Planificación V heurística:
Este tipo de planificación se asocia principalmente al modelo al modelo cognitivo y puede ser muy útil para el docente, en términos de evidenciar el sustento teórico que está tras su unidad didáctica didáctica.. En primer lugar, se debe pensar en una pregunta central que central que se quiera resolver con los estudiantes (ejemplo: ¿Por qué los animales se dividen en especies?, ¿por qué el arte del Renacimiento es de esta forma?, ¿qué objeto tecnológico podría crearse para solucionar el problema X?). En un lado de la pregunta se escribe todo lo que tenga relación con el desarrollo conceptual que conceptual que se necesita para responderla (filosofía, (filosofía, teorías, principios y conceptos). Al otro lado de la pregunta se coloca todo lo referente a la metodología metodología que que permitirá desarrollar desarrollar los conceptos (afirmaciones de valor, afirmaciones de conocimiento, transformaciones transformaciones que debe realizar el estudiante frente a los conceptos y hechos o actividad actividades es en que el alumno o alumna aplica lo aprendido). Su ventaja es que permite al profesor o profesora unir la teoría de su disciplina con la práctica pedagógica. Se trata, en todo caso, de u n modelo bastante complejo, pues no siempre es fácil diferenciar las distintas categorías que propone
Cómo formar y Evaluar por competencias……Algo interesante y significativo; Para ti, para ellos, para todos.
María Magdalena Méndez Pérez
Antes de iniciar a lo que es formar y evaluar por competencias describiré lo que son las mismas; “Son un enfoque para la educación y no un modelo pedagógico, porque no pretenden ser una representación ideal. Al contrario, son un enfoque porque sólo se focalizan en unos aspectos específicos de la docencia, del aprendizaje y de la evaluación como son”: además de lo mencionado se podrían definir como el conjunto de habilidades, destrezas, conocimientos y valores.
En la actualidad, las competencias se entienden como actuaciones integrales para identificar, interpretar, argumentar y resolver problemas del contexto con idoneidad y ética, integrando el saber ser, el saber hacer y el saber conocer (Tobón, Pimienta y García Fraile, 2010). Las competencias deben entenderse desde un enfoque sistémico como actuaciones integrales para resolver problemas del contexto con base en el proyecto ético de vida (Tobón, Pimienta y García Fraile, 2010). A todo esto agrego que los alumnos deben de sentirse identificados con lo que hacen, más aun encontrarle sentido y significado a cada actividad que realicen. Y como decentes tenemos un gran papel, debemos de encaminar a nuestros alumnos a realizar proyectos que les ayude a relacionar con su vida y su quehacer diario que sea un conocimiento con gran significado y puedan llevarlo a la práctica. Nuestros alumnos deben de conocer que para poder ser competentes deben de desarrollar el ser, hacer y conocer, no quedarse en uno solo. Ahora se necesitan los tres pilares. Cuando los alumnos emprenden proyectos creativos e innovadores que contribuyan a identificar, plantear y resolver problemas ellos podrán ser competentes y estarán preparados para la vida.
Pero no basta sólo realizar proyectos, necesitamos tener un retroalimentación con nuestros alumnos, ayudarlos a tener un proceso metacognitivo y así ellos puedan regresarse a lo que hicieron y logren evaluarse, ver cuales son sus áreas de oportunidad, para futuros proyectos y es ahí cuando podrán ver que fue lo que aprendieron para ponerlo en práctica: Pues la evaluación basada en competencias es un proceso de recogida de evidencias sobre el desempeño de una competencia. El resultado es el juicio sobre si la persona que aprende ha conseguido dominar y poner en práctica la competencia requerida. Para llevar acabo está evaluación debemos de conocer los niveles a los que queremos que lleguen nuestros alumnos, tener claro los momentos a evaluar, que estrategias vamos utilizar y como es que vamos a retroalimentar para mejorar cada día.
La evaluación por competencias a logrado obtener muchos cambios a como se evaluaba antes, pues con este
nuevo enfoque los estudiantes deben tener mucha
claridad del para qué, para quién, por qué y cómo es la evaluación. Es así como la evaluación debe plantearse mediante tareas y problemas lo más reales posibles, que impliquen curiosidad y reto.
En la experiencia en el trabajo y evaluación por competencias en la educación ha sido muy gratificante observar que los alumnos encuentran sentidos a lo que están adquiriendo, y no se quedan con eso, sino que en el nivel estratégico logran innovar y proponer.
Como conclusión puedo aportar que la educación a obtenido gran cambio en la que los jóvenes se han visto beneficiados y en un futuro los países podrán gozar de profesionistas competentes para realizar diversidad de actividades y así contribuir al crecimiento de nuestro mundo que realmente lo necesita.
Como maestros debemos de contagiar a nuestros colegas de hacerles más interesantes y significativas las clases; que nuestros alumnos se sientan satisfechos lograr no sólo conocimientos, sino habilidades y valores que los ayuden a enfrentar la
vida con dignidad y responsabilidad. Y termino con la siguiente expresión, que me parecen atrayente. “Las competencias, interesantes, significativas, y un gran reto; Para ti, para mí, para ellos, para todos” Referencias bibliográficas Tobón, Sergio. Formación basada en competencias. Pensamiento complejo, diseño curricular y didáctica Tobón, Sergio, Pimienta, Julio, García, F. Juan Antonio: Secuencias didácticas: aprendizaje y evaluación de competencias, Ed. Pearson, México, 2010
Las estrategias para formar competencias Por: Rolando Cruz García
Si reconocemos que el concepto de trabajador calificado ha cambiado hacia el de trabajador competente, aceptamos que el primero posee un conjunto de conocimientos y capacidades, que incluye comportamientos y ciertas habilidades que los individuos adquieren durante los procesos educativos y de socialización en el trabajo. A diferencia del concepto de competencia que hace referencia al acervo de conocimientos y habilidades, que residen en una base actitudinal y valoral adecuada y que son necesarios para llegar a resultados requeridos. Es aquella capacidad real para lograr un resultado exitoso en un contexto determinado. La diferenciación entre calificación y competencia, según UNESCO asegura que el dominio en los sistemas de producción industrial han vuelto caduca la noción de calificación profesional y se tiende a privilegiar la de competencia personal y profesional. A las tareas puramente físicas las vienen a reemplazar tareas de producción más intelectuales, más cerebrales, de diseño, estudio y organización. Bajo este esquema la yuxtaposición de las tareas obligadas y del trabajo fragmentado ceden ante una organización en colectivos de trabajo (equipos de alto rendimiento, por ejemplo) o en grupos de proyecto (como las empresas japonesas,
que realizan una especie de taylorismo al revés), donde los empleados dejan de ser intercambiables y las tareas se personalizan. Actualmente los empleadores ya no exigen una calificación determinada, que consideran más unida a una pericia material; en cambio, solicitan un conjunto de competencias específicas que combinen la calificación adquirida por la formación técnica y profesional en equipo, la capacitación de iniciativas y la de asumir riesgos. Es claro que para lograr estas combinaciones, que deriven en las competencias solicitadas, es necesario privilegiar el vínculo de la educación y los diversos aspectos del aprendizaje cualitativo: la capacidad de comunicarse, de afrontar y solucionar conflictos, el desarrollo de actividades de servicio. Por todo lo anterior es importante establecer la relación entre calificación (normalmente adquirida en la formación inicial, en la escuela), la cualificación (conjunto de conocimientos, capacidades y comportamientos que son adquiridos durante la socialización en el trabajo) y competencia (como la capacidad real para lograr un resultado en un contexto determinado). Los elementos esenciales para la elaboración de un currículum basado en competencias, dependen de la precisión y pertinencia de las profesiografías (esquemas descriptivos del desempeño profesional) y ésta es una función casi imposible, dada la diversidad del trabajo y las circunstancias en que se desarrolla, ya que cuando por fin se cuenta con los elementos formativos que en un momento fueron demandados por algún sector empresarial, las exigencias de formación y capacitación ya cambiaron, es por esto que quienes elaboraron sus currículums bajo este enfoque, lo abandonaron al poco tiempo. Desde el punto de vista epistemológico, la organización curricular por competencias pretende que, aprender, conocer, educarse, capacitar, consiste en subsumirse al objeto del trabajo, de tal manera que: un sujeto aprende cuando repite exactamente el contenido; un sujeto conoce cuando tiene la capacidad para adecuarse al objeto por conocer y un sujeto es competente cuando concuerda con el modelo planteado. Cabe mencionar que los nuevos procesos formativos basados en competencias (EBC) no sólo transmiten saberes y destrezas manuales, sino que toman en cuenta dimensiones que contemplan aspectos curriculares, sociales y actitudinales que se
relacionan con las capacidades de las personas (que es el nuevo enfoque de competencias profesionales). Metodológicamente se han abandonado los programas centrados en la capacidad para puestos de trabajo concretos y cerrados, lo que ha contribuido a la creación de una nueva cultura del trabajo y de la producción, integrando calidad, productividad, eficiencia y competitividad desde cursos, programas, contenidos curriculares y metodologías que básicamente plantean la creación de ámbitos y climas productivos relativos al proceso formativo. La noción de competencia, implica una forma diferente de establecer y abordar objetivos de formación relativos a las necesidades de desarrollo económico, social y productivo. El desempeño como eje central, parte de éste como carácter esencial de la competencia, ya que conlleva la condición de que el individuo resuelva situaciones concretas mediante y con los recursos de que dispone. Lo importante del valor de los conocimientos no es poseerlos, sino hacer uso de ellos. Pedagógicamente implica un nuevo diseño curricular (teórico –práctico) y su correspondiente evaluación. La relación entre saber y saber hacer desaparece para integrar
ambos
en
esquemas
diversificados
de
situaciones
por
aprender
permanentemente. Las condiciones de desempeño relevantes, reconocen a la práctica laboral y profesional, en su sentido más amplio, esto es experiencias de aprendizaje como recursos didácticos, permitiendo que se consolide lo que saben, que lo pongan en juego y que aprendan. La competencia profesional deberá tomarse como unidad y punto de convergencia; establecer que los elementos de una competencia tienen sentido en su conjunto, ya que solas pierden su valor, esto exige que se le otorgue significado a la unidad de competencia y su correspondencia en la currícula. Como puede observarse, la formación de competencias en la escuela exige una profunda contextualización y una respuesta adecuada y oportuna a las necesidades del sector social y productivo, por lo que la invitación es abierta a seguir debatiendo este innovador enfoque educativo.
Agradezco sus comentarios a:
[email protected]