LUCIFER
Copyright © 2014 Frater G.S.
¿Quién eres tú Oh fulgente fulgente resplandor? ¿Por qué confundes mi mente y corazón al rodearte de velos velos y misterios? Confundido acerca de tu esencia deamulo por el cosmos Pregunt!ndome a quien he adorado ¿"e sido enga#ado? ¿$e he otorgado mis noches y mis d%as a una mentira? ¿O en verdad te he visto visto a la cara y sin emargo emargo esta permanece siendo un arcano? ¿Quién eres tú& quien quien hace estremecer los cimientos cimientos de mi 'e? Corrientes de esp%ritu y mente recorren mi garganta Pues he tomado de tu (rial y fue un soro demasiado profundo $oco y demente Caigo al )ismo *in saer quién me ha arazado en el silencio silencio nocturno
ucifer es probablemente una de las entidades que mayor confusión trae a aquellos que han penetrado en los misterios de la Magia y la Brujería, por lo menos entre quienes poseen el suficiente discernimiento para no dejarse llevar por lo primero que leen, y que, buscadores de la verdad, o lo más cercano a ella, sienten que es insuficiente la información presentada. Podemos seguir la gnosis de otros, pues esta puede en verdad haber topado con realidades cósmicas trascendentales, pero se hace imperativo sopesar la información y compararla con aquellas piezas históricas que pueden darnos una idea de las revelaciones que ese inconsciente colectivo, y las cadenas culturales, tienen para ofrecernos. Aceptar algo sin la necesaria consideración, no solo intelectual, sino espiritual, es un riesgo para el desarrollo íntegro del individuo. a !e es irracional, ciertamente, pero incluso en su irracionalidad debemos tener certeza pragmática de que algo puede soportarla, como aquel que contin"a ritualizando porque en efecto los pasados ritos han tenido la consecuencia deseada, es allí cuando la e#periencia, necesariamente resultado de algo, se une a la creencia. $.g. tengo !e en %e&ate porque $lla me ha dado elementos para soportar dicha convicción y yo, en la aplicación dial'ctica del conocimiento, he podido confirmar, usando mi discernimiento, la veracidad de tales ocurrencias. a palabra clave aquí seria (discernimiento), el cual se define como el juicio que nos permite determinar la diferencia entre diversos elementos. $l discernimiento para el *rujo y el +ago va ligado a su erdadera oluntad, aquella emanada de la comunión con nuestro -o uperior y a su vez con los Poderes, diferente al mero discernimiento racional del individuo mundano. $sta introducción, de un talante racionalista, es necesaria como abreboca para el tema de este ensayo, el cual no es otro que la identidad y naturaleza de la entidad conocida como ucifer, la cual es imposible no haber escuchado, y que va íntimamente ligada a la *rujería. +uchos se habrán preguntado por su origen y rol en el /cultismo, y mis lectores asiduos sin duda habrán leído mis referencias a esta figura, o incluso al epíteto de 0iablo, pero solo hasta ahora considero que es necesario indagar de forma más profunda en este tema, servirá para ilustrar a muchos acerca de ello y poner orden a ideas que llevan tiempo circulando1 el plasmar por escrito los pensamientos y las e#periencias siempre es un ejercicio mental sumamente "til.
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2os planteamos por lo tanto una serie de interrogantes3 45$s ucifer el 0iablo cristiano6 457na confusión terminológica6 457na deidad antigua6 4 57n enga8o6 459uál es su relación con otras deidades6 45:u' papel tiene ucifer en el Arte de la *rujería6 ;ntentemos responder a estas preguntas.
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VENUS !U"#$E% $l nombre, o adjetivo, ucifer, es la traducción al latín de la palabra hebrea hêlêl ( <, y a su vez el equivalente en la lengua de =ulio 9esar del vocablo griego Phosphorus. a traducción de ucifer, como nombre, sería (la primera estrella de la ma8ana), haciendo clara referencia al planeta enus, siendo este quien anunciaba la llegada del amanecer, el surgimiento del ol. 9omo adjetivo nos encontramos con (aquel que trae la luz), o (el portador de la luz), todo esto siendo correspondencia directa del mencionado termino hebreo hêlêl . $l griego Phosphorus posee igualmente la misma significación, esto es importante tenerlo en cuenta, más adelante veremos el porqu'. a primera aparición bíblica de ucifer la encontramos en la traducción de la biblia hebrea y griega al latín, la llamada ulgata, por =erónimo de $stridón, y que posteriormente permaneció en la famosa versión del sagrado te#to del >ey =ames, una traducción al ingl's de la biblia durante el reinado del >ey =ames ; y ; ?=acobo ; de ;nglaterra y ; de $scocia<. $n el conte#to bíblico la palabra ucifer es usada en referencia a la prof'tica muerte de un >ey babilonio, referido en la forma hebraica original como “hêlêl ben šāḥar” , y traducido en la versión de la biblia del >ey =ames como “Oh Lucifer, Hijo de la Mañana” $l pasaje completo, en su presentación anglosajona, reza lo siguiente3 %o@ art thou fallen from heaven, O Lucifer, son of he !ornin" %o@ art thou cut do@n to the ground, @hich didst @ea&en the nations !or thou hast said in thine heart, ; @ill ascend into heaven, ; @ill e#alt my throne above the stars of Bod3 ; @ill sit also upon the mount of the congregation, in the sides of the north3 ; @ill ascend above the heights of the clouds1 ; @ill be li&e the most %igh. -et thou shalt be brought do@n to hell, to the sides of the pit. ( ;saiah CD3CE<. Fcursivas son míasG. ;nteresantemente las versiones modernas tienden a sustituir ucifer por (estrella de la ma8ana) simplemente, lo cual es más apropiado dado el conte#to y significación. $s importante se8alar que, en la mencionada biblia, se está haciendo clara referencia no al nombre de una entidad angelical caída en desgracia, sino a un >ey
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de *abilonia, el cual se equipara al planeta enus en su misma manifestación hebrea original (hêlêl” . 0e la misma forma ucifer no es empleado como un título o nomenclatura per se, sino como una descripción cualitativa. e hace necesario e#plicar que el planeta enus, al amanecer, una hora o menos antes de que el ol salga, es el cuerpo celeste más brillante, opacando a todos los otros astros. enus es igualmente llamado la $strella de la Harde y resplandece una hora, o menos, luego de la puesta del sol, permaneciendo invisible posteriormente. 0e modo que la comparación metafórica es que, así como enus es derrotado por el ol, quien al elevarse, y por lo tanto iluminar la bóveda celeste, hace desvanecer al planeta, el >ey de *abilonia es, a su vez, derrotado por -%%. $l >ey, en su arrogancia, intento elevarse alto como 0ios, y fue arrojado a las profundidades. Hal cuestión se ve reflejada, de forma sumamente interesante, en el mito cananeo de Attar y en la historia griega de !aetón.
&ttar Attar era un 0ios semítico de fluctuante dominio, este variando de región en región, por lo que para ciertos poblados era 0ios de la guerra y para otros de los truenos o la fertilidad. Algo en com"n en sus diferentes cultos era el hecho de que representaba a la estrella de la ma8ana, y la tarde1 y tenía poder, por lo tanto, sobre el planeta enus. $n uno de los te#tos descubiertos en 7garit, se describe como Attar ocupa, por una temporada, el trono de *aal %adad, pero el puesto resulta ser demasiado para 'l y debe abandonarlo y conformarse con gobernar la tierra, o el ;nframundo seg"n otras fuentes, aunque dado el hecho de que es considerado 0ios de la fertilidad tiendo a decantarme más por la primera opción.
“#l ?Attar< o!o su asieno en el rono de $aal el Poderoso %us pies no alcan&aban el escabel %u cabe&a no alcan&aba el dosel del !is!o”
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$sto es en cierta medida similar, aunque de forma mucho más sutil, al mencionado mito bíblico del >ey babilonio que es arrojado a las profundidades al fallar en su deseo de igualar al 0ios hebreo en los cielos. $n este caso Attar no es derrotado per se, pero no posee la capacidad suficiente para ocupar un trono en las Alturas.
“'uera del rono de $aal el Poderoso "obern) ?Attar< en la ierra, *ios de odo ello”
$aetón $n el conte#to cultural griego tenemos a !aetón ?($l >esplandeciente)<, hijo de %elios y de 9límene, a quienes los cretenses denominaban Adymus, la $strella de la Harde y la +a8ana. in embargo no debe confundirse con Phosphorus, quien en la mitología griega era quien poseía oficialmente la posición de la tella +atutina. Aun así es cuanto menos interesante la comparación de epítetos entre !aetónI Adymus y enus. $n su conocido mito, !aetón, enojado con sus amigos porque no creían su divina procedencia, fue a ver a su padre %elios. $l potente 0ios, antes de que su vástago siquiera e#presase la razón de su encuentro, le juro, por el sagrado río estigia, que le concedería lo que este pidiese. !aetón le solicito a %elios que le permitiese conducir su carruaje por un día, %elios intento convencer a su hijo de lo contrario pero este, recordándole su juramento, y siendo imposible deshacer algo dicho en nombre del infernal afluente, se mantuvo firme en su decisión. !aetón manejó el carruaje del 0ios, el cual no era otro que el mismísimo ol, y perdió el control del mismo, quemando gran parte de Jfrica y poniendo en riesgo a la Hierra, por lo que el Padre Keus tuvo que actuar, fulminando a !aetón con un rayo, y arrojando su cuerpo en llamas al río $rídano. Posteriormente !aetón fue convertido en la constelación Auriga. ;mposible no se8alar que para algunas fuentes !aetón es otro nombre para el mismo %elios, y que esto puede ser un indicio de su posterior sustitución por Apolo como el regente solar. Aun así, el mito es revelador por sí mismo.
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Al final, todos estos personajes mitológicos, equiparados de una u otra forma al planeta enus, son, como el mismo cuerpo celeste, (vencidos) antes de alcanzar el punto ascendente más alto. a $nciclopedia =udía ?CLMN< dice, al respecto del reiterativo motivo de la $strella 9aída, que (es obvio que el profeta ?;saiah< al atribuirle al rey babilonio un arrogante orgullo, seguido por una caída en desgracia, tomo la idea de una popular leyenda conectada a la estrella de la ma8ana). 0e una u otra forma el escrito bíblico demuestra seguir una tradición cultural relacionada a esta caída en desgracia de un brillante astro, en este caso reiterativamente conectada al planeta enus. 9omo se ha dicho la misma palabra (hêlêl” se8ala esto directamente y sin lugar a dudas. $n ning"n momento ;saiah se refiere a un Jngel >ebelde, sino que equipara al >ey de la profecía con la (arrogancia venusina) de querer equiparse al ol, a 0ios en su caso particular. $l ucifer bíblico, por lo tanto, no es un nombre para el Adversario hebreo o cristiano, sino un título, o un adjetivo, para describir a un mortal. 9omo entidad pree#istente de naturaleza ang'lica, demoniaca, o sobrenatural, no e#iste, bíblicamente hablando por supuesto. in embargo, como sujeto divino histórico, soportado en el panteón cultural de una civilización, nos encontramos con otro caso.
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'()S'()%US !U"#$E% Phosphorus, o a veces %eosphoros* era el nombre de una deidad griega menor, correspondiente a la $strella de la +a8ana, el planeta enus en su presentación matutina. eg"n %esíodo era hijo de Astraeus y $os, y a su vez padre de 0aedalion y 9ey#. $l nombre, como mencione ya algunos párrafos atrás, significa (Portador de la luz). a Hitanide $os tuvo otro hijo, llamado %esperus, quien era la $strella de la Harde, es decir, enus en su manifestación vespertina. Phosphorus y %esperus eran considerados hermanos, y dos entidades sui generis asociados a una estrella diferente cada uno, y aunque los griegos eventualmente descubrieron que estaban vinculados al mismo cuerpo celeste, es decir, el mismo planeta enus en dos horarios diferentes1 continuaron tratándolos como seres disimiles. %albertal y +argalit ?CLLO, p.CDE< argumentan que la razón pudo deberse a que los griegos no identificaban a la ($strella) con la deidad propiamente, y van más allá el ejemplificar que la relación entre un 0ios y un astro puede ser considerada como una institución y el edificio en el cual dicha institución opera, de modo que, aunque la edificación cambie, la institución, siendo esta evidentemente la deidad1 perdurara e incluso se moverá a otro establecimiento. Aun así la relación entre PhosphorusI%esperus y el planeta enus era una de carácter íntimo y consabida por todos. $ntre los romanos e#istían dos entidades de e#acta correspondencia, y, si bien difícil es determinar si fueron adaptadas a trav's de la influencia hel'nica, o eran parte del fol&lore indígena, indefectiblemente son parte del panteón latino. ucifer era el equivalente romano de Phosphorus, mientras que esper era a su vez la contraparte de %esperus. Ambos son mencionados por 9icerón de forma directa (tella eneris, quae QRSTUVW Braece, atine dicitur ucifer, cum antegreditur solem, cum subsequitur autem %esperos) Fa $strella de enus, llamada Phosphorus en griego, y ucifer en latín, cuando precede al sol, y %esperus cuando le sucede G ?0e 2atura 0eorum. ;;, EM, XY<.
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Plinio el iejo igualmente hace referencia a las dos manifestaciones venusinas3
A continuación del sol nos rodea un gran planeta llamado enus, que tiene un movimiento alternativo y que, por su nombre, es el rival del sol y la luna. 2aciendo antes que el sol aparece en la ma8ana, recibió el nombre de ucífero, y como otro sol, dispone la llegada del día, por otra parte, despu's del ocaso relumbra en la noche, ella se llama esper. ?2aturalis %istoria. ;;, YN<.
0e modo que PhosphorusI%esperus y uciferIesper son correspondencias directas de cada uno en el acervo cultural griego y romano, respectivamente. e hace innecesario el se8alar que nos estamos refiriendo a deidades pre4cristianas que no tienen relación alguna con el ucifer nacido de la incorrecta interpretación cristiana de la ya e#plicada metáfora de ;saiah. Podemos afirmar por lo tanto que PhosphorusI ucifer, en su calidad de deidad hel'nica y latina, representación del planeta enus, es en efecto una entidad e#istente históricamente.
'hosphorus+ !ucifer como titulo %abiendo e#puesto la e#istencia histórica de PhosphorusIucifer como una deidad antigua, se hace necesario indagar un poco más en el uso del vocablo, puesto que Phosphorus, o ucifer, eran empleados no solo como un nombre propio para designar a las entidades que representaban a la $strella +atutina, y por e#tensión a la espertina, sino que igualmente eran utilizados como títulos por diversas entidades. Para ello debemos separar la relación directa del termino PhosphorusIucifer como representación noum'nica del planeta enus y enfocarnos en su uso como adjetivo y título, es aquí donde entraremos en aspectos de índole místico y espiritual, y por lo tanto menos racional y más subjetivo.
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a etimología de PhosphorusI ucifer, como epíteto, es (aquel que trae la luz) o (el portador de la luz), de forma simplista podemos decir que un ucifer es quien produce alg"n tipo de iluminación. $n nuestros haberes es claro que dicha iluminación se refiere a un estado de elevación espiritual, una epifanía, o una ocurrencia mística. %ago hincapi' en el Z un), puesto que siguiendo esta línea de pensamiento serian muchos los que podrían llamarse Phosphorus Iucifer. $jemplo de ello lo tenemos entre diversas deidades que compartieron el epíteto de PhosphorusI ucifer3 Henemos por un lado a %efestos, 0ios griego del fuego, la forja y la metalurgia, rodeado de misterios y asociaciones sumamente interesantes. $n su calidad de se8or del fuego, sagrado elemento místico, no es de e#tra8ar que se hayan referido a 'l como un Portador de la uz ?Phosphorus< en los %imnos [rficos3 %efesto de ánimo fuerte, de gran fortaleza, fuego infatigable, que brillas con inflamados resplandores, deidad de luz para los mortales, porador de lu& , de robusta mano, perpetuo, que frecuentas las artes, obrador, porción del cosmos, elemento irreprochable, devorador de todo, que todo lo dominas, el más alto de todos, que de todo te alimentas, 'ter, sol, astros, luna, luz inmaculada3 en efecto, estos miembros de %efesto se manifiestan a los mortales. H" tienes a todas las cosas por morada, a toda ciudad, a todos los pueblos, y habitas los cuerpos de los hombres, muy próspero, poderoso. $sc"chame, bienaventurado, te llamo a las sagradas libaciones para que siempre vengas, dulce, a las alegres tareas. 9alma la locura rabiosa del fuego infatigable, t" que tienes el ardor de la naturaleza en nuestros cuerpos. ?avalle, EMML, \;, p.D.<. Fcursivas son míasG. 9omo portador de la luz se puede inferir que %efestos iluminaba a sus devotos con el conocimiento de la forja y las invenciones nacidas de esta. $s sabido entre los practicantes de *rujería Hradicional que los 0ioses herreros están profundamente ligados a la imagen del 0ios de los *rujos, el Padre de la Astucia, siendo directas asociaciones del mismo en su rol de dador de conocimiento y creatividad, y por supuesto su perenne relación con el fuego. $scaparía a los límites de este trabajo el profundizar en %efestos, sin embargo invito al lector a escudri8ar información acerca de este e8or del !uego, cuya profunda relación con los misterios iniciáticos sobrepasan por mucho la vaga concepción que suele tenerse de la deidad, y su confinamiento usual como el tosco compa8ero amoroso de Afrodita.
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imilar a %efestos, la 0iosa Artemisa era referida igualmente con el epíteto Phosphorus, esto puede deberse a su relación con la una y al hecho de que solía ser representada sosteniendo antorchas. in embargo es necesario aclarar que la 0iosa nunca fue vista como la una misma, rol que correspondía a elene. $s de considerar el complejo entretejido de correspondencias que sufrieron Artemisa, %e&ate y elene, y que hace difícil el determinar con e#actitud si las asociaciones lunares de las dos primeras fueron propias, o adquiridas en su identificación posterior con la tercera. Pausanias nos da una descripción en donde se se8ala el uso de Phosphorus como título para Artemisa3 in embargo, el templo lleno de estatuas más bellas, es el de Asclepio. 7sted puede ver a un lado del dios y sus hijos, las musas, Apolo y %'rcules. %ay otras imágenes3 la ciudad de Hebas, $paminondas hijo de Polymnie, !ortuna y +re!isa ')sforo ?la que porta la luz<. $ntre las estatuas, las de mármol fueron los realizados por 0emofonte, en +esenia, sólo 'l, es hábil escultor que ha producido para el país. a estatua de $paminondas es de hierro, y está claro que no es de 0emofonte. ?0escripción de Brecia. ;, \\\; ] CM<. Fcursivas y par'ntesis son míosG. -a fuesen propias, o adaptadas, las características lunares de Artemisa, su papel como una Phosphorus era conocido en la antig^edad, la referencia de Pausanias es un alegato convincente para creerlo. us símbolos eran el arco y la flecha, el perro de caza, las antorchas, el ciervo y la una, y en su culto posterior el símbolo de la una 9reciente fue sumado a este compendio, tal vez dado a su identificación con la 0iosa elene. Artemisa es protectora de las mujeres y los animales, 0iosa cazadora por e#celencia, y podríamos argumentar que parte de su rol luciferino representa el resplandor de los rayos de la una que brindan claridad, seguridad, guía y verdad en la negrura de la noche_ 5será ella los rayos de la una como su hermano gemelo Apollon es los rayos del ol6 $sto podría estar relacionado a su título como Phoeb` (radiane, profico-, usado en su rol como 0iosa lunar, el femenino de Phoebus (brillane-, el ol, y uno de los epítetos más conocidos de Apollon.
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/vidio menciona a la divina Artemisa con dicho nombre3 $stas palabras Phoeb`, ella de los dardos, me ha ordenado en mis sue8os a escribirte1 estas palabras en mis horas de vigilia el Amor me hizo escribirlas. as flechas de uno de ellos ya me han herido1 que los dardos del otro no te hieran a ti, presta atención Hu seguridad está unida a la mía4 ten compasión de mí y de ti misma. ?%eroidas. \\, EEL<. a palabra Phosphorus pareciese un símil aplicable a Phoeb`, dado su significación básica como (aquel que trae la luz). a relación de la 0iosa con las antorchas, símbolo generalizado de gnosis, protección, iluminación y guía parecen atarla innegablemente a un rol de luminaria intelectual y espiritual. $ste aspecto de Artemisa como 0iosa de la uz va de la mano con el de su correspondencia cultural romana, estoy hablando por supuesto de la 0iosa 0iana. 0eidad italiana indígena, y con un culto solido en 2emi, de donde obtuvo su título de 0iana 2emorensis ?0iana de 2emi<, fue asociada con Artemisa y, como ocurrió con el resto de los 0ioses latinos, se sincretizo con la misma, adoptando sus características y correspondencias. 0iana, como su contraparte griega, fue asociada a la una y a las antorchas, de hecho uno de los más espectaculares festivales romanos, en donde las antorchas juegan un rol central, se debe a ella. a 2emoralia, o !estival de las Antorchas, era celebrado en la una lena de Agosto, o el CY4CX de Agosto seg"n algunas fuentes. 9onsiderado, muy adecuadamente, la mayor celebración en honor a 0iana, en donde era e#altada suntuosamente por cientos de devotos, quienes formaban una procesión de antorchas alrededor del lago de 2emis, llamado el speculu! *ianae, el espejo de 0iana. /vidio nos hace una descripción de la celebración3 %ay un lago, rodeado por la selva sombría del valle aricio, consagrado por antigua religión F_G 9uelgan hilos que recubren largas estacadas y hay dispuestas muchas tablillas en honor a la meritoria diosa. +uchas veces una mujer cumpliendo su voto y ci8endo las sienes con guirnaldas transporta antorchas relucientes desde la ciudad. os esforzados por sus brazos y piernas veloces detentan la monarquía y cada uno va muriendo despu's, a ejemplo del anterior. 9orre allí un riachuelo pedregoso con murmullo inseguro. ?!asti. ;;; , EXL4EX<.
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$l !estival de las Antorchas gozaba de tal popularidad que, siendo imposible e#tirparlo de la psiquis del pueblo lacio, la ;glesia 9atólica impuso su !estín de la Asunción, en honor de la irgen +aría, en su lugar, celebrándolo el CX de Agosto. $sta asociación de 0iana con las antorchas esta sin duda hermanada a la misma tradición griega para con Artemisa, y nos habla de similares correspondencias relativas a la iluminación en la oscuridad, su guía entre las sombras y, posiblemente, relacionado a conocimientos mist'ricos. $s este papel el que probablemente le da razón al título de 0iana ucífera, 0iana la (portadora de la luz). Henemos constancia de la e#istencia de tal apelativo gracias a la $mperatriz romana !austina la =oven, la cual al parecer rendía culto a 0iana ucífera seg"n nos da indicios la obra artística (!avstinae 9onsecratio) ?a 9onsagración de !austina<, en la cual se le ve siendo llevada, posterior a su muerte, por 0iana, la Portadora de las Antorchas, ;.e. 0iana ucíferaIPhosphorus3
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a misma !austina, al ser honrada en la forma de monedas con su rostro, en las cuales era llamada 0iva !austina, era acompa8ada en el lado inverso del metálico por una imagen de 0iana como Portadora de Antorchas ?ucífera<3
0e igual forma monedas romanas sumamente antiguas del siglo DE a. 9., durante el periodo de la >epublica, representaban al 0ios Apollon por un lado y a 0iana ucífera, sosteniendo dos antorchas, por el otro3
olviendo al equivalente griego de ucifer nos encontramos con que 0ioniso era igualmente referido con el epíteto de Phosphorus, tal cuestión no es de e#tra8ar considerando su papel como deidad profundamente mist'rica, con cultos tan antiguos que lo convierten en uno de los 0ioses más importantes del mundo antiguo.
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u posición como preeminente deidad de conocimientos arcanos, especialmente en los +isterios de $leusis, lo une especialmente al rol de entidad luciferina, un guía a los misterios divinos de ascensión y purificación espiritual, un ser de iluminación que disipa la ignorancia y se8ala el camino hacia la realización holística. Así nos lo se8ala el comediógrafo Aristófanes en uno de sus pasajes, en el cual un coro invoca a 0ioniso durante una ceremonia3 9oro3 en, levántate, de tu sonambulismo, ven con las ardientes antorchas temblando, / ;aco / ;aco $strella de la +a8ana FPhosphorusG que brilla nocturnamente. %e aquí el aguamiel ardiendo brillantemente. a $dad olvida sus a8os y tristeza, la $dad se arrodilla y salta por la alegría, levantada por tus resplandecientes antorchas. /rganiza tu sequito sin culpa. idera, o lidera el camino ante nosotros1 lidera al hermoso coro de juventud a la pantanosa llanura florida. ?as >anas. YDE<. Fcorchetes son míosG Aquí nos encontramos con un 0ioniso que, a trav's de sus antorchas, ilumina la oscuridad de los ritos, llevando alegría donde imperaba la tristeza, juventud y renacimiento donde yacía la vejez y la resignación. $n verdad un portador de luz, libertad y '#tasis divino. $n la misma cita nos encontramos con el nombre ;aco ?a veces -aco<, identificado con la figura de 0ioniso en los +isterios de $leusis, siendo 'l quien llevaba la antorcha en la procesión desde Atenas a $leusis. 7n heraldo del hijo de la 0iosa del culto mist'rico, o el hijo mismo, dependiendo de la manifestación o rostro presentado. a misma %e&ate, 0iosa de la *rujería por antonomasia e iniciadora en los +isterios del Arte, es se8alada como Phosphorus por $urípides en su obra trágica %elena, en donde +enelao e#presa (/h %e&ate, dadora de la lu& , envía tus visiones favorablemente)?%elena. XNL<. Fcursivas son míasG.
as imágenes de %e&ate portando antorchas, y conectándola con el epíteto Phosphorus, son variadas.
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%e&ate y el Bigante lytios. Homado de Hheoi.com
%e&ate junto a 0em'ter recibe a Pers'fone, quien es traída del ;nframundo por %ermes. Homado de Hheoi.com
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%e&ate Phosphorus, junto a %'rcules y el sabueso infernal 9erberos. Homado de Hheoi.com
!inalmente, tenemos la utilización de ucifer como epíteto para =es"s de 2azaret. $n los siguientes versículos podemos observar la mención del +esías como la tella +atutina. os versículos son presentados en espa8ol pero en su manifestación latina original es empleado el t'rmino ucifer3 Henemos tambi'n la palabra prof'tica más segura, a la cual hac'is bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la !añana salga en vuestros corazones ?E Pedro C3CL<. Fcursivas son míasG. $n el ibro de las >evelaciones se nos presentan una serie de versículos que nos guían hasta la referencia de =es"s como el portador de la luz. - al vencedor, al que guarda mis obras hasta el fin, le dar' autoridad sobre las naciones ?Apocalipsis E3EN<. - las regirá con vara de hierro, como los vasos del alfarero son hechos pedazos, como yo tambi'n he recibido autoridad de mi Padre ?Apocalipsis E3E<. - le dar' el lucero de la !añana ?Apocalipsis E3EO<. Fcursivas son míasG.
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$l mismo =es"s dice en el ibro de las >evelaciones que Z-o, =es"s, he enviado a mi ángel a fin de daros testimonio de estas cosas para las iglesias. -o soy la raíz y la descendencia de 0avid, el lucero resplandeciene de la !añanaZ?Apocalipsis EE3CN<. Fcursivas son míasG. Hodo ello nos permite llegar a la conclusión de que, sin lugar a dudas, el vocablo PhosphorusIucifer, cuando no empleado para referirse a las deidades romanes y griegas menores identificadas con la tella +atutina, es e#trapolable a cualquier deidad o entidad que cumpla con las características relacionadas a misterios iniciáticos, viajes de descubrimiento, disipación de la ignorancia, iluminación divina, renacimiento, redención o guía. as posibilidades de aplicar el t'rmino como adjetivo descriptivo, o como epíteto, son infinitas. %abiendo realizado este repaso histórico, y profundizado en la naturaleza antropológica y cultural del t'rmino tratado, es momento de que pasemos a la utilización de ucifer en la *rujería.
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$n el Arte de la *rujería uno de los nombres que se le ha dado al 0ios de los *rujos, el +aestro de la Hradición, es ucifer. /mitir' las ya sabidas acusaciones de la ;glesia 9atólica durante el medioevo de la adoración de atanás o ucifer por parte de las *rujas, es un tema sabido a vo# populi y que no es "til en este trabajo, nos enfocaremos pues en su uso en la *rujería Hradicional desde la perspectiva de un practicante del Arte, al margen de las vanas consideraciones de las grandes religiones monoteístas. u mención más famosa en el conte#to de la *rujería es sin duda la que nos presenta 9harles eland en ;l angelo delle treghe ?COLL<, en dicho te#to, supuesta prueba de la e#istencia de un culto brujo vivo en ;talia, la 0iosa creadora, 0iana, se divide y engendra a su hermano y consorte ucifer, originando la uz en el 7niverso3 0iana era el primer ser creado antes que toda la creación1 en ella estaban todas las cosas1 fuera de sí misma, la primera oscuridad, ella se dividió1 en oscuridad y luz fue dividida. ucifer, su hermano e hijo, ella misma y su otra mitad, era la luz. ?$l $vangelio de las *rujas, 9ap. ;;< $n el escrito ucifer se presenta como una deidad escindida de la propia 0iana, la primera luz cósmica, y que, similar a la concepción cristiana com"n, fue e#pulsado de los cielos por su arrogancia3 0iana amó desmesuradamente a su hermano ucifer, el 0ios del ol y la una, el 0ios de la uz, quien estaba orgulloso de su belleza, y por causa de su orgullo fue desterrado del Paraíso. ?$l $vangelio de las *rujas, 9ap. ;< Podemos ver aquí como temas paganos y cristianos se funden dando origen a una cosmogonía sincr'tica. a veracidad del te#to de eland está en profundo cuestionamiento, y se encuentra abierto el debate acerca de si realmente lo presentado en su libro pertenece al acervo religioso de un culto brujo vivo en la Hoscana, o fue escrito enteramente por el propio eland gracias a su conocimiento del fol&lore lacio. a influencia del $vangelio de las *rujas en el paganismo moderno es palpable sin lugar a dudas.
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a inclusión de la figura de ucifer como un 0ios solar es contraria a la posición de las deidades luciferinas vistas en nuestro repaso histórico, como analizaremos posteriormente, y su e#pulsión del paraíso, gracias a su narcisismo, va en sincronía con los rasgos negativos del astro rey en la Astrología y la :abalah %erm'tica, siendo la *elleza el más elevado y la ArroganciaI2arcisismo el más bajo. Por supuesto el uso de la voz ucifer en el te#to es vago, se presenta como un nombre propio y sin embargo se hace referencia a una deidad solar, por lo cual no identificable con el ucifer romano representante del planeta enus. %emos visto como ucifer, cuando no usado para referirse a la deidad latina menor, es un título o un adjetivo descriptivo, por lo que su uso en el $vangelio de Aradia es incompleto. $l ucifer mencionado por eland no puede ser sino una variación del mal interpretado ucifer bíblico de ;saiah. u narcisismo, arrogancia y consecuente e#pulsión de los cielos así lo confirman. 0e ser cierto que ;l angelo delle treghe es en verdad el testimonio de un culto de *rujas vivo en la Hoscana, es fácilmente asumible que dicho aquelarre se encontraba profundamente influenciado por creencias cristianas, el mismo papel de Aradia como redentora es sumamente esclarecedor en tal caso1 y su creencia en ucifer una alteración del mismo personaje bíblico. $sto no debe resultarnos e#tra8o pues el sincretismo entre creencias paganas y cristianas en conventículos, o en brujas individuales, fue sumamente com"n. Para una mejor referencia ver $l abbath de las *rujas en mi página. a *rujería Hradicional ha tomado imaginería tanto del politeísmo europeo como del cristianismo, natural siendo una tradición viva susceptible a sufrir ciertos cambios con el tiempo1 el uso del apelativo 0iablo para denominar al 0ios de los *rujos en diversas recensiones es prueba de ello. $sto no debe sugerirnos que la *rujería Hradicional acepta las prerrogativas del cristianismo o que coquetea con su filosofía ontológica, simplemente emplea tal imaginería por su uso mágico práctico, gracias al poder del inconsciente colectivo, y por razones po'ticas o est'ticas1 salvando aquellas manifestaciones que han aceptado el paradigma cristiano y que suelen llevar una tradición familiar. in embargo a la hora de emplear t'rminos es imperativo entenderlos a la perfección, el origen de los mismos y su aplicación han de ir de la mano. >ealizar un rito, ceremonia o hechizo sin el completo entendimiento de los instrumentos o
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palabras usadas no es solo irresponsable sino que cercena el completo alcance del ritual y el desarrollo del practicante. $l +aestro del Arte es una deidad eminentemente lucífera, es aquel que lleva el conocimiento, devela misterios, sirve de guía en el /ficio, realiza pactos, y abre para el practicante los tesoros de la Hradición. $l termino ucifer, o Phosphorus de emplearse la forma griega, es perfectamente aplicable como un epíteto o adjetivo al mismo, siempre que acompa8e al nombre propio de la representación del +aestro en la corriente o tradición particular. ;nvocar a ucifer en un rito, sin la especificación adecuada, sería como llamar, muy literalmente, a ( un) Portador de la uz indeterminado, o en todo caso, y dependiendo del desarrollo espiritual y direccionamiento mental, consciente o inconsciente, del +agoI*rujo1 al egregor cristiano de ;saiah. PhosphorusIucifer en referencia al 0ios de los *rujos es por lo tanto un título o epíteto, no un nombre propio. $sto sigue por supuesto el lineamiento cultural que hemos estudiado. Por otra parte tenemos que ucifer, en ciertas corrientes mágicas, ha sido igualado a Prometeo en su calidad de dador de conocimiento y entidad que se rebela a los designios de la figura patriarcal y suprema del orden cósmico, en el caso de Prometeo, Keus, y en el caso de esta visión de ucifer, -ahv'. iendo quien, contrario a los designios del Padre, le ofrece el !uego ?Prometeo< a la humanidad, o lo invita a comer del fruto del Jrbol del 9onocimiento ?ucifer como la erpiente en el =ardín del $d'n<. 0icha perspectiva ha sido tomada muy literalmente por practicantes del endero de la +ano ;zquierda. $n la *rujería esto es diferente, como ya se ha se8alado el uso de imaginería cristiana es meramente mágica, est'tica o po'tica, no e#istencialista. 0e la misma manera que la figura del Adversario es utilizada como una formula ritualista, siendo 9humbley uno de los más famosos adherentes a ella, el mito concatenado de uciferIPrometeo es empleado como una historia a trav's de la cual diversos formulaes mágicos pueden ser estructurados. a alegoría de ucifer como Jngel >ebelde, o figura prometeica, es solo un instrumento est'tico y romántico a trav's del cual velar, o cubrir, misterios trascendentales del /ficio. Por supuesto, para hacerlo se requiere profundo conocimiento filosófico en el Arte, y un entendimiento avanzado de los +isterios. - 22 -
0e buscar referencias más fidedignas un Jngel 9aído, que precedan a la interpretación errónea del ucifer de ;saiah, podríamos indagar en el Azazel hebreo, o el +ele& Haus yazidí. $mpero, esto nos alejaría del ethos de este ensayo. $l sincretismo sopesado, empleando simbolismo específico, para así e#poner veladamente secretos del /ficio, es una práctica sumamente antigua, que requiere habilidad, conocimiento y astucia. Hodo ello debe realizarse sin perder la base esencial de la cuestión, riesgo siempre presente de no legar adecuadamente los arcanos del Arte. $l empleo de uciferIPhosphorus en el Arte, cuando no utilizado como simbolismo sincr'tico o imagen romántica, es similar entonces al uso descriptivo que se le daba en la era pre4cristiana, sirviendo como epíteto o título para alguno de los 0ioses *rujos.
El .ios Solar que no fue Pasamos ahora a la asociación solar que ha tenido ucifer en ciertos círculos, visto por algunos, y sin duda siguiendo lo presentado en el $vangelio de las *rujas, como un 0ios solar, y por otros como un ol 2egro, esta "ltima tendencia seguida por la corriente ocultista de pseudo paganismo nórdico luciferista. $llo siendo, evidentemente, la prolongación y mutación de la visión del ucifer bíblico. 0ebemos partir por el hecho de que, el ser una deidad de iluminación mística, o guía en los +isterios, no necesariamente conlleva a ser una entidad solar, al igual que ser un ente divino relacionado con el fuego no lo une indefectiblemente al astro rey. o&i, por ejemplo, era el 0ios del !uego en la mitología nórdica, y sin embargo no es el 0ios del ol, lugar que le corresponde a la 0iosa unna. $l mismo caso de %efestos en el paradigma griego, o ulcano en el romano. $l e#tático 0ioniso, una deidad luciferina y mist'rica como hemos visto, y que permite el renacimiento del iniciado, posee características que lo marcan como un 0ios ctónico ?perteneciente al ;nframundo<, si bien se presenta como una figura redentora en los +isterios de $leusis.
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2o puedo dejar de recomendar Beosophia3 Hhe Argo of +agic, de =a&e tratton ent, el profundo análisis histórico del autor respecto al 0ios es invaluable. Por otra parte la nocturna >eina %e&ate poseía los títulos 9htonia ?subterránea< y Phosphorus simultáneamente, su relación opuesta con el ol era tal que se le llamaba (enemiga del día), como evidencia el registro de creencias paganas hecho por %ipólito de >oma3 en infernal, terrestre, y celestial *ombo ?%e&ate<, diosa de los amplios caminos, de la encrucijada, usted quien va de aquí y para allá durante la noche, con antorcha en mano, ene!i"a del d/a. Amiga y amante de la oscuridad, usted quien se regocija cuando las perras ladran y tibia sangre es derramada, usted quien camina entre los fantasmas y en el lugar de las tumbas, usted quien esta sedienta de sangre, usted quien infunde escalofríos y temor en los corazones de los mortales, Borgo, +ormo, una de miles de formas, lanza un ojo propicio a nuestro sacrificio. ?Philosophu!ena. 01, 2221 <. Fcursivas son míasG. i tenemos presente el repaso histórico4cultural que hemos hecho en referencia al uso de PhosphorusIucifer como título, nos encontraremos con que ninguna de las entidades analizadas era de carácter solar, a e#cepción del caso de =es"s de 2azaret y las asociaciones cabalísticas con las cuales suele identificársele. 2inguno de los 0ioses se8alados tenía filiación directa con el sol. -a hemos visto reiteradamente que uciferIPhosphorus, y por e#tensión esperI%esperus, como nombre propio de una deidad, está relacionado con el planeta enus, de hecho, yendo más lejos podríamos decir que el ol es un antagonista de la divinidad. a $strella de la +a8ana nace previamente a que el ol de /ro despunte en el $ste, y nuevamente surge como la $strella de la Harde poco despu's de que el Astro >ey se oculte en el /este, para luego ella misma seguirle. a asociación de ucifer, como deidad individual, con el ol es por lo tanto inadecuada, en todo caso sería una entidad venusina, si mantenemos su asociación con el transito planetario y su rol de divinidad greco4latina histórica. -'ndonos a la relación de ucifer con el ol 2egro, tenemos primero que descartar la asociación filonazi, sería una digresión innecesaria adentrarnos en el tema del esoterismo nazi, suficiente decir que el termino ol 2egro es empleado dentro de ciertos grupos en el ocultismo occidental para referirse principalmente a preceptos pseudo esot'ricos del ;;; >eich, y que no tienen soporte histórico o cultural alguno.
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a e#istencia de un ol 2egro, fuera del ámbito ocultista nazi, la encontramos en la interpretación subjetiva de hechos mitológicos, como por ejemplo en la cultura azteca, relacionado al viaje por el ;nframundo del 0ios solar %uitzilopochtli, una vez que este desciende por la puerta del /este al finalizar el día1 en su odisea en las tinieblas %uitzilopochtli le daba luz a las almas olvidadas. $sto podría ser e#trapolado simbólicamente a cualquier deidad solar, incluyendo al >a egipcio durante su travesía nocturna, la cual terminaba con la derrota de Apofis y el surgimiento de un nuevo amanecer. $n ambos casos el ol de /ro y el ol 2egro contin"an siendo el mismo, solo que el escenario y conte#to es diferente, manifestándose en el ;nframundo con otra faceta. ;nnecesario decir que tales interpretaciones, si bien subjetivas, son ricas en contenido mist'rico y esot'rico. Por supuesto, como ya hemos se8alado, dado lo amplio del vocablo ucifer, o Phosphorus, este bien podría ser usado por el practicante moderno para referirse a alguna deidad solar en su calidad de 0adora de la uz, en este caso muy literalmente y haciendo referencia directa y llana a los rayos solares. Por ejemplo, Apollon podría ser llamado Phosphorus por algunos. in embargo, invitamos a tener en consideración las formas del t'rmino y su aplicación a lo largo de la historia. 0e la misma manera que ofrendas tradicionales han de ser respetadas en lo posible, así mismo la utilización de títulos y epítetos. 9reemos pues que hemos respondido las interrogantes que nos planteamos, arrojando luz acerca de la controversial naturaleza de ucifer, disipando interpretaciones incorrectas que suelen enraizarse en la gran mayoría de los que se inician en los menesteres mágicos. - si bien e#isten un gran n"mero de tópicos que pueden partir del estudio central de este trabajo, los puntos tratados son suficientes para tener una clara noción acerca de la figura histórica del Portador de la uz, al igual que sus posibles aplicaciones prácticas. Al realizar el llamamiento de PhosphorusIucifer será necesario tener conciencia de a quien se invoca, si es empleado para referirse directamente a los 0ioses hel'nicos y romanos asociados a la $strella del Alba y la Harde, o como un título complementario al nombre propio de una deidad, o incluso como una alegoría romántica y po'tica. Hal cuestión será clave para profundizar en los +isterios, elaborar nociones gnósticas personales, y entrar en contacto con los Poderes.
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Hal vez al final nosotros mismos podamos llamarnos ucifer, con la aspiración de llevar antorchas de guía y conocimiento como tantos 0ioses que poseyeron dicho título lo hicieron, y hacen, a su vez.
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