El sueño nos acompaña desde siempre. No sólo se origina en las etapas más antiguas de la historia (cuando se lo interpretaba como un mensaje de los dioses) sino también desde una edad mucho más remota, cuando el hombre no era tal, sino un homínido o un prehomínido. Naturalmente, no tenemos las pruebas; pero existe una hipótesis, que afirma que el sueño no constituye un fenómeno exclusivamente humano, sino que es común a todos los demás mamíferos y hasta caracterizaría a algunas especies de pájaros. Obviamente, ninguno de estos animales podrá jamás confirmárnoslo, pero los estudios que se han efectuado demuestran que en ciertas fases de su sueño tienen acontecimientos cerebrales y físicos similares a los que caracterizan a nuestro sueño REM, durante el cual soñamos. En cuanto al sueño humano, siempre se ha
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tratado de interpretarlo, de atribuirle algún significado relacionado con la vida práctica o diurna. Desde entenderlo como un mensaje de los dioses a considerarlo un producto (censurado) de nuestros deseos inconscientes, según el pensamiento de Freud, y se ha recorrido un largo camino. Según algunos estudiosos modernos, las cosas no son tan así. El sueño no sería un material coherente, producto del inconsciente y deformado por nuestros mecanismos censores,- sino que más bien representaría el intento de una parte de nuestro cerebro de dar un sentido, un orden al material burdo que se originaría durante el sueño REM en la parte más arcaica del encéfalo mismo. Este material, para Alan Hobson, el investigador más importante del mundo del fenómeno de los sueños, no tiene ninguna construcción sino que consiste en estímulos neurociéctricos sin significado a los cuales el cerebro se obliga a darle una significación. ¿Dónde está el interés de la controversia? En el simple hecho de que se pasa de una concepción del sueño como producto censurado a una concepción del sueño corno producto artístico, fruto de nuestra natural creatividad. Porque, si tiene razón Hobson, el cerebro modelaría aquel material burdo para extraer de él historias fantásticas. ¿Esto significa entonces el fin de la interpretación psicológica de los sueños, una admisión de su inutilidad? En absoluto. Representa, en cambio, el ocaso de una idea del sueño muy mecánica y repetitiva, en la cual el elemento sexual tendría un rol casi totalizante y el crecimiento contemporáneo de una concepción más libre y abierta de la actividad onírica. En otras palabras, en el sueño no se revelarían solamente contenidos oscuros, que necesitarían un experto para ser descifrados, sino también tramas claras, transparentes, capaces hasta de reflejar
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la problemática mínima cotidiana, la cual está enmascarada bajo símbolos de comprensión casi inmediata. En fin, el sueño se humaniza, se convierte en un mensaje, que hasta nosotros mismos podemos llegar a descifrar y su objetivo preciso seria aguijonear nuestra personalidad, preparándola a las experiencias y batallas futuras. En fin, soñar querría decir desarrollarse, crecer ...
Cómo interpretarlos Juan ha tenido un sueño. En un parque, cerca de él se encuentra un descapotable con un grupo de alegres actrices a bordo. Ellas lo invitan a acompañarlas, pero Juan se niega. De pronto se encuentra con unas mujeres en un barco: no son las actrices del principio, sino mujeres casadas conocidas por él. La nave pasa bajo el puente, sobre el cual transita una enorme locomotora. En ese momento Juan despierta. "Son sueños claros, transparentes", decía Emily Bronte, la autora de Cumbres Borrascosas. ¿Es este el caso de Juan? Veamos un poco. En su sueño aparece un deseo reprimido de hacer el amor con muchas mujeres. Tal vez él, en su interior, es un hombre ávido de sexo. Según esta interpretación, clásicamente psicoanalítico, el auto descapotable y el arco del puente simbolizan el órgano genital femenino, mientras que la nave y la locomotora representan el masculino. Juan, que dice no tener ningún problema sexual, no está de acuerdo con esta interpretación. Es necesario saber que para Sigmud Freud, el padre del Psicoanálisis, todos los sueños expresan deseos ocultos, por lo general demasiado ocultos, es decir, inconscientes y cada sueño tiene un
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trasfondo sexual. Sin embargo, según el parecer psicológico de hoy, Freud consideraba a los hombres excesivamente neuróticos: los sueños, en realidad, dice la nueva interpretación, no son absolutamente oscuros. Así se tiende siempre a limitar el sueño solamente a su significado escondido - afirma el analista suizo Raymond Bategay: y es posible comprenderlo también por cómo se manifiesta. Los sueños, en efecto, nos cuentan hechos muy simples de nuestra propia vida, de los cuales, algunos pueden ayudarnos a abrir los ojos. Y nosotros podemos ser muy buenos intérpretes de ellos, afirma el estudioso norteamericano Montague Uliman, profesor de psicología de la Universidad de Chicago y agrega.- La interpretación debe venir del interior del que sueña. Es allí donde se encuentren las pistas de todo. ¿Y si no obstante nuestra buena voluntad, no alcanzamos a comprender los sueños? Se los puede olvidar tranquilamente. Mientras se duerme, ¿nuestro cerebro no puede cometer errores, de la misma manera que los hace cuando estamos despiertos? ¿El sueño de Juan entonces no tendría sentido? Un momento. Una voz interior le sugiere y nos sugiere que sí lo tiene. Entonces, interpretémoslo según la serie reglas de la nueva psicología onírica. - Auto descapotable. Quiere decir que Juan guiaría con mucho gusto un auto chevrolet, pero tiene miedo de que se lo juzgue como un playboy. Por esto, y sólo por esto, en el sueño no se arriesgó a ir con las alegres actrices. - Barco. Hace poco Juan participó en la fiesta de cumpleaños de un chico en un barco y se aburrió mucho; además, últimamente la rutina familiar lo pone nervioso y alimenta el deseo de una vida más libre. - Arco del puente. Juan no sabe cómo salir de su 11
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aburrimiento diario. - Locomotora. De verdad, desearía irse a todo vapor y desarrollar toda su potencialidad. - Ferrocarril sobre el puente. Juan busca una solución, justamente una escalera alternativa. Entonces sí, Juan se encuentra más satisfecho con la interpretación. Reconoce, también, que el motivo por el cual, los hombres no comprenden o no quieren interpretar sus propios sueños: ellos están mucho menos interesados que las mujeres de que de su explicación pueda surgir algo útil. No por nada se ha demostrado científicamente que las mujeres recuerdan los propios sueños mucho mejor y más intensamente.
Todos somos Fellini Como explicamos anteriormente, el sueño es el producto casual de descargas eléctricas y de reacciones químicas del cerebro. Mientras que parte de éste duerme, otras células nerviosas, como enloquecidas improvisan estímulos que excitan las zonas encargadas de la función vital, el gobierno de los sentimientos y el de la memoria. Nacen así Ias visiones oníricas frecuentemente relacionadas con fuertes sensaciones diurnas o recuerdos intensos. Según Alan Hobson, los sueños son el reflejo de un complejo programa neurológico que se desarrolla todas las noches en nuestra cabeza. Se prueban nuevas conexiones nerviosas, se experimentan diversos circuitos lógicos, se reexaminan impresiones y emociones probadas durante el día, se confrontan informaciones apenas recibidas con otras viejas y se analizan atentamente los comportamientos, propios y de los demás. Durante la noche, se transmiten las correccio-
~ nes y las adaptaciones oportunas; el Yo de ayer se convierte así en el Yo de mañana-: el Yo -que según el psicoanálisis es aquella parte de la psiquis que está formada por un complejo de experiencias y procesos mentales de los cual se tiene conciencia- resulta condicionado por un lado por la confrontación con la realidad externa y por el otro por las pulsiones y censuras inconscientes. Y los sueños, de los cuales muchas veces recordarnos sólo una parte, nos envían señales en código de todo ese gran trabajo de acomodamiento y compromiso: basta saber descifrarlo. Según el mismo Hobson si se conoce exactamente cómo funcionan los sueños, se tiene en las manos la clave del propio espíritu. Para el estudio- so norteamericano ellos no son sino la expresión de la elaboración, durante el sueño, de ideas nuevas y, conscientes o inconscientes, de nuevas soluciones a viejos problemas. Mientras soñamos, cada tino de nosotros -afirma el profesor de la Harvard- es surrealista, un Picasso, un Dalí, un Fellini. Los neurólogos, así como también los expertos con orientación psicoanalítico, están convencidos de que los sueños reflejan sobre todo nuestra vida actual. Ellos registran y elaboran todo lo que percibimos: una foto, una imagen televisiva, un gesto casual, una palabra. Estos fragmentos, si tienen cualquier relación con un recuerdo o un problema importante emotivamente para nosotros, puede desencadenar un sueño, que, sin embargo, parecerá casi enigmático. Una mujer no alcanza a comprender por qué en sueños ha encontrado al jefe de su marido, cuya esposa le mostraba una vela encendida. Y bien, quizá la soñadora tuvo una cena a la luz de la vela la noche anterior; tal vez su marido le ha contado sobre la rutina del trabajo o quizá desea incitar a su
esposo a mostrarse "iluminado' o sea, a que tenga nuevas ideas en su trabajo.
Yo, el censor Un sueño con muchas claves de lectura es el ideal. Confirma también la teoría según la cual los contenidos de los sueños sugieren modelos de comportamiento, como afirma el neurólogo nortearnericano Jonathan Winson. ¿Pero qué sucede si no se logra reconstruir bien los propios sueños? A veces sabemos que hemos soñado intensamente pero al día siguiente no recordamos nada, Tal vez no soñamos por semanas enteras o meses y luego, imprevistamente, tenemos sueños todas las noches. 0, quizá apenas nos despertamos recordamos lo soñado con pelos y señales y al llegar al baño ya nos hemos olvidado de todo. Es un misterio aún el modo en que el cerebro regula la actividad del soñar y del olvidar los sueños, afirma Morton Reiscr, profesor de la Universidad de Yale. Para Sigmund Freud, así como para el resto de algunos estudiosos contemporáneos, nuestro Yo opera como un censor durante el sueño: trabaja de manera que las verdades desagradables, los sentimientos inaceptables, los deseos "sucios" y los miedos no se manifiesten directamente sino de manera simbólica. Sólo que, en muchas ocasiones, ese censor continuaría trabajando luego de despertar escondiendo o cancelando del todo los sueños que hemos tenido. Según otros estudiosos, recordamos al despertar sólo lo que es importante para nosotros o lo que nos resguarda en el plano emotivo. Y parece ser que se trata más de cosas desagradables que placenteras. ¿Existe algún motivo por el cual nos privamos
del recuerdo de los sueños buenos, que seguramente tenernos? Algunos psicólogos responden que se trata sólo de buena o mala memoria. Hobson ha observado que ciertas emociones y comportamientos negativos emergen dé noche de modo más evidente, es decir: miedo y agresión, ata- que y defensa, acercamiento y fuga. Los sentimientos largamente reprimidos se expresan con frecuencia bajo la forma del homicidio, la muerte, el fuego, la inundación, explosión o caída de un puente. Sin embargo, una persona puede soñar con fuego si siente olor a humo mientras duerme. De la misma manera, el perfume puede hacer soñar encuentros galantes a las mujeres y sexuales a los hombres. Gotas de agua sobre el cuerpo hacen soñar con lluvia. Un soplo de aire sobre la piel desnuda se convierte en un tornado en el terreno de los sueños. También las señales del propio cuerpo tienen su eco en ellos: parece ser que ciertas enfermedades, en sus primeros estadios, se manifiestan a través del medio onírico. Eso ya fue observado por Freud las noches que había comido den-iasiado o mal. Si se sueña con frecuencia con la caída de los dientes, entonces, es hora de ir al dentista... En cuanto al sexo, éste tiene un rol particularmente relevante en los sueños. El sexo es la única exigencia física importante que, mientras se sueña, puede encontrar una satisfacción real en lugar de una imaginaría, afirma Montague Uliman. A menudo los sueños eróticos son bastante extravagantes y a veces contienen también una pizca de ironía y humor. Pero para no quedarnos sin conocer su oculto significado, en el próximo capítulo les mostraremos la interpretación de las imágenes oníricas más importantes y reiteradas.
¿De que están hechos los sueños? A la hora de interpretar en sí el significado de los sueños, entre los investigadores se produce una clara divisoria de aguas entre quienes encuentran un mensaje especial en el contenido de los sueños y los que creen que éstos sólo son el resultado de hiperactividad cerebral desatada por los REM, los intensos movimientos de los ojos en determinadas etapas de¡ sueño, que explicamos al principio del libro. A comienzos de siglo, Sigmund Freud definió los sueños como realizaciones alucinatorias de los deseos incumplidos. En otras palabras: soñamos con aquellas cosas que no poseemos, Esto -siempre según la idea del investigador vienés- nos crea una tensión y una carga de energía que de alguna manera debe ser eliminada. De acuerdo a la teoría freudiana, la manera de hacerlo es mediante el proceso alucinatorio que denominamos "sueño". Cuando dormimos, el deseo insatisfecho suele manifes-
tarse a través de símbolos no fáciles de interpretar. Cuando esta interpretación se hace muy dificultosa surge la angustia y entonces se produce la pesadilla que, según palabras de Freud, es una ansiedad persecutoria que no puede ser elaborada mediante el trabajo del sueño. Freud fue el primero en considerar que las imágenes oníricas eran mensajes simbólicos de nuestro inconsciente, y que su estudio podía usarse clínicamente para mejorar la vida psíquica de los pacientes. El gran problema que se plantea en el momento de intentar estudiar nuestros sueños es el olvido. El hombre siempre sueña y lo hace de tres a cinco veces por noche, sin embargo rara vez lo recuerda. Se trata de un diario fenómeno de amnesia al que los investigadores aún no han encontrado explicación. Para algunos psiquiatras, no recordamos porque no nos es imprescindible; para otros, no podemos hacerlo a causa de la represión. Nuestras tensiones y deseos incumplidos durante las horas del día, se liberan de manera simbólica en lo que soñamos. De este modo, cuando nuestro cerebro retoma su estado de vigilia no sólo el cuerpo, sino también la mente, tienen fuerzas renovadas para encarar un nuevo día. Dicho de manera más sencilla: cuando no somos capaces de decir con qué o con quién hemos soñado, es que el sueño ha cumplido con su objetivo . La idea de que los sueños son la vía de comunicación de nuestro mundo inconsciente que sale al exterior cuando al dormir se derrumban las últimas resistencias de nuestra mente consciente, es uno de los pilares en que se basa el trabajo de millones de profesionales que en la actualidad no dudan que detrás de los sueños se esconde algo mucho más profundo que un mero fenómeno neurológico.
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Sin embargo, no son pocos quienes -basándose en experiencias científicamente demostrables- sostienen que nuestros sueños sólo son una consecuencia accidental de la fase REM. Nuestros sueños están hechos de siete partes de carbono, diecisiete de hidrógeno, una parte de nitrógeno y tres de oxígeno. Con esta frase, el neurofisiólogo alemán Alfred Tauber aludía al hecho - para él absolutamente cierto- de que los sueños sólo son el resultado del bombardeo de neurotransmisores entre las neuronas cerebrales. El científico estaba describiendo a la acetilcolina, uno de los neurotransmisores más abundantes en nuestro sistema nervioso y que mencionamos al principio del libro. Las características de las cosas que soñamos están determinadas por la actividad de nuestra corteza cerebral. Los impulsos liberados durante el REM por las neuronas gigantes activan la corteza cerebral, que archiva la memoria de lo que percibimos cuando estamos despiertos. Cuando esos recuerdos son despertados por estos impulsos, se arma el contenido de un sueño, del mismo modo que si un rompecabezas hiciese coincidir velozmente todas sus piezas, formando ante nosotros una historia. Para Alan Hobson, soñar no tiene ninguna utilidad para el ser humano. Los sueños son un producto secundario de algo biológicamente irnprescindible, como es el sueño REM. Pensar que en ellos se encierra la simbología que nos permitirá descubrir todos los secretos ocultos del mundo consciente e inconsciente de una persona, me parece un disparate. Los sueños son, a mi entender, ruido neuronal, estática en la activación de la corteza cerebral para fines importantes. Que este ruido contenga al-
go de información es posible, pero de todas maneras nunca será una información reveladora ni superadora de nuestro conocimiento consciente. Una cosa que ni los más acérrimos defensores de las interpretaciones freudianas pueden negar es que la vida consciente tiene una influencia más que directa en el contenido temático de los sueños. Richard Fox, de la Universidad de Stanford, realizó el análisis de un grupo de veteranos de Vietnam con los siguientes resultados:
mundo en que vivimos más de un tercio de nuestra existencia, científicos de todo el mundo le están robando horas a su propio sueño, convencidos de que aún quedan muchos asombros por experimentar en el universo que se crea noche tras noche detrás de nuestros párpados cerrados.
Asimismo, se cree que ciertas personas tienen una susceptibilidad genética que las hace más sensibles a las experiencias en general, y las deja con una propensión de por vida a padecer pesadillas. Para entender algo más acerca del misterioso
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Suele ocurrir que nos despertemos angustiados a causa de un sueño que vivimos de manera muy intensa. Luego de tranquilizarnos, lo más probable es que nos asalte la curiosidad por descifrar esas imágenes oníricas. Para saciar nuestra intriga, existe una suerte de alfabeto de los sueños común a todos los mortales que, sin embargo, no todos saben leer e interpretar. He aquí algunos sueños típicos con su correspondiente significado, para que al levantarse de la cama pueda interpretar qué ha estado pasando por su mente.
- Aguas turbulentas El agua, asociada a un sentimiento de miedo significa siempre el deseo erótico, pero acompañado del temor a no poderlo controlar. Nadar, bucear o chapotear en el agua significa deseos sexuales que están reprimidos en la vida consciente del sujeto,
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pero que salen a flote a la hora del sueño.
- Persecuciones Es probable que quien tenga sueños de este tipo se encuentre en una situación de fuerte estrés, tenga preocupaciones laborales o lo acose la angustia de estar enfermo.
- Caída al vacío Este sueño expresa el temor a equivocarse (en el trabajo, en las relaciones de pareja) o el dejarse andar, emotiva o sexualmente. También representa pérdidas de equilibrio en la vida de relación. Este sueño es común entre los adolescentes. En las mujeres, decía Freud, caer significa rendirse a la tentación erótica: la mujer que soñando se veía a sí misma como la mujer caída. - Cuando las puertas se abren Este sueño puede simbolizar la búsqueda de contacto con los demás y/o la dificultad de comunicarse. No se salbe exactamente lo que se desea, pero existe la certeza de que hay una solución aceptable.
- Perdiendo el tren o el avión Este tipo de sueños de Viajes reflejan el miedo a morir. Si el que sueña es quien conduce el medio de transporte, éste simboliza su existencia. Los obstáculos con los que se topa en el camino son las dificultades de la vida cotidiana.
- Día de examen Expresa inseguridad y miedo de no poder responder a las exigencias no sólo escolares sino también en el ámbito del trabajo, en las relaciones amorosas, etcétera.
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- Zona de ataque La gente que a menudo sueña que la persiguen o la atacan no suele soñar con caídas en el vacío y viceversa. Esto lleva a algunos investigadores a suponer que estos dos tipos de sueños son dos caras de la misma moneda: ansiedades subconscientes relacionadas con la falta de afecto y el temor a ser rechazado o agredido por un competidor. - Autoridad Los sueños que representan jefes políticos, reyes y patronos simbolizan la figura paterna y posibles conflictos de quien sueña con su padre.
- Dientes Los freudianos interpretan su caída como un complejo de castración; los menos ortodoxos la asocian con la pérdida de autoestima.
- Muerte Los sueños de muerte, en los cuales uno se ve sí mismo o a sus seres queridos en situaciones fúnebres, nunca deben tornarse como pesadillas premonitorias. Para Freud, si la pérdida es dolorosa, significa que en algún momento de nuestra vida hemos deseado que esa persona desapareciera de nuestra existencia. Si, en cambio, el pesar no existe, no se trata de un sueño tipo y es necesaria una interpretación personalizado por parte de un psicólogo.
- Escalera al cielo Quien sueña que sube una pendiente o una montaña, desea escalarla, midiéndose consigo mismo o con los demás; pero también puede ser un objetivo demasiado ambicioso que se ha propuesto su-
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perar. Si la sube, simboliza deseos de madurar o alcanzar nuevas metas; si, en cambio, la desciende, este sueño es un reflejo de tensiones más graves. - Desnudo en público Quien tiene este sueño siente temor a ser juzgado por los demás y timidez de presentarse tal cual es, Está exponiendo lo que considera el aspecto más vulnerable de su vida.
- Volar como los pájaros Representa el deseo de cambio, de éxito, de fortuna, pero también la exigencia de huir de los problemas y del propio ambiente. Para los freudianos éste es un sueño que significa erección.
veces representa los lados oscuros de la propia personalidad, el deseo de armonía. Otros autores dicen que este sueño esconde el anhelo de lanzarse a la vida, de dominar el propio destino. Freud, en cambio, considera que este sueño recuerda el momento traumático de¡ nacimiento.
- Animales Simbolizan al propio sujeto. Si demuestran enojo o rabia, están reflejando su agresividad contenida. Para los seguidores de Sigmund Freud, los gusanos, chinches, lombrices y pulgas representan a los hermanos, amigos o compañeros de estudio o trabajo de la persona que sueña.
- Zambullirse en el agua Representa la curiosidad; otras simboliza la sensualidad; muchas
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