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Título del original: Stepping Stones Traductor: Ekel E. Collins Portada: Ideyo Alomía
ACERCA DELA AUTORA Derechos reservados Copyright © 1990, by ASOCIACION PUBLICADORA INTERAMERICANA 760 Ponce de León Blvd. Coral Gables, Florida 33134 Estados Unidos de Norteamérica
Impreso en México por Litografía Magnograf, S.A. de C.V. Calle E ENo. No. 6 Fraccionamientoindustrial Puebla 2000 Puebla; Puebla Printed in Mexico
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A la autora del matinal de este año le encanta dedicar su tiempo libre a observar la naturaleza, a emprender largas caminatas y a la jardinería. Ama mucho a los animales, por lo mismo ha tenido una gran variedad de mascotas, incluyendo una boa pitón y tres monos. La señora creció en las colinas del sur de Ohio y asistió a la Academia de Mount Vernon, al Colegio Unión de Columbia y a la la Universidad Andrews. Ella y su esposo, que es pastor evangelista, trabajaron en la provincia canadiense de Saskatchewan antes de aceptar una invitación para servir en la la India donde laboraroíl durante dieciséis años. Mientras su esposo viajaba -cuando era presidente de la Unión del Sur de la India, y más tarde como secretario ministerial de la División Sudasiática-, la señora Watts se mantuvo ocupada criando a sus tres hijos adoptivos, dos varones y una niña. Tiene también tres nietos. En diversas circunstancias ha trabajado como secretaria, redactora, maestra, directora de escuela y directora del servicio de hogar y familia. Fue la primera directora del orfanato Sunshine - u n asilo para para bebés bebés abandonados-, que comenzó en una recámara de su casa. También dirigió la Agencia Adventista para el Cuidado de los Niños, donde coormil niños huérf anos y necesitados. dinó el patrocinio de cinco mil Más recientemente ha trabajado como maestra de escuela de la iglesia en
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gónn y Mí regó icaanos de O re ameeric igaa n , don rteam chig de su es norte Mích onde so ha poso os no espo tados Estad los Es los tal Y dire ctorr de la revi ental recto men rtam parta ti on . depa rati lebbra sta Ce Cele torr de vista reccto dire sido di e, os y ar latos uloss para P rimary T rea. ito re relat tículo rea.ssur e, ora W attss ha es crito artíc L a señ eñora Watt escr ht y la Re sta A ta en in nall sig ht vi sta tista és.. Fu Fuee au ra de dell mati atina ui d d e , In Insig Revi entis glés tora G ui dven ingl auto Adv a. nill pa ra 198 3, titu laddo E ste es el D í a. veni para 983, itula Este Dí juve ju
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C O N T E N ID O
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BJARNE HERJULFSON
de enero
Fieles son todos sus mandamientos. Salmos 111:7. - ¡ L e v e n el ancla! -gritó el robusto y rubio marinero escandi a o observando el viento del oeste que amenazaba con arrancarle la tumca de cuero que traía puesta y arrojarla a las gélidas aguas. El jove El jove n capitán vikingo sostenía fuertemente el timón de roble mientras afirmaba sus pies sobre la cubierta de su barcaza de treinta metros. -¡Eleven la vela! El capitán Bjarne Herjulfson observaba con orgullo a sus marineros izar la enorme vela de la embarcación. Era cuadrada, con franjas rojas y blancas, y la amarraban al mástil principal con sogas de cuero de morsa. Dio un suspiro de alivio al verla llenarse de viento y sentir que la embarcación comenzaba a dejar la protección del fiordo noruego y deslizarse hacia las turbulentas aguas del Mar del Norte. A un lado del capitán Bjarne, asido de los aparejos, estaba el pnmer oficial. - ¡ E s tina locura iniciar iniciar el viaje viaje hacia Groenlandia en medio medio de una tormenta invernal como ésta! ¡Mire el tamaño de esas olas! contestóó Bj arn e-. ¿Ves ¿Ves cómo está de lle-¡Obse rva bien bien la la vela vela!! - l e contest na? ¡A este paso llegaremos a Groenlandia en la mitad del tiempo! - ¡ E s o es si llegamos! -repuso el primer oficial. Tras soportar tres días de ventarrones, una densa neblina descendió sobre los marineros en alta mar. La vela de franjas blancas y rojas quedó fláccida durante varios días mientras navegaban a la deriva en una neblina tan cerrada que no se podía ver el sol de día ni las estrellas por la noche. Sin la orientación de los astros, estaban perdidos, puesto que en esos días todavía no existían ni el radar ni la bníjula. Cuando por fin se quitó la neblina, se encontraban cerca de Terranova, muy al sur de su destino original. En cierta forma, tú y yo somos como Bjarne. Este año se nos antoja un mar enorme y desconocido. Las condiciones de este mundo y las circunstancias particulares de nuestra vida nos envuelven como una densa niebla. ¿Existirá alguna'alternativa para nosotros durante este nuevo año, o tendremo tendremoss que viajar viajar a la deriva? ¡Claro que sí! A diferencia de Bjame, tenemos una bníjula que nos puede guiar: la Palabra de Dios, la Biblia. Así como la aguja de la b:újula siempre señala el norte, la Palabra de Dios nos indica la dirección al cielo. En este nuevo año asegúrate en consultar tu "bníjulil""' diariamente.
ERICO EL ROJO
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Pero vuestras iniquidades han hecho división entre vosotros y vuestro Dios. Isaías 59:2. Erico, el pelirrojo, era un abusivo. Lograba por la fuerza todo lo que quería. Los que no se intimidaban por su barba roja y ojos verdes, sólo al ver sus enormes músculos le daban la razón. Un día exigió la tierra de otro hombre. - ¡ N o ! - l e dijo dijo aque aquell hombr e- ¡No me quites mi terreno! ¿Cómo podré ¿Cómo podré sobrevivir? Quítame lo que quieras, pero no me dejes sin tierra. - ¿ C ó m o te atreves a desafiar a Erico el Rojo? Rojo? - s e burló burló el pe nd en ci er o- . ¡No sólo te quitaré la tierra, sino también la vida! Cuando el rey de Noruega se enteró de lo que había hecho Erico el Ro jo , lo senten ció .al exilio. Al refugiarse en Islandia, Erico nuevamente comenzó a buscar pleito y a demandar tierras y cosechas ajenas. . - A q u í no queremos camorristas como tú - l e dijo la la gente de la la local dad tras de soportarlo tres largos años-. Tendrás que abandonar Islandia y vivir en otro lugar. -¿P ero a dónde dónde iré? -preguntó Erico-. No puedo regresar a Noruega. -¡Sí, qué lástima! -replicaron los islandeses-. El caso es que nosotros tampoco te te queremos aquí. aquí. Queremos vivir en paz. - Así que Erico tuvo tuvo que viajar a la deshabitada Groenlandia y vivir allí en el exilio. ¿Podemos recordar a algunos personajes bíblicos que al igual que Erico el Rojo tuvieron que vivir en exilio por causa de sus pecados? Jacob, por su avaricia tuvo que huir a un país leja no. Caín , después de dar muerte a su hermano se vio obligado a vagar por el mundo. Adán y Eva pecaron y tuvieron que abandonar su hogar en el Jardín del Edén. Satanás se rebeló en el cielo y fue mandado al exilio en forma definitiva. Así obra.el pecado en las personas. Desata riñas entre hermanos y hermanas. Arma pleitos en el campó de juego. Por causa del pecado hay guerras y destrucción destrucción masiva. Debido al pecado existen policías y prisiones. prisiones. Por causa del pecado existen la separación y la melancolía de la soledad. Lo peor de todo es que el pecado no sólo nos separa de nuestros famieso-.significa fica perdi liares y seres queridos sino también de Dios, y eso-.signi perdi ción eterna. Ningún abusivo entrará en el reino de los cielos. Ninguno que tenga un espíritu contencioso contencioso verá a Dios. ¿Puedes imaginar a un bravucón en el Cielo?
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JUAN Y SEBASTIAN CABOT
VASCO NUNEZ DE BALBOA
I O de mero
Has dado a los que te temen bandera que aken por caw,a de la verdad. Salmo 60:4.
lle aquí, ¡cuán grande bosque enciende un pequeño fuego! Santiago 3:5.
Seba:,tíán Cahot saltó del bote de remos y, soga en mano, :,C dirigió a la orilla chapoteando. Se detuvo en la playa angosta y roco:-.a bu scando un lugar donde amarrar el bote ha ta qu e él y su amigos e tuvicran l istos istos para regre ar al at:h w. Al fin deci(M amarrarlo a una gran piedra. Luego, Sebastrnn hJn su .atención en las empinadas paredes Je piedra qu e s e e l e vaban desde la misma playa. Parecía que los desafiaban: ":Sube, si puedes!" Sebastián aceptó el desafío. Después de varios varios resbak nes Y raspones se paró en la cumbre del paredón. Al mirar hacia abajo vio a su padre Juan Cab?t y a otros marineros izar la bandera de Ingla erra sobre la playa. S111t1o que la piel y la e pina dorsal se le crispaban al ver su bandera ondeando en el viento viento.. t a . ¡Lo logramos - l e gritó Sebasti á n a w padre-. ¡Hc11os llegado · Asia! . Una exploración más detenida, sin embargo, los hizo dudar de su 1-,concl L! · s1011es. s habitames de esta tierra eran hombres de apariencía hostil. que vestl vestlan an pieles de animales y se pintaban los rostros de rojo. Los explo radores no encontraron las grandes cíudades, el oro ni las las especias que buscaban. No obstante, reclamaron esta tierra, sin importar su origen, para el rey Ennque Vll de Inglaterra. Gracias a Juan y Sebastián C abot abot la costa este de Norteamérica llegó a ser accesible para los colonos ingleses. Los mgleses reclamaron la nueva tierra siendo que su bandera fue la primera en plantarse allí. C_uando. naciste hubo u na contienda en el espacio y el tiempo para ver quien tenia derecho a reclamarte. ¿Sería Jesús o Satanás? _-Me_pe;rene e --insiste Satanás-. Yo planté mi estandarte en el Jardm del Ede_n. M1 bandera fue estampada en la raza humana, en el corazón de cada mno nacido desde entonces. Es mío. --No --le cont,esta J stís-. Yo soy el que le dio la vida. vida. Me lo quitaste, pero yo entreg u e mi_ vida vida parn parn recuperarlo. A mí me pertenece, sin embar?o no lo obligare a seg u irme. irme. No quiero qu e enarbole mi bandera a la h1erz. a.. Puede quedarse con la tuya si así lo desea. Dejaré ciue sea él qu ien decida. ¿,C u á l será u decisión'! La bandera de Satanás ondear á en tu corazón _t hast_a qu e decidas algo diferente. Jesús qu iere iere plantar su em,eña en tu cocorazon. l o permitirás'.>
sol - l e dijo dijo un un indio anciano a Balboa-. Allí encontrarás -Sig u e al sol un gran gran mar. mar. ¡Ha de ser el mar que llega hasta Asia' -exclamó Balboa-. Tengo
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que verlo con mis propios ojos.
C on esto en mente, inició la travesía del istmo de Panamá acompanado de un pu ñado de hombres. Día tras día anduvieron sin rumbo fijo por la enmarañada selva tropical, mientras que por las noches sentían qu e lo mosquitos se los comían vivos. vivos. Poco tiempo después, vario de sus compañeros murieron por ca u sa de la malaria. vida, incluyendo a Balboa, hiLos pocos hombres que qu edaban con vida, tima montaña . cieron u n tremendo esfuerzo por llegar a la cu mbre de la úl tim Allí, frente a sus cansados ojos, estaba el mar, brillante y de un azul intenso al ser bañado por la luz del sol. Balboa sacó su espada y reclamó el gran Océano Pacífico para su rey. uando el rey de España se enteró del gran descubrimiento, decidió trazar C uan un canal a través de las 45 millas de tierra que separaban a los océanos imposible. En Pacífico y Atlántico. Sin embargo, esa empresa resultó un imposible. existía maquinaria pc,ada para remover grandes cantidaaquellos días no existía des de tierra. Todo se hacía a mano. Lus hombres designados para cavar esto la gigantesca acequia se enfermaron de malaria y murieron. A raíz de esto se abandonó el proyecto durante 400 años. ¿Por qué? falt a de dinero ni a algún No era debido debido a las insalvables montañas, a la falta ejército enemigo. Era por causa del pequeño mosquito que transmitía la pudo continuar hasta que los fiebre palúdica o malaria. El proyecto no pudo médicos descubrieron la forma de detener al diminuto anofeles. Juan -. No No era era muy grande. No - E s qu e sólo me robé un dulce creo que eso me impida la entrada al cielo. ·-Es que sólo conté una mentirita blanca -alegaba Erico-. Eso no le haría daño a nadie. - E s a palabra grosera que dije era muy cortita -dijo Beto-. Sólo tenía i:uatro letritas. ;Cuidado! Los robos pequeños, las mentiriias blancas y palabras groseras cortitas siguen siendo pecado. El aferrarse a un pecadito acarii:iado con Dios. demuestra qu e tu coraz6n no está bien con Recuerda que u n insignificante mosquito fue el qu e impidió a toda una peq u eño eño mosquito puede eliminar a un ejérnación con truir un canal. Un peq cito entern. ¿.Hay Hay alguno algunoss "pec aditos " en tu vida' vida'!
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11 de enero enero
FERNANDO DE MAGALLANES
Todo lo puedo en Cristo que me fortalece. J<'ilipenses 4:13.
Si hubo alguien que tuviese una buena razón para autocom padece rse, habría sido Fernando de Magallanes. Herido en batalla dos veces, al punal punto de quedar cojo de por vida a consecuencia de una rodilla destrozada, su condición era lastimera. A pesar de ello, tuvo la determinación de seguir con sus exploraciones. No obstante , el rey Emanuel de Portugal se disgustó con el joven Magallanes, y dejó de patrocinar sus viajes de exploración. - N o importa -d ij o Magallanes-. Acudiré Acudiré al rey Carlos V de España. - Y el rey Carlos lo equipó con cinco naves. En alta mar, Magallanes se enfrentó a un problema tras otro. Un barco se le hundió en una tormenta. Otro regresó a España. Al rodear la punta del continente sudamericano, él y los pocos hombres que le quedaban, tuvieron que hacer frente a severas tormentas, que amenazaban con destruir la flota. Por si esto fuera poco, las provisio nes y el agua empezaron a agotarse. rogabann los los marineros. -Mejor regresémonos - l e rogaba -¡Ni pensarlo! -contestó Magallanes-. Seguiremos aun cuando tengamos que comer el cordaje de cuero del barco. Durante tres meses navegaron en las aguas tranquilas del Océano Pacífico sin siquiera avistar una isla. El océano parecía estar desprovisto de peces. Las reserv as de agua para beber, que ya estaban amarillentas, las distribuían por mililitros. Para satisfacer el hambre, los tripulantes masticaban pedacitos de madera y trozos del cordaje de cuero remojado en agua salada. Atrapaban todas las ratas del barco, y después de rostizarlas, se las comían. Al poco tiempo la tripulación enfermó de escorbuto y muchos de los marineros murieron. Tras perder a su líder en una batalla en las islas Fili pinas, el resto de los hombres continuó su travesía hasta regresar a España. Fueron los primeros en circunnavegar el globo terráqueo. Su valentía los sostuvo hasta terminar lo que habían empezado. Cristo Jesús necesita a jóvenes y señoritas, hombres y mujeres de valor. Necesita seguidores fuertes que no se dobleguen ante la burla ni los momentos difíciles. difíciles. Necesita jóvenes con la determ inación de los triunfadores, muy a pesar de las circunstancias. Con la ayuda de Cristo, es posible triunfar sobre cualquier obstáculo.
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JACQUES CARTIER
12 de enero
Mucha paz tienen los que aman tu ley, y no hay para ellos tropiezo. Salmo 119:165.
Jacques Cartier, con sus tres barcos, navegaba río arriba por el San Lorenzo. Al hacerse más angosto el río, el francés ancló dos de sus barcos . A los hombres que quedaron allí les dio la orden de construir un fuerte. Cartier, mientras tanto, continuó río arriba hasta vers oblig do a anclar el tercer barco. De allí continuó en una chalupa hacia una isla bastante grande situada en medio del río. Había más de un millar de indios en la isla esperándolo para darle la bienvenida. Guiaron a los exploradores a su villa, d_onde el _jefe l s regaló maíz y carne de venado para comer. A cambio, Cart1er les d10 habichuelas, bolitas perfo radas de vidrio de diferentes colores para hacer collares, Y cortes de tela. Fue muy benéfico para los exploradores trabar amis d con los ind10s, puesto que ese invierno muchos de los hombres de Cart1er. enfermar?n de escorbuto. La boca y las encías les dolían mucho. Se les afloJaron los d! ntes y el dolor en las articulaciones era insoportable. No sanaban con facilidad las heridas. La muerte acechaba muy de cerca. grande enfermed enfermedad ad -di jer on los indios -Nosotros hacer medicina para grande al ·visitar el fuerte-. Seguirnos ustedes. Cartier siguió a los indios y se internaron en el bosque ?º de llenaron md10s prep arauna canasta de hojas de abeto. De regreso en el fuerte, los md10s ron una olla grande de té de abeto. -Beberlo -ordenaron los indios-. Buena medicina. Los exploradores obedecieron y en poco tiempo recuperaron la salud. Los que aún no habían enfermado, tam ién bebie ron el té de abet y de esa manera evitaron la enfermedad. Cart1er y sus hombres no lo supieron, pero el escorbuto proviene por falta de vitamina C en la alimentación. Durante las largas expediciones, los hombres se alimentaban con carne seca salada y bollos secos. Era muy raro que consumieran frutas o vegetales frescos. El té de hojas de abeto les proporcionó la vitamina C que les faltaba. Conozco a varias persona s que sufren de escorbuto espiritual. Son débiles y apáticas en su vida cristiana. Se ofenden con facilidad. Su orgullo herido tarda mucho en sanar. Las personas que sufren de escorbuto espiritual urgentemente necesit n fuertes dosis de té bíblico. La Biblia contiene un elemento muy especial que nos ayuda a enfrentar mejor la vida cotidiana.
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JAIME COOK
VITUS BERING
19 de enero enero
20 de enero
A Jehová he puesto siempre delante de mí; mí; porque po rque está a mi diestra, no seré conmovido. Salmo 16:8.
Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud. 3 Juan 2.
Si te ftjas en el globo terráqueo, verás que a Norte améri ca y Asia los separa un canal llamado el Estrecho de Bering. Bering. Cerca, se encuentra el Mar de Bering, que recibe su nombre -igual que el estrecho- en honor al explorador danés que descubrió Norteamérica y reclamó Alaska para la reina Anna de Rusia. Fue un gélido día de noviembre, después de navegar a la deriva en medio de una tormenta durante tres semanas, que un centinela del barco de Bering avistó tierra. De inmediato fue a ver al comandante de la nave que yacía enfermo de escorbuto en su cabaña. marinero moviendo moviendo suavemente suavemente al anciano -¡Despierte, se ño r! - dijo el marinero capitán. -¿Sí, qué deseas? -respondió el capitán Bering haciendo una mueca de dolor al voltearse para ver al m ar in er o- . Divisamo s tierra, señor. Ha de ser la península de Kamchatka. Por favor, señor, los hombres quieren echar anclas. - N ó - s us us u rr rr ó el enfermo débilmente-. Debemos seguir adelante. - E s o es imposible -interrumpió el prim er oficial al entra r en ese instante e_n la habitación del capitán-. La tormenta ha destruido nuestras velas y las sogas. Los hombres están enfermos y exhaustos. No podemos continuar ni un día más. - Muy Muy bie bienn -cedió el Comandante Bering con renuencia-. Echen anclas. Desafortunadamente quedaron demasiado cerca de un arrecife. La marea arrastró al barco más allá del arrecife y el cable del ancla no resistió la tremenda presión. La nave fue arrojada a su destrucción contra la costa rocosa. Los hombres al no poder seguir adelante, se vieron obligados a pasar el invierno en una isla árida. Construyeron refugios haciendo huecos en el suelo y con la arena se protegían del frío inclemente. El Comandan¡Cuán distinta sería la historia te Vitus Bering murió en su cama de arena. ¡Cuán si el ancla hubiera resistido! ¿Qué me dices de tu ancla? ¿Tu fe se aferra firmemente a Jesús? Sólo él garantiza tu seguridad en la tormenta de la vida -cuando suben las mareas amenazantes y se restiran los cables-. Necesitamos el ancla de la fe cuando muere un ser querido. Debemos asirnos firmemente de Jesús cuando las dudas, los temores y las tentaciones parecieran arrastrarnos al naufragio. El es nuestra única seguridad y esperanza.
El capitán Jaime Cook abrió la pequeña caja negra que contenía las instrucciones del Ministerio de la Marina Británica. -¡Vaya! Creo que es un pedido bastante grande -comentó, luego de haber leído el mensaje. - D e b e s llevar contigo a tres astrónomos de la Sociedad Real a Tahití para que observen el paso de Venus entre el planeta T ierra y el sol, suceso que tendrá lugar el 3 de junio de 1769. Mientras estés allá, amístate con los natívos y traza mapas de las islas. Haz una descripción detallada de todo lo que observes. . - E s t a es la parte más fácil de las instrucciones -comentó Cook, qmen había explorado el río San Lorenzo y cartografiado Terranova. -Cua ndo los los científicos acaben su tarea en Tahití, abre el paquete sellado que se encuentra dentro de la caja negra. Son las nuevas instrucciones. Durante el tiempo que permane zcas fuera, deberás velar por la salud y el bienestar de tu tripulación y mantener el barco en óptimas condiciones. - E s o va a ser lo realmente difícil --pensaba Cook con un movimiento de cabeza. Además de once pasajeros, se le habían dado ochentaitrés tri pulantes, dos veces más de lo requerido para hacer a la mar un barco del tamaño del Endeavour. Era de esperarse que más de la mitad de la tripulación muriera de escorbuto u otros males en el viaje. - ¡ H a b r á reglamentos estrictos concernientes a la salud en este barco! -anunció el capitán Cook a su cuerpo de tripulantes-. La nave debe mantenerse impecable en todo momento y bien ventilada. Todos deben beber suficiente agua. Deben comer frutas o vegetales frescos todos los días. Suministraremos raciones diarias de jugo de limón par a evitar el escorbuto. Además, tenemos una cabra a bordo para dotarnos de leche fresca todos los días. Como resultado de su obediencia a los reglamentos de salud, 56 de los 95 hombres regresaron sanos y salvos a casa. La expedición, que duró tres años, los llevó alrededor del mundo; exploraron T ahití, Nueva Zelanda y Australia. Qué contraste con el viaje de Magallanes. Emprendió la travesía con cinco naves y 277 hombres. Sólo un barco con dieciocho tri pulantes regresó a España. La proporción de sobrevivientes era de seis por ciento. En el viaje de Cook 60 de cada ciento sobrevivieron; una diferencia de diez veces mayor que el anterior. Dios quiere que todos seamos felices y saludables. Por eso nos dio un mensaje pro salud. Si hacemos caso omiso a su indicación, sufriremos. ¿Recuerdas algunos de los muchos consejos sobre la salud?
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ENRJQUE HUDSON
23 de enero
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24 de enero
GUILLERMO BAFFIN
Cuando el hombre cayere, no quedará postrado, porque Jehová sostiene su mano. Salmo 37 :24.
Hay camino que al hombre le parece derecho; pero su fin es camino de muerte. Proverbios 14:12.
Ligeros vientos estivales soplaban en la Bahía Hudson y mecían el Discovery que se hallaba anclado en la Bahía Santiago. La nieve se había derretido alrededor de la casa donde Enrique Hudson y sus hombres invernaron. Las numerosas bandadas de aves migratorias, en su regreso al norte buscaba n dónde anidar y depositar sus huevecillos. - H o y juntaremos juntaremos huevos huevos de pájaros pájaros -a nun ció Enriq Enrique ue Hudson Hudson a su tripulación-. Es todo lo que tendremos como provisiones mientras continuemos la búsqueda de la Ruta del Noroeste hacia la China. -¡ Oh no! -objetaron a una voz todos los hombres-. Señor, no podremos hacerle frente a otro año alimentándonos de pájaros, huevos de pájaros y musgo -dijo Enrique Greene, dando un paso al frente para hablar con el capitán-. ¡Queremos regresar a casa, señor! - ¡ N o es posible! -i ns is tió firmeme nte Hu ds on -. Vinimos para encontrar la Ruta del Noroeste, y la encontraremos, aunque muramos buscándola! - ¡ Q u e muera él si quiere -gruñían los hombres mientras recogían huevos de pájaros-. ¡Nosotros regresaremos! Pocos días después, a bordo del Discovery, apresaron a Hudson temprano por la mañana cuando salía de su camarote. Lo embarcaron a él con su jove n hijo y siete tripulantes fieles en un bote de remos. Les dieron una olla de fierro, un poco de harina de maíz, un mosquete, pólvora y municiones. -¡ Si gu e buscando la China! China! - s e burlaron los hombres al soltar soltar la la soga-. ¡Nosotros regresamos a casa! Nunca más se supo de Enrique Hudson. Quizá murió sintiéndose un fracasado. Sin embargo, sus fracasos ayudaron a exploradores posteriores quienes utilizaron sus cartas de navegación y mapas para descubrir ciertos procedimientos náuticos equivocados. Al aprender de sus errores, pudieron encontrar una ruta mejor. Si fallas en un proyecto, trabajo o tarea escolar, no te desanimes. Puedes aprender de tus errores y diagnosticar los los resultados; entonces es más fácil buscar nuevas opciones para lograr el éxito. Deberíamos adoptar la misma actitud cuando fracasamos en nuestra vida espiritual. Como humanos, quedamos cortos respecto a las expectativas que Dios tiene para nuestras vidas. Cuando pecamos, no debemos rendimos. Debemos seguir adelante, aprendiendo de nuestros errores. El amor y poder de Cristo nos ayudarán a evitar los mismos errores si nos sometemos a él.
Un viento continuo guiaba el Discovery hacia el norte por norte por la costa occidental de Groenlandia hasta llegar al mismo lugar donde Juan Davis se había topado con la pared de hielo. Una vez más, los témpanos le impedían el paso. -Ar ria d las las velas velas -ord enó el comandante Gui Guille llermo rmo Baf fin- . Espe Esperararemos hasta que el calor deshaga los témpanos. -Pero señor -protestó un marinero joven-, ¿por qué no dejar las velas en alto? Tenemos buen viento. ¡Podríamos romper el hielo y abrirnos paso por la fuerza! -A llí es donde te equivocas - l e replicó Baffin -. Es Esos os témpanos son más grandes de lo que se ven por fuera. Lo que realmente vemos es sólo octava parte una octava parte del témpano. La parte verdaderamente peligrosa es la que no se ve. Los otros siete octavos están sumergidos en el agua. Si chocamos con uno de esos bloques de hielo, el barco quedaría hecho añicos. No hay forma de que nuestro barquito haga a un lado el hielo. -¡Vaya! ¡No imaginé que fueran tan grandes! -respondió el jovencito-. Si es así, mejor esperamos. En el transcurso de algunas semanas se deshizo el hielo y el Discovery pudo abrirse paso a través de los témpanos otros 500 kilómetros antes de regresar a su lugar de origen. El pecado se parece mucho a los témpanos de hielo. El Diablo nos permite ver sólo un lado del mal: la parte más atractiva e "inofensiva". Mantiene sus efectos destructivos ocultos. Cuando ya es demasiado tarde, los jóvenes y adultos, habiendo ignorado el peligro inmediato, advierten que sus vidas naufragaron y con ellas su felicidad. El alcohol es uno de los témpanos que usa Satanás. Te permite ver y disfrutar de las alegres fiestas donde todo mundo bebe. No te dice cuán enfermo te sentirás después. No te muestra a los alcohólicos crónicos, los hogares deshechos por causa del alcohol ni los accidentes automovilísticos que siembran muerte y dolor. Te permiten Las drogas son otro de los témpanos del enemigo. Te permiten la "eufo es poder olviria" que acompaña su consumo. Te muestran lo bonito que es poder dar todos tus problemas. Unicamente cuando estás atrapado y esclavizado por la d roga, te das cuenta de que había otros siete octavos de témpano que amenazaban tu vida. juegos de azar, las apuestas en los hipódromos, el juego con máLos juegos Los quinas tragamonedas en los casinos y las loterías son O,!Ws.Jh! muchos témpano tém panoss satáni satánicos cos que que a la la vista vista p a r e c t 1 ° l J o t : , . 'l •""'
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29 de enero
ROBERTO EDWIN PEARY
ROALD AMUNDSEN
No os ha sobrevenido sobreven ido ninguna ningun a tentación tentac ión que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que pod.éis resistir, sino que dará dará también juntamente juntam ente con la tentación la salida, salida , para que podáis soportar. sopor tar. 1 Corintios Corintio s 10: 13.
Rober10 Rober10 E. E. Peary apretó contra su cuerpo un poco más más su abrigo abri go tratando de protegerse J d viento penetrante penetrante que que soplahi soplahi:l:l en en d ncéano Art ko. La brisa eongeli:!da se le adhería al al bigote bigot e estilo esti lo morsa e impn:gnaba su abrigo esquimal y capucha forrados forrados de de picL Se paró unos unos in tmtes, asido de los barandales del buque de vapor Ruosévt:lr, tratando de ver más allá de la neblina. Luego subió la e\c,lera del puellie de mando donde Bob Bartlett, robusto capitán de un ha! en C
30 de enero
Mas Dios muestra muestr a su amor para con nosotr nos otros, os, en que siendo sien do at'in pecadores, Cristo murió por nosotros. Romanos 5:8.
-Una aeronave italiana ha caído cerca del Polo Norte --anunció el reportero-. Hay varios varios sobrevivientes. Pudieron enviar un mensaje por radío precisando su posición. Se busca un piloto vaya piloto experimentado que vaya a las regiones árticas para intentar el rescate. - N o hay hombre más más experimentado en en el Artico que yo -pensó Roald Amundsen, piloto de 56 años de edad--. Yo iré a rescatarlos. ¡No! -protestaron sus amigos-. ¡La empresa es sumamente riesgosa, y en luga lugarr de rescatarlos tú morirás 1 -¿A cas o no no fui el primer hombre que llegó al Polo Sur? Sur? -l es alegaba alegaba Amundsen-_ Volé una nave por el Pasaje Pasaj e del Noroeste Noroest e y pude pude sobrev1v!f al hielo y a las ventiscas. ¿No fui fui yo el que voló voló sobr sobree el Polo Polo Norte, de Europa a Norteamérica? No se preocupen. Sé cómo conducirme en el Artico. Fue así como el famoso explorador noruego emprendió la peligrosa misión de de rescate res cate.. Nunca Nunca más se supo supo de de él. Varios meses me ses más más tarde, tarde , encontraron restos de su avión estrellado. Entregó su vida vida para salvar a un un grupo de italianos desafortunados a q,,icnes ni siquiera conocía. ¿Arriesgarías tu vida vida por alguien algui en que no no conoces? Tal vez vez lo harías harías por por tu hijo o hija, padre o madre, por algún pariente cercano o tal vez por un buen buen amigo. Pero, ¿lo harías por un desconocido'? Cristo Jesús lo hizo por nosotros. Eramos pecadores; sus enemigos. No tenía por qué abandonar las comodidades del cielo a fin de salvarnos. Pudo haberse habers e quedado en en la casa de de su Padre sin arriesgar absolutamente nada. Aun así, todo lo puso en juego para venir venir a este este planeta tenebroso y frío a salvarte a titi y a mí. Nuestro Salvador no sólo sólo dio dio su su vida en el Calvario; lo arriesgó todo con tal de vivir entre nosotros asumiendo la naturaleza humana. Jesús pudo haber pecado. Pudo haberle hecho caso a Satanás. Pero, ¡alabado sea Dios!, ¡no lo hizo' Si Satanás hubiera logrado que Jesús pecara, siquiera una sola vez, tod todo se habría perdido. Nosotros estaríamos condenados y él hubiera sido desarraigado del cielo por toda la eternidad. Estoy agradecido porque se arriesgó y triunfó. ¿,Y tú')
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JAIME WA-TT
ALEJANDRO VOLTA
6 de febrero
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-¡Ah, qué niño! ¿Te vas a quedar allí bobeando todo el día? - l e r e convino su tía a Jaime, mientras sacudía la cabeza-. Deberías estar afuera jug and o con los demás niños. - ¡ E s que prefiero hacer esto! -repuso Jaime sin quitar la vista de la tetera que colgaba de un gancho de hierro sobre la hoguera y despedía vapor. - ¿ H a c e r ? ¿Qué haces? - l e pregu preguntó ntó sarcásticamente su tía. -¡Estoy estudiando! -¿Est udia ndo? Si no no veo·ningún libro libro - l e respondió respondió la la tía. tía. - Estoy aprendiendo acerca del vapor, tía -contestó Jaime-. Voy a hacer un experimento para ti; observa bien-. Con unas pinzas metálicas tomó un trozo de madera y tapó el pico de la tetera. Un estallido repentino de vapor levantó la tapa lo suficiente para permit para permit ir que escapara el vapor. - ¿ Ves cómo el el vapor levanta la la tapa de cobre? cobre? - d ij o Jaime radiante de felicidad-. El vapor es poderoso. Imagínate cuánto pode r hab ría en una olla de este tamaño -agregó estirando los brazos al máximo. -¡Bah! - l e respond respondió ió su su tí a- . Sería Sería mejor mejor que que salgas afuera a ju a ju ga r antes que hagas explotar toda la casa. El joven Watt se acomodó en su silla y empezó a soñar en lo que se podr ía hace r si fuera posibl e atra par el vapo r y pone rlo a traba jar. Tal vez podría dar vuelta a la amoladera del molino o impulsar los barcos cuando no hubiera viento. Después de unos años, Watt convirtió en realidad su sueño cuando construyó el modelo de la máquina de vapor. Pronto se empezó a usar la máquina en las fábricas, minas de carbón, ferrocarriles y barcos. La máquina de vapor de Jaime Watt fue lo que dio inicio a la Revolución Industrial. La época de la juv ent ud es el tiempo de soñar y fantasear en la forma maravillosa como debiera ser el mundo. Nada grande se ha realizado sin que alguien se atreviera a soñar en esa posib ilida d. Por eso en este día, si eres niño, jov en o adul to, te animo a soñar. Te desafío a pensar en algo que pudiera cambiar el mundo y en la mejor manera de llevarlo a cabo. ¡Piensa en grande! ¡Sé creativo! Te sorprenderás de lo que puedes lograr.
¿Tienes una pila de lámpa ra de mano o de transistores? Tómala y examínala. Encuentra el lugar donde dice 1.5 voltios (o posib leme nte 9 voltios). El número de voltios te indica la cantidad de "presión" de electricidad que tiene. En contraste con esto probablemente haya 120 ó 240 voltios en los tomacorrientes de tu casa. El voltio es la unidad que mide el poder de la energ ía y se le dio ese nom bre en honor a Alejandro Volta, profe sor italiano de física que inventó la bate ría de pila seca. Tú también puede s hace r una bater ía. Volta tom ó discos limpios y secos de plata, de zinc, y discos de cartón empapados en una fuerte solución de agua con sal. Acomodó los discos en una pila en el orden espe cífic o de plata, cartón, zinc, plata, cartón, zinc. De los extremos de las pilas fluyó electricidad. Fue la primera persona que produjo una fuente continua de electricidad. En otra ocasión, Volta cubrió la punta de la lengua con un trozo de estaño. Con la parte cóncava de una cuchara de plata tocó la sección posterior de la misma, mientras que con el mango de la cuchara hizo contacto con el estaño. De esta manera produjo una pequeña cantidad de electricidad y pudo demostrar objetivamente el principio que obra en la batería de celdas secas. Había usado dos metales y un conductor líquido de electricidad. Es el mismo principio que rige la bate ría de tu automóvil. Si tuvieras que ilustrar el poder de Dios actuando en tu vida, ¿usarías la figura de la plancha que tiene que estar en un lugar específico para poderla enchufar en el tomacorrientes, o lo harías con la de la radio portátil que te puede acompañar dondequiera que vayas? ¿Tendrás a tu alcance el poder de Dios sólo una o dos veces por semana cuando vayas a la iglesia, o podrás llevar a Dios contigo al día de campo, cuando vayas de compras o te dirijas a cualquier parte? Podrás usar el poder de Dios para evitar palabras o pensamientos malos al mantenerte en comunión con Dios; por ejemplo, mediante el culto matutino, o la oración personal y la meditación, en el lugar de trabajo, el salón de clases, en el hogar o dondequiera que estés. ¿Existe, por ventura, algún lugar adonde el poder de Dios no llegue? ¿Habrá un lugar en este mundo donde él no sea accesible? 1
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de febrero
Encomienda a Jehová tu camino, y confia en él; y él hará. Salmo 37:5.
Estaré contigo; no te dejaré, ni te desampararé. Josué 1:5.
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EDMUNDO CARTWRIGHT
MIGUEL FARADAY
de febrero 8 de febrero
Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres. Hechos 5:29.
-¡Sara! -llamó Miguel Faraday entrando en su casa abruptamente con un sobre en la mano-. ¡Tengo una invitación para almorz ar con la reina Victoria, y no sé qué hacer! -¡ Pu es , acepta, acepta, natur naturalme almente nte!! - s e río su su espos a-. ¿A quién se le ocurriría rechazar una invitación de esta naturaleza? -Escucha esto -Faraday abrió el sobre y comenzó a leer-. "Sumael honor de su presencia para el almuer jesta d, la reina Victoria, solicita el zo en el Castillo Windsor este domingo al mediodía". -¡O h, no no! -d ijo Sara desconcertada-. Es imposible que vayas en domingo. Faltarías a la iglesia y eres uno de los ancianos. - E s e es precisamente el problema -añadió Faraday-. Tú sabes que nunca me ausento de la iglesia a menos que esté enfermo o fuera de la ciudad. He asistido fielmente desde mi niñez. No quiero faltar esta vez; pero, ¿cómo decirle no a la reina? ¡Sería una tremenda falta de respeto! Como fiel ciudadano inglés no puedo rechazar la invitación de mi reina. Temo que tendré que ausentarme de la iglesia sólo por esta vez. Así q'ue Miguel Faraday, padre del motor eléctrico y del generador eléctrico, almorzó con la reina en el Castillo Windsor. Los demás ancianos de su iglesia no estuvieron de acuerdo con su decisión. Dijeron que de biera respeta r a Dios antes que a la reina. Le suspend ieron su cargo de anciano de iglesia y no le permitieron predicar más. Por muchos años ni siquiera se lo consideraba miembro de iglesia, aunque asistía fielmente a todas las reuniones. Si tú estuvieras en el lugar de Miguel Faraday, habrías rechazado la invitación de la reina? ¿Sería correcto ausentarte de la iglesia para mirar un partido de fútbol en la televisión? ¿Te ausentarías de la iglesia para asistir a la fiesta de cumpleaños de un amigo? ¿Faltarías a la iglesia con tal de conocer a tu estrella cinematográfica cinematográfica favorita? ¿Qué respuesta le darías al presidente de la República si te invitara el sábado al Palacio a una recepción en tu honor? ¿Cuán importante es para ti la cita que tienes con Dios cada sábado?
Me devuelven mal por bien, y odio por amor. Salmo 109:5.
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¡Fuego! ¡Fuego! ¡La fábrica de maquinarias para hilar está ardiendo! - E n poco pocoss minutos la mitad del pueblo de Manchester, Inglaterra, se ha bía agolpado para ver cómo el fuego consumía todos los ahorros de Edmundo Cartwright. Ni una sola persona hizo el intento de apagar el fuego. Nadie trató de salvar los telares. -¡ Qu é buen bueno! o! -comentó uno de los observadores. - ¡ E s o lo detendrá! -agregó otro. Edmundo Cartwright no hizo sino ver cómo el fuego destruía los 400 telares que habían estado listos para ser entregados al dueño de una hilandería al día siguiente. -Existen rumores de que los empleados de la hilandería prendieron hilandería prendieron fuego a su fábrica - l e comentó a Cartwright el dueño de la fábrica-. Temían perder· sus empleos si yo usaba sus máquinas para hilar. - ¿ Q u é no se clan cuenta que sólo trataba de ayudarl ayudarlos? os? - s e lament lamentóó Cartwright-. Soy su pastor. Los amo y no me gusta verlos trabajar tanto tejiendo telas a mano. Inventé el telar para telar para hacerles cómoda la vida. Habrían trabajado menos horas y ganado mucho más si hubieras instalado esas máquinas. - ¡ D e acuerdo acuerdo!! -a sin tió el dueñ dueñoo de la hilandería-. Construya otra fábrica y haga más telares. Poco a poco se darán cuenta del beneficio que les reportará. - O j a l á pudiera -s us pi ró el pastor el pastor Ca rtw rig ht- . Se me acabó todo el dinero. Otra persona tendrá que construir los telares. Ya hice lo que pude. Fue así como otra persona se adueñó de la idea de Cartwright y construyó los telares que él había inventado. Perdió la fortuna de su familia tratando de ayudar a otros y no recibió nada a cambio. Aun así, hasta el fin de su vida siguió siendo un hombre feliz y bondadoso con los demás. Nunca trató de vengarse de los obreros de la fábrica ni de quienes usurparon su invento. Se regocijó al ver que la vida de los pobres mejoró mucho, gracias a su invento, tal corno lo había planeado y deseado. Puede llegar el momento cuando otros te paguen mal p or bien. Confío en que los podrás los podrás seguir amando como el pastor Cartwright siguió amando a sus feligreses. Al eliminar toda idea de venganza, te parecerás al Señor Jesús, quien fue muerto por aquellos a quienes había venido a salvar.
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9 de febrero
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ROBERTO H. GODDARD
de febrero 28 de febrero
HAMMURABI
1 ° de marzo
Porque cual es su pensamiento en su corazón, tal es él. Come y bebe, te dirá; mas su corazón no está contigo. Proverbios 23:7.
Mas la palabra del Señor permanece para siempre. Y esta es la palabra que por el evangelio os ha sido anunciada. 1 Pedro 1:25.
dijo María María Goddard a su nieto trabajito para ti - l e dijo -Roberto, tengo un trabajito para ser poadolescente un hermoso día de octubre-. El viejo cerezo necesita ser po dado. bien, abue -suspiró Roberto cerrando el libro que había estado - M u y bien, leyendo, titulado La guerra de los mundos, por H. G. Wells. Era su libro favorito y ya lo había leído varias veces. El libro trataba de marcianos todo el sistema sistema solar solar en enormes naves de imaginarios que viajaban por todo hierro. Se emocionaba cada vez que lo leía. ¿Qué si ello fuera cierto? viajar por el espacio acompañaba a Roberto mientras iba por La idea de viajar por pensando do en su aventura mientras subía a las ramas el serrucho. Seguía pensan tronco para descansar más bajas del cerezo. Poco después se recargó en el tronco para un minuto. Los cálidos rayos del sol otoñal lo relajaron rápidamente. Cerró los ojos unos segundos. Entonces sucedió algo sumamente extraño. - E r a como un sueño - d i c e Roberto al recordar la experiencia-. Me Couna barra larga. Coimaginé un aparato muy raro que tenía la forma de una barra menzó a girar más y más hasta elevarse desde el suelo. Siguió ascendiendo cada vez más con dirección a la luna. ó rápidamente del árbol, corrió a su recámara Roberto bajó Emocionado, Roberto baj y dibujó la máquina que había imaginado en el cerezo. Muchos años después, y tras inventar cientos de cohetes, Roberto esta primer cohete ba de pie en un campo de Massachusetts observando cómo su primer llamatremendas de aire seguido en el elevaba s e líquido de combustible radas amarillas y anaranjadas. Luego de ascender unos 60 metros se niveló y aterrizó. Antes de morir en 1945 lanzó un cohete que se elevó más de tres kilómetros. Hoy, los cohetes de exploración, las estaciones y viajes parecen temas comunes. espaciales, nos parecen Todo empezó aquel día en el cerezo. La imaginación de Roberto Godanimada porr los libros que había leído, dio origen a la espectacular dard, animada po era ser una Esa pareciera era espacial. Realizó lo que siempre había soñado. Esa pareci pensamos. os. de las leyes de la vida, llegamos a ser lo que constantemente pensam sonaa eres, o llegarás a ser? ¿En qué piensas constantede person ¿Qué clase de per mente? ¿Qué es lo que te mantiene preocupado? ¿Qué tipo de libros lees? películas las ves? ¿Qué clase de música escuchas? ¿Qué pelícu
-Haga un gran pilar de piedra -or den ó el rey Hammurabi a su escultor princ ipal- . Debe ser lo suficientemente grande como par escribirr en como paraa escribi él todas las leyes de Babilonia. -¿Cuántas leyes hay, su excelencia? -preguntó el artesano. -Doscientas ochenta y dos -respondió el monarca solemnemente-. He recorrido el reino entero, para rescatar todas las leyes antiguas. Las he corregido y reemplazado por nuevas cuando ha sido necesario. Me he asegurado de que los fuertes no opriman a los débiles. - H a r é lo lo que usted me pide pide -as int ió el cantero. cantero. Después de trabajar varias semanas grabando los caracteres cuneiformes cuneiformes en la piedra con su cincel, el artista regresó al palacio. -Está listo el pilar. ¿Dónde desea que lo coloque? -Pónga -Pó ngalo lo en el centro centro de Babi Babilon lonia ia - l e indicó indicó Hamm urabi- . No quiero que nadie ignore las leyes de la tierra. Muchos años duró el magnífico pilar de piedra, que medía 2.35 m de altura, ubicado en el lugar más promin prominent entee de Babilonia. Diariamente acudían visitantes y se congregaban alrededor de su base para base para contemplar el bajorreliev bajorrelievee de Hammurabi, cuya autoridad la recibía de Shamash, dios de la justicia. Debajo del grabado se hallaban inscritas las leyes contra la mentira y la brujería, brujería, leyes con respecto al servicio militar, adquisición de tierras y negocios, familia, tarifas, salarios, comercio, préstam préstamos os y deudas. Cierto día, el rey elamita invadió Babilonia y se llevó el gigantesco pi pil r como trofeo de guerra. Lo condujo hasta Susa, Irán, donde perman permaneeció enterrado en la arena por arena por más más de 4,000 años. En 1901 un turista caminaba po naba porr el lugar y al ver un extraño montículo de arena se pregun preguntó tó qué podría podría ser aquello. aquello. Actualmente el pilar el pilar de piedra de Hammurabi se encuentra en el museo de Louv e en París, como test_imonio indeleble de un gran reino y un nonotable legtslador qu ya no existen. Nadie se preocu preocupa pa por por cumplir esas leyes grabadas en piedra piedra,, pues puesto to que su legislador murió hace mucho tiempo y su reino se ha extinguido. Aproximadamente en la misma época, se grabó otra lista de estatutos en dos piedra piedrass más pequeñ pequeñas as sobre el monte Sinaí. Esas leyes, los Diez Mandamientos, siguen vigentes hoy, ya que el Legislador, Jesucristo vive aún y su reino es sempiterno.
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IKHNATON
2 de marza
CRESO
3 de marza
La suma de tu palabra es verdad, y eterno es todo jui tu jus titodo jui cio de tu jus cia. Salmo 119:160.
Porque ¿qué aprovechará al hombre si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? Marcos 8:36.
-L o s hebreos hebreos han han invadido nuestra tierra -escribió Abdu-Heba, rey de Palestina, en una tablilla de arcilla que envió a Ikhnatón, faraón de Egipto-. Cruzaron el Jordán y tomaron por sorpresa muchas de nuestras ciudades. ¡Necesitamos tu ayuda! Pero Ikhnatón no prestó atención al pedido de sus vecinos ca·nanitas. El joven monarca estaba muy ocupado en la construcción de sus palacios y templos del sol en Akhetatón, la nueva capital de su imperio, jun to al río Nilo. Había rebeliones en Egipto por las cuales preocuparse, ya que los sacerdotes de Amón no simpatizaban con él. Durante su adolescencia, Ikhnatón, más conocido como Arnenhotep, pensó mucho acerca de los innumerables dioses que adoraba su pueblo. ¡Muchos de ellos eran crueles! - N o creo en estos estos dioses dioses -proc lam ó Amenhotep a la edad de 15 años. Creo que hay un solo Dios, creador del mundo. Es un Dios amante y bondadoso, que hace cantar a los pajarillos y brincar a los corderitos en las colinas. Amenhotep le puso el nombre de Atón a su nuevo dios quien según él vivía en el sol. Más tarde, Amenhotep cambió su nombre por Ikhnatón que significa: el que adora al dios Atón. Esto disgustó muchísimo a los viejos sacerdotes. Cuando lkhnatón fue coronado como faraón, cambió de ubicación la ca pital de Egipto a fin de alejarse de los sacerdotes de Amón. Mientras cientos de obreros construían sus templos y palacios, algunos se daban a la tarea de borrar los nombres de los otros de todos los monumentos habidos en Egipto. Con razón no tenía tiempo para preocuparse de las incursiones de Josué y los hebreos en Jericó y Hai. Los siervos de Ikhnatón archivaron la petici ón de Abdu-Heba y otras 350 cartas similares que solicitaban ayuda. Allí perm anec iero n, emp olvándose en alguna bodega, mientras los hebreos se posesionaron de la tierra prom etida. Allí perm anec ieron cuan do la ciuda d fue aban donad a despu és de la muerte de lkhnatón. En 1887 una mujer de la localidad descubrió las tablillas de arcilla mientras escarbaba la tierra buscando desperdicios que le sirvieran como fertilizante. Esas cartas de hace tres mil años son muy importantes. Son otra prueba de que la Palabra de Dios dice la verdad.
En el país el país c onoci do ahora como Turquía, gobernaba un rey llamado Creso, durante la época del prof eta Daniel. Este construyó en Sardis un monumento de puro oro, plata y pie dra s prec iosa s que llegó a ser una de las siete maravillas del mundo antiguo. Solón, líder ateniense, visitó a Creso un día, quien -según la leyendalo llevó a conocer los tesoros de Sardis. Al concluir la visita Creso preguntó: -Dime, Solón, ¿quién es el hombre más feliz del mundo? - E l rey, orgulloso de sus riquezas, se recargó en el sillón con una sonrisa en los labios. Estaba seguro que Solón lo nombraría a él. -Tellus de Atenas -respondió S a l ó n - . Tuvo una muerte gloriosa en el campo de batalla. - M u y bien , y después de él, ¿quién es el hombre más feliz del mundo? - D o s hermanos que conozco, dedicados al cuidado de su madre antes que ella muriese. Un tanto decepcionado, Creso preg untó : - ¿ Y qué hay respecto a mí? -Nunca digas que un hombre es feliz hasta que conozcas toda su vida -respondió Solón-. Existen muchas cosas que son más importantes que el oro y la plata . Creso quedó intrigado con la respuesta de Solón durante muchos años, hasta que un día Sardis fue tomada por los persas. Capturaron a Creso, lo ataron y condujeron a una pila de leña donde fue encadenado a una estaca. ¡Solón!! - gr ita ba mientras las las llamas llamas crec ían -. ¡Ahora -¡Solón! ¡Solón ¡Ahora sé qué es más importante que el oro y la plata! -¡Apaguen el fuego! -ordenó Ciro, sintiendo lástima por el prisionero condenado a muerte. Los soldados corrieron en busca de baldes con agua para apagar las llamas, pero todo fue inútil. - ¡O h Dios, sálv sálvame! ame! -impl oró Creso al al cielo. En ese prec ese prec iso instan te, una nube negra cubríó el sol. Se escucharon truenos y cayó un tremendo aguacero que sofocó las llamas. -¡Aunque ahora no tengo nada, realmente soy feliz! -confesó Creso puesto que teng o vida. - E l rey agra dec ido , aho ra un hom bre cam biad o, sirvió en la corte de Ciro por el resto de sus días.
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ASOKA
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CLEOPATRA
7 de murzo
Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres. Romanos 12:18.
También el reino de los cielos es semejante a un mercader que busca buenas perlas. Mateo 13:45.
Doscientos cincuenta años antes de Cristo, Durante la dinastía de Shih Huang Ti, emperador de la China, Asoka salió a conquistar la India. Marchó con sus tropas hacia el sur, donde bloqueó la ruta por donde les llegaban provisiones a los Kalingas de la costa este. Como consecuencia se desató una batalla sangrienta en la cual salió victorioso Asoka. Cuando regresó a casa después de la guerra, se paró en el balcón de su magnífico palaci palacio o para observar observar las celebraciones de triunfo. Músicos, bailarinas bailarinas,, elefantes adornados con joyas y soldados uniformados de gala desfilaban frente a él. Las paredes vibraban por el ruido de los tambores y los gritos de júbilo. majestad!! - l e dijo uno uno de los sirvientes-. ¡El pueblo se re-¡Venga, majestad gocija! ¡Tiene que unirse a ellos! El emperador e mperador suspiró sus piró y movió la cabeza. - ¿ H a s pensado cuántas cuántas personas perdieron la vida en la la batalla? - l e preguntó preguntó.. -Claro que sí -respondió el cortesano-. Todos lo alaban por los 100 mil que mató y los 150 mil prisioner prisioneros os que que tomó. tomó. - ¡Eso sin tomar en cuenta los cientos de miles que murieron de fatiga y privación o por causa de enfermeda enfermedades des!! ¡Qué ¡Qué terrible terrible!! ¡Qué ¡Qué triste! triste! -Siempre hay muertes en la guerra, su majestad. -¡Entonces no tendremos más guerra! -sentenció Asoka-. Viviremos en pa en pazz con con nuestros nuestros vecino vecinoss y haremos haremos lo posible posible por remediar esta esta sisituación. Durante el resto de su reinado, Asoka cumplió su palabra. palabra. Erigió Erigió pil pilaares de piedra en todo el reino advirtiendo a la gente que debían ser amables los unos con con los otros. Comisionó oficiales especiales que viajaran viaja ran por todo el reino para cerciorarse de que los ancianos y los pobres fueran tratados con justicia. Incluso dictaminó que el matar a los animales sería considerado un crimen. Asoka se convirtió al Budismo, una religión de paz que repudia la violencia. Doscientos años más tarde, Jesús vino con un mensaje igual de amor, paz paz y no no violencia. Pero él hizo más que predicar y dar un buen ejemplo: murió en la cruz del Calvario para pagar la culpa de todos los actos crueles que tú, yo o Asoka hayamos cometido. Cuando lo aceptamos en nuestros corazones, empezamos a vivir en paz paz los los unos unos con los otros.
Marco Antonio y sus generales quedaron atónitos cuando entraron en la carpa de banquetes de Cleopatra, reina de Egipto. La magnificencia del lugar los deslumbró. Los invitados descansaban sobre sillones adornados púrpura y oro. La vajilla era de oro puro engastada con joyas precon púrpura preciosas. Los sirvientes abanicaban a los invitados con plumas de avestruces mientras los músicos tocaban sus flautas y liras. Cortinas de seda entrete jidas con oro mantenían fresco el ambiente. - M i quer querid idaa Cleopatra -dijo el emperador romano inclinándose ante la adorable reina-. íEsto es fantástico! ¡Nunca en mi vida había asistido a un banquete banquete tan espléndido como éste! ¡No te hubieras tomado tanta molestia! - S o n meras bagatelas - l e respondió Cleopatra Cleopatra encogiéndose de hombros-. Llévate e&1a vajilla de oro como un regalo mío, si te gusta. -¿Gust anne? ¡Es ¡Es hermo hermosa sa!! - l a alabó Marco Antonio-. Pero realmente eres demasiado extravagante. -Esto no es nada comparado con lo que verás mañana de noche - alarpura comida comida costará JO JO mil mil sestercios (equivalente a deó la re in a- . La pura $300 mil dólares). -¡Imposible! A la noche siguiente, Cleopatra llevaba puest puestos os dos dos pendie pendiente ntess de perlas, las más grandes del mundo de aquel entonces. Cada perla perla valía 222 mil dólares. dóla res. Se los quitó y llamó a uno de los sirvientes quien puso en su mesa un vaso con vinagre. Dejó caer una de las perlas en el vaso y observó cómo se disolvía; luego bebi bebió ó el contenid contenido o del vaso ante el asombro de los presentes. Antes que sacrificara la otra perla, uno de los generales se la arrebató. Perlas parecidas deben de haber sido aquéllas a las cuáles se refirió JeJesús cuando expuso la parábola del mercader que encontró la "perla de gran precio" y vendió todo Jo que tenía para comprarla. Si Cristo es el Mercader celestial que vino a este mundo en busca busc a de buenas buenas perlas, entonces, ¿quién crees que es la perla de gran precio precio?? Es la persona persona que que est,i est,i dentro de tus ropas. ¡Tienes un valor incalculable! Jesús te amó tanto que dio su vida por ti. Si hubieras sido la única persona que hubiese pecado, lo mismo hubiera muerto por ti. Eres más precioso para él que las perlas de Cleopatra. Eres la perla de gran precio precio..
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CANUTO
12 de marzo
El temor de Jehová es enseñanza de sabiduría; y a la honra precede la humildad. Proverbios 15:33. El rey Canuto Canut o caminaba cami naba en la pl la playa aya con con varios varios de sus consejeros. Com partía partía con ellos algunos de los problemas que enfrentaba Inglaterra. -Nec esi to el el consej consejo o de de usted ustedes es -l e s dij o- . ¿Qué debo hacer? -U st ed es el soberano soberano de de toda la la tierra y el el mar - l e respondió respondió uno uno de los cortesanos-. Haga lo que usted crea conveniente. Todo el poder está en sus manos. -Acompáfienme -ordenó Canuto descendiendo de su caballo. Sus conhast a la orilla del mar. cuando empezaba a entrar la sejeros lo siguieron hasta marea. --íDeténganse! -increpó a las olas --. -- . ¡No se se acerquen acerque n más! Las olas mojaron sus pies como siempre. -íD eté nganse nga nse ! ¡Soy ¡Soy vuestro rey! rey! ¡No sigan más! más! -U - U n a ola ola gigantesca gigantesca reventó a sus pies, el agua inundó sus rodillas y bañó el rostro del monarca. - ¡S u majest majestad! ad! - l e rogó uno uno de de sus hombre s-. Retírese Retírese por por favor. favor. ¡Quedará empapado! El rey no le hizo caso. -¡ Ol as , deténganse deténganse!! ¡Háganm ¡Háganmee caso! caso! Sus consejeros, perturbados, perturbad os, lo tomaron y llevaron a un un lugar más elevado antes que apareciera la siguiente ola. - ¿ Po r qué qué hizo algo algo tan tan impruden imprudente? te? - l e re convi nier on-; pudo haha berse berse ahogad ahogado. o. - ¿ N o captaron la la lección lección que les les quise enseñar? enseñar? - l e s preguntó preguntó el rey Canuto-. Quería mostrarles claramente que mi poder tiene límites. Ahora, cuando pido pido su consejo espero obtener respuestas razona bles respecto de !os hechos. ¡Que no se hable más del poder ilimitado de Canuto! Algunos de nosotros nosotr os no somos somos tan sabios como el rey Canuto. Soñamos Soñam os con ser ser superhombres, supermujeres, superjóvenes o superniños. ¡Muchas ¡Muchas veces, casi creemos que lo somos! Si no, acérquense a una escuela duranlos níños níños fanfarrone fa nfarronear ar acerca de cuán fue1tes son, te el recreo y oígan a los cuán rápido pueden pueden correr correr o cuán cuán intelíg intelígente entess y capace capacess son. son. La humild humildad ad una de de las caract car acterís erístic ticas as de los adolescentes adolesce ntes ní de muchos adultos, adult os, no es una sín embargo debe ser aprendida por todo aquel que aspira a la grandeza. La próxima vez que te consideres un superhombre, detente un momende pedir to y acuérdate acuérda te del rey Canuto. No No tengas miedo de ped ir consejo. Siempre habrá algo que aún tengas que aprender.
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GUILLERMO EL CONQUISTADOR
13 de marzo
Yo soy el... que vivo, y estuve muerto; mas he aquí que vivo por los siglos de los siglos, amén. Y tengo las llaves de la muerte y del Hades. Apocalipsis 1:17-18. Era la mañana del 14 de octubre de 1066 cuando Guillermo, duque de Norman Normandía día,, guió guió a su ejército al píe del monte Senlac, cerca de Hastings, Inglaterra. En la cima de la colina podía ver la bander banderaa de Haroldo que ondeaba con el viento, desafiándolo. los caballeros normanA la señal de Guillermo sonaron los clarines y los pared dos atacaron la colina. En la cumbre, se enfrentaron a una sólida pared de escudos. - Manténganse firmes y dejen que agoten sus energías los normandos -ordenó H:aroldo. Los normandos atacaron tres veces la colina y las tres veces fueron resistidos con una lluvia de flechas, lanzas, hachas, jabalinas y piedras. En para un ataque más. Justo las últimas horas de la tarde, hubo tiempo sólo para al llegar al flanco de escudos, una flecha inglesa hirió el caballo de Guillermo, quien cayó al suelo junto con el animal. -¡El duque ha muerto! muerto! - gr it ó algu ien -. ¡Tod ¡Todos os huyan huyan a los los barcos! barcos! - P o r unos unos instantes reinó el el caos sobre la la colina de Senlac. Los normandos tocaron la la retirada retir ada y los los franceses fra nceses rompieron filas filas para perseguirlos. pe rseguirlos. En ese momento Guillermo se quitó el yelmo para que todos pudieran ver su rostro. Rápidamente montó otro caballo y gritó: -¡Vé -¡ Véanm anm e! ¡Estoy vivo! vivo! ¡Regresen a la la batalla! ¡La victoria es es nuestra! rea cciona onaron ron al oír la voz voz de su comandante y esa noche Los normandos reacci la victoria fue suya. La batalla de la colina Senlac me me recuerda rec uerda a otra batalla librada en otro grupo monte hace casi dos mil años. En el monte llamado "Calave ra'' _un grupo de hombres asustados asust ados vieron cómo su comandante caía. Por un momento pensaro pensaron n que todo estaba perdido. perdido. Oh, qué alegría experimentaron cuando supieron que estaba vivo. ¡Se les aseguró la victoria! Repetidas veces tú y yo nos enfrentamos a nuestras propias colinas Senlac. La batalla es reñida y atemoriza pensar en los resultados. Los dardos de Satanás se dirigen rudos y tupidos hacia nosotros. Estamos exhaustos dado que luchamos cuesta arriba. Puede ser que en algún momento pensem pensemos os que que Dios Dios ha muert muerto o y que que nuestra nuestra situació situación n es desesper desesperante ante.. Es entonces cuando debemos mirar el rostro de Jesús y oírlo gritar: -¡Vé -¡ Véan anme me!! ¡Soy yo! ¡Estoy vivo! vivo! ¡Regresen ¡Regre sen a la batalla! ¡La ¡La victoria es nuestra!
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MARIA ANTONIETA
26 de marzo
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No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿qué comla justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz pañerismo tiene la justicia con las tinieblas? 2 Corintios 6:14.
qué juzgas a tu hermano? O tú también, ¿por qué Pero tú, ¿por qué juzgas menosprecias a tu hermano? Porque todos compareceremos ante el tribunal de Cristo. Romanos 14:10. Una mujer frágil, arropada con vestidos negros y harapientos se encontra ba de pie ante el tribunal el 14 de octubre de 1793, escuchando el testimonio de 41 testigos que la acusaban de ser enemiga del pueblo francés. - E l l a andaba en festejos en el palacio de Versalles mientras nosotros moríamos de hambre -decía uno. -V iv ía lujosament lujosamente, e, llevando llevando a la tesorería nacional a la quiebra - a r gumentaba otro. María Antonieta soportó estas acusaciones durante 20 horas. Al fin escuchó la sentencia del del juez: '•¡Debe m orir decapitada en la guillotina dentro de dos días!" No importaba que la mayoría de las acusaciones fueran falsas. Ella sabía que la mayoría de los testigos habían sido sobornados para hacer las acusaciones que el pueblo quería escuchar, aunque fueran falsas. Le daba la bienvenida a la muerte después de su encarcelamiento prolo gado. Los últimos dos meses en el calabozo húmedo y frío le habían quitado todo el deseo de vivir que le restaba. El piso estaba cubierto de barro. Una mesita de madera de pino de pino y una sola silla eran todos los muebles que había en su celda. Dormía en un bulto un bulto de paja sucia cubierta con una cobija raída. Después que el juez pronunció la sentencia, María Antonieta levantó la cabeza con dignidad y dijo: - E r a una reina, y me me quitaron mí corona; corona; una esposa, y mataron a mi esposo; una madre y me privar on de mis hijos. Sólo me queda la sangre de mis venas. Quítenmela también, pero no prolonguen no prolonguen más mí sufrimiento. A la mañana siguiente, la que fuera reina de Francia -vestida con un manto manto blanco - subió a una carreta abierta tirad a por un solo caballo, pase burla ra ser paseada por las cal les de París. Las m ultitudes gritaban y se burla ban mientra s 30,000 soldados vigilaban la ruta. Al llegar al patíbulo al patíbulo , se a rrodill ó unos momentos para orar. Luego cayó la cuchilla y la vida de María Antonieta terminó. Tarde o temprano todos compareceremos ante el tribunal de Cristo y tendremos que enfrentarnos al registro completo de nuestras vidas. Todos en ríamos que ser condenados, puesto que todos hemos pecado y somos md1gnos ante la gloria de Dios. Todos estamos ante la guillotina de la muerte eterna. Pero, ¡alabado sea el Señor!, ¡la ¡ la cuchílla no tiene que caer! Jesús murió para que pudiéramos que pudiéramos ser liberados. ¡El ¡El sufrió nuestro castigo! castigo! La vida eterna es nuestra, si la queremos aceptar. 94
27 de marza
PEDRO EL GRANDE
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¿Será muy importante la clase de amistades que tienes? Pregúntale a Pedro, el gran zar de Rusia desde 1682 a 1725. En su adolescencia, Pedro pasa ba mucho tiempo en el sector de los extranjeros, en Moscl1. Sus mejores amigos eran Patrick Gordon, un escocés desenfrenado, y Francisco Lefort, un suizo rico en exilio. Y de ellos aprendió la forma de vivir del occidente. - H a r é q ue ue mi país sea tan fuerte y moderno como lo son Inglaterra, Francia y Alemania -alardeó Pedro al convertirse en zar-. Quiero que Rusia sea como los países poderosos que mis amigos conocen. Debo ir en persona para ver qué los hace tan podero sos. Pedro dedicó dos años a recorrer Europa y allí aprendió la manera de vestir del occidente, sus costumbres, arquitectura, construcción naval y ciencia. Visitó los muséos, escuelas, fábricas y astilleros europeos. En los años que Pedro fue zar, convirtió a Rusia en una potencia moderna. Levantó un ejército y una marina de guerra, construyó fábricas y una nueva capital. Fundó escuelas, hospitales, museos y un periódico. Introdujo una nueva moneda, cambió el alfabeto ruso y el calendario para hacerlos más parecidos a los del mundo occidental. Sin embargo, en su afán de convertir a Rusia en una potencia mundial, suprimió brutalmente a todos los que se le oponían, lo cual le creó muchos enemigos. Pudiera ser que sus amigos de la adolescencia nunca supieran cuán abarcante fue su influencia sobre Pedro. Cuán distinto hubiera sido su gobierno si se hubiera amistado con los nobles rusos. Escoge bien a tus amigos, ya que es un hecho que llegamos a ser seme jante s a las personas con las cuales nos juntamos. Asóciate con ladrones y probable mente llegarás a r obar. Júntate con los sabios y s i duda te llegarán a gustar los libros. Amístate con los que odian a Dios, y lo más proba ble es que term inará s odiándolo. Júntate con los obs cenos y así serás también. ¿Quiénes son tus amigos? Como dijera un sabio en una ocasión: "Muéstrame tus amigos, y sabré cómo es tu carácter".
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NAPOLEON BONAPARTE
28 de marzo
JOSEFINA
trabajo. ajo. Mejores son dos que uno; porque tienen mejor paga de su trab Eclesiastés 4:9.
- S i hacen Jo que yo les digo, esos muchachos grandes deja rán de tirarnos piedras -aseguró Napoleón cuando tenía 8 años de edad. Durante mucho tiempo habían tenido pleito cerrado los niños del pueblo y los muchachos pastores de ovejas de las colinas. - M u y bien -accedieron sus amiguitos-. Dinos lo que debemos hacer y lo haremos. Napoleón Napoleó n llevó a sus amigos a un lugar en la colina donde había una enorme piedra que sobresalía formando una especie de fortaleza natural. -Aho ra, jun junten ten muchas piedras y formen varios montones detrás de estas rocas roc as - l e s ordenó Napoleón Napoleón.. Cuando tuvieron suficientes piedras amontonadas, Napoleón y su grupo subieron la colina hacia el lugar donde estaban los pastorcillos cuidando sus ovejas. _:_· _: _·¡L ¡Lár árgu guen ense se de aqu aquí! í! ¡Déje ¡Déjennos nnos en pa paz! z! - s e mofaban los muchachos más grandes tirándoles piedras a los niños del pueblo. En ese momento, Napoleón Napoleó n se dio la vuelta y salió corriendo colina abajo, seguido de su la persecución "pelotón". Los pastorcillos se dieron a la persecución tal corno lo había pensado Napoleón. Al llegar a su fortaleza de rocas gritó: -¡Alt o! - S u s "soldados" le obe obedec decier ieron. on. -¡Piedras! Cada uno de los niños tomó tantas piedras como podía cargar. -¡ Me di a vuelt vuelta! a! ¡Disparen! ¡Disparen! Los pastorcillos, fueron recibidos con una lluvia de piedras y se dispersaron en todas direcciones sorprendidos por el ataque bien organizado de los más chicos. Fue la última vez que Napoleón y sus amiguitos tuvieron problemas con los muchachos pastores más grandes. Aquel día en la isla de Córsica, Napoleón aprendió una valiosa lección que le serviría tremendamente en el futuro, cuando sería tm gran general. Un grupo unido, luchando por una misma caw,a, puede hacer mucho más que un hombre que lucha solo. En la unión está la fuerza. ¿No será ésa la razón por la que Jesús le pidió a sus discípulos que se reunieran todos en un solo lugar para esperar la venida del Espíritu Santo? Al Al unirse en oración. realmente tuvi eron más poder que si hubier an estado solos. ¡,Pudría ser ésta una razón importante por la cual todos nos congregamos hoy como iglesia?
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29 de marzo
No juzguéis, para que no seáis juzgados. Mateo 7:1.
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-Espérame aquí - l e pidió Josefina a su Napoleón eón Bonasu prometid o, Napol parte, a.1 llegar a la oficina de su abogado, Monsieur Raguideau. Siendo que accidentalmente la la puerta puerta quedó entreabierta, Napoleón pudo escuchar todo lo que se dijo en la oficina. -Planeo casarme con el General Bonapa Bonaparte rte - l e explicó Josefina a su abogado-. Quiero que sea usted el primero en saberlo. - M i querida dama -exclamó el abogado- piense cuidadosamente anin-tes de tomar un paso de tanta importancia. Si fuera tan imprudente en in sistir en esta boda disparatada, se arrepentirá todos los días de su vida. ¿A quién se le ocurre que una mujer inteligente se desperdicie en un hombre cuya única fortuna consista de una espada y su uniforme? consejo, ejo, decidió no decir nada Aunque Napoleón se llenó de ira por el cons al respecto. Un mes más tarde, Napoleón y Josefina se casaron. Ocho años después, el senadf f francés lo proclamó emperador de Francia. En el día de la ceremonia de coronación Napoleón recordó los comentarios de Monsieur Ragui deau y de inmediato ordenó que el abogado viniera al palacio. Al llegar, encontró a Napoleón y Josefina vestidos en sus túnicas especiales y listos para la coronación. - A h , Monsieur Monsieur Raguid Raguideau, eau, qué gusto me da verl verlo o - l o saludó saludó Nap ole ó -. ¿Se acuerda aquel día en 179 1796 6 cuando acompañé a Josefina a su oficma? ¿Recuerda el consejo tan desfavorable que le dio? ¿Qué me dice ahora? -Señor, ¿en realidad escuchó aquella conversación? -tartamudeó el le encendía el el rostr o de vergüenza. pobre abog a?º· sintiendo que se le -¡Escuche cada palabra, y no las he olvidado! Al oírlo el abogado palideció de temor. No podía siquiera imaginar la suerte terrible que podría correr ahora. - ¡ E n este este día día t condeno. ir a Notre Dame para que seas testigo de la ceremoma ceremom a de m1 coronac1o coronac1on, n, y ocupes el asient o que he- reservado es es- pecialmentee para ti pecialment ti!! ¡E ¡En n el futuro, tal vez no serás tan apresurado en emi juicio!! tir un juicio · - ¡ E n realidad realidad así así será, será, señor! señor! -r es po nd ió Monsieur Ragui Raguidcau dcau dand dando o un suspi:o de alivi alivio o y salió apresur apre surada adament ment e para tomar su su lugar en la la ceremo111a. Pueden estar seguros de que habrá pensado dos veces antes de Juzgar nuevaniente el carác ter de otra persona.
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1 ° de abril
JORGE FEDERICO HANDEL
JUAN SEBASTIAN BACH
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de abril
No descuides el don que hay en ti. 1 Timoteo 4:14.
agradado, y tu ley está en El hacer tu voluntad, Dios mío, me ha medio de mi corazón. Salmo 40:8.
Reinaba el silencio aquella noche gélida de 1685 en casa de Cristóbal Bach,- en Ohrdruf, Alemania. El pequeño Sebastián - d e diez años de e d a d - penn anecía despierto recordando días felices antes de la muerte de papá y mamá. Su hermano mayor, de 24 años, simplemente no comprendía lo mucho que significaba para él la música. ¿Por qué insistirá Cristó bal en que siga tocando las piezas fáciles? ¡Eran tan aburridas! El quería tocar la música de los grandes maestros que su hermano guardaba bajo llave en el armario. Sebastián hizo a un lado las frazadas y se dirigió sigilosamente hacia Bajó por ellas cuidadosamente en la oscuridad, y se acercó las escaleras. Bajó por a tientas hasta el armario. Trepándose en una silla, metió la manita entre que pudo y lo sustrajo del los barro tes de fierro, enrolló el libro lo mejor que pudo armario por la pequeña abertura. Con el libro bien apretado contra su pecho, Sebastián se dirigió a su recámara. Puso el libro sobre la percha de la ventana para poder ver la nota por nota. música al resplandor de la luna y comenzó a copiar el libro nota por Trabajaba de esta manera, un poquito cada noche, regresando el libro a su lugar antes del amanecer. Tardó seis meses en copiarlo. Al día siguiente de haber terminado su tarea, esperó que su hermano se fuera a la iglesia antes de sentarse al clavicordio a prac ticar. Tras tres días de práctica secreta, Cristóbal regresó repentinamente y entró en la habitación. - ¿ Q u é significa esto? -preguntó airado-. ¡Así que tomaste el libro y copiaste la música! ¡Dame esa copia! - ¡ N o ! ¡Es mi música! ¡No me la puedes quitar! - s e resistía Sebastián, cubriendo la copia con sus manitas. Su hermano finalmente le arrebató el libro y salió de la habitación. Al otro día, Sebastián se sentó en el banquito del clavicordio y miraba el atril vacío. Cerró los ojos y arrugó la frente en un esfuerzo por concentrarse, tratando de recordar las hermosas melodías. Colocó sus dedos sobre el teclado y comenzó a tocar. Se le iluminó el rostro mientras esbozaba una gran sonrisa. Ya no había razón para sentirse triste. La bella la podría música copiada se había fijado en su memoria, de donde nadie se la podría quitar. ¿Qué harías tú si alguien te quitara la Biblia? ¿Te sentirías triste? O ¿estarías contento de saber que tienes tantos versículos guardados en tu memoria? Cuando la Palabra de Dios esté bien atesorada en tu corazón, jamás te la podrán arrebatar.
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-¡Ningún hijo mío va a ser un músico bueno para nada! nada! - d ij o el Dr. Handel-. Serás un abogado. - ¡ S í , señor! -respondió Jorge obedientemente, pero en lo profundo de su alma, anhelaba tocar el órgano más que cualquier otra cosa. Cuando Jorge tenía ocho años de edad su padre su padre lo llevó a la corte del Duque de Saxe-Weissenfels, cerca de Halle, Alemania. Mientras su padre su padre atendía las quejas de los sirvientes del palacio, Jorge se dirigió hacia la capilla. -¡Oh, oh! ¿Qué es lo que tenemos aquí? -preguntó el organista, hombre bondadoso de rostro amable, al ver la carita tan interesada en lo que él hacía. - M e llamo Jorge Federico Handel. Handel. Espero no no molestarlo, señor. AlAlgún día me gustaría tocar el órgano como usted. -¿Te gustaría ·hacerlo ahora? - l e propuso el anciano. Medio sentado y medio parado, el niño de ocho años de edad examinó e! teclado muy emocionado. Partiendo de un registro a otro reprodujo múSICa que había escuchado en la iglesia de su pueblo. -¡ Er es maravil maravillo loso so!! - l e dijo dijo el organista. Cua n o el duqul; duqu l; se. se. enteró del niño y vio al pequeño sentado en el órgano de pipas quedo vivamente impresionado. - ¿ D e quién es ese niño? -preguntó. - E s e l hijo del Dr. Handel, señor. -¡Envíenme a Handel de inmediato! -Cuando llegó el doctor el du·' que le preguntó: -¿Quién es el maestro de música de su hijo? -¡Nadie, señor! . -¡Increíble! -:-exclamó el duque-. Debe ponerlo a estudiar de inmediato on : 1 meJ : maestro e Halle. ¿Me promete hacerlo? -S1 , senor -d1J,o.Handel inclinándose. Así es como Jorge tuvo su prisu primer aestro de musi a. Cuando tenía 17 años de edad, ocupaba el puesto el puesto de as stente de orgamsta de la catedral de Halle. Gracias a que Jorge no descm ó su don, tenemos música tan hermosa como El Mesías. ¿Cuál es tu don? ¿Será cantar, dibujar, escribir, hablar o tocar el piano? Tal vez eres mu bueno en los deportes o en la aritmética. Podrías tener el d n de l amistad, ?e dar consejo, o trabajar bien en equipo con los emas. No importa c.uales sean tus habilidades o dones, no los escondas. 1 Usalos para bendec ir a otros como lo hizo Handel!
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.. 13 de abril
JOHANNES BRAHMS
STEPHEN COLLINS FOSTER
y de igual manera el el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles. Romanos 8:26.
deoir ás mi mi voz; de mañana maña na me presentaré deOh Jehová, de mañana oirás lante de ti, y esperaré. Salmo 5:3.
El viento silbaba alrededor de la casa en Youngstown, Ohio, arrastrando la nieve y formando montículos. Stephen Foster, de diez años de edad, que a la sazón visitaba el lugar con su mamá y hermano, estaba aburrido. - C óm o quisiera que que papá me mandara ese ese cancionero cancionero cómico que que me prom etió -suspiró Stephen. Entonces lo podría usar para tocar una tonadita. - ¿ Q u é e s un cancionero cómic cómico? o? -pr eguntó su hermana mayor. lataa -l e respondió Stephen-. Nadi e más - E s u n silbato chirriante de lat pued e saca rle una melodía, pero creo que yo sí podría si tuviera uno. -¿Entonces, po r qué no le escribes a papá y le recuerdas? -¿Corregirías mi ortografia para que esté perfec esté perfec ta cu ando la rec iba papá? -¡ Na da de eso! eso! - l e dijo dijo Etty Etty firmemente firmemente.. Stephen hizo lo mejor que pudo, per o no resultó muy bien. La página escrita tenía manchas de tinta por todos lados, y él estaba seguro que ha bía algun as pala bra s que no esta ban bien escr itas . Deci dió env iár sela a su padr e de todas man eras . Hub o por lo meno s doce er ror es de ort ogr afí a. Veamos si los puedes localizar todos: Youngstown 14 enro 1837 Mi querido padre, Deseo que me envíes el cancionero cómico, puesto que me lo prometiste. si tuviera mi lapis podría hacerle rayas al papel o si tuviera el dinero par a comprar Tinta negra Pero si tuviera mi silvato estaría tan emosionado con él queno creo que escribiría enabsoluto. Ciempre te amará tu hijo Stephen C. Foster El· papá El· papá de Step hen descubrió cada uno de los errores. Le regresó la carta a su hijo con con esta nota: " Te enviaré el cancionero cuando hayas corregido todos los errores que hay en esta carta''. ¿Será Dios así? así? ¿Nos pide correg ir todos nuestros errores antes de contestar nuestras oraciones? ¿Nuestras peticiones deberán ser perfectas, sin errores gramaticales, antes de atender nuestras necesidades? No. Dios comprende bien nuestras debilidades y limitaciones. Sabe cuánto empeño le ponemos a lo que hacemos. El Espíritu Santo corrige cada uno de los errores, de suerte que cuando llegue al trono de la gracia, sea una oración perfecta, que contenga exactamente lo que necesitamos decir. ¡Qué grandioso! 112
14 de abril
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Johannes Brahrns creció en un bar rio muy pobre y superpoblado, en el distrito más pobre de Harnburgo, Alemania. Su pad re, un bajis ta de la orquesta local, con dificultad ganaba lo suficiente par a alim enta r a su familia. Vivían en cuartos húmedos y pobr eme nte amueblados que, por lo regular eran sumamente fríos en el invierno. La sopa casi siempre se servía bas¡ ante rala. Para pode r hacerla un poco más espesa, Johannes tuvo que salir a trabajar a los nueve años de edad, tocando el violín en los restaurantes, y a veces no volvía hasta avanzada la noche. Pese a tener que trabajar arduamente, Johannes encontraba tiempo para tomar lecciones de piano y dedicar varias horas al día a practicarlo. Además, le quedaba un poco de tiempo para escribir música. ' ' Los mejores cantos - d e c í a B r a h m s - venían a mi mente cuando lustra ba mis botas por .las ma ña nas ". Muchos hombres famosos y grandes de este mundo han cultivado, como Brahms, la costumbre de levantarse temprano por la mañana. Los cristianos de todas las épocas han descubierto que el maná celestial es más fresco cuando se recoge en las horas del rocío, antes del amanecer. En la suave quietud, antes de iniciar nuevas actividades cargadas de afanes, se puede percibir mejor la dulce voz de Cristo que habla a nuestro ser. Juan Wesley, un gran pre dica dor de Ing late rra , acostumbraba levantarlevantarse a las cuatro de la mañana par a dedicar una o dos horas a la meditación y la oración. Juan Quincy Adams, presidente de los Estados Unidos de Nor team éri ca, acostumbraba estudiar su Biblia como primera cosa cada día. Guillermo Gladstone, pri me r ministro de Gran Bretaña, acudía cada mañana a la iglesia más cercana para pasar unos momentos en oración. J. Huds Hudson on Taylor, misionero pionero en la China, cuando más ocupado estaba, se levantaba a las tres de la mañana para orar. Elena G. de White frecuentemente se levantaba en las primeras horas de la mañana para comunicarse con Dios y escribir sus mensajes. Jesús acostumbraba levantarse muy de mañana, mucho antes del amanecer, para pasa r un buen tiempo platicando con su Padre. Daniel prefirió ser echado en el foso de los leones antes de faltar a su cita con Dios. David eligió también las pri mer as hor as del día como una ocasión especial par a c omu nica rse con Dios. Isaa c Watts escribió en la madrugada un himno con el texto de hoy. Es el himno número 39 de El himnario adventista . Johannes Brahms, al igual que muchos otros, descubrió que las horas tempranas de la mañana son mágicas. ¿Lo has experimentado tú?
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15 de abril
SIR MICHAEL COSTA
PEDRO ILICH TCHAIKOVSKY
16 de abril
Antes bien los miembros del cuerpo que parecen más débiles, son los más nec.esarios. 1 Corintios 12:22.
He aquí que todas las almas son mías; como el alma del p dre, así el alma del hijo es mía; el alma que pecare, esa morirá. Ezeqmel 18:4.
Sir Michael Costa, compositor y director de orquesta famoso, que vivió hace 154 años, tuvo una experiencia que ilustra muy bien el versículo de hoy. M íentras dirigía el ensayo de la orquesta, en el Teatro de Covent Garden en Londres, empezó a sentirse incómodo Fruncía el ceño a menudo, pues era evidente que algo andaba mal. De repente, detuvo la orquesta. - No escucho el pícolo - d i j o dirigiéndose a la orquesta. ¿Te puedes imaginar la vergüenza que experimentaría el músico que tocaba el pícalo el pícalo al ser objeto de la mirada de todos sus compañeros? ¿Habrá estado soñando? ¿Se habría perdido? ¿O será que simplemente descansaba? Sin duda se sorprendió ante el hecho de que se notara que uno no estaba haciendo bien su trabajo. Si él era sólo uno de tantos ejecutantes. Después de todo, el pícolo el pícolo es un instrumento muy pequ eño, y su sonido muy tenue comparado con el grupo de metales. La mayoría de nosotros nunca hu biera notado la diferencia, pero Sir Michael Costa sí la notó. La música no alcanzaría su plenitud sin la pequeña voz del píco\o . Así también es la iglesia de Dios. Cada uno de los miembros es sumamente importante. Cada pers ona tiene una labor que realizar. Puede ser que tu voz no sea tan fuerte como la del diácono Pérez, per o se necesita de ella para cantar los himnos el sábado por la mañana. Me imagino que los ángeles fruncen un poco el ceño mientras se cantan los himnos de alabanza. ¡Ah, allí está el problema! Pedro está leyendo su lección. Susana está dibujando monitos. ¿No crees que Jesús echa de menos tu voz cuando te quedas callado? Puede ser que tu ofrenda no sea tan grande como la del Sr. Rodríguez, pero es igualmente necesaria para llevar el mensaje a todo el mundo. Si retienes tus ofrendas, por peque ñas que estas sean, alguna parte de la obra de Dios sufrirá y quedará sin hacerse. No tienes que llegar a ser muy importante ante la vista de los hombres para pert ene cer a la "orquesta" de la iglesia. En este momento, eres integrante del equipo. Es indispensable que hagas tu parte.
El cólera, enfermedad sumamente contagiosa, era muy común en el si lo pasa do. La bac La bac teri a se alojaba en los intestinos y contaminaba todo el sistema. Diarrea y vómitos severos debilitaban a sus víctimas a tal punto que morían en pocos días. Miles de perso nas se contagiaban y era poco lo que los médicos podí an hacer para ayudarla. . Hoy en día existe una vacuna que nos ayuda a evitar el contagio d l cólera, pero en 1893 esta todavía no existía. La_ única manera de evadir la enfermedad era evitando el contacto con los infectados. Lograrlo era sumamente difícil cuando una epidemia azotaba algún pueblo, ya que en prác tica men te cada hogar había por lo menos un enfermo. Se veían obligados a hervir el agua que bebía n. En el otoño de 1893 una epidemia de cólera se extendió por toda la cíudad de San Petersburgo, Rusia. Haciendo caso omiso del peligro, Pedro Tchaikovsky bebía agua cruda. Tenía sed, y no siempre tenía agua hervida a la mano. Como no quería tomarse la molestia de hervirla y esperar a que enfriara, la tomaba en su estado natural cada vez que tenía sed; quería satisfacerla instantáneamente. Al poco tiempo, el hombre que escribió la Suite Cascanueces, murió, ya que los gérmenes del cólera invadieron su organismo. Los resultados serán los mismos, seas rico o pobre, inteligente o ignorante, famoso o desconocido. A los gérmenes del cólera no les interesa si eres científico brillante, músico excepcional o un convicto que se ha fugado de la cárcel. La enfermedad no hace acepción de personas. El pecado se parece mucho al germen del cólera. Te puede contagiar fácilmente fácilmente algún hermano, hermana, am igo o vecino. Sí no lo crees, fíjate cuán rápidamente se difunde por ahí un chiste de tonos subidos. Un jov en pued e llev arlo a la escuela, y antes de terminar la mañana, todo el salón lo habrá escuchado. ¿Quién le enseña a un niño a decír lisuras? Nadie. El lenguaje soez pareciera fiotar en el aire. Una persona infecta a otra hasta que tenemos una epidemia en nuestro medio. La televisión, la radio, las grabadoras, los libros y las revistas, al igual que los compañeros de juego o de trabajo, llevan consigo el germen del pecad o. Algun os nos pare cem os a T chaik ovsk y; no que remo s toma r ninguna prec auci ón contra el mal. Por alguna razón, creemos que por ser Jo somos! El cristianos somos in munes al peca do. ¡La verdad es que no Jo peca do no resp eta a nadie. Aunque no existía cura para el cólera en los días de Tchaikovsky, sí hay un remedio para el pecado. "La sangre de Jesucristo ... nos limpia de todo pecado" (l Juan 1:7). 1:7). ¡Gracias a Dios que no tenemos que morir!
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ANTONIN DVORAK
17 de abril
EDUARDO GRIEG
Anhela mi alma y aun ardientemente desea los atrios de Jehová; mi corazón y mi carne cantan al Dios vivo. Salmo 84:2.
Antonín Dvorak, con los hombros caídos, subió los escalones de su casa. ubicada cerca del Conservatorio Nacional de Música de Nueva York. Al abrir la puerta, el suave olor a rollitos de repollo hervidos le trajo recuerdos, momentáneamente, de Nelahozeves, Checoslovaquia. Cerró los ojos, y a través de la imaginación vio nuevamente las áreas verdes de la aldea donde su padre, hombre jovial, tocaba la cítara mientras los niños y las niñas bailaban. Podía ver a su madre sudorosa, de mejillas chapeadas, batiendo una olla de sopa de remolacha. -A nt on ín , ¿estás bien? bien? - l e preguntó su esposa acercándose acercándose y revelando preocupa ción en los ojos y el tono de la voz-. ¿Sucedió algo malo en el Conservatorio? - N o - s u s p ir ir ó A n t o ní ní n - , todo está bien allá. Será una escuela magnífica cuando esté terminada. -Entonces, ¿qué te sucede? ¿Has estado en otra de tus largas caminatas? Antonín asintió con la cabeza. - F u i a los muelles y estuve observando los los barcos que parten hacia Euro pa. De pronto surgió en mí el deseo de estar en uno de ellos, camino a casa. - S é a lo que que te refieres - l e tranquiliz tranquilizóó su esposa, limpiándo limpiándole le una una furtiva lágrima que le rodaba por la mejilla-. Añoro la quietud de nuestro hogar en el campo. La vida en este lugar es tan ruidosa y acelerada. Fui al mercado hoy, y cuánto deseé estar en el pequeño mercado de nuestro pueblecit o de Nelahoz eves. - N o falt faltaa mucho -dijo Antonín un poco más animado-. Pronto terminaré mi labor aquí y podremos regresar a casa. Dvorak volcó toda su nostalgia en una sinfonía maestra que escribió en esta época, titulada Del nuevo mundo. Su tema está basado en el espiritual negro Camino a casa. Hay ocasiones en que me siento igual que Antonín Dvorak. Quiero ir a casa ... a mi hogar celestial. Echo tanto de menos a papá y mamá. Ellos han muerto y no los podré ver de nuevo hasta que venga Jesús. Echo de menos las historias de mi abuelita y la risa contagiosa de mi abuelito. Quisiera hablar con mi ángel guardián, y tengo muchas preguntas que hacerle a Jesús. Tengo ganas de vivir en mi mansión y recoger los frutos del árbol de la vida. Siento nostalgia por el cielo. ¿Y tú?
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18 de abril
Roconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus veredas. Proverbios 3:6.
i l J
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Eduardo Grieg, a los quince años de edad, se encaminaba a su casa sil: bando, después de una excursión efectuada a pie. De repente se escucho el ruido característico del galopar de un caballo, proveniente del valle. Al asomarse Eduardo vio a un extraño jinete montando un caballo árabe. El hombre ;e acercó lentamente al jove n y le preguntó: _ · M e podrías decir dónde queda Landaas? Pertenece a la familia Grieg. - h a r o que sí. Me dirijo hacia allá. Mi nombre es Eduardo Grieg. - Y yo soy Ole Bull. - ¿El violinista? - E n persona persona - l e respond respondió ió sonrien sonriente te el el ex tra ño- . Conocí a tus tus padres padres hace muchos años. Ahora que vivo cerca de aquí, quisiera volver a verlos. Eduardo sintió que se le iba a salir el corazón de emoción. Había escuchado historias acerca de Ole Bull durante toda su vida, y de sus maravillosas giras artísticas por Europa y América. El hecho de tener a su héroe aquí, y en perso na, era más de lo que podía esperar y desear. Tras una hora de conversación y coloquio musical en casa, la Sra. Grieg observó: -Eduardo ha hecho algunas pequeñas composiciones propias. -Escuchemos una de ellas -sugirió Ole Bull. Un tanto avergonzado, Eduardo tocó sus Variaciones Sobre una Melodía Alemana para Piano. -¡Muy bien! -aplaudió Ole-. Tienes originalidad. ¿Te gustaría ser un músico? - ¡ M e encant encantarí aría! a! - No le preste s aten ción - s e disc discul ulpó pó su su padre -. Los niños a esa edad creen que pueden llegar a ser cualquier cosa. Para no ir tan lejos, ¡ayer nomás decía que iba a ser obispo! La familia rió de buena gana, pero Eduardo estaba completamente seguro que sería un músico, y así fue. ¿Sabes cuál es el plan que Dios tiene para tu vida? Es una obra que nadie más puede realizar por ti. ¿Estás orando para que te guíe y se cumpla ese plan?
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J O H N PHILIP S O U S A
19 de abril
Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora. Eclesiastés 3:1. John Philip Sousa estaba en aprietos. Ese día, cuando frisaba once años de edad, fue programado para tocar un solo de violín en el concierto de su escuela. Aquel mismo día debía presentarse con su equipo a jug ar béis bol. El eq uipo de los n iños Navy Yard , del c ual era el la nzad or, se enfr entaría al equipo Capitol. - N o nos puedes defraudar defraudar -l e decía Edu ard o-. Eres nuestro nuestro mejor mejor lanzador. - ¡ P e r o me debo preparar para el concierto! - E l j ue ue go go no durará mucho tiempo -insistió Eduar do-. Tendrá Tendráss suficiente tiempo para arr egla rte. Sin embargo, los equipos fueron parejos, y el juego se pro lon gó hasta las seis de la tarde, treinta minutos antes de iniciarse el concierto. Philip corrió a su casa para cambiarse. Para su consternación, se enteró de que su mamá se había sentido mal toda la tarde y no había podido planchar su camisa. "Si tan sólo tuviera tiempo de plan char la yo mi sm o" , se decía ; pe ro eso ni pen sarl o ahor a. Tomó una de las camisas de su pap á, ase gur ó las mangas y el faldón con alfileres. El cuello era de una talla tres números más grande que la suya, pero sería suficiente por el momento. Corrió a la escuela y ocupó su lugar justo cuando empezaba el concierto. Todo estuvo bien hasta el momento de tocar su solo. Era una pieza difícil y los movimientos del brazo debían ser cortos y rápidos. Ello resultó ser un trato muy rudo par a los alfil eres que soste nían la camisa. Poco a poco se aflo jaro n los alfil eres . El faldón de la cam isa se le soltó y le colgaba hasta las rodillas. Las mangas se le fueron deslizando hasta cubrirle las manos y estorbarle el movimiento del arco. De repente dejó de tocar y salió huyendo de la plataforma. El público se rió. Sus compañeros de orquesta trataron de no reír, pero no pudieron evitarlo. Su profesor estaba tan enojado, que le pro hib ió comer pastel en la recepción al término del concierto. - H e aprendido aprendido una una cosa en en este día día -re flex ionó Philip Philip cuando cuando se se acostó esa noche-. De hoy en adelante, cuando sea tiempo de trabajar, trabajaré. Cuando sea tiempo de jugar, jugaré. Nunca más trataré de mezclar las dos cosas.
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EDUARDO MACDOWELL
20 de abril
Jesús les dijo: ¿Nunca leísteis en las Escrituras: La piedra que desecharon los edificadores, ha venido a ser cabeza del ángulo. El Señor ha hecho esto, y es cosa maravillosa a nuestros ojos? Mateo 21:42.
de¿Eres un coleccionista, o alguien que lo tira todo? ¿Alguna vez has desechado y tirado a la bas ura algo que después desearías no haber tirado?
Los constructores del templo de Salomón eran de esas pers onas que desechaban las cosas. Al recibir las pied ras de la cantera, una les par eció inservible, así que la desecharon. Sin embargo, cuando llegó el momento de colocar la piedra angular, no encontraron una que cuadrara bien. Entonces alguien se acordó de aquella piedra rara, y la fueron a buscar en el montón de desperdicios. Eduardo MacDowell, un compositor norteamericano, también era uno de los que con facilidad se deshácían de las cosas. Cuando un trozo de música no le parecía_ buen parecía_ buen o, estr ujab a el papel y lo echaba al fuego. Cierta noche, cuando abandonó su estudio, entró su esposa para ordenar la oficina. Al ver un papel arr uga do en el piso de la chim enea , lo recogió, y alisó un poco. Luego tarareó suavemente la melodía escrita. ¡Era hermosa! Al día siguiente, después del desayuno, la Sra. MacDowell le entregó a su esposo el manuscrito que había rescatado. - E d u a r d o , esto es verdaderamente hermoso. Creo que es demasiado bueno par a tirarlo. - ¿ D e veras? Déjame Déjame ver cómo cómo suena. suena. - E l Sr. MacDowell de inmediato fue al piano y tocó la melodía-. ¡No está mal! En realidad, creo que tiene buenas posibílidades. Al terminar la obra, la tituló: A una Rosa Silvestre, una de sus obras más apreciadas. Karen también es una per sona que dese cha fácilmente las cosas, sólo que lo que ella desecha es más importante que un manuscrito o una piedr a. Desprecia su religión. Dijo: "Ya no necesito de la iglesia". Le supliqué que mirara bien lo que estaba desechando. Espero que lo haga. Eric desechó su fe en Jesucristo como el Hijo de Dios. Se unió a un grupo de seguidores de cierto gurú de la India. Ahora, el gurú ya no está y lo único que quedó es un gran vacío en su vida. La Piedra que había descartado, aún lo espera. Deseo que Eric lo pueda hallar antes que sea demasiado tarde. Ten cuidado con lo que deseches este día.
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B A B E RUTH
f O de mayo
TY COBB
2 de mm·o
a su Hijo, Pen ) cuando \'ino el cumplimiento del tiempo, Dios envió . naci··d
Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, } todas es· tas cosas os serán añadidas. Mateo 6:33.
Gálatas 4:4-5.
¡,Das a todas las cosas el lugar que les corresponde de acuerdo a su importancia') ¿Cuáles son tus prioridades? ¡,Qué es lo rrnb importante en 111 vida? vida? Si desperdicias tu 11empn en artÍ\ id:.ules mtra crndcntes. seras 1111 perdedor, ry Cohb aprendió esta lcccHÍ'.l duranlc el Juego de apertura de la temporada de béisbol en Augusta, (Jeorgia,. en _l905. ha de Janlmero. Muy seguro de edad, jugaha Cobh de diecinueve años de edad, juga sí mism ) por su popularidad dentro del equipo, :ic dc:iplazó ! asta su lugar en el jardín con una holsirn de rosetas .de maíz en la mano. C( l l l el guante debajo del brazo izquierdo, y la boh,ita de rosetas en la mano derecha, masticaba las palomitas saladitas mientras uno por uno los miembros del equipo contrario le fallaban a la pelota y qu¡;:daban fuera. . , pelota vema ma directamente hacia el. ¿Que De repente, Ty observó que la pelota ve podía hacer? No quería tirar la bolsita de rosetas. Después de todo, había pagado por ellas. ¡La pelota le pasó zumbando! -¡Qué te estás creyendo, Cohbl - E l administrador miraba airado al pelotero después del ju e g o - . pagamos pagamos para para jugar pelota o para CO· mer rosetas de maíz'' - Para Para jugar, juga r, señor. ¡No fue esa la impresión que que reu:,: en en el juego el juego de esta tarde! Sabes. podrías podrías llegar a ser un buen buen beisholista, Ty. f a más, más, podrías llegar a ser famoso algún día. Pero nunca llegarás a nada si no te concentras en el béisbol. Fue la última vez que Ty comió palomitas cuando debía jugar debía jugar béisbol. Descubrió sus prioridades. Llegó a ser una estrella del héisbol porque aprendió a darle el primer lugar a las cosas primordiales. f a la estrella debéisuna marca de .367. .36 7. bol que mantiene el porcentaje de bateo más alto, una ¿Has dc cubierto cubie rto tus prioridade prior idadess en en el juego jue go de de la vida? i.Sahes lo que vida? es má importante en tu vida? ¿A qué le das mayor imponancía. a ganar dinero o a servir a Dios? Cuan¡,es para trabajar o perder el tiempo: para do vas vas al trabajo o a la escuela, ¡,es servirte a ti mismo o servir a Dios? ¡,Quién está primero en tus planes, tus amigo o Cristo·) í.Será más importante para ti pasarla pasa rla hien ahora, o prepararte para la vida eterna?
- ¡Oye ¡Oye.. Flac Flaco! o! ¿Qué hace., ayuí'! -·-¡Sí! ¡Qué te hace pem, pem,ar ar que puede ¡ugar a la pelota, l.arguintcho'! -¡Mira cómo C!\rre 1 - e hudah hudahaa uno Je lo':,:, jugadurc jugadurc vcteranu ¿,Habráse visto un pelotero con lm píes ton.'idos hacia adentro? ¿A quién e le ocurre? Y además. es wrdo -agrc:gó otro Je los criti.:one'>. ¡Dunn ¡Dunn ha de haber estado ra,pa11do el fondo de la olla cuando te encontró! adolescente alto, de cuerpo Esta andanada de mofas era dirigida a un adolescente grande y piernas delgadas y largas que acahaba de incorporar:-. incorporar:-.e al equipo de béisbol de los Orioles de Baltimore. Su nomhre nomhre era Jorge Herman Herman Ruth, quien se se había criado en en los barrios bajos de Baltimore. Hacía lo que podía para proveerse de alimento, y comía lo que encontraha. hasta que fue enviado a la facuela Industrial de Santa María, hogar para huérfanos y delincuentes juveniles delincuentes juveniles.. Este no sabía cómo reacEste era su primer primer empleo, y no cionar ante la burla de los demás. -¡ Mu y bien, bien, caballeros caballeros!! - l e s advir advirtió tió el entrenador-. entrenador- . ¡Ya es suficiente' ¡Dejen al chico en paz! No olviden, es el "babe" (neneí de Dunn. Jack Dunn dueño y administrador administra dor de los Orioles de Baltimore. había adoptado a J rge HÚman HÚman Ruth para para que lo dejaran salir sali r del Orfelinato Orfeli nato de Santa María y así pudiera jugar con el equipo de los Orioles. Desde entonces, se lo conoció a Jorge como' 'El Babe" o simplem simplemente ente · 'Ba be'' be ''.. Pero la burla llegó a su fin. fin. Bahe Ruth llegó a ser uno de los peloteros más más famosos de todos todos los tiempo . Cincuentai Cincu entaiséis séis de sus marcas no no han han sido superadas hasta hoy. Hizo 60 jonrones en una una sola temporada y 714 en toda toda su carrera. misma situación en que estuvo En alguna medida, tú y yo estamos en la misma Jorge durante su adolescencia. prin,2ipiante en en el jueg el juegoo de la vida. adolescencia. Somos Somos prin,2ipiante vida. El diablo lo sabe y por ello nos acusa: -¡No sirves para nada, chico! ¿Qué te hace pensar que puedes tener éxito éxito en este juego? este juego? ¡Eres pecador y los pecadores no no pueden pueden tmrnfar! tmrnfar! Entonces Jesucristo, nuestro "entrenador", se presenta y Jice: ¡Ya basta. Salamis! Ese chico tiene posibilidades. Es un triu11t'ador. No se te olvide que es el "Bahe'' de Dios. ¡Alabado sea el Señor! Eres un un hijo del Dio s\ iviente. Has idu adoptado en su familia. El te defendcra. Tiene f.. f..: en en tí Te: comcrtiní com crtiní en Lin campeón. 130
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JOE D1MAGGIO
5 de mayo y le dijo: Sígueme. Locas 5:27.
Joe DiMaggio, cuand o tenia diecisiete años de edad, quería ver a su hermano jugar béisbol con el equipo de los Focas de San Francisco, pero no tenia suficiente dinero para pagar la entrada. Sin embargo, cerca de la puerta de entrada entrada de los los jugadores, la cerca tenía tenía un agujero agujero - d e un nudo que se le había desprendido a la tabla-, justo a la altura del ojo de Joe. Una tarde, mientras disfrutaba del partido a través del agujero de la cerca, sintió una mano que se po sab a sobre su hombro. Un escalofrío le recorrió toda la espalda, y le dio un vuelco el corazón. ¿Sería el policía que cuida ba el parque? Lentamente volvió la cabeza par cabeza par a ver a un hombre sonriente vestido de traje. - ¿ E r e s e l hermano de Vince DiMaggio? Joe tragó saliva. - S í señor, ¿cómo lo supo? supo? - S o y Spike Hennessey, Hennessey, el reportero reportero de los los Focas. Focas. Te he visto jugar en los lotes baldíos. ¡Eres bueno! - G r a c i a s , señor. Espero que no le moleste que esté mirando el pa el pa rti do po r este agujero. -C la ro que no; pero, pero, por qué quedarse afuera mirando hacia adentro. Sígueme. - P e r o ... ¿por qué? qué? - J o e todavía todavía dudaba. dudaba. -Q ui er o que conozcas al al Sr. Graham, el dueño de los Focas. Focas. ¡Vamos! ¡Vamos! ¡Nadie te va a morder! Fue así como Joe, sumamente asustado, siguió a Hennessey Hennessey po r la puerta de entrada de los jugadores, atravesando pasillos oscuros debajo de las gradas, hasta llegar a la oficina del Sr. Graham. - N o hay necesidad de mirar por los los agujeros - l e dijo el Sr. Sr. Graham luego de haber escuchado la historia. -A q uí tienes tienes algunos boletos boletos de entrada. entrada. Además, supe que juegas juegas bastante bien. ¿Te interesaría hacer la prueba para trabajar con nuestro equipo? De este modo Joe DiMaggio inició su carrera de pelotero profesional. por bus car aguDurante los siguientes veinte años no tuvo que preocuparse por bus je ro s de nud os des pre ndi do s, po rqu e est aba ad ent ro. Fo rm ab a par te del equipo. ¿Estás fuera de la iglesia de Dios mirando po r un agu jer ito ? Hoy día Jesús te dice, al igual que a Leví Mateo hace tantos años, "Sígueme". ¿Para qué quedarse afuera mirando hacia adentro? Es mucho más divertido pe rte ne ce r al equipo.
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ROY CAMPANELLA
6 de mayo
No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia. Isaías 41:10. Eran las 2:30 de la madrugada del 28 de enero de 1958. Roy Campanella, el receptor de los Dodgers de Los Angeles, se dirigía a su casa en Glen Cove, Long Island, cuando su automóvil de pronto pat inó en una curva en forma de S. El automóvil sin control chocó contra un post e telefónico y quedó como un acordeón, y Roy atrapado adentro. Muy cerca de allí, el Dr. W. Spencer Gurnee escuchó el chirrido de neumáticos y el ruido característico de una colisión. De inmediato saltó de la cama y miró po r la ventana. Se puso una bata de bañ o, pan tuf las , y tomando su maletín negro salió a la calle mientras su esposa llamaba a la pol icí a y a la ambulancia. El Dr. Gurnee encontró a Roy Campanella hecho una rosca, y quejándose: - ¡ M e duele la espalda! ¡Oh, cómo me duele! El Dr. Gurnee le aplicó una inyección de morfina y notó que ni siquiera la sintió. Ya estaba paralizado. Más tarde, en el hospital, las radiografías mostraron que, efectivamente, se le había roto el cuello. Nunca más podría caminar. A decir verdad, tenía suerte de seguir con vida. La noticia del trágico accidente pronto se difundió y causó consternación en todos los ámbitos. Millones de personas que admiraban a Roy, pe ro que éste ni siquiera conocía, le pedían a Dios que lo sanara. Por su pue sto que su esp osa y sus tres hij os tam bié n or ab an po r su rec upe rac ión . plegarias, Roy nu nca sanó. ¿Habrá pen sad o Roy No ob sta nte las muchas plegarias, que Dios lo había desamparado? - N o -sonreía Roy-, Dios no me ha desamparado. Ha estado conmigo durante los largos meses de hospitalización. Me ha fortalecido en mi lucha por sobrevivir. Fue Dios el que me dio el éxito en el béisbol y sé que me dará el mismo éxito en la nueva vida que tengo por delante. Y Dios continuó bendiciendo a Roy. Le dio valor para llegar a ser inde pen die nte nu eva me nte , pod er dir ig ir una tie nd a des de su silla de rue da s y criar y educar a sus hijos. Por medio de su testimonio pudo ayudar a un sinnúmero de lisiados. Los inspiraba con su valor y les infundía ánimo pa ra viv ir vid as útil es. Al ver que Dios estaba con Roy, sabían que tam bién est arí a con ell os.
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RAY FELIX
11 de mayo
12 de mayo
TERRY DISCHINGER
la palmera; crecerá como cedro en el Líba justo florecerá como la El justo no. Salmo 92:12.
Pacientemente esperé a Jehová, y se inclinó a mí, y oyó mi clamor· Salmo 40:1.
Ray Félix, corno la mayoría de los jugadores de baloncesto, creció semejante a un árbol. árbo l. A los los 12 años de de edad, medía 1.85 m, mucho más que todos sus compañeros de clase. -¡ Hi jo mío, mío, pero qué qué grande estás estás!! -co - come ment ntó ó su su maestro frente frente a toda toda la clase-. Ven aquí, quisiera medirte. Ray trataba trata ba de de achicarse achicar se al pasar pasar a la pared pared don donde de esper esperab abaa el maestro maestro con su cinta de medir. Sentía que le ardía la cara. Inclinó la cabeza cabe za de vergüenza porque todos los niños se reían. Quería llorar, pero pero sabía sabía que eso sólo les causaría más risa. - ¿ P o r qué qué no no puedo puedo ser com como o los los demás demás chicos chicos?? - s e preguntab preguntabaa Ra y- . No me gusta gusta ser tan alto. Todos se burlan burla n de mí y nadie quiere ser mi amigo. ¡Cómo desearía dese aría dejar de crecer! Pero no dejó de de crecer. crece r. Cuando tuvo 18 años de de edad, medía 2.11 rn, estat ura. Aprendió a ver en ella una gran mas ya no se lamentaba por su estatura. ventaja ventaj a cuando se encontraba en la la cancha de básquetbol. básque tbol. Aprovechó Aprovec hó al máximo esa ventaja, haciendo del baloncesto una carrera profesional, tanto es es así que pudo jugar jug ar con los Bullets, Knicks y Lakers. Laker s. Después de jubilars jubilarse, e, se dedic dedicó ó a administ administrar rar un centro centro comunit comunitar ario io para para niño niñoss en Harlem, Nueva York, desde donde ayudaba a niños desprotegidos a caminar correctamente correctame nte por el sendero de la vida, manteniendo ma nteniendo sus cabezas en alto. ¿Cuál es tu estat est atura ura?? No me refiero a la física sino a la espiritual. ¿Has Cristianos justos crecido muy alto y fuerte como un árbol? Cristianos jus tos y semejantes a su su Dios sobresale sobre salen n en una multitud multi tud lo mismo que un un árbol en medio de una pradera. prader a. Ser Se r así no siempre siemp re es fácil o diverti dive rtido. do. Los que no no temen a Dios muchas veces se burlan de aquellos cuyos principios son firmes. Si eso te ha ha sucedido, anímate. anímat e. Jesús experimentó experi mentó lo mismo mismo cuando vivió en este mundo. mundo. Su carácter justo lo hizo sobresali so bresalirr como un un cedro del Líbano entre el past pastiz izal al de de sus sus comp compañ añer eros os qu que no no temí temían an a Dios Dios.. Se burlaburla ban ban de él porq porque ue no partic participa ipaba ba en accion acciones es dudosas. Ha de haber sido ra el el joven joven Jesús Jesús,, pero no cedió cedió a las las burlas burlas de de los los demás demás.. SiSidoloroso pa doloroso para guió haciendo lo lo que era correcto. Nunca tuvo tuvo que agachar su cabeza de vergüenza. Te puede ayudar a hacer lo mismo.
ro su su hijo tendrá que abandonar Dischinger, pero - L o siento mucho, Sra. Dischinger, pe el juego juego de pelota. Tiene un soplo en el corazón. -Muy bien -replicó serenamente la madre-, veremos que se.acaten sus órdenes. -¡No! ¡No! ¡No! -protestó Terry, que tenía catorce años de edad-. proble lema ma co la No No quiero quiero ser un inválido toda la vida. Primero tuve el prob to!! ¿Por qué me hace esto Dios? es justo rodilla ahora es el corazón. ¡No es jus expli su mamá . - verdade verdadess que Dios no te ha hecho nada - l e exp opos os1t 1to. o. En su mun prop permite ite que sucedan estas cosas con un pr Simplemente perm finita sabiduría él ve que hay algo que debes aprender. -¿Como qué? ... y la fe. Piensa en cómo te molestas cuando ha pacien encia cia... -Como la paci perfecto. to. Se requiere mucho tiempo para crecer ces algo que no te sale perfec y aprender. Ten fe en Dios y todo saldrá bien. -¿Có -¿ Cómo mo puedo puedo tener tener fe fe si todo todo me sale sale mal? mal? - s e quejab quejabaa Terr Te rr y-. y- . NunNunca más más podré ser feliz. fel iz. Es como como si fuera fuera el fin del mundo para para mí. - Y o sé, hijito hijito - l o consol consolaba aba la la Sra. Sra. Dischinge Dis chinge r-. Pero Pero deb debes es tratar cre er que Dios te te ama. No No pierdas tiempo lame lamentándot ntándote; e; esfuérz es fuérzate ate en de creer aprender las lecciones que que él quisiera que aprendas. En los días tristes que siguieron, Terry aprendió la lección de la paciencia. Siguió fielmente las instrucciones i nstrucciones del médico día a día, y luchaba para tener fe y confianza confia nza absoluta absol uta en la voluntad de Dios. Después de doce largos meses desapareció el soplo del corazón y Terry pudo reanudar activamente su su vida deportiva depor tiva.. Ganó campeonatos estata es tatales les en en las especiali espec iali-dades de fútbol americano, béisbo béisbol, l, balonce baloncesto sto y carrer carreraa de valla vallas. s. AdeAdemás, le ofrecie ofre cieron ron becas beca s de estudio en más más de 50 50 colegios. Llegó a ser una estrella del baloncesto profesional. ¿Te querrá decir algo Dios con algún contratiempo? ¡Sigue adelante! Ten fe fe en él. Cree C ree en su su amor. Cuando menos pienses, contesta cont estará rá tus oraciones.
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MAURICE RICHARD
13 de mayo
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14 de mayo
STAN MIKITA
No debáis a nadie nada, sino el amaros unos a otros; porque el que ama al prójimo, ha cumplido la ley. Romanos 13:8.
Así, pues, cualquiera de vosotros que no renuncia a todo lo que posee, no puede ser mi discípulo. Lucas 14:33.
Jacques Fontaine no sólo creía poder pagar sus deudas, sino que encontró una manera muy original de hacerlo. Era un entrenador de hockey juven il con catorce años de experiencia, que radicaba en los suburbios de Montreal. En cierta ocasión le escribió al equipo prof esion al Canadienses, de la Liga Nacio nal de Hockey: - ¿ N o s podr ían env iar un poco de dine ro pa ra ayudar a abastecer a nuestro club con un equipo de hockey? -Tenemos mucho equipo usado almacenado en las bodegas, que ya no necesitamos -comentó el entrenador del equipo prof esion al despu és de haber leído la carta-. Se lo podríamos enviar a esos muchachos. -Muchísimas graci gracias as - l e respondió Jacques Fontaine-, nunca olvidaremos lo que han hecho por nosotros. Les pro met o que en cinco años se los pagaré enviándoles un buen jugador de hockey, El gerente de los Canadienses sonrió al compartir la carta con los demás en la oficina. La prom esa de Fontaine fue archivada y olvidada muy pront o. Cinco años más tarde, en 194 l, un joven delgado y alto de 20 años de edad tocó a la puerta de las oficinas de los Canadienses en MontreaL -S oy Mauric Mauricee Richar Richardd - s e pres present entóó el jov en- . Me envió Jacques Fontaine. -¿ Pa ra qué? qué? -p reg unt ó el gerente gerente de los los Canadienses Canadienses un un tanto tanto intrigado. -P ar a jugar hockey hockey,, por supuesto. supuesto. - E s que no no conozco conozco a ningún ningún Jacqu Jacques es Fo ntai ne- insist insistió ió el gerent gerente. e. - ¿ S e acuerda del club club de niños niños que ayudaron a equipar hace cinco años? años? Jacques le proq ietió entonc es que le paga ría enviándole enviándole un buen jugador. ¡Pues ... aquí estoy! - ¡ N o lo puedo puedo creer! creer! - d i j o e l gerente-. Nunca esperamos que cumpliera su promesa. De todas maneras, ya que estás aquí, veamos qué pued es hac er. Maurice Richard no sólo fue un buen jugador, sino además, uno de los mejores de todos los tiempos. ¿A quiénes les debes? ¿Alguien te ha hecho un gran favor? ¿Qué puedes hacer para corresponder a su bondad? Tal vez no tengas dinero para hacerlo, pero hay muchas maneras de serles agradecidos. ¿Por qué no dedicas unos momentos ahora para hacer una lista de las ''deudas'' que tienes?
ta is llaa w -¡No! ¡No! No quiero ir a Canadá. ¡No los quiero dejar! - S ta Gvoth, de ocho años de edad, se aferraba a un poste en la estación de ferrocarriles de Praga y no quería soltarse. Le corrían las lágrimas por las mejillas mientras miraba esperanzado a papá y mamá. . - E l tío José y la tía Ana te quieren mucho. Te darán una buena vida en Canadá. Aquí no hay futuro par a ti - n i p a r a n a d i e - desde que las tropas enemigas tomaron el gobierno. Sé valiente, hij?. Dale un abra a papá y mamá. Es tiempo que par ta el tren. - L a senora Gvoth sonno al extenderle los braz os a su hijito. El conductor, muy elegantemente vestido con su uniforme negro y toca roja, pasó en ese momento y sopló su silbato. Stanislaw le dio un beso de despedida a sus padr es y subió con vacilación los escalones del tren, seguido de José y Ana Mikita, de Santa Catarina, Ontario: sus nuevos ''padres''. Stanislaw Stanislaw se sentó junto a la ventana y apoyó su carita contra el vidrio. El silbido agudo del tren irrumpió en medio de la confusión del gentío. El conductor señaló con el banderín y los carros comenzaron a moverse, alejándose lentamente de Praga. El niño triste y asustado, de ocho años de edad, ya no se llamaba Stanislaw Gvoth, el checoslovaco, sino Stan Mikita, el canadiense. En aquellos momentos tristes no imaginó Stan que algún día jugaría para los Black Hawks de Chicago y llegaría a ser uno de los centros delanteros más famosos del hockey. El niño de ojos llorosos, que planeaba saltar del tren y regresar con papá y mamá, nunca había oído hablar del hockey, el deporte que lo hizo famoso. En algún momento de nuestras vidas, todos hemos pas ado, espi ritua lmente, por la experiencia del pequeño Stanislaw, allá en la estación de ferrocarriles de Praga, rehusando abandonar nuestra vida pasada, pasada, y resistiéndonos a seguir la vida nueva que nos ofrece Jesús. Un enemigo se ha pose sion ado de nue stro plane ta y no hay espe ranz a, no hay futur o en su gobierno. Jesús nos ofrece adoptarnos y darnos la vida eterna en un país nuevo, una tierra celestial. ¿Por qué será que tantas veces nos aferramos al "po ste " acariciado de nuestra nuestra vida pasada? pasada? Abandonemos nuestros pecados hoy, y subamos al tren que se dirige a la gloria eterna,
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KNUTE ROCKNE
17 de mayo Haced todo lo que os dijere. Juan 2:5.
Todo aficionado al fútbol americano ha oído hablar de Notre Dame. Hace aproximadamente 75 años, cuando Knute Rockne se unió al equipo, eran poc os los que sabían de la existencia de la pequeña universidad en South Bend, Indiana. Después que Rockne graduó de Notre Dame, permaneció con el equipo en su calidad de entrenador y convirtió a su escuela en una gran potencia futbolística. Durante los trece años que se desempeñó como entrenador del equipo, perdió sólo doce pa rtid os. Durante cinco años consecutivos, ganaron cada partido jug ad o. Cierto día, el entrenador Rockne pla nte aba sus teorías acerca de la defensa. - N o es necesario necesario usar a dos elementos para detener (bloquear) (bloquear) a un contrarió -insistía el entrenador-. Usar a un solo hombre es más efectivo por el elemento de sorpresa. Puedes detener a tu hombre desde un ·ángulo distinto cada vez. - U n hombre no no tiene tiene suficien suficiente te fuerza fuerza para detener detener a un corredor corredor -ob je tó uno de los jug ad ore s. - S e puede, puede, si se se hace hace correct correctamente amente -contin uó Ro ckn e-. Acércate Acércate al corredor agachado y con las pie rna s abi ert as de est a ma ne ra. - E l entre entrenad nador or demostró lo que estaba estaba explicando -. Ahora, veamos cómo lo hacen ustedes. Todos, menos Joe Bachman, ju Bachman, ju ga do r veterano de pri me ra lín ea, intentaron el nuevo método de detención que les acababa de explicar el entrenador. - V e n aquí, aquí, Bachrn Bachrnan an -l o llamó llamó Rock ne-. No creo creo que que hayas hayas entendido bien lo que les he estado explicando. Te lo demostraré una vez más. Observa bien, ¡y entonces saldrás al campo y Jo harás! "N o tengo por qué hacer lo que él dic dicee -pensab a Bachman-. Mim étodo funcionaba bien mucho antes que éste apareciera por aquí. No cam bi ar é' '. Con esto en mente regresó a la cancha, pero rehusó hacer lo que el entrenador le había indicado. -¡En treg a tu unifonne, unifonne, Bachman Bachman!! - l e gritó gritó Rock ne-. ¡Esta ¡Esta fue tu última oportunidad! No podemos pertenecer a un equipo si no trabajamos en equipo. ¡Tienes ¡Tienes que obedecer mis órdenes! órdenes! -B ac hm an quedó atónito. atónito. Pidió disculpas por su comportamiento y prometió obedecer al pie de la letra en adelante. Bajo esa condición, Rockne Jo reintegró al equipo de inmediato. Jesús es tu entrenador en el juego de la vida. Tu contrincante es Satanás y todas sus huestes malignas. Si quieres ganar, tienes que obedecer a tu Entrenador. Debes hacer todo lo que él te indica y pid e que hagas. 146
18 de mayo
JIM MARSHALL
Porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan. Mateo 7:14.
El 25 de octubre de 1964, los Vikingos de Minnesota, de la Liga Nacional de Fútbol, se enfrentaron a los 49ers de San Francisco en la ciudad de San Francisco, California. El balón estaba en manos de Bill Kilmer, el medio zaguero de los 49ers. Recibió un golpe y se le escapó el ovo11Je un ju ga do r que de las manos. Jim Marshall de los Vikingos, bri nc ó sobre un ju Sin simultáneo. movimiento un en bal ón el recogió estaba frente a él y titubear, emprendió la carrera hacia su pro pia po rte ría , a unas 66 yardas de distancia. El púb lico enloqueció de emoción, lo cual impidió que escuchara las indicaciones que le hacían sus compañeros de equipo. Nadie trató de im pe dir le el pas o en la zona de anotación. Se regocijaba de su bue na fort una, creyendo que el púb lic o lo vitoreaba po r la ano tac ión . Bruce Bosely, de los 49ers lo abrazó y le dijo: salvar el balón! balón! -F u e entonces cuando Jim - ¡ M u c h a s gracias, po r salvar Marshall se dio cuenta que algo andaba mal. excla- J i m , corriste en dirección contraria, ¡en dirección contraria! mó el mariscal de campo de los Vikingos, Frank T arkenton. Sólo entonces Jim comprendió que había corrido en dirección contraria. Decepcionado, cubrió su rostro con las manos y deseó de todo corazón que la tierra se abriera y lo tragara pa ra escapar de la horrible vergüenza que sentía en ese momento. Siendo que ello no ocurrió, dio media vuelta y corrió a las ban cas do nde se en con tra ba su en tre nad or. -¡O lvíd alo , Jim! Jim! - l e dijo el el entrenador entrenador Brocklin, animándolo con una pa lm ad a en la espalda-. Ahora, regresa al campo de juego y haz que los aficionados se olviden también. No te que pa dud a qu e el rest o del pa rti do, Jim Marshall corrió en la dirección correcta. Minnesota ganó en esa ocasión 27-22. ¿Estás corriendo en la dirección correcta en el juego de la vida? Hay sólo dos caminos que transitar. El camino angosto, que conduce a la vida eterna; y el camino ancho, que conduce a la perdición eterna. Lo más prob más prob abl e es que nadie te detenga cuando te dirijas hacia la destrucción. Sin duda disfrutarás la carrera con el balón en esa dirección equivocada. El público te vitoreará y sentirás una gran emoción al pensar en el éxito que te aguarda. ¡Pero cuán horrible será llegar a la meta, y enterarse de que todo fue en vano! Corrías en la dirección equivocada, alejándote de Jesús y su cruz ... alejándote de la corona de la victoria. El balón está en tus manos. ¿Hacia dónde te diriges?
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RED FRIESELL
19 de mayo
20 de mayo
JIM THORPE
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Confesaos vuestras ofensas unos a otros. Santiago 5:16.
R conocer nuestros errore er roress no no es es fácil. Se necesita ser una persona ho ho- paraa decir: "Me equivoqué". El árbitro Red Friesell era nes y valiente valiente par esa clase de persona. Sucedió el 16 16 de noviembre de 1940, en la cancha de de fútbol de Darthabía perdido mouth. Este equipo se enfrentaba a Comell, que no había perd ido un solo partid par tido o en tres temporadas. Faltaban sólo nueve segundos. El árbitro Red pidi dió ó el balón y se lo Friesell tocó el silbato para señalar una sanción, pi entregó al equipo de Comell. . . baló lón n a uno de sus receptores en Un miembro de este equipo lanzó el ba la zona de anotación, per pero o Ray Hall, el zaguero de Dartmouth, brin brincó có y lo hizo caer sobre la línea de anotación. Dartmouth entró para posesionar balón ón.. se del bal En ese momento, faltando sólo tres segundos para terminar el partido, Red Friesell se confundió. No estaba seguro cuál de los equipos debiera tener el balón. Empezó a dárselo a Dartmouth, se detuvo y se lo tiró a Comell nuevamente. Anotaron, y aparentemente ganaron 7-3. - ¡ S e equi equivo voca! ca! - l e decía decía Howie Howie Odell a Friesell-. Comell tuvo cinco oportunidades con el balón. Esa última anotación fue ilegal. - S i eso es es cierto, cierto, trataremos de cambiar cambiar la puntu puntuación ación -d i j o Friesen. Cuando vio la jugada en el video supo que había cometido un error. - M e eq equi uivo voqu quéé -reconoció el árbitro-. Le otorgué una oportunidad de más a Comell y eso es ilegal. La culpa es toda mía. Después de la confesión de Red Friesell, el presidente del equipo de preside idente nte de dell eq equi uipo po de Dartmouth: Cornell le mandó un telegrama al pres "Loss felicitamos por la victoria de su "Lo su buen equipo. La anotación de Cor junto con nell se realizó en la quinta oportunidad, y cedemos la victoria, victoria, junto nuestros mejores deseos y felicitaciones, a Dartmouth". puntuac tuación ión Gracias a la honestidad de Red Friesell se pudo cambiar la pun demostrando con ello que en aquel partido Dartmouth había ganado 3-0. Sin lugar a dudas, creo que en los registros del cielo Comell y Red Friesell también fueron anotados como ganadores. Perdieron un part partido ido de fútbol, pero per o resultaron campeones en el juego de la vida. La honestidad es más cará cterr es el mejor troimportante que el puro hecho de ganar. Un buen carácte feo que po podem demos os obt obtener ener..
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He aquí, yo vengo pronto; retén lo que tienes, para que ninguno tome tu corona. Apocalipsis 3:11. Las Olimpiadas de 1912 habían terminado y llega o el momento pa a piee puso so de pi premio mios. s. S pu que el Rey Gustavo V de Suecia entregar los pre estadel mmenso centro ffilSmo d en victoria, de la sobre la platafor aforma ma la plat porr uno. dio, y llamó a los triunfadores uno po . Thorpe, Estados Umdos -declaro James a Jugar primer prime r -Pentatlón, el rey. . . premio, io, consistente en un paraa recibir su prem Jim se acercó orgullosamente par bronce nce del rey Gustavo V y una medalla de oro. El aplauso de busto bu sto de de bro la multitud fue ensordecedor. . Umdo Um dos. s. - E l rey primer er lugar a James Thorpe, _E -Decatlón, prim _Est stad ads sueco sonrió nuevamente al joven que permanecia erguido como una flecha, punt nto o que casi no se atrevía a respirar de pura emoción. a tal pu Jirn recibió de manos del rey un cáliz de oro con incrustaciones de ge preciosa iosass en forma de un barco Vikingo, junto con la medalla de oro mas prec mas públic lico o deli deliraba raba.. primerr lugar. El púb por el prime -Eres la primera persona que ha ganado la medalla de oro tanto para pentat tatlón lón como para el decatlón - l e dijo el rey el pen el rey a Jim mientras le colocaba una corona de laureles en los hombros-. Eres el mejor atleta del mundo. Sin emba embargo, rgo, la gloria de Jim duró muy poco. Aproxim Aproximadamen adamente te un mes después de su doble victoria, victo ria, lo llamó el el entrenad entr enador or a su oficina. -¿Re -¿ Reci cibis bis te remuneración remunera ción por jugar béisbol en Rocky Rocky Mount Mount y Fayetteville? recibimos una una gratificació gratificación. n. - S í -admitió -admitió J i m - . Todos recibimos los aficionados aficion ados no se les - E s que eres un aficionado. Se supone que a los paga. pag a. Tendrás Tendrás que regresar regresar tus tus medallas medallas Olímpi Olímpicas cas.. El busto busto del rey rey GusGustavo V y el cáliz de oro tendrán que ser devueltos a Suecia. - E s que no no sabía que que estaba haciendo haciendo algo algo malo malo -pr ote st stó ó Jim. Pero eso no importaba. importa ba. Su nombre fue borra borrado do de los registros registr os olímpicos. olímpicos . Cuando aceptaste a Cristo, él te prometió la corona de la vida eterna. Regresa pronto para celebrar la victoria. N No o permitas permitas que que persona persona alguna alguna te impida llegar al momento glorioso. Aférrate de las promesas dadas en la Palabra de Dios. Aférrate Afér rate de la fe. No permit permitas as que nadie te quite la corona.
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2 de junio
SAN FRANCISCO DE ASIS
Bienaventurados los pobres en espíritu, pon¡uc de ellos es el reino de los ciclos. Mateo 5:3.
Era fría, húmeda y oscura la caverna del Monte Subasio. El techo estaba tachonado tachonado de de murciélagos que que observaban a la criatura extraña, arrodillada dilla da entre el estiércol estiér col que tapizaba el el piso. El que que oraba era Francisco Francisc o Bernardone, hijo de un mercader adinerado de Assisi, Italia. Acudía frecuentemente a este lugar apartado para bttM.:ar .:ar a Diu D iu y la manifestadón de su volu volunt ntad ad para para su vida. vida. -S eii or, ¿qué ¿qué quiere quieress que que hag haga? a? -r oga ba en en voz voz alta. alta. que el goteo del agua y el ruido ocaAl principio no se escuchaba más que sional producido por las alas de los murciélagos. Entonces, en lo profun profun-do de su ment mentee oyó la voz de Dios que le decía: -Biena -Bi enavent vent urados urad os los pobres en espíritu, porque porque de ellos es el el reino reino de los delos. pensó en en los los pobres, pobres, en aquellos que que no tenían tenían hogar, hogar, en en los Francisco pensó lisiados, ciegos y enfermos. -¿ Có mo podrá podrán n ser bienaventu bienaventurado radoss esos pobres pobres infelices? - s e prepreguntó Francisco-. ¿Esperas que llegue a ser corno los mendigos? Creí que que me me pedirías pedirías que llegara a ser un caballero, cabal lero, realizando hazañas gloriosas para para tu honra honra y gloria. -Bienaventurado -Bienav enturado s los los pobr eses - le respondi respondió ó la la voz voz interior. interior. Inseguro de de sí mismo, Francisco decidió ir a la iglesia . Tal vez allí all í la voz de Dios Dios sería sería más más clara. clara. Al pasar pasar al lado lado de los los brazos brazos extend extendido idoss la voz de los que mendigan a la puerta del templo, escuchó nuevamente la voz de Dios en lo profundo alma que que le decía: profundo de de su alma -Bienaventurados los pobres. Al ver a un limosnero harapiento, aproximadamente de su su taffl< taffl
3 de junio
JUAN WICLEF
CoPorque nada podemos contra la verdad, sino por la verdad. 2 Corintios 13:8. Hace quinientos años había pocas Biblias, ya que tenían que ser copiadas a mano. Las pocas copias disponibl disp onibles es estaban en latín o gnego, lengua, que sólo entendían unos pocos eruditos de los rnnna rnnn a teno )' las lllllllV VCT 1, dudes. Uno de dios que podía leer y comprenderb Biblia, era Juan W1clel, profesor de teología de la Universidad de Oxtord. -E st as palabras palabras de verdad verdad son demasiado buenas para callarlas ·-declaro el profesor W i cl ef -. Traduciré la Biblia para que que todos todos los h m1bres m1bres :n puedan leer las obras marav1l osas de de Dios. De esta manera, Inglaterra puedan e11ganado por el cler cl ero o el común del pueblo dejara de ser e11ganado . - L o s frailes se se enriq enriquece uecen n con con el dine dinero ro del del pobr pobree -ensena -en sena a \\ ,.1cl 1c l d- · Venden indulgencias y otorgan absolución a. 'º peores peores cnrn;nales. S1 el pueblo tuviera acceso a la Bfülia en s_u propio 1dr 1drom oma, a, podna saber que un don don gratuito de de Dios. la salvación es un -Debemos ponerle fin a la predicación predicación de Wiclef -decidie -dec idieron ron los frailes. Aunque trataron de hacerlo, parecía imposible acallar la voz del maestro hasta que enfermó de gravedad grav edad.. Ocho representantes represent antes de la iglesia iglesi a se reunieron alrededor de su lecho. - V a s a mori morirr - s e burlab burlaban an de él ·. Ahora es la oportunidad de retractarte de lo que has escrito escri to contra el Papa y sus frailes frai les.. levantarme - l e pidió Wiclef a su ayudante. ayudante. Una Una vez que que -Ayúdame a levantarme logró incorporarse en la cama, miró a sus acusadores en los los ojos y resrespondió con voz firme: vivir é y nuevamente expondré los actos peca- ¡ N o moriré! ¡Más bien viviré minosos de los frailes! Sorprendidos, los monjes salieron apresuradamente de la habitación para planear otra manera de detenerlo. Wiclef sanó y continuó traduciendo la Biblia y ensenando. En tres ocasiones lo enjuiciaron por causa de sus creencias religiosas. En el tercer juicio dijo: - ¿ C o n quién quién creen que que están están tratando? ¿Con ¿Con un un pobre pobre viejo al borde verdad, y la verda verdad d es mucho mucho más de la muerte? ¡No! ¡Luchan contra la verdad, poderosa que ustedes! Juan Wiclef tenía razón. La verdad triunfó. triunfó. En virtud virtud a ello, tú y yo podemos leer la Biblia en nuestro propio idioma el día de hoy.
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Lo dedicaré a Jehová todos los días de su vida. uel
1:11. ____.,
Estas palabras pala bras pronuncia pron unciadas das por Ana cuando dedicó a su su hijo Samuel han sido repetidas a través de las edades por madres piadosas al dedicar a sus hijos a Dios. La Sra. Huss, oriunda de un pueblecito del sudoeste de Bohemia, hoy Checoslovaquia, no fue la excepción. No No fue fácil para la la Sra. Sra. Huss criar a su hijo. Cuando Juan aún era be era be- parti bé, murió su papá dejándola sola. En adelante debía luchar a brazo partido para sobrevivir. -D ej ar é de estud estudiar iar y cons consegu eguiré iré un un empl empleo eo - l e ofreció Juan muchas veces-. No me gusta verte tan agobiada. -¡ No ! - l e respondía respondía ella ella enderez enderezand ando o los los homb ros- . Irás a la la escuela escuela para obtene obtenerr una educaci educación ón y llegarás a ser alguien en esta vida. vida. Yo creo que Dios tiene una misión especial para ti. Cuando Juan graduó de la escuela provincial recibió una beca para asistir a la Universidad de Praga. -Estoy orgullosa de ti, hijo mío - l e dijo la Sra. Huss. Cuando llegó el momento de partir a Praga, Juan alistó su valija y por compañera. Cuando iban aceremprendió el viaje a pie, con su mamá por cándose cándos e a la la ciudad, la Sra. Huss miró a su hijo y le dijo: -Hijo, no tengo nada que darte, excepto mi amor y mis oraciones. -En ton ces, ce s, se arrodilló a la vera del del camino camino y oró: oró: " ¡Oh Dios, bendice poderosaa y manténlo fiel a ti! Amén". a mi hijo! ¡Usalo de una manera poderos La viuda Huss no imaginaba cuán plenamente iba a ser contestada su oración en favor de su hijo. Terminó sus estudios con honores y le dieron el puesto de sacerdote y profesor. Llegó a ser el rector de esta gran universidad y uno de los grandes caudillos de la Reforma protestante. Finalmente, llegó hasta el sacrificio cuando fue quemado en la estaca por causa de su fe en Cristo Jesús. Sus perseguidores esparcieron sus cenizas en el río Rin, creyendo de esta manera poner fin a Huss y su su mensaje. Así como las cenizas del mártir fueron vertidas en el mar y alrededor del mundo, también la obra comenzó a extenderse hacia otros países y el resto del mundo, produciendo una cosecha abundante para el reino de Dios.
Mas el justo por la fe vivirá. Romanos 1:17.
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de junio 5 de junio
MARTIN LUTERO
JUAN HUSS
4 de junio
diCierto día de 1505 Martín Lutero, cuando tenía 22 años de edad, se dirigía de su casa en Mansfeld a la escuela de leyes en Erfurt, Alemania, cuando se desató una tormenta. Los relámpagos iluminaban el cielo, rugían los truenos y caía la lluvia a cántaros de tal manera que se vio obligado a refugiarse debajo de un ía arrebatarle la ropa y arrancaba ramas de los gran árbol. El viento parec viento parecía egerse se de la tormenta en medio de la de proteger árboles mientras él trataba de prot oscuridad. De repente, un rayo cayó a tierr a cerca de Martín lanzándolo al suelo. cados os que había colos pecad por su mente todos los pe ron por Instantáneamente pasa Instantáneamente pasaron pintado o de la iglesia de Mansfeld que metido. Vio de nuevo el ventanal pintad Jo había aterrado de niño. Contemplaba a Jesús con el ceño fruncido, sen bentado sobre un arco iris. A un lado había un lirio que representaba la ben buenos. s. Al otro, una espada encendida que simlos bueno Jesús para los dición de Jesús para cabía duda, mientras Martín bolizab bolizabaa la ira de Dios hacia los malos. No cabía yacía en el suelo, imaginaba que Dios estaba enojado con él. pensar en un barco barco navega navegando ndo Recordó también el altar, que le hacía pensar hacia el cielo, sólo con monjes y sacerdotes a bordo. El común del pueblo se ahogaba en el mar, salvo los pocos que se aferraban a las sogas que les arrojaban los santos hombres. Hacerse monje parecía ser la alternativa más segura para alcanzar la salvación. -¡Oh, Dios, sálvame! -imploró Martín angustiado-. ¡Sálvame de esta tormenta y me haré monje! Y no hubo mejor monje que Martín Lutero. Pasaba horas en ayuno y oración. Se castigaba en un acto de penitencia por sus pecados. Rehusaba usar cobijas en el invierno como señal de arrepentimiento de sus pec sus pecado ados. s. Subió las escaleras sagradas de Roma sobre sus rodillas repitiendo el Padrenuestro en cada escalón. En una ocasión confesó sus pecados a otro sacerdote durante seis horas seguidas, pero no experimentó el perdón de Dios. Nada Nada le producía producía la paz que buscab buscabaa hasta el día que leyó las pala las palabras bras de Pablo en la Epístola a los Romanos: "Mas el justo por justo por la fe vivir á", comprendió por prime y comprendió por primera ra vez el amor y la gracia de Dios. Pasó el resto de su vida contándoles a los demás que el perdón perdón les correspondía por medio de la fe. El precio precio del del pecad pecado o había había sido pagado en el Calvario. El cielo era de ellos por la pura gracia amorosa de Jesús y la fe del ser humano demostrada en el hecho de desearlo y pedirlo.
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JORGE WHITEFIELD
8 de junio
Os es necesario nacer de nuevo. Juan 3:7.
- ¡ S e ñ o r Whitefield! ¡Señor Whitefield! Jorge Whitefield levantó la vista y alcanzó a ver a una mujer acongojada que se tambaleaba en la ribera del río Támesis, agitando los brazos. Al acercarse un poco más, se dio cuenta que era la esposa de uno de los reos de la cárcel a quien visitaba regularmente. - H e hecho algo terrible -sollozó la señora cayendo a sus p sus p ie s - . Ya no soportaba los llantos provocados por el hambre de mis hijos, así que me arrojé del puente. Un caballero nadó hasta donde yo estaba y me rescató. ¿Puede ver cuán perversa soy? ¿Habrá esperanza para mí? -Ten ga, tome tome este dinero y compre comida para comida para usted y los niños - l a consoló Jorge entregándole unas monedas-. La visitaré a usted y a su esposo en la cárcel esta misma tarde. Whitefield fue a la cárcel como había prometido había prometido , llevando su Biblia consigo. Abrió el Libro Sagrado en el Evangelio según San Juan, capítulo 3 y comenzó a leer acerca del nuevo nacimiento. La pareja escuchó en silencio hasta que llegó a los versículos 15 y 16: "Para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque de tal manera amó Dios al mundo ... " - ¡ L o creo! creo! ¡Lo creo creo!! -gritó la mujer extasiada-. ¡No perec eré porque creo en Jesús! ¡He nacido otra vez! -¡Ayúdeme! -exclamó el esposo de la mujer tomando a Jorge de la mano-. Soy un pecador camino al infierno. -P orq ue de tal tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, p ara que todo aquel que en él cree ... - ¡ Y o también creo! -exclamó el esposo-. ¡He nacido otra vez! ¡Qué gozo, qué gozo, qué gozo! Jorge estaba asombrado. El había luchado por luchado por más de un año para lograr lo que estos dos experimentaron en unos pocos instantes. No fue sino hasta después de varios meses que estuvo dispuesto a aceptar la salvación como un don gratuito de Dios, tal como lo había hecho esta pareja esta pareja . Cuando dejó de pensa de pensa r en el asunto y simplemente creyó, ocurrió lo que tanto deseaba: el nuevo nacimiento, el gozo de saber que sus pecados sus pecados habían sido perdo nados . A parti r de ese día, Jorge Whitefield proclamó gozosamente el mensaje del "nuevo nacimiento". Junto con Juan y Carlos Wesley ayudó a iniciar un reavivamiento respectivamente respectivamente en Inglaterra y Norteamérica durante el siglo dieciocho.
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9 de junio
JUAN WESLEY
Acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, pu rifi c a dos los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura. Hebreos 10:22. -¡Señor Wesley, "guten morgen"! ¡Cuánto gusto me da verlo! - E l que hablaba era un alemán del grupo religioso moravo que había viajado en el mismo barco con Juan y Carlos Wesley desde Inglaterra a Savannah, Georgia. Habían llegado uno o dos días antes, el 5 de febrero de 1736, tras navegar poco más de tres meses. . ., Qué bomto -·Buenos días, señor Spangenberg! - l e respond10 J u a n - . Qué bomto tan peligrotan peligrose si nte estar nuevamente en tierra firme después de un viaje so, ¿verdad? Hubo ocasiones en que pensé que no saldríamos con vida. - ¿ Q u é si hubiéramos muerto? ¿No habría estado listo para morir? -B ue no ... eh ... ah ... -J u an titubeab titubeaba, a, evocando evocando el terror que le había tenido a la muerte-. Creo que nadie jamás está listo para enfrentarse a la muerte. Después de todo, sigo siendo joven a los 33 años de edad. - N o me refiero a eso eso -co ntin uó el alem án -. ¿Eres ¿Eres un hombre hombre sal salvo? vo? ¿Eres un hijo de Dios? - H e sido sido cristiano cristiano desde que que tengo tengo uso de razón razón -res pon dió Juan Wesley-. Mi padre era un ministro de la iglesia anglicana. La iglesia ha sido el centro de mi vida. - E s o no es lo que pregunté -insistió su amigo-. ¿Conoces a Jesucristo personalmente? conozco -res pon dió Juan. Sin embargo, esa noche escribió en su - L o conozco diario: "Temo que las mías fueron palabras vanas". Dos años más tarde realmente comprendió que uno no se salva por lo que hace, sino por lo que Cristo ha hecho por uno. Cuando aceptó lo que Jesús le ofrecía en fonna gratuita, Juan tuvo la certeza de que en realidad era hijo de Dios. Si tuvieras un accidente fatal el día de hoy, ¿estarías listo para morir? ¿Tienes la seguridad de que tus pecados han sido perdonados? ¿Sabías que hay una mansión preparada para ti en el cielo? Jesús, ¿es amigo tuyo? ¿Has aceptado su don de salvación? ¿Tienes la certeza de ser hijo de Dios? Si no, inclina tu cabeza en este momento y pídele a Jesús que entre en tu corazón. Di: -Querido Jesús, yo sé que soy pecador. No puedo salvanne a mí mismo. Te confío mi salvación. Quítame la mancha del pecado, perdona mi maldad y hazme un hijo tuyo. Gracias, Jesús. Amén.
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HORACIO MANN
10 de junio
Y en gran manera se maravillaban, diciendo: Bien lo ha hecho todo; hace a los sordos oír, y a los mudos hablar. Marcos 7:37.
¿Qué hombre vivirá y no verá muerte? ¿Lib ¿Librarás rarás su vida del poder del Seol? Salmo 89:48.
Tarde o temprano todos pasamo s por la ama rga experiencia de per de r a un ser querido. Nunca es fácil decir adiós. Horacio Mann aprendió esta triste lección en sus años de adolescencia, cuando su hermano mayor se ahogó mientras nadaba solo en la laguna Uncas. Los sentimientos que experimentó Horacío durante las semanas que siguieron al fatal accidente eran los mismos que todos experimentamos al enfrentarnos a una pérdida semejante. Comprender a Horado te podrá ayudar a comprender a un amigo. Negación: - ¡ N o ! Esteban no pued no pued e estar muerto. ¡Es un buen nadador! Sé que no es verdad. ¡Tal vez estoy soñando! Los vecinos acudieron a la casa, y se sentaron jun sentaron jun to a la familia. Trajeron alimentos y ayudaron en los quehaceres. Lloraron con los familiares a la hora del funeral. En esas circunstancias, Horado necesitaba un amigo. Ira: - ¿ P o r qué pennitió Dios que me sucediera esto? ¡No es justo! es justo! ¡Dios podía haber salvado a mi hermano! Durante esta etapa Horado necesitaba que alguien lo escuchara sin juz sin juz garlo mal por causa de su enojo. Depresión: Horado limpiaba la maleza del jard del jard ín que Esteban había plantado, y pensaba : " Y a no me importa nada. La verdad es que no quiero ir a la escuela si no va Esteban. No puedo dormir y no quiero comer. La vida ha perd ido la razón de ser sin mi hermano" . Durante esta etap-a Horado necesitaba alguien con quien hablar, con quien compartir sus tristes recuerdos acerca de Esteban. Nece sitaba compartir su dolor y saber que estaba bien llorar. Acepta Aceptación ción:: Una noche calurosa de agosto, cuando sentía que ya no podía soportar más la soledad, Horacio se dirigió al patio trasero, en la pequeña colina donde había hecho tantos plane s con Esteban. Se acostó en el pasto y lloró. Después de unos momentos se sentó y decidió obtener una buena una buena educación y lograr que los sueños que él y Esteban habían com part ido, se hicieran realidad. Como resultado de esta decisión, Horacio Mann llegó a ser un maestro que contribuyó muchísimo al establecimiento de la educación pri educación pri ma ria públi ca y gratuita en los Estados Unidos de Nor team érica . 1
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11 de junio
TOMAS GALLAUDET
Cierto día cálido a pnnc1p1os del verano de 1815 el Pastor T más Gallaudet sentado en los escalones de su casa en Hartford, Connect1cut, la pe ga ", jue go caracterísque jug aba n " a la pe observab; a un grupo de niños que jug tico de todos los niños en el que se tienen que alcanzar y tocar. Apartada del grupo, estaba una niñita con un delantal rosita. - T e d d y - l l a m ó el Pastor Gallaudet a uno de los niñitos-. ¿Quién es la niña del vestido rosita? - O h , ella -respondió Teddy arrugando la nariz con una mueca de disgusto-. Se llama Alicia Cogswell. Vive en la otra cuadra. Es sordomuda. No sabe nada, ni siquiera su pro pio nom bre. al jue go , y el Past or Galla udet camin ó lentamente por Teddy regresó al jue el césped hasta el lugar donde se encontraba Alicia. Le permitió tomarla de la mano y guiarla nuevamente a los escalones de madera donde había estado sentado. -¿ Có mo me podré comunicar con ella ella?? - s e preguntaba preguntaba.. Bajo Bajo una extraña inspiración, se quitó el sombrero de copa de color gris y se lo puso en la cabeza a la niña. Tomando un palito escribió las letras S, O, M, B, R, E, R y O en la arena. Tomando nuevamente el sombrero, lo puso directamente a la altura de la pala la pala bra que había escrito. Apuntaba primero al sombrero y luego a la pala bra . Calc ó nuev ame nte las letras y otra vez señaló al sombrero y luego a la palabra. Durante más de una hora los dos se entretuvieron con el jueguito. De pron to, Alicia tomó el sombrero y se lo puso en la cabeza. Apuntaba a la palabra en el suelo, tocaba el sombrero que traía puesto, y saltaba de alegría. Al instante el Pastor Gallaudet estuvo a su lado, levantándola entre sus braz os. Alici a se reía emo cion ada y el sombrero cayó al suelo. Ella lo rescató y nuevamente señalaba primero al sombrero y luego a la palabra dibujada en el suelo. El Pastor Gallaudet quiso gritar de alegría. Había encontrado una manera de ayudarle a comunicarse. Aquella tarde fue el comienzo de todo un proyecto del señor Gallaudet acerca de la educación de los sordomudos. Fue a Europa a aprender dactilología, (el lenguaje que usan los sordomudos). Cuando regresó, abrió la prim era escu ela para sordo s en Am érica . Por medi o de ella, ayudó a cien tos de niños a escuchar con sus ojos y hablar con sus manos. ¿Conoces a algún sordomudo? ¿No sería emocionante aprender la dactilología para poderte comunicar con él? De esta manera tan sencilla podrías sencilla podrías ser corno Jesús o Tomás Gallaudet, que ayudaron a los sordos a escuchar y a los mudos a hablar. 171
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JAIME WHITE
16 de junio
Pues 8sus ángeles mandará acerca de ti, que te guarden en todos tus cauninos. Salmo 91:11.
Era el mes de enero de 1843. El suelo estaba cubierto de nieve, y Jaime White, que a la sazón tenía 21 21 años de edad, se acercaba a la escuela rural cerca de Augusta, Maine. Mientras amarraba su caballo a un poste, notó que las ventanas del edificio estaban abiertas y que una plebe esperaba afuera. Sabía que entre esa multitud había un número de rufianes enviados por sus enemi gos para inte rferi r ro n la reunión . Los ojos de la chusma maliciosa lo observaban mientras entraba al edificio con su Biblia debajo del brazo. Cuando empezó a predicar, pareció que habían soltado a una cantidad de locos. Una lluvia de bolas de nieve impactó contra el edificio. No se podía escuchar la voz del predi cador de bido a los gritos e insultos de la turba. - V e t e de aquí, White. ¡No te queremos! -¡Regresa a tu lugar de origen, Diablo! Jaime White cerró su Biblia y alzó la voz enérgicamente: -¡Arrepentíos, y rogadle a Dios por misericordia y perdón. Volveos a Cristo y preparaos para su segunda venida, o algún día rogaréis a las rocas y montañas que caigan sobre vosotros. Ahora os burlá is, mañana imploraréis a Dios en oración! Metiendo la mano en el bolsillo, extrajo una estaca de hierro. -A lg ún pobre pecador me tiró esto anoche. ¡Que Dios tenga misericordia de su alma. ¿Para qué tomar represalias cuando a mi Maestro se las clavaron en las manos y los pies? Al dec ir esto, se apoyó contra la par ed y levantó los brazos como si estuv iera pendie ndo de una cruz. La gentuza enmudeció y la congregación dentro de la iglesia comenzó a llorar. ama. Murió por voso vosotro tross en la cruz cruz -d ij o Ja im e-. ¿Cuántos - D i o s os ama. se sienten sienten indignos indignos y quisieran que ore por vosotros esta noche? - C a s i cien perso nas se pusieron de pie. Cuando hubo terminado de orar, guardó su Biblia bajo el brazo y se encaminó hacia la puerta de la escuela para enfrentarse a la plebe. Mientras lo observaban con hostilidad, un hombre alto y distinguido se adelantó y tomó a Jaime White del brazo. La muchedum bre les abrió paso permitiendo que pasar an en medio de ellos. Cuando Jaime hubo montado su ca ball o, se dio vuelta para agrad ecer a su benefac tor. No había nadie allí. ¿Quién crees que fue aquel hombre alto?
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FEDERICO WHEELER
17 de junio
Si me amáis, guardad mis mandamientos. Juan 14:15. La pequeña La pequeña iglesia blanca en Wáshington, New Hampshire, estaba más silenciosa que nunca. Este era el domingo de comunión. Federico Wheeler, ministro metodista, predicaba el sermón de la mañana. La Sra. Raquel Oaks, recién llegada del Estado de Nueva York, estaba sentada junt sentada junt o a su hija Delight, maestra de la escuelita local. Debe de ha berse sentido fuera de lugar puesto que adoraba a Dios entre extraños y en domingo. Pertenecía a la iglesia Bautista del Séptimo Día, que profesa guardar el sábado como día de reposo. -Examínese a sí mismo -decía el pastor Wheeler-. Todo aquel que parti cipe del rito de humildad y de la Santa Cena esta mañana, debiera estar prepa rado para obede cer todos los mandamientos de Dios. La ra. Oaks se sintió tentada a ponerse de pie y decirle al pastor al pastor Wheeler: -Entonces usted debiera hacer a un lado la mesa y cubrirla nuevamente con el mantel, hasta que esté dispuesto a guardar los mandamientos de Dios. - S e alegró, sin embargo, cuando el pasto r la visitó esa semana. Entonces tuvo la oportunidad de decir lo que pensaba . -¿ S e acue acuerd rda, a, pasto r Wheeler, lo que predic ó el domingo pasado domingo pasado a la hora de la Santa Cena? -C la ro que que sí. Prediqué acerca de los Diez Mandamientos. - E s t o y de acuerdo en todo lo que dijo, pero me pregunto cómo será que puede pred icar así cuando usted mismo quebranta uno de ellos. Estuve a punto de poner me de pie y decírselo M público. -¡Vaya! Me alegro que no lo hiciera, hermana Oaks - l e respondió el past or so nr ie nd o- . Ahora, dígame por qué piensa así. La señora Oaks fue al grano: - E l cuart cuartoo mandamiento dice que se debe guardar el sábado como día de reposo, sin embargo, usted guarda el domingo, prim er día de la semana, no el séptimo. -Gracias, Sra. Oaks. Me ha dicho algo en lo cual debo pensar debo pensar . Le prometo que investigaré el asunto. El pastor cumplió su promesa y descubrió que la Sra. Oaks tenía razón. Semanas más tarde, guardó por guardó por prim era vez el sábado, convirtiéndose así en el primer adventista que guardó el sábado. ¿Crees que Dios todavía espera que guardemos el sábado? ¿Por qué?
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30 de junio
WALTER RAYMOND BEACH
dos hijos, hijo s, y acercándose al Pero ¿,qué os parece? Un hombre tenía dos Mateo 21:28. hoy a trabajar en mi viña. Mateo primero, le dijo: Hijo, ve hoy -M a m á , se me está haciendo difícil difícil escoger un colegio al cual asistir --le dijo Walter a su madre-. No sé si deba ir a la Escuela de Leyes de Willamette y luego regresar a Yale, o si ir al Colegio de Walla Walla y prepararme para la obra de Dios. --Perrníteme contarte una historia -empezó la Sra. Beach. -C re o que ya sé lo que me vas vas a decir -l a interrumpió interrumpió su su hijo--. Cuando nací, me dedicaron a Dios. - A s í es -continu ó su ma dre -. Reciente Recientement mentee nos habíam habíamos os convert convertiido al Adventismo, de manera que ya éramos demasiado viejos para pre para rnos para el se rvici o d enom inaci onal. Tú eras un regalo de Dios para nosotros, y fuiste dedicado con ese propósito desde antes de nacer. -Pero podría servir a Dios corno abogado -arguyó Walter. -Déj ame termin terminar ar la historia. La noche en que naciste, fue la última de una ventisca que había durado toda una semana. El doctor más cercano estaba a varios kilómetros de distancia. Tu padre envió a uno de los empleados de la finca a buscar a un médico, pero no sabíamos si llegaría a tiem po. Yo estaba muy preoc upad a. -¿Oraste? -preguntó Walter, anticipándose a la respuesta. - S í , tuvimos nuestro culto vespertino como de costumbre. Tu pa dre me puso en las manos de Dios y le pidió que el bebé que habíamos dedicado a su obra llegara con bien a este mundo. Mientras estábamos arrodillados, justo cuando tu padre decía "Amén", todos escuchamos una melodía. -¿De dónde prov enía ? - l e pregu ntó Walter. -Pe nsá bam os que algún trineo con sus campanilla campanillass colgantes había había llegado a casa. Tu padre fue a la puerta a recibir a los visitantes, pero no había nadie allí. -¿Crees que eran ángel ángeles es?? -q uerí a saber saber Walter- . ¿O más bien era música que provenía de muy lejos? Tengo entendido que en climas fríos, el sonido viaja muy lejos. - No importa importa lo que que haya sucedido sucedido.. Yo creo que durante mi angustia, Dios me envió un mensaje especial para tranquílizarme. El doctor sí llegó, y naciste just o despu és de la medianoche -concluyó la Sra. Beach con lágrimas en los ojos, A través del relato de su madre, Walter oyó la voz de Dios pidiéndole que trabaje en su viña. Asistió al Colegio de Walla Walla. Dios lo usó po r muchos años como ministro, presidente de la División Europea del Sur y secretario de la Asociación General.
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1 ° de julio
ARQUIMEDES
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Gozaos conmigo, porque he encontrado mi oveja que se había perdido. Locas 15:6.
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- H a y un prob lem a que no pued o reso lve r - l e confe só Hiero, rey de Sicilia, a Arquímedes-. Pero estoy seguro que tú podrás encontrar la res puest a. Despué s de ver cómo arrastraste un barc o al mar sin otra ayuda que tus polea s, estoy convencido de que puedes hacer cualquier cosa que te propongas. - ¿ E n qué le pued o servir, su Majestad? -con testó Arquímid Arquímides, es, agradeciendo al rey por el cumplido. - M a n d é hacer una corona con un orfebre, a quien le di cierta cantidad de oro. Sospecho que me ha robado, mezclando plata mezclando plata con el oro. ¿Cómo pod ría saberlo sin destruir la corona? -Concédame un poco un poco de tiempo y encontraré la solución - l e prom promet etió ió Arquímedes. Sin embargo, se retiró un tanto preo tanto preo cupa do. Sabía muy bien que la plata era más liviana que el oro. Si Je hubieran agregado plata a la corona, tendría más volumen. El problema consistía en calcular el volumen de la corona sin derretirla. Como no se le ocurría nada par a acla rar el dilema, se dirigió a los baños públicos. Entró lenta y cuidadosamente en una de las bañe las bañe ras. Al hacerlo, notó que el agua se derramaba. Inmediatamente se dio cuenta que su cuerpo era el que empujaba el agua fuera de la bañera. El volumen del agua que salía debía ser igual al volumen del cuerpo que ocupaba el mismo espacio físico. "Lo único único que debo hacer es suspender la corona en el agua - se decí decíaa emocionado Arquímedes-. Tomaré una vasija y la llenaré 'de agua. Introduciré en ella la corona, recogiendo toda el agua que se tire al meterla y mediré su volumen. Luego tomaré un volumen similar en oro y compararé el peso del oro pur o con el de la corona. Si hubiera alguna diferencia, allí la descubriré. ¡Lo tengo!" Arquímedes salió de la bañe ra de un salto, y así mojado corrió a casa a través de las calles de Siracusa gritando "¡Eureka! ¡Eureka! ¡Lo encontré! ¡Lo encontré! " La palabra Eureka es la misma que pron que pron unc ió el pasto rcillo cuando encontró a su oveja per oveja per dida . ¿Puedes descubrir la pala bra eureka en el versículo h?y? Lee el capítulo entero de Lucas 15 y numera las veces que _d _de se repite dicha pala bra. El vocablo se usa todavía hoy para anunciar un descubrimiento importante.
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NICOLAS COPER.Nrto
3 de julio
Pero del día· y la hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino sólo mi Padre. Mateo 24:36.
y:1 s e réis aborrecidos de todos,por causa de mi nombre; mas el que fin, éste sera salvo. Marcos 13:13. petsevere·basta el
de pers ona s desfilaban por las iglesias de Polonia el 11 de febrero Miles de pers de 1524. Todos esperaban el fin del mundo. Afuera, azotaba la peor tormenta del siglo, formando gigantescos montículos de nieve. - D i o s nos ha enviado un diluvio pe or que el de los días de Noé. Esta vez, nadie sobrevivirá -predecía el profesor Stoeffler, de Tübingen-. Este día se unen dos plan etas deba jo de la constelación de Peces. La mayoría de la gente creía que había llegado el día del fin. Unos pocos construyeron pequeñas arcas, y las llenaron de alimentos y prov y prov ision es pens ando escapar po r mar, tal como lo había hecho Noé. Los demás se agolpaban en las iglesias. - ¿ N o crees que deberías rezar en lugar de contemplar las estrellas? - l e repren reprendió dió a Copémico un sacerdote anciano de la Catedral de Frauenburg-. ¿No sabes que ha llegado el fin del mundo? - D e j a q ue ue se acabe -respondió Copémico-. No creo en la astrología. Es Dios y no las estrellas quien controla este plan eta. - E s que que todos todos dicen que es culpa tuya porq ue enseñas que el mundo no es el centro del universo. - C r e o que los cálculos que he realizado son correctos -respondió serenamente el astrónomo-. El sol y los plane tas no giran en derredor de la Tierra, como todos han creído durante estos últimos 1,500 años. El mundo y los demás plan etas giran alrededor del sol. - E s que incluso algunos obispos dicen que Dios está molesto por que tratas de alterar el orden del universo -continuó alegando su interlocutor. -¡Tonterías! Este día terminará igual que cualquier otro y la gente regresará a sus casas. No es el fin del mundo -replicó Copérnico. Copérnico tenía razón. El sol es el centro del sistema planetario solar, y el mundo no llegó a su fin aquel aquel 11 11 de febrero de 1524. La Biblia dice que nadie sabe el día ni la hora de la segunda venida de Cristo ni del fin del mundo. A pes ar d e ello, la gente de 1991 sigue tratando de ftjar fechas par a este gran acontecimiento. Uno podría pen podría pen sar que después de tantos fracasos, aprenderíamos a confiar en lo que dice la Biblia. ¡Y sin em bar go ... !
Había oído hablar de perso nas con pier nas, braz os, ojos, dien tes, ca bello y corazón artificiales, pero nunca de alguien que tuviera nariz artificial, hasta que leí acerca de Tycho Brahe, astrónomo que vivió hace más de 350 años en Dinamarca. A los 19 años de edad, Tycho tuvo una fuerte discusión con un joven llamado Manderapio. Discutían acerca de matemáticas. Tanto se acaloraron con el alegato, que decidieron resolver sus diferencias mediante un duelo de espadas. Con un golpe sorpresivo, Manderapio le cortó la nariz a Tycho. - ¡ N o hay problema! - d i j o el intrépido T y c h o - . Tendré que hacerme otra nariz. - Y así fue. Diseñó una nariz de plata y oro, usando un cemento especial pa especial pa ra fijarla en su lugar. Desde aquel día, siempre cargaba una cajita con ese cemento especial porque nunca sabía cuándo estornudaría y saldría volando la nariz. un pelirr ojo de ojos algo pintor esca. Era un pelirr Era una figura impresionante y algo pintor azules, barba y bigote rojizos y una nariz dorada. Para colmo, era el astrónomo observador más grande que jamás haya existido. Además, vivió y trabajó antes que se inventara el telescopio. En 1592 publicó un libro en el que enumeraba cientos de estrellas que había estudiado. Si miras un mapa lunar, en el preciso centro encontrarás un enorme cráter que lleva su nombre. El 11 11 de noviembre de 1572, Tycho descubrió una estrella nueva en la constelación de Cassiopeia. Era maravillosa. Su brillantez era tanta que se podía ver aun en pleno día. La llamaron la estrella de Tycho. Realmente era una supernova, una estrella que había explosionado. Fue visible poco más de un año, hasta que se desvaneció lentamente. ¿Sabías que muchos cristianos son como la Estrella de Tycho? Brillan intensamente por un tiempo, y luego se desvanecen. Le dan la espalda a Cristo y su iglesia y vuelven a sus antiguas andanzas. A veces podrá ser Ja luz de un pastor o de un gran maestro la que se apague. Escuchemos bien estas pala bras profé ticas: " N o está lejos el tiempo en que cada alma será probada ... Más de una estrella que hemos admirado por su br illo se apagará entonces en las tinieblas" (Profetas y reyes, pág. 140). ¡Mi oración en este día es que tú no seas una de ellas!
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2 de julio
JUAN KEPLER
4 de julio
Cuando os persigan ? esta ciudad, huicÍ a la otra; porque de cierto os digo, que no acabareis de recorrer todas las ciudades de Israel ' antes que venga el Hijo del Hombre. Mateo 10:23. El sol matutino producía una refulgencia refulgencia en las lanzas lanzas de los los soldados soldados ue guardaban las puertas de la iglesia de Graz, Austria, cierto día de julio de 1598. Juan Kepler, el astrónomo, era uno de los varios cientos de hombres hombr es 4ue esperaba espe raba n en los los atrios de la iglesia antes de las seis de la mañana de aquel día. Advirtió que todos eran protestantes, y habían acudido por orden del archiduque. -¡Allí_ viene! viene! -gr i! ó uno elios. El prelado católico entró en la igle. .de sia, seguido de sus d1gnatanos y los malhumorados hombres que se ha bí n dado cita a_llí. Luego, los soldados soldados cerraron las las puertas de la iglesia, cmdando la sahda con sus espadas. El oficial eclesiástico leyó un pergamino grande escrito en latín: "Todos los ciudadanos protestantes de Graz deben declarar su intención de recibir la fe católica. Se concederá un período de gracia de diez días para que se lleve a cabo esta conversión. Los que rehúsen hacerlo, serán desterrados permanentemente del territorio de Styria. Los hombres. hombres. fuer n llamados uno por uno ante los oficiales para que daclararan sus mtenc1ones. La mayoría decidió "convertirse". El aguijón de la persecu ión y el destierro no eran para ellos. Aquí tenían sus hoga'.·s y sus .cultivos: Sus familias y su patrimonio se centraban en el pueblo. re hdad no importa tanto a qué iglesia pertenezcas -pensaban para ,En s1-, Dios es muy comprensivo". Juan Kepler no era uno de éstos. Cuando fue llamado, se adelantó con la cabeza erguida. - Yo soy Kepler. - ¿ Te conver convertir tirás? ás? fe protestante. No entregaré renun i r a mi mi creenci a en la fe protestante. .-No.pue o mI pat nmo mo tan fac1lmente. ¡No me convertiré conve rtiré!! - J u a n Kepler, Kepler, quedas desterrado de Styria Styria para siempre. siempre. Tienes seis seis semanas ara vender tus pertenencias y concluir cualquier negocio. Obedeciendo las palabras de Jesús, Kepler no se quedó para ser un mártir i sen ato. Hizo sus maletas y huyó a Praga. Fue después de esta exper enc1a que que realizó los cálculos que demos traron la forma elípt ica, y no circular, de la órbita de los planetas.
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GUILLERMO HARVEY
o de juli de julio
20:16. No hablarás contra tu prójimo falso testimonio. Exodo frecuencia conduce ¿Te diste cuenta que al decir una mentira, ésta con grado que a otra? Si no eres cuidadoso, tendrás que seguir mintiendo a tal RoRoEdward a sucedió l e Esto creerte. podrá no una persona una persona razonable ya no podrá de edad binson, de Lancashire, Inglaterra, cuando apenas tenía diez años en 1634. - A y e r te escapaste de la escuela - l o acusó su maestro. La ver- O h , no, señor -Eduardo movió la cabeza negativamente-. dad es que quería venir, pero no pude. pudiste? --le interrogó el estricto maestro-. No me - ¿ Y por qué no pudiste? mamá. digas que estabas enfermo, porque ya le pregunté a tu tragó saliva y maestro, e l mano en la tenía que palo Eduardo miró el el bosque, cuando optó por optó por evitarlo a toda costa. - V e n í a a la escuela por el bosque, vi a dos perros galgos. En ese instante pasaba una liebre. Traté de que los perros persiguieran a la liebre, pero no lo conseguí. Tomé una vara para golpearlos, entonces uno de los galgos '6e convirtió en mujer y el otro en un niñito. - ¿ Y los reconociste? - S í , la mujer es nuestra vecina, la señora Dickenson. Me ofreció dinedije que no -contiro a cambio de que entregara mi alma al diablo, pero le dije nuó el muchacho. Al darse cuenta que había ganado la confianza de su Esmás brujas.. Esmaestro, decidió mejorar su historia-. Pronto aparecieron más brujas toy seguro que las reconocería si las volviera a ver. Eduardo fue llevado de iglesia en iglesia para que identificara a las bru jas. Mucha gente buena fue arrestada. Siete de las mujeres fueron condenadas y estuvieron a punto de ser ejecutadas, cuando se le ocurrió al rey preguntarle a su médico, Guillermo Har vey, qué opinaba al respecto. El rey sabía que el Dr. Harvey había anatomizado muchos animales para investigar su sistema circulatorio. - ¡ E s pura pura tontería! tontería! - l e dijo el Dr. Ha rv ey -. El niño ha mentido. mentido. Es imposible que los animales se conviertan en seres humanos-. Gracias a este testimonio, las inocentes mujeres fueron perdonadas y puestas en li bertad.
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10 de julio de julio
LAVOISIER ANTOINE-LAURENT LA VOISIER
CARLOS LINNEO
Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, ni estuvo en camino de pecadores, ni eu silla de escarnecedores se ha sentado. Salmo 1: l .
• Di Dime me con con quién andas y te diré quién eres. • Al que anda entre la la miel, algo se le le pega. • Se conoce a un hombre hombre por sus sus amistades. Dichos comunes como éstos tienen el mismo significado del versículo de hoy. Debes ser cuidadoso cuidad oso al escoger tus amistades.· La La gente te juz juzgar garáá amigos. Si no quieres quieres que te califiquen de ladrón, no como juzga a tus amigos. amistad de los ladrones. Si no quieres ser arrestado por vender busq bu sque uess la amistad drogas, no te juntes con narcotraficantes. Antaine Lavoisier, quien hizo mucho por la la ciencia cie ncia de la química, aprendió esta lección demasiado tarde. prob oblem lemas as come comenz nzar aron on cuando se le acabó el dinero pa ra sus expeSus pr Sus dinero para reun ir fondos, fondo s, se asoció a los General Farmers (Granrimentos. A fin de reunir jeros genera generales les), ), una or orga ganiz nizaci ación ón privad privadaa qu quee cobrab cobrabaa imp impue uest stos os sobre sobre para ra el gobierno. Los cobradores de artíc ulos, pa la sal, el tabaco y otros artículos, una cuota fija, y el superávit del impuestos debían entregar al gobierno una junt ar por encima de esa cifra, podían considetotal de cuanto lograran juntar rarlo rarl o suyo. La mayoría de los recaudadores de impuestos sacaban cada céntimo que podí dían an a los po Natu tura ralm lmen ente, te, la gente común los odiaba. que po pobr bres es.. Na Lavoisier Lavoi sier era honesto honest o en todos sus tratos. trat os. Hacía lo que estaba a su alcance para reducirles los impuestos a los po pobre bres, s, en lu luga garr de ele elevar varlos los paraa su prop par propio io benef benefici icio. o. Ha Hast staa do dona naba ba much mucho o de sus sus riqueza riquezass a proy proyec ec- pesar sar de sus buenas acciones, tos públicos en favor de los pobres. A pe acci ones, las pers pe rson onas as que que no lo conocían lo catalogaban catalogab an como un un recaudador reca udador de im puest pu estos os,, y lo despreciaban despreci aban igual que a los los demás. del Terror, Terr or, de la Revolución Francesa, el pu Durante el Reinado del pueb eblo lo común se vengó de de todos cuantos habían abusado injust i njustament amentee en el pasado. En novi noviemb embre re de 1792 se emit emitió ió la orden de arre arresto sto de todos los miembros del grupo de General Farmers. Antoine Lavoisier fue arrestado per dió la cabeza cabez a igual que junto jun to con los demás. El 8 de mayo de 1794, perdió sus colegas. Más tarde, la gente se se arrepint arre pintió ió de haber dado dado muerte a un un illante nte,, pero pero ya ya era era dema demasi siad ado o tarde tarde.. Ha Habí bíaa sido sido juz juzga gado do ma mal hombre tan br tan brilla porr causa de sus amistades. po
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I 1 de de julio julio
Quisiera más bien que todo s los hombres fuesen como yo; pero cada uno tiene su propio don de Dios, uno a la verdad de un modo, y otro de otro. 1 Corintios 7:7. --::-:Quisiera ser médico y botanista -a nu nunc nció ió a sus compañeros compañeros Carlos Linheo, que a la sazón tenía veinte años de edad, cuando graduó de la prepar pre parato atoria. ria. Car Carlo loss vi viví víaa en Va Vaxj xjo, o, Su Suec ecia ia,, ha hace ce más más de 200 años. años. - E l entrenamiento es muy largo y demasia demasiado do costoso - l e advirtió su padr pa dre, e, most mostra rand ndo o su su inco inconf nfor ormi mida dadd-==-.. Ademá Además, s, un un méd médic ico o no no tien tienee el el presprestigio tig io de un ministro del Evangelio. - C o n seguridad seguridad Suecia Suecia necesita bueno buenoss médicos médicos -a rg rguy uyó ó Carlos. Carlos. madr e -Desearía que siguieras mis pa paso sos. s. Ese ha sido el sueño de tu madre también. - T ú sabes que soy soy caso perdido perdido con el latín y el griego. -Podrías mejorar si te dedicaras a ello. Debería haberle puesto fin a tus excursiones campestres. - E s exact exactament amentee a lo que que me refiero. refie ro. Es el único trabajo que disfrutadisfruta ría. Detestaría Det estaría ser un pastor. -Sabes que no tengo mucho dinero. No sé cómo cómo te podría mantener mante ner en la universidad de Uppsala. - S i fuera la voluntad de Dios, ¿acaso él no proveería los medios? momento, nto, se escuchó escuc hó el canto de un tordo que estaba estaba en un manEn ese mome . zano cerca de de donde discutían Carlos y su padre. Era el pajarillo pajari llo predileccantar . Había lágrilá grito de ambos. scucharon en silencio hasta que dejó de cantar. mas en los OJOS del padre despuéi- de aquel mágico instante. - E s una señal -susurró Carlos. -Muy bi bien en,, hijo -suspiró su padre-, no trataré de forzarte a entrar en mi molde. Dios te ha dado el don de entender la naturaleza. De alguna manera saldremos adelante. Que Dios te be bend ndig igaa y te dé el éxito que anhelas. En realidad Dios sí be bend ndij ijo o a Carlos. Sus cuantiosas observaciones e investigaciones sirvieron de ba base se a las las clases de botánica que hoy se enseñan en todo el mundo. Tú también tendrás éxito en la la medida que desarrolles desarrol les los dones y talentos qu_e Dios e ha acto. N N?? tra trates tes de de am amol olda dart rtee a ning ningún ún pa patr trón ón preespreestablecido. Es 1mpos1ble ser idéntico a otro. Eres un individuo único, con dones especiale espec ialess que Dios te te ha dado. El no quisiera que seas infeliz infeli z en todo cuanto emprenda emprendass en este mundo. Usa los dones dones que que él te ha dado, sírvele fielmente, y será feliz y venturoso.
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EDUARDO JENNER
J2 de ¡ulio
oh pueblos; derramad delante ele él Esperad en él en todo tiempo, n1estn> coradm; Dios t·s nu estro refugio. Salmo ó2:8.
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prcgunuí Jaime Phipps. un niño de ocho año,, de - , M e \ a a d,1lcr' 1 prcgunuí el médtrn médtrn hi\lurí qu e tenía en su s man o s el edad. 1111rand o con dcsrnntiannt el hi\lurí docto r sonriente - Puede prometo -resp o ndi (i el doctor -Note dolera. l e lo promet mirar , 1 4UllTes. inc·i,i one, en el el hr a rn. v luego le unt,, pl:qu eña, inc·i,ione, El méd1C( d1C(l le hizo dos pl:q pega1osa osa.. una s11,t,uw1a amarilla ) pega1 ---,.Q u é es e,n· 1 -preguntó Ja11nc. - E s pu _a : r a ída de un a pústula de Sara Nel m cs. qu e est á "enferma ído la e n fer m edad de vac u n a . En llllOS día, tú tamb ién hahr{ts cont r aído preoc u pú. ll nmo se preoc fermaa 1 de \arnna. Me se n t11é mal. Tendré ltehre -Yu no q u ie ro e n ferm , Exact,m1e11te 1 --resp o nd 10 el Dr Jcn n e1 . Eso es lo que qu e r e rn o, q u t: ,uceda ,uceda.. --¡,Pero por qu é'1 vacuna". nu nca tendrás viruela. No -S1 con traes tra es la "enfermedad de la vacuna". ener vi r u ela, ,,verdad'' le gu staría t ener ntitos. ;D: ninguna n7anera 1 Me vería muy feo con todos e sos pu ntitos. chos han --As1 e,. Adernas2 la ge n te no mu e r e de vac u n a, pero sí m u chos vacunaa para protegerte de algo mudrn mu at o de viruela. 1 e pn¡voco ht vacun pe,ir. pe,ir. ¿Ahora en t ie nde s') risa de Jaime fue su r es pu e sta. La 1mplia so n ris ierda. De s u és de sietl'. días, Jai me s i ntió u n dolo r ag u do en la ax i la izq u ierda. oche tu vo mer. Esa n och Dos cita despues. le dolt a la cab e za y n o q u er ía co mer. mu cha l1eb1T, p ro al dfa sig u iente, estaba b i e n . Un m es de spu és, el Dr. Je n n er lo mtccto con ge r me n es de la vir ue la. Ja i me n o se enfer m ó vac u n a'? Al per m itir rus de la vac ¿,Fu e c u el e l Dr. Jen n e r al i n oc u lar le el v i rus po r roso, ¿lo hizo po dicial al y dol o roso, proc e so per so perjj u dici que nmo e xpen mentar a u n proc _el_ _ se r m.1u sto o m alo'! Trata de ve r la obra de Dios en tu v i da de la m ism a manera. En o c a . sw n es p es pe rnúte que algn malo suced a porq u e en su sa b iduría a be q u e ello das. pero el cam i te prevemlra de alg o peor. Pu ede ser q u e n o lo comp r en das. pero mentos p re ·-tanto en los m oment ía e n él sie m pre ejur . Co n f ía no de Di o s es el m ejur . b u enm enm com o e n lo s malos.
LAZARO SPALLANZANI
para qu e mienta, ni hijo de hombre Dios no es hombre, para que se arrepienta. Números 23: 19. natura· pás -declaró Ro,s, u n ás n i pa pás - L o s escarabajos n o tie ne n m a m o l de la s estiérc del e t n e m a espontá n e glé , hace 205 a ñ o s - . Su rge n li sta in glé vacas. dcdan t()d():, r te en lomlmc e s pelo d e \o s caballos se co n vie - E l pelo la car n e . de gu,anm o , l y o r r ba del cen -: tones se reprod u cen Los r a ton - s e pr egu nt a b a Spallanzarn pod r án ser cie11 a s es t a s cosas·) -¡,Có m o pod o s d1m1 l y as c s o m las u n itor e s, a gen itor er p r ogen n er p Todos \os seres ti en e n qu e te sco pi o . a travP de l mi c r osco ubsavo que s l o cul cu á m i n tos a n u tos o r u n científico llamai m en to realiz a do p r xper xpe e e l d a r c ace ac e urni En t onces leyó u n trozo de carne e n cada jo u d trod tro i n e do Redi. Redi tornó dos frascos e r v 6 c(m10 Obs destapado. de.ió lo pó bie n u n frasco y el otro de ellos. Ta pó bi o abierto, y se po s a tra ídaas , e n t ra ban y salían de l frasc ra n a traíd scas e ran las m osca llscas en este fra,m llsc a s ucha uch m a bía bí a h to s días, n u n o s cu a ntos b an e n la carne. E to s po r las moscas u est es p s llos llo i veci vec e u h \os de o d cad lica t pli p i bían mu l co. Se ha bí scas e n el frasco tapado. Po r lo tan b rass . Po r otro lado. n o había m o sca hem bra r u tie n en pr u scas tie oce r que las m o scas r eco econoce u e q n tendría s o c tífi to, los otr os cie n tífic tore s. gen itores. tarnhién deben aré qu e los a;'. , 1 , 1ác u lo s microscópicos - A h o ra dem ostr aré ani . cidió Spall a n zani. los - d e cidió te ner los rte men te sellad o y u ertem i pien te de vidrio f Pu so sopa de frijoles en u n r ec pie n or m al m e n te con o pado pad a e , t t n e i p p e i r c t ro lo hirvió dura n te un a ho r a . E n o u i o de u n a hora. De s p é, espac por ó i hirv l a y sopa s m á un corcho, pmo e cada un o de d a tr estr es m u n u a n o pin pi c o s rnicr po r e l de var io s día s . observó po sellado. En bía vida prese n te en el recipie n te bien es . No ha bía pi e n tes. los r e ci p an te va r ios e dia di M . s i o microb os u h m c do olla r asco asco,, se habí a n desa r r oll e l otro f r bios vienen m ic ro bios los que comprobar pudo pud o a, eza, r alez al natu esta expe r im e n to s de de otr os ga tos . de otros m icr o bios . igual que los gatos que hacía, pe r o s u s expe r im e n o l no o ía n d e r m pr p co i n n a lla z No No sé si Sp a lla ji o que todas las criaturas o d jo d n cua mostr aro n que Di os n o m in tió tos de mos i e. Eso es fácil de aceptar espec u s según n reproduce de e ste mu n do se chns años. Pero. 205 íticam en te ha ce mu chn hoy, ya qu e fue comprobado cie n t ítica ción . er a su m amen te u per st i ción s l a y a i n c ignora l a ba r a pe años atrás, cu an do i m decía. u q e lo a b í difícil de creer. Pa r a ellos. Dio s n o sa difí· o r i r i tu de Profecía qu e s n Todavía hay partes de la Biblia y del Espí u í donde aq b, vida. l a d e actual estra comprensirín ciles de relacin n ar con n u estra tu día tmlu s er ü revelado. pu e s se n ecesi ta fe para c r eer en Di u s Algún qu e Di o s n o mien t e
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JUAN DALTON
14 de julio
LORD KELVIN
15 de de julio jul io
Porque tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo. Apocalipsis 3:17.
El volverá a tener misericordia de nosotros; sepultará nuestras iniquidades, y echará en lo profundo del mar todos nuestros pecados. Miqueas 7:19.
En 1826 Juan Dalton recibió la Medalla de la Sociedad Real de Inglaterra, premio otorgad o por su teorí a atómica. AJ inicio de la década de 1830, Juan recibió varios otros títulos honoríficos, incluyendo uno de Oxford. Poco tiempo después, fue invitado a Londres, pero había un problema. La invitación incluía una visita al rey. La misma contenía estas indicaciones: "La etiqueta de la corte requiere que venga vestido con pantalones hasta la rodilla, zapatos con hebillas y espada. -¿Qué puedo hacer? -consultó a los oficiales de la corte. Deseo visitar al rey, pero soy cuáquero, y los elementos de la vestimenta mencionados, les son prohibidos a los cuáqueros. -Puede venir vestido con sus túnicas de universidad -de cía la respuesta. Lo que no sabían los oficiales de la corte es que el collar de la túnica nueva era de color escarlata. Para los cuáqueros, aquello también era prohibido. ¡No había problema! Juan Dalton revisó su túnica nueva y descubrió que el el collar era "v erd e" . Se la puso sin sin miramientos. ¡Juan ¡Juan Dalton era acromatópsico! (no podía distinguir los colores). Hasta el día de hoy, daltonismo es otro nombre que se da a esta enfermedad. Las personas que la sufren, no pueden distinguir un color de otro. Algunos, como Juan Dalton, pueden diferenciar el azul del amarillo, pero confunden el rojo y el verde. Otros, pueden ver sólo el blanco, negro y diferentes tonalidades de gris. Uno de cada doce niños nace con este problema, mientras que una de cada 200 niñas adolece de él. No sé si seas una de las personas que padece de daltonismo en este mundo, pero estoy seguro que sufres de otro tipo de ceguera. Naciste con la ceguera que produc e el pecado , igual que el resto de la humanida d. La "ceguera espirituar' dificulta la distinción entre lo bueno y lo malo. La mayoría de nosotros puede distin guir entre lo verdaderamente oscuro y las sombras pronun ciadas del pecado, tales como el asesinato, el robo y el adulterio. No matamos a nuestra madre, por ejemplo, ni robamos un banco. Nos metemos en dificultades cuando incursionamos en la zona gris de la vida, en el color pastel , agradable, del pecado. ¡Queddo Dios, abre nuestros ojos para que podamos ver la gravedad del pecado! Unge nuestros ojos con colirio para que podamos distinguir lo bueno de lo malo.
¿Oú.án' profundó' es el mar? William Thomson, famoso físico británico del sigló pasado,: sigló pasado,: necesitaba saberlo a fin de poder instalar el primer el primer cable transatlántico, en 1866 Cuando culminó con éxito su proyec to, la reina Victoria le confirió el título de Caballero, y él asumió el nombre de Lord Kelvin. En aquella época, los marineros tenían una técnica de sondeo poco eficaz y muy laboriosa. Debían detener el barco y deslizar una soga con un plomo atado en el cabo. Una vez que tocaba el fondo, debían subirla nuevala parte mojada. Con este método, era casi imposible memente, y medir la parte dir las partes más profundas del océano. -D eb e de haber haber una una mejor manera de hacerlo -d ij o Lord Lord Kelvin. Pensando en ello, inventó un aditamento de sondaje que podía que podía ser enrrollado automáticamente. En lugar de soga, al principio usó una clase de alambre con que se fabrican las cuerdas de los pianos, y más adelante utilizó cables de acero. Este método era mucho más seguro, pero todavía no permitía alcanzar los valles más profund os del océano. Hoy, los científicos utilizan aparatos que envían ondas sonoras y rebotan en el fondo del mar. La distancia del fondo se mide al tomar el tiempo que tarda la onda en bajar y volver al medidor. La parte más profunda que se conoce en el océano se llama el "abismo Challenger", y está ubicada en la fosa submarina "Mariana", en el Pacífico, al suroeste de la isla de Guam. El fondo se encuentra a unos 11,033 m. debajo de la superficie. ¡Eso ¡Eso es poco más de 11 km.! km.! Por supuesto que el fondo del mar no está lleno de pecados de los seres humanos de este mundo. Lo que Dios quiere que sepamos es que nunca más los traerá a la memoria. No los tiene guardados para usarlos en contra nuestra en el futuro. Cuando Dios perdona, borra por completo el registro. Le da la t:spalda a nuestros pecados. nuestros pecados. Los arroja en lo profun lo profun do de la mar. En otras '.)alabras, no sólo perdona, sino también olvida. Sumergidos en lo profundo lo profundo de la mar; sí, a mí eso me basta. ¡Alabado sea el Señor! ¡Mis pecados son perdonados!
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SIR SI R HUMPHRY DAVY
20 de julio de julio
Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la la misma imagen, como por el el Espír itu del Señor. 2 Corintios 3:18.
Sir Humphry Davy se encontraba frente a una audiencia selecta de Londres para explicarles las maravillas de la electroquímica. Vestía a la moda: un un chaleco amarillo canario, c anario, pantalones de satín bri brillo llosos sos y una chaqueta de terciopelo azul con frac. - L o que tengo aquí son dos vasos ordinarios con agua -dijo Sir parsim simon onios iosame amente nte.. Usa Usaré ré esto estoss alambres para conectarlos a esta Humphry par Humphry que fluya corriente eléctrica atravesancaja, que es una batería. Esto hará que do ambo amboss vasos. Observen lo que sucede. sucede. El público estaba absorto en sus asientos. No querían perderse un solo detalle del experimento. De inmediato empezaron empezaron a formarse bur formarse burbuj bujas as de dos gases diferentes, y el agua desaparecía como por arte de magia. - E l agua agua es un compuesto formado por dos gases: hidrógeno y oxígeno -continuó Sir Humphry-. La corriente eléctrica ha dividido el líquido en sus dos componentes. -¡Sir'Humphry es un mago de las ciencias! -decía la gente-. ¿Qué hará a continuación? Lo que hizo fue usar la corriente eléctrica para cambiar la lejía en sodio. Obtuvo potasio de la potasa. De esta manera, descubrió siete elementos químicos nuevos. Además del sodio y el pot potasi asio, o, ais aisló ló el mag magnes nesio, io, estroncio, calcio, cloro y bario. bario. En cada uno de los casos, el cambio fue realizado por medio de la electricidad. ¿Neces ¿Ne cesita itass un camb cambio io en tu vida? No lo intentes con la electricidad. Te podrí po drías as electrocutar electrocutar.. Lo que necesi necesitas tas es el poder magnético del Espíritu Santo. Suceden cosas maravillosas cuando le per permite mitess obrar en tu vid vida. a. Mientras su pod poder er inund inundaa tu ser, los malos hábitos, pensamientos impuros y deseos malignos se evaporan. evapora n. Su acción diaria en tu vida vida produce produ ce amor, gozo, paz, paciencia, bondad, temperancia, gentileza y fe. Tus amigos te preguntarán: -¿Qué te ha ocurrido? Ahora eres diferente. No haces las mismas co co-sas de antes y te comportas distintam dis tintamente. ente. ¿Cuál es tu secreto? secre to?
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21 de julio
WALTER REED
Las palabras del chismoso son como bocados suaves, y penetran hasta las entrañas. Proverbios - ¡ L a fiebre amarilla es transmitida por un mosquito! -insistía Carlos Finlay. Nadie le creía al ancian.o doctor excéntrico de La Habana. ¿Acaso no habían comprobado Pasteur, Lister y muchos otros, que las enfermedades eran transmitidas por gérmenes? Aunque el Dr. Walter Walte r Reed y su Comisión de la Fiebre Amarilla hervían, desinfectaban y lavaban hasta el cansancio, no había cambios. La epidemiaa de fiebre amarilla epidemi amarill a se difundió por toda Cuba el verano de 1900. Los dos años anteriores, la fiebre había exterminado a más personas que balas as de lo loss so solda ldado doss españoles. las bal Los hospitales estaban repletos de gente delirante con cutis amarillo y ojos inyectados de sangre. El hedor de su vómito negruzco impregnaba el aire por doquier. El Dr. Reed había agotado todas sus posibilidades en detectar al causante de la epidemia, sin éxito. - N o sería malo malo explorar la teoría teoría del del doctor Fin Finlay lay - s e dijo dijo desesperado-, podría tener razón. Hay algo muy extraño en la la forma de propagarse propagar se el mal. Las enfermeras que trabajan en las salas donde hay pacientes con fiebre amarilla, no se enferman, aunque existen riesgos de contagio. ¿Por qué? sonaa qué? Una per Una person que vive en una casa contrae la enfermedad. Luego, ésta le da vuelta a la manzana, y ataca a otro. No ha habido contacto alguno entre ellos. e llos. Es más, la gente ni siquiera siqu iera se conocía. Algo debe de transportar el microbio de una persona a otra. ¿Qué será? ¿Podría ser el pequeño mosquito? Los experi experimentos mentos del Dr. Reed comprobaron comproba ron que que el viejo doctor Finlay tenía razón. El culpable era el mosquito hembra de cierta especie. Se deshizo de él y se acabó la fiebre. En toda comunidad hay gente igualmente destructiva, semejante al mosquito. Corren de persona en perso persona, na, div divulg ulgand ando o def defecto ectoss y dif difund undien iendo do jugosos jugo sos chismes de boca en boca. Son los correveidiles, los chismosos. Sus ''picaduras'' han causado la muerte de multitud de amistades y un sinfín de pesares. ¿Sabes de lo que estoy hablando? ¿Has sentido alguna vez el dolor proodolor pr fundo que pro produce duce el el "mosquito del chisme"? Pongámosle fin a la chismografía. Pongámosle fin a la "epidemia de la calumnia".
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MARIA Y PEDRO CURIE
24 de julio
. Tomará el hombre fuego en su seno sin que sus vestidos ardan? (, 6:27 · Proverbios 6:27·
Aquella mujer, joven y frágil, vestía pantalones de trabajo, polvorientos y manchados de ácido. Cavaba en un pequeño patio, para extraer una tierra de color marrón llamada pecblenda. pecblenda. Luego la metía en una olla grande que hervía constantemente sobre una estufa de hierro. Allí permanecía durante horas meneando el líquido maloliente, para finalmente verterlo en frascos de vidrio y almacenarlos en el laboratorio. Más tarde el líquido, con apariencia de jarabe, sería colado, tratado y analizado. Esa mujer se llamaba María Curie. Junto con su esposo, Pedro, trataba de aislar el elemento que hacía que la tierra fuera radiactiva. En 1898 tenían ya un puñadito del preciado polvo color gris-blanco, aislado de varias toneladas de pecblenda, tras cuatro años de arduo trabajo. Una noche, después de haber acostado a sus dos hijitas, María sugirió: - Pedro, ¿podríamos ir al laboratorio por un momento? -Claro, ¿por qué no? -respondió Pedro. Caminaron con los brazos entrelazados por las apiñadas calles de París hasta llegar a su laboratorio ubicado en la calle Lhomond. Pedro extrajo la llave y abrió la ruidosa puerta del pequeño laboratorio donde trabajaban. - N o enciendas las lámparas -dijo María con voz queda-. ¡Mira, Pedro! ¿No es hermoso? Una hílera de tubos de ensayo brillaban como gusanos luminosos de color azul. El radio fosforescente iluminaba el oscuro galpón que usaban como laboratorio. Ese fue el regalo que los Cvrie le obsequiaron al mundo: El elemento que es un millón de veces más radiactivo que el uranio. Puede hacer fosforescentes las manecillas de un reloj, matar semillas y destruir bacterias y células canceros as. Pero, parado ja de la vida, este elemen to tan poderoso destruyó a la persona que lo descubrió. María Curie murió de leucemia. La radiación bajo la cual trabajó durante más de treinta años destruyó las células de la medula espinal. Había tomado el radio, un tipo de "fuego en su vientre" y pagó esta acción con su vida. Aquellos que experimentan con el pecado también sufrirán las consecuencias. Como fuego oculto, mata desde adentro. La leucemia espiritual es real y la muerte eterna, segura. No te dejes engañar por su brillantez y esplendor.
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JORGE WASHINGTON CARVER
25 de julio
Honrad a todos. l Pedro 2: 17.
Un hombre negro, alto y encorvado, se separó de la multitud. A ababa pav1ment,o t,o de bajar del tren en la ciudad de Was ington, . .C. 1:tso en el pav1men su valija vieja y maltratada con un suspiro de a IVlo. Dto muestras de alegna al ver a un jove n de gorra roja que venía hacia él. Levantó la mano, pero el cargador no lo vio. Entonces el anciano lo llamó con voz temblorosa: -¿Cargador ... me podría ayudar con la valija? ., El cargador bien cargador bien uniformado se detuvo por un instante para ver de qm n se trataba. No era más que un po bre negro de la clase obrera. Ademas, vestía pantalones que no le sentaban, y traía barro en los zapatos. - L o siento, jefe, no puedo. Me enviaron a buscar a una persona 1.m porta nte de Tuskegee, Alabama. Es un científico de renombre mundial. ¡Debo darme prisa, o no daré con él! . , - P e r o , y-y-o. -Demasiado tarde. El cargador hab1a desaparecido entre la multitud. El bigote del anciano se le movía mientras reía. -¡Espero que no pierda tiempo buscando a ese pez gordo de Tuskegee! -Nuevamente se echó a reír. Tomando su valija, salió de la estación en busca de un taxi. Pronto, viajaba rumbo al Capitolio donde tenía el compromiso de hablar ante el Congreso. ¡Has adivinado! El anciano de zapatos embarrados y rústica valija era el Dr. Jorge Wáshington Carver, científico de renombre mundial de Tuskegee, Alabama. Vino a demostrarles a los legisladores lo que se podía hacer con el humilde maní y la batata. Dentro de su valija, cargaba las muestras de los cientos de producto s derivado s de estos elementos, que él mismo había preparado. Tenía desde leche, hasta pinturas. iVaya oport unidad que se perdió el carg ador aque lla mañana de 1921 ! Hubiera sido una hermosa experiencia que más tarde pudo haber contado a sus nietos. Pudo haberles dicho que cargó la valija del famoso Dr. Carver de Tuskegee, quien, para des arrollar la economía del sur de la nación, hizo más que cualquier otro hombre. Lo perdió todo, debido a su mal há bito de no honr ar a todos los hombres, sino solamente a los ricos. ¿Honras tú a todas las personas por igual? ¿Rico o pobre , jove n o vi ejo, elegante o desaliñado, negro o blanco, educado o analfabeto, cristiano o musulmán, famoso o desconocido, ciudadano o extranjero?
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Sanad enfermos, limpiad leprosos, resucitad muertos, echad fuera demonios; de gracia recibisteis, dad de gracia. Mateo 10:8.
Le has hecho poco menor que los ángeles, y lo coronaste de gloria y de honra. Salmo 8:5.
de bajaa estatura, vestiEl 2 de diciembre de 1942, un hombre robusto, de baj palvo de grafito, o_b erdo con pan con pantit titlon lones es de trabajo, ennegrecidos por el palvo cido al al terns terns,, en el que se utilizan Uuego parecido vaba una cancha de squash Uuego pare ecuatro pareota de goma goma y una cancha de cuatro par ueñas, as, una pel una pelota más pequeñ raquetas más peq des) debajo del estadio de la Universidad de Chicago. Allí contemplaba secre tos más grandes de la la Segunda Guerra Mundial: la primeuno de los secretos pila atómic atómica. a. ra pila Era sencillamente una pila de piedras negras parec idas a la hulla, aunpila, que pesaba seis toneladas, casi llenaque en realidad era grafito. La pila, ba el el cuarto. cuarto. Había Había trozos de uranio incrustados en algunas de ellas. Tres juegos juegos de varas de control control de cadmio cadmio sobresalía sobresalían n de lugare lugaress estratég estratégico icoss en las pilas pilas de piedras. piedras. Desde el balcón, en un extremo de la cancha, Enrico Fermi supervisaba la remoción de las varas. Sus ayudantes quitaron la última, lentamente, mientras el científico estudiaba los controles del contador de Geiger y demás aparatos. -C ua ndo nd o la vara esté completamente fuera, comenzará la reacción en cadena -aseguró Fermi, que por taba su su regla regla de cálculos en la mano. Teque portaba nía los ojos clavados en los instrumentos y los músculos tensos. -¡Sáquenla! Un minuto. Tres minutos. Cuatro minutos permaneció inmóvil Fermi, estudiando la instrumentación. - ¡ L o hicimos hicimos!! -g ri tó , sonrien sonriendo do ampliam ampliament ente. e. conti nuara la reacción reacc ión en en cadena durante 28 minutos. Cada Ca da Dejó que continuara segundo los neutrones dividían los átomos, los cuales liberaban más neutro·· nes que que dividían otros átomos át omos y que liberaban más neutrones. neutro nes. Al fin fin Fermi dio la orden de volver a insertar las varas, concluyendo así el experimento. Tres años después, su equipo construyó la bomba atómica. El reesa reacción reacc ión en cadena, acontecimiento a contecimiento ocurrido el día 6 de sultado de esa agosto agos to de 1945, fue la trágica aniquilación de más de 60,000 personas y la destrucción destru cción total de más más de 600 600 manzanas de una ciudad. ¡Qué ¡Qué poder tan grande se puede desatar con una reacción en cadena! ¿Te gustaría desencadenar una clase distinta de reacciones que terminaran en una tremenda y maravillosa explosión? Puedes empezarla sonriendo a tu esposa, esposo, hijos o padres. Ellos harán lo mismo con otros en la la oficina, oficina , en el banco, en la escuela o dondequiera dondequiera que vayan. Aqu Aquéllos, éllos, a su vez, sonreirán a otras personas con quienes se relacionen, las cuales sonreirán sonre irán a un vecino. El vecino hará lo propio con sus hijos y así sucesivamente. Aquello, realmente no tiene fin.
muévanse! e! -or dena de naba ba el policía que que -¡Todos háganse atrás! ¡Vamos, muévans se hallaba frente a la multitud. Mientras se acercaba, un niñito cedió su lugar de mala gana, y se unió cuello para ver al hombre famoso que debía llegar padre. Estiraba el cuello para a su padre. en cualquier momento en el tren de la tarde. -¡Allí está! -gritó alguien desde la fila. Entonces el niño alcanzó a verlo. Era un hombre de edad, con una caca. Vestía un suéter de cuello de torcabellera blanca. beza beza impresionante y cabellera blan paño asaga asagado do de lana. lana. Caminaba rápidamente, tuga y traje arrugado de paño sus hombros ligeramente encorvados, y una sonrisa cálida asomaba debaotee desarreglado. Salu aba a sus dmiradores amableme e. gran bigot jo del gran big padr e del mño lo tomo por los hombros y le dlJo: sado, o, el padre hubo pasad Cuando hubo pa -Nunca lo olvides, hijo mío. Acabas de ver a Alberto Einstein, el hombre de la mente más brillante de toda la historia. Todos decían que era un genio, aunque la mayoría no podía entender tesu teoría de la relatividad. Estaban fascinados por sus discusiones de temas como la cuarta dimensión, el tiempo, etc. Decía que un reloj en movimiento anda más rápido que uno que está estático. ¡Propuso la teoría podría ir de pudiera viajar a suficiente velocidad, podría de que si un hombre pudiera caun mes (el cómputo del tiempo se llevaría a caespacio por un vacaciones al espacio por encontrar a un hijo tierra para encontrar bo en la nave espacial), y regresaría a la tierra para progenito itor! r! veinte años mayor que su progen poderío nuclear. Su fórSus teorías nos lanzaron a la era espacial y al poderío mula famosa es la que sigue: E=mc 2 Diciéndolo de otra manera, significa que se puede producir energía de la materia y materia de la energía. ener gía. Vio el cumplimiento cumplim iento de su profecía profecía en la bomba atómica. Sin embargo, creo cre o que el padre del niño se equivocó. La mente de Adán, y no la de Einstein, fue la más brillante de la historia. ¿No sería interesante verlos a los dos discutir las teorías del universo? Si quieres saber algo Patriar arcas cas y emocionante, lee los últimos dos párrafos párrafos del capítulo capítulo 2 dé Patri profet profetas. as. Trata de imaginar lo que esas dos grandes mentalidades se dirían el uno al otro. •
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27 de julio
ENRICO FERMI
ALBERTO EINSTEIN
26 de julio
L
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JORGE WASHINGTON
5 de agosto
Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da. Exodo 20;12.
Jorge Wáshington estaba recostado en los prados de la ribera del río Potomac, un día cuando tenía 14 años de edad. Contemplaba con ojos fantasiosos el suave discurrir del agua que se dirigía al mar. Sabía que el océano Atlántico conducía a un sinfín de lugares hermosos y apasionantes, como Inglaterra, España, Africa y las islas del Caribe. En el césped, junto a él, estaba Lawrence, su medio hermano de 28 años de edad. ¡Cómo admiraba a Lawrence! El ya había cruzado el inmenso mar. Había realizado un viaje de ida y vuelta a Inglaterra. Además, había luchado contra los españoles en el Caribe. ¡Cuántas historias fascinantes le contaba acerca de estos lugares lejanos! -Lawrence -Jorge se incorporó al hablar-, me gustaría ser capitán de algún velero y navegar a tierras desconocidas. Estoy cansado de la granja y los bosques. - L a manera más inmediata de cumplir tu deseo es uniéndote a la Marina Rea Reall Británica Británica -l e respondió su su her ma no -. Tengo amigos amigos en en Inglaterra que podrían conseguirte un puesto. Sería una magnífica experiencia. -¡Bueno, voy a casa a empacar mi baúl! -exclamó Jorge. -¡Tranquilo, tranq tranqui uilo lo!! - r ió Lawrence- . Primero necesito escribir a mis amigos en Londres, y por supuesto, debemos discutirlo con tu mamá. -¡De ninguna manera! -respondió María Wáshington al escuchar el plan. -Vamos, sería una buena experiencia para experiencia para el chico -argüía Lawrence-, Lawrence-, necesita salir y conocer el mundo. La Sra. Wáshington movió la cabeza negativamente. - N o permitiré que malgaste su su vida de esa manera. Es mí mí hijo mayor, y lo necesito para que me cuide y administre la granja. ¡No puede ír! Y así fue. Jorge obedeció a su mamá. Estudió agrimensura en lugar de navegación y llegó a ser un caballero granjero. Me pregunto qué habría sido de su vida si hubiera desobedecido a su mamá y huido al mar. ¿Hubiera llegado a ser el comandante en jefe del ejército colonial durante la Guerra de la Independencia? Si hubiera sido un joven testarudo y aventurero, ¿crees que en este momento existiría el Monumento Wáshington en su honor?
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PAUL REVERE
6 de agosto
Prepárate para venir al encuentro de tu Dios. Amós 4:12.
Con cierto temor, Paul Revere se agachaba sobre el cuello de su ca ballo. ¿Podría alejarse del chaqueta roja que lo perseguía? Tomó un atajo por los pantanos los pantanos salados y pozos de b arro con d irección al camino. Galo pó por la senda angosta hacia el puente de madera que conducía al pueblecito de Medford. Reinaba la oscuridad. A la luz de la luna, aquél parecía un pueblo fantasma. Detuvo su caballo en los escalones de la primera casa. Inclinándose sobre su montura golpeó la puerta con el mango de su fusta. Entonces gritó: - ¡ Vienen los británicos! ¡A las amias! ¡A las armas! -Golpeó nuevamente la puerta, y se encendió una luz. Se dirigió a la siguiente casa y gritó: -¡Vienen los británicos! ¡Los soldados están afuera! ¡A las armas! ¡A las armas! Se habían encendido varias velas en la vecindad. Muchos abrieron sus ventanas. -¡Es Paul Revere! - l o identificó uno. -¡ Vi en en los británicos! británicos! -g ri tó el el ji ne te -. ¡A las las armas! armas! ¡A las armas! ¡No hay tiempo que perder! Los hombres con sus mosquetes salían a toda prisa de diferentes lugares. Uno de ellos se dirigió a la iglesia y tocó la campana. Los niños se ocultaban detrás de sus madres en las ventanas, tratando de ver a los temidos y despreciables chaquetas rojas. Paul Revere metió espuelas a su caballo y galopó a campo traviesa, deteniéndose en las granjas con su mensaje de alarma: -¡Vienen los británicos! ¡A las armas! ¡A las annas! Gracias a Paul Revere, la mílicia entera estuvo lista para enfrentar a los soldados británicos en Lexington y Concord la madrugada del 19 19 de abril de 1775. Existe otra clase de milicianos que transitan por los caminos del mundo hoy. En sus Fords , Fiats , Toyotas y Saabs van por los caminos de nuestro mundo actual dando la buena nueva del pronto regreso de Cristo. -¡ Je sú s viene pronto! pronto! ¡Prepárense! - E n canoas de troncos, sampanes, sampanes, kayaks y lanchas surcan las aguas del mundo declarando: -¡Jesús viene pronto! ¡Prepárense! -Caminan, vuelan, se desplazan en bicicletas y trin eos alcanzando los lugare s más remotos de nuestro planeta nuestro planeta con el precioso mensaje: "¡Cristo viene pronto' ¡Prepárense para venir a I encuentro de su Dios!" ¿Quisieras peI1enecer a esa ''milicia" ahora > 227
TADEO KOSCIUSZKO
9 de agosto
En mi corazón he guardado tus dichos, para no pecar contra ti. Salmo 119:11.
El paisaje campestre estaba bañado con los vívidos colores del otoño. El general Tadeo Kosciuszko y su ejército se dirigían hacía el río Vístula, Vístula, cruzando los campos devastados por la guerra. Pasaron por varias aldeas en ruinas, saqueadas por las fuerzas invasoras rusas. Se detuvieron en Maciejowice. Frente a ellos, el enemigo acampaba a orillas del río. -¡Hermanos! ¡Defiendan a su patria! -gritó el general Tadeo Kosciuszko-. ¡Defiéndanla valientemente! ¡Triunfaremos! ¡Ganaremos! ¡Seremos libres! Fue entonces cuando los cañones se silenciaron. Los fusiles dejaron de disparar. Al ejército polaco se le habían acabado las municiones. -¡S ig an peleando! peleando! - l o s animaba animaba el ge ne ra l-. ¡Los ¡Los refuerzos refuerzos vienen vienen en camino! ¡No se den por vencidos! ¡La victoria es nuestra! Los soldados valientemente continuaron luchando. No tenían más armas que sus manos y la culata de sus rifles. Lucharon y lucharon hasta que fueron alcanzados por las balas o las bayonetas del rifle rifle enemigo. A su general se lo llevaron como prisionero de guerra en una camilla. La insurrección polaca de 1794 había terminado. ¿Por qué no venció Tadeo Kosciuszko como había esperado? ¿Sería porque era un pésimo comandante, y no estaba entrenado en la ciencia de la guerra? No. Había luchado ocho años al lado de Jorge Wáshington y Natanae l Greene en la Revolución Norteamericana. ¿Sería por ¿Sería por su c ausa equivocada? No. Luchaban por la líbertad de su nación. ¿Sería porque los soldados eran indolentes? No. Lo dieron todo en esa batal la, aun sus prop ias vidas. La insurrección polac a falló porqu e se les habían terminado las municiones. Al no poder usar las armas contra el enemigo, pro nto fuero n vencidos. Tú y yo enfrentamos a un enemigo mucho más poderoso que el que confrontó el ejército polaco. Si pensarnos ganar, debemos tener suficientes municiones. ¿Dónde las podremos conseguir? (Vuelve a leer el versículo de hoy.)
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JO JO de agosto
SIMON BOLIV AR
Señor, digno eres de recibir la gloria y la honra y el poder; porque tú creaste todas las cosas, y por tu voluntad existen y fueron creadas. Apocalipsis 4:11. - ¡ V i v a el libertador! A principios de agosto de 1813, Simón Bolívar hizo su entrada triunfal en Caracas. Durante su primer su primer a cam paña, con rang o de general, había librado seis batallas en seis semanas y vencido a cinco ejércitos. Había puesto en libertad a toda Venezuela occidental. -¡Viva el libertador! Por primera vez se lo saludaba con un "¡ Viva el libertador!" Las multitudes vitoreaban a su héroe. Todos, desde el dueño de las plant acion es hasta el esclavo pronunciaban alabanzas. Sonaron las campanas de la iglesia. Dispararon los cañones. Le tiraban flores desde los balcone s y techos de las casas por donde pasaba. - ¡Viva el libertador! El libertador de treinta años de edad iba en un carro tirado por briosos corceles. Detrás de él marchaban los soldados sucios y sudorosos tras ha ber luchado a su lado desde la frontera con Colombia hasta Caracas la capital. -¡Viva el libertador! La celebración duró toda la noche. La gente bailaba en las plazas al son de las bandas de música. Fuegos artificiales fulguraban en la oscuridad de la noche tropical. Había comida y vino en abundancia. Ahora, trata de imaginarte otra entrada triunfal y celebración de victoria. El lugar es el cielo, el tiempo, muy pronto. - ¡Viva ¡Viva el Libertador! Libertador! Una muchedumbre incontable prov incontable prov enie nte de toda nación, tribu, lengua y pue blo, se ha con greg ado . El q ue encab eza la p roces ión es Jesús. Juntos han venido de una campaña militar que duró 6,000 años. Satanás ha sido destruido. -¡ V iv a el Liberta Libertador! dor!
Vez tras vez las multitudes elevan sus alabanzas a Aquel que murió con tal de que ellos vivieran. Las arpas emiten sus dulces acordes. El inmenso coro comienza a cantar: "¡Digno es el Cordero!" -¡Viva el Libertador! La procesión avanza hacia el mar de vidrio donde la gente jubilosa se quita sus coronas de oro y las echa a los pies de su Libertador. Este es sólo el inicio de la celebración que continuará por toda la eternidad.
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SAM HOUSTON
13 de agosto
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Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos; porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación. Apocalipsis 5:9.
Sam Houston dio órdenes a sus 900 hombres del ejército tejano a la 3:30 p.m. en punto el 21 de abril de 1836.
Lo que James Bowie vio, le hizo hervir la sangre. Un hombre blanco musculoso tenía a un hombre negro amarrado a un árbol y lo azotaba des piadadamente. El esclavo parecfa inconsciente. Le corría la sangre por la espalda. -¡Cualquiera que trata así a sus esclavos debiera ser fusilado! -gritó James Bowie. Apeándose de su caballo tomó la fusta y le dio al hombre un poco de su propia medicina. El dueño del esclavo tomó el extremo del látigo y los dos hombres se miraron amenazadoramente. - ¡ N o es de tu incumb incumbenci enciaa lo que yo haga con mi esclavo! - ¡ L o convierto en mi incumbencia cuando veo tanta crueldad! -¡Este esclavo no quiere trabajar! ¡Recibió su merecido! le hacías - d i jo Bowie soltando el látig látig . Suerte - N a d i e merece lo que le que llegué, de otra manera este hombre estaría muerto. ¿Cuánto quieres por él? - N o está en venta. -Acabas de decir que no quiere trabajar. Deberías estar contento de pod er desh ace rte de él, si no sirv e para nada . - T e lo doy por $1,200 dólares -respondió el dueño. -Sin añadir una palabra, Jim Bowie sacó su cartera y escribió un cheque por esa cantidad. - ¡ E s un precio bastante bastante alto alto por un esclavo inúti inútil! l! - di jo soltando soltando las ligaduras de su nueva propiedad. - ¡ D i o s lo bend iga, amo! - L e cor rían grue sas lágrim as por las mejíllas al hombre negro-. ¡Con Dios de testigo, le seré un buen esclavo, amo! Jim lo ayudó a montar su caballo y se lo llevó a su casa, En los años subsiguientes, el gran Sam fue más que un buen esclavo; fue un buen amigo, dispuesto a todo por el hombre que Je había salvado la vida. Vuelve a leer la historia, ponie ndo tu n ombre en luga r d el negro. Satanás es tu primer amo, y Jesús el que te ha rescatado. ¿Podrías decir: "Gracias, Jesús. Siempre te amaré y alabaré"?
una lección a Santa-Anna! -¡Recuerden El Alamo! -gri tó uno uno de los hombres. -¡Recuerden El Alamo! -empezaron a gritar los hombres alborozadamente. Algunos ya cargaban sus fusiles, ansiosos de vengarse del general mexicano por la masacre infligida a sus compatriotas tejanos en el fuerte de El Alamo. - ¡ N o disparen, señores! -gritó Houston-. ¡No disparen hasta que les dé la orden! Será inútil disparar antes del momento adecuado. A veinte metros de la barricada mexicana Houston detuvo su caballo blanc o, tomó su gorra de piel de castor, la aventó al aire y gritó: -¡Ahora! Los soldados corrieron hacia la barr ica da gritando: - ¡ Q u é muera Santa-Anna! ¡Recuerden El Alamo! Cerca de Houston, Texas, hay un monumento histórico levantado en memoria de la Batalla de San Jacinto. A cada visitante que llega a ese lugar, se le menciona el grito de batalla de batalla de los hombres de Houston: "¡Recuerden El Alamo!" Hace dos mil años se celebró la batalla más decisiva de la historia en el Monte Calvario. Allí, Cristo venció a Lucifer y a los pod ere s del mal, a solas. Como feliz resultado, todo el que acepte su victoria, será salvo. Siendo que Jesús venció, todos podem os afro nta r con éxito nuestras pro pias luchas, diciendo: "¡Recuerden el Monte Calvario!" En cada iglesia se yergue un monumento en memoria de la Batalla del Monte Calvario. Se llama la Santa Cena. Cada vez que bebem os el vino y comemos el pan el pan , grita mos al mundo: ¡Recuerden cómo murió Jesús por cada uno de nosotros! ¡Recuerden el Monte Calvario!"
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14 de agosto
Así, pues, todas las veces que comiereis este pan, y bebiereis esta copa, la muerte del Señor anunciáis hasta que él venga. l Corintios 11:26.
-¡Formen filas! ¡Formación de batalla! ¡Ha llegado el momento de darle
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15 de agosto
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BENJAMIN BONNEVILLE
TOMAS "STONEWALL" JACKSON
16 de agosto
Este pobre clamó, y le oyó Jehová, y lo libró de todas sus angustias. Salmo 34:6.
·No olvidaré mi pacto, ni mudaré lo que ha salido de mis labios. Salmo 89:34.
-¡Sálvanos, oh Dios del desierto! El capitán Benjamín Bonneville temblaba mientras se ocultaba bajo su abrigo de lana, pero continuó avanzando en medio de la ventisca. No estaba muy seguro hacia dónde se dirigían, pe ro sabía que debía mantener a sus hombres en movimiento o morirían. - N o podr podremos emos segui seguirr mucho mucho más, Dios Dios -conti nuó or and o-. Ya no tenemos comida, y se nos acaban las fuerzas. Si vas a hacer algo, tendrá que ser pr on to . Durante dos meses Bonneville y tres hombres habían luchado en la región del Cañón del río Snake, buscando la tienda de intercambio de la Compañía de la Bahía Hudson. Para empezar, el burro que llevaba las pr ov isi on es , res ba; ó y cayó al río, estrellándose contra las rocas. Luego, ventiscas cortantes los obligaron a matar otro burro para alimentarse. Ahora, no les quedaba nada. - N o sal saldre dremos mos de esto, Capi -profetizó el viejo Matt-. Puedo ver a Doña Muerte que nos pi sa los talones. -Apúrense, pues -bromeó Bonneville-, no permitamos que nos alcance. Dadas las circunstancias, nadie estaba de humor como pa ra re ír . Lo s hombres apenas si podían levantar una pi er na y colocarla frente a la otra a fin de seguir avanzando. Claro está que los demás le creyeron al viejo Matt. - C o n la ayuda de Dios, saldremos de esto -d ij o Bonneville Bonneville aparentando más entusiasmo y fe de los que realmente tenía. esfuerzoo agónico, desesperado. Al día siguiente, cada pa so da do er a un esfuerz Los hombres caían y se levantaban al impacto de la ventisca y quemaban las últimas energías que les quedaban tratando de salir avante. El viento les arrojaba nieve en la cara que les quemaba la piel y los enceguecía. Justo frente a ellos se erguía una cresta de piedras a la cual el viento había limpiado de nieve. Bonneville corrió trastabillando hacia ellas ellas para pro tegerse del mal tiempo, pero con sorpresa descubrió que al otro lado había un valle amplio y verde. Durante 53 días habían luchado contra el viento, la nieve y el hielo de las montañas. N o po dí an cr ee r qu e aquí en el valle fuera primavera. - D i o s n os os ha salvado -exclamó el capitán Bonneville. Al cabo de unas horas estaban comiendo salmón seco ahumado y moras en las carpas de una tribu de indios amistosos.
Tom Jackson, de once años de edad, cargaba un lucio de un metro sobre el hombro, mientras caminaba junto al río Monongahela. Sonreía con anticipación al imaginar la moneda de 50 centavos que le daría Conrado Kester pez. Tom habla hecho un trato con el amtcro local, de venderle p or este pez. a 50 centavos todos los peces de cierto tamaño que lograra pescar. -B on ito pescado el el que llevas llevas allí, allí, Tom - l e dij dijoo el coronel coronel John John Tal bo tt desde el pórtico de su casa. -¡Gracias, coronel! -¿Cuánto quieres por él? - ¡ L o siento, siento, ya está está vendido! - Te doy un un dólar dólar por él. él. - L o sien siento, to, señor, no Jo puedo aceptar. Se Jo prometí al señor Kester. - T e d o y un dólar y veinticinco centavos por él -insistió el coronel T a l b o t t - . ¿El señor Kester te daría más que eso? -C or on el Talbott Talbott,, le he dado mi palabra palabra de honor al al señor Kester. Kester. He decidido nunca retractarme de lo que prometo. Cuando lo hago, planeo cumplir mi promesa. Quiero que la gente confíe en mí. Cuando Conrado Kester vio el pescado, le ofreció a Tom un dólar po r él. - N o señ señor, or, un trat tratoo es un un trato trato -pro testó T om -. En ocasi ocasione oness me ha pagado cincuenta centavos por peces un po co má s peq ueñ os . Lo ju st o es que de vez en cuando reciba también algún pez un poco más grande. Cuando Tomás Jackson creció, llegó a ser un general famoso que la gente respetaba y conocía como "Stonewall" Jackson o Jackson "pared de pi ed ra ". La gente sabía que siempre podían confiar en sus pr om es as. Podían confiar en su palabra. ¿Conoces a alguna persona, después de Dios, po r supuesto, que sea tan honrada como "Stonewall" Jackson? Cuando has pr om eti do lim pia r tu cuarto, ¿podrá contar contigo tu mamá? Cuando pr om ete s a un maestro entregar algún proyecto en cierta fecha, ¿podrá confiar en ti sabiendo sabiendo que Jo harás? ¿Cumplirás tu trato, aunque signifique pérdidas personales?
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JUAN
19 de agosto
BROWN
No tendrás dioses ajenos delante de nú. Exodo 20:3. Juan Brown, de 17 años de edad, corría solo por la pra der a. El viento resolanado que agitaba el pasto y su abundante cabellera, le daba una sensación de libertad semejante a la que disfrutaba el águila dorada que vola ba en las altur as. De pro nto , Juan ya no esta ba solo. Un j ov en indio apareció silenciosamente y corría a su lado. Era su anúgo Llsolu, de la tribu de los Senecas. El joven indio se adelantó y lo condujo a un terreno ligeramente inclinado que abruptamente terminaba en colina. Llegando a la cima, ambos jóve nes se detuvieron para contemplar el valle donde se movía un grupo de indios. - ¡ M i gente gente!! - di jo Lisolu -. Nos vamos vamos lejos lejos,, al oes oeste te -Ento nces metió la mano en una bolsa que llevaba alrededor de la cintura y sacó una pelot a ama rilla pequ eña y lustr osa. - J u a n , es tuya -murmuró Lisolu, poniendo el tesoro en la mano de su amigo. Sin decir una pala bra más, se dio vuelta y salió corriendo detrás de las figuras que se alejaban. Juan contempló el objeto que tenía en la mano. Era un regalo de amistad y sabía que siempre lo valoraría. Permaneció donde estaba, con la bolita en la mano, hasta que los indios desaparecieron de su vista detrás de una colina. Desde ese momento, esa piedra redonda y amarilla era el fiel compañero de Juan dondequiera que iba, pro tegi da en una bolsit a de piel que confeccionó igual a la que usaba Lisolu. Cuando corría por la pra der a, tenía la impresión de que su amigo estaba junto a él. Mientras trabajaba, frecuentemente la tocaba. Cuando hacía su tarea, la ponía sobre la mesa donde pudiera verla. - ¡ Q u é bonita es tu canica! - l e decían los demás muchachos-. ¿Qué quieres a cambio de ella? - J u a n siempre respondía negativamente con la cabeza. Nunca cambiaría su preciosa bola amarilla po r nada del mun do. Significaba mucho par a él. - E s un simpl simplee objet objetoo -l e dijo dijo su su padre padre en una ocasió n-, y no deberías amarlo tanto. Te he observado que la miras con adoración. Nad ie más que Dios debe recibir la adoración que le rindes a esa piedra. Cierto día, la piedra desapareció. Juan la buscó en todas partes, pero su tesoro se había perdido. Corrió a la colina donde lo había recibido y lloró. Sabía que lo que le había dicho su padre era verdad. Amaba demasiado a esa piedr a. Trataría en adelante de no volver a amar ningún objeto más que a Dios.
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bAVID GLASGOW FARRAGUT
20 de agosto
Recuerda cuán breve es nú tiempo; ¿por qué habrás creado en vano a todo hijo de hombre? Salmo 89:47. David Glasgow Farragut, almirante de la Marina de los Estados Unidos, yacía sobre una mesa en el Hartford, su barc o de g uer ra. Este acaba ba de bur lar el bloqu eo en la Bahía Mobile y de obtener una contundente victoria sobre la flotilla de los Confederados, pero él no lo sabía. El capitán Perkins y el Dr. Patmer observaban a su comandante inconsciente. El almirante ginúó y abrió los ojos. - ¿ Q u é sucede? ¿Dónde estoy? - E s t á en la galera del barco, señor. Se desmayó, y por unos ínstantes respondióó el capitán Perkins. pens ábam os que había muerto - l e respondi -¡Siento desilusionarlos! -dijo Farragut sonriendo y haciendo el intento de levantarse. -¡Quédese quieto! - o r d e n ó el Dr. Palmer deteniéndolo con la m a n o - . Todavía no está bie n pa ra ir a ninguna par te. - E s que tengo mucho trabajo que hacer -protestó débilmente-. Estaré bien. Sólo me sentía un poco cansado. El Dr. Palmer carraspeó . .,-Almirante Farragut, no debo andar con rodeos. Usted merece saber la verdad. - ¡ V a m o s , Doc! - s o n r i ó Farragut-. No se ponga tan triste. No es el fin del mundo. - L o pod ría ser par a usted -respondió el doctor lacónicamente-. Alnúrante, usted está muy enfermo. Se Je acaba el tiempo. Si le quedaran sólo seis meses de vida, ¿qué haría con ellos? Un hombre sabio haría que esos seis meses fueran los más ricos de su vida. - ¿ M e está diciendo que sólo me quedan seis meses de vida? - N o . N o pod o pod ría pre cis arl e la cantidad de tiempo que le queda. Podrían ser seis días, seis meses o seis años; pero se le está acabando el tiempo. Con esto en mente, almirante, debería planear cuidadosamente su vida de hoy en adelante. - B u e n o -suspiró el almirante-. Me gustaría servir a mi país hasta el último momento. Pero a la misma vez, me gustaría pas ar todo el tiem po posib le con mi fanúlía. No lo sé, doctor. Es difícil decidir. Si tú supieras que sólo te quedan seis días de vida, ¿qué harías en ese lapso?
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KIT CARSON
21 de agosto
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No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero tenta dos más de lo que podéis resisfiel es Dios, que no os dejará ser tentados tir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar. 1 Corintios 10:13.
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Mucho antes de ser combatiente en las guerras con México, Kit Carson fue trampero en el oeste indómito. nuestra provisió provisiónn de carne carne -l e s anunció Kit a los demás tram- S e agot agotaa nuestra peros de su grup o. Su cam pame nto esta ba cer ca del río Ye ll ow st on e- . Dejaré que ustedes pong an las tram pas mientras voy a cazar par a la cena. Después de caminar varios kilómetros, vio a un wapití comiendo en un apartado pastizal montañoso. Levantó el rifle y mató al animal de un solo tiro. - ¡ M u y bien! - s e felicitó a sí mismo, aunque repentinamente repentinamente presintió que alguien lo había escuchado. Al mirar a su alrededor, vio a dos osos grises a menos de 15 metros de distancia. -¡ No quie quiero ro nada con ustedes dos! -dijo dando media vuelta y echando a correr hacia el árbol más cercano, un álamo flexible. Soltando el rifle subió rápidamente a él árbol, y en su apuro per dió uno de sus mocasines. Los osos caminaron lentamente con dirección al árbol, ignorando el rifle y el mocasín. Querían al hombre. Uno trató de subir, pero el árbol no era lo suficientemente grueso como para clavar las garras. El otro decidió que una sacudida podr ía dar bueno s resu ltado s. Kit tuvo que aferrarse al árbol con brazos y piernas para no caer. Logró, de alguna manera, rom per una de las ramas y pegarle en la nariz al oso. El animal sólo movió la cabeza y siguió sacudiendo el árbol. Después de media hora de trabajo infructuoso se dieron por vencidos y se dirigieron hacia el wapití caído. ¡Al fin, una oportunidad para esca par! Kit bajó del árbol, se puso el mocasín, recogió su rifle y escapó en silencio, dejándole la cena a los osos. -¡Vaya! ¡Estuvo demasiado cerca! -pensó Kit cuando pudo aminorar el paso y secarse el sudor. Habrá ocasiones en que te encontrarás "atrapado en el árbol" de las circunstancias. Al igual que Kit Carson, pen sar ás que el fin está muy cerca. En ese momento, aférrate al árbol con los brazos y las piernas y aguántate. Dios te mostrará la manera de escapar.
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PHILIP HENRY SHERIDAN
Tú me dejaste, dice Jehová; te volviste atrás; por tanto, yo extenderé sobre ti mi mano Yte destruiré; estoy cansado de arrepentirme. Jerenúas 15:6.
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Un soldado que vestía un uniforme azul arrugado, llegó a la posada en Winchester, Virginia, antes del amanecer del 19 de octubre de 1864. Amarró su caballo apresuradamente y entró corriendo a la posad a. - ¿ D ó n d e está el general Sher Sherid idan an?? -pr egu ntó- . Debo verlo de inmediato. Abriendo la puerta del cuarto donde dornúa el general, el pert urba do soldado dijo: -¡Despierte, general Sheridan! El viejo Jube atacó nuestro campamento al rayar el alba. Todo es confusión. -Oigo la artillería -respo ndió Phi! Phi! Sheridan, brin cand o de la cama y poni éndos e los pa nt al on es -. ¿Dónde está tu campamento? -Cedar Creek. - ¿ A qué distan distancia cia estamos? estamos? - A veintidós por el campo, 32 po r el camino. El general Sheridan tomó un atajo, y al llegar encontró a sus hombres en retirada. De un salto pasó una cer ca de troncos y subió a un montículo desde donde todos lo podía n ver. Agitan do el sombrero con la mano derecha y Gontrolando el caballo con la izquierda gritó: -¡Muchachos, media vuelta! ¡Regresemos! ¡Le daremos su merecido a esos canallas! -¡Hurra! ¡Ya llegó Sheridan! -vitoreaban los soldados, dándose vuelta para encarar al enemigo nuevamente. Avanzaron paso a paso, y recu per aro n el terreno que habían perdido. Al atardecer, los soldados de la Confederación tocaban la retirada. Hace mil novecientos años un pequeño grupo de once hombres estaba en retirada. Se habían escondido en un aposento alto. Estaban por retroceder en su experiencia espiritual. Estaban po r rendirse ante el enemigo, cuando repentinamente repentinamente su Comandante resucitado apareció en medio de ellos. -¡Media vuelta! ¡Avancen! ¡Triunfarán! ¿Notas pro gre sos en tu experiencia espiritual, o has dado la vuelta para ir en sentido contrario? ¿Te sientes vencido, aplastado, desanimado y desesperanzado? Escucha la voz de tu General que ordena: "¡ Media vuelta! ¡Vas en dirección contraria! ¡Enfréntate al enemigo! ¡La única manera de vencerlo es marchando hacia adelante, con la confianza puesta en mí!''
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22 de agosto
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25 de agosto
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ALEJANDRO ARCHER VANDEGRIFT
26 de agosto
M u c h o s c o r r e r á n de aquí para allá, y la ciencia se a u m e n t a r á . D aniel 12:4.
Y o reprendo Y1• Y1•c tig3o1a9 todos los q u e a m o ; sé, pues, celoso, y arrepiéntete. A p o c a 1ps1s :
Los jefes indios de la tribu Sioux se prep arab an para la guerra. Con la esperanza de convencerlos a evitar un enfrentamiento, el general Phi! conferencia. Llevó a "Wild Bill" Hickok conSheridan los convocó a una conferencia. sigo para que le sirviera de intérprete. -Bill, dile a los jefes que no es sabio luchar con el hombre blanco que es muy poderoso, porque él puede hacer cosas que nunca imaginaron fueran posible s -e m p e z ó Sh ldan . Los indios fruncieron el ceño y movieron la cabeza. -Diles, Bill, que hemos hecho enormes caballos de hierro que caminan sobre rieles. Nues tros trenes puede n avan zar tres veces más rápido que sus caballos. Los jefes se burlaron de lo que decía el general. - N o le creen, creen, General General -l e dijo dijo Híckok. Híckok. hombre blan co ha inven tado botes que no nece-Entonces diles que el hombre blan sitan velas ni remos. Avanzan por medio de fuego. Los indios gruñeron su incredulidad. -M u y bien, Bill, Bill, diles diles acerca del telégrafo. Diles que tengo una cajita negra aquí, y que el Gran Padre Blanco tiene otra cajita negra en Washington. Cuando le envío mensajes, el Gran Padre Blanco en Washington me escucha. Cuando él envía mensajes, yo lo escucho aquí. Hickok permaneció en silencio. -¡Vamos, hombre! ¡Tradúcelo! -le ordenó Sheridan. El viejo montañés miró a Sheridan en los ojos y respondió: -¡No, señor! ¡Ahora soy yo quien no le cree! ¿Te imaginas lo que dirían "Wild Bill" Hickok y aquellos viejos jefes indios si pudieran ver las invenciones de los últimos 85 años? ¿Cómo les describirías el radio, la televisión, los satélites de comunicación, automóviles, aviones, submarinos, las computadoras y estaciones espaciales? ¿Qué pens arían de los asce nsore s, escaleras mecánicas, lavadoras de ropa, licuadoras, planchas eléctricas y hornos de microondas? ¿Sabías que se han producido más inventos en los últimos 85 años que en toda la historia de la humanidad sólo en este siglo? Este fenomenal aumento de las ciencias es una clara señal del pronto regreso del Señor Jesús.
Archer Vande rift acababa de raduar de la Escuela Básica de la Marina en la Isla Parns. Estaba cumpliendo su prim era misión en New Hampshire. Su comandante era un hombre de aspecto duro y bigote cafdo. Se llamaba Teodoro Porter K e. Arche debía hacer guardia cada tercer día. Una noc e, cuando los vientos gélidos soplaban directamente del Polo N r te, hac1end? que a temperatura descendiera a 23 grados centígrados baJo c ero , sono el telefono en la estación de Archer. Eran las 3:00 de la madrugada. -Cuartel general de la Marina, habla Vandegrift -contestó el teléfono. - H a b l a el coronel Kane. Se me ha informado que hay probl emas en Kittery. Hágame el favor de reunir a algunos hombres y vayan a patru llar el pueb lo. Háganse cargo de cualquier disturbio y repórtenme Jo sucedido, de inmediato. - ¡ S í , señor! Despertar a los hombres a esa hora no fue tarea fácil. -¡Vamo , Vandegrift! No molestes. Se nos van a congelar las orejas con este chma. - S o n órdenes del coronel. ¡Muévanse! Los hombres se vistieron, se pusi eron sus abrigos de vellón y emprendieron la marcha a un puebl o cercano. La noche estaba sumamente oscura y fría. El viento del norte les lastimaba la cara y dificultaba la caminata. Al llegar, encontraron el pueb lo tan tranquilo como un cementerio. AJ no haber disturbio, los hombres regresaron de inmediato a sus refugios llegando jus to al amanecer. V andegrift encontró al coronel Kane sentado jun to a un fuego abrigador en la sala de su casa. El teniente, semi congelado, dio su informe. Cuando hubo terminado, el coronel le dijo: -Gracias, señor Vandegrift. ¡Hizo un excelente trabajo! Varios meses después, hablaba con la Sra. Kane: - E s t o y seguro que su esposo sabía que el tal disturbio nunca existió - l e d i j o - , y no obstante nos envió al frío aquella noche, sin razón aparente. ¿Por qué? -Recuerde, Sr. Vandegrift - d i j o la s e ñ o r a - , ¡el coronel Kane nunca encarga tales deberes a hombres que no aprecia! Se ve que lo considera a usted como uno de sus hijos. ¿Te has preg unta do por qué razón perm razón perm ite Dios que sucedan ciertas cosas en tu vida? Puede ser que te esté enseñando como lo haría un pad re a su hijo. Dios prueb a sólo a los que ama.
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29 de agosto
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DWIGHT D. EISENHOWER
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30 de agosto
y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios. Efesios 6:17.
Aguarda a Jehová; esfuérzate, l aliéntese tu corazón; sí, espera a Jehová. Salmo 27:14.
Eisen hower, uno de los generales genera les más famosos que haya cocoDwíght D. Eisenhower, nocido el mundo, mundo, aprendió apre ndió su primera prime ra lección lecc ión de tácticas táctica s militares milita res a los los cuatro años de edad. Sucedió en la finca de su tío Lutero, al norte de To pequeño, o, por primera peka, peka, Kansas Kansas.. El pequeñ primera vez vez en su vida vida veía veía un ganso, ganso, y De repente, la gigantesca ave estiró el cuello, abrió el pico y se acercó siseando al niño que lo miraba sorprendido. Aterrado y llorando, dio media vuelta y corrió a la casa. Desde entonces, cada vez que el Viejo Ganso veía a Dwight, Jo persegu perseguía. ía. -D eb es enfrenta enfrentarte rte a ese ese Viejo Viejo Ganso Ganso - l e dijo dijo el tío Lutero. - N o puedo puedo - s e quejaba quejaba Dwig ht-. Tengo Tengo mied miedo o que que me muerda. muerda. - N o lo hará hará si si haces haces lo que que te te digo digo -re spo ndi ó su su t í o - , pero empezaempezaremos por remos por conseguirte un arma. -Encontró una escoba vieja a la cual le había cortado la mayor parte de la paja. Le mostró mostr ó a Dwight Dwight la manera correcta de tomarla y blandida-. Bien, quiero que salgas y te enfrentes al Viejo Ganso que ahora es dueño del patio. profundam dament entee y, escoba escoba en mano, se dirigió Dwight respiró profun dirig ió hacia el plumass y esperó esperó a que el niño estuestablo. El Viejo Ganso esponjó las pluma viera a mitad de camino, para lanzarse a la carga. Cuando Dwight lo vio, le increpó: -¡Yo soy el dueño del patio! -desplegando su ofensiva con la escoba apoyada sobre su cabeza-. ¡Sal de mi camíno, Viejo Ganso! El ave se dio vuelta, e intentó huir, pero recibió un tremendo golpe de parte parte de Dwig Dwight ht.. - Y eso eso -dijo, años más tarde e] general Eisenhower-, me enseñó a nunca negociar con el enemígo a menos que sea desde una posición de fuerza. Si bien bien tú y yo no tenemos que enfrentar al Viejo Ganso, enfrentamos, sin embargo, embar go, al Viejo Dragón, el diablo, todos to dos los días. Es una una experienexper iencia aterrado ater radora ra ser un adolescente adoles cente en 1991. E! E! dragón es más feroz ahora que nunca antes. Nuestra única esperanza para vencerlo radica en hacerle frente sin temor, con la Palabra de Dios en la mano, la Espada del Espíritu, pero escudados "con Cristo en Dios".
Probablemente muchas veces has tenido que hacer turno en el consultorio del médico. Después de un rato, te cansas de ver las revistas y te po pensar:: "¿Por qué qué no se apura apura este señor?" Te sientes aburrido y nes a pensar quisieras ir a jugar, trabajar trabajar o por lo menos, mirar la televisión. ¿Cómo te sentirías sí tuvieras que esperar 40 horas par horas paraa ver a una per persona? Jorge Patton tuvo que esperar al general Juan J. Pershing esa cantidad de tiempo. Todo empezó cuando el general revolucionario mexicano Francisco Villa, cruzó la frontera de Nuevo México, destruyó el puebl pueblo o de Columb Columbus us y mató a varios varios soldados norteamer icanos. El presidente Woodrow Woodrow Wilson le pidió al general Pershing que formara un grupo ofensivo para perseguir persegu ir a Villa hasta Méxíco. Méxíco. Patton, más que cualquier cualqui er otra cosa en la la vida, dedeseaba formar parte de ese grupo. -¿Podría ver al general Pershing, por favor? - l e pidi pidió ó cortésme cortésmente nte al recepcionista en el cuartel militar. - ¡ L o siento, pero el el general está muy muy ocupado! ocupado! -Entonces, esperaré. Cada vez que el general abría su puerta, veía al mísmo teniente sentado allí en la esquina. Después de 40 horas, la curiosidad no le permitió callar por más tiempo. -¿Quién eres, y qué se te ofrece? --E l teniente Patton, señor. He estado esperando para poder hablar con usted. bien, ¿qué ¿qué deseas? deseas? - Y bien, -Quisient ir a México como uno de sus asistentes. - Y a he escogido escogido a mis mis asistentes. asistentes. -Señor, si me lleva, le aseguro que nunca se arrepentirá. ¡Seguramente necesitará un asistente más! El general Pershing quedó tan impresionado que decidió llevar a Patton como su su asistente asiste nte especial. Necesit Necesitamo amoss la perseveranc perseverancia ia de Jorge Jorge Patto Patton n en nuestra nuestra vida vida de oraoración. Dios no siempre nos da de inmediato lo que le pedimos. Hay ocasiones en que debemos esperar pacien pacienteme temente nte..
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se propuso observarlo.
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JORGE S. PATTON, HIJO
WASHINGTON IRVING
4 de septiembre
ROBERTO LUIS STEVENSON
septie iemb mbre re 5 de sept
Tú estás entre nosotros, oh Jehová, y sobre nosotros es invocado tu nombre; no nos desampares. Jeremías 14:9.
Entonces J hová Dio formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, Y fue el hombre un ser viviente. Génesis 2:7.
El 30 de abril de 1789 fue un día muy emocionante para la ciudad de Nueva Nueva York York.. Tronaron Tronaron los los cañones. cañones. Vibraron Vibraron las las campana campanas. s. Tocaron Tocaron las las trompetas. Se escuchó el redoblar de los tambores. La noche se iluminó con el fulgor de fuegos artificiales. La muchedumbre vitoreaba: "¡Viva presidente nte de de los los Estado Estadoss Unidos!" La abigarrada mulJorge Wáshington, preside titud se esforzaba por esforzaba por ver al hombre que había hecho posible su liberación del yugo inglés. Entre la muchedumbre había un niñito de cinco años llamado Wáshington Irving. Recibió su nombre en honor del famoso comandante en jefe del Ejército Ejércit o Revolucionario. Revoluciona rio. A medida que Wáshington avanzaba en el el desfile, la nana del niño lo sostenía entre sus brazos. brazos. es el gene general ral Wáshington. ¡Te pu-Mi ra, niño niño - l e dijo la nan a- , ese es sieron ese nombre en honor de él! El niño vio al presiden presidente te montand montando o con aire de dignidad un enorme ca ballo. ballo. Se veía veía tan distingu distinguido ido con su traje color marrón hecho en casa y su resplandeciente espada a su costado. Sin embargo, verlo de pasadita no fue suficiente para la nana del pequeño Irving. Al día siguiente, vio entrar al presiden presidente te en un un negocio. Tomando al pequeño de la mano, cruzó la calle rápidamente y entró entr ó en el establecimiento. Enfrentándose al presidente, exclamó con un bien marcado acento escocés. - ¡ P o r favor, su excelencia, este chico lleva su nombre! -Mira nada más, ¿es cierto eso, hijo? -respondió el presid president ente, e, sonrie sonrienndo ampliamente al niño-. Me da mucho gusto conocerte, Wáshington. Espero que siempre seas un buen niño, y cuando crezcas seas un buen hombre. Que Dios te bendiga -agregó mientras le acariciaba la cabeza. Desde ese momento, Jorge Wáshington era el héroe de Wáshington Irving, quien más tarde llegó a ser un gran escritor. Escribió La vida de Jorge Wáshington, además de las biografías de Cristóbal Colón, Juan Jacobo Astor, Oliver Goldsmith y el Capitán Bonneville. Sirvió a su país como embajador en Inglaterra y España. Toda su vida vida trató de poner poner en alto el buen buen nombre nombre que se le había dado. Por el amor que le le tienes a Cristo, se te llama cristiano. ¿Haces lo me jor que que puede puedess para para honrar honrar el nombre que se te ha dado?
el pequeñ --Cummy -insistía el peq ueño o Luis, tirándole la falda a su nana y hahaa jugar afuera. ciéndole gestos-, quiero salir a jugar - N o , Luis -respondió la Srita. Cunningham-; has estado muy enfermo con ese resfrío y la tos que no te deja en paz en paz.. Todavía no estás lo suficientemente bien bien como para como para salir salir afuera. ¿Te gustaría que la nana te leyera algunas historias? -Está bien bien -respondió el pequ pequeñ eño o con un suspiro de resignación. Se sentó en la cama, cubierto con frazadas mientras le leía varias historias bíblicas bíblicas emocionan emocionantes. tes. -Ahora tengo que trabajar un poco poco - l e dijo su nana-. ¿Por qué no me dibujas un cuadro? Luis obedientemente sacó sus lápices, papel y pinturas de agua. Se acostó en la alfombra frente a la estufa y se entretuvo pintan pintando. do. Antes que huhu biera biera terminado, su mamá entró en la habitación para ver cómo seguía. -Mira, mamá -dijo el pequeño-, dibujé a un hombre. ¿Quieres ahora que dibuje su alma? - M e gusta mucho como está. Pero, no se pu se pued edee ver el alma -respondió su mamá sonriendo. ¿Tendría razón la Sra. Stevenson? ¿Será acaso el alma algo que po poseemos, per seemos, pero o que que no es es visible? ¿Qué forma tiene? ¿Cuál será su aspecto? ¿Será el alma algo así como un fantasma que se va flotando al cielo cuando uno se muere? Muchos así lo creen. Sin embargo, el alma no es un ente incorpóreo que yace dentro de ti y de mí; es lo que uno es. Adán fue creado de dos elementos: el polvo de la tierra y el hálito de vida. En el momento que Dios unió la materia con el espíritu, dice nuestro versículo de hoy, se convirtió convir tió en un ser viviente. Al morir, estos dos elementos eleme ntos se separan. separa n. El polvo regresa nuevamente a la tierra y el el hálito háli to de vida vuelve a Dios. Ahí deja de existir el alma (ser viviente) hasta el día de la resurrección cuando Dios vuelva a unir esos dos elementos. Imagina que vas a construir una caja de madera. Primero tienes un montón de tablas y otro de clavos. Introduces los clavos en la madera y construyes una caja. Así es cuando nacemos. Ahora, deshaz la caja. Nuev Nuevaamente tienes una pila de tablas y un montón de clavos. ¿Qué sucedió con la caja? Simplemente desapareció, hasta cuando alguien la vuelva a construir. Así también también es la muerte y la la resurrección. resur rección.
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8 de septiembre
HARRIET BEECHER STOWE
Porque los que viven saben que han de morir; pero los muertos na da saben, ni tienen más paga; porque su memoria es puesta en olvido. Eclesiastés 9:5.
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Hattie, de cinco años de edad, sentía que se le iba a quebrantar el corazón. Había llorado hasta el cansancio. Tenía los ojos rojos e hinchados, pe ro el ho rri ble nud o que ten ía en la gar gan ta no desaparecía. Oía la voz solemne del ministro que hablaba acerca de la inmortalidad y la resurrección. Pero no entendía ni media pal ab ra de lo que decía el pa sto r. Siguió al féretro por el camino a la tumba recién abierta, llorando en silencio. Apenas se daba cuenta de los demás dolientes que la rodeaban, vestidos de luto y que lloraban con tristeza. Tomó de la mano a su hermanito de tres años de edad. Juntos se pararon al borde de la tumba y observaron a los hombres que bajaban lentamente el ataúd a las entrañas de la tierra frí a. ¿Por qué lo hacían? ¿Qué significaba estar muerto? ¿A dónde se había ido mamá? ¿Por qué no regresaría jamás? - M a m á se ha ido al cielo para estar con Jesús - l a consoló papá estrechándola contra su pecho-. En este momento se encuentra en las calles de oro de la Nu eva Jer usa lé n, can tan do ala ban zas con los ángeles. - Q u é r ar ar o - p e n s ó H a t t i e - , siempre había creído que el paraíso está en algún lugar del cielo. Entonces, ¿por qué la depositan en un hoyo en el seno de la tierra? Cuando regresaron a casa, todos los dolientes hablaban acerca de la manera en que la pobre Sra. Beecher se había ido al cielo. Enrique, de tres años de edad, los escuchó por unos momentos, luego corrió hacia el establo. Sacó una pa la vie ja y com enz ó a ca va r la tie rra en el jardín. - ¿ Q u é h ac ac es es , niño? - l e pre gu ntó su hermana mayor, Catalina-. Estás ensuciando tu traje. A papá no le va a gustar. - V o y a ir al cielo a encontrarme con mamá - d i j o e l peq ue ñue lo. Enrique ignoraba que aun cuando pudiera ir al cielo, no encontraría a su mamá allí. Todavía estaba en el ataúd, enterrada bajo dos metros de tierra. Allí pe rm an ec erá has ta que Cr ist o ven ga po r seg und a vez . Hasta ese día, cuando escuche su voz llamándola a salir de allí, no sabrá nada. No será sino hasta el día de la resurrección cuando se enterará de que su hija Harriet fue famosa po r escribir un libro sobre la esclavitud titulado, Uncle Tom's Cabin (La cabaña del tío Tom).
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JOSE PULITZER
9 de septiembre
Vosotros veis, pues, que el hombre es justi es justificado ficado por las obras ' ·v no solamente por la fe. Santiago 2:24.
Durante la Guerra Civil No rte am eri can a, los norteños a menudo pag a ban, a ot os para que tor:iaran su lugar e 1 guerra. Uno de aquéllos fue Jose Puhtzer, de Hungna. Cuando tennmo la guerra, trató de encontrar trabajo en Nue va Yo rk, pe ro el mercado estaba sobresaturado con los ex soldados. Alguien le sugirió que fuera a San Luis. José emprendió el viaje a pi e, con unos pocos centavos en el bol sill o. Llegó a su destino en medio de una tormenta de nieve. Cansado, hambriento y sin un céntimo en el bol sil lo, se acercó a la entrada del transbordador. -¡Va mos, chico, chico, largo de aquí! - l e d i jo jo el guardia-. ¡No pue des su bi r sin bole to! José se hizo a un lado y se recargó contra el cerco. No tenía adonde ir. Su mente estaba tan entumecida como su cuerpo. Debía hacer algo, pe ro no sabía qué. Entonces escuchó a los ba lse ros que se gritaban en alemán. Al oír un idioma tan familiar para él, se llenó de entusiasmo y valor. Se acercó a la puerta de entrada y gritó: -:-¡Oigan! ¡Por favor! ¿No tienen algún trabajo que pue da hacer? ¿Necesitan ayuda en el transbordador? Debo cruzar, pe ro no tengo dinero. - ¿ Q u é quieres, chiquillo? - U n o d e lo lo s hombres se acercó y lo miraba po r las reja s del po rtó n. - N o tengo dinero pa ra un bol eto y si me quedo aquí pa ra do , moriré de frío. ¿No tienen algún trabajo que pueda hacer? Haría cualquier cosa. -Necesitamos alguien que le eche carbón al horno que mantiene activa la caldera. Tenemos que hacer otros doce viajes. - L o haré - d i j o J o s é - . Tengo que llegar al otro lado. Creo que tú y yo nos pa rec em os a José Pulitzer, pa rad os en medio del frío, fuera del portón del transbordador. No hay forma de cruzar el río que conduce a las mansiones celestiales. Jesús pro ve e el transporte, pe ro hay dos cosas vitales que deben suceder si queremos llegar al otro lado. En pr im er lugar, debemos tener el deseo de subir al transbordador; eso se llama fe. En segundo lugar, necesitamos aceptar el boleto que Jesús nos ofrece: eso se llama obras, vivir diariamente aceptando las obras de Cristo, para así vivir de acuerdo a la voluntad de Dios. El espera algo a cambio del viaje al otro lado del río. Pide nuestro amor, obediencia y servicio, mismos que pod em os ob ten er de él por fe, como regalos de su gracia.
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AD AM CLARKE
EMIUA DICKINSON
14 de 1eptíe111lm
Porque siete veces c ae el justo, y vuelve a levantarse; mas los impíos caerán en el mal. Proverbios 24: 16.
Vivo JO, dice ,Jehmá el Señor, t¡lle no quil·ro la muerlc dl'I impío, sino que se ,ul' ha el impío de su camino, y que viva. \'olvl'os. ,olveo, de ,uc:-.tros malo, nuninos: ¡,por qué moriréi'>, oh casa dl' hrael'? Ezequiel .B: 11. Saruna, Saruna , ha dl'.,s:llhh'lt•1 dl'.,s:llh h'lt•1 llna 1n,111cra 111U\ a,ruta a,r uta d,, dl",fi!!11rar a D1"' 1·., 111tdiantc la d1ll·tri11;, d1ll·tri11;, , k 1m infi,•rno ,·tnn .. 1'.n,, d<' lns q;ll' nl'wn ,,n clL1 n a c'c'Í ¡,;;,[,,; ( ol111n
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! 5 de .1cp1ie111hrc
--Uno por nueve es nueve. Dos por nueve. 18. Tres por nueve e, 27. El hombre que transitaba por el camino de la escuela rural sonrió al muhi p!icar car.. Cuarnh Cuarnh11 llcµ(i a la p11.:1 cscuehar la recitación de las tablas de muhip!i ta. decidió entrar. -Con pennbo --dijo el extrmín--. escuchaba a lo, niñu\ recitar su, tahlas de multiplicación, lo cual me me hi w recordar los los prohkrna, que tuve al aprenderlas. ¡,Le importaría si me siento a e cnchar la clase por unos unos in,,antcs' 1 · Cldt Cldtuu que no ---respondió el maestro señalündole una banca al fondo del salón - . Siéntase como en su casa. Al parecer. no habían habían cambiado much muchoo las cosas Jesd e los día de estudiante de aquel extraño. El pizarron polvoriento, la olla de agua, ias hileras de de mesahancos mesahanc os y un un niño paradn en en el rincón del zopenco. - ¿ Q u é pasa con con el niño niño que que está en el el rincón' -preguntó el visitante al maestro. --Oh. -- Oh. ese es Adam Clarke Cla rke,, el niño niño más bobo bobo de la esl'uela. esl'u ela. O no puede puede.. aprender, o se hac:e que no puede Antes de partir, el visitante vi sitante fue a; , ·neón y le puso la la mano 5,obre el hombro a Adam. Mirándolo fijamente en los ojos, el hombre pudo notar el dolor y la vergüenza vergüe nza por las cuales pasaba p asaba el niño. --·No puede ser cierto que no no seas capaz capa z de apn::nder tus tus lecciont:s. lecci ont:s. In· téntalo de nuevo, y hazlo de todo corazón. Sigue tratando y sé que tendrüs éxito_ -Apretándolo tiernamente en el hombro, se dio vuelta v salió. --Esas fueron las palabras más bondadosas que jamás se me hayan dicho --confesó Adam cuando llegó a ser el Dr. Adam Clarke, autor del Ciarke's Commentary (Comentario Je Clarke)-·. Aprender nunca ruc fáeil para mí. Me gustaba juga r más que que esmdiar, esmdiar , pero todos los días recordaba ias palabras palab ras de aquel extraño que un día nos nos visit(i en en la escuela. escu ela. Seguí Seg uí inten· tundo, hasta lograr el éxito. ¿Qué es lo que se te dificulta' Tal vez las tahla de multiplicar, los versículos de memoria, o las medidas y figuras geométrieas. Quizá tratar a los ex1raños, hablar en púhlico o vencer un un mal hábito. Sea lo que que fuere, fuere , sigue tratando, y con la ayuda de Dios tendrás éxito. 1
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WILLIAM cowPER
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ARTURO GORDON
sept ptie iemb mbre re 17 de se
lo comprendes aho. Respondió Jesús y le dijo: 1 que yo hago, tú no ra; mas lo entenderás despues. Juan 13:7,
Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe. 1 Juan 5:4.
"Dios obra en forma misteriosa, Sus maravillas al realizar; Se pasea en la tormenta, Deja sus huellas en la mar". Dios estuvo en Londres una noche oscura de 1772, se paseó en la neblina. Era una de esas neblinas semejantes a la sopa de arvejas, tan comunes en esa ciudad. No se podía ver más que a unos pocos pasos de distancia, aun con muy buena luz. La oscuridad de la noche guardaba relación con el humor del hombre que caminaba nei:viosamente en un triste departamento ubicado al este de la ciudad. Tenía profundas ojeras, señal de largas noches sin poder dormir y días enteros de angustioso temor. Se dejó caer en una silla y miró cómo las brasas se apagaban lentamente. ''M e parezco a esas brasas que se extinguen lentamente -pensaba par paraa s í - . Acabado. Derrotado. Un fracaso. Prefiero morir que hacerle hacerle frente al terror de otra noche más. La única manera de pone rle fin a mi miseria es arrojándome al río". El hombre tomó su abrigo, como poseído por una locura repentina y la pue salió a la oscuridad de la noche, cerrando la pue rta con llave tras sí. Bajó a tientas hasta llegar a la cabeza de caballo de hierro y el anillo donde amarraban los caballos frente a la casa. De allí siguió la vereda hasta la esquina de la calle por donde siempre pasaba un carro tirado por caba llos de alquiler. - ¡A l río Támesis Támesis,, señor! - d i j o lacónicamente al jinete. Atravesaron calle tras calle, dando vueltas aquí y allá en medio de la densa neblina. Al fin, el conductor reconoció que estaba perdido. -¡Olvídelo! -d ij o el pasaje pasajero ro al pagar pagar el el importe importe del del vi aj e-. Cami Caminanaré el resto del camino. Cuando descendió del carro, vio un objeto conocido. Era la cabeza de caballo de hierro y el anillo donde se amarran los caballos frente a su casa. Al perc ata rse de que Dios lo había guiado en medio de la neblina, ráAl perc pidam ente subió las escaleras hasta su departamento, cayó de rodillas y pidió perd ón a Dios por lo que estuvo a pun a pun to de hacer. De esa experiencia brotaron las palabras del himno 107 del Himnario Adventista en inglés, con las cuales iniciamos nuestra historia de hoy. En cierta ocasión, cuando me sentí desesperada, canté este himno y encontré nueva esperanza y valor para continuar.
Se abrió la pesad a pue rta de madera, dejando al descubierto la enorme oficina enchapada en fina madera oscura y un inmenso escritorio hermosamente pulido. En el sillón ejecutivo estaba Tomás J. Watson, presidente de International Business Machines ( I B M ) , era uno de los hombres de negocios más poderosos de América. En la puerta estaba Arturo Gordon, un supuesto escritor jov escritor jov en que no había experimentado más que fracasos. El Sr. Watson se puso de pie y le dijo: - Y bien , jov enc ito, me da mucho gusto que haya venido a visitarme. Tome asiento y dígame, ¿en qué le puedo servir? Arturo caminó por la alfombra gruesa y mullida, como si estuviera en un trance. Tomó asiento en la hermosa silla tapizada de piel que le ofreció el gran hombre. par a una revista en idioma español, que incluiría -T en go un proyec proyecto to par traducciones de los mejores artículos de revistas famosas publicadas en este país. Siendo que usted es una autoridad en Latinoamérica, pensé que me podr ía dar algu nas ideas par a su ejec ución . - M u y b ie ie n - l e contestó el Sr. Watson e inmediatamente llamó a su secretaria y le ordenó: - E s t o s son los nombres de perso nas con las cuales quisi era que este jov en se en trev istar a. Estas son las cosas que quisiera que hicieran por hicieran por él. -Joven -continuó Watson cuando hubo salido su secretaria-, me agrada su buena disposición. ¿Le gustaría trabajar para la IBM? -Mu cha s gracias, gracias, señor -respondió A r t u r o - . Sin embargo, lo que realmente quisiera hacer es escribir, pero pareciera que cada vez que lo intento, fracaso. - ¿ L e gustaría gustaría que que le diese diese una fórmula para triunfar? - l e pr pregu egunt ntóó el Sr. Watson. Arturo asintió con la cabeza-. Realmente es bastante sencillo. ¡Debe fracasar otras tantas veces! Arturo Gordon quedó boquiabierto. - ¿ C ó m o pued e ser que a may or núm ero de fracasos pued a haber más prob abili dade s de éxito? que pasa - L o que pasa es que usted piensa que el fracaso es enemigo del éxito. No es así. En realidad, es su mejor aliado. Cada vez que falle, siéntese y analice las causas del fracaso. Tendrá que haber una buena razón. De ese modo no repetirá el mismo error. Así se aprende. Arturo Gordon siguió el sabio consejo del Sr. Watson. Duplicó sus fracasos y encontró finalmente el éxito. Aprendió que la fe puede convertir el fracaso en victoria.
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HELEN KELLER
20 de septiembre
JULIO VERNE
21 de septiembre
Si guardareis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; así como yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor. Juan 15:10.
Ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro. Romanos 8:39.
La obediencia y el amor son dos valores esenciales para la vida, que todos debemos poseer. Sin embargo, Helen Keller, de seis años de edad, no los había cultivado, porque era ciega y sorda, resultado trágic o de una fiebre perniciosa. Al no tener la menor idea de cómo comunicarse con su hijita, los Keller Je permitían hacer lo que quería. Cuando la Srita. Ana Sullivan llegó a la casa para ser su maestra, encontró a una chiquitina que se parecía más a un animalito que a un ser humano. A la hora de las comidas corría por todo el comedor tomando alimentos de los platos de los demás. Empujaba, pateaba y mordía a los que trataban de impedirle hacer su voluntad. Una mañana, cuando Helen metió su manita en el plato de avena cocida con leche de la Srita. Sullivan, ella le pegó y la regresó a su lugar. Helen insistía en meterse en el plato de su maestra, en lugar de comer del suyo. Cada vez que lo hacía, recibía una palmada en la mano. Helen -llo raba la Sra. Keller. - N o soporto verla tratar así a la pobrecita Helen . · -Ella no entiende que está haciendo mal -agregó el Sr. Keller-. Siempre se lo hemos perm hemos perm itido. Por favor , compréndala y sea amable con ella. Srita. S ulliv an-. Helen debe debe apren-E sto y siend siendoo amable -explicó la Srita. der lecciones de obediencia antes que se le pueda enseñar cualquier otra cosa. Los esposos Keller estaban tan molestos que abandonaron el comedor dejando a su hijita haciendo berri nches en el piso. La Srita. Sullivan cerró la puerta con llave y se sentó a comer su avena ya fría. Helen apareció de nuevo a su lado para tratar de arrebatarle la comida del plato. Ana otra vez le dio una palmada en la manita. Helen corrió a la silla de su madre en busca de simpa tía, pero la encontró vacía. Se dirigió a la puerta y la encontró cerrada. Al fin se dirigió a su lugar en la mesa, se sentó y comenzó a comer su avena. La maestra le puso le puso una cuchara en la mano pero ella la tiró al piso. Ana insistió hasta que Helen comiera la avena con la cuchara. Acerca de esta experiencia la Srita. Sullivan escribió: "Supongo que tendré muchas batallas con esta niñita, hasta que aprenda las únicas dos lecciones esenciales que le puedo enseñar: el amor y la obediencia''.
Dios te ama de tal manera que si decidieras huir de él, te seguiría. Te buscar ía, como lo hace un pastor a su oveja perdida. Te buscarí a, como un padre al hijo que se ha fugado de casa. Te seguiría el rastro hasta encontrarte. Hará por ti lo que hizo Pierre Veme, de Chantenay, Francia, por su hijo Julio. El niño, de once años de edad, abandonó el hogar cierta madrugada con un bulto pequeño que contenía algunas pertenencias. No había avanzado mucho cuando una vecina lo llamó: -¿Julio, adónde vas tan temprano? -¡ Sh ! - l e respon respondió dió llev llevánd ándos osee un dedito a los labios. -¿Por qué? ¿Qué sucede? -¡N ada ! -res pond ió Julio y salió salió corriendo antes antes que que le siguiera siguiera prepreguntando. Pronto llegó a un "Café" cerca de los muelles, donde le entregó todos sus ahorro s a un niño aproximada mente de su misma edad . - V e con esos hombres hombres - l e ordenó ordenó el niño niño apuntan apuntando do a unos unos marineros que desayunaban en una mesa cercana. Julio se acercó a la mesa y se presentó: - S o y el nuevo grumete. Ellos lo miraron, y asintieron con la cabeza. -¡Síguenos! - l e dijeron dijeron.. El barco pronto zarpó hacia las Indias Occidentales. Sin embargo, Julio no tuvo oportunidad de disfrutar de su viaje, porque tenía mucho trabajo que hacer. Debía lavar los platos y llevar los alimentos al capitán y a la tripulación. Lo mantuvieron ocupado subiendo y bajando las las escaleras de un nivel a otro. Antes de su primera parada, Julio hubiera deseado de todo corazón nunca haber abandonado la comodidad de su lindo hogar. Cuando el barco atracó en Paimbo euf, se le permiti ó subir a cubierta. Vio que todos estaban emocionados por causa de un buque de vapor que bajab a por el río. Lo vio dirigi rse a los muelles y atrac ar ju nto al barco donde estaba él. Al acercarse el buque, se frotó los ojos para creer lo que estaba viendo. Allí, en primera fila, estaba su padre. Lo saludó, y éste le contestó el saludo. Sintió que realmente estaba contento que su padre lo encontrara. La vida de grumete no era tan emocionante como había es perado.
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WINSTON CHUR URCHIL ILL
2 6 de septiem/Jre
oído j sáh ame. líhr umc en tu justkia; tu justkia; indina tu oído j ame. SalSocórreme y líhrumc mo 71:2.
lJ n tren carguero carguer o traqucteaba tr aqucteaba p, 11 la estepa estep a ar ida del ur de .Afri,.·a. lana virgen 1ha un prí,Pnern de ¡..>uerra que hutujado entre do, fard,1, (k lana bia e,capad e,ca padoo de de un un campo de conceutracíón. Era el períodí,ta hrit,ínírn W 111,tnn nn Church ill Anterimmeme. el corn:,p,-1, ,:i de guerra. de 25 arios de edad. había cumplido un eneargP del !vhirnin !vhirningg Pu,t P u,t d.: Londre . cuando cuando fue rktenido e I tren que llt:vaba llt:va ba la tropa t ropas, s, en el cual \ Una emboscada búer hahabía colocad,1 una una roca gigante gigant e ca ..,obre ..,obre la vía para detener el tren. Igrn1rando el litigio cx1stem-..: entre íos ingleses y los bóers. Winston ,altó del tren y eom;nzó a üirigir la remoción de la rnea. Pronto la roca lue quitada de la, vías y el tren ·om::n,ó a moverse, de jando a Winsto Winston n abandon abandonado. ado. Desarmado, Desarmado, no tuvo más más alternativa 4ue acompañar a sus captores húers. Fue conducido a la prisión Je J e Pretoria. Inmediatamente planeó la manera de escapar. Anotó cuidadosamente la hora en que los guardias cambíahan de mando. mando. En ese instante instante hrevbirno, hrevbirno , existía exist ía la pm,ibilídad de altar el cerco sin ser visto. Una noche oscura y sin luna, Win ton aguardaba aguard aba en la la oscuridad oscuri dad el momento preciso en que lo guardias efectuarían el cambio de mando. Corrió por el espacio ahierto y se atTOJÓ sohre el cer-:o. Se quedlí así caído por unos instanh:s esperando oír los pasos apre urados de !os guardias que veníun en su busca. Reinaba un :-ilencio :-ilencio absoluto, alvo los pa;,os cauteloso del centinela que que hacía su su ronda. ronda. Se levantó y emprendió el viaje de 322 kilómetros hacia la libertad. De;,pués De;,pués de varios días llegó a un un pequef1 pequef100 lo ayud6 ayud6 a ocultarse en un tren carguero. pohlado, donde un La mayoría de persona::i recuerdan a Wim,ton Churehill como el primer ministro intrépido de Inglaterra en ocaS,íl',n de la Segunda Guerra Mun j iaL Sin Sin embargo nunca nunca líJe má;, grande grande que que la m1c m1che cuando dejó escapar a un tren tren lleno de soldados y permaneció en sL sL1 lugar para ser capturado. Algo pare1.:ido hizo Jesú Jes ú por nosotm,. nosotm, . Satanás tendió una una emho:,,ca emho:,,cada da al planeta Tierra, pero Jesús limpió la vía y fue capturado por el enemigo a fin de que la humanidad pudiera escapar. Lo pusieron en una tumba rodeada de guardias guar dias,, pero salió de dla d la como ven-:edor ah oluto de la muerte Mediante su su poder. pndemo:, evadir cualquier trampa trampa que hoy hoy nos nos ponga el diablo.
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DOROTH DOR OTHY Y CLARKl-: \VILS< >N
l ,as nmchas aguas no podrán apagar el amor, amor , ni ni lo ahogar.in los ríe. ríe. . Si diese el homhrc tocios los bienes ele su 1.:asa por este amor, de cierto lo mcnospredarían. Cantarc, 8:7. p(1L·,i l:1 1:,van·h:, ,\e: D(1roth) D(1roth) Clarkt.:, Clarkt .:, de m1c\e año, año , de de edad. edad . l"L' h:dlaha11 \arÍth l1ornhrL', tratando de limpiar Lt ni.:, del carni carnin< nien,1. hoquíal>i en,1. ¡P,q;j ¡P, q;j mira'. · grill'l la ntr ntrw w ,e11alandu e11alandu .:1 cielo ra.,o, Pequt:1ia, JJ¡¡¡r,;p, n,dcahan el ui,1duclo ui,1du clo del aire ,·,diente ,·,die nte que 1ha hacia la reuím,1ra reuím,1ra ,up,·11,11 el <.:\linguid"1 Sin dtcir una palabra. el pad1e crnrhí a la al ,egundu piso y ,:nrnntt, ,:nrn ntt,,, y arag!Í arag !Í rápíd, rápíd,í111cn í111cnte te d Luego,<.: n:,c uldoo poi , ,: los muehk:, quemado,. El luegu prnbahleme11te ardió en n:,culd ria, hnra, entre la, tabla, del cido raso 1 el pi,o ,ups::11or .. .Agarra lo que puedas ) corre a ca"1 c a"1 de los \ e-:ino, e-:ino , .. ordenú él Clarh: a .,u e,pr e, pr,,,,aa e hiJa . En lilll" minutus se dc,plomarú la ca,u. Doro!hy corri,í al comedor) de lL, .parad,ir .parad,ir sadl un un recipiente recipiente L·un ,l.'i monedas de un centavo centav o 4ue !tahía estadu ahnrramlo. Su mamá re,cat re, catn n ,u mu11eca juntll mu11eca juntll c,m un pocn pocn de ropa. Luego crnrierlín a la lasa dd vecí11n para \'Cl \'Cl uím u ímoo se u>n,u1 u>n,u111ía 11ía su querido quer ido hogar. hog ar. El L'quipo de hombres que trabajaban en el rnmino acudió para pre,t;;r ayudJ a ,u papá, pasándole baldes de agua ha,ta el techo de la casa, d,m último esfueu:o por salvar el edificio. El Sef1ur Clarke se uní,, de hacía un último con su familia en casa del vecinu >tíln cuando el fuego Jhl encontró ma, 4ue 4uemar. dejando atrüs dos chintencas ennegrecida,. Abnmi a ,us seres querid()s y los mantuvo HÍ unos momento,. Oremos "--dijo el Sr. Clarke·--·. Dehemm agradecer!<.: a Dios pmqut.: todavü1 nus tenemos unos a otros. El Sefü1r cs bueno con 11osotros. El Íu<. Íu<.:go :go había destruido destrui do las pose p ose ione, de una vida entera, ente ra, pero no pt1día destruir su tesoro mús mús precioso prec ioso:: el amor que los unía unía tndisoluhlerne tndisoluhlernen1c:. n1c:. s
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H CJ J. "" ,v
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JUPITER HAMMON
2 8 de septie septiembr mbree
Fueron bailadas tus palabras, y yo las comí; y tu palabra me fue por gozo y por alegría de mi corazón; porque tu nombre se invocó sobre mí, oh Jehová Dios de los ejércitos. Jeremías 15:16.
de piee junto a su amo, Henry Lloyd, y El muchacho de color estaba de pi miraba el libro donde se había registrado su fecha de nacimiento. Cuidadosamente recorrió la larga lista de nombres y fechas de nacimiento de todos los esclavos nacidos en la granja. Al fin su dedo se detuvo en su propio propio nombre. - Lo encontré, amo -dijo Júpiter. -Ahora, escucharemos cómo lo lees -animó el Sr. Lloyd a su joven todoss sus sus esclavos, y estaba conescuela para todo esclavo. Había abierto una escuela para tento de que Júpiter aprendiera rápidamente. 1711. -Júpiter Hammon, nacido el 17 de agosto de 1711. como para -¡Excelente! Pronto estarás leyendo lo suficientemente bien como para prestar algun algunos os de mis libros. que te pueda prestar Sr. Lloyd. Ll oyd. Con el paso de los años, Júpiter leyó muchos de los libros del Sr. Uno de los que amaba más que cualquier otro, era la Sagrada Escritura. -¿Usted cree que podré ahorrar suficiente dinero para que algún día pued puedaa tener mi propia Biblia? Biblia?.. - l e preguntó el adolescente adolescente a su amo un día. pedido ido a alguien algu ien que quisiera quisiera hacer hacer algunas come han ped han vecinos :-:Los m1S1ones. No me molestaría si tú lo hicieras en tu tiempo libre. Podrás ir una una Biblia Biblia mandaré pedir quedarte con el dinero que ganes. Mientras tanto, mandaré ped pagarla. para ti. Me avisas cuando tengas suficiente dinero para pagarla. do reunir reunir la cantidad requerida cuando tenía 21 años de edad. Júpiter pu Júpiter pudo la oficina ofici na del Sr. Lloyd. Entró orgullosamente a la - H e venido a comprar la Biblia. Aquí tengo siete siete chelines y seis peniques. -¡Perfectamente! -¡Perfectamente! - l e respo respond ndió ió su amo entregándole el precioso libro-. ¡La Biblia es tuya! - M í a -susurró Júpiter apretándola contra su pec ho-. Mi propia Biblia. No No pasó much mucho o tiempo, tiempo, hasta que que Júpiter Júpiter empezó empezó a leerles leerles la Biblia a los demás esclavos y a predicarles predica rles también. Una navidad, navidad, se sentó y escribió una poe una poesía que significaba signific aba para él la Palabra Palabr a de de Dios. El Sr. sía acerca acerca de lo que Ll yd estaba tan orgulloso de esa poesía, que la mandó imprimir para distri bmrla bmrla entre sus sus amigo amigos. s. En 1761 Júpite Júp iterr Hammon Hamm on se convirtió en el primer poeta negro cuyas obras fueron impresas y conocidas universalmente.
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WILLIAM WELLS BROWN
29 de septiembre
Joven fui, y he envejecido, y no he visto justo desamparado, ni su descendencia que mendigue pan. Salmo 37:25.
fugi tivo, sabía sa bía por experiencia propia lo que que . \\'.illiam Brown, un esclavo fugitivo, s1 mfica?a d pender del Señor para su próxima próxi ma comida. comida . Poco a poco escri bi b i l_a h1stona de su escape a la libertad bajo el título The Narrative of Wilham W. Br? n: A u_g_itive Slave (La historia de William W. Brown: Un sclavo fug1t1vo). ViaJo por os Estados Unidos y Europa par Europa paraa vender vender su hbro y llevar a cabo campanas contra la esclavitud. Pero, en 1833, llegó el día cuando le quedaban sus últimas monedas. para hablar en públi No No estab estabaa mu muy preoc pado, pado, p es tenía u ompromiso para co el el m rtes, y ese dia era sabado. Su umco gasto consistiría consis tiría en comprar su propio boleto a Worcester, Worcester , donde se llevaría a cabo la conferencia. Con esto en mente se dirigió a la estación de ferrocarril. -¿Qué distancia hay a Worcester? -preguntó William-. Quiero asegurarme gurar me de que tengo lo lo suficiente suficient e para comprar compr ar el boleto. - U n poquito poquito más más de 160 160 kilómetros kilómetros - l e respondió respondió el boletero. boletero. William se fue, sabiendo sa biendo que no no tenía lo suficiente para par a pagar el boleto. -Encontraré a alguien que me preste el dinero -pensó William-. Lo podré podré devolv devolver er con con la venta venta de mis libros en Worcester. anduvo toda la mañana del lunes, no encontró a nadie que estu _Aun _Aunqu que viera dispuesto a prestarle prestarle la cantida cantidad d faltante. faltante. Casi Casi a golpe golpe del mediod mediodía ía encontró a un un esclavo pobre, hambriento y fugitivo. - V e n conmi conmigo go - l e dijo Wil lia m-, tú y yo comeremos comeremos una una buen buenaa taza taza de sop ';aliente-. Allí gastó los últimos centavos que le quedaban. Cammo por las las calles el resto del día, buscando busc ando a la la persona que le prestara para el boleto, pero esa noche regresó con las manos vacías. -Señor, ya no sé qué hacer -o ra ba mientras mientras caminaba -. Si realment realmentee quieres que vaya a esa reunión, tendrás que mandarme el pasaje. Al cabo de unos minutos, luego de llegar a casa esa tarde, un hombre se le presen presentó tó con el dinero de varios libros vendidos por él. -¡A lab ado sea el Señor! Señor! - d ij o William William al salir a comprar una una buena buena cena y su boleto para par a el día siguiente. siguiente .
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2 de octubre
PHILIPPUS AUREOLUS THEOPHRASTUS BOMBAST VON HOHENHEIM
ApocalipAl que venciere ... escribiré sobre él... mi nombre nuevo. sis 3:12.
Phílíppus Auréolus Theophrastus Bombast Von Hohenheim deseaba un Suced e que en en las nombre nuevo. ¡Quién no, con un nombre semejante! Sucede universidades europeas era costumbre que los eruditos se hicieran llamar por nombres en latín. Philippus Auréolus Theophrastus Bornbast Von Hohenheirn decidió llamarse simplemente Paracelsus. Celsus era un mé· dico famoso que había escrito un tratado acerca de la medicina que estudiaban los alumnos del siglo XVI. Para significa miis allá. Al adoptar el que su su meta era llegar a ser menombre Paracelsus, realmente quería decir que jor jor médi médico co que Celsus. · El Doctor Paracelsus experimentó con nuevos medicamentos y métodos de tratamiento a los enfermos. Aprendió la importancia de la higiene y aplicación de dietas especiales como parte del proceso curativo. Cuando Froben, impresor famoso de Basilea, Suiza, estaba a punto de ll agaa r.¡ue ue no sanaba, mandó llamar perder una pierna por causa de una llag a Paracelsus a Estrasburgo, para que lo atendiera. Los criados hicieron pasar al médico a una recámara donde las cortinas de terciopelo bien cerradas impedían el paso de la luz del sol. El calor de los cuerpos de los presentes r.¡ue se habían reunido para ver morir al hombre famoso, y el generado por las lamparillas encendidas -única fuente de luz que que iluminaba ilumi naba el cuarto--, hacían que el ambiente de la habitación fuera demasiado demasiado pesado y perjudicara al paciente. -Me han sangrado y purgado los mejores cirujanos de Suiza -dijo el moribundo-. Ahora dicen que tienen que amputar la pierna. Hacerlo, significaría la muerte para mí. l.Jsted es mi única esperanw. Dr. Paracelsus. -Abran las ventanas -ordenó el Dr. Paracelsus-. Permitan que entre aire fresco y luz solar. Tráiganme agua caliente y toallas. Preparen alis. permiten visitas. mentos sólidos. Todos deben salir de la habitación. No se permiten visita Al cabo de tres semanas. la llaga había sanado completamente. El Dr. Paracelsus había hecho honor a su nombre. recibimos el nombre de crisEn el momento que aceptamos a Jesús, recibimos tiano. Mi nombre nuevo es Dorothy May Eaton Watts Cristiana. ¡,Cuál e, el tuyo? Recihir su nombre, signirica recibir su caráckr, su amor, su ¿_Vives de acuerd acuerdo o a tu nuevo nombre' 1 mente. su manera de hacer las cosas. ¿_Vives
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AMBROSIO PARE
3 de octuhre
El ungüento y el perfume alegran el corazón, y el cordial consejo del amigo, al hombre. Proverbios 27:9.
Si te cortaras un dedo, ¡,te gustaría que tu mamá usara aceite hirviendo en lugar de curita para aliviarte'1 El aceite hirviendo era el único trata· miento para las heridas cuando Ambrosio Paré llegó a ser médico hace unos 453 años. El Dr. Paré trabajó toda una noche bajo la luz de antorchas humeantes en un h'.Jspi Jspital provisional del ejército en el sur de Francia. Tenía que aten: der hendas graves, vendar y suturar amputaciones de brazos y piernas que no tenían tenían remedio. -Siento mucho tener que causarles dolor -decía el doctor,-,. ¡Sean va ¡Sean va-lientes! No había había anestesia en ese entonces. El soldado se aferraba fuertemente con las dos manos de las orillas de la mesa sobre la cual estaba acostado, mientras el cirujano le cortaba la pierna con serrucho, justo justo arriba arriba de la rodilla. Le fluía la sangre abundantemente hasta que el médico le aplicaba un fierro al rojo vivo. cauterizando de esa manera la sangrante herida. Como si ello no fuera fuera suficiente, el médico procedía a verterle una olla de aceite hirviendo en la carne carne \; · .L El soldado gritaba de dolor toda la noche, jun noche, junto to con con los demás pacientes en el hospital de campo. Al día siguiente, todos los pacientes estaban peor de lo que habían estado la noche anterior. -Debo darles otro tratamiento de aceite caliente -decidió el Dr. Paré. Le hizo señas a su su asistent asistente. e. - Doct Doctor or,, tenemos aceite sólo para tres pacientes. -¡Entonces, debo pensar en otra solución! - E l médico se rascó la cabeza. Luego se le iluminó el ro tro al pensar en una posible solución: -Tráiganme todos los huevos que puedan encontrar -,ordenó. Batió todas las yemas con aceite de rosas y trementina. Luego les aplicó la mezcla cremosa a todos excepto a los tres que recibieron un segundo tratamiento de aceite hirviendo. Sólo estos tres gritaron y empeoraron. Los demás, pudieron dormir plácidamente y comenzó el proceso de curación. De allí en adelante. el Dr. Paré continuó con sus experimentos para descubrir otros métodos de tratamiento a los pacientes sin causarles dolor. Cuando alguien está dolido del espíritu, ¡,cómo lo tratas? ¿,Serán tus palabras crueles y desalmadas, como aceite hirviendo vertid vertido o sobre un corazón sangrante· 1 ¡,O le aplicas un suave suave bálsamo de palabras dulces v amables. que demuestran interés por su dolor'/ dolor'/ Podría Podría ser que hoy er;. cuentres a alguien que necesite una palabra amable dt:: tu parte. ¡.E:starías starías dispuesto a dársela'! 285
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6 de octubre
FLORENCIA NIGHTINGALE
promesas, limpiémonos As1, que, amados ' puesto que tenemos tales , . " . do la sant·1 per1ecc10nan espmtu, d e y carne d e Ontaminación de toda e . . 7:1. . Cormtms 2 dad en el temor de D10s.
habían permane mane-Los excusados del hospital de las Barracas de Scutari habían per cido tapados durante varias semanas. La inmundi:ia líqui_da anegaba el p ique nan so y salía hasta el pasillo. Los hombres qu sufnan de d1 rrea no quenan entrar en ese chiquero, de manera que pusieron grandes tmas en las salas de los enfermos para ser usadas como excusados. Estas quedaban allí, sin vaciarse durante varios días, hasta que el hedor era insoportable. Los heridos tenían que acostarse en colchones de paja infestados de piojos piojos,, pulgas pulgas y cucarachas. Los soldados dormían con sus uniform s em barrados barrados y ensangr ensangrenta entados dos después después de la batall bat alla. a. Lo,s _ratones camm ca mm ban por sus cuerpos cuerpos afiebrad afiebrados os y comían la carne necrotica de sus henda . Le dolía a Florencia Nightingale ver a estos pobres hombres h ombres en esa rrurrusera condición. ¿Será posible que que los seres humanos puedan vivir en semejante inmundicia? De inmedia o convirtió a su equipo de enfermeras en una brigada brigada de limpieza. limpieza. Bameron, fregaron fregaron y desmfecta desmfectaron ron todo todo lo _ inmunda e hicieron c as nuevas paque encontraban. Quemaron la p_aja_ inmunda ra los hombres. Pusieron a hervlf tmas con agua para desmfectar la ropa de cama. Compraron cobijas, ropa interior y camisas camisas nuevas. Cuando hubieron terminado de lavar, cocinar y limpiar al fmal del día, las enfermeras se fueron a la cama, pero pero Florencia Florencia Nightin Nightingal galee no. no. Ella sus pacient caminaba por las salas, lámpara en mano, revisando a sus paci entes. es. Les Les hablaba, los escuchaba y les tomaba de la mano cuando morían. -Antes de su llegada, sólo se escuchaban maldiciones durante el día - decía uno uno de los solda dos-. dos -. ¡Ahora ¡Ahora todo todo parece tan tan puro puro como como una iglesia! - ¿ N o se equivocaron de lugar? -preguntó uno de los soldad?s que c baba baba de llegar del campo de batalla. Había escuchado de la 1nI?un?1cta que reinaba en el hospital y se asombró al encontrar un lugar tan hmp10-. parece estar en el cielo! ¡Me parece permitirsee la entrada Ese soldado estaba en lo correcto. No habrá de permitirs de nada inmundo en el cielo: libros inmundos, chistes rojos, videos inapro piados piados,, vocabulario soez, malos hábitos ni alimento nocivo. ¿Ne esitas lim piar tu buró buró y ropero? ¿Necesitas deshacerte de algunas cosas mmundas? ¿Necesitas limpiar tu vocabulario con la gracia del Espíritu Sa to? Con blanco como la meve. fiesa tus pecados a Jesucristo y él te dejará blanco
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WILLIAM HALSTED
7 de octubre
En quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados. Colosenses 1:14.
Fue después de la medianoche cuando el tren procedente de Nueva York arribó a Albania. El Dr. William Halsted Halste d contrató contra tó el servicio serv icio de un coche tirado tira do por caballos para pa ra ser llevado lleva do de inmediato al hospital en el el cual su hermana Minnie sufría una fuerte hemorragia tras dar a luz a su su primer bebé. bebé. podemo moss detener detener la hemorrag hemorragia ia - l e infor informó mó Sam, Sam, el espos esposo o de - No pode Minnie-. Sabemos que sólo un milagro la puede salvar. Ya ha perdido perdido demasiada sangre. El Dr. Halsted Ha lsted comprobó compr obó que la la vida de Minnie pendía de un hilo Le tomó el pulso y apenas lo pudo sentir. Sólo le quedaban unos minutos de vida a menos que se le repusier repus ieraa parte de la sangre pe perdida. rdida. Pero en 1881 1881 no existían bancos de sangre. - Y o ten tengo go buena buena sang sangre re -ra zo nó el el Dr. Dr. Ha lste d-. Si se la pudiera introducir intro ducir en las venas a mi hermana, herma na, le ayudaría. ayudar ía. Sin embargo, es un riesgo riesg o muy muy grande. Se sabe tan poco de de la sangre. ¿Tolerará ¿Tole rará su cuerpo mi sangre? Si no la tolera, morirá. Pero, si no hago el intento, morirá de todos todos modos. ¡Debo arriesgarme! Se quitó la chaqueta y se se arremangó arre mangó la camisa. camis a. -Amarra este torniquete en la parte superior de mi brazo, Sam Sam - l e ordenó el doctor. Luego se perforó una vena en la parte inferior del brazo y extrajo medio litro de su sangre rica y roja. Cuidadosamente insertó la aguja en la vena de su hermana y le introdujo la sangre. Repitió el procedimiento, dándole un segundo medio litro de su propia propia sangre sangre.. Cada segundo que pasaba, parecía una eternidad para el Dr. Halsted. Se había sentado junto a la cabecera de Minnie, con los dedos en el pulso. -¡ Es tá funcionando, funcionando, Sam! Sam! - l e susurró a su cuña cu ñadodo- . Ven y palpa palpa el pulso. pulso. El latid latido o definiti definitivame vamente nte se siente siente más fuerte. fuerte. -¡ Mí ra le la la cara! cara! -ex clam cl amó ó Sa m- . Está recuperando recuperando su color. color. Ha pa pasado la crisis. El Gran Médico está e stá a tu lado en este momento tomándote el pulso es piritua piritual. l. Necesi Necesitas tas una una transfusión transfusión sanguí sanguínea nea si desea deseass sobreviv sobrevivir ir a la la crisis. El derramó su sangre sangr e por ti y por nú hace casi 2,000 años en la cruz del Calvario. Aguarda pacientem paci entemente ente tu aceptación acept ación o rechazo de su oferta de vida. No te la la impondrá impondr á por la fuerza. Espera Esper a que tú decidas.
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111 ELIZABETH BLACKWELL
8 de octubre
Porque si callas absolutamente en este tiempo, respiro y liberación vendrá de alguna otra parte para los judíos; mas tú y la casa de tu padre pereceréis. ¿Y ¿Y quién sabe si para esta hora has llegado al reino? Ester 4:14.
- H e decidido ser médico -an un ció Elizabeth Blackwell, Blackwell, de 24 años de edad, a su familia un día de 1845. - S i alguien pudiera pudiera serlo, serlo, esa esa serías serías tú tú -d ij o Harry. - S e te hará muy difícil -señaló Sam-. Pensándolo bie n, no conozco a ninguna mujer que sea médico. Sea lo que fuere, si es lo que deseas, ¡te apoyamos! - ¡ S e r í a s una doctora pésima! pésima! -l e respondió respondió Ma ri an -. Eres muy imim pac ien te y poc o com pas iva . -Ap ren der ía a ser paciente y compasiva compasiva como lo lo haría con la anatomía anatomía y la química -respondió Elizabeth. -Piensa en toda esa sangre. ¡Qué asco! No lo soportaría - d i j o Elena sintiendo escalofríos. -¡Cómo desearía que tu padre viviera para que pudiera ver tu valor! - l a animó la Sra. Sra. Blackwell sonriendo sonriendo con orgullo. orgullo. Elizabeth sabía que tendría que armarse de valor suficiente si quería llegar a ser la pr im era "doctora". El prejuicio acerca de la mujer pr ofe sional en la carrera médica era muy grande. No había mujeres estudiando en ninguna de las escuelas de medicina. Es más, dudaba mucho que se la admitiera en alguna de ellas. - E s un deseo deseo muy noble - l e dijo dijo su amiga amiga Harriet Harriet Beecher Beecher Sto we -, si pudieras llevarlo a cabo. No tienes idea del odio y resentimiento que te acarrearás si sigues adelante con tu idea. Temo que la presión sería tanta, que te destruiría. Escribió al Dr. Abraham Cox, pid ién dol e con sej o en cuanto a la mejor manera de hacer la solicitud para ingresar en una escuela de medicina. El gran médico le dio la información necesaria y agregó: - S u idea es es muy buena, muy valiosa, valiosa, pero no resultará. resultará. Ninguna escuela médica la aceptará. Y aun cuando fuera aceptada, el costo es inmenso. No veo cómo podría lograr su objetivo. Elizabeth se sentó en su cama y volvió a leer la carta del Dr. Cox. ¿De ber ía co nti nua r con su pla n de est ud iar med ici na? Rep ent ina me nte se le vino a la mente un versículo de memoria que había aprendido de niña: "¿Y quién sabe si pa ra esta hora has llegado al reino?" - Q u e r i d o Dios, ¡lo haré! -prometió Elizabeth-. Si esto es lo que deseas para mí, sé que me ayudarás a realizarlo. ¡Y Dios la ayudó!
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CLARA BARTON
9 de octubre
Y Josué les dijo: No temáis, ni os atemoricéis; sed fuertes y valientes, porque asf hará Jehová a tod os vuestros enemigos contra los cuales peleáis. Josué 10:25. Clara Bartorh1ó poseía ninguna de estas cualidades el primer día que asistió a'la escuela. Era temerosa, estaba asustada, era débil y no tenía valor. Llegó a la·éscuela aquella mañana de vientos sobre la espalda de su hermano Esteban. Parecía que los demás estaban ansiosos de llegar a la pequeña escuelita blanca. Al llegar a la pue rta , Esteban la baj ó al piso y tomó de la mano para entrar en el vestíbulo que servía de guardarropa. Clara estaba contenta de que no hubiera nadie más en aquel recinto. - N - n o pue do en tr ar - l e dijo susurrando. Sentía que el corazón se le aceleraba dentro del p del p e c h o - . Simplemente no pue do. Llévame a casa, po r favor. -¡ Q u é te pasa? ¿Tienes ¿Tienes miedo? miedo? La pequeña asintió con la cabeza mientras le temblaba la barbilla. - T o d o s s e sienten un poco ra ros el pr im er día de clases -la consoló Esteban-. Pero te acostumbrarás. Vamos. Ya van a empezar las clases. - L a tomó de la mano e intentó guiarla al salón. - ¡ N o , no! - a h o r a lloraba en s e r i o - . ¡Tengo mucho miedo! - B i e n , lo siento, pe ro no tienes alternativa. Debes entrar en ese salón y sentarte. - P e r o , ¿por qué? ¡Es que no quiero! - E s a es la razón po r la cual tienes que hacerl hacerloo -l e dijo Esteban en tono firme. Por unos instantes, a la niña de cuatro años, Esteban se le hacía una pe rso na muy madura y s a b i a - . ¡Aquello que te atemoriza, es lo pri me ro que debes v e n c e r ! - E st st eb eb an an le secó las lágrimas y le dio un bes o en la mejilla. Ella lo abrazó po r uno s instantes, y luego Esteban se par ó. - V a m o s , Clara. Tienes que hacerlo. De alguna pa rte obt uvo valor pa valor pa ra en tra r en aquel salón de clases. Un a vez que decidió hacerlo, la escuela no le par ec ió tan horrible. Más tarde, cuando Clara era enfermera durante la guerra civil, ayudó a fundar la Cruz Roja Americana y tuvo muchas oportunidades de recordar el consejo de su hermano: ' ' Aquello que te atemoriza, es lo pr im er o que debes vencer".
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22 de octubre
EDITH CAVELL
CARLOS RICARDO DREW
mass los justos reverdecerán coEl que confía en s s riquezas caerá; ma mo ramas, Proverbtos 11:28. Carlos Drew, de ocho años de edad, se arrastraba cuidadosamente por la rama de un un roble que daba a un esce escenario nario montado al aire libre. Debajo de él, Bert Williams William s y su grupo de trovadores Je Je cantaban a un público bastan bas tante te num numero eroso. so. -¡ Má s vale vale que desciendas! - l e de decí cíaa su amigo desde abajo-. ¡Te vas a caer! -¡No! ¡No me caigo! -replicó Carlos con jactancia mientras avanzaba porr la ram po rama. a. En eso le cayeron unos trocitos de corteza al ejecutante del unos instantes instante s para quitárselo quitár seloss de la nariz. banjo. ban jo. Este se detuvo unos En eso, resba r esbalaron laron las pi mas del niño y éste se sujetó de la la rama con las dos dos manos. Allí estuvo estuvo colgado por unos unos instantes. Trató de enganchar una pier pierna na en la la rama para par a volver a su refugio en el árbol, árbo l, pero per o no le fue posible. Movió frenéticamente sus piemecitas pero no logró regresar a la la rama. rama . Sin quererlo, captó la atención del público con sus sus acrobacias. acrobac ias. Ellos pensaban que era part era partee del programa y reían gustosamente. Los músicos mi mi-raron hacia arriba arri ba para ver lo que sucedía y dejaron de tocar. A Carlos se le le cansaron cansa ron los brazos y no no pudo seguir colgado. Se le resbalaro resba laron n las manos y cayó justo cayó justo frente a Bert Williams. - M u y bien, he oído oído decir que hay hay gente que que haría cualquier cosa para entrar al teatro de las variedades, pero pero,, ¿n ¿no o crees que estás exagerando las cosas un poc poco, o, hijo? El pú ge- públi blico co rugía rugía de risa. Carlos se levantó y salió corriendo, con el ge rente del teatro gritando detrás de él: -¡Agarren a ese chico! -Carlos se escabulló entre el púb públic lico o y desapa desapa-reció en la oscuridad. Cuando creció, descubrió el uso del plasma par lass tran transfus sfusion iones es sanplasma paraa la guíneas. Aprendió a preservar el plasma durante largos períodos sin que banco co de sangre sangre ayudó ayudó a salvar la vida de miles de solse malograra. Su ban dados durante la Segunda Guerra Mundial. Hay ocasiones en las que todos nos exponemos trepados de una rama, tal como Carlitos. No Noss arri arriesga esgamos mos y extremamos libertades que no nos corresponden confiando en nuestra popularidad, riqueza, inteligencia o fuerza física, cuando cua ndo no lo lo debiéramos debiéramo s hacer. Nos aventuramos más y más en territori terri torio o enemigo, pensando pe nsando que un un poquito de divers diversión ión no hace daño a nadie. Pensamos Pensam os que podremos contenemos conten emos y salir de allí cuando queramos o hayamos visto lo suficiente. Tarde o temprano, experimentaremos una caída abrupta igual que Carlos Drew. 304
23 de octubre
Amad Ama d a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os os persipersiguen. Mateo 5:44.
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Edith Cavell fue una enfermera inglesa que ayudó a cientos de soldados aliados a escapar de Bélgica a Holanda durante la Primera Guerra Mundial. Cuando fue capturada y juzgada, lejos de mentir, admitió todo cuanto había hecho. Fue sentenciada a muerte, y su ejecución se verificaría el 12 de octubre de 1915. El día día anterior anter ior a su ejecución pidió ver al capellá capellán n H.S. T. Gahan, Gaha n, quien recientem reci entemente ente había sido liberado libera do de un campo de de concentración concentr ación.. Se le permitió perm itió que la visi visitara tara en su celd celdaa de la pris prisión. ión. -S ie nt o mucho mucho lo de de su su sentencia -d i j o el el pastor Gahan, Gahan, comprendiendo lo delicada de de su situ si tuac ación ión -. No sé sé qué decir ni ni hacer para ayudarla en estos momentos. - N o le tem temo o a la respondió Edi Edith th serena ment mente-. e-. Dios me la muerte muert e - l e respondió ha dado durante estas semanas mucha tranquilidad en la prisión y estoy preparada prepa rada para el fi fin. n. Ha Hay y sol solame amente nte un unaa co cosa sa que me preocupa. -¿Sí? ¿Qué es? - E n este momento, momento, al estar frente frente a Dios Dios y la eternidad, me doy cuenta que el patriotismo no es suficiente. No debo albergar odio ni resentimiento contra nadie. Debo amar a mis mis enemigos. Por favor, ore por ore por mí. mí. - S e levantó y se se arrodilló arrodill ó junto a su su catre de fierro. fi erro. El pastor se arrodilló con ella. Juntos, de rodillas en el piso sucio y frío de la prisión, celebraron el servicio de comunión. El pastor pas tor leyó algunos algunos versículos vers ículos y oraron junto juntos. s. Al día siguiente se le per permiti mitió ó al pastor pastor Ga Gaha han n esta estarr co con n ell ellaa dur durant antee la ejecución. Se la ató a un poste frente f rente a un un oficial ofici al y un pelotón de ejecución ejecuc ión que constaba de ocho soldados. -¡Atención! -ordenó el oficial. En ese momento uno de los soldados rompió filas y tiró su arma. pued edo o dispararle dispararle a una mu- S i he de hacerle caso a mi conciencia, no pu jer. Lo sien siento, to, seño señor. r. Los demás soldados titubearon. -¡ Pu Puer er co sedicioso! sedicioso! - l e gritó el el oficial. Sacando Sacando su su pistola, pistola, le disparó disparó y mató al al soldado. solda do. Olvidándose que estaba atada al poste, Edith en un gesto de misericordia, trató de tocar al soldado caído. - E l pat patriot riotismo ismo no bas basta ta -dijo ella. En ese momento, el pastor Gahan se dio cuenta que había encontrado encontra do el el amor para sus enemigos. 305
DAVID HARTMAN DAVID
3 O de octubre
FREDERICUS JOHANNINE PRITHAM
31 de octubre
Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. 2 Corintios 12:9.
Pero clamaron a Jehová en su angustia, y los libró de sus aflicciones. Salmo 107:19.
El apóstol Pablo, autor del versículo de hoy, y David Hartman tenían algo en común. Ambos le pidieron fervientemente a Dios que los sanara, pe ro la respuesta fue: "No. Mejor te daré la fortaleza para superar tu incapacidad''. Las retinas de los ojos de David se habían desintegrado, dejándolo totalmente ciego a los nueve años de edad. - Y o conocí a alguien que había perdido la vista y oraba todos los días pa ra que Di os se l a r est au ra ra - l e dijo uno de sus m ae st r os -. Una mañ ana, se levantó y pudo ver un poquito. Cada día fue mejorando hasta que estuvo completamente sano. Todo sucedió po r el po de r de la ora ció n. No ha bía na da en el mun do que Da vid des ea ra más que re cu pe ra r la vista. Leía su Biblia en Braille todas las noches, y le rogaba a Dios que obrara un milagro. Al día siguiente, su mundo seguía tan oscuro como la noche anterior. No obstante, siguió suplicando, esperando cada mañana un milagro de Dios. Un día, otra maestra le mencionó algo que esperaría hiciera David al año siguiente en la escuela para invidentes. - N o estaré aquí aquí el el prpximo prpximo año -re spo ndi ó David con absoluta seguridad. - ¿ P o r qué no? - V o y a recobrar la la vista. vista. - ¡E ¡Eso so no su suce cede derá rá!! - l e respondió la maestra lacónicamente. - ¡ S í suced sucederá erá!! ¡L ¡Loo sé! Esa noche le contó el incidente a su mamá. - E l l a n o me cree, pero, ¿no es verdad que recuperaré la vista el próximo año? - N o - l e respondió su mamá con ternura-. Siempre serás ciego. Nunca más podrás ver. Y así sucedió. Dios no contestó su oración en la forma como David es per aba . Pero, le dio fortaleza para sobreponerse a su mal. Le dio valor pa ra ing re sar en la escuela de medicina. Le ayudó a aprender por medio del tacto, los oídos y la nariz. Le dio una esposa que realmente lo amó. Le dio la capacidad para vivir una vida normal a pe sa r d e su ceguera. Le ayudó a llegar a ser médico. - C o m p r e n d o que Dios me ha concedido un milagro mayor -declaró en cierta ocasión-. Me ha ayudado a triunfar por encima de la ceguera.
Fred J. Pritham, médico de campo en las regiones remotas del Estado de Maine, Estados Unidos de Norteamérica, pudo observar varios casos raros en sus días. Una mujer que cayó por las escaleras había perdido diez centímetros de cuero cabelludo cuando llegó al pie de las mismas. Los vecinos hicieron todo lo posible por detener la hemorragia. - Yo siempre uso harina harina -d ij o uno vertiendo vertiendo una taza del del polvo polvo blanco en la herida abierta. La harina se tornó pronto en una pasta peg ajo sa y roja, pe ro la san gre sigu ió fluyendo. -Estoy seguro que la melasa o miel de caña de azúcar puede detener la hemorragia - s u g i r i ó otro amigo. Le vertió una vasija llena del líquido espeso y pegajoso sobre la herida y la harina, pero de nada sirvió. -¡Tengo una buena idea! -dijo un granjero vfojo. Fue a la hoguera y recogió una pala llena de ceniza caliente y se la aplicó sobre los demás "medicamentos". El dolor era tan fuerte, que la paciente se desmayó. -C re o que será será mejor llamar llamar al doctor Prit Pritham ham -sug irió el vecino más pru de nte ent re los pre sen tes . Cuando el doctor llegó, encontró una capa gruesa de melasa endurecida mezclada con harina, cabello, sangre y cenizas. Tardó casi una hora para limpiar la maltratada herida. - La pró xim a véz - l e s dijo con una mir ada se r i a - , llá men me a m í p rimero. Eso nos facilitará las cosas. ¿Por qué será que nosotros los humanos, a menudo esperamos tanto, y aun nos metemos en serios problemas, antes de acudir al Gran Médico? Pareciera que hay algo en nosotros que nos impulsa a pro ba r pr im ero nuestros propios remedios. ¿Qué personaje bíblico se metió en un lío pegajoso y maloliente, dentro del vientre de un pez, antes de pedir auxilio a Dios? ¿Quién terminó en la cárcel y sin ojos antes de depender de Dios y no de sí mismo? ¿Cuál de los discípulos de Cristo se metía en pro en pro ble ma s p ega joso s constantemente po r q ue re r h ac er las cosa s a su manera? En una ocasión estuvo a pun to de ahogarse, y en otra empeoró la situación al cortarle la oreja a otro hombre.
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E. Ocampo
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25 de noviembre
JULIUS KAMBARAGE NYERERE
niño, juz juzCuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, gaba como niño; mas cuando ya fui hombre, dejé lo que era de niño. 1 Corintios 13:11.
Kambarage, a los diez años de edad, corría por la ald ea polvo rienta del Africa Oriental, Butiama. No se detuvo hasta llegar a la choza construida barro y pastos de su amigo Abdulla. Rodeó la choza esperando encontrar de barro de a su amigo en el jardín. Allí estaba. -¡Abdulla! - l l a m ó el hijo del jefe mientras sorteaba hábilmente las hileras de maíz y frijol-. ¡Tengo una idea maravillosa! -¿Cuál es? -preguntó Abdulla poniendo a un lado el azadón y prestándole atención. Le brillaba n sus ojitos expec tantes anticip ándos e a lo que Le brillaba le diría su amigo. -E st a noche los los hombres hombres se van van de cacería. Vámonos con ellos. -Nunca nos lo han permitido. - N o les diremos nada. Simplemente los seguiremos. ¡Cuando se den cuenta de cuán bien disparamos, no nos regresarán! - ¡ D e acuerdo! -dijo Abdulla-. Estaré listo. Esa noche, a medida que asomaban las primeras estrellas, el grupo de cazadores se adentró en la jungla silenciosamente. Abdulla y Kambarage los seguían a cierta distancia. Transcurrieron varias horas antes que los cazadores llegaran al lugar donde acamparían, junto a un arroyo. Antes del amanecer, los muchachos se acercaron al arroyo y se escondieron entre unos juncos. De repente vieron una gacela que se acercaba al agua por entre los árboles. Apuntaron y lanzaron las saetas. La gacela dio un brinco y cayó. Los dos muchachos salieron de los arbustos gritando: "¡Lo logramos! ¡Lo logramos!" Desde entonces los hombres los incluyeron en sus expediciones de cacería. Uno de los que pusieron a prue ba su hombría aquel día, Julius Kam bara ge Nye rere , llegó a ser el primer presidente de lo que ahora es Tanzania. ¿Te gustaría que tus padres te trataran más a menudo como un adulto? El secreto está en demostrar que puedes actuar como tal, aceptando las responsabilidades de un adulto. Muchos adolescentes buscan los privilegios de los adultos sin la correspondiente responsabilidad.
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CHARLES DE GAULLE
26 de noviembre
Y no es maravilla, porque el mismo Satanás se disfraza de ángel de luz. 2 Corintios 11:14. Durante la Primera Guerra Mundial, Charles de Gaulle, que después capturado por por los a leman es y llevallegó a ser presidente de Francia, fue capturado do a un campo de concentración. - E s nues nuestro tro deber deber escapar escapar -l e s decía decía a sus compa compañer ñeros os de prisió n-. Tenemos que encontrar la manera de salir de aquí. inútil il -s e quejaban los de má s- . Todos los los que lo han intentado - E s inút han sido recapturados y castigados con aislamiento penal. -¡Debo intentarlo! -decidió de Gaulle. Pronto ideó la manera perfecta de escapar sin ser descubierto. Se vestiría como soldado alemán y. saldría por el portón. No fue fácil conse guir el uniforme, pero al fin obtuvo uno. Sólo tenía un probl ema . Era demasiado chico para su figura de un metro ochenta. Se subió los calcetines lo más que pudo par a que se unie ran con el borde inferior del pantalón, pero no alcan zaban a cub rir bien. - ¡ T e ves completament completamentee ridículo! ridículo! -tra ta ba n de desanimarl desanimarloo sus com pañe ros. Charles se ajustó la cuartelera, enderezó los hombros y abandonó las barr aca s. Log ró salir de los edificios sin ser detectado. Cuando llegó al portón saludó al gu ardia soñoliento y siguió camina ndo inpertur bablem ente hasta que desapareció de la vista al doblar el camino. El centinela alemán frunció el ceño cuando al fin recapacitó en lo que había visto. Había algo extraño en el soldado que acababa de salir por el portó n. Era muy alto. Y la form a como le queda ba la ropa , era muy extraña. Parecía que se le había encogido el uniforme. Reportó sus sosen jef pech as al coma ndan te en jef e. Inme diata ment e regi strar on las barra cas y encontraron que faltaba Charles de Gaulle. Poco tiempo después lo volvieron a capturar y fue puesto en aislamiento penal. La pluma inspirada nos advierte que el enemigo, Satanás, aparecerá como "ángel de luz" perso nific ando la segunda venida de Jesús. Muchos serán engañados (Mateo 24:24). Se vestirá con un atuendo similar al de Cristo, y realizará milagros, como lo hizo Cristo. Hará porte ntos y maravillas. Deberás estar muy apercibido para darte cuenta de que algo anda mal. Si conoces bien tu Biblia, no serás engañado por las artimañas del diablo.
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JIMMY CARTE
29 de noviem bre
biss ro rob bd ross me hbi vosotro do Y diuess vosot ios? s? Pue Dio mbr bree D hom . Robra el ho
os y ofed ross diezm diezmos fedaas. Ma uestro do?? n v n vuest os roba robado hemos Ma-;Enn qu e hem jisei: ;E jisei laqus 3:8.
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Jimmy estaba senta sen tado a borde de a banca y esperaba qe el e l platio de oendas legara hasta Meti6 la mano en e boslo de s panta16n especia, e mejor qe tena y qe estaba reservado para a esa y snt a moneda de n centavo qe s pap le habfa dad para a renda. "No qisera regalar la monedita brilosa de n centavo -pens6 immy Podra comprar mchas cosas con n centao Entonces qdate con ea pareca decre na ocecita Cando pase e platio nge qe depositas a moneda Nadie sabr que no a p siste Se dib6 na amplia sonrisa en os abios de immy Q bena idea! Meor an cado metas la mano a patio pretendiendo colocar a moneda wor q no sacas na de patio? De esa manera tendrs dos moneditas y podrs comprar e doble de o qe podras con na contn6 e tentador. immy tom6 el pato de orendas con a mano zqierda Sac6 a ma no derecha de bosio y a meti6 a patio Cando a retr6 tena otra monedita de n centavo escondida entre la palma de a mano y e dedo pgar Se senta contento de s mismo hasta egar a a casa Sac os dos cen taos de bosio y os pso sobre a c6moda mientras se cambiaba de ro pa n ese momento entr6 s padre a a recmara De d6nde saieron esos dos centavos? e pregnt6 a ver as mone das sore a c6moda h h ah ah emmm emmm immy mrame cando te habo Tomaste a moneda de) patio de as oendas? E nio asstado mov6 a cabeza armativamente mmy te voy a tener qe castigar le dio s pap con mcha tristeza- Debes comprender a gravedad de t ta Es my mao e hecho de rbre a caqiera ero hoy e has robado a Dios; h as toado dinero qe e pertenece a La paiza qe recibi6 con la varita de drazno e o scentemente doorosa como para qe immy recodara e ncidente 50 aos desps cando era presidente de os Estado Unidos na vez coment6: Fe a tima ez qe crz6 por m mente a idea de robar
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ANWAR EL-SADAT
Tarde y maana y a medioda orar y camar, y oir mi voz Samo 5517
Dios Dios es e ms grande de todos amcn reiti6 s initaci6n a la adorac6n catro eces desde a pnta de mnaree de la mezqita de alAqsa, en ersan. qe da de enero de 977 nar elSd priden d gipto enontraba n e nterr e a meita meita n o en ms ms ns se arrodiaba en direcc6n de La Meca Coneso qe no hay otro Dos ms qe A se connda s oz con as de los dems a postrarse con a rente en el piso Aqea sita hist6rca se prodo drante s viae a Israel en s bs qeda de medios paccos para detener los nrentamientos entre s pas y aqela naci6n Fe e comienzo de nas reaciones qe cmnaron con a rma de n tratado de paz entre Egipto e Israel dos aos desps en Camp Daid Estados Unidos de Norteamrica Mientras Sadat estvo en Camp Davd, s antri6n immy Carer t o qe enrentar n probema my serio Para programar os discrsos tena qe tomar en centa as oracones consideradas cnco veces a da sagradas por os msmanes y qe deban hacerse No importaba e gar donde se encontrara el presdente Sadat cmpa con s horario deo ciona Para m Dios es o qe ms qiero en esta ida dio na ez Sadat Creo qe todo viene de Dios y o es todo Ni siqiera pensara en per der na de mis citas con l Cnco veces a da por casi 0 as e Sr Sadat se postr6 en orac6n. S rente toc6 e piso ms de OO mi veces Como restado tena n cao oscro en e centro de a rente Fe as como e presidente immy Carter y e prmer mnistro Begin de Israe teron qe esperar mientras e presidente Sadat oraba Tendrs esa misma deidad para mantener ts compromisos con Dios? Te acerdas de hacer h acer ts oraciones cando te qedas a dormir en casa de n amigo? Te avergenza qe os dems se enteren qe oras antes de acostarte? Te avergenzas de ncinar a cabeza para orar cando es ts en n restrane? Cnto sgnica reamente Dios para ti?
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HANS EGEDE
3 de diciembre
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GUILLERMO CAREY
4 de diciemhrc
El cual nos libró, y nos libra, y en quien esperamos que aún nos librará, de tan gran muerte. 2 Corintios 1:10.
Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. Marcos 16:15.
El capitán del barc barco o danés Hope temblaba de frío a pesar de llevar puesto un abrigo forrado de pieles. Un viento glacial azotaba las amarras de su barco y le arrojaba cántaros de lluvi lluviaa en la cara. Por encima del rugido de la tormenta, podía oír el ruido crujiente producido por toneladas de hielo que chocaban entre sí. Cubriéndose los ojos con las manos, pudo ver una sólida pared de hielo que rodeaba su embarcación) La aprisionaba como un tomillo de banco gigantesco. En contados minutos, el barco quedaría hecho añicos. Luchando contra el viento y la cubierta resbalosa, se dirigió tambaleante hasta la escalera que conducía a la cabina donde se encontraban Hans Egede y su familia orando de rodillas. -¡ Va mo s a chocar chocar!! ¡Prepáren ¡Prepárense se para morir! morir! - l e s gritó y con las las mismismas regresó a su puesto. Gertrudis y los niños empezaron a sollozar silenciosamente. El niño mayor abrió sus ojos que reflejaba reflejaban n terror, y pudo ver ver a su su padre arrodillado serenamente en oración, con el rostro dirigido hacia el cielo. -¡ Oh Di Dios os,, sálvanos! -suplicó Hans-. Abriste el paso en el mar Ro jo, y sé que puede puedess hacerlo en esta pared de hielo. No se ha acortado tu brazo protector que nos puede salvar. Confiamos en ti ahora; sálvanos, puesto que no noss has llamad llamado o a esta tierra para hacer tu obra. De pronto, pronto , el muro de hielo se rompió como si una cuña gigantesca lo hubiera partido en dos. El capitán, asombrado, dirigió su barco por el canal hacia el mar abierto. " - ¡ Y a puede puede dejar de orar, pastor! pastor! - l e gritó el capitán capitán desde desde la la cu bi er ta -. Se abrió un pasaje por el el muro de hielo. ¡Nos encontramo s . en mar abierto! ¡Estamos salvados! -¡Alabado sea el Señor! -dijo Hans-. Dios nos ha librado de una muerte segura. -Luego, Hans, Gertrudis, Pablo y los otros tres niños se abrazaron riendo, llorando y alabando el nombre de Dios por el milagro . . Más tarde, tarde , aquel aq uel 3 de jul io de 1721, el Hope ancló en un puerto un puerto seguro. Hans Egede y su familia pisaron tierra firme por primera vez después de dos meses, emocionados por ser los primeros misioneros en Groenlandia.
- ¿ N o habrá otro asunto que tratar en esta reunión? -preguntó el Dr. Ryland, presidente de la junta. le-Desde el fondo del salón, Guillermo Carey, de 25 años Je edad, se le vantó. - M e pregunto si el mandato del Señor , de "I d y predi cad el evangelio a toda criatura", sigue en pie para nosotros hoy. -¡Siéntese, jovencito! -ordenó el Dr. Ryland-. ¡Cuando Dios quiera convertir a todos los paganos, lo hará sin su ayuda! El Sr. Carey se sentó obedientemente, pero no pudo dejar de pensar en la pregunta que había formulado. Volvió a su casa para estudiar la Escritura y leer todo lo relativo a las demás naciones. Trazó un gran mapa del mundo entero y lo colgó en la pared de su taller de zapatero. Sobre él escribía todos los datos posibles acerca de las personas que habitaban cada región. C,µanto más estudiaba, más se convencía de que había llegado el momento de llevar el Evangelio a todo el mundo. En 179 1792 2 se le pidió ·a Guill Guillermo ermo que predica pre dica ra en una reunión de la Asociación Bautista. Eligió el texto de lsaías 54:2: "Ensa ncha el sitio de tu tienda''. - E l Señor nos llama para que llevemos las buenas buenas nuevas de su gracia salvadora a las naciones paganas que aún están en tinieblas -decía Carey-. Debemos mirar más allá del círculo estrecho hasta los rincones más alejados del mundo, donde hay millones de personas que todavía no han oído el nombre de Cristo. ¡No sólo sólo debemos esperar cosas grandes de Dios, sino debemos intentar cosas grandes para él! Muchas cabezas se movían afirmativamente por aquí y por all alláá a pro pósito de lo que decía Guillermo; pero la reunión concluyó sin haberse tomado una decisión. Carey no soportó más la presió presión n y abordó al pastor Andrew Fuller: . - ¿ N o piensa hacer nada al al respecto? Como resultado de aquella sesión, se organizó una sociedad misionera, y Guillermo Carey fue enviado a la India. Permanec ió allí cuarenta años y tradujo la Biblia a cuarenta dialectos diferentes. A pesar de todo lo que han hecho los misioneros en los últimos 200 años, todavía hay miles de aldeas en la India que no conocen a Cristo. Millones ignoran que Jesús los ama. ¿No irías tú a enseñarles?
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MARCUS WHITMAN
JOSE WOLFF
9 de diciembre
1O de diciembre
Jehová es bueno, fortaleza en el día de la angustia; y conoce a los que en él confían. Nahum 1:7.
Al que te hiera en •una mejilla, preséntale también la otra; y al que te quite la capa, ni aun la túnica le niegues. Lucas 6:29.
Era el año de 1844. José Wolff, un misionero inglés, leía su Biblia en la celda de su prisión en la ciudad musulmana de Bukhara. De pronto, se escuchó el clic de la llave en el cerrojo de la puerta, tras lo cual entró su amigo, un viejo maestro mt1sulmán. decidido o matarte - l e susurró el anciano- . Ha Hay y -Abdul Samat Khan ha decidid una forma como puedes salvar la vida. -¿Hacerme musulmán? No, gracias. vidaa -l e insistió el maestro-. Sólo tienes -Debes hacerlo para salvar tu vid que decir una vez: "Dios es grande, y Mahoma es su profeta". Una vez que llegues a Inglaterra, puedes continuar siendo cristiano. - N o puedo negar a mi Salvador -respondió José Wolff. El anciano se levantó y movió la cabeza tristemente. Abrazó al misionero y le dijo: - Temo que nunca más te volveré a ver. Con esa actitud, el único camino posible es la muerte. - L o sé -respondió el valiente misionero-. No dejaré de confiar en Jesús, aun si si se tratar a de salvar mi mi propi a vida. Wolff sabía que sería ejecutado. No le temía a la muerte, pero sí a la tortura que a menudo precede a la muerte. En el interior de su bolsillo tenía una droga poderosa que podría inge rir y aminor ar el el dolor. Pero, a medida que se acercaba la hora de la ejecución, se deshizo de ella y decidió confiar sólo en Jesús. Se arrodilló junto a su ventana y oró: "Gracias, Señor, por estar conmigo en esta celda. Por favor cuida de mi familia. Dame la fortaleza para soportar la tortura y la muerte en honor a ti". Poniéndose de pie, se dirigió a la mesa bajita que estaba al lado de su cama y levantó la Biblia. Sobre una de las cubiertas escribió: escribió: " Mi queridísima Georgina. Te he amado hasta la muerte. Bukhara, 1844". Entonces escuchó los pasos de los guardias que se acercaban. Se abrió la celda y fue conducido ante el gobernante de Bukhara. - H o y he he recibid recibido o una carta del sha de Persia en la que ordena su liberación. Aquí está su ropa y un hombre que lo guiará. ¡Váyase! ¡Está libre! -¡G ra ci as, Seño Señor! r! - f u e lo lo único único que que pudo pudo decir José Wolff. Wolff.
El grupo de indio:; airados se agolpaba alrededor del Dr. Marcus Whitman, sacudiéndole el puño a la altura de la cara amenazadoramente. Desde la puerta de la misión su su esposa Narci ssa observa ba justo cuando Tilkanaik se adelantó y le asestó un golpe en el pecho a su esposo. - D i o s mío, ayúdalo ayúdalo para que que no no pierda la cal calma ma -o r ó la señora. Marcus no le devolvió el golpe. Su actitud par eció airar más a los indios. El rostro de Tilkanaik se desfiguró de ira mientras lo tomaba por una oreja y se la retorcía cruelmente. Todos los indios estaban a la expectativa, esperando que iniciara la pelea. Marcus apretó los dientes, pero no dijo nada. En cuanto el jefe le soltó la oreja izquierda, Marcus tranquilamente volvió la cara para que le torciera la derecha. Esto lo enfureció más. Ahora lo tomó por las dos orejas y se las retorció violentamente. Marcus no decía ni hacía nada. Determinado a obtener una respuesta, el jefe Tilkanaik le quitó el sombrero al médico y lo tiró en un charco de agua. - P o r favor, recógemelo recógemelo - l e pid pidió ió el el doctor tranquil tranquilament amentee a uno uno de los espectadores. Este hizo lo que se le pidió. Sin decir una palabra, el una palabra, Dr. Whitman se puso el sombrero nuevamente, con barro y todo. Dos veces más el airado jefe le quitó el sombr ero y lo tiró al charco. Las dos veces el Dr. Whitman se lo volvió a poner sin decir absolutamente nada. - Es imp impos osibl iblee hacer que el hombre blanco pelee -observó uno de los indios. se quedó allí allí parado? parado? - d i j o otro. - ¿ Viste cuán valientemente se Finalmente el viejo Tilkanaik se dio por vencido y se retiró con sus guerreros. Narcissa corrió hasta su esposo y con ojos brillosos le dijo: -¡Marcus Whitman, eres un hombre y un cristiano de quien puedo estar orgullosa! En algún momento, cuando un abusivo te provoque e incite a pelear, detente a considerar las tres únicas alternativas que tienes: pelear, huir o concentrarte en el método de confrontación silenciosa que usaba Cristo. ¿Cuál crees que requiere más valor? ¿Cuál será el método más efectivo? e ,(!.ZS'r
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HUDSON TA YLOR
11 de diciembre
y O soy Jehová tu Dios, que te hice subir de la tierra de Egipto; abre tu boca, y yo la llenaré. Salmo 81:10.
vamoss a hacer? - s e lamentaba la Sra Sra ..J o e s -. No tenemos co-¿Qué vamo mida en casa, y hoy vendrán a cenar algunos mv1tados. - L o único que que tengo es es un peso chino chino -suspiró_ -suspir ó_ el el señor Iones . -: Tendremos que seguir confiando confian do en en que el Señor suplirá nuestras nues tras necesinece sidades. -¿ Pe ro , no puedes puedes hacer nada nada?? -Querida, Hudson y yo hemos estado haciendo algo. Hemos estado orando al respecto toda la mañana. -Tal vez haya algo en casa que po podam damos os vender -sugirió Hudson Taylor, que vivía con la familia Jones. . . Después de buscar busc ar por toda la casa, ca sa, dec1 dec1d1er d1eron on vender un rel J de pa pa-red. El Sr. Jones y el Sr. Taylor Tayl or lo llevaron a un un vendedor de relojes quien les dijo: - L o guardaré una semana. Si al término de ella todavía funciona, les daré el dinero. -O h, no no -dijo el Sr. Taylor, recuperando su re lo j- . Necesitamos el el dinero hoy. Al volver a casa buscaron otra cosa que vender y escogieron la estufa de hierro. Tal vez la pod podrían rían vender en la fundidora, al otro lado del río. Con esto en mente, la subieron a una carretilla y la llevaron al óo donde buscaro bus caron n un bo bote. te. - L e s costará dos pesos pesos -d - d i j o el dueño dueño del del bote. -¡Pero sólo tenemos uno! -explicó el Sr. J?nes. No N o hab había ía más alternativa que llevar la carretilla y la estufa de vuelta a casa. Ya era la hora de la comida y aún no había nada para comer. Buscaron en la alacena vacía, hasta que descubrieron una lata con un poco de cocoa. La mezclaron con agua caliente, y eso fue su almuerzo. -S ól o faltan cuatro cuatro horas horas para que que lleguen lleguen las visitas visitas -d i j o el Sr. Sr. conoce bien Taylor-. Lo único que nos queda es orar. Dios conoce bie n nuestra nuestra necesidad. No Noss ha di dicho cho que pi pida damo moss y reci recibir biremos emos.. . Los tres misioneros cayeron de de rodillas nuevamente nuevamente y le rogaron Dios que cumpliera su pro promes mesaa - q u e encontr encontramo amoss en el el texto texto de hoy. M1e tras aún oraban, escucharon un golpe en la puerta. Era el cartero carte ro que que t;a1 la corresponde corre spondencia ncia entre ent re la cual venía una carta de 1:,Dn ,Dndr dres es que h 1a sido enviada hacía dos meses. Contenía un giro bancano. Los dos m1s10neros porr el mercado para comprar lo necesario para lo cambiaron y pasaron po la cena. ¡Dios no los hab había ía olv olvidad idado! o! # ' u P e 4 4 ' - .r us H-: H-:t. t. 'S
12 de dici embre
Y a otro, dones de sanidades por el mismo Espíritu. 1 Corintios 12:9.
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MARY SLESSOR
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es-Hace aproximadamente ciento cincuenta años, una intrépida damita es cocesa, Mary Slessor, era conocida a lo largo del río Calabar, en Nigeria, ria, en Nige por su dones de sanidad. Con los conocimientos obtenidos en los libros de fe nacidas de una relación estrecha est recha con el gran medicina y la valentía y fe Médico, hacía maravillas y salvó a cientos de personas Un día, el jefe de una tribu aguerrida que vivía en Okuri enfermó de gravedad. Sus esclavos y esposas ya estaban encadenados anticipando su sac rificados ados en el momento que que dejara de respirar. muerte, listos para ser sacrific blanc ancaa - l e rog rogaba aba una de las esposas -Traigan a la "Ma de Ekenege" bl podere eress muy grandes. al principal de la tribu-. Ella tiene pod - I r é contigo contigo por la mañan mañanaa -p rom et etió ió Mar Mary y cuando cuando el el mensajero le le explicó la situación. - N o - J e recomendó Edem, jefe de los Ekenege-. Es un viaje de ocho horas. Los ríos se han desbordado por desbordado por las las lluvi lluvias as y todos los senderos transitables sitabl es están cubiertos cubiert os de lodo. Si el el jef jefee muere, te matarán. matará n. - A pesar de de todo, todo, debo ir -d i j o Mary. Mary. Se preparó para el el viaje. Llovía fuerteme fue rtemente nte aquella mañana cuando Mary emprendió empr endió su viaje al al amanecer. amanec er. Pronto sus zapatos se desba desbarata rataron ron por el agua y el barro. Siguió adelante descalza. Llegó esa esa tarde a Okuri Okuri empapada y cubierta de lodo.. Rápidamente se dispuso a examinar al lodo al jefe. -Siento como si todos mis huesos estuvieran estuvi eran ardiendo ar diendo y el el diablo me estuviera golpeando la cabeza - s e quejaba el jefe. Tenía una una fiebre de piel el oscura asumió un tono pálido. 40 grados C y su pi Mary no tenía la menor idea de lo que le pasaba al jefe. Musitó una brevee plegaria brev plegaria para para qu quee Dios Dios la guiara, guiara, y abrió abrió su maletí maletín. n. Lu Lueg ego o lo trató trató con una mezcla de aspirina y quinina, seguida de una dosis de bromuro. Permaneció con él toda esa noche hasta el día siguiente. Al atardecer, cedió la fiebre. -D i os ha escuchad escuchado o nuestras nuestras oraciones -l e s dijo a lo loss nativos nativos que que aguardaban-. Su jefe vivirá. Después de tres días regresó a su hogar, contenta de haber llevado el mensaje de sanidad y del amor de Dios a un alma moribunda.
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PAUL BRAND
2 7 de diciembre
¿ ... Y a los pobres errantes albergues en casa? Isaías 58:7. Sadogopán era un par ia, rechazado, despreciado, ignorado y menospreciado por los demás. Era un limosnero que vivía en un caserío apartado de la poblac ión con otro s que comp artían su misma suerte. Era leproso. Nació en el seno de una familia respetable y educada; con un futuro brillan te hasta que el médico movió la cabeza y dijo: - E s lep lepra. ra. No hay hay nada que pueda hacer por él. A part ir de ese trágico momento, Sadogopán abandonó su hogar para vivir una vida aislada, propia de un leproso. Se Je formaron horribles lla lla-gas en los dedos de los pies. Se le paralizaron las manos y los dedos se le contrajeron hacia la palma de la mano. Además, se le desfiguró el rostro. Un día llegó otro leproso a su choza con buenas noticias. - H a y un médico en Vellore ... un inglés inglés ... ¡E ¡Ell puede sanar a los leprosos! Un rayito de esperanza traspasó la sombra que invadía el corazón de Sadogopán y otros como él. Con esto en mente, el leproso inició el viaje a Vellore. Cuando intentó subir a un autobús, se le ordenó que bajara de inmediato. No importa, caminaría. Por fin llegó a su destino, con los pies sangrantes y la ropa desgarrada. -¿Dónde vive el doctor de la lepra? -preguntó. -¡Ah! ¿Se refiere al Dr. Paul Brand? Siga ese camino. Lo llevará a su casa. Sadogopán rengueó los últimos metros que lo separaban de la casa de la familia Brand, donde Je salió al encuentro una dama inglesa sonriente. - L o sient sientoo mucho - l e d ij o- , el Dr. Dr. Brand está está fuera de la la ciudad. ciudad. Sadogopán dio media vuelta y se dispuso a retirarse, sintiendo que el desconsuelo lo aplastaba y hundía. La Sra. Brand pudo leer la huella de su largo viaje en sus pies sangrantes y sus hombros caídos. - N o se va vaya ya -l o det detuvo uvo cua cuando ndo comenzaba a alejarse-. Quédese en casa hasta que el doctor regrese. Sería un honor tenerlo con nosotros. Por pri me ra vez, desde cuand o contr ajo la mor tal enf erm eda d, se sintió ama do, aceptado y tratado como un ser humano. Dudo que alguna vez un leproso toque a tu puerta, pero hay chicos en todas las escuelas, compañeros en todos los empleos, que son tratados como leprosos. Los demás no quieren sentarse, jugar ni trabajar con ellos. Son los parias, son los marginados con quienes Jesús espera te amistes el día de hoy. ¿Lo harás?
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IDA SCUDDER
28 de diciembre
· H aquí que que vienen vienen días, dice Jehová el Señor, en los cuales enviaré hambre a la la tierra, tierr a, no hambre de pan, ni sed sed de agua, sino de oír la palabra de Jehová. Amós 8:11.
Ida Scudder, de siete años de edad, cerró los ojos ante el resplandor del sol del mediodía al salir de la frescura de la iglesia de piedr a. Más allá del área, la tierra agrietada y seca daba evidencia de los meses de sequía. -¿Mamá, puedo ir a casa contigo y con María Ayah en el carretón esta vez? -preguntó Ida. - ¿ N o qui quisie sieras ras caminar caminar con tus hermanos? - H o y no, mamá. Hace mucho calor. - M u y bien. Súbete. Súbete. - S u mamá le le ayudó a subir subir a la plataforma cu biert a de heno,· 1uego subió ella. Mar ía Ayah , que había cuida do a Ida desde su infancia, se unió a ellas. Se cubrió la cabeza con su sari rojo para pro tege rse de los cand entes rayos del sol mientras regresaban a casa sobre la carreta. - ¡ M i r e n ! ¡Pobres niños! -exclamó María Ayah. Ida se esforzaba por ver lo que ocurría. -¿Dónde, Ayah? ¿Te refieres a esos dos que están acostados a la orilla del camino? ¿Qué sucedió? -Están muertos -respondió la sirvienta-, sin duda por causa del hambre. El sol brillaba con la misma intensidad. Repentinamente, Ida sintió un frío que la recorrió de pies a cabeza. Sintió algo extraño en el estómago y le dieron ganas de llorar; pero no le salían las lágrimas. El carretón siguió su camino hacia la casa y las largas filas de niños que esperaban para ser al_imentados. Con la ayuda de sus hermanos, Ida repartiría el pan, la leche y el arroz a cientos de criaturitas ansiosas por comer. Era parte de su trabajo diario. Ida Scudder vivía en la época de la gran hambruna de 1877, cuando sesenta millones de personas pasaron horrorosas hambres en el sur de la India. Ese año, murieron más de cinco millones de personas. Ida no se olvidaría por el resto de su vida del mar interminable de manos extendi. das que suplicaban pan. Hoy existe otra clase de hambre en el mundo: hambre por la Pala bra de Dios. Millones están muriendo de desnutrición espiritual. Mueren por falta de lo ·que tú recibes a través de tu devoción diaria, tanto en la escuela como en la iglesia. Extienden sus manos para suplicar el conocimiento de Dios. Tú tienes bastante. ¿No quisieras compartirlo con los demás?
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