SALUD MENTAL EN LA INFANCIA Las palabras “salud mental” de la niñez temprana se refieren a la habilidad del niño de temprana edad de experimentar emociones, entablar relaciones y aprender. El mundo de este periodo, por lo general, es muy breve. Los bebés crecen entre familiares, amigos y su comunidad. Aprenden sobre ellos mismos y el mundo que los rodea a través de las relaciones que tienen con sus seres queridos. Los bebés a los que se les hace sentir que son amados y apreciados aprenden que inspiran cariño. Por eso, crecen sintiéndose bien consigo mismos y entablan amistades más fácilmente. Al ayudar a su bebé a sentirse querido y protegido, fomenta su salud mental. Usted puede ayudar a que su bebé se sienta protegido, creando un ambiente estable y predecible, mediante rutinas diarias para su bebé y una manera de actuar sanamente coherente, fácil de captar y reconocer. Durante la infancia, los bebés crecen y cambian muy rápidamente. A medida que lo hacen, sus sentimientos y relaciones empiezan a madurar. Los bebés necesitan que tanto sus padres como la demás gente importante para su desarrollo les ayuden a manejar sus sentimientos. Por ejemplo, un bebé asustado, enojado o dolido necesita la ayuda de un adulto para entender lo que le pasa, calmarse y sentir consuelo. Los padres ayudan a sus bebés a relajarse naturalmente al alzarlos, abrazarlos, hablarles suavemente, reafirmarlos o mecerlos con ternura. Cuando las familias crean hogares seguros y afectuosos, los niños aprenden a manejar sus sentimientos más fácilmente. La salud emocional de los adultos, su grado de estrés y su situación o circunstancias personales pueden afectar sus relaciones con los bebés. Si usted o algún padre o madre (u otro adulto) que conoce está pasando por momentos de sumo estrés o de serias dificultades, puede resultarle de enorme ayuda buscar el apoyo y la orientación de un profesional de salud mental. TRASTORNOS EMOCIONALES COMUNES Es fácil saber cuándo su hijo tiene fiebre. Los problemas de salud mental en los niños pueden ser más difíciles de identificar, pero puede aprender a reconocer los síntomas. Preste atención a las manifestaciones excesivas de enojo, miedo, tristeza o ansiedad. Los cambios repentinos en el comportamiento de su hijo pueden indicarle que hay un problema. También pueden serlo los comportamientos como ejercitarse excesivamente o dañar o destruir cosas. Algunos problemas de salud mental comunes en los niños son: A. Trastornos de la conducta del niño
Todos los niños se comportan mal algunas veces, pero los trastornos de la conducta van más allá del mal comportamiento y la rebelión. En los casos de trastornos de la conducta, el niño o el adolescente muestran comportamientos hostiles, agresivos o desordenados durante más de 6 meses. Los signos de advertencia pueden incluir: Dañar o amenazar a otras personas, mascotas o a sí mismos Dañar o destruir las pertenencias ajenas Mentir o robar No tener buen rendimiento escolar, faltar a la escuela Comenzar a fumar, beber o consumir drogas prematuramente Actividad sexual prematura Rabietas y discusiones frecuentes Hostilidad constante hacia las figuras de autoridad B. Trastorno de atención e hiperactividad ¿Es difícil que su hijo se esté quieto? ¿Su hijo actúa sin pensar primero? ¿Empieza por hacer algo y no lo termina? Si es así, es posible que padezca del trastorno de déficit de atención e hiperactividad (TDAH). Casi todas las personas a veces muestran algunas de estas conductas, pero el TDAH persiste más de 6 meses y causa problemas en la escuela, el hogar y en circunstancias de carácter social. Este trastorno es más común entre los niños que entre las niñas y afecta entre el 3 y el 5% de los niños en los Estados Unidos. Las principales características del TDAH son: Falta de atención Hiperactividad Impulsividad No se sabe exactamente cuál es la causa del TDAH. Existe una tendencia familiar, de modo que puede haber factores genéticos. Algunos factores ambientales también pueden influir. C. Ansiedad El miedo y la ansiedad es parte de la vida. Puede sentirse ansioso antes de presentar una prueba o al caminar por una calle oscura. Este tipo de ansiedad es útil - puede permitirle estar más alerta o ser más cuidadoso. Suele terminar poco tiempo después de que salga de la situación que la provocó. Pero, para millones de personas en los Estados Unidos, la ansiedad no desaparece y empeora con el tiempo. Pueden sentir dolores en el pecho y tener pesadillas. Hasta pueden tener miedo de salir de sus casas.
Estas personas tienen trastornos de ansiedad. Los tipos incluyen: Trastorno de pánico Trastorno obsesivo-compulsivo Trastorno de estrés postraumático Fobias Trastorno de ansiedad generalizada D. Depresión La depresión es una enfermedad clínica severa que afecta al cerebro. Es más que sentirse "hundido" o "triste" por algunos días. Estos sentimientos no desaparecen. Persisten e interfieren con su vida cotidiana. Los síntomas pueden incluir:
Tristeza Pérdida de interés o placer en actividades que suele disfrutar Pérdida o aumento de peso Dificultad para dormir o sueño excesivo Pérdida de energía Sentimientos de desvalorización Ideas de muerte o de suicidio
La depresión es una condición del cerebro. Existen muchas causas, incluyendo los genes, causas ambientales, psicológicas y factores bioquímicos. Las mujeres también pueden tener depresión posparto después de dar a luz. Algunas personas tienen un trastorno afectivo estacional en el invierno. CONCLUSIÓN Los problemas de salud mental pueden interferir en la vida cotidiana de la casa, la escuela o la comunidad. Sin ayuda, los problemas de salud mental pueden conducir a fracaso escolar, abuso de alcohol u otras drogas, discordias familiares, violencia o incluso suicidio. Sin embargo, hay ayuda disponible. Si tiene dudas acerca del comportamiento de su hijo, hable con un profesional de la salud. Los especialistas en salud mental en la infancia se enfocan en las relaciones infantiles tempranas con sus padres y cuidadores, porque hay suficiente evidencia de que la intervención temprana puede prevenir problemas posteriores de delincuencia, criminalidad, fracaso académico, deserción escolar, embarazos entre adolescentes, violencia y otros factores de riesgo.