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. comienza, Grociopublica su célebre libro Mare liberum.Én 16'Ú(se~ concluye un tratado que decír'e al mismo tiempo la restitución de ':Fle.;.· . singa y de otros lugares de Zelanuia :-edidos antaño en prenda a Isabel.' de Inglaterra. Los holandeses se comprometen a pagar una 'considerable suma que obtendrán por medio de una tasa sobre todos sus barcos pesqueros. Ello no resuelve nada, puesto que los pescadores se niegan a satisfacerla, y la tensión anglo-holandesa continúa agravándose por instantes. No finalizará más que después de 1621 , cuando los holandeses, en un momento crítico, hagan las concesiones necesarias para procurarse el apoyo moral de Inglaterra contra España. .
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, ~', , : AIemama: En el tratado de Nikolsburgo (enero de 1622), Betblen Ga-
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, , .bor renunció a la corona de Hungría mediante la cesión de algunos terri-. torios en Silesia y en la frontera de los Estados patrimoniales . El emperador no estaba completamente decidido a desposeer al Palatino, vencido y aislado, 'pero había prometido su electorado a Maximiliano de Baviera y éste no cesaba de recordarle su promesa. Pese a la resistencia de los españoles, que muy a gusto habrían permanecido en Heidelberg, acabó por conceder la investidura a Maximiliano, en febrero de 1623. De todas formas, no hubo transferencia de soberanía: el Palatinado renano se colocó en secuestro y fué administrado en parte por los españoles y en parte por los bávaros. Maximiliano no entró en posesión más que del Alto Palatinado, territorio complemente distinto, próximo a Bohemia . Aun éste no lo obtuvo más que a título de prenda y, por I tanto , provisionalmente.
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Entre ingleses y españoles, las relaciones en el mar no son más fáciles que en el pasado . El rey Jaime I da prueba de ello en 1616, cuando Walter Raleigh se propone explorar la región del Orinoco, siempre con la esperanza de descubrir el legendario Eldorado. Sufre por esto las' recriminaciones de los españoles, y para no verse obligado a entregarles al temerario, promete hacer él mismo justicia. Sin embargo, en 1621, cuando el Palatino ha sido desposeído de sus estados , ocupados por los' españoles, entrevé un ' acercamiento con España que le permitiría servir a la causa de su yema incluso sin tener que desenvainar la espada. Buckingham, el gran favorito, está ganado para la nueva política. La Idea es casar el heredero de la corona, el príncipe de Gales, con una infanta. A las primeras insinuaciones que le son hechas, Felipe III responde débilmente. Después, las negociaciones se emprenden afonde ,con: su hijo, convertido en Felipe IV . Buckingham sugiere a Jaime 1 enviar a Madrid al pretendiente, secretamente y sin anunciarlo . El efecto de la sorpresa será tal, que ni la corte ni el Gobierno se atreverán a responder negativamente. Pero la opinión española se muestra, por lo meno~, tan reacia como la inglesa y la aventura conduce a un callejón sin salida, La corte española, fiel a sus tradiciones corteses, acoge excelentemente al huésped imprevisto. No rehusa la negociación, pero pide ap1azamientos alegando la necesidad de obtener una dispensa de Roma., Cuando se ve obligada a decidirse, pone una condición que de antemano sabe inaceptable: la abrogación de las leyes de excepción contra los católicos de Inglaterra. El fracaso s610 causa amargura al rey. La población londinense lo celebra con alegría y en el Parlamento la opinión se . pronuncia insistentemente en favor de una ayuda directa al Palatino. Jaime, abandonando su política personal, se decide entonces a' reanudar . sus relaciones con los adversarios de España, las Provincias Unidas ,y . Francia. En 1624 da curso a un ofrecimiento que le llegó de Francia ' varios años antes; obtiene para el príncipe de Gales la mano de Enriqueta, hermana de Luis XIII. Los esponsales se celebran eñ ' mayo de ' 1625, en .el momento en que el joven Carlos 1 sucede a su padre. , Francia, como Inglaterra, permanece durante largos años como es:'; pectadora--en apariencia desinteresada---de los sucesos de Alemania. ,Mientras sigue su curso la guerra del Palatinado, ella s~ preocupa, sobre ':
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La guerra que ha recomenzado en los Países Bajos a la expiración , de 'la Tregua de los Doce Años, no ocupa en la consideración de las ' / p otencias el mismo lugar que antaño. Las Provincias Unidas han tomado / el rango de estado europeo y se han proporcionado un ejércit~ y ~na flota. Su independencia, de hecho, parece que ya nunca será discutida seriamente. La atención general tiende a volverse, de la lucha sin salida que el empeño español prolongará todavía durante un cuarto de siglo, a la que acaba de iniciarse en Alemania . _ _ En todo caso, los holandeses no podrán esperar socorros del exterior antes de 1635. No es sólo Francia, una Francia momentáneamente dócil a influencias ultramontanas, la que se desentiende, sino también la ' propia Inglaterra protestante, pero cansada en el pacífico reinado de Jaíme 1 de gastar sus fuerzas en el exterior por intereses que son , directamente los suyos. El acercamiento a España en 1604 va acompañado de un notable enfriamiento con respecto a las Provincias Unidas. Es preciso buscar la causa, el la vez, en una rivalidad comercial .agudi'7.ada entre los dos países, de la que ya hemos señalado los comienzos, y en las divergencias e incluso en la oposición de ciertos intereses de \ índole económica. Una discusión que se prolongará durante años los a propósito del derecho de pesca. Desde tiempo inmemorial, los pescadores holandeses frecuentaban l?s bancos de la costa orie.n~ .de , Inglaterra y antiguos tratados garantizaban este derecho. A principios de siglo, los pescadores ingleses han pedido que.se les libre d~ una competencia cuyos efectos han cotD;enzado a ~en~, ya que ~a?~endo , conquistado la Reforma todo el remo, la obligación de la Vlglll~, 1;10 es tan rigurosa como en el pasado, y el pescado se vende más difícil") mente. Una ordenanza real de 1609 prohibe a todos los extranjeros pes', ' -. car en las Costas ' inglesas sin autorización. Ante las protestas holande\ sas, ha sido preciso suspender su aplicación y han comenzado las discusiones. La disputa se prolonga durante años. En el momento , que
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