ANTONIO BLAY FONTCUB FONTCUBERTA
LECTURA
RÁPIDA PRINCIPIOS Y TÉCNICAS QUE PERMITEN MEJORAR LA RAPIDEZ, LA COMPRENSIÓN Y LA RETENCIÓN EN TODA CLASE DE LECTURAS
EDITORIAL IBERIA, S.A. Plató, 26 - 08006 Barcelona
El autor desea expresar su agradecimiento agradecimiento a todos sus colaboradores por su eficaz eficaz y cordial cordial ayuda ayuda en la realiza realización ción del libro, libro, y en particular particular a Ana M. Cuevas y a José M. Goñi.
Diseño de la cubierta Célia Vallés
INTRODUCCIÓN
Octava edición 1998
LEER: EXIGENCIA DE NUESTRO TIEMPO Y EFICACIA DE LAS TÉCNICAS ESPECIALIZ ESPECIALIZADAS ADAS
© Editorial Iberia, S.A., 1998 ISBN: 84-7082-014-1 Depósito legal B. 25.405-1998 Printed in Spain A & M Gráfie, s.l.
Dentro de la vida moderna la lectura ocupa un lugar i mportantísimo. mportantísimo. Las exigencias de la vida profesional, el deseo de una mayor información cultural o la nece- sidad de estar al tanto de las últimas novedades en el ámbito nacional o mundial, exigen de nosotros muchas horas de dedicación a la lectura en la prensa, libros, informes o documentos. Saber leer más y mejor es una de las habilidades más preciosas que puede adquirir el hombre moderno. Muchos no se dan cuenta hasta qué punto sus lecturas son deficientes y mal aprovechadas. Otros quizá nunca han pensado en la posibilidad que existe de mejorar realmente su capacidad como lectores. De hecho, nun- ca se nos ha hablado de lectura como un arte a perfec- cionar y sobre los modos de conseguirlo. Parece que se da por supuesto que por el mero he- cho de ser adultos y de haber seguido algunos estudios ya estamos capacitados para leer bien y que no hay nada más a conseguir o mejorar. La experiencia demuestra que esto no es así. En países como Estados Unidos, Unidos, Inglaterra o Francia han sido muchísimos los ingenieros, doctores, abogados y hombres políticos que han realizado cursos de lectura rápida, y han podido comprobar y admirarse de los progresos inesperados que han han realizado en este este punto.
Nosotros mismos hemos podido constatar este mismo hecho en nuestros cursos prácticos de lectura. Esto no es producto de ningún truco o artificio es- pecial. Se Se funda en el estudio sistemático sistemático de los meca- meca- nismos que intervienen en la lectura, y en la aplicación práctica y metódica de las consecuencias que de ahí se derivan. En este libro presentamos una descripción descripción detallada de los principios básicos y de todas las técnicas mo- dernas que en relación con la lectura rápida se están practicando hoy día en los países más más avanzados, téc- téc- nica y económicamente. Estas técnicas han demostrado que, por sorpren- dente que ello parezca, una función tan usual como es la lectura es susceptible de ser mejorada tanto en ca- lidad — nive l de comprensión, asimilación asimilación y aten ción — como en rapidez; y esto en proporción verdaderamente extraordinaria. En efecto, llegar a doblar tan sólo la velocidad ha- bitual representa reducir a la mitad el tiempo exigido por determinadas lecturas. lecturas. Si tenemos presente el in- menso valor del tiempo en nuestra era de organización y de rendimientos óptimos, y por otra parte la inelu- dible necesidad de una constante y copiosa información en toda actividad profesional de cierta altura, se com- prenderá fácilme nte el enorme interés práctico qu e representan estas técnicas para todas las personas que se preocupan por mejorar su eficiencia. Los resultados de los cursos de lectura son realmen- te notables y plenamente comprobados por la expe- riencia. Por eso el esfuerzo relativo que supone el so- meterse al entrenamiento propio de un curso de lectura rápida, queda ampliamente compensado para la per- sona tanto desde el punto de vista económico, como
profesional; e in cluso por las nueva s posibilidades y horizontes que se le abren en orden a poder mejorar y acrecentar su propia formación cultural. Se trata de la adquisición de un nuevo hábito o ha- bilidad de cuyas ventajas se beneficiará durante toda su vida. El aprovechamiento que se obtiene en los cursos de lectura se refieren a dos aspectos: la rapidez y la com- pren sión . Piensan a lgunas personas que la mejor comprensión de un escrito es proporcional a la lentitud con que se lee. Esto, como veremos a través del libro, no es así en modo alguno. De hecho las técnicas de lectura correc- tamente aplicadas producen paralelamente un doble in- cremento: en la comprensión y en la rapidez. Se han hecho abundantes estadísticas en todos los países en donde se desarrollan desarrollan cursos de lectura lectura sobre los resultados obtenidos. Estos resultados, directamen- te comprobados por nosotros en nuestros propios alum- nos, manifiestan que el incremento de la velocidad os- cila entre un 50 % y un 100 % con respecto a la velo- cidad inicial. En cuanto a la comprensión, se nota una mejoría que va del 10 % al 20 %. La relación entre la velocidad de lectura y el nivel de comprensión comprensión es lo que determina la eficiencia real de un lector. Técnicamente se expresa mediante la fórmula:
VxC E = 100
Es decir, que la eficiencia en la lectura se obtie- ne multiplicando la velocidad expresada en palabras por minuto, por la comprensión comprensión expresada expresada en tanto por ciento, y dividiendo el producto por cien.
Si nos atenemos al incremento de la eficiencia, que es lo que realmente indica el provecho sacado por los alumnos, los resultados obtenidos demuestran que es posible conseguir como término medio el doblar o tri- plicar la eficiencia inicial.
CONTENIDO Y PLAN DEL PRESENTE PRESENTE LIBRO
En este libro hacemos un estudio sistemático de los principios en que se basa la lectura rápida y las técnicas más eficaces para conseguir un positivo incre- mento de su eficiencia. Según nuestro conocimiento no existe ningún libro — no ya en lengua española, sino incluso en la inglesa, que es casi la única lengua en que existe bibliografía sobre este tema — que haya hecho una recopilación de los procedimientos y expe- riencias que sobre las diversas facetas de la lectura rápida se han llevado a cabo hasta la fecha en Estados Unidos, Inglaterra, Francia e Hispanoamérica. Hispanoamérica. Por todo ello, creemos que con el presente libro prestamos un servicio útil a todos los lectores de habla española. La obra está dividida en tres partes fundamentales. La primera se dedica al estudio de la percepción, las condiciones materiales y psicológicas que se requieren, los mecanismos de acuerdo con los cuales funciona, y finalmente los defectos y modos de corregirlos. La segunda parte trata de la comprensión. Se hace un estudio del modo como se organizan y estructuran las ideas dentro de un escrito y luego se dan las téc- nicas más adecuadas para lograr una comprensión óp- tima de lo que se lee. Además del estudio objetivo del texto en sí, se Insiste en la actitud subjetiva del lector como factor importante para llegar a una comprensión
plena, así así como en la forma de desarrollar desarrollar y perfeccio- perfeccio- nar su capacidad crítica. También se indican los medios para llegar a una mejor y más firm e retención de l o leído. En la tercera parte se hace un estudio concreto so- bre las técnicas más especializadas aplicables a escritos de índole diversa, como textos de estudio, documentos, cartas, literatura. Con esto esperamos que el lector podrá formarse una idea clara y precisa de los fundamentos en que se basan las técnicas de lectura rápida y de su aptitud para lograr los notables resultados que se proponen. Sin embargo, debemos prevenir contra la ilusión de los que piensen que con una información superficial o con leer algo sobre el modo de mejorar la lectura puedan alcanzar resultados estables y positivos. La lectura rá- pida es un arte eminentemente eminentemente práctico y por eso sólo sólo un ejercitamiento y un entrenamiento sistemático pue- den dar los resultados apetecidos. No obstante, el cono- cimiento claro de los principios y técnicas de lectura es de la máxima utilidad para poder realizar un entre- namiento inteligente. En este sentido creemos que la lectura de esta obra resultará para el lector de v erdade- ra utilidad como una orientación teórica y práctica de gran valor. Se trata de comprender claramente este medio estupendo que se nos ofrece y de saber cómo utilizarlo, para luego poder aplicarlo conscientemente y con el máximo provecho a todas nuestras lecturas.
La lectura es un proceso que fundamentalmente abarca dos aspectos: la percepción visual y la com-
prensión mental de lo leído. Ambos aspectos son susceptibles de un estudio detallado y existe la posibilidad de mejorarlos enormemente. La eficacia de la lectura depende de que estos dos aspectos estén suficientemente desarrollados. Los cursos de lectura son esencialmente un entrenamiento
inteligente tan co para mejorar nuestra habilidad perceptiva como la capacidad y rapidez de comprensión. Algunos autores niegan curiosamente la posibiillid idad de mejo jorar nuestra ra percepció iónvisu sual por me medio de entrenamiento.
Insisten en que la lectura es ante todo un proceso mental y según ellos los movimientos defectuosos de los ojos no son la causa, sino el efecto o el síntoma de una actitud mental deficiente mientras leemos.
Es indudablemente cierto que una actitud mental correcta ejerce desde el inconsciente una eficaz dirección que dinamiza el proceso de percepción visual. Pero no se puede negar que, según lo confirma confirma la
experiencia, los resultados son todavía mejores cuando se dedica la debida atención al adiestramiento directo de los mecanismos visuales, como paso previo para una lectura completa e inteligente.
ANTONIO BLAY
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En esta parte vamos a estudiar detenidamente todo
lo que se refiere a la l a percepción, sus mecanismos mecanismos y modo de mejorarlos.
En relación con la llectura, ectura, la percepción percepción significa la captación visual de las palabras escritas. En la medida que esta capacidad de captación sea más rápida y más segura, la percepción será más perfecta. CAPfTULO PRIMERO
CONDICIONES PREVIAS Antes de entrar directamente en el tema de la percepción conviene recordar algunos factores circunstan-
ciales, materiales o psicológicos, que son condiciones necesarias para una buena percepción.
)
CONDICIO IONES ES MATE ER RIALES
Las condiciones materiales se refieren a la adecuada iluminación, buen estado de los ojos y ausencia de fatiga en los mismos. ILUMINACIÓN
La iluminación es algo muy importante. Si no es adecuada adecuada los ojos caen rá rápidam pidamente ente en la fatiga fati ga y el rendimiento decrece inmediatamente. La luz natural es la más indicada y la que mejor soportan los ojos. Si se ha de leer con luz artificial se pueden obtener condiciones altamente satisfactorias procurando que
haya en la habitación un doble foco de iluminación: uno general que sirve de iluminación de fondo, y otro local que ilumina directamente el trabajo o la lectura que estamos realizando. La iluminación general y la lo-
cal no han de ser demasiado diferentes, aunque la general conviene que sea algo más débil que la local. El ojo tiene una tendencia refleja a mirar hacia la parte más iluminada, y si la luz local fuese más débil habría una tendencia a desviarse hacia afuera que produciría una tensión y en consecuencia consecuencia una rápida fatiga. La simple luz local no es suficiente porque la retina del ojo se acomoda acomoda al grado de iluminación i luminación general. Hay que evitar también los contrastes fuertes de luz y sombra, para lo cual son más adecuadas las pantallas transparentes. Los focos deben colocarse de modo que los ojos no sufran los efectos directos de su resplandor.
No creemos que sea práctico para el lector el que añadamos datos y cifras sobre el número de lumens o watios a aplicar. Las indicaciones que hemos dado
inteligentemente combinadas pueden crear un ambien-
te muy confortable para cualquier trabajo serio y prolongado. Simplemente debemos observar que una vez alcanzado un buen grado de iluminación el rendimien-
to del trabajo no aumenta apreciablemente aunque se siga intensificando la iluminación. Este punto crítico de óptima iluminación puede variar de unas personas a otras, y la experiencia personal es el mejor indicador.
ESTADO DE LOS OJOS
Otra ra condició ión indispensable para la la buena percepción es el est stado de los ojos. Muchas personas
creen que su vista es perfectamente normal, y no se dan cuenta de sus defectos cuando son ligeros. Si al leer los ojos se fatigan muy pronto, o se producen frecuentes dolores de cabeza, es aconsejable acudir al oculista. Lo más probable es que haya necesidad de corregir la vista. Aparte de estas molestias anormales que exigen la intervención del especialista, el hecho de leer produce una fatiga normal en los ojos. Sin embargo, podemos aprender a descansar y a relajarlos, lo cual hace posible una mayor duración y rendimiento en el trabajo. Para esto es aconsejable un procedimiento muy sencillo, llamado «palming». Cuando sentimos que los ojos
están cansados conviene hacer una pausa. Quitar los ojos del libro y mirar otra cosa: el techo de la habitación, el cielo a través de la ventana, o cualquier otra cosa. Después se pone las palmas de las manos sobre los ojos, de modo que se haga una oscuridad total. No hay que oprimir nunca los globos oculares. En esta posición y gracias al calor de las manos los ojos se distienden y se relajan. Al principio es posible que observen algunos destellos luminosos; hay que esperar a que desaparezcan. Luego, pasados unos segundos
más, se puede abrir de nuevo los ojos y nos encontraremos listos para reemprender la lectura. Esto se puede repetir ir varias veces a través de la lectu tura si sentir irnos necesid idadde hacerlo lo. También puede ser útil hacer ligeros masajes alrededor de los ojos y especialm lmente en la la regió ión de los te temporales. Para ra superar lla a posible fa fatig iga también es muy recomendable hacer pequeñas pausas con relativa frecuencia. Bastan unos pocos segundos, un minuto quizá, durante los cuales permanecemos con los ojos cerrados,
o mirando a lo lejos, procurando que nuestra mente se relaje plenamente. En cuanto al momento de hacer estas pausas el tiempo más indicado no es precisamente cuando aparece la fatiga, sino justamente un poco antes. De esta manera uno no llega a sentirse cansado, o al menos no se cansa tan rápidamente. Estas pausas, tratándose
de la lectura, no deben ser muy prolongadas, pues de otro modo uno se desconecta demasiado del trabajo y luego se produce una pérdida de tiempo para ambien-
tarse de nuevo en lo que estaba haciendo. Por otra parte, las pausas voluntarias son mejores que las que se hacen de un modo más o menos inconsciente o
mos cómodos durante el trabajo. Una habitación que nos sea familiar es preferible a un local que nos resulte extraño aunque pudiera parecer más adecuado. La novedad puede ser causa de distracciones o de cierta especie de curiosidad o de inquietud interior. Cuanto más confortables nos sintamos en relación al ambiente, ambiente, más fácilmente podremos prescindir de los estímulos externos para centrarnos totalmente en nues-
tro trabajo. Tambi También én es impo import rtan ante te que que físic física a y cor corpo pora ralm lmen ente te nos sintamos con toda comodidad, con tal de que la excesiva comodidad no nos haga caer en la somnoliencia.
subrepticiamente. DISTENSIÓN DICIONES PSICOLÓGICAS PSICOLÓGICAS b ) CONDICIONE
Además de las condiciones materiales que acabamos de enumerar, hay otros requisitos psicológicos que
influyen extraordinariamente en el rendimiento de la
lectura. Estos requisitos influyen directamente no sólo
en la simple percepción sino que tienen también gran i mportancia en el aspecto de la comprensión.
La distensión se refiere a ese estado interior de rela-
jam jamient iento, o, libre libre de tens tensio ione nes s y de de preo preocu cupa paci cion ones es perperturbadoras. Toda tensión exige un gasto de energía que es desviada de nuestra finalidad fi nalidad principal, disminuyendo así nuestra capacidad verdadera de trabajo, aparte de la perturbación y desasosiego que introduce en nuestra mente.
tensión y la atención.
Las tensiones puedenser de dos clases es: físicas y emotivas. Las tensiones físicas se manifiestan en ciertas contracciones de determinados determinados músculos. Pueden localizarse en distintos puntos del cuerpo: piernas, diafrag-
TRANQUILIDAD
ma, mandíbulas, frente. Aunque su efecto no aparezca
Los requisitos psicológicos indispensables para lograr una lectura eficiente son: la tranquilidad, la dis-
Por tranquilidad queremos indicar el conjunto de circunstancias que crean en nuestro alrededor un am-
biente agradable y sereno, y que hacen que nos sinta-
muy perturbador siempre suponen un gasto inútil de energía y sobre todo impiden que la mente esté completamente tranquila y serena.
Las tensiones emotivas son las producidas por las
preocupaciones, por los problemas, por los disgustos y tamb también ién por los dese deseos os vehe veheme ment ntes es más o men menos os incontrolados. astas, sobre todo, son las que hacen imposible que la mente se mantenga serena, abierta y receptiva ante lo que leemos l eemos o ante cualquier trabajo que realicemos.
Esta actitud de la mente es extraordinariamente
mportante si queremos queremos llegar a ser realmente eficieni mportante tes en nuestro trabajo. Por desgracia no se acostumbra a darle importancia que tiene, y todavía se olvida más el poner los medios y el esfuerzo necesario para lograr este estado mental.
Esencialmente Esencialmente este estado significa, no solamente ausencia de preocupaciones, sino un estar despierto, sereno, y al mismo tiempo totalmente abierto y receptivo para captar toda la información que pueda llegar a nuestra mente a través de los sentidos. En la medida que adoptamos profundamente esta actitud aumenta enormemente nuestra capacidad de percibir y de comprender comprender rápidamente y al mismo tiempo de lograr una completa asimilación, de cuanto
leemos. Es la actitud de quien estando de verdad interesado
por algo, se mantiene totalmente sereno y tranquilo. Esta serenidad es precisamente lo que nos permite captar bien todo, ser conscientes de todo lo que perciben nuestros sentidos y al misma tiempo nos garantiza
una extraordinaria agilidad y flexibilidad para poder comprender e interpretar correctamente toda la información recibida.
Los efectos de esta falta de serenidad mental interna los hemos podido comprobar en multitud de ocasiones. Uno busca muy afanosamente un objeto en una
habita tación oun dato en un lib ibro, y pasa una y otra ra vez por delante del mism smo sin lle legar a descubrirlo lo. Existe iste la actitud actitud de búsqueda, pero la la falta falta de serenidad nos impide ver lo que tenemos delante. ATENCIÓN
El último de los requisitos psicológicos que hemos mencionado es la atención. En realidad, todas las demás condiciones que hemos
mencionado, materiales y psicológicas, son una preparación indirecta. un quitar los estorbos, para poder aplicar libremente toda nuestra atención. La atención es la llave fundamental de la percepción y de la comprensión.
Aún más, nuestro nivel de percepción, de comprensión y de retención están estrechamente estrechamente ligados li gados con nuestra capacidad de saber atender y concentrarnos en lo que hacemos.
MEDIOS PARA MEJORAR LA ATENCIÓN
Para mantener y mejorar nuestra atención podemos
emplear varios recursos, además de cumplir todos los l os requisitos previos enumerados hasta aquí.
En primer lugar, hay que advertir que la simple voluntad o propósito de poner atención a algo suele ser, en general, insuficiente para conseguir y mantener
el grado de atención adecuado. adecuado. Es importante importante la intención de concentrarse y constituye el primer paso para alejar de nuestra mente pensamientos pensamientos ajenos al tema. Pero hay otros motivos
que movilizan más aficazmente nuestra capacidad de concentración. Son el interés, la finalidad consciente, y la lectu lectura ra activ activa. a. INTERÉS
El motivo más poderoso para despertar nuestra atención es el interés. Cuando algo tiene para nosotros un gran interés no tenemos que realizar ningún esfuer-
zo para concentrarnos. Por el contrario, nuestra atención es más bien arrastrada de un modo irresistible hacia el objeto. Alguien podría pensar que, por muy cierto que sea esto, el problema está en que muchas de las cosas que tenemos que leer carecen de interés para uno. Aunque esto sucede así con frecuencia, no hay que pensar que
sea una dificultad insuperable. Es posible despertar y dirigir nuestro interés hacia campos y t emas cada vez más amplios. De hecho, todo puede ser leído con interés. Los buenos lectores son precisamente los que han
sabido ensanchar al máximo el área de sus intereses. Al encontrarse con un texto que parece aburrido y fastidioso el lector haría bien en recordar el consejo que nos da Frangois Richaudeau: «¿Ha intentado usted hacer que se abra su espíritu hacia otros campos dife-
rentes de los temas que ordinariamente le agradan y entretienen? Esta es una facultad que los buenos lectores han sabido cultivar. Usted puede hacer lo mismo.» (F. RICHAUDEAU, "Cours de Lecture rapide".) Cuando nos enfrentamos con una lectura nueva, con
un tema desconocido, con algo que quizás nos parece difícil y aun árido, no debemos ceder al desaliento. No pensar nunca que aquello es algo totalmente inaccesible para nosotros. En el peor de los casos podemos
encontrarnos encontrarnos que nuestra actual preparación nos impide abordar con plena eficacia un terna determinado; pero de aquí no se puede deducir que lo que allí se dice carece de importancia o que nosotros nunca seremos capaces de comprenderlo. El secreto para movilizar nuestro interés es cultivar
una sana curiosidad de espíritu. Hacerse a sí mismo algunas preguntas estimulantes puede significar el im-
pulso necesario para saltar la barrera del miedo o de la indiferencia ante una lectura o un libro nuevo. El arte de saber despertar y ampliar nuestros intereses es algo que se puede aprender y mejorar progresivamente. Leer de esta manera es enriquecer el espíritu continuamente, abriéndose a todos los aspectos del saber y de de la cultu cultura ra.. Si consideramos la lectura l ectura como un medio de enriquecimiento espiritual, y si sabemos dar a este deseo la máxima máxi ma amplitud nunca tendremos problema por falta de interés. i nterés. Esto no quiere decir, naturalmente, naturalmente, que todas nuetras lecturas hayan de ser serias o buscar un fin inmediato de formación o instrucción. Podemos leer, si querernos y cuando queramos, simplemen-
te para distraernos. Lo que querernos decir es que un espíritu abierto o todos los aspectos del saber podrá abordar con pleno dedicación y atención toda clase de lecturas, lo cual le permitirá adquirir una verdadera cultura en toda la extensión de la palabra. FINALIDAD CLARA
Otro medio para mantener constante la atención es leer con una finalidad clara y consciente. La persona
que va leyendo cada cosa
como va viniendo sin saber
claramente claramente por qué o para qué lee l ee lo que está leyendo, con facilidad se despistará. Será una lectura desarticulada, sin solidez, carente de profundidad. Una finalidad concreta, un objetivo preciso, además del interés del que acabamos de hablar desde un punto de vista más general, dinamizará todas nuestras facultades concentrándolas en el punto que buscamos.
autor me parecen justas y aceptables, o hasta qué
punto son insuficientes para mí, o necesitan una ulterior confirmación. Con esto dejamos dej amos expuestas las condiciones previas, tanto materiales como psicológicas para lograr el máximáx imo de nuestras lecturas. Ahora podemos pasar al estudio del primer aspecto de la lectura: la percepción, o mecanismos visuales,
y el modo modo de mejorarlo mejorarlos. s. LECTURA ACTIVA
El leer leer activam activamente es también otro otro recurso muy eficaz para llograr ograr una atenciónperfecta perfecta a lo que leemos. La lectura lectura activ activa se realiza realiza cuando el lector lector no se limita limita a seguir seguir y comprender sim simplemente el pensamiento to del autor, r, si sino que es él mismo el que piensa también con su propio pensamiento to. Hasta cie ierto to punto este tipo tipo de lectura lectura se transform transforma en una especie de conversació ersación entre lector lector y autor.
«En realidad la concentración en la lectura debería hacerse de un modo tan activo y espontáneo como si se tratase de una discusión o conversación.» ( ERIC DE LEEUW, "Read better, read faster".) Es com o si a tr través dela lectu tura el le lector fu fuera
expresando clara y conscie ientemente su pos osttu ura ante la las afirm afirmaciones del escrit escritor. or. Unas veces será de conformidad, otra ras de duda o de oposición, a veces una exigencia de una prueba o de una aclara ración más extensa. N o se trata de hacer uncom entario o una crítica
exhausti tiva de lo que leemos. Esto en lugar de centrarnos nos apartaría del pensamiento del autor. Se trata trata de una actitud actitud crítica crítica dentro dentro del mismopensamiento del autor. autor. Es un ver hasta hasta qué punto el pensamiento, iento, las afirm afirmaciones, las las pruebas y las conclusiones conclusiones del
CAPÍTULO II
MECANISMOS MECANISMOS VISUALES V ISUALES La lectura pone simultáneamente en juego dos mecanismos inseparables: la vista y la comprensión men-
tal. Si uno de ellos falla, en cualquier sentido, de inmediato se reflejará este defecto en la eficiencia total de la lectura. Dejando para más adelante el estudio y el modo de mejorar la comprensión, vamos a tratar ahora detalladamente sobre los mecanismos de la percepción visual.
PERCIBIMOS PERCIBIMOS CONJUNTOS
En primer lugar hay que destacar que los experimentos realizados sobre la lectura lect ura demuestran qu que e la percepción es un fenómeno global de integración. Esta tendencia se va haciendo cada vez más clara e intensa
conforme la persona va madurando psicológicamente. Esto quiere decir que la lectura l ectura va evolucionando desde el punto de vista de la percepción, hacia la captación de conjuntos cada vez más amplios.
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ANTONIO BLAY
LECTURARÁPIDA RÁPIDA
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El primer paso, el más elemental, es la lectura letra
A continuación encontrará usted dos páginas con
por letra. Es la etapa del niño que aprende a leer. Este módo de leer es luego superado al descubrir la
un grupo de palabras distribuidas en colum columnas. Lea las palabras de la primera página de arriba abajo,
existencia de un conjunto, muy simple todavía, al que damos el nombre de sílaba. En esta etapa aún no puede decirse que exista una lectura verdadera, pues en realidad no hay una autén-
Para poder realizar bien este ejercicio conviene que se ayude con una cartulina, o una hoja de papel, en
tica actividad mental de interpretación. Las sílabas
por 3 cm. de ancho. A través de la ranura usted sólo
no tienen en sí significado alguno. La lectura por sílabas es todavía un proceso demasiado mecánico. El paso siguiente tiene lugar cuando el niño descubre la palabra entera como una unidad global con un significado propio. Aquí ya tenemos una verdadera
lectura, aunque muy elemental todavía. Este es un hecho fundamental que ha sido puesto de relieve por los modernos estudios psicológicos. No leemos las letras, ni las sílabas: lo que leemos son las palabras directamente, consideradas corno un conjunto total. Por eso los más recientes métodos de enseñanza de lectura para los niños en vez de comenzar por el
aprendizaje de las letras y sílabas, presentan directamente al alumno palabras enteras, acompañadas de su i magen o dibujo correspondiente. Desde el punto de
vista lógico parece que el orden a seguir debería ser: letras, sílabas y palabras. Pero si tenemos en cuenta el funcionamiento psicológico de la percepción, el orden correcto es el inverso: primero la palabra como algo que tiene en sí un sentido completa, y sólo después es cuando podemos comprender el porqué y el para
qué de las letras. Podemos reali lizar un experim imento sencil illo lo que nos convencerá fácilmente de que al leer son las palabras lo que leem leemos como conjuntos y no las letr letras as o las las sílabas sílabas por separado.
columna tras columna, a la mayor velocidad posible. donde haya practicado una ranura de 1/2 cm. de alto
podrá ver una única palabra. Cuando esté preparado vaya deslizando la cartulina sobre las tres columnas
de palabras sucesivamente. Deslice la cartulina lo más rápidamente posible no deteniéndose más que el tiempo justo para poder captar el significado de cada palabra. Al terminar de leer la primera página anote
los segundos que haya tardado en hacerlo. Haga lo mismo con las tres columnas de la página siguiente, anotando también los segundos que tarde
en leerla:
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ser
del
sino
el
como
peso
con
aquí
con
eso
tema
dos
uno
otro
sol
la para
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LECTURARÁPIDA RÁPIDA
verdadero
animal
pri prin ncipa ipal
pa palab labra
existir
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po posible
nosotros
ambición
capacidad
solidez
cobarde
masa
conseguir
ejercicio
provecho
solo
tal
seguro
lentitud
ejemplo
usar
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rapidez
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vida
escribir
riqueza
necesidad
que
algo
cada
velocidad
gimnasia
conducta
mal
casi
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secreto
facilidad
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sin
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cualidad
lectura
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por por
van
mi
ventana
desarrolla
interés
más
mano
arte
siempre
serenidad
máximo
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carácter
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mesa
nada
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dominio
pro profundo
no
moda
luz
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hay
todo
ella
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los
toma
esto
consulta
cantidad
interior
ya
pre preo ocupación ión
realidad pe perso rsona entonces
pro prote test sta ar
condición
poderoso
experiencia
externo
despierto
po pobrez reza
Las palabras contenidas en la primera página son más bien cortas (de 3 ó 4 letras). En total suman
CAMPO VISUAL
201 letras.
Las palabras de la página siguiente son más largas y tot totali aliza zan n 471 letra letras, s, es deci decir, r, 2 y 1/2 1/2 vece veces s más. más. Si usted compara el tiempo que ha invertido en leer cada una de las páginas observará que para leer la segunda no ha empleado un tiempo 2 y 1/2 veces mayor.
Esto le prueba claramente que su lectura no ha sido letra por letra, ni siquiera sílaba por sílaba. Este mecanismo es muy importante y ofrece una base segura para poder aumentar nuestra rapidez de lectura.
Es muy posible que el tiempo que usted ha inver-
tid ido enleer la se segunda página haya sido superior al de la pri rimera, a pesar de que el número de palabras es el mism smo. Esto in ind dica que su habili lid dad para leer las palabras corno conjuntos puede ser perfeccionada. Este es precisamente uno de los primeros objetivos, aunque no el más importante, de los cursos de lectura.
Hacer que se desarrolle plenamente su capacidad de leer cada palabra, como un conjunto global de un solo golpe de vista. Esto requiere que usted se familiarice con las palabras, con su forma o silueta. Que cada palabra se convierta para usted en un símbolo de significado pleno. Del mismo modo que al ver un caballo pintado inmediatamente, de un golpe de vista, nos viene la ima-
gen y la idea del animal, así cada palabra en su con junto, junto, por su «silue «silueta» ta»,, debe debe ser capa capaz z de de evoc evocar ar en usted, inmediatamente, la idea correspondiente. Pero, como vamos a ver, este no es más que el primer paso en el mejoramiento de nuestra percepción.
Acabamos de ver cómo la lectura tiende a ser un proceso de integración, de interpretación de conjuntos más que de análisis. Esto lo hemos visto por lo que se refiere a las palabras aisladas, en sí mismas. Por nuestra capacidad de percepción puede extenderse mucho más allá de una simple palabra. A pesar de que el estado actual de muchos lectores apenas llega a ser de una lectura palabra por palabra, palabra, la realidad es que existe la posibilidad de leer a través de conjuntos más amplios. Los experim imentos y lo los estud udios r re ealiz izados por el gran oftalmólogo Emilio Javal sobre el movimiento de los ojos al leer, le permitieron itieron llegar llegar a la conclusión de que un lector hábilmente entrenado puede llegar a abarcar en un solo golpe de vista de 15 a 20 signos, es decir, unas tre res o cuatro ro palabras. Inmediatamente se comprende la enorme diferencia que hay entre un lector «palabra por palabra» y otro que sea capaz de leer de una sola vez grupos de varias palabras.
El desarrollo de esta habilidad se logra en los cursos de lectura mediante ejercicios o textos especialmente preparados preparados de modo que la di distribución stribución de las palabras en grupos cada vez más amplios va estimulando la capacidad latente del alumno hasta lograr una notable amplitud de su campo de visión. Para poder leer captando de una sola vez un grupo de varias palabras es necesario estar atento y concentrado en la lectura. Algunos autores afirman que esto es lo único que habría que desarrollar. Según ellos los ojos no nece-
sitan ni pueden ser entrenados porque de por sí ya tienen una gran capacidad y amplitud de visión. Nosotros creemos que hay que distinguir entre la capacidad de visión que tienen nuestros ojos, y el uso real que hacemos de ella. Evidentemente la mayor parte de personas no suelen hacer uso, o mejor dicho, no saben
hacer uso de esa capacidad. Los ejercicios prácticos a que antes nos referíamos tienen por objeto hacernos ver cuáles son nuestras posibilidades y estimularnos y enseñarnos a adoptar la actitud mental apropiada para poder leer a través de estos conjuntos más amplios de varias palabras.
FIJACIONES
El movimiento de los ojos mientras leemos está directamente relacionado con la rapidez de percepción y sobre todo con la amplitu d de visión, o con el cam po visual, que hayamos conseguido desarrollar. Tenemos la im presión de que al leer los ojos se van
deslizando de un modo continuo a lo largo de cada línea. Pero en realidad no es así. Nuestros ojos recorren cada línea dando pequeños saltos y haciendo pequeñas
paradas en diversos puntos de la línea. lí nea. Es en estas paradas cuando el ojo ve el texto escrito; cuando se mueve, cuando hace el salto de un punto a otro, no puede ver nada. Cada una de las paradas que realiza el ojo al recorrer la línea escrita es lo que se llama fijación.
Los estudios y experimentos realizados sobre el movimiento de los ojos han demostrado que en estas paradas o fijaciones se invierte el 90 % del tiempo empleado en la lectura.
Los movimientos intermedios son muy rápidos y sólo ocupan un 10 % del tiempo total. Este mecanismo mecanismo ofrece la posibilidad posibili dad de acelerar enormemente la velocidad de la lectura. Esto podría realizarse en dos sentidos. Por una parte disminuyendo el tiempo dedicado a cada fijación, y por otra haciendo que el número de fijaciones por línea sea más pequeño.
Si nos atenemos al simple hecho de la percepción, visual se ha comprobado que en sólo 1/100 de segundo es 7osible ver un grupo de palabras que totalicen hasta 20 letras-espacio. Pero en la lectura nunca se alcanza este ritmo porque además de la percepción visual el cerebro necesita un tiempo para interpretar los signos y captar su significado. Esto exige alrededor de 1/5 de segundo.
Esta debería ser aproximadamente la duración de cada fijación. Pero sólo los buenas lectores reducen al mínimo el tiempo de cada fijación. Sin embargo hay que reconocer que el ahorro de tiempo que puede hacerse al disminuir la duración de cada fijación no suele ser en general muy grande, aunque aunque puede suponer un tercio, o más, del tiempo t iempo empleado. Es sobre todo en el segundo aspecto, en lo referente
al número de fijaciones por línea, donde el ahorro de tiempo puede ser verdaderamente considerable.
El lector deficiente hace las fijaciones más largas, pero sobre todo hace muchas más fijaciones que las necesarias.
Tenien Teniendo do en cuen cuenta ta que que el el cam campo po visu visual al pued puede e llellegar a abarcar unas cuatro palabras se deduce que el número de fijaciones puede y debe reducirse a tres o dos por cada línea, en vez de las seis o siete que suelen hacer los lectores no entrenados.
El éxito es una cuestión de trabajo.
A modo de ejemplo le ponemos a continuación un texto distribuido en fijaciones. El punto indica el lugar
donde el ojo se detiene, y la raya la amplitud del
campo visual. El mismo texto está repetido tres veces. El ejemplo a) contiene tantas fijaciones como palabras. Así lee la persona poco acostumbrada a leer. En el ejemplo b) el mismo texto se lee en cuatro fijaciones en vez de siete. Así es como suele leer la persona que tiene costumbre de leer, pero sin entreno en las técnicas de lectura rápida. El ejemplo c) es el modo habitual de leer que puede conseguir una persona entrenada.
Ejemp Ejemplo: lo:
a)
La lectura rápida es un logro apasionante.
Vea el ahorro tan grande de tiempo que supone el modo de leer según el ejemplo c) comparado con el a). Sin tener en cuenta que las fijaciones que hace c) pueden ser más breves que las de a), y aten atendi dien endo do simplemente al número de fijaciones realizadas, vemos que c) lee casi cuatro veces más aprisa que a). Ya se ve de inmediato las enormes posiblilidades que esto significa en orden a la rapidez y al ahorro de tiempo en la lectura. Pero para conseg eguir este ri ritm tmo de dos o tres fij ijaciones por línea no basta la simple habilidad perceptiva. Es preciso una buena concentración mental a fin de
El éxito to es una cuestió ión detrabajo.
b)
La lectura rápida es un logro apasionante.
El éxito es una cuestión de trabajo.
c)
La lectura rápida es un logro apasionante.
poder captar los conjuntos de palabras como algo que tiene un significado, como algo a través de lo cual se nos comunica un pensamiento.
De hecho siempre que la actitud mental es defiente al campo visual se estrecha. La amplitud mental es condición indispensable indispensable para poder hacer uso de toda nuestra capacidad capacidad de visión y de percepción. Pero este es un tema que lo trataremos más detenidamente al hablar de la comprensión y de la actitud mental correcta.
CAPÍTULOII II I
DEFECTOS EN LA PERCEPCIÓN PERCEPCIÓN YDEL APRENDIZAJE LAS REGRESIONES
Uno de los defectos que más perjudican a la rapidez de la lectura es el hábito de vi .ver atrás para ver de nuevo lo ya leído. leído. Esto es lo lo que se llam llaman las regresiones. Hay ciertamente algún tipo de regresiones que están jus justi tifi fic cadas, pero hay muchos casos en que el reg regres resar no está justificado justificado aunque lo pudiera parecer. Estas son las regresiio ones que hay que evita tar a to toda costa.
Examinaremos en primer lugar cuáles son los motiv tivos por los que uno siente la la tend tendencia a regresar.
En general se pueden agrupar en tres clases: a) b) c)
no haber captado la idea
no haber captado bien alguna palabra hábito de regresar.
hemos captado la idea hay que precisar más a qué se debe esta falta de comprensión. Puede ser que se trate de un texto difícil, o cuyo estilo es muy complejo y oscuro. Aq uí, realmente estaría justificado el volver atrás. Sin embargo aun puede ser más aconsejable seguir adelante hasta completar completar por lo menos el párrafo entero. Esto proporcionará, en la mayoría de los casos, una visión de conjunto que es quizá lo que necesitábamos para una comprensión más completa. De modo que lo más eficaz sería completar la lectura de todo el párrafo y volver luego sobre el pasaje que había quedado oscuro; o incluso a veces volver a leer todo el párrafo. Esto resultará más práctico que hacer una o varias regresiones esporádicas que nos harían perder más tiempo y que no acabarían de aclararnos la idea de un modo total. Otras veces la razón por la que no captamos algunas
ideas se debe simplemente a falta de at ención. Es preciso recordar, en este caso sobre todo, que la lectura debe ser siempre algo activo. Leer activamente significa leer con un propósito determinado, tener nuestro interés movilizado hacia algo y enfrentarse con el texto
escrito con la actitud de quien busca o quiere algo. Si no lo hacemos así no debe sorprendernos que nuestra atención se ausente con frecuencia.
b) Algunas veces puede ocurrirnos que no percibimos bien una palabra o, a causa de su grafismo, la confundimos con otra parecida. Si a través del contexto
nb podemos deducir cuál cra la verdadera identidad de la palabra confundida la única alternativa será el volver atrás y asegurarnos de qué se trata. Pero el
verdadero remedio es hacer desaparecer la causa de es-
tas confusiones. Supuesto que no
haya problema
de
atención, se trata de un defecto de rapidez y precisión en la percepción. Los ojos pueden adiestrarse a ver con más rapidez y precisión. Para esto existen diversos
tipos de ejercicios que agilizan la visión y mejoran notablemente notablemente la capacidad capacidad de percepción. Algunos autores muestran gran desconfianza frente a cualquier clase de entrenamiento de los mecanismos de la visión.
Sin embargo, aunque es cierto que la lectura es sobre todo un proceso mental, también hay que reconocer que los mecanismos visuales pueden ser perfeccionados y agilizados, como lo demuestran los resultados obtenidos en los cursos prácticos de lectura, y no hay por qué despreciar esta posibilidad real.
c) Finalmente, otra de las causas de las regresiones
es el hábito o costumbre de volver atrás. Esta costumbre suele venir enmascarada y falsamen fal samente te justificada por una excesiva preocupación de no perder nada, de asegurarse que hemos entendido bien todo lo anterior
y por por el el dese deseo o de de grab grabarlo arlo y reten retenerl erlo o mejo mejor. r. Pero esto es una equivocación. Aparte del tiempo enorme que se pierde, estas repetidas regresiones no son garan-
tía, en modo alguno, de una mejor comprensión y retención. En realidad ocurre todo lo contrario. Cada C ada vez que se vuelve atrás se rompe el hilo del pensamiento y al interrumpir su desarrollo normal se pierde de vista la finalidad última y su estructura global, para quedar enredados en uno u otro de sus aspectos parciales. Por eso no es nada extraño que los lectores excesivamente cuidadosos, que vuelven continuamente
atrás para no dejar escapar nada, nada, sean los que más se quejan y los que más dificultad encuentran en llegar
comprensión total de a una comprensión
lo leído.
La solución acertada consiste en seguir siempre ade-
lante aunque nos parezca que no hemos captado plenamente namente la idea. i dea. Si lo hacemos así, además de contrarrestar el mal hábito de regresar, descubriremos con asombro que habíamos entendido más de lo que pensábamos. De hecho, nuestros ojos y nuestro cerebro
captan más cosas de las que somos conscientes, conscientes, y lo único que necesitan es seguir todo el desarrollo del pensamiento para que cada aspecto particular cobre de nuevo relieve y se estructure orgánicamente orgánicamente en el conjunto. Este modo de leer activo y dinámico, que va directa y rápidamente rá pidamente hacia hacia la visión global del conjunto, es la forma más adecuada para llegar a una comprensión más plena del todo y de los detalles, así como el medio más fácil de asegurar su retención. Para aquellos lectores que son excesivamente escrupulosos con el texto, que están pendientes de cada una
de las palabras a fin de que nada se les escape, y que en todo momento están dispuestos a volver atrás para asegurarse de que han cogido bien las ideas, conviene recordarles unas observaciones que nos hacen los pro-
fesores de la Universidad de Columbia en su «Reading improvement improvement Programm»: «Durante muchos muchos años añ os se creyó que los lectores rápidos eran descuidados y superficiales. Se suponía que leyendo rápidamente no se podría captar el significado tan bien como a través de una lectura lenta. Se pensaba que leer con lentitud era necesario para leer con seguridad. Cuando se hicieron las expariencias estas suposiciones se vinieron
de un texto verdaderamente difícil, debemos aspirar a eliminar totalmente el hábito de regresar en nuestras
lecturas. Sin embargo, hasta que consigamos leer y comprender todo cuanto leemos sin necesidad de ninguna regresión, aún podemos hacer otra cosa que nos ayudará a eliminar cuanto antes este hábito. Si al leer una frase se nos escapa su significado, no debemos regresar de inmediato. Hay que seguir adelante hasta completar el párrafo. Si al final el pensamiento sigue oscuro y no hemos podido aclarar nada, será entonces el momento de regresar. Pero lo más importante es que tratemos de ver por qué se nos escapó el pensamiento y localizar exactamente la dificultad. Esto al principio puede exigirnos
un poco más de esfuerzo y de tiempo, pero es lo que nos enseñará más eficazmente a estar despiertos y a pensar realmente mientras leemos. A la larga este adiestramiento supondrá no sólo una notable economía
de tiempo, sino sobre todo una extraordinaria eficiencia en todas nuestras lecturas. Nos queda por mencionar un caso en que las regre-
siones deben ser admitidas sin ningún reparo. Es cuando se trata de estudiar con el propósito de memorizar, especialmente cuando se trata de libros técnicos con abundancia de datos que es preciso retener. Pero incluso en este caso la actitud activa e inteligente frente al texto nos permitirá una más rápida comprensión y asimilación con un menor número de repasos.
, abajo. Entonces, se comprobó que el < factor compren-
sión» de los lectores rápidos era mucho mejor que el de los lectores lentos. Y la razón de esto radica en el modo de trabajar de nuestro cerebro.» Como hemos visto, excepto en el caso de tratarse
LA SUBVOCALIZACIÓN SUBVOCALIZACIÓN
La vocaliz ización consiste te en leer la las palabras en voz alta o en acompañar la lectura con el correspon-
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ANTONIO BLAY
va directamente a la idea, sin agarrarse ni depender de
la palabra concreta escrita, ya va bien. En cuanto a la subvocalización-actividadsubvocalización-actividad-mental mental podemos decir que es una habilidad nueva y se relaciona con la capacidad de pensamiento abstracto. Cuanto mayor sea esta capacidad menor será la necesidad de pronunciación-interna.
Es claro que una gran capacidad de abstracción hará que nuestras lecturas sean cada vez más ágiles y más plenamente asimiladas.
De aquí se deduce cuál es el único remedio efectivo contra el defecto de la vocalización o subvocalización. El remedio consiste en leer activamente, es decir, en leer estando pendiente de captar directamente las ideas del autor. En la medida que nuestra mente se conecta con la mente y el pensamiento pensamiento del autor las palabras pasarán a un segundo plano, siendo un simple modo de expresión, uno de los muchos que podía haber empleado el autor, al que no hay que aferrarse como a lo más importante. Lo único importante es la idea que se nos trasmite.
CAPÍTULOI IV V
CARACTERÍSTICAS RÍSTICAS DE DE LA BUENA PERCEPCIÓN PERCEPCIÓN
En los capítulos anteriores hemos estudiado cómo funcionan los mecanismos de la percepción visual mien-
tras leemos. Hemos Hemos indicado la posibilidad y el modo de mejorarlos así como los defectos a evitar. Aquí queremos ofrecerle una especie de resumen o vista panorámica de lo que debe ser una percepción visual perfecta y de las cualidades que debe poseer.
Podemos enunciarlo enunciarlo de esta forma: la percepción perfecta debe ser: — rápida — precisa — amplia — rítmica Recordemos y comentemos brevemente lo que significa cada una de estas cualidades: Rápida. Nuestros ojos deben ser capaces de percibir en una fracción de segundo una palabra o un conjunto de palabras, al mismo tiempo que nuestra mente capta
el significado de las mismas.
Precisa. La rapidez de la percepción no debe ser un obstáculo para la precisión. De hecho si falta la precisión no hay una verdadera percepción. La falta de precisión es lo que conduce a confundir o a tomar una palabra por otra. Percepción precisa quiere decir percepción segura. segura. Todo T odo el entrenamiento entrenamiento sobre la rapidez de la percepción debe ir acompañado por el esmero en la precisión. Entonces el progreso es verdadero y seguro.
Amplitud. El buen lector aprovecha al máximo t oda la capacidad de visión que tienen los ojos. En una sola fijación o golpe de vista es posible abarcar tres o cuatro palabras. Para conseguir esta amplitud de percepción es fundamental una actividad mental centrada y despierta. Por eso el entrenamiento para ensanchar el campo visual debe ser al mismo tiempo un adiestramiento mental para estar atentos y pendientes en pri-
mer lugar del significado que se esconde tras las palabras escritas.
Ritm itmo. El ritm ritmo en la lectura es el resultante resultante de la rapidez rapidez y de la amplitud plitud de la percepción. Leer rítmicamente significa ir distribuyendo regularmente las pausas o fi fijaciones jaciones a tr trav avés de cada una de las lín íneas escrit itas. s. El ri ritm tmo es nuestra ra manera de andar por un escrito. Cuando la mente sabe adónde va, es decir, ir, cuando sigue con inteligencia inteligencia el desarrollo desarrollo de las ideas, y cuando la percepción visual ha alcanzado un buen grado de rapidez y amplitud, surge de modo espontáneo un estilo de leer sumamente ágil y cómodo. El ritmo no hay que considerarlo como algo rígido e invariable; es más bien una cierta armonía, suavidad y regulari ridad. El rit itmo se rompe cuando unolee a
sacudidas, con paradas y arranques bruscos, o cuando
uno siente la tendencia, más o menos frecuente, de regresar sobre lo que acaba de leer. Leer con ritmo es ir avanzando suave pero firmemente sobre cada línea del texto a través de un número
regular de fijaciones, que son medidas y realizadas, más que por un automatismo rígido de los ojos, por la misma mente que con una actitud flexible y abierta dirige con plena lucidez todo el proceso de la lectura. Este modo de leer tiene la ventaja de ser, no sólc) más eficaz, sino también mucho más descansado. Los ojos no tienen que hacer esfuerzos inútiles para realizar regresiones u otros movimientos bruscos, y además
el hecho de poseer un gran campo visual y de poder en consecuencia reducir al mínimo el número de fija-
ciones por línea, hace que les ahorremos gran cantidad
de movimientos con la consiguiente disminución de esfuerzo y de fatiga. Hasta aquí hemos visto cómo funcionan las mecanismos visuales durante la lectura, y qué condiciones debe reunir la percepción visual para que la podamos considerar perfecta.
Pero esto no constituye más que una parte del entrenamiento que se realiza a través de los cursos de lectura. Ni siquiera es ésta la parte más importante. Lo esencial de la lectura es la comprensión y la actividad mental correcta. Ya le hemos insinuado anteriormente, pues, incluso
la misma percepción visual no puede llegar a ser perfecta si falta fal ta esa actitud mental correcta. En los próximos capítulos iremos examinando los diversos aspectos relacionados con la comprensión.
PARTE SEGUNDA
LA COMPRENSIÓN
El lenguaje oral u escrito es esencialmente esencialmente un medio de comunicación. La importancia de los símbolos o de las palabras es simplemente relativa, en cuanto que son instrumentos o vehículos del pensamiento.
Cuando nos encontramos con un libro, con un artículo o con cualquier clase de escrito, nuestro deseo principal, nuestro auténtico propósito debe ser conocer
y des descu cubr brir ir ese ese pens pensam amien iento to que que el auto autorr tenía tenía en la mente y nos ha querido transmitir a través de las nos palabras.
Es muy importante tener clara conciencia de esta finalidad, pues aunque parezca muy lógico que debe ser así, en realidad son muchas las personas que emprenden sus lecturas de una forma bastante mecánica,
sin saber exactamente por qué o para qué están le yendo.
Es igualmente igualmente importante saber cuáles son los patrones, esquemas o moldes generales que puede adoptar la expresión del pensamiento. En cierto modo vienen a ser
como el camino que ha escogido el autor para
explanar su pensamiento. Si estamos familiarizados con todos los posibles modos de expresión nos será mucho
más fácil reconocer en un momento momento dado cuál es el camino que ha escogido el autor para llegar hasta nosotros con su pensamiento, y nosotros, por nuestra
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pa parte rte, estare tarem mos en las las mejor jores condicio icion nes para poder recorrer el mismo camino en sentido sentido contrario y llegar llegar hasta la la misma fuente del pensamiento to, es decir, r, la mente y la intención del autor. Sólo entonces hay una verdadera lectura, cuando se establece esta comunicación entre el lector y el autor. En este capítulo estudiaremos los modos básicos de la expresión del pensamiento, centrándonos alrededor de dos puntos fundamentales:
—e —el estudio del párrafo como unidad de pensamiento, y —el —el estu studio de la estru tructura tura glob lobal de un artíc rtícu ulo como patrón general de la expresión del pensamiento.
CAPITULO V
EL PÁRRAFO PÁRRAFOCOMO UNIDAD IDAD DE PENSAMIENTO PENSAMIENTO
En la escritura los párrafos vienen indicados por el uso del punto y parte. Pueden estar constituidos por una sola frase, pero en general incluyen varias frases u oraciones completas. Lo esencial del párrafo es que todo él gira alrededor de una sola idea. Al menos así debería ser, y como norma general es así. Ya veremos más adelante las excepciones que pueden presentarse y el el mod modo o com como debe debem mos manej anejar ar esto estos s párr párraf afos os.. PÁRRAFONORMAL a) ESTUDIO DELPÁRRAFO
Primeramente nos detendremos detendremos en el estudio de lo que podríamos denominar párrafo normal, su estructura interna y sus modalidades. Esta será la base para
saber luego reconocer los párrafos pá rrafos anormales que podamos encontrar.
El estudio de los párrafos es de suma importancia. Como dice N. B. Smith: «Ninguna técnica puede ayudarnos tanto a mejorar nuestra lectura como el apren-
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ANTONIO BLAY
LECTURA RÁPIDA
der a leer bien cada párrafo.» (1). Y según P. Leedy: «La manera cómo una persona lee cada párrafo, indica si ha alcanzado la habilidad y madurez característica del lector lector verdaderamente eficiente» eficiente» (2).
dez y facilidad de comprensión, pues todas ellas no son
Al enfrentarnos con un párrafo lo primero que debemos hacer es considerarlo como una unidad de pensa-
miento. A través de las palabras y de las distintas frases que lo componen debemos estar pendientes de encontrar cuanto antes la idea básica, fundamental, que
el autor nos ha auerido comunicar. LA FRASE PRINCIPAL
Normalmente esta idea viene expresada en una de las frases del párrafo. Es lo que llamaríamos la frase principal. Todas T odas las demás se agrupan de un modo natural y lógico alrededor de la frase principal, de modo que cada una de ellas no hace más que ampliar,
concretar o presentar diversos aspectos de la misma
idea central. La habilidad en leer un párrafo consistirá,
pues, en descubrir de un modo rápido y seguro esta idea central y la frase que la representa. La colocación de la frase principal dentro del párrafo no es uniforme. Muchas veces va al principio, pero puede encontrarse igualmente en medio o al final del párrafo. Los párrafos más fáciles de leer son aquellos en que
la idea principal viene expresada en la primera frase. El lector no tiene ya que esforzarse en buscarla a través de todo el párrafo, y además a la luz de esa idea central se puede leer las demás frases con gran rapi(1) N. B . SMITH: «Read Faster er an and get more from Your Reading». (2) P . LEEDY: «Improve your re reading».
más que una confirmación o explanación de lo que se ha dicho en primer término. Vea, por ejemplo, el párrafo siguiente:
«La convergencia de pensamientos hacia un objetivo bien definido favorece la elocución incluso en razón de la animación que ella da a todas las facultades psíquicas. Dedos hombres cuyos medio ios fuera ran idén éncos, si uno concibiera un objetivo preciso al cual subordinase todas sus actividades físicas y morales, muy pronto se expresaría incomparablemente mejor que el otro. Así se observa a veces un cam bio bio conside iderab rable, le, ocurrid rrido o en algu lgunos días ías, en la manera de hablar de un individuo. La facilidad, la ele legancia, le han venido como por arte te de magia. y es porque lla a repercusió iónen sí mism smo de una avidez fuerte, súbita, tenaz, ha centrado toda su vida psicológica en torno de una preocu pa pación ión pred redomina inante. te. Inversamente: te: que la adversidad desorganice desorganice momentáneamente entáneamente la vida vida mental de aquel que hasta entonces había elegido un po polo hacia el cual ten tendía, ía, y la coheren rencia de su verbo se resentirá en seguida.»
En este párrafo la idea central está claramente expresada en la primera frase: «La convergencia convergencia de pensamientos samientos hacia un objetivo bien definido favorece la elocución.» Todo lo demás es el desarrollo lógico del contenido de esta frase. Si la frase principal se encuentra al final de párrafo
el lector encontrará que ella viene a ser como la afirmación definitiva o la conclusión general de todo el
párrafo. Las otras frases no hacen sino preparar el terreno por medio de consideraciones y afirmaciones parciales que apuntan progresivamente progresivamente hacia la conclusión final. Es como una maduración interna del pen-
samiento que llegado el momento oportuno puede ya expresarse de un modo pleno y total. El lector advertirá que se trata de un párrafo de esta clase cuando las distintas frases que va leyendo
parecen ser otros tantos esfuerzos del pensamiento por ir abriéndose el camino hacia una verdad o afirmación más amplia y general. Su mente deberá estar alerta y a
la espera de que aparezca esta frase crucial que resumirá y completará todo el esfuerzo precedente dándole
su pleno sentido y significado. El párrafo siguiente es de este tipo:
«Antiguamente, los canales navegables existía ían sólo en los países lla lanos. Sin embargo, el hombre no ta tardó en aventu turars rse a ta tarea eas más difíciles, llevando la comunicación sobre el agua
a las zonas montañosas, incluso más allá de las líneas divisorias de aguas. Hoy día, el problema téc écnico estr trib iba más que nada en las enormes dimensione3 y en la obtención del agua necesaria pa para esto stos giga igantes tes de la navegación ión, pues, las las antiguas obras son verdaderos pigmeos al lado de las actuales. Hoy día, las diferencias de nivel y las líneas líneas divisorias se vencen mediante esclusas escalonadas o elevadores de buques. Profundas incis isio iones abren el dorso de las montañas.
Túneles para buques cruzan, como como ríos ríos vacíos, las montañas. Puentes cruzan por encima de carreteras, ferrocarriles y ríos. El máximo triunfo son lo los canalle es marít ítim imos, ya unan océanos o
mares a través de desiertos, montes y selvas, ya en form rma de canales lleven el tráfico transoceáni-
co hasta el interior interior de los continen tinentes. De esta manera, en la actualidad, las comunicacione's marít ítim imas son un fenómcno usual donde an t. era casi desconocido.»
Después de una enumeración en la que el autor pasa revista al desarrollo de las vías navegables, la última frase es un verdadero resumen de todas las consideraciones precedentes. Otras veces la frase principal puede ir en medio del
párrafo. Aquí el pensamiento pensamiento estará desarrollado, en general, a manera de un movimiento pendular. La primera parte del párrafo será un preámbulo o una preparación que culminará con la aparición de la idea central. La segunda parte será una prolongación de esta idea a modo de aclaraciones, confirmaciones o consecuencias.
Observe cómo se va desarrollando el pensamiento en el párrafo siguiente:
«El hombre, por sus sentimientos y sus costumbres, tie iende a considerar ar como carente te de
toda trascendencia su capacidad para modificar la estructuración estructuración de la la tierr tierra a en comparación conlas fuerzas fuerzas naturales. Se suele hablar con complace cencia de la debil ilidad del hombre, que lucha como un enano frente a la gigantesca naturaleza. Esta subestimación estaba justificada en tiem tiempos pretéri pretéritos, tos, pero ya ha sido superada y
no es válida hoy en día. Por intrascendente que sea la potencia física del hombre aislado, su fuerza es enorme por la asociación y por las directri-
ces del ingenio humano. Estas tuerzas han modificado radicalmente la faz de la tierra en amplias regiones. El proceso que han seguido desde los pri prin ncipio ipios s de la humanida idad, hasta bien ien adentra trados los tiempos históricos, apenas tiene interés. Sin embargo, se incrementó de manera ingente desde que, a parti tir de 1800, hizo su aparici ción la era de la máquina y el poder del hombre em pe pezó a mult ltip ipli lic carse rse bajo el sign igno de la téc técnica ica mecánica que florecía. Hoy día se ejercen acciones sobre la naturaleza con un vigor antes insos pechado.» pechado.»
miento llega a su punto culminante, es decir: la frase central. No obstante en orden a localizar con más facilidad la frase principal podemos señalar otra técnica suplementaria que puede ser de gran utilidad. util idad. Hemos partido del supuesto de que cada párrafo contiene una idea principal, y solamente una. Esto es lo normal, aunque, como ya hemos observado, puede haber excepciones. Lo primero que debemos hacer, en consecuencia, es
observar cuál es la palabra que más se repite y que domina todo el párrafo. Esta palabra representará un objeto, una persona, una cualidad, algo, en fin, en torno
Después de unas frases introductorias en las que el autor va desechando las posibles objeciones llegamos a la mitad del párrafo donde encontramos claramente formulada la idea central: «Por intrascendente que sea la potencia fí física sica del hombre aislado aislado, su fuerza es enorme por la asociación y por las directrices del ingenio humano.» A partir de este punto las demás frases no hacen más que explicar el alcance y el modo como se ejerce la fuerza del hombre sobre la naturaleza.
a lo cual gira toda la exposición. No es preciso que sea la misma palabra la que se repita. A veces veremos que el autor emplea sinónimos,
o que en algunas frases emplea un pronombre. Lo importante es darse cuenta de que en todos estos casos se está refiriendo refi riendo siempre a la misma idea, al mismo objeto.
Una vez que hemos localizado e identificado esta palabra, estamos ya en condiciones de poder encontrar la frase central del párrafo. En general todas las frases
Cuanto acabamos de exponer es de suma importan-
tendrán alguna relación con la palabra clave, pues todo el párrafo gira alrededor de la misma. Pero la cualidad básica de la frase principal es siempre su carácter global o de inclusividad. En cierto modo ella encierra en sí todo lo que se expone en las demás
adoptar cuando empieza la lectura de cualquier párra-
frases. La frase principal será, pues, aquella donde se esta-
LOCALIZACIÓN DE LA FRASE PRINCIPAL PRINCIPAL
cia para que el lector sepa qué actitud mental debe
fo. Esta actitud mental es la que le permitirá sintonizar rápidamente con el movimiento del pensamiento dentro del mismo párrafo, y la que le hará capaz de descubrir con seguridad el momento en que el pensa-
blece la afirmación más amplia, más general, y que puede considerarse como el resumen de todas las demás.
COMPROBACIÓN DE LA FRASE PRINCIPAL
Para asegurarse de que la elección ha sido correcta hay dos medios que pueden ayudarle.
En primer lugar si usted suprime la frase principal notará que el párrafo queda como truncado o incompleto. No aparece claro el significado del párrafo como conjunto. Mientras que si suprime una frase secundaria apenas si varía el sentido general del párrafo. El otro medio de comprobación consiste en ir le yendo yendo una una por por una una las rest restan ante tes s frase frases s del del párr párraf afo, o, y antes o después de cada una, repetir de nuevo la frase principal.
Si la elección fue realmente acertada veremos cómo cada una de las frases se relaciona de un modo natural
con la frase central formando ambas un todo bien lógico y coherente.
IDEAS O FRASES SECUNDARIAS
Aunque Aunque pueden encontrarse a veces párrafos que no contienen más que una idea y una sola frase, lo más
frecuente es que cada párrafo esté compuesto por un conjunto de diversas frases. Una de ellas suele expresar la idea del autor de un modo más claro y más total
que el resto: es lo que llamábamos la frase principal. Ella contiene la idea central del párrafo. Las demás frases le sirven al autor para explanar de un modo más detallado todos los aspectos e implicaciones, que él tenía en la mente, cuando escribió la frase principal.
Ya hemos visto la importancia que tiene el saber
localizar rápidamente la frase principal. Esto nos pone
directamente en posesión del núcleo central del párrafo. Descubrir Descubrir la frase principal es captar de inmediato la esencia misma del párrafo. Esta habilidad, abre enormes posibilidades para el lector. Leer pendiente de las ideas es introducir un valioso elemento de dinamismo en la lectura. Saber, captar y comprender con rapidez la idea central es iluminar de golpe todo el conjunto del párrafo poniéndonos en situación de poder recorrer rápidamente todo
su contenido. La correcta comprensión de la idea principal nos da la l a posibilidad de comprender comprender acertadamente el valor y alcance de las diversas partes complementarias que integran el párrafo. En el capítulo anterior expusimos el modo de llegar a descubrir con seguridad y rapidez la idea central de cada párrafo. Pero para perfeccionar el modo de leer cada párrafo es muy útil también que tengamos una idea clara del modo como las demás frases del párrafo, las frases secundarias, pueden ir ampliando, desarrollando o ma-
tizando la idea expuesta en la frase principal. Esto es lo que vamos a ver ahora. En general, hay cuatro formas o maneras de explanar la idea central a través de las frases secundarias: — por repetición — por contraste — por ejemplificación — por justificación Por repetición: cuando se mantiene exactamente exactamente el mismo contenido contenido de la frase principal, variando simplemente las palabras. Muchos de los párrafos que comienzan estableciendo la idea central en su primera
frase, suelen terminar con otra frase, semejante semejante a la la primera en la que a modo de conclusión se vuelve a repetir la idea fundamental. Pero también pueden encontrarse este tipo de frases fr ases en cualquier otra parte del párrafo. Por contraste: estas frases son muy eficaces para hacer resaltar la idea principal. El autor quiere impresionarnos y dejar bien claro cuál es su verdadero pensamiento, indicando y rechazando de plano lo que no es su pensamiento.
Por ejemplificación: los ejemplos sirven para hacernos comprender el alcance de la idea principal a través de casos y aplicaciones concretas. concretas. Una verdadera comprensión de la idea central haría superfluos los ejemplos, de modo que pueden, muy bien, ser pasados por alto cuando existe esa comprensión. Pero en la práctica los ejemplos suelen ser una de las mejores ayudas para llegar a comprender de verdad lo que iba implicado en la afirmación general. Por justificación: este tipo de frases contienen razones o argumentos que apoyan la afirmación establecida establecida
en la frase principal. Ayudan a su mejor comprensión en el sentido de que una idea se entiende más profundamente en la medida que conocemos mejor cuáles son los fundamentos lógicos o racionales que la sostie-
nen y apoyan. Estos son los diversos modos cómo las frases subor-
dinadas contribuyen a aclarar y desarrollar el contenido de la idea principal. A modo de ejemplo vamos a transcribir un párrafo
algo extenso sacado de la obra La incógnita del hombre, de Alexis Carrel. «Cualesquiera que sean nuestras penas o nuestras alegrías, y la agitación del mundo, nuestros órganos apenas si varía ían su ritm tmo interi rior. Los cambios químicos de las células y de los humores continúan imperturbables. La sangre late late en las arterias arterias y corre a una velocidad casi constante por los innumerables capilares de los tejidos. Existe una notable diferencia entre la regularidad de los fenómenos que se producen dentr tro de nuestro ro cuerpo yla extraordinaria ia varia iabilid idad de nuestro medio ambiente. Nuestros estados orgánicos son muy estables. Pero su estabilidad no equivale a un estado de reposo o de equili librio io. Se debe, por el contrario, a la incesante actividad de todo el organismo. Para mantener la constancia de la la composició ión de la sangre y la la regularid idad de su circ rculació ión se requie ier re e un número inmenso de procesos fisiológicos. La tranquilidad de los tej ejid idos está asegurada por medio de los esfuerzos convergentes de todos los sistemas funcionales. Ycuanto más violenta e irregular irregular es nuestra vida, mayores son estos esfuerzos. Porquela bruta talid idadde nuestra ras rela laciones conel mundo cósmico no debe nunca turbar la paz de las as célu lulas y de los humores de nuesttr ro mundo interior.»
En este párrafo no existe una palabra única que se repita a lo largo de las distintas frases; pero sí podemos observar la presencia de varias palabras semejantes que desempeñan el papel de palabra domi-
nante y que apuntan a un mismo objeto to o tema fun-
damental: ritmo ritmo,, imperturbables, imperturbables, constante, regularidad, estables, estabilidad, reposo, equilibrio, constancia, tranquilidad. ¿Cuál es la frase en que el autor hace la afirmación más general sobre la 'palabra o tema dominante? Quizás usted ya la haya descubierto. Es la primera: «Cualesquiera que sean nuestras penas y nuestras alegrías, y la agitación del mundo, nuestros órganos apenas si varían su ritmo interior.» Observe como las demás frases frases no son son más más que un desarro rollo lo oexplanació ión de la fra rase princip ipal. Cada una aporta un matiz atiz particular particular o aclar aclara a una faceta especial del tema fundamental. Unas repiten la misma idea principal:
«Los cambios químicos de las células y de los humores continúan imperturbables.» Otras son ejemplos: «La sangre late late en las arterias arterias y corre a una velocid idad casi constante por los in innumerables capilares de los tejidos.»
O contienen una comparación:
«Existe una notable diferencia entre la regularidad de los fenómenos que se producen dentro de nuestro cuerpo y la extraordinaria variabilidad de nuestro medio ambiente.» O insisten de nuevo en la idea principal:
«Nuestros estados orgánicos son muy estables.»
O rechazan una falsa idea de lo que es el ritmo interior:
«Pero su estabilidad no equivale a un estado de reposo o de equilibrio.» O exponen su verdadera causa:
«Se debe por el contrario, a la incesante actividad de todo el organismo.» O indican los medios que aseguran la tranquilidad del ritmo:
«Para mantener la constancia de la composición de la sangre y la regularidad de su circulación se requiere un número inmenso de procesos fisiológicos.» «La tranquilidad de los tejidos está asegurada po por medio de los los esfuerzos convergentes tes de tod todos los sistemas funcionales.» O hacen una comparación:
«Y cuanto más violenta e irregular es nuestra vida, mayores mayores son estos estos esfuerzos.» O exponen de nuevo la idea principal haciendo resaltar su .carácter básico dentro de la vida orgánica:
«Porque la brutalidad de nuestras relaciones con el mundo cósmico no debe nunca turbar la'
paz de las células y de los humores de nuestro mundo interior.» IMPORTANCIA DE LEER POR LA IDEA
El lector que haya hay a desarrollado su habilidad para descubrir con rapidez la idea central de cada párrafo, y que que al al mism mismo o tiem tiempo po tenga tenga una una idea idea clara clara de los
No hay que desanimarse por el pequeño esfuerzo inicial que esto supone, pues queda ampliamente com-
pensado por el ahorro de tiempo y por el extraordinario aumento de comprensión que este entrenamiento trae consigo.
b ) PÁRRAFOS-EXCEPCIÓN
diversos modos como puede ser ampliada y comentada
a través de las distantas frases del párrafo, está en posesión de una de las técnicas más eficaces para rea-
lizar el mejor tipo de lectura. Por una parte tendrá asegurada una perfecta comprensión del pensamiento exacto del autor, gracias a su habilidad en reconocer las frases principales. Por otra parte su lectura podrá ganar en agilidad y en
Hasta aquí hemos hablado en el supuesto de que cada párrafo tiene una sola idea central, es decir, de los párrafos normales. Ahora examinaremos los párrafos-excepción que no se ajustan a este patrón general. En principio podemos afirmar que el lector que se ha entrenado en buscar en cada párrafo la idea central
sabrá reconocer y manejar con facilidad los párrafos pá rrafos
velocidad según sus deseos y la finalidad que pretenda.
anormales que se vaya encontrando.
central le hará comprender con facilidad cuándo puede. acelerar la rapidez en la lectura de estas frases conformándose con una simple ojeada superficial.
PÁRRAFOS CON MÁS DE UNA IDEA
En efecto, su destreza en advertir el papel que cada frase subordinada desempeña en relación a la idea
la medida que capte con mayor rapidez la idea central, y que le baste u na simple mi rada para adivinar en qué sentido amplía esta idea central cada una de las frases
Una primera clase de párrafos que se apartan de la regla general son los que contienen más de una idea mportante, esto es, dos frases distintas que es necei mportante, sario tener en cuenta si no se quiere perder nada de lo esencial del párrafo.
secundarias. Esto, desde luego, exige un entrenamiento metódico
uno, o de un párrafo que sólo en apariencia es uno,
Esto lo podrá hacer cada vez con más eficacia en
y con const stan ante te.. Es Es pre precis ciso o ejer ejercit citar arse se en el exame examen n de de muchos y diversos párrafos para dominar perfectamen-
te esta técnica. Precisamente una parte muy importante de nuestros cursos orales de lectura está destinada a desarrollar en los alumnos la capacidad de leer
y man maneja ejarr con con perf perfec ecció ción n toda toda clase clase de párr párraf afos os..
Aquí podría tratarse de un párrafo que es realmente
es decir, que de hecho hay dos párrafos o dos unidades diferentes de pensamiento, aunque externamente vayan
unidos a modo de un solo párrafo. En este caso, si a punto y aparte, nos remitad de párrafo hiciéramos punto sultarían dos párrafos completos de tipo normal. Cuando se trata de un párrafo único pero con dos
frases principales, el lector deberá integrar el contenido de ambas en una sola frase, que será la que repre-
sentará la verdadera idea central del párrafo. En este caso la idea resultante suele ser compleja, es decir, que
abarca dos o más aspectos sustanciales de la misma cosa. Sí el autor ha usado dos frases, en vez de una, para expresar la idea central, el motivo suele ser un deseo de mayor claridad en su exposición. A veces es más fácil darse a entender con dos frases más cortas que una larga. Pero el lector ha de estar sobre aviso y comprender que las dos son igualmente importantes en orden a una comprensión total del párrafo. Es precisamente esta unidad la que él debe recalcar al tratar de enlazar en una sola las dos frases del texto.
Veamos un ejemplo de esta clase de párrafos: «Luis Pasteur, hijo de un curtidor que había luchado en las tropas de Napoleón, trabajó infatigamente para convertirse en químico. En Lille estudió las fermentaciones en la fabricación de alcohol, descubriendo que no las motivaba, según se creía, un cambio químico, sino la acción de las ba bacteri teria as, nombre dado rec recien ientem temente a los los microorganismos descubiertos con el microscopio. Tras muchas contro roversia ias, sus teoría ías fueron aceptadas y así se fundó la bacteriología. Pasteur aplicó su estudio de la bacteria a las enfermedades, pri rimero de animales y planta tas y lu luegodel hombre. Descubrió que la epidemia que hacía estragos entre los gusanos de seda arruinando una industri ria de Francia, debíase se a una i mportante in ba bacteri teria a y mostró stró el modo de combati tirl rla a. Luego estudió el mortal ántrax del ganado, también de bid bido o a bacil ilo os, apli lic có el métod todo de vacunación ión
usado por Jenner para la la viruela e in inoculó con éxito al ganado un cultivo de bacilos del ántrax. Asimismo aplicó el principio inoculativo al tratamiento to dela hid idrofobia. Habiendo descubierto to tras muchos trabajos que los perros se inmuniza ba ban median iante la vacuna, ino inoculó a un ser humano y, como el remed remedio io tuviera tuviera éxito, su tratam tratamiento, iento, pa paulati latin namente, te, fue fue aceptad tado en tod todo el mundo.» ( R. FLENLEY, Historia del Mundo, pág. 223.) 223.) Aquí se destacan dos aspectos fundamentales de los trabajos de Pasteur que deben aparecer en la frase que
sirva de resumen a todo el párrafo: a) el descubrimiento de la acción de las bacterias; b) la aplicación de su estudio a los animales y a l hombre. Así, pues, la idea i dea central del párrafo podría expresarse con esta frase: «Pasteur descubrió la acción de las bacterias en las fermentaciones, y aplicó su estudio
a las enfermedades de animales, animales, plantas y luego del hombre.» SIN FRASE PRINCIPAL
Otras veces, por el contrario, nos podemos encontrar con párrafos en los que no existe ninguna frase que podamos considerar lo suficientemente amplia o representativa como para encarnar la idea central del mismo. Esto puede ser debido a dos causas: o bien el párrafo no contiene ninguna idea central; o bien la idea central está diluida a través de todo el párrafo. El primer caso: falta de idea central se puede dar principalmente en los llamados párrafos de transición. Estos párrafos son una especie de puente que unen dos.
párrafos con ideas más bien dispares. El autor se sirve
de ellos cuando quiere llevarnos de un modo suave de una a otra idea justificando, o simplemente preparando,
el cambio de rumbo en su pensamiento. En el segundo caso la idea central se encuentra, como hemos dicho, diluida a través de todo el párrafo. En general suele tratarse de frases de carácter narrativo o enumerativo, todas con afirmaciones de una importancia semejante y en todo caso parcial.
Aquí es el mismo lector el que ha de saber extraer la idea central. Para ello debe identificar, en primer lugar, la palabra clave sobre la cual giran todas las afirmaciones parciales. Después, considerando todo lo que se ha dicho de la palabra clave, componer una frase su-
ficientemente amplia amplia y general que englobe todas las afirmaciones particulares. La capacidad de realizar esta
síntesis, por medio de una frase única, sería el reflejo de nuestra auténtica capacidad de comprensión. El siguiente párrafo es un ejemplo de esta clase:
«Los «Los remadores eran expertos, pero la embarembarcación estaba sobrecargada, y comenzó a llenarse de agua cuando se hallaron a la mitad del estrecho. Se hicieron frenéticos esfuerzos para sacarla de allí, pero sin resultado. La barca se hundió, y desapareció, desapareció, y alguna algunas s de las cajas que transportaba se hudieron con ella, mientras otras otras quedaron flotando. Sus dos tripulantes hubieron de nadar en aquella rapidísima corriente, entre rocas salvajes.» ( WILLARD PRICE, El maravilloso Amazo69.) nas, pág. 69.) Este párrafo fo puede resumirs rse así: í: «Apesar de los esfuerzos y pericia pericia de los los remadores, la barca,
que estaba sobrecargada, se hundió, y los dos tripulantes tuvieron que nadar en aquella rapidísima corriente.» CAUSAS DE LOS PÁRRAFOS-EXCEPCIÓN
La aparición de los párrafos pá rrafos anormales puede tener varias causas. En primer lugar, no todos los escritores tienen la misma claridad de pensamiento, ni poseen
el mismo grado de habilidad para expresarse y darse a entender con facilidad. Esto puede reflejarse en la exis-
tencia de párrafos truncados o en los que la unidad lógica interna no aparece muy clara. Otras veces la división de los párrafos obedece a ra-
zones convencionales más que a leyes lógicas. Así, la costumbre de escribir con párrafos muy cortos, imitan-
do el estilo de los artículos y reportajes periodísticos, suele dar lugar a grupos de párrafos que muy bien podrían ir incluidos i ncluidos como frases de un párrafo conjunto, pues entre todos ellos no se hace más que desarrollar una sola idea básica. Lo importante es que el lector se dé cuenta de la unidad lógica que forman a pesar de su aparente división externa.
Tambi También én exist existen en los los párr párraf afos os de «apa «aparie rienc ncia ia». ». Aquí Aquí el autor se guía principalmente por el aspecto externo del texto escrito. Una página en que aparezcan pocos puntos y apartes se presenta siempre como algo dema-
siado sólido y ya de entrada da la impresión de dificultad y pesadez. Para salva" esta apariencia de agilidad el autor puede decidir la introducción de un punto y aparte si cree que un párrafo se está alargando demasiado, aunque su pensamiento no haya llegado a su completo desarrollo. Una vez más, será el lector el que
descubrirá rirá las las verdaderas unidades lógicas de pensamiento, a pesar de las apariencias apariencias externas.
Por suerte la existencia de párrafos anormales no suele ser excesiva y sobre todo no es difícil descubrirlos y manejarlos con acierto, siempre que haya precedido, como ya hemos dicho, el estudio y la práctica con los párrafos normales. Si el lector está bien adiestrado en la práctica de leer cada párrafo en función de su idea central, considerándolos como una unidad de pensamiento, nunca se sentirá desorientado cuando tenga que enfrentarse con un caso de estos.
CAPÍTULO VI
CURSO DEL PENSAMIENTO
En el capítulo anterior hemos visto cómo cada uno de los párrafos he de ser considerado como una unidad de pensamiento. Lo fundamental de la lectura es descubrir esa idea. ese pensamiento central que se nos comunica. Pero el pensamiento no es algo estático dentro del párrafo, sino sino algo dinámico, algo algo que sigue un movi-
miento, un proceso a lo largo de las distintas frases del párrafo. La frase principal establece con claridad el pensamiento central y marca la dirección básica del movimiento. Las demás frases, al mismo tiempo que van
desarrollando el contenido de la idea central, son también como otros tantos estadios o períodos en la evolución y movimiento del pensamiento. A este despliegue progresivo de la idea central es
a lo que llamamos curso del pensamiento. Lo característico de este movimiento consiste en que no siempre es estrictamente progresivo o de dirección única. A lo largo del párrafo podemos observar que a veces se detiene, que retrocede, o que reacciona para ponerse de
i mportante, se indica, por medio de las flechas conven-
nuevo en la misma dirección y sentido de la frase principal.
cionales, el papel que desempeña en el desarrollo del
Son detenciones en el desarrollo del pensamiento
curso del pensamiento.
las aclaraciones marginales que hace el autor, las refle-
«El lector atento podrá reconocer, cómo, a pe-
xione xiones s incid inciden enta tales les,, o las las duda dudas s que que se plan plante tea a y que que una vez resueltas, le permiten proseguir su exposición
> 4
sar de la agitación y de la prisa de la vida moder4 na, a pesar de los grandes desplazamientos en las
inicial.
Otras veces, no sólo se detiene, sino que, en cierta
forma, retrocede en la exposición de su idea, quizá para buscar unos antecedentes, o quizá para proponer unas
objeciones que inmediatamente él mismo nos solucionará. Estas variaciones en el curso del pensamiento, esta diversidad de frases y de funciones, son otros tantos medios que emplea el autor para ir aclarando su pensamiento y para lograr un mayor impacto y fuerza de impresión en la mente del lector. La finalidad es siempre la misma, hacer resaltar el contenido y la dirección de la idea central.
4
cantidades económicas, los problemas político4 económicos siguen siendo los mismos a través de -
los años, aun cuando, de vez en cuando, cambien
4
•
las personas, y por mucho que puedan transfor-
4
•
marse las instituciones. La lucha por la correcta
4
comprensión políticoeconómica forma parte, pa-
>
sando por encima encima de los años y los l os decenios, de a) EXPRESIÓN GRÁFICA
Gráficamente se puede expresar el curso del pensamiento subrayando con una flecha hacia la derecha aquellas frases que siguen un movimiento progresivo en la misma dirección de la idea principal. Las frases en que el pensamiento retrocede o se opone a la idea principal pueden indicarse con una flecha hacia la izquierda. Finalmente un línea de trazos discontinuos puede servir para señalar los sitios en que el curso del pensamiento se detiene por unos momentos. El siguiente ejemplo le servirá para ver esto con claridad: Al principio de cada frase, o de cada período
las libres conquistas de una libre ordenación so-
cial.» (LUDWIG ERIIARD, Bienestar para todos.) Observe como leyendo únicamente las frases subra-
yadas yadas con con una una flech flecha a dire direct cta a el el pen pensa sam miento iento del del aut autor or queda queda claro y completo. completo. Sin Si n embargo, al contrastarlo con las objeciones apuntadas en los otros períodos, la idea central aparece mucho más reforzada. El buen lector debe ser capaz de observar este flujo del pensamiento dentro de cada párrafo. En cada mo-
LECTURA RÁPIDA
mento 'debe ser consciente en qué punto se encuentra dentro del movimiento del pensamiento. Leer de este modo es realizar una lectura verdaderamente activa, es
decir, es un pensar mientras leemos. Cuando uno lee con esta actitud descubre más fácilmente la lógica interna que preside el desarrollo de todo el párrafo. Y no sólo puede seguir exactamente todas las fases del desa-
rrollo del pensamiento, sino que incluso en muchas ocasiones podrá adelantarse y prever cuáles serán los próximos pasos que dará el autor. Esto proporciona a la lectura una extraordinaria agilidad que repercute directamente en la misma rapidez y velocidad sin per juicio alguno para la comp rensión, pues e s precisame n-
te la mayor comprensión la que nos permite recorrer el texto más rápidamente. b ) PALABRAS SEÑALES
Para poder seguir con más facilidad el curso del pensamiento existen varias palabras que, a modo de se-
ñales, nos indican las incidencias i ncidencias y variaciones de su desarrollo. El lector debe saber cuáles son y comprender todo su alcance, pues supónen una gran ayuda para seguir con precisión el pensamiento.
En general podemos distribuirlas en tres grupos: palabras que indican un avance en el curso del pensamiento; palabras que señalan una detención del pensamiento; y finalmente, palabras que nos advierten que
va a venir una contraposición en relación con la dirección general del pensamiento principal.
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PALABRAS-AVANCE
Las palabras-avance nos indican que las frases que ellas encabezan son un paso hacia adelante en el desa-
rrollo de la idea i dea principal. En general, la mayor parte de las frases de un párrafo se desarrollan en el mismo ser tido que la idea
principal; pero las frases encabezadas por las palabras-
avance tienen una especial significación o representan una mayor insistencia en ese sentido. Las principales palabras-avance son: y, también, asimismo, igualmente, del mismo modo, además, otra vez, de nuevo, así, en consecuencia, por consiguiente, dado que, puesto que, finalmente, en resumen, en conclusión.
Dentro del significado general de avance en el pensamiento, samiento, hay entre ellas varias diferencias de matiz, como veremos a continuación.
YEsta es la más común de todas la las pa palab labras-avance. Une ideas de igu igual i mportancia en relación al contexto general. TAMBIÉN Unen id ideas que ti tienen gra ran sem eme-
ASIMISMO janza, pero al mismo tiempo sugieren que la la nueva id idea va a añ añadir algo de nuevo.
ADEMAS Esta palabra nos advierte, sobre todo, que se va a añadir algo, que estamos ante un avance claro del pensamiento, au aunque siempre dentro ro de la mism sma dire recció ión de la iid dea pri prin ncipa ipal.
82
LECTURARÁPIDA RÁPIDA
ANTONIO BLAY
AS T ) EN CON-
SECUENCIA
Estas palabras introducen frases o ideas que pueden tener gran importancia en el desarroll llo del pensamiento. Generalmente se tratará de una frase que será no sólo una consecuencia de todo lo anterior, sino una verdadera fra rase re resumen de todo lo dicho. De aquí la especial atención que debemos prestar a las frases encabezadas con estas pala bra bras s.
DADO QUE Estas palabras nos anuncian y nos PUESTO QUE preparan para seguir el desarr rroll llo de una frase que implicará una consecuencia racional o lógica del pensamiento.
FINALMENTE ENCONCLUSIÓN
Con estas palabras el autor nos indica que ya ha expuesto todas las ideas que tenía en su mente relacionadas con un punto determinado y que se dispone a darnos la conclusión final o el resumen general.
PALABRAS-PAUSA
Otras palabras nos indican que, con relación a la idea principal, las frases por ellas introducidas no su po ponen ning ingún avance ni retr retro oceso en el desarro rroll llo o del curso del pensamiento. Son frases que podrían ser su pr primidas sin qué el tex texto sufrie riera ninguna modific ifica ación ión
83
sustancial en su significado. La finalidad de este tipo de frases es simplemente aclaratoria. He aquí algunas de las palabras-pausa que introducen frases aclaratorias:
porque, si, supuesto que, con tal que, por ejemplo, como, tal como, especialmente.
PORQUE Introduce una simple explicación a modo de causa o justificación. La idea principal no se modifica con esta frase. Sólo se expone su fundamento o motivación. SI SUPUESTO QUE QUE QUE CON TAL QUE
La frase encabezada con estas pala bra bras s nos ind indica ican la condició ición n o situación concreta que es preciso que se dé, para ra que lo expuesto en la idea principal sea verdadero o realizable en la práctica.
POR EJEMPLO
Esta palabra nos dice que el autor se dispone a aclararnos con un caso concreto lo que nos ha querido decir através de una afirmación general.
COMO
Estas palabras intr introd oducen frases que son también ejemplos concretos, pero conla característi característica ca de que suponenuna ciert rta comparación con otros datos, hechos, o situaciones.
TAL COMO
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ANTONIO BLAY
ESPECIALMENTE
También esta ta palabra nos sugiere re la introducción de un ejemplo, pero
aquí la finalidad consiste en hacer resaltar resaltar cómo el contenido de la la idea principal se realiza realiza especialmente te en alg lgúncaso o en allg guna circunstancia más determinada. PALABRAS-RETROCESO
Entre tre toda todas las las palabras que nos orientan y nos ayudan a descubrir y seguir el curso del pensamiento, quizá sean las más significativas las que llamamos palabras-retroceso. Su carácter es más llamativo porque introducen frases o expresiones que se oponen al curso normal del pensamiento. Generalmente, el curso del pe pensamien iento sigu igue dentro tro del párrafo rafo un senti tid do prorogresivo directo. Pero a veces el autor, para hacer resaltar más su pensamiento, se sirve de estos cambios de dirección, de estas frases-oposición, que representan lo que él rechaza, lo que él no piensa, las posibles objeciones que él trata de resolver y anular. De este modo el auténtico pensamiento pensamiento del autor sale robustecido y reafirmado. Cuando nos encontramos con una palabra-retroceso quiere decir que se va a producir un inmediato cambio de dirección en el curso del pensamiento. Pero hay que tener en cuenta que este cambio de dirección se produce directamente en relación a lo dicho en la frase anterior. Como regla general será también una oposición u objeción a la idea central y a la marcha general del párrafo; pero si la frase anterior era ya, ella misma, una oposición a la idea central, entonces las palabras-
LECTURA RÁPIDA
85
retr troceso in indican que se vuelve a to tomar de nuevo el
curso directo del pensamiento, y probablemente, con un mayor vigor y energía. Veamos ahora las prin incipale les palabras-r retr troceso. Los comentarios que hacemos sobre cada palabra tienen un valor general. Representan el significado que asos tiene tienen estas palabras en la mayor parte de los cas en que son emplead adas. Pero puede haber al alguna excepción. PERO Indic ican que se se re reemprende de nue-
SIN EMBARGO vo el curso directo del pensamiento tras una objeción formulada de un modo expreso o tácito. ENREALIDAD V uelta ta al rit itmo dire recto to, tra ras la la exDE HECHO posici ción de una obj je eció ión o de una situación falsa.
SIN EMBARGO Vuelta al ritmo directo tras una ob NO NO OBSTANTE jec jeción ión u oposició ición n. CON TODO A PESAR DE TODO ritAL CONTRA- Nos preparan para retornar al rit RIO DE mo directo tras el simple enunciado AL REVÉS DE de una posiib ble le obje jeció ión que queda
virtualmente descartada. APESARIndic ican que la la fra rase que viene a DEQUE contin inuació iónexpresa sa una objec ciión AUNQUE real o posib ible le, que se opone a la la PRESCIN- idea principal del párrafo. DIENDO DIENDODE
ANTES QUE MÁS BIEN QUE EN VEZ DE
Oposición que envuelve una comparación.
POR OTRA PARTE EN CAMBIO
Oposición con carácter de alternativa.
MIENTRAS QUE QUE POR EL CONTRARIO
Oposición rotunda a lo dicho en la frase anterior.
c) SIG IGNOSDEPUNTUACIÓN
Acabamos de yer cómo las palabras señales son una gran ayuda para poder seguir con facilidad y con precisión el desarrollo del curso del pensamiento a través del párrafo. Esto nos permite llegar de un modo más rápido a una comprensión más acertada y completa de la idea central. Pero aún existen otras ayudas que el autor nos brinda y que los buenos lectores saben aprovechar al máximo. Son los signos de puntuación. Los signos de puntuación tienen por finalidad hacer que el lector pueda andar con facilidad por el texto sin confusiones ni contratiempos. Un texto sin signos de pu puntua tuación ión serí sería a una masa info inform rme de palab labras ras difíc ifícil il de manejar y de entender. Algunos llegarían a ser casi ininteligibles. Fíjese en el sig iguiente párrafo, en el que se hansuprimido los signos de puntuación. «Una observaciió óntodavía acerc rca del em empleo eo
que venimos haciendo del término «primitivo» empleo no por autorizado por el uso más acorde con la verdad científica y con la propiedad técnica nosotros bien sabemos que el «salvaje» no es el «primitivo» que hay mucha ganga en este último vocablo de los prejuicios evolucionistas según los cuales la vida como la civilización habían de bid bido o empezar por lo elem lemental tal que una observa rvación más fiel sobre las sociedades no civilizadas revela en el salvajismo más bien un caso de enfermedad fermedad decadencia decadencia o aborto que la manifestación de una infancia.» Vea ahora el mismo párrafo en forma original: «Una observación, ttodav odavía, ía, acerca del empleo empleo que venimos haciendo del término «primitivo»; empleo, no por autorizado por el uso, más acorde con la verdad científica y con la propiedad técnica. Nosotros bien sabemos que el «salvaje» no es el «primitivo»; que hay mucha ganga, en este último vocablo, de los prejuicios evolucionistas, según los cuales la vida como la civilización habían debido empezar por lo elemental ; que una observación más fiel sobre las sociedades no civilizadas revela en el salvajismo más bien un caso de enfermedad, decadencia o aborto, que la manifestación de una infancia.» (EuGENIo D'ORs, El secreto de la Filosofía, pág. 234.) El lector que está atento a los los signos de puntuación capta más de un escrito. Los signos de puntuación introducen matices en la expresión del pensamiento, y nos revelan con frecuencia la importancia que el autor
da a las distintas frases y afirmaciones. Por otra parte, los signos de puntuación nos van presentando, a modo
de grupos de palabras, los distintos pasos o escalones en el movimiento progresivo del pensamiento. Cuando el lector sabe apreciar el valor de los signos
de puntuación todo el texto va cobrando relieve especial ante sus ojos, el terreno queda más claramente perfilado y su recorrido por el texto escrito se hace mucho más rápido, ágil y dinámico. Los signos de puntuación se convierten entonces en
una especie de palabras nuevas, o de indicaciones u orientaciones que nos ofrece el mismo autor, para que podamos llegar más fácilmente hasta su propio pensamiento. A continuación haremos un breve comentario sobre los principales signos de puntuación, y lo ilustraremos con algunos ejemplos.
El punto (.) El
dirección o la presentación va a cambiar notablemente. Ejemplo: «El suelo de Amazonas está entretejido de vegetación de bosque salvaje. Es a quella una región donde la lluvia es diez veces más frecuente que en la nuestra; el sol es ardiente, ardiente, y un depósito sito de terreno queda lleno de vegetación en pocas semanas. Y por la época de la crecida anual no queda allí superficie disgregada que pueda ser arrastrada po por las las aguas. Lo cenagoso de aquel río río es de bid bido a la erosi rosió ón del subsue suelo en las las orill rilla as. Des pu pués de la erosi rosió ón de aquel subsuelo, lo, queda all llíí un formidable amasijo de raíces; su espesor de pe penderá del ti tie empo que haya permanecido ido sin ser pe pertu rturbado; y aquel amasijo ijo con su terr terre eno superficial, y sus matojos, bejucos y árboles, es el más apto para quebrarse y soltarse y flotar río abajo.» (W ILLARDPRI IC CE, E El maravilloso Amazonas, página 74.)
Este signo de puntuación es el más familiar; no sue-
le pasar inadvertido ni para los lectores menos entrenados. Su significado es también obvio. Indica q ue hemos llegado al final del desarrollo de un pensamiento o de una idea.
( : ) Dos puntos
Este signo de puntuación se emplea al final de un juic juicio io o de una una afir afirma maci ción ón que que el auto autorr se disp dispon one e de inmediato a aclarar o a desarrollar de un m odo más de-
( ; ) Pu Punto y coma oma El punto y coma nos advierte que hemos llegado en cierto modo a un final, no precisamente de una idea, pero sí de un aspecto de la idea. Lo que viene a continuación pertenece a la misma idea, pero el enfoque, la
tallado. Lo que sigue a los dos puntos no es más que una explicitación de lo que el autor tenía en la mente al hacer la afirmación precedente.
Ejemplo: «Como verá el lector más adelante, todas nuestras acciones, incluso las más elementales y ordi-
narias, obedecen en última instancia a un doble
i mpulso fundamental: el de la plena autoexpreSión y el de la plena concienciación de nuestro ser.
Sepámoslo o no, seamos o no conscientes de ello, toda nuestra vida no es otra cosa que el desarrollo de este sencillo y profundo argumento que puede puede sintetizar sintetizarse se en en una una sola idea: idea: la la autorr autorrealieali Energ ergía Pererzación total.» (A. BLAYFONTCUBERTA, En son sonal, pág . 12 .)
( ,) Coma
Este pequeño signo de puntuación es el que se em plea más abundant abundanteme emente nte ytambién el que con más frecuencia suele pasar inadvertido. Pero los buenos lectores advierten prontamente su presencia y saben aprovechar todas las indicaciones que les ofrece para idez y comprensió ión. realizar la lectura con mayor rapid La coma puede aparecer en el texto de varias formas diferentes o en diversas combinaciones. Puede ir sola, puede presentarse a pares, puede haber varias comas sucesivas o, finalmente, puede ir acompañada de una conjunción. En cada caso su significado o valor cambia notablemente. 1) Una coma sola
Es relativamente frecuente encontrarse con frases que comienzan por una conjunción. Por ejemplo, con las palabras: cuando, si, como, aunque, después que, ya que, mientras, a fin de. Estas palabras nos indican que la primera parte de la frase no contiene>', la idea fun-
damental sino que se trata de una simple oración subordinada. El lector atento estará alerta a la aparición de una coma que indicará la terminación de la parte subordinada y dará paso a la afirmación o idea fundamental. A vece vecess este este inci inciso so subo subord rdin inad ado o pued puede e enco encont ntra rars rse e al final de la frase. Entonces la aparición de la coma nos advierte que la idea básica ya está dicha, y que las últimas palabras contienen una idea menor dependiente de la principal. Ejemplo:
«Si todavía hubiera hubiera dudas respecto a los medios auxiliares que hay que utilizar en la instrucción de vendedores, puede ser útil consultar a personas personas que hayan tenido tenido experi experiencia encia práctica práctica en la utilización de diversos tipos de tales medios auxiliares. Pero tanto si se está en duda como si no, resulta siempre conveniente ensayar primero varias clases de materiales auxiliares.» auxiliares.» (JAMES H. DAVIS, Ma Manual
pág. pág . 18 4.)
para la form forma ación ión de vendedor edores es,,
Dos comas corre orrela lativas 2) Dos
Las comas correlativas equivalen a un verdadero paréntesis. Introducen en medio de la exposición general del pensamiento un pequeño grupo de palabras que contienen solamente una simple aclaración o explicación que ayudan a la mejor comprensión de toda la frase. Pero en rigor podrían ser totalmente omitidas sin var varia iarr en nada nada el sign signif ific icad ado o de la fras frase. e.
La diferencia entre este caso y el anterior está en
que aquí el significado general queda intacto, aunque se suprimiesen las palabras que van entre las dos comas, mientras que en el caso anterior se trataba de algo que se añadía realmente a la idea principal a modo
de un detalle complementario, de una condición o de una circunstancia temporal. Hay casos, no obstante, en que dos comas correlati-
vas pueden contener también una idea subordinada a semejanza de lo dicho en el primer caso. Entonces suelen estar presentes las conjunciones que antes enumeramos.
Ejemplo: «Del lado de la economía volvió a alegarse cada vez más, en contra de mi proyecto, que la economía no podía ser empujada a una competencia ilimita tada mientr tras el Estado, con sus im impuestos, siguiese quitando a los sujetos económicos partes tan cuantiosas del fruto de su trabajo.» (LUDWIG ERHARD, Bie Bien nesta estar r para tod todos, os, pág. 142.)
Ejemplo: «La mejor pelí lícula la, el mejor gráfico, el más adecuado modelo, de poco sirven si son utilizados po por un ins instru tructor tor que no conozca a fon fondo cómo sacar de ellos el máximo partido. Esto equivale a decir que ]os instructores de ventas han de pre pa parars rarse e prev reviam iamente para poder uti tili liz zar con efificacia los medios auxiliares de instrucción.» (JAMES
H. DAVIS, Manual para la form formación ión de vendedores, pág. 184.)
4 )Una coma seguida de una conjunción Las conjunciones usadas en este caso son: , y... y... pero... , porque... , ni... Estas comas, así usadas, indican que nos encontra-
mos ante un pensamiento que es realmente nuevo y diferente con respecto a lo dicho en la parte anterior a la coma. El lector podría perfectamente sustituir la coma y la conjunción por un punto, de modo que resul-
tasen dos frases distintas. El significado seguiría sien-
3 )Varias comas sucesivas
Este es el uso de la coma más fácil de distinguir. Cada una de las comas va precedida de una palabra o de un pequeño grupo de palabras. La nota característica es que todas las palabras, o grupos, guardan entre sí una gran semejanza. En este caso se trata bien de una reiteración de un mismo concepto, bajo diversos aspec-
tos o facetas, bien de una simple enumeración de los elementos componentes de un conjunto.
do exactamente el mismo. Ejemplo :
«La técnica de la atención, como la del sobreesfuerzo, tiene la ventaja de que no exige condiciones externas, y es compatible con todas las actitudes particulares e individuales y con todo tipo de trabajo y actividad.» (A. BLAY FONTCUBERTA, ,
Energía Personal, pág. 161.)
94 (
ANTONIO BLAY
Signo de interrogación
? )
¿Cuál es la finalidad del autor al emplear el signo de interrogación? Simplemente llamarnos la atención sobre lo que nos va a decir. Los signos de interrogación no contienen ninguna idea básica, ni tampoco su-
bordinada, ningún detalle nuevo, ninguna explicación. Solamente son una llamada a nuestra curiosidad, a nuestro interés, con el fin de prepararnos mejor para captar la idea que nos va a exponer el autor.
CAPÍTULO VII
SIGNIFICACIÓN
Con esto terminamos la enumeración y el comenta-
rio de los signos de puntuación más importantes. El ser consciente de los signos de puntuación y el comprender su valor y significado le permiten al lector ma-
nejar el texto con más agilidad y soltura. Gracias a ellos sabe en qué frases debe detenerse y prestarles una
mayor atención, y cuándo le es posible retornar a un ritmo más rápido y veloz por tratarse de frases accesorias o simplemente explicativas. De este modo el texto pierde su aparente monotonía y se convierte en algo
lleno de relieve, al mismo tiempo que la lectura llega a ser una actividad mucho más inteligente.
Al estudiar los párrafos los hemos considerado como unidades independientes. Cada párrafo tiene una
idea central. A su vez los distintos párrafos de una artículo o de un capítulo son otras tantas ideas que en conjunto forman corno el esqueleto o armazón de un escrito. Hemos visto también cómo el pensamiento del autor se va desarrollando a modo de una corriente o proceso gradual. en el cual pueden aparecer a veces puntos de detención e incluso el retroceso. Cuando uno sabe captar las ideas principales y es capaz de seguir el desarrollo de las mismas a través de
las distintas frases del texto, podemos podemos decir que está en condiciones de comprender y asimilar la materialidad de un escrito.
Pero con frecuencia hay otros factores, otros aspectos, que estaban presentes en la mente del autor y que
no fueron trasladados literalmente al texto escrito. Y no porque carezcan de importancia, sino porque el autor los ha omitido deliberadamente. Estos aspectos semiocultos pueden ser varios: los motivos que le han inducido al autor a escribir, la fina-
lidad que persigue, las consecuencias que se derivan de
sus afirmaciones, lo que él pretende conseguir del lector sea convenciéndole convenciéndole de algo o induciéndole a obrar de una manera determinada, los sentimientos que él quiere provocar en los demás. Todos estos aspectos, que en general podríam os de-
finirlos como la finalidad fi nalidad o intencionalidad última del autor, es lo que se denomina la significación de un escrito. Algunas veces la significación puede aparecer clara-
trav través de las palabras; y otro otro subjetivo: la intenció intención del autor, su finalidad.
La verdadera lectura debe llegar siempre a la captación completa de estos dos aspectos. Esto se logra más fácilmente si uno piensa al leer que no tiene delan-
te un simple escrito, un simple conjunto de palabras, sino el pensamiento de un ser humano que quiere comunicarse y hacerse entender. Entonces despertará en
nosotros el mismo interés de una persona viva y trataremos de captar no sólo sus palabras y sus ideas,
mente indicada en el texto, pero es más frecuente que el autor la omita, para que sea el mismo lector quien
sino también sus motivaciones e intenciones. Es decir, a través de la captación de lo que se llama
saque las consecuencias. Esto quiere decir que no basta con leer las palabras y descubrir su contenido inmediato para qu e la lectura
en una actividad de gran contenido humano, en un verdadero diálogo.
sea completa. La escritura, y por tanto la lectura, son un medio de comunicación entre autor y lector. Y esta comunicación no es total hasta que uno no llega a ponerse en contacto con la mente misma del autor. Lo i mportante no son, pues, las palabras, sino el pensamiento y la intención del autor. De aquí que al leer cualquier escrito debamos siempre preguntarnos: ¿qué
pretende el autor con esto; cuál es su intención; hay algo más detrás de las palabras; qué consecuencia se saca de aquí? Es decir: ¿cuál es la significación de este escrito?
LAUNIDADDE PENSAMIENTO
La suma de las ideas centrales más la significación es lo que constituye la unidad de pensamiento. pensamiento. Como se ve está formada de dos elementos: uno objetivo: las ideas, lo l o que ha sido materialmente expresado a
la unidad de pensamiento la lectura se transformará
CAPÍTULO VIII
ESTRUCTURAS DEL PENSAMIENTO La importancia y extensión que hemos dado al estudio de los párrafos está plenamente justificada porque los párrafos representan las unidades claves fundamentales de un escrito. Imposible llegar a la comprensión total de ningún texto sin poseer la habilidad de descubrir en cada párrafo cuál es su idea principal o central.
Pero todo escrito, capítulo o artículo, tiene normalmente muchos párrafos. Y así como entre las frases y palabras de un párrafo vimos que existe una unidad y cohesión, representada por la idea central, así también
todos los párrafos de un artículo pueden reducirse a una unidad superior.
En realidad el mejoramiento de la comprensión, que es el principal objetivo de los cursos de lectura rápida, consiste precisamente en el desarrollo de esta capacidad de llegar a una visión de conjuntos cada vez más amplios, que nos permitan abarcar progresivamente todas las partes de un escrito, hasta reducirlo a una
unidad que es la que da al todo su sentido pleno y su cohesión interna.
En este capítulo trataremos el modo de llegar a descubrir esas unidades más amplias en torno a las cuales
se organiza todo un artículo o escrito. Con este fin haremos un detallado estudio de las llamadas estructuras
del pensamiento. Pero antes conviene que a modo de introducción digamos algo sobre las diversas clases o géneros de escritos.
A) CLASES DE ESCRITOS En general los escritos podemos distribuirlos en dos grandes grupos: a) escritos subjetivos b) escritos objetivos. a)Los ESCRITOS SUBJETIVOS
La característica fundamental de este t ipo de escritos radica en la participación formal del autor, en cuan-
to tal individuo, en el desarrollo de la exposición. Al contrario de lo que sucede en los escritos objetivos, en los que lo fundamental son las ideas en si mismas, o los hechos como algo externo al autor, en los escritos Subjetivos lo importante es el mismo autor, lo que él piensa o lo que él siente, o cómo vive él una situación Concreta determinada.
Un escrito subjetivo es en realidad reali dad una verdadera verdadera creación artística en el sentido de que es una autoexpresión del propio autor. Aunque Aunque en un escrito subjetivo podemos encontrar ideas y hechos, siempre se presentan como vividos en primera persona; en conse-
cuencia, la nota dominante de esta clase de escritos
podemos decir que es el aspecto personal. El autor nos
va exponiendo sus estados de ánima, sus reacciones, sus vivencias, en una palabra, sus sentimientos.
Dentro de los escritos subjetivos, cabría distinguir tres clases según su elemento predominante: — narración de acciones — descripción pura de sentimientos — descripción de paisajes, o situaciones concretas. Y es muy normal que estos tres elementos vayan combinados dentro de un mismo escrito. b ) ESCRITOS OBJETIVOS
Como antes dijimos, en esta clase de escritos lo i mportante son las ideas en sí mismas, en su aspecto i mpersonal de ierdades universales, o los hechos, pero
considerados también también como algo externo e indepeni ndependiente del autor. Esta clase de escri escritos tos admite dos subclases importantes:
— escritos informa i nformativos tivos — escritos explanatorios. Los escritos informativos tienen por finalidad la des-
cripción, narración o enumeración de una serie de datos, hechos o cualidades.
Los documentos documentos y gran parte de obras científicas tienen esta finalidad informativa a través de la aportación y consideración de datos concretos. Los escritos explanatorios tienen un carácter más teórico y giran alrededor de ideas, teorías, argumentos y consideraciones lógicas. En los escritos explanatorios cabe hacer también una doble subdivisión: — escritos de investigación
escritos —
de exposición. Los escrit itos de investigació ión suelen partiir r de un pro prob blem lema o de una pregunta, ta, cuya respuesta o soluc lución ión
se trata de buscar. Los escritos de exposición parten por el contrario de una afirmación clara, y el resto del artículo está dedicado a su desarrollo o demostración.
Con el objeto de que el lector tenga una visión de conjunto más clara, colocamos a continuación un cuadro sinóptico de las diversas clases de escritos:
ESCRITOS
subjetivos (sentimientos, acciones, descripciones) informativos (datos hechos, cualidades) objetivos de investigación explanatorios de exposición B )CLASES DE ES ESTRUCTUR TRUCTURAS
Saber reconocer a qué clase o género pertenece un escrito es el primer paso. Pero Io más importante para poder llegar a una rápida conprensión global del mismo es conocer a fondo las posibles estructuras del pensamiento.
Estructura de un escrito quiere decir el modo particular como está organizado desde desde el punto de vista lógico. Las estructuras de pensamiento responden a la misma naturaleza de la mente, que trabaja y actúa se-
gún unas leyes que le son inherentes; son las leyes lógicas del pensamiento.
El conocimiento de las las estructuras estructuras de pensamiento pensamiento
es de una gran utilidad, pues nos capacita para reconocer y seguir con facilidad la organización interna de todo el escrito. No sólo gana la comprensión, sino que, gracias a ella precisamente, la rapidez de la lectura puede aumentar considerablemente. Conociendo cuáles son
las estructuras y sus elementos correspondientes correspondientes uno puede remontarse remontarse hasta una visión vi sión global de todo el artículo, de modo que sin perder nunca esta visión de conjunto puede reconocer en cada momento en qué punto exacto del desarrollo del pensamiento se encuen-
tra, e incluso i ncluso prever cuáles serán los próximos próximos pasos a dar. De este modo la lectura se convierte en algo sumamente dinámico, inteligente y activo, pudiendo al-
canzar grados extraordinarios de rapidez y eficiencia. Esta visión global que se mantiene siempre presente
como una luz que va iluminando cada una de las partes, nos permite apreciar también la importancia relativa de las distintas ideas que van surgiendo. Gracias a ella uno comprende cuándo puede acelerar su velocidad por tratarse de partes secundarias dentro de la estructura general, y cuándo por el contrario se encuentra ante puntos claves, ante las ideas más importantes, sobre las cuales conviene detenerse y fijar espe-
cialmente la atención. Esto nos ahorra el perder tiempo innecesariamente con los puntos y pasajes que son simplemente accidentales, y por otro lado nos a segura una correcta comprensión del verdadero pensamiento del autor al saber descubrir y captar los puntos esenciales del escrito.
Pasemos ya al estudio de las estructuras del pensamiento.
DIVERSOS a )ENFOQUES DIVERSOS
Según los diversos autores hay distintos modos de enfocar esta cuestión: Reading Improv rovement Progr rogra am, de la UniverEn el Rea sidad de Columbia, se reducen a tres los tipos fundamentales de estructuras: estructuras: 1.a The 1-2 Pattern. —Idea principal seguida de los detalles. 2.a The 2-1 Pattern. —Detalles seguidos de la idea pri prin ncipa ipal. 3. a The 1-2-3 Pattern. —Idea principal, desarrollo, sumario. Muchas veces, sobre todo en los casos 1.° y 3.°, a la exposición de la idea principal puede preceder una introducción o una anécdota anécdota preparatoria. Read fas faster ter and get get more ore from from N. Banton ton Smit ith h, en Rea prop pone cinc inco ti tip pos de estru tructura turas s dife ife you your rea reading, ing, pro rentes: 1.a
2.a
Sharing-Experience Pattern.
Fundamentalmente consiste en una exposición que nos hace el autor cte sus propias vivencias o experiencias. Question-Answer Question-Answer Pattern.
Aquí el escrito comienza con la formulación de una pregunta o de un problema que luego se intenta resolver.
Impartin rtingg-In Inform forma ation tion Pattern ttern.. 3.a Imp
Son los escritos informativos con abundancia de detalles y datos concretos. 5.1
Substantiated-Facts Substantiated-Facts Pattern.
Eneste caso el auto tor comienza el art rtíc ículo dicié iéndonos clara ramente su opinión sobre un
5 .a
punto dado, para pasar en seguida a exponer sus razones y argumentos. Substantiated-Facts Pattern.
Mediante la enumeración de unos hechos claros y ciertos se llega objetivamente a establecer una conclusión firme e imparcial. Por su parte te, Eric ic de Leeuwnos presenta en Rea Read better, Read faster un esquema más simplificado de las posibles estructuras. En último término las reduce a dos tipos básicos: 1. Investigating 2. Explaning. Para cada uno de ellos señala algunas variantes: 1. Investigating:
Problem —discussion —conclusions conclusions Facts —analysis Facts —Analysis Statement of problem Aleas of investigation —implications, conclusions 2. Explaining:
: descripciones : procedimientos procedimientos : narraciones because of this, then this : argumentaciones argumentaciones Frangois Richaudeau, en Cours de lecture rapide, resume en dos procedimientos las formas de exposición: And this, and this do this, then this and then, and then
1.° Procedé d'exposition classique:
Que comprende: exposición de la tesis, hechos que la demuestran y conclusión.
2.° Procedé d'exposition foisonnant:
En donde la exposición de la idea general va
i mplicada y semioculta a través de una acumu-
lación de hechos y de anécdotas.
Claude Philippe, en Méthode franpaise de lectura ra- pide, reduce a tres las estructuras de organización de los escritos. «Después de haber analizado cientos de textos objetivos, tales como informes, tesis, discursos, me-
morias, artículos científicos, etc., hemos podido comprobar que tres estructuras esenciales de organización se encuentran en todos estos textos»: 1. a La La stru structure ture «Prob roblem leme - Solu olution tion» 2.a La La stru structure ture de fa faits its 3. 7 La La stru tructure ture de démonstra tration tion.
A nuestro juicio, esta clasificación es la más útil desde el punto de vista pedagógico. Por una parte, es muy clara y sencilla, y por otra, es lo suficientemente suficientemente amplia como para poder abarcar y ser aplicada con naturalidad a los diferentes casos particulares.
Esta es la clasificación que en líneas generales se-
reducirse a estas tres. Veamos ahora cada una de estas estructuras y sus elementos elementos característicos.
Estru tructura tura de hechos 1. Es
Esta estructura se emplea siempre que se trata de redactar un informe o de hacer una descripción. Desde
el punto de vista lógico es la estructura más elemental y la más fácil fácil de de reco recono noce cer. r. Está Está com compu pues esta ta simple simple-mente por una serie de datos, hechos o informaciones que el autor quiere darnos a conocer.
Es la estructura característica de lo que hemos llamado escritos subjetivos subjetivos y también de los escritos in-
formativos.
el lector, en ella pueden englobarse de un modo lógico
Al encontrarse con un escrito cuya estructura es de «hechos», el lector debe tratar de descubrir rápidamen-
todas las estructuras presentadas por los distintos au-
te los siguientes puntos:
guimos en nuestros cursos orales de lectura. Como verá
tores, formando una síntesis fácil de comprender y de retener.
b )LAS TRES ESTRUC ESTRUCTURAS BÁSICAS BÁSICAS
Las estructuras estructuras del pensamiento pueden reducirse a tres:
Estructura de hechos Estructura problema-solución 3. Estructura tesis-demostración. Estas son las estructuras básicas. A veces pueden
1. 2.
combinarse, dando lugar a una estructura más comple-
ja, ja, per pero o en últim ltimo térm término ino toda todas s se deriv derivan an y pue puede den n
— cuál es el tema tratado — cómo han sido agrupados y clasificados los datos o hechos de cada sección particular del tema es tratado tratado en — qué aspecto particular cada sección — cuál es el lazo que da unión y cohesión a todos los aspectos particulares. Según que esta estructura se aplique a un escrito subjetivo u objetuvo da lugar a dos estructuras derivadas. Son las que N. B. Smith S mith llama «Sharing-Experience Pattern» y «Imparting-Information Pattern», que nosotros denominamos: estructura «hechos-experiencias» y «hechos-información». Aunque desde el punto de vista lógico ambas son semejantes y muy fáciles de distinguir, desde el punto
de vista práctico de su lectura tienen una notable diferencia.
La estructura «hechos-experiencia» no sólo es fácil de reconocer sino que es también muy fácil de leer. En este tipo de lecturas se puede aplicar la velocidad máxima de que uno es capaz, pues las dificultades de comprensión están reducidas al mínimo. Todo lo que el lector debe de hacer es tratar de participar y, en cier-
to modo, de vivir en sí mismo las experiencias y los sentimientos que el autor nos describe y quiere comu-
nicarnos.
Esta es la actitud correcta que debemos adoptar ante este tipo de escritos y la que hace posible que po-
damos seguir y disfrutar de la narración como si se tratase de una comunicación oral entre lector y autor. Por el contrario, la estructura «hechos-información»
es con frecuencia difícil de leer, no por dificultades de comprensión, sino porque ordinariamente contiene gran
número de datos y detalles concretos. Aquí es donde hay que tener en cuenta de un modo especial los pun-
tos que antes hemos indicado, sobre todo si nuestro deseo es memorizar los datos más importantes.
2. Estructura problema-solución
En la estructura problema-solución podemos distinguir tres elementos esenciales: - planteamiento del problema — discusión — solución
Estos tres elementos son fundamentales y siempre se hallan presentes. Algunas veces pueden encontrarse
ciertos elementos complementarios como son: las consecuencias: implicaciones o aplicaciones. La estructura problema-solución es relativamente fácil de descubrir. Tiene además otras ventajas. El hecho de encontrarnos desde el principio con una pregunta o con un problema a resolver excita la curiosidad del lec-
tor y despierta su interés. Por otra parte, la pregunta o el problema inicial es un poderoso punto de referencia en torno al cual se pueden ir asociando con facilidad todos los aspectos y detalles particulares. Por esto es de gran importancia que el lector comprenda bien el planteamiento exacto del problema; qué es real-
mente lo que está en duda o lo que se busca. La recta comprensión del problema planteado es la condición esencial para poder comprender bien y seguir con facilidad todo el resto del artículo. Dentro de la estructura problema-solución cabe se-
ñalar dos modalidades importantes, que se reflejan principalmente en el planteamiento del problema. Son los dos tipos de organización que señala Eric de Leeuw bajo el epígrafe «investigating», es decir, estructuras de investigación:
a) pr problem lema —dis —disc cusión ión —so —soluc lución ión b) hechos —análisis —problema —discusión — solución.
En el primer caso se trata de un problema teórico de carácter conceptual. Puede ser un problema filosófico, político, religioso o moral, pero planteado de un modo general en relación con sus fundamentos lógicos y racionales.
En el segundo caso se trata de un problema práctico. Aquí el punto de partida parti da son unos hechos concretos, una situación determinada. Esta situación da
origen a un estado de conflicto para el que es preciso bu buscar algu lguna soluc lución ión.
proceso fundamental del espíritu humano. Esta es la estructura que empleamos siempre que queremos de-
El segundo elemento de la estructura problema-solución es la discusión. Consiste en el examen ordenado de los orígenes, causas y efectos que se relacionan con
mostrat o convencer a otro de alguna cosa. Ordinariamente se utiliza esta estructura en los dis-
la situación-problema. A través de la discusión se van estudiando todos los aspectos del problema. problema. En reali-
políticos y en gran número de artículos técnicos y científicos.
dad, es en esta parte donde se elabora su solución. Después de haber estudiado las diversas posibilidades y de haber ido descartando los caminos falsos es cuando se
va perfilando la verdadera solución. Esta llega en un
momento dado como un fruto maduro que se despren-
cursos forenses, en los editoriales, en los discursos
Además de los dos elementos esenciales de esta estructura, que son:
a) b)
Tesis Demostración,
de lógica y naturalmente de todo lo dicho en la discu-
sión precedente.
Como hemos indicado, este tipo de estructuras es relativamente fácil de leer. Además da la oportunidad para una lectura notablemente veloz cuando el lector está interesado por la solución. En este caso, después de haber entendico el planteamiento del problema, se puede pasar rápidamente sobre la discusión hasta en-
contrar la solución, que siempre se hallará hacia el final del artículo. 3.
Estructura tesis-demostración
Lo característico de esta estructura es su comienzo. Ya en los primeros párrafos, a veces en el primero, se expresa de un modo categórico una afirmación, o una opinión. No se trata de una simple posibilidad o suposición. Es una opinión clara y firme. Es lo que el autor pie pien nsa y cree ree, y que lue luego tra tratará tará de demostra trarlo rlo a fin fin de que también los demás acepten su punto de vista. Esta estructura es muy importante. Responde a un
puede haber otros elementos adicionales o complementarios:
c)
Significación
d)
Consecuencias: implicaciones, aplicaciones.
La tesis es la afirmación inicial que el autor esta ble blec ce de un modo claro laro y categ tegóric rico. La demostración está constituida por el conjunto de razones y argumentos que va alegando el autor para justificar su opinión.
A veces los argumentos no son puramente racionales. Se citan hechos y datos concretos que vienen en apoyo de la tesis establecida. En la medida que un artículo sea más filosófico, los argumentos aducidos serán primordialmente de carácter lógico y racional. Por el contrario, en los artículos científicos suelen abundar los los argumentos sobre hechos, datos o experiencias.
En este último caso suele presentarse una intere-
sante derivación de la estructura tesis-demostración; es
la que N. B. Smith denomina «Substantiated-Facts «Substantiated-Facts Pat-
tern», o la llamada «thunderstorm technique» en el curso de lectura «Reading improvem i mprovement ent program» de la Universidad de Columbia. Aquí el autor suele invertir el orden normal tesis-demostración, para comenzar
directamente con la acumulación de datos, hechos y pruebas. Sólo al final nos presentará su tesis a modo de conclusión.
Este estilo de exposición suele ser particularmente convincente y persuasivo. Aparte de los dos elementos esenciales: tesis y demostración, ya hemos dicho que puede haber otro u otros elementos adicionales: la significación y las consecuencias.
La significación representa lo que el autor quiere conseguir de nosotros. A veces no será posible distinguir en un artículo una significación especial. Esto su-
cede, por ejemplo, cuando la finalidad del autor es solamente convencernos o demostrarnos la verdad de su tesis. Pero en otras ocasiones la defensa de la tesis no es más que un paso preliminar. Una vez que n os ha convencido, el autor espera y nos incita a que obremos,
en consecuencia, de un modo determinado. Esto es lo que sucede con mucha frecuencia en los discursos políticos. Las consecuencias tienen un aspecto más impersonal
que la significación. Son algo que se deduce lógicamente, por sí mismo, de la verdad de la tesis, independientemente de la voluntad, deseo o intención del autor.
Tiene Tienen n un carác carácter ter tota totalm lmen ente te objet objetiv ivo. o. Si las consecuencias vienen impuestas por las leyes
lógicas, en el sentido de que, una vez demostrada la tesis, la verdad de ésta trae consigo la verdad de otras afirmaciones parciales, entonces tendríamos las impli-
cationes lógicas. Esto es característico de los escritos intelectu les o filosóficos. En lo escritos técnicos y científicos las consecuencias tienen el carácter de aplicaciones prácticas. Después de establecer una verdad científica o u na ley física, se deduce la conveniencia o la necesidad de obrar de cierto modo determinado. Estas son las aplicaciones.
El reconocimiento reconocimiento de la l a estructura tesis-demostración es algo más difícil que el de la estructura hechos o problema-solución. Muchas veces será necesario leer
dos o tres párrafos para darnos cuenta de ella. Es importante que uno se dé cuenta con precisión qué es lo que el autor trata de defender. Sólo entonces estará uno en disposición de poder apreciar el valor de los argumentos y su fuerza probatoria.
El dominio de las estructuras u organización interna de cada artículo es de la máxima importancia para el lector. Esta habilidad puede costar un poco llegar a dominarla perfectamente. Pero las ventajas de poseerla
bien son enormes. Se puede decir, en verdad, que el modo de leer de una persona queda transformado ra-
dicalmente cuando uno es capaz de descubrir con segu-
ridad la estructura u organización interna de cada artículo y de seguir cada una de sus partes relacionándolas continuamente continuamente con la visión global del conjunto de acuerdo con el plan general de toda la exposición. Esto requiere un trabajo de ejercitamiento ej ercitamiento imprescindible. La lectura rápida es algo eminentemente prác-
tico. No basta conocer la teoría, hay que aplicarla a la práctica si uno quiere aprovechar realmente todas las ventajas que ofrece. Ni hay "que desanimarse porque al principio parece que uno va más lento que antes en sus
lecturas. Durante la primera parte del período de en-
trenamiento los alumnos tienen la impresión de ir más
114
ANTONIO BLAY
despacio. Esto es inevita table en en todoejerc rc tamiento to
prá prác cti tic co. Se tra trata de adquirir irir un hábit ito o y u técnica nueva de lectura y esto reqüiere un tiempo inimo de asimilación. Pero en -la medida que a través e los diversos ejercicios prácticos va uno consiguiendo dominar realmente la nueva habilidad, es cuandd una persona se convierte en un lector realmente eficiente. CAPÍT ÍTULOIX
ASPECTOS SUBJETIVOS DE LA COMPRENSIÓN El estudio que hemos hecho hasta el momento sobre el tema de la comprensión ha girado en torno a los aspectos objetivos de la lectura, especialmente el estudio de los párrafos y de las estructuras del pensamiento.
En este capítulo estudiaremos los aspectos subjetivos de la comprensión, es decir, el lector en sí mismo y en parti particu cular lar la actit actitud ud ment mental al corre correcta cta que que deb debe e adoptar para hacer sus lecturas de un modo más provechoso.
La lectura sólo llega a ser realmente eficiente cuando se transforma en un verdadero diálogo entre autor y lect lector or.. La La lectu lectura ra ente entend ndida ida como como simple simple activ activida idad d receptiva es una lectura extremadamente pobre. Como en todo diálogo o proceso de comunicación, es preciso que esté presente una doble actitud: por una parte ha de haber una apertura sincera hacia el pensamiento
del autor, y por otra parte una reacción consciente fy reflexiva de uno mismo frente a los conceptos leídos. Si falta alguno de estos dos elementos la lectura será algo defectuoso o deficiente. La existencia real de estos
dos elementos es incompatible con el mero dejarse lle-
var por las palabras escritas de un modo ente -amente pa pasivo ivo, como si lo único ico que tuv tuviéra iéram mos que acer es dejar pasar, sin más, las palabras escritas a t aves de nuestro ros ojos. La verdadera lecttu ura ha de se , por el
contrario, algo esencialmente esencialmente activo activo y dinámico. Sólo así podremos llegar hasta el verdadero pensamiento del autor y elaborar luego nuestra respuesta personal. DIRIGIRS DIRIGIRSE E DIRECTAMENTE AL PENSAMIENTODEL AUTOR
Para llegar a descubrir el pensamiento del autor hay que tener en cuenta todo lo que hemos dicho al hablar de los párrafos y de las estructuras del pensamiento. Espe:ialmente uno debe procurar estar siempre pendiente de las ideas y no de las simples palabras. astas deben ser consideradas como un simple vehículo del pensamiento, y como tales de una importancia relativamente mucho menor. Debemos compren-
der claramente que cuanto más agarrados estemos a las palabras y a las formas concretas de exposición tanto más difícil nos será llegar hasta la pura idea y pensamiento del autor.
Usted habrá presenciado alguna de esas discusiones ,
acaloradas en que después de gastar mucho tiempo y esfuerzo, cada uno termina como había empezado. Ninguno de los interlocutores se ha tomado la molestia de
escuchar realmente al otro. Cada uno se ha limitado a exponer, repetir y reiterar su modo particular de ver el problema sin dedicarle la debida atención a la opinión del contrario. En vez de un diálogo o de una conversación, puede decirse que no ha habido más que dos monólogos alternantes.
Algo semejante puede ocurrir en la lectura. Uno puede estar tan pendiente de sus propias ideas que el pensamiento del autor quede para él oscurecido y aun totalmente desfigurado. desfigurado. Espontáneamente uno tiende a
escuchar y aceptar de los demás sólo aquellas cosas que están de acuerdo con las propias ideas e intereses.
El efecto de esta est a tendencia aparece claramente demostrado en una significativa experiencia que realizó el psicólogo Eric de Leeuw y que él mismo describe en su libro Read better, read faster. Para ello escogió a un grupo de jefes de empresa. Confeccionó una lista en la que figuraban todas las cosas relacionadas con el trabajo de la em presa sobre las cuales estaban de acuer-
do y eran del agrado de todos los jefes participantes. Por otra parte anotó todas las cosas que evidentemente
Otro factor que puede perjudicar notablemente la buena comprensión comprensión son las propias ideas y actitudes. acti tudes. Es perfectamente lógico y natural que cada uno tenga sus propias ideas sobre el tema o el problema tratado
resultaban desagra desagradables dables para todos. Luego, con la ayuda de las dos listas confeccionó una tercera, pero de modo que aparecían consignadas sólo algunas de las cosas en las que estaban de acuerdo y todas las cosas que les eran desagradables. Esta lista le fue entregada al primer jefe para que la leyera y luego escri-
por el autor. Pero en el momento de leer hemos de pro-
biese de memoria los puntos que él recordaba. La lista
LAS ACTITUDES PERSONALES
curar olvidarlos, siquiera por un momento, a fin de poder entender mejor el punto de vista del autor.
redactada por el primer jefe fue entregada al segundo para que hiciera lo mismo, y así sucesivamente. En la
lista redactada por el último de los jefes se mprobó que estaban consignadas todas las cosas que eran del agrado de todos, incluso las l as que habían sido omitidas deliberadamente en la lista entregada al primer jefe, y, por el c ontrario, mu chas de las cos as desagradables habían sido olvidadas.
Esta experiencia demuestra de un modo evidente hasta qué punto las opiniones y los gustos personales pueden influir en la lectura. lect ura. Ellas hacen que creamos ver en un texto más de lo que contiene realmente o que pasemos por alto lo que realmente dice. De este modo nos perjudicamos a nosotros mismos,
pues nuestro verdadero interés radica en saber tomar un contacto exacto con la realidad, tal como es en si. Tratándose de la lectura, esta capacidad de percibi r
objetivamente el contenido de un texto sólo se puede obtener cuando uno se esfuerza sinceramente por adop-
tar la posición y el punto de vista del propio autor. Como dice FranÇois Richaudeau en su Cours de lee-
ser un buen lector es necesario un esfuerzo concentrado concentrado y una cooperación total con el autor... Una gran sensibilidad sensibilidad al tono y a las ideas adoptadas por el autor mejora la velocidad de la lectura y la comprensión del texto.» Esto no quiere decir que hayamos de renunciar a nuestro modo de pensar. Significa que mientras nuestro modo de pensar se interfiera en nuestras lecturas existe el peligro casi inevitable de deformar el verdadero pensamiento pensamiento del autor. Debemos Debemos dejar aparte, al menos por unos momentos, momentos, nuestro p(juicio, p(juici o, simpatías o antipatías, y sólo entonces estaremos en dispoture rapide: «Para
sición de comprender todo el alcance de las opiniones y
puntos de vista del autor, Además, ésta es la mejor preparación, la única preparación efectiva, para poder
luego adoptar una actitud crítica, que sea verdaderamente objetiva y razonable, frente al pensamiento del autor. Esto nos permitirá enriquecernos de verdad cual-
quiera que sea el resultado final de nuestra reflexión personal posterior: bien aceptar totalmente, o rechazar
de plano el pensamiento del autor, o bien modificar en algo nuestros propios puntos de vista. LA ANTICIPACIÓN NTICIPACIÓN
Para llegar a comprender bien el pensamiento del autor debemos adoptar una actitud de simpatía y de aceptación como acabamos de ver. Pero hay un nuevo recurso que incrementa enormemente nuestra capacidad de captación: es lo que se llama la anticipación. La anticipación consiste en prever lo que va a venir después. Si uno se ha despojado de sus propios 41 juici juicios os y ha ha log logra rado do sinto sintoni niza zarr con con el pens pensam amie ient nto o del del autor le será nen irbo más fácil anticipar lo que irá viniendo. El desarrollo del pensamiento es algo lógico; la actitud y los sentimientos del autor guardan una coherencia interna consigo mismos mismos Por eso, en la l a medida que uno entra dentro de esta corriente de pensamiento y se pone en armonía con el modo de sentir del autor, la lectura se hace mucho más fácil y comprensible. Uno puede avanzar por el texto con gran rapidez y comodidad, como si se tratase de un camino conocido y familiar. La capacidad de anticipación depende también de otro factor, que son los conocimientosprevios del lector. Cuanto mayor sea el conocimiento que tenga so bre bre un tem tema, más fác fácil le será el poder anti tic cipa ipar. Sin embargo, la anticipación es siempre posible y desea-
ble, incluso sobre los temas que para el lector resultan
más o menos desconocidos. En algunos casos la anticipación se reducirá a un conjunto de preguntas en torno al tema general de la lectura. Aun más, estas preguntas previas que surgen en la mente del lector cuando se enfrenta con un texto cons-
tituyen la base principal de la anticipación. «La llave para anticipar el pensamiento del autor — dice Eric de Leeuw — es preguntar. Esto abre la mente y desencadena el flujo espontáneo de ideas y de nuevas preguntas.»
La anticipación se puede hacer y se debe hacer antes incluso de comentar la lectura de un artículo. Pongamos por caso que uno se dispone a leer un artículo titulado «El hambre en el mundo». Inmediatamente se puede uno formular varias preguntas: — ¿es universal o afecta sólo a algunos países? — ¿proporcionalmente, a qué cantidad de población
mundial afecta este problema? ¿la existencia del hambre se debe a falta de recursos, o a que los recursos existentes no son de bid bidamente aprovechados? — ¿los países afectados han recibido ayuda de otros pa paíse íses más ric ricos? — ¿qué es lo que se ha hecho concretamente hasta la fecha para aliviar este problema? — ¿qué es lo que actualmente está en proyecto? ¿qué perspectivas existen para una solución total — ¿qué y definitiva del problema? Después que uno se ha formulado estas preguntas, la lectura subsiguiente adquiere una vivacidad y un interés extraordinarios. Muchas veces nos sorprenderemos al comprobar cómo las contestaciones provisionales que nosotros mismos nos habíamos dado eran —
notablemente acertadas, acertadas, otras veces estaremos estaremos ansiosos de encontrar la contestación a alguna de las preguntas que nos habíamos formulado. En todo caso, esta actitud en la la lectura nos dispone eficazmente eficazmente para captar y asimilar con mucha mayor fuerza y rapidez el pensamiento y las ideas expuestas por el autor. Por lo demás, la anticipación la podemos practicar no sólo al comenzar a leer, sino también a lo largo de toda la lectura. Continuamente podemos prever el próximo paso en el desarrollo del pensamiento o formularnos una nueva pregunta sobre lo que el autor acaba de exponer o afirmar. Este modó modó de leer dinamiza y abre lla a mente mucho más más eficazmen eficazmente te que la l a sim simple concentración concentración mental, mental, sin form formular ular preguntas, sobre lo que estam estamos os leyendo. «La verdadera lectura es realmente pensar. La mente del lecto tor experto se mantie iene activa va durante la le lectura: observando, observando, preguntando, reflexionand reflexionando, o, sacando rove your rea reading.) g.) conclusiones». (P. LEEDY, Improv LAEVALUACIÓN CRÍTICA
La lectura, decíamos al principio del capítulo, debe ser un diálogo entre el autor y el lector. La primera primera fase es escuchar al autor. Captar su pensamiento autén-
tico sin deformarlo con nuestros prejuicios o ideas preconcebidas. Este diálogo cobra nueva animación cuando nosotros, por medio de la técnica de anticipación, nos vamos interesando cada vez más profundamente en la promoción planteada por el autor. Queda un último paso a realizar para que se com ple plete te este diálo iálogo autor tor-lec lector tor. ¿Qué es lo que yo pien ienso sobre lo que dice el autor? ¿Estoy de acuerdo con su
fo l • - ■ )
pensamiento, con su modo de exponerlo, con su ar-
gumentación? Esto es lo que constituye la evaluación crítica. La evaluación crítica puede hacerse desde varios án-
gulos o puntos de vista. Se puede juzgar el fondo o la forma de un escrito: el valor y la l a verdad de su contenido, o su corrección literaría y artística. Aunque toda evaluación crítica es siempre c l a va, en el sentido de que es uno personalmente el que da su propio juicio sobre algo, no obstante la evaluación que se refiere al contenido tiene un carácter más bien objetivo, mientras que la que se refiere a la forma es de por sí preferentemente subjetiva. El primer tipo de evaluación busca la verdad objetiva, el segundo depende más de los gustos personales. En relación con la evaluación literaria o artística, Claude Philippe, en su Méthode francaise de lecture rapide, da algunas orientaciones sencillas pero que pueden ser muy muy útiles, ya que no se trata de llegar a hacer una crítica literaria exhaustiva. El lector puede llegar a formarse un juicio bastante acertado examinando algunos puntos relativamente fáciles de apreciar. — ¿qué fin persigue el autor al escribir este libro? — ¿este fin fin tiene tiene un valor en sí? sí? — ¿qué medios ha usado para conseguir su fin? — ¿los medios son manifiestos o están sutilmente
disimulados? ¿la realización de la obra ha sido hecha con cuidado y esmero? — ¿la obra respon responde al fin fin que se proponía el autor? «Si el fin fin del autor parece tener sentido sentido y si los medios que emplea parecen adecuados a su objetivo, —
uno puede deducir con probabilidad que la obra es de valor.» (CLAUDEPHILIP IPPE.) Sin embargo, desde el punto de vista de la lectura l ectura inteligente y eficaz, la actitud crítica más útil es la que se refiere al fondo o contenido de un texto. Es decir, la que se relaciona con la verdad o falsedad de la exposición.
En rigor se puede hacer una distinción entre lo que
un autor defiende y los argumentos o razones en que pretende apoyar su opinión. Puede darse el caso de que la opinión defendida sea verdadera, pero los argumentos aducidos sean falsos. No obstante, en gene-
ral, si las razones son falsas o insuficientes lo normal es que la conclusión sea también falsa. Por el contrario, una sólida argumentación, rigurosa y precisa en todos sus pasos, nos llevará con seguridad a una conclusión verdadera.
El objetivo de la evaluación crítica es el examen de la argumentación y de su fuerza probatoria. A través de la evaluación el lector quiere llegar a la verdad objetiva, a la verdad de los hechos en sí. Como veremos más adelante, se han dado por diver-
sos autores muchos muchos consejos y orientaciones, ciertamente muy útiles, sobre el modo de hacer una correcta
evaluación. Sin embargo, el factor más importante es uno mismo. En primer lugar difícilmente podrá una persona dar un juicio acertado sobre ningún tema si no posee de antemano unos ciertos conocimientos o in-
formación. De aquí la importancia de la cultura previa personal. Por otra parte se requiere un buen sentido para saber apreciar hasta 'qué ' qué punto una información información es completa o incom i ncompleta, pleta, o hasta qué punto determinadas fuentes de información son dignas de crédito o no. Finalmente es también de la máxima importancia
que una persona haya desarrollado en grado suficiente la capacidad de enfrentarse con toda suerte de hechos y de razonamientos con espíritu abierto y objetivo, superando los prejuicios y gustos personales que le impedirían ver la verdad de las cosas en sí. Por eso Paul Witty insiste con razón en la importancia del lector mismo como el factor más fundamental para poder realizar una correcta evaluación. «La fuente principal para la evaluación de sus lecturas debe ser usted mismo. Si usted lee de un modo activo y crí crític tico, o, incr increm emen enta tará rá su habi habilid lidad ad para para com compara pararr lo que lee con lo que ya sabía acerca del tema. También llegará a conocer qué clase de lecturas son dignas de crédito y cuáles no.» (Paul Witty, How to become a better reader.) Pasando ahora a los aspectos más concretos y prácticos sobre el modo de hacer la evaluación, vamos a re-
coger en primer lugar las sugerencias ofrecidas por Claude Philippe en Méthode franvaise de lecture rapi- de. Según este autor, la evaluación de un escrito puede hacerse en tres partes o etapas:
a) evaluación de las informaciones b) evaluación de de las interpretaciones c) evaluación de las intenciones Este esquema puede aplicarse en principio a cual-
quiera de las tres clases fundamentales de estructuras: tesis-demostración, problema-solución y hechos. La evaluación de las informaciones se realiza exami-
nando si los datos o hechos aportados por el autor son exactos, si no han sido deformados, si la información es exhaustiva, si han sido omitidos datos de especial i mportancia.
En relación a la interpretación hay que ver si la interpretación dada por el autor a las informacione i nformaciones s
es acertada, si no ha sido violentada o desviada de un modo tendencioso, tendencioso, si es lógicam lógicamente correcta. Finalmente, el último paso es la evaluación de las intenciones. Aquí va incluido el estudio de la significación de todo el escrito, y también de la conclusión o de la solución del problema, según el tipo de estructura de que se trate. Lo que hay que examinar en este tercer paso es la legitimidad y solidez de la conclusión o solución, si son las únicas que podían darse, si han sido probadas y establecidas, si son aceptables o no. Este esq squema es muy claro ro y ti tiene la la ventaja de abarcar la la totalidad totalidad de unescrito escrito oartículo. artículo.
Hay otros autores que se centran más en los defectos de la argumentación y enumeran los fallos más notables en que se puede incurrir. Su utilidad práctica muy grande. Esta es la línea seguida por Paul D. Leees muy dy en su libro sobre lectura rápida: Read with speed and precision. Pero la enumeración más completa de
los errores de argumentación se encuentra en el libro l ibro de R. H. Thouless, Straight and crooked thinking. Aquí vamos a recordar solamente los fallos más i mportantes o más frecuentes y que pueden ofrecer un mayor interés para el lector. DEFECTOS PRINCIPALES EN LA EXPOSICIÓN
Em Empleo leo de palab labras ras emot emotiv iva as a )
Por palabras emotivas se entienden aquellas pala br bras, generalmente adjeti jetiv vos, que espontán táneamente des pie piert rta an en el oyente una rea reacción ión, sea agrad radable o desagradable, y en consecuencia le incitan automáticamente a aceptar o rechazar una proposición determinada.
Si oímos decir que «los ejércitos romanos eran fuer-
tes y valientes en la batalla», notamos que surge en nosotros un sentimiento de admiración y de aprobación; pero si nos dicen que «frente a sus enemigos luchaban con fiereza y crueldad», de inmediato se produce en nosotros el desagrado y la reprobación. Un mismo hecho puede ser descrito y matizado de forma que provoqu provoque e agrado o disgusto. Así, por ejemej emplo, podemos decir que una persona es muy «constante» o que es muy «tozuda». Muchas veces el empleo de estos adjetivos responde solamente a la actitu d personal del autor frente al hecho en sí, o al deseo que tiene de lograr que nosotros aceptemos o rechacemos alguna opinión o cosa concreta.
El buen lector debe estar alerta ante el empleo de las palabras emotivas y no dejarse arrastrar por su indudable fuerza persuasiva. Una palabra emocional, un adjetivo, una calificación, nunca es un argumento. Su empleo podrá ser acertado
y esta estarr de de acue acuerd rdo o con con la reali realida dad, d, pero pero eso eso hay hay que que probarlo. Sin embargo, en muchas ocasiones, en muchos discursos, sobre todo en los discursos políticos, la mayor fuerza de persuasión radica en el empleo de pa-
labras emotivas Frente a ella la verdadera argumentación, las razones firmes y objetivas, apenas si ocupan un lugar insignificante. indebida b )Generalización indeb
o «Los ingleses son de carácter flemático», estamos haciendo dos afirmaciones que incurren en el defecto que comentamos. En ambos casos uno tiende a interpretar la frase corno si «todos» los españoles y «todos» los ingleses tuvieran la cualidad enunciada.
Al leer frases de este tipo uno debe preguntar: ¿qué amplitud tiene esta afirmación?, ¿hasta qué punto es verdadera? verdadera? Ordinariamente Ordinariamente bastará con introducir la palabra «todos» en el sujeto de la oración para que descubramos su inexactitud. e ) Dem Demos ostr tra ación ión por ejem ejemp plos los selec eleccion ionados
Se incurre en este defecto cuando se pretende demostrar algo aduciendo solamente los ejemplos o casos
concretos que favorecen la opinión del autor. Al lector toca en este caso valorar la fuerza de la argumentación. Él deberá apreciar si los casos citados son tan contundentes que es imposible la existencia de
otros ejemplos que invaliden su fuerza probatoria; pero, en general, deberá pensar en la conveniencia de estudiar e investigar aquellos casos distintos que tienden a demostrar lo contrario, y comparar su fuerza con los argumentos aducidos por el autor. Si sus cono-
cimientos en la materia son suficientes, esto lo podrá realizar por sí mismo; si no, puede ser imprescindible la consulta de otros autores de ideas opuestas para llegar a una valoración más objetiva y realista.
Tiene Tiene lug lugar ar cuan cuando do se hace hace una una afirm afirmac ación ión o se se anuncia una cualidad que parece involucrar a la totali-
dad de un grupo, cuando la realidad es que sólo de algunos puede hacerse dicha afirmación. n Si decimos: «A los españoles les g-ustá' los toros»,
Desviación d ) Desviación
La desviació ión puede darse ta tanto al defender una opinión como al atacar la opinión del contrario.
En esencia la desviación consiste en apartarse del tema central en discusión para detenerse en la consideración de una cuestión incidental en la que el autor se encuentra más fuerte y seguro.
El engañoestá tá en creer que al se ser demostrada la la cuestión incidental, incidental, queda queda tam también bién probado probado el asunto pri prin ncipa ipal. e) El El argu rgumento del térm término medio edio
El argumento del término medio no suele considerarse como defecto en la argumentación; antes al contrario, al ver que una persona nos presenta su opinión como el término medio entre dos puntos de vista extraños, nos sentirnos inclinados a admirar su ponderación y a aceptar en c onsecuencia s u misma opinión. Sin embargo, el hecho de presentar una afirmación como término medio no es ninguna garantía de su verdad. Una afirmación sólo puede considerarse verdadera
en la medida que se asienta en razones firmes y sólisóli das, no por simple comparación con 'otras afirmaciouna proposición que no nes. Además, apenas si hay pueda ser considerada como término medio en relación con otras opiniones aún más extremistas.
Argu umentos tos iló ilógic gicos f) Arg
Se llaman argumentos ilógicos aquellos que no se desarrollan según las leyes lógicas del pensamiento. Son argumentaciones que en realidad no prueban lo que
aparentan demostrar demostrar por falta de ilación o coherencia interna. De esta clase de argumentaciones se dice que
no concluyen. En los manuales de lógica se hace una extensa relación de los silogismos y de sus diversos modos, así como de los errores o falacias de argumentación. Aquí sólo estudiaremos estudiaremos los más importantes desde el punto de vista práctico. 1. Término medio no distribuido.
Examinemos el siguiente argumento: «Las ilusiones nacen de la tendencia que tienen los hombres a creer como verdadero aquello que es conforme a sus deseos. La creencia en la vida eterna responde a uno de los mayores deseos del hombre, que a todo trance quiere escapar de la muerte y de la aniquilación. De acuerdo, pues, con el funcionamiento de los mecanismos psicológicos del hombre, hemos de considerar que la creencia en la vida eterna es una simple ilusión.» Ante este argumento uno puede sentirse un poco desconcertado y no ver muy claro hasta qué punto es firme y válido o no. Lo característico de estos falsos argumentos argumentos es que en la práctica suelen presentarse de un modo tan oculto y disimulado, a través de un montón de palabras, que se hace difícil descubrir a pri-
mera vista el error o la l a falta de lógica l ógica en la argumentación. Pero basta reducirlos a una forma simple y esquemática para que se ponga de manifiesto el fallo del argumento.
Expresado del modo más simple, el argumento anterior puede enunciarse así: «Las ilusiones nacen de los deseos, // la crencia en la vida eterna responde a un deseo, // lue-
go la creencia en la vidá eterna es una ilusión.» Este argumento, por su forma, es exactamente igual al siguiente:
«Los países sudamericanos son repúblicas, // Francia es una república, // luego Francia es un pa país sudameric ricano.» El error de esta argumentación consiste en que el término medio (el término común a las dos premisas) no está tomado en sentido universal en ninguno de los
dos casos. Los países sudamericanos son repúblicas, pero no «todas» las repúblicas existentes. Del mismo modo, al afirmar que las ilusiones nacen de los deseos,
no afirmamos en modo alguno que «todos» los deseos den lugar a ilusiones. Puede haber, entonces, otros deseos que no den lugar a ilusiones.
Cuando una argumentación ha sido reducida a su forma más simple y esquemática, es fácil descubrir si desde el punto de vista lógico es correcta o no. Si aún quedase alguna duda se pueden sustituir las palabras
o nombres concretos por otros ejemplos mejor cono-
La conclusión es verdadera, pero la argumentación, que tiene la misma forma de las que hemos visto antes,
es falsa. En vez de hombre podríamos decir: «las plantas son seres vivientes», y la falsedad de la argumentación quedaría patente.
2 . Condición — consecuencia
Con frecuencia se emplean emplean argumentaciones que empiezan de este modo: Si se cumple A, entonces también se cumple B.
Por ejemplo: Si en un país no hay cultura no puede haber democracia
Demos por supuesto que esta primera afirmación sea verdadera. A partir de esta primera afirmación, y por ser ella verdadera, ¿qué otras afirmaciones válidas pueden deducirse? Examinemos la siguiente argumentación: «En un país donde no hay cultura en el pueblo es imposible que haya democracia.
cidos, pero manteniendo siempre la misma forma de la argumentación.
»Como en Rusia no existe existe la la democracia, ocracia, quiequiere decir quz, el pueblo es inculto.»
clusión. La conclusión puede ser verdadera, pero la argumentación empleada puede ser falsa. Si decimos:
ra, ¿podemos estar seguros de que la conclusión es
Tambi También én hay hay que que dist distin ingu guir ir entr entre e la valid validez ez lógic lógica a o probable de la argumentación y la verdad de la con-
Los animales son seres vivientes. El hombre es un ser viviente. Luego el hombre es un animal.
Si admitimos que la primera afirmación es verdadetambién verdadera?
Tal como como está está enun enuncia ciado do el argu argume ment nto, o, y dad dado o el
tema que trata, nos podríamos sentir inducidos a creer que es válido y que la conclusión es verdadera.
Sin embargo, desde el punto de vista lógico, el argumento es totalmente falso.
Para comprobarl rlo podemos reducir irlo lo a su forma más simple y esquemática:
«Si no-cultura, no-democracia. »No hay democracia, luego no hay cult cultura. ura.» » De esta fo forma es fácil adverti tir que la conclusión
es ilegítima. Pero aún lo podemos ver mejor sustituyendo las palabras por otros ejemplos: «Si hace mal tiempo, Juan no sale de casa. »Hoy Juan no sali lióde casa, luego hizo mal
tiempo.»
La conclusión es falsa. Juan pudo no haber salido de casa por otro motivo diferente. Este tipo tipo de argum argumentación «condición-consecuencia» se usa con bastante frecuencia. La dificultad de reconocer si la argumentación es legítima o no se presenta prin incipalmente cuandoel te tema trata tado reviste te cierta complejidad, o cuando la sencillez de la argumentación queda oculta por el empleo de un número excesivo de palabras. Por eso conviene reducirla a una forma esquemática. Como resumen vamos a pre pres sentar tar los los casos en que esta argumentación es correcta y los casos en que no lo es. La premisa base es siempre de este tipo:
«Si A, entonces B.» Tanto A como B pueden ser dos oraciones afirmativas o negativas indistintamente. A partir de esta premisa base pueden hacerse cuatro argumentaciones: dos correctas y otras dos incorrectas:
Correctas:
Si A, entonces B. Se da A, luego también B. 2.° Si A, entonces B. No se da B, luego tam tampoco A. Incorrectas: 3.° Si A, entonces B. Se da B, luego también A. 4.° Si A, en entonces B. 'N'o se da A, luego tampoco B. 1 .°
1
3. Argumento en círculo. Este es un tipo de argumentación errónea, que aunque no tan frecuente como los dos anteriores, también se suele emplear algunas veces. El razonamiento en círculo consiste en demostrar una afir irmació ióntomando como argumento, o como pa parte rte del argu rgumento, to, la verdad de lo que prec recisa isamente se quiere demostrar. En esquema esta argumentación se puede expresar de este modo: A es verdad porque B es verdad porque C B porque A C Por muy largo o complicado que sea, cuando un argumento circular se expone de forma esquemática es muy fácil advertir su falsedad, que en último término radica en dar por demostrado lo que se quiere demostrar. Argumento ento esp especul eculativo ativo g ) Argum
Consiste en querer demostrar cuestiones de hecho
fundándose en el mero raciocinio mental. En otras pa-
que deberían ser, que no molestarnos en recoger toda t oda
labras: es deducir lo que es la realidad a partir de lo
clase de pruebas y hechos que nos revelarían cómo son las cosas en realidad.
que uno piensa que debería ser. Históricamente ha sido muy frecuente el uso de este
tipo de argumentos. Muchos pensaron que la Tierra era el centro del Universo, y que no era la Tierra, sino el Sol el que giraba alrededor de la Tierra, porque lo contrario iba en contra de la doctrina revelada, tal como ellos pensaban que había que interpretarla. Los comunistas piensan que la lucha de clases es algo inevi-
table y que la implantación de la dictadura del proletariado es un paso necesario para el establecimiento de la sociedad perfecta y sin clases.
Todo Todo est esto o no no pasa pasan n de ser ser esp espec ecul ulac acion iones es,, com como o también sería otra especulación el pensar que el hombre no puede haber evolucionado de los monos porque lo superior no puede derivar de lo inferior.
En todos estos casos de trata de cuestiones prácticos y sólo los los hechos y la experiencia pueden demostrar la verdad de una u otra de las afirmaciones.
Lo que acabamos de decir no es, en modo alguno, una condenación del pensamiento abstracto o de la in-
tuición intelectual. De hecho, uno de los factores que más han contribuido al progreso de las ciencias han sido las especulaciones e intuiciones de algunos sabios
geniales. La intuición desempeña un gran papel, ella abre el camino y apunta hacia s oluciones nuevas. Pero han de ser luego los hechos, las comprobaciones expe-
rimentales, las que den el refrendo a las afirmaciones más o menos teóricas o apriorísticas del intelecto. Este tipo de argumento especulativo se desliza con mucha frecuencia en las discusiones o en las exposicio-
nes escritas. Resulta mucho más fácil y más cómodo afirmar que las cosas son tal como nosotros pensamos
h ) Cambio de significado de un término en el curso de la argumentación En todo argumento se dan unas premisas y una conclusión. Las premisas sirven para poner de relieve ciertas relaciones existentes entre los términos que luego. aparecen en la conclusión. Cada término aparece, pues, a través de la argumentación repetido dos o más veces. Una argumentación que en cuanto a la forma y des-
de el punto de vista lógico fuese correcta, sería, sin embargo, totalmente errónea y carente de fuerza probatoria si cada uno de los términos no fuese empleado siempre con el mismo significado. significado.
Veamos el siguiente ejemplo: ej emplo:
«Todas las masas son irresponsables y faltas de inteligencia. »La democracia es . el gobierno de las masas. los »Luego la democracia ia es el el gobier erno de los irresponsables y faltos de inteligencia.» Lógicamente esta argumentación tiene una forma correcta. La primera premisa puede ser que la consideremos algo dudosa, pei-o aunque la admitiésemos como cierta la conclusión no quedaría en modo alguno probada.
El fallo del argumento está en el uso de la palabra masa, que se emplea con distinto sentido en las dos premisas. Cuando se dice que las masas son irrespon-
sables y faltas de inteligencia hay que entender que se trata de los grupos numerosos de personas que se encuentran reunidas en un lugar y participan en alguna actividad común. Sin embargo, en la segunda premisa la palabra masa tiene un significado bastante diferente,
pues se refiere al conjunto de todos los ciudadanos de un país.
i) Analogía imperfecta
Otro tipo de argumentación deficiente es el que se basa en analogías imperfectas. La analogía consiste esencialmente en una comparación que se amplía legítima o ilegítimamente. Dos cosas pueden ser semejantes porque ambas poseen varias cualidades comunes. El argumento ana-
lógico consiste en pretender que esta semejanza se extiende también a otras cualidades desconocidas. Supongamos que Juan y Pedro son dos muchachos
inteligentes, que les gusta el deporte y también la pintura. Si, basados en estas semejanzas conocidas, dedujésemos que a Juan le gusta la música porque a Pedro también le gusta, estaríamos haciendo una argumentación analógica.
Normalmente el argumento analógico no se aduce de un modo tan abierto como el que acabamos de hacer. Pero en las conversaciones, discusiones y explicaciones, se suele usar muy frecuentemente analogías i mplícitas. A veces el argumento analógico analógico puede fallar, no sólo
por ampliación indebida de cualidades comunes, sino en su misma base, porque ni siquiera existe la seme janz janza a inici inicial al que que se pret preten ende de..
Un ejemplo de analogía implícita es la siguiente afirmación: «Con la edad la lucidez de la mente va decreciendo como una lámpara de aceite que se consume.»
Si con esto queremos demostrar demostrar que las facultades mentales decrecen inexorablemente así como sucede con una lámpara que se apaga poco a poco, estamos empleando un argumento totalmente falso. A la mente en cierto cierto modo odo es es luz, y en se le puede comparar con la luz, y acertada la semejanza. Pero no está sometida a las mismas leyes que rigen los procesos luminosos materiales. El ejemplo aducido puede servir para explicar lo que pasa en muchos casos; pero no vale para demos-
trar que necesariamente tenga que suceder así. De hecho podría y debería ser al revés. Lo más peligroso de las argumentaciones analógicas
es su gran fuerza f uerza de persuasión. Basta que nos presenten un argumento en forma de analogía, diciéndonos que: «"A" es así, de la misma manera que sucede con "B"», para que quedemos quedemos fuertemente impresionados.
Hemos de saber distinguir entre la gran utilidad
que tienen estas comparaciones para manifestarnos de una manera clara el pensamiento del autor, y su fuerza,
como argumento, para probar lo que el autor nos
dice.
j) Argumen to de au toridad
El argumento de autoridad consiste en querer demostrar la verdad de alguna opinión basado en el hecho de que personas de prestigio y de ciencia han pensado lo mismo.
Ciertamente el hecho de que personas competentes
sustenten una opinión determinada es un dato en favor de dicha opinión. Sin embargo, hemos catalogado el argumento de autoridad entre los argumentos defectuosos en el sen-
tido de que a veces es mal usado por quien pretende defender algo, y sobre todo mal interpretado por quien lee o escucha.
El argumento de autoridad es mal usado cuando tratándose de temas como religión o filosofía, se aduce
la opinión de una persona que es competente en otros campos como la física o la biología. Esto es ilegítimo en la medida que se quiere sacar partido del prestigio que posee una persona en un tipo
determinado determinado de conocimientos para aplicarlo sin si n más a otros asuntos diferentes. Sin embargo, cuando el lec-
tor no es muy consciente, fácilmente se deja impresionar por el impacto del prestigio y tiende a aceptar las opiniones que se le presentan apoyadas de esta
cuando una persona competente defiende alguna opinión, podemos suponer que tiene sus buenas razones, para defenderla; pero la aceptación plena y definitiva definiti va de sus opiniones debe descansar en la bondad misma de sus razones, vistas y examinadas, en la medida de lo posible, por nosotros mismos. Otro tanto podemos decir cuando se invoca la auto-
ridad de la tradición o de la costumbre. Hay, en verdad, muchas tradiciones y costumbres que están plenamente justificadas. Pero cuando nosotros aceptamos
una tradición simplemente por ser tradición, adoptamos una actitud incorrecta. Una tradición tiene valor en la medida que se funda en razones que fueron válidas y que siguen siendo válidas en la actualidad. Vemos, pues, en resumen, que la incorrección del argumento de autoridad radica en que desvía la atención del lector del examen de las razones objetivas hacia la consideración del prestigio de una persona o de una tradición. El argumento de autoridad obra
forma. Uno debiera estar atento para no dejarse suges-
por sugestión. Aunque el prestigio puede estar muy bien ganado, a lo más que tiene derecho es a que le dedique-
Hay otros casos en que el empleo del argumento de
mos una atención seria, nunca una aceptación ciega de sus puntos de vista sin el debido examen de las
tionar por esta clase de argumentos.
autoridad es totalmente legítimo. Un científico, un astrónomo, por ejemplo, que emite sus teorías t eorías basado en sus estudios y observaciones merece ciertamente crédito y confianza. Está en su pleno derecho cuando espera de sus lectores un cierto grado de interés y de aceptación.
No obstante, el verdadero motivo para aceptar sus opiniones no debe descansar en el hecho de que éU nos las diga sino en la bondad de las razones en que las apoya. Es decir, que nuestra aceptación no ha de ser ciega, sino razonable. El valor de lo que llamamos prestigio profesional parte de la presunción de que
razones objetivas en que se apoya.
Todo Todo el el estu estudio dio que que aca acaba bamo mos s de de hac hacer er sobre sobre la evaluación crítica y el examen de los argumentos deficientes podría resumirse en un pequeño esquema, que
según nuestra experiencia en los cursos orales de lectura, resulta muy comprensible y muy fácil de aplicar a la práctica. Los razonamiento tos defectu tuosos pueden serlo lo por tres motivos fundamentales: —po —por ten tendencios iosida idad
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ANTONIO BLAY
— por falta de rigor lógico — por desviación
Entre los argumentos tendenciosos se encuentran los que emplean palabras o razonamientos emotivos, así como las apelaciones injustificadas al principio de autoridad, y el empleo de ejemplos seleccionados. Entre los argumentos carentes de rigor lógico, además de los enumerados anteriormente bajo este epígrafe, se pueden incluir la generalización indebida y las analogías imperfectas.
En cuanto a la desviación, es uno de los defectos en que se incurre con más frecuencia en las conversa-
ciones. Conviene estar alerta porque a veces puede aparecer también en algunos escritos.
CAPÍTULO X
TÉCNICAS ES ESPECI PECIALES ALES PARA LOGRAR UNA LECTURADE MÁXIMA RAPIDEZ PIDEZ DE DE
COMPRENSIÓN El entrenamiento de la percepción visual unido al incremento de nuestra capacidad de comprensión forman la base sobre la la que se asienta tan los estu tupendos
resultados que se pueden obtener del curso de lectura rápida. Con todo, la persona que ha conseguido ya un nota ble ble grad rado de perfe rfección ión en la perce rcepción ión y en la com pre pren nsión ión, puede todavía apli lic car algunas técnica icas nuevas que incrementarán incrementarán extraordinariamente extraordinariamente su capacidad de leer. Nos refe referí ría amos a: — la lectura telegráfica — la lectura de reconocimiento — la lectura de información
LA LECTURA TELEGRÁFICA
Ya le hemos recordado anteriormente que uno no puede llegar a una comprensión perfecta mientras esté
agarrado a las palabras materiales del texto. Leer es comprender las ideas que éstán detrás de las palabras.
Las palabras no son más que un medio de expresión del pensamiento. Cuando una persona lee palabra por palabra creyendo que la correcta comprensión de un escrito depende del relieve con que capta cada palabra, no hace en realidad más que embrollar la mente y difi-
cultar la verdadera comprensión. En la medida en que uno concentra la atención en el medio o instrumento en sí, corre el riesgo de perder de vista la comprensión
global del pensamiento. Aun más, ni siquiera todas las palabras tienen la misma importancia como medios de comunicación del pensamiento. Paul Leedy trata muy acertadamente este aspecto y
se lamenta de que «algunos lectores nunca llegan a darse cuenta que no todas las palabras tienen igual importancia». (Paul Leedy, Improve your reading.) Para convencernos hasta qué punto existen en cada escrito multitud de palabras que son innecesarias basta
que pensemos en lo que hacemos al poner un telegrama. Un telegrama bien redactado es plenamente inteli-
gible; y sin embargo, comparado con la redacción original puede contener hasta un 50 % menos de palabras.
Veamos, por ejemplo, el texto siguiente:
«Hay normalmente una reacción de desánimo cuando se habla de la posibilidad de transformación interior. Reacción que proviene de la creencia o temor de que to todo cuanto se pueda decir
sobre transformación del carácter y de la personalidad es pura teoría, teoría, son maneras, palabras, muy bonita tas quizá zás y muy poétic icas, pero que a fin de cuentas uno seguirá irremediablemente con sus problemas, con sus defectos y con sus debilidades, puesto que, digan lo que digan, est sto no hay quien lo lo cambie.» (A. BLAY FONTCUBERTA, Ener gía gía Pers ersonal.) l.)
Este texto podríamos reducirlo, sin perder ninguna idea principal ni secundaria, del modo siguiente:
«Hay normalmente reacción desánimo cuando se habla de transformación interior que proviene de creencia que todo cuanto se puede decir sobre transformación carácter es pura teoría palabras bo bonit ita as, que uno seg seguirá irá irre irrem mediab iablem lemente con sus problemas, defectos, debilidades.» El texto original tiene 81 palabras, el texto reducido
sólo tiene 37. Es decir se ha reducido el texto en algo más del 50 %. Sin embargo, se mantiene íntegramente el pensamiento del autor. Incluso puede usted advertir que si lee el texto original fijándose principalmente en las palabras seleccionadas y pasando un poco por enci- ma de las demás palabras el pensamiento fundamental
resalta de un modo más más claro y comprensible. Esta técnica puede aplicarse a toda clase de escritos. En todos es posible esta reducción pues el modo corriente de hablar y expresarse así como las exigencias de las leyes gramaticales gramaticales obligan al empleo de
gran cantidad de palabras que podríamos llamar de re-
lleno. Lo que al lector interesa son las palabras de significado pleno.
La aplicación de esta técnica tiene muchas ventajas.
En primer lugar todas las lecturas quedan enormemente simplificadas, simplificadas, pues, en general, casi todos los textos pueden reducirse al menos hasta un 40 % de sus palabras. Esto trae consigo un gran ahorro de tiem-
po y al mismo tiempo un incremento de la velocidad. Además la simplificación del texto y la subsiguiente clasificación de las ideas produce otro efecto notable: una gran disminución del esfuerzo y de la fatiga, tanto visual como mental.
No obstante, la lectura telegráfica no significa leer menos o perderse algo del texto. El modo correcto de hacer este tipo de lectura consiste en ir pasando la vista por todas las palabras, pero
fijándose fijá ndose solamente solamente en aquellas que son necesarias para la comprensión del pensamiento.
Mientras
los los
ojos se van deslizando, es la mente la
que piensa y selecciona lo que es de verdadero interés.
No se pierde nada del texto, no se deforma en modo alguno el pensamiento o las ideas; al contrario, se gana en la velocidad de la lectura y se captan las ideas con más claridad. Quien ha conseguido la habilidad de leer así tiene la impresión de ir como volando por enci-
ma del texto y de moverse con una gran soltura y
flexibilidad.
La condición para lograr este tipo de lectura es la práctica y el entreno previo en los aspectos percepción
mente. El recorrer el texto rápidamente con la vista no debe impedir la concentración de la mente en las ideas y en el desarrollo del pensamiento. A su vez esta atención de la mente a las ideas no debe significar ningún obstáculo para que los los ojos vayan recorriendo rápidamente el texto de modo que ofrezcan a la mente todo el material verbal sobre el cual la mente realizará la oportuna selección. Muchas personas pueden encontrar dificultad en coordinar ambas funciones. Una vez más es cuestión de práctica y de ejercitamiento. Una de las cosas en que más insistimos durante los cursos orales de lectura es en la necesidad de realizar los ejercicios correspondientes a cada lección. Siendo la lectura rápida una
habilidad eminentemente eminentemente práctica, ha de ser la práctica la que nos proporcione esa habilidad. Por lo demás,
no es tanto el esfuerzo que se requiere como el método y la constancia en el aprendizaje. Y comparado con los resultados, este pequeño esfuerzo queda ampliamente ampliamente compensado teniendo en cuenta las enormes ventajas que de la lectura rápida puede sac/- el buen lector para toda su vida. Ahorro de tiempo, en primer lugar, pero sobre todo la posibilidad posibili dad real de adquirir una cultura mucho más amplia y sólida. Amplia porque aumentan las posibilidades materiales de leer; y sólida
porque todo cuanto se lee se hace con mayor poder de comprensión comprensión y de asimilación.
y com compren prensió sión n de que que hem hemos os habl hablad ado o en los artíc artícul ulos os anteriores.
Aquí, en efecto, se pide un máximo rendimiento tanto a nuestra percepción visual como a nuestra capa-
cidad de comprensión. Por otra parte es preciso también que ambas funciones se realicen de un modo tan espontáneo y automático que no se interfieran mutua-
QUÉ ES EL «SKIMMING»
Otra técnica especializada es la que los americanos llaman el «skimming». A través de esta técnica el lector aplica a sus lecturas la máxima velocidad posible. Esta
técnica supone la aplicación de todos los conocimientos y habilidades de lectura previamente explicadas.
La palabra «skimming» significa en inglés la acción de quitar la nata o crema a la leche. Aplicada a la lectura quiere decir el arte de sacar de un escrito lo más i mportante, lo esencial, o lo que uno busca de un modo particular.
En la técnica del «skimming» podemos distinguir varias modalidades diferentes. La terminología emplea-
da por los autores no es uniforme para expresar las diversas clases de «skimming», ni tampoco la clasifi-
fundamentales. El «skimming» parcial procurar captar no sólo las ideas principales, sino también algunos detalles de importancia. El «skimming» superficial exige un lectura más amplia del texto. Aquí se trata de captar todo el pensamiento, tanto las ideas principales como las secundarias y los detalles. Solamente se prescinde de las palabras que no son necesarias para seguir el pensamiento del autor. En el Reading Improvement Program, de la Univer-
sidad de Columbia, se define el «skimming» «ski mming» como: como: «una técnica avanzada de lectura que permite al lector
Paul Leedy distingue dos tipos de «skimming»: «skimming for the main idea» y «skimming for details». El «skimming» de las ideas principales busca en un escrito identificar solamente lo fundamental del mismo. El «skimming» de los detalles responde al deseo del lector de encontrar un dato o un hecho concreto
ver lo que desea sin tener que leer cada frase y sin perder el hilo del pensamiento del autor». Entre los autores franceses, FranÇois Richaudeau distingue entre «écrémage» y «repérage». Define el «écrémage» como la reducción del número de palabras leídas sin que sufra la comprensión general del texto leído. Por el contrario la finalidad del «repérage» es
que le interesa de modo especial.
buscar una información especial.
cación.
•
Norman Lewis emplea una terminología y una clasificación especial al distinguir tres clases de «skim-
Claude Philipe nos ofrece un cuadro más amplio y más completo de los distintos tipos de lectura. En primer lugar hace una distinción entre «lecture de reconnaissance» naissance» y «lecture d'information». La lectura de reconocimiento consiste en una primera toma de contacto con un escrito o un libro. Su finalidad es formarnos una idea previa de la obra para ver si nos puede interesar y encontrar en ella lo que
ming»:
deseamos.
N. Banton Smith reserva el nombre de «skimming» solamente para el caso de la lectura que se hace para sacar una impresión global de un artículo, y de sus ideas centrales. Por el contrario, cuando se trata de lo-
calizar datos particulares emplea el nombre de «scanning».
- slight skimming — partial partial skimming — complete — complete skimming En realidad se trata de una gradación en el modo de enfocar y de realizar el «skimming» de ideas. El «skimming» completo busca tan sólo la idea o ideas
La lectura de información tiene por objeto captar toda o parte de la información de una obra con la
máxima economía de tiempo. Aquí el citado autor hace una triple división:
—l —lectura de información superficial: cuando se
busca una idea de conjunto, pero sin entrar en detalles.
lectura de información parcial: cuando uno busca solamente ciertos datos. — lectura de información completa: que nos per —
mite ite descubrir la signifi significació cación completa de la obra.
Según Claude Philippe el «écrémage» no habría que confundirlo con la lectura de información; sería solamente una de las técnicas más importantes de la lectura de información. En el «écrémage», que tiene por fin: «dejar de lado las partes menos interesantes para sacar las más sustanciales», distingue a su vez tres grados: —
«écrémage de mots»: en el que el lector sólo se fija fija en las palabras que tiene tienen sentido pleno y
pa pasa por alt lto o las las palab labras ras auxil ilia iare res s. «écrémage d'idées»: cuya finalidad es seleccionar las ideas ideas principales, rincipales, dejando de lado las secundarias. — «écrémage de structures»: que busca identificar la estr tructu tura de organizació ión del pensamiento to
que está latente en un escrito. Como hemos visto, hay distintos disti ntos modos de enfocar el estudio de la técnica del «skimming». Algunos apenas
hacen ninguna diferencia entre las diversas modalidades de «skimming». Otros introducen bastantes divisiones y subdivisiones. Todo depende del punto de vista que se adopte. Desde el punto de vista teórico pueden señalarse tantas divisiones como diferencias de matiz o modalidad en el objeto perseguido. Desde
el punto de vista práctico se tiende a cierta unificación en la medida que las técnicas fundamentales que se requieren descansan en unos principios que son comunes. Dejando aparte lo que hemos dicho sobre la lectura telegráfica, y que sólo algún autor la asimila como una
de las modalidades del «skimming», nosotros creemos que la clasificación más útil y comprensible para el alumno es la que distingue dos tipos de «skimming»: — aquel en que uno busca una in informació ióno un
dato determinado, y
— aquel en que unotra rata ta de formarse una id idea
general, pero exacta, del contenido de un escrito.
Al primero podemos llamar lectura de reconocimiento-particular; miento-particular; y al segundo lectura de informacióngeneral.
LALECTURADE RECONOCIMIENTO
Hay muchas ocasiones en que uno sólo necesita conocer un dato, un hecho, una información muy con-
creta. En este caso el leer todo el texto sería una
pérdida de tiempo totalmente innecesaria. Más o menos toda persona que está en esta situación comprende la posibilidad que existe exi ste de ahorrar mucho tiempo y esfuerzo. El problema está en saber aplicar de un modo acertado y metódico el procedimiento adecuado.
En primer lugar la búsqueda puede versar sobre
una palabra concreta, una fecha, una idea determinada.
Una condición indispensable para que el lector pueda
realizar una lectura de reconocimiento rápida y segura
es que haya desarrollado suficientemente la rapidez y precisión de su percepción visual. Esto es absolutamente necesario tratándose de localizar palabras o números. En caso contrario las pérdidas de tiempo debidas a la lentitud de la percepción y a las confusiones de unos vocablos con otros suelen ser muy grandes; aparte de la sensación de inseguridad con que se realiza todo trabajo. Con frecuencia subsiste el temor de haber pasado por alto algunos datos o de no haber sacado toda la informac i nformación ión posible. Cuando se trata de localizar ideas sobre algún tema concreto, además de la habilidad perceptiva, se requie-
re también cierta agilidad y flexibilidad mental. En este caso habrá siempre alguna palabra que expresará el tema o la l a idea que queremos buscar. Siempre que encontremos en el texto dicha palabra podemos esperar obtener alguna información nueva. Pero no será suficiente que nos limitemos a localizar en el texto una sola palabra. Es preciso que estemos también alerta a todas las palabras que por ser sinónimos o por su significado se relacione directamente con la palabra
que podríamos llamar clave. Todos estos casos significarán nuevas informaciones sobre la idea que buscamos.
Por eso el lector debe desarrollar la capacidad de reconocer las ideas aunque vengan expresadas con palabras diversas. En los cursos de lectura esto es objeto de un entrenamiento especial a través de un tipo determinado de ejercicios, en los que el alumno se acostumbra a asociar de un modo inmediato todas las palabras que tienen el mismo significado. Antes de comenzar la lectura de reconocimiento reconocimiento es muy importante saber con claridad qué es io que se
busca. Si el lector l ector comienza la lectura sin tener en su mente una idea clara de lo que busca corre el peligro de caer a los pocos momentos en una gran confusión. Por eso conviene detenerse unos instantes y vivi sualizar con la mayor intensidad posible lo que uno quiere encontrar. Después, una vez comenzada la lectura, hay que evitar el dejar distraerse por otras ideas que encontremos eventualmente. Si realmente son inte-
resantes podemos decidir volver de nuevo sobre esas ideas, pero desde el punto de vista del objetivo nos habíamos propuesto al iniciar la lectura de recono-
cimiento sería un error permitir que nuestra atención se dispersase hacia puntos distintos. Sólo una atención bien dirigida y continuada nos permitirá sacar el máximo de información tanto en cantidad como en calidad.
En la búsqueda del objetivo ha de evitarse también el desorden. Hay personas que al intentar localizar algo en algún libro lo hojean al azar, mirando aquí o allí sin ninguna clase de método. Naturalmente los resultados tienen que ser muy deficientes. Lo más indicado es leer en primer lugar el índice de la obra. Si nos
fijamos atentamente en los títulos y subtítulos encontraremos ciertas palabras que pueden indicarnos con gran aproximación los lugares donde podemos encontrar lo que buscamos. Basta que nos fijemos bien en sus significados y en las posibles relaciones con las ideas o temas que tratamos de localizar. Después de haber examinado el índice podemos dirigirnos ya directamente a los puntos más apropiados
del texto. Este último paso, que nos proporcionará finalmente la información que deseamos, hay que hacerlo también de un modo correcto. No es aconsejable ir saltando líneas, o mirar desordenadamente la página
del texto. El método acertado es ir pasando la vista por todo el escrito pero sin leer propiamente. Es un simple ver más que un mirar intencional. La vista debe
ir recorriendo el texto muy rápidamente hasta encontrar lo que estamos buscando.
Anteriormente hemos hemos hablado del campo visual y de la importancia que tiene en la lectura. Normalmente cuando leemos usamos nuestra amplitud de campo vi-
sual sólo en sentido horizontal. Abarcarnos con nuestra vista además de la palabra que estamos mirando, las que se encuentran a la derecha y a la izquierda. Pero nuestro campo visual puede también ampliarse en sentido vertical. Puede llegar como mínimo a abarcar dos o tres líneas del texto. Cuando se ha desarrollado esta capacidad la velocidad en la lectura de reconocimiento alcanza cifras cif ras verdaderamente verdaderamente extraordinarias.
Otro detalle muy importante, y que hay que tener presente durante todo el proceso, es que debemos mantenernos constantemente serenos y relajados, aunque interiormente muy despiertos. Entonces es cuando
la amplitud de nuestro campo visual es aprovechada al máximo. Toda tensión o nerviosismo no hace más que reducir nuestras capacidades receptivas. Por otra parte esa actitud interna de atención clara y serena, es la más apropiada para descubrir los puntos o pasa jes que que nos nos inte intere resa san, n, por por enc encon ontra trars rse e allí allí la info inform rmaación que buscamos. Cuando antes de comenzar la lectura hemos fijado en la mente con claridad lo que buscamos, y cuando la búsqueda se hace en esa actitud
serena y despierta, es la misma mente consciente la que de un modo automático nos advertirá siempre que
llegamos a un punto interesante del texto. Este tipo tipo de lectura lectura tiene tiene muchas aplicaciones licaciones
prácticas. Siempre que una persona necesita ampliar su información sobre cualquier tema referente a sus estudios o a su trabajo profesional, puede hacer uso con gran provecho y ventaja de esta técnica de lectura.
Incluso desde el punto de vista cultural la persona está en posesión de una preciosa ha bilidad que le permitirá el acceso fácil y seguro a multitud de informaciones y conocimientos conocimientos que ampliará notablemente su horizonte mental.
LECTURADEIINFORM NFORMACIÓNGENERAL
La lectura de información es la que tiene por objeto formarse una idea general, pero exacta, del contenido de un escrito. Para el hombre moderno este tipo de lectura puede ser una de las habilidades más útiles y provechosas. provechosas. Continuamente nos estamos lamentando de la falta de tiempo para leer Hay multitud de obras, de revistas, de artículos que desearíamos leer y que tenemos que resignarnos a dejarlos. La lectura de información nos ofrece posibilidades que quizá ni habíamos sospechado.
N. Banton Smith llega a decir que: «La persona que ha llegado a poseer bien la técnica del «skimming» raramente se queja de no tener tiempo para dar abasto al material de lectura con que tiene que enfrentarse.» Sin embargo, no hay que confundir este tipo de lectura con un modo de leer superficial. Eso sí, para realizarlo bien es necesario dominar perfectamente todas las técnicas estudiadas anteriormente y haber desarrollado amaamente tanto nuestra capacidad de percepción como de comprensión. La lectura de información es como la cumbre de todas las técnicas y exi-
En todo escrito hay algo que el autor ha querido comunicarnos, y que viene sintetizado en las ideas
Es preciso comprender perfectamente en qué consiste la lectura de información, sus fundamentos y lo justif justifica icado do de su : objetivos. Ciertamente existen clases
principales. Sobre la importancia y significado de las ideas principales de cada párrafo ya hablamos al tra-
de escrito que deben ser leídas con sumo cuidado y atención. Esto depende de la misma naturaleza de
tar de la comprensión. Aun más, cada escrito escrito está organizado de acuerdo con alguna de las posibles
algunos escritos, como también del interés del lector.
estructuras del pensamiento, que también hemos estudiado. La estructura introduce un orden y una jerarquía entre las ideas principales. La lectura de información consiste esencialmente en descubrir con rapidez, con precisión y con seguridad, esa estructura básica
la vida de tener que leer más, y ante las limitaciones
jun junto con con las las idea ideas cla claves que form forman el meollo llo de
tura de información es el medio de deshacer este dilema y el instrumento que podemos adquirir para am-
ge el dominio y la aplicació aplicación inteligente inteligente de todas ellas.
cualquier escrito. Para lograr esta meta, el alumno que ha llegado a este punto del desarrollo del curso de lectura ya tiene casi todos los elementos o instrumentos necesarios.
Necesita, sin embargo, una cierta práctica para poder aplicar coordinadamente todos los conocimientos que posee, y tener en cuenta algunas orientaciones y actitudes particulares que dirijan su trabajo al objetivo previsto. OBSTÁCULOS Y PREJUICIOS
Uno de los obstáculos que encuentran algunas personas para realizar este tipo de lectura es lo que llamaríamos excesiva meticulosidad con el texto. Son personas que no se quedan satisfechas si no han leído
detenidamente todas las frases y todas las palabras. Si no lo hacen así experimentan la sensación de haber realizado un trabajo incompleto, defectuoso e incluso totalmente inútil o perjudicial.
Pero ante las exigencias concretas que nos presenta de tiempo que encontramos por otra parte, sería un
error querer reducir la situación a un simple dilema: o se lee un libro, un artículo, con todo detalle y minuciosidad, o no vale la pena leerlo. Justamente la lec-
pliar nuestras posibilidades de leer; y de leer de un
modo realmente útil y provechoso. Para aquella las perso sonas que ue no venmuy claro ro la posibilidad de una lectura rápida e inteligente, o que creen que la la mayor comprensió ión de un texto es es pro porcional a la mayor lentitud o al mayor tiempo que dediquemos a su lectu tura, podrá serle les muy ilustr trati tivo la siguiente siguiente experiencia que realizó realizó Eric ric de Leeuwy nos narra en su lib ibro Read better, read faster. Aun grupo de lectores lectores se les les dio a leer leer un largo pasaje que contenía gran cantidad de detalles detalles inn innecesarios. Cada cinco segundos se daba una señal para ra que marcas asen el lugar lugar de la lectura lectura en donde se encontraban. traban. Terminada la prueba se hizo una comparació ión sobre el número de palabras leídas por cada lector en los los intervalos de cinco segundos. Se advirti irtió ó que algunos de los leclectore res más rápidos habían leíd ído cierto tos pasajes de mayor im importancia ia casi a la la mism sma velocid idad quelos le lectores lentos; sin embargolas otras part partes es las recorri recorrieeron rápidamente y era evidente te que habían apli licad ado
la técnica del «skimming». Entre los lectores medios la flexibilidad para los cambios de velocidad era menor, aunque también se notaba cierta práctica del «skimming». Por el contrario los lectores lentos leyeron todos los pasajes casi a la misma velocidad, excepto precisamente precisamente algunos trozos que contenían detalles sin ninguna importancia. Al hacer los tests se comprobó que los lectores rápidos habían conseguido una comprensión del texto mucho mejor que los lectores l ectores lentos.
Este experimento demuestra palpablemente cómo la lentitud no es de por sí un indicio de una mejor comprensión. Algunas personas podrán sorprenderse con esta conclusión, pero si pensamos en el modo de trabajar de la mente y en las leyes que rigen su funcionamiento veremos que es muy lógico que sea así. La inteligencia se revela en la capacidad de síntesis y de organización. Por eso cuando se le ofrecen ideas generales y esquemas bien estructurados, los capta y asimila con facilidad. Le estamos dando su alimento propio y natural. Por el contrario, cuando la abundancia de detalles concretos es muy grande, y no se ve por
ninguna parte, o no se sabe descubrir, su estructura y org organ aniz izac ació ión, n, ento entonc nces es la mente ente maneja aneja con con dific dificul ul-tad todo este material y tiende ti ende a olvidarlo muy prontamente. Esto es precisamente lo que les ocurre a los lectores lentos. Dan excesiva importancia a los detalles particu-
lares y a las ideas secundarias con perjuicio de la visión del conjunto. Al faltarles las ideas claves, su mente se pierde en un laberinto de datos inconexos y desorganizados.
Por otra parte, al obligarse a un ritmo rápido de
lectura la mente se dinamiza fuertemente y se polariza
hacia la las id ideas más esenciale les, con una repercusión inmediata en la calidad de la comprensión. EN QUÉ CONSISTE SISTE ESENCIALMEN ESENCIALMENTE
Al hablar de la comprensión ya señalamos la importancia de leer siempre pendientes de las ideas, y de cómo debíamos tratar de ir descubriéndolas detrás de las palabras en cada una de los párrafos. La lectura de información-general significa el último paso en esta dirección. En ella uno se enc>entra exclusivamente en la búsqueda de las ideas claves.
Esta es una técnica para ser aplicada cuando uno desea hacerse una idea exacta y correcta sobre el contenido de un escrito en el mínimo de tiempo posible. No basta con saber prescindir de las palabras que no son absolutamente necesarias como vimos en la lectura
telegráfica. Hay que saber prescindir también de las ideas secundarias. secundarias. La lectura l ectura así realizada no será completa en el sentido de que uno pasa por alto el desarrollo de las ideas principales, pero no por eso deja de ser sumamente útil. En último término captar las ideas claves es captar lo fundamental de un escrito. Lo importante es saber aplicar esta técnica con rapidez
y segu segurid ridad ad.. Que Que uno uno sepa sepa presc prescind indir ir rea realm lmen ente te de las ideas secundarias, y que no deje escapar ninguna de las ideas fundamentales.
En primer lugar, y sólo a título de información, enumeraremos algunos métodos de «skimming» que aparecen insinuados en ciertos libros, pero que a nosotros nos parecen totalmente inadecuados. Tales son: leer una de cada cuatro o cinco palabras; leer solamente las palabras del centro de la página, o las de un
margen; leer en diagonal; leer una de cada dos páginas; y otras reco mendaciones sem ejantes.
Ninguno de estos métodos más o menos mecánicos aseguran el éxito de la lectura rápida informativa. La captación de las ideas ha de ser una búsqueda dirigida
inteligentemente por la mente y que debe realizarse con un gran margen de flexibilidad, incompatible con ningún proceso mecánico.
La lectura informativa es algo eminentemente personal. Su eficacia depende de la capacidad de síntesis y de de com compren prensi sión ón que que el lecto lectorr haya haya desa desarr rrol olla lado do.. De De aquí la importancia de todo cuanto hemos dicho al hablar de la comprensión, y de realizar el oportuno entrenamiento. En cuanto a la percepción visual, se requiere que los mecanismos visuales estén a disposición de la mente de modo que puedan ser manejados
con agilidad y flexibilidad. En particular podemos añadir varios principios o sugerencias que permiten realizar más eficazmente la lectura de información.
En primer lugar hay que fijarse con detalle en el título de lo que se va a leer. Este primer paso nos da una preciosa información que a menudo es pasada por alto por muchos lectores. El título nos indica lo que podemos esperar de un escrito, que no siempre coincide con lo que nos imaginamos que vamos a encontrar cuando no nos detenemos, al menos por unos
momentos, momentos, a reflexionar refl exionar sobre él. Esta primera información puede ser ampliada con el examen de los subtítulos y otras posibles subdivisiones. A menudo la atenta observación de estos epígrafes nos revela también el modo particular como el autor ha enfocado y desarrollado el tema fundame ntal. Estas son or ienta-
ciones que el buen lector nunca debe desperdiciar desperdiciar y que luego le servirán de gran ayuda cuando comience la lectura del texto. En segundo lugar se debe procurar descubrir cuanto
antes la organización o estructura interna del escrito. Recuerde Recuerde lo que anteriormente explicamos sobre las estructuras del pensamiento. Tratándose de la lec tura de inf ormación-ge neral es to es de capital importancia. Cada una de las estructuras
tiene sus puntos culminantes en donde se condensa lo esencial del artículo. La localización de estos puntos claves sigue también unas normas bastante fijas y claras. El lector que solamente busca lo esencial de un escrito podrá encontrarlo muy fácilmente si ya conoce la estructura u organización del mismo. Supongamos que se trata de la estructura Problema-solución. Como recordará el lector en esta estructura los elemen-
tos esenciales son tres: — planteamiento del problema — discusión — solución.
En una lectura de información-general lo que más le interesará al lector será conocer cuál es el problema planteado y cuál la solución dada por el autor. Se ve de inmediato el procedimiento que hay que seguir. Habrá que dirigir la atención al principio del escrito para localizar entre los primeros párrafOs la exposición del problema. Una vez visto esto podrá pasarse muy por encima, o hasta casi omitirse toda la parte central, para dirigirse hacia el final en. donde encontra-
remos la solución. Si se trata trata de la estructura Tesis-dem Tesis-demostració ostración,
probablemente probablemente será la tesis lo que más nos interese, y qui quizá zá tam también bién las las conc conclu lusio sione nes s que que even eventu tual alm mente ente saque el autor.
Al abordar la estructura Hechos deberemos deberemos tener en cuenta las variantes que puede ofrecer esta estructura. Después concretaremos concretaremos qué es lo que más nos interesa conocer. Podrá ser la naturaleza del tema tratado, o el aspecto bajo el cual es presentado, o el modo como son asociados los hechos. Es decir, el conocimiento previo de las estructuras de pensamiento y de sus posibles variantes, nos permite poder reconocerlas con facilidad en cualquier nuevo escrito. Y una vez reconocidas podemos podemos dirigirnos, prescindiendo casi de todo el resto, hacia los pun-
tos de mayor interés para nosotros. Otro punto a señalar es el modo cano deben leerse los párrafos. Sabemos que cada párrafo es una unidad
de pensamiento que se expresa a través de la frase principal. Ella contiene la idea central. Al hacer la lectura de información uno debe saber descubrir y limitarse a lo esencial del párrafo. Todas las frases secundarias, todo el desenvolvimiento ulterior ! puede y debe dejarse de lado. Recuerde que estarnos tratando de conseguir en el menor tiempo posible una visión global, aunque clara y exacta, de todo un escrito. Para saber manejar bien cada párrafo es necesario que el lector domine y haya practicado sufientemente lo que ya se explicó en capítulos anteriores sobre este punto. La habilidad para descubrir con rapidez la idea central de cada párrafo tiene aquí una aplicación inmediata. En cada párrafo se ha de ir directamente a lo esencial; una vez descubierto esto, se deja el párrafo y se pasa al siguie nte.
Los párrafos que haya que examinar dependerán del
tipo de estructura, como hemos visto hace poco, y del interés particular del lector. El llegar a realizar con perfección la lectura de información-general supone que el lector vaya desarro-
llando al máximo su sensibilidad para distinguir entre lo esencial y lo accidental, así como un cierto sentido de intuición que le lleve directamente y con seguridad hacia los pasajes en donde se encuentran las ideas fundamentales. fundamentales. Aparte de llas as orientaciones teóricas que hemos ido ofreciendo, ha de ser sobre todo la práctica la que dará al lector el dominio efectivo de estas técnicas.
La lectura de información-general está indicada, como hemos dicho, cuando uno desee formarse una idea general pero exacta de un libro o de un escrito, y no no disp dispon one e de tiem tiempo para para real realiz izar ar una una lectu lectura ra más amplia. Sin embargo, hay también t ambién otros casos en que es muy útil su empleo. Por ejemplo: antes de leer una obra está muy indicado recorrerla en su totalidad para formarse una idea
general de su contenido, de las tesis fundamentales y del modo de desarrollarlas. Así nos formaremos un cuadro mental que nos ayudará a comprenderla mejor y a situa situarr cad cada a deta detalle lle part particu icular lar en su luga lugarr cor corre resspendiente en una amplia perspectiva de conjunto. Igualmente la lectura de información es la técnica adecuada cuando queremos recordar o repasar un texto que ya hemos leído anteriormente. El simple recuerdo del esquema básico y de las ideas fundamen-
tales será suficiente para que reconstruyamos todo el argumento argumento de la obra, no sólo en sus ideas generales, sino también con muchas ideas secundarias y aun detalles particulares que serán evocados por asociación lógica.
CAPÍTULO XI
LA ASIMILACIÓN Como habrá podido observar el lector, el curso de lectura rápida ofrece mucho más de lo que su simple nombre podría par re ecer. No se tr trata ta sola lamente de un
entrenamiento entrenamiento para poder leer más más velozmente, velozmente, si se agotan sus posibilidades, dándole al alumno una mayor capacidad para comprender mejor lo que lee. En realidad es unejercit itamiento to a fondo de nuestras facul-
tades mentales, corrige nuestros malos hábitos y nos enseña a pensar correctamente. En efecto, el hecho de acostumbrarse a leer estando pendiente de identificar las ideas fundamentales en cada uno de los escritos, y de descubrir las es9if-uras
y el desarrollo del pensamiento, constituye un verdadero aprendizaje mental. Cada vez que uno tiene que reflexionar para comparar y distingu distinguir entre el valor relativ relativo de las ideas pr princ incipa ipales les y secundaria rias está afin finando su capacida idad de juicio y de evaluación. Siempre que uno está pendiente de inte eg grar to todos los datos e ideas dentro de
la estructura global de un escrito va desarrollando su po poder de sínte íntes sis y de jera jerarq rqu uiza ización ión.
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Indirectamente esto tiene una benéfica repercusión en todos los hábitos mentales de la persona. Poco a poco aprende a organizar correctamente sus propios ideas y pensamientos. Su mente se hace más clara y coherente. Aquí se da una mutua interrelación entre la lectura bien practicada y la mente del lector, que se va convirtiendo en un instrumento cada vez más preciso y más útil.
La lectura inteligente adiestra la mente; a su vez la mente entrenada hace mejor y con más provecho sus lecturas. Esta profundización de la mente es uno de los efectos más notables de la lectura correctamente realizada,
que con frecuencia se olvida o se desconoce. El último paso de la lectura, que es la asimilación y retención de lo leído, está estrecham ente relacionado
con este desarrollo de la mente. Asimilar es integrar al propio pensamiento las nuevas ideas o datos adquiridos. L a capacidad de asimilación es mayor cuando el lector tiene ya algunos conocimientos previos sobre el tema, y especialmente si
estos conocimientos los tiene bien organizados mentalmente. Entonces todos los datos van incorporándose a
los anteriores y se van colocando de modo natural en el lugar que les corresponde dentro del esquema general.
Si falta este esquema mental previo el lector tendrá la sensación de encontrarse con un cúmulo de ideas, datos o informaciones que no sabrá cómo manejarlos y ret reten ener erlo los. s. Cuan Cuanto to mayor ayor sea sea la sens sensac ació ión n de cosa cosas s nuevas y faltas de conexión más difícil resultará asimilarlas, y prontamente tenderán a borrarse de la memoria. Por el contrario, si los datos nuevos se pueden relacionar y asociar de modo lógico con lo que ya sabía
el lector, la retención de las nuevas informaciones queda firmemente asegurada.
Es fácil comprender ahora el papel tan importante que desempeña desempeña la lectura l ectura inteligente en beneficio del lector cualquiera que sea el grado de evolución de su mente o la amplitud de sus conocimientos conocimientos sobre cualquier tema.
Si sus conocimientos son escasos o sus esquemas mentales son muy pobres, la lectura realizada tal como
la hemos explicado a través de esta obra, le irá enseñando a pensar bien y a organizar sus ideas, al mismo tiempo que le irá equipando con n uevos conocimientos.
Si ya posee un amplio bagaje cultural y su mente ha llegado a trabajar de un modo claro y ordenado, entonces es cuando podrá sacar el máximo provecho con la aplicación de las normas de lectura rápida e inteligente.
CAPfTULOXI II I
LA MEMORIA Muchas personas se quejan de que se olvidan rápidamente de lo que han leído. ¿Cómo conseguir una memoria más firme y más fiel? En parte ya hemos contestado a esta pregunta y hemos dado muchas orientaciones que tienen por resultado el fortalecimiento de la memoria. memoria. El acrecentamiento de la memoria no es fruto de ningún truco ni del empleo de métodos extraños. La memoria no es más que un aspecto del funcionamiento de la inteliinteli gencia'. La inteligencia que trabaja ordenadamente retiene mejor los elementos que maneja. La base de la memoria es la asimilación. Lo que acabamos acabamos de decir en el apartado anterior repercute directamente en la buena retención. Cuando una persona sabe integrar los l os nuevos conocimientos relacionándolos con los que poseía anteriormente, haciendo que entren a formar parte, como elementos vivos, de conjuntos mentales amplios y claros, el problema de la memoria está prácticamente resuelto. Y esta es la 'forma más natural, más lógica y más acertada de cultivar la memoria.
Las reglas nemotécnicas que suelen darse en algunas ocasiones tienen un valor muy limitado, aplicable tan sólo a casos muy concretos y detallados. El uso de
las mismas difícilmente soluciona los problemas de memorización memorización y más bien contribuyen a embrollar la mente con esquemas demasiado artificiales. Y ciertamente estos recursos no prestan ninguna ayuda a la claridad y la profundidad mental. El verdadero cultivo de la memoria es el que se basa en las mismas leyes que rigen nuestros procesos mentales.
La inteligencia trabaja siempre estableciendo rela-
ciones. Las reglas nemotécnicas se basan en esta capacidad de relacionar y asociar ideas, pero son aplicadas
de un modo arbitrario y convencional. convencional. Pero P ero es mucho más útil y eficaz acomodarse al modo natural de fun-
cionar la mente y aprovechar aprovechar todas las posibilidades que esto ofrece. El problema está, pues, en saber establecer las asociaciones más adecuadas entre los nuevos datos recién
adquiridos y los conocimientos antiguos, y el modo de realizar esto de la manera más eficaz. A este respecto será útil saber algo acerca del funcionamiento de la memoria de acuerdo con los últimos descubrimientos hechos por los psicólogos. La memoria memoria comprende tres actividades: aprender, retener y recordar. De estas tres actividades la única sobre la cual podemos influir directamente es la primera, es decir, el proceso de aprendizaje o de captación de la información. Las otras dos fases: la retención de lo aprendido y su evocación o recuerdo voluntario escapan al control directo de la voluntad. Tan sólo sólo indir indirec ecta tam mente ente pode podem mos influ influir ir en ellas ellas en el sentido de que su correcto funcionamiento está rela-
cionado con el estado fisiológico del organismo. Conservando el organismo sano, elástico y joven, persistirán en su pleno rendimiento, mientras que si el organismo empieza empieza a endurecerse y cristalizar, inevii nevitablemente disminuirán la retención y el poder de evocación.
Nosotros nos centraremos en el estudio de los factores que permiten mejorar nuestra capacidad de aprender, que es el único medio que se conoce hasta la fecha de poder influir directamente en el buen funcionamiento de la memoria. Hay que hacer una observación previa que muchas personas posiblemente desconocen. No existe una facultad general de memoria, en el sentido de que una vez desarrollada puede aplicarse con éxito a cualquier tema u objeto. La memoria es siempre especializada. Hay, por decirlo así, grupos de memorias: memoria para los números, memoria para los rostros, memoria ria para hechos históricos, y así sucesivamente. Y estas
clases de memoria son entre sí bastante independienindependientes, de modo que el entrenamiento en un tipo de memoria apenas beneficia al resto. «En el lenguaje de los psicólogos los efectos del entrenamiento no son «transferibles»; son, por el contrario, relativamente «específicos». (C. A. MACE, The psy- chology of study.)
Esto es una nueva confirmación de que la memoria más que un procedimiento mecánico o automático es una actividad preferentemente intelectual ligada directamente con el funcionamiento de la mente consciente.
Por eso los únicos métodos y medios que garantizan una memoria eficaz son los que contribuyen a obtener un aprendizaje inteligente y correcto. Las condiciones básicas para un buen aprendizaje
y una fir irme fij ijació ión de las in informaciones re reciib bidas son tres:
tensidad de la im impresió ión de la idea o ideas — inte
que se quiere recordar
ta asociació ión por medio de la cual unas — correcta —
ideas quedan ligadas a otras. repeticiones oportunas de lo aprendido
INTENSIDAD DE LA IMPRESIÓN
La primera condición para poder recordar bien una cosa es que se haya grabado en nuestra mente con
fuerza y con claridad. Las impresiones débiles y borrosas es muy difícil, prácticamente imposible, el poder
evocarlas de nuevo de modo satisfactorio. Existen varios medios para conseguir que las primeras impresiones sean fuertes. En primer lugar las buenas condiciones físicas con-
tribuyen a vigorizar las impresiones. Si tenemos que
leer algo para retenerlo en la memoria conviene que procuremos hacerlo cuando nos encontremos frescos y físicamente bien. Entonces nuestras energías son más abundantes y el resultado de nuestro trabajo será
mejor. Si por el contrario nos sentirnos fatigados, quizá con dolor de cabeza o físicamente incómodos o decaídos, haremos bien en posponer para otro momento la lectura de las cosas que tengamos que memoque rizar. El bienestar físico es una fuente de energías que
permiten a la mente trabajar con más intensidad y rendimiento.
La atención es otro requisito indispensable para lograr una impresión fuerte. Si pasamos la vista sobre el texto sin concentrarnos bien en lo que estamos
leyendo será imposible obtener ninguna impresión clara
y fuer fuerte te de las ideas ideas allí allí exp expre resa sada das. s. Podem Podemos os decir decir que . la firmeza y profundidad de las impresiones depende directamente de la intensidad de la atención.
La atención lleva también consigo una voluntad clara y decidida de querer aprender, de querer que aquello que leemos se nos grabe bien en la mente. Si formulamos este deseo de un modo claro, y con esta actitud nos centramos centramos en la lectura que estamos haciendo, la mente obedecerá fielmente nuestras órde-
nes e irá registrando y guardando todas las ideas que se le ofrezcan. El problema está en que a veces es difícil concentrar nuestra atención en lo que hacemos. Desde luego la concentración puede provocarse por un acto de la voluntad. Uno puede decidir el mantenerse mantenerse atento a lo que lee no permitiendo que su mente divague hacia cosas o ideas extrañas. La fuerza de la voluntad es una ayuda, y en uno u otro sentido siempre ha de estar presente. Pero ella sola no es el único estímulo, ni el mejor, para provocar nuestra atención y concentración. Si uno hubiera de mantenerse atento sólo por la fuerza de voluntad esto a la larga provocaría una tensión con perjuicio incluso de lo mismo que queremos aprender y retener. Los estímulos más naturales de la atención son el interés y un propósito propósito u objetivo definido. El interés es un estímulo tan eficaz que, cuando existe, la atención brota de un modo modo espontáneo. No necesitamos entonces querer atender; mas bien, es la atención lo que de modo casi irresistible se siente arrastrada por la atracción del objeto. Claro que en este momento conviene que no nos dejemos llevar de un modo mecánico o inconsciente. Para que la reten-
ción sea óptima es necesario que a través de todo t odo el proceso esté presente nuestro deseo consciente de que
aquello que leemos se nos grabe. El interés habrá sido la fuerza que nos movilizó, pero el deseo claro y consciente de aprender y de retener es lo l o que garantizará una memorización perfecta.
Otro estímulo que ayuda ay uda a mantener mantener la atención es el propósito o la finalidad que perseguimos al leer algo. La finalidad puede ser múltiple. Exigencias del trabajo profesional, deseo o necesidad de ponerse al día en cierto tipo de conocimientos, formarse una opinión sobre un tema o unos acontecimientos determinados, necesidad de informarse par, poder tomar una decisión, etc. El tener un objetivo claro estimula nuestra atención hacia todo aquello que puede ayudarnos a conseguir lo que buscamos. Muchas veces puede ocu-
rrir que al perseguir un objetivo se mezcle también el gusto y el interés personal. En este caso tendremos que las motivaciones de la atención serán será n muy poderosas y la concentración en lo que leemos se nos hará mucho más fácil. Pero en la medida que falte el interés la fuerza de voluntad tendrá que venir a mantener-
nos en nuestro esfuerzo para lograr los objetivos que nos habíamos propuesto.
ASOCIACIÓNDE IDEAS
La segunda condición básica para lograr una buena memorización es la correcta asociación de ideas. Como
ya dijim dijimos os ante antes, s, éste éste es el punt punto o más impo import rtan ante te de la actividad de la mente en lo que se refiere a conseguir una buena retención.
El doctor Abercrombie dice que: «El hábito de la
correcta asociación, es decir, el conectar los hechos dentro de la mente de acuerdo con sus relaciones reales, y con la manera cómo mutuamente se complementan e ilustran, es uno de los medios principales de mejorar la memoria; especialmeute ese tipo de memoria que es esencial para una mente cultivada, y que que se fund funde e no en cone conexio xione nes s accid acciden enta tales les o arbi arbi-trarias, sino en las relaciones verdaderas e importantes.»
Para ser capaz de elaborar este tipo de asociación de ideas, es preciso que el lector sepa leer de un modo plenamente plenamente inteligente. La comprensión comprensión de lo que lee ha de ser, en la medida de lo posible, perfecta. Esto quiere decir que debe distinguir con claridad las ideas esenciales de las secundarias, y ver cómo están relacio-
nadas. Comprender también de qué manera se relacionan entre sí las ideas principales y cómo se estrucpara formar una unidad superior. Y, finalmente, relacionar todo este conjunto con sus conocimientos anteriores.
La mente tiene una gran tendencia a olvidar los datos que se le presentan aislados o las frases que no tienen un sentido claro y preciso. De aquí la importancia de llegar a una total comprensión de lo que queremos encomendar a la memoria y de que se lo presentemos presentemos formando grupos bien lógicos y coherentes. Especialmente cuando se trata de memorizar datos
pequeños o insignificantes, insignifi cantes, debemos esforzarnos esforzarnos en descubrir las posibles relaciones que los unen y poner también de manifiesto su dependencia de una idea más general que los englobe a todos. Este será el modo
más adecuado para retenerlos con fidelidad. Como recordará recordará el lector, ya y a hablamos de algunos algunos de estos puntos al tratar el tema de la comprensión.
Y es que la memoria es el fruto de la correcta actividad de la inteligencia- Por eso conforme va avanzando el curso de lectura los alumnos experimentan una nota ble mejor mejoría ía de de su memoria memoria aun aun antes antes de de hablarle hablarless de ella de un modo directo. No obstante conviene dedicar una atención particular al tema de la memoria no sólo para recapitular los puntos principales, sino tam bién para dar una una visión visión de de conjunt conjunto o más completa completa y sobre todo para que todos estos principios puedan llevarse a la práctica de un modo más deliberado y consciente, y por lo tanto más provechoso. LA REPETICIÓN REPETICIÓN
La última de las condiciones básicas para una buena memorización es la repetición. Más o menos todas las person personas as cono conocen cen la impor importanc tancia ia de de los los repas repasos. os. Pero Pero tan importante como el hecho de repasar es el modo y el tiempo de realizarlo.
Para establecer el modo más más conveniente de realiz realizar ar los repasos conviene tener presente los resultados de algunos experimentos que han hecho los psicólogos so bre la maner maneraa de de produc producirse irse el olvido olvido.. Después de leer algo el proceso del olvido comienza
muy rápidamente, Incluso ha comenzado a producirse en el transcurso de la lectura. Al cabo de unos días, quizá tan sólo de unas horas, gran parte de lo que se ha leído cae en el olvido. Después el p r4cgo del .E l olvido continúa, pero a un ritmo más de lo porcenta porcentaje je de lo lo olvida olvidado do puede puede variar variar según según los indiindividuos y según la materia. Pero en conjunto se ha comprobado que la mayor parte del olvido se produce muy pronto después de terminar la lectura. ,
Como ilustración citaremos el ejemplo aducido por T. Morgan sobre los resultados de un experimento realizado entre varios centenares de estudiantes de bachi bachiller llerato. ato. Al termin terminar ar de leer un pasaje pasaje en prosa prosa los los estudiantes no recordaban, como término medio, más que un 50 por 100 de su contenido. Al día siguiente sólo recordaban un 30 por 100, y al cabo de dos semanas únicamente el 10 por 100. (T. MORCAN Hawto stu stud dy.)
Por el contrario, los efectos de un pronto repaso son extraordinarios, sobre todo cuando uno no se limita a leer de nuevo pasivamente el mismo texto, sino que procura procura hacerl hacerlo o de un modo modo activo activo viendo lo que que él puede puede reco recordar rdar espontán espontáneam eamente ente y acudi acudiend endo o despué despuéss al texto para suplir las deficiencias. Esto puede puede verse en el resultado de dos grupos sometidos a experimentación. Al terminar de leer un pasaje los componentes de uno de los grupos realizaron inmediatamente dos repasos de lo que habían leído, mientras que los del otro grupo no hicieron ningún repaso. Al cabo de tres semanas el primer grupo recordaba el 80 por 100, mientras que el segundo tan sólo un 15 por 100. Vemos, pues, la enorme importancia que tienen los repasos, sobre todo los que se realizana casi a continuación de realizar la lectura. En orden a conseguir una buena retención de lo que se lee está muy indicado el realizar lo que llamamos lectura de información general. Esta lectura nos proporcionará proporcionará una visión general general del conjunto conjunto y un esquema esquema mental amplio dentro del cual irán colocándose todas las ideas y detalles particulares. Después do haber comprendido el esquema general y las ideas fundamentales fundamentales de un escrito o de un libro, la lectura
detallada del mismo se convierte, en cierto modo, en una primera repetición constructiva. Todo irá que'dando en nuestra mente más ordenado y estructurado,
y más firmemente grabado. También es muy conveniente conveniente hacer algunas pequeñas pausas a través de la lectura para realizar un breve
repaso de los párrafos que acabamos de leer. Ya hemos dicho como es muy normal que al llegar al final de la lectura hayamos olvidado gran parte de lo leído. Estas pequeñas pausas realizadas de cuando en cuando en los lugares más apropiados —después de leer varios
párrafos que forman una unidad o una frase del desarrollo del pensamiento— constituirán un verdadero repaso que contribuirán a fijar con más solidez en nuestra mente los conocimientos adquiridos. adquiridos. Al llegar al final ya habremos realizado de hecho el primer repaso más importante. Finalmente, al terminar la lectura de todo el escrito un repaso general al estilo de la lectura informativa previa es de una utilidad extraordinaria para conseguir
una memorización óptima de lo leído. Incluso este repaso general puede ser repetido alguna vez más al cabo de varios días. Con esto quedará bien asegurada una más firme y larga retención. Quizá pueda parecer que el poner en práctica estos medios suplementarios para asegurar la retención supo-
nen una excesiva pérdida de tiempo. En realidad es todo lo contrario. Cuando uno tiene interés en poder conservar y recordar las ideas que ha leído, éste es el ;nodo más eficaz y más económico de conseguir lo deseado.
Cuando se realiza la lectura sin estas precauciones casi seguro, de encontrarse a los pocos días con la desagra-
acabamos de indicar uno corre el riesgo, que acabamos
dable sorpresa de no recordar casi nada. Si desea volver a recordar lo que leyó se verá obligado a leer todo de nuevo casi como la primera vez Por el contrario, estos repasos escalonados escalonados exigen en realidad mucho menos tiempo del que parece y, sobre todo, los efectos tan beneficiosos que producen sobre la memorización compensan ampliamente el pequeño esfuerzo que suponen.
PARTE TERCERA
APLICACIÓN DE LAS TÉCNICAS DE LECTURA RÁPIDA A LOS CASOS PARTICULARES
El arte de la lectura rápida r ápida abarca una serie de técnicas que el lector debe conocer y dominar con perfección. Pero también es importante el saberlas emplear de un m odo adecuado en cada caso particular. particular.
No todos los escritos deben leerse de la misma forma, e incluso la lectura de un mismo escrito puede hacerse
de modos diferentes según el deseo o la finalidad que pretende el lector. En el siguiente capítulo vamos a considerar en general el modo cómo debe leerse un libro y los pasos que conviene realizar. Después diremos algo sobre el modo de realizar la lectura de los distintos escritos según la materia que tratan.
CAPITULOXII II I
CÓMO LEER UN LIBRO
Hay muchas personas que al tener un libro entre sus manos piensan que lo más importante que tienen que hacer es comenzar a leerlo de inmediato. Y así se dirigen directamente al texto, a veces al primer capítulo, dejando como cosa sin importan i mportancia cia el prefacio o la introducción. Todavía se suele dar menos importancia al examen del índice. Esto es una equivocación desde el punto de vista de obtener una lectura plenamente provechosa. Veamos ordenadamente el método y los los pas pasos os más apro apropi piad ados os.. EL TÍTULO
En primer lugar se ha de leer el título con toda atención. Este consejo puede parecer superficial o inne-
cesario. Todas las personas saben por lo menos el
título de la obra que están leyendo. Sin embargo, el re-
flexionar sobre el título es el primer paso de importancia.
Piense el lector que lectura inteligente quiere decir lectura con plena comprensión; y que comprender es saber ver las relaciones que existen entre las cosas dentro de una visión global de conjunto. Siempre que uno lee faltándole esta visión de conjunto está realizando una lectura deficiente. Por eso es , importante asegurarse desde el primer momento esa visión global y la posib posibilid ilidad ad de esta estable blece cerr una una corre correcta cta relac relación ión entre las diversas partes y el todo. La lectura del título
es el primer paso en este sentido. Normalmente el autor escoge el título de su obra después de pensarlo bien y porque considera que en él queda resumida la quintaesencia de su pensamiento.
El mejor momento para comprender todo el alcance del título es al terminar de leer la obra: pero en la medida que procuramos profundizar y adivinar lo que se encuentra encerrado tras las palabras del título, esto nos proporciona de entrada la actitud mental más
adecuada para iniciar la lectura de la obra. En el título debemos saber encontrar el tema fundamental damental y el aspecto particular del mismo que es considerado. Cada tema suele tener muchas ramificaciones y generalmente un libro sólo trata algunos o alguno de los aspectos posibles. Con frecuencia también podemos encontrar en el título, o en el subtítulo de la obra, el enfoque particular o el punto de vista desde el cual se considera el tema tratado. La comprensión comprensión del título tí tulo nos proporciona desde el primer momento una visión amplia dentro de la cual podrán ir colocándose ordenadamente todos los demás datos e ideas particulares.
EL ÍNDICE
El segundo paso que hay que dar es consultar el índice. La lectura del índice sirve en primer lugar para confirmarnos la idea que nos habíamos formado, al leer el título ; sobre el tema y el enfoque general de la obra. Además encontraremos en él la estructura y la orga organiz nizac ación ión del del esc escrit rito. o. A travé través s del del índic índice e nos nos podemos formar un cuadro mental más completo, distinguiendo las fases principales del desarrollo del tema
e incluso la mutua relación y la importancia relativa de cada una de las partes. Esto facilita luego el «skimming» o lectura de información. información. LA INTRODUCCIM
El tercer paso será la lectura del prefacio o introducción. El examen y la reflexión sobre el índice nos habrá permitido formarnos una idea más concreta sobre el objetivo del libro, temas tratados, enfoque y plan general. Con estas ideas podremos leer con mucho
más provecho y más rápidamente la introdu i ntroducción cción del autor. Es de esperar que encontraremos confirmadas la mayor parte de nuestras ideas y en todo caso enten-
deremos mucho mejor las explicaciones del autor. En la introducción nos hablará normalmente normalmente de las razones que tuvo para escribir, de los problemas básicos abordados, de los criterios seguidos en su trabajo, del plan adoptado, del público a que se dirige, del modo de emplear el libro li bro de una manera más provechosa. provechosa. Al terminar de leer el prefacio se puede decir que estamos ya familiarizados con el tema del libro. Ya
sabemos de qué se trata y de qué modo es tratado el asunto.
Este momento momento es oportuno para hacer una ligera l igera anticipación. La amplitud de la anticipación dependerá) como ya hemos dicho anteriormente, de nuestras conocimientos previos sobre la materia, pero siempre podremos hacer provechosamente algún género de anticipa-
ción, ya sea formulando nuestras propias opiniones sobre el asunto, bien concretándolas en una serie de preguntas referentes al tema. El interés que esto despierta en nosotros es la mejor preparación para dar el paso siguiente con la mente dirigida y polarizada hacia la búsqueda búsqueda de las ideas fundamentales. Esta anticipación puede hacerse con respecto a todo el libre
en general y también con respecto a cada capítulo en particular como paso previo a su lectura. Los pasos que hemos explicado hasta ahora nos deben haber proporcionado, si han sido bien realizados, dos cosas: una visión global, amplia, del tema a estudiar, y unas estructuras estructuras generales dentro de las cuales deberán ir clasificándose las ideas particulares que vayamos aprendiendo. Por otra parte la anticipación nos habrá estimulado y dinamizado dinamizado hacia la realización de una lectura atenta llena de interés y con unos propósitos claros y bien definidos. Los CAPÍTULOS
El paso siguiente es la lectura de cada uno de los capítulos. ¿En qué orden y cómo debemos debemos leerlos? En la lectura de los capítulos podemos distinguir dospartes: unala perte teneciente ala fase de lectura de información general o «skimming»; y otra a la lec-
tura detallada o completa del libro. En esta segunda fase la lectura de los capítulos deberá hacerse ordenadamente; pero esto no es necesario en la primera fase.
LECTURADEIINFOR NFORMACIÓN
Para hacer la lectura l ectura de información general general algunos autores, como Eric de Leeuw, aconsejan inspeccio-
nar el primero y el último páyvaros y las primeras líneas de los restantes párrafos; en los demás capítulos
se puede hacer un «skimming» más libre. Esta regla tiene su razón de ser dada la significación especial que suelen tener el primero y el último capítulo,
pero puede haber casos en que esto no sea lo más adecuado.
Al realizar la lectura de información general habrá algunos capítulos que merecerán ser examinados con mayor atención. Si el lector ha hecho un cuidadoso examen del índice y a través de la anticipación ha concretado sus intereses y sus objetivos, podrá determinar con facilidad cuáles son los capítulos más relevantes donde encontrará las ideas más importantes de toda la obra. A veces podrán coincidir con el primero y el último capítulo, pero no siempre será así. Dependerá Dependerá principalmente principalmente del plan seguido por el autor y en parte también de los intereses del mismo lector.
Una vez determinados los capítulos a examinar, deberán ser leídos aplicando las indicaciones que dimos al hablar de la lectura de información general. Como resultado obtendremos una visión global, pero exacta, de la postura fundamental del autor, de las
tesis básicas de la obra, y de las soluciones generales que se dan a la problemática planteada. A continuación puede hacerse, en la medida que se juzgu juzgue e con conve veni nien ente te,, una una ligera ligera supe superv rvis isión ión de los los res res-tantes capítulos. Si el lector se ha fijado bien habrá observado que todos los pasos propuestos siguen un orden lógico que se acomoda al modo de funcionar de la mente. La mente comprende bien las ideas generales; y los detalles e ideas particulares particulares sólo las asimila perfectamente cuando son presentados poniendo de manifiesto sus relaciones entre sí y sobre todo con las ideas más generales.
Esto es precisamente lo que va haciendo el lector al seguir los pasos indicados. Se parte de una visión global, lo más clara y consciente posible, y paso a paso se va enriqueciendo con otras ideas según su relativa importancia jerárquica. De este modo se construye una estructura sólida y firme apta para ser bien comprendida, comprendida, asimilada y retenida por la mente del lector.
LECTURA DETALLADA
El último paso de la lectura de un libro consiste en la le lectura ordenaday detalla lada de cada capítu tulo. En
general aquí debe repetirse el mismo ciclo explicado con respecto a la lectura del libro en conjunto. Siem pre pre será será un ir de lo general ral a lo partic rticu ular; lar; claro laro que tratándose de un capítulo la visión general del mismo estará rá supeditada a la la visió ión global de to toda la obra. Al comenzar la lectura de cada capítulo nos habremos de fijar con detalle en el título y en los subtítulos
o subdivisiones. Con esto tendremos una idea exacta
del punto concreto tratado en dicho capítulo, así como
de la estructura estr uctura general del mismo. Después se ha de consultar el índice para no olvidar el lugar exacto que ocupa dentro del conjunto de toda la l a obra. Este detalle es importante incluso para la correcta compresión del mismo capítulo. Después, a través de una lectura de inform i nformación ación procuraremos procuraremos captar las l as ideas principales del capítulo, y finalmente realizaremos realizaremos la lectura completa del texto teniendo en cuenta los deta-
lles y las ideas secundarias. REVISIÓN FINAL
Al terminar de leer toda la obra sera muy bueno hacer una recapitulación general, fijándonos en el índi-
ce y quizá repasando con la técnica del «skimming» alguno de los capítulos principales. Esta revisión final tiene una gran semejanza con la visión global de las primeras fases porque se mueve dentro del ámbito de las ideas generales; pero se diferencia porque ahora la visión global se presentará cargada de mucha mayor
riqueza y contenido. Esta revisión final no debería omitirse nunca. El tiempo y el esfuerzo que requiere es relativamente muy pequeño, pues las ideas están todavía frescas en la mente. Sin embargo, la utilidad utili dad de esta revisión es extraordinaria en orden a lograr una fijación más clara
y dur durad ader era a de lo que que se ha leído leído..
CAPITULO XIV ESCRITOS ESPECIALES Hemos visto, en general, cuál es el medio más adecuado para leer un libro. En principio esas indicaciones pueden aplicarse a la lectura de cualquier escrito. Sin embargo, entre lo los distin intos lib ibros hay grandes dife ferencias se segúnsea su tema y sunaturale leza. Esto to exige cierta cierta flexibilidad flexibilidadpara adaptar las técnicas a cada caso concreto e incluso conviene tener en cuenta algunos recursos particulares que se acomodan mejor a cada una de las circunstancias. Según el tema y el tipo particular de lectura exigido, po podemos hacer de los los escrito ritos s tre tres grandes grup rupos:
Lec Lectura de estudio: es propia de los los escritos escritos a l
científicos. A este grupo pertenecen las lecturas que hay f que hacer por razón de estudios 4e, carreras universitarias, universitarias, o ampliació pliación de los respectivos conocimientos. b ) Lectura de obligación profesional: aquí van incluidos los docum documentos legales, cartas de negocios, e informes informes técnicos.
c )Lectura de entretenimiento: que abarca la lite-
ratu tura, novelas y en general to todolo que está comprendido bajo el nombre de lectura-ficción.
A esto añadiremos algunas consideraciones sobre las diversas clase de gráficos y el modo de leerlos. Los gráficos suelen emplearse con mucha frecuencia, y de modo especial en algunos tipos de escritos como son los de carácter científico y en los informes técnicos. a ) Lectura de estudio
los dos grupos señalados, que podrán servir de guía y ofre ofrece cen n una una nota notabl ble e ayud ayuda a a los los estu estudi dios osos os.. Tanto Tanto al leer leer un un escr escrito ito de carác carácte terr cien científ tífico ico com como sociológico conviene tener en cuenta cuatro fases, o pasos a dar, con el objeto de obtener una lectura más provechosa. Primero. Realice una lectura de información general
o «skimming» con el objeto de obtener una visión global de conjunto y de ver cuál es la estructura y organización del escrito. Segundo. Trate de escribir de memoria el esquema de organización en dicho escrito. Si lo consigue hacer exactamente habrá realizado bien el paso primero, que
En el desarollo de este tema seguimos en líneas generales la exposición que hace Paul Leedy en su libro Read 'with speed and precision, que es, a nuestro juicio, el autor que trata e l asunto del m odo más cl aro
y más más adec adecua uado do a nue nuestr stro o pro propó pósit sito. o.
Dentro de los escritos que exigen una lectura de estudio mencionaremos especialmente dos clases de tex-
tos, que son los que normalmente pueden tener un mayor interés para el lector: los que se refieren a las ciencias sociales, y los referentes al campo científico propiamente dicho. Entre los escritos de carácter so-
cial se encuentran principalmente la historia, la psico-
tratándose de una lectura de estudio reviste una importancia extraordinaria. Si advierte que su memoria falla o que no es capaz de precisar con seguridad las distintas partes de la estructura general vuelva a mirar el texto. Terce Tercero. ro. Lea Lea de nuev nuevo o el el texto texto de modo modo comp complet leto o para ir captando las ideas, los hechos y los detalles particulares, y ver en qué parte de la estructura general encajan y por qué. Cuarto. Sin mirar al texto, pero teniendo delante el esquema de organización que hizo en el paso segundo,
trate de recordar los datos y detalles particulares poniéndolos por escrito y asignándolos a las partes
logía, la sociología, la economía. Entre los escritos científicos nos referimos de modo especial a la biología, la química, la geología, la física. La enumeración que acabamos de hacer no es
y cuart cuarto o lug lugar, ar, sin tener tener que que mira mirarr al al texto texto,, pue puede de
exhaustiva y tiene simplemente un carácter de orienta-
confiar en haber conseguido una acertada comprensión
clon. No vamos a considerar en detalle cada una de las especialidades posibles, pues esto rebasa el propó-
sito y la finalidad de esta obra. Daremos, no obstante, algunas indicaciones generales respecto a cada uno de
correspondientes del esquema general. Si logra realizar bien los pasos descritos en segundo
del escrito.
ESCRITOS DE DE CARÁCTER SOCIAL
Los cuatro pasos que acabamos de explicar son aplicables, como hemos dicho, a cualquier clase de lectura de estudio. Tratándose de escritos de tipo sociológico existen algunos otros recursos que pueden ser empleados con ventaja.
— Use siempre que sea necesario libros de consulta, como atlas, diccionarios o enciclopedias. Particularmente el estudio de la historia debe hacerse constantemente con una referencia directa al lugar geográfico de los hechos. Esto no es solamente una ayuda para grabarlos mejor en la memoria, memoria, sino que en muchos casos su misma localización es una explicacien, al menos parcial, del porqué de ciertas situaciones históricas y de su desarrollo. En el estudio de la economía y de la sociología hay ciertos datos de carácter general que conviene tenerlos presentes, tales como estadísticas de producción o de población, ya sean nacionales o regionales, y que pueden encontrarse fácilmente en los diccionarios o enciclopedias.
— Acostúmbrese Acostúmbrese a leer teniendo siempre a mano papel y lápiz. Haga frecuentemente esquemas personales o gráficos ilustrativos de lo que está leyendo. Por medio de los gráficos y esquemas destaque los puntos fundamentales fundamentales del escrito y ponga de manifiesto las mutuas mutuas relaciones. Un esquema bien hecho le servirá para ver de un modo cla ro e intuitivo lo esencial de un escrito, ayudándole a obtener una com-
prensión más completa y una retención más firme. — Si los l os libros son suyos no dude en subrayarlos o en hacer notas marginales. marginales. Los libros l ibros son unos ins-
trumentos de trabajo. Como instrumentos deben ser usados, y su utilidad depende de la habilidad del que los usa y del modo como son usados. Un texto subrayado y anotado es un texto trabajado; un texto que ofrece
más, sobre todo para el mismo que lo ha trabajado. t rabajado. No obstante, hay que evitar la confusión de los que creen que por el mero hecho de subrayar una palabra o una frase, ésta queda automáticamente comprendida y grabada en la memoria. También hay que evitar
el abusar excesivamente del subrayado. Un texto en que casi todo está subrayado es un texto en que, para
los efectos prácticos, nada ha sido subrayado, nada des-
taca de modo especial. El subrayado tiene una sola finalidad: hacer que el texto escrito cobre más relieve ante los ojos del mismo lector. Conviene, pues, hacerlo de un modo inteligente y de acue acuerd rdo o con con el inter interés és o el el prop propós ósito ito del del que que lo lee. En algunas ocasiones bastará con hacer resaltar las frases esenciales, otra convendrá subrayar algún dato determinado, oquizá cierta correlación de especial importancia que existe entre los hechos enumerados. En cuanto a las notas marginales pueden ser de muchas clases. Pueden consistir en alguna o algunas pala-
bras a modo de breve comentario, o en signos convencionales can un significado preciso para el lector. Una línea vertical, por ejemplo, puede ser para indicar los pasajes más i mportantes. El interrogante puede emplearse para denotar duda o disconformidad con lo que dice el autor. Un signo de admiración puede señalar una idea nueva para nosotros y que deseamos estudiarla y comprobarla más detenidamente.
— Mu Much chos os libro libros, s, espe especi cial alm mente ente si son son de estu estudi dio, o, traen al final de cada capítulo una lista de preguntas
sobre el tema tratado. Son una buena oportunidad para
que comprobemos hasta qué punto nuestra comprensión del texto ha sido satisfactoria. En general el autor ha escogido aquellas preguntas que están relacionadas
con los puntos más importantes de la explicación, de modo que si las podemos contestar acertadamente es una garantía de que hemos sabido captar lo fundamental y comprenderlo correctamente.
Con vista tas a un futu turo repaso so es una buena idea anotar junto a cada pregunta la la página del li libro en donde se encuentra explicado el punto correspondiente. — Para un estu dio más ampl io lea cuidadosam ente
la bibliografía que le ofrece el autor, bien al final de cada capítulo o al terminar toda la obra. En general,
suele tratarse de textos básicos o fundamentales dentro de la especialidad indicada.
ayudándonos a poner el debido énfasis en estos puntos fundamentales. Es también conveniente que en el mis-
mo sumario anotemos al margen de cada apartado o división las páginas del texto en donde viene desarrollado el punto respectivo. De esta manera lo podemos convertir en una especie de índice adicional adici onal que sobre todo en el momento del repaso nos será particularmente útil. — Al hablar de la lectura en gen eral ya hemos indi-
cado la importancia que tiene el leer con un propósito claro. Tratándose de escritos científicos este propósito ha de ser también bien preciso y definido. Normalmente el tema abordado por esta clase de textos se refiere a asuntos muy concretos y bien delimitados. Por lo tanto el propósito que dinamizará nuestro interés podrá expresarse, la mayor parte de las veces, a través de alguna pregunta breve y concisa. Por ejemplo:
ESCRITOS CIENTÍFICOS Los escritos de tipo científico tienen unas características especiales en lo que se refiere a su estructura y a su léxic léxico. o. Tenien Teniendo do en cuen cuenta ta esto estos s ras rasgo gos s com comuunes entre ellos, se pueden dar algunas orientaciones que resultan más apropiadas para su lectura.
—Ord —Ordin ina aria riamente, te, al fin final de cada capítu ítulo sue suele encontrarse un sumario o resumen general del mismo. Es una magnífica ayuda que nos ofrece el autor para lograr una máxima comprensión del texto, y que nunca debe ser pasada por alto. Pero no nos debemos limitar a una lectura superficial del mismo. El sumario contiene siempre las ideas fundamentales del tema expuesto en el capítulo. Una lectura atenta del mismo debe hacernos reconocer y y recordar lo que acabamos de leer,
¿Cuál es la ley que regula el comportamiento de los gases? O: ¿Cómo se obtiene y qué cualidades tiene tal ácido?
— Con bastante frecuencia ocurre que un tema dedeterminado no es tratado totalmente bajo un solo epígrafe, sino que dados los posibles puntos de vista o de
acuerdo con sus diversas aplicaciones, se suele hacer alusión al mismo en varias partes o capítulos del libro. Con el fin de lograr una visión más completa y exhaustiva es muy conveniente consultar simultáneamente to-
dos los lugares respectivos. Esto ayuda a lograr un conocimiento más integrado y sistemático con repercusión favorable tanto en la comprensión como en la retención. Los lugares paralelos pueden encontrarse con
ayuda del índice de materias; desde el punto de vista práctico resulta muy útil anotar en el mismo texto, al margen, las páginas correspondientes.
— Es característico de los libros científicos el empleo de palabras técnicas y especializadas que pueden significar una dificultad para el estudiante. Estas palabras exigen una cuidadosa atención, pues su compren-
sión es necesaria para poder entender bien el texto. Las palabras técnicas no son tan difíciles como a primera vista pueden parecer. No son palabras escogidas de modo arbitrario, sino que constituyen de por sí una
verdadera definición de la cosa a que se refieren. Frecuentemente son palabras compuestas de varios elementos: raíces, prefijos y sufijos, tomados por regla general del griego o del latín. El conocimiento de las principales raíces griegas y latinas puede ser de gran ayuda en este sentido, pues nos indican directamente el significado de las palabras de ellas derivadas. Un buen medio para aprender y familiarizarse con estos términos es el empleo de pequeñas fichas. En una
de las caras de la ficha se pone el nombre de la palabra que queremos aprender y en la otra cara se anota el significado, origen y elementos que componen la palabra. De cuando en cuando se hace un repaso de todas las fichas, procurando acordarse del significado de cada palabra sin tener que mirar el dorso. De este modo, en un tiempo relativamente breve, se consigue incorporarlas definitivamente al propio vocabulario. — A veces sucede que el lector no acaba de com-
prender la explicación que da el texto sobre un tema o punto determinado. En estos casos es conveniente consultar otras obras de diferentes autores. El ver otros puntos de vista contribuye notablemente a una mejor comprensión de los puntos difíciles. Las aclaraciones conseguidas pueden luego ser transcritas a modo
de notas marginales en el mismo mismo texto de estudio-
b) Lectura de obligación profesional
Otro género de escritos muy especializados, son los que tienen que manejar diariamente los hombres de negocios y los profesionales de las clases más diversas. Muchos de ellos tienen que dedicar gran parte, quizá la
mayor parte de su jornada laboral, a la lectura de cartas, documentos e informes. El saber manejar adecuadamente todo este material representa no sólo un gran
ahorro de tiempo, sino también una mayor eficiencia en el propio trabajo con un esfuerzo menor y una menor fatiga. No vamos a repetir aquí todo lo que hemos dicho a través de todo el libro sobre los principios y las diversas técnicas de lectura rápida e inteligente. Ellas constituyen la base principal para una lectura eficaz. Dando Dando por conocido y asimilado todo lo anterior, aquí añadiremos únicamente aquellos detalles o recursos particulares que que son de especial aplicación aI tipo de lectura que ahora tratamos.
CARTA i DE NEGOCIOS
Normalmeme el hombre de negocios tiene que comenzar su jornada diaria revisando una buena cantidad de correspondencia. Su habilidad debe consistir en ir directa y rápidamente a lo esencial sin omitir ningún detalle importante. Con este propósito se pueden dar varias recomendaciones:
— Des Despu pués és de habe haberr
visto quién escribe la carta,
eche sobre ella una ojeada general. Ordinariamente las
cartas no contienen más que uno o dos puntos impor-
tantes. Es lo que el remitente nos quiere decir. Posiblemente podrá descubrirlos en esta primera ojeada. No obstante, puede haber cartas más complicadas en que esto no aparezca tan claro o que dado el asunto exijan una mayor atención. — Por regla general las frases iniciales y finales de las cartas son fórmulas de pura cortesía en las que
gen con un breve comentario o frase el sentido de su
no es necesario detenerse. Lo esencial de la carta suele encontrarse en la parte central. Ahí es donde uno debe fijarse más detenidamente. Una vez descubierto el con-
nuevo, ahorrándose con ello el tiempo consiguiente.
tenido o el propósito de la carta se hace posible reemprender un ritmo más acelerado de lectura, pues los
DOCUMENTOS LEGALES
subsiguientes párrafos no suelen ser más que consideraciones complementarias que no añaden generalmente ningún dato importante. — Al leer una carta aplique ampliamente la técnica
de la lectura telegráfica, que ya hemos explicado en otro lugar. Las cartas pueden ser reducidas a lo esencial mediante la eliminación de las palabras innecesa-
rias en una medida mucho más extensa que los textos i mpresos ordinarios. No es raro poder llegar a elimi-
nar hasta el ochenta por ciento del texto original. — Las normas que dimos acerca de los párrafos no son aplicables en general a las cartas, pues sus párrafos suelen ser más bien convencionales. Lo que se pre-
senta como varios párrafos distintos pueden ser frecuentemente simples fragmentos de un párrafo más amplio. La división de la carta en párrafos es una cosa
respuesta o las observaciones pertinentes. Estas anotaciones le ahorrarán mucho tiempo cuando se disponga a dar la contestación. Es también aconsejable contestar
inmediatamente inmediatamente aquellas cartas que sean de fácil respuesta o que no exijan ninguna consulta o deliberación ulterior. Con esto se evita el tener que leerlas de
Otro tipo de escritos que debe manejar con cierta frecuencia el hombre de negocios o el profesional son los documentos legales.
Los documentos legales revisten una especial dificultad para el lector común, que proviene de su estilo y de de su pres presen enta taci ción ón.. En En gene genera rall est están án reda redact ctad ados os en un estilo que se nos hace demasiado confuso y pesado. La acumulación de datos, circunstancias y consideran-
dos hacen de los textos legales algo bastante complejo y difíc difícil il de de cap capta tarr con con rapid rapidez ez y exac exactitu titud. d. El lector lector poco habituado habituado fácilmente fáci lmente se pierde entre las formas y fras frases es inte interm rmin inab able les s del del tra tradic dicion ional al estilo estilo fore forens nse, e, que suele ser el extremo opuesto de la brevedad, claridad y concisión a que se tiende en el estilo moderno. Para manejar esta clase de documentos es muy útil aplicar la técnica que describe Frangois Richaudeau en
deseo de una presentación más clara y agradable. — Subraye en las cartas las frases que expresan lo
y qu que podr podría íam mos llallasu libro Cours de lecture rapide y mar la técnica del «Sujeto-Verbo-Complementos». Cuando en un texto legal hemos identificado estos tres elementos todo se aclara y simplifica. Estas son
esencial de su contenido, y especialmente aquellos puntos a los cuales quiere usted responder. Indique al mar-
las tres informaciones fundamentales que hemos de tratar de captar lo más rápidamente posible.
muy subjetiva del remitente, que más que a la unidad del pensamiento suele atender a otros motivos, como el
El sujeto representa el tema, el asunto, la persona
o la cosa sobre la cual se va a pronunciar el legislador. El verbo significa lo que el legislador ordena o establece acerca de la cosa expresada por el sujeto. Finalmente, el complemento o los complementos completan la idea del verbo o expresan las circunstancias particu-
lares bajo las cuales la ley mantiene todo su vigor. Cada párrafo debe ser examinado en este orden. El reconocimiento reconocimiento del sujeto nos servirá para saber de entrada si el artículo correspondiente nos interesa o no.
Si el sujeto hace referencia al asunto que buscamos entonces se procede a los pasos siguientes examinando atentamente a través del predicado verbal y de los com-
plementos el contenido de la ley y las circunstancias en que se aplica.
Los informes técnicos son escritos muy especializados y que versan sobre algún punto muy concreto den-
tro de algún aspecto o rama del conocimiento. En general tienen un carácter práctico. Pueden referirse, por
ejemplo, a la exposición de nuevos procedimientos procedimientos de fabricación, a la posibilidad de aplicar a la industria algún nuevo descubrimiento, a los resultados de una determinada determinada operación mercantil, a la l a situación del mercado nacional o internacional, etc.
Los informes técnicos suelen tener una apariencia más bien seca y austera, lo cual los hace muy poco atractivos excepto para aquellos que están directamente interesados por su contenido.
Cuando decimos que el sujeto de la frase o del párrafo expresa el asunto o tema sobre el que versa la ley nos atenemos a lo que sucede habitualmente. En
Sin embargo, tiene la ventaja de seguir un cierto orden o tener una organización organización interior bastante clara.
algún caso, no obstante, podría venir representado por
Muchas veces este orden u organización interna es pues-
otra palabra que no hiciera el oficio de sujeto, pero esto no es lo normal. Por lo demás, cuando uno aplica esta técnica, fácilmente aprende a destacar los elementos fundamentales, aunque haya alguna anomalía en lo que se refiere a su función ordinaria desde el punto de vista gramatical. -
INFORMES TÉCNICOS
El empleo del subrayado es muy práctico tratándose de esta clase de documentos. Son precisamente los tres elementos fundamentales «Sujeto-Verbo-Com-
plemento», los que deben ser subrayados. De este modo
el texto se hace mucho más claro e inteligible al poner de relieve lo esencial del mismo.
to de manifiesto de un modo patente por el mismo autor mediante el empleo de títulos y subtítulos adecuados. Éstos sirven de una gran ayuda para realizar el «skimm «ski mming» ing» previo que nos dará una idea del tema tratado y del enfoque bajo el cual es presentado. Aun en los casos en que la organización del escrito no aparece de un modo explícito, a través de las l as correspondientes divisiones y subdivisiones, no por eso suele fal-
tar esa organización interna. En este caso una de las finalidades del «skimming» previo será descubrir la organización o estructura que el autor ha seguido al redactar el escrito. Además de esto, el «skimming» previo sirve también para que el lector se haga una idea sobre el contenido del artículo y sobre su interés relativo, con lo
cual podrá decidir si vale la pena dedicarse más a fondo a su estudio o no.
Otra ventaja que suelen presentar estos escritos es la existencia de un sumario o resumen, que generalmente se encuentra al final del artículo, aunque algunas
veces puede venir al principio. Su lectura atenta es también muy útil como paso preliminar a la lectura detenida del artículo.
Tambié También n es inte intere resa sant nte e obse observ rvar ar la cons constru trucc cción ión o estructura de los primeros párrafos. Los autores de escritos técnicos no suelen estar interesados por la elegancia literaria, sino que desean sobre todo presen-
tar claramente unos datos, o el resultado de unas investigaciones, a la consideración del lector. En consecuencia, su estilo es en general bastante igual y uniforme. Esto quiere decir que si observamos el lugar en que están colocadas las ideas principales dentro de los primeros párrafos, podemos suponer con gran probabilidad de acierto que en lugar semejante encontrare-
mos las ideas principales de los párrafos restantes. Otra característica de los informes técnicos es la abundancia de datos o informaciones concretas. Esto es
Pero puede suceder también que la parte documen-
tal carezca de interés inmediato para el lector. Dando par correcto todo el trabajo de observación o de investigación, lo que él desea saber son las conclusiones, hipótesis o teorías a que dicho trabajo ha dado lugar.
En este caso la lectura de los informes técnicos puede simplificarse enormemente. enormemente. Por regla general bastará leer detenidamente detenidamente sólo el principio y el final del escrito, pasando por la parte central de un modo más rápido y superficial. En efecto: ordinariamente los primeros párafos del informe sirven para darnos una idea general del problema o para ambientamos ante la situación que se trata de examinar. La parte central suele estar dedicada al estudio pormenorizado de cada detalle. Esto es lo que se puede omitir o pasar muy por encima, sin que por ello quede perjudicada en absoluto la plena comprensión de los últimos párrafos, en donde normalmente encontraremos las conclusiones
a que ha llegado el autor.
interesante desde el punto de vista documental. Por
c) Lectura de entretenimiento
medio de dichos datos el autor nos da cuenta de todas
La lectura es uno de los medios más importantes para ampliar nuestros conocimientos y nuestra cultu-
sus observaciones, experiencias o trabajos de investigación. Estos datos son precisamente la base y el fundamento sobre el cual él construye su teoría o intenta llegar a una explicación de la realidad. Desde el punto de vista del lector la parte documen-
tal puede tener muy diversa importancia. Puede suceder que sean precisamente los datos lo que más le interese, bien porque él también desea hacer un estudio
exhaustivo de la materia, o porque quiere comprobar
personalmente las conclusiones que presenta el autor.
ra. El alcanzar la máxima capacidad de comprensión en
todas nuestras lecturas es lo que garantiza la consecución de ese objetivo. Por eso la principal finalidad de este libro ha sido el mostrar el camino y los medios adecuados para alcanzar un grado óptimo de comprensión y de retención. •
Por otra parte la lectura forma con frecuencia una parte importante de nuestras obligaciones o trabajo
pro profe fes sion ional. Este aspecto es lo que acabamos de tra tratar tar en los artículos precedentes. Pero, además, la lectura constituye también uno de los mejores medios de distracción y esparcimiento. Mu-
chas personas gustan de dedicar una buena parte de su tiempo libre a la lectura de libros o artículos que tratan de sus materias o temas favoritos. Con esto proporcionan un agradable descanso a su espíritu al mismo tiempo que ensanchan sus horizontes mentales.
La lectura de entretenimiento puede versar sobre los tópicos más diversos. Aquí el único criterio a seguir son los gustos y aficiones del lector. En cuanto al modó de leer cabe también la más absoluta libertad. Uno lee
para descansar y disfrutar con su lectura. No hay prisas ni urgencias de ninguna clase. Tampoco hay regla
las. En toda novela podemos distinguir dos elementos: los perso sonajes que actúan, y el ambiente en en que se desenvuelve la acción. Leer bien una novela exige por una parte compenetrarse con los protagonistas, llegando a conocerlos e incluso a familiarizarse con ellos y con su manera de ser. Por otra parte, es preciso que seamos conscientes del ambiente en que se mueven los personajes. En algunas novelas este aspecto alcanza una importancia muy grande, hasta tal punto que el modo de ser y de actuar de los protagonistas sólo se puede comprender plenamente cuando los consideramos en relación con el
ambiente y las circunstancias dentro de las cuales se .
va desarrollando su vida.
más superficial o más a fondo, es algo que el lector lo
Para llegar al conocimiento de los personajes y de su carácter hemos de estar atentos a las descripciones que nos va haciendo el autor sobre cada uno de
decidirá libremente según su propio gusto o interés.
ellos. Pero no debemos limitarnos a esto. Hay otro me-
fija. Que la lectura haya de ser más lenta o más rápida,
Sin embargo, lo más frecuente es que las personas que buscan un descanso o entretenimiento a través de la lectura se dirijan hacia las obras de carácter literario COMO las novelas, las obras dramáticas, la llamada lite-
ratura-ficción y a veces la poesía.
A pesar de que esta clase de lectura tiene un carác-
ter eminentemente subjetivo y que la apreciación de sus valores y el gusto y satisfacción que se encuentra en ellas depende en gran parte de las aptitudes y disposición del mismo lector, es posible, sin embargo, dar algunas orientaciones que pueden servir de ayuda para
sacar un mayor provecho de su lectura. Más que normas o reglas fijas, se trata de algunas indicaciones que
facilitan la labor del lector y le ayudan a adoptar la actitud más correcta.
En primer lugar diremos algo acerca de las nove-
dio más eficaz, más dinámico, más semejante a lo que pasa en la vida ordinaria, y a lo que hacemos en el trato con las personas que conocemos. Consiste en observar sus palabras, sus reacciones, su modo de obrar.
En muchas novelas modernas este es el único medio de llegar a conocer el carácter de cada personaje, pues
el autor evita toda descripción sistemática sobre las
cualidades o defectos de los protagonistas. Es su modo
de hablar y actuar lo que nos revela su modo de ser. Como se ve, para leer bien una novela debemos tratar de adentramos un poco en el mundo de los protagonistas y participar de sus sentimientos y reacciones, como si se tratase de vivir una situación real y concreta. Las buenas novelas pretenden ser una pintura
de la vida real, o al menos de alguno de sus aspectos. Para comprender bien su contenido debemos intentar
adentramos en su trama profunda y procurar compenetrarnos con el cómo y el porqué de cada una de las acciones y sentimientos de sus protagonistas. Como hemos dicho, también la parte ambiental tiene
su importancia. A través de las diversas descripciones sobre lugares y paisajes el autor nos da a conocer las circunstancias externas en que se mueven los personajes. Sin esta visión ambiental la acción quedaría demasiado descarnada descarnada y fría, frí a, y con mucha frecuencia frecuencia
Finalmente, en relación con las novelas hay que tener en cuenta que son muy pocas las que se limitan a ser una simple historia o narración. Casi todas ellas, ell as, y desde luego las más importantes, importantes, contienen una verdad, una doctrina o una tesis, que el autor intenta expresar a través de la trama de toda la novela. En este sentido hay novelas que podríamos llamar filosóficas, sociológicas, sociológicas, religiosas. En consecuencia el lector debe saber descubrir cuál
resultaría casi incomprensible. Pero al leer las descrip-
es esa idea que el autor ha querido exponer. General-
ciones debemos tener en cuenta que lo importante no
mente vendrá expresada a través de las palabras y opi-
es retener y aprender cada uno de los detalles externos. Lo importante es que captemos el ambiente en su con-
tuaciones más destacadas por las que atraviesa su exis-
junt junto. o. Que Que nos nos form formem emos os una una idea idea de cóm cómo afec afecta tan na los personajes el ambiente, las circunstancias, el lugar en que se mueven. Del mismo modo como nosotros podemos decir que nos encontramos bien o mal en un sitio determinado, o que el ambiente donde estamos nos agrada o desagrada. A este efecto -cada detalle par-
ticular no ha de ser leído por sí mismo, sino en relación con el conjunto, viendo qué es lo que aporta, en sentido positivo o negativo, a la impresión general. Esto quiere decir que las descripciones pueden, y aun conviene leerlas, de un modo rápido, fijándose tan sólo en los detalles más significativos que son los que deter-
minan la visión de conjunto.
Sin embargo, ya hemos dicho antes que en esta cla-
se de lecturas no hay reglas fijas que deben ser seguidas con preferencia a otras. Si lo que uno desea es disfrutar y paladear la descripción de un paisaje, entonces hará bien en saborear cada detalle particular procurando evocar todas las resonancias y gozando de la belleza resultante de la combinación de todos los matices particulares.
niones del protagonista principal, o de los azares y sitencia. Hay que saber, pues, estar atento al fondo sin dejarse sugestionar, o ser simplemente arrastrado, por
el colorido y variedad de los incidentes superficiales y secundarios. Respecto a la lectura de las obras dramáticas podemos repetir lo mismo que acabamos -de decir sobre las novelas. La principal diferencia radica en que las obras
dramáticas han sido compuestas para ser representadas y no leídas. La representación escenográfica suple en los dramas las descripciones típicas de las novelas. Los personajes y el ambiente en que se desenvuelve la acción son vistos y vividos directamente. Cuando uno lee una obra dramática debe tratar de ver e imaginar i maginar toda la escena con sus circunstancias ambientales, así como el carácter y temperamento de los personajes. A este propósito son útiles las indicaciones que suelen aparecer al principio do cada acto o escena, pero muchas muchas veces son insuficientes. i nsuficientes. El desarrollo mismo de la acción de la conversación ofrece también nuevas indicaciones que ayudan a reconstruir toda la escena. La lectura de las obras dramáticas exige
210
ANTONIO BLAY
del lector que desarrolle y emplee todos los recursos de lo que podríamos llamar su imaginación teatral. Vamos a decir también unas pocas palabras acerca de la poesía. Aquí es mucho más difícil, casi imposible, descender a normas y detalles concretos. La poesía más que ningún otro género literario es eminentemente sub-
jetiva jetiva,, La La apre aprecia ciació ción n de una una obra obra poétic poética a dep depen ende de también principalmente de la formación, sensibilidad y gust gustos os del del lec lecto tor. r. Dentr entro o de un plan plan de orien orienta tacio cio-nes generales haremos algunas indicaciones que nos parecen ser las más útiles para poder apreciar mejor
CAPITULO XV
LECTURA DE GRÁFICOS
las obras poéticas. En la poesía adquiere una importancia extraordina-
ria el elemento imágenes, palabras, sonido, musicalidad. Las ideas o los sentimientos que encierra una poesía podrán expresarse vulgarmente en lenguaje común
y ord ordina inario rio.. Per Pero o perd perder ería ían n ese ese enca encant nto o espe especia ciall que que tienen dentro de la expresión poética. Esto quiere decir que al leer poesía uno debe atender no sólo a las ideas, sentimientos y estados de ánimo que se describen, sino que además uno debe de jarse jarse empa empapa parr de de la la bel bellez leza a de las imáge imágene nes, s, así así com como o también de la armonía y musicalidad del ritmo, procu-
rando evocar y vivir todas las resonancias afectivas y emocionales que esto despierta en uno mismo. La poesía es una verdadera obra de arte. Es la expresión de una vivencia profunda llena de belleza y de armonía. Es la vivencia que tiene el poeta y que trata de expresar y de comunicarnos. La lectura de la poesía
debe conducirnos, en la medida de lo posible, a evocar también en nosotros esta vivencia profunda de la verdad y de la belleza. Esta es, pues, la actitud fundamental que uno debe adoptar al abordar la la lectura lectura de obras poéticas. poéticas.
Dada la
frecuencia con que modernamente son em-
pleados los gráficos como medio de expresión, nos parece oportuno dedicar unas palabras a su estudio. Los gráficos tienen la gran ventaja de su sencillez y clar clarid idad ad.. Un Un simpl simple e gráf gráfico ico pued puede e pres presen enta tarn rnos os en un espacio muy limitado una cantidad de información que de ser transmitida verbalmente exigiría un gran número de palabras. Además, el gráfico nos presenta todo el conjunto de datos de un modo patente, intuitivo y directo. Esta es la razón por la que su uso se ha extendido tanto, lo mismo en los escritos científicos e informes técnicos, como en textos de historia, sociología, economía, psicología, etc.
El fundamento de los gráficos radica en la naturaleza numerable de los datos y en la posibilidad de establecer entre ellos una relación. El autor William Playfair, que fue, a principios del siglo xix, el pionero en el empleo y difusión de los métodos gráficos, expresó esto diciendo que: «Todo lo que puede ser expresado con números, puede ser expresado con líneas.» (Citado por P. LEEDY en Improve your reading.) Po -
212
ANTONIO BLAY
LECTURA RÁPIDA RÁPIDA
demos decir, pues, que los gráficos son un conjunto de datos numéricamente expresados y mutuamente interrelacionados.
Para sacar toda la información contenida en "una tabla no basta con advertir la l a relación expresada por los datos en particular, hay que saber observar observar el lugar que ocupa cada dato con respecto al conjunto. De este modo se descubre la tendencia general y el signi-
La mutua interrelación de los datos es algo muy importante. De hecho los gráfícos pueden considerarse
como una verdadera comparación o correlación entre los datos de una, dos o más magnitudes. De aquí resul-
tan también gráficos distintos de una, dos o más dimensiones. Generalmente los gráficos más usuales son
los bidimensionales. Las magnitudes que entran en relación pueden ser muy diversas, por ejemplo: la tem-
peratura y la presión en los gases, el tiempo transcurrido y el crecimiento, crecimiento, la cantidad de luz y la aceleración de ciertos procesos químicos, y muchos otros. Los gráficos pueden ser también diferentes según el
punto particular que se proponen ilustrar. Hay asuntos que pueden presentarse con más claridad a través de. un mapa o de un cuadro que de un cuadro lineal.
213 ,,
ficado que pueden tener los datos más destacados. Sólo
así se puede llegar al conocimiento de la situación real expresada a través de las cifras.
Como ejemplo, veamos esta COMPARACIÓN ENTRE M AYORISTAS EN GENERAL Y DE ESPECIAL1DZDES, ESPECIAL1DZDES, TABLA 57: COMPARACIÓN EN ARTÍCULOS DE GRAN CONSUMO, 1929, 1935, 1939 Y1948
Número Número de establecimientos establecimientos
Ventas (% del to al)
Clase de negocio 1929
1 93 935
1 93 93 9
1 94 94 8
1 92 92 9
1935
1939
1948
Enumeraremos brevemente las clases más importan-
tes de gráficos y algunas de sus aplicaciones.
Drogas y medicamentos: 295 489 En general . 633 1 268 Especialidades Mercería y novedades: 801 306 En general . 2 784 3 301 Especialidades Abacería: '" 5 919 3 833 En general . 7 080 12 156 Especialidades Ferretería: 610 932 En general . 519 290 Especialidades
297 321
1
303 902
80,0 20,0
72,3 27,7
69,2 30,8
62,0 38,0
22 2 3 875
182
30,6
5
284
69,4
27,0 73,0
17,4 82,6
19,0 81,0
4 265 6 26 3
63,8 36,2
68,1 31,9
66,6 33,4
29,4
673 480
93,6
90,5 9,5
91,4 8,6
72,5 27,5
.
TABLAS
Aunque las tablas no son gráficos en el sentido estricto de la palabra, pueden considerarse como algo intermedio entre los gráficos propiamente dicho y la explicación puramente verbal. En realidad, las tablas son gráficos en evolución.
En las tablas los datos son ordenados en filas y columnas, columnas, y cada uno ocupa el lugar correspondiente según su relación bidimensional con respecto a dos magnitudes magnitudes distintas. Éstas vienen expresadas en los encabezamientos de los ejes vertical y horizontal.
•
1
3 942
12 045
772 571
1
6,4
(Tabla 57: Estudio de los mercados) E. A. Duddy; pág. 335
70,6
Se observará en la tabla que las empresas dedicadas
a especialidades suelen ser más pequeñas pequeñas que las de ramo general. La necesidad de realizar un esfuerzo de venta más intensivo, el menor promedio de ventas y el hecho de que los gastos tengan que derramarse sobre un número más reducido de artículos explican que la proporción de los gastos de funcionamiento respecto a las ventas sea superior en el caso de los mayoristas de especialidades.
TABLA 66: RESUMEN DE ESTABLECIMIENTOS FABRILES, CLASIFICADOS POR S1D VOLUMEN REPRESENTADO pon pon EL NÚMERO DE EMPLEADOS, 1947
Establ Establecim ecimiento ientoss
Total
.
.
.
.
1-4 5-9 10 - 19 20 - 49 50 - 99 100 - 299 250 - 499 500 - 999 1000 - 2499 2500 y más
Númer Número o
.
— Gráficos de evolución. En estos gráficos se com-
paran ordinariamente ordinariamente dos magnitudes. magnitudes. Su objeto es mostrar el proceso de desarrollo que experimenta una magnitud de acuerdo con las variaciones que tienen lu-
gar en la otra. Se suelen representar por medio de una cuadrícula. Las líneas extremas de la izquierda y de abajo, llamadas eje de ordenadas y eje de abcisas,
Consideremos esta otra
Clase, por número de em pleados pleados
Observando los datos se ve que más de la mitad de la producción fabril se halla concentrada en menos del 5 por ciento del número total de establecimientos.
Porcentale Porcentale del total
240 881
100,0
70 389 46 622 40 645 4.0016 18 672 14 323 5 555 2 729 1 431 504
29,2 19,3 16,9.
16,6 7,8 6,0 2,3 1,1 0,6
0, 2
Valor de los productos
Cantidad (se omiten 000)
Porcentaje Porcentaje del total
$74 425 825
100,0
905 693 1 946 978 2 601 176 6 050 163 6 593 104 11 793 823 10 450 830 10 128 788 11 619 386 12 835 884
1,2 1,9 3,5 8,1
$
(Tabla 66. Es Estud tudio de los los merc ercados) os) E. A. Duddy; pág. 379.
representan las dos magnitudes que se comparan. A la distancia existente entre cuadro y cuadro, o entre línea
y líne línea, a, se le asign asigna a un valo valorr num numér érico ico conv conven encio ciona nal, l, según convenga convenga en cada caso. La gráfica grá fica resultante es una línea en la que cada uno de sus puntos indica el valor que adquiere una de las magnitudes cuando cuando la otra tiene un valor determinado.
Un ejemplo de esta clase de gráficos lo constituyen aquellos que se refieren al desarrollo industrial de un país. Aquí las magnitudes que se comparan o relacionan son el tiempo, expresado en años, y el volumen de actividad industrial correspondiente á cadí año. Por medio del gráfico se observa inmediatamente inmediatamente cuál ha sido el ritmo del progreso, y si ha habido baches o estancamientos en el camino.
1 3 t9
15,9 14,0 13,6 15,6 17,3
Comentario. Este gráfico nos revela un hecho nota-
ble. Hasta finales del siglo xix el número de los animales mantiene más o menos la misma relación que el desarrollo del género humano. Las curvas discurren
casi paralelas. Las necesidades de alimentos y vestidos,
así como de animales de trabajo y para las comunicaciones va en aumento con el incremento de la pobla-
ción. Sin embargo, a partir de 1900, la invención del motor y el empleo del combustible imponen un cam bio bio fun fundamental. tal. El vehícu ículo a motor tor empiez ieza a susti ti-tuir a los animales animales en el trabajo y en las las comunicaciocomunicaciones. Mientras aquél no pasa de ser objeto de lujo, las consecuencias no se ponen apenas de manifiesto. Sin embargo, allá por el año 1930 se presenta una brusca alteración, que coincide con la gran crisis económica de los años treinta. treinta. El movim movimiento ascensional se detiene bruscamente. Las reservas de animales domésticos I Ni:12VAS LE ANIN11LES DOILESTICOS DE LA TIERRAEN 195o (enmillonesdeeabeea,.)
B u eyes
Europa (sin la URSS) Asia (con la URSS) . África . . . . . AtistraliaiOceania. . Améric ica del Sur . América del Norte . Tierra
•
•
.
Cerdo,
Orejas
Cabras %oh: Búfalos -
1C11
72
97
n
i6
2
9,
196 82
93 26
=7
150
—
49
44
2
21
137 n i
663
35
121
15
61
1
A sn os y M u los
dom dst. por ea por ea-
t
" beta de la pobl.
4 13
—
5
2
_
1
l l os
31 3
o,8
732
0,5
163
0.8
1
74
13,4 3,0
18
--
2.
328
—
6
240
1,1 1,1
1.950
o,8
67
39
7
10
26g
68 3
164
73
62
0
3
4
se mantienen hasta hoy día al mismo nivel aproximadamente, con considerables oscilaciones. Estas gigantescas oscilaciones dependen en muchas ocasiones de las condiciones atmosféricas, por ejemplo, de una intensa sequía o de una cosecha deficiente. Observe como teniendo a la vista el gráfico corres po pondien iente tod toda esta info información ión se hace más comprensiva y, gracias a la la naturaleza visual del gráfico, se queda grabada en la mente con mucha más fuerza y pe persis rsiste tencia. ia. — Gráficos Gráficos de comparación. Ordinariamente están compuestos por una serie de barras o columnas de di-
ferente altura. altura. Con ellas se ttrat rata a de mostrar ostrar de un modo intuitivo la diferencia que existe entre varias entidades, sean personas, organizaciones, países, etc., en lo que se refiere a la posesión de un tipo determinado de cualidades o bienes. Si queremos, por ejemplo, establecer una comparación entre Estados Unidos, Rusia y Venezuela en llo o que se refiie ere a la la producciónde pe petró tróleo leo, podemos hacerlo rlo median iante tre tres colum lumnas de igual anchura, pero cuya altura sea proporcional a la cantidad de petróleo que cada uno de ellos produce por año. Esto es mucho más expresiv ivo y se graba e en n la mente de un modo más claro y estable que la lectura de tres cifras aisladas. Gráficos de estructura. Estos gráficos, llamados — Gráficos también organigramas, suelen adoptar la forma de croquis, esquemas o cuadros sinópticos, y tienen múltiples aplicaciones. Pueden servir, por ejemplo, para exponer de un modo claro la organización y funcionamiento de una gran empresa industrial, comercial o administrativ tiva. Si uno quiere explicar licar cuáles son los distintos distintos cargos de la empresa, las relaciones que existen entre ellos y los diferentes grados de mando o jerarquía dentro de la la organización, difícilm difícilmente podrá conseguirlo conseguirlo de un modo satisfactorio a través de solo palabras. Por necesidad la explicación tendría que ser bastante extensa y siempre con peligro, desde el punto de vista del lector, de que resulte demasiado complicada y confusa. Sin embargo, un simple croquis o esquema puede po poner de manifie ifies sto casi sin palab labras ras tod toda la orga rganización y estructura de la empresa. Este tipo de gráficos también es aplicable cuando se trata de ilustrar los procesos más complicados de fabricación. Hay muchas industrias que en la elabora-
LECTURA RÁPIDA ▪
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219
ción de sus productos no siguen lo que llamaríamos un pro proc ceso li lin neal. En determ termina inados momentos tos se pres resentan varias alternativas, debidas a la elaboración de algunos subproductos que son susceptibles de distintos tratam tratamientos ientos y transformac transformaciones. iones. Un simple esquema pu puede dar una visió isión n glob lobal de tod todo el proceso y de las las diferentes posibilidades y diversificaciones, que se presentan a lo largo del mismo, con mucha más claridad y precis isión que una explic icación de tiip po puramente oral. Gráficos de distribución. Sirven para ver la im po porta rtancia relati lativ va que ti tie ene cada una de las las parte rtes en relación con las demás y con el todo que forman en conjunto. Supongamos por ejemplo que se trata de saber la composición del Parlamento de un país de acuerdo con el número de parlamentarios que posee cada uno de los pa partid rtido os existe isten ntes tes. Esto sto se puede rep repres resentar tar por medio de un circulo dividido en varios sectores. Cada uno de los sectores representarla a un partido. La amplitud de cada sector sería proporcional al número de parlamentarios que posee cada partido. Con un simple golpe de vista puede verse de inmediato cuáles son las partidos más fuertes y si quizá hay alguno que él solo alcanza la mayoría absoluta de todos los votos. Hay otras muchas situaciones en que son aplicables estos tipos de gráficos. Por ejemplo: la distribución de toda la población de la Tierra por cada uno de los continentes; el destino que da el Estado a los impuestos de la nación, expresado en los distintos sectores de inversión; la composición de la población de un país se• gún la diversidad de creencias creencias religiosas religiosas de los ciudadanos, etc.
El empleo de los gráficos facilita enormemente Id expresión y transmisión de la información. Su lectura es, en general, muy fácil y comprensible. Sin embargo, el lector no debe dejarse engañar con
la aparente simplicidad de los gráficos. El peligro está precisamente en creer que dada su sencillez basta una
mirada superficial para comprenderlos. Muchas veces uno puede engañarse creyendo que ya lo ha entendido o interpretado correctamente. Al leer los gráficos nunca
se ha de tratar de suponer o adivinar. Los gráficos son siempre claros y sencillos si se toman algunas precauciones. En primer lugar, uno debe
leer atentamente la leyenda o explicación expl icación que suele
acompañar a cada gráfico. Cada gráfico tiene una finalidad concreta, y se propone aclarar un punto determi-
nado. Esto es, pues, lo primero que uno debe captar: qué punto o qué aspecto de la realidad se propone explicar el gráfico. Luego uno debe observar las magnitudes que entran
en juego. Como ya hemos dicho, todo gráfico es una comparación entre los datos de una o varias magnitudes. Es necesario que uno descubra la naturaleza de la
mutua mutua interrelación o influencia infl uencia que existe entre las magnitudes magnitudes y los datos respectivos. En muchos muchos gráficos, sobre todo los lineales, a cada intervalo se le asig-
na un valor determinado. Es preciso darse cuenta exacta de ello, y observar si el valor relativo es el mismo en todas las direcciones. Con frecuencia los intervalos del eje de ordenadas y el de abcisas representan, por medio de intervalos semejantes, valores .totalmente distintos. Para la completa comprensión de la realidad expre-
sada en los gráficos hay que observar también la tendencia general que revelan los datos. A este fin uno se
ha de fijar en los valores máximos y mínimos así como enla abundancia o escasez de los valores medios. Es decir, en resumen, que los gráficos deben considerarse como el reflejo de una situación real presentada a través de una comparación. Para interpretarlos correctamente es preciso ser consciente del valor relativo de los datos, de su mutua relación, y del aspecto o punto concreto que que se propone ilustrar el gráfico.
APÉNDICE
IMPORTANCIA IMPORTANCIA DEL VOCABULARIO Evidentemente, para llegar a ser un buen lector es de capital importancia poseer un amplio vocabulario. Sin un conocimiento exacto del significado de las palabras es imposible lograr la comprensión total y fiel de lo que leemos. La pobreza de vocabulario se traduce inevitablemente en comprensión deficiente.
Por eso todo el que aspira a sacar el máximo provecho de sus lecturas debe procurar estar en posesión de un extenso y abundante vocabulario.
La primera condición que se requiere para poder lograr este objetivo es tener una fina sensibilidad frente a las propias deficiencias. Hay personas que ante palabras que en realidad no conocen, o que conocen sólo a medias, no se sienten insatisfechas. Se engañan a sí mismas creyendo que ya las han entendido. Aunque
la idea general que sacan de un escrito sea con frecuencia confusa y diluida, no sienten el interés por un mayor rigor y precisión. Naturalmente sus conocimien-
tos pecarán siempre de vaguedad, y llegada la hora de ser empleados, o aplicados a la práctica, se mostrarán totalmente desarticulados desarticulados e inoperantes.
La actitud correcta es la del lector que está siempre
nes es lo que nos proporcionará el conocimiento verda-
alerta para no confundir lo que él piensa que dice un texto o una frase, con lo que la frase dice realmente.
dero de una palabra. Una vez hecha de este modo la consulta al diccio-
Esto exige un conocimiento claro y seguro de cada una de las palabras.
nario, conviene volver de nuevo a la frase real del texto
Para llegar a poseer un amplio vocabulario se pueden dar varias indicaciones. Primeram Pri meramente ente hay que contar con un buen diccionario y estar dispuesto a consultarlo siempre que haga falta. Pero para que sea más provechosa la consulta del diccionario ha de hacerse de un modo inteligente. El principio fundamental fundamental que le llevará ll evará indudablemente a adquirir un extenso vocabulario consiste en no dejar pasar nunca una palabra nueva o desconocida
sin averiguar su significado exacto. Pero a ntes de dirigirse al diccionario es muy aconsejable detenerse en el
estudio del contexto. Muchas veces esto le permitirá llegar a descubrir el significado si gnificado de la nueva palabra; al menos de un modo aproximado. Desde luego que no se ha de conformar con este conocimiento vago o apro-
ximad ximado, o, pero pero el hech hecho o de habe haberr esta estado do refle reflexio xiona nand ndo o sobre su posible significación dispone a la mente para poder captar y grabar mejor en la memoria el significado exacto que luego encontraremos en el diccionario. Por otra parte, la consulta del diccionario no debe concretarse a buscar únicamente el significado que tiene la nueva palabra en el caso concreto en que la hemos encontrado. Con frecuencia las palabras admiten matices diferentes de significación, o incluso significados totalmente diversos, según el contexto en que son empleadas. Los buenos diccionarios no se limitan a
dar los posibles significados de un modo escueto, sino que a menudo los ilustran con frases y ejemplos. La consideración detallada de todas sus posibles acepcio-
para fijarnos de nuevo en la palabra buscada y en el sentido - preciso con que ha sido empleada en este caso particular. Hay que tener siempre en cuenta que el sig-
nificado de las palabras se aprende y se graba mucho mejor cuando las consideramos en relación con el con-
texto en que se hallan insertas, lo que ayuda a conseguir una comprensión y asimilación más completas.
A veces se aconseja también la confección de listas
o de fichas pequeñas en
las que se anotan las palabras desconocidas con el fin de repasarlas y estudiarlas hasta que uno las domine perfectamente. Este método pue-
de ser muy útil, pero insistimos en que junto a las
palabras anotadas anotadas conviene consignar no sólo su signi-
ficado, sino también frases o ejemplos concretos sacados, a poder ser, de nuestras mismas lecturas. En orden a conseguir un léxico más rico en matices
y en precisión es también muy útil conocer bien las
diferencias que existen entre las llamadas palabras sinónimas. En realidad no existen palabras verdadera-
mente sinónimas, es decir, que signifiquen lo mismo. Siempre hay alguna diferencia de grado o de matiz en su significación. Su exacto conocimiento nos permite llegar a una comprensión más sutil y más precisa del pensamiento expuesto por el autor, sobre todo de los buenos autores literarios, que siempre se distinguen por el uso preciso y adecuado de cada palabra. El método a emplear es también fundamentalmente
el mismo. Consulta del diccionario y, sobre todo, 'observación, a través del contexto y de los ejemplos concretos, del valor y significado de cada palabra.
APÉNDICEII II
INSTRUM INSTRUMENTOS MECÁNICOS PARA EL ENTRENA-
MIENTO EN LA LECTURA Termi Termina nare remo mos s el libro libro reco recogie giend ndo o algun algunas as idea ideas sy opiniones sobre los instrumentos instrumentos mecánicos que pueden emplearse en eI entrenamiento de la lectura rápida.
Donde más se han extendido ha sido en América, país muy inclinado al uso de los medios técnicos y en el que predomina la creencia de que los artefactos mecánicos pueden aplicarse a la solución de todos los problemas.
Muchos de los centros que se dedican a dar cursos de lectura para adultos cuentan con estos instrumentos. Pero existen igualmente otros centros que no hacen uso de ellos. Como veremos, la opinión sobre la utilidad real de estos instrumentos está muy dividida. Haremos en primer lugar una enumeración y una breve descripción de los principales instrumentos utilizados.
Existen dos clases de instrumentos: los instrumentos de diagnóstico y los instrumentos de entrenamiento propiamente dicho.
INSTRUMENTOS DE DIAGNOSTICO
espacio de tiempo. El instrum i nstrumento ento se puede controlar eléctricamente de modo que el tiempo de exposición sea cada vez más corto.
Entre los instrumentos de diagnóstico el más usado es el oftalmógrafo. Sirve para fotografiar, o mejor dicho filmar, los movimientos de los ojos durante la lectura. Con el oftalmógrafo se dirige un rayo de luz a la córnea del lector. El rayo reflejado se recoge a través del objetivo y la cintq„queda impresionada apareciendo en ella una línea en zigzag semejante a una escalera. Los trazos horizontales responden a los movimientos de traslación de los ojos y los verticales a los puntos de fijación. Mediante el examen del oftalmograma se pueden observar los movimientos regresivos,
si existen, el número de fijaciones por línea, y el tiempo empleado en cada una de las fijaciones. De este modo se puede medir, medir, en cierto modo, la l a perfección de los hábitos de lectura de una persona.
Lo Los «pacers» rs»
En segundo término están los instrumentos que sirven para estimular y acelerar la velocidad de la lectura.
Tienen el nombre genérico genérico de «reading pacers». El tipo más común consiste en un instrumento provisto de una
barra o regla horizontal que se va deslizando hacia abajo a una velocidad dada. La velocidad del desplazamiento se puede controlar y aumentar a voluntad. Al
colocar el instrumento sobre el texto que se quiere leer, la barra se va desplazando hacia abajo obligando al lector a mantener un ritmo de lectura suficiente-
mente rápido.
Otra modalidad de los «reading pacers» consiste en un aparato parecido a un televisor, que contiene en su INSTRUMENTOS DE ENTRENAMIENTO
Los instrumentos principales de entrenamiento son
tres: el taquistoscopio, el acelerador (o «reading pacer») y los films de lectura.
interior una cámara con un film escrito. El texto es proyectado sobre la pantalla línea por línea a la velo-
cidad deseada. Al final de nuestro volumen, encontrará el lector las reproducciones de las fotos de algunos de estos aparatos; reproducciones que hemos podido ofrecer median-
te la benévola autorización de los Centros que reco-
El El taq taquisto istoc copio
miendan su uso.
El taquistoscopio tiene como finalidad el ampliar el
campo visual del lector. Consiste en una especie de cámara que se utiliza para proyectar en una pantalla números de amplitud creciente. una serie de frases o números Cada frase permanece en la pantalla durante un breve
Fil Film ms de lec lectura
Pero quizá los más perfectos de todos son los films de lectura publicados por la Universidad de Harvard.
Cada film contiene un artículo completo, dividido en varias secciones. Cada sección se proyecta íntegra en la
pantalla durante un tiempo determinado. Mientras el texto permanece visible en la pantalla se va iluminando y haciendo resaltar sucesivamente sucesivamente una frase tras otra, o mejor dicho grupos de palabras, que responden a las correspondientes fijaciones que debe hacer el lec-
tor. La colección está formada por una serie de films que están graduados según su velocidad. En los más lentos cada línea se divide en cinco fijaciones, mientras que los más rápidos sólo contienen dos. DIVERSAS OPINIONES SOBRE SU UTILIDAD
Estos son los principales medios mecánicos que sue-
len emplearse como auxiliares en el entrenamiento de la lectura. ¿Cuál es su eficacia real? Para responder a esta pregunta comenzaremos por recoger la opinión de varios autores que se han destacado por su dedicación al estudio y a la práctica de los medios más adecuados
para incrementar la eficacia de la lectura.
Paul Leedy, en Improve your reading, dice que todos estos instrumentos «son básicamente artificios o recursos para incrementar la motivación y el esfuerzo
disciplinado». Sin embargo, embargo, «la misma misma motivación y la misma disciplina pueden ser conseguidas, por regla general, mediante el empleo inteligente de algunos recur-
sos muy simples y caseros». Cita, por ejemplo, el uso de una tarjeta convenientemente perforada que puede
hacer el papel de un taquistoscopio. «Y no piensen — añade — que por ser tan sencillos estos recursos son
ineficaces. Ellos emplean los mismos principios básicos que los costosos equipos mecánicos.»
Nila Banton Smith, en Read faster and get more f rom your reading, nos recuerda en primer lugar las diferencias de opinión que existen en relación al uso de los instrumentos mecánicos. Mientras unos creen que son realmente útiles, otros piensan que su eficacia ha sido muy exagerada. Concretamente en relación con el
taquistoscopio «las opiniones están fuertemente divididas en pro y en contra de este tipo de i1astrumento de lectura. Se oye cada vez más frecuentemente la opi-
nión de que la velocidad de la lectura depende más de la rapidez con que el cerebro puede captar y asimilar las ideas, que de la velocidad con que los ojos pueden registrar las impresiones visuales. Otros ponen toda su confianza en el taquistoscopio y aseguran que es su ins-
trumento más útil en la enseñanza de la lectura». Sin embargo, N. B. Smith afirma claramente que «es posible alcanzar un alto grado de velocidad en la lectura sin el uso de los instrumentos». Su opinión parece muy acertada cuando dice que: «el principal valor de los instrumentos es doble: constituyen un estímulo para intentar leer más rápidamente, y le demuestran a uno cómo puede realmente leer más rápidamente cuando se ve obligado a ello». No obstante, advierte que la velocidad alcanzada durante el entrenamiento mediante los instrumentos no será una consecución estable y duradera a no ser que se realice un
amplio entrenamiento con material de lectura presentado en condiciones normales. Mucho más severa es la opinión que nos da Eric de Leeuw en Read better, read faster. «No el taquistos-
copio — dice — ni los «flasher» tienen ningún valor
porque... el lector ya tiene una capacidad visual extraordinaria: el lector lento, de hecho, mira muchas veces el texto escrito porque sus espacios o campos visuales
se sobreponen excesivamente.» excesivamente.» Más Má s adelante añade taxativamente: «los instrumentos para ampliar el cam-
po visual carecen de utilidad; es claro que ellos ni aumentan la velocidad, ni mejoran la comprensión». comprensión». En cuanto al grupo de los «pacers» o aceleradores y films de lectura, aun que recon oce que ti enen un cierto valor en cuanto estímulos, sostiene sin embargo que
MODO DE USAR LOS INSTRUMENTOS INSTRUMENTOS
A través de las citas que acabamos de hacer el lector ya se habrá formado alguna opinión sobre el valor y la utilidad de los instrumentos instrumentos mecánicos. Por nuestra parte, creemos, de acuerdo con los estudios y obser-
mecánicos, los cuales, al inducir hábitos inflexibles, pue-
vaciones que hemos realizado, que los instrumentos pueden emplearse como un recurso subordinado en el
den perjudicar la comprensión». comprensión». De aquí deduce el ci-
aprendizaje de la lectura rápida, pero sólo en lo que se
presentan «las desventajas inevitables de los métodos
mentos, hay que saber hacerlo siendo conscientes de
refiere al aspecto de la percepción visual. En lo que atañe al mejoramiento mejoramiento de la l a comprensión comprensión su uso es
sus peligros y limitaciones. En todo caso nunca habrán de constituir más que una parte subordinada del entrenamiento global. Finalmente, termina haciendo alusión
totalmente inadecuado. Más bien diríamos que la pueden entorpecer cuando se emplean los instrumentos de una forma abusiva o indiscriminada.
a su experiencia personal y afirmando que después de haber empleado los films de lectura de Harvard, también «hemos obtenido los mismos satisfactorios resultados sin usar dichos films». Por último, mencionaremos la opinión de Carl He-
percepción, haciendo que llegue a ser más rápida y pre-
tado autor que si en algún caso son usados estos instru-
yel en en su su libro libro Organizing your job in management, publicado por American Management Association of New York: York : «En los l os casos donde existen problemas problemas de
lectura, los aparatos que se venden no son de ninguna manera la solución. En verdad, algunos de estos dispo-
sitivos tienen tan poca relación con la dificultad esencial como la puedan tener ciertos específicos contra la enfermedad que pretenden curar... Ahora se pone más
atención a las calificaciones de los que profesionalmente se dedican a dar clases para la instrucción y orientación en la lectura, que contribuirán a que el hombre de negocios se ayude a sí mismo.»
De entre todos los aparatos, el que ofrece más utilidad práctica es seguramente el taquistoscopio. Aunque de ningún modo podemos decir que sea imprescindible, sin embargo su uso adecuado . estimula la cisa. No obstante, hay que procurar que el alumno se mantenga siempre en un perfecto estado interior de distensión y relajamiento, aunque siempre bien despierto y atento. La tendencia que tenemos a ponernos tensos y nerviosos cuando uno pretende conseguir algo, se ve aún más incrementada si se emplean los métodos mecánicos de aceleración. Entonces el efecto es el con-
trario de lo que nos proponemos, pues uno se encuentra más torpe y no puede hacer ningú ningún n progreso efectivo. Es la actitud de distensión interna, sobré cuya i mportancia ya hablamos al tratar de las condiciones psicológicas de la percepción, sobre la que hay que vigilar aun más cuando se hace uso de los instrumentos mecánicos. Quizá la falta de rendimiento que algu-
236
ANTONIO BLAY
nos autores achacan al uso de estos instrumentos se debe a que son empleados sin insistir suficientemente, de cara al alumno, en la necesidad de adoptar esa actitud interna de tranquilidad y distensión.
De todas formas, si bien es cierto que los instrumentos pueden ser útiles para mejorar la percepción cuando son bien empleados, también es cierto que hay
otros métodos más fáciles y sencillos, y que son igualmente eficaces. Tales son los ejercicios que se suelen hacer en los cursos orales de lectura con vistas a me jorar jorar la perc percep epció ción, n, y cuy cuya a tot total al efica eficacia cia la hem hemos popodido constatar prácticamente en los cursos que venimos dando en nuestro propio centro de estudios. BIBLIOGRAFIA
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Introducción. Leer: exigencia de nuestro tiempo y
eficacia de las técnicas especializadas .
5
PERCEPCIÓN . PARTE PRIMERA. PERCEPCIÓN
13
Capítulo primero. Condiciones previas a) Condiciones materiales Iluminación. Estado de los ojos. b) Condiciones psicológicas . Tranquilidad.
17 17
.
20
Distensión. Atención.
Medios para mejorar la atención. Interés. Finalidad clara.
Lectura activa. Capítulo II. Mecanismos visuales .
.
.29
Percibimos conjuntos . .. 29 Campo visual ................................................. 3 5 Fijaciones .............................. ........................ ......36 .
Capítulo III. III. Defectos en la percepción y en el aprendizaje....................................................................... ....... 41 Las regresiones 41 La subvocalización.................................................. subvocalización .................................................. 4 5
.
Capítulo IV. Características de la buena percep- ción ................................................................................... ........ 49
246
I N D I C E
PARTE SEGUNDA. LA COMPRENSIÓN .
53
.
Capítulo V. El párrafo como unidad de pensa-
5 7
miento ............................................................................
57
a) Estudio del párrafo normal . La frase principal.
b)
247 24 7
Í N D I C E
Localización de la frase principal. Comprobación de la frase principal. Ideas o frases secundarias. Importancia de leer por la idea. ............................................. ....... 71 Párrafos-excepción...........................................
Párrafos con más de una idea.
Capítulo IX. Asp Aspecto ectos s subjetiv jetivos de la comp ompren ren sió sión n.
Dirigirse directamente al pensamiento del autor. Las actitudes personales . La anticipación ............................................ La evaluación crítica . Defectos principales en la exposición .
.
. . . . .
11 5 11 6 1 16 11 9 12 1 12 5
a) Empleo de palabras palabras emotivas.
b) Generalización indebida.
c) Demostración por ejemplos selecciona-
Sin frase principal. Causas de los párrafos-excepción. . 77 Copitulo VI. Curso del pensamiento ............................................ .. ....... 78 a) Expresión gráfica .......................................... 80 b) Palabras señales . Palabras-avance.
Palabras-pausa. Palabras-retroceso. e) Signos de puntuación ............................. ..... 8 6
Capítulo VIL Significación .......................................... . La unidad de pensamiento .
95
Estru ructura turas s del pensamien iento Capítulo VIII. Est
99
A) Clases de estructuras a) Los escritos subjetivos. b) Escritos objetivos. B) Clases de estructuras. a) Enfoques diversos. b) Las tres estructuras básicas. 1. Estructura de hechos.
2. Estructura problema-solución. 3. Estructura tesis-demostración.
96 10 0
. . .
102
dos. Desviación. El argumento del término medio. Argumentos ilógicos. Argumento especulativo. Cambio de significado de un término en el curso de la argumentación. i) Analogía Analogía imperfecta.
d) e) f) g) h)
i) Argumento de autoridad.
Capítulo X. Técnicas especiales para lograr una lectu tura de máxima rapidez de comprensión. . 14 1
La lectura lectura telegráfica . . . . 142 Qué es el "skm "skmming" .................................................. 14 5 La lectura de reconocimiento . . 1 49 Lectura de información general . . 1 53 Obstáculos y prejuicio ios . . . . 1 54 En qué consiste esencialmente . . 1 57
Capítulo XI. La asimilación Capítulo XII. La memor emoria ia . Intensidad de la impresión .
.
16 3 16 7
. 170
248
Í N D I C E
Asociación de ideas
172
. . . .
La repetición ............................................ 174
APLICACIÓN DE LAS TÉCNICAS DE LECTURA RÁPIDA A LOS CASOS PARTICU7 9 LARES ................................................................ . ..1
PARTET ETERCER A.
18 3 Capítulo XIII. Cómo leer un libro . 1 8 3 El título ................................................. El índice ................................................. 185 La introducción ....................................... 185 186 Los capítulos . .
.
.
.
.
18 7 Lectura de información . Lectura detallada ....................................... 188 Revisión final ............................................ 189 .
.
Escritos ritos esp especiale iales s. Capítulo XIV. Esc a) Lectura de estudio Escritos de carácter social.
19 1 19 2
. . .
Escritos científicos.
b) Lectura de obligación profesional Cartas de negocios.
.
199
Documentos legales. Informes técnicos.
c) Lectura de entretenimiento
20 5
21 1 . . Capítulo XV. Lec Lectura tura de grá gráficos Tablas Tablas ...................................................... 212 223
Ap Apéndices ices ....................................................................................
22 5 Apéndice L Importancia del vocabulario Apéndice II. II. Instrumen Instrumentos mecánicos para el en229 trenamiento en la lectura
.
.