La ira, una emoción. Expresión y control
Nicole Ramírez Salinas
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Fundamentación teórica
1.1. Las emociones Muchas son las definiciones que tiene el concepto emoción, muchas de las cuales la han remitido a una mera conexión entre un estado de ánimo y una respuesta fisiológica, pero la emoción es por mucho más que sólo eso, es lo que determinaría la forma en que percibimos el medio que circundante y sería por consiguiente una respuesta, de diversas áreas del organismo, a un estímulo externo que se le presenta. (Gallardo, 2006/2007) Otras definiciones se refieren a las emociones como Zaccagnini 2004, citado en Gallardo Vázquez, 2006/2007.): “Una compleja combinación de procesos corporales, perceptuales
y motivaciones que producen en las personas un estado psicológico global, que puede ser positivo o negativo, de poca o mucha intensidad y de corta o larga duración, y que genera una expresión gestual que puede ser identificada por las demás personas”. (p. 146) Lo anterior implicaría una agrupación de las emociones en cuanto a su cualidad, la que estaría referida a la valoración positiva o negativa que se le da a la emoción; duración, la que podría darse de forma puntual frente a un estímulo o estar predispuesta de forma permanente; e intensidad, estaría referida al grado de activación motora, fisiológica y cognitiva que provocarían las emociones. (Gallardo Vázquez, 2006/2007) Los autores Darder y Bach (2006, citado en Gallardo Vázquez, 2006/2007), con el objeto de clarificar el concepto, indican una serie de ideas erróneas que se han creado en torno a las emociones: 2
positivo, la ira y la rabia • Emocionarse, no sólo está referido en un sentido positivo, también provocarían emocionarse, en un sentido opuesto. puntual y • La duración, naturaleza y magnitud, no deben remitirse a un estado puntual pasajero que provocaría reacciones impulsivas, puesto que las experiencias con el medio, entregarían un estado constante y mantenido, que configuraría la afectividad y la forma de interactuar con el medio de acuerdo a esas experiencias, en forma particular a cada individuo. emociones, por cómo cómo se cataloga • La connotación negativa que se le entrega las emociones, a los sujetos demasiado emocionales o faltos de control emocional, con esto la irracionalidad de las emociones, sin embargo se debería tener en cuenta que, emoción y razón son compatibles y deben trabajar juntas para lograr el equilibrio, de lo contrario, las emociones sin la razón, y la razón sin la emoción pueden causar estragos. son del todo individuales, pertenecen a un sujeto, pero en • Las emociones no son relación a las interacciones que ha mantenido, ya sea con el medio circundante o con otros sujetos que le rodean, existe una bidireccionalidad en la emoción. emociones, existe una gran diferencia diferencia entre • Por último, la expresión de las emociones, manifestarlas y dejarse llevar por ellas, he aquí que la razón juega un papel preponderante en el reconocimiento de las emociones, en cómo reconocerlas y guiarlas, para que puedan ser expresadas oportuna y cuidadosamente. La clasificación más común y amplia que se ha hecho de las emociones, habla de las emociones básicas o primarias y las emociones secundarias. Las emociones básicas, estarían relacionadas con un proceso adaptativo y tendrían un correlato físiológico y expresivo, el cual sería universal de acuerdo a los estudios realizados por el psicólogo Paul Ekman (1993-1994, citado en Rodríguez, 1998). Dentro de las emociones primarias se encontrarían:
Miedo: Anticipación de una amenaza o peligro peligro que produce ansiedad, incertidumbre, inseguridad.
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Sorpresa: Sobresalto, asombro, asombro, desconcierto. Es muy muy transitoria. Puede dar una aproximación cognitiva para saber qué pasa.
Aversión: Disgusto, asco, se suele alejar o alejarse del objeto que produce produce aversión.
Ira: Rabia, enojo, resentimiento, furia, irritabilidad.
Alegría: Diversión, euforia, gratificación, gratificación, contentos, da una sensación de bienestar, de seguridad.
Tristeza: Pena, soledad, pesimismo.
1.2. La ira, una emoción Existen diversas definiciones de la ira o rabia, una de ellas es la que entrega Izard (1977, citado en Pérez, Redondo, & León, 2008) en la cual se refiere a esta emoción como primaria que se presentaría cuando “un organismo es bloqueado en la consecución de una meta o en la obtención o satisfacción de una necesidad”.
De acuerdo a Magai (1996, citado en Pérez, Redondo, & León, 2008), la ira sería una emoción que se origina a partir de las dificultades a que se ven enfrentadas las metas de los individuos, dificultades que desencadenarían en resultados frustrantes que provocarían a su vez un efecto colateral en el propio sujeto y en la relación que establece con su entorno; esta emoción movilizaría al sujeto a enfrentar los obstaculos y a mostrar a los demás que resulta inapropiado el ataque con conductas agresivas. Johnson (1990, citado en Pérez, Redondo, & León, 2008), consideraría la ira como un estado emocional compuesto por otros sentimientos como irritación, la furia y la rabia; los que estarían siendo acompañados por la activación del sistema nervioso autónomo, el sistema endocrino y la tensión muscular.
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De acuerdo a Smith (1994, citado en Pérez, Redondo, & León, 2008) la ira, cómo emoción sólo motivaría tendencias o impulsos hacia conductas agresivas, conductas que bien podrían estar dirigidas a otros o hacia si mismo. 1.3. Expresión y control de la ira De acuerdo a lo expuesto anteriormente, la ira expresada correspondería a una conducta de tipo agresiva que deviene de un suceso de un en el que se siente rabia o ira; la cual puede expresarse hacia adentro (hacia sí mismo) o hacia afuera (hacia otros). (Pérez, Redondo, & León, 2008) El experimentar ira, estaría relacionado a procesos subjetivos, a las emociones relacionadas con la ira y a los procesos cognitivos asociados con la hostilidad. Esta experiencia, estaría referida a la peridiocidad, intensidad y/o duración del estado emocional en el que predominan sentimientos de rabia. Por otro lado la expresión de la ira, correspondería a una respuesta de intercambio frente a la hostilidad del medio y que serviría como una manera de normalizar el displacer emocional producto de las relaciones interpersonales conflictivas. (Pérez, Redondo, & León, 2008) Respecto del control o afrontamiento emocional en relación a la ira, se habla de 3 estilos (Pérez, Redondo, & León, 2008):
Ira interna, quien experimenta experimenta sentimientos de de enojo o irritación, suprime o anula esos sentimientos antes de expresarlos ya sea de forma verbal o física.
Ira externa, al contrario contrario del anterior, la persona persona que experimenta estos sentimientos los exterioriza mediante conductas agresiva, verbales o físicas, orientándolas hacia terceras personas, u objetos.
Control de la ira, el sujeto que tiene sentimientos de rabia, busca
mecanismos que le permitan disminuir, tanto la intensidad, como la
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duración de ellos, resolviendo de forma juiciosa la situación o problema que haya generado los sentimientos negativos de rabia o enojo. 1.4. Teoría Psicoanalítica de los afectos y la agresividad Para el psicoanálisis, la emoción, afecto o sentimiento, se relaciona a un cambio físico que puede ser percibido por otros, y a la propiocepción de esos cambios corporales, que a su vez entregan a quien los experimenta una vivencia subjetiva de placer o displacer. (Boari, 2009) Lo que mantendría unido el núcleo de ensambladura constitutiva de los afectos es “la repetición de una determinada vivencia significativa (….) que ha de situarse en la prehistoria, no del individuo, sino de la especie” (Freud, 1916 -17,
pág. 360, citado en Boari, 2009) La función o sentido de los afectos, de acuerdo al psicoanálisis, estaría orientado a una función comunicativa y de asistencia; donde existiría un emisor que emite una alerta que puede ser percibida por otro, que apto para entender este código, responde de manera oportuna y asertiva a este llamado. (Boari, 2009) Para el psicoanálisis, las emociones inconscientes, propiamente tal, no existirían, puesto que al ser una respuesta de tipo evolutiva ésta, no necesitaría acercarse a la conciencia por medio de una representación consciente, vale decir, que aún cuando el estímulo no haya sido identificado, la emoción se hará presente. (Boari, 2009) La represión de las emociones, según el psicoanálisis sería un mecanismo de defensa, para mantener en el inconsciente aquellas emociones o afectos que provocarían displacer; de este modo se olvida o evita aquello que produce dolor, que nos produce malestar. (Boari, 2009)
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Freud (1973, citado en Pereyra, 2008), principal exponente del psicoanálisis manifiesta que el inconsciente está sometido por la compulsión de repetición de las dos pulsiones básica el Eros y el Thanatos. Respecto de la agresión, para este sería una de las más significativas expresiones del instinto de muerte y consideraría que toda cultura de vida, estaría en cierto modo estimulada instintivamente hacia la muerte, que sería el estado que permitiría la liberación de esta tensión. (Pereyra, 2008) Finalmente, el psicoanálisis sugiere la necesidad de autonomía del pensamiento de la emoción, ya que en su entramado, el pensamiento siempre estaría en busca del placer y evitando el displacer; esto podría provocar limitaciones y represiones al momento de actuar, producto de la evitación consciente de la cognición. 1.5. Teoría Cognitivo-Conductual de las emociones y la rabia El énfasis del cognitivismo-conductual estaría orientado a la forma en que los individuos perciben la información del medio externo y en cómo la procesan, es propio de cada individuo; entendiendo por cognición aquella imagen o pensamiento que se hace consciente cuando se le presta atención y sería la variable que determinaría la emoción y la conducta. (Künhe, 2000) Beck (1983, citado en Künhe, 2000), describe diferentes niveles cognitivos: pensamientos automáticos, distorsiones cognitivas y esquemas cognitivos subyacentes; los cuales estarían en un nivel cognitivo más profundo y con menor acceso a la conciencia, pero que, sin embargo con la utilización de algunos métodos o técnicas pueden hacerse conscientes. De la funcionalidad de estos niveles, dependerían las respuestas a los estímulos percibidos, los que de ser disfuncionales derivarían en creencias irracionales y distorsiones cognitivas. (Künhe, 2000)
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Para el cognitivismo conductual existen 2 perspectivas desde la cual enfocar el comportamiento agresivo (Ardouin, Bustos, Díaz , & Jarpa, 2001 ):
Perspectiva atribucional se refiere refiere a como como el sujeto ejecuta acciones o conductas en relación a supuestos, vale decir, existiría un juicio de la conducta agresiva, que lo llevaría a preguntarse, primero acerca de la causa, si es interna o externa, si es estable o pasajera, si pueden ser controlados o no. Las respuestas observadas influirían en los sujetos a nivel a nivel cognitivo, al hacerse una idea al respecto; en los afectos y cognición, lo que estaría vinculado al comportamiento o conducta agresiva.
Agresión y frustración, muchos muchos plantean que la conducta agresiva está precedida por un evento frustrante, entendido como la interferencia al cumplimiento de una meta o al logro de la satisfacción de una necesidad, que puede ser psicológica, biológica o social. La frustración, sería entonces vista como un impedimento, una amenaza al logro. “Una amenaza de castigo puede disminuir o inhibir una
respuesta agresiva. Al acercarse el momento de llevar a cabo la agresión, la posibilidad de castigo entra en juego por la fuerza relativa que presenta la tendencia a agredir. En relación con la intensidad de la tendencia a agredir y la intensidad de la tendencia a evitar agredir, la persona mostrará o no una conducta agresiva”. Algunas personas podrían ser más propensas a sentimientos y acciones agresivas que otras de forma innata, pero resulta más frecuente cuando han crecido bajo contextos negativos, en persistente frustración, por lo que habrían desarrollado una agresión defensiva; de este modo, la agresión procedería de la hostilidad y el resentimiento. Cuando la persona no logra alcanzar un objetivo o sus necesidades se ven frustradas, no tendría una forma diferente de reaccionar, más que la agresividad. 8
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