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PRESEN TACIÓN: Conocer nuestro pasado nos ubica para enfrentar nuestro futuro con un propósito. El pasado deja de ser una serie de hechos irrelevantes en los libros para convert irse en una serie de principios orientadores para conducirnos en el futuro, y esto es así cuando el ser humano decide conocer su pasado, para comprenderse y comprender a sus semejantes, conocerlos, valorarlos, respetarlos y aquilatarlos. Gracias a Dios por permitirme el privilegio de poder llegar a ti con este libro que intenta brevemente llevarte a conocer tu pasado como adventista. Que Dios te cuide y ayude en el desarrollo fascinante de este curso. Tu amigo: Yván Balabarca Cárdenas Título: ANTROPOLOGÍA BÍBLICA Autor: Benjamín Rojas Yauri Co - autor: Abel Torr Torres es Salazar Diseño de interior y tapa: Denise Raquel Orosco Florián El contenido de está publicación (texto, imagenes y diseño), no podrá reproducirse total ni parcialmente por ningún medio mecánico, fotográfico, electrónico (escáner y/o fotocopia) sin a autorización escrita del autor. UNIVERSIDAD PERUANA UNIÓN - Facultad de Teología Departamento de Educación Religiosa Carretera Central km 19 - Ñaña - Lima / Tel: (01) 618 6336 / 618 - 6300 / Anexo: 3034 www.upeu.edu.pe
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ÍNDICE UNIDAD I
ORIGEN DIVINO DE L A IGLESIA ADVENTISTA ADVENTISTA DEL SÉPTIMO DÍA
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TABLA DE CONTE NIDO
SESIÓN N° 1: SÍNTESIS DEL PANORAMA HISTÓRICO PROFÉTICO DEL SURGIMIENTO DEL DON DE PROFECÍA EN LA IGLESIA ADVENTISTA DEL SÉPTIMO DÍA SESIÓN N° 2: CONTEXTO CONTEXTO HISTÓRICO DEL DESPERTAR ADVENTISTA SESIÓN N° 3: EL MOVIMIENTO MILLERITA SESIÓN N° 4: DESPUÉS DE L CHASCO SESIÓN N° 5: PASOS HACIA LA ORGANIZACIÓN SESIÓN N° 6: LA EXPANSIÓN MISIONERA Y ORGANIZACIONAL ORGANIZAC IONAL (1868 - 1885) SESIÓN N° 7: EL DESARROLLO ORGANIZACIONAL SESIÓN N° 8: LA CRISIS DE 1888 Y LA EXPANSIÓN DE LAS INSTITUCIONES SESIÓN N° 9: LA REORGANIZACIÓN Y LA CRISIS DEL DR. KELLOG
UNIDAD II
PRINCIPALES PERSONAJES Y DESARROLLO DE LA IGLESIA ADVENTISTA ADVENTISTA DEL SÉP TIMO DÍA SESIÓN N° 10: LOS ÚLTIMOS AÑOS DE ELENA G. DE WHITE Y SU LEGADO SESIÓN N° 11: JAIME WHITE Y L AS PUBLICACIONES PUBLICACIONES ADVENTISTAS. 7
UNIDAD III
ORIGEN Y DESARROLLO DE LA IGLESIA ADVENTISTA ADVENTISTA DEL SÉ PTIMO DÍA EN EL PERÚ SESIÓN N° 12: LAS GUERRAS MUNDIALES SESIÓN N° 13: L A IGLESIA ADVENTISTA ADVENTISTA DEL SÉPTIMO DÍA EN EL PERÚ SESIÓN N° 14: HISTORIA DE LA EDUCACIÓN ADVENTISTA EN EL PERÚ SESIÓN N° 15: PANORAMA DE LA IGLESIA ADVENTISTA EN EL PERÚ SESIÓN N° 16: RESUMEN Y CONCLUSIONES BIBLIOGRAFÍA
A L L I M U S
La asignatura Historia de la Iglesia Adventista del Séptimo Día pertenece al área de Estudios Generales. Es de naturaleza teórica. Tiene como propósito evaluar el origen y desarrollo de la Iglesia Adventista del Séptimo Día según el método histórico a fin de aceptarla como un movimiento dirigido por Dios. Comprende: Origen divino de la Iglesia Adventista del Séptimo Día; Principales personajes y desarrollo de la Iglesia Adventista del Séptimo Día; Origen y desarrollo de la Iglesia Adventista del Séptimo Día en el Perú.
Evalúa el origen y desarrollo de la Iglesia Adventista del Séptimo Día según el método histórico a fin de aceptarla como un movimiento dirigido por Dios.
COMPETENCIA 8
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UNIDAD I
ORIGEN DIVINO DE LA IGLESIA ADVENTISTA DEL SÉPTIMO DÍA 10
SESIÓN
SESIÓN
SESIÓN
N°1
N°2
N°3
Síntesis del panorama histórico profético del surgimiento del don de profecía en la Iglesia Adventista del Séptimo Día
Contexto histórico del despertar adventista
El movimiento Millerita
SESIÓN
SESIÓN
SESIÓN
N°4
N°5
N°6
Después del chasco
Pasos hacia la organización
La expansión misionera y organizacional (1868 - 1885)
SESIÓN
SESIÓN
SESIÓN
N°7
N°8
N°9
El desarrollo organizacional
La crisis de 1888 y la expansión de las instituciones
La reorganización y la crisis del Dr. Kellog
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SESIÓN N° 1:
SINTESIS DEL PANORAMA HISTÓRICO PROFÉTICO DEL SURGIMIENTO DEL DON DE PROFECÍA EN LA IGLESIA ADVENTISTA DEL SÉPTIMO DÍA 12
DANIEL 7 Era el rey Belsasar quien reinaba sobre Babilonia cuando Daniel tuvo un sueño en el que cuatro “bestias grandes, diferentes la una de la otra, subían del mar” (Daniel 7:3), la primera era “como león, y tenía alas de águila” (Daniel 7:4) y representaba al imperio de Babilonia que dominó el mundo entre el 605 y el 539 a.C. Luego Daniel observó una “segunda bestia, semejante a un oso, la cual se alzaba de un costado más que del otro, y tenía en su boca tres costillas entre los dientes; y le fue dicho así: Levántate, devora mucha carne” (Daniel 7:5), esta bestia representaba al imperio Medo Persa, el cual tomó a Babilonia una noche del 539 y gobernó sobre la tierra hasta que cayó derrotado ante los griegos de Alejandro en la batalla de Issus el 331 a.C. dando inicio al tercer imperio. Daniel escribió luego: “he aquí otra (bestia), seme jante a un leopardo, con cuatro alas de ave en sus espaldas; tenía también esta bestia cuatro cabezas; y le fue dado dominio”, las cuatro alas denotan a la velocidad con que Alejandro conquistó su gran imperio, el griego, el cual existió desde que Alejandro conquistó todo, hasta la época de los descendientes de los cuatro grandes generales. El imperio de Alejandro se dividió en cuatro partes veinte años después de su muerte el 301 a. C. y luego estas se redujeron a tres el 208 a. C y luego las restantes fueron absorbidas de manera gradual por el Imperio Romano entre el 168 y el 30 a. C. Daniel describió a una “cuarta bestia, espantosa y terrible y en gran manera fuerte, la cual tenía unos dientes grandes de hierro; devoraba y desmenuzaba, y las sobras hollaba con sus pies, y era muy diferente de todas las bestias que vi antes de ella, y tenía diez cuernos” (Daniel 7:7) Esta bestia señala al Imperio Romano que tardó cien años en conquistar el legado de Alejandro afirmando su poder sobre los griegos el año 168 a. C. en la batalla de Pydna. El Imperio Romano surgió para gobernar sobre la tierra hasta el año 476 cuando el último emperador de occidente fue depuesto por los barbaros. Al caer Roma occidental, en su territorio surgieron diez tribus bárbaras: Visigodos, Vándalos, Ostrogodos, Lombardos, Francos, Burgundios, Suevos, Anglosa jones, Alamanes y Hérulos. Daniel señaló además: “mientras yo contemplaba los cuernos, he aquí que otro cuerno pequeño salía entre ellos, y delante de él fueron arrancados tres
cuernos de los primeros; y he aquí que este cuerno tenía ojos como de hombre, y una boca que hablaba grandes cosas” (Daniel 7:8). Este cuerno (reino) era pequeño en comparación a los otros y para que surgiera era necesario que tres reinos desaparecieran. Los hérulos fueron vencidos por los Ostrogodos y su general Teodorico en el 493. Los Vándalos y los Ostrogodos fueron vencidos a su vez por el poderoso general bizantino Belisario, quien tomó prisionero a Gelimer, rey de los Vándalos (534) y luego los godos fueron expulsados de Roma el 538 d.C. En el año 538 d.C. se cumplió el edicto de Justiniano del 533 d.C. que otorgaba la ciudad de Roma a la autoridad del obispo de la ciudad. Fue puesto en el trono de Roma Vigilio y se constituyó en el primer gobernante de una nueva Roma cristiana con poder imperial. El papado había sido encumbrado gracias a las gestiones del emperador romano Justiniano. Daniel mencionó que este cuerno pequeño “tenía ojos, y boca que hablaba grandes cosas, y parecía más grande que sus compañeros. Y veía yo que este cuerno hacía guerra contra los santos, y los vencía”. (Daniel 7:20-21). El cuerno pequeño por siglos ha levantado su voz en blasfemias y ha perseguido a los santos de Dios, como parte del cumplimiento de este hablar contra el Altísimo y hacer guerra contra los santos recontaremos a continuación algunos eventos que describen el accionar del “cuernito”: El año 300 d.C.: Se inició las oraciones a favor de los muertos y hacerse la señal de la cruz. El año 375 d.C.: Se inició la veneración de los ángeles y el uso de imágenes. El año 394 d.C.: Fue adoptada la misa como una celebración diaria. El año 431 d.C.: Se dio comienzo a la veneración a María, y el principio del uso del término “Madre de Dios” aprobado por el Concilio de Éfeso. El año 500 d.C.: Los sacerdotes empezaron a vestir en forma diferente a los laicos y a usar ropa clerical, por la regla de San Benito. El año 526 d.C.: Se comienza a practicar la extremaunción. El año 593 d.C.: La doctrina del purgatorio fue establecida por Gregorio el Grande. El año 600 d.C.: Los sacerdotes empezaron la veneración de María, los santos y los ángeles. El año 607 d.C.: Bonifacio III reclamó para sí el titulo de obispo universal (papa).
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El año 786 d.C.: Un concilio reunido en Constantinopla trató de restablecer el culto a las imágenes, pero fracasó. El año 787 d.C.: Se c elebró en Nicea un concilio que reunió a unos 350 obispos y fue presidido por el patriarca bizantino Tarasio. Esta asamblea, conocida como el séptimo concilio ecuménico, definió lo siguiente: “Definimos que … lo mismo que las representaciones de la cruz, preciosa y vivificante, también las venerables y santas imágenes – ya sean pintadas, en mosaico o de cualquier otra materia adecuada – deben ser colocadas en las santas iglesia de Dios, en los santos utensilios y vestiduras, en las paredes y en los cuadros de las casas, y en los caminos, ya se trate de la imagen de Dios nuestro Señor y Salvador Jesucristo, ya sea la de nuestra Señora Inmaculada, la santa Madre de Dios, los santos ángeles, todos los santos y los justos. Cuanto más frecuentemente miren estas representaciones e imágenes, tanto más se acordarán quienes las contemplen de los modelos originales, se dirigirán a ellos, les testimoniarán al besarlas una veneración respetuosa, sin que ello constituya una verdades adoración según nuestra fe, pues ésta conviene únicamente a Dios. Pero como se hace con la imagen de la Cruz preciosa y vivificante, con los santos evangelios y con los otros monumentos sagrados, se ofrecerá incienso y luego luces en su honor, según la piadosa costumbre de los antiguos”: El año 850 d.C.: Se autorizó el uso del agua bendita. El año 857 d.C.: La papisa Juana. Aunque muchos han tratado de negar su existencia, muchos historiadores la reconocen como real. Su aparición correspondería al periodo de Benedicto III por lo que se considera que ese fue su nombre pontificio. Otros la conminan hasta los años 872 y 882, es decir los años de Juan VIII. Fue descubierta cuando dio a luz camino a la iglesia de San Clemente. El niño fue rápidamente ahogado. En el lugar de su tumba se erigió un monumento de ella cargando un bebe. Este fue destruido por Benito III y sus ruinas se podían apreciar en el siglo XV. El año 896 d.C.: El papa Bonifacio VI manda desenterrar los restos del papa Formoso y lo condena. Entre los años 904 – 935 d.C.: La pornocracia, tér-
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mino acuñado por el cardenal César Baronio en el siglo XVI para designar al dominio que tuvieron sobre el papado la familia del senador Teofilacto de Roma, específicamente su esposa Teodora y su hija Marozia. El año 993 d.C.: Se dio inicio a la práctica de la canonización de los Santos Muertos. El primer santo que fue canonizado fue san Udalrico, obispo de la iglesia Augustina, en el año 993 por el papa Juan XV. Desde el siglo X empezaron los Papas a imponer su autoridad en la canonización de los santos, erigiendo altar a los santos o siendo consultados para tal acción. El año 1079 d.C.: El celibato sacerdotal fue decretado por Bonifacio VII El año 1090 d.C.: E l Rosario fue introducido por Pedro el Ermitaño (1090). El año 1184 d.C.: La Inquisición fue instituida por el concilio de Verona y legalizado y promovido por el IV Concilio Lateranense en 1215. El año 1190 d.C.: Se inició la venta de indulgencias. El año 1209 – 1249 d.C.: Se desarrolló la cruzada albigense. s. XII d.C.: Los siete sacramentos fueron definidos por Pedro Lombardo. El año 1215 d.C.: Se instituyó la confesión de los pecados a los sacerdotes, por lo menos una vez al año, y fue instituida por el papa Inocencio III en el Concilio Lateranense. El año 1220 d.C.: Se promulgó la adoración de la Hostia (santísimo). El año 1229 d.C.: La Biblia fue prohibida para los laicos El año 1251 d.C.: El escapulario fue inventado por Simón Stock de Inglaterra. El año 1384 d.C.: Se realizó un juicio a los restos de Juan Wycliffe. El año 1415 d.C.: Sucedió el asesinato de Jan Hus Entre los años 1419-1436 d.C.: Se desarrollaron las Guerras Husitas El año 1439 d.C.: La doctrina del purgatorio fue proclamada dogma por el Concilio de Florencia. Entre los años 1492 – 1503 d.C.: Alejandro VI, el reinado del papa Borgia y sus hijos. El año 1545 d.C.: Se agregan los libros apócrifos a la Biblia en el concilio de Trento. El año 1546 d.C.: La tradición es declarada de igual autoridad que la Biblia: el Concilio de Trento. El año 1572 d.C.: Se desarrolló la masacre de la no-
che de San Bartolomé. El año 1854 d.C.: La inmaculada concepción de María fue proclamada por el papa Pío IX. El año 1864 d.C.: Pío IX condena todos los descubrimientos científicos que no sean aprobados por la Iglesia Romana. El año 1870 d.C.: La infalibilidad papal en asuntos de fe y moral fue proclamada por el primer concilio Vaticano (Pío IX) El año 1930 d.C.: Pio XI condena las escuelas públicas. El año 1931 d.C.: Pio XI reafirma la doctrina de María como “La Madre de Dios” El año 1950 d.C.: La asunción de María es proclamada por el papa Pío XII El año 1965 d.C.: María nombrada madre de la iglesia. Todos estos eventos subrayan las acciones del cuerno pequeño en contra del pueblo de Dios y en contra del Altísimo. Daniel 7:25 cita aclarando aún más la figura del cuerno pequeño: “Y hablará palabras contra el Altísimo, y a los santos del Altísimo quebrantará, y pensará en cambiar los tiempos y la ley; y serán entregados en su mano hasta tiempo, y tiempos, y medio tiempo”. Tiempo era la palabra que designaba a un año de
360 días en la época del exilio en Babilonia, época en que fue escrita la visión. Un día es el equivalente a un año en el marco profético, por lo que el c uerno pequeño hablaría palabras contra el Altísimo y quebrantaría a sus santos por 1260 años, años que se iniciaron con el encumbramiento del papado en el año 538 d.C. y concluyeron con el arresto de Pio VI por parte del general francés Louis Berthier. Hasta aquí hemos revisado brevemente la precisión con que se han cumplido parte de las profecías de Daniel 7. El panorama profético sugerente sería este:
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DANIEL 8 En Daniel 8 se dan más detalles del mismo evento: “Alcé los ojos y miré, y he aquí un carnero que estaba delante del río, y tenía dos cuernos; y aunque los cuernos eran altos, uno era más alto que el otro; y el más alto creció después. Vi que el carnero hería con los cuernos al poniente, al norte y al sur, y que ninguna bestia podía parar delante de él, ni había quien escapase de su poder; y hacía conforme a su voluntad, y se engrandecía. Mientras yo consideraba esto, he aquí un macho cabrío venía del lado del poniente sobre la faz de toda la tierra, sin tocar tierra; y aquel macho cabrío tenía un cuerno notable entre sus ojos. Y vino hasta el carnero de dos cuernos, que yo había visto en la ribera del río, y corrió contra él con la furia de su fuerza. Y lo vi que llegó junto al carnero, y se levantó contra él y lo hirió, y le quebró sus dos cuernos, y el carnero no tenía fuerzas para pararse delante de él; lo derribó, por tanto, en tierra, y lo pisoteó, y no hubo quien librase al carnero de su poder… En cuanto al carnero que viste, que tenía dos cuernos, éstos son los reyes de Media y de Persia. El macho cabrío es el rey de Grecia”. Daniel 8:3- 7, 20, 21. Hasta aquí se nombran detalles contemplados por Daniel 7, pero se añade el siguiente elemento: “Y el macho cabrío se engrandeció sobremanera; pero estando en su mayor fuerza, aquel gran cuerno fue quebrado, y en su lugar salieron otros cuatro cuernos notables hacia los cuatro vientos del c ielo. Y de uno de ellos salió un cuerno pequeño, que creció mucho al sur, y al oriente, y hacia la tierra gloriosa. Y se engrandeció hasta el ejército del cielo; y parte del ejército y de las estrellas echó por tierra, y las pisoteó. Aun se engrandeció contra el príncipe de los ejércitos, y por él fue quitado el continuo sacrificio, y el lugar de su santuario fue echado por tierra. Y a causa de la prevaricación le fue entregado el ejército junto con el continuo sacrificio; y echó por tierra la verdad, e hizo cuanto quiso, y prosperó. Entonces oí a un santo que hablaba; y otro de los santos preguntó a aquel que hablaba: ¿Hasta cuándo durará la visión del continuo sacrificio, y la prevaricación asoladora entregando el santuario y el ejército para ser pisoteados? Y él dijo: Hasta dos mil trescientas tardes y mañanas; luego el santuario será purificado” (Daniel 8:8-14). Este cuerno pequeño se vuelve grande y aun se en-
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grandece contra Jesucristo y acaba con el sacrificio continuo crucificando el cordero de Dios que quita el pecado del mundo (9:25; 11:22). Este cuerno tiene detalles de ser un poder secular, pero luego “echó por tierra la verdad, e hizo cuanto quiso, y prosperó”, dando señales de convertirse en un poder religioso. El santuario fue echado por tierra no solo en lo físico con el sitio de Jerusalén por parte del general romano Tito en el año 70 d. C. Sino también por su prevaricación, es decir, una obra similar a la del cuerno pequeño de Daniel 7, es decir, hablaba en contra del Altísimo. La pregunta es “¿Hasta cuándo durará la visión del continuo sacrificio, y la prevaricación asoladora entregando el santuario y el ejército para ser pisoteados?”: “El término “continuo” se refiere al continuo ministerio sacerdotal de Cristo en el santuario celestial (Heb. 7: 25; 1 Juan 2: 1) y a la verdadera adoración de Cristo en la era evangélica; que suprimir el “continuo” representa la sustitución hecha por el papado de la unión voluntaria de todos los creyentes en Cristo por la unión obligatoria con una iglesia visible; la sustitución de Cristo como cabeza invisible de la iglesia por la autoridad de una cabeza visible, el papa; la sustitución del acceso directo a Cristo para todos los creyentes por una jerarquía sacerdotal; la sustitución de la salvación por la fe en Cristo por un sistema de salvación mediante obras ordenadas por la iglesia, y muy especialmente la sustitución de la obra mediadora de Cristo como nuestro gran sumo sacerdote en las cortes celestiales por el confesionario y el sacrificio de la misa; y que este sistema desvió completamente la atención de los hombres de Cristo y así les impidió recibir los beneficios de su ministerio”. Es decir, la obra del cuerno pequeño (Roma papal) y del cuerno pequeño que se hizo grande (Roma pagana y luego papal) es la de dirigir la mirada de la humanidad del Dios verdadero hacia un espurio sistema de adoración cuyo centro es el hombre (humanismo). Esta profecía inició en el 457 a. C. y esto debido a que en Daniel 9:24 Gabriel le da el sello o confirmación de la profecía de las 2300 tardes y mañanas a través de la profecía de las 70 semanas, las cuales iniciarían a “la salida de la orden para restaurar y edificar a Jerusalén” (Daniel 9:25). Al cumplirse esta profecía el Santuario será purificado, o “puesto en rectitud” , pero ¿poner recto de qué? Pues
de la obra del cuerno. En el santuario se realiza la obra mediadora del Señor a favor de su pueblo, y el cuerno pequeño, el papado, se ha espaciado en fijar la vista de la humanidad en el hombre de pecado, pero al final de las 2300 tardes y mañanas el mundo tendría la oportunidad de volver a mirar, a enfocar su atención en el ministerio de Cristo en el Santuario Celestial: “Estuve mirando hasta que fueron puestos tronos, y se sentó un Anciano de días, cuyo vestido era blanco como la nieve, y el pelo de su
cabeza como lana limpia; su trono llama de fuego, y las ruedas del mismo, fuego ardiente. Un río de fuego procedía y salía de delante de él; millares de millares le servían, y millones de millones asistían delante de él; el Juez se sentó, y los libros fueron abiertos” (Daniel 7:9-10). El panorama sería el siguiente:
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APOCALIPSIS 12 Y 13 Este capítulo nos muestra a “una mujer vestida del sol, con la luna debajo de sus pies, y sobre su cabeza una corona de doce estrellas”, esta es una referencia a la iglesia, y al ser una mujer santa, pues es una iglesia pura, la cual sería acosada por el dragón, quien es directamente el diablo (12:9) y el dragón persiguió a la iglesia que huyó al desierto por 1260 años (12:6, 14) buscando huir de las aguas (ejércitos) que arrojó contra ella la serpiente (el diablo). Es decir, el cuerno pequeño actuaría siendo inspirado y haciendo la obra del mismo diablo, en otras palabras, la iglesia católica no es otra cosa que la misma espada del diablo contra la verdad en este mundo. En el capítulo 13 se menciona el surgimiento de una bestia “semejante a un leopardo, y sus pies como de oso, y su boca como boca de león. Y el dragón le dio su poder y su trono, y grande autoridad” (13:2). Esto refiere a que el mismo diablo actuando a través del cuerno de Daniel 8 (Imperio Romano pagano) le da su trono (Roma) a la bestia que tiene la religiosidad babilónica (cabeza de león), el armazón filosófico griego (cuerpo de leopardo) y la crueldad persa de sus móviles diabólicos (patas de oso), es decir un poder religioso, filosófico, perseguidor: la Iglesia Católica Apostólica Romana. Este monstruo tiene una obra igual a la del cuerno pequeño: “Y abrió su boca en blasfemias contra Dios, para blasfemar de su nombre, de su tabernáculo, y de los que moran en el cielo. Y se le permitió hacer guerra contra los santos, y vencerlos. También se le dio autoridad sobre toda tribu, pueblo, lengua y nación” (Apocalipsis 13: 6, 7) esto confirma su identidad diabólica y perseguidora contra la iglesia. Surge un dilema, en Apocalipsis 13 se menciona a una bestia, no a una mujer, es decir, se menciona a un poder o gobierno perseguidor, no a una iglesia perseguidora. Bueno, en apocalipsis 17:3-6 Juan narra: “Y me llevó en el Espíritu al desierto; y vi a una mujer sentada sobre una bestia escarlata llena de nombres de blasfemia, que tenía siete cabezas y diez cuernos. Y la mujer estaba vestida de púrpura y escarlata, y adornada de oro de piedras preciosas y de perlas, y tenía en la mano un cáliz de oro lleno de abominaciones y de la inmundicia de su fornicación; y en su frente un nombre escrito, un misterio: BABILONIA LA GRANDE, LA MADRE DE LAS RAMERAS Y DE LAS ABOMINACIONES DE LA TIERRA. Vi
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a la mujer ebria de la sangre de los santos, y de la sangre de los mártires de Jesús; y cuando la vi, quedé asombrado con gran asombro”. Esta mujer es la misma que recibió en lo pasado la siguiente reprensión: “Oye, pues, ahora esto, mujer voluptuosa, tú que estás sentada confiadamente, tú que dices en tu corazón: Yo soy, y fuera de mí no hay más; no quedaré viuda, ni conoceré orfandad” (Isaías 47:8 ), esta mujer voluptuosa, adornada de rojo y con perlas, es una mujer insana, perdida y perversa, homicida y ramera, y si mujer es símbolo de iglesia, entonces esta representa a una iglesia que tiene como base, no la luna (la Biblia refleja al Sol de Justicia, Cristo Jesús cf. Juan 5:39) sino a un gobierno diabólico, es decir, es una iglesia y un poder. En apocalipsis 2 y 3 se encuentran las siete cartas a las siete iglesias del Asia menor que no son otra cosa que la historia de la iglesia cristiana a través de los siete tiempos proféticos de Efeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Sardis, Filadelfia y Laodicea. En las recriminaciones contra Tiatira, cuyo periodo profético va desde el 538 d.C. hasta el 1517 d.C., está lo siguiente: “Pero tengo unas pocas cosas contra ti: que toleras que esa mujer Jezabel, que se dice profetisa, enseñe y seduzca a mis siervos a fornicar y a comer cosas sacrificadas a los ídolos” (Apocalipsis 2:20), es decir, en este periodo profético aparecería una mujer ramera (iglesia espuria) en los anales del cristianismo. Esta sección de la profecía señala que la iglesia falsa reinó a partir del 538 d. C., el mismo año que inició el Dragón a perseguir a la mujer (Apocalipsis 12) y la bestia de cabezas de león, cuerpo de leopardo y patas de oso inició la persecución de los santos (Apocalipsis 13) y el cuerno pequeño realizó su labor contra los santos y el tabernáculo. La iglesia católica, por 1260 años se ha embriagado de la sangre de los santos y ha hablado contra el Altísimo y el Santuario Celestial, ocultando de los hombres la obra mediadora de Cristo en su Santuario. Pero esta obra prevaricadora tendría que ser detenida y la verdad del ministerio de Cristo en el Santuario Celestial tendría que ser vindicada, y esto se dio al final de los 2300 años, que se cumplieron el 22 de octubre de 1844. “El tiempo no sería más” (Apocalipsis 10:6) fue el grito del ángel, y esto representa que la más grande profecía de tiempo se terminó y se entendería al fin. Esto fue en octubre de 1844. A partir del Gran
Chasco de los milleritas, Dios guió la formación de un movimiento que tendría que cumplir la orden: “Es necesario que profetices otra vez sobre muchos pueblos, naciones, lenguas y reyes” (Apocalipsis 10:11), pero ¿cual mensaje? Pues: “Y el tercer ángel los siguió, diciendo a gran voz: Si alguno adora a la bestia y a su imagen, y recibe la marca en su frente o en su mano, él también beberá del vino de la ira de Dios, que ha sido vaciado puro en el cáliz de su ira; y será atormentado con fuego y azufre delante de los santos ángeles y del Cordero; y el humo de su tormento sube por los siglos de los siglos. Y no tienen reposo de día ni de noche los que adoran a la bestia y a su imagen, ni nadie que reciba la marca de su nombre. Aquí está la paciencia de los santos, los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús” (Apocalipsis 14:9-12).
para que no cayera en las telarañas filosófico-teológicas del Agustinianismo y Tomismo católicos ni en el humanismo protestante, ni en la corrientes evolucionistas y freudiana. Una mujer de visión, una profeta del Señor, una moderna Hulda. Dios guió el surgimiento de la Iglesia Adventista del Séptimo Día no como una iglesia protestante (1517 d. C.) sino como un movimiento profético (22 de octubre de 1844) con el propósito de llevar al mundo el conocimiento de la obra de Cristo en su Santuario Celestial, una obra de misericordia que revela a todas luces el carácter de un Dios de amor.
Es decir, si alguno sigue el sistema de adoración cuyo centro es el hombre y decide seguir sus dictados será condenado a la muerte eterna, porque la hora de conocer el ministerio de Cristo en el Santuario Celestial ha llegado. El enemigo levantó por esa época a sus “profetas” que sirvieron para dispersar la atención de la gente hacia otros mensajes, hombres como Alfred Noyes, José Smith y Andrew Jackson Davis, y mujeres como Ann Lee Stanley, Jemina Wilkinson y las hermanas Fox, entre otros. Pero el Señor tenía otros planes “lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte” (1 Corintios 1:27). Dios, en diciembre de 1844, llevó a una débil niña de 17 años recién cumplidos a ser su mensajera para un pueblo chasqueado y disperso. En torno al verdadero don de profecía, de Elena G. de White, los sinceros seguidores de la verdad fueron aglutinados, para que en 1861 adoptasen el nombre de Adventistas del Séptimo Día y en 1863 sean organizados legalmente como una iglesia. Una mujer sin primaria completa pudo, guiada por el Espíritu Santo, orientar a una iglesia
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SESIÓN N° 2:
CONTEXTO HISTÓRICO DEL DESPERTAR ADVENTISTA
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Napoleón Bonaparte gobernó por toda Europa pero su imperio llegaría a su fin. La Iglesia Católica había perdido su influencia desde que Berthier tomara prisionero al papa Pío VI y lo llevara a París donde, luego de tres años de cautiverio, murió. Pero esta pérdida de auge de la Iglesia papal ya se había hecho evidente en la toma de la Bastilla. La gente estaba cansada de las bataholas y “bataclanadas” que, a lo l argo de su historia, Roma había hecho una práctica común. En todas partes de los dominios católicos (esto gracias a los imperios que enarbolaban su bandera) se estaba madurando la semilla del rencor y la sublevación, la misma que dio su fruto en la Revolución Francesa. Todo esto generó un reavivamiento del interés en las profecías de Daniel y Apocalipsis. Muchos encontraban claves proféticas en los eventos a los que estaban prestando atención. La fe estaba poniéndose de moda nuevamente, luego que se enfriara por l as luchas entre protestantes y católicos, entre la reforma y la contrarreforma. Las élites de teólogos de uno y de otro lado discutieron y guerrearon durante siglos, teniendo como testigos críticos a los renacentistas y humanistas. Como un par de actores de un drama cada vez más desgastado frente a un público aun más aburrido. Tal fue la estrategia del diablo. Primero trató de imponer su espurio sistema de adoración, y c uando la verdad estaba siendo progresivamente restaurada a través de la reforma, este provocó luchas intestinas entre los reformadores de tal laya que estos no siguieron estudiando para obtener más la luz de la que habían recibido. Dios no se quedaría vencido, levantaría un movimiento de reavivamiento mundial y en medio de este belicismo internacional, muchos hombres iniciarían sendas investigaciones en torno a las profecías. Surgieron muchas nuevas organizaciones religiosas en detrimento de las iglesias nacionales. El diablo ya tenía listo su plan de acción:
tistas alemanes), los Rappistas, los separatistas de Zoar y la Sociedad Amana.
- “¿O sea que vas a levantar nuevamente la verdad a través de estos estudiosos? Pues ahora verás como desaparezco este despertar religioso en medio de falsos reavivamientos y movimientos llenos de excitación”- parecía ser esta la consigna del enemigo de las almas. Surgieron movimientos como la Comunidad Alemana de las Mujeres del Desierto, los Dunkers (bau-
Por otro lado, en 1844, un zapatero de Nueva York llamado Andrew Jackson Davis afirmó haber tenido contacto con el espíritu de Galeno convirtiéndose en el primer médium popular de Norteamérica. Este fue el gestor del movimiento espiritista que sería impulsados cuatro años después por la experiencia de las hermanas Fox en 1848.
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En los años cercanos a la independencia norteamericana, una mujer llamada Jemina Wilkinson, más conocida como la “amiga universal”, estableció una comunidad en Genesse, Nueva York. Ella aceptaba el sábado pero por los prejuicios que la rodeaban también aceptaba el domingo. Su grupo desapareció pronto. Otro personaje femenino interesante fue “la madre” Ann Lee Stanley quien formó la iglesia Milenial. Sus seguidores fueron llamados Shakers o “tembladores”. Ella afirmaba ser la encarnación de la naturaleza femenina de Dios. Luego sus seguidores afirmaron poder tener comunicaciones con los espíritus en su periodo de mayor crecimiento (1837 – 1844). Esto no fue casual, era parte de la estrategia de una mente maestra para confundir a las almas. Otro individuo interesante fue John Humphrey Noyes, quien desarrolló la creencia de que las mujeres de su comunidad debían casarse con cada uno de los hombres del grupo. Esto trajo serio malestar a los vecinos de la agrupación quienes los obligaron a mudarse de lugar en lugar, hasta que fueron obligados a dejar de lado el concepto. Quien tuvo un poco más de creatividad, puesto que no argumentó haber descubierto antiguas verdades bíblicas sino que pretendió haber recibido nueva luz, fue José Smith, quien luego de muchas y particulares historias afirmó en 1830 tener listo el “libro de Mormón”, el cual pretendía ser una traducción de las placas de oro que un ángel llamado Moroni le había ayudado a encontrar. Luego fue rechazado por su misma comunidad debido a que practicaba la poligamia. Murió estando preso en una cárcel a manos de una muchedumbre furiosa.
EL TRABAJO DE ULTRAMAR El fervor de Wesley y el gran despertar del siglo XVIII invitaron a muchos a involucrarse en actividades misioneras de nivel mundial: Robert Morrison fue a China. Henry Martyn fue al Cercano Oriente musulmán. Adoniram Judson a India y Birmania. Robert Moffat al sur de África. Las sociedades misioneras se multiplicaron en América, Europa y Asia a la vez que se implementaron programas de estudio de la Biblia surgiendo así las escuelas dominicales con Robert Raikes. Finney, gran predicador norteamericano, no solo convertía a la gente al evangelio, sino también a la temperancia y al movimiento antiesclavista ya que ambos mensajes estaban vinculados. El movimiento feminista nació de la mano de Margaret Fuller, Lucy Stone y una veintena de mujeres decididas a obtener igualdad de derechos que los hombres. El movimiento de la reforma de la salud estaba en marcha de la mano de Silvester Graham y gracias a que hacía poco se había desatado la gran epidemia de cólera de 1832. La población estaba muy sensible a aprender las leyes del sano vivir. El impulso de la dieta vegetariana por parte de E dward Hitchcock y Reuben Mussey recalcaba lo bueno de practicar los hábitos del comer de manera saludable, además de la higiene personal, el sueño adecuado y el ejercicio necesario así como la abstinencia a sustancias dañinas. La hidroterapia estaba tomando cuerpo gracias a Vincent Priessnitz y su accidental descubrimiento de que el agente acuoso a bajas temperaturas podía aliviar el dolor y la inflamación. La esclavitud era cada vez más rechazada y muchos deseaban ponerle fin pronto. En cuanto al quehacer político el presidente Andrew Jackson demostró que el hombre común podía disfrutar y ejercer el poder. El modelo de la revolución americana estaba sirviendo de modelo a otras revoluciones del mundo como la de Francia, Bélgica, Alemania, Polonia y la América Española. En medio de este conglomerado de eventos surgió también un interés creciente en las profecías,
especialmente la toma de Roma por Francia era el detonante para que muchos interpretaran el fin de las 1260 tardes y mañanas de Apocalipsis. Pronto la atención se trasladaría a los 2300 años de Daniel. En Alemania, Johan Petri estableció ya la relación entre las 70 semanas y las 2300 tardes y mañanas. Hans Woods, un irlandés, propondría el inicio de las 2300 tardes y mañanas hacia el año 420 a.C. terminando el año 1880. Johan Bengel creía y afirmaba que Cristo volvería a la tierra el año 1836. En Sudamérica, Manuel Lacunza, en 1790 escribió su libro “La venida del Mesías en gloria y majestad”. Lacunza utilizó un seudónimo por miedo a las represalias. Años después, los jesuitas fueron expulsados de Chile, entre ellos estaba Lacunza quien viajó a Italia. Pronto sería encontrado muerto. Su obra recién saldría a luz en 1812. En Inglaterra también se predicó de la Segunda Venida de Cristo. Cunninghame afirmó que Cristo vendría en 1867. José Wolff esperó la venida de Cristo en 1847 y predicó de su esperanza entre judíos, parsis, musulmanes e hindúes. En Escandinavia estaba totalmente prohibido predicar el evangelio so pena de arresto y maltratos. Entonces donde los adultos no podían predicar fueron los niños los que lo hicieron, muchos de ellos analfabetos pero evidentemente utilizados por un poder superior, causaron gran impacto. Thomas Playford, predicada de la segunda venida de Cristo en Australia, esperándolo en la década de 1860. En Estados Unidos los predicadores de una era me jor eran muchos pero Dios estaba preparando a uno en el crisol de las pruebas. Un hombre valiente, un capitán del Gran General: Guillermo Miller.
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SESIÓN N° 3:
Las guerras napoleónicas fueron duras. Duraron entre 1799 y 1802, estas como una extensión de los conflictos generados por la revolución francesa, y entre los años 1803 y 1815 como conflictos entre Francia y sus vecinos debido al deseo expansionista del imperio francés. Todo esto llegó a su fin el 20 de noviembre de 1815 cuando Napoleón fue derrotado en Waterloo. El Reino Unido resistió todos los embates franceses, hasta que la guerra terminó, y esto fue así gracias a la poderosa Armada Real Inglesa, y a su estabilidad económica. En medio de las guerras contra el ejército francés, Inglaterra, confiada en su fuerza naval (Real Navy) participó en una lid c ontra los Estados Unidos, posiblemente impelida a hacerlo a fin de tener más materia prima para proseguir sus guerras contra Napoleón. La guerra Anglo - Estadounidense se inició el año
1812, entre los Estados Unidos y el Reino Unidos con sus colonias canadienses. El conflicto se extendió hasta el año 1814 por tierra y mar. Estados Unidos quiso anexionar a sus territorios las colonias canadienses de Inglaterra, pero la poderosa defensa de europea no lo permitió. Cuando las fuerzas inglesas penetraban ya el territorio norteamericano una serie de providenciales batallas terminaron con la guerra. La derrota de Napoleón propició que las fronteras quedaran como antes. Fue en el comienzo de la guerra que Guillermo Miller reunió un conjunto de hombres para viajar a Burlington, Vermont. Luchó en el trigésimo regimiento de Infantería en el Ejército Regular de los Estados Unidos con el rango de Teniente. Participó en la batalla de Plattsburgh, donde las fuerzas continentales, superadas en número por los británicos, salieron airosas.
EL MOVIMIENTO MILLERITA
Batalla de Waterloo
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GUILLERMO MILLER Pero, ¿Quién fue Guillermo Miller? Este personaje nació el 15 de febrero de 1782 en Pittsfield, Massachusetts, en un hogar cristiano. Era un asiduo lector y en su juventud tuvo acceso a diversas bibliotecas privadas donde pudo cultivarse. En 1803 se casó con Lucy Smith y se mudaron a Poultney, Vermont, donde se dedicó a la agricultura. Debido a su dedicación y trabajo asumió diversos cargos públicos como guardia, Sheriff Diputado y Juez de Paz. Poco después de su mudanza a Poultney, deja sus creencias bautistas y asume las creencias deístas, muy de moda en el siglo XIX en Europa y América. Pero esas creencias fueron luego abandonadas por el tremendo impacto que le causó la guerra del 1812, donde casi muere al estallar una granada muy cerca de él. Pudo ver la mano de Dios guiando a una nación pequeña sobre otra que la superaba largamente en tradición militar. Miller participó en las logias masónicas durante su juventud, pero, al comprometerse en la obra de la predicación de la segunda venida abandonó su membrecía, aunque es nombrado como tal en los libros de Vermont. Cuando tomó la decisión de estudiar la Biblia, Miller decidió hacerlo versículo por versículo, solo valiéndose de su Biblia y una concordancia de Cruden. Desde 1816 hasta 1818, Miller estudió la Biblia y si encontraba un versículo oscuro a su comprensión, no avanzaba hasta tener el tema claro. Al final de esos años llegó a la conclusión de que Cristo aparecería en las nubes de los cielos el año 1843.
Miller llegó a esta conclusión debido a su estudio de Daniel 8:14, amparado en la comprensión ampliamente aceptada de Números 14:34 y Ezequiel 4:5-6 de que un día profético es igual a un año literal. Miller calculó la profecía de los 2300 días hasta la fecha mencionada, interpretando la purificación del Santuario como la Segunda Venida de Cristo a esta tierra. A fin de estar seguro de sus hallazgos, siguió estudiando la Biblia hasta 1823, cuando comenzó a predicar abiertamente de sus hallazgos. Su miedo inicial estaba basado en que el milenio, para Miller, empezaría luego de la Segunda Venida de Cristo, lo cual estaba en contra de las enseñanzas ampliamente aceptadas por los demás cristianos. Sus vecinos le dieron poca importancia, por lo que Miller siguió estudiando su Biblia, durante nueve años más. Cierta mañana hizo un pacto con ¨Dios, si El despejaba el camino, él cumpliría su deber. En ese momento la carga por compartir el mensaje se hizo humo. Pero media hora después su sobrino lo invitó a predicar sobre la Segunda Venida. Miller quedó anonadado y molesto, pero no rompería su pacto.
JOSUÉ V. HIMES
CARLOS FITCH
Cuando Miller, en 1839, recibió una invitación a Boston para llevar un ciclo de conferencias, no sabía que eso sería el inicio de una intensa colaboración entre el pastor de la iglesia de la calle Chardon de Boston, Josué V. Himes y Guillermo Miller. Himes se encargó de abrir cada iglesia de la Unión para que el padre Miller (como lo llegaron a llamar) predicara el mensaje. Durante los siguientes cuatro años, el mensaje millerita fue esparcido por todo Norteamérica. Himes, luego de tres meses de su primera invitación a Miller, comenzó a publicar Signs of the Times. Luego en 1842 Midnight Cry llevó el mensaje del advenimiento con la Signs. Himes fue el héroe de la promoción y difusión del movimiento millerita. Además de los periódicos, se publicaron libros y folletos, los que llegaron a ser la Biblioteca del Segundo Advenimiento, pudiendo los fieles comprar los libros para difundirlos en sus localidades. Himes también tuvo que ver con el inicio de las Camp Mitins, los cuales fueron 130 reuniones entre 1842 ny 1844. Himes fue el pionero del uso de las carpas para estos menesteres.
Era un popular ministro millerita quien en el verano de 1843 predico un sermón sobre Apocalipsis 18 que se centraba en la caída de Babilonia y la necesidad de huir de ella. Ese sermón se convirtió en folleto y llegó a darle cierta sensación de unidad y peculiaridad al movimiento. Para Fitch el anticristo era cualquier movimiento c atólico o protestante que rechazara el movimiento adventista. Himes y Miller no apoyaron este movimiento de separación de las iglesias, pero tarde o temprano se daría esta realidad.
Carlos Fitch Pequeños chascos
Guillermo Miller
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En 1833 se dio un fenómeno sin precedentes. Una lluvia de meteoritos ingresó en la atmósfera causando un fenómeno descrito como lluvia de estrellas.
Josué V. Himes
Los milleritas experimentaron su primer chasco cuando nada sucedió entre el 21 de marzo de 1843 y el 21 de marzo de 1844. Esperaban el fin de todas las cosas en ese tiempo, pero nada pasó. Pero el texto de Habacuc 2:3 no les permitía desanimarse aún. El millerismo tuvo nueva vida cuando S.S. Snow predicó a mediados de agosto de 1844 que Cristo vendría en el otoño de 1844. Luego de un estudio de las ceremonias del calendario judío, el tiempo se cumpliría en el 22 de octubre de 1844. La iglesia se entusiasmó sobremanera: “El esposo viene” era el lema. Tanto Miller, Himes y otros líderes pronto cedieron ante los argumentos de Snow.
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Nadie hizo provisión para el futuro, pues no lo necesitaban. Se abandonaron empleos, los cultivos se dejaron sin cosechar, se cerraron negocios. La nueva era como miel en la boca. El 22 de octubre, miles esperaron la segunda venida del Señor… Pero Cristo no volvió. Los milleritas se disolvieron entre dimes y diretes luego del caos. Unos interpretaban los hechos de un modo u otro acerca de lo que realmente sucedió en aquella fecha, pero lo cierto es que el grueso de milleritas quedó perplejo y confundido y muchos abandonaron la fe. Se propusieron nuevas fechas para el comienzo del año 1845 y se ampliaron propuestas hasta 1847. Pero la dirigencia del movimiento optó por desanimar todo intento de señalar fechas.
INICIO DE LA IASD 1844 - 1850
Guillermo Miller predicando
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SESIÓN N° 4:
DESPUÉS DEL CHASCO
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ELENA G. DE WHITE, LA MENSAJERA DEL SEÑOR
A fin de mantener la ortodoxia se convocó a un encuentro en Albany, Nueva York, el 29 de abril de 1845. Joseph Marsh en su Voice of the Truth aseveró que el conteo de fechas no estaba errado, sino el evento “NACI en Gorham, población del Estado de Maine fue otro. No se trataba de la segunda venida, sino Estados Unidos, el 26 de noviembre de 1827. Mis de recibir el reino de Cristo. padres, Roberto y Eunice Harmon, residían desde En enero de 1845, Apolos Hale del periódico Ad- hacía muchos años en dicho Estado. Desde muy ventist Herald y Joseph Turner de The Hope of Israel jóvenes fueron fervorosos y devotos miembros de propusieron una teoría que se llegaría a conocer la lglesia Metodista Episcopal, en la que ocuparon como la teoría de la puerta cerrada, es decir, no se cargos importantes, pues trabajaron durante un debería predicar más ya que la puerta de la gracia período de cuarenta años por la conversión de los se había cerrado y solo restaba apacentarse entre pecadores y el adelanto de la causa de Dios. En ellos mismos. ese tiempo tuvieron la dicha de ver a sus ocho hijos En estos momentos, las numerosas propuestas so- convertirse y unirse al redil de Cristo.” bre lo que realmente sucedió comenzaron a dege- El padre de estas niñas se llamó Robert Harmon nerar en fanatismo. quien dejó la agricultura para dedicarse a la venta Para la muerte de Miller en 1849, el grupo Millerita de sombreros en las cada vez más prospera Portestaba fragmentado. Un grupo fue el grupo saba- land. En el año 1837 el tuvo que dejar a la familia tario, otro fue el dirigido por Hale, Himes y Bliss, para vender sus sombreros en Georgia. Esto lo alejó los adventistas Evangélicos Norteamericanos, pero de su familia por algunos meses. Ese mismo año, un luego, poco a poco fueron desaparecieron. día en que salían de clase Elena con su hermana EliUn segundo grupo fue la Iglesia Cristianan del Ad- zabeth, no notaron que una compañera las seguía ventismo, el mayor remanente no sabatario del Ad- con el único propósito de hacerles daño, de pronventismo (http://www.adventchristian.org/). to, al darse cuenta que estaban en peligro, huyeron corriendo con todas sus fuerzas, pero al darse la Un tercer grupo se centro en Nueva York, y tuvieron vuelta para ver donde quedó aquella niña, una roca como lideres a Joseph Marsh. Se distinguían de los impactó en su cara haciéndole perder la conciencia. anteriores por su creencia en el milenio que ellos Cuando se recupero, un extraño les ofreció transveían todavía en el futuro. portarlas en su carreta, pero Elena no accedió, pero Antes de las conferencias de Albany, un grupo co- no pudo moverse, así que la tuvieron que ll evar a su menzó a aceptar la verdad del sábado llamándose casa de esa forma. Producto del la conmoción, ella a si mismos los hermanos del sábado y la puerta perdió la conciencia por tres semanas, para luego cerrada. El único predicador destacado fue José Ba- despertar y verse desfigurada tes. Este grupo llegó a ser el mayor grupo de los “Al recobrar el uso de mis facultades, me pareció adventistas. El sábado llegó a este grupo gracias a Raquel Oakes, quien luego de escuchar en un sermón al pastor Wheeler lo invitó a su casa donde lo reprendió por su predicar el sábado bíblico. Wheeler llegó a ser un guardador del sábado. En Washington, los hermanos William y Cyrus Farnsworth desarrollaron un grupo guardador del sábado aun antes del Chasco. Otro prominente predicador que aceptó el sábado fue T. M. Preble, quien llevó sus creencias a la conferencia de Albany, pero fueron desechadas como fábulas judías. En medio de esta vorágine de creencias, había grupos que luchaban por mantener su fe, pero poco a poco estaban siendo esparcidos.
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que despertaba de un sueño. No recordaba el accidente, y desconocía la causa de mi mal. Se me había dispuesto en casa una gran cuna, donde yací por muchas semanas. Quedé reducida casi a un esqueleto. Por entonces empecé a rogar al Señor que él me preparase para morir. Cuando nuestros amigos cristianos visitaban la familia, le preguntaban a mi madre si había hablado conmigo acerca de mi muerte. Yo entreoí estas conversaciones, que me conmovieron y despertaron en mí el deseo de ser una verdadera cristiana; así que me puse a orar fervorosamente por el perdón de mis pecados. El resultado fue que sentí una profunda paz de ánimo y un amor sincero hacia el prójimo, con vivos deseos de que todos tuviesen perdonados sus pecados y amasen a Jesús tanto como yo. Muy lentamente recuperé las fuerzas, y cuando ya pude volver a jugar con mis amiguitas, hube de aprender la amarga lección de que nuestro aspecto personal influye en el trato que recibimos de nuestros compañeros”. Pronto Elena se dio cuenta de cuánto influía la apariencia personal en las relaciones sociales. Su rostro la hizo una niña retraída. En medio del dolor generado por la enfermedad, Elena desarrolló aun más sus percepciones espirituales, llegando a tener luchas internas sobre su situación en cuanto a la vida eterna. “En marzo de 1840 Guillermo Miller condujo una serie de reuniones de reavivamiento en Portlarid, Maine. En la serie habló sobre la segunda venida de Cristo y otras profecías bíblicas. Predicó fervientemente de que el fin del mundo estaba cerca. Con su familia y amigos Elena asistió a las reuniones. Los sermones poderosos y solemnes de Miller produ jeron un sentimiento de “terror” y “convicción” en toda la ciudad, y consuelo y esperanza en Elena que tenía entonces doce años de edad”. El domingo de tarde del 26 de junio de 1842, Elena fue bautizada en la Iglesia Medotista en las aguas agitadas del Casco Bay de Portland. Ya Elena había impactada por los mensajes de Miller en 1840 en Portland, pero a su regreso en 1842 aceptó, junto con su familia que el mensaje de Miller era real. A pesar de ello, ella atravesaba periodos de preocupación por su salvación, por lo que su mamá le recomendó consultar al pastor Levi F. Stockman, quien era el predicador del advenimiento en Port-
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land. Ella le refirió: “Me veía sentada con profunda desesperación, con el rostro oculto entre las manos me decía reflexionando: Si Jesús estuviese en la tierra iría a postrarme a sus pies y le manifestaría mis sufrimientos. El no me rechazaría. Tendría misericordia de mí, y yo le amaría y serviría por siempre. En aquel momento se abrió la puerta y entró un personaje de un aspecto y un porte hermosos. Me miró compasivamente y dijo: “¿Deseas ver a Jesús? Aquí está, y puedes verlo si quieres. Torna cuanto tengas y sígueme”. Oí estas palabras con indecible gozo, y alegremente recogí cuanto poseía, todas las cositas que apreciaba, y seguí a mi guía. Me condujo a una escalera escarpada y en apariencia quebradiza. Al empezar a subir los peldaños el guía me advirtió que mantuviera la vista en alto, pues de lo contrario corría el riesgo de desmayar y caer. Muchos otros que trepaban por la escalera caían antes de llegar a la cima. Y finalmente llegamos al último peldaño y nos detuvimos frente a una puerta. Allí el guía me indicó que dejase cuanto había traído conmigo. Yo lo
depuse todo alegremente. Entonces el guía abrió la puerta y me mandó entrar. En un momento estuve delante de Jesús. No cabía error, pues aquella hermosa figura, aquella expresión de benevolencia y majestad, no podían ser de otro. Al mirarme él, yo comprendí en seguida que él conocía todas las vicisitudes de mi vida y todos mis íntimos pensamientos y emociones. Traté de resguardarme de su mirada, pues me sentía incapaz de resistirla; pero él se me acercó sonriente y, posando su mano sobre mi cabeza, dijo: “No temas”. El dulce sonido de su voz hizo vibrar mi corazón con una dicha que no había experimentado hasta entonces. Estaba yo por demás gozosa para pronunciar palabra, y así fue como, profundamente conmovida, caí postrada a sus pies. Mientras que allí yacía impedida, presencié escenas de gloria y belleza que pasaban ante mi vista, y me parecía que había alcanzado la salvación y la paz de¡ cielo. Por último, recobradas las fuerzas, me levanté. Todavía me miraban los ojos amorosos de Jesús, cuya sonrisa inundaba mi alma de alegría. Su presencia despertaba en mí santa veneración e inefable amor. El guía abrió la puerta y ambos salimos. Me mandó que volviese a tomar todo lo que había dejado afuera. Hecho esto, me dio una cuerda verde fuertemente enrollada. Me encargó que me la colocara cerca del corazón, y que cuando deseara ver a Jesús la sacara de mi pecho y la desenrollara por completo. Me advirtió que no la tuviera mucho tiempo enrollada, pues de tenerla así podría enredarse con nudos y ser muy difícil de estirar. Puse la cuerda junto a mi corazón y gozosamente bajé la angosta escalera alabando al Señor y diciendo a cuantos se cruzaban en mi camino en dónde podrían encontrar a Jesús. Este sueño me infundió esperanza. La cuerda verde era para mí el símbolo de la fe, y en mi alma alboreó la hermosa sencillez de la confianza en Dios”. Ella escucho la respuesta del pastor: “Ve en paz, Elena me dijo; vuelve a casa confiada en Jesús, pues él no privará de su amor a nadie que lo busque verdaderamente”. Esa corta entrevista le resultó muy gratificadora e inspiradora para Elena. Años después, el pastor Stockman falleció, y luego de un tiempo, Elena de White escribió de una visión que tuvo: “Todos nosotros nos ubicamos bajo el árbol, y nos sentamos para contemplar la gloria de aquel paraje, cuando los Hnos. Fitch y Stockman,
que habían predicado 75 el Evangelio del reino y a quienes Dios había puesto en el sepulcro para salvarlos, se llegaron a nosotros y nos preguntaron qué había sucedido mientras ellos dormían. Quisimos referirles las mayores pruebas por las que habíamos pasado; pero éstas resultaban tan insignificantes frente a la incomparable y eterna gloria que nos rodeaba, que nada pudimos decirles y todos exclamamos: “¡Aleluya! Muy poco nos ha costado el cielo”. Pulsamos entonces nuestras arpas gloriosas, y sus ecos resonaron en las bóvedas del cielo.” Elena se convirtió en una ferviente misionera. Era la fe en la segunda venida la que la llenaba de gozo, tanto a ella como a su hermano Robert. Ambos pronto fueron expulsados, junto con el resto de su familia, de la iglesia metodista. “Había sólo unos pocos asistentes. La influencia de mi padre y de su familia era tal que nuestros opositores no tenían deseo alguno de presentar nuestro caso ante un número mayor de la congregación. La sencilla acusación preferida era que habíamos contravenido las reglas de la iglesia”. En setiembre de 1843 los siete miembros de la familia Harmon fueron expulsados de la iglesia. Pronto formaron parte del grupo que examinaron las escrituras cuando Cristo no volvió el 21 de abril de 1844, cuando se esperaba que viniese a la tierra, pero luego de estudiar lo relacionado en la Biblia, entonces se concluyó que es esposo tardaba (Mateo 25:1 – 13), más el aporte del pastor Samuel Snow de que Jesús llegaría en 1844, hizo que se viviera el clamor de la media noche. En el 22 de octubre de 1844, Elena Harmon sufrió el gran chasco de no ver llegar a Jesucristo. Este período profético terminó el 22 de octubre de 1844. La desilusión de los que esperaban encontrar a su Señor en aquel día fue muy grande. Hiram Edson, un diligente estudiante de la Biblia que vivía en el Estado de Nueva York, describe lo que ocurrió con el grupo de creyentes del cual él formaba parte: “Nuestras expectativas iban en aumento mientras esperábamos la llegada de nuestro Señor, hasta que el reloj marcó las doce a medianoche. El día había pasado, y el chasco que experimentamos fue terrible. Nuestras más caras esperanzas y expectativas fueron barridas, y nos sobrevino un deseo de llorar como nunca antes. La pérdida de todos los amigos terrenales no se hubiera comparado con lo que sentimos entonces. Lloramos y lloramos hasta que el día amaneció.
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claramente que en vez de que nuestro Sumo Sacerdote hubiera salido del lugar santísimo del santuario celestial para venir a esta tierra en el décimo día del mes séptimo, al fin de los 2.300 días, había entrado por primera vez, en ese día, en el segundo departamento de aquel santuario, y que tenía una obra que realizar en el lugar santísimo antes de venir a la tierra, que había venido a las bodas, o en otras palabras, al Anciano de días, para recibir el reino, el dominio y la gloria; y que debíamos esperar su retorno de las bodas. Mi mente fue entonces dirigida al capítulo diez de Apocalipsis donde pude ver que la visión había hablado y no había mentido”.
“Me decía a mí mismo: ‘Mi experiencia adventista ha sido la más brillante de toda mi vida cristiana... ¿Ha fallado la Biblia? ¿No hay Dios, ni cielo, ni ciudad de oro, ni paraíso? ¿Es todo nada más que una fábula astutamente inventada? ¿No hay realidad detrás de nuestras más caras esperanzas y expectativas?. . .’ “Comencé a sentir que podría haber luz y ayuda para nosotros en nuestro dolor. Dije a algunos de los hermanos: ‘Vayamos al granero’. Entramos en éste, cerramos las puertas y nos a rrodillamos delante del Señor. Oramos fervientemente porque sentíamos nuestra necesidad. Continuamos en ferviente oración hasta que recibimos del Espíritu la certeza de que nuestras oraciones habían sido aceptadas, y que se nos daría luz. La razón de nuestro chasco sería explicada en forma clara y satisfactoria. 9 “Después del desayuno dije a uno de mis hermanos: ‘Vayamos para ver y animar a algunos de nuestros hermanos’. Salimos, y mientras pasábamos por un gran campo, me sentí detenido en medio de él. El cielo pareció abrirse ante mi vista, y vi definida y
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Dios no abandonó al pequeño rebaño y envió una mensajera. Una jovencita frágil de 17 años de edad, quien junto con su familia había sido despedida de la iglesia metodista y había sufrido un ataque en la niñez con una piedra en la cara fue la elegida. Elena Harmon. No pudo terminar sus estudios pero fue utilizada por Dios. En diciembre de 1844 sintió como el poder de Dios llegó sobre ella y tuvo una visión del camino del pueblo adventista hacia la nueva Jerusalén. Luego de una semana, recibió una segunda visión donde se le instruía a compartir lo recibido. Ella vacilaba por la oposición, pero finalmente acepto a pesar de su salud y de la reticencia de los dirigentes del movimiento adventista de confiar en manifestaciones sobrenaturales. En 1842 William Foy de Boston recibió visiones del pronto regreso de Cristo y la recompensa de los justos, pero por la resistencia que generaría su raza negra, lo hizo vacilar en compartir los mensajes. Finalmente lo hizo, pero presiones financieras y una tercera visión que no pudo comprender, abandonó sus esfuerzos. Poco antes del chasco un hombre llamado Hazen Foss, de Maine, recibió una visión similar a la Elena Harmon, pero rehusó aceptar el encargo de compartir los mensajes. Cuando sintió que había rechazado al Espíritu Santo, reunión a un grupo y cuando se paró para hablar, solo pronunció las palabras: “lo he olvidado todo”. Elena de White tomó la posta e inició una serie de pequeños viajes para compartir la esperanza a los hermanos milleritas desanimados. En uno de esos viajes, un joven y comprometido pastor millerita llamado Jaime White decidió acompañar al grupo de jóvenes que ayudaban a Elena Harmon. Con el
tiempo el amor surgió y en agosto de 1846 se casaron en Portland ante un juez de paz. El papel de la visiones de Elena White fue el de animar y dar seguridad a quienes habían esperado la venida de Cristo en 1844. En cuanto a la inmortalidad del alma, los fundadores del grupo de guardadores del sábado consideraban fundamental la creencia del estado inmortal del ser humano, ya que consideraban que si era real tal cuestión, ya no era necesaria la segunda venida y eso resolvía el chasco de 1844. Se desarrollaron conferencias de estudios bíblicos para afianzar la fe y ponerse de acuerdo en verdades bíblicas. Cuando los hermanos llegaban a un punto del estudio en el que no podían avanzar más, Elena recibía orientación divina para seguir en el estudio. Para 1848 el grupo se había puesto de acuerdo en cinco puntos básicos: • El regreso visible, personal y pre milenial de Jesús.
• La purificación del santuario, con el ministerio de Cristo en el segundo departamento que comenzó el 22 de octubre del 1844. • La validez del don de profecía con cada vez más creyentes. • La obligación de observar el sábado como día de reposo y el papel del sábado en el gran conflicto del fin profetizado en Apocalipsis 11-14. • La inmortalidad no es inherente al ser humano sino algo que se recibe por la fe en Cristo. El 22 de marzo de 1849, Elena de White vio en visión que Cristo abrió la puerta del Lugar Santísimo del Cielo y logro ver que una luz brillaba sobre el cuarto mandamiento. En la segunda década el mensaje de los adventistas sabatarios fue escuchado en círculos no adventistas. Las conversiones de muchas personas hicieron que la teoría de la puerta cerrada fue abandonada y entendieran que Dios le cierra la puerta a quienes lo han rechazado totalmente.
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DESARROLLO LA PÁGINA IMPRESA La visión de Elena de White en Dorchester, Massachusetts, en noviembre de 1848, estimuló una transición mayor en las publicaciones adventistas. Después de salir de la visión le dijo a Jaime que tenía un mensaje para él. Debía comenzar a imprimir un periódico pequeño que debía ser enviado a la gente, la cual contribuiría para seguir imprimiéndolo y a partir de este pequeño comienzo saldrán yayos de luz que han de circuir el globo. En julio de 1849 salió el primer número de The Present Truth que contenía mensajes con respecto a al sábado, el mensaje de los tres ángeles y temas doctrinales relacionados. En 1850 apareció la Adventist Review donde se reimprimieron artículos milleritas importantes desde comienzos de los años 40s. En noviembre de 1850 se combinaron la Present Truth y Second Adventis Review and Sabbath Herald. Actualmente se conoce esta revista como la Revista Adventista. Durante muchos años, esta revista era el pastor, el predicador, el maestro de los hermanos dispersos. En otras palabras, la revista era la iglesia para muchos. A medida que el diario crecía y superaba problemas financieros y de ubicación, salieron de sus prensas
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en 1851 el primer libro de E lena White”, “Esbozo de la experiencia cristianan y las visiones de Elena G. de White” (Primeros Escritos). En 1852 otra publicación periódica vio la luz, se trató de la Youth´s Instructor como el primer intento de alcanzar a los jóvenes de la iglesia. Para fines de la década de 1850, las publicaciones adventistas se habían vuelto una empresa poderosa. Pronto se unieron grandes personajes como J. N. Andrews y J. N. Loughborough, Uriah Smith y Stephen Haskell.
DE LA IASD 1850 - 1888
Fue la Review and Herald la que estimuló la cohesión y la unidad doctrinal. Para el año 1855 se estableció una casa editora en Battle Creek, Michigan. Pronto la iglesia se organizó en esta área con mayor rigor.
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SESIÓN N° 5:
PASOS HACIA LA ORGANIZACIÓN
En 1850 la iglesia tenía 200 miembros y para 1852 ya eran 2000 miembros. Esto fue una bendición pero también acarreó una serie de problemas. Primero, no había forma de certificar el clero. Segundo, no había forma de repartir fondos para manutención a los pastores. No había ninguna organización legal para contar con propiedades. Se hizo necesario organizar la iglesia, ya que no había manera de certificar tampoco que hermanos estaban en regla y quiénes no. Para 1853, Jaime White estaba emprendiendo una cruzada para organizar la iglesia, atacando a quienes afirmaban que la organización era equivalente a Babilonia. Tendrían que pasar 10 años para que la organización se hiciera realidad. Para 1856 la organización atravesó su primera crisis. Varios pastores se retiraron por agotamiento. Uno de ellos fue J. N. Andrews, quien se dedicó a ayudar en una tienda de vivieres en Wawcon, Iowa. Otro ministro que llegó allá fue Loughborough. Ese lugar se estaba convirtiendo en el centro de los adventistas apáticos. Los White visitaron ese lugar y reanimaron a sus hermanos quienes empezaron a recibir cierto sustento. En 1859, en Battle Creek un grupo de estudio liderado por Andrews confeccionó un plan de dadivosidad sistemática que pronto se conocería como “La hermana Betsy”, que incentivó a donar a todos los miembros de la iglesia de entre 5 y 25 centavos semanales, los varones y entre dos a 10 centavos las mujeres. Ambos grupos eran valuados de uno a cinco centavos por semana por cada 100 dólares de valor de sus propiedades. Si bien la hermana Betsy era un plan totalmente diferente al plan de benevolencia sistemática que los adventistas asumirían en 1870, fue un buen plan para ayudar y dar solidez a la iglesia naciente. Del 28 de setiembre al 1 de octubre de 1860 se desarrollaría la “batalla por la organización”. En ese congreso, a pesar de los argumentos “babilónicos” se adoptó el nombre de “Adventistas del Séptimo Día”.
COMIENZOS DEL SISTEMA EDUCATIVO ADVENTISTA Como narrarles tan interesantísima historia. Perso-
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nalmente me sienta mejor escribir que narrar. Así que prepárense para este paseo imaginario. Estamos en la primera mitad de los años 1800 y así como en temas de salud ya existían reformadores aun antes que la IASD recibiera luz divina, en el área educativa habían pensadores que apostaban por una educación que no solo cultivara la mente, sino también el cuerpo, reconociendo así que unidad del ser humano. Ya John Locke hablaba de incluir las habilidades mecánicas y agrícolas para la educación, y en Europa Rousseau consideraba la agricultura como una instrucción básica para los niños. Quien llevó ade-
John Locke
lante las observaciones de Rousseau fue Pestalozzi en Suiza, pero un mayor desarrollo de escuelas con talleres agrícolas y vocacionales fueron desarrollados por Phillip von Fellenerg y Jacob Wehrli quienes llegaron a desarrollar cinco escuelas donde maestros y estudiantes vivían relacionándose constantemente con un aire religioso. En Estados Unidos ya había ejemplos de colegios con tendencia a la educación integral, t ales son los casos de los colegios de los hermanos moravos en Bethlehem, Pennsylvania y el Cokesbury College en Marylan de los metodistas.
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La proliferación del trabajo manual en los colegios por parte de los estudiantes se volvió una iniciativa del Movimiento Norteamericano de Educación Manual que comenzó en 1820, tuvo su auge en 1834 y en la siguiente década decayó. Uno de los colegios más destacados en esta línea educativa fue el Andover Theological Seminary, donde los alumnos debían trabajar diariamente una hora y media en la fábrica de cajas o mueblería de la escuela. Otra institución fue el Instituto Oneida en el interior de Nueva York. Gracias a esta tendencia se siguieron desarrollando instituciones con esta filosofía de estudio-traba jo, tales como el Lane Seminary en Cincinnati y el Oberlin College, aunque este último más interesado en el movimiento antiesclavista y en los derechos de la mujer.
EN EL MEDIO ADVENTISTA Sin embargo, nuestros pioneros no estaban muy interesados en el desarrollo de instituciones adventistas debido a que lo consideraban como una negación a la esperanza del pronto retorno de Cristo. Pero conforme pasaron los años, decidieron atender los consejos del Espíritu de Profecía. De-
Jaime White
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bían preocuparse en la educación de sus hijos. En 1850, temiendo la influencia desmoralizadora de los compañeros seculares en los colegios públicos, los White aconsejaban a los hermanos guardadores del sábado a criar a sus hijos hasta los 8 o 10 años a fin de poner solidas bases espirituales. En 1858 Jaime White ya apoyaba el surgimiento de iniciativas educativas organizadas para los hijos de los hermanos en la fe, pero luego de cerrar dos veces los programas por falta de apoyo financiero, estaba desanimándose. Comenzó a considerar la educación de los jóvenes de la iglesia a través de otros medios.
LA ESCUELA SABÁTICA Surgió justamente para dar solidez a la fe de los más jóvenes del rebaño. Las primeras lecciones se impartieron en la revista The Yourth´s Instructor, donde escribieron temáticas que profundizaran la fe. Las reuniones de escuela sabática se fueron desarrollando gradualmente en la década del 1850. Luego de reunirse en grupos de ocho a diez y hacer preguntas y ejercicios numerosos en torno a la lección, las clases de Escuela Sabática fueron vigorizándose.
G. H. BELL Este personaje era hijo de una de la s grandes familias que viajaron al oeste en busca de mejores oportunidades. En su adolescencia la familia se mudó al norte de Ohio, cerca del Oberling College, donde asistió por espacio de un año y desfruto de la educación orientada a la actividad motora. Luego de ver sus estudios trucos por nuevas mudanzas y la muerte de su padre, con el tiempo se convirtió en el sostén de la familia. Luego desarrolló sus dones de educador llegando a ser uno de los maestros más capaces de Grand Rapids. Debido a sus hábitos de vida y abundante trabajo, perdió la salud y fue al Health Reform Institute a recobrar su salud. Pero allí conoció la verdad adventista y decidió abrazarla. Poco a poco sus dotes de maestro se hicieron cada vez más evidentes. Su metodología y agradable enseñar le granjearon la buena voluntad de muchos administradores. Con el tiempo, en torno al profesor Bell crecieron
G. H. Bell
los sueños de desarrollar una institución educativa adventista, iniciativa que luego de revisar los medios para su sobrevivencia no tuvo mucho éxito. Bell trabajó como editor de la Youth´s Instructor donde innovó preparando dos juegos para las lecciones de la escuela sabática, una para niños y otra para jóvenes. En 1872 había desarrollado ya ocho libros para la Escuela Sabática.
tenía serios reparos por el carácter moral de Battle Creek donde la escuela estaba naciendo. Para la segunda mitad del año la escuela ya contaba con cuarenta alumnos y quince más en las noches, estos eran empleados de la imprenta. En 1873 la Asociación General toma el voto de formar una escuela denominacional con la perspectiva del nivel superior. Uno de los primeros reveses humanos del plan educativo fue el desprecio del consejo inspirado de un lugar amplio para desarrollar actividades agrícolas. Teniendo en planes la compra de un terreno de 20 hectáreas al extremo de Battle Creek, la junta de la Asociación General compró un terreno de cinco hectáreas cerca de las oficinas de la Review y del Instituto de Salud. Al enterarse en California de lo sucedido, Elena de White agachó la cabeza y lloró. En los meses de primavera (marzo-junio) la junta de la Asociación General decide tomar de director del colegio a Sidney Brownsberger, quien contaba con títulos de Bachelor in Arts de la Universidad de
EL INICIO DE LA EDUCACIÓN ADVENTISTA En enero de 1872, Elena de White tuvo una visión detallada acerca de los principios de la educación. Aunque muchos consejos eran para los padres, que debían educar a sus hijos hasta los 8 o 10 años antes de enviarlos a una institución, ella añadía elementos de educación del cuerpo, la mente, la moral y el espíritu. En mayo de 1872 + de una institución educativa denominacional que debían comenzar el 3 de junio. El local se acondicionó rápidamente y el maestro fue el profesor Bell. La escuela se abrió con doce alumnos. Un comienzo pequeño pero que luego se acrecentaría. El colegio adventista nacía como un lugar donde los estudiantes estuvieran protegidos de la intemperancia, los juegos de cartas y otras maldades similares, proporcionándoles las motivaciones adecuadas para el estudio. La escuela nacería con la finalidad de preparar a los obreros pastores-agricultores, para que salieran de la ignorancia y se convirtieran en un ministerio profesional. Jaime White apoyaba estas acciones, pero
Tabernáculo Dime
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Michigan, a diferencia de Bell que no tenía título alguno. Bell se haría cargo de gramática, retorica, caligrafía, matemáticas, geografía y contabilidad. Brownsberger dictaría griego, latín, hebreo, francés, alemán, filosofía y fisiología. Luego de un tiempo Urias Smith se incorporaría a la plana docente para dar clases de Biblia. Al año siguiente, en 1874 se hizo legalmente la Sociedad Educativa Adventista del Séptimo Día. Se hicieron planes de construir un edificio con la capacidad de albergar 400 estudiantes. Entonces el concejo de la Señora de White se dejó escuchar nuevamente. El terreno era demasiado pequeño para los fines educativos adventistas, y nótese que para pagar la construcción se estaban vendiendo lotes del mismo terreno. La junta consideró que el consejo se seguiría en fechas posteriores. Los alumnos eran de diversas edades, desde siete hasta cuarenta años. A veces padres e hijos asistían a clases juntos. Lo que era parte importante era la coeducación, hombres y mujeres asistiendo a clases. Las normas sobre convivencia eran muy estrictas y los profesores no permitían en galanteo y el flirteo de ningún modo. La junta del colegio se opuso a la construcción de residencias para los estudiantes, así que los acomodaban en hogares autorizados. Los al umnos pagaban su educación, pero su lugar de descanso y sus alimentos era negocio propio. Muchas críticas llovieron sobre Brownsberger por
Battle Creek College
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SESIÓN N° 6:
Sidney Brownsberger
no seguir el consejo de E. G. White, por lo que en 1881 renunció y se dedicó a recuperarse de los nervios haciendo trabajo manual. Bell no tenía el grado académico para asumir el liderazgo así que la junta del colegio eligió a Alexander McLearn (Doctor en Divinidad) de la iglesia bautista. El no era bautizado ni había abrazado la causa adventista. Este desatino no tardó en traer serios problemas. McLearn comenzó a tener enfrentamientos con el profesor Bell, primero en asuntos educativos y luego en asuntos de conducta con los estudiantes. McLearn estaba rebajando las normas morales para ganarse el apoyo de los alumnos. Para 1882 Bell renunció cansado de tantos atropellos. El colegio estaba cada vez más independiente de la junta y esta decidió cerrarlo. McLearn se fue sin ser adventista y se unió a los bautistas del séptimo día. Pero Dios escribe derecho en renglones torcidos. Esta crisis preparó a dos hombres para llevar adelante la obra educativa. El Healdsburg College de California abrió sus actividades en 1881 y se convoco al Sidney Brownsberger, quien, aprendida la lección, llevó adelante la obra educativa siguiendo los consejos del Espíritu de Profecía. En Nueva Inglaterra y bajo el estímulo de S. N. Haskell, se abrió la South Lancaster Academy en 1882 teniendo como director a Goodloe Harper Bell, también más que dispuesto en aplicar los consejos de Elena de White. El Healdsburg College de California llegaría a ser más tarde el Pacific Union College y la South Lancaster Academy el Atlantic Union College. La obra educativa estaba en marcha.
LA EXPANSIÓN MISIONERA Y ORGANIZACIONAL (1868-1885) 43
Durante la guerra civil norteamericana sus habitantes no estuvieron muy interesados en temas religiosos, pero esto no desanimó a los predicadores adventistas. Para el año 1867 había 4320 adventistas en todo el país. Dentro de la nación muchos hombres comenzaron a hacer obra de evangelistas, ahora la teoría de la puerta cerrada estaba en el pasado y la iglesia se estaba proyectando a sus vecinos. Pero la disidencia también se hizo notar desde los inicios, tales fueron los casos de Snook y Brinkerhoff quienes fueron dirigentes de la recién formada Asociación de Iowa, pero se volvieron críticos de Jaime y Elena White.
George I. Butler
Se trataron de arreglar las cosas en 1865, pero no sirvió de mucho. Producto de estas discrepancias se formó la iglesia de Dios (Adventista). En la reunión de la Asociación de Iowa de 1865 se eligió presidente a George I. Butler quien visitó a los hermanos del estado instruyéndolos en la ortodoxia adventista, restableciendo el orden y adelantando la obra. Estas acciones pusieron a Butler entre los grandes líderes adventistas junto con los White, Haskell, Loughborough, Andrews y Waggoner. Un papel destacado en la evangelización fue el de la mujer. Sarah Lindsey y Ellen Lane con sus esposos, trabajaron con mucho éxito en la obra de la predicación del evangelio. Fue tal el logro de la obra por estas mujeres y sus esposos que se propuso en 1881 enviar una moción a la Asociación General de que las mujeres más capaces sean separadas para la obra de evangelistas. Esta moción no tuvo mayor eco. Fue en la reunión de la Asociación General de 1868
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que se decidió enviar a California a Loughborough y Bourdeau quienes con la dirección de Dios lograron establecer la iglesia. Un hombre llamado Abram La Rue decidió ser adventista en esos esfuerzos evangelizadores y pidió ayuda para ser enviado a China. La iglesia no lo aprobó pero él no se desanimó y llegó hasta Hawái donde vendió publicaciones adventistas en Honolulu y en los barcos que entraban a Pearl Harbor. Fue en 1888 que siguió camino a Hong Kong donde estableció una misión para marineros y repitió la experiencia. Fue este personaje quien hizo arreglos para traducir material adventista al chino. Volviendo a California, fue tal el éxito de la obra y la buena disposición de los californianos que la iglesia ya planeaba, con la dirección del espíritu de profecía, colocar una casa publicadora en Oakland. El 4 de junio de 1874 se publicaba el primer número de The Sings of the Times especialmente preparado para la gente del oeste, y antes de año se estableció la Pacific Seventh-day Adventist Puglishing Association. El 7 de junio de 1878 se estableció la Rural Health Retreat en Santa Helena y California tuvo su sanatorio. La obra adventista en California estaba sólidamente constituida. La iglesia estaba despertando a su vocación misional. Todo el territorio americano estaba siendo el objetivo de misioneros adventistas, pero el Señor despertaría a los misioneros de ultramar. Donde los hombres no podían llegar, llegaba la página impresa y desde Inglaterra e Irlanda llegaban noticias desde 1861 de guardadores del sábado y del advenimiento. Fue M. B. Czechowski quien sin apoyo de los dirigentes pero con un gran deseo de compartir el mensaje, decidió ir a Europa. Al ver la negativa de la
M. B. Czechowski
Asociación General, viajó a Boston donde persuadió a los dirigentes de los cristianos adventistas para que lo enviaran y en 1864 junto con su esposa y una hermana de G. I. Butler que era cristiana adventista, viajó a Europa. Su trabajo y espíritu libre lo llevaron por varios países. Al final de sus días su aporte fue bastante difuso. J. N. Andrews se refirió a su buen trabajo como que fue mayormente debido al sabio consejo de la hermana Butler, pero al separarse ella de su compañía, sus acciones pronto terminaron en tristeza para el pueblo de Dios. Algunos de los seguidores de Czechowski l legaron a tener contacto con Battle Creek, causando los celos del misionero. Este se apartó del camino y murió solo en Europa. En 1874 un año después de que Jaime hubiera propuesto un presupuesto inicial a la Asociación General, esta misma votó que J. N. Andrews fuera a Europa tan pronto como sea posible. Junto con sus hijos y el hermano Adhémar Vuilleumier salieron rumbo a Europa. Pararon en Inglaterra y Escocia para visitar a los hermanos Bautistas del Séptimo Día, para luego ser recibidos con alegría por los hermanos de Suiza. Andrews era el hombre mejor calificado para esta tarea. Mientras aprendía francés, visitó a los grupos que Czechowski había establecido. Luego publicó un anuncio en los diarios con mayor tiraje en Europa central para que los guardadores del sábado se contactaran con él. Poco tiempo después, a partir de los conversos de Lindermann en Alemania, ser formó un núcleo adventista. Andrews volvió, pero su acompañante Erzberger permaneció en Alemania. En 1876, Bourdeau llegó a Suiza para ay udar a Andrews. Ese verano se publicó Les Signes des Tempes la cual llegó no solo a Suiza sino a Italia y Francia. En octubre, los Bourdeau se establecieron al sur de Francia para continuar actividades evangelizadoras. Ganaron unos pocos conversos para luego volver a Suiza y a Norteamérica. Poco tiempo después, gracias al contacto con un médico irlandés Ribton, guardador del sábado que vivía en Nápoles, se desarrolló un grupo adventista de donde se llevó Les Signes des Tempes a la colonia italiana en Egipto para que luego Ribton se mudara en 1879 a Alejandría.
D. T. Bourdeau
En 1882, Ribton y varios de sus conversos fueron asesinados en una revuelta anti europea alentada por Arabi Pasha. La obra de Andrews se reforzó con la llegada de los Whitney y los Bourdeau hasta la muerte del pionero en 1883.
S. N. Haskell
J. G. Mattenson también estaba desarrollando el mensaje adventista en la zona de Escandinavia. En 1877 fue enviado a Dinamarca, luego de un año de permanecer allí fue a Noruega. En 1879 organizó una casa publicadora en Oslo donde se producía mensualmente Tidernes Tegn. Pronto, con la ayuda de nuevos conversos, el mensaje ingreso en Suecia y la revista se publicó quincenalmente en sueco, para 1884.
J. O. Corliss
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En Inglaterra la obra se inició en 1878 con la llegada de William Ings quien fue de vacaciones a su tierra natal inglesa (él vivía en USA), y su presencia causó tan grande impacto con las publicaciones adventistas que Andrews hizo arreglos para que regresara como obrero. Pronto Loughborough se le unió. Para 1884 se comenzó a producir The Present Truth y M. C. Wilc ox llegó como su editor. Este periódico apareció de su propia casa editora. En 1884 se envió a S. N. Haskell, J. O. Corliss y un grupo de misioneros voluntarios a Australia. Pronto, gracias al colportaje, se crearon expectativas y se inició con el evangelismo por carpas. Pocos meses después se lanzaría el The Bible Echo a nd The Sings of the Times. En un principio la obra en Australia fue difícil, pero luego sería una luz que brillaría para toda la zona del pacífico. S. N. Haskell
John Loughborough
EL DESARROLLO ORGANIZATIVO 1864-1887 En el primer cuarto de siglo la feligresía adventista se había septuplicado, de 3500 miembros a 26112 en 1888. Era la iglesia Adventista la rama de los milleritas que se había multiplicado más, y su éxito radicaba en diferentes actividades. Uno de las claves del éxito fue que los pastores se consideraban evangelistas más que pastores. Pero fue una visión entusiasta de Haskell que habría de convertirse en una poderosa maquinaria de difusión del mensaje adventista. Todo comenzó con la reunión en Nueva Inglaterra de varias damas quienes se encargaron de la distribución de publicaciones. El 8 de junio de 1869, el pastor Haskell ayudó a estas damas a establecer una organización formal:
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la Sociedad Misionera Vigilante. Esta sociedad se reunía los miércoles para orar y planificar la ayuda a los pobres y necesitados de la comunidad. Con un poco de estímulo, la sociedad comenzó a distribuir folletos por correo a cientos de personas. Con el tiempo se les unió María Huntley quien con su dinamismo y vigor dio un empuje poderoso a la obra de distribución de tratados llegando a despachar hasta el extranjero. Cuando el pastor Haskell fue elegido presidente de la Asociación de Nueva Inglaterra, lo primero que hizo fue organizar la Sociedad Misionera y de Tratados de Nueva Inglaterra con la meta de establecer grupos como la Sociedad Misionera Vigilante en cada iglesia.
Jaime White observó el éxito del plan y promovió las sociedades misioneras en toda la denominación llegando a publicar en 1874 la revista The True Missionary para promover los intereses de las sociedades misioneras. Con el tiempo ya no solo se distribuían tratados, sino libros. Por 1880 la Asociación de Publicadores Adventistas del Séptimo Día tenía para la venta veinte libros encuadernados de tapa dura y más de treinta en rústica. Entre los principales autores adventistas estaban Uriah Smith, Elena White, J. N. Andrews, Jaime White, D. M. Canright y J. H. Waggoner. Con tal éxito de las publicaciones, se instauró la presencia de los colportores, gracias a la influencia de Elena de White. Estos colportores llevaban literatura de casa en casa. Uno de los hombres que se destacaron en la obra de colportaje fue George King quien llegó a facturar hasta su muerte en 1906 miles de dólares.
Ilustración 1 Elena G. de White (sentada en el centro delante de un hermano) en el Moss camp meeting. Otros en la foto son: O. A. Olsen y su esposa, Jennie (sentados a la izquierda). J. H. Waggoner (centro) y W. C. White y Jennie Ings (derecha).
Ilustración 1 Elena G. de White (sentada en el centro delante de un hermano) en el Moss camp meeting. Otros en la foto son: O. A. Olsen y su esposa, Jennie (sentados a la izquierda). J. H. Waggoner (centro) y W. C. White y Jennie Ings (derecha). Por otro lado, la obra de la Escuela Sabática tuvo un poderoso impulso con la llegada del profesor Bell, quien contribuyó con muchas publicaciones al The Youth´s Instructor. Pronto las misiones y las contribuciones para los campos misioneros andarina de la mano con la Escuela Sabática.
Eagle Lake, Minnesota, Camp Meeting, 1875, Jaime y Elena White, Uriah Smith y otros bajo la carpa.
María Huntley
Eagle Lake, Minnesota, Camp Meeting, 1875, Jaime y Elena White, Uriah Smith y otros bajo la carpa. A partir de 1867 se inició la práctica de las convocaciones por carpas. La primera fue en setiembre en la Asociación de Illinois-Wisconsin con 300 participantes, adonde concurrieron Jaime y Elena White. Ente 1870 y 1880 la popularidad de estas reuniones fue daca vez mayor. Estas reuniones tenían asistencias variadas, entre 300 y 20000 personas. En todas ellas se notaba un espíritu cristiano y familiar.
John Harvey Kellogg
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En 1879 dos jóvenes, Lutero Warren de 14 años y Harry Fenner de 17, en Hazelton Michigan desarrollarían una reunión de jóvenes y señoritas para cantar, estudiar la Biblia y predicar a través de volantes e impresos y así contribuir a confirmar la fe de los jóvenes de la iglesia. Este fue la semilla de lo que sería la Sociedad de Misioneros Voluntarios, luego, Sociedad de Jóvenes Misioneros Voluntarios, Luego Sociedad de Jóvenes Adventista y por último Sociedad J.A. La obra de temperancia cobró cada vez más fuerza desde fines de 1870 con la persona del Dr. John Harvey Kellogg quien involucro a los laicos en la obra de la difusión de la temperancia y la salud. Fue él quien ayudó a confirmar a los miembros de la iglesia en las prácticas de la salud. Las instituciones estaban en franco crecimiento y desarrollo, pero un revez en la organización daría un golpe poderoso a la iglesia.
MUERTE DE JAIME WHITE EL 6 DE AGOSTO DE 1881 No puedo entrar en detalles acerca de la enfermedad de mi esposo. Van a encontrar impreso el informe correspondiente. Se me dijo que no estaba muy bien. El doctor me dijo que me haría bien verlo. Me llevaron a su habitación, y en cuanto lo vi dije: “¡Mi esposo se muere!” Su rostro manifestaba el inconfundible signo de la muerte. ¡Oh, qué mal me sentí! Me arrodillé junto a su cama. Oré fervorosamente implorando que no muriera. . . Me quedé con él toda la noche, y al día siguiente al mediodía tuvo un escalofrío, y de allí en adelante ya no sintió nada más. Sencillamente se durmió, sin dolor, sin sufrimiento, con la gracia de un niño, y exhaló su último suspiro. . . Telegrafiamos a Guillermo y a María para que vinieran. . . Llegaron una semana después de su muerte; también vino Juan White [el hermano de Jaime White, pastor metodista]. Juan White dijo: “Elena, siento mucho verte tan débil. Vas a tener una prueba muy dura mañana en el funeral. Dios te ayude, querida hermana, en esta ocasión”. Yo le dije: “Hermano Juan, tú no me conoces. Mientras más dura sea la prueba, más fortaleza tendré. No me voy a entregar a explosiones de pesar si mi corazón se quebranta. Sirvo a Dios no por impulso, sino inteligentemente. . . El espera de
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mí una sumisión completa e inconmovible. El pesar indebido le desagrada. He tomado mi cruz y voy a seguir al Señor plenamente. No me voy a abandonar al pesar. No me voy a entregar a un estado de morbidez y melancolía. No me voy a quejar de las providencias de Dios, ni voy a murmurar. Jesús es mi Salvador. El vive. Nunca me dejará ni me abandonará”. [Al día siguiente] después que [Urías] Smith hubo terminado su oración fúnebre, yo deseé ardientemente decir algo para que todos supieran que tenía la esperanza cristiana y que ella me estaba sosteniendo en esta hora de afl icción, pero temí que no me iba a ser posible mantenerme en pie. Finalmente decidí hacer la prueba y el Señor me sostuvo. El doctor [J. H. Kellogg] estaba junto a mí para “sostenerme”, según dijo, en caso de que cayera. . . pero dije con claridad todo lo que tenía que decir. . . Me sentí agradecida a Dios de que no me haya dejado buscar consuelo en la amistad del mundo (Carta 9, del 20 de octubre de 1881, dirigida a “Mis queridos hermanos”). Otra fuente que registra el mismo evento: El lunes siguiente comenzó a sufrir severos escalofríos, y al día siguiente también yo fui atacada. Fuimos llevados juntos al sanatorio para recibir tratamiento. El médico entonces me informó que mi esposo tenía la tendencia a dormirse y que estaba en peligro. En seguida me llevaron a su cuarto, y tan pronto como observé su rostro me di cuenta de que se estaba muriendo. Traté de despertarlo. El entendía todo lo que se le decía, y respondía a todas las preguntas que podían ser contestadas con sí o con no, pero parecía que era imposible que pudiera decir nada más. Cuando le dije que yo creía que se estaba muriendo, no manifestó 278 ninguna sorpresa. Le pregunté si Jesús era precioso para él. Dijo: “Sí, oh sí”. “¿No tienes deseos de vivir?”, le pregunté entonces, El contestó: “No”. Entonces no arrodillamos junto a su cama, y oramos por él. Un expresión de paz descansaba en su rostro. Le dije: “Jesús te ama. Debajo de ti están sus brazos eternos”. Contestó: “Sí, sí”. El Hno. Smith y otros hermanos oraron entonces en torno a su cama, y se retiraron para pasar gran parte de la noche en oración. Mi esposo dijo que no sentía ningún dolor; pero evidentemente estaba decayendo con rapidez. El Dr. Kellogg y sus ayudantes hicieron todo lo que estaba a su alcance
para arrebatarlo de la muerte. Revivió con lentitud, pero continuó muy débil. A la mañana siguiente pareció revivir débilmente pero cerca del mediodía tuvo unos escalofríos que lo dejaron inconsciente. A las cinco de la tarde del sábado 6 de agosto de 1881, en forma reposada, exhaló último suspiro, sin lucha ni gemido alguno. El choque de la muerte de mi esposo tan repentino, tan inesperado cayó encima de mí como peso aplastador. En mi c ondición débil había reunido todas mis fuerzas para permanecer junto a su cama hasta el final; pero cuando vi sus ojos cerrados de muerte, la naturaleza exhausta cedió y quedé completamente postrada. Por algún tiempo estuve oscilando entre la vida y la muerte. La llama vital ardía en forma tan baja que un soplo podía extinguirla. De noche mi pulso se debilitaba; y respiraba en forma más y débil hasta que mi respiración parecía cesar. Sólo la bendición de Dios y los cuidados ininterrumpidos del médico y sus ayudantes mi vida fue preservada.
Aunque no me había levantado de mi lecho de enferma después de la muerte de mi esposo, fui l levada 279 al Tabernáculo el sábado siguiente para asistir a su funeral. Al final del sermón sentí mi deber de testificar del valor de la esperanza cristiana en la hora de dolor y aflicción. Al levantarme, me fueron dadas fuerzas, y hablé unos diez minutos, exaltando la misericordia y el amor de Dios ante aquella nutrida asamblea. Al final del servicio seguí a mi esposo al cementerio de Oak Hill, donde fue puesto a descansar hasta la mañana de l a resurrección. Mi fuerza física había sido postrada por el golpe, y sin embargo el poder de la gracia divina me sostuvo en mi gran aflicción. Cuando vi a mi esposo exhalar el último suspiro, sentí que Jesús era más precioso para mí que en ningún momento anterior de mi vida. Cuando estaba de pie junto a mi primogénito, y le cerré los ojos, pude decir: “El Señor dio, el Señor quitó; sea el nombre de Jehová bendito”. Y sentí entonces que tenía un consolador en Jesús. Y cuando mi último hijo fue arrebatado de mis brazos, y no podía ver más su cabecita, sobre la almohada a mi lado, pude decir: “El Señor dio, el Señor quitó; sea el nombre de Jehová bendito”. Y cuando aquel sobre el cual se habían apoyado mis grandes afectos, aquel con quien había trabajado por 35 años, me fue arrebatado, pude poner mis manos sobre sus ojos y decir: “Te encomiendo mi tesoro, oh Señor, hasta la mañana de la resurrección”. (Notas biográficas de Elena G. de White. Págs. 278, 280). El gran guerrero, el compañero y amigo de El ena de White, descansó.
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SESIÓN N° 7:
EL DESARROLLO DOCTRINAL
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Los adventistas tenían serios reparos en organizar sus creencias en forma de credo formal por la semejanza que esto pudiera generar con relación a la Babilonia popular. Fue en 1872 en que por primera vez que se publicó un panfleto donde se categorizaba las creencias básicas de los adventistas del séptimo día en 25 artículos. Esta producción tuvo la intención de ser una regla de uniformidad y brindar respuestas a preguntas. Es interesante notar que los conceptos trinitarios no estaban claros en ese documento. Se hacía una clara referencia a Dios como único, a Jesucristo como Señor y ninguna referencia al Espíritu Santo. Esto seguramente no fue casual ya que tanto Jaime White como José Bates quienes pertenecieron a la Conexión Cristiana tenían esas creencias. Fue todavía en la década de 1890 en que se aceptaron los conceptos trinitarios gracias a la influencia inspirada de Elena de White. Esto es más claro aún en el libro El Deseado de Todas las Gentes (una biografía de Cristo). El tema de la expiación estuvo presente en las creencias adventistas de la época, pero fue gracias a la dirección del Espíritu Santo que Elena de White, entre 1850 y 1860, fue avanzando es estos conceptos más que sus contemporáneos. Ella consideraba que en la cruz de Cristo se realizó el sacrificio que expió el pecado y esos beneficios eran derramados a sus seguidores desde a través de su obra en el Santurio Celestial. El tema del Santuario es distintivo de la iglesia adventista. El pueblo adventista consideró que la fecha del 22 de octubre de 1844 no era incorrecta, en esa fecha se había dado inicio al juicio investigador (la primera parte del juicio de Dios). El primero que
vio esto fue José Bates. Aparentemente el término “juicio investigador” fue acuñado por Jaime White. El sábado fue introduciéndose de manera gradual y progresiva pero firmemente en el pueblo adventista. En un principio, los conceptos no eran muy diferentes de los Bautistas del Séptimo Día. Al finalizar la década de 1840 los adventistas sabatarios consideraron los mensajes de los tres ángeles como proclamaciones sucesivas de verdades tales 1. La inminencia de la segunda venida de Cristo, 2. La apostasía de las iglesias cristianas “nominales” y 3. La necesidad de guardar todos los mandamientos de Dios. Fue entonces el mensaje del tercer ángel el tema principal de proclamación de The Present Truth, lógicamente el sábado. La marca de la bestia fue identificada con el falso día de reposo, el domingo. Tanto Bates como White consideraron que la restauración del verdadero día de reposo era la obra de “reparar la brecha” de Isaías 58:12 y 13: “Y los tuyos edificarán las ruinas antiguas; los cimientos de generación y generación levantarás, y serás llamado reparador de portillos, restaurador de calzadas para habitar. Si retrajeres del día de reposo (sábado) tu pie, de hacer tu voluntad en mi día santo, y lo llamares delicia, santo, glorioso de Jehová; y lo venerares, no andando en tus propios caminos, ni buscando tu voluntad, ni hablando tus propias palabras…”. El sábado se debería guardar de tarde a tarde. Una visión recibida por Elena de White a fines de 1855 endosó la posición de la puesta del sol. Los primeros adventistas estaban seguros de que eran el pueblo de “Filadelfia” (Apocalipsis 3: 7-13) pero luego, en 1856, en base a una visión recien-
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EXPANSIÓN DE te, Elena de White aconsejó a sus colegas tener en cuenta los consejos del Ángel a los laodicenses. Los adventistas creían en el desarrollo histórico de las profecías. El pueblo adventista desde temprano en su breve historia ha sido un pueblo interesado en la s profecías, ya en 1850 ya se consideraba cerca el tiempo de angustia y en 1848 Jose Bates interpretó que la revolución europea en 1848 era una de las señales de los inicios del tiempo de angustia. En 1866 se especulaba en la Review que la guerra de las siete semanas podría llegar a ser el Armagedón. Uno de los más respetados intérpretes de las profecías de la época fue Uriah Smith quien interpretaba la sexta plaga con la caída del imperio otomano. El pasaje de apocalipsis 13:11 al 17 era interpretado como los Estados Unidos por J. N. Andrews en 1850. Consideraban que el hecho de hacer descender fuego del cielo estaba relacionado a la invención del telégrafo por Samuel F. B. Morse. El milenio fue ubicado luego de la segunda venida de Cristo como un tiempo de juicio para los impíos muertos y de encierro para Satanás y sus demonios. El bautismo fue practicado por inmersión, ya que no se encontraba ninguna base bíblica para asper jar el agua en la ca beza del candidato. La reforma
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pro salud avanzó con poder. Ya para 1850 el tabaco, el té y el café fueron considerados dañinos. En 1867 los esposos White y J. N. Loughborough pidieron perdón públicamente por gastar dinero en tomarse fotos… Tanto el decoro en la manera de vestir como los hábitos saludables fueron contenidos en los Principios Fundamentales de 1872. Al ser atacados de tener a una profeta como quien hacía las doctrinas, la Iglesia Adventista dejó en cl aro que todas sus enseñanzas estaban basadas únicamente en la Biblia, la cual era la regla infalible de fe y práctica. El espíritu de profecía fue dado como un don a Elena de White para que pudiera ayudar a edificar la iglesia. Aunque por las muchas críticas se dejaron de publicar las visiones de Elena en la Review. Pero aun así las criticas y burlas no cesaron. Se consideraba que las visiones de Elena de White eran el resultado del mesmerismo o la enfermedad. Se desarrollaron tres argumentos para responder tales comentarios. 1. Los escritos de Elena White: conducían a los lectores a la Biblia y Cristo. 2. Exhortaban a seguir normas morales más elevadas. 3. Traían consuelo y ánimo a muchos corazones.
LA IASD 1888 - 1915
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SESIÓN N° 8:
LA CRISIS DE 1888 Y LA EXPANSIÓN DE LAS INSTITUCIONES
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En las décadas de 1870y 1880 surgieron una nueva generación de enemigos de la iglesia que ridiculizaban y acusaban a los adventistas de legalistas. A fin de dar respuesta a estas acusaciones se hicieron estudios exhaustivos sobre las credenciales bíblicas de porqué guardar el sábado llegando a acumular un verdadero arsenal. Se llegó al punto de organizar debates y surgieron campeones defensores del sábado. Pero esto no fue lo mejor. Los adventistas se hicieron orgullosos de su observancia a los mandamientos que daba como fruto su carácter moral alto. Ya en 1882, en los campestres, Elena de White invitaba a las audiencias a buscar la justica de Cristo y desechar nuestra propia justicia humana. Pero no fue escuchada.
E. J. Waggoner y su esposa
En esas conferencias, Ellet J. Waggoner encontró la luz que su alma necesitaba. Comenzó a escudriñar la justicia de Cristo la cual es obsequiada al hombre que la reciba. Waggoner era hijo de un pastor adventistas que por varios años había servido ala hombre como editor de la Pacific Press y la Sings of the Times. Otro joven que apareció en escena fue Alonzo T. Jones quien había sido militar en el Ejercito de los Estados Unidos y había aprendido de la verdad presente. Estos dos jóvenes eran muy diferentes en contextura y temperamentos, pero causaron una revolución. Ambos hombres llegaron a ser coeditores de la Signs y profesores de Biblia en el Colegio Healdsburg. Comenzaron a ventilar sus creencias en la justificación por la fe en la feligresía y los estudiantes.
A. T. Jones
Esta nueva luz, a ser desarrollada y ventilada sin el consejo de la administración de la iglesia, suscitó recelo y tenciones entre los dirigentes y los jóvenes maestros. El presidente de la Asociación General, Butler estaba especialmente incomodo con la posición de estos jóvenes, llegándolos a considerar facilitadores de los enemigos del sábado. La preocupación específica de Butler era que estos profesores estaban ventilando ampliamente sus ideas antes de llevarlas a un consejo superior. En la sesión de la Asociación General de 1886 Butler sugeriría que todo tema doctrinal que traiga disensión debía ser desaprobado, lo que contó con el apoyo mayoritario de la comisión teológica, después de que habían aceptado por apretado margen que la ley a la que se refiere gálatas 3 era la ceremonial (ese era el meollo del asunto). Al año siguiente Elena de White desaprobó a todos los actores de ese drama, a los jóvenes Waggoner y Jones por ser tan autosuficientes y a los dirigentes Butler y Uriah Smith para que no se creyeran infalibles. En la siguiente reunión de la Asociación General del 17 de octubre de 1888 se invitó a Waggoner y Jones a que presentaran sus estudios. Jones fue invitado a presentar su investigación sobre Daniel 7 Waggoner los devocionales al instituto en sesión. La enfermedad no permitió estar presente a Butler, peto tanto Smith como Morrison (presidente de la Asociación de Iowa) estarían para defender la postura clásica. El congreso empezó con un enfrentamiento entre Smith y Jones, Smith quien fuera el expositor más
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LA EXPANSIÓN DE LAS INSTITUCIONES 1877 – 1900
respetado de las profecías admitió que en el punto de Daniel 7 había seguirlo a los intérpretes milleritas. De esto se valió Jones para afirmar que él sí había estudiado el tema y lo conocía bien. Esto dividió aun más a los asistentes de entrada ya con serias preguntas. Los asistentes llegaron a autodenominarse “hunos” o “alamanes” para identificarse con la interpretación de Jones o de Smith respectivamente.
Los adventistas llegaron a ser conocidos a nivel mundial como una organización que operaba excelentes colegios, casas editoras y hospitales. Obra educativa
Para 1882 el Battle Creek College estaba al borde del colapso y la Academia de South Lancaster y el Colegio de Healdsburg están iniciándose, pero aprendiendo de los errores de Battle Creek. De los dos colegios aperturados, el de Healdsburg fue el de avanzada al inaugurar internados y un programa de trabajo agrícola. Esto fue seguido por un reabierto Battle Creek College en 1883. O. A. Olsen
Uriah Smith
Cuando Waggoner hizo sus exposiciones, la caldera estaba hirviendo. Los conceptos de Waggoner, el cual se negó al debate, hicieron que el público asistente tomara dos posturas, unos de agradecimiento al ver la luz de la expiación ganada por Cristo en la Cruz y otra de rechazo abierto y burla a la presentación de la verdad. Los opositores de los jóvenes profesores quedaron aun más contrariados cuando vieron la amplia aprobación de Elena de White a los nuevos jóvenes maestros. Los opositores se volvieron temerarios y caricaturizaron a los expositores además de ridiculizar a Elena de White considerando que fue embaucada por que ya era senil. Se había ignorado el testimonio del espíritu de profecía. Ese congreso terminó sin tomar un voto de aceptación o rechazo. El c ongreso terminó con un pueblo divido en temas doctrinales. Elena de White comenzó una tenaz cruzada para unir nuevamente a la iglesia en la verdad bíblica. Butler renuncio por su salud y se aceptó su renuncia. En su lugar se pon-
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dría al pastor O. A. Olsen quien por estar en Escandinavia no tendría ningún partido. Smith se retiró como secretario y se nombró a D. T. Jones. En el tiempo en que el pastor Olsen llegaba de Escandinavia, William C. White sería presidente interino. Elena de White comenzó a visitar las Asociaciones, en algunas fue recibida con frialdad y distancia, pero en otras fue alegremente esperada. Muchos dirigentes que habían sido burladores, pasaron a las filas de la aceptación del mensaje de Minneapolis. En la siguiente sesión de la Asociación General en Battle Creek, los asistentes fueron con otro espíritu, de gratitud y hermandad. Pero la división no había terminado aun. Smith, Butler y Morrison abrazaron con alegría y arrepentimiento la enseñanza de la justificación por la fe, pero otros burladores como Clement Eldridge, A. R. Herny, Harmon Lindsay y Frank E. Belder continuaron su posición de rechazo. De ellos todos menos Herny apostataron de la iglesia con el pasar de los años. Pero un burlador, Louis R. Conradi, quien hiciera mucho para levantar el adventismo en Alemania se volvería contra él en 1930. La reforma fue lenta. Los estados de Texas y algunas secciones del lejano oeste permanecieron reticentes a la nueva luz. Aun en 1902 no había acuerdo total sobre el tema. Más adelante, en los inicios del siglo XX, Waggoner y Jones abandonarían la fe adventista por seguir doctrinas panteístas. De ningún modo se debiera tomar su apostasía como un argumento en contra de su mensaje, sino como la elección de seres humanos libres y falibles.
Battle Creek College, Battle Creek, Michigan
El colegio de Battle Creek se reabrió gracias al Dr. Kellogg quien con su impulso logro que se introdu jeran industrias como imprenta, hojalatería, fabricación de carpas, de escobas y de zapatos y la damas aprenderían a hacer sombreros, vestidos y comidas higiénicas y saludables. Pero esto tuvo que enfrentarse con el rechazo de propios y extraños. Los 500 alumnos matriculados no pudieron ser atendidos con el programa vocacional. Para 1889 el programa vocacional estaba virtualmente desaparecido de Battle Creek College por lo que se comenzaron a cultivar disciplinas deportivas entre los estudiantes. El beisbol, el futbol americano y el tenis se popularizaron. Un partido entre estudiantes Británicos contra Norteamericanos fue atendido por la prensa local, noticia que llegó a oí-
J. H. Kellogg
dos de Elena de White en la lejana Australia, la cual dio la voz de alarma por la enajenación del plan vocacional, por un plan mundano de recreación y entretenimiento. Luego llegó la locura de las bicicletas al colegio y en mayo de 1894 se desarrolló un evento con 250 ciclistas por la ciudad y los suburbios, con banderas y faroles japoneses. Nuevamente la Sra. White puso el punto sobre la íes en el tema del gasto de recursos en cuestiones que eran más un símbolo de rango social que un medio de viaje eficiente y ejercicio saludable. Pero ojo, estos eran los desmanes de Battle Creek College, pero también existía una solida formación profesional y decididos programas espirituales.
Carrera de bicicletas, 1890
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En 1888 el Battle Creek College tenía 600 alumnos, el Healdsburg 175 y la Academia South Lancaster 100. Pero la distancia que significaba mandar a los muchachos lejos del hogar para educarse impulso a varias asociaciones a crear sus propios colegios, y para 1888 ya había colegios en Minnesota, Kansas y Oregon. Pero el pastor Prescott, por entonces director del colegio de Battle Creek no veía con buenos ojos la proliferación de colegios por no tener profesores calificados en lo espiritual como en lo profesional, lo que traería el colapso de la empresa educativa adventista. Pronto, varias asociaciones se unieron para combinar esfuerzos en una sola institución educativa representativa. Tal fue el caso de las asociaciones del rio Mississipi y las Montañas rocosas que abrieron un colegio en Lincoln, Nebraska. El nombre de este colegio recordaría el esfuerzo unido de estas asociaciones y fue el Union College, en un terreno de 113 hectáreas.
W. W. Prescott
Esta escuela se abrió en 1891 y fue gracias a la habilidad financiera de A. R. Henry, representante de la Asociación General, que se pudo financiar la construcción de la institución. Lo mismo sucedió en 1890, cuando, aun contra la renuencia de los hermanos de la zona que apoyaban colegios en Coquille, sobre la costa del pacifico, en Portland y en Milton, se abrió en diciembre de 1892 un colegio representativo en Walla Walla, Washington. El Walla Walla College sería un firme representante del estilo de vida educativo adventista con una
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dieta lacto-ovo-vegetariana entre sus servicios. Esto gracias al firme profesor E. A. Sutherland. Para 1895 los adventistas operaban cinco colegios superiores, cinco academias (escuelas secundarias) y entre quince y veinte preparatorias. Para 1893 Sudáfrica había iniciado la Escuela de Claremont y en Australia, en 1894, el Avondale College, el cual estuvo estrechamente vinculado al ministerio de Elena de White, quien con su consejo había apoyado la apertura de esta institución en tierras extranjeras. El colegio contó con 587 hectáreas a 120 kilómetros al norte de Sydney. Gracias a la dirección del Señor se abrió esta institución a pesar de la renuencia de los dirigentes de la iglesia local. En Avondale se demostró que: 1. Era ventajoso tener un campus amplio ubicado en un ambiente rural. 2. La factibilidad de un firme programa de estudio y trabajo. 3. El valor de la industria de la escuela como fuente de trabajo de los alumnos. 4. La necesidad de tener fondos sistemáticos de ayuda para los alumnos. 5. El éxito que tuvieron los estudiantes en su partic ipación en programas misioneros y de bienestar en lugar de programas recreativos y de deportes. 6. La demostración de la práctica de los consejos de Elena de White en cuanto educación. La iglesia poco a poco fue logrando una reforma en el área educativa y se invocaba a las iglesias locales a que abrieran escuelas primarias locales. Battle Creek se reformó convirtiéndose en una institución proveedora de misioneros. Debido a su nueva línea de educación, se produjo una merma de la matricula. En términos generales, la obra educativa avanzó, no solo en estados Unidos sino en todo el mundo. La obra de salud
Gracias al Dr. John Harvey Kellogg, la obra medico misionera dio un impulso excepcional. A partir del pequeño sanatorio recibido por Kellogg en 1876, se desarrolló una vasta red médica internacional adventista. En 1877 se abrió la Escuela de Higiene del sanatorio para formar misioneros de salud para la iglesia. En 1883 se abrió la escuela de enfermeras del Sanatorio de Battle Creek, gracias al apoyo de la Dra.
Aunque la Escuela de Higiene del sanatorio se cerró a los pocos años, en 1889 el Dr. Kellogg la reabrió como la Escuela Preparatoria de Misionero Médicos del Sanatorio y operó durante una década. En 1891 inició la publicación del periódico Good Health and The Medical Missionary como la voz de la Asociación de Salud y Temperancia.
Las casas publicadoras en todo el mundo avanzaban y superaban dificultades, incluso en 1897 la International Tract Society compró una máquina de estereotipo para producir material para ciegos en Braille. Pero fue gracias al empeño de Austin Wilson y su esposa que se produjo el Christian Record que fue un folleto que apareció en 1900 en Braille. Fue un inicio pequeño pero significativo.
AVANCE MISIONERO 1887-1900 Desde 1885 en adelante, la iglesia adventista se expandió dramáticamente, gracias a la inspiración de Dwight L. Moody y John R. Mott, muchos jóvenes se inspiraron en salir a predicar el evangelio a todo el mundo. Haskell Home, Battle Creek, Michigan
Gracias a su entusiasmo y acert ada dirección y contando con el apoyo de Elena de White, se pudo abrir casas para niños Huérfanos en 1894 (Haskell Home) y ancianos (James White Memorial Home).
Percy Magan
James White Memorial home, Battle Creek, Michigan
En otoño de 1895 se abrió el American Medical MIssionary College, con cuarenta estudiantes. De todo este auge, Kellogg fe la pieza clave. Las publicaciones
Las publicaciones no tuvieron un Kellogg, pero igual tuvieron un crecimiento sostenido, aunque con muchas dificultades. Tanto la Review como la Pacific Press eran editoras representativas, pero esto trajo problemas serios también, como el de la secularización, por que se empeñaron a desarrollar trabajos seculares en detrimento de los trabajos de la iglesia, lo que condujo a la merma del celo misionero.
Los principales promotores fueron S. N. Haskell y Elena de White. En 1882 Haskell fue a Europa y luego de misionero a Australia y Nueva Zelanda. durante 1889 y 1900, junto con el joven Percy Magan, dio la vuelta al mundo reconociendo el campo misionero en Africa, India y el Oriente y gracias a los informes de su compañero en el Youth´s Instructor se captó el interés de centenares de personas. Elena de White paso dos años en Europa alrededor de 1885. Visito Inglaterra, Francia, Suiza, Alemania, Escandinavia e Italia y desde 1891 hasta 1900 la Sra. White trabajó junto con su hijo William en Australia, Nueva Zelanda y Tasmania. En 1884 G. I. Butler llegó a Europa como el primer presidente de la Asociación general en visitarla. En 1888 O. A. Olsen fue llamado a regresar de Escandinavia a los Estado Unidos para ser presidente de la A. G. su sucesor G. A. Irwin visito a Australia
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como presidente y J. H. Waggoner dio los últimos tres años de su vida en l a obra de publicaciones de Europa. Gracias a las publicaciones en diversos idiomas y a los colportores la obra del evangelismo tuvo éxito donde las campañas en carpa no lo tuvieron. La obra de evangelismo de casa en casa fue estimulada y el mensaje fue aun más difundido. En 1896 había 77 colportores en Inglaterra. La obra se expandió en Gales pero tardó en ingresar a Escocia e Irlanda hasta inicios del siglo XX. Pronto se ingresó en Noruega y Dinamarca, no sin poderosos esfuerzos. Ya en 1884 los colportores habían penetrado en el círculo ártico. En Europa central donde el adventismo ingresó primero, el crecimiento fue lento. Había pocos adventistas norteamericanos que hablaran el francés con fluidez. Gracias a W. C. White y a H. W. Kellogg se desarrollo un programa de publicaciones en Basilea, Suiza, en un edificio construido en 1884.
Conradi y esposa
La imprenta publicó material evangelístico en francés, alemán, italiano y rumano, pero alcanzó a fortalecerse en el siglo XX. Gracias a la providencia del Señor y el ímpetu de los hermanos adventistas el mensaje se arraigó en varias comunidades ruso alemanas en la década de 1870, en Rusia.
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En Alemania el adventismo se difundió gracias a James Erzberger, pero se detuvo cuando este misionero volvió a Suiza el año 1878. Fue hasta la llegada de Conradi que la obra se fortaleció. Uno de los colportores valiente que sostenía la luz en Rusia, fue reclutado para trabajar en Alemania, era Gerhardt Perk y tuvo éxito en la región alemana. La obra en Alemania, gracias a Conradi, pudo establecer sus oficinas en Hamburgo en 1889 y contar con cincuenta colportores en 1894. Gracias a Theodore Anthony, un inmigrante reciente de Constantinopla, aceptó el adventismo en California en 1888, de inmediato decidió regresar a su terruño para difundir su nueva fe. Su decisión le permitió superar la cárcel y seguir proclamando la verdad en griego y armenio. En Australia la presencia del colportor pionero William Arnold descubrió el buen mercado de publicaciones adventistas. Gracias a su buen trabajo y a una donación fruto de su éxito, se estableció la Echo Publishing Company. En 1895 llegó E. R. Palmer de Estados Unidos y organizó la obra de c olportaje. En 1900 tenía 70 colportores y 2000 miembros de iglesia. Gracias a los esfuerzos de John I. Tay, la obra en la isla de Pitcairn en las islas del Pacífico abrió el interés de la iglesia, que con el tiempo y por el infortunio de uno de sus misioneros decidió construir un velero para visitar las islas del pacífico. Con el tiempo, los viajes se hicieron más rentables que sostener un velero (el Pitcairn). Este se vendió, pero se hicieron grandes avances en la difusión del evangelio en las islas. La obra llegó a México el año 1891 gracias a un sastre ítalo americano que se convirtió en colportor. Gracias a su participación, la obra pudo aperturarse de manera definitiva por Caviness en 1899. En América del sur, el primer país visitado por el evangelio adventista fue Colombia por Frank C. Kelley, pero la obra no perduró por problemas de salud. Los primeros adventistas que llegaron a Sudamérica fueron Claudio y Antonieta Dessignert, que habían aceptado el mensaje adventista de D. T. Bourdeau en Francia. Ellos emigraron a Chile en 1885.a la vez, dos familias de Argentina supieron de los adventistas por medio de un periódico de Europa. Una de esas familias fue la de Pedro Peverini. La otra familia fue la de Julio e Ida Dupertuis, miembros de la colonia suizo francesa bautista.
Gracias a la obra de estas entusiastas familias, la obra se inició. A inicios de 1890, cuatro familias ruso alemanas de agricultores de Kansas, dirigidas por George Riffel, decidieron ir como obreros de sostén propio. Ya Riffel había estado en Argentina, pero por las plagas volvió a Estados Unidos. Al saber y aceptar las enseñanzas adventistas, decide volver a Argentina. El grupo llegó a Entre Ríos. Se encontraron con Reinhardt Hetze, quien ya había escuchado las enseñanzas adventistas, pero al encontrarse con estos entusiastas cristianos, abrazó por completo la nueva fe. A fines de 1891 llegaron tres colportores oficiales a Montevideo, Uruguay, pero por su idioma alemán, pronto llegaron a Buenos Aires. Lograron un converso, llamado Lionel Brooking, de 21 años de edad, que por su fe en el sábado, decidió volverse un colportor. Por los pedidos de la colonia de los Riffel, la Asociación General decidió enviar al primer pastor, F. H. Westphal, para dirigir la obra adventista en Argentina, Uruguay, Paraguay y Brasil. En 1893, los dos colportores más Brooking se mudan al sur de Brasil, donde convirtieron a Alberto Bachmeyer. La llegada de Jean Vuilleumier en 1895, de Suiza, para ayudar a Westphal, fue clave para abril la obra en diversos idiomas. En 1895, Fred Bishop y Thomas Davis, dos colportores, llegan a Chile donde contactaron de manera milagrosa a Víctor Thomann, quien aceptó el mensaje de los colportores. Víctor y su hermano Eduardo llegaron a ser obreros poderosos obreros en la costa del pacífico. Eduardo llegó a ser el primer editor de la versión castellana de Signs of the Times, que los dos hermanos iniciaron en enero de 1900, dos años y medio antes que en Argentina se iniciara El Faro en Buenos Aires. En agosto de 1898 partieron dos grupos de creyentes de Chile al Perú. El mensaje a Bolivia llegaría en aquellos años. En la India la obra llegaría entre los a ños 1893 y gracias a La Rue, el evangelio llegó a Hong Kong, luego W. C. Grainger y T. H. Okohira llegaron de Estados Unidos y fueron a Tokio para establecer la obra en Japón. La expansión adventista estaba marchando viento en popa… Pero…
EL SUR NORTEAMERICANO: UN CAMPO DESCUIDADO Fue hasta la década de 1890 que la iglesia hizo esfuerzos decididos para evangelizar a la gente de raza negra del sur norteamericano. Los primero esfuerzos de trabajar con la gente de raza negra se dieron en la décadas de 1870, pero fue hasta los años noventas que la obra se hizo una realidad solidad. La obra de los adventistas se tuvo que establecer a pesar del gran recelo de los habitantes blancos de la zona, quienes los veían como enemigos, y aun de los hombres de raza negra quienes los visualizaban como los blancos sabelotodo. Charles M. Kenney fue el primer adventista negro en ser ordenado al ministerio y trabajo entre la gente de su raza, aunque favorecía la integración de los ambas razas en los cultos, a dmitió que cuando una buena cantidad de hermanos de color se juntara, debían reunirse en una asamblea aparte. La obra se limitaba a Kentucky, Tennessee, Virginia, Arkansas y Texas. Pero en 1873 Alabama despertaría al evangelio gracias a la obra de J. M. Elliot, un ex soldado ciego del sur quien acepto el a dventismo y se dedicó a evangelizar. Fue enviado a C. O. Taylor para ayudar a establecer la obra en Alabama. Realizó viajes por las Carolinas, Georgia, Florida, Alabama, Mississippi y Luisiana.
J. E. White
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Los colportores actuaron de manera esporádica pero muy efectiva para ayudar a expandir el mensaje adventista. Elena de White en 1891 sugirió que la Asociación General se había equivocado al ceder al pedido de los blancos para tener cultos segregados. Ella dignificaba la raza negra tan igual como las otras. Fue su hijo mayor, James Edson White, quien decidió evangelizar el sur. Luego de varias debacles financieras, y de escuchar de las necesidades en el Sur, Edson decidió embarcarse en la empresa evangelizadora en Tennessee. El y Will Palmer trabajarían untos para llevar The Gospel Primer a la gente del sur, lo cual fue un éxito inusitado. Pronto, para evitar el celo de la gente blanca, se decidieron en construir un barco que serviría de escuela, capilla y casa, el Morning Star. La Asociación General aprobó el proyecto a regañadientes, dándoles sueldos pero no subvenciones para el barco. El Morning Star viajaró por diversas localidades.
terreno de 146 hectáreas para el Oakwood College. La escuela, luego de sendos esfuerzos y tesoneros trabajos, abrió oficialmente en noviembre de ese año. Y en 1901 se abriría el Colegio Madison a unos 16 kilómetros al norte de Nashville. Elena de White misma asesoraría el plan de estudios. El colegio de Madison se desarrolló de manera notable. La obra de la Palabra, junto con la obra educativa se desarrolló con tremendas bendiciones en el sur de los Estados Unidos.
La obra en el sur norteamericano fue bendecida grandemente y en el año 1896 ya se contaba con un
Moring Star, Mississippi
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SESIÓN N° 9:
LA REORGANIZACIÓN Y LA CRISIS DEL DR. KELLOGG
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La iglesia era aun pequeña con sus 78000 miembros ción adventista desbarataron sus planes. en 1901, pero comparados a los 3500 miembros de Un diario que tuvo gran presencia en esta lucha por 1863, su desarrollo fue enorme. la libertad religiosa fue The American Centinel puPronto, debido a los movimientos angustiosos de- blicado por la Pacific Press. Y un enérgico defensor rivados de la guerra civil norteamericana, conside- de la posición de la iglesia fue A. T. Jones. Se formó rada por algunos como el holocausto del castigo la asociación de Libertad Religiosa. Las batallas ledivino sobre una nación que consideraba la explo- gales y argumentativas fueron a favor de los adventación y muerte del hombre como lícita para alcan- tistas en la mayoría de lso casos. Estas batallas a zar su desarrollo, se hicieron reformas para llevar a favor de la libertad religiosa desaparecerían al amala nación a una cosmovisión más religiosa. necer del siglo XX. Esto fue más marcado debido a la corrupta adminis- Las posiciones extremas de A. T. Jones en el tema tración en torno del presidente U. S. Grant. Muchos de la libertad religiosa generaron la retractación de debido a los excesos de las autoridades, apoyaron algunas de sus posturas por consejo de la Iglesia el movimiento a favor de la religiosidad del esta- Adventista. Pronto se aceptaron posiciones extredo. Esta propuesta fracasó en 1874, por lo que la mas en diversos temas. Se creía que todo ello tenAsociación Nacional de Reforma cambió de táctica. día a distraer el mensaje de 1888. Lo reavivamiento Impulsaron la observancia legalizada del domingo en Healdsburg en 1885 y en Battle Creek en 1892como ente religioso unificador. 1893 se habían detenido. En Healdsburg decidieron Como los adventistas tenían este evento como apo- no recibir las ofrendas de la Escuela Sabática y se calíptico, como un presagio de la Segunda Venida criticó el liderazgo de la iglesia. En Battle Creek, los de Cristo, se opusieron a todo lo que significara ley deportes competitivos distrajeron a los alumnos de dominical. Muchos vieron esta ley así como las res- la espiritualidad. tricciones del alcohol como restricciones de la liber- Algunos enseñaban que la sanación era única y extad personal. clusivamente por fe. También se enseño que los deEl público se dividió entre los que defendían la mo- formes y canosos no podían recibir el sello de Dios ral y los que defendían la libertad y conciencia per- por su imperfección. Algunos ac eptaban que no se sonal. Los adventistas estaban en el segundo ban- debía matar nada, ni bichos, serpientes y roedores. do. El partido que apoyaba las leyes dominicales era Se enseñaba en 1899 que quienes guardaran los el republicano, y los adventistas lo apoyaron desde diez mandamientos también tenían el espíritu de 1856, pero abandonaron su lealtad al los republica- profecía. Así aparecieron profetas, tales como Anna nos y apoyaron a los demócratas, por lo que el par- Phillips quien en 1890, por la ausencia de Elena de tido demócrata ganaron el control de la legislatura White generada por su envío a Australia, dijo ser y abandonaron toda ley dominical. otra mensajera del Señor. Algunos de los dirigentes En 1884 se comenzó a publicar la revista Sabbath aceptaron sus mensajes pero no enteramente. Sentinel como un periódico que lucharía a favor de Todo esto era el reflejo de la agitación existente enla libertad religiosa. Se vendieron más de medio mi- tre los años de 1894 y 1903. llón de ejemplares en solo un año de su existencia. La severa crisis de 1893 hizo que las finanzas merEn estados como Georgia, Arkansas y Tennessee al- maran. Las donaciones y los diezmos así como las gunos fueron arrestados pro trabajar el domingo y ofrendas de la Escuela Sabática disminuyeron. Adefueron llevados presos. más, la salida de líderes como L. C. Chadwick, quien El tema de la ley dominical trascendió los estados en 1891 fue enviado por el mundo a visitar la obra Unidos y en otros países, los sabatarios fueron mul- y que luego salió en 1893 suscitó la suspicacia en la tados por trabajar en domingo. Algunas entidades idoneidad de los dirigentes y sus grandes gastos. promotoras de la temperancia también apoyaron la Era necesario que los líderes denominacionales vialey dominical para favorecer la moral. jaran para aconsejar y aprender acerca del desarroEn estados unidos, se hicieron alguna clausulas de llo de la iglesia. excepciones para beneficiar a lso adventistas y bau- O. A. Olsen y su sucesor G. A. Irwin en 1897 tuvietistas del séptimo día. Tal fue el caso de Blair quien ron que hacer frente a esta dura realidad. La iglesia intentó imponer la observancia del domingo en estaba endeudada y para 1901, cuando A. G. DaNew Hampshire, pero la intervención y fuerte posi- niells fue elegido presidente, la nómina de sueldos
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estaba atrasada en 20000 dólares. Una gran parte de la deuda se debió a la expansión de las instituciones. Dos hombres eran los artífices de tamaños abusos contra propios y extraños. A. R. Henry quien con su experiencia de banquero puso sacar adelante la Review and Herald y Harmon Lindsay quien tenía un largo recorrido en la Asociación General desde 1874. Olser se apoyó en ambos hombres, pero luego y gracias a los consejos de Elena de White, logró despedirlos. Estos hombres fueron artífices de los abusos contra los empleados de la obra y de los autores de libros denominacionales por no querer pagarles los derechos de autor debidos. La iglesia tenía serios problemas dirigenciales. Los consejos y consultas demoraban sobremanera. El poder estaba centralizado en unos pocos hombres y Elena de White reprendía esta manera de actuar. Los diversos departamentos contaban con sus propios líderes y sus propios planes sin coordinación ejecutiva unificada. Esto llegaría a su fin con la reunión de la Asociación General de 1901 donde ya no se nombraría un presidente plenipotenciario, sino un directorio con un representante legal (presidente) que pudiera ser fiscalizado por su junta. El plan divino de la no existencia de reyes en la iglesia se había materializado.
NUEVOS COMIENZOS EN MEDIO DE LA CRISIS La iglesia se estaba recuperando de la crisis organizacional generada por el crecimiento en diversas partes del mundo. La reorganización fue saludable y muchos consideraron aquello en 1901, pero todavía se estaba librando una batalla aun más delicada y era la del traslado de las instituciones de las instituciones de salud las iglesias a cargo del doctor J. H. Kellogg. En la sesión de la asociación general de 1903 el consejo de Elena de White fue “Trasladaos”. Elena de White quería que las asociaciones surgidas en Battle Creek se reubicaran. Una ubicación saludable fue Takoma Park en Washington donde encontraron que las condiciones eran benéficas para una institución de salud y aun kilometro y medio lo necesario para las oficinas de la Review and Herald. Elena de White aconsejaba
que los adventistas nunca más debieran estar anclados a un solo lugar como en Battle Creek. Siempre debieran trasladarse cuando el Señor lo instruyera no importa cuantas dificultades esto entrañara. Esta mudanza fue la consecución de un éxodo adventista que ya había empezado en 1901 con el colegio Battle Creek bajo el liderazgo de E. A. Sutherland quien poco después de su nombramiento en 1897 ya había iniciado los preparativos para la reubicación de la institución. A pesar de la deuda de 80000 dólares del colegio y lo incierto de la venta del terreno que dejaban, el traslado se desarrollaría. E. G. de White donó el libro “Palabras de Vida del Gran Maestro” para menguar la deuda. Luego el doctor Kellogg accedió a comprar la institución en la Asamblea de la Asociación General de 1901. Al finalizar la asamblea Elena de White aconsejó a P. T. Magan, decano del colegio, que se debía iniciar trasladar el colegio. A las pocas horas se votó encontrar una ubicación rural. Días después, el Colegio Médico-Misionero Norteamericano de Kellogg aprobó la compra del colegio. Sutherland fue criticado por las reformas en el colegio y aun más cuando la hermandad se enteró del traslado, pero con el apoyo de E. G. White se hizo realidad. Se encontró un lugar en Berrien Springs, Michigan. El colegio primero se trasladó y la iglesia luego oficializó el traslado. El colegio recibió otro nombre, el Emmanuel Missionary College, teniendo como énfasis el prepara misioneros. Las clases se iniciaron con 50 alumnos los que no aspiraban a títulos sino a trabajar en la tierra además de ser adiestrados como misioneros, llegando a trabajar ocho horas y las clases a una asignatura por periodo.
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En 1903, el primer concilio otoñal de Washington aprobó la construcción de otro colegio, el Colegio de Enseñanza de Washington en un terreno de 20 hectáreas en Takoma Park. 50 alumnos iniciaron clases el 30 de noviembre de 1904.
La secularización de los trabajos de prensa de la Review and Herald traería el infortunio a esta institución. Esto fue peor aun cuando C. H. Jones, de la Pacific Press, rechazó el llamado para ser gerente general de la Review. El 18 de febrero de 1902, el sanatorio de Battle Creek se incendió totalmente y el 30 de diciembre del mismo año, la planta impresora de la Review también se quemó.
En 1907 esta institución cambió de nombre al de Seminario de Misiones Extranjeras de Washington y continuó así hasta 1914 cuando el colegio se convirtió en un colegio más tradicional de artes liberales. De entre las instituciones de Battle Creek, la dirigencia del colegio fueron los primeros en tomar en serio los consejos de Elena de White de salir de la ciudad.
Incendio del Sanatorio de Battle Creek, Feb. 18, 1902
La iglesia creó una nueva Asociación Publicadora siderarlos incoherentes en su estilo de vida ya que Review and Herald en el distrito de Columbia, para muchos no practicaban la dieta adventista. Los adquirir las acciones de la Asociación Publicadora consideraba además codiciosos y poco preparados de Battle Creek. para dirigir instituciones de primer nivel en el ámSolo cuatro meses después de la sesión de 1903, bito médico. Sus relaciones con los dirigentes de la en el mes de agosto, se cargaron cuatro vagones iglesia se fueron deteriorando cada vez más. con los enceres de la publicadora y se trasladaron Pronto las críticas fueron recíprocas. Kellogg consia Washington aun cuando las oficinas no estaban deraba que los dirigentes solo apoyaban sus planes concluidas. Ocuparon un edificio en el centro de si los resultados eran positivos en términos de renWashington y comenzaron a trabajar en condicio- tabilidad económica, además argumentaba que no nes desfavorables, mientras los dirigentes hacían valoraban sus libros. esfuerzos especiales para conseguir el dinero y Por otro lado, los predicadores criticaban el tamaño construir las oficinas adecuadas. de la obra médica en detrimento de las otras áreas Los miembros de la iglesia del mundo entero envia- evangelizadoras de la iglesia, además observaban ron dinero para tales fines y en menos de dos años la falta en la observancia del sábado en las instituse había juntado más de 100 000 dólares. De todos ciones de salud y el carácter no sectario de su obra. los empleados de la Review de Battle Creek, solo Esto fue un problema notorio cuando en 1897 expiuno se mudó para trabajar en Washington. Fueron ró el permiso de funcionamiento de la obra médica tiempos de desafíos y crecimiento bajo presión. y Kellogg propuso la formación de una asociación El traslado fue hecho bajo la dirección de Dios ya de beneficencia y Sanatorio de Michigan con una que el estar en Washington les daría a los dirigen- declarada posición no sectaria, humanitaria y filantes la oportunidad de estar cerca de los legisladores trópica. No debía ser controlada por la iglesia y no por temas de libertad religiosa. promover las doctrinas adventistas. Esto disgusto Las nuevas empresas estaban sirviendo a la iglesia a algunos dirigentes, incluso iba contra los conseahora, más de lo que lo fueron en Battle Creek. jos de Elena de White de que las instituciones de la El problema de Battle Creek radicó en que se con- iglesia debían ser controladas por la iglesia. virtió en un centro de adventistas en detrimento En 1905 Kellogg reconoció que hacía ya quince años de otros lugares. Es imposible negar que colonias el esperaba una ruptura con la denominación, y ya adventistas se formen en torno a las instituciones, estaba preparado para esa eventualidad. Elena de pero debe regularse esto bajo el consejo de Elena White en Australia previó una ruptura en 1892. Esde White. Esto fue muy controlado en esta nueva cribía al presidente de la Asociación General George etapa. Irwin que sanara la brecha entre los obreros médicos y los obreros evangélicos y escribía a Kellogg instándole a abandonar sus deseos de supremacía y de ruptura de la rama médica con la iglesia. Pero los duplicados de las cartas dirigidas a otros dirigentes no fueron bien usados. Se utilizaron para argumentar que no se podía confiar en el doctor. Kellogg reaccionó con acidez. Acusó a Elena de Los traslados de las instituciones no generaron tan- White actuaba sin toda la información. La acusó de ta crisis como el choque con el Dr. Kellogg que dejó estar equivocada en cuanto a la construcción de un edificio enorme en Chicago, pero ella explicó que secuelas permanentes en la iglesia. Kellogg era una persona gigante en la iglesia, era un la visión sobre la edificación de chicago era preciinventor, medico, autor, promotor y administrador samente para señalar que no se debía construir tal destacado en todos los campos. Estaba plenamente edificio. Pero Kellogg se valió de ello para señalar identificado con la salud, la beneficencia, la fabrica- que la señora White se equivocaba en sus visiones. ción de alimentos y a la docencia médica. El soñaba Al iniciar el siglo XX Kellogg estaba convencido que con que la iglesia esté conformada por cientos y la Sra. White era su enemiga, azuzada por el pastor Irwin. También acusaba a William C. White de macientos de misioneros médicos para el mundo. Kellogg era muy crítico con los pastores por con- nipular los escritos de su madre. Antes de la sesión
LA CRISIS CON EL DOCTOR JOHN HARVEY KELLOGG
Review and Herald – Battle Creek
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Estos eventos llamaron a la reflexión a los dirigentes. Pocas semanas después, los dirigentes de la Review decidieron detener los trabajos comerciales en la publicadora adventista. Cuando en 1903 se voto reubicar las oficinas centrales de la iglesia, también se votó el traslado de la publicadora de la iglesia. Esto suscitó la oposición de varios hermanos de Battle Creek, entre ellos, Lycurgus McCoy, quien acusó a la iglesia de querer poner todas las instituciones bajo el control de la comisión de la Asociación General.
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Elena de White dirigiendo la sesión de la Asociación General de 1901
de 1901 ella llamó a los líderes más destacados de la obra para hacerles saber la desaprobación de los cielos sobre varias prácticas del doctor. En relación al sanatorio ella aconsejó que debiera mudarse al campo y reducir su tamaño de lo contrario la mano de Dios caería pesadamente sobre la institución. En la misma sesión de 1901 ella se quedó en la casa del Dr. Kellogg para amonestarlo y aconsejarle contra sus acciones de contratos a los estudiantes de medicina y enfermería y de los colegios para atarlos a las instituciones de salud de Battle Creek. El 18 de febrero de 1902 el sanatorio de Battle Creek se incendió destruyéndolo completamente. Pero a los pocos días Kellogg ya estaba ocupado en su reconstrucción sin tener en cuenta el consejo de Elena de White. En la sesión de la Asociación General de 1903 ella desaprobó los planes de Kellogg y e instó a los hermanos que no comprasen los bonos del sanatorio porque ello inmovilizaría dinero necesario en otras ramas de la iglesia. En el verano de 1902, Kellogg y Daniells viajaron a Europa para supervisar la creación de un sanatorio en Inglaterra. El viaje sirvió para agravar las críticas de Kellogg contra la falta de hábitos de salud en el comer de los pastores. Daniells veía el camino de Kellogg hacia la separación con mucha claridad. Kellogg había puesto a disposición para la reconstrucción del sanatorio su libro “El templo viviente”, pero este fue fuertemente observado por sus conceptos panteístas. Una comisión se formó para evaluarlo formada por A. T. Jones, Prescott, Kellogg y el Dr. David Paulson informando que el libro no tenía
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nada objetable. Pero la directiva de la Asociación General se puso a favor de las objeciones de Prescott y el libro no se imprimiría, pero Kellogg hizo un pedido personal de 5000 libros a la Review que todavía hacía trabajos a pedido, pero el incendio frustró sus planes. Kellogg intento remover a Daniells de su cargo pero fracasó y en una reunión de octubre de 1903, se reunieron la mayoría de los médicos adventistas junto con E. A. Sutherland y P. T. Magan, además de A. T. Jones y E. J. Waggoner para convencer a todos de las ideas contenidas en el libro de Kellogg. Solo las dos cartas providenciales de Elena de White, desaprobando los conceptos del libro, salvaron a Daniells. Muchos cambiaron de parecer y aun Kellogg parecía apaciguado, pero a comienzos de 1903 se desató nuevamente el vendaval. Kellogg reabrió el colegio de Battle Creek para suplir deficiencias académicas de sus estudiantes. Esto suscitó discusiones degeneraron en una posición intransigente del doctor de hacer permanecer el sanatorio bajo su control independiente. En 1904 se decidió organizar la obra médica como un departamento tal como la escuela sabática o las publicaciones. Kellogg cedió varias instituciones en déficit, menos los sanatorios de Battle Creek y el de Guadalajara en México por que había sido construido con dinero prestado de Battle Creek. Las instituciones de la naciente rama médica estaban en déficit, Kellogg ayudó con algo, pero esto agravó las relaciones. Además el médico utilizaba la revista The Medical Missionary como su tribuna y trató de influir sobre los fideicomisarios de la propiedad del Tabernáculo de Battle Creek. La iglesia, en 1905 ya no mantuvo relaciones directas con Kellogg sino a través de la vía legal. Y el 1 de noviembre de 1907, Kellogg fue desfraternizado de la iglesia por su inasistencia a los cultos durante años, su no devolución de los diezmos y su antagonismo hacia el papel de Elena de White. Pero no se refirió al panteísmo que hubiera sido totalmente lapidario. La maquinaria adventista de Battle Creek desapareció con la pérdida del Dr. Kellogg y del sanatorio que controlaba.
UNIDAD II PRINCIPALES PERSONAJES Y DESARROLLO DE LA IGLESIA ADVENTISTA DEL SÉPTIMO DÍA 69
SESIÓN N° 10:
SESIÓN
SESIÓN
N°1
N°2
Los últimos años de Elena G. de White y su legado
Jaime White y las publicaciones adventistas
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LOS ÚLTIMOS AÑOS DE ELENA DE WHITE Y SU LEGADO
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La noticia recibida de su ángel, que se debía regresar a los Estados Unidos encontró a una Elena de White con 72 años en 1900. Su casa en Sunny-Side, cerca del colegio de Avondale era agradable y fa miliar, pero ella confiaba en su Señor y la bondadosa provisión para ella. Cuando llegaron con sus ayudantes y su hijo William al final de su largo viaje por el océano, buscaron lugares para vivir en Oakland, pero todo fue inútil. Hicieron un viaje más hacia el sanatorio de Santa Helena a unos 112 kilómetros. Le informaron la existencia de una propiedad cerca al sanatorio, Elmshaven, con 28 hectáreas. Esta era una tierra muy fértil con árboles de diversos frutos y mucha variedad. Pronto vendió parte del terreno para una fábrica de alimentos y casas para los obreros de la clínica, dono una parte para Willy y su familia, otras pequeñas parcelas para sus nietos y ayudantes, entre otros. Encima de la cocina prepararon una habitación especial donde ella se retiraba para escribir a solas y fue un lugar muy especial para ella. Envió traer de Australia a su amigo Iram James con su esposa y once hijos para ayudarla con la tierra, y también le obsequio varias hectáreas en herencia. Sin haberse establecido totalmente, fue invitada al congreso de la Asociación General de 1901 para tener parte fundamental en el proceso de reorganización de la iglesia. Al volver a su hogar en E lmshaven se ocupó en la preparación de varios libros importantes para su publicación. En 1902 el séptimo tomo de los Testimonios para la Iglesia vio la luz, dos años más tarde el octavo. Entre estos dos tomos se publicó La Educación como una versión revisada y ampliada del libro La educación Cristiana. En 1905 publicó El Ministerio de Curación. Además realizó extensas giras por todo Estados Unidos. Durante 1904 y 1905 la Señora White vivió en Takoma Park para ayudar y aconsejar en el establecimiento de las nuevas oficinas. Desarrolló diversas giras por varios estados de los Estados Unidos, para luego dedicarse a preparar más libros los que serían su legado. En 1909 apareció el último tomo de los Testimonios para la Iglesia, luego en 1911 el libro Los Hechos de los Apóstoles, que se sumarían a los libros El Conflicto de los Siglos (1888), Patriarcas y Profetas (1890) y el Desea-
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Ella fue conocida como una mujer seria en temas del reino y en temas del Señor, pero muy agradable y jovial como persona y amiga. Elena de White asistió al congreso de 1909, aunque con pocas fuerzas solicitó a tener una reunión con los pastores. Muchos esperaron con ansias esta reunión, especialmente los ministros jóvenes. Entonces abrió su Biblia en Juan 3: 1-5, insistiendo en la necesidad de nacer de nuevo. Algunos días después se puso de pie en la reunión de todos los delegados y luego de expresar algunas palabras de ánimo y confianza en la dirección de Dios, levantó la Biblia abierta y les dijo: “Hermanos y hermanas, les encomiendo este Libro”, puso la Biblia en su sitio, descendió del púlpito y salió del salón.
do de Todas las Gentes (1898). El libro Profetas y Reyes estaba casi listo el día de su muerte. Elena de White acostumbraba acostarse alrededor de las ocho de la noche para levantarse a las 2 o 3 de mañana y escribía. Sus ayudantes encontraban varias páginas para trabajar en la mañana. Hacían una obra de corrección ortográfica, le hacían saber la presencia de material repetido y sugerían agregar o modificar palabras para que las ideas fluyeran mejor, pero siempre se le consultaba antes de que se escribiera a máquina para los archivos. Muchas veces, al releer sus propios libros ella encontraba consuelo y dirección. Aparentemente ella no entendía completamente lo que escribía. Se deleitaba especialmente en el Deseado de Todas las Gentes y el Conflicto de los Siglos, y en momentos de duda, se entregaba al consuelo de la inspiración escrita de sus libros y a escribir más a ún.
Williiam C. White
No pudo asistir a la reunión del Congreso de 1913 pero les envió un mensaje de confianza y un llamado a la consagración. En sus últimos años, Elena de White se dedicó menos a escribir, pero más a pasear por las colinas cercanas. Buscaba a los vecinos para regalarles frutos de su huerto y zumo de uva. Además enviaba frutas a obreros de diversos lugares. Fue el 12 de febrero de 1915 que la señora White se sintió bien para caminar con un poco por el patio
y el jardín con Willie que había vuelto recientemente. Al día siguiente, ella tropezó y cayó al entrar a su estudio. Se había fracturado la cadera izquierda. Los últimos cinco meses de su vida los paso recostada o en una silla de rueda. El 16 de julio de 1915 la Sra. White indicó que no estaba preocupada por la idea de morir y que Jesús era un Amigo precioso. Rodeada por amigos y familiares, ella descansó en el Señor y sus últimas palabras fueron “Se en quien he creído”. Al día siguiente había 500 personas al frente de su hogar para dar sus respetos a los familiares sobrevivientes. Tres años antes de su muerte Elena de White hizo arreglos para la custodia de sus manuscritos, derechos de autor y ex libris. Pronto la Asociación General formó un equipo de fideicomisarios conformado por el presidente de la Asociación General F. M. Wilcox, editor de la Review and Herald, C. H. Jones, gerente de la Pacific Press, su hijo William White y Charles C. Crisler un secretario. A la muerte de Willie White, lo sucedió su hijo Arthur quien se convirtió en el secretario del Centro de Investigaciones White y su larga vida hasta 1991 lo convirtió en el eslabón que unió las generaciones de pioneros y las nuevas generaciones. Actualmente hay más de 19 centros de Investigación White en todo el mundo. Estos Centros de Investigación, entre sus múltiples funciones, está el de animar a la iglesia a escudriñar los escritos de Elena de White y a promocionar su ministerio y obra. Actualmente, las muchas tecnologías han puesto al alcance de todos gran parte de los escritos de Elena de White, en el idioma inglés, y se anima todos los estudiantes de nuestros seminarios teológicos a estudiar el inglés como segunda lengua para poder leer y mejor aun hablar este idioma y familiarizarse con los escritos de l a Mensajera del Señor.
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SESIÓN N° 11:
JAIME WHITE Y J.N.ANDREWS 74
Jaime Springer White nació el 4 de agosto de 1821, en el puerto de Palmyra, condado de Somerset, estado de Maine. El declaró que fue descendiente de los peregrinos que llegaron en el Mayflower, aunque no hay pruebas de aquello. Fue el hermano de en medio de nueve, hijos de John y Betsey White. En setiembre de 1842 pudo escuchar a Guillermo Miller y Joshua V. Himes, en Castine, Maine. El carácter de Miller lo impresionó. En el siguiente mes, Jaime asistió a una reunión adventista, en Exeter; y a partir de allí, comenzó a predicar la Segunda Venida de Cristo. Buscó uno de los carteles proféticos que desarrolló el movimiento millerita, y lo usó al igual que algunos libros milleritas. Así, equipado además con un caballo, salió a predicar. El era parte de la i glesia Conexión Cristiana que era sensible al mensaje millerita; la congregación de Washington llegó a ser la primera la primera Sabbatarian adventist congregation. Otros miembros s dela conexión cristiana que abrazaron el adventismo fueron Daniel, William y Cyrus Farnsworth. Urias Smith también tuvo contacto con la congregación y fue convertido allí. Jaime White vivió el gran chasco del 22 de octubre de 1844. Dos años después, en agosto de 1846 se casó con Elena Harmon, con quien llegaron a tener 4 hijos. A lo lardo de su ministerio publicó la revista Verdad Presente (1849), fue el primer editor de la Review and Herald (1850), de la revista Youth´s Instructor (1852) y de la Signs of the Times (1874). Fue presidente de la Asociación General entre los años 1865 – 1867; 1868 – 1871; y, 1874 – 1880). Su vida fue sumamente productiva. Literalmente se mató por la obra del Señor. Fue un buen financiero, un buen líder, y un buen ejecutivo. A continuación narraremos su muerte de la perspectiva del Dr. J. H. Kellogg. “A las ocho de la noche del 5 de agosto de 1881, examiné su pulso, y noté la misma peculiaridad que había observado la noche anterior – debilidad, y una frecuencia poco común, aunque no había fiebre ni evidencia alguna de enfriamiento, siendo que el cuerpo estaba caliente. El se describió a si mismo como sintiéndose totalmente cómodo, pero inclinado a dormir. Aproximadamente cinco mismos después examiné su pulso nuevamente, y observé una pequeña irregularidad. Inmediatamente le fueron administrados fuertes, y se le informó a la Sra. De White y a un número de amigo especiales que su condición era critica. Los síntomas de gravedad
empeoraron rápidamente por una hora, a pesar de que se hicieron los esfuerzos más vigorosos que se podían hacer a través del uso de estimulantes y medios restauradores de toda clase, los cuales se hallaban a mano… A las diez de la mañana del 6 de agosto de 1881, él pudo conversar un poco en oraciones breves, pero sus pupilas todavía estaban dilatadas y los síntomas de parálisis de ciertas áreas del cerebro, que habían aparecido la noche anterior, continuaban. Con la aprobación de los amigos, pedimos la opinión del Dr. Millspaugh, de la ciudad, quien estuvo completamente de acuerdo con nosotros en cuanto a la condición del paciente y al tratamiento apropiado. Alrededor de la una de la tarde, su pulso repentinamente aumentó en rapidez, y pronto se volvió débil e irregular. Treinta minutos después perdió el sentido, y su pulso rápidamente se elevó a 176 y su respiración a 60 por minuto. Su temperatura era de 99 grados, medio grado por encima de la temperatura normal. Los mismos procedimientos usado durante el ataque anterior fueron empleados de nuevo, pero sin resultado alguno, y él permaneció en la condición descrita hasta que expiró, justamente después de las 5p.m.”.
JOHN NEVINS ANDREWS El 22 de julio de 1829 nació John Nevins Andrews, en la ciudad de Poland, Maine, Estados Unidos. Andrews vivió el gran chasco de 1844; y en el año de 1845, a la edad de 15 años, leyó acerca del sábado, y lo aceptó de inmediato. Se convirtió en el mayor defensor del séptimo día. Luego del chasco, Andrews reestudió la Biblia, en cuanto a lo que decía del mensaje millerita de 1844 y llegó a la conclusión que lo que se refería no era la segunda venida de Cristo sino la purificación del santuario celestial. Andrews amó el mensaje del advenimiento, y comprendió las razones de su fe. Andrews definió el horario para la observación del sábado, todo ello, basado en la biblia. Fue presidente de la Asociación General entre los años 1867 y 1869. Se convirtió en el primer pastor adventista en ser enviado de manera oficial al campo mundial, sirviendo durante 9 años, llegando a publicar la revista mensual Señales de los tiempos y otros periódicos en alemán, italiano, rumano. El pastor Andrews murió el 21 de octubre de 1883.
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UNIDAD III SESIÓN
SESIÓN
SESIÓN
N°1
N°2
N°3
Las guerras mundiales
La Iglesia Adventista del Séptimo Día en el Perú
Historia de la educación adventista en el Perú
SESIÓN
N°4
ORIGEN Y DESARROLLO DE LA IGLESIA ADVENTISTA EN EL PERÚ 76
Panorama de la Iglesia Adventista en el Perú
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SESIÓN N° 12:
LAS GUERRAS MUNDIALES
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La iglesia mundial no se había preparado lo suficiente como para hacer frente a estas debacles mundiales. La división europea con su sede central en Alemania y sus laicos fueron los primeros en sufrir los efectos de la guerra. Los adventistas de Rusia estaban aislados y la comunicación con África y el cercano oriente se rompió. Conradi solo pudo mantener una comunicación tenue con Norteamérica, Gran Bretaña y Francia a través de Suiza, Holanda o Dinamarca. Imposible fue el pagar sueldos a otros países. Los sanatorios de Skodsborg y Gland en Suiza perdieron el sponsor alemán. Los cosacos de Prusia destruyeron varios templos adventistas. La iglesia no hizo provisión para hacer conocer su posición de no combatiente a sus gobiernos y los de Alemania y Rusia fueron muy duros en sus levas. El 4 de agosto de 1914 el presidente de la Unión Alemana Oriental, luego de consultar a sus pares, declaró que los conscriptos adventistas portarían armas como combatientes y prestarías servicio en el día sábado en defensa de su país. Varios años después se desarrolló una reunión de todos los dirigentes adventistas de Europa para de jar en claro su posición de no combatientes y de trabajo solo humanitario en sábado. Esto fue el 2 de enero de 1923. Fue en esa ocasión que los dirigentes alemanes declararon que hubieron cometido un error en su anterior consejo. Por los demás adventistas de Europa, habían tan pocos que no surgieron grandes problemas.
Después de 1924, cuando los adventistas rusos adoptaron la posición de que cada individuo debía decidir si sirve al ejercito de su país o no, un grupo se desprendió de la iglesia oficial y formaron un nuevo movimiento llamado “Adventistas Verdaderos y Libres”. Esta división duró hasta la caída del régimen comunista en 1991. Tanto en Inglaterra, Canadá y Francia, los jóvenes adventistas se mantuvieron firmes a su lealtad al Sábado so penas de cárcel y castigos físicos. En los Estados Unidos la iglesia puso como carácter de urgencia que todos los colegios dicta sen cursos de enfermería para que los jóvenes pudieran dedicarse al servicio militar pero en el área de sanidad. En la reunión general de adventistas en el concilio de primavera, el 12 de abril de 1917, se puso como punto de la agenda marcar la posición adventista en torno a ella. Esta se dio el 18 de abril, representando la actitud oficial de la iglesia solo en los Estados Unidos, donde se deploraba la realidad de la guerra y se pedía al gobierno que solo se les haga servir en posiciones en que no violen su conciencia en cuanto a la obediencia a la ley de Dios. La difusión de esta resolución no fue muy difundida. Al poco tiempo el congreso sancionó la Ley Nacional del Servicio Selectivo el 18 de mayo de 1917. Casi de inmediato, el presidente Wilson estableció el 5 de junio como el día cuando todos los norteamericanos varones entre 21 y 30 años debían inscribirse para un posible servicio militar. No fue rápida la información que se debía brindar a los jóvenes adventistas así que muchos entraron
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al ejército sin hacer el papeleo necesario para que como Alemania y Rusia, pero Dios estaba al timón sean considerados como soldados no combatientes para cuidar a sus hijos. y sus líderes militares los detestaban por esto. Muchos fueron torturados y otros asesinados por Pero luego se cambiaron las circunstancias. Se dio permanecer fieles a su conciencia y lealtad al Todola orden a todos los generales que no se dieran ór- poderoso. denes innecesarias a los adventistas en sábado. En el transcurso de la guerra, cerca de 200 soldados adventistas fueron puestos presos por negarse a recibir órdenes. Todos los logros de la alcanzados en la primera guerra mundial sirvieron para preparara la iglesia al enfrentar la segunda guerra mundial. La iglesia había aprendido el valor de la preparación En 1892 y O. A. Olses le exresó a William C. White su en salud para estas eventualidades y la presencia de observación sobre la pobre preparación de los pasun fuerte equipo que luche y vele por el bienestar tores y esta misma observación la volvió a formular de los soldados adventistas. A. G. Daniells una década más tarde. Uno de los facEn Alemania de los 35000 miembros, unos 2000 tores agravantes era la gran necesidad de pastores adventistas alemanes fueron llamados al servicio que tenia la iglesia y los pocos obreros, los mismos militar y 257 perdieron la vida. Pero muchos fue- que con pocos estudios ya iban a trabajar. ron ganados a la causa por el testimonio de los que Muchos eran misioneros en los campos extranjeros, estaban en el ejército. pero también habían obreros nacionales que eran El hospital adventista de Berlín fue ofrecido a la tomados por su éxito como colportores o por haber Cruz Roja y el Seminario Adventista Friedensau ce- completado un programa rudimentario en escuelas rró temporalmente en 1917. preparatorias. Al final de la guerra se hizo un fondo especial para Una de las razones para establecer colegios advenayudar a sus hermanos de de Europa. tistaa en Norteamerica fu la de preparar ministros Por terrible que haya sido la I guerra mundial, la calificados. Segunda Guerra Mundial fue mucho peor. Olsen introdujo cortos institutos ministeriales y DaUna vez que los nazis subieron al poder, los proble- niells desarrolló un curso de lectura. I. H. Christian, mas comenzaron para los adventistas alemanes. La en 1928 quiso incluir a los obreros extranjeros en la iglesia trato de colaborar en la medida de lo posible preparación ministerial. con el régimen cambiando nombres a organizacio- La obra adventistas invertiría tiempo y dinero, así nes y demás, se perdieron tanto el seminario teoló- como los obreros varios años de sus vidas para pregico, la planta editorial y el sanatorio. pararse y servir mejor a la iglesia. Los cursos iban Al final de la guerra en 1950 se estima que murieron dirigidos a formar a buenos evangelistas e instruc3000 miembros de iglesia incluyendo 50 ministros y tores bíblicos así como a buenos pastores de la iglehabía otros 1285 hermanos desaparecidos. Más de sia. 16000 habían perdido sus casas. la asociación ministerial En diversos países se perdieron instituciones y vi- A W. Anderson, un educador, en Australia formó la das de miembros de iglesia y ministros. Luego de la primera Asociación Ministerial en 1920 para ayudar guerra, los hermanos atravesaron crisis económicas a los obreros australianos, iniciando una revista ll aterribles, salvo en Norteamérica, donde el fin de la mada The Evangelist, donde los obreros compartieguerra trajo bonanza económica. ran sus trabajos, estudios y experiencias. Gracias a este terrible episodio en la historia de la En 1922 la iglesia mundial asumió el programa para humanidad, aparecieron misioneros de entre los todo el mundo. Daniells encabezó su comisión Damilitares no violentos adventistas. niells en 1920 al 25 desarrolló una serie de institutos Muchos misioneros fueron reemplazados por sol- ministeriales con el fin de solidificar el mensaje de la dados adventistas. Fueron los primeros en ayudar a jsutificacion pro la fe. sus hermanos en lugares distantes. Los corazones fueron conmovidos. L. E. Froom, ex La iglesia sufrió en áreas de gobiernos totalitarios director de Watchman. Ayudó en la elaboración de
DESARROLLO DE UN MINISTERIO PROFESIONAL
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materiales para el instituto y fruto de ello, junto con Daniells, elaboraron Cristo Nuestra Justicia en 1926. El objetivo de Daniells fue el de llegar a todos los 5000 miembros de la Asociación Ministerial para que tuviesen un mayor compromiso con el Señor Jesús y con la obra de la ganancia de almas. En enero de 1928 surgió la revista The Ministry (El Ministerio Adventista), dirigida por Froom. Preparación profesional
Por Salud la jubilación de Daniells en 1931 pero siempre procuró ayudar a los obreros a solidificar su experiencias espiritual como el centro en el servicio para el S eñor. Lo sucedió I. H. Evans como secretario de la Asociación Ministerial. En 1940 C. B Haynes declaró que si bien una gran erudición es adecuada siempre y cuando esté consagrada a Dios, no es necesaria para un ministerio exitoso más que una gran devoción. Tanto la experiencia de los apóstoles Pedro, Santiago y Juan sin mucha preparación como del erudito Pablo, con la sabiduría y conocimiento tales que ayudaron a sistematizar la fe, eran necesarias. La iglesia trató de formar buenos pastores para desarrollar y sostener su obra. Daniells en 1919, en la conferencia de profesores de Biblia e historia menciono que quería futuros obreros que fuesen honestos y sinceros. Hombres que sean constantes y auto disciplinados, que manejasen bien su idioma nativo y de apariencia limpia e higiénica. A partir de la década de 1920 los colegios empezaron a integrar el programa de entrenamiento misionero y trabajo de campo ministerial. Luego se comenzó a exigir un periodo de aspirantazgo antes de ingresar al ministerio, donde se evaluara su capacidad en la ganancia de almas, la efectividad en afirmar conversos y la capacidad de influir en los miembros de iglesia para que apoyen gozosamente los proyectos de la iglesia con tiempo y dinero. Para 1956 la Asociación General esperaba que los obreros tenga un verano de trabajo a tiempo completo colportando. El seminario teológico En 1932 se aprobó un año de formación avanzada en Teología, y en 1934 se hizo realidad en la Pacific Union College, asistiendo principalmente los profesores de los colegios , algunos pastores de campo
y redactores. En junio asistieron 40 alumnos. Pero en 1936 se votó finalizar la experiencia en la Pacific y la apertura de un seminario teológico en Takoma Park, independiente de cualquier colegio adventista. Este seminario pronto fue trasladado al Colegio Emanuel donde operaria bajo el titulo de Universidad de Andrews. Muchos dirigentes tenían recelos de que una preparación más formal del ministro se lograría en detrimento de su amor por la obra práctica, pero se consolaron parcialmente por la presencia de profesores que amaban la obra práctica y ahora se dedicaban a la erudición. Se consideró que un pastor graduado del bachillerato debía pasar uno o dos años en el Seminario para 1964, pero lo limitado del presupuesto de las Asociaciones y la necesidad de obreros hicieron difícil que esto se cumpliera en todos los casos. Lo que ayudó a la aceptación del programa teológico fue la presencia de las escuelas de evangelismo donde los obreros aprendían de los esfuerzos sistemáticos de ganancia de almas. Mucho se vieron beneficiados con los programas teológicos y aunque los dirigentes no consideraban con buenos ojos el exponer a los obreros a otras ideas de teología no adventista, apoyaron poco a poco a la asistencia de obreros. Pronto las necesidades contemporáneas fueron más y más atendidas a través de programas especiales. Para 1970 aparecieron los programas doctorales de en ministerio, para los pastores interesados en la actividad práctica y el doctorado en teología para aquellos que quería prepararse como maestros eruditos en estudios bíblicos. Pronto los maestros de Andrews llegaron a ser reconocidos por la comunidad teológica evangélica, entre ellos Siegfried H. Horn quien se destacó en las clases de antigüedades en el Seminario. Fue él quien en 1968 encabezó la primera expedición de la universidad de Andrews a Hesbón. Se extiende la profesionalización Fue en 1934 que la División Sudamericana enviaría dos obreros para preparase en el seminario teológico. Muy pocas instituciones adventistas fuera de Norteamérica brindaban títulos teológicos de pos graduación. En muchos lugares apareció el entusiasmo de preparar mejor a sus ministros y esta se extendió a diversas partes del globo. Fue luego de la segunda guerra mundial que la asistencia a la Universidad de
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Andrews fue marcadamente más internacional. Las expediciones arqueológicas adventistas iniciadas por Horn fueron notablemente muy bien apreciadas y los demás programas alcanzaron la madurez. Pronto, la presencia de teólogos adventistas sería de mucho valor al momento de aparecer las discusiones teológicas tanto de Conradi, los hermanos Brinsmead y Desmond Ford, destacando el consejo de Daniells de poseer un ministerio donde se c ultivaran diversos dones y áreas de conocimiento.
LA IASD EN EL PERÚ 1898 - ACTUALIDAD
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SESIÓN N° 14:
LA IGLESIA ADVENTISTA DEL SÉPTIMO DÍA EN EL PERÚ LA PRIMERA DÉCADA: 1898-1907
Lima (1899)
La historia de la Iglesia Adventista en el Perú es una aventura misionera llena de historias de abnegación, entrega y oración. Según los datos hasta el momento disponibles, esta historia comienza en 1898. El año de 1898 asoma en el devenir histórico como un año marcado por eventos significativos para el futuro desarrollo de la Iglesia Adventista del Séptimo Día en el Perú. En 1898, el gobierno peruano aprobó, no con poca oposición, la ley que reconocía el matrimonio entre personas de religión protestante. En esta ocasión el premier aceptó la noticia con poco entusiasmo, reflejando con esta actitud la intolerancia de grandes sectores de la ciudadanía. Ese mismo año, el 26 de junio, la Foreign Mission Board de la Asociación General de la Iglesia Adventista del Séptimo Día votó la adición de los territorios de Bolivia, Perú y Ecuador a la Misión Chilena, lo cual fue determinante para que la Misión Chilena extendiese sus actividades al territorio peruano. Fue precisamente en 1898 que se inicia la obra de la Iglesia Adventista del Séptimo Día en el Perú, con
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la partida del puerto de Valparaíso, Chile, de dos grupos rumbo a Perú. El primer grupo, conformado por José y Liborio Osorio, ambos misioneros laicos que llegaron con sus familias y se sustentaban mediante el comercio ambulatorio. El segundo grupo, estaba integrado por José Luis Escobar, de oficio carpintero, su esposa, Víctor Thomann, una señorita voluntaria y los hermanos Luis y Víctor Osorio. Esto ocurría en el mes de agosto de 1898. El viaje había sido financiado con 150 dólares aportados por la Misión Chilena, así como por una donación de hermanos de Alemania, y ambos grupos llevaban la misión de compartir la verdad adventista con el pueblo del Perú. El primer grupo llegó a Mollendo, marchando de inmediato a la ciudad de Arequipa “adonde llegaron al atardecer del mismo día. Al día siguiente, muy temprano, se percataron de que estaban frente al mercado y vieron que la gente se reunía por lo cual pensaron que debían iniciar sus actividades misioneras repartiendo folletos.” Pronto fueron rodeados por una turba, teniendo que ser encerrados por la policía, que evitó su linchamiento, y luego fueron deportados a su país.
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El segundo grupo fue algo más cauto, pues llegaron al puerto del Callao y se establecieron en la capital peruana, trabajando en diversos oficios a fin de autosostenerse. En la Review and Herald del 6 de junio de 1899 se informaba a través de G. H. Baber que habían sido bautizadas tres personas en Perú, lo cual debió de haber ocurrido a fines de 1898 o comienzos de 1899. El bautismo fue realizado por el hermano Escobar. Desde un inicio de la obra adventista en Perú, existieron valientes hermanos que testificaron aun a costa de su propio bienestar, como el caso que informó el pastor Baber a la Review and Herald de un joven de 16 años que fue considerado como muerto por su familia al haberse bautizado en la nueva fe.
G. H. Baber y familia (1899)
Enrique Balada
Para 1901 la obra adventista en el Perú seguía siendo atendida por la Misión de la Costa Occidental, con sede en Chile. El pastor Enrique Balada, llegó al Perú alrededor de inicios de setiembre de 1901, y estuvo cerca de un año atendiendo la naciente iglesia. A los cinco meses de haber iniciado su obra, bautizó a un hombre que había sido misionero evangélico por 22 años y que aceptó la fe adventista con tanto entusiasmo y compromiso que estaba ayudando al pastor. Para fines de 1902, el pastor Balada informaba de su trabajo con la iglesia e hizo un pedido de mil ejemplares del periódico de la iglesia Señales de los Tiempos para trabajar en Lima y Callao. También en 1902, visitaron a la hermandad de Lima G. H. Baber, José Westphal y Eduardo Thomann.
La semilla de la verdad que Eduardo F. Forga había esparcido tan lejos y tan ampliamente estaba destinada a preparar el camino para las misiones adventistas. Las publicaciones de Forga llegaron a manos de un jefe de una comunidad aymara llamado Manuel Z. Camacho, según testimonio posterior del pastor Westphal había bebido de Forga los principios de la libertad religiosa. Las actividades de Forga fueron tan árduas que despertaron la antipatía del clero y de algunas autoridades, hecho que lo obligó a salir del país hacia Inglaterra en marzo de 1906, donde conoció a la familia del pastor adventista Herbert Lacey, con cuya hermana Marguerite se casó luego de haber aceptado el mensaje adventista.
En el año 1900, el pequeño grupo adventista de Lima, recibió la visita del Pr. G. H. Baber, en ese entonces Intendente de la Misión Chilena, la cual, como ya fue mencionado, estaba encargada de abrir la obra adventista en el Perú. Luego de realizar un bautismo en Tarapacá, el pastor Baber se dirigió a Lima por mar, donde, junto con los hermanos cuyo dirigente era el hermano Escobar, fue objeto de la intolerancia religiosa de los limeños quienes los insultaron por reunirse para el culto de oración. En una carta fechada el 3 de julio del mismo año 1900, el pastor Baber propuso a la Junta de la Asociación General trasladar las oficinas de la Misión de la Costa Occidental de Valparaíso en Chile al Callao en el Perú, pero la propuesta no tuvo eco.
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En tanto que hasta aquí hemos repasado brevemente el inicio de la obra adventista en el Perú, particularmente en la zona central y mayormente en Lima y Callao, retrocedamos en el tiempo para revisar importantes antecedentes que prepararon el camino para el desarrollo de la obra adventista en el sur del Perú. En 1896, luego de doce largos años dedicados a sus estudios en Alemania y en Suiza, Eduardo F. Forga, natural de Arequipa, retornaba a su tierra natal dispuesto a promover las causas de la temperancia, de la libertad religiosa y de la defensa de los derechos de la población nativa. En 1898, en el mismo año en que llegaban de Chile los primeros misioneros adventistas al Perú, Forga fue contactado por los adventistas de Buenos Aires que habían comenzado a publicar una revista misionera llamada “El Faro”. Para obtener suscriptores ellos habían recurrido a una lista de nombres de personas que habían comprado Biblias a los agentes de las Sociedades Bíblicas, y de esta forma fue invitado Forga a suscribirse a la revista “El Faro”, lo cual él hizo. Pero no sólo eso, sino que reimprimió en sus propias publicaciones muchos artículos de la revista “El Faro”. Forga se convirtió en un vigoroso promotor de la reforma pro salud y también de la literatura adventista, llegando a pagar por más suscripciones para sus allegados. Asimismo publicó panfletos promoviendo la causa de la libertad religiosa y de la separación entre Iglesia y Estado. Millones de páginas conteniendo los escritos de Forga, así como reproducción de publicaciones adventistas, fueron distribuidas a través del Perú y aun llegaron a otros países.
Puente de Piedra, Lima (1899)
Luego de haber dado un breve vistazo a los antecedentes de la obra adventista en el sur del Perú, retomemos el hilo de los acontecimientos que marcan el desarrollo inicial de la Iglesia Adventista en el Perú. En octubre de 1904, el pastor Ketring vino desde la Misión Occidental en Valparaíso Chile a visitar a los creyentes adventistas en Lima, y llevó a cabo reuniones diarias por alrededor de un mes instruyéndolos en la palabra de Dios. Las reuniones se llevaban a cabo por las noches y en secreto, pues estaba prohibido tener reuniones públicas. Ketring relata que el 12 de noviembre de 1904 se llevó a cabo una ceremonia bautismal en la cual siete preciosas almas sellaron su pacto con el Señor. Asimismo, menciona que uno de los creyentes bautizados era un peruano, Julio Nerio Espinoza, que había venido trabajando por cinco años como colportor de la Sociedad Bíblica Americana, y que debido a que había comenzado a guardar el sábado y a enseñar a otras personas a seguir su ejemplo, fue obligado por la Sociedad Bíblica Americana a presentar su renuncia como colportor de ellos. Pensó en volver a dedicarse a su oficio de carpintero, pero el Pr. Ketring lo indujo a continuar en la obra del colportaje, aunque esta vez vendiendo libros y revistas adventistas. En referencia a esto, Ketring informaba: “Así tenemos un obrero nativo entre tres millones de personas.” Y luego reflexionaba sobre la necesidad de obreros evangélicos para ayudar “en este gran campo”. Aun en sus días de colportor vendiendo Biblias, ya había dado Julio Nerio Espinoza evidencias de su fe y valor inquebrantables en su servicio al Señor. Ketring relata cómo en cierta ocasión Espinoza llegó a un pueblo del interior donde inmediatamente fue rodeado por centenares de hombres y mujeres que amenazaban con matarlo si no abandonaba de inmediato el lugar. Valientemente bajó de su mula parda y de pie ante ellos les dijo que su mensaje era un mensaje de paz y que venía a librarlos de su condición perdida haciéndoles conocer la Palabra de Dios. Durante dos horas mantuvo la atención de ellos, hasta que un hombre se le acercó con sus manos llenas de tierra y se la arrojó en el rostro. Las mujeres entonces gritaron que lo sacasen fuera del pueblo para matarlo, pero él cayendo sobre sus rodillas exclamó: “Si es necesario que mi sangre sea derramada para liberar a mis compatriotas, aquí estoy; tómenme y mátenme. Pero si me echan fuera
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del pueblo, volveré a ingresar cinco veces”. Lo llevaron fuera del pueblo para matarlo, pero aparecieron unos jinetes a caballo que luego de interrogarlo lo liberaron. Julio Nerio Espinoza cumplió su promesa de volver cinco veces al mismo pueblo donde llegó a hacer muchos amigos y vendió un buen número de Biblias. Gracias al trabajo tesonero en el colportaje de la literatura adventista realizado por Julio Nerio Espinoza, aprovechando que era conocido en el interior del país, varias personas fueron alcanzadas para gloria de Dios. Incluso, se conoce el caso de una dama que luego de haber alcanzado el conocimiento de la verdad adventista, partió por la costa norte del país para testificar de su nueva fe. La presencia femenina en la obra de la evangelización ya estaba presente en los albores de la Iglesia Adventista en el Perú. En el 15 de agosto de 1905, J. W. Westphal hace un pedido por dos obreros permanentes para Ec uador y Perú. Sin embargo ya en los primeros días de agosto de 1905, la Asociación General de los Adventistas del Séptimo Día había tomado el voto para que el pastor Frankling Leland Perry viajara al Perú como pastor permanente y el 7 de octubre de 1905 zarpó de Dakota del Norte, Estados Unidos. En su llegada al Perú, el 14 de noviembre de 1905, el pastor Perry arribó al puerto del Callao. Cuatro oficiales del barco que los transportaba fueron evacuados por ser portadores de la peste bubónica. Las autoridades determinaron que el barco permaneciese en cuarentena por cuatro días sin poder atracar. Pero gracias a la presencia y gestiones de pasa jeros que eran altos oficiales del gobierno, pudieron desembarcar luego de dos días. Entre los conversos de la aún incipiente iglesia de Lima se contaba Ramón Beltrán, quien era su líder. Y fue precisamente Beltrán quien acudió a recibir al pastor Perry, habiendo sido alertado acerca de su llegada por carta de J. W. Westphal, presidente de la Misión Occidental con sede en Chile. Ramón Beltrán, de nacionalidad ecuatoriana, pero residente en el Perú, fue un converso de los primeros tiempos, y ya llevaba dos años liderando la obra de la pequeña congregación adventista en Lima. Era en un pequeño salón, detrás de su tienda de venta de comestibles, donde los hermanos e interesados se reunían. La habitación estaba pobremente iluminada y las paredes estaban cubiertas con lemas y
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con carteles entre los cuales se i ncluían tablas proféticas. Además contaba con un pequeño púlpito, algunas bancas y sillas, y un melodeón. Julio Nerio Espinoza fue el primer peruano en recibir Licencia Misionera de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, según está registrado en el Yearbook de 1905. En tanto que Ramón Beltrán, a quien F. L. Perry tomó como su asistente, aparece como portador de Licencia Misionera en el Yearbook de 1908. En 1906, el Perú es considerado como Misión (Misión Peruana). Además, gracias a un pedido del pastor Perry, el pastor A. G. Daniels, presidente de la Asociación General, solicitó al Fernando College de California que enviara maestros y alumnos al Perú para enseñar inglés y de este modo se impartiera el mensaje de salvación a muchas personas interesadas en aprender este idioma en Lima. La respuesta de la institución no se hizo esperar. El profesor H. G. Lucas, Director del Fernando College, sugirió el envío al Perú, como misioneros de sostén propio de Thomas De Witt Robinson y Robinson Robert W. Smith y esposa. Las conversaciones debían continuar para concretar la llegada de estos misioneros al Perú. En 1906 ya se informaba que en el sur había un grupo de guardadores del sábado y se hacían preparativos para pagar a un hermano calificado para que dedique parte de su tiempo a la evangelización. La evangelización por parte de los nacionales ya se hizo presente desde el mismo inicio de la obra adventista en el Perú. Para el año 1906, grupos guardadores del sábado se habían establecido en las ciudades de Lima, Callao, Trujillo, Pisco, Cañete y Chincha Alta. La verdad adventista siguió difundiéndose en la Lima de inicios del siglo XX. Se conoce el caso de un hombre metodista que luego de conocer la verdad del sábado, decidió guardarlo. Y, no sólo eso, sino que predicó audazmente en la reunión de su iglesia. El resultado fue una fuerte oposición de los metodistas hacia la Iglesia Adventista, al punto de no querer vender sus himnarios a los hermanos guardadores del sábado.
sia para unirse a ella. Hubo hermanos a los que se les negó el sábado libre, a pesar de su propuesta de trabajar el domingo en compensación. Se vieron obligados a renunciar a sus puestos para buscar un lugar donde les dieran la libertad de adorar en el sábado. Retomando el hilo de la saga de Eduardo Francisco Forga, para fines de 1906 lo encontramos en Washington DC, sede por entonces de la Asociación General, donde había llegado con su flamante esposa Marguerite Lacey. Para el 17 de enero de 1907, la Review and Herald informaba que Eduardo Francisco Forga se había presentado a la sede de la Iglesia Adventista en Washington D. C. solicitando el envío de ayudantes medico misioneros para trabajar juntamente con él en la obra de reforma de salud en Arequipa, Perú. El artículo mencionaba que por entonces Forga había ya publicado más de 40 panfletos y libritos sobre el asunto de la Reforma de Salud totalizando más de dos millones de páginas impresas publicadas y distribuidas, lo cual, el articulista consideraba ser una “abundante siembra de semillas” y preguntaba: “¿Quién está listo para ir y recoger la cosecha”. El 14 de febrero de 1907 apareció en la Review and Herald el primer artículo de un peruano acerca de la libertad religiosa por mano de Eduardo Francisco Forga, quien escribía desde Norteamérica a favor
Misioneros y Creyentes en Perú
de la libertad de conciencia y la temperancia en el Perú. La lucha por la libertad religiosa que Forga había iniciado, era conocida por los adventistas de otras latitudes. Ese mismo año de 1907, Forga viajó a California para pasar unos días en casa de su cuñada, esposa de W. C. White antes de volver a Sudamérica. Sin embargo sus planes de viaje cambiaron debido a que fue invitado a trabajar traduciendo al español los escritos de Elena de White. Además siguió luchando por la libertad religiosa en el Perú. Antes de morir, Forga donó parte de su fortuna a la obra educativa adventista en el Perú. El pastor Perry, describía que el Perú era un país muy católico, capaz de expresar su idolatría con mucho celo. Incluso fueron muy duros en la a plicación de una ley dominical que alcanzó al hermano Ramón Beltrán, quien tuvo que pagar una multa, por haber abierto su tienda un domingo del mes de noviembre de 1906. Pero a pesar de ello, el pastor permanecía optimista en la predicación de la luz adventista. La intolerancia contra los protestantes en el Perú era tal que una hija de cierta familia metodista fue quemada viva, y varios adventistas predicaban con peligro de sus vidas. El 13 de junio de 1907, se informaba en la Review and Herald, la organización formal de la primera iglesia adventista en el Perú, casi 10 años después de la llegada del evangelio a costas incas. Luego de un bautismo de 5 hermanos, el pastor Perry organizó esta iglesia con 17 hermanos en total. La obra se siguió extendiendo en Huacho, Ilo, Callao; y desde Puno, un suscriptor de la revista Señales de los Tiempos refería que estaba interesado junto con otras personas y pedía ayuda y visitación. El pastor Perry deseaba ir, pero lo desanimaba el dejar sola la iglesia en Lima, es por ello que el pastor consideró necesaria la formación de una escuela para educar misioneros peruanos que pudieran ayudar en la dirección y expansión de la obra . Estadísticas al finalizar los primeros diez años de penetración adventista en el Perú, según datos consignados en el Informe Estadístico de la Asociación General:
La iglesia en Lima siguió creciendo. Se hicieron nuevas bancas y se buscó un lugar más grande para las reuniones. El testimonio de los hermanos era contundente. Personas buscaban la naciente igle-
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La historia de la educción adventista en el Perú se inició con la preparación de Manuel Zúñiga Camacho, poblador natural de Puno, Perú, quien al llegar de regreso a su terruño, y contemplar el estado de abandono y profunda necesidad de sus conterráneos, decidió emprender una cruzada que vindicara al poblador alto andino de su deplorable estado de abandono y abuso. Así, decidió iniciar en la comunidad de Utawuilaya un esfuerzo educativo para la enseñanza de la escritura y la lectura a los pobladores de su comunidad. Esto sucedió en el año 1902. M. Z. Camacho contó con el apoyo del “Lutero de Arequipa”, Eduardo Francisco Forga. Este proceso educativo tuvo muchos y bravos detractores, entre los que se contaban prelados y terratenientes de la zona alto andina, que veían en el proceso educativo a la vez un proceso emancipador del abusado nativo; proceso que redundaría en el tener que dedicar más gasto a una mejor atención del poblador laboral. Frente a este rechazo de la clase pudiente, Manuel Z. Camacho se puso en contacto con diversas iglesias solicitando ayuda, pero no lo logró hasta que en el año de 1909, la iglesia adventista respondió enviando al colportor Fernando Osorio quien atendía a la comunidad de Utawilaya algunos días a la semana.
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Luego de varios meses de trabajo, los pastores Avelino N. Allen y Fernando A. Stahl visitaron la c omunidad de Camacho. En esa visita atendieron varios problemas de salud, y realizaron un bautismo. La obra educativa de Camacho daba sus frutos. No contentos con la obra de los adventistas, el obispo Ampuero de Chucuito no tuvo mejor idea que encarcelar a varios de los hermanos adventistas de Platería. Esto generó la indignación del hermano Manuel Z. Camacho, quien viajó hasta Lima, la capital del Perú, para entrevistarse con el despacho presidencial. Quien era presidente a la sazón en 1913 fue Guillermo Billinghurst, quien gobernó el Perú entre los años 1912 y 1914. Entre otras políticas, lo que, aparentemente, generó el derrocamiento del presidente por parte de Oscar R. Benavides, fue que dio espacio para la libert ad de
cultos en el Perú, a raíz del reclamo de los hermanos adventistas de Platería. Fue desde Platería que salieron varios hermanos para establecer colegios de iglesia en todo el contorno del Lago Titicaca, logrando notable éxito en la educación del habitante alto andino. José Carlos Mariátegui, en su libro 7ensayos de interpretación de la realidad peruana, escribió lo siguiente: “Las misiones adventistas, bajo este aspecto, han ganado la delantera al clero católico, cuyos claustros convocan cada día menor suma de vocaciones de evangelización”. Viendo este éxito, en Lima se apertura el Lima training School, también llamado el Instituto Industrial de Lima, en el año 1919, con la ayuda de el profesor Harry Lunquist. Este centro de entrenamiento prepararía misioneros para el centro y norte del Perú, para atender a las nacientes congregaciones y grupos adventistas. Luego, en 1922, la obra educativa adventista en el lago Titicaca se amplía con la apertura del Colegio Adventista del Titicaca, en la localidad de Chullunquiani, cerca de Juliaca. La obra educativa se extendió con el fin de formar obreros para el campo misionero. Muchos fueron los lugares que abrieron sus respectivos colegios en la costa, sierra y selva del Perú. Fue a finales de la Segunda Guerra Mundial, que se trasladó el Instituto Industrial de Miraflores a su nuevo emplazamiento en la localidad de Ñaña, cerca de Chaclacayo. En el lugar de Miraflores se quedó el Colegio Unión de Miraflores. Varios colegios iniciaron sus funciones: El colegio adventista de la Av. España; el colegio de la Av. Brasil (Antes llamado “La Samaritana”), el colegio Jesús el Sembrador de Carabayllo (aperturado por el pastor Andrés Achata), el colegio José de San Martin en Trujillo, el colegio Adventista del Mantaro (Huancayo), el colegio adventista de Miller (Tacna), colegio Adventista de Ucayali (Pucalpa) entre otros… Grande fue el esfuerzo impreso por la comisión de organización de una universidad adventista, liderada por el Dr. Rubén Castillo Anchapuri, que, con la ayuda hombres dirigidos por el Señor, lograron in-
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troducir el proyecto de creación de la Universidad Unión Incaica y el 30 de diciembre de 1983 se votó en el congreso por ley 23758.
SESIÓN N° 16:
Luego esta institución cambió de nombre por el de Universidad Peruana Unión. En el año 2002, se inició oficialmente la filial de Juliaca, en el departamento de Puno, y el año 2007 se inició el año académico en la Filial Tarapoto, en la región San Martín, con 203 alumnos.
PANORAMA DE LA IGLESIA ADVENTISTA EN EL PERÚ 92
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El año 1898 aparece en la historia como un año muy significativo para la Iglesia Adventista del Séptimo Día en relación a Perú, el milenario país de tantas y muy antiguas culturas, más conocido por haber sido la cuna y centro del Imperio de los Incas y por la colonización española que en su interacción con las culturas locales dio lugar a un variado mestiza je tanto racial como cultural y religioso. ¡Por qué 1898? Porque en ese año convergen dos influencias que serían de trascendencia para el establecimiento y desarrollo de la Iglesia Adventista en el Perú. Dos años antes, en 1896, Eduardo Francisco, natural de Arequipa y por lo tanto ciudadano peruano, retorna a Perú luego de largos años de estudio en Europa. Era miembro de una familia rica y de prestigio. Su padre era de nacionalidad española y su madre de descendencia alemana. A los diez años de edad fue enviado por sus padres a un colegio en Suiza, donde alcanzó el dominio del francés, alemán e inglés. Luego estudió en grandes universidades donde se llegó a convencer de los errores de la Iglesia de Roma. Y cuando en 1896 Forga regresa a Perú a la edad de 25 años, como Ingeniero de Minas, para hacerse cargo de los negocios de la familia, ya no era el mismo. Sus años en Europa lo habían convertido en un fervoroso defensor de la libertad de conciencia y de la temperancia . Pero fue en 1898 que Forga fue contactado por los adventistas de Buenos Aires que habían comenzado a publicar una revista misionera llamada “El Faro”. Para obtener suscriptores ellos habían recurrido a una lista de nombres de personas que habían comprado Biblias a los agentes de las Sociedades Bíblicas, y de esta forma fue invitado Forga a suscribirse a la revista “El Faro”, lo cual él hizo. Pero no sólo eso, sino que reimprimió en sus propias publicaciones muchos artículos de la revista “El Faro”. Forga se convirtió en un vigoroso promotor de la reforma pro salud y también de la literatura adventista, llegando a pagar por más suscripciones para sus allegados. Asimismo publicó panfletos promoviendo la causa de la libertad religiosa y de la separación entre Iglesia y Estado. Millones de páginas conteniendo los escritos de Forga, así como reproducción de publicaciones adventistas, fueron distribuidas a través del Perú y aun llegaron a otros países. La semilla de la verdad que Eduardo F. Forga esparció tan lejos y tan ampliamente estaba destinada a preparar el camino para las misiones adventistas. Y fue precisamente en 1898 que llegaron a Perú los
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primeros misioneros adventistas, marcando de ese modo el inicio formal de la obra de la Iglesia Adventista del Séptimo Día en el Perú. De Valparíso, Chile, partieron para Perú dos grupos. El primer grupo, conformado por José y Liborio Osorio, ambos misioneros laicos que llegaron con sus famili as y se sustentaban mediante el comercio ambulatorio. El segundo grupo, estaba integrado por José Luis Escobar, de oficio carpintero, su esposa, Víctor Thomann, una señorita voluntaria y los hermanos Luis y Víctor Osorio. Esto ocurría en el mes de agosto de 1898. El viaje había sido financiado con 150 dólares aportados por la Misión Chilena, así como por una donación de hermanos de Alemania, y ambos grupos llevaban la misión de compartir la verdad adventista con el pueblo del Perú. El primer grupo llegó a Mollendo, un viernes, marchando de inmediato a la ciudad de Arequipa “adonde llegaron al atardecer del mismo día. Al día siguiente, muy temprano, se percataron de que estaban frente al mercado y vieron que la gente se reunía por lo cual pensaron que debían iniciar sus actividades misioneras repartiendo folletos.” Pronto fueron rodeados por una turba, teniendo que ser encerrados por la policía, que evitó su linchamiento, y luego fueron deportados a su país. En la Review and Herald del 6 de junio de 1899 se informaba a través de G. H. Baber que habían sido bautizadas tres personas en Perú, lo cual debió de haber ocurrido a fines de 1898 o comienzos de 1899. El bautismo fue realizado por el hermano Escobar. Desde un inicio de la obra adventista en Perú, existieron valientes hermanos que testificaron aun a costa de su propio bienestar, como el caso que informó el pastor Baber a l a Review and Herald de un joven de 16 años que fue considerado como muerto por su familia al haberse bautizado en la nueva fe. En 1900, Escobar estuvo en Puno distribuyendo literatura adventista. Para 1901 la obra adventista en el Perú era atendida por la Misión de la Costa Occidental, con sede en Chile. El pastor Enrique Balada, llegó al Perú alrededor de inicios de setiembre de 1901, y estuvo cerca de un año atendiendo la naciente iglesia. A los cinco meses de haber iniciado su obra, bautizó a un hombre que había sido misionero evangélico por 22 años y que aceptó la fe adventista con tanto entusiasmo y compromiso que estaba ayudando al pastor. Para fines de 1902, el pastor Balada infor-
maba de su trabajo con la iglesia e hizo un pedido de mil ejemplares del periódico de la iglesia Señales de los Tiempos para trabajar en Lima y Callao. También en 1902, visitaron a la hermandad de Lima G. H. Baber, José Westphal y Eduardo Thomann. En el 15 de agosto de 1905, J. W. Westphal hace un pedido por dos obreros permanentes para Ec uador y Perú. Sin embargo ya en los primeros días de agosto de 1905, la Asociación General de los Adventistas del Séptimo Día había tomado el voto para que el pastor Frankling Leland Perry viajara al Perú como pastor permanente y el 7 de octubre de 1905 zarpó de Dakota del Norte, Estados Unidos.
and Herald, la organización formal de la primera iglesia adventista en el Perú, casi 10 años después de la llegada del evangelio a costas incas. Luego de un bautismo de 5 hermanos, el pastor Perry organizó esta iglesia con 17 hermanos en total. Esta iglesia ocuparía tres distintas ubicaciones entre los años 1908 hasta 1932, año en el que finalmente se estableció en su ubicación actual en la Av. España. Perry viajó a través de la costa y las regiones andinas, predicando con entusiasmo y fe contagiosos. Él era el único pastor adventista en el Perú y desempeñaba los cargos de superintendente de la misión, tesorero y promotor departamental, es decir, todo en uno. Lo pesado del trabajo, pronto cobró el total En su llegada al Perú, el 14 de noviembre de 1905, de sus fuerzas, y fue forzado a volver a su patria en el pastor Perry arribó al puerto del Callao. Cuatro 1909. Luego retornaría a Perú para otros servicios . oficiales del barco que los transportaba fueron eva- La segunda iglesia en ser organizada fue la de Lanca cuados por ser portadores de la peste bubónica. Las de Otao, el año 1917, en un pequeño pueblo a 65 autoridades determinaron que el barco permane- Km, al este de Lima, y la tercera iglesia en ser funciese en cuarentena por cuatro días sin poder atra- dada fue la de Huacho a 10 km. al norte de Lima . car. Pero gracias a la presencia y gestiones de pasa- Quien sucedió al pastor F. L. Perry fue el pastor A. N. jeros que eran altos oficiales del gobierno, pudieron Allen, y también llegaron otros misioneros, fortaledesembarcar luego de dos días. ciendo la Misión Peruana. Allen sirvió como superintendente de misión, O. H. Maxon como secretario Entre los conversos de la aún incipiente iglesia de tesorero, E. F. Wilson, como director de colportaje, Lima se contaba Ramón Beltrán, quien era su líder. E. H. Wilcox como secretario de la Escuela Sabática Y fue precisamente Beltrán quien acudió a recibir y Actividad Misionera; y W. R. von Pohle, quien llegó al pastor Perry, habiendo sido alertado acerca de en diciembre de 1909, como Evangelista de Misión. su llegada por carta de J. W. Westphal, presidente La primera escuela de colportaje se constituyó en de la Misión Occidental con sede en Chile. Ramón Lima en 1909. Entre estos valientes colportores se Beltrán, de nacionalidad ecuatoriana, pero residen- contaban César López, un experimentado obrero, te en el Perú, fue un converso de los primeros tiem- y Fernando Osorio, un joven principiante, quienes pos, y ya llevaba dos años liderando la obra de la fueron asignados para las ciudades de Arequipa, pequeña congregación adventista en Lima. Era en Cuzco y Puno. Ellos colportaban de puerta en puerun pequeño salón, detrás de su tienda de venta de ta, una acera de la calle frente a otra. López tenía comestibles, donde los hermanos e interesados se gran éxito, pero Osorio no estaba en las mismas reunían. La habitación estaba pobremente ilumi- condiciones. Cuando Allen pasó por Arequipa, el nada y las paredes estaban cubiertas con lemas y desanimado Osorio solicitó permiso para volver a con carteles entre los cuales se incluían tablas pro- su hogar. Sin embargo, Allen le ofreció un soluféticas. Además contaba con un pequeño púlpito, ción inesperada. Los conversos de Puno estaban algunas bancas y sillas, y un melodeón. solicitando un misionero y él era la respuesta a sus Julio Nerio Espinoza fue el primer peruano en re- oraciones. Osorio no pudo rehusar esta invitación, cibir Licencia Misionera de la Iglesia Adventista del pese que sólo recibiría casa y comida. Él trabajó en Séptimo Día, según está registrado en el Yearbook Puno desde mayo de 1910 hasta febrero de 1911. de 1905. En tanto que Ramón Beltrán, a quien F. L. Encontró cuatro familias de adherentes en Puno, 20 Perry tomó como su asistente, aparece como por- personas en total, cuatro de los cuales estaban bautador de Licencia Misionera en el Yearbook de 1908. tizados . En 1906, el Perú es considerado como Misión (Mi- Manuel Alcca Cruz nació el 25 de diciembre de sión Peruana). 1871, en Cutimbo, en las cercanías de Puno. A los El 13 de junio de 1907, se informaba en la Review doce años fue llevado a Moquegua donde cursó la
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primaria en la Escuela Municipal de Moquegua. Allí, gracias a la influencia de un sacerdote apellidado Zúñiga, decidió salvar a los aymaras de la opresión y el abuso de los gamonales. A los 24 años, Manuel decidió cambiar sus apellidos por el de Zúñiga como paterno, y Camacho por el apellido materno de su progenitora. Luego de servir en el ejército, Manuel viajó a Chile en 1896 y entró en contacto con los adventistas. En enero de 1898 regresó a su terruño y se estableció en la localidad de Utawilaya, estableciendo una escuela que comenzó a funcionar el año 1902, en su casa. Por años sufrió la persecución de los sacerdotes, que desaprobaban sobremanera su intento de educar al nativo de Puno. En 1908, Zúñiga buscó la ayuda de los Adventistas, siendo enviado el colportor Fernando Osorio, en respuesta, quien atendía la escuela de Lunes a Jueves. Cada lunes en la mañana un joven de nombre Luciano Chambi traía un caballo para Osorio a fin de cabalgar hasta Platería. El interés suscitado fue tal que se decidió que el pastor Fernando Stahl atendiese de manera directa y exclusiva este esfuerzo misionero, por lo que se determinó su traslado al Perú, por ello por pastores J. W. Westphal, A. N. Allen y F. Stahl, visitaron Utawilaya el 21 de mayo de 1911, bautizaron a 23 creyentes más y organizaron la iglesia del lugar ordenando a F. Stahl como anciano y a Manuel Zúñiga como diácono. El pastor Stahl narra sus experiencias en su libro En el País de los Incas. Su trabajo, así como el de sus colaboradores y sucesores, hizo posible el éxito de lo que llegaría a ser la Misión del Lago Titicaca. Los Stahl creyeron que uno de los primeros pasos a tomar era el de educar a los trabajadores nativos de la región. La señora Stahl se encargó personalmente de educar al joven misionero Luciano Chambi, quien aprendió a leer y escribir muy bien (más adelante llegaría a ser pastor ordenado). Entonces, con Luciano como su asistente, ella abrió una escuela pequeña, pobremente equipada, donde los niños de la zona podrían iniciar su educación. A fin de dar una mejor atención a la creciente obra de Perú, Ecuador y Bolivia se estableció la Misión Unión Incaica en 1914, con E. L. Maxwell como presidente. Las oficinas se establecieron en Lima y luego se mudaron a un suburbio de la ciudad en la localidad de Miraflores. La obra en el Perú seguía en crecimiento por lo que se consideró separar la parte sur del país y organizarla en misión como la
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misión indígena del lago Titicaca, en 1916, con sus oficinas en Puno. El territorio que atenderían serían los departamentos de Puno, Cuzco y Madre de Dios así como todos los alrededores del lago Titicaca. En respuesta a la necesidad de preparar misioneros para llevar adelante la obra de la Iglesia en el Perú, se fundó en 1919 el Instituto Industrial de Miraflores (hoy Universidad Peruana Unión). Esta institución educativa que inicialmente ocupó ambientes alquilados, pudo establecerse en un local propio contando con un fondo aportado de acuerdo con el testamento de Eduardo Francisco Forga. Luego en 1920, el territorio alrededor del Lago Titicaca perteneciente a Bolivia fue transferido a la misión boliviana y eventualmente los departamentos de Arequipa, Apurímac, Moquegua y Tacna fueron añadidos a la Misión del Lago Titicaca. En 1920 se excluye la palabra “indígena” del nombre de la misión. En julio de 1921, la junta de la Unión Incaica solicita a Fernando Stahl que visite la zona central del Perú a fin de investigar las oportunidades para la evangelización de los nativos de la selva central. Luego de realizar el trabajo, Stahl suplicó que se le permitiera establecerse en Chanchamayo a fin de iniciar una nueva aventura pionera. Así se establece la Misión de Metraro. Contra la oposición y carencias, la misión fue firmemente establecida . La obra en esta misión creció muchísimo, con el apoyo norteamericano, para 1922 había un total de 680 personas bautizadas, además la Clínica de Juliaca y la Escuela de Entrenamiento del Lago Titicaca (Colegio Adventista del Titicaca) entraron en funcionamiento. Por otro lado, desde 1898 hasta 1923, sólo había una iglesia en la ciudad de Lima, que contaba con 70 miembros aproximadamente. Otra iglesia fue organizada en Miraflores en 1923 por los profesores y alumnos del Instituto Industrial de Miraflores. Los Stahl asistieron a la Asamblea de la Asociación General de 1926 y llevaron consigo a una joven de la tribu campa, de nombre Chave Mariano . Su presencia despertó el interés en el trabajo en la selva peruana . Además realizaron viajes por Europa incrementando así el interés por el trabajo misionero en estas latitudes . En 1927 se toman medidas para formar la Misión del Alto Amazonas , que más tarde se llamaría Misión del Oriente Peruano, con sus oficinas en Iquitos y con Fernando Stahl como primer presidente. Al año siguiente se construirían dos pequeños hoga-
res y se conseguiría un bote. Gracias a la ayuda de los hermanos norteamericanos se hizo posible la compra de una lancha llamada Auxiliadora. En ella Stahl hizo largos viajes misioneros río arriba y río abajo. Una construcción fue erigida en 1930, en los predios de la Misión, con la esperanza de que se convirtiera en un establecimiento de salud. Por muchos años fue utilizada como oficinas de la Misión, pero finalmente se convirtió en la Clínica Stahl. Luego esta lancha fue vendida, en 1940, a fin de comprar una mejor. El Instituto Industrial fue trasladado de la localidad de Miraflores a la localidad de Ñaña en 1946, una gran congregación siguió asistiendo a la antigua iglesia del centro educativo. En ese mismo año comenzó a funcionar la Clínica Adventista de Miraflores. En 1950 se establece el Departamento de Radio de la Unión Incaica, con B. A. Larsen como secretario. La programación de la Voz de la Esperanza llegó a toda la Unión Incaica (Ecuador, Perú y Bolivia). Como resultado de la evangelización pública en la década de los cincuenta, nuevas congregaciones se aperturaron, el Porvenir, Pueblo Libre y San Martín en la ciudad de Lima, cada una con nuevos conversos y miembros de la iglesia central de Lima. A mediados de los años sesenta la Misión del Lago Titicaca fue rebautizada como Misión Peruana del Sur. Debido al constante crecimiento de la iglesia, en enero de 1961 la Misión Peruana fue nuevamente dividida para dar paso a la Misión Peruana del Norte. El resto del territorio sería llamado Misión peruana Central con sus oficinas en Miraflores. La nueva misión tendría sus oficinas en Chiclayo, departamento de Lambayeque, que incluiría todo el territorio al norte del río Santa y el departamento de Amazonas. Después de algunos años, la Misión Peruana Central adquirió el estatus de Asociación, en 1974. También en 1974 la sede central de la Misión Peruana del Sur fue transferida a Arequipa, una ciudad importante cerca de 2.300 metros sobre nivel de la mar, más próxima a las descuidadas ciudades costeras del sur peruano. En la década de los setenta se forma la Misión del Lago Titicaca contando únicamente con el departamento de Puno, y el resto de departamentos constituirían la Misión Peruana del Sur.
En 1990 se desprende el sector centro oriental peruano de la Asociación Peruana Central, asumiendo el nombre de Misión Andina Central. Esta nueva Misión, atendería los departamentos de Ayacucho, Huancavelica, Junín y Pasco. La obra de la evangelización seguía creciendo vertiginosamente en el territorio de la Unión Peruana, de tal modo que quedaría solo con el Perú como territorio en el año 1995, adquiriendo el nombre de Unión Peruana. En el marco del XV Congreso de la Unión Peruana, que se desarrolló entre el 22 de noviembre del año 2000, se recibió en el seno de la iglesia a la nueva misión. La Misión Nor Pacífico, con sede en la ciudad de Trujillo, surgió de la división del territorio de la Misión peruana del Norte y abarca el Departamento de La Libertad y las siguientes provincias de Departamento de Cajamarca: Cajamarca, Cajabamba, Celendín, Contumazá, San marcos, San Pablo y San Miguel. El año 2003 se organizó la Misión Nor Oriental, misma que resultó de la división del territorio de la Misión del Oriente Peruano con sede en Pucalpa. La nueva Misión tendría su sede en la ciudad de Tarapoto, departamento de San Martín, además incluyó la provincia de Alto Amazonas, de Loreto. El año 2006 la Unión Peruana se dividiría en dos: Unión Peruana del Norte y Unión Peruana del Sur. Al momento de la división de la Unión Peruana, La Unión Peruana del Norte contaba con 328366 miembros, y con cuatro campos misioneros: la Asociación Peruana Central Norte, la Misión Nor Pacífico, la Misión Peruana del norte y la Misión Nor Oriental. Quedó bajo su jurisdicción también la Universidad Peruana Unión y el Centro de Producciones Nuevo Tiempo (Incluye la Radio Nuevo Tiempo). La Unión Peruana del Sur con 390306 miembros, y con cinco campos misioneros: la Asociación Peruana Central Sur, la Misión del Lago Titicaca, la Misión del Oriente peruano, la Misión Andina Central; la Misión Sur Oriental y además de cinco instituciones: Clínica Adventista Ana Stahl, Clínica Adventista Good Hope, ADRA Perú, el Servicio Educacional Hogar y Salud (SEHS).
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