Diana Durán (compiladora) Matías Alamo. Diego Hernán Omar. Karina Alejandra Laurino. Guillermo Martín Ríos. Gustavo Chalier. Luciano Izarra. María Eugenia Mairal. Ana Buschittari. Cinthia Britos. Verónica Magallanes. Esperanza Chaile. María Ávila. Lorena Spadini. Celeste Cano. Mariana Leticia González. Carina Ruiz. Angélica Alberto. Liliana Peralta. José Ortiz. Daiana Biancucci. Soledad Martín. Gabriela Pessoa. Cinthya Valdés. Verónica Pérez. Rosana Villalba. Jorge Ravello (autores)
Punta Alta y Coronel Rosales: geografías para construir el territorio desde la perspectiva local
PRÓLOGO. INTRODUCCIÓN. CAPÍTULO 1 Versión electrónica
CENTRO DE ESTUDIOS GEOGRÁFICOS “FLORENTINO AMEGHINO” 2016
Punta Alta y Coronel Rosales: geografías para construir el territorio desde la perspectiva local. Matías Álamo [et al.]; compilado por Diana Durán. 1a ed. ilustrada. Punta Alta: CEG, 2016. 424 p. + Mapas; 21 x 15 cm.
ISBN 978-987-42-1896-4
[email protected] http://www.cegflorentinoameghino.blog http://www.cegflorentinoameghino.blogspot.com.ar spot.com.ar 1. Geografía argentina. 2. Geografía Cultural. Cultural. 3. Geografía Económica. I. Álamo, Matías II. Durán, Diana, comp. CDD 910.82 © 2016 Diana Durán (compiladora) Matías Alamo. Diego Hernán Omar. Karina Alejandra Laurino. Guillermo Martín Ríos. Gustavo Chalier. Luciano Izarra. María Eugenia Mairal. Ana Buschittari. Cinthia Britos. Verónica Magallanes. Esperanza Chaile. María Ávila. Lorena Spadini. Celeste Cano. Mariana Leticia González. Carina Ruiz. Angélica Alberto. Liliana Peralta. José Ortiz. Daiana Biancucci. Soledad Martín. Gabriela Pessoa. Cinthya Valdés. Verónica Pérez. Rosana Villalba. Jorge Ravello. (Autores) © 2016. CENTRO DE ESTUDIOS GEOGRÁFICOS “FLORENTINO AMEGHINO” Agradecimiento por el aporte a la impresión del libro: Lic. Lutgarde Creemers (Bélgica) , Lic. Diego H. Omar, Franco Busi, Lic. Rubén Kalmbach, Lic. Mariano Uset y Municipalidad de Coronel de Marina Leonardo Rosales.
Impreso en Avellaneda, Buenos Aires, Argentina. Editado por el Centro de Estudios Geográficos "Florentino Ameghino" de Punta Alta, provincia de Buenos Aires, Argentina. Queda hecho el depósito que previene la ley 11.723. Impreso en Argentina - Printed in Argentina.
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PRÓLOGO
Las Bibliotecas Populares y el desarrollo local, sus problemas y peculiaridades constituyen un marco insoslayable para promover un proceso investigativo que siente las bases para la constitución de una etapa fundamental e imprescindible en nuestro territorio. Y ese es el caso del Centro de Estudios Geográficos “Florentino Ameghino” . Existen dos aspectos rotundos, casi obvios, a tener en cuenta frente a este libro “Punta “Punta Alta y Coronel Rosales: geografías para construir el territorio desde la perspectiva perspectiva local”, que hoy prologamos. Primero, la geografía, nuestra geografía, la ubicación y las características geográficas del lugar que habitamos. Segundo, la política, los rasgos políticos y las formas de hacer política que emanan de la geografía y sus atributos o peculiaridades que se desprenden de ella. Sobre esto, la experiencia, y la observación han dado señales bien evidentes que nos llevan a rever nuestra historia, cómo consideramos nuestra tierra y qué políticas nos dimos en su momento en las diversas etapas por las que pasó el distrito, para llegar al presente que el libro describe. Cabe entonces la siguiente pregunta: ¿es necesario analizar con la debida profundidad, el perfil geográfico rosaleño, como para poder fundamentar aspiraciones de la envergadura que anhelamos para nuestra sociedad? No hay duda que sí. Coronel Rosales ha sustentado su identidad en el aporte de países europeos (italianos y españoles) dentro de las distintas oleadas inmigratorias que tuvo nuestro país a través de su historia. Con respecto a la migración provinciana o del interio interiorr profundo, profundo, cabe cabe resaltar resaltar la la acción acción del del estado estado nacional nacional,, el asentamiento militar naval y sus aportes logísticos, para la creación o generación de una estructura poblacional dinámica, inestable, muchas veces fugaz y perecedera, constituyéndose en una particularidad cultural que muchos vieron y otros olvidaron al crear o asumir políticas de consolidación y crecimiento sostenido. Este estudio, asumido con una intención claramente didáctica, informativa y formativa, demuestra que hubo y hay, al menos en grupos comprometidos con la educación, profesionales con objetivos de aportar conocimiento sobre lo nuestro desde ángulos que q ue muy pocas veces son tomados en cuenta para la toma de decisiones o la instrumentación de proyectos alternativos a lo ya conocido. Es que el análisis de una estructura geopolítica
como la rosaleña, donde confluyen intereses asentados en concepciones estratégicas descontextualizadas, si nos atenemos a lo que se observa en otros escenarios, con sus conflictos y desplazamientos económicos a veces no tan previsibles, es una tarea ciclópea con los recursos y medios con que contamos en nuestra patria chica. Sin embargo, constituye todo un hallazgo que podamos adentrar nuestro ojo un poco más en nuestras costas y médanos milenarios, más allá de la curiosidad o intención meramente informativa, para alcanzar, como se advierte en este libro y sus capítulos, una interpretación profunda de las potencialidades y vulnerabilidades geográficas, pasando por los conflictos ambientales, las problemáticas sociales y culturales, las localidades localidades olvidadas y la dimensión productiva. La impronta que le imprime el rosaleño a sus acciones, reclamos reclamos o planes, va a ser o constituir nuestra idiosincrasia, idiosincrasia, signada por compromisos, compromisos, indiferencia indiferencia o anomia según el caso caso que en esta publicación se abordan abordan con exhaustiva profundidad en cada uno de sus capítulos. Sobre nuestra “patria chica” – expresión expresión que contiene una tremenda carga semántica y emocional-, ha recorrido, desde sus inicios, un proceso cívico-militar, que dejó, en forma permanente, un huella muy profunda de orden ético-moral, que impregnó en su totalidad las acciones, las actitudes, las obras, los actos sociales, el entusiasmo, la energía, las instituciones de toda índole, los medios, las conductas colectivas e individuales, los movimientos artísticos, los eventos deportivos, la actividad integral del habitante y todo tipo de acontecimiento, incluida la educación (síntesis y objetivo primordial de toda comunidad para el desarrollo de su futuro), y la política sobre todo, dejando como estereotipada una forma de ser propia y perfectamente definida en cuanto a sus rasgos y señales. De tal modo que pasaría a ser esto la cultura rosaleña, por darle una identidad distintiva frente a la de otras localidades vecinas del sur de nuestra provincia. Este eje cultural también se trata con sustantivo peso en este libro que prologamos. Pero fundamentalmente este libro se refiere a la identidad y a los problemas del rosaleño desde distintas perspectivas. Ninguna comunidad después de más de cien años de existencia – existencia – una una historia-, con un espacio propio geográfico y políticamente bien determinado, con una población arraigada, mayoritariamente estable, con instituciones, organizaciones comunitarias y estructura social bien definidas, carece de identidad. Entonces ¿de qué hablamos cuando hablamos de identidad? Quizá no sepamos describir esa identidad, no sepamos descubrirla, hacerla visible, resaltarla, mencionarla con todas las letras, o simplemente llamarla llamarla de alguna alguna manera, si es que se puede poner en palabras
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algo tan vital y sustancial como la forma del ser de una comunidad como la nuestra. Por ello es tan importante que uno de los temas abordados en el libro sea el de su identidad desde la perspectiva de la percepción de sus habitantes. Poblaciones como la nuestra son desde hace mucho m ucho tiempo comunidades autonómicas, o deberían serlo, teniendo en cuenta los instrumentos jurídicospolíticos y administrativos que nos rigen en el orden provincial. El hombre, la mujer, integrante de este conjunto de habitantes no debe de estar muy comprometido ni compenetrado de esta situación, propia de cualquier distrito, si nuestros dirigentes creen que deben apelar continuamente a esta terminología a los fines de estructurar políticas de estado o hacer valer derechos sobre asuntos relativos al desarrollo y el bienestar comunitario. Siguiendo con esta lógica, somos autonómicos, tenemos una identidad, por lo tanto, no debemos preocuparnos por esto, más bien deberíamos preocuparnos preocuparnos por alcanzar mejores niveles de bienestar y confort como sociedad, aprovechar bien nuestros recursos, y hacer que nuestro futuro sea venturoso para nosotros y nuestros hijos. Y este libro es un reflejo r eflejo de esa genuina preocupación de jóvenes geógrafos y docentes de nuestra tierra, sin dudas. Héctor O. Correa Presidente Biblioteca Popular “Juan Bautista Alberdi” Septiembre de 2016
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INTRODUCCIÓN
El desafío de escribir un libro en colaboración es muy relevante, pero esta publicación tiene el plus de haber sido creado a lo largo de dos años de la trayectoria educativa de la mayoría de sus autores durante la cursada de la carrera de Profesorado de Geografía, aquí en Punta Alta. Esto significa un gran esfuerzo de los noveles docentes que eran alumnos y la mayoría enseñan ahora en las aulas del territorio rosaleño. También se ha contado con el aporte de profesores de geografía e historia y de profesionales de mayor experiencia que desinteresadamente desinteresadamente se unieron a la propuesta. Coronel Rosales necesitaba contar con un libro de geografía actualizado que tratara de manera exhaustiva las problemáticas locales, siempre en conocimiento de la gran obra precedente que fue la “Geografía de Punta Alta y Coronel Rosales”, de Margarita Bróndolo Bróndol o y Sandra Bazán que realizaron también un trabajo colaborativo que es el antecedente fundamental de esta publicación. El Centro de Estudios Geográficos de Punta Alta “Florentino Ameghino” (CEG) está dedicado a la investigación, promoción y difusión de temas y problemas socio geográficos y ambientales de la ciudad de Punta Alta, el partido de Coronel de Marina Leonardo Rosales y de la región del Sudoeste Bonaerense, B onaerense, con el propósito de generar conciencia e identidad local y regional, además de propuestas de alternativas de solución con sustento académico y científico. Está formado por profesores de geografía egresados en su mayoría del profesorado de Geografía del Instituto Superior de Formación Docente N° 79 y geógrafos de la Universidad Nacional del Sur, de la Universidad del Salvador y de la Universidad Nacional de Córdoba que han decidido promover la investigación y la difusión de las innovaciones en el ámbito local y regional. Desde sus inicios, el CEG planteó la realización de un libro referido al partido de Coronel Rosales que con la metodología propia de la ciencia geográfica abordara distintas cuestiones locales. La formación de sus autores y el capital cultural procedente de las tesinas elaboradas durante varios años en el profesorado en Geografía de Punta Alta, podían ser los insumos sustantivos de la obra. El marco teórico que sustenta el libro incluye distintas geografías emergentes y campos tradicionales que se renuevan como: la geografía de la
percepción, la geografía ambiental, la geografía urbana, la geografía del desarrollo local y la geografía económica, entre otras. La obra constituirá un recurso importante para los distintos niveles del sistema educativo, focalizado en la formación y capacitación docentes y en la educación de Nivel Secundario y Terciario; así como cumple con la finalidad de ser un trabajo de divulgación para la población en general de Punta Alta, el partido de Coronel Rosales y la región. Se ha diseñado en cinco capítulos que abordan diversos temas y problemas de la localidad y el partido. El primer capítulo corresponde a la síntesis geográfica del territorio rosaleño en el contexto del Sudoeste de la provincia de Buenos Aires, en la que se plantean sus potencialidades y vulnerabilidades; un enfoque histórico que estudia la toponimia local guardando estrecha relación con otro tema del capítulo que se refiere a la identidad local, así como la movilidad de la población que conforma su territorio y las características características de la periferia urbana de Punta Alta en expansión. El segundo capítulo se refiere a los problemas y conflictos socio ambientales tratados con rigurosidad en términos de sus causas, consecuencias consecuencias y alternativas de solución. El tercer capítulo incluye las cuestiones socio culturales, como las relacionadas con la geografía del género en vinculación a las mujeres que se forman en la Escuela de Suboficiales de la Armada Argentina; la calidad de vida de los barrios periféricos y, por último, la diversidad de la geografía cultural local. El cuarto capítulo trata las localidades más pequeñas en jerarquía urbana, pero no por ello menos relevantes como asentamientos humanos y escenarios del desarrollo local, con sus rasgos clave, conflictos y posibilidades. El quinto y último capítulo aborda los aspectos socio productivos y el desarrollo local haciendo hincapié en el ámbito rural, r ural, el turismo y las perspectivas portuarias, para cerrar con conclusiones colaborativas que han surgido de los seminarios que realiza regularmente el Centro de Estudios Geográficos “Florentino Ameghino”. Esperamos que esta obra sea un aporte para la educación, la gestión y la participación ciudadana del territorio rosaleño.
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CAPÍTULO I. EL TERRITORIO ROSALEÑO: RASGOS CLAVE DE SU GEOGRAFÍA. I.1. POTENCIALIDADES Y VULNERABILIDADES DEL TERRITORIO ROSALEÑO ROSALEÑO
Diana Durán El tema que nos ocupa es central para pensar y actuar en el presente y en el futuro del territorio rosaleño. La Geografía, ciencia de l espacio geográfico, nos permite realizar un balance de las potencialidades y vulnerabilidades sustentado en el análisis socio ambiental, económico y cultural de algunos rasgos clave del espacio local. Las potencialidades son aquellos aspectos favorables, ventajosos, positivos potencialidades son que ostenta el territorio para encarar su desarrollo en todas las dimensiones posibles: ambientales, sociales, políticas, económicas y culturales. Las vulnerabilidades son aquellos aspectos desfavorables, restrictivos, negativos que pueden limitar las potencialidades en las dimensiones señaladas. Entre las categorías que analizaremos en primer lugar se encuentra la posición geográfica como un concepto relativo referido a distintos sistemas de referencia y, en tal sentido, el partido Coronel de Marina Leonardo Rosales se inserta en la región del Sudoeste Bonaerense, representando solo un 4,4 % de la población y el 0,42 % de la superficie bonaerense, constituyendo un territorio pequeño y poco poblado. Su cabecera es la ciudad de Punta de Punta Alta y limita al oeste y noroeste con Bahía Blanca, Blanca, al Norte con Coronel Pringles, Pringles, al sudeste con Coronel Dorrego, haciendo Dorrego, haciendo de límite natural el arroyo Sauce arroyo Sauce Grande, y Grande, y al sur con el Mar el Mar Argentino. El territorio de Coronel Rosales posee dos singularidades geográficas sustantivas: cuenta con una importante fachada marítima y forma parte de la planicie pampeana, lo que constituye su gran potencialidad ambiental, dada la transición que detenta en sus rasgos geomorfológicos, geomorfológicos, climáticos, biogeográficos, entre otros. , ,
Localización de Coronel Rosales en la provincia de Buenos Aires
200 km
Fuente: elaboración personal en base a Arc Gis on line, Esri.
Coronel de Marina Leonardo Rosales en el Sudoeste bonaerense
Fuente: elaboración personal en base a Arc Gis on line, Esri
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Sus límites se pueden convenir coincidiendo con la circunscripción de la VI Sección Electoral de la provincia de Buenos Aires y su superficie alcanza los 101.809 kilómetros cuadrados, involucrando actualmente, en lo político y administrativo a veintidós municipios. Se trata de los partidos de Adolfo Alsina, González Chávez, Bahía Blanca, Benito Juárez, Coronel Dorrego, Coronel Suárez, Coronel Pringles, Coronel Rosales, Daireaux, General Lamadrid, Guaminí, Laprida, Monte Hermoso, Patagones, Pellegrini, P uán, Salliqueló, Saavedra, Tornquist, Tres Lomas, Tres Arroyos y Villarino. En el ámbito marítimo, y por el decreto provincial 449/99, el municipio ejerce la administración de las islas Del Embudo, Bermejo y Trinidad, tres de las islas de gran nivelación de la ría de Bahía Blanca, que suman alrededor de 400 kilómetros cuadrados, entre canales navegables – el el canal principal-, y un gran número de riachos que quedan libres en bajamar. Las islas de Coronel Rosales
Fuente: elaboración personal en base a Arc Gis on line
El estuario
de Bahía Blanca y el territorio rosaleño
ISLA DEL EMBUDO
ISLA BERMEJO
ISLA TRINIDAD
Fuente: elaboración personal en base a Google Earth
La ciudad cabecera de Coronel Rosales es Punta Alta y se localiza a 27 km de Bahía Blanca lo que significa, al mismo tiempo, una potencialidad por su alta conectividad , y una vulnerabilidad por su dependencia funcional de la metrópolis regional; y también a 667 km de lejanía relativa al centro de poder argentino, Buenos Aires, lo es una vulnerabilidad desde la perspectiva de la accesibilidad, con sus consecuencias políticas y económicas. Asimismo, posee la potencialidad de integrar un sector insular todavía invisibilizado, constituido por las islas Bermejo, del Embudo y Trinidad que debe ser valorado. En términos ambientales, el relieve del territorio rosaleño se caracteriza por constituir una llanura sedimentaria (marina, fluvial y eólica) baja y escalonada, cuya altura (que varía entre los 80 y los 2 m sobre el nivel del mar) declina hacia la bahía con una pendiente en sentido Norte-Sur , hasta las planicies de marea del ambiente litoral.
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Altimetría de Coronel Rosales Rosales
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Fuente: Walter Melo en Barragán (2014:36)
Como se aprecia en el mapa , la mayor parte del territorio rosaleño es una llanura baja litoral (menor a 30 msnm) en el sitio de Punta Alta y las localidades de Villa Arias, Villa del Mar y Pehuen Co; y de mayores alturas (mayor a 40 msnm) en el resto del partido, coincidente con la zona de actividad agrícola ganadera en relación con las condiciones edáficas. El territorio rosaleño cuenta con diversas unidades de paisaje, destacándose por su extensión los ambientes: de nivelación general, litoral y la zona anegable.
Ambientes rosaleños
Fuente: Walter Melo en Barragán (2014:36)
El clima local corresponde al templado de transición, en el que se transfiguran los rasgos clave de la región pampeana a la patagónica, con una temperatura media anual de 15,3 °C y bajas precipitaciones (cercanas a los 540 mm anuales). Por ello, el riesgo de sequías condiciona las actividades humanas, tanto a la agricultura como a la provisión de agua potable, por lo q ue ue en casos más extremos, la población debe tomar las medidas precautorias para mantener las fuentes de agua, en tiempos de gran déficit hídrico. El predominio de los vientos del norte y noreste impacta en la influencia de fuentes puntuales de contaminación ambiental procedentes del Polo Petroquímico de Bahía Blanca y, en el orden físico , el mar modera las tempestades dependientes de los encuentros frontales de masas de aire frío del sur y cálidas del norte. Existe una transición, entonces, entre los rasgos climáticos templados húmedos del este bonaerense al frío seco del sur, con temperaturas que oscilan entre 23,4°C en el mes de enero y 7,9°C en julio. Lo destacable, en términos de vulnerabilidad, es que el territorio rosaleño presenta alternancia de períodos húmedos y secos, con una concentración de lluvias en primavera y verano, que
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decrecen en otoño, para ser mínimas en invierno. En los últimos años , los efectos del cambio climático fueron variables, provocando mayores precipitaciones, en algunos casos, o tiempos prolongados de sequía, en otros. La ecorregión característica del espacio rosaleño es el pastizal pampeano en el que se combina una estepa herbácea psamófila, en ambientes más arenosos - médanos-, y la estepa arbustiva halófila, en ambientes más salitrosos. También se destaca la presencia de matorrales halófilos , que se complementa con las especies no autóctonas en establecimientos rurales y caminos. Sin embargo, es a la vera de los caminos donde se puede apreciar el pastizal pampeano ya que los ecosistemas locales se han transformado en agrosistemas por la acción humana. El pastizal pampeano , típico de la llanura , evoluciona hacia el espinal en las zonas arbustivas. Se trata de una ecorregión sin árboles, por lo que los bosquecillos presentes derivan de la forestación realizada por el hombre, tanto en ambientes urbanos como rurales. rur ales.
Vegetación natural natural y antropizada antropizada en Villa Villa Arias. Foto: Héctor Correa
Lagunas temporarias de la isla Cantarelli con su vegetación natural herbácea y arbustiva. Foto: Héctor Correa
Estas imágenes demuestran que el distrito posee la singularidad de ser, a la vez, fachada marítima y planicie pampeana lo que constituye una gran potencialidad al contar con un ambiente en transición climática, fitogeográfica , edáfica, geomorfológica, paisajística, entre otras. La diversidad paisajística de Coronel Rosales es proporcional a sus potencialidades turísticas. No sólo con referencia al paisaje, sino también a las mutiterritorialidades (diversidades espaciales) que causan pluralidad de poderes , identidades, controles sociales, no suficientemente aprovechadas en el espacio local, que requiere ser puesto en valor en tal sentido. El territorio rosaleño se destaca especialmente especialmente por su diversidad de aves. En el estuario de Bahía Blanca se han registrado hasta el momento 81 especies, que habitan el ambiente marino-costero, además de las aves terrestres que se localizan en los sectores más elevados de vegetación arbustiva y pastizales. Entre las marinas se destacan las gaviotas, gaviotines, petreles, chorlos playeros, garzas, patos y flamencos y otras que se localizan en las líneas de costa, los canales mayores y canales de marea, la zona intermareal, las desembocaduras de ríos, arroyos y las marismas. (Petracci. Delhey, 2005) En bajamar, muchas aves se acercan a alimentarse de los pequeños invertebrados que se encuentran en los sedimentos. Asimismo, arriban a esta rica zona especies de aves playeras migratorias durante la primavera que proceden de Canadá Canadá;; mientras otras lo hacen desde la Patagonia en invierno.
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Matorrales halófilos y flamencos en Arroyo Pareja. Foto: Héctor Correa
En las dunas y pastizales habitan martinetas, perdices comunes y coloradas, ñandúes silvestres, tijeretas, calandrias, churrinches, pechos amarillos, loicas, verdones, tordos, cortarramas, chingolos, cabecitas negras, mistos, tordos músicos, piquitos de plata, entre otros. Dentro de la fauna del pastizal pampeano se destacan el zorro, zorrinos, mulitas mulitas, liebres, vizcachas, comadrejas, entre otros.
En síntesis, el territorio rosaleño se destaca por constituir un ecotono, un ecosistema en transición privilegiado entre la llanura de escasa pendiente, clima templado semiárido y pastizal pampeano , y el litoral marítimo del estuario de Bahía Blanca, de gran singularidad por sus canales, cangrejales, islas, aves marinas costeras y playeras migratorias. Estos dos ambientes implican una importante diversidad geográfica y, además, se destacan sus funciones ambientales tales como: presencia de un humedal que previene las inundaciones por sudestada; existencia de una notable biodiversidad costera y alta disponibilidad de nutrientes; el papel de los sedimentos para la retención de los
los contaminantes en los ámbitos litorales y la la alta productividad primaria por la presencia de marismas 1. La importancia de estos ambientes no ha sido relevante hasta hace poco tiempo en que la conciencia ambiental ha eclosionado, lo que debe sostenerse a través de la educación ambiental y la participación ciudadana , que permitan la sustentabilidad ambiental, cultural y económica de Coronel Rosales. R osales. La categoría que durante 2016 ha impuesto la Red Hemisférica de reserva de aves playeras a los humedales de Villa del Mar y al Área Natural Arroyo ParejaIsla Cantarelli, son muestra de la calidad ambiental local, que es necesario valorar y promover en términos de educación y planificación ambientales.
Ambiente costero de Villa del Mar
Cangrejal costero en Villa del Mar
Cangrejos excavadores en el cangrejal costero
Chorlito de doble collar.
Fotografías: Héctor Correa
En este ambiente llano de gran nivelación y baja pendiente (en sentido NS), se destaca a partir de la cota de 20 m, el ambiente litoral paleoclimático (porque su origen data de épocas cuaternarias con la ingresión querandinense de hace 5.000 a 6000 años) y actual, caracterizado por cordones de marea y conchillas, fluviales y fluvio marinos (estuarios y salitrales) A partir de la cota de 1 Ambientes
vegetados influidos por las mareas.
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1,5 m sobre el nivel del mar hasta el nivel del mar se desarrolla una planicie de marea, característica por el impacto de estos fenómenos astronómicos , que provocan un paisaje cambiante según se trate de pleamar o bajamar. El territorio rosaleño está drenado por escasos cursos de agua. Se destaca el río Sauce Grande que constituye el límite con los partidos de Coronel Dorrego y Monte Hermoso y abastece de agua a la ciudad de Punta Alta, Bahía Blanca y otros centros cercanos. El arroyo Pareja desembocando en el estuario
Fuente: elaboración personal en base a Google Earth. Esri.
El partido de Coronel Rosales tiene una gran g ran variabilidad edáfica edáfica con dos “órdenes predominantes Molisoles y Entisoles. Los primeros se localizan en el sector septentrional del partido y corresponden al suborden Udoles; se desarrollan sobre materiales arenosos que se apoyan generalmente sobre una capa de tosca calcárea, son profundos y bien drenados. Esto determina que el sector tenga aptitud para el desarrollo de actividades agrícola-ganaderas. En cuanto a la zona costera, comprendida entre Villa del Mar y Arroyo Pareja, está constituid a por limos arcillosos y salinos, con elevada concentración de cloruros y sulfatos de sodio que pertenecen principalmente al
orden de los Entisoles (Suborden Psamentes). Este sector tiene una gran
cantidad de series complejas tanto en la ribera de los arroyos como en la zona costera. Entre los primeros , se destacan el complejo del arroyo Sauce Grande, complejos hidromórficos del arroyo Napostá Chico y entre los segundos , el complejo Pehuen Co y de médanos costeros. Estos suelos son utilizados principalmente para la ganadería extensiva.” (Barragán, 2014:33) El espacio rural de Coronel Rosales se caracteriza por la presencia de Molisoles de texturas franco arenoso, con aptitud mixta, agrícola de trigo, cebada y avena y ganadero para la cría y recría. Más cercano al litoral existen variantes edáficas dadas por la presencia del cangrejal costero y los humedales arcillosos no productivos desde la perspectiva agrícola, pero de trascendentes funciones ecológicas. (Bróndolo y otros, 2000:53) Estas condiciones edáficas promueven el cultivo de cereales (trigo) y oleaginosas (girasol) con condiciones agroecológicas de grandes limitantes naturales que inclina a los productores a sembrar cultivos de invierno (Alamo, 2016.)
Paisaje rural rosaleño. Foto: Durán
El distrito posee 61.651 habitantes (INDEC, 2010). Entre las localidades más importantes, además de su cabecera, se encuentran Villa General Arias, Pehuen-Co, Bajo Hondo y Villa del Mar. A partir de los datos demográficos provistos en la tabla siguiente, destacamos un leve crecimiento de la población del partido . En el período intercensal comprendido entre los años 1991-2010, la población aument ó 2.609 habitantes, significando un 4.19 % más. En relación a la población rural en el período intercensal 1991-2001 el partido creció un 1 ,51 %, es decir 869 personas más. Este escaso aumento contrasta con el crecimiento urbano anómalo de la ciudad de Punta Alta.
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Evolución de la población en el partido de Coronel Rosales. Años 1991-2010 Población Urbana Año 1991 Año 2001 Año 2010
Rural
Total
56.427
3.116
59.543
57.296
3596
60.892
S/D
S/D
62.152
Fuente: en base a Censos Nacional de Población y Vivienda 1991, 2001 y 2010 INDEC.
Punta Alta, cabecera del partido, constituye una aglomeración de tamaño intermedio, centro local o ciudad intermedia con los beneficios que esto supone en términos de calidad de vida , además de las características que le confiere su relación urbano-demográfica con la Base Naval Puerto Belgrano. El partido de Coronel Rosales R osales posee una estructura demográfica en la que predominan las mujeres (31.739) por sobre los hombres (30.412) y una población extranjera de sólo 1003 habitantes (Censo 2010), entre los que predominan, los inmigrantes europeos (526), -italianos (353) y españoles (141)-, que casi igualan a la de los países limítrofes (467), en su mayoría paraguayos (181) y chilenos (157). Un aspecto estratégico es la localización de Punta Alta en un ámbito de concentración urbana , como puede advertirse en e l siguiente mapa de distribución de la población, en el que se aprecia la escasa densidad poblacional regional y una nucleada concentración en la conurbación embrionaria con la ciudad de Bahía Blanca. Coronel Dorrego, Monte Hermoso, Tres Arroyos y Médanos, son centros locales en el contexto regional.
Población regional
Fuente: elaboración personal en base a Galería de Arc Gis on line.
Punta Alta se localiza a la misma latitud de la región del Bio de Chile, a 1.279 km del puerto de Talcahuano, primer puerto militar, industrial y pesquero de Chile, lo que invita al proceso de integración regional que debe consolidar se. Es también, como Bahía Blanca, la puerta de entrada de la Patagon ia. Si consideramos la distribución de la población del centro de Argentina .Si y Chile, Punta Alta, ocupa una posición estratégica en el extremo oriental marítimo de un posible corredor bioceánico que , por ejemplo, podría establecerse con la región del Bio o de la misma Araucanía para lograr una alta conectividad que articule el territorio t erritorio binacional Pacífico – Pacífico – Atlántico. Atlántico. En el contexto local , la deslocalización de Punta Alta respecto de la ruta nacional N° 3 constituye una vulnerabilidad porque requiere una modernización en la infraestructura para permitir rápida conexión con Bahía Blanca y con la ruta nacional Nº 3 sur.
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Localización de Punta Alta en el espacio geográfico binacional
Fuente: elaboración personal en base a Google Maps Punta Alta se destaca por sus potencialidades: el equipamiento comercial
diversificado, la localización de centros educativos de todos los niveles y la complementariedad con Bahía Blanca ; mientras sus restricciones todavía no superadas por el ordenamiento territorial se relacionan con: la escasa actividad industrial, el alto grado de dependencia de la BNPB y la atadura a la metrópolis regional. Muchas veces no bien ponderado se encuentra el Índice de Desarrollo Humano, que incluye variables socio económicas y ambientales; y que mostraba a nuestro partido, en 2011, ubicado en primer lugar, posición privilegiada poco reconocida por su población. población. El desarrollo económico local puede definirse como un proceso de crecimiento y cambio estructural que, mediante la utilización del potencial de ordenamiento territorial, conduce a elevar el bienestar de la población de una localidad, cuya promoción promueve el desarrollo endógeno.
Localidades del partido de Coronel Rosales CORONEL PRINGLES
Fuente: elaboración personal en base a Arc Gis on line.
Potencialidades de desarrollo local
Fuente: elaboración personal en base a Arc Gis On line. El mapa muestra las altas potencialidades del desarrollo local, especialmente las correspondientes a las funciones urbana (en Punta Alta), portuaria (en la BNPB y el Puerto Rosales), turística (en Pehuen Co) e industrial en la Zona Franca, que serán abordadas en los capítulos correspondiente s.
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Otro aspecto destacable de Punta Alta y el territorio rosaleño es su relación con la Base Naval Puerto Belgrano. Según Fittipaldi y otros (2014), ambos espacios constituyen un territorio de complementariedad y dependencia recíprocas, en el que Punta Alta es un centro multifuncional: residencial, de servicios y comercio, frente a la función militar de la BNPB. Sin embargo, también existen aspectos a refuncionalizar desde la perspectiva urbana , en cuanto a las múltiples posibilidades existentes de que la BNPB constituya un territorio integrado a Punta Alta y a Coronel Rosales , con continuidades espacial, social e, incluso, jurisdiccional, esta última poco propicia en sus consecuencias actuales.
Planta urbana de Punta Alta y la Base Naval Puerto Belgrano
Fuente: elaboración personal en base a Arc Gis on line.
En el mapa se advierte la dimensión territorial de la BNPB frente al plano urbano de Punta Alta. La BNPB forma parte del partido de Coronel Rosales. En el cuarterón superior derecho, la imagen satelital de ambos territorios.
Asimismo, la Base Naval es un territorio que dinamiza lo local local en el ámbito productivo y social, atendiendo a las transformaciones del espacio urbano y a los cambios en la estructura demográfica, población económicamente activa y grado de integración del migrante interno a la ciudad, lo que se manifiesta en la expansión de la mancha urbana por la demanda de viviendas. “ Esta Esta situación le imprime un gran dinamismo al mercado inmobiliario local ya que, debido a las condiciones laborales propias de la BNPB los pases y traslados son frecuentes,
lo cual hace que las compras y alquileres de viviendas se renueven año tras año”. (Fittipaldi y otros, 2014) Un aspecto poco percibido por los habitantes de Punta Alta es la relevancia del espacio rural rosaleño. En el siguiente mapa se advierte el uso y cobertura del suelo en 2013, elaborado por Ángeles (Barragán, 2014) con sus cultivos de invierno, verano, pasturas y pastizales y no laborado. En la zona rural puede advertirse en verde intenso, la cobertura del suelo agrícola para cultivos de invierno y una gran extensión no laborada por restricciones edáficas y geomorfológicas. Uso del suelo en Coronel Rosales
verano
Fuente: Ángeles, Guillermo (2013) En Barragán (2014)
En el modelo actual del territorio bonaerense, Punta Alta constituye un centro urbano con población en crecimiento, que forma parte de un polo económico regional, en las cercanías del nodo multimodal de Bah ia Blanca, con un área de gran valor estratégico por sus reservas naturales, pero también también
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de alta vulnerabilidad ambiental que participa en un eje principal de conexión
hacia la región patagónica. Como modelo deseado del territorio local se debería tener muy en cuenta la localización del futuro corredor binacional nordpatagónico, el desarrollo costero integrado, el fortalecimiento de la actividad portuaria y el saneamiento básico en salud y educación. La ciudad de Punta Alta tiene un crecimiento urbano no planificado que redunda en no pocos problemas socio ambientales que afectan a la población. Punta Alta integra una problemática estructural relacionada con el déficit de infraestructura y equipamiento en su periferia que constituye condiciones de exclusión para la población de menores recursos y de mala calidad de vida para la totalidad de los habitantes. El mapa síntesis construido por profesores de geografía georreferencia los principales problemas ambientales y sociales de la ciudad que deberán ser atendidos por un planeamiento urbano, ambiental y un ordenamiento territorial acorde a las necesidades del desarrollo local articulado a las condiciones de sustentabilidad ambiental, social, económica y cultural. En la página que sigue se presenta el mapa de “Problemas ambientales y sociales de Punta Alta” elaborado Alta” elaborado en trabajo colaborativo por los profesores de geografía asistentes al Curso Uso de la Cartografía Digital en la Educación Secundaria. Punta Alta. Punta Alta. 2015. En línea: https://www.google.com/maps/d/edit https://www.google.com/maps/d/edit?mid=z78DPi9LcJck. ?mid=z78DPi9LcJck.kbV3tHrNhvVg& kbV3tHrNhvVg& usp=sharing. Entre los Entre los problemas ambientales se destacan: la contaminación del aire que es producto tanto por los gases que emana la planta depuradora de líquidos cloacales, como del uso del suelo, el transporte y los gases que emite el polo petroquímico que se orientan hacia nuestra ciudad por la influencia de los vientos regionales; los basurales clandestinos; las antenas de telefonía celular; entre otros. otr os. Asimismo, los derrames cloacales cloacales son fuente de malos olores y contaminación del aire y del agua en muchas localizaciones urbanas.
Contaminación del aire Basurales
P e y g r i f e r a v r i a c e s o n p r o d é i b l e f m a c i t d e s a e q m b u i i e n p a m t a l i e n e s t o
Concentración de problemas
Referencias completas en hipervínculo
_____ 250 m
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De lo expresado en la cartografía crítica presentada, surgen las actividades actividades a potenciar para el presente y futuro fut uro del desarrollo local que, a nuestro nuestr o modo de ver, son: la cultura y la educación, la pesca, el comercio interno y externo, la localización industrial en la Zona Franca, el turismo sostenible, la agricultura familiar y la actividad portuaria. En relación a la promoción de esas actividades mencionadas y a las potencialidades y vulnerabilidades identificadas, se plantean una serie de perspectivas para el ordenamiento territorial que hay que leer en clave local: Fortalecer la identidad territorial y cultural y el sentido de pertenencia. Acceder a bienes y servicios que permitan el desarrollo humano con una mejor calidad de vida. Vivir en un ambiente que garantice el desarrollo sustentable para las generaciones actuales y futuras. Alcanzar el desarrollo económico a través de proyectos que promuevan las actividades productivas clave. Desarrollar una agricultura familiar a través de buenas prácticas agrícolas. Promover la participación ciudadana en la gestión democrática del territorio en todas sus escalas. En definitiva, Coronel Rosales tiene un conjunto de potencialidades (ambientales, económicas, humanas, institucionales y culturales) que , si son motorizadas por los agentes sociales locales , pueden generar procesos efectivos de desarrollo local. Estas potencialidades requerir án que las comunidades locales (Villa Arias, Villa del Mar, Pehuen Co y Bajo Hondo ) se integraran a Punta Alta, a través de redes productivas de pequeñas y medianas empresas -como criaderos de aves, actividades olivícolas, huertas, viveros, servicios, actividades turísticas relacionadas con la segunda residencia y otras- , que colaboraran entre sí y con la sociedad local para imprimir dinamismo al territorio rosaleño. (Schroeder, Formiga, 2011) A través de los procesos de de crecimiento crecimiento endógeno endógeno Coronel Coronel Rosales puede potenciar su economía y mejorar la calidad de vida de su población. Con esa finalidad, el territorio rosaleño deberá ser puesto en valor a través de la mejora de su infraestructura ferrovial y de los circuitos socio productivos posibles y disponibles (Polo logístico que involucra el consorcio del puerto, la Zona Franca, la relación con el Polo Petroquímico, el Parque Industrial, el Polo tecnológico, el puerto, los microemprendimientos productivos, las buenas prácticas agrícolas de agricultura familiar y la producción agropecuaria regional) Pero todas estas propuestas deberán integrarse en un una u na perspectiva de ordenamiento territorial
basado en la actividad agropecuaria y el complejo portuario, siempre que agreguen valor a las materias primas regionales. Bibliografía citada
Barragán, Federico Gastón. (2014) Factibilidad geográfica para la implementación de cultivos no tradicionales en el partido de Coronel Rosales, Buenos Aires. Una aproximación a través del uso de geotecnologías. Tesis de licenciatura. Bahía Blanca, UNS. Bróndolo, M. Bazán, S. (et al) (2000) Geografía de Punta Alta y Partido de Coronel Rosales . Bahía Blanca. Ed. Universidad Nacional del Sur.
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I.2. APROXIMACIÓN A LA TOPONIMIA COSTERA DEL PARTIDO DE CORONEL ROSALES
Toponimia y sentido de pertenencia
Gustavo Chalier Luciano Izarra
“La historia sobre un lugar nunca es solamente una única historia. No es solamente la historia de sus espacios ocupados o la de los acontecimientos ocurridos en ellos e llos y de las personas directamente involucradas, sino también es la historia de las prácticas vividas por esas personas y de los cambios que tuvieron en el transcurso del tiempo a través del contacto e interacción con diferentes culturas y modos de expresión de esas culturas. Cualquier historia que pueda contarse siempre se desdobla en una multiplicidad de otras historias, casi un sinfín de diferentes historias” (Romani, 2008)
Esta aseveración del historiador brasileño Carlo Romani es de especial valor para una zona de fuerte cruce de diferentes culturas a lo largo del tiempo como lo es el sudoeste bonaerense. Para hablar solamente de los últimos doscientos o trescientos años, en que se tienen registros históricos más o menos fehacientes, la región ha sido habitada, visitada o poblada sucesivamente por diferentes parcialidades del tehuelches meridionales (o guenakén), mapuches, españoles, navegantes ingleses y franceses, criollos y por un importantísimo contingente inmigratorio. (Ginobili, 2006) En encuentros, a veces amistosos, a veces hostiles, todos ellos generaron un contexto donde se produjo una inevitable mezcla cultural que se tradujo en la adquisición cruzada de usos, costumbres, comidas y palabras. Los nombres evocan y provocan: siempre se asocian los nombres a sentimientos y con ellos se da sentidos a las cosas. Por eso, ante un topónimo cualquiera, lo peor que se puede hacer es naturalizarlo. Antes bien, deben hacerse preguntas para interrogar acerca de su verdadero sentido: ¿Qué significa el nombre? ¿Pudo este lugar llamarse de otra manera? ¿Por qué qu é se le dio justamente este nombre y no cualquier otro? ¿Qué mecanismos operan tras la elección de un nombre? Hay detrás determinaciones de tipo ideológico, histórico, político o cultural en un sentido amplio, porque siempre nominar es ejercer poder: cuando se nombra algo, se adquiere un cierto grado de dominio sobre la cosa, sea ésta una persona (un hijo, por ejemplo) o un pedazo de tierra. Marca, en este último caso, una presencia que es también voluntad de señorío, expresado a través de un conjunto de valores que son propios: por ejemplo, muchos lugares llevan
nombres que aluden a héroes militares o políticos, personajes o hechos vinculados a la religión, virtudes cívicas o morales o, a veces, circunstancias fortuitas u descripciones del lugar 2. Es por esto esto que la elección de un nombre para una localidad, calle o espacio público nunca es inocente o casual. Estos mecanismos se hacen visibles en los llamados topónimos, vale decir, los sustantivos por los que se designan territorios. La toponimia (del griego topos =lugar; =lugar; y ónoma =nombre) =nombre) es una disciplina que estudia los nombres propios de lugares. Conocer el origen de los topónimos sirve no solamente para conocer el lado pintoresco de la historia sino ahondar en hechos relevantes del pasado que ayudan a construir la identidad del espacio geográfico compartido por la comunidad. En los topónimos los elementos antiguos son permanentemente reactualizados, modificados modificados y desplazados, conforme cambia la sociedad y asigna nuevos significados o usos a las viejas denominaciones. (Fernández Mier, 2006) Por esa razón, los topónimos constituyen un legado y nos interpelan desde el fondo de la historia. En tanto marcas identitarias del espacio, ayudan a valorizarlo y conocerlo, coadyuvando a forjar una adscripción y sentido de pertenencia al terruño. (Friera Suárez, 1992) Como tales, constituyen un área de sumo interés para el Archivo Histórico Municipal de Punta Alta, que trabaja con la memoria local. Los topónimos de la costa rosaleña Indígenas, marinos y nombres en la bahía Blanca
En el caso de la toponimia de la costa rosaleña, lo primero que se nota es la ausencia de topónimos indígenas, abundantes en otros lugares del sudoeste bonaerense (Carhué, Pigüé, Huanguelén, Guaminí, Chasicó, Puán, etc.). Se obvia aquí Pehuen Co, por ser éste un topónimo artificial, creado por el dueño de las tierras donde se erigió en 1947 el balneario, al tomar dos palabras en mapudungun (la lengua del pueblo mapuche): Pehuen= pino y Co=agua. Seguramente la bahía misma como los accidentes geográficos de su costa, tuvieron topónimos impuestos por los pobladores originarios, pero por falta de registro en las fuentes contemporáneas, éstos no se han conservado (Comunicación vía e mail del doctor Juan Francisco Jiménez del Departamento de Humanidades de la UNS (18 y 19 de noviembre de 2015)
2 “Bautizar lugares, renombrar antiguas denominaciones sie mpre fue una forma de conquistar y ocupar territorios”. Romani, Carlo: op.cit., p . 8.
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Esto tal vez se deba a que la zona, si bien conocida por las diferentes parcialidades parcialidades indígenas, no era demasiado frecuentada por ellos. Los pobladores pobladores autóctonos de la pampa y Patagonia no eran navegantes, por lo que el mar ponía un límite a sus actividades. Por esto, la bahía era para ellos un sitio poco propicio para asentamientos, aunque sean temporales: el suelo medanoso con salitrales, la costa baja y fangosa de cangrejales, el rigor del clima y los vientos, la falta de cursos de agua, todo eso la hacía escasamente atractiva para el establecimiento humano. Para estos grupos, era más interesante ir a Sierra de la Ventana, con agua, pastos y caza abundante, o marisquear en la costa en los actuales balnearios balnearios de Monte Hermoso o Claromecó. Con el final de la guerra de la Independencia y el surgimiento de Buenos Aires como la única provincia con soberanía en las costas atlánticas, la región cobró cada vez mayor relevancia y se realizaron una serie de expediciones de carácter científico- militar de reconocimiento. Estos viajes, Estos viajes, además además de explorar explorar y dar a conocer la geografía de la bahía y sus costas, impusieron mucha toponimia todavía en uso. De igual importancia es la expedición de reconocimiento llevada a cabo por el HMS Beagle al mando de Robert Fitz Roy, por cuenta del Almirantazgo británico, que llegó a la bahía en 1832 y 1833 . Muchos de los nombres de lugares que figuran en inglés en los documentos de la expedición (diarios de bitácora, cartas náuticas o relaciones de viajes), fueron sin duda colocados por el capitán o la tripulación. Otros, que las mismas fuentes nombran en castellano, sin duda son anteriores al viaje del Beagle y ya estaban en uso cuando arribó el bergantín británico. El legado del arribo de la expedición del Beagle a las aguas de la bahía es importante también por un aspecto colateral, pero de gran significación para la identidad de la región: la fijación e invención de muchos topónimos costeros costeros en uso hasta el día día de hoy. Por prudencia, dado el poco poco calado existente en el interior de la ría, ancló en septiembre de 1832 en la zona de Puerto Belgrano. El capitán británico tuvo la oportunidad de practicar un minucioso relevamiento de la bahía y de confeccionar una precisa carta náutica. En ella consignó por primera vez topónimos costeros. El plano titulado South American East Coast. Bahía Blanca to Union Bay, fue publicado en Londres en 1883 y es copia de la carta que Fitz Roy y sus hombres confeccionaron en 18321833. En él se delinea con exactitud el dibujo de la costa septentrional de la ría y pueden apreciarse nombres que glosan los principales accidentes ribereños. Estos topónimos son de dos tipos: los que figuran en el plano en castellano y los que poseen su nombre en inglés. Se puede inferir que los primeros eran usados por los marinos y habitantes de la zona previamente a la llegada llegada de Fitz Roy. Los
topónimos en inglés fueron, sin duda, puestos por la tripulación del Beagle y muchos de ellos se continúan utilizando, aunque en su versión castellana. castellana. Esta es la razón por la que los topónimos de la zona marítima de Coronel Rosales están vinculados a los primeros hombres de mar que, a comienzos del siglo XIX, reconocieron las difíciles aguas de la bahía, hasta ese entonces prácticamente desconocida: constituyen marcas de referencia que ayudan a la navegación. Algunos de los topónimos que se alinean en la bahía son antiguos y de origen incierto. Por ejemplo, Punta Cigüeña, Punta Tejada (ambos mencionados en castellano por Fitz Roy) y Punta Congreso, nombres cuya procedencia no se ha podido determinar en el estado actual de los conocimientos. Clasificación de los topónimos costeros rosaleños
No existe unanimidad de criterios en cuanto a la clasificación de los topónimos. Ésta se ajusta a las particularidades del área de estudio, por lo que cada investigador adopta criterios sui genreris a la hora de realizar su propio registro.3 Pueden estas pautas seguir preceptos de orden lingüístico, cronológico, culturales, geográficos o de algún otro tipo. Para este trabajo, se decidió agrupar los topónimos costeros del partido de Coronel Rosales en dos grandes grupos (sin por ello rechazar o impedir otras formas de clasificación igualmente válidas): a. Topónimos Topónimos descri descriptivo ptivoss b. Topónimos Topónimos onomásti onomásticos cos a. Topónimos descriptivos
Son aquellos que indican una o varias características distintivas y visibles, por lo que constituye un nombre propio íntimamente ligado a lo que se aplica. La bahía Blanca. Es un topónimo que recalca una característica paisajística paisajística evidente sobre todo desde el mar: el blanco del salitre que se deposita en algunos sectores de sus costas y que le otorgan una marca distintiva en la costa atlántica argentina. Pese a ser reconocida por la expedición de Magallanes en 1518, fue evitada por los marinos durante los siglos XVII y XVIII dada las dificultades que presenta para su navegación. Con la fundación de Carmen de Patagones en 1779, volvió a reconocerse por ser una escala en el viaje a Buenos Aires. A partir de 1800, la bahía recibió varios nombres: Bahía de Abajo (es decir, del sur) o Bahía 3 Ver,
por ejemplo, Tent, Jan y David Blair : “Motivations for naming. A toponymic typology”, Australian Australian National Placenames Placenames Survey Technical Technical Paper Nº 2, South Turramurra, diciembre 2009, donde se hace una lista de diferentes tipologías y clasificaciones de topónimos.
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de los Bajos Anegados (era muy frecuente fr ecuente en los mapas de la época la confusión con la Bahía Anegada, próxima a San Blas). Su nombre actual aparece en un mapa que Aaron Arrowsmith, publicó en 1817 titulado Outlines of the physical and political divisions of South America: Sheet 5 . Allí, seguramente en base a informes de la expedición española de Alejandro Malaspina, el cartógrafo inglés dibujó una amplia escotadura sobre la línea curva del sur bonaerense, colocándole el nombre de White Bay . Esta expedición zarpó de España en 1789 y se prolongó hasta 1784. Tuvo por objetivos incrementar el conocimiento geográfico, mejorar la navegación, el levantamiento de mapas cartográficos y realizar un estudio exhaustivo de la flora y fauna. Además, de analizar la economía, las costumbres y las características características locales de cada cada una de las regiones que se visitaran. visitaran. Fue la primera exploración de envergadura que llevó adelante la Corona española desde el descubrimiento de América. Es ésta la primera mención que se conozca del nombre actual de la bahía Blanca. Pero se ignora quién o quiénes lo impusieron: si los ocasionales marinos criollos que la visitaban o miembros de alguna tripulación inglesa4. En todo caso el nombre de bahía Blanca se impuso a partir de los primeros años de la década de 1820. Punta Alta. El estado actual de los conocimientos no permite determinar con exactitud desde cuándo se utiliza. Sin embargo, su más antigua mención aparece en la carta de la provincia de Buenos Aires publicada por Bartolomé Muñoz en Londres, diciembre de 1824. En 1832, en su Diario de viaje a bordo del Beagle, Charles Darwin hizo mención del accidente , mencionándolo siempre en castellano. El topónimo se refiere a una lengua de tierra que se adentra en el mar (punta), con una barranca coronada por un médano alto. Este médano era visible desde las embarcaciones que q ue se adentraban en la bahía y era usado como referencia por los marinos de ese entonces. A lo largo del siglo XIX puede verificarse que la la zona zona terrestre circundante tomó el nombre del accidente geográfico. Por ello era común nombrar como Punta Alta a todo el sitio, donde actualmente se alza la Base Naval Puerto Belgrano. Por ese motivo, cuando se estableció la estación del FC Sud en 1898, pese a llamarse en e n los papeles “Arsenal”, se la designó como “Punta Alta”, por 4 Tradicionalmente,
la historiografía local repite que fue un nombre impuesto por el capitán norteamericano Benjamín Morrell. Sin embargo, embarg o, éste no hizo más que nombra un topónimo ya conocido. A bordo de la goleta Wasp (es decir, decir, Avispa) Avispa) anotó en su libro de relación el 17 de septiembre septiembre de 1822,: “ Seguimos Seguimos por la costa por un tiempo, sin dar con alguna cosa digna de notarse, hasta que llegamos a una entrada amplia, que corre hacia el oeste, designada con el nombre nombre de White Bay por por el momento, pero poco poco conocida por por los navegantes, pese a marcar propiamente el límite costero norte de la Patagonia”, A narrative of four voyages to the South Sea, North and South Pacific Ocean, Chinese Sea, Ethiopic and Southern Atlantic Ocean, Indian abnd Antartic Ocean, from the year 1822 to 1831, Nueva York, J & J Harper, 1832, . p. 38
ubicarse en los terrenos llamados de esta forma. Y de la terminal ferroviaria tomó la denominación el pueblo que se alzó espontáneamente paralelo a las vías y en torno a ella. Actualmente, sobre lo que fue la punta se apoyan los muelles de la Base B ase Naval. Una parte significativa de la barranca fue removida al hacerse las obras. En cuanto al médano, sobrevive como basamento del Castillo de Vigilancia (llamado luego Torre de Señales). Al momento de definir el sitio para la ubicación del edificio, se tuvieron en cuenta los accidentes geográficos naturales más altos dados por los médanos que se encontraban en el ingreso de la ría. elevaciones de terreno muy mu y Colina Doble. El nombre hace referencia a dos elevaciones próximas que eran visibles desde el mar. Muy posiblemente fue un nombre impuesto por la tripulación tr ipulación del Beagle , ya que el topónimo aparece consignado en inglés (“Double Hill) en la carta náutica de la ría editada en Inglaterra según los apuntes de Fitz Roy. El accidente geográfico, al igual que lo ocurrido con Punta Alta, terminó por darle su nombre al área circundante. Por eso hoy en día el cementerio que se alza allí lleva el nombre de Colina Doble. Prevista en la planificación para el Puerto Militar, la necrópolis fue pensada para inhumar al personal de la marina, fuere este civil o militar, m ilitar, así como a sus familias. No obstante, fueron sepultadas también pobladores de la naciente ciudad de Punta Alta. Las primeras inhumaciones datan de 1900. Actualmente el cementerio está organizado en cinco secciones y cuenta con 1270 tumbas. La última inhumación se realizó el 17 de junio de 2000 y correspondió al Vicealmirante (RE) Leandro Mateo Maloberti. Monte Hermoso. Este es otro topónimo antiguo, que sufrió un desplazamiento, ya que el nombre Monte Hermoso en aquel tiempo no hacía referencia a la ciudad balnearia homónima, sino al paraje conocido actualmente como Barrancas de Monte Hermoso, Farola Monte Hermoso o simplemente Las Rocas, que se encuentra a cinco kilómetros al oeste de Pehuen Co, dentro del partido de Coronel Rosales. El nombre le fue dado por el científico Antonio de Pineda y Ramírez, de la expedición de Alejandro Malaspina. (Martel, 2002:2) Fitz Roy describe el lugar de esta manera, como una referencia en la navegación que, incluso, fue señalizado por la tripulación del Beagle. Monte-Hermoso Monte-Hermoso “(…) aparece como una punta baja distintiva y redondeada. Es más elevada que las elevaciones próximas a excepción de una pequeña que está un poco más adentro de la tierra. Su altura es de 37 metros sobre el nivel del mar y, en su cima, se ve (1833), un macizo de tosca, de 3 metros cuadrados, construido por la tripulación del Beagle . Hay debajo una barranca baja (Papagayo), actualmente llamada “Barranca de los Loros”, la única que se encuentra sobre la costa en los alrededores. Monte Hermoso está muy cerca del mar y forma, cuando se lo descubre desde el E., una punta en que termina
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distintivamente la costa norte. Cuando se mira desde el E., la tierra que está en el O parece mucho más baja y alargada. Cuando se la ve viniendo desde el sur, esta pequeña montaña se confunde con la tierra que le es próxima, y un navegante extraño tendría mucho trabajo en encontrarla, a menos que perciba la señal levantada por el Beagle. Si este macizo fuera tres veces más grande de lo que es, y de un color blanco, sería de muchísima utilidad.” (Fitz Roy, 1851: 44, 45) Ese paraje fue elegido para anclar un pontón faro en 1881, que fue destruido por una tormenta a poco de inaugurarse. Posteriormente, fue el lugar en que Luiggi planeó erigir el primer faro de la costa argentina, al que se emplazó, sin embargo, unos kilómetros más al este, en cercanías de lo que hoy es el balneario Monte Hermoso. La construcción fue encargada a una empresa francesa, Barbier et Bénard, B énard, que lo envió a la Argentina desarmado y en cajas. Pero el faro no fue emplazado en el sitio originalmente pensado, sin duda por razones de visibilidad. En efecto, ya a finales del siglo XIX, el médano era muy poco visible. Así lo informaba el teniente de fragata Guillermo Scott Brown, del acorazado Almirante Brown : “El llamado Monte Hermoso ya no existe, pues, pues se confunde con los médanos que lo rodean, y sólo se distingue por un palo insignificante que lo marca (…) un punto dif ícil de reconocer” (Ciarniello. Fernández, 2009:68) Se dispuso su instalación en la llamada Punta Catanga, ubicada entre el sitio original y Punta Asunción. El faro terminó de colocarse en 1906 y se lo llamó Faro Recalada a Bahía Blanca. Como los cajones de embalaje y partes de la estructura estaban rotulados como “Faro Monte Hermoso”, dio el nombre al hotel que, a partir de 1918, se construyó en sus cercanías y que terminaría dando su apelativo al pueblo que posteriormente se formó. En 1927, la Sección Faros del Servicio de Hidrología Naval instaló en Las Rocas una baliza en lo alto de una torre de 22. 8 metros de altura, que funcionó hasta 1970. La estructura de hierro sobrevivió sobrevivió hasta que una sudestada la derribó en enero de 2002. Punta Ancla. Fue llamada por la tripulación del Beagle “Anchor stock hill” (literalmente: Colina del cepo o palo del ancla), presumiblemente por ser éste el punto de anclaje del bergantín y por contar con una marca de referencia en forma de palo o mástil. Así lo expresó Darwin en su diario, en la entrada correspondiente al día 6 de octubre de 1832: “Navegamos por el canal con una fuerte brisa en contra y a la noche anclamos en el viejo sitio frente al pozo de agua (o jagüel). La colina arenosa (o duna) allí ubicada fue bautizada Anchor stock hill.” (Darwin, Keynes, 2001:108-109) 2001:108-109)
En una relación posterior de sus viajes, Fitz Roy apunta: “Anchor stock hill es la más elevada y la más puntiaguda de las eminencias que se perciben al N. O., su altura es de 17 metros y se ve encima una advertencia que de lejos parece un mástil.” (Fitz Roy, 1851:47) Esta advertencia, sin duda, debió ser colocada allí por los marinos que frecuentaban la bahía, como marca de referencia o guía. Pese a que posteriormente el nombre fue simplificado a Punta Ancla y así figura en diferentes documentos de finales del siglo XIX, la utilización del topónimo Anchor stock hill, está registrada en The London Gazette en en fecha tan tardía como noviembre de 1909, cuando indica el balizamiento de la entrada de la bahía Blanca. b. Topónimos onomásticos Son aquellos que referencian referencian a un nombre propio, sea de persona (incluyendo santos y personajes mitológicos), embarcación, u otro. Arroyo Pareja. El nombre honra al descubridor de este curso de agua, el piloto Joaquín Fernández Pareja, quien nació en Galicia en 1781 y luego de egresar de la Escuela de Náutica en España, llegó a Buenos Aires en 1808. En 1810 abrazó la causa de la Revolución. Prestó servicios como navegante y formó parte de dos expediciones a la bahía Blanca. Posteriormente, fue capitán de milicias nombrado por Juan Manuel de Rosas. Como parte de la política del gobierno de la provincia de Buenos Aires tendiente a reconocer las costas bonaerenses para asentar una ciudad puerto, el gobierno bonaerense dispuso en 1823 que se armase una expedición a la bahía Blanca Para ello, contrató a la goleta norteamericana Clive , comandada por el capitán José Valentín García y que llevaba como a Joaquín Fernández Pareja. La embarcación, arribó en diciembre de ese año a la boca de la bahía y finalmente ancló en una canaleta ancha. Fernández Pareja detectó con su anteojo una quebrada y, aprovechando la pleamar se dirigió hacia ella en un bote con cuatro efectivos bien armados. Atracó en una de las orillas de un arroyo. Reconoció a pie las dos orillas, anotó sus características y el movimiento de flujo y reflujo de sus aguas. Ese pequeño curso de agua, finalmente llevaría su nombre. Rápidamente se puso en uso el topónimo “Arroyo de Pareja” (luego simplificado como Arroyo Pareja) para hacer referencia al lugar 5. Así, en 1833, 5 Véase
la “Carta de la Provincia de Buenos Aires”, publicada por Bartolomé Muñoz, Londres, di ciembre de 1824, poco más de un año después de la expedición de la Clive, donde figura el “Arroyo de Pareja”. Pese a eso, Francisco Seguí, en su informe de la expedición del bergantín de guerra General Belgrano de principios de 1825, lo menciona como “arroyo de la Gleaner,” por el barco que recorrió la zona meses antes.
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Fitz Roy lo menciona en su carta náutica de la bahía como Pareja Creek ( creek creek es la traducción inglesa de arroyo, y puede también significar una cala o pequeña ensenada). Pese a su nombre, Arroyo Pareja no es un arroyo. Es decir, no es un curso de agua que descargue agua dulce a la bahía. Es una lengua de mar que se adentra unos pocos kilómetros en el continente. Originariamente, era la desembocadura del Napostá Chico, (que recibe también los nombres de Sombra de Toro, Cabildo o Bajo Hondo, conforme al lugar por donde pase). Este arroyo tiene por característica principal la variabilidad de su curso. En algún momento a principios del siglo XIX desaguó al mar en forma de un pequeño estuario, pero al cambiar su recorrido, éste se llenó con agua de mar. (Bróndolo y otros, 2001:67 y ss). Sin embargo, cabe notar que en alguna bibliografía y también oralmente, es frecuente encontrar menciones a “Arroyo Parejas”, sin que nada justifique esa S final de la que carecía el apellido del descubridor. Puerto Belgrano. Este topónimo no homenajea al creador de la bandera sino a un barco que llevaba el nombre del prócer y que fue el primero en explorar exhaustivamente el apostadero. El sitio nombrado así es una extensa superficie de agua ubicado frente a la actual costa rosaleña, con fama de fondeadero seguro, fue visitado tradicionalmente por cuanto barco navegara por la zona. El gobierno provincial envió al lugar varias expediciones de reconocimiento, con el fin de hallar un sitio seguro para establecer un puerto y población. A fines de 1824, el bergantín de guerra General Belgrano fue comisionado a la bahía Blanca para explorarla, pero condiciones climáticas adversas frustraron esta expedición. A comienzos de 1825, el General Belgrano volvió a zarpar rumbo al sur. El 1º de febrero de 1825, el bergantín fondeó a la altura del Arroyo Pareja, que fue estudiado y relevado. A la zona, vasto abrigo natural de buques, se la llamó, en homenaje al barco de la expedición, Pozos o Sonda del Belgrano y, más adelante, Puerto (del) Belgrano. Este es precisamente el lugar en donde el capitán Félix Dufourq indicó que se debía construir el apostadero de la república. Construido con el nombre de Puerto Militar, conservó esta designación hasta el 2 de junio de 1923, cuando el presidente Marcelo T. de Alvear y su ministro de Marina Manuel Domecq García firmaron la Orden General Nº 121 emanada por la Dirección General de Navegación y Comunicaciones y que fue promulgada dos días después, el 4 de junio. Por medio de esta norma, se decretó el cambio de nombre del Puerto Militar por el de Base Naval de Puerto Belgrano.
En sus fundamentos se expresa un equívoco que debe aclararse, pues ha dado lugar a apreciaciones incorrectas a lo largo de los años. Según la ordenanza, se coloca el nombre de Puerto Belgrano al antiguo Puerto Militar por considerar “un acto de justicia y un deber conservar conservar la tradición, que fue respetada desde las primeras cartas marinas del lugar que dan nombre de «Puerto Belgrano» a determinada región de la Ría de Bahía Blanca, nombre que en honor del ilustre patricio de la independencia tenía ya el año 1833, cuando se iniciaron por el Almirante Almirante Fitz Roy los primeros trabajos trabajos hidrográficos serios de esa parte de la costa…” Sin embargo, según se ha visto, esta denominación no se debe al general creador de la bandera sino al barco, el General Belgrano, que describió por primera vez este puerto en 1825. Isla Cantarelli. La llamada isla Cantarelli no es una isla, sino la orilla izquierda del Arroyo Pareja, que la separa del resto del continente. La denominación de isla proviene del hecho que su acceso por tierra es casi imposible, dado los extensos humedales que bañan sus costas. Por eso, la forma más sencilla de llegar desde Punta Alta es atravesando el Arroyo Pareja, lo que acentúa su aparente insularidad. Su nombre proviene del señor Marcio Cantarelli, oriundo de la ciudad de Bahía Blanca. Cantarelli compró las tierras en 1926 y posteriormente loteó y construyó algunas casas para alquilar, plantando varios olivos y eucaliptos, con la intención de hacer un balneario. CONCLUSIÓN
Los topónimos de la costa rosaleña, según se ha visto, fueron puestos por marinos que navegaron fundamentalmente a lo largo del siglo XIX. Fueron colocados desde el mar, mirando desde la playa a la tierra, y así deben entenderse. Su lógica desafía la cultura imperante, que es de “tierra adentro” y que que da la espalda al océano; de allí surge, muchas veces, la dificultad de comprender en su cabal dimensión la toponimia de la línea ribereña de Coronel Rosales. Este trabajo se funda en la necesidad de otorgar sentido a este antiguo legado, asignándole su significado original a los nombres, a fin de constituirlos en puntos desde donde otear el pasado y poder valorar el territorio. Los topónimos se integran así a un discurso histórico que reafirma la identidad del lugar, el sentido de pertenecía del pueblo que lo habita y devuelve su mirada al mar.
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I.3. PUNTA ALTA, PUENTES ENTRE LA IDENTIDAD Y EL PAISAJE Ana Buschittari
Punta Alta representa para sus habitantes, un espacio percibido de diferentes maneras. Cada poblador, construye su mapa mental con una información diversa, básica y necesaria que lo identifica y le sirve para su vida cotidiana. Categorías analíticas del espacio: valoración perceptual individual
Las percepciones que se tienen, tanto individual como grupalmente, debido al grado de pertenencia que se siente por la ciudad, son de gran significado y marco de referencia de cada individuo. Formas. La forma que adquiere el espacio -en este caso urbano-, y su grado de aceptaci ón o rechazo se relaciona relacio na con “(…) el aspecto formal , es decir, la apariencia real y física fí sica de la ciudad (…) que determinar á necesidades para el grupo humano”. (Caneto, 2000:104) Cabe agregar que los habitantes se irán adecuando al lugar, de acuerdo a esas condiciones físicas, pero luego los mismos pobladores modificarán ese espacio de acuerdo a sus necesidades. Funciones. Cada parte que conforma una ciudad, como sus calles, edificios, plazas, etc., van mutando sus funciones, de acuerdo a las horas, los días, las semanas y el año . En tal sentido, la ciudad y sus pai sajes se van modificando por el desplazamiento y el habitar de las personas. Relaciones. El sujeto, en su representación mental del espacio físico, lo transforma en un espacio social. (Alvarez de Dotti. Cruces, 2002:18). En ese mismo sentido, cada individuo a través de sus propios marcos de referencia, percepción y valoración del espacio, va configurando un mapa mental, que le sirve para transformar aquello estático, en algo dinámico. En efecto, cada interacción entre los individuos de una misma sociedad, les permite compartir con los demás, diferentes valoraciones, aunque cada individuo y su forma de ser, pensar y habitar sean distintos. La ciudad cobra vida a partir de la significatividad que cada individuo le otorga. Cabe destacar, el carácter aglomerativo y la intensidad del uso del suelo, que también configuran la base, donde cada habitante, produce formas de vivir y convivir con los otros.
Estructuras. La ciudad pasa de ser algo meramente estático, a constituir el sustrato de las personas, convirtiéndose en algo dinámico. Es decir, el espacio percibido cobra una nueva dimensión e importancia en la vida de los ciudadanos, cuando éstos son cargados de la valoración y los sentimientos que le otorgan los habitantes. La manera de clasificar lo que se percibe, es modelada por las circunstancias particulares y colectivas debido a la cultura a la que se pertenece. Es decir, el grupo en el que se vive, influye en la manera en c ómo se percibe la realidad que nos rodea. Esta realidad es aprendida y luego practicada por los individuos dentro de una sociedad. La percepción como pauta de análisis perceptual
En relación con el análisis de la percepción coincidimos con Milton Santos (1996) cuando expresa que “lo “ lo que vemos o que nuestra visión alcanza es el paisaje que (…) puede definirse como el dominio de lo visible, visibl e, lo que la vista abarca. No sólo está formado por los volúmenes, sino también por los colores, movmientos, olores, sonidos, etc.” Es decir, el paisaje es la expresión visible del espacio geográfico, que los individuos pueden percibir a trav és de todos sus sentidos, de todo lo captado por el ser humano y que es incorporado a su mapa mental y lo configura de tal modo que lo percibido, es transformado en una imagen particular. Así el paisaje se va definiendo en cada uno y en el espacio de acuerdo a las diferentes formas de ser percibido. Geografia de la percepción de la ciudad de Punta Alta. Conceptos clave
fu ndamentales: Hito. Los hitos deben cumplir “(…) con dos requisitos fundamentales destacarse por algún aspecto del resto del paisaje urbano y ser visible desde distintos lugares. Por lo general son edificios, monumentos (elementos faltantes en la ciudad de Punta Alta ) entidades oficiales y privadas u obras de infraestructura”. (Caneto, 2000:64). Estos requisitos muchas veces son los más tenidos en cuenta a la hora de describir una ciudad. Cada lugar tiene una característica distinguible y diferenciable del resto, y que nos sirve como marco de referencia para el desplazamiento cotidiano. En la ciudad de Punta Alta fueron identificados mediante una encuesta, diferentes monumentos, edificios, etc., que sirven de referencia para conocer, por ejemplo, los lugares de cita o de encuentro de las personas. La respuesta que dieron 38 de los 75 encuestados a la pregunta: “Si tuviera que encontrarse con una persona que no es residente de Punta Alta: ¿en qué lugar lu gar
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la citaría?, fue que la Plaza General Belgrano, ubicada en el centro de la ciudad, entre las calles Irigoyen, Rivadavia, Murature y Br o wn, constituye el lugar de encuentro, destancándolo como el hito por excelencia. Cabe destacar que allí las personas se reúnen por distintos motivos ( encuentro, encuentro, paseo, actividades culturales, sociales, etc. ) ) Hitos en la percepción per cepción de la población puntaltense
Fuente: elaboración opersonal en base a Arc Gis on line y encuestas 2010.
Seis habitantes mencionaron al Bar Central, ubicado en la intersección de Irigoyen y Humberto, como lugar que representa un hito histórico y de gran importancia, desde la creación de la ciudad y que constituye también un lugar de preferencia para realizar encuentros con personas no residentes de Punta Alta. Entre los lugares más atractivos identificados por 39 encuestados para llevar a conocer a visitantes, se destaca la playa de Arroyo Pareja. La misma cantidad seleccionó la Base Naval Puerto Belgrano como destino de visita y de paseo, manifestando que es te lugar ofrece un importante acervo histórico y que la ciudad está íntimamente ligada a las actividades que genera. Esta respuesta es muy importante porque identifica uno de los aspectos más significativos para los habitantes de Punta Alta que es su relación con la Base Naval, por muchos apreciada y por otros cuestionada.
Al hablar de este lugar, los encuestados, en su gran mayoría, explicaron que hay una gran dependencia laboral y económica y que tal vez si no fuera por la cercanía a la Base, la ciudad de Punta Alta no tendría oportunidades de progreso y bienestar. Otros hitos seleccionados fueron el museo de Ciencias Naturales “C arlos Darwin”, el centro centro de la ciudad, el balneario Pehuen Co por su impronta arqueológica y su paisaje escénico (aunque no es un hito de nuestra ciudad) , el Parque San Martín por poseer un amplio espacio verde y constituirse como uno de los pulmones más extensos en la ciudad. Barreras, bordes o límites. La ciudad posee otros elementos que según la percepción de los habitantes son fundamentales para elegir sus desplazamientos desplazamientos cotidianos, es decir, cada habitante a través de su mapa mental, se ve influenciado por ciertos aspectos para delimitar los espacios y transitarlos. Estos elementos son los llamados bordes, barreras o límites, que son aqu éllos que los individuos no utilizan. Se trata de líneas que marcan discontinuidades en el paisaje urbano: ríos, líneas de ferrocarril, playas, espacios inseguros, etc., que también son fácilmente destacables y percibidos dentro de una ciudad. La presencia de estas áreas distintivas dentro del espacio urbano favorece la orientación y delimitación del espacio. Barreras en la percepción de la población puntaltense puntaltense
Fuente: elaboración personal en base a Arc Gis on line y encuestas
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De acuerdo a los datos arrojados por las encuestas, surge que: El barrio Fonavi es el más elegido para no transitarlo y recorrerlo . Esto se debe a la inseguridad que caracteriza al barrio, según lo manifestado por los encuestados. El barrio Luiggi también fue seleccionado como un lugar intransitable, al igual que la Nueva Bahía Blanca, debido a la inseguridad y falta de iluminación que los caracteriza. Se destacaron los barrios de Villa Laura, Villa Mora, las vías de ferrocarril y el Parque San Martín como lugares peligrosos e inseguros para recorrerlos durante horarios nocturnos, ya sea por falta de iluminación, control policial, etc. Un porcentaje del 15 % de los encuestados reveló, en menor medida, que las calles ubicadas en la periferia son las más inseguras, por ejemplo, la a venida Tucumán, calles Dorrego, Río Juramento, Pasaje Gutiérrez, entre otras. A pesar de los lugares mencionados anteriormente, alrededor alrededor de un 15% de los encuestados manifestó que la ciudad no presenta ningún lugar inseguro, lejano o peligroso y que, en general, la ciudad es muy segura y de fácil acceso a todos sus barrios, espacios verdes y otros lugares dentro de la ciudad. Sendas. A diferencia del elemento anterior, las sendas constituyen un concepto opuesto, en el sentido de transitabilidad, es decir, “son los canales por los que circula habitualmente un observador (calles, vías, avenidas, etc.) y para muchas personas son claramente los elementos que predominan en sus imágenes.” imágenes.” (Estébanez,1982:109). Son elementos destacables porque se trata de los elegidos por los ciudadanos y son los ejes de circulación en el común de los pobladores.
Calle Irigoyen. Senda típica de Punta Alta, en Street View , Google Earth
Sendas en la percepción de la población puntaltense
Fuente: elaboración personal en base a Arc Gis on line y encuestas.
Las sendas seleccionadas por los habitantes puntaltenses en sus da. Colón y Av da. da. Juan José desplazamientos cotidianos son las siguientes: Av da. Passo, principales arterias de tránsito que comunican con la ciudad de Bah ía Blanca. Mientras que las calles Rivadavia y Bernardo de Irigoyen, también fueron identificadas como las m ás transitadas e importantes de la ciudad. En menor proporci ón, las calles Libertad, Saavedra, Avda. Tucumán, Avda. Tucumán, Avda. Jujuy y 9 de Julio también fueron seleccionadas como sendas importantes y de preferencia para transitar ; estas últimas fueron seleccionadas por vecinos que viven en cercanías a estos lugares. Nodos. Los lugares de encuentro o donde las personas se reúnen más a menudo, son los nodos de una ciudad. Estos elementos que son observables y diferenciables; son producto de la convergencia de varias sendas. Según Kevin Lynch, Lynch, son los “focos estratégicos” en donde el observador puede entrar y donde se produce una concentración de varias características. características. Para Estébanez, los nodos son los lugares donde “(…) generalmente el observador ha de detenerse para tomar una decisión ” (Estébanez, 19 82:109). Estos lugares son los preferidos al momento de habitar temporalmente o no un lugar, y son elementos que sirven para tomar decisiones que van a dar comienzo a la elección sobre el desplazamiento a seguir. Una vez más la Plaza General Belgrano se destaca como el lugar más representativo que identifica a la ciudad. Los habitantes en su mayoría
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respondieron que este lugar tiene una gran importancia en la constitución de la identidad local.
Plaza Belgrano. Nodo perceptivo. Street View. Google Earth
Áreas de preferencia y de rechazo. Cada habitante analiza el espacio que lo rodea de acuerdo a esa imagen mental en su entorno “(…) para obtener los espacios que resultan atractivos o de rechazo, r echazo, los cambios que proponen, los aspectos que añoran y la calidad de vida que poseen” poseen” (Bróndolo, Bazán, 2000:200). Todo esto configura las las áreas áreas de preferencia preferencia y de rechazo rechazo en las diferentes diferentes partes de una ciudad y se les va otorgando un simbolismo y significado de acuerdo a “(…) las preferencias de los ciudadanos de vivir en sectores residenciales dentro de sus posibilidades económicas, como también los lugares de compras habituales, de paseo y de relaciones” . (Bróndolo, Bazán. óp. cit.). Estas áreas son tenidas en cuenta para habitar la ciudad y transitarla. Tal como lo expresan las autoras de referencia, dentro de las posibilidades de cada habitante, las personas prefieren para cada momento y situación un área característica que les sirve para satisfacer sus necesidades. A manera de conclusión, se puede establecer que el paisaje es caracterizado desde la observación, como un área visible o un espacio en el que convergen diferentes elementos y atributos naturales y artificiales que van configurando el escenario del observador. Lugares y no lugares. El paisaje que percibe el individuo, se ha transformado de acuerdo a las valoraciones de todas sus características,
elementos o atributos que lo componen, es decir todo lo natural, pero también lo social, como parte fundamental de la estructuración del lugar. De esta manera la ciudad es entendida como lugar en el que se transforman, resignifican, reutilizan, destruyen y reemplazan sus estructuras sociales y naturales. Así la ciudad, como lugar, “(…) es interpretada como un todo, como si fuera un texto que sabemos deber leer e interpretar” (Alvarez de Dotti, Cruces, 2002:15). Al hacer referencia a esa lectura e interpretación del lugar, la ciudad debe ser entendida de manera relativa, es decir, comprenderla de acuerdo a sus costumbres y valores que la hacen diferente a cualquier otro lugar en el mundo. En este orden de ideas se puede citar la apreciación de Durán, quien al definir lugar hace mención a “(…) esa porción del espacio en donde se produce la simbiosis de los sentimientos personales con lo simbólico y lo colectivo. El concepto de lugar está ligado a lo subjetivo, al sentido de pertenencia, a la localización concreta, al mapa mental ”. (Durán. 2005:149). Contrariamente a lo hasta ahora expuesto, el “no lugar” se relaciona con características un tanto negativas, si se quiere, de un espacio. En efecto dentro de una misma ciudad podemos encontrar áreas que no tienen una identidad propia, que carecen de un sentido de pertenencia y que no son percibidos positivamente por los habitantes. Los no lugares son espacios “(…) inlocalizables, dispersos y difusos” (Durán, 2005:150) A través de las encuestas realizadas realizadas se pudo conocer el significado que cada habitante le proporciona a la ciudad de Punta Alta, y que la misma se configura de acuerdo a la valoración propia de cada poblador. Al respecto, cuando se les preguntó sobre el significado primordial de la ciudad, la mayoría respondió que Punta Alta es su lugar de residencia. Entre 50 y 60 encuestados indicaron que Punta Alta es aquella ciudad que han elegido para vivir y en la que quieren vivir. Solo un pequeño porcentaje, representado por un poco más de 10 personas, mencionaron que es una ciudad en la que no quieren vivir. Al solicitarles que amplíen la respuesta respuest a, indicaron que la ciudad, es una “ciudad de paso” y que muchos de sus habitantes esperan el retiro de su trabajo en la BNPB, para volver a su ciudad de origen. Aquellos que no dependen del trabajo que les ofrece la BNPB, respondieron que les gustaría conocer otros lugares, con más oportunidades y futuro para sus hijos. La ciudad de Punta Alta representa para 50 de sus habitantes un lugar con una historia relevante, mientras que 45 personas respondieron que se constituye como un lugar con un futuro significativo.
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Entre 20 y 25 personas, respondieron de manera negativa a estas dos opciones, caracterizando a la ciudad, sin un futuro y carente de una historia importante. Percepción de las características de la localidad que indican la aceptación o rech rechaz azo. o.
La Plaza General Belgrano es el área de preferencia por excelencia en la mayoría de los habitantes encuestados. Cada uno de ellos manifestó que la plaza es el único atractivo que posee la ciudad. Se reveló ante esta pregunta que la ciudad parece carecer de otros lugares de atracción y preferencia por parte de sus habitantes, ya que la mayoría respondió que la ciudad no tiene otro encanto que no sea la plaza mencionada y que Punta Alta representa una “ciudad chata”, que por lo tanto cuando se elige un lugar para realizar actividades al aire libre, para paseo o para realizar diferentes actividades se elige la plaza central. La playa de Arroyo Pareja también es un lugar de preferencia, que eligen los habitantes para esparcimiento, paseo o visitar con personas que no son residentes de la ciudad. El centro de la ciudad, es un área de aceptación y preferencia por parte de sus habitantes, lo que queda plasmado en la gran concurrencia que se observa durante las tardes en este lugar, especialmente los fines de semana y en tiempos estivales. Las áreas de rechazo tuvieron una notable coincidencia entre los lugares seleccionados por los habitantes. Estos fueron: ABSA y el basural a cielo abierto ubicado en la ruta 249 en el acceso a Punta Alta. Otros lugares por los que se siente rechazo son: los barrios ubicados ubicados en la periferia, como barrio Fonavi, Atepam, Los Álamos, el Cementerio, Registro Civil, el parque San Martín, etc. Contrariamente, un grupo de personas consideró que Punta Alta no ofrece lugares de rechazo, y que es una ciudad atractiva. Se pudo establecer que este grupo de personas eran nacidas en esta ciudad y que los sentimientos influían en ellos a la hora de establecer un lugar con esas características. Un 67% de los ciudadanos, no evita transitar por las áreas consideradas consideradas de rechazo que eligieron. Manifestaron que la ciudad por ser “chica”, no impide acceder a los diferentes lugares que la conforman, a pesar del mal estado, la inseguridad, la lejanía u otro factor que consideren. Un 33 % optó por no transitar esos lugares, evitando el acceso a los mismos.
La geografía de la percepción de Punta Alta en su representación cartográfica
Sobre el mapa base se pudieron identificar las características generales de la geografía de la percepción puntaltense. Se localiza ron los distintos elementos de la percepción urbana, los límites perceptuales de la ciudad y los barrios de Punta Alta. Áreas contradictorias en la percepción urbana de los habitantes de Punta Alta
Se han realizado conclusiones a partir de la superposición cartográfica. De la aplicación de este método se destaca el Parque San Martín como un lugar que se convierte en un área de preferencia, un nodo e hito por una pequeña proporción de los puntaltenses, pero también una barrera o límite para la población, es decir, es un espacio contradictorio en la percepción urbana de los habitantes. Otra área contradictoria es el Balneario Arroyo Pareja, ya que fue identificado como un área de rechazo, pero también de preferencia, así también t ambién como un nodo e hito para la mayoría de los encuestados. Se observa que las áreas de rechazo se encuentran localizadas en los barrios periféricos de la ciudad, como barrios Villa Laura, Nueva Bahía Blanca, playa Arroyo Pareja y la Planta Planta de tratamiento de de aguas servidas (ABSA). Del análisis cartográfico surge también un u n espacio reducido comprendido por un radio de una hectárea, como barrera o límite de gran importancia y magnitud por los puntaltenses que perciben a este barrio como un “no lugar” , debido a la inseguridad característica del barrio Fonavi, según los encuestados. encuestados. Otra observación que surgió de esta superposición identifica a la Base Naval Puerto Belgrano como un hito y nodo entre los puntaltenses, que deciden entre sus lugares de preferencia para visitar y conocer el puerto, debido a su importancia histórica y militar. Si se superponen cartográficamente los planos correspondientes a la percepción urbana de los habitantes y el de los límites, se advierte que los barrios situados en la periferia, constituyen límites físicos de la ciudad, debido a la valoración negativa que se tiene de ellos, por por su lejanía e inseguridad, etc. etc.
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Puentes entre la identidad y el paisaje
Percibir el entorno físico, involucra directamente la dimensión afectiva y emocional, a través del cual, se expresa en el paisaje y adquiere un significado especial y personal de acuerdo a las valoraciones que se tenga de los elementos u objetos incluidos en cada paisaje. El paisaje entonces, está íntimamente relacionado, con la identidad del individuo, debido fundamentalmente a que, en la construcción de esta relación, se van forjando los lazos que atan al individuo a su lugar de pertenencia y como tal, el paisaje “soporte del hombre” es valorado particularmente de acuerdo a estas dimensiones que se involucren en él. Así, el sentido de paisaje deja atrás una concepción estática, y puede ser entendido como un escenario dinámico y mutante, que da sentido a la vida de cada ciudadano con un significado particular para cada uno. La ciudad percibida. La percepción de la ciudad plantea muchos interrogantes. Como hemos venido desarrollando, percibir no es un simple hecho que realiza el observador, mediante una descripción de lo que puede observar. Este proceso va mucho más allá de una simple acción, ya que se pone en juego toda una estructura mental, tomando en cuenta los marcos de referencia para poder ubicar en tiempo y espacio las características y elementos que percibe del espacio que se habita. Al respecto, teniendo en cuenta la percepción de Punta Alta, se presenta el siguiente gráfico donde los habitantes manifestaron que, si pudieran trasladarse de la ciudad, el 45 % de los encuestados no desearía irse de la ciudad, mientras que el 35 % restante indica que la posibilidad de traslado a otras ciudades es una alternativa y que esta manifestación se debe a que la ciudad no ofrece posibilidades de trabajo, por lo que es necesario tener que trasladarse. En su mayoría el destino que eligieron fueron las provincias de Córdoba, Mendoza, Entre Ríos, el sur del país, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Mar del Plata y Bahía Blanca.
Posibilidad de traslado a otra ciudad
Fuente: elaboración personal en base a encuestas 2010
Otro porcentaje de habitantes manifestó que la ciudad carece de lugares de entretenimiento para la familia y que la ciudad no cuenta con oportunidades y futuro para sus hijos. Al preguntar a los pobladores sobre los los aspectos aspectos que desearían cambiar de su ciudad, respondieron con diversas cuestiones y aspectos que la conforman en el momento de la encuesta. Las respuestas abarcaron desde aspectos físicos como sociales. En estas últimas, las respuestas fueron: ofrecer más oportunidades de trabajo para los jóvenes, más actividades culturales para la comunidad, una mayor educación vial, mayor compromiso de la comunidad con la ciudad, etc. Mientras que en los aspectos físicos que se desean cambiar en menor medida son: el asfalto de la calle que conduce a la playa Arroyo Pareja, la remodelación del parque San Martin, la ubicación del cementerio local, ampliar las avenidas principales, crear sendas para ciclistas, ocupar lugares descampados, etc. Estas opciones fueron consideradas por los encuestados como muy importantes y manifestaron que esperan se puedan cumplir a corto plazo por parte de las autoridades locales. Descubriendo la ciudad de Punta Alta
Las diferentes áreas que configuran el paisaje urbano de Punta Alta, son espacios diferenciados con funciones particulares que se identifican a continuación: El barrio es una realidad sociológica y como tal está constituido por un entramado de relaciones sociales. “Es una agrupación que se define sobre la base
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de la proximidad. La cohesión e individualidad individualidad del barrio está dada por los rasgos uniformes y los lazos emocionales entre sus habitantes, así como las propias actividades comunes en algunos al gunos casos”. (Ledrut, R. 1976). Es decir, que el barrio va más allá de ser un lugar de habitabilidad, habitabilidad, sino que está construido socialmente socialmente por los habitantes, y por tal, este espacio se vuelve fundamental en la vida y percepción de los ciudadanos. La percepción de los vecinos de cada barrio en la ciudad de Punta Alta, es variada, esto se da de acuerdo a las diferentes vivencias y experiencias que comparten. También se plasman en ellos, la experiencia del “lugar” que es que el barrio se vuelve un espacio cargado de sentimientos y emociones, con un alto grado de cohesión e identificación identificación propia. Punta Alta creció en los últimos años, producto de la instalación de la escuela de suboficiales en la base naval. La misma ha congregado a personas de diferentes provincias, que han buscado en la ciudad un lugar para instalarse y trabajar. Producto de esta migración, la ciudad ha crecido con la conformación y edificación de diferentes barrios. Paisajes naturales y artificiales puntaltenses puntaltenses
“El análisis del paisaje terrestre te rrestre revela un mundo compuesto por un mosaico de entornos locales. Algunos se conservan puramente naturales. Otros fueron modificados por el hombre, quien tomó posesión del suelo y modificó los usos”. (Claval, P. 2002:24). Para comprender lo que el auto r expresa se hará una breve descripción del paisaje puntaltense, tomando en cuenta los elementos naturales y artificiales que lo constituye. La ciudad de Punta Alta se caracteriza por el predominio del paisaje urbano, su estructura se encuentra contenida por límites físicos, la concentración concentración de las viviendas, las vías de acceso a la ciudad. Dentro de esta estructura surgen áreas con diferentes paisajes definidas por los usos del suelo, edificios, espacios verdes, etc. El paisaje es producto de la sociedad que la conforma, también de las condiciones del sitio donde la ciudad está emplazada y “(…) de la evolución histórica que determina etapas de estancamiento o desarrollo que exteriorizan aspectos que se observan a simple vista”. (Bróndolo, Bazán, 2000:145). El espacio urbano de Punta Alta se distingue por sus tres paisajes distintivos que la conforman: el de edificación compacta, el periurbano y el de áreas verdes.
El área de edificación compacta tiene predominio de viviendas, barrios antiguos y recientemente construidos, también se encuentran en el centro de la ciudad los edificios públicos, la zona comercial de la ciudad y los espacios verdes tanto en parques y plazas. “(…) la característica sobresaliente de este paisaje es la continuidad de la edificación, en él se encuentran los principales edificios públicos (…)” (Bróndolo. Bazán, 2000:146) frente a la plaza General Belgrano, la principal de la ciudad, la iglesia María Auxiliadora, Escuela Primaria 2, la Municipalidad, el Concejo Deliberante, el Destacamento de Policía, el Correo, el Centro Cívico, la Terminal de Ómnibus, el Hospital Municipal Eva Perón, la Biblioteca Juan Bautista Alberdi, Colegio Estrada, Jardines de Infantes, entre otros edificios de importancia. Los espacios verdes están presentes en todas las plazas, parque, campos, terrenos baldíos de la ciudad, como por ejemplo el parque San Martín, principal pulmón urbano, la plaza General Belgrano, la más importante de la localidad, y la Plaza Sarmiento, entre otras de menor tamaño ubicados en los distintos barrios. La Base Naval Puerto Belgrano también presenta una gran área de espacios verdes y abiertos con vegetación arbórea variando con edificaciones, en barrios con jardines, talleres militares, escuelas militares, iglesia central, registro civil, civil, hospital, puerto y mar. En estos paisajes “(…) se entremezclan las obras humanas con la vegetación introducida” (Bróndolo, (Bróndolo, Bazán. 2000:146) Parte de esos espacios verdes de la BNPB deberían poder ser disfrutados por toda la población rosaleña. La percepción urbana de los habitantes de Punta Alta
La percepción que tienen los ciudadanos de los límites físicos de la ciudad de Punta Alta se manifiesta en sus respuestas, en las que los encuestados recuperaron de su mapa mental, situaciones, emociones y observaciones de acuerdo a la experiencia propia de cada uno. Las respuestas fueron diversas, no muchos lograron establecer los límites precisos de la ciudad, ya que, al no salir de su radio de convivencia habitual, no conocen con precisión el espacio físico en el que viven. Otros respondieron de acuerdo a la información previa que poseían y un grupo pudo establecer con precisión los límites de la ciudad.
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Límite norte 25
23 Lí mite mite Norte
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Albatros XV
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Villa Arias 15
13
Bahia Blanca Puente Naranja
10
Calle Rí o Juramento
5 5
2
3 1
2
3 1 1 1
Calle Quintana
1
Villa del Mar
0
Fuente: elaboración personal en base a encuesta realizada en octubre-noviembre de 2010.
Límite sur 4 2
3 1 9
8
8 2
1
1
1
1
2
1
1
Fuente: elaboración personal en base a encuestas realizada en octubre-noviembre de 2010)
Conclusiones
Al determinar el grado de valoración y conocimiento que cada habitante posee de su ciudad, fue posible interpretar su comportamiento frente al espacio vivido y percibido.
Al identificar las sendas, los hitos, las barreras, las áreas de preferencia y de rechazo de los habitantes de Punta Alta, se puede afirmar que la percepción que cada habitante posee sobre su entorno físico y social, influye en sus geografías de la vida cotidiana y determina su movilidad espacial, y en los hábitos que desarrollan para satisfacer sus necesidades y concretar distintas actividades. La percepción de cada puntaltense hacia su ciudad varía, según el sujeto social y de acuerdo al barrio en el que vive, es decir, los habitantes del barrio centro de Punta Alta, no tienen la misma percepción que los habitantes de Villa Laura. La cercanía o la lejanía a los servicios que ofrece cada barrio en la ciudad, así también como la carencia o existencia de infraestructura y la solidaridad que los caracterizan, conforman un entramado de circunstancias circunstancias que configuran cada barrio con una característica propia y distintiva que los diferencia de los demás. Bibliografía citada
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LOS AUTORES Diana Durán. Dra. en Geografía de la Universidad del Salvador. Directora del CEG. Profesora de nivel superior en el ISFD Nº 79, ISFD y T Nº 159 y capacitadora capacitadora en Geografía de la DGCyE. DGCyE.
[email protected] [email protected] Matías Álamo. Lic. en Geografía de la Universidad Nacional de La Plata. Investigador y profesor de la Universidad Nacional del Sur. Profesor de l C EG.
[email protected] [email protected] ISFD Nº 79. Vicedirector del CEG Diego Hernán Omar. Lic. en Geografía de la Universidad Nacional del Sur. Magíster en Impactos Territoriales de la Globalización en ámbitos periféricos y centrales. Universidad Internacional de Andalucía. Andalucía. Miembro honorario del CEG. Prof. de la Universidad Nacional de Córdoba.
[email protected] Gustavo Chalier. Lic. en Historia de la Universidad Nacional del Sur. Investigador del Archivo Histórico Municipal. Prof esor esor de la Universidad Nacional del Sur y del ISFD Nº 79.
[email protected] Luciano Izarra. Prof . en Historia de l ISFD Nº 79. Director del Archivo Histórico Municipal.
[email protected] María Eugenia Mairal. Licenciada en Ciencias Biológicas. Magister en Gestión Ambiental. Miembro Miembro del CEG. Prof esora esora del ISFD Nº 79 y del ISFD y T Nº 159.
[email protected] arina Alejandra Laurino. Prof. en Geografía e Historia del ISFD Nº 79 de K arina Punta Alta. Coordinadora de proyectos del CEG. Prof. de Nivel Secundario.
[email protected] Guillermo Martín Ríos. Prof. en Geografía del ISFD Nº 79. Secretario del CEG. Prof. de Nivel Secundario.
[email protected] [email protected] m Ana Buschittari. Prof. en Geografía del ISFD Nº 79 de Punta Alta. Miembro del CEG. Prof. de Nivel Secundario.
[email protected] [email protected] Cinthia Britos. Prof. en Geografía del ISFD Nº 79 de Punta Alta. Miembro del CEG. Prof. de Nivel Secundario.
[email protected] Verónica Magallanes. Prof. en Geografía del ISFD Nº 79 de Punta Alta. Miembro del CEG. Prof. de Nivel Secundario.
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José Ortiz. Prof. en Geografía e Historia del ISFD Nº 79 de Punta Alta. Prof. de Nivel Secundario.
[email protected] Esperanza Chaile. Prof. en Geografía del ISFD Nº 79 de Punta Alta. Miembro del CEG. Prof. de Nivel Secundario.
[email protected] Mariana Leticia González. Prof. en Geografía del ISFD Nº 79 de Punta Alta. Miembro del CEG. Prof. de Nivel Secundario. Secundario.
[email protected] María Ávila. Prof. en Geografía del ISFD Nº 79 de Punta Alta. Miembro del CEG. Prof. de Nivel Secundario.
[email protected] Lorena Spadini. Prof. en Geografía del ISFD Nº 79 de Punta Alta. Licenciada en Turismo de la Universidad Nacional del Sur. Prof. de Nivel Secundario. Miembro del CEG.
[email protected] Celeste Cano. Prof. en Geografía del ISFD Nº 79 de Punta Alta. Miembro del CEG. Prof. de Nivel Secundario.
[email protected] Angélica Alberto. Prof. en Geografía del ISFD Nº 79 de Punta Alta. Miembro
del CEG. Prof. de Nivel Secundario.
[email protected] [email protected] Carina Ruiz. Prof. en Geografía del ISFD Nº 79 de Punta Alta. Miembro del CEG. Prof. de Nivel Secundario.
[email protected]
Soledad Martín Prof. en Historia del ISFD Nº 79 de Punta Alta. Prof. de Nivel Secundario. Miembro del CEG.
[email protected] Gabriela Pessoa. Prof. en Geografía y Lengua y Literatura del ISFD Nº 79 de Punta Alta. Prof. de Nivel Secundario. Miembro del CEG.
[email protected] Cinthya Valdés Prof. en Geografía e Historia del ISFD Nº 79 de Punta Alta. Prof. de Nivel Secundario.
[email protected] en en
Liliana Peralta .
Prof. en Geografía del ISFD Nº 79 de Punta Alta. Prof. de Nivel Secundario.
[email protected] [email protected]
avanzado del Profesorado en Geografía del ISFD Nº 79 Jorge Ravello. Ravello. Alumno avanzado de Punta Alta.
[email protected] Daiana Biancucci. Alumna avanzada del Profesorado en Geografía del ISFD Nº 79 de Punta Alta. Miembro del CEG.
[email protected] Rosana Villalba. Alumna avanzada del Profesorado en Geografía del ISFD Nº 79 de Punta Alta.
[email protected] Verónica Pérez. Alumna avanzada del Profesorado en Geografía del ISFD Nº 79 de Punta Alta.
[email protected]
421
ÍNDICE PRÓLOGO
3
INTRODUCCIÓN CAPÍTULO I. EL TERRITORIO ROSALEÑO. RASGOS CLAVE DE SU GEOGRAFÍA
7
9
I.1. Potencialidades y vulnerabilidades de l territorio rosaleño. Diana Durán
9
I.2 Aproximación a la toponimia de Coronel Rosales. Gustavo Chalier. Luciano Izarra . I.3. Punta Alta, puentes entre la identidad y el paisaje. Ana Buschittari
43
I.4. La movilidad espacial en Coronel Rosales. Cinthia Britos
59
I.5. La periferia de Punta Alta. Verónica Magallanes.
73
CAPÍTULO II. CONFLICTOS AMBIENTALES Y PERSPECTIVAS DE GESTIÓN
85
II.1. La gestión ambiental de la franja costera del territorio rosaleño. María Eugenia Mairal
85
II.2. El conflicto ambiental del agua en Punta Alta. Carina Ruiz.
31
107
II.3. Los residuos sólidos urbanos en el partido de Coronel 121 Rosales. Karina Alejandra Laurino. II.4. Aspectos sociales y ambientales del basural a cielo 149 abierto. Esperanza Chaile.
II.5. El arbolado urbano en Punta Alta. María vila.
165
II.6. El Parque San Martín y su influencia en el espacio geográfico local. Mariana González.
179
II.7. Impactos ambientales del polo petroquímico de Ingeniero White en la calidad del aire de la ciudad de Punta Alta. Celeste Cano.
201
II.8. La contaminación ambiental en Arroyo Pareja. Jorge Ravello.
213
CAPÍTULO III. PROBLEMÁTICAS SOCIALES Y CULTURALES EN PUNTA ALTA Y CORONEL 219 ROSALES
III.1. Geografía del género vinculada a las aspirantes a ingresar a la ESSA. José Ortiz
219
III.2. Calidad de vida en los barrios periféricos de Punta Alta, según el equipamiento urbano. Cynthia Valdés. Valdés. 237 III.3. Diversidad cultural en Punta Alta. Liliana Peralta.
251
CAPÍTULO IV. LOCALIDADES ROSALEÑAS. 269 POSIBILIDADES Y RESTRICCIONES.
IV.1. Villa del Mar, entre el deterioro y la sustentabilidad. Angélica Alberto.
269
IV.2. Perfil productivo de la localidad de Villa General Arias. Soledad Martín .
281
IV.3. La problemática de los pozos surgentes y su utilización en Villa Arias. Daiana Biancucci. 293 IV.4. Pehuen Co, localidad en crecimiento y degradación del área litoral. Lorena Spadini.
305
423
IV.5. Bajo Hondo: la declinación de un pueblo rural. Gabriela Pessoa.
331
IV.6. Calderón y la desterritorialización. desterritorialización. Verónica Pérez.
345
CAPÍTULO V. LA DIMENSIÓN PRODUCTIVA DE CORONEL ROSALES.
353
V.1. El desarrollo local en Coronel Rosales: ¿una utopía? Guillermo Martín Ríos. 353 V.2. Transformaciones socio-productivas en el espacio rural del partido de Coronel Rosales en los últimos años. Matías Álamo. 361 V.3. Potencialidades Potencialidades turísticas del partido de Coronel Rosales. Rosana Villalba. 373 V.4. Perspectivas del desarrollo del Puerto Rosales en el sistema productivo del Sudoeste Bonaerense. Diego 399 Hernán Omar.
CAPÍTULO VI. CONCLUSIONES COLABORATIVAS
415
LOS AUTORES
419
NDICE
I
421