NEUROEVOLUCIÓN La ciencia del recondicionamiento del cerebro
PRÓLOGO Tan solo por el hecho de estar leyendo estas letras, quizá ya seas consciente del cambio de paradigma que está ocurriendo en la ciencia. La filosofía que ha dominado la ciencia desde hace siglos, el realismo físico o realismo material, asume que solo la materia — constituida básicamente de átomos y partículas elementales— es real; todo lo demás son fenómenos secundarios derivados de la materia (aunque nadie sabe aun cómo es posible derivar, por ejemplo, la mente y la conciencia de la sola materia). Según el realismo material (material realism, en inglés, o materialismo), todos los fenómenos mentales pueden ser explicados como epifenómenos, es decir, fenómenos secundarios de la materia cerebral, dadas ciertas condiciones previas de funcionamiento físico y químico. La idea básica del enfoque realista es que lo que llamamos conciencia no es sino una simple propiedad (o conjunto de propiedades) del cerebro. Pero en el nuevo paradigma, nuestra consciencia es la base de la realidad, y el cerebro es el epifenómeno, o subproducto. Así que si la consciencia es la fuente primaria y el cerebro es el producto secundario, es natural que nos preguntemos cuál es la mejor manera de usar nuestros cerebros a fin de cumplir el propósito de nuestra consciencia. Los nuevos paradigmas de la neurociencia en general y de la psicología de la consciencia en particular, hace ya tiempo que están siendo usados con éxito en los consultorios psicológicos, pero este es quizá uno de los primeros cursos en español que abordan para el gran público tan interesante tema. En este curso, también enfatizaremos la importancia de poner nuestra atención en las emociones. La llamada inteligencia emocional antes que nada, significa que tú no tienes que convertirte en la víctima de tus emociones. Cuando lo haces, es porque estás atado a ellas; o como lo dijera cierto terapeuta: “Estás atado a los circuitos cerebrales conectados con tus emociones”.
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Hay una anécdota de cuando Albert Einstein abandonó la Alemania nazi para ir a los Estados Unidos. Cuando su esposa expresó su tristeza por tener que dejar atrás tantos muebles y demás enseres, se quejó diciendo: “Estoy atada a ellos”. A lo que Einstein dijo, medio en broma medio en serio: “Lo bueno, querida, es que ellos no están atados a ti.” Ese es el punto: las emociones no están atadas a nosotros; dado que nosotros no somos nuestros cerebros, no tenemos que identificarnos con nuestros circuitos cerebrales existentes. Podemos cambiarlos, dejarlos atrás. Así que prepárate para entender cómo está estructurado tu cerebro y cómo tus pensamientos y emociones se llegan a convertir en verdaderos circuitos cerebrales de larga duración. Descubre una nueva manera de reconocer los patrones de pensamiento y conducta que deseas cambiar en ti, y el modo de aprender hábitos nuevos y positivos que no solo cambiarán tu estilo de vida sino que te cambiarán a ti mismo en la persona que siempre quisiste ser. —Psic. Armando H. Toledo Profesor de Psicología Neuroevolutiva Comunidad Ágape de Cuernavaca. Morelos. México.
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UNO
ATENCIÓN, NEUROPLASTICIDAD Y CAMBIO “Dejen de amoldarse al mundo actual, más bien sean transformados mediante la renovación de su mente…” ―San Pablo (Carta a los Romanos 12.2)
ATENCIONALIDAD Y EFECTO FÍSICO Antes de comenzar, te invito a tener un pensamiento sencillo; cualquiera… Ya sea que tu pensamiento haya estado relacionado con el enojo, la tristeza, la inspiración, la alegría, o incluso que haya sido de contenido sexual, tú acabas de cambiar tu cuerpo. De hecho, te cambiaste a ti mismo. Lo que sucede es que todos los pensamiento, sin importar que sean del tipo “No, no puedo…”, “Sí puedo…”, “No soy suficientemente bueno”, “Te amo”, etc., todos tienen efectos mensurables similares. Mientras te sientas casualmente a leer estas páginas y sin siquiera levantar un solo dedo, ten en cuenta que tu cuerpo está realizando una multitud de cambios dinámicos. ¿Sabías, por ejemplo, que impulsado por tus más recientes pensamientos tu páncreas y tus glándulas adrenales se ponen a secretar un cierto tipo y cantidad de hormonas? También, como en una tormenta eléctrica, diferentes áreas del cerebro se encienden con corrientes eléctricas crecientes, liberando un número tan grande de neurotransmisores que sería difícil nombrarlos uno a uno. El timo y el bazo envían el equivalente a cientos de e-mails a tu sistema inmune ordenándole que haga algunas modificaciones. Los jugos gástricos comienzan a fluir en el estómago. Tu hígado comienza a procesar enzimas que no estaban presentes hace un momento. Tu latido cardiaco se altera y tus pulmones aumentan su volumen estándar… Y todo por tener un simple pensamiento. Así es el poder del pensamiento. Pero, ¿cómo has llegado a ser capaz de realizar todas esas acciones? Todos entendemos que el cerebro puede manejar y regular muchas y diversas funciones en el resto del cuerpo, pero ¿cuán responsables somos nosotros por el trabajo que nuestro cerebro hace como centro general de operaciones del cuerpo? Verás: nos guste o no, una vez que un pensamiento surge, lo demás es historia. Todas las reacciones corporales que se verifican a raíz de nuestro pensamiento consciente o inconsciente, ocurren detrás de la escena de nuestro percatamiento. Por ejemplo, es posible que de manera parecida los pensamientos inconscientes que corren por nuestras mentes todos los días de manera repetida estén creando una cascada de reacciones químicas que producen no solo lo que sentimos (sensorialmente) sino incluso lo que sentimentamos (anímicamente). Así pues, ¿podemos aceptar que los efectos a largo plazo de nuestro pensamiento cotidiano bien podrían ser la causa del
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por qué nuestros cuerpos se llegan a mover de un estado de equilibrio a un estado de desequilibrio, o a lo que llamamos enfermedad? De la misma manera, ¿no podría ser verdad que momento a momento estamos entrenando a nuestro cuerpo para estar enfermos mediante nuestras reacciones y pensamientos repetidos? Por el contrario, ¿qué pasaría si por el solo hecho de pensar intencionalmente en algo, nosotros mismos causáramos que nuestra química interna saltara a estados normales de manera tan seguida que el sistema autorregulador del cuerpo eventualmente convirtiera aquellos estados anormales en estados regulares y normales? Es un proceso sutil, pero quizá nunca habíamos pensado en ello hasta ahora. Mi deseo es que en este curso encuentres algunas directrices que te ayuden a manejar tu propio universo interno. Y ya que hemos tocado el tema de la atención, ahora te voy a pedir que prestes atención: que te percates, y que escuches... ¿Puedes oír el sonido de tu refrigerador, el sonido de un carro pasando cerca de tu casa, o el ladrido distante de un perro? ¿Qué tal la resonancia de tu propio latido cardiaco? Solo por tu atencionalidad, es decir por haber proyectado intencionalmente tu atención sobre algo, has hecho que millones de células de tu cerebro trabajen de manera coordinada y no aleatoria. Otra vez, eligiendo modificar tu atención, has cambiado tu cerebro. Y no solo cambiaste el modo en que tu cerebro estaba trabajando momentos antes, sino que cambiaste el modo en que trabajará el siguiente momento, y posiblemente el cómo lo hará por el resto de tu vida. Mientras regresas tu atención a las palabras sobre esta página, has alterado tu flujo sanguíneo en varias partes de tu cerebro. También has establecido una cascada de impulsos; has reorientado y modificado corrientes eléctricas a diferentes áreas cerebrales. A nivel microscópico, una multitud de diversas células nerviosas se han asociado químicamente para “estrechar lazos” y comunicarse entre ellas, a fin de establecer relaciones fuertes y a largo plazo unas con otras. Debido a tu atencionalidad, la delicada red tridimensional de intrincado tejido neurológico que es tu cerebro está disparando impulsos en nuevas combinaciones y secuencias. Y lo hiciste por tu propia voluntad, cambiando tu enfoque. Literalmente, cambiaste tu mente. Como seres humanos, poseemos la habilidad natural de enfocar nuestra conciencia sobre cualquier cosa. Como veremos más tarde, el cómo, dónde, en qué y por cuánto tiempo fijemos nuestra atención, en última instancia nos definirá a nosotros mismos desde un punto de vista neurológico. Si nuestra atención es tan variable, ¿por qué es tan difícil mantenerla proyectada sobre pensamientos que podrían servirnos? En este mismo momento, en tanto continúas concentrándote en lo que lees, puede que hayas olvidado algún dolor que tenías en la espalda, o el disgusto que tuviste con tu jefe más temprano, e incluso de qué género eres. Es justamente aquello sobre lo que pongamos nuestra atención lo que establecerá la ruta del estado de nuestro ser. Por ejemplo, podemos en cualquier momento dado pensar sobre algún recuerdo amargo de nuestro pasado, uno que esté bien escondido en los pliegues más íntimos de nuestra materia gris y, como si fuera magia, pareciera volver a la vida. También tenemos la opción de atender ansiedades y preocupaciones futuras que no existen sino hasta el momento en que son conjuradas por nuestra propia mente. Pero para nosotros son como reales. Nuestra atención trae todo a la vida y hace real lo que antes era irreal o pasábamos por alto. Créelo o no, de acuerdo con la neurociencia, el hecho de poner nuestra atención sobre el dolor corporal hace que el dolor exista, porque los circuitos en el cerebro que perciben el dolor se tornan eléctricamente activos. Entonces, si ponemos nuestra atención total sobre algo diferente al dolor, los circuitos cerebrales que procesan el dolor y las sensaciones corporales pueden literalmente desconectarse, y enseguida hacer que el dolor desaparezca. Pero cuando miras para ver si el dolor ya se fue, los circuitos cerebrales correspondientes se activan una vez más, haciendo que volvamos a
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sentir la incomodidad. Y si estos circuitos cerebrales se encienden repetidamente, las conexiones entre ellos se hacen más y más fuertes. Así, al poner atención en el dolor de manera cotidiana, nosotros mismos estamos conectándonos neurológicamente para desarrollar una conciencia más precisa de la percepción de ese dolor, porque los circuitos cerebrales relacionados con él se enriquecen cada vez más. Tu propia atención personal tiene no menos que ese efecto sobre ti. Esta podría ser una buena explicación de cómo el dolor, y aun los recuerdos de nuestro más remoto pasado, nos caracterizan a veces. Aquello sobre lo que pensamos repetidamente y sobre lo que enfocamos nuestra atención es en lo que nos convertimos en términos neurológicos. La neurociencia finalmente entiende que nosotros podemos moldear y conformar el trasfondo neurológico del yo mediante la atención repetida que ponemos sobre cualquier cosa. Todo lo que nos conforma, el “tú” el “yo” (nuestros pensamientos, sueños, memorias, esperanzas, sentimientos, fantasías secretas, temores, habilidades, hábitos, dolores y gozos), se construye en el suave tejido de nuestras 100 mil millones de células nerviosas. Para cuando tú has llegado a leer hasta esta página, has cambiado tu cerebro, y lo has hecho para siempre. Si has aprendido aunque sea un solo bit de información, finas fibras de células cerebrales han hecho nuevas conexiones entre ellas, y quién eras ya ha quedado alterado. Las imágenes que estas palabras crearon en tu mente han dejado huellas en esos campos vastos e infinitos del paisaje neurológico que es esa identidad llamada “tú”. Y esto es así porque “tú”, como ser sensible, se encuentra inmerso y verdaderamente existe en la red eléctrica interconectada de tejido celular cerebral. El cableado neurológico o arreglo específico en que tus células nerviosas se encuentran, —basado en lo que aprendes, lo que recuerdas, lo que experimentas, lo que proyectas para ti, lo que haces y lo que piensas de ti mismo— te define como individuo. Eres una obra en progreso. La organización de las células cerebrales que conforman quien eres se haya en constante cambio. Vete olvidando de la idea de que el cerebro es estático, rígido y fijo. En vez de eso, las células del cerebro son continuamente remodeladas y reorganizadas por nuestros pensamientos y experiencias. Neurológicamente, somos cambiados repetidamente por la infinita estimulación que nos viene del mundo. En vez de imaginar a las células nerviosas como pequeños palitos sólidos e inflexibles amontonados para formar el volumen de la materia gris de tu cerebro, te invito a verlas como patrones danzantes de delicadas fibras eléctricas en una telaraña animada, conectándose y desconectándose todo el tiempo. Esa imagen es la más cercana a lo que tú verdaderamente eres. El hecho de que puedes leer y comprender las palabras impresas en esta página se debe a las muchas interacciones que has tenido a lo largo de tu vida. Diversas personas te enseñaron, te instruyeron, y esencialmente cambiaron tu cerebro a nivel microscópico. Si eres capaz de aceptar la noción de que tu cerebro aun está cambiando mientras lees estas páginas, fácilmente podrás ver que tus padres, tus maestros, vecinos, amigos, familiares, y la cultura han contribuido a lo que eres en el presente. Son nuestros sentidos, a través de nuestras diversas experiencias, las que escriben la historia de quienes somos en la tabla de nuestra mente. Nuestro señorío radica en ser los finos conductores de esta notable orquesta cerebro-mental; y como ya hemos visto, podemos dirigir los asuntos de la actividad de la mente. Volvamos otra vez a cambiar tu cerebro un poco más. Deseo enseñarte una nueva habilidad. Estas son las instrucciones: Mira tu mano derecha. Toca con tu dedo pulgar tu dedo meñique, luego toca con el pulgar el dedo índice, luego con el pulgar el anular y después con el pulgar el dedo medio. Repite el proceso hasta que puedas hacerlo de manera automática. Ahora hazlo más rápidamente pero procurando no
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cometer errores. Después de unos minutos de practicar esta actividad con mucha atención, deberás ser capaz de dominarla completamente. Para aprender bien el movimiento de los dedos, tuviste que salir de tu estado de reposo mental, de la lectura relajada a un estado más alto de atención consciente. Voluntariamente, animaste a tu cerebro un poco; incrementaste tu nivel de percatamiento mediante tu libre voluntad intencionada. Para tener éxito en la memorización de esta habilidad, también tuviste que incrementar el nivel de energía de tu cerebro. Por decirlo así, tuviste que incrementar el nivel energético de tu cerebro. Otros estudios recientes en neurociencias han demostrado que nosotros podemos cambiar nuestro cerebro tan solo por pensar. Esto significa que si el ejercicio anterior lo hicieras solo en tu mente, es decir tan solo imaginando que realizas la secuencia completa con tus dedos y poniendo toda tu atención en ella, utilizas el mismo conjunto de neuronas que usaste cuando lo estabas realizándola de verdad. Uno de los grandes descubrimientos de la neurociencia es que tu cerebro no es capaz de distinguir la diferencia entre la acción física y el solo recuerdo de la misma. Así, el solo acto de ensayar mentalmente una acción tiene un impacto igual sobre la conducta y el pensamiento que la acción misma. En conclusión: no importa en qué pases el tiempo poniendo atención, eso es lo que eres y en lo que te convertirás. Mi esperanza es que este curso te ayude a entender por qué eres como eres, cómo llegaste a serlo, y lo que implica cambiar a través de tus acciones y pensamientos intencionalmente enfocados. NEUROPLASTICIDAD Y CAMBIO Los seres humanos poseemos una capacidad única para cambiar. Debido a que nuestro lóbulo frontal está más evolucionado que el de cualquier otra especie sobre la tierra, poseemos una tremenda adaptabilidad. Es verdad que mucho de la conducta humana se encuentra genéticamente preestablecido. Sin embargo, las nuevas conductas que mostramos proveen nuevas experiencias que deben ser codificadas en nuestros genes —tanto para el presente como para la posteridad. La ciencia de la biología molecular está comenzando a explorar el concepto de que, dadas las señales correctas, nuestros genes son tan modificables como lo son nuestras células cerebrales. La pregunta es esta: ¿Podemos proveer el tipo correcto de estímulos a las células de nuestro cuerpo, sean químicas o neurológicas, para abrir su gigantesca biblioteca de información genética latente y sin usar? Elegimos permanecer en las mismas circunstancias porque nos hemos convertido en adictos al estado emocional que ellas producen y a los químicos que producen ese estado. El cambio personal requiere de un acto intencional de la voluntad, y normalmente significa que algo estaba poniéndonos lo suficientemente incómodos para querer hacer las cosas de manera diferente. Crecer significa enfrentar las condiciones en nuestra vida cambiando algo en nosotros mismos. Podemos cambiar (y por lo tanto, hacer evolucionar) nuestro cerebro, de modo que no volvamos a caer en aquellos reacciones repetitivas, habituales e insanas que son producidas como resultado de nuestra herencia genética y nuestras experiencias pasadas. Quizá quieras aprender cómo puedes usar la capacidad natural del cerebro llamada neuroplasticidad —la habilidad de reconectar y crear nuevos circuitos neuronales a cualquier edad— para lograr cambios sustanciales en tu calidad de vida. Nuestra habilidad de ser neuroplásticos es equivalente a nuestra habilidad para cambiar nuestra mente, para cambiarnos a nosotros mismos, y para cambiar nuestra percepción del mundo a nuestro alrededor, es decir, nuestra realidad. La habilidad de hacer que el cerebro altere su habitual cableado y conexión internos en nuevos patrones y combinaciones es el modo en que la neuroplasticidad nos permite cambiar.
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Romper un hábito de pensamiento, de acción, de sentimentación, de percepción, o de conducta es lo que te permite ver el mundo —y verte a ti mismo— de manera diferente. Cambias tu mente al alterar el patrón de conexión típico de tu cerebro y al fortalecer nuevas cadenas de conexión de células cerebrales, y de esa manera cambias también tu identidad. Para nuestros propósitos, las palabras cambio, neuroplasticidad, recondicionamiento y evolución tienen significados similares. El propósito de este curso es que te des cuenta que el cambio y la evolución tienen que ver con romper el mal hábito de ser el “tú” de siempre. Cuando dejamos de aprender cosas nuevas o dejamos de cambiar viejos hábitos, nos abandonamos a vivir en la rutina. Pero el cerebro no está diseñado para dejar simplemente de aprender. Cuando dejamos de actualizar el cerebro con nueva información, éste se vuelve rígido y guiado por programas automáticos de conducta que no estimulan más el cambio. Así, la adaptabilidad es la habilidad para cambiar. Tenemos la sabiduría y la capacidad para hacerlo. Podemos, en una sola vida, aprender nuevas cosas, romper viejos hábitos, cambiar nuestras creencias y nuestros conceptos, enfrentar circunstancias difíciles, adquirir habilidades, y de modo misterioso, convertirnos en seres diferentes. Somos maravillas de flexibilidad, adaptabilidad, y de una neuroplasticidad tal que nos permite reformular y reconfigurar nuestras conexiones neuronales para producir el tipo de conducta que deseamos ver en nosotros. Todos podemos crear una vida nueva para nosotros mismos y para compartirla con otros. Podemos mantener un sueño o ideal en nuestra mente por largos periodos de tiempo sin importar las circunstancias del medio externo. Poseemos también la capacidad de reconectar nuestro cerebro, debido a que somos capaces de hacer de un pensamiento algo más real para nosotros que cualquier otra cosa en el universo. Y bien, esta idea de que nuestros pensamientos tienen un impacto directo y causal en nuestra realidad ―y de que al cambiar nuestros pensamientos cambiamos nuestra realidad―, ya ha sido observada, pero siempre ha parecido algo que la gente racional no puede creer. Ya habrás escuchado la vieja expresión: “Lo creeré cuando lo vea”. Pero la realidad no funciona así. La verdad es más parecida a: “Lo verás cuando lo creas”. En un sentido muy real y concreto, tus creencias (tu percepción de la realidad) no solo proyectan tu realidad sino que crean tu realidad, y eso aplica a la realidad del éxito en los negocios, en la creación de los estados de salud y en el estado general de nuestro ser. En el curso que estás por empezar caminaremos, paso a paso, a lo largo del maravilloso y misterioso proceso de construir la vida que siempre has deseado, a través del control de la fuerza más poderosa que Dios creó en este mundo: tus creencias.
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DOS
UN UNIVERSO DENTRO DEL CRÁNEO “Puesto que en comparación con cualquier otra cosa del universo conocido el cerebro es diferente e inconmensurablemente más complejo, quizás tengamos que cambiar algunas de las ideas que más celosamente hemos sostenido, antes que podamos comprender la misteriosa estructura del cerebro”. ―Richard M. Restak. Neurólogo.
I.
EL MISTERIOSO UNIVERSO CEREBRAL A.
LA REVOLUCIÓN DEL CONOCIMIENTO 1.
EL MACROCOSMOS. Desde hace por lo menos tres siglos, la ciencia ha investigado científicamente las profundidades y misterios de los planetas, estrellas y galaxias del espacio exterior, ampliando la estrecha visión que del universo tenían los pueblos de la antigüedad.
2.
EL MICROCOSMOS. Con el descubrimiento de la radioactividad a finales de la década de 1890 y desde el amanecer del siglo XX, los científicos comenzaron a escudriñar los misterios escondidos en el interior del núcleo atómico. Se demostró que, a esos niveles, la naturaleza de la realidad es muy diferente de cualquier cosa conocida por el sentido común.
3.
EL NEUROCOSMOS. Mientras los físicos investigaban las profundidades del átomo, otro grupo de científicos realizaban descubrimientos igual de sorprendentes acerca del universo que existe dentro de nuestro cráneo. Lo que encontraron ha revolucionado nuestra comprensión del cerebro humano de manera casi tan espectacular como la astronomía transformó la visión del macrocosmos o la física cuántica alteró nuestra percepción del microcosmos.
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B.
II.
2
1.
Tecnologías de escaneo mediante imágenes por resonancia magnética (IRM)
2.
Tomografías por emisión de positrones (PET)
3.
Magnetoencefalografías (MEG), etc.
C.
Con su cada vez mayor sofisticación, estos instrumentos fueron capaces de trazar un mapa de la actividad eléctrica cerebral con asombroso detalle. Por primera vez desde que surgió la ciencia en el siglo XVI, los investigadores fueron capaces de observar un cerebro en el acto mismo de pensar en tiempo real, y lo que observaron revolucionó el conocimiento de la neurociencia.
D.
Los neurocientíficos hoy estiman que 98% de lo que sabemos acerca del cerebro se ha aprendido en la última década. Es aun más sorprendente el hecho de que más de 80% de lo que pensábamos que sabíamos acerca del funcionamiento del cerebro ha resultado ser falso.
E.
Aun así, todo lo aprendido no es nada en comparación con lo que permanece desconocido. Después de miles de años de conocimiento superficial y décadas recientes de intensa investigación científica, nuestro cerebro, junto con el macrouniverso y el microuniverso, permanece “esencialmente misterioso”.1
EL ASOMBROSO CEREBRO A.
1
Al inicio de esta revolución del conocimiento del cerebro, los científicos no sabían muy bien cómo operaba este nuevo universo de materia gris. Era un universo tan misterioso como el macrocosmos de la astrofísica o el microcosmos descubierto por la física cuántica. Pero durante las décadas del 80 y 90 la ciencia desarrolló una serie de herramientas tecnológicas de observación cada vez más sofisticadas que permitieron acumular más conocimiento sobre el cerebro humano:
SURGE EL CEREBRO 1.
La maravilla del cerebro empieza en la matriz. Tres semanas después de la concepción comienzan a formarse las células cerebrales. Se desarrollan en momentos de intensa actividad, y a veces se producen 250,000 células por minuto. Aún después del nacimiento, el cerebro continúa creciendo y formando su red de conexiones.
2.
El abismo que separa al cerebro humano del de cualquier animal se manifiesta muy pronto: “El cerebro del infante humano, a diferencia del de cualquier otro animal, se triplica en tamaño durante su primer año”.2 Con el tiempo, unos 100,000 millones de células nerviosas, llamadas neuronas, así como células de otros tipos, forman el apretado conjunto celular del cerebro
Restak, Richard M. (1979): The Brain: The Last Frontier, p. 390. Hunt, Morton (1982): The Universe Within, p. 44.
10
humano, aunque el peso de éste es solamente 2% del peso de todo el cuerpo. B.
C.
LAS CÉLULAS DEL CEREBRO 1.
Las células cerebrales clave ―las neuronas― en realidad no se tocan unas a otras. Están separadas por sinapsis, pequeños espacios de menos de 25 millonésimas de milímetro. Estos espacios son salvados por sustancias químicas llamadas neurotransmisores, 30 de las cuales son conocidas.
2.
Las señales químicas emitidas por una neurona son recibidas por otra en uno de sus extremos mediante un conjunto ramificado de filamentos pequeños llamados dendritas. Después, las señales son transmitidas por el otro extremo de la neurona mediante una fibra nerviosa llamada axón.
3.
Dentro de las neuronas las señales son eléctricas, pero a través de los espacios que separan a estas son químicas. Por eso se dice que la transmisión de las señales nerviosas es de naturaleza electroquímica.
4.
El cerebro es más que una colección de neuronas. A cada una de ellas le corresponden varias células gliales, que además de dar coherencia al cerebro, aíslan eléctricamente las neuronas, forman barreras protectoras entre estas y los vasos sanguíneos y combaten las infecciones. Los expertos creen que las células gliales quizás realicen funciones aún desconocidas.
EL REY DEL CUERPO 1.
Según el antropólogo Henry F. Osborn, “el cerebro humano es el objeto más maravilloso y misterioso de todo el universo.” Y no fue exagerado al decirlo, pues nuestro cerebro contiene una red de alrededor de 160 mil kilómetros de vasos capilares y 100, 000 millones de neuronas.
2.
Todas esas neuronas poseen la capacidad de desempeñar 10 cuatrillones de operaciones por segundo. Eso equivale a la capacidad y la complejidad de todos los sistemas de telefonía alrededor de todo el planeta en cada neurona individual.
3.
La capacidad de las neuronas de establecer conexiones entre ellas mismas arroja un número astronómico. Algunas neuronas, como las del neocortex, pueden conectarse con hasta 40 mil a 50 mil células nerviosas; las del cerebelo pueden conectarse con más de 1 millón de ellas. Así pues, si tuviéramos que escribir el potencial de nuestro cerebro expresado por el número de posibles conexiones neuronales que puede hacer, nos tomaría 75 años anotar todos los ceros.
4.
No solo existen conexiones entre las neuronas, sino que también hay microcircuitos que se establecen directamente entre las
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dendritas mismas. “Estos microcircuitos añaden una dimensión totalmente nueva a nuestra concepción, ya tremendamente complicada, de cómo funciona el cerebro”.3 5.
Algunos investigadores creen que los “muchos billones de células nerviosas del cerebro humano establecen quizás hasta 1000 billones de conexiones”.4 Carl Sagan dijo que el cerebro pudiera contener información que “llenaría unos 20 millones de volúmenes, tantos como en las bibliotecas más grandes del mundo”.5 Por lo que concluyó: “El cerebro es un lugar grandísimo encerrado en un espacio muy reducido”.6
6.
El cuerpo humano fue diseñado para tratar al cerebro como el rey del cuerpo; no existe órgano alguno en el cuerpo que reciba un mejor trato. La prioridad del cuidado del cerebro es tal que aun pesando solo 1 a 1.5 Kg. consume: a. b. c. d.
D.
20% del aire que respiramos 25% del flujo sanguíneo total 30% del agua que bebemos 40% de todos los nutrientes que contiene nuestra sangre
EL CEREBRO COMO COMPUTADORA 1.
2.
En un intento por explicar mejor las asombrosas capacidades intelectuales del cerebro humano, los profesores han hallado útil usar algunas comparaciones. a.
A comienzos de la revolución industrial (a mediados del siglo XVIII) era común asemejarlo a una máquina.
b.
Al convertirse el teléfono en símbolo de progreso, el órgano fue equiparado a una centralita donde una operadora tomaba las decisiones.
c.
Hoy en día en que la informática realiza tareas complicadas, hay quien se vale de la analogía de una computadora.
Existen varias diferencias fundamentales entre el funcionamiento del cerebro y el de una computadora. a.
Aunque el impulso dentro del axón es de naturaleza eléctrica, en esencia el cerebro no es solo un sistema eléctrico, sino electroquímico (II.B.3). En cada célula tienen lugar numerosas reacciones químicas, algo que difiere mucho del funcionamiento de los equipos informáticos.
3
Restak, Richard M. Op. Cit., p. 158. Fincher, Jack (1981): The Brain: Mystery of Matter and Mind, p. 37. 5 Sagan, Carl (1980): Cosmos, p. 278 6 Ibíd, p. 278. 4
12
b.
“El que dice que una computadora es un ‘cerebro electrónico’ es porque nunca ha visto un cerebro”.7
c.
“Nuestras memorias activas tienen varios miles de millones de veces la información que contiene una computadora grande de investigación de nuestros tiempos”.8
3.
“Las computadoras no piensan como seres humanos. Vamos: ni siquiera piensan; simplemente ejecutan instrucciones. ¿Y todos esos anuncios que hablan de software que piensa? Tonterías. Los investigadores serios de Inteligencia Artificial ya temen incluso emplear el término inteligencia artificial. […] Todo mundo quiere construir una computadora que funcione como el cerebro humano, pero todavía ni siquiera se sabe cómo funciona el cerebro. Y eso también lo reconoce todo el mundo”.9
4.
IBM está construyendo una computadora llamada Blue Gene que rivalizará con el poder de procesamiento del cerebro; pero todavía es incapaz de hacer lo que cualquier niño de cinco años. Blue Gene ocupará una sala de 15 metros cuadrados y necesitará 300 toneladas de aire acondicionado solo para ponerse en marcha. El cerebro humano pesa un kilo trescientos gramos y consume solo 10 vatios de electricidad.
5.
La ciencia de las computadoras usa el término inglés hardwired (de incorporación fija) para referirse a características incorporadas en una computadora que se basan en circuitos fijos, en contraste con las funciones que introduce en la computadora el programador.
6.
a.
“En los seres humanos, el equivalente a la incorporación fija son las aptitudes innatas o, por lo menos, las predisposiciones”.10
b.
Las personas tienen incorporadas en sí muchas capacidades que les permiten aprender, pero no tienen ya grabada en sí la aptitud misma implicada.
c.
En contraste con el hecho anterior, los animales tienen sabiduría instintiva de incorporación fija, pero capacidades limitadas en cuanto a aprender cosas nuevas.
El animal más inteligente “jamás desarrolla una mente como la del ser humano, porque le falta lo que nosotros tenemos: preprogramación de nuestro equipo neural que nos capacita
7
Bengelsdorf, Irving S., Los Angeles Times, “Network in Human Brain Shames Man-Made Variety”, 8 de octubre de 1967. 8 Hunt, Morton, Op. Cit., p. 85. 9 Iles, Greg (2003): The Footprints of God, p. 82. 10 Hunt, Morton, Op. Cit. p. 166.
13
para formar conceptos de lo que vemos, idioma de lo que oímos y pensamientos de nuestras experiencias”.11
E.
7.
Pero tenemos que programar el cerebro, mediante la entrada de información desde nuestro entorno, porque si no, “no se desarrollaría nada que se asemejara a la mente humana […] Sin esa inmensa infusión de experiencia, escasamente aparecería indicio del intelecto”. 12
8.
La capacidad incorporada en el cerebro humano nos permite construir el intelecto humano. Y, a diferencia de los animales y las computadoras, tenemos el libre albedrío que hace posible que programemos nuestro intelecto como escojamos hacerlo, basándonos en nuestro propio conocimiento, en nuestros valores y nuestras oportunidades y metas.
CEREBRO Y LENGUAJE 1.
2.
Un ejemplo sobresaliente de capacidades de incorporación fija con gran flexibilidad para programación por nosotros es el del lenguaje. a.
“El cerebro humano está programado genéticamente para la expresión mediante el lenguaje”.13
b.
El habla “puede explicarse únicamente sobre la base de que tenemos dentro del cerebro una capacidad innata para procesar lenguaje”.14
c.
A diferencia de la rigidez que se despliega en el comportamiento instintivo de los animales, hay tremenda flexibilidad en el uso que el humano da a esta capacidad de incorporación fija para expresarse en lenguaje.
En nuestro cerebro no hay arreglo de incorporación fija para algún lenguaje específico, sino que estamos programados, a diferencia de los animales, con la capacidad de aprender idiomas. a.
Si en un hogar se hablan dos idiomas, un niño de ese hogar puede aprender ambos. Si se expone al niño a un tercer idioma, el niño puede aprenderlo también.
b.
Se cuenta que una niña fue expuesta a varios idiomas desde su tierna infancia. Para cuando tenía cinco años, hablaba ocho idiomas con fluidez.
c.
“Los experimentos para enseñar lenguaje de señas a los chimpancés en realidad prueban que los chimpancés no
11
Hunt, Morton, Op. Cit. p. 227.
12
Ibíd., p. 229.
13
Fincher, Jack, Op. Cit., p. 59. Restak, Richard M. Op. Cit., p. 331.
14
14
pueden expresarse siquiera en las formas más rudimentarias del lenguaje humano”.15 3.
F.
Notas finales con respecto al misterio del lenguaje humano. a.
“Mientras más tratamos de investigar el mecanismo del lenguaje, más misterioso se nos hace tal proceso”.16
b.
“En la actualidad el origen del habla sintáctica sigue siendo un misterio”.17
c.
“La facultad del habla, que pone en movimiento a hombres y naciones como no lo hace ninguna otra fuerza, separa singularmente a los humanos de los animales. Sin embargo, los orígenes del lenguaje siguen siendo uno de los más desconcertantes misterios del cerebro”.18
CEREBRO Y APRENDIZAJE INFINITO 1.
El cerebro del hombre “está dotado de una potencialidad considerablemente mayor de la que se puede utilizar durante la vida de una persona”.19
2.
El cerebro humano podría encargarse de cualquier carga de enseñanza y memoria que se le impusiera ahora, ¡y 1000 millones de veces más! “Este es, en realidad, el único ejemplo en existencia de que a una especie se le haya suministrado un órgano que todavía no ha aprendido a usar. ¿Cómo puede conciliarse esto con la tesis más fundamental de la evolución?: La selección natural adelanta a pasos pequeños, cada uno de los cuales debe otorgar a su portador una ventaja mínima, aunque mensurable. [El desarrollo del cerebro humano] sigue siendo el aspecto más inexplicable de la evolución”.20
3.
Puesto que el proceso evolutivo no produciría ni transmitiría a generaciones futuras tal capacidad cerebral excesiva que nunca habría de usarse, nos parece más razonable llegar a la conclusión de que el hombre, con su capacidad para seguir aprendiendo para siempre, fue diseñado para vivir para siempre.
15
Montagu, Ashley (1962): Man: His First Million Years, p. 102. Restak, Richard M., Op. Cit., p. 332. 17 Young, J. Z. (1978): Programs of the Brain, p. 186. 18 Fincher, Jack, Op. Cit., p. 53. 19 Enciclopedia Británica (1976). Macropædia, tomo 12, p. 998. 20 Restak, Richard M., Op. Cit., p. 59, 69. 16
15
TRES
EL CEREBRO Y LA CONSCIENCIA I.
VIAJE AL INTERIOR DE LA CABEZA A.
El cerebro se constituye por capas progresivas, cada una de las cuales se remite a un nivel diferente de nuestro desarrollo biológico como especie, desde las simples funciones reflexivas (o reflejas) diseñadas para asegurarnos la supervivencia física, hasta las más avanzadas y sofisticadas funciones de la imaginación y el análisis intelectual.
B.
Las funciones más primitivas son controladas por las capas localizadas en el centro del cerebro, que son las que se desarrollan primero. Las funciones más sofisticadas a nivel intelectual, que también son las de desarrollo más reciente, son controladas por áreas localizadas hacia el frente y en la superficie del cerebro. 1.
Corteza cerebral Los lóbulos y circunvoluciones de la sinuosa corteza cerebral presentan la sección más destacada del cerebro. Esta ondulada capa de materia de color gris rosáceo, de unos tres milímetros de espesor, es rica en neuronas pues alberga un 75% de los 10 mil a 100 mil millones de células nerviosas de todo el cerebro.
2.
Cuerpo calloso Establece el vital enlace entre los hemisferios derecho e izquierdo
3.
Tálamo Su nombre viene de un helenismo que significa “aposento interior”. A través de él pasa la mayoría de la información que recibe el cerebro.
4.
Hipotálamo Se encuentra íntimamente ligado al tálamo, su nombre es un helenismo que significa “bajo el aposento interior”. Contribuye a regular la presión sanguínea y la temperatura corporal.
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5.
Hipófisis (Pituitaria) Es una importantísima glándula que controla el sistema endocrino mediante hormonas ―secreciones químicas que influyen en la producción de sustancias de las demás glándulas del organismo.
6.
Protuberancia anular (Puente de Varolio) Procesa la información referente a los movimientos que realizamos.
7.
Bulbo raquídeo (Médula oblonga) Controla la respiración, la circulación, la palpitación y la digestión.
8.
Amígdala Conglomerado de células nerviosas que tiene el tamaño de una almendra y está situado cerca del tallo cerebral, que procesa los recuerdos relacionados con el miedo.
9.
Ganglios basales Se centran en los hábitos y las destrezas físicas
10.
Cerebelo Literalmente, “cerebrito”, es una estructura situada en la parte inferior y posterior del cerebro. Se concentra en el aprendizaje condicionado y en los reflejos.
II.
ENCÉFALO, MESENCÉFALO Y TALLO CEREBRAL Las estructuras cerebrales anteriores pueden ser agrupadas en tres secciones que se corresponden con su función principal: Tallo cerebral, mesencéfalo y encéfalo. A.
Encéfalo (Lóbulo frontal y Neocortex) Es la región de más reciente desarrollo de nuestro cerebro. Gobierna nuestros pensamientos conscientes. El lóbulo frontal es con el que creamos, especulamos, aprendemos, nos concentramos y nos enfocamos
B.
Mesencéfalo Su nombre significa “cerebro medio” y es el viejo cerebro que nos hace mamíferos, pues controla nuestras emociones y nuestra sexualidad y desempeña una función fundamental en la regulación de la memoria.
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C.
Tallo cerebral También conocido como “cerebro reptiliano”, es similar en estructura y funcionamiento al cerebro de los reptiles de sangre fría. Controla muchas de las reacciones instintivas de nuestro cuerpo, como el pulso cardiaco, la respiración y la digestión. Opera por instinto y es responsable de mantener vivo al organismo.
III.
CEREBRO CONSCIENTE Y CEREBRO INCONSCIENTE Todas estas variadas funciones y aspectos corresponden a dos divisiones básicas y mayores del cerebro: cerebro consciente y cerebro inconsciente. En esta sección hablaremos solo del cerebro consciente.
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A.
El cerebro consciente es la parte del cerebro que piensa y razona, la parte a través de la cual tú ejerces tu libre albedrío, la que utilizas cuando evalúas opciones y tomas nuevas decisiones.
B.
El lóbulo frontal es el logro por excelencia de la creación humana. Más que nuestros pulgares opuestos, la visión bifocal o cualquier otra característica, el tamaño de nuestro lóbulo frontal en relación con el resto de nuestro cerebro es lo que nos distingue de otras especies animales. El lóbulo frontal es el director general del cerebro, responsable del enfoque y la concentración, de aprender y del poder de la observación.
C.
Nuestra inteligencia consciente tiene un amplio rango de atributos y habilidades variadas. Desde la frecuencia más baja hasta la más alta, llamamos voluntad, percepción, memoria, razonamiento, intuición e imaginación a los distintos aspectos del espectro de la consciencia. 1.
Voluntad: Facultad consciente involucrada cuando tomas la decisión de hacer algo nuevo o diferente. La voluntad es lo que proporciona el impulso básico que cataliza las circunstancias y hace avanzar la acción. Dice John Assaraf que “si estás interesado en algo, harás lo que sea conveniente; pero si estás comprometido, harás lo que sea necesario”.21 La voluntad es el ejercicio consciente de esa cualidad de compromiso. Cuando ejerces tu “fuerza de voluntad” realizas grandes esfuerzos y haces lo que sea necesario para mover las cosas. Valor, disciplina, compromiso, lealtad, perseverancia… todas estas características son manifestaciones o variaciones de este motivador consciente que llamamos voluntad.
2.
Memoria: La neurociencia nos dice que la memoria a corto plazo es un fenómeno eléctrico y que la memoria a largo plazo es un fenómeno químico. De cualquier manera, la memoria en sí misma es más que una simple acción mecánica de almacenamiento y recuperación de datos. La memoria es la capacidad de utilizar nuestro cerebro consciente para buscar y reunir información relevante para la situación que se nos presenta. A pesar de que la sabiduría convencional dice que
Assaraf, John (2008): The Answer, p. 69.
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nuestros recuerdos están almacenados en nuestro cerebro, ciertas investigaciones ahora sugieren que la mayor parte de nuestros recuerdos están “almacenados” fuera de nosotros, en el llamado campo cuántico.22 Tomando la analogía de las señales de televisión captadas por el televisor, los científicos ahora sugieren que, una vez que tienes una experiencia o un pensamiento, esta experiencia o pensamiento se transmite al campo cuántico y reside ahí en forma de onda, disponible en potencia no solo para ti sino para cualquier persona. 3.
Percepción: A la pregunta “¿con qué vemos”? quizá contestes “con los ojos”. Eso es incorrecto. Solo vemos a través de los ojos, pero no vemos con ellos. Y si usamos lentes de contacto o anteojos, seguimos viendo a través de los lentes o los anteojos. La verdad es que vemos con el cerebro. Lo que ves no se basa en lo que puedes detectar con tus ojos sino en los patrones neurológicos de tu cerebro. No vemos lo que hay allí. Solo vemos lo que estamos programados para ver, lo que estamos condicionados a ver. Puede haber un mismo fenómeno ante varias personas que lo ven con los ojos, pero cada quien lo percibirá con el cerebro de diferente manera, según sus creencias. Cuando cada una de esas personas te digan lo que vieron, te estarán diciendo la verdad; pero cada una lo hará desde su particular punto de vista perceptual.
4.
Razonamiento. Es la capacidad de conectar los hechos de una situación en particular con principios mayores basados en miles de otras experiencias, incluso aquellas que son lejanas en tiempo y en espacio. Existen dos tipos de actos conscientes aquí: el razonamiento inductivo, que consiste en llegar a principios generales al extrapolar las experiencias particulares; el razonamiento deductivo, que consiste en el proceso inverso: a partir de esas generalizaciones aceptada como verdaderas, nos ayuda a determinar la lógica y validez de un hecho o conocimiento nuevo.
5.
Intuición. Es la facultad de saber algo con certeza antes de tener suficiente evidencia de ello. Se le conoce también como “corazonada”, “juicio” o “instinto”, aunque ninguno de estos términos es tan acertado como “intuición”. La palabra proviene de la voz latina intueri, que significa “considerar”, y se refiere a nuestra habilidad de observar una situación determinada y obtener conocimiento y comprensión de manera instantánea sin que nuestra percepción sensible o nuestra lógica actúen como
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Véanse los descubrimientos del profesor de matemáticas de la Universidad de Siegen (Alemania), Walter Schempp sobre la memoria cuántica en: Shempp, Walter J. (1990): Magnetic Resonance Imaging: Mathematical Foundations and Applications, [Londres: Wiley-Liss]. En su obra, Schempp expone la idea de que la memoria a corto y a largo plazo no reside en el cerebro en absoluto, sino que está almacenada en el Campo Punto Cero. Karl Pribram y una serie de científicos, incluyendo al teórico de sistemas Ervin Laszlo, han argumentado que el cerebro es solo un mecanismo de recuperación y lectura del gran medio de almacenamiento de información: el Campo. Esta es también la visión del gran físico David Bohm, quien postuló que toda la información está presente en un dominio invisible, o realidad superior (el orden implicado), y que la información relevante puede ser solicitada en un momento de necesidad o cuando es más significativa. Ver Bohm, David (1980): Wholeness and the Implicate Order, [Londres: Routledge].
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intermediarios. En ciertas situaciones, hay cosas que sabes inmediatamente. No sabes cómo lo supiste, solo lo supiste. Eso es intuir. No existe tal cosa como la “intuición pobre” o la “carencia de intuición”. Todos tenemos una aguda capacidad intuitiva y solo diferimos en nuestra habilidad para integrar ese sentido intuitivo al resto de nuestras funciones conscientes. A menudo permitimos que otras funciones conscientes intervengan y cuestionen lo que intuimos. Cuando decimos que una persona tiene una intuición muy fuerte, lo que en realidad expresamos es que esa persona tiene una capacidad muy desarrollada para estar consciente de su proceso intuitivo y no lo ahoga con otros procesos conscientes. 6.
D.
Imaginación. Es tal vez nuestro don consciente más poderoso. Es la facultad que por lo general la gente llama visión. La imaginación significa que somos capaces de crear imágenes en nuestras mentes a partir de imágenes extraídas del campo cuántico de todas las posibilidades, y de hacer esas imágenes tan vívidas como si en verdad ocurrieran en el mundo físico. Por desgracia, a menudo la imaginación es una baja sensible en el proceso de crecimiento personal. Para cuando llegamos a nuestra tercera década de vida, la mayoría de nosotros tiene atrofiadas 95% de las neuronas creativas de la imaginación debido a la falta de uso. Si queremos cambiar nuestra vida o lograr nuestro sueño más grande, necesitamos recuperar nuestra capacidad creativaimaginativa de la infancia y ejercitar la imaginación al máximo. La imaginación es la base de tu capacidad para crear cualquier cosa en la vida… Albert Einstein lo expresó con absoluta claridad cuando dijo: “La imaginación es más importante que el conocimiento”.
Ahora estás listo para descubrir algo nuevo. Te darás cuenta por qué, aunque tengas estas seis características conscientes en funcionamiento pleno, normalmente no obtienes lo que quieres. Vas a descubrir por qué aunque puedes tener los más grandes y maravillosos sueños y propósitos del mundo, no ves ningún resultado positivo tangible; verás que se debe a que aun estás cayendo presa de esa gran falacia que está saboteando los sueños de millones de personas en el mundo.
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