NELLIE CAMPOBELLO (1900-1986)
Su verdadero nombre fue Nellie Francisca Ernestina Moya Luna, el 7 de noviembre de 1900, en Villa Ocampo, un pequeño pueblo al norte de Durango, limítrofe con Chihuahua. Transcurrió sus primeros años en medio de la zozobra y la angustia de una lucha revolucionaria. Radicó primero en la ciudad de Parral, Chihuahua. Entre 1908 y 1909, Rafaela Luna se trasladó a Parral, Chihuahua, con sus hijos. Ahí tuvo a Soledad (Gloria Campobello) en 1911, producto de una relación sentimental que sostuvo en Chihuahua con un empresario estadounidense de apellido Campbell, apellido del cual tomó Nellie su seudónimo, modificándolo para quedar Campobello (Conaculta, párr. 3). Después Nellie se trasladó a la ciudad de Chihuahua, estudió en uno de los colegios de mayor prestigio, la Escuela Inglesa de la Colonia Rosales, donde a los 18 años recibió elogios por una representación en danza. También viajó a Laredo, Texas, y finalmente a la Ciudad de México. En 1931, por instrucción de la Secretaría de Educación Pública, surge la primera escuela de danza pública. Narciso Bassols y Carlos Chávez la declaran Escuela de Danza, y la reinauguran el 15 de mayo de 1932, dirigida por el pintor Carlos Mérida y Nellie Campobello como su ayudante. En el año de 1937 se asignó al plantel el nombre oficial de Escuela Nacional de Danza y la profesora Nellie Campobello asume la dirección de la escuela. Gracias a su trabajo se institucionaliza la danza en México logrando un gran avance dentro de la cultura de esa época. En 1992 se modifica el nombre de la escuela por Escuela Nacional de Danza Nellie y Gloria Campobello haciendo honor a estas dos grandes figuras dentro de la danza en México. Su desaparición y muerte permanecen en el misterio; la última vez que se le vio fue en 1985. Fue presuntamente secuestrada en ese entonces por Claudio Fuentes Figueroa o Claudio Niño Cifuentes y por su entonces esposa María Cristina Belmont, ex alumna de la Escuela Nacional de Danza. Después de más de 13 años de no saber el paradero de Campobello, por una denuncia presentada por la Comisión ¿Dónde está Nellie?, la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal descubrió que Nellie murió el 9 de julio de 1986 y fue sepultada en el Panteón de Dolores de Progreso de Obregón, Hidalgo, a donde la llevaron a radicar los últimos días de su vida sus presuntos secuestradores, que según testigos la mantuvieron alcoholizada durante sus últimos años. La verdad sobre el caso quizá nunca se conozca por completo. Otro misterio en la vida de Nellie Campobello.
Obras ¡Yo! Francisca [o Francisca Yo!, de acuerdo con el profesor Vargas] (1929). Poemario. Cartucho. Relatos de la lucha en el norte de México (1931). Obra que se divide en tres capítulos:
“Hombres fuertes”, “Fusilados” y “En el fuego” Las manos de Mamá
(1937). Novela escrita en diecisiete fragmentos, en los que su madre se
convierte en eje central. Apuntes sobre la vida militar de Francisco Villa (1937
ó 1940), siguiendo la línea de la lucha
armada y las investigaciones que realizaba sobre el Centauro del Norte Ritmos indígenas de México,
con Gloria Campobello (1941). En él, las hermanas recopilan
coreografías de gran apoyo a los grupos de danza. Habiendo dedicado gran parte de su vida a la investigación y la enseñanza del baile autóctono mexicano, esa experiencia fue recopilada en este libro. Tres poemas (1957). Mis Libros
Poemario.
(1960). Esta compilación de la autora, de su obra tanto narrativa como poética, fue
ilustrada por el pintor y muralista José Clemente Orozco. LAS MANOS DE MAMÁ (1937)
Es una novela escrita en diecisiete fragmentos, homenaje a su madre, de quien nunca dice su nombre en la obra, refiriéndose a su progenitora como “Ella”, “Usted” o “Mamá”.
Habiendo
señalado en la entrevista a Carballo que escribía sus libros para contestar ofensas o para pagar deudas, en lo tocante a Las manos de
mamá señaló que “Lo compuse para pagar una deuda, una
deuda que tenía contraída con Ella, con mamá” (Carballo, 417).
El título del libro, Las manos de mamá, nos remite a la imagen que la autora presentara a Carballo, en el sentido de que lo único que su madre les permitía tocarle eran las manos, imagen que se repite a lo largo del libro, convirtiéndose en uno de los hilos que mantiene unidos a madre e hijos, en contacto permanente. Se trata de unas manos fuertes, dulces, trabajadoras, proveedoras de alimento y vestido, pero también acariciantes y consoladoras, como precisará en diversos fragmentos de la novela. En su obra, Campobello habló de la belleza de los indios de la sierra y algunas de sus costumbres (cantos y danzas de guerra, uso de flechas y arcos). Hizo también una anotación a la hipocresía social del mundo citadino, en el que se desenvuelve en el tiempo en que escribió la
novela, en que “las gentes […] Prefieren la sonrisa de hombres y mujeres desconocidos y no precisamente una sonrisa de alivio espiritual; no, buscan las sonrisas para satisfacer pasiones de tipo social, ficticio […] (8). Las manos de mamá
da también cabida al amor que Rafaela experimentó en diversas
ocasiones, tanto con el padre de Nellie como con algún participante en la lucha revolucionaria; amor eterno hacia su hombre y amores fugaces en el fragor de las batallas que se vivían en tiempos revolucionarios, como muchas mujeres debieron experimentar. Su madre siempre se ocupó de que sus hijos tuvieran lo necesario, cuidándolos, rescatándolos, cosiéndoles ropa, protegiéndolos bajo sus faldas; aunque en ocasiones no tuvieran que comer, estaban bien si estaban a su lado; Rafaela, mujer valiente, criada de esa manera por su padre, supo defender a sus hijos de las vicisitudes de la vida sin más armas que sus manos, su trabajo y su astucia; nunca trató de disfrazar el mundo en que vivían; lo conocieron y observaron de primera mano, sin que ello cambiara su esencia, en aquel entonces infantil, pero de una manera que a Nellie inspiró profundamente y “marcó” su personalidad de adulta como una mujer
fuerte, dedicada y resuelta. La autora, a través de la utilización de una madurez expresiva se apropia de una perspectiva infantil para hablar de hechos crudos de una manera sorpresiva; novela de reflejos autobiográficos; sin pretensiones exorbitantes o míticas, una visión serena y directa de la realidad que le tocó vivir y palpar, ya sea a través de sus manos o a través de las sagradas manos de “Mamá”. En esta visión, la autora siempre nos presenta su narración desde una perspectiva
paralela y alterna, desde un binomio fundamental: Nostalgia y Alegría (Guerrero, 3). El segundo tema que prevalece en esta creación literaria, tras el retrato de su amada madre, es el de la revolución, quedando plasmado en la obra a través de la visión de la autora, tal como ella lo vio de niña o lo recuerda ya adulta, mostrando que el tener que desenvolverse en circunstancias adversas, en ambientes cruentos o situaciones inhumanas, no es un pretexto para convertirse en un mal ser humano. Nellie rinde homenaje a todas las mujeres que acompañaron a sus hombres en la lucha, de una u otra manera, pero es especialmente dedicado a su madre, mujer valiosa y valiente, que puso todo su empeño en lograr que sus hijos conocieran la vida tal como era, sin adornos ni falsas esperanzas; les enseñó a cuidarse y valerse por ellos mismos, les brindó amor incondicional y dio su propia vida por amor a ellos. La figura materna es elevada a un plano
superior y sagrado, donde más allá de la muerte, se deja sentir su capacidad y su protección. Campobello escribe un relato de verdadera emancipación, donde la mujer sobrevive y es un ejemplo en contexto total y plenamente falocéntrico. En su novela no existen vencedores y vencidos, sino seres humanos que luchan y logran sobrevivir en un ambiente de guerra y hostilidad, donde la mujer demuestra su valor y su dignidad humana. (Guerrero, 23) En Las
manos de
mamá, Nellie Campobello realiza un recuento de sus enseñanzas,
experiencias y sucesos conocidos y vividos a través de las manos de su madre, que fueron compañeras, sembraron flores, que indicaron el camino a sus hijos, que trenzaron su cabello, que hicieron la señal de la cruz y las tortillas, que rasgaron vestiduras para encontrar a Dios dentro de sí, que lavaron sus caras y secaron sus o jos… manos perfectas. Las manos de mamá.
Bibliografía y fuentes: Bautista Aguilar, Juan. “Prólogo” Nellie Campobello. Obra Reunida. México: Fondo de Cultura Económica. 2007. Citado por RGT en “Nellie Campobello, “una mujer entregada a su arte” que dejó un valioso legado a México”. Comunicado No. 1784. 5 de noviembre del 2010. Sala de Prensa. Consejo Nacional para la Cultura y las Artes. [Sitio] En línea. 4 de octubre del 2011.
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