La música según Platón
Cada 22 de noviembre se celebra el Día de la Música, por lo que queremos homenajear a quienes nos alegran el alma combinando armoniosamente los sonidos. Especialmente, nos permitimos dar una cálida bienvenida a todos los hombres y mujeres que participan del Encuentro Internacional de Música Sacra, que involucra a personas de distintas creencias religiosas y diferentes nacionalidades. En efecto, seguramente entienden que la música
enaltece
el
espíritu
humano.
A
todos
ellos
dedicamos
afectuosamente esta reflexión centrada en el antiguo filósofo griego Platón.
Sabido es que los diálogos platónicos, considerando el orden en que fueron escritos, pueden clasificarse en cuatro etapas: etapa socrática, etapa de transición, etapa de madurez y etapa de vejez. Nuestra obra rectora es La República, texto escrito en su época de madurez comprendida entre 391-385 aC, en este tratado y puntualmente en el Libro III, Platón nos habla de la educación de los custodios del Estado, los guerreros. Nos dice que estos deberán formarse con tres disciplinas: Música, para formar el alma, la Gimnasia para el cuerpo y Filosofía para el carácter "'dulce con sus amigos y conocidos''.
En esta línea, hace un análisis de las armonías usadas en la Grecia del siglo IV aC y nos dice que hay armonías fuertes, como la dórica y frigia, que son aptas para la educación de los guerreros, para templar su carácter, en tanto que hay otras que solo conllevan a un placer vulgar.
Para Platón, la música es alimento de la virtud por eso, toda conversación sobre la música debe llevar a lo hermoso. He ahí porque estas tres disciplinas, gimnasia, música y filosofía eran importantes para la conformación de la República de Platón, aún más, previendo futuros
conflictos en el gobierno advierte, "'Que la educación se mantenga pura, para que nada sea innovado en la gimnástica ni en la música (...) No se puede tocar a las reglas de la música, sin alterar las leyes fundamentales de la gobernación''.
Con los caminantes que van marchando hacia el templo de Zeus Olímpico, se dice que la mejor forma de educar es mediante la gimnasia y mediante la música. Sin lugar a dudas, cuando hoy escuchamos las palabras "'gimnasia'' y "'música'' nos hacemos una imagen un tanto falsa. Al pensar en gimnasia imaginamos juegos de tipo físico: levantamiento de pesas, boxeo, jabalina. Cuando pensamos en música, pensamos en tocar la guitarra o el piano o lo que fuese. No es exactamente lo que pretendían los griegos o lo que quería expresar Platón.
Platón hablaba de la Gimnasia, de gymnós, desnudez, como de una aptitud especial en los jóvenes, los cuales podían desarrollar toda su pureza en el sentido físico de descontaminación. Platón recomienda separar las generaciones, y eso fue muy discutido, no está de acuerdo en que los jóvenes sean educados por los padres; Platón propone en La República que sólo durante cinco años, en el llamado gineceo, los niños estén a cargo de sus padres, y que luego tienen que pasar a manos los paidagogoi, o sea, los pedagogos o maestros. Proponía que después de los 5 años, cosa que se hacía en la Grecia clásica, los niños pasaran a institutos especiales en donde se les educara en la parte física y en la espiritual. Esa parte física basada principalmente en un culto a las fuerzas y en un culto a la pureza era la Gimnasia, y la parte espiritual era la Música, pero por Música entendían el ejercicio de las Musas. Sabido es que las Musas eran las antiguas Diosas que regían la Historia, la Oratoria, la Música propiamente dicha, la Pintura, el Teatro, o sea, que el joven tenía estas dos grandes vertientes, se pretendía un cuerpo sano y se pretendía un espíritu cultivado, un espíritu propenso a las artes y a todo lo que fuese humanista.
Este conjunto de un cuerpo sano y de un espíritu abierto a toda la creación es propio del mundo clásico. Además, Platón plantea que existe una gran relación entre el cuerpo y el alma. Los socráticos decían que el cuerpo era como una vasija y el alma como el agua que la llenaba y que es evidente en sí mismo que el agua tome la forma de la vasija que la contiene, por lo que hace falta un cuerpo sano en todas sus extensiones y hace falta una vida sana, un medio sano para que pueda también el alma lucir todos sus sanos aspectos.
Finalmente, Platón concluye diciendo acertada y muy profundamente que "'La música es para el alma lo que la gimnasia para el cuerpo''.