LLEGAR A SONREÍR Autora: XenaDena Primera parte Ya había pasado 3 meses del fallecimiento fallecimiento de mi abuela y aún sentía aquel vacío vacío en el corazón, era la única que me había querido de verdad y la que siempre se preocupó por mí, siempre tenía una gran sonrisa para mí, me dio el amor y la calidez que no tuve de mis padres. Ella fue la que siempre se ocupo desde que mí madre entró en la cárcel, yo ta n solo tenía 11 años no entendí él por que un día vinieron a mi casa muchos policías revolviendo la casa y llevándose a mi madre. Mí abuela nunca me contó nada, su frase favorita era "Pequeña un día lo sabrás y entenderás que no son cosas para contar a una niñita de tu edad" . Y cuanta razón tenia, la verdad que si mi abuela me hubiera dicho que mi madre estaba en la cárcel por intento de asesinato premeditado y tráfico de drogas mi vida hubiera sido más desastrosa de lo que ya era, los niños de la escuela eran muy crueles siempre riéndose de mi y diciéndome que yo era igual de delincuente que ella, desde los 11 años he tenido que demostrar que no era si y que era mejor que ella y eso resulto fácil gracias a mi abuela pero ahora ella se había ido y ya no va a volver, ahora ya todo me sube cuesta arriba y mí hermano mi único hermano no me es de muy ayuda, ya que se ha convertido en ladrón y con cuatro c uatro chicos de mi pueblo van entrando de en casa en casa. Mi padre nos abandona cuando nací yo, tampoco sé el motivo mi abuela era muy buena y nunca hablaba mal de nadie por lo menos delante de mí. Abuela te recordaré eternamente por ti soy como soy te debo todo. Jueves 2:30 del medio día - Uf llego tarde, ahora tendré que comer con prisas, maldita puerta por qué no te abres. Una joven rubia peleaba con el pómulo de la puerta. - Mierda ya lo que me faltaba he dañado la llave. - ¿He Ailén que problema tienes?. Ailén reconoció esa voz de inmediato y eso le presagió nada bueno. - ¿El que faltaba, que quieres tú ahora?. Estaba furiosa con él, él le había hecho la vida más difícil y siempre la venía a ver para meterla en problemas. - Vaya una manera de saludar a tu hermano, si es que estas perdiendo los modales pequeña. El joven sonreía. - Mira quien fue hablar, escucha Julio ahora no tengo tiempo, lo entiendes tengo que comer e ir corriendo a una cita. - Bueno, bueno, déjame ayudarte si tienes tanta prisa. El joven como si de un trabajo se tratase su semblante se volvió serio y saco un pequeño cable un tanto doblado lo introducía en la cerradura y al cabo de un segundo se oyó un clip y la puerta p uerta abrió el joven giró la cabeza mira a su hermana y sonrío ante su triunfo. - Adelante patosa. El joven se echa a un lado dejando pasar Ailén que no dudo en pasar corriendo dirección al refrigerador. - ¡De nada eh! Hermana. Julio entró y siguió el largo pasillo hacia la cocina, allí pudo c omprobar a su hermana pequeña sacar un poco de queso y pan y sentarse la mesa. - No si encima te tengo que dar las gracias por entrar en mi casa, mira Julio dime a lo que has venido y lárgate. - Te recuerdo Ailén que a la casa has entrado gracias a mí, las mujeres no ahí quienes las entienda y menos a las hermanas desagradecidas. - Cuando acabe de comer tengo que salir corriendo, así que empieza a largar Julio. Ailén puso cara de fastidio intentando averiguar en que problema sé había metido. - Bueno veras hermanita, esta vez no vengo a que me ayudes, vengo a contarte que he recibido una carta de la cárcel Santiago habla de mamá. Yo no he recibido ninguna carta creo, oh espera. Ailén se levantó y cogió 3 cartas sin abrir en una de ellas ponía certificado cárcel. Santiago.
- Si la he recibido es de ayer, es que no he tenido mucho tiempo. Ailén la abrió y empezó a leerla con el ceño fruncido.
Segunda parte - No puede ser. Ailén no lo podía creer lo que ponía esta carta, no podía ser cierto. - Sí hermanita nuestra madre sale de la cárcel mañana, ¿tengo ganas de verla tu no? - Pero no puede ser ósea, aún no ha cumplido la condena. - Patosa se la han reducido por buena conducta, pero claro poco sabes de ella, nunca te has dignado a ir a visitarla, y debo decirte que ella esta muy dolida contigo por ello y yo también. Esto último que dijo Julio fue la gota que colmó el vaso. - ¿A ver si me aclaro madre esta dolida por que no he ido a visitarla?. Recibió de su hermano un gran asentimiento- Esto era lo que me faltaba por oír. Río pero sin una pizca de gracia. - Me amarga lo que se dice parte de mi vida y encima ella esta dolida conmigo, que quería que fuera a verla y la abrazara y la besara diciéndole mamá te quiero mucho, bravo por lo que has hecho ¡JODER ESTAIS TODOS LOCOS! Y TU QUE EH TU QUE SE DICE NO ME HAS AYUDA MUCHO SOLO ME HAS METIDO EN PROBLEMAS. Ailén no se lo podía creer, estaba hirviendo de furia. - Eh a mi no me chilles, reconozco que puede que no haya sido un gran hermano, pero tampoco soy el peor, a mí lo de madre también me afectó, no me ves joder en que me he convertido, en un ladrón y un alcohólico, crees que me gusta mi vida, con 4 años perdí a mi padre, con 14 a mi madre, tu no sabias nada, yo si me enteré de todo, tu no lo veías Ailén pero toda la gente nos miraban mal, por mucho tiempo intenté parecer buen chico pero me arté para ellos no significaba nada yo ya tenía la etiqueta. Cuando había algún robo o pegaban algún chaval a quien te crees que miraban, hasta que me cansé y me dije que valía mi esfuerzo, así que me dediqué hacer la puñeta a la gente que me lo había echo pasar mal. - Julio sé que lo estas pasando muy mal, pero tampoco quieres ayuda, que quieres que haga que más puedo hacer, dímelo tú. Los dos lloraban a lágrima tendida. Solo se tenían los dos. - Ailén yo ya no puedo cambiar, crees que me cogerían para trabajar en algún sitio con la fama que tengo, de que viviría. - Julio entonces por qué sigues tan unido a madre si es por ella que estamos así, sé que has ido a ver todo los días de visita la abuela me lo contó. - Porque junto contigo es la única persona que me queda, y porque además no quería perderla como perdí a padre. - Ahora lo entiendo todo Julio, pero yo no puedo perdonar a madre y debes de entenderme como yo te entiendo a ti, por culpa de ella no me cogen en ningún ni ngún sitio por muy buena que sea y por muy buenas notas que tenga. Esta tarde, bueno a esta misma hora tenía una entrevista, pero para que voy a ir, si no me van a coger, voy tirando con el dinero que me dejó la abuela, pero tengo qu e encontrar algo. - Lo entiendo Ailén, pero debes saber que madre querrá verte eres su única hija y ella te ha querido y te quiere mucho. - Lo se Julio, pero no puede ser, me agrada que lo entiendas, y gracias por haberte abierto a mi. La conversación terminó con un abrazo, abrazo que no sé daban desde el día del entierro de su abuela. Cárcel de Santiago - Que bien pronto saldré de este estercolero. Una mujer castaña casi empezó a dar saltos de alegría cuando le notificaron la noticia de que le habían reducido la condena por buena conducta y que salía el día siguiente. - Tranquila mujer, que vendrá el guarda, y encima tendrás problemas Viuda Negra. Otra compañera de cuarto.
- Lisa sabes que no me gusta que me digan Viuda Negra. Dijo la castaña. - Chica se siente pero es tu mote aquí y es la tradición, peor el mío meona ya sabes por que me lo pusieron, así que no te quejes.
Tercera parte - Pero Lisa a quien se le ocurre, llegar y en medio de todas las celdas se te escapa, tuviste suerte de que te pusieran conmigo, ni te imagines lo que tuvieran hecho. Le dijo la Castaña con un asentimiento. - Es que no podía aguantar más, se lo dije a la guarda más de 5 veces y ni puto caso. Lisa con cara triste terminó. - Ya no te vayas a poner a llorar, que me voy mañana y no quiero que me quites la alegría, que se le va a hacer no fue culpa tuya, y ya han pasado años, no me puedo creer que hayan pasado 9 años. - Si para ti 9 y para mí 8 años, me alegro por ti podrás estar con tus hijos y formar una nueva vida. - Si Lisa soy tan feliz, a mi hijo mayor lo quiero q uiero mucho y siempre ha sido guapo pero ahora es muy apuesto a la vista esta ya lo conociste, mira lo que a cambiado mi Julio. La castaña se levantó y fue a buscar entre sus pertenencias las fotos de sus hijos y se dispuso a enseñárselas como cada año día tras día con una sola diferencia que ya saldría y los vería. - ¡Si ya es hombreton ja! Y muy guapo sí y ahora más. Sonríe Lisa alegremente contenta por su compañera que se había convertido en un hombro, en una hermana. - Si ya es un hombre pero para mí es un niño mi niño, aunque tenga 23 años sigue siendo mi niño pequeño. Por lo menos el tenía 14 años y lo disfruté mucho pero fue insuficiente, me perdí su adolescencia a medias no me ha tenido a mi para ayudarlo en sus problemas, dios no se como no me guarda rencor. Y mi hija solo tenía 11 años la pobre se asustó mucho, siempre recordaré sus chillidos y llantos cuando me llevaron, tenía miedo y yo no me pude ni acercar a ella, besarla en la mejilla como lo hacía siempre que se asustaba, mi niña pequeña ya hace 9 años que no la veo tiene que estar preciosa, pero entiendo que me odie, pero sabes haré todo lo posible para que me vuelva a querer. - Estoy segura que no te odia, seguro que solo esta enfada contigo por haberte ido y no hayas regresado, quizás para ella venir era un esfuerzo muy grande, no es agradable ver a tu madre en la cárcel. - De ella si que me he perdido cosas de mi Ailén, no he estado en su primer amor infantil, en sus aficiones, no he tenido una conversación de madre a hija sobre temas tabú, en sus malos momentos y en su adolescencia en sus desengaños, ni en el entierro de su abuela, seguro que me culpa de no haber ido, pero los guardias me avisaron ayer del fallecimiento de mi madre, tu sabes ya como me puse de mal por mí y por mis hijos sobretodo por mi pequeña, ya ves me llevaron ayer mismo para dejar unas flores, por lo menos tuvieron la decencia de llevarme. - Devora no sé que voy hacer sin ti aquí, esto es muy duro. Lisa se sentó en el camastro, no quería quitar la alegría de su compañera de cuarto desde hacía 8 años, pero no podía dejar de pensar en que se quedaría sola entre esta banda de buitres, sin una sola aliada. - He no me llores, seguro que harás alguna otra amistad, mira la que ha entrado nueva p arece maja, y vendré a verte algunos días de visita para saber como vas y te escribiré. Devora se sentó con Lisa y abrazó. - Gracias Devora tú fustes la única que se acercó a mí, y no te voy a olvidar eres una verdadera amiga. Campo militar Las Nevadas, Viernes 11:00 de la mañana - No, no voy a aceptar tu propuesta, y te voy a dar fíjate tú dos razones, 1 no da beneficios y 2 es absurdo y si no te quedas satisfecho te digo la 3 pero yo que tú t ú no la pediría, ahora lárgate y regresa cuando tengas algo de provecho que ofrecerme sargento Gutiérrez. Concluyó una morena de ojos azules con cara de pocos amigos.
- Bien perdone las molestias capitana. Gutiérrez con cara abatida salió del despacho. - ¿Qué tal Gutiérrez? Por tu cara parece que no muy bien, ¿dime día malo del alto mando? - Si día malo, yo que tú no entraría si no quieres salir escaldado, desde que la dejó la señorita Melinda por su hermana, la jefa siempre esta de mal humor, voy a comparecer a los nuevos reclutas cuando se tengan que afrentar a ella. Cuarta parte Cárcel de Santiago 11:45 de la mañana - ¿Tienes todo listo Devora? No creo que los guardias tarden en llegar. Lisa agarró la última foto de la pared y se la entregó en mano a la castaña. - Si todo listo, que nervios tengo unas ganas de que lleguen, pero antes tengo algo que darte pero solo te voy a pedir un favor no lo abras hasta que yo no haya salido del recinto, vale Lisa, además estoy segura de que te encantará... Dijo devora sonriente. - Bien te lo prometo Devora. Lisa cogió con agrado el objeto que Devora le dió, Lisa pudo ver que se trataba de un paquete pequeño. - Se acercan los guardias llegó la hora Lisa, anda ven aquí y dame un abrazo. Lisa la abrazó. - Te voy a echar mucho de menos, y recuérdate de escribirme y de venir a visitarme. - Sí no te preocupes, yo también te quiero y te echaré de menos, cuídate vale. - Celda 230 abriéndose, número 1500 salga. Devora cogió lo poco que tenía en la celda y se dispuso a salir. Las guardias la acompañaron y le entregaron sus pertenecías y su ropa y un sobre con dinero, no mucho pero suficiente para comer y comprar algunas cosa. No tardó en vestirse las ganas de salir eran demoledoras. Devora siguió a otra guardia que le estaba llevando directamente a la puerta de salida, se oyó un estridente ruido y Devora pudo ver que ya era libre, pudo sentir el aire puro, la vida, para ella era volver a renacer, se despidió con un saludo cortes y salió. Lo que no se esperaba fue lo que vio unos milímetros más lejos de la puerta de la gran prisión, era su hijo esperándole es perándole apoyado en un Peugeot 106 color rojo reluciente, eso le llenó de alegría pero faltaba alguien su hija y eso la entristecía. - Hijo, no te esperaba aquí que alegría, dame un beso, no sabes cuanto he anhelado abrazarte y besarte aquí fuera. - Madre como no iba a venir a recogerte, yo también lo he anhelado y ahora que estamos aquí los dos me parece un sueño, siento que me despertaré y tu no estarás. Julio se abrazó a su madre como si le costase la vida. - Julito esta vez no es un sueño, es real, ¿y este coche es tuyo? ¿Es el que me hablaste que te habías comprado? - ¿Sí madre te gusta? Cuándo lo vi me gusto no sé, iba conmigo, no sé si lo entiendes y el rojo es un un color que siempre me ha gustado ¿te acuerdas? - Sí me gusta hijo, y claro que recuerdo que es tu color favorito, ¿nos marchamos de aquí? - ¡Oh! Claro madre perdona, vayámonos a casa, tendrás ganas de llegar y cambiarte y ponerte cómoda y al día. Se dispusieron a subir al vehículo y una vez dentro Julio lo puso en marcha y comenzaron el camino retorno a casa así lo había llamado Julio. - ¿Y dime cómo esta tu hermana? Tengo muchas ganas de verla debe de estar preciosa, pero se que ella no me quiere ver, se que posiblemente me odia. - Madre Ailén esta bien y si esta muy linda, tiene a muchos pretendientes pero por cosas pues bueno dejemos eso en paz. Ella no te odia solo esta un poco dolida pienso que con tiempo y paciencia volveréis a tener la relación que dejasteis. de jasteis. - Ojalá hijo, ojalá es lo que más deseo, ¿y qué es eso que pasa con los pretendientes? ¿a mi niña le cuenta decidir con tantos que tiene? Ja. Devora río. - Pues además de que ella pasa porque dice que no tiene tiempo para eso y que no son su tipo, pues también ahí el problema de nuestra fama, cuando un chico se interesa y empieza a intentar ligársela
siempre alguien del pueblo le acaba contando al chaval muchas cosas y la mayoría son falsas, pero sabes a ella eso no le importa así que no te preocupes. - Lo siento tanto hijo, de verdad no sé lo que me pasó, no sé en que pensaba se me m e nubló completamente la cabeza. Continuaron el trayecto hablando, y recordando re cordando anécdotas del pasado. Quinta parte "A esta hora debe de estar saliendo mi madre, esto es tan confuso, algo dentro de mí me dice que le odie, que ella tiene la culpa de todo lo que me a pasado, pero en el fondo por mucho que quiera odiarla no puedo y sé que Julio sabe eso, pero yo no soy como él, ir darle dos besos y como si no hubiera pasado nada, ella me hizo daño y no me apetece verla por el momento".
Ailén no dejaba de pensar en lo sucedido, estaba estaba en la cama resumiendo toda su vida en en solo un pensamiento. Para ella esto se complicaba más, vería a su madre y no porque ella fuera a verla si no por que ella vendría aquí y sé tenia que afrontar a algo de lo que aún creía no estar preparada. Mientras no muy lejos de aquí Julio y Devora estaban llegando a la casa donde residía Julio desde toda su vida. - Esta tal y como la recuerdo, al menos de caras para fuera, me da mucha alegría volver aquí ¿dime esta tu hermana dentro?. Sacó un amago de sonrisa quería ver a su hija y guardaba la esperanza de que siguiera viviendo aquí. - Madre Ailén no vive aquí, vive en casa de la abuela, lo siento, pero si quieres podemos ir a casa de la abuela y visitarla un ratito, ya sabes que la casa de la abuela esta a una manzana caminando y en el coche a 2 minutos aproximadamente. - Hijo sí quisiera ir a verla, aunque ella no me quiera ver a mí, necesito ver cómo esta. - Sube al coche madre, creo que la encontraremos a esta hora, ya es casi la hora de comer. Como dijo Julio llegaron enseguida, Devora bajó ilusionada por fin vería a su hija, pudo comprobar que la casa se había pintado y arreglado un par de defectos. Julio le seguía de cerca, recordó que la cerradura no iba del todo bien así que sacó el alfiler y la abrió. Devora la miró con intriga intentando con solo su vista descubrir cosas. - Va un poco mal la cerradura, hay que llamar para que lo arreglen, se estropeó ayer y Ailén es muy despistada, es un truquillo que aprendí -. Entraron dentro y Julio se dispuso a llamar a su hermana a gritos pero no recibían contestación, Devora imaginó que no quería contestar o bajar por que sabía que estaría ella y eso la hizo deprimirse más, Julio había subido a la habitación y pudo averiguar que su hermana pequeña no estaba, cosa que le resulto bien extraño. - No esta arriba madre, es raro tendría que estar aquí a esta hora, le habrá surgido algo. - ¿Me puedes llevar al cementerio hijo? Creo que tu hermana esta allí y me necesita. Julio no le hizo falta contestar salieron y volvieron a introducirse en el vehículo, destino al cementerio. Ailén en estos momentos se encontraba encontraba frente la tumba de su abuela, era su visita de de cada día. - Abuela te hecho tanto de menos, no sé cómo seguir, tu me dabas ideas y opiniones y las echo en e n falta, madre ha salido hoy de la cárcel, y no sé como comportarme me siento perdida mis sentimientos me están defraudando, se que si estuvieras aquí me ayudarías y me pondrías mis ideas claras, y no sentiría este torbellino de confusión. Julio es tan diferente a mí, pero estoy comenzando a entenderlo, pero sé que el no me entiende a mí. Con lo cual no llegamos a nada, recuerdo cuando nos reñías por pelearnos y por ser cabezones ja nos decías que no entrábamos a razones y como casi siempre te nias razón, dame una señal de que hacer, me encuentro sola y incomprendida. Ailén lloró como hacía tiempo que no lloraba. Llega el coche rojo y la madre salió corriendo al ver una cabellera rubia arrodillada en el suelo llorando y
rogando. - ¡QUE PUEDO HACER EH!. Ailén miró al cielo esperando una respuesta, recibió una que no esperaba. - Podrías empezar por perdonarme y no odiarme y darme una segunda oportunidad, habla conmigo de todo lo sucedido -. Devora se abalanzó hacia Ailén y la abrazó. - ¿Madre, cómo sabías que estaba aquí? Y no te odio son otras cosas. Sexta parte - Sabía que estabas aquí por que eres mi hija, y por mucho que hayas cambiado en estos últimos años te conozco al menos un poco y antes cuando tenías problemas acudías a mi y supuse que después acudirías a tú abuela, tuve un sentimiento maternal si lo quieres llamar así. Pero mírate estas preciosa y fabulosa, me tienes que contar muchas cosas. Campo militar La Nevada hora las 14:20. - Muy bien todos los nuevos reclutas que se pongan en fila, ahora se os asignará una litera pondréis todo vuestro equipaje allí, muchos de vosotros la semana que viene no estaréis, os contaré cuando serán las pruebas y de que irán, después me podréis preguntar cualquier duda estar atentos y si no entendéis preguntar, si no preguntáis hoy mañana no podréis y no se os contestará. - Soy la capitana Xelena, y seré vuestra guía y entrenadora, os aviso no me gustan los chistes absurdos ni los cuchicheos, si seguís mis normas al pie de la letra todo irá bien. Acompañarme os enseñaré las literas asignadas para vosotros que sois el equipo A, mis alumnos. Todos los chavales cogieron sus respectivos equipajes y siguieron con más miedo a la mujer imponente. Pasaron por varios pasillos grisáceos asta pararse en una puerta, la mujer morena abrió la puerta y hizo pasar a los jóvenes dentro, en la habitación había treinta literas las justas para todos ellos. - Bien ahora cuando acabéis de dejar vuestros macutos, salir fuera os estaré esperando y os aconsejo que no tardéis más de cinco minutos -. Xelena con paso seguro desapareció por la puerta. - Os aconsejo que no tardéis más de cinco minutos que estirada es esta tía. I mitó un joven, casi todos rieron. - Será mejor que no te burles, como sé de cuenta ya verás, tiene pinta de ser muy dura por lo menos a mi no me gustaría ser el centro de su ira. Da la sensación que todo lo que advierte si no lo incumples uf no quiero ni pensar. Todos los nuevos asintieron y salieron enseguida. - Cinco minutos en puntos, no esta mal pero tendrías que a ver venida unos segundos antes para estar del todo bien. ¿Que hacíais criticarme? Todos los nuevos pusieron cara de asustados era imposible que los hubiera escuchado. - Os crees que no llevo tiempo aquí, todos sois iguales, con suerte todos los que llegan al final, crecen y aprenden cosas, pero es una desilusión de que todos lo que viene nuevos hacen totalmente lo mismo, de ahí mi advertencia del principio. Bien y ahora las presentaciones de ustedes, diréis vuestro nombre y edad y así sucesivamente. - Jorge 23 años, Ezequiel 21, Silvia 26. Cada uno de los nuevo se fueron presentando en total 30 nombres diferentes. - Bien mañana a las 6 de la mañana sonará la alarma, significará que debéis despertar y ponerse el uniforme hay cuarto sonara la próxima esa significara que debéis salir de vuestros respectivos cuarto y presentarse en fila fuera, ahí apareceré yo y os revisaré, debéis tener el uniforme bien colocado y en orden. Y comenzaran las pruebas intensivas como ya sabéis duraran todo el fin de semana, y el lunes sabremos los que la habrán pasado, que seguro que no seréis todos. Las pruebas consistirán en supervivencia en fuerza, maña y estrategia y agilidad, irá por tiempo, ¿alguna pregunta reclutas?
- ¿Capitana los próximos fines de semana serán festivos?. Todos miraban interesados a la espera de la contestación de la capitana Xelena. - Si los próximos serán festivos, serán días de descanso, a cada fin de semana un recluta de cada equipo podrá salir a ver a sus familiares. Ya se avisaría quien saldría, normal mente suele ser el que mejor conducta tiene y el que más se lo trabaja. Ahora que ya os e contado todo lo que necesitabais saber y al ver que no ahí más preguntas, os doy permiso para la retirada, podréis ir a conocer más el recinto e ir a comer -. La mujer morena vio como sus nuevos reclutas se esparcían por el recinto. Y sintió que alguien se le acercaba. Séptima parte - ¿Qué quieres tío?. La morena se giró se quitó la gorra que hasta ahora le tapaba toda su cabellera morena, y se quitó las gafas de sol dejando ver un cielo en cada ojo. - ¿Qué tal los nuevos chavales? Ves alguno que valga, tu siempre has tenido buen ojo clínico. - Están bien, algunos chulitos y graciosos, pero a otros si que les veo interesados, tengo ojos clínicos para eso, para otras cosas no. - Eso último bajo una octava, o ctava, pero no lo suficiente para que su tío lo escuchara. Pablo Guerra marchó por donde había venido sin saber que contestar a su sobrina. No a mucha distancia de allí se encontraba una familia que decidió en dar un giro a su vida. - Hija aunque sé que no deseas hablar del tema, tenemos que hacerlo para poder solucionar esto -. Devora estaba en el salón sentada con una humeante taza de café en la mano, a la espera de que su hija soltara las preguntas y dudas que no habían sido contestadas. - No, no tengo ganas de hablar sobre el tema pero sé que para dejar esto atrás tiene que quedar todo zanjado, pero la verdad es que no se como comenzar -. Terminó de decir Ailén sentándose en la silla de enfrente. Mientras tanto Julio daba vueltas por el salón con la espera de que todo se aclarase y que volvieran a ser una familia unida. - Pregunta todo lo que quieras, estoy dispuesta a contestar todas tus dudas y esto también va por ti Julio por si tienes más cosas que preguntar o cosas que no te han quedado claras -. Julio asintió pero no contestó sabía que era turno de su hermana. - ¿Por qué? ¿Qué paso? -. "tengo tantas cosas que preguntarte que no sé ni por dónde empezar" . - Sé que es difícil de entender, pero sé que lo que tu sabes no es solo lo que paso, lo que te quiero comenzar a decir es que si yo he sobrevivido tanto tiempo ahí dentro ha sido por que os tenía a vosotros dos fuera y eso era lo que me daban fuerzas para continuar. Alberto no era como él fingía ser, me decía cosas crueles, ya sé que no es un motivo suficiente para intentar matarlo, y sé que te estarás preguntando el por qué no lo dejé en aquel momento entonces, pero no es tan fácil hacer eso y menos yo hija, se que eres lista y tienes que comprenderlo, tenía que cuidar de ti y de tu hermano y él me ayudaba bastante, ya se que estaba mi madre pero ella suficiente hizo, creí poder aguantar. Hubo un breve silencio antes de que Devora prosiguiera, perecía estar viviendo aquel día en este mismo momento. - Madre, si no puedes seguir no sigas -. "Madre debería habérselo dicho a la abuela nos abría ayudado y abríamos salido de esta, ¿ por que no dijiste nada?" . - No, tengo que seguir contándolo, os lo merecéis saber todo, aquel día aún es mu y confuso para mi, se que estabais en el colegio, y el vino a casa un poco molesto, yo no pude aguantar más sus gritos y tuvimos un enfrentamiento, no sé del todo como ocurrió, pero de inmediato vi a Alberto en el suelo sangrando, pensé que estaba muerto, me asusté y marché. Julio se volvió a sorprender, el sabía los motivos no como paso lo acontecido. Ailén por su parte no daba crédito, había pensado mil maneras de cómo habría ocurrido, pero nunca se imaginó que hubiera pasado esto. No les dio tiempo a decir nada, porque Devora continuó hablando.
- Estuve caminado por las calles, recuerdo que miré el reloj y vi que estabais a punto de salir de clase, así que os fui a buscar, os llevé a casa de la abuela. Lo único que pensé en ese momento era en que teníamos que irnos por eso os pregunté que si queríais ir de excursión y acampar conmigo, ¿lo recordáis? Como no, vosotros dijisteis que si, con tal de faltar al colegio, no tuvimos tiempo la policía llegó antes. Y sabéis por una parte estoy contenta por que me encontraran, pagué lo que hice, nunca h ubiera podido ser la misma y ser feliz si hubiera huído y sé que vosotros tampoco. La casa se quedó con un largo y incomodo silencio, nadie sabía que decir para romperlo. - Vaya hay cosas de lo acontecido en el pueblo, pero como sé venia de esperar ocurrió diferente, solo tengo otra duda más -. Dijo Ailén. - No todo lo que se rumorea es cierto, suele ser al contrario, pero dime hija ¿qué duda tienes? - Cuando te ingresaron en la cárcel, y habían pasado unos cuantos meses, vi a Alberto por la glorieta, tenía unas cuantas señas, pero se le veía bien, así que no le tuviste que dar tan fuerte, ¿y entonces por qué pasaste tanto tiempo metida en prisión?. - Acabó diciendo Ailén, al ver que su madre no la contestaba, miró a su madre, y vió que estaba sorprendida. - ¿Qué? ¿Esta vivo?, Dios no lo sabía, yo he creído todos estos años, que lo había matado -. Miró a Julio ¿Por qué no me lo dijiste? - Pensé que lo sabías madre. - Dijo Julio serio. - Bueno vayamos a dormir, es ya muy tarde, mañana ya seguiremos si queréis. - Se acostaron todos sintiendo por una vez un poco de paz, pero también de curiosidad. Octava parte Campo militar Las Nevadas Un grupo de reclutas se sentaron con su respectiva comida, y conversaban con el fin de conocerse más, ya que podía ser que pasaran bastante tiempo juntos. - ¿Bueno vosotros creéis que las pruebas son tan duras como dicen? - Yo creo que si, mi padre vino aquí mi hermano también, ellos pasaron la prueba y me dijeron que tenía que dar el máximo de mi capacidad para pasar y que no me confíe. - Contestó, otro recluta. Todos fueron contestando prácticamente lo mismo. - A mí la que no me acaba de caer bien es esa tipa, ¿qué no sé lo que se cree? - Marcos ella tiene buen rango, mi hermano cuando estuvo aquí, hizo las pruebas con ella, me ha dicho que fue impresionante verla, que parecía como si no le costara nada, yo iré con cuidado. - Pedro tú eres un cagon, seguro que lo de esa tía es mucho enchufe, cualquiera de nosotros lo puede hacer mejor, a mí esa tía no me da miedo, así que no me busque. - No soy cagon, soy precavido que es distinto. - ¿Que más té a dicho tu hermano de ella?. - Esta vez pregunto Silvia que era la única que no había hablado todavía. - Hey Silvia, has vuelto a hablar, creíamos que la capitana te había echado un con juro o algo así. Algunos le rieron la gracia. - Mira Marco a ver si té queda clarito para que no te lo tenga que volver a decir, no hablo en conversaciones que carecen de sentido, y que habla el típico machito creído, que ciertamente no vale nada. - Ahora todos rieron. - Bueno pedro ¿dime que más té ha contado tu hermano? - Pues me ha contado que es muy silenciosa y que poco habla, siempre va sola, y me ha dicho que ella tiene el poder de mirarte y derribarte, pero eso no lo sabemos aún, porque no la hemos visto sin sus gafas de sol. - Bueno ya es tarde, yo ya me voy a la cama, mañana ya empiezan y hay que madrugar bastante. - Yo me voy contigo Jorge.- Con esto muchos m uchos se levantaron y se fueron a costar. La noche pasó enseguida, en la gran habitación se podía escuchar varios sonidos, ronquidos graves,
ronquidos flojos, y ruidos que no se podía descubrir de donde procedían ni quien lo hacía. En eso sonó una fuerte y aguda alarma, los chavales despertaron asustados y recordaron que tenían poco más de quince minutos para estar listos, se vistieron de inmediato, sonó la segunda alarma y todos se depusieron a salir casi corriendo. Afuera había muchos escuadrones ya plantados, con sus respectivos capitanes. - Lamentable, me parece lamentable, de tantos grupos que ahí y me tienen que tocar los impuntuales siempre. - La Capitana Xelena caminaba resignada, y rompió otra vez el silencio. - bueno al menos espero que estéis todos con vuestros uniformes perfectamente colocados, con lo que habéis tardado tendría que ser así. - La capitana echó miradas a cada uno de los reclutas y asintió de aprobación. - Ahora para empezar y entrar en calor, dar veinte vueltas al recinto. Todos obedecieron con mala gana. Los diferentes escuadrones hacían flexiones de calentamiento o corrían por diferentes zonas. - Venga chicos con más ganas, parecéis carcas, hasta un niño correría más. Cuando las veinte vueltas estuvieron echas la Capitana dio la segunda orden del día. - Cinco minutos de descanso, y hacer flexiones hasta cuando yo y o diga, y espero que deis más de sí o las pruebas os comen. Se pusieron hacer flexiones, no llevaban la cuenta, la capitana alzo la mano para que pararan. - Bien reclutas, en fila, ahora es cuando empiezan las verdaderas pruebas, ahí tenéis agua, en lo largo del día tendréis agua en dif diferentes erentes sectarias. Novena parte No muy lejos de allí, una familia descansaba en sus respectivos cuartos, todo había sido aclarado, habían decidido olvidar lo ocurrido años atrás y hacerse un futuro juntos los tres. Llega el amanecer, y una cabeza rubia se levantó y bostezó, lo suyo no era madrugar, pero tenía tanta hambre que su estómago la despertó, además olía genial. - Que es eso que huele tan rico-. Dijo Ailén, Devora estaba preparando el desayuno, esa imagen a Ailén le hizo sonreír, siempre había tenido esa imagen. - Vaya quien sé ha levantado temprano, tu hermano aún sigue dormido, estoy haciendo tortitas con chocolate-. Dijo Devora aún sin girarse para que no se le quemaran. - Sabes hija, tenía tantas ganas de salir, veros y cocinar, no sé si recordarás pero me encanta cocinar, menos mal que esto no es una cosa que se olvida. ol vida. - Tiene buena pinta-. Dijo Ailén sentándose en la mesa, su estómago le comenzó a rugir. Devora río. - En eso no has cambiado hija-. Devora colocó las tortitas en un plato, y el chocolate lo puso en tazas, y las colocó sobre la mesa, y miró a su hija y ríó con ganas. - ¿Qué pasa madre, por qué te ríes?-. Ailén estaba extrañada. - ¿Hija tu te has visto como vas? ¿Anda sube a cambiarte?-. Devora colocó también sobre la mesa un cartón de zumo, sabiendo que a sus hijos le gustaba mucho. - OH es verdad, voy en pijama pero es que tengo hambre ya me cambiaré después, que ocurre ahora-. Preguntó Ailén pues Devora volvió a reír. - Mírate en el espejo del pasillo anda cariño-. Dijo Devora intentando no reír. Ailén se levantó se fue al pasillo y se asomó al espejo, tenía el pijama del Piolín, y su largo cabello rubio todo enmarañado, tenía la nariz roja y los ojos verdes brillantes, sonrío al espejo. "No me extraña que sé este riendo, si me falta pintar la cara de blanco para parecer una payasa ¡ja!" . Volvió a la cocina y ya estaba su hermano mayor devorando las tortitas. - Buenos días Julio-. Ailén se sentó donde había estado antes, y su madre se sentó al lado. - Buenos días enana, siento no haberte esperado, pero jajaja ¿tu te has mirado?-. Julio río. - Si me he mirado, es que tengo hambre, para ya de reírte, mira que no me mosquees. - Bueno parar ya, que ya tenéis una edad niños ja, Julio he visto u n anuncio en el periódico, que te ayudara a cambiar tu vida, me dijiste que querías cambiar, lo que pasa que el anuncio cumple hoy así que tendrías que llamar después de desayunar, yo creo que te conviene, y no esta tan lejos te podríamos
ir a visitar y tu venir a vernos. - Si quiero cambiar ¿pero de qué se trata madre?-. Julio preguntó mientras comía, lo que le extrañaba era que le tuvieran que ir a visitar y el venir de vez en cuando. - Pues míralo tu mismo hijo, esta marcado con el rotulador rojo-. Devora siguió comiendo. - Pero esto es un campamento militar, ¿pero eso, qué va hacer por mi madre?-. Preguntó Julio, Ailén levantó la cabeza. - Pues hijo, si sigues mirando verás, que después que pasas las pruebas de supervivencia hacen cursillos, de diferentes clases, puedes coger el que más te guste, a mí me parece que te puede venir bien, y no esta muy lejos de aquí. - ¿Déjame ver Julio?-. Ailén cogió el periódico que Julio le pasó, y leyó en voz alta-. Campo militar Las Nevadas, prueba de supervivencia, cursillos auxiliares, cursillos técnicos, etc. Yo tan mal no lo veo, Julio seguro que pasas las pruebas de supervivencia y después coges el cursillo que más te gustes, además aquí pone que también van chicas a lo mejor ligas ja. - Anda enana cállate, bueno haremos una cosa, yo llamo, pruebo haber como es y si no me gusta vuelvo entendido, que no se diga que no lo pruebo. - Hijo me parece estupendo, ya verás como seguro que te gustará, además no es nada obligatorio puedes dejarlo cuando quieras, pero esfuérzate Julio. - Si lo haré, ahora mismo llamo. Julio se levantó, cogió el teléfono y marcó el número, estuvo hablando un buen rato, y la conversación llegó al final. Miró hacía la cocina y se encontró a Ailén y a su madre mirándole interrogativamente. - Bueno ya me han apuntado, tengo que hacer la maleta, salgo hoy mismo. - Hoy mismo Julio, voy contigo y así también veo el sitio-. Dijo Ailén. - Yo también voy hijo, quiero saber donde estarás y informarme más sobre las horas y los días de visitas. - Bien subo a hacer la maleta, ahora vengo y salimos-. Julio subió las pocas escaleras hacía su habitación. Una hora después ya estaban todos listos para partir. Ya faltaba poco para llegar, "Uf ya tengo ganas de salir, me agobio" - ¿Falta mucho Julio?-. Ailén ya no sabía como ponerse, nunca había estado tanto rato en el coche. - No seas impaciente, si no hubiéramos parado tanto por tus chorradas, ya estaríamos allí hace rato, además estamos llegando. "Yo creo que estirar las piernas, y tener necesidad de azúcar no son chorradas, me esta doliendo el culo, no podrían hacer los cojines más cómodos" . Ailén prefirió callarse, sabia que Julio estaba nervioso. Ailén
vió como su hermano giró el coche y entraban por un camino de tierra, donde ha bía una compuerta de rejas de hierro cerrada, y una caseta con dos soldados, el coche se detuvo frente a los soldados. - ¿Qué quieren?-. Dijo uno de los soldados acercándose, con cara de pocos amigos. "Este hombre da repelus" . - Me están esperando, he venido como cadete.
El soldado ni contestó, le dijo algo a su compañero y se abrieron las puertas, dentro había varías casetas más grandes, y algunos edificios pequeños, muchos soldados dando ronda, y otros grupos corriendo. Julio aparcó en un rincón, donde había contando con el suyo tres coches más, y se bajó él primero, levantó el asiento dejando pasar a su hermana pequeña, y mirando a su madre ya fuera también observando el lugar. - Creo que la recepción tiene que estar por allí, si no preguntamos a alguien-. Julio vió a un chico agachado atándose los cordones, se acercó a el, y tuvieron una breve conversación, después el chico le señaló a la caseta más grande que había y después salió corriendo buscando su regimiento.
- Es ahí-. Dijo Julio ya dirigiéndose hacia allí, de cerca le seguían Devora y Ai lén. Dentro de la caseta todo trascurrió deprisa, la recepcionista le preguntó algunas cosas, y le entregó un par de cosas. Y le hizo ir a un cuarto para que dejara sus cosas, en la litera que estuviera libre. Ailén y Devora tuvieron que esperar fuera ya que no les dejaban pasar. - Bueno ya estoy, ya estoy instalado, estoy un poco nervioso, ¿os vais ya? - Pero si acabamos de llegar Julio.- "Aún no quiero volver al coche, estoy cansada de estar sentada" . - Tengo que buscar, a mi capitán, hay varios, mi escuadrón escu adrón es el A, me podéis ayudar a buscarlo, nos podemos separar iremos más rápido, y nos encontramos aquí. Todos asintieron, y se fueron por diferentes caminos. - Perdóneme, verá busco al capitán del escuadrón A, es que soy nuevo.- Preguntó Julio a un hombre que parecía de un alto mando. El hombre sonrió antes el nerviosismo del chico. - Calma chico, verás tu capitana ha acabado su turno, quizás la encuentres aunque te costara un poco. - Ah es una mujer, no lo sabía, me podría como es para encontrarla. - Claro, es muy alta y morena, cuando la veas sabrás que es ella. - Gracias señor, iré en su busca-. Julio se despidió y fue en busca de su capitana. Devora por su lado preguntaba, pero no sacaba mucho. Ailén daba vueltas y vueltas por el mismo lugar y nada. No se dió cuenta de la chica que estaba sentada sobre el césped tirando piedras al río, no muy lejos de donde estaba ella. - Que encontramos aquí, ¿qué hace una cosita como tú en un sitio como este?-. Ailén giró y se encontró con un chico moreno y cuatro chicos detrás riéndose con el comentario. - Primero no soy ninguna cosita, y lo que haga aquí ni te importa-. Los chicos volvieron a reír menos el que había hablado. - Anda Pedro con que eras un ligón y que ninguna se te resistía.- Dijo uno de ellos, el moreno se abalanzó a él y lo tiro al suelo. - Cállate idiota si no quieres té de la paliza de tu vida-. El chico ya en el suelo con ayuda de otro se levantó. - Bueno y volviendo a ti, quieres que te enseñe todo esto, soy un buen guía. - No gracias, eso puedo hacerlo solita, y ahora disculparme pero tengo que irme-. Ailén intentó alejarse, pero el chico moreno se puso enfrente y los demás atrás-. Quítate de en medio-. "Pero que hace este tío" . - ¿Y si no quiero? Esto no es e s tuyo. - No es suyo, pero es mío-. El E l chico se giró para mirar quien le había interrumpido cuando colisionó con unos fríos ojos azules, entonces se apartó un poco. - Así que sois todos de mi grupo eh, largaos de aquí, luego hablaremos-. Los chicos aún no se movían-. mo vían-. Que palabra de "Largo de aquí no entendéis". Los chicos reaccionaron y marcharon corriendo, se habían quedado sorprendidos por el color de sus ojos, no lo habían visto hasta ahora. Xelena no los dejó de mirar hasta que vio que desaparecieron, entonces se giró. - ¿Estas bien? Son nuevos, aún no están educados-. Ailén sonrío a ese comentario. "Oh que tierna sonrisa tiene, ¿pero que digo?" . - Sí gracias-. Ailén no sabia que decir, "Guaoo como ha espantado a esos chicos, ¿todo esto es suyo? Guaoo de nuevo, y que ojos guaoo" . Se quedaron en silencio mirándose, hasta que comenzó a ser un poco incómodo, Xelena decidió romperlo. - Puedo ayudarte en algo, ¿tú eres? No serás nueva, no, no lo creo. "Que mirada más dulce tiene" . - ¿Y por qué no puedo ser nueva?, Perdona si soy un poco curiosa ¿pero todo esto es tuyo?-. Xelena sonrió sinceramente, cosa que la sorprendió. "Bueno para que vas a ser borde con ella" .
- Eres demasiado blanda, demasiado inocente, no creo que vengas a un sitio como este, no te lo tomes a mal, bueno es de mi familia y mío. - ¿Cómo es que dices eres, en vez de creo?, Que Q ue seria lo más normal cuando no conoces a la persona. - Veras no puedo decir creo, cuando estoy segura de que lo eres, para eso tengo ojo, pero no te lo tomes como algo personal, ¿y dime tu quién eres?-. Sonrió de nuevo. - Vaya me dejas sorprendida, pero tienes razón el que viene es mi hermano, y tiene que buscar a su capitán y lo estoy ayudando a buscarlo, pero no he tenido suerte. "Me están entrando ganas de quedarme y demostrarle que se equivoca y que lo que hacen aquí lo podría hacer también yo" . - En eso te puedo ayudar, ¿en qué escuadrón esta? - Esta en el A-. Dijo Ailén segura, se extrañó que Xelena riera en voz alta, no entendía por que. "¿Por qué se ríe? Que risa más bonita" -. -. ¿He dicho algo gracioso?-. Xelena se la quedó mirando un momento antes de contestar. - Bueno verás, has tenido suerte me has encontrado, aunque ahora estoy en mi día lo que se dice libre. - Oh vaya jaja, mi hermano se olvidó de ver el nombre seguro, ¿entonces si estas en tu día libre no nos puedes ayudar no?. "Por qué tendría que hacerlo, es mi día de descanso, aunque no estoy haciendo nada" . - No estoy haciendo nada en estos momentos, así que vamos-. Ailén sonrió y empezaron a caminar rumbo a recepción. - No me has dicho tu nombre, Yo Y o me llamo Ailén-. Xelena la miró mientras caminaba. - No me lo habías preguntado, me llamo Xelena encantada Ailén-. Ahora fue Ailén la que sonrió. - ¿Xelena la inscripción acaba hoy no?-. "Y si pudiera" . oc urrido quedarse, sería - Si termina hoy, ¿en qué estas pensando, si se puede saber?-. "No se le habrá ocurrido un disparate, además no los soportaría, aunque seria divertido" . - Pues verás, se me había ocurrido que podría también apuntarme-. Xelena se paró a lo que Ailén también-. Verás es que me gustaría probarme, además esos cursillos son interesantes, quizás alguno me interese. - ¿Estas segura? Las pruebas de supervivencia son duras, muy duras-. Xelena esta vez la miraba con más seriedad. - Si estoy segura, me imagino que son duras, pero quizás si alguien me diera consejos de supervivencia la superaría, lo único que estoy pensando ahora es sobre como me traigo la ropa-. Xelena volvió a caminar junto Ailén, con una sonrisa en los labios. "¿Sabrá dónde sé esta metiendo? "¿Dónde me estoy metiendo? Bueno supongo que lo averiguaré" . Llegaron a la recepción, Ailén los llamó,
y enseguida se acercó Devora y julio.
- Así que capitán eh Julio-. Ailén rió, y Julio también pero más nervioso. - Así que ya te has apuntado, ¿has dejado todo en el cuarto?, Bien solo me falta darte un papel explicando lo que haremos mañana-. Miró su reloj y después a Ailén-. Dentro de diez minutos se cumple el tiempo para apuntarse. - Yo ya me he apuntado y he dejado todo en la habitación, no me tengo que preocupar porque termine el tiempo-. Xelena no dejaba de mirar a Ailén, "se habrá rajado, es comprensible, aunque me ha decepcionado un poco" . - Lo dice por mí, es que he decidido apuntarme, así que si me disculpáis-. Salió corriendo, y frenó cuando entró en la caseta. Julio y Devora se quedaron sin saber que decir. Así que Xelena estiró un poco el brazo hacia la dirección de la caseta, y empezaron a ir hacia allí, donde dentro Ailén tenía un pequeño problema. En ese momento entraron. - Hola capitana-. Dijo la chica de detrás del mostrador. - Hola Carla, ¿pasa algo?-. Dijo Xelena mirando a Ailén para después posar sus ojos sobre Carla para demostrarle que la pregunta iba para ella. - Bueno si no sé en que grupo ponerle, mi capitana-. Carla miraba los papeles.
- Ponla en el mío-. Ailén le sonrió. - Capitana en el suyo también esta su hermano-. Dijo Carla pasándole los papeles. - Y, estarán en habitaciones diferentes, además ese no es un problema, y ahora que recuerdo en mi escuadrón en el cuarto de las chicas ahí literas vacías, más que en los otros escuadrones. - Tiene razón capitana, la pondré en el suyo entonces-. Xelena asintió. - ¿Hija y la ropa qué?-. Cayó en eso Devora, cuando Ailén Ai lén iba a contestar Xelena se le adelantó. - No se preocupe por eso, de momento, tendrá que llevar el uniforme para todo, tendrá tiempo para enviarla para el fin de semana. - Oh que bien, no pensé en eso-. Dijo Ailén, Devora miró el reloj, y abrazó a su hija, después a su hijo, sintiéndose que ahora que estaba con ellos volvería estar alejada, al menos pensó que estaría Ailén con ella, pero sabía que Ailén en cierta manera también necesitaba hacer esto, sentirse se ntirse bien y aceptada. - Os echaré de menos a los dos, llamarme eh, Julio cuida de tu hermana, os quiero, me marcho ya que sé esta haciendo tarde, encantada de conocerla-. Dijo esto último mirando a Xelena. - Adiós mamá-. Dijeron en unísono Julio y Ailén, le dijeron di jeron adiós también con la palma de la mano mientras Devora desaparecía por la gran valla de hierro. "Por segunda vez en el día, ¿dónde me estoy metiendo?"
Décima parte - Bueno Ailén, sígueme te llevaré a la que será tu nueva habitación, Julio, ¿te llamas Julio verdad?-. - Sí señor, quiero decir señora-. Julio estaba un poco intimidado ante la presencia de Xelena, se sentía tonto, no sabía como actuar. Xelena se lo quedó mirando con una de las cejas alzadas, mientras Ailén intentaba ocultar su risa, risa que Xelena oyó y le echó una mirada. - Llámame Xelena, no estoy en mi horario, pero cuando mañana este Julio, no me llames señora vale, capitana esta bien-. Julio asintió, se apagó la conversación mientras caminaban dentro de los pasillos de un edificio, Xelena paró enfrente de una puerta, que tenía unas letras puesta en el medio de esta. Ailén se quitó de detrás de Xelena, pero leer bien lo que ponía. "E.F.G.A." - ¿Xelena que significa efaga?-. Xelena se giró y la miró sonriendo, se fijó que en el rostro de la chica salían unas pequeñas arruguitas en la frente por la concentración y curiosidad. - No se dice, efaga, la E es equipo, la F es femenino, G...-. G... -. No pudo continuar. - Es grupo, y la A tiene que ser tu escuadrón, lo que es todo junto, equipo femenino grupo A. - Exacto-. - Lo tenéis cifrado, como los grupos de natación y eso, bueno digo chorradas-. - Eso lo has dicho tu, que cconste-. onste-. Xelena se rió, y Julio a eso no pudo resistirte, rio junto a Xelena. Cuando la risa paro Xelena abrió la puerta adentro habían solo nueve chicas. - Hola chicas, veo que estáis todas aquí, a partir de hoy seréis diez tenéis una nueva compañera, la mayoría se alegró ante esa noticia. - Ailén te dejo que te instales, a por cierto ahí una norma que creo que no os la he dicho, no esta permitido que los chicos entren en esta área, ya que son todos cuartos de chicas, al igual que en la área de los chicos no pueden entrar las chicas, creo que es bastante claro, ven Julio te acompañaré a tu cuarto, pero antes te enseñaré nuestro comedor para que vayas dentro de un rato, os recuerdo la cena es a las nueve, siempre es a la misma hora, quien llega más tarde y no tenga excusa me temo que se quedara sin cenar, Ailén a ti ya te llevarán ellas, bueno nos vemos-. Xelena cerró la puerta cuando dentro ya estaba Ailén. - Karina Domínguez encantada, un nombre raro el de Ailén, eres la primera Ailén que conozco -. - Lo mismo Karina, sabes tu también eres la primera Karina que conozco-. Se f ueron presentado todas, a Ailén solo de dio tiempo de elegir una cama cama y poner sus cosas, ya que se oyó una fuerte alarma, alarma, que hizo hasta taparse los oídos, Ailén siguió corriendo a sus nuevas compañeras hasta los grandes salones, allí divisó a su hermano sentado hablando con un par de chicos, también divisó al grupo de chicos que le habían molestado, las chicas se sentaron en otra mesa disponible. - Oye chicas aquel chico es nuevo, esta como un queso-. Ailén miró donde apuntaban. "Bueno están
piropeando a mi hermano, es lógico es guapo, ya veras que voy a salir aquí con c uñada jajaa" .
- Si guaoo, que opinas Ailén, ¿esta bueno eh?, Solo falta saber si es un niñato creído como la mayoría de estos-. Concluyó Karina. - Pues es guapo, como voy a decir otra cosa si es mi hermano-. Todas la miraron y miraron al chico, y otra vez a ella. - Si tenéis un parecido, ¿él es mayor verdad? ¿Cómo se llama? ¿Tiene novia?-. Ka rina no dejaba de hacer preguntas, y una de las chicas que poco hablaba le lanzó una mirada. - No la avasalles a preguntas, dejar a la chica en paz, cenar ya o al final no comeréis nada-. Todas callaron y comenzaron a cenar. "Debo preguntar a Karina sobre esta chica, y el por qué todas la obedecen" . Sonó la otra alarma que indicaba que debían de regresar a sus habitaciones, una vez allí se acostaron. "Echo de menos mi pijama, necesito la ropa, espero que no tarde tanto en enviármela, no puedo dormir, no podrían hacer las camas más cómodas, todos los que aquí tienen que tener la espalda fatal" . Ailén no aguantó se levantó con silencio, y salió del cuarto, "ahora espero no perderme" . Consiguió
salir fuera, fue caminado asta que encontró un buen sitio para sentarse, ni muy oscuro ni muy claro, un sitio tenue. - Tendrías que estar durmiendo, se nota que no sabes lo que te espera mañana-. Ailén supo quien era la dueña de aquella voz, le contestó cuando sintió que se sentó al lado. - Es que las camas son muy incómodas, y encima lo que llevo puesto no ayudaba para dormir-. Xelena se contuvo de reír. "Si una cama te puede, mañana no vas a durar ni veinte minutos" . - Pues es mejor eso que a dormir en el suelo, de eso te darás cuenta si duras mañana, por otro lado lo de la ropa creo que puedo solucionarlo-. - Es que no es solo por eso, es que estoy nerviosa, ¿tu crees que mañana me eliminaran verdad?-. - Es normal que estés nerviosa es algo nuevo, y en cuanto a la pregunta creo que no te eliminaran si no que serás tú la que digas basta, pero una se puede equivocar-. - Me podrías dar un consejo para mañana, se que eres la capitana y que tienes que tratar a todos por igual y darnos la misma oportunidad, pero aún no eres capitana no, quiero decir, estas en descanso-. Xelena se lo pensó "si se lo puedo aconsejar, todos los que vienen tienen un poco más de experiencia, además no llevo el uniforme no estoy de servicio, que diablos" . - Supongo que habrás leído el folleto, en el te contaba que en diferente zonas de las pruebas habrá botellas de agua para cada unos de vosotros, no te voy a decir que no bebas, tienes que beber, pero procura no bebértela toda de un tirón, mira vamos al grano mi consejo es que bebas de cada una un bucho, si bebes demasiado te hinchas con lo cual rindes menos, en la prueba de la escalada, en vez de empezar lenta reponiendo fuerzas para el tramo final, lo que debes de hacer es empezar fuerte y después cuando estés cansada vas aún ritmo más lento-. - Pero así me adelantarán cuando este cansada y vaya lenta-. - ¿Eso crees? Mira el comienzo de la escalada es el más difícil, cuando empiezas a ir lenta por ese tramo te cansas más que yendo deprisa, también te aconsejo que cuando estés cansada des un poco más -. - ¿Algún consejo más?-. - Si no vayas pensando en cuidado que me voy a manchar, porque lo único que conseguirás con eso es quedarte atrás, en estas pruebas no pienses en los demás, porque los demás no pensaran en ti, tu continúa adelante hasta la meta, y ahora mi otro consejo y lo más importante para pasar todas las pruebas es dormir-. Xelena se levantó seguida por Ailén, fueron caminado por los pasillos hasta que Xelena sin despedirse ni nada abrió una puerta y la cerró, Ailén continúo caminado. "Que chica más rara, se va sin decirme nada, aunque no me puedo quejar, ostia no le he dado ni las gracias se habrá enfadado por eso, ¿qué hago? Pico a su puerta, ¿eso es políticamente correcto?" . Ailén se sobresaltó de
sus pensamientos, la puerta había sido de nuevo abierta. - Suerte de que no te hayas ido, es que veras tengo el cuarto un po co desordenado, no lo vayas contando por ahí, ten esto creo que te hará las noches más fáciles -. Le entregó un jersey gigante de color azul marino. - Gracias por los consejos y gracias por la ropa, que pases buena noche-. - Lo mismo, ya lo verás que si duras por aquí te acabarás acostumbrando a las camas, y que después del duro entrenamiento, pensarás que estas en una de agua-. La despidió con un saludo y volvió a desaparecer por la habitación.
Alién se quedó embobada mirando la habitación, después se volvió y caminó hasta hasta su propio cuarto entrando con cuidado de no despertar a nadie, se cambió, como ella pensaba le quedo grandísimo pero era cómodo. "Mm huele realmente bien" . La noche pasó más rápida de lo que hubiera querido Ailén. RIIIIIIGGGNN, Todas se sobresaltaron un poco. - Ailén será mejor que te des prisa, la capitana se cabrea si no somos puntuales-. A Karina solo le faltaba ponerse los pantalones y las botas, solo una chica ya estaba lista incluso antes de que sonara la alarma, aquella chica que aún no conocía. Ailén se dio prisa, p risa, en cambiarse se estaba poniendo las botas cuando sonó la otra campana y todas se fueran corriendo, Ailén corrió todo lo que pudo para alcanzarlas, para su sorpresa Xelena ya estaba allí esperando. Y Ailén vio que la estaba mirando mientras se ponía en la f ila de frente. - Mirar de ser más puntuales, vale un consejo si os pegáis mucho a las sábanas por la mañana tendríais de acostaros antes, la próxima vez hacerme caso-. Ailén sabía que ese comentario iba por ella, así que agachó la cabeza. Xelena se dio cuenta. "Me gustaría tanto decirle que no pasa nada, que es normal que le pase eso el primer día, además solo han sido unos segundos, bueno unos minutos" . - Bien os echaré el ojo-. Xelena comenzó la inspección. Ailén vio que tenía que tener la cabeza levantada mientras ella iba pasando. "No me apetece ahora mirarle a los ojos, ¿y si no lo hago qué? ¿Me dirá algo? Mejor lo hago además no tarda nada en mirarte será fugaz" . Cuando Xelena llegó a Ailén y la miró, sonrió para sus adentros, el uniforme le iba grande, no solo de largo sino q ue también de ancho. - Bien no esta nada mal, así me gusta, dar dos vueltas al recinto como calentamiento y enseguida comenzará las primeras pruebas-. Todos obedecieron si ese pusieron a correr, Ailén vio a su hermano ya corriendo, y cuando iba a empezar a correr, algo la detuvo, hacía fuerza y no podía avanzar. "¿Que pasa?" Un tanto extrañada se giró y vio que la capitana la estaba agarrando del uniforme, era tan ancho que ni se había enterado. - Tendremos que hacer un apaño con ese uniforme, mientras llega el tuyo, espérame aquí-. Xelena se dirigió hasta otro capitán de otro grupo y le comentó algo, el capitán asintió y entró en un almacén que ponía prohibido el paso, enseguida salió y le entregó unas cosas. - Ven Ailén, ponte este cinturón y apriétalo hasta que tu estés más cómoda, quítate las botas y cógelas al pantalón, eso evitará que te caigas-. Xelena llevaba una navaja por si necesitaba usarla para hacer otra agujero al cinturón, no sé equivocó ya que tubo que hacer tres. - Gracias capitana, si me disculpa-. Ailén empezó a correr, y alcanzó a su hermano. - ¿Julio qué tal? ¿Te llevas bien con los chicos? Sabes has causado furor entre las chicas, pero no lo vayas diciendo por ahí que es un secreto-. Julio la miró, y esperó un poco al contestar. - Estoy bien, no los conozco aún para contestar a tu pregunta, p regunta, así que causo furor, pues mira tu que bien, quizás de esta me caso jaja, y ahora cállate y corre, si me haces hablar me cansas más y entonces me cuesta respirar-. - Quizás me das sobrinitos, si me callo perdona, después hablamos-. Hicieron un par de vueltas más y frenaron y casi chocaron cuando escucharon el silbido de Xelena. - A llegado la hora de la verdad chicas-chicos, seguidme-. Fueron por una zona que había estado cerrada, ya que solo se usaba para las pruebas o por emergencias de alguna clase.- Empezareis por este, es sencillo tenéis de cruzarlo sin caeros, haremos uno de práctica en cada prueba, y después tendréis que hacer el recorrido todo directo, a cada silbido sale uno-. Ailén lo miró, era como una escalera, que la sostenían dos cuatro palos dos a cada lado, o eso le pareció ver a Ailén. - Comienza Carla-. La chica que aún no conocía, se acercó a Xelena, asintió y se puso debajo de la escalera estiró los brazos y agarró el primer escalón y pasó diez escalones con mucha rapidez, se oyó otro silbido, y uno de los chicos lo cruzó, tampoco tardó mucho en llegar, y así sucesivamente hasta que solo quedaban Ailén y Karina, los demás bebían agua, y esperaban en la siguiente prueba. Xelena silbó y Karina se enganchó al escalón y al quinto cayó, y se miró las manos. - Vuelve a empezar-. Xelena echó una mirada fugaz a Ailén, Karina tuvo que volver a empezar de nuevo,
a la tercera fue la vencida. Ailén un poco dudosa se acercó, alzo los brazos y comprobó que no llegaba, así que dio un saltito, seguía sin llegar. "Por qué tendré que ser la más baja, menos mal que soy la última, seguro que Xelena se debe de estar riendo" . La miró y para su sorpresa Xelena solo la miraba no reía ni siquiera sonreía. - Prueba de saltar más alto y con más ánimo-. Ailén asintió, saltó todo lo que pudo y se agarró al escalón, y empezó a pasarlo, y consiguió llegar sin caer y tener que volver a empezar, Comenzó a caminar, Xelena le seguía. Estuvieron viendo como se hacían todas las pruebas, así que volvieron al principio, esta vez no habría silbidos, esta vez tenpias que correr para que no te atraparan los de atrás. - A mi silbido empezáis-. Silbó y esta vez empezó Julio, lo pasó sin problema detrás le seguía Carla, otros dos chicos más, después Ailén saltó y consiguió pasarlo, por detrás le seguía Karina que esta vez lo pasó sin complicaciones, la segunda pasar debajo de una barrera de hierros, y pasar arrastrándose, algunos por ir con más velocidad se pinchaban, la siguiente era una gran pared de madera tenían que pasarla por encima con ayuda de una minúscula cuerda, esta a Ailén le costaba más ya que las manos le resbalaban por la cuerda. "No me puedo rendir, yo puedo" . Lo consiguió pasar y Julio le sonrió. - Falta la última para esta mañana, esta prueba es diferente a las demás, yo diría que incluso la más dura de la mañana-. Xelena la señaló con el dedo, todos lo miraron eran tres palos, dos a los lados que sostenían el tercero, a Ailén también le pareció demasiado largo. - Todos os subiréis ahí, os colgareis, no podéis estar sentados arriba, me refería con lo que es diferente en que, vais a estar allí bastante tiempo hasta que solo quede uno, ya podéis subir, y no empujaros estaré aquí mirando recordar. Ailén con ayuda de Karina y con ayuda de Carla desde arriba pudo subir después le tocó a Karina una vez todos arriba el tiempo comenzaba. Comenzaron a las once y ya eran y media, ya habían caído unos cuantos incluída Karina. Pasaron las doce, y ya solo quedaban Ailén y Carla, Julio y otros dos que Ailén reconoció a uno ya que estaba en el grupillo que la molesto. "Ojalá te caigas" . Y él chaval cayó cosa que hizo sonreír a Ailén y casi casi pierde el equilibrio, el día se puso mal mal ya que comenzó a llover y la prueba comenzó a hacerse más difícil, ya que las manos resbalaban, Julio y el otro chico se rindieron, todos lo que ya habían caído estaban sentados en el suelo mirando a las que quedaban. "Vaya con la chiquilla, si que esta aguantando, se lo esta poniendo difícil a Carla, a ya se va a bajar" . Xelena comenzó acercarse pensando que la chica bajaría y paró en seco, cuando vio que la Ailén se aguantaba con los pies y hacia el pino, Carla le echó una mirada y bajó, hizo crujir los huesos y miró a Ailén sorprendida, al igual que Xelena, Xelena, Ailén seguía sin bajar. - Ya puedes bajar Ailén, has quedado tu-. Ailén le sonrió s onrió y se subió y bajo. - Enhorabuena-. Carla le dio la mano. Julio fue corriendo y la abrazó. - Esta es mi hermanita-. Se oyó un sonido los tres se miraron. - Perdonar es que tengo hambre-. Dijo Ailén, los tres rieron. - Ok debo admitir que mucho de vosotros las pruebas de esta mañana las habéis echo bien, pero esta tarde la tenéis que hacer mejor, ahora iros a ducharos, y podéis ir a comer, cuando ya este preparado las pruebas de la tarde os avisaré, no os alejáis demasiado. El grupo se fue dispersando, todos directos a las duchas, Julio se despidió cuando unos le llamaron. - Os veo luego, tengo que rellenar los informes-. Todas asintieron, fueron caminando, hasta el cuarto, Carla cogió sus cosas y fue asta las duchas, Karina y ella se quedaron solas. - ¿Ailén como has aguantado tanto? Ha sido impresionante, hasta has vencido a Carla-. - Siempre me ha gustado colgarme de los árboles, con lo que supongo que no me ha sido muy incómodo, excepto por la lluvia, era realmente molestosa, una pregunta, ¿por qué teméis a Carla?-. - Porque se habla, se dice, se rumorea, que ha estado en prisión, y que esta aquí para rehabilitarse ante la sociedad creo que se dice así, bueno algo así-. Karina cogió la toalla, y un uniforme limpio. Ailén ya lo tenía todo, fueron hacia las duchas. "Oh no, ¿no hay duchas separadas?" . - ¿No hay duchas separadas?-. Karina la miro se encogió de hombros y sonrió con pesar y asintió. En las duchas solo quedaban cinco chicas contándose ellas mismas, Ailén se dio cuenta de que Carla
miraba de vez en cuando a las otras dos chicas. Las dos chicas acabaron, y se marcharon sin despedirse, Karina se empezó a desvestir. "Será mejor que me duche, si no voy a pillar un resfriado" . Se puso debajo de la ducha caliente, y empezó a ducharse, Karina le dio un golpe. - ¿Has visto los músculos que tiene?-. Era apenas un susurro, Ailén miro y asintió. - ¿Oh estáis aquí?, Pensé que ya no habría nadie-. Xelena entró, y Ai lén ni se movió, de un momento a otro empezó a sentir pudor. "¿Pero qué me pasa? Quizás no me haya visto, ¿y qué pasa si me ha visto?" . - Vaya pensé que los capitanes tenían a parte de tener un cuarto propio un baño-. Dijo Carla riendo. - Y lo tenemos, pero ha habido un problema con la cañería, pensé en venir, creyendo que ya no habría nadie-. Miró para donde estaba Karina y Ailén, y sus ojos no sé retiraban de Ailén, los apartó cuando sintió que alguien la miraba y ese alguien era Carla, con eso se v olvió a girar y le dio la espalda. Ailén se giró un poco y le echó un ojo a Xelena, lo que Ailén no sabía es que Xelena sabía que la estaba mirando ya que la veía reflejada en un espejo, Carla hizo un movimiento y Ailén se giró co rriendo. Apagó su ducha y fue a coger la toalla, y se la envolvió Karina hizo lo mismo. m ismo. Xelena se giró. - Lo habéis echo muy bien, si seguéis así todo ira bien-. "Gírate pero no la mires, bueno si pero a los ojos ¿y para qué iba a mirar a otro sitio?" . Se giró, la miró a los ojos, y sin querer bajaron un poco más, se sonrojó y volvió a mirarla a los ojos. - Gracias-. Enseguida se volvió y se puso la ropa con rapidez, y se apretó el cinturón. - Gracias capitana-. Karina ya se estaba peinando. Karina le pasó el cepillo a Ailén y cuando acabo de peinarse de despidieron. - ¿Es mona eh?-. - ¿Quién es mona?-. Xelena, intentó desenredarse el cabello. - Vamos Xelena nos conocemos de hace mucho, ya sabes a quién me refiero-. - Sí esta bien-. Xelena apagó la ducha, y empezó a secarse. - Sí solo esta bien eh, bueno como quieras, voy a salir que me voy arrugar entera-. Carla se puso al lado de Xelena ya que sus cosas estaban ahí, Xelena se fijo en una cicatriz. - Esa es nueva-. Carla le contó, sobre la cicatriz y sobre otras cosas. Ailén y Karina se tumbaron en las camas. camas. - ¿Karina no te dio la sensación de que Carla y Xelena se conocen?-. - Si me la ha dado, oye ya se que no viene al caso pero que cuerpo tienen la dos, ¿te has fijado? Y mírame a mí, ni te imaginas la vergüenza que he pasado-. Karina suspiró. - Como para no darme cuenta, quiero decir, que bueno, divago lo siento -. Karina río, "Mierda lo he dicho en voz alta, tengo que vigilar con esas cosas, por lo menos cuando no estoy sola" . - No te preocupes, si es normal que hayas mirado, yo también t ambién he mirado, es que es sorprendente-. "Si tiene que ser eso" . - Vayamos al comedor y cojamos un buen lugar-. Salieron y se encontraron, de lleno con Xelena, Ailén miró a Karina y la vio tan normal. "Por qué me sonrojo entonces, me da hasta vergüenza de mirarle a la cara" . - ¿Hey chicas, ya vais al comedor? Aún es pronto-. Xelena vio como Ailén miraba a todas partes menos a ella. - Si, es que queremos coger hoy el mejor lugar-. Karina miro al cuarto de baño, y se excuso. "Mierda" al final Ailén la miró, y vio que tenía el cabello húmedo. - Va a coger un resfriado capitana, sé esta levantando el viento-. - No me gusta el secador, prefiero que se seque al natural, yo no tengo frío estoy bien, ¿té pasa algo?-. - No, estoy bien, ¿qué prueba viene después? Bueno si no me lo puede decir no pasa nada-. - Por que me hablas ahora de usted, antes me hablabas directamente de tu, me gustaría que lo siguieras haciendo-. - Es que como ahora eres capitana, pensé que tendría que hablarte así-. "Karina por qué tardas tanto, has tirado la cadena y te has caído dentro jaja" . Sonrío imaginándoselo. - No, bueno cuando estemos en plena faena, ya sabes si, pero ahora mismo no vale la pena. Debo
decirte que me sorprendiste esta mañana, esta tarde haremos escalada, la íbamos a cancelar por la lluvia pero ha parado, seguiremos con ese plan-. - Gracias-. En ese momento salió Karina, con mala cara. - Bueno chicas os dejo-. - ¿Karina qué te pasa tienes mala cara? ¿Quieres que vayamos a la enfermería?-. Karina se encogió poniendo cara de dolor. - No tranquila se me pasará, hace unos días que me duele, pero luego se pasa -. Ailén se acercó y le cogió la mano. - Vamos a la enfermería-. Karina al final accedió y asintió. - Gracias, pero te perderás la comida-. - No te preocupes por la comida ahora, primero lo tuyo y después ya comeremos algo-. Se dirigieron a la enfermería, Karina la fue guiando, ya que Ailén aún no conocía todo el recinto. Una vez en la enfermería, Karina entró y Ailén se tuvo que quedar fuera, sonó la alarma para ya ir a comer, y eso hizo rugir el estómago. <í>"Comida necesito comida". Un hombre vestido de blanco entra en la enfermería, entonces la enfermera salió. - Disculpe ¿me podría decir como esta mi amiga y que tiene?-. La enfermera se giró y la miró. - Claro, verá ahora se la van a llevar al hospital, tiene el apéndice y hay que operarla, lo tiene muy mal, ahora perdona pero tengo que marcharme. Ailén asintió, enseguida la puerta se abrió y salió el mismo médico de antes llevando la camilla donde Karina estaba tumbada. - Ailén- Karina estiró el brazo, intentando llegar a su objetivo, y por fin lo alcanzó dos manos quedaron unidas. - Lo sé, lo sé Karina todo ira bien, ya lo verás estas en buenas manos-. Por el pasillo llegó corriendo la enfermera con la capitana. - Karina tranquila, escucha cuando estés mejor, y si quieres volver te haremos las pruebas, así que no te preocupes por eso-. Karina asintió y dio las gracias con voz baja, ya que el dolor aumentaba, el médico con la ayuda de la enfermera iban tirando la camilla hasta llegar a la puerta de salida, allí les esperaba una camioneta militar con una cruz blanca, la metieron dentro junto la enfermera y el médico, justo en el momento que Ailén iba a subir a la camioneta no podía, sintió un amarre, se giró y Xelena movía la cabeza de un lado a otro con suavidad, pero Ailén no le hizo caso y volvió a tirar más, la presión no cedía. "Tengo que ir, necesita a alguien a su lado, como no me de prisa partirá sin mí" . Ya no pudo subir, la camioneta se puso en marcha, se sintió un poco culpable así que se giró un poco enfadada. - ¿Por que no me has dejado ir? Necesitaba una mano amiga-. Ailén no hacia más que mirarla interrogativamente. - Su familia ya ha sido llamada, se dirigirán al hospital y le harán compañía, por eso no te he dejado ir, y porque te habrías perdido las pruebas, será mejor que q ue vayas a comer, o tendrás de empezar las pruebas de la tarde con el estómago vacío-. Xelena se dio la media vuelta y comenzó a andar. - Se me ha quitado el apetito- Lo dijo con voz baja, pero para su sorpresa Xelena se paró y se giró, le hizo una señal para que la siguiera, Ailén dudo un poco pero al final la siguió. "¿Dónde me llevará?" . Xelena se paró en una puerta, Ailén la reconoció como el dormitorio de Xelena, empezó a m irar por todos lados ya con nerviosismo. "¿Pero que hago? No la tendría que traer a mi habitación, además esta todo patas arriba que pensará de mí, ¿qué soy una cerda tal vez? Y bueno y a mí que me importa lo que piense, bueno si me importa pero es por que soy su superior tengo que dar buen ejemplo, ya estamos aquí, ya que más da" . Xelena abrió la puerta y se puso aún lado, indicándole que pasara primero.
- Adelante, y perdona el desorden, espero no escandalizarte-. Dijo riendo, Ailén pasó era un habitación espaciosa, con una cama mediana, al lado un armario empotrado y un sencillo escritorio con un ordenador, poco más había y mucha ropa por todas partes, encima de la cama, en el suelo, encima del escritorio y el ordenador, a todos sitios que miraba Ailén había ropa. "¿No le cabra en el armario?" . No se pudo contener en hacer un comentario. - ¿El armario es de adorno?-. "Espero que tenga sentido del humor, nunca me lo imaginé que pudiera
tener la habitación así, pues anda que quien se vaya a vivir con ella estará apañado, un sitio más grande es más sitio para tener ropa jajaa" . Ailén tuvo suerte Xelena río.
- ¿No cuela, que tenga mucha ropa y que no me cabe hasta ni en el armario?-. Río Ailén. - No cuela tu lo has dicho, pero que no se diga que lo has intentado-. ¿para qué me has traído aquí? ¿Para que te ayude a ordenar todo esto jaja? Si es así me tendrás que pagar" . Xelena se acercó a la silla y quitó toda lo ropa que había, la echó sobre la cama y indicó a Ailén que se sentara, ésta lo hizo, Xelena se acercó al escritorio y allí había una bandeja llena de comida, y se la acercó a Ailén. - Come, si quieres pasar las pruebas tienes que tener fuerzas ¿y cómo se tiene fuerzas? Comiendo y durmiendo, así que empieza a comer y tragar-. Ailén miró la bandeja había bastante fruta, yogures y chocolate, miró a Xelena y volvió a mirar la bandeja. - ¿Y tu te pones fuerte con esto? Quiero decir esto esta bien para desayunar merendar, hasta para cenar pero para comer no sé yo-. Xelena sonrió. - Hey la fruta da energía, el chocolate vitalidad, y el yogurt te da vitaminas, y es lo único que tengo por aquí, yo ya he comido, esto lo tengo por aquí por si tengo te ngo hambre, así que hínchate empieza a comer o no te dará tiempo-. Ailén decidió comer ya que empezaba a abrirse su apetito, tanto que hasta arrasó la bandeja. - Vaya y eso que no tenías hambre, voy a tener que volver a llenar la bandeja más tarde -. Sonrío, Ailén también sonrío con pesar. - Lo siento se ve que si tenía hambre, ¿perdóname la osadía pero que haces para tener tantos músculos?-. Xelena en ese momento llevaba una camiseta de tirantes blanca, mostrando sus firmes bíceps, y se sonrojó. - Hago bastante ejercicio desde hace muchos años-. Xelena miró el reloj y buscó una camisa del uniforme que estuviera limpia. - ¿Té falta coger algo en tu habitación? ¿O lo tienes todo?-. - Si lo tengo todo, ¿ya es la hora?-. Xelena asintió, echó una ojeada a Ailén sonrió y se acercó a ella. - Tienes que apretarte más el cinturón, o sino no estarás cómoda escalando-. - Es que ya no puedo apretarlo más está en el último agujero-. Xelena sacó una navaja de uno de sus bolsillos y se agachó un poco, soltó el cinturón y le hizo un par de agujeros, se lo apretó bien fuerte. - Estoy mejor gracias-. En ese momento Ailén cayó en la postura en la que estaban, y se sonrojó. "Piensa algo, piensa algo, una ballena nadando en el mar, formando grandes olas, un bello cuerpo desnudo con gotitas de agua y espuma y unos preciosos ojos azules como el cielo, ¿pero que digo? Me voy, me voy" .
Xelena al ver el sonrojo de Ailén se extrañó y alzó una de sus ce jas y la miró más, después bajó la mirada y se encontró de lleno con los pantalones de Ailén. "¿Por qué esta sonrojada? Creo que llevo mucho rato así" . Xelena se levantó y se profundizó en esas esmeraldas que tanto le llamaban. - Tendrías que ir saliendo, soy la capitana no puedo llegar tarde-. Xelena abrió la puerta y salió esperando a que saliera Ailén para cerrar la puerta con llave, se fueron dirigiendo asta la salida sin una conversación más. Una vez fuera, Ailén se puso firme y Xelena se puso pu so delante, se oyeron las dos alarmas y enseguida muchos reclutas comenzaron a salir de las casetas con gran velocidad, colocándose en posición.
- Muy bien reclutas, cada vez sois más puntuales y eso es bueno, muy bueno, así me gusta, seguirme-. Xelena comenzó andar, Ailén iba detrás. "Uf escalda, bueno no hay que rendirse, tengo que seguir su consejo, tengo ay me he chocado con algo" . Salió de sus pensamientos y volvió a la realidad, y lo primero que vio fue una espalda y un largo cabello negro que sobresalían por la gorra. "¿Tenia que ser ella?" . - Perdona-. Xelena se giró y le lanzó una sonrisa, Ailén se la devolvió. "¿Cómo puede ser tan perfecta? Bueno es un poco desordenada jaja pero perfecta, como una sonrisa así puede darte tanta ternura y seguridad ¿seguro que tiene novio?" . Ese pensamiento la desilusionó un poquito. Xelena se puso delante
de todos y les señaló una especie de montaña toda cubierta de barro húmedo y en la cima de ella habían unas cuerdas atadas. "Esto claramente no es la escalada que me imaginaba" . - Bueno esto consiste en agarrarse a la cuerda e ir subiendo por el mojado barro sin caer-. Xelena señaló a Ailén para que fuera hacia ella, Ailén obedeció la puso en la cuerda del medio, los demás fueron a las demás cuerdas, solo podían subir seis en una vez, Carla se puso a su lado. Xelena se acercó y susurró una cosa a Ailén que solo ella pudo oír. Xelena silbó, Ailén empezó a subir con rapidez haciendo mucho
esfuerzo, ya que aún costaba más con el barro húmedo, Carla al ver que le pasaba empezó también a subir con más velocidad. "No tengo que pensar, no tengo que pensar en la cuesta no, o que me pasa Carla" . Carla llegó antes que todos y le sonrío a Xelena ante su triunfo, Xelena le hizo un gesto con su mano. Después que vio que al lado de Carla estaba Ailén sentada que acababa de subir. "Reconozco que me sorprende" . Xelena vio como Carla hablaba con Ailén, y como esta sonreía, en ese momento tubo envidia, envidia de no poder estar ella arriba. - Los que ya habeís llegado a la cima, bajar-. "Pues no voy a dejar que hablan más, estamos en medio de unas pruebas, no de parloteo" . Ailén empezó a bajar junto a Carla, y Julio fue corriendo c orriendo hasta llegar a su hermana. - ¿Ailén a ti que té pasa?, No pareces mi hermana, quiero decir, que me estas dejando sin habla, creí que era yo el atlético y el fuerte de la familia-. - Julio no creí que fueras tan machista, y no me pasa nada estoy estupendamente, que pasa que crees que iba a quedar última en todo y que me echarían en menos de un día, pues estabas equivocado-. Julio se rascó la cabeza. - Lo siento Ailén no me he explicado bien, lo que quería decirte es que estoy sorprendido y orgulloso de ti, sigue así hermanita. Hey pero no me dejes muy atrás que también uno tiene su orgullo-. Ailén río, y Julio se fue con sus amigo. - Ailén falta Karina ¿sabes dónde esta?-. Le preguntó Carla. - Si se sintió mal cuando íbamos al comedor, así que fuimos a la enfermería y tiene apendicitis, se la llevaron al hospital-. Ailén comentó. - Ah pobre, si hablas con ella dale recuerdos míos y que se mejore-. Carla se dio cuenta de las miradas que le echaba Xelena y prefirió alejarse un poco, no quería tener problemas. Ailén se acercó a Xelena, mientras esta vigilaba e iba silbando. - Gracias por el consejo-. Xelena asintió, "¿Qué le pasa?" . - ¿He hecho algo mal Xelena?-. Xelena la miró. - Si, digo no, no has hecho nada mal, has estado bien, ve a beber agua y ponte con los demás, que estos ya están acabando-. - Vale-. Ailén se fui desanimada a la fila, y Carla se dio cuenta, así que se fue en dirección de Xelena. - ¿Que haces?- Le preguntó Carla rudamente, Xelena la miró fríamente. - Lárgate a la fila- Xelena se giró de nuevo a mirar a dos últimos que les costaba subir. - Mira Xelena nos conocemos de desde niñas, te daré un consejo como siguas así , no vas a conseguir nada-. Xelena solo la miró, Carla al ver que no hablarían más prefirió ir a la fila. Xelena echó una ojeada a Ailén y se la encontró con la cabeza agachada y las manos en los bolsillos. - Bien ahora que ya estáis todos haremos la última prueba de hoy, veis aquel río de ahí un poco movido tenéis que pasarlo ingeniosamente y no dejar que la corriente os lleve, ah tenéis que llegar con las menos caídas posibles, por eso os aconsejo que penséis bien con la cabeza, si es que la tenéis-. Muchos dieron pequeños mormullos de protesta ante ese último comentario, pero todo eso fue callado con una sola mirada, enseguida se colocaron en fila, Xelena silbó y se lanzó uno se cay ó y enseguida se puso de pie intentando mantener el equilibrio y al final consiguió llegar. Julio miró con preocupación a Ailén y decidió acercarse a ella. - ¿Ailén estas bien? Nadie te obliga hacerlo-. - Julio tengo que hacerlo, no puedo dejarlo ahora, cogeré por un lado q ue no haya mucho agua y todo irá bien-. Ailén suspiro. "Dios haz que no me pase nada, por favor" . Le tocó pasar a Carla y pasó con velocidad y sin caerse ni una vez. "Siempre tiene que dar la nota, yo lo haría mejor" . Julio cayó dos veces pero consiguió pasar, le tocaba a Ailén, era la última de su regimiento, se colocó al lado de Xelena y ella silbó dándole la entrada, Ailén se adentró en el agua por donde menos cubría, el agua le llegaba por las rodillas, miró el agua y la vio pasar con mucha velocidad, sus ojos se cerraron y fue descendiendo, no llegó a golpearse pues Xelena paró la caída, la cogió en brazo y salieron del agua. - Muy bien las pruebas por hoy han acabado, volver por el camino, y descansar, nos veremos mañana -. Xelena se dirigía a la enfermería, abrió la puerta con un empujón con el pie, y la depositó en la camilla, miró la hora en el reloj y comprendió por qué no estaban las enfermeras. - Su hora libre, alcohol necesito alcohol, ¿dónde te guardan?-. Se dirigió a un armario pequeño y lo abrió ahí estaba la botella, cogió un trozo de algodón lo empapó de alcohol y se acercó a Ailén y le pasó el
algodón por la nariz hasta que esta empezó a moverse un poco. "¿Que le habrá pasado? ¿Habrá sido por mi culpa por no haberse alimentado bien?" . - Vamos despierta que quiero ver tus preciosos ojos-. Y como si hubiera sido un mandato los párpados comenzaron abrirse y a pestañear. - ¿Estas bien Ailén?-. Xelena se sintió un poco más relajada, aunque aún no del todo. - La prueba, el agua, ¿dónde estoy?-. Miró a Xelena - ¿He fracasado en esa prueba verdad? Tenias razón en lo que pensantes de mí la primera vez que nos vimos-. - No has fracasado en nada, me equivoque en lo que te t e dije el día que nos conocimos, ahora opino diferente, iré a llamar a una enfermera, ellas se ocuparan de ti-. Xelena se fue a levantar de donde se había sentado y una vez de pie Ailén cogió su mano. - No me dejes por favor-. Xelena solo asintió. Y Ailén fue cerrando los ojos hasta quedarse profundamente dormida. Cuando las enfermeras volvieron, se encontraron a Xelena sentada en un punta de la camilla, y sus manos enlazadas con las de Ailén. - ¿Capitana qué ocurre?-. Una de las enfermeras se acercó, mientras las otras organizaban todo, o hacían lo que había quedado a medias. - La verdad es que no lo sé, simplemente cayó, me pareció un desmayo, el motivo no lo tengo muy seguro-. En eso la puerta de la entrada a la enfermería se abrió y entró Julio cubierto de agua y barro, se acercó a la camilla, por el otro lado, Xelena quiso retirarse un poco para que tuvieran más intimidad pero el amarre no se aflojaba. - Ya le dije que no lo hiciera, que no estaba preparada, ¿esta bien capitana?-. Xelena lo miró. - No te preocupes Julio, ahora esta durmiendo, ¿pero cuéntame para que no esta preparada? ¿Qué no tenia que hacer?-. - Mi hermana no sabe nadar, tiene pánico al agua, cada vez que lo intenta se ahoga y en este caso sea desmayado. "¿Pero niña por que no me lo dijiste?" . - Ahora vete tranquilo dúchate y cena algo, y descansa te hará bien, mañana será un día más duro-. Xelena vio duda pasar por el rostro de Julio. - Ve tranquilo confía en mi, yo me quedaré con ella, vale-. vale -. Julio asintió besó en la frente a su hermana y salió de la enfermería. La misma enfermera de antes se volvió a acercar a Xelena. - Capitana ya sabemos el motivo, se repondrá enseguida, será mejor que en cuanto se despierte coma algo, eso le haría recuperarse antes, si quiere márchese, no sé preocupe no estará sola-. - No, bueno quédese un momento, enseguida vuelvo-. Como pudo se deshizo del amarre y fue rumbo a su dormitorio quitó toda la ropa que había en la cama, y puso parte en el armario y otra por la silla, salió no cerró con llave esta vez, regresó a la enfermería cosa que sorprendió a la enfermera que fuera tan rápido su regreso, se acercó a Ailén y la volvió a coger en brazos eso sorprendió más a la enfermera. - Gracias por todo, ya nos veremos-. - No he hecho nada, ¿capitana no le pesa? Puede llevarse la camilla si quiere-. - No pesa para nada, he llevado más pesos encima, esto no es nada-. La enfermera parpadeó, la capitana desapareció por la puerta de la enfermería y fue caminando hasta llegar a su habitación tocó con el codo el pomo de la puerta y la abrió del todo con el pie, colocó a Ailén en su cama y fue hasta la puerta y la cerró. - Ahora será mejor que vaya al comedor y nos coja comida, ¿cierro la puerta con llave o no? N o me fío la cierro no sea que venga alguien hacer una mala pasada, además volveré enseguida-. Cerró con llave y se dirigió al comedor, a los quince minutos de haberse ido volvió con un carrito con ruedas, lleno de bastantes platos diferentes, ya que no sabía los gustos de Ailén optó por coger todo lo que había y que ella eligiera lo que le apetecía. Como pudo se sentó en la silla y mi ró a su alrededor, decidió ponerse un poco a recoger, guardó muchísimas cosas, pero paro cuando interceptó un movimiento, al girarse vio que le recibían dos esmeraldas brillantes. - ¿Estas mejor Ailén? Uy que es ese ruido veo que tenemos hambre, pues es tu día de suerte, ¿ves ese carrito? Puedes comer lo que quieras-. Los ojos esmeralda se iluminaron tanto que casi hacen caer a Xelena.
- Si estoy mejor, y tengo mucha hambre, mm huele bien-. bien -. Ailén se sentó en la cama y esperó mientras Xelena le acercaba el carrito, después cogió la silla para sentarse ella. Y Empezaron a devorar el carrito. - Tu hermano me ha contado algo-. Ailén la miró y después agachó la cabeza. Xelena se acercó y se sentó también sobre la cama con uno de sus dedos le levantó el mentón. - Hey no debes avergonzarte, siempre por algo ahí un motivo, ¿a mí me gustaría saber el tuyo? Me lo tendrías que haber dicho, te hubiera podido buscar otra prueba-. - Eso sería trampa, yo quiero hacer lo mismo que los demás, creí que podría hoy, todo ocurrió hace muchos años, creí que lo había superado-. - A veces no es que lo superamos, sino que lo enterramos y las cosas que se entierran cuando menos te lo esperas vuelven a surgir, para solucionar el problema te tienes que enfrentar a él con valentía y si necesitas ayuda solo tienes que pedirla. ¿Me cuentas el motivo de tu miedo al agua?-. - Te debe parecer de debilucha una cosa así verdad, tu no le tienes miedo a nada -. - Hey no es de debilucha, ¿y quien té ha dicho que no tengo miedo a nada?-. Ailén se encogió de hombros. - No me lo ha dicho nadie, eres de las que lo parecen, no sé bueno solo ahí que mirarte-. Eso le hizo sonrojar un poco a Xelena. "Se fija en mi, pero no en como quisiera, pero algo es algo no le soy indiferente" . - Pues me dan miedo los jabalís, pero no lo vayas contando por ahí e h, que quiero preservar mi imagen jaja-. Ailén rió. - ¿Puedo hacerte una pregunta?-. - Dispara, contestaré pero luego tu contestas a las mías- "¿Qué me preguntara?" . Xelena repentinamente se puso nerviosa, nadie nunca la había puesto así. - ¿Hoy al principio de la tarde he echo algo mal?, ¿O algo que te ofendiera? Si es así no era mi intención-. Xelena volvió a recordar ese momento de la tarde, recordó las sonrisas de complicidad que se daban Carla y Ailén y su rostro se volvió a enfurecer. Ailén vio el cambio repentino. "Otra vez le pasa igual, no tendría que haberle preguntado me la tendría que haber tragado para mi, aunque lo debo saber para no volverlo a hacer, la verdad es que ahora parece más como dice la gente, no me g usta cuando se pone así conmigo" . Ailén se sintió tan mal que comenzó a llorar en silencio, y hubo un momento que Xelena se
giró y la vio llorando y sus ojos volvieron a la realidad y dejaron el pasado. - ¿Hey Ailén por qué lloras? ¿Te sientes mal? ¿Quieres que llame al médico?-. Ailén la miró con los ojos llorosos y vio que su semblante había vuelto a cambiar. - No me gusta que estés así conmigo, ¿He hecho algo mal?-. - Tu no has hecho nada mal bonita, no tienes la culpa de nada, a veces mi comportamiento es rudo, pero por nada del mundo es tu culpa vale, y te prometo que eso no te va a volver a afectar a ti, nunca lo volveré a sacar contigo-. Ailén asintió "Opina que soy bonita" . - Ahora me tienes que contar tu miedo al agua, te hará bien así te enfrentarás al problema y así será como lo superarás-. Ailén suspiró. - Ya no importa eso, he fallado en la prueba estoy fuera, al menos no he caído en la primera-. - Claro que importa no solo para las pruebas si no para ti, además no estas fuera de las pruebas, la prueba del río la harás junto con Karina, aunque si tarda mucho quizás tu la hagas primero, y para eso tenemos que solucionar tu problema, y para poder ayudarte tienes que contármelo-. Ailén asintió.
Ailén comenzó a recordar el pasado. -Mira Ailén ven, el agua esta fresquita tócala. - Julio espera-. Ailén empezó a correr intentando llegar a su hermano, y solo lo alcanzó cuando su hermano se dejó. - Ailén quédate aquí voy a coger, esas lapas que están en las piedras-. - Yo quiero ir.. - No puedes ir, eres muy pequeña quédate con mamá.. - Si no me llevas contigo, le diré a mamá que tienes un cuchillo-. - Si se lo dices no te podré enseñar las lapas, espérate volveré enseguida-. Julio empezó a caminar hasta llegar a las rocas y empezó a pasarlas hasta que llegó a una y se agachó. Ailén se fue acercando, y
decidió entrar en el terreno de las rocas donde estaba su hermano, una vez en la tercera piedra miró hacía donde estaba su madre y ésta seguía tomando el sol, la quinta piedra estaba mojada y resbaladiza, Ailén resbaló. -Julio-.Julio se giró cuando vio caer a su hermana al agua. Se lanzó al agua sin pe nsarlo y la cogió, pero no podía nadar hasta la orilla y tampoco volver a las rocas ya que las olas golpeaban en ellas Ailén tragaba mucho agua-. - Mamá, mamá-. Devora salió disparada al agua y enseguida llegó a donde estaban sus hijos los agarró y los llevó a la orilla. Con unos primeros auxilios Ailén empezó a toser.
- ¿Ailén estas bien?-. Xelena la miraba con preocupación. - Perdona es que estaba pensando, verás recuerdo que estábamos en la playa mi madre, mi hermano y yo. Yo jugaba con mi hermano, después el se subió a unas piedras a coger no sé que, yo quería ir con él, él no me dejaba decía que era muy pequeña, que me esperara que no tardaría, lo vi su bido caminado en las piedras y agacharse, yo fue hacía allí, subí la primera piedra, y miré a mi madre y ella seguía tomando el sol, recuerdo que me resbalé y caí al mar, sentí que alguien me agarraba, Julio me dijo que fue él y que después nos cogió nuestra madre, recuerdo sobretodo el rato que estuve bajo el agua antes de que mi hermano llegara a mi, una sensación de ahogo, que aún siento cuando me ac erco a algún mar o algún río, no lo puedo evitar-. - Por aquí hay una playa cerca, que esta muy bien, podríamos acercarnos y practicar un poco, te diría aquí en el río pero esto esta lleno de soldados y sería incómodo creo que para las dos-. - Yo desde entonces no he vuelto a ir a una playa, no puedo-. - Claro que podrás, yo te ayudaré-. Ailén la miró y al final asintió. - Será mejor que te acompañe a tu habitación, mañana será un día largo-. - ¿Mañana por qué será tan duro? ¿Necesito esos consejos tuyos?-. Xelena sonrío y asintió. - Mañana os quedareis solos, os dejaremos a cada uno en un lado de la montaña y todos vosotros por si solos tendréis que volver, tenéis que orientaros, y si se hace de noche tendréis que acampar, si necesitáis ayuda solo tendréis que tirar una bengala y la ayuda acudirá inmediato, te tengo que avisar de una cosa sobre todo, para llegar aquí tienes que pasar un río pero no te preocupes porque el agua no cubre solo llega hasta las botas y es agua tranquila con cinco pisadas lo cruzas, y ya no te cuento más, ya te he contado muchísimo-. - Gracias por todo Xelena-. Ailén se levantó y se acerco a la puerta´, la abrió y salió fuera. - Buenas noches-. Xelena fue tras ella, y Ailén se dio la vuelta y la vio. - Te dije que te acompañaría hasta tu habitación y eso hago-. - No hace falta de verdad, puedo ir sola, estoy bien-. Xelena asintió y esperó a que se alejara un poco más. "La seguiré hasta que llegue sin que sé de cuenta" . Ailén fue yendo por el pasillo, y bajó dos escalones, hasta detenerse en su dormitorio, lo abrió y desapareció, Xelena se quedó tranquila, y decidió volver al suyo. Ringgggggg, Ailén se enderezó y bajó de su cama, se vistió con rapidez, y por una vez salió siendo una de las primeras, iba por el pasillo dirigiéndose a la salida, cuando tocó la siguiente alarma de aviso. Ailén se colocó en su sitio, y vio que Xelena ya estaba en el suyo y la saludó. - ¿Ya estáis todos? La prueba de hoy será distinta a las demás, solo será una prueba puede que la más dura la definitiva, las mochilas que hay allí son vuestras, en cada una de ellas hay lo mismo lo que necesitareis, la prueba consiste en resistencia y orientación, os quedareis solos en la montaña, y cuando digo solos me refiero solos, sin ningún compañero, tendréis que volver aquí, si os encontráis por el camino podéis seguir juntos, si necesitáis ayuda tan solo tenéis que coger las bengalas que tenéis en la mochilla y lanzarlas, si se hace de noche ser listos y acampar, no conocéis la montaña y no sabéis que os podéis encontrar, así que no hagáis estupideces, también tengo que deciros que no solo será volver y ya, habrá obstáculos que tendréis que superar para regresar. Coger una mochila y seguirme-. Xelena se dirigió a la furgoneta, todos fueron subiendo, dentro había un hombre que les fue tapando los ojos, y los iban dejando en diferentes zonas de la montaña, la única que quedaba por dejar era Ailén, Xelena bajó y le cogió la mano para ayudarla a bajar, y se adentró un poco más al bosque.
- Ahora te quedarás aquí, te podrás quitar la venda, cuando dejes de oír la furgoneta, tranquila no te pasara nada-. Ailén asintió, Xelena la estuvo mirando por un rato y decidió ir a dar la orden de que se fueran sin ella. "Me quedaré y vigilaré, y no voy a intervenir si no es alguna urgencia" . Ailén suspiró y se quitó la venda. Lo Lo único que oía era los pájaros que revoloteaban revoloteaban en los árboles. "¿Y ahora por dónde? Si no tengo ni idea de donde estoy, todos los caminos son iguales" . Ailén comenzó a ir cuesta abajo, sencillamente por que era más fácil. "No por abajo no, por arriba, el camino fácil a primera vista siempre es el peor. ¿Y ahora que hago?" . Xelena estaba escondida en unos matorrales cercanos a Ailén, decidió bajar un poco y tirar alguna piedra, Ailén al oír algo se detuvo. "Mejor nos alejamos del ruido, ¿pero y si es un compañero? Y si no lo es, ¿entonces qué?" Xelena vio indecisión por parte de Ailén así que tiro unas cuentas piedras más y imitó a un león. "No creo que ahora caiga que por aquí no hay leones, además no imito a ningún animal también como el león." Ailén comenzó a subir con mucho velocidad la cuesta de tanto en tanto mirando atras, estuvo horas caminando, estaba hambrienta y aún no había encontrado el río por el cual tenía que pasar. Decidió parar y descansar y comer algo que encontrara en la mochila para coger fuerzas ya que estaba agotada. Después emprendió la marcha, estaba anocheciendo ya apenas se veía, Ailén dio un fuerte grito cuando algo le cayó encima, Xelena estuvo a punto de dejarse ver, se detuvo a medio camino cuando divisó a Carla. - Perdona Ailén no te había visto, ¿té he hecho daño?- Carla tenía la linterna encendida, y alumbraba a Ailén y ésta intentaba taparse taparse un poco ya que la deslumbraba la luz. luz. - Estoy bien, solo ha sido el susto-. Carla posó la mochila en el suelo y se sentó, Ailén hizo lo l o mismo. - Tendrías que acampar, como Xelena quiero decir la capitana dijo no conocemos estas montañas no sabemos lo que nos podemos encontrar, y sea lo que sea es mejor encontrárnoslo de día -. - Si tienes razón-. Ailén abrió la mochila y saco el saco, se introdujo en el ya que empezaba hacer frío, Carla se levantó y cogió leña con ayuda de la visión de la linterna y encendió una acogedora fogata, cosa que Ailén agradeció. - ¿Conoces mucho a Xelena verdad?-. Carla la miró y le sonrió. - ¿Qué te hace pensar eso? Bueno si nos conocemos-. Xelena se acercó más para poder oír la conversación. - Me lo hace pensar por muchas cosas, ¿y ella siempre ha sido así? -. - ¿Así cómo?-. Carla también se metió en el saco, hacia frío pero n o lo quería reconocer. - Pues así, fuerte su carácter sobre eso te pregunto-. - Si siempre ha sido así, desde que era niña-. - ¿Así que os conocéis desde que erais niñas?-. - No te tenía por una curiosa jaja, éramos vecinas-. Ailén bajó la cabeza avergonzada. - Hey que era broma que me da igual que me preguntes-. - ¿Tiene novio?-. Carla repentinamente se puso a reír, sorprendiendo a Ailén que no sabía el motivo. Onceava parte Carla estuvo varios minutos riendo, y Ailén ya empezaba a sospechar que le faltaba un tornillo o dos, o tres. - Perdona pero no lo he podido evitar, es que he intentado imaginar a Xelena con novio, y ha sido notablemente cómica, decisivamente a tu pregunta tengo que contestar c ontestar que no-. - ¿Y por qué es cómico que tenga novio? Yo lo encontraría muy normal, lo que no es normal es que no tenga novio, no ahí más que mirarla-. Carla se la quedó mirando. - ¿Así que no hay más que mirarla eh?-. "¿Y ahora que le digo?" . Xelena se acercó más, estaba deseosa de escuchar la contestación. - Pues eso que la miras y dices guaoo, es preciosa, es la clase de chica que impone, muchos chicos seguro que van detrás de ella-. "¿Yo he dicho eso?, si lo he dicho, pero es toda la verdad" . - Si, si lo es, pretendientes tiene, pero digamos que no son, como diría no son lo que se dice de su tipo, así que está soltera y sin compromiso, sabes siempre he querido decir esa frase jaja, yo también estoy
soltera pero nunca lo había dicho, ¿y tu tienes novio?-. Xelena también estaba esperando con ansias esa contestación, que no tardó en llegar, y que la alegró. - No tengo, y no he tenido a muchos pretendientes, pero además yo he pasado mucho de eso, y me ceñí a los estudios-. - No me creo que no hayas tenido muchos pretendientes, si la mitad del campamento babea por ti -. Ailén se sonrojó y no supo que decir. - Gracias, pero no lo creo-. Ailén se tumbó mirando las estrellas. "Esto esta realmente bien, pero hace un frío, y me parece que tengo una piedra debajo" . - Eh lo digo enserio, ¿qué pasa que no te miras al espejo o qué? Tu también eres de las de guaoo, como tu dices, hazme caso que yo de eso entiendo jaja-. Carla río. - Si me miro jaja, gracias de nuevo-. "¿Me estará tomando el pelo? Es más simpática ahora que en el campamento, aunque no había hablado tanto con ella, me pregunto si será verdad, sobre lo que cuentan sobre ella" .
- No me las tienes que dar es la verdad, ahora será mejor que descansemos, mañana partiremos pronto cuando amanezca, seguro que llegamos primeras-. - Sí buenas noches-. Ailén cerró los párpados, y enseguida se quedó dormida. Xelena no salió de su escondite hasta que comprobó que Carla se había dormido. "Hoy tenemos noche
helada, menos mal que me he cogido mi polar, Carla tienes mucho que aprender te podrían matar cuando duermes" . Miró hacía Ailén y vió que temblaba, así que se quitó con delicadeza su mochila y sacó
una manta y se la echó por encima, Ailén dejó de temblar, puso más leña al fuego, se calentó las manos, y se sentó, fue pegando cabezadas, hasta que supo que pronto amanecería, así que recogió la manta que le había puesto Ailén por la noche y se volvió a esconder es conder en los matorrales, Carla no tardó en despertar y despertar a Ailén, se levantaron y se pusieron en marcha, llegaron al río. "Que bien ya estamos llegando, tengo ganas de pegarme un ducha larga y caliente mm y comer" .
- Bien una vez pasado el río todo va cuesta abajo, creo que nos no s estamos acercando si no me falla mi orientación, así que si no descansamos otra vez llegaremos en poco tiempo, aligeremos el camino, que seguro que no soy la única que quiere una ducha-. Ailén Ailé n asintió, a la hora comenzaron a divisar las casetas, y oían voces por detrás, así que sacaron todas las fuerzas que les quedaban y comenzaron a correr, Xelena también corrió y las adelantó a las dos, llego al campamento e intentó regularizar sus respiraciones para cuando aparecieran. Ailén y Carla llegaron a su lado y se doblaron, sus respiraciones eran aceleradas. - Sois las primeras enhorabuena-. Empezaron a caer gotas.- Habéis tenido suerte, cuando llueve se pone feo allí arriba, miren ya viene los segundos-. Ailén miró y divisó a un grupo de chicos entre ellos a su hermano y le saludó, Julio puso cara de sorprendido y acabó echándole una sonrisa. - Ya podéis entrar, no tenéis que esperar a que lleguen los demás, esa parte solo me toca a mí-. Dijo con pesar Xelena. - Bien me marcho a la ducha, nos vemos-. Carla se fue alejando, Xelena miró a Ailén esperando que se fuera, pero esta no sé iba. - Prefiero quedarme, sino te molesta-. Xelena sonrió. - No me molesta para nada- Ailén asintió, paso su hermano por al lado y se chocaron la mano, iban viniendo grupitos, pasó una hora cuando por fin regresaron los demás. - Bueno ya podemos entrar, va a empezar a llover fuerte, además supongo que te querrás duchar, seguro que aún esta Carla-. Dijo eso último riendo. - Seguro que están llenas, ¿a ti ya te han arreglado la tuya? ¿Por qué crees que Carla debe de estar aún en la ducha? Hace mucho que entró-. "Que le digo jaja, es que Ailén veras Carla disfruta de las vistas, no eso no" . - Si me la han arreglado, a Carla le gusta mucho el agua, quiero decir, que estaba muy cansada y el agua caliente te relaja-. "Creo que eso colara, al menos por ahora" .
- Ah-. Xelena notó la pizca de desilusión en su rostro. "¿Pero por que?" . - Pero me parece que aún hay problemas con el agua caliente, para regular y eso-. "Seré mentirosa, no sé si soy mejor o peor que Carla, voy a tener que aguantar otra vez sus burlas" . - Si quieres, te espero y vamos juntas-. Xelena asintió fue a recepción y firmó, un par de cosas, después se dirigió a su habitación cogió lo necesario, y se fue para las duchas, allí en la misma puerta le esperaba Ailén, dentro solo quedaban dos chicas una de de ellas era Carla. - Tenias razón, se va a arrugar-. Xelena asintió, Ailén se acercó a uno de los banquillos y empezó a desnudarse, Xelena ya estaba en la ducha, resbalando el agua por su espalda. "Que rápida que es, pero sí ha entrado detrás de mí" . - Bueno Carla, ya es hora de que vayas saliendo, mucha agua es mala-. Carla la miró y después ojeó a Ailén y sonrió. - Como que aún me queda algo de suciedad, así que tengo que estar más aquí ¿no la ves?-. Xelena sabía que esa última pregunta tenía doble significado y inconscientemente miró a Ailén. - Si la veo, ahora haz el favor de salir, sabes te tendría que poner en una ducha para ti sola-. - Jaja soy inofensiva, y tu que capitana, la tuya ya esta arreglada-. Ailén escuchó ese último comentario, y decidió contestar. - Es que aún tiene problemas con el agua caliente, perdona por colarme en la conversación -. - Sí problemas con el agua jajaja-. Xelena le echó una mirada furiosa a Carla y A ilén una curiosa. - Bueno chicas, yo me voy no vaya a ser que alguien me acabe ahogando, que os sea leve jaja-. Ailén arrugo el entrecejo "Yo a esta chica no la entiendo" . Carla salió a secarse y en un segundo estuvo lista y salió de las duchas. - Sabes hay veces que no la entiendo, no sé si yo soy tonta o que-. - No hagas mucho caso, utiliza menos partes del cerebro-. Rieron bastante ante es comentario. - ¿Sois como hermanas? Quiero decir os conocéis mucho, desde pequeñas, supongo que os debéis querer, no me contestes si no quieres-. - Si prácticamente somos como hermanas-. Xelena salió de la ducha y se empezó a secar, Ailén salió detrás a los pocos minutos. - ¿Eres hija única? Yo no, ya sabes esta Julio, no tengo más-. - No, tengo un hermano que hace un tiempo que no lo veo, porque se marchó bastante lejos, y una hermana a la que por nada del mundo quisiera volver a ver, Carla es para mi la verdadera hermana-. - ¿No tienes ganas de ver a tu hermano? ¿Y por qué no quieres ver a tu hermana?-. - Si tengo ganas de ver a mi hermano, pero vive lejos y no salgo mucho de aquí, y en cuanto al tema de mi hermana no lo quiero hablar-. Eso lo dijo con un tono más rudo. Hubo un incomodo silencio, mientras se vestían. Ya saliendo de las duchas Xelena rompió el silencio. - Ailén siento la contestación brusca de antes, es un tema del que no me gusta hablar y que pretendo olvidar. Mañana descansareis y diremos quienes habrán superado las pruebas, y he pensado que como tienes el día libre y yo también podríamos ir a la playa a solucionar ya sabes tu problemilla, si quieres claro-. "Que hago, le digo que si o que no, bueno quizás un día en la playa tomando el sol no este mal, además ya ha llegado mi ropa ro pa y tengo mi bañador, además será divertido" . - Si quiero, ¿a qué hora quedamos?-. Ailén ya deseaba que fuera mañana. - Haber a las ocho se dirá lo de las pruebas, después estarán los lloriqueos y las preguntas estúpidas, creo que sobre las nueve ya podremos partir, ahora tengo que hacer unos papeleos y unas revisiones finales, nos vemos mañana-. Ailén asintió, y vio alejarse a Xelena. Decidió dejar todo en su habitación y buscar a su hermano ya que desde que estaban aquí, no habían tenido ocasión de hablar mucho, estuvo horas buscándolo sin hallar resultado, era como si se hubiera esfumado. "Dónde se habrá metido este loco, como se meta en algún lío, ¿y si pregunto en recepción? Quizás sepan por donde anda" . Ailén mientras se dirigía a recepción conoció a un chico que solía ir con su hermano, así que se acercó a el. - ¿Perdona has visto a Julio?-. El chico sonrió y asintió. - Si estaba hablando con un general sobre no sé que, ¿tú eres su hermana verdad?-.
- Si mi nombre es Ailén ¿y el tuyo?-. - Ezequiel, encantado, tu hermano me ha hablado mucho de ti, no te entretengo más ves a l segundo nivel por ahí andaba hace poco-. - Lo mismo digo, y gracias Ezequiel-. Ailén empezó a subir las escaleras, una vez arriba empezó a mirar por todas las direcciones y lo vio, tuvo que correr un poco para alcanzarlo. - Julio espera-. Julio paró, y esperó a su hermana. - Hey hermanita, ¿cómo estas? Ya pronto tocara la alarma para cenar, vamos yendo para ya-. Julio empezó a caminar seguido por Ailén. - Estoy un poco cansada, pero bien, ¿y tu? Desde que estamos aquí no hemos hablado mucho, me ha dicho Ezequiel que estabas por aquí-. - Estoy igual que tu, tienes razón no hemos hablado mucho, sabes me esta gustando esto, he echo amigos, sabes esto es tan diferente, siento que encajo, madre tenía razón, a Ezequiel le gustas jaja-. Julio le empezó a dar golpes con el hombro. - Para ya, pareces un crío, yo también me siento bien aquí-. Ailén sonrió. - Lo estas haciendo genial, me estas dejando flipao, alardeo de hermanita jaja, por cierto ¿te llevas mucho con la tal Carla no?-. A Ailén le pareció más una afirmación que una pregunta pero decidió contestar. - Si es maja, y un tanto rara a veces, pero me cae bien -. - Mira ten cuidado y no le des mucha bola, he oído muchas cosas sobre ella y no son lo que se dicen buenas-. - Julio como te atreves a decir eso, y lo que decían de cían de nosotros, nosotros esto ya lo hemos vivido-. - Tienes razón lo siento Ailén, si tu dices que esta bien, esta bien ok-. Se oyó la alarma, justo cuando Julio y Ailén estaban enfrente del comedor, entraron los primeros en cuanto las puertas correderas se abrieron. - Nos vemos hermanita-. Julio se fue al asiento que siempre solía ocupar, y Ailén hizo lo mismo. Xelena se adentró por el comedor y ocupó su asiento de capitana junto los demás capitanes, una vez acomodada su vista se puso sobre Ailén, y aprovecho que Ailén no se daba cuenta para observarla. "Es mona, nunca he conocido a nadie como ella, no es mi tipo no puede ser, pero es tan dulce y preciosa, me hace sentir tan bien a su lado, es tan diferente de Jenny" . Ailén sintió que alguien la observaba y esa esa sensación ya la había vivido. "Debe de ser ella, siento cosquillas en la nuca, me hace sentir tantas cosas, ¿qué me esta pasando?" . Ailén decidió quitarse la
duda, pero no sé equivocaba era ella, Xelena al verse pillada apartó la mirada avergonzada con un poco de sonrojo en sus mejillas, ahora era el momento para Ailén. "Que fuerte es, y que mirada tiene, es hermosa, y tiene un cuerpo" . Ailén empezó a sentir calor, sus mejillas estaban sonrojadas. "Oh estoy excitada, es la primera vez que yo me, me, como es posible, aunque con ese cuerpo es normal, tengo que pensar en otra cosa, es tan difícil" . Llegó el día deseado y temido por Ailén, y no solo era por saber si había pasado las pruebas. Ailén despertó antes, cosa que notablemente le sorprendió, se vistió y salió a fuera, a que le diera el aire, muchos capitanes ya rondaban por fuera, pero su atención fue a una capitana en concreto. Xelena se dio cuenta de que la estaban observando, y al ver quien era se fue acercando.
- ¿Que haces ya despierta? Aún falta una hora-. Xelena se colocó bien la g orra y se quitó las gafas de sol. - No podía dormir más, ¿por qué llevabas gafas de sol?- Xelena sonrió. - Pues porque así no me molestan tanto-. Hizo un gesto con la cabeza señalando a los demás capitanes. Ailén imitó el típico alzar de cejas cejas de Xelena. - ¿Quieres ir a dar una vuelta? Aún queda-. Ailén asintió, y comenzaron a caminar, fueron al mismo sitio donde se conocieron, y Xelena se sentó en la hierva, Ailén la imito, Xelena señaló hacía un lugar, donde había una figura haciendo ejercicios. - ¿Quién es?-. Ailén intentaba ver algún rostro conocido, pero desde donde estaba no lo conseguía ver
bien. - Carla, cada mañana o casi cada mañana entrena-. Xelena al ver asombro en el rostro de Ailén, se empezó a sentir incómoda. - Ve con ella si quieres-. Eso lo dijo con un tono bastante frío, que no pasó desapercibido por Ailén, volvió a tener esa sensación que tanto le angustiaba. - Me quiero quedar aquí, sino te molesta claro-. Ailén también fue más fría de lo que quiso. "¿Por qué hace eso? ¿Es por mi culpa? Siempre pasa por algo que tiene que ver con Carla, ¿Pero por qué? Quizás es casualidad, no sé" .
- A mi no me molesta, sabes quizás sería mejor que fueras con Carla a la playa, ya que te llevas tan bien con ella-. Replicó Xelena fríamente. - Sabes no te entiendo, estas bien conmigo y cuando menos me lo espero me vienes con esas, sabes... -. Ailén se levantó desilusionada y bastante bastante dolida. - Vete a la mierda, ya no me importa si he pasado o no he pasado las pruebas, me largo de aquí-. Ailén se fue corriendo, y corrió aún más cuando las lágrimas empezaban a salir. "Seré zorra, tengo que controlarme más, ella no tiene la culpa de nada, tengo que arreglarlo" . Fue a
buscarla, y paró cuando oyó la alarma de aviso, comenzó a caminar con más velocidad llamando a Ailén, no tenía respuesta, se oyó la segunda alarma los soldados comenzaban a formar, entonces es cuando Xelena decidió. "A la mierda todo" . Se fue alejando de su escuadrón, buscó por los lo s sitios en que creía que podría estar, y no la encontraba. "¿A ver qué me dijo que le gustaba? ¿Qué era lo que sabia tanto hacer? Los árboles" . Comenzó a mirar los árboles, los que estaban más alejados del jaleo. "¿Vamos guapa dónde estas?" Xelena se detuvo, y se concentró en todo su alrededor en todos los sonidos, hubo uno que le llamó la atención así que lo fue siguiendo, el sonido se fue apagando, decidió mirar hacía arriba de los árboles, y allí la vio, subida en uno de ellos. Xelena también era buena trepadora, así que empezó a trepar todo lo rápido que pudo, Ailén se dio cuenta de quien era quien subía y s ubió un poco más hasta unas ramas más finas, se sujetó por donde pudo. Xelena lo entendió, y llegó a donde antes había estado Ailén y se sentó. - Están todos allí esperando, supongo que se habran quedado sorprendidos, cuando me he ido corriendo, y he pasado de ellos ja-. No hubo respuesta. "Esto es más difícil de lo que pensé, ¿por qué me complico tanto la vida?" . - Tu hermano debe de estar preocupado pensando en donde te has metido, por no verte allí, siento lo de antes-. Seguía sin haber contestación. "Quieres más" . - Mira me habré levantado con el pie o la pierna equivocada, soy gili que le vamos a hacer, me puedes decir lo que quieras pero háblame-. Ailén se secó la cara para que no quedaran rasgos de sus llantos, la miró por un momento, intentando así poder encontrar algo que decirle. - ¿Por qué eres así? ¿Por qué eres así conmigo? ¿Hago algo mal?-. Xelena pensó mucho sobre esas preguntas. - Tu no has hecho nada Ailén, soy yo, lo siento, mi comportamiento contigo es intolerable, te pido que me perdones-. "No me lo cuentas, ¿por qué?" . - No has respondido a las dos primeras preguntas, gracias por contestar al menos a la tercera, y ahora vete te están esperando-. "No puedo dejar esto así, por mí por ella, ¿pero qué digo? Ella no se merece ninguna mentira" . - Yo no puedo contestarte a esas preguntas al menos aún, no estoy preparada y dudo que tu también los estés para escucharla, pero te prometo que cuando lo este te las contestaré y ahora por favor ven conmigo-. Xelena comenzó a oír las ramas crujir, y de un momento a otro Ailén comenzó a caer, Xelena cogió una de sus manos. - Xelena no me sueltes-. Ailén estaba asustada era un árbol demasiado alto, y tubo una extraña sensación, que no fue ella solo la que la sintió. - Y tu no sueltes mi mano-. "Esto ya me ha pasado antes, pero era un poco diferente". "¿Dónde he vivido esto?" Xelena comenzó a tirar y tirar la cogió también por el brazo y la consiguió subir, Ailén por puro
instinto se abrazó con todas sus fuerzas a Xelena. - Tranquila Ailén ya ha pasado-. Ailén se apartó un poco, pero solo u n poco para conseguir ver aquellos ojos que veía en sus sueños, después volvió a intensificar el abrazo, su cara llegaba al cuello de Xelena. "Que bien huele mm" . - Me encanta estar así de verdad, pero tenemos que ir yendo, además si quieres aún ir a la playa, se nos hara tarde-. Ailén asintió, con pesar de las dos se separaron, y Ailén fue la primera en bajar, después Xelena, fueron caminado hasta llegar a todo el escuadrón lleno de puros nervios y quejas, quejas que fueron apagadas, cuando Xelena les lanzó una mirada, Ailén se puso en fila, si pasar desapercibida la mirada de interrogación que le lanzó Julio. - Bien siento la demora, os pondré la hoja aquí, así la podréis ir mirando todos e iremos más rápido, no quiero lloriqueos que ya tenemos edad-. Xelena esperó hasta que todos fueron mirando si habían pasado las pruebas, había gestos de desagrado, Julio miró la puntuación de sus pruebas y las de Ailén y sonrió, se dirigió asta su hermana, y se lo comunicó. - ¿Qué dices? Sí la del río no lo pasé-. Ailén estaba sorprendida, y le iba echando miradas a Xelena, Xelena le sonrió y le guiñó un de sus ojos, o jos, no pudo acercarse ya que las reprimendas de algunos comenzaron a salir, rodó sus ojos mirando a Ailén, y ésta le sonrió, Xelena se volvió para los que le llamaban. - En la prueba del río tienes una raya quizás, pero abajo pone que has pasado, me voy a llamar a mamá ¿vienes?-. Julio estaba contento y emocionado. - Si, vamos rápido, que después tengo planes-. Se fueron a la primera cabina que encontraron, Julio se metió las manos en los bolsillos, y acabó mirando a su hermana. - Alguna monedita, ando pelao-. Julio le hacía gestos con la mano y no dejaba de sonreír. - Tendrás cara, seguro que querías que viniera porque sino, no podías llamar, anda ten-. Mientras llamaban, Xelena se ocupaba de explicar el motivo del por qué no habían pasado las pruebas. Doceava parte Ailén y Xelena ya estaban rumbo a la playa playa más tarde de lo que pensaban, pensaban, pero tenían tiempo de sobras, se oía de fondo la radio. - Y ahora para los más melancólicos Imagine, disfrútenla-. El reportero de la radio anunció la canción en pocos segundos se oyó la primera entonación, Ailén empezó a cantarla en voz baja. - ¿Te gusta esta canción?-. Ailén se dio cuenta, y se puso colorada. - Si me gustan algunas canciones de John Lennon, sobretodo las más conocidas las que han tenido más éxito y Imagine es una de ellas, ¿es qué no la escuchas? Es preciosa, ¿te gusta a ti John?-. John? -. - Me gustan algunas canciones de él, pero no sé si son las conocidas-. Ailén puso cara de incrédula. - A ver que me aclare, como no vas a saber si son las conocidas, eso no es muy normal, en que planeta vives, por ejemplo Imagine todo el mundo la conoce es una de las más famosas, las más famosas son la que más suenan, No te lo tomes a mal pero de verdad sorprende-. Xelena río hasta quedarse a gusto. - Si Imagine la he escuchado un par de veces, creo que vivo en el planeta tierra jaja-. Ailén sonrió también. - ¿A ver que canciones te gusta de Lennon? No me digas todas las que te gusta, dime una o incluso dos-. "¿Vamos a estar todo el trayecto de Lennon? Bueno peor es nada" . - Me gusta Mind Games, y Stand by me, y un par más-. Ailén asintió, comenzó a oler, al mar, al agua salada. - Son conocidas ves jajaja-. Xelena sonrío y se le ocurrió decir algo, pero dudaba entre decirlo o no. - Menos mal que te tengo a ti, para decirme si las canciones que me g ustan son conocidas o no, no me gustaría que la gente pensara que soy una extraterrestre-. Ailén se sintió en ese momento ridícula. "Se lo ha tomado mal, soy idiota, no tienes tanta confianza para sacar tu humor" . Ailén se quedó en silencio, cuando Xelena iba a hablar, fue cortada por Ailén.
- Sabes por un momento pensé que lo decías en serio, ¿eres un poco retorcida lo sabías? Tienes un sentido del humor fuera de lo común-. - Sabes eres la primera que lo capta a la primera jaja, justo cuando te iba a decir que no te lo tomaras a mal que era en plan cachondeo me saltas con eso-. Xelena aparcó el coche y salió la primera, Ailén también salió cogió su mochila, y siguió a Xelena de cerca, esta se metió entre una cueva de rocas, Ailén la pasó un tanto dudosa, pero se alegró de haber pasado cuando vio, lo que le esperaba al final del camino, una pequeña cala vacía, con una mar relajada. - Que bonita-. Xelena dejó su mochila en el suelo extendió la toalla, se sacó los pantalones cortos que llevaba junto su camiseta de tirantes y quedó en un bikini azul, que resaltaba su figura y que hacía conjunto con sus ojos. "Seguro que lo han diseñado exclusivamente para ella, no me imagino que quede ese bikini también a alguien que no sea ella" . - Si es preciosa la descubrí cuando tenía quince años, nunca se la enseñe a nadie, eres la primera, ¿traerás crema verdad? Aquí el sol pega fuerte y de por si eres muy blanca-. - Si traigo, suelo ponerme como una gamba, en cambio a ti no sé te notara mucho más, ya estas morena-. - Esto no es nada, me suelo poner más, solo que no he tenido tiempo para tomarlo como es debido-. Ailén colocó su toalla cerca de la Xelena y se empezó a quitar la ropa, ella llevaba llevaba unos vaqueros desteñidos y una camiseta lila, con redondas en azul marino. "Seré idiota tengo vergüenza de que me vea en bikini, cuando ya me ha visto sin él" . Con eso se lo quitó todo con más rapidez, su bikini era de un color lila pálido, Xelena ya estaba remojándose, Ailén aprovechó para ponerse un poco de crema solar. - Vamos Ailén date prisa el agua esta en su punto-. Xelena ya se había introducido. - Eh, esto prefiero tomar un poco el sol, quiero coger color-. Xelena subió una de sus cejas, y salió del agua, Ailén ya se había tumbado en la toalla con los ojos cerrados solo los abrió cuando le empezaron a caer gotas de agua y después un chorro. - Que-. Al abrirlos se encontró a Xelena que estaba escurriendo su cabello sobre ella. - Hemos venido aquí a solucionar tu problemilla con el agua, desde la toalla no lo vas a solucionar, co nfía en mi yo te voy a agarrar y no te voy a soltar, y el sol lo puedes tomar dentro, yo donde más cojo color es dentro-. Le extendió la mano, puso su cara más dulce y cálida, Ailén ante eso por más que quisiera no sé pudo negar. Agarró esa mano y fue levantada en un periquete, cuando se iban acercando y sus pies n otaron él frío tacto del agua y la tierra húmeda comenzó a temblar y a respirar con dificultad, Xelena al darse cuenta de eso paró, y la miró a los ojos intentando trasmitirle confianza. Al ver que eso aún n o ayudaba, decidió abrazarla, al notar que su respiración se normalizaba un poco decidió levantarla un momento y adentrarse con ella, el agua le llegaba a Ailén por la cintura, a ella por las rodillas más o menos. - Tranquila tocas suelo, y te tengo agarrada, ves no te pasa nada, no te voy a soltar, mírame Ailén no mires al agua mírame a mi-. Ailén le obedeció, eso le hizo h izo sentir mucho mejor, se sentía a salvo. "No pasa nada, no me va a soltar, toco el suelo" . - Escucha Ailén hoy no vamos hacer nada más que estar aquí, un rato vale, iremos a poco a poco-. "Confió en ella, no me va a pasar nada" . - Quiero hacer algo más, confió en ti-. Xelena la miró para asegurarse, al ver seguridad se atrevió a dar otro paso. Extendió sus brazos en el agua. - Súbete mirándome a mí, si puedes aunque tienes que estar tumbada, te prometo que no te voy a soltar-. Ailén asintió y se subió, Xelena esperó un momento para moverse quería que se acostumbrara. "Si será mejor empezar por aquí, después si quiere seguir lo haremos al revés, primero era mejor que me mirara" . Xelena se empezó a adentrar más, hasta que la cubriera hasta la cintura o un poco más, así no
tenía que estar doblada, se fue moviendo con delicadeza de un lado a otro, mostrando confianza en su rostro. - Lo estas haciendo genial, Ailén eres muy valiente, ahora vas a mover un poco los brazos extiéndelos
como si fueran dos alas, muy bien muévelos con suavidad, así muy bien -. Ailén le fue obedeciendo, cuando Xelena lo encontró oportuno se fue acercando otra vez a la orilla, hubo un momento que Ailén no tocó agua y miró hacía abajo, estaba a unos centímetros del agua, después la puso de pie. - ¿Sin el agua peso mucho eh?-. Xelena sonrió. - Noo, tu no pesas nada, me era más fácil llevarte así, porque traerte desde dentro, me tenia que agachar y era incómodo-. Salieron un rato a tomar el sol, después seguirían con los ejercicios, comenzaron a hablar como si se conocieran de toda la vida, se sentían bien la una con la otra. Habían pasado casi todo el día en la playa, y había sido maravilloso, ya estaban en el coche en el trayecto al campamento. - Sabes Xelena debe de ser muy hermoso quedarte hasta la noche y ver las estrellas tumbada en la arena y tocar con las manos el tacto de la arena, pero eso si sería más hermosa con alguien especial al lado-. - Si ese plan tiene buena pinta Ailén, debe de ser muy tranquilo-. La conversación se acabó, y comenzó a hacerse incómodo para Ailén. "¿Qué puedo decir que no sea una gilipollez y sea interesante? Algo para entablar conversación de nuevo" . - ¿Mañana que se ara?-. Xelena le echo una ojeada mientras conducía. - Pues verás cuando lleguemos muchos de los que no han pasado, ya no estarán, y mañana supongo que se hará un poco de juegos militares, pero no te preocupes son inofensivos-. Ailén asintió más relajada. "Uf ya me gustaría a mi saber, de que van esos juegos" . - ¿Has estado enamorada alguna vez?-. Xelena al escuchar esa pregunta pegó un salto, y se le fue u n poco el coche, de inmediato todo volvió a la normalidad. - Perdona seguramente el asfalto estaba mojado, respondiendo a tu pregunta lo estuve o creo que lo estuve-. "Vaya de ese tema no sé puede hablar, ahora siento curiosidad". "Ha tenido que sacar eso, de cualquier tema ese, será mejor que esta e sta vez la entable yo" . Justo cuando Ailén iba a hablar, Xelena se le adelantó. - ¿Y dime Ailén que hacías en los ratos libres? Cuéntame un poco de ti-. Ailén con sorpresa asintió. - Pues yo lo que hacía en mis ratos libres, era estudiar o escuchar música, o me iba a dar una vuelta por el bosque, no sé que más contarte no soy tan interesante como tu -. A ese último comentario Xelena no tuvo más remedio que reír. - Va no soy tan interesante solo me lo hago ver jaja, seguro que me puedes contar más cosas, dime alguna anécdota seguro que tienes que tener muchas -. "Si tu supieras" . - Pues ahora no caigo en ninguna, No he tenido amigas, así que por ese lado no tengo ninguna anécdota que contarte, no he tenido novio quizás algún u otro tonteo pero desaparecían al poco tiempo, así que no se me ocurre que contarte, ¿quizás ahora te parezca aburrida eh?-. "Es imposible que una chica como tu no tenga amigas o haya salido con nadie, ¿me estará mintiendo? ¿Pero si lo hace por qué? ¿Qué sacaría con ello? Nada en absoluto. No, no me esta mintiendo, solo ahí que mirarle a la cara" .
- Hey me cuesta creer eso, pero si eres una chica muy dulce y simpática y muy bella, seguro que tienes que tener mucho admiradores y admiradoras, y seguro que muchas chicas se quieren acercar a ti para ser tus amigas, pero se sienten inferiores a ti, y no me mires así, esas cosas suelen pasar-. Ailén se había sonrojado, nunca nadie en la vida le había dicho esas cosas, que en su más profundo ser la hicieron sentir francamente bien. - Gracias, es el mejor cumplido que me han hecho en la l a vida-. "Por no decir el único". "¿Qué escondes Ailén?" . - No he dicho nada que no sea verdad-. Ailén se volvió a sonrojar, y Xelena se admitió a sí misma que le gusto esa reacción. - Ya hemos llegado, parece que hay fiesta-. Xelena prestó más atención a los soldados cuando fueron entrando, cogiendo cada detalle. - Parece que también hay alcohol, algunos ya les empieza a hacer mella-. Aparcó el coche y Xelena fue la primera en bajar, antes de que bajara Ailén, se acercó Carla. - Guoo, Carla me has asustado-. Carla río, se apoyó en el coche, y veía como Xelena sacaba todo del capo.
- Lo siento, ¿dónde habéis estado chicas?, Ya veis aquí sé ha montado un fiestorro, yo más que nada me río de los niñatos, de las chorradas que dicen-. - Ya lo veo, ¿no ahí ningún sargento o capitán por aquí?-. Ailén salió del coche, a coger la mochila que Xelena le pasaba, se la puso en la espalda, y comenzaron a caminar, en dirección a las casetas para dejar todo, Carla les acompañaba. - No, creo que no hay nadie, bueno ahora tú en cuerpo presente, y que presente jaja, ¿Hey Ailén tu me entiendes eh?-. Decía Carla mientras con su hombro chocaba el de Ailén. Ailén sonreía sin saber muy bien de que iba, se sentía tonta. - Cierra el pico Carla, o tendré que cerrártelo yo-. Xelena se paró en el pasillo para quedar cara a cara con Carla. - ¿Y con qué me lo vas a cerrar?, mmm tengo en mente un par de posibilidades, ¿quizás me convenga seguir eh capitana? Hace mucho tiempo que nadie me lo cierra-. "Creo, bueno ahora estoy segura que Carla esta tonteando, ¿pero y Xelena? Ahora entiendo el por qué a Carla le gusta mucho quedarse en la ducha, dios Xelena pensara que soy una pringada" . Xelena se acercó a Carla más fieramente.
- Creo que estas más bebida de lo que aparentas, creo que tendrías que ir a dormir la mona, y no quieras saber con que te iba a tapar la boca, porque te aseguro que no iba ser placentero-. - Uu esa es la Xelena fiera que conozco, oye o ye que os dejo solas me piro ok, no molesto más así que tranquila fierecilla ja-. - Lárgate ya-. No falto decir nada más, Carla se dio media vuelta y volvió a ir a la fiesta, Xelena al ver que la gente estaba subida de tono prefirió acompañar a Ailén a que dejara sus cosas, después que las hubiera dejado ella. Xelena entonces tubo una descabellada idea, no creía que Ailén la fuera aceptar, pero eso no le importo mucho. - Ailén, podrías venirte a mi habitación a dormir, sé que aquí no podrás, además los chicos y chicas ahora es cuando se dedican hacer bromitas, por decirlo de alguna manera-. Xelena no sabia donde mirar, Ailén por su cuenta se sorprendió, pero no le pareció mala idea, al contrario, no quería ser víctima de esas bromas, así que aceptó de inmediato, asta con punto de alegría. Cada vez que se acercaban más a la habitación de la capitana se oí mucho barullo, Xelena abrió la puerta por cortesía dejó pasar antes a Ailén, la habitación como pudo ver Ailén seguía tan desordenada como la primera vez que la vio. - Ponte cómoda y pon tus cosas donde puedas-. "Si como no sea encima de las tuyas" . Xelena pareció leerle en pensamiento, pues cogió una gran montaña de ropa de encima del pequeño escritorio para colocarla en el suelo. - ¿Quieres beber algo?-. Ailén se lo pensó. - No hace falta, tendrías que salir para ir a buscarlo-. Xelena se la quedó mirando, y sin decir nada, salió por la puerta. Volvió tras veinte minutos de su ida. - Tenia que ir a ver que hacían igualmente, me han colocado el marrón a mi en cierta manera, además me apetecía beber algo-.Ailén se empezó a sentir más tímida de lo normal, volver a estar allí, sentada en la cama de la capitana, y esta misma enfrente sentada en una silla, le hacía sentir cosquilleos en el interior que no tenían explicación para ella. Xelena le pasó un vaso de plástico con un líquido en el interior, Ailén lo cogió, y le dio un ligero sorbo, después seguidamente empezó a toser, Xelena no pudo aguantar la risa. - ¿Qué es esto? -. Ailén le gustaba ver reír así a Xelena, "se le ve más humana, como en la playa, no como un robot, como suele ser su faceta de capitana, o como es con otras personas" . - ¿No eres muy dada a beber eh? es una bebida muy sencilla se trata de mezclar, te vi tan co nvencida cuando fuiste a beber, que no te advertí que lo bebieras con sorbitos cortos-. - Es que no suelo por no decir que no n o bebo alcohol, no sé que creía que seria una mezcla de Coca Cola
con Fanta, o incluso gaseosa o algo así, ya que olía a eso, por eso iba confiada, la verdad es que no sabe tan mal-. Ailén volvió a dar otro sorbo pero esta vez con pocas cantidades, al acabar el vaso, ya empezó a sentir bastantes mareos. "Por que se moverá tanto de la silla, es preciosa" . - No te muevas Xelena, me mareas, y ya de paso le podrías decir a tu habitación que dejara de dar vueltas-. Xelena comenzó a reírse de nuevo, se levantó de la silla y se sentó en la cama con Ailén. - ¿Te encuentras bien Ailén? Te tendría que haber traído un refresco, o al primer sorbo habértelo quitado y traído otra cosa-. Xelena le acarició la cara mientras le sonreía. - Estoy de maravilla, sabes eres preciosa-. Xelena dejó de sonreír y empezó a mirar fijamente a los ojos de Ailén intentando llegar a saber cuanta verdad tenían esas palabras. - Tu también eres preciosa y adorable, y también creo que estas bastante borracha ahora acuéstate, yo voy a echar la última ojeada, a los alocados de allí fuera-. Ailén solo asintió. Xelena al salir afuera se encontró lo de cada año, chicos durmiendo la mona por los suelos, otro tanto peleándose, otros bailando no coordinando muy bien los movimientos, otros que faltaban que se había ido a dormir seguramente. - Hey escuchar, a partir de lo que hagáis ahora no es problema mío, así que si no queréis ser expulsados por la celebración de haber sido aceptados, os daré un consejo dejadlo aquí, ya son más de las tres y media, y más vale que no estéis tan bebidos como paro no entender lo que sucederá si no haces caso a mi consejo, si hacéis algún desperfecto o lastimáis a alguien, no solo seréis expulsado si no q ue tendréis más problemas, con eso dejo todo dicho por segunda vez.- Xelena dio media vuelta y la peña siguió con su fiesta menos la gran mayoría que se largaron a las habitaciones. "Supongo que ya estará dormida, pobre la compareceré mañana" . Entrando ya en la habitación le pareció
que en verdad Ailén estaba dormida, así que se cambió y se metió seguidamente en la cama y apagó la luz. A Ailén le costó seguir respirando con normalidad ya que había podido ver claramente de nuevo el cuerpo de la capitana, y esta vez le puso las más de las atenciones.
- ¿Xelena has tenido novio? Me parece que le gustas a Carla-. Xelena no se esperó que estuviera despierta. - No, no he tenido lo que se dice novio, y a Carla le gustan todas, así que también le gustas tu-. - ¿Y a ti te gusta Carla?-. "¿Dónde vamos a ir a parar? ¿Qué te ronda por tu linda y rubia cabecita eh Ailén?" . - Carla es guapa, pero no me gusta en el sentido que creo que me lo preguntas-. Xelena se empezó a sentir de repente un poco nerviosa por el cáliz que estaba tomando esta conversación. - ¿Y te gusta alguna chica que este a tu mando, en el sentido que tu crees que te pregunto?-. "Esto ya no me gusta" . - ¿Contéstame? Que sé que estas despierta, ah ya sé por que no quieres contestar, te gusta alguien ja, sabes a veces cuando no hablas dices más de lo que crees, tu no has tenido novios pero si has tenido novias ¿me equivoco en algo que te digo?. "En nada" . - En nada, y ahora haz el favor de dormirte y dejarme dormir a mí-. "Parece que la bebida le hace ser más atrevida, pues mira tu que bien, con suerte mañana no se acuerde esto" . - No te gusta esta conversación, sabes lo que creo de ti que no te gustan las conversaciones que no las puedes controlar, pero sabes ahí que hablar de todo un poco-. - Así hay que hablar de todo un poco eh, y tu que, ¿qué escondes Ailén? Recuerda hay que hablar de todo, no puedes pedir que los demás te cuenten cosas y tu te quedes callada -. Ailén se quedó un buen rato en silencio, Xelena creyendo que se había pasado decidió pedirle disculpas, pero justo cuando lo iba hacer, Ailén comenzó hablar. - Tienes razón no es justo, no soy nadie para decirte eso cuando yo también guardo silencio sobre unas cosas, pero lo mío es otra cosa que me ha perseguido toda la vida, y por la cual me han juzgado sin tener la culpa de nada, es una de las razones por las que me decidí de cidí a quedarme-.
- Quizás hablar con alguien que no te va a juzgar para nada te haga bien, y te as eguro que yo nunca te juzgaría-. - Mi madre ha estado muchos años en la cárcel, me ha criado mi abuela, con mi abuela las cosas no fueron tan difíciles, pero ella murió y me quede sola, Julio f ue a la suya, se juntó con mala compañía, la gente por la calle nos señalaba y hablaba mal de nosotros, yo tenía amigas pero sus padres no les dejaban ir conmigo así que se alejaron, tuve algún novio, pero cuando alguien del pueblo le contaba lo de mi madre y mentiras sobre mi, también se alejaban, estudié, pero no me sirvió pues no me cogían en ningún sitio, quería irme pero con el dinero que me había dejado mi abuela no me daba suficiente, mi hermano no me ayudó para nada, solo venía para pedirme dinero, en fin hacía las cosas fatal y nos perjudicaba a los dos. Mi madre salió hace solo una semana, siento haberte contado todo este marrón, no sé que me pasa-. Hubo un largo silencio antes de que hablara Xelena o eso le pareció a Ailén. Lo cierto era, que Xelena no se esperaba un secreto así. - Lo has debido de pasar mal, tienes que intentar dejar eso atrás, sé que es imposible olvidarlo y que siempre va a estar ahí, pero si tu sabes que no tienes la culpa de nada, si la gente que de verdad vale y te aprecia también lo sabe, ¿vas a desperdiciar tu valioso tiempo y ponerte mal por esa gente que no valen ni el aire que respiran?-. Concluyó Xelena. Ailén por una vez se sintió liberada, y encontró sentido a las palabras que Xelena Xelena le había contado. A pesar que la cabeza le diera vueltas, y sintiera nauseas se sintió mejor que nunca. - Gracias, sabes tenías razón, a veces por malas que son las cosas, siempre te sientes mejor contándolas. Es tu turno-. "¿Y tu que ocultas capitana?" - ¿Mi turno?-. "No me preguntes, no me preguntes" . - Si has dicho que no se debía estar preguntando tanto si yo no contaba nada, ahora yo he contado mi secreto más oculto, te toca ahora a ti. ¿Prefieres qué te pregunte? O me cuentas tú algo-. - Pues va pregunta-. "Debo reconocer que siempre me gusto el riesgo" . - Haz tenido novias verdad-. No era una pregunta, pero Ailén quería una contestación por su parte. Recibió un corto sí. - Sé que este terreno no te gusta hablarlo, y quizás me este metiendo en do nde no me llaman, ¿pero por qué no vas a volver a ver a tu hermana?-. "Así que es eso lo que quieres saber eh pequeña, pues bien" . - Yo salía con una chica a escondidas, llegó el día y lo comunique a la familia, no sé lo tomaron tan mal como pensé, pero a mi hermana no le hizo mucha gracias, pero al fi n de cuentas era mi vida-. "Por eso no vas a verla, porque no té acepto, era eso" . - Fue pasando los años en concreto cuatro, con mi hermana tenia pésima relación, un día salí de aquí antes, había cogido unos días de vacaciones para sorprenderla y eso, y al llegar a casa, me encontré a mi hermana con otra mujer, y no una mujer cualquiera sino con mi novia. Ellas como era de esperar se quedaron atónitas. Yo no tardé tanto en racionar las eché a las dos, y les di je que nunca más quería volver a verlas, y las amenacé diciendo que si las volvía a ver las mataría-. Xelena acabó el relato. Y Ailén no salía de su asombro. - Ok entiendo que no quieras verla, es lógico, esas cosas no se hacen, y menos así-. Xelena no hablaba estaba sorprendida, lo que antes era doloroso hablarlo y recordarlo ya no lo era tanto. Lo veía como muy lejano, o algo que no tuviera que ver con ella. - Sabes yo lo que opino es que si pasó eso es porque no era la chica adecuada para ti, quiero decir que no era tu alma gemela, la pieza que falta en tu rompecabezas-. - Puede que no haya nadie para mí-. Comentó Xelena medio en broma y medio melancólica. Treceava parte
- Claro que ahí alguien para ti, no seas pesimista, quizás esta más cerca de lo que crees, y cuando menos te lo esperes te sorprenda-. "Seguro que le gusta Carla, es muy como ella" . Esos pensamientos comenzaron a hacerla sentir mal, y eso la desconcertaba porque no sabía el por qué, o al menos no quería admitirlo. No de momento. - ¿Te gusta Carla?-. "Mejor me quito la duda, en mi defensa puedo alegar que estoy borracha y encima por su culpa ja" . Xelena no se esperaba para nada, esa pregunta le cogió de sorpresa, pero al instante se puso a reír. Ailén no sabía si esa risa, significaba un sí o un no. "Carla y yo novias jajaja" . - Perdona Ailén, Carla es guapa pero no es mi tipo, además somos como hermanas, aunque a veces veas que coquetea conmigo lo hace por simple diversión, y para tocarme mucho las narices-. - Ah, bien, mejor-. Suspiró ni se dio cuenta que lo que había pensado lo dijo en voz alta. - ¿Por qué es mejor?-. A Ailén le cogió con la guardia baja y fue cuando, comenzó a divagar. - Pues, quiero decir, bueno es que no sé no te pega, ¿No tienes sueño? Yo si, y comienzo a sentir más las nauseas-. Se dijeron buenas noches, y dejaron la conversación a medias. Ailén estaba sonrojada y le daba vueltas la cabeza, con miles de ideas y imágenes en ella. Xelena se sentía genial y con una sonrisa bobalicona en los labios. Ailén pasó la noche de maravilla, pero todo todo cambio cuando se levantó, le dolía tremendamente tremendamente la cabeza, y las náuseas seguían. Su compañera de horas atrás, había desaparecido y en su lugar, había una notita. Ailén seguro que cuando despiertes tendrás resaca, bébete el contenido del vaso vaso que esta en el escritorio, te sentirás mejor. Pero bébetelo todo o no hará efecto. He salido porque p orque me tenía que reunir con los otros Capitanes para lo de los juegos militares, tienes que estar lista a las nueve. Encontrarás un uniforme de tu talla sobre la silla. Hasta después. Xelena
Miró su reloj de pulsera y faltaban veinte minutos para las nueve, así que se bebió el contenido verde viscoso que hacia burbujas y que sabía fatal y se puso el uniforme que le había dejado preparado Xelena, miró de nuevo al reloj y quedaban cinco minutos para la alarma, así que salió, y se encontró de lleno con Xelena, no pudo ver sus ojos ya que llevaba como siempre sus gafas negras, pero vio su sonrisa, Xelena cerró la puerta con llave, y salieron juntas fuera. Riiiiiiiiin primera alarma, Ailén quería hablar con Xelena, y preguntarle sobre esos juegos militares pero los demás capitanes estaban cerca. Xelena como si le leyera el pensamiento se acercó más a Ailén, y le susurró. - Tranquila los juegos militares, no tienen nada-. La verdad que eso tampoco le hizo sentirse mejor, pero le dio una sonrisa de agradecimiento. Xelena se retiró y se colocó justo enfrente de ella cuando vio a parecer a unos cuantos de su escuadrón. Riiiiiiin la segunda alarma, ya estaban todos, preparados, y con mala cara. Xelena se dispuso a ojear a todo su pelotón, vio algunas camisas mal puestas, los cordones de las botas desatados, el cinturón sin atar. - Hacer el favor de colocaros el uniforme correctamente-. Cuando todos estuvieron por así decirlo decentes, se dirigieron a un recinto que nunca habían estado, era como una sectaria de bosque, y había una caseta cerrada. Xelena se dirigió a la caseta y sacó armas. "Hay dios, que eso es una pistola" . De lejos a Ailén le pareció una pistola, pero a medida que se iba acercando Xelena comprobó que la pistola más bien era de juguete y que contenía un líquido negro. Se tranquilizó. - Bien chicos chicas escucharme, cada año, hacemos este juego y competimos con los demás
regimientos, el juego trata de llegar hasta la base del contrincante y coger su bandera, y traerla de nuevo aquí. Pero como es de saber, se defenderán, y os dispararán con estas armas de pintura, cada uno tendrá el color que haya elegido su equipo, él nuestro es negro. Y qu ien consiga más banderas y no tenga un disparo mortal gana. Y no solo ganara él si no que ganara todo el equip o, y nos lleváremos una copa a nuestra caseta. ¿Alguna pregunta?-. - ¿Capitana, si te dispara varias veces en un brazo o en una pierna estas muerto?-. Fue J ulio el que preguntó. - Pues verás puedes sobrevivir con disparos en el brazo, pero tampoco hacer trampa que eso ya se verá entendido. Quiero juego Limpio. Os daré un consejo unos cuantos se pueden quedar aquí protegiendo la bandera y otros adentrarse en el bosque. Y participar en equipo o no tendréis ninguna oportunidad de ganar, tenéis media hora para hablarlo entre todos vosotros antes de que comience el juego-. Concluyó Xelena. Todos hicieron una piña y comenzaron a exponer sus ideas. - Yo digo que se queden los que tienen más puntería aquí para defender nuestra bandera, y los demás repartirnos en grupitos de cuatro o así, ¿Os parece bien?-. La mayoría estaba de acuerdo, se quedaron unos seis, Ailén iba con Carla, Julio y Ezequiel, comenzaron a caminar hacia el norte. Carla iba la primera, observando por todas partes. - Alguien nos está acechando-. Susurró Carla, Ailén estaba que se le salía el corazón del pecho y e so que acababan de comenzar. Carla se acercó con disimulo a Ailén le dio la mano, y comenzó a correr, Julio y Ezequiel no se lo esperaban pero la siguieron y un grupo de diez de en un escuadrón contrincante salieron y dispararon, alcanzó solo a Ezequiel en el trasero. - ¿Oye si te disparan en el culo qué sucede?-. Gritó Ezequiel mientras corría, los habían dejado atrás, pero continuaron corriendo hasta que Carla paro por fin. - No chilléis podrían oírnos, si te disparan en el culo no estas muerto, estas dolorido, ¿qué color té ha disparado?-. Giró a Ezequiel, y sin venir a cuento Ailén comenzó a reír, y Carla le tapó la boca también sonriendo. - Rojo, la caseta de ellos tiene que estar por aquí cerca, creo que es por allí -. Señaló recto. - ¿Y por qué crees que es por ahí y que es tan cerca?-. Preguntó Julio. - Pues porque han salido a la misma hora que nosotros, seguramente iban al mismo ritmo que nosotros, algunos iban sudorosos, debía de ser por aquella subida de allí-. Todos se sorprendieron. - Buena observación Carla-. Todos se giraron y vieron que justo a dos pasos de ellos estaba Xe lena sonriendo. - No té he oído llegar, ¿qué haces aquí?-. Xelena río "Sé hacer muchas cosas mejor que tu Carla, ya lo sabes" . - Ah no os he dicho que yo también juego, es más que nada un pique que tenemos los capitanes para ver quien tiene el grupo mejor y quien es mejor de los cuatro jaja, siempre gano-. A Ailén le gustó la idea de tener a su capitana al lado. - Bueno no hay tiempo que perder, no quiero devolver la copa-. Las cosas habían cambiado Xelena había cogido el mando e iba delante, Carla iba detrás asegurando que nadie les seguía los pasos. No tardaron en ver la caseta del grupo B el color de los rojos. Vieron que tres chicos vigilaban la bandera con las armas preparadas para disparar. - Solo hay tres hombres si los distraemos será sencillísimo coger la bandera-. Dijo Ezequiel seguro de sí mismo. - Ezequiel antes de darlo por sentado, mira a los árboles-. Todos miraron hacia allí y subidos en los árboles habían cuatro hombres más. - ¿Qué hacemos capitana?-. Comentó Carla. - Bien, yo dispararé y os cubriré, junto con Carla, dos de vosotros entretendréis a los otros, y el que queda tendrá que correr coger la bandera y regresar, ¿Quién es el más rápido?-. - A mí lo de entretener se me da bien, pero que hay que q ue hacer exactamente no quiero recibir otro de esos en el culo, es pintura pero hace daño-. Xelena ocultó la risa. - Dos de vosotros os colocaréis en uno de los árboles uno en cada lado, os iréis dejando ver y os volveréis a ocultar en el árbol, ¿Va quién es el más rápido?- Miro a Julio mientras preguntaba. Julio comenzó a puntar con el dedo a Ailén.
- ¿Tú eres rápida?-. Eso le sorprendió de nuevo a Xelena. - Que si es rápida, donde vivíamos de pequeños, había un perro que tenía la mala costumbre de mordernos, y cada vez que veníamos de la escuela, teníamos que correr, yo llegaba a casa con mordiscos en el culo, mi hermana ni un rasguño. Y estuvo en atletismo una temporada-. Ailén se sintió observada, y agachó la cabeza sonrojada. - Ok. Carla tu junto a mí los cubriremos y dispararemos primero a los de los árboles, quiero puntos certeros, ya me entiendes. Julio y Ezequiel uno en cada extremó ir-. Se fueron y se colocaron en sus posiciones. - Ailén cuando yo te diga corre con todas tus fuerzas, y no pares hasta coger la b andera y regresar ok-. Ailén asintió. "Puedo hacerlo, puedo hacerlo" . Xelena comenzó a disparar a los que estaban cerca de la bandera, le dio la señal a Ailén esta comenzó a correr. Los de los árboles comenzaron a disparar, así que Xelena y Carla apuntaron a los árboles y uno a uno fue bajando del árbol para tumbarse en el suelo sin moverse. Xelena buscaba al capitán, pero no lo encontraba por ningún sitio. "Se habrá ido con algunos de su escuadrón, no es propio de él" . Ailén agarró la bandera y salió pitando, pero vio al capitán del grupo B que le apuntaba, apuntaba, así que se agachó y la pintura roja fue a parar al árbol. El capitán gruñó, y ese gruñido fue el tiempo suficiente para que Ailén le disparara desde el suelo y le diera justo en medio de la frente. Se quedó sorprendido, pero se tiró al suelo maldiciendo, Ailén corrió de nuevo, donde ya le esperaban los tres compañeros y su capitana. - Eso ha estado genial jaja-. Le aseguró Xelena. Julio le chocó la mano y los demás le sonrieron. Fue pasando las horas sin darse apenas cuenta, ya tenían dos banderas. - Regresemos a nuestra base y ver si tienen la última bandera-. Ya estaban llegando cuando comprobaron que muchos de los que se habían quedado estaban tumbados en el suelo, y que algunos del grupo verde estaban allí. La bandera no se veía por ninguna parte. - Quietos, nos están esperando, para robarnos las dos banderas que tenemos-. Xelena agarró el arma y apuntó al capitán de los verdes, disparó, dio directo al corazón, el capitán miró a su alrededor en busca del contra tirador, pero no lo hallaba, miró su camisa, vio el color, y se tumbó al suelo derrotado, su pelotón, observaban alrededor, buscando a los intrusos. - Vayamos a buscar la bandera verde y la nuestra, en silencio-. Xelena sabía lo que se hacia, sabía donde estaban los verdes, y sabía que los últimos hombres que les quedaban estarían allí, intentando rescatar su bandera propia. No sé equivocó, al llegar distinguió a un par de sus hombres ocultos. - ¿Ya tenéis un plan para rescatarla, y robarles la suya?-. Los soldados se asustaron y la apuntaron, cuando la vieron bajaron las armas avergonzados. - Pensábamos, que podríamos esperar hasta que se fueran unos cuantos, y así entrar-. Comento muy decidido, el chulito que le había tocado como soldado. "Me tienen que tocar a mí siempre los de su clase, que no tiene cerebro alguno" . Ailén se le acercó. - Creo capitana que dios se le olvidó ponerles cerebro, que no ven que tenemos las dos banderas -. Xelena sonrío. - Yo creo que más que nada tienen un problema de ceguera, y medio cerebro, porque para no ver las dos banderas-. Se ajuntó a la conversación Carla. - ¿Creéis que su plan funcionaria?-. Comentó Xelena medio en burla. El mismo chico que le había contado el plan vio las banderas y calló en la situación. - Si no actuamos ahora, vendrán muchos más-. Xelena no lo aguantaba más quería acabar con el juego ya, y hacer otras cosas más interesantes, así que agarró la arma y comenzó a disparar, los disparos en el
campo contrarío no se hicieron esperar. Xelena estaba en ventaja ella lo veía perfectamente, pero los del campamento no, no , disparaban por disparar, como por supervivencia. En poco tiempo acabaron con todos, pero comenzaron a sentir pasos por atrás. Todo fue muy rápido fueron atrapados, ahora eran ellos los que estaban en desventaja, eran menos y estaban cayendo bastantes, cayó Julio, Ezequiel. La puntería no era lo suyo. Carla fue dada en el brazo, pero comenzó a disparar con el otro, hecha una furia, Los demás soldados cayeron, solo quedaban las tres. Xelena se ocultó en un árbol junto con Ailén, Carla se fue a otro cercano. "No puedo perder la copa" . No solo lo pensó, si no que lo dijo en voz alta. Ailen quería hacer algo, miró el campamento de los verdes, no había nadie, salió corriendo a esa dirección, Xelena se sorprendió pero comenzó a disparar con más ganas, al igual que Carla, Ailén lo consiguió se apropió de la bandera verde y de la suya propia, corrió hacía Xelena, sin decir nada le agarró las otras banderas y como pudo comenzó a correr. " Esta chiquilla es una alucine" Xelena dio a alguien que por poco la llega a dar, algunos a darse cuenta de que la pequeña les había pasado por al lado, con las banderas salieron pitando detrás de ella. Xelena también salió corriendo recordando que aún habían seguramente algunos de los verdes por el campamento. Lo que no sabia es que Ailén ya había pensado en eso. Se ocultó en unos matorrales, y vio a los cuatro soldados del equipo verde. "Y ahora que hago, Xelena no me ha contado como acaba el juego" . Vio cuatro palos huecos, al lado izquierdo de la caseta, la bombilla de Ailén se encendió. "Quizás si voy por los matorrales y si soy silenciosa, consigo colocar las banderas en los palos sin que se enteren" . Eso hizo, iba a colocar la última cuando un chaval la vio y comenzó a disparar por poco le da, pero consiguió colocar la última, los cuatro se sintieron avergonzado, su propio capitán, les metió bronca. En ese momento entraron en escena los demás verdes parando ya de correr cuando vio que la joven ya había puesto las cuatro banderas. El capitán de los verdes, dio a la campana de terminado el juego, en ese momento llegó Xelena y sus ojos fueron directos en busca de Ailén q ue le sonreía y la saludaba. Xelena se acercó hasta ella. - Sabes que eres una caja de sorpresas-. "Ahora mismo te besaría" . Para Ailén desapareció todos y todas, solo estaba Xelena y ella, se fue acercando, hasta que sus labios tocaron suavemente los de Xelena, como si de una caricia se tratase. Todos los presentes miraban atónitos. Los tres capitanes sonrieron, y dos de ellos dieron dinero al tercero. No supieron cuanto tiempo estuvieron besándose, pero fueron separadas por Julio. - ¿Qué haces?-. Ailén cayó en la situación miró a los demás d emás y todos la miraban a ella y a la capitana, Sus ojos miraron a Julio, éste esperaba una respuesta, después miró a Xelena, esperando chillidos o insultos o cualquier cosa similar, pero en vez de eso solo recibió una sonrisa más sincera que todas las otras, incluso mucho más bonita. - Julio ahora te tengo que explicar que es un beso-. Contestó sin dejar de mirar a Xelena. Julio no daba crédito a todo lo que estaba pasando. - ¿Soy yo?-. Julio no entendía de que hablaba su hermana, pero Xelena lo entendió muy bien. - Si eres tu, siempre has sido tu-. Ailén la abrazó, y se sintió más segura entre sus brazos, que nunca. Comenzaron a caminar sin mirar atrás. Julio iba a seguirlas pero fue agarrado por Carla. - Déjalas, hace mucho que se estaban buscando, y lo único que harás con esa actitud es perder a una hermana, así que piensa bien las cosas. Julio se quedó quieto viendo como su hermana, desaparecía de su vista con la capitana. Le costó asimilarlo todo, pero lo acabó aceptando. Además tener una capitana como cuñada no estaba nada mal. Los días en el campamento acabaron. Julio comenzó a estudiar la rama informática y con el tiempo entró a formar parte del FBI. Ailén superó la prueba del agua sin ningún ningún problema. Se hizo escritora, y escribía escribía sus maravillosos, libros en el campamento, siempre cerca de Xelena. 3 años después
- Hija va que llegaras tarde, Xelena ya esta allí-. Comentó Devora inquieta. - Es que no acabo de ver que me quede bien, ¿seguro que estoy bien? Dios ya esta ahí-. Ailén no n o paraba "¿Y si no le gusta? ¿Y si de mirarse al espejo, no estando segura de que el vestido le quedara bien a ella. dice que no? Hay no, no debería pensar ahora en eso, nos amamos, y por eso nos vamos a casar, y no dirá que no" . Volvió a mirarse al espejo resoplo y lo dejo ya estar. "Como no salga pensará que la he dejado plantada" .
Julio estaba aún más inquieto, intentaba conducir todo lo bien que sabia, pero los coches de detrás comenzaron a pitar asqueados, poniéndolo aún más nervioso. - Julio, si no es mucho pedir, me gustaría llegar hoy a mi boda-. Contestó Ailén sonriendo. Julio aumento la velocidad. - Hijo parece que el que se casa seas tu, que por cierto a ver cuando -. Julio prefirió no contestar. Llegaron por fin al sitio, y ya había muchísima gente, estaban todos los que estuvieron ese año en el que se conocieron. Toda la familia de Xelena, incluso su hermana, junto con su novia. "No le pega se ve muy Puton" . - Hija ya es la hora-. Ailén aspiró todo lo que pudo, se dejó guiar por el brazo, de su único hermano Julio, que no hacía más que temblar. Sus ojos se encontraron, y una sonrisa se formó en sus labios. - Estas preciosa-. Aseguró Xelena. - Tú si que lo estas, perdona el retraso-. Comentó avergonzada Ailén. - Ya pensaba que me dejarías plantada en el altar-. Respondió medio en broma. - Eso nunca-. Entraron juntas de la mano, y salieron igual. La ceremonia había sido muy emotiva, sus compañeros de campamento les cantaron una canción, un poco cutre, pero lo bonito era el detalle. Julio leyó un poema, echo por el mismo. Fue un día para nunca olvidar. Ya solas en el hotel, comenzaron a besarse besarse apasionadamente, como si fuera la primera vez vez que ajuntaban sus labios. - Doy las gracias a quien sea que fuera por haberte conocido Ailén-. Siguieron besándose, hasta que Ailén frenó. - Yo también las doy amor, estoy bien así contigo, pero estaría mucho mejor si nos desvistiéramos-. Comentó sonrojada y con una mirada lujuriosa, eso hizo crecer más la libido de Xelena, que enseguida ambos trajes y ropas interiores desaparecieron de su vista, como si de magia se tratase. Xelena se subió llevando las riendas, dando pequeños mordiscos, en los hombros de Ailén, y lamiendo el lóbulo de su oreja. Devorando de nuevo la boca. Ailén hizo que rodaran, poniéndose ella en el lugar que poco antes había ocupado su alma gemela. Lamió el cuello de Xelena, haciéndola gemir, le sigu ieron sus pechos, haciendo sin prisas, disfrutando del momento, y los agradables sonidos que se le escapaban a Xelena. Sus dedos bajaron unos centímetros más abajo, y la penetró, aún sacándole más gemidos. Estaba húmedo, muy húmedo, eso hizo humedecerse ella misma. El cuerpo de Xelena comenzó a arquearse de placer, Ailén bajó y posó sus labios en aquel sexo que poco antes habían estado tan a gusto sus dedos. Lamió y succionó sin dejar ni una gota. Se colocó al lado de Xelena besándole en sus labios, en su frente, diciéndole palabritas de amor, mientras Xelena se tranquilizaba. - Te toca mi amor-. Comentó traviesa Ailén mientras se chupaba los dedos, sabiendo lo que disfrutaría. - Pues no se nena, es que estoy cansada, mañana salimos pronto para el aeropuerto-. Ailén la miró detenidamente intentando averiguar si era coña o en serio, pero no encontró ninguna sonrisa de burla en el rostro de su amada. Así que se puso de lado, intentando calmarse, y que así le bajara la excitación, pero en ese momento sintió un mordisco en sus caderas, seguida de una lamida.
- Tontita pensaste que era verdad, ven-. La achuchó muy fuerte, y no dejo de besarla en todo momento, hasta hacer sonreír a Ailén, abrió con sus manos las piernas de Ailén. - Lo quiero hacer con mi lengua-. Comenzó a lamer, Ailén no podía dejar de gemir. No podía aguantar más. - No puedo-. De respuesta obtuvo la carcajada de Xelena, aún metida entre sus piernas, haciendo como siempre tocar cielo. Dejó a Ailén agotada. Xelena subió picaramente, besó con intensidad a Ailén, sus lenguas se entrelazaron. - Mi amor ven apóyate en mi. Y duerme, apenas nos quedan cuatro horas para irnos-. Ailén se puso de lado y apoyó su cabeza cabeza en el pecho de Ailén, con su brazo rodeó la cintura cintura de Xelena. Xelena por su parte, acariciaba su espalda, ayudándola a dormir. En poco tiempo, la respiración de Ailén se hizo más normalizada y pausada, se había dejado llevar por Morfeo. "Tienes una facilidad para dormir pequeña alucinante" . Xelena dejó caer sus párpados, y se acabó durmiendo, recordando, el día que se conocieron, y recordando estos tres años junto con ella, su alma gemela, y alegre por el futuro que les esperaba juntas. Pararon quince inolvidables días en África, hicieron de todo, hasta se montaron en elefantes. Y fueron de safari por la jungla. Tuvieron una vida llena de felicidad, intensa, y con unos cuan tos altibajos. Pero siempre fueron solucionados, porque siempre juntas estaban. Fin