Josué Caluquí Prof. Juan José Alomía CTV 150 NRC 2725 06 de marzo de 2017 Ensayo Nº 1 Hacksaw Ridge ganadora de mejor montaje, Oscar 2017
Hacksaw Ridge o Hasta el último hombre, en su traducción al español es una película basada en la historia real de Desmond T. Doss, soldado que luchó durante durante la Segunda Guerra Mundial y que logró ganar la Medalla de Honor del Congreso por haber salvado a decenas de heridos durante la batalla de Okinawa. Es interpretada por Andrew Garfield, el segundo Spider-Man, en el que da vida a un joven contrario a l a violencia, que se alista en el ejército de los EEUU con el objetivo de servir se rvir como médico durante la guerra. Tras enfrentarse a las autoridades militares y a un juicio por su negativa a empuñar un arma, consigue su objetivo y es enviado a s ervir como médico al frente japonés. A pesar de ser recibido con recelo por todo el batallón durante la salvaje toma de Okinawa, Desmond, nombre real de quien interpreta Ga rfield, decide jugarse la vida en la peor de las condiciones, demostrando su valor valor salvando a 75 hombres heridos consiguiendo el respeto de los soldados. Esta película es dirigida por el actor a ctor y director Mel Gibson, a quien se le conoce por papeles en películas como La Pasión de Cristo o El Patriota. En En toda la película las escenas de combate son alucinantes; cámaras lentas, montaje visceral y planos secuencia de sangre, sudor y lágrimas que, por un momento, meten al especta dor en la primera línea de fuego del frente japonés en la Segunda Guerra Mundial. Mundial. Es difícil describirlo con palabras, pero esperen un infierno en la tierra: gore a cascoporro, mutilaciones, soldados estallando por los aires, piel quemada en carne viva, y muertes a
doquier. En ese sentido, la película es un claro alegato contra la guerra; lo es también en el retrato del personaje de Weaving y esa familia rota a causa de los traumas de la Primera Guerra Mundial. Ahora bien, al mismo tiempo, también retrata el heroísmo de su protagonista, Desmond Doss, en una época donde lo de ir a la guerra er a casi obligatorio aunque fuera ir a una muerte segura; con ese concepto del deber y el honor tan marcado que tenían en la Norteamérica de los años cuarenta. Algo que, visto hoy en día, parece pasado de moda. Un personaje real, el de Doss, que, al conocer de cerca su historia, no acabamos de tener claro si fue un héroe de verdad, o un redneck religioso con buenas intenciones lo suficientemente loco para salvar setenta y cinco vidas en una batalla sin utilizar un arma. Algo que Gibson también parece preguntarse en algunas escenas de la película. Por otro lado, Gibson opta por un acercamiento más clásico al relato, casi en la línea de, por mencionar a otro realizador en activo, lo que uno esperaría de Clint Eastwood, es una opinión personal. Ahí es cierto que la propia ambientaci ón lleva a una conclusión acelerada al respecto, pero es que desde el manejo de la cámara hasta el propio montaje lleva a pensar en esa dirección. Además, lo hace para hablar de Doss, pues incluso puede verse en esa primera mitad una especie de reflejo de sí mismo. Pero con todas la escenas que nos hacen sentir incómodos o con suspenso, es bueno recalcar el papel del montaje que Gibson dio a esta película y que se destacó mucho más que en Apocalyptico.