LIBRO.- EL FIN
EL FIN ¿CÓMO ENFRENTAREMOS EL FIN DEL TIEMPO— Y EL PRINCIPIO DE LA ETERNIDAD? Aunque este libro está diseñado para estudio en grupo, también tiene como intención el gozo personal y el crecimiento espiritual. Está a la disposición un guía para el líder en su librería local o su publicadora. Beacon Hill Press of Kansas City Kansas City, Missouri
Editor Everett Leadingham Asistente Editorial Carolyn Clements Comité Editorial Philip Baisley Randy Cloud David Felter David Higle Everett Leadingham Thomas Mayse Copyright 1996 por Beacon Hill Press of Kansas City Traductor Fredi Arreola
CONTENIDO Introducción Sección I: Pensamientos Introductivos Escritor: Richard Eckley Capítulo 1 ¿Por qué son Importantes "las Últimas Cosas"? Capítulo 2 ¿Qué Hora es? Sección II: El Fin de la Vida Personal Escritor: Carl Leth Capítulo 3 La Muerte Nos Espanta a Todos Capítulo 4 ¿Qué Está Más Allá de la Muerte? Capítulo 5 Última Parada: ¿El Infierno o el Cielo? Sección III: El Fin del Mundo Escritor: Roger Hahn Capítulo 6 La Segunda Venida y el Reino de Dios Capítulo 7 ¿Qué Creen los Wesleyanos? Capítulo 8 ¿Cómo Leemos la Biblia? Capítulo 9 ¿Qué de Israel? Capítulo 10 El Anticristo, la Tribulación, y Otros Asuntos Espantosos Capítulo 11 Saliendo de la Tumba Capítulo 12 ". . . Después de Esto el Juicio" Sección IV: Conclusión
Escritor: David Kendall Capítulo 13 ¿Ahora Qué? Apéndices Glosario
INTRODUCCIÓN Todo llega a un fin. Una buena novela de misterio tiene una página final. Una carrera culmina en el retiro. La vida de una persona sobre la tierra cesa cuando la muerte hace su reclamo. Algún día todo el mundo como lo conocemos terminará. La mayoría de nosotros somos lo suficiente curiosos sobre estos dos últimos finales —nuestra propia muerte y el fin del mundo. Ejercen una poderosa atracción sobre nuestra curiosidad porque presentan preguntas sin respuestas. Nos preguntamos cómo será la muerte y cómo terminará el mundo porque ambos eventos tienen un serio impacto sobre nosotros. El interés en el fin del mundo crece casi a diario. Los medios masivos seculares de comunicación mantienen el tópico al frente con discusiones sobre preocupaciones del ambiente. Los líderes religiosos continúan enseñando una amplia variedad de puntos de vista sobre la materia. En medio de este amplio interés la mayoría de las personas se descubren confusas o temerosas —o ambas. En este libro no queremos contribuir al aumento de la confusión o el temor. Queremos compartir la esperanza que como cristianos tenemos en Jesucristo. Los libros de la Serie Diálogo tienen como propósito estimular la discusión. Éste no es una excepción. Nuestro propósito es ayudar a los pequeños grupos en la discusión de los dos finales más importantes —la muerte personal que nos espera a cada uno de nosotros y la segunda venida de Cristo. Nuestra meta es capacitar a los participantes para que lleguen a un entendimiento claramente wesleyano de "las últimas cosas". La posición wesleyana inspira esperanza porque está firmemente enraizada en la gracia de Dios. A causa de que estos tópicos tienen la capacidad de producir confusión y temor, las discusiones pueden ser incómodas en ocasiones. Y por razón de que muchas personas sostienen opiniones muy fuertes sobre la materia de la Segunda Venida, la discusión de la materia de una manera gentil y amable pudiera ser dificultosa. Es nuestra oración que un espíritu de apertura, compasión y humildad caracterice cada discusión en este libro. Hemos tratado de presentar todos los lados justa y acertadamente. Los eruditos wesleyanos que han cubierto este territorio antes de nosotros han declarado nuestro propósito muy bien. H. Orton Wiley, un teólogo prominente de santidad de la generación previa dijo esto: Desde el principio puedo decir que tengo considerable titubeo en discutir esto. . . A una materia que ha causado tal variedad de opinión uno debe 1
acercarse con cautela, y eso precisamente lo que hemos buscado hacer. En aquellos asuntos que nos son claramente revelados, uno debe hablar con modestia. Aquellos que hablan con tal grado de positividad al punto que excluyen el pensamiento sincero de los estudiantes de la Biblia que sostienen posiciones diferentes ni son sabios ni reverentes. Mi deseo, pues, es presentar el material. . . de manera sugestiva, en lugar de dogmáticamente, y confiamos que las declaraciones hechas aquí sirvan para provocar mayor estudio e investigación . . . Se nos ha dado lo suficiente en las Escrituras para proveer a la Iglesia una esperanza gloriosa; pero los eventos nunca pueden desenredarse sino hasta que la profecía pase a la historia, y los veamos como sobresaliendo tan claramente en sus relaciones históricas.1 Los eruditos de santidad más recientes han expresado nuestro propósito en estas palabras: Aunque no existe la posibilidad de unanimidad de opinión concerniente a este asunto complejo, puede haber mutua caridad. Sobre todo debe haber unidad de devoción al Cristo que vino una vez de acuerdo a la promesa, y nos aseguró que regresaría de nuevo. Tal devoción se demostrará a sí misma en el servicio fiel, el constante estar alertas y la amante expectación. 2 Ofrecemos este libro para guiar tus discusiones de las últimas cosas importantes desde una perspectiva wesleyana de santidad. Y hacemos eco a lo que Juan escribió para concluir el Libro de Apocalipsis: "El que da testimonio de estas cosas dice: ‘Ciertamente vengo en breve’. ¡Amén! ¡Ven, Señor Jesús!" (Apocalipsis 22:20).
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H. Orton Wiley, Christian Theology, 3 vols. Beacon Hill Press, 1940-42), 3:306-7. 2
(Kansas City:
W. T. Purkiser, Richard S. Taylor, and Willard H. Taylor, God, Man, and Salvation: A Biblical Theology (Kansas City: Beacon Hill Press of Kansas City, 1977), 648. 2
SECCIÓN I Pensamientos Introductorios
Por Richard Eckley Richard Eckley, Ph. D., es profesor asistente de ministerios cristianos en el colegio Houghton, Houghton, Nueva York.
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PALABRAS IMPORTANTES EN ESTE CAPÍTULO Vea el Glosario para las definiciones. Apocalipsis Apocalíptico Dispensación Dispensacionalismo Escatología Experiencia Cerca de la Muerte Hereje Herejía Marxismo Mesiánico Mesías Milenio Omnipresencia Omnisciencia Pacto Racionalista Segunda Venida Teísmo Teísta Tribulación
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CAPÍTULO 1 ¿Por qué son Importantes "Las Últimas Cosas"? Mi padre recuerda la minúscula iglesia donde me criaron llena la noche del 30 de octubre, 1938. En esa víspera del Día de Todo Santo, Orson Welles leyó en la radio una dramatización de H. G. Wells, War of the Worlds (Guerra de los mundos), una historia sobre la invasión de los marcianos a la tierra. La actuación fue tan realista que, a pesar de todas las advertencias de que era sólo un drama, millones de radioescuchas entraron en pánico por las visiones de monstros desbocados y ciudades en llamas. Con el fin tan cercano, la gente de todo el país —y en ese pequeño pueblo minero— quería poner su vida en orden. Tenemos una fascinación con el fin, ya sea la desaparición nuestra o el fin del mundo. Los reportes de las noticias cotidianas nos traen historias de muertes trágicas. La mayoría de la gente era conocida de alguien que recientemente murió. La reflexión de un cuerpo envejecido refuerza el hecho de nuestra mortalidad cada vez que nos vemos en nuestro espejo. Tales realidades levantan preguntas en la mente humana. ¿Qué pasa cuando morimos? ¿Adónde vamos? ¿Cuándo moriré? ¿Cómo será eso? Aunque la mayoría del tiempo podemos ignorar las preguntas de nuestra muerte personal, de repente llega a ser importante cuando oscilamos al borde de una crisis. Al considerar nuestro propio final, de repente nos ponemos en serio sobre la eternidad. El asunto del fin del mundo se levanta casi dondequiera que nos volvemos. Podemos ofrecen una clase de escuela dominical sobre el Libro de Apocalipsis, y la gente se amotina al curso. O podemos leer el periódico de la mañana o ver televisión y escuchar las fuentes seculares preguntando: "¿Puede la humanidad sobrevivir otro milenio?" Una Preocupación Muy Antigua La gente siempre se ha preguntado sobre el fin porque la muerte es parte de la condición humana. Los seres humanos antiguos tenían que tratar con la muerte a una edad más temprana que los humanos modernos. Quizás mucha de la filosofía de las civilizaciones antiguas resultó de su esfuerzo de tratar con la realidad cotidiana de la muerte. Ellos introdujeron historias para explicar su experiencia. Aunque las explicaciones varían de civilización a civilización, el factor común de todas las culturas antiguas era luchar con la muerte para encontrar maneras de sobrevivir la mortalidad humana. Las pirámides de Egipto están como monumentos del deseo humano por la inmortalidad. Apuntando al cielo, ellas reflejan la creencia de esa civilización que sus 5
vidas no terminaban con la muerte. Momificaban a sus reyes y les empacaban herramientas en preparación para una larga jornada. Creían que esta vida se había terminado, pero que una nueva había principiado. Las dinastías chinas antiguas sepultaron a sus líderes en grandes barcas para hacer el viaje a la inmortalidad, acompañados de soldados hechos de tierra que les servirían en la próxima vida. Otras civilizaciones antiguas erigieron postes de rocas en las que dibujaron su historia para que el resto del mundo no se olvidara que ellos habían vivido allí. A pesar de tales deseos de sobrevivir a la muerte, la esperanza verdadera de sobrevivir la muerte sólo vino con la aparición de Jesucristo en el mundo. Un sentido de un fin glorioso de la historia se desarrolla mientras los cristianos están contemplando las nubes, esperando que su Salvador regrese. No Siempre Estamos Correctos Una forma de hacer sentido del tiempo es cortarlo en pedazos temáticos y concisos. Los cristianos siempre han entendido que la obra de Dios viene en "dispensaciones" —más notable en los períodos de los pactos antiguo y nuevo. El milenio (un período de 1,000 años) es un número bíblico, suavemente redondeado de una larga dispensación de tiempo. El deseo de ver que la monarquía unificada del Rey David regresara a Israel estaba en su cima más o menos 1,000 años después (un milenio) de su colapso. Esta expectativa mesiánica coincidió con el nacimiento de Jesús. Sin embargo, los cristianos a través de los siglos desde Cristo no siempre han pensado correctamente sobre el fin. Montano, en el 150 d. C., profetizó que la segunda venida de Cristo estaba por suceder. Él incluso dijo que la planicie de Frigia sería el lugar donde la Nueva Jerusalén descendería. Montano estaba equivocado. Sin embargo, esto no disuadió a que muchos de sus seguidores se reunieran anualmente en una montaña adyacente para esperar el fin del mundo. Otros cristianos a través de los primeros 10 siglos también estaban esperando que el fin del mundo sucediera en el trascurso de sus vidas. Tertuliano de Cartago reportó el descenso de la Nueva Jerusalén alrededor de Cartago en el 200 d. C. Cipriano, también de Cartago, sintió que el fin estaba cerca en el 250. Adaman de Iona (Escocia) estaba preocupado de la venida final en el 700. No es sorpresa que las expectativas mesiánicas se sintieran 1,000 años (un milenio) después que Jesús había anunciado la llegada del Reino. Aunque los eruditos no se ponen de acuerdo sobre lo extenso de la ansiedad, aprehensión y miedo que marca la transición del primero al segundo milenio. En vísperas del Año Nuevo, 999 d. 6
C. se dejó que el ganado y las ovejas vagaran en las montañas mientras las multitudes reunidas en iglesias y los peregrinos convergieron en la santa ciudad de Jerusalén. "El fin del mundo está cerca, por lo tanto dejo. . ." era el lenguaje estándar para abrir los testamentos legales de ese tiempo. Ciertamente el año milenial fue entristecedor para individuos, aun si el mundo fue capaz de regresar a su negocio como de costumbre. A pesar de las advertencias de la iglesia en contra de tales puntos de vista herejes, los teólogos charlatanes todavía molestan a los cristianos hoy. Los puntos de vistas seculares subrayan el temor de la auto destrucción del planeta con un holocausto nuclear, desastre ecológico o hambruna y plaga mundial. Algunos líderes religiosos han jugado con esto, pidiendo a sus seguidores que vendan todos sus bienes terrenales como intercambio para la protección y aislamiento comunitaria en los últimos días. El mundo no olvidará pronto cómo David Koresh llevó a sus seguidores a una fiera muerte en un complejo de Waco, Texas, cerca del segundo milenio d. C. Los videntes en televisión siguieron el enfrentamiento trágico con los oficiales federales. Los expertos académicos y religiosos explicaron el poder de este líder manejado para arrastrar a tantos con sus puntos de vista milenarios. A uno se le puede ocurrir que un entendimiento propio del fin pudiera haber salvado estas vidas desafortunadas. ¿Por Qué Estamos Interesados en el Fin de los Tiempos? ¿Por qué? Por primera vez desde el tiempo de Noé, los seres humanos pueden imaginarse en actualidad el fin de toda la historia. En muchos puntos de la historia del mundo vino la destrucción de una forma devastadora. Sin embargo, tan mala como pudiera parecer una plaga, sólo tenía un impacto local. Hoy es diferente. Hoy nuestra comunicación es mundial. No sólo sabemos lo que sucede en cada lugar del globo, sino que también las noticias nos afectan a todos. Muchas ocasiones las noticias tienen implicaciones que hacen temblar la tierra. Por ejemplo, un pleito en la frontera de una área remota del Medio Oriente de repente toma dimensiones de una Tercera Guerra Mundial mientras veíamos con horror fascinante cómo la Guerra del Golfo se desarrollaba en 1991. Todos nosotros tenemos, ya sea seculares o religiosos, razón para estar interesados en la escatología, o estudiar de las últimas cosas. El año 2000 d. C. es una fecha arbitraria en el calendario occidental, pero es una marca significativa para la generación contemporánea. Crecimos considerando dos preguntas comunes: "¿Qué edad tendré?" y "¿Qué estaré haciendo en el año 2000?" Los medios masivos también preguntaron en una variedad de formas: 7
"¿Cómo será la vida en el próximo milenio?" Constantemente predijeron una nueva tecnología y avances humanos. Un evento significativo ocurrió en el siglo XX que hizo que las últimas cosas fueran más interesantes para los cristianos. En 1948 Israel llegó a ser un país en el Medio Oriente. En muchas mentes esto fue el cumplimiento de las palabras de Jesús: "Así también vosotros, cuando veáis que suceden estas cosas, sabed que está cerca el reino de Dios. De cierto os digo que no pasará esta generación hasta que todo esto acontezca" (Lucas 21:31-32). Pensar que nosotros pudiéramos ser parte de la generación final levanta interés en la Segunda Venida. Los anfitriones de radio y televisión que están mal informados de la cristiandad han sombreado el estudio legítimo de esta área legítima de la preocupación cristiana. Seguido estos maestros han aumentado la ansiedad por el apocalipsis que se acerca en lugar aumentar la fe. La necesidad de entender estas fuerzas compulsivas viene de las estructuras de nuestra existencia. Vienen como preguntas que tenemos que responder si hemos de seguir viviendo. Preguntas sobre la interpretación de los eventos históricos. El adjetivo "apocalíptico" —un nombre tomado de un estilo de literatura bíblica encontrado en los Libros de Daniel, Apocalipsis y parte de los Evangelios— describe la revelación de significados escondidos detrás de nuestra historia. Eventos que toman proporciones apocalípticas parecen suceder casi a diario en nuestros tiempos. Como con el cuadro de toda la historia escrita, el día moderno ha tenido su parte de aspectos desconcertantes. La historia de las naciones nos ha sorprendido con la reencarnación milagrosa de Israel en 1948 y de nuevo con el colapso de la Unión Soviética en los 1990s. La primera exige que se entienda a la luz de las promesas hechas a Abraham. La última ha forzado a los anfitriones de los programas de encuestas sobre los últimos días a regresar de nuevo a su pizarrón en búsqueda de un nuevo "gran Satanás". Preguntas que se relaciones a la supervivencia mundial. Quizá sea nuestra la primera generación que podemos pensar lo "impensable". Las bombas nucleares han sido una amenaza de destrucción mundial desde 1945. Ya sea que edificamos o no cuartos de protección de las bombas no es importante sino cómo el temor llegó a ser real mientras veíamos a Hiroshima y las posiciones políticas de las superpotencias. Nuestro crecido conocimiento del espacio exterior nos ha mostrado la posibilidad que un cometa perdido podría golpear a nuestro planeta y desintegrarnos. Grupos vigilan los cielos para tal evento, preparados para interceptar al cometa 8
errante con un mísil destructivo. Esto no es ciencia-ficción, sino una realidad conocida en nuestro mundo moderno. Desde Darwin, la ciencia ha presentado a la sociedad un cuadro del cosmos en evolución corriendo entre un balance frágil y un colapso caótico de la naturaleza. Los ecologistas desarrollan teorías para explicar las consecuencias de cortar los bosques fluviales. Nos han advertido también que el tirar continuamente contaminantes a la atmósfera contribuirá al calentamiento global y el cambio subsecuente de los patrones climáticos. Puntos de vistas pesimistas como éstos apuntan al eventual terror —un tiempo de tribulación sobre toda la tierra. Hemos llegado a entender nuestro destino personal como algo que está vinculado al destino del cosmos. Preguntas relacionadas a la supervivencia humana. En alguna ocasión la humanidad era mucho más optimista sobre su propia iniciativa creativa. Aterrizar en la luna era el ápice de la determinación propia humana. El discurso memorable de John F. Kennedy anunció la meta de un aterrizaje lunar, que fue logrado después de su propia muerte. A través de vacunas y medicinas eliminamos las muletas del cuerpo humano. Sin embargo, a pesar de nuestro genio médico, algunos gérmenes se han levantado que son resistentes a nuestra tecnología médica actual. Cualquiera de ellos puede abarcar al globo y terminar la vida de este planeta. Ahora a través de la ingeniería genética hemos iniciado una reconstrucción de los bloques básicos del edificio de la creación. La tecnología ha avanzado tan rápida que nuestro pensamiento ético y las instituciones políticas no pueden ir al paso con los dilemas que son creados por ella. Como Frankestein, el molestar la vida a través de la ciencia ha creado un monstruo que amenaza con convertirse en nuestro amo. Hemos llegado a estar agudamente conscientes que la mayor parte de la vida está fuera de nuestro control. Enfermedades como el cáncer y el SIDA hasta esta fecha han eludido nuestros mejores intentos de conquistarlos. Las atrocidades masivas, acompañadas de cuadros televisados de hambrunas, terremotos y víctimas de diluvios, nos recuerdan que vivimos en una línea delicada entre la vida y la extinción. ¡Pudiéramos no estar muy lejos detrás de nuestros amigos extintos —los dinosaurios! En ocasiones aun los cristianos se sienten abrumados por las fuerzas aparentes del mal. No es difícil preguntarnos si los humanos tienen futuro. Preguntas relacionadas a Dios. La manera en que vemos al mundo ha cambiado. Por siglos, los humanos han enfrentado los terribles eventos alrededor de ellos por confiar en Dios. No importa qué tan malas sean las noticias, Dios todavía estaba en control. Hoy el punto de vista típico del mundo es muy diferente. Parece 9
que tenemos noticias peores, y la pregunta en muchas mentes es: "¿Está realmente Dios en el mando?" En lugar de una realidad creída por todos, la existencia de Dios ha llegado a ser una pregunta para muchos. Los puntos de vista teístas tradicionales, que pintan el involucramiento y el control de Dios sobre la historia, han sido retados. El marxismo es el mejor ejemplo de una alternativa atea. Sin Dios, la humanidad es el gobernador y creador de su propio destino. Ha llegado a ser crecientemente popular entre los teólogos un punto de vista evolutivo de Dios en un intento de entender las realidades absurdas del sufrimiento en nuestro mundo. Esto da un punto de vista de Dios involucrado en el proceso de la historia —y constreñido por él. Este acercamiento elimina las ideas clásicas de la omnisciencia y omnipresencia. El Creador está tan sorprendido del resultado de la historia como la creación misma. El temor del futuro. Preguntas sobre qué puede y qué no puede hacer Dios sobre ello. Todo esto ha creado una necesidad más grande de entender y la esperanza, aún entre los cristianos. La correspondencia de Pablo a los Tesalonicenses fue dirigida a las primeras preguntas reales de la Iglesia Primitiva. Ellas eran teológicas y prácticas: ¿Cuándo ocurrirá la segunda venida de Cristo? ¿Qué les sucederá a aquellos que no viven para ver el fin? Pablo respondió a estas dificultades con la seguridad que, cuando el Señor regrese, "los muertos en Cristo resucitarán primero" (1 Tesalonicenses 4:16). Además, ellos deben "animarse unos a otros con estas palabras" (v. 18). La marca de cualquier escatología buena es que trae consuelo y ánimo a nuestras preguntas ansiosas. ¿De Dónde Obtenemos Nuestras Repuestas? En un intento de encontrar las respuestas a estas preguntas masivas, la gente se ha vuelto a una variedad de fuentes. Tal parece que el temor es un gran motivador en el mercado. Libros. Uno o dos libros sobre las experiencias cerca de la muerte generalmente están entre los 10 libros mejores vendidos en cualquier lista de libros seculares. Las librerías cristianas multiplican libros sobre el fin de los tiempos. Casi cada mes dos o tres libros sobre el fin del mundo están entre los mejores vendidos. Muchos cristianos evangélicos han recibido toda su información sobre estas materias de escritores populares como Hal Lindsey, C. I. Scofield y John F. Walvoord. Todos estos escritores representan un tipo de exposición racionalista del Libro de Apocalipsis. Por el otro lado, escritores como Bruce Metzger, un erudito del Nuevo Testamento, ofrece su libro, Breaking the Code (Rompiendo el código), como un 10
llamado a una "imaginación disciplinada" cuando trata con estas clases de textos. Añadiendo a estos comentaristas de la Biblia un nuevo grupo de escritores futuristas, seguido enfatizando factores económicos y globales, han venido al horizonte para "informar" a nuestra generación de la destrucción cercana. La historia de Israel y el Medio Oriente. La preocupación sobre el mercado económico global. El rostro cambiante del nacionalismo ante la ola del colapso soviético hacia un así llamado gobierno mundial singular. Todos éstos han alimentado estas interpretaciones cargadas de conspiración. En un extremo los sobrevivientes están vendiéndonos trincheras y ametralladoras, y en el otro los financieros se enriquecen en nuestras inversiones en barras de oro. Hollywood. La ciencia-ficción ha anunciado desde hace mucho un tiempo cuando la humanidad se levantará de las cenizas de su propia destrucción futura. La guerra de las estrellas, un planeta de simios y los mutantes del desastre nuclear han dado a nuestra cultura nuevas metáforas de esperanza. Otra variedad —ésta del lado oscuro— ha cautivado a aquellos interesados en los impulsos demoníacos de la historia. Los teatros tienen récord de asistencia para las novedades de horror. Gracias a estas películas, "el Anticristo", el "666" y "los siete sellos" del Apocalipsis son términos bíblicos muy bien conocidos por el público general que asiste a las películas. La audiencia sale con un sentido de choque cósmico entre el bien y el mal. Sin embargo, el mal es el que obviamente se vende en grande en las taquillas. Profetas. Históricamente los profetas reclaman hablar por una variedad de dioses atrayendo a gente que lucha con la necesidad de entender su papel en la historia. Nostradamus, quien viviera entre 1503 a 1566 d. C., predijo el futuro de una serie de bloques de 100 años en su obra Los Siglos. Las predicciones de Nostradamus son vagas y se abren a muchas interpretaciones. Como consecuencia, la gente hoy todavía lee los eventos actuales en sus predicciones, que incluyen un cataclismo final del mundo en 1999. Los astrólogos (quizá la contraparte del Nostradamus moderno) ofrecen seguridad a la gente para sus preguntas personales. Alguna gente encuentra consuelo frente a la inseguridad de la vida al creer que la armonía consistente de las estrellas y los planetas dirigen sus vidas. Cultos. Los cultos seguido se han aprovechado de los temores de la gente al presentarles una filosofía sistémica y cohesiva del fin de los tiempos. Los cultos tradicionales, tales como los Testigos de Jehová y los Mormones, ofrecen a sus adherentes un entendimiento muy sofisticado de lo que sucederá al fin de la historia, aun hasta el punto de detalles de sus matrimonios y hogares. La Nueva Era, una 11
religión parecida al Oriente, ha añadido un sesgo al carecer de un sentido de historia, asegurando al individual que él o ella pueden ser liberados de los grillos de la historia y derretirse en el universo. Esto resulta en una experiencia sicológica positiva pero les da poco sentido para las luchas de esta vida. La Biblia. Los cristianos van a la Biblia en búsqueda de significado sobre la muerte y el fin del mundo. Aunque se levanta una variedad de opiniones entre los cristianos, sabemos que Dios tiene las respuestas de nuestras preguntas más profundas. Cristo vino a la tierra como humano para mostrarnos cómo es Dios. Su resurrección inspira verdadera esperanza que la muerte física no es la destrucción final. La Biblia es donde los cristianos leen de la vida ejemplar, de la muerte sacrificial y de la resurrección que inspira esperanza de Jesucristo. Al final de cuentas los cristianos creen que las respuestas a nuestras preguntas del fin del mundo se encuentran en la Biblia también. Los cristianos, como ningún otro, están preocupados sobre el fin. Sin embargo, la Iglesia ha aprendido, a través de Jesucristo, a descansar en el tiempo de Dios en lugar de los esquemas humanos. Una mirada pensante a las materias de la muerte y el fin del mundo debe traer un sentido de esperanza y consuelo al creyente. Escrituras de Trasfondo: Lucas 21:31-32; 1 Tesalonicenses 4:16, 18.
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PALABRAS IMPORTANTES DE ESTE CAPÍTULO Vea Glosario para definiciones. Tiempo cíclico Tiempo linear Inmanencia Trascendencia Wesleyano
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CAPÍTULO 2 ¿QUÉ HORA ES? "Y así es como es, martes, noviembre 12 . . ." Walter Cronkite terminó las noticias del día con su refrán familiar y la fecha. Recordó a los oyentes que los eventos del mundo han sido apuntados y que podemos seguir adelante. El día del calendario era una carpeta de eventos puestos en los archivos del gran gabinete del tiempo. Las bibliotecas, los archivos y la ciencia de la historia misma catalogan los eventos de nuestro pasado. La mayoría de las culturas existentes han llegado a creer en la necesidad de conocer su pasado. Aun las civilizaciones antiguas contaban historias sobre sus dioses heroicos y sus líderes legendarios las cuales les dan significado a su situación contemporánea. Estas épicas, aunque no son historia necesariamente juzgados por los estándares modernos, tenían significancia a su lugar en el tiempo. ¿Qué hora es? Ciertamente en un nivel personal estamos conscientes que el tiempo es relativo. Mientras esperaban recibir los resultados de un diagnóstico para descubrir la enfermedad que amenaza la vida de su niño, una pareja que se sienta en la sala de espera pudiera considerar que el tiempo "se arrastra". Esta misma pareja encontraría, embarcados de vacaciones en un crucero, que cinco días de alegría y descanso simplemente "vuelan". La cualidad elusiva del tiempo ha llevado a nuestro nuevo interés en la administración del tiempo. Podemos hablar de "tiempo bien gastado", o también de "tiempo perdido". A través de un diluvio de agendas para citas y programas de computadora, el sabio puede utilizar cada minuto despierto a su potencial máximo. El tiempo no tiene control sobre nosotros; podemos administrarlo. Mucho más importante que la organización del tiempo para que pueda ser controlado es la necesidad de ordenarlo para que traiga un sentido de significado a nuestras vidas. Los prisioneros de guerra y de la sociedad, rehenes y astronautas, todos han testificado de la inherente necesidad, mientras estaban en su aislamiento, de ordenar su tiempo. En ocasiones esto se ha hecho con el sol y la luna, en ocasiones con el mismo reloj interno del cuerpo. Sicológicamente, necesitamos entender nuestras vidas de una manera ordenada y significativa. Aun cuando utilizamos la palabra española "tiempo" con una variedad de significados, el lenguaje griego tiene palabras separadas para los aspectos distintos del tiempo. Esto hace el uso mucho más claro. Una palabra griega, chronos, describe la medida de tiempo, como segundos, 14
minutos y horas. Usamos el aspecto chronos del tiempo para llegar al trabajo y la iglesia "a tiempo". Cuando alguien pregunta: "¿Qué hora es?" están pidiendo una respuesta de tiempo cronológico. También estamos hablando de chronos cuando catalogamos los eventos de días, semanas y años. Sin embargo, cuando apegamos significancia a esos eventos, estamos utilizando un aspecto diferente de tiempo. Otro término griego, kairos, enfatiza la significancia del tiempo. Este es el concepto que usamos cuando recordamos la significación de un evento más que la fecha en que ocurrió. Si vemos dos ejemplos de las propias palabras de Jesús, la distinción en el uso será claro. En Juan 7:33, él dice a sus discípulos: "Todavía estaré con vosotros algún tiempo[chronos], y luego iré al que me envió". Pero en verso 8, él les dice: "Subid vosotros a la fiesta; yo no subo todavía a esa fiesta, porque mi tiempo [kairos] aún no se ha cumplido". En el primer caso Jesús está hablando de los pocos y cortos años que ha gastado con los discípulos. En el segundo caso se refiere a la significación del tiempo que está por venir —los eventos de su crucifixión y resurrección. Modelos de Tiempo Como la gente individual, las culturas han tendido a ordenar el tiempo de maneras que sean significativas para su existencia. Podemos distinguir dos maneras básicas de ver al tiempo. Cíclico. En el mundo antiguo, muchos de los vecinos de Israel veían el tiempo como cíclico. Veían como las plantas brotan de la tierra, daban su fruto y morían. La muerte completaba el ciclo de la vida. El predicador de Eclesiastés lo dijo de esta manera: "Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora: Tiempo de nacer y tiempo de morir, tiempo de plantar y tiempo de arrancar lo plantado" (3:1-2). No es sorpresa que las sociedades agrícolas tendían a ordenar sus calendarios de esta manera. Las celebraciones de la cosecha y acción de gracias, los cultos de la fertilidad y los sacrificios, todos se mezclaban en un recuerdo de la abundancia pasada y las necesidades futuras. Las etapas de crecimiento eran seguidas por períodos en que los campos estaban dormidos. Tal ciclo anual llegó a ser un modelo por el cual la comunidad podía reflexionar sobre las preguntas de la vida y muerte humana. La creencia subyacente de un punto de vista cíclico es que el tiempo es repetitivo. Y porque es repetitivo, se reconocerá y predecirá el futuro. El futuro se verá como el pasado. 15
Trabajé en un asilo por varios años cuando asistía al colegio. Juan3 vivió toda su vida en esa institución. Una vez me dijo que todos los días allí eran iguales. La gente a su alrededor vestía uniformes blancos; su comida venía exactamente a la hora; e incluso los días feriados eran interrupciones rítmicas del calendario de la estación de enfermería. Cuando llegó mi tiempo de graduar, fui a decirle adiós a Juan. Dándole un sorbete largo a su cigarro, me dijo: "Hubo gente que trabajó aquí antes de ti. Estoy seguro que alguien vendrá y tomará tu lugar". Volteó su rostro hacia la ventana y exhaló su humo. Ver el tiempo como un ciclo interminable puede llevar a un punto de vista pesimista. Es fácil para tales personas sentir, o incluso decir: "Estamos atorados. No hay nada que podamos hacer. Todo gira alrededor una y otra vez". Para ellos el ciclo de la vida es inescapable e incambiable. Sin embargo, otras personas ven el ciclo interminable de tiempo de una manera positiva. Lo incambiable les da un sentimiento de seguridad. Siendo que el ciclo siempre es el mismo, la vida es predecible y estable. En un punto de vista cíclico, el tiempo nunca termina. El tiempo continúa como una serie interminable de ciclos. Sin embargo, los eventos nunca se repiten exactamente. Ocurren las repeticiones, pero siempre hay un sentido de progreso hacia adelante. Cada nuevo ciclo enseña cosas que pueden mejorar la siguiente vuelta. Las cosas pueden ponerse mejor con cada repetición. El concepto de progreso —la idea que tiempo se mueve en una dirección cumulativa y positiva— todavía es una creencia fuerte en el mundo. Sin embargo, con la llegada del ateísmo moderno y su rechazo del punto de vista judeocristiano que el tiempo termina en Dios, este punto de vista ha traído gran ansiedad a muchos. El mundo continúa creyendo que el tiempo está dirigiéndose a algún lugar, pero sin una fe en Dios no tienen idea a dónde. Pocos negarías que podemos ver ciclos en la vida y discernimos similitudes entre el evento presente y algún evento pasado. Podemos ver el impacto que personas individuales tienen. Nos gusta pensar que contribuimos algo durante nuestro tiempo, y que el futuro es mejor por lo que hemos hecho. Hay un sentido de anticipación que el siguiente siclo de eventos traerá posibilidades nuevas y excitantes. Lineal. Sin embargo, el cristianismo no ve la historia como un ciclo interminable de eventos que llevan a un sentido general de progreso. Un punto de vista lineal sostiene que el tiempo se mueve hacia adelante en una línea hacia un fin 3
El nombre ha sido cambiado. 16
finito. Los cristianos creen que Dios creó el tiempo y que intencionalmente entró en relación con los humanos dentro del cuadro temporal. También creen que él traerá al tiempo a un fin a algún en el futuro. Desde el tiempo en que Dios le dijo a Abram que fuese a un lugar que él le mostraría, los hebreos han entendido su futuro como estando en algún lugar enfrente de ellos. El Señor Dios Todopoderoso no está atado a ninguna localidad, como otros dioses antiguos del Medio Oriente estaban, sino que dirigió a Israel a través de la vida como una columna de fuego y humo. La idea de esperanza nació en el sufrimiento del pueblo de Dios en sus varias cautividades y la ató a la Tierra Prometida futura de descanso. Los cristianos tienen un punto de vista único de mirar lo que ocurre en el tiempo. El punto de vista bíblico ve estos eventos como "historia de salvación". Dos aspectos de esto son importantes. Primero, la historia de salvación de desenvuelve junto a una línea de tiempo continuo. La línea tiene un principio singular y se mueve de una manera directa hacia un fin. Segundo, todos los eventos en esta línea derecha están relacionadas al evento importante de en medio —la muerte y resurrección de Jesús. El evento de Cristo introduce la eternidad a la línea del tiempo humano. Mientras que vivimos nuestras vidas atadas por las limitaciones del ser humano, podemos ver en Jesús un destello de la salvación eterna que Dios ha traído a nuestro mundo. Podríamos decir que el evento de Jesús, a la mitad de la historia, fue el fin de la historia traída al reverso en el tiempo. Mientras vivimos en medio, podemos ver también el fin del tiempo. El escritor a los Hebreos lo describe así: "Aunque todavía no vemos que todas las cosas le sean sujetas. Pero vemos... a Jesús" (2:8-9). Pablo entendió esto como afectando nuestras percepciones cuando escribió: "Ahora vemos por espejo, oscuramente; pero entonces veremos cara a cara. Ahora conozco en parte, pero entonces conoceré como fui conocido" (1 Corintios 13:12). La frase inolvidable en el Gloria Patri: "Mundo sin fin", es un recordatorio que la eternidad ha sido traída al tiempo a través de Jesucristo. En contraste a un punto de vista cíclico del tiempo desesperante, el punto de vista cristiano está marcado con esperanza. El papel del Espíritu Santo en nuestras vidas debe ser garantía de lo que recibiremos al final del tiempo —redención. Por tanto, tenemos dificultad identificándonos con la gente que ve la vida como sin esperanza. Una ilustración de esto se puede ver en la lucha de dos compañeros de cuarto en un colegio. Ellos regresan a casa de la clase cada día a un apartamento infestado 17
de ratas y comen frijoles fríos de una lata. Llenan sus días con humor y sueños recordándose a sí mismos que esta vida no continuará. Sin embargo, para muchos de sus amigos tal vida era interminable. Las ratas, la miseria y el temor estarán allí mañana —y en los días que siguen. Estos amigos sabían que podían soportar tales condiciones porque querían graduar y moverse a mejores días. Para ellos, la educación era la diferencia entre la esperanza y la desesperación. Los cristianos, sabidos de la esperanza que Cristo ha prometido, pueden soportar las condiciones presentes al mirar hacia el fin. Todos nosotros somos gente que vivimos en medio del tiempo. Nuestro pasado está detrás de nosotros en una nube gris. Entre más atrás vemos, menos podemos ver. Nuestro futuro también está delante de nosotros como algo desconocido. Jesucristo vino a la mitad de la historia para mostrarnos su fin. (Juan muestra que este evento también revela el principio del tiempo también.) Desde ese evento histórico, hemos fechado nuestros calendarios a. C., "antes de Cristo", y d. C., "en el año de nuestro Señor" [de las palabras latinas anno Domini]. Dios en el Tiempo y la Eternidad El tiempo es una materia profunda para que los humanos la contemplen. Estamos reducidos a lo finito; esto es, hay límites definidos a lo que podemos comprender. Dios, sin embargo, es infinito. Él entiende todo perfectamente. Nuestra incapacidad de pensar del tiempo como Él lo hace de ninguna manera limita sus acciones. A causa de que estamos limitados en nuestro entendimiento de la perspectiva eterna de Dios, arreglamos nuestra historia de tal manera que podamos entender la vida. Los eventos por sí mismos parecen caóticos. A causa de que los humanos no comprenden fácilmente la multitud y variedad de las ocurrencias diarias, tratamos de encontrar patrones significativos en ellos. Los eventos del día son una mera colección de nombres, lugares y sucesos, que seguido nos llegan borrosos. Preguntas como "¿Qué pasa?" o "¿Por qué sucedió esto?" se levantan de estas experiencias. Para los cristianos la pregunta importante es, mucho más profunda, "¿Qué es lo que Dios está haciendo en el mundo?" Los cristianos creen que Dios ha invadido el tiempo, y seguido hablamos sobre la historia de la salvación de esta manera. El Credo de los Apóstoles, por mucho tiempo recitado por la Iglesia como una piedra angular de la fe, dice: "Creo. . . en Jesucristo. . . nacido de la Virgen María, sufrió bajo Poncio Pilato. . ." Se nos recuerda que la venida de Jesús fue un evento histórico asociado con gente y lugares reales. Sin embargo, un significado mucho más significativo para nuestra discusión del 18
entendimiento cristiano del tiempo es el aspecto de sentido. Por ejemplo, el predicador en Eclesiastés nos recuerda: "Todo lo hizo hermoso en su tiempo, y ha puesto eternidad en el corazón del hombre, sin que este alcance a comprender la obra hecha por Dios desde el principio hasta el fin" (3:11). Gálatas 4:4 dice: "Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo". La revelación de Dios en la persona de Jesucristo ha dado significado a todo el tiempo humano. Los teólogos han especulado exactamente cómo esta intersección de Dios y el tiempo humano funciona. Ellos perciben el papel de Dios en la historia como un continuum de trascendencia e inmanencia. Algunos creyentes en la trascendencia podrían pintar un cuadro de un Dios tan distante que el mundo literalmente está a solas. En el otro extremo del espectro, aquellos que enfatizan la inmanencia tendrían a un Dios tan involucrado que la historia se disuelve sin poder hacer distinción entre lo humano y lo divino. Como con la mayoría de las preguntas difíciles, la verdad se encuentra en alguna parte en el medio. Trascendencia radical. Algunas personas piensan que porque Dios o no existe o es incapaz de interferir con su creación, la humanidad tiene que dirigir su propio negocio. Ellos ven la historia humana como cumplida y determinada por sí misma. El ateísmo, el deísmo y el agnosticismo podrían describirse como modelos de trascendencia radical. Hemos escrito la mayoría de la historia moderna desde este punto de vista. Las trayectorias de los eventos humanos se ven como empujados por los impulsos de la avaricia, ingenuidad o inclusive la casualidad. Para la mente científica, Dios es irrelevante a la secuencia de causa y efecto en los hechos humanos. Inmanencia radical. En este punto de vista la participación de Dios en los eventos humanos son tan cercanos que Dios mismo es afectado —y seguido impotente. Los modelos tales como el panteísmo (Dios es igual al orden creado) y la teología del proceso (Dios es un compañero en nuestro sufrimiento) enfatizan tal participación estrecha de Dios en la historia. Desde la Segunda Guerra Mundial, un entendimiento pesimista del papel de Dios en el tiempo ha dominado la fe occidental. El historiador del holocausto Elie Wiesel relata la gris historia de un niño pequeño en una horca nazi. Se requería que los compañeros prisioneros presenciaran cómo el muchacho colgaba entre el cielo y la tierra, demasiado liviano para morir rápidamente. Se escuchó de entre los espectadores judíos las palabras: "¿Dónde está Dios ahora?" Wiesel internamente respondió: "Él está aquí —colgado de la horca". Este cuadro grotesco nos hace sentir mejor sobre un Dios que personal y 19
compasivamente se involucra en los eventos humanos. Dios experimenta los dolorosos retorcijones de la historia como nosotros. Al mismo tiempo, nos presenta con un Dios anémico, muy incapaz de intervenir y parar los eventos catastróficos del tiempo —o inclusive en nuestras vidas personales. Al final de cuentas esta desesperación llevó a los teólogos de los 1960s a declarar la "muerte" de Dios. Un terreno en medio. Los cristianos históricamente han sostenido la idea que un Dios personal está involucrado con la creación. Al mismo tiempo, el Creador todavía es distinto de ella. Derivamos nuestro entendimiento de la historia de salvación de este punto de vista. Creemos que desde adentro de los eventos del tiempo, Dios está dirigiendo y cooperando con la humanidad para salvar al mundo. ¿Por qué oraríamos si no creyésemos que el Dios a quien oramos también actúa? La esperanza y la fe nacen de la experiencia cristiana que Dios escucha y busca dirigir nuestras vidas y el destino del mundo. La discusión del tiempo cronológico y el tiempo significativo puede llevar a uno a levantar las preguntas: "¿Podemos conocer realmente qué es el tiempo?" o "¿Nos importa incluso saberlo?" Los cristianos responden afirmativamente. Sabemos qué es el tiempo. A causa de Jesucristo, nosotros estamos viviendo en el fin de los tiempos ya. Sabemos el fin de la historia ahora. Además, nos importa la naturaleza de la historia. Derivamos significado personal y público de una interpretación propia del tiempo. Los cristianos viven cada día sabiendo que el Alfa y el Omega —el Principio y el Fin— está en control. Escrituras de trasfondo: Eclesiastés 3:1-2, 11; Juan 7:8, 33; 1 Corintios 13:12; Gálatas 4:4; Hebreos 2:8-9.
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CAPÍTULO 3 LA MUERTE NOS ESPANTA A TODOS Fue María quien realmente me introdujo a la muerte. Sabía de la muerte, claro. Había conocido gente que había muerto. Había asistido —y aun oficiado— funerales. Sin embargo, de alguna manera había mantenido a la muerte a distancia —una distancia segura, impersonal. María cambió eso por mí. Era una amiga de una persona en mi iglesia. Estaba muriendo de cáncer, y no era cristiana. Esto es, no sino hasta nuestra segunda visita. Allí en su cuarto en el hospital mientras le leía un salmo, sus lágrimas fluyeron y su corazón se abrió. Desde ese momento sabía que ella y yo caminaríamos esta última jornada juntos. En los siguientes pocos meses yo vi su cuerpo desgastarse y su alma volvió a vivir. En una relación especial que sólo Dios podía explicar, llegué a ser su compañero para esta jornada a través del valle muerte. Fue caminando con María a través de ese valle que realmente llegué a conocer la muerte. Aprendí a ver la horrible de la muerte, a experimentar la gracia de la esperanza de Dios, y a perder mi temor de este terrible enemigo. Enfrentar la realidad de la muerte es algo que tratamos de evitar. Vivimos en una cultura que niega la muerte. La edad y la muerte nos son tan incómodas que hemos llegado a ser una cultura que adora la juventud. Cualquier producto que nos mantenga joven, o incluso nos ayude a mantener la ilusión de la juventud, de seguro que tendrá mercado. Seguido evitamos a los ancianos. Crecientemente aislados en "hogares" para los ancianos, ellos ya no son intrusos en nuestras vidas diarias con sus recordatorios de la rapidez con que pasa la vida. Nuestra resistencia para enfrentar la realidad de la muerte nos evita prepararnos para la muerte. La gente pospone los testamentos. No se hacen negocios importantes o decisiones familiares. La mayoría evita la oportunidad sensata y financieramente prudente de la plantación funeraria "antes del evento". Aún frente a las serias enfermedades, seguido evitamos la discusión de la realidad de la muerte venidera. Otras sociedades y culturas han sido más realistas, incluso prácticas, sobre la realidad de la muerte. A finales de la Edad Media, un libro bien vendido era un manual sobre el arte de morir, y se publicó en múltiples ediciones. La muerte era una realidad ineludible que se enfrentaba realista y prácticamente. La muerte era parte de la experiencia común de la vida humana. Y así sigue siendo en muchos países y culturas alrededor del mundo hoy. Especialmente en áreas del mundo donde la muerte es el compañero más frecuente, se enfrentan con más apertura. De alguna manera en nuestra cultura hemos intentado eliminar la realidad de la 21
muerte de la experiencia común. Los muertos son rápidamente barridos por extraños profesionales. Aparecen de nuevo por un breve tiempo, si es que lo hacen, tan parecidos al estado de la vida como sea posible. Nuestro luto público es enmudecido. Estudiosamente evitamos referencias a la muerte misma. El fallecido ha "pasado", "partido", o "se ha ido". Difícilmente nos podemos traer a nosotros mismos al punto de decir las palabras "murió", "muerto", o "muerte". Cuando Joseph Bayly escribió su libro sobre la muerte para nuestra cultura, le puso por título The Last Thing We Talk About (El último asunto del que hablamos). Sin embargo, la realidad permanece, sea que hablamos de ella o no, que la muerte es una parte de la existencia humana. Es una posibilidad inevitable que vuela por encima de cada uno de nuestros futuros de una manera oscura. La muerte nos rodea. La televisión nos trae su realidad gráfica a nuestras casas diariamente. Nuestros periódicos cuentan las tristes y trágicas historias de víctimas jóvenes y ancianas de muertes inesperadas. Encontramos procesiones funerarias en las calles. Aun en la iglesia constantemente se nos recuerda de la muerte cuando se nos pide que oremos por aquellas familias que han sido tocados por ella. Algunos que están leyendo esto ya se sienten incómodos, deseando que hablemos de algo más. Tristemente, nuestro temor de la muerte y el evitarlo y aún negar su realidad simplemente hace que la muerte sea un tópico muy difícil de discutir. Felizmente para nosotros como cristianos, esto no se hace necesario. Nosotros enfrentamos la realidad y el reto de la muerte con honestidad y en esperanza. Entendiendo la Muerte La muerte es una anomalía. No necesitábamos experimentar la muerte. Cuando Dios creó a Adán y a Eva en el jardín, la muerte no era parte del plan. Dios creó a la humanidad para que gozara un compañerismo con él para siempre. Esto no significa que él nos creó como almas inmortales independientes de sí mismo. Esa idea viene de la filosofía griega antigua en lugar de las Escrituras. Sin embargo, Dios nos creó para vida eterna consigo mismo. La muerte es el resultado de la intrusión de Satanás al plan de vida de Dios. La vida es un don de Dios. "Porque en él vivimos, nos movemos y somos" (Hechos 17:28). Es en relación con Dios que nosotros conocemos la vida. No tenemos vida independiente de Dios. El ser separados de Dios es estar separados de la vida, para morir. El pecado condenó a la humanidad a una existencia de muerte lenta. La muerte de nuestros cuerpos naturales es el resultado del impacto del pecado en nuestra existencia terrenal. "Por tanto, como el pecado entró en el mundo 22
por un hombre y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron" (Romanos 5:12). La muerte es una consecuencia del pecado. Todos hemos llegado a ser herederos del castigo del pecado. Incluso los niños inocentes y pequeños están sujetos a ella. La terrible incidencia de muertes de cuna es un sorprendente recordatorio que la muerte es un incansable enemigo en la existencia humana. Los comportamientos pecaminosos y destructivos apuran la muerte física, pero la pureza personal no es protección en su contra. La muerte es la expresión final de la agresión del pecado en contra de Dios. Es el intento de Satanás de destruir la vida como Dios la creó. Es el reclamo del enemigo, manifestado en la carne, que el poder del pecado y la muerte ha dominado al poder de la vida. Venciendo a la Muerte No debería ser sorpresa que el trato con la posibilidad temeraria de la muerte levanta nuestra atención y energía. Aparte de la esperanza de Cristo, nuestra cultura tiene muy poco que ofrecer sobre el problema. Los intentos de resistir o evitar la muerte son un aspecto persistente de nuestra sociedad humana. La búsqueda multifacética por la Fuente de la Juventud intenta encontrar una manera de escapar —aunque sea temporalmente— lo inevitable de la muerte. Sin embargo, todos se han encontrado con éxitos pobres. Esto forza al retiro de nuestra sociedad a la negación. Intentamos ignorar a la muerte, actuamos como si no fuera real. Pretendemos que la muerte no vendrá por nosotros. Esa es la razón por qué tan seguido nos encontramos con la muerte como una sorpresa. Nuestra negación cultural de la muerte intenta ignorar el poder de la muerte. No podemos enfrentar la posibilidad que la muerte nos trae el fin. Aminoramos nuestros temores sobre los límites de nuestra mortalidad al persuadirnos de nuestra inmortalidad. La reencarnación es una manera popular actual de evitar la realidad de la muerte y el poder de terminar con la vida. Las concepciones populares de alguna inmortalidad vaga, pero agradable, nos ayuda a calmar nuestras preocupaciones. Tratamos de convencernos a nosotros mismos que el poder de la muerte es una ilusión. Como las generaciones antes de nosotros, trabajamos para crear monumentos que dejen nuestra marca en el mundo y así vencer a la muerte. Nos consolamos que de alguna manera, seguiremos "siendo". Dejamos monumentos de piedra, riquezas, arte o poder. Sin embargo, no sólo son falsas, o en el mejor de los casos limitadas, fuentes de consuelo. Los centros de nuestras ciudades contienen edificios y casas en decadencia que eran las exhibiciones del rango y poder. La memoria de la mayoría de 23
aquellos que los edificaron no ha durado tanto como los edificios. La familia y los parásitos se pelean por las fortunas amasadas de toda una vida, seguido en pérdidas frívolas. Los nombres y vidas de artistas que fueron figuras sobresalientes en su tiempo ahora están olvidadas por todos excepto los historiadores. No importa qué monumento dejamos atrás para que recuerden nuestras vidas, al final de cuentas llegamos al lugar de "Ozymandias" de Shelley. Me encontré con un viajero de una tierra antigua Que dijo: "Dos piernas vastas y sin tronco de piedra Están en el desierto. . ." ........................... "Mi nombre es Ozymandias, rey de reyes: ¡Mira mis obras, tú Poderoso, y desespera! Nada alrededor permanece. Rodea la decadencia De ese colosal naufragio, sin límites y desnudo Las solitarias y parejas arenas se extienden muy lejos.4 La impotencia del mundo ante la muerte forza a nuestra sociedad a practicar una deshonestidad sistemática al negar la realidad y el poder de la muerte. No tiene otro escogimiento. Nosotros los cristianos, sin embargo, podemos enfrentar la muerte con honestidad, con realidad y con esperanza. Para nosotros, la victoria de la muerte es hueca y temporal. Primera de Corintios 15:50-58 ofrece un grito creciente de victoria del triunfo de los cristianos sobre la muerte. No necesitamos pretender que la muerte de alguna manera es una amiga o una agradable posibilidad para nuestro futuro. La muerte es una cosa horrible. Es el intento desesperado de Satanás de extinguir la vida que Dios ha creado. Sin embargo, la muerte es un vencedor temporal, un conquistador hueco, para aquellos cuya vida está en Cristo. Enfrentando la Muerte Nuestra fe cristiana nos capacita a enfrentar honestamente la realidad, el poder y lo feo de la muerte y, a la vez, enfrentar la muerte con seguridad y esperanza. Celebramos y gozamos la vida como un don de Dios y una expresión de su bondad y gracia. Entendemos a la muerte como un horrible enemigo de la vida que Dios ha creado. Podemos enfrentar la muerte con esperanza confiada porque sabemos que lo que Satanás intenta para mal Dios lo ha convertido en bien. Satanás alegremente observó la muerte de Jesucristo en la cruz. Luego lastimeramente testificó su 4
Percy Bysshe Shelley, "Ozymandias", 1817. 24
resurrección de la tumba. En la resurrección de Cristo él venció a la muerte misma por nosotros. "Así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados" (1 Corintios 15:22). La victoria temporal de la muerte fue seguida por la derrota final de la muerte. Esta verdad nos da valor para enfrentar la muerte. Un William Laud arrepentido, enfrentando la ejecución como un hombre anciano, expresó el poderoso ánimo que podemos encontrar en la victoria de Cristo sobre la muerte. Oró: "¡Allí voy, oh, Señor! Tan pronto como puedo. Sé que tengo que pasar por la muerte antes de venir a ti, pero sólo es una mera sombra —una pequeña oscuridad sobre la naturaleza: Tú has roto la quijada de la muerte".5 Como cristianos tenemos una segura esperanza en Jesucristo. Sin embargo, esto no significa que somos indiferentes ante la posibilidad de la muerte. ¿Cómo debemos esperar, como cristianos, enfrentar la muerte? ¿Es natural tener alguna ansiedad sobre la muerte? Sí, aun para los cristianos la muerte es un amargo enemigo. Representa lo desconocido, a lo menos sobre el proceso de la muerte. Podemos estar seguros de nuestro destino final, pero ninguno de nosotros sabe cómo es la jornada a través de la muerte. ¿Es incorrecto sentir luto y tristeza por la posibilidad de la muerte? No, porque la Escritura apunta que aún Jesús experimentó esos sentimientos. Sentir tristeza por la separación de aquellos que amamos es natural. ¿Es necesario vivir en el temor de la muerte? No, porque Cristo es más grande que la muerte. Cristo nos da poder para enfrentar al enemigo final de la vida con una esperanza confiada. Cuando podemos decir con Pablo: "He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe", también pudiéramos decir con una seguridad y esperanza confiada: "Por lo demás, me está reservada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día". Podemos añadir con Pablo: "Y no solo a mí, sino también a todos los que aman su venida" (2 Timoteo 4:7-8). Es allí donde mi jornada con María fue interrumpida. Finalmente llegamos al punto donde ella tenía que seguir sin mí. La muerte la reclamó como suya, pero ella y yo sabíamos mejor. La muerte podía reclamarla, pero no podía quedarse con ella. Habíamos visto la fea cara de la muerte y sentimos su poder destructivo. También habíamos descubierto su derrota final. "¿Dónde está, muerte, tu aguijón? 5
Herbert Lockyer, Last Words of Saints and Sinners (Grand Rapids: Kregel, 1969), 156-57. 25
¿Dónde, sepulcro, tu victoria?, . . . Pero gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo" (1 Corintios 15:55, 57). Escrituras de Trasfondo: Hechos 17:28; Romanos 5:12; 1 Corintios 15:22, 50-58; 2 Timoteo 4:7-8.
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PALABRAS IMPORTANTES EN ESTE CAPÍTULO Vea el Glosario para las definiciones. Budismo Hinduismo Experiencia Cerca de la Muerte Reencarnación Resurrección
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CAPÍTULO 4 ¿Qué está Más Allá de la Muerte? Dormir: Quizás soñar: ay, allí está el problema: Porque en ese dormir de la muerte lo que sueñas pudiera suceder, Cuando hemos eliminado este ropaje mortal, Tenemos que tomar una pausa.6 El Hamlet sombrío de Shakespeare expresa una preocupación común. ¿Qué sucede después de la muerte? Esa pregunta arroja su larga sombra sobre mucho de la vida. Cómo respondemos a esa pregunta forma no sólo nuestro acercamiento a la muerte pero también nuestro acercamiento a la vida. ¿Existe algo más? ¿Eso es todo lo que hay? Nuestra dificultad en responder a la pregunta no sólo aumenta por nuestra falta de evidencia directa o conocimiento personal. La vida más allá de la muerte está más allá de nuestra experiencia. La práctica de comunicarse con los muertos o la búsqueda de memorias de alguna existencia previa son intentos de ver más allá de la cortina de la muerte. Sin embargo, no los hemos encontrado persuasivos o seguros. El interés reciente en las experiencias cercanas a la muerte también expresa nuestro deseo de conocer lo que está más allá. Pero aun estas experiencias nos dejan con muchas preguntas sin responder. Anhelamos alguna seguridad. Sin embargo seguimos en la incómoda posición de enfrentar lo inevitable y el desconocido prospecto de qué nos espera más allá de la muerte. Entendimiento Cultural del Más Allá El sentido de que hay algo después de la muerte es, de hecho, una característica persistente de la sociedad humana. A través de la historia y virtualmente en cada cultura existe alguna creencia sobre la existencia después de la muerte. Las grandes pirámides del antiguo Egipto son monumentos a su fe, o a lo menos esperanza, de una vida más allá de la muerte. Saturaron las tumbas reales con provisiones, siervos e incluso transportación para el uso en el mundo del más allá. Los egipcios dominaron el proceso de momificación, el cual puede preservar el cuerpo indefinidamente. Este proceso, que es un precursor de la práctica moderna de embalsamar, preparaba al cuerpo para la vida después de la muerte. El proceso de sepultar incluía todo lo que uno necesitaría en el mundo más allá de esta vida. Tales creencias en la vida después de la muerte están regadas ampliamente entre las culturas. Las excavaciones modernas han descubierto un sitio chino antiguo 6
William Shakespeare, Hamlet, acto 3, escena 1. 28
de sepultura que incluía un ejército que acompañaría al rey en la vida del más allá. Los griegos —tanto en su filosofía como en su mitología— expresaron una fuerte creencia en la existencia continua después de la muerte física. Las tribus teutónicas de Europa noreste, los nórdicos de la antigua Escandinavia, los incas, los mayas y los aztecas de América Central y del Sur, todos muestran una fuerte creencia en la realidad de la vida del más allá. Aunque se expresa o se entiende de diferentes maneras, la expectativa de alguna forma de vida después de la muerte ha sido históricamente afirmada para la humanidad. Este testimonio amplio e histórico indica la fuerza de la convicción humana de que hay algo más allá de la muerte. También revela la inseguridad del entendimiento humano de lo que le espera en el más allá. Parece que los humanos están seguros que hay algo después de la muerte, pero no saben qué es. El budismo y el hinduismo entienden la vida del más allá en términos de reencarnación. De maneras variadas esta creencia sugiere que hay una realidad espiritual eterna que vuelve a ocurrir en una sucesión de vidas físicas. La personalidad individual no vuelve a nacer, pero continúa una conexión espiritual de alguna manera más allá de la muerte y en la siguiente vida. Al final de cuentas, esa identidad es incorporada en un "yo" universal. En el Occidente se interpreta la reencarnación en términos más personales e individualistas. Las filosofías contemporáneas de la Nueva Era proponen la continua reencarnación de la misma persona, o del yo consciente. De esta manera las personas pudieran continuar su existencia como personalidades discretas en vidas sucesivas. Ellos transmiten aspectos de carácter, experiencias acumuladas y memorias. Algunos enseñan que estas memorias, aunque nubladas, pudieran descubrirse de nuevo a través de relampagueos de recolección o por hipnosis regresiva o terapia. Las experiencias cerca a la muerte son otra "ventana" popular actual a la vida después de la muerte. Libros populares, artículos y programas de diálogos exploran la experiencia cerca de la muerte en su aspecto consolador. Los testigos cuentan de luces cálidas que les dieron la bienvenida a una experiencia de paz extraordinaria. Los comentaristas atraen la atención a la ausencia de alguna fe cristiana o compromiso espiritual en muchos de estos testigos. La implicación de la omisión es que la fe cristiana no importa. Sin embargo, la investigación de un cardiólogo practicante en las experiencias cercanas a la muerte ofrece un reporte diferente y más balanceado. Concluye que cerca del 50 por ciento de las experiencias cercanas a la muerte son espantosas y 29
están llenas de terror.7 Al final de cuentas, por supuesto, tales experiencias —buenas o malas— no son suficiente evidencia para explicar la vida después de la muerte. Son subjetivas y por lo tanto son un fundamento inadecuado para conocer. A la cultura secular finalmente le hace falta el conocimiento seguro que busca. En Entendimiento Cristiano del Más Allá Nuestra fe cristiana ofrece una respuesta a ese dilema. El entendimiento cristiano de la vida después de la muerte es clara, consistente y significativo. Ofrece un entendimiento de la muerte y de la vida que hace sentido y ofrece significado a nuestra existencia. El reclamo que el cristianismo ofrece explicaciones irracionales o escapistas de la vida debe rechazarse firmemente. De hecho, la fe cristiana ofrece una interpretación consistente y razonable de nuestra existencia cristiana — incluyendo las preguntas de la muerte y de la vida después de la muerte. No podemos probar científicamente la verdad de nuestras creencias. Podemos, sin embargo, ofrecer una explicación que nos fortalece para vivir esta vida dándonos esperanza para enfrentar lo que venga después de la muerte. El récord bíblico ocasionalmente es ambiguo sobre los detalles de la vida después de la muerte pero inescapablemente claro sobre el corazón de nuestro entendimiento. "De tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree no se pierda, sino que tenga vida eterna" (Juan 3:16). Dios ha hecho provisión para nosotros en Cristo. Nos ha dado una respuesta a las preguntas insistente de la vida y de la muerte. La fe cristiana entiende que, de hecho, nosotros experimentaremos la muerte física en esta vida (a menos que estemos vivos al tiempo cuando Jesús regrese). También entendemos que cuando él regrese, aquellos discípulos que estén muertos resucitarán y se les dará un cuerpo nuevo e incorruptible. (Vea 1 Corintios 15:50-53). Es importante notar que el entendimiento cristiano de la vida después de la muerte es una vida corporal, no meramente espiritual. Somos creados como una combinación de cuerpo y espíritu, y existiremos en la eternidad como una combinación de cuerpo y espíritu. La Biblia no nos ofrece una descripción sistemática, pero nos da algunos discernimientos provocativos a la vida que les espera a los discípulos de Jesús. Incluye la idea de trasformación. Seremos cambiados de maneras dramáticas y maravillosas (1 Corintios 15:50-55; 1 Juan 3:2). Nos descubriremos en la presencia inmediata de Dios con todas la bendición que implica (1 Tesalonicenses 4:17; Juan 7
Arline Brecher, "As Many Go to Hell as Heaven", en Endtime: The Doomsday Catalog (New York: Macmillan, 1979), 221. 30
14:2-3; Apocalipsis 21:3-4). Esa vida incluirá la perfección del conocimiento (1 Corintios 13:9-12; 1 Juan 3:2). Finalmente, esa vida será un estado de bienaventuranza, una existencia ampliada maravillosamente (Apocalipsis 21:1-4; 22:15). Sostenidos por el Dador de la vida, gozaremos una eternidad en su presencia. Allí estaremos más allá del alcance de la tristeza, el sufrimiento y el dolor (7:14-17; 21:34). Entraremos a un estado de gloria eterna (Romanos 8:18; 2 Corintios 4:17). No estamos tan claros sobre algunos detalles. Por ejemplo, ¿qué sucede entre nuestra muerte física y la resurrección? Esta pregunta teórica gana importancia personal cuando la muerte nos separa de seres amados. ¿Cómo respondemos la interrogación en lágrimas de un niño: "¿Dónde está ahora mi abuelita?" Algunos han sostenido que entramos a un sueño del alma hasta que somos despertados por la última trompeta. Otros sostienen que vamos de inmediato a la presencia de Cristo, regresando de alguna manera para participar en la Segunda Venida y la resurrección final de los muertos. Es posible encontrar evidencia bíblica que parece implicar ambas opciones. (Por ejemplo: 1 Corintios 15:50-55 y Lucas 23:39-43.) Cristianos sinceros y consagrados han sostenido ambos puntos de vistas. Sin embargo, la evidencia más fuerte sostiene el punto de vista que, en nuestra muerte, somos trasladados a la presencia de Dios. Allí nosotros retenemos identidad consciente y experimentamos un estado de bienaventuranza. Este es un estado intermedio, esperando nuestra resurrección final en un nuevo cuerpo. Aunque algunos detalles no son claros, podemos descansar confiados que nuestra próxima experiencia después de la muerte será un despertar a la presencia de Dios y al principio de la eternidad con él. Enfrentando lo Desconocido El Hamlet de Shakespeare presenta bien el problema. La muerte es ese "país no descubierto de cuyo destino ningún viajero regresa". Finalmente, no es posible resolver la inseguridad de lo que sucede después de la muerte de este lado de ella. Es esta inseguridad que empuja nuestros intentos culturales como el olvido del problema y nuestros frenéticos intentos de resolverla. Nuestra cultura lucha por encontrar alguna base de nueva seguridad en esta vida que nos ayude a enfrentar la vida venidera. El escepticismo pudiera ser una actitud popular en nuestra sociedad, pero es un pobre compañero de este lado del lecho de muerte. Las nociones populares o primitivas de algún más allá vagamente definido proveen un fundamento débil para la fe cuando se enfrenta la seguridad del poder de la muerte. Edward Gibbon, autor de la gran historia The Decline and Fall of the Roman Empire (El declive y caída del 31
Imperio Romano), enfrentó la pobreza de su falta de fe en su hora de muerte. "Este día pudiera ser mi último. Estaré de acuerdo que la inmortalidad del alma es, en ocasiones, una doctrina muy confortable. Todo esto ahora es perdido, final e irrevocablemente perdido. Todo es oscuro y dudoso". 8 En el temerario rostro de la muerte y la inseguridad que sigue, nuestra sociedad queda, en su mayor parte, impotente para ayudarnos. El cristianismo nos ofrece una alternativa positiva. Como cristianos, nuestra fe nos guía y nos da fortaleza para la vida; pero también nos anima a enfrentar la muerte. El funeral cristiano es un tiempo de celebración. Esto no ignora los elementos reales de la tristeza y la pérdida aun en una muerte cristiana. Al contrario, en medio de los sentimientos de tristeza existe un reconocimiento de una vida segura confiada a Cristo. Puede ser la celebración de una vida bien vivida y bien invertida. No podemos demostrar lo que creemos, pero podemos reclamar una explicación consistente y significativa de la vida después de la muerte. Podemos ofrecer una resolución de esperanza y significación frente a la muerte. Pudiéramos no ser capaces de demostrarla, pero confiadamente creemos que al cruzar el río de la muerte está Uno que nos espera para recibirnos. De hecho, esta confianza frente a la muerte está basada sobre nuestra experiencia personal en esta vida. No tenemos conocimiento personal de lo que nos espera más allá de la muerte, pero conocemos y experimentamos personalmente a Aquél que nos espera más allá de la sombra de muerte. Él es Aquél que le dijo su nombre a Moisés cuando llamó a su pueblo para que saliera de Egipto —"YO SOY EL QUE SOY" (Éxodo 3:14). Declaró: "Este es mi nombre para siempre; con él se me recordará por todos los siglos" (v. 15). Dios le estaba diciendo a Moisés que siempre estaría con nosotros. Aquellos de nosotros que somos discípulos de Cristo pueden verificar por la experiencia personal que esto es verdad. Repetidamente a través de la vida Dios ha sido fiel a nosotros. Continuamente Él ha estado presente con nosotros. No podemos conocer directamente la vida que nos espera después de la muerte, pero conocemos a Aquél que nos encontrará allí. Porque él ha sido el Compañero familiar y fiel de la vida, podemos en confianza esperar que él seguirá siendo fiel en la muerte. Basados en nuestra propia experiencia en esta vida, podemos sacar seguridad al enfrentar la posibilidad de la vida venidera. Pudiéramos no conocer los detalles de la vida después de la muerte, pero le conocemos a él. 8
Herbert Lockyer, Last Words of Saints and Sinners (Grand Rapids: Kregel, 1969), 131. 32
Viajando a Casa Recientemente lo escuché de nuevo. Parece ocurrir tan seguido. Una cristiana estaba muriendo. La vida se le estaba escapando. Luego, algo sucedió. Parecía que ella veía algo mientras miraba el techo encima de su cama. No, no algo, sino a Alguien. Parecía que hablaba al que miraba. Una expresión de absoluta paz vino sobre su rostro. Toda tensión y ansiedad la dejó. Parecía que inclusive estaba sonriendo de felicidad. Luego se fue. La muerte la había reclamado. Sin embargo, no murió sola. Uno había venido para encontrarla, para tomarla de la mano mientras pasaba la sombra de la muerte. La gris sombra de la muerte no es oscura lo suficiente para apagar la luz de la esperanza del cristiano que muere. Para el discípulo de Jesús "el vivir es Cristo y el morir, ganancia" (Filipenses 1:21). Nuestras vidas se viven de nuestra fe en nuestro Salvador resucitado y viviente. Enfrentamos nuestra propia muerte con la misma fe. Después de todo, Hamlet no estaba correcto. Hay uno que ha viajado al país no descubierto de la muerte y regresado. Más allá de nuestro paso inseguro de la muerte Él nos espera. Las palabras de Juan Wesley en el lecho de su muerte expresan la verdad que pudiera consolarnos y animarnos mientras enfrentamos la inseguridad de este paso oscuro: "Lo mejor de todo es que Dios está con nosotros". 9 Escrituras de Trasfondo: Éxodo 3:14-15; Lucas 23:39-43; Juan 3:16; 14:2-3; Romanos 8:18; 1 Corintios 13:9-12; 15:50-55; 2 Corintios 4:17; Filipenses 1:21; 1 Tesalonicenses 4:17; 1 Juan 3:2; Apocalipsis 7:14-17; 21:1-4; 22:1-5.
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Arnold Lunn, John Wesley (New York: Dial Press, 1929), 355. 33
PALABRAS IMPORTANTES EN ESTE CAPÍTULO Vea el Glosario para las definiciones. Existencialismo Gehena Hades Marxismo Materialismo Experiencia cerca de la muerte Nihilismo Racionalismo Reencarnación Seol
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CAPÍTULO 5 Última Parada: ¿El Infierno o el Cielo? ¿Qué si no hubiera ni cielo ni infierno? ¿Qué si no hubiera consecuencias más allá de esta vida, ningún castigo y ninguna recompensa? ¿Haría la vida más fácil de alguna manera? ¿No son el cielo y el infierno reliquias de creencias religiosas que ya no tienen lugar en el mundo moderno? ¿No son conceptos que minimizan a Dios y a nosotros? ¿O pudiera ser que expresan algo profundo y significativo que va más allá de la cruda caracterización que el mundo hace de ellos? Algunos creen que sin la búsqueda de recompensa o castigo, la humanidad sería capaz de iniciar una era de paz y armonía. Sin la onerosa creencia en un más allá abandonado, ellos piensan que nos encontraríamos en una unidad ideal. Tales ideas le pegan a una cuerda sensible de un gran segmento de nuestra generación. El rechazo de una creencia en el cielo o el infierno es una noción popular. Sin embargo, nuestra cultura nos bombardea con las nociones populares en conflicto de reencarnación, comunicación con los muertos y experiencias cercanas a la muerte que "afirman" una vida en el más allá —todas son expresiones de una creencia o deseo de ir más allá de la muerte. La mayoría de la gente parece compartir un interés común en la vida después de la muerte, pero tenemos ideas mixtas sobre lo que viene después de la muerte. Cualquier creencia en el más allá tiene que contestar la pregunta: "¿Qué pasa después de la muerte?" ¿Cuál es la naturaleza de esa existencia? ¿Es una transición incondicional a algún estado de bienaventuranza? ¿Es un mundo de sombra de infelicidad y disminución de la identidad personal? ¿Es una experiencia de tormento y castigo? La mitología griega antigua proponía un mundo subterráneo oscuro, poblado por los muertos, rodeado por el oscuro río Styx. Le llamaban el Hades por el nombre del dios griego que lo gobernaba. Al llegar los muertos eran juzgados y remitidos, ya sea al tormento eterno o la bienaventuranza de los Campos Elisianos. 10 La Divina Comedia de Dante describe gráficamente los niveles del infierno y los tormentos de aquellos que los ocupan. Los artistas del Renacimiento dibujaron los horrores del infierno en escenas tan espantosas como cualquier película moderna de terror. Los escritores modernos han especulado sobre los estados más sicológicos del 10
Edith Hamilton, Mythology (New York: New American Library, 1942), 39-40. 35
tormento, como en el libro Sin Salida de Sartré. Nos recuerdan que la vida interminable puede fácilmente llegar a ser un estado de tormento por causa de las limítrofes humanas y fallas que traemos a ella. La cultura contemporánea adapta selectivamente en general el concepto cristiano tradicional del cielo y el infierno. Rechazamos la noción no placentera de una existencia en el infierno y promovemos una idea alternativa de la bendición de un más allá celestial. Escogemos la expectativa más consoladora de una existencia gozosa, incluso aumentada, después de la muerte mientras rechazamos al mismo tiempo las ideas de juicio o castigo como cruel y fuera de moda. Pudiéramos mantener la amenaza del infierno para los malos en verdad pero no para el resto de nosotros. Una bendita recompensa de seguro que seguirá aun a aquellos de una vida moral mínima. Es satisfactorio de alguna manera pensar que aquellos que se han ganado nuestro juicio personal recibirán castigo apropiado. Molesta de una manera incómoda considerar esa posibilidad para nosotros mismos. En primer lugar, los humanos modernos han practicado el escepticismo sobre una vida en el más allá y el juicio. El materialismo del marxismo, la desesperación del existencialismo y el extremo pesimismo del nihilismo moderno han retado las ideas tradicionales de la vida después de la muerte. También han rechazado la idea de cualquier trascendencia significativa en la vida. Esto es, estas filosofías vivas han cuestionado (o simplemente negado) la creencia que la vida puede tener sentido que vaya más allá de nuestra existencia mortal. Sus objeciones tienen que ver con la idea del significado y los valores de cómo son sobre la muerte y el más allá. Su visión de la sociedad produce paz (en teoría, a lo menos) sólo porque la existencia humana no tiene sentido más allá de los límites de la vida física. Eliminarían la lucha humana al reducir a la humanidad a una trascendencia o propósito mínimos. Realmente no importa qué somos y cómo vivimos después de esta vida. Se nos roba de cualquier responsabilidad o trascendencia más allá de la vida. Tal filosofía ofrece una paz costosa, en realidad. La cultura humana, entonces, refleja estas dos perspectivas en contraste de la idea de una más allá. Por el otro lado, algún nivel básico de consciencia humana siente que hay algo más allá de la muerte. Por el otro lado, las preguntas racionalistas modernas y los intentos de eliminar la carga de responsabilidad y trascendencia que la creencia en un más allá trae con ella. Es claro que luchamos con una respuesta a la pregunta de lo que nos espera después de la muerte. Juicio Final El punto de vista cristiano, incómodo o no, es que habrá una división entre 36
personas después de la muerte. Jesús nos ofrece un cuadro gráfico de un juicio regio que separará las "ovejas" de los "cabritos", los fieles de los infieles (Mateo 25:31-46). Las nociones de separación y juicio son inescapablemente bíblicas. Sin embargo, esto no reduce nuestra fe a un entendimiento primitivo, punitivo de los designios de Dios para nosotros. Malentendemos la idea de juicio (y la temida condenación que le acompaña) si la vemos sólo como un instrumento para el castigo divino. La creencia en el juicio simplemente afirma el entendimiento cristiano que las decisiones y acciones de nuestras vidas tienen trascendencia eterna. Creemos que lo que sucede durante nuestras vidas tiene trascendencia más allá de nuestras vidas. Dios nos ha concedido el asombroso poder de afectar la realidad más allá de los límites de nuestra existencia mortal. La idea de juicio es una expresión de ese poder personal. Al darnos poder para afectar nuestro destino eterno, Dios afirma nuestra personalidad y nuestra libertad. Evitar el juicio elimina de nosotros la dignidad y poder de afectar nuestro destino eterno. La realidad del juicio no sólo es una expresión de la ira de Dios hacia el pecado sino también una expresión sobre nuestro don de libertad y cómo la ejercitamos. Al final habrá dos clases de personas —aquellos que permiten que Dios haga con ellos lo que Él quiere y aquellos a quienes Dios les permite que hagan lo que ellos quieren. El Cielo Jesús seguido se refiere al "cielo" y al "reino de los cielos" pero no responde a cada pregunta que pudiéramos hacerle. Nos dice que él está preparando un "lugar" (Juan 14:1-4). Es un lugar donde nuestros "tesoros" están seguros (Mateo 6:20). Habrá una celebración allí, una fiesta de bodas (22:10-14). Jesús también se refiere al "paraíso", una restauración de un nuevo Jardín del Edén más allá de la muerte (Lucas 23:43 y Apocalipsis 2:7). La Escritura se refiere al cielo muy seguido sin elaborar cómo será. El Apocalipsis tiene los detalles más gráficos. En capítulo 21 y 22 la Nueva Jerusalén es descrita como teniendo paredes de jaspe y cubiertas de toda clase de piedras preciosas. Las puertas son perlas, y las calles de oro puro. El río del agua de vida fluye en el centro de la ciudad. ¡Qué espectáculo abrumador! No debería sorprender que la Escritura no ofrece una descripción comprehensiva de la vida en el cielo. Está más allá de nuestra habilidad de conocer o comprender. Aún las imágenes visuales poderosas de la vida celestial en el Apocalipsis de Juan sólo dibujan la vida más maravillosa imaginable, apuntan más allá, y dice: "El cielo es muchísimo más que todo lo que se puede decir". 37
No podemos conocer por seguro que, cualquier cosa o donde quiera que esté el cielo, es una existencia gloriosa en la presencia y la adoración de Dios. El Infierno Si el cielo es al final de cuentas un cuadro indescriptible de gozo y bendición, entonces el infierno es igualmente una experiencia indescriptible de tristeza y tormento personal. El hecho que hemos escogido la separación de Dios y sus bendiciones no mitigará la tragedia de esa existencia. La Escritura ofrece varios cuadros de tal estado de ser. Una de esas fotografías es la palabra griega Gehena (Mateo 18:9). La sacan del Valle de Hinom fuera de Jerusalén. Este era el lugar donde los niños eran ofrecidos como sacrificios por fuego al dios Moloc (2 Reyes 23:10; 2 Crónicas 28:3; 33:6; Jeremías 7:31; 32:35). Este maldito lugar más tarde llegó a ser el basurero y escombro de Jerusalén. Era un lugar de decadencia y quemazón continua mientras los deshechos se consumían. Una imagen más desagradable y detestable que ésta difícilmente se podía encontrar en el mundo bíblico. Una segunda imagen de la vida después de la muerte separada de la presencia de Dios es el Hades (Mateo 11:23, margen; 16:18; Apocalipsis 20:13-14). El Hades, la palabra griega para el mundo subterráneo, vino a ser la palabra para la traducción del nombre hebreo en el Antiguo Testamento para el mundo subterráneo, "Seol". El Hades describe una existencia sombría de disolución individual y sed perpetuas. Su forma particular de tormento es la privación de substancia y significación personal. El Hades revela la ilusión de la suficiencia propia del hombre para sostener la vida sin Dios. Tales imágenes de tormento y pérdida humana sólo pueden principiar a dibujar la existencia separada de Dios. Difícilmente podemos iniciar a imaginarnos la vida sin la vida, la gracia y la presencia que da amor del Espíritu de Dios. Las peores pesadillas del mundo presente son sólo una sombra pálida de la realidad plena de la existencia aparte de Dios. La locura de los disturbios urbanos en Estados Unidos, los horrores del genocidio en África, y el odio y crueldad profundamente asentadas en los Balcanes de Europa son sólo sombras oscuras de una realidad más aterradora. Simplemente trata de imaginarte las ciudades amontonadas del mundo sin la presencia restringente y redentiva del Espíritu de Dios. Los deseos o comportamientos humanos más bajos remplazarían los últimos vestigios de compasión, amabilidad o misericordia. Difícilmente podemos si quiera principiar a imaginarnos esa pesadilla viviente. Las pinturas del infierno son una descripción limitada de la clase de existencia más angustiada y vacía que podamos imaginarnos. La Escritura apunta a esas imágenes y dice: "El infierno es 38
indescriptiblemente peor". Una Perspectiva Cristiana El juicio, el cielo y el infierno se relacionan al significado y trascendencia de la vida y el escogimiento humano. Estos asuntos definen el alcance de la humanidad que Dios nos ha concedido. Expresan la extensión del poder que Dios nos ha dado. Declaran que Dios nos ha dado la libertad de escoger si prefiriésemos gobernar en el infierno que servir en el cielo. Si este alcance asombroso de la visión nos espanta, también pudiera levantarnos y darnos esperanza y ánimo. Dios ha hecho posible para nosotros escoger la gran bienaventuranza. Aunque nuestros escogimientos naturales nos destinarían para la separación de Dios, él ha hecho posible nuestra restauración —aunque fue costosa. Ningún otro remedio nos podría restaurar la esperanza del paraíso que la vida y muerte sacrificial del único Hijo de Dios. Ningún otro podía pagar el precio. Nadie más podía abrir de nuevo las puertas del cielo. Qué buenas nuevas es saber que "de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree no se pierda, sino que tenga vida eterna" (Juan 3:16). El cielo está disponible para nosotros de nuevo. La posibilidad del juicio no es la expresión de la crueldad de Dios sino de su poderoso don. Es la carga y oportunidad final de ser hechos a la imagen de Dios. Escrituras de Trasfondo: 2 Reyes 23:10; 2 Crónicas 28:3; 33:6; Jeremías 7:31; 32:35; Mateo 6:20; 11:23; 16:18; 18:9; 22:10-14; 25:31-46; Lucas 23:43; Juan 3:16; 14:1-4; Apocalipsis 2:7; 20:13-14; 21:1—22:21.
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SECCIÓN III El Fin del Mundo por Roger Hahn Roger Hahn, Ph. D., es profesor de Nuevo Testamento y director del programa de maestría en divinidades del Seminario Teológico Nazareno, Kansas City.
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PALABRAS IMPORTANTES EN ESTE CAPÍTULO Vea el Glosario para las definiciones. Amilenialismo Dispensación Dispensacionalismo Escatología Escatología futurista Escatología realizada Escatología inaugurada Materialismo Mesías Mesiánico Milenio Posmilenialismo Premilenialismo Premilenialismo dispensacionalista Premilenialismo histórico Rapto Resurrección Segunda Venida Sinóptico Tribulación CAPÍTULO 6 La Segunda Venida y el Reino de Dios Mi primer sermón tenía como meta el enderezar al mundo sobre la segunda venida de Cristo. Tenía 19 años. No tenía entrenamiento en teología ni predicación. El sermón duró siete minutos antes que se me terminaran las municiones. La memoria de ese sermón me produce pena ahora. Realmente no sabía nada sobre la Segunda Venida. Pero como muchas personas en esa etapa de la vida, pensaba que era la materia más importante del mundo. Todavía creo que la Segunda Venida es un asunto muy importante para los creyentes. Sin embargo, más de 25 años de estudio disciplinado de la Biblia me han dado un contexto más grande para entender el tópico. En el Nuevo Testamento, el 41
regreso de Jesús es parte de un asunto más grande —el reino de Dios. Cuando la Biblia menciona el reino de Dios, no se refiere a un lugar. Al contrario, el reino de Dios describe una relación entre Dios y las personas. En esta relación Dios es Rey —el gobernante absoluto. La gente amable y obedientemente sirven a este Rey, que es Dios. Cuando se entiende de esta manera, el reino de Dios siempre ha existido en los corazones de creyentes devotos. Sin embargo, el reino de Dios en las vidas individuales no sólo era un paso parcial y preliminar. Jesús proclamó que el reino de Dios significa obediencia total a Dios el Padre. Esa vida de completa obediencia no debe ser un asunto privado. Al contrario, el reino de Dios debe ser la compañía creciente de los discípulos totalmente obedientes. Hasta este punto el Reino se podría entender completamente en el (tiempo) presente. Sin embargo, incluso el Antiguo Testamento anticipaba un gobierno real de Dios eterno y completo. Salmos 45:6; Daniel 2:44; y Daniel 6:26 hacen esto claro. Siendo que las experiencias presentes del reinado de Dios son sólo parciales, la completa y perfecta obediencia del Reino está en el futuro. Los escritores del Nuevo Testamento creían que el cumplimiento del Reino coincidiría con la segunda venida de Cristo. Luego, "se doble toda rodilla. . . y toda lengua confiese" (Filipenses 2:10-11). En lugar de ser el Rey absoluto de algunos corazones en fe, Dios llegará a ser en realidad el Rey de todo ser viviente. La Enseñanza de Jesús sobre el Reino El reino de Dios es el asunto principal de la enseñanza de Jesús como presentan los Evangelios Sinópticos (Mateo, Marcos y Lucas) su ministerio. El Evangelio de Juan utiliza el lenguaje de "vida" y "vida eterna" para describir el mismo concepto. La enseñanza de Jesús sobre los entendimientos del pueblo judíos de su tiempo. Para comprender plenamente las palabras de Jesús sobre el reino de Dios, tenemos que entender la manera cómo los judíos del tiempo de Jesús pensaban sobre el fin del tiempo y el futuro. Durante la vida de Jesús, el judaísmo creía que la historia humana podía dividirse en dos épocas. La primera era esta "era mala presente". Esto incluía el pasado y el presente en proceso de desarrollo. La otra época era la "era venidera". Ésta estaba obviamente en el futuro. Sería un tiempo en el que el pecado y el mal serían destruidos. Como tal, la obediencia completa a Dios caracterizaría la era venidera. Por esa razón muchos de los judíos intercambiaban la expresión "el reino de Dios" y la "era venidera". Tal cambio dramático de esta "era mala presente" a la "era venidera" sólo 42
podía pasar cuando viniera el Mesías. Así algunos judíos se referían al "reino de Dios / la era venidera" como la "era mesiánica". La "era del Espíritu [Santo]" era otra frase utilizada para este tiempo futuro de completa obediencia a Dios. El judaísmo no creía que este cambio de épocas sucedería instantáneamente. Habría un breve período de transición de conflicto entre el bien (la era venidera) y el mal (la era presente). Ellos llamaban a este período de transición "el día del Señor" o sólo "el día". Jesús principió su ministerio anunciando: "El tiempo se ha cumplido y el reino de Dios se ha acercado" (Marcos 1:15). Todos los que escuchaban tienen que haber entendido que la transición entre las dos épocas estaba principiando. Sin embargo, los eruditos del siglo XX han estado en desacuerdo sobre cómo Jesús entiende el tiempo exacto del reino de Dios y su propio ministerio. Tres puntos de vista han surgido. Realidad presente. En muchos pasajes Jesús habla del Reino como una realidad presente. De acuerdo a Lucas 17:20-21, el fariseo pregunta a Jesús sobre el tiempo del reino de Dios. Se le advirtió que no buscara señales y dijo: "el reino de Dios está entre vosotros" (v. 21). Así el "día" transicional ya había pasado, y el Reino ya era una realidad presente durante el ministerio de Jesús. Los eruditos le llaman a este punto de vista "escatología realizada". Una Realidad Futura. Otros pasajes parecen presentar al Reino como una realidad futura. Jesús declaró durante la Última Cena que él no bebería de nuevo el fruto de la vid hasta que "lo beba nuevo en el reino de Dios" (Marcos 14:25). (Vea también Lucas 22:18.) Esto ciertamente implica que el Reino todavía estaba en el futuro y que Jesús anticipaba su venida. Los eruditos le llaman a ésta "escatología consistente" o "futurística". Presente en Jesús mismo. El hecho que Jesús hablaba del reino de Dios tanto como una realidad presente como una esperanza futura ha llevado a otra posición, que asegura que Jesús trajo el Reino como parte de su ministerio. En ese sentido en Jesús mismo estaba presente. Sin embargo, el ministerio de Jesús principia el período entre las dos eras. La consumación del Reino todavía está en el futuro. No es sino hasta ese tiempo futuro que la obediencia a Dios llegará a ser universal y el Reino llegará a ser eterno. A esta idea se le llama "escatología inaugurada" y encaja mejor a la evidencia bíblica. La escatología inaugurada sostiene que Jesús enseñó que el Reino era presente y futuro. Los seguidores más primitivos de Jesús levantaron esto y enseñaron que la Segunda Venida marcaría el fin del período de transición. También sería la marca del principio de la plena experiencia del reino de Dios. 43
Así el Nuevo Testamento no enseña que el reino de Dios viene por el esfuerzo humano. Fue y es el producto del tiempo de Dios y su don de gracia de enviar a Cristo (dos veces). El reino de Dios principió con la primera venida de Cristo. Es una realidad presente en la vida de la iglesia. Alcanzará su plenitud eterna cuando Cristo regrese. Esto muestra qué tan importante es la Segunda Venida en todo el plan de Dios para la historia humana. Puntos de Vista Milenarios Seis veces en el capítulo 20 de Apocalipsis el autor se refiere a un período de 1,000 años. El autor habla dos veces de creyentes que reinarán con Cristo por esa longitud de tiempo. Temprano en la historia de la Iglesia, los cristianos principiaron a asociar los 1,000 años de Apocalipsis 20 con el reino de Dios. A través del curso de la historia de la iglesia cuatro maneras mayores de interpretación se desarrollaron. Nosotros las llamamos puntos de vista "milenialistas", de la expresión latina para 1,000 años. Una persona puede creer en la segunda venida de Cristo sin estar de acuerdo con una de las cuatro interpretaciones milenialistas. Sin embargo, estas posiciones han sido tan influyentes que la mayoría de las discusiones de la Segunda Venida se edifican alrededor de una de ellas. Hay muchas variaciones dentro de cada una de las cuatro, y alguna gente trata de sacar lo mejor de cada punto de vista. Premilenialismo Histórico. (Vea fig. 1) El término "histórico" distingue este punto de vista del cuarto, llamado "premilenialismo dispensacional". El término "premilenialismo" refleja la posición que Cristo retornará antes de los 1,000 años de Apocalipsis 20. De hecho, el premilenialismo asegura que la Segunda Venida será el evento que principie los 1,000 años. El premilenialismo también cree que Cristo regresará después de un período de siete años de persecución o "tribulación" para la Iglesia. Cuando él regrese, todos los creyentes que hayan muerto serán levantados de los muertos. Los cristianos que estén vivos y los creyentes resucitados se unirán a Cristo para una expresión de 1,000 años del reino de Dios. Durante ese tiempo, Cristo físicamente regirá sobre la tierra. Por primera vez en la historia humana habrá paz política universal. Después de los 1,000 años de paz, una segunda resurrección ocurrirá. A este tiempo aquellos que murieron como incrédulos serán resucitados y traídos a juicio. En este punto, el tiempo como lo conocemos finalizará. Tanto los justos como los incrédulos se moverán a su destino eterno. Papías, que murió cerca del 130 d. C., enseñó ciertas porciones de esta creencia. Así los premilenialistas reclaman que su posición es la más antigua (y por lo 44
tanto la más acertada) interpretación cristiana de la Segunda Venida. Segunda Venida de Cristo
La Primera Venida de Rapto de la Iglesia Cristo Reino de paz literal de 1,000 años Tribulación A C D B
E Los pecadores resucitan Los pecadores juzgados Infierno
A: Rapto pretribulacional de la Iglesia (y muerte de los santos). B: Rapto pretribulacional de la Iglesia espiritual verdadera. C: Rapto midtribulacional de la Iglesia (y santos fallecidos). D: Rapto de la Iglesia antes de la ira (y santos fallecidos). E: Rapto postribulacional de la Iglesia (y santos fallecidos). FIGURA 1 PREMILENIALISMO Amilenialismo. (Vea fig. 2). La creencia llamada "amilenialismo" dice que los 1,000 años de Apocalipsis 20 no se refieren a un período literal y futuro de la historia. En lugar de ello, los años de paz son simbólicos de la realidad presente del reino de Dios iniciado en el ministerio de Jesús. Así, el reino de Cristo durante el milenio es un reino espiritual sobre los creyentes. La Segunda Venida ocurrirá al final de la realidad presente del Reino, y Cristo entonces establecerá su reino eterno y pleno. Justino Mártir, quien muriera cerca del 165 d. C., escribió de los cristianos de su tiempo que sostenían opiniones amilenialistas de la Segunda Venida. Las posiciones premilenialista y amilenialista probablemente existieron lado a lado desde los tiempos más primitivos del cristianismo. Sin embargo, el amilenialismo ha sido el punto de vista más influyente a través de toda la historia del cristianismo. Para el tiempo de Agustín (alrededor del 400 d. C.), el amilenialismo había llegado a ser la 45
interpretación estándar de la Segunda Venida en el cristianismo. Eso seguiría siendo verdad hasta el siglo XIX. La Primera Venida
La Segunda Venida Cielo
de Cristo——El Reino Espiritual de Cristo—————deCristo Espiritual ETERNIDAD Iglesia = Pueblo de Dios (Israel es sólo simbólico) Todos resucitan Todos son juzgados Infierno Espiritual FIGURA 2 AMILENIALISMO Posmilenialismo. (Vea figura 3.) El "posmilenialismo" enseña que Cristo vendrá después de los 1,000 años de Apocalipsis 20. Los posmilenialistas creen que el período de tiempo de Apocalipsis debe entenderse como 1,000 años, pero que ese período espiritual todavía está en el futuro. Ellos creen que Dios de alguna manera dará poder a la proclamación del evangelio de tal manera que el cristianismo vendrá a ser la influencia mayor sobre la historia humana. A causa de esta influencia cristiana, las guerras y las formas institucionales del mal serán abolidas. La predicación del evangelio será tan poderosa que la mayoría de la gente aceptará a Cristo. Después de 1,000 años de esa paz, Cristo regresará, el juicio tomará lugar y la eternidad dará principio. El posmilenialismo fue el más prominente durante los siglos 19 y 20. Su optimismo igualaba los sentimientos de la Era de la Razón y el crecimiento de la ciencia y la medicina. Dos guerras mundiales, varias guerras más pequeñas, la Gran Depresión, y el levantamiento del crimen ha ocasionado que muchos cristianos abandonaran el posmilenialismo. Sin embargo, algunos cristianos altamente respetado y dignos de confianza todavía la sostienen.
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Simbólicamente el reino terrenal de 1,000 años de paz La Iglesia e Israel = Pueblo de Dios
La Segunda Venida de Cristo Plenitud del cielo ETERN IDAD
Todos resucitan. Todos son juzgados. Plenitud del infierno FIGURA 3
POSMILENIALISMO
Premilenialismo dispensacionalista. (Vea figura 1) Como el premilenialismo histórico, esta posición asegura que la segunda venida de Cristo sucederá antes de los 1,000 años de paz mencionados en Apocalipsis 20. El término "dispensacionalismo" viene de la creencia que Dios ha dividido la historia humana en diferentes períodos o "dispensaciones". Las personas que sostienen este punto de vista creen que los seres humanos son salvos de diferentes formas en las dispensaciones separadas. La mayoría de adherentes creen en siete dispensaciones, aunque los eruditos recientes han reducido ese número a dos. Los dispensacionalistas también distinguen agudamente entre la Iglesia e Israel como el Pueblo de Dios. La mayoría cree que Cristo aparecerá en el aire y raptará a la Iglesia y la llevará al cielo antes de un período de tribulación de siete años. (Seguido llaman a esto el "Rapto pretribulación de la Iglesia". Como la fig. 1 demuestra, existen diferentes opiniones sobre cuándo sucederá el rapto de la Iglesia.) Después de la Tribulación, los 1,000 de paz tomarán lugar, pero involucrará la nación de Israel y el pueblo judío. Los dispensacionalistas creen que todas las promesas del Antiguo Testamento a Israel serán literalmente cumplidas durante este período de tiempo. Al final del milenio, el juicio final sucederá. El pretribulacionismo dispensacional es la interpretación que se desarrolló más reciente. La mayoría de los eruditos creen que principió con el ministerio de John Darby en la Gran Bretaña a mediados del siglo XIX. Las notas de la Biblia Scofield la popularizó después que principió el siglo XX. A mediados del siglo XX, el 47
dispensacionalismo fue la explicación más popular de la Segunda Venida entre los creyentes evangélicos. Desde los 1960s los medios públicos han puesto a la disposición estas ideas a enormes audiencias. Las películas como Como ladrón en la noche, libros por Hal Lindsey como El Gran Planeta Tierra, y una multitud de predicadores de TV y radio son ejemplos bien conocidos. Sin embargo, la influencia de esta posición entre los eruditos cristianos declinó un poco cerca del fin del siglo XX. Un entendimiento de las cuatro interpretaciones milenialistas se hace necesario para conocer los reclamos y las disputas hechas entre los cristianos evangélicos sobre la Segunda Venida. Varios de los siguientes capítulos edificarán sobre estas definiciones y mostrarán como los varios puntos de vista tratan asuntos relacionados a la Segunda Venida diferentemente. La Naturaleza y la Fecha de la Segunda Venida Leyendo sobre todas las diferencias en las opiniones de la Segunda Venida puede llevar a una persona a que piense que los cristianos no están de acuerdo en nada sobre el asunto. Esto no es verdad. Todos los cristianos evangélicos creen que la segunda venida de Cristo será personal y visible. Eso significa que creemos que Jesús mismo aparecerá en una forma visible. La Segunda Venida no debe confundirse con la venida espiritual de Cristo al corazón de la persona. No esperamos un fantasma o un espíritu. Esperamos ser capaces de ver y tocar a Cristo cuando regrese. Todos los cristianos creen también que el regreso de Cristo será repentino e inesperado. La parábola de las 10 vírgenes nos cuenta que algunos estarán preparados y algunos no lo estarán para ese evento. Sin embargo, no hay acuerdo sobre qué tan repentina e inesperada será la Segunda Venida. Muchos creyentes piensan que habrá "señales de los tiempos" (Mateo 16:3) que nos dirán que el regreso de Cristo sucederá muy pronto. Otros creen que aquellas "señales" han estado presentes desde la primera venida de Cristo. Enfatizan que las Escrituras nos dice que nadie, excepto Dios el Padre, conoce la fecha o el tiempo de la Segunda Venida (Mateo 24:36). Esto advierte que tratar de adivinar la fecha no es el trabajo de los cristianos. Desgraciadamente, muchos cristianos modernos piensan de la Segunda Venida con temor. Nuestro materialismo y el uso ocasional de tácticas de evangelismo por medio del miedo han contribuido a esto. El Nuevo Testamento siempre ve la Segunda Venida como un evento maravilloso. Tito 2:13 le llama nuestra "bendita esperanza". Pablo les dice a los Tesalonicenses que se "animen unos a otros" con esta enseñanza de la Segunda Venida (1 Tesalonicenses 4:18). Que Dios nos ayude a capturar de 48
nuevo el optimismo y gozo de la Iglesia del Nuevo Testamento sobre la segunda venida de Cristo. Escrituras de Trasfondo: Salmos 45:6; Daniel 2:44; 6:26; Mateo 16:3; 24:36; Marcos 1:15; 14:25; Lucas 17:20-21; 22:18; Filipenses 2:10-11; 1 Tesalonicenses 4:18; Tito 2:13; Apocalipsis 20.
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PALABRAS IMPORTANTES EN ESTE CAPÍTULO Vea el Glosario para las definiciones. Calvinismo Dispensacionalismo Posmilenialismo Premilenialismo Profecía Resurrección Segunda Venida Wesleyano
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CAPÍTULO 7 ¿Qué creen los wesleyanos?11 En un tiempo cinco familias de mis hermanos y familiares políticos eran dueños de pequeñas camionetas. Sin embargo, no había ninguna duplicación de modelo o estilo en ninguna de las cinco. La familia estaba de acuerdo en la utilidad y valor de tales vehículos. Sin embargo, existía un enorme desacuerdo en los aspectos específicos y modelos. Con frecuencia la camioneta de alguien recibía la respuesta: "Yo no aceptaría una camioneta [de cierta marca] aunque me la regalaran". El que hablaba así ofrecía después una defensa fuerte del modelo y estilo que a él o a ella le encantaba. Nuestra familia experimentaba un acuerdo general del valor de estas pequeñas camionetas. Pero teníamos enormes diferencias cuando venía al asunto de detalles. Una situación similar es verdad respecto a la fe cristiana en la segunda venida de Cristo. Los cristianos evangélicos en general están de acuerdo que Cristo regresará personal, visible e inesperadamente. Sin embargo, cuando llega al asunto de detalles, encontramos desacuerdos mayores. Los cuatro puntos de vista milenialistas explicados en capítulo 6 todos tienen muchos subgrupos que están fuertemente en desacuerdo uno con el otro. Sin embargo, es claro a cualquier persona que está observando desde afuera que todos son cristianos evangélicos. Desacuerdos sobre los detalles de la Segunda Venida no descristianizan a un creyente Lo mismo es verdad sobre los wesleyanos y sus creencias respecto a la Segunda Venida. Todos los wesleyanos están de acuerdo que Cristo regresará. Pero cuando viene al asunto de los detalles de cómo y cuándo sucederá hay una amplia variedad de opiniones. La influencia de las varias teorías milenialistas ha variado a través de la historia del movimiento wesleyano. Aun hoy hay defensores de las cuatro teorías milenialistas que se consideran a sí mismos como wesleyanos. Esto no significa que los wesleyanos son idénticos a otros evangélicos respecto a la Segunda Venida. Los wesleyanos tienden a ver la Segunda Venida como un asunto menos urgente que la relación personal con Cristo. Este énfasis sobre la salvación y santificación forma la teología wesleyana más que nuestras teorías 11
La palabra "wesleyanos" aquí se refiere a aquellos que siguen las enseñanzas teológicas de Juan Wesley, no sólo los miembros de la Iglesia Wesleyana. 51
milenialistas. Para nosotros el punto crucial siempre es la pregunta de qué significa la salvación en toda su plenitud. Puntos de vista wesleyanos en el pasado Juan Wesley estuvo interesado en las últimas cosas. El deseo de "huir de la ira venidera" (Mateo 3:7) motivó mucho de su disciplina personal. El deseo de salvar a otros del juicio venidero motivó su ministerio. Muchos eruditos creen que Wesley era un premilenialista. Escribió con aprecio de varios autores que eran premilenialistas. La sección de Apocalipsis en su Notas Explicativas del Nuevo Testamento descansa casi completamente en la obra de Johann Bengel. Bengel enseñó un tipo de premilenialismo. Las notas de Wesley sobre otros pasajes del Nuevo Testamento, sin embargo, llevan a otros eruditos a concluir que era un posmilenialista. El interés de Wesley en el fin de los tiempos no le llevó a especular sobre fechas. Aunque apreció el trabajo de algunos premilenialistas, no apoyó sus puntos de vista. En 1788 fue acusado de establecer una fecha para el fin del mundo. Su carta en respuesta revela el enfoque de Wesley: "No dije nada, ni más ni menos, en la iglesia de Bradford, respecto al fin del mundo. . . [Lo que dije era] que Bengelius había ofrecido su opinión . . . Yo no tengo opinión para nada sobre [ese tópico]: no puedo determinar nada del todo sobre ello. . . Yo sólo tengo una cosa que hacer, —salvar mi alma, y las de aquellos que me escuchan". 12 Estas palabras capturan el espíritu wesleyano que las últimas cosas son importantes e interesantes pero que la relación personal con Cristo es central. Después de la muerte de Wesley el movimiento wesleyano se expandió muy rápido por Estados Unidos. Allí los wesleyanos encontraron la ola en alce del posmilenialismo. Phoebe Palmer fue una líder mayor en el movimiento wesleyano del siglo XIX. Ella adoptó una forma de posmilenialismo. Escribió varias cartas amonestando a William Miller, el premilenialista, que había predicho que la Segunda Venida ocurriría en 1843. Establecer fecha era antiescritural, de acuerdo a Palmer. Ella también pensaba que distraía de la tarea central de la Iglesia: ganar gente para Cristo. Daniel Steele fue uno de los eruditos más respetados del movimiento wesleyano al final del siglo XIX. Escribió una vigorosa defensa del posmilenialismo. 12
Juan Wesley, The Works of John Wesley, 3rd ed., 14 vols. (reimpresión; Kansas City: Beacon Hill Press of Kansas City, 197879), 12:319. 52
Especialmente rechazó el surgiente premilenialismo dispensacional enseñado por John Darby. Por un tiempo los wesleyanos contendieron que el dispensacionalismo era calvinista. Como resultado no fue sino hasta la entrada del siglo XX que el premilenialismo principió hacer entradas significativas a los círculos wesleyanos. El siglo XX fue testigo de una tolerancia incómoda de los puntos de vista milenialistas entre los wesleyanos. En 1932 A. M. Hills publicó su teología sistemática, la cual contenía sus puntos de vista posmilenialistas. En el volumen incluyó una defensa del premilenialismo escrita por J. B. Chapman, un superintendente general en la Iglesia del Nazareno. Hills invitó a sus lectores a estudiar ambos puntos de vista y formar su propia "opinión inteligente".13 Un incidente en mi propia jornada educacional ilustra la libertad wesleyana respecto a los puntos de vista del fin de los tiempos. El asunto de los puntos milenialistas se levantó en una clase en el colegio en la historia de mi denominación. El instructor revisó las teorías milenialistas y señaló la variedad de posiciones tomadas por los líderes de la iglesia a través de nuestra historia. Luego concluyó: "Realmente, la mayoría de nosotros somos ‘panmilenialistas’. Creemos que al final todo [pan] se acabará". Un buen humor como este caracteriza el énfasis wesleyano que Dios es el Único que sabe exactamente cómo sucederá el fin. Distintivos wesleyanos Las diferencias de opiniones sobre la Segunda Venida no significa que los wesleyanos no están interesados en el fin de los tiempos. La amigable tolerancia sobre los detalles es común. Sin embargo, todos los wesleyanos comparten ciertas creencias centrales respecto a las últimas cosas.
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A. M. Calif.: C. J.
Hills, Fundamental Christian Theology Pasadena, Kinne, 1932), 550. 53
La mayoría de denominaciones declaran su teología oficial en una serie de párrafos llamados "Artículos de Fe" o "Artículos de Religión". Al comparar la teología oficial del fin del tiempo de tres denominaciones wesleyanas de santidad revela similitudes sorprendentes. La Iglesia del Nazareno, La Iglesia Metodista Libre y la Iglesia Wesleyana tienen párrafos sobre la Segunda Venida, la resurrección, el juicio, y el destino eterno en sus declaraciones oficiales de fe. 14 (Vea Apéndice 1.) Las declaraciones del fin de los tiempos de estas tres denominaciones son citadas por el eminente erudito metodista, Thomas Oden, como representativas de los puntos de vista de la tradición wesleyana.15 ¿Qué dicen estas declaraciones oficiales que creen los cristianos wesleyanos sobre la Segunda Venida? Creemos que el retorno de Cristo es seguro y que sucederá en cualquier tiempo. Cuando Cristo regrese, toda la profecía respecto al fin será cumplida, aunque los wesleyanos no predicen cómo sucederá. La venida de Cristo no debe causar temor sino una gozosa anticipación. Sin embargo, no consideramos la Segunda Venida en términos de lo que hará por nosotros personalmente. Al contrario, la seguridad del retorno de Cristo nos debe motivar a una vida santa y a un evangelismo activo. Los wesleyanos también afirman la resurrección de los muertos en conexión a la Segunda Venida. La mayoría de nosotros no declara el tiempo exacto de la resurrección comparada a la Segunda Venida, como algunas otras tradiciones teológicas hacen. Algunos wesleyanos especifican que la resurrección de los justos sucederá al tiempo de la Segunda Venida, y la resurrección de los malos ocurrirá después. La mayoría simplemente afirma que ambos, justos e injustos, serán levantados para ser juzgados por Dios. Es interesante e importante notar que las declaraciones doctrinales de estas tres denominaciones wesleyanas principales afirman que la Biblia enseña que el cuerpo es significativo y que la muerte marca el fin de la vida humana. Nuestra esperanza y fe son que Dios nos resucitará de los muertos y nos dará un cuerpo espiritual. Y porque es un cuerpo, una persona será reconocible y completa. Porque es espiritual, no sabemos exactamente cómo diferirá de nuestros cuerpos físicos. 14
Estas declaraciones se pueden encontrar en el Manual: Church of the Nazarene, el Book of Discipline de la Iglesia Metodista Libre, y las Discipline of the Wesleyan Church. 15
Thomas C. Oden, Doctrinal Standards in the Wesleyan Tradition (Grand Rapids: Francis Asbury Press, 1988), 159-61. 54
Todos los wesleyanos creen en un juicio futuro después de la Segunda Venida. Dios será el Juez. Cada persona, sea justa o injusta, comparecerá delante de Dios. Será juzgados justamente de acuerdo a la vida de cada persona que ha vivido y las decisiones que cada uno ha hecho respecto al evangelio. Los justos recibirán sus recompensas finales, y los malos recibirán sus castigos finales como resultado del Juicio. Todos los wesleyanos creen en un destino final para cada persona. Aquellos que son juzgados justos por el evangelio en el Juicio gozarán de las glorias del cielo. La eternidad en la presencia de Cristo es la bendición principal del cielo. Los que no se arrepienten experimentarán sufrimiento eterno en el infierno. La separación de Dios es el tormento más grande del infierno. Estas afirmaciones de fe en la Segunda Venida, la resurrección, el Juicio y el destino final identifican a los wesleyanos como parte de la corriente principal de la fe histórica y ortodoxa cristiana. La práctica wesleyana de no especular sobre el orden de los eventos al fin de los tiempos no es una señal de suavidad doctrinal. Sólo la gente que no está al tanto de la historia de la iglesia llamaría a los wesleyanos "liberales" por no requerir una fe en un punto de vista milenialista particular. Los puntos de vista milenialistas han cambiado grandemente en su grado de influencia a través de la historia de la iglesia. Continúan haciéndolo. Mi maestro de teología en el seminario enseñó la mayor parte de su vida el premilenialismo. Ya cerca a su retiro decidió que había estado equivocado. Declaró que había llegado a ser "un posmilenialista que le da duro al escritorio". ¿Se hizo menos wesleyano cuando cambió de mente? ¡Claro que no! ¿Llegó a ser mejor cristiano? Probablemente no. Podríamos debatir si estaba bien o estaba equivocado en su decisión, pero no existe duda alguna sobre su relación con Cristo. Implicaciones del acercamiento wesleyano Existen varias implicaciones importantes que se levantan de la manera de pensar wesleyana sobre el fin del tiempo. Primero, los wesleyanos están más interesados en la relación presente de una persona con Dios que con la información sobre el futuro de la historia humana. Saber la fecha exacta de la Segunda Venida y el punto de vista "correcto" milenial no salvará a una persona en el Último Juicio. La salvación es por fe, y Romanos 10:17 declara que "la fe viene por oír el mensaje, y el mensaje se escucha a través de la palabra de Cristo". Así el evangelismo y las misiones son más importantes para los wesleyanos que las conferencias de profecías. La ética y la devoción diaria de una vida santa son más importantes que las gráficas. Otra implicación importante del acercamiento wesleyano a las últimas cosas es 55
la confianza que Dios todavía obra en el mundo. Las formas más radicales del dispensacionalismo son muy pesimistas. Sus seguidores creen que ya no hay esperanza para el mundo. Ellos dicen que los cristianos se tienen que retirar del mundo para que no sean influenciados hacia su maldad. Los wesleyanos no están de acuerdo con tal punto de vista. Creemos que Dios puede traer el bien sobre la tierra a través del esfuerzo de creyentes dedicados. Dios puede usarnos para reducir la influencia del mal y hacer al mundo un lugar mejor. Así los wesleyanos están involucrados en los ministerios de compasión y en asuntos de justicia social. No importa qué punto de vista sostenemos, creemos que es trabajo del Reino el pelear en contra del mal. El optimismo wesleyano que Dios todavía quiere lograr bien en el mundo en el que vivimos tiene otra implicación. El mensaje bíblico del fin de los tiempos es parte del evangelio. Es buenas nuevas. Eso significa que tenemos que presentar ese mensaje de una manera que invite a la gente a Cristo en lugar de asustarlos para que respondan. Juan Wesley mismo dijo que el mensaje de una vida santa tiene que ser presentado "de tal manera que atraiga". Nuestro evangelismo nunca debe ser entendido simplemente como "Haz un viaje al altar para que no te vayas al infierno". Nuestro mensaje siempre es: "Ven y descubre la plenitud de la vida que Cristo tiene para ti". Cuando respondemos a esa invitación, encontramos vida real aquí y podemos gozar vida eterna en el más allá. Escrituras de Trasfondo: Mateo 3:7; Romanos 10:17.
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PALABRAS IMPORTANTES EN ESTE CAPÍTULO Vea el Glosario para las definiciones. Apocalipsis Apocalíptico Apocalíptica completa Rollos del Mar Muerto Apocalíptica futura Apocalíptica histórica Profecía Apocalíptica simbólica
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CAPÍTULO 8 ¿Cómo Leemos la Biblia? Recientemente hablaba con un conocido. Era claro que estaba preocupado por algo. Sentí que quería mi opinión, pero le tomó tiempo para reunir todo su valor. Finalmente expresó: "Un amigo recibió un cheque el otro día. ¿Sabes qué? ¡El número en la esquina del cheque era 666! ¿Piensas que debe cambiarlo? Yo no lo hubiera hecho". "Yo lo cambiaría en un minuto", le respondí. "A mí no me preocupan cosas como esas". "A mí sí", dijo, casi sin respirar. "A mí realmente me molestan". ¿Qué es el problema con el "666", la "bestia", y "el Anticristo" que ocasiona tanto temor y desacuerdo? ¿Por qué es que Apocalipsis siempre es el libro que la gente quiere estudiar más cuando se presenta la oportunidad para el estudio bíblico? ¿Por qué los misterios del fin del tiempo son tan misteriosos? Las respuestas a estas preguntas están en la manera cómo ciertas porciones de la Biblia fueron escritas y la manera cómo nosotros las interpretamos. Un entendimiento correcto de la profecía y la literatura apocalíptica nos llevará muy lejos para ayudarnos en responder a tales preguntas. Distinguiendo la profecía de la apocalíptica Muchos piensan de la Biblia como si en su mayor parte consistiera de profecía e historia. Para ellos, desde Isaías hasta Malaquías en el Antiguo Testamento, y el Libro de Apocalipsis en el Nuevo, todos son libros de profecía. Asumen que la mayoría de la profecía de la Biblia trata con la segunda venida de Cristo. Este punto de vista no encaja en el material real que encontramos en esos libros de la Biblia. Normalmente ponemos etiquetas a todos los libros del Antiguo Testamento desde Isaías hasta Daniel como profecía. Los judíos del tiempo de Jesús no identificaban estos libros de la misma manera. Ellos no enlistaron el Libro de Daniel como profecía. Al contrario, ellos lo enlistaron bajo la categoría de "Escritos" junto con Salmos, Job, Rut, 1 y 2 Crónicas, y otros libros. Además, los judíos del tiempo de Jesús incluían a Josué, Jueces, 1 y 2 Samuel, y 1 y 2 Reyes como profecía. Esto muestra que el entendimiento original de la profecía no es idéntico con lo que nosotros pensamos sobre la profecía. La mayoría de los libros que los judíos llaman profecía no predicen el futuro. De hecho, consideramos a Josué, Jueces, 1 y 2 Samuel, y 1 y 2 Reyes como libros históricos. Sin embargo, todos estos libros comparten un punto de vista teológico de 58
la historia. Nos cuentan que cuando Israel obedecía a Dios, su historia resultaba bien. Cuando Israel desobedecía a Dios, su historia se echaba a perder. Los otros libros que los judíos consideraban profecía (desde Isaías hasta Malaquías, excepto Daniel) comparten ese punto de vista de la historia. El mensaje principal de los profetas era: "Obedezcan a Dios, y gocen de paz y éxito. Desobedezcan a Dios, y la nación será destruida". Los profetas eran en su mayor parte optimistas. Ellos creían que Israel podía escoger el obedecer a Dios y ser bendita. Esa es la razón por qué predicaban —para urgir a la nación que hiciera ese escogimiento. Los profetas también creían que las buenas cosas que Dios quería lograr a través de su pueblo podían suceder como resultado de su obediencia a través del fluir de los eventos históricos. Esto es, los escogimientos de la gente determinarían cómo el fluir de la historia iría, ya sea para bien o para mal. Ciertas porciones de la Biblia no comparten el optimismo que los profetas normalmente expresaron. Estos pasajes son pesimistas sobre los escogimientos humanos para el bien. Ellos concluían que los humanos jamás escogerían obedecer a Dios consistentemente. La única manera que la voluntad de Dios para el futuro puede suceder es por su propia intervención directa en la historia. Estas porciones declaran que él intervendrá y cambiará el fluir de la historia humana. A ese material se le llama "apocalipsis". Los eruditos bíblicos usan el término "apocalíptica" para describir estas secciones. El material apocalíptico se puede encontrar en algunos pasajes de los libros proféticos. Isaías, Ezequiel y Zacarías tienen varios capítulos que encajan esta etiqueta. La mayor parte del Libro de Daniel es apocalíptico. Algunos eruditos también categorizan a Mateo 24-25, Marcos 13 y Lucas 21 como apocalípticos. Hay frases apocalípticas en las cartas del Nuevo Testamento, y la mayor parte del Libro de Apocalipsis tiene aspectos apocalípticos. Cuando ponemos atención a la diferencia entre las secciones apocalípticas y las secciones proféticas de la Biblia, ocurre un resultado interesante. Casi todos los pasajes que tradicionalmente son interpretados como pasajes del "fin de los tiempos" aparecen en secciones apocalípticas, no en las secciones proféticas. La Naturaleza de la Literatura Apocalíptica El descubrimiento de los Rollos del Mar Muerto recordó al cristianismo que los eventos, movimientos y escritos del judaísmo del tiempo de Jesús son importantes para el entendimiento de la Biblia. Cuando se ve a los escritos judíos entre el Antiguo y Nuevo Testamentos, descubrimos que fue escrito mucho más material apocalíptico 59
que lo que aparece en la Biblia. El estudio de tales escritos apocalípticos judíos nos ayuda a entender qué estaban tratando de comunicar los autores bíblicos con tal material. Los escritos apocalípticos expresan confianza que Dios todavía puede componer lo que se ha echado a perder en el mundo aun cuando no hay esperanza que las circunstancias mejoren. La mayoría del material apocalíptico fue escrito cuando el pueblo de Dios estaba siendo perseguido por un mal gobierno. Ellos no veían esperanzas que las circunstancias se pondrían mejores alguna vez. La oración, la obediencia y la proclamación de la verdad de Dios había fallado para derrocar el régimen malo. Los escritores apocalípticos tratan de comunicar la esperanza que Dios entrará a la historia humana, destruir las estructuras malas del poder y restaurar a su pueblo. Obviamente tal mensaje sería políticamente peligroso. Un mal gobierno no toleraría a la gente que escribe mensajes sobre su propio derrocamiento en las manos de Dios. Como resultado, la literatura apocalíptica se escribe en código. Las historias con visiones, animales, colores y aun números se utilizan de maneras simbólicas. El pueblo de Dios sabría qué rey representaba el dragón, pero el gobierno no entendería. Los escritos apocalípticos permitieron que el pueblo de Dios se animaran unos a otros de que el Señor estaba por destruir a los poderes del mal que los perseguía sin que esos enemigos supieran el mensaje y los castigaría por ello. Implicaciones para Nuestro Entendimiento Estos hechos revelan varias implicaciones sobre la literatura apocalíptica. Primero, el hecho que esta literatura fue escrita en código significa que es muy difícil interpretarla sin el código, resultando en grandes desacuerdos sobre teorías milenialistas e ideas del fin del tiempo. Cada persona que hace diagramas y expertos en la profecía bíblica reclaman haber encontrado la clave. Los muchos desacuerdos hacen difícil que nosotros creamos que en realidad la tienen. De hecho, deberíamos sospechar cuando alguien reclama entender todas las profecías (pasajes apocalípticos) de la Biblia. Seguido ignoramos una segunda implicación. Los pasajes apocalípticos fueron escritos para animar a la gente en el tiempo cuando el autor estaba escribiendo. Tenemos que interpretar esta literatura de tal manera que haga sentido a los lectores y oyentes originales. Cuando la gente reclama interpretaciones limitadas sólo para nuestro siglo, ellos están implicando que la Biblia no hacía sentido a la gente cuando fue escrito o en ningún otro tiempo excepto nuestra generación. Claramente la Biblia tiene que haber hecho sentido a los primeros lectores. En todas las otras clases de 60
literatura de la Biblia asumimos que el autor estaba tratando de comunicarse claramente con sus lectores originales. ¿Por qué tenemos que asumir algo diferente sobre un apocalipsis? Una tercera implicación que seguido olvidamos es que un apocalipsis fue escrito para dar ánimo. Alguna gente concluye que si no podemos conocer el código, y el material apocalíptico fue escrito para que hiciera sentido a sus primeros lectores, entonces todo el significado importante se elimina. Eso no es verdad. Aunque pudiéramos no entender todos los símbolos, conocemos el propósito. Estos pasajes de la escritura fueron escritos para animar al pueblo de Dios por decir que él todavía está en el trono. El mensaje es claro —Dios gana al final. Ese mensaje es vitalmente importante en nuestro día también. No tenemos que tener toda la información acerca del significado del 666 o del dragón para recibir una clara palabra de Dios. Una implicación final es que tenemos que respetar el simbolismo utilizado por el autor original como simbolismo. Alguna gente reclama a gran voz que su interpretación del material apocalíptico es correcto porque ellos interpretan la Biblia literalmente. No es ninguna virtud interpretar un pasaje bíblico literalmente cuando el autor tenía como intención que se entendiera simbólicamente. La mayoría de nosotros entendemos eso. Por ejemplo, en Salmos 18:2 el salmista escribe: "El SEÑOR es mi roca, mi fortaleza. . . mi escudo y el cuerno de mi salvación". Reconocemos las figuras de dicción y las interpretamos figurativamente. Los autores bíblicos usaron el lenguaje, el simbolismo y las figuras de dicción que comunicaban en la cultura de su día. Tenemos que encontrar el corazón del significado original del autor, en lugar de perdernos en los detalles del lenguaje antiguo. Interpretando el Libro de Apocalipsis y Otro Material Apocalíptico A través de la historia del cristianismo se han desarrollado cuatro maneras principales de interpretar el Libro de Apocalipsis. Estos acercamientos acertadamente describen las maneras diferentes que nosotros podemos ver la literatura apocalíptica. Histórica: El acercamiento histórico ha visto a Apocalipsis como la historia de la iglesia cristiana desde el principio hasta el fin escrita por adelantado. Los intérpretes que siguen este acercamiento tratan de identificar las varias épocas de la historia de la iglesia con diferentes secciones de Apocalipsis y otro material apocalíptico. El problema con este punto de vista es que sigue cambiando de acuerdo a cómo la historia continúa desarrollándose. Futurista: El acercamiento futurista cree que el propósito de Apocalipsis es 61
predecir el fin del tiempo en el futuro. Los intérpretes futuristas tienen un tiempo difícil para explicar cómo la literatura apocalíptica se podía entender por los lectores originales. Simbólica: El acercamiento simbólico ignora las circunstancias específicas de cuando el Apocalipsis fue escrito. Este sistema de interpretación ve el simbolismo de la literatura apocalíptica como diseñada para expresar las verdades teológicas universales y abstractas. Este punto de vista fracasa en tomar en serio la audiencia y las circunstancias originales. Cumplida16: Este acercamiento intenta poner todo el significado en el tiempo y circunstancias de los lectores originales. Así, el significado total del Libro de Apocalipsis se encontraría en los eventos de la Iglesia del primer siglo. Aunque este es un punto importante para principiar, fracasa en sacar a luz todo el significado de la literatura apocalíptica. Necesitamos un método que saque de las fortalezas de estos acercamientos y evite las debilidades de cada uno. Esto significa que una combinación de los acercamientos sería necesaria. El punto inicial de toda interpretación de la Biblia es la intención original del autor de comunicarse con sus lectores. Así pues, la interpretación de las secciones apocalípticas de la Biblia debe principiar con las circunstancias de los lectores originales. Esto significa que tomamos en serio el hecho que el escrito apocalíptico usa un lenguaje simbólico en lugar de literal. De este simbolismo y circunstancias determinamos el mensaje espiritual que el autor quería comunicar. Finalmente, aplicamos ese mensaje espiritual a las necesidades y circunstancias de la actualidad. ¿Qué podemos esperar de tal acercamiento? Nos dirá que la historia humana como la conocemos terminará algún día. Que el fin del tiempo será asociado con la segunda venida de Cristo. Que estamos de lo que hablamos no es la muerte de un individuo, sino un cambio cataclísmico que afectará a todo el universo. La Biblia indica que la venida de Cristo será repentina e inesperada. Desde la perspectiva de un mundo pecaminoso, el fin de la existencia humana como la conocemos será una catástrofe. Para los creyentes será el cumplimiento climático de nuestra esperanza que Dios finalmente enderezará todas las cosas. Por esa razón miramos al futuro al fin del tiempo con gozo y con esperanza. Escritura de Trasfondo: Salmos 18:2; Mateo 24—25; Marcos 13; Lucas 21. 16
Los eruditos llaman a este método "preterista". 62
PALABRAS IMPORTANTES EN ESTE CAPÍTULO Vea el Glosario para las definiciones. Abominación desoladora Amilenialismo Antíoco IV Dispensacionalismo Domiciano Gayo (Calígula) Nerón Premilenialismo Histórico Posmilenialismo Segunda Venida Sinóptico Tribulación
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CAPÍTULO 10 El Anticristo, la Tribulación y Otros Asuntos Que Dan Miedo Los escuché hablando en el pasillo fuera de la puerta de mi oficina en la facultad. Eran estudiantes del colegio cristiano donde enseñaba. "¿Has estado en la iglesia en Council Road?" preguntó uno. "Fui anoche y ¡fue el sermón más espantoso que he escuchado!" "No, te apuesto que no era tan espantoso como el de Edmond", respondió el otro. "Habló sobre la bestia, Iraq y Rusia. Fue doblemente espantoso como el que escuchamos la semana pasada en Yukon". Las jóvenes siguieron su camino en el pasillo y ya no las pude seguir escuchando, pero su conversación no es atípica. Uno de los asuntos populares ese semestre en un grupo de estudiantes era la visita de varias iglesias, la mayoría sin denominación, y escuchar sermones sobre la Segunda Venida. La meta era ver que predicar tenía el sermón más espantoso del fin del mundo. Un estudiante describió el proceso como una "forma cristiana de películas de terror". Dudo lo apropiado de la noción de una "forma cristiana de películas de terror". Sin embargo, la mayoría de la predicación sobre la Segunda Venida juega con la emoción del temor, especialmente el temor a lo desconocido. Términos como "el Anticristo", "la marca de la bestia", y "la Tribulación" son arrojados como granadas emocionales. Mucha gente vive con el terror del regreso de Cristo a causa de tales palabras. Entenderlas en su contexto bíblico puede reducir grandemente la ansiedad al anticipar la participación gozosa de la Segunda Venida. El Anticristo La lista de nominados para el Anticristo lee como la lista de ¿Quién es Quién? de gente notoriamente mala. Nerón, Mussolini, Hitler, Stalin y Saddam Hussein han sido aclamados como el Anticristo. La gente de reputación menos notable, pero que fueron poderosos e influyentes, también ha sido descrita como el Anticristo. Muchos papas a través de la historia cristiana, John F. Kennedy y Henry Kissinger han recibido tal título. Una variedad de opiniones como ésta sugiere que las enseñanzas de la Biblia sobre el Anticristo se pueden fácilmente malentender. La palabra misma "anticristo" sólo aparece cuatro veces en la Biblia, todas en las Epístolas de 1 y 2 Juan. La forma plural, "anticristos", aparece una vez en 1 Juan 2:18. El punto principal de estos pasajes en 1 y 2 Juan es que el anticristo niega una verdad importante sobre el Cristo. En 2 Juan 7 y 1 Juan 4:3, negar que Jesús vino en 64
carne hace a uno anticristo (o en contra de Cristo). Negar a Dios el Padre, Dios el Hijo, y que Jesús es el Mesías es marca del anticristo, de acuerdo a 1 Juan 2:22. Aunque 1 Juan 2:18 conecta al Anticristo con el fin del tiempo, el verso también declara que existen muchos anticristos. De hecho, cualquiera que niegue que Jesús vino en carne cualifica como "el anticristo", de acuerdo a 2 Juan 7. La impresión de estos pasajes no es que el Anticristo es alguna figura misteriosa. No necesitamos identificar esa figura para que sepamos que la Segunda Venida está cerca. Al contrario, el anticristo es una actitud o espíritu que rechaza la verdad sobre Cristo. 1 Juan 4:3 habla del espíritu del anticristo como cualquier espíritu que no confiesa la deidad de Cristo. El anticristo de las cartas de Juan pudiera ser cualquiera y todo pecador que tiene puntos de vista seculares y ateos de Cristo. Sin embargo, el contexto de las cartas implica que estas personas eran parte de la Iglesia y estaban enseñando doctrinas falsas sobre Cristo. La idea del Anticristo, sin embargo, se edifica sobre algo más allá del sólo uso de la palabra por la Biblia. Varios pasajes del Nuevo Testamento implican que la oposición a Cristo será personificada en un ser terrible antes del fin del tiempo. 2 Tesalonicenses 2:3 menciona a un "hombre de pecado". Pablo describe además a esta persona como un oponente y uno que se exalta a sí mismo sobre todas las cosas y poderes. El "hombre de pecado" inclusive se llamará a sí mismo Dios y se sentará él mismo en el Templo de Dios (v. 4). Este brote de arrogancia pecaminosa tomará lugar antes de la Segunda Venida, de acuerdo al verso 3. Cuando Cristo regrese, él aniquilará al "hombre de impiedad" con "el espíritu de su boca" (v. 8). Unos días antes de su crucifixión, Jesús instruyó a los discípulos sobre el futuro. Su enseñanza, en ocasiones llamada el Apocalipsis Sinóptico, aparece en Mateo 24, Marcos 13 y Lucas 21. En varias ocasiones habló de falsos profetas y gente reclamando ser el Mesías. Sin embargo, Mateo 24:15 y Marcos 13:14 hablan de la "abominación desoladora". Esta expresión seguido se toma para referirse a una persona. Muchos escritores la asocian con el Anticristo. Muchos intérpretes también encuentran al Anticristo en Apocalipsis 13. Se describe a dos bestias uniéndose al dragón y persiguiendo a los santos. La primera bestia sale del mar y tiene 10 cuernos y 7 cabezas. Seduce a toda la tierra para que adore al dragón y a ella misma. La segunda bestia se levanta de la tierra con dos cuernos. Habla como dragón y ocasiona que la gente adore la primera bestia. Esta segunda bestia también es la que pone su marca (la "marca de la bestia") sobre la mano o frente de todos los que quieren comprar y vender. La marca es el nombre o el número de la bestia, la cual el verso 18 identifica como 666. 65
Apocalipsis 12:9 identifica al dragón con Satanás. El propósito de las bestias es ocasionar que toda la tierra adore a Satanás o la primera bestia, que también representa a Satanás. Las dos bestias son anticristo en el sentido que se oponen a Cristo por promover a Satanás. Muchos eruditos creen que el dragón (Satanás) y las dos bestias son una anti-Trinidad simbólica. Como Satanás, el dragón está opuesto a Dios. La primera bestia era lo opuesto a Cristo, y la segunda bestia es el anti-Santo Espíritu. Si tal punto de vista es correcto, la primera bestia es el Anticristo. El Nuevo Testamento describe las bestias de Apocalipsis 13, el "hombre de impiedad" de 2 Tesalonicenses 2, y la "abominación desoladora" en el Apocalipsis Sinóptico con el mismo lenguaje de Daniel 7—12. La "abominación que hace desolación" se menciona específicamente en Daniel 11:31 y 12:11. Como resultado, muchos intérpretes trazan el concepto del Anticristo al Libro de Daniel. La forma cómo una persona interprete los pasajes de Daniel llega a ser el patrón para interpretar los otros pasajes del anticristo encontrados en el Nuevo Testamento. Aquellos que interpretan a Daniel como un libro de profecía que predice el futuro creen que la "abominación" descrita allí es la figura del Anticristo del fin del tiempo. Luego interpretan los pasajes de 2 Tesalonicenses 2 y Apocalipsis de forma similar. Otros ven a Daniel como literatura apocalíptica, escrita para animar al pueblo de Dios en un tiempo y lugar específicos. Estos intérpretes creen que Daniel 7—12 fue escrito en el contexto de la crisis judía del 168-167 a. C. En ese tiempo el rey sirio, Antíoco IV, entró a la parte más santa del Templo y cometió el sacrilegio como lo describe Daniel. Antíoco se embarcó en un programa para destruir al judaísmo. Él no era el anticristo en el sentido de estar en contra de Jesús, ya que Jesús todavía no había nacido. Sin embargo, estaba en contra del judaísmo y en contra de Dios. Daniel 7—12 provee una buena descripción de la historia judía que lleva al tiempo de Antíoco. Aquellos que interpretan la "abominación desoladora" como una referencia histórica a Antíoco también tienden a interpretar los pasajes del Nuevo Testamento edificados sobre Daniel 7—12 en términos históricos. Muchas, si no todas, las declaraciones de Jesús encontradas en Mateo 24, Marcos 13 y Lucas 21 fueron cumplidas en la Primera Guerra Judía del 66-70 d. C. Fue un tiempo terrible de persecución del pueblo judío, incluyendo los judíos cristianos, por los ejércitos del Imperio Romano. El "hombre de iniquidad" de 2 Tesalonicenses 2 y las bestias de Apocalipsis 13 seguido se entienden como referencias apocalípticas a los emperadores romanos cuyas filosofías llevaron a la persecución tanto de los judíos como de los cristianos. El emperador Gayo, seguido llamado Calígula, había intentado 66
poner una estatua de sí mismo en el Templo de Jerusalén poco antes de que 2 Tesalonicenses se escribiese. Nerón y Domiciano son los dos emperadores más mencionados como cumpliendo la figura del Anticristo de Apocalipsis 13. Tanto el lenguaje hebreo como el griego usan letras para números. Cualquier nombre se puede calcular como un número. El valor numérico de Nerón era 666. La mayoría de los eruditos evangélicos sostienen un punto de vista combinado. Están de acuerdo que las figuras históricas como Antíoco, Calígula y Nerón eran los personajes mencionados en Daniel, 2 Tesalonicenses y Apocalipsis. De otra manera aquellos libros de la Biblia no hubieran hecho sentido alguno a los lectores y oyentes originales. Por el otro lado, la oposición a Dios y su voluntad siempre ha ocurrido, especialmente en tiempos cruciales. Así pues, estos eruditos creen que debemos esperar un brote significativo de oposición anti-cristiana a los fieles la cual sucederá apenas antes de la Segunda Venida. Los pasajes del anticristo no necesitan ser predicativos de tal manera que nos capaciten para nombre una persona futura como el Anticristo. Sin embargo, aquellos pasajes reflejan la realidad de la oposición a la fe cristiana que se intensificará a la medida que el retorno de Cristo a la tierra llegue a estar más cerca. La Tribulación Asociada muy de cerca con el concepto del anticristo está la Tribulación. Esta se refiere a un tiempo de aflicción y sufrimiento intensos antes de la Segunda Venida. El término "gran tribulación" en ocasiones se utiliza para este período. Este término viene de Mateo 24:21 y Apocalipsis 7:14. Como era de esperarse por las referencias, el significado de la Gran Tribulación es un punto de desacuerdo entre los eruditos bíblicos. La referencia a la Gran Tribulación en Mateo 24:21 es parte del Apocalipsis Sinóptico mencionado antes. Jesús advierte a sus discípulos que gran tribulación cual nunca se ha experimentado antes vendrá al fin del tiempo. El contexto habla de "abominación desoladora" (v. 15), de acortar el tiempo por causa de los electos (v. 22), y de falsos profetas y falsos mesías (vv. 23-24). La referencia en Apocalipsis 7:14 describe una multitud de personas de toda nación vestidos de blanco "que han salido de la gran tribulación". El contexto inmediato no describe la Tribulación, pero algunos eruditos ven varios eventos mencionados en Apocalipsis 6—19 como parte de la Gran Tribulación. Algunos estudiantes de la Biblia también señalan los pasajes donde el término "tribulación" no se utiliza, pero aparecen conceptos similares. Estos pasajes incluyen 2 Tesalonicenses 2:3; 1 Timoteo 4:1; 2 Timoteo 3:1-5; 2 Pedro 3:3; y Judas 18. De 67
acuerdo a estos pasajes, la Tribulación será un tiempo en el que muchos cristianos abandonarán la fe, y la maldad sin restricciones correrá en la sociedad como la hemos conocido. Muchos que son leales al dispensacionalismo creen que Cristo vendrá y tomará a la Iglesia con él al cielo antes de que principie la Tribulación. Declaran que esta no es la Segunda Venida, porque Cristo sólo aparece "en el aire" (1 Tesalonicenses 4:17). Siete años de gran tribulación seguirán durante los cuales Israel se convertirá. Después de la Tribulación de siete años, Cristo regresará en su segunda venida para establecer el reino milenial. La gente que cree que Cristo arrebatará a la Iglesia antes de la Tribulación se llama "pretribulacionista". Existen algunos dispensacionalistas que creen que la Iglesia pasará la mitad de la Tribulación (tres años y medio). Seguido se les llama "midtribulacionistas". La pregunta clave entre los dispensacionalistas es qué tanto de la Tribulación sufrirá la Iglesia —nada, parte o toda. (Vea la fig. 1 en el capítulo 6 de este libro.) Los creyentes en el premilenialismo histórico son "postribulacionistas" porque creen que la Iglesia sufrirá toda la Tribulación. Rechazan la distinción hecha por los dispensacionalistas entre la aparición de Cristo y su segunda venida. Señalan que las advertencias para soportar la tribulación carecen de sentido si la Iglesia ya ha sido arrebatada al cielo. Mucho más importante es el hecho que la Segunda Venida no será esperada como enseña el Nuevo Testamento, si antes de que Cristo aparezca hay siete años y la Iglesia desaparece de la tierra. Los seguidores del amilenialismo y el posmilenialismo creen que la Biblia no anticipa algún tiempo poco común de aflicciones como parte del fin del tiempo. Ellos señalan que la tribulación descrita en el Apocalipsis Sinópticos era muy descriptiva del sufrimiento experimentado por los cristianos durante la Primera Guerra Judía del 66 al 70 d. C. También notan que la palabra griega traducida "tribulación" en los pasajes apenas mencionados aparece más de 50 veces. Describe presión, persecución, problemas, aflicción y sufrimiento. La mayoría de las veces que aparece no tiene ninguna referencia al fin de los tiempos. La Tribulación no será diferente en clase al final del tiempo que lo que ha sido a través de la historia cristiana. Los problemas del fin del tiempo serán más intensos y más ampliamente experimentados que antes, pero serán de la misma clase de persecución que los cristianos siempre han sufrido. ¿Qué si Estoy Confundido? No ha habido espacio en este capítulo para presentar detalles de la amplia variedad de opiniones sobre el Anticristo, la bestia y la Tribulación. Es fácil confundirse con tantas diferentes interpretaciones. Afortunadamente, no somos 68
salvos por el entendimiento de todos los detalles, sino por fe en la gracia de Dios. La Biblia es clara que Cristo regresará. Es clara que los muertos resucitarán, y aquellos que estén vivos será arrebatados para estar con Cristo. La Escritura también nos advierte que nadie sabe el día ni la hora en que todo esto sucederá. También nos enseña a estar preparados para la venida de Cristo. No necesitamos saber la identidad del Anticristo, la bestia o incluso si tales seres figurarán en realidad al fin del tiempo. No necesitamos temer la Tribulación. Pudiera ser más intensa que nunca antes, pero Dios es capaz de protegernos si estamos dispuestos a ser fieles y guardados en su cuidado. No debemos atemorizarnos de las imágenes como "las bestias", "anticristos" y "tribulación". Pablo le dijo a los tesalonicenses en 1 Tesalonicenses 4:18 que se alentaran unos a otros con el mensaje del regreso de Cristo. Ánimo, no el temor, es la marca de la enseñanza cristiana genuina sobre la Segunda Venida. Escrituras de Trasfondo: Daniel 7—12; Mateo 24; Marcos 13; Lucas 21; 1 Tesalonicenses 4:17-18; 2 Tesalonicenses 2; 1 Timoteo 4:1; 2 Timoteo 3:1-5; 2 Pedro 3:3; 1 Juan 2:18, 22; 4:3; 2 Juan 7; Judas 18; Apocalipsis 7:14; 12:9; 13:1-18.
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PALABRAS IMPORTANTES EN ESTE CAPÍTULO Vea el Glosario para las definiciones. Dispensacionalismo Hades Milenio Premilenialismo histórico Rapto Resurrección Resucitación
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CAPÍTULO 11 Saliendo de la Tumba Mi joven amigo estaba pálido mientras casi tropezaba en mi oficina. Sus ojos estaban rojos como si había estado llorando. "¿Hay algo mal, Bill17?" Le pregunté, invitándole a sentarse. "Profe", dijo, "es mi hermano. Murió ayer en un choque". Antes que pudiera expresar mi condolencia, continuó: "¿Por qué tienen que venir al hospital?" "¿Quién vino al hospital?" Le pregunté tan gentil como pude. Su rostro se retorció de dolor. "Esa gente de la iglesia a la que íbamos. Vinieron al hospital a orar para resucitarlo de los muertos. De alguna manera lograron meterse a donde estaba. Oraron y nada sucedió. Ahora están diciendo que es nuestra culpa. Dicen que si tuviéramos suficiente fe, ellos lo hubieran podido traer a la vida. Profe, ¿qué creemos sobre la resurrección?" Mi amigo necesitaba consuelo y el apoyo de un hermano cristiano en ese momento de su vida. Necesitaba que se le recordara de la poderosa esperanza que los creyentes tienen de que experimentaremos la resurrección algún día. No era el tiempo propio para ir a través de los detalles allí mismo con él, pero revisar la centralidad y naturaleza de la esperanza de la resurrección en este capítulo es apropiado para nosotros. Una Distinción Básica La esperanza cristiana siempre ha sido la resurrección del cuerpo. Los credos antiguos —el Credo de los Apóstoles y el Credo de Nicea— afirman que creemos en la resurrección del cuerpo. En el cristianismo primitivo esta declaración estaba en agudo contraste a la idea griega de la inmortalidad del alma. Los filósofos griegos como Platón creían que el cuerpo humano era malo pero que la persona "real" era un alma naturalmente buena que jamás moría. Cuando el cuerpo moría, el alma era liberada de su prisión en el cuerpo malo. El alma libre regresaba, como una chispa de divinidad, a la presencia de Dios de donde había venido. Así los griegos veían la muerte como buena porque terminaba la influencia de un cuerpo malo sobre una persona. En contraste, el Nuevo Testamento veía a la muerte negativamente. Era un castigo por el pecado. La Biblia enseña que el cuerpo era moralmente neutral y que 17
El nombre ha sido cambiado. 71
podía utilizarse para el bien o para el mal, dependiendo de los escogimientos hechos por una persona. Al principio de la era del Nuevo Testamento, los judíos tenían diferentes opiniones sobre si alguna esencia de la persona sobrevivía a la muerte del cuerpo. Sin embargo, su esperanza no era un alma inmortal. Su esperanza era que Dios resucitaría el cuerpo en forma corporal para experimentar las recompensas y castigos del juicio final. La teología popular seguido confunde la fe en la resurrección del cuerpo y la inmortalidad del alma. Las dos no son mutuamente contradictorias. Esto es, una persona pudiera creer en ambas, pero no son lo mismo. El Nuevo Testamento y los credos cristianos primitivos definen la esperanza cristiana como la resurrección del cuerpo. La Base de la Esperanza de la Resurrección El Antiguo Testamento no enseña la idea de la resurrección, aunque unas cuantas referencias se pueden interpretar con esa luz. Los escritos judíos extra bíblicos del período entre el Antiguo y Nuevo Testamentos muestran que la resurrección llegó a ser la manera en que los judíos de ese tiempo entendían su esperanza para la vida después de la muerte. Sin embargo, el Nuevo Testamento muestra que no todos los judíos estaban de acuerdo sobre el asunto de la resurrección. Lucas 20:27; Hechos 4:1-2; y Hechos 23:6-9 demuestran que los fariseos creían en la resurrección, pero los saduceos no. La enseñanza judía preparó a los primeros cristianos para creer en la resurrección, pero fue la resurrección de Cristo que llegó a ser la base para la esperanza cristiana. 1 Corintios 15 provee el mayor trato de la fe en la resurrección: "Pero ahora Cristo ha resucitado de los muertos; primicias de los que murieron es hecho, pues por cuanto la muerte entró por un hombre, también por un hombre la resurrección de los muertos. Así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados. Pero cada uno en su debido orden: Cristo, las primicias; luego los que son de Cristo, en su venida. Luego el fin" (vv. 20-24a). Pablo aquí ha declarado muy claramente la fe de los primeros cristianos. Ellos creían que Dios había resucitado a Jesús de los muertos. Esto significa que Jesús no se desmayó o cayó en coma. Murió y fue sepultado, pero Dios le levantó de los muertos. Los creyentes primitivos veían esto como la victoria de Dios sobre la muerte (vea vv. 54-57). A través de la resurrección de Cristo, Dios había roto el poderoso agarre de la muerte sobre toda la humanidad. Esto significaba que el poder de Dios que levantó a Jesús de los muertos se había desatado y estaba listo para levantar a los creyentes de entre los muertos. 72
¿De qué Manera es Diferente la Resurrección de la Resucitación? A causa de que la resurrección de Jesús es la base de la esperanza cristiana de la resurrección, existen varios aspectos singulares de nuestra esperanza. La resurrección del cuerpo no es simplemente resucitación de un cadáver. La resurrección de Jesús fue diferente de lo que le sucedió a Lázaro, la hija de Jairo, Dorcas, Eutico, el hijo de la viuda de Naín y los muchachos que revivieron a través de Elías y Eliseo. En cada uno de aquellos casos la vida fue restaurada a su cuerpo original, y la vida de ellos fue extendida. Todos ellos eventualmente murieron (de nuevo). Jesús, sin embargo, fue levantado a "nueva vida" (Romanos 6:4) para nunca jamás morir. Aunque no entendemos cómo el cuerpo de Jesús fue transformado a un cuerpo glorificado, en 1 Corintios 15:35-50 el apóstol Pablo se dirige a la pregunta de qué clase de cuerpo resucitado tendrá la gente. No responde a nuestras preguntas sobre la naturaleza exacta del cuerpo de resurrección, pero declara que es diferente al cuerpo físico con el que vivimos durante nuestras vidas normales. Pablo dice que los cuerpos de los peces son diferentes de los cuerpos de las aves. La luna es diferente de las estrellas. "El esplendor de los cuerpos celestiales es de una clase y el esplendor de los cuerpos terrenales es otra" (v. 40). Los cuerpos resucitados serán diferentes de los cuerpos físicos porque serán "espirituales" (v. 44). La comparación con las historias de las apariciones de Jesús después de su resurrección sugiere algunas similitudes y algunas diferencias. El cuerpo resucitado será similar al cuerpo físico en que podrá ser reconocido. Tendrá forma y substancia. El cuerpo resucitado será capaz de hablar, ver, tocar y ser tocado. Por el otro lado, Jesús aparentemente era capaz de moverse a través de paredes y puertas en su cuerpo resucitado. Era capaz de desaparecer casi instantáneamente. La substancia no será idéntica a nuestra substancia física presente. La comparación en las apariciones breves del Jesús resucitado no responde a todas nuestras preguntas sobre la clase de cuerpo que será el cuerpo de la resurrección. Sin embargo, las diferencias y similitudes tienen implicaciones importantes para nosotros. Mucha gente está preocupada que la cremación hará que la resurrección sea imposible. Tales apuros son infundados. Fracasa en reconocer que el cuerpo resurrecto es espiritual, no físico. Pablo promete en Filipenses 3:21 que Dios "transformará nuestro cuerpo mortal en un cuerpo glorioso semejante al suyo". Dios es capaz de construir el cuerpo físico de cualquier residuo físico que haya quedado. Esperamos que la gente que ha perdido sus miembros será resucitada completa. Aunque la Escritura no es explícita, la analogía de Cristo sugeriría que no 73
importa qué deformidades y defectos congenitales de nacimiento existan en el cuerpo físico, el cuerpo resucitado estará completo. Esa transformación es el milagro de la resurrección. Tal fe va más allá de la física y la ciencia médica. La resurrección es obra de Dios, no el producto de la naturaleza. La Importancia de la Fe en la Resurrección Algunas personas sugieren que la idea de la resurrección era una noción primitiva judía que pertenece a la cultura antigua. Implican que los cristianos modernos y sofisticados no necesitan creer en la resurrección de Jesús ni esperar una resurrección futura de los muertos. La ironía de tal argumento es que primero fue levantada en contra de la esperanza cristiana de la resurrección apenas unos 25 años después de la resurrección de Jesús. En 1 Corintios 15 (escrita alrededor del 53 d. C.) Pablo se dirige al problema de la gente que no cree en la resurrección. El apóstol contiende que la fe en la resurrección es absolutamente central a ser cristiano. Por ninguna otra doctrina Pablo insiste que la fe cristiana se levanta o cae con esta verdad. Sin embargo lo hace con la resurrección. Versos 12-19 demuestran que la fe cristiana es un engaño a menos que Cristo resucitó de los muertos y que ocurra una resurrección futura. En un sentido real, la fe en la resurrección de Cristo y la esperanza de nuestra resurrección son los factores que distinguen al cristianismo de cualquier otra esperanza religiosa. Pablo también veía la resurrección de Cristo como la base para una vida santa. En Romanos 6 y Colosenses 3 habla de ser unido con Cristo en su muerte por medio de nuestro bautismo. La unión con la muerte de Cristo trae nuestra salvación. Siendo que somos unidos con la muerte de Cristo, también hemos sido unidos con él en su resurrección. Pablo dice que la unión con Cristo en la resurrección significa que podemos vivir una nueva cualidad de vida en el tiempo presente. Siendo que la muerte resulta del pecado (Romanos 5:12-14 y 6:23), la victoria de Cristo sobre la muerte significa que el poder del pecado ha sido todo. Así pues, la vida cristiana debe ser una de victoria sobre el poder del pecado. ¿Tenemos que Morir para ser Resucitados de los Muertos? La centralidad de la resurrección para los cristianos levanta otra pregunta interesante. En relación con la Segunda Venida, ¿qué le pasará a los cuerpos de las personas que estén vivas en ese tiempo? ¿Tenemos que morir para experimentar la resurrección? Los creyentes en la Iglesia levantaron la misma pregunta en Tesalónica tan temprano como el 51 d. C. Respondiéndoles en 1 Tesalonicenses 4:16-17, Pablo escribe: "El Señor mismo . . . descenderá del cielo. Entonces, los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros, los que vivimos. . . seremos arrebatados 74
juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor". La palabra que describe a los cristianos vivos que serán arrebatados para encontrar a Cristo es "rapto". El Rapto toma lugar inmediatamente después de la resurrección de los creyentes como parte de todo el evento de la segunda venida de Cristo. Pablo no lo anticipa como un tiempo lleno de temor. El siguiente verso lee: "Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras" (v. 18). El Rapto es el tiempo y manera en que los cuerpos físicos de los cristianos que estén vivos serán transformados a cuerpos resucitados sin pasar por la muerte. ¿Qué de los Incrédulos? Es interesante que toda la discusión de Pablo sobre la resurrección trata de la resurrección de los creyentes. Ninguna de sus cartas trata con la pregunta de si los malos son o no resucitados. Sin embargo, otras partes de la Biblia se dirigen a esta pregunta. Hechos cita un discurso de Pablo en donde el apóstol declara: "ha de haber resurrección de los muertos, así de justos como de injustos" (24:15). En Juan 5:28-29, Jesús declara: "llegará la hora cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz y saldrán; y los que hicieron lo bueno saldrán a resurrección de vida y aquellos que hicieron lo malo, a resurrección de condenación" (traducción del autor). La pregunta de si la resurrección de los justos para su recompensa y la resurrección de los malos para su condenación sucederá al mismo tiempo o una después de la otra es debatida. Uno probablemente asume de Hechos 24:15 y Juan 5:28-29 que tanto justos como malos serán resucitados al mismo tiempo y luego se anunciará sus destinos. Sin embargo, Apocalipsis 20:5 habla de "la primera resurrección". Los seguidores del dispensacionalismo y el premilenialismo histórico creen que esto implica una segunda resurrección. La primera resurrección será de los justos y tomará lugar antes del milenio. La segunda resurrección involucraría a los malos y ocurrirá después del milenio. Los versos 13-15 habla del mar, la muerte y el Hades entregando a sus muertos para que puedan ser juzgados. Apocalipsis no le llama a ésta la segunda resurrección, pero muchos eruditos bíblicos sí. La Biblia no es clara sobre cómo o cuándo sucederá la resurrección de los malos. La Escritura no fue escrita para responder a tales preguntas. Fue escrita para preparar a los creyentes para la esperanza que Dios ha preparado para nosotros. Conclusión El Nuevo Testamento claramente entiende la resurrección como la gran esperanza de la fe cristiana. Los cristianos que genuinamente entienden y creen en la resurrección enfrentan la muerte muy diferente a los incrédulos. Sin embargo, los 75
funerales y tiempos de luto general no es el tiempo para enseñar estas verdades. Se necesitan enseñar como algo regular a todo el pueblo de Dios. Entonces, cuando viene el tiempo de muerte y luto podemos celebrar nuestra esperanza de resurrección. Escritura de trasfondo: Lucas 20:27; Juan 5:28-29; Hechos 4:1-2; 23:6-9; 24:15; Romanos 5:12-14; 6; 1 Corintios 15; Filipenses 3:21; Colosenses 3; 1 Tesalonicenses 4:16-18; Apocalipsis 20:5, 13-15.
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PALABRAS IMPORTANTES EN ESTE CAPÍTULO Vea el Glosario para las definiciones. Gentiles Pacto
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CAPÍTULO 12 ". . . Pero Después de Esto el Juicio" Una de las primeras oraciones completas que un niño pequeño construirá es: "¡Eso no es justo!" Desde una edad muy temprana los seres humanos tienen un fuerte sentido de justicia, aunque generalmente se exprese como una fuerte objeción por sufrir injusticia. Ese sentido de demandar lo que es justo jamás deja al ser humano. C. S. Lewis nota el hecho que los seres humanos de todas las épocas y todas las culturas comparten ese sentimiento. Dijo que su existencia es evidencia para la existencia de Dios. Sólo Dios pudo haber puesto una percepción como tal en la gente. La teoría de la evolución no puede explicarla adecuadamente. El fuerte sentido de justicia en los niños pequeños da testimonio de un Dios que ha puesto justicia en las fibras mismas de la realidad del universo. La doctrina cristiana del juicio final no es un invento de los teólogos para crear temor en los corazones de la gente. Al contrario, es el reconocimiento que el Dios que nos creó y el mundo no pueden y no tolerarán la injusticia para siempre. Lo que es correcto será reconocido y recompensado. Lo que es malo será señalado y castigado. Cualquier cosa que sea menos que eso "no es justo". Fundamentos del Antiguo Testamento La idea bíblica del juicio principia en el Antiguo Testamento. Es parte de la fibra de la relación de pacto con Dios. El pacto que Dios hizo con Israel les promete recompensas por la obediencia y castigo por la desobediencia (Deuteronomio 27— 28). Claramente vemos la influencia de esta teología en 2 Reyes 17. El autor atrevidamente declara que las catástrofes nacionales que caen sobre Israel son el resultado de los pecados de la nación. Mientras los profetas predicaban, ellos llegan a estar conscientes que algunos en Israel son obedientes, mientras que otros son desobedientes. Isaías habla de un remanente que causa que Dios cumpla su promesa de salvar y preservar a Israel. No sea que el impío piense que sus pecados permanecerán para siempre sin castigo, los profetas principian a hablar del "día del Señor". El "día del Señor" será el fin del tiempo, cuando el pecado será castigado y los justos recompensados. Isaías, Amós y Joel especialmente veían el "día del Señor" como un tiempo de juicio. Durante los siglos entre el Antiguo y el Nuevo Testamento, el judaísmo llega a ser mucho más específico en su entendimiento del juicio de Dios. Con la aparición de una teología de resurrección, los escritores no bíblicos veían el tiempo de juicio como 78
sucediendo después de la resurrección. El destino eterno tanto de justos como de malos es determinado por el Juicio. Los escritores en el período entre el Antiguo y Nuevo Testamento en general describen a Dios como el Juez, pero algunos creían que el Mesías llevaría a cabo ese papel. Las Enseñanzas del Nuevo Testamento La enseñanza más clara sobre el Juicio viene en el Nuevo Testamento. La idea del Antiguo Testamento que el juicio sucede en el presente todavía aparece. En Juan 3:17-21 Jesús enseña que el juicio es una realidad presente, no sólo una idea futura. Romanos 1:18 habla de "la ira de Dios. . . siendo revelada" (tiempo presente) en contra de toda clase de pecado e injusticia. Sin embargo, el mensaje principal de los pasajes del Nuevo Testamento sobre el Juicio es como un evento futuro. Al fin del tiempo el Juicio tomará lugar. Romanos 2:2-3 habla del juicio de Dios. El verso 5 principia a revelar los detalles de este Juicio. "Pero por tu dureza y por tu corazón no arrepentido, atesoras para ti mismo ira para el día de la ira y de la revelación del justo juicio de Dios". Cuando ese día venga, Dios "pagará a cada uno conforme a sus obras" (v. 6). La vida eterna será la recompensa de aquellos cuyas buenas obras muestren que buscaban pacientemente "gloria, honra e inmortalidad" (v. 7). Por el otro lado, ira, angustia y tribulación están reservadas para aquellos que no obedecen a la verdad. Pablo claramente ve un día venidero cuando todos serán juzgados de acuerdo a la vida que él o ella hayan vivido. 2 Corintios 5:10 también habla de un día venidero de juicio. Pablo escribe: "porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo". Al utilizar "tribunal de Cristo" el apóstol está aprovechando una figura familiar de Corinto. Al final de la calle principal de la ciudad estaba el asiento de juicio, una alta plataforma donde el gobernador de la ciudad se sentaba para escuchar los casos legales. La justicia en forma de castigo para el mal y recompensa para el bien se encontraba allí. De la misma manera, Pablo dibuja a Cristo como el Juez en el pasaje de Corintios. 2 Tesalonicenses 1:5-10 asocia el juicio de Dios con la segunda venida de Cristo. Pablo declara que el sufrimiento que los tesalonicenses estaban soportando era evidencia del "justo juicio de Dios". En el futuro Dios enviaría aflicción sobre aquellos que los afligían. El Señor también enviará descanso a los angustiados de Tesalónica. El verso 7 indica que este justo juicio tomaría lugar "en la revelación del Señor Jesús del cielo con sus poderosos ángeles" (traducción del autor). El castigo eterno encontrará a aquellos que "no obedecen al evangelio" cuando "él venga a ser 79
glorificado" (vv. 8-10). El tiempo exacto del juicio con relación a la resurrección y el rapto no se especifica. Sin embargo, el Juicio claramente toma lugar en conexión a la Segunda Venida. La escena del juicio final descrita en el Nuevo Testamento aparece en Apocalipsis 20:11-15. Seguido se refieren a ella como el Juicio del Gran Trono Blanco porque el verso 11 menciona "un gran trono blanco". Aquí los libros que contienen los detalles de la vida de cada uno son abiertos, y los muertos son juzgados de acuerdo a lo que hicieron en la vida. Los muertos vienen del mal, la muerte y el Hades (el lugar de los muertos) para ser juzgados. Este es un cuadro en palabras que enseña que nadie evitará este Juicio final. No importa cuál haya sido la muerte o dónde esté sepultado el cuerpo de alguien, todos comparecerán en el Juicio final. La enseñanza del Nuevo Testamento es clara. Todos serán juzgados. El juicio es parte de una cadena de eventos asociados con la Segunda Venida. El juicio se basará en las obras de uno. ¿Qué se Decidirá en el Juicio? Mucha gente piensa del Juicio como el tiempo cuando Dios decida quién será salvo y quién se perderá eternamente. Aunque tal pudiera ser un asunto en el Juicio, la mayoría de las referencias bíblicas no están interesados sobre esa pregunta. En las mentes de los autores bíblicos esa pregunta ya estaba decidida. Juan 3:18 declara: "El que en él cree no es condenado; pero el que no cree ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios". El Juicio pudiera revelar a aquellos que serán salvos y aquellos que se perderán, pero no determina eso. Esa decisión se hace a cada momento por los escogimientos que la gente hace en esta vida. La parábola de los talentos que se encuentra en Mateo 25:14-30 sugiere que el Juicio revelará quién está perdido y quién está a salvo como porciones de recompensa para aquellos que son salvos. Los siervos que recibieron cinco talentos y dos talentos se contrasta con el siervo a quien se le dio un sólo talento. El día de dar cuentas llevó a la condenación de aquel siervo que falló en obedecer las instrucciones de su amo. Para los dos siervos obedientes el día de dar cuentas les trajo mucho más que "salvación". Ambos fueron recompensados en proporción a su trabajo. La mayoría de los pasajes del Nuevo Testamento tienden a presentar el Juicio como el tiempo cuando las recompensas para los justos y los castigos para los malos se revelarán. Varios pasajes mencionados apenas anteriormente hablan del juicio de acuerdo a las obras de una persona. Si el propósito del juicio fuera determinar si una persona es o no salva, la salvación sería por obras. La gracia a través de la fe, no por 80
obras (Romanos 3:20; Gálatas 3:10-14; y Efesios 2:8-9). Ya que el Juicio trata con las obras, su propósito es identificar recompensas o castigos que se ha de recibir. 1 Corintios 3:10-17 instruye en este punto, aunque no es fácil de entenderlo. Pablo está describiendo el juicio de las obras de los líderes cristianos. Todo fue edificado sobre un fundamento común de Jesucristo. Sin embargo, la manera diferente de cómo los líderes conducen su ministerio eran maneras en contraste de edificar sobre Cristo, el Fundamento. Algunas formas de ministerio producen recursos valiosos —"oro, plata [o] piedras preciosas". Otros métodos de ministrar producen resultados menos permanentes —"madera, heno, [o] hojarasca" (v. 12). El fuego del juicio revelará la calidad de la obra de cada líder. Pablo estaba utilizando lenguaje figurado en todo el párrafo, pero él claramente declara que la salvación de los líderes individuales no estaba en juego. Todos ellos habían sido salvos, aunque algunos serán salvos como por el fuego del juicio. El proceso del juicio evaluará las obras de cada líder. Las recompensas serán proporcionales a la calidad de ministerio que el líder dio. El juicio entregará las recompensas a los justos, cada uno de acuerdo a sus buenas o malas obras. El juicio también asignará el castigo merecido por la injusticia. Apocalipsis 20:10 habla de un lago de fuego y azufre. Cualquiera cuyo nombre no está escrito en el libro de la vida será arrojado al lago de fuego (v. 15). El verso 14 declara que la muerte y el Hades serán arrojados al lago de fuego. Esta figura lingüística comunica tormento. El Juicio marcará el fin de la oportunidad para el malo. Todo lo que permanece es el tormento de ser eternalmente cortados de la presencia de Dios al mismo tiempo que sabe que uno podía haber gozado su presencia para siempre. Además del "fuego", los escritores del Nuevo Testamento usan palabras como "tinieblas" (Mateo 25:30), "ira" (Romanos 2:5), "destrucción eterna" (2 Tesalonicenses 1:9), y "segunda muerte" (Apocalipsis 20:14) para describir el destino de aquellos que rehúsan ser salvos. La variedad de palabras demuestra que los autores del Nuevo Testamento estaban tratando de expresar una realidad demasiado horrible para palabras. La verdadera recompensa para los justos siempre es estar con el Señor (1 Tesalonicenses 4:17). El verdadero castigo de los malos es eterna separación del Dios que solo él puede traer sentido y satisfacción al corazón humano. ¿Será Justo el Juicio de Dios? Es desafortunado que muchos seres humanos tengan profundas sospechas de Dios. La mayoría no le acusaríamos directamente de incompetencia porque la sola idea suena tan blasfema. Sin embargo, las preguntas "¿qué de. . .?" revelan la 81
suspicacia de muchos de que él no es justo. Las preguntas mismas pudieran ser genuinas, pero revelan una temeraria falta de conocimiento de Dios. "¿Qué de aquellos que jamás escucharon el evangelio?" Esta pregunta es producto de la carga de cristianos compasivos de que aquellos que no conocieron a Cristo personalmente se perderán. Romanos 1—2 hace claro que Dios juzgará a la gente justamente sobre la base de lo que ellos sabían. Romanos 2:12 declara que aquellos que tienen la ley (judíos) serán juzgados sobre la base de la ley. Aquellos que no tienen la ley, pero que pecaron en contra de lo que Dios les había hecho conocer, serán juzgados sin referencia a la ley. Los versos 14-16 describen a los gentiles que nunca escucharon la ley o el evangelio. Sin embargo, lo que ellos necesitan conocer está "escrito en sus corazones" (v. 15), de acuerdo a Pablo. Dios juzgará los "[pensamientos] secretos" (v. 16) de todos. Esto es, todos serán juzgados de acuerdo a lo que ellos conocían y cómo respondieron a la luz que tenían. "¿Qué de los infantes que murieron antes que entendieran el evangelio?" Romanos 2 aplica todavía. Serán juzgados basándose en lo que sabían. Si no entendían nada, no serán considerados responsables por Dios. La gente retardada será juzgada basándose en su entendimiento. La conclusión de Pablo es claramente establecida en verso 2: "El juicio de Dios. . . se basa en la verdad". Su juicio es digno de confianza. Sólo la arrogancia humana cuestiona su habilidad de juzgar justamente. ¿No Serán Salvos Todos Eventualmente? La pregunta de si el juicio de Dios es final o remedial siempre ha sido levantada. ¿El juicio pronunciado por Dios exilia a los pecadores para siempre, o puede de alguna manera rescatarlos y restaurarlos? Existen dos razones de por qué la gente hace esta pregunta. Primero, es difícil para algunas personas reconciliar la idea de un Dios de amor con una condenación final y eterna del malo. Este punto se puede refinar y presentar de muchas maneras. Sin embargo, la línea final de este punto de vista es que la naturaleza y propósito de Dios son inconsistentes con la condenación eterna. Segundo, el apóstol Pablo habla en algunos lugares de maneras que sugieren que al final de cuentas todos serán salvos. En Colosenses 1:20 Pablo habla de Cristo reconciliando todas las cosas consigo mismo. Si "todas las cosas" se toma literalmente, significaría que todos serán salvos al final. También significaría la salvación final de Satanás y el mundo demoníaco. Filipenses 2:9-11 habla de toda rodilla doblándose y toda lengua confesando el señorío de Cristo. Sin embargo, el reconocimiento universal de Cristo no es lo mismo que salvación universal. El fin del tiempo traerá el fin de la rebelión en contra de Dios, pero el castigo eterno por una vida de rebelión será enfrentado (2 Tesalonicenses 1:982
10). La objeción de que la naturaleza y propósito de Dios son incompatibles con el juicio eterno no se puede responder con un texto aislado. Cada texto sobre el juicio se puede poner frente a un texto sobre el amor. La pregunta filosófica finalmente gira sobre esto: ¿puede Dios, aún un Dios de amor, que también es santo y justo, dejar para siempre sin castigo el pecado? Desde el niño más pequeño hasta el teólogo más sabio, la gente tiene que responder: "Eso no sería justo". Conclusión La Biblia no responde a cada pregunta filosófica que podemos levantar sobre el castigo de los perdidos. Tal información no es necesaria para los creyentes. Se nos ha asegurado que la salvación es por gracia a través de la fe. Nuestros nombres pueden ser escritos en el libro de la vida. Todo lo que el Juicio hará para nosotros es evaluar la fidelidad de nuestra obediencia. "¡Bien, buen siervo y fiel!" (Mateo 25:21) es el anuncio que espera a todos los que "andamos en luz, como él está en luz" (1 Juan 1:7). Escritura de Trasfondo: Deuteronomio 27—28; 2 Reyes 17; Mateo 25:14-30; Juan 3:17-21; Romanos 1—2; 3:20; 1 Corintios 3:10-17; 2 Corintios 5:10; Gálatas 3:1014; Efesios 2:8-9; Filipenses 2:9-11; Colosenses 1:20; 1 Tesalonicenses 4:17; 2 Tesalonicenses 1:5-10; 1 Juan 1:7; Apocalipsis 20:10-15
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PALABRAS IMPORTANTES EN ESTE CAPÍTULO Vea el Glosario para las definiciones. Anticipación Confianza Gozo Oportunidad
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CAPÍTULO 13 ¿Ahora qué? "¡Tiempo!" Cuando el maestro lo dijo se terminó el examen. Seguido, sin embargo, yo todavía no había terminado. Al escuchar esa palabra abrupta me hacía sentir pánico. Primero, me remordía las horas que habían pasado cuando no había estudiado. Luego, tenía temor de las consecuencias. Sabiendo que éste era el fin no me hacía sentir feliz. Como cristianos tenemos un punto de vista muy diferente del fin. Escuchar a Dios que grite "¡tiempo!" no nos llenará de pánico o temor. Al contrario, finalmente seremos todo lo que él nos ha llamado a ser. Finalmente recibiremos todo lo que nos prometió. Finalmente, experimentaremos plenamente su reino. Como cristianos esperamos con anhelo que Dios grite "¡tiempo!" El Fin es Ahora De una manera Dios ya ha gritado "¡tiempo!" Esto es, el fin ya principió. El fin es ahora. Claro, Jesús todavía no ha retornado. Todo lo que sabemos, nuestro mundo y nuestras vidas seguirán por muchos años. Es obvio, si continuamos contando las horas y los días, que el fin no es ahora. Sin embargo, piensa sobre lo que Dios promete hacer para el fin. Si pensamos sobre el significado y propósito de la vida cristiana, el fin es ahora. Esto es así porque Jesús ya vino. A través de su vida, muerte y resurrección, el plan de Dios para el mundo y para nosotros en realidad ya se ha cumplido. Jesús irrumpió, por decir así, en la historia y actuó por Dios. La historia de Jesús nos es familiar. Su venida nos demuestra quién es Dios y qué quiere Dios. Al responder a Jesús, nosotros los humanos queríamos salirnos con la nuestra. Como resultado, él fue crucificado. Aunque eso parecía ser el fin de Jesús, Dios le levantó de los muertos. Ahora, todo aquel que confía en Jesús llega a ser una nueva creación (2 Corintios 5:17). En otras palabras, la venida de Jesús trae a la historia a su fin propio. Su muerte y resurrección señalan el principio de "un nuevo cielo y una nueva tierra" (2 Pedro 3:13; Apocalipsis 21:1; vea 2 Corintios 5:17). Cuando confiamos en Jesús como Salvador y Señor, compartimos en lo nuevo que Dios está haciendo. Para nosotros el fin de los tiempos ha llegado. En realidad, el fin es ahora. Por definición, entonces, la vida cristiana es una vida del fin del tiempo. Una era nueva y final ha principiado con la venida de Jesús. Podríamos llamarla ¡la nueva y original "nueva era"! Jesús trae los "últimos días" (vea Hebreos 1:1-2) cuando este 85
mundo presente pasa (vea 1 Corintios 7:31) y Dios establece su reino de una vez por todas. Es cierto que tenemos que esperar el Reino a que venga plenamente. Aun así, somos privilegiados de experimentar una vida del Reino aquí y ahora. Ya experimentamos la realidad del fin del tiempo. Permítame darle algunos ejemplos de esto. Un día estaremos delante de Dios, y él nos declarará perdonados porque hemos confiado en Jesús. Sin embargo, "no hay ninguna condenación para aquellos que están en Cristo Jesús" (Romanos 8:1). En el día final seres como Cristo (1 Juan 3:2). Ya, sin embargo, "estamos. . . siendo trasformados a su semejanza con una gloria creciente" (2 Corintios 3:18). En el cielo nos gozaremos de su compañerismo íntimo y maravilloso con Cristo mismo (Filipenses 1:23; 2 Corintios 5:6-8). Ahora mismo, sin embargo, a la medida que estamos en Cristo, el Espíritu de Dios nos da intimidad con Dios como Padre. Clamamos "Abba", o "Querido", Padre (Gálatas 4:6). Cuando el reino de Dios venga plenamente, traerá la restauración completa de todas las cosas. Él enderezará todo lo que ha estado mal en el mundo y la vida humana (Romanos 8:18-25). Sin embargo, mientras tanto, Dios obra para restaurarnos de maneras milagrosas. Seguido en el Cuerpo de Cristo, por las oraciones del pueblo de Dios, sucede que la sanidad nos viene. En toda estas maneras y otras, "los poderes del mundo venidero" (Hebreos 6:5) ya obran en nuestro mundo y vidas. Para nosotros el fin es ahora. El apóstol Pablo trazó un cuadro en palabras para ayudarnos a entender esta verdad. Le llamó a Jesús las "primicias" de la nueva creación (vea la discusión de Pablo en 1 Corintios 15). Después que los agricultores plantan sus sembradíos, tienen que esperar. Preparan sus campos, plantas las semillas, riegan generosamente, y luego esperan. Al pasar el tiempo, miran las primeras señales de la cosecha venidera. Cuando finalmente ven los primeros frutos, saben que la cosecha está en el camino. Jesús es como las "primicias". Lo que le sucedió a él señala lo que está pasando a todos sus seguidores. Claro, el campesino que ha visto las primicias, viene un momento actual que llamamos "el fin", esto es, la cosecha. De igual manera, en algún momento futuro Dios clamará "¡tiempo!" Entonces Dios terminará lo que ha principiado a hacer en nuestro mundo y en nuestras vidas. Nuestra experiencia de su amor y poder ahora nos hace anhelar más. Estamos ansiosos de escuchar a Dios que diga "¡tiempo!" Lo Que Sabemos de Seguro ¿Qué podemos decir sobre este momento cuando Dios clame "¡tiempo!"? A lo menos cinco cosas. Para principiar, sabemos que ese momento vendrá. Jesús 86
regresará para traer a la historia a su fin adecuado. ¿Cómo sabemos? Primero, Jesús prometió que regresaría (Mateo 24:30; 26:64). Tanto la Biblia como nuestra experiencia nos dice que él hace todo lo que promete. Segundo, cuando Jesús asciende al cielo, sus discípulos recibieron una seguridad de su retorno (Hechos 1:11). Tercero, la resurrección de Jesús de entre los muertos nos lo asegura. Su resurrección apunta a un tiempo futuro cuando Dios nos levantará. El Nuevo Testamento identificar nuestra resurrección con el regreso de Cristo en poder (vea 1 Tesalonicenses 4:16 y 1 Corintios 15:20-24). He aquí una segunda cosa que podemos decir. Aunque Cristo vendrá, no sabemos cuando. Jesús mismo dijo: "Pero de aquel día y de la hora nadie sabe, ni aun los ángeles que están en el cielo, ni el Hijo, sino el Padre" (Marcos 13:32). Ciertamente el Nuevo Testamento enlista señales del fin de la era (vea Mateo 24; Marcos 13; y Lucas 21). Estos pasajes han llevado a algunos a hacer lo que Jesús dice que no se puede hacer. Han tratado de figurar cuándo vendrá. Hacer esto no es sabio. Jesús nos dice sobre estas señales para que siempre estemos listos para su retorno. La mayoría de las señales son formas variadas de mal o problema que seguido aparecen en la historia. Para no errarle, aparecerán una vez por última vez (como Jesús). El punto es, sin embargo, que dondequiera que hay problemas, ¡tenemos que estar listos! Tercero, ya sea que el tiempo viene tarde o temprano, podemos confiar en Dios. Para él, el tiempo es oportunidad. Pedro escribió: "El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento" (2 Pedro 3:9). Entre más tiempo pasa, más oportunidad tiene la gente de conocer a Jesús. No pasa un segundo sin que Dios desee y obre en salvar a gente perdida. Finalmente, sabemos que Dios alcanza a la gente a través de nosotros. Mientras tanto que haya tiempo, Dios nos hace un gran honor. Nos hace representantes que testifican de sus obras salvadoras. Dios nos usa para ofrecen el fin del tiempo o la vida eterna a todos —ahora. ¿Ahora Qué? Como seguidores de Jesús vivimos a la luz de ese momento futuro cuando Dios clamará "¡tiempo!" Ese momento debe hacer una tremenda diferencia en nuestras vidas cotidianas. Permítanme sugerirle varias maneras. No se preocupen del tiempo del regreso de Jesús. Algunas personas se animan tanto sobre los últimos desarrollos del Medio Oriente. Dibujan gráficas, coordinan 87
calendarios y sincronizan sus relojes. Resiste la tentación. En realidad, cuando considerar lo que Dios hace con nosotros y alrededor de nosotros cada día, nosotros nos animamos. Nuestra adrenalina bombeará sin importar qué está sucediendo al otro lado del mundo. Eso es así porque, como hemos visto, el fin es ahora. Cada día y cada momento tienen significación eterna. El salmista pregunta al Señor: "Enséñanos de tal modo a contar nuestros días que traigamos al corazón sabiduría" (90:12). Como seguidores de Jesús, tenemos aun más razón para apreciar y hacer lo mejor de cada día. Como creyentes podemos abrazar total y profundamente la vida que Dios nos ofrece. Debemos beber profundamente de las aguas vivas del Espíritu de Dios (Juan 7:37-39). Podemos ofrecernos con entusiasmo a Dios como sacrificio vivo (Romanos 12:1). La gracia de Dios nos guardará de seguir los caminos de este mundo, que está pasando. El Espíritu de Dios continuamente renovará nuestras vidas internas (v. 2). Recuerda: Jesús determina nuestro destino. Como él es, así somos y seremos. Como él va, así nosotros vamos. Por tanto, buscamos las cualidades a semejanza de Cristo en carácter y conducta. Buscamos ser como Jesús y actuar como Jesús. Sobre todo, necesitamos ser llenos del amor de Cristo —para Dios y para otros. Siendo que Jesús determina nuestro destino, debemos llenar cualquier tiempo que tengamos con las cosas que él haría. Tenemos que estar en los negocios del Maestro. No importa qué parece ser cualquier momento dado, estamos confiados que Jesús está trabajando. Dentro de nosotros y a través de nosotros él obra para lograr los planes de salvación en el mundo. Finalmente, podemos anticipar y regocijarnos, no importa el tiempo ni las circunstancias. ¡Estamos en el lado ganador! A la medida que confiamos en Jesús, todo lo que reconocemos ahora como bueno será mejor cuando él regrese (¡ojalá pronto!). Él quitará todo lo que parece malo. De esta manera, sea que enfrentamos el bien o el mal, tenemos razones para celebrar. Al final —que ya ha principiado— Cristo hará lo que él quiere. Así pues, ya tenemos causa para regocijarnos "con gozo inefable y glorioso" (1 Pedro 1:8). Cuando Dios diga "¡tiempo!" no quedará nada que no esté completo. Dios habrá traído todas las cosas a su conclusión propia. Los creyentes en Jesús no tendrán pesares del pasado y no tendrán temores del futuro. Al final seremos muy felices y cumpliremos aquello para lo que fuimos creados —glorificar a Dios eternamente. A causa de que esto es así, ¡qué la celebración principie ahora! No es el Fin—sino el Principio
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Escritura de Trasfondo: Salmos 90:12; Mateo 24; 26:64; Marcos 13; Lucas 21; Juan 7:37-39; Hechos 1:11; Romanos 8:1, 18-25; 12:1-2; 1 Corintios 7:31; 15:1-58; 2 Corintios 3:18; 5:6-8, 17; Gálatas 4:6; Filipenses 1:23; 1 Tesalonicenses 4:16; Hebreos 1:1-2; 6:5; 1 Pedro 1:8; 2 Pedro 3:9, 11-13; 1 Juan 3:2-3; Apocalipsis 21:1.
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APÉNDICE 1 Artículos de Fe La Iglesia Metodista Libre: XVIII. El Retorno de Cristo A/127. El retorno de Cristo es seguro y puede ocurrir en cualquier momento, aunque no se nos da el saber la hora. En su retorno él cumplirá todas las profecías respecto a su triunfo final sobre todo mal. La respuesta del creyente es una expectativa gozosa, vigilancia, presteza y diligencia. La Constitución de la Iglesia Metodista Libre (Indianapolis: Light and Life Press, 1989), 15. La Iglesia del Nazareno: XV. La Segunda Venida de Cristo 19. Creemos que el Señor Jesucristo vendrá otra vez; que nosotros, los que vivimos y quedamos para la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron en Cristo Jesús, sino que, si permanecemos en Él, seremos arrebatados con los santos resucitados para encontrar al Señor en el aire y así estaremos siempre con él Señor. Manual/1993-97 Iglesia del Nazareno (Kansas City: Nazarene Publishing House, 1993), 33. La Iglesia Wesleyana: XVIII. La Segunda Venida de Cristo 244. Creemos que la seguridad del regreso personal e inminente de Cristo inspira una vida santa y un celo para la evangelización del mundo. A su regreso Él cumplirá todas las profecías hechas respecto a su triunfo final y completo sobre el mal. La Disciplina de la Iglesia Wesleyana (Indianapolisis: Wesleyan Publishing House, 1992), 27.
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APÉNDICE 2 Comparación de Puntos de Vista del Fin del Tiempo Premilenialismo
Posmilenialismo
Amilenialismo
Interpretación de la Biblia
Literal
Simbólica
Espiritual (o Alegórica)
Israel
Se separa a la Iglesia de Israel. La Iglesia no ha tomado las promesas de Israel. El cumplimiento literal de las promesas a Israel (aun un remanente) es importante antes que el fin venga.
Israel y la Iglesia son igualmente pueblo de Dios. Israel es importante sólo como símbolo.
No hay futuro para Israel. La Iglesia tomó las promesas porque Israel falló en satisfacer las condiciones de Dios.
El Reino de 1,000 años
El Reino literal sobre la tierra después de la Tribulación y la Segunda Venida.
1,000 espirituales de paz antes de la Segunda Venida.
Ninguno (o es una realidad presente)
Tiempo del Rapto
5 escogimientos: Pretribulación, midtribulación, antes de la ira, parcial de 5 ¼ de años en la
Ninguno.
Coincide con la Segunda Venida.
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tribulación, postribulación. El Efecto de la Tribulación en la Iglesia
Pretribulación: La Ninguno. Iglesia en el cielo durante la Tribulación. Midtribulación: La Iglesia en el cielo a lo menos 3½ años de Tribulación. Pre-Ira: La Iglesia en el cielo durante la “ira” (los últimos 1¾ años de Tribulación). Parcial: La Iglesia Espiritual en el cielo durante la Tribulación; el resto de la Iglesia siendo probada. Postribulación: La Iglesia pasa los 7 años de Tribulación.
Ninguno. Todos los santos, vivos y muertos serán arrebatados.
Punto de Vista del Mundo
Espera un aumento en la apostasía. La historia se divide en épocas (dispensaciones) en la que Dios obra de maneras
La promesa de salvación a través de Cristo es su aspecto más importante. Las condiciones del mundo empeoran al
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La predicación del evangelio cristianizará al mundo. El Reino está ahora presente y creciendo.
diferentes.
acercarse la Segunda Venida.
Resurrección
Dos: Los santos en Una: Toda la gente, Una: Toda la el Rapto, los en la Segunda gente, en la pecadores después Venida. Segunda Venida. del reinado de 1,000 años.
Juicio
De pecadores, después del reinado de 1,000 años.
De todos, en la Segunda Venida.
De todos, en la Segunda Venida.
Cielo/Infierno
Literal, después del Empieza en su reinado de 1,000 plenitud después años. de la Segunda Venida.
Sigue la eternidad después de la Segunda Venida.
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GLOSARIO Abominación desoladora: Algo que causa extremo disgusto y odio. Cualquier ídolo era una abominación a Dios. Si alguien ponía un ídolo en el Templo, eso hacía que el Templo fuera inmundo. El Templo tenía que limpiarse antes que la gente pudiera adorar allí de nuevo. Este término se encuentra en Mateo 24:15, Marcos 13:14. (Palabras similares se encuentran en Daniel 8:13; 9:27; 11:31; 12:11.) Amilenialismo: La creencia que el milenio es el reino presente de Cristo en la Iglesia. Los 1,000 años no son literales sino simbólicos de que Cristo ya está reinando. Él ya está trayendo paz sobre la tierra a través de la Iglesia. Antíoco IV: Rey de Siria de 175 hasta el 163 a. C. En el 167 a. C. atacó a Jerusalén y profanó el Templo. Antisemitismo: Hostilidad o discriminación en contra de los judíos. Apocalipsis: Una palabra griega que significa “revelación”. Un apocalipsis es una clase especial de escrito judío o cristiano que dice que Dios destruirá el mal y establecerá su reino. Los apocalipsis contienen historias de visiones e imágenes que son dificultosas que los lectores modernos entiendan. Apocalíptica: Un adjetivo que describe una clase especial de escritos judíos y cristianos y creencias religiosas que son similares al Libro de Apocalipsis. Armagedón: El nombre de un enorme valle en el norte de Israel. La Biblia generalmente le llama el valle de Jezreel. El valle está localizado cerca de la montaña de Megido. En hebreo, Armagedón significa “montaña de Megido”. Se considera que Armagedón será el sitio de la batalla final entre Dios y el mal. (Vea Apocalipsis 16:16.) Budismo: Una religión que se levantó en la India alrededor de los 500 a. C. El fundador del Budismo fue Gautama Buda. Gautama era su nombre de familia. Buda significa “el Iluminado”. Él pensaba que había encontrado el verdadero significado de la vida, y el Buda enseña cómo ser liberado del sufrimiento en sus “Cuatro Verdades Nobles”. Calvinismo. Una teología basada en las enseñanzas de Juan Calvino (1509-64). El calvinismo difiere del wesleyanismo en muchas maneras importantes — 94
notablemente que sólo aquellos predestinados por Dios pueden ser salvos, y una vez escogidos no pueden perder su salvación. Apocalíptica Cumplida. Un punto de vista que sostiene que todos los escritos apocalípticos eran entendibles sólo en el tiempo y circunstancias de los lectores originales. Pacto: Un vínculo al que se entra voluntariamente por dos partidos, en el cual cada uno promete hacer algo por el otro. La idea del pacto entre Dios y el pueblo de Israel es básica a la religión del Antiguo Testamento. Tiempo cíclico: Se ve al tiempo como una serie de eventos que vuelven a ocurrir con regularidad y lleva de nuevo al punto de inicio. Se ve a estos ciclos como repeticiones interminables.
Tiempo Cíclico
Rollos del Mar Muerto: Un grupo de escritos antiguos encontrados en algunas cuevas cerca a Qumran al lado del Mar Muerto en 1947. Ellos incluyen las más antiguas copias del Antiguo Testamento y escritos de judíos que vivieron allí poco antes del tiempo de Jesús. Dispensación: Un plan para hacer algo, y la manera en que se lleva a cabo el plan. La doctrina cristiana usa la palabra de una manera especial. Se refiere a las maneras en que Dios ha llevado a cabo su plan en el mundo. Premilenialismo dispensacional: La creencia en puntos de vista dispensacionalistas y que Cristo regresará antes del milenio. Los dispensacionalistas creen que los seres humanos son salvos de diferentes maneras en períodos separados (o dispensaciones) de la historia, que todas las promesas del Antiguo Testamento a Israel serán literalmente cumplidas durante el milenio, y que al fin del milenio tomará lugar el juicio de los incrédulos. Este punto de vista también es conocido por su enseñanza especial sobre el Rapto secreto de la Iglesia, aunque los que proponen esto difieren si ocurrirá antes, durante o después de un período de siete años de tribulación. La 95
mayoría de los escritores populares que promueven el premilenialismo dispensacional vienen del calvinismo y de las tradiciones teológicas reformadas. Dispensacionalismo: La enseñanza que Dios actúa de diferentes maneras en tiempos diferentes de la historia. Sus proponentes dividen la historia en siete períodos (o dispensaciones). Domiciano: Emperador de Roma del 81 al 96 d. C. Demandó que se le diera adoración pública a él como Dominus et Deus (Señor y Dios). Una persecución de judíos y cristianos irrumpió cerca del fin de su reinado. El apóstol Juan recibió sus visiones escritas en el Libro de Apocalipsis durante esta persecución. Escatología: La doctrina sobre el fin del mundo o los últimos tiempos. La palabra viene de dos palabras griegas que significan “el estudio de las últimas cosas”. Existencialismo. Un movimiento filosófico principalmente del siglo XX que abraza diversas doctrinas pero que se centra en el análisis de la existencia individual en un universo insondable. También se enfoca en el predicamento del individuo que tiene que asumir la responsabilidad final de sus actos de libre albedrío sin ningún conocimiento seguro de lo que es justo o injusto, bueno o malo. Lenguaje figurado: Lenguaje simbólico. El lenguaje que intencionalmente se desvía del significado ordinario o forma para indicar otro nivel de significado. Apocalíptica futura: Este punto de vista ve la literatura apocalíptica como una predicción del fin del tiempo en el futuro. El material no tenía sentido para aquellos que vivieron cuando fue escrito. Escatología futurista: La idea que el reino de Dios todavía está por venir en el futuro y no existe al presente. Gayo (también conocido como Calígula): Emperador romano que vivió del 12 al 41 d. C. y reinó del 37 al 41 d. C. Gehena: El nombre del lugar donde la basura de Jerusalén se quemaba. El Nuevo Testamento también utiliza esta palabra griega para el infierno. 96
Gentiles: Personas que no son judías. Las palabras hebrea y griega para gentil significan "pueblo" o "naciones". Los judíos llamaban a todas las naciones que no eran ellos "gentiles". Gog: En Apocalipsis 20:8, Gog y Magog son dos poderes bajo el dominio de Satanás. En el Antiguo Testamento son mencionados juntos en Ezequiel 38:2 donde, sin embargo, Gog es un pueblo (aparentemente los escintas que allanaron el Asia occidental cerca del 630 a. C.) y Magog una tierra. En la literatura apocalíptica Gog es una figura para aquellos que se oponen al pueblo de Dios. Hades: El lugar que el Nuevo Testamento dice irá la gente después de la muerte. Hads es la palabra griega para "sepulcro". En ocasiones Hads se traduce "infierno". Herejía: Una creencia o práctica falsa que se separa de la verdad cristiana. Hereje: Un adjetivo que se usa para describir una creencia o práctica falsa. Hinduismo: Una religión que principió en la India hace unos 3,500 años. Nadie empezó el hinduismo. Existen tantas formas de él que el hinduismo en realidad es una familia de religiones. Los hindúes creen que el mundo no tiene valor permanente. Ellos creen también que hay muchas maneras de encontrar salvación. Premilenialismo histórico: La creencia que Cristo regresará antes de los 1,000 años de paz. Este punto de vista no contiene el concepto de dispensaciones (vea premilenialismo dispensacionalista). Apocalíptica histórica: Este punto de vista ve la literatura apocalíptica como la historia de la Iglesia desde el principio hasta el fin escrita de antemano. Inmanencia: Una palabra que significa que Dios está presente en el mundo. Dios se relaciona con el mundo de una muy estrecha. El mundo existe porque Dios existe en él. Escatología inaugurada: La idea que Jesús trajo el Reino como parte de su ministerio, pero el Reino no se cumple sino hasta que la obediencia a Dios llegue a ser universal y el Reino llegue a ser eterno. 97
Tiempo lineal: La manera de ver el tiempo como teniendo un punto inicial y un punto final. El futuro no es una repetición del pasado.
Tiempo Lineal Marxismo: Los principios políticos, económicos y sociales avanzados por Karl Marx. En ocasiones se refieren a él popularmente como "comunismo" o "socialismo". Materialismo: La creencia que las posesiones son más importantes que cualquier otra cosa. El materialismo pone un más alto valor en el dinero y la propiedad que en el reino de Dios. Mesías: Una persona escogida por Dios para hacer su voluntad. La palabra "Mesías" en hebreo significa "el Ungido". Los judíos esperaban un rey futuro de la familia de David que fuese su Mesías. "Cristo" es la palabra griega para Mesías. Los cristianos creen que Jesús era el Mesías. Milenio: Un término derivado de la expresión latina para 1,000 años. Se refiere al reinado de 1,000 años de Cristo, que será un tiempo de paz sobre la tierra. Experiencia cerca de la muerte: Una visión del más allá que alguna gente reclama haber tenido cuando llegaron muy cerca a morir. Nerón: Un romano que vivió del 37 al 68 d. C. y fue emperador desde el 54 d. C. Mejor conocido como el emperador responsable por mucho de la destrucción cuando Roma fue quemada en 64 d. C. Nihilismo: Un punto de vista que las creencias y valores tradiciones no tienen fundamento y que la existencia es inútil y sin sentido. Omnipresencia: La cualidad de Dios que significa que él está en todas partes. Su presencia no está limitada ni por el tiempo ni por el espacio. Omnisciencia: El atributo de Dios que significa que conoce todo lo que hay que 98
conocer. Posmilenialismo: La creencia que Cristo regresará después del milenio, o los 1,000 años del reinado de paz. Esta creencia incluye la idea que el milenio será traído en gran parte porque la humanidad aceptará a Cristo como resultado de escuchar el evangelio predicado. Premilenialismo: La creencia que Cristo regresará antes del milenio, o los 1,000 años del reinado de paz. Esta es parte de la creencia tanto del premilenialismo histórico como el premilenialismo dispensacionalista. Profecía: Un mensaje divinamente inspirado de Dios al pueblo. El mensaje puede urgir que la gente se arrepienta y obedezca a Dios, hablar del juicio que Dios enviará, o predecir los eventos futuros. Rapto: El término se usa para describir lo que sucederá a los creyentes que vivan cuando Cristo regrese de nuevo. Serán "arrebatados. . . para encontrarse con el Señor" (1 Tesalonicenses 4:17). Algunos dicen que el Rapto ocurrirá al tiempo de la Segunda Venida. Son dos partes del mismo evento. El dispensacionalismo dice que el Rapto es un regreso secreto de Cristo antes de la Gran Tribulación. La Segunda Venida ocurrirá siete años más tarde. Racionalista: Uno que descansa en la razón o lógica como la base para establecer la verdad religiosa. Escatología realizada: La idea que el reino de Dios es una realidad presente en lugar de un evento futuro. Reencarnación: La creencia que las almas emigran en la muerte de un cuerpo a otro hasta que logran su completa purificación. Esta creencia está fundamentalmente opuesta a la doctrina cristiana de la resurrección del cuerpo. Resurrección: La creencia que aquellos que han muerto regresarán a la vida en una forma corporal en la segunda venida de Cristo. Resucitación: Revivir de una muerte aparente o de la inconsciencia. 99
Segunda Venida: El término que se usa para el regreso de Jesucristo a la tierra. Seol: La palabra hebrea para la región a donde van los muertos. En ocasiones Seol se refiere a las tristezas de los muertos, pero en general significa el lugar donde los muertos esperan la resurrección. Seol no significa lo mismo que infierno o Gehena. Apocalíptica simbólica: Este punto de vista ve el simbolismo de la literatura apocalíptica como diseñado para expresar verdades universales y abstractas teológicas, ignorando las circunstancias específicas cuando el material fue escrito. Sinagoga: Un lugar de adoración para los judíos. Una sinagoga se puede organizar en cualquier lugar donde 10 o más varones se reúnen para la adoración. Sinóptico: Un adjetivo para describir material que comparte un punto de vista común. La palabra viene de dos palabras griegas que significan "ver junto". Mateo, Marcos y Lucas se les conoce como Evangelios Sinópticos porque sus palabras y su orden de eventos sobre la vida de Jesús son muy parecidos. Teísmo: Se refiere a un grupo de religiones que están basadas en la creencia en un Dios. Se basan en la creencia que Dios es real y que Él creó el mundo. El teísmo dice que Dios está activo en el mundo, y no hay otros dioses delante de Él. Teísta: Un adjetivo usado para describir la creencia en un Dios. Trascendencia: La grandeza de Dios con relación a su creación. Está por encima del mundo en todo aspecto de poder y gloria. Tribulación: Opresión severa, aflicción, sufrimiento o problema de cualquier clase. El Nuevo Testamento se refiere a un tiempo de "gran tribulación", que es un tiempo de problema que cubrirá a todo el mundo cerca del fin del tiempo. O pudiera simplemente predecir el asombroso sufrimiento que la gente experimentó cuando Jerusalén fue destruida en el 70 d. C. Los cristianos entienden esto de diferentes maneras, dependiendo en sus puntos de vista de la escatología. Wesleyano: Un adjetivo que describe a una persona, doctrina o denominación que 100
sostiene las enseñanzas de Juan Wesley, especialmente sus enseñanzas sobre la entera santificación. Esta es la manera que esta palabra se utiliza más seguido en este libro. La palabra también describe a un miembro de la Iglesia Wesleyana. Sionismo: Un movimiento internacional del siglo XX para el establecimiento de una comunidad nacional judía en Palestina y después para el apoyo del Israel moderno.
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