CONTEXTO HISTORICO DE LA REBELION DE BOCA DE NIGUA. Víctor Eddy Ruiz B.
La rebelión de Boca de Nigua se produjo entre los días 30 y 31 de octubre del año 1796. Cuatro años antes del siglo XIX: •
Siete años después de la revolución francesa y la declaración universal de los derechos del hombre.
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Cinco años después que se proclamó la República francesa.
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Tres años después de la abolición de la esclavitud en Saint Domingue.
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Un año después del tratado de Basilea, mediante el cual España cedió toda la isla de Santo Domingo a Francia.
Documentos oficiales de la época ponen en evidencia que la rebelión de Boca de Nigua tuvo una tremenda repercusión política en la coyuntura en que se produjo. De acuerdo con una carta que le enviara el gobernador de la colonia, Joaquín García, al ministro español Manuel Godoy, los sucesos de Boca de Nigua se desarrollaron de la siguiente manera: Juan Bautista Oyarzabal era el administrador y fundador del ingenio, pero el inversionista era el marqués de Iranda. En el ingenio había 200 esclavos. En ese momento era considerado como la mejor instalación de su género en toda la colonia. La rebelión tuvo una duración de 48 horas. Se inició el sábado 30 de octubre. Originalmente los rebeldes atacaron la residencia del administrador, quien intentó repeler la agresión. Se sabe que éste ya estaba prevenido de la inminencia del ataque y que tuvo tiempo de enviar emisarios para pedir refuerzos militares a Santo Domingo, distante a unas 3 ó 5 millas de Boca de Nigua. Debido a los informes que tenía pudo organizar una defensa. Al final, sin embargo, no pudo resistir el ataque de sus esclavos. Así, Oyarzabal junto con los demás blancos del ingenio se vieron en la obligación de huir a Santo Domingo, pudiendo salvar sus vidas de esa manera. Al abandonar el administrador el ingenio, todo quedó en poder de los insurrectos. Mientras Oyarzabal buscaba refugio en Santo Domingo, un ejército español fue movilizado hasta el ingenio. Unos 54 soldados comandados por dos oficiales atacaron a los insurrectos. El primer embate los esclavos lograron contenerlo, pero no pudieron repeler uno nuevo. Desalojados de sus posiciones, los esclavos abandonaron el ingenio y se dispersaron por toda la región sur: San Cristóbal, Bani, San Juan y Azua. La persecución duró poco. Oyarzabal ofreció una recompensa por los alzados que incentivó más las ansias de venganza de los dueños de esclavos de la región, quienes no querían que el suceso se repitiera en lo sucesivo. Fruto de la cacería fueron apresados 69 esclavos. Antes de cumplirse el mes de la rebelión, el 22 de noviembre, se inició el proceso contra los prendidos. A la semana se dictó la sentencia. Como consecuencia de estos sucesos siete fueron
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condenados a la horca. “...El resto de toda la negrada así varones como hembras fueron azotados en la Picota los primeros y las segundas dentro de la Cárcel a ciento, y cincuenta azotes pasados por debajo de la horca después de presenciar la ejecución y destinados a los trabajos de la misma Hacienda como Presidio con grilletes al pie y garabato al Cuello por el termino de diez años. Tres de los Cooperadores con su instrucción de los Briganes de la Colonia fueron sentenciados a los Presidios de Cartagena, Vera Cruz y Havana y otro de los primero a Panamá por convenir quitarlo de entre los demás....” (Mejía Ricart, 1953, 6: 334-335). La revolución francesa y el tratado de Basilea fueron acontecimientos claves en los sucesos de Boca de Nigua, en octubre de 1796. En gran medida el segundo fue una consecuencia del primero. La revolución francesa fue seguida de una cadena de eventos en la que el papel político del rey fue el centro del debate: desde el establecimiento de una monarquía limitada, hasta el enjuiciamiento, condena y ejecución de Luis XVI y su esposa María Antonieta y el establecimiento de la república francesa. Estos acontecimientos pusieron a la mayoría de los países europeos en contra de Francia. Primero Prusia y Austria se aliaron contra ésta. Luego España, Inglaterra y los países bajos siguieron el ejemplo. Esta última guerra contra Francia se inició en el 1793 y se prolongó hasta 1795. España sucumbió ante Francia, y ésta última le arrebató algunos puntos claves dentro de la península. El fin de la contienda lo sancionó la paz de Basilea; mediante este acuerdo España recuperaría el territorio peninsular ocupado por los franceses, pero le cedería, en contrapartida la isla de Santo Domingo. La repercusión de la revolución francesa en la isla de Santo Domingo no se sintió solamente a partir de 1795. En la parte francesa de la isla la revolución antes había acelerado luchas políticas que venían germinando en la colonia desde antes de 1789, como la búsqueda de independencia de los colonos blancos, con respecto a Francia, influidos por los efectos de la revolución independentista de los Estados Unidos. Otra lucha que se aceleró fue la de los mulatos por alcanzar la igualdad total con respecto a los blancos. En el ámbito social, sin embargo, la mayor repercusión del acontecimiento citado fue sin lugar a dudas, la lucha por la emancipación de los esclavos, hecho que se consumó, finalmente, el 29 de agosto de 1793. Para que se tenga una idea del significado social que tuvo la abolición de la esclavitud en la parte francesa de la isla de Santo Domingo es útil conocer sus datos demográficos hacia el año de 1789: De 485,624 habitantes que se calcula había en la colonia, 35, 043 (7%) eran blancos, 427,293 (88%) eran esclavos y 28, 288 (4%) eran libres de color (Cassá, 1977: 157) Para los esclavos negros alcanzar su emancipación debieron hacer una guerra sangrienta y prolongada de 10 años, que iniciaron en agosto de 1791. Una de las características de esta lucha fue la unión de los blancos y los mulatos contra los negros y los cambios en las alianzas internacionales que dieron a lo largo de esta lucha. En la parte española de la isla de Santo Domingo la repercusión inmediata de la revolución francesa no dejó de ser menos importante. Pero fueron, sin lugar a dudas, la lucha abolicionista de los esclavos y la cesión de toda la isla a Francia lo que a la postre tuvieron mayores consecuencias políticas y sociales en la colonia.
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La cesión de la colonia española a Francia despertó entre sus esclavos ansias de libertad. La rebelión de Boca de Nigua fue dentro de ese contexto una de las mayores expresiones de ese deseo. Este acontecimiento singular fue la expresión de una lucha social trascendental en la que los esclavos asimilaron las ideas más avanzadas en el campo político internacional, como la declaración de los derechos del hombre, en la que se consignaba la igualdad humana, por encima de las razas. A pesar de lo anterior, para una parte importante de los estudiosos de la sociedad dominicana, el periodo que aludimos, rico en luchas y conquistas sociales, ha sido, uno de los peores por los que ha atravesado nuestra sociedad a lo largo de su definición histórica. En tal sentido, uno de ellos, J. Marino Incháustegui (1957, I: 7) dice lo siguiente: “Para el pueblo dominicano el lapso que cubre estos documentos 1 encierra, caso probablemente excepcional en la historia del mundo, el haber pasado por la soberanía de España, el dominio de los negros, la Francia como metrópoli, la Reconquista contra las fuerzas de ésta, la Independencia con Núñez de Cáceres, la dominación por la República de Haití y una serie de acontecimientos que casi nos convirtieron en conquista de la Gran Bretaña, todo lo cual pasará ante los ojos del lector como una larga noche de pesadilla para la Parte Española de la Isla y sus sufridos hijos.” En otro párrafo de la obra citada el mismo autor dice lo siguiente: “La lectura sobre los acontecimientos de ese lapso, aun ahora, a más de siglo y medio de los hechos, hace vibrar angustiado el corazón del lector o del estudioso al revivirse un periodo tan triste y decisivo en la vida institucional de los dos pueblos que compartimos el dominio del territorio pues se comprende que hasta fenómenos sociológicos actuales tuvieron su origen en aquel malhado pacto de Basilea de 1795”. Emilio Rodríguez Demorizi, otro estudioso a fondo de nuestra sociedad, y al igual que Incháustegui, de los ideólogos de nuestra nacionalidad, dice sobre el mismo periodo: “Crear una patria sobre los escasos y pobres elementos que nos dejó el Tratado de Basilea -cuyos oscuros frutos fueron la emigración y las invasiones de 1801, 1805, y 1822- fue máxima hazaña de nuestra hispanidad. “Ese orgullo podemos tener nosotros, los dominicanos.” Rodríguez Demorizi, (1958:5). Como se puede apreciar, los dos autores citados, lejos de recordarnos aquel periodo como de lucha y logros sociales trascendentales, nos hablan de una época de triste recordación. No son capaces de establecer un balance entre su patriotismo exagerado y los cambios sociales que se verificaron en esos años en la isla, decisivos para toda la humanidad. En el presente y el futuro, no debemos olvidar que la emancipación de los esclavos en ambas partes de la isla de Santo Domingo fue un hito universal. En esos momentos nuestros antepasados se adelantaron al resto del continente hasta en más de 50 años. La abolición de la esclavitud que empezó en nuestra isla prosperó con el tiempo de tal forma que antes de concluir el siglo XIX ya no quedaba un solo país dentro de nuestro continente donde persistiera este régimen social tan oprobioso y desigual y de tan hondas raíces en 1
Se trata de una colección de documentos para estudio, marco de la época y problemas del tratado de Basilea, de 1795, en la parte española de Santo Domingo.
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la mayoría de las sociedades humanas a través de la historia. Reducir la época al fenómeno de la pérdida de una nacionalidad es una visión extremadamente parcial, carente de perspectiva social e histórica. Anacrónica, por demás Una visión crítica y nueva de la sociedad dominicana y su evolución histórica obliga a considerar con más objetividad sucesos como los de Boca de Nigua, que se sitúan como uno de los primeros episodios de una lucha social consciente, encaminada a la construcción de una sociedad diferente a aquella en la que había imperado la esclavitud. Se ha dicho en más de un documento que esta revuelta “...perseguía proclamar la libertad de todos los negros de la colonia e implantar en ella un gobierno popular y revolucionario....” (Deive, 1989: 221) Tal vez esto último sea muy difícil de comprobar. De todas formas es indudable que los sucesos de Boca de Nigua, le dieron continuidad a una larga y violenta lucha iniciada en 1791 en Haití, en favor de la abolición de la esclavitud. Al lograrse los objetivos de ésta, el ser humano dio pasos de avances extraordinarios en lo que tiene que ver con la organización de la sociedad. Eso lo demuestra, sin lugar a duda, el hecho de la desaparición de la esclavitud a nivel mundial. Es importante, pues, recordar que aquellos sucesos acaecidos en l796, en la colonia española de Santo Domingo, se inscriben dentro de los primeros pasos dados por el hombre moderno en pos de consagrar la igualdad racial de los seres humanos, instituidas 7 años antes, en la declaración universal de los derechos humanos.
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Bibliografia minima 1. Gustavo Mejía Ricart: Historia de Santo Domingo, 1953, tomo VI.: pags. 581-606. Trae comentarios y reproduce documentos oficiales sobre los sucesos: 2. Emilio Rodríguez Demorizi: Cesión de Santo Domingo a Francia. Correspondencia de Godoy, García, Roume, Hedonunville, Louverture, Rigaud y otros, 1795-1802, 1958. 3. José Gabriel García: Compendio de Historia de Santo Domingo; tomo I, 1979. 4. Franklin Franco Pichardo: Historia del pueblo dominicano; segunda edición, 1993.
5. Carlos Esteban Deive: Los guerrilleros negros; 1989.
6. Carlos Esteban Deive: La esclavitud del negro en Santo Domingo; tomo I, 1980
7. Emilio Rodríguez Demorizi : Cesión de Santo Domingo a Francia; 1958.
8. J. Marino Incháustegui: Documentos para estudio. Marco de la época y problemas del tratado de Basilea de 1795, en la parte española de Santo Domingo; 1957.
9. Frank Moya Pons: Manual de historia dominicana; 8va edición, 1984.
10. Juan Andreu Ocariz: La rebelión de los esclavos de Boca de Nigua. En Anuario de Estudios Americanos, XXI, Sevilla, 1970. (Citado por Carlos Esteban Deive, 1989).
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