LA MANO DE DIOS AL TIMÓN, DE ENOCH DE OLIVEIRA Humberto R. Méndez B. INTRODUCCIÓN El libro que nos ocupa en ésta ocasión, y el cual vamos a penetrar a través de sus tapas para analizar brevemente su contenido, La Mano de Dios al Timón, escrito por Enoch de Oliveira, vicepresidente de la Conferencia General de los Adventistas del 7mo Día. Es nuestro autor pastor y organizador por muchos años de la obra adventista en el Brasil.
El presente libro es una de las obra, por no decir la más equilibradas, objetivas, imparcial, realista y de visión más penetrante que se hayan escrito. No creemos que ésta obra deba ser llevada al análisis en cuestiones literarias, históricas o de de estilo, ya que nuestro propósito es extraer de ella la síntesis de su contenido, los temas que trata, los valores significativos, ya que ésta obra está labrada por la mano de un orfebre de la historia, pues el autor es capaz de narrar las altas y las bajas de la iglesia, sin una onza de apasionamiento. Y es que la actitud del autor, sus sentimientos, mantienen alejado de los hechos que narra, como se mantienen los pétalos de los nenufos alejados del fango de donde se alimentan sus raíces. No vamos tampoco a penetrar en la estructura de la prosa de Oliveira, ya que el se confianza en la introducción diciendo que su esposa Lygia ―simplificó el lenguaje, tornándolo menos técnico y más accesible…‖,
razón por la cual el estilo teológico del autor es domesticado por su secretaria. Como La Mano de Dios al Timón es un libro histórico narrativo, no vamos a decir que el libro no contiene imágenes sensoriales dignas de mención o que en sus figuras literarias, con son la personificación, la metonimia, la comparación, la gradación, y la sinécdoque, etc, no estén presente. Si en algo debemos detenernos, es en el titulo, pues como José Joaquín Pérez, tomó el titulo de su poema El Junco Verde, del Diario del Almirante Cristóbal Colón, Oliveira toma del libro El Evangelismo, Pág. Pág. 52, donde el mensaje de Dios es: ―Mi mano está sobre el timón…‖, y ese
barco es la iglesia que navega con destino a la Canaán celestial, y donde ha de llegar a puerto seguro en el mar de cristal. Si bien es cierto que éste libro no será analizado en forma literaria, bueno seria que fuese llevado a un laboratorio para conocer sus interioridades, de las cuales nacerá su critica.
DESARROLLO En éste libro, los capítulos uno y dos son algo así como un tema de introducción, ya que con el titulo Y la Tierra Ayudó a la Mujer, se le da el tratamiento a América del Norte como la tierra de promisión, a donde fueron a refugiarse los perseguidos por razones religiosa en los países europeos, sean estos ingleses, franceses, alemanes o moravos. Estos refugiados eran considerados a la luz tomismo como Corruptores de la fe cristiana.‖
Cuando la gran bestia apura hasta las heces la copa de su embriaguez, el 24 de octubre de 1572, día de san Bartolomé, así como el 24 de julio de 1620, fecha de la salida del Speedweil, son las fechas que convierte a América, en el continente de los libres. Se convierte en la tierra de la libre adoración, la tierra del temor de Dios y de amor al prójimo, ya que esas son las notas que predominan en la vida del joven continente. Con justa razón dice en forma sentenciosa y apodíctica don José Enrique Rodó, a quien citamos de memoria: Fue por la Biblia, a causa de la Biblia y con una Biblia en la mano, cuando los emigrantes ingleses llegaron a la parte norte de nuestro continente, formando los estados más prósperos porque son los estados más libres. Nacido en éste ambiente de libertad, pero sin el temor de Dios y alejado de los asuntos celestiales, se desarrolla la vida de Guillermo Millar, el protagonista del más grande despertar religioso que ha existido en América. Fueron los cálculos de este hombre, como su exégesis y el uso
que hizo de la hermética bíblica, lo que lo llevó a que la Biblia fuera un libro amargo como el ajenjo, lo que en un principio le pareció dulce como la mil que destila del panal. A ese hombre le deben los adventistas su apego al Libro Santo.
El capitulo 3, trata de la obra orientadora de la señora de White, quien guiada por el Espíritu de Dios, imprimió nueva fuerza al movimiento que Millar había iniciado. Con sus consejos, el pueblo naciente es orientado en lo relativo a la fundación de escuelas, hospitales, casas editoriales, y sobre todo, en lo concerniente a la predicación del Mensaje de los Tres Ángeles.
Como es tanto lo que se ha dicho y escrito sobre el trabajo orientador y organizativo de la señora Elena White en el seno de la iglesia, son muchos los adventistas que toman sus escritos como un apéndice del Apocalipsis. Pero en este libro, Oliveira lo sitúa en el lugar que debe tener tanto la autora como sus escritos. Ella era una sierva de Dios, y sus escritos deben ser tenidos como escritura inspirada no canónica. Sus escritos son para el particular uso y manejo del pueblo adventista, son una guía en cuanto a los asuntos de doctrinas.
Los capítulos 4, 5, 6, y 7 son una ampliación de los consejos que en los Testimonios y otros escritos de la señora White se pueda sacar, sobre
todo lo que tiene que ver con el agigantamiento de la obra. A su vez, el capitulo 9, es la voz de advertencia de la mensajera de Dios aglomeramiento de las instituciones adventistas en Battle Creek, ciudad que había llegado a ser la Jerusalén adventista. El mensaje de ella fue enérgico, su oposición fue frontal, y guiada por el Espíritu de Dios llegó a vaticinar: ―Les digo en el nombre del Señor, que cometieron un error
añadiendo un edificio a otro; porque se están concentrando en Battle Creek demasiadas responsabilidades en un solo lugar.
También había escrito: ―En visiones de la noche, vi un ángel de pie con una espada de fuego extendida sobre Battle Creek.‖ Y esa espada de
fuego fue lamiendo poco a poco el Sanatorio, una obra gigantesca, y que tenia el reconocimiento de toda la nación, el cual fue destruido el 18 de febrero del 1902. las llamas también devoraron la casa editora, el 30 de diciembre de ese mismo año; así como el gran tabernáculo, capaz de contener 3,400 personas. Tan grande era ese edificio, que los sábados se celebran en su salón 163 clases de escuela sabáticas, el cual fue consumido por la misma espada, en 1922.
La misa persona que el Eterno había usado para engrandecer su obra, ahora la estaba empleado para amonestar contra el gregarismo.
Pero es el capitulo 8, donde el autor muestra su serenidad, equilibrio y justeza, al tratar en tema de la Justificación por la Fe. En éste capitulo se paga la deuda de gratitud que tenemos los adventistas con los pastores Jones y Waggoner, los que representan en nuestras filas la continuación de las ideas de Pablo, Agustín t Lutero.
En este capitulo no se calla la timidez de la señora White, la oposición del pastor Butler, presidente de la Asociación General, y la lucha entre Urías Smith y los dos jóvenes paladines de la nueva luz. No se oculta el error de los pioneros, o la lucha encarnizada entre las dos revistas denominacionales: The Signs of the Times y la Review and Herald. Nada que oculto que no lo saque Oliveira a la luz.
Cuando ya para 1990, la doctrina de la Justicia por la Fe era un hecho en nuestra iglesia, se promovió la aparición de libros, folletos y revistas, axial como se dieron un sin numero de seminarios. Hoy, a un siglo de los acontecimientos narrados en éste capitulo, reconocemos lo fructífero que fueron los debates, que en sus días fueron sumamente amargos.
El capitulo 10 de la primera parte del libro, merece ser estudiado junto con la parte tercera, pues el capitulo titulado La Puerta del Infierno… y el
titulado Estos naufragaron en la fe, están las obras y los nombres de los hombres que desde dentro del movimiento lucharon para destruirlo.
También aparecen los hombres que sin combatirlo, dejaron el mensaje de la verdad. De ellos, unos engrosaron las huestes de Satanás, pasando a ser antagonistas, otros para morir en la quietud de sus hogares, sin esperanza, sin fe y sin Cristo.
En esta sección es donde Enoch de Oliveira se muestra un conocedor dialéctico de la historia. Es aquí donde se nota su espíritu equilibrado. En él no hay pasión, si se acumulan acrimonias ni resabios contra un grupo de personas, uno muertos ya, pero que sus nietos son obreros adventistas; pero otros que están vivos, como es el caso de Walter Rea, Desmond Ford y Brinsmead.
Rea la emprendió contra los escritos de la señora de White, Ford es uno de los más grandes teólogos adventista, en cambio que Brinsmead, a nuestro humilde entender, es la persona que después de Pablo, mejor a conocido el mensaje de la Justificación por la Fe.
Solo elogios, respeto, reconocimiento y pesar por haber perdido a hombres de tanto valor se muestran en éste libro. Los nombres de Canright, Kellogg, Waggoner y Jones se algunos de los que naufragaron en el mar proceloso agitado por el enemigo de las almas. De no haber sido por la brevedad del espacio, reprodujéramos la altura con que se habla de estas lumbreras. Tratando el caso del pastor Canright, dice la
señora White: ―…y como resultado de esto, su ocaso ciertamente será tiniebla‖. Y fue una profecía.
La salida, o la caída de estos hombres es vista en el libro con ―melancolía‖.
Si el autor es equilibrado al escribir, nosotros no lo somos cuando leemos la segunda y cuarte parte de la obra. Es bueno confesar que las biografías de Edson, Bates, White y la de Smith son retratos, radiografías, las cuales a pesar de la brevedad de las mismas, todo lo deja al descubierto. Pero la vida de los catorce presidente que ha tenido la iglesia, son narradas por Oliveira, quien es vicepresidente, de tal forma, que no oculta nada de sus vidas o de su sobras. Entre los problemas que se desarrollan en la obra, destacan los siguientes: la fe en Dios y el paraíso como medio evasivo de una realidad intolerable; el miedo que paraliza el quehacer humano; la cosificación del hombre; la superstición como elemento fundacional en la conciencia latinoamericana; la influencia del mito y la ficción en la vida humana; la prostitución sinónima de libertad; la concepción de un dios castigador; la duda como pecado; y la Iglesia como estructura política capaz de manipular la mente colectiva de un pueblo creyente. El personaje de Beatriz remite a varios mitos, es como el ideal femenino dantesco que ayuda a salvar al descarriado, su hermano, que es una especie de Dante que necesita de la ayuda de su hermana para escapar de la muerte. Al mismo tiempo, Beatriz es como una Antígona que se
opone a los designios del amo a pesar de que sabe plenamente que eso la condenará en todo sentido. Pero la fuerza de la sangre es más poderosa que los designios del amo. El espíritu prometeico de esta pieza representa la preocupación de Solórzano en torno al problema de la libertad, del ejercicio libre de la conciencia y de la posibilidad de que sea el hombre el que tome las decisiones trascendentales en su vida cotidiana y no que lo haga una entidad metafísica. El Diablo en esta historia es presentado como un Prometeo que trata de que la conciencia nazca en los personajes oprimidos. No le interesa apoderarse del alma de Beatriz ni de ningún otro personaje; su propósito es que los humanos se den cuenta de que son patronos de su propia alma y que ésta es libre por naturaleza. Entonces se puede decir que la obra de La mano de dios trata de: El tema central de las manos de dios es la injusticia; ya que la obra gira en La vida de los personajes, Beatriz y su pueblo, que viven en una miseria física y espiritual, está en manos de un ente todopoderoso que posee todas las tierras de la ciudad. Este ente, o dictador, siembra el terror en la comunidad, mediante la fe católica, para controlar las mentes del proletariado. La iglesia se hace cómplice del abuso, mitigando el hambre, las necesidades y las injusticias crasas de la que son objeto los personajes con el temor de insubordinar la ley divina y condenarse a vivir eternamente en el infierno. Las manos que dirigenal pueblo están llenas de poder; estas manos políticas y religiosas construyen una imagen de un
ente superior y castigador para hacer del pueblo lo que interesen. Temas secundarios de la obra• la fe en Dios y el paraís o como medio evasivo de una realidad intolerable• el miedo que paraliza el quehacer humano• la cosificación del hombre• la prostitución sinónima de libertad• La fe ciega
en un dios castigador y su promesa de salvación si se siguen los mandamientos de la tradición eclesiástica se aprecia en el personaje del cura:-Cura: Es lo mismo, hijo, es lo mismo. Nosotros, los servidores del Señor, sabemos distinguir al Enemigo. Fue por haber oído su voz que los hombres se sintieron capaces de conocerlo todo y fue por eso también que Dios nos castigó haciéndonos mortales y al mismo tiempo temerosos de la muerte. Contexto histórico Las manos de dios se encuentran en un contexto histórico basado en la autoridad de la iglesia y la burguesía hacia el pueblo. Lo único que le importaba a la clase burguesa eran sus bienes personales; es decir veía agente muriéndose de hambre y no hacia el mínimo esfuerzo por ayudarla, la iglesia q también tenía gran influencia se hacía cómplice de esos abusos e injusticias.
Argumento En las cercanías del Puig, una pequeña elevación cercana a la ciudad de Xàtiva, son hallados los cadáveres, brutalmente mutilados, de una pareja de novios. Cuando Manuel Medina, un inspector de la policía nacional rudo, tosco y a punto de jubilarse, acude al lugar de los hechos, se encuentra con un panorama aterrador: el crimen ha sido llevado a cabo
siguiendo un esquema concienzudo de ritualismo. La abundancia de elementos extraños en la escena (una crucifixión, una antigua inscripción, una carta de tarot representando a los amantes) no deja duda de que este atroz asesinato encierra mucho más de lo que puede verse a simple vista. Para tratar de obtener alguna luz en todo aquello, el inspector Medina comparte sus hallazgos con Mario Beltrán, el conservador del modesto museo local. Mientras tanto, la doctora Laura Solís, experta de la policía científica a quien le ha sido asignado el caso por sus peculiares características, llega a la ciudad para hacerse cargo del mismo. Desde el primer momento es evidente que los métodos de Laura Solís, científicos y sistemáticos, chocan de frente con el tipo de actividad a la que están acostumbrados los agentes de Xàtiva, en especial el inspector Medina, quien no ve con buenos ojos la forma de trabajar de la doctora. En los días que siguen al crimen observamos cómo se desarrolla la investigación, y cómo la gente de Xàtiva se esfuerza por volver a su rutina normal, intentando fingir que nada ha sucedido. Mario Beltrán toma una cerveza con unos amigos en un bar, vuelve a casa con su esposa Julia y su hija Elena, invitan a cenar a su cuñado Hipo, que les presenta a Eva, su nueva novia, una mujer por la que Mario se siente inmediatamente atraído. Pero la rutina es definitivamente destrozada cuando, casi una semana después, tiene lugar un segundo asesinato, tan atroz como el primero. El
sacerdote de la Iglesia de San Pedro es hallado con el abdomen desgarrado, suspendido en el aire sobre el altar de su propia iglesia, atado de manos y pies a las columnas del templo. Una segunda carta de tarot aparece en el lugar: el demonio. La nueva actuación viene a corroborar las peores sospechas de la doctora Solís: que se encuentran ante un asesino en serie. De nuevo aparece el nombre de Mario Beltrán en relación con la investigación, pero ahora no como consultor. El sacerdote tenía marcada en su agenda una cita con el conservador del museo justo a la hora en que murió, y todo parece indicar que fue el propio asesino quien la puso allí.
Personajes principales
Laura Solís, experta de la policía científica.
Manuel Medina, Inspector de la Policía Nacional.
Mario Beltrán, Conservador del Museo de Xàtiva.
Personajes secundarios
Rafa Santos, dueño de un bar y amigo personal de Mario.
Julia, esposa de Mario.
Elena, hija de Mario y Julia.
Hipo, hermano de Julia.
Eva, novia de Hipo.
Conejos, policía nacional.
Ventura, policía nacional.
A. Raíces Milleritas 1. Guillermo Miller (1782 – 1849)
Durante dos años (1816 –1818), Miller estudió su Biblia intensivamente. Por medio de un estudio de las profecías de Daniel y Apocalipsis, particularmente Daniel 8:14, Miller llegó a la siguiente conclusión: ―En 1818, al
término de mis dos años de estudio de las Escrituras, llegué a la solemne conclusión de que, en aproximadamente veinticinco años a partir de entonces, todos los asuntos relacionados al presente llegarán a su fin.‖ (Wm. Miller’s Apology and Defense, p. 6)
Miller temía presentar sus conclusiones a la gente, porque pensaba que existía la posibilidad de haber cometido algún error, y para no engañar a la gente, dedicó otros cinco años (1818 –1823) a reexaminar su Biblia. Así, después de siete años de estudio, comenzó a hablar abiertamente de sus convicciones con sus vecinos. Sin embargo, se sorprendió que ―muy pocos lo escucharon con lago de interés‖ (Ibid ., p. 15)
Miller dedicó nueve años más (1823 –1832) al estudio de su Biblia (un total de 16 años). Mientras tanto, cada vez se sentía más convencido de que debía compartir sus descubrimientos acerca del peligro inminente. ―Hice todo
lo posible para evitar la convicción de que se requería algo de mí‖, escribió Miller. Pero no pudo escapar de su
conciencia.
Miller finalmente ―hizo un pacto solemne con Dios‖.
Prometió que, si recibía una invitación para hablar en público, iría y enseñaría acerca de la Segunda Venida de Jesús. ―Instantáneamente—escribió Miller — toda mi
carga se esfumó; y me regocijé en que probablemente no recibiría ningún llamado, ya que nunca antes me habían hecho una invitación así‖.
Media hora después, para consternación de Miller, recibió su primera invitación para predicar de la Segunda Venida de Jesús. ―Inmediatamente me enojé conmigo mismo por haber hecho el trato‖ con Dios, confesó. ―Al
instante me rebelé contra el Señor, y tomé la determinación de no ir‖. Luego salió muy enojado de su
casa para luchar con el Señor en oración, y finalmente se sometió después de una hora ( Ibid ., p. 18)
Su primera presentación del Segundo Advenimiento motivó a varias conversiones. A partir de entonces, Miller predicó más de 3,000 veces en cerca de mil lugares diferentes. Para fines de la década de 1830 Miller había convencido a varios ministros de diferentes denominaciones acerca de la Segunda Venida de Cristo alrededor del año 1843. Uno de los ministros más prominentes en este movimiento fue Josué V. Himes de la iglesia Conexión Cristiana.
2. Josué V. Himes (1805 – 1895)
En Noviembre de 1839, Himes invitó a Guillermo Miller para tener una serie de reuniones en su iglesia en Boston.
En los próximos cuatro años, Himes hizo que las palabras millerismo y adventismo fueran palabras familiares en Norteamérica. Y para 1844, Himes había logrado que la doctrina adventista fuera escuchada alrededor del mundo.
En 1840, unos tres meses de la invitación de Miller a su iglesia, Himes comenzó a publicar la revista Señales de los Tiempos (Signs of the Times) para llevar el mensaje adventista al mundo.
En 1842, comenzó a publicar otra revista titulada: El clamor de Medianoche (Midnight Cry). Himes imprimía 10,000 ejemplares diarios, y durante los próximos cinco meses se distribuyeron 600,000 ejemplares de esta revista.
Himes formó la primera Asociación General de Cristianos que Esperan el Advenimiento en Octubre de 1840.
Fue el principal promotor y organizador de los campestres adventistas, y entre el verano de 1842 y el otoño de 1844, se celebraron más de 130 reuniones campestres. Se estima que la asistencia combinada de todas las reuniones excedió las 500,000 personas.
Himes fue pionero en el uso de la carpa, para las reuniones campestres con una capacidad aproximada de 4,000 personas sentadas.
3. Josías Litch (1809 – 1886)
Un ministro metodista que se convirtió al adventismo en 1838, depués de haber leído un libro publicado de Miller. Litch tenía dudas de las enseñanzas de Miller y cuando comenzó a leer el libro, pensó que en pocos minutos encontraría errores doctrinales. Pero en poco tiempo, terminó uniéndose al movimiento adventista.
Litch pronto llegó a ser el primer gerente general de la comisión de publicaciones.
4. Carlos Fitch (1805 – 1844)
Pastor de la iglesia Congregacionalista.
En 1842, Fitch y un ayudante diseñaron el famoso diagrama profético de 1843.
En el verano de 1843 predicó un sermón sobre Apocalipsis 18 que se centraba en la caída de Babilonia, aplicando Apocalipsis 14:8 y 18:2-4 a las iglesias protestantes como también a la iglesia Católica Romana. ―Salid de ella, pueblo mío‖ era su mensaje. ―Salir de
Babilonia es estar convertido a la verdadera doctrina de las Escrituras de la venida personal de Cristo y de su reino… Si usted es cristiano, ¡salga de Babilonia! Si
tiene la intención de ser hallado cristiano cuando Cristo aparezca, ¡salga de Babilonia, y salga ahora!... Salga de Babilonia o perecerá‖. Ese sermón, posteriormente
publicado en un folleto, marcó un cambio en el desarrollo millerita.
5. El Gran Chasco: 22 de Octubre de 1844
El 22 de Octubre, decenas de miles de creyentes esperaban la aparición de Jesús en las nubes. Pero el día pasó y los milleritas quedaron totalmente sumidos en el caos y desanimados.
Hiram Edson posteriormente escribió : ―Nuestras esperanzas y expectativas más anheladas fueron asoladas, y nos sobrevino un espíritu de llanto como nunca antes había experimentado. No se hubiera comparado ni con la pérdida de todos los amigos terrenales. Lloramos, y lloramos, hasta el amanecer‖.
Washington Morse escribió: ―Aquel día vino y pasó, y la
oscuridad de otra noche se cerró sobre el mundo. Pero con esa oscuridad vino una punzada de desilusión para los creyentes adventistas que sólo puede encontrar paralelo en la tristeza de los discípulos después de la crucifixión de su Señor. El paso del tiempo fue una amarga decepción. Los verdaderos creyentes habían abandonado todo por Cristo, y habían compartido su presencia como nunca antes… Y ahora, al regresar a las
preocupaciones, perplejidades y peligros de la vida, a la vista de las burlas y la denigración de los no creyentes que se burlaban como nunca antes, había una terrible prueba de fe y paciencia… mis sentimientos eran casi
incontrolables. Abandoné el lugar de reunión y lloré como un niño‖ (RH , 7 de Mayo de 1901).
Guillermo Miller, fundador y principal dirigente del movimiento adventista, declaró el 10 de Noviembre de 1844: ―Aunque me he decepcionado ya dos veces,
todavía no estoy abatido o desanimado. Dios ha estado conmigo en Espíritu, y me ha confortado… Aunque rodeado de enemigos y burladores, aun así mi mente está perfectamente serena, y me esperanza en la venida de Cristo es tan fuerte como siempre… Hermanos, estén
firmes, no dejen que ningún hombre tome su corona. He fijado mi mente en otra fecha, y así pienso estar hasta que Dios me dé más luz. Y eso es Hoy, Hoy, y Hoy, hasta que él venga, y vea a Aquel a quien mi alma anhela‖ (Midnight Cry , 5 de Diciembre de 1844). Miller
murió con esta esperanza en Diciembre de 1849.
B. Era de Desarrollo Doctrinal (1844-1848) 1. La Segunda Venida de Cristo
Después del Gran Chasco del 22 de Octubre de 1844, los creyentes en la segunda venida de Cristo se dividieron básicamente en tres grupos:
o
El grupo más fácil de identificar, bajo el liderazgo de Josué V. Himes, rápidamente llegó a creer que no había ocurrido nada en esa fecha. Este grupo sostenía que estaban correctos en cuanto al acontecimiento esperado (es decir, la Segunda Venida de Cristo), pero concluyeron que se habían equivocado en el cálculo del tiempo.
o
Un segundo grupo que surgió es el de los ―espiritualizadotes‖. Los espiritualizadotes
sostenían que tanto el tiempo como el acontecimiento habían sido correctos, pero creían que la venida de Cristo el 22 de Octubre había sido en forma espiritual. o
El tercer grupo de adventistas que surgió posterior al chasco es el de aquellos que afirmaban estar en lo correcto en cuanto al tiempo, pero que se habían equivocado en el acontecimiento esperado. Es decir, algo ocurrió el 22 de octubre, pero no fue la segunda venida de Cristo.
2. Redefinición del santuario a. Hiram Edson
El primer paso hacia una comprensión más clara de las preguntas arriba mencionadas tuvo lugar el 23 de Octubre de 1844. En ese día Hiram Edson, un granjero metodista, llegó a la convicción durante una reunión de oración con hermanos creyentes ―de que debería darse luz‖ y nuestro ―chasco debería explicarse‖.
Mientras tanto, Edson y un compañero se propusieron animar a sus hermanos creyentes. Mientras cruzaban un campo, informó Edson: ―Algo me detuvo a mitad de camino… el cielo parecía abierto ante mi vista… Vi en forma
clara y notoria que, en vez de que nuestro Sumo Sacerdote saliera del Lugar Santísimo del santuario celestial para venir a esta tierra el décimo día del séptimo mes, al final de los 2,300 días, por primera vez entraba ese día al segundo departamento de ese santuario; y que tenía que desempeñar una tarea en el Lugar Santísimo antes de venir a esta tierra‖.
La mente de Edson fue ―dirigida‖ también a
Apocalipsis 10, con su relato del librito que era dulce en la boca pero amargo en el vientre. Al
identificar la experiencia de los milleritas al predicar sobre las profecías de Daniel como la experiencia dulce y amarga de Apocalipsis 10, Edson notó que el capítulo se cerraba con la orden de ―profetizar otra vez‖.
b. O.R.L. Crosier
La visión de Edson, pronto lo condujo a realizar un estudio extensivo de la Biblia junto con O.R.L. Crosier y el Dr. F.B. Hahn. Como resultado de este estudio, ellos arribaron a la conclusión de que el santuario a purificarse en Daniel 8:14 no era la tierra ni la iglesia, sino el santuario celestial. Así, el estudio combinado de estos tres hombres, confirmó la ―visión‖ de Edson del
23 de Octubre de 1844. Por medio de un estudio intensivo de libros tales como Hebreos y Levítico en conexión con Daniel 7-9 y el libro de Apocalipsis. Crosier, inmediatamente, comenzó a publicar sus hallazgos en el Day-Dawn (El Amanecer del día). La nueva comprensión de la purificación del santuario se convirtió en una piedra angular para el desarrollo de lo que llegaría a ser la
teología adventista del séptimo día, junto con la creencia en el pronto regreso de Cristo a esta tierra.
3. El Sábado Los primeros adventistas en aceptar el séptimo día como día de reposo lo recibieron por medio de los Bautistas del séptimo día. a. Raquel Oaks Era miembro de la iglesia Bautista. Un día, mientras escuchaba a un pastor de la Iglesia Metodista (Frederico Wheeler) que también había aceptado el mensaje de la segunda venida de Jesús, predicar acerca de los diez mandamientos, Raquel Oaks lo desafió a guardar todos los mandamientos, incluyendo el cuarto mandamiento que manda guardar el séptimo día como día reposo. b. Federico Wheeler Como resultado del incidente anterior, el pastor Federico Wheeler, comenzó a observar el séptimo día en la primavera de 1844, convirtiéndose así en el primer pastor adventista del séptimo día. Varios
miembros de su congregación, al ver el ejemplo de su pastor, decidieron también, guardar y adorar en el día de reposo bíblico. Así, la primera congregación adventista en guardar el sábado llegó a existir antes del Gran Chasco. c. T. M. Preble Un predicador Bautista, que había aceptado el mensaje adventista que predicaba Miller, también aceptó el sábado. Después del Gran Chasco, Preble publicó el 28 de Febrero de 1845 sus creencias sobre el sábado. d. José Bates (1792-1872)
En Marzo de 1845 los escritos de Preble cayeron en manos de José Bates, uno de los tres fundadores principales de la Iglesia Adventista del Séptimo Día. Bates aceptó el sábado y con el tiempo lo compartió con Hiram Edson, Crosier, Hahn.
En Agosto de 1846, Bates publicó un panfleto titulado El Séptimo Día Sábado, una Señal Perpetua (The Seventh Day Sabbath, a Perpetual Sign).
Bates también sirvió de instrumento para presentarles el sábado como día de reposo a Jaime White y Elena Harmon (que se casaron el 30 de Agosot de 1846).
e. Juan Nevins Andrews (1829-1883)
Tenía 15 años cuando participó del gran chasco.
Emepezó a predicar a los 21.
Su obra literaria mas conocida se titula ―Historia del Sábado‖.
4. Elena G. de White (1826-1915) y el Espíritu de Profecía
En Diciembre de 1844, dos meses después de chasco, cuando los creyentes en el advenimiento necesitaban una palabra de ánimo de parte del cielo. Dios llamó al ministerio profético a Elena, que entonces sólo tenía 17 años de edad. Y se le presentó en visión (su primera visión) toda la historia del movimiento adventista.
En Abril de 1847, Elena de White recibió la visión del sábado. Ella vio el templo en el cielo y a Jesús levantando la cubierta del arca. Allí vio los Diez Mandamientos con un halo suave de luz
alrededor del cuarto mandamiento, y escuchó a un ángel confirmar su importancia. Esta visión abrió ante ella la relación del sábado con el mensaje del tercer ángel.
5. Las doctrinas ―pilares‖ y el mensaje de los tres ángeles
Par comienzos de 1848 los líderes adventistas sabatistas, por medio de un estudio extensivo e intensivo de la Biblia, habían llegado a un acuerdo básico por lo menos en cinco puntos de doctrina: a. El regreso personal, visible y premilenial de Jesús. b. La purificación del santuario, con el ministerio de Cristo en el segundo departamento que comenzó el 22 de Octubre de 1844. c. La validez del don de profecía manifestado en el ministerio de Elena G. de White. d. La obligación de guardar el sábado como día de reposo y el papel del sábado en el gran conflicto del fin del tiempo profetizado en Apocalipsis 11 al 14. e. La inmortalidad condicional del ser humano
Para 1850, estos cinco puntos doctrinales habían sido integrados en un sistema de verdades bajo los temas del santuario y el mensaje de los tres ángeles:
a. El Santuario Rosell F. Cotrell escribió en 1863: ―Encontramos no sólo que el santuario celestial
es el gran centro del sistema cristiano…, sino que este tema es el centro de la verdad presente‖ (RH ,
15 de Diciembre de 1863). b. El mensaje de los tres ángeles de Apocalípsis 14. En 1850, Jaime White publicó un artículo importante que resumía sus conclusiones sobre el tema. i. Jaime White relacionó el mensaje del primer ángel (Apoc. 14:6, 7) con la predicación millerita de la Segunda Venida. ii. El segundo ángel (Apoc. 14:8), enfatizó White, ―siguió‖ al primer ángel. Cuando, en reacción a
la predicación del pronto regreso de Cristo, las iglesias comenzaron a cerrar sus puertas a los milleritas y a borrarlos de sus iglesias, entonces – bajo el liderazgo de Carlos Fitch — el segundo ángel pro nunció el mensaje ―Ha caído Babilonia… Salid de ella, pueblo mío‖. ―Esta profecía, escribió Jaime White, se
cumplió exactamente, y en el tiempo y el lugar correctos… Lo oímos con nuestros oídos,
nuestras voces lo proclamaron, y todo nuestro ser sintió su poder, y con nuestros ojos vimos su efecto, cuando el pueblo oprimido de Dios rompió las ligaduras que lo ataban a las diversas sectas, y escaparon de Babilonia.‖ ―El mensaje del segundo ángel nos
llamó a salir de las iglesias caídas para estar ahora en donde somos libres para pensar y actuar por nosotros mismos en el temor de Dios‖.
iii. Jaime White vio que el mensaje del tercer ángel (Apoc. 14:9-12) era el momento culminante para este movimiento profético. Sería el último mensaje de misericordia de Dios para el mundo, justo antes de la gran cosecha de almas en la Segunda Venida de acuerdo a Apoc. 14:15-20.
C. Era de Organización (1848-1863) El tema de la organización, no era un tema favorito entre los primeros adventistas. De hecho, muchos de ellos se oponían a todo tipo de organización. George Storrs, en su advertencia contra
la organización eclesiástica, resume la posición en general, de la mayoría de sus contemporáneos: ―Ninguna iglesia puede
organizarse por invención humana sin que se convierta en Babilonia en le mismo momento en que se organiza‖ (MC , 15 de Febrero de 1844). Sin embargo, para 1848, como vimos anteriormente, el grupo de líderes adventistas ya se habían puesto de acuerdo en un conjunto de doctrinas básicas, y creían que era responsabilidad de ellos compartir sus creencias con los adventistas que todavía estaban confundidos en relación al Gran Chasco del 22 de Octubre de 1844. Por lo tanto organizaron una serie de congresos para este propósito. 1. Los primeros congresos sabatistas
De acuerdo a Jaime White, los congresos sabatistas iniciados en Abril de 1848, marcaron el inicio de una nueva era para el movimiento adventista. Aunque inicialmente eran reuniones para los amigos esparcidos del sábado, Jaime White consideró la primera re unión como ―el primer congreso general de los Adventistas del Séptimo Día, bajo el mensaje‖. El propósito era ―la unión
de los hermanos en las grandes verdades conectadas con el mensaje del tercer ángel.‖
El primer congreso se celebró en Rocky Hill, Connecticut. Jaime White nos informa que ―tuvimos una reunión esa
noche (Jueves 20 de Abril de 1848) con unos quince hermanos en total… El Viernes de mañana los
hermanos llegaron a ser más de cincuenta. No todos estaban totalmente en la verdad‖ (2SG 93).
Ese mismo año (1848) se realizaron 6 congresos en total. Otros seis en 1849 y diez en 1850. José Bates, y los White asistieron a casi todos.
El informe de Elena de White del segundo congreso en Agosto de 1848, realizado en el establo del hermano Arnold en Nueva York, dice: ―Había aproximadamente treinta y cinco presentes… Casi no había dos que estuvieran de acuerdo.‖
2. Jaime White (1821-1881) y las publicaciones El segundo paso en el desarrollo de la estructura organizacional se dio en el área de las publicaciones. Al igual que los congresos sabatistas, las publicaciones iniciales sirvieron para convocar, informar y unir al cuerpo de creyentes en el mensaje de los tres ángeles.
El 18 de Noviembre de 1848, Elena de White recibió en visión ―un mensaje‖ para su esposo Jaime White: ―Tengo
un mensaje para ti. Has de comenzar a imprimir un pequeño periódico y enviarlo a la gente. Será pequeño al comienzo; pero a medida que la gente lo lea, te enviarán medios con los cuales imprimir; y será un éxito desde le mismo principio. Se me ha mostrado que desde este pequeño comienzo saldrán rayos de luz que han de circular el globo‖ (El Colportor Evangélico, p. 9)
El primer ejemplar de 1,000 copias de La Verdad Presente (Present Truth) salió de la imprenta en Julio de
1849.
En el verano de 1850, Jaime White publicó el primer ejemplar de la Revista Adventista (Adventist Review)
Durante muchos años, la Revista Adventista era esencialmente ―la iglesia‖ para muchos creyentes
sabatistas. Después de todo, generalmente no tenían templo, denominación, ni predicador regular. El arribo periódico de la Revista Adventista les llevaba noticias de su iglesia y de los hermanos creyentes, sermones y un sentido de pertenencia a los adventistas diseminados.
En 1852, Jaime White comenzó a publicar El Instructor de la Juventud (Youth’s Instructor), este fue el primer
intento de organizar a los jóvenes de la iglesia. Pronto siguió el establecimiento de las escuelas sabáticas, para las cuales el Instructor de la Juventud publicaba las lecciones bíblicas. 3. J. N. Andrews y la Benevolencia Sistemática
A causa de la agresiva extensión misionera por medio de congresos y publicaciones, para 1852 los adventistas sabatistas estaban experimentando un rápido crecimiento. De acuerdo con una estimación que parece bastante precisa, el grupo había crecido de unos 200 en 1850 a aproximadamente 2,000 en 1852.
El orden evangélico, la organización eclesiástica, sin embargo, enfrentaba varios problemas: o
Primero, no tenían manera de certificar el clero. Las congregaciones esparcidas estaban a merced de cualquier predicador viajero que afirmaba ser ministro sabatista.
o
Segundo, los creyentes no tenían forma de distribuir los fondos a los ministros, ni tampoco tenían un medio sistemático para reunir fondos.
o
Tercero, no tenían ninguna organización legal para contar con propiedades.
Para el otoño de 1856, se había desarrollado una crisis de primera magnitud en el movimiento adventista. John Nevins Andrews, uno de los tres primeros ministros adventistas en ser ordenado en 1851, pasó los primeros cinco años de su ministerio postrado por el agotamiento, y en 1856, Andrews decidió dejar el ministerio.
En la primavera de 1858, la congregación de Battle Creek, Michigan, formó un grupo de estudio para investigar las Escrituras en busca de un plan para sustentar el ministerio. Bajo el liderazgo de Andrews, el grupo propuso un plan que se llegó a conocer como Benevolencia Sistemática, que dio origen al plan de Diezmos y Ofrendas que la iglesia practica en la actualidad.
4. Organización de la Conferencia General de los Adventistas del Séptimo Día – Juan Byington (1798-1887) primer presidente.
Los principales líderes del movimiento adventista convocaron a un ―congreso general‖ del 28 de
Septiembre al 1 de Octubre de 1860. En esa reunión, se adoptó, oficialmente, el nombre ―Adventista del Séptimo Día‖.
El 21 de Mayo de 1863, se organizó, finalmente, la Asociación General de los Adventistas del Séptimo Día. Con Juan Byington como su primer presidente. Para ese entonces, la Iglesia Adventista del Séptimo Día tenía alrededor de 3,500 miembros y casi 30 ministros.
D. Era de Desarrollo Institucional y del Estilo de Vida (1863-1888) El desarrollo del movimiento adventista fue progresivo. Y en 1863 ocurrió un cambio importante, los adventistas comenzaron a centrarse en la clase de vida que debería vivir y a crear instituciones para apoyar ese estilo de vida. También se produjeron cambios importantes en el pensamiento adventista concernientes a la misión mundial. 1. La Reforma Pro-salud
El 5 de Junio de 1863, quince días después de haberse organizado la Asociación General, Elena de White recibió su primera visión detallada de la reforma pro salud. ―Vi que era un deber sagrado atender a nuestra salud, y despertar a otros ante su deber… Tenemos el
deber de hablar, de oponernos a la intemperancia en todas sus formas –intemperancia en el trabajo, en el comer, en el beber, intemperancia en el consumo de drogas –, entonces señalarles la gran medicina de Dios:
el agua, el agua pura y suave, para la enfermedad, para la salud, para la limpieza y la higiene, y para los lujos…
Vi que no debíamos guardar silencio sobre el asunto de la salud, sino que debíamos despertar las mentes a este tema‖ (1MS 318, 319). ―Mientras más perfecta sea
nuestra salud, más perfec ta será nuestro trabajo‖ (Exaltad a Jesús, p.153).
El 25 de Diciembre de 1865, Elena de White recibió su segunda visión detallada con respecto a la reforma pro salud. Su visión llamaba a los adventistas a establecer una institución para promover la salud.
―La reforma pro salud –observó la señora White – es una
parte del mensaje del tercer ángel, y está tan estrechamente relacionada con el mensaje como el brazo y la mano lo están con el cuerpo humano‖
(Consejos sobre el régimen alimenticio, p. 36).
En 1866 comenzó a publicarse la revista Reformador de la Salud (Health Reformer), una revista mensual de 16
páginas. Y ese mismo año se estableció el Instituto Occidental de Reforma pro Salud en Battle Creek, Michigan, precursor de cientos de instituciones adventistas alrededor del mundo para el cuidado de la salud.
2. La verdadera educación cristiana
Un segundo desarrollo del estilo de vida e institucional entre los adventistas de los años de 1863-1888 se centró en la educación cristiana.
Jaime White argumentó que ―el hecho de que Cristo regrese muy pronto no es razón para no mejorar la mente. Una mente bien disciplinada y bien informada puede recibir y aceptar mejor las sublimes verdades de la Segunda Venida‖ (RH , 23 de Diciembre de 1862)
El 3 de Junio de 1872 se abrió la primera escuela denominacional con doce estudiantes, en Battle Creek, Michigan. En 1874, ese pequeño comienzo, dio origen al colegio de Battle Creek. Precursor de un sistema mundial de educación financiado por la Iglesia Adventista del Séptimo Día.
Elena de White escribió, en 1872, un importante artículo titulado ―Educación Apropiada‖ (Proper Education) para
ayudar a guiar y delinear la filosofía educativa de la nueva escuela. 3. Las misiones
E. Era de Reavivamiento, Reforma y Expansión (1888-1900)
1. El congreso de la Conferencia General de 1888 2. Justificación por fe y el mensaje del Tercer Ángel 3. Énfasis Cristo céntrico en la producción literaria de Elena G. de White. 4. Explosión misionera mundial
F. Era de Reorganización y Crisis (1900-1910)
G. Era de Crecimiento Mundial (1910-1955)
1. Fallecimiento de Elena G. de White (Julio 16, 1915; 87 años) 2. Las crisis gemelas: la guerra y la depresión económica. Los períodos de crisis en general han estimulado la evangelización adventista. 3. H.M.S. Richards y el uso de la radio, 1930. 4. William Fagal, George Vandeman y el uso de la Televisión (Mayo 21, 1950) 5. Expansión de las misiones y crecimiento mundial
H. Desafíos y Posibilidades (1955-
)
1. Reconocimiento de la iglesia como como un movimiento evangélico cristiano.
2. Creación de universidades denominacionales 3. Internacionalización genuina de la denominación 4. Crecimiento de la membresía 5. Crecimiento institucional 6. Misión con resuelta determinación 7. Desafíos a. Unidad doctrinal b. Unidad cultural
CONCLUSIONES Debemos cerrar las tapas de éste libro, La Mano de Dios al Timón, diciendo que damos gracias a Dios por estar al timón de la nave del adventismo. Sabemos que la misma mano que cerró la puerta del arca de Noé, nos está guiando. Esa mano nos ha sido de ayuda, y al igual que Samuel, tomando una piedra, después de la derrota de los filisteos, le puso el nombre de Eben- ezer, diciendo: ¡Hasta aquí no ayudó Jehová‖. Sobre éste libro no nos queda más que decir que es inspirador, claro, directo, conciso, preciso, objetivo y mediano. De haber sido escrito dentro de otra denominación religiosa, su publicación hubiera sido objeto de grandes cuestionamiento; pero el talento y la sinceridad del autor hacen de la obra ―una piedra de ayuda‖.
Si tuviéramos que recomendar ésta obra, no dudaríamos un momento en presentarla como una joya, como un testimonio, un monumento a la Verdad