La evaluación en el aula
Dentro del proceso educativo, entendido como uno de retroalimentación constante entre el maestro y el alumno, la evaluación se presenta ante nosotros como una herramienta que permite determinar el nivel de desarrollo del proceso educativo que compartimos con nuestros alumnos. Es a través de la evaluación que identificamos las fortalezas y los puntos no maduros del aprendizaje de nuestros alumnos; además de esto podemos visualizar, v isualizar, gracias a los diferentes momentos de evaluación, nuestra propia labor como docentes. Las evaluaciones son herramientas que nos acompañan como parte importante de un proceso de obtención de conocimientos, por tanto, cada una de las estrategias que nosotros aplicamos en nuestras clases, nos hablan de la relación que vamos forjando con nuestros alumnos, y que a su vez estos van forjando con su propio proceso de aprendizaje. Por ejemplo, si durante nuestras sesiones presenciales los alumnos participan sin ninguna dificultad y forman parte activa de nuestras actividades planeadas, pero en el examen su desempeño se ve mermado, lo más probable es que debamos repensar las estrategias que utilizamos dentro de la evaluación escrita y compararlas con las utilizadas en nuestra evaluación práctica. Formamos parte activa de la formación académica, y en ocasiones personal, de nuestros alumnos, en este proceso es necesario medir los conocimientos que los alumnos van obteniendo a lo largo de las unidades, u nidades, lecciones y bimestres; a un nivel igualitario considero que es igual de relevante la evaluación individual de cada alumno con su proceso de aprendizaje. Cada uno es diferente al otro, por lo tanto, no podemos evaluar sus procesos de manera igualitaria. Debemos focalizar estos logros y dificultades sin perder de vista que
queremos propiciar la autonomía del estudiante. Debemos entonces hacerlo participe de su evaluación, enseñarle a ser crítico, pero también autocrítico, guiarlo para que el mismo sea capaz de estructurar sus propias herramientas, desde sus necesidades particulares y que consiga, a través de este proceso poner en práctica lo obtenido. Dentro del aula la evaluación es un pilar fundamental para el avance y la aplicación adecuada de los programas de estudios, si estos no tienen los resultados esperados una vez que se han aplicado ciertas estrategias y actividades la autoevaluación de las planeaciones del propio docente permitirá visualizar los puntos no maduros, esos que necesitan atención urgente y sobre los que se tiene que trabajar. Bien dicen que tenemos que predicar con el ejemplo. Considero que estas autoevaluaciones deben ser aplicadas no solo a las planeaciones, y puestas en práctica de los docentes, estas deben formar parte del desarrollo del alumno, para permitirle mirar de manera crítica su propio trabajo. Considero la evaluación como un proceso necesario dentro de las aulas, pero también más allá de ellas, es por eso que debemos llevar a cabo dos procesos, debemos enseñarles a los alumnos a medir sus propios conocimientos, ¿qué me hace falta?, ¿qué necesito cambiar para tener mejores resultados?, ¿qué hago bien?, a partir la mirada autocrítica de los alumnos las evaluaciones que nosotros llevamos a cabo para medir las nuestras no serán unidimensionales, sino que tomarán también en cuenta las necesidades particulares de cada alumno, y ese es finalmente el objetivo, acompañar el proceso de alumnos que están formándose para tomar las riendas de su propio conocimiento y adecuar sus herramientas a las necesidades particulares de ellos y del entorno que les rodea y en el que se desenvuelven.