σ κρατ κρατε , τα α τ αις ν ξεσθαι θαι, ε περ ποιή σει σει ά επινοε , καί καί ο χ κιστ κιστα α ’ Αθην Αθηνα α ων σ , λλ’ ν τοΐ ς λιστα στα’ , ε καί οΰ δε ς ... ... βού λητα ηται T W B ’: om. Β || ¿ίλλοσ ¿ίλλοσέέ ποι TW B ’: d) καί λλοσε Β. e) ΐν πε πε θεσθ θεσθα αι Β: ή ν πε θεσ θεσθαι θαι ΤΒ ': ΐν πε σεσ σεσθαι θαι W , Burnet: Burnet: ή ν πε σεσθα σεσθαιι Buttmann Buttmann.. 52 a) ώ Σ κρ κρα ατες TW: Σ κρ κρα ατες Β.
16
S ócr. óc r.-—«Con -—«Consid sidera, era, pues, Sócrates — dirían, sin duda, las las leyes— , si decimos verdad verda d al afirmar afirm ar que lo que contra nosotras intentas, no es intento justo. Pues nosotras ade más de haberte engendrado, criado y educado, te hemos dado también participación en todos cuantos bienes hemos podido, a ti y a todos los demás ciudadanos; a pesar de lo d cual, tenemos por lícito que cualquier ateniense que así lo desee, una vez que haya entrado en posesión de sus derechos cívicos (22) y haya examinado el régimen de la ciudad y a nosotras las leyes, si no le agradamos, pueda libremente coger sus cosas y marchar adonde le plazca. Y ninguna de nosotras las leyes es obstácu obst áculo lo ni se opone, si alguno alguno de de vosotros vosotr os quiere quiere marcharse a las colonias por po r que no somos somo s de su gusto ni nosotras ni la ciudad; ciuda d; o, incluso, si dësëa marcharse a cualquier otro sitio y establecerse en el extranjero, puede libremente ir adonde quiera con sus bienes. Pero aquel de vosotr vos otros os que se se queda, sabiendo el e modo como hacemos justicia y como administramos en las demás cosas la ciudad, éste dicho está que se declara con forme con nosotras en lo que ordenemos hacer; y si no obedece, decimos que de tres modos obra contra justicia, porque no nos obedece a nosotras sus progenitoràs, y no drizas suyas además, a quienes se ha comprometido a obe decer; y ni lo hace, ni procura sacarnos de error si algo hacemos mal, a pesar de que nosotras, al prescribir que ¡>2 se cumplan nuestras órdenes, lo hacemos sin imposiciones a ásperas, y le permitimos que, una de dos, o nos convenza o nos obedezca, mas él ni' una ni otra oosa hace. En tales acusaciones precisamente decimos que incurrirás tú tam bién, Sócrates, si haces lo que proyectas; sí, tú, y no como (22) (22) La docirúasi docirúasiaa era la justificació just ificación n que debía realiza realizarr el joven jove n ateniense, una vez llegado a los diecisiete años, de encontrarse en posesión de las cualidades exigidas por la ley para alcanzar el grado de ciudadano efectivo. Esta justificación tenía lugar ante la asamblea del demo. Podía aoudir, en lugar del interesado, un representante del mismo.
17
ο ν εγώ ειποι ι· 'διά τί δή ;3 σως σως ν ου δικαίως ίως ' καθά καθά πτοιν οιντο λ γοντ οντες οτι οτι έ ν τοΐ ς λιστα στα ’ ΑθηΑθ ηναίων ίων εγώ α τοΐς ο λο γηκ ς τυγχ υγχ ν ώ τα τη ν b τ ν ομ ολογ ολογ αν, φαιεν γ ρ ν τι 'ώ Σ κρα κρατε , εγ λα ν το των τεκμ ριά εστιν, τι σοι κα εΐς ή ρ σκο εν και ή π λι * ο γ ρ ν πο τ τ ν λλω ’ Αθην Αθηνα α ων π ντω ντων διαφερ ντως εν α τή πεδ ει , εϊ εϊ ή σοι σοι δια διαφερ ντως ρεσκεν, καί οΰ τ’ έ πί θεωρ αν πώ πο τ’ εκ εκ τ ς π λεως εξ λ θε , τι ή παξ εις ’ Ισθ ν, ο τε λλοσεν οσενο δα σε, ε’ ε’ι ή ποι στρ στρατευσό μ νο , ουτ ουτε ά λλην ά ποδη ποδη αν |? τοι σω ,π ποτε οτε ώ σπε σπερ οί λλοι ά νθρω θρωποι, οι, ο δ’ δ’ επ επιθυ α σε λλης π λεως ο δέ λλων ν ων ελ ελαβεν ε δ ναι, ά λλά λλά ε ς σοι σοι ικα ικανοί ή εν κα ετ ρα π λι · ο τω τω σφ δρα η ς , ροΰ κα c ή ολ γεις καθ’ η ς πολιτε σεσθαι θαι, τά τε λλα καί πα δας δας εν α τή ε;Ιτ ;Ιτοι σω, ώ ς ρεσκο σης σοι τ ς π λεω . ετι τοίν οί νυν ν α τή τή δ κη ξην σοι φυγ φυγ ς τι σασθα σασθαιι εϊ βο λου, ου , καί οπ οπερ νυν κο σης τ ς π λεως επιχειρε , τ τε εκ εκο σης ποι σαι. σ δέ τ τε ν καλ καλλωπ ^ ο υ ς ο κ γανακτ ν ροϋ , ώ ς εφησθα, θα, πρ πρ ει δεοι τεθν ναι σε, ά λλά τ ς φυγ ς θ νατον* νυν δέ οΰ τ’ έ κείνο ίνους το το ς . λ γο υ ς αισχ νη νη ο τε τε ν τ ν ν ων Ι ντρ πη, πιχει χειρ ν διαφθε ραι, πρ ττεις τε ά περ ά ν δο λος φαυλ υλ τατος πρ ξειεν, ποδι οδιδρ σκει κειν πιχειρ ν d ό φα παρά τ ς συνθ κας τε καί τ ς ομ ο λο γ ας καθ’ ν συν θου πολι ολιτε εσθαι θαι. πρ τον ν ο ν ν t o u t ’ α τό τό π κρι κριναι, εϊ λη θ ή λ γ εν φ 6) εί ή σοι σοι ... ... ή ρεσκεν eecl eecl.. Cobet Cobet ||8τι |8τι ή παξ εις ’ Ισθμ Ισθμ ν Τ et in marg. marg. W ’: om. B W || οί λλοι ά νθρ νθρωποι Β: οί ά νθρω νθρωποι T. c) πολιτ πολιτεύ εύ σεσθα σεσθαιι Β: πολιτεύ ολιτεύ εσθαι σθαι TW. T W. d) 6 d) 6 φαυλό φαυλό τατος Τ: φαυλό φαυλό τατος Β || πρώ τον μ ν ού ν Β: Β: πρ τον· οδν Τ II II πολι πολι τεύ σεσθαι σεσθαι Τ: πολιτεύ ολιτεύ εσθαι εσθαι Β.
17
el que menos, sino más más que cualquier cualq uier otro ot ro ateniens ateniense». e». Y si yo dijera «Y eso, ¿por qué», sin duda que con toda razón me increparían recordándome que yo soy precisamente uno de los atenienses que más y más ha hecho alarde de esa conformidad con las leyes. Pues dirían: «Sócrates, b grandes testimonios tenemos de que éramos de tu agrado nosotras y la ciudad. Pues no mostrarías tan gran apego, más que cualquier otro ateniense, a vivir en ella, si no te agradase también más que-cualquier otra, hasta el punto de que jamás has salido de ella (23) ni siquiera para ir a una fiesta, excepto una vez que fuiste al Istmo; ni has ido a país extranjero alguno, a no ser en alguna expedición mi litar; ni hiciste jamás, como los demás hombres, otra clase de viajes; ni te vinó deseo de conocer otra ciudad y otras leyes, sino que nosotras y nuestra ciudad fuimos bastante para ti; hasta hasta tal punto nos preferías preferías y estabas conform con formee c. con vivir entre nosotras. Y además aquí diste vida a tus hijos, mostrando así tu gusto por la ciudad. Aparte de que, en este proceso mismo, lícito te era haber pedido para ti el destierro, si querías; y así, lo que ahora intentas contra la voluntad de la ciudad, podrías haberlo hecho entonces con su asenso. Τ’ero Τ’ero tú, entonces, te jactabas de que no te importaba morir (24), si preciso fuera, sino que preferías, así decías, la muerte al destierro. Pero, ahora, ni respetas aquellas tus palabras ni haces caso alguno de nosotras las leyes, sino que tramas nuestra destrucción y te dispones a hacer lo que haría el último de los esclavos: intentar la d huida contra los convenios y acuerdos según los cuales te comprometías a ser ciudadano nuestro. Primeramente, pues, contéstanos a esto: si decimos o no verdad, al afir(23) H ay referencias frecuentes frecuente s a este apego de Sócrates' Sócr ates' a su su ' ciudad: cf. Mem Mem,.,. II. 8, en que aconseja a Eutero que no se aleje de ninguna manera de Atenas. Tovar sugiere que acaso pudo alguna vez visitar Delfos, siendo como era tan piadoso de Apolo, el dios ancestral de los atenienses (cf. Eutid. 302 d); allí allí conooerí conooeríaa el γνώ θι σεαυτ¿v σεαυτ¿v.. Apo l. 37 c-d. (24) Cf. Apol.
18
σκοντ σκοντ ς σε ολογ ολογηκέ ηκέ ναι πολιτ ολιτε σεσθ σεσθα αι. καθ’ καθ’ ή ας εργω λλ’ ο Xóycp, ή ο κ αληθή . ’ τί φώ εν πρ ς ταυτα υτα, ώ Κρ των; λλο τι ή ομ ολοολογ ώ εν; KP. ’ Αν γκη, κη , ώ Σ κ ρατε . Σ(0 . " λλ ο τι ο ν,’ αν φα εν, 'ή συνθή κας κας τ πρ ς δς α το το ς καί ομ ολογ ολογ ας παραβα νει , ο χ δέ ά πατη θ ε ς ο δ ' εν e πό αν γκ η ς ό ο λο γ σ ας ο δέ λί γω χρ νω ναγκα^Θ κα^Θε ε ς βουλε ουλε σασθα σασθαιι, ά λλ’ λλ’ εν ετεσιν εβδομ κοντ κοντα, εν εν οί ς ξ ν σοι πι ναι, εί εί ρ σκρ εν η ε ς ηδέ δ καιαι ^φα νοντό σοι αί ο λογί αι ε ναι, σ δέ ο τε Λακεδα Λακεδα ονα προηροΰ προη ροΰ ο τε Κρ Κρ την, ς δή εκά στοτε οτε φ ς ε νο ε σθαι, 53 ο τε ά λλην σ δε αν τ ν λληνί δων π λεων ” ο δέ τ ν βαρβαρικ ν, λλά λ ττω ξ α τ ς ά πε δ ησα ησας ή οί χωλ χωλοί τε καί τυφ τυφλ λοί καί οί λλοι ν πηροΓ ηροΓ ουτω ουτω σοι διαφερ ντως τ ν λλων ’ Αθην θηνα ων ρεσκεν ή π λις τε καί ε ς οί ν οι δ λον ο τ γ τίνι ίνι γ ρ ν π λις ρ σκοι νευ ν ων; νυν δέ δή ο κ ε ενεΐς το το ς ο λο γη νο ι ; ν ν γε πε θη, θη, ώ Σ κρα κρατε · καί ο κατ καταγ λαστος στος γε εσ εση Ικ Ικ τ ς π λεως ξελθώ ν. Σκό πει γ ρ δή , ταυτα υτα παραβ ς καί ξα αρτ νων τι το των τί γαθό ν ερ εργ ση σαυτ σαυτ ν ή το επιτηδε ους το το ς σαυτ σαυτοϋ οϋ . οτι οτι ν γά ρ κιν κινδυνε σουσ σο υσίί γέ σου σο υ οί πιτ δει δειοι κα καί α το το ί φε γειν κα στερηθ ναι τ ς π λεως ή τ ν ο σ αν πολ σαι, σχεδ ν τι δ λον* α τ ς δέ πρ τον μ ν ν ει τ ν έ γγ τα τατά τινα π λεων ελ ελθη , ή Θή βα3ε e) σύ σύ δέ οΰ τε Β: σύ τε οΰ τε Τ. 53 α) ού δέ τ ν βαρβαρικ ν Β: οΰ τε τ ν βαρβ ρων Τ || κατ καταγέ λασλαστ ς γε Τ: κ αταγέ λαστ λαστ ς τε B W || ξα αρτ νων νων Β: έ ξα αρτ ν (sic) Τ. αυτ ν π λεων Sta Stallb llbavu avun: τ ν α τ ν π λεων Β. b) τ ν αυτ
18
mar que tú, aunque no de palabra, sí de hecho, te has mostrado de acuerdo en vivir conforme a nuestro dictado». ¿Qué"diremos a esto, Critón? ¿Qué otra cosa sino que esta mos conformes? fuerza,, Sócrate Sócrates. s. C r i t .— Por fuerza S ó c r .—-«P —-«Pue uess no n o otra, cosa vulneras — dirían— sino esos esos convenios y esos acuerdos que con nosotras mismas con certaste, no por necesidad ni con engaños engaños ni obligado oblig ado a decidirte en poco tiempo, sino a lo largo de setenta años en los que lícito te era marcharte si-no te agradábamos o no te parecían justos los acuerdos. Pero tú no preferiste ni Lacedemonia ni Creta, a las que precisamente sin cesar alabas de bien gobernadas (25), ni ninguna otra de las ciudades griegas ni bárbaras, sino que menos te alejaste de Atenas que los cojos co jos,, ciegos y demás inválidos; inváli dos; hasta tal punto te agradábamos agradábamos evidentem e videntemente ente a ti más que a los los demás atenienses la ciudad y también nosotras las leyes, pues ¿a quién podría gustarle una ciudad cuyas leyes no le agradasen? Y ahora, ¿no vas a mantener tus compro misos? Sí, si quieres hacernos caso, Sócrates, y así no quedarás en ridículo marchándote de la ciudad. Reflexiona, pues. Si vulneras estos compromisos, si en alguna de estas cosas caes en falta,· ¿qué'bien te harás a ti mismo o a tus amigos? Porque, en efecto, riesgo corren también tus propios amigos de ser desterrados y privados de la ciudadanía, o de perder su hacienda: no lo dudes. Y tú mismo, tan pronto pro nto com co m o llegues a una de las ciudades más próximas, a Tebas o a Mégara (26) —pues una y otra (25) (25) Es conocid con ocidoo el filolaconismo filolacon ismo de Sócrates Sócrates que, que, en formas más más o menos agudas, agudas, hered heredan an muchos m uchos de sus discípulos: discípulos: Platón, Plat ón, Jenofonte, Jeno fonte, Oritias y Antístenes. Pero hay que suponer que el ateniense Sócrates no vería con agrado el desamparo de la preocupación espiritual en Esparta, ni llegaría a caer en extravagancias extranjerizantes y cri minales: cf. Protág. 342 a, la parodia contra los laconizantes a ultran za. La postura socrática sería más bien la de un tradicionalista, do tado de una clara visión de las urgencias históricas que en aquel instante se le planteaban a Atenas. (26) (26) Tebas y Mégara Mégara aparecen aparecen mencionadas también en en Fedón 99 a, como refugio que pudo haber,elegido Sócrates en el exilio: ciudades de buenas leyes.
e
53 '
a
b
19
Μέ γαρ δε — ευνομ ο νται γά ρ φ τεραι — πο λ ιος ξει , ώ Σ κρα κρατε , τή το των των πολι ολιτε α, και δσοι δσοιπ περ κή δον δονται τ ν α τ ν π λεων ποβλ ψ οντ ονταί σε δια διαφθορ α ηγο ηγο μ ενοι τ ν νό ων, ων, και βεβαι σει σεις τοις οις δικα δικασ στα ς τ ν δ ξαν, στε στε δοκε ν ° ρθώ ς τ ν δίκη ίκην δικ σαι· οστ οστις γ ρ ν ων δ ια φθορε φθορε ς εστιν στιν σφό δρα που πο υ δό ^ει ^ειεν αν αν νέ ων γε Κα Και νοή των ανθρώ πων διαφθορ θορς ς ε ναι, π τερον ν φε ^η ^η τ ς τε ευνο^ου νας π λεις και τ ν ά ν δρ ν το ς κοσ ιωτ τους ; και το το ποιοΰ οιοΰ ντι ρα ξι ν σοι 3 ν 'σται; ή πλησι σει σεις το τοις οις κα ναισχυντ υντ σεις διαλ γ ενος — τ νας λ γους , ώ Σ κρατε ; ή ο σπερ ενθ δε, ς ή ρετή και ή δι και καιοσ νη πλ πλε στου στου ξιον τοΐ ς νθρ ποις οις καί καί τ ν ι α Κα ο ν οι; κα ο κ οϊει ϊει σχη ν [ ν] Λ φανε σθαι τό του Σωκρ τους πρ γ α; οϊε οϊ εσθαί θαί γε γε ΧΡ · λλ ’ εκ μ ν το των τ ν τ πων ά παρεΐς , ξεις δέ εις Θετ Θετταλ αν παρά το ς ξ νους ους το ς Κρ τωνος ωνος ; εκεί γά ρ δή πλε στη στη ά ταξ α και κολα κολασί α, καί ί σ ως ν δ ως σου κο οιεν ς γελοίως οίως εκ τοΰ δεσ δεσ ωτηρ ου ά πεδ δρασκς ς σκ υ ν τέ τινα περιθέ ενος , ή διφθέ ραν λαβ ον ή λλα λλα οϊ α δ ε θασ θασιν έ νσκευ κευ ^εσθαι θαι οί ά ποδιδρ οδιδρ σκοντ σκοντε , κα τό σχ α τό σαυ τοΰ εταλλ ξα · τι δέ ,γ ρων αν ρ, σ ικ ροΰ χρ νο υ τώ β ω λο ιπο οντο ς ώ e τό είκ , έ τ λ η σας ουτω ουτω γ λισχρ ς επιθυ^ ϊν 3 ν, ν ους το ς εγ στους παραβ , ο δείς ο ρεΐ; σ ω , ν ή τινα λυπ · εί δέ , κ ο ση ση , c) σοι σ οι ζην έ 'στα 'σται Β: στ στιι σοι σο ι ζην εστ εστα αι Τ || äv om. T. d) τού των τ ν τ πων Β: Β: τού τού των τ ν π λεων Τ |[ τού ς Κρ τωνος Β: τοΰ .ΚρΙτ .Κ ρΙτω ωνος Τ || ετα εταλλ ξας Τ: κατ καταλλ ξας Β. c) οΰ τω γλ γλισχρ ς Τ et et in marg. W: ο τως αίσχρ ς BW: οΰ τω γ’ in mar marg. Τ ’ ||ύ περχ ενος Β: πεχό ενος Τ.
19
están bien gobernadas-—, llegarás, Sócrates, como enemigo ' de su forrúa de gobierno, y cuantos cuidan de sus propias ciudades te mirarán de mala manera, como a un debelador de las leyes; y de este modo tú mismo habrás venido a ratificar Ja opinión de los jueces, con co n lo que parecerá parecerá que que su sentencia fué justa; pues el que es debelador de las o leyes muy bien podría ser también corruptor de los jóve nes y de las gentes de poco juicio. ¿Huirás, pues, las ciuda des bien regidas y la sociedad de los hombres más honra dos? Y, si tal haces, ¿para qué vivir? O tal vez te acerca rás a ellos y en tus diálogos los .amonestar .amonestarás, ás, pero... per o... ¿con qué palabras, Sócrates?, ¿Las mismas de aquí: que la virtud y la justicia son lo más estimable para los hombres, y la tradic tra dició ión n (27) y las leyes? ¿Y no no crees que ha de de¡ parecer d poco, decorosa la conducta de Sócrates? Pues créelo. ¿O bien dejarás a un lado estos lùgarès e irás a la Tesalia; con los amigos de Critón? Allí desde luego reina grandísima indisciplina y libertinaje (2.8), y sin duda les gustaría oirte contar de qué modo tan ridículo te escapaste de la cárcel, poniéndote cualquier disfraz o envuelto en una pelliza o en una de esas cosas con que acostumbran a revestirse los fugitivos, mudando además tu propio aspecto exterior. Pero que tú, un hombre viejo, al que naturalmente poco e le queda que vivir, hayas osado aferrarte con tan desme surada apetencia a la vida, aun a costa de vulnerar las (27) (27) Me parece parece más exacto exa cto traducir traducir νό ιμ α -por «tradici «tradición» ón» que por «legalidad», y más en consonancia tantbién con el sentir religioso y tradicional de Sócrates. (28) Sobre el libertinaje libertina je en la Tesalia Tesalia hay ha y testimonios abundan tes; of. Aten. IV.6. p.137 y X.4.p.418; y Filóstrato, que en Vidas de sofistas, 1.16, reprocha a Critias eus contactos con los téaalioa «entre los que dominaba la arrogancia y el vino puro, y mientras bebían se dedicaban a la tiranía».
20
ώ Σ κρα κρατε , πολλά πολλά και ν ξια σαυτ σαυτου. ου. περ χ ενος δή βι σ η π ντας νθρ πο υς κα'ι δ ου ου λε ων — τί ποιώ ν ή ευωχο υωχο μ ενος .εν .εν Θετ Θετταλ α, σπε σπερ έ πι δε πνον ποδεδημ οδεδημ ηκώ ς είς Θετ Θετταλ αν; λό γοι γο ι δέ εκε νοι οί περ'ι δικα δικαιιοσ νης νης τε και και τ 54 λλης ρετ ς που ν εσονται; λλά δή τ ν πα πα δων εν κα βο λ ί 3 ν, να α το ς εκθρ ψ ης καί καί πα παιδε σης ; τί τί δ ; ε ς Θετ Θετταλ αν α το ς γα γαγώ γώ ν θρ ψει ψεις τε τε και παιδε σει σει , ξ νους ποι σα , να και τοΰ το πολα ολα σωσι σωσιν ν; ή το το μ ν ου, ου, α τοΰ τοΰ δέ τρεφ ενοι σου ^ώ ντος β λτιον θρ ψ οντ ονται και και παιδε σοντ σονται ή συνό ντος ντος σου σο υ α τοΐ τοΐ ; οι γά ρ επ επιτ δειοι οί οί σοί πι ελ σοντ ονται α τ ν. π τερο ν ν ν είς Θετταλ αν ποδημ οδημ σης , έ πι ε λ σο νται, ν δέ είς είς "Αιδο Αιδου υ ποδημ οδημ σ ης , ο χΐ πι 6 ελ σοντ ονται; ε’ περ γέ τι φελος α τ ν έ στιν τ ν σοι σο ι φα φασκ σκ ντων ντων επιτηδ ιτηδε ε ων ε ναι, οϊ εσθαί σθαί γε χρή . λλ ’ ,' ώ Σ κ ρατε , πειθ ενος ΐν τρις σοϊς τροφε οφε σι μ τε πα δας δας περί πλε ονος ονος ποι,ου ,ου μ τε τό ·§ ν τε λλο ηδ ν πρό του δι δικα ου, να είς "Α ιδου ιδο υ λθώ ν εχή ς πά ντα ντα ταυ τα πολογή πο λογή σασθ σασθα αι τοΐ ς κεΐ ά ρχουσι χουσιν· ο τε γά ρ νθά δε σοι φα νεται ταυ τα πρά ττο ντι ντι εινον ε ναι ο δέ δικα δικαιι τερον ο δέ σι τερον, ο δέ λλω τ ν σώ ν ο δε δενί, ο τε κεΐσε ΐσε φικο νω εινον εσται. λλά νυν ν δικη νος πει, ν πί η , ο χ φ’ ν τ ν c ν ων λλά π’ νθ ρ πων· ε ν δέ ξ λθ ης ο τως α σχρ ς νταδική σας τε καί ντικακου κακουρ ργ .σα .σα , τ ς σαυτ σαυτου ου ο ολογ ολογ ας τε καί συνθή κας κας τ πρ ς δς παραβ ς καί κακά ργασ ενος το . το υς οϋ ς κ ιστα στα εδει, σαυτ σαυτ ν τε καί φ λους καί καί πα π α 54 α) τοϋ το ΒΤ: τοΰ τοΰ τό σου σου W || ν εν Τ: έ ν Β. 6) ο δέ σιώ τερον Τ: οΰ τε σιώ τερον Β.
20
más santas leyes, ¿no habrá quien lo diga? Tal vez no, si a ninguno molestas. Pero, por lo menos, oirás, Sócrates, muchas cosas indignas de ti, y vivirás adulando a todos y hecho esclavo de todos; pues ¿qué otra cosa vas a hacer entesaba sino banquetearte, pues que a Tesalia habrás ido como quien va a un banquete? Y aquellos razona mientos sobre la justicia y sobre toda virtud, ¿dónde se nos quedarán? Péro ¿acaso quieres vivir por tus hijos, para criarlos y educarlos? ¿Qué? ¿Es que te los vas a llevar a Tesalia y loâ vas a criar y educar allí, haciéndolos extranjeros, para que también te sean deudores de este beneficio? ¿O no es eso, sino que-han de criarse aquí, pero estando tú vivo se criarán y educarán mejor, aunque no estés tú con ellos? Porqué los cuidarán tus amigos. ¡Ah! ¿Es que si vas a Tesalia los cuidarán, pero si vas al Hades,· no? En realidad, si alguna deuda contigo tienen los que se dicen tus amigos, just ju stoo es creer que sí los cuidarán. En fin, Sócrates, obedécenos a nosotras, tus nodrizas, y no estimes ni a hijos, ni vida ni ninguna otra cosa en más'que a la justicia, para que, llegado al Hades (29), puedas alegar en tu defensa todo esto ante los que allí gobiernan. Pues aquí manifiesto es que una conducta tal ni para ti ni'para ninguno de los tuyos es mejor, ni más justa jus ta ni más piadosa; y cuando llegues llegues allá, tam ta m p oco oc o lo será. Si ahora dejas la vida, la dejarás víctima de la injus ticia, no de nosotras las leyes, sino de los hombres. En cambio, si huyes, respondiendo tan vergonzosamente con injusticia, a la injusticia, al mal con el mal, y quebrantas tus propios acuerdos y convenios con nosotras, dañando a quienes menos deberías dañar: a ti mismo, a tus amigos,
54 a
b
fí fí
(29) Se esbozan aquí ideas precisas sobre sobr e la suerte de las almas almas en la vida ultraterrena; para muchos, estas ideas sobre las Leyes del Hades (cf. Prot. 369 b-c) no son propiamente socráticas, sino que corresponden al ideario platónico.
2)
τρ δα και ή
α , ή ε ς τέ σοι χαλεπαν
και εκ εκεί οι ο κ ε
σε πε ση Κρ των ποιε ν ά λ γει δοκώ
οι
μάς
ρο ,
κο ει ειν,
λλον ή
κο ειν, κα κα'ι εν κ ο ειν
ως
Κ Ρ.
οι α τη ή
” Εα
χή
ή δ ν σθαι
ταυτα υτα,
την
ντοι εϊ τι ο ει πλ ον ποι σει σειν, λ γε.
λλ’, ώ
Σ6 .
ε .3
λλά ίσθ ίσθι,. ο σα γε τά ν ν
ε οι δοκοΟ οκοΟν ντα, ε ν λ γης παρά ερε .
η
σπε σπερ οί κορ κορυβα υβαντι ντες τ ν αυ-
το των τ ν λ γων βομ βεΐ κα καί πο ποιεί τ ν ά λλων
λλα
φ λε ετα ρε Κρί Κ ρί των, ευ ευ σθι σθ ι δτι δτι εγ
λ ν δοκοϋ οκοϋ σιν
Σ κρα κρατε , ο κ εχω λ γειν.
τοί νυν, υν, ώ
Κρ των, καί πρ ττωμ εν
τα τη , επ επειδή τα τη ό θε ς (/)
v t i,
εν ς σε ποδέ ξοντ ονται, ε δ τες ό τι κα'ι
Τ αυτα, ώ
«
3 ¿o
τεροι αδελ δελφοί οί εν "Αιδο "Α ιδου υ ν
πεχε ρησας ά πο λ σαι τό σ ν d
εν
ν ΒΤ: ε ν τι W T'.
φηγε φηγε ται.
21
a la patria y a nosotras; si tal haces, nosotras te perseguire mos con nuestro enojo mientras vivas, y allí nuestras her manas, las leyes del Hades, no te acogerán favorablemente, sabedoras de que procuraste destruirnos a nosotras en la medida de tus fuerzas. Vamos, no te convenzan, más que d las nuestras, las palabras de Critón». .’Esto, mi querido Critón, sábelo bien que me parece estarlo oyëndo al rpodo como los coribantes (30) creen oír flautas; flaut as; y retumb ret umbaa en mí ese ese clamor clam or de estas palabras y me impid i mpidee oír las demás.í'T demás. í'Ten, en, pues, pues, entend do que, que, al menos en lo que· por ahora se me alcanza, si algo dices en contra, será vano hablar. Mas, sin embargo, si crees que puedes conseguir algo, habla. Nada puedo decir, Sócrate Sócrates. s. Cr i t .— Nada S ó c r .—Ea, pues, Critón; obremos, entonces, así, pues e que asi lo aconseja la divinidad (31). (30) L os coribantes son sacerdotes sacerdo tes de la diosa dios a frigia fri gia Cibeles Cibeles;; ellos ellos fueron acaso los fundadores de los misterios de su nombre. A la iniciación iniciac ión precedía precedía una ceremonia (θρό νωσις νωσις ) en que los sacerdote sacerdotess danzaban alrededor del neófito, cantando y haciendo sonar sus tambores; tamb ores; aturdido el el inici in iciad ado, o, caería tal vez v ez en alucinaciones en las que le le parecería estar escuchando escuch ando el son de las flautas del cortejo cort ejo de la diosa. (31) Invo In voca ca Sócrates a la divinidad; divinid ad; a ese dios dio s personal personal al al que que aboca su pensamiento, sin ensombrecer la piedad con que honra a los dioses heredados,'à· los que dota él de una dignidad superior y . de un sentido moral que nunca hasta entonces tuvieron. Lá piedad Eutid. 302 d, cuando dice de los dioses de Sócrates está expresada en Eutid. que son «antepasados y señores».