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De los ayllus kallawaya al mundo
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El arte de morar entre dioses-antepasados y hombres
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Desde las nieves hasta el pie de monte Los productores comunarios Simbologias del uso del floripondio El sentido religioso de la vida en el kurakazgo Los kallawaya al servicio del Inca La participaci6n en la conquista de los Chunchos La ocupaci6n del territorio Chuncho
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24 25 33
40 41 43 44
El kuracazgo de Charazani y las medidas contra Ia idolatria
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Linaje, memoria y derecho Las relaciones de parentesco en el seno del linaje Un largo litigio que conmociona a los ayllus Primera victoria de los Serena Los Coarete entran en escena Los testigos de Carlos Canauqui El desenlace de un largo pleito
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El arte de curar traspasando fronteras
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La lenta e inestable organizaci6n del sistema de salud La medicma ocodental se unpone por via de la educaci6n
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Un sistema de salud democmuco que cmvisibdtza» al indigena El indlgena de Ia perifena de Ia dudad uene un espacio en el hospital-edificio
Las boucas son l.osor:::Jn El
54 54 59 59
60 60
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la participaci6n kallawaya )'( ,po~ itiOil l
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El mtcnor dcll'nbcll6n B<'hvt.Hlll En ci tntcnor de ),t:' sala::. L1 mmrri,t, una :ut-:tCCtllll El intrnor mina Un •nwtahk» hct h.u Ill kallawaya
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125
Scguridad jundica, Ia legalizaci6n de La medicina tradicional 129 En t:1 frcntc de guc n
132
137
Los kallawaya se proyectan a la Humanidad
140 El proyecto de Ia L ,t...,uJ coheswna los lazos etnicos en todo el pais El oclo de ccrcmomas ante los kallawaya de todo el pais Los espacJOs sagrados de los ayllus de Charazani Los espac10s sagrados de los ayllus de Curva Una SUCCSIOll de rcccpciOnCS La reahzaC16n del proyecto La Cultu:a Kallawaya es Patr1mon1o Oral e Intangible de la Humanidad Celebrac10n de Ia declaratoria
Conclusion
Bibliografia
2
H3 HS H8
151 153 153 154
163
165
Abrege
175
Abstract
178
Provincia BAUSTISTA SAAVEDRA -!!11!1 lJ•11~IC mfcrprvl'JIIi:l!ll
g,., J.., m;ltcl. rttn;!"J..."'r<.J /,
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El•• Viccministerio de C ultura asumiendo que e1 j)ais es nult ·"'tnico 1 .·, \ 1 1 1 c. c; y p U11cu tura v en un a fan_ de cndcncJ~ll que lo~ pueblos incliocrns son 'Ktorcs cle lac .Illo en ...., ' ' c c)tlstn1c.·· c1on c1e su clesarro cl• ano 2002 ~e propuso apovar clcctdtclamente la' c·:lndid"tltr·a cln~ lac. c<.JS•l• wvt.swn · -· • 1 ' " ' cle 1a cu1'turct 1\.a/lmvava ante la UNESCO . ...
La Idea central consistic1 en trabaJar conjuntamente en Ia presentad6n ante el mundo de los apo~·tes concretos de 1a cultura ~alla\vaya a la salud del continente, a traves de su amplio y pro/undo CODOClil1lCDlO de Ia medlcina, la ranl1acologw y las curaClones simbolicas. Al plantear\o
no solo asum1n1os que era urgente la salvaguardia de la pane medica, sino del conJunto del sistema que esta inmerso en una cultura milenaria que actualmente es minoritaria en el pais. El 7 de noviembre, la L '\ESCO reconoce ala Cosmovisi6n de la Cultura Kallawaya como Obra Maestra del Patrimonio Orale Intangible de la Humanidad. Nominacion que compromete a las autoridades del gobierno a iniciar los primeros pasos para su salvaguarda. En ese sentido, se plantea la preparacion de un libro, a pesar de la existencia de una profusa literatura sobre el tema. Empero, queda pendiente dilucidar la dimension historica que conduce a los Kallawaya a mantener su cultura pese a todas las presiones socio-econ6micas y culturales. De hecho, uno de los estudiosos bolivianos mas notables, como fue el abogado boliviano Enrique Oblitas Poblete habfa seflalado en 1963 que "no se habfa escrito hasta el presente su historia", nose habia logrado profundizar el estudio sobre sus conocimientos que permanecian como una incognita. En realidad, gran parte de los estudios han enfatizado de manera sistematica en la farmacopea a traves de los estudios de los antropologos Louis Girault y joseph Bastien o en las curaciones simb6licas ampliamente descritas por la psiquiatra Ina Rosing. Quedaba entonces abierta una amplia tematica por estudiarse. El presente libro, fue encargado a la historiadora boliviana Carmen Beatriz Loza, como miembro del equipo que preparola documentaci6n para la uNEsco. Ella realizo una investigaci6n inedita en los archivos publicos y privados del pais para narrarnos los momentos mas salientes en los que el conocimiento medico-farmacologico es puesto a prueba. Apoyada en una nocion de la antropologia de la ciencia, le da credito a la cultura kallawaya y nos ilustra como este pueblo elige el conocimiento como medio de lucha. Nos presenta diversos momentos de su accionar, muchos de los cuales no fueron abordados en la literatura especializada. Ademas, no se contenta con centrarse en los pueblos de los kallawaya o en las ciudades bolivianas, opta por seguirles los pasos en diversas capitales del continente yen Europa. Aquellos viajes memorables por las curaciones y que fonnan parte de las tradicionales narraciones, que pasa~ a cobrar evidencia hist6rica. Trabajo realizado cruzando fuentes orales, documentales Y objetos de la epoca, transmitidos por los propios kallawaya. Lejos de constituir un trabajo de gabinete, la
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reflexion ha sido construida en la vivencia cotidiana con ellos, pues le toc6 desempefiarse como autoridad de uno de los ayllus.
EI Viceministerio de Cultura, inicia con esta publicaci6n, un trabajo de recuperaci6n de la memoria, apuntando ala porte de la historia y de la ciencia medica en el pais. Esas dos dimensiones articulan el acervo cultural de los kallawaya y permitiran un desarrollo socio-econ6mico mas equilibrado.
El nombre kallawaya evoca hoy una larga epope)ra de afirmaci6n de ·dentt'dad · 1 . . . y pertenenc1a. Durante s1glos · 0 unas 'reces la se han 1do alternando el hostigamiento el desprec · 1 , . . , . . , , " , persecuc1on po~ r~zones etn1cas o 1deolog1cas otras veces, la indiferencia ante su presencia y sus realizaciones, cas1 s1empre.
Y ese extraordinario grupo humano lleno de valores, de conocimientos, de inquietudes, aparece hoy ala luz de la declaratoria de la UNEsco, como emergiendo de una larga noche que no lo apag6 ni lo abati6.
Gracias al reconocimiento de la UNEsco que los coloca ante toda la humanidad como dignos de admiraci6n y de respeto, Bolivia ha empezado aver con orgullo, como pais, lo que solo unos pocos conocedores y estudiosos venian consignando y difundiendo sabre los valores culturales humanos y medicos de los kallawaya. Para dar a conocer dentro y fuera de Bolivia, tanto el desarrollo de aquella lucha por no desaparecer ni olvidar los val ores propios, como los alcances de su influencia en diversas regiones de America y fuera de ella, la Fundaci6n Cultural del Banco Central de Bolivia asumi6 la tarea de
preparar y editar este libra auspiciado por la propia uNEsco y par el Viceministerio de Cultura.
La historiadora Y dem6grafa Carmen Beatriz Loza, ha realizado una dedicada tarea de investigaci6n y elaboraci6n de los materiales, obteniendo docun1entos y testimonies que confieren a su trabajo un extraordinario valor y que enriquecen considerablemente la bibliografia sabre ese mundo de creencias, sabiduria, tradiciones y arte que desenvuelve su vida desde lejanos siglos a poca distancia de la actual ciudad de La Paz, entre maravillosos paisajes andinos, deslumbrantes de magia y color.
La Fundaci6n, empenada desde su creaci6n en la defensa y difusi6n del Patrimonio Cultural de Bolivia yen la promoci6n de las expresiones de los creadores culturales, desea contribuir con esta publicaci6n al conocimiento fundamentado y consciente de nuestros valores, base de la af1rmaci6n propia, de la cohesion social y de la construcci6n de un desarrollo sin exclusiones, -· nquecido por la diversidad y con verdades de equidad.
En Paris cl 7 de novictnbre de 2003 1
1 1 · · . . . . . , a UNEsco proc arn6 a c1enC1a y cosmov1si6n del pueblo kallawaya 1 1 con ~ Obl a lv1aest ~del Patnmomo Orale Intangible cle Ia Humanidad. Fue un n1omento de verdadera n1utaci6n: ~onsicl·e,rado una figura oscura, el hcc~iccro pcrscguido por los cxtirpadores de las idolatrias del siglo XVl
) host~gado por las autondades bohvwnas hasta lines del siglo XX, se convierte repentinamente en un arqu~tlpo. Esta n1etmnorfos1s de los religiosos n1edicos y herbolarios asentados en los valles pr6xin1os ala cordillera de Apolobamba, en la proVInCia Bautista Saavedra al none del departan1cnto de La Paz, es el fruto de un triple proceso que simboliza claramcntc los avances logrados por los pueblos incligenas de Los Andes. En primer lugar, un largo accionar y lucha, en numerosas etapas, a traves de las cuales los kallawaya, ya sea agrupados o individualmente, construyeron un capital social movilizando recursos en virtud de los conocimientos que poseen, de sus redes de relaciones, reconocimiento social de una practica medica y religiosa mas o menos tolerada en la actual soc1edad boliviana 1. Pero ademas movilizando en su favor yen deterrninados momentos una serie de apoyos, de garantias, de influencias para ejercer libremente su oficio ancestral en una sociedad occidentalizada que irremediablemente los fue marginando sin reconocer que sus conocimientos ayudan a satisfacer muchas necesidades sanitarias del pais. A pesar de ella, hoy en dia, continuan siendo un grupo social aut6nomo compuesto mayoritariamente por descendientes de los antiguos pueblos prehispanicos que poblaron el norte de La Paz, con territorio propio, reconocido y claramente identificado como «diferente» por sus vecinos quechuas y aymaras, incluidos aquellos que estan muy cerca de la actual frontera boliviano-peruana. Se distinguen efectivamente de sus vecinos por un conjunto de rasgos, tales como la lengua, muchas veces por la vestimenta, el modo de vida, la itinerancia con fines de aplicaci6n y adquisici6n de otros conocimientos. Pero posiblemente, sobresale en ese conjunto de rasgos la viva conciencia de su identidad, confundida muchas veces con el orgullo y la distancia que tiene frente a los otros grupos indigenas, mestizos y blancos2 , al mismo tiempo confundida por el diseflo metodol6gico adoptado en el censo 2001 con relaci6n a la autodeclaraci6n de pueblo originario, el mismo que pretendi6 solapadamente inflar la identificaci6n etnica en funci6n de los grupos mayoritariamente aymara y quechua. En todo caso, ellos poseen un capital simb6lico acumulado, el cual se traduce en el prestigio Y la percepci6n que tienen las otras etnias, quienes los pueden reconocer rapidamente por sus coloridos ponchos listados sobre un fondo de un inconfundible rojo o las bolsas finamente tejidas para cargar sus plantas Y variados objetos con fines curativos, ceren1oniales y litt1rgicos. Su sola presencia infunde respeto, sin necesidad 3 de exhibir efectivamente la dimension de su capital total y la legitimidad de su poder . De hecho, se ha · · 1 · d. · 1 b · dan todo genero de distinciones, lo 11egado a af1rn1ar que «son ten11dos por os tn 10s, qtnenes es nn · · , d d 1 b ltadas y tnisteriosas bolsas c1ue He' 4.\n aloJan bten, les ohsequ1an y Jamas se atreven a sustraer na a e as a u ' ' '" con tgo» pues comprenden que son los Qolla Kapachayuj o los gran des senores de las hobas nledl 4,
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·duria para resolver sus problen1as, dolencias y preocupaciones, pero tambien auxilio b De c) los sc espera sa 1 ' ' ' _. . ofr·endas a los dioses-antcpasados n11t1cos and1nos. l paraecvarsu~ ' .. .. . _ _ . 1 clc la prov1n · Cl·a Bautista' Saavedra 1nuchos son cuatnhngues. la mayona hablan mas quechua '' . A mvc ot) )rt1na Ininoria espccialmente, muJeres (2.95%) conocen el castellano u otra ( 17 5 (79.22 %) que aymara . 10 ' • • . • • Para muchas ceremon1as, curaoones yen ocas1ones espcoales emplean su propia lengua .md'1gcna (O .27 o,) 10 · 1 , lengua todavia la conocen algunos varones . . . () Segtln la literatura etnografica y linguisnca s~ tr~t-ana de la len~ua puqu~~a , pero los hablantes se empcnan en negar este aserto y utilizan la clcnon11naclon d~ mac_haq-)uyay ~soc1~~dola ala «lengua secreta de los Incas» sin entrar en debate optamos por emplear en este hbro la des1gnaoon de los actores sociales, 7 a pesar que la n1isma no ha sido reconocida oficialmen~e . . _ . . . En segundo Iugar, intervino en la decision un camb1o en la valoraoon de los conoCimlentos c1entificos de los indigenas pues de manera progresiva la sociedad occidental empieza a tomar en serio sus conocimientos en diversos campos, particularmente la medicina, con expectativas de aportes a las c1encias biomedicas convcncionales. Finalmente, tambien contribuyeron las reivindicaciones del movimiento indigena internacional que en Bolivia ha alcanzado presencia y relevancia en la agenda politica nacional, conduciendo a las elites dirigentes a repensar la predominancia indigena en el pais. Por esta raz6n cabe preguntarse: (Cuales son las coyunturas socio-politicas que permitieron que la ciencia de los kallavvaya pueda ser «preservada» a pesar de la dominaci6n colonial? (En que medida la pnlctica de su ciencia cohesiona la identidad del grupo? (C6mo los kallawaya han podido finalmente emanciparse y llegar a obtener la distinci6n de Obra Maestra del Patrimonio Orale Intangible de la Humanidad? Podemos preguntarnos tambien: (_Se trata acaso, de una candidatura impuesta desde el Estado o mas bien ella se enlaza con las acciones que ejecutaron ellos para alcanzar el reconocimiento de una practica mas libre y un trato mas digno? Quedara claro a lo largo del libro, que el Estado boliviano solo jug6 el rol de intermediario para la presentaci6n de la candidatura ante la UNESCO, porque la distinci6n obtenida es la culminaci6n de un gran ciclo de credito kallawaya caracterizado por la inversion en credibilidad cientifica durante siglos en el campo 8 de la salud del continente. La ventaja al operar con la noci6n de ciclo es que nos libera de la necesidad de especificar la motivaci6n ultima que hay detras de la actividad social que se observa. Mientras que la n_oci6~ de credibilidad en el sentido que le otorga el soci6logo frances Pierre Bourdieau nos facilita la SinteSIS de nociones econ6micas (como d.1nero, presupuesto y b enef"Icios) . y ep1sten1olog1cas . ' . (como certeza, · · duda y prueba) El ciclo de cr'd"t 1 0 en _ . · . . e ~ con sus rupturas y qu1ebres, sus cortes y cambios, nos perm1te observar que medida su histona no es s1mplemente cl resultado de imposiciones y dominaci6n sino mas bien, d . ' . que esos cambios les permiten · d . . ~nnovar, a aptarse para arncular la respuesta del grupo ode algunos m1embros el rnlsmo, frente a diversas snuaciones socio-politicas.
Tres fases del ciclo de credito Se irnpone entonces y por encim d 1 . Incas c · ., d ' a e toe o, una pnmera fase en la que obtienen crcdibilidad con los , onvirtlen ose en sus medicos-reli . . mementos d . glOsos, herbolanos y los honran con1o ponadorcs de sus anclas en e paseo y armonizaci6n9 Ese c r -d. 1 . . . · c llo o re1nv1erten despues de la invasi6n espanola para obtcncr
mas aceptaci6n, prestigio y fama dehido al exce 11ciona1 d f 1 . . d . .. . ' nlaneJo e a armacopca y un conjunto de varies procedmuentos · 16gtcas y pstqutatncas)w, . . . . e curac10n simb6lica (ligada' (a las terapi as ps1co reve\andose ante el poder de Ia ciencia colonial con1o pracucantes ·. de un conoctm1ento . . los . OJOS de qutencs dctcntan . .. verdadero Stn ernbargo, la pos1b1hdad del ejercicio fue extre1nadamentc d·r· ·1 f - d . . . . . • ' 1 1c1 porque ueron rapt amente asoctados a los. hechtceros, sufnendo · someu d os a 1a tn'l)UtaCI6n y la . . restncctones . . para. el CJ·ercicio 1)orque est uv1eron servtdurnbre. Alrntsrno tieinpo, 1a ItlneranCia es drasticamente rest nng1·d a para eVItar · rugas que red uzcan ( el ingreso de las contribuciones a la Corona de Castilla. Una segunda fasc se caracteriza por el arte de los kallawaya para traspasar las fronteras de las nuevas republicas, apcnas dcrrotado el colonialismo hispano. El proceso migratorio les dw la posibihdad de alcanzar pote~ciales n1ercados para las curaciones, pucs las condiciones estaban dadas despues de la traumatica y sangnenta Guerra de Ia Independencia ( 181 1-182 5). Cuando los hospitales estaban en rui nas, crisis y totalmente desbordados con enfermos, heridos y pobrcs que buscaban refugio a pesar del costo de atenci6n y los privilegios que gozaban las tropas mHitares e independentistas 11 . De ahi que la poblaci6n civil se hallaba librada a su suerte y en busqueda de los medicos 1ndigenas quienes tuvieron ocasi6n de realizar multiples curacion es a partir de las cuales materiahzaron sus reditos. Fue tambien una ocasi6n para que los kallawaya ostentaran sus con ocimientos por villorrios, mercados, plazas y palacios del continente. Al extrema de provocar interes en los viajeros, medicos e intelectuales extranjeros interesados en los peculiares y misteriosos itinerantes. Este aspecto influy6 notablemente para que una parcela de sus conocimientos, aquella que ha tenido mas gloria: el reconocimiento conseguido entre 1881 y 1886 a traves de la primera oleada de kallawaya que realiz6 la memorable curaci6n de la malaria durante la apertura del Canal de Panama 12 . Esa curaci6n sirvi6 de garantia para que los cientificos bolivianos y franceses se interesaran en consultarlos acerca de la farmacopea. Y, ese saber sea objetivado rapida y dificilmente en una suerte de herbaria que fue expuesto en la Exposition Universelle d e Paris entre 1889 y 1891. No sabemos por el momenta, cual fue la participaci6n de los kallawaya en las guerras internacionales, aspecto que queda abierto para una futura investigaci6n. Sin embargo sabemos por fuentes orales que tuvieron una destacada actuaci6n en la guerra que enfrent6 a Bolivia y Paraguay por el territorio del Chaco
(1932-1935). Ellos fueron reclutados como soldados, pero ante la falta de atenci6n tuvieron que curar a las tropas mayoritariamente indigenas que estaban en el frente de combate y caian irremediablemente enfennas y agonizantes por la defensa del territorio. Algunos kallawaya inclusive fueron reclutados con el grado de sanitarios 13 . Una tercera fase, posterior ala Revoluci6n de 1952 cuando sedan cambios trascendentales en el sistema socio-politico imperante en Bolivia, particularmente con la Reforma Agraria que altera profundamente las •
relaciones de subordinaci6n ala que estaban sometidos, al mismo tiempo que crea nuevas expectauvas en el mercado laboral, raz6n por la cual muchos kallawaya aprovechan para intensificar su tradicional arte en joyeria para migrar ala sede de
gobierno 14 ~ micntras que algunos, los mas arrojados, se proponen alcanzar
las universidades para profesionalizarse (particularmcntc cl ayllu de Canlaya)". Es en esc contexto de cambia, los que optaron por scguir siendo kallawaya opcraron de manera compleja en el ~ampo de Ia
salud, convirtiendo ese espacio en escenario de rclacioncs de fuerza Y de luchas encannnadas a un reconocimiento de su oficio que no fuera n1eran1ente n01ninal , sino que 1nas bien cohrara un c~.ln.\cter
.
Jibrc de su profesi6n. En cse sentido, revalorizan
. , . t n y afinnan su idenndad en la fa rna alcanzada por sus J·uridico a tmves .de. cltspo::,JCJOnc I rupo· lucgo ,\ 1tmcn a . Ia experiencia vnTJda por c g ' r· 1 t a partir de csos elementos rcorgan1zan los recursos . I II tinente y ma rnen e, . . predecesorcs a mve c e con . . . que en esa cpoca estaban bas1camentc onentados a obtener ,I .. rarios reconoc1lllH:~ntos acumulados pam P .mteat '' , · es y n1altratos. - . , . . entar los abusos, extorsion lcgaliclad de Ia pracuc,l paw . pos etnicos y aprovechan el esccnario del Primer Congreso k ll ,. st·lblcccn ahanzas con otros gru , . Los a awa}a c ' f d C federaci6n Sindical Unica de TrabaJadores Campes1nos de 1 campcsmo · de Bolivi'l donde se un a a on . ' . All 1 kallawaya Dr. Walter Alvarez Qu1spe asume la cancra de Bolivia (csurcs) en JUntO de 19 79 · . , . ., d. • un c d la medicina 1nd1gena y la rehgion an 1na. En no\11embre de ese Secretario de Salud Yse propene de1en er . . . .. nizaci6n de Iglesia Catohca para el reconoom1ento de la med1c1na afio se estabiecen lazos con una orga . . . . . 16 D oceso nace la iniciativa de legislar sobre el tema, s1n s1qu1era 1mag1nar que el proceso '. . tradtcwna1 . e ese pr ._ . . . . . ·stido d I I t es En todo caso se llega ala creaoon del Insututo BohVIano de Med1c1na 1 sena uro, argo y a tamen e r . , . . . Tradicionai Kallawaya (Ley de 9 de abril de 1987) y la declaratoria de la proVInCia Ba_u nsta Saavedra como Capital de la Medicina Tradicional de Bolivia (Ley de 9 de abril de 1987). A part_u de ello, se reahzan numerosas actividades a nivel nacional hasta llegar a cristalizar finalmente la cand1datura presentada en octubre del 2002 , ante la UNESco17 . A pesar de la magnitud de la distinci6n, no nos equivoquemos, el proceso de reivindicaci6n ante las autoridades bolivianas, particularmente las de salud, esta lejos de haber terrrtinado. AI evocar este ciclo de credibilidad adoptando una noci6n de la antropologia de la cienciapretendemos iluminar la experiencia y la conciencia de las fuerzas de los kallawaya en momentos hist6ricamente situados entre los siglos XV y XXI. Sobre todo, el enfoque adoptado persigue restituir su accionar y documentarlo. Para ello utilizaremos las imagenes esbozadas por los viajeros y las descripciones e interpretaciones de los investigadores. Por supuesto sin caer en la vision dicot6mica y equivocada que pretende evidenciar las «imagenes pre-cientificas de las cientificas» 18 porque la objetividad no es la misma en el siglo XIX que en el siglo XXI y los autores escribieron convencidos de que sus observaciones eran absolutamente cientificas. Lo que significa que simplemente nos toea situarlos en el contexto social de su producci6n considerando la temporalidad del discurso. Tampoco se intenta atomizar las descripciones a part~r de_ una lectura que opone mito y realidad, olvidando que los mitos en Los Andes dan coherencia a las exphcacwnes hist6ricas o simplemente a 1a real'd d 1 1 a que desborda a miles de indigenas sumidos en a mas extrema pobreza. .
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'S concrctas
. . . J . ·ercicio p,u a c CJ
Evidentemente este libro no t d b . . . : pre en e a arcar toda la gama de experiencias que envuelven su Clcnoa para reahzar curaCiones aliviar a 1 . d. .d d . ritu 1 1 , . ' os ln lVl uos e sus pesares, miedos y otros a traves de las curaCloncs a es y as mu1tlples facetas de sus d. . . , . . . . y estaria 1 b'd ) . Iversas actlVldades a traves de los s1glos (en1presa que sena nnpos1blc rna conce 1 a . LeJos de nuest , .. preservar el d.10 b. ro proposlto esta abordar la filosofia que 1nueve a los kallawaya a me am 1ente y los cuidados q d· 1 · l d d. ue pro 1gan a a naturaleza, con1prendidos en las 1ntllllp cs ceremonias y fiestas que 1e e 1can. Tampoc d preten emos dar cuenta de las ideas de los divcrsos autorcs que durante siglos h an p1asmado sus opiniones 0b . . Y servac1ones, empresa que parciahnentc fue cubH:'rt~l por la importante obra d 1 0 e octor Rolando Costa Arduz: Compilaci6n de estudios sobrc mcdicina JwllcnvayC1 1 ~J·
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10. que dcscan1o~ e~ defintr como actuaron lo~ kalla\\ a f 1 l f _ , . . ' ' c.> d tente a c CS.l 10 que lc~ unpuso e\ ordcn colonw1 espanol) tcpuhhcano para con~crvar ~u ctcnc ta' )' ,t1 r e~cnt..naante , 1 1aL~£~<.u.A\narrarestaht~tona . . esperamo.s . 1ugar, exp . 1orar en que n1ed1da . \a pracllca . alcanzar. tres . objellvos rclacionados entre~~ · Fn · pn mer discurs1va de . d ore~) .mfluyo en \a . los tndivtduos . cxternos al gru 11o (intelectual , e~. \.·laJeros o 111\'l'~llga estructuract6n · . del gran Cicio de crcdno de los kallawaya " ' . y es ah 1, d onde ttene srnt1·d o explorar las uansformacwnes que prod ucen los discursos )' Ia fuerzac de 1,'\ palabra esc n ta. c·.on 1a ~a1ve d ac1 d e que este . estudto constdera los chscursos, sin que ello stgnifique abstraerse del contexte y el stgmficado hist6rico concreto. De ahf que este acercmniento se aproxin1a ala propuesta del fil6sofo frances Michell=oucault en e1 senti do que los ~liscursos n:erecen ser lefclos como practica~ que forman s1sten1aticamente los objetos de los que hablan. Clcrto, los dtscursos estan hechos cle signos, pero lo que hacen es m(\5 que uti\izar estos signos para dcsignar las cosas Y transformarlas 20 . En esc senti do mercce particular atenci6n leer el discurso oficial de quicncs han tenido en sus manos la sorprcndentemente debillegislaci6n sobre medicina traclicional en Bolivia para vcr en que medida existe una articulaci6n con el ciclo de credito kallawaya. En segundo 1ugar, deseamos demostrar que los kallawaya, contrariamente ala opinion genera1izada, no ha sido un grupo pasivo, mas bien su actividad esta ligacla a los movimientos reivindicativos incllgenas, con caracterfsticas particulares. En efecto, ellos optaron por situar su lucha en el plano de la confrontaci6n de los conocimientos medicos, en la objetivacion de la experimentaci6n y facticidad de los hechos cientificos. «Siempre las hierbas manejamos. Hay que saber de don de conseguir. Por ejemplo, la mitad viene de Argentina, Brasil y Peru. Nosotros mismos tomamos y experimentamos, nolo hacemos en pacicntes» 21 . Yen ese punto habria que decir, siguicndo a Gaston Bachelard: el hecho cicntifico se conquista, construye y comprueba, labor ala que han dedicado su vida los kallawaya. He ahi una diferencia radical con otros pueblos como los quechuas y aymaras que optaron mas bien por acciones pohticas destinadas a revertir cl arden colonial a traves de manifcstaciones violentas de gran envcrgadura, utilizando tambien para ello, entre otras, las 22 formas mas variadas de resistencia, las practicas contcstatarias cotidianas, las estrategias y rccursos jurid1cos • justamente, el conocimiento de los kallawaya es gencrador de una tension constante con los detentadores de la ciencia colonial a lo largo del continente yes esa tension la que atraviesa los siglos y se convierte en hilo conductor de las narraciones que expondremos en estc libra. Por ultimo, esperamos utilizar la experiencia de los kallawaya para traer a colacion reflexiones mas generales acerca del abordaje de los hechos cientiflcos Y de los escollos que se presentan al no contar con tcxlos que den cuenta de las inversiones, trayectorias Y creditos o recompensas alcanzadas por el diversos continentes. De ahi, la necesidad de acudir a los relatos de los propios actores sociales que participaron de esos proccsos o los descendientes directos de aquellos que lucharon sin las annas de guerra, pero fucron capaces de provocar el estruendo social con n1as de una notable curaci(5n ya sea por su complejidad o por habcr sido realizada a algunos pcrsonajcs importante por la posicion que ocupan y e1 poder que detent an en la sociedad, por cjemplo presidentcs de las rept:tblicas, ministros, parlamcntarios entre otros . Muy tcn1 pranan1entc se ve una relaci6n cstrecha con las elites dirigentes porque es una via in1portantisin1a para procurarsc aval y scguridad. Adetnas, las elites en algunos de sus segmentos son tributarias de sus scrvicios para procurarse ayudas sobrenaturalcs para alcanzar el poder y la prosperidad. Tambien, los kalla\vaya son solicit ados para resolver tnas de un problen1~1 alecU\ o que atinge a todos los grupos sociales por igual.
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,.,..yunturas htst6ncas desde el stglo XV hLtstLl d Prt.:~n de rtdno de los kallawaya. En esta l.ngL\ tra\~.: l , l on.t h ..,. muchos casos. algunas de las temattcas abordadas stncn d rocesos y aspectos mas generales. Nuestro prop e P osno e de los elementos y patrones comunes en esta \ 1510 n 1
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y los viajes
en Ia transmisi6n de los conocimientos en el seno de las se perpetua de generaci6n en generaci6n. En ese proceso no solo se maneJar las plantas, sino que tambien se profundiza la narraci6n de las que mtemene como medio didactico durante el primero o posteriores AI evocar los logros de los predecesores en el proceso mismo de la formaci on ' ' c1e Ja narraa6n hist6nca del grupo, Ia reflexi6n etica y la discusi6n acerca de los del o&cio En el pasado se abordaba tambien aquella que tiene que ver con las las que cno estan destinadas a sancionar Ia infracci6n, sino a comrolar a aeut11bzar su estado peligraso, a modificar sus disposiciones delictuosas y, a no cesar 9DPJo el residente en Potosi, Hugo Ticona, recuerda vivameme 'Rkma en el Peru.« .... lo han matado por brujo, lo han matado porque, .... -· 110 QJII¥ que los kallawaya no eran [brujos], eran medicos tradicionales; no brujo lo han asesinado en una, una casa [de hacienda] ... el no cometi6 pagola culpa de alguien que paso por ellugar suplantado llatado en una noche en la cama, entonces al dia siguiente 2e11tta. Victoriana Alvarez, fue al Iugar a recoger m"aldo en el mismo Iugar donde muri6, pero
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,....,.. de las generaciones que todavia Por esa razon hemos realizado principales ciudades de a situaciones Y
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. . de la reconstrucci6n de las instituciones y 1 . general acerca . . . as caractenstlcas andtnas de la sociedad . En el capiLulo 2 se estudta el pnmer Ciclo de las re1acio h' k 11 . · . . nes tspano- a awaya y parnculam1ente se resenta. uno de los episodios que mas altera Ia organizaci6n socio. . d . 1 1 .~ . po tttca e grupo. 1a feroz 1ucha entre P un JinaJe por detentar la Jefatura desde ftnes del siglo XVI hasta r· d l X"'lll . . . ' 1nes e -. v . Este hecho de canicter ·undico nos scrvua con1o tel on de fonda para eviclcnciar el proceso cle · d \ d l 1nst aurae ·. . . . . . tOn e as n1e 1c as cautelares J ara detectar las 1dolatnas, capaulo dcCisivo para cntendcr h )ostc · ·1 · 0 r e t' l 1 • c. s tgmattzact 6 n c e1 grupo como 1 P hech1ceros. El capitulo 3 muestra las condiciones republicanas para el eJ'erc 1·c1·0 de las cu rac1oncs · · en e1connnente. Se destaca el proceso de democratizacion del sistema de salud y las limitaciones que les ofrece a los kallawaya. En el capitulo 4 se docun1cnta la incorporacion de los kallawaya al sistema republicano enfatizando en aspectos demograficos Y tributaries para seguir a esta poblacion extremadamente m6vil en esc mismo periodo. Acompafia un analisis de las narraciones mas diversas, referencias de viajeros, exploradores e intelectuales de la epoca que documentan y dan fe de la extrema movilidad de los kallawaya por el continente con elfin de realizar los mas d1versos tipos de curaciones. Concluye el capitulo con una reflexion acerca de las categorias que reciben en diferentes espacios de Sudamerica y a partir de ello nos adentramos en las categorfas que los autores han construido a partir de esas referencias como medio para referirse a un grupo dificilmente caracterizable por las multiples facetas que encierra. En el capitulo 5 abandonamos resueltamente Sudamerica para seguir sus pasos por Europa. No solo deteniendonos en las escuetas y vagas referencias de su presencia en Roma, Madrid, Hamburgo entre otros, sino mas bien para seguir la traza de un herbaria coleccionado a partir de sus conocimientos de farmacopea que fue presentado en la Esposition Universellle de Paris entre 1889 y 1891. Aspecto que de alguna manera merece mas de una reflexi6n de la significacion de la representacion boliviana en ese importantisimo evento para la ciencia y la politica de esa epoca. En el capitulo 6 se estudian diversas facetas de su actuacion en el campo de la salud donde ellos estan inmersos. Mirando su actuaci6n podremos captar mejor lo que define su singularidad, su originalidad, su punta de vista como posicion (en el campo), a partir de la cual se conforma su vision particular del mundo Y del mismo campo que intentan transformar. Asi documentaremos en sus lineas generales los principales momentos de lucha de los kallawaya y sus aliados para conseguir el ejercicio en un marco legal que les ofreciera seguridad juridica. Consecuentemente, en el centro de esta reflexi6n estara el dificil proceso de la legalizacion de la medicina tradicional en Bolivia que ha necesitado de la constituci6n organizativa de los sanadores indigenas del pais, luego la adquisicion de una personalidad juridica Yfinalm~nt~ la insiste~cia de un reconocimiento legal. Proceso que fue acompanado de la oposicion de las asoc:aCiones medtcas academicas. A partir de ello, enlazaremos este decisive momenta con las acciones postenores desp~e~adas para alcanzar un reconocimiento a nivel de Bolivia. Lo que sostenemos, es que existian las bases suficlentes · d d no solo porquc a nivel nacional se Para proyectar una candidatura internaoonal e mayor enverga ura, · · · d 1 k 11 , h b·a trascendido ten1pranan1ente el pais, 1 dl·eron pasos preVIos, sino porque el prest1g1o c os a awa) a a extendiendose mas alla del continente. · · · · · t ;t·c de lo que signific6 la preparae10n de En e1 capitulo 7 se presentanl por ult1n1o, una n1emona s1n c 1 a . . . . 1a cand'Idatura para mostrar claramente el nexo establcc1·d o entre , , l kalhwaya y el Vtcen11n1steno de os '
NOTAS I - f\mt una cxphcaLitHl ~!e. las lll~f~ltcncioncs de Ia ~wctl'H1 d_e wpital remito .1 Ptcrre Bourdieu y Lmc J D. \Vacquant. Rr~ptH'stas por unct anllopologw ltjlc\IV(I. l\lextco: (,rlJalbo, 1995, Altcta B. (,utJerrcz. Pic/It' Bnunlrcmc las pmcttca~ so( wlc~. Buenos A1res· Centro de America Latina, 1994.
2 -juan B. lastres. Histvna de Ia mcdrcina pentaiJcl. l.u mcdicina Incaica. L1ma: lmprenta Santa Mana, 1951,1:117; Gustavo Adolfo Otero l.a predm magica. Vrda y costumhrcs de los indros Callalwavas dt' Bolivw. MexiCo· EdiciOnes Espee1ales del lnstituto lndtgemsta Intcramencano, 1951: 3 3
3 - Scgun cl Vla.Jero frances II. A. \Vcdell « ... los Callahuayas mspiran un rcspeto tan notable que si uno de ellos se emborrachara y pasara Ia noche tenclido sobrc Ia via publica, nunca ,1! volvcr en sf se encont raria dcsvalijado». Cf. H .A Wedell. Viaje en d norte de Boliviay en/as partes vccinas del Peru. Paris, 1853. 4- Rrgobcno Paredes. MrtO\ supcrsticiones y supervivcncias populares de Bolivia. Sta. Edici6n. La Paz: Btblioteca del
Sesquicemenario de la Rcpttblica, 1976. 5 - Gtihzamos los datos provenicntes del ultimo censo de 2001 realizado por el Instituto Nacional de Estadisnca de Boli\'ia. <.www. me.gob.bo > 6- Cj Enrique Oblitas Poblete. Cultura Kallawaya. La Paz: lmprenta del Estado, 1963 ; Enrique, Oblitas Poblete. El idioma sccn.'to de los Incas. La Paz: Editorial del Estado, 1968; Luis Soria Lens. «Pequeno Vocabulario Callawaya». En Compilaci6n de estudios sobt·c meclicina Kallawaya. Rolando Costa Arduz, camp. La Paz: Instituto Internacional de Integraci6n, Com·enio Andres Bello, 1988190196.
7- Vease el D. S. N° 25894 del l 1 de septiembre de 2000. 8 - Retomo la propuesta Bruno Latour & Steve Woolgar. La vida en el laboratorio. La construcci6n de los hechos cientificos. Madrid: Alianza Editorial (Alianza Universidad), 1995. 9- Cj Huaman Pomade Ayala [1613]. Nueva Cor6nica y Bucn Gabie mo. Edici6n Crttica de]. V Murray R. Adorno. ~1exico: Siglo &XI editores. 1980. 10- Remito a los numerosos trab~jos de Ina Rosing.
ll -Gregorio, Loza Balsa. La salud en Bolivia. Su desarrollo desde cl Derecho (1825-2000). La Paz (En imprenta). 12- Nos apoyamos en numerosos relatos transmitidos oralmente por los pobladores kallawaya de Chajaya y Canlaya durante numerosas estadias en esos ayllus desde 2001 hasta el presente. En todo caso, el investigador frances jean Vellard scflala que «... uno de nuestros infom1antcs fue enfermero militar durante la guerra del Chaco y afirma haber cm·ado con sus drogas discnterias que los medicos no podian aliviar... ». Cf jean Vellard. Conducta de la poblaci6n frente ala medicina moderna. En: Compilaci6n de cstudios sabre mcdicina Kallawaya. Rolando Costa Ardttz, comp. La Paz: Inslituto Internacional de Integraci6n, Convenio Andres Bello, 1988:362-370. 13 - Entrevista al kallawaya Don Claudio Alvarez realizada por Carmen Bcatriz Loza, La Paz, 26 de cncro de 2004; Entrcvista al Dr. Kallawaya \Valter Alvarez Quispe rcalizada por Cam1cn Beatriz Loza, La Paz, 24-28 de enero 2004.
14 - Canlaya y Chajaya tradicionalmente algunas famtlias se dedicaban a Ia plateria y Yieron por conveniente ocuparse tiempo completo a esa actividad. Ademas muchos kallawaya combinaban la herbolaria con la joyeria, lo cuallos a\'entajaba para conseguir clientes y sobre todo, los mantenia protegidos de los controlcs y la pcrsecuci6n policial. Otros sc hicieron comerciantcs porquc sus pacientes lcs encargaban cosas particulares, lo cuallos llcv6 a intensificar esta actividad. De todas mancras dcsde tiempos prchispanicos los kallawaya cumpliendo su rol de intermediaci6n sicmprc llevaron objctos prcciados.
fX r ( n pl., en d ,,11lr de ( ,uahuaraz logr,uon que Ia pohlac10n se halle somellda solamentc con un n mml de Upt'n tston estat.ll para Ia rccolccciOn }' cl almacenamiento de b1enes .cxcedentest. l., CJt: mplo antes serialados nos perrmten tnterrogarnos ace rca de las modahdades de subordmacton
que lo Incas uuhzaron con los kallawaya. De ahi la neces1dad de mostrar en una pnmera pane las caracter1 ucas de Ia organ1zac1cm de Ia vtda matenal del kuracazgo kallawaya, antes de la llegada de los Incas apo)ados en muchos casos en algunos rasgos que actualmente conserva la socieclad. Luego, esbozar las caractensucas de Ia dom1naci6n Inca, particulannente insistir en que no fue un proceso umvoco, sino que conoc16 di\ersas fases, evtdenciadas casi exclusivamente en fuent~s tempran~s colo~iales, como cr6nicas documentaciOn adm 1n1strativa que ha sido recogida durante decen1os por los 1nvesugadores nacionales y :xtranJeros mteresados en eltema'. Esto se debe a que en Ia zona kallawaya nose han realizado trabajos
arqueolog1cos 51stematicos para investigar los sistemas de subsistencia-asentamiento de los periodos Inca Temprano e Inca. La narrac16n se desplaza entre el pasado y el presente, pues este esta cargado de elementos que han deJado trazas mas duraderas que se reflejan en ciertos rasgos de la actual sociedad kallawaya.
Desde las nieves basta el pie de monte Los kallawaya controlaban un espacio de transici6n entre las tierras altas y las tierras bajas desde tiempos previos a Ia dominaci6n Inca, justamente cuando fonnaban un kuracazgo despues del colapso de Tiwanaku. EIIos tenian como limites naturales: por el norte la cordillera de Carabaya y por el oeste la de Apolobamba, lo cual constituia un escudo natural que se abria hacia el area limitrofe de los bosques de Alto Beni. justamente, esas caracteristicas tan particulares pennitieron a los Incas considerar este espacio como la «entrada» mas factible hacia Ia amazonia, pues por entonces era mucho mas dificil incursionar por otras vias. El kuracazgo era dualista. Por un lado, tenia la mitad septentrional, donde sobresalian los canones agrestes de los rios Carabaya y Huari Huari que acogian centres auriferos atractivos para la poblaci6n a pesar de las dificultades de acceso y las condiciones malsanas. Por otro lado, la mitad meridional, marcada por la cordillera de Apolobamba que, contrariamente a la otra, fue un centro de atracci6n y par eso mismo ~ntensamente aprovechada por los pobladores que se desplazaban por una sucesi6n de cuatro espacios Intensamente explotados. Asi, aprovechaban la pureza del agua de la cadena de glaciares de la cordillera de Apolobamaba que baja serpenteando por las faldas y cuestas de los estrechos valles de los rios y las hondas gargantas conadas por los arroyos de montana. La humedad reinante en las faldas de la cordillera dio origen a pastizales amplios Ymuy altos (entre los 4.100 y 4.800 metros sobre el nivel del mar) para alimentar a sus ~tos de llamas, alpaqas Yvicunas. Mientras que la precipitada vertiente nororiental de la cordillera era unbzada para asen~rse (a partir de los 4.300 m.s.n.m) aprovechando los ricos manantiales que se basta el linute del bosque. Finalmente 1a montana ~renne se convirti6 en un
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reserva vegetalmuy rica para sus busquedas meticulosas de plantas medicinales . . Esc ~1edio natural sirvio de escenario a los kallawaya. Aclaremos, sin embargo que -como lo haec notar la ~nvesugadora Rodica Meyers 1- , los limites no deben ser percibidos como fijos e inmutables en el tiempo. ejercida por los kallawaya. ~1as bien, los limites se expand en o contraen segun ,. 1a amp 1·1tud de la mov1hdad ··
Es por cllo que en algunos momentos, el espacio sc extiende desde Omasuyos ha s ta los llanos occidentales del rio Beni, yen otros momcntos, por delimitaciones politicas que fraccionan su territorio en elticmpo en provincias incaicas, reparti1nientos coloniales y provincias republicanas, tal como lo veremos a lo largo del libro. Sea como fuere , desde tiempos inmemoriales, los kallawaya tenian acceso a un paisaje «vertical» que incorporaba una variedad asombrosa de microambientes ecol6gicos en una superficie relativamente pequeiia. Ellos supieron explotar ese medio elaborando metodos para producir importantes excedentes econ6micos. De hecho, hoy en dia se observa todavia un aprovechamiento minucioso de las pendientes a traves de un sistema de andeneria con riego que permite maximizar el uso del agua, conservando la humedad de las capas de tierra superior y evitando la erosion de las laderas de los valles. Pero, tambien seven grandes espacios totalmente erosionados por el abandono debido a una baja densidad de habitantes en algunas comunidades en total incapacidad de hacer frente a ese minucioso trabajo de ingenieria tal como se percibe desde Charazani una vista parcial de la comunidad Inca . Veamos las interrelaciones de los kalla\vaya con otros pueblos indigenas para producir abundancia y un estilo de vida con las caracteristicas que tienen los pueblos andinos, pero con una personalidad propia.
Los productores comunarios El kuracazgo kallawaya estaba compuesto por diversos ayllu o unidad basica de la estructura social andina 4 , a traves de esa organizaci6n buscaron su autonomfa econ6mica. Para ello salpicaron los cerros, las planicies y los campos de pequeflos asentamientos para vivir, es decir utilizaron una estrategia para aprovechar la pluralidad ecol6gica de su medio ambiente. Los objetivos mas acariciados eran reducir los efcctos de los riesgos en las cosechas y establecer asentamientos dispersos para facilitar un acceso mas directo a los productores que descendian desde el nucleo central de su territorio hasta sus hogares en busqueda de especies vegetales y animales. Tradicionalmente ellos cosechan tuberculos en la cabecera de valle (a alturas muchas veccs situadas entre los 3.900 y 4.100 metros) y principalmentc mafz en la zona nuclear (entre los 2.700 y los 3.900 metros). Mientras que establecian a ciertas familias en zonas destinadas a las siguientcs actividadcs: a) las
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zonas rnas altas de la puna (hasta los 4.800 n1etros) para declicarsc al pasto reo de lhunas y alpaqas, b) en 1a ccj a d e n1 ontai1a para apro vcchar la 1nadera y finaltnent e c) en la n1ontana hun1eda tropical de los
yungas para proclucir hoja de coca y productos tropicales con1o chirin1oya , granadilla, tumbo entre ou·as. 1\ su vez, aprovcchaban el acceso para procurarse plantas n1edic1nalcs que eran tip1cas de esa franja y que con1plementaban con aquellas que poseian en los valles. Por ejemplo, sc ocupaban de recolectar la quina, huanarpo , una de gato entre otras. Este tipo de estrategia de alguna manera subsiste hasta la actualidad en un esfuerzo desmesurado al desplazarse de un piso ecol6gico al otro para dar alimento a sus familias en un espacio geografico que al presente concentra la poblaci6n mas pobre del departamento de La Paz, a pesar de gozar de un in1portante potencial agricola 5 . Los kallawaya en sus hogares planificaban acciones destinadas a alcanzar cierta autonomia diversificando su acceso a los productos agricolas, minerales y particularmente plantas medicinales. De tal manera que establecian alianzas con sus parientes para tejer redes de ayuda y lograr un minima de dependencia para procurarse los bienes. En ese proceso algunos grupos se fueron especializando en actividades que dejaron un sella particular hasta el presente. Por ejemplo, los de Amarete continuan siendo eximios alfareros, los de Chullina productores de instrumentos de labranza y los Canlaya y Chajaya orfebres, sin necesariamente abandonar la agricultura, el pastoreo, la elaboraci6n de esculturas en miniatura para sus actos 6 ceremoniales y los tejidos que permiten distinguirse unos ayllus de otros 7 . Con relaci6n a este ultii11o aspecto se debe indicar que hoy algunas comunidades producen gran parte de sus tejidos para \Tstirsc, pcro otras optaron por comprar la ropa occidental dc)lH1lll) cas1 por completo cl tradicional at ucndo k~1lLl\Y.l\ ,\ para asimilarsc a la «n1odcrnilLtd hL)liYt,Ul~P' \P'-'r •
ejeinplo, Canlaya, Chajaya, Inca y Huata Huata). Proceso que se produjo alrededor de 1926 cuando «votaron la vestin1enta por arden de estos senores [kallawaya] que viajaban y conocian la civilizaci6n, pero tambien 8
por contradecir a los de Charazani que nos apocaban como pongos ... » . La cooperaci6n entre parientes -no necesariamente sanguine as- permiti6 alcanzar la autonomia. Seamos claros, los vinculos parentales permiten definir la identidad del grupo en terminos de «familias» mas amp lias, que en si mismas son componentes de la gran «familia etnica» kallawaya. Tal es asi, que hoy los miembros de los ayllus se reconocen en terminos de «hermanos» descendientes de un dios-antepasado mitico. Por ejemplo, los del ayllu Curva son hijos del Machula Akhamani, mientras que los de Canlaya son hijos del Pucara Sillaka y su mujer Huaca Huacan esta emparentada con los de Chari y Lunlaya. Este tipo de parentesco entre dioses y hombres permite unir unos con otros y forj ar los lazos que los entraman y fortalecen en su identidad. De este modo, los lazos con sus parientes miticos no son meramente imaginarios, pues ellos 9 conviven conjuntamente en su media, en las montaflas donde son visibles los 6rganos de sus cuerpos . Por ejemplo, en enero de este aflo mientras participabamos de las ceremonias de captaci6n de agua en Caata escuchamos a los yachaj como maestros de la ceremonia invocar a los Mac hulas para que sigan orinando, es /
decir generen el agua necesaria para sus hijos que viven en el ayllu. Desde esta perspectiva, el sentimiento de hermandad es muy grande, en este entramado parental entre dioses y kallawaya. Lo mismo sucede en el ayllu donde los niflos reconocen a cualquier individuo adulto como «tio» y al anciano como «abuelo», lo cual produce en el foraneo la sensa cion de estar en media de una extensisima familia. Ademas, entre los kallawaya habia vinculos que permitian intercambios reciprocos, muchas veces en energia para lograr cosas tan simples como la edificaci6n y techado de la casa. Otras veces la cooperaci6n era mas extensa y facilitaba que se reunan varios con el prop6sito de dirigirse a campos distantes donde
Matas de Floriponclio amarillo del Ayllu Chari
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eJemplo, Canlaya, Chajaya, Inca y Huata Huata). Proceso que se produjo alrededor de 1926 cuando «votaron a \esumenta por orden de estos senores fkallawaval ClUe viaiaban v conocian la civilizaci6n, pero tan1bicn
de Floripondio a111 w ill o del A\ llu Chw i
medtcmales e intercmnbiarlas. Algunas veccs, se producian mtensas \luv1as que podt,m rccoger p1clll tas ' ' ocastona IJJn d et.rum be""' en c1 cammo . Io cual movtlizaba a los panentes para hmp1ar las aceqlllas v' los canales de nego. . lo~s 1111 r 111 bro::, del ·wllu asumtan sus obligac10nes y dercchos. los que tenfan que ver con Dr c~a mancra, ', ._ . ,\ !CCUI . ..S 0 ~• ('t.Ltc··1•' 11•>s L' I .ICCL'~O '-. CjUC fonw,1ban Ia base de Ia subsistcncic.t anclina. Entre cllas elusufn.tcto de los
c.unpL)S de cultivo de plantas mcdicmales )' Ia recolecci6~ en las tierra~ colcctivas que stguen clistnbllldas en sictc qapanalwna~ que regulnn el barbecho como los Clclos de rol:.lcl~n. La auwridad del nyllu tenfa finalmente Ia responsabihdad de orgam:ar )' controlar la proclucct6n y la reproducct6n de Ia nda en el ~eno de los grupos de parientes. En realiclad, las obligaciones estaban defmidas
,. moral mente sancwnadas cuando nose las cumpha. Al extremo que muchas de estas normas -sufnendo 5 0 mcnos mOucncia de b cultura inc~uca y occidental- lograron atravesar los siglos. Esto nos muestra basta Cjlll' punto cada micmbro intcgrante del ayllu dcbia pensar en los otros miembros, tncluidos los desvalidos, por csa razon eswban obligados a cuidar los rccursos comumtarios que debian bvorcccr al conjumo. Como Io ha demostrado amphamente el abogaclo boliv1ano Enrique Oblitas Poblete, los kallawa,·a hasta el ai1o 1963 percibian la justicia en terminos de cquilibrios y descqU1librios en la ' cahclad moral de las rclac10nes entre los hogares, los ayllus, las autoridades y las fuer::::as sobrcnaturales1o Por qcmplo, qUien rehuw cicnos sen1.c10s comunitanos cometia un deli to, lo mismo que los inccndiarios )' laclroncs entre otros. La infraccion no solo se reduce a velar por el mtcrcs de los humanos, smo tambien est
' la politica; por el otro, el Alcalde Segundo se encargaba del cobro de la contribuCI6n territorial por medio de sus jilaqalas, quienes Leman la dura func16n de v1snar cada una de las c..asas del ayllu para solicitar Ia contribuci6n. De mancra absolutamente delicada cljilaqala se apersonaha a los hogares de los dcudores donde lcs dejaba su islallal J conteniendo un puflaclo de coca, la misma que era clcvuelta con cl valor de la deuda pendiente. A estos funcionarios, los colahoraban los 1wmwm o fuer:a publica. aparentemente de origen Inca, que obedecian las directrices de los dos alcaldes\' se encargahan de informar a Ia poblaci6n de las resoluci )nes d d h 1 ·· ' . <. a opta as so rea gun asunto especihco. figuraba tam bien e1 \\'cllapund11q o encargado de «hacer caminar el a• 1 b. · · . . . . no» porquc esc mas sa 10 y tema competenCia para dar conseJOS en 1· - . matena de JUSticta oficiar cerem · ' omas Y actos nurgtcos. Esas dos competencias ascgurahan que pnd1cra resolver los problemas mas dificiles presentes en el ayllu.
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En resumen, los kallawaya, s1guiendo el patron andino «concehian l.t JUStlCia en tem111105 de Ia c..thdad moral de las rclacwnes de obligacion mutua, en termmos de rcstahlecer el < 0 de rcCllnuhar •1 los cncmigos» 1 • Una de las est r,uegias para lograr Ia autonomta } autosuhCiencta del kuracazgo fue la llam.tda intermediacion o acuvidad it inerame de los kallawaya. Las rectemes Ill\ esttgaciOnes de Rod1ca Meyer~ han e\·idcnciado que el flujo migratorio desde este grupo hacta otros espactos geogn'ihcos > ecologKos remonta a tiempos prehispanicos. De tal manera que se debe descanar la tdea que los viajes o desplazam1em 0 .., migratorios s6lo se inic1aron en el siglo XIX 13 . En efecto, se tratarfa nada mas y nada menos que de la continua utilizaci6n de rutas que partian desde su territorio hasta em palmar con el actual Peru, tocando la costa y prolongandose hasta el Ecuador. Asimismo, aquellas que siguen por el area circunlacustre > 5 e bifurcan hacia Chile, penetrando en el noroeste argentino. La interacci6n se realiz6 a partir de circuitos caravaneros que facilitaban Ia interconexi6n con espac1os contiguos y lejanos a los cuales se adentran para la «circulaci6n de bienes e ideologias en diferentes grados de profundidad temporal y espacial». Se mueven desde Omasuyos hacia los llanos de Apolo/Beni. Sus altos los hacen en la franja de tierras calidas y en puntos estrategicos como son Camata y Carijana que fueron «ejes de encuentro e intercambio de la vertiente oriental». A partir de ello eran colaborados por algunos pobladores locales como los llamados yungas y chunchos. Los kallawaya se movilizan no con elfin de ofrecer recursos basicos y superfluos, sino mas bien mO\ 1clos por el «deseo de enriquecimiento» en prestigio y bienestar -como nos lo seflala Meyers. Pero, habna que agregar una dimensi6n esencial no seflalada anteriormente, los kallawaya buscan intercambiar conoetmientos, sobre todo en el area de salud, al mismo tiempo interiorizarse de los problemas socio-politicos de esos pueblos para ofrecer mas tarde su mediaci6n. Claro, aprovechan esos viajes para realizar curacione::, )' ceremonias prop1ciatorias. Asimismo no pierden la oportunidad para confrontar sus conocimiemos en los pueblos que van recomendo. De tal manera, que no solo bajan desde los valles cargados de medicinas. preparados, pomadas, b1enes ceremoniales y liturgicos; sino que tambien pueden regresar con alforjas vacias, pero cargados de conocimientos. justamente gracias a esos viajes ellos almacenaron una in mensa informaa6n ~rea de Ia fannacopea andina y amaz6nica. subrayemos que no todos los kallawaya estaban destinados a salir de sus aquellos que han vencido muchas pruebas y una formaci6n imensa que en el campo de la salud (seg(ln la terminologia actual). Ademas, unos VIaJes wc1ales en los que aprendieron algo del oficio, vigilados y muchas veces pehgroso, no era un simple placer, pues
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que cuculaban en esos grandes viajes de intercambio, algunos metaleslsal, colorantes ceremoniales,
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kallawaya. sirderon de 1ntern1ediarios para proporcionarles ese bien ai) .· d A . . ' rec1a o Sln11Stno, sup1eron acceder a cornplej.OS colorantes ceren1on1ales y 1nedicinales. Entre ellos destaca por eletnplo, el Lacu (bolo amlenico y cuanclo c-s car.r.. 0 arcilla hrnoruuca), una planta roJa en1plcada con1o colorantc ~ lc-atnan.11enta es tnol"d 1ae ' ' inmediawmentc colocada en polvo a las hcridas 1)ara ~su 1)ront a' cicatr.tzaciL. c. n y tratal'l1 ·le nto d e lll fCCCl.Ones ' ' cJ 14 cronicas, ulccrns y cscaldaduras . Exist en ot ros coloran tcs que los kallawaya uti\ izan para la claboracion de los textiles, las ccn1n1icas o los trab~~jos de tnadera pintadat". Pero, el cnfasis de los 1ntercarnhios reside, sin dudn alguna, en la recolecci6n dclicada de plantas med1cinales que es atestiguada arqueol6gican1ente en una tu1nba h allada en e1 ayllu Ninokorin , en ellugar de Calliicho asociada a la importante cultura de Tivvanaku clasico (400-800 d .C). La colecci6n que se halla en el ~1 useo Etnografico de Gotemburgo (Cat. N° 70. 19) es amplia. Por eJCinplo, esta cornpuesta de tabletas de tn adera para insuflar narc6tico, un tubo de cana de bambu para absorber por la via nasal, un mortero pequeno de madera con sus manos de madera y de hueso, un porno de Lagenaria Vulgcuis probablemente destinado como deposito de polvo, varias cucharillas de madera y de hueso; unas jeringas, un tupu de cobre casi puro, una boleadora de tres bolas de piedra forradas de cuero, unas canastas con motives decorativos, varios tubos de bambu de los cualcs algunos estan tapados, unos fragmentos de tejido, un craneo con tres trepanaciones intra vitam, un recipiente de la fruta Cariniana Decandra tapado con piel de mono aullador, unos saquitos de piel y unas bolsas tejidas con bordaduras. Se hallaron as1mismo, hojas de Vilca (llex Guayusa L.) que son delicadamente superpuestas hasta forn1ar 16 paquetes de un poderoso estimulante, afrodisiaco, antiespasm6dico y de amplios poderes magicos . Como ex1sten evidencias arqueol6gicas de la temprana utilizaci6n de esa planta, vale la pena detenem os en otros tlpos de fuentes que ofrecen en detalle evidencias del manejo de alucin6genos en tiempos preh1span1cos y que explicitamente estan asociadas a la intermediaci6n kallawaya y el contacto con los
pueblos del pie de monte. Veamos mas en detalle un a represen taci6n colonial.
Simbologias del uso del Floripondio Entre las fuentes para el estudio de la intermediaci6n kallawaya existe una que ofrece generosamente una puesta en escena. Se trata de un gran tapiz del siglo XVII guardado en el Cusco, que ha merecido mas de un analisis iconografico. 1 Sin embargo , merece ser revisitado a la luz de la nueva infonnaci6n para explorar nuevas pistas de lectura. Nada extraordinario a primera vista, simplemente un tapiz con fondo roj o, destacandose el recuadro central remarcado por una cenefa azul, todo ello resaltado por otra ancha cenefa amarilla. Resalta su rica y sugestiva iconografia, principalmente en el recuadro central que sera el nucleo de nuestro analisis. Se trata de una gran planta cuyo tallo se bifurca en dos ramas que se vuelven a unir para dar ongen a ramificacioncs, las n1ismas serpentean a lo largo de la planta tenninando su cusp ide co n una unica flor. En la base de la alttOJ:Il~
prcsumihletncntc dos Incas vestidos con I os personajes llevan tocados co1~on
fiondas La planta llega
1nd I pala ,.,..., d r m a formado un 6valo h p rqu uenen un ve udo m4s l mano on Ia otra cada uno posee una i m nor tamaflo que fonnan una escena Un f b 1) del hombre, un gallo s ena mu) pareClda a Ia de abaJO. Una pareJa de n uno un u de un solo color absolutamente n para colocar Ia colecta de plantas, pero tanlE p )naJe ha) una llama con cargamento. ntacwn tconograftca de Ia totahdad del taptz es D ur de Ia famtha Solanaceae que los kallawaya -X\ 1 1 flonpondto El taptz es al mismo tiempo una 1 hunchos para el maneJO de los alucin6genos. I fl )npondw es conocido por sus usos en Europa y fue 1nd ll t:n Charcas del siglo XVIII a Ia «higuerilla del ...... t n rmente como «COJ6n del diablo» 20 . Esa «vinculaci6n _ . . ......1 tmperante en Charcas, donde los nombres de las especies n d I grupos culturales, las regiones, las localidades, \ nd c tal tcndencta en Ia propia tenninologia empleada por los nan de man era d1\ ersa dependiendo de los ayllus y de su "'"'... d ana )O Inca Roca, Chajaya y Canlaya Ia pueden Hamar: r tamb1 n uuhzan el denominative de chamico debido a ]a pr x m a la zona kallawa) a y su constante interacci6n con los """"'" ~ na ) fte tas n
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Entre los a1maras se Ia conoce como: Toncotonco2 1• Cochabamba) Sucre, como floripondio retomando la aes;Ign en las lndms del s•glo XVI. Terminologia que, por lo demAs, \ eces generahzando las dtversas especies y conduciendo a botamca AI re p cto se debe advenir Ia confusi6n en los farmacopea del tglo XIX La representacwn releva esencialmente una sola
espectes dtstlntas que nonnalmente florecen por terrene. el flonpondto blanco y el floripondio "'""' lo cual Introduce una diVJSi6n asimt!trica que
..
La Datu~~ Stramonium L. _es conocida tambi~n como Chamico en los depanamcntos de Lnna, Arequ1pa y Ayacucho . Esta espec1e esta presente en el tap1z n1ostrando su tallo herbaceo y ran1oso en la nactente de la planta hasta la fusion con la otra variedad como lo n1uestra la fotograf1a. Las hoja~ han consutu1do uno de los elementos distintivos para confirmar la diferenciaci6n entre ambas espedes, como lo hizo notar el kallawaya Don Claudio Alvarez y lo confirn1an algunos autores del siglo A.rvlll que tuvie ron in teres botanico. Las hojas se presentan pecioladas, alternas, grandes, ovales, sinuosas. Las flares, sabre cortos cabillos, nacen de una en una de las horcaduras del tallo y son grandes, presentando la fom1a de un embudo. Todas son grandes, hermosas y de color blanco, violaceo y amarillo. «Tienen un caliz tubuloso prismatico, con cinco pliegues, dividido en su extrema en otros tantos l6bulos agudos~ poco clespues de abrirse la l1or, pero ya con el fruto incipiente, el caliz se rasga al traves por una linea que se fonna en su parte inferior, de manera que la base del mismo persiste y se agranda como una gorguera en torno a la capsula, Y esta 24 dividida en cinco l6bulos agudos, poco profundos, con sendos pliegos longitudinales» · En el tapiz esta representado tambien el «fruto que es una capsula ovoide, erguida sabre un pie, tamaflo de una nuez o algo mayor, enraizada de puas verdes, que se abre en la parte superior mediante cuatro val vas; interionnente, esta dividida de dos cavidades; las mismas subdivididas en otras dos, con numerosas 22
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...rrnl.t que «cnctt.:IIU bndtll'de tngo» d' c h flor reproduce los colores de la bandera de Boliv1a pues 11 L boh\·tanos teen qu ' , lrPztur,rcHl''lttcl os . 'llo)'verclcu. scnta cl rojO, am,tn .d . . u .,l\ uncntc 1.1 nor pre ' d 15 espccics nu1s que no han s1 o representadas en eltapiz It ctnobou'imca c1tstmgue l 1d , \d trcmo" que ' k· ll· , ,. 1 0 tam bien los chunchos. Por un a o, la Datura Sanguinaria tc m mepban 1os " c:l\\ a), peru que cgununen • k· 11.,,v't)''l como tndw cotu. Y esta representada en algunos vasos del 1os ,t " ' ' nncntc entre 1 R rt P Lono t(1•1 popu n _. • onfundida con alguna de las variedades de la Kant uta. Raimondi I0 I ' lllnquc muchas veccs cs c . . d , P no( nl, · • . . h·l sido Ia de Huarhuar en la proVlnCla e los Yauyos. El identific6 crl.,tl.l que l,t dcnonunact6n vet nacu1ar ' . 2 . Lima }' h.yacucho H. En camb10, entre los peruanas de habla quechua se la 1.1 c pcctc. entre 1862 )' I 866 l , t:n l · · . .. t c mientras que los de habla castellana la Haman F onpondw encatnado. Su conoce con cI nom bre c1c 11 wm ti , . . . . ·1 . I· o aura Stramonium anteriormente descnta, aunque la d1ferenc1a rad1ca en las ,tspccto cs muy stmt ar ,1 ,1 ( ., . , norcs CU) cahces son rojos con amarillo adentro. Tamb1en ex1ste la Datura Ferox que es mas rara. Se 05 dtstmgue por ser muy hennosa y tener el tallo y la nervadura foliar de color purpureo, color que trasciende .t las flores. De acuerdo a las infonnaciones del kallawaya Don Esteban Cusi Orco Mamani, esta especie se halla en lo5 \ alles de Ia actual provincia 1\iufl.ecas un territorio al que accedian los kallawayas desde tiempos I nJ
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preh1spamcos. Sabemos que esta Datura Ferox era utilizada en operaciones . Surge mmediatamente la pregunta~ l. Par que se eligi6 la ale go ria de las dos variedades del floripondio para representarla en un tapiz? Existen varias razones para el tejido de esa tematica en el tapiz. En primer Iugar, los espanoles conocian de las actividades de intermediaci6n de los kallawaya y sabian perfectamente de sus desplazamientos hasta el p1e de monte en busca del f1oripondio. En segundo Iugar, se maravillaron tanto de la hermosura de las flares como de su penetrante olor. Desde el Slglo !-.'VI hasta cl siglo XIX, el floripondio era utilizado como objeto de decoraci6n en las casas tanto en los espacios exterior como intenor, en consecuenCia · no d eb e extraflamos la reproduccwn · - en los monvos · de un tapiz · Fl~ uso del Oorip ond.10 con r·1nes dccorauvos . . fue difundido desde el Peru hasta Mexico gractas al padre d Bernabe Cobo ' encargad0 de 11evar1a h asta Mexico. El interesse prolong6 hasta el siglo XIX, siendo 1egi a entre las 122 plantas enviad 1 k 11 . e18S . as por os a awaya ala Exposition Universelle llevada a cabo en Pans en 9 En la epoca colonial, algunas erson , casonas pues su fu t f . p as teman la costumbre de plantarla en los jardines de muchas ' er e raganCla los deleitaba y b · b 1i l d0 (1569-1581) se animo . ern naga a. Al extrem a que el virrey Francisco de o e a envtar1o a Espana l b 0 vista en los interiores 1 tT . , para ac ornar los jardines del rey Felipe IP . Toledo, debi6 ha er a u 1 Izacwn de las flares fl que se habia populanzado en oreros para adornar los altares y las mesas, al extrema 1a costumbre de c 1 o ocar ve1as dentro de las flores. Posihlemente el virrey 1 d . . f~ b . . y OS a ffillllStradore 5 b l a ncacl6n del aguardiente y d esta an enterados de la utilizaci6n de floripondio en a · embri·,tgucn , , · ·I·a! prcktica era eb 1a cerveza de ma'12 (ch'zc ha) con el objeto de que los consumtdores sc 1utamente riesgo prov<:nicnt e clcI test1momo . a so , . de un ld d sa, pues segun infonnaci6n De Losa y Palo mare:;, Ia semllla en agua (alrededor de dso a o -Alonso Go mez- 1a Ingestion · · d,e . en bebida despues de la cocc1on os escudtllas) terminab a por enloquecer al consumidor ~ de manera que
tcnit:ndo los OJOS ah1ertos no 'en 111 conocen . ) llll operacwn haec SI sc mezcla con\ ino, porqur le.., en l:lla que J menudo palpc la ropa) se espulgue, aunque como ~c ha dicho si n scnticlos» H. Algunos autorcs, clcsdc los siglos XVII hasta ct A.'Vlll coincidcn en afirn1ar que el floripondio cs causantc de
pcrturbacioncs Inc ntales, llegando a la conclusil)n de que en muchos casos actua solo como coadyuvantc de agentcs t6xicos o infecc iosos. Por ejemplo, Cobo narro un acontccin1iento que presencia: «no ha mucho tien1po que sucedi6 en este reino, que yendo can1ino un conocido n1io con otro compaflero, este para robarle, lc dio a beber «chamico», con que el paciente salio de juicio y estuvo furioso, que desnudo, en can1isa, se iba hechar al rio». En el tapiz se observan rostros con una lengua bastante pronunciada seguramente para aludir a los efectos absolutamente nocivos del consun1o de floripondio. Al extrema que actualmente no lo utilizan mucho los kallawaya porque es peligroso, pero todavia preparan pomada para masajes del cuerpo paralizado o adormecido. Estas referencias nos advierten de los peligros que suponia el consume del floripondio y apuntan aver a los kallawaya como expertos en la dosificaci6n y en la recolecci6n. Ellos solo se acercan al floripondio en momentos particulares del dia y respetando condiciones precisas de tiempo. Nunca lo hacen de noche, ni tampoco cuando se esta en plena sol. Se debe recogerla en ausencia de neblina y chubascos. En general, durante el ciclo anual, se prefiere el periodo que va desde marzo hasta junio. La recolecci6n es una operaci6n delicada Y altamente tecnica en funci6n de la especie. Para el ' 1nw; o blanco deben «recogerse las hojas al rayar el es cuando contienen la cantidad maxima de lluVta y los postenores a ellos, 1a recolecct6n, porque el 9
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. .1.. h j)hnta del floriponclio. Trn1X1JO que realizan a pesar de que uno de ellos ttene
conlo:. que tratatl t Ie cot ,u ' ' ' . mo }' c1 otro un loro. A su vez, lo"> acompana a cada uno una llama cargada de . , •. , 111 cargaclo Cll I,I c~p.t 11( cl Lll1 l . . • ) f':"'> t ' l C'>CCllH C{Ue J)lll'CCCI'fc.t SUpcrftCIn en su conjun to en mementos de crisis. l ucgo, organizaban las activiclaclcs propias de la cconom ta agro-pastoral. Finahnenle, tcnta un cnorme rol en Ins activiclades ceremoniales que puntuaban cl calcndario anunl.
0 sea, que las condiciones y competcnc ias del kuraka lc pcrm itlan funcionar con1o: custoclw, gestor y o fi cia nt e cl e c~c Iemonws · · cIest , mac · Ias a 1os Madwlas. Por csa razon - su pruclencw · dcbw cstar pucsta n tocla prudn~ · Por ej.·emp lo, ev1c · Ienc1anc · 1o 1a «gencrostclacl» con los mietnbros del ayllu, no solo olrccicnclolcs «regalos» ' sino t·unbi..:.tl 1n ost ran d o su csptntu · · rcccpllvo · n sus clemnnclas y problcn1as, sin que clio stgnthquc · < L
· 1os. ·1·am 1)ten · • c1c1)ta 11acer ga1a cIe soci.l I)J·11c · Inc I con c I dudar en tomar clecisiones SC\'eJ·~"~s (.\ pat·a so Iuctonar . grupo apuntanclo ''l te'.Jer re c1es c1c «ayuc1a» para 1-ut uras <\cc iones. Las mis1nas, una vcz concrctnclas cran recompensadas en un '11111). t, r . l .. ' Ien e 'estJvo y c c regoCtJO con el con junto de los pobladorcs a lo largo del ai'to. AI kuraka lc toc·1ba j)lant, . · · · . . . ' ' em petlctones c1e «ayucla» y de «servicios» a los micmbros del .tyllu, pcro no con el ohJClivo de aj)J'OI)iars, 0 I ,.. . . ,.. , . . A. . e )Cne JCiatse c IJecta y cxclusivamentc, smo para provccho de Ia colccti\·Jcl,td eamh10 de csa inversion de · , 1 . . • ,11 , . . • tiempo en a orgamzaCton de activiclaclcs, los n1iembros del nyllulo colabor,\1),\11 en e )C nc 1tCio de sus cam I) OS I . • 1 • 1• . ' • Yesta )an prestos a cualq tucra de sus demnndas. Por csn rl kur,1k,1 lo~ co ma )a de alnnentos y hebida h· . 1. r dSta sat JS accrl os. Adcm<\S alent abn el progreso de Sll ayllu y 11 0 CSC
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El sentido religioso de Ia vida 1S71, uno de los grandes conocedores ,,:;;'.i',;.:;:··"•. el Ucenciado Polo de Ondegardo, :om . . . - que los ayllus estaban regidos por profundamente ligados a su religi6n que por un lado, los lazos con sus antepasados y por el otro pennit1a ~...,.. conjunto de los «hermanos» del ayllu. Pero, ademas que en todos los niveles de los estamentos de 1a individuos estaban pn1cticamente consagrados a 1a religi6n. !a por esto que, afirm6: «...no creo yo que se halla en ninglin sefiorto de gente de las que tenemos noticia, que tanto ni con
ceremonias gastase en sus sacrificios y que tanta parte de tierras se aplicase en cada pueblo para estos • e£ectos.•.•~. Esta caracterizaci6n del siglo XVI responde perfectamente ala actitud que tenian y atln conservan los kallawayas en el plano religioso. Al extremo que no se puede disociar ninguna de sus actividades, principios y acciones de esta dimensi6n porque es la que da coherencia intema a su mundo. Como se habra advertido, los kallawaya estan emparentados con los dioses. En primer lugar, moran en 36 ]a cMadre y Senora del tiempo y el espacio» Pachamama • Y reconocen a sus lugares mitol6gicos de origen en las cumbres de las montafias, en los cerros pequefios y los collados como tambien en los rios, cascadas, Jagunas, entre otros sitios. Por ejemplo, Los Incas y los grandes senores estan en las elevadas montaiias,los 37 Madwlas y kurakas en las medianas y los pobladores en las mas pequeii.as • De ahi que en algtln mom.ento del ado, los miembros del ayllu imploran su protecci6n: « ...que no tenga pena alguna en el camino; asegura blS perros (vlboras) y guarda tu honda (rayo) para que no me causen dafio alguno, gufame en el camio,.o""<·-- '~· como tu dilecto hijo»38 • Claro, 1a protecci6n solicitada debe ser retribuida con ofrendas en actos cenm y variados. Es justamente en esos momentos donde se evidencia que algunos m.C~Jla a lo largo y ancho del territorio kallawaya y son invocados frecuentemente en las que otros han permanecido honrados unicamente por sus fieles parientes del Madudas, al igual que los humanos realizan reuniones donde conversan kallawaya con quienes comparten derechos imbricad.os COUlO lo afinuan los yachtij que •"
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llan1_andolo Qoillor cl~ayana wak'a 3q. Yen la memoria de los habitantes ha que dado grabado como un lugar benchco donde reahzan ofrendas y curac1ones. «Ponwn excesiva diligenCia en conservar los cuerpos y sustentarlos y honrarlos despues de muertos» Le ofrecian ropa, comida y sacrificios»-to _
Los kallawaya al servicio del Inca En el siglo XV, bajo el mandato del Inca Pachacuti Yupanqui, se produjo la anexi6n de la vertiente oriental de Los Andes. Deese proceso data la conquista de los Incas expansion1stas, quienes desarrollaron una gran actividad belica para anexar al mayor numero de grupos etnicos. El proceso mismo de incorporacion de los kallawaya al servicio dellnca como soberano ponador de atributos divinos merece ser entendido en el contexto particular del gobierno de Topa Inca y su h~o Inca Pachacuti Yupanqui (14 71-1493). Esto significa situarlos en la perspectiva de una serie de campaflas militares que este Inca desarrolla a lo largo y ancho del pais a su n1ando. Pero la conquista no fue facil porque cada provincia defendia su tierra-. 1• Y si bien algunos territories eran incorporados, la defensa de los mismos se planteaba de manera intermitente. Parecia que habian pausas, pero los combates se reanudaban poco tiempo despues de que el Inca los habia «sujetado y reformado». En ese proceso los kallawaya son sujetados desconocemos la modalidad utilizada por el Inca. Solo sabemos que su incorporaci6n no fue aislada, sino que justo con ellos se sujeta a pueblos como: Moho, Asangaro y Chiquicache. Al poco tiempo, se instaura una aparente calma aprovechada por el Inca para utilizar uno de los mecanismos culturales mas difundidos destinados ala sujeci6n: la «generosidad» entendida como medio para establecer y reforzar obligaciones y lealtades con sus sujetos. Se multiplican los «regales» y se suceden los rituales que finalmente desembocaron en una relacion estable. Al poco tiempo, los vecinos de los kallawaya, los Collas, se rebelan contra el Inca. Se toman medidas radicales, al extremo de asesinar a varios emisarios estatales llamados Orejones. El Inca al conocer la noticia no expresa publicamente su «sentimiento», mas bien opta por to mar medidas esenciales para sofocar esa agresion. Nombra a su h~o, Inca Pachacuti Yupanqui, como su heredero y le entrega la borla o simbolo de mando para que sea obedecido. Asimismo, se asegura de la fidelidad de un grupo vecino de la gente del Collao, llamados Canas y Canchis para que jueguen el rol de intermediaries con los Collas. Las bases estaban dadas: Tupac Inca organizo un ejercito poderoso bajo su rnando. Los Collas anoticiados «buscaron favores de sus vecinos» con la determinacion de aguardar en el campo de batalla. Contrariamente a todo lo esperado no les clio batalla y rnas bien recurri6 a la mediaci6n de sus emisarios los Canas. El mensaje era claro: evitar tener enemistad y castigarlos·~ 2 . Sin embargo, csa propuesta, aco1npm1ada de presentes, para sellar una «confederaci6n» es absolutamente descartada por los Collas. Ellos decidicron ir ala batalla donde fueron irremediabletnente vencidos por cl Inca en medio del griterio de guerra. t\1uchos fueron apresados y enviados al Cusco en compaflia de guardias: otros en can1bio tuvieron que vivir la derrota en su propio territorio y la iinposibilidad de transitar hbremente. El Inca mand6 con1ncrnorar esa derrota, razon por la cual mand6 esculpir «grandes bultos de piedra» y destn1ir un pedazo de «una sierra».
. . , raz6n por la cual se fueron hacia el Desaguader s tropas incaicas, L05 collas sobrcvivientes tem1an a 1a . . . o f d da colocando colones de otras proVlnClas como hab1tantes delluga ara sohcnar Ia paz, la cua1 ue acor a ' . . . .l l . . d l r P , . .. ) 5 labor esta bien defln1da: Vlgl ar e moVlmlento e a poblaci6n Colla (llmnados gcncncan1ente nnttmaes . u or tcmor a cualquicr otra revuelta. P d I los Callas permite fortalecer los lazos con los kallawaya, vecinos de los La batalla narra a entre e1 nca Y . , . . ·mita unicamente a asegurar la ahanza. Otro de los moVlles es el deseo de . 11 rebe1des . Pero e1 1nteres no se . ., . .1. das por los kallawaya para la interrnedwCion y a partir de ella, acceder a una contro 1ar 1as re d es uu 1za . , . . ·o'n con otros pueblos que no estaban sujetos. El Inca lo sabia, los kallawaya habian 1 Importanllsima v1ncu ao .. ., tejido lazos con las gentes del area circunlacustre dellago T~ntcaca ~o~o .tamb1en con los llamados yungas, pobladores locales de las tierras bajas, quienes tenian relae1ones pnV1leg1adas, .a su vez,_con la g~nte de las planicies de Apolo, como tambien de los pobladores de los llanos del Beni!Mamore, poblacwnes que habian sido previstas para su incorporaci6n al Estado. Los kallawaya a traves del pacta de una alianza con los Incas les facilitan el acceso a su espacio de intermediaci6n que sera rapidamente utilizada para la expansion del Estado. La expansion Inca necesitaba necesariamente sentar las bases de una verdadera provincia y eso es lo que sucede: se crea Calabaya como unidad administrativa incorporada al Estado. La misma se extendia desde Usicayos hasta el valle de Ambana43 . Es decir, el Inca utiliza mecanismos tipicos de su politica reduciendo ala poblaci6n vencida o aliada a nuevas emplazamientos con el proposito evidente de concentrarlos para que los funcionarios Incas tuvieran mas control de la economia y politica local. De esa manera se impone un modele tripartite para la organizacion mayor del territorio e igualmente para el acceso ala tierra. En cada una de estas reducciones incaicas se divide la tierra para sentar presencia de su cultura y poder. Asi, una parte es destinada al Sol y los dioses, otra al propio Inca y la restante ala poblacion local. Este proceso fundacional conlleva a su vez, la ratificacion de las alianzas con un senor, llamado Inca 44 Canauqui · Se intensifican las relaciones entre kallawaya y Canas bajo la supervision del perspicaz Inca, quien habia tenido la astucia de convertir a su principal dirigente en «Inca de privilegio». En realidad lo que el Inca hizo es utilizar la gran habilidad politica o «mafia» en terminos del cronista espanol Polo de Ondegardo para persuadir a los kallawaya y establecer alianzas duraderas. Este proceso estuvo sellado con el asombroso maneJ· o de lo rel·1g1oso · · ·r·1co- de una manera desmesurada al <
derecha ]os Incas hacfan sus ofrendas, al centro los kallawayas y a la izquierda los visitantes. A pesar de los s1glos, los kalla\vayas han asumido su espacio y el de los Incas, mientras que los pobladores de las alturas ocupan el espacio de los visitantes. De esa manera el centro ceremonial sigue siendo utilizado, aunque no con la intensidad del pasado.
La participaci6n en la conquista de los Chunchos Las relaciones entre Incas y kallawaya estaban lo suficientemente estables despues de la reorganizaci6n • del espacio y la fundaci6n de la provincia incaica. Los gobemantes que se sucedieron en el poder, nominados por el Inca, no hacen mas que ratificar la alianza establecida por su ancestro fundador. Sin embargo, se produccn elementos contundentes para evid enciar en los hech os la cercania con el soberano Inca Pachacuti Yupanqui, quien n ombra a Are Capacquiqui como gobem ador: «d esde Ambana basta Usico delante de Co yo Coyo» 46 . Despues del nombramiento se establecen lazos lo su ficien temente so lidos como para seii.alar que es un «gran curaca gentil». A m edida que transcurre el tiempo, se con vierte en u n sefl.or «muy querido del inga». Esta caracterizaci6n apunta a que nos interrogu em os: LA que se d ebe tanta cercanfa y afecci6n? Sabemos que la «mafia» de los Incas consisti6 en la gran capacidad d e manejar la generosidad para lograr sus propios fines. En efecto, n ose dej6 esperar la demanda del Inca, quien solicit6 que los kallawaya realicen exploraciones en el terreno - seguramente aprovechando su s viajes d e intermediaci6n- para buscar la «mejor entrada» a los chunchos. Es d ecir, para asegurar la penetraci6n de «la gente necesaria ala conquista de ellos». De esa manera, se mandan expedicionarios-espias kallawaya a las tierras pobladas entre los rios Carabaya YBeni Y las sabanas del Mamore. Despues de realizar una inspecci6n minuciosa, se plantea al Inca Ia siguiente estrategia: implementar un camino que vaya desde Charazani hasta Camata, construyendo imponentes puentes para cruzar los rios mas caudalosos. La propuesta es aceptada y al poco tiempo se inician esos
cusqueflos avanzan desde territorio kallawava import antes l ra ba.J.OS. Apenas acabadas Ia obras, los ejercitos · , para sen tar presencia. . . . , , , do sc conquistaron cuatro «nacwnes». Opatans, ManaSU) o, Mananes y Chunchos En este peno , . , , . · . . 1 ca organiz6 sus fuerzas en dos bandos. El pnmero a su mando, tomo el no debaJo de Tono 1 Asm1tsmo, c n . ., . ntes hasta llegar a los Chiponahuas. El segundo, s1gu1o cam1no a Camata baJ·o las mo Uchos d y an uvo por m . . . rdenes de un gran capitan Curin1achi «el cual fue de vuelta del nac1m1ento del sol y carn1n6 hacia el 6 rio que ahara nue\'a1nente se ha tenido noticias, llam~d~- cl Paititi, a_donde puso los m~jones . del Topa lnga»H. Sabelnos que durante esa dura y peligrosa expedicion de conqu1sta ~as tropas ~e ~unmacht tuvieron percances, provocados par los Callas rebeldes que engrosaron las hlas del eJercno conquistador, particularmente por Coquriri, quien termin6 siendo asesinado. •
La ocupaci6n del territorio Chuncho Afianzar Ia conquista Inca del territorio chuncho necesit6 de una presencia importante de poblaciones fieles al dignatario y al n1odelo que fue imponiendo. El Inca lo sabia, pero acept6 la idea de que el modele utilizado de trasladar poblaciones de un espacio a otro bajo el mecanisme de los mitimaes hasta el territorio chuncho se hiciera en mejores condiciones. Por ello, solicit6 a los kallawaya inspeccionen las posibilidades existentes y decidan par d6nde se haria una mejor entrada hacia el territorio de Apolo, Ixiamas y selva adentro. La operaci6n tecnica fue realizada. En efecto, se traz6 y ejecut6 una «ancha calzada real». Al construirla se deseaba evadir el problema de cruzar caudalosos rios a traves de puentes colgantes que eran verdaderas obras de ingenieria. La obra estuvo dirigida par Hayaba el hijo de Are Capacquiqui quien prudentemente gobern6 por un largo periodo y consecuentemente mantuvo un trato cercano con los Incas. Sin embargo, esta relaci6n se frustr6 con el estallido de la guerra civil entre los hermanos herederos del Tawantinsuyo. La guerra repercuti6 hasta en el ultimo lugar, pues concernia a todos los grupos etnicos sujetos quienes debian tomar una posicion. Hayaba no dud6 en apoyar al Inca del Cusco, Huascar, enrolandose con los combatientes que fueron a pelear al Ecuador donde perdi6 la vida en alglln campo de batalla. El hijo primogenito de Hayaba llamado Coarete asumi6 entonces la dirigencia de los kallawaya. Este fue honrado gracias a los meritos acumulados por sus antepasados, pero, sobre todo por la fidelidad alcanzada. La prueba es que se convirtieron en los portadores de las andas de la pareja real: Topa Inca Yupanqui Yla Coya Mama Ocllo, a quienes acompafiaban en e1 paseo. Coincidimos con e1 antrop6logo estadounidense · joseph a 1os Incas . . Bastien quien plantea que e1h onor d e portar 1a 1·Hera se une ala necesidad de tener JUnto a rehgwsos y medicos expertos48 . Poco tiempo despues ' e1Inca le conce d'1o- a coarete el pnv11egio · · enorme de ser portado en una 1·ttera en los hombros de cuarenta indios pa d · 1 h' . . . rangonan o a Huayna Capac. Pareceria ser un momenta excepcwna en 1a Istona de la dtngencia kallawaya.
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ca co onta esta asa a so1)re el 1n1to [unclad or de un llna_Je y una sene de ~1rboles gcneal6gicos 1)roducidos por al d d' dl gunos cscen 1cntes e ancestro con1un llmnado ln~a Canauqui, dirigente del kuracazgo de Charazani en tictnpos de Tapa lnca entre 143 8 y 14 71 d. C. Postenorn1ente, desde la segunda tnitad del siglo X\TI hasta fines del siglo A.\llll, los miembros de ese linaje q~e ~ontrolaron el kuracazgo por casi tres siglos despues de la dotninaci6n espanola, se disputaron Ia d1gn1dad entre ellos. Con tal prop6sito, presentaron numerosas pruebas provenientes de registros mnen1otecnicos prehispanicos adetnas de interpretaciones geneal6gicas divcrgentes expuestas en escritos juridicos de naturaleza y valor diverso. La disputa entre parientes, tenida de una alta hostilidad, persegufa perpetuar el kuracazgo en manos de los miembros de una de las ratnas litigantes. Asi las cosas, los bandos en disputa utilizaron diversos medios y estrategias, con1o por ejemplo, adherirse publica y fervientemente al catolicismo y de esa manera rcnunciar ala antigua practica religiosa y ritual, particulannente rica entre los kallawaya, quienes por sus atributos estuvieron en calidad de sacerclotes-medicos de los Incas. 0 bien, se apoyaron en el Derecho Ind1ano para aprovechar las reglas castellanas de sucesion en desmedro de aquellas enmarcadas en el derecho consuetudinario local e Inca. Asimismo fueron capaces de apoyarse en «favores» de los administradores locales, quienes influyeron poderosamente en la opinion de los jueces en los tribunales superiores. Quedemos por un momenta con ese esquema simplificado que ofrece el fundamento para el analisis de los litigios ineditos sabre posesion y propiedad del kuracazgo kallawaya, conservados en el Archive Y Biblioteca Nacionales de Bolivia. Los mismos, no merecieron hasta el presente un estudio detenido, a pesar de constituir un corpus importante, porque ejemplifica extraordinariamente como subsistio durante tres siglos el problema, reapareciendo intermitentemente en coyunturas particulares que generaron nuevas litigios en el transcurso del tiempo. Ademas, es una ocasi6n para mostrar hasta que punta es necesario enlazar, en adelante, los diversos litigios para tener una vision completa de sus implicaciones juridicopoliticas. · · · por separa d o, pues es 1a unica , · manera de ver la En tal sentido hemos renunciado a leer cada hug1o plasticidad de la instituci6n del curacazgo kallawaya, sometida a presiones socio-politicas, religiosas Y econ6micas. AI mismo tiempo, es la oportunidad de observar las trayectorias de los miembros que ocu~aron · - 1o cua1 fac1·1·ltara, 1a comprension ideologica de la soCiedad . d tversos cargos jenirquicos en la institucton, .
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. . . ,. colonial, empenada en «domesticar» a los senores naturales. · , · b. , en su intenci6n JUndico-pohuca y en Leer un arbol geneal6gico no solo en su extension s1no tam 1en . . .. .. , r· r· especial de organizaClon y funClon, y 1 0 su espesor hist6rico, es leer una serie de forn1as gra 1cas con un P .. 1 ·ndividuos espeClficos y descartan · fundador a partir de las relaCiones · , 1 Ieer e] mno de parentesco que en azan a
La litis sucesoria p or el ku racazgo entre los kallawaya en la epoca colonial esta basada so re e n1ito fundador de un linaje y una serie de arboles genea16gicos producidos par algunos descendientes del ancestro conn:tn llmnado Inca Canauqui, dirigente del kuracazgo de Charazani en tiempos de Topa Inca entre 1418 y 14 71 d. C. Poste1iormente, desde la segunda n1itad del siglo )(VI basta fines del siglo X'Vlll, los mien1bros de ese linaje que controlaron el kuracazgo por casi tres siglos despues de la dominaci6n espanola, se disputaron la dignidad entre ellos. Con tal prop6sito, presentaron numerosas pruebas provenientes de registros n1nemou~cnicos prehispanicos ademas de interpretaciones geneal6gicas divergentes expuestas en escritos jurfdicos de naturaleza y valor diverse. La disputa entre parientes, ten ida de una alta hostilidad, perseguia perpetuar el kuracazgo en manes de los 1niembros de una de las ra1nas litigantes. Asi las casas, los bandos en disputa utilizaron diversos n1edios y estrategias, coino par ejen1plo, adherirse publica y
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a otros es tambien una versi6n altemativa del Arbol geneal6gico. Las relaciones de parentesco y el arbol geneal6gico, constituin1n para nosotros «la realidad»; el mito de origen de Ia ideologia de esa realidad, el modo de vivirla imaginariamente e instrumentaria en detenninado momento hist6rico para alcanzar la dignidad cacical. Una realidad que es un sistema y un relato de ese sistema; un mito que es un mito de ese relato: las sucesivas interpretaciones se fundan1n entre el plano de las relaciones de parentesco que estan inbuidas de forn1as y el plano de las significaciones que tienen en el mito, unas veces afirn1ando y otras negando vehementemente ciertos grados de 1 parentesco • La negaci6n tiene que ver con Ia dificultad de mencionar a los parientes que eran paganos y sospechosos de la practica idolatrica, lo cual dificulta el acceso a una serie de cargos, mercedes y hasta dificulta el ejercicio de sus derechos, pues los cat6licos percibian Ia idolatria y no podian menos que considerarla inadmisible, por su incompatibilidad con Ia fe y con Ia vida cristianas y por presuponer una persistencia mas o menos organica del sistema religioso pagano que el bautismo cristiano supuestamente debia cancelar y abolir. En un articulo fundador, el historiador jose Marfa Barnadas, ofrecia un panorama acerca de la idolatrla en Charcas y advertia sobre la necesidad de distinguir dos aspectos esenciales. Por un lado, tener presente que las Indias era un campo de misi6n y que de la tarea de los espanoles eta.CQJlvenu"i: en cristianos.
de las fuentes de archivo entre 1605 y 1651 es la producci6n de probanzas que En suma, 1o que cme . . .. ,· 1cc. cle tesngos que rcspalclan c1 clerecho al kuracazgo de uno y otro nval. Por un lado ci cc 1a1ac 101 conucnen .111 .1 los Coarete que defiendcn su dcrecho apoyados en la suces1on d1recta por hnea de aque II as que apoy, ' . _ . · , ·ttlrl Por el otro a los Serena que arguyen descender del pnmer cac1que cnsuano. La varon y pnmogc 111 '. , . _. . · I -cgt ·r 1a lucha es que nos permite reconocer los grandes camb1os en la pohuca y las proptas 11 venta_)a c e ~ ' .. . . ._ . dubitaciones de 1a Corona de Castilla para aphcar una pohnca coherente acerca_de una 1_nst~tucwn cuyo eJe era el kuraka que servia de enlace con el n1onarca. Antes de entrar a ve_r los ple1tos en s1 m1smos, conviene tamar en cuenta algunas precisiones metodol6gicas acerca del tratam1ento del parentesco en los graficos que prcscntamos a continuaci6n. -
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Las relaciones de parentesco en el seno dellinaj e Hcmos graficado las representaciones geneal6gicas presentes en los litigios de los kallawaya comprobando que se trata de las relaciones consanguineas evidentes, siempre mencionadas entre los personajes que aparccen litigando en la epoca colonial. Posiblemente, los kurakas conscientes de que las autoridades administrativas espanolas debian entender las explicaciones sobre parentesco, les facilitaron el trabajo y las presentaron en un arbol geneal6gico con una tran1a que enlaza en su extensional padre e hijo dibujados en nuestros graficos por una linea vertical y la relaci6n entre hermanos representados por una linea horizontaL La filiaci6n, a diferencia de lo que sucede en las sociedades occidentales, no esta necesariamente identificada por un nombre heredado por via patrilineal. Tales asi que los hijos de Pedro Serena (el joven) y de Maria Lutaco tienen apellidos totalmente distintos unos de otros: Ines Chirarani, Maria Titigiri y Martin Yquiacas. Pero, este aspecto que puede llevar a confusiones se subsana con la especificaci6n de los lazos de parentesco (senalando que es h~o de, hern1ano de, esposa de). Ademas, en los documentos se insiste en las relaciones de sucesi6n o la coexistencia de los parientes. A parLir de estos dos elementos se construye el relata que va permitir explicitar la relaci6n constitutiva entre los parientes que tienen posiciones especificas en el arbol. De tal manera, que hay individuos que preceden, coexisten y suceden. En la organizaci6n de los vinculos de filiaci6n se advierte que los hermanos que son hijos de una misma pareja estan ubicados en la misma linea horizontal. Por ejemplo, los hijos de Capacquiqui y una india sin nom~~c cono~ido, son llamados: Hayaba, Coallabaia y Yanacapa. Los espanoles impusieron un sistema de suceslOn por hnajes dinasticos en el que un curaca no podia casarse con una pariente cercana; al permitirle - d eb'1a tener en no casarse con una de rango inferior. A partir · de esas solamente una esposa , mayor interes .. pree1s10nes veamos como se suceden los litigios.
Un largo litigio que conmociona a los ayllus Todo comenz6 el 25 de febrero d 1602 d · C . b' _ e cuan o Correg1dor y justicia Mayor Don Diego de Vargas 1 1 ~~aJa_ . rlecl ~ una demanda de las Segundas personas del kurakazgo de Charazani es decir de aquellos senan os mas cercanos colaboradores del k . k . . 1 ' Inacana s d d ura a pnnc1pa Don Carlos Coacallabaia y Don juan ccun a os por 1os Alcaldes Ordina · D J . contra del Kuraka . . l D C nos on uan SeJe, Don Alonso Quinagi. Ellos estan en pnnnpa on ar1os Iquinauqui Y su esposa Dona - Isabel Garcia y sus hijos Don juan
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rome Coarctc y Don Carlos Garcia. Denunc•an I . . :1 a 111JUSl1Cia que 5 . desutuya de I em go. 1~ argumento central rs que est l, . e con1ete ) ptdcn conlo rctncdto se k · a 'ld \'1\ o el \ erd d K k <;crena, c1 joven cuyo abuelo del misino notnbre fue I a ero ur,t ..l de hnaJe. ll ..ln'lado Pedro . d -r I d ( e pnmer catique pnn . l ,.1rre}' Franc1sco e 10 e o 1'569-1581) quten hal . . 1 ctp,l tnsllano dcsdc lc.t epoc..1 del . . . . , ' 'lta co ocado a los des d Se inicia una avenguac1on basada en Ia consulta d I d e:en tcntcs en los t: ..n-gos . . e os pa rones ) las t d~1 \ en Charazani en 1577. Se m1ran los libros )r la 111 r asas e a l~ll,l (,cnerc.ll reah~ada . aorn1ac16n recabada l d Cangas·, a parLir de la cual se confinnan dos datos d . por e \1Slta or D1ego Da\1\a de l f e SUn1a Importancia )' l lado que efectivan1ente estaba en poder de Pedro Serena 1 . " )JStantc c an tcadores Por un . " e VIeJo, residente en Caat l . b . d l k , Por el otro, que cion Carlos Yquicanauqui era soltero en esa e . a a ca eccra e ·uracazgo tributario. poca ) no ocupaba ntngun cargo porquc era El 2 de ,n1arzo de . 1602, el Corregidor prccisa que cfcctivament 1. d 1 ..· . d c, e 'er ac ero cactque es Pedro Serena que en, csa cpoca tenia occ anos. A lo cual Yc uicanauqui arguve . 1 1 . ., • · c , que era e caCique 1egtt1n1o y heredero del kuracazgo, . n1Icnu . as .que . cl otro fue 1n1puesto pore] entonccs Corrcgid or- Capltan Suare: (~,orone1. La pregunta que su1gc cs snnple. (Pedro Serena es sucesor JJOr linea recta de varo'n )' leg·r· A. b.1en fue 1 1mo here d ero o nh,s nmnbrado por una merced? Para respo1~der esta duda., se inicia una averiguaci6n a todas las autoridades de ayllu y vleJOS, de ambos sexos, _que res1den en los m1~mos . ~ara Ia ocasi6n se elige el domingo 3 de marzo de 1602, JUStanlente despues de acabada de la m1sa ohc1ada par ~1iguel Cabello de Balboa. Se aprovecha la reunt6n de los espafloles y se n1anda a Hamar hasta la puerta de Ia Iglesia a las principales autoridades kalla\vaya e indios del con1un. Luego de un interrogatorio publico, confirmaron que Pedro Serena el joven «muchacho de poca edad» es reconocido y senalado como cacique legitimo. Es mas, sc puso de pie el Gobernador del Ayllu Mayor del Pueblo Don Diego Ticona para realizar el siguicntc gcsto: «tom6 la mano del muchacho de edad de dace a trece alios ... que tenia sombrero negro puesto en la cabcza y estaba cubierta con una yacota de rasa carmesi de ... y se puso delante del dicho Corregidor y el dicho cacique tras que senalaban porque era su heredero del cacicazgo principal» 8 . Luego, fue saliendo de la Iglesia hasta el atria donde el comun de los hombres y mujeres de todas las edades lo fueron reconociendo, uno por uno, por su cacique. Lo mostraban y lo pedian como tal. Luego, Pedro Serena presenta los titulos y recaudos de Don Martin Chuy Yquiacas en raz6n del cacicazgo principal de Charazani. i_Que argumenta? Que cuando muere su padre deja a su hijo que como es menor no puede entrar en el cargo «para mandar y gobernar a sus indios» y don 11artin Chuy toma posesi6n. «del dicho seflorio y cargo principal del dicho pueblo» lo han de tener par tal y lo han de obedecer. «tom6 ~na tiana Yduho de madera por sus manos y pas6 y sent6 el dicho Don Martin Chuy que era senal de. po~esi6n del dicho su cacicazgo principal. .. » en presencia de los principales. Chuy se queja ~e que los. 1 ~dlos no cumplen con las obligaciones de pagar salario al cacique y prestar servicios. El Corregldor YjustlCla Mayor de La Paz, Capitan juan Gutierrez de Ulloa, los amenaza con graves castigos. . El 10 de marzo de 1578 el curso de vida de Pedro cambia radicalmente, el reClente kuraka en el_cargo solicita convertirse en su apoderado. Else encarga de hacer correr el rumor de que Ia abuela que lo uene a su cargo es hechicera y lo instruye en las antiguas costumbres «gennles» · . . 6 Don Martin Chuy dice ser hijo de Pedro Serena el viejo y que como era nifto se le pidJ un coadjutor tributario, Carlos Canarique. Ahora tiene edad yes casado. El rumor surte efecto, de ahi q~e ~onen codr:no ( b 1 v · ui A partir de lo cuallnVIerte me 10s
campm1a con el salario que recibe y con Ia parte del joven Serena tmnbicn. Este no puede realizar ningun reclarno porque es pobre y «sin favor alguno». Su con1petidor se ha heche rico «con los salaries del dicho rnuchacho y de su padre». La (lnica salida es peclir la posesi6n y los rccursos econ6micos que le pertenecen legahnente. El Corregidor adn1ite los cargos y decide cambiar la residencia de Pedro Serena el joven y lo cnv1a donde un hombre honrado que es Xuarez para que los «eric y alimcnte». Esta lucha interna repercute altan1ente en el seno de los ayllus, cuyas autoridades se ven en la necesidad de tomar partido. Pedro Serena el joven aprovccha esta situaci6n y se Ianza a un nuevo alegato. tQue pruebas presenta? Una Informacion con el respaldo de testigos indigcnas que son presentados publicamente el 13 de 1narzo de 1602. La n1isma esta destinada a lograr la confirmacion de la posesi6n del cacicazgo. Dos dias despues, el Corregidor mnpara a Pedro Serena y manda que pubhcamente yen un dia de fiesta se le de posesion nuevan1ente. La Corte tuvo que sortear multiples dificultades para llegar a ese fallo.
Primera victoria de los Serena El 17 de marzo de 1602, el interior de la Iglesia de Charazani sirve de escenario para la posesion del kurakazgo de Charazani, que convoca a «toda la gente» del pueblo. Pedro Serena tome posesion de la tiana de n1adera sentandose en ella, mientras los Alcaldes mayores, segundas personas, hilacatas se acercaban en seflal de respeto, acatamiento y saludo. Ese mismo dia, los principales kallawaya, se reunieron y tomaron la decision de nombrar a un gobernador a causa de la minoria de edad de kuraka entrante. La primera decision fue eliminar de los candidates al usurpador, tirano Martin Chuy Yquiacas y su familia. La eleccion despues de una intensa negociacion recayo en el principal de Chullina y Contador General Juan Puapor una serie de cualidades: era «brioso, de buen genic, habilidad y capacidad en el gobierno», pero ademas tenia la competencia de ser contador mayor del pueblo. De esa manera, paso a ocupar el cargo de Gobernador del Kuracazgo y coadjutor de Pedro Serena. Ell9 de marzo, desde CanJana Don Carlos Yquinauqui por primera vez plantea su contra-argumentacion utilizando una demostracion basada en el parentesco y manejando la regla de la primogenitura para desmontar las pruebas que permitieron a Pedro Serena acceder al cacicazgo. Asi evoca que la disputa esta siendo llevada en el seno de un linaje. En realidad su version arguye que don Martin Chuy Yquiacas le usurp6 el cargo por la via de coadjutona. Exactamente el mecanisme que le reprochaba su contrincante. Es mas, al igual que este ultimo, tambien insiste que recibio confirmacion del virrey Francisco de Toledo porque su padre andaba en huando y fue al Cusco a firmar la paz con los espaiioles. Despues de una larga lucha juridica el 29 de marzo de 1593 se le extendio una provision con el titulo de cacique. Mientras eso sucede, Antonio Suarez pide la restitucion de las sumas devengadas a Fedor Serena. La respuesta nose deja esperar. El defensor de Don Carlos Yquicanauqui solicita que el asunto de reintegracion de montos se ventile en la Real Audiencia.
Los Coarete entran en escena El 2 de junio de 1603, se restituyo el cacicazgo al bando opositor, pcro esta vez en la figura de Ton1e Coarete. Apenas posesionado inicia una larga y dura contienda. Pedro Serena rcclan1a el kurakazgo con vehemencia. Segun la parte contraria, persuadido por espaii.oles y curas «que me tienen odio y n1ala voluntad».
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A lo largo del siglo XVlll , se produce una cnorn1c agitaci6n socio-polltica en Ia zona que descmboca finalmente en las llamadas guernllas de Ia independencia que sirven de escenario para que los Coarete y los Serena sc encucntren en el
campo de batalla y dejen los estrados judiciales para combatir. Por infom1aciones orales de Gines Pasten la lucha se plante6 como sigue: los Serena apoyaron a \a Corona y los Coarete a los guerrilleros independentistas. Los Serena final mente mueren en Carijana sin dejar descendencia conocida. En resumen, la documentaci6n inedita del Archive Biblioteca Nacionales de Bolivia deja claro que el problema de Ia sucesi6n del cacicazgo es central en este enorme litigio. Se ve imponerse a lo largo de los siglos las reglas de sucesorias privilegiadas por los espafioles que se caracteriza por ser por via de var6n y primogenitura. La misma ocasiona este enorme conflicto en el linaje. Sin embargo, en el curso de los siglos, en coyunturas muy especiales reaparecen los Serena como caciques y se hace valer la via de acceso al kurakazgo. En realidad se pudo observar que intermitentemente cambian en el poder los Serena y los Coarete hasta que estos ultimos se imponen por la via de alianzas con las autoridades, apoyados en los recursos financieros del kurakazgo, comprendida la mano de obra kallawaya que estan en condiciones de movilizar para llevar a cabo negocios. Queda claro entonces «el hecho de que numerosos cacicazgos no hayan sido estrictamente hereditarios, desplazandose mas bien entre diversas lfneas nobiliarias mediante algun tipo de elecci6n, sugiere caracterfsticas de la nobleza colonial inca y su organizaci6n10. Uno de los factores que mas peso en el curso dellitigio fue el de la idolatrfa de los kallawaya. Se sabe que los kuraka colocados por el Inca Huayna Capac (1493-1528 d.C) no llegan a convertirse al catolicismo y las otras generaciones adhieren publicamente hasta muy entrado el siglo XVI. Aca cabe preguntarse: l Como logran atravesar decenios sin los reclamos de las autoridades espafiolas? Conocedores los espafioles de su papel en la corte Inca l Que factores influyen para que los toleren? Uno de los casos evocados es el de Coarete quien supo sacar ventaja de la inestabilidad funcionaria de las autoridades de Charazani para evitar el bautizo. Coarete atraves6 el tiempo de su gobiemo prometiendo bautizarse y llamarse Don Carlos sin llegar a cumplirlo. Cuando los contrincantes en el pleito sacan a relucir este asp~cto, carece de peso, porque en realidad todos los linajes tenian ancestros «gentiles». Asi, lo dejan planteado los Coarete: «... porque Don Carlos Coarete mi abuelo fuese gentil, no pueden sus sucesores suceder en el cacicazgo que este tubo en tiempo del inga, pues si esto fuera asi consta el mismo inconveniente en el derecho de Pedro Sirena y los demas caciques de este reino en quien concurren el proceder todos de aquella gentilidad en que el inga no los nombr6 por caciques ... ».
Ahara bien, el aspecto mas importante de este pleito es aquel que tiene que ver con la idolatria. No se trata de las grandes campaiias contra la idolatria, tal como se han detectado para el Peru que son las que han tratado de ubicarse en los archivos bolivianos, sin resultados positivos. Los procesos contra la idolatria deben buscarse en las practicas cotidianas, aspecto que no ha sido tornado en cuenta hasta el presente. Los pleitos kallawaya nos lo muestran la represi6n y el control que se produjo a nivel de las familias. Este aspecto es novedoso porque como lo seiial6 el jesuitajoseph de Acosta en su monumental obra De procuranda indorum salute, la idolatria andina se caracterizaba por la fusion de diversos tipos conocidos desde la antiguedad. «se trata de enfermedad idolatrica hereditaria que, contraida en el mismo seno de la madre y criada al mamar su misma leche, robustecida con el ejemplo paterna y familiar y fortalecida por la larga y duradera costumbre y por la autoridad de las leyes publicas, tiene tal vigor que no la podni sanar sino el 11 riego muy abundante de la divina gracia y el trabajo asiduo e infatigable del doctor evangelico» . En el pleito esta claro que los viejos son potenciales hechiceros, particularmente las mujeres, como la abuela de Don Martin Chuy «la cual es muy vieja y se presume y tiene sospecha de ella y le ensefla al dicho don Martin malas costumbres y vicios y le impondra indus trias en cosas, ceremonias y ritos contra nuestra santa fe cat6lica yen ofensa al servicio de Dios »12 . Estos elementos idolatricos, supuestos o inYentados, son instrumentados para que los niiios de linajes kallawaya pasen a residir con espaiioles honrados y de comportamiento fiable. Asi, la administraci6n colonial tom6 control de las dirigencias del kuracazgo kallawaya, pero a pesar de esos esfuerzos, este pueblo es el que resulta mas fiel a sus practicas religiosas ancestrales. El proceso de exptirpaci6n entonces, fue a nivel de los nucleos familiares que fueron dificiles de doblegar, porque se resistieron fuertemente a dejar sus espacios de habitaci6n tradicional, aunque los «_los_ ~ueblo_s viejos» fueron quemados, destruidos y cambiados completamente. La poblaci6n kallawaya sig~I.o desaflando ala administraci6n colonial cometiendo toda clase de "ofensas" en contra de los principios rehg1osos del catolicismo.
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C!_raiHt \
del prinuT grupo de nu;dicos que fucron a Pancuna (Foto Isidro Orli::: Huanca)
El arte de cura
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Una luc h a in tes t ina d e un o quin ce a n os cnfrcntJ ..a ~orup< ._,._ trrE u 1lrt:~ ci t,; tncl \(' ) tn ~u- '""con l..b tropJs rcaiJstas. Ese ~c.tngnento proce~o tenn1nct por c on~cgutr IJ \ Ictono~J tndcp ndcnc1 ..1 de\ tcmtono de \c_, Audicnci£~ de Ch~u·.cas que deselnboca en la crc ..Kton de una nue\ a rt:puhhGl 1ndepcnd1ente) soherana que sc dcno1n1na Bolivia. Tan pro~ to cl l\1anscal Anton to ]o~c de Sucre tngrcc;a a tct ntono de \a Aud1encm, que se hallaha baJO cl control del Ejercno espanol, tniCta una succston de catnhtos en lo~ puntos tnas \·ulnerab\e~ del sistcn1a polft ico-ad n1inistrativo con c l a fan de dcstru1r las bases de Ia socH.:dad corporatt\ a y e~tamcnta\ para rectnplazarla por un Estado-nacion con1pucsto por tndi\ Kluos hhrcs c tguales (En que medida audaces
disposiciones legales de Ia Nueva Republica, con1o son la den1ocratizaCion de la educacton y la salud otorgan a los indfgenas posibilidadcs de tnejorar? LC6n1o la creacion de la Nue\ a Republica favorece la antigua actividad de intc1111ediaci6n de los kalla\\'aya con fines de aportar al nivel de la salud en el connnente? Se evidenciani, que a pesar de los esfuerzos par den1ocratizar la salud y de haber tornado en consideraci6n a los indfgenas en sus planes, estos no se concretaron dcbido a la lenta e inestable organizaci6n del sistema de '1tenci6n de la salud. Ademas, porque sc contin ua «invisibilizando» al indigena del sistema, pues desde antes de la indepcndencia se consideraba al inclfge na con1o un elemento del sistema econ6mico, que dehia resolver sus problemas de salud con los «elementos de la naturaleza», aplicados par sus propios expertos, con objeto de salvar a sus familias de la ruina. En este sentido , se continuan imp1cmentando medidas de corte colonial, ya que el indigena sigue siendo separado del hospital y la botica. Esta conducta influenciada por los principios coloniales que perviven en ciertos niveles sociales, favorece la preservacion de la medicina indigena con su propio desarrollo , es decir siguiendo una dinamica particular al margen del sistema de la medicina convencional. Esta ultima, se caracteriza por su terrible inestabilidad funcionaria, constante cambia de politicas e ineficiencia para paliar y resolver los principales problemas de salud en el pais. La marginalizaci6n y la creciente necesidad de medicos o entendidos en problemas de salud origina que los kallawaya construyan un mercado interno lo suficientemente solido que lo acredite para realizar viajes al exterior del pais con el prop6sito de vender hierbas y realizar diYersos tipos de curaciones_ l. Que facilidades constitucionales aprovechan los kallawaya para adentrarse el territorio de las nuevas republicas?
La lenta e inestable organizaci6n del sistema de salud Una de las vias n1as seguras para en tender la organizaci6n de salud en la Nue\'a Rcp(lblica es el seguinliento de las disposiciones constitucionales que pcrn1iten apreciar la lenta e inestable ton1a de n1cdidas dest~nadas a estahlecer los fundamentos de la organizaci6n que se impondrfa. Tanto Sucre con1o Bolivar consld~ran
que Ia educaci6n y Ia salud son Ia base de Ia libenad y prosperidad del pais. Yes a ~artir de :sta duahda ~ qm c,e planca impartir una educaci6n que permita conocer el valor de Ia salud. En esa nusma hnt\l de · · · · ·, l e "l1l· let1 una l)rotccci6n . 1 los .1ncun1os, p 1 at 11 nto ~e 1111plen1entan los chspos ttivos as1stencta es que P ' 1 ' 1 11 UJ H ,th,mdonados dcspuCs de Ia guerra de la independencia. Sc organizan con esc ptllposttl l.ts
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del Siglo XX. Pero, no es suficiente que existan reservas de fluido contra la viruela en el pais, lo importante concientizaci6n y aceptaci6n de la poblaci6n y de sus sectores mas dominantes. El Estado decide que Iglesia a traves de sus parrocos se encargue de repartirla trimestralmente. Esta disposici6n es alta problematica porque la Iglesia se oponia ala educaci6n de los indigenas y la vacunaci6n era un acerca de salvaci6n de la vida y no de las almas. De ahi que el Estado impone medidas severas a los 4 medicos como responsables ejecutores de control de las acciones sanitarias . Se impone una politica de prevenci6n de la enfermedad insistiendo en el cuidado de los recu agua y su distribuci6n, disposici6n de abundantes viveres y de la preservaci6n de la vacuna c viruela. La poblaci6n indigena se pone a la defensiva al ver cambios sustanciales en la democratiz salud que la afecta directamente, pues no queda al margen de los procesos de vacunaci6n. El apodera del ambito rural. En aquel momenta, el Estado a pesar de contar con dinero para afrontar la nueva politica dee y salud, constata la falta de medicos profesionales en el pais y se plantea la creciente necesidad d medicos extranjeros. Hoy, despues de 175 aftos, en ningUn momenta se plantea una politica que los servicios de los sanadores indigenas que pululan en el pais. Por una parte, no existe una salud. Por la otra, la formaci6n del medico es sOlo de tipo te6rico dogmatico, evitado la Yision medicina.
La medicina occidental se impone por via de Ia educaci6n A poco tien1po de creada la Nueva Repubhcal
se organiza el proton1edicatol instaunindolo dentro de la concepci6n de la ley peninsularc; Su fun ci6n est{l clestin,lda a1 control de los galcnos cxtranjcrosl qui enes no pochan clcpender de otra autoridad ya que lade '>alud era cl Director General de Hospitalcs clcpcnchcntc Mtn isterio de Gobierno y Rclaciones EAtcriorcs. El Protomedico debe ve lar por la conscrvac1on de la salud de los habitantes del pais y la conducta profesional de los medicos bolivianos extranjcros en ejercicio . El protomodicato tiene 1 un tribunal que procede al proceso de acreditaci6n y reconocimiento de medicos que en esa epoca empiezan a llegar via Lima y posteriormente Buenos Aires. Algunos autores sostienen que los medicos peruana s qu e ingresan al pais a pesar de la formaci6n occidental que poseian, recibieron una fuerte influencia herbolaria de los medicos que residian en el pais. A poco de la indep endencia , en 1830 , el Gobierno establece en la Universidad de San Francisco Xavier y en la de La Paz una catedra de medicina al calor de la presencia de importantes medicos extranj eros que llegaron con el Ejercito Libertador Unido. Lo que significa que existi6 un respaldo legal a la enseflanza de la medicina en el marco de la reorganizaci6n de la educaci6n. A partir de ese momen ta , una gran influencia occidental comenzara su largo dominio en la cnseflanza de la medicina. Aquello que n o es occidental cs vctado. Habra que esperar el siglo XX para cstudiar la homeopatia y ciertas hierbas. Scmcjante retraso sc produce aun tcni cndo en cucnt a que la n1cdtc1na indigena an1cri ca na ha aportado n1as a la tnedtctnn occide nt al que asta a la an1C rt l't\na, cnnt ril u ' n l con Ia qui na, Ia i peca uana ntrc l l ru .
Un sistema de salud democratico que «invisibiliza » al indigena Se democratizan los hospitales para la poblacion. Sin embargo, ese proceso genera en las elites dos modelos alternativos. El modelo de la esfera privada que organiza la atencion medica en sus domicilios particulares hasta los cuales se desplazan los medicos. Se trata de rechazar contundentemente el mezclarse con los otros grupos sociales en los vetustos hospitales que literalmente se encontraban en minas. El modelo de la esfera publica de atencion de la salud que incorpora teoricamente a todos los grupos sociales, pero, sin embargo, donde se ven reflejados los prejuicios sociales de herencia colonial. Los dos modelos de atencion persist en hasta a mediados del Siglo XIX. Pero, cambian bruscamente la situacion cuando se definen ciertas enfermedades infecto-contagiosas y existe la obligacion del aviso medico de la internacion en el hospital. De ahi que los reglamentos permiten la existencia de areas especiales a las que el internado puede ingresar acompanado de su sirviente y llevar su propia cama. Los hospitales se organizaron en funcion a la division por sexo, de tal manera que se asignaba un espacio para las mujeres y otro distinto a los hombres. Sin embargo, se crean dos espacios, uno reservado exclusivamente para los militares, incluso con su centro de guardia y el otro organizado para enfermedades infecto-contagiosas graves como las venereas y la lepra. Ese espacio tamara el nombre de Lazareto. La democratizacion de la salud no solo abarca a los hospitales, sino que se dictan normas especificas creando los cementerios. La vision del cui dado de la salud par media del establecimiento de los cementerios radica en evitar la propagaci6n de enfermedades mortales como consecuencia del entierro dentro de su recinto en espacios pequeii.os alrededor de las iglesias. En la consideraci6n o justificacion de esta medida se menciona que los microbios, bacterias y miasmas que brotan de los muertos que se hallan enterrados dentro de las iglesias causan mayor nU.mero de muertos e infectados que otras enfermedades, a! mismo
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El indigena de la periferia tiene un espacio en el hospital-edificio La democratizaci6n de los hospitales concierne ala poblaci6n en su totalidad, los mas favorecidos son los mestizos e indigenas, empero, se debe aclarar que solo alcanzaba a la poblaci6n peri urbana Y rural cercana a las ciudades. El resto de los indigenas sigue resolviendo sus problemas a la manera tradicional Y en sus propios pueblos, alejados de las ciudades. En este proceso de democratizaci6n el problema era la utilizaci6n de los hospitales por todos los grupos sociales. La reacci6n es inmediata. Se plantea la construcci6n de edificios-hospitales especificos para cada
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Enenlcl de cuero utilizado atnpliatnente en curacioncs
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transetlntes les aplicasen remedios que aun no les es dado ese arbitrio por no ser frecuente en esos lugares encontrar ese practico conocimiento. Los enfem1os sufren todo el padecimiento sin esperar aplicaci6n que lo mitigue y los deudos o asistentes se sienten confundidos e inaccionados dejan correr los ayes del paciente, la intratable situaci6n donde se ve privada de socorro Ia mayor necesidad, es por ello ventajoso el 6 beneficio de hallar ala mano el alivio para muchos males en las plantas que el campo las franquea» •
Las boticas son inaccesibles al indfgena l.a larga cita anterior de un autor an6nimo, plantea que uno de los problemas es el acceso a los
~~~.v; que expenden en la botica. Este importante recinto fue desde tiempos coloniales un centro ,;r:t;;.s~~ ;.~mulnic:aci social y en la republica se mantuvo como tal, raz6n por Ia cual el indigena no tenia acceso ..
estaba habilitado a solo acercarse basta la puerta para pedir desde afuera los medicamentos que ~tll~~ de proporcionar el boticario. sin embargo, no s6lo radica en la marginaci6n que sufre para acceder a los medicamentos, restricciones que desde el C6digo Penal se plantean para el expendio de drogas. Veamos ~..,. · que deja a los kallawaya sin posibilidades de comen:iar sus
278 dtcr « mgun droguero, cspec1ero, comerciantc ni otra persona que no I 11 IL tpllu ] o .,ro rt · .. .,.ada, cnder d 15tnbtnr m sun1tmstrar de modo alguno generos tned1c1nales, como e lt:: lcgHilll
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LnnplltO podra persona alguna, cndcr, distnbuir, ni.sumin.istrar minera~es venenosos, como l t)lOUCnte subhn1ado )' dem,1s SinO a mediCOS, ClfUJ3T10S, botlcanos, veterinaries r ,tr lli(O rc fl ejJr o (-r • ' . . . , arttc.,t 1c;, fahrJ(,tn te '- tlaturahstas 0 establecinlientos de instntcci6n que necesiten de ellos para su Industria de comprarlos dada Ia autoridad local. Pero aun en este caso, nunca se entregaran encia Jlllc o lll';lltUto ) tt:ngd . _ a n,tdtt 5100 bJJO re(tho del con1prador. con expres16n del nombre, apelhdo, lugar, casa y numero de la rcstdt:nctd de cstc s1 c1 comprador no supiere escrib1r, c1 vendedor apuntani todas esas ci rcunstand as en el rcgtstro 0 hbro que 51 c1nprc debe llevar, donde por elias sicnte con toda especi fi caci6n la entrada y salida de lhchos mmcrales venenosos, a fm de que en tien1po y ocasi6n pueda saberse, como, cuando, en que pordones canudadcs, r a que personas sc vcncheron. Adetnas, el dueflo del almacen, tienda 6 establecimiento los 0 tendra colocados. en pareJa seguro y cenado, cuya llave mantendra el mismo constantemente en su poden>7• U protomcdtco uene un control, a traves de los tenien tes del protomedicato en cada capital de Departamento, en la vcnta de drogas. Aden1as, las boticas son vigiladas no solo con relaci6n al precio de los prcparados, smo ta1nbu~n a las horas de atenci6n. De tal manera, que se cierran las posibilidades para el expend10 de las plantas n1edicinales y los preparados, por lo menos oficialmente. Sin embargo , se desarrolla un mercado subterraneo de abastecimiento de plantas a los en fern1os, de grupos sociales considerados
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Los grandes mcrcados para las curaciones Las epiden1ias habfan ocasionado cala1n idades den1ograficas desde antes de la llegada de los espafloles YIa Nueva Republica es victima peri6dica de las mismas epidemias letales como la viruela, fiebre exantematico, diarrea Ymalaria a pesar de los esfuerzos en materia de higiene publica. El protomedicato debe describir las epidcn1ias Yenfermedades endemicas que predominan en el pais, fuera de indicar clara y sencillamente las precauc10nes que debe seguir la pob1aci6n para cvitar el contagia, y: «los remedies caseros de que puedan usar los que se sienten atacados de elias en su principia para evitar los progresos del mal, entre tanto que ocurran a facultativos que les auxilien y dirijan cicntfficamente»9. La situaci6n de salud es tan comP1eJa · Y pc1·Igtosa, · · caseros . que se 11ega a tolerar el uso de los remed1os pnmer paliativo Y a pes d 1 d 1 como · ar e os a e antes que cobraba dia a dia la medicina occidental en el . . terntono , los .kallawaya siguieron d 11 d · · . esarro an o su expenenCla a partir del conocimiento de los vegetales Yde las curac10nes s1mb6licas entre ot ros. Como b.1en 1o seflalan los medicos peruanas Hermilio Valdizan Y · formantes ka11 awaya: «han llevado sus habilidades hasta el extrema de . Angel Maldonado que tuvieron In lncorporar en su arte ciertas noc · d M,d. h lones tolna as a prestamo, mas o menos imperfecto a nuestra Ciencia . de las sales de quinina en el' tratamiento de la e lea; e11 OS an concluido por con\7encersc d c Ia er·1cac1a
malaria y han introducido las dichas sales en 1a confecc1on d 1 comh t dicha. enfermed ad y. es facil de comprender . e sus preparados par, . que 1a ma1ana au quintna sea ella admtntstrada en inyecciones b 1 . sera curada por la accton de 1 , o eas o ptldoras d a . d . . sera curada SI se a mtntstra el mismo medic e manera semeJante a conlo amento en mezda d bl humanos, o con yerbas u otros productos» . Ell os 11evan a cabo lo etesta e con excremcntos 5 d. hemos indicado. y es asi que consiguen no poe as VIctonasw. . . Iversos tratamtentos que En 192 7, es JUSta mente en merito a esos logros que en e1depa name t d La de Nor Yungas, la .poblaci6n de Coroico con e1 consenso de las aut n ·d de Paz. pro\ Incl,\ ._ kallawaya herbolanos se asienten el pueblo y atie n dan a 1os enfennosonp a es 10 pennnto .. 1 1 que lo~ el pago de las patentes municipales que significaba e1 ClCfClCIO . . . h ononflCO ' . ~ra de cua cs fcondonan misma forma las autoridades provinciales los liberan d e sus ~ 1mpuestos . sus pro esion, en la anuales que .. 1 ar los servicios prestados S1 ' n Iugar ad d d · er,ln nac10na es, · u as se trata e una · n' ·· .d. 1 lOrmaCion Ine nay nluy Imponantc . P no solo la co mo curanderos en los Yungas, stno · . , para determ1nar _ . presencia de . los kallawaya . tamb1en para senalar. que figuraban en la hsta ohcial de pro~es1· 0n a1es de 1a sa1u d , CJCrctcndo · . . en estas reg1ones al m1s~o n1vel .de los dentistas y farmaceuticos que atendian en el pueblo, hecho probado a partir de las hstas que sobre estos profesiona1es enviaban las autondades provinciales cada aflo al Gobiemo Central 11 .
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El mercado externo para las curaciones Los estudiosos sobre los kallawaya han tratado de explicar las razones que motivaron los sucesivos desplazamientos de los medicos itinerantes por el continente. Algunos autores como Hemdlio Valdizan y Angel Maldonado explican su presencia en diversos puntos del continente en funci6n dellugar que ocupa en determinado espacio cultural. En general la sociedad andina se articularia en tomo ala division de los llamados «centres de poca cultura» y los «centros de
civilizaci6n». Parad6jicamente ambos centros son espacios por donde circulan los kallawaya, pero su receptividad es marcadamente diferente y los requerimientos de los pobladores tambien. Para decirlo claramente, los «centres de poca cultura», en general estarian
apartados y agruparfan a las poblaciones mas ignorantes. Estas caracteristicas favorecerian para que los kallawaya realicen las llamadas «curaciones de apariencia maravillosa» de manera «desenmascarada». Lo extrai\6 es que no mencionan las caracteristicas que estas tendrian. Mientras que los «~e~tros de civilizaci6n», posiblemente evocando a Uma,los kal\awaya eran reobt~os de manera contrastada. Unos les brindaban una «acogedora toleranoa» que otros una csevera resistencia». En todo caso. los kallawaya como ningO.n otro grupo humano en Los Andes, ~iCC
,.,... era fl.ucwante. pero en todo caso cobnmdo
ellos los enfeunos
1u) poco se conoce acerca de las trayectorias migratorias de los ayllus y aun menos de las trayectorias 1ndi\ iduales. En torno a los viajes se ha tejido mucha leyenda en el transcurrir del tiempo. En el n1apa hen1os dado n1ayor itnportancia ala ubicaci6n de los lugares cuando estos son testimoniados por un au tor espec1fico entre los siglos XIX y XX. Por esa raz6n, se pueden observar espacios donde no existen referencias de su presencia, es posible que no hayan sido visitados o simplemente se deba a un problema relacionado con la inforn1aci6n que contienen las fuentes. En todo caso, con el transcurrir del tiempo y de la investigaci6n, seguramente se amplianin las referencias senaladas.
Los pasos por el Continente Las informaciones sabre los viajes son breves, fragmentarias y excesivamente dispersas, al extrema que no estamos en condiciones de tener una cronologia precisa de sus movimientos. Con esta advertencia, debemos tamar en cuenta que los aflos que aparecen en los mapas no son mas que fechas para ubicar aproximadamente los desplazamientos en el tiempo. La mayoria de los testimonios precisan que por lo general, viajaban a pie, raz6n por la cual conservan muchos secretos de la cordillera. Pero entrada el siglo XIX los ven acompanados de mulas cargadas de objetos n1odernos para utilizarlos en sus ayllus. Asi, se aficionaban de armonios, maquinas de coser, elcgantes calzados, materiales de construcci6n, bonitas gorras, entre otros. Se ha especulado mucho accrca de los medias utilizados para acumular objetos modernos que eran inaccesibles para los indigenas del pais esa epoca. En 1920, el estudioso boliviano, Manuel Rigoberto Paredes, sostu\'o que: «Nose han podido averiguar aun los medias de que se valen los callahuayas para conseguir bcstias y objetos valiosos en sus viajes; lo probable es que explotando el espiritu supersticioso de los campesinos, se hacen dinero, con el que co1npran 15 todas esas especies, o reciben directamente estas, en pago de sus curaciones y pron6sticos» . En todo caso, se deduce que son las curaciones, simb6licas o no, los medias que utilizan para acceder a todos aquellos objetos totalmente nuevas a los cuales no tiene por que renunciar porquc estan a su alcance. Don Claudio Alvarez y Vidal Mollinedo, en entrevistas pcrsonales ineditas, confirn1an estas apreciaciones de los autores, asegurandonos que uno de los ejemplos es Don Placido Huanca, quien habia recorrido Tucurnan, Salta, Jujuy y Mendoza. «El fue uno de los primeros en innovar al llevar rnulas argentinas a su corral de
o ~etas tota mente nuevas a los cuales no tiene por que renunciar porque estan a su alcance. Don Claudio .:\ ,·arez r \fidal Mollinedo, en entrevistas personales ineditas, confirman estas apreciaciones de los auto res, asegunindonos que uno de los ejemplos es Don Placido Huanca, quien habia recorrido Tucun1an, Salta, U) y Mendoza. «El fue uno de los primeros en innovar al llevar mulas argentinas a su corral de asahuayco. Hombres de su talla traian toda la civilizaci6n de esos paises» al ayllu Canlaya 1b. Don ac do realizaba muchas curaciones en el exterior. El tenia la particularidad de haberse extraviado de nino r a Argentina. Su padre Don Felix Huanca Arredondo que tambien habia hecho muchas curaciones que esperar, muy triste, hasta que este tuviera 3 7 afios para encontrarlo, despues de intensas bttsquedas conunente con la ayuda de todos los viajeros lo encontraron un hombre hecho y derecho~ entonces n a Don Placido, quien fue a buscarlo y «llorando se lo trajo de vuelta a nuestro pais, muy a pesar habfa nacionalizado argentino y habia hecho servicio militar, adoptando un apellido italiano». nces y a instancias de su padre, aprendi6 las hierbas medicinales, muy tardiamente, pero con de alrededor de 1880, aseguran que los kallawaya viajaban «en primera en vapores del sur En 1883, el doctor Claudio Pinilla, politico y abogado representante de Bolivia en el ._, ,.~nador, cuenta que a su regreso de Venezuela, encontr6 a un kallawaya en el buque del
NOTAS 1 - AI mencionar . d o rdcnadamcntc los dct)anamento s d on d e f ucron creados las E 1 d fue el pnmer e partamenlO en implementarlas como 1 i't scue as c Hu~rfano5 corn1o \a tdca de Ch G . 1 6 Paz: O PS/01\15, 2002 :49-1)0 . o set a . rcgon o Menchzabal Lozano f hsrona de Ia Salud Ptiblquc tc.a en Bulqm5aca o tvta. La
2 - juan B. Last res. • sam · 3 - Rolando Costa Ard(tz. Antcccclentes ) desarrollo de Ia lc·visl ·rcu .·ta en Bor·tvw. · La Paz.OPS-OMS, 1992. 1 •·wn ~..,. 'c
4- D. S 11 de dicicmbrc de 1825.
· unprcnta), 2003. 5 - Gregorio Loza Balsa. La salud en Bolivia. Su dcsw rollo dc . .clc c1 Dcrccho ' 1825-2000 . vo1. 1-4 . La Paz· (t:n 6 - Archivo .privaclo Gregorio · 1)01es p1ant as l1ores animal . d Loza. «An6nimo ,. De la naluralcza, ,c alidades y grados de ar cosas exqUisHas y raras el Nuevo Orbe del Peru y para mas clandad por el orden del A.B. C.,» ' ' ' es Y otroas 7 - Gregorio Loza Balsa. La salud en Bolivia... op. cit. 8c - Carlos Clasificaci6n de plantas medicinales usadas en la J'rarmacopea callahuaya 0 sea de 1os me · 1lOS · curanderos aymaras que e1 · · d Bravo. . ld . omtte epat tamenta e La Paz remtte ala ExposiciOn Untversal de Paris. La Paz: Imprenta de La Paz, 1889:44. 9 - Gregorio Loza Balsa. La salud en Bolivia... op. cit. 10 - Hermilio Valdiz{m & Angel Maldonado. La Medicina ... op. clt. ,1922, l:Vll. 11 - Hermilio Valdizan & Angel Maldonado. La medicina popular peruana. (Contribuci6n al «Folk-lore» medico del Penl). Edici6n Facsimilar 1985. lima: Imprenta Torres Aguirre, 1922. 12- Archivo de La Paz, Universidad Mayor de «San Andres», ALP/-P-E, C64A-D36, 1927:1. Cf. Ordenanza de patentes e impuestos de la Honorable Municipalidad de la Primera Secci6n del Nor Yungas- Coroico. Agradezco ala Doctora Eugenia Bnd1khma por haberme proporcionado la referenda documental. 13 - Gustavo Adolfo Otero. La piedra magica. Vida y costumbres de los indios callahuaya.s de Bolivia. Mexico: Edtciones del lnstituto Indigenista Interamencano, 1951. 14- Thierry Sa1gnes. «Qui sont les Kallawaya? Note sur une enigme ethno-historique». Kallawaya Guerisseurs itinerants del Andes. Recherche sur les pratiques medicinales et magiques.Editions de l'ORSTOM & CNRS (Memoires Orstom), 1984: 42.
15 - Cf Ctro Fe Iix Trigo. Las Canstitucianes de Balivi a! Pr61 ogo de Manuel Fraga Iribarne, adiciones y act ualizaci6n ( 1961-200 2) Jorge Antonio Asbiln Rojas. Segunda Edici6n. La Paz: lmpresorcs Editora Atenea S.R.L. Titulo tercero, capitulo segundo, articulo 11. 16 - Manuel Rigoberto Paredes. <
17- Entrevista al kallawaya Don Claudio Alvarez realizada por Carmen Beatriz Loza, La Paz, 27 de enero de 2004 18 - G . M. Wrigley. «Los curanderos ambulantes de Los· Andes o Callahuayas de Bolivia» Campilaci6n de Estudias sabre mcdicina · d · · C , · Andres Bello 1998:67-88. kallawaya, Rolando Costa Arduz compilador. La Paz: Insututo Intemacwnal e Integracwn. on\cmo ' · · c ·1 · · l E·tL ltos suhrc mcdicina Kal!awava. 19 - Enrique Oblitas Fernandez. «El Derecho de Ia profesi6n mCdtca y sus hmttes» · ompt anon ' c. ' " · ~ • · 1d I · - Convenio Andres Bello 1998:6 t -88. ' Rolando Cosw Ardttz comp. La Paz: Institute Internacwna c ntegracwn.
Denominaciones y caracterizaci6n de los kallawaya en el Continente La historia del pueblo kallawaya a lo largo del siglo XIX esta marcada por una extrema mov1hdad de la poblaci6n debido esencialmente a importantes cambios demograficos que se producen como consecuencia del i1npacto que nenen los reordenamientos politico-administrativos en el pais. De una parte, aquellos acaecidos durante la Hamada Republiqueta de Larecaja que sacude a las poblaciones de los valles orientales entre 1775 y 1825. Como indica el historiador frances Thierry Saignes, se sucede un largo siglo de explotac16n progresiva de los ayllus kallawaya que conducen incluso a la reestructuraci6n total de su territorio. Asi, despues de la independencia de la Republica, la frontera septentrional coincidente con el distrito de Charazani, sufrira una partici6n continuada. En enero de 1826, se crea la provincia Caupolican en el noreste de Larecaja en el departamento de La Paz. Con este reordenamiento las antiguas misiones de Apolobamba, el pueblo de Pelechuco y las punas de Ulla Ulla pasaran a depender de esta nueva provincia. Diez meses despues, la provincia Larecaja es nuevamente dividida y el area Hamada Charazani pasa a depender de la provincia Mufiecas. En 1908, es transferida ala provincia Camacho. Finalmente en 1948, Charazani con sus cantones: Amarete, Curva, Chullina, Carijana y Camata, pasan a formar parte de una nueva pro\incia Hamada Bautista Saavedra. Sa1gnes destac6 algunas cifras sobre el impacto demografico que habria tenido esta reorganizaci6n territorial. Sin embargo, resulta imperative replantearse el problema ala luz de un estudio de demografia hist6rica que nos permita comprender las lfneas generales de la subpoblaci6n tributaria compuesta por kallawaya entre 18 y 50 afios que aportaban su fuerza de trabajo y pagan tributos al Estado boliviano durante 32 afios de su ciclo fiscal. De alguna manera, se trata de observar cual es la dinamica demografica que se instaur6 con los flujos migratorios estacionales que los medicos realizan a lo largo del afio. LC6mo se aseguraron los kallawaya del cuidado de sus tierras, de sus animales mientras ellos recorrian el continente? LDe que manera la familia que permanecia en sus ayllus aseguraba el pago de la contribuci6n? LQue rol juegan los indigenas agregados que ocupan tierras de los kallawaya? A su vez, LC6mo son caracterizados los kallawaya que han vivido en un habitat disperse y fracturado sucesivamente por los administradores de la Republica? Para responder esas preguntas, en la primera parte exploraremos las fuentes fiscales Y catastrale.s_ de la · · en un esfuerzo por reconstituir un fragmento d e 1a h.1stona · d emogra-r·ca 1 de esta poblacwn Prov1nC1a . . · El prop6sito es didactico, pues los actuales kallawaya necesitan de las fuentes, las cifras Y el conociml~~to de la h.lStona · d e sus ayllus para sus futuras re1V1n . . d.IcaCiones · · · 1es. Recu erdese que el pais esta vn'1endo terntona un proceso de reordenamiento territorial que pers1gue · · -d lC · a a la comunidades indigenas. o frecer segun·d ad JUn Para ·lnsertarse en ese proceso necesitan volver ala d ocumentaCion · - co1onia · 1Y republicana en busca de los fundamentos sobre el derecho a sus tierras.
historia del pueblo kallawaya a lo largo del siglo XJX esta n1 ..ucactt por una cxtren1a n1ov1hdad de la lablaci6n debido esencialmente a imponantes bios dcmografrws que se pro_d uccn como consccucnua ~ im acto que tienen los reordenamientos pohuco-admmrstrauvos en el pars. De un,r pane, aqucllos 5 durante Ia Jlamada Republiqueta de Larecaja que sacude a las poblaciones de los valles orientales de y 1825. Como indica e1 historiador frances Thierry Saignes, se sucede un largo siglo de explotaci6n entreesiva de los ayllus kallawaya que con ducen Inc · Iuso a Ia reestructuraci'6n tota 1 de su ternton · ·o. Asi. de 1a independencia de Ia Reptiblica, Ia frontera septentrional coincidente con el distrito de Charazani, una panici6n continuada. En enero de 1826, se crea Ia provincia Caupolican en el noreste de en e1 departamento de La Paz. Con este reordenamiento las antiguas misiones de Apolobamba, el pueblo de Pelechu~o y las punas de Ulla Ulla ~~saran a d~pender de esta nueva_provincia. Diez meses despues, la provincia I..arecaJa es nuevamente diVIdida y el area Hamada Charazan1 pasa a depender de la nro~VJ·tnc1 Mutiecas. En 1908, es transferida ala provincia Camacho. Finalmente en 1948, Charazani con
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nos permita comprender las lfneas generales de Ia subpoblaci6n tributaria compuesta por entre 18 y 50 aiios que aportaban su fuerza de trabajo y pagan tributos al Estado boliviano ,.."", de su ciclo fiscal. De alguna manera, se trata de observar cult! es Ia dinlimica demogrlifica Ptocon los flujos migratorios estacionales que los medicos realizan a lo largo del aito. tC6mo se
bllawaya del cuidado de sus tierras, de sus animales mientras ellos recorrian el continente? Ia familia que pennanecfa en sus ayllus aseguraba el pago de Ia contribuci6n? tQue rol agregados que ocupan tierras de los kallawaya? A su vez, lC6mo son caracterizados los ..."'v en un habitat disperso y fracturado sucesivamente por los administradores de Ia en la primera pane exploraremos las fuentes fiscales y catastrales de Ia reconstituir un fragmento de Ia historia demografica de esta poblaci6n. E1 ;ru~ues kallawaya necesitan de las fuentes, las cifras y el """'", reivindicaciones territoriales. Recutrdese que el pais esti ofrecer seguridad jurldica a
En la segunda parte, exploraremos el tema desde los ayllus que tienen una continuidad hist6rica de larga duraci6n. De alguna manera estos ele1nentos cuantitativos sobre la subpoblaci6n tributaria permitinin evaluar el peso demografico en el pago del tributo al estado boliviano. Me anima tamb ien el hecho de detenerme en las categorias fisca les q u e disc rim inan a los t ributarios en originarios que tienen derecho a tierras por haberlas heredado de sus antepasados, m iembros a su vez de linajes de un ayllu, y agregados que pueden tener o no tierras, pero que en algun m omenta de su his to ria migratoria h an decidido residir en un ayllu y adscribirse com o miembros despues de pasar muchos cargos, servicios y obligacion es. Volver a mirar la division de los pobladores en originarios y forasteros no tiene un fin unicamente hist6rico,
sino m as bien , esta preocupaci6n se inscribe en el deseo de traer a colaci6n reflexiones acerca de la funcionalidad de estas categorias que siguen organizando y discriminando a los individuos como poseedores de una identidad propia. De h echo , en las ceremonias anuales los «taseros », es decir aquellos que descienden de quienes han pagado tributo y pertenecen a los linajes en el seno del ayllu , siguen teniendo un lugar preponderante. Lo que significa que categorias del siglo XIX siguen vigentes en el siglo XXI, a pesar de la abolici6n del tributo. Pero, asi como existen categorias socio-fiscales que funcionan en el seno de los ayllus, tambien hubo denominaciones que emplearon en el pasado para caracterizarlos en muchos puntas del continente, algunas de las cuales siguen vigentes Y han conducido a mas de un mal entendido acerca de la identidad del kallawaya y su discriminaci6n negativa. De ahi, el interes de presentarlas en el marco de una reflexi6n sobre el problema de las categorias y la identidad.
El mgrcso ftscal del estado bolivtano dcpendta' en gran mcc1tda dc1tnbuto l , D na tcndencta de los .funCionarios encargados~ de 1u.., 5 tnspecuoncs f1scales me, tgena e aht que ex1st16 d U 1 labordcton de los regtstros. Sin embargo las fug 15 err . ' guar ar uerto ngor en \a · " • ores Y omtstoncs en much db e bten a las estrategias que uulizan los contnhuycntes kallawa . d os casos se e en mas 1 1 ' ) a parae u tr a pesad,\ carga de 11 b Por esa raz6n. cs unponante " contn . . considcrar las condtctones dt'~> t:'lah ~ oracton de los datos Aunque c t ucton. algunos penodos d tsposiciones rigurosas acerca de las mod d d d xts en para 1 . . a I a es e regtstro y t:ont ro\ se aprecta ' los functonanos loca Ies 1n1pnmen su. sello descu1 . dar e1 «esmcro que . personal en los registros. S ~ tn y rcctnud que . apareccn . en sus Ial)Onosos procedtmtentos». Para ' ' tener un cont ro1de 1asCI·rras que ofrccemos, cruzamos d1versos upos de ~~cumen_tos. Desdc los padrones, revisnas. catastros hasta los infom1es acerca de los estados de poblaCion, escntos en l~omentos de in1ponantes cnsis demograhcas. Esa ha sido \a unica manera _de Lener un co~trol sobre Ia 1nfon11aci6n. Vcamos mas en detalle c6mo evoluc1ona la sub oblaci6n Lributana en Charazan1 y Curva. P
Tributaci6n que evoluciona La posibilidad de reconstruir Ia evoluci6n tributaria de Charazani desde e1 siglo XVI hasta el XIX es factible gracias a Ia existencia de fuentes de can1cter fiscal 1• Se debe a Saignes el haber registrado cifras para el periodo colonial que empezaria en 1549, daria un salto en 1575, 1683, 1797 concluyendo en 1817. En cambio, hemos reconstruido la evoluci6n tributaria republicana solo en base a datos ineditos de archivo que se reparten de manera imperfecta: 1832, 1842, 1843, 1845 6 1846 y1848. Nuevamente da un salto a 1857 para reiniciar el proceso en 1862, 1865, 1867, 1869, 1871, 1877, 1881 hasta 1883. A partir de 1817, la cantidad de tributaries tiene significativa importancia ya que ese afio la subpoblaci6n tributaria crece en mas de 150 °/b respecto al ultimo registro de la visita de 20 afios antes, es decir 1797. Lo que significa que los tributaries de 309 registrados en 1797 pasan a 875 en 1817. Es dificil interpretar este incremento, posiblemente se deba a problemas ligados a registro de la poblaci6n m6vil. Pero en todo caso, extrafla la cifra, pues es un momento especial en la historia, debido a que los kallawaya se hallan inmiscuidos en los problemas armados de la Republiqueta de Larecaja. Curva no posee por el momento, referencias ace rca de datos coloniales y debemos confonnamos con las matriculas reglamentadas por las leyes republicanas. En 1831 e~ten disposiciones de empadronamiento indigena. La poblaci6n de Curva de acuerdo con los datos de las revisitas no pudieron sobrepasar lo~ 427 tributarios, mientras que el punto mas bajo se registra en 1868 con 251 tributaries. Se puede presmmrque..·c,..,,
existiera un problema de registro de contribuyentes. Seg11n la revisita de 1832 existian en Charazani 808 tributaries yen Curva 324. De todos ~. son originarios y 504 agregados en Charazani, mientras que 32 agregados Y 292 originarios hacen el total de 1.132 tributarios para el mencionado afio.
En 1842, que se presenta una baja: existlan 716 tributarios en Charazani de los que 365 en
..•,.A
Y351. Carecemos de registros de la cantidad de tributaries que habia en Curva. En'-'&& representan 50.98 % eriginaries y 49.02 % agregades. Mientras que en 1 que habfan 456 eriginaries tributaries y 372 agregades. En Curva"'J"' hacen totall.202 tributaries para ambos
. . aa•aai
'b de los . . que 382 eran originarios y 16 agregados que hace un total de 1180 tributaries exlstwn 398 tn utanos para csos alios . . . . _ . . · · porce ntual de la poblaCI6n tnbutana de Charazani en el menCionado ano Ind1ca que estaba La rc lac10n compuesta por 57 .80 crc0 de originarios y 42.20 °;0 de agregados que representan el38.31 °!0 de tributaries 27 97 0J.0 de agregados para el total de ambas poblaciones. Curva presenta el 95.98 °;0 de la ~~ . , . . . ongmanos ) . •
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poblaci6n originaria y 4.02 °;0 agregada lo que equivale a 32.3 7 0}6 de la poblaCion onginana y 1.36 % agregada para c1 total de la poblaci6n tributaria de pueblos. Hasta esta fecha el numero de originarios era superior y mantenia la hegemonfa en los principales pueblos. En 1848, la situaci6n comienza a cambiar, pues los agregados van aumentando considerablemente hasta 1858 en Charazani. En Curva siempre existi6 resistencia a la sub-poblaci6n agregada. En 1848 Charazani tenia 793 tributaries de los cuales 3 70 era originarios y 4 23 agregados, por su parte Curva registra 341 tributaries originarios y ningun agregado. La poblaci6n en Charazani estaba compuesta por 46.66% originarios y 53.34% de agregados equivalentes a 32.63 °!0 de la poblaci6n originaria y 37.30
% agregada del total de la poblaci6n tributaria de ambos pueblos, la poblaci6n originaria de Curva representa el 30.07 % del total de tributaries. Segun los datos de la revisita del aflo 1857, Charazani cuenta con 585 tributaries de los que 395 son originarios y 190 agregados representado 6 7.52 °!0 y 32.48 °;0 respectivamente del total de la poblaci6n tributaria de Charazani. Curva presentaba 275 tributaries de los que 213 era originarios y 62 agregados representado respectivamente 77.45 % originarios y 22.55 °;0 agregados. Charazani tiene 45.93 % de tributanos originarios Y 22.09 de agregados, Curva presenta 24.77% de originarios y 7.21 °;0 de agregados sobre el total de la poblaci6n tributaria de ambos pueblos. Paraelanol8581 · · - · a reVIslta uniCamente presenta datos de Curva, censandose un total de 343 tributaries de los que 253 (73.76 %) son originarios y 90 (2.24 %) son agregados. En la revisita de 1862 Char · · 408 · · · . , azani tenia onginanos y 295 agregados que suman 703 tributaries 1d 1 bl · · · · equ1valentes al 58.04% y 41 96 9t0 d 1 . · e tota e puc o. En cambio Curva tiene 32 ong1narios y 13 agregados eqmvalentes a 96.23 % y 3 77 °tf0 L ·b · · · · · os tn utanos ong~naros de Charazani equiYalen a 38.93 °/o y los agregados a 28.15%. Los originarios de Curva . . 1 31.68% mientras que los agregados, ell.24% del total . . representan e d e tnbutanos de ambos pueblos. En 1867, Charazani tenia 614 tributaries d l . . . Curva registra 251 t ·b . . . . . e os que 4 32 eran onginanos y 182 agregados, por su parte, n utanos onglnanos y ningun agreg d h . d en Charazani era 70 3 6 o1c d . . . a o, aoen o en total 865 tributaries. La poblaci6n · o e onginanos y 2 9 64 ott0 de a d . ._ originaria y 21.04 o!c agre d d · grega os equiva1entes a 49.94 °;0 de la poblaCion o ga a e1 tota1 de 1a poblacion t 'b t . d b de curva representa el 29 02 o;10 d 1 . . n u ana e am os pueblos, la poblaci6n originaria · e tota1 de tnbutarios La estructura del pueblo de Curva durante todos 1 . conformada por: Ayllu Hilarun A ll os anos en los que se han rcgistrado re\'isitas estuvo ca, Y u Sullca A 11 r 1·1· Arcaguana, Ayllu Humo Ayllu San h. A ' Y u lnguaya, Ayllu Chullina, Ayllu Chuata, Ayllu ' ac l, Y11u Calaya Avllu c - h d e Curva. ' 'J ano uma, Ayllu lturunca y cl propio pueblo
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Me IJaman Kallawaya · Hemos v1sto en tonces , que internamente en los ayllus, los kallawaya, en cierta medida hasta..hoy, se hecho, cada fam1ha. sabe reconocen como I·nclt'\r1·duos descendientes de originarios y de agregados. . De . . oue pertenecieron en el pasado a los ongtnanos. Lo que pemnte, en exactamente cua· Ies son las tierras c. 1 . . . . · esta memoria son las ceremonias en las que los descend1entes de los ong1nanos c1erto sen t'd 1 o, g.,u.,rclar ,~ . ._ . . ocupan un papel preponderante porque fueron ellos quien~s recib~eron la transm1s1on de lo.s conoc1m1entos 1nedicos de sus antepasados. Hoy en dia se produce un fenomeno 1nverso. Son los descendt~n.tes,_agregados y forasteros, 1nuchos de ellos recientes, los que asumen la identi?ad de los kall~~aya y s~ re1V1nd1can como tales, n1ientras que los descendientcs de los originarios se ded1can a otros oflc1os en d1versos puntas del pais, habiendo dejado sus tierras de origen, practicamente al abandono. Ahora bien, una vez fuera de los ayllus estas divisiones entre los kallawaya no eran perceptibles por todos los grupos sociales. Suponen1os que los vecinos de Charazani las conocian, pero mas alla del pueblo no. Se podria pensar que pasaban simplemente a ser conocidos como kallawaya. Sin en1bargo, lo sorprendente es descubrir que su figura es altamente compleja a ojos de extraflos. De hecho, a lo largo del siglo XIX, el kallawaya fue estudiado como si se tratara de un «mito de origen» 1. Los especialistas sc prcocuparon antes que nada y sabre todo de la etimologia del termino, formulando las hip6tesis mas variadas y encontradas. Ciertos investigadores influenciados por sus conocimientos de la lengua aymara, vincula ron el nombre con palabras que asociaron al qolla y huaya que en su traducci6n seria el equivalente de «portadores de la medicina herbolaria». Esta acepci6n ha sido muy difundida y aceptada porque a lo largo del siglo XIX se pens6 que los kallawaya eran un grupo de origen aymara. Es mas, se ha vinculado por el nombre a los Qolla, habitantes de un seflorio de vecino. Las investigaciones etimol6gicas que han sido multiples han conformado un conjuntos de datos que no vale la pena evocar aqui, porque es muy desigual en cuanto ala profundidad de los argumentos esgrimidos. De alguna manera, ese debate ha impedido plantear la tematica en terminos hist6ricos. Por esa raz6n, nos propusimos la tarea de recopilar las designaciones y nominaciones en el tiempo, afin de ver el sustento que pueda tener la identidad kallawaya. Siguiendo los datos anteriores, comprobamos que se les atribuye las mas diversas y contradictorias d~n~minaciones de las que fueron objeto en diversos mementos de la historia y en espacios geograficos dtsttntos a lo largo del contienente. Se comprueba que ciertas designaciones estan relacionadas a la utilizaci6n de plantas propias de su entorno geografico. A inicios del siglo XIX, en algunos paises como en Ia Argentina los Haman yunguclios porque Ia farmacopea que manejan en Buenos Aires es lo suficientemente exOtica como para generalizar su procedencia Y es J. ustament · 1 · d · e por su presencia en e p1e e monte que muchas veces los Haman Chunchos. Lo cual nos conduce a repensar las designaciones etnicas mas tempranas en zona. ·bl En 1884, los llaman Calaguaya . , post emente tenga que ver con la planta denominada Kalaguala que es un remed1o muy eficaz cont 1 f b · 1 d · ra as 1e res trop1ca es, epuranvo y anti-inflamatorio que estos indigenas se encargaron de aplicar a lo largo h d 1 . , Y anc o e conttnentc. Es una planta trepadora peligrosa al recoger pues generalmente crece lo largo de 1 t· d. ' os an Iguos muros 1spersos por el campo, donde muchas veces puede ser . f con undida con un helecho S0, 1 l . k II . .. · o e OJO experto a awaya la 1dennf1ca en sus variedades y la recoge teniendo
Inucho cuidado de no destruir la raiz que cs cl clcmcnto escncial para la medicina. La Kalaguala crece en la actual provincia, pcro existen plantas que es neccsario ir a buscar hasta las tierras de Camata en la actual provincia Muflecas, espacio que ha sido una prolongaci6n natural de los pueblos kallawaya. Por esa misma raz6n desde mediados del siglo XIX en algunas ocasiones los Haman Camatas. A principios del siglo XX, debido a la importantc presencia de la quina en el mercado, los kallawaya son denon1inados Callisayas en el Peru, debido ala fama que ya tienen acumulada por las curaciones realizadas con esta planta. Pero, mas alia de las especificacioncs, en la Argentina y el Brasil los Haman Callas por los rnedicamentos que cargan o simplemente porque viven cerca de los pobladores peruanas que en tiempos prehispanicos eran denominados Callas. Sin embargo, lo que predomina es la expresi6n hombres-medicina para connotar claramente su papel social. Otras denominaciones tienen que ver mas bien, con su aspecto fisico. Por ejemplo, hasta aproximadamente 1922, llevaban el cabello largo que era recogido en un mono, raz6n por la cual los llamaron Mofwnes. En otros medias es la infaltable balsa la que los hani ser denominados Qolla Kapachayuh. Pero, sea cual fuere el nombre que les atribuyen a estos medicos bolivianos, percibiendolos como indios raros par la enorme capacidad para: arbitrar disputas, proveer brebajes de amor, exorcizar, encantar y dar sabios consejos. Uno de los aspectos mas problematicos para caracterizarlos ha sido su conocimiento de varias lenguas nativas. Por esa raz6n han sido confundidos con medicos tradicionales que culturalmente responden a otros sistemas. Par ejemplo, son llamados en lengua aymara como Amautas, Yatiris y Collins. En conversaciones con los kallawaya se ha comprobado que todavia guardan memoria de algunas designaciones, par ejemplo ]ampiri, Tatayunca y Kamili. Ellos afirman que en los ultimos veinte afl.os se ha impuesto la nominaci6n de kallawaya como unica designaci6n para afirmarse ante los otros medicos tradicionales.
NOTAS 1
-Marc Bloch. Apologie pour l'Histoire au Metier d'historien. Paris: Armand Colin, 1949.
sabios consejos. Uno de los aspectos mas problematicos para caracterizarlos ha sido su conocimiento de varlas nativas. Por esa raz6n han sido confundidos con medicos tradicionales que culturalmente ~~ otros sistemas. Por ejemplo, son llamados en lengua aymara como Amautas, Yatiris y Colliris. En conversaciones con los kallawaya se ha comprobado que todavia guardan memoria de designaciones, por ejemplo ]ampiri, Tatayunca y Kamili. Ellos afinnan que en los ultimos veinte aflos se impuesto la nominaci6n de kallawaya como unica designaci6n para afirmarse ante los otros tradicionales.
NOTAS 1 -Marc Bloch. Apologie pour l'Histoire ou Metier d'historien. Paris: Armand Colin, 1949.
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REPUBLICA Afiche que promueve la participaci6n boliviana en feria Universal de 1889
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Vista general del pabellan na.ciamal en 1a Exposioion Univenal de Pa.ris
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l'Exposition Universelle de Paris y la participaci6n kallawaya
La abundantc Jitcratura accrca de Ia participaci6 n de los kallawaya en la Exposici6n Universal realizada en Pans entre 1889 y ] 891, se encucntra polarizacla en dos posiciones predominantes. Unos que sostienen
que si hubo alguna, estuvo destinacla a ronalcccr el rnito sohre este grupo en el pais. Los otros, que sin animo de engrandccer a los kalla\vaya, sitnplemcn te escribieron algunas notidas dispersas sabre el aporte concreto que estes hicieron al pabel16n boliviano al enviar una serie de plantas medicinales, tint6reas y alirnenticias existentes en el pais. Sin etnbargo, permanece oscura la significaci6n de este envio y posterior in1pacto en Ia exposici6n. De ahi, surgen las siguientes interrogantes: (En que medida el desplazamiento de las «muestras del1nundo natural» desde territorio kallawaya son parte integrante del mensaje que el pais dcseaba transinitir en la «solemne fiesta de la civilizaci6n»? (Cual es el justificative para reunir «muestras deltnundo natural» kalla\vaya manejadas por los indigenas que las elites «ilustradas» despreciaban hasta la repugnancia? Sabemos que una parte importante de la elite empresarial minera tuvo tambien un activo papel en Ia prcparaci6n del pabell6n: (Cual fue su importancia, si se la compara con las representaciones que hicicron otros sectores mineros del mundo? (Merece que a todo esto se le conceda una consideraci6n particular ala luz de un reordenamiento politico-econ6mico profunda que vivia el pais? Y finalmente, (Cual fue ]a rcpcrcusi6n real de las «muestras del mundo natural» entre el exigente publico frances? Al explorar especificamcnte la preparaci6n, el montaje y presentaci6n en este importantisimo evento universal deseamos silnplemente comprender el impacto concreto que tuvo en la construcci6n del ciclo de credito kallawaya para entender la inversion posterior que estos hacen de ese evento. En este capitulo sostenemos la idea que los kallawaya habian logrado acumular hasta 1888 un volumen de capital simb6lico y cultural que era disponible por el grupo. Entendiendo ese recurso -en tem1inos de Bourdieu- como un conjunto de recursos (poderes) efectivamente utilizables. Es decir, la suma del capital econ6mico, cultural y simb6lico que detentaban. Entre 1887 y 1888 al calor de la agitaci6n de las elites pacenas y el respaldo presidencial de Aniceto Arce (1888-1892), se despliegan multiples redes en tomo a Comites departamentales en el territorio para colaborar en la obtenci6n de «muestras del mundo natural», reunion de colecciones y transformaci6n. Uno de esos Comites -en consulta con intelectuales pacefiosdecidi6 solicitar a los «desconfiados, huraflos y tan reservados» kallawaya que aporten sus conocimientos en la identificaci6n de plantas tint6reas, medicinales y comestibles que ellos sin duda «conocian a fondo» para que sean expuestas en el pabell6n boliviano de Paris 1. Se trataba de una oferta entendida por los kallawaya simplemente como un sobreanadido a todo el cu:nulo de prestigio, autoridad que poseian, pero tambien un reconocimiento ala practica de una «ciencia pnvada» · Esta es la primera referencia documentada del encuentro con los agentes bolivianos de la ciencia colonial quienes resienten el celo, «egoismo» y hasta cierta «ojeriza con el blanco», puesto que establece
Tabla 1: Series c./e prestamos de/ comitc para e/ Pabe/16n boliuiano
Tabla 2: Los gastos del Pabellon boliviano de acuerdo a las grandes inversiones
Gral. Daza 6,1% Arquitecto 2,9% Victor Farfan 6,1% lnstalaci6n 1nterior 14,3%
Jose Caso 6,1•1.. Decoraci6n exterior 2,9% FranCisco Suarez 12,2"1.
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Escritorios y personal 2,1%
FranCisco Argandoiia 24,4"1. Sueldos de guardianes 4 ,3% Alejandro Devez 12,2%
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Augusto Desprez 12,2% Conde de Artola 12,2% A . Granier 2,4"1. _ Manuel Argandoiia 6,1%
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lmprevistos 14,3% Premio Concurso 2,1%
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Fuonto: Elaboroc/6n prop/a fill twso nl Arctlfvo dol M '" tono
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Tabla 1: Series de prestanzos del comite para e/ Pabe/lon bo/iviarzo Gral. Daza 6,1°/o - - - - - - - - - -Victor Farfan 6,1% Jose Caso 6,1 o/o Francisco Suarez 12,2°/o
Tabla 2: Los gastos del Pabelfo,z bolivia1zo de acuerdo a las grandes inversiones Arquitecto 2,9°/o
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lnstalaci6n interior 14,3o/o
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Decoraci6n exterior 2,9°/o
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Francisco Argandoria 24,4o/o - Alejandro Devez 12,2% _ ___; Augusto Desprez 12,2% _ _ __....:: Conde de Artola 12,2o/o - - - - - - - - - - - - - - - _ _ _ J A. Granier 2,4% •
Manue1Argandoria6,1% -----------------------~
Escritorios y personal 2,1 °/o Sueldos de guardianes 4,3°/o lmprevistos 14,3°/o Premio Concurso 2,1 °/o Construcci6n 57,1 o/o
. e 1 lJ no para c 1cg1·r c1 1oc,t ~- 1, .-LtSt'tmentc ll1U)' cerca de una de las atracciones de cse rnon1ento· 1a reconoc16 ., · 1 , · cS I . 1 ·r :.J t':'llclltO j)ara 1)rO)'CCtar Ia construcc1on y llevarla. a cabo con un grupo torrc T::··rr 1 1C . 1am 1)Jen sc 1o e og1o pt1 e ,, . d r · 1 1 · el \"ca s en clct 'tlle las ca racterisucas externas e 1nternas del pabellon 1110 e pro,cs1ona 1 es e mas a to n1v . ' d
boliviano. El interior del Pabcll6n Boliviano
El pabellon boliviano estaba situado en primcra linea entre los edificios hispanoan1ericanos, justamente a Ia clerccha de Ja Torre Eiffel que para su tiempo era percib1da como una «construccion pintoresca, practicnmentc sui gcncris». Pero mas alla de su excelente ubicacion, lo que llamaba la atencion era el edificio en sf 111 ismo. Sc trataba de un elegante y atractivo pabcllon con un cuerpo principal coronado de un cupula y 1in1itado en sus :Ingulos por cuatro torres doradas que llamaban forzosamente la atenci6n de los visitantes. Estaba acon1panado de un edificio no menos i1nponente que servia de anexo donde se ideo la construccion de una galeria de n11nas argentiferas. Segun la opinion del estudioso boliviano Manuel Vicente Ballivian (1848- 1921), cl pabellon tenia un «estilo especial que recordaba mucho a los modernos edificios bolivianos», pero sin precisarnos exactamente los elementos que a su juicio eran representatives del pais14 . Todo esto influyo en la evaluacion hecha por los miembros de la delegacion espanola, quienes fueron atraidos por la estructura que no era ni de hierro, ni de tierra cocida, como la gran mayoria de las construcciones de los edificios hispanoamericanos presentes en la exposicion. Mas bien, su arquitectura y la calidad del material empleado dejaba establecida su elegancia, la cual era aun mas visible en los dos pisos lujosamente decorados 15 . El gobierno boliviano decide presentar al pais «con sus productos y su modo de sen>. De tal manera que se impide entrar a la consabida exposicion a los objetos curiosos y raros. Tampoco se podia presentar la industria, porque se sabia que esta estaba en estado embrionario en el pais. La posicion oficial fue la de conseguir objetos de excelencia y de calidad. Al respecto sostenian: «muy bien puede suceder que un producto de inferior calidad sea preferido a sus similares de superior clase por otros motivos. El precio, el peso, el color y mil otras particularidades, pueden decidir la preferencia de un articulo sobre otro superior. Por esa raz6n, consideran que es un error enviar solo piedras ricas o colecciones especiales. Mas bien optan por mostrar la variedad aunque aparezcan a primera vista de poco o ninglin valor. justamente por esa razon se llego a enviar el borax, que comenzaba a ser bastante requerido . .Se insist~ria en los productos de caracter alimenticio porque la preocupacion es gcnerar una mejor c~h~a~ de VI~a Yun abaratamiento de los costas. La presentacion de variedades vegetalcs tiene un caracter d1dacnco, ev1denciar la diversidad ecologica del pais y sus potencialidades.
En el interior de las salas AI ingresar, se encontraba el primer hall y su gran Ctlpula rodeada de una galcria alta, todo lLuosainrnte adornado con hermosas pieles y prof · , d b d l 1 ·1 · _ . us1on e an eras c e pms. Todos los productos agncolas y s1 vesnc~ as1 como los Industriales se hallaban alli reunidos. La segunda sala adornada enterament . I I c -'d . . , e rcservac a a a ompama Huanchaca se habw convert I o en un,l de las pnnC1pales atracciones ·Que 1 . · 1 1 · , l · L · es o que concna Ja a atcnCion? Sobresahan cnonncs bloqucs t c
• . mincmles, bmTac:, y pn1as de plata, toclos los prod uctos y residuos del t. t . . • r' _ ra an11ento mela1urg1co. Magnificos JC\IStas y fotografws con1plement·lban ur1 c · db . Pianos, numcrosas , . . ' OnJunto que a a una 1dea cabal de la . imponancw de 1a cn1presa. Un VISHante ser1al6: «Alii est{m los nlineral b . _ . . es en ruto , 1as 1)arras y p1nas de plata talc.s cualcs vtcnen a Europa, las Vlsta.s de Ia mina Y cl establecitniento, los pianos y datos estadfstkos, -· H todo en fin lo que puedc dar.a.conocer la nqueza de la Con1p·,1n1·a>> . La Co n1 panta uanchaca «ha hecho un notable csfu~rz~/ su e~posiCion.de las nlas notables, corrcsponcle allugar de honor que se le ha senalado en cl Pabcllon» · Scgun el Presidente del con1itc boliviano fue «la parte que rnas interes6 al publico» , consecuentemcnte fue la mas concurrida.
Se contruyo tambien un anexo con un d1oran1a zool6g1co donde, en el claro de una sala se colocaron mas de 400 ejemplares de aves Y reptiles, prcsentados de tal modo que aparentaban ser reales. Luego, habw dos salas separadas por una reproducci6n de una galerfa minera que con tenia las muestras de los principales mineros Ycompanias de explotacion. Tambien, en otro amb1ente agruparon «curiosidades y antiguedades de los Incas». Alli, concentraron los objetos mas curiosos y dihciles de identificar con los inventarios por las vagas caracteristicas de los mismos. Por ejemplo, se menClonan varias momias de 17 Omasuyu, Pacajes y Ulluma . Estas pertenecian ala colecci6n de los senores Guzman y Santibanez. Estas mom1as ten1an la caracteristica de tener en los ojos piedras semipreciosas que constituyeron otra de las atracciones importantes, al extrema de figurar entre las novedades que la prensa francesa publicita en sus comentarios sobre el pabell6n 18 . Finalmente, en las galerfas superiores de la sala se expusieron las colecciones de los senores Bernal y Rocha. Se trataba de piezas arqueol6gicas que fueron encajonadas en alrededor de «50 bultos» 19 . Ademas de fotografias de las principales ciudades de Bolivia, publicaciones y obras imprcsas en la Republica y rnapas del relieve de los Yungas.
La mineria, una atracci6n Momenta importante entonces para presentar piedras de minerales argenuferos que variaban en riqueza entre el 5°ft> y el 75 °ft> de metal preciosos. El mas notable fue un enorme bloque de rosicler perfectamente cristalizado de un peso de 140 kilos que contenia 40°ft> de plata. Esta magnifica pieza es conocida como: Sol de Colquechaca 20 . La pieza brill6 en toda la exposici6n, convirtiendose en una de las principales atracciones a nivel de toda la exposici6n en Paris. Al extrema que el Embajador de los Estados Unidos de Norte America, pais que en ese momenta era el primer productor de plata en el mundo, invito a los representantes de la Campania a exponer en su pais~ invitaci6n que fue rechazada por los expositores, quienes rapidamente se ocuparon de recoger los minerales especiales, particularmente prestados para el acontecimiento.. · · · R bl. h 1 t b1smuto· D1versas companfas mostraron minerales, por CJemplo, Don Ennque osen It. 'e es ano Y _ ' mientras que Blondel y Campania, de la ciudad de Oruro, presentaron enormes mincrales.~rgenufe:os_- El senor Avclino Aramayo de Tupiza cristalizaciones de bismuto que llamaron mucho la atenClon del pu~hco. ' - es en concreto e1mensaJe · que pretende entregar la mineria bolivrana? · Pero conv1ene preguntarse: LCual · · · 1 b. · el esplendor argcntifero es rnostrado La arqunectura . . lo dice todo y la prensa pans1na o expresa muy Ien. en ban·as, en bloques, en minerales. En el pabell6n se exponen muestras con valor supenor al n1cdio
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fra~c:~~formaci6n prcscntada dej6 duro al visitante que las minas Huanchaca y Pulacayo eran el centro dde
d b ineros y mantuvo largas y costosas VIas e h Cornpaflfa Huanchaca, la cual sc encargo e a nr can1pos m . R , d ' ecuer comunicaci6n porquc no cxistian mcchos de transportc a1tet·na t.1vos (canales , nos , n1 carreteras). C _, ese, cue en esa epoca los can1tnos carreteros eran poco menos que desconocidos en el pai:. La omp.anla, uso l;s motores hidraulicos y de \·apor, se hicicron costosos estudlos para descu~r~r un met~do a~ro~lado ~ara cl beneficia de los n1ctales. Claro, toda csa informacion respaldada con estad1suca de~~ s1tuaoon flnanoera. Asi sc afirmo que en cllapso de 16 a.flos de existenoa cumplida en 1889, la Compan1a Huanchaca fue una ' bolivianos, , con un provecho de 20.000.000 _ . . de los. cuales se habia empresa que tuvo una gran ren tab 1hdad rcpartido entre sus accionistas 17.000.000 bolivianos. Adcmas habw una ex1stenoa de oento cuarenta y cinco millones de francos en reserva. Ademas de la cantidad de informacion expuesta, la Compafiia Huanchaca tuvo la idea de mostrar las condiciones en las cuales se trabaja el mineral para introducir a los visitantes en el mundo de la interior -'
L
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.
m1na.
El interior mina Se construyo una reproduccion exacta del Tunel de Pulacayo, que fue una afamadisima mina desde tiempos coloniales, conjuntamente con: Colquechaca, Aullagas, Guadalupe y Real Socavon de la Virgen. Para construir la galeria fue necesario llevar a Paris 25.000 kilogramos de minerales. Atravesando el corredor, en un lugar preponderante estaban los minerales que ganaron premios de oro en la Exposicion de Barcelona. Sobre la base colocaron barras de pifia de plata que pesaban 6.246 marcos. El publico al ver los minerales en cantidades asombrosas, pudo palpar la ingeniosidad y poder de la Compaii.ia Huanchaca, que fue capaz de colocarlas en los primeros ranges del mundo, a pesar de estar dificilmente conectadas con costa 600 kilometres de distancia del puerto mas cercano , de carecer de yacimientos de carbon de piedra en sus inmediaciones y de poseer escaso combustible para asegurar los niveles de produccion. En todo caso, supo veneer esos escollos, emprendiendo en 1886la construccion del ferrocarril de Antofagasta, que atravesaba una altura de 4.600 metros encima del nivel del mar y que llegaba hasta Huanchaca, recorriendo una distancia de 649 kilometres. Entre las dificultades que pudo veneer para la ejecuci6n de ese ferrocarril, esta la del rio Loa, para el que tuvo que idear la construccion de un puente de 266 metros de largo por 112 metros de alto. Al mismo tiempo, presento el proyecto que estaba llevando a cabo del suministro de agua para las necesidades del ferrocarril, lo cual significaba la construccion de una cafieria de hierro que tomaria el agua en el rio San Pedro que esta a 3.500 metros sobre el nivel del mary recorreria una distancia de 314 kilometres hasta llegar a Antofagasta. En todo caso, l'Exposition Universelle constituia una ocasion preciosa para captar inversores en una coyuntura altamente favorable para inyectar capital extranjero en la mineria del pais, sin vislun1brar que todas las dificultades vencidas a partir de la realizacion de obras, quedarian irremediablemente pcrdidas con la cri · · · · , - d · s1s que se 1n1oana cuatro anos espues de presentar una 1magen de prosperidad que era la envidia de muchos.
Febnfugo, t6mco Aromatico
~00 Depurativo
Plaora
Re.olutivo, ~ Chenepodium ambrosioides
Aromatico
Pneumatosis, colerina
ScorJiu• montanum
Pectoral
~
Mikania guaco
Calmante
Alum
Emmulante
rcor
Antfdoto para las monleduru de vdx,ru
Brytroxi/on coca a... Sak;a (!J'Illl varietlml) Dorstenia drakena
Anestesico, digestivo
Gastritis,
Cordiale.,
Piai.-
SJanum anguivi
bqant., JWC6tico
Cistus resiniteru
Balsamico
Astringente
Espectorante, calmante
gastralogias,
Disenteria, picadura de inlectol
Gastralgia&,
Lista e plantas me icinales nativas presenta a por en a xposition Universe 7e e Paris, 188 Espaiiol
13otanica
Tcrapcutica Diafor~tico, cmoliente
l~luxiones de la cara
Estirnulante, carminativo
Dispepsias, gastralgias
Calmantc, balsamico, t6nico
Pneumonfas, rcumatismo
Kjo1a
Sa nco
Kkoa
Poleo silvestre
Kkota
Yareta
Sambucus peruviana Mentha pulegium Gfebaria bo/ax
Kkuru
Tabaco cimarron
N icotiana pannicufata
Calmante
Rcumatismo
Kota purina
Splzace/;a?
Estimulante
Abortivo
Kutu-kutu
Resolutive, cateretico
Infarlos glandulares
Purgante, emenagogo
Dismenorrea, aciti_
Lankju-laphi
Zabila
Epi/ob;um tetragonium Aloe vulgaris
Lokoto
Rocoto
Capsicum grossum
Estimulante energico
Condimento
Likki-likki
Tusdago
Tussilago /ar/ara
Pedoral demulccnte
Pneumonfas
Makanguayaca
(Especie de leg.la)
T 6nico, antiperi6dico
Fiebres intennitentcs
Marcu
Arlemisa vulgar
.Artemisia vulgaris
r:menagogo, venn.lfugo
Amcnorrea
Matejllo
Hoja redonda
H ydrocotyle vulgare
Estimulante
Afecciones del lugado
Matico
A mbaivilla real
Piper angusti[olium
Astringente, alterante
Hlenorragias, leucorreas
MJlu
Alumbre
Astringentc
Anginas
Misikco
Arnica salvaje
Arnica brcvicaulis
Rcsolutivo, estimulante
Contusiones
Mokoya
Bacarida
Resolutivo
Equimosis, contusiones
Mu1li
Turbinto de America
Baccharis m9koya Sclzinus moUe
Resina terebinh1cea
Caries dentaria
Pai1o
Ceniglo
Chenepodium anthelminticum
Vennffugo
Lombrices intestinales
Pumakachu
Ratania
Kramera triandra
Astrin~cntc, hemostcitico
Diarreas, hemorragias
Rokke
Espino. Jabon
Colletia spinosa
Rubefaciente
Base de saponina
Sacha
Isates
I satis corniculata
Astringente, t6xico para los peces
Disenter:fa
Sa.kcarara
Uanten
Plantago lanceolata
Oiuretico
Conjuntivitis, lencorreas
Sanu-sanu
Consuelda menor
Consolida mfnima
Astringente, (lepurativo
Lencorrea, metritis
Oepurativo, calmante
Enfermedades puerperales
Febrffugo, purgativo
Estrefiimiento de los nifios
Sasahui
Sik1i
Achicoria •
Chicorium intybus •
-
., ,J I . :::, 11.: 1-: 1
Achicoria ., . l a~1a peruana
Thajo-cl1ichi
"'e rf ugo, purgalivo
Clzicorium intybus Cassia /acata
A stringenlc, {lctcrgcnle
Estomatitis
lvfimosa /era
Astringentc
Conjuntivitis, nefclios
Espectoranlc
Bronquitis
Thola
Thuj~a-tlmj:'a
Belcno
}{yoscranw s n i gcr
Calmante, seclantc
:\ euraleia~
Tiqu iltiqu il
Lilospermo doble
Litlzospi.!rmum dic/zotomum
Diuretico
Blenorra~ia, calarro vesical
Tonko
.Mais en ~rano
lea mays
Diuretico (los estigmas)
Enfermedades
Ttajsabui
Capuchina
TropCleolum majus
Astringenlc, ntbefaciente
Gingivitis, cfelide:;
Tuhui
Frcsadilla
Bacclwris obovata
Aromatico, diaforctico
Reumatismo
Tunta
Cllllno blanco
Solanum tuberosum
Faculento
Excoriaciones, grielas
Tutuma
Calabaza arb6rea
Crescentia cujete
Pectoral
Afecciont>s pulmonares y hepaticas
Ulupica
Garniquita
Capsicum minimun
Estimulante, aromalico
Condimento
\illca villca
Zumaque
Rhus coriaria
Estimulante, afrodisiaco
Esterilidad
Yoroma
Zumaque resinoso
AylantllUs americana
Balsamico, cslornulario
Astralgias, cafelalgias, vertigos
Yusuma
Canelon
Laurus indica
Aromatico, t6nico
Enfermedades gastricas
AItea de la puna
Sida acaulis
Atemperante, emolienle
Fiebres continuas
Azufre nativo impuro
Purgante, antiseptico
Dermatosis
Azufre nativo puro
Purgante, antiseptico
Dermatosis
'-
~
-
-
-
de Ia veeit:ta --
-
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Benjui 6 sahumerio
Styrax benzoin
Aromatico, dcsinfectante
Fumigaciones
Cacao
Tlzeobroma cacao
Eupeptico, alimento
La grasa en pomadas y supositorios
Cafe 6 cafetero
CoHea boliviana
Estimulante, digestivo
Disipa el sueno y
J..lezcla div.,esp.de Triaca
Amuleto contra las cnfermedades
Contra hechizo
la embriaguez
Coto
Plicurea densif/ora
Calmante, astringente
Disenter:fa, rcumatismo, ..... esdcntaria
Culantro
Cilantrum coriandrum
Estimulante, exitante
Parlos penosos
Eleboro blanco
Veralrumalbum
lnsecticida
Para destruir parasitos
I loja de la vida
Estimulante, afrodisiaco
Esterilidad
Hoja de venal
Astringente
Colirio para los nefelios
Incienso
Olibanum
Resina balsamica
Base para par~hcs
lpecacuana
1Jiola ipecacuana
Astringente
Disenteria
.M adre dobleza
Purgante
Estreii.imiento
J..lasa (negro,cholo, viracocha)
~lezcla div.,esp de Triaca
esado para he~hizos
~
Palillo
Oxalis
Digestivo
Condi.mento
Palo santo
Guajacum sanctum
Astringente
Disenteria
Aglutinantes <.liversos
Base para parches
Jairopha curcas
Dnistico violenlo
Sarna, srfilis
Convolvulus jalapa
Purgante
Disenterfa, blenorragia
Drastico, oleoso
Como el aceite clc crol6n
Parches Pifioncillo Raiz
de la China
Tatago
Euphorbia !athyris
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Fuente: Elaboraci6n propia basado en los datos de C. Bravo y L. Guinault
pueden tener ventajas hacienda nuevo al nwm ~
'1¥11 ......."'"'
Ilustraci6n de una variedad de Quina
com o sus directos · " r1 p ·ullr i An'-'-
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ancjan una fannacopea extra-bo1iviana, pero m I . 1 xxn E una gran pan ontrolaban en e Slg o . n realidad no est p . c amo~ c n condtu rl]rmacopea usa ron en e1s1glo XIX, pues sus\ laJes n •"' . eran muc:h m 1 ntinente y de un s1glo a otro pudo haber grand cO . e~ lambt \ In redaciones de Bandeher han sido reconocldas p [) ... aP . or td~ Rom r ) ara rectif1car los crrores ev1denten1ente cotneudos s b .. , . tnen1 a(_[) P > ~1 decn del antropologo mexicanojuan Comas. Las propiedades curativas de este cirbol cran conoe1da~ de los I altt\\J)J porquc las plantas en el departamento de La Paz se hallaban en e1 territorio donde tnorab,tn ) cnculahan l.arecaJa, ~~1uflecas, Yungas y Caupolican. Sin embargo, los autores desde el siglo X\ l ub1can a esta planta en el Ecuador, por la sencilla razon de que las referencias escritas sabre la curaCIOn a los espanoles ~on reah:"ldas en Malacatos y Loja, pasando posteriormente a Lima alrededor de 1630. El no1nbre ucnnftco pro\ Icne de la curaci6n de Don Luis Jeronimo de Cabrera y Bobadilla, Conde de Ch1nchon De lo cual e tnfiere Yse afirma que el uso de Ia quina se debia a los conocimientos de los mdws de l OJa Oh tdando que d chuquisaqueflo Calancha afirmo que la quina era utilizada en Lima. . . .b d IIistolia de la Mcdruna Pe1 uana cna a 1 1 El h1stonador y medico peruano juan B. Lastres en su ro e . b d 1 r riedades y especies de Cmc.hona en 1as Durand-Reynals qui en hizo varias excurs1oncs en usc a e as \a . . , , , d 29 variedades Al miSD10 uen1po enVla a · ~·u uneno en Provincias de Carabaya (Peru) y en Bolivia, dondc h all 0 nlas e . fnalmente compra a un casca' r ero p 1 Charles Leger para conseguir las sem1llas Y plantas que . ) . d d de estas y las lleva a 1836 ( d ciantes con quina una vane a nombre que se daba a los explota ores Y cotncr d p limitan con las Provincias E ~o f · . n el Oeparta1nento e uno, , d. famoso en el Peru, e:Arpresa uropa . Se infiere que las regiones rontenzas co B . 1 kalla\Va)ra. Unaneu, n1e lCO aunsta Saavedra y Muflecas donde moran os r . de «cortez6n» de color clara 1 1 . > • , 1' d d de preterenCia a . 1 c aramente que debe elegirse la qu1na de buena ca a ' . estas propiedades prov1ene de 0 > radable. La quina co . . . cane1a, de superficie lisa, amarga y fuerte y tam bIcn ag . . d b. , en el Peru. Otras afirmaCiones } 11· · CXlSllCD 0 tam lCn . . as montaflas de La Paz y tiene el nombrc de Ca Isaya, . ue al oco tiempo de la existenCia de no 5 f . . . . ~ , ~gura }Jara ahrmar q p o recen 1nfon11aci6n lo suhclentcn1entc sc T
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relucia en anaqueles, vitrinas y paredes. La prensa francesa capto muy bien el mensaje: (Ama usted la plata? Los bolivianos la han puesto por todos lados ' 4 y la tienen en ingentes cantidades. Basta saber que cuarenta millones de francos era el manto de las importaciones europeas. Los entendidos juzgan que este avaluo no era nada exagerado, pues solo a Inglaterra se exportaban cuatro millones. Las cifras son por demas sorprendentes, a pesar de estar saliendo del impacto de la guerra con Chile en 1879. Se afirmo tres aflos despues de la guerra, habian subido las exportaciones de minerales (oro, plata, cobre, estaflo bismuto y plomo) y vegetales (quina, cafe, cacao, coca, caucho) entre otros. Es buena aclarar que las contribuciones del Estado han sido magras y las intenciones de aportes financieros han sido solo teoricas. Como bien lo seflalo Luis Salinas Vega, Presidente del comite: «he podido inaugurar el Pabellon con cierto brillo» A pesar de no haber recibido «un solo centavo para los trabajos de Exposicion y que to do lo hecho se debe al esfuerzo y entusiasmo del Co mite que presido» 35 . A ella se sum6 el enorme retardo en los envios por barco: «A pesar de todo, el Pabellon de Bolivia no deja de tener interes. Su excelente situacion, su construcci6n elegante atraen una numerosa concurrencia que sino encuentran todo lo que hubiera podido hallar, admira la variedad de nuestros productos y la riqueza de nuestras minas». A pesar de todo el trabajo hecho en Paris, el pabell6n fue el ultimo en abrirse «porque en Bolivia se ha mirada con marcada indiferencia este asunto». «Todos los diarios ilustrados» franceses aplauden unanimemente la arquitectura y el publico parisino alaba el conjunto. El honor obtenido, se debi6 basicamente a los aportes considerables de los particulares, quienes no solo pusieron ingentes cantidades de dinero para la construcci6n del edificio y su decoraci6n interior. El aporte se debi6 a los envios de los coleccionistas, mineros, artesanos, empresarios y otros que desde todos los rincones del pais quisieron estar presentes en la «gran fiesta de la civilizaci6n». Los kallawaya aportaron con su conocimiento herbolario. Las plantas como los otros objetos presentes fueron en algunos casas repartidos a los laboratories, en otros diseminados por los museos europeos. Por ejemplo las colecciones de reptiles, anfibios, insectos y cerdas de puerco espin pasaron al Museum d'Histoire Naturel. Mientras que la Ecole d'Amenblement, recibi6 las hojas de coca salvaje, las veintiun muestras de diversas maderas, la corteza, «raices quassia», raices de Goya y trozos de zarzaparrilla, matico, hojas de toronjil de los Campos, las cortezas de tipa y cortezas y raices de Calaguala 36 . Sin embargo, algunos miembros del Comite tuvieron la precauci6n, una vez acabada la exposici6n, de recoger los objetos mas valiosos y «curiosos» para llevarlos a sus domicilios y posteriormente utilizarlos como presentes para instituciones de las cuales pretendian sacar algun redito a nombre del pais.
de estudio de kallawaya de 1920, atendiendo a pacientes aymaras (Foto Cordero)
medicina tradicional AI iniciarse el siglo XX, las condiciones en el mercado laboral para los kallawaya se endurecen. El EstadoNaci6n puso en v1genC1a el Reglamento de la Direccion General de Sanidad Publica (D. s. 7 .V 1908), a fin de que ninguna persona <~ejerza sin t:tu_lo legal»_, ~e esa manera se establece una division fundamental que marginara de manera radiCal a los medicos trad1c1onales hasta el presente. Se estableci6 una gran division entre medicos academicos y empiricos, llamados «intrusos en la medicina». Las disposiciones afectan en gran medida a los kalla\vaya porque tambien se les impide «vender o suministrar sustancias medicamentosas o venenosas». Se plan tea a la poblaci6n la posibilidad de efectuar denuncias ante el Ministerio Publico. Las condiciones para la exclusion estan planteadas. Sin embargo, en el propio reglamento se senala que la intervenci6n de los empiricos se haria «en casos de grave y urgente necesidad o en aquellos lugares en que no existiese medico, sin titulo alguno». Se establece que los estudiantes de ultimo aflo de la Facultad de Medicina podrian asumir las funciones en la Direccion provincial o seccional. Sin embargo, en esa epoca no habia el numero suficiente de alumnos para cumplir esas funciones y menos recorrer los ultimos rincones del pa1s. Hay que seflalar aqui que los vinculos kallawaya con el Peru se habian fortalecido mucho. Ellos tenian capital simb6lico reconocido por el propio Presidente de ese pais, Augusto Bernardino Leguia (19081912). En efecto, se sabe que la senorita Leguia, hija del entonces Presidente del Peru, adolecia de una enfermedad que fue curada por Domingo Flores, un conocido informante de los doctores peruanas Hermilio Valdizan y Angel Maldonado. Todo comenzo un dia de 1910, cuando el kallawaya Domingo Flores lleg6 a Lima. Al dia siguiente fue a sentarse a un banco de la plaza de Armas, casi al frente del Palacio de Gobierno a modo de descanso. De pronto, sorpresivamente, se presento ante el uno de los edecanes de la Guardia de su Excelencia. El kallawaya Flores, al ver delante suyo a un militar, se asust6, pensando que este lo conduciria a prisi6n, aunque no encontraba dentro de si ninguna causa justa. El edecan, militar prudente, lo tranquiliz6. Flores procur6 esquivarlo y escapar, si hubiera sido posible. El militar buscolos modos adecuados para contenerlo, tra~and~ de trabar una conversacion suave para convencerlo. En el curso de esta serena conversaci6n, le manifesto que su Excelencia, el Presidente Don Augusto Bernardino Leguia lo necesitaba para hacerle una consulta referida a cierta enfermedad que padecia su hija, pues tenia noticias fidedignas de que los curanderos . . bolivianos eran eficaces y precisos en sus curaciones. · - Yse d.Ingio · · - a1PalaCio de Gob1emo Pasados algunos minutos de la comprensible tension, Flores se an1mo donde fue recibido de inmediato por el Presidente del Peru. Luego de una breve charla, _le exp~so el · · nto a su padre ·de que adoleCia? La 1 d b bl pro ema de su hija. Flores pregunto a esta, que se encontra a e P e JU L · d 1 d ld de vientre los cuales llegaban a ' respuesta nose dejo esperar, sufria de unos 1ntensos o ores e espa a Y postrarla en cama · · 1 . d S - de sus balsas cierta medicina y e Flores se clio cuenta inmediatamente del mal Y e sus causas. aco . ._ . d · · b d. 1 h.· del Presidente s1gu1o a1pte e 1a 1etra tndtc6 que la tomara los dias que sintiera dolores. 0 e tente, a IJa
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La insurrecci6n, protagonizada por los obreros de las ciudadcs, las minas y por el heterogeneo conglomerado de sectores populares urbanos ' desemboco al cabo de tres dias de combates, en el impresionante resultado de derrocar al gobierno de turno. Los denominados «movimientistas» , miembros natos de la casta criolla secular dominante, conocedores por lo tanto de su profunda decadencia, incubaron un proyecto de patria «decente», soberana y desarrollada, en la que ellos mismos se sentian portadores de la misi6n hist6rica de convertirse en una activa y progresista «burguesia nacional» capaz de consumar por fin, el despegue capitalista del pais. Gracias a este hito hist6rico, los kallawaya pueden insertarse con plena derecho en la vida social, econ6mica y politica del pais, con consecuencias importantes. Se intenta desagregar los ayllus tradicionales para convertir a sus habitantes en campesinos afiliados a los sindicatos -que permanecen vivos hoy en dia bajo el nombre de centrales y subcentrales. El gobierno boliviano requiere que cada comunidad construya una escuela donde los indigenas aprendan espanol y amalgamen su cultura con la boliviana occidental. Ese proceso implica que se reduzcan sus largos viajes durante el aflo y solo salgan una sola vez hasta la Argentina y el Peru. Entre tanto, los niflos asisten a la escuela y muchos de ellos aspiran a asistir a la universidad, mientras ven partir a sus parientes de los ayllus hacia las ciudades de Bolivia para trabajar como joyeros, para evitar la estigmatizaci6n de brujos. Mas tarde, algunos kallawaya del ayllu Canlaya logran ingresar a las universidades del pais. Para ellos, segun las entrevistas, ha sido como realizar un viaje, pero esta vez a la cultura occidental. Uno de ellos, Walter Alvarez Quispe, se prepar6 en cl campo de la rnedicina en Cuba. A su regreso · dcspues de veinticinco ai1os, encuent ra a sus . . . I t l"'dYlJ. '111 d () '~ancntcs op111ntdos, so]uzgac os Y ' '. · I . 't'\11 ·1yuda I Ianc" I J tlnaJn,·nte 1os kallawaya c so tct • •
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diagnostlco en clmw( ode una ( cremonia HI£l\ , m
133
para legalizar su pnictica que es la reivindicaci6n principal de muchos medicos indigenas tradicionales en 11 el pais, en enero de 1978. Ademas, de insistirle en la «importancia» de la misma para el pais . Esta vez, el pedido es a vValter Alvarez Quispe. Anteriormente solicitaban colaboraci6n a extranjeros para que coadyuven en la legalizaci6n de la medicina tradicional a cambia de informacion para sus libros. Por ejemplo, Louis Girault consigui6 datos sobre farmacopea prometiendo que ayudaria a legalizar la medicina tradicional, cometido que nunca cumpli6. En junio de 1979, Alvarez Quispe se incorpora a la naciente Confederaci6n Unica de Campesinos de Bolivia, para plantear la necesidad de legislar en ese importante campo. Poco despues, cuando todos los campesinos del pais se reunen para formar la Confederaci6n Sindical Unica de Trabajadores Campesino de Bolivia, Alvarez es nombrado Primer Secretario de Salud para legalizar y defender a los practicantes de la medicina tradicional. Ese proceso, se ve obstaculizado par el golpe de Estado de julio de 1980. En 1982, Alvarez Quispe accede al Parlamento en calidad de Diputado Nacional y toma contacto con el Presidente de la Republica y Vicepresidente para sacar la personeria juridica. Al mismo tiempo, se presenta el Proyecto de Ley para la creaci6n del Instituto Boliviano de Medicina Tradicional Kallawaya y se declara Capital de la Medicina Tradicional ala Provincia Bautista Saavedra. La obtenci6n de la Ley tarda cinco aflos de lucha, porque se plantea una feroz oposici6n en el seno del parlamento donde existian medicos y farmaceuticos que se oponian al reconocimiento. Entre ellos Carlos Valverde Barbery, quien sostuvo que no debia reconocerse a los brujos. La oposici6n no se reducfa al Parlamento, sino tambien a la Facultad de Medicina de la Universidad Mayor de San Andres, el Colegio Medico de Bolivia y los medicos del Ministerio de Salud. Despues de cinco aflos de dura lucha parlamentaria en la que se utilizaba un lenguaje totalmente arcaico y se seguia percibiendo a los kallawaya como brujos, se logr6 la reglamentaci6n y la firma de convenio con el Ministerio de Salud para que trabajen los medicos tradicionales del pais y se reciba la cooperaci6n de la Organizaci6n Mundial de la Salud. En 1987, en el aniversario de la Revoluci6n del1952, se consigue la creaci6n del Instituto de Medicina Kallawaya y la declaraci6n de la Provincia Bautista Saavedra como capital de la medicina tradicional.
( omida wlrr.tiva en cl ayllu Kaata . <,c /ln:a a who a/ finalizat loda
aunaron esfuerzos para enviar el proyecto inicial a Paris 7 por intermedio de la oficina de la UNEsco en Bolivia a cargo de Yves de la Goublaye de la Menorval. Mientras se esperaba la respuesta se comienzan a tender los hilos de lo que seria posteriormente la red de instituciones y personas que interactuarian con ese objetivo. Asi, Walter Alvarez realiz6 el primer viaje a la provincia Bautista Saavedra para informar a las autoridades municipales acerca de las acciones que se habian llevado a cabo. En ese entendido, se contact6 con los Municipios de Charazani y Curva Alcaldes Alipio Cuila y Santiago Quina y las maximas autoridades sindicales originarias Mallku de la Provincia, Ladislao Calamani para planificar acciones a mediano plazo. Asimismo, se localiza a la Asociaci6n de Kallawayas de la Provincia a cuya cabeza estaban Lucio Cuba, Manuel Barrera y su directiva , que demostraron un rol importante en la defensa de la cultura y medicina. De esa manera se estructura lo que hemos denominado: el p1imer eje : La Paz-Charazani donde interactuan los residentes kallawaya en la sede de gobierno con aquellos que viven en los ayllus de Charazani, primera secci6n municipal y capital de la provincia Bautista Saavedra. Municipio que tiene jurisdicci6n sobre gran parte de los ayllus (Canlaya, Chajaya, Chari, Huata Huata, Sajanaj6n e Inca Roca). No quedan al margen, ni la Asociaci6n de Kallawayas de La Paz, representados por Don juan Vila y el Profesor Don Victor Quina, ni tampoco aquellos que no tienen una filiaci6n organizativa, pero que trabajan en la ciudad. Posteriormente se organiza el segundo eje: La Paz-Cochabamba-Curva conectando la sede de gobierno con Cochabamba, ciudad central del pais, residencia de activos profesionales kallawaya, quienes se interrelacionan con Curva, la segunda secci6n municipal de la provincia Bautista Saavedra, Municipio con jurisdicci6n sobre un pequefio numero de ayllus (Tilinguaya y Curva). Este eje fue articulado por la Sociedad Boliviana de Investigaci6n Medicina Cultura Kallawaya (SBIDMECK), bajo la direcci6n del Dr. Rolando Magnani y la Lie. Maritza Magnani. Para junio, desde la oficina de la UNEsco en Paris, se envian los instructivos especificos para organizar la documentaci6n y se canalizan fondos para la preparaci6n del mismo. justamente llega ese apoyo cuando los ejes estan articulados y listos para seguir los instructivos. Con tal prop6sito, Walter Alvarez realiza un segundo viaje ala provincia para informar a las autoridades y articular a los ayllus kallawaya como activos actores del proyecto. En ese momento, es imprescindible nombrar responsables y delegar funciones en cada ayllu para que preparen las actividades que serian de una u otra manera plasmadas en la carpeta para la UNEsco. Las Alcaldias de Curva y Charazani son informadas para coordinar las actividades que se realizarian a mediano plazo. Desde Cochabamba los miembros de SBIDMECK Dr. Rolando Magnani, Lie. Maritza Magnani, Dr. Jesus Gomez entre otros se presentan al Viceministerio de Cultura para interiorizarse del proyecto y proponer colaboraci6n, particularmente coordinando con el Municipio de Curva. De hecho, un «personero destacado en la provincia» Dr. Jaime Magnani se encarga de la parte logistica. Mientras eso sucedia en la provincia, en la ciudad de La Paz, la coordinadora del proyecto contacta directamente a las autoridades para oficializar la visita ala provincia con el objeto de recabar inforn1aci6n Y realizar las filmaciones requeridas por la UNESCO. Asimismo, invita a intelectuales y estudiosos de La Paz para iniciar la preparaci6n del documento: Silvia Arze para el analisis de los textiles, mientras que Carn1cn Beatriz Loza se encargaria del asesoramiento general, la investigaci6n y la redacci6n. A cstc grupo se sun1an los productores de video bajo la direcci6n y coordinaci6n del cineasta boliviano Antonio Eguino. en cuya gesti6n corno Viceministro de Cultura se iniciaron los tramites.
partir, Ies solicitamos su a~oyo y las a~toridades del ayllu finnan ]os comprom~sos de segun· paso a paso el proccso de la postulac1on ante la U~Esco. Dos horas despues y apenas reponiendonos de la en1 oci6n de asistir a la primera cere 1nonia llegamos al cabildo de Qallaqallan que es un~ elevaci6n en el camino carretero que conduce al ayllu Caata. Esta vez, estamos en el centro de Loda la pri 1ncra sccci6n municipal. Alli, apenas llegamos rctun1ban los bombos de gran tamano 1 suenan las Dautas de pan o zampoflas de Lres tamanos al compas del triangulo o chiniscu que combina con cl com pas del bon1bo, los musicos, en opinion de la gente son los n1,1s afan1ados del pais. Interpretes por excelencia de los qantu, la musica mas distintlva de los kalla\vaya. Avanzamos al son de la mus1ca por un estrecho can1ino que nos conduce a una planicie donde esta la gente exponiendo algunas de las mas in1portantes Inanifestaciones culturales. Por ejen1plo, las tnu jeres estan agrupadas en torno a los telares y la exposici6n de fin os textiles que colocan aprovechando las paredes de una pequefla capilla que esta en la : ~a de la elevaci6n . Pero el espectador no solo pu u l-,servar la obra de arte concluida, sino que ta"l) 1 ~ .1 asiste a las diversas fases de su elaboraci6n, · hilado, teflido con plantas naturales o preparaci6n en telar. En cambia, los hombres al son de la 1nusica preparan la exposici6n de plantas tintoreas y medicinales sin ad entrarse en exphcaciones. Despues de recorrer la planicie observando su arte, somas invitados a una ceremonia que seria oficiada por los yachaj de Kaata. Los prop6sitos de la ceremonia son los mismos, pero las formas en que se desarrollan son distintas de las anteriormente descritas. Sin entrar a una descripci6n detallada, debemos senalar que las ofrendas son realizadas en unas conchas finas, altamente apreciadas desde tiempos prehispanicos (Spondilus p1inccps) donde se colocan nidito s de lana de alpaka blanca conteniendo coca , grasa de llama, az(lcar, azufre Y clavelincs. Una vcz vcrtidos en cl fuego son quemados obscrvando cuidadosarncnte, para
146
Crmwlogia de las actividades de los Kallawaya para obtener Ia distinci6n de Ia UNESCO (2002 - 2004) 2002
2002
2002
2002
2002 -
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Cabildo del mu;eo de Chari Charazani ~lufMpat.t de La~u ni Jla:;IC urva llu,:icl1aman de Curva/Curva CubilJo de Cl1.1razanilCharazani
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Pab,•io J~ Gobi,·rr~<.lL, P.tz
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Qallaqallan de l..~aata y ;-\iiiowrin/l'harazani
Hua~IJ.1yoj Hu.lVlO KaatetJ Charauni
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Hu,ichaman de l'urva Curva
l'abtldo del Mu.co de Chan l'harazam
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Recepcionc~ de .1) llu•
l ';-\ESOJ - Holivia Alcald,a d~ Ch.uazani
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Amarctc Charazani
Alpaqucros Charazani
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Ccrcmonia kallawaya
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CJlllllina Charazani
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('allaqallan de ( aata:\inocorin Charazani
Cclchr.tcion en Codt.t ham ha
Autondadc~ de (' h ,u nz;a 111
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del ulun-simp'ana (q'uchu) para hacer una rogativa ala Madre y senora del tiempo y del espacio. La misma fue realizada por parejas j6venes solteras, ricamente ataviadas con los trajes tradicionales kal1awaya. Ellos se colocan en forma alternada alrededor de un alto palo de cuyo extrema superior penden varias cintas. Cada uno de los bailarines retiene una cinta y luego todos van dando vueltas alrededor del palo, pasando por debajo y por encima de las cintas, en otras palabras trenzando cintas y creando figuras con ellas, mientras interpretan bellisimas melodias en quechua:
Rit'itapas Khempirispa, chhullunkitapas p'akirispa ]anaq k'anchaq qucha angelkunaq wafiakunan Chhuqchayi1awan chakachaspa karu llajLamanta jamuni Arremangando la nieve y quebrajando los carambanos En el cielo lago de luz, donde los angeles taman su bano Hacienda puente con mis cabellos vengo desde la lejania9 Luego de esa hermosa presentaci6n descendimos rapidamente porque nos cspcraba una larga t c.nTsW.
La ccre 1nonia de ·11hnguaya fue un preatnbulo. Por csa raz6n, nos dirig1mos a Curva dondc llanqueaban los arc.os mulnco1orrs a partir de la uni6n de hcnnoso~ tej1dos a la entrada del pueblo. Se inicio la gran cammata en con1pan1a de las autondadcs ong1nanas y Inuntctpales por unas callejuelas anuguas atestadas de pobladores que lanzaban petalos de no,rrs a nuestro paso. La 1nusica de qantu resuena a medida que nos dtngtn1os a una ofic1na de la Alcaldw de Curva donde nos pre~entan ala coord1nadora del proyecto y a 1n 1, pam proceder al ~an1bio de. ropa. En efccto, los pobladores d:spues de ~bservarno~ y «lirnpiamos» en varios siuos dcctdtcron vest1n1os de ITIUJeres kalla\vaya con1o s1mbolo de 1ncorporae16n al grupo. Honor
resen·ado a unas pocas. Una ,·ez ataviadas, se inici6 un largo ascenso al cabtldo del pueblo de Curva que es jusich'arnan. La pendiente parecia intern1ina?le, por. el _peso .del traje ~ue. no. solo tenia la vin.ud de scr un estupendo atuendo con hennosos y dehcados d1senos, Sino un tra.JC term1co protector del 1ntenso frio que se sentia mient ras se sub fa al sitio ccren1onial y divisaba al fv1e~chula Akahamani. Apenas nos vie ron, los herbolarios
vinieron a darnos la bienvenida y ofrecernos bebidas de mafz. Todo estaba listo y delicadamente preparado en las piedras que durante siglos han servido para sostener las ofrendas. Los «maestros~ mas afamados tambien esperaban nuestra llegada para dar inicio a la maxima ofrenda que es una wilancha. Entre tanto se escucharon pinquillos del grupo de chatre que dicen es el «baile preferido de los kallawaya•. Se trata de danzarines que al son del pinquillo dan pasitos cortos en un mismo lugar, mientras van luciendo su lujosa indumentaria: un pollerfn formado de numerosos pafiuelos de seda de diferentes dolores y '-~-"
. . ~ , h vision de un pms Inultictnico en sus expresiones de 1 con Ia visi6n de la diversidad de Bohva y tam )JC n en , } Ib ,. • d cu tura» · k-llh\V'l)''l jJc.1ra que ofre=can co n ercnc1as e prensa. Por 1 . . t ]0 - n1cdios contactan a os ' ' ' ' ' d Inn1e 1atarnen e ~ . . ., , , . a de su cultura, pero tan1b1en debaten temas e·en1 )lo las radios sc hacen ceo y transnlltcn progr.un.lS ,lCctc, . , _ J I ' d, 1 ~ l' c)$ t radicionalcs. El dom1ngo 9 de no\ 1en1bre, en el pa1s se candentes que atingcn al grcn1IO <:: os rnc c I l 11 ~ . l , j 5·t '\ sobrc el papcl que los kallavvaya C e Jen tener en el actual escucha b expos1ci6n de chsnntos puntos c c \ ' . _ . , . . 1. E-, · , clh' c1 gob1crno asegu1a que. «Boh\W se co1npromete a cu1dar a sistema de salud convcnc10na ·~c n1tsn1t 1
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sietc pat ri monios univcrsales»
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C clcbraci6n de Ia dcclaratoria La Vtccministra de Cultura invita a las autoricladcs a la celebraci6n de la declaratoria envia~a por la UNESCO, los chas 2 y 3 de dicien1bre del 2003. Para llevar a cabo ese trascendental acto se ehgen tres cabildos en el territorio kalla\vaya: Qallaqallan, n1useo de Chari y Hus1chaman . Ademas se programa la visita ala Escuela Kallawaya de Chajaya. De alguna n1anera, se repite el ciclo ceremonial que acompafi6 la preparacidn del proyecto, JUStainente para retornar a los mis1nos lugares, reencontrarse con los pobladores para que scpan que no han sido defraudados. El sello particular de los actos es su ~unbientc festivo y multitudinario. Eso se evidencia al llegar a ( hajaya dondc divisan1os los primeros arcos de bienvcnida que sirvieron de marco para reencontrarse con los poblaclorcs que expresaron en varios idion1as el agradccimiento por la distincion. Pero, ese noes mas que un encucntro que dura dos dfas. De hecho, la llcgada a la capital de la provincia fue totalmente sorprcndentc porque se aclh1eren a cstos festcjos los «vccinos» del pueblo de Charazani, quienes realizan una gran fiesta en las calles desbordadas de gcntc ba1lando en medio de diversos conjun tos musicales. Los espacios estaban inundados de flores, n1icntras se dcparna con cerveza de maiz y bebidas tradicionales. A pesar del fasto, tuvin1os que continuar en caravana hasta el Museo de Chari donde esperaba el conjunto que acompaii.aria una cercmonia, luego de la cual se ofreci6 un quqawi. Rapidan1ente tuvin1os que retiramos para ir al Cabildo de Qallaqallan donde se concentr6 la n1a; or parte de la poblacion de la primera secci6n. Nos rccibieron n1asivmnente y al son de varias orquestas que abrieron una serie de largas ceremonias con la declaratoria de huespedes ilustres. Ocasi6n aprovcchada para rememorar las dificullades encontradas durante la preparaCton ) cl escepticismo que hn pidio que sc trabajara con mas fuerza. Asimismo, se habl6 de los futuros derroteros para concretar obras en provecho de los pobladores de la provincia. Al atardecer, regresan1os a Charazani para seguir festejanclo hasta cl amanecer. El d1a 3, sc rcaliz6 otro acto de igual importancia en Curva frente al Machula Akamani. Alli se congregaron los ayllus, los rcsidentes en Cochabamba en un numeroso y muy organizado grupo para participar del
evento. Su presencia era esencial, pues ellos aportaron elementos importantes para la elaboraci6n de la carpeta. No faltaron los hiJ.OS de los k 11 · · 1d n . . a awaya anCianos que desde d1versos puntos del pais se tras a aro como em1san os de sus padres y abuel , · · ·d d F . os para reencontrarse con los suyos y aftrmar su 1denu a . ue momenta e~oClonante al observar una in finidacl de gestos que acompafiados de los infaltables qantu desde hace s1glos la cadencia de la ritu I'1d d · bl a a 1nsepara c de este pueblo que supo conservar sus a pesar de todas las presiones que conlleva el proceso de colonizacion.
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Una vez entregada una copia del diploma de la UNEsco a manos del Alcalde, se aprovech6 la ocasi6n para que varios oradores emitan sus opiniones. Hubo un momento emotivo cuando Walter Alvarez Quispe recorda a los ancianos que empezaron el ciclo de credito de los kallawaya que los condujo a reconocimiento a nivel rnundial. Frente al Machula Akamani, se confirrn6 que han sido muchas generaciones protagonistas de las luchas por la seguridad juridica para evitar un trato cruelmente discriminatorio. Lo interesante es que muchos pobladores interpretan la distinci6n justamente como credito, entre ellos el Alcalde Charazani Alipio Cuila quien declar6 a la prensa: «Ahora estamos orgullosos porque ya nadie nunca mas nos va humillar... Antes no nos tomaban en cuenta. Se burlaban: lluch'u de condor, nos decian. Hasta ahora hay problemas raciales, los vecinos de Charazani siguen creyendonos pongos, pero bien que cuando le conviene van para que les curen. Ahora que hemos ganado el titulo de Patrimonio nos van
.t-.1aria Isabel Alvarez Plata, Viceministra de Cultura, a su izquierda la autora, rodeadas de autmidades del l\funicipio de Charazani
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Al examinar la construcci6n del circulo de credilo kallawaya hemos presentado los diversos momentos historicos captados a partir de las fuentes disponibles. En ese sentido, el ciclo lo iniciamos con el reconocimiento de los Incas por los servicios prestados en materia medica y colaboracion estrategica en la incursion al territorio yunga y chuncho; mostramos como esos conocimientos, pero sobre todo pnicticas de canicter prehispanico se convierten en un elemento de sospecha de idolatrfa en el siglo XVII. Las mismas, salen a la luz a raiz de un encarnizado pleito que enfrenta a los kuraka kallawaya descendientes del Inca Canauqui. A partir de ello observamos que la extirpacion de las idolatrfas fue un proceso aplicado a nivel de los hogares y particularmente a traves del control y adoctrinamiento de los jovenes miembros de las elites dirigentes kallawaya. Durante el periodo colonial las competencias medicas, alabadas durante los Incas, lejos de ser un factor positivo se convierten en un descredito. Tales asi, que los kallawaya a lo largo de la epoca colonial hasta bien entrada el siglo XX son obligados a llevar una cruz en el pecho exhibiendo una supuesta adhesional catolicismo. Parecerfa extrafio considerar en el ciclo, estas coyunturas de descredito por pnicticas idolatricas, pero justamente es necesario observarlas ala luz de los nuevas procesos para comprender como inician y reconquistan el credito perdido una vez iniciada la Nueva Republica. Aprovechando la libertad civil, reinician los viajes para efectuar curaciones exitosas por el continente. A partir de ello se insertan en un proceso de transformacion de una forma de credibilidad en otra. Como nunca los kallawaya invierten el credito ganado en los palacios en las cosas mas ineditas para su epoca. Acostumbrados a la innovaci6n debido a su espiritu investigativo algunos kallawaya trasladan a sus hijos hasta Lima para ofrecerles educacion en momentos en que era una de las reivindicaciones indigenas mas sentidas1 . Al mismo tiempo, no temen la modernidad y se procuran mas de un objeto o nueva tecnologfa en un afan de acumular «muestras materiales» de civilizacion en sus hogares. La adopcion de simbolos externos de modernidad, conduce a mas de un kallawaya a abandonar gran parte del atuendo tradicional (particularmente en Chajaya y Canlaya), para adoptar vestimenta occidental, pero jamas abandonar la bolsa tejida destinada a llevar medicamentos, llamado capacho. Ellamentable estado de los hospitales, la lenta organizacion del sistema de salud y la inestabilidad de sus administrativos, origina que el kallawaya encuentre un espacio lo suficientemente am plio para sus curaciones. Pero lo que sorprende, es la capacidad de concitar la atencion de los cfrculos sociales donde mas discriminacion se hace al indigena. Se abordaron las multiples denominaciones de los kallawaya mostrando que estas no son neutras y mas bien que han funcionado para desacreditar, estigmatizar y discriminar negativamente a los medicos. En otros contextos y en otros pafses, mas bien, se crean nuevas designaciones ligadas a las bondades de las plantas medicinales y rituales que ellos utilizaban. El nombre del grupo posiblemente tenga una estrecha relacion con esos atributos. En todo caso, algunas de las designaciones connotan y evocan para los usuarios credibilidad. Tambien se han visto algunas curaciones de caracter «excepcional» o «sensacional» por su caracter exitoso, a partir de las cuales acumulan credibilidad entre las elites dirigentes del continente. Aun a costa de admitir el pillaje de sus conocimientos por los medicos y estudiosos convencionales, por el solo hecho de conseguir la legitimidad de un sistema que los rechaza y fustiga durante varios siglos. No solo por una discriminacion social, sino tambien por la incapacidad cultural de comprender otro sistetna de mcdicina. Seria err6neo considerar que el unico fin de las curaciones kallawaya es la compensaci6n monetaria, pucs sabemos que sus clientes en su gran mayoria indigenas carecen de un buen nivel de recursos econ6micos. En todo caso, el exito de las curaciones realizadas a lo largo del siglo XIX y principios del siglo XX es invertido para iniciar la lucha por la primera legislaci6n de la medicina tradicional de An1erica. Proceso al que se unen diversos grupos etnicos del pais, adhiriendose los kallawaya. Claro, aportando con el peso hist6rico al proceso. De ahi que uno de sus miembros haya sido quien legisle sobre el tema y obtenga cicrta libertad
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p:
.I
NOTAS 1 - Emrevista a VIdal Mollinedo realizada
or Wal . 1la Vrdal ha sen tamh1en que algunas mujeres recibie . p . ter Alvarez Qlllspe, La Paz, 27 de enero de 2004 ron mstntccion alrededor de 1930. Jonas Salk, M.D. «lntroducci6n>> a La vida en l l Ed nona!, 1995.20. e ahm ato no. La construccion dt: los hnhos <.l nt {l ....'''" Md
0
Archivo y Biblioteca del Honorable Congreso Nacional Archivo del Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto Archivo Privado Gregorio Loza Archivo de la Sociedad Boliviana de Medicina Tradicional Archivo del Viceministerio de Cultura
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Biblioteca Municipal de La Paz Biblioteca Privada del Ing. Alberto M. Vazquez Hemeroteca Municipal de La Paz Hemeroteca de la Biblioteca de la Universidad Mayor de «San Andres»
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. Es por ser tu mi florecilla azul rn. fl (. am.an"II a.? ' 1 or En mi cabeza, en el centro del , c~ ra1...on Te llevaria a .todas partes. Como un espeJ.o de agua eres una ilusion Con1o un espe]O de agua eres un enga .. · ·D6nde estas? (Descansare con 0: (. amada? mt . Es tu madre mentlrosa La que nos separa pa!a la muerte y ese tu padre enem1go el que cat_Isa n?est_ra p~breza. Quizas, re1na, s1 as1 lo d1spone Dios, se. nor poderoso
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encontraremos los dos . y que Dios nos una!
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Cuando recucrdo tus ojos risuciios p·erdo el sentido Cuando recuerdo tus ojos juguetones Me pongo enfertno. i Es verdad, lnka, es verdad, senor! Como qui en induce . el llanto, ·vives con tu corazon de flor? Llorando por rios y pueblos Encima de Kantur, en la quebrada de Saphi Te espero, mi amada Siqlla.]
a qu , cicllalla '· n Ja 1 ngua G)'1nara J
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d" , 11amado uanca, 1ze ac1: 2
~~Panipani c11una·yc1wna. Jzunraca Juanaca m?C~atipi equecista. ~Mocza_ti umacitaman? a u cc11iri ta)'ca111 a 1z uca haucha auquzmzn. Humaca pant asquz chuymamanca auallucll a11 11 u 1lach an cillatatan zazanacata naunochamca na alochamca. (. Uaccha anqui sui11 cauraclza? Zacanacaucinpi zaranacac. Huma cachuna tantacar:zaca qu ci ta. acapani poqueclzanpi a hacascac. !fuma each una persara chan~~ yquzscat.
r..Pascotac11a )'quista? Yucochapca hunJXl:Chl paY_atca 4 parachamca. hatzczsta .yucu: hapan clttaUl)'Ciuaza chuyfnama pinacact.nta. Chzcachachuna. achamztama hanz cutz~ ,·i1tan1n canquisci1zca lzani u.csa puti luritamti ucay uruspz hacharpayasman son~ cochay." b [Aymara: tiDe dos en dos, de coraz6n en coraz6n, tu, tu eres dulce. [ ?J (Es dulce tu borrachera? Esa, la que da a luz de tu madre, ese pesado de tu padre. Tu entre dos de tu buen coraz6n o el caballo tal vez o la mula tal vez sin silla caminas [ ?]. ( Huerf~n?, seco aro o la llama tal vez? Despues de caminar caminaras. De ti, mujer, hasta vieJO me haces casar. Nosotros dos con p'oqecha vivire. De ti mujer frazada lana dorJ?iras. (0 ~e Ia pascua te duennes? Ahijaremos [?] de dos [ ?J [ ?] por ahijar de corazon a corazon en tu coraz6n te apenas [ ?] tu llorar no por volver te secas no eso P~,ta te haces ese dia Iloraras sin descansar en que es mi corazoncito." V. Huanca tambien ofrece esta traducci6n mas libre. "De dos en dos, de c
iu
Esa tu madre que te d1o a luz, ese pesado de tu padre Ttl entre dos tu coraz6n, generoso andas preocupada si el caballo o Ia mula es ta ~in sill a. . . Aro' scco y hucr~:~·5 tal vez la llama, despue~ ~e caminar caminare. En ti mujer, basta usado me • ~asar, pero nosotros v1vrremos aliment{mdonos con p'oqecl1a De ti mujer, do·n~I"Y''ntras en lana de frazada o · d d 1 · ·· ] de dos por tener hi· d ' t .. es e a P~scua te duenne ? T ndr n1o htJOS [ •.. ' JOS e corazon a corazon te lamentas. 1,u Urtuto no, tu d s d
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volver se seca. (Ese dia te ha penrertido? Lloraras sin descan ar [ en que e ~ mi oora7~nci to]."]
Cachiuia,c dize aci; Cllan ca sauay lla pa ni,
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cuando madure tu c lzi\ villu tambic n la vicja no mas vendra, c u a n do mad u re tu c iH·illu , t a mhicn preiiada D O mas \'Cndra, j 0 mi chi,villito, clziH·illu! l .
payal/apas sa nzoncan z, chiuilloyqui pucopt in cllichollapas sa nzonccnz, i chiu illollav chiuillo !" "'
I arawi I wanka I pinqullu I H aray harawi, aquy rakichu quya rakiritvanchik? t'iyuy rakichu fiu st'a rakiriwanchik? Siqllallay chinchirqum a kaptiy kichu? Uma llaypi sunqu rurullaypi, Apaykacrtay kintan, Unuy rirpu, llullam kanki, Y akuy rirpu pallqum k anki, Maytaq? Sallaywan qaynay kunichu? Chay pallqu mamaykim, W aiiuypaq rakiqninchikqa, Chay awqa yayaykim , Wakchaqninchikqa. I chap as, quy a, qhapaq apu Dios fiiptin qa, Wakitaq tinkusun, Diostaq t'inkiwasun! Chay asiq iiawiy kita yuy arispa, utinipuni, Chay puqllaq fiatvi y kita yuyarispa, Unquyman chayani, Chiqalla, Inka, chiqalla sino! W aqay niqlla, W aytas sunquyuq~ chu tiyanki? Yakuytam llaqta waqaspa, Kantur patapi Saphi wayq'upi, Suyay ki, sikllallay. I I Paniypani chuynzaychuyma jumax a ju m axa moxsatapl. [?] (.Moxsati umasitamana? Uka ~atvachiri taykaman uka jawach'a awkiman. Jumaxa pani aski chuy1namanxa katvalluch Jan mulach jan sillantatak sazanaqta [?] [ ?] [? ] . (.Wajcha qanque siwina qawracha? Sazna~ qawayasinpi saranaqax. Juma qachuna tantakamaxa jaquechista. Nanakpani p'oqechamp jakaskax. Juma kachuna pirsara ch'ankha ikiskat. Paskl}tacha. ikista? _Yoqac~apxa . [?~ payataxa [? ] [?] yoqachipan chuy machuyma chuymaman ptnaqastnta. [?] Jachanttama Jant kutirjam qanqisinkta jan i u k sa puti lurtamti ukay urupl. jacharpayasman sunquchay. I I aachiwa I 1
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p. 39
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palab t a qucc h ua
c Gl 1,
p . 446
291
ct tr aducida por cl doctor Jan Szcn1inski
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p. 155
1 319[321] I FieST I Uaricza, araui [ba!le ] del lr7?ga, Ja fi ta , a 1 tar ba lar: taron, puca lla1na [can tar de los car1 ~ro , al tono d 1 " 1 n 1. . _
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1:
on conpa n1u r poco a poco, 111 dia ra diz · '' ' " al t 1 · I Y1"ga COillO 1 cad" · ' ' ' n .... ""'11 1 . Con11en ' d , a d . . Idnero; tz r ta dizi ndo " n ' . 1"".,I t n , dalh comcn an ~a 1 1cnC o u COJia mu r 1 ucha . R 1 n . Ia co a (rcina~ dY. 11ust,?s "Ap~-~n~ a 1. . an tan a ~o alta n1u r uuau 111 'llt ". , uar ic a , araut 1ze ac1: 1auz a1"auz a~ay arauz Q1"a ui )1QU araui." an d . i ndo 1 qu , quieren y to~os al tono de ~1"au~~ R ponden las n1ugcr : "Uar"icsa a ay uaricza cha 1nay uarzcza, ayay uarzcza. Todos uan de tc tono , la 11 uger. rr _ ponde[n]. y elltaylle [canto triunfal]: a
t·
haylli ya\V 1uz.ylli i Tiene aj f en tu sem n tera? Vendrc disfrazado de aji. l Tienes flo res en tu 'em en tera? Vendre disfrazado de flor.J
Ayau lzaylli yau haylli Ucfluyoccllo chacrayqui? Uclzuy turzpalla santusac. Ticayocclzo chacrayque? Ticay tunpalla san7lu.sac.
[A)'Q\V
A esto tono rresponde las mugeres. Dize el hombre: Responde I a muger: [Dize el hombre :] [Responde la muger :] [Dize el hombre:] [Responde la n1uger:] [Dize el hombre:] [Responde la muger:]
"Chaynti, Coya."
[It Aqui est a, Reina."
11
~~Aizaylli."
A11aylli."
~~chaymi,
"Aqui esta, senora."
11
"Ahaylli, encima no mas, allaylli."
Palla." Ahaylle, pata llanpi ahaylle." uchaymi, nusta." u Ahaylle." uchaymi, Ciclla." 11 Ahaylle."
"A qui esta, princesa." 11
Ahaylli."
"A qui esta, florcita." tt
Ahaylli."]
El araui y canci6n lastimosa que cantan las nustas [princesa] y los mosos tocan el pingollo [flauta]: [ i Mi murqutu, mur:qutu
Morcotollay 1norcoto
tiema llullucha, llullucha ! (No se te retuerce el coraz6n? No lloraras. Siendo mi florcita Siendo mi reinita Siendo mi princesita. Una lagrima de agua me ba llevado, Aguas de lluvias me han acan..eado Viendo esa tu manta Contetnplando csa tu falda
Llullucltallay lillllucha!
Mana soncoyqui, queuiccho? Mana. Uacahcunqui. Cicllallay caspa Coyallay caspa
Nustallay caspa. Unoy uifjuellant a.parillan Y acuy para.lla111 pusariuan Chay llicllayquita rycuycuspa
Chay acso·yquita cauaycuspa
293
il1l~1ll7
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r.r-/
Ya no anochec. en Ia tierra y aunquc de p1erte en la nocbe La tierra ya. no ~manece. Tu, rcina, tu, senora, . 0 me va a rccordar? tn esta carcel ~ientras Inc come el Je6n y c1 zor:ro .. n esta prisi6n encen·ado '
pa artnc1zo )a,
llOT a rtUllUqtJICilO?
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(?) . i Mi eJegtda! l
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I Paucar Pampa I f1esta I
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ta de los ChincJ1ay Suyos: llan1a uauco; cantan las donzellas J
A1aJ1a tarusclla ricclro
y mosas. Dize aci, taniendo su tanbor: [ Si no pas a un vena do Tu danzas el 1vayku en tu mano Si no hay algo como un ciervo Tu danzas el wayku en tu nariz Ay hermanito Ay hez1nanita.J
A1aqu.illayquip uaucuycaconqui Mana luycllo anzicllo Ci11callayquip
Uaucuycac01zqui Uayayay turilla. Uayayay turilla.
Responde el hombre soplando la cauesa del uenado y toea aci: Uauco uauco, uauco ua.uco
[ Waku waku, waku waku
Chiclzo clzicho, chiclw chicho.
Prefiada prefiada, preiiada prefiada.]
Y los uacones dize aci: Panoyay pano Panoyay pano.
[Panuyay panu
Panuyay pam.l.]
Responde el hombre:
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[ Yahahalz.a, yaha~za . En Kusi Pata, mt elegtda, Viendo mujeres, En Haykay Pata, Viendo a Llank'ay Pata y alzaha, clzalza. J
YahaJuiha, >ahal1a Cuct patapi, acllay ar11tt ru;oclla Jla CLJY patapt_ Llanca pa ta rrcoclla y a}zalra, c1tl11U1.
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0 J"
este tono cantan. Y los labradores can. dize "Yapupu )'apo ' 1 a. lzara uayo, hara uayo." Al tono desto
"1/a,.a uayo, 1tara ua)O, t n, dJz · hon1br d" ' ''Ll ant an ]a n1ug re . ·[ a tor de llamas] cant an, tze act: a1-nayay, 11 1 pa t r llama .~ l~~~~~opd to can tan las mugeres y hombres: "Sauca 11arna, n a a lla ~lan7a. a a au a, Ayauaya, ayauaya." . 1 qru, o 1la taquz, Ayauay ' ty ui [baiJe o canto grande], dtze: n d t a 1 tan /tatun aq 1 a
[A)'a\vaya aya\va
a a aua llau a T tapi, r.t i Patapi 1 au
Eu la Ha,vkay Pata, en Kusi Pata Junto al Inka poderoso, · D6nde es ta tu capitan? ~ Eres tu el senor rey W aman Chawa, Pluna Chalva, el Yaru y Willka, eres tu el Wira Qucha? i Por la laguna de Apa, en Cajamarca AI sefior poderoso, al rey emperador Ofreciendo su lealtad, Consultando con el, Esta Wam an Puma de Ayala El noble de Apu Chawa, El compafiero de W ayaq Puma ! ]
apa } ncaua11 . . 7 anul u a ,qur, ntll)'11lf. OJ}{l Apo Uanun1 Chaz~a ]>on1a Clzaua Yar:o zlca
aut 110 an(Jui Uira Coch!l? ltata
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Ar1o rr , enperadorta A1 '" 11a lla ll]Ja:C
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uillanacoclla Umnan Pon2a Ayalalla '11011
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Po11u1;p
n1itallarz.
D ta n1anera procigue cada ayllo [ parcialidad] has~a Quito, Nobo. Reyno, d d 1 u co cada ayllo sus taquies [danza ceremonial] y sus arauts [can.. ci6n] Uan1an caua y de los mosos cata uari, fiestas y mucicas. nzic!ziq 1.11atun taki I aylllf I taki I arawi I _qawa f. qat a "v~ri I Mana taru clza riq ltu, ,\1akrllayktp tvatvku.ykakunkt, Mana luychu an1!chu, Stnqallayktp wawkuykaku7lki H'nya ' turilla. I tvaku tvaku, waku waku I chichu. chichu, chichu chichu I I J>anuy~v pa11t1, panuyay panu I Y alw.haha, yahaha, Kusi patapi, aqltay, Warmi rikuqlla, lla 'ka' 1Jatapi, Llank'a pata rikULJlla, Yah.aha, chaha. I Yapupu yapu I hara wayu, har~Z u avu; l1ara H ayu, lzara \Vayu I tlanza michiq I Llwnayay, lla111a; lnya aylla llama I Sawka taki~ qlzuclu.i taki~ Aycnva.ya, aya\.va, Ayatvaya, ayawaya I Aya\vaya ayawa I H awkay patapi, Ku ·i patapi, Qhapaq lnkatvwz, Kamaykusqayki, maymi? Qhapaq Apu Waman Chawa, Puma Cha\\ a l'aru , lVillka, Qanzchu Kanki Wira Qucho.? Apa quchata Qasa Markapi, Qhapaq apu rey einperadorta, 1\tfuch'aykuqlla, Paywun willanakuqlla, Waman Punz.a Ayalalla, Apu Chmvap u illkalltut, lVayaq Punzap nzit'allan. 1
1 n a:wku 1 1la111a
I 322[324] I
mujer enemiga]
I
323[325]
I
sv1os I CATA Curi Pata, Anti I fiesta 1
FIESTAs DE LOS ANDI
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FIESTA
CAIA, vARMI AVCA
[El qaya qaya,
I
La !iesta de los ~nde Suyos desde el Cuzco basta Ia montafia y la otra parte hac1a I a lamar s tc · · anzas · on muy mucha gente ynfiel. Cantan y baylan los Anti y' huncho',
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caya cayaya caya, cayaya caya." Al son dici asi: "Caya caya, cayaya qu'iere en su lengua. Y responde las desto cantan y dansan Y ba a aya caya" y uan tocando una flauta que . "Cayaya caya, cay ' d . d I mugeres a este son. fi sta· andan al rrue o ac1 os as manos Haman pipo. Y al son dello ~:: fi!sta'y baylan uarmi auca, todos los hom. uno con otros. Se hue1gan y flechas bres be t1dos como m~ge~~~~/u'~Uarmi ~uca chiuan uaylla uruchapa panas D1ze ac1 el que t~ne t ll ·, [ ")] y otros can tan cada uno en su ayllo cat ana antl auca chzuan .~~s~e T~nbo Pata tienen sus taquies [ danzas cere[parciahdad] su. natural, d triunfo] by arauis [cantar de hechos de otros] c moniales] y hayllts [cantos e ·n ollos [flauta]. de Ia roo as '! de los m~sos, pt gyndios desnudos y ad se llaman Anti runa Y 1o ntis Y ~hunc ~~ ~~~ de hombres]. Estos yndios de la montana y mzcoc [los del Anti, leo~ los yndios Anca Uallos tienen rropa como los de la o ra parte de a cierr~~ enfieles. Entre ellos tienen guerra y no puede ynd•o deste ,rreyno, pero sta alla y los Andis tanbien son ynfieles. pasar por aca, cino que ses n .
f::Yi f:Y:ue
0
1· 1 · 1 in.qullu 1 Qaya qaya, qaya qayaya I W armi awqa I pipu I a llu I takt I hay It artawt awqa chiwan waylla I anti runa mikhuq I cht.u an waylla uruchapa panas qa ana ·
a GH,
p. 39
b GH,
aJ:ti
p. 446
c GH,
p. 152
Los coLLA sv1os I HA.VIS CA 1l1A.LLCO CAPACA coLLA ~ayma ra: [?] rey, sagrado Qolla.] 1 Colla Pampa [meseta del Qolla] I Sanchalh [?]I I fiesta
1 324[326] 1 FIESTA 1 []
DE
nzallku, qhapaqa qollll. I Qolla Pampa/
I 325[327] I
FIESTA
I
La fiesta de los Colla Suyos desde el Cuzco cantan y dansan. Dize el curaca prencipal: "Quirquiscatan mallco [Cantamos y bailamos, rey] uirqz.:im capacomi [ ?]" desde Cauina, Quispi Llacta, Poma Canchi, Cana, PacaXI, Charca, Choquiuito, Chuquiyapo y todo Hatun Colla, Uro Colla. Comiensa, tocan el tanbor y canta las senoras y donzellas. Dize aci: Hauisca mallco capaca colla hauisca hila colla sana capaca sana yncapachat tiapachat mallco sana capaca colla sana hila uiri mallco uiri quirquiscatan matico aca marcasan pacfuJ.san tiusa fum.pachiran nnestra senora taycasan huJnpachiucin hauisca malco pacfuJ. cutipan han illaLJUimti aca rnarcasan ychauro quirquiscatan collaypamrpa. sanchalli. [Ayrnara: [ ?] rey, sagrado Qolla, [ ?] he11nano Qolla, decia sagrado decia desde el Inca, desde el lado rey decia sagrado Qolla decia hennano [?] rey [?] cantamos y bailamos, rey, este nuestro pueblo, en nuestro espacio, dios [ ?] nuestra senora, de nuestra madre(?] [?] rey, espacio, cuando viene no tengas pena. Este nuestro pueblo hoy dia cantamos, meseta del Qolla [?].]
Desta manera procigue todo el cantar y fiesta de todo Colla cada uno su natural cantar, cada ayllo [parcialidad] a basta los yndios de Chiriuana, Tucuman y Parauay. Cada uno tiene sus bocablos y en elias cantan y dan an y bayIan que las mosas, donzellas dizen sus arauis que ellos les llama tlanca y de lo
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rnanera dizen sus dansas y fiestas cada prencipal mo o quet'f'l qubena. Destad :.as prouincias del Collau en sus fiestas grandes 0 y cada ynd1o po re en to a ' cb1ca ha ta Potocf. h xa olla [ '1 jila qolla sana ql1apaqa sana inkapachat 1 Ktrkt tan, nzn1U u I l ?] 117011 u q t1PfJ s~na jtia [ ?] nwllku [ ?] kirkisktan tnallku aka
ana qJfP0~ qo ( ?] [ '] 1nallku paclw jutipan jan tlakimti aka mar. t a asan.. ( , 1 kuraka 1 ayllu 1 arawi I wanka I quina quina 1 1narka an pa ha a1z >:u~a l a n I' 1z11a un.l rrkt ktan q 11ayparnpa . . th1yapachat nzallku
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I 326[ 28] I
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I a a nulla saynata I L ra, p. 891
I 327[329] I
FJ ~ST
I
J..,a fie ta de Jos Conde Suyos desde [e]l Cusc?, Yana Var as, P e rna Tanbos, Cuzco Conde Qullaua Conde, Ariquipa. Haze fiesta y dansan los saynatas y otros cantards y mucicas. Dize acf: "Aya"milla ~ayna_ta saynata." Responde e~ hombre: "A a 0 a a o." Dize la muger: c·ayquzro pzmanata saynata conarupz 1nan.ata say~ata, 'a,' a,' o, a, a, o, minarotipi manata saynata tocll? cocharotipi.. 1nanata saynata." Responde el hombre: "Ocaropimanha acaropzmanha, halla, hal/a ana ana." 1 Acabado esto se 1e da una rrisa al hombre y anci uan can· tand~ y ~ada ayllo [parcia1idad] n tienen sus cantares y fiestas sefialado y haylles [canto triunfal].,b y las mosas sus uancas y los mosos, quena quena, en todo Conde Suyo. . De manera los quatro partes tienen sus bocablos y taquzes [danza ceremo· nial] y los Quichiuas, Aymarays y Collas, Soras y algunos Condes tienen un bocablo, y aci los Callas dize aci: "Mateo Castilla Pari quirquicitan chutzanaca uamillarnu:a quirquim moczamocza quirquicina. Aca fiesta Diosa pachapan quir.quis cunapi hacaucincama. Niatipi quir..
quici, hiuirinacahamcacamca cochocim'."2 [Aymara: Los que tienen can tares, corazones . familias canta todo lo dulce despues de cantar. Esta fiesta diosa en su espacio cantando que mientras se viva. Despues se canta, como entre Inortales cantan." V. Huanca tambien ofrece lo siguiente: "Fami· Hares con sentimientos de canto y alegria canten1 canta todo lo dulce, despues de can tar en el espacio de Dios, hay que cantar y alegrar( se) mientras se viva, canten como entre los mortales los canticos religiosos.''] 11
El haylli aymarana [ canci6n en aymara] dize aci: "Moyoris ti tomani mama tum iriste aruini mama." ["El que gira peregrinara, senora, el que peregrinara, sefiora."]. Todos cantan a este tono; luego dize el hombre: "Chuna"; responde la muger: uoy, uayta, oy, canto, oy." Y los Parinacochas, Aymarays, Quichiua, Anta Ynga, Mayo, Changas, Ang,a~ays, Soras, Lucanas, Andamarcas, Tanquiuas, Chocorbos, Xauxa, Yauyo, Ch1nchay Cocha, Tanna, Chaclla, Atapillo, Guanoco, Uayllas
I ayllu I haylli I wanka I taki I Kirkisitani chuymanaka phamillanlJka k irkitn tnoxsatnoxsa 300
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