Colegio Philippe Cousteau Grado: Decimo Periodo: Tercero Laboratorio Docente: Stiven Sicuamia
Termómetro Casero
Esta vez os vamos a proponer un pequeño experimento que podéis hacer fácilmente en casa, y con el que podréis enseñar a vuestros padres y hermanos como fabricar un termómetro. Como todos sabréis, un termómetro no es otra cosa que un aparato que mide la temperatura. ¿Pero cómo funciona? Básicamente en un termómetro lo que tenemos es un material, que puede estar en fase gaseosa, líquida o sólida, que presenta alguna propiedad sensible a la temperatura. Por tanto, cuando se produce una variación de temperatura, algo se modifica en el material, esto se observa y entonces podemos deducir que la temperatura ha cambiado. Veamos un simple ejemplo con un termómetro de mercurio: cuando la temperatura aumenta el mercurio se dilata y sube por el tubo en el que es tá guardado. Dependiendo de cuanto suba, podremos establecer cuanto ha aumentado la temperatura. Previamente el termómetro se ha calibrado, y por ello aparecen indicados en una escala los valores de temperatura, para así establecer la relación entre dilatación y temperatura. Los termómetros digitales, disponen en su interior de algún material sensible a la temperatura, y de un circuito electrónico que convierte el cambio con la temperatura en una señal eléctrica que activa la pantalla digital. Nosotros vamos a hacer un termómetro casero donde se puede ver fácilmente el principio de funcionamiento de un termómetro. Explicamos paso a paso como hacerlo:
Materiales Agua Alcohol sanitario (del que venden en farmacias para curar las heridas) Colorante Frasco que se pueda cerrar (nosotros usamos uno de los de viaje de plástico, que tiene tapa) Pajita Rotulador Celo o plastilina
Procedimiento
Llenar el frasco con partes iguales de agua fría y alcohol. Os dejamos total libertad para que echéis cuanto queráis, probar a hacer un termómetro con más cantidad de líquidos o menos. Eso sí, av eriguar antes que capacidad tiene el frasco para para no pasaros. Echar unas gotas de colorante y agitar. Si no
tenéis colorante podéis echar unas gotas de tinta del bolígrafo. Os tiene que quedar una cosa de este tipo:
Insertar la pajita en el frasco. Cerrar bien cualquier entrada de aire, para eso podéis poner celo o plastilina alrededor de la pajita y del frasco. Por el frasco que utilizamos no ha sido necesario hacer un agujero en la tapa. Si utilizáis otro recipiente, como una botella de plástico, haced un agujero en la tapa con la ayuda de unas tijeras o un cúter. Esto es lo que tiene que quedar:
¡Ya tenemos nuestro termómetro! En 2 simples pasos. Y ahora a medir… Podéis calentar agua y echarla en un recipiente más grande (para que quepa dentro el termómetro). Sumergís el frasco, pero con cuidado de que no entre agua dentro del termómetro. Y veis que pasa…. ¡El
líquido sube por la pajita! Igual que sube el mercurio. Tenemos un líquido sensible a la temperatura, y podemos ver el efecto, luego tenemos un termómetro. Cuando el nivel de líquido se quede quieto (al principio puede oscilar un poco, porque el líquido se está calentando), haced una marca en la pajita. Esto será nuestro nivel de muy caliente. En esta foto podéis ver un ejemplo. Ahora, sacamos el termómetro y lo metemos en otro recipiente pero con agua más fría, templada. Veréis que el líquido no llega tan arriba como antes. Marcamos este nivel como templado. Y así tenemos un termómetro , podemos distinguir cuando el agua está muy caliente o templada dependiendo de hasta donde llegue el líquido del termómetro cuando lo sumergimos. Aquí tenéis un ejemplo de cómo queda cuando el agua está templada: Si tenéis un termómetro que mida entre 20ºC y 100ºC podéis sumergirlo al mismo tiempo y así sabréis exactamente el nivel a que temperatura corresponde. Esto es calibrar un termómetro: dadle al efecto que vemos un valor en la escala de temperaturas.
Consejos útiles para que el termómetro funcione correctamente:
El agua con el que hacéis el termómetro tiene que estar muy fría. Si no podéis meter el termómetro un rato en la nevera antes de usarlo para medir.
Cuidado al sumergirlo en agua muy caliente, puede que el líquido rebose y se salga de la pajita. Tened a mano algo para poder
limpiar. Si os pasa esto, enfriar un poco el agua para que así cuando suba por la pajita llegue hasta una altura que podáis marcar.
Cuando paséis de un recipiente a otro de distinta temperatura, esperad un tiempo para que el termómetro se estabilice. Incluso podéis enfriarlo debajo del grifo (con cuidado de que no le entre agua)