Una de las civilizaciones mas impresionantes del mundo, rica en cultura y legado en distintos aspectosDescripción completa
resumen
Historia National Geographic.Descripción completa
Texto explicativoDescripción completa
Descripción completa
Texto de Javier Arries, autor de "Magia en el Antiguo Egipto. Maldiciones, amuletos y exorcismos". La presente obra explora Los Ecos de la Magia del Antiguo Egipto resuenan todavía en nuestros dias...Descripción completa
Descripción completa
Descripción: Cuentos de la cultura egipcia
EgiptoDescripción completa
Descripción: Descubridores de Egypto
Descripción completa
Actividades que los estudiantes del primer año deben desarrollar para realizar un mejor aprendizaje de la cultura del antiguo Egipto
Descripción completa
Full description
Descripción completa
Descripción completa
Descripción completa
Descripción completa
El campesino que cultivaba en las orillas del Nilo recibía la visita regular del recaudador de impuestos, quien necesitaba del escriba para que nada se le escapara y todos pagaran lo que deb…Full description
•
Así pues, desde el Medite1·1áneo oriental
hasta hasta
el golfo Pérsico, desde la Anatolia los confines meridionales de la
llanura arábiga, los pt1eblos semíticos que ocuparon estas regiones han aportado sus respuestas a
interrogantes esenciales.
Tales respuestas resultan con frecuencia mU)7 cercanas las unas a las otras, de igual modo que ta.mbién están cercanos esos paises del Próximo Oriente, en donde ,ri,ren los hombres que se hallan ligados, según la le)1enda, a la descendencia de Sem (hijo de Noé); forrnan parte de ellos los egipcios pertenecientes a los ,,alles bajos del Nilo. Estos, que son africanos (camitas) en su lejano origen, se vieron pronto
dominados
por
los
semit.as
llegados del norte )' del e.ste. De este modo se desarrolló. en el seno de •
una gran comunidad de pueblos de la 111isma raza, una cultura semítica cuyos testimonios más antiguos proceden de Egipto, a partir del quinto milenio antes de Cristo. Extracto del capitulcJ pr�imero
Otras publicaciones de la autora:
�\..fé111oires de Thoutmosis 111, Calmann-l_évy, París,
1997.
Les
illusrres
hommes
Flammarion. París,
du cemps des Pharaons,
1996.
Conres el récils de l'Égypre ancienne, Flammarion, París,
1995.
J.:art figuratif dans l'Égypre pharaonique, Champs
Fla1nmarion, París,
1996.
líisro ire de la civilisation pharaonique, Champs Flammarion,
Memorias
París, 1995.
de
Ramsés
el
Grande.
Mc>ndadori-Critica, Barcelona,
1994.
Grijalbo
t
'
CLAIRE LALOUETTE
,
.
,
..-a sa 1 ur1a se
11ca •
•
e
an 1 uo as a e
.
•
1 s a
o
Titulo del ori5!inal:
S.-\GESSE Sá·tlTIQUE .....
e De la trnducción: l\·tARIO LAl\·tBERTI
e 1998. Claire L1.louene. e 1998. Édi ú ons Albin l\1ichel. S. 1\. 22. rue Huyghens. París. Q :?000 . De esta edición. Eclitorial EDAF. S. A. Jorge Juan. 30. 2800 l Madrid, por acuerdo con Éd.iúons Albin 1\1.ichcl. S. A. P arís (Francia ) Dirección en lnta11ct: http://\\1'.\'\\'.arraki s.es/-edaf Correo electrónico: [email protected]
Edaf , �toral� S. A . Oriente. 180. n.º 279. Co l oni a l\1octezunla. 2da. Scc. •
f>arci a) de CSlC libro. Jli SlJ tratamierltO informá
tico. ni la transmisión de ninguna forma o por cualquier 111edio. ya sea clectrórlÍCl>. 111ecá nico. por fotocopia. pc>r rcgistr<> u otros n1étcxJos. sin el pen11isc> pre\'Ío )' por escrito de los titulares del Cop�·righl .
OcnLbre 2000
Depósito Legal: M-36.658-2000
ISBN: 84 414-0675- 8
PRl1'rrED IN SPAIN
IBÉRICA GRAJ-IC. S. L.
lMJ>RESO EN ESPAÑA -
Fu enJabrada (Madrid)
Fouad Rettali, hombre de fe, en recuerdo de nuestras conversaciones A
La hu111a11idad rebelde........................................................
.
59 61
La leye11da cgi pcia .........................................................
62
El dilu\1io ........................................................................ .. . . L os 1nsu1111sos ....................................................................
64 75
Serpientes rebeldes c11 lucha cont1·.e:1 el orden divino ....
75
.
Una serpiente tentadora en el jardín del Edén y la caída del hombre ..................................................................
.
78
Iblis, o la rebelión del ángel caído.................................
81
Satá11, rey de los demonios ............................................
83
9
•
U SABlDURfA S�tfTICA...
Págs.
111. L\
CONCEPCIÓN DE LA DIVINIDAD......................... .
85
Dios es único para cada uno de sus fieles ........................... Los elen1entos de la personalidad divina ............................ La omnipotencia ........................................................... . . . . La om.n1sc1enc1a ............................................................. . . La on1n.1presencia .......................................................... El esplendor cli\1ino ........................................................ La en1inencia espiritual ................................................ . I.as in1ágenes de Dios en el espíritu de los hon1bres ............. El paslor )' el guía .......................................................... El padre )' el refugio ...................................................... El dios-re)' y el guerrero ................................................ 1' ¿. eorno se con1un_ 1can entre s1 o·1os y 1os hombres . ............... El secreto de los dioses y de sus nombres ..................... I.as llan1adas de los hombres al ciclo ............................ I.as manifestaciones divinas .......................................... Los sueños o las imá2enes de un destino anunciado ..... Los enviados de la divinidad: los profetas ....................
El concepto de la "·ida......................................................... Los componentes de la vida .......................................... El destino....................................................................... Caracteres de la ''ida...................................................... l..a felicidad y la fi losc)fía del instante ........................... Felicidad )' cultura ......................................................... La mc)narq uía ...................................................................... I_..a elección del rey .............................. .................... ..... Papel del mc)narca ............... .......................................... Las cualidades reales..................................................... La fainiJia............................................................................ La esposa y las mujeres ................................................. Ll madre........................................................................ Los hijos, el primogénito............................................... I...s.cl aJJl.Í gos .... ........ .... .................................................... Grandes principios religiosos y morales de la sociedad
. Las peregnnac1ones ................................................... .
2. Debe1·es 1norale.s y 1·eglas .. sociales ................................ IJa búsqueda de la virtud .............................................. El dominio de sí............................................................
El desapego de los bienes ..............................................
225
Generosidad y caridad ..................................................
227
.
Búsqueda de la verdad y búsqueda de la justicia ............
228
Otras cualidades necesarias en la sociedad ...................
229
MlJERTE, RES URRECCIÓN Y PARAÍS O......................
233
�I c;oncer>to de la 111uerte.....................................................
? -3)
La muerte, ¿,destrucción o beneficio? ........................... .
?"" _,,5
El juici() .............................................................................. Resurrección y r>araíso ....................................................... VI.
206
........ .
La purificación (circuncisión-abluciones) . J::l a)'llOO
.
205
.
243
.
249
A TRAVÉS DE l OS CUENl�OS Y LAS l�EY ENDAS. ..
I .OS
MITOS y LOS GRAl'JDE.�. TEMAS S EMI·r1cos.......
26 l
El naufragio y el dcscubrin1icnto de la islét enc:antada ...... ......
263
La serpiente in1nortal y la r>lanta de la vida ........................
QCERIDO, en este libro, intentar definir, en torno a los
grandes temas espirituales y principios de vida, lo que constituye la conciencia general semítica; intentar establecer el amplio f:-011do común de aquellos pensamientos que son i nherente s e n todos esos p ueblos del a n t i g u o Próximo Oriente, descendientes de Sem, hijo de Noé. Sin dejar de distinguir el genio que le es particular a cada uno, he busca do las correspondencias, las resonancias espirituales que se hallan continuamente entre ellos, desde el antiguo Egipto, durante cuatro milenios de civilización esencialmente semí tica (por su lengua, su vocabulario, su sabiduría, incluso si se encuentran algunas palabras de origen africano), hasta el Islam. He establecido, por tanto, una confrontación precisa (co mc11tada) entre los textos, desde Egipto (a menudo demasia do aislado y relegado a u n llamado <> que carece de razón de ser) a partir del año
3200 a.
de C. Una confrontación
que se ve acompañada de escritos acadios y babilónicos, tex tos de U garit y Fenicia, y aquellos
que han sido reciente-
1nente descubiertos en Qumrán, cerca del mar Muerto. De modo similar tan1bién se establecen relaciones entre el pen samiento judío (el Antiguo Testamento, extractos del Tal1nud, cuentos y poesías hebreas) y las cree11cias del Islam (el Corán, estudios filosóficos, cuentos y poen1as).
13
LA SABlDUR{A
satfTtCA...
El curso de este lento camino espiritual revela, a lo largo •
de si.glos )' n1ilenios, la existencia de una comunidad de pensamientos )' de vida social, nacidas de una conciencia pro funda )' panicular de los antiguos semitas que pronto se dis persa por todo el mundo: se encuentran los mismos temas en
las distintas creencias (modalidades del nacimiento del mun do� rebelión de los hombres y Diluvio, concepción e <> de Dios en el espíritu humano, principios de la vida en sociedad, etcétera); los personajes pueden resultar parecidos o de identidad muy próxima, y los acontecimientos que se cuentan, muy cercanos . Eso es lo que explicaría, en una sim ple lectura� esta conexión de los textos que han llegado hasta nosotros. De este modo, se puede encontrar, cosa común a todos estos pueblos� una similar aprehensión del mundo, que se tra duce e n procedimientos de expresión semejantes: la misma abundancia de una imaginería mítica en la que las imágenes •
se co11esponden, una sensibilidad muy viva, un innato sentido poético y
un
humor y una religiosidad intensa. Un conjunto, a
menudo u ní\1oco, de concepciones y retlexiones; un amplio Ull\'erso sin fronteras entre los dif-erentes pueblos semitas.
y
14
•
1 Los primeros días del universo, o cómo Dios creó el mundo
El nacimiento del: mundo: el momento ióici81 .
.
.
.
.
.
os I·IOMBR�<;, e n todo tiempo y lugar, se han interrogado
- sie1npre sobre el origen del inundo y de su existencia, sobre el n1on1er1to inicial del surgimiento de un universo ordenado. E n n uest1·os días, los estudios científicos intentan, por 1nedio de procesos racionales, de intensos expe1·ime11tos y avcntu1·as espaciales, C()mprender el misterio de los primeros días (lel t 1nivc1· s o. E n la Antigüedad se apelaba a menudo a u n mito irnaginario, a una vasta leyenda que i11tentaba, por n1edio de sí1nbolos e imágenes, explicar los fenómenos a los que el espíritu humano no podía llegar.
. Así p ues, desde el Mediterráneo oriental hasta el golf o
Pér·sico, desde la A11atolia hasta los confines meridionales de la llanu.1·a étrábiga, los pueblos semíticos que ocupa1·on esas regio11es han aportado s us respuestas a esos interrogantes esenciales. Tales respuestas resultan con frecuencia nluy cer canas las unas a las otras, de igual rnodo que también están cerca11os esos países del P1·óximo. Oriente, e n donde viven los hon1b1·cs que se hallan ligados, según la leyenda, a la des cendencia de Se1n (hijo de Noé); fo1·111an parte de ellos los egipcios pertenecientes a los valles bajos del Nilo . Estos, que son at·ricanos (ca1n.itas) e n su orige111, se vieron n1uy pronto dominados por los se1nitas, llegados del No11e y del Este.
1 Se relaciona co11 la poblaciór1 camita que reagrupaba� segúr1 la le
)'cnda,
a
los dcsce11die11tes de Can1 (segundo hijo de Noé). Pero lales tictn-
17
U SABlDURf.o\ SEMfTICA ...
De
este n1odo se desarrolló, en el seno de una gran co
munidad de pueblos de la n1isn1a raza, una cultura semítica CU)'OS testimonios más antiguos proceden de Egipto, a partir
del quinto milenio a de C. Se trata de testin1onios que ta1n bién se encuentran en el país de Canaán, en Fenicia, Arabia, Me-sopotamia (en el país de Akad, así como en Asiria y Ba bilonia). Los textos que han llegado hasta nosotros, transmi tiéndonos esas pri.meras reflexiones sobre el n1undo, se vincu lan a u na misma familia (semítica) de lenguas; y utilizan con frecue ncia un \1ocabulario que comporta raíces idé11ticas )' una sintáxis parecida en sus líneas generales. Sola1ne11te se puede hallar una diferencia en la forma de escribir las pala bras2. El pensamiento semita se encuentra caracterizado, en toda época, por una elevada espiritualidad; cuentos y mitos se mezclan., constitu)1endo un gran patrimonio legend¿1rio común; sacerdotes! filósofos, poetas y cc>mentaristas de tex tos sagrados desarrollan un tipo de pensa111ie11to que resulta cercano con bastante frecuencia. Se puede hablar de una conciencia sen1ítica, CU)1as mani festaciones religiosas, intelectuales y sociales perduran des de el
'ji'. f .
4500
a. de C. hasta nuestros días; testimonia11do, entre
otras cosas, las respuestas sobre el misterio del nacimicnt<> del mundo que describen los textos sagrados )' lc>s lib1·os re,,elados.
pos d e la historia de Egipto se rern<>ntan a decer1as de miles de años a. de C., )' están fuera de nuestro estudie> científico. Solan1cnte pcrcfura11 al gunos testimonios de esa época extrem<1damente lejana: cspccial111cnte
se
encuentran� en la lengua egipcia� algunas palabras de origc11 af.ricar10. 2
Esta� lengua� son principalmente: el cgipci<>, la rama más antigua
(escrita en los llamados caracteres jerc>glíficos), el acadi<>, el asirio, el feni cio (escritos en caracteres cuneifor1nes}, la lengua de lc>s textos cnco1111·a dos en la ciudad de Ugarit
(a1 nonc de Fenicia, la actual Ras Sharnra)� em
parentada con el fenicic> y con el lcngt1aje de Canaán, que será étdoptad<> por los israelíes (escritas en caracteres cuneiformes, perc> diferentes de las anterio1111ente citadas), el hebreo y el árabe.
18
EL NACIMIENTO DEL MUNDO: EL MOMENTO INICIAL
En el principio existía el agua, un gr�n océano oscuro (la luz todavía no había aparecido), un vasto caos líquido intem poral e inforine (ya que los conceptos de tiempo y espacio aún no se podían concebir). Pero en esa noche profunda de los primeros tiempos existía un principio de vida. En tal in mensa extensión de agua vivía un dios, que había creado por sí mismo su propia existencia, todavía secreta y solitaria. Un día, el primer día del mundo, en un poderoso y voluntario acto de surgimiento, abandona ese Océano primordial, derra mando su luz, y entonces comienza su obra de creación.
En Egipto, el agua del tiempo increado recibía el nom bre de Nun o Noun. El dios que la habitaba era A.tum o Ra, antigua divinidad solar de la ciudad de Heliópolis, en el este del del ta del Nilo. < había sido fu11dada, el trono sobre el que debía sen tarme todavía no había sido construido; yo todavía no había creado el cielc) sobre mí. Flotaba, completamente inerte.>> E11 una orgullosa i1nagen 1nítica, el solitario creador se confunde con el Océano primigenio en un ú11ico ser divino y suscita su propia vida, que en adelante se verá animada: <
mi
cuerpo gracias a mis poderes mágicos. Yo me he creado a mí mismo; yo 1ne he constituido cuando así lo quise>>. De igual 1nodo que la extensió11 de agua inorgánica con tie11e una vida di vi na, el oscuro caos líquido ya prefigura, er1 su dimensión, al universo; el 111u11:do, en su preludio, espera ba al demiurgo: << ... el Nun que lleva Atun1 cuya extensión es la del cielo, y cuy<1 a11chura es la de la. tierra>>.
·
.
Creando una primerél y radiante alba, surgió de in1provi so Atum del magma líquido, por su propia voluntad: <
19
L.\ SABlDURfA satfnCA...
SO)' el Eterno� yo soy Atun1-Ra SO)' el señor de la luz>> 3.
que ha surgido del Nun. Yo
A partir de entonces, cada alba será considerada por los teólogos con10 la repetición de ese primer surgimiento divi no, el inicial mon1ento luminoso.
l\1ás lejos, hacia el este, en Babilonia, encontramos con ceptos mu)' parecidos. El gran poema de la creació11 (inscri to en caracteres cuneiformes sobre siete tablillas de arcilla 4 presenta análogos aconteci1nientos in1aginarios; el poema canta el tiempo en el que <>. E n el origen, las aguas; aguas dulces amargas
(Tia111ar,
(Ap.�ou),
aguas
el mar) se confundían en una vasta exten
sión líquida que lle\1aba en sí gérmenes divinos de \1ida. <>, que nacieron por parejas, mientras iba apa reciendo la primera luz del mundo. ¿.Por qué, tanto en Egipto como en Babilonia, es el agt1a el origen del mundo? Quizá eso se deba a una observació11 de ,
.
y
la naturaleza. Las observaciones concretas de hechos ambie11tales han inspirado efectivamente pe11samientos míticos, y es tos no hacen más que trascender, en un universo imaginario, los elementos naturales, cotidianos o estacionales. J,.,a crecida ,
del Nilo, como la del Eufrates, aportaba anualmente a esos países un agua f·ecundante que fertilizaba el suelo� dando vida a las plantas )' a la vegetación; un agua benéfica que cubría la
3
Los textos citados proceden de dos de los grandes rituales funera
Textos de los Sarcófago.r, 80 BIC, 741 B3L, 78 BIC:; papiros del libro de los mueno.s, capítulo 153 B. rios egipcios: �
I...as tablillas que han llegado hasta nosotrc>s datan del siglo
x
a11tes
de nuestra era; per<> el contenido del pc>ema está inspirad<) en las creencias de los semjtas que residían en Babilc>nia antes del año 2000 a. de C., su mergidos mác; tarde en la<; invasiones de pueblos kasitas de origen indo europeo. Pero muchos elementos del pensamiento semítico siguen vivios.
20
EL NACIMIENTO DEL MUNDO: EL MOMENTO INICIAL
tierra en cada estación, de julio a octubre. Este <> fa miliar hizo nacer, sin duda, en el espíritu de los hombres una asociación entre el tema del agua y el de la propia vida, ocul ta hasta ese momento, que resurgía en la primavera. Esta idea de un gran océano divino y originario, que en principio puede ser egipcia, la encontramos idéntica en otras civilizaciones del Próxi1no Oriente, en los hebreos y en los musulmanes. El texto bíblico del Génesis comienza así: <> 5 .
Moisés el Hebreo, el <> , se expresaba de este modo en una plegaria dirigida al dios de los primeros tiempos: <> 6. Un eco del 1nismo pensamiento se encuentra en el Corán, sura XXI: <> 7. El tema del dios solitario que se ha creado a sí mismo 1·eaparcce notablemente en los escritos del filósofo árabe El Kalyubi: <> 8. Queda por definir mediante qué procedin1iento el dios luminosc), st1rgido del agua, va a crear ahora el universo y sus diferentes componentes.
5 6 7 8
Génesis, 1, 1-2. Salinos, XC, 1-2.
Corán, XXI, 30.
El Kalyubi, Le fa11rasriqi1e et le qúotidie11, p. 165.
21
Los med·ios de la creaci.óri· •
1,. Dl!MIURGO, __.
•
que todavía se encontraba sin familiares ni
compañeros, empleó medios diversos. El más frecuente,
en las diferentes religiones semíticas, fue el Verbo, el don de la palabra, que hizo surgir los mundos; pues las palabras pro nu11ciadas tenían el poder de activar un elemento concebido por un pensamiento inteligente y reflexivo. Con estos medios espirituales se mezclaban a veces procedimientos físicos: creación rnediante la eyaculación del esperma divino tras la masturbació11, o también (más humildemente) la utilización del molde y la arcilla para modelar a los pequeños hombres.
El VerbrJ creado1· La importancia que se le concede al Verbo es grande en tre los semitas; para ellos, la palabra tiene un poder casi <>; el pronunciarla permite n1aterializar instantánea mente la realidad que expresa. Es bien conocida esta frase del principio del Génesis bíblico: <>. El sexto sura del Corán expresa la misma idea: <> 1•
1
Corán, XVI� 40.
23
LA SABlDURfA satfTICA...
Esta filosofía del Verbo juega un papel impo1·tante en la e laboración de la teología )' de las creencias egipcias. La pa labra tiene u.n lugar principal e11 las ideas que conciernen a la creación del uni,,erso. En la ciudad de M·enfis, situada en
el extren10 del Delta (cerca de El Cairo actt1al) se ''eneraba al dios Ptah. En tomo a su perso11a se co11cibió, desde la n1ás
remota A ntigüedad2 un siste1na teológico i111po1·ta nte; se consideraba a cada dios, en st1 propi
festó la supremacía del corazón y de la le11gua sob1·e todos los seres! según la enseña11za que quie1·e que see:1 el co1·,1zón el elemento dominante de cada cucrpc)! y la lengua el ele m e n t o do n1inante de cada boca; corazó11 y le11gue:1 per tenecen a todos los dioses� a todos los hombres,
él
todo el
2anado.. a todo cuanto se arrastra. a todo cuanto vi ve .. .
"
"-"
concibiendo uno y ordena11do el otro todas las cosas que
Ptah desea.... Ptah ha creado la vista, gracias a los ojos, la
°\, '
audición mediante los oídos, la respiración por rnedio de la nariz� estos llevan rápidan1ente las sensaciclnes recibidas hasta el corazón; )' es entonces el corazón el qt1e pe1·1nite •
que todo conocimiento se 111anificste� y es la lcngu<1 la c1uc repite lo que ha concebido el cc>1·azó11. J>ues toda palab1·¿1 di vina ,,·iene a la existencia según lo que el cor<1zó11 llél pc11 s
Se ha encontrad<> una gran estela de granito, en la cual e l rC)' Saha k� hacia el 71 O a. de C., había hecho esculpir un texto que como dice el propio documente) era la copia de un manuscrito n1uy ar1tiguo conserva do en los archi \'OS del templo de Menfis. El contenido mid<> pc>r los gusanos, pudo ser salvado. I a lengua en1 plea � al igual que la misrna f or111a del texto, denuncian claramente su gran antiguedad: cf. C. Laloucttc, Texros., II, pp. 24-30. , 2
....
3
Los demiurgos de cada ciudad de HcJiópo1is y de Menfis va11 fundirse en una divinidad única y creadora.
24
(l
con
LOS MEDIOS' DE LA CREACIÓN
del ser, gracias a esta Palabra
.
. .
La orden concebida· por el
corazón y exteriorizada por la lengua no cesa de dar forma a l a significación de toda cosa.>> El Verbo divino se encuentra en la base de toda <>. En el desierto del Sinaí, cuando se encontraba en ca mino hacia la Tien·a Prometida, el pueblo hebreo sufría. <> 4• l os p1·ot·eté1S hebreos! ho1nbres de Dios, parecían dispo...
11er de los mismos pode1·es vinculados a la palabra emitida. Así lo podem<)S ve1· e11 Isaías, que procla1na: <> 5. Lét lengua del profeta ta1nbién es portadora del futuro. f:ste p<)de1· extré1ordinario de las palabras y de stt origen d i v i n o s e e11 cuen t1·a dcsc1·ito en un CL1cnto árc1be mu)1 antigtto (': <
-s
5
Dcutcro110111io� VIII. 2-3.
lsaí
<1 U 110 de los ct1c11tos de
ú1 .;; •
111il
_)�
1111a 11ocl1e.\·; esta i111portante ob1a
de la lite1·a1u1·a e:írabe de los siglos IX)' x se i11spira. a ''eces, en t111 prototipo pe1·sa. •
25
fTtCA...
lA SABIDURÍA SEM
vulgares, pero que no afectan a los sabios, los cuales no ignoran el poder de las palabras. Ellos saben que las pala bres
bras rigieron siempre el mundo, y que las palabras proferi das pudieron abatir reyes y arruinar sus imperios>> 7•
Este poder eficiente de la palabra se materializa en cier tas costumbres. Los semitas siempre sintieron una gran pre dilección por los nombres con significado, resultantes a ve ces de una simple conexión fonética entre dos palabras homófonas, o que evocaban un acontecimiento i1nportante que per1nanecerá en la memoria; o un hecho religioso im•
portante que con\11ene perpetuar. Cuando Atum dice: <> , o <>! eso no significa en absolt1to que el demiurgo h<1ya creado el mundo llorando; se trata de u11 sin1plc <> \ierbal entre las raíces formadas por consona11tes idénticas:
nnr
!
<>, y 1·111)1t, <>, cuya conexión
crea una impresión agradable al oído cuando se pr<)nuncian las palabras! pero que 110 corresponde a ninguna significa ción real. ni incluso imaginaria. .
......
El Antiguo Testamento ofrece nu111erosos ejemplos de la importancia concedida al significado de los nombres enun ciados. Cuando Abraham, a los noventa y 11ucve años, est<:t blece de nuevo una alianza con el Señor, este le dice: <mbrc será Abral1arn, pues yo te hago pa dre de u11a 1nul1itud de 11acio11e.� 8>>; en hebreo ah l1an1on, de donde procede Abraham. Cuando Jacob, tras siete años de
M. U.N., ll, p. 607. 8 Génesis, XVfl, 3- 7. 7
26
LOS MEDIOS DE LA CREAq<)�
servicio e n casa de Labán, la deja, en compañía de sus espo sas Lea y Raquel, para ir al encuentro de su hermano Esaú, una tarde se le aparece un hombre que <> . Dios (que había tomado la simple for111a de un ser humano), <
b a con él. El (Dios) dijo: ''Déjame partir, pues ha llegado el "
alba''. El (Jacob) respondió: ''No te dejaré ir hasta que me hayas bendecido''. Dios le dijo entonces: ¿''Cuál es tu nom bre e?''. Jacob. Y Dios le dijo: ''Jacob ya nunca más será tu nombre, sino Israel'' (literalmente en hebreo: ''el luchador poderoso''); pues has luchado contra las potencias celestes y humanas y has permanecido f4erte>> 9. Entre los árabes se encuentran las mismas búsquedas verbales: l \·larn, muy signiRcativamente, significa <
a J)iOS>> . Pero sin duda es entre los egipcios en donde se hacen más frecuentes estas búsquedas. Los nombres propios, per tc11ecien tes a un rey o a un particular, son significativos prácticamente siempre: Sesostris, por ejemplo, significa <> (divinidad tebana); Amenofis (forma griega del no1nbre egipcio Amenhotep), <>; Ramsés: <> . A menudo hay no1nbres teóforos como: Ptahhotep (<> ), Ny-a11k.h-Sekh-met ( <> ), Ouserra ( <> ), Ranet·er (Ra es . perf ectc) ), Sehctepibra ( <> ), que so11, cada vez que se las pronuncia, otras tantas llan1<:1das al reconocin1iento di vino. A veces, esos 11on1bres evocan, como sucede entre los hebreos, un i11ome11to inolvi dable de la \1ida de un ser: un n1ago de tiempos muy remotos se llamaba Djadjaemankh, palabra que significa: <<¡Su cabe za está viva! >> , que ciertamente constituye el grito de libera-
9
/JJídem� XXXIII, 26-30.
27
LA S.�IDUIÚ .\ S&\ÚTIC.'\... •
ción de una mujer sabia al concluir un parto particularmente dificil. Son numerosos los eje111plos de esta tradición tan annoua . e •
Si la palabra tiene un poder creador, también puede, se gún su particular eficiencia, convertirse e11 peligrosa, y lle
gar a constituir una arma de guerra contra los enemigos di \iinos o humanos; la palabra se e11cuentra también al servicio del orden feliz )' justo del mundo, del Bien contra el Mal. Ra., el den1iurgo ''enerado especial1nente en la ciudad de Heliópolis� tenía un poderoso enemigo, una serpiente que .....
los egipcios llan1aban Aapep (nombre que los g1·iegos transcribieron como Apofis). Si Ra era el dios benéfico de lé1 c1·c ación, Áapep constituía la personificación del Mal ·Je>, que in tentaba destruir cuanto Ra había co11cebido y realizado. E11 los tres n1omentos esenciales del cu1·so del astro: el alba, el "
cenit )i el crepúsculo, Aapep intentaba por todos los 1nedios impedir el dcsan·ollo del ciclo natura], p1·odt1ciendo una ava lancha del agua en el río sobre el que navegaba Ra hacia el cielo. En esos tres mon1entos, especial1nente en el del cenit, intervenían los sacerdotes; porque cfectiva111ente el te1nplo, en tiempos del antiguo Egipto, no era un lugar de recogi miento )' plegaria, como sucede en nuest1·as iglesias, n1ez quitas o sinagogas; era una especie de conser\1ato1·io activo de la creación� en el que el clero estaba e11c(1rgado de cle fender el orden divino del u11i verso. Un papiro
11
r1C)S hét le
gado las letanías muy largas que sal1nodiaban los sace1·dotes en la penumbra del lugar santo, ¡)ara destruir, gracias a la ca dena de palabras� aJ ser del desorden: <
11
28
Papiro Brcmmer-Rhind (Britist1 Muscum, n.º 1 O 188).
232.
LOS MEDios ·oE LA CREACIÓN
los componentes de ·tu rostro.:: Ya estás caído, ya estás abati do>> (las palabras así lo lograban). El texto se prolonga mucho más todavía, en un gran de lirio mágico de palabras destructoras; una larga letanía mor tal para el Mal, que se dirigía a todos los que generaban des gracia: << V uestras cabezas serán arrancadas, vuestros cuellos cortados, vuestras vértebras tronzadas, se os asignará la en f ermcdad y se os masacrará. Ra, radiante, se levantará con,
tra vosot1·os y su 1·uerza os destruirá. El os devorará, él os castigará en su nombre sagrado de <>. Cae réis a caus<:1 del fuego que es suyo; pues así será de insopor table la lla1na que saldrá de ese fuego; ella os destruirá, vo sotros seréis destruidos, vosotros seréis destruidos>>
12•
El Yerbcl que ha c1·eado el inundo lo mantc11drá c11 su justo equilibrio; es el defensor del nuevo universo. En el mis1no 01·den de pensamie11to, son t
1850 a.
de C.): <
gua de su Ma_jestad reprime a los Nubios, sus palabras po nc11 en t'uga a los Asiáticos>> , o con Rarnsés J.I (hacia el
1 29()
,
a. de C.): <> . El re)' Keti
(2150
(t. de C.) )'ª les enseñaba a sus hijos:
<>
13•
Otra co11secuencia, en el antigt10 Egipto, de este poder creé:1tivo de 1'1 palétbra: pront111ciar el non1b1·e de u11 ser, es de alguna manercl <> nttevarncnte, asegurarle lét supe1·vi venci¡1; bo1·r,1r o dest1·t1i1· st1 11on1bre
12
1c x 10 í11tegro;
·
el�. C. IJ<1luette, 7e.\·ro.�. .
es
enviarlo a t111a 111uerte
11. pp. 60-69.
13 r'\lusión a l
29
L\ SABIDURfA satfTICA...
definitiva, a fin de que <>.
De
esta forma destruyeron los faraones las escul
turas en las que las pinturas llevaban el nombre de un ser al que se consideraba enemigo. Tutmosis 111 (1480 a. de
hizo
C.)
destruir los n1onumentos erigidos por su suegra, la rei
na Hatshepsut, y borrar a golpe de cincel toda señal de su nombre: de hecho, ella había usurpado durante quince años el poder que le correspondía al joven príncipe. �sta e\1entual fuerza ofensiva de las palabras estaba con sagrada igualmente por una práctica hebrea nluy antigua. La fiesta de Purim se celebra cada año para recordar el ayuno de la reina Esther, joven judía cuya belleza había seducido al re)' persa Asuero, que la había desposado. Así pues, en el Purim, durante la reunión de la congregación judía en la si
nagoga, se leía en voz alta el texto que señalaba el origen de Mardoqueo (padre adoptivo de Esther) y su triunt·o sobre su enemigo Haman. A este último personaje se le detestaba tanto más cuanto que se le consideraba descendiente de Agag, rey de los amalecitas, enemigos ancestrales de los is raelitas, desde el momento en que les habían atacado en el curso de una emboscada cuando aquellos saJían de Egipto. Sin m odificar el texto santo, era necesario que se evitara a toda costa pronunciar el nombre de Ha111an. Para ello se bo rraba ese nombre produciendo, cada vez que había de ser pronunciado! un gran ruido, que impedía oírlo. Se podía t1ti lizar u n tipo de carraca! que estaba reservada especialmente para el Purim. Los judíos de la Europa del Este escribían la palabra
Ha1nan sobre las sucias de sus zapatos, )' golpeaban
los pies contra el suelo al nombrar a su enemigo. En nues tros días, los niños llevan pistolas de fulminantes, desperta dores o trompetillas para tal fin 14• Parece que no existe una costumbre similar en las creen cias musulmanas; el enemigo queda abandonado a la justicia
14 C. Estin� Cuenro.f y fie.�tas judía.s, p. 1 68.
30
LOS MEDIOS DE LA CREACIÓN de Alá, bajo l a reserva, naturalmente, de la aplicación de las leyes sociales.
�
E l gran gesto creador del Verbo, de la palabra pronun ciada, s e en cuen tra presente muy frecuentemente en l a conciencia semítica. Entre los pueblos semitas, el Verbo es el maestro de obra y el poseedor de numerosos poderes. De este modo nació e l universo y sus constituyentes esenciales.
La, procreación física El Creador solitario, surgido de lo infor111e por el poder de su voluntad, carecía de toda compañía; puso en el mundo dio ses y .hombres mediante el esfuerzo de su propio cuerpo, me diante un goce personal, que careció totalmente de testigos. D e ese modo se expresa Atum, en un texto rit�al que data del 1 v siglo a. de C., pero cuyo pensamiento y expre sión se remontan a creencias muy antiguas: << Xo me uní a mi propio cuerpo, de 1nodo que el los surgieron de mí tras haber producido vibración con mi puño cerrado, pues mi deseo provenía de mi mano y la semilla caía de
mi
bqca; así fue
como yo escupí a Shu y expectoré a Tefnut. Así también vine yo a la existencia, dios solitario; y ahora me pertenecen tres dioses 1 5 , puesto que las dos divinidades gemelas surgie ro11 a la existencia sobre esta tierra>> . la 1nisma idea en los Dos mil años antes, encontramos . textos esculpidos en las pirámides reales, lo que prueba la '
perennidad de la creencia: <
masturbación e11 Heliópolis. El pusq sµ falo en su mano y,
15
Se cuenta
<1
sí 111ismo con10 t111a pane de este primer colegio divi
no. Sobre Shu y ·ref11ut, cf. 111ás adelante, pp. 45 )' ss.
31
L°' S."-BIDUR(A SB1fTICA...
de este modo� creó el placer. Entonces nacieron dos geme los: Shu al n1isn10 tien1po que Tefnut>> 16• E l Corán e\1oca� en diferentes pasajes, la c1·eación del h o n1bre n1edi ante el esper1na de orige11 divir10: <>
1 7•
E11 otros pasajes
del Libro santo, el procedin1iento e111pleado por el demiu1·go quizá se presente de forma más detallada� sigt1iendo sus di ferentes <>: <> 18 . Esta es� a grandes trazos, la prefiguración de una gesta ción que habrá de convertirse en la de los hu111anos. Este texto� bastante posterior· a las fuentes egipcie:1s, <•so cia de hecho dos tradicio11es mu)' antigL1as: la crcació11 por el espe11na )1 la que resulta de una elaboración de la <1rcilla, que j uega tan1bién u n papel único y capital en las cr·ecncias egipcias e israel itas. Los pensamientos se mezcla11 )' se reen cuentran en el corazó11 de un Oriente fcr\1oroso.
En e l Alto Egipto� en Elefantina, se \'C11eraba <11 dic)s K n u 1n como el al f.arero divino; esta atribución quizá p1·occ
da del hecho de que� en aquel lugar, existía una coloniél 111uy acti\:a de a l fareros.
16
dad de
1e;r:to.5 de las· pirá111ide.5.
la� primeras parejas divi nas, más adelante, pp. 45 )' ss.
1 7 Corán� XVI., 4.
18
32
1 248. Vc>l \·ercmos a hablar de l a .... gernc li..
Ibídem, XXIII. 1 3- 1 4-.
LOS MEDIOS DE LA CREACIÓN
En su templo de Esna 1 9 (ciudad situada al . norte de Ele fantina) se encuentra un texto esculpido en el que se revela su obra creadora; evoca los gestos del alfarero-demiurgo, vencedor de lo inerte, que poco a poco va a modelar, median te el trabajo de sus manos, a los dioses y los seres animados: <
a las hen1bras. El los modeló en su taller mediante la acción de sus brazos. Modeló la piel sobre los miembros; fabricó la cabeZé\ y dio forma al rostro a fin de proporcionar su perso,
nalidad a las t�iguras. El hizo parpadea1- los ojos y abrir los ,
oídos. E l mezcló ínti1né1n1ente el cuerpo y el ai1·e. 1-Iizo la bocél pa1·é\ comer, y fo1·1nó los dientes para masticar. l iberó ..
la lc11gua JJara qt1e ella pudiese expresarse ... Hizo la espina dorsé1l con1<> una tablél... Hizo las manos con sus dedos para que pudiesen llevar a C<:\bo st1s obras, el cor·azón pa1·a condu cir el ser, los testíct1los para sostener el falo y ejecutar el acto viril ... la matr·iz P'tra recibir el se1nen y así multiplica.r las gcncracio11cs en Egipto. Hizo las tibias para la n1archa y las piernas p
>
2c>
.
Al rep1·oducir los humildes gestos
de lc>s hábiles alfa1·c1-os de Egipto, Knu111 creó esta obra ma gistréll: la <1ni111ació11 del
ti ni verso.
Esta antigua creencia� lo
cal e11 el 01·igen, se extendió y pcrdu1·ó.
19
U11 tc1nplo dcdicacJo
1<1 X V I 1 1 dinastí<1 (l1¡1cia el I 480 a. de C . ) r.:ue reconstruido total111e11te bajo el reinado cJe Tolo111eo VI. Los e111pcradores rc>t11anos Claudio )' Vcspasia no cstableci e1·011 tina magn íficét sala hipóstila de ''ci11ticuatro colu111nas. Los text<>s csct1Ipidos sobre los 111uros )' sobre las colun1nas cot1licncn el g rctn geslo cre<1dor del dios Knt1n1. l.Jas ideas ex presadas so11 r11U)' a11tiguas. y se per¡:>etúa11 desde el tie111po de l<\S pi 11\111ides reales (l1acia el 2500 a. de C.) )' si 11 duda desde tina épc>ca tod
Texto íntegro. et". Sauncron. E's11a, ton10 V.
33
LA SABIDUJÚA SEM
ÍTtCA...
Se la encuentra, análoga, en los escritos bíblicos. En un rapto de fen1or, el profeta Isaías exclama: <
nuestro padre; nosotros somos la a1·cilla y tú el alfarero que nos fom1a; todos nosotros somos la obra de tu mano>> 2 1 • Eco lejando de ''iejas imágenes de n1uchos mi l e 11 io s que se perpetúan en el espíritu de los ho1nbres y e11 la concien c ia senuuca. ,
.
En los papiros religiosos judíos , descubiertos en Qt1 1n rán� cerca del Mar Muerto, redactados por los esenios, se
pueden leer todavía un himno de alabanza al poder de Dios en el que se describe el nacimiento del hombre : <<¿Y qué otra cosa es el hombre sino tierra y arcilla de alfarero, que \10l\1erá a ser pol\10? . . . No es otra cosa que pol\10 y ce11i za>> 22• El tono es más pe simj s ta pero la imagen perdura. ,
El antiguo Egipto es una i nmensa fuente de pc nsa 1nie 11
-
tos que fueron transmitidos poi· todo el Oriente por los 1ncr
caderes� las cara\1anas, los soldados, los rnarinos, los viaje ros, en un contexto geográfico que acercaba los países. Cada '
pueblo semita adaptó con fºrecuencia esos conceptos llegados de lejos, a sus propias ideas y a sus costu1nbres. Egipto, la más antigua civilización del mundo conocido, ft1e una f"t1ente
de constante i nspiración para los hombres del antiguo 01·ien te. De ese modo se elaboró, a lo largo de siglos y rnilenios, una vasta síntesis ideológica. base de nuestras cree11cias. -
.
Pero experin1entar una influencia, adoptar un pens
21
lsaíac;. LXVV. 7-8. .
22
34
.
Dupont-Sommer, E.'ie1zio.'i, pp. 247-248.
•
Los tiempos del nacimiento del universo •
•
&
K
QCÉ
Ol�DE�
fueron creados los elementos del universo? Cada pueblo aporta su respuesta. Fue g1·ac ias a st1 corazón-espíritu y a su lengua como
Ptah de M enfi s creó el mu11do 1 • J_,os dioses son los primeros e n 11acer <> ; son los d ioses cuya personalidad se confunde más o 1nenos con la del dem i u 1·go, que les <> a todos. Enseguida Ptah d ie> a las c1·iatur<1s tanto a los hombres como a los a n i 111alcs e1 corazón y la lengua necesarios a todo se1· vi vien te 1·<:1zonable. N o ha)' distinción de esencia enu·e los dos rei nos. Segu idame11te Ptah creó <> 2 . La ordenación de las le)'CS mor·a les j ueg(1, pt1cs, t1n papel i mpo1·tante en el pe11san1iento 111en fita y detecta t1n pri 111e1· lt1ga1· en el 01·den del mu11do. En u n ct1arto tie.11 1po ap(11·ece11 los <>, cor1ct1r1·ien do
Ver an1eriorn1cnre, pp. 23 ) ss. '
2
Sobre estos textos� cf. nota l O.
35
U
S.�BIDLTRf .\ SEl\i(TICA... •
n1anos )' la n1archa de las piernas, los nlovin1ientos de cada mien1bro>). La i n1portancia del lugar co1Tespondiente al arte sano )' a los trabajos n1anuales procede de u11 pensa1niento típ icamente egipcio: el escultor y el pi11tor c1·ean, bajo las for111as de estatuas, de relie\res o de pinturas, envolturas (en e l que el rostro es una reproducción del se1· rep1·ese11tado) sus c epti b l e s de animarse o de pronunciar palab1·as q t1 e las harán re,,i vir )' que les asegu1·ará11 tina existenci¡1 perenne. Cada e n,,oltura constitU)'e� en el pe11samiento del ho1nb1·e egipcio. un receptáculo potencial de vida. Se desig11a a l arte sano con e l tém1ino sea11k/1 :
<<
aque l que hace revi,1i1·>>. Es ese
un medio de hacer inmortal la nueva creación. estableciendo ,
fo1·mas durables que vendrán a anima1· los elerncntos i11ma teri a l e s d e l sc1·. La posibi l id ad de acción y de movi miento se encuentran e n una estrecha dep endenci a e spi ri t u al : tino de l o s conjuros realizados frecuente1nente pa1·a la super\1iven
cia en e l otro m u ndo: << ¡ Que n1 i s piernas puedan C<)nti11t1ar andando ! >> muestra la importancia concedida a la p <) S i bi l id ad durable de i n dependencia fís ica . •
Después de l as d i v i n idades! Pt a l 1 creó las me_j <)1· cs pos i bil idades de vida y de super\1ivencia pa1·a los seres anim< 1 d o s . )' l a s le);es morales que deben regir su exi stenciét, u na e l e , ad a c o n c e p ci ó n espiritual de la o r·gan i z ac i ó n del L1 ni\1e1· i
so re cient emente in stau rado .
F i n a l mente� para lograr su objeti\10, el demiurgo o rg an i
za re l i 2 i o sa '--
v
.,,
a d m i n i strati\1amcntc. con su1110 cu idado. el
,,
.
..
,
m u nd o : << E l h a hecho l as ciu dades. El h a fund<1do los r1o rn ,,
-
bres -"' . E l h a c o l ocado l o s d i oses er1 s u s sa11tua1-i o s . E l hcl ....
,,
c o n s tru ido s u s capi l l a s . Ha fabricado sus cue rp<)S según el deseo de sus corazones. Y los dioses pt1 di eron p en e t1· a 1· e11
sus cuerp<)S hechos de maderas de todas las esencias, de pie dra d e todas l a s c l ases� de arci J l a o de toda ot1·a cosa, e11 l
c u ales se m a n i f.estaron >>.
3
36
Circunscripción administrati va.
LOS TIEMPOS DEL NACIMIENTO DELº UNIVERSO
N o se sabe cuánto tiempo duró esta obra creadora, obra de orden y de medida, de j u sticia y de moralidad. Ptah se m uestra u n creador esencial que, de todas las formas posi bles, no solamente concede la existencia a los dioses y a los seres a n i m ados, sino que confiere a su obra el equil ibrio y la duración, dando u n papel i mportante al espíritu. La teología 111ent-ita, q ue se di stingue por su concepción de otros textos de l a génesis del m undo, constituye la incomparable obra in telectt1al de u n colegio de sacerdotes del templo de Menfis. S e mantiene, e n su real ización y en su tiempo, típicamente egipcia y sin influencias exteriores, según parece.
No lejos de Ment'is, al este del delta del N ilo, los sacer dotes d e l santuario de H e liópo l i s , consagrado a Atum o Atu1n-Ra, dieron de la aparición del universo una explica ció11 d i ferente, qt1c tiene sus lazos co11 otras cosmogonías, e special mente con la babi ló11ica. ¿ I n fluencias? 'Ial vez� o pensamientos pa1·ccidos 11acidos indepe11diente1nente en di versos 111edios semíticos. El relato de la teología heliopoli tana, 1nuy antiguo, y<:1 figu 1·<1 e11 los textos de las pirám ides i·cales (hacia e l 2500 a. de C.) )1 perdu rará en los rituales fu nerarios posterio1·es. S i bien las ci udades de Menfis y Helió poJ is se encuentran p1·óxi1nas (distan cnt1·e sí tinas cuantas decenas de ki lómetros sola1ne11te), cada colegio sace1·dotal en s u te111plo i maginaba para su dios un sistema teológico en
e l que se i·cndía l10111cna_je p a1·a Att1 m .
su natt1raleza propia, lun1i nosé1
y,1 lo l1e1nos ''isto 4 , Aturn, su1·giendo de las aguas pri n1ordiales, aportétrá con st1 presencia lél luz que per111ite la visión de ese pri n1e1· caos; segt1idan1e11te, por medio de t1n placer sol it¿11·io, h�ice nacer de su ctierpo dos gemelos divi nos: Shu y '"fef11ut. Esta pri n1era pareja presenta dos <
4
Ver a11teri o1·111e11te, pp. 17 )
'
ss.
37
L� SABIDURfA S�tfTICA...
siones». Una posee un valor concreto: Shu (ser masculino) representa el aire y los soplos aéreos, Tefnut (ser t·emenino), l a humedad necesaria para l a vida. Pero también aparece con ellos, en ese universo en gestación, la noción del tien1J>O� que en adelante aportará al 111undo un límite en la dura . ción: <
mento macho, mientras que el cielo (pt, 11ombrc femc11 in una \raca, seres fecundos y nutricios. '
•
Geb )' Nut, que for111aban en su nacimiento una pareja u nida, ''ªn a ser separados por Shu, que se introduci1·á entre e l los a fin de aportar el aire a los pri meros elernentos del u.n i,rerso. De este modo quedarán separados el ciel(> y la tie rra que serán diferentes. La imagen mítica mt1estra a Shu sosteniendo con sus n1anos el vientre y el busto estrell c1do de Nut, en l a posición que tendrá Atlas l levando al inundo; mientras que Geb, tu mbado sobre el 11uevo suelo, intenta c11 \:ano acercarse a su esposa-her1nana. Si la tierra tiene di ver· de Geb: sas ondulaciones . estas son debidas a los <<2estOS>> '""' se le,1anta sobre el codo, dobla una ro(liJJa y se muestra en esta atormentada posición que crea las colinas y las monta ñas, )' que los egipcios llamaban <> . Los límites del uni verso, tiempo y espacio, al ser· cr·ea dos así, constituyen la primera conf:-i guración del n1undo, .
.
mientras que e l demiurgo, después del establecin1iento del
5
38
Texros de los Sarcófagos,
80 BIC.
LOS TIEMPOS DEL NACIMIENTO DEL UNIVERSO orden cosmológico, conseguirá su obra medi ante la organi zación del orden terrestre. Geb y Nut darán nacimiento, a su vez, a dos parej as: Osiris-lsis y Seth-Nephtys (her111 ano-her mana, esposo-esposa); dos parejas complementarias, si bien
antagonistas e11 parte. l..Ja primera simboliza los poderes fe cundantes del suelo y el equilibrio de la vida, siendo Osiris el pri mer rey de la tierra, el maestro de l os hombres re cientemente aparecidos (a quienes enseña la agricultura, la
v iticul tura y las a.r tes), el señor de la vegetac ió n : él está, en su propia esencia, u n ido a los árboles y a las plantas en las que, cada primavera, renace la vida, de la misma forma que la existencia de Osiris resucitado se convertirá en un ejem plo para los hombres . Isis, su her1nana y amante esposa, es u11a 111u_j er 111odél ica . La segunda parej a encarna la esteri l i dad y las nct·astas re vueltas . Se er1cue11tra así la oposición n�1tu ral , CC)11c1·eta, entre el valle y el río y el des ierto, y la an tinomia 111oral e 11tre el B ien y el Mal . El aspecto moral de l a creaci ó n se presenta a 1ncnudo en la obra del demiurgo eg1pc10. De este modo se constitt1ye la Enéada, las nt1evc divini •
•
dades jerárq t1 icas o complemen tarias, cuya adición rinde cuentas a todas las fuerzas elen1cntales activas en el univer so creado.
En B ab i lon i a, la cosmogo11ía i nventada por los sacerdo tes p1·esent<-1 eleme11tos análogos y pone en práctica, co1110 sucedía en Heliópol is, el pri ncipio de la gen1elidad )' de las p<:11·ej as, en el que Ja 111ujer es la l1cr1nana y esposa del hon1bre, q u e v a 11 a perd u rar como p ri n c i .p ios q ueridos a l a . conc1e11c1a se1n1 t1ca. S u 1·gi endo del océé1no pri mordial, los d ioses aparecen, .
,
.
pues, por pé11·es: el pri 111e1·0 (L<:1hn1u-L>, del cielo (a11), las <>, de la tier1·a (ki).
39
�
SAB.IDUR(A satfTICA...
Representan la extensión de un universo que trabaja, un caos que se anin1a de pri11cipios y de ele1nentos que concu rren a la formación definitiva del cosn1os. La cade11a divina prosigue toda\1Ía, a lo largo de los días y los años.
El relato del Génesis bíblico es más la1·go, m<ís p1·cciso. En el capítulo I del l ibro santo 6, que sin duda fue co1npuesto en Jerusalén, poco después del regreso del exilio de los judíos en B a b i l on i a 7 (en el año 1 3 5), ciudad en donde exi stíc1n entonces célebres academias de teología, figuran algunas ,..inculaciones que pueden establecerse con textos sen1íticos anteriores. Egipto estaba próximo, Babilonia c1·a conocida. La creación� para los hebreos, se hizo en seis días, lapsl> de tiempo bastante bre\1c si lo co111para1nos a los que se i11di can en otros relatos. En p1·i 1ncr lug<:lf ap,1rece la luz, que sttr ge mediante la inducción de Dios fuera del caos líquid<> 01·i g i n ario� al crear el día que se opo11e a las ti11ieblas de la ,
noc he: l a luz es símbolo de vida� las tin ieblas, de le:1 111ue1·tc. El orden de la creación es racional y conf orn1e al desc1·itc)
cr1
textos anteriores. De este modo se manif'estaron los prime ros elementos del tiempo. E11 el segundo y terce1· día� Dic>s separó el ciclo de la tierra; creó el espacio! cstí1blcc ie11do una separación <>. Estas aguas son el residuo del océanl) prin1igcnio. 1:1 tercer día! Dios h i zo la tierra, ordenando con st1 prop ia boca. << Que l as aguas ex tendidas baj o el ciclo se reúna11 e11 u11 11·1is mo punto )' que aparezca el suelo. .. Dios dio al st1elo el nombre de Tierra, y a la aglomeración de las <1guas las ll<11nó Mru>>. Después hizo crecer sobre la tierra las hierbas y las sem.il.las, los árboles y los vegetales. La separación del ciclo
40
I� 1 -3().
6
Génesis.
í
Graves, Patai, Miro.f hebreo5·, p. 44.
LOS TIEMPOS DEL NACIMIENTO DEL UNIVERSO
y d e l a tierra consti tuye u n momento i nici al para muchos pueblos semitas. Durante otros tres : días, Dios-Elohim va a completar su obra desarrollando l as fuerzas de l a vida. E n e l cuarto día Dios amuebló el cielo, creando el sol ( << l a más grande de las luminarias para la realeza del día>>), l a l u n a ( <>) y l as estre l las. <> . De este modo retoma y completa la obra e fectuada e l primer día <>. E l qui nto día animó la tierra, mediante la c1·c<1ción de seres de todas las especies : ganado, reptiles, bestias salvajes; y e l hombre, en fi n, al que hizo a su imagen y se1nej anza, creando una parej<1 de macho-l1embra (Adán y Eva) y concediendo a este recién l legado, en el orden de la creación, el poder sobre todos los demás seres ani mados; es! pues, e l l1ombre e l que pondrá por· sí mismo e l nombre a to dos esos seres, adq uiriendo así el señ orío sobre el los . Des pués, cuando l legó el séptimo día, desca11só. En e l cé1pítt1l o J 1 del Génesis 8 se retoman los mismos te rnas, de fo1·1na n1ás b1·e\1e. Pe1·0 se concede una in1portancia s i ng ular a la aparición del homb1·e! para el que Dios <>; u11 jardín qt1e regaba tin río de cuatro brazos, dos de los cuales e1·an de lecl1e y miel, y los otros dos de \'Íno )' aceite. El pri1ner brazo se desplaza por el país del oro; el segundo! por e l país de Kuch (Etiopía):- el tercero por e l este de Asi1·ia! )' el cuarto es e l Eufrates. En ese jardín, Dios i nstaló al homb1·e, qt1c tendrá por alitnento los fn1tos de todos los árboles; solo el árbol de la ciencia del B ien y del M a l ne) debe ser tocado. Veremos lo que se dimana de esta p1·ohibició11 9 • Se vt1elven
pecialn1ente en la p1·imera parte del relato de la creació11 y el orden de los <1conteci111ientos; la segt1nda pa1·te del Gé11csis
8
Génesis, II, 4-22.
9 Ver 1l1ás adelante, p. 78.
41
L.\ S.�BIDURÍ..\ SE?\ttnC .\ . . . .
e s más típican1ente hebrea.. en particular la i mportancia co11cedida de forn1a detallada a la or2anización de la tierra y de �
sus habitantes, y l a presencia del árbol de l(t ciencia.
Los textos del Corán sobre esta n1atcria son más bre,:es, pero próximos e n su concepción, pr·esentando en cualqt1ic1· caso al gunas \1ariantes que denuncian su orígen árabe. << C i e rtamente vuestro Señor es Dios que 11a c re<:ldo e l c i e l o )' l a tierra e n se is días! despt1és se i11staló sob1·e su t1·0,
n o . E l e n \'Uel,;e el dia y l a noche, esta sigt1iendo rápida1ne11te al pri mero. Ha creado y sometido al i1npcrio de sus le)1Cs al sol. la luna y las estrel las. ¿Acaso la creac ión y el or(fe11 ,,
n o se a l zan de El '? ¡ B endito sea Dios� señor d e los 1n u 11 dos ! >>
10.
<
l u n a u n a l uz. )' ha determ inado las fases de esta para que C<> nozcáis e l núm ero de años que transcurren, y el cálculo del tie m po >> •
...
11•
Se concede a la luna una importancia particul ar,
C U )' ª presencia es esenc ial para los pueblos nómadas que, g racias a ella, pueden proseguir su marcha durante la 11oche, o b i e n organi zar su campamento prov i s ional ; l a l u na, q ue otorga tam bién e n el desierto el frescor r1octurno que per111 i te u n descanso tras el calor del día. Este es u 11 hechc> t.ípic(t me nte árabe u n ido� de forma general, a la \1ida de las carav<1nas. Sobre un fondo de pensamiento comú11, cada pL1ebl<> \'ª trad uci endo su indi vidual idad. En tér111 i11os di f.ere ntes, cad<1 u n o de ellos describe l a amplitud y la razó11 de ser de la ohrc1 creadora: << Dios ha c reado la tierra por su poder, afirmado e l m u n do por su sabid uría, despl egado los cielos por su inte l i g e n c i a>>, dicen los hebreos
12•
Los árabes, co11 t1n lenguaje
más s i m p l e : << No ha sido para que Nos gocc1nos de d i ver-
1º i1 1 "'
42
Corán, VII, 54. X , .) -. fb1ue1n, '..1 Jeremías,
Ll, 1 5.
LOS TIEMPOS DEL NACIMIENTO DEL UNIVERSO
sión que Nos hemos creado el cielo, l a tierra y lo que se ha l l a e ntre e l los>> 1 3 . S i e n el Nuevo Testamento (que repite a veces Jos usos del A n t i guo) el A pocalipsis anuncia el preludio del fin de los tiempos� y los diversos enfrentamientos y pruebas finales q u e sucederán, siguiendo u n lenguaje atormentado, casi bru tal, en el t1n del mundo, el anuncio, en el Corán, se hace de manera 1nás sabia y más si1nple: <> 1 4 . La idea se 1nantiene, pero su espíritu y su expresión di fieren segú n los pueblos.
XXI� 1 6 .
13
Corán.
¡.:
/bí(f e111, XVI, 77.
43
.
��- d�mora: .
m�9: p0r-
, •• .
.. , : '
_., ••
.
•
...
� ,. 4 .. ..
_
.
..
•
¡
.
..
'
. .
. . . .:. •
•
. . •
ev - ida�:: " Ojo: por ·ojo, y¡c1a ··por .
. -.
-
¡·
.. l. . #' ; , _
-
, .
� . ..
•
diente - por diente, -
�ano,· pie _'pQr_. _.pie>> .. Los judíos· esenios, al evolu.:
cio�ar; ·reaccion·;m .. qe o_tra :for111·a ;_ atribuyen ·estas.· palabras al ·
fiel.-perfec.to: -<
diante el . Bien como he · ·de perseguir, pues so·Io Dios es el .
juez
,
de todo ser vivo, y es El quien ha · de dar a cada uno su
merecido>>
(Esenios, _ p. · t· :t. 4)
.·
. Los musulmanes se remiten también a Alá para el juicio de una ofensa, y dan prueba de magnanimidad .hacia el ofen.
sor: <> (Corán, XLI,
34-36).
Como hemos notado frecuentemente, la familia semita constituye una gran comunidad humana unida por ritos y pensa111ientos que con frecuencia son parecidos, si bien exis ten algunas diferencias debidas, a veces, al medio en el que viven esos pueblos. La expresión de estos pensamientos (es pecialmente por medio de proverbios y parábolas, marcadas sobre todo por el gusto de las imágenes concretas y sensi bles, que unen lo real y lo conceptual) es, con frecuencia, cercana. Correspondencias espirituales de todo tipo, surgidas de lo más profundo de las conciencias, unen a los descendien tes de Sem.
232
..
. .
�-.. ..
• ..
-· ..
.
-· •
�
·.
•
.... • ..
•
·• ·
-
•
• � . . .
, •
-
•.
·-
�
� ..
·-
•
.. -
_..,_., ,,...
. ..
•
. •
•.
.
-
� •
-
-
-
•
•
-
.� -
V •
•
-
/
/
Mue rte, re-s urrec.cion y pa-ra-i�s·o .
. . -
•
· .
•
... ... ... -
•
•
•
-
•
•
•
•
' ••
•
·-
--
. •
•
•
..
•
.......
. ·
..
;
. -.
.
.
.
. ..
...·... � --
.
.
.
-
.
:: ....
..·
.. .
. .
... . · .-·
: .. . ..
·.· .
.. .
""= ·...... .... ... ...,. ?'-.. . .
-- ..:..
. .
: - . . ,.. - , . . .._...
''
. . -
-
.
'
. .
. . .
'
.
•
.
.
.
.. : :
.
. .
.
..
"'
.
•
•
.
.
.
-
.
.
.-
..
.. .. . -
. .
.
.
· .
.
. ...
...
: ..
.
'
.
.
..
. .
'· .t' . ¡ ' ... �
•
. .
'
El· concepto
. .
.
•
.
.
.
. -·:
de :I·a muerte·
�
.. . . .
.
. .
.
'
•
-
.
t
.
.
.
.
.
.
.
.
'
'
\
.
0 .
.. .
. -
\
. O
.
.
M
.
.
ÁS AI.JLÁ DE I...A VIDA existe un país con e l q ue el hom
bre debe enfrentarse u n día, el <> , ex presión usual en egipcio para designar el más allá todavía desconocido. Se encuentra este apelativo en la B iblia: <> 1 • A unque la muerte sea i neluctable, todo será acti vado para proporcionar consecuencias benéficas al difunto. Nada puede preservar del momento mismo de l a muerte: <> 2, dice el Corán.
La mu erte, ¿ d e..5trucción o ben eficio ? Los semitas del valle del N ilo imagi naron tod(> un siste ma destinado a preservar al difunto de lc>s desgraciados cor tejos de la n1uerte, y a permitirle continuar vi viendo, hacien do de manera que su deceso ne> fuera más que u n <> entre dos tiempos de vida, uno limitado en l a tierra, y otro que ellos querían que fuese eterno. La existencia se veía 1
cos como espirituales, de los cuales -�ya hemos hablado 3; un .
..
·-
-
acto voluntario que presuponía la acción de dos órganos: el corazón que concibe y la lengua que concreta, por medio del Verbo, lo que el corazón ha pensado y querido. El estimula dor, el motor del conjunto estaba constituido por el
ka, fuen
te de energía, potencia latente destinada a mantener la vida. Después de la muerte, estos elementos, que hasta entonces habían estado unidos, se disociaban interrumpiendo el pro ceso vital. Para que el difunto reviviese era necesario reunir los de nuevo en un conjunto armonioso y revigorizado. Por medio de la momificación se preservaba, en principio, el cuerpo de la corrupción. Los sacerdotes, gracias a ritos y fór1nulas mágicas, hacían de manera que las sensaciones del mundo exterior llegaran de nuevo al corazón, órgano central de recepción. Habiéndose restablecido las funciones vitales, el ka alcanzaba nuevamente su vigor gracias a los alimentos aportados cotidi anamente bajo la forma de ofrendas. La vida, bajo los vendajes de la momia, estaba limitada, y en tonces intervenía otro elemento de la personalidad: el
ba,
elemento alado que <> para el difunto y le aportaba el soplo fresco de las brisas terrenales. No ter1ninaba ahí el papel del
ba, ni la fecundidad del pensamiento egipcio; se
trataba de multipli car las posibil idades de supervivenc ia creando estatuas que tuvieran los rasgos del difunto, mien tras que los bajorrelieves y las pinturas que, en su tumba, lo representaban en sus actividades cotidianas constituían un nuevo <> en el que el
ba podía deslizar
se y darle vida. Así pues, ya fuera en su cuerpo carnal o en su cuerpo de piedra, el hombre podía revivir, <> , entre los suyc)S,
en las actitudes, gestos y actos que fueron de su agrado en otro tiempo.
3
236
Ver anterio1111ente� pp. 1 39 y ss.
..
. .
. . . . . ..
-
. .
.
.
i.. .... .
.
'I .
, .
. .
.
" . .
...
- _.... , _--... . •.-t;_ ... •
-
.
.
. . .
.. . ..
.
�
.
:-
.
-. .; . - _;- .
.
__,
.
.
. . . .
.
..
.
. .
. .
.
.
.
. · � : . Toda. esta· parafernalia <> de la'. supervivencia ne cesitaba ciertamente medios económicos. ¿Qu� le sucedería
.
.
.. . ..
.
-
.. .
.
.
.
.
. ..
.
.
.
.'
. •
.
..
..
..
' .- ..,. .
: ..
- .
.
.
.
'
..-.
.
.. ..
.
:
. .
-
. .
.
.
.
""'...
:"' .
. . -- .. -.· .. . . .
-.
.
.
. ...
� - �,·. ; ·.. -- - ...;
.
. .
-
.,:_.
-
.
.
.
•
al pobre desgraciado, al agricultor o al obrero? Pues podía tallar en madera o en loza una pequeña estatua de sí mismo, y depositarla en la tumba de su señor; con seguridad que se ría llamado en la eternidad para cultivar los campos o tallar las piedras; pero, en todo caso, la .vida le pertenecería nue vamente. Todavía era necesario que interviniese u n juicio divino que, tanto para el rico como para el pobre, confi1n1ase la po sibilidad de entrada del difunto en una vida eterna y bienhe chora, una vez se hubiera constatado la obediencia que el di fu nto había mostrado e n su v i d a te rre n a l a l a s l e y e s morales 4 • Entre los egipcios, aunque la muerte destruyera momentáneamente el conj unto vital , constituía frecuente mente también el primer instante de esperanza hacia las ven turas eternas. Sin embargo, existían algunas excepciones. Durante el periodo de anarquía civil y religiosa que conoció Egipto ha cia el año 2000 a. de C., y del que ya hemos hablado 5, un hombre desesperado y solitario expresaba su dolor, en estro fas de gran belleza, en las que se consideraba a la muerte como una liberación y el final de los tormentos: <
Ver anterio1111cnte, p. 243.
5 Ver anteriormente, p.
57.
237
LA SABID� SEMfrICA...
.
como. la �nda · que - recorre el hombre que; tras luchar en la gu�rra, ·regresa -a su casa. .
La - muerte se encuentra hoy ante mí como un. cielo que se desvela cuando el hombre descubre lo que no sabía.
La muerte
se encuentra hoy ante mí
como el deseo de volver a ver la casa después de haber pasado numerosos años en cautive rio>> 6. Muerte salyadora. El egipcio� de todas fo1·1nas, gracias a .
s.u
•
carácter optimista y afable, no temía verdaderamente a la
muerte; sino que se preparaba para ella; de este modo, el in dividuo prepara sin problemas su tumba durante su vida te rrenal; por su parte, el desgraciado espera la liberación y ruega a los dioses para que ellos le vuelvan a conceder la vida.
Para otros, la muerte inspira temor por su aspecto des tructor. En el cuento acadio de Gilgamesh, el héroe semidiós 7 que ha visto morir a su amigo Enkidu, huye a través de la estepa para escapar al pensamiento obsesivo de la inelucta ble muerte: <
238
C. Lalouette, Textos, pp. 225-226. Ver anterior111ente.
.
•, .
• •
; ..
,
-.
•
�.::: :�: _,.
-
.
.. ...._ .._.� . - --... -
-·
. �., -. .
.
�
. .
. . ' .
. ..
.
.
..
.
. ... . -
.
:·· . . .
.
.
. -
.
.
.
· : ··: . · ¿Crecerá el. -río·para siempre? : ·::
.
:.
Así son de efímeros los hechos, llevados .po r . la comente · · Rostros que veían el sol, y de los que de golpe y a nada queda. '"·· - :
.
.
�
.
.
Dorrnido o muerto, es todo lo mismo . Jamás se ha reproducido la imagen de la muerte, y, sin embargo, el hombre, desde sus orígenes, es su pri sionero>> 8• Encontramos la misma angustia en este poema de S a muel Hanaguid, poeta hebreo que dirigió l a comunidad j udía en España en el siglo xi. En la tumba <>. Pero torna la es peranza, gracias a la intervención de u n ángel : <> 9 . Para todo temor a la muerte hay un ren1edio: el desespe rado egipcio será dotado de razón por su ba, se le concederá la palabra como a todo elemento animado, y ya no se le ma tará: el ba actúa lo mismo que el ángel (otrc) personaj e ala do) para el judió que vive en su angustia; uno y otro se remi8 9
ten finalrnente a l a diVinidad. . Enkidu·. atra' vesará .estepas y . cruzará montañ_as · para :encontrar ·al . sabio ·utanapishti· que tiene la planta . de la vida, · la cual ·asegura a quien .la posee 11na existencia eterna. El sura XXX del Corán (versículos 1 7- 1 9) expresa cómo sienten los musulmanes .la muerte: <>. Ese mis terioso ciclo de la vida y la muerte encuentra así con fre cuencia su expresión: << ¡Oh, Dios mío, soberano absoluto ! ... Tú que insertas · Ia noche en el día y el día en la noche. Tú que haces salir al vivo del muerto y al muerto del vivo. Tú que enrique�es sin cuento al que quieres>> 10• Esta transferen cia de la vida a la muerte y el renacimiento a la vida se ins eríbe en el orden general del devenir de la creación y de su ,,.
,,.
,,
,,.
retorno al Creador: <> como so Pero este gran regreso a Dios, que es a la vez liberación y esperanza, se prepara también (como en los casos prece dentes) mediante el dolor: un dolor moral (separación mo mentánea de la familia), y dolor físico (angustia y tormentos de la agonía). Un hadith (explicación religiosa de un texto o de u n acontecimiento) dice: <>. Otro nos af'r rma que <
lo 11
muerte>> 1 2• En cuanto a la muerte súbita� parecerá al creyen te como un favor divino . La familia musulmana, como sucede entre los j udíos Y los egipcios, es responsable de los cuidados y de los deberes que se han de tener con el muerto: limpieza del cuerpo, en voltura en el sudario, oraciones, sepultura siguiendo los ritos sagrados. Pero la ley islámica prohíbe la momificación, la incineración, la disección del cadáver, todo aquello que pue da modificar la obra de Dios. Solo Dios puede hacerlo, pues el hombre está en Sus manos. La destrucción del compuesto vital es pasajera; constitu ye el momento inter1nedio entre la muerte y la resurrección. Conduce hacia las venturas divinas y los paraísos imagina dos. Después del dolor vienen los placeres eternos, s i el jui cio es favorable al difunto. <> 1 3 • La vida y su conducta son una especie de test de moralidad para un futuro sin fin.
Teología islánzic:a. p. 2 1 7. 1 3 M. U. 1V., 1, p. 347.
12
24 1
.
.
...
.
.
. .
.
.
.
-.
.
. .·
. ' . ..-.. : ... � · � . �::: . ;¡ .... .
.
.
,..
--
-
-
-
.·
.
.
..
.
.
.
,
.
.
.
.. .
.
. -
.
.
.
' .
.-
-
.
.
.. ...
-
.
.
.
.
.
.
•
-
,
.
. .
. ...
.
.. ..
AN·ro PARA
.
'
•
LOS 1uoíos y musulmanes como para los
cristianos, el juicio tiene lugar en el último día del mun do; sucede en el sueño que sigue al enterramiento. En Egipto, el tiempo real del juicio no está concretado; parece tener lugar, para cada hombre, después de su enterra m iento. La ceremonia se desenvuelve con gran aparato, como lo muestran los diferentes dibujos coloreados del Li bro de los muertos. Tiene lugar en el más allá, en l a Gran Sala de la Verdad y de la Justicia, presidida por el di<)S Osi ris, entronizado bajo u n dosel en e l centro de l a sala, y acompañado por cuarenta y dos asesores (la cifra 42 corres ponde a la del número de 11omos, circunscripciclnes adminis trativas de Egipto). Ante él se coloca el instrumento del j ui cio: una balanza (del tipo de la balanza romana) de la que se comprueba su buen funcionamientc>. El dios Anubis� dios negro de los difuntos y gran señor de la mcl mificación, intro duce entonces en la sala al muerto que debe pasar por el j ui cio. Se coloca su corazón sobre el platillo de la balanza, a la izquierda, 1nicntras que S()bre el platil l<> derecho se coloca una figurita de Maat� diosa de la verdad y de l a j usticia� o el j eroglífico de su nombre formado por una pluma de aves truz; la posición de los dos platillos debe testimoniar ense guida la buena conducta del muerto durante su vida. E l dios Thot, señor del orden, de la medida y de la senda j usta� vigi-
•
243
. .
.
•
•
�
.
LA SABID . UIÚA SEMfnCA... .
. la la pesada y escribe et· �s�!�4b �µ ;una tablilla. A este tes .�VJ.dá- · el : ifú ti1nonio concreto de su d nto añade una declaración oral, una confesión negativa, en la que se excluyen de su conducta terrenal los pecados y las faltas : •
<
.
.
dioses. No he pescado peces en sus marismas. ¡ Soy puro ! ¡ Soy puro ! ¡ Soy puro !>> Seguidamente, el difunto, con detenimiento, proclama de nuevo su inocencia ante los cuarenta y dos dioses, de for ma sucesiva. Después responde al interrogatorio que ellos le hacen. Una vez que se haya reconocido su inocencia, él dice en voz alta: <<¡ Abrid el camino a mi ba, manteneos en vues tros justos puestos; permitid que descanse en el hermoso Occidente; se me ha asignado un sitio entre vosotros. ¡ Abrid vuestros caminos ! ¡ Descorred vuestros cerrojos !>>. Pero si el juicio es desfavorable para el hombre, será entregado a Babai, ser de pesadilla (con cuerpo de león y ca beza de cocodrilo, animales peligrosos por excelencia) que lo devorará. Babai, sentado al pie de la balanza, se encuentra
244
. ; ' •
-
EL JUICIO
. .. •
•• .
_,
.
..
.
.
al r acecho - del resultado: de la pesada·. No - es más que · uno de los tor1nentos reservad·os· al que ha contravenido la m·oral·;. .
·. : ·
· ·:,
Esta idea del juicio del difunto, que espera l a muerte en
el umbral del otro mundo, y que se efectúa por medio de una balanza, pertenece a un fundamento muy antiguo del pensa mierito semita. Probablemente apareció en Egipto a partir del tercer milenio a. de C.
Este concepto se vuelve a encontrar en la religión judía. El poeta Hanaguid afrontará i g u a l mente, después d e su muerte, la prueba de la pesada de sus actos. En uno de los platillos de la balanza se pondrán sus méritos, en el otro es tarán sus pecados. El juicio que así tendrá lugar será indis cutible. El profeta Ezequiel transmite a los israelitas estas pala bras de Dios: << ¡ Yo os juzgaré a cada uno según sus obras, casa de Israel ! Volved y limpiaos de todos vuestros pecados, para que no haya para vosotros más ocasión de falta. Arro jad lejos de vosotros todos los pecados que hayáis cometido; haceos un corazón nuevo y una nueva alma, y entonces ¿por qué habréis de morir? 1 • El rey David canta: <> 2• Si bien el instrumento de la j u sticia y el papel jugado por la divinidad son parecidos, existe una diferencia: este j u icio, definitivo para el futuro del difunto, tendrá l ugar cuando advenga el último día del mundo creado, cuando suene la trompeta del juicio final .
Esto aparece todavía con mayor evidencia en la fe musul mana. El juicio se hará en la turbulencia del mundo: <
Ezequiel, xvrn,
30- 3 1 . Salmos, LXII, 1 3.
245
LA SABIDUIÚA SEMfnCA..�
··
trompeta�· 'cuando · aquellos... que se: ·en�uentrán: en los cielos y en ·l a .tierra se· sienten .'aterrorizados y se .p ros�: temen ante Alá llenos de humildad;·, ·eI. . día en el que :verás las -
eli · que suene · la
montañas que crees. que están fijas, desfilar como· desftlan las nubes . >> 3• <
.
se · queden sin . · brillo, cuando las montañas se vean sacudidas,
cuando las ca111ellas llenas sean abandonadas,: cuando los ani- · males salvajes se reúnan, cuando los mares sean llevados a ebullición, cuando las almas se reintegren a sus cuerpos ... cuando la hoguera sea atizada, cuando · el paraíso sea alcanza do, cuando toda alma sepa lo que ha realizado�> 4• Entonces tendrá lugar la pesada de las almas. Un hadith explica la preparación de ese último día del reencuentro con Alá: <> 5• <> 6• Los pecados son numerosos. Ciertos teólogos (entre los que se encuentra lbn Abbas, que vivió en el siglo vu) nom bran setecientos, estando entre otros pecados capitales: la muerte (<>) 7, es pecialmente la muerte de los niños (incluso por miedo a la indigencia), la idolatría, la usura, la apostasía...
3 4
s 6 1
246
Cor� XXVII, 87-88. Ibídem, LXXXI, 1-14. Teología isl4mica, p. 2 1 8. Corán, VII,. 8-9. Ibídem, XVII, 33. Véanse las palabras de Djedi, el Egipcio.
•
.,
•
'
.
.
.....
.
..
.. - . ..
.
. .
-
.
EL nJICIO
• .
.;
,¡; .... . .. . ...
.... -
.. _
., """ '
·
:
.
....
..
� -
.
:
.
.
.
. .
�.. ---
-
.
.
..
-·
-
.
·..
·..
..
.
·.
...
-
.
- � - .
.
.
......
-
.
• . .
.
.
....
•
·
� -
. .
-
...
.
•
"
. . -
.
• .
.
.. •
.
.
. .
.
De este modo, el · difunto ·en su · tuniba conoce primero el sueño, un sueño ligero e intemporal, hasta el día e n que sue ne la trompeta anunciando el fin del mundo creado, y en el que el cuerpo de cada hombre, saliendo de su tumba, quede unido a su alma. Sus acciones serán pesadas, lo que deter1ni nará el juicio de Alá. El difunto conocerá entonces su futuro eterno: la gehena o el paraíso, según haya sido su piedad y la naturaleza de sus actos terrestres. Los comentaristas ára bes llaman, con una sensibilidad sensual, a una buena acción <> 8 . .
- ::�
8
M. ll.N., I, p. 346.
247
'.
. •'. · -
.-
� . . . .-
. '
. .
-
-··,,,. . . ... .. • O
a º
.
-·
"..
-
.
.
.
.
.
...
.
.
. .. •
.
�
1
.
.
.
.. .
..
. .
..
J
. . .
.
• •
. -
.
.
.
.
·
• . .
••
Resui-r�cción y paraíso .
.
. •
•
' -
.
.
.
'
-. •
•
•
•
de los semitas del Nilo, la concep __. ción de la supervivencia después de la muerte terrestre no es la misma si se trata de un rey o de u n humano co N EL PENSAMIENTO
rriente. El monarca, divino por su esencia, va a reunirse en el cielo con sus hermanos los dioses, y se fundirá en el cosmos con el cual constituirá una entidad única. Los antiguos tex tos esculpidos sobre los muros de l a s p i rámides re ales (2.600 años a. de C.) contienen las andanzas celestiales del soberano que sube al ciclo sobre los rayos del sol. <> 2• La resurrección (análclga a la de Osiris) es triunfal: <
lo, a sus colu111nas y a sus estrellas. Los dioses se doblegan ante él, y las estrellas cc>nstituyen su prolongación� debido a su gloria . . . El rey es el escriba divino que piensa lo que es y que crea lo que todavía no es>> 3. Además, <
Hc>rus es el primer non1bre del rey. 1extos
de las fJirli111ide.�, 304-305. /bíde111y 1 1 43- 1 146.
249
LA SABIDURÍA SEMÍTICA...
vida es de d11_ración infinita, . su límite es la eternidad>>·, tanto .
.
.
.
.
"
.
..
.
..
.
.
si se sienta en sú trono de señor absoluto, o si acompaña al sol en su periplo cotidiano alrededor de la tierra. Cuando lle ga la noche, tras acostarse en el Occidente, franqueará las doce puertas de la noche, en el más allá subterráneo, <> (aquellos que en el juicio han sido condenados a la m uerte definitiva). En cuanto al hombre, podrá seguir viviendo en su tum ba. La vida es dulce y agradable en las riberas del gran río. No existen búsquedas de paraísos imaginarios pero, si se quiere, se puede proseguir la vida terrenal en el seno de la propia familia. El difunto <> en ese cuerpo de piedras esculpidas en bajorrel ieves o pinturas que lo recuer dan, como ya hemos indicado4, y revivirá las acciones que lo complacieron en otro tiempo. Su conocimiento de fórmu las m ágicas (esculpidas en las paredes de los sarcófagos, o inscritas en los papiros del Libro de los muertoj·, colocad<) cuidadosamente sobre su corazón) le permitirá vencer toda dificultad, si llegara a presentarse. A veces, estas fórmulas constituyen un verdadero chantaje a base de magia, espe cialmente en el caso en que el difunto desea reunir a su fa milia cerca de él: <>, entonces el orden coti diano del mundo no se verá amenazado; pero si esta reunión no llega a tener lugar, entonces, por el poder de las fórmulas consagradas, N. <> 5. El poder del Verbo y la eficacia de la magia simpá-
4 5
250
Ver anterior1nente. PP- 1 39 y ss. Texro.'i de los .\·arcófagos. discurso 146.
. ' •
.
•
� .... .. .
. . .. . .
-
.
RESU RRECclóN:y. PARAfSO �
. .
....·-. ..
.
. -. ·
�. . ::
.
.
.
.
.
. ,._
. .
. �.-
.
.
. �
.
.
.
.. . ....:., -
.
,..
-
�
. ..
.
. . .
-
: tica permitirán este regreso .por toda ·l a: eternidad· a · 1a · �vida de :- - : : ·_ · : · ·I-a familia, esperanza de todo egipc io.· . · : . · He aquí otra posibilidad de . supervivencia: el · hombre, cuando lo desea, y siguiendo el ejemplo· Qe la resurrección· .de Osiris, podrá contemplarlo en el mundo subterráneo; ta1nbién podrá, si así lo escoge, seguir a Ra en su periplo cotidiano, y ·
. •
•
:
participar en el viaje del dios en su barca: <>. Una vida en la que los lazos afectivos permanecen, y en donde la libertad de movimientos, en el seno del universo, resulta esencial 6• Esta concepción de la eternidad es una mezcla de realidad co tidiana y de creencia en la magia. La resurrección conlleva una extrema libertad de ser. El hombre justa111ente resucitado, liberado de las limitaciones terrenales y mortales, es el señor de sí mismo y de sus desplazamientos. <, el dominio de mis bra zos, el dominio de mis piernas, el dominio de mi bclca, el do minio de mi cuerpo ... Marcho a grandes pasos con el corazón alegre y corro como me apetece.>> Puede adquirir, según le plazca, la f"orma que desee, ya sea humana, vegetal o animal, siempre que conozca la fór111ula apropiada. A medida que la pronuncie se diseñará una nueva apariencia de su ser, creando una visión diferente de su persona: <>; o bien: <> . Los papiros del Lib1·0 de los rnue1·tos presentan un auténtico <> de formas. E l hombre resucitado se comunica, de este modo, en una gran manifestación de he chicería, con la creación, mediante una n1etamorfosis mágica. Para el egipcio, la creación es un <> de movimientos y de libertad de existencia, cread<1 por una imaginación férvida.
6
//Jíde1n� discurso
1 8.
25 1
.
-
LA "SABIDUIÚA SEMfnCA.:.. '
.
·
-
- . · En -cu_anto a :aquellos que ·no-;han�enc.ontradó gracia en el tribunal de Osiris� habitan en el mundo su_bterráneo, .en don.; de· l a· _osctiridad es semej ante �al. sueño de la muert�.. _.C uando franquean las doce puertas_ de la noche, Ra y su cortejo real pasarán · en sus barcas, y les acariciará un fugitivo .fulgor, e n el caso de no hayan sido devorados por Babai, _ la gran de voradora, o se hayan visto sometidos a otros tormento s , como los ya mencionados en el cuento, anteriormente cita.... __
do, de S abli-Khaemuaset 7•
En las creencias judías y musulmanas, el paraíso es, so bre todo, un agradable j ardín, en el que el hombre encuentra frescor, perfumes y reposo. El jardín, en todas las civiliza ciones orientales� es u n lugar de delicias, por el que fluye agua siempre fresca y bienhechora, y en donde crecen sin fi n árboles y flores. A menudo, el medio geográfico condi c·i ona la concepción de este paraíso. Si la magia participa en el devenir de los semitas de Egipto, tal vez sea debido a que estos viven en el continente africano, en el que los hechice ros han jugado siempre un papel muy importante. Pero cerca de los desiertos de Asia, el sueño del jardín mítico atosiga las conciencias. Para los israelitas, Dios ha plantado un jardín al Este del Edén (en donde su desobediencia hizo que fueran expulsa dos Adán y Eva), un j ardín encantador adornado con árbc>les cuyos frutos son joyas rutilantes. En medio de ellos se en cuentra el Árbol de la vida; dorado y carmesí, este árbol so brepasa en belleza a todas las obras creadas. Su frondosidad cubre por entero todo el jardín, y cuatro ríos (de leche, de miel, de vino y de aceite) surgen de sus raíces 8. Trescientos ángeles se ocupan de este paraíso que, para algunos teólo-
1 s
252
Ver anterio1111ente, passim. Ver anterio11nente, p. 257.
gos, no se encuentra en la-- tierra, sino en el tercer cielo. Un suave perfume llena el jardín, i.ntenso y maravilloso;. durante veinte generaciones continuó impregnando las vestiduras de piel que Dios había dado a Adán, y que fueron transmitidas a sus descendientes varones. Solamente pudieron entrar e n este jardín, en vida y después de Adán, Enoc (patriarca bí b l ico, padre de Matusalén), Isaac y Moisés. En el último día del mundo,. cuando suenen las trompe tas del juicio, los israelitas que han sido considerados j ustos podrán acceder a él. El paraíso tiene siete puertas e n hilera, cada una de las cuales lleva a la siguiente y da acceso a siete casas. La primera de estas, frente a la entrada, acoge a los convertidos que han llegado a Dios por su propia y plena voluntad; sus muros son de cristal, sus vigas de cedro. La gobierna Abdías, el profeta justo. En l a segunda casa, cons truida de forma parecida, residen los penitentes de Israel. La tercera casa es de plata y de oro; allí se encuentra el Arbol de la vida, a la sombra del cual están sentadc>s Abraham, ""
Isaac, J acob, los patriarcas de las doce tribus, todos los israe1 itas que salieron de Egipto en todas las generaciones del de sierto, así como el rey David, su hijo Salomón y los reyes de Judá (salvo Manasés, que está en el infierno). Moisés y Aa rón guardan esta casa, que encierra objetos preciosos (reci p ientes de plata fina, aceites de gran precio, divanes, tabure tes , baldaquinos y candelabros de oro) destinados a l o s J u stos de Israel que todavía viven en la tierra. La cuarta casa está hecha de oro, sus vigas son de madera de olivo y en ella se acoge a los Justos cuya vida ha sidc> amarga co1no la oli va que t<>davía está verde. La quinta casa está hecha de pla ta, de oro puro, de cristal y de \1idrio, sus vigas son de oro y plata, y el perfume del Líbanc> se expande pc>r todas las sa las. Se ven allí preciosos divanes, telas púrpuras tejidas por Eva, telas hechas de pelo de cabra trenzadas por los ángeles. Allí reside el Mesías, que prepara su venida a la tierra en el día consagrado, en la esperanza de los fieles. La sexta casa acoge a aquellos que l1an muerto cu 1npliendo s u s deberes
253
LA SABIDURfA· SEMfnCA...
:
hacia Dios. Finalmente, · en -la � séptima casa residen los que murieron de pena a ·causa de los pecados de Israel 9� Se trata ciertarnente de un paraíso suntuoso,-p ero .organi7.ado, en el que los justos de Israel son cuidadosamente re pa1tidos en las lujosas residencias vecinas. Los judíos no tienen por qué emplear en absoluto fór1nu las mágicas para franquear las fronteras de la libertad de ser. En l a Tora se r�comienda <> Solamen te los profetas u otros seres guiados por Dios pueden llevar a cabo cosas anor111ales. Así sucedió cuando, a la muerte de Moisés, Josué se convirtió en el caudillo de los hebreos. Cuando pidió al Eterno que le ayudase para que el Arca de la alianza, transportada por doce sacerdotes escogidos entre las doce tribus de Israel, pudiese franquear el Jordán, hecho que precedió a la conquista de Canaán, le fue dicho: <> 1 1 • De igual modo, el profeta Elías, justamente antes de que t·uera arrebatado al cielo en una bola de fuego, quiso atravesar, con el profeta Elisec>, el Jordán: <> 12• Aquí se trata de un viejo mito semita, bien conocido de los magos de las riberas del Nilo. De igual modo Djadj aemankh, célebre mago que vivió en tiempos del _
9
ro 11 12
254
88-89. Deuteronomio, XVIII, 1 0- 1 3. Josué11 III, 1 3. Reyes, fl, 11, 8. Mitos hebreo:f. pp.
-
.. .
�
.
.-
.. .
.
.
.
.-
·.-
RESURRECIC ÓN ,y .pAR.Afso.
-
-
.
.
.
.
.
.
.
�
.
-
.
.. ,
. . . .
'
.
.
.
•
. . .
.
.
-·
.
--
.
.
.
- .
-
.
-
.
.
.
.
.
rey Snefru (2.700 años a�· de C.),- sabía separar en dos�· por me.clio de palabras .mágicas, las_ aguas de .un lago par-a- poder coger, en su fondo, una sortij a preciosa que se le había caí do: <> 13• Veremos cómo, en los cuentos árabes, este procedimiento (que ensalza la magia) se utiliza con frecuenc1a. En lo tocante a los israelitas que habían sido condenados por el juicio divino, eran arroj ados a la Gehena, el i nfierno de los judíos. El nombre de tal lugar procede los términos semjtas Gue-Hinnom <> (situado al sur de Jerusalén), en donde, antes de la llegada de los judíos, se ha bían celebrado sacrificios de niños ante el dios Moloch y otros cultos idólatras. En ese lugar maldito se estableció el infierno. En la Gehena se encuentran grandes t·uegos, perpe tuamente atizados, mientras que un río de llamas discurre a través de un país de hielo y de intenso frío, para tormento de •
los malvados.
La concepción del paraíso y del infierno, para los mu sulmanes, no está desconectada de las descripciones prece dentes. Las analogías con el pensamiento judío son a veces muy notables; sin embargo, el genio propio de cada pueblo testimonia, a pesar de todo, la independencia de los espíri tus. La confrontación de los textos lo mostrará. El n1ismo sueño intemporal en la tumba: <> 14• 13 14
Texto co111pleto del cuento:
C. Lalouctte,
·reJ.:tos, II� pp.
1 75 - 1 77 .
Corán, XVII, 52.
255
Cua.ndo el ·ángel Isiafil. hága �sonar. ·. dos· veces la. trompe�; �� · 1a primera vez� <>. La segunda vez, <> 1 5• El - sonido de esta trompeta de cuatro brazos llenará todo el universo creado; el· sonido emitido por el · primero de los bra zos cubrirá todo el Oriente, el segundo el Occidente, el soni do emitido por el tercer brazo penetrará hasta el séptimo piso baj o tierra; el del cuarto, hasta el séptimo piso del cielo. Todo se pondrá en su sitio para el juicio de los muertos . Y se colocará el Libro. Se hará venir a los profetas y a los testigos. Los hombres serán juzgados con toda equidad, sin que sean lastimados. Cada alma recibirá la retribución exac ta de sus obras, ya que Dios se encuentra bien informado de cuanto hayan hecho los hombres. Los impíos serán conduci dos por grupos hacia la gehena ... Por el contrario, aquellos que hayan temido a su Señor, serán conducidos en grupos hacia el paraíso. Cuando lleguen allí, y se hayan abierto sus puertas, los guardianes les dirán: <> Se compara frecuentemente la resurrección del hombre con la de la vegetación: <> 17• Esta asimilación de la vida eterna del hombre con la de los vege tales parte de un pensamiento semita muy antiguo, que se .
reencuentra· en Egipto (y del que · da testimonio el mito osíri� co), en Fenicia e igualmente en -B abilonia. · La vida sin fin en el Paraíso es de <>, es un <>. El Paraíso es un jardín in menso <>. <> .1 8 • La descripción de los jardines de Alá nos hace pensar, a veces, en el Edén de los judíos, en el cual hay cuatro ríos, de leche, miel, vino y aceite, que surgen de las raíces del Arbol de la vida 1 9• También en este caso se encuentran las mismas imá genes inherentes a la conciencia semita. < lo que será vuestra verdad, retribución> en aquí, En estos jardines del paraíso, los bienventurados volve rán a ver a sus familias (como sucedía en el otro mundo egipcio, pero sin apremios previos) 2 1 • Según el comentarista ,,.
1s
/bídent, XLVII 1 5 . ..
19
20 21
253. Corán, LXXVI, 1 2-22 . Ver anteriormente, p. 257. Ver anterior111 cnte, p.
257
.
LA SABIDURfA SEMtrlCA.-. .
• ..
. del Corán Abú . Mohamed é l·.- Har�w.i · (mue rto -. en · e l . a ñ o 1 0 1 0)., las visitas se carnbiarán en - el: transcúrso _ de _ la - sema-.
.
'
.
.
na, en los días consagrados: el sábado., los '1ijos visitarán a ••
los padres;. el domingo, los. padres visitarán: a los hijos; el lu� nes., los discípulos visitarán a sus �ae��o s; el martes, . los '
•"
a
maestros visitarán a sus discípúlos; el miércoles, las . naciones visitarán a sus profet·as; el jueves, los profetas visitarán
�
sus naciones; el viernes., todas las criaturas . del.- paraíso visi tarán a su Señor.
El jardín constituye el símbolo mítico de la fecundidacl, en · e l corazón de una primavera ·eterna. Este mito será toma do por los griegos, con el jardín de las Hespérides, en el que se celebró el matrimonio de Zeus con Hera. Pero su signifi cado es más llamativo para los pueblos que viven cerca de los desiertos; figura., como el oasis, la pausa deseada y el re poso en el frescor. Es un lugar imaginario suscitado por el medio real. E n oposición., el fuego (símbolo. del horno que significan las extensiones desérticas durante el día) será la eternidad destinada a los impíos, <> . <> 22•
<> 23• A otros se les dará a beber agua h i rviendo que les devorará las entrañas>> 24. En el int..ierno ta1nbién existe la nieve que produce un frío terrible, y que tal vez torture más a los réprobos que el fuego de las llamas.
En ese mundo del más allá no tiene lugar ninguna prác tica mágica; la magia está considerada como uno de los pe22 23 24
cados graves cometidos por el intennediario de la lengua, y
. ..
.
que se encue�tra en el mismo nivel que el falso testimonio, .
.
o el juramento falso hecho con premeditación. Es cierto que en los cuentos árabes la magia juega un gran papel, como se puede ver en las aventuras de Aladino. Pero no se debe con- . fundir el Libro santo con Las mil y una noches� puesto que · estos relatos no son más que el eco pop Ü lar de una creencia; unos relatos por demás útiles, en ciertas ocasiones, ya que permiten comprender mejor el razonamiento· de los hombre.s y su conciencia profunda.
Una vez más, este capítulo pe1·111i te asir el espíritu de la gran comunidad semita, su vida y sus sueños, en los cuales se inspirará, entre otros, el cristianismo. En el conjunto del antiguo Oriente Próximo nacen gran des mitos desde la más remota época de las civilizaciones conocidas y organizadas. De uno a otro pueblo se forman los cambios, al igual que surgen las adaptaciones eventuales del genio particular de cada uno de estc>s puebl
259
•
•• -.
.
.
-�. •
-. . •
...
�
. .. . � . .
--
•
.
.
. .
-·
.
. .·
,
. __
'""'.
... ._ .:..
_ ...._ - . -
-
..
-
.
:
-
...
..
. .
. r
· ... . -
-
. --
- .
-
-
-
-
.
-
--
.
- ·-
-
-
•
•
VI A través de los cuentos y las leyendas. Los mitos y los gra
semíticos
.
..
�
:; :
-
-
>, -
.
'
•
·-
:-'...: .
•
.
•
.
-
·..
-
,;
. . . -::� -
' -
.
-
VI A través de los cuentos y las leyendas. Los mitos y los gra
s
temas semíticos
.
'
-
'
-
. •
.-.
-
·
.
..
-· •
• .
. •
.
.
.
.
.
• •
.
.
.
. •
.
.
.
. ·· -
•
...
· · to 0t�ep ubr.1 ·E:l: ·_,n·�ufragio· ·y el --�4.�sc . · · · · · de 18 is·1a . encantada _ -
-
· ·. .
-
.
.
·
.
.
.
.
. .
•
·
.
--·
.
. _,
.
.
.
..
-
-
.
•
•
. - . . . .
·
..
.
.
.
.
•
•
-
.
.
-- . - . .· . . · .
-
-
•
-
·e' . .
•
L TEMA DE LA ISLA ENCANTADA
a la cual se arriba de for
ma milagrosa tras u n naufragio, y en donde se viven aventuras marav illosas, se encuentra en los cuentos egip cios, acadios y árabes. El relato de las aventuras de Ulises eh la Ilíada, testimonia su difusión en otros medic>s . En Egipto, un manuscrito sobre papiro que data de alre.
dedor del año 2000 a. de C. ha conservado el texto íntegro de este cuento. Un navío egipcio bc>gaba por el mar Rojo cuan do una violenta tempestad destruyó hombres y bienes. Solo un marinero, encaramado en una astilla de madera (quizá un
eleme11to del miit), logra llegar a una isla de vegetación �uju1·iante, la isla del ka: <>. Di1ra111e tres día ;-. y t1·es noche�' el náufra ..
go., agotado, se entrega al sueño a la sombra de un árbol. Tras despertarse y apaciguar su hambre, hace un sacrificio a los dioses. Y es entonces cuando, repentinamente, escucha <
ruido .�e1neja11te al r1·ueno, y he aquí que ve inclinarse los ár boles y temblar la tierra>>. Descubre, aterrorizado, que una
serpiente gigante�·ca avanza hacia él. Mide alrededor de die císéis metros de longitud, y su barba (que denota su origen . .
divino) máS;. q� _qos metros; <> . El animal divino lleva al hombre a su guarida, y este le cuenta su odisea. La ....
. . \.
.
.
serpiente lo afeita y, convertida ocasional mente en profeta, le
263
. ,
,,
.
.
.
. .
LA
SABIDURJA SEMfnCA...
anuncia que;
al
cabo de ·�
e���� . ...
-
meses, vendrá un·-barco-- a.· re.
-
cogerlo. Ella le cuenta también su µistoria: su .familia (seten.
.
ta y cinco serpientes) ha sido quemada por una· estrella caída del cielo, y ahora ella es., en esta isla, la única que ha escapa
tal
do a
hecatombe. Cuando el hombre promete enviarle ricas
ofrendas y presentes, se echa a reír, ya que es ella misma la
que detenta la planta de la_ vida �nmortal. También le infor ma de que una vez que él la haya dejado, la isla desaparece rá para siempre en las aguas 1 •
El rey-héroe acadio Gilgamesh, como ya hemos visto 2 , había partido, desesperado tras 1·a muerte de su amigo Enkidu-, en busca ·de la
'
planta de la vida· q11� tenía en su poder el -
....
sabio Utanapishti., el cual vivía con su espo.sa en una isla lejana, tras haber sobrevivido al diluvio. Es un ser privilegia do por los dioses,
rescatado de un proceso de de..�trucción .
.
total por agua. La serpiente de la isla de ka es también la única superviviente de una destrucción por el fuego. Cuando Gilga•nesh abandone la isla, que parece ser un accesorio di vino temporal, aquella
desaparecerá igualmente en Las
aguas. En el camino de regreso, el héroe acadio quiere dar un descanso a su fatigado cuerpo tomando un baño en <>, y dej a en la orilla su ropa con la plan ta de la vida. Entonces, una serpiente, atraída por el aroma de la planta, se acerca y la roba.,
volviendo a..�í a .�u po,�eedor
legítimo. Al marchar, la serpiente <>, signo de un nuevo nacimiento que se produce al consumir la hierba de la juven�ud.
·
Parecidas a·venturas le ocurren al rico Simbad el marino,
que vivió en Bagdad en tiempos del califa Harun-al-Raschid. • 2
264
C. Lalouette, Textos, pp. 152- 1 58. Ver anteriornaente, p; 238 .
Texto íntegro del cuento:
EL NAUFRAGIO Y EL DESCUBRIMIENTO DE LA ISLA ENCANTADA
Conocedor de mares y de océanos., hizo siete viajes a tierras -
lejanas. La mayor parte de ellos están separados por un naufragio. Simbad escapa a l a muerte agarrándose a << una de
las maderas del timón, que le hace mantenerse a flote>>; tam bién él cuenta su llegada a <>., en cuya ribera descansa durante tres días y tres noches., después calma su hambre y su sed., pero le do mina el pavor al escuchar un << ruido semejante al del true no>>. La tierra tiembla entonces., y ve avanzar hacia él a un ser gigantesco, que puede ser una serpiente o un monstruo compuesto (según los viajes). Bajo su fc>r1na de serpiente., el habitante de la isla consolará al hombre perdido.
Una hi storia análoga aparece en el medio griego., en el curso de las aventuras de U lises. Este., obedeciendo las órde nes de Zeus, deberá dejar la isla de Calipso (sin duda Ceuta, en la costa marroquí) y continuar su viaje por mar. Pero el dios de los océanos, Poseidón., para llevar a cabo su vengan za, provoca un naufragio. U lises logra sal v arse <
..c;obre unll viga como ..c;i fuera un corcel>> y de esta for1na lle ga a las ori llas de la isla de Scheria (sin duda Cc)rfú). Agota do., se queda dormido durante tre 5 días y tres noche.� , hasta ..
que las risas de Nausicaa y de sus compañeros lo despiertan. Perc>, más tarde, después de que U l ises parta hacia otras aventuras, La i.�La también de..saparecerá, como sucedió con la isla de ka, tras la partida del egipcio.
Algunas variantes y puntos c<>munes testimonian la gran difusión de los elementos de este mito y del si mbolismo de la serpiente.
265
.
'
.
.
.
. . · .
.
�
.
.
La serpiente ·inmortal · y la :í>IaÍlta de la vid�
,
.
.
-
•
.
. :
.
. .
.
• .
. .
·
•
,
de la serpiente es diverso, como son di � versas sus actitudes y sus acciones. E l ofidio ofensivo y agresivo se convierte, según hemcls visto, en el <> 1 , un émulo de Satán que, astuto y peligroso, sostiene una rebelión contra la divinidad. Pero, para los Antiguos, la serpiente es también. un ani mal simbólico de la vida eterna, de la inmortalidad. En efec to, aparecerá, a los ojos de los humanos, como renaciendo L SIMBOLISMO
tras cada muda. Bajo tierra, se ali1nenta del jugo de las plan tas, en una vegetación que se ve perpetuamente renovada; participando, pues, de su naturaleza. Es u n ser inmortal, que detenta la pla11ta de la j u ventud. Así es l a serpiente de la isla de ka; e igual resulta la serpiente que le roba a Gi lgamesh la planta que el héroe había recibido de Utanaphisti: perfecto ejemplo de inmortalidad, la serpiente perderá su vieja piel tras haber conseguido la planta, y de este modo renacerá a una 11ueva vida. Los herejes ofitas del siglo 1 de nuestra era creían que el mundo había sido enge11drado por una serpiente. La serpiente de bronce fabricada, según la tradición hebrea, por Moisés, por orden de Dios 2, se reverenciaba en el santuario del Tem1
Ver anterior111ente. p.
2
Números.
83.
XXI. 8-9.
267
LA SABIDURfA SEMfTICA...
plo (en donde ·se .. le b�ci�n ofrend,�s de ·. inci�nso) hasta su des trucción por el. rey ieforffi a
...
.
.
.
.
héroe y dios de la medicina, -�el Esculapio de los latinos hij o de Apolo, eran unas serpientes enroscadas en un bastón; es la i1nagen del caduceo que hoy podemos ver en el para brisas de los vehículos de los modernos discípulos de Escu lapio. U n mito perenne que perdura desde hace cuatro mil años, y que fija sus raíces en los viejos fundamentos semitas • • egipcios. De igual modo se solía representar frecuentemente a Deméter, diosa materna de la Tierra, sentada sobre una ser piente 5. E n Roma, sobre los altares domésticos de Pompeya (como sobre los de Delos, en Grecia), figuraban serpientes simbolizando de forma especial el genio t"arniliar (cercano, en su concepción, al ka egipcio). El viejo mito de la serpiente inmortal desborda ampliamente el cuadro semita. En Africa y Madagascar, los antepasados muertos pueden reencarnarse en serpientes y revi vir, de este modo, una nueva etapa en la tierra. ,
La serpiente, en el cuento egipcio, tenía también el po der de la profecía, lo que constituye un don de los seres pri vilegiados que se hallan en CC)munión con la vida eterna. En Grecia se pensaba que las serpientes podían, mediante un to que purificador, conceder ese don a los humanos. Así, Ca3 4 s
268
Reyes, 11, XVIII, 4. Como Zeus, en el arte órfico, Mito.5 hebreo.5, p. 52. Sobre estos hechos cf. P. Grima), Dictio1znaire de la mythologie.
LA SERPIENTE INMORTAL Y LA PLANTA DE LA VIDA
· sandra, hija de Príamo y de Hécuba, c uando llegó a la edad
adulta, profetizó la ruina de Troya, pues, en su infancia, dos serpientes habían puesto su lengua sobre sus órganos senso riales. En muchos mitos (frecuentemente semitas en su origen) la serpiente era un ser de excepción, que vivía · en comunión, de todas las formas y maneras, con la naturaleza, y detenta ba los secretos de la vida.
--
269
.
' .
,
.
El ·fé nix
.
-
. .
..
. , .
-
-
.
.
. .
.
.
.
.
•
cuya leyenda está uni da al culto del sol. El mito nació entre los semitas del Nilo en épocas muy antiguas. Cuando la inundación cubría el valle, los egipcios de los L
r�NIX
ES U N PÁJARO FABULOSO
primeros tiempos notaron la presencia de un páj aro magnífi co, que tan pronto planeaba a ras de las aguas como se que daba posado en alguna roca prominente. Se trataba de una garza cenicienta, con un pico largo, recto y agudo, y la cabe za adornada con un doble copete. En el súbito fulgor del alba, parecía surgir de las aguas com
dio de una gloria lu1ninosa; al igual que él, parecía surgir entonces del seno de las aguas primord iales; y también como él, reinaba en las fiestas de la vida regenerada 1 • Los egipcios lo llamaban benou, nombre que mucho más tarde se transformó en << fénix>>.
El ave fénix aparece en las creencias judías, y está pre sente en el arca de Noé. En el momentc) en que Noé y sus hi1
S . Sauneron. Dictio1111aire de la cii-·ilisatio1z é��Yf'tie1ine, p.
222.
27 1
LA
SABIDUJÚA sEMfncA...
•
jos distribuyen el ali1nen�o �oti9i�o a los animales, pidien . do cada 11no de ellos su particular sustento, Noé avisa rápi da1nente al fénix, que se halla hecho una bola en una esqui na y no dice nada. <<¿Por qué no reclamas nada?>>, le pregunta Noé. <>, responde el pájaro. Entonces Noé bendijo al pájaro diciéndole: << ¡Quiera Dios que tú no mueras ja1nás ! >> 2• El fénix figuraba también, en épocas anteriores, en el paradisíaco j ardín del Edén. El rabino Berechit, en su co mentario al Talmud, cuenta este hecho: <> 3.
Partiendo de estos diferentes elementos míticos constru yeron los griegos su mito del fénix. El aspecto general del fén ix es el de un águila de talla considerable, de plumaje rojo fuego, azul claro, púrpura y oro. Pájaro único en su es pecie, n<> puede reproducirse como los otros animales . Cuando las aves fénix llegan al final de su existencia, tras un periodo que las tradiciones fijan en quinientos o, más fre cuentemente, en mil años (o mil cuatrocientos sesenta y un años; o, incluso, doce mil novecientos cincuenta y cuatro años), el ave recoge una serie de plantas aromáticas (incien so o aroma) para construir una especie de nido; en él in2 3
272
Mitos hebreos, p. 1 24. Talmud,. p. 38 (rabino Berech. cap. 1 9).
EL F�IX
troduce fuego,
y
..
.
;
.
.-
de esa aromática hoguera renacerá un nue-
vo fénix. Este mito del fénix, formado por diversos elementos, es esencialmente un mito de renacimiento, de la vida que ja más se extingue. También e n este caso, e l origen e s i n contestablemente semita. La serpiente inmortal
y
el fénix son hermanos en su re
surgimiento. La búsqueda de la vida sin
fm
se halla en el
centro de la conciencia de los hijos de Sem.
-
273
Los hermanos· ene�igós '
.
.
·
.
entre dos hermanos, que pue � de conducir hasta la muerte de uno de ellos, se encuen tra en los textos semitas desde tiempos muy antiguos; mu c has de estas leyen das h i c ieron e s c u e l a e n el mundo L TEMA DE LA ENEMISTAD
occidental, especialmente en Grecia. Las causas de esta enemistad pueden ser diversas. Esen cialmente, y con frecuencia, son debidas a un derecho de pri mogenitura, y constituyen graves querellas debidas al orgullo y a los celos de uno de los hermanos. Pudo ser también una historia de rivalidad amorosa, debida a una mujer hipócrita y taimada; una mujer rechazada que intenta vengarse.
Procedentes de textos religiosos, se conocen las aventuras del dios Osiris y del dios Seth 1 en Egipto; una rivalidad que lleva a Seth a matar, por dos veces, a su hermano.. Este, sin embargo, y gracias a la mágica ayuda de su esposa Isis, resu citará y de este modo su hijo Horus podrá recoger su herencia..
También está la historia de Caín y Abel, los hijos de Adán. Una versión del Talmud pone frente a frente a los dos 1 Ver anteriormente, passim.
275
LA SABII>URfA SEMfTICA
.•.
her1nanos;_-.Q:tfn s� sent;ía dolido porque -�•::-Eterno había re
. ' chazado su ofrenda (cons istente en unos granos de lino), 1nientras que había apreciado la de Abel (un cordero recién nacido). Concibió entonces unos inmensos celos y buscó el medio de encontrar venganza; ¿acaso no era él el mayor, el p rianero de los hijos de Adán? Un día Caín dijo a Abel: <>. Abel, hombre dulce y justo, aceptó y, tomando posesión del ganado, lo dejó que fuera a pastar la hierba de los campos. Entonces Caín le hizo observar que estaba violando lo establecido, ya que hacía pacer el rebaño e n las tierras que eran de su propiedad. Abel, por su parte, hizo observar a Caín que ie pertenecía la lana con la que se vestía. La disputa se envenenó, Caín persiguió a Abel de la montaña al valle, y del valle a la montaña, hasta que lo atra pó. Se pusieron a luchar, y Abel se quedó encima de su her mano. Vencido, Caín apeló a la piedad de su her111ano que, enternecido, lo soltó; pero Caín se irguió y mató a traición a Abel 2• Existen otras versiones de este duelo fratricida y de las causas que lo generaron. Caín, perseguido por el Señor, no sabía dónde esconderse, ya que el castigo divino le perse guía por todas partes; allá donde fuera temblaba la tierra; si intentaba ocultar su crimen enterrando el cuerpo de Abel, la tierra lo vomitaba. Huyó, mientras que los ángeles coloca ban el cadáver sobre una roca, en Hebrón, adonde pronto vino a unírsele el cuerpo de Adán, su padre. Caín continuó su vida de vagabundeo y remordimientos, en medio de un sufri1niento continuo. Era el castigo que le había infligido el .
Eterno. existe una versión coránica más breve de la historia 3• El rechazo hecho por Alá a su ofrenda desencade na la cólera de Caín, pero Abel rehúsa matarlo, pues <>, dijo él. Caín convertido Tatnbién
2 3
3 8-40. Corán, V, 27-32.
Talmud, pp.
•
276
--
'
LOS. HERMANOS:· ENEMIGOS
' '
en ·· un .asesino formará : parte en adelante de <>, el horno. del infierno, que es <>.
También son célebres las disputas de Esaú y Jacob, hijos gemelos de Isaac, alumbrados por Rebeca. Sus enfrenta mientos ya se iniciaron en el seno de su madre. Rebeca con sultó al Señor a propósito de esta lucha prenatal, y Aquel le respondió: <> 4 • Ya en el seno de su madre se habían repartido el universo: a Esaú (que nació el primero) le tocó el mundo de la carne, y a Ja cob, el menor, el mundo del espíritu. Y así fue como Esaú, hombre rudo, brutal y atraído por los placeres materiales, cambió su derecho de primogenitura por un plato de lente jas, de las que gustaba mucho. Otro ejemplo de lucha prena tal entre dos gemelos se encuentra igual mente en la Biblia, a propósito de Thamar, la nuera de Jacob 5 •
En Palestina se ha conservado una leyenda antigua, comparable a la de los mitos de Caín y Abel, o la de Esaú y Jacob, si bien se encuentra en la traducción griega que hizo Filón de Alejandría. Dos hermanos se encontraban enfrenta dos: Usoos (transcripción griega de nombres palestinos), el 1nayor, gran cazador, brutal y amante de los placeres mate riales, descubrió cómo poder hacer vestidos de piel; de este modo nos recuerda muchc> a Caín y a Esaú. Hypsurianos, el menor, inventó las tiendas de caña, personaje parecido a Abel, el pastor, y a Jacob (un hombre que vivía bajo las tien das). 4
Génesis� X XV� 22-23.
5 lbídeni, XXXVIII� 27-29.
277
· LA SABIDUJUA SEMtrlCA.;.. ·:. Este · tema de ··los he1manos enemigos es· ·un ·viejo ·asunto · semita nacido en el Oriente Próximo· occidental� En l:os· . dife rentes casos expuesto·s , los celos del hijo menor hacia. el ma yor constituyen el desencadenante de esta enemistad.
278
Las· ,tra·Inpas f- emé·ninas ·.
AY OTRO MOTIVO
.
-
que puede desencadenar el enfrenta
miento entre dos her1nanos: la presencia de una mujer casada con uno de ellos y que intenta seducir al otro. Un antiguo cuento egipcio evoca este asunto: dos her manos vivían felices y amigos, cultivando sus campos. El mayor, Anup, estaba casado; pero su mujer se prendó del más joven e intentó llevarlo a su lecho, aprovechándose de una ocasión que le pareció propicia, durante la ausencia de su esposo. Pero Bata la rechazó. Cuando llegó la noche y re gresó el marido, la mujer deseosa de vengarse de la afrenta, adoptó la actitud de una mujer a la que se había intentado violentar, y le contó a su esposo la traición del hermano me nor. El primogénito, ofendido, salió de la casa con intención de matar a su hermano. Mediante la complicidad de las va cas del rebaño, que habían comprendido los proyectos fratri cidas de Anup, pudo salvarse B�ta. Pc>rque los animales, en las leyendas egipcias, hablan. Final mente, Bata pudo expli car la realidad de la situación. Anup, entonces, mató a su mujer y la echó a los perros.
Relatos análogos, que testifican la astucia de las mujeres ofendidas, se encuentran con frecuencia en el medio semíti co. Cuando José, hijo de Jacob y primogénito de Raquel� fue
279
. .
' •
. .
•
•
LA SABIDUIÚA
.
sEMfncA...
vendido en .- Egipto··al·.e u��éo Putif�,--l�·mujer de este ú ltimo, · Sule ika, intentó ta1nbién seducirle; y como José la rechazara (<>), la mujer i ntentó una argucia; desnudando en parte su cuerpo ante él, e i ntentando hacerle beber filtros a111o rosos (pero Dios previno siempre a José advirtiéndole de las bebidas y los platos que debía evitar), hasta que llegó el día en que, tras desgarrar su túnica, declaró que José ha bía intentado violarla. Pero el juez del tribunal supo resta blecer la verdad (pues la desgarradura del vestido se había hecho por l a parte delantera y no por la trasera, lo que probaba que había sido la propia Suleika la que la había desgarrado). . "'..
.
. .
.
..
...
-
..
.
. .
....
.
.
-
..
-
.
--
.
'
.
Este tema se encuentra también en los relatos griegos. Belerofón, hijo del dios Poseidón, tras haber dado muerte a su her1nano Deliades, tuvo que abandonar Corinto refugián dose en Tirinto, al amparo del rey Proetos. Allí vivió una experiencia, análoga a las precendentes, con la reina, que se enamoró de él e intentó seducirlo; tras su fracaso, la mujer lo denunció falsamente a su esposo. Pero Belerofón, que era hij o de un dios, pudo escapar de todas las trampas que le fueron tendidas. También resulta muy conocida la historia de Fedra e Hi pólito, hijos de Teseo. Lo mismo sucede aquí con Fedra, mujer de Teseo, que, rechazada por Hipólito, intenta com prometer a aq ue l. ·
Her111anos enemistados, mujeres rechazadas que buscan venganza: las historias, nacidas en una país semita, se pro pagan y se desarrollan. •
. .
.
. •
280
•
•... R
'• -
.
..
.
-
·-
. .
.
...
4
•
· -
.
. . -
.·
. .
.
.
.. .
..
. .
r
..
. ...
.
.
...
.
•
.
r.
.
.
� •
.
..
;
...
.
•
El · mito de; la in�eligencia q:ue triunfa sobre · 1a fuerza. .
'
.
.
.
. ,
.
-
. •
•
ONOCEMOS LA HIS1�()RIA
de David y Goliat, el gigante
brutal y torpe. El hecho sucede cuando los filisteos se enfrentan al ejército de Israel, que se encuentra bajo las ór denes de Saúl. De las filas de los filisteos surgió de repente un hombre que medía seis codos y un palmo de alto (más de tres metros). Llevaba en la cabeza un casco de bronce y se cubría con una cota de mallas que tenía un pese) de cinco mil siclos (treinta kilos) . ..fambién iba fuertemente armado (con lanza, espada y jabalina). Para evitar una batal la encarniza da, propuso un combate singular en el que él se enfrentaría al hombre que los israelitas designaran entre sus hermanos. Todos los días, por la mañana y por la noche, durante cua renta jornadas, el filisteo avanzaba hacia las filas israelitas esperando que se manifestara el otro cclmbatiente. Pero una mañana, David el pastor, hijc> de Jesé de Belén de J udea, al llevar algunos al imentos a sus hermanc>s que se encontraban entre las filas de los combatientes, escuchó lo que decía Go liat, y fue a donde se encontraba Saúl y le propuso e11fren tarse al gigante, ya que muchas veces él había tenido que matar leones y osos para salvar su rebaño. < las legiones del dios viviente>> . Y como no sabía utilizar la espada, se arn1ó con su honda y sus piedras. cu,111do Goli�lt (1Vé:l11ZÓ hacia él, Da vid preparó st1 honda; bastó u 11 solo t i1·0 de piedra que dio en
28 1
•
LA. SABIDUJÚA
SEMfnCA... •
la frente del filisteo� �p��- qu� . aqucl .. gjgante .te�blemente . a11na do cayera redondo a1 · su�io. . Dávid fue hacia el enemigo abatido; · y tomando ·sú propia · espada le -cortó la�cabeza, desencadenando de este modo el entusiasmo de los hijos de Is rael 1 , a l a cabeza de los cuales muy pronto iba a reinar. ..
-
�
.
.-.
.
..
-
. La versión coránica es parecida, aunque siempre mucho más breve: el combate no fue singular, sino que se trató de •
. .
.
enfrenta1niento total entre los dos ejércitos. Tras el com bate, <> 2• 11n
Este mito, tomado de los Libros· santos, es, de hecho, muy antiguo. Aparece entre los semitas · del Nilo, m.i l años antes del relato bíblico. Se trata de una de las aventuras vivi das por S inué, un noble egipcio que vivió en la corte de Se sostris 1 (hacia el 2000 a. de C.). Vivía entonces Sinué con u n jeque del desierto, y había fundado su propia tribu en el país de Retenu (país que se encontraba en la frontera sirio palestina). Era por entonces un hombre muy respetado, que se hallaba unido al jeque (quien le había otorgado su propia hija e n matrimonio) por una profunda amistad. Pero este fa vor de que gozaba le acarreó enemigos. Un día, el hombre al q u e se consideraba como el más poderoso físicamente, el campeón de Retenu de fuerza sinigual, vino a provocarlo a su tienda. S inué, que se vio de este modo amenazado, aceptó el combate. Durante toda la noche se entrenó tensando el arco, di sparando flechas y bruñendo sus armas. <>, dice Sinué en su relato, <
282
Samuel, XVII. · Corán, Il, 250-25 1 . ·
-
EL MITO DE LA INTELIGENCIA QUE TRIUNFA SOBRE LA FUERZA
mujeres suspiraban, pues todos los espíritus se hallaban lle nos de angustia>>. El campeón avanzó hacia Sinué que se en contraba de pie no lejos de él. Blandiendo ferozmente sus armas, lanzó sus flechas contra el egipcio que, inteligente y hábil, supo esquivarlas todas. Desarmado, el hombre quiso golpear a su adversario; pero Sinué le lanzó en ese momento una sola flecha que se clavó en el cuello del <>, quien lanzando un grito cayó de bruces al suelo. Entonces el egipcio lo abatió con su propia hacha y le cortó la cabeza. Todos los asiáticos exultaban de alegría>> 3.
Los mitos, los temas que se entremezclan, se van diver sificando en el transcurso del tiempo por culturas muy aleja das de la civilización semítica y desarrollándose en el mun do accidental, constituyen para este un reservorio de cuentos y leyendas.
3 Texto íntegr<> del cuento: C. Lalouetlc, Textos II pp. 226-240. ..
..
283
··
C onclusión -·
os TEx·ros SAGRADOS
son, seguramente, los que nos
perrniten conocer del mejor modo las características de la conciencia semítica. Pero entre los semitas, los textos profanos son también muy numerosos, siendo el valor creador otc>rgado a la Pala bra (como a la imagen) la primera de sus motivaciones. Otra razón la hallamos en el gusto que sienten estos pueblos del Oriente Próximo por las her1nosas historias. Ellas constitu yen la gran diversión durante esos tiempos antiguos. Y ellas nos permiten, también, conocer todos los aspectos, n1últiples y cercanos, de esta conciencia. Los cuentos transmiten l a sabiduría de los Antiguos : <>
1•
El cuento y la palabra alej an el abu1rimiento y la muerte. Un tema muy frecuente en los países semitas es el del sobe rano triste que se distrae escuchando las h istorias que le cuentan. Así, vemos cómo, en el año 2720 a. de C., el rey Snefru, tratando de distraerse en su palacio de Menfis, y no encontrando nada que <>, hace que sus hijos le cuenten historias; eran nueve, pero no nos han 1
M. U.N., 11, p. 8 1 2.
285
•
LA SABIDURfA .
SEMfnCA...
llegado todos esos r�lat9�. S .e· -��ta· ésencialmente (por los que poseemos) de relatos de magos. Lo mismo sucederá más tarde con Scherezade, que supo distraer al rey Schahriar · con 111il y una historias, y evitar de este modo la muerte que, en un principio, parecía inevitable. E l cuento posee un poder de encantamiento <>. Los narradores de cuentos eran personas muy buscadas; así tenernos a esta <> 2• Todavía en nuestros días, los narradores de cuentos son unos perso naj es cuyo oficio resulta apreciado, ya se trate de narradores eil las· calles · de El Cairo o Bagdad, en el entorno del hogar, o e n la plaza Djemaa-el-Fna, de Marrakech. Los cuentos per1niten apreciar, aparte de de los grandes temas favoritos de los descendientes de Sem, la sensibilidad particular de estos, de los cuales hemos extraído muchos ejemplos en los textos sagrados, especialmente la emoción buscada y traducida por medio de bellas imágenes, evocadoras, que se inspiran en la realidad y la trascienden. He aquí algunos ejemplos que se pueden encontrar en Las mil y una noches: � -
':'
.....
,..
�
-
.-·
.
""--
.
.
- El barbero, <>. - L a noche <>. - El j ardín, <>. - La música <>. Para los egipcios, la paz es <>, o <>. El miedo .
2
286
Ibídem, Ily p.
478.
.
•
CONCLUSIÓN
<>. Esta evidencia sensibi.lizada, esta a1·1nonía que se busca· con el universo no excluyen las imágenes realistas. De este modo, la descripción de la llegada del príncipe Diamante a una ciudadela que acaba de conquistar, en donde es acogido por una adolescente descrita con imágenes picantes: ·<> 3. Tal descripción evoca aquella ( imaginada) de la reina de Punt por los egipcios. Así pues, los cuentos constituían el gran vehículo del pensamiento. Desde la Mesopotamia hasta el Mediterráneo, desde el Asia Menor a la Península Arábiga, viajeros, mer caderes, caravaneros, soldados y marinos, cuentan las histo rias de su país, en el transcurso del altc> que se hace a la no che, en el gran círculo de las caravanas que a todos engloba" o bajo las tiendas, haciendo circular las imaginacic>nes de hombres y conciencias, para crear un uni verso nuevo duda espiritual
sin
que los une.
Los semitas son, por naturaleza, poetas. Para ellos, <
poema es una palabra hecha con el tej ido de los sueños>>. Sueños que reúnen y comparan los elementos del mundo en una vasta armonía universal. Característico de este <> es este texto del poeta hebreo Samuel Hanaguid (siglo
XI)
el cielo,
3
titulado Cielo y tierra: <
lbídeni, 11, p. 793.
287
LA SABIDURfA SEMfnCA...
.
por cintas: la luna. y las estr�llas cual una pastora- apacentando su rebaño en el prado: la luna entre las rápidas · nu cual bes, . cual una nave de elevadas llamas; una nube u n a j oven doncella que . se pasea por el jardín regando el · cual una virgen que seca sus ca� 1nirto : una nube de rocío bellos húmedos regando el- suelo>> 4 • . El bordado de la tierra, poema de Salomón Ibn Gabirol (siglo XI) dice: <> 5• Esta sensibilidad extrema crea a veces una verdadera poesía de lo imaginario, en cuya concepción se encuentran n a1radores y poetas. Abdalá de la Tierra penetra un día en el mar y, sin manifestar la menor dificultad, se convierte en huésped de aquel. Entonces, <> La expresión escrita del pensamiento semítico se vuelve a encontrar también en un género común a todo el Próximo ·
.
•
4
Poe.'>ía hebrea, p. 50. 5 Ibídem, p. 69. 6 M. U.N., II, p. 43.
288
.
.
.
· : ... .
CONCLUSIÓN
.
Oriente, e�tre los egipcios, israelíes y árabes; es el de las parábola�, en las que la enseñan·za buscada se oculta tras los he.
chos expuestos. De ellas hemos dado ya distintos ejemplos. Las enseñanzas, sabidurías y los textos filosóficos apor tan tamb ién, como ya hemos v isto, s u c o n tribución a la comprensión de la conciencia sem.ítica. Esta, llena de un profund
289
.
Bibliografía �
.
:
�
"
•
.
;r• ·
•
/
t
·
. · :
·
•
..
.
.
.. �
\
A BIBLIOGRAfiA que se cita seguidamente tal vez no sea exhausti �
va, pero contiene la mayor parte de las principales obras úti
les para el seguimiento de l a investigación en curso, que han sido publicadas recientemente. Se presenta según orden alfabético de los títu los abreviados citados en las notas. Arkoun, Essais.
ARKOUM (Mohammed): Essais sur la pen.sée islamique, París, Maisonneuve y Larose, 1 9 84. Biblia: Libros bíblicos del Antiguo Testamento.
DHORME (Edouard): L 'Ancien Testament, 1exte.s traduites et com mentés. París, Gall imard, 1 954 (B ibliotheque de la Pléiade).
La Bible. 1raduction intégrale du 1·abbinat franfais, París, lel Aviv, La maison du Taleth, 1 988.
/,,a Bible. Tradtlction oecuménique. París, All iance biblique uni,
verse lle, Ed. du Cerf., nouv. ed. 1 992. Contes et Jetes juives
EsTIN (Colette): G ontes et Jetes juives, París, Beauchesne, 1 987. ..
Co1·án B LACHERE (Régis): Le Coran, París, Maisonneuve y Larose, 1 980.
BOUBAKEUR (Ceihk Si Hamza): Le Coran: 1raduction franr;aise et commentai1·e d 'apres la tradition, París, Maisonneuve et La rose, 1 995.
•
29 1
LA
SABIDURfA SEMfTICA... .
_ , r �senzens .
· .. ..·
-
. .
: :_
•
•
I
�
·
4
DUPONT-SOMMER (Ancíre): Les
'
•
� "'
... •
,.
· -
-¡
'
Jcrits ·essiniens découverts pres
de
la mer Morte, París, Payot, 1 959.
Fant et quotid. EL KALYUBI (Ahmed): Le fantastique et le quotidien. Tradución de René R. Khawam, París, .Maisonneuve y Larose, 1 98 1 .
Gilgamesh
BoTrER.o (Jean): L'épopée de Gilgamesh. Le grand homme qui ne voulait pas mourir; París, Gallimard, 1 992.
Grimal, Dictionnaire de la. mythologie GRIMAL (Pierre): Dictionnaire de la mythologie grecque et romai ne, París, Presses universitaires de France, 1 963 (2.ª ed.) . •
K.R.I. KITCHEN (Kenneth A.): Rammeside lnscription, Oxford, Black well, desde 1 969. C. Lalouette, Textes LALO UEI*l"E (Claire): Texte.s sacrés et textes profanes de L 'ancienne
Égypte, 2 vols. 1 : Des Pharaons et des homme.s. 11. Mythes, contes et poésie, París, Gallimard, 1 984 y 1 987 ·(col. UNES CO <>). C. Lalouette, Ramses LALOUEI"l"E (Claire): L 'Empire des Ramses, París, Fayard, 1 985.
Les livres des mons
B ARG UEI' (Paul): Le Livre des morts des anciens Egyptien..s, París. ,
Éditions du Cerf, 1 967.
M. U.N.
Les mil/e et une nuits. Contes traduits par Joseph Charles Mar drus, París., Robert Laffont, 1 990 (5.ª reimpresión), 2 vols. (col. <> ).
PETIT (Odette), Vo1s1N (Wanda): La poésie arabe classique. Etudes textuelles, París, Publisud, 1 989. Poésie hébraique Poé.sie hebraique du /Ve au XVII/e siecle. Adapté de l 'anglais et présenté par Frans de Haes, París, Gallimard, 1 98 1 . Sauneron, Esna SAUNERON (Serge): E�·na, El Cairo, Instituto francés de arqueolo gía oriental, 7 vols. Sauncron, Dictionaire SAUNERON (Serge): Dictionnaire de La civilisation égyptienne, Pa rís, Hazan, 1 970. Structure.s du �·acré GH.ELHOD (Joscph): Les �;tructures dtt sacré chez les A rabes, París, Maisonneuvc et Larose, 1 986. Tal1nud ÜVADIAH CAM H Y: J>arole�· du Tal1nud, París, Stock, 1 980. Textes ougaritiques CAQuo·1· (André): Texte.s ougaritiques, 2 vols. 1: Le.s 1nythes. 11: ,.
Textes religieux et rituels, París, Editions du Cerf, 1 989. Textes des Pyramide.'i MERCER (S): 1ne Pyramid 1ext.s i11 Translation ami Commenrary,
4 vols. Nueva York, Londres, Toronto, 1 952. Textes de.� ..)arcophages B ARGUET (Paul): l.¿e.{) rexte.� de.s sarcophages ég)ptien..s du Moyen ,.
Empire, París, Editions du Cer, 1 986. Théologie i.�la1rzique BoUBAKEUR (Cheikh Si Hamza): Traité mode1·1ze de théologie isla mique, París� Maisonneuve et Larose, 1 993.