VIDA Y COSTUMBRES DE LOS ROMANOS
Los romanos engrandecieron su patria por medio de las tres formas de gobierno por las que pasaron a lo largo de los siglos, aunque de m uy diversa m anera. La m onarquía con su solidez de vida interna, en la que el rey contiene y tem pla las apetencias de los unos y pro tege la debilidad de los otros, m antiene un envidioso equilibrio social en que todos los romanos se sienten miembros de un mismo estado, por el que cada cual trabaja y lucha, cuando es preciso, desde el medio social que le corresponde. D urante esta época se desconocen las luchas de clases, porque todos juntos constituyen «el pueblo romano». El ansia de sobreponerse de unos cuantos patricios los lanza contra la m onarquía, e im plantan la República, con lo cual sintió el pueblo sobre sí tantos tiranos cuantos patricios ostentaban el p o der. Con ello surge la lucha de clases que desangra y desvigoriza a la ciudad durante unos siglos, hasta que se logra un cierto equilibrio y grandeza de la patria. Pero pronto el ansia del m ando personal de algunos produce las guerras civiles, que vienen a parar a la sustitución de la República por el m ando absoluto y personal del Imperio. Pero el romano, en m edio de su dedicación política sabe solazarse y distraerse en los goces placenteros de su casa y de sus villas, en m edio de la familia, y sumergirse en los placeres, con frecuencia violentos, que le proporciona una vida alegremente vivida y com partida con los demás en los tablados cómicos, en los circos y en los anfiteatros. En el presente volum en expone el Prof. José G uillén con todo d e talle y verismo los avatares de esa vida política y social y las va riadas diversiones de esta ciudad que declinaba insensiblemente en m edio de juegos y placeres.
EL PESO DE LOS DÍAS 6
JOSE G U ILLEN
VRBS ROMA Vida y costumbres de los romanos
II La vida pública TERCERA EDICION
Ediciones Sígueme - Salamanca 1986
“Cari sunt parentes, cari liberi, propinqui, familiares, sed omnes om nium caritates patria una complexa est, pro qua quis bonus dubitet mortem oppetere, si ei sit profuturus? ' '. (C ic. D e Off. 1, 57)
Ctibierta: Félix López
© E d ic io n e s S íg u e m e , T 9 7 8 A p a r ta d o 3 3 2 - 3 7 0 8 0 S a la m a n c a (E s p a ñ a ) I S B N 8 4 - 3 0 1 - 0 4 6 0 - 7 (O b r a c o m p le ta ) IS B N 8 4 -3 0 1 -0 7 2 4 -X D e p ó s i t o le g a l: S . 6 9 8 - 1 9 8 6 P r in te d in S p a in E U R O P A A r te s G r á f ic a s , S. A . S á n c h e z L le v o t, 1 - T e l é f o n o 2 2 2 2 5 0 - 3 7 0 0 5 S a la m a n c a
CONTENIDO
Prelusión......................................................................................... I.
L a VIDA SOCIAL Y PO LÍTICA................................................................
1. 2. 3. 4.
9 11
La m o n a r q u ía ..................................................................... La R e p ú b lic a ........................................................................ El I m p e r io ............................................................................. Las m agistraturas a lo largo d e la vida rom ana .
17 41 132 159
La b u e n a v i d a ..............................................................................
207
1. Las c o m id a s ............................................................................ 2. Juegos y diversiones................................................................ 3.Juegos públicos y fiestas religiosas..................................
209 283 333
4. Juegos públicos y fiestas
p ro fa n a s.................................
347
Paseos y viajes de recreo..................................................
417
Índice de nombres propios ..................................................................
441
Indice analítico..............................................................................
451
Indice general................................................................................
467
II.
5.
Prelusión
En el volumen primero presentamos la vida de los ciudadanos romanos en el entorno de 'su hogar, de su domus, como miembros de una familia, y de una gens, y vimos al joven romano creciendo y educándose con la mira puesta en el ejemplo de sus antepasados, con el nobilísimo empeño de superar, si era posible, sus glo rias en el servicio de la patria. Porque el romano no se consideraba nunca como persona particular, sino cómo miembro de la sociedad a que pertenecía, dentro de una familia, preocupada toda ella en el interés y en la grandeza de la Vrbs Roma. No olvidaba jamás el cometido que pesaba sobre cada uno, igual que sobre todos los ciudadanos: R ecu érd a te, rom an o, q u e tu d e b e r es gobern ar a lo s p u e b lo s con e l im perio; tu s v ir tu d e s serán d icta r le y e s esta b le s d e p a z en tre la s naciones, d o m in a r a lo s so b e rb io s y tra ta r b en ign am en te a lo s ven cidos. (V ir g . A en. 6 , 8 5 1 -8 5 3 )
El romano es un hombre de acción, que en la ciudad está inmerso en los afanes sociales y políticos, y asi lo vamos a presentar ahora a lo largo de la época de la monarquía, de la república y del imperio. Describiremos el funcionamiento, las prerrogativas e influencias de los comicios, de las asambleas populares, de su fa moso senado y de las diversas magistraturas que administraban directamente el quehacer político en sus diversas épocas, porque es natural que estas instituciones, permaneciendo idénticas en su esencia, tuvieran diversas formas de actuar o de manifestarse con el correr de los siglos. Los ciudadanos romanos estaban empeñados en sus ocupaciones desde la sa lida del sol; pero a media tarde, de ordinario, cesaban sus trabajos y podían dedi carse al cuidado de su persona, al solaz de las cenas con su familia y con sus ami gos, y a las diversiones que los entretenían. Por eso el presente volumen estudia dos partes: una sobre la vida social y política y la otra sobre lo que llamamos "la buena vida”, es decir, sus comidas y banquetes, sus juegos y diversiones, tratando de presentar las distracciones de las personas en las diversas etapas de su vida; los juegos del circo y del teatro; los placeres y atractivos menos aparatosos de la caza, y el esparcimiento de los viajes de recreo y de estudio. Todo ello, como hicimos en el primer tomo, lo iremos confirmando y autori zando con el testimonio expreso de los mismos latinos, que en la inmensa varie dad de sus obras, nos han dejado pruebas directas y fehacientes de su estilo de vida, 1 J o s é G u il l e n
I La vida social y política
« N o str a c iu ita s n o n u n iu s e s t in g e n io , s e d m u lto r u m , n e c u n a h o m in is u ita , s e d a liq u o t c o n s titu ta sa ecu lis e t a e ta tib u s » . (C ic . R e p . 2 , 2 )
No es de nuestra incum benda determinar el origen de cada uno de los pueblos que habitan en la península italiana: yápigas, italiotas, griegos, etc. Lo cierto es que en Italia se advierte muy pronto la cultura indoeuropea, sobre todo en la dedicación a la agricultura, y la constitución de la familia y del Estado. El ele mento patriarcal en el Estado tiene en Italia el mismo fundamento que en Grecia, Desde muy temprano se advierte el régimen conyugal, moderado por las más estrictas normas de la honestidad y de la ley moral. Las nupcias legítimas (iustae) tendrán desde muy pronto por objeto la procreación de hijos legítimos. El ma trimonio será monogámico y el adulterio se castigará severamente, sobre todo en la mujer. Con relación al Estado, el italiota lo inmolará todo en aras de la libertad política. La obediencia a los padres será la escuela de la obediencia al Estado. El individuo desaparece en bien de la Patria. El dulce et decorum est pro patria m o ri1 de Horacio estaba ya en el ánimo de los primeros pobladores de Italia. De entre todos los pueblos primitivos que poblaron Italia nos importan ahora únicamente los latinos, que se establecen entre la orilla izquierda del Tiber y las montañas de los Volscos, y luego van bajando por la Campania, antes de las inva siones griegas y sam níticas.2 1. H o r . O d . 3 , 2 , 1 3 ; h e a q u í l o q u e p ie n s a C ic . acerca d e n u e s tr o s d e b e r e s p a r a c o n la P a tria . D e b e m o s sa crifica rn o s p o r s u b ie n c o m o C a tó n , R e p . 1, 1. N o b a s ta n r a zo n es, h a y q u e obrar e n b ie n d e la p a tria , ib. 2 . E l le g is la d o r e s s u p e r io r al filó s o fo p o r q u e a q u él filo s o fa p o r e l b ie n d e la p a tria (ib. 2 -3 ). H a y q u e e sfo rz a r se e n d ig n ifica r y e n g r a n d e c er la p atria b u sc a n d o e l b ie n c o m ú n , a u n q u e e s o e x ija n u estr a p r o p ia c o m o d id a d (ib. 3 -4 ). A u n q u e la p a tr ia n o n o s c o r r e sp o n d a (ib . 5 -6 ). A s í lo h iz o C ic er ó n (7 ):· « n e q u e e n im h a c n o s p a tr ia le g e g e n u it au t e d u c a u it, u t n u lla q u a si a lim e n ta e x sp e c ta r e t a n o b is ac ta n tu m m o d o n o s tr is ip s a c o m m o d is s e r u ie n s tu tu m p e r fu g iu m o tio n o s tr o s u p p e d ita r e t e t tr a n q u illu m ad q u ie te m lo c u m , sed u t p lu rim a s e t m a x im a s n o s tr i a n im i, in g e n ii, c o n s iliiq u e p a r tis ip sa s ib i ad u tilita t e m su a m p ig n e raretu r ta n tu m q u e n o b is in n o s tr u m p r iu a tu m u s u m , q u a n tu m ip s i su p e r e s se p o s s e t, r e m itte r e t (ib . 8 ). L a te s is co n tr a r ia la s o s tie n e n lo s e p ic ú r e o s, q u e r eh ú sa n e l sacrificio. L o s « b u e n o s » d e b en a d m in istr a r e l E sta d o para e v ita r q u e lo s « m a lo s » l o d e sh a g a n (ib. 9 ). L o p r im e r o q u e d e b e d e ap re n d e r e l c iu d a d a n o e s v e r c ó m o p u e d e ser v ir y ser ú t i l a su p a tr ia (ib. 1 , 3 3 ).
14
L a vida social y política
El Latium está cerrado al Este por los montes sabinos y ecuos; al Sur por las montañas de los volscos, ocupadas en parte por éstos y por los hérnicos; al Oeste por el mar donde tiene escasos y pequeños puertos, como el de Laurentum, y Lauinium, porque A ntium quizás y Terracina ciertamente, pertenecen a los vols cos; por el Norte lo cierra el Tiber, que en su orilla derecha riega la Etruria. El Lacio presenta buenas llanuras, recorridas por el Tiber, que baja de la Umbría y por el Anio que viene de la Sabina. Al Norte se eleva el monte calcáreo de Soracte, y al Sur el monte Albano, que sirve de división entre los latinos, los hérnicos y los volscos. El Lacio, pues, propiam ente dicho, está contenido entre el Tiber, los montes Sabinos, el monte Albano y el mar desde Ostia a Ardea. Unos 272 km.2 aproximadamente. El país no es enteramente llano, aparece cortado por barrancos de escasa pendiente, que se abren entre colinas poco elevadas en gene ral. Esto motiva encharcamientos de agua en el invierno, y densas evaporaciones en el verano, que cargan la atmósfera de miasmas insanos, por lo que el terreno resulta sumamente insalubre. En esta región se estableció en su día la raza de los casci L a tin i.1 Al asentarse sobre este territorio los prisci Latini lo hacen en porciones de terreno que atribuyen a cada una de las familias que componen el pueblo. Estas familias se agrupaban entre sí, formando los antiguos cantones o circunscripciones rurales (tribus rusticae).· Sabemos, por ejemplo, que la familia Claudia se aposentó en las orillas del Anio y constituyó la tribus Claudiana. Los nombres los toman no del lugar sino de la gente que en él se establece. Estas familias serán luego las primitivas gentes patriciae, los Emilios, los Cornelios, los Fabios, los Horacios, etc., etc., pero muchas desaparecerán en tiempos históricos, como los Camilos, los Galesios, los Lemanios... Ninguna de estas familias se establecen por primera vez en Roma. A pesar de que cada una de estas familias tiene su pequeño territorio propio, ÿ cada grupo de familias, o tribu-aldea, tiene su propiedad cerrada frente a las otras tribus, no son totalmente independientes entre sí, todas ellas son y se con sideran parte integrante de una entidad política, que se llama populus Latinus, aglutinado por una conciencia moral, llamémosla ciuitas, de sentirse familias que tiene un origen común, que hablan una misma lengua, qüe obran por las mismas costumbres, que obedecen a las mismas leyes, que adoran los mismos dioses, y se sienten obligados a ayudarse m utuam ente, y a defenderse como un solo pueblo frente a los extraños.
2 . S o b r e e s to s te m a s p u e d e n v e r s e , L . H o m o , L ’Ita lie p r im itiv e e t les d é b u ts d e l’im perialism e rom ain, c o l. « E v o lu t. d e l ’H u m a n ité » , 1 9 2 5 ; S a rto ri, P ro b le m i d i sto ria co stitu zio n a le italio ta , 1 9 5 3 ; P a llo tin o , L e o rigin i sto rich e d e i p o p o li italici ( X C o n g r. D e C ie n c . H is t . 1 9 5 5 , I I ) ; R e llin i, L e origini d ella c iv iltà italica, R o m a 1 9 2 9 ; G . D e v o t o , G li antichi Ita lic i, F lo r e n c ia 1 9 3 1 ; T h . M o m m s e n , E sta b lecim ien to d e lo s L atin os, e n H ist, d e R om a I , M a d r id 1 9 6 0 , p . 566 9 . J. G a u d e m e n t, In s titu tio n s d e l ’a n tiq u ité, P a r is 1 9 6 6 ; R . B lo c h - J. C o u s in , R o m e e t son d estin , P a r is 1 9 6 0 . 3 . D e l o r ig e n d e R o m a s e h a e sc r ito m u c h ís im o , n o p r e te n d e m o s m ás q u e in d ic a r al r e s p e c to a lg u n a s o b r a s ú tile s : C a r d in a le , L e origin i d i R om a, 1 9 4 9 ; L . B lo c h , L es origin es d e R om e, 1 9 4 6 ; F raccaro, L a sto ria rom ana arcaica, 1 9 5 3 ; F . R ib e z z o , R o m a dalle origini, S abin i e Sabelli·. R 'IG A 1 4 (1 9 3 0 ) 5 9 ; E . C ia c er i, L e o rig in i d i R om a, la m onarchia e la prim a fasse d e ll’età repubblican a, M ila n o 1 9 3 7 ; J . G a g é , H u it rech erch es su r lè s origin es ita liq u e s -e t rom aines, P a r is 1 9 5 0 ; D i F r a n c isc i, L e co m u n ità sociale e p o litica rom ana p rim itiv a ( X C o n g r. d e C ie n c . H is t . R o m a 1 9 5 5 , I I ) . C . B a rb a g a llo , I l p ro b le m a d ette origini d i R om a (S tu d ia H is to r ic a 7 3 ) R o m a 1 9 7 0 ; H . J. E ra sm u s, T h e origin s o f R o m e in th e h istoriograph y from P etrarch to P erizo n iu s, A s s e n 1 9 6 2 .
L a vida social y política
Los ciudadanos, miembros de las diversas gentes, habitan en sus respectivas aldeas; sus jefes, es decir, el cabeza de cáda familia, se reúnen periódicamente en' algún lugar determinado [forum), para tratar los asuntos comunes, administrar justicia cuando se precise, y dar normas de vida, tanto para el interior, como con relación a los no ciudadanos4. Este punto de reunión será una altura (capitolium), o un sitio seguro (arx). Todavía no es una urbs, lo será cuando las casas se acojan hacia una fortaleza y se rodeen de un recinto protegido {oppidum). Serán recintos de escaso poblado, de ordinario, pero a ellos acudirán todos para defenderse en tiempo de guerra. El punto más apropiado para esta urbs, refugio, eran sin duda los montes Albanos, y así debió de surgir la ciudad de Alba, cerca del lago Albano y el monte Caro, sin duda la actual Castel Gandolfo. En las faldas de este monte se han encon trado los antiguos muros de Lanuuium. y de Tusculum. Es un lugar oportuno para la defensa contra los ataques de los volscos y de los hérnicos, corre por ellos el aire saludable y hay abundancia de aguas cristalinas. Como recuerdas arttiguos se conservan en sus proximidades los restos del templo de Júpiter Latiaris^ y el nemus D ia m e 5. Allí surgió, pues, Alba, la metrópoli más antigua de los latinos y madre 4 . P u e d e le e r s e c o n r e s p e c to a e s to s te m a s: G . L u g li, I san tu ari celeb ri d e l L azio antico, R o m a 1 9 3 3 ; I d ., D o v e so rgeva A lb a L onga (N u o v a A n to l. A g o s t o 1 9 2 9 ); L . M o r p u r g o , N em u s A ricin u m (M A A L 1 3 , 1 9 0 3 ); A . G a lie ti, II te m p io itálico rin ve n u to n ell’acropoli d i L anu viu m (B C A R , L V I ) ; J . C a r co p in o , V irg ile e t le s origin es d 'O stie , P a r is 1 9 1 9 ; M . B r u w a e n e , L a so c iété rom ain e I. L e s origin e e t la form ation , B r u x e lle s 1 9 5 4 . S o b r e la gen s la te o r ía m á s sa tis fa c to r ia y m á s c o m ú n p o r e l m o m e n to e s la p r o p u e s ta p o r B o n fa n te , seg ú n la c u a l, la g en s e s an te to d o u n g r u p o p o lít ic o , c u y o je fe e s e l q u e p r e sid e la gen s, y e l te s ta m e n to e l a c to p o r e l q u e e l je fe d e s ig n a su su c eso r . E s t e o r g a n ism o e s a n ter io r a la ciuitas. C a d a gen s e ra a u tó n o m a , p e r o c o n fe d e r a d a s lu e g o p r o d u je ro n la ciuitas. E sta id e a , s e g u id a p o r la m a y o r p a r te d e lo s ita lia n o s , la lle v a a s u s ú ltim a s c o n s e c u e n c ia s W e str u p , S u r le s 'gen tes’ e t le s 'curiae’ d e la ro ya u té prim i tiv e d e Rom e·. R I D A , 1 9 5 4 . A s í p ie n s a ta m b ié n D e M a rtin o {L a g e n s, lo sta to e le clasi in R o m a antica, e n S tu d i A ran gio R u iz, 1 9 5 3 ). F r e z za , L a c o n stitu zio n e citta d in a d i R o m a e t il p ro b le m a d e g li o rd in a m en ti giu ridici p re e siste n ti, e n S c r itti V errin i I , 1 9 4 7 , r e n u e v a la te o r ía a n tig u a d e q u e la c iu d a d h a b ía s u r g id o p o r la fe d e r a c ió n d e la s gen tes. L u z z a to , L e organizazio n i p recivich e e lo S ta to , 1 9 4 8 , c o n s titu y e a la fa m ilia c é lu la d e la gens y la gen s d e l E sta d o . L o s a le m a n e s, e n c a m b io , c o n sid e r a n la gens c o m o u n a agr u p a c ió n m e r a m e n te e co n ó m ic a y p r iv a d a ; o b ie n c o m o u n a a so cia c ió n fic ticia , n o m in a l, y sin e n tid a d r ea l d e n in g u n a c la se . A s í M a x K a ser , p o r ej. e n D a s röm . P riva tre ch t, 1 9 5 5 ; y W ie a c k e r , H au sgen ossen sch af u n d E rbein setzu n g , 1 9 4 1 . P a ra u n o s la m o n a r q u ía su r g ió c o m o u n d e s p r e n d im ie n to p r o g r e s iv o d e l p o d er d e la s g en tes, o e fe c to d e u n a r e v o lu c ió n ; para o tr o s la m o n a r q u ía s e im p u s o c o n in d e p e n d e n c ia d e la s g en tes. E l rey t e n ía u n p o d e r c a rism á tic o , r e p r e se n ta b a a D io s , tu v o , p u e s , u n o ri g e n r e lig io s o y se m a n tu v o p o r p r in c ip io s r e lig io s o s , p o r ta n to e l p o d e r d e l r ey era a b so lu to . A s í p ie n s a n , C o li, R egn u m , e n S tu d ia e t docu m en ta, 1 9 5 1 ; y e l m is m o a u to r , S u ll paralelism o d e l D ir itto p u b b lico e t d e l D ir itto p riv a to n elle p erio d o arcaico d i R om a, e n S tu dia, 1 9 3 8 ; L übto w , L ex cu riata d e Im perio·. Z S S , 1 9 5 2 . Q u iz á s la s r ela cio n es d e la s g en tes c o n la m o n a r q u ía n o sea n ta n sim p le s n i e x tr e m a s, sin o q u e e l r ey tu v o c o n se g u r id a d u n o r ig e n ca rism á tic o y r e lig io s o , p ero s e e n c o n tr ó d e fr e n te c o n u n a o r g a n iz a c ió n so c ia l, c o m p u e s ta p o r g r u p o s p o lít ic o s in d e p e n d ie n te s , las g en tes, q u e in flu ía n a c tiv a m e n te e n la a d m in istr a ció n d e la c iu d a d . G a g é , L es tra d itio n s d e s P apiri e t qu el q u es orig in es d e I’eq u ita tu s rom ain e t latin·. R H D , 1 9 5 5 , d ic e q u e e n la R o m a m o n á rq u ic a e x is t ía u n eq u ita tu s, u n g r u p o a u tó n o m o d e jó v e n e s , h o s t il a la s gen tes y a lia d o s d e la p le b e , q u e s o s te n ía a l r e y . Y c o n e llo te n d r ía m o s y a e sb o z a d o s to d o s lo s e le m e n to s d e la s o cie d a d rom an a: a u to r id a d , g e n te s o p a tric io s, c a b a lle r o s y p le b e . 5 . E l te m p lo d e D ia n a A r ic in a , era e l m á s fa m o so d e to d o s lo s c o n sa g ra d o s a e sta d iv in i d a d . E sta b a s itu a d o e n la p a r te m á s b o s c o s a d e lo s m o n te s A lb a n o s , a la d e r e c h a 'd e l ca m in o q u e b aja d e A r icia (P lin . N .H . 1 6 , 9 1 ). S e lla m a N e m u s « e l b o s q u e » q u e h a q u e d a d o fijo al la g o e n c u y o s c rista les se m irab a la d io s a (O v id . Vast. 3 , 2 6 5 ; 6 , 7 3 5 ; M e t. 15 , 5 3 7 ; Serv. a d A en . 7 , 5 1 6 . L a s u p r e m a c ía q u e s e d a a R o m a so b r e la L ig a la tin a d e s d e e l p rim er m o m e n to n o p u e d e p r o b a r se. E s u n a s u p o s ic ió n d e lö s a n a lista s e n c a b e z a d o s p o r F a b iu s P ic to r . R om a
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L a vida social y política
de las ciudades del Lacio: Labicum, Gabies, Nomentum, Roma, Laurentum, Lauinium, hasta treinta. La comunidad de la raza, la unidad de lengua y de culto mantuvo a estas ciudades, dentro de una autonomía propia, unidas en un pacto de eterna alianza, en torno del santuario federal, junto a Alba. Todos los años, en una solemnidad especial, Latinae feriae, convocados por el jefe de la confede ración, se reunían los latinos en el templo de Júpiter Latiaris6 e inmolaban un toro al dios del Lacio. Cada ciudad contribuía con sus aportaciones para el apro visionamiento de los banquetes, ganado, leche, queso, y recibía su participación de la carne sacrificada al dios del todo el Lacio. No sólo se reunían con ese motivo religioso, sino que los representantes de las diversas ciudades celebraban frecuentes asambleas en un lugar próximo, junto a la fuente Ferentina, nom bre de la Venus latin a7, hoy Marino, para tratar los asuntos de interés común. Los habitantes de todas las ciudades gozaban de dere chos comunes entre sí, y se gobernaban por leyes que todos aceptaban.
e s u n a d e la s tr e in ta c iu d a d e s d e l n om en L atin u m . L a h e g e m o n ía v a p a s a n d o s e g ú n la s ép o ca s d e u n a c iu d a d a otra . T e n ie n d o A lb a la s e d e y lo s te m p lo s L actares n o e s im a g in a b le q u e la lig a h a y a s id o e sta b le c id a p o r lo s T a r q u in io s d e R o m a . A s í p ie n s a J.-C . R ic h a r d , U n e n ou velle h isto ire d e s d é b u ts d e la co n q u ête romain·. R E L 4 4 (1 9 6 6 ) 9 3 -9 7 , a p r o p ó s ito d e A n d . A lfö ld i, E arly a n d th e L a tin s, M ic h ig a n 1 9 6 6 . E s t a id e a la h a b ía d e sa rr o lla d o y a A . M o m ig lia n o , S toriografia su tra d izio n e sc ritta e storiografia su tra d izio n e orale·. C u ltu r a e S c u o la (ju l.-se p t. 1 9 6 5 ). P r o n to s u c e d e L a v in iu m a A lb a , c o m o m e tr ó p o li r e lig io sa d e lo s la tin o s , lu e g o A r ic ia , e n cu ya lig a n o a p a rece R o m a , p o r q u e s e h a lla a se d ia d a p o r P o r se n n á , a ñ o 5 0 5 . S u p e r a n d o R o m a a la lig a e n e l L a g o R e g ilo , p o r u n a e s p e c ie d e áu ocatio lle v a e l te m p lo d e D ia n a a l A v e n tin o , c f. A . M o m ig lia n o , Sul d ie s n atalis d e l san tu ario fed era le d e D ian a su ll'A v en tin o : A c c. N a z . d e l L in c e i (ju l.-se p t. 1 9 6 2 ); S . M a zz a r in o , D a lla m onarchia alio sta to repu bblican o, C atan ia 1 9 4 6 ; A . G u a r in o , D e l 'R e g n u m ’ alla 'r e sp u b lic a ’: L a b e o I X , 1 9 6 3 . 6 . V id . S . S e r g i, D a A lb a L onga a R om a, T o r in o 1 9 3 4 . V e n c id o s lo s A lb a n o s s e in c r e m e n ta n las fa m ilia s p a tric ia s c o n lo s J u lio s , S e r v ilio s , Q u in c tio s , L e g a m o s, C u r ia tio s y C lo e lio s , 7 . L iv . 1 , 5 0 , 1; 1 , 5 2 , 5 ; c f. E . S e r en i, C o m u n ità rurali n ell’Ita lia antica, R o m a 1 9 5 5 ; R . E . E . P a lm e r , T h e arcaich co m m u n ity o f th e rom ans, C a m b r id g e 1 9 7 0 ; M . B o n jo u r , T erre N atale: E tu d e su r une co m p o sa n te a ffec tive d u p a trio tism e rom ain, P a r is 1 9 7 5 ; y c o m e n ta n d o e s t e lib r o P . G r im a i, A u berceau d u p a trio tis m e romain·. R Ë L 5 4 (1 9 7 6 ) 4 2 -4 8 ; E . B a d ia n , R om an Im p éria lism e in th e la te R e p u b lic (C o m u n ic a c . e n la U n iv . d e Su r A fr ic a ), P r e to r ia 21 9 6 8 .
La monarquía
« R e x u e lit h o n e s ta , n e m o n o n e a d e m u o le t» . (S e n e c a , T h y est. 2 1 3 )
1. Orígenes
de Roma (753-509 a. C.)
Dejamos aparte la magnífica leyenda de origen griego, acogida por Fabio Píctor, fundador de la historia romana, narrada espléndidamente por Tito Livio ®, y poetizada por Virgilio, sobre la fundación de Roma por Rómulo y Remo, la Vestal violada por M arte, los dos gemelos, destinados a la muerte por un tío sin conciencia, colocados en una canastilla sobre el Tiber, salvados milagrosamente, amamantados por la loba, recogidos por un pastor, y preparados para hacer jus ticia después de haber fundado una ciudad9, todo esto, que es una invención magnífica y no tiene valor más que para la historia de la literatura. Lo normal, es, que algunas de esas tribus, de que hemos hablado, se aposen taran en las colinas próximas a la desembocadura del Tiber. Dos de ellas, los Ramnes y los Lúceres, son enteramente latinas, de las asentadas primitivamente en el Lacio; la tercera, los Ticios, serán sabinos 10 o sabélicos. Estos pueblos baja ron también del mundo indoeuropeo y eran originariamente vecinos y parientes de los latinos, con lenguas muy semejantes y costumbres casi idénticas. En el mo mento de la venida de los Ticios la gente latina no tenía como centro el territorio romano sino todo el Lacio. Los Ramnes, pues, los Lúceres y los recién llegados Ticios tienen sus fortalezas contra los vecinos de la orilla derecha del Tiber, en la cima de los altozanos, y sus aldeas en la llanura que cultivaban aguas abajo del río, y hacia las tribus de A lb a.11 8. 9. 10.
L iv . 1, 3 . L iv . 1, 4 -7 ; C ic . R e p . 2 , 4. T a c. A n n . 2, 54; V arr. L . L. 5 , 2 5 . V id . J . P e r r e t, L es origin es d e la légen de troyen ne d e R o m e, P a r is 1 9 4 2 ; F . B o em er , R o m u n d T roja, B a d en -B a d en 1 9 5 1 ; E . P a is , H isto ire ro m aine; d e s orig in es à l ’a ch èvem en t d e la co n q u ête (C o l. G la tz , 1 9 2 6 ); M a zz a r in o , D alla m onar chia alio sta to rep u b b lica n o, 1 9 4 6 ; C . B a rb a g a llo , II p ro b le m a d e lle origini d i R om a d a V ico a noi, M ila n o 1 9 2 6 , r e e d ita d o 1 9 7 0 ; U . A n to n ie lli, L e o rig in i d i R o m a alia lu ce d elle sc o p e rte arch eologicbe, B P I , 1 9 2 7 , p . 1 6 6 ; J . P o u c e t, R ech erch es su r la lég en d e sa b in e d e s origin es de R o m e, L o u v a in 1 9 6 7 . 1 1 . G . D e v o t o , L e origin i trip a r tite d i R om a, A th e n . 1 9 5 3 ; L a s tres tr ib u s L iv . 1 , 13 , 6 . C ic . R e p . 2 , 3 6 ; T h . M o m m s e n , D ie röm isch en T rib u s, A lto n a 1 8 4 4 ; O ríg e n e s d e R om a, en H ist, d e R o m a I , M a d r id 1 9 6 0 , p . 7 0 -8 7 ; F . F . A r b o t, A . H isto ry and D escrip tio n o f Rom an P o litica l In s titu tio n s , N e w Y o r k 31 9 6 3 , la 1 .a e d . d e 1 9 1 0 ; I d ., S o ciety a n d P o litics in ancient R o m e, E ssa ys an d S k etch es, N e w Y o r k 1 9 6 3 , 1 .“ e d . 1 9 0 9 ; I d ., T h e C om m on P eo p le o f ancient
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L a m onarquía
Una de estas tribus, sin duda los Ramnes, tienen un «totem», un lobo, y para honrarle se reúnen con sus mancomunados los Lúceres y los Ticios, y empiezan a celebrar la fiesta del lobo, los Lupercalia, fiesta de labradores y de pastores. Roma no surge de una sola vez, va haciéndose poco a poco. Su tierra es pobre, su emplazamiento malsano, sus aguas escasas; pero tiene la ventaja de que el Lacio domina hasta el mar ambas orillas del río. La desembocadura del Tiber será un medio excelente para la comunicación comercial, y un puerto fluvial, a una distancia corta, pero suficiente para que sus barcos estuvieran a buen res guardo de los piratas marinos, que era de todo punto necesario. Es natural, pues, que en ese punto en que el Lacio empezaba a dominar también la orilla derecha del Tiber, en que una serie de colinas ofrecían buena defensa militar, se estable ciera un mercado común para todo el Lacio n . Que este emporio se constituyera por una decisión de la confederación latina, o que lo realizaran las tribus aposen tadas en esta parte del Lacio, con tan buena salida al mar y tan en contacto con el industrioso pueblo etrusco, no importa mucho. Lo cierto es que, siendo Roma una de las últimas ciudades fundadas en el Lacio, es la primera que aparece con un recinto amurallado, mientras los restantes latinos viven en lugares abiertos, y no se reúnen en sus fortalezas más que en días de fiesta, o en momentos de peligro. Los labradores de Roma siguen cultivando sus campos, viviendo esencial mente de ellos y de sus ganados, pero prefieren habitar en las partes elevadas de sus alcores, es decir, en la ciudad. A ella acuden muy pronto otros latinos y extran jeros, de forma que en su primera constitución política cuentan con 3.300 hom bres armados para su defensa, lo que supone una población de más de 10.000 habitantes. Las primeras colinas habitadas son ciertamente el Palatino y el Quirinal, luego sucedió el Septimontium B, por fin todos se reúnen en la gran ciudad que ciñe el muro de Servio. Desde entonces Roma aspira a ser la cabeza de todas las tribus latinas.
R om e. S tu d ie s o f R om an L ife an d L itera tu re, N e w Y o r k 1 9 6 5 , l . a e d . 1 9 1 1 ; I n s titu tio n s d e l'a n tiq u ité, P a r is 1 9 6 7 .
J . G a u d e m e n t,
12 . C ic er ó n p o n d e r a c u m p lid a m e n te la p r u d e n c ia d e R ó m u lo e n la e le c c ió n d e l lu g a r señ a la d o para e l e m p la z a m ie n to d e R o m a , e n R ep . 2 , 5 -1 1 , p a saje d e l q u e v a m o s a c ita r lo s p árra fo s 5 y 6 : « Q u a g lo r ia p a rta , u r b e m a u sp ic a to c o n d e r e e t firm are d ic itu r p r im u m c o g ita u iss e rem p u b lic a m . V r b i a u te m lo c u m ,'q u o d e s t e i, q u i d iu tu r n a m r em p u b lic a m ser e re c o n a tu r, d ilig e n tis s im e p r o u id e n d u m , in c r e d ib ili o p p o r tu n ita te d e le g it. N e q u e e n im ad m are a d m o u it, q u o d e i f u it illa m a n u c o p iis q u e fa c illim u m , u t in agrum R u tu lo r u m A b o r ig in u m q u e p r o c e d e r e t, au t in o s tio T ib e r in o , q u e m in lo c u m m u ltis p o s t a n n is r ex A n c u s c o lo n ia m d e d u x it, u r b e m ip se c o n d e r e t, s e d h o c u ir e x c e lle n t i p r o u id e n tia s e n s it ac u id it, n o n e ss e o p o r tu n is sim o s s itu s m a r itim o s u r b ib u s e is , q u a e ad sp e m d iu tu r n ita tis n o n so lu m m u ltis p e r ic u lis o p p o sita e , sed e tia m ca ec is. N a m terra c o n tin e n s a d u e n tu s h o s tiu m n o n m o d o e x p e c ta to s , s e d e tia m r e p e n tin o s m u l tis in d ic iis e t q u a si fra g o re q u o d a m e t s o n itu ip s o a n te d e n u n tia t; n e q u e u e r o q u isq u a m p o t e s t h o s tis a d u o la re terra, q u in e u m n o n m o d o e s s e , s e d e tia m q u is e t u n d e s it, scir e p o s sim u s . M a ritim u s u e r o ille e t n a u a lis h o s tis a n te a d e s se p o t e s t, q u am q u isq u a m u e n tu r u m e s s e s u sp i cari q u e a t, n e c u e r o c u m u e n it, p ra e s e fe r t, a u t q u i s it a u t u n d e u e n ia t a u t e tia m q u id u e lit, d e n iq u e n e n o ta q u id e m u lla , p a c a tu s an h o s tis s it, d isc er n i ac iu d a ca r i p o t e s t» . V id . H . M . R . L e o p o ld , L es raisons géograph iqu es e t écon om iqu es d e l’origin e d e Rom te con firm ées par les résu lta ts d es recherches archéologiques·. M N I R 5 (1 9 3 5 ) 1, e n h o la n d é s. 13. T a c. A n n . 1 2 , 2 4 , d a u n a b u e n a o r ie n ta c ió n para seg u ir la lín e a d e l po m o eriu m d e la prim era ép o c a ; y F e s t. 4 5 8 L . c o n s e r v a , se g ú n A n tis tiu s L a b e o , la lis ta d e la s c o lin a s c o m p r e n d id a s e n e l S ep tim o n tiu m , a u n q u e la lis ta d e F e s to d a o c h o n o m b r e s , lo s m o d e r n o s s u e le n e li m in ar e l n o m b r e d e Ia S u b u ra; n o se in c lu y e e n la lis ta lo s m o n te s Q u ir in a l, V im in a l y C ap i to lio . E l te r r ito r io q u e e n to n c e s t e n ía R o m a se e x te n d ía a c in c o m illa s. C f. p rim e r v o lu m e n de esta o b r a , p . 1 3 -1 6 . C f. A . M a g d e la in , L e pom eriu m archaïque e t le mundus·. R E L 5 4 (1 9 7 6 )
E l rey
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2. El rey Desde el momento en que los habitantes de estas nueve leguas cuadradas, que hay en torno a las fortalezas de Roma, se centran en una comunidad de vida, en una ciudad propiamente dicha, necesitan un padre de la gran familia que se reúne, es decir, un rey. Recuerdo quizás del predominio de uno de ellos es la imposición de Rómulo sobre Remo; y de Rómulo, jefe del Palatino, de nuevo sobre Tito Tacio, el rey de los sabinos o de los habitantes del Quirinal. Sea de esto lo que fuere, lo cierto es que, así como la familia tenía un rey doméstico, el pater fami lias, y la gente tiene su jefe, el pater gentium, la unión de todas las familias y de todas las gentes y tribus, que constituyen como la familia universal, o la ciuitas, debe tener un pater duitatis, que, sin menoscabo del poder doméstico del pater familias, será como un padre común de todos en la vida social, política y militar. Puesto que la ha de regir, se llamará rex; le ha de dar órdenes, será dictator; ha de formar y enseñar al pueblo y será magister populi. Como esta gran familia había surgido de la libre asociación de los aldeanos, todos libres, todos iguales, todos se reúnen para eligir libremente de entre ellos al re y .14 Desde el momento de su elección, y desde el punto y hora en que Je prome tieron obediencia fiel y completa, el rey tomaba sobre todos ellos los poderes que el pater familias tenía sobre los de su casa: tenía los sacra publica, sacerdote del pueblo, que conservará junto a su casa, siempre encendido, el fuego sagrado de Vesta; él ofrecerá los sacrificios comunes, él guardará los penates del pueblo en
7 1 -1 0 9 ; R . E . A . P a lm e r , T h e K in g a n d th e C o m itiu m : a S tu d y o f R om e's o ld est p u b lic docu m en t, H is to r ia : E in z e lsc h r ifte n , H e lf t 1 1 , 1 9 6 9 . 14 . L a d e s c r ip c ió n m á s a n tig u a d e l tie m p o d e lo s r ey e s la d a sin d u d a F a b iu s P ic to r . S e g ú n P lu ta r c o (R om . 3 y 8 ) s u r ela ció n d e p e n d e d e l g r ie g o D io c le s d e P e p a r e th o s , d e l q u e n o te n e m o s m á s n o tic ia s: « L a r ela ció n q u e pa sa p o r m á s c ie r ta y t ie n e m ayor n ú m e ro d e te stig o s e n s u fa v o r la p u b lic ó e l p rim ero e n tr e lo s g r ie g o s e n s u s m ás señ a la d a s c ir c u n sta n c ia s, D io c le s P e p a r e tio , a q u ie n e n la s m á s d e la s c o sa s s ig u e F a b io P ic t o r ...» , y s ig u e P lu t, r e la ta n d o la fu n d a c ió n d e R o m a p o r R ó m u lo y R e m o (R om . 5 -8 ). L a h isto r ia d e io s r ey es la p r e se n ta T ito L i v io e n e l lib r o I , cu y a s ú ltim a s p a la b ra s s o n é sta s: « L . T a r q u in iu s S u p e rb u s r e g n a u it ann os q u in q u e e t u ig in ti. R e g n a tu m R o m a e ab c o n d ita u r b e ad lib er a ta m an n o s d u c e n to s q u a d r a g in ta q u a ttu o r . D u o c o n s u le s in d e c o m itiis c e n tu r ia tis a p r a e fe c to u r b is e x c o m m e n ta riis S e r . T u lli c r e a ti s u n t, L . I u n iu s B r u tu s e t L . T a r q u in iu s C o lla tin u s (L iv . 1 , 6 0 , 3 ). M á s d e ta lla d a la h is to r ia d e lo s r ey es e n D io n is io d e H a lic a r n a so . T a m b ié n e n P lu ta r c o , v id a d e R ó m u lo y d e N u m a . E l r e la to m á s a n tig u o e s e l q u e h a c e C ic er ó n e n R ep . 2 , c u y o ín t im o p a r e n te sc o c o n u n fr a g m e n to la tin o r e fe r e n te a S e r v io n 'T u lio , c o n s e r v a d o e n u n p a p iro d e O x u r h in c h o s 2 0 8 8 p o n e d e m a n ifie sto A . P ig a n io l, L e Pwírjus d e S erviu s T u lliu s (S c r itti in o n o r e d i B . N o g a r a ) R o m a 1 9 3 7 ; G . B in d e r , D ie A u ssetzu n g d es K o n ig sk in d e s K y ro s u n d R om u lu s, M e in se n h e im am G la n n , 1 9 6 4 . H e a q u í la lis ta d e lo s rey es d e R om a: R ó m u lo , rein a 37 años 1-3 7 ab u r b e c. 7 5 3 -7 1 7 a I n te r r e g n u m en e l añ o 38 716 N u m a P o m p ilio , reina 3 9 añ o s 39-81 7 1 5 -6 7 3 T u llo H o s t ilio 4 3 añ o s 8 2 -1 1 3 6 7 2 -6 4 1 A n c o M a rcio 24 años 1 1 4 -1 3 7 7 4 0 -6 1 7 3 8 añ o s L . T a r q u in io 1 3 8 -1 7 5 6 1 6 -5 7 9 S e r v io T u lio 4 4 años 1 7 6 -2 1 9 5 7 8 -5 3 5 L . T a r q u in io e l S o b er b io 2 5 años 5 3 4 -5 1 0 ' 2 2 0 -2 4 4 L a m o n a r q u ía d u ra, p u e s , en R o m a , 2 4 4 añ o s. E n e l 2 4 5 -5 0 9 in ic ia n e l c o n s u la d o L . J u n io B r u to y T a r q u in io C o la tin o , q u e fu e r o n su sti tu id o s e l ú lt im o por P . V a le r io P u b lic o la y e l p r im e r o p o r Sp. L u c re c io T r ic ip itin o y é s te por M . H o r a c io P u lv illo .
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L a m onarquía
los almacenes o despensas generales; él consultará la voluntad de los dioses (aus picia publica), o podrá delegar en otros que lo hagan en su nombre, eligiendo los sacerdotes, las vírgenes Vestales, y los arúspices. Tenía el derecho de juzgar, de castigar, de imponer multas, de privar de la libertad, de arrojar de la ciudad y de condenar a muerte, como el pater familias en su domus. El podía reunir al pueblo convocándolo en consejo; hacer tratados y mantener relaciones de amistad con otros pueblos diversos. Tenía el mando (im perium) en tiempo de paz y en tiempo de guerra; podía elegir los soldados y castigar a quien resistiera este llamamiento ls. Cuando marchaba oficialmente le precedían los lic tores con las fascios, o manojos de varas, con el hacha, indicando que él era dueño absoluto con derecho de vida y muerte. Contra la sentencia capital dictada por el rey, se puede apelar al pueblo (prouocatio), el rey podía conceder este recurso, pero no estaba obligado a ello. 16 Como padre de la gran familia, el rey era el único depositario de todos los poderes, por ser rey pfecisamente. Como el pater familias puede reunir el consejo de su casa, el rey podía constituir colegios especiales de peritos para aconsejarse en los diversos asuntos de la vida común, colegios sacerdotales, grupos de hombres 15. L a n a tu r a lez a d e l im p eriu m n o e stá clara. A lg u n o s p ie n s a n q u e e l im periu m v a in h e r e n te al p o d e r rea l; p e r o p o r lo c o m ú n se c re e q u e e s d e o r ig e n m ilita r . H e u s s , Im p e riu m , en Z .S.S., 1 9 4 4 , y D e M a rtin o p ie n s a n q u e e l im p eriu m e s e l p o d e r d e l je fe m ilita r e n las c iu d a d es d e la lig a la tin a . E s t e je fe n o era e l r ey . E l im p eriu m se a p oyab a e n e l tra ta d o y se e je rc ía s o b r e lo s h o m b r e s lib r e s , e l p o d e r d e l rey r e c a ía s o b r e lo s s ú b d ito s (p o te sta s). E l m a g istr a d o c iv il r e c ib ía e l im p eriu m c u a n d o la c iu d a d e sta b a c o n fe d e r a d a e n se n a d o o e n c o m ic io s ... y se le c o n fe r ía a l m a g istr a d o p o r la le y curiata d e im perio. D e F r a n c isc i, A rcan a im p erii, 3 v o l., 1 9 4 7 -1 9 4 8 la p o n e e n tr e la s a tr ib u c io n e s c a rism á tic a s d e l r e y , rec h a z a n d o c o n e llo la c re e n c ia p o p u la r d e q u e e l im p eriu m ib a in c lu id o e n la m o n a r q u ía c o m o h e r en cia e tru sca ; e l m is m o , Into rn o all'origine etrusco d e l co n cetto d e im perium ·. S tu d i E tr u s c i, 1 9 5 6 . V id . ta m b ié n L ü b to w , L ex cu riata d e im perio·. Z S S , 1 9 5 2 ; u n e x c e le n t e a n á lisis d e la e v o lu c ió n d e la id e a d e im p e riu m la h a c e V o g e l, Im p e riu m e t fa sces : Z S S , 1 9 5 0 ; P a o li, O b se rv a tio n s su r la 'Vides', Γ 'Im p eriu m ' e t leu rs ra p p o rts, e n F e s tg a b e S im o n iu s , 1 9 5 5 ; U . V o c i, F er la d efin izio n e d e ll'Im perium ·. S tu d i A lb e r ta r io , 1 9 5 3 ; A . M a g d e la in , R ech erch es su r l ’im periu m . L a fo i cu riate e t le s au sp ices d ’in vestid u re, P a r is 1 9 6 8 . 1 6 . E l p r im e r c a so d e p ro u o ca tio , L iv . 1 , 2 6 , 8 ; L a e x iste n c ia d e la p ro u o ca tio e n tie m p o d e lo s r ey e s, C ic. R ep . 2 , 5 4 . E s e l d e r e c h o d e a p e la c ió n al p u e b lo , a l v e r s e c o n d e n a d o p o r u n m a g istr a d o e n v ir tu d d e la le y V aleria H o ra tia d e 5 0 9 a. C . L iv . 2 , 5 , 8; C ic . R e p . 2, 5 3 . F u e s u sp e n d id a p o r lo s d e c e n v ir o s d e l 4 5 1 -4 4 9 (C ic . R e p . 2 , 6 2 ), ap a rece d e n u e v o e n las X I ’I T a b la s . P o r la s le y e s Porciae e n tr e lo s a ñ o s 1 3 4 y 1 0 8 a. C . s e e x tie n d e e l fa v o r a to d o s lo s c iu d a d a n o s r o m a n o s, e n to d a s la s r e g io n e s d e l im p e r io . E l c iu d a d a n o q u e h aya a p e la d o a R o m a , d e b e ser r e m itid o a la c iu d a d (S a lí. Iu g . 6 9 , 4 ; C ic . V err. 5 , 5 7 -5 8 ; 6 2 -6 5 ). U n a le y S em pron ia d e C . G r a c o , d e l 1 2 3 e q u ip a ra la v io la c ió n d e e sta le y al c r im e n d e l p erd u e llio (C ic . R ab. 12; V err. 5 , 1 6 3 ; P lu t. C. G rac. 4 ). D e s p u é s d e lo s G r a c o s, d u r a n te lo s p e r ío d o s r e v o lu c io n a r io s, q u e d a va ria s v e c e s e n s u s p e n s o p o r la s m e d id a s d e e x c e p c ió n d e c re ta d a s p o r m e d io d e l senatu s co n su ltu m u ltim u m , a u n q u e e l p a r tid o p o p u la r , s ie m p r e c o n s id e r ó la prou ocatio c o m o u n o d e lo s e le m e n to s b á sic o s d e l d e r ec h o p ú b lic o . C f. to d o e l d ise , d e C ic . P ro R ab. P erd . L a pro u o catio n o te n ía lu g a r m á s q u e e n la ju r is d ic c ió n c rim in a l, y e n la c o e r c ió n d e l m a g istr a d o q u e p id ie ra la p e n a d e m u e r te o u n a m u lta . E in c lu s o e n e s t e c a m p o te n ía c ie rta s lim ita c io n e s , p o r ej.: a) e l d ic ta d o r n o e stá o b lig a d o a e lla m á s q u e d e s d e u n a fe c h a n o p r e cisa d a (L iv . 3 , 2 9 , 6 ; 8 , 2 1 , 3 3 -3 5 ); b ) a lg u n o s c a stig o s c o m o la r eleg a c ió n a c ie r ta distaricia d e R o m a , la c o n fis c a ció n d e b ie n e s , la con secratio locoru m n o c a e b a jo e l p r iv ile g io d e la prouocatio-, c ) la s persq n as n o lib r e s , la s m u je re s y lo s e x tr a n je r o s n o tie n e n jam ás d e r e c h o d e a p e la c ió n ; d ) e ig u a l m e n te lo s c iu d a d a n o s r e b e ld e s, lo s d e s e r to r e s, lo s in cen si y lo s d e cla ra d o s h o stes patriae. L a fo r m a d e la p ro u o ca tio p o s te r io r m e n te p r o c e d ía a sí: E l a c u sa d o q u e era c o n d e n a d o p o r e l ju ez ap ela b a al p u e b lo ; s e in s tr u ía d e n u e v o la c a u sa a n te tres asa m b lea s su c e s iv a s , e n la s q u e el p rim e r ju ez d e fe n d ía su s e n te n c ia y h a c ía d e a cu sa d o r p ú b lic o . E l cu a r to d ía t ie n e lu g a r la v o ta c ió n (in q u isitio ) q u e co n firm a la se n te n c ia a n ter io r o la a n u la. V id . C . E is e n lo h r , P rou ocatio a d p o p u lu m , 1 8 5 8 ; G r o s s o , M onarchia, 'p ro u o ca tio ‘ e processo popolare: S t u d i... d i F ran cisci I I , 1956.
E l rey
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que investigaran los crímenes (quaestores parricidii); podía nombrar jefes mili tares; encargar a otros la administración de la hacienda (quaestores aerarii)·, si se ausentaba del territorio nombraba a otro que hiciera sus veces (praefectus urbi). Pero estos ayudantes o ministros nunca eran magistrados propiamente dichos, sino representantes del rey, por el tiempo y circunstancias que éste juzgara oportuno. Su potestad era vitalicia. Al morir debía nombrar su sucesor, a quien quisiera, con tal fuera ciudadano romano, mayor de edad y sano de cuerpo y alma, sin tener en cuenta ni la familia ni la nobleza. Si el rey no lo había nombrado, se reunía el pueblo, sin previa convocatoria y designaba un interrex 17, cuyo reinado duraba sólo cinco días, sin que se le rindiera homenaje, ni se le jurara fidelidad. Su prin cipal cometido era elegir un nuevo rey, cosa que, naturalmente, no hacía sin consultar a los ancianos (senado), ni preguntar el pueblo (curias). Esta sería la ley, pero se consideró elección legítima la realizada por el pueblo, o bien por el senado, como en el caso de Numa Pompilio 18; o bien por el piieblo por con sejo de los padres como en el de Tulo Hostilio 19. Esta última debió de ser prác ticamente la forma ordinaria: el senado proponía y el pueblo reunido en curias le confería el poder supremo.
17. E l in terreg n u m e s u n g o b ie r n o p r o v is io n a l q u e s e e sta b le c e e n R o m a en d e fe c to de u n m a g istr a d o su p e r io r p r o v is to d e a u sp ic io s, h a c ie n d o q u e u n o o m á s c iu d a d a n o s sea n in v e s tid o s s u c e s iv a m e n te d e l im p eriu m , c o n fo r m e la s reg la s d e l d e r e c h o p ú b lic o y d e la r e lig ió n . E l e le g id o c o n se r v a e l p o d e r y e l im periu m d u ra n te c in c o d ía s , y lu e g o é l p e r so n a lm e n te e lig e , si e s n e c e s a r io , a su su c eso r , y a s í h a sta q u e la s c ir c u n sta n c ia s a c o n seja n a u n in terrex p asar a la e le c c ió n d e lo s m a g istr a d o s o r d in a r io s. S e g ú n T . L iv io (1 , 1 7 ) d e s p u é s d e la m u er te d e R ó m u lo e l tr o n o e s t u v o v a c a n te u n a ñ o , y e l in te r r e g n o n o c e s ó m ás q u e an te e l d e s c o n te n to gen eral d e l p u e b lo . S e s a lió d e é l c o n e l n o m b r a m ie n to d e l s e g u n d o rey d e R om a. P r o p u e s to e l n om b re d e l c a n d id a to p o r e l ú ltim o in terrex d e tu r n o a lo s c o m ic io s c u r ia d o s, se c o n s u ltó a lo s d io s e s, y m a n ife sta d a s u a q u iesc en cia p o r lo s a u sp ic io s fa v o r a b le s ( in auguratio regis), se c o n v o c a ro n d e n u e v o lo s c o m ic io s ; y e n to n c e s e n v ir tu d d e u n d e c r e to , fo r m a l d e l se n a d o , lo s c o m ic io s c u r ia d o s, e s d e c ir la a sa m b lea d e la s gen tes, r e c o n o c ie r o n e n e l c a n d id a to la s c o n d ic io n e s d e rey, se g ú n e l r e s u lta d o d e lo s a u sp ic io s (regem creare iu ssu p o p u li) (D io n is . 2 , 60; L iv . 6 , 4 2 ). T o d a v ía fa lta b a c o n c e d e r al n u e v o rey e l im periu m , c o sa q u e s e h iz o p o r m e d io d e u n a le y rogata d e im p erio suo (C ic . L eg. 2 , 1 3 .1 7 .1 8 .2 0 .2 1 ) q u e d ab an lo s c o m ic io s cu r ia d o s (G e ll. 5 , 1 9 ; C ic . D o m . 2 9 ). D u r a n te la R e p ú b lic a se a c u d ía a l in te r r e g n o p o r e n fe r m e d a d o m u er te d e lo s c ó n s u le s (L iv . 5 , 3 1 .5 2 .6 1 ) o p o r q u e la e le c c ió n d e e s to s m a g istr a d o s se' h a b ía h e c h o v ic io s a m e n te ( u itio creati) p o r n o h a b er o b s e r v a d o r e lig io sa m e n te lo s r ito s sagrad os (L iv . 5 , 17; 8 , 1 7 ), e n e s e c a so e l e le g id o d e b ía r en u n c ia r (h on ore abire, abdicare m agistratum )·, o p o r q u e n o se p o d ía e le g ir a lo s m a g istr a d o s m a y o res a n tes d e l d ía d e s u in a u g u r a ció n o fic ia l d e l d ía 1.° d e e n e r o . E n e sto s c a so s e l im p eriu m v o lv ía a lo s p a d res q u e d e b ía n co n fia r lo in m e d ia ta m e n te al in te r r e x (C ic . Leg. 3 , 3 ). E l p rim e r e sp a c io d e tie m p o g o b e r n a d o p or in terrex o c u r r ió , c o m o h e m o s d ic h o , a la m u e r te d e R ó m u lo (L iv . 1, 1 7 ; D io n is . 2 ), e le g id o s p o r lo s p a tric io s y e n tr e lo s d e s u c la se . L a s c a u sa s para crear u n in terrex la s e x p o n e C ic. R ep. 2 , 2 3 -2 4 . A l in terrex se a c u d e ta m b ié n a lg u n a v e z d u ra n te la R e p ú b lic a , c f. C ic . D om . 3 8 ; Leg. A g r. 3, 5 . D u r a n te e l I m p e r io n o se c o n o c e a p en a s e l m a g istr a d o in terrex, n o o b s ta n te e n tr e A u r e lia n o y T á c ito pa saron s e is m e s e s e n q u e sin d u d a se fu e r o n s u c e d ie n d o to d o s lo s c o n su la r es p o r e ste car^o. D ic e V o p is c o en la v id a d e l em p e r a d o r T á c ito , c o m p a r á n d o lo c o n lo s tie m p o s d e tr a n s ic ió n e n tre R ó m u lo y N u m a : « I a m p rim u m e n im , cu m in te r r e g n u m in itu m e s t p o s t R o m u lu m , in ter r e g es tam en fa c ti s u n t, to tu s q u e ille a n n u s p er q u in o s e t q u a te r n o s d ie s s iu e te r n o s c e n tu m sen a to r i b u s d e p u ta tu s e s t, ita u t q u i u a le r e n t in ter r e g es e s s e n t s in g u li d u n ta x a t» (1 , 1 ss) y a s í su c ed e e n lo s s e is m e s e s e n q u e e l se n a d o in v ita al e jé r c ito a q u e n o m b r e em p e r a d o r , v e l ejército deja e sa c o m is ió n al se n a d o (c f. ib. 2). C f. J o a q u im J a h n , In terreg n u m u n d W a h ld icta tu r, K alm ünz 1970. ' 1 8 . L iv . 1, 1 6 , 5 - 1, 1 8 , 1 0; C ic. R e p . 2 , 2 5 ; « P a tr ib u s a u c to r ib u s» . 1 9 . L iv . 1, 2 2 , 1; C ic. R ep. 2. 3 1 :-" « M o r tu o r e g e P o m p ilio , T u llu m H o s tiliu m Dopulus reg e m in te r r e g e r o g a n te c o m itiis c u r ia tis c re a u it, is q u e d e im p e r io su o e x e m p lo P o m p ilii p o p u lu m c o n s u lu it c u r ia tim » .
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La m onarquía
El rey era para Roma lo que Júpiter, cuya estatua le representaba en el panteón romano, para el mundo. El rey vestía con el atuendo propio de Júpiter. Recorría la ciudad en carro, yendo todos los demás a p ie 20. Tenía un cetro de marfil, con un águila en el extremo, una corona de oro figurando hojas de encina, y las mejillas pintadas de encarnado como los inmortales. Le acompañan los lictores con los fascios, y cuando se sienta en público lo hace en una silla cu ru l21. Pero nunca fue considerado como un dios, sino como propietario de la ciudad. El era el primero en todo; el prim er ciudadano éntre los ciudadanos y el prim er soldado entre los soldados. El estaba obligado a hacer el mayor bien a todos. El debía aplicar la ley y hacerla cumplir; pero no podía modificarla22. Si intentaba cambiar una ley o introducir otra debía reunir al pueblo en asamblea para recabar su autorización, sin la cual no producía efectos legales. El rey no venía del cielo, sino que era nombrado por los mismos ciudadanos a los que iba a gobernar, con las condiciones que ellos le habían puesto en su Constitución. 3. Los lictores Puesto que hemos de referirnos tantas veces a los lictores conviene explicar su función desde el primer momento, puesto que constituían una de las característi cas externas de los magistrados romanos ya desde sus reyes. Eran una categoría de oficiales públicos que estaban a disposición de los magistrados cum imperio. Lo que se diga de su origen etrusco 23 o de su introducción por obra de tal o cual re y 24 queda en el campo de la leyenda. Lo cierto es que aparecen como una de las imágenes tradicionales de la realeza25 y luego de los magistrados mayores de la República.
20. H . H e lv ig h a ilu str a d o c o n fo r tu n a e l a s ie n to r ea l e n L e C u rru s d u ro i rom ain (e n M éla n g . P e r r o t, 1 6 7 s). 2 1 . L a sella cu ru lis d e r iv a d a d e currus, p o r q u e era e l a s ie n to q u e lle v a b a n la s a u to rid a d e s su p r e m a s c u a n d o eran c o n d u c id a s e n carro p o r la c iu d a d , e n R o m a lo s r ey e s y lu e g o lo s c ó n s u le s, p r e to r e s y e d ile s c u r u le s para d is tin g u ir lo s d e lo s e d ile s p le b e y o s , q u e n o te n ía n d e r e c h o m á s q u e a u n ta b u r e te o su bselliu m . O tr o s , c o m o lo s c u e sto r e s , te n ía n d e r e c h o a sella p ero recta y n o curulis. E n tr e la s cargas d e l p o d e r d e sta c a la a d m in istr a c ió n d e la ju sticia . T o d o s lo s m a g istr a d o s q u e t e n ía n a u to r id a d ju d ic ia l, p o d ía n e n c u a lq u ie r p a r te bajar d e s u carro, m o n tar s u silla e n u n p a ra je e le v a d o [su ggestu s, tribu n al) y ejercer s u m a g istr a tu ra s e n ta d o s . E l e sta r s e n ta d o e s se ñ a l d e a u to rid a d , p o r e s o en c u a lq u ie r s itio , te a tr o , c ir co , s e n a d o , e tc ., al en trar u n m a g istr a d o , o e l m a g istr a d o m a y o r , to d o s s e p o n ía n e n p ie (L iv . 9 , 4 6 , 9 ). A c to d e so b e rb ia cesa ria n a fu e y p o r e llo se le a c u só a C ésa r d e a p e te n c ia s r ea les, c u a n d o n o se le v a n tó d e su silla n i d e la n te d e to d o e l s e n a d o ( D io C a ss. 4 4 , 8; L iv . E p it. 9 5 ; S u e t. Caes. 7 8 ). La silla c u r u l te n ía la s p a ta s e n c o rv a d a s, y era d e c o n fig u ra c ió n cuadrada; fija o p le g a b le , era d e arm adu ra d e m arfil. L a s p le g a b le s la s lle v a b a n lo s m is m o s lic to r e s q u e p r e c e d ía n al m a g istr a d o c o n lo s fa s c io s, y se d e sp le g a b a n y c o lo c a b a n c o n to d a r a p id e z d o n d e e l m a g istr a d o q u isie r a sen ta r se . L a p o s e sió n d e e sta silla lle v a b a c o n s ig o u n m agistratu s curulis, h on or cu ru lis, v id . C ic. A tt. 1 2 , 3 2 , 3 ; L iv . 9 , 3 4 , 5 ; 2 3 , 2 3 , 5 ; 3 4 , 4 4 , 4 ; 3 8 , 2 8 , 1. T e n ía n d e r e c h o a sella c u n d ís to d o s lo s m a g istr a d o s cnm im p e rio , y c o n p o te s ta d ju d ic ia l: e d il· c u r u l, p r e to r , d ic ta d o r, d e c e n v ir o , tr ib u n o s c o n im p e r io m ilita r , c ó n s u l, e l flam en D ialis, q u e e stá in v e s tid o d e lo s h o n o r e s d e lo s m á s a lto s m a g istr a d o s; lo s e m p e r a d o r e s sig u ie r o n s e n tá n d o s e e n la sella aurea q u e e l se n a d o h a b ía c o n c e d id o ya a C ésa r, d ic ta d o r p e r p e tu o ( D io C ass. 4 5 , 6 ). 22. L a s lla m a d a s leges regiae o l u s P apirian u m so n u n a c o le c c ió n d e m á x im a s m u y arcai ca s, p e r o su c o m p ila c ió n n o p a rece a n ter io r a l s ig lo i i i . S e c o n tie n e n e n G ir a r d , T e x te s d e d ro it rom ain. V id . J . C a r co p in o , L e s p ré te n d u e s lo is ro y a le s : M E F R 5 4 (1 9 3 7 ) 3 4 4 . J . G u illé n , E l latin d e las X I I Tablas·. H e lm a n t. 61 (1 9 6 0 ) 6 7 ss. 2 3 . L iv . 1, 8 , 1-3; Stat. Silu. 8 , 4 8 4 . 2 4 . L iv . 1, 8 , 1-3; D io n is . 2 0 , 2 9 ; P lin . N . H . 2 , 7 ; 3 , 3 6 ; C ic. R e p . 2 , 5 5 . 2 5 . L iv . 2 , 7 , 7 ; 3 , 3 6 , 3-5; C ic. R ep . 2 , 5 5 .
L os lictores
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Los lictores en Roma llevan la toga; fuera de la ciudad, y en Roma durante el triunfo, el sagüm militar rojo; en los funerales van vestidos de luto. Sus insignias son los fascios, formados por un fajo de varas o bastones ligados con una correa roja y un hacha. El lictor lleva el haz cogido por el mango con la mano izquierda y echado sobre el hombro. Por eso se decía fasces attollere 26 para indicar la entrada en funciones de un magistrado. En los funerales los fascios iban vueltos para abajo, «a la funerala» 27. En señal de victoria se les unía una rama de laurel (fasces laureati)n como los llevaba el Imperator en el honor del triunfo. César se los dejó perpetuos en sus fasces, y en ello le imitaron luego los emperadores. Los magistrados abajaban sus fascios ante là asamblea del pueblo,, porque así lo hizo por primera vez al principio de la República el cónsul Valerio Publicola29. Las varas sirven para la aplicación de castigos corporales, y el hacha para infligir la pena de muerte. Durante la monarquía, en los fascios iba siempre también el hacha, lo mismo que en los fascios del dictador y del general entrando en triunfo; en cambio los fascios de los cónsules dentro de la ciudad no llevaban el hacha, después de la lex Valeria de Prouocatione. Fuera del pomoerium de la ciudad, ya era territorio militiae y el cónsul tenía derecho de vida y muerte y ponía el hacha.30 Los lictores atribuidos a cada magistrado no se reparten nunca entre los cole gas, cada cual los tiene en su totalidad. Lo que sucede es que a veces las magis traturas colegiadas se desempeñan alternativam ente31, y en ese caso sólo el ma gistrado que estaba en funciones tenía los lictores. Esto sucedía con frecuencia al principio de la República, luego Augusto estableció esta alternativa mensual entre los cónsules. Cuando un magistrado se encontraba con otro superior, retiraba el hacha de sus fascios y los bajaba (fasces subm ittere) 32 y si ha de presentarse delante de él, se acerca sin lictores33. Todo magistrado romano deja sus lictores o no lleva más que uno, cuando entra en el territorio de una ciudad soberana, aliada de R om a34. La ruptura de los fascios indica la destitución del magistrado alguna revuelta, o algún motín. Los enemigos de Roma contaban entre los trofeos los fascios cogidos a los generales romanos. Si el magistrado va en función oficial los lictores le preceden en fila de u n o 35; si no, le siguen 36, pero siempre están a disposición del magistrado, de ahí que el verbo apparere se diga en sentido propio de los lictores37 y antiguamente del lictor primero 38 (proximus, primus o summus) que, por ser elde más categoría iba siem2 6 . V ir g . A en . 7 , 1 7 3 . 2 7 . T a c. A n n . 3 , 2 ; V il'g. A en . 1 1 , 9 3 y S erv . e n e s te lu gar q u e a d em á s e x p lic a la causa: « V e r s is A r ca d es arm is» : « L u g e n tiu m m o r e , m u c r o n e m h a sta e n o n c u s p id e m c o n tr a terram t e n e n te s . S c u ta e tia m in u e r te n te s p r o p ter n u m in a illic d e p ic ta , n e eo ru m sim u lacra cad au eris p o llu e r e n tu r a sp e c tu , u t n o n n u llis fru stra p la c e t: n a m lu g e n tu m m o s e st p r io r is h a b itu s im m u ta tio » . 28. C ic. Lig. 7 ; I n P is. 9 7 ; p ro Sulla, 6 8 ; P hil. 2 , 5 8 ; D iu . 1, 28; C a e s. B.C. 3 , 7. 29. C ic. R ep . 2, 5 3 ; L iv . 2 , 7 , 7 ; P lu t. P o p l. 1 0; V a l. M a x . 4 , 1, 1. 30. L iv . 8 , 3 2 , 1 0 ; 8 , 7 , 19; 2 5 , 1 6 , 1 9 ; 2 6 , 1 6 , 3 ; C ic. V e rr. 3 , 15 6 ; 5 , 11 8 ; 5 , 142. 31. C ic . R e p . 3, 5 5 ; V a l M a x . 4 , 1 , 1. 3 2 . D io n is . 8 , 4 4 ; P lin . N . H . 7 , 3 0 , 1 1 2 ; A p p ia n . B. C. 5 , 5 5 . 3 3 . L iv . 2 2 , 1 1 , 5 ; P lu t. Fab·. 4. 3 4 . T a c. A n n . 2 , 5 3 ; P o m p o n . D . 5 0 , 1 6 , 2 3 9 , 8. 35.' L iv . 2 , 1 8 , 8; 2 4 , 4 4 , 1 0 ; P lin . Paneg. 2 3 . 3 6 . S u e t. Caes. 2 0 , 1. * 3 7 . G e ll. 2 , 2 , 9 ; L iv . 2 , 5 5 , 3 ; 3 , 3 3 , 8 ; 9 , 4 6 , 2 . 3 8 . G e ll. 2 , 2 , 1 3 ; L iv . 2 4 , 4 4 , 10.
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L a tnonarqttía
pre junto al m agistrado39. Cuando el magistrado estaba en casa, los lictores se aco modaban por el vestíbulo40. Fuera de casa le acompañaban siempre, en el paseo, en el teatro, en los baños, etc.; sobre todo los cónsules no pueden ser vistos en público sin los lictores, aun cuando vayan a negocios particulares41. Su principal papel es abrirle paso, apartando a la muchedumbre (summouere), avisando con las fórmulas rituales: date uiam, de uia discedite, a este aviso la gente dejaba paso, se descubría la cabeza, o bajaban del caballo42. La voz del lictor se llama praenuntiatus clamor, con ella el lictor quietus et silens manifestaba la delicadeza y finura del magistrado, como fue C. O ctavio43; en cambio la brutalidad y las voces de los lictores mani fiestan la condición de su amo, como V erres44. Las únicas personas que no estaban obligadas a ceder el paso ante los magistrados eran las esposas de los ciudadanos romanos y las V estales.45 Los lictores de ordinario eran los encargados del cumplimiento de las órdenes de los magistrados, incluso para aplicar toda clase de castigos, aunque a fines de la República la pena de muerte la aplicaba un verdugo (carnifex) 46. En las manu misiones per uindictam hasta el siglo I I I d. C. era necesaria la presencia de un lictor, que representaba al antiguo assertor libertatis. 47 Según la tradición el rey iba acompañado de doce lictores48. Durante la Repú blica doce lictores acompañaban a los cónsules y a todos los magistrados con im perio consular: decenviros, tribunos militares, magistrados pro consule, el interrex. El dictador en Roma llevaba doce; en campaña, veinticuatro; después de Sila siem pre veinticuatro. El dictador César obtiene deí senado para sus días de triunfo seten ta y d o s 49. El magister equitum, seis. Los pretores en Roma, dos; en provincias, seis. El pretor que estaba destinado para el gobierno de una provincia tenía los seis lictores incluso en Roma antes de salir. Los censores no tenían lictores. Los magistrados investidos con potestas solían tener también lictores, pero en número incierto. Durante el Imperio, Augusto tuvo veinticuatro, luego doce. Cada emperador tomó los que quiso. Los sacerdotes, los que dan los juegos, las Vestales van tam bién acompañadas en el ejercicio de sus funciones de algún lictor especial, que formaban una decuria dependiente con toda probabilidad del Pontífice Máximo. En Roma los lictores eran en su mayoría libertos, pero ciudadanos romanos. Estaban asalariados. En teoría se los contrataba para un año, pero en realidad era de por vida. Estaban libres de servicio militar. Jerárquicamente eran inferiores a los scribae y accensi·, pero superiores a los uiatores y praecones. Los lictores de los magistrados mayores estaban organizados en tres decurias, teniendo cada una un grupo de diez miembros superiores, los decem primi. Seguramente la primera 3 9 . V a l. M a x . 2 , 2 , 4 . 4 0 . L iv . 3 9 , 12. 4 1 . L iv . 3 9 , 3 2 , 10. 4 2 . S e n e c a , Ep. 7 , 2 , 1 0 ; L iv . 2 4 , 3 3 , 1 0 y G e ll. 2 , 2 e n e s to s d o s ú lt im o s lu g a r e s s e tra ta d e l h ijo c ó n s u l, q u e h a c e bajar d e l c a b a llo a s u p r o p io p a d r e q u e s e h a b ía a c erca d o h a sta e l h ijo c ó n s u l a c a b a llo para p r o b a r s i c o n s e n tía ta l d e s c o n sid e r a c ió n , o lv id á n d o s e d e q u e era c ó n su l. 4 3 . C ic . A d Q . fr. 1, 1, 7 , 2 1 . 4 4 . C ic. V err. 5 , 1 4 2 . 4 5 . F e s t. p . 1 5 4 . 4 6 . C ic . R ab, 4-5 ; S u e t. Claud. 3 4 . 4 7 . U lp . D . 4 , 2, 2 3 ; I d . D . 4 , 2 , 7 e n q u e señ a la c o m o in n o v a c ió n la a u se n c ia d e l lic to r . 4 8 . L iv . 1 , 8 , 3 . 4 9 . D i o C a ss. 4 3 , 1 4 y 1 9 .
E l senado
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decuria estaba reservada para el Emperador, la segunda para los cónsules y la tercera para los pretores. Cada decuria tenía un número de individuos conveniente para satisfacer sus servicios. E n provincias parece que los lictores eran de rango inferior y escogidos tem poralmente y al acaso; aunque en algunos puntos, por ejemplo en Ostia, los vemos organizados en una decuria con otros oficiales de los magistrados. 4. El senado Así como el paterfamilias en su casa debía reunir el consejo de familia para los asuntos graves, el rey, aunque su poder era absoluto, por una regla reconocida, debía en los asuntos transcendentes, aconsejarse de los cabezas de las diversas familias Μ. Era este un principio constitucional durante toda la monarquía, como siguió siéndolo en las instituciones posteriores. No necesitaba consultar ni en los asuntos judiciales, ni en el mando del ejército; pero sí en el campo político. En este aspecto el senado era una verdadera asamblea representativa. Cada familia tenía su jefe formando parte del consejo del rey, o asamblea de los ancianos51. La dignidad de senador es vitalicia, no en virtud de ninguna ley, sino por la fuerza de las cosas. Como en el momento de fusionarse las tres tribus estaban formadas por un número determinado de familias, ese mismo número fijo de representantes había en el senado52. Cuando desapareció la institución de las gentes, y las familias se multiplicaron, la elección de los miembros del· senado, dependió de la libre elec ción del jefe de la ciudad que elegía uno o varios senadores de cada gens. El que la institución del senado se viera como algo natural, dimanado de la constitución misma de la ciudad y no de un decreto del rey, le daba una impor tancia transcendental en la vida política del Estado, por más que no tuviera más que voto consultivo, y se reuniera tan sólo cuando el rey lo convocaba.53 Ya hemos dicho que el rey, si no quería abusar de su autoridad, debía reunirlo cuando teníá que tomar una decisión en un asunto de importancia, por ejemplo la imposición de un impuesto extraordinario, la exigencia de un servicio fuera de lo común, la repartición de tierras conquistadas al enemigo, o cuando debía reunir al pueblo, como en el caso de conceder la ciudadanía a u n extranjero, o la declaración de una guerra ofensiva. En el caso de que el territorio romano hubiera sido violado por un pueblo extranjero, el rey destacaba a este pueblo un fecial, que ponía a los dioses por testigos de la ofensa inferida y exigía su justa reparación. Si el pueblo ofensor se negaba, el fecial decía: «al consejo de los ancianos es a quien corresponde ahora el velar por nuestro derecho» 54. En este caso el rey escuchaba el parecer del senado, y refería al pueblo lo sucedido. Si el pueblo y el senado estaban de acuerdo, la guerra era justa, y tendría de su parte el favor de los dioses 55. Pero 5 0 . V id . G . B ló c h , L e s origin es d u sé n a t rom ain, P a r is 1 8 8 3 . 5 1 . C ic . Senect, 1 9 ; O v id . Fast. 5 , 6 3 ; C ic . R ep, 2 , 2 3 . 5 2 . E l s e n a d o e m p ie z a c o n c ie n se n a d o r e s, o p o r q u e R ó m u lo crevó q u e era u n n ú m ero s u fic ie n te , o p o r q u e n o h a b ía m á s p a d res d e fa m ilia (L iv . 1 , 8 , 7 ). C o n T a r q u in io e l V ie j o llega y a a tr e sc ie n to s se n a d o r e s. C ic . R e p . 2, 2 0 ; L iv . 1 , 3 5 , 6 . 5 3 . C ic e r ó n a d m ira la g ra v ed a d y sa n tid a d d e l se n a d o , P ro S est. 13 7 ; H ar. R esp. 4 8 ; D iu. 1 , 2 0 ; P o s t R ed . in Sen. p a ssim . 5 4 . L iv . 1, 3 2 , 5 -1 4 ; 1, 2 4 , 4 -9 ; c f. J . G u ille n , L o s sacerdotes romanos·. H e lm a n t. 7 3 (1 9 7 3 ) 5 -7 6 , e n e s p e c ia l 5 6 -6 2 . 5 5 . L iv . 1 , 3 2 , 1-14.
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L a m onarquía
la realización de la guerra era asunto que sólo competía al re y 56. El senado desig naba al rey en caso de interregnum; y daba su auctoritas a las decisiones de los com icios.57 5. El pueblo El pueblo aparece dividido en tres tribus, como ya hemos dicho. Cada tribu se hallaba constituida de esta forma: diez casas formaban una gens o familia en sentido lato; diez gentes o cien casas constituían una curia-, diez curias, o cien gentes, o mil casas, formaban la tribu 58. Todo esto repetido tres veces nos da; tres tribus, treinta curias, trescientas gentes, tres mil casas, Como cada casa daba un soldado de infantería, se juntaban 3.000 infantes; como cada gente daba un caballero y un senador, Roma contaba con 300 jinetes y 300 senadores. Esta organización del pueblo no parece invención romana, sino algo esencial en todo el pueblo latino, aún antes de la dispersión de las gentes de esta raza. Parece que al principio la vida de Roma giraba en torno de la C u ria59. Las únicas asambleas del pueblo que había antes de la constitución de Servio Tulio eran los comicios curiados, que daban las leyes curiadas, y conferían el nombra miento y el imperium al rey que proponían los senadores. La curia era laverda dera unidad de asociación, cuyos miembros se reunían para celebrar las fiestas comunes. Tenían un procurador (curio) 60 y un sacerdote especial íflamen curialis)*’1. Los soldados se reclutaban por curias, y por curias se reunían los ciudadanos para votar. 6. Los comicios curiados Los pontífices reúnen eñ contiones todos los meses al pueblo, para darle a conocer el calendario y la distribución de días fastos y nefastos. El rey convoca dos veces al pueblo en la primavera, marzo y mayo, comitia calata62, antes de emprender la excursión militar contra los pueblos vecinos. La asamblea se convoca con 17 días de tiempo por medio de un edicto que se fija en el tablero de anuncios (album) es el tiempo en el que transcurrían tres días de feria en los que acudían a la ciudad los que habitaban en el campo. Si en 56. 57. 58.
L iv . 1, 3 2 , 1-5. L iv . 1, 2 2 , 1 ; 1 , 3 2 , 1 - , C ic. R e p . 2{ 31 y 3 5 . V id . so b r e la s tr ib u s C ic. R e p . 2, 26; L iv . 1, 1 3 , 6 . E . T ä u b le r , O ie umbrisch-sab llischen u. d ie röm . Tribus-, S H A W 2 0 (1 9 2 9 - 1 9 3 0 ), fa se. 4 ; A . M o m ig lia n o , T rib u um bro-sab elle e trib u romane-, B C A R , 1 9 3 3 , 2 2 8 ; W . P e r e m a n s , N o te sur les trib u s e t cu ries d e la R o m e prim itive-, A C 5 (1 9 3 6 ) . 5 9 . D io n is . 2 , 6 2 . 6 0 . L iv . 2 7 , 8 , 1. L o s tr e in ta c u r io n e s e sta b a n p r e sid id o s p o r e l m axim u s curio, L iv . 2 7 , 8 , 3; v id . e n P a u l. D ia c . 1 2 6 , 1 7 M ü ll. 6 1 . P a u l. D ia c . 6 4 , 1 M ; G r u te r . In sc rip t. 1 1 0 2 , 2. 6 2 . C u a n d o n o se c o n v o c a b a to d o e l p u e b lo la a sa m b lea n o se lla m a b a com itia, s in o con cilium . A l p r in c ip io to d o s lo s co m itia se lla m a b a n calata p o r q u e e l p u e b lo calabatur, e s d e c ir «era c o n v o c a d o » , y s e g ú n fu er a la r e u n ió n se lla m a b a : curiata, cen tu riata, trib u ta . « C u m e x g e n e r ib u s h o m in u m su ffr a g iu m fe r a tu r , cu riata c o m itia e sse ; cu m e x c e n su e t a e ta te , cen tu ria ta-, c u m e x r e g io n ib u s e t lo c is , tributa·, c e n tu r ia ta a u tem c o m itia in tra p o m o e r iu m fieri n e fa s e ss e , q u ia e x e r c itu m e x tr a u r b e m im p er a r i o p o r te a t, in tra u r b e m im p era ri iu s n o n s it» . « I s d e m c o m itiis , q u a e calata a p p ella ri d ix im u s , e t sa cro ru m d e te s ta tio e t te s ta m e n ta fieri so le b a n t; T ria e n im g e n e ra te s ta m e n to r u m fu is s e a c ce p im u s: u n u m , q u o d c a la tis c o m itiis in p o p u li c o n tio n e fie r e t» . T o d o e s to en G e li. 1 5 , 17 q u e lo da c o m o to m a d o d e l lib r o A d Q . M u ciu m d e L a e liu s F e lix .
Los comicios curiados
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los comicios se iba a proponer la votación de una ley, el proyecto de ésta se anunciaba (promulgari) en el edictum. Durante esos diecisiete días se podía hablar y discutir el proyecto de ley, o si luego se trataba de elecciones de magistrados se podían tener contiones63 previas de propaganda, etc. Todo el sistema de propa ganda electoral y el arte de hacer la campañana previa realizada por los candidatos a una magistratura mayor lo expone Q. Cicerón en De Petitione consultus, dirigido a su hermano Marcos. Los comicios no empiezan antes de salir el sol y deben terminar con el ocaso del mismo. Previamente se toman los auspicios necesarios, en lo cual tenían una buena baza los magistrados, porque según vieran el ambiente, declaraban alio die con lo que se suspendían los comicios64. Si los auspicios son favorables proceden los comicios y el magistrado que los preside dirige unas plegarias previas y ofrece un sacrificio. Luego explica al pueblo el problema que debía de aprobar o de rechazar. Si se trata de la aprobación de una ley autoriza a los magistrados y a los ciudadanos a hablar en favor o en contra de la misma ley (suadere, dissuadere le gem). Cuando parece que el proyecto de ley está suficientemente discutido se procede a la votación. Los ciudadanos se reúnen luego por curias, centurias o tribus, según sea la categoría de los comicios que se celebran, en un espacio cerrado por barreras, cordones o planchas que se llaman ouile65, saepta66. César sustituyó estas barreras que formaban verdaderos rediles, por columnas de mármol, que rodeó de elegantes pórticos, saepta Caesaris, construcción que terminó Agripa en tiempos de Augusto. Los saepta tenían diversas entradas a las que se llegaba por corredores estrechos, llamados pontes, 67 H asta el año 139 el sufragio se pronunciaba en alta voz; a partir de esa fecha se votaba en secreto. A la entrada del puente cada lector recibía una tablita, y en ella escribía o bacía escribir el nombre de su candidato, si se trataba de elecciones; o de su parecer P. {placet)®, N. P. (non placet), N. L. (non liquet), si era un proyecto de ley, y la depositaba en una urna en el otro extremo del puente. Una vez en el ouile, ya no podía salir, con lo cual se impedía que algunos votaran dos veces. Cuando terminaba de votar cada unidad orgánica (tribu, centuria, curia) 63. L a palab ra co n tio sig n ifica tres co sa s: « lo c u m s u g g e stu m q u e , u n d e u erb a fie r e n t, sicu t M . T u lliu s in o r a tio n e q u a e scr ip ta e s t con tra co n tio n em O . M etelli·, 'e sc e n d i -in q u it - in c o n tio n e m , c o n c u r su s e s t p o p u li fa c tu s ’; ite m sig n ifica re c o e tu m p o p u li a d s is te n tis . s ic u t i id em M . T u lliu s in O ra to re ( 1 6 8 ) ait: 'c o n tio n e s s a e p e e x cla m a r e u id i, c u m a p ta u erb a c e c id iss e n t. E te n im e x s p e c ta n t a u res, u t u e r b is c o lig e tu r s e n te n tia ’; ite m o r a tio n e m ip s a m , q u a e a d p o p u lu m d ic itu r » . 6 4 . V id . ca so s d e e s to s su b te r fu g io s e x p u e s to s p o r C ic. e n P h il. 2, 8 3 . 6 5 . S erv . a d Ecl. 1, 3 4 ; L iv . 2 6 , 2 2 , 1 1 . 66. O v id . Fast. 1, 5 3 ; C ic. A tt. 4 , 1 6 , 6. 67. C ic. A tt. 1, 1 4 , 5 ; F e s t. p . 3 3 4 , 11 M ü ll.; O v id . Fast. 5 , 6 3 3 . 6 8 . A la p r o p o s ic ió n o rogatio q u e se b a c ía d e u n a le y , lo s q u e e sta b a n c o n fo r m e s adem ás s o lía n e x p r esa r s u p a recer c o n la fó r m u la u ti rogas, v id . L iv . 1 0 , 8 , 12: « E g o h a n c leerem, q u o d b o n u m fa u stu m fe lix q u e s it u o b is ac rei p u b lic a e , u t i ro g a s, iu b e n d a m c e n se o » . C icerón recu erd a u n a d e la s añ agazas e le c to r a le s e m p le a d a p o r e l c ó n s u l P isó n : « N a m cu m d ie s u en iss e t r o g a tio n i e x s e n a tu s c o n su lto fe r en d a e , c o n c u r sa b a n t b a r b a tu li iu u e n e s , to t u s ille g r ex Ctv:ilin a e , d u c e filio la C u r io n is, e t p o p u lu m u t a n tiq u a r e t r o g a b a n t. P is o a u tem c o n s u l la to r roga tio n is id e m e ra t d issu a so r . O p e r a e C lo d ia n a e p o n tis o c cu p a r a n t, ta b e lla e m in istr a b a n tu r ita u t n u lla d a r e tu r V T I R O G A S » (C ic . A tt. 1, 1 4 j 5 ). C o n s e g u id o s lo s v o to s fa v o r a b le s la le v se e n c a b e za b a .co n e sta s pa la b ra s: « C o n s u le s iu r e r o g a u e r u n t p o p u lu s q u e iu r e s c iu it...» (V id . F r o n tín . A q u a e d , 1 2 9 ; C ic . P hil. 1, 2 6 ).
L a monarquía
se contaban los votos. Una vez conseguida la mayoría absoluta, la mitad más uno, cesaba la votación. No se atiende a los votos individuales sino a los de cada curia, tribu o centuria. De aquí procede la importancia del orden de votación de cada curia, ya que prácticamente las últimas nunca votaban porque los problemas los dirimían siempre los primeros. En este tiempo primero de los reyes el pueblo se reúne únicamente por curias. Hay 30 curias patricias69. Una curia es un grupo de familias que tienen un culto común. Cuando los comicios tienen que adoptar decisiones, se reúnen según el orden de las curias. Al frente de cada curia iba siempre su curio. Al pueblo reunido en la curia Hostilia lo presidía el rey, asistido por los pontífices; los augures comunicaban la decisión divina para cada cuestión. A los comicios se proponen dos clases de cuestiones: a) actos propuestos por el rey, decisiones de carácter político, por ejemplo, el foedus o tratado, que debía recibir el iussus del pueblo para que fuera válido. La votación se hacía por curias. Se planteaban una pregunta concreta y cada uno debía decir «sí» o «no». El voto global de la curia era comunicado por el curio 70. b) Actos concernientes a la existencia o a la organización de la gens·, por ejemplo, la cooptatio o agregación de una gens a la ciuitas; la adrogatio·. inclusión de una gens en el seno de otra; la detestatio sacrorum, o expulsión de una gens·, ' el testamentum por el que un padre de familia designa a su sucesor. Había en todo el pueblo una compenetración tal que aún los negocios parti culares de cada gens, se resolvían contando con el parecer de todos los demás. Quien se veía afectado por algún problema serio, exponía por sí mismo su peti ción al pueblo reunido en comicios, por ejemplo, el paterfamilias que hacía su testamento, proponía su decisión en los comicios y terminaba aseverando solem nemente: it a do, ita lego, ita testor, itaque uos, quirites, testimonium mihi per hibetote. ; Los comicios daban su decisión concediendo o negando su auctoritas, ratifi cando de ordinario y elevando a acto público el realizado por el proponente; para lo cual no necesitaban votar, sino presenciar el acto como testigos públicos. Estos comicios curiados son los únicos que existían antes de la reforma de Servio Tulio. Luego se conservan como una antigualla71 para dar una lex curiata de Imperio, tenida por muchos como una simple formalidad por la que estos comi cios curiados confían el imperium al cónsul, pretor, dictador, elegido por los comi cios centuriados.72 6 9 . S o b re lo s c o m ic io s c u r ia d o s, v id . G e ll. 1 5 , 2 7 ; C ic . Leg. A gr. 2, 2 7 ; D om . 3 8 ; L iv . 5 , 5 2 , 16. 7 0 . L iv . 2 7 , 8 , 1; V a rr. L . L. 5 , 1 5 , 2 5 ; 6 , 6 , 6 3 . 7 1 . P o m p o n . D . 1, 2 , 2 . C ic . L eg. A gr. 2 , 2 7 : N u n c , Q u ir ite s , p rim a illa c o m itia te n e tis , c e n tu r ia ta e t tr ib u ta , cu ria ta ta n tu m a u sp ic io r u m c a u sa r em a n ser u n t. 7 2 . L iv . 5 , 5 2 , 1 6 -1 7 ; E . U . P a o li, C o m ici la tin i e d ir itto attico , M ila n o 1 9 6 2 ; A . M agd ela in , h a c e u n e s tu d io m u y in te r e s a n te so b r e e l v a lo r d e la lex cu riata d e im p erio , e n s u obra R ech erch es su r V im perium . L a lo i cu riate e t le s au spices d ’in vestitu re, P a r is 1 9 6 8 . L a le y c u riada a b a n d o n a d a e in c o m p r e n d id a d e s d e e l fin a l d e la R e p ú b lic a , h a s id o e l to r m e n to d e lo s h is to r ia d o r e s, q u e s ig u ie n d o a M o m m s e n la c o n s id e r a b a n c o m o u n h o m en a je r e n d id o a lo s m a g istr a d o s e le g id o s . M a g d e la in o p in a q u e e s ta le y le jo s d e ser g r a tu ita , era to ta lm e n te n e cesa ria , p o r q u e la s m a g istra tu ra s ro m a n a s o r d in a r ia s n o r e p o sa n so b r e la s le y e s c o n s titu tiv a s : la s e le c c io n e s n o te n ía n p o r fin m á s q u e e le g ir a lo s h o m b r e s , p e r o n o te n ía n fa c u lta d d e in v e s tir lo s e n su d ig n id a d , c o sa q u e r e c ib ía n , d e s p u é s d e s u e le c c ió n , d e la s cu rias m ism a s. N o se c o m p r e n d ía n e sta s le y e s p o r q u e s e ig n o r a b a e s t e h e c h o c a p ita l, y p o r q u e se e x p lic a b a e l d e r e c h o ro m a n o )por lo s d e r e c h o s m o d e r n o s. E n te n d id a s a s í la s c o sa s, la le y c u riad a e s to ta lm e n te n e c e saria para la s m a g istra tu ra s m a y o r e s, e x c e p t o la c en su r a — q u e t ie n e u n a le y c en tu r ia d a — , y
L os ciudadanos
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7. Los ciudadanos Todos los ciudadanos son sujetos de los mismos derechos y de idénticas obli gaciones; y a pesar de que la familia romana nunca ha sido absorbida por el Esta do, las diferencias que había en el interior de las casas se borraban completamente en la vida ciudadana. El padre en su casa era un rey doméstico; pero en la ciudad, un hijo suyo, podía ser llamado a tener autoridad política sobre su mismo p ad re73. No hay clases ni privilegios, como sancionó tiempo después la ley de las X II Tablas: priuilegia ne su n to 14. Si estimativamente la tribu de los Ticios precedía a la de los Ramnes, y estas dos tribus a la de los Lúceres, eso no empecía a la igualdad civil entre las tres. Esta igualdad constitucional se manifestaba también
y p a ta la s m e n o r e s. E sta le y lla m a d a curiata d e im p erio c o n fe r ía a lo s m a g istr a d o s tr e s p o d e res: e l im p eriu tn , la iu risd ictio y lo s a u s p ic io s . L a s m a g istr a tu ra s, p u e s , se c o n s titu y e n p o r u n a e le c c ió n y p o r u n a in v e s tid u r a c iv il. Y n o b a s ta e sto : d e s p u é s d e e le g id o s p o r e l p u e b lo , e in v e s tid o s p o r la s cu ria s lo s m a g istr a d o s d e b e n ser a c e p ta d o s p o r J ú p ite r , e s la in v e s tid u r a sagra d a q u e r e c ib e n p o r m e d io d e lo s a u s p ic io s , to m a d o s a l in a u g u r a r s u s c a rg o s. E n u n p r in c ip io e sto s d o s a c to s n o s o n d o s fo r m a lid a d e s s in o d o s f u e n te s d e l p o d e r , la u n a c iv il y la otra sagrad a. 7 3 . A u lo G e lio trata m a r a v illo s a m e n te e l a s u n to d e la p r e fe r e n c ia e n tr e e l p a d re y su h ijo c ó n s u l: E n lo s a cto s d e fa m ilia , y d e la v id a p r iv a d a , c o m o u n c o n v ite e n c a sa , e tc . « T u m in te r filiu m m a g istr a tu m e t p a tre m p r iu a tu m p u b lic o s h o n o r e s c essa re , n a tu r a les e t g e n u in o s e x o riri» , e n to d o e s t o p r e c e d e e l p a d r e (G e ll. 2 , 2 , 1 1 ) p e r o e n lo s a ctos p ú b lic o s y d e a u to r id a d c ív ic a p r e c e d e e l m a g istr a d o , y c o m e n ta e sta se g u n d a p a r te c o n u n h e c h o to m a d o d e lo s A n n ales d e Q u a d rig a rio : « D e in d e fa c ti c o n s u le s S e m p r o n iu s G r a c cu s ite r u m Q . F a b iu s M a x im u s , filiu s e iu s , q u i p r io r e a n n o era t c o n s u l. E i c o n s u li p a ter p r o c o n s u l o b u ia m in e q u o u e h e n s u e n it n e q u e d e s c e n d e r e u o lu it, q u o d p a ter e ra t, e t , q u o d in te r e o s s c ie b a n t m a x im a c o n c o rd ia c o n u en ir e , lic to r e s n o n a u s i s u n t d e sc e n d e r e iu b e r e . V b i iu x t a u e n it, tu m c o n s u l ait: 'q u id p o s te a ? ’ ; lic to r ille , q u i a p p a reb a t, c ito in t e lle x it , M a x im u m p r o c o n s u le m d e sc e n d e r e iu s s it. F a b iu s im p e r io p a r e t e t filiu m c o lla u d a u it, c u m im p e r iu m , q u o d p o p u li e s s e t, r e tin e r e t» (G e li. ib. 1 3 ). T . L iv io s e r efiere a l m is m o h e c h o (2 4 , 4 4 , 1 0 ) y c ita la s p ala b ra s d e l p a d re , al b ajar d e l c a b a llo , c o m o le h a b ía in d ic a d o e l h ijo : « E x p e r ir i, in q u it, u o lu i, fili, s a tin ’ scir e s c o n s u le m e sse » . 7 4 . X I I T ablas, 1 2 , 2 ; V id . C ic. Leg. 3 , 1 1 : « p r iu ile g ia n e ir r o g a n to » ; C ic . L eg. 3 , 4 4 ; D om . 4 3 ; S est. 6 5 ; D . 1 , 3 , 4 . 1 5 . 1 6 ; U lp . D . 1, 4 , 1, 1; D . 2 2 , 7 , 4 0 , 4 2 . 4 4 . P u e s t o q u e h e m o s d e m a n eja r d e s d e ahora u n a s c u a n ta s p a la b ra s té c n ic a s, rogatio, lex , p leb isc itu m , p riu ile g iu m v a m o s a dar su s e n tid o y s u d ife r e n c ia s e g ú n lo r e c o g ió A u lo G e lio (1 0 , 2 0 ): Q u a e r i, a u d io , q u id « le x » s it, q u id « p le b isc itu m » , q u id « r o g a tio » , q u id « p r iu ile g iu m » . A te iu s C a p ito , p u b lic i p r iu a tiq u e iu r is p e r itis sim u s , q u id « le x » e s s e t h is c e u e r b is d e fin iu it: « L ex , in q u it, e s t g e n e ra le iu s s u m p o p u li a u t p le b is r o g a n te m a g istr a tu » . E a d e fin itio si p r o b e fa cta e s t , n e q u e d e im p e r io C n . P o m p e i n e q u e d e r e d itu M . C ic er o n is n e q u e d e c a e d e P . C lo d i q u a e s tio n e q u e alia id g e n u s p o p u li p le b is u e iu ssa « le g e s» u o c a r i p o s s u n t. N o n s u n t e n im g e n e ra lia iu ssa n e q u e d e u n iu e r s is c iu ib u s, s e d d e s in g u lis c o n c e p ta ; q u o cir c a « p r iu ile g ia » p o t iu s u o c a r i d e b e n t, q u ia u e te r e s « p r iu a » d ix e r u n t, q u a e n o s « s in g u la » d ic im u s... « P le b e m » a u te m C a p ito in ea d em d e fin itio n e se o r s u m a p o p u lo d iu is it, q u o n ia m in p o p u lo o m n is p ars d u it a t is o m n e s q u e e iu s o r d in e s c o n tin e a n tu r , « p le b e s » u e r o ea d ic a tu r, in q u a g e n te s c iu iu m p a tric ia e n o n in s u n t. « P le b is c itu m » ig itu r e s t s e c u n d u m e u m C a p ito n e m le x , q u a m p le b e s , n o n p o p u lu s , accip it. S e d to t iu s h u iu s r e i iu r is q u e , s iu e c u m p o p u lu s , s iu e c u m p le b s r o g a tu r , s iu e q u o d ad sin g u lo s s iu e q u o d a d u n iu e r s o s p e r tin e t, c a p u t ip s u m e t o r ig o e t q u a si fo n s « r o g a tio » etet. I s ta e n im o m n ia u o c a b u la c e n se n tu r c o n tin e n tu r q u e « r o g a tio n is» p r in c ip a li g e n e r e e t n o m in e ; n a m n is i p o p u lu s a u t p le b s r o g etu r , n u llu m p le b is a u t p o p u li iu s s u m fieri p o t e s t. S e d q u a m q u a m h a e c ita s u n t, in u e te r ib u s ta m en s cr ip tis n o n m agn am u o c a b u lo r u m is t o ru m d iffe r e n tia m e ss e a n im a d u e r tim u s. N a m e t p le b is c ita e t p r iu ile g ia tr a n s la titio n o m in e « le g e s» a p p e lla u e r u n t e a d e m q u e o m n ia c o n fu s o e t in d is t in c to u o c a b u lo « r o g a tio n e s » d ix e r u n t. S al lu s tiu s q u o q u e p r o p r ie ta tu m in u e r b is r e tin e n tis s im u s c o n s u e tu d in i c o n c e s s it e t p r iu ile g iu m , q u o d d e C n . P o m p e i r e d itu fe r eb a tu r , « le g e m » a p p e lla u it. V e r b a e x se c u n d a e iu s H isto ria h a e c su n t: « N a m S u lla m c o n s u le m d e r e d itu e iu s le g e m fe r e n te m e x c o m p o s ito tr. p l. C . H e r e n n iu s p r o h ib u e r a t» .
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L a m onarquía
externamente: el senador se distinguía en el vestido y en el calzado del que no lo era, el adulto soldado se distinguía del adolescente; pero fuera de eso, todos, ricos y pobres, nobles y plebeyos iban vestidos con la toga blanca. Una de las obligaciones principales que pesan sobre los ciudadanos es la pres tación del servicio militar, todos son quirites, es decir, «lanceros» 75. El que luego uno pertenezca a una de las tres centurias de caballeros, o a una de las tres divisiones de mil infantes, ya depende de su destreza y de sus diversas posibili dades; pero por su condición de ciudadano puede servir en cualquier cuadro del ejército. Todos eran guiados por ^l^rey, aunque sobre la caballería estableciera un lugarteniente especial, é ^ m a ^ s t e r equitum . Wv-'buouj cetw.u... O tro deber de los ciudadanos era obedecer las normas del rey, tanto en paz como en guerra. Prestar sus servicios para la construcción de las obras públicas, que debieron ser muy notables en la erección de las murallas de la ciudad; culti var los campos del rey. Pero al rey no se le pagaba nada. El erario público, que administraba el rey, se nutría; 1.° de la renta que pagaban los colonos no ciudadanos; 2.° de las'tasas sobre las aduanas marítimas; 3.” de la tasa impuesta a los que pastaban sus ganados en los campos públicos; y 4 ° del diezmo o de la renta fijada a los que arrendaban terrenos comunales. En circunstancias especiales se imponía algún tributo a todos los habitantes ciudada nos o no ciudadanos. Pero a la par que estas obligaciones, el ciudadano tenía sus derechos. Todos los quirites, es decir, todos los ciudadanos, a excepción hecha de las mujeres y de los niños, no aptos para el servicio militar, participaban del gobierno del Estado. Todos se reunían invitados por el rey en asamblea pública, o bien para escuchar las comunicaciones regias (contiones), o para votar en las asambleas des pués que han sido convocadas por el rey (comitia calata). Estos comicios se reunían regularmente dos veces al año, el 24 de marzo, y el 24 de mayo; y luego, siempre que al rey le pareciera conveniente. En estas asambleas ningún ciudadano tenía derecho a hablar más que el rey, o aquel a quien el rey concediera el uso de la palabra. El rey proponía preguntando {rogatio), y el pueblo respondía sí o no libérrimamente sin discusiones y sin distingos. Si se aprobaba la proposición to maba fuerza de ley, si se rechazaba ya no se insistía más sobre aquel punto. El pueblo conoce sus leyes, y el rey las hará cumplir. Si se trata de cambiar el orden establecido, el pueblo se reúne en asamblea constituyente, y determina. El rey es un mandatario del pueblo y en caso de duda sobre la legalidad de una norma, necesita formular una pregunta al pueblo {rogare) y es indispensable el voto favorable de la mayoría de las curias, que eran libres de darlo o de negarlo. Esto había que hacerlo siempre que una acción se apartaba del derecho ordinario. Recuérdese, por ejemplo, lo dicho sobre la arro gación 76: todo paterfamilias tiene derecho a incrementar su domus con hijos suyos, habidos de su iusta uxor\ pero si quiere introducir en su familia a un extraño, deberá rogar al pueblo que lo haga: Velitis iubeatis, Quirites, ut N. filius sit T itii Tiburtii... 15. S o b re e l s e n tid o d e Q u irites e sc r ib e K r e tsc h m er : G lo t ta 1 0 (1 9 2 0 ) 1 4 7 ss; V e n d r y e s: B S L 2 5 (1 9 2 4 ) 4 1 ss; F . R e ic h e , Q uirites·. K l. 2 1 (1 9 2 6 ) 7 4 s s. V id . E r n o u t-M e ille t, D iction n . E ty m . s. v. « Q u ir is » . 76. V id . C a p . « L a fa m ilia » , v o l. I , p . 1 7 1 -1 7 6 ; G e ll. 5 , 1 9 , 5 s s. « E iu s r o g a tio n is u e r b a h a e c su n t: 'V e litis , iu b e a tis, u t i L . V a le r iu s L . T itio ta m iu r e le g e q u e filiu s s ie t , q u am s i e x e o p a tre m a tr e q u e fa m ilia s e iu s n a tu s e s s e t, u t iq u e e i u ita e n e c is q u e in e u m p o te s ta s s ie t , u t i p a tri e n d o filio e s t ’. H a e c ita , u t i d ix i, ita u o s , Q u ir it e s , r o g o » .
Los ciudadanos
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Sólo el nacimiento da derecho de ciudadanía, pero el pueblo, con su voto favo rable en las curias, puede concederla... Aquél sobre quien ha recaído la pena legal de decapitación por la sentencia del rey, debe ser ajusticiado sin remedio, porque el rey puede juzgar, pero no puede indultar. Unicamente el pueblo tiene esta facultad, si el rey le concede al reo el derecho de recurrir al pueblo (prouocatio) .77 Esta primera constitución romana nació con el pueblo, sin que la imitara de ninguna parte, ni tratara nadie de idearla78. Es sabido que las formas externas de los mantos de púrpura del rey, del cetro de marfil y los lictores se tomaron de fuera, pero la majestad del senado, la dignidad de las curias, la independencia y señorío moral de vida de los ciudadanos romanos, no podía imitarla de ningún otro pueblo, porque ninguno tenía cosa semejante. La constitución primitiva fue cam biando con los tiempos, como es natural; pero su esencia, es decir, el poder ili mitado del pueblo, el altísimo consejo del senado y la participación directa del pueblo en todos los asuntos graves, no acabará del todo más que con la muerte de Roma. Cambios accidentales hubo, por ejemplo, cuando los habitantes de la colina del Quirinal se unieron y fusionaron con los del Palatino, la Suburra y las Es quilias. Cuando esto sucedió no se aumentaron las curias79, sino que los de la Colina se distribuyeron entre las treinta curias existentes en la ciudad. Con ello, cada una de las tribus y de las curias recibió un número determinado de ciuda danos nuevos. Se trató de igualarlos en todo, se les hizo partícipes de las prerro gativas de la ciudadanía, pero ya hubo priores y posteriores (antiguos y nuevos), y entre las gentes las antiguas se llamaron gentes maiores y las nuevamente reci bidas gentes minores. 80 Algunas instituciones especiales se duplican: las vírgenes Vestales serán tres parejas, y los Lares, honrados en las calles irán también de dos en d o s81. Habrá dos corporaciones sacerdotales, los Salios y los Lupercos, dos sacerdotes de Marte, el uno Palatinus y el otro Quirinus. Cada tribu en vez de presentar 100 caballeros, ofrecerá 200, con lo cual la caballería sube de 300 a 600 jinetes 82. En la infan
7 7 . V id . su pra n o ta 1 6 . R e c u é r d e s e e l c a so d e H o r a c io , v e n c e d o r d e lo s C u r ia d o s , L iv . 1, 2 6 , 8 -1 2 . 7 8 . S o b re la c o n s titu c ió n ro m a n a p u e d e v e r s e , W e s tr u p , In tro d u ctio n to early R om an L aw : co m p a ra tive sociological stu d ies, a p a recen d e s d e 1 9 3 4 ; L o m b a r d i, Lo sc ilu p p o co stitu zio n a le da lle orig in i alla fin e d ella repu bblica, 1 9 3 9 ; D e M a r tin o , S toria d e lla co stitu zio n e rom ana, 1951 v o l. I a 1 9 7 1 , e n q u e a p a rece e l v o l. V I y ú ltim o ,' N á p o le s ; M a x K a ser, D a s röm . P riva trech t I , 1 9 5 5 ; v o n L iib to w , D a s röm V o lk . S ein S tta t u n d sein R ech t, 1 9 5 5 ; L . H o m o , L a civilisa tio n rom ain e, P a ris 1 9 3 0 ; I d ., L es in stitu tio n s p o litiq u e s rom ain es d e la c ité à l ’é ta t (E v o lu t io n d e l ’H u m a n ité 2 4 ) P a r is 1 9 5 0 , 2 e d . 1 9 7 0 ; I d „ Scèn es d e la v ie rom aine sou s la R é p u b liq u e, P a ris 1 9 5 2 . 7 9 . T a r q u in io e l V ie jo , c o m o d u p lic ó e l n ú m e r o d e lo s p a d res y d e la s .g en tes, p r e te n d ió ta m b ié n d u p lic a r e l n ú m e ro d e la s tr ib u s p r im itiv a s , p e r o n o p u d o h a c e rlo p o r la o p o s ic ió n q u e le h iz o e l a u g u r A tto N a v io , in d ic á n d o le q u e n o le era líc ito h a c e r ta l c o sa m ie n tra s n o l e fa v o r e cier a n lo s a u g u rio s, C ic . R ep. 2 , 3 6 ; D io n is . 3 , 7 1 , 7 3 ; L iv . 1, 3 6 , 3. 8 0 . C ic . R e p . 2 , 3 5 : « I s q u e (L . T a r q u in iu s) u t d e s u o im p e r io le g e m tu lit , p r in c ip io du p lic a u it illu m p r is tin u m p a tr u m n u m e r u m e t a n tiq u o s p a tre s m a io r u m g e n tiu m a p p e lla u it, q u o s p r io r e s s e n te n tia m ro g a b a t, a se a d sc ito s m in o r u m » ; D io n is . „3, 6 7 ; L iv . 1, 3 5 , 3 6 ; A u r e i. V ie t. D e uir. 6 . V id . V . C a sa g ra n d i, L e m in ores g en tes ed i P a tres m in oru m g en tiu m , P a ler m o -T o r in o 1892. 8 1 . V id . O v id . Fast. 2 , 6 1 3 : « G e m in o s q u e ... q u i c o m p ita seru an t: e t u ig ila n t n o str a s em p e r in u r b e L a res» . 8 2 . C ic. R ep . 2, 3 6 .
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L a m onarquía
tería se crean dos legiones, en lugar de una, y los jefes de legión serán seis en lugar de tres que había. El senado no se duplica, continúa con sus 300 miembros, pero se incluyen en ellos las personas más destacadas de la ciudad anexionada. Con todo, estos posteriores votarán siempre después de los priores. 83 8. Formación de la plebe A lo largo del reinado de Rómulo (753-716), de Numa Pompilio (715-672), de Tulo Hostilio (672-640), de Anco Marcio (640-616) y de Tarquinio Prisco (616-578), hasta el tiempo de Servio Tulio (578-534) que modificará la constitu ción, se advierte un cambio constante en la sociedad romana: se va formando la plebe. ¿Cómo sucede esto? En otro lugar hemos hablado de los peregrinos, de los huéspedes, de los latinos, de los colonos, de los libertosjf a quienes debemos añadir los comerciantes y artesanos inmigrados, refugiados de ciudades o de tribus próximas o lejanas, los clientes, todos ellos son personas libres, pero carentes de ciudadanía p len a84. Suce día además que muchas veces los habitantes de una ciudad dominada no eran muertos ni vendidos, sino que quedaban reducidos a condición de clientes del rey, ya se les dejara en su antigua ciudad, ya se les trasladara aRoma. Estos vínculos de dependencia de los libertos y clientes con respecto a sus patronos, se iban aflojando y soltando con la sucesión de generaciones. Roma era una ciudad comercial, a la que acudía constantemente una m ultitud de extranjeros hacenda dos; y por otra parte los libertos, huéspedes y clientes iban adquiriendo sus pro piedades, y aunque no eran ciudadanos, sí eran habitantes de la ciudad. En algún momento se pensó en incorporarlos a la ciudad^ pero se hicieron agrupaciones por lazos de vecindad o de oficio.» Con ello las gentes de igual profesión buscaron su domicilio en el mismo barrio.» Se atribuye a Numa la asociación por gremios y por hermandades religiosas 85. Los reyes, excepto los últimos, favorecieron estas sodalitates, e incluso las llamaron a los repartos de tierras conquistadas 86. Esto bastó para que las familias plebeyas prosperasen. Las costumbres tomadas del pueblo, o importadas de sus lugares de origen, dieron a sus relaciones jurídicas cierto orden y dignidad. La autoridad del Estado se desarrollaba sobre todo y ante todo en las relaciones del rey y de la plebe. ' La plebe no se constituye ni en un momento dado, ni de un determinado contingente de personas, sino que va formándose como un sustrato durante largo tiempo de diversos elementos, unos que van llegando a Roma desde los pueblos vecinos, como amigos o clientes de los señores romanos, o como vencidos y subor 83.
N o h a y te s tim o n io s e x p líc ito s d e e sta u n ió n , a u n q u e a lg o p u e d e c o n je tu ra r se d e C ic.
R ep . 2, 3 0 y 3 5 ; L iv . 1 , 3 5 ; T a c . A n n . 11 y 2 5 . T o d o s lo s c iu d a d a n o s d e la s tr e s tr ib u s se lla m a n p a tr ic io s e n o p o s ic ió n a lo s c lie n te s y a lo s p le b e y o s . H a s ta e l m o m e n to n o h e m o s h a b la d o m ás q u e d e l p u e b lo r o m a n o , p u e s to q u e lo s c lie n te s y lo s q u e ib a n lle g a n d o a R o m a n o eran c iu d a d a n o s. E l p u e b lo e stá r ep a rtid o e n fa m ilia s, e n g e n te s , d e a h í su c o n d ic ió n d e gen tiles, d e p a tres, d e patricii. T a m b ié n se lla m a n Q u irites. A la s g e n te s p a tric ia s rom a n a s y sa b in a s se agru p a ro n o tra s p o r c o o p ta c ió n , c o m o la s s e is d e A lb a , C loelii, C u riatii, G egan ii, Iu lii, Q uinctilii, S eru ilii (L iv . 1 , 3 0 , 2 ) y lo s C lau dii (L iv . 2 , 1 6 , 4-5 ; S u e t. T ib . 1, 1 ). V id . T h . M o m m s e n , H ist. R o m . I A p é n d ic e : L a gen s C lau dia, p p . 1 .2 3 5 -1 .2 5 0 . C f. P .-C h . R a n o u il, R ech erch es su r le p a tric ia t rom ain (5 0 9 -3 6 6 a. C .) P a ris 1 9 7 5 ; y a p r o p ó s ito d e e sta o b ra , J . C . R ic h a r d , O rigin e e t n atu re d u p a tricia t romain-, R E L 5 4 (1 9 7 6 ) 3 4 -4 1 . 8 4 . V id . J o s é G u ille n , L as person as lib re s en R om a, e n G en eth lia k o n Isid o ria n u m , Sala m an ca 1 9 7 5 , 2 2 3 -2 4 7 . 8 5 . P lu t. N u m a , 2 9 . 8 6 . D io n is . H a l. 4 , 7 , 4 , 3 ; P lu t: N u m a , 1 6; L iv . 1 , 3 3 ; 2 , 6.
Formación de la plebe
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dinados, y viven al margen de los derechos de la ciudad, otros, ciudadanos roma nos desprovistos de fortuna, arruinados económicamente, o soslayados en la vida, y otros que por diversas causas se veían sin posibilidad de participar y de coope rar en igualdad de condiciones con los dirigentes de la ciudad en la administra ción del Estado. De esta forma admitimos la parte de razón que pueda asistir a las diversas teorías que se han formulado para explicar el origen de la plebe, porque en ella se encuentran los extranjeros llegados e instalados en la ciudad,» como piensa Fous tel de Coulanges; los extranjeros vencidos y subordinados como clientes de los patricios, según quiere Mommsen; los antiguos siervos rurales emancipados e instalados en la urbe, como dice Neumann 87. Opiniones que recoge y resume G. B loch88, indicando que la'plebe* estaba formada en su mayor parte por clientes de las gentes, es decir, por extranjeros que venían a ponerse bajo la protección de un patricio;’ porque no es probable que la plebe proceda simplemente del elemento latino, que en su unión con los sabinos formó este estamento, al paso que los sabinos constituyeron el patriciado, como opina J. B inder89. Según otros 'investi gadores la plebe se inicia por los ciudadanos desbancados o abatidos social o eco nómicamente. Cuando unos y otros se ven soslayados de la sociedad y toman con ciencia de su estado colectivo, se asocian para reivindicar lo que habían perdido frente a los que conservaban todos sus derechos, y agrupados así, se llamaron «plebe». Esta teoría defienden en el fondo Piganiol99, De tM artino91 y Meyer?2. Dell’O r o 93 propone una tesis nueva* la plebe' sería «una colonia instalada cerca de Rom a-por los latinos, después que vencieron a los etruscos en el lago Regillo, para que vigilaran el cumplimiento del pacto estipulado. Teoría fque nació destinada al fracaso puesto que no explica ni de dónde procede tal colonia, ni cómo se siente desvinculada desde el prim er momento de su país de origen.94 Como las cargas del Estado, por ejemplo, el servicio militan, gravaban única mente sobre los ciudadanosj»éstos iban disminuyendof*en cambio, el número de los simples habitantes iba incrementándose, al paso que veían mejorar constante K . J . N e u m a n n , D ie G riin fh errsch aft d e r röm isch en R e p u b lik , 1 9 0 0 . G . B lo c h , L a p lè b e romaine·. R e v . H is to r iq u e , 1 9 1 1 , 2 4 1 ; A . M a g d e la in , R em arqu es su r la so c iété rom ain archaïque·. R E L 4 9 ( 1 9 7 1 ) 1 0 3 -1 2 7 d e fie n d e ta m b ié n q u e la p le b e su rge d e la c lie n te la d e lo s n o b le s . 8 9 . J . B lin d e r , O ie P leb s, L e ip z ig 1 9 0 9 , r e im p r e sió n , R o m a 1 9 6 5 . S e g ú n M o m ig lia n o po p u lu s y p le b s s e r ía n e n su o r ig e n d o s g r u p o s d iv e r so s . A s í lo s p r o p o n e e n L'ascesa d ella p le b e n ella sto r ia arcaica d i R o m a : R iv . S to r . I ta l. 1 9 6 7 , p p . 2 9 7 -3 1 2 ; O sserva zio n i sulla d istin zio n e fra p a triz i e p leb ei, e n E n tret. su r l ’a n tiq u ité class., t. 1 3 ; y L es origin es d e la R é p u b liq u e ro m aine, F o n d â t. H a r d t, 1 9 6 6 , p p . 1 9 7 -2 2 2 . C f. F . R . C o w e ll, E v eryd a y L ife in an cien t R om e, L o n d o n 21 9 6 2 , a q u ie n h a y q u e creer p o r s í m is m o , y a q u e n o a d u ce d o c u m e n to a lg u n o d e c u a n to afirm a. 9 0 . A . P ig a n io l, E ssai su r le s origin es d e R o m e, 1 9 1 6 . 9 1 . D e M a rtin o , S to ria d ella c o stitu zio n e rom ana, 1 9 5 1 . 9 2 . M ey e r , R öm isch er S taat, 1 9 4 8 . 9 3 . D e Ú ’O r o , F orm azione d ello S ta to p a trizio p le b e o , 1 9 5 0 . 9 4 . V é a n se a d em á s, O b e r z im e r , O rig in e d ella p le b e rom ana, L eip z ig 1 9 0 1 ; R . Z a n ie w sk í, L ’o rigin e d u p ro lé ta ria t rom ain e t con tem porain (F a ite s e t T h é o r ie s ) L o u v a in -P a r is 1 9 5 7 ; M . D e R o b e r tis , C o n trib u ti va rii alla sto ria econ om ica e sociale d i R om a, N a p o li s. f.; I d ., L in ea m en ti d i sto ria sociale rom ana. L e classi in fe rio ri (C o r so d i S to r ia rom an a, le z io n i) B a ri 1 9 4 5 ; A . R o se n b e r g , S tu d ien zu r E n tsteh u n g d e r P leb s, « H .» 4 8 (1 9 1 3 ) 3 5 9 ss; H . J. R o s e , P a tri cians an d p leb eia n s a t R o m e: J R S 1 2 (1 9 2 2 ) 1 0 6 ss; W . P e r e m a n s. O v e r d e rom ein sch e P lebs: P h il. S tu d . L o v a in 5 (1 9 3 3 - 1 9 3 4 ) 2 2 7 ss; A . P ig a n io l, E ssai su r le s origines d e R om e, 1 9 1 6 , s o s t e n ía c o n e x c lu siv ism o e l carácter é tn ic o d e la c a u sa d e la fo r m a c ió n d e la p le b e , lu e g o e n H isto ir e d e R o m e, P a ris 1 9 4 9 , p . 5 6 p r e fie r e e l m o t iv o e c o n ó m ic o . 87. 88.
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L a m onarquía
mente su situación. Cuanto más crecían en número, y se veían en mejor situación se sentían más libres, frente a un patriciado decadente. De todo esto surgió la plebe, es decir: la m ultitud de personas libres carentes de los privilegios polí ticos, por no ser legalmente ciudadanos romanos. Esta desigualdad cívica, entre los habitantes de una misma ciudad, empezaba a molestar a los plebeyos, y el que éstos se aprovecharan de los sacrificios militares de los nobles exacerbaba a los patricios. Seguramente hubiera empezado muy pronto la lucha de estos dos esta mentos, a no hallarse sobre todos ellos la autoridad suprema del rey. En este sentido es exacta la definición que a veces se da de la plebe: «la masa que: se opone al patriciado» 95. La actividad de la plebe se presenta siempre como de una clase bien unida que lucha por sus derechos. Parece que cuando los pri meros ciudadanos de Roma se establecieron en las cuatro regiones, dejaron fuera de la comunidad el Aventino, monte bastante grande, cubierto de bosque, poco elevado, jalonado por el Tiber, apto para ser habitado por elementos adventicios. Según las concepciones urbanísticas de los etruscos, los romanos admiten junto a su ciudad todos los elementos advenedizos, pobres desheredados, niños aban donados, etc. Esperan que esta población les preste buenos servicios de transpor tes , desempeños de pequeños talleres, de ayuda militar en momentos de peligro. Aun cuando estos elementos allegados penetren en la ciudad y ocupen la Suburra y los barrios altos del Quirinal, del Viminal y del E squilm o96, y adquieran los derechos de igualdad, el Aventino quedará como el centro espiritual de la plebe, donde tienen su templo de Ceres. La plebe en la época prim itiva goza de libertad personal, tiene derecho de propiedad en una medida que nosotros no conocemos bien, pero está excluida de los derechos políticos de los ciudadanos y del ejército, aunque forma parte de la cu ria97 está en inferioridad, puesto que no tiene derecho a voto. En un m ollento determinado hay como una selección de entre la plebe, y estas personas entran en el patriciado como gentes minores. ¡lio, Una evolución lenta da a los plebeyos los derechos completos de ciudadanía, y el Esjado patricio se convierte en patricio-plebeyo9S. Luego dentro de la misma se va dfetírfguiendo una élite y un vulgo: los nacidos ingenui y los libertos. Los primeros se constituyen en una especie de organización de stirpes a imitación de las gentes patricias; para reclamar los derechos de tutela y de sucesión " , aspi rando* quizás a unos sacra gentilicia·, pero la mayor parte de los plebeyos quedan sin gentilidad.100 Por más que la plebe va consiguiendo poco a poco todos los derechos de los patricios: sacerdocios, magistrados, igualdad ante la ley, en el pueblo romano seguirá distinguiéndose siempre sus dos elementos integradores: patricios y ple beyos. Hay una época, por lo menos a partir de la segunda mitad del siglo I I a. C., hasta la venida del Imperio, en que los plebeyos desarrollan una mayor actividad en la vida de Roma que los patricios. Así en el orden legislativo los tribunos de la plebe consiguen mucho mayor número de plebiscitos y de leyes votadas en el senado que los cónsules y los pretores; en lo administrativo algunos tratados de
95. 96. 97. 98. 99. 100.
H . S ib er , e n R . E . 2 1 1 (1 9 5 1 ) 1 0 3 . L iv . 3 , 1 3 , 2 . O v id . Fast. 2 , 5 2 7 . C aí. In st. 1, 3 ; A u l. G e ll. 1 0 , 2 0 . C ic . D e O r. 1 , 176. C IL . V I , 1 5 2 7 : L au d a tio T uriae.
Constitución de Servio Tulio
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paz fueron votados por plebiscito 101; las asignaciones de tierras y de colonias se votaban generalmente por la plebe con el asentimiento del senado, sobre todo después de los Gracos 102. En política la plebe va tomando el derecho de conferir los poderes extraordinarios (imperta extraordinaria) a los magistrados, y en cuanto a la prorrogatio de estas magistraturas, el senado confiere, pero la plebe confir ma 103. Pero bajo el Imperio, ya con Augusto y Tiberio, se recrudece la división del pueblo en dos grupos* los honestiores: senadores, caballeros, decuriones; y humiliores, plebeii, tenuiores}w; las penas criminales son distintas para unos y otros; y a los honestiores se les degrada pasándolos a los humiliores mi. Y esto sucede por todas las ciudades: al ordo de los decuriones, se opone la plebs. 9. Constitución de Servio Tulio t A fusionar estas dos fuerzas y organizarías en favor de la Patria, vino la cons titución llamada de Servio Tulio'. Ante todo dividió a los plebeyos en 30 tribus o^secctofi^s, Ί 10 por su origen, sino por su domicilio dentro de la ciudad.*Estas tribTTs reunidas formaban los comicios tributos’. La tributación* que antes era per sonal se convierte en real, es decir, sobre las posesionesí06. Todos los que poseen una propiedad (locupletes)· o cultivan directamente un dominio (adsidui) sean o no ciudadanos, deben contribuir con su tributo a los gastos de las necesidades ur gentes de la ciudad. Todos los hombres domiciliados en la ciudad, sin distinción de linaje, están obligados al servicio m ilitar desde los 16 a los 60 años. Con ellos se formaron 1 0 1 . L iv . 2 9 , 1 2 , 1 6 ; 3 0 , 4 3 , 2 . 102. L iv . 1 0 , 2 1 , 8 ; 3 2 , 2 9 , 3 ; 3 5 , 4 0 , 5 ; C ic. P hil. 13 , 2 1 ; Leg. A g r. 2 , 17. 103. L iv . 8 , 2 3 , 1 2 ; 1 0 , 2 2 , 9 ; « E t L . V o lu m n io e x s en a tu s c o n s u lto , e t s cito p le b is p r o r o g a tu m in a n n u m im p e r iu m e st» . 1 0 4 . N o e s lo m is m o p le b s q u e populus·. « P le b s a u tem a p o p u lo e o d is ta t, q u o d p o p u li a p p e lla tio n e u n iu e r s i c iu e s sig n ifica n tu r , c o n n u m e r a tis e tia m p a tric iis; p le b is au tem a p p e lla tio n e s in e p a tr ic is c e te r i c iu e s s ig n ifica n tu r » (G a i. In st. 1, 3 ). C a llistr. D . 2 2 , 5 , 3 , pr.; U lp . D . 4 7 , 9 , 1 2 , 1; H e r m o g . D . 4 7 , 1 0 , 4 5 ; M a rcia n . D . 4 8 , 8 , 3 , 5 ; M acer. D . 4 8 , 1 9 , 14; V e n u le iu s , D . 4 8 , 1 9 , 15; C a llistr . D . 4 8 , 1 9 , 2 8 ; M a rcia n . D . 5 0 , 4 , 7 p r.; C o d . lu s t. 1, 5 5 , 5; C o d . T heod. 7 , 1 3 , 7 ; 7 , 1 8 , 1. 105. C o d . T h eo d . 2 , 2 2 , 1; 8 , 1 1 , 1; 9 , 2 7 , 1; 9 , 4 5 , 5. E n tie m p o d e A u g u s to e l ju ris c o n s u lto L a b e ó n sie n ta e l p r in c ip io d e q u e lo s h u m ild e s n o p o d rá n citar a ju ic io a lo s m ás altos c iu d a d a n o s (U lp . D . 4 , 3 , 1 1 , 1 ), y e s m u y v e r o s ím il q u e A u g u s to e n m a ter ia d e ju stic ia d iera u n tr a to e s p e c ia l a lo s n o b le s , p e r o e n d e r e c h o p e n a l la o p o s ic ió n e n tr e e sta s d o s c la se s d e c iu d a d a n o s n o a p a rece h a sta m á s ta rd e. S e g ú n la s In s titu tio n e s ( 4 , 1 8 , 4 ) e n la le x lu lia d e A d u lte r is (a . 1 8 a. C .) a n te e l m is m o c rim e n s e sa n c io n a : « s tu p r a to r ib u s, s i h o n e s ti s u n t, p u b li c a tio n e m p a r tis d im id ia e b o n o ru m ; s i h u m ile s, c o rp o ris c o e r tio n e m cu m r e le g a tio n e » . P e r o c o m o la s In s titu t, n o s ie m p r e m e r ec e n la c r e d ib ilid a d h is tó r ic a , q u e d a la in c e r tid u m b r e d e l tie m p o e n q u e s e e sta b le c e e sta d is tin c ió n q u e en tr a d e lle n o e n la le g is la c ió n e n tie m p o d e lo s S e v e r o s. L a c u a lid a d d e h on estior d a a u n c iu d a d a n o e l p r iv ile g io d e u n tr a ta m ie n to m ejor, m ás lig e r o . D e s d e lu e g o lo s .h o n e stio re s s e v e n lib r e s d e lo s c a stig o s m ás d e g r a d a n te s , e l b as to n a z o y la c o n d e n a c ió n a m in a s (C a llist. D . 4 8 , 1 9 , 2 8 , 2 -5 ), y d e la m ism a form a la m u er te v e r g o n z o sa c o m o la cru z, la h o g u er a , la e x p o s ic ió n a la s b e s tia s e sta b a rese rv a d a para lo s hu m iliores. E n e s t o s c a so s lo s h on estiores e ra n s im p le m e n te d e c a p ita d o s. E s t o s c o n s e g u ía n tam b ié n m ás fá c ilm e n te gracia, o p e r m u ta c ió n d e la p e n a d e m u e r te p o r r e le g a c ió n y d e p o r ta c ió n . C o n to d a la o d io s id a d q u e e sta d is tin c ió n c o m p o r ta , q u e n i siq u ie r a se d io e n lo s tie m p o s d e S ila , p u e d e ser co n sid e ra d a c o m o u n a fo r m a d e q u er e r su a v iza r la c o n s titu c ió n r o m a n a , al su b str a er d e la s p e n a s d e g r a d a n tes y d e lo s c a stig o s c a p ita le s a u n a p a r te d e lo s c iu d a d a n o s r o m a n o s. L a e x p r e s ió n d e h on estiores y h u m iliores d e sa p a r ec e n h a c ia e l s ig lo I V , c f. C o d . T heod. 1 6 , 2 , 5 (d e l a. 3 2 3 d . C .), p e r o lo s p r iv ile g io s para lo s d e c u r io n e s y h o m b r e s c o n c a r g o p erm a n e c e n c o n s ig n a d o s s ie m p r e e n la le g is la c ió n p e n a l. 1 0 6 . L iv . 1 , 4 3 , 9 .
36
L a m onarquía
cinco clases, según la hacienda que poseía cada cual, porque cada uno debía cos tearse sus armas y su equipo militar. Las clases se dividían en centurias 107. Se conservó la organización antigua de la caballería, pero se le incrementaron el doble de centurias de los plebeyos más ricos. Esto tiene su explicación poique la infan tería no era un ejército permanente. Una vez terminada una campaña se les enviaba a sus casas; pero no sucedía así con la caballería que permanecía en pie de guerra incluso en tiempos de paz. Era, por consiguiente, necesario que se eligiera para estos puestos a los hombres más ricos, que no necesitaban para vivir de su trabajo diario, sin tener en cuenta su situación cívica, basándose para ser admitidos en cierta extensión de sus propiedades. Además había un cierto número de plazas que no se cubrían con hombres hacendados, sino por otros que no tenían esos medios, a éstos los equipaban de dos caballos, forraje, armas, etc., las aportaciones impuestas a las viudas, mujeres solteras, y ancianos sin hijos, que tenían grandes propiedades y no podían servir por sí m ism os108. Las familias no domiciliadas, los ciudadanos que no tienen más de 1.500 ases (proletarii), daban al ejército los músicos, trabajadores especiales, y otros de éstos iban al ejército sin armas (uelati), y en campaña cubrían las bajas que se producían, tomando las armas de los enfermos, de los heridos y de los muertos. El cuadro quedaba formado así, según Tito Livio: 109 O rd en
C en tu rias
.
H acien da
S ervicio m ilita r
P a tr ic io s cab a lle r o s
6
C e n so m á x im o
A c a b a llo
C a b a lle r o s p le b e y o s
12
C e n so m á x im o
A c a b a llo
1.a c la se
4 0 s en io re s 4 0 iu n io r e s
2 0 y u g a d a s, 1 0 0 .0 0 0 a ses
I n fa n t e r ía p e s a d a , lo r ig a , e tc .
2 .a c la se
1 0 se n io r e s 1 0 iu n io r e s
15 y u g a d a s, 7 5 .0 0 0 a ses
A rm a d u ra p e sa d a , s in cudo.
con
g á le a ,
e sc u d o ,
lo r ig a , a p ie , e s L
h
3 .a c la se
10 se n io r e s 1 0 iu n io r e s
1 0 y u g a d a s, 5 0 .0 0 0 a ses
A rm a d u ra a p ie .
4 .a c la se
10 s en io re s 1 0 iu n io r e s
5 y u g a d a s, 2 5 .0 0 0 ases
A rm a d u ra ligera, c o n la n z a , jab alin a.
15 se n io r e s 15 iu n io r e s
2 y u g a d a s, 1 1 .0 0 0 a ses
H o n d e r o s y v e lite s .
5 .a c la se
In g e n ie r o s .M ú sic o s
2
—
In e rm es.
3
—
In e r m e s.
p e sa d a , sin
lo r ig a , n i
L o s q u e tie n e n m e n o s d e 1 .5 0 0 a ses, s e lla m a n ca¡ ñ te censi, lib r e s d e l s e r v ic io m ilita r .
107. 108. 109.
L iv . 1, 4 3 , 1 ss. L iv . 1, 4 3 , 9. L iv . 1, 4 3 ; V id . C ic, R e p . 2 , 3 9 -4 2 ; M o m m s e n , H ist, d e R om a I , 1 2 7 -1 3 5 .
grç'v^s,
Constitución de Servio Tulio
37
De esta clasificación quedaban excluidos, como se ve, los niños, y los mayores de 60 años. Gelio, siempre curioso en mil detalles, nos aclara así las etapas de la vida del hombre no: «Tuberón en el libro primero de sus Historias dice que el rey Servio Tulio, cuando estableció aquellas cinco clases de seniores y iuniores para hacer el censo, pensó que los niños eran los que tenían menos de 17 años, y que a los de 17 años cumplidos, que ya eran aptos para servir a la Patria, los alistó como soldados. Incluyó entre los iuniores a los que habían cumplido 17 años hasta los 46. De 46 a 60 los llamó seniores. Esto lo he notado, agrega Gelio, para que se sepa la división que hacían nuestros mayores entre pueritia, iuuentus y senectus, según el modo de proceder del prudentísimo rey Servio Tulio». Más adelante, quizás hacia m itad del siglo V, cuando los comicios por tribus empezaron a tener trascendencia política, puesto que en ellos tenían voto aún los menos hacendados, estos ciudadanos más pobres (capite censi)m formaron una centuria, y se vieron obligados también al servicio. En esto se fue avanzando poco a poco. E n tiempo de Furio Camilo se llamó a los plebeyos, cuya hacienda valía aproximadamente 4.000 ases; después aumentando la necesidad de soldados, en tiempo de Pirro, se llamó a los que tenían 1.500 ases; durante la guerra de Aníbal se llegó al mínimo de 375 ases; y en tiempos de Mario, finalmente, se reclutaban soldados sin miramiento de la fo rtu n a .112 Toda esta organización por centurias tenía por objeto el robustecimiento y la organización del ejército. Para facilitar estas levas se dividió la ciudad y los arra bales en cuatro cuarteles o regiones: I) la del Celio con la Suburra y las Carinas; II ) el Esquilino; I I I ) la Collina con el Quirinal y el Viminal; y ÍV ) la Palatina, con este monte y el Velia. En estas regiones se comprendían las tierras externas y el distrito rural adyacente a cada una de ellas, por ejemplo, Ostia pertenece a la región Palatina. El Estado trataba de resolver con esto los viejos antagonismos
110. 111. 112.
G e ll. 1 0 , 2 8 . C ic . R e p . 2 , 4 0 . E n lo s A n n a les d e E n n ío (v . 1 8 3 V a h le n 2) s e le e : « P r o le ta r iu s p u b lic itu s s c u tis q u e fe r o q u e orn a tu r ferro ; m u ro s u r b e m q u e fo r u m q u e e x c u b iis cu r a n t» . D e d o n d e s e v e q u e lo s p r o le ta r io s e n e s t e tie m p o to m a b a n p a r te p o r l o m e n o s c o m o s o l d a d o s d e reta g u a r d ia . P r e g u n ta d o J u lio P a u lo q u é sig n ifica b a « p r o le ta r iu s , c a p ite c e n s u s » , r e s p o n d ió : « Q u i in p le b e R o m a n a te n u iss im i p a u p e m m iq u e e ra n t ñ e q u e a m p liu s q u a m m ille q u in g e n tu m a e ris in c e n su m d e fe r e b a n t, 'p r o le ta r ii' a p p e lla ti su n t, q u i u e r o n u llo a u t p erq u am p a r u o a e re c e n se b a n tu r , 'c a p ite c e n s i’ u o c a b a n tu r ; e x tr e m u s a u tem c e n su s c a p ite c e n so r u m aeris f u it tr e c e n tis se p tu a g in ta q u in q u e . S e d q u o n ia m r e s p e c u n ia q u e fa m ilia r is o b s id is u ic e m p ign er isq u e e s s e a p u d r em p u b lic a m u id e b a tu r a m o r isq u e in pa triam fid e s q u a ed a m in e a firm am en tu m e ra t, n e q u e p r o le ta r ii n e q u e c a p ite c e n s i m ilite s n is i in tu m u ltu m a x im o scr ib e b a n tu r , q u ia fa m ilia p e c u n ia q u e h is a u t te n u is a u t n u lla e s s e t. P r o le ta r io r u m ta m e n o r d o h o n e s tio r a liq u a n to e t re e t n o m in e q u a m c a p ite c en so r u m fu it: n a m e t a sp e ris r e ip u b lic a e te m p o r ib u s , c u n i iu u en tu tis in o p ia e s s e t, in m ilitia m tu m u ltu a r ia m le g e b a n tu r , arm aq u e is su m p tu p u b lic o p r a e b e b a n tu r , e t n o n c a p itis c e n s io n e , s e d p r o sp e r io r e u o c a b u lo a m u n e re o ffic io q u e p r o lis e d e n d a e a p p el la ti s u n t, q u o d , c u m re fa m ilia r i p ir u a m in u s p o s s e n t r e m p u b lic a m iu u a re , s u b o lis ta m e n g ig n e n d a e c o p ia c iu ita te m fr e q u e n ta r e n t. C a p ite c e n s o s a u tem p r im u s C . M a riu s, u t q u id a m fe r u n t, b e llo C im b r ic o d iffic illim is r e ip u b lic a e te m p o r ib u s u e l p o t iu s , u t S a llu stiu s a it, b e llo I u g u r th in o m ilite s s c r ip s is se tra d itu r, c u m id fa c tu m a n te in n u lla m e m o r ia e x sta r e t...» . V e r b a a u tem S a llu sti in H isto ria Iu g u rth in a (8 6 , 2 ) d e C . M a rio c o n s u le e t d e c a p ite c e n s is h a e c s u n t: « I p s e in ter e a m ilite s s c r ib e r e n o n m o r e m a io r u m n e c e x c la ss ib u s, s e d u t lib id o c u iu s q u e e ra t, c a p ite c en so s p le r o sq u e . I d fa c tu m a lii in o p ia b o n o r u m , a lii p e r a m b itio n e m c o n s u lis m e m o r a b a n t, q u o d ab e o g e n e r e c e le b r a tu s a u c tu sq u e erat e t h o m in i p o te n tia m q u a e r e n ti e g e n tis sim u s q u is q u e op ortu n is sim u s» (G e li. 1 6 , 1 0 ).
38
L a m onarquía
de localidad o de familia, y fundir con el espíritu militar en un solo pueblo a los ciudadanos y a los simples habitantes.113 Es natural que éstos, al sentirse obligados a la milicia y al tributo, quieran tener también su voto como ciudadanos. Él pueblo ahora se reunirá en los comi cios centuriados (comitia centuriata) que será el pueblo de Roma, organizado mili tarmente. Los que tenían mayor hacienda tenían más que perder, y, por tanto, deberán exponer más. Luchaban en las primeras filas. Pero también tenían más influencia en las asambleas, donde se votaba la paz o la guerra, se aceptaban o rechazaban nuevas leyes, se elegía al rey y los funcionarios, puesto que no se votaba por cabezas sino por centurias. Como el orden de caballeros tenía 18 cena turias y la primera clase 80, si todos ellos estaban de acuerdo, ellos solos decidían la votación, puesto que en el conjunto no había más que 182 votos. Por eso, esta constitución, aunque parezca democrática, está sin duda inspirada por los ciuda danos, que vieron en ella repartidas las cargas de los tributos y del servicio militar también entre los plebeyes; perdiendo, en cambio, los ciudadanos muy poco de sus derechos. Ellos solos tenían acceso a las magistraturas. La asamblea popular era muda, sólo podía admitir o rechazar los proyectos que se lé hacían. El no era su única arma política. Por la preponderancia de esta primera clase les venía el nombre de classici, como dice G e lio .114 Los comicios centuriados los convocaba el rey o el interrex por un edicto. Proponía el asunto o leía la ley que deseaba fuera aprobada, e invitaba a la vota ción con estas palabras: Velitis, iubeatis (si uobis uidetur), ite in suffragium. En un principio se votaba de viva voz. Desde el siglo I I a. C., la votación se hizo en secreto por medio de unas tablillas o tejuelas (tesserae). Como toda esta organización se basaba en la fortuna de cada cual, y ésta varía mucho con frecuencia, cada cinco años (lustrum ) se hacía un nuevo censo en el Campo de Marte. En él se hacía una numeración del pueblo y un recuento de todos los haberes: campos, casas, dinero, esclavos que tenía cada cual. Según el resultado, cada uno se ponía en la categoría que ahora le correspondiera. Aunque esta organización centuriada fue esencialmente militar, produjo sin embargo efectos políticos 115. Ya hemos visto que se reúnen en comicios que, se
1 1 3 . L iv . 1, 4 3 , 13. 1 1 4 . G e ll. 6 , 1 3: « C la ssic i d ic e b a n tu r n o n o m n e s , q u i in q u in q u e c la ss ib u s e r a n t, s e d p r i m ae ta n tu m c la ssis h o m in e s , q u i c e n tu m e t u ig in t i q u in q u e m ilia a eris a m p liu su e c e n s i eran t. In fr a é lá je m a u tem a p p ella b a n tu r s e c u n d a e c la ssis c eter a r u m q u e o m n iu m c la ssiu m , q u i m in o re su m m a a eris, q u o d su p ra d ix i, c e n se b a n tu r » . 1 1 5 . L o s cu a d ro s d e l e jé r c ito d e te r m in a d o s p o r e l s iste m a ser v ia n o p e r te n e c e n r e a lm e n te al s ig lo V I , se g ú n p ie n s a P . F ra cc? ro , L a S toria dell'an tich issim o esercito rom ano e l'età d e ll’ ord in a m en to cen tu ria to , A H i d e l 2 .° c o n g r e s. n a z. d i s tu d i r o m a n i, 1 9 3 1 ; e l m is m o , A n co ra su ll'etá d ell'o rd in a m en to centuriato·. A th . N . S . 1 2 (1 9 3 4 ) 5 7 ; p e r o D e S a n c tis, L e o rig in i d e ll’ ord in a m en to centuriato·. R F I C , N . S . 11 ( 1 9 3 3 ) 2 8 9 , lo a tr ib u y e a l s ig lo I V ; e in c lu s o F . S m ith , D ie röm isch e T im o k ra tie, B e r lin 1 9 0 6 , lo retra sa a lo s tie m p o s q u e s ig u ie r o n a A n íb a l; y H . M a ttin g ly , T h e p ro p e rty qu alification s o f th e R om an Classes: J R S 2 7 (1 9 3 7 ) 9 9 ss. fija e l añ o 8 9 a. C . A b o r d a n ta m b ié n e l p r o b le m a e n su s e s tu d io s L . Z a n c a n , P er la sto ria d ell'ordin am en to centuriato·. A e R 3 7 ( 1 9 3 5 ) 2 2 9 ; A . P ig a n io l, e stu d ia e l te m a e n su a r tíc u lo U n d o cu m en t d ’h isto ire sociale rom aine, la classification se rv ie n n e : A n n . d ’h is t. é c o n . e t so c . 1 9 3 3 , p . 1 3 3 y ss. s o s tie n e q u e la o r g a n iz a c ió n lla m a d a ser v ia n a n o e s a n terio r al a ñ o 2 4 1 a. C . E n tr e 2 4 1 y 2 1 8 se d e s d o b la n la s c en tu r ia s e n tr e sen iores y iu n iores. L a r e d istr ib u c ió n d e la s 1 9 3 c e n tu r ia s p r im i tiv a s e n tr e la s c la se s s o c ia le s y la fija ció n del' c e n s o d e b ió o cu rrir p o r e l añ o 1 7 9 (L iv . 4 0 , 5 1 ). P . G u ir a u d , D e la réfo rm e d e s com ices cen tu ria tes au I I I e s: R H 17 (1 8 8 1 ) 1 ss; M . v a n B r u w a e n e , C u ries e t tribus·. A n t. C la s siq u e s, 1 9 5 2 , s o s tie n e q u e curias y tr ib u s so n té r m in o s e q u iv a le n te s, a u n q u e su o r ig e n sea d iv e r so .
Constitución de Servio Tulio
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quiera o no, tenían su influjo cívico, como la aprobación de un testamento hecho por un soldado {in procinctu) antes de entrar en batalla; el votar o no la guerra ofensiva, etc. Con la conquista de Alba por los romanos, Roma pasa a ser la cabeza de la Liga latina, preside las grandes fiestas y ejerce una verdadera hegemonía -sobre toda la Confederación. Había derecho de comercio y de matrimonios entre los ciudadanos de toda la Confederación, cada uno podía establecerse donde mejor le pareciera, aunque no podía ejercer derechos políticos más que en su ciudad. Roma va creciendo en sus dominios y como urbe. Se construye la fortaleza (arx), se rodea de un cinturón de murallas, que se llaman de Servio Tulio, y se trata de evitar el peligro de las inundaciones construyéndose la obra más grande de los reyes, la Cloaca m áxim a.116
116. L a cloaca m axim a es u n a o b ra d e sa n e a m ie n to d e la s d e p r e sio n e s d e la c iu d a d , e m p ezad a p o r T a r q u in io e l V ie jo y c o n tin u a d a p o r lo s m o n a rcas s ig u ie n te s . F orm a u n a red d e alca n ta rilla s y a lb a ñ a les q u e d r en a b a n al T ib e r to d a s la s aguas su b te r r á n e a s d e la c iu d a d . C f. V o l. I , p p . 3 1 -3 2 .
2 La República
« P r in c ip e s m o r ta lis, rem p u b lic a m a e te rn a m e s s e » . (T a c . A n ti. 3 , 6 )
I.
ORGANIZACION
1. Cambio de constitución El poder hereditario y absoluto de los reyes fue ciertamente muy beneficioso para los romanos; pero desde el momento en que todos los pueblos próximos, tanto latinos, como sabelios, etruscos y apuJios fueron sustituyéndolos por magis trados anuales, estaban los reyes destinados a desaparecer. Es cosa muy notable que en Roma nunca se actuó contra el poder, que creye ron siempre necesario, sino contra el modo de representarlo. Los patricios lucha ron contra el poder vitalicio del rey, y paralelo a estas aspiraciones de los nobles hay otro movimiento de los no-ciudadanos que aspiran a los derechos de la ciudad. Ya lleven el nombre de ciudadanos, como los plebeyos y los emancipados, o carez can de él, como los latinos y los italianos, aspiran a la igualdad política, y ahora con toda justicia. Desde la ordenación centuriada de Servio Tulio todos contri buían con su dinero y con el servicio militar a la grandeza de la ciudad, no se podía perm itir que sólo unos cuantos disfrutaran del bienestar conseguido con el esfuerzo de to d o s.1 Las aspiraciones de los nobles se consiguieron. La leyenda ha ideado los moti vos inmediatos: el rey no consulta jamás con el senado 2, ni provee sus vacan tes 3, exige desmedidos tributos sin consultar al consejo de la ciudad, acapara enor mes cantidades de trigo, impone trabajos excesivos para sus haciendas. Se han dado los nombres de los principales promotores del cambio político, como el de los Brutos, que quizás no empezaron a actuar hasta mucho más ta rd e 4. Lo cierto 1. grupos s iste m a O x fo r d
S in e m b a r g o e n lo s p r im e r o s s ig lo s d e la R e p ú b lic a la v id a p o lític a e sta b a d o m in a d a por d e fa m ilia s p o d e r o s a s h a sta m ita d d e l s ig lo I I . a. C . e n q u e s e pasa p r o g r e s iv a m e n te al d e lo s p a r tid o s p o lít ic o s , ta l e s la te s is d e H . H . S c u lla rd , R o m a n P o litic s (2 2 0 -1 5 0 a. C .), 1 9 5 1 . S o b re la c o n s titu c ió n r ep u b lica n a p u e d e v e r s e S ta v e le y , T h e c o n stitu tio n o f th e R om an R e p u b lic: H is t . 1 9 5 6 ; L . H o m o , In s titu tio n s p o litiq u e s rom aines, 1 9 5 0 ; E . M e y e r , Röm . S ta a t und. S ta a tsg ed a n k e, 1 9 4 3 . 2 . L iv . 1 , 4 9 , 4 s. 3 . L iv . ib. 6 . 4 . L iv . 1 , 5 7 , 6 - 5 9 ; C ic. R e p . 2 , 4 6 ss.
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L a República
es que el último rey, Tarquinio el Soberbio, tuvo que salir de Roma, huyendo primero a Túsculo, después a C um as5, y su familia se estableció en Cerea. Se abolió la monarquía. Todos y cada uno de los ciudadanos juraron por sí y por sus descendientes no admitir jamás a un rey que los gobernara.6 Pero los poderes del rey había que conservarlos. En cuanto era mediador ante los dioses, le sustituye el rex sacrificulus o rex sacrorum 7, que será siempre el primero y el más importante de los funcionarios romanos, aunque prácticamente se quede en un mero título honorífico, ya que después dependerá del Pontífice Máximo. Y en su aspecto de rector del pueblo tomarán sus poderes dos cónsules, con poderes anuales. Después de un período un tanto obscuro, los cónsules Valerio y Horacio tomarán el poder consular8 e inaugurarán históricamente la República con la dedicación del templo de Júpiter en el Capitolio, erigido por los Tar quinios. 9 2. Los cónsules Los cónsules de la primera época son propiamente «dos reyes anuales», que se llamaron praetores, en cuanto eran generales del ejército; iudices, como super visores de las causas, o consules, procuradores de la Patria, o colegas 10. El poder real no se distribuyó entre ellos, sino que cada uno tiene el poder total como lo había tenido el rey; pero puede cada uno oponerse a las decisiones del otro (ius intercessionis), con lo cual salvaban el peligro de que uno de ellos quisiera gober nar tiránicamente. El día de la inauguración del consulado, que debe hacerse solemnemente, marca la fecha en que cesará su investidura de magistrado al año siguiente. E l rey, como magistrado vitalicio, no puede ser llevado nunca al tribunal de la autoridad, puesto que la autoridad es él; pero los cónsules, una vez terminado su mandato, son ciudadanos privados y están sujetos a la justicia del país, incluso por los desafueros que hubieran podido cometer en el año de su magistratura. El rey tenía el derecho de hacer cultivar sus propias tierras por los súbditos, el cónsul no. El rey ejerce el patronato sobre una serie de personas no-ciudadanos, 5 . L iv . 1, 6 0 . 6 . E l p a s o d e la m o n a r q u ía a la r e p ú b lic a tie n e u n a e x p lic a c ió n tr a d ic io n a l q u e s ig u e m u y d e cerca la s n a rra cio n es r o m a n a s. U n a v e z e x p u ls a d o s lo s r ey e s e n e l a ñ o 5 0 9 , se crea ro n d o s m a g istr a d o s su p r e m o s p r e to r e s o c ó n s u le s . L a in n o v a c ió n h a b r ía c o n s is t id o e n q u e la m a g is tratu ra p a s ó d e p e r so n a l a c o le g ia d a , y a a n u a l e n lu g a r d e v ita lic ia . E sta te s is d e sa rr o lla d a p or M o m m s e n (H ist, d e R o m a I , 3 0 9 -3 2 0 ) e s m a n te n id a p o r m u c h o s a u to re s, v id . A lth e im , Ita lien u n d R o m e I I , 1 9 4 2 ; C o r n e liu s , U n tersu ch u n gen zu r frühen röm ischen G esch ich te, 1 9 4 0 ; p e r o se in d ic a q u e la r e v o lu c ió n d e l a ñ o 5 0 9 n o e s p r o p ia m e n te u n a em p r e sa é p ic a s in o u n a s u b le v a c ió n d e lo s la tin o s co n tr a lo s e tr u s c o s e n g e n e ra l. O tr o s p ie n s a n q u e la r e v o lu c ió n fu e m ás p r o fu n d a q u e to d o e s o y q u e la o p o s ic ió n regnu m / res pu blica s u p u s o m o d ific a c ió n d e la s fo r m a s ju ríd ic a s y d e l p o d e r . A s í U , C o li e n s u a r tíc u lo R egn u m , c o in c id ie n d o c o n é l e n e l fo n d o D i F r a n c isc i, D a l regnum alla Respublica·. S tu d ia e t D o c u m e n ta , 1 9 4 4 ; y A rcana Im p e rii I , 1 9 4 7 ; y G u a r in o , La form azion e della rep ú b lica rom ana, R I D A . S e g ú n la o p in io n d e o tr o s la R e p ú b lic a su r g ió c o m o e l r e s u lta d o n a tu ra l d e u n a e v o lu c ió n le n ta y larga. A s í A r a n g io R u iz , S toria d e l D ir itto rom ano; M a zz a r in o , D alla m onarchia alio S ta to republican o, 1 9 4 5 , y D e M artin o . S e g ú n G in to w t, D ic ta to r R o m a n u s: M é l. V is sc h e r I , e l rey fu e r ee m p la z a d o in m e d ia ta m e n te p o r u n d ic ta d o r, y c o m o é s te v a a c o m p a ñ a d o s iem p r e d e l m agister eq u itu m , d e l d ic ta d o r se p a só in s e n s ib le m e n te a lo s d o s c ó n s u le s. 7 . L iv . 2 , 2 , 1-2, 8 . C ic . R ep . 2 , 5 4 . 9 . L iv . 2 , 8 , 6. 10 . D e e sta m a g istra tu ra h a b la re m o s m ás a d e la n te , ahora n o s c o n c re ta r e m o s c o n señ alar su s d isc re p a n cia s c o n la m a g istra tu ra d e l rey.
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por ejemplo, los dominados en sus conquistas, el cónsul no. En materia criminal el rey instruye la causa y da la sentencia, y concede o no al reo el recurso de alzada ante el pueblo (ius prouocationis), según la ley Valeria del año 245/509, el cónsul debe concederlo siempre, con tal que la sentencia no se haya dado por un tribunal militar; si la niega perderá el derecho de comparecer ante el juez como testigo. Los lictores que acompañan a los cónsules no tienen derecho de vida o muerte sobre los ciudadanos. El rey nombraba sus comisarios, que obraban en nombre regio, como el praefectus urbi y el magister equitum, si quería; el cónsul en caso de guerra podrá nombrar un legado (legatus) que no será más que un lugarteniente suyo. Para casos de suma urgencia el cónsul podrá nombrar un soberano temporal,! el dictador, que, durante su mandato, asume todo el poder incluso el de los cónj suies y el del senado, pero es un magistrado excepcional y transitorio, para seis meses lo más. Hay otros negocios que el cónsul, aunque tiene toda la autoridad, no puede realizar por sí mismo, sino por representantes suyos, aunque sea él quien los elije: esto sucedía en los procesos civiles y en los criminales; en la administración del tesoro y en la ordenación y conservación de los archivos públicos. Todos estos representantes del cónsul, como elegidos por él, dejan también su cargo al termi nar el año de gestión. En el gobierno cívico no es posible un representante total del poder; en el ejército son varios los delegados del jefe: procónsul, propteror, procuestor, etc., que carecen en absoluto de poder en el interior. E l rey tenía el privilegio de nombrar a su sucesor, parece que también en un principio lo tuvieron los cónsules, pero se les impuso la obligación de nom brarlos por indicación del pueblo. Luego en este acto les quedó el derecho de presidir los comicios electorales, el poder invalidar los votos, el poder rechazar tal o cual candidato, y el poder limitar la elección a la lista de los candidatos ofi ciales. A los cónsulos pertenecía el nombramiento de los senadores. El senado en los primeros tiempos de la República seguía siendo el Consejo de los cónsules, sin poder alguno ni de resolver, ni de ejecutar. El rey había tenido el derecho de nombrar a los sacerdotes. Esta facultad no pasó a los cónsules, los miembros de cada Colegio se elegían ellos mismos. El colegio de los Pontífices, que tenía la jurisdicción doméstica y disciplinar de la ciudad sobre las sacerdotisas de Vesta, se eligió un Pontífice supremo (Pontifex Maximus), que^se constituye a la altura de un gran magistrado, aunque sin poder civil de ningi^rfjzlase. Pero el cónsul no procedía contra el parecer de los augures, ni consagraba, pongo por caso, un templo contra las indicaciones de los Pontífices. El cónsul, por fin, no procedía públicamente con los distintivos reales. En vez de la toga real jde. púrpura, llevaba una toga sencilla, pero con orlas encarnadas (trabaea); ni deámrlaba por las calles sentado en su carro, como hacía el rey, sino a pie, como los aemás ciudadanos. En conclusión: los cónsules continúan siendo lo que eran los reyes: directores administrativos, jueces, y jefes del ejército. Presiden los actos religiosos del pue blo, ofrecen los sacrificios oficiales, consultan por sí mismos y por los augures la voluntad de los dioses, pero formalmente hay un rex sacrificulus, como recuerdo del poder sacerdotal de los reyes. En caso de peligro pueden restablecer el poder real, sin necesidad de una rogación ante el puehlo, nombrando un dictador, que no duraba en su magistratura más de seis meses. En los primeros tiempos, tanto los cónsules como los funcionarios eran todos patricios. Al paso que los reyes estaban sobre patricios y plebeyos, y muchas
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veces se opusieron a los patricios en favor propio interés; ahora los cónsules patricios, servidos por funcionarios patricios, son ante un principio no abusaron del poder en contra ésta llamara y apoyara a los reyes.
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de los plebeyos, aunque fuera por aconsejados por un senado patricio, todo gobernantes de partido. Si en de la plebe, fue por el miedo de que
3. Centurias y curias Las reformas constitucionales, que venimos comentando, atribuyen a los ciu dadanos derechos considerables, pongo por ejemplo, la designación de los supre mos magistrados anuales, y la decisión en ultima instancia, sobre la vida y la muerte de los acusados. Pero ciudadanos ya no eran sólo los patricios, sino el pueblo entero de patricios y plebeyos, entre los cuales se encontraban un buen número de hombres notables y ricos, y por tanto la plebe tenía ya mucha fuerza. Desde el momento en que se convocaron los comicios centuriados para la elección de los magistrados y para tom ar decisiones políticas, los cónsules no son consi derados como señores, sino como mandatarios del pueblo. Publio Valerio, uno de los primeros cónsules, hizo inclinar ante la asamblea del pueblo los fascios de los lictores,- para indicar que la maiestas pertenecía al pueblo romano, aunque estuviera representada en el cónsul11. Desde ese momento hubo necesidad de extender la ciudadanía y en ella entraron todos los de la plebe que no fueran esclavos ni huéspedes, es decir, ciudadanos de otros pueblos extranjeros. De esta forma quedan todos constituidos en ciudadanos romanos, con voz y voto en los comicios 12; pero habían de elegir siempre magistrados de entre los patricios; y éstos les seguirán negando el derecho de contraer nupcias legítimas con personas de su alto estamento. De todas formas, casi todos los poderes que en el régimen anterior ostentaban los comicios curiados (comitia curiata) com puestos de las 30 curias patricias, como el nombrar el rey y adoptar las leyes, pasan ahora a los comicios centuriados. La competencia de los comicios curiados ahora queda restringida a actos casi de pura formalidad, como la aprobación de una adrogación, y la colación del im perium (lex curiata de imperio) a los magistrados mayores, elegidos en los comi cios por centurias, y las dispensas legales para testar. 4. Comitia centuriata La distribución del pueblo en clases y centurias sirvió de base para la orgazación militar 13. Por consiguiente, después de Servio, se reunía el pueblo equipado con sus armas respectivas y agrupado en centurias. Recibía las consignas y comu nicaciones, pero no tenía poder deliberante, 1 1 . L iv . 2 , 7 , 7. 1 2 . S o b r e e sto s p u n to s u n ta n to o s c u r o s d e la v id a rom an a s e h a e s c r ito m u c h o s in q u e s e h aya c o n s e g u id o u n a e x p o s ic ió n clara d e lo s te m a s; v id . A . D e ll’O r o , L a fo rm a zio n e d ello S ta to p a trizio -p leb eo (B ib lio t. S to ria U n iv . s e r ie , I I , M o n a g r . 2 ) , M ila n o -V a r e se 1 9 5 1 ; A . B acc h in i, C en n i sto rici su i cen sim e n ti d e i p o p o li d e lle an tich itá, M ila n o 1 9 5 0 ; D . P a n ta le o n i, S toria civile e co stitu zio n a le d i R om a dalle su e origitti fin o alie gu erre san n itich c, T o r in o 1 8 9 1 ; F . D e M a r tin o , S to ria d ella c o stitu zio n e rom ana, N a p o li 1 9 5 8 -1 9 7 1 , 6 v o l.; M . A . L e v i, L a co stitu zio n e rom ana d e i G racch i a G iu lio C esare (C o ll. S to r ic a , 3 3 ) , F ire n z e 1 9 2 8 ; C . N ic o le t , L 'O rd re éq u es tr e à l'é p o q u e répu blicain e, 313-334 a. C ., I D é fin itio n s ju rid iq u es e t stru ctu res sociales: B E F A R 2 0 7 , P a r is 1 9 6 6 ; G . L o m b a r d i, L o sv ilu p p o co stitu zio n a le d i R om a dalle o rig in i alle fin e della R e p u b b lica , R o m a 1 9 3 9 , 2 .a e d ., R o m a 1 9 4 5 . 1 3 . C ic. P ro Flacc. 7 ; P hil. 2 , 3 3 .
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E ntre los años 475 y 430 a. C. estas paradas militares se convierten en comi cios centuriados, contando ya con ciertos poderes. Son las asambleas de todo el pueblo, es decir, donde se reúnen todos los ciudadanos ya sean patricios ya plebeyos. Las centurias de seniores y iuniores, como ya las había distinguido Servio Tu lio 14, se distribuyen entre las diferentes tribus locales.15 Son convocadas por los cónsules, los pretores o los dictadores; los ediles curules pueden convocarlas para proponer acusaciones leves de ciudadanos 16 y los censores sólo para hacer una lustratio, es decir, el censo.17 Por lo menos desde el año 427 a. C. es convocado el pueblo a comicios cen turiados para que diera su opinión o asentimiento a una ley de guerra [lex de bello indicendo). A partir de ese hecho los comicios centuriados cobraron tal importan cia que no había acto político de cierta trascendencia que no se sometiera al pueblo, en estas asambleas 1B. En ellas se nombraban los magistrados mayores: cónsulesJ pretores, censores19. Tienen el derecho de hacer y declarar la guerra20, hacerj tratados de p a z 21, alianzas22, concesión de derecho de ciudadanía, fundación de colonias, enajenación del ager publicus, organización de los poderes públicos: magistraturas y sacerdocios.23 Judicialmente es el tribunal supremo de apelación para los que han sido con-' denados a muerte o al destierro. Después de las X II T ablas y la ley Sempronia los comicios centuriados tenían la plenitud de la jurisdicción criminal. No sola mente estatuían sobre la prouocatio de un ciudadano plebeyo o no plebeyo contra la sentencia de un magistrado, sino también directamente sobre las acusaciones (crimina) que hiciera una quaestor parricidii25, o un p re to r26. Luego los crímenes graves fueron vistos en tribunales particulares, aunque los comicios podían recla mar las causas que creyeran conveniente. Siempre se les dejó el crimen de per duellio. 27 Poseía además el poder legislativo, votando las leyes propuestas por los ma gistrados ex senatus consultu.28 Los comicios no solían ser muy frecuentes, y debían celebrarse en días hábiles, que aparecían señalados en el calendario con una C (comitialis), los días comitiales coinciden con los fastí. 29
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,c
1 4 . C ic. V e n . 5 , 1 5; L iv . 1 , 4 3 . 15 . C ic. Plane. 4 9 -5 0 . L a s c en tu r ia s lle v a n e l n o m b r e d e la s tr ib u s l o q u e in d ic a q u e e s u n a s u b d iv is ió n d e la tr ib u , v id . L iv . 2 4 , 7 , 1 2 ; 2 6 , 2 2 , 2 ; 27, 6 , 3. 1 6 . V a l. M a x . 6 , 1, 7 ; L iv . 8 , 2 2 , 3-4 ; 2 5 , 2 , 9 ; C ic . V err. 1 , 12. 1 7 . P lin . N . H . 3 5 , 1 7 , 5 7 ; p e r o n o lo s p o d ía n c o n v o c a r lo s tr ib u n o s d e la p le b e , L iv . 2 6 , 3 , 8; 4 3 , 16. 1 8 . A p p . B. C. 1 0 , 2 , 1 3 ; P lu t. P o m p . 4 7 ; D io C a ss. 3 8 , 4 , 6 . 1 9 . C ic. A tt. 9 , 9 , 3 ; G e ll. 1 3 , 1 5 ; L iv . 7 , 2 2 , 1-2 ; 3 1 , 6 3 . 2 0 . L iv . 6 , 2 1 , 3 ; ib . 6 , 2 2 , 4 : « I ta q u e e x se n a tu s c o n s u lto p o p u liq u e iu ssu » ; 3 1 , 6 , 3; al r e c ib ir la r e p u ls a a la rogatio d e d e c la r a ció n d e g u e r ra a M a c e d o n ia , e l c ó n s u l, r e ú n e d e n u e v o o tr o d ía lo s c o m ic io s y le s e x p o n e la n e c e s id a d d e la g u e r ra , L iv . 3 1 , 7 , y p o r fin d e s p u é s d e s u d is c u r so e l c ó n s u l lo s e n v ía a n u e v a v o ta c ió n : u ti rogaret, b ellu m iu sseru tit (L iv . 3 1 , 8 , 1; L iv . 3 6 , 1 , 2 ; D io C a ss. 3 8 , 4 1 . 2 1 . P o lib . 6 , 1 4 , 15. 22. S a il. lu g . 3 9 , 3 ; L iv . 4 2 , 3 3 . 23. C ic . Leg. 3 , 10 y 3 3 . 2 4 . P o lib . 6 , 1 4 ; C ic . Leg. .3, 1 9 ; R e p . 2 , 3 6 ; S est. 3 4 . 25. V a rr. L. L . 6 , 9 0 -9 2 . 26. L iv . 2 5 , 4 , 9 ; 2 6 , 3 , 5 -1 2 ; 4 2 , 16. 27. V id . e l d is c u r so d e C ic. P ro R abir. perdu el. reo ; p ro D om . 6 8 y 8 6 . 28. C ic. Leg. 3 , 1 8; In V atin . 1 5 ; L iv . 4 1 , 9. 2 9 . C ic. Sest. 1 5 ; Prou. Consul. 19.
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Se celebraban extra pomoerium (por su primitivo carácter militar), ordinaria mente en el campo Marte, donde había un lugar inaugurado (tem plum ) y un tri bunal. 30 Debía ir precedido de auspicios31. Un presagio fatal imponía la obnuntiatio alio die, dejando la asamblea para otro día; lo mismo que cualquier uitium reco nocido por el colegio de los augures32. La estrategia patricia se servía a veces de estos subterfugios, para descartar las proposiciones que veían peligrosas, por me dio de la seruatio de cáelo33. Esta caución se reguló por la ley Aelia Fufia, del año 157 a. C. Un magistrado podía oponer sus auspicios a los de otro igual o inferior, si le'parecían desfavorables y de ahí se decía auocare comitia per contio nem ( = «apartar, sep arar...» ).35 En la elección de magistrados había un orden determinado. Se elegían primero los cónsules (comitia consularia)·, y al día siguiente, o a los dos o tres días los pretores (comitia praetoria).36 En el desarrollo de los comicios podemos observar tres tiempos: Después de la proclamación hecha ex templo, se daba la señal al son de trompetas desde lo alto de la ciudadela al sur de las murallas: classico ad contionem uocantur. Para los comicios judiciarios convocados por los quaestores parricidii la reunión se pro clama en los Rostros (comitia edicere de R ostris)37·, el acusado era citado a com parecer por una trompeta que sonaba delante de su puerta y en la ciudadela, y después por un heraldo en su casa, y en las murallas. El pueblo se reunía anti guamente en arm as38. Sobre la arx del Capitolio ondeaba al viento un estandarte rojo mientras duraba el proceso. La segunda parte estaba formada por la contio 39, después que el heraldo había pronunciado la fórmula: Omnes Quirites, ite ad conuentionem huc ad iudices. En las sesiones legislativas se establecía un debate preliminar. El presidente cede el uso de la p alabra40 a los privados primero, y luego a los m agistrados41. Pero de ordinario la rogatio era propuesta por el presidente42 y desarrollada por él o por otro en su nom bre43. Luego seguían hablando los o tro s44. La discusión no podía 3 0 . L iv . 3 9 , 3 2 ; 5 , 5 2 , 1 6 ; S erv . ad A en . 1, 4 4 1 ; 4 , 2 0 0 . 3 1 . D io n is . 7 , 5 9 ; L iv . 5 , 1 4 , 4 ; C ic . D iu . 1, 3 , 2 8 . 32. C ic. P hil. 2 , 3 2 ; V arr. L . L. 6 , 8 2 ; L iv . 1, 1 8 , 6 -1 0 ; 8 , 3 2 , 4 . 33. C ic. I n V a t. 15 y 1 7; D om . 3 9 -4 0 ; A t t. 2 , 1 6 , 1; D io C a ss. 2 8 , 13. 34. C ic . P o st red. in senatu , 1 1 . E sta le y a l m is m o tie m p o p r o h ib ía e l agere cum p o p u lo e n c ie r to s d ía s , v id . D o m . 2 5 ; S est. 6 6 ; P is. 9 ; 1 0 ; V a t. 5 ; 18. 3 5 . G e ll. 1 3 , 1 5 . L o s m a g istr a d o s m a y o r e s tie n e n au spicia m aiora, qu ae m agis rata su n t qu am alioru m (G e ll. 1 3 , 1 5 , 7 ) p o r e s o e n e l e d ic to d e lo s c ó n s u le s q u e m arcab a e l d ía para lo s c o m ic io s c e n tu r ia d o s se d e c ía e x p r e s a m e n te : « N e q u is m a g istr a tu s m in o r d e c a e lo seru a sse u e lit » (G e li. ib . 1 ). U n c o n s u l a u g u r se o p o n e a o tr o c o n s u l a u g u r, C ic. P hil. 2 , 8 2 -8 4 . 36. L iv . 2 3 , 2 4 , 3-4 ; 3 2 , 2 7 , 5 -6 ; 3 3 , 2 4 , 1-2. 3 7 . V arr. L. L. 6 , 9 0 ; T a c. A n n . 2 , 3 2 ; P lu t. C. Grac. 3; S e n e c a , D e Ira, 1, 16. 3 8 . D io n is . 4 , 8 4 ; L iv . 1, 4 4 , 1-2 ; 3 9 , 1 5; G e ll. 1 5 , 2 7 . E n e l ya a lu d id o p r o c e so c o n tr a R a b ir io , d e fe n d id o p o r C ic e r ó n , c u a n d o é s t e c o n c lu y ó s u d e fe n s a , e l q u a e s to r p a r r ic id ii q u e era J . C ésar, y e l p r e to r q u e era M e t e lo C é ler , m a n d a r o n arriar la b a n d e ra roja q u e o n d ea b a e n e l J a n ic u lo a n tes d e p r o c ed er a la s v o ta c io n e s , in d ic a n d o c o n e llo q u e r etirab an su a c u sa ció n , v id . R . L a llie r, L e p ro cès d e C. R abiriu s. L e g o u vern e m en t e t l'o p p o sitio n d ém o cra tiq u e au d e b o u t d u co n su la t d e Cicerón·. R e v . H is t . 1 2 (1 8 8 0 ) 2 6 0 ss. 3 9 . V arr. L . L. 6 , 8 8 . 4 0 . Q u in til. 2 , 4 , 3 3 ,3 5 ; L iv . 3 , 7 1 ; 4 2 , 3 4 ; 4 5 , 3 6 . 4 0 . 4 1 . D io C a ss. 3 9 , 5 5 . 4 2 . P lu . C at. M in. 2 8 . 4 3 . L iv . 1 0 , 2 ; D io C a ss. 3 8 , 6 , 5 ; L iv . 1 0 , 2 1 , 5 ; 3 1 , 7. 4 4 . D io n is . 9 , 4 4 ; L iv . 4 5 , 5 6 .
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conducir mas que a la aprobación o a la reprobación del objeto de la rogatio, por que la ley Caecilia D idia45 había rechazado toda votación per saturam46. Ordina riamente la discusión se había elaborado en contiones precedentes. Los comicios, electorales rara vez daban ocasión a discursos im portantes, pero los interesados estaban preparados para defender sus proposiciones.47 E n las cuestiones judiciarias primitivamente había tres acusaciones sucesivas seguidas de otros tantos debates en días consecutivos. Después del tercer debate se pasaba a la deliberación. Más tarde el magistrado publicaba su acusación tres veces, en tres nundinae, después del trinundinum 48 acusaba por cuarta vez y se sostenía el debate serio, quarta accusatio. Estos actos solían tenerse no en los saepta u ouilia, sino en lugares próximos, como el Circus Flaminius, o el Campus Agrippae. { Luego venía el tercer acto o el voto, acto que se anunciaba de diversas ma neras: centurias uocare, in suffragium m ittere49, etc. Primitivamente el pueblo iba en orden militar, bajo sus insignias, y dirigidos por sus centuriones50, después simplemente discedebat in centurias. Si la contio no había sido iniciada por un sa crificio 51,· y no se había hecho la lectura de la fórmula de la rogatio, o si había inter cedido algún cambio, el presidente se sentaba en el tribunal, rodeado de escribas y de heraldos, y abría los actos con un sacrificio y una plegaria pública en pre sencia de los pontífices 52, de los augures y de los sacrificadores, y enseguida pro nunciaba la fórmula: quod bonum felix, faustum, fortunatumque s i t 53 y exponía al pueblo el objeto de la rogatio en términos precisos. Prim itivam ente los votos se daban oralm enteM. La ley Gabinia del 127 a. C. introdujo el voto por escrito en los comicios electorales 5S, cosa que extiende dos años después la ley Cassia, y la ley Papiria del año 121 a los comicios legislativos, y finalmente la ley Coelia del 117 al proceso de Perduellio. Cada votante recibía dos tesserae, tabellae, una con V. R. (uti rogas), y otra A (antiquo, antiqua probo) negativo56. En los comicios electorales el elector recibía una tablilla donde escribía o hacía escribir los nombres de sus candidatos.
4 5 . C ic . D o m . 5 3 , s eg ú n e sta le y n o s e p o d ía p r o p o n e r a v o ta c ió n d o s a su n to s a u n tie m p o : « Q u a e e s t, q u a e s o , a lia u is , q u a e s e n te n tia C a e c ilia e le g is e t D id ia e n is i h a e c , n e p o p u lo n e c e s s e s it in c o n iu n c tis r eb u s c o m p lu r ib u s id , q u o d n o lit, a c cip e re , a u t id , q u o d u e lit , re p u d ia r e ? » . 4 6 . C u a n d o se p r e se n ta b a n a sí fr a u d u le n ta m e n te d iv e r so s te m a s a la v o ta c ió n d e l p u e b lo se lla m a ro g a tio p e r satu ram , v id . I sid o r . O rig. 5 , 16: « S a tu ra le x e s t q u a e d e p lu r ib u s sim u l r eb u s e lo q u itu r , d ic ta a c o p ia reru m e t q u a si a sa tu r ita te » . 4 7 . L iv . 1 0 , 2 1 , 1 3 ; 3 2 , 7 , 8 -1 3 ; 3 9 , 3 9 . 4 0 ; 3 7 , 4 7 ; V e li. P a te r e . 2 , 9 2 . 4 8 . C ic . D o m . 4 5 . 4 9 . L iv . 1 0 , 2 1 , 1 3; 3 7 , 8. 5 0 . D io n is . 7 , 5 9 . 5 1 . L iv . 3 1 , 7 , 1 5: « H u iu s u o b is s e n te n tia e n o n c o n s u l m o d o a u ctor e s t sed e tia m d ii im m o r ta le s, q u i m ih i sa crifica n ti p r e c a n tiq u e u t h o c b e llu m m ih i, se n a tu i, u o b is q u e , so c iis ac n o m in i L a tin o , c la ssib u s e x e r c itib u s q u e n o s tr is b e n e ac fe lic ite r e u n e n ir e t, la e ta o m n ia prosp e r a q u e p o r te n d e r e » . 5 2 . D io n is . 7 , 5 9 ; 1 0 , 3 2 . 5 3 . C ic . D iu . 1, 1 0 2 ; v id . L iv . 2 4 , 1 6 , 9 . 5 4 . D io n is . 4 , 2 0 ; C ic . Leg. 3 , 3 3 -3 4 . C ic . recu erd a q u e su a b u e lo M . T u lio C ic e r ó n fu e u n p a la d ín d e la d e fe n s a d e l v o to o r a l e n s u m u n ic ip io d e A r p in o , Leg. 3 , 3 6 . A . N ic o le t , R om e e t le s élections·. R E L 4 5 (1 9 6 7 ) 9 8 -1 1 1 , a p r o p ó s ito d e l lib r o d e L . R o ss T a y lo r , R om an V o tin g A s se m b lie s, fro m th e H an n ibalic W a r to th e d icta to rsh ip o f C aesar, A n n . A r b o r , 1 9 6 6 . 5 5 . C ic . Leg. 3 , 3 5 -3 6 ; A m ic. 4 1 . 56. C ic . L eg. 3 , 3 9 ; A tt. 1, 1 4 , 5 .
Im República
Al principio las votaciones comenzaban siempre por los caballeros, primero los seniores, luego los iuniores, seguían las centurias de la primera clase57, y así sucesivamente, Como las centurias eran 193 apenas se llegaban a los 97 votos en el sentido que fuera, cesaban las votaciones. Pensando que había 16 centurias de caballeros y 80 de la primera clase, entre ellos se solucionaban de ordinario todos los problemas, no interviniendo los de la segunda y menos los de la quinta clase. Los comicios centuriados se llamaban el maximus comitiatus. Andando el tiem po se introdujeron profundas reformas. A partir del año 312 a. C. se asimiló la fortuna mobiliaria a la de los bienes raíces, que hasta entonces constituía la base de dichos comicios. En lugar de las yugadas de tierra cuenta simplemente la cantidad monetaria. Las 18 centurias de caballeros, a las que se agregan las 80 de la primera clase, debían poseer 100.000 sestercios como queda indicado en el cuadro de la ordenación de Servio Tulio, por eso, los plebeyos enriquecidos, que por ser comerciantes o industriales no poseían tierras, entran ahora en las p ri meras centurias, y por consiguiente votan de ordinario. Con los que estaban por debajo de la quinta centuria, se organizó una centuria infra classem, de los capite censi, llamados también proletarios. En esta centuria se incluían los que ejercían oficios despreciables, aunque fueran ricos. Con la elevación del nivel de vida o la depreciación de la moneda, entre los años 241 y 179, fue necesario organizar de nuevo el cómputo económico de las clases 58. Se multiplicó por un coeficiente diez o cuatro las fortunas familiares para la permanencia en sus antiguas clases. La primera clase exigirá una fortuna de un millón de ases. Y se hicieron otra innovaciones. Se retiró el derecho de votar siempre las primeras a las 18 centurias de caballeros, empezando la votación por una centuria sacada a suerte entre las de la primera clase; y sobre todo se modificó en el reparto de las centurias relacionándola con la dictribución de las tribus que estaba hecha siguiendo los distritos de la ciudad. Se convino en que cada clase debía estar representada en cada tribu por una centuria de seniores y otra de iunio res. De esta forma cada clase contaba con un número igual de votos, porque cada 5 7 . C ic. P hil. 2 , 3 3 . 5 8 . Se h a tra ta d o m il v e c e s e l p r o b le m a d e la s fe c h a s d e la s in n o v a c io n e s d e lo s c o m ic io s c e n tu r ia d o s , e in c lu s o d e l tie m p o e n q u e e m p e z a ro n a r eu n ir se e sto s c o m ic io s . V id . M o m m s e n , H ist, d e R o m a I , 3 2 0 -3 2 3 . D e M a r tin o p ie n s a q u e d e s d e e l p e r ío d o e tr u s c o e n tr a b a n ya lo s p le b e y o s e n lo s c o m ic io s c u r ia d o s, y q u e lo s c e n tu r ia d o s s e o rg a n iza ro n m u y te m p r a n a m e n te , r e c i b ie n d o d e la s X I I T a b la s su p o d e r ju d ic ia l. Z m ig r y d e r lo s h a c e r em o n ta r a tie m p o s an ter io r e s a S e r v io T u lio . A r a n g io R u iz d ic e q u e n o s o n a n ter io r e s al 4 0 0 . D i F r a n c isc i, C o n trib u tio n à l ’h isto ire d e s com ices centuriates·. S tu d i A r a n g io R u iz I , 1 9 5 3 , r e n o v a n d o la h ip ó te s is d e s u o r ig e n m ilita r , lo s a tr ib u y e a l s ig lo V , y a n ter io r e s a la s X I I T a b la s d e s d e lu e g o , p u e s to q u e e s t e c ó d ig o in c r e m e n ta e l p o d e r d e lo s c o m ic io s c e n tu r ia d o s. A s í ta m b ié n D e S a n ctis y U . C o li, T rib u e cen tu rie d e ll’antica rep ú b lica romana·. S D H I , 1 9 5 5 . P a is lo s s itú a in m e d ia ta m e n te a n tes d e las gu erra s p ú n ic a s. S ib er p ie n s a q u e e sto s c o m ic io s n o e m p e z a r o n a n tes d e l a ñ o 2 1 3 , L es p lu s anciennes a ssem b lées p o p u la ires romains·. Z S S , 1 9 3 7 . C avaign ac, L ’évo lu tio n d e l ’organisa tio n cen tu ria te d ’a p rès les dern ie rs travau x num ism atiques·. M é l. V is sc h e r I , 1 9 4 9 , la fe c h a m ás r em o ta n o p u e d e s u b ir m á s allá d e l a ñ o 3 0 0 , y la refo rm a v in c u la n d o la s c en tu r ia s a la s tr ib u s ser á n lo m á s p r o n to d e l a ñ o 2 3 0 , y lo m á s p r o b a b le d e l 1 1 7 . S o b re e l p a r tic u la r p u e d e n v e r s e ta m b ié n la s s ig u ie n te s o b ra s y tra b a jo s: I . G e n t ile , L e elezion i e il broglio n ella rep u b b lica ro mana·. S tu d ia H is to r ic a 8 4 , R o m a 1 9 7 1 , r e im p r e sió n d e la e d . d e M ilá n 1 8 7 9 ; V . S a le tta , L ’o rd in a m en to cen tu riato. D alla riform a d i S erv io alia «T abu la H eban a», R o m a 1 9 5 9 ; R . A . Stac io li, L e elezio n i m u n icipali n e ll’a n tich ità rom ana, R o m a 1 9 6 3 ; G . N o c e r a , II p o te r e d e i cornizi e i su o i lim iti, M ila n o 1 9 4 1 ; G a llo , L a riform a d e i co m izi centuriati·. S D H Ï , 1 9 5 2 ; S c h ö n b a u e r , D i C en tu rien R e fo r m : S tu d i A lb e r ta r io I , 1 9 5 3 ; S ta b e le y , T h e reform o f th e co m itia curiata·. A J P h , 1 9 5 3 ; N ic c h o ls , T h e reform of th e co m itia centuriata·. A J P h . 1 9 5 6 ; M a ier, C en tu ria praero g a tiu a : R E V I'II; R o ss-T a y io r , T h e cen tu ria te a sem bly b efo re a fter th e re fo r m s : A J P h . 1 9 5 7 .
Organización
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centuria equivalía a un voto; peto la clase prim era seguía con 70 centurias, ade más de las 18 de los caballeros. Las centurias se habían elevado a 375, porque hay que contar las cinco centurias que hay por debajo de Ja quinta clase. La mayoría absoluta se conseguía ahora con 187 votos. Al no tener la primera clase más que 88 votos, las votaciones resultaban mucho más populares. Además ahora entre las 88 centurias se sacaba a suerte sortitio praerogatiuae, para ver qué cen turia emitía el voto primera, centuria praerogatiua59, y se hacía así: Se deposi taban los nombres de las 98 centurias en una urna (sitella)®, que luego se llenaba de agua. Cuando el presidente indicaba se sacaba en medio la sitella (deferre si tellam), y el prim er nombre que salían, designaba la centuria privilegiada. Cuando había terminado de votar esta centuria, y hecho el escrutinio {diribitio) el rogator centuriae llevaba el resultado al praeco. Si el presidente quedaba descon tento del resultado, podía llamar a la centuria a los saepta (centuriam reuocare) y hacer que votara de n uevo61, porque el voto de esta centuria influía mucho en el voto de las que seguían. Si el presidente estaba conforme proclamaba el resultado (renuntiare)62 por el heraldo. Enseguida eran invitados a votar los ciudadanos de la prim era clase en sus tribus y centurias. Con frecuencia sucede que 12 centurias de caballeros votan después de la praerogatiua6i, a contiuación las otras centurias peditum de la primera clase y luego las otras seis de caballeros. I xds senadores votaban en principio con las centurias de caballeros, según C icerón64. E n oposi ción a la centuria praerogatiua sorte uocata, las otras se llamaban iure uocatae65. Cuando había terminado de votar la primera clase se escudriñaban los sufragios y se apuntaban en un tablero (punctum ferre) llamado diribitorum por los diri bitores 66. El resultado de cada una de estas centurias lo anuncia el presidente: Olla centuria consules dicit... Pero el orden de estas comunicaciones se sacaba también a suerte, anunciándolo así el presidente67. Solamente en los comicios judi-
5 9 . C ic . Phil. 2 , 8 2 ; Plane. 4 9 ; L iv . 2 6 , 2 2 , 2 ; 2 4 , 7 , 1 2 ; 1 0 , 2 2 , 1; C ic . Diu. 1 , 1 0 3 . 6 0 . C ic. ftg m . P ro C orn el, m aiest. reo, e n A s c o n . « D u m ta b e lla e d ir ib e n tu r , d u m s ite lla d e fe r tu r , d u m a e q u a n tu r s o r te s , d u m s o r t itio fit» ; A d H eren n . 1 , 1 2 ; L iv . 2 5 , 3 , 1 6 : « S ite lla a lla ta e s t , u t so r tir e n tu r , u b i L a tin i s u ffr a g iu m fe r r e n t» . 6 1 . H a y v a r io s c a so s d e e s to s r eg istr a d o s e n la H is to r ia , L iv . 2 4 , 8 , 1 s s; m u y sim p á tic o e l m o t iv a d o p o r T . M a n lio T ó r c u a to , a q u ie n la cen tu ria praerogativa h a b ía d a d o s u v o to y c u a n d o l o fu e r o n a fe lic ita r , e n s ile n c io s e d ir ig ió a l tr ib u n a l e l c ó n s u l q u e p r e s id ía lo s c o m i c io s , y le r u e g a q u e s i le p a r e c e v u e lv a a lla m a r a la cen tu ria praerogatiu a V o tu ria , para q u e c o n s id e r e b ie n la s c ir cu n sta n c ia s e n q u e s e e n c u e n tr a I ta lia , y lo s c ó n s u le s q u e n e c e s ita . A r m a ro n u n p e q u e ñ o tu m u lto lo s d e la c e n tu r ia V o tu r ia , in d ic a n d o q u e v o lv e r ía n a v o ta r a lo s m is m o s , e n to n c e s e í m is m o T o r c u a to le s d ijo : « N e q u e e g o u e s tr o s m o r e s c o n s u l fe r r e p o te r o , n e q u e v o s im p e r iu m m e u m . R e d ite in s u ffr a g iu m e t c o g íta te b e llu m P u n ic u m in I t a lia e t h o s tiu m d u c e m H a n n ib a le m e ss e » . E n c er r a d o s d e n u e v o e n e l o u ili h a b la r o n tr a n q u ila m e n te lo s sen io res c o n lo s iu n iores, y e lig ie r o n n u e v o s c ó n s u le s ; v id . ta m b ié n L iv . 5 , 1 8 , 1-6. 6 2 . C ic. d e s c r ib e r á p id a m en te e l p r o c e so d e la v o ta c ió n y lo s e sc r u tin io s: v id . Phil. 2 , 8 2 : « E c c e D o la b e lla e c o m itio r u m d ie s! S o r titio p r a e r o g a tiu a e q u ie s c it; q u ie s c it (A n t o n iu s ). R e n u n tia tu r ; ta c e t. P r im a c la ssis u o c a tu r, r e n u n tia tu r ; d e in d e , ita u t a d s o le t, s u ffr a g ia ; tu m sec u n d a c la ssis u o c a tu r ; q u a e o m n ia s u n t c itiu s fa c ta , q u a m d ix i. C o n fe c to n e g o tio ...» . Plane. 4 9 : « V o c a ta e tr ib u s, la tu m su ffr a g iu m , d ir ib ita e 'ta b e lla e ’, r e n u n tia ta e . L o n g e p lu r im u m u a iu it P la n c iu s . V n a c e n tu r ia p ra e ro g a tiu a ta n tu m h a b e t a u c to r ita tis, u t n e m o u n q u a m p r io r e a m tu le r it, q u in r e n u n tia tu s s it a u t iis ip s is c o m itiis c o n s u i a u t c e r te in illu m a n n u m » . 63. L iv . 4 3 , 16; C ic . P hil. 2 , 8 2 . 64. C ic . R ep . 4 , 2: « ...g r a tia m , q u a m c o m m o d e o r d in e s d is c r ip ti a e ta te s c la sse s in q u o su ffr a g ia s u n t e tia m se n a tu s» . , 6 5 . L iv . 2 7 , 6 , 3 : « G a le r ía iu n io r u m , q u a e s o r te p r a e ro g a tiu a erat, Q . F u lu iu m e t Q . F a b iu m c o n s u le s d ix e r a t, e o d e m q u e iu r e u o c a ta e in c lin a s s e n t n i...» . 66. C ic . Plane. 4 9 ; P is. 9 6 ; A d Q . fr. 3 , 4 , 1; P o s t red. in sen. 11. 67. C ic. M u r. 1 ; L iv . 7 , 2 6 , 1 0 -1 2 ; G e li. 12, 8; S u e t. D o m it. 10. C o n fr e c u e n c i
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L a República
cíales se seguían anunciando los resultados de las votaciones incluso después de obtenida la mayoría absoluta, para dar. tiempo al acusado de desterrarse volun tariamente antes de que se le condenara.68 La asamblea debía terminarse el mismo día antes de ponerse el sol. Los comi cios consulares duraban unas cinco horas 69, el nombramiento de los pretores nece sitaba mucho más tiempo. Terminado el escrutinio el presidente anunciaba quién había tenido más votos y lo declaraba consul primus·, praetor prim us. . . 70 Aunque todos los ciudadanos romanos tenían derecho a asistir a los comicios centuriados, pocas veces se trasladaban a ellos los hombres del campo, y menos los italianos, con lo cual la plebs urbana era la que en verdad influía en las cosas del E stad o .71 5. Comitia tributa La creación de los tribunos de la plebe reabsorbió en sí a los jefes plebeyos que venían desde los tiempos de la monarquía, los ediles de la plebe, que organizaban, con grandes dispendios de su parte, las fiestas de setiembre, pero que en realidad no tenían ningún poder. Al crearse el tribunado los ediles de la plebe pasan a ser una especie de ayudantes de los tribunos. Los tribunos reúnen el concilium plebis, asamblea de plebeyos, presidida por el tribuno del pueblo. Desde el 493 al 449 elige a los tribunos y a los ediles de la plebe. En estos concilia se decide sobre una proposición (rogatio) del tribuno o de varios tribunos y se emite un decreto, plebiscito 72. Así lo define Festo: «Plebiscito es lo que el tribuno de la plebe ruega a los plebeyos sin los patricios, es decir, les propone y ellos aprue b a n » 73. Se diferencia de la ley, según Aulo G elio74: «Lo que el tribuno de la plebe propone al pueblo en los concilia plebis y el pueblo sanciona no son leyes, sino plebiscito»; y G aiu s75: «Ley es lo que el pueblo manda y establece, plebis cito lo que ordena y determina la plebe». Este nombre no cambia de sentido en toda la trayectoria de la vida romana. En un principio la plebe legislaba sólo para sí, sus decisiones no afectaban ni obligaban en nada a los patricios, y, cuando se relacionaban con los intereses generales, no tenían más valor que el de una peti ción al pueblo cuyo rogator era el tribuno y adscriptores los reunidos en el conci lium p leb is76. Más tarde fueron elevados a categoría de leyes públicas propiamente dichas77, distinguiéndose únicamente por las expresiones lex consularis, lex tri en la le y e l p r im e r o q u e v o ta . A s í e n la lex agraria (B o e b ia ? ) d e l 6 4 3 / 1 1 1 , C IL . I 2, 5 8 5 : « T r i b u n i p le b e i p le b e m io u r e r o g a u e r u n t p le b e s q u e io u r e s c iu it... T r ib u s ... p r in c ip iu m fu it, p r o tr ib u Q . F a b iu s Q . f. p r im u s s c iu it» . C f. ta m b ié n la Lex Acilia Repetundarum (C I L . I 2, 5 8 3 ), y R ic o b o n o , F on tes..., p p . 8 5 y 1 0 3 . 6 8 . P o lib . 6 , 14. 6 9 . C ic . Fam. 7 , 3 0 , 1. 7 0 . L iv . 2 9 , 2 2 , 5 ; C ic . I n P is. 2 ; V e li. P a te r c . 2 , 5 9 ; V a l. M a x . 6 , 9 , 14 . 7 1 . C ic . L eg. A g r. 2 , 2 6 . 7 2 . C ic. Leg. 1, 4 3 ; 3 , 3 3 -3 9 ; L iv . 2 , 5 6 ; 2 , 6 0 , 4 -5 ; D io n is . 9 , 4 1 . 7 3 . F e s t. p . 3 3 0 M . 7 4 . G e ll. 1 5 , 2 7 , 4 . 7 5 . G a i. In s t. 1, 3 . 7 6 . C ic. L eg. A g r. 2 , 2 2 . 7 7 . G a i. In st. 1, 3 ; P o m p o n . D . 1 , 2 , 2 , 8 : « . ..M o x cu m r eu o a ca ta e s t p le b s : q u ia m u lta e d isc o r d ia e n a sc eb a n tu r d e h is p le b is c itis , p r o le g ib u s p la c u it e t ea o b se ru a ri, lege H o rten sia , e t ita fa c tu m e s t, u t in te r p le b is c ita , e t le g e m s p e c ie s c o n s titu e n d i in té r e ss e n t: p o t e s ta s a u te m e a d e m e ss e t» .
Organización
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bunicia. El término de esta evolución lo marca la lex Hortensia de 289 a 286 a. C., disponiendo que «todos los ciudadanos queden obligados al cumplimiento de lo que mande la plebe». Según se cree, dos leyes anteriores habían dado ya esta dis posición, que la Hortensia no hace más que confirmar, la lex Valeria-Horatia del 449 a. C .78 y una lex Publilia Philonis del 339 79, pero se discute la verdadera ex tension de sus disposiciones. Al parecer sometían el plebiscito a la última apro bación de la senatus auctoritas, o convertían los concilia plebis en verdaderos comitia tributa, que tienen en cuenta las tribus o lugar de habitación de los ciu dadanos. En la lex Valeria-Horatia aparecen estas asambleas con poder legislativo e integradas también por patricios. En el momento en que las asambleas de la plebe pueden legislar también para los patricios, éstos hacen todos los imposibles por tomar parte en ellas, e incluso tratan de soslayar la influencia de la masa del pueblo. Para ello en el año 443 se excluyó una buena parte de los plebeyos, al no convocar a quienes no tuvieran posesiones sujetas a pago de impuestos, o no estuvieran obligados al servicio militar. Además de las tres tribus primitivas de, Tities, Ramnes y Luceres, que Servio Tullo elevó ya a cuatro, y en el año 493 eran ya veintiuna, cuatro urbanas y diecisiete rùstiças; en el año 341 había treinta y una rústicas amén de las cuatro urbanas. Ahora se incluyen a todos los ciuda danos, sin excluir a los no propietarios y a los mismos libertos 80. La plebe, por consiguiente, cuenta con una mayoría enorme de personas, pudiéndose decir que los comicios tributos eran verdaderamente una asamblea popular. P ero... alresi dir los pobres y libertos esencialmente en las ciudades, y sobre todo en Rom toda esa m ultitud enorme estaba incluida en las cuatro tribus urbanas; y además en el año 220 se determina incluir en las tribus urbanas a los trabajadores agríco las y a los libertos que vivieran en el campo, con lo cual estas cuatro tribus se engrosaron más y más con elementos procedentes de las tribus rústicas. Como los ricos tenían todos posesiones en el campo, estaban inscritos en las tribus rústicas81.· De todo ello resultaba que entre toda la población pobre contaba cuatro votos, reservándose los patricios y clase media treinta y uno. Estos comicios se reunían, en el F o ro .82 Los comicios tributos podían ser interrumpidos por un rayo caído delcielo o por un relámpago, por un ataque de epilepsia sobrevenido a uno de los asis tentes (morbus com itialis)^. Desde el año 157 a. C. la ley Aelia Fufia dio a todos
7 8 . L iv . 3 , 5 5 , 2 ; 3 , 6 7 , 9 . 7 9 . L iv . 8 , 1 2 , 1 4 ; c f. infra n o ta 1 2 2 . 8 0 . L o s n o m b r es d e la s tr ib u s era n é sto s : L a s c u a tr o u rb an as: P a la tin a , C o llin a , E sq u ilin a , S u b u ran a o S u cu sa n a ; y la s rú stica s d ise m in a d a s p o r I ta lia : A e m ilia , A n ie n s is , A r n ie n s is , C a m illa , C la u d ia , C lu tu m în a , C o r n e lia , F a b ia , F a ler n a , G a le r ía , H o r a tia , L e m o n ia , M a ec ia , M e n e n ia , V fe n tin a ( o O u fe n tin a ), P a p ir ia , P o llia , P o m p tin a , P u b lilia , P u p in ia , Q u irin a , R o m u lia , S a b a tin a , S c a p tia , S erg ia , S te lla tin a , T e r e n tin a , R o m e n tin a , V e lin a , V o ltin ia , V o tu r ia . T o d o s lo s ciu d a d a n o s d e la R e p ú b lic a y lu e g o d e l I m p e r io d e b ía n estar in s c r ito s e n alg u n a d e e sta s tri b u s. A d e m á s h a b ía o tr a s tr ib u s h o n o ra r ia s ú n ic a m e n te m ilita r es: A e lia , A u g u s ta , A u r e lia , F lau ia, I u lia V lp ia . A v e c e s p a ra id e n tific a r m ejo r a u n in d iv id u o a s u s n o m b r es p e r so n a le s s e agre g ab a ta m b ié n e l d e la tr ib u a q u e p e r te n e c ía d e o r d in a r io e n a b la tiv o : « S e r . S u lp ic iu s Q . F . L e m o n ia R u fu s » (C ic . Phil. 9 , 1 5 ); « C a lu u ’ P a la tin a u ir n o b ilis ac b o n u ’ b e llo » (L u c il. e n N o n . 4 6 2 , 2 8 M e r e .). 8 1 . L iv . 9 , 4 6 , 1 1; 4 5 , 1 5 , 1; C ic. D e O r. 1 , 3 8 . 8 2 . P r im itiv a m e n te e n e l C o m itiu m , y a q u e lo s m a g istr a d o s s o lía n h a b la r al p u e b lo d e sd e e sta p a r te d e l F o r o ( D io n is . 7 , 1 7 , 5 9 ) y lo s tr ib u n o s d e s d e e l V u lc a n a l ( D io n is . 2 , 5 0 ; 6 , 67; 7 , 17; L iv . 2 , 5 6 , 1 4 ). 8 3 . L iv . 4 6 , 4 2 ; A p p . B. C. 1, 3 0 ; C ic . D iu . 2 , 4 2 : « l o u e to n a n te , fu lg u r a n te , co m itia
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los magistrados el derecho de observación del cielo*4 lo que hacía incierta la fecha de los comicios, hasta el punto de no poderse señalar fecha fija. El día en que se celebraban los comicios, se convocaban las tribus por un heraldo. De ordinario presidía un tribuno, que se sentaba en el tribunal en medio de sus colegas Impuesto el silencio por un heraldo86 se abríanla sesión con unas preces públicas87, e inmediatamente después proponía el tributpysu rogatio88. Nadie po día interrum pir al tribuno mientras hablaba bajo pena de gravísimos castigos, según prescribía la ley Tullia, por eso la proposición de la ley solía hacerla un heraldo M, A continuación se abría el debate, y cuando parecía que el asunto estaba suficien tem ente discutido el presidente disponía pasar a la votación: «Discedite, Quirites, si uobis u íd eatu r» 90. Cada tribu se ponía en su lugar y emitía su voto. La procla mación o el anuncio del voto de cada tribu se hacía por suerte. Los custodes me tían en una urna tantos signos como tribus había (sortes aequare) 91, luego se llenaba de agua la urna, se hacía girar y conforme salían los signos representativos el pre sidente anunciaba el voto de cada una de las tribus. Sitellam deferre, «traer la urna» eran las palabras con que el presidente indicaba el paso a los escrutinios92. Cada tribu ocupaba su ouile correspondiente No dejaba de ser un problema la fricción de competencias entre las dos clases .de comicios, los centuriados y los tributos, porque ambos tienen potestad legisrlativa, y ambos elegían magistrados. Su formación constitucional determinó por fin las atribuciones de cada una» Los comicios centuriados, como representantes del ejército, fueron los únicos competentes para elegir a los magistrados cum imperio, cónsules, pretores, dictadores; los comicios por tribus elegían a los magistrados menores: cuestores, ediles, curules y jefes del pueblo, esto es, tribunos y ediles de la p leb e.93 E n el terreno judicial la acusación de delitos que pudieran llevar consigo la condena a pena capital, se presentaba en los comicios por centurias; las acusa ciones que no llevaran consigo más que multas o castigos menores, se presen taban a los comicios por tribus. «Tum leges praeclarissimae de X II Tabulis translap o p u li h a b e r e s n e fa s » ; y 4 3 : « I ta q u e c o m itio r u m s o lu m u it iu m e s t fu lm e n » ; e ib. 7 4 : F u lm e n s in is tr u m a u s p ic iu m o p t u m u m h a b e m u s a d o m n is res p r a e te rq u a m a d c o m itia » . 8 4 . C ic . Prov. C om . 4 6 ; In Vatin. 2 3 ; In Pis. 1 0 ; P ro Sest. 3 3 . 8 5 . L iv . 2 5 , 3 , 1 3 -1 9 . 8 6 . A uct. a i H erenn. 4 , 5 5 y 6 8 . 8 7 . S e iv . tui Aen. 1 1 , 3 0 1 ; C ic . In Caecil. 43. 8 8 . l i v . 3 , 6 4 , 1 0 -1 1 ; 3 , 6 5 , 3 -4 ; 2 2 , 1 0 , 2 -8 ; 2 6 , 3 3 , 1 2 -1 4 q u e v a m o s a traslad ar a q u í, p ara q u e s e v e a u n tip o d e rogatio, c o n s u r e s p u e s ta c o r r e sp o n d ie n te : « L . A t iliu s tr ib u n u s p le b is e x a u c to r ita te s e n a tu s p le b e m i n h a e c u e r b a ro g a u it: 'O m n e s C a m p a n i A te lla n i C a la tin i S a b a tin i q u i s e d e d id e r u n t in a r b itr iu m d ic io n e m q u e p o p u li R o m a n i Q . F u lu io p r o c o n s u li, q u o s q u e u n s se c u m d e d id e r e q u a e q u e u n a s e c u m d e d id e r e agru m u r b e m q u e d iu in a h u m a n a q u e u te n s ilia q u e s iu e q u id a liu d d e d id e r u n t, d e iis r e b u s q u id fie r i u e lit is u o s r o g o , Q u ir it e s ’. P le b e s s ic iu s s it: 'q u o d s e n a tu s iu r a tu s, m a x im a p a r s, c e n se a t, q u i a d s ie n t, id u o lu m u s iu b e m u s q u e » . 8 9 . D io n is . 7 , 1 7 ; 1 0 , 4 2 ; C ic . Sest. 7 9 . 9 0 . C ic . Flacc. 1 5 . 9 1 . C ic . Leg. A gr. 2 , 2 0 -2 2 , p r e se n ta C ic e r ó n lo s m a n ejo s q u e lo s c a c iq u e s h a c ía n para c o n s e g u ir i o q u e q u e r ía n b a jo c a p a d e le g a lid a d : ...« S o r tie tu r tr ib u s id e m R u llu s . H o m o f e lix e d u c e t q u a s u o le t tribus»· . .. Q u i s le g e m tu lit? R u llu s. Q u is m a io r e m p a r te m p o p u li s u ffr a g iis p r o h ib u it? R u llu s . Q u is c o m itiis p r a e fu it, q u is tr ib u s q u a s u o lu it u o c a u it n u llo c u s to d e s o r ti tu s, q u is x u ir o s q u o s u o lu it c re a u it? I d e m R u llu s . Q u e m p r in c ip e m r e n u n tia u it? R u llu m . 9 2 . C ic . Nat. D . 1 , 1 0 6 ; L iv . 2 5 , 3 , 1 5 -1 6 ; P lu t . TL Graccb. 11 . 9 3 . V id . C ic . Pro Plane, e n q u e s e tra ta d e la d e fe n s a d e la le g a lid a d e n la e le c c ió n d e e s t e c iu d a d a n o para la e d ilid a d c u r u l. D e e s t o s c o m ic io s h a b la ta m b ié n C ic . e n Leg. Agr. 2 , 2 7 ; Leg. 3 , 4 5 ; y G e ll. 1 5 , 2 7 .
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tae duae, quarum altera priuilegia tollit, altera de capite ciuis rogari nisi maximo comitiatu u e ta t» .94 En el campo legislativo los comicios por tribus tienden a suplir los antiguos concilia plebis, y sus decisiones (plebiscitos) son leyes para todo el pueblo a par tir, como hemos dicho, de la lex Hortensia, año 248 a. C. Los plebiscitos de dere cho privado son muy numerosos durante los últimos siglos de la República. Cita remos entre los más importantes: la ley Canuleia, plebiscito del año 445 que auto rizaba el matrimonio entre plebeyos y patricios; la ley Poetelia Papiria, del año 386, que suaviza la condición de los deudores; la ley Cincia, de donis et mune ribus (año 204), por la que se prohibía a los oradores recibir paga o regalos por la defensa de sus patrocinados: ns quis oh causam orandam pecuniam donumue accipiat95; la ley Aquilia de fecha incierta, sobre el daño causado injustamente; la ley Laetoria de principios del siglo II sobre la condición jurídica de los impú beres y menores de 25 años; la ley Falcidia, sobre los regalos, del año 40 a. C., en ella se fija que la legítima del heredero será por lo menos el cuarto de la sucesión. La distribución de los actos legislativos entre los dos comicios no estaba jurídicamente fijada. Por costumbre los cónsules debían presentar sus proposiciones de ley o roga tiones a los comicios centuriados; los pretores y los tribunos a los comicios por tribus. Sus disposiciones tenían la misma fuerza. Desde el 286 los cónsules Máximo y C. Elio Peto, para verse libres de la auctoritas patrum, presentaron sus proyectos de ley ante los comicios por tribus. A partir de entonces la acción legislativa se ejercía casi exclusivamente en los comitia tributa, quedando para los centuriata la función judicial, la elección de magistrados mayores y la votación y declaración de g u erra.96 El que preside los comicios es el responsable de conservar el orden en ellos, debe de proceder con suma prudencia para que no surja ningún tumulto ni albo roto, así lo indica Cicerón: «Que no haya lugar a la violencia. Nada es tan perni cioso a los ciudadanos, nada es tan contrario al derecho y a las leyes, nada menos digno del ciudadano y del hombre que la decisión por la violencia en una repú blica ordenada y constituida. La ley manda ceder a la intercesión, y nada más excelente, porque mejor es impedir una cosa buena que conceder una mala. Cuan do prescribo que la responsabilidad caiga sobre el autor, de la proposición, lo digo según parecer del sapientísimo Craso, y el senado pensó como él, cuandodecretó según el informe del cónsul C. Clodio, referente a la sedición de C.Carbón, que no podía haber sedición sin consentimiento del que hablaba ante el pueblo, puesto que tiene autoridad para disolver la asamblea en cuanto hay intercesión y la per turbación comienza. El que continúa cuando ya no es posible la deliberación, quiere la violencia: nuestra ley le quita la im punidad».97 La vida política de Roma se desarrolla prácticamente en estas asambleas. De su votación dependía el nombramiento de los magistrados, y por tanto indirecta mente el reclutamiento de los miembros del senado. Para muchos romanos era la única palestra en que podían actuar públicamente. Quien se ganara la simpatía del pueblo entraba por los comicios en la vida pública, y aunque fuera un plebeyo,
94. 95. 96. 97. e n L iv .
C ic. Leg. 3 , 4 4 . ^ V id . T a c. A n n . 1 1 , 5 ; 1 5 , 2 0 ; 1 3 , 4 2 ; L iv . 2 9 , 2 0 , 11. S o b r e la d is tin c ió n e n tr e e sta s a sa m b le a s e sc r ib e A u lo G e lio , 15 , 17 . C ic. Leg. 3 , 4 2 . U n ca so d e e s to s e n q u e t ie n e q u e in te r v e n ir e l c ó n s u l p u e d e v e rse 2 5 , 3 , 19.
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siguiendo el cursus honorum, por el que iba ascendiendo el pueblo, llegaba a las magistraturas mayores y.al mismo senado. Los plebeyos tienen que ganarse a pul so todos los honores, como Catón el Censor y Cicerón; a los patricios se los con fieren «aun durm iendo».98 A veces surgen individuos que se ganan la popularidad y constituyen facciones políticas, mejor que partidos propiamente dichos. Durante un período de tiempo, años 202 al 184, la gente Cornelia domina la política romana, hasta el punto que la plebe quiere nombrar cónsul perpetuo a Escipión el Africano. La oligarquía luchó contra los Escipiones y logró reducirlos a su primera categoría de gens par inter pares. Polibio juzga la constitución romana como el sistema más perfecto de gobierno, porque reúne las ventajas de los tres tipos de regímenes: monarquía, aristocracia y democracia, atemperado cada uno de ellos por los otros Todos formaban el pueblo romano, todos participaban en su gobierno. En la Roma, pues, de este tiempo, no puede hablarse ni de aristocracia ni de democracia, todo lo hace y administra senatus populusque Romanus. 6. E l senado E l senado continúa siendo una asamblea de notables 10°, con escaño vitalicio, que aconsejaba a los cónsules, como antes lo hacía a los reyes. Las vacantes se pro veían después de cada censo, y los nombraban los cónsules, como antes los reyes, por eso nunca se habló de condiciones requeridas para ser senador. Ni el rey ni los cónsules eran miembros del senado.101 Lo im portante en estos momentos es que así como durante la monarquía no eran admitidos en el senado más que los aristócratas, ahora, en cambio, fueron llamados un gran número de plebeyos. De sus 300 miembros tradicionales, los ciudadanos antiguos, los patres, no cubrían más que 136 escaños, ocupando 164 los nuevos ciudadanos, conscripti. De ahí la doble designación cuando se les nom braba: patres et conscripti, que luego se redujo a patres conscripti, con el valor de «padreí/eunidos». Sin embargo, esto, que al parecer era una gran concesión al pueblo, no solu cionó los problemas planteados en el seno de la sociedad romana, es decir, la igualdad real de todos los ciudadanos. La lucha sigue en un tira y floja de logros y reser vas. Como efecto indirecto de esta lucha el senado fue tomando prerrogativas y poderes que nunca tuvo. Para la facción de los nobles los cónsules resultaban ser dos personas destacadas por ellos mismos para su propia defensa, dos mandatarios suyos que debían obedecer tanto a las normas reguladoras de su partido frente a
98. C ic. V err. 5 , 1 8 0 -1 8 2 : « s e d n o n id e m lic e t m ih i q u o d iis q u i n o b ili g e n e r e n a ti su n t, q u ib u s o m n is p o p u li R o m a n i b e n e fic ia d o r m ie n tib u s d e fe r u n tu r ; lo n g e alia m ih i le g e in h ac c iu ita te e t c o n d ic io n e u iu e n d u m e s t ...» . V id . ta m b ié n C ic. R ose. A m . 3; 9; D iu . in Caecil. 6 9 ; Plane. 6 7 . S o b r e sa lía n en e ste tie m p o la s fa m ilia s d e lo s F a b io s, d e lo s E m ilio s , d e lo s F u lv io s F la c o s, d e lo s E sc ip io n e s , d e lo s G r a c o s, c f. F . C a sso la , I g ru p p i p o litic i n ell I I I secolo a. C ., T r ie s te 1 9 6 2 . 9 9 . C ic. R ep . 2 , 4 1 -4 3 . 100. « S u m m u m e s t p o p u li R o m a n i p o p u lo r u m q u e e t g e n tiu m o m n iu m ac r eg u m c o n s iliu m s e n a tu s » , c o m o d ic e C ic er ó n , P ro D o m o , 7 3 ; v id . ta m b ié n Sen ect. 1 8 ; S est. 1 3 7 ; H ar. R espon . 4 8 . 1 0 1 . P r e r ro g a tiv a s, s e s io n e s , e tc ., d e l s e n a d o la s e x p o n d r e m o s u n p o c o m ás a d e la n te al p r e sen ta r e l S e n a d o d e la R e p ú b lic a . U n a m a g n ífic a e x p o s ic ió n d e lo s e le m e n to s d e la v id a p o lí tica rom an a : la s m a g istra tu ra s, lo s h o n o r e s , e l p u e b lo y su s a sa m b lea s, e l s e n a d o , lo s ordin es, e l im p eriu m , p u e d e v e r s e e n E . M ey e r , R öm isch er S taat und S aatsgedan ke, Z u r ic h 21 9 6 1 .
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la plebe, como a las leyes del Estado. Los cónsules sabían que su poder era suma mente efímero, procedente de la nobleza y que dentro del año tendrían que volver a ser simples ciudadanos. Un año era muy poco tiempo para poder impo nerse a los jefes de su partido en el caso de que quisiera favorecer al pueblo, podía incluso temer que su colega nombrara un dictador, con lo cual se veía supendido en sus funciones. Prácticamente, pues, quien gobernaba era el consejo de la no bleza, que era un organismo estable, frente a la anualidad del cónsul. Los papeles, por ende, quedan invertidos, el senado, de simple consejero, ha pasado a ser el poder reinante y gobernante, y el cónsul, en realidad, viene a ser un simple man datario del senado, aunque exteriormente aparezca lo contrario. Tenemos a este respecto un testimonio fehaciente y es un párrafo de Cicerón: «este es el único camino de la dignidad y del honor, creedme: el ser alabado y apreciado por los varones sabios y favorecidos por la fortuna. Conocer la orde nación de nuestra ciudad sapientísimamente establecida por nuestros mayores, los cuales, no soportando el poder de los reyes, crearon magistrados anuales de forma que hicieron prevalecer el consejo eterno del senado de la patria, y logra ron que las puertas de esta suprema asamblea estuvieran siempre abiertas a todo el pueblo y a los méritos y facultades de todos los· ciudadanos. Hicieron que el senado fuera el guardián, el supervisor y el defensor de la patria, y determinaron que los magistrados participaran de la autoridad de este orden, y que fueran como los administradores y ministros de este gravísimo consejo y quisieron que el mismo senado confirmara el esplendor de los órdenes próximos y protegiera y acrecentara la libertad de la plebe».102 Legalmente las proposiciones o rogaciones que se llevaran a la asamblea del pueblo no necesitaban deliberación, ni asentimiento del senado, pero en este tiempo fue haciéndose así y creando el uso, del que era peligroso apartarse. To das las resoluciones que excedieran el año, como los tratados políticos, la admi nistración, la división de tierras, etc., dependía del senado. El cónsul tramita los asuntos corrientes, los procesos civiles y manda el ejército. El poder está en manos de la aristocracia.103 Poco importa que en el senado haya un buen número de plebeyos, porque por más que se les llama a boca llena «senadores», su papel dentro de la corpora ción pesa muy poco. No eran elegibles para los cargos públicos. Su cometido era muy secundario. Por otra parte eran personas ricas que querían aproximarse a los nobles, cuya posición financiera dependía mucho del senado, tal como su parti cipación en la distribución de las tierras públicas, sus derechos al disfrute de los pastos comunales, por todo esto estaban a disposición de los nobles. Por otra parte los cónsules patricios, revisan y modifican cada cuatro años las listas de los senadores, con lo cual los plebeyos que no resultaran gratos eran expul sados del senado. C ic . Sest. 1 3 7 . S o b re e l se n a d o d e e sto s tie m p o s p u e d e n v e r s e las o b r a s sig u ie n te s : G . B lo c h , L es o rigin es d u sén a t rom ain (R e c h e r c h e s su r la fo r m a tio n e t la d is s o lu tio n d u sén a t p a tr ic ie n ), P a r is 1 8 8 3 ; M . C a lca g n i, V iltà , n efan dezze e d e liti d e tte gran di assem blee p olitich e. I l sencto rom ano. (C o n u n a c o n c lu s io n e g e n e ra le s u ile p r in c ip a li a ssa m b le e p o litic h e a n tich e e m o d er n e ), I . A r c e 1 9 2 9 ; F . D e M a rin o A v o n z o , La fu n zion e giu risdizion ale d e i sen ato rom dno (U n iv . d i G e n o v a ), M ila n o 1 9 5 7 ; W ille m s , L e sénat d e la ré p u b liq u e rom aine, L o u v a in 1 9 5 7 -1 9 5 8 , 3 v o l.; A . O r m a n n i, Saggi su l regolam ento in tern o d e l sen ato rom ano (E tà d e lla R e p u b b . e d e l P rin cip a to ), M ila n o 1 9 5 9 ; G . B lo c h , L a ré p u b liq u e rom ain e (L e s c o n flits p o litiq u e s e t so c ia u x ), P a ris 1 9 1 3 ; J. G a g é , L es classes sociales dan s l ’E m p ire rom ain, P a r is 19 6 4 . 102. 103.
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7. El pueblo: el tribuno de la plebe Por de pronto queda constituido lo que en adelante se llamará el pueblo romano. Los plebeyos que antes apenas se distinguían de los extranjeros domi ciliados, de los clientes de los reyes, es decir, de los habitantes tolerados en el territorio romano, ahora, al entrar en las listas de las centurias, son ciuda danos romanos. Ello supone un paso muy im portante hacia la igualdad, aunque no puedan ser elegidos para cargos sacerdotales ni civiles, ni puedan disfrutar de los productos de los terrenos públicos, por ejemplo, de los pastos para sus ganados. Por el derecho de la prouocatio sienten protegida su vida, como la de cualquier patricio, y pueden aspirar a ciertos grados en el ejército, aunque no se les permita unirse en matrimonio con la casta de los nobles. Advierte el pueblo que, conforme la lucha por la igualdad va tomando cuerpo y exigencias concretas, los supremos magistrados, miembros de una de las partes interesadas, se inclinan y sirven únicamente a su facción, a la aristocracia, y que antes que comportarse como gobernantes mediadores, como había sucedido con los reyes, los cónsules resultan servidores privilegiados de su partido. El pueblo se desilusiona y exaspera con el resultado de la expulsión de los reyes. Si antes tenían un señor, ahora ven tantos señores como aristócratas. Con todo, viendo las cosâs a nuestra distancia, podemos advertir en la crea ción del consulado el principio de la vida política del pueblo romano, aunque está lejana todavía la consecución de sus derechos ciudadanos; y de momento tenga que pasar la plebe por las peores condiciones de su existencia, por la mi seria más astrosa, por los vejámenes más humillantes. Pero el pueblo no cesará en su propósito, cuando no pueda de otra forma se retirará ordenado en centurias al Mon te Sacro (Crustumerium, hoy M onte Redondo, entre el Tiber y el Anio) con el pro pósito de fundar allí una ciudad plebeya. Corrían los años 259/495. El senado nombró una delegación de diez comisionados, presidida por T. Largio, M. Va lerio y Menenio Agripa, que negoció la reconciliación. Celebrada ha sido siempré la fábula del estómago y de los miembros con que el gran Agripa explicó a la plebe secesionada la verdadera situación del momento: Los miembros desconr tentos de que les tocaba todo el trabajo mientras que el estómago no hacía más que embuchar, se conjuraron par negarle sus servicios; las manos no llevaron alimento a la boca, y los dientes no mascaron; pero entonces ellos mismos per dieron su fuerza, y, finalmente, vieron que no podían pasarse sin el estómago, ni éste sin ellos.104 Vinieron a un convenio: se perdonaron las deudas, los esclavos por deudas obtuvieron la libertad, se creó una nueva magistratura para proteger al pueblo: el tribunado de la plebe I05. En un principio se crearon dos tribunos, frente a los dos cónsules, elegidos por curias. Los tribunos gozarán de inviolabilidad (serán sacrosancti), y su obligación será defender n la plebe de toda injuria, interpo niendo su veto contra cualquier resolución del senado y contra las disposiciones
1 0 4 . L iv . 2 , 3 2 , 8 -1 2 . 1 0 5 . L iv . 2 , 3 3 , 1 -3. C ic er ó n . R e p . 2 , 5 8 , c o m o S a lí. H ist. 1 f ig . 1 1 , r e ú n e n d o s tr a d ic io n e s al d e c ir q u e la p le b e se r etira al m o n te S acro y al A v e n tin o . F e s t. (s . c. « s a c e r » ) d ic e q u e a n tes s e lla m a b a V a llo r b a , p e r o « sa cer m o n s a p p e lla tu r tra n s A n ie n e m p a u lo u ltra te r tiu m m ilia r iu m , q u o d e u m p le b e s , c u m s e c e ss is se t a p a tr ib u s , c re a tis tr ib u n is p le b is , q u i s ib i e s s e n t a u x ilio , disc e n d e n te s I o u i c o n sec r a u e ru n t» .
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de los cónsules (intercerssio - veto), negando los reclutamientos e impuestos (inhi bitio delectus). En materia de justicia criminal su competencia será ilimitada, y en caso de apelación defenderán su sentencia ante la asamblea del pueblo. La tradición recuerda tres secesiones de la plebe. La primera motivada por las deudas, en el año 494 a. C. Después del intento de conciliación del dictador Valerio, la plebe se retira cerca de Crustumina, que luego se llamará Mons sa cer 106, o según otros al monte Aventino, hasta que consiguieron la creación del tribunado de la plebe. La segunda provocada por el abuso del poder de los segundos triunviros, dirigida por Virginio e Icilio, tuvo lugar en el Aventino y después sobre el monte Sacro, consiguiendo la ley Valeria -Horada del año 449, confirmando la ley de las X II Tablas, obligando a los cónsules a conformar las normas jurídicas a la ley decenviral, a respetar la prouocatio ad populum, la inviolabilidad de los tri bunos y de los ediles de la pîebe, y el valor legal de los plebiscitos. La tercera secesión, que probablemente es la única histórica, entre el año 289 V 286, sobre el Janiculo aboca a la ley Hortensia, que establece definitivamente la validez legítima de los plebiscitos, no sólo para los plebeyos, sino pata todos los ciudadanos.107 Para remediar las querellas, formular acusaciones por cualquier opresión y poder estar al tanto de la opinión del pueblo, podrán convocar a la plebe (comitia tributa) y podrán dirigirla. Tenían facultad de reunir también al pueblo para informarlo de las leyes y plebiscitos que se intentaran proponer, en las juntas llamadas contiones10S. Los tribunos de la plebe tenían su casa abierta día y noche y no podían alejarse más de una milla de Roma. Su poder cesaba fuera de la ciudad, donde sólo persistía la autoridad m ilitar y la de los cónsules. E ste cargo no podrán desempeñarlo más que los plebeyos, los elegirán los comicios por centurias y los confirmarán los comicios por tribus. La inauguración del cargo se hace el 10 de diciembre. Luego ya se eligieron cinco trib u n o s.109 Como insignia tenían asientos de pies rectos {subsellia), y como ayudantes unos alguaciles (uiatores) y los ediles de la plebe, que guardaban sus escritos, vigila ban la policía y la caja común de los plebeyos, que se conservaba en el templo de Ceres, en el Aventíno, como los cuestores conservaban la de la ciudad en el tem plo de Saturno^ inspeccionaban el mercado, etc. Los tribunos de la plebe tenían derecho de apresar, pero no de llamar a nadie ante sí. Lo vemos en Aulo Gelio uo, expuesto en una carta de Ateyo Ca pitón, en que cuenta que el gran jurisconsulto Labeón, citado por un tribuno de la plebe a su presencia, le respondió con el mismo viator que le había enviado 1 0 6 . L iv . 2 , 2 3 -3 2 ; D io n is . 6 , 2 2 -7 1 ; V a tr . L. L. 5 , 8 1 ; P lu t. Coriolan. 6 . 1 0 7 . L iv . E p it. 1 1: « P le b s p r o p ter aes a lie n u m , e t g ra u es e t lo n g a s s e d itio n e s a d u ltim u m s e c e s s it in I a n ic u lu m : u n d e a Q . H o r te n s io d ic ta to r e d e d u c ta e s t » . P lin . N . H . 1 6 , 1 0 . 37; G e li. 1 5 , 2 7 , 4 : « Q . H o r te n s iu s d ic ta to r e a m le g e m t u lit , u t e o iu r e , q u o d p le b s sta tu iss.e t, o m n e s Q u ir it e s te n e r e n tu r » . 1 0 8 . S e n tid o d e C o n tio , v id . G e ll. 1 9 , 7 ; C o m itia y con tion es, C ic. L eg. 3 , 10; G e ll. 13, 1 6 ; L . H o m o , L as in stitu cio n es p o lític a s rom anas, M é x ic o 1 9 5 8 ; G . H u m b e r g , R E I V , c o l. 6 7 9 -7 1 5 ; F . D e M a r tin o , S to ria d ella c o stitu zio n e rom ana, N a p o li 1 9 5 1 -1 9 7 1 , 6 v b l.; A lth e im , L ex sacrata. D ie A n fan g d e r pleb eiscb en O rgan isation , 1 9 4 0 ; N ic c o lin i, II trib u n a to della p le b e , 1 9 3 2 ; B le ic k e n , D a s V o lk strib u n a t d e r K la ssicb en R e p u b lik zw isch en 28 7 u n d 139 v. C., 1 9 6 5 ; H ill, T h e R o m a n M id d le Class in th e R epu blican period, 1 9 5 2 ; L . R o ss-T a y lo r , R om an v o tin g A ssa m b lies, fro m th e H an n ibalic W a r d to th e d icto rsh ip of Caesar, A n n . A rb o r, 1 9 6 6 . 1 0 9 . C ic . Leg. 3 , 1 6 -2 5 ; L iv . 2 , 5 8 , 1-2. 1 1 0 . G e ll. 1 3 , 1 2 , 1 -4.
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el tribuno para llam arlo..., «mandó al que le había enviado que volviera y dijera a los tribunos que no tenían potestad de llamarlo a él ni a nadie, porque según el derecho de los antiguos los tribunos tenían la facultad de apresar, pero ñ o la de llamar a su presencia; que ellos estaban en su perfecto derecho de llegar hasta donde él estaba y mandarlo arrestar, pero que no tenían poder de llamar a un ausente a su presencia». Y esto mismo lo confirma Gelio, un poco más adelante, con una palabra de Varrón en su libro 21 de Rerum Humanarum·. «En tre los magistrados — dice Varrón— unos tienen el derecho de llamar a su pre sencia, otros el de arrestar, y otros, ni lo uno ni lo otro. Pueden llamar a su presencia los cónsules y demás magistrados que tienen el imperium·, el derecho a apresar los tribunos de la plebe y cuantos tienen viador-, no tienen derecho ni a llamar ni a arrestar, por ejemplo, los cuestores y los que no tienen viador ni lictor. Los que tienen derecho a llamar, pueden también arrestar, retener y llevar consigo, y todo esto ya en presencia física del paciente, ya si lo mandan llamar. Los tribunos de la plebe no tienen en absoluto derecho a llam ar;' y a pesar de eso, muchos ignorantes lo hicieron como si lo tuvieran, e incluso algunos llama ron no sólo a ciudadanos privados, sino que osaron citar a los rostros a los mismos cónsules. A mí me citó una vez el tribuno de la plebe P. Porcio y no fui, manteniendo el derecho tradicional, según el parecer de personas impor tantes. Y siendo yo tribuno jamás llamé a nadie, ni consentí que lo hiciera nin gún colega».111 Es un poco extraño, comenta G e lio 112, que quien puede prender no pueda llamar, puesto que prende para llevar a su presencia; pero esto es así, porque el tribunado de la plebe no fue creado para administrar justicia, ni para juzgar las querellas de los ausentes, sino para interponer su intervención en los actos presentes; para impedir que se cometan injusticias -en el momento, y por eso se les prohibe pernoctar fuera de la ciudad, y deben tener siempre abiertas las puertas de su casa, para evitar con su presencia constante que puedan cometerse injusticias contra el pueblo. «No podían los tribunos hacer que el juez no estatuyera, que el senado dejase de tomar su decisión ni que las centurias dejasen de emitir sus votos. Sólo én virtud de su función como jueces podían demandar, por medio de sus alguaciles (uiatores) m, y ante su tribunal, a todo ciudadano, cualquiera que fuese, aun al mismo cónsul en ejercicio, hacerle prender y, en caso de contumacia, arrestarlo preventivamente o exigir una caución, y, por último, pronunciar la pena capital o la multa» U4. Los tribunos citaron «ante los comicios por tribus a los que se
111. G e ll. ib . 6. 112. G e ll. ib . 7 -9. 1 1 3 . D e e s to s u ia tores s a le n lu e g o lo s licto res, c o m o v e m o s e n G e ll. 1 2 , 3: « V a lg iu s R u fu s in s e c u n d o lib ro r u m q u o s s c r ip s it d e re b u s p e r ep istu la m qu aesitis, lic to re m d ic it a lig a n d o , a p p e lla tu m e ss e , q u o d , c u m m a g istr a tu s p o p u li R o m a n i u ir g is q u e m p ia m u e r b e ra r i iu s is s e n t, cru ra e iu s e t m a n u s lie a r i u in c ir iq u e a u ia to r e s o lita s in t, is q u e , q u i e x c o n le g io u ia to r u m o ffi c iu m lig a n d i h a b e r e t, lic to r s it a p p e lla tu s ; u titu r q u e ad eam r em te s tim o n io M . T u lli u e r b a q u e e iu s r e fe r t e x o r a tio n e , q u a e d ic ta e s t P ro R abirio (1 3 ): 'L ic to r , in q u it, c o n lig a m a n u s ’. H a e c ita V a lg iu s . E t n o s s a n e cu m illo s e n tim u s; s e d T ir o T u lliu s , M . C ic er o n is lib e r tu s , licto rem u e l a lim o , u e l a licio d ic tu m sc r ip sit. L ic io e n im tr a n u er so , q u o d lim u m a p p ella tu r , q u i m a g istr a tib u s , in q u it, p r a e m in istr a b a n t c in c ti e ra n t» . 114. T h . M o m m s e n , H ist, d e R om a I , 3 4 1 . L o s tr ib u n o s d e la p le b e , c o m o to d o s lo s m a g istr a d o s c o n p o d e r c o e r c itiv o , n o s o la m e n te c ita b a n a ju ic io p o r h e c h o s co n tr a la le v , sin o ta m b ié n p o r p a la b ra s, p o r q u e la d ig n id a d d e R o m a h a b ía q u e c o n ser v a r la c o n u n a d is c ip lin a in v io la b le . A s í se d e d u c e d e l h e c h o q u e n o s refiere G e lio (1 0 , 6 5 ): « A p p i illiu s C a e c i filia a
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oponían (por ejemplo) a la ley Agraria, como Tito Menesio, Spurio Servilio y hasta los cónsules Furio y Manlio. Los patricios se asustaron de este paso que denotaba su vigor y el tribuno Genucio fue hallado muerto la víspera de verifi carse el juicio. De tales recursos se valían a menudo los patricios para quitar de en medio a sus enérgicos contrincantes. Dión Casio dice terminantemente: "los nobles no oponían resistencia abierta, pero se desembarazaban traidoramente de sus más audaces adversarios”» . 115 No podían los tribunos convocar las centurias porque no tenían mando mili tar, pero en cambio podían convocar y dirigir las tribus. Al fin y al cabo eran los mismos ciudadanos los que concurrían por centurias y por tribus, pero en esta segunda asamblea desaparecía la división entre los ricos y los pobres. Había 21 tribus, 4 urbanas y 17 rústicas, ordenadas por el domicilio; no por el naci miento ni por la fortuna 116. Aquí los patricios estaban en minoría. Al no votar la primera la nobleza, sino por suertes, podía suceder que en esta asamblea, aun estando compuesta de los mismos individuos, hubiera en sus votaciones una oposición manifiesta a los comicios centuriados. De la mera defensa pasaron pron to las tribus al ataque contra la aristocracia, arrebatando despacio pero con. cons tancia un derecho tras otro. Es verdad que de las reuniones del tribuno con el pueblo no salían leyes, pero emanaban plebiscitos, o manifestaciones de la volun tad de la plebe. Hacia el año 457 los tribunos elegidos llegaron a diez y se obli garon conjuntamente a no estorbarse unos a otros. El tribunado no fue evidentemente una solución muy acertada. Lo que de ahí se siguió fue el que la plebe pudiera organizarse mejor e impunemente contra el patriciado, sin que se extirparan las injusticias y las verdaderas causas del mal estar 117. Se combatía con frecuencia en la calle y los asesinatos de una y otra parte se multiplicaban. Como las leyes no estaban escritas cada uno las aplicaba en su propio interés. Fue necesario suspender las magistraturas ordinarias, inclu so el tribunado y se nombraron los decenviros (decemuiri consulari imperio legi bus scribundis). 8. Las X I I Tablas Los decenviros del año 451 gobernaron a gusto de todos: fueron justos, blan dos y concordes. E n poco tiempo presentaron diez Tablas; llevadas a los comi cios por centurias fueron elevadas a la categoría de leyes 118. La legislación no lu d is , q u o s s p e cta u e ra t, e x ie n s tu rb a u n d iq u e c o n flu e n tis flu c tu a n tisq u e p o p u li ia c ta ta e s t . A tq u e in d e e g re ssa , c u m s e m a le h a b ita m d ic e r et: 'q u id m e n u n c fa c tu m e s s e t’ in q u it 'q u a n to q u e ar tiu s p r e ss iu s q u e c o n flicta ta e s s e m , s i P . C la u d iu s , fr a te r m e u s , n a u a li p r o e lio c la sse m n au iu m c u m in g e n t i c iu iu m n u m e r o n o n p e r d id iss e t? C e rte q u id e m m a io r e n u n c c o p ia p o p u li o p p ressa in te r c id is s e m . S e d u tin a m ’ in q u it 'r e u iu is c a t fr a te r a lia m q u e c la ss e m in S ic ilia m d u c a t atq u e is ta m m u ltitu d in e m p e r d itu m e a t, q u a e m e n u n c m a le m ise ra m c o n u e x a u it! ’ O b h a ec m u lie ris u e r b a tam im p r o b a ac ta m in c iu ilia C . F u n d a n iu s e t T ib e r iu s S e m p r o n iu s, a e d ile s p le b e i, m u l ta m d ix e r u n t e t a eris g r a u is u ig in ti q u iq u e m ilia . I d fa c tu m e s s e d ic it C a p ito A te iu s in com m e n ta r io d e iu d iciis p u b licis b e llo P o e n ic o p r im o F a b io L ic in o O ta c ilio C r a sso c o n s u lib u s» . 1 1 5 . C ésa r C a n tú , H ist. U n iversal I V , B a rc e lo n a , p . 2 5 7 . 1 1 6 . A s í, se g ú n la d iv is ió n d e S e r v io T u lio (L iv . 1 , 4 3 ; 2, 2 1 ; D io n is . 4 , 1 5 ). D e s p u é s el n ú m e r o d e la s tr ib u s s u b ió a 3 5 (L iv . 1, 4 3 ; E p it. 1 9 ), n ú m e r o q u e ya q u e d ó fijo e n lo su c e s iv o . C f. n o ta 8 0 . U n e s t u d io e x h a u s tiv o d e la s 3 5 tr ib u s r o m a n a s, s u h is to r ia y sai u b ic a c ió n , p u e d e v e r s e e n L . R o ss-T a y lo r , T h e V o tin g d istr ic ts o f th e R om an Republic·. A m a e r ic. A c . in R o m e, P ap . e t M onagr. X X , 1960. 1 1 7 . C o n fr e cu en cia s u ú n ic o o b je tiv o e s o b sta c u liz a r la a c ció n d e l se n a d o , p o n ie n d o en s u m o p e lig r o m u ch a s v e c e s a la. p a tria , v id . C ic. R e p . 2 , 5 9 ; Leg. 3 , 7 . 1 1 8 . L iv . 3 , 3 3 -3 4 . S o b re e l a m b ie n te p o lít ic o so c ia l q u e se c e r n ía en R o m a en la prim era
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quedaba terminada y se eligieron de nuevo decenviros para el año 450. Estos terminaron la legislación añadiendo dos tablas más, hasta el número de X II. Resultaron verdaderos tiranos 119, y, aunque pasado su mandato, no querían de poner la magistratura hasta tener aprobada toda la legislación 12°. Pero en el código admirable de las X II Tablas, quedaba aún una pequeña semilla de dis cordias: la negación del ius connubii a los plebeyos. Como resultado de la arbi trariedad de los últimos decenviros, el ejército se retiró de nuevo al Monte Sacro. El senado envió como medianeros a Lucio Valerio y a Marco Horacio, a quienes, después de su gestión conciliadora, se eligió cónsules para el año 4 4 9 .121 9. Nuevas consecuciones de los plebeyos: el censo Los cónsules del año 449 Valerio y Horacio, dieron las siguientes leyes (leges Valeriae-Horatiae): 1) Que las resoluciones de los comicios por tribus, apro badas por el senado, en m ateria de derecho privado, tengan el mismo valor que las determinaciones de los comicios por centurias122. Con ello la reunión pri vada de la plebe pasaba a ser asamblea nacional. 2) Que quien creara una nueva magistratura, sin los trámites debidos, fuera declarado reo de alta traición y decapitado. 3) Que las personas de los tribunos, de los ediles, de los jueces y de los cónsules fueran inviolables (sacrosantae). 4) Que los decretos del senado serían custodiados por los ediles plebeyes en el templo de Ceres, y no por los cuestores en el templo de S aturno.123 Los tribunos ya no se sientan en la esplanada anterior a la curia, sino que entran en el senado. Los comicios por tribus desde el año 447 eligen no sólo a los tribunos de la plebe, sino también a los cuestores, pero a éstos últimos sólo de entre los patricios. En el año 445, a propuesta del tribuno Canuleyo, y tras largos debates, se deroga la ley de las X II Tablas que negaba el ius connubii a los plebeyos m . De ahora en adelante plebeyos y patricios podrán contraer nuptias legitimas.
m ita d d e l s ig lo V
a. C . y q u e m o t iv ó la c o m p ila c ió n d e l c ó d ig o d e c e n v ir a l, v é a s e m i trabajo
E l la tín d e las d o ce T ablas. A m b ie n ta c ió n h istó r ic a : H e lm á n tic a 6 1 (1 9 6 9 ) 6 7 -1 0 3 . 1 1 9 . C ic. R e p . 2 , 6 3 ; L iv . 3 , 3 5 -3 9 . 1 2 0 . C ic. ib . 2 , 6 2 ; D io n is . 1 0 , 5 6 -6 1 . 1 2 1 . C ic. R ep . 2 , 6 3 ; L iv . 3 , 3 5 -3 9 . 1 2 2 . L iv . 3 , 5 5 . L a s tr e s le y e s q u e e le v a n e l p le b is c ito a le y g e n e r a l so n : 1.a) e sta le x V a leria-H oratia: « C u m u e lu t in c o n tr o u e r so iu r e e s s e t te n e r e n tu r n e p a tr e s p le b i s c itis, le g e m c e n tu ria tis c o m itiis tu le r e u t q u o d tr ib u tim p le b e s iu s s is s e t p o p u lu m te n e r e t» (L iv . 3 , 5 5 , 3 );
2 .a)
L e x P u b lilia P h ilo n is (a ñ o 3 3 9 ): « V t p le b is c ita o m n e s Q u ir ite s te n e r e n t» (L iv . 8 , 1 2 , 1 4 ); 3 .a) L ex H o rten sia , a ñ o 2 8 6 : « V t q u o d p le b s iu s s is s e t, o m n e s Q u ir ite s te n e r e n t» . N o d eja d e llam ar Ia a te n c ió n e l h e c h o d e q u e h a y a tres le y e s d is tin ta s e n e l m is m o s e n tid o . E n tr e lo s in té r p r e te s u n o s lo e x p lic a n d ic ie n d o q u e la le y V a le ria -H o r a cia h a b ía d e te r m in a d o q u e lo s p le b is c ito s t u v ie r a n fu er z a d e le y c u a n d o h u b ie r a n o b t e n id o la a p r o b a c ió n d e l s e n a d o ; la le y P u b lilia o r d e n ab a q u e lo s tr ib u n o s d e b ía n d e h a b er o b t e n id o e l c o n s e n tim ie n to d e l s e n a d o a n te s d e l v o to (A p p . B. C. 1, 5 9 ), y la le y H o r te n s ia s u p r im ía e n a b s o lu to la in te r v e n c ió n d e l se n a d o . O tr o s p ie n sa n q u e e sta s tr e s le y e s r e s p o n d e n a o tr o s tres m o m e n to s d e c is iv o s e n q u e lo s p a tric io s h a b ía n tra ta d o d e e lu d ir la s n o rm a s d e lo s p le b is c ito s , y cada u n a d e e sta s le y e s e sp ec ifica m ás !a fu erza d e le y d e e sta s n o rm a s em a n a d a s d e lo s c o m ic io s tr ib u to s . P u e d e v e r s e I h n e , D ie E n tw ic k elu n g d e r röm ischen T ribu tcom itien ·. R h e in . M u s, N . S . 2 8 , p p . 3 5 3 -3 7 9 . 1 2 3 . L iv . 3 , 5 5 . 1 2 4 . L iv . 4 , 1 ss. C ic. R e p . 2 , 6 3 .
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, El mismo año 445 proponen los tribunos que en adelante uno de los cónsules habrá de ser plebeyo. La proposición de la ley suscitó una enorme lucha de parti dos que duró ocho años. De todas formas en el año 443 se creó la censura, desglosándola del consu lado, y que sólo los patricios podrían desempeñar. Según Tito Livio 125 no fue el exceso de trabajo de los cónsules lo que movió a los padres a tomar esta deter minación, sino evitar que, al llegar los plebeyos al consulado, dependiera de ellos la lectio senatus, Los censores eran al principio dos, como los cónsules. Eran elegido en los comicios por centurias, no necesitaban confirmación de los comicios curiados, porque no tenían imperium, sino simple potestas. Al principio el cargo duraba cinco años 06, y al tom ar posesión debían jurar en el templo del Capitolio guar dar las leyes (in leges iurare). Este cargo era concedido como recompensa a quien hubiera desempeñado bien otras magistraturas, y se hubiera comportado siempre como un hombre cabal. Empezó siendo una magistratura insignificante y se nom bró por primera veç a Papirio y a Sempronio, de cuyo consulado se dudaba, encargándoles de la confección del censo, y de ahí se les impuso el nombre de «censores». «En este año — dice T, Livio— se crearon los censores, magistra tura que empezó humildemente, pero que después cobró tanto incremento, que posee el régimen de las costumbres y de la disciplina romana, y el análisis del honor y deshonor de cada uno para entrar en el senado y en las centurias de caballeros; y bajo su voluntad y decisión se halla el derecho de los lugares públi cos y privados, y los tributos del pueblo romano». m Su principal cometido era vigilar sobre las costumbres, y formar el censo de los ciudadanos128. Cada cinco años convocaba el censor al pueblo romano a una revista que debía celebrarse en el Campo de M arte. Previamente se daba a conocer el criterio con que se haría el examen del pueblo (formula censendi). Arites del amanecer observaban los auspicios, si eran favorables, daba el heraldo la orden de convocar al pueblo: Omnes quirites, pedites, armatos priuatosque uoca inlicium hue ad m e 129. El pueblo debía presentarse armado en el Campo de M arte. Sólo los aerarii iban desarmados. Cada padre de familia debía contestar según su leal saber y entender (ex animi sententia) a las preguntas sobre-su nom bre, edad, mujer, hijos, domicjlio, siervo, animales, fortuna, etc. Los censores, según las necesidades del Estado y los avatares de las haciendas, formaban las nue vas listas, haciendo subir a unos en la escala de las fortunas y haciendo bajar a otros, o incluyéndolos entre los aerarii, que no tenían más derechos que pagar el impuesto. Después de la plebe venían al escrutinio los caballeros, llevando de la brida a sus corceles, colocándose según sus tribus y centurias. Los que habían terminado su servicio, obtenían la licencia; a los que habían de quedar en activo, se les decía traduc equum «adelante con tu caballo»; si eran demasiado pobres, o se
125.
L iv . 4 , 8 , s ie n d o c ó n s u le s M . G e g a n io M a c e r in o iteru m , T . Q u in c tio C a p ito lin o quin
tum . 1 2 6 . L iv . 2 , 2 4 . ' 1 2 7 . L iv . 4 , 8 , 2 -7 . 1 2 8 . A s í l o d e m u estr a e n e l a ñ o 1 7 9 Q . C e c ilio M e t e lo , e n u n d isc u r so p r o n u n c ia d o en e l s e n a d o , a lo s d o s c e n so r e s r e c ie n te m e n te e le g id o s , L iv . 4 0 , 4 6 y v . ta m b ié n 4 2 , 3 , 1 -1 1 . 1 2 9 . V a r r. L . L. 6 , 8 6 . « L la m a a to d o s c iu d a d a n o s ... a c o m íc io a q u í ju n to a m í» .
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La República
les acusaba de algún delito, se les degradaba diciendo: uetide equum 13°. Los lugares que quedaban vacíos se llenaban con infantes de la centuria siguiente. El censor podía degradar a un ciudadano por acciones inmorales, no sólo por la dilapidación de su hacienda; y en sus reprensiones eran absolutos, nadie podía revocar su juicio, a no ser el próximo censor. No tenía más ley que su con ciencia. Si hubiera entre los ■senadores quien hubiera perdido el censo, o se hu biese deshonrado, era borrado de la lista de senadores, poniendo a otro en su lugar. Con ello confeccionaba también la lista de senadores, lectio senatus. Con frecuencia las notas de los censores eran demasiado severas, como nos recuerda Valerio Máximo diversos casos131, o motivadas por causas que ahora no parecerían ridiculas. De este tipo presenta Aulo Gelio tres casos notables. 1.° Por un chiste. El censor preguntaba bajo juramento a cada uno de los ciu dadanos: «¿Cómo piensas sinceramente que te comportas con tu mujer?». Un guasón pensó que había llegado el momento de hacer un buen chiste delante de las personas que presenciaban su declaración, y cuando el censor le dirigió la fórmula que se había fijado: V t tu ex animi tui sententia uxorem habes? El respondió: Habeo quidem uxorem, sed non her cie ex animt mei sententia ( = l a tengo, pero no a mi gusto). EI censor le impuso una multa y lo calificó en su referencia de dicharachero m entecato.132 2 ° El otro caso es por un bostezo. Llamado un ciudadano romano por un amigo ante los censores y en presencia de éstos bostezó ruidosamente. Sin más, el censor lo mandó azotar allí mismo, por su osadía y descaro de sentirse allí como Pedro por su casa. Del castigo y de la calificación de «descarado» se libró únicamente jurando que lo había hecho contra su voluntad, porque padecía la enfermedad del «bostezo».133 3.° Y por fin, otro por demasiado gordo. El caso lo toma Gelio de Sabino Masurio, en el libro séptimo del Memorial. Haciendo el censo P. Escipión Ná-
1 3 0 . A s í s u c e d ió , s e g ú n G e lio ( 4 , 1 2 ) a u n c a b a lle r o q u e t e n ía flaco y d e s c u id a d o su ca b a llo , y a o tr o q u e p o r e sta r m u y g o r d o p e sa b a d e m a sia d o para q u e e l c a b a llo p u d ie ra m o v e r s e á g ilm e n te c o n ta l jin e te ( G e ll. 4 , 2 0 , 1 1; 6 , 2 2 ). L a c o m p e te n c ia d e lo s c e n so r e s la d e te r m in a c la r a m e n te C ic e r ó n {Leg. 3 , 7 ): « C e n so r e s p o p u li a e u ita te s , s u b o le s , fa m ilia s , p e c u n ia s q u e c e n s e n to , u r b is te c ta te m p la , u ia s, a q u a s, aerariu m u e c tig a lia tu e n to p o p u liq u e p a r te s in tr ib u s d is c r ib u n to , e x in p e c u n ia s , a e u ita te s , o r d in e s p a r tiu n to , e q u itu m p e d itu m q u e p r o le m d is c r ib u n to , c a e lib e s e s s e p r o h ib e n to , m o r e s p o p u li r e g u n to , p r o b r u m in s e n a tu n e r e lin q u o n to ; b in i s u n to , e a q u e p o te s ta s s em p e r e s t o » . P a ra J u v e n a l n o c o n ser v a b a la cen su ra e sa d ig n id a d e x tr a o rd in a r ia , s in o q u e a te n d ía s o b r e to d o a la h a c ie n d a y al d in ero : « P r o tin u s ad c e n su m , d e m o r ib u s u ltim a fiet q u a e s tio : q u o t p a s c it s er u o s? q u o t p o s s id e t agri iu g era ? q u a m m u lta m a g n a q u e p a r o p s id e cen a t? Q u a n tu m q u is q u e su a n u m m u m ser u a t in arca, ta n tu m h a b e t fid e i» (I u v e n a l. 3 , 1 4 0 -1 4 4 ). S o b re lo s c e n so r e s y s u s c o m e tid o s p u e d e v e r s e ta m b ié n : E . C a v a ig n a t, P o p u la tio n e t capital, S tra sb o u r g 1 9 2 0 ; I d ., E n core un m o t su r l ’organ isation cen tu riate au I I e siè c le : R B P h 7 (1 9 2 8 ) 1 4 8 1 ; I d ., P eu t-on re co n stitu er l ’éch elle d e s fo rtu n es dan s la R o m e républicaine?·. A H E S 1 (1 9 2 9 ) 4 8 1 ; I d ., L e cens rom ain au x I I I e e t I I e siècle a. C .: R P h , 1 9 3 4 , 7 2 ; K lo t z , Z u r G e s ch ich te d e r röm . Zensur·. R h e in . M u s ., 1 9 3 9 ; S c h m a lin g , D ie S itten a u fsic h t d e r Z en soren , 1 9 3 8 ; O . L e u z e , Z u r G esch ich te d e r röm isch en C ensu r, H a lle -S a a le 1 9 1 2 ; A . L o tti F a r a v e lli, O rigin e d ella censura rom ana, 1 9 3 7 ; J . S u o la h ti, T h e R om an Censors. A stu d y on social S tru ctu re, H e l s in k i 1 9 5 3 ; F . C a n c e lli, S t u di su i cen sores su ll’a rb itra tu s della le x con tractu s, M ila n o 1 9 5 7 , 2 .a e d ., 1 9 6 0 ; G . P ie r i, L ’h isto ire du C ens ju sq u ’à la fin d e la R é p u b liq u e rom ain e, P a r is 1 9 6 7 . 1 3 1 . V a l. M a x . 2 , 9 . 1 3 2 . G e ll. 4 , 2 0 , 2 -6 . 1 3 3 . G e ll. ib . 7 -1 0 .
Organización
sica y Marcos Popilio vieron que se acercaba a ellos un caballero gordo y lus troso y bien ataviado, mientras su caballo estaba flaco y desaliñado. «¿Por qué, le preguntan, tú estás mejor cuidado que tu caballo? — Es que yo me cuido a mí mismo, y al caballo lo cuida Estacio, un siervo que no tiene arte para nada». La réplica no les pareció respetuosa y le impusieron una buena m u lta .134 Vigilaba también las costumbres y las virtudes patrias (regimen morum disciplinaeque romanae), de lo cual resultó, por lo menos en este tiempo y en el que inmediatamente le sigue, una serie de ciudadanos admirables. Dice Dioni sio 135: «Los romanos abrían todas las casas y extendían la autoridad de los cen sores hasta lo más interior y les entregaban la inspección y observación de todo cuanto allí se hacía, juzgando que ni el señor podía ser cruel en el trato de sus esclavos, ni el padre excesivamente riguroso e indulgente en la educación de sus hijos, ni el marido injusto en el trato con su mujer, ni los hijos desobedientes a los padres ancianos, ni los hermanos podían reclamar mayor parte de la hacien da en lugar de la equitativa, ni podían durar toda la noche los banquetes y la bebida, ni permitirse liviandades y seduccciones de gente joven, ni se podían omitir los honores tradicionales en los sacrificios y entierros, ni hacer otra cosa alguna que fuera contra la obligación y la utilidad del Estado». Después del censo venía el lustrum, purificación o expiación general del pue blo nuevamente ordenado. Un toro, un carnero y un cerdo (suouetaurile), eran llevados tres veces en torno del pueblo en armas 136. Uno de los censores mataba las víctimas, vestido de toga pretexta y coronada su cabeza. En el tiempo a que nos referimos esta potestas estaba reservada, como hemos dicho, a los nobles. 10. La cuestura Reservada también a los patricios en este momento, los cuestores eran los administradores de los cónsules. Eran cuatro: dos designados directamente por los cónsules estaban encargados de la ádministración del tesoro público; los otros dos eran los intendentes del ejército, y eran nombrados por los comicios por tribus; pero todo ello patricios. La amenaza de que un cónsul fuera plebeyo movió a los nobles a quitar a los cónsules la designación de los cuestores urbanos y pasarlo al nombramiento de los comicios centuriados, donde ellos prevalecían. Con ello buscaban que, lo mismo que los cometidos del censor, no saliera de sus manos la administración del tesoro público. El juego salió mal a la nobleza, porque la designación de los cuestores urbanos no pasó a los comicios centuria dos sino a los tributos, lo mismo que se hacía ya con los cuestores del ejército. Basándose el pueblo en que los dos cuestores del ejército no ostentaban un cargo civil, sino militar, y que los plebeyos eran aptos para la cuestura, como lo eran para el tribunado militar, consiguieron poder ser elegidos para esta cuestura, y enseguida, en el año 421 a. C. también para la cuestura urbana 137, con lo cual se les abrió el camino del senado.
134. 135. 136. 137.
G e ll. ib. 11. D io n . F rg m . 2 0 , 3. L iv . 1, 4 4 , 1-3. L iv . 4 , 4 3 , 3 -5.
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11. Nuevas intrigas de los nobles Día a día la nobleza iba perdiendo prerrogativas, y notaba que la plebe, subiendo constantemente de nivel social, se les iba equiparando. Como no podían procedet contra estos hechos por vía legal, recurrieron a la intriga: con amenazas, supercherías, cohechos, añagazas, y otros enredos que manejaban a las mil ma ravillas trataban de impedir la elección de los plebeyos; hasta el punto de que ya en el año 432 a. C. hubo necesidad de promulgar leyes en m ateria de elec ciones {de ambitu). O tras veces en las listas de la elección inscribían un gran número de candidatos plebeyos, para que el pueblo dispersara sus votos, o se ponían sólo los plebeyos que ciertamente no serían elegidos, omitiendo los nom bres de los que con toda probabilidad hubieran sido votados por la mayoría. Y si esto no les resultaba se refugiaban en motivos religiosos, porque este campo lo dominaban aún totalmente, al no haber entrado los plebeyos en ningún colegio sacerdotal. Contra toda justicia natural y todo el derecho romano los actos políticos emanados del pueblo, ya fueran leyes o elecciones, se hicieron depender de la aceptación del colegio de los Augures, que se decían interpretar la voluntad de los dioses, Bastaba, pues, que ese colegio se pronunciara en contra de tal elec ción, para que fuera anulada. De esta manera, por más que los plebeyos podían ser elegidos desde casi mitad del siglo V cuestores y tribunos militares, ninguno de la plebe fue elegido cuestor hasta el año 40 a. C.; ni tribuno m ilitar hasta el 4 0 0 .138 12. La igualdad politica Estamos por los años 390 a. C. Los galos o celtas han incendiado la ciudad de Roma y arruinado todas las haciendas rústicas de la comarca. Los patricios han disminuido muy notablemente, porque unos perecieron en las batallas y otros fueron sacrificados en Roma por los invasores139. Roma se reconstruye deprisa y mal, porque los pueblos próximos, latinos, hérnicos, volscos, ecuos y etruscos quieren hacer leña del árbol caído y sacudirse el yugo del dominio romano. Por fortuna Roma cuenta con un genio de la guerra y un ideal del ciudadano, que es Camilo 14°. Uno tras otro de los pueblos insurgentes van sintiendo la habi lidad del «padre de la Patria», y la ciudad se va recuperando (años 386-377). Pero hay u n peligro inmenso de que, aprovechándose del abatimiento del pueblo, unos cuantos desaprensivos acumulen todas las riquezas en sus manos, aniqui lando a la clase media. Los tribunos del año 376, Cayo Licinio Estolón y Lucio Sextio propusieron tres leyes trascendentales (Leges Liciniae Sextiae): 1) Oe aere alieno, lo que hasta ahora se había pagado de intereses en las deudas se debía restar del capital, y el resto de las deudas se debía pagar en tres años Hi. 2) De modo agrorum. En el aprovechamiento del ager publicus tendrían parte los patricios y los plebeyos. Ningún ciudadano poseería más de 500 yugadas (la yugada tenía 2.323 m2) de él, y no podría mantener en los pastos comunales 1 3 8 . L iv . 1 3 9 . L iv . 1 4 0 . L iv . V ir g . A en . 6 ,
141.
4, 5 4 , 2-8 ; L iv . 5 , 1 2 , 9 y 5 , 1 3 , 2 -3 . 5 , 3 9 s s. 5 , 19 ss; v id . ib. 7 , 1 , 9 -1 0 ; 5 , 2 8 ; 6 , 3 y 4 ; C ic . S est. 1 4 3 ; Cael. 3 9 ; Pis. 5 8 ; 8 2 5 ; G eo rg . 2 , 1 6 9 ; H o r . O d . 1 , 1 2 , 4 2 ; P r o p e r t. 3 , 1 1 , 5 9 .
Liv. 6, 35, 4.
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más de cien cabezas de ganado mayor y 500 del menor. Se pagaría un diezmo por los campos y un quinto por árboles y viñedos, haciéndose de ello responsable el censor, que lo aplicaría a subvencionar los gastos del ejército. De lo que cada uno poseyese más de las 500 yugadas del ager publicus, se harían lotes de siete yugadas y se darían a los plebeyos pobres en legítima propiedad142. 3) No deben elegirse ya más tribunos militares. Uno de los cónsules ha de ser siempre ple beyo. 143 La lucha por estos proyectos de ley duró diez años. Al fin los patricios nom braron dictador a Camilo, los plebeyos eligieron por décima vez consecutiva a ambos tribunos, y amenazaron con una secesión 144. Camilo, después de largas resistencia, cedió: las leyes fueron confirmadas (año 366) y Licinio Sextio fue el prim er cónsul plebeyo 145. El mismo Camilo abdicando de sus antiguos prejui cios de casta, vio que por fin todos los ciudadanos de Roma formaban un solo pueblo y edificó el templo de la Concordia en un extremo del Comitium, donde se reunían las asambleas del pueblo y donde el senado también celebraba sus sesiones con frecuencia. 13. E l pretor. Los ediles curules Tratando de salvar lo que podían, idearon los nobles rezagados disgregar del consulado otra de sus facultades: la administración de la justicia. Con el pre texto de que sólo ellos conocían la jurisprudencia, propusieron, como compensa ción de sus cesiones, el que se nombrara un pretor que, en su opinión, debía de ser siempre p atricio.146 Para atender a la vigilancia del mercado, la jurisdicción de policía, y la direc ción de las fiestas cívicas, crearon otros dos magistrados, que opusieron a los ayudantes del tribuno de la plebe y llamaron ediles curules, que también habían de ser elegidos de entre los patricios.147 Todo en vano, porque muy pronto (a. 366) consiguieron los plebeyos el acceso a la edilidad cu ru l148 y con ella tuvieron también patentes las puertas del pretorado, en el año 337 a. C., siendo el prim er pretor plebeyo Quinto Publilio Filón í4í>. Desde el año 342 a. C. los dos cónsules pueden ser plebeyos.1S0 14. Acceso a todas las magistraturas En el año 356 los plebeyos tuvieron también acceso a la dictadura, siendo Cayo Marcio Rutilio el primer dictador de este rango. Cinco años más tarde el mismo C. Marcio Rutilio fue el primer censor de su clase151. E n el año 339 Quinto Publilio Filón fue creado dictador, durante su magistratura dio tres leyes muy importantes: I a) que los plebiscitos serían obligatorios para todos los qui rites, por consiguiente, los comicios por tribus ya no necesitarían la confirma
5
142. 143. 144. 145. 146. 147. 148. 149. 150.
L iv . 6 , 3 5 , 5 . L iv . L iv . L iv . L iv . L iv . L iv . L iv .
•151.
Liv. 7, 17-22.
Ib id . 6, 7, 6, 6, 7, 8, 7,
3 8 , 6. 1, 1-2. 42. i l . 4 2 , 1 4 y 7 , 1, 1. 1, 6 ; E l p rim e r e d il p le b e y o fu e u n J u v e n c io , C ic . Plane. 6 8 . 1 5 , 9. 4 2 , 2.
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ción del senado. 2.a) Que las resoluciones de los comicios centuriados no nece sitarían la aprobación de las curias; en realidad los comicios curiados ya no se reunían más que por causa de los auspicios y por pura fórmula; en lugar de las treinta curias se reunían ahora treinta lictores. 3.a) Que en lo futuro uno de los censores debería ser siempre de la p leb e.152 El único campo en que permanecían solos los nobles era en el religioso. Había sacerdocios, como el rex sacrificulus, los flamines y los fratres saliares, que no tenían ninguna importancia política; pero el colegio de los pontífices, con la posesión casi privativa de la ciencia del derecho; y los augures con su supuesta interpretación de la voluntad divina, eran de efectos demoledores. Por eso los plebeyos no podían dejar de intentar su escalada. En el año 300 los tribunos Quinto y Cneo Ogulnio propusieron una ley, según la cual, cinco puestos en el colegio de los augures y cuatro en el de los pontífices habían de ocuparlos los plebeyos 153. La ley Ogulnia fue confirmada ese mismo a ñ o I54. El primer Pontí fice Máximo plebeyo fue Tiberio Coruncanio en el año 2 5 3 .155 La igualdad estaba conseguida. El antiguo patriciado quedaba absorbido en el pueblo romano. Desde ahora la única nobleza que se considerará será la de los méritos. Ciertamente que siempre habrá ricos y pobres, pero el agricultor y el jornalero manejaban codo a codo la azada o la mancera. La sencillez, la aus teridad, la hombradía reinaba por todas partes. En todas las casas había un salinum y una patera de plata, que pasaban de padres a hijos, como utensilios de los sacrificios dom ésticos156Hay honradez personal, severidad de costumbres, religiosidad y lo que de ahí deriva: un extraordinario respeto a las leyes. Cuando en tiempos venideros se haga alusión al mos maiorum, a la honradez, la fides, la majestas romana, a estos tiempos hay que atribuirla. De ahí salió que no se nombraba cónsul ni al más rico, ni al que más pro metía, sino al que se juzgaba más digno y eficaz. Así surgieron los Decios, padre e hijo, que en diversa ocasión ofrecen sus vidas por la victoria de Roma: Manio Curio 157, pobre labrador de la Sabina, que prosigue las labores de su campo des pués de haber arrojado a Pirro de Italia, y la ciudad se cuidó de dotar a sus hijas; C incinato158 que al recibir su nombramiento de dictador ahonda en el surco el arado que guiaba, y después de su espléndida dictadura une la yunta y prosigue su labor; Fabio Máximo cuyo entierro tuvo que costearse con donativos voluntarios; Cayo Fabricio, Cayo Atilio Régulo, etc., e tc .159 En realidad los tres órganos rectores del pueblo son: pueblo, magistrados y senado.
152. L iv . 8 , 1 2 , 1 3 -1 6 . 153. L iv . 1 0 , 6 , 4 -1 1 . 154. L iv . 1 0 , 7-8. 155. C ic. Plane. 1 9; L iv . E p it. 1 8 ; G e ll. 4 , 6 , 10. 156. V a l. M a x . 4 , 4 , 3 ; H o r . O d . 2 , 1 6 , 1 3 ; P e r s. 3 , 2 5 ; 5 , 1 3 8 . L o s g r a n d e s y a u ste r o s r o m a n o s, p o r e je m p lo F a b ricio , p o s e ía n u n Salero d e p la ta y p r o h ib ía n q u e h u b ie r a o tr o o b je to de lu jo e n e l h o g a r. S e tr a n s m itía d e p a d re s a h ijo s e l sa ler o , c o m o s ím b o lo d e la c o n tin u id a d de la casa; v id . P lin . N . H . 3 3 , 1 2 , 5 4 : « F a b r ic iu s im p er a to r e s p lu sq u a m p a ter a m e t s a lin u m ex a r g en to h a b er e u e ta b a t» ; v id . ta m b ié n A r n o b . 2 , p . 9 1 . 157. C ic. Plane. 6 0 ; B ru t. 5 5 ; Parad. 3 8 ; V a l. M a x . 4 , 3 , 5 ; M a rtia l. 9 , 2 8 , 4 ; I u v e n a l. 2 , 3 . 158. L iv . 3 , 2 5 -2 9 ; C ic. Fin. 2 , 1 2 ; C ic. R ose. 1 8; V a l. M a x . 4 , 4 , 5 ; V ir g . A e n . 6 , 8 4 5 . 159. L iv . 9 , 4 6 ; 2 8 , 4 2 ; 3 0 , 3 0 ; V a l. M a x . 1 , 8 , 6 ; C ic . Of f . 1, 3 9 ; 3 , 9 9 ; Fin. 5 , 8 2 y 8 8 ; Parad. 5 0 ; T use. 3 , 5 6 ; N at. D . 2 , 1 6 5 ; D e O r. 3 , 1 5 ; P o lib . 1 , 2 5 , 5 -2 8 ; G e ll. 7 , 4 , 3 .
Extensión de la República
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15. El pueblo El pueblo, reunido legalmente en asamblea, es la máxima autoridad de la República. Las asambleas siguen siendo los comitia centuriata, donde se sigue votando según el orden de las centurias, y eligen los cónsules y los censores; y los comitia tributa, donde el mismo pueblo vota por tribus. Sustituyeron a los concilia plebis y fueron poco a poco cobrando atribuciones y autoridad. Las deci siones de los comicios por tribus, hemos visto que en virtud de las leyes Publi liae, reiterada luego la decisión por la ley Hortensia (año 287) y después por la ley Maenia 160 tienen el mismo valor que si emanaran de los comicios centuriados. Como defensa contra la reacción de Apio Claudio, el censor Quinto Fabio Ruliano, en el año 304, hizo una nueva ordenación de las tribus, ante el aumento enorme de los ciudadanos, distribuyendo las antiguas patricias entre todas las tribus rústicas. Los ciudadanos aerarii, o privados de fortuna, no podían votar en los comicios centuriados, pero sí en los tributos. Las atribuciones y la compe tencia de los comicios va siempre en alza.
II.
EXTENSION DE LA REPUBLICA
1. Las provincias Entendemos por provincia un territorio poseído y gobernado directamente por romanos, fuera de Italia, y sometido al impuesto romano; cualquiera que sea la etimología de la palabra o su sentido primero, el cargo confiado a un magistrado, o la administración de un territorio conquistado, o vencido previa mente. 161 Los romanos se manifestaban muy remisos a extender fuera de Italia su territorio. Más bien tendían a conservar seguras sus fronteras; pero las circuns tancias y la evolución de las cosas los llevó a combatir en diversas tierras que, al conquistarlas, las anexionaron a los dominios de Roma. La primera provincia incorporada fue Sicilia, en el año 241 à. C. De ordinario la declaración de pro vincia seguía a la conquista militar, aunque a veces se confería a un general órdenes militares para que operara en regiones llamadas provinciae, que no lo eran realmente. Así, por ejemplo, a L. Escipión y Manlio Vülno se les enco mendó operar en la provincia Asiae sesenta años antes de que lo fuera en rea lidad. Al Africa la trataron como provincia muchos antes de dom inarla.162 Cada provincia tenía sus condiciones especiales, recogidas en una lex pro vinciae, desde el momento en que se incorporaba al territorio romano. La redac taba el general que la había sometido, acompañado de diez delegados del senado. Era una lex data y por ello llevaba el nombre del magistrado que la proponía 163. 1 6 0 . P lin . N . H . 1 6 , 1 0 , 3 7 ; G e ll. 1 5 , 2 7 , 4 ; C ic. B ru t. 55. 1 6 1 . « P r o u in c ia e a p p ella n tu r q u o d p o p u lu s R o m a n u s eas p r o u ic it, i. e. an te u ic it » (F e st. P a u l. 2 3 5 , 1 3 ). 1 6 2 . L iv . 3 0 , 2 7 . 1 6 3 . L e x A em ilia , p a ra M a ce d o n ia , L iv . 4 4 , 1 7 , 1 8 , 2 9 ; le x R u pilia, para S ic ilia , V err. 2 , 3 2 . 3 9 : le x Caecilia, para C reta, L iv . E p it. 5 0 , e tc .
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Luego la provincia se dividía en conformidad con su geografía física y humana, en conuentus y dioecesis, procurando que las secciones no coincidieran con las que había antes, y que las presidiera una ciudad, o poblado que organizara la región o la comarca. La ley marcaba también las ciudades en que el gobernador establecería su tribunal. Roma trataba a cada pueblo según la altivez o la resistencia con que se le hubiera opuesto en el momento de su conquista. El foedus que de ordinario se pacta antes de la rendición se tenía en cuenta o no, según conviniera al asenta miento y seguridad del dominio de Roma. El tributo (stipendium, uectigal) o bien se establecía en una cantidad fija (stipendium certum), o se dejaba en una décima de los productos de la tierra (decumae). A algunos pueblos, por ejemplo a los griegos, se Ies dejaba en una cierta libertad de mantener sus leyes y regirse por sus magistrados, a otros se les sometía enteramente al ius Romanum. Pero en cuanto a la religión, a las instituciones familiares y a sus costumbres solían ma nifestarse respetuosos y comprensivos los romanos con todos los pueblos. Siempre hay que distinguir, como es natural, épocas y épocas de la Historia de Roma. A grandes rasgos: 1) Desde los principios hasta Sila, las tierras conquista das las administraban los cuestores en nombre de los cónsules. Cuando este ager publicus se extendió fuera de Italia necesitaba fuerzas militares para defen derlo y se crearon pretores o gobernadores de estas regiones 164. Después del 227 hay cuatro pretores, dos de ellos para Sicilia y C erdeña16S; desde 197 hubo que crear dos más para las dos provincias de España 166. Según la ley Baebia, del 181, se crean alternativamente cuatro y seis pretores cada año, porque los de España, debido a su lejanía, duraban dos años en el cargo167; aunque esta ley fue abro gada en el año 179. 2) De Sila hasta César el número de provincias crece extraordinariamente. Macedonia, Acaya, Africa, Asia, Galia Narbonense, Cilicia. Se necesitan más pretores. Sila, por medio de la lex Cornelia de prouinciis ordinandis en el año 81, establece que los pretores estén un año en la ciudad y al siguiente vayan como propraetores a gobernar una provincia, con la prórroga del imperium. Igual norma se siguió con los cónsules, para quienes se reservaban las provincias no pacificadas del todo y que, por tanto, exigían la presencia del ejército. Cada m o se reservaban dos provincias de éstas para los cónsules, que se las repartían echándolas a suertes, y a las que iban al año siguiente, como procónsules. A un simple pretor no se le confiaban grandes guerras, ni numerosos contingentes militares 168; pero , a veces se presentaba en una provincia pretoria una guerra, si no podían ir a atenderla los cónsules, se le daba al pretor la dignidad pro consular en atención a la urgencia 169, y durante un tiempo se precisaba su situa ción llamándolo proconsul ex praetura, o praetor pro consule, aunque pronto se olvidaron de estas distinciones. 3) De César hasta Augusto. César confiaba frecuentemente el gobierno de las provincias a amigos jóvenes e inexpertos, por lo cual sus adversarios propusieron dos senados consultos, confirmados por la lex Pompeia de prouinciis, año 52, por
164. 165. 166. 167. 168. 169.
C ic. V err. 3 , L iv . L iv . L iv . L iv . L iv .
1 2 5 ; F am. 2, 1 7 , 6 ; 1 3 , 5 5 , 2 ; A tt . 2 , 2 1 , 1 1 ; T a c . A n n . 1 , 7 4 ; 4 , 4 3 .
E p it. 30. 32, 2 7 , 6. 40, 4 4 , 2. 3 1 , 4 8 , 8 ; 3 3 , 4 3 , 1; 4 1 , 8 , 2. 8, 2 3 , 12; 8 , 2 6 , 7 ; 4 1 , 12.
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los que se establecía un intersticio de cinco años entre el pretorado o consulado y el gobierno de una provincia m . recibiendo luego el gobierno de la provincia por una ley curiata de imperio m . H asta entonces, en virtud de la lex Sempronia de prouincits (del año 123) el senado designaba cada año en los comicios de julio las dos provincias consulares, que se sorteaban los consules designati, ha ciendo lo mismo los pretores, con ello cada cónsul y cada pretor ya sabía con un año de antelación la provincia que debía de gobernar al salir de su magis tratura en la urbe. Los triunviros se desentienden de todo compromiso de comicios y demás requisitos y se reparten entre sí el imperio, y las diversas provincias serán gober nadas por legados suyos personales.172 4) Augusto dividió las provincias en senatoriales, o pacificadas y sin tropas, y en imperiales, ocupadas por el ejército. Los gobernadores de las provincias senatoriales se llaman procónsules, porque no tienen jefe alguno sobre ellos, aun que en realidad sólo los gobernadores de la provincia de Asia y de Africa eran elegidos de entre los consulares; los gobernadores de las otras provincias no habían ejercido en Roma más que la pretura I73. De las provincias imperiales el gobernador es el príncipe, y las regía por medio de legados: legati Augusti pro praetore. Estos legados, que han sido ya cónsules o pretores, tienen subalternos, tres legados si es consular, y uno si es pretorio. Los eligen ellos y los presentan a la aprobación de Augusto 174. Hay una tercera categoría de provincias que admi nistra el emperador no como procónsul, sino como princeps·. Egipto, el reino de Cottius, etc. En estas regiones sus lugartenientes se llaman praefecti o procu ratores. Las insignias del gobernador son los fascios. El procónsul de Asia y de Afri ca tiene doce; los otros procónsules seis. Porque no tienen poder militar van ves tidos de toga. Los legados imperiales no tienen fascios del pueblo sino del em perador, y llevan cinco. Visten el paludamentum y tienen ius gladii175. Todos éstos antes de salir hacia sus respectivos gobiernos ofrecen sacrificios en el Capi tolio y hacen votos por la prosperidad de Roma, del príncipe y de la familia imperial. Todo gobernador a su salida recibe en concepto de ornatio un equipo de dinero, tropas, navios, empleados subalternos, e tc .176, y una espléndida cohorsamicorum, o comitum, de comites, jóvenes, amigos, deseosos de ver tierras, de conocer provincias, de abrirse camino para ir haciendo fortuna... a veces esta cohorte se llama pomposamente cohors praetoria. Como la mayor parte de éstos solían extenderse por las provincias como verdaderas plagas, el senado podía limitar el número de comites 177. Con frecuencia volvían desengañados, cabizba jos, sin un sestercio, maldiciendo del pretor que los había mantenido cohibidos y disciplinados, como vemos en varios poemas de C atulo.178
170. 171. 172. 173. 174. 175. 176. 177. 1 78.
D io C a ss. 4 0 , 4 0 y 5 6 . C a e s. B. C . 1 , 6 , 6 . A p p . B. C. 5 , 1 3 7 . D i o £ a s s . 5 5 , 1 3 ; S u e t. A u g. 2 7 . i D i o C a ss. 5 3 , 14. D i o C a ss. 5 3 , 13. C ic . L eg. A g r. 2 , 1 3 ; Fam. 2 , 3 , 1 ; 1 2 ,< 3 , 2 ; A it . 3 , 2 4 ; I n P is. 5 ; S u e t. Caes. 1 8 . P a p in ia n . D . 1 , 2 2 , 4 ; M o d e s tin . D . 4 , 6 , 3 2 ; I d . D . 1 2 , 1 , 3 3 , e tc . V id . C a tu l. 4 . 1 0 . 2 8 . 3 1 . 4 6 . 5 1 .
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Durante la República los gobernadores recibían de sus administrados las pres taciones necesarias para su sustento y desplazamientos, el frum entum honorarium y el frumentum aestimatum, con ello procuraban resarcirse ampliamente de la gratuidad de sus servicios. Esto llegó a tales abusos que Augusto Ies estableció un salario fijo m , por ejemplo, el del procónsul del Africa era de un millón de sertercios al a ñ o ,180 Los poderes del gobernador, en principio, son absolutos; no tienen más lími tes que las normas fijadas en la lex provinciae. Manda como jefe los soldados destacados en la provincia. Pero sobre todo su función es la de administrar jus ticia por su cualidad pretoria. Para ello se desplaza a los lugares principales y prefijados de la provincia, y establece su tribunal asesorado por sus consejeros ordinarios y a veces también por los notables del lugar. Si las partes apelan al tribunal de Roma, el procónsul los debe enviar; y otras veces lo hace por propia iniciativa. En las provincias senatoriales el gobernadot ejerce la justicia por un delegado y él queda como presidente de un tribunal de apelación. Como es natural, el emperador puede reservarse las causas que crea conve niente de todas las provincias. No hay que olvidar en este aspecto de la administración de la justicia en pro vincias como en todo lo referente a su gobierno, que los romanos consideraban las provincias no como partes integrantes de su Estado, sino como praedia que debían explotar para su enriquecimiento, ya como tal pueblo romano, como indi vidualmente cada uno de los que intervenían en su administración. Lo que inte resaba de aquella región eran sus productos, sus riquezas, su suelo, no las per sonas que lo habitaban, mientras no fueran también medios de servicio en la milicia, en el cultivo del campo, o en las minas.
1 7 9 . D io C ass. 5 2 , 2 3 .« S a la riu m ta m e n p r o c o n su la r e s o litu m o ffe r r i e t q u ib u sd a m a se ip s o c o n c e s s u m A g r ic o la e n o n d e d it » (D o m ic ia n o ). (T a c . A grie. 4 2 ). L a eu eetio o d e r e c h o q u e tie n e n lo s m a g istr a d o s r o m a n o s d e h a c e rse tr a n sp o r ta r g r a tu ita m e n te p o r lo s a lia d o s o s u je to s al E sta d o r o m a n o , tie n e su im p o r ta n c ia , y p o r ta n to , a u n q u e s ó lo sea e n n o ta , v a m o s a e x p o n e r lo . E s t e d e r e c h o lo e x ig ió p o r p rim era v e z e l c ó n s u l L . P o s tu m io e n e l a ñ o 1 73 a. C ., y e n d o a la p r o v in c ia q u e le h a b ía to c a d o e n s u e r te g o b ern a r (L iv . 4 3 , 1; C ic . V err. 5 , 4 5 ). A n te s d e e sta é p o c a lo s q u e ib a n e n u n a m is ió n r á p id a te n ía n la c o stu m b r e d e p e d ir h o s p e d a je e n las v illa s a lia d a s q u e a tra v esa b a n . P e r o e l tr a n sp o r te d e lo s m a g istr a d o s c o rr ía a c argo d e l te s o r o p ú b lic o , y d e sca n sa b a n e n casa d e lo s a m ig o s, priu ata h o sp itia h abeban t. E l u s o c o n tr a r io se e x te n d ió e n s eg u id a y d e g e n e r ó e n a b u so in m e d ia ta m e n te : lo s so cii d e b ía n p r o v e e r d e h o sp e d a je y tr a n sp o r te (A p p . B. C. 4 , 4 5 ). Y a la le x Iu lia d e P rou in ciis tu v o q u e reg la m e n ta r la s euectio n es (C ic . A tt. 5 , 1 0 , 2 ; 5 , 1 6 , 3 ; 5 , 2 1 , 5 ; In Pis. 9 9 ). A d e m á s d e lo s se n a d o r e s, lo s h o m b r e s im p o r ta n te s se h a c ía n dar p o r e l s e n a d o m is io n e s , o fic ia le s e n a p a rien cia ( leg a tio n es lib e rae) para viajar a c o sta d e lo s p r o v in c ia n o s c o n a s u n to s p a rticu la res (C ic . Fam. 1 2 , 2 1 ; A tt . 2 , 1 8 ; Plane. 4 ; R ull. 1, 3 ; 2 , 1 7 ; S u e t. T ib e r. 3 1 ). C ic er ó n y C ésar h ic ie r o n to d o lo p o s ib le p or term in a r c o n e s te a b u so , o p o r lo m e n o s lim ita r lo (C ic . Leg. 3 , 8; A tt. 1 5 , 1 1 ; S u e t. A u g. 4 9 ). C u a n d o C ic er ó n v a d e p r o c ó n s u l a la p r o v in c ia d e C ilic ia n o h a c e g a s to a n a d ie ( A tt. 5 , 16 , 3; 5 , 1 7 , 2 ; 5 , 1 8 , 2 ; 5 , 2 0 , 6 ; 6 , 1, 2 y 7 ). A u g u s to e sta b le c ió p o s ta s p ú b lic a s c o n m u ta tio n es (c a m b io s d e tir o s d e c a b a llo s ), y m an sion es d e s tin a d a s a lo s p r o p io s q u e lle v a b a n s u s d e s p a c h o s a lo s g o b e r n a d o r e s d e la s p r o v in c ia s y je fe s d e l e jé rc ito . E l e m p e r a d o r , e n R o m a , y lo s p r e sid e n te s d e la s p r o v in c ia s, te n ía n e l d e r e c h o d e c o n c e d e r e l iu s eu ection is, e n tr e g a n d o u n d ip lo m a o syn th em a . L a c o n s e r v a c ió n y e l c u id a d o d e e sta s e sta c io n e s c o rr ía a c argo d e la s lo c a lid a d e s (P lu t. G alba, 8 ). M á s ta r d e la s d ir ig ía la a d m in istr a ció n , p e r o s in s o p o r ta r lo s g a s to s (V . R u d ig e r , D e cursu p u b lico , B r e sla u 1 8 4 6 , p p . 9 s s). P e r o m u y p r o n to se r eserv a e l E m p e r a d o r e l d e r e c h o d e c o n fe r ir lo s dip lo m a ta , co sa q u e h a c e e n ' s u n o m b r e e l p r e fe c to d e l p r e to r io . E n g e n e r a l se r eserv a b a para lo s o fic ia le s p ú b lic o s, q u e ad em ás te n ía n u n n ú m e ro lim ita d o d e eu ectio n es a n u a les. 1 8 0 . D io C a ss. 7 8 , 2 2 .
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El Estado alquilaba el cobro de contribuciones, impuestos, vectigales, déci mas, etc., a sociedades llamadas de publicanos 181. Están organizados en sociedades públicas y privadas, constituidas por accionistas 182. El representante de la com pañía firmaba el compromiso con el Estado: manceps ■significabat se esse emptio nis auctorem 183. Cada sociedad tiene en Roma un gerente (magister) que llevaba la contabilidad y dirigía el personal. Se hacía representar en cada provincia por un pro magistro, del que dependían toda suerte de subalternos. Estos subalter nos, procedentes muchos de ellos de la esclavitud, hicieron odioso el nombre de «publicanos» I84. Estos trataban de triplicar o cuadruplicar la suma que habían pagado al erario público, con lo cual los abusos y rapiñas estaban a la orden del día. Los tipos como Verres, eso que él era propretor, abundaban por las provincias de Roma. Por lo común el Imperio fue una época de. paz y de bienestar en las provin cias. Se administraba justicia rectamente, y en cuanto al gobierno la supervi sión constante del príncipe, que cortaba enseguida los abusos, les era sumamente benéfica. Como los magistrados duraban más tiempo, ad nutum principis, solían conocer mejor las condiciones y las necesidades de las provincias, y fácilmente llegaban a considerarlas más y a tratar a sus subordinados con más humanidad. 2. Los municipios La palabra municipium, como los términos municeps, municipalis, se ha toma do en dos sentidos, uno genérico: toda ciudad de constitución romana en Italia o en las provincias en oposición a Roma; y otro específico: para expresar la con dición de derecho público, o una categoría especial de los ciudadanos italianos o provinciales. No vamos a referirnos más que a este sentido concreto. Municipium (municeps munus capiens - munera [ munia] capere). Pero no es fácil precisar el sentido exacto. Puede indicar, como piensan Festo y Varrón, munus fungi, libre de un cargo público, porque no eran ni electores ni elegi bles 185: «Y propiamente se llaman municipes, «partícipes del cargo», recibidos en el derecho de ciudadanía, para que participaran en nuestros negocios»186. G e lio en cambio mezcla los dos términos munus y b o nos187, por ejemplo, al refe rirse a los Caerites, a quienes concedió Roma el municipium sine suffragio: «Se les concedió — dice— que participaran del honor de la ciudadanía, pero no de los cargos y oficios» 188. Según G e lio 189 es de mejor condición ser colonia que municipio. También puede significar «el que recibe presentes, regalos», en este sentido los municipes son los que han recibido de los romanos el obsequio del derecho de ciudadanía parcial o total, y en este sentido se relacionará con el ius 181. « P u b lic a n i d ic u n tu r q u i p u b lic a u e c tig a lia h a b e n t c o n d u c ta » , c f. U lp . D . 3 9 , 4 , 1; 3 9 , 4 , 12 , 3. 1 8 2 . P o lib . 6 , 17. 1 8 3 . C ic . D iu . in Caecil. 3 3 y A sc o n . e n e s te lu g a r; Plane. 6 4 : V err. 3 , 17 2 ; D o m . 25 . 1 8 4 . U lp . D . 3 9 , 4 , 1 2: « D e a u d a cia e t te m e r ita te p u b lic a n o r u m c o m p e s c e n d a ...» . E sta s so c ie d a d e s e sta b a n fo r m a d a s p o r ca b a lle r o s, ya q u e para lo s p a tric io s e sta b a p r o h ib id a to d a c la s e d e u su ra s y m erca d u ría s. 1 8 5 . F e s t. D e V e rb . sign. s. v . « m u n ic ip iu m » ; V a rr. L. L. 5 , 179. 1 8 6 . U lp . D . 5 0 , 1 , 1. ' 1 8 7 . G e ll. 1 6 , 13. 1 8 8 . G e ll. ib. 7 ; M . S o r d i, I ra p o rti rom an o-ceriti e Vorigine della civita s sin e suffragio, R om a 1960. 1 8 9 . G e ll. ib.
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hospitii, porque los municipes tienen intercambio de hospitalidad con el pueblo romano. Para la explicación del concepto de municipium nos encontramos con diver sos textos que no es fácil, compaginar entre sí. Tales son la definición de Festo, que comprende la idea que se tenía de municipio en los siglos IV y I I I a. C. La lex Iulia M unicipalis190 que se refiere a los municipios después de la guerra social, años 90-88 a. C.; y Aulo G e lio 191, las leyes de Salpensa y de M álaga19®, y la mayor parte de los documentos epigráficos de la época del Im perio refe ridos a los municipios provinciales. Siguiendo el axioma distingue tempora et concordabis iura, y considerando que en la historia un elemento esencial es el tiempo, para no dar una imagen confusa ni equivocada del municipio, debemos distinguir esos tres momentos sucesivos: a) Los municipios antes de la guerra social; b) los municipios des pués de la guerra social; c) los municipios provinciales. a) Los municipios antes de la guerra social No poseemos ningún documento de la época que nos hable directamente de los municipios; pero Festo recoge unas preciosas definiciones, emanadas sin duda de Varrón, que, completadas con algunas referencias de Tito Livio, Dionisio de Halicarnaso y Veleyo Patérculo, pueden darnos una clara fisonomía de los muni cipios en esa época. El texto fundamental de Festo: 193 M u n ic ip io s e lla m a a lo s h o m b r e s q u e h a b ie n d o lle g a d o a R o m a s in ser c iu d a d a n o s r o m a n o s, p a r tic ip a n e n to d o s lo s ca rg o s c o n lo s c iu d a d a n o s e x c e p to e n la e m is ió n d e l v o t o o e n e l d e s e m p e ñ o d e m a g istr a tu ra s, d e e sta c o n d ic ió n fu e r o n , lo s F u n d a n o s, lo s F o r m ia n o s, lo s C u m a n o s, lo s A c e r r a n o s, lo s L a n u v ia n o s, lo s T u s c u la n o s , to d o s e llo s , p a sa d o s u n o s a ñ o s, fu e r o n h e c h o s c iu d a d a n o s r o m a n o s. E n o tr o s e n tid o , c u a n d o h a b la m o s d e h o m b r e s c u y a v e c in d a d e n te r a p a só a la c iu d a d a n ía r om an a, c o m o lo s A r i c in o s , lo s C e r íte s, lo s A n a g n in o s . Y e n te rcer lu g a r, c u a n d o s e h a b la d e h o m b r e s q u e lle g a n a la c iu d a d a n ía r o m a n a , s ie n d o m u n ic ip e s d e s u s c iu d a d e s o c o lo n ia s , c o m o lo s T ib u r te s , lo s P r e n e s tin o s , lo s P ís a n o s , lo s U r v in a te s ( o A r p in a te s ), lo s N o la n o s , lo s B o n o n ie n s e s , lo s P la c e n tin o s , lo s N e p e s in o s , lo s S u tr in o s , lo s L o c r e n s e s .
Naturalmente Festo toma la palabra municipium en el sentido abstracto de condición de derecho público. Con respecto, pues, a la condición particular en que se encuentra una vecindad con relación al derecho de la ciudadanía romana, distingue tres categorías de municipios: 1) Los individuos, originarios de poblados italianos, que han instalado su domicilio en Roma, sin ser ciudadanos romanos; que a su vez no son tratados como extranjeros, sin que se sientan asimilados a los ciudadanos romanos con respecto a todos los munera publica, sin que se les dé facultad de participar ni activa ni pasivamente en los comicios electorales o legislativos. Prestan el servicio militar en las legiones, igual que los ciudadanos romanos y lo mismo que éstos
190. 191. 192. 193.
C IL . I , 2 0 1 ; B ru n s, F on tes Iu r is R om . A n t. G e ll. 1 6 , 1 3 .
C IL . I I , 1 9 6 3 -1 9 6 4 . F e s t. s . v . « M u n ic ip iu m » , e d . M ü ll
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pagan el tributo. La primera de estas obligaciones la indica claramente Festo en una de sus dos definiciones de municeps: I g u a lm e n te era n m u n ic ip e s lo s q u e h a b ía n lle g a d o a R o m a d e o tr a s c iu d a d e s , c o m o lo s C u m a n o s, lo s A c er r a n o s, lo s A tè la n o s , q u e era n c iu d a d a n o s r o m a n o s y s e r v ía n e n la s le g io n e s , p e r o n o p o d ía n recib ir d ig n id a d e s .194
Estas personas venían a fijar su residencia en Roma desde sus ciudades de origen, a los que después de algunos años, agrega Festo, se les da la ciudadanía romana 195. La condición de municeps parece intermedia entre la de peregrinus u hostis y ciuis propiamente dicho-, y diferente de la de socius o foederatus. El municeps forma parte de la ciudadanía romana, el socius no. 2) La segunda categoría, a la que Festo aplica la noción de municipium, com prende los italianos a cuya ciixdad entera le ha sido concedida la ciudadanía roma na, y pone como ejemplos Aricia, Caeres, Anagnia. La condición de derecho lla mada municipium, es conferida en este caso, no a individuos, como en el apar tado anterior, sino a la colectividad, a una ciudad. La palabra municipium, pues, designa la categoría de ciudades como Aricia, Caeres, Anagnia, que se llaman municipia. Los vecinos de estas ciudades son ciues Romani, sirven en las legiones, y pagan el trihuntum, como los nativos de Roma. El tener derecho de elegir y ser elegido y el que estas ciudades tengan o no magistrados municipales depende de cada caso, porque el senado considera singularmente el estatuto de cada ciudad a la que concede la ciudadanía, como dice Tito Livio hablando del modo cómo se consideró el caso de cada vecindad después de la revuelta latina del año 338 195. Algunos poblados recibían el ius duitatis pleno como Lanuuinum, Aricia, Nomen tum , Pedum, cuyos vecinos fueron inscritos en las nuevas tribus romanas 197. Por el mismo tiempo el senado concedió la ciuitas sine suffragio a varias ciudades de los Volscos y de'los Campanos: Capua, Fundi, Formia, Cumas, Suesola 198. Por tanto desde el siglo IV existen municipia ciuium Romanorum cum suffragio y sine suffragio. De todas formas el derecho de sufragio no tenía mucha importancia para los que vivían en Cumas o Capua, puesto que no se votaba más que en los comi cios de Roma. Aún los que estaban más cerca, como los de Aricia o los de Lanu vio, podemos pensar que serían muchos los comicios a los que no asistirían. De hecho las elecciones dependían casi siempre de los ciues Romani, residentes en Roma. De las condiciones propuestas por el senado dependía también el que estos municipia tuvieran o no autonomía administrativa con sus magistrados munici pales. Hay casos en que a algunos municipios por haber faltado a sus deberes, por ejemplo, haciendo causa común con los enemigos del pueblo romano, fueron privados de la autonomía administrativa que se les había concedido. Este esta·
194. 195. P a ter c . Ï , 196. 197. 198.
F e s t. s . v . « m u n ic e p s» . H e c h o q u e s ç co n firm a ta m b ié n p o r T ito L iv io . 14. « R e la tu m d e sin g u lis d e c r e tu m q u e » , L iv . 8 , 1 4 , L iv . 8 , 1 7 , 10. L iv . 8 , 1 4 ; V e l. P a t. 1 , 14.
8, 14;
D io n . H a lic . 1 4 , 6 ;
V e il. 2.
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tuto se impuso a Anagnia y a otros municipios del país de los Hérnicos en el año 306 199 y más tarde a Capua, condición de la que Tito Livio nos da estos detalles: P o r lo d e m á s p lu g o q u e C a p u a fu e r a ú n ic a m e n te u n lu g a r h a b ita d o y p o b la d o , u n a m u ltitu d s in c o n c e jo p ú b lic o , n i a u to r id a d , s in d e r e c h o d e a so cia c ió n , in h á b il para to d o c o n v e n io , y q u e d e s d e R o m a e n v ia r ía n to d o s lo s a ñ o s u n p r e fe c to para g o b e r narla y a d m in istra r j u s t i c ia .200
Estas ciudades se llamaban propiamente praefecturae, porque eran adminis tradas por prefectos enviados por el pueblo romano, o por el pretor. Los vecinos no perdían su ciudadanía romana, los individuos seguían indemnes; pero su colec tividad dejaba de tener una vida propia, quedando sujeta totalmente al pueblo y al senado rom ano.201 Los municipia podían cambiar de categoría, cosa frecuente después de algún altercado social, ya que en esas ocasiones el senado reconsideraba la situación de cada ciudad y castigaba o premiaba, según el comportamiento que hubiera tenido cada una. Así, por ejemplo, a Fundi y a Formia, que habían recibido la ciuitas sine suffragio en 316, y a Arpino que la tenía desde 303, en 188 se les concede la ciuitas plenam . Ya hemos dicho que Anagnia y Capua pasaron a praefecturae. El carácter común de todos estos municipia es que sus habitantes han pasado en bloque a la ciuitas Romana, como dice Festo: quorum ciuitas uniuersa in duitatem Romanam uenit. 3) La tercera categoría, presentada por Festo, es la de los italianos «que habían llegado a la ciudadanía romana, siendo municipes de sus ciudades o colo nias, como los Tiburtes, los Prenestinos, los Pisanos, los Urbinates (o Arpinates), los Nolanos, los Bononienses, los Placentinos, los Nepesinos, los Sutrinos, los Locrenses». En ésta, como en la primera categoría, se trata de individuos, no de ciudades enteras. La palabra municipium en este caso significa la condición de los individuos que han adquirido la ciudadanía romana sin haber roto los lazos que los unen con su patria de origen, sean ciudades ajenas a Roma, o sean colonias latinas, como algunas de las nombradas por Festo, por ejemplo, Bononia, Placentia, Sutrium, Nepete. Esta definición de Festo se refiere a los socii o Latini que se trasladan a vivir a Roma, pero sin perder sus derechos en la ciudad de donde proceden. E incluso se da la ciuitas a quien ha desempeñado una magis tratura en una colonia latina. Esta tercera categoría, por tanto, es simétrica a la primera; pero extendida a ciudades más alejadas y a colonias latinas: en ambos casos los beneficiados son ciues Romani, municipes Praenestini, o Tiburtini, por ejemplo. De estas tres categorías la prim era desaparece muy pronto, porque las ciu dades, cuyos vecinos podían recibir la ciudadanía romana, si se establecen en la urbe, pasaron por una disposición colectiva a ser municipia ciuium Romanorum, es decir, a la segunda categoría. Y las de la tercera, por lo menos con respecto a Italia pierden su razón de ser, cuando después de la guerra social se concede a toda Italia el derecho de ciudadanía. Entonces todos lospoblados de Italia son oppida (municipia) ciuium Romanorum. La concesión del título de municipios fue antes de la guerra social uno de los medios empleados por el senado y por el pueblo romano para extender, si no 199. 200. 201. 202.
L iv . 9 , 4 2 -4 3 . L iv . 2 6 , 1 6 , 9 -1 0 ; v id . ib . 3 1 , 2 9 , 1 1 -1 2 ; C ic. Leg. A gr. 2 , 8 8 -8 9 . F e s t. s. v . « p r a e fe ctu r a » . L iv . 8 , 1 4 , 1 0; V e il. P a t. 1, 1 4 ; L iv . 3 8 , 3 6 .
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el territorio material, sí la influencia y la autoridad política de Roma. Por medio de la concesión de la ciudadanía romana los pueblos sometidos, por ejemplo, en la guerra latina del 338 Lanuvio, Nomentano, Pedano y Aricia, Roma unía a sus destinos a las ciudades más próximas. No era posible hacerles mayor favor, que igualarlas en derecho a su condición de vida social y política. A otras ciudades se les concedía en agradecimiento por algún favor. Así, por ejemplo, en ese mismo año 338 se le otorgó a Capua la ciuitas sine suffragio porque los caba lleros campanos no quisieron hacer causa común con los latinos en contra de Roma; a Fundi y a Formia porque dejaron paso libre por su territorio al ejército romano; y a los Caerites se les concedió también la ciuitas sine suffragio porque, cuando la conquista de Roma por los Galos, ofrecieron asilo a las vestales y a los sacra de Vesta 203. Es curioso que cuando a un ciudadano de Roma, se le castigaba privándole del ius suffragii, se le inscribía en la Tabulae Caerítum. Seguramente la concesión de la ciudadanía romana a los poblados itálicos se hacía en virtud de un foedus. Cicerón llama a la ciudad de Aricia: «municipio antiquísimo en el tiempo, federado por derecho, casi vecino por la proximidad, honestísimo por su esplendor» y de Capena se dice en las inscripciones: Mu nicipium Capenatium foederatorum, Municipium Capena foederatum 205. Como en la terminología romana una ciuitas foederata es una ciudad cuyas relaciones con Roma están reguladas por un foedus, se sigue que el municipium foederatum, aplicado a Aricia y a Capena, ha sido constituido por un foedus. Por tanto lá variedad de condiciones de los municipios itálicos en sus orígenes era muy grande. b) Los municipios itálicos después de la guerra social Terminadas las guerras sociales (91-88) fueron emanando algunas leyes que cambiaron la condición de muchas ciudades italianas. La lex Iulia del año 90 concedía el ius ciuitatis a todos los socii y Latini, que no se habían rebelado, o que se sometieron enseguida 206; al año siguiente, en 90, la lex Plautia Papiria confirió el mismo derecho a todos los habitantes de las duitates foederatae, con tal que: Γ ) estuvieran domiciliados en Italia en el momento de la votación de la ley; 2o) que hicieran su declaración delante del pretor dentro del espacio de sesenta días después de la promulgación de la ley 207. Y cuando quedaron some tidos los últimos reductos de la rebelión, se concedió el derecho de ciudadanía a todos los italianos sin distinción alguna 208. Esta concesión se hizo al mismo tiempo a la Galia Cispadana. La lex Pompeia, del año 89, concede el derecho latino a la Galia Transpadana2®. Con todo, se. toma la precaución de inscribir a todos estos nuevos ciudadanos en sólo ocho tribus, al paso que los ciudadanos antiguos está repartidos en veintisiete, con lo cual tienen siempre asegurada la mayoría en los comicios210. Pero esta condición duró muy poco, puesto que el tribuno S. Sulpicio Rufo, en el año 88 hizo votar un plesbiscito que ordenaba distribuir estos nuevos ciudadanos en treinta y cinco trib u s 211. A partir de esta 203. 204. 205. 206. 207. 208. 209. 210. 211.
S tra b . 5 , 2 , 3 ; G e ll. 1 6 , 1 3 , 7. C ic . P hil. 3 , 6 . C IL . X I , 3 9 3 2 ; 3 9 3 6 . C ic . P ro Balb. 21; A pp. B. C ic . P ro A rch . 7; Vam. 13, A p p . B. C. 1, 5 3 , 6 8 . P lin . N . H . 3 , 2 4 . V e il. P a te r . 2 , 2 0 ; A p p . B. C . 1 , 4 9 . 5 3 . 6 4 . L iv . E p it. 7 7 .
C.1, 49.· 3 3 ; V e il. P a t. 2 , 1 6 , 2 0 .
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fecha la ciudadanía romana era idéntica en toda Italia, excepto la Transpadana. Pero en el año 49 se confirió por la lex Iulia la ciudadanía también a la Galia Transpadana.212 Es evidente que todos los pueblos, cuyos vecinos eran ciudadanos romanos, estaban en la categoría de municipia, según la definición de Festo: quorum ciuitas uniuersa in duitatem Romanam uenit. Pero siguen existiendo las coloniae ciuium Romanorum, y las praefecturae, puesto que la condición de los ciues que residen en las praefecturae no queda alterada por ninguna de las leyes que acabamos de nombrar. En efecto, los documentos de finales de la República nombra municipia, coloniae y praefecturae italianas, así, por ejemplo, en la ley R ubra2n, la lex Iulia Municipalis214, el Fragmentum A te stin u m 215 y la Lex Municipii Tarentini. Por tanto después del 90 la palabra municipium designa una de las tres categorías de ciudades que hay en Italia. Hablando de estos municipios hay que preguntar: a) ¿Cuál era el estatuto personal de los vecinos? b) ¿qué derecho vigía en ellos? c) ¿cuál era la condi ción de su suelo? d) ¿qué organización administrativa tenían? 1) Todos los vecinos de los municipios itálicos son ciues Romani pleni iuris. Si fijaban su residencia en Roma podía, seguir el cursus hotiorum aspirando a las magistraturas. Para ejercer el ius suffragii debían trasladarse a Roma. En los negocios importantes los cónsules convocaban a comicios a todos los ciudadanos romanos de Italia, que en ocasiones acudían en multitudes incontables, para tomar parte en las decisiones de la vida urbana, como en las guerras civiles y cuando se llamó a Cicerón del destierro. Dice el mismo Cicerón que acudió a Roma una cantidad increíble de gente, casi Italia entera; pero de ordinario, los municipios y colonias más distantes no estaban representadas casi nunca en los comicios. Augusto concedió a los decuriones de las colonias itálicas el derecho de votar sin estar presentes en Roma para la elección de los magistrados urbanos: las tabli llas donde estaban escritos los votos se enviaban cerradas, y no se abrían hasta el momento de los comicios. Esta ventaja de las colonias sobre los municipios se acabó pronto, porque en el año 14 d. C., Tiberio pasó de los comicios al senado el derecho de elegir a los magistrados de ,1a ciudad. En ese momento el ius suffragii de todos los ciudadanos romanos quedó anulado para siempre. 2) Es casi seguro que algunos municipia conservaban su antiguo derecho, como se deduce del informe de Adriano al senado 216 hablando de Itálica y de Utica. Otros preferían sustituirlo por el derecho romano, quedando algunos restos de su antiguo derecho primitivo en la administración municipal. Estos últimos se llamaban municipia fundana. A ambas condiciones alude Gelio: «Municipes son los ciudadanos romanos procedentes de los municipios, que usan sus leyes y sus derechos, participando de los honores con el pueblo romano, no están obligados a otras leyes ni perscripciones romanas, más que a las condiciones en que su pueblo se ha hecho fu n d o » 77. Y Cicerón define así la lex Iulia del 90: «Por la ley Julia se concede a los socios y a los latinos la ciudadanía de forma que los que no hubieran sido pueblos fundos no recibieran la ciudadanía rom ana».218 2 1 2 . D io C a ss. 4 1 , 3 6 . 2 1 3 . . C IL . I , 205; c f. E . T . S a lm o n , R om an co lon ization u n d er th e R e p u b lic, L o n d o n 1 9 6 9 . 2 1 4 . C IL . I , 2 0 6 . 2 1 5 : V id . B ru n s, F o n tes iu ris , p p . 1 0 0 -1 0 1 . 2 1 6 . G e ll. 1 6 , 1 3 . 2 1 7 . G e ll. 1 6 , 1 3 . 2 1 8 . C ic . P ro B albo, 2 1 .
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Pero el derecho romano fue imponiéndose poco a poco sobre los antiguos derechos locales, como un fenómeno histórico de la evolución en la unidad de todos los municipios del Estado convirtiéndose todos en municipia fundana. 3) Todos los habitantes de Italia poseían sobre sus tierras el dominium ex iure Quiritium, eran por tanto dueños y soberanos de ellas, sobre las que el Estado no tiene ningún derecho. Todo el suelo de Italia está libre de impuestos, ya sean colonias, prefecturas o municipios, todos son ciues romani pleni iuris. 4) E n cuanto a la administración de los municipia conocemos algunas normas generales, en la lex Iulia municipalis, como por ejemplo que los poderes públicos de un municipio itálico se componía: I o) de comicios, 2°) de un senado de decuriones, 3o) de magistrados. E n general los municipios estaban regidos por dos magistrados duouiri o quattuoruiri, que hacían el censo de la vecindad por medio de dos ediles y un cuestor. E n ocasiones especiales la administración es taba confiada a un prefecto iure dicundo, y la economía municipal, durante el Imperio, podía estar encomendada a un curator duitatis. Pero cada municipio era especial, y a veces en los documentos se revela la existencia de magistrados municipales, como duouiri iure dicundo, aediles, quaestor municipalis, praefecti iure dicundo, etc. Las praefecturae eran administradas por prefectos, delegados de los poderes públicos de Roma. Tanto la colonia como la prefectura recuerdan el dominio y la subordinación a- Roma; el municipio recuerda la independencia absoluta que se realiza dentro de la condición de elemento integrante del estado romano. Algunos municipios fueron castigados por Sila o por los triunviros, convirtiéndolos en colonias, al destinar sus tierras a los veteranos que querían poseerlas después de las guerras mantenidas por ellos. Este castigo supone una expropia ción, una proscripción o expulsión en masa de los propietarios. De esta forma pasan a la condición de colonias en los siglos I I y I I I del Imperio muchos mu nicipios itálicos, como Formia, Canusia, Ricina, Perusa, Verona, Trento, Milán, etc. Sila había convertido en colonia a P ren este2I9, y esta ciudad pide a Tiberio que la constituya en municipio, gracia que le concede el em perador.220 c) Los municipios provinciales Los poblados provinciales ofrecen una variedad mucho más amplia que los de Italia. En principio se reducían a los tres géneros conocidos: colonia, munici pium, ciuitas, pero por P lin io 221 sabemos que cada uno de esos tipos generales se subdivide en especies. Las colonias son: ordinariae, y iuris Italici. Las duita tes·. stipendiariae, immunes, liberae, y liberae et immunes. Y lo mismo los muni cipios, de cuya variedad hablaremos enseguida. Plinio, tratándose de las provincias, tiene buen cuidado de distinguir las colonias de los municipios, llamando a éstos municipia, u oppida ciutum Romanoru, oppida Latinorum ueterum 132. Aulo Gelio da una explicación de las diferen cias 223. Durante todo el Imperio es necesaria una decisión del emperador para pasar de una condición a otra, lo que indica pues su diferencia.
219. 220. 221. 222. 223.
A pp. G e ll. P lin . P lin . G e ll.
B. C. 1 , 6 5 ; F lo r u s, 2 , 9 , 2 7 . 16, 13.
N . H . lib r o s 3 al 6 . N . H . 3 , 3; 3 , 4 ; 5 , 1; 3 , 26. 16, 13.
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Nos fijaremos, como hemos hecho al hablar de los municipios itálicos, en estos cuatro puntos: a) El estatuto personal de los habitantes; b) el derecho vigente en los municipios; c) la condición del suelo; d) organización administrativa. 1) No era el mismo el estatuto personal en todos los municipios. Había unos municipia ciuium Romanorum, en que todos sus vecinos eran en bloque ciues Romani; otros municipia Latina o bien en la forma primitiva y restringida del minus Latium, o en la más amplia y reciente del maius Latium. Las Tablas de Salpesa y Málaga 224 nos manifiestan que algunos municipes no tenían más que el derecho latino, pudiendo alcanzar la ciuitas Romana por el desempeño de alguna función municipal. Una inscripción hallada en un pequeño poblado de Africa. Gighthis, ha demostrado que los municipes podían tener el Latium maius, o el Latium minus. ¿Qué diferencia existía entre estas tres categorías? Los habitantes de los municipia ciuium Romanorum son cives■romani. Ya no hay que hablar del ius suffragii, desaparecido bajo Tiberio, el año 14 d. C., para todo el Imperio. Servían en las legiones, no estaban sometidos al arbitrio de los procónsules o administradores de las provincias, no pagaban, como los pere grinos, el impuesto personal, que era el signo de la sujeción a Roma. No eran extranjeros sometidos a la dominación romana. En Roma no eran peregrinos. No cabe duda que trasladados a Roma, podían desempeñar las magistraturas, y según Aulo Gelio, fueron los provincianos los que presentaron a Roma sus mejores senadores y magistrados y emperadores, como Trajano, Antonino Pío, Septimio Severo. Sabemos que al final de la República y al principio del Imperio las fami lias tradicionales de Roma protestaron contra la política de César y de sus suce sores, que admitían en el senado y en las magistraturas a los provincianos; pero esas protestas resultaron inútiles. Los ciues Romani provinciales, estaban, pües, totalmente asimilados a los ciues de Italia y de la misma Roma. Los municipes que poseían el Latium maius no eran ciudadanos romanos pero quedaban hechos automáticamente al entrar en el senado de sus municipios. Los municipes del Latium minus, tampoco eran ciues Romani, lo conseguían al salir del desempeño de una magistratura municipal, al dejar sus funciones. Cuando, un municipe terminaba el cargo de una magistratura, el privilegio de la ciudadanía romana alcanzaba a toda la familia, ascendientes y descendientes, como vemos por la lex Salpesa: «Con sus padres, cónyuges e hijos, logrados en legítimo ma trimonio y que permanecieran bajo la patria potestad; con sus nietos y nietas e hijos de éstos, que permanecieran bajo la autoridad paterna» 225. A fortiori hay que suponer que esta norma valía también para los magistrados y para los decu riones que ya poseían el Latium maius. En conclusión: I o) Los vecinos de los municipia ciuium Romanorum, eran todos ciudadanos romanos con todos sus derechos; 2°) Los habitantes de los municipios que poseían el Latium maius eran ciudanos romanos todos los decu riones con sus familias, y todos los que hubieran desempeñado una magistratura municipal con sus ascendientes y descendientes. 3o) En los municipios que sólo poseían el Latium minus sólo eran ciues P^omani los que hubieran desempeñado alguna magistratura con sus ascendientes y descendientes.
224. 225.
C IL . I I , 1 9 6 3 -1 9 6 4 . C IL . ib . c o l. 1, 1 , 1 - 2 .
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2) ¿Cuál era el derecho .en vigor en los municipios provinciales? A esta pregunta responde un documento oficial y público del emperador Adriano, con servado en Gelio: E l d iv in o A d r ia n o en e l d is c u r so q u e p r o n u n c ió e n e l se n a d o so b r e lo s d e Itá lic a , . d o n d e é l h a b ía n a c id o , d is e r tó p e r itís im a m e n te y m a n ife s tó q u e se so r p r e n d ía d e q u e lo s m is m o s d e I tá lic a , y a lg u n o s o tr o s m u n ic ip io s a n tig u o s , c o p io lo s U tic e n s e s , p u d ie n d o u sa r d e s u s le y e s y c o stu m b r e s, h a y a n d e s e a d o p asar al d e r e c h o d e c o lo n ia s .226
Adriano establece para la época imperial una diferencia esencial entre muni cipios y colonias. Los municipios, dice, pueden suis moribus legibusque uti. Qué hayamos de entender por mores legesque nos lo indica Gayo: «Todos los pueblos que se rigen por leyes y costumbres, en parte usan de un derecho privativo suyo, y en parte del derecho común a todas las gentes» 227, Las leyes y costumbres de cada pueblo constituyen su derecho. Ahora bien, las leyes y las costumbres de los municipios difieren del ius coloniarum·, pero el ius coloniarum, es el derecho romano, según indica Gelio (ib. 8): «tienen todos los derechos e instituciones del pueblo romano, no los suyos». Por tanto podemos concluir que las relaciones civiles y sociales de los municipes entre sí, no es necesario que se regulen por el derecho romano, o como dice el mismo Adriano en el senado: «Municipes son los ciu dadanos romanos procedentes' de los municipios, que usan sus leyes y sus dere chos... no obligados a otras leyes ni prescripciones tomanas, más que a las con diciones en que su pueblo se ha hecho fu n d o » .m Es cierto que poco a poco, como sucedió a los municipios italianos, el derecho local se fue haciendo oscuro e incomprensible, al paso que el derecho romano, escrito, comentado y aplicado constantemente, era claro y se iba haciendo uni versal. Lo curioso es que no pocos municipios provinciales ambicionaban la condi ción de colonias, para borrar todo vestigio de su extranjerismo pasado y presentar de esta forma como su ejecutoria de Romanidad más directa. No se olviden las palabras de Gelio: «Estas colonias parecen ser como retratos e imágenes peque ñas de Roma» 229. En cambio en Italia la colonia recordaba los días tristes de la sumisión, o de la expropiación y deportación. E n la lex Salpesana se encuentran diversas disposiciones diferentes de las del derecho romano, lo qué prueba de hecho que el municipium Flauium Salpesanum tenía, y otros municipios de su misma condición, podían tener, mores legesque no inspirados en el derecho romano. 3) En cuanto a la condición del suelo eran diferentes estos municipios de los italianos. El suelo provinciano estaba sometido al impuesto territorial y no era susceptible de propiedad quiritaria, fuera o no posesión de un ciuis Romanus. En principio era ager prouincialis. Los ciudadanos, libres del impuesto personal, pa gaban por sus tierras contribución territorial (uectigal, stipendium, tributum). Ño tenían el dominium, sino la simple possessio. . 4) En cuanto a la organización administrativa era más uniforme en estos mu nicipios que en los itálicos. Sálvo raras excepciones los poderes públicos eran: I o) El populus, o asamblea de ciudadanos. 2°) El senado municipal, senatus mu llí.
G e ll. 1 6 / 1 3 . G a i. D . 1, 1, 9. 2 2 8 . . G e ll. 1 6 , 1 3 , 6 . 2 2 9 . G e ll. 1 6 , 1 3 , 9.
HT.
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SO
nicipalis, curia, decuriones, 3°) Los magistrados, duouiri iure dicundo, duouiri quinquennales, praefectus, o praefectus iure dicundo, aediles, quaestor. E n este sentido había también variedad entre los municipios. Existía además los municipia libera, que podían rempublicam arbitrio suo administrare. E n estos municipios no intervenían los gobernadores de provincias, como tampoco había gobernador alguno para los municipios de Italia. Los municipia non libera, por tanto, debían someter al gobernador o procónsul las decisiones de sus asambleas, aunque no sabemos en qué medida y cómo.
II I .
LOS M AGISTRADOS230
1. El consulado Sin que las supremas magistraturas fueran nunca objeto de ataque en las luchas político-sociales, hemos visto cómo al consulado se le iban desgranando prerrogativas y limitando los poderes. Al principio representa el consulado el poder real único e indivisible. Hay magistrados inferiores, pero éstos son nom brados por el cónsul, como durante la monarquía los nombraba el rey, si así lo quería. Cuando por fin se logra la concordia cívica, con las igualdades políticas entre todos los ciudadanos, el consulado no es en realidad la mayor de las ma gistraturas, aunque así se le siga llamando. La censura con sus más altas atri buciones financieras, con su cometido de confeccionar la lista de los ciudadanos, con su facultad de elegir los miembros del senado, con la vigilancia y atención a las costumbres, sin que nadie pueda substraerse de su observación absoluta, es, en realidad, de mucha más trascendencia que el consulado. La posesión del im perium, que antes era uno e indivisible, ahora se ve fraccionado entre el cónsul, con poder militar, y el pretor con poder judicial. Antes los cónsules, al term inar su poder anual, se distribuían ellos personal mente el gobierno de las provincias, para el año siguiente, ahora interviene el senado, si no con la potestad legal, por lo menos con la intervención del consejo. El pueblo pudo en otro tiempo firmar la paz con un pueblo extranjero por sí y ante sí; ahora debe solicitar el parecer del senado y seguir sus instrucciones. Facultad del cónsul era nom brar él personalmente un dictador, cuando lo creía oportuno, ahora es el senado quien juzga la oportunidad de la dictadura y designa al dictador. 2. La dictadura La potestad suprema del dictador se conservó intacta durante más tiempo que la del cónsul. Y no es que a la dictadura en sí se le quitaran atribuciones; sino que se le nombra única y exclusivamente para un cometido determinado. En ese campo tenía todo el poder, pero era extraña en los otros terrenos. P or ejemplo, en el año 363 se nombró un dictador para la realización de una simple ceremonia religiosa. 230. A h o r a e x p o n e m o s s o b r e la s m a g istr a tu ra s a lg u n a v a r ia n te su fr id a c o n r e la c ió n a la é p o c a a n ter io r . U n a s p e c to d e s u e v o lu c ió n to ta ] la p r o p o n d r e m o s al te r m in a r la s in s tit u c io n e s d e l I m p e r io , c u a n d o p o d a m o s c o n s id e r a r lo to d o d e c o n ju n to .
L os m agistrados
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3. El tribunado Desaparecido, en principio, el fin principal por el que se instituyó el tribu nado, la defensa de la plebe contra las arbitrariedades de los patricios; y la atri bución que él se arrogó, de dirigir la lucha plebeya para conseguir ia igualdad política, el tribunado vino a ser una magistratura más. El tribuno se enroló en el senado, recibió la auctoritas y con ello dejó de tener existencia propia y polí tica. No se suprimió, porque hubiera parecido una medida antipopular, pero no existiendo en las formas anteriores, en realidad estaba anulado. E n lo sucesivo, y con cierta frecuencia, sirvió de trampolín de la demagogia, y de ballesta de intereses privados y enconos personales.231 4. E l senado A.
SUS FUNCIONES
Ya indicamos antes, al hablar de la lucha política de las clases romanas, que en realidad el senado, de simple consejo del rey y de los primeros cónsules, pasó a ser el verdadero cuerpo de gobierno de Roma, que, con su permanencia, daba continuidad e inspiración al gobierno anual de sus emisarios, los cónsules. En el tiempo al que ahora nos referimos, siglos IV y I I I a. C., el senado gobierna sin rival. Esta preponderancia del senado cobró toda su fuerza, cuando se disgregó de la facultad consular la confección de la lista de senadores, pasán dosela al censor. La ley Ovinia, entre los años 318 y 312, y sobre todo las leyes Licinias, abren el senado a todos los que han desempeñado una magistratura curul, es decir, a los que han sido ediles curules, pretores o cónsules. El censor debe encabezar la lista de senadores con los nombres de todos los que han sido magistrados curules, nombrados por los comicios, en los cinco años precedentes, a no ser que rechace positivamente a alguno, por creerlo indigno del cargo de senador. Pero hasta el número de 300 tenía el censor bastantes nombres que añadir, y ordinariamente los tomaba de los senadores del quinquenio anterior. Esencialmente para poder ser elegido senador se requería: 1) El ius ciuitatis completo con el ius honorum. Los ciudadanos de los muni cipios y de las colonias, que viven fuera, aunque sean elegibles, no pueden entrar en el senado porque no tienen el domicilio en Roma 232, Cuando César nombra senadores a los provincianos excita una protesta 233. La capitis deminutio media o máxima lleva consigo incapacidad, pero la llamada o la restitutio in integrum de un exilado devuelve la silla senatorial.234 2) La ingenuidad. Los libertos excluidos. Por excepción al final de la Repú blica se admiten obreros a jornal, simples soldados, o quienes hayan desempeñado oficios sórdidos.235
2 3 1 . V é a s e m á s a d e la n te la e x p o s ic ió n c o n ju n tiv a d e esta m agistra tu ra . 2 3 2 . C ic . S est. 9 7 . 2 3 3 . S u e t. Caes. 7 5 ; C ic. P b il. 1 1 , 1 2 ; 1 3 , 2 7 . 2 3 4 . C ic . Of f . 3 , 1 0 0 ; D om . 8 2 ; A tt . 3 , 2 3 , 2 ; C a e s. B. C. 3 , 1, 4 ; A u c t. Bell. A le x . 3 5 ; C ic . C lu en t. 9 8 ; Flacc. 7 9 ; S u et. Caes. 16. 2 3 5 . D i o C a ss. 6 2 , 2 5 ; 7 8 , 1 3 . 1 4 .
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3) Edad 46 años cumplidos. Los más jóvenes que han ingresado por medio de las magistraturas, hasta que no llegan a esa edad no tienen más que el ius setentiae dicendae, sin estar inscritos definitivamente 236. La ley V ilia rebaja la edad a 27 años; Sila la establece en 30, como para los magistrados, hasta que Augusto la pone luego en 25. 4) Honorabilidad. Se aplican los casos principales de indignidad, exclusión de losindividuos condenados por robo, o por complicidad en el robo; en virtud de la ley Plaetoria por lesión de intereses de menores de 25 años 237; por calum nia, o praeuaricatio-, exclusión de los deudores insolventes; o perjuros en mate ria de deudas 238; los antiguos soldados despedidos o degradados en el ejército, los delatatores que han recibido dinero por delación de un ciudadano romano; los condenados en ciertos juicios públicos. En la legislación de Sila la interdictio ignis et aquae suponía la exclusion del senado 239. La ley Cassia echaba del senado al senador despojado del imperium en unos comicios. Sila despoja también a todos los proscritos y sus descendientes, y así siguen hasta la rehabilitación hecha por César 240. Hay leyes que imponen a los senadores la obligación del juramento de cumplirlas bajo pena de la expulsión del senado241. Se excluyen ciertas profesiones, como los gladiadores, prostituidos, comediantes, dueños de casas de mala fam a.242 5) Fortuna. No hay censo marcado, aunque la mayor parte de los senadores tienen el censo ecuestre. El senador es vitalicio, pero puede ser removido si el magistrado lo borra de la lista por una de las causas dichas. El modo de proceder del censor en la confección de la lista parece éste: con signa primero los senadores que hubiera en la antigua lista y no merezcan borrar se; luego los que han desempeñado cargos curules en los cinco años anteriores, a no ser que excluya a alguno por causas que han de expresarse, si quedan aún sitios vacantes hasta los 300, los censores son completamente libres para nombrar a quienes juzguen con mayores méritos y servicios prestados a la patria 243. An dando el tiempo las magistraturas inferiores, incluso la cuestura, dan entrada en el senado. Como en las campañas de Aníbal habían muerto gran número de senadores, el año 216 fue necesario hacer una lectio extraordinaria para llenar los 170 esca ños que quedaban vacantes. Se incluyeron en la lista incluso a los antiguos ma gistrados menores, como cuestores, ediles y tributos de la plebe, y a quienes, sin haber sido magistrados, se habían distinguido por su patriotismo o valentía en la guerra. A partir de este hecho, es decir, al tener acceso al senado también los magistrados menores, los miembros del senado se elegían ya sólo entre los magistrados, con lo cual prácticamente el senado quedaba elegido también por el pueblo. Y como la elección quinquenal del censor era automática, a los que cumplían su magistratura, se les permitía asistir y hablar en las tenidas del
236. 237. 238. d e 8 .0 0 0 239. 240. 241. ( A p p . B. 242. 243.
F e s t., p . 3 3 9 . C ic. C lu en t. 1 1 9 . L a le y S u lp ic ia p r o h ib ía ya e n e l a ñ o 8 8 a lo s sen a d o r es e l te n e r u n a d e u d a d e m ás s e s te r c io s , P lu t. Silla, 8. C ic. D o m . 8 2 . D io n is . 8 , 8 0 ; L iv . E p it. 8 9 ; P ]u t. Silla, 3 1 ; Caes. 3 7 ; S u e t. Caes. 4 1 . T a le s c o m o la le y B antia {C IL . L , 4 5 lin . 1 9 -2 0 ); P le b is c ito A p u le y o , d e l añ o 10 0 C. 1, 2 9 -3 1 ; F lo r . 3 , 1 6 ). U lp . D . 3 , 2 , 2 ; 3 , 2 , 4 , 2 ; T e r tu ll. S p e d . 2 2 , 2 . L iv . 2 3 , 3 3 .
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senado, antes de là celebración del censo siguiente en que estarían ya en la lista de los senadores. Como puede adivinarse en el senado los plebeyos eran mayoría. Por ejemplo, en la lista del año 179 a. C., de 304 senadores, 216 eran plebeyos, y 88 patricios. Los plebeyos nombrados al principio por los cónsules y luego por el censor, sin haber sido magistrados, no tienen el tus sententiae dicendae, sino simplemente el del voto. Forman la categoría de los simples votantes, pedarii (pedibus ire in sententiam). En tiempo de Sila disminuyen los poderes del censor, y las vacantes del senado se ocupan por la m ultitud de cuestores que se nombran. En tiempos de Cicerón los pedarii tienen un sentido nuevo, son los últimos de la lista, los antiguos tribunos y cuestores, a quienes no vale la pena de preguntar, su opi nión particular, en oposición a los consulares y pretorios.244 En un principio los senadores plebeyos no se llamaban patres, sino conscripti, adlecti 245. Se distinguen también por el modo de vestir, los patricios llevan el calzado encarnado, ajustado con cordones negros, que sujetan la lúnula de marfil. En los primeros tiempos Jos patricios llevan la túnica laticlave, mientras los ple beyos la llevan angusticlave. Sólo los patres tenían derecho a hablar y razonar sus votos, los conscripti de ordinario no tenían más que el derecho al voto, pero siempre después que han votado los patres. Y como el voto se expresaba levan tándose del asiento para colocarse a la derecha o a la izquierda del local (ire pe dibus in sententiam), se llamaban pedarii. Los magistrados en función no votan. El poder del senado en este tiempo se extiende al campo de la legislación, de la elección y del gobierno. a) En el campo legislativo Todo proyecto de ley debía someterse a la autoridad del senado, antes de llevarse a los comicios centuriados o tributos. No había ley que así lo mandara, pero el senado tenía recursos para impedir que esa ley se votara, o bien susci tando la intercesión de los otros colegas del proponente; o bien interponiendo el recurso de casación sacerdotal. Sin saber cómo el senado se alzó con el derecho de dispensa legal en casos urgentes, sin que el pueblo se opusiera a ello, y con virtiéndolo enseguida en costumbre. ( El senado ejerció siempre una decisiva influencia sobre la legislación, ya porque las decisiones de los comicios necesitaban para su validez la aprobación de la auctoritas patrum 246, es decir, del sector patricio del senado, como por los dictámenes de todo el senado que daban impulso a las leyes que había que pro poner a los comicios. Incluso podía declarar no obligatoria una ley comicial por defecto de forma, y puede dispensar a un ciudadano del cumplimiento de los plebiscitos y de las resoluciones populares. Con lo cual, aunque nominalmen te todo el poder residía en el pueblo, realmente era el senado quien gobernaba. El senado se ha convertido en el verdadero eje de la política interna y externa de la República.
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Lu República
b) En materia de elecciones No es que el senado privara de su facultad de elegir los magistrados supremos a los comicios, pero 0n ei fondo, era el senado quien lo preparaba todo. Ya vimos cómo este dicasterio se había apropiado de la facultad de nombrar dictador; tam bién nombraba el general en jefe de una guerra inminente y al interrex. La facul tad de dispensar de uña ley, que hemos visto que se arrogó a sí mismo el senado, le permitía prorrogar el cargo de un magistrado, lo cual suponía un nuevo nom bramiento. Y por fin, el apoyo y la influencia que ponía para que el pueblo nom brara a quien interesaba al senado, era lo mismo que si él nombrara directamente a los magistrados, sin la odiosidad que ello supondría. c) Y por 'fiti, en el gobierno E l senado rió anuló las magistraturas ordinarias, muy al contrario, daba la im presión de que los magistrados obraban personal y espontáneamente. Pero ¡les quedaban tan pocos asuntos para su iniciativa particular! El senado declaraba la guerra, hacía la paz, pactaba alianzas, distribuía las tierras, señalaba las obras pú blicas que debían hacerse, contabilizaba las rentas y administraba el tesoro. Nom bra los magistrados provinciales, marca el contingente del ejército, y el presupuesto m ilitar de cada año. El magistrado puede actuar a su modo en lo eventual, en lo momentáneo, en lo intrascendente; pero en las cosas de responsabilidad nacional, de efectos permanentes, ahí está el senado que piensa, disputa, razona serenamente impul sado tan sólo por el interés de la Patria 247. Sobre el senado de esta época dice Mommsen: i F o r m a d o d e to d o s a q u e llo s h o m b r e s q u e n o h a b ía n s id o d e s ig n a d o s s ó lo p or e l n a c im ie n to , s in o m á s b ie n p o r la lib r e e le c c ió n d e s u s c o n c iu d a d a n o s ; c o n fir m a d o cada c in c o a ñ o s p o r la s d e c is io n e s d e u n tr ib u n a l d e la s c o stu m b r e s, e n e l q u e se s e n ta b a n io s m a s d ig n o s; n o c o n ta n d o m á s q u e m ie m b r o s v ita lic io s , lib r e s d e to d o m a n d a to a c o r to p la z o , s o b r e la m u d a b le o p in ió n d e la m u ch ed u m b r e ; fu n d id o e n u n s o lo c u e r p o u n id o y c o m p a c to d e s p u é s d e e sta b le c id a la ig u a ld a d c iv il; r e u n ie n d o en su s e n o to d a la in te lig e n c ia p o lít ic a y to d a la e x p e r ie n c ia g u b e r n a m e n ta l d e la n a c ió n ; d is p o n ie n d o c o m o je fe a b s o lu to d e la s r en ta s y d e la p o lític a e x te r io r ; m a n d a n d o , e n fin , a lo s fu n c io n a r io s e je c u tiv o s , a c a u sa d e la c o rta d u r a c ió n d e s u s p o d e r e s y p o r la in te r c e s ió n d e l tr ib u n a d o , c o n v e r tid o e n s u a u x ilia r a l d ía s ig u ie n te d e la p a c ifica c ió n d e lo s ó r d e n e s, e l s e n a d o a p a rece a n te n o s o tr o s c o m o la e x p r e s ió n m á s n o b le d e la n a c io n a lid a d r o m a n a . P o s e y ó la s m ás a lta s v ir tu d e s : ló g ic a y p r u d e n c ia p o lític a , u n id a d d e m ir a s, a m o r a la p a tria , p le n itu d d e l p o d e r y d o m in io d e s í m ism o ; f u e v e r d a d e r a m e n te la a sa m b lea m á s ilu s tr e d e to d o s lo s tie m p o s y n a c io n e s; u n a « a sa m b le a d e r e y e s» , c o m o s e h a d ic h o ; s u p o u n ir e l d e s in te r é s r ep u b lica n o a la ir r e s is tib le e n e r g ía d e l d e s p o tis m o . J a m á s p u e b lo a lg u n o h a s id o r e p r e se n ta d o ta n p o d er o sa y n o b le m e n te c o m o e l p u e b lo r o m a n o . N o d e s c o n o z c o q u e , p r e d o m i n a n d o en su s e n o la s a r isto cr a c ia s d e la sa n g r e y d e l d in e r o , p u d ie r o n arrastrarlo c o n fr e cu en cia a se r v ir s u s in te r e s e s e g o ís ta s : a -ca u sa d e e s t o s e h a n e x tr a v ia d o m u ch a s v e c e s , a p esa r d e to d a s u c ie n c ia y e n e r g ía , p o r c a m in o s q u e n o c o n d u c ía n a l b ie n p ú b lic o ; p e r o e n m e d io d e la s lu c h a s in te s tin a s, s a lía e l gran p r in c ip io d e la ig u a l d a d c iv il a n te la le y , ta n to r e s p e c to a lo s d e r e c h o s c o m o r e s p e c to a lo s d e b e r e s ; e s ta n d o e n to n c e s a b ie r ta a to d o s la carrera p o lític a , o , m ejo r d ic h o , la e n tr a d a e n e l s e n a d o , s e ñ a la n d o e l a d v e n im ie n to d e la c o n c o rd ia , e n e l E s t a d o y e n la N a c ió n , lo s é x ito s m á s b r illa n te s e n la g u erra y e n la p o lític a . L as d ife r e n c ia s e n tr e la s c la se s n o
247.
T h . M o m m s e n , H ist, d e R om a I , 3 9 7 -3 9 8 .
L os m agistrados
gß
s e m a n ife sta r o n y a p o r o d io s e n c a r n iz a d o s, c o m o e n tie m p o d e la lu c h a e n tr e p a tr i c io s y p le b e y o s . P o r ú lt im o , lo s p r ó sp e ro s a c o n te c im ie n to s d e la p o lític a e x te r io r t u v ie r o n ta m b ié n la v en ta ja d e q u e , d u r a n te m á s d e u n s ig lo , e n c o n tr a r o n e n e llo s lo s r ic o s u n a n c h o c a m p o d e a c ció n s in p e r ju d ica r e n l o m á s le v e a la c la se m e d ia . D e e s t e m o d o , a y u d a n d o to d a s la s ca u sa s, h a p o d id o R o m a fu n d a r e n e l s e n a d o , y h a c e r q u e d u r e m á s tie m p o q u e e n o tr o p u e b lo a lg u n o , la m á s g r a n d io sa d e la s c o n str u c c io n e s h u m a n a s: u n g o b ie r n o p o p u la r a la v e z sa b io y a fo r tu n a d o .248
B.
L a s s e s io n e s d e l sç n a d o
El derecho de convocar al senado competí^ a los magistrados ordinarios, cón sules y pretores; y extraordinarios: decenviros legibus condendis, tribunos mili tares consulari potestate, dictadores, 'magister equitum 249; interrex, prefecto de la ciudad. Los conflictos de competencia en la convocatoria se regulan por las normas habituales 250. El magistrado superior puede impedir la convocatoria de un magistrado inferior, que de ordinario le pide su consentimiento. Si los cón sules están ausentes, para tratar los asuntos importantes se espera que vuelvan, o a que se nombren los nuevos251. Un cónsul no puede poner el veto al otro cónsul, aunque sí puede ioterceder contra el senadoconsulto.252 H asta el tiempo de Sila la ausencia de los cónsules daba autoridad de con vocatoria al pretor; pero luego es también autoridad ordinaria aun cuando estén presentes los cónsules. Los pretores, como los cónsulos, tiene el tus referendi, pero prácticamente sólo el pretor urbano, salvo impedimento 253, y éste tiene pro bablemente derecho de veto contra sus colegas. La relatio de los tribunos puede hacerse en nombré de uno o de varios, en este caso preside el senado uno de ellos; no puede ser vetado por ningún ma gistrado, excepto el dictador 254. Pocos tribunos usaron el derecho de la relatio 2 4 8 . D e l a ltís im o c o n c e p to q u e C ic . t e n ía d e l s e n a d o p o d e m o s d arn os c u e n ta p o r e sta s a lu s io n e s e v e n tu a le s : « S u m m u m e s t p o p u li R o m a n i p o p u lo r u m q u e e t g e n tiu m o m n iu m ac reg u m c o n s iliu m s e n a tu s » (P ro D o m o , 7 3 ). « (S i p o p u lu m R o m a n u m ) c u iu s h o n o r ib u s in a m p liss im o c o n s ilio e t in a ltiss im o g ra d u d ig n ita tis a tq u e in h a c o m n iu m terraru m arce c o n lo c a ti su m u s» ( A d Senat. 2 ); « ...S e n a tu m , id e s t o r b is terra e c o n s iliu m » (P h il. 4 , 4 ). Y d e l m o d o d e c o m p o r ta r se e n e l se n a d o , v . Leg. 3 , 4 0 -4 1 : « Q u e s ea n m o d er a d o s s iem p r e lo s d is c u r so s q u e s e p r o n u n c ie n ... a n te e l se n a d o ; q u e sea n d is c ip lin a d o s y tr a n q u ilo s. E s t o n o e s d if íc il p o r q u e el se n a d o r d e b e b u sc a r m e n o s la s p a la b ra s a g ra d a b les para e l q u e e sc u c h a q u e ’ h o n r o s a s para s í m is m o . S e le d a n e sta s tres n o rm a s: q u e e s t é p r e se n te , p o r q u e e l n ú m e r o a u m en ta la a u to rid a d ; h a b la r e n su tu r n o , e s d e c ir , c u a n d o s e le p r e g u n te su o p in ió n ; y h a c e rlo c o n m e su r a , p r o c u r a n d o n o h a c e rse in te r m in a b le , p o r q u e la b r e v e d a d n o s o la m e n te e n e l s en a d o r , sin o e n cu a lq u ie r o r a d o r , e s gran m é r ito para u n a o p in ió n . Ja m á s d e b e n p r o n u n c ia rse largas o r a cio n e s, a n o se r c u a n d o e l s e n a d o se e x tr a v íe , c o sa q u e c o n m u ch a fr e cu en cia p r o c e d e d e la a m b ició n : si e n e s te c a so n o in te r v ie n e a lg ú n m a g istr a d o , e s ú t il o cu p a r to d a la s e s ió n , o b ie n c u a n d o e l a s u n to e s ta n im p o r ta n te q u e se h a c e n n e c e s a r io s to d o s lo s r ec u r so s d e l o r a d o r para c o n v e n c e r o in s tr u ir . E n a m b o s g é n e r o s so b r e sa le n u e s tr o gran C a tó n . L o q u e sig u e ( e n la le y ) 'q u e c u id e d e la s cau sa s d e l p u e b lo ’ im p o n e al sen a d o r e l d e b e r d e c o n o c e r la R e p ú b lic a . E s t o tie n e m u c h o a lc a n c e : e l n ú m e ro d e s o ld a d o s , lo s r ec u e r d o s d e l te s o r o , lo s a lia d o s, lo s a m ig o s, lo s tr i b u ta r io s , la le y , la c o n d ic ió n , la a lia n za c o n ca d a u n o , saber la s c o stu m b r e s d e las d e lib e r a c io n e s ; c o n o c e r lo s e je m p lo s d e lo s a n tep a sa d o s. C o m o v e is to d o e s t o e x ig e in s tr u c c ió n , d ilig e n c ia y m e m o r ia , s in lo c u a l n u n c a p u e d e e sta r p r e p a r a d o u n sen a d o r» . 2 4 9 . C ic . Leg. 3 , 1 0 ; L iv . 8 , 3 6 , 1 2; 2 3 , 2 4 , 1; D i o C ass. 4 2 , 2 7 . 2 5 0 . G e ll. 1 4 , 7 , 4 . 251. L iv . 2 , 2 2 , 5 ; 3 0 , 2 3 , 2 ; 3 1 , 2 , 2 . 252. L iv . 2 8 , 3 9 ; 3 8 , 4 3 ; 4 4 , 1 9 ; S a lí. lu g . 2 8 . 2 5 3 . L iv . 2 2 , 7 , 8 y 1 4 . 2 5 4 . P o lib . 6 , 1 6 ; P lu t. T ib. G rac. 1 0 ; C ic . S est. 7 0 .
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hasta el tiempo de los Gracos, haciendo su relación o bien por plebiscitos, o bien por boca de un pretor o cónsul; pero después de los Gracos intervienen los tribunos en todas las materias, aprovechando las sesiones convocadas por los magistrados mayores. Cuando el presidente ha terminado su orden del día, puede ceder la presi dencia y el derecho de relatio a otros magistrados presentes 255. Los magistrados que actúan más activamente en el senado son los cónsules, los pretores y los tribunos, a ellos se dirigen las cartas públicas.256 Los magistrados que no tienen el ius referendi piden a un magistrado compe tente que les otorgue una audiencia del senado (senatum dare) y se encarga de la relación257. El presidente puede conceder el uso de la palabra a un postulante incluso no senador.258 Los senadores deben residir en Roma o en sus alrededores, y en circunstan cias graves deben permanecer en la ciudad 259; y para salir de Italia necesitaban permiso del senado, en forma de legatio libera. El magistrado los convoca fácil mente (cogere, uocare, conuocare) por el anuncio del heraldo en el comitium o el Foro y en caso de urgencia, personalmente 260. 'La convocatoria es necesaria para que la sesión sea válida. El magistrado puede exigir prendas, imponer multas por la falta de asistencia e incluso por la tardanza en llegar, cuando no hay excusa como una función judicial, enfermedad, e tc .261. En el Imperio se dispensaba de la asistencia a los que hubieran cumplido los 60 o los 65 años. Podía exigirse un número determinado de senadores para que las decisiones fueran válidas, pero esto se dejó al juicio del mismo senado. En la convocatoria no se anuncia la orden del día, salvo cuando hay que tratar de re publica. 262 Antes de empezar la sesión preceden los auspicios, y en la época histórica se empezaba con un sacrificio, y la observación de las entrañas de la víctima por parte de los arúspices. La sesión podía durar desde la salida hasta la puesta del sol. Comienza generalmente muy temprano y dura todo el día, cambiando el presidente según las materias que se vayan tratando 263. El senado pu ed e,re unirse todos los días, sean fastos o nefastos. No hay sesiones a fecha fija, excepto la del día primero de enero. Se reúne dentro de Roma o dentro de la primera milla extra pomoerium, en un lugar sagrado, cerrado y constituido en templum
2 5 5 . C ic . P h il. 7 , 1; Fam. 1 0 , 6 , 1. 256. C ic . Alt. 1 6 , 4 , 1. 2 5 7 . L iv . 2 6 , 2 1 , 1 ; 2 8 , 3 8 , 2 ; 3 8 , 4 4 ; 4 1 , 6 ; 4 2 , 2 1 . 2 5 8 . L iv . 3 , 3 8 , 1 0 ; 5 , 7 , 5 ; 2 2 , 5 9 , 1 2 ss; 2 5 , 1 9; 4 2 , 3 5 ; D io C a ss . 4 , 15 . 2 5 9 . L iv . 2 7 , 5 0 , 4 ; 3 6 , 3; 4 3 , 1 1 . 2 6 0 . C ic. D e Fin. 3 , 7 ; Fam. 5 , 2 , 3 ; 1 4 , 6 , 2 ; D o m . 11; 6 2 ; C at. 2 , 2 6 ; P hil. 1 , 6 ; 3 9 ; 9 9 ; L iv . 3 , 3 8 , 6 ; .Val. M a x . 8 , 1 3 , 4 . 2 6 1 . G e ll. 1 4 , 7 , 1 0 ; L iv . 3 , 3 8 , 1 2 -1 3 ; C ic . P hil. 1 , 1 1 -1 2 ; Fam. 8 , 8 , 5 ; P lu t. Cic. 4 3 : « A l d ía s ig u ie n te , c o n g r e g a n d o A n to n io e l s e n a d o y p a s á n d o le a v is o a C ic e r ó n , n o c o n c u r rió , s in o q u e s é q u e d ó e n ca m a , e x c u sá n d o se c o n q u e e sta b a fa tig a d o d e l v ia je ; p e r o , a lo q u e p a r e c e , l o q u e v e r d a d e r a m e n te lo d e te n ía era e l te m o r d e a lg u n a asech a n za , p o r cie rta in d ic a c ió n y s o sp e c h a q u e s e le h a b ía d a d o e n e l c a m in o . A n to n io s e m o s tr ó m u y o fe n d id o d e e sta ca lu m n ia , e ib a a e n v ia r so ld a d o s q u e l o tra jera n o le q u em a ra n la casa; p e r o in s tá n d o le y ro g á n d o le m u c h o s, se c o n v in o e n q u e s ó lo se l e to m a ra n p r e n d a s» . 2 6 2 . S u e t. Caes. 2 8 , 2 : « M . C la u d iu s M a r c e llu s c o n s u l e d ic to p r a e fa tu s, d e s u m m a se re p u b lic a a c tu r u m r e t u lit a d s e n a tu m » ..., C ic . P hil. 3 , 2 4 . 2 6 3 . G e ll. 1 4 , 7 , 8 ; L iv . 4 4 , 2 0 ; 2 2 , 7 ; 3 6 , 2 1 ; P lu t. C. G rac. 14; C ic . D e O r. 3 , 2; Fam. 1 1 , 6 , 3 ; A lt. 1, 1 7 , 9 ; D e Arnic. 1 2 . L a d is c u s ió n p u e d e c o n tin u a r se e n la s e s ió n s ig u ie n te , a u n q u e n o e s lo reg u la r, C ic. Fam. 1, 2 , 4 ; A d Q . jr. 2 , 2 , 3.
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por los auspicios 264. Lugares ordinarios son la curia Calabra en el Capitolio245 y la curia Hostilia, situada en el Comitium, que quedó como lugar habitual. Luego se celebraba también en la curia Iulia dedicada por Augusto en el año 29; pero se tiene con frecuencia en cualquiera de los templos del Foro: Castor y Pollux, Concordia, Júpiter Stator, etc. En los locales ordinarios, durante la sesión, las puertas están abiertas, salvo si la sesión es secreta266, pero el público no puede estacionarse ni provocar ma nifestación alguna. Los senadores no tienen escaño fijo, y no se levantan más que para escuchar con atención un discurso, aproximarse al presidente, o saludar a alguno que lle g a 267. Los cónsules y los pretores ocupan las sillas curules; los tribunos su banco; los demás magistrados se sientan entre los senadores. La sala está dividida en dos partes por un pasillo central, y se entra y se sale libremente 268. El presidente tiene sus apparitores y lictores para mantener el orden. Puede exigir prendas, e incluso expulsar de la sala. En cuanto al orden de los asuntos que deben tratarse, excepto Jas cuestiones religiosas, que siempre teñían la preferencia y ocupaban la primera atención de los magistrados que inauguraban, el presidente fijaba a su gusto la orden del día, teniendo en cuenta la voluntad del senado si se había manifestado su pre ferencia por algún asunto. Los magistrados pueden tomar la palabra cuantos veces q u ieran 249, cosa que provocaba frecuentemente polémicas entre ellos (alter catio)210, pero ellos no pueden formular una sentencia, ni votar. En tiempos del Imperio el presidente sí tenía voto, cuando era el Emperador en persona. Antes de las discusiones el presidente puede hacer toda suerte de comunicaciones, leer documentos, cartas, poner cuestiones a los senadores, recibir comunicaciones, ex presar sus puntos de vista sobre una cuestión. Las aclamaciones más o menos anó nimas con que se reciban esas comunicaciones presidenciales manifestarán la apro bación o el desagrado de los senadores, y luego sirven de base o de pretexto para las relationes de los m agistrados271. Bajo el Imperio esta comunicación, sobre todo del Emperador, tenía suma importancia, porque provocaba la aclama ción que tenía valor de voto, que se emitía enseguida o después de la relatio. Muchas veces nos hemos referido ya a la relatio, pero ¿qué es la relatio en concreto? Pedir al senado la ratificación de un deseo popular se decía referre ad senatum; cuando un magistrado proponía una cuestión era senatum consulere, pero ambas intervenciones, a partir de la época de Cicerón, se dirán referre ad senatum o relatio. Derecho de relación lo tiene el presidente, los magistrados superiores a él, los tribunos y los magistrados a quienes el presidente autorice. Los colegas pueden presentar de conjunto la misma relación 272. La relación es «ilimitada» cuando se debate sobre la re publica, en las crisis, al principio del
2 6 4 . G e ll. 1 4 , 7 , 7 ; C ic . D o w . 1 3 1 ; M il. 9 0 . 2 6 5 . M a cr o b . Saturn. 1, 1 5 , 9 . S o b r e e s to s lu g a r e s c f. e sta o b r a v o l. I , p p . 2 2 -2 4 . 2 6 6 . C ic . P h il. 2 , 1 1 2 ; 5 , 1 8; A tt. 1 5 , 3 , 1; L iv . 2 2 , 6 0 , 1-4; 4 2 , 1 4 ; V a l. M a x . 2 , 2 , 1. 2 6 7 . C ic . C at. 1, 1 6; 2 , 1 2 ; Phil. 2 , 1 9; 5 , 1 8 ; A tt . 1, 14 , 3; Fam. 4 , 4 , 3 ; G e ll. 4 , 10 , 8; P lu t. Cat. M in . 2 3 . 2 6 8 . C ic . D om . 1 5 ; S u e t. A u g. 9 4 . 2 6 9 . C a e s. B. C. 1, 2 ; C ic . A tt. 4 , 3 , 3; 1, 1 4 , 5 ; A d Q . fr. 2 , 1. 2 7 0 . L iv . 2 8 , 4 5 , 1-7; 1 0 , 4 0 ; 4 , 6 ; 4 , 5 3 ; C ic. Fam. 1, 2 , 1; A tt. 1, 1 6 , 10; B ru t. 164; S u e t. T ib . 2. 2 7 1 . S a il. C at. 4 8 -5 3 ; L iv . 2 3 , 2 2 ; 2 9 , 1 6 ; 3 0 , 2 1 ; 4 2 , 3; C ic . Fam. 1 0 , 1 6 , 1. 2 7 2 . C ic. Fam. 1, 1, 2-4 ; P lu t. P om p. 5 8 .
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año, cuando se trata de la formación de un ejército 273; y se llama «limitada» o «determinada» cuando se debate y se buscá el voto en una sola cuestión. El presidente no debe proponer nunca la solución. Después de empezar con las pa labras rituales: Quod bonum felixque sit populo Romano Quiritium rei erimus ad uos, patres conscripti, enuncia el asunto de la relatio y termina indicando que él senado se pronuncie de ea re quid fieri placeatm . Pero debe aclarár el estado de la cuestión, quién la propone, quién se opone, es decir, informar plenamente al senado (uerba facere) .275 La votación El magistrado que preside requiere luego el parecer (sententia) de cada uno (rogare sententiam). E l primero en hablar es siempre el princeps senatus, después los magistrados en orden de categoría 276. Todos los miembros son citados nomi nalm ente277. Cada uno responde de pie, en su sitio. En caso de conformidad con la propuesta, se contenta con decir: u tei rogas (utei tu rogas)m , o asintiendo con el parecer de otro: adsentio Catoni·, sentio cum Tuberone, o con un dis curso improvisando o preparado. Los senadores (patres) tienen· la libertad abso luta de palabra, al ser rogados, y exponen su parecer, explicando a veces amplia mente los motivos que le impulsan-a tal o cual decisión. La discusión puede alar garse, porque el padre que toma el uso de la palabra puede suscitar incluso una cuestión distinta de la motivadora de la reunión. Recuérdese la forma de ter minar todos sus discursos Catón el Viejo que, después de hablar de lo que le habían preguntado, añadía: ceterum censeo delendam esse Carthaginem. Cicerón, en sus Filípica Séptima, alude al principio a dos temas propuestos a discusión, que le parecen dé escaso interés y de fácil solución... «de lo cual, aunque la expli cación parece sencilla, sin embargo el ánimo está indeciso, preocupado por cui dados más trascendentales» 279 y habla durante todo el discurso de la gravedad de 2 7 3 . L iv . 2 1 , 6 , 2-8 ; 2 2 , 1 1 , 1 ; 2 6 , 1 0 , 2 ; C ic. Phil. 8 , 1 4 ; C at. 3 , 13. 2 7 4 . S u e t. Cat. 1 5; L iv . 2 , 3 1 , 8 ; 8 , 2 0 , 1 1 ; C íe . Cat. 3 , 13; S ail. C at. 5 0 , 3. 2 7 5 . - C ic. P hil. 1 , 4 ; 1 0 , 1 7; C at. 4 , p r o n u n c ia d a p o r e l c ó n s u l C ic . e n e l sen a d o . 2 7 6 . G e ll. 1 4 , 7 , 9 ; 4 , 1 0 , 5 ; C ic . P is. 1 1 ; P h il. 5 , 3 5 ; 6 , 8 ; 1 3 , 1 2 ; T a c. A n n . 3 , 22; S u e t. C laud. 9 ; Caes. 2 1 . A n te s d e la le y q u e a h o ra s e o b se r v a e n e l o r d e n d e rogar la s e n te n c ia e n e l se n a d o , s e h iz o d e v a ria s fo r m a s. E n tie m p o s se p e d ía p r im e r a m e n te e l p ar e ce r d e a q u é l a q u ie n e l c e n so r h u b ie r a p u e s to p r im e r o é ti la lis ta d e lo s se n a d o r e s. P r e s id e n te s h u b o q u e c o m e n z a b a n p o r a lg u n a p e r so n a d e te r m in a d a a q u ie n q u e r ía n h o n ra r, s in se g u ir u n o r d e n d e te r m in a d o ; p e r o p o r lo c o m ú n n a d ie e m p e z a b a p o r a lg u n o q u e n o fu er a c o n s u la r , c u a n d o s e p r e g u n ta b a s in se g u ir u n o r d e n c o n c r e to . C . C ésa r e n e l c o n s u la d o q u e d e s e m p e ñ ó c o n M . B íb u l o (a ñ o 5 9 a. C .) s o la m e n te p r e g u n tó fu er a d e o r d e n a c u a tr o p e r so n a s. D e e sta s c u a tr o e l p r im e r o a q u ie n p re g u n ta b a - era a M . C r a so . D e s p u é s q u e s u h ija s e h a b ía c a sa d o c o n C n . P o m p e y o , sie m p r e p e d ía e l p a r e ce r e n p rim e r lu g a r d e su y e rn o . A s í l o d ic e G e lio , 4 , 10 , 1-5. A n tig u a m e n te s e Ú am aban decem p rim i al sen a d o r p r im e r o d e cad a d e c u r ia d e l se n a d o (P lu t. N u m a. 3 ). E s to s d ecem p rim i r e p r e s e n ta b a n la s d ie z c u ria s d e la tr ib u p r im itiv a d e lo s R am nes. D e s p u é s d e la u n ió n d e la s o tr a s d o s tr ib u s, a sa b er lo s L u c er e s y lo s T itio s , e l n ú m e ro d e s e n a d o r e s s e e le v ó a 3 0 0 , lo s decen t p rim i d e la p rim era tr ib u h a b ía n c o n s e r v a d o la prerro g a tiv a d e s u ra n g o c o n e l iu s dicen dae se n te n tia e a n tes q u e lo s o tr o s . M ás ta r d e , b a jo la R e p ú b lic a , s e d io e l n o m b r e d e d ecem p rim i a lo s p e r so n a je s c o n su la r e s, y a lo s sen a d o r es dp las fa m ilia s m á s a n tig u a s, p a tre s m aioru m gen tiu m , q u e e ra n lo s d ie z p rim ero s d e l se n a d o . E n tr e lo s c o n s u la r e s la a n tig ü e d a d d e la gen s fijaba e l o r d e n d e l v o t o (D io n is . 6 , 6 9 , 8 4 ; 7 , 4 7 ; C ic. R e p . 2 , 2 0 ). 2 7 7 . D i o C a ss. 7 9 , 1; L iv . 2 2 , 6 0 , 5 ; C ic . V err. 4 , 1 4 2 ; A tt . 7 , 1, 4 , se p r e g u n ta C ic er ó n h a b la n d o en la ca rta c o n s u a m ig o : c u a n d o se m e d ig a : 'Dic. M . T u llí.' Q u id dicam ? 2 7 8 . C ic . L eg. 2 , 2 4 . 2 7 9 . C ic . P hil. 7 , 1.
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la situación creada por M. Antonio y sólo en la frase final se refiere al asunto consultado, para indicar que en ello su parecer es idéntico al de P. Servilio280 De M. Catón el Uticense leemos en un fragmento del libro de Ateio Capitón, De Officio senatorio, esta gesta conservada por Gelio: E l c ó n s u l C ésa r p r e g u n tó su p a recer a M . C a tó n . M . C a tó n n o d e se a b a q u e s e llevara a c a b o lo q u e s e p r o p o n ía , p o r q u e l e p a r e c ía q u e era c o n tr a lo s in te r e se s d e la R e p ú b lic a . P ara alargar la c o sa , e sta b a e c h a n d o u n d is c u r so sin fin , p r o c u r a n d o c o n s u m ir e l d ía e n s u a c tu a c ió n . E r a d e r e c h o d e l sen a d o r q u e , c u a n d o s e l e p r e g u n ta b a s u p a recer p o d ía h a b la r c u a n to q u e r ía y s o b r e l o q u e l e p a reciera . E l c ó n s u l C ésar lla m ó a su a lg u a c il y v ie n d o q u e C a tó n n o te r m in a b a , l o m a n d ó arrestar y lle v a r a la cárcel. E l s e n a d o e n p le n o s e p u so e n p ie y a c o m p a ñ a b a a C a tó n a la c á rc e l. V ie n d o C ésar e l e n c o n o q u e h a b ía s u sc ita d o d e s is t ió d e s u d e c isió n y m a n d ó so lta r a C a t ó n .281
Cicerón nos recuerda otro intento de pasar el día hablando para evitar que se votara la proposición: «Preguntado Clodio, empezó a hablar con la intención de ocupar todo el d ía » 2*2. Este derecho, que suple a la falta de iniciativa y de interpelación, nadie lo puede coartar, mas que la gritería de oposición de los otros senadores, porque impiden que se oíga, no porque le quiten el derecho de hablar 233. Augusto limita el tiempo de cada intervención y poco a poco desapa rece también la costumbre de hablar de cualquier problem a.284 El. orador puede manifestar su modo de ver las cosas sea en el sentido que sea; rechazar la proposición, enviarla a otra autoridad, por ejemplo, a los pontí fices, a los comicios; plantear otra proposición sobre la que pueda votarse, e introduce su parecer con las fórmulas: censeo, mihi placet, decerno, decernendum censeo245. Cada uno de los senadores pueden establecer una proposición nueva o adherirse al parecer de alguno que haya hablado antes (adsentire)1*6. Por eso la importancia de hablar primero. El que lo hace puede atraerse a su pensa miento a muchos que no tendrían quizás opinión formada; también los últimos tienen su ventaja porque pueden recoger los diversos modos de pensar y sinte tizar el parecer de otros:, insistiendo o remachando la opinión que ellos crean la más conveniente. En los temas de poca importancia el presidente puede hacer votar inmedia tamente después de la exposición per discessionemm . Si no hay oposición dice enseguida el presidente: consule! aut numera! 288. El presidente indica el nuevo episodio diciendo: pronuntiatio sententiarum. Es el momento preciso de votar y contar los votos (ire in sententiam). El haber hablado antes en un sentido cual quiera no implica el compromiso de votar según la opinión manifestada 289. El 280. C ic . Phil. 7, 2 7 . 2 8 1 . G e ll. 4 , 1 0 , 8 . 2 8 2 . C ic. A d Q . fr. 2 , 1, 3 -^ , 283. T a c. A n n . 2 , 3 3 . 3 8 ; C ic : Leg. 3 , 4 0 ; A t t. 4, 2 , 4 ; 3 , 1 5 , 6; Fam. 4 , 4 , 3; 8 , 4 , 4; 10 , 2 8 , 2 ; 1 0 , 1 6 , 1; A d Q . fr. 2 , 1, 3 ; D om . 7 0 ; S est. 2 5 ; SaU. C at. 4 8 , 5 ; lu g . 2 7 , 1-2. 284. G e ll. 4 , 1 8 , 8 ; T a c . A n n . 1 3 , 1 8 ; P lin . N . H . 6 , 1 9 , 3. 285. S a il. Cat. 5 1 , 4 3 : « P la c e t ig itu r e o s d im itti e t a u geri e x er c itu m C a tilin a e ? M in im e. S e d ita c e n se o : p u b lic a n d a s e o r u m p e c u n ia s , ip s o s in u in c u lis h a b e n d o s p e r m u n ic ip ia q u ae m a x u m e o p ib u s u a le n t, n e u q u is d e e is p o s te a ad se n a tu m r efer a t n e u e c u m p o p u lo agat». V id . ib. 4 2 , 3 6 ; C ic . Phil. 10 , 2 5 ; 1 4 , 3 1 ; 9 , 1 3; L iv . 3 , 4 0 , 5 . 7 . 1 1 . 1 3 - 1 4 2 8 6 . C ic . Fam. 1 , 1, 3 : « H u ic a d s e n tiu n tu r r e liq u i c o n su la r es praeter S e r u iliu m ...e t A fra n iu m , q u i a d s e n titu r V o lc a tio » ; A d Q . fr. 2 , 7 , 3. 287. G e li. 1 4 , 7 , 9 ; C ic. Phil. 1, 3 ; 3 , 2 4 ; S u et. Tib. 3 1 . 288. C ic. A tt. 5 , 4 , 2 . 289. S a il. Cat. 5 0 , 4 , d o n d e n o s recu erd a q u e D. S ila n o d e fie n d e u n p arecer y lu e g o , con-
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voto se emite con un cambio de lugar (discessio), cuando el presidente, al fin del debate 290 dice: Qui hoc censetis illuc transite, qui alia omnia in hanc partem m . Los que aprueban una proposición van a sentarse a un lugar, ordinariamente junto al autor de la proposición, pedibus ire in sententiam aliquam·, aliquem, aliquam sententiam sequi·, los otros van a la otra parte, in alia omnia ire, aliquem relin quere m . El presidente observa la mayoría. La igualdad de votos supone la repul sa de la propuesta m . Del resultado del voto sale la auctoritas patrum o el sena tusconsultum. Terminados los asuntos el presidente levanta la sesión (mittere, dimittere senatum), con estas palabras: nihil uos teneo, o tenem us. 294 Los tribunos pueden interceder, es decir, interponer su veto, siempre; los cónsules cuando el senado es presidido por un cónsul, o pretor; pero no si lo preside el dictador; los pretores cuando el presidente es pretor o tribuno. Tene mos una especie de rúbrica del senado, redactada por M. Varrón. Cuando Cn. Pompeyo fue designado cónsul por primera vez con M. Licinio Craso, año 70 a. C., porque toda la vida la había pasado en el ejército, se sentía desorientado en los asuntos urbanos, y quería saber cómo debía de proceder en las sesiones del senado. Muy prudentem ente lo consultó a M. Varrón, familiar suyo, que le escribió un opúsculo titulado είσαγογικο'ν para ilustrarlo en cuanto debía hacer y decir cuando convocara al senado. El libro referido de Varrón se había per dido ya en tiempos de Celio, pero en cambio se conservaban en el libro 4 episto licarum quaestionum muchas cosas relativas al tema. Ante todo nombra los magistrados que pueden convocar al senado: el dicta dor, los cónsules, los pretores, los tribunos de la plebe, el interrex, el prefecto de la ciudad. Nadie, fuera de éstos, tiene autoridad para hacer un senadoconsulto. Cuando todos los magistrados se encuentran en la ciudad, el orden de preferen cia de convocación del senado es el que hemos puesto en la presentación de los magistrados. Además, con carácter extraordinario, podían convocarlo también los tribunos militares con poderes consulares, los decenviros que disfruten asimismo el imperio consular, y los triunviros nombrados para la ordenación y conserva ción del Estado. Al hablar de la facultad de interceder para que no se lleve a cabo un senadoconsulto, dice que la poseen simplemente quienes pueden reunir el senado, o tuvieran mayor autoridad. En cuanto al lugar de la reunión del senado, indica que no puede convocarse fuera del lugar establecido por los augures, llamado «templum», si se reúnen en un lugar diverso el senadoconsulto acordado es inválido. La curia Hostilia, la curia Pompeya y la curia Julia fueron declarados «templa» por los augures para que pudieran celebrarse ritualm ente en ellas reuniones del senado; porque, según dice Varrón, no todas las construcciones sagradas son templa-, no lo es, por ejemplo, la capilla y la casa de las Vestales.
v e n c id o p o r e l d isc u r so d e C é sa r , v o tó c o n tr a lo q u e é l m ism o h a b ía p r o p u e s to a n tes; C ic . P hil. 1 1 , 1 5; P lin . E p. 2, 1 2 , 2 2 ; 8 , 1 4 , 2 4 . · 2 9 0 . C ic . Ad. Q . fr. 2 , 1, 3. 2 9 1 . G e ll. 1 4 , 7 , 1 2 ; P lin . E p. 8 , 1 4 , 1 9 . 292. C ic . S est. 7 4 ; P hil. 6, 3 ; 1 4 , 2 1 ; 1 1 , 1 5; Fam. 1, 2 , 2 ; 10 , 1 2 , 3; A t t. 1, 2 0 , 4; L iv . 9 , 8 , 1 3 ; 2 2 , 5 6 , 1; 2 7 , 3 4 , 7 ; 2 3 , 1 0 , 4 ; G e ll. 3 , 1 8 , 6; C a e s. B. G . 8 , 5 3 ; T a c. A n n . 14, 49. 2 9 3 . S e n e c a , V it. B eat. 2; C ic . C at. 3 , 1 3 . 294. C ic. A d Q. fr. 2, 2 , 1; B rut. 2 1 8 ; Fam. 1, 2 , 3 ; L iv . 2 , 2 4 , 4; 3 8 , 5 0 .
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El senadoconsulto para que sea válido, añade Varrón, ha de establecerse des pués de la salida y antes de la puesta del sol. Es necesario además que los miembros que decretan el senadoconsulto hayan sido elegidos por los censores. Luego agrega unos cuantos detalles, por ejemplo, en qué días es ilícito tener asamblea del senado; que el que convoca al senado ha de ofrecer un sacrificio previo, y recabar la voluntad de los dioses por medio de los auspicios, y que en el orden del día ha de dar preferencia siempre a los asuntos divinos sobre los meramente humanos; que puede proponer temas de una forma infinita sobre el Estado, o definidamente sobre temas concretos; que el senadoconsulto se hace de dos maneras, o por desplazamiento a una o a otra parte, si hay consenti miento, o si la cuestión presenta sus dificultades y discrepancias preguntando el parecer individualmente; y que en esta petición de pareceres debe seguirse rigu rosamente el orden, empezando por la categoría senatorial. Y dentro del orden senatorial hay que iniciar la votación por el que fue elegido primero por los censores (princeps senatus)·, pero en el momento en que Varrón redactaba estas notas, por deferencia y simpatía, el presidente podía pedir su parecer empezando por quien quisiera, con tal que fuera del grado consular. A continuación habla Varrón de la prenda que hay que exigir y de la multa que hay que imponer al senador, que, sin motivo suficiente, no asistiera a la sesión del senado. Gelio, que es quien nos transmite estas noticias de la epís tola de M. Varrón a Oppiano, advierte que la forma de votación, según Tuberón siempre exigía el desplazamiento a la derecha o a la izquierda, es decir, al grupo de los que decían utei rogas, o se oponían con nequaquam ita siet. 295 Nos imaginamos que todas las sesiones del senado serían de la catégoría, de la importancia o de la tensión que hubo, por ejemplo, en la convocada por Cice rón en el templo de la Concordia el 5 de diciembre del año 63, cuando el cónsul M. Tulio acababa de hacerse con todos los hilos de la conjuración de Catilina y propuso al senado que cada uno pensara sobre los conjurados convictos y con fesos de su participación en el atentado de lesa patria 296. Muy al contrario, con frecuencia resultaban sesiones anodinas y de trámite, que era necesario celebrar las, pero resultaban sumamente aburridas. Por ejemplo, la relatada por M. Tulio a su hermano Q u in to 297, correspondiente al mes de diciembre del año 57. E l se n a d o e s t u v o m á s c o n c u r rid o d e lo q u e im a g in á b a m o s q u e p o d ía e sta r lo e n el m e s d e d ic ie m b r e y e n d ía s fe s tiv o s . D e lo s c o n s u la te s n o e s tu v e m á s q u e y o y lo s d o s c á n su le s d e s ig n a d o s P . S e r v ilio y M . L u c u lo , y lo s p r e to r es L é p id o , V o c a c io y G la b r ió n . E n to ta l u n o s 2 0 0 se n a d o r e s. E n tr e tie n e g r a ta m e n te la a te n c ió n L u p u s. T ra tó e l a s u n to d e l c a m p o C a m p a n o c o n m u c h o in te r é s y c o m p e te n c ia y se le e sc u c h ó e n s ile n c io r e lig io so . Y a c o n o c e s e l a s u n to . N o d e jó d e r efer ir se a n in g u n o de n u e s tr o s a cto s. S e la n z a r o n a lg u n o s p u lla z o s co n tr a C ésar, a lg u n o s in s u lto s a G e lio , y a lg u n a s d e m a n d a s a l a u s e n te P o m p e y o . T er m in a d a s u e x p o s ic ió n d ijo q u e n o la s o m e tía a v o ta c ió n , p o r n o im p o n e r n o s n in g ú n c o m p r o m iso y n o su scitar p o s ib le s e n e m is ta d e s ; p e r o q u e é l c o n o c ía m u y b ie n e l p a recer d e l sen a d o p o r las in v e c tiv a s p rim era s y p o r e l s ile n c io p r e se n te . H a b ló M iló n , y e m p e z ó a d iv a g a r. L u e g o M a rce lin o d ijo : « N o d e d u z c a s, a m ig o L u p o , d e n u e s tr o s ile n c io lo q u e a p ro b a m o s o recha z a m o s d e m o m e n to . Y o , p o r m i p a rte, p u e d o d e c ir te y ju zg o q u e a lo s d e m á s les pa sa lo m ism o , m e c a llo , p o r q u e c re o q u e , e sta n d o P o m p e y o a u s e n te , n o e s o p o r tu n o q u e tr a te m o s d e l ca m p o C a m p a n o » . Y a g r eg ó q u e é l n o se s e n tía o b lig a d o por
295. 296. 297.
V id . G e ll. 1 4 , 7. V id . S a il. C at. 4 4 -4 5 ; C ic. Cat. 4. A d Q . fr. 2 , 1.
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L a República la s d e c is io n e s q u e to m a ta e l s e n a d o e n a q u élla s e s ió n . L u e g o s e le v a n tó R a c ilio y e m p e z ó a h a b la r d e lo s ju ic io s, P r e g u n tó p r im e r a m e n te s u p ar e ce r a M a r c e lin o . E s t e , d e s p u é s d e la m e n ta r s e a g r ia m e n te d e lo s in c e n d io s , a se sin a to s y a p e d r e o s c lo d ia n o s, e m itió su p a recer d e q u e é l m is m o so rtea ra ju e c e s p o r m e d io d e l p r e to r u r b a n o , y q u e o b t e n id o s p o r m e d io d e e s e s o r te o lo s ja e c e s , s e Celebraran lu e g o c o m ic io s ; y q u e lo s q u e trataran d e o b s ta c u liz a r la c e le b r a c ió n d e lo s ju ic io s d e b ía n c o n s id e r a r s e c o m o r eo s d e le sa p a tria . A p r o b a d a a m p lia m e n te e sta p r o p o s ic ió n , C . C a tó n h a b ló e n c o n tra y C . C a ss io c o n g ra n a p la u so d e l s e n a d o , c u a n d o p r o p u so q u e p r e c e d ie r a n lo s c o m ic io s a lo s ju ic io s. F e lip e f u e d e l p a r e ce r d e L é n tu lo . E n tr e lo s s e n a d o r e s n o m a g istr a d o s R a c ilio m e p id ió a m í e l p r im e r o e l p a r e ce r . H a b lé a m p lia m e n te d e l fu ro r y d e lo s c r ím e n e s d e P . C lo d io , l o a c u s é c o m o a u n r e o , y m is p ala b ra s s e v ie r o n c o re a d a s p o r lo s m u r m u llo s d e a p r o b a c ió n d e t o d o e l s e n a d o . V e t o A n t is t io a la b ó m i d is c u r so a m p lia m e n te y c o n b u e n a e lo c u e n c ia y d ijo q u e d e fe n d e r ía la a n tiq u ís im a c a u sa d e lo s jijic io s. P r e v a le c ía ; e s te p arecer. E n to n c e s p id ió e l p r e sid e n te s u o p in ió n a C lo d io , y s e p u s o a h a b la r c o n e l p r o p ó s ito d e c o n su m ir to d o e l r e s to d e l d ía . E sta b a fu r io s o p o r q u e s e c r e ía c o n tu m a z y p ú b lic a m e n te u ltra ja d o p o r R a c ilio . L u e g o s u s m e s n a d a s a lzaron u n g r ite r ío d e c a m p e o n a to d e s d e la tr ib u n a d e lo s in v ita d o s y d e s d e e l g r a d e r ío , c re o q u e in c it a d o s c o n tr a Q . S e x tilio y c o n tr a lo s a m ig o s d e M iló n . T e m ie n d o c u a lq u ie r d e s m á n , pon g r a n p e sa r d e to d o s , se le v a n tó la s e s ió n d e l se n a d o . Y c o n e llo t e h e red a cta d o e l acta d e ,1^ s e s ió n d e e s t e d ía .
Pero no obstante esta relación de Varrón a Pompeyo, no hubo ley que regu lara las sesiones del senado hasta los tiempos de César Augusto, que estableció unas normas, que fueron fijadas enseguida pór las leyes, y por los tratados de los jurisconsultos.298
C.
D is p o s ic io n e s p e l se n a d o
a) E l senatusconsultum La decisión votada por el senado se llama senatusconsultum, que define así Gayo: Senatusconsultum est quod senatus iubet atque constituit·, 'tdque uicem legis obtinet, quamuis fuerit quaesitum. 299 EI decreto del senado constaba de tres partes: la praescriptio, que contiene el nombre del magistrado proponente en forma adjetiva, fecha de su votación y lugar en que estuvo congregado el senado. El texto que se divide en capítulos, y está expresado en forma de consejo. Y la sanctio que va seguida del número de senadores que han tomado parte en la votación. Los senadoconsultos se desig nan por el nombre del magistrado proponente en forma adjetiva (-ianum), sena tusconsultum Hosidianum, Neronianum, por ejemplo; o por la materia de que tratan, senatusconsultum de Bacchanalibus. 300 Se distinguen dos clases de estos decretos: unos que contienen leyes y son fuentes del derecho civil; y otros en los que no se legislaba, sino que únicamente daban instrucciones a los magistrados, y son fuentes de derecho pretorio. La redacción oficial del senadoconsulto se hacía en el senado, después de la votación, o terminada la sesión 301, de memoria o sobrenotas tomadas a lo largo 2 9 8 . D io C a ss. 5 5 , 3 ; G e ll. 4 , 1 0; P lin . E p . 5 , 1 3 , 5 . 2 9 9 . G a i. In s t. 1, 4 . 3 0 0 . G a i. Itisí. 3 , 1 9 7 . P e r o n o s ie m p r e , p o r q u e a lg u n o s s e n a d o c o n su lto s n o lle v a n n o m b r e o fic ia l, c o m o e l p r o p u e s to p o r A d r ia n o , y v o ta d o e n e l a ñ o 1 2 9 d . C ., y q u e lo s c o m e n ta r ista s, para r e fe r ir s e a é l, lla m a n luuent'tanum , v id . U lp . D . 5 . 3 . 2 0 , 6. 3 0 1 . P lu t. M arc. 4. C ic. Fat». 1 0 , 1 3 , 1.
L os magistrados
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de la junta. Incumbe al magistrado relator, asistido de un comité de redacción, los autores de la sentencia adoptada, los amigos del interesado por el decreto y además dos cuestores 302, de los que se decía scribendo adesse. Cuando el asunto del decreto se refería al Oriente se escribía en latín y luego en griego, expo niéndose públicamente en ambas lenguas. En Grecia y en Oriente sólo en griego. Las exigencias del cumplimiento del senadoconsulto recaían en los magistíados correspondientes. No eran taros los casos en .que sé fue demorando su apli cación indefinidamente, y como, de no renovarse, caducaba con el año de la magistratura, se convertían en papel m ojado.305 b) Las leyes La ley en un sentido muy g'enérál ¿s cualquier compromiso o contrato de un ciudadano romano con otro ciudadano o con relación a un magistrado. En el prim er caso era lex priuata, én el segundo publica. La lex implica una obligación de voluntades, que si es pública obliga a todos, y si e s :privada a quien toma parte en ella. ■■·■■: ' Pero además hay otras acepciones en la palabra; en un sentido amplio dé signa toda decisión impuesta por. la autoridad competente dentro de los limités de sus atribuciones, las disposiciones: contenidas en el edicto del pretor, e igual mente las reglas introducidas por la jurisprudencia (legum auctores).304 En un sentido más estrecho, ley es el derecho civil, en oposición al derecho pretorio. Ahora bien, el derecho civil se constituye por la recta ratio imperandi atque prohibendiM5, por el plebiscito30^, por los decretos del senado 3”7 y por las constituciones imperiales. Al hablar ahora de la ley nos referimos a la ley pública que emana del pue blo y para el pueblo 308 y se distingue de las otras disposiciones, como los decre tos del senado, y las constituciones imperiales por su modo dé formación. Gayo la define: quod populus iubet atque constituit 309 y Papiniano: Lex est... communis rei publicae sponsio·, pero no se concluya por ello que en Roma se admita la soberanía absoluta del pueblo. El pueblo, no puede tomar ninguna resolución por propia iniciativa: necesita la cooperación del magistrado. Por eso, según Gelio: «Ateio Capitón, peritísimo en derechó público y privado, defiiiió la léy con estas palabras: 'Lex — inquit— 'est generale iiissum populi aut plebis rogatite magistratu»im. Cuando el pueblo ha intervenido en la· votación de una ley siem pre ha sido por proposición formal de un magistrado: Lex est, quod populus Romanus senatorio magistratu interrogante, 'ueluii coniulè, cotistituebat.'m En ocasiones la soberanía del püebló se ve limitada por un magistrado supe rior, órgano del senado, o por la auctoritas patrum ; otras veces, conservando cada cual su tus suffragii, influye más o menos según la ordenación de las cen’ 3 0 2 . C ic . Fam . 8 , 9 , 5 ; 1 5 , 6 , 2 ; D e P rou . C otts. 2 8 ; A t t. 4 , 1 8 , 2 ; 7 , 1 , 7 ; D e H ar. Res. 13; D e O r . 3 , 5 ; C IL . V I I I , 1 1 4 5 1 . 303. L iv . 2 2 , 3 3 , 9 -1 1 ; C ic . Leg. A gr. 2 , 3 6 ; C lu en t. 1 3 7 . 304. C od. lu s t. 1, 1 7 , 2 , 1 0 y 2 0 ; 3 , 2 8 , 3 3 , 1 ; 6 , 2 6 , 1 0 ; 6 , 3 0 , 19. 305. C ic . L eg . 1 , 4 2 . 306. U lp . D . 9 , 2 , 1, 1: « L e x A q u ilia p le b is c itu m e s t » . 307. U lp . D . 1 4 , 6 , 1 ; 4 , 4 ,, 4 9 . 308. D iv e r s o s ju rista s e n e l D . 1 , 3 , 3 2 -4 0 . 309. G a i. In s t. 1, 3 ; P a p in , D . 1 , 3 , 1. 310. G e ll. 1 0 , 2 0 , 2 , 311. l u s t . In s t. 1, 2 , 4.
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turias dentro de la que está encuadrado3I2. En los comiciospor tribus, todos votan al mismo tiempo; pero cada tribu representa un· voto, por tanto, en las tribus en que haya mayor número de individuos, como las urbanas en que están encua drados todos los libertos, cuenta menos la opinión particular de cada uno. Es evidente que la ley debe ordenarse al bien común, propuesto por la natu raleza, y que no siempre coincide con lo que al pueblo, frecuentemente manejado, se le inspira. De aquí que los pensadores romanos mantengan que n o e x is t e m á s q u e u n s o lo d e r e c h o al q u e e stá s u je ta la s o c ie d a d h u m a n a , e sta b le c id o p o r u n a le y ú n ica : e sta le y e s la r ec ta r a z ó n e n c u a n to m a n d a o p r o h ib e 313, y p o r ta n to q u e « s i lo s m a n d a to s d e lo s p u e b lo s , lo s d e c r e to s d e lo s im p e r a n te s , la s s e n te n c ia s d e lo s ju e c e s fu n d a s e n e l d e r e c h o , d e d e r e c h o se r ía e l r o b o , e l a d u lte r io , e l fa ls o te s ta m e n to , s i e n su a p o y o tu v ie s e n lo s v o to s y a p r o b a c ió n d e la m u ltitu d . S i e n lo s ju ic io s y m a n d a to s d e lo s ig n o r a n te s e x is t e ta n ta a u to r id a d q u e s u s su fra g io s ca m b ia n la n a tu r a lez a d e la s c o sa s , ¿ p o r q u é n o d e c r e ta n q u e lo m a lo y p e r n ic io s o sea d e c la r a d o e n a d e la n te c o m o b u e n o y s a lu d a b le? ¿y p o r q u é la le y q u e d e l o in ju s to p u e d e h a c e r l o ju s to , n o p o d rá h a c e r d e l m a l u n b ie n ? Y e s q u e para d is tin g u ir u n a le y b u e n a d e o tr a m a la te n e m o s u n a reg la s o la m e n te , la n a tu r á lez a . N o s o la m e n te se d is tin g u e e l d e r e c h o p o r la n a tu r a lez a , sin o q u e ta m b ié n to d o lo q u e e s h o n e s to y to r p e e n g e n e r a l. E s t a n o c ió n n o s la d a la in t e l ig e n c ia c o m ú n , in f u n d ié n d o la e n n u e s tr o e s p ír itu , q u e c o lo c a lo h o n e s to e n la v ir tu d y lo to r p e e n e l v ic io . H a c e r d e p e n d e r e sta n o c ió n d e la o p in ió n g e n e r a l y n o d e la n a tu r a lez a , es v erd a d era lo c u r a .314
En los dos últimos siglos de la República la mayor parte de las leyes eran plebiscitos, votados por el pueblo, a sugerencias de lqs tribunos de la plebe, resoluciones que tienen fuerza de ley, en virtud de la lex Hortensia. 315 El proceso de una ley discurría por las siguientes etapas: 1) La confección de la ley, en que se distinguen dos momentos: a) La pre paración y la proposición de la ley, y b) su votación. a) El proyecto de la ley lo prepara el cónsul o un pretor urbano, por indi cación y según normas del senado. Obraba mal el magistrado que no tuviera en cuenta para ello el parecer del senado 316. El senado puede detener el proceso de un proyecto, indicando a otro magistrado o a un tribuno de la plebe que inter ceda con su veto, lo cual era una garantía contra las proposiciones temerarias o precipitadas. De ordinario el senado sugiere a un magistrado superior que tome la iniciativa en la proposición de un proyecto de ley, que luego deberá someter al pueblo. El proyecto de ley se sometía al conocimiento del pueblo por la forma habi tual de los edictos de los magistrados: el anuncio verbal por medio de los prae cones publici, o por fijación en un lugar público, acto que se llamaba promulga tio 317. El proyecto de ley se expone escrito en tablas de madera b lanca318, y al fin de la República en planchas de bronce 319. Esta medida además de proporcio-
3 1 2 . C ic . Leg. 2 , 2 2 ; L iv . 1 , 4 3 , 1 0 -1 1 . 313. C ic. Leg. 1 , 4 2 . 314. C ic. Leg. 1, 4 3 -4 5 ; y e n e s t e s e n t id o v . ta m b ié n Plane. 9. 315. G e ll. 1 5 , 2 7 , 4 ; P lin . N . H . 1 6 , 1 0 , 3 7 . 3 1 6 . L iv . 4 5 , 2 1 : « P r a e to r n o u o m a lo q u e e x e m p lo r e m in g r e ss u s e ra t, q u o d n o n a n te c o n s u lto s e n a tu ... d e su a u n iu s s e n te n tia r o g a tio n e m fe r r e t» . 3 1 7 . F e s t. s. v . « p r o m u lg a ri» : « p r o m u lg a ri le g e s d ic u n tu r c u m p r im u m in u u lg u s e d u c u n tu r, q u a si p r o m u lg a ri» . 318. D io C a ss. 4 2 , 3 2 . 319. C ic, M il. 8 7 ; S u e t. Caes. 2 8 , 3 .
I.os »/agisínidfts
nar _ei conocimiento necesario de la ley antes de votarla, buscaba que el autor del proyecto no introdujera innovaciones fraudulentas en la misma en el mo mento de proponerla a la votación, cosa que no siempre se conseguía, y por ello, la ley Licinia Junia del 62 a. C., obligaba al magistrado a depositar en el aera rium, en el momento de la promulgación, una copia de su proyecto 320. El edicto presentado por el magistrado debe contener la indicación del magistrado que presidirá los comicios y el día en que tendrá lugar la votación de la ley. El tiempo mínimo entre la publicación de un proyecto de ley y su votación debe ser de tres nundinae, o veinticuatro d ía s321; pero el senado en casos de ur gencia preceptuaba al magistrado la convocatoria de los comicios sin dilación 322; y no faltaron casos en que el mismo magistrado por sí y ante sí derogó la norma sin competencia para ello .323 En cambio las leyes tribunicias, las preparadas por el tribuno de la plebe, a diferencia de las leyes consulares, a las que acabamos de referirnos, no se pre paraban de acuerdo con el senado. Tan sólo en el período de influjo silano, del 88 al 61 a. C., debían los tribunos someter al senado sus proyectos de ley. b) Luego el proyecto de ley se sometía al pueblo reunido en comicios. Ante todo se proponía, se hablaba de él y se discutía en las contiones 324 (o mítines) celebradas en los días que precedían a los comicios por centurias32S, para infor mar al pueblo objetivamente del alcance de la ley, o en el mismo día de la vota ción en los comicios por tribus, o en los concilios de la plebe 326. Los oradores que sostenían el proyecto de la ley terminaban con esta fórmula: ego hanc legem quod bonum faustumque felixque sit uobis ac rei publicae, uti rogas iubendam censeo 327; y los que la combatían: ego nullo modo legem abrogandam censeo 328. Los votos se emitían verbalmente durante mucho tiempo; pero la ley Gabinia del año 131 a. C. ordenó que se votara por escrito, para asegurar el secreto del voto. Los ciudadanos que participaban en las votaciones recibían dos tabletas en las que figuraban las letras V ( t i ) , R(ogas) o A (n tiq u o ) 329, y el voto se depo sitaba en una cesta a la salida de la sección donde cada uno se encontraba. La ley votada por los comicios centuriados se sometía a la auctoritas patrum. Se discute la intervención que esta auctoritas tenía en las leyes votadas en los comicios por tribus; que según la ley Publilia Philonis quedaba reducida a una simple form alidad.330 2) La redacción de la ley consta por lo menos de dos partes, y muy frecuen temente de cuatro: index, praescriptio, rogatio, sanctio. a) El in d e x331 contiene los nombres gentilicios de los magistrados que pro ponen la ley, con indicación sumaria del asunto sobre el que versa, por ejemplo: lex Calpurnia repetundarum·, lex Caecilia de urbe augenda·, o, silenciado el nom3 2 0 . C ic . S est. 1 3 5 . 3 2 1 . C o n st, d e Bacchan. C IL . X , 1 0 4 , lin . 2 2 . 3 2 2 . L iv . 4 , 5 8 , 8 ; 2 7 , 3 3 , 9. 3 2 3 . C ic . P hil. 5 , 3 ; A p p . Bell. C iu. 4, 7. 3 2 4 . Q u in til. 2 , 4 , 3 3 : « R o m a n is p r o c o n tio n e su a d e r e ac d is s u a d e r e m o r is fu it» . 3 2 5 . C ic. S est. 5 0 ; I n P is. 1 5 ; P o st. R ed . in Sen. 1 0 . 3 2 6 . L iv . 4 3 , 1 6 , 8 : « D ie m ad e iu s r o g a tio n e m c o n c ilio tr ib u n u s p le b is d ix it; q u i p o s t q u a m u e n it , u t c en so r e s a d d issu a d e n d u m p r o c e s s e r u n t, G r a c ch o d ic e n te , s ile n tiu m f u it» . 327. L iv . 10, 8 , 12. 328. L iv . 34, 4, 20. 329. C ic. L eg. 3 , 3 8 ; Of f . 2 , 7 3 ; A lt. 1, 1 3 , 3 y 1 4 , 5 . 330. C ic. P lane. 8 ; L iv . 1, 1 7 , 9. 331. C ic . L e g. A gr. 2 , 22.
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bre del magistrado, indica tan sólo el objeto de la ley: lex de dictatore creando (del afío 21.1 a. C.), lex de agro Campano (del 210 a. C.). b) E n la praescriptio se consigna: I o) el nombre de quien (o los nombres de quienes) ha propuesto la ley (rogatores) 2°) consignación del día y del lugar en que ha sido votada la ley 333; 3o) el nombre de latribu o de la centuria de la que se ha dado a conocer el voto en primer lugar; 4o) ypor fin el nombre del ciudadano que ha votado el primero. En Frontinus se conserva la praescriptio de la ley, votada por los comicios tributos en el año 9 a. C. E l c ó n s u l T . Q u in c io C r is p in o p r o p u s o le g ítim a m e n te «1 p u e b lo y e l p u e b lo m a n d ó le g a lm e n te e n e l F o r o , d e la n t e d e lo s R o str o s d e l d iv in o J u lio , e l d ía 3 0 d e ju n io . V o t ó la p r im e r a ia tr ib u S e r g ia , y e n e lla e m itió p r im e r o s u v o t o S e x . V ir r o , h ijo d e L u c io .334
c) La palabra rogatio tiene el sentido activo de someter una ley al pueblo para su votación, que se hacía con la fórmula: Velitis iubeatis, uti'...; y el sen tido pasivo de la ley mism'a ya v o tad a335. Doble sentido de la palabra que explica Gelio convenientem ente.336 El texto puede estar dividido en capítulos, que cuando se refieren a materia diferente se expresa también en el index, por ejemplo: Lex Iulia de adulteriis et de fundo dotali; lex Voconia de mulierum hereditatibus et de legatis. Estaba prohibido el presentar al voto del pueblo en un mismo proyecto cuestiones di versas que no estén íntim am ente relacionadas entre sí, para que no se involucre bajo una disposición agradable otra que aisladamente no se aprobaría, lex satur a m . Ésta prohibición existía ya en tiempos de los Gracos 338, y fue confirmada luego en el 98 a. C. por la lex Caecilia Didia: S i h u b ie r a s c o n s u lta d o al p u e b lo r o m a n o so b r e e s t e a s u n to y n o l o h u b ie r a s a lla n a d o to d o p o r m e d io d e s ie r v o s y la d r o n e s , ¿ n o h u b ie r a p o d id o su c e d e r q u e e l p u e b lo a p r o b a se la p r o p u e s ta s o b r e e l r e y d e C h ip re , y h u b ie r a r ec h a z a d o l o r e la tiv o a lo s d e ste rr a d o s b iz a n tin o s ? ¿ Q u é o tr o e s e l e s p ír itu d e la le y C e c ilia y D id ia , s in o é s t e , q u e n o s e o b lig u e al p u e b lo , p r e s e n tá n d o le d iv e r sa s n orm as u n id a s , a acep tar lo q u e n o q u ie r e , o a rech a za r l o q u e q u ie r e ? 339
Con todo, esta disposición se la saltaban siempre que podían los legisladores, por ejemplo, Augusto en la lex Iulia de maritandis ordinibus, que contiene dispo siciones muy diversas. d) /Y por fin la sanctio, qué es una cláusula destinada a asegurar la ejecución y el cumplimiento de la ley. E n este sentido las leyes pueden ser imperativas o prohibitivas y declarativas Por las leyes declarativas se interpreta la voluntad 3 3 2 . C IL . I , 2 0 4 . 3 3 3 . V id . V a le r iu s P r o b u s , D e L eg ib u s e t P le b iscitis, e n G L K , I V , 2 6 5 : P .I .R .P .Q .Î .S .I .F . P .R .E .Ä .D .P . = « p o p u lu m iu r e r o g a u it p o p u lu s q u e iu r e s c iu it in fo r o p r o r o stris e x a n te d ie m p r id ie » . 3 3 4 . F r o n to , D e A q u is, 1 2 9 : « T . Q u in c tiu s C r isp in u s c o n s u l p o p u lu m iu r e r o g a u it p o p u lu s q u e iu r e s c iu it in fo r o p r o r o str is a e d is d iu i I u li p r id ie K . I u lia s . T r ib u s S ergia p r in c ip iu m fu it, p r o tr ib u S e x ... L . F . V ir r o (p r im u s fu it ) » . 3 3 5 . C ic. Fin. 4 , 7 7 ; G e ll. 1 5 , 2 7 ; 2 0 , 1. 3 3 6 . G e ll. 1 0 , 2 0 . 3 3 7 . V id . F e s t. s. v . « sa tu r a » ; « S a tu r a e t c ib i g e n u s e x v a r iis r eb u s c o n d it u m e s t , e t le x m u ltis a liis le g ib u s c o n fe r ta » . 3 3 8 . C IL . I , 1 9 8 , le x A c ilia lin . 7 2 . 3 3 9 . C ic. D o m . 5 3 . 3 4 0 . M o d e stin . D . 1 , 3 , 7 : « L e g is u ir tu s h a e c e st: im p er a r e , u e ta r e , p e r m itte r e , p u n ir e » .
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de J a s partes, y pueden derogarse341. En cambio las leyes imperativas o prohi bitivas obligan a todos los ciudadanos. Son imperativas las leyes que se refieren al orden público342, y a las buenas costum bres.343 Diversa es la obligación impuesta por las leyes prohibitivas, cuya sanción varía según los casos. Hay leyes que prohíben la realización de un acto material, como un crimen o un delito, y leyes que prohíben un acto jurídico. Las primeras llevan consigo una pena: o moral, como la declaración de iníame, o intestabilis·, o cor poral, o pecuniaria. Las que prohíben un acto jurídico son con respecto a su sanción: pefectae, minus quam perfectae, imperfectae. La lex perfecta tiene como sanción la nulidad del acto hecho contra ella; la minus, quam perfecta lleva con sigo una multa al contraventor de la ley 344; la imperfecta no lleva consigo nin guna de estas dos penas contra el que la viola. Esta clasificación deriva de los tiempos clásicos, porque en los primeros siglos de la República los que faltaban contra una ley eran considerados siempre como delincuentes; pero distinguían los actos contra legem e in fraudem legis: «Obra contra la ley el que ejecuta lo que la ley prohibe, obra en fraude de la ley quien, salvando sus palabras, contraviene su espíritu». 3) Designación de la ley. Las leyes consulares se nombran de ordinario por dos adjetivos formados de los nombres de los cónsules, precediendo el del que pre side los comicios: lex Caecilia Didia; lex Aelia Sentía. Las leyes pretorianas no llevan más que un nombre, por ejemplo: lex Papi ria 346. Los plebiscitos igualmente se designan por un solo nombre, aunque el pro yecto esté refrendado también por los colegas. Así Cicerón habla del tribuno rogator legis y de sus colegas que la apoyan adscriptores 347. Cuando el nombre de la ley responde a un doble gentilicio, por razón de brevedad se là nombra a veces sólo con el primero: la ley Papia Poppaea = lex Papia 348; aunque encon tramos leyes con varios gentilicios sin conjunción o con ella: lex Rubria, Liuia, Sempronia 349; lex Silia et Calpurnia. 350 A veces se designan con el nombre de su contenido principal: lex agraria-, lex frumentaria, lex iudiciaria, o el capítulo concreto de una ley: lex Iulia de fundo dotali, es un capítulo de la lex Iulia de adulteriis. 4) Los romanos no tenían una norma fija de publicación de las leyes. Bas taba la comunicación del resultado positivo de las votaciones (renuntiatio). Des de ese momento la ley se suponía obligatoria en todo su ámbito. Pero cuando
3 4 1 . V id . L a b e o n , D . 2 , 1 4 , 7 , 1 4 ; P a u l. D. 2 3 , 4 , 1 2 , 1; P o m p o n . D . 5 , 17 , 2 7 : « o b lig a tio n e m c a u sa e p a c tio n e p o s su n t im m u ta ri» . 3 4 2 . P a u l. D . 2 , 1 4 , 2 7 , 4 ; P a p in . D . 2 , 1 4 , 3 8 : « I u s p u b lic u m p r iu a to ru m p a c tis m u tari n o n p o t e s t» . 3 4 3 . U lp . D . 4 5 , 1 , 2 6 : « g e n e ra lite r n o u im u s tu rp es s tip u la tio n e s n u lliu s e ss e m o m e n ti» . 3 4 4 . U lp . Reg, 2 : « M in u s q u a m p e r fe cta le x e s t q u a e u e ta t a liq u id fie r i e t si fa c tu m s it, n o n r e s c in d it, s e d p o e n a m in iu n g it e i q u i c o n tr a le g e m fa c it» . 3 4 5 . P a u l. D . 1, 3 , 2 9 . 3 4 6 . L ie . 8 , 1 7 , 12. 3 4 7 . C ic . Leg. A g r. 2 , 2 2 : « q u i le g e m tu lit? R u llu s ... u t u id e lic e t c o lle g a s su o s, a d sc rip to res le g is agrariae n o n r e p u d ia b it a q u ib u s e i lo c u s p r im u s in in d ic e e t in p r a e sc r ip tio n e le g is c o n c e s s u s e st» . 3 4 8 . G a i. In st. 2 , 2 0 6 ; 2 8 6 . 3 4 9 . C IL . I , 2 0 0 , lin . 8 1 . 3 5 0 . G a i. In st. 4, 19.
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se trataba de leyes fundamentales y que debían regir durante mucho tiempo se grababan en m adera.351 Bajo Vespasiano se nombra una comisión encargada de recoger y ordenar las tablas de las leyes caídas en desuso por su antigüedad.352 En conclusión, pues, se escribían en madera blanca o se grababan en bron ce 353, y se fijaban en un lugar donde todos los ciudadanos pudieran leerlas cómo damente: unde de plano recte legi possit*54. La ley de las X II Tablas estaba fiajada en el atrium Libertatis 355. No todas las leyes tenían esta publicación, pero del proyecto de todas ellas, por mandato de la ley lunia Licinia, como ya hemos indicado, se conservaba una copia depositada en el aerario, para que no se cam biara. 5) Abrogación de la ley. Toda ley, lo mismo que se da, puede anularse, según un principio famoso de las X II Tablas: In X I I Tabularum legem esse, ut quodcumque postremum populus iusisset, id ius ratumque esset 356. Este principio se aplica ante todo a los tratados públicos, a las alianzas {foedera 357), a las leges sa cratae 358. La primera de estas leyes versa sobre la inviolabilidad de los tribunos de la plebe: Q u e lo s m a g istr a d o s d e la p le b e sea n sa cr o sa n to s, p u d ie n d o au x ilia r a l p u e b lo c o n tra la s d is p o s ic io n e s d e lo s c ó n s u le s .359
La segunda que los patres no puedan desempeñar jamás el tribunado de la plebe 36°. Se aplica igualmente a las normas de derecho privado, por el carácter de esta ley. Durante el Im perio el príncipe no se sometió a restricciones y aplicó el principio en un sentido general.361 La abrogación de una ley resulta por la aprobación de otra ley nueva o por su caída en desuso 362. En el primer caso la abrogación puede ser expresa o tácita, total (abrogare) o parcial (derogare)36i. La abrogación tácita (obrogare) resulta de la aprobación de una ley nueva que se opone a la antigua 364. La abrogación de una ley anterior no tiene, por lo común, efecto retroactivo.365 3 5 1 . H o r . A P. 3 9 6 y P o r p h ir . e n e s t e lu g a r : « A e n e is ... ta b u lis a n tiq u i n o n s u n t u s i, s e d r o b o r eis in h a s in c id e b a n t le g e s» ; e n c a m b io la tr a d ic ió n d ic e q u e la s X I I T a b la s fu e r o n p o r p r im e r a v e z e sc u lp id a s e n b r o n c e . L iv . 3 3 , 5 7 , 1 0 ; P lin . N . H . 1 6 , 4 ; F lo r . 1 , 1 1 ; D io n is . 1 0 , 6 6 . 352. T a c. A n n 4 , 4 0 . 353. C ic. A tt. 1 4 , 1 2 , 1; Fam . 1 2 , 1 , 1. 354. V a l. P r o b . D e N o t. A n tiq . 1 0 . 355. V id . C a to e n P a u l. D ia e . s. v . « P r o b r u m » : « L e x fix a in a trio L ib e r ta tis c u m m u ltis a liis le g ib u s in c e n d io c o n s u m p ta e s t , u t a it C a to in o r a tio n e q u a e d e a u g u riis in sc r ib itu r » . 356. L iv . 7 , 1 7 , 1 2; v id . ib. 9 , 3 4 , 6 ; C ic . P ro B alb. 3 3 . 357. L iv . 1 , 2 4 , 7 -8. 3 5 8 . A u n q u e n o h a y u n id a d d e o p in io n e s s o b r e e l c o n c e p to d e la leges sacratae, p a rece lo m ás p r o b a b le q u e se tra ta d e p le b is c ito s q u e c o n tie n e n u n c o m p r o m iso s o le m n e , co n fir m a d o p o r u n ju r a m e n to , d e ccn sa g r a r a lo s d io s e s la ca b e za y lo s b ie n e s d e q u ie n a te n te c o n tr a la p e r so n a y la d ig n id a d d e u n tr ib u n o . D ic e F e s to : « S o n le y e s sagradas a q u e lla s en q u e se p r e s c r ib e q u e s i a lg u ie n o b ra co n tr a e lla s , q u e d e co n sa g ra d o é l, c o n su fa m ilia y h a c ie n d a e n h o n o r d e a lg ú n d io s » . 359. L iv . 2 , 3 3 , 1-3. 360. L iv . 2 , 3 3 , 1, d e l a ñ o 4 9 4 a. C . 3 6 1 .. M o d e s tin . D . 1 , 4 , 4 . 362. I u l. D . 1, 3 , 3 2 , 1. 3 6 3 . M o d e s tin . D . 5 0 , 1 6 , 1 0 2 . 364. P a u l. D . 1, 3 , 2 8 .
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-6) Anulación de la ley. Una ley podía resultar nula por defecto de fondo o de forma, por ejemplo, si no se tuvo en cuenta el veto de un magistrado M; si se ha recurrido a la violencia para conseguir su votación 367; si no se han tomado previamente los auspicios368; si la asamblea no era competente 369. En todos estos casos la ley es nula 370. Los patres en estos casos negaban su auctoritas. Cuando por la ley Publilia, la auctoritas patrum no era más que una formalidad, el ma gistrado responsable de la ejecución de la ley negaba su concurso371: «El cónsul respondió sencillamente que no era su ánimo emplear ninguna fuerza ni quitar la vida a ningún ciudadano... y sólo si el pueblo diese algún decreto injusto, persuadido o violentado por Tiberio, no lo tendría por válido»... Para librarse de la responsabilidad solía apoyarse en el senado que decidía si aquella dispo sición era una verdadera ley que obligara312. El senado declaró en diversas oca siones nulos algunos plebiscitos como el Apuleius 373, el Titius 374, e incluso leyes consulares.375 7) Dispensa de la ley. El poder dispensar a un ciudadano del cumplimiento de una ley (legibus soluere) perteneció sucesivamente al pueblo, al senado y al emperador. Ya muy temprano se conocen dispensas de alguna ley en favor de determinadas personas. Por ejemplo, la ley Horatia concedía diversos e importan tes privilegios a la vestal Terr acia por haber regalado al pueblo el Campo Mar te 376; y a L. Metelo, cónsul en 251 y 247 a. C. que había perdido la vista sal vando el palladium del templo de Vesta en un incendio, se le confirió el privi legio de ir al senado en c a rro .377 En caso de urgencia el senado concedía la dispensa de la ley, pero bajo la condición de que la ratificara el pueblo. Así sucedía hasta el tiempo de los Gracos, sobre todo en cuestiones de elección de magistrados, cónsules y pretores 378. Siguen luego unos años de tensión sobre la legítima autoridad de la dispensa de la ley entre el pueblo y el senado, hasta que los emperadores se la atribuyeron al senado y luego a sí mismos. 8) A m bito de la aplicación de las leyes romanas. En principio las leyes de Roma obligan sólo a los ciudadanos romanos donde quiera que se encuentren 379; no se aplican a los no-ciudadanos, aun cuando residan en un territorio sometido a
« L e g e s e t c o n s titu tio n e s fu tu r is c er tu m e s t d a re fo r m a m n e g o tiis , n o n ad fa c ta p r a e te rita re vo ca ri, n is i n o m in a tim e t d e p r a e te r ito te m p o r e e t a d h u c p e n d e n tib u s n e g o tiis c a u tu m sit» . 3 6 6 . S u e t. Caes. 3 0 . 3 6 7 . C ic . P b il. 5 , 10; 1 1 , 1 3; 1 2 , 1 2 ; D om . 53 . 3 6 8 . C ic . P b il. 1 2 , 1 2 ; S u e t. Caes. 2 0 . 2 3 . 3 0 . 3 6 9 . C ic . L eg. 3 , 4 5 . 3 7 0 . C ic . D o m . 6 8 . 3 7 1 . P lu t. T ib . G rac. 1 9 . 3 7 2 . C ic. P ro Corn, en A scon ., p . 6 7 : « Q u a ttu o r o m n in o ge n e ra su n t in q u ib u s p e r sen a tu m m o r e m a io r u m , sta tu a tu r a liq u id d e le g ib u s . V n u m e iu s m o d i, p la c e r e le g e m abrogari: u t Q . C a e c ilio M . I u n io c o n s u lib u s , q u a e le g e s m ilita r e s im p e d ir e n t, u t a b ro g a ren tu r. A lte r u m , q u a e le x d a ta e s s e d ic a tu r, ea n o n u id e r i p o p u lu m te n e r i, u t L . M a rc io S e x to I u lio c o n s u lib u s, d e le g ib u s L iu iis ...» . 3 7 3 . C ic . L eg. 2 , 14. 3 7 4 . C ic . ib .; v id . D io d . Sic. 3 7 , 1 0 , 5 : D io C a ss. 3 6 , 4 2 . 3 7 5 . V id . C ic . P hil. 5 , 10; 11, 13; 12, 12; 13, 5. 3 7 6 . G e ll. 6 , 7. 377. P lin . N . H . 7 , 4 3 , 1 4 1 : « „ .tr ib u it e i p o p u lu s R o m a n u s q u o d n u m q u a m u lli alii ab c o n d ito a e u o , u t q u o tie s in sen a tu m ir e t, cu rru u e h e r e tu r ad cu riam ». 3 7 8 . L iv . 1 0 , 1 3 , 9 -1 0 ; E p it. 5 0 . 5 6 ; C ic . B rut. 6 2 ; D io C ass. 3 9 , 2 3 ; V a l. M ax. 4 , 1. 379. M a rtia l. 2 , 9 1 . 9 2 ; 3 , 9 5 ; 9 , 9 7 ; P lin . E p. 2 , 1 3 , 8; C IL . V I , 1 8 7 7 ; V , 4 3 9 2 .
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Roma. Es natural que hubiera leyes cuya aplicación no pudiera extenderse a todo el Im perio, por ejemplo, la ley Julia de cesión de bienes, que no afectaba más que a Ita lia .380 Roma solía dejar a los pueblos o provincias una cierta autonomía, y sólo después de un m utuo acuerdo muy estudiado y ponderado les comunicaba sus leyes, Sin embargo, los emperadores extendían la legislación romana a todos los pueblos sometidos, ya por decretos del senado, ya por rescriptos. c) Las penas
E l derecho de castigo (de coerción, de represión) del Estado se apoya en dos principios: 1°) el derecho de legítima defensa contra el ciudadano que, con su crimen o delito, se constituye en enemigo de la comunidad. Y como ese derecho en la familia compete al paterfamilias, en el Estado corresponde al magistrado. 2°) Y por otra parte, contra el único crimen primitivo, es decir, la lesión de la comu nidad, la perduellio, no tiene más que una pena, la muerte. Pero como todo cri men va contra la vida familiar o social, presidida y compartida por los dioses tutelares de la domus o de la patria, tiene carácter de sacrilegium y el condenado, por ende, es un homo sacer, pertenece a una divinidad, sobre todo de entre los dioses infernales. La aplicación, pues, de la pena merecida será un ritual, tendrá un sentido religioso, que se mantendrá mucho tiempo en la aplicación de la pena de muer t e 381, que además implica la consecratio a las divinidades infernales de todos los bienes del condenado.382 E l derecho penal privado se apoya también en la propia defensa, estimulada por el ansia de venganza, condensada en la forma del tallón, o de la compen sación pecuniaria. En los primeros tiempos la venganza se la tomaba la víctima y su clan, pero quizás muy pronto, para evitar interminables venganzas en cade na, se encargó la autoridad de vengar ella misma el crimen, que al mismo tiempo suponía un desorden social, como los que ya enumera la ley de las X II Tablas, el homicidio, el incendio, el robo de mieses, difamación pública, incumplimiento de obligaciones con respecto al cliente, falso testimonio, robo a mano armada, etc., e tc .383 Más tarde queda abolida totalmente la venganza privada y la pena capital por los delitos privados, pero la exigencia del rescate somete a un deudor insol vente a la esclavitud. En la época republicana se suavizan las penas con la prouocatio ad populum, el destierro voluntario, y las quaestiones perpetuae. La pena de muerte se hace muy rara. D urante el Im perio hay una alteración total de penas, entrando en ellas algu nos actos nuevos como la herejía y el rapto. Pero se destacan tres momentos prin cipales: 1) En el reinado de Augusto reaparece la pena de muerte, impuesta por l tribunales del emperador, del senado, de los gobernantes y delegados del em-
380. 381. 382. 383.
C o d . Iu s t. 7 , 7 1 , 4 . F e s t. s. v . « sa ce r m o n s» ; C ic. D o m . 1 2 3 . P lu t. R o m . 2 2 ; L iv . 3 , 5 5 , 7 ; 8 , 2 0 , 7 ; X I I T ablas, 8 , 8. X I I T a b la s, 8 , 1; 9 -1 0 ; 2 1 , 2 3 , 2 5 ; G a i. D . 4 7 , 9 , 9 .
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perador. Exceptuados los hombres de cierto rango 384, la muerte es castigo normal de todos los crímenes graves, a partir de Antonino, agravándose cada vez m ás.385 2) Por la división del pueblo que hace Augusto en honestiores y humilioresM , se rompe la igualdad ante el derecho de todos los ciudadanos. Ahora la clase pri vilegiada no cae en pena de m uerte más que por parricidio y crimen de lesa, majestad, y para su aplicación necesita la confirmación de la sentencia por el propio em perador.387 3) Ya durante la República, en los tribunales del pueblo, la determinación de la pena era bastante arbitraria, cosa que se generaliza en el Im perio desde sus principios. En el siglo I I I la incertidumbre es absoluta, los rescriptos y las leyes van a la desbandada, y el juez procede con toda libertad 388, aunque debe juzgar según la ley, ya que sólo el emperador puede apartarse de ella. Como circuns tancias atenuantes se consideran: la juventud, el sexo femenino, la ignorancia del derecho, la embriaguez, la pasión sobre todo en la m uerte del adúltero, la simple tentativa, la complicidad, la fuerza ejercida por el amo o el padre sobre el esclavo o el hijo, la duración de la búsqueda o la prisión preventiva. Se consideran circunstancias agravantes: la infamia, si el delincuente es funciona rio, la reincidencia, la pasión, la frecuencia del crimen. Como principios generales se tenía en cuenta: la desigualdad entre libre y no libre; la desigualdad entre ciudadano y no ciudadano; la responsabilidad del individuo. El infans es irresponsable. El impúber es sujeto de castigo excepto el castigo capital. Con todo, el juez debe examinar la conciencia de responsabilidad del culpable. Los locos y enfermos mentales son irresponsables, aunque pueden ser castigados por los actos realizados en momentos de lucidez. El acto ordenado por el jefe, autorizado por la ley o en legítima defensa no entraña responsabili dad. El carácter del acto, depende de la intención y de la voluntad. Los deli tos se expresan con las palabras: crimen, delictum, noxa, a las que responden: compensación, represalia, pena. La palabra supplicium se empleó sobre todo cuan do no había otro castigo que la muerte. En las X II Tablas damnum se emplea como satisfacción pecuniaria; y por satisfacción o castigo de lesión corporal usa la ley de los decenviros poena 389. Después fue usándose sobre todo poena y multa. Durante la República había ocho penas: mors, seruitus, uincula, uerbera, talio, ignominia, exsilium, damnum. 390
3 8 4 . V e n u l. S a tu rn . D . 4 8 , 1 9 , 1 5 . ’ 3 8 5 . G a i. In st. 1, 1 2 8 ; P a u l. S en t. 5 , 2 3 , 1 ; 5 , 2 9 , 1 . D e s d e e l tie m p o d e lo s S e v e r o s ca si to d a s la s fa lta s te n ía n p e n a d e m u e r te d e la q u e lo s h on estiores s o lía n s e r in d u lta d o s sien d o e n c a m b io d e p o r ta d o s o r e le g a d o s, p e r o lo s h u m iliores n o te n ía n m á s esc a p a to ria q u e la c o n d e n a c ió n a m in a s. T a l s u c e d ía p o r e je m p lo e n lo s c r ím e n e s d e le s a m a jesta d , e n v e n e n a m ie n to p o r im p r u d e n c ia , a b o r to , m u tila c ió n , su b str a cc ió n d e u n m e n o r , a te n ta d o c o n tr a la p r o p ie d a d te r r ito r ia l, r o b o a m a n o arm ada, r o b o c o n fra ctu ra , d e s tr u c c ió n d e c o se c h a s, in c e n d io v o lu n ta r io , r o b o d e b e s tia s , e sp e c u la c ió n c rim in a l, fa ls ific a c io n e s o u s o s d e fa lsific a c io n e s, fa ls o s te s tim o n io s , a b u so d e c o n fia n za , u su r p a c ió n d e in s ig n ia s, e s t e lio n a to , ru p tu ra d e te s ta m e n to , sed i c ió n , a te n ta d o c o n tr a la p a z p ú b lic a , in tr o d u c c ió n d e c u lto s n u e v o s , m agia, s a cr ile g io . C f. supra cap . 1, n o ta 1 0 5 . 3 8 6 . M o d e s t. D . 4 9 , 1 6 , 3 , 1; M a rcia n . D . 4 9 , 1 8 , 3 ; C od. T h e o d . 7 , 2 0 , 1. 3 8 7 . D io C a ss. 5 2 , 2 2 ; U lp . D . 2 8 , 3 , 6 , 7 ; M o d e s t. D . 4 8 , 8 , 16; C a llis tr . D .\ 4 8 , 19 , 2 7 ,
1, 2. 388. 389. 390.
U lp . D . 4 8 , 1 9 , 13. V id . X I I T ablas, 8 , 4 : « X X V p o e n a s s u n to » . V id . C ic. D e O r. 1, 1 9 4 , d o n d e s ó lo c ita s e is , y
S . A g u s tín , C iu. D e t, 2 1 ,
11.
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De tiempos del Imperio mencionamos estos castigos: 1) La muerte. Durante la República no hay intervalo entre la condena y la ejecución (animaduertere)m . La pena se aplica inmediatamente 392. Por un senadoconsulto del año 21 d. C. se establece un intervalo de diez días para los sena dores condenados por el mismo senado 393. Teodosio interpone treinta días en las sentencias imperiales 394. Las mujeres encinta no pueden ser ejecutadas hasta sú libramiento. Los magistrados pueden retardar a veces tiempo y tiempo la eje cución de una pena de muerte. Las ejecuciones públicas tienen lugar de día y en fecha no festiva, en cualquier sitio. El magistrado se sienta en tribunal con la toga vuelta, y, convocado el pueblo al son de trompetas, los lictores ejecutan al reo, después de haberlo azotado en la prisión, por los triumviri capitales o el carnifex (verdugo).395 2) Pérdida de la libertad. Primitivamente el ofensor o el deudor era adjudi cado (addictio) en propiedad al ofendido o acreedor por el robo manifiesto. En la época histórica no subsiste esta pena más que bajo la especie de venta o entrega del delincuente al extranjero, por violación de los deberes de soldado o de embajador; y bajo el Im perio como pena accesoria a la condena a minas o al oficio de gladiador. En este último caso el condenado es serum poena, su m atri monio se rompe y sus bienes pasan al Estado. 3) Pérdida de derecho de ciudadanía, capitis deminutio media, pena durante la República de la perduellio-x y bajo el Imperio los condenados a trabajos for zados. 4) La cárcel. 5). Destierro, deportación y relegación. 6) Penas corporales: a) mutilaciones corporales; b) azotes (uerbera) por medio del flagellum para los esclavos, y de las fustes para los libres. Es castigo más duro que la multa, y se aplicaba con cierta frecuencia por delitos leves, aún a las personas libres. El esclavo puede ser azotado hasta la muerte. 7) Confiscación de bienes. 8.) Multas. 9) Degradaciones cívicas: a) damnatio memoriae que comporta la pérdida del derecho a sepultura, a honores debidos a su memoria, destrucción de retratos y estatuas en su casa, a veces demolición de la casa 396, prohibición deduelo a los parientes. Toda condena a muerte implica la privación de sepultura. En Roma el cuerpo del ajusticiado es tirado a las Gemonias, luego al Tiber, b) Incapacidad activa y pasiva de testificar y luego más tarde de testar. Era el castigo que imponían las X II Tablas a la injuria pública (carmen famosum). Augusto restableció esta pena como una de las más ligeras contra el carmen famosum y los famosi libelli 397. c) La infamia, d) La exclusión perpetua o temporal de los registros y del senado, e) Las diversas destituciones o degradaciones contra los empleados imperiales, o prohibiciones de desempeñar algún oficio determinado. En el siglo I I I d. C. según el jurisconsulto Paulo, en su libro Sententiae (año 222-235) los delitos más castigados eran: 391. 392. 393. 394. 395. 396. 397.
C ic . V err. 2, 3 3 ; Fam. 5 , 2 , 8;' M a rcia n . D . 4 8 , 1 9 , 1 1 , 3 . 1 2 ; U lp . D . 4 8 , 2 4 , 1. T a c. A n n . 3 , 51; 14, 64. T a c. A n n . 3 , 5 1 ; S u e t. T ib e r. 75, 2. C od. T h eo d . 9 , 4 0 , 1 3 . S o b re la m an era d e a p lica rse la p en a d e m u er te h a b la m o s e n « M u e r te y F u n e r a le s» . L iv . 8 , 2 0 , 7-8; V a l. M a x . 6 , 3 , 1; C ic . D om . 101. G e ll. 1 5 , 1 3 , 11; X I I T abi. 2 , 3.
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1) M uerte agravada, para los honestiores, humiliores y serui, por incendio en una ciudad en momentos de revuelta; robo nocturno en los templos; la deser ción, envenamiento por filtro de amor, la magia grave, el parricidio. Para los humiliores, y por tanto también para los siervos: asesinato, magia menos grave, lesa majestad, sublevación. Puede reemplazarse la pena de muerte por trabajos forzados en minas, cuando está impuesta por: violación de tumbas, falsificación de monedas, el plagium o el hecho de retener en servidumbre a un hombre libre contra su voluntad, o apropiación del esclavo ajeno. 2) M uerte simple, para las tres clases sociales, por: invasión de morada a mano armada, incendio en un poblado, stuprum sobre una mujer o un niño, con sultas mágicas sobre el emperador. Para los honestiores·, asesinato, magia menos grave, lesa majestad. Para los humiliores·, circuncisión de individuos no judíos, la castración violenta, la posesión de libros mágicos, falso testimonio, violencia gra ve, fundación de sectas religiosas peligrosas, robo de ganado. Para los serui: de lito de falsa moneda y otras falsificaciones. Envío a trabajos forzados a los humiliores·, robo diurno en un templo, incen dio de mieses, apertura de un testamento viviendo el testador, usurpación de pie zas de un proceso, empleo de documentos falsos, violencia ligera, incendio por venganza en el campo, homicidio cometido en una riña, homicidio por impru dencia o negligencia; a los esclavos: injuria grave, usurpación de la libertad, el plagium, el desplazamiento de límites. Los humiliores y esclavos podían ser cas tigados con envío al ludus gladiatorum, o a trabajos forzados de por vida, por los golpes seguidos de muerte, robos en los baños, injuria criminal, incendio en el campo. 3) Trabajos públicos de por vida, en los casos ya indicados y con respecto a los humiliores por el desplazamiento de mojones. 4) Trabajos públicos durante algún tiempo, los humiliores, por el robo de ganado, destrucción de árboles frutales. 5) La deportación, para los honestiores por incesto en casa de un hombre, injuria grave, robo diurno en un templo, sublevación, posesión de libros de magia, falsificaciones, falso testimonio, violencia atroz, prevaricación del juez, creación de sectas religiosas peligrosas, la uaticinatio con reicindencia, la castración violen ta, apertura de un testamento viviendo el testador, difamación pública, violación de tumbas, estos dos últimos crímenes también pueden castigarse con confina ción. 6) La confinación, forma agravada de la relegación, para los honestiores, por adulterio, incendio en el campo, incendio de mieses, la circuncisión, golpes segui dos de muerte, empleo de filtros amorosos, hurto de documentos de un proceso, violencia ligera, el plagium, desplazamiento de límites, estupro cometido sobre niños, estos dos últimos castigados también con la relegación. 7) La relegación, con respecto a los honestiores por la destrucción de árboles frutales, prevaricación del juez. d) El arresto Los magistrados tienen derecho de citación, es decir, de hacer acudir a su presencia a un ciudadano, comunicándole la orden por un uiator. Complemento de la cita es el arresto, medio de coerción de que disponen algunos magistrados. Porque la prensio no corresponde más que a los magistrados revestidos de impe rium·. cónsules, pretores, procónsules, propretores, y a los triunviros capitales
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encargados de la seguridad del Estado. También los tribunos de la plebe, aunque no tienen derecho de citación, pueden arrestar ellos personalmente o por el edil plebeyo.398 El arresto es ordinario en materia criminal, cuando el citado a comparecer ante el magistrado no obedece su o rd e n 3" , y se realiza siempre ante una acusa ción capital, aunque hay alguna excepción 400, contra los deudores del tesoro que no pagan la multa im puesta401, y en general, contra cualquier ciudadano que ofen de a un magistrado. Esta fórmula, demasiado vaga deja a los magistrados pro ceder con cierta arbitrariedad y de ella abusaron sobre todo los tribunos de la p leb e.402 El arresto no considera la condición de las personas. Julio César, siendo cón sul, intentó arrestar a Catón, porque quería agotar el día hablando en el sena do 403 y durante su pretura hizo encerrar en la cárcel al cuestor N ovio.404 La única defensa contra la prensio es la inviolabilidad del domicilio ya que nadie puede entrar en la casa de uno para arrestarle 405; no hay recurso legal contra la orden de arresto, únicamente se puede invocar la intercesión de un tri buno de la p leb e.406 El arresto lleva consigo el encarcelamiento durante el tiempo que el magis trado crea conveniente, pero el detenido queda en libertad al terminar la magis tratura de su opresor, si quien le sucede no renueva la orden de arresto. En materia criminal el magistrado puede darle libertad provisional hasta que se cele bre el juicio, con tal interponga su caución y la promesa de que acudirá cuando se le cite 407. La obtención de este favor depende de la culpa y del rango social del delincuente.408 e) La proscripción La palabra literalmente suena como a venta pública y a subasta de los bienes del deudor. Más tarde, como las penas capitales llevan consigo la confiscación (publicatio) de los bienes de los condenados, la palabra proscriptio significa cual quier castigo de esta naturaleza, especialmente el destierro, y se llaman proscri tos a los desterrados 409. Pero sobre todo la palabra se ha reservado para las listas negras de ciudadanos condenados por las crueldades de Sila y las arbitrariedades de los triunviros Octavio, Lépido y M. Antonio. Las listas de los proscritos apaT recían fijadas en el Foro, y sin. más legalidad, los que estaban incluidos en ellas quedaban condenados a muerte y sus bienes confiscados410. La vergüenza de 3 9 8 . L iv . 2 9 , 2 0 , 1 1 ; D io n is . 7 , 2 6 . 3 9 9 . C ic . V err. 2 , 9 2 . 4 0 0 . U lp . D . 2 , 1 1 , 4 , 1; D io c l. C od. lu s t. 7 , 6 2 , 6 . 3 . 4 0 1 . G e ll. 6 , 2 9 . 4 0 2 . P lu t. M arius, 4; Q u aesi. R om . 5 0 ; V a l. M a x . 9 , 5 , 2; C ic. A tt. 2 , 1, 8; D io C a ss. 39, 39. 403. S u e t. Caes. 2 0 ; G e ll. 4 , 1 0 , 8. 404. S u et. Caes. 17. 4 0 5 . C ic. D o m . 1 0 9 ; In V a tin . 2 2 . 406. P lu t. C at. M in . 3 3 . 407. L iv . 3 , 1 3; D io n is . 1 0 , 8. 408. U lp . D . 4 8 , 3 , 1. 409. C od. T b e o d . 1 , 1, 3 ; 5 , 8 , 1 . 1 5 - 1 7 .2 0 ; C od. lu s t. 1, 5 . 410. V id . C ic. D o m o , 4 3 : « P r o s c r ip tio n is m ise rr im u m n o m e n illu d e t o m n is acerb itas S u l la n i te m p o r is q u id h a b e t q u o d m a x im e s it in s ig n e ad m e m o r ia m c r u d e lita tis? O p in o r p o e n a m in c iu e s R o m a n o s n o m in a tim s in e iu d ic io c o n s titu ta m » .
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Augusto y lo que el mundo no le perdonará nunca es el haber consentido en la proscriptio, y por tanto en el asesinato de C icerón.411 M uertes se habían aplicado en Roma antes de Sila y ríos de sangre de ciuda danos romanos habían corrido por las calles de la ciudad antes de su tiempo, pero hasta él nunca se había sistematizado el asesinato de una forma regular por la sucesión de listas y más listas de ciudadanos, cuyas vidas había que exterminar apoderándose de sus bienes. La hecatombe de Sila se dirigió sobre todo al orden ecuestre y los simpatizantes de Matio. No menos sangrienta fue la proscripción ordenada por los segundos triunviros Octavio, Lépido y M. Antonio, después de su pacto en una isla cerca de Módena, en el año 44, a fin de asegurar su poder absoluto, y llenar sus arcas con el dinero de sus enemigos412. Según A piano4I3, más de 300 senadores y de 2.000 caballeros fueron inscritos en las listas negras. Durante el Imperio, el príncipe, en virtud de la ley regia, reunía en sí todos los poderes, juzgaba por sí mismo, o lo hacían en su nombre los magistrados, a sus adversarios políticos, y de esta forma encubría las proscripciones bajo capa de legalidad. í) El destierro Puesto que tantas veces sale en la historia de los hombres romanos la palabra fatídica exsilium «destierro», hablaremos un poco de esta pena. En su sentido más amplio se incluían en el exsilium cinco penas, usadas en las diversas épocas de la legislación romana: Io) Aquae et ignis interdictio·, 2o) deportatio in insu lam·, 3°) deportatio·, 4°) in insulam relegatio·, 5°) relegatio uel in perpetuum uel ad tem pus). En su sentido jurídico la palabra exsilium no se refería más que a la tres primeras penas nombradas, que comportaban la capitis deminutio media. I o) Prohibición del agua y del fuego. Se usaba durante la República, aunque quizás, como pena, no estuvo organizada hasta el tiempo de los Gracos. Antes de esta época el condenado podía usar el derecho de destierro voluntado, antes de ser condenado por los comicios. Este destierro era iustum si tenía lugar en una ciudad aliada o libre gozando de esa prerrogativa. Según la constitución ro mana nadie podía privar de la ciudadanía a un romano, de ahí esta facultad que en otro tiempo tenía el acusado de alejarse de la ciudad por un destierro volun tario. Era un derecho conseguido por la lex Porcia. El maximus comitiatus, es decir, los comicios por cenurias, tenían el derecho de pronunciar de capite ciuis, pero estos comicios no podían, según Cicerón, llegar más que por un rodeo a forzar al condenado a salir al destierro, negándole las cosas necesarias para la vida. Obligado de esa forma a salir de Italia, perdía, al ser recibido en otra ciudad, el derecho de ciudadanía. Ordinariamente el acusado no esperaba la con dena oficial de los comicios tributos que solían imponer grandes multas a los crímenes políticos: salían voluntariamente al destierro. Los comicios mejor que pronunciar la sentencia del destierro, sancionaban la resolución del exilado. 4 1 1 . V id . J.-M . A n d r é , L e siècle d ’A u g u ste , P a r is 1 9 7 4 , 17-22. 4 1 2 . D io C a ss. 4 6 , 9 , 1 7 ; V e li. P a t e t e . 2 , 6 6 -6 7 : « F u r e n te d e in d e A n to n io s im u lq u e L ep i d o , q u o r u m u te r q u e - h o s te s iu d ic a ti era n t, c u m a m b o m a lle n t s ib i n u n tia r i, q u id p à ssi e ss e n t, q u a m q u id m e r u is se n t, r e p u g n a n te C a esa re, s e d fr u str a a d u er su s d u o s , in sta u ra tu m S u lla n i e x e m p li m a lu m , p r o s c r ip tio . N ih il ta m in d ig n u m illo te m p o re f u it, q u a m q u o d a u t C aesar a liq u e m p r o scr ib e r e c o a c tu s e s t a u t ab u llo C icero p r o sc r ip tu s e st...» . 4 1 3 . A p p . B. C. 4 , 6, 7 .
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En los casos de perduellione o de maiestate los bienes del condenado eran vendidos públicamente. Más tarde, leyes especiales pronunciaron contra ciertos crímenes la pena de aquae et ignis interdictio, que se aplicaba por las quaestiones perpetuae, cuando la culpabilidad quedaba reconocida. Tales fueron las leyes Cor nelia Fuluia de ambitu, de maiestate, de sicariis et ueneficiis-, la ley Licinia de sodaliciis, la ley Cornelia de falsis. Julio César castigó con el destierro los crí menes de violencia pública o privada, y de lesa majestad; las leyes de Augusto reprodujeron la misma pena sobre los mismos crímenes. 2°) Pero la interdictio cayó en desuso y se impuso otra pena más conforme con el nuevo gobierno: la deportatio·, aunque se hallan casos de interdictio bajo Claudio, Tiberio, Nerón y Trajano. La diferencia entre la deportatio y la inter dictio está en que la primera marcaba el lugar de estancia del deportado. La deportación era especialmente severa cuando se le confiaba en una isla: depor tatio in insulam. A veces se le limitaban las provisiones que podía llevar consigo el desterrado y se fijaba el número de personas que le podían acompañar. Tácito nos habla de deportados a las islas Amorgo, Citera, Serifo, Cos, Lesbos, Cerdeña, Patmos, e incluso los oasis del desierto eran lugares de deportación. Podía suce der que las deportaciones se hicieran de una muchedumbre de personas, como sucedió bajo Tiberio que por un senadoconsulto desterró a cuatro mil libertos a Cerdeña. Allí debían emplearse en reprimir el bandidaje, et si ob grauitatem caeli interisset uile damnum! Y esto sólo porque practicaban religiones extrañas, como indica Tácito en sus Annales 2, 85. La deportación simple perm itía vivir en una provincia, o en una ciudad y era un castigo más llevadero; aunque cualquier deportatio producía la media ca pitis deminutio, con la pérdida de la ciudadanía y con ello de todos los derechos civiles. Los bienes del deportado, como los del impedido de agua y fuego, que daban confiscados y su testamento anterior resultaba irritum. La ciudadanía romana la perdía desde el momento de su condenación, salvo el caso de lesa majestad o de concusión, en que la incapacidad remontaba al día del crimen. Podía, como todo peregrino, participar en las prerrogativas del derecho de gentes: comprar, vender, cambiar, dar; pero no podía transmitir por sucesión o por testamento, o figurar como testigo en documentos romanos. 3°) Con la deportación se rompían los vínculos de la familia civil, perdién dose hasta la cognatio. Se le privaba de la patria potestas y de la tutela. Perdía el connubium. En buena lógica, si estaba casado, cesaba su iustum matrimonium, y si ambos querían, por la affectio maritalis, seguía la unión regulada por el ius gentium. Los efectos de la deportatio suponen que la sentencia sea de un magis trado competente. La capitis deminutio media no se contraía mientras el príncipe o el prefecto de Roma no hubiera fijado el lugar de su deportación. Si la senten cia de deportación la había pronunciado un presidente de provincia era radical mente nula y, por tanto, no afectaba en nada al interesado. 4o) La relegatio es una especie de destierro, sensu lato, que no comporta la capitis deminutio media. Puede ser perpetua o temporal. La impone el príncipe, el prefecto de la ciudad, el senado y el presidente de una provincia. La relegación más dura es la que confina al desterrado a un oasis o a una isla. Los gobernadores de provincias que no contaban con islas ni con oasis debían exponer al príncipe el caso, para que él indicara el lugar de relegación. El relegado estaba internado, pero no detenido. A veces la pena no consistía más que en la prohibición de que el relegado se acercara a la ciudad más del tercer mijero.
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1. Nuevo desequilibrio social Siguen unos años de grandes guerras y de extensas conquistas, llevadas a cabo con un hondo sentido de patriotismo y de confianza en sí del pueblo romano. La antigua nobleza había caído y oficialmente se vivía en una absoluta igual dad civil. «Oficialmente» decimos, porque en el fondo de la sociedad romana se va incubando una nueva aristocracia, nutrida por los estamentos más ricos e influyentes de la antigua plebe. Ya vimos cómo en la misma ordenación centu riada de Servio Tulio, doce centurias de caballeros se codeaban con las seis cen turias de los patricios. Esas centurias, aunque eran y se llamaban plebeyas, par ticipaban de los intereses de los magnates y sentían hacia la plebe baja casi más repulsión que los propios aristócratas. El caso es que al desaparecer los patricios, estos plebeyos, favorecidos por la fortuna, tratan de ocupar los lugares vacantes, y tras un período de intensa actividad externa, surgirá de nuevo la lucha social y política entre la plebe y la nueva aristocracia. Los que habían conseguido la edilidad curul entraban automáticamente en la aristocracia, y se apropiaban los privilegios de los antiguos patricios: derecho de imágenes de los antepasados; la franja de púrpura ancha (laticlave) en la tú nica; anillo de oro en el dedo; arreos bordados en plata para los caballos; toga praetexta también con su franja de púrpura; la bula de oro para sus niños. Esta aristocracia se va haciendo dueña total del senado, de los comicios por centuriâs; e incluso tiene asientos privilegiados en el teatro y en los espectáculos públicos, cosa que nunca había sucedido hasta el año 194 a. C. siendo cónsul por segunda vez Cornelio Escipión. Es obvio decir que conforme la aristocracia iba cobrando influencia, los ple beyos se veían alejados de las magistraturas curules y muy de tarde en tarde apa rece un homo nouus que entra en el senado. La constitución, pues, se va aristo cratizando. Cuando las familias plebeyas se creyeron ennoblecidas por sus antepa sados curules formaron un cuerpo con las castas patricias y conquistaron en el Estado una posición y poder distintos, volvieron las cosas al punto de donde habían partido. Se va haciendo más difícil la consecución de la ciudadanía; pero en cambio se concede con relativa facilidad a ciudades y regiones enteras. 2. El praetor peregrinus y pretores provinciales Al praetor urbanus, que será el juez de los ciudadanos, se añade el praetor peregrinus, que entenderá en las causas en que las partes contendientes sean extranjeros los dos, o uno de ellos. Con el aumento de las tierras dominadas se crean cuatro proconsulados: Sicilia, Córcega y Cerdeña, y de las dos Españas, citerior y ulterior. Tenemos de nuevo frente a frente el senado aristocrático y la asamblea del pueblo. Pero esta asamblea está totalmente desfasada porque tendrían que acudir a ella pueblos enteros de casi toda Italia. Porque Italia ha sido sometida a Roma, y el imperio de la República ha saltado a la otra parte del mar. Las guerras Púni cas, Macedónicas, etc., han hecho a Roma señora de todas las tierras del Medi terráneo. Desde este momento ha terminado la época del florecimiento de la
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República. Las manos libres habían dejado caer el arado; las fuerzas y los sen tidos se dirigían hacia el mundo que se quería dominar y gobernar. Se crean los pretores provinciales que ocupan en cada pueblo dominado el rango de la autoridad que antes los rigiera: así, por ejemplo, el pretor de Sicilia ocupa el puesto del antiguo rey e incluso se instala en el palacio de Hierón. No hay que decir que hubo gobernadores de provincias que conservaron en todo mo mento la antigua sobriedad y santidad de costumbres, como Catón, que, siendo pretor de Cerdeña nadie lo vio más que a pie y acompañado de un solo sirviente; pero lo ordinario fue que se dejaran llevar del fausto y de la molicie, y que al term inar su mandato, volvieran a la metrópoli cargados de riquezas- desaprensiva mente conseguidas. El caso de Verres, tan cacareado por la acusación de Cicerón, no fue desgraciadamente el único. Es verdad que al salir de la provincia podía el senado abrir una inspección sobre su.gobierno, pero la justicia estaba en manos de los aristócratas y se hacía la vista demasiado gorda por aquello, de que «hoy por mí, mañana por ti». Cuando este sátrapa o tirano o reyezuelo' vuelve a Roma, cargado de rique zas y seguido de multitudes de esclavos ¿esperamos que obedezca las leyes de la ciudad? Con ello Roma se va convirtiendo en un pueblo de señores que man dan y de súbditos que obedecen a la fuerza. Conforme unos se enriquecen enorme mente, la clase media de labradores y de artesanos, que ha desaparecido casi to talmente en las guerras ·conquistadoras, queda arruinada y confundida con los advenedizos de los pueblos dominados, con los dediticios y clientes que llenan la ciudad, y los manumitidos que surgían por todas partes. Un día una muchedum bre de libertos interrumpían con clamores a Escipión Emiliano cuando hablaba en el foro, y éste exclamó: «Silencio, hijos adulterinos de Italia, ¿creéis que puedo temeros libres, yo que os he traído encadenados?».414 3. La plebe se convierte en populacho Es verdad que nominalmente todavía seguía el pueblo siendo soberano porque vota en los comicios; pero una vez que el derecho de ciudadanía se había conce dido a todas las ciudades y villas desde Caerea hasta Cumas, sin contar un gran número de colonias diseminadas por toda Italia, y una m ultitud de ciudades espar cidas por toda la Península, ¿qué carácter de asamblea de todo el pueblo podían ofrecer los comicios? La constitución de Roma está hecha para un territorio cuyos habitantes pueden reunirse diariamente en el Foro. El ciudadano labrador salía por la mañana de su casa, participaba en los comicios con su voto y volvía tran quilo por la tarde después de haber cumplido con su deber de ciudadano. Todo el pueblo conocía y vivía los problemas de la ciudad. Ahora eso es imposible. Los asuntos que se someten a la votación de esta m ultitud amorfa suelen ser muchas veces problemas de allende el mar, e incluso con frecuencia ignoran la existencia de los pueblos de que se trata. A falta de información y de conoci miento de los asuntos empiezan a fiarse de quienes creen que saben, y, sin más, votarán siempre que sí, a no ser que hayan sido previamente dirigidos por la 414. V a l. M a x . 6 , 2 , 3 ; V e il. P a te r . 2 , I I . C f. J. B éran ger, O rd re s e t classes d ’a p rè s Cicéron, e n R ech erch es su r les stru ctu res sociales dan s l'a n tiq u ité classique, P a r is 1 9 7 0 , 2 2 5 -2 4 2 ; A . M ic h e l, O rd re s e t classes d ’a p rè s les h isto rien s rom ains, ib ., 2 4 3 -2 5 7 ; J . G a g é , L es classes sociales dan s l ’E m p ire R om ain , P a r is 1 9 7 1 ; M . J o n e s , S tu d ie s in R om an G o v e r n m e n t and L a w , O x fo r d 1 9 6 0 ; P . G r im a i, R o m e d e v a n t César. M ém oires d e T. P o m p o n io A ttic u s , P aris 1967.
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acción de quienes tuvieran intereses creados, y entonces, sin saber por qué, vota rán que no. Resultaba verdaderamente monstruoso y ridículo el que de estas asambleas salieran las supremas decisiones del quehacer de Roma en el mundo dominado. La plebe ya no es una m ultitud de ciudadanos libres que puede aspirar hon radamente a una igualdad de derechos con los aristócratas, sino un populacho que vegeta con las migajas de las mesas de los señores, a cuyo capricho estarán siempre, con tal que les alivien un tanto las miserias de la vida. Para ganarse al populacho en masa los magistrados idearon medios que, de momento, parecían honrados; pero que analizados en el observatorio de la historia han resultado verdaderamente reprobables. Los gobernadores de las provincias, para llamar sobre sí la atención del senado, enviarán inmensas cantidades de trigo, que los señores de la ciudad distribuirán gratuitamente a su antojo a la plebe, para ganar se su simpatía. 4. Los juegos como entretenimiento Y como si eso fuera poco, se procurará quitar al pueblo sus preocupaciones, emborrachándolo a fuerza de fiestas y distracciones. Si durante cinco siglos el pueblo romano no conocía más que unas fiestas anuales, y un solo circo, en el año 220 a. C., Cayo Flaminio empezó la construcción del circo de su nombre, y se inaugurará en el 216 con unos juegos nuevos que llamaron «plebeyos» 41S. Na turalmente Flaminio obtuvo el consulado para el año 217, teniendo el honor de ser derrotado y muerto por Aníbal en el lago Trasimeno. Así se crean también, poco antes o después, las fiestas de Ceres (Cerealia) en el mes de ab ril416; hacia el 212 los ludi Apollinares, en honor de A polo417; en el 204 las fiestas de la Magna Mater Idaeam ; en el 173 los juegos dedicados a Flora (Floralia, ludi Flo ren ses). 419 La celebración de estos juegos se la distribuyeron entre sí los magistrados que todavía necesitaban del favor del pueblo en sus respectivas elecciones para magistraturas superiores: el pretor urbano celebraba las fiestas apolinares; los ediles curules costeaban los juegos antiguos, los Megalenses ludi, y los florales; los ediles de la plebe, los juegos plebeyos, y los de Ceres. Todos ellos eran ofre cidos por el peculio particular de cada magistrado, que, si lograba dejar satis fecho al pueblo con la esplendidez y la novedad de su presentación, tenía asegu rada la elección para la magistratura superior. Pero estos gastos previos para toda magistratura, constituía ya una discriminación de los candidatos, puesto que sólo podían aspirar los que estaban bien provistos de dinero. Frente a la anterior austeridad de los grandes triunfadores romanos que, ter minada su gesta heroica, se retiraban a las labores de sus campos, los que ahora triunfan no se dan por satisfechos, si tras apropiarse y distribuir con los suyos el botín de la guerra, no entran en triunfo en la ciudad para recibir el aplauso de sus conciudadanos y ser honrados con una recompensa perpetua: una estatua ecuestre, un sobrenombre que recuerde a todos y continuamente su victoria. Cayo Duilio, el que obtuvo la primera victoria naval sobre los cartagineses en Mila 415. 416. 417. 418. 419.
L iv . 2 9 , 3 8 , 8. L iv . 3 0 , 3 9 , 8 ; V arr. L . L. 6 , L iv . 2 5 , 1 2 , 9 -1 5 ; 2 7 , 2 3 , 5 . L iv . 2 9 , 1 4 ; 36, 36. V a rr. R . R.1 , 1, 6 ; P lin . N . H . 1 8 , 2 9 , 6 9 ;
15.
V e il. P a te r . 4 , 14;
O v id . Fast. 5 , 3 3 9 .
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(año 240), cuando en adelante salga de noche por las calles de Roma, irá prece dido de un hombre con una antorcha y de un flautista 420. A Cornelio Escipión se le aplicará el sobrenombre de «El Africano», a su hermano «El Asiático», a su primo «El Hispanus»; a Cornelio Escipión Emiliano «El Segundo Africano, Numantino». Quien hubiera llegado a una tal categoría se tendría por deshonrado de servir en el ejército dirigido por otro general. Antiguamente no era así: Quien hubiera capitaneado un ejército, llegado el caso, servía al año siguiente con un grado inferior, como hizo Catón que, después de haber sido cónsul, y haber obtenido, el triunfo, volvió a ser tribuno m ilitar a las órdenes de Tiberio Sempronio (año 214) y bajo Manio Glabrión en el año 2 1 1 .421 5. La mendicidad, la sportula y la annona Este aspecto de la vida romana es el lado sombrío de la ciudad, y es una consecuencia lógica de su desarrollo. Una ciudad enorme, siempre en trance de transformación, centro de la política, de los placeres y de los negocios de casi todo el mundo mediterráneo, era un inmenso atractivo para cuantos sentían el prurito de probar fortuna. O tro defecto particular de Roma era que desde su origen distribuía provisiones en calidad de socorro a los ciudadanos pobres, anno na, y luego quedó ya como un deber del Estado. Todos los ciudadanos participaban de una manera o de otra en las conquistas pero al llegar de ordinario la mayor parte del botín a manos del Estado o de los magnates, a los plebeyos les compensaban con la distribución de provisiones manuales. Lo cual no tardó en convertirse en un arma política y, al mismo tiem po, en una fuente de corrupción. Ciertamente incrementó el pauperismo, porque las personas holgazanas no se estimulaban al trabajo, prefiriendo pasar el tiempo esperando la annona, los alimenta, la sportula, la invitación a la comida, etc. La declaración de degradante e indigno del trabajo manual para las personas ingenuas 422; y la imposibilidad de contar con que los esclavos o los libertos se ganaran la vida, hacía que muchos miles de romanos no contribuyeran con lo más mínimo a la riqueza pública, ni trataran de salir ellos de su miseria par ticular. La agricultura italiana estaba abandonada en parte por la desidia de los ricos propietarios que preferían ver sus campos convertidos en jardines que en rastro jos; y en parte también porque lo que podía cultivarse en Italia se traía más barato y mejor de las provincias dominadas. Por eso confluyen los paisanos a Roma, abandonando la campaña, cosa que no comprende Salus'do.423
4 2 0 . C ic. S en ect. 4 4 ; L iv . E p it. 17. 4 2 1 . C ic. S en ect. 3 2 ; P lu t. C at. M ai. 1 2 .1 4 . 4 2 2 . V id . C ic . Of f . 1 , 1 5 0 : « I n lib e r a le s a u te m e t s o r d id i q u a e s tu s m er ce n a r io r u m o m n iu m , q u o ru m o p e r a e, n o n q u o r u m a rtes e m u n tu r ... O p ific e s o m n e s in s o rd id a a r te u e r sa n tu r ; n e c e n im q u ic q u a m in g e n u u m p o t e s t h a b e r e o ffic in a » . 4 2 3 . S a li. C at. 3 7 , 5 -9 ; ta m p o c o lo c o m p r e n d e V a r ró n , R. R . 2 , p r a e f. 3 . Y a s e a d v ie r te e ste an sia d e tra sla d a rse a R o m a p o r lo s a ñ o s 1 8 0 a. C . (L iv . 4 1 , 8 , 7 y 1 2 ). D e s d e e l año 2 04 lo s la tin o s se in s c r ib ía n e n R o m a e n la lis ta d e lo s c e n so r e s, y se te m ía q u e d e n tr o d e p o c o s a ñ o s n o h u b ie r a so ld a d o s e n la s c iu d a d e s la tin a s (L iv . 4 1 , 8 , 7 ); p o r e s o e l s e n a d o e n v ía r e i te r a d a m e n te a lo s la tin o s a su s c iu d a d e s (L iv . 4 1 , 9 , 9 ; y a e n e l a ñ o 1 8 7 a. C ., L iv . 3 9 , 3 , 5 ) . t E l c o s m o p o litis m o d e R o m a lo in d ic a b ie n c la r a m e n te S é n eca e n A d H elu . 6, 2 -4 y M a rcia l e n d iv e r so s lu g a r e s, c f. E p ig r . 3 ; 3 , 3 8 . E s c u r io so e l E p ig r . 3 , 1 4 e n q u e p r e se n ta a u n e sp a ñ o l
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La sportula, por la que muchos libertos estaban pendientes de sus patronos, loable en un principio resultó perjudicial a la postre, p o -ju e favorecía la pereza y la falta de iniciativa vital. La abundancia de juegos, con la seguridad de la annorta más o menos abundante, despreocupaba a la población de cualquier otra cosa. La distribución de grano y de dinero atraía a Roma a los desheredados de todas partes, con lo cual las tribus que pedían sin cesar panetn et circenses aumentaban temerariamente. Es verdad que en principio sólo a los ciudadanos se les distribuía la annona, pero no hay duda que los advenedizos se ingeniaban para participar ellos tam bién.424 Nada seguro puede decirse de la mendicidad en los primeros tiempos de la República; pero en un pueblo en que los propios senadores cultivan sus campos, como Cincinnato 425, la mendicidad perezosa no tenía éxito. Por otra parte lo que cada cual poseía estaba ajustado a las necesidades de su casa. Naturalmente las razzias de los enemigos, los elevados intereses de los usureros y el tener que dejar los campos por causa de las expediciones militares, creaban necesidades momentáneas que los ediles remediaban con la distribución de grano en el tem plo de Ceres 426. Pero conforme se va conquistando tierra enemiga se distribuye entre los que quieren trabajarla, con lo cual la indigencia habitual debía de ser muy ra ra .427 Al principio el heredium de un cabeza de familia son dos iugera, poca cosa realmente para mantener con ello una familia. Servio Tulio distribuye a cada familia plebeya siete iugera. A la expulsión de los Tarquinios cada plebeyo posée siete yugadas 428. Aún incluso más tarde, cuando la primera guerra Púnica, siete iugera constituyen toda la hacienda de Régulo 429. En Roma, en este tiempo, todos eran pobres, pero nadie estaba en la miseria. Naturalmente, tal estado de cosas no podía durar mucho, por varias razo nes: El desprecio que se sentía hacia las ocupaciones manuales impedía el cultivo directo de los campos; el lujo que se iba introduciendo poco a poco creaba nue vas necesidades, que no todos podían satisfacer con los frutos de su hacienda q u e ib a a R o m a p e n s a n d o e n lo b ie n q u e a llí ib a a v iv ir , p e r o a n te s d e en tra r e n la c iu d a d se e n te r a « d e lo q u e p a sa » y s e v u e lv e d e s d e e l p u e n te M ilv io : « R o m a m p e te b a t e su r ito r T u c c iu s p r o fe c tu s e x H isp a n ia . O c c u r rit illi s p o r tu la r u m fa b u la : a p o n te r e d iit M u lu io » . . U n h o m b r e h o n ra d o n o p u e d e v iv ir e n R o m a , M a rc ia l, 4 , 5 ; t a l e s e l b a r u llo q u e e n e lla se form a. 4 2 4 . V id . S u e t. A u g . 4 2 , 1; I u v e n a l. 1 , 9 5 -1 0 0 ; c f. J . L e G a ll, R om e, v ille de fa in éa n ts?: R E L 4 9 (1 9 7 1 ) 2 6 6 -2 7 7 , s e g ú n J u v e n a l y F r o n tó n la p le b e d e R o m a e sta b a s iem p r e o c io sa y n o c la m a b a m á s q u e p o r p a n y c ir ce n se s; p e r o c o n la sp o rtu la s ó lo n o s e p o d ía v iv ir ; a sí e l m is m o J. L e G a ll, L a " N ou velle p leb e" e t la sp o rtu le qu o tid ien n e , M éla n g . P ig a n io l, p . 14491 4 5 4 ; D . v a n B e r c h e m , L es d istrib u tio n s d e b lé e t d 'a rg e n t à la p lè b e rom ain sous l ’E m pire, G e n è v e 1 9 3 9 ; R . M a ra ch e, L e pro b lè m e social ch ez M artial e t ch ez Juvénal (c o m u n ic . e n la S o c ié té d e s É t . L a t. 5 n o v . 1 9 6 0 ): R E L 3 8 (1 9 6 0 ) 5 1 -5 2 . 4 2 5 . L iv . 3 , 2 6 , 9 -1 0 ; P lin . N . H . 1 8 , 2 0 . 4 2 6 . V a rr. e n N o n . 1, 2 0 9 . 4 2 7 . P lin . N . H . 1 8 , 3. 4 2 8 . L i v . ’2 , 5 ; D io n is . 5 , 13; P lin . N . H . 1 8 , 4 , 1 8: « M a n i q u id e m C u r i p o s t tr iu m p h o s im m e n su m q u e terra ru m a d ie c tu m im p er iu m .n o ta c ö n tio e st: p e r n ic io s u m in t e lle g i 'ciuem , cu i se p te m iu g e r a n o n e s s e n t sa tis. H a e c a u te m m ensura'· p le b e i p o s t e x a c to s r eg e s ad sig n a ta erat», la c a n tid a d d e tie r r a s q u e M a n io C u r io c r e e s u fic ie n te p a ra u n a fa m ilia d e s p u é s d e la guerra d e P irr o . C in c in n a to s e c o n te n tó c o n c u a tr o (P lin . ib .). 4 2 9 . V a l. M a x . 4 , 4 , 6 ; S e n e c a , A d H elu . 12.
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aun en el caso de que la cultivaran; de ahí procedía la usura sobre el dinero prestado que desnivelaba en absoluto los haberes antes tan proporcionados; y por fin la afluencia de gentes ociosas, que en medio de una gran m ultitud viven con artes más o menos confesables 43°, pero siempre rayando en la mendicidad. Ño faltaban tampoco quienes se arruinaban emprendiendo negocios en los que espe raban obtener buenas ganancias431; y otros en las satisfacciones de la buena v id a.432 Las comedias de Plauto nos manifiestan que ya en el primer cuarto de siglo II los mendigos eran bastante numerosos, existiendo entre ellos un medio de vivir muy determ inado.433 A la par que iba desarrollándose Roma, se intensificaban también las causas de la miseria, la lucha de clases entre la plebe y la nobleza, el incremento de las deudas, la frecuencia de las guerras, verdadera calamidad para el pequeño labra dor. Toma dinero prestado a intereses elevadísimos, que luego no puede pagar y siente el rigor de la ley implacable. Entre la primera deuda y 1# esclavitud hay una larga etapa de indigencia, miseria y mendicidad. De ahí las retiradas del pue blo al monte Sacro o al Aventino, las leyes sobre las deudas, las medidas de cir cunstancias que se tomaban de cuando en cuanto para aliviar momentáneamente el malestar. Las leyes agrarias buscaban siempre poner remedio a estos males que no dejaban de ir creciendo. La época de mayor crecimiento de la pobreza sucedió a la caída de Cartago. Los pequeños propietarios se vieron obligados a vender o dejar sus tierras y venirse a vivir a Roma, con lo cual las propiedades pasaron a manos de unos pocos que amasan inmensos latifundios. Ni solucionó tampoco el problema el que a partir de Sila hasta el fin de las guerras civiles, los generales triunfadores acomodaban a sus veteranos en parcelas formadas sobre los domi nios de los antiguos dueños, porque además de remover a los antiguos colonos, que buscaban refugio en Roma, los nuevos asentados, muy contentos al principio, cuando no tenían más que recoger los frutos que otros habían cultivado, pero cuando advirtieron que el campo no da, si no es recibiendo antes el esfuerzo y el sudor del labriego, echando de menos las diversiones de la ciudad, volaban también hacia ella; con todo lo cual se formaba la turba forensis pronta siempre a séguir al político más atrevido, y que en realidad constituía la reserva de la m endicidad,434 No hablamos de los pobres, sino de los desgraciados mendigos que no tienen para sustentar su vida otro remedio que la mendicidad. Su número,ciertamente elevado, no es posible calcularlo. Se situaban en los puentes, en la is la 43S, en los alrededores de los templos 436, en las puertas de la ciudad, sobre todo en la que salía hacia Ostia, la puerta Trigémina 437, en los lugares frecuentados de las cer4 3 0 . I u v e n a l. 7 , 1 4 -1 6 . 4 3 1 . P la u t. T rin. 3 3 1 -3 3 3 . 4 3 2 . P la u t. ib. 1 3 3 -1 3 4 . 4 3 3 . P la u t. C a p t. 1 3 : « h is tr io n e m c o g is m e n d ica r ie r » ; E p id . 2 2 3 : « q u id erat in d u ta ? an r e g illa m in d u c u la m an m e n d ic u la m ? » ; T rin . 3 3 9 -3 4 0 : « D e m e n d ic o m a le m e r e tu r q u i e i d a t q u o d e d it a u t b ib a t: n a m e t illu d q u o d d a t p e r d it e t illi p r o d it u ita m ad m ise ria m » , v . e l fr g m . X V ( I I I ) : « m a lim m o r ir i m e o s q u a m m e n d ica r ie r » . 4 3 4 . L iv . 9 , 4 6 ; C ic . S est. 1 7 . 2 7 . 4 9 . 5 0 . 5 3 ; A d Q . fr. 2 , 1; A it. 1, 1 3 , 16; 5 , 2 , 3; P hil. 1, 9; y V ir g . Ecl. l . a. 4 3 5 . I u v e n a l. 5 , 8 ; 1 4 , 3 4 ; S e n e c a , V it. B eat. 2 5 ; S u e t. Claud. 2 5 . 4 3 6 . M a rtia l. 4 , 5 3 ; A m m . M a rc. 1 4 , 6 ; 2 8 , 3 . 4 3 7 . P la u t. C apt. 9 0 : « V e l ire e x tr a p o r ta m T rig e m in a m ad sa ccu m lic e t» , a u n q u e e sta
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canias, como el bosque de Egeria, donde abundaban los mendicantes judíos m , y en el camino de Aricia por el que acompañaban a los carros de los viajeros echán doles besos de despedida.439 Muchas veces, como si hubieran sido víctimas de un naufragio, cuelgan de su cuello o ponen junto a sí, para mover a compasión, el cuadro de una barca rota por el oleaje 440 y ponderan y cuentan su desgracia. De esta y de otras fic ciones semejantes les dieron el nombre de mendicus, como mendum dicens, «que dice mentira», y también «que dice su necesidad o su defecto». No siempre, sin embargo, era fingido el romance, ya que muchos perdían todo lo suyo en un nau fragio, y no había seguros de ninguna clase. Otras veces fingían defectos físicos, una pierna rota, ataques de epilepsia, ceguera u otras enfermedades que lamenta ban con lágrimas y suspiros441, que tarde o temprano se descubría ser falsos y la gente se mofaba de ellos 442. Algunos llegaban a hacer verdaderas extravagancias, tales como masticar suelas de zapatos viejos, hundirse clavos en la cabeza, lanzarse al agua helada en invierno; y lo que era peor, con frecuencia, si alcanzaban alguna criatura de las expuestas, la mutilaban para que le sirviera siempre de pretexto y de reclamo de limosna 443. Al mismo tiempo que mostraban sus defectos físicos, solían entonar canciones de elevada picaresca, que algunos se campoñaban con sen cillos instrumentos músicos, con lo cual la gente se detenía y llovían sobre ellos las monedas. Estos mendicantes solían sacarse un buen jornal de ordinario. No así los que simplemente tendían su mano suplicante. Otros iban ricamente vestidos, y se presentaban como personas de buenas fa milias, pero que los reveses de las fortuna los habían arruinado momentáneamen te. Estos se presentaban en las casas pudientes y de los limosneros de la Iglesia con la confianza de conseguir una suma mayor en la distribución. Debían ser mu chos los que iban dando timos de esta forma puesto que S. Ambrosio se queja de que agotan los haberes de los pobres.444 Mendigos son también realmente esos pobres clientes que todas las mañanas van a saludar a su patrono, que deposita en sus manos la limosna cotidiana, único medio de vida que poseen; los filósofos cínicos 445; los sacerdotes de Cibeles, que
e x p r e s ió n p o d r ía in d ic a r « ir a trabajar d e d e sca r g a d o r al m u e lle tib e r in o » q u e se h a lla b a a la salid a d e e sta p u e r ta (L iv . 3 5 , 1 0 ). 4 3 8 . I u v e n a l. 3 , 1 3 -1 6 ; M a rtia l. 1 2 , 5 7 , 1 3 . 4 3 9 . I u v e n a l, 4 , 1 1 6 -1 1 8 . L o s m e n d ig o s lle v a b a n a lforja y b a s tó n (M a r tia l, 1 4 , 8 1 ; en 4 , 5 3 h a c e M a rc ia l e s te r etra to d e l m e n d ig o : « H u n c , q u e m sa ep e u id e s in tra p e n e tr a lia n o str a e P a lla d o s e t te m p li lim in a , C o sm e, n o u i c u m b a c u lo p e r a q u e s e n e m , c u i ca n a p u tr isq u e s ta t c o m a e t in p e c tu s so r d id a b a rb a c a d it, cerea q u e m n u d i te g it u x o r a b o lla g ra b a ti, c u i d a t la tr a to s o b u ia tu rb a c ib o s , e s s e p u ta s C y n ic u m d e c e p tu s im a g in e ficta: n o n e s t h ic C y n ic u s, C o sm e: q u id e rgo? C a n is» . 4 4 0 . M a rtia l. 1 2 , 5 7 ; H o r . A . P. 2 0 ; P e is . 5 , 8 y 3 2 ; I u v e n a l. 1 4 , 2 9 8 -3 0 2 . 4 4 1 . H o r . E p . 1, 1 7 , 5 8 s. 4 4 2 . H o r . ib. 4 4 3 . S e n e c a , C on trou. 5 , 3 3 ; 10, 4 . 4 4 4 . A m b r o s . Of f . Cleric. 2 , 1 6 . D e s d e e l s ig lo i v m u ch o s p o b r e s para ir a la s casas de lo s c r istia n o s s e v is te n d e m o n je s, y to m a n otra a c titu d d is tin ta c u a n d o va n a la s casas paganas. O tr o s c o r r e n tierra s y m a res, sa n o s y fu e r te s , v iv ie n d o a c o sta d e lo s d e m á s, p o r e l s o lo p lacer d e v a g a b u n d e a r (c f. S. A m b r o s , ib.). 4 4 5 . I u v e n a l. 1, 1 1 8 -1 2 0 ; M a rtia l. 4 , 5 3 ; 1 4 , 8 1 .
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van recorriendo las ciudades en un cortejo curioso, acompañados de la música de cimbales, de tambores, de triángulos, de flautas, y penetran en las casas de los ricos donde reciben todo género de obsequios y comidas. Y por fin, entre los mendigos más desvergonzados hay que contar a los ricos que no dudan en ir a recoger la sportula a casa de los más ricos que ellos, haciéndose acompañar de su esposa escuálida o encinta.446 E n el concepto legal de mendigos no están solamente los que piden limosna callejera, sino también aquéllos que viven en todo o en parte de las distribuciones del Estado, o de donativos particulares, sin prestar ningún servicio en cambio. Es el caso de la annona ciuica. Las distribuciones de trigo a precios muy reducidos se hacía en Roma antes de los Gracos, en tiempos de escasez 447; pero Cayo Graco la estableció regularmente desde el año 123 a. C. Desde este año hasta el Imperio hubo diversas disposiciones, desde la supresión total de Sila, hasta la distribu ción gratuita impuesta por la ley Clodia. A estas distribuciones, en principio, tenían derecho todos los1 ciudadanos, aprovechándose también algunos patricios44e. En tiempos de César había 320.000 beneficiarios, cifra que él redujo a 150.0000449; pero debió de elevar esa cifra muy pronto, puesto que Augusto vuelve a rebajarla otra vez, dejándola en 200.000. Esta cifra se conserva todavía en tiempos de Sep timio Severo 450. ¿Sería ese el número de indigentes en Roma? Ciertamente eran muchos. El tribuno M. Philippus escribe en el año 104 «que no eran más de 2.000 los ciudadanos que poseyeran su patrimonio». Cosa que Cicerón califica de inju riosa, falsa y merecedora de pena capital451, pero por lo menos es significativa. Fuerte es también el testimonio de Tib. Graco: L o s a n im a le s q u e p a c e n p o r I ta lia , tie n e n ca d a u n o s u r e fu g io y su g u a r id a , m ie n tra s q u e q u ie n c o m b a te y m u e r e p o r I ta lia , n o g o z a d e o tr o s b ie n e s m á s q u e d e l aire y d e la lu z , y s in h o g a r y s in t e c h o v a e rra n te c o n la m u jer y c o n lo s h ijo s . P a tra ñ a s d e lo s je fe s , c u a n d o e n la s b a ta lla s a n im a n a lo s s o ld a d o s a su p e r a r a lo s e n e m i g o s para sa lv a r lo s s e p u lc r o s y lo s a lta res. P o r q u e e n tr e ta n to s r o m a n o s n in g u n o p o s e e u n a lta r h e r e d a d o d e s u p a d r e , n i u n a tu m b a q u e h a y a p e r te n e c id o a s u s a b u e lo s , y v a n a la g u erra y a Ja m u e r te p a ra su sten ta r la s r iq u eza s y e l lu j o d e o tr o s , d u e ñ o s d e l m u n d o , d e p a la b ra , m ie n tr a s e n r ea lid a d n o p o s e e n n i u n c é s p e d d e t ie r r a .352
Estas palabras de Tib. Graco nos manifiestan que, ciertamente, muchos roma nos habían dejado de ser propietarios. Con todo el que César pueda borrar 170.000 receptores de la annona indica que la plebs no estaba constituida únicamente por personas que vivían de los suministros del Estado. Es verdad que entre esos 170.000 habría no pocos intrusos que no fueran ciudadanos romanos, pero tam bién lo es que al matizar César en las necesidades de cada uno, vio que muchos ciudadanos se estaban aprovechando de la generosidad del Estado. El pretor, dice Suetonio 453, llenaba las vacantes que dejaban los muertos, echando suertes entre los que no estaban contenidos en la lista de beneficiarios. Nadie en absoluto, ni 446. 447. 448. 449. 450. 451. 452.
I u v e n a l. 1, 1 2 0 -1 2 6 . L iv . 4 , 1 3 -1 6 ; 3 0 , 2 6 , 2 : 3 1 , 4 , 6 ; 3 1 , 6 0 , 1; 3 3 , 4 2 , 8; P lin . N . H . 18 , 1 5 , 17 . A p p . B. V . 1 , 2 1 ; C ic. T use. 2 , 4 8 . S u e t. Caes. 4 1 . D io C a ss. 1 6 , 1. C ic. Of f . 2 , 7 3 . P e te r , V e t. R o t» . H isto rico ru m reliqu iae I , C C V I I I ; y e n D ie Q u ellen P lu tarch s in den B iographien d e r R ö m er, 9 7 . V id . P lu t. T ib . G rac. 9 . 4 5 3 . S u e t. Caes. 4 1 , 3 .
Intentos de reforma
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senador ni caballero, está excluido de entrar en la suerte, y mucho menos se con sidera su modo de com portarse.454 Aparte de estas donaciones los clientes tenían la sportula, pero hay que contar con que antes del cristianismo no existía centro benéfico alguno. Algunos particu lares dejaban legados y donaciones para los pobres de alguna ciudad, como Pli nio 455 y no faltaban repartos y congiaria de diversos tipos, y comidas y banquetes con ocásión de fiestas familiares, funerales, triunfos o cualquier ocasión que se bus caba para hacerlo 456. Si se atiende a las cantidades que se distribuían eran inmen sas, pero la ración de cada cual era escasa, por eso se añadían de cuando en cuando congiaria extraordinarias de dinero* o de otras donaciones. Los 38 kilos de trigo al mes, los cinco modii que cada uno recibía, Au'gusto los duplicaba en tiempos de escasez. En el año 28 d. C. se cuadruplica 457. Y aun con todo Séneca dice que el pueblo está peor tratado que los. prisioneros 458. Muchos de estos pobres no tenían lugar fijo donde dormir 459. Cargados con un pobre colchón, al llegar la noche lo extendían en el Foro 460, bajo los pórticos461, o en los bosques vecinos a la ciudad 462. La misma suerte corrían los pobres socorridos por la Iglesia a partir del siglo II I. Las donaciones en lugar de hacerlas en trigo prefirieron efectuarlas en pan de primera calidad desde Aureliano, que también empezó a distribuir una ración de tocino. Cada uno recibía su tessera y con ella pasaba por delante de la panadería donde estaba el magistrado y tomaba el pan. Las leyes agrarias y la fundación de colonias iban ordenadas a disminuir la plebs urbana. César se proponía colocar unas 170.000 personas en diversas colo nias, pero sólo 80.000 aceptaron 463, a ellos les exigió que por lo menos una ter cera parte de los trabajadores que emplearan fueran hombres lib res464. Con ello se disminuía la afluencia constante de gentes del campo a la ciudad. Muchos empe radores mandaban revisar las condiciones de los mendicantes, echando fuera a los que podían trabajar, y dejando tan sólo a los que estaban inválidos ó eran ancia nos. Los mendicantes ualidi deben de trabajar.
V.
INTENTOS DE REFORMA
1. Primeras tentativas Si la República quería subsistir se imponía una reforma radical en su constitu ción para mejorar este estado de cosas. No era posible que un Imperio mundial 4 5 4 . S e n e c a , B enef. 4, 2 8 , 2 : « R e x h o n o r e s d ig n is d a t, c o n g ia r iu m e t in d ig n is ; fr u m en tu m p u b lic u m tam fu r q u a m p e r iu r u s e t a d u lte r a c c ip iu n t e t sin e d ile c tu m o r u m q u isq u is in c isu s e st; q u id q u id a liu d e s t , q u o d ta m q u a m c iu i, n o n ta m q u a m b o n o d a tu r, e x a e q u o b o n i ac m ali fe r u n t» . E I c o n g ia r io e s rep a rto d e l v in o y d e l a c e ite y o tr o s d o n a tiv o s q u e a co m p a ñ a b a n a la d is tr ib u c ió n d e l tr ig o . 4 5 5 . P lin . E p . 7 , 18. 4 5 6 . S u e t. D o m 4; P lu t. Lucul. 3 7 ; Caes. 5 5 ; L iv . 3 9 , 4 6 . 4 5 7 . D i o C a ss. 5 3 , 2 . 4 5 8 . S e n e c a , E p. 1 8 . 4 5 9 . S e n e c a , V it. Beat. 2 5 . 4 6 0 . C ic D o m . 3 0 4 6 1 . M a rtia l. 1 0 , 5. 462. Iu v e n a l. 3 , 1 4 -1 7 . 4 6 3 . S u e t. Caes. 4 2 . 4 6 4 . S u e t. A u g . 4 4 .
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siguiera con una base de régimen hecho para una pequeña ciudad. Es verdad que se intentó la reforma, pero al limitarse ésta a aspectos concretos, y no abaícar toda la urdim bre de la compleja vida romana, se quedó siempre en conatos ineficaces. Los tribunos trataron de informar al pueblo, reanudando sus antiguas contio nes, pero el número de ciudadanos que asistía era exiguo en comparación con los que ahora podrían participar en los comicios centuriados o tributos. Los censores Apio Claudio (año 312), Quinto Fabio (año 304) y Tiberio Sem pronio (año 169) trataron de acomodar como mejor pudieron los nuevos ciuda danos en las tribus o curias existentes, con lo cual aparentemente todo el pueblo participaba en las decisiones de la ciudad. Los comicios conservarán sus atribu ciones anteriores, pero ya estaban totalmente influenciados, como hemos dicho, por senadores ricos, y sus votos tanto en favor de las leyes, como en la elección de magistrados, se los daba ya hechos el senado. 2. Marco Porcio Catón, el censor Impulsado por su vecino L. Valerio Flaco, un noble que no estaba conforme con el sesgo que llevaba la República, M. Porcio Catón, labrador íntegro del cam po sabino, y por tanto de la clase media, hizo todas las batallas contra Aníbal des de Trasimeno hasta Zama, y llegó al consulado, consiguió el triunfo, y desempeñó la censura. Todo el ejemplo de su vida, toda la potencia de su oratoria, todos sus nobles ideales de defender y promocionar a la clase media se estrellaron con tra el torrente de desenfreno y de lujo que ya arrastraba a la nueva aristocracia, y orillaba miserablemente al pueblo. A Catón no le faltó ni energía, ni buena voluntad, ni medios de poner en la picota a los más destacados en el odio al pueblo. Así, por ejemplo, el hermano del Africano fue borrado le la lista de los caballeros 465; y el hermano del libertador de Grecia fue arrojado del senado466. Pero su intento resultó ineficaz por falta de amplitud en el proyecto, que no abordaba la reforma en sus verdaderas dimensio nes y por la energía tan cerrada que encontró en la aristocracia. Consiguió, como mucho, que los magistrados se preocuparan de fundar unas cuantas colonias en el año 214 a. C., en que se colocaron unos miles de ciudadanos romanos, que se habían quedado sin nada en la devastación de Italia por Aníbal. Cuarenta y cuatro veces fue acusado por los aristócratas al tribunal del pueblo y todas ellas salió Catón absuelto, defendiéndose él personalm ente447. Sus leyes de policía, presentadas en gran número, sobre la sencillez de la vida y la auste ridad de las costumbres, fueron fácilmente aprobadas, pero nunca cumplidas por los rom anos.468 4 6 5 . P lu t . Cat. Mai. 1 8; c f. P . F ra cca ro , Biografía d i Catone·. M e m . A c c a d . V e r g ilin a I I I , 1 9 1 0 ; I d ., Richerche storiche e letterarie sulla censura del 184-183: S tu d i S to r ic i ( 1 9 1 1 ) 1. 4 6 6 . P lu t. Cat. Mai. 1 7 . i 4 6 7 . P lu t. Cat. Mai. 1 5 ; « D íc e s e q u e tu v o q u e d e fe n d e r s e e n p o c a s m e n o s d e c in c u e n ta ca u sa s, la ú ltim a d e e lla s c u a n d o y a te n ía o c h e n ta y s e is a ñ os: e n la c u a l d ijo a q u e lla c é le b r e s e n te n c ia : 'Q u e e s c o sa m u y d u ra h a b e r v iv id o c o n u n o s h o m b r e s y te n e r q u e d e fe n d e r s e a n te o tr o s ’». 4 6 8 . P lu t. Cat. Mai. 1 9 : « E l p u e b lo s e m a n ife stó m u y c o n te n t o d e l m o d o c o n q u e e je rc ió la c en su ra : p o r q u e h a b ié n d o le c o n s a g r a d o u n a e sta tu a e n e l te m p lo d e la S a lu d , n o a n o tó e n la in s c r ip c ió n q u e C a tó n m a n d ó e jé r c ito s, n i q u e tr iu n fó , s in o , s eg ú n la in s c r ip c ió n d e b e tr a d u c ir se , q u e h e c h o c e n so r , r e s titu y ó a su a n tig u a g r a v ed a d , c o n ú t ile s r e g la m e n to s y sab ias m á x im a s e in s titu c io n e s , e l g o b ie r n o d e lo s r o m a n o s, y a d e c a d e n te y m u y in c lin a d o a la c o r ru p c ió n » .
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3. Pequeños progresos Después de la derrota de Canas (2 de agosto del 216) en la que Roma pierde unos 80.000 hombres, fue necesario rebajar la cuota, fijada en la constitución de Servio Tulio de 11.000 ases como mínimo y prescindir de la ingenuidad para entrar en las clases del pueblo centuriado. Era necesario enrolar dentro de las centurias el mayor número posible. Los ingenuos y emancipados que tuvieran de 4.000 a 1.500 ases servirían en la escuadra. Los que tuvieron 4.000 como mínimo se alistarían en las legiones. En caso de necesidad serán llamados a la infantería los que. poseyeran hasta un mínimo de 375 ases. Esto trajo consigo una reforma de los comicios centuriados, ya que estos hom bres que antes estaban excluidos de ellos, al ser inscritos en las centurias, debían participar también en sus comicios. En estas asambleas dijimos que votaban por orden de la cantidad del censo, de forma que rarísima vez llegaba la ocasión de votar a las centurias de las últimas clases; y rarísima era la ocasión en que se daba voto a los emancipados. Ahora ya no votan las primeras las 18 centurias de caballeros, sino las de la primera clase por suerte. Las cinco clases tienen el mismo número de votos, participando tam bién en la votación los manumitidos. Sólo cuando hayan votado las centurias de tres de las clases, si han coincidido en su voto, se puede interrum pir ya la vota ción, porque ya está manifiesta la mayoría. La aristocracia, es decir, las 18 centurias de caballeros, reaccionó vivamente, y lo que no podía conseguir fiándose en la prioridad de su voto, lo intentaba y con seguía por sus presiones sobre el vulgo. La ley Gabinia, del año 139, propuso el voto secreto en los comicios para las elecciones. Pero eso no aprovechó gran cosa. Dice Ihne: T o d o s lo s m a le s a n ejo s a la s e le c c io n e s c o n tin u a r o n c o n la m is m a fu erza , y e n lo s ú ltim o s tie m p o s d e la R e p ú b lic a v e m o s c o n v e r tid a la c a n d id a tu r a d e lo s cargos e n u n v e rd a d e ro arte q u e n o e x c lu ía m e d ió n in g u n o d e p e r su a sió n , d e e n g a ñ o , d e s o b o r n o e in tim id a c ió n . 469
La igualdad del voto entre ingenuos y emancipados fue suprimida muy pronto. En el año 220 el censor Cayo Flaminio los sacó de las centurias. Esta reforma, pues, aunque de ámbito muy corto, dio igualdad de valor al voto de todos los ciudadanos, como ya sucedía en los comicios tributos. a) Abolición de la dictadura Hacia el año 217 se abolió prácticamente la dictadura, por obra de unos de magogos embaucadores del pueblo. Con ello el senado había perdido uno de sus frenos más poderosos, cuando trataba de detener o de suspender la acción de los cónsules demasiado lanzados hacia algún asunto menos conveniente. Entonces el senado excogitó la manera de suplir al dictador y fue dar un voto de confianza a
469. I h n e , H ist. R om an a V I , 7 5 ; v id . L . Z a n c a n , P er una valu tazion e dette fo rtu n e della classe senatoria al te m p o deU’E m ilia n o : M e m . d e lla R . A cca d . d i P a d o v a L I I , e v a lú a la fo r tu n a d e a lg u n a s d e la s g r a n d e s fa m ilia s ro m a n a s d e e s t e tie m p o .
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los cónsules en momentos de peligro, como ante una guerra o una conjura repen tina, con el llamado senatus consultum ultimum, que empezaba siempre con las palabras: caueant consules..., e tc .470 b) Las quaestiones perpetuae E n el campo de la justicia se introducen las quaestiones hacia el año 149. Los casos de derecho se hicieron más frecuentes y mayores con el auge del Imperio, por ejemplo, las querellas por parte de las provincias contra los gobernadores sin conciencia. Naturalmente de estos asuntos el pueblo no podía estar bien enterado, y se nombraron jueces de entre los senadores. Ante la multiplicación de las acu saciones y querellas por exacciones, la ley Calpurnia (a. 149) estableció un tri bunal permanente para las quaestiones repetundarum 471; luego se establecieron otros tribunales para otros crímenes. Todos ellos recibieron el nombre de quaestio nes perpetuae. c) Ruina de la clase media Después de la guerra con Perseo, Roma disfrutó de más de cien años de paz, de una paz enervadora en que exteriormente su nombre infundía respeto y temor en los pueblos extranjeros, pero interiormente se llenó de medianías, tanto entre los aristócratas, que ahpra empiezan a llamarse optimates, como entre los plebeyos, que reciben el nombre de populares. Se preguntaba el gran Catón: ¿qué será de Roma el día que ésta no tenga a nadie que temer? Ese día ha llegado, y lo primero que trae consigo es una crisis social que desembocará en una revolución. Con la sumisión de los aliados aumen tan enormemente las tierras comunales, de las que se apoderan los aristócratas, formando enormes latifundos, que fueron absorbiendo también las pequeñas pro piedades. Se destinaron grandes dominios a la cría de ganado, de vino, de aceite, y todo ello se explotaba por incontables masas de esclavos, con lo cual los pequeños labradores y los jornaleros se vieron sin haciendas y sin trabajo. Como de esta for ma la producción resultaba sumamente barata, los labradores medios no pudieron sostener la concurrencia de los precios y vinieron también a la ruina. Los arruina dos de los campos acudieron a Roma y engrosaron la plebe de la ciudad, que vivía a costa de los ricos, puesta para todo a disposición de quien mejor la alimentara y divirtiera. Los optimates a su vez únicamente pensaban en triunfar en la política sobre sus opositores o contrincantes. Y para ello lo más seguro parecía ganarse buenas influencias, no precisamente con méritos de servicio a la Patria, sino halagando a los más poderosos con servicialidades y prosternaciones indignas, y mostrándose ante la plebe complacientes e imbuidos de un profundo espíritu democrático y ansioso de favorecer en todo al pueblo, aunque una vez alcanzado su logro lo piso teara por su venalidad.
470.
S o b re la in tr o d u c c ió n d e la le y m a rcia l, s u s titu y e n d o la d ic ta d u r a , v . G . P la u m a n n ,
D a s sen a tu sco n su ltu m u ltim u m , d ie Q u a sid ik ta to r d e r sp ä te rer rörn. R epublik·. K l. 13 (1 9 1 3 ) 3 2 1 . U n a d e fe n s a d e l m is m o en C ic e r ó n , P ro R ab. perd, reo, to d o e l d is c u r so . C . B a rb a g a llo , U na m isu ra eccezionale d e i R om an i: I l sen atu s con su ltu m u ltim u m , R o m a 1 9 0 0 . 4 7 1 . V id . L a le x A cilia R e p e tu n d a ru m : C I L . I 2, 5 8 3 ; B ru n s, F o n te s ..., 5 5 ; G ir a r d , Fon t e s ..., 3 2 ; R ic c o b o n o , F o n te s ..., F lo r e n c ia 1 9 4 1 , 8 4 -1 0 2 .
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d) Los caballeros Si en este momento el gobierno de Roma hubiera aparcelado los terrenos co munales distribuyéndolos a los plebeyos, o por lo menos hubiera impuesto a cada explotación agrícola emplear, un número determinado de braceros libres junto a los esclavos, como se había hecho en la primera crisis social, hubiera prestado un buen servi 10 a la República; pero si se hizo algo de esto, fue en muy corta escala. Entonces los más ricos de los plebeyos dirigen sus capitales hacia los ..nego cios come cíales que las leyes y las costumbres vedaban a los senadores. Ellos, unidos a los magnates que el censor había degradado, forman un tercer estado, llamado de los caballeros. Por medio de sociedades mercantiles se apoderaron pronto de todo el comercio del mundo romano. Como al senado le resultaba enojoso él cobro directo de los tributos y contribuciones impuestos a los pueblos sometidos, se avino con estos acaparadores del dinero de forma que por un tanto alzado les arrendaba el cobro de las gabelas del Estado. Ellos entregaban previamente el dinero de la contrata al erario público, y luego se esparcían con gran aparato de lictores y publicanos por las provincias. Desgraciadamente se esforzaban en ha£çr fructificar con sobre abundancia el dinero adelantado explotando sin miramientos y con infracción de las leyes a los pueblos tributarios. Por muchas que fueran las quejas llegadas a Roma contra los abusos de este cuerpo de esquilmadores, rara vez se les hacía caso, por la buena inteligencia que en ese punto tenían con los senadores. Políticamente los caballeros no forman un partido, porque cada uno de ellos seguía perteneciendo a la plebe o al patriciado; pero sil distinción social perjudicó grandemente a la plebe, que vio separarse de sí a sus miembros más influyentes, ya que poco a poco se iban aproximando a los aristócratas, quienes, por su parte, pre cisaban del dinero prestado por los caballeros, convertidos de esta forma en ban queros. e) Primeras esperanzas de la reforma Se podía pensar que por la rectitud de miras manifestadas en toda ocasión por Escipión Emiliano, sería éste quien abordara una total reforma de la constitución romana, al volver triunfador de Numancia. Pero desgraciadamente no fue así 472. Siendo censor en el año 142 purga de indeseables la lista del senado e intenta in culcar en la vida las costumbres de los antiguos tiempos, pero su gestión no resultó más eficaz que la de M. Porcio Catón, En los albores del consulado de su amigo Cayo Lelio (a. 140) se concibió la esperanza de la ansiada reforma. Hizo el proyecto de una moción para que se qui tasen a los detentadores todo los terrenos comunales de Italia, no enajenados por el Estado, distribuyéndolos entre un buen número de colonos. Pero solamente el 472. T . M o m m s e n , H ist, d e R o m a I I , 1 2 3 -1 2 5 ; v . ta m b ién : E . T . S a g e - A . J . W egn s r , A d m in istr a tiv e com m ission s an d th e official career 218-167 B. C .: C P h (1 9 3 6 ) 2 3 ss; G . B lo c h , O b se rv a tio n s su r le procès d es Scipions·. R E A 8 (1 9 0 6 ) 9 3 ; W . S ch u r, Scipio A fricanus u. d ie B egrü n du ng d e r röm . W e lth rrsc h a ft: E r b e d e r a lte n X I I I , L e ip z ig 1 9 2 7 ;' R . M an s fie ld H a y w o o d , S tu d ies on Scipio A fric a n u s: J o h n s H o p k in s U n iv . S tu d ie s , 1 9 3 3 ; P . Fraccaro, I p ro cessi d eg li S cip io n i: S tu d i s to r ici (1 9 1 1 ) 2 1 7 ; J. K a e r st, S cipio A em ilian u s, d i Sica u. der P rin zip a t: N J W 5 (1 9 2 5 ) 6 6 5 ; K , B ilz , D ie P o litik d e s P . C orn eliu s Scipio A em ilian u s: W ü rz b u rger S tu d ie n zu r A lte r tu m s w is s V I I , S tu ttg a r t 1 9 3 6 .
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intento de presentar esta ley levantó tal polvareda'entre los senadores terratenien tes que tanto Lelio como su consejero Escipión advirtieron que quien lo intentara se jugaba irremisiblemente la vida. 4. El esfuerzo y sacrificio de los Gracos Desde posiciones menos ventajosas que las que ocupaban Escipión y Lelio se lanzaron a la empresa de salvar a Roma e Italia los dos hermanos Tiberio y Cayo Sempronio Graco 473. No pueden operar juntos porque se llevan nueve años de edad, pero lo que Tiberio emprende, lo intenta proseguir unos años después el joven Cayo. Son hijos de Tiberio Sempronio Graco, dos veces cónsul (años 177 y 163) y censor en el año 169, y de Cornelia, la excelente hija del primer Africano. a) Tiberio Graco (163-133 a .C .) Era un joven, de carácter apacible, asentado, de costumbres sencillas y de po derosa elocuencia. Se había distinguido en Cartago y en Numancia luchando a las órdenes de su primo y cuñado Escipión Emiliano 474. Cuando regresa de España y recorre la E truria y gran parte de Italia ve que todos los campos están trabajados no por hombres libres, sino por rebaños de esclavos encadenados, pertenecientes a grandes latifundistas, que han arrojado de sus proximidades a los pequeños pro pietarios. Entonces advierte prácticamente lo que muchas veces había hablado con Escipión y Lelio, y no comprende cómo éste había desistido de su propósito. L a s b e s tia s fe r o c e s q u e h a b ita n e n I ta lia — dirá u n p o c o d e s p u é s — e l g a n a d o q u e p a sta e n lo s p r a d o s, tie n e n s u s c u e v a s y cam as, p e r o e s t o s c iu d a d a n o s q u e lu c h a n y m u e r e n p o r I ta lia n o tie n e n o tr a p r o p ie d a d q u e la d e l aire y la lu z d e l d ía . M ie n te n n u e s tr o s g e n e ra les c u a n d o e x c ita n a la s le g io n e s a n tes d e la b a ta lla a d e fe n d e r lo s a lta res y lo s s ep u lc ro s; d e to d o s e s o s ro m a n o s n in g u n o p o s e e la se p u ltu r a d e su s p a d re s, n in g u n o p u e d e m o str a r u n p r o p io hogar. H a n d e p e le a r y m o rir p o r la c o m o d id a d y lu jo d e o tr o s , p o r la a b u n d a n c ia y r iq u eza d e lo s e x tr a ñ o s. S e llam an señ o re s d e l m u n d o , p e r o n i u n a g le b a d e tierra le s p e r te n e c e e n p r o p ie d a d .475
Llegado a Roma fue invitado por muchos, incluso magnates, a realizar la obra de la que incomprensiblemente había desistido Lelio. Con este fin solicitó y ob tuvo el tribunado de la plabe para el año 133 476. Apenas tomó posesión del tri bunado de la plebe, el día 10 de diciembre del año 134, propuso una ley agraria, que en el fondo no era más que una renovación de la propuesta por la ley Licinia Sextia del año 376, pero mucho más suave, para no herir los derechos adquiridos. Las ideas principales de la ley Sempronia agraria eran éstas: El Estado debe incautarse de todos los terrenos comunales, sin indemnización para los detenta dores que los ocupaban abusivamente; pero en nada se tocan los terrenos alqui lados como sucedía en territorio de Capua. Estas tierras se dividirán en lotes de 30 yugadas y se distribuirán por suerte a los ciudadanos pobres y a los aliados 4 7 3 . T h . M o m m s é n , H ist, d e R om a I I : T ib e r io , p p . 1 2 5 -1 3 8 ; C a y o , p p . 1 3 9 -1 6 7 . 4 7 4 . P lu t. T i. Grac. 4. 4 7 5 . P lu t. T i. G rac. 9 ; v id . supra, n o ta 4 5 0 . 476. L iv . E p ii. 5 8 ; P lu t. Ti. Grac. 1 -1 4 ; A p p . B. C. 1, 7 -1 7 ; V e il. P a ter , 2 , 2 ; G e ll. 1 5 , 1 2 . V id . R . S ea la is, L a p o litiq u e agraire d e R o m e d e p u is les guerres p u n iq u e s ju sq u ’aux G racqu es: M B 3 4 (1 9 3 0 ) 2 ; M . A . L e v i, L a lo tta p o litica n el m on do antico, M o n d a d o r i 1 9 5 5 ; e in g lé s , L o n d o n 1 9 6 5 .
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itálicos, no en posesión, sino en arrendamiento perpetuo y hereditario, debiendo el nuevo poseedor cultivarlos y dar una pequeñísima renta al erario público. Nadie podrá poseer más de 500 yugadas del ager publicus, y luego, teniendo más de un hijo, otras 500 yugadas más; pero nadie podía pasar de 1.000 yugadas (252 hec táreas). Por los territorios cedidos de su propiedad el Estado pagará una indem nización conveniente.477 La finalidad de esta ley era impedir que aumentara el proletariado, y desapa reciera por completo la clase media; el que los bienes se acumularan en manos de unos pocos y evitar con ello una lucha fratricida que se vislumbraba ya en el hori zonte. Por eso clamaba Tiberio Graco: L a r e v o lu c ió n n o v e n d r á , e stá ya a q u í p o r v u e str a cu lp a; p o r q u e p e r m itís q u e au m en te ca d a d ía m á s la m a sa d e e sc la v o s y d e p r o le ta r io s . P r o p o r c io n a d le s trab ajo, d ad les c a m p o s y u n h o g a r y esta a sig n a c ió n traerá c o n s ig o n o e l e sta llid o d e n u e v a s r ev o lu c io n e s s in o e l a c a b a m ie n to d e la s a n tig u a s. ¿ N o e s ju s to q u e v a y a a to d o e l p u e b lo lo q u e a to d o e l p u e b lo p e r te n e c e ? O ¿ es e l b ie n e s ta r d e lo s c iu d a d a n o s d e m en or im p o r ta n c ia q u e e l d e lo s e sc la v o s ? ¿ Q u ié n d e e llo s to m a las arm as e n fa v o r d e la p a tria ? ¿ S e p u e d e n é s to s en tr e g a r c o n m a y o r co n fian za a lo s e s c la v o s y p r o le ta r io s q u e a lo s c iu d a d a n o s e sta b le c id o s? ¡Q u é p e lig r o s n o s aguardan ! M ie n tr a s p o r la fu er z a d e la s arrnas y la fo r tu n a d e la gu erra h e m o s alcan zad o la p o s e s ió n d e la. m a y o r p a r te d e la tierra h a b ita d a y n o s lis o n je a m o s c o n la esp er a n z a d e g a n a r tam b ié n l o q u e r esta , c o rr e m o s p e lig r o d e p e r d e r p o r la c o d ic ia y la in te r io r d e b ilid a d a u n l o ya a lc a n z a d o . m
Esta ley hería los intereses de la mayor parte de los senadores, y el senado no estaba dispuesto a perm itir que se llevara a la práctica. La ley se aprobó después de duras batallas y grandes aclamaciones del pueblo. Luego se procedió a la designación de los primeros triunviros para llevarla a cabo y resultaron elegidos el mismo Tiberio Graco, su hermano Cayo Graco, a la sazón de veinte años, y su suegro Apio Claudio. Cuando pusieron manos a la obra el senado obstaculizó cuanto pudo para demorar su cumplimiento. Entre tanto llegó a Roma la noticia de que el rey Atalo de Pérgamo había muerto y legaba su reino y sus riquezas fabulosas al pueblo romano. Graco pre sentó una proposición para que aquellas riquezas se repartieran entre los ciuda danos pobres para que pudieran comprar con ellas los aperos necesarios para la labranza. Al mismo tiempo proponía Tiberio que se pudiera apelar al pueblo con tra las sentencias del senado.479 La lucha estaba en su punto más cálido al llegar los primeros días de diciem bre, cuando expiraba el año de su tribunado. Pará poder dar exacto cumplimiento a su ley Tiberio Graco pide de nuevo el tribunado para el año siguiente. Los sena dores hicieron todos los posibles para impedirlo, pero llegado el día de la elección y ver que ya las dos primeras tribus habían votado en su favor, los senadores, guiados por Escipión Nasica, y pretextando que Tiberio quería proclamarse rey, lo asesinaron vilmente sobre el Capitolio, en el templo mismo de la Fidelidad. Con él murieron unos 300 amigos que trataron de defenderlo, y sus cadáveres fueron arrojados vergonzosamente al T ib er.480 4 7 7 . P lu t. T i. G rac. 8 -1 0 ; v id . L . Z a n c a n , A g e r p u b licu s, ricercbe d i storia e d i d iritto romano·. P u b . fa c o lt. d e lit t , d i P a d u a , 1 9 3 5 . ' 478. 479. 480. 4 , 5 5 -6 8 ;
A pp. P lu t. P lu t. C ic .
B . C . 1, 11. T i. Grac. 1 4; L iv . E p it. 5 8 . T ib . Grac. 1 9 -2 0 ; A p p . B. C. 1, 1 4 , 1 5 . 1 6 . 6 8 ; V e il. P a t. 2 , 3 ; R b e t. a d H eren. R ep . 1, 3 1 .
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Los partidarios de la reforma llevaron adelante la ley, continuó la repartición de tierras del ager publicus y con ello se aumentó en 76.000 el número de los ciu dadanos rom anos.481 Cuando volvió Escipión Emiliano triunfador de Numancia, logró que se subtrajera el aprecio de la verdadera extensión del ager publicus de la consideración de los triunviros y pasara a los cónsules. Con ello sin derogar la ley, se interrumpió su aplicación. Pero al día siguiente, cuando el pueblo estaba esperando que se presentara el triunfador de Numancia para dirigirle la palabra, se le comunicó que Escipión Emiliano había sido asesinado. Era la venganza popular contra el asesi nato de Tiberio Graco. b) Cayo Graco (154-121 a .C .) Este joven patricio era nueve años más joven que su hermano Tiberio. Se había distinguido también en la guerra de Numancia, luchando como un bravo a las órdenes de su primo y cuñado Escipión Emiliano. Cayo era mucho más fogoso y entusiasta que Tiberio para resolverse y emprender sus obras 482. En talento y justeza de miras estaban equilibrados, pero Cayo era aún mucho más orador que su hermano, por lo mismo que estaba dotado de una cultura igual pero de una vehemencia superior, hasta el punto que se ha dicho de él que «su pasión terrible lo había convertido en el primero de los oradores que han levantado su voz en el Foro romano; sin esta pasión y sus extravíos, podríamos contarlo también entre los grandes políticos de su siglo». Después del primer discurso público que pronunció Cayo en defensa de su amigo V edo, el pueblo se sintió arrebatado por su elocuencia y el senado empezó a temer por la personalidad que manifestaba. Se le envió a Cerdeña, como cuestor del cónsul Orestes. Allí se manifestó el primero en todo, por la valentía en la lucha, por la justicia con los naturales; por el amor y el respeto al general; por el pundonor y sencillez en su vida 483. Pretendiendo el senado retenerlo indefinida mente en Cerdeña, en parte para tenerlo alejado del teatro de la vida ciudadana y en parte para ver si el clima incómodo o un dardo certero de los enemigos segaba su vida en flor. Pasados tres años se volvió a Roma, sin contar para nada con la decisión del senado. Lo primero que hicieron los senadores fue acusarlo ante el censor de un quebrantamiento de la disciplina militar; pero Cayo se defendió tan bien que sus mismos acusadores quedaron convencidos de que el único agraviado en este asunto era Cayo G raco.484
4 8 1 . P lu t. T i. G rac. 2 1 ; T h . M o m m s e n , H ist, d e R om a I I , 1 4 0 . S e g ú n A p p ia n o la ab roga c ió n d e la le y S e m p ro n ia se fu e a p lica n d o e n tres eta p a s. A l p r in c ip io s e a u to riza la v e n ta d e lo s lo te s ; lu e g o s e s u s p e n d e la r e p a r tic ió n , p e r o s e im p o n e u n v e c tig a l al ager p u b licu s (p o r la lex Boria)·, y e n tercera y ú ltim a fa s e s e su p r im e e l v e c tig a l. C ic er ó n , B ru t. 1 3 6 , h a b la e n u n te x to n o m u y claro d e u n a le y T horia, q u e d e jó a b o lid a d e fin itiv a m e n te la le y agraria d e C. G raco. 4 8 2 . P lu t. C. G rac. 1; C ic. B ru t. 1 2 5 ; P r o R abi. reo, 14; H ar. R esp. 4 1 ; v . A . O ltram are, C aiu s G racchus, u n c a p ítu lo m u y in te r e s a n te d e su o b r a H o m es d 'É ta t, B r u x e lle s 1 9 3 7 ; N . H ä p k e , C . S em p ro n ii G racch i o ratoris R om an i fragm en ta collecta et illu strata, d is s . M u n ic h 1 9 1 5 ; E . M ey e r , U n tersu ch u n gen zu r G ech ich te d e r G ra ch en : K l. S c h r ifte n (1 8 9 1 ) ; F . T a eg er, T i. G racchus, U n tersu ch u n gen zu r röm . G esch ich te u. Q u ellen k u n d e, S tu ttg a r t 1 9 2 8 . 4 8 3 . P lu t. C. G rac. 2. 4 8 4 . P lu t. ib. G e lio n o s r ec u erd a a lg u n o s fr a g m e n to s d e e s t e d isc u r so , p e r o s ó lo e n lo re fe r e n te a s u p u n d o n o r y m o d e r a c ió n d e v id a ( G e ll. 1 5 , 1 2 ); « V e r sa tu s s u m , in q u it, in p ro u in c ia , q u o m o d o e x u s u u e s tr o e x istim a b a m e s s e , n o n q u o m o d o a m b itio n i m e a e c o n d u c e r e arbi-
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Entonces presentó su candidatura de tribuno de la plebe para el año 123 485. Si Tiberio se presentó al tribunado con el proyecto de una ley agraria, Cayo llevaba en cartera una nueva constitución. Todo el plan de su actuación se basaba en la reelegibilidad de los tribunos en años consecutivos, que ya tenía fuerza de ley; pero naturalmente para ser reelegido debía contar con el apoyo del pueblo elector. Ante todo aseguró al pueblo que tendría el trigo necesario a un precio menor de la mitad de lo que se vendía: ut semisse et triente frumentum plebi daretur446. Para ello engrandeció los graneros del pueblo romano donde se guardaban los cereales enviados a Roma desde todas las provincias trigueras. Con esta medida la plebe campesina se alistó para vivir en la ciudad. Las dos primeras leyes que presentó al pueblo fueron como una reparación pública a los manes de su hermano Tiberio: 1) Que no se pudiera celebrar un juicio criminal contra un ciudadano romano, sino por mandato del pueblo 487; 2) Que quien fuera desposeído por el pueblo de una magistratura, quedara inhabili tado para optar a otra. Esta última ley que se dirigía contra Octavio, depuesto por el pueblo del tribunado a sugerencia de Tiberio Graco, .la retiró Cayo, a petición de su madre C ornelia.488 Luego siguieron una serie de leyes bien pensadas y bien ordenadas, condu centes todas ellas a transferir al pueblo los poderes del senado. La lex agraria renovó la de su hermano, que no estaba derogada. Como ya en Italia no podía hacerse nada más en este sentido, pues ya todo el ager publicus estaba distribuido al proletariado, Cayo pensó en los campos que la República tenía alquilados, prin cipalmente en Capua y Tarento para fundar en ellos colonias 489. Como esto no bastaba para colocar a todos los populares, pensó en fundar colonias en la fértil tierra de la antigua Cartago 49°. Allí envió 6.000 hombres entre ciudadanos y alia dos itálicos, a fundar la colonia Junonia, dándoles el derecho de ciudadanía491. Graco buscaba con ello además de descongestionar a Italia de brazos parados, humanizar el trato que Roma venía dando a las provincias ultramarianas, a las que consideraba únicamente como países dominados. O tra ley militar trataba de suavizar el servicio prestado bajo las armas. En vez de los veinte años de servicio que se exigía, diez a pie y diez a caballo, puso el mínimo de dos años. No se podría llamar a los jóvenes antes de los diecisiete años cumplidos y el Estado debería equipar a los soldados, sin descontarles del sueldo el valor de las armas y del uniforme, como se hacía antes. Vimos en otro
trabar. N u lla a p u d m e f u it p o p in a , ñ e q u e p u er i e x im ia fa c ie sta b a n t, s e d in c o n u iu io lib er i u e s tr i m o d e s tiu s e ra n t q u a m a p u d p r in c ip ia . P o s t d e in d e h a ec d ic it: 'I ta u e r sa tu s su m in p ro v in c ia , u t i n e m o p o s s e t u e r e d ic e r e a ssem a u t e o p lu s in m u n e r ib u s m e a c ce p isse au t m e a opera q u e m q u a m su m p tu m fe c iss e . B ie n n iu m fu i in p r o v in c ia ; si u lla m e r etrix d o m u m m e a m intr o iu it a u t c u iu s q u a m se r u u lu s p r o p ter m e s o llic ita tu s e s t , o m n iu m n a tio n u m p o str e m issim u m n e q u is s im u m q u e e x is tim a to te . C u m a se r u is e o r u m ta m c a ste m e h a b u e rim , in d e p o te r itis c o n si d erare, q u o m o d o m e p u te tis c u m lib e r is u e s tr is u ix is s e ’. A tq u e ib i e x in te r u a llo : 'I ta q u e , in q u it, Q u ir ite s , c u m R o m a m p r o fe c tu s su m , z o n a s, q u a s p le n a s a r g en ti e x t u li, eas e x p r o u in cia in an es r e tu li; a lii u in i a m p h o ra s q u a s p le n a s tu le r u n t, e a s a r g en to r ep le ta s d o m u m r ep o r ta u e r u n t’». 4 8 5 . P lu t. C. G rac. 3 ; L iv . E p it. 6 0 . 4 8 6 . L iv . E p it. 6 0 : «a u n a tercera p a r te d e i p r e c io c o r r ie n te » . 4 8 7 . P lu t. C. G rac. 4; C ic. P ro Balb. 12. 4 8 8 . P lu t . C. G rac. 4 . ' 4 8 9 . P l u i C Grac. 5 ; c o m o tip o d e le y A graria p u e d e v e r s e C IL . I 2, ‘ 5 8 5 , r ep ro d u c id a en R ic c o b o n o , F o n tes Iu ris R om . A n te iu st., F lo r e n tia e 1 9 4 1 , 1 0 2 -1 2 1 , d e l añ o 1 1 1 a. C . 4 9 0 . P lu t. C. G rac 6 8. 4 9 1 . P lu t. ib. 11.
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lugar que del derecho de la prouocatio se exceptuaba el caso en que el reo hubiera sido juzgado por un tribunal militar; como consecuencia de las leyes de Cayo Graco el jefe militar tampoco puede pronunciar sentencia capital más que sobre los aliados y sus súbditos.492 La lex de iudiciis tiene varios aspectos. H asta ahora sólo podían ser jueces los senadores. Cayo añade 300 jueces caballeros junto a los 300 del senado, eligién dose de entre esos 600 ciudadanos los jueces para cada caso particular 493. Por otra parte quitó al pueblo el derecho de intervenir en los delitos capitales más ordinarios, como el envenenamiento y el asesinato. Para entender en estas causas eligió comisiones especiales permanentes, quaestiones rerum capitalium, cuÿa acción no podía ser impedida por la intromisión de los tribunos, ni podía presentarse re curso de casación contra sus sentencias. Durante el proceso político el acusado permanecía libre y podía substraerse de él renunciando a la ciudadanía, o mar chándose voluntariamente al destierro, con tal que sus acreedores pudieran asegurar el cobro de las deudas. El destierro que antes era considerado como una especie de indulto, cobra ahora categoría de pena, sin que el desterrado pierda por ello el pleno dominio de sus bienes. Dice Plutarco: P a ra h a c e r sa n c io n a r e sta le y to m ó c o n gran d ilig e n c ia s u s m e d id a s: u n a d e e lla s fu e e l q u e , s ie n d o a n tes c o stu m b r e q u e to d o s lo s o ra d o res h a b la se n v u e lto s , h a c ia e l s e n a d o y h a c ia e l lla m a d o c o m ic io , e n to n c e s p o r la p rim era v e z s a lió m á s fu er a , p e r o ra n d o h a c ia la p la za ; y e n a d e la n te lo h iz o a sí siem p r e, c a u sa n d o c o n u n a p e q u e ñ a in c lin a c ió n y v a r ia c ió n de· p o s tu r a u n a m u d a n z a d e g r a n d ísim a c o n s id e r a c ió n , c o mo f u e la d e c o n v e r tir e n cie rta m a n er a e l g o b ie r n o d e a ristocracia e n d e m o cra cia , c o n d a r a e n te n d e r q u e lo s o r a d o r es d e b ía n p o n e r la v is ta e n e l p u e b lo y n o e n e l s e n a d o .494
Dio además leyes de creación de colonias, de construcción de caminos y de esta blecimiento de graneros públicos.495 P or la lex de duitate sociis danda, se debía conceder los derechos de ciudadanía a los latinos, y el derecho latino a los aliados italianos, con lo cual se robustecía de nuevo la ciudad. ■ Trató de separar a lös caballeros de los aristócratas, rompiendo su buena inte ligencia basada en sus mutuos intereses pecuniarios 496. Se explica fácilmente que al buscar unos y otros sus beneficios en los mismos cámpos de las provincias tri butarias chocaran con frecuencia entre sí. Graco se aprovechó de estas circunstan cias para atraer hacia sí a los caballeros. Les concedió el distintivo del anillo de oro en lugar del ordinario de hierro o de bronce, y, sobre todo les ofreció el cobro de lasrentas del Asia 497, y la formación delos jurados498. La mayor parte 492. P lu t. ib. 5 . 493. P lu t. ib . 5 . U n tip o d e le x iu diciaria q u e reserv a a lo s ca b a lle r o s lo s ju ic io s p o r c o n c u s ió n , v . en C IL . I 2, 5 8 3 , r ep ro d u c id a e n R ic c o b o n o , F o n te s ..., 8 4 -1 0 2 , q u e se g ú n M o m m se n e s u n a le x A cilia v o ta d a d u ra n te e l tr ib u n a d o d e C . G r a c o ( 1 2 3 a. C .) y s e g ú n J. C a r co p in o , e s u n a le x S eruilia, d e S e r v ilio G la u c ia , d e l a ñ o 1 0 8 a. C . 4 9 4 . P lu t. C . G rac. 5 . 4 9 5 . P lu t. ib . 6 -8 . H a y a lg u n a s r efer e n c ia s q u e te s tim o n ia n la la b o r c o lo n iz a d o r a d e lo s G r a c o s e n d iv e r so s p u n to s d e I ta lia , C IL . I 2, 6 3 9 -6 4 0 , y e l L ib e r colon iaru m , q u e fo r m a p arte d e lo s G a m m a tici V eteres·, v id . E . P a is, Serie cronologica d e lle colon ie rom an e e latine·. M A L , S erie V , 1 7 (1 9 2 4 ) ; I d ., S toria d e lle colon izzazion e d i R o m a a n tica: P r o le g o m . I , 1 9 2 2 . 4 9 6 . T h . M o m m s e n , H ist, d e R o m a I I , 1 5 1 -1 5 3 . 4 9 7 . I b id ., 1 5 3 -1 5 4 ; v id . N ic c o lin i, F asti d e i trib u n i della p le b e , M ila n o 1935; M . A . L e v i, L a co stitu zio n e rom ana dai G racch i a G iu lio C esare, F lo r e n c ia 1 9 2 8 . 4 9 8 . T h . M o m m se n , o. c., 1 5 4 -1 5 5 .
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de los procesos civiles o criminales se ventilaban hasta ahora ante un jurado espe cial, o comisiones permanentes o extraordinarias formadas por senadores m . Graco hace para estos juicios unas listas anuales del jurado (ordo indicium) tomándolos exclusivamente de las centurias de los caballeros. Priva también al senado de su atribución de designar y distribuir el gobierno de las provincias entre los magistrados salientes, disponiendo que esas designa ciones se hagan previamente a las elecciones consulares; y como si eso fuera poco quita también al senado la jurisdicción que se había atribuido sobre la adminis tración del tesoro público. Para que en los comicios no influyeran los votos de ninguna centuria privile giada, dispuso que se votara por el orden que estableciera la suerte. Como su constitución no quedaba del todo asegurada, se hizo reelegir tribu no para el año 1 2 2 .500 Es natural que el senado no se quedara inactivo ante tal despojo de sus prerro gativas. Como la oposición defrente no sería eficaz, trató de defenderse con las mismas armas con que se veía atacado: que otro tribuno adicto al senado, arre batase a Cayo el favor popular. A este juego se prestó el tribuno Livio Druso 501. Amparado por el senado, se lanzó por los mismos caminos de los Gracos, pero su perándolos en concesiones al pueblo. Si la ley agraria Sempronia arrendaba a per petuidad las parcelas entregadas, Livio Druso las daba en propiedad; si Cayo Graco vendía el trigo a la plebe más barato de lo que costaba, Druso lo regalaba; si Cayo fundaba tres colonias, Livio creó hasta doce. Por otra parte, así como Cayo Graco lo hacía todo personalmente, trazado de caminos, establecimiento de colo nias, etc., Livio lo hacía por intendentes, con lo cual no perdía el contacto inin terrumpido con la plebe. Y así sucedió que, cuando Graco marchó a Cartago, a fundar la colonia Juniona, por más que no empleó más qüe setenta días, cuando volvió a Roma, se encontró con que la plebe estaba toda a merced de Livio Dru so; y cuando intentó conseguir Cayo por tercera vez el tribunado, pudo conven cerse de que la plebe no le seguía por amor, sino por interés. Cuando otro dio más, se vio abandonado. Fue el final de la política de Cayo y la causa inmediata de su muerte. En resumen, pues, las leyes dadas por Cayo Sempronio Graco son las siguientes: 1.a N e de capite cinis Romani iniussu populi indicaretur. 2.a Proposición de ley sobre que el ciudadano depuesto por el pueblo de una magistratura, no pudiera desempeñar ninguna otra. Esto quedó en proyecto, por que Cayo la retiró a ruegos de su madre. 3.a Una ley agraria que continuaba la de su hermano Tiberio. 4.“ Una ley militar. 5.a Una ley sobre el derecho de sufragio de los aliados de derecho latino. 6.* Una ley sobre la distribución de trigo. 7.a Una ley sobre la constitución de listas de jurados. 8.“ Una ley sobre el Asia. 9.a Una ley sobre los nuevos derechos de impuestos.
499. 500. 501.
I b id ., 1 5 5 -1 5 6 . I b id ., 1 5 7 -1 6 1 .
S o b r e la figu ra b a s ta n te e n ig m á tic a d e L iv io D r u s o p u e d e v e r se : W . S tre h l, M . L ittius D ru su s V o lk s trib u n i. ] . 91 a. C hr., d issl M a rb u rg 1 8 8 7 ; J. A . S e y m o u r , T h e policy o f D rusu s th e younger·. E H R 2 9 (1 9 1 4 ) 4 1 9 ; M . T . P o lid o r i, I l trib u n a to d i L iv io D ruso: H is t. 1 (1 9 2 7 ) 1 4 0 ; C . L a n z a n i, R icerch e su l trib u n a to d i M . L iv io D ru so il giovan e: R F I C 4 0 (1 9 1 2 ) 2 7 2 .
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10.a Una ley sobre las reservas de trigo (Lex de Horréis). 11.a Una leysobre fundación de colonias. 12.a Una leysobre la expropiación necesaria para el trazado de grandes vías. 13.a Una ley sobre las provincias consulares. 14.a Una proposición para enviar colonias de ciudadanos de ciertas categorías a Capua, Tarento y Cartago. 15.a Una proposición de enviar colonias de ciudadanos a todos los aliados de Italia. 16.a Una proposición para modificar el orden del voto en los comicios centu riados. Todas estas leyes bien pensadas y ordenadas manifiestan un genio organizador, capaz de cambiar el aspecto de una civilización. Muchas de sus leyes fueron derogadas después de la muerte de Cayo Graco, por más que el espíritu de su renovación no pudo desarraigarse tan fácilm ente.502 c) Efímera restauración senatorial M uerto Cayo Graco, el senado recuperó gran parte de sus prerrogativas, pero se conservaron las distribuciones de trigo, los jueces jurados, el miramiento a los caballeros y a los proletarios, y quizás en esto fueron aún más lejos que los Gracos. Se suprimieron las colonias ultramarinas, la concesión del derecho de ciudadanía a los aliados, y la comisión para el reparto de tierras. E l senado había triunfado de nuevo por medio del asesinato, pero no tenía ningún hombre capaz de llevar una política adecuada. Tampoco el pueblo, muerto su adalid, tuvo quien se ofreciera a una m uerte segura para su redención. Por eso tuvo que sufrir durante mucho años los ultrajes de la aristocracia.503
5. Cayo Mario La guerra de Yugurta (111-105 a. C.) vino a descubrir la debilidad, y las fla quezas de la aristocracia, y el pueblo halló por fin un jefe victorioso en la per sona del plebeyo de Cereatae, junto a Arpino, Cayo Mario 504. Era éste, hijo de padres muy pobres, trabajó como jornalero hasta que se inscribió en el ejército como soldado raso, haciendo sus primeras armas en la toma de Numancia. Su natural íntegro y rudo, la entereza de su ánimo y sus pocas letras, le llevaron 5 0 2 . P lu t. C. G rac. 1 7 ; A p p . B. C. 1 , 2 4 . 2 5 ; L iv . E p it. 6 1 ; v id . G . d e S a n c tis, R ivo lu zio n e e rea zio n e n e ll’etá d e i Gracchi·. A . e R . N S . 2 (1 9 2 1 ) 2 0 9 ; W . E n s z lin , D ie D e m o k ra tie u. Rom·. P h . 8 2 (1 9 2 7 ) 3 1 3 . 5 0 3 . T h . M o m m s e n , H ist, d e R o m a I I , 1 6 8 ss; v id . R . v o n P ö h lm a n n , G esch ich te d e r so zialen Frage u. d e r Socialism u s in d e r a n tik en W e lt, M u n ic h 31 9 2 5 , 2 v o l.; U . K a h r s te d t, G ru n d lag en u n d V o ra u ssetzu n gen d e r röm . R e v o lu tio n : N e u e W e g e zu r A n tik e (1 9 2 6 ) . 5 0 4 . D ic e P lu t. M ar. 3 : « N a c id o d e p a d re s e n te r a m e n te o sc u r o s, p o b r e s y jo r n a le r o s... tard ó e n v e n ir a la c iu d a d y e n g u sta r la s o c u p a c io n e s d e e lla , h a b ie n d o te n id o s u r e s id e n c ia e n to d o e l tie m p o e n C e r n e to , a ld e a d e la r e g ió n A r p in a , d o n d e su te n o r d e v id a fu e g r o se r o , c o m p a ra d o c o n e l c iv il y c u lto d e la c iu d a d , p e r o m o d e r a d o y s o b r io y m u y c o n fo r m e c o n a q u é l en q u e a n tig u a m e n te se cria b a n lo s r o m a n o s » ... H iz o su s p rim era s arm as b a jo e l m a n d o d e E s c i p ió n e n e l s itio d e N u m a n c ia , d is tin g u ié n d o s e ta n to c o m o b u e n s o ld a d o , q u e p r e g u n ta n d o al g u ie n a E s c ip ió n « c u á l s e r ía e l g e n e r a l y p r im e r c a u d illo q u e d e s p u é s d e é l te n d r ía e l p u e b lo r o m a n o , h a llá n d o se M a rio s e n ta d o a s u la d o , le p a s ó s u a v e m e n te la m a n o p o r la e sp a ld a y res p o n d ió : 'Q u iz á s é s t e ’». V id . M o m m s e n , H ist, d e R om a I I , 2 3 2 -2 4 2 .
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muy pronto a una oposición manifiesta al senado. Apoyado por el pueblo con siguió el consulado para el año 107 505 y el triunfo sobre Yugurta el 1 de enero de 104 506. Los cimbros y teutones que, tratando de invadir la Italia del Norte habían derrotado en varias ocasiones a los ejércitos romanos, mandados por cón sules aristócratas, fueron vencidos también por Mario definitivamente en el mes de julio del año 101 M7. Como premio a esas victorias el pueblo le nombró cónsul por sexta vez para el año 1 0 0 .508 Como la aristocracia se había opuesto siempre a la elección de Mario para todas las magistraturas y sobre todo para su repetido consulado, Mario se puso al servicio del pueblo, que entonces estaba manejado por dos tribunos desapren sivos. Ante todo reorganiza el ejército, pero de esto hablaremos en otra parte. El tribuno Lucio Apuleyo Saturnino 509 había propuesto una ley para distribuir trigo entre los pobres, casi regalado; otra sobre la creación de colonias en Sicilia, Acaya y Macedonia, y en la parte de la Galia que Mario había arrebatado a los cimbros y teutones, y se distribuyen en el Africa 100 yugadas de tierra a cada veterano de Mario. A todos éstos, al parecer, se' les concedía también el derecho de ciudadanía romana. La ley fue votada en un ambiente de violencia; y estuvo en vigor muy poco tiempo, porque Mario cayó en desgracia del pueblo. El senado determinó, para evitar decretos precipitados del pueblo, que toda proposición de ley, antes de llevarse a los comicios, debía exponerse públicamente por lo menos durante 17 días, en los que había tres días de mercado, para que todo el mundo la conüciéra; y en un mismo proyecto de ley no podrían mezclarse diversas cosas. Ley Caecilia Didia del 98. 6. M. Livio Druso Mucho más moderado que Cayo Graco, y de espíritu más cultivado que Mario, este hijo del adversario de Graco, se hizo el caudillo de una prudente reform a510. Hombre moderado, prudente, trabajador y de una vida intachable, habiendo con seguido el tribunado de la plebe en el año 91, propone al pueblo unas cuantas leyes: a) Lex iudiciaria, como los jueces jurados procedían caprichosamente, sobre todo en las causas pecuniarias, se propone una investigación criminal para conocer los hechos de la corrupción judicial y de los sobornos denunciados en los jueces. La ley en este sentido quitaba a los capitalistas su exclusividad en los juicios, puesto que habían de ir a partes iguales con los senadores 511 y traía consigo el castigo de las injusticias cometidas. El senado debía aumentar sus 300 miembros, con otros 300 más, elegidos de entre los más dignos del orden ecuestre. 5 0 5 . P lu t. M ar. 2-3 ; 9. 5 0 6 . P lu t. ib. 9 -1 0 ; v id . Sali. B ellu m lu g u rth in u m . 5 0 7 . P lu t. ib . 1 1 -2 7 . 508. P lu t. ib. 2 8 . 509. P lu t. ib . 2 9 -3 0 ; T h . M o m m s e n , H ist, d e R o m a I I , 2 4 2 -2 5 6 . 5 1 0 . V id . supra, n o ta 5 0 1 , p u e s to q u e la b ib lio g r a fía a llí in d ic a d a s e r efie r e a ' M . L iv io D r u s o e l jo v e n , é s t e p r e c isa m e n te ; T h . M o m m s e n , H ist, d e R om a I I , 2 5 6 -2 6 1 . S ob re la m o d e r a ció n y p u re z a d e s u s c o stu m b r e s, v . C ic . O ff. 1 , 1 0 8 : « E r a t in M . D r u so a d u le s c e n te sin g u la r is s e u e r ita s » ; R abir. 2 1 . 5 1 1 . L iv . E p it. 7 1 : « V t a e q u a p a r te iu d ic ia p e n e s s e n a tu m e t e q u e s tr e m o r d in e m e ss e n t» .
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b) Lex agraria, debían aumentarse las distribuciones de la anona, para auxiliar a los indigentes, y al mismo tiempo se proponía acuñar moneda de cobre con igual valor adquisitivo que la de plata; se debía repartir la tierra disponible entre ciu dadanos pobres; las tierras libres de Campania y de Sicilia había que destinarlas a la fundación de colonias, con ello se pretendía crear una clase media firme y estable. c) L ex de ciuitate sociis danda, a los confederados italianos se debe conceder la ciudadanía; Roma debía dejar de ser la señora de Italia y convertirse en su centro. Como se ve todas estas ideas son las de los Gracos, que ya habían calado en la aristocracia. Las dos leyes primeras fueron votadas sin dificultad; la tercera fue diferida, porque no gustaba ni a los senadores ni a los caballeros. Los aliados se adhirieron a Druso, con este juramento: J u r o p o r J ú p ite r C a p ito lin o , p o r e l H o g a r d e R o m a , p o r M a rte, d io s d e s u s p a d re s, p o r lo s a n te p a sa d o s d e s u s tr ib u s, p o r e l d io s d e l s o l y p o r la tierra n u tr id a d e las p la n ta s y a n im a le s, y p o r lo s s e m id io s e s q u e fu e r o n lo s fu n d a d o r e s d e R o m a , y p o r lo s h é r o es q u e p r o m o v ie r o n su p o d e r ío ; q u e y o te n d r é c o n D r u s o lo s m is m o s a m i g o s y e n e m ig o s y n o p e r d o n a r é n i a m i m ism a v id a , n i la d e m i m u jer e h ijo s s i es n e c e s a r io a D r u s o y a lo s q u e h a n p t e s ta d o e s te ju ra m en to . M as s i p o r la le y d e D r u s o fu e r e c iu d a d a n o , c o n s id e r a r é a R o m a c o m o m i p a tria y r e c o n o c e r é a D r u so c o m o m i m a y o r b ie n h e c h o r ; y e s t e ju ra m en to lo c o m u n ica r é a lo s m á s p o s ib le s d e m is c o n c iu d a d a n o s . Y s i lo g u a r d o m e irá b ie n ; m as s i ju ro e n fa ls o m e h a d e so b r e v e n ir d e s g r a c ia .512
Druso murió también asesinado, sin que nadie se preocupara de dónde pro cedía el asesino; y sus leyes fueron anuladas. Los aliados volvieron a pedir la ciudadanía por una embajada, según lo había propuesto Livio D ru so 513. La res puesta que recibieron fue negativa y soberbia. Entonces se levantaron en armas contra Roma, y la guerra devastadora duró del 91 al 88. Venció Roma por una condescendencia en la misma causa motivadora de la guerra. En el año 90 se concedió la ciudadanía a todos los aliados que no sé habían unido aún a los rebel des y a los que, al conocer la ley, se sometieran a Roma, por la lex Iulia, del cónsul Lucio Julio C ésar514 y en el 89 por la lex Plautia Papiria, de los tribunos Plaucio Silvano y Papirio Carbón, se extendió aquel derecho desde el extremo meridional hasta el Po, a todo hombre domicilado en Italia, que se hiciera inscribir por el pretor en la lista de los ciudadanos dentro de 60 días 515, a los italianos desde el Po hasta los Alpes, se les concedió el derecho latino. Todos estos nuevos ciudadanos fueron repartidos en ocho tribus y se deter minó que votaran los últimos, porque de lo contrario, hubieran conseguido siem pre cuanto se hubieran propuesto.
5 1 2 . D io d o r . 3 7 , 1 1 . 5 1 3 . L iv . E p it. 7 1 ; C ic . C lu en t. 1 5 3 ; V a tin . 2 3 ; S e n e c a , Benef. 6 , 3 4 , 1; V e il. P a t. 2 , 1 3 -1 5 ; F lo r . 3 , 1 2 , 9 y 3 , 1 7; V a l. M a x . 2 , 1 , 2 ; 9 , 5 , 2 ; v id . M o m m s e n , H ist, d e R o m a I I , 2 6 2 -2 9 6 . 5 1 4 . C ic. P ro Balb. 2 1 . 5 1 5 . C ic. P ro Arch. 7 , to d o e s t e d is c u r so e s u n e s tu d io d e la a p lica c ió n p rá ctica d e la le y .
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7. Leyes de Sulpicio Rufo En el añd 88 el tribuno de la plebe Sulpicio Rufo, amigo de Livio Druso, presentó una serie de leyes con que pretendía remediar los males de la Repú blica 516. Era la última tentativa que se hacía. Propuso al pueblo: 1) Que se depusiera de su categoría de senador a quien tuviera por lo menos 2.00 denarios de deudas (unas 2.500 ptas.). No eran pocos los aristócratas cubier tos de deüdas en estos tiempos, y que, por tanto,, aún en los problemas más deli cados se ponían a merced de sus acreedores. Sulpicio, que procedía precisamente del orden senatorial, veía esa inmensa lacra, y esperaba que su ley sanearía el senado con un buen número de homines noui\ 2) que fueran llamados a la patria, los hombres del partido reformista que habían sido desterrados por el veredicto de unos jurados sin libertad; 3) que los libertos tengan derecho al voto; 4) que los nuevos ciudadanos, del 91 y 89, acumulados en las ocho últimas tribus, se repartieran proporcionalmente en las 35 tribus, y tuvieran en todo los mismos derechos que las ciudadanos viejos. De momento, y con grandes dificultades, pasaron estas leyes. Los ojos, tími damente esperanzados se ponen de nuevo sobre el anciano Mario, como adalid de la causa p o p u lar517; pero ahora la aristocracia tiene un caudillo que podrá medir sus armas con las de Mario, es Lucio Cornelio S ila518. Este hará intervenir por primera vez en la Historia de Homa el ejército en los conflictos políticos, y tras horribles matanzas por una y otra parte, será durante algún tiempo el rey indiscutido de Roma y de sus campamentos, no precisamente con el nombre de rey, sino de dictador por el tiempo que él quisiera, con absoluto poder sobre las vidas y haciendas de todos los ciudadanos, en una palabra: con tales atribuciones que todo lo que hiciera se diera por bien hecho.519 8. Constitución de Sila Después de confiar las ejecuciones en Roma a una horda de galos, y unos cuan tos oficiales de Sila, al frente de piquetes de soldados, fueron recorriendo aldea por aldea en la Península italiana para exterminar a todos los supuestos enemigos de Sila, el dictador se encontraba ante un inmenso campo abierto con la seguri dad de que nadie en absoluto se le opondría 52°. En todo el suelo italiano no que daba ni una persona que pudiera levantar una moción de censura contra los mons truosos crímenes silanos. Se mataba, se confiscaba las haciendas sin procesos, sin miramientos. Bastaba que uno tuviera una hacienda regular, para que los perros de presa de Sila se echaran sobre ella y aniquilaran a su dueño. No quedaban ni senadores, ni pueblo; tan sólo los veteranos de Sila que devoraban como buitres la carnaza de sus crím enes.521 516.
T h . M o m m s e n , H ist, d e R o m a Π , 2 9 6 -3 0 4 ;
C . S a u n d e r s, O n th e p o litica l o f S erviu s
R u fu s, C . R . 1 9 2 3 . V id . P . G u ir a u d , R o m e au p o u v o ir d e s m a ria n istes : R C C 6 (1 8 9 8 ) 2 1 7 . P lu t. Sil. 9 -1 0 ; 2 2 ; 2 8 -2 9 . C . L a n za n i, M ario e Silla, C atan ia 1 9 1 5 ; H . B e n n e tt, Cin na and h is tim es, C h ic a g o 1 9 2 3 . 5 1 9 . T h . M o m m s e n , H ist, d e R om a I I , 3 0 4 -3 8 1 ; A p p . B. C . 1, 9 9 ; P lu t. Sil. 3 3 ; C ic, Leg. 1, 4 2 . 520. P lu t. Sil. 3 3 -3 4 ; M o m m s e n , o. c., 3 8 2 -4 2 7 . 521. P lu t. Sila, 3 0 -3 1 . L as m a ta n za s y c r u e ld a d e s a sa n g re fr ía cau san e sp a n to a u n cu a n d o 517. 518.
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Sobre estas ru inas. quiso organizar Sila el nuevo Estado. Pero Sila no tenía un espíritu creador; no podía echar los cimientos de un porvenir grande y her moso. Más bien se contentó con restaurar las cosas en el estado en que se hallaban antes de todo intento de renovación, neutralizando todo lo poco que se había conseguido.522 1) Mantuvo el reconocimiento de ciudadanía romana concedida a las ciudades itálicas. 2) Negó el voto a los emancipados. 3) Para administrar justicia nombró unas comisiones especiales, apoyadas por piquetes de soldados. 4) Castigó a las ciudades que quiso, negándoles la ciudadanía, imponiéndoles tributos, derribando sus fortalezas, confiscando los territorios que le pareció con veniente; expulsaba aún de los municipios a los que le parecía para que quedaran sin patria civil, y llegó incluso a arrasar ciudades antes florecientes, convertidas ahora en desiertos, así hizo con la colonia de Esernia, y con ciudades en los terri torios de Samnio, Etruria, Lacio, Brutium y Lucania. 5) Sobre esos terrenos, que dejó vacíos, instaló 120,000 veteranos suyos, a los que añadió 10.000 esclavos, de los más valientes, a quienes concedió la ciu dadanía y llamó Cornelios. Estos 130.000 hombres fuertes y bien favorecidos cons tituyen su ejército permanente, para protección de la aristocracia.
s e le e n . A n te la in c e r tid u m b r e d e q u ié n q u e d a r ía c o n v id a d ic e P lu ta r c o q u e se l e a cercó u n d ía C ay o M e t e lo y d ijo a S ila : « T e p e d im o s n o q u e lib re s d e la p e n a a a q u e llo s c o n q u ie n e s te h as p r o p u e s to acabar, s in o d e la in c e r tid u m b r e a lo s q u e p ie n s a s q u e d e n s a lv o s ’. R e s p o n d ie n d o S ila q u e aú n n o sa b ía a q u ié n e s d e ja r ía , r e p u s o M e te lo : 'P u e s d ec lá r a n o s a q u ié n e s has d e c a stig a r ’, a lo q u e c o n te s tó S ila q u e a sí lo h a r ía ... S ila, p u e s , p r o sc r ib ió al p u n to o c h e n ta , sin c o m u n ica r lo a a lg u n o d e lo s q u e e je r c ía n m a g istr a tu ra s, y c o m o m u ch o s s e h o r r o riza se n d e e llo , d e jó pasar s ó lo u n d ía , p r o sc r ib ió d o s c ie n to s v e in te , y a l te rcer d ía u n n ú m e ro n o m en o r; y h a b la n d o e n p ú b lic o s o b r e e s to m is m o , d ijo q u e h a b ía p r o s c r ito a a q u e llo s q u e l e h a b ía n v e n id o a la m e m o r ia , q u e para lo s o lv id a d o s h a b r ía o tr a p r o scr ip c ió n . I m p u s o a d e m á s, al q u e r e c ib ie s e y sa lv a se a u n o d e lo s p r o s c r ito s , c o m o p e n a d e s u h u m a n id a d , la d e la m u e r te , sin h acer e x c e p c ió n n i d e h e r m a n o , n i d e h ijo , n i d e p a d re s, y s e ñ a ló , para q u ie n lo s m a ta se , e l p r e m io d e d o s ta le n to s p o r ta l a s e s in a to , a u n q u e e l e sc la v o m a ta se a s u s e ñ o r y al p a d re e l h ijo ; p e r o lo q u e p a r e ció m á s in ju s to q u e to d o lo d e m á s, fu e h a b er c o n d e n a d o a la in fa m ia a lo s h ijo s d e lo s p r o sc r ito s y h a b er c o n fis c a d o s u s b ie n e s » (P lu t. Sil. 3 2 ). 522. T h . M o m m s e n , o. c., 4 2 1 -4 2 2 . V é a s e ta m b ié n : H . B e r v e , Sulla·. N J W 7 (1 9 3 1 ) 6 7 3 ; A . L e v i, Saggio su lla S toria p o litica d i R o m a n ell'88 all'80, M ila n o 1 9 2 4 ; C L a n z a n í, L. C or n elio Sulla d itta to re , M ila n o 1 9 3 6 ; ta m b ié n s o b r e la p o lític a d e S ila e sc r ib e E . M e y e r , D ie an g eb lich e C en tu rien refo rm Sullas·. H is t . 3 3 (1 8 9 8 ) 6 5 2 , J . C a r co p in o , S ylla ou la m onarchie manqu êe, P a r is 1 9 3 2 , c u y a te s is e s q u e S ila p r e te n d ió e sta b le c e r u n a m o n a rq u ía m ilita r , p e r o fu e o b s ta c u liz a d o p o r lo s n o b le s s o b r e to d o lo s M e t e lo s , y P o m p e y o q u e e x ig ie r o n su a b d ica c ió n . E l d isc u r so d e C ic. P ro R o se A m e r, e s u n p e q u e ñ o e p is o d io e n la gran b a r a h ú n d a sila n a . S o b re la c o n s titu c ió n d e S i a, p u e d e v e rse : A . L e v i, L a co stitu zio n e rom ana dai G racch i a G iu lio C e sare, F lo r e n c ia 1 9 2 8 J L e n g le U n tersu ch u n gen ü b er d ie sullan. V erfassun g, d is s . F r ie b u r g 1 8 9 9 , s e fija so b re to d o e n la s refo rm a s p o lític a s y r e lig io sa s. Y c o n r e s p e c to a l se n a d o y a las m ag istra tu ra s· J . M S u n d e n , O e trib u n icia p o te s ta te a L. Sulla im m in u ta qu aestion es, U p sa la 1 8 9 7 , E G . H a r d y , T h e n u m b er o f th e Sùllan senate·. J R S 6 (1 9 1 6 ) 5 9 ; H . H ill, Sulla’s n e w senators in 81 B. C C Q 2 6 (1 9 3 2 ) 1 7 0 ; N ic c o lin i, I l trib u n a to d e la p le b e , M ila n o 1 9 3 2 ; G a b b a , L e o igine d ella guerra sociale e t la v ita p o litica rom ana d o p o 89 a. C ., A th e n . 1 9 5 4 ; V a lg ig l o S ilia e la crisi repu bblican a, 1 9 5 6 ; J. C a r co p in o , L es lo is agraires d e s G ra cq u es e t la guerre socia es. B A G B (e n e r o 1 9 2 9 ), la g u e r ra r e v is te e sp e c ia l g r a v ed a d e n la s r e g io n e s a fe c ta d as p o r la - le y e s agrarias d e lo s G r a c o s. Y fin a lm e n te , B a k er, S ylla, th e F ortu n ate L o n d o n 1 9 2 7 . D e S ila s e c o n ser v a la lex C orn elia d e X X Q u a esto rib u s {C IL . I 2, 5 8 7 ); B ru n s, F on tes, 8 9 ; G ir a r d , F on tes, 6 5 ; R ic c o b o n o , F on tes, 1 3 1 -1 3 4 .
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6) E n lo sucesivo las elecciones de los altos magistrados no se liarán en los comicios por tribus, sino en los centuriados, en donde se imponían siempre sus veteranos y sus cornelianos. Esta asamblea sancionaría también las leyes. 7) A los 300 senadores añadió otros 300, sacados de entre los caballeros. Al senado atañerían los jurados de las quaestiones. 8) El censor no tendrá intervención alguna en el senado. Los senadores serán elegidos por los comicios, entre quienes hayan desempeñado la cuestura en ade lante. 9) El senado confirmará el nombramiento de los diez gobernadores de las provincias, y les concederá las fuerzas militares y el presupuesto que crea conve niente en cada caso. Al senado y a los comicios por centurias competirá la pro posición de proyectos de leyes. 10) Los cónsules no tendrán atribuciones militares, y su autoridad se limita a Italia. 11) Se limitan los poderes de los tribunos de la plebe, no podrán proponer proyectos de leyes. Su única facultad será el derecho de intercesión contra las injusticias manifiestas y los incumplimientos de las leyes de los magistrados. 12) Quien hubiera sido tribuno una vez no podrá entrar en el cursus honorum, optando a magistraturas superiores. 13) El cursus honorum queda formado en este orden: cuestura, edilidad, pre tura y consulado. Para desempeñar una magistratura es necesario haber pasado por las inferiores. 14) Entre el desempeño de una magistratura y la reelección para la misma, tienen que pasar diez años. 15) Habrá 8 pretores, 20 cuestores, 15 augures y 15 pontífices. Los dos pri meros pretores entenderán sobre la justicia civil; los otros seis, sobre la crimi nalidad. Al año siguiente de la magistratura, los cónsules y los pretores, irán en calidad de procónsules y propretores a gobernar las diez provincias 16) Dio diversas leyes: I a) De ordinandis prouinciis con que limitó el poder de los gobernadores y mejoró la administración de la provincia, cuidando de la seguridad en los caminos; 2a) Lex sumptuaria, contra el lujo; 3a) Lex peculatus, contra el fraude; 4a) Lex de repetudis, contra las exacciones; 5a) Lex de am bitu, contra el cohecho en las elecciones; 6“) leyes contra el asesinato, contra el envenamiento, contra los incendiarios, incestos, falsificaciones de documentos, usurpaciones de herencias, etc.; sin que él se sintiera obligado por ellas, puesto que su vida crapulosa y desordenada le hacía el prototipo del ser humano más corrompido y abyecto. El año 79, cuando nadie lo esperaba, depuso la dictadura, se retiró a vivir crapulosamente a Puteoli, y murió al año siguiente, a la edad de 60 años 523. Se cclcula que en estas guerras civiles murieron en Italia de 100.000 a 150.000 ita lianos, además de otras matanzas de romanos en el Oriente, que no bajaron de o:ros 100.000 hom bres.524 En conjunto la actuación de Sila podríamos reflejarla en estas consideraciones: Sila se hizo merecedor del agradecimiento no sólo de la aristocracia sino de Italia entera, cuya revolución cerró para siempre, dando a todos los italianos igualdad an e la ley, cosa que habían buscado durante siglos, derramando torrentes de san-
523 524.
P lu t. Sila, 3 7 -3 8 ; M o m m s e n , o. c., 4 2 5 -4 2 7 . T h . M o m m s e n , H ist, d e R om a I I , 4 4 7 .
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gre de una y otra parte. Hacía medio siglo que el poder de Roma venía decayendo, por la anarquía resultante del maridaje del régimen senatorial y de la constitu ción de los Gracos. La República estaba minada en sus fundamentos, y sin la inter vención de Sila, tanto en el Asia como en Italia, se hubiera derrumbado irreme diablemente. Sila trató de consolidar en cuanto pudo la República, pero no tardó en advertir que no podía tener mucha consistencia su restauración por la inutili dad absoluta de los aristócratas. Hizo cuanto estaba en sus manos para encauzar la anarquía en todos los campos de la vida politick, desde la organización y restau ración de la República aristocrática. Pero la actuación de Sila tiene, ciertamente, su parte odiosa por los actos criminales que él cometió y dejó cometer a los de su facción: proscripciones, re compensas ofrecidas y dadas a los verdugos, confiscaciones, ejecuciones incluso de sus subalternos sin formación de expediente, ni manifestación de causa alguna. In justicias y asesinatos se habían visto en todas las épocas de la historia, pero nunca se habían presentado públicamente listas y más listas de personas no gratas, desti nadas públicamente al sacrificio, nunca los bandidos habían andado más sueltos y habían recibido pensiones públicas por su vandalismo, nunca la autoridad romana había obrado tan a sangre fría, sin consideración alguna de la dignidad humana, y con un menosprecio semejante de todo sentimiento humanitario. Por eso la me moria de Sila ha llegado hasta nosotros empañada en un denso vaho de horror, cuando pensamos que fue el fatídico inventor de las proscripciones. Como dueño absoluto del imperio romano hizo suya la máxima fundamental del absolutismo: «La ley no obliga al príncipe». Y se creyó libre de sus propias leyes contra el lujo y el adulterio 525. Pero lo que más le perjudicó fue la tolerancia con sus paniagua dos civiles y militares. Esto, aunque de momento favoreció su política, al cabo arruinó la disciplina militar y creó el favoritismo estatal.526 La constitución de Sila fue atacada al año siguiente por el cónsul Emilio Lepi do, que se constituyó en jefe del partido popular y presentó las proposiciones si guientes: 1) Que se llamara a los desterrados por Sila y se les restituyera los bienes confiscados. 2) Que se devolviera a los tribunos las facultades de que se les había des pojado. 3) Que se concediera a los senadores el exclusivo cargo de jueces. 4) Que los ciudadanos huevos debían distribuirse por igual en las 35 tribus. Un solo hombre se veía de momento en el Imperio que, por su talento y hon radez, podía salvarlo. Era Sertorio, proscrito por Sila, pero ya caudillo de Roma en tierras de España. Tuvo la virtud de defenderse contra los emisarios de Sila, pero nunca pensó invadir a Italia como le proponía M itridates, que ponía a su disposición 40 buques y una suma de 3.000 talentos. Asesinado traidoramente Sertorio, se perdió toda esperanza.527 5 2 5 . P lu t. Sil. 2 ; 3 5 -3 6 . 5 2 6 . C f. T h . M o m m s e n , o. c., 4 2 3 -4 2 5 . 5 2 7 . S e r to r io , e n o p in io n d e M o m m s e n , era u n h o m b r e e x c e p c io n a l, v . H ist, d e R om a, 5 3 8 -5 5 6 , d ic e en la p . 5 3 9 : « E s d u d o s o q u e h a y a h a b id o jam ás h o m b r e d e E s t a d o r o m a n o , e n lo s s ig lo s a n tig u o s n i e n lo s c o n te m p o r á n e o s , q u e h a y a ig u a la d o lo s u n iv e r s a le s m é r ito s d e Serto r io . O b lig a d o p o r lo s g e n e ra les d e S ila a r efu g ia r se e n E sp a ñ a , lle v ó p r im e r o u n a v id a d e a v e n tu r e r o e rra n te e n la s c o sta s d e la P e n ín s u la y e n la s a frica n a s, ya a lia d o , y a e n e m ig o d e lo s p ir a ta s c ilic io s e sta b le c id o s ta m b ié n e n e sta s r e g io n e s , d e lo s je fe s d e la s tr ib u s n ó m a d a s d e L ib ia » . Q u iz á s h o y se h aya c a m b ia d o la o p in ió n s o b r e e s te c iu d a d a n o s a b in o , a q u ie n se tie n e
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9. Cayo Julio César Los hombres más grandes que ahora hay en Roma son: César, Craso, Pom peyo, Catón y Cicerón. ¿Quién de ellos podría organizar la Patria deshecha? El que de ellos fuera el hombre más emprendedor y de más acción seguramente toma ría el poder y se haría dueño de Roma, porque la República ya no existía. Catón era demasiado austero, y en su exagerada honradez, conocía poco la vida. De él decía Cicerón: «habla como si viviera en la República de Platón y no entre las heces de Rómulo» 52S. Cicerón, aunque trató de formar un partido intermedio con los mejores de la aristocracia y la selección del pueblo, e ideó la imagen de un «príncipe» coordinador, no logró más que alargar las agonías de la República 529. Pompeyo era una general afortunado y ambicioso, pero un pobre político, incapaz de dirigir un partido 530. Craso era un ambicioso aprovechado y enriquecido con las proscripciones de S ila531. No queda más que César, nacido en el año 100 de una antigua familia de la aristocracia. Una hermana de su padre se había casado con Mario, y el mismo César, a los 17 años, tenía por esposa a una hija de Cinna. César recibió la herencia del espíritu de Mario; será, por tanto, el caudillo del partido p o p u lar.532 Pompeyo y Craso son los favoritos de la aristocracia, pero poco podían hacer por ella. Ambos fueron atraídos habilidosamente por César hacia el partido popu lar, para derribar la constitución de Sila. César se convirtió en el favorito del pueblo. El año 67 fue cuestor en España; en el 63 Pontífice Máximo, año en que era pretor. Siendo procónsul de la Galia Narbonense, conquistó las Galias (años 58-50), puso el pie en Britania, y pasó el Rin. Después de la inevitable guerra civil entre César y Pompeyo, queda César por fin totalmente vencedor de los restos del ejército Pompeyano en Munda (Es
c o m o m á s a m ig o d e lo s p u e b lo s s o m e tid o s a R o m a , q u e d e la m ism a R o m a . V id . H . B en v e,
S e rto riu s: H is t . 6 4 (1 9 2 9 ) 1 9 9 ; P . T r e v e s, S erto rio , A th e n . 1 9 3 2 , 1 2 7 . 5 2 8 . V id . C ic . M u r. 5 8 -8 3 ; r e c titu d d e C a tó n , P lu t. Cat. M in. 1 7-23; 4 8 , e tc .; T h . M o m m s e n , H ist, d e R o m a I I , 6 7 2 -6 7 4 . 5 2 9 . C ic er ó n e n su o b r a D e R e P u blica co n fig u ra la im a g e n d e l P rin ceps q u e lu e g o m ás o m e n o s realizará A u g u s to ; p u e d e v e r s e W . W . H o w , C icero's id ea l in h is d e república·. JR S 2 0 (1 9 3 0 ) 2 4 ; A . O ltra m a re , La réaction cicéron ien ne e t le s d é b u ts d u principat·. R E L 1 0 (1 9 3 2 ) 5 8 . C o n e llo C ic er ó n e s u n p recu rso r d e la id e a d e l p r in c ip a d o , c o m o d e m u e str a R e itz e n ste in , e n G G N ( 1 9 1 7 ) 3 9 9 y 4 3 6 ; y e n H . (1 9 3 0 ) 2 4 ; L e p o r e , II prin ce p s ciceroniano e g li ideal} p o litic i d e lla tarda república, 1 9 5 4 , e n q u e e l p rin ce p s ap a rece c o m o e l id e a l d e un a aristocracia r en o v a d a , y q u e lu e g o rea liza A u g u s to ; B o la ffi, La 'd o ttrin a d e l bu on g o vern o ’ presso i rom ani e le orig in i d e l p rin cip a to in R om a fin o A u g u sto , L a to m . 1 9 5 5 ; B aran ger, R ech erch es su r l’as p e c t id éo lo g iq u e d u prin cipat, 1 9 5 5 . E n s u tr a ta d o D e L egibu s, C iceró n red acta a r tíc u lo p o r a r tíc u lo u n a c o n s titu c iió n e n su a sp e cto p o lít ic o y r e lig io s o , e n la q u e e l p o d e r le g is la tiv o se c o n fie r e a l s en a d o , c u y a s d e c isio n e s te n d r ía n fu er z a d e le y , y s e e sta b le c e u n a cen su ra p erm a n e n t e . L a im p o r ta n c ia d e e sta obra p o c o e stu d ia d a la r e c o n o c e a m p lia m e n te C . W . K e y e s, D id C icero c o m p le te th e d e legibus?·. A J P h 5 8 (1 9 3 7 ) 4 0 3 . C o m o e st u d io s d e la o b r a p o lític a d e C i c er ó n n o m e n c io n a r e m o s m á s q u e E m . C ia c er i, C iceron e e i su oi tem p i, 1 9 3 9 , 2 v o l.; G . B oiss ie r , C icerón y su s am igos, B u e n o s A ir e s 1 9 4 4 ; M a fii, C icerón y su dram a p o lític o , B a rcelo n a 1 9 4 2 ; K . K u m a n ie c k i, C iceron e e la crisi della R e p u b b lica rom ana, R o m a 1 9 7 2 ; A . W . L in to tt, V io len ce in R ep u b lica n R o m e, O x fo r d 1 9 6 8 ; E . M a n n i, L ucio Sergio C atilin a, P a le r m o 1.970; R . M ac M u lle n , E n em ies o f th e rom an order: treason , u n rest an d alien ation in th e em pire, H arvard 1966. 530. P lu t. P om peyo·, T h . M o m m se n , o. c., 6 0 7 -6 7 1 ; 5 0 3 -5 1 2 . 531. T h . M o m m s e n , o. c., 6 9 7 -7 0 1 . 532. P lu t. C ésar, 1; S u e t. Caesar, 1.
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L a República
paña), el 17 de marzo del año 45 533. Desde entonces Césai' no tiene más preocupa ción que reorganizar el Estado 534. Que la República no podía seguir tal como esta ba lo había manifestado la historia del último siglo, y era la convicción general del mundo romano. Por eso César trató de establecer la monarquía, pero no con el odiado nombre de rey, sino con el de Imperator, de forma que en sus manos se juntaran todas las magistraturas con independencia absoluta del senado.535 Fue nombrado Imperator, dictador 536 y pfaefectus morum, sumo sacerdote vita licio, con derechos de transm itir sus prerrogativas a sus descendientes. Con ello en Roma se había restaurado la monarquía, quedando en pie las formas republi canas, pero con un contenido totalmente distinto. Persiste el senado, pero ya no será más que un parlamento. Para despojarlo de su carácter aristocrático entran en él incluso galos. SU número se eleva a 900. Se nombraban cónsules, tribunos, cuestores, pero no recibían más que el honor, puesto que sus cometidos eran nulos 537. Había comicios, pero César imponía a quién habían de elegir. Los gobernadores de las provincias eran comisarios de César, contra los que admitía cualquier acusación de los gobernados. Con ello se acabaron los saqueos de las provincias. Dio tierras a sus veteranos, para que se convirtieran^en labradores, y fundó con ellos varias colonias. En la península Ibérica en Emporia, Corduba, Cartagena, Urso, Hispalis, y quizás en Hasta, Illiturgis, Naba y Scallabis. Comunicó el dere cho de ciudadanía a 'provincias enteras y recibió en el senado a los provincianos distinguidos. Con ello Roma se convirtió en el centro del mundo, dejando de ser señora de él. Dio leyes sobre el matrimonio, y contra el lujo, imponiendo como norma una vida ciudadana sencilla 538. Proveyó sobre las deudas, impidiendo que el deudor pudiera ser reducido a la esclavitud.539 5 3 3 . P lu t. C es. 2 8 -5 6 . 534. T h . M o m m s e n , o. c., 9 6 8 ss. 535. A s í titu la M o m m s e n e l ca p . X I d e su lib r o V d e la H ist, d e R o m a : « L a a n tig u a R e p ú b lic a y la m o n a r q u ía » , o. c., 9 6 8 -1 0 8 2 . 5 3 6 . 'Plat. Caes. 5 7 ; P lu t, ib 5 1 ; v id . W a r d e F o w le r , Iu liu s Caesar a n d th e fou n dation o f th e R om an im p eria l sistem , N e w Y o r k -L o n d o n 1 9 0 4 ; G . G . B ra n d es J u li u s C aesar, C o p e n h a g u e 1 9 1 8 , trad. alem . B e r lin 1 9 2 5 , s o b r e to d o e l ca p . Caesar als P olitiker, e n la e d . a le m . p p . 1 3 0 -2 4 0 ; M . J e lu s ic h , Julio C ésar, b io g r a f. n o v e la d a , trad. e sp . B a rc e lo n a 21 9 4 3 ; P . S ch n a b e l, D ie sw e ite D ik ta tu r Caesar·. K l. 1 9 (1 9 2 5 ) 3 5 4 ; D . M a c F a y d e n , T h e h isto ry o f th e title im p era to r u n d er th e R om an E m p ire, C h ic a g o 1 9 2 0 ; P G u ir a u d , L e différen ce en tre C ésar e t le sénat, P a r is 1 8 7 8 ; ju ic io c r ític o d e la o b r a p o r F u s t e l d e C o u la n g e s, L a q u estio n d e d ro it en tre C ésar e t le sénat·. J S ., 1 8 7 9 , 4 3 1 ; G . B lo c h , L a ré p u b liq u e rom aine, les con flicts p o liti q u es e t sociaux, P a r is 1 9 1 3 . 537. S u e t. Caes. 4 0 -4 1 . S a b id o e s q u e C ésa r lle g ó a n o m b ra r c o n s u l a V e n tid io B a sso , m o z o d e l e sta b lo d e s u s c a b a llo s, h e c h o q u e s e c e le b r ó c o n v e r so s e sc r ito s y c a n ta d o s p o r las c a lle s d e la c iu d a d : « C o n c u r r ite o m n e s a u g u res! p o r te n tu m in u sita tu m c o n fla tu m e s t recen s: ι n am m u lo s q u i fr ic a b a t, c o n s u l fa c tu s e st» . ( G e li. 1 5 , 4 ). J u v e n a l, r id ic u liz a ta m b ié n la e n c u m b ra c ió n d e l b a r b e r o d e C é sa r (1 , 2 4 -2 6 ). 5 3 8 . M , C ary, T h e m u n icipal legislation o f J u liu s Caesar: JR S 2 7 (1 9 3 7 ) 4 8 ; E . G . H a r d y ,
S o m e p ro b le m s in R om an h isto ry, ten essays bearing on th e a d m in istra tive a n d leg isla tive w o rk o f Ju liu s Caesar, O x fo r d 1 9 2 4 . S o b re la le g is la c ió n d e C ésar n o s h a n q u e d a d o alg u n a s le y e s m u y im p o r ta n te s , ta le s c o m o la T abu la H eracleen sis (o L ex lid ia M u n icipalis), v id . C IL . I 2, 5 9 3 , r ep ro d u c id a e n lo s te x to s d e G ir a r d , p. 8 0 : d e B ru n s, p. 1 0 2 y d e R c c o b o n o , p p . 1 4 0 -1 5 2 : d e l a ñ o 4 5 a. C .; L ex d e G d lia C isalpina ( o lex R u b ria d e G . C ) d e l a ñ o 4 9 al 4 2 , C IL . I 2, 5 9 2 , B ru n s, p . 9 7 ; G ir a r d , p . 7 2 : R ic c o b o n o , p p . 1 6 0 -1 7 5 ; L ex cnlonine G en etiu a e Iu lia e S. V rso n en sis, d e l a ñ o 4 4 a. C ., C IL . I 2, 5 9 4 ; B ru n s, p. 1 2 2 ; G ira rd , p. 8 9 ; R ic c o b o n o , p p . 1 7 7 -1 9 8 . 5 3 9 . S u e t. Caes. 4 2 -4 4 .
Intentos de reforma
Unificó los pesos y medidas, y mejoró el calendario.540 En toda esta regulación del Estado trabajaba César, cuando fue asesinado el 15 de marzo del año 4 3 .541 Murió el monarca, pero no desapareció la m onarquía.542 La acción de César fue impulsada siempre por la ley del progreso, que favo reció tanto en el país latino como entre los helénicos. No solamente conservó la sociedad romana, sino que trató además de regenerar la sociedad griega, comple tando en ello la obra de Alejandro Magno, cuya personalidad tenía siempre delante de los ojos, como un modelo para imitar. Ambas obras las llevó a cabo apoyando la una sobre la otra. El progreso general y el progreso individual, Estado y civi lización, estos dos principios que informaban en un principio a los pueblos latino y heleno, y que durante muchos siglos habían permanecido casi antagónicamente separados, se unían bajo la acción de César en el desarrollo de la vida humana, para producir la madurez fecunda de una edad dichosa. La posteridad aprovechará las ideas maestras de la restauración social de César, porque verá en ellas una ordenación largamente pensada y completa en todos sus detalles. En sus manos ciertamente no estaba más que la implantación de los cimientos, y debería dejar el resto de la instauración de su nuevo Estado al porvenir. El lo sabía y por eso pudo decir algún tiempo antes de su muerte que él ya había vivido bastante. Con todo, mientras le acompañó la vida, no dejó de ir perfeccionando su obra con flexibilidad y esfuerzo, sin precipitación alguna, pero con constancia y tesón. Con todo ello su obra es sin duda alguna la más trascendental en la historia de Roma. En el campo de batalla y en la ordenación del Estado fue el hombre que consiguió siempre lo que se había propuesto, y lo mejor de él fue que sabía muy bien adonde iba. El puso fin a la República romana e inició una nueva etapa para la vida de su Patria, por el camino del Im perio.543
5 4 0 . P lu t. Caes. 5 9 ; M o m m s e n , o. c., 1 0 7 6 -1 0 7 9 ; c f. W . S o lta u , R öm isch e C h ronologie, F r e ib u rg 1 8 8 9 . 5 4 1 . S u e t. Caes. 8 1 -8 4 . 5 4 2 . P lu t. C es. 6 0 -6 8 ; C ic. Fam. 1 0 , 2 8 ; 1 2 , 1; 1 2 , 2 ; 1 2 , 4 ; A tt. 1 4 , 12; v id . E . P a is, L ’asp ira zio n e d i C esare al regno e l ’o p p o sizio n e trib u n icia d u ra n te gli an n i 45-44 a. C. D a lle g u e r re p u n ic h e a C esa re A u g u s to I I , 3 1 8 ; E . M ey e r , C aesar’s M onarchie u. das P rin cip a t d es P o m p eiu s, S tu ttg a r t-B e r lin 21 9 1 9 ; D ic ta d o r p e r p e tu o , L iv . E p it. 1 1 6 . 5 4 3 . C f. T h . M o m m s e n , H ist, d e R om a I I , 1 0 8 0 -1 0 8 2 ; S te fa n W e in s to c k , D iu u s Iu liu s, O x fo r d 1 9 7 1 ; G . D o b e s c h , Caesars A p o th e o s e zu L e b ze ite n u n d sein R in gen um d e n K önisgstite l, S e lb s v e r la g 1 9 6 6 ; L . R o ss T a y lo r , P a ty P o litics in th e age o f Caesar, B e r k e le y 1 9 4 9 ; I d ., R om an v o tin g A ssem b lies, from th e H an n ibalic W a r to th e d icta to rsh ip o f Caesar: A n n . A rb o r, M ic h ig a n 1 9 6 6 ; P . G r im a i, R om e d e v a n t César. M ém o ires d e T . P o m p o n iu s a tticu s, P a ris 1 9 6 7 ; J. P . V . L . B a lsd o n , Julius Caesar, L o n d o n 1 9 6 7 .
3 El Imperio
« ...H o c r eg e s h a b e n t m a g n ificu m e t in g e n s n u lla q u o d r a p ie t d ie s: p r o d e s se m is e r is, s u p p lic e s fid o L are p r o te g e r e » (S e n e c a , M edea, 2 2 2 ).
1. C. Julio César Octaviano Augusto Tras el segundo triunvirato formado por Octaviano, M. Antonio y Lépido; quedó sólo en el tablero de la política C. Julio César Octaviano, tras la batalla de Accio, el 2 de setiembre del año 31. El había heredado el poder de su tío Julio César, que lo había adoptado por hijo. También habían desaparecido los prin cipales defensores del espíritu republicano M. Catón y M. Tulio Cicerón. El modo de pensar de Octaviano y de los que le rodeaban, lo reproduce Dion Cassio *, poniéndolo en boca de Mecenas: M ie n tr a s n o é ra m o s ta n to s n i ta n s u p e r io r e s a n u e s tr o s v e c in o s , v iv ía m o s f e lic e s y c o n q u ista m o s c a si to d a I ta lia ; p e r o d e s p u é s q u e tra sp a sa m o s e s t o s lím ite s y h e m o s p a s a d o a m u c h o s p a ís e s e isla s y lle n a d o m ar y tierra c o n n u e s tr o n o m b r e y la g lo ria d e n u estr a s arm as, ya n o h a y q u e p e n sa r e n fe lic id a d . E n ca sa y d e n tr o d e lo s m u r o s, lo s p a r tid o s p e le a n e n tr e s í, y n o s o tr o s lle v a m o s esta p e s te aun a lo s cam p a m e n to s. A s í a c o n te c e q u e n u estr a c iu d a d , s em eja n te a u n a g r a n n a v e d e trans p o r te , lle n a d e to d a c la se d e g e n te s , a g ita d a p o r to r m e n ta s y a d e s d e m u ch a s gen era c io n e s, s in tim o n e l, v a g a p o r e l m ar y v a d e u n a p a r te a otra c o m o si h u b ie r a p er d id o e l la str e. N o la d e je s a m e r ce d ä e la to r m e n ta ; d e sa lo ja tú e l agua q u e h a e n tr a d o y a e n e lla . N o p e r m ita s q u e v a y a a ch o c a r c o n tr a lo s e s c o llo s . Y a q u e lo s d io se s t e h a n c o lo c a d o c o m o á rb itro d e la R e p ú b lic a , n o h agas tr a ic ió n a t u p a tria , p ara q u e c o n tin ú e m e d r a n d o .
Y a continuación le aconseja: P r im e r o p u rifica to d o e l se n a d o , c o n se r v a a lo s b u e n o s y b orra d e la s lis ta s a los d e m á s. N o e x clu y a s al p o b re si e s ju s to , s in o d a le ta n to c u a n to n e c e s ite p a ra v iv ir c o n fo r m e a su e sta d o . E n lu g a r d e o tr o s , e lig e h o m b r e s q u e se d istin g a n p o r e l na c im ie n to , e l m é r ito y la fo r tu n a , n o s ó lo d e I ta lia , s in o ta m b ié n d e e n tr e lo s aliad os y d e la s P r o v in c ia s. E n to n c e s o b te n d r á s e n e llo s m u ch o s a u x ilia re s y q u ed a rá s ase g u r a d o co n tr a lo s c a u d illo s d e to d a s la s p o b la c io n e s. H a z lo m ism o c o n lo s ca b a lle r o s... c u a n to s m á s reú n a s e n to r n o d e ti d e e s o s v a r o n e s d is tin g u id o s , ta n to m á s fácil-
1.
Dio Cass. 51, 16, 19.
EI Im perio
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m e n t e m a n te n d r á s e n o r d e n la c o le c t iv id a d e in fu n d ir á s a lo s s ú b d ito s la p e r su a sió n d e q u e n o lo s m ira s c o m o e sc la v o s o in fe r io r e s a n o s o tr o s, s in o m ás b ie n lo s d eja s p a r ti cip a r d e to d a s la s v e n ta ja s q u e n o s o tr o s g o z a m o s, h a s ta d e l ¡gobierno; para q u e p u e d a n c o n s id e r a r lo c o m o s u y o p r o p io . Y o h a s ta p id o para to d o s e l d e r e c h o d e c iu d a d a n ía , a fin d e q u e te n g a n c o n n o s o tr o s u n a fie l a lian za, c o m o p e r so n a s d e n u e s tr o s m is m o s d e r e c h o s , c o m o si h a b ita r a n c o n n o s o tr o s e n u n a m ism a c iu d a d , y c o n s id e r e n n u estr a c iu d a d c o m o su c a p ita l, y s u s p a tria s s o la m e n te c o m o ald e a s y tierras.
Cuando Octaviano regresó del Oriente, vencedor y único gobernante (año 29 a. C .)2 el senado lo colmó de honores: 1“) Podía llevar toda su vida y en todos los actos públicos las insignias del triunfo, el paludamentum (manto de escarlata) y lacorona de laurel. 2o) Se hicieron grandes fiestas y el Imperator distribuyó dinero entre todo el pueblo y tierras a sus 120.000 veteranos. Veleyo escribe: L a gu erra c iv il d e 2 0 a ñ o s h a te r m in a d o - h a y p az c o n e l e x tra n jero ; v u e lv e la tra n q u ilid a d , e l fu r o r d e la s arm as s e a d o r m e c e; la s le y e s reco b ra n su fu erza ; lo s tr ib u n a le s s u p r e stig io ; e l se n a d o su m a jesta d ; y lo s fu n c io n a r io s su a n ter io r p o d e r . 3
Se cierra el templo de Jano el año 29, el 25 y el 10, cuando hay paz en todo el Imperio. El senado le da el título sagrado dé «Augusto», nombre que explica Ovidio en los Fastos: N u e s tr o s p a d res lla m a n « a u g u sta s » a la s co sa s sa n ta s, « a u g u sto s » so n lo s te m p lo s, r ic a m e n te co n sa g ra d o s p o r la m a n o d e lo s sa ce r d o te s. T a m b ié n « a u g u rio » v a u n id o e n su o r ig e n a e sta palab ra, c o m o to d o l o q u e J ú p ite r « a u (g )m e n ta » c o n s u d ig n a c ió n .4
Augusto sabe conservar todo el poder en su mano, salvaguardando las aparien cias de libertad del pueblo, cosa que no hizo Julio César, por lo cual cayó a manos de sus envidiosos enemigos. Dueño absoluto del imperio, Augusto busca un doble fin: organizar el régimen imperial y asegurar su continuidad.5 Aunque Augusto no es un genio, como lo era César, es ciertamente un jefe de espíritu claro y de sentido agudo de la oportunidad. Lo que no haría él personal mente sabe realizarlo por sus allegados:. Agripa será su ministro de guerra, y Me cenas su gobernador de p az .6 2 . L iv . E p it. 1 3 3 ; S u e t. A u g. 1 7 -1 8 ; v id . L . H o m o , L ’E m p ire rom ain, P a ris 1 9 2 5 , 9 -2 0 ; I d ., A u g u ste , P a r is 1 9 3 5 ; V . G a r d th a u s e n , A u g u stu s u. sein Z e it, L e ip z ig 1 8 9 6 , 2 v o l.; K . H ö n n , A u g u stu s, V ie n a 1 9 3 7 ; P a r ib e n i (y c o la b o r a d o r e s), A u g u stu s, R o m a 1 9 3 8 ; M . A . L e v i, L I m p e r io rom ano, I l S a g g ia to re 1 9 6 7 , 3 v o l.; A . C h a sta g n o l, R ech erch es su r l'H isto ire A u g u s te , B o n n 1 9 7 0 . 3. V e il. P a t. 2 , 8 9 , e l te x to s u e n a a sí: « C a esa r a u tem reu er su s in I ta lia m a tq u e u r b e m q u o o c cu rsu , q u o fa u o r e h o m in u m o m n iu m g e n e r u m , a e ta tiu m , o r d in u m e x c e p tu s s it, q u ae m a g n ific e n tia tr iu m p h o r u m e iu s , q u a e fu e r it m u n e r u m , n e in o p e r is q u id e m iu s ti m a ter ia , n e d u m h u iu s tam r e c is i d ig n e e x p r im i p o te s t. N ih il d e in d e o p ta r e a d is h o m in e s, n ih il d ii h o m i n ib u s p r a e sta re p o s s u n t, n ih il u o .o c o n c ip i, n ih il fe lic ita te c o n su m m a r i, q u o d n o n A u g u s tu s p o s t r e d itu m in u r b e m rei p u b lic a e p o p u lo q u e R o m a n o ter ra r u m q u e o r b i r ep ra e sen ta u e r it. F i n ita u ic e s im o a n n o b e lla c iu ilia ... e tc .» . 4 . O v id . Vast. 1, 6 0 9 -6 1 2 ; L iv . E p it. 1 3 4 ; y S u e t. A u g. 7 , 2 d ic e : « V t A u g u s tu s p o tiu s u o c a r e tu r , n o n ta n tu m n o u o s e d e tia m a m p lio r e c o g n o m in e , q u o d lo c a q u o q u e r e lig io sa e t in q u ib u s a u g u ra to q u id c o n sec r a tu r a u g u sta d ic a n tu r , ab a u c tu u e l a u iu m g e s tu g u s tu u e , s ic u t etia m E n n iu s d o c e t scr ib e n s: 'A u g u s to a u g u rio p o stq u a m in c lu ta c o n d ita R o m a e s t ’». V id . A . E r n o u t, A u g u r A ugustus·. M S L 2 2 . 2 3 4 ; F . M u lle r , Augustus·. M A W A (1 9 2 7 ) ; J . P a g e , R o m u lu s A u g u s tu s : M E F R (1 9 3 0 ) 1; E . K o r n e m a n n , O ctavian s R om u lu s gral· K l. 31 (1 9 3 8 ) 8 1 ; R . H eT nze, Auctoritas·. H is t . (1 9 2 5 ) 3 4 8 . 5 . L . H o m o , L ’E m p ire rom ain, 2 0 -2 9 . 6 . V e il. P a t. 2 , 8 8 , 2 -3 . S o b re lo s c o la b o r a d o r e s d e A u g u s to p u é d e n v e rse : J . H a m m er ,
C. Julio Cesar Octaviano Augusto
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a) Los poderes de Augusto Conseguida la victoria de Accio, Octaviano tiene en sus manos los poderes suficientes para reorganizar el Imperio. Es cónsul, desde el año 38 tiene el título de Im perator, desde el 36 la inviolabilidad tribunicia. El consulado lo conserva durante 8 años, hasta el 23. De esta fecha en adelante se lanza ya hacia una forma nueva y definitiva. En el año 30 refuerza su poder tribunicio con una prerrogativa nueva, la del poder de intercesión. En el año 28 abroga solemnemente los actos del triunvirato y se le da el título de Princeps senatus7, con lo que siempre votaría el primero. E n el año 27, en una sesión del senado, resigna sus poderes extraordi narios, pero ante la insistencia del senado, los acepta por diez años más. Ahora empezará propiamente a amasar su constitución imperial, por la que dará su carác ter al sucesivo Imperio rom ano.8 El 23 renuncia al consulado, que no aceptará en adelante más que excepcional mente en los años 5 y 2 a , C.; pero en cambio hace que se le otorgue el imperium proconsulare en todo el Estado romano 9. En el año 18 se le confieren más poderes extraordinarios y el 12, a la muerte de Lépido, se hará elegir ,Pontífice M áxim o.10 De esta forma, como quien se contentaba con poco 11, se hace Augusto con el poder tribunicio 12, con el imperio proconsular, y con el Pontificado máximo, que son las bases esenciales de su poder imperial. Por ser tribuno vitalicio, tiene la inviolabilidad, el derecho de veto, de convo cación y presidencia, cuando él quiera, de los comicios y del senado.13 Por el imperium proconsulare, tanto en Roma, como en las provincias, es. el generalísimo de los ejércitos, administrador y juez supremo de todo el Estado. El sumo Pontificado le confiere la representación y la guardia oficial de la religión romana. Pero además va consiguiendo poco a poco otras prerrogativas que lo hacen omni potente dentro del Estado, por ejemplo, el derecho de hacer la paz y declarar la guerra; la presentación de los magistrados que habían de ser elegidos en los comi cios; la concesión de la ciudadanía a quien le pareciera; la dirección de la anona; la acuñación de moneda, etc.; todo lo cual, excepto el sumo Pontificado, llevarán los sucesores de Augusto en virtud de la ley de Imperio. Sin embargo él prefiere el título de Princeps14, el primero del Estado, según la denominación ciceroniana en la organización que el Arpinate hizo del Estado en su tratado De República. 15 T h e m ilita ry an d p o litica l career o f V aleriu s M essala C orvin u s, N e w Y o r k 1 9 2 5 ; R . Sym e, T h e origin o f C o rn eliu s G allu s: C Q 3 2 (1 9 3 8 ) 3 9 ; M . R e in h o ld , M arcus A g rip p a , a m onograp h y, N e w Y o r k 1 9 3 3 ; R . D a n ie l, M . V ip sa n iu s A g rip p a , ein e M on ograph ie, B re sla u 1 9 3 3 . 7 C . A u g u s t. M on. A n cyr. 6 , 2. 8 . C . A u g u s t, ib. 8 , 5 9 . C . A u g u s t, ib . 5 6 ; v id . M a c. F a y d en , T h e h isto ry o f th e title im perator, C h ic a g o 1920. 10. S u e t. A u g. 3 1 ; C . A u g u s t. M on A n cyr. 1 0 , 2 ; 6 , 3. 11 . S u e t. A ug. 2 8 ; rechaza la d icta d u ra p e r p e tu a q u e le o fr e c e e l se n a d o , C . A u g u s t. Mon. A n cyr. 5 , 1. 12 . C . A u g u s t. M on. A n cyr. 6 , 2. 13 . S u e t. A u g. 2 7 , 5 ; O . H irsch fel'd D as N eu jah r d e s tribu n izisch en K aiserjah res: K l. Sehr. 4 3 8 , 1 8 8 1 ; D e V is sc h e r , L a tribu n icia p o testa s d u C ésar à A u g u ste, y L es p o u vo irs d ’O ctavien en l ’an 32·. N o u v e lle s é tu d e s (1 9 4 9 ) ; M a g d e la in , A u c to rita s p rin cipis, 1 9 4 7 . ' 14 . V id . H . W a g e n v o o r t, P rin cep s■ P h . 9 1 (1 9 3 6 ) 2 0 6 ; E . K ö ste rm a n n , S tatio principis·. Ph. 87 (1 9 3 1 1 9 3 2 ) 3 5 8 , 4 3 0 ; D i F ra n c isc i G en esi e stru ttu ra d e l p rin cip a to A u gu steo, 1 941; K o lb e , V o m W e rd en d e s P rinzipats·. K lio , 1 9 4 3 . 15 .
V id . c a p . I I , n o ta 5 2 9 .
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E l Im perio
b) Los funcionarios imperiales Durante la época republicana los magistrados, fuera de los cuestores, eran elegidos entre los senadores, en los comicios y para un año solamente. Los nuevos agentes de la autoridad imperial son creados personalmente por Augusto, sin mirar si pertenecían o no al orden senatorial. El tiempo de su fun ción dependía de la voluntad del Príncipe. Con lo cual no eran propiamente ma gistrados, sino funcionarios del em perador.16 El gdbierno central, que aparece un tanto rudimentario en la organización de Augusto, y se irá desarrollando gradualmente bajo sus sucesores, se compone de dos elementos: el órgano deliberativo, el consejo imperial y un órgano ejecutivo, la prefectura del pretorio. El Consejo imperial (consilium Principis) asiste al emperador en el ejercicio de su autoridad administrativa y judiciaria. No tiene ni elementos consultivos fijos, ni atribuciones determinadas. El emperador convoca según las circunstancias o los negocios, a todos aquéllos que cree que le pueden orientar o aconsejar, sean de su familia, sean senadores o caballeros. La prefectura del pretorio, cargo para el que Augusto puso dos titulares, con funciones en un principio puramente militares. Por el hecho de que los empera dores no se fiaban mucho de los patricios, casi siempre el praefectus praetorio era elegido de entre los caballeros n . Severo Alejandro fue el primero que eligió a un senador para esté cargo. Su título de honor era uir eminentissimus, y cuando salían del cargo les quedaba el de uir clarissimus 18, como los patricios de orden senato rial, porque con frecuencia eran promocioftados al orden senatorial y ornados con el laticlave, como Sejano bajo T ib erio 19, Rufrio Crispin bajo C laudio20, Burrus bajo N eró n .21 Ordinariamente es un militar de carrera, con frecuencia centurión, o que ha pa sado mucho tiempo en los campamentos donde lo conoció el emperador. Era el cargo más alto al que podía aspirar un caballeron . La duración, como en todos los cargos concedidos por el emperador, era sin límite fijo, mientras le servía con fidelidad. Algunos estuvieron en el cargo veinte años, otros no llegaron a uno. Entre sus poderes militares citaremos: 1) Manda las cohortes pretorias como lugarteniente del príncipe.
16. P o r q u e e l rasgo e s e n c ia l d e l m a n d o d e l em p e r a d o r e s e l a b s o lu tism o , v id . S trab . 6 , 4 , 2 ; S c h ö n b a u e r , W esen u. U rspru n g d es P rin zip a ts M onarchie·. A u s R o m s Z e itw e r d e , E rb e d e r A lte r . 2 0 (1 9 3 1 ) 3 7 ; H . S ib er , Z u r E n tw ic k lu n g d e r röm . P rin zipatverfassu n g: A S G 4 2 (1 9 3 3 ) 3 ; M . P o h le n z , A n tik e s F äh rertu m : N e u e W e g e zur A n tik e , 1 9 3 4 ; A . P ig a n io l, L es p o u vo irs co n titu tio n n eles e t le p rin cip a l d 'A u g u ste : JS (1 9 3 7 ) 1 5 0 . S o b re e l C o n se jo Im p e r ia l, p u e d e v e r s e C r o o k , C o n siliu m prin cipis: Im p e ria l C ou n cils and C ou n sellors from A u g u stu s to
D io cletia n , 1955. 17. T a c. A n n . 4 , 4 0 . C f. G . G ic o g n a , C on siliu m prin cipis. C on sistoriu m : S tu d ia iu r id ica 3 7 , R o m a 1 9 7 1 , reim p r e s. d e la e d . T o r in o 1 9 0 2 ; J . R . P a la n q u e , E ssai su r la pré fec tu re du p ré to ire d u has-Em pire, P a r is 1 9 3 3 ; G . T ib ile t t i, P rin cip i e m agistrali repu h blican i, R o m a 1 9 5 3 ; I d ., G o vern a to ri rom an i in cita p rovin ciali, M ila n o 1 9 5 3 . 18. V ita A lex . 5 y 6 ; C IL . I l l , 1 4 1 4 9 ; 1 3 7 3 4 ; V I , 1 1 2 5 ; X I I , 1 5 5 1 . 19 . 20. 21. 22.
D io C a ss. 5 8 , 7. T a c. A n n . 1 1 , 4 . C IL . X I I , 5 8 4 2 , e tc . C IL . V I , 1 5 9 9 ; 1 6 3 8 ;
3839; X I , 1836.
C. Ju lio César Octaviano Augusto
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2) Puede nombrar los oficiales y suboficiales hasta los centuriones inclusive, quedando todos a sus órdenes. 3) Sigue al emperador en sus expediciones militares y le reemplaza en la di rección de las operaciones. 4) Este mando militar ponía muchas veces prácticamente en sus manos la vida del emperador, al que derrocaba o ponía en el trono, con cierta frecuencia. Durante el prim er siglo, y sobre todo al fin del segundo, las conjuraciones ordenadas con tra los emperadores van dirigidas por el prefecto del pretorio. 5) Coordina las tropas de Roma y de Italia, a excepción de las cohortes urba nas, que están bajo las órdenes del prefecto de la ciudad. 6) También le atribuyen la dirección central de la administración militar y de las subsistencias; poder que ejerce en virtud de un mandato especial, o como parte integrante y regular de su cargo. 7) Su estado mayor lo constituyen los oficiales y suboficiales siguientes: corni cularii, ■a commentariis, a quaestionibus, stratores, singulares, beneficiarii, y en época tardía los exceptores. Su preponderancia militar le confiará, por concomitancia, ciertos poderes civi les y gran influencia política: 1) Desde muy temprano, a buen seguro, era llamado al consejo del príncipe, aunque no tenemos pruebas formales hasta el siglo II. Desde este siglo desempeña un papel preponderante, como un vice-presidente, según opinan algunos. 2) Su entrada en el senado le pone en las manos un ámbito de influencia enorme. 3) Sustituye al emperador en los juicios, así lo vemos desde la época de Trajano, aunque esta función no es aneja a su cargo hasta el siglo III. 4) Luego ya conoce en lugar del príncipe (uice sacra) en todas las apelaciones de sentencias criminales enviadas por los gobernadores; como todos los casos que desde las provincias apelaban para ser juzgados en Roma. 5) Esto explica que a partir de Marco Aurelio se encuentren como prefectos del pretorio tantos juristas insignes como Papiniano, Ulpiano, Paulo; y por eso una Constitución del año 331 declara sin apelación las sentencias deî prefecto del pretorio. 6) Como consecuencias de estos poderes judiciales podía disponer ordenanzas generales, con tal de que no fueran legibus uel constitutionibus contraria.23 7) Con todo, no tenía más insignias que las militares, y cuando se le erigen estatuas llevan siempre ceñida la espada de militar. La división del Imperio en cuatro prefecturas, gobernadas cada una por un prefecto, y dividida a su vez en diócesis, presididas cada cual por un uicarius en tiempo de Constantino, hizo desaparecer la figura del praefectus praetorio. c) Los poderes antiguos Al lado de estos nuevos poderes, creados por él, Augusto conserva los orga nismos fundamentales de la antigua constitución: comicios centuriados, comicios tributos, magistraturas, senado, limitándoles, como es natural, sus funciones. Los comicios, la asamblea tradicional de la soberanía del pueblo, en sus dos formas, por centurias y por curias, pierden su competencia judicial; conservan sus 23. C o d . T h eo d . 1, 2 6 , 2 ; v id . H o w e , T h e p re te ría n p re fe t fro m C o m o d u s to D iocletian , 1 9 4 2 ; S c h ille r , T h e J u rists and th e p re fec ts o f R o m : R I D A , 1 9 4 9 .
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EI Imperio
atributos electorales y legislativos; mas el emperador por el derecho de recomen dación puede indicar a quién han de votar; sólo él puede proponer leyes con la indicación de que qu:ere los votos positivos, por decir que emanan de los comi cios, ya que puede legislar por decretos imperiales o por constituciones. Las magistraturas republicanas: consulado, pretura, edilidad, cuestura y tri bunado se conservan; la censura, suprimida temporalmente por Sila, queda ahora absorbida definitivamente en el magister morum, que es Augusto. Es obvio que estas magistraturas, en la concurrencia con las funciones imperiales, se convierten en cargos dé honor. E consulado, por ejemplo, se convertía fácilmente en un des file de personas a las que Augusto quería honrar con el título vitalicio de consu lares, por eso era muy frecuente que los sustituyera por los consules suffecti antes de terminar el año. El tribunado quedaba sin valor porque Augusto ostentaba el tribunado de orden superior, como emperador que era. El senado continúa : iendo, por lo menos en apariencia, el órgano del gobierno, que elige Augusto exig endo ciertas condiciones para entrar en él: el censo de un millón de sestercios; haber desempeñado la cuestura, y garantías serias de moralidad. El senado se reunirá dos veces cada mes, de ordinario en la Basílica Julia H a perdido uno de sus principales cometidos, como es la dirección de la política exterior, que en su doble aspecto de diplomacia y de guerra se la ha reservado el emperador 4. En cuanto a la política interior permanece estrecha mente asociado al ejercicio del gobierno: conserva en gran parte su actividad en materia de legislación, en la administración del territorio, en la justicia, en la elección de los altos cargos del ejército, e incluso en el campo judicial incrementa sus facultades. Continúa elaborando y votando senadoconsultos, que tienen fuer za de ley; en cuanto a la administración territorial, conservaren apariencia a lo menos, una supervisión sobre Italia; y en cuanto a las Provincias se distinguían unas imperiales y otras consulares, sobre estas últimas tiene también el senado una superintendencia general. En materia de hacienda el senado tiene su admi nistración particular, paralela a la imperial. El poder de. acuñar moneda está divi dido también entre el senado y el emperador: éste podrá acuñar las monedas de oro y plata, aquél de bronce, con la efigie del Príncipe, pero con la inscripción S. C. (senatus consulto). Los legados de las legiones y demás altos cargos del ejér cito serán siempre elegidos de entre los senadores; los tribunos de las legiones se eligen proporcionalmente entre los senadores y los caballeros. En el terreno judi cial el senado entiende especialmente en casos muy graves de lesa majestad y de concusión. 1 Pero todo esto lo trataba y hacía el senado bajo la presidencia y según las órdenes del princeps senatus, que era el emperador. El nombraba a los senadores, él podía arrojarlos del senado; si él quería nombraba directamente a los goberna dores de las provincias sena oriales; pero de ordinario los presentaba al senado
24. S u e t. A u g. 3 5 S o b r e lo s c ó n s u le s y e l se n a d o b a jo e l im p er io , v id . E . G r o a g , Z u m K o n su la t i n d e r K aiserzeit·. W S 4 7 (1 9 2 9 ) 1 4 3 ; D e g r a s si, I fa sti consolari dell'im p ero rom ano d e l 3 0 av. J. C. al 613 d. C ., 1 9 5 2 ; G . F isc h e r , Sena us q u i fu era t A u g u sti tem p o rib u s, d iss. B e r lin 1 9 0 8 ; S to b a r t, T h e S en ate u n d er A u gustus·. C Q 2 (1 9 0 8 ) 2 9 6 ; T . A . A b e le , O e r Sen at u n ter A u g u stu s, S tu d ien zu r G esch. u. K u ltu r d e s A lte r tu n m s I , 2 , 1 9 0 7 ; C ic h o r iu s, D ie N eu o rd nung d e r S ta a tsa m ten du rch A u g u stu s R o m . S tu d ., 2 8 5 , L . H o m o L e s p riv ilè g e s a dm in istra tifs d u S én a t rom ain e t leu r disp a ritio n gradu elle au cours d u I I I siè c le : R H 1 9 2 1 ; L a n > b r e c h ts , T ro is é tu d e s sur la c o m p o sitio n du S én at rom ain d e T rajan à D io cletien , 1 9 3 6 -1 9 3 7 ; I d ., R ech erch es su r l'o rd re sénatorial e t l’o rd re éq u e stre au t I I I siècle, 1 9 5 1 ; H a m m o n d , T h e co m p o sitio n o f Senate: 68-23? d. C : J R S , 1 9 5 7 . ,
C. Ju lio César Octaviano Augusto
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para que los senadores hicieran «como que los elegían»; él presentaba el texto del senadoconsulto, para que el senado lo emitiera; él nombraba los administradores del tesoro del senado; él indicaba la ocasión y la cantidad de moneda que el sena do decretaba acuñar, etc., etc. Era una felicidad para el senado y para el empe rador el coincidir siempre tan puntualmente en su voluntad y en sus decisiones.25 La sesión del senado se abría siempre con la presentación de la orden del día expuesta en un discurso del Emperador, leído por sí mismo o por un emisario suyo, y de alguna manera ya se dejaba entrever la solución que debía darse a cada problema. La discusión se reducía a exponer desde todos los sillares de la curia las ventajas de aquella disposición, o los méritos que el candidato reunía para ser elegido para aquel cargo determinado. En caso contrario, estaba siempre pendiente, como la espada de Dámocles, el veto del poder tribunicio del em perador.26 d) La administración del Estado En la constitución republicana la administración de Roma y de Italia era com petencia directa de los órganos centrales, comicios, magistrados, senado. Augusto no deroga este principio, pero sus funcionarios imperiales concurren con esos po deres, por tanto el Emperador va recogiendo poco a poco en sus manos la admi nistración total de Roma y de Italia. 1) El prefecto de la ciudad. Augusto dejaba como lugarteniente suyo en Roma y en Italia, cuando tenía que ausentarse, a algún hombre famoso. Durante las guerras civiles a Cilnio Mecenas, después ya en calidad de praefectus urbi durante su ausencia en los años 27 a 24 a. C. a Messala Corvino, que, incapaz de cumplir con tal encomienda terminó a los pocos días; luego, en el año 16 a. C., a T. Estatilio Tauro, que, aunque de edad avanzada, cumplió muy bien con su cargo 27 No obstante esta prefectura no quedó como institución permanente hasta Tiberio, cuando se ausentó de la ciudad por última vez en los años 26-37 d C. El primer prefecto propiamente dicho, con autoridad, incluso estando el emperador en la ciudad, fue Calpurnio Pisón Frugi, que desempeñó el cargo durante veinte años, mereciendo el reconocimiento agradecido del senado.28 El praefectus urbi (urbi dicho con más frecuencia que urbis) era nombrado por el Emperador, de entre la flor y la nata del senado, es decir, entre los varones consulares. Por tanto, es la coronación de la carrera senatorial. Mac ino fue el prim ero que nombró prefecto de la ciudad a un senador antes de haber sido cón sul 29. Con frecuencia eran promovidos durante su prefectura a un nuevo consu lado. Hay sujetos que habían desempeñado la prefectura dos y tres veces30. El
2 5 . A lg o s o b r e la o b ra d e A u g u s to , p u e d e v e r s e e n A . v . P r e m e r ste in , O ie soziale G ru n d la gen d es P rin zip a ts d e s A u g u stu s, V ie n a , B la tte r , I I , 9 1 ; L . H o m o , P ro b lèm es sociaux d e jadis e t d ’à p ré sen t, P a r is 1 9 2 2 ; I d ., A u g u ste e t la création d e s gran des se rv'ces m un icipaux à R om e, e n M é l G lo t z , I , 4 3 9 ; A . L e v i, I l te m p o d i A u g u sto , 1 9 5 2 , A r a n g io R u iz , S tu d i su A u g u sto , La legislazion e, A c a d d e i L in c e i 1 9 3 8 ; R ic c o b o n o , J r., L ’opera d i A u g u sto e lo sv ilu p p o del d ir itto im p eria le, 1 9 3 9 . 2 6 . S o b r e la a c tu a c ió n d e l se n a d o e n la é p o c a im p e r ia l, v Pirn . E p . 3 , 2 0 , 1 2 ; 8 , 6 , 1 0 . 12; 8 , 1 4 , 7 10. 2 7 . T a c. A n n , 6 , 1 1 , v id . V itu c c i, R icerch e sulla praefectu ra u rbi in età im periale sèc. I - I I I , R o m a 1 9 5 7 ; P E . V ig n a u x , E ssai su r l’h isto ire d e la praefectu ra u rbis à R om e, P a n s 1 8 9 6 . 2 8 . T a c. ib. 2 9 . D io C a ss. 7 8 , 14. 3 0 . C IL . V I , 4 5 ; 1677; 1742.
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tiempo de permanencia en el cargo dependía de la voluntad del emperador. En las listas de Borghesi aparecen prefectos que duran meses y otros muchos años. Como es la más alta dignidad del Estado, después del emperador, naturalmente, recoge las insignias de las magistraturas republicanas: toga pretexta, fascios, silla curul; además tiene, según una viñeta de Notitia dignitatum, como atributos, el liber mandatorum (colección de instrucciones imperiales) sobre un pupitre; la pila con la imagen imperial; y la carroza con una magnífica cuadriga para sus despla zamientos en la ciudad. Su residencia oficial estaba en la Velia, entre las. termas de Trajano y la actual iglesia de San Pedro ad Vincula. Tiene como encomienda la policía de la ciudad, mantenimiento del orden; sobrevisión de las asociaciones, disciplina de la circulación, organización de los jue gos, todo lo relativo a la seguridad y orden dentro de la ciudad. Es un funcionario de carácter civil, en oposición al prefecto del pretorio, que es militar. Le ayuda como auxiliar el cuerpo de policía, tres cohortes urbanas, con un contingente de 3.000 hombres. Esta autoridad m ilitar es una de las innovaciones más profundas y que más le distraen de su ocupación principal. Debe prestar una atención continua sobre los lugares públicos, en que se reúne con más densidad el pueblo romano, tales como: a) los circos y los teatros: «la tranquilidad del pueblo y la disciplina de los espectáculos es cometido propio del prefecto de la ciudad», y a ello debe atender con puestos de guardia y vigilancia de soldados que le adviertan de cualquier mo vimiento 31; b) los mercados, atendiendo al género de mercancías, a los precios, a los pesos y m edidas32; c) las oficinas de cambistas, cuyas operaciones vigila para cortar sus posibles abusos.33 Tiene además atribuciones judiciales, tanto en causas civiles como criminales, en los límites precisos de su competencia y determina qué causas ha de juzgar en su tribunal y cuáles puede dejar a la competencia del prefecto de la anona, o al prefecto de los vigiles. Estas atribuciones judiciales se fueron incrementando hasta el punto que en el siglo II I , según U lpiano34: «La prefectura de la ciudad se ha reservado todas las causas criminales, no sólo de las que se plantean dentro de la ciudad, sino incluso de fuera». Su tribunal tiene una mayor eficacia con la rapidez con que puede atender y castigar las felonías de cualquier clase. Cuenta con un tribunal de excepción, en que obra el magistrado libremente, sin publicidad y sin jurados. De la jurisdicción de este tribunal dependían: a) Todo tipo de hombres peligrosos o sospechosos. Roma, como las grandes ciudades, era una sentina moral de toda clase de refugiados y fugitivos de los más apartados rincones del mundo, que, viviendo en el anonimato, no sentían temor a vivir de golpes de mano y de actos de osadía, que había que reprimir con rapi-
31. 32. 33. 34.
U lp . U lp . U lp . U lp .
D . 1 , 1 2 , 1, ib. 11. ib. 9 ; P a u l. D . 1, 1 2 , 1
12. D . 2 , 1 3 , 9 , 2 ; U lp . D . 4 7 , 2 , 2 7 , 1. pr.
Inflo César Octaviano Augusto
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dez, como dice Tácito en lo que pudiéramos llamar carta fundacional de esta prefectura: A p e n a s se h iz o A u g u s to c o n to d o e l p o d e r , p o r la in m e n sid a d d e l p u e b lo y p o r la le n t it u d c o n q u e p r o c e d e n la s le y e s , to m ó d e e n tr e lo s c o n su la r e s a q u ie n e s rep rim ie ran a lo s e sc la v o s y to d a s la s a c cio n e s tu rb ia s q u e se c o m e te n p o r a u d acia, s i no e x is t e e l tem o r d e u n c a stig o in m e d ia t o .35
Como sospechosos, podía citar a su tribunal a los miembros de asociaciones ilícitas36, a los prosélitos de religiones prohibidas como el judaismo; como sos pechosos de sedición llamaba a su tribunal y condenaba a los cristianos, como ve mos en las Acta de numerosos mártires, por ejemplo, Santa Cecilia, San Justino, Santa Felicitas, San Calixto, San Lorenzo, etc. b) Los esclavos, cuyas faltas juzga y reprim e37; y a veces interpone su auto ridad entre el siervo y su dueño. Atiende al señorcuando acusa a su esclavo de grandes crímenes 38; escucha al esclavo contra su señor cuando éste abusa de su poder y de su autoridad39. De esta forma se constituye en el defensor de los siervos, protege a las mujeres contra la prostitución40; cuida del cumplimiento de las cláusulas protectoras en los títulos de adquisición41; obliga al dueño de mala fe a libertar al esclavo que se ha redimido suis nummis. 42 c) Los libertos. Los patronos deben recurrir al prefecto para que castigue el mal comportamiento de los libertos: su falta de atención, o los ultrajes inferidos al p a ttó n .43 d) La usurpación de la herencia44; abuso de confianza de los depositarios de títu lo s.45 e) Atiende también a la distribución de trigo y de otros artículos alimenticios a la plebe. Hasta mitad del siglo I I este servicio competía a la praefectura annonae, cargo que luego queda subordinado a la praefectura urbi, pasando también a su jurisdicción las infracciones cometidas en este sector. La jurisdicción del prefecto de la ciudad, que abarca lo civil, orden público, y lo criminal, no es solamente en primera instancia, sino también de apelación. En los dos primeros siglos estudia en apelación, por delegación del príncipe, pero en el siglo I I I esta situación se hace permanente: es el juez ordinario en apelación civil y crim inal.46 El prefecto está rodeado de consejeros singularmente expertos en derecho, de ordinario los más ilustres47; Alejandro Severo agregó al prefecto un' consejo per manente de catorce curatores urbis. 44
35. 36. 37. 38. 39. 40. 41. 42. 43. 44. 45. 46. 47. 48.
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T a c. A nn. 6 , 11. U lp . D . 1 , 1 2 , 1, 14. T a c. A n n . 6 , 1 1 : « q u i ser u ic ia c o er c e a t» . U lp . D . 1, 1 2 , 1, 5 . U lp . D . 1, 1 2 , 1 , 1 y 8 ; G a i. D . 1, 6 , 1, 2 ; U lp . D . 1, 6 , 2 . U lp . D . 1, 1 2 , 1, 8 . U lp . D . 1, 1 2 , 1, 8 ; 1, 6 , 2 . U lp . D . 1, 1 2 , 1, 1; M arcian . D . 4 0 , 1, 5 pr. U lp . D . 1, 1 2 , 1, 2 y 1 0; 1, 1 6 , 9 , 3; 3 8 , 1 4 , 1 pe. G a i. In s t. 2 , 5 2 y 5 8 ; M a rcia n . y U lp . D . 4 7 , 1 9 , 1, 2 y 3 . M a rc ia n . D . 4 8 , 1 0 , ] , 6 ; P a u l. D . 4 8 , 1 9 , 3 8 , 8 y 9 D i o C as. 5 2 , 2 1 ; P a u l. D . 4 , 4 , 3 8 . P lin . E p. 6 , 11; C IL . X I , 6 3 5 7 . V ita A lex . 3 3 .
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No aparece clara la situación en que queda la praefectura urbi con la nueva ordenación de Constantino. Casi mejor que el cargo y las competencias lo que cambia es el nombre. Ahora todo queda en manos del jefe de policía. Todos los jefes de las demás ordenaciones y oficios quedan bajo sus órdenes, según sabemos por Notitia Dignitatum·, el praefectus annonae, el praef. uigilum, el comes forma rum (servicio de acueductos y recursos que alimentan la ciudad), el comes riparum et aluei Tiberis et cloacarum, el comes portus, de Ostia, etc., etc. Era el jefe y el primer miembro del senado, él tiene derecho a hablar antes que todos los consulares; después de Justiniano preside incluso el senado. Debe dar cuenta al emperador de todas sus gestiones cada mes; y al principio del año debe presentarle el ofrecimiento de presentes y de votos oportunos49. Ante todo, lleva el título de pacis custos contra los enemigos de fuera y de dentro, Uno de sus cometidos más delicados era la vigilancia sobre las asociaciones, sobre todo las que se dedicaban al aprovisionamiento y distribución de víveres. Reprimía los fraudes pudiendo privar a los delincuentes de sus privilegios; y al mismo tiempo protegía estas asociaciones y defendía sus prerrogativas. Organiza y atiende los juegos públicos50; tiene la vigilancia de la conservación de los monumentos de la ciudad; lleva el control de las pesas y medidas, de los di versos mercados de Roma; es una especie de ministro de sanidad pública. El praefectus urbi, después de Constantino, lleva el título de uir inlustris-, es nombrado igualmente por el emperador de entre los consulares, pero su cargo queda como anulado, como el del prefecto del pretorio.51 2) El prefecto de la anona, elegido del orden ecuestre, como el prefecto del pretorio, debe proveer todo lo necesario para la alimentación de la ciudad: trigo, carne, vino, aceite, vigilar sus precios y cualidades en los mercados. Vigila sobre las corporaciones alimentarias, como el gremio de los panaderos, de los carnice ros, de los aceiteros, etc. Judicialmente entiende en lo criminal de su jurisdicción, pero si la causa es demasiado grave debe pasarla al prefecto de la ciudad. 3) El prefecto de vigiles, sacado también del orden ecuestre, tiene el doble servicio de la policía nocturna y de la atención a los incendios. Dispone de siete cohortes de vigiles, compuestas cada una de 200 hombres, repartidos en cuarteles por las 13 regiones de la ciudad, a razón de un cuartel por cada dos regiones, y un puesto de observación en cada una de ellas. Tiene igualmente poder judicial en el campo de su cometido; pero las causas graves, debe también pasarlas al tri bunal del prefecto de la ciudad. 4) Comisiones y cúratelas. Al mismo tiempo Augusto nombra dos funciones colectivas, llamadas comisiones o cúratelas·, una sobre las aguas de la ciudad y otra sobre las obras públicas. Los miembros de estas comisiones los nombró Augus to de entre los senadores, para un tiempo indefinido, lo mismo que los otros funcionarios. La comisión de las aguas velaba sobre el agua y los acueductos de Roma y sus arrabales. Se componía de tres miembros: el presidente del orden consular, y los dos asistentes del orden pretoriano. La comisión de trabajos públi cos entendía en la conservación de edificios públicos. Constaba de dos miembros pretorianos.
49. 50. 51.
C o d . T h eo d . 7 , 2 4 ; C od. lu s t. 1 2 , 4 9 . C o d . T h eo d . 1 , 1 0 , 4 ; 1, 6 , 1 1 . C od. T h eo d . 6 , 7 , 1; C od. lu s t. 1 2 , 4 , 1.
C. Ju lio César Octaviano Augusto
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Creó además curatores uiarum, uno por cada vía, y procuraban tener bien con servados los caminos del Estado. Eran elegidos del orden senatorial para las vías principales y de los caballeros para las secundarias. 5) Oficiales de la casa imperial. Los antiguos ayudantes y servidores de los magistrados de la República,' apparitores, lictores, scribae, praecones, uiatores, ac censi, nomenclatores, se convierten en oficiales de las diversas dependencias y dicasterios de la casa imperial. Con frecuencia son libertos de los emperadores,'colo cados al frente de sus despachos: a libellis, a rationibus, ab actis, a commentariis, a formulis, proximus, princeps, optio, adiutor, tabularius son nombres de servido res del emperador que aparecen en las inscripciones. Del siglo I I d. C. se encuentran en los monumentos escritos militares, soldados o centuriones, con nombres como cornicularii, commentarienses, optiones, specula tores, stratores, librarii, notarii... Los oficiales son permanentes, y por ejemplo, en la justicia civil o criminal lo hacen casi todo, menos dar la sentencia. Diocleciano organizó todo el servicio dividiéndolo en tres secciones: officiales, apparitores, cohortalini, llamados luego palatini. Constantino terminó la organiza ción planteada por Diocleciano, dividiendo el poder civil del. milit3r y escalonando perfectamente el orden jerárquico en atención al servicio de cada provincia, o departamento de gobierno. En una inscripción se establece para la presentación al gobernador este orden: senatores, administratores, princeps, cornicularii, pala tini, coronati, promoti officiales, officiales ex ordine. 52 Como encargado de un cuerpo de ejército vemos un ducem > duque, con sus subalternos; y al frente de un negociado un comiten >■ conde, con sus oficiales. 6) Las Provincias fueron divididas en dos clases: unas imperiales y otras se natoriales. Como imperiales se reservó Augusto las que podríamos llamar de pri mera línea, aquéllas en que había destacadas legiones, así la Galia, la Tarraco nense y Lusitania en España, Chipre, Siria y Egipto, todas ellas dependían exclu sivamente de Augusto, a las que él mandaba sus representantes personales y cuyos impuestos iban directa e íntegramente a las arcas im periales53. Senatoriales eran las que estaban totalmente apaciguadas: la Bética, Cerdeña, Sicilia, Uiria, Mace donia, Acaya, Asia, Cretense-Cirenáica, Africa, para éstas proponía al senado los gobernadores que deseaba fueran enviados, y exigía también un tanto alzado de los tributos para sus arcas, dejando el resto para el erario senatorial» Como magister morum Augusto dio numerosas leyes contra el lujo, los derro ches y la moralidad, por ejemplo, contra el celibato las leyes Papia-Poppea. Todo el que no tenía herederos, los hombres a los 25 años y las mujeres a los 20, no tenía derecho más que a la mitad de las sucesiones y de las mandas que pu dieran corresponderle, y lo demás ingresaba en el tesoro público. Los padres de familia numerosa eran preferidos en las elecciones al consulado. Tres hijos en Roma, cuatro en Italia y cinco en las provincias eximían de todas las cargas per5 2 . C IL . 8 s u p l. 2 . 1 7 8 9 6 . S o b re e l te m a p u e d e v e rse : F a iro n , L ’O rganisation d u palais im p éria l à Rom e·. M u s é e B e lg e 4 (1 9 0 0 ) 6 ; M ic h e ls , L e s cu bicu laires d es em péreu rs romaines·, ib id . 6 (1 9 0 2 ) 3 6 4 ; F . D r e x e l, Z um kaiserlich en H o fze r e m o n ie ll: P h W , 1 9 2 6 , 1 5 7 ; J. V a n V lie t, D e pra eto ria a tq u e am icorum coh ortibu s, U tr e c h t 1 9 2 6 . 5 3 . S o b r e la a d m in istr a c ió n d e la s p r o v in c ia s d u r a n te e l I m p e r io , v . C . .H a lg a n , E ssai sur l ’a d m in istra tio n d es p ro vin ces sénatoriales soü s l’E m p ire rom ain, P a r is 1 8 9 8 ; W . T . A r n o ld , T h e R om an sy stem o f provin cial a d m in istra tio n to th e accession o f C on stan tin e th e G reat, O x fo r d 31 9 1 4 ; M . V a n d la e r , La fin d ’ttn p eu p le, P a ris 1 8 9 5 , I ta lia se d e s p u e b la e n tie m p o s d e A u g u s to . 5 4 . S u e t. A u g. 3 4 .
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sonales. Cuando tenía tres hijos la mujer latina pasaba a ser ciudadana romana, y la ciudadana romana, nacida libre, se emancipaba de la tutela del marido después del tercer parto. La liberta alcanzaba la ciudadanía y podía testar y heredar, cuan do le nacía el cuarto h ijo .55 7) El pueblo. En virtud de su autoridad censorial ordenó varias veces que se hiciera el empadronamiento general de los ciudadanos y hasta nosotros ha lle gado el resultado de alguno de ellos *. El primero se hizo inmediatamente des pués de la victoria de Accio y dio el censo de 4.163.000 ciudadanos romanos; el último, confeccionado,el año de la m uerte de Augusto, presenta una disminución de 30.000. No quiere esto decir que en cincuenta años de paz disminuyera la población del Im perio romano, sino que Augusto se manifestó cada vez menos generoso en la concesión de la ciudadanía, y en la manumisión de los esclavos. Además en el censo de las ciudades desde el año 4 a. C. no quiso que figuraran las ciudades que estaban fuera de Italia, ni las personas que poseían menos de ■200.000 sestercios. Estos, aunque figuraban en el primer censo, estaban exentos de toda carga y privados del acceso a las magistraturas. De aquí se deduce el cre cimiento enorme de las riquezas. La gran totalidad de la plebe es alimentada a expensas del erario público. En tiempos de César eran 320.000 los que vivían de las donaciones del emperador; Augusto los pudo reducir a 250.000, esto nos demuestra la importancia que en Roma tenía el praefectus annonae57. Además de los alimentos diarios Augusto distribuyó cinco veces dinero a todos y cada uno de los plebeyos. A su muerte procuró que su sucesor recibiera todas sus prerrogativas, para que pudiera continuar su la b o r.58 2. Tiberio (14-37 d. C.) De este emperador lo único que de momento nos interesa es la llamada su primera época. Tiempo en que sigue las huellas de Augusto, sin que haya solu ción de continuidad entre ambos reinados. La política interior de Tiberio, como la de Augusto, se base en dos puntos: poder absoluto del emperador, y colabora ción efectiva del senado. Tiberio, en su primera época, no sólo respeta las atribuciones que Augusto había dejado al senado, sino que incluso las refuerza en el aspecto electoral, legis lativo y judicial59. La elección de los magistrados: cónsules, pretores, ediles, tri bunos y cuestores, que tradicionalmente hacían los comicios, y que Augusto les había respetado, Tiberio la pasa al senado. Igualmente el poder legislativo lo trans fiere de los comicios ai senado, que emitirá senadoconsultos y el emperador, por su parte, legislará con constituciones im periales40. Prácticamente, pues, dejan de existir los comicios. V é a s e e l v o l. I , L a fam ilia, p p . 1 7 9 -1 8 0 . C . A u g u s t. M on. A n cyr. 8 , 2 -4 ; S u e t. A u g . 4 0 , 4 4 ; c f. T . Z ie lin s k i, H orace e t la so c ié té rom ain e du te m p s d ’A u g u ste, P a r is 1 9 3 8 ; J . G a g é , L e s classes socieles dan s l’em p ire rom ain, P a r is 1 9 6 4 ; M . B ia n c h in i, S tu d i su lla società, M ila n o 1 9 6 9 ; G . P e tr o c h i, O ra zio , T i v o li, e la so cietà d i A u g u sto , R o m a 1 9 5 8 . 5 7 . V é a s e a n tes so b r e la M e n d ic id a d en R om a, n o ta s 4 5 3 -4 6 4 . 5 8 . J. G a g é D iu tts A u g u stu s, l ’id é e d y n a stiq u e ch ez le s em pereu rs-Ju lio-C lau dien s·. R A 3 4 (1 9 3 1 ) 11. 5 9 . S tra b . 6 , 2 8 S ; D io C a ss. 5 7 , 8 , 2 . 6 0 . G a i. In st. 1, 5 : « C o n s titu tio p r in c ip is e s t q u o d im p er a to r d e c r e to u e l e d ic to u e l e p is tu la c o n s titu it. N e c u m q u a m d u b ita tu m e s t , q u in id le g is u icern o p tin e a t, c u m ip s e im p e r a to r p e r le g e m im p e r iu m a c cip ia t» . 55. 56.
Tiberio
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También confiere al senado importantes poderes judiciales: constituye un alto tribunal de justicia, formado por senadores, cuya misión será entender sobre cau sas de gran importancia, como los procesos contra la seguridad del Estado, o cuan do se sigan causas contra algún senador. Al senado somete la resolución de importantes asuntos de gobierno; y él asiste frecuentemente a sus sesiones, tomando parte en los debates, como quien no pretende imponer su autoridad, sino convencer por la persuasión. El gobierno del Imperio se hace, por tanto, en una íntima colaboración del emperador con el consejo del Estado, que realmente es ahora el senado. La segunda época del reinado de Tiberio, a partir de la traición de su favo rito Sejano, es un desaforado despotismo, que no puede historiarse en las Insti tuciones rom anas.61 Los favoritos y delatores De la obra de los favoritos durante los reinados de Caligula y de Claudio quedó un elemento bueno; la organización de los dicasterios de la administración central: 1) oficina de correspondencia (ab epistulis)·, 2) oficina de demandas (a libellis)·, 3) oficina de negocios públicos (a cognitionibus)·, 4) oficina de estudios preparatorios (a studiis). La palabra delatores, tan ordinaria en tiempos del imperio, tuvo en Roma tres sentidos: 1) El que intenta una acusación pública ante las quaestiones perpetuae, o comisiones permanentes. El nombre procede de uno de los primeros actos del procedimiento, la nominis delutio, por la que, después de haber hecho la postulatio, el acusador indicaba al presidente de la comisión el crimen y la persona acusada. Más tarde la delatio se confundía con la postulatio, e indicó una acusación criminal perseguida por los ciudadanos. Durante la República las acusaciones eran muy frecuentes, sobre todo contra los magistrados al dejar su cargo. Era el camino ordinario de llamar la atención y de hacerse famoso, para subir por el camino de ios honores. Llegó a ser un abuso. Si el acusador triunfaba conseguía muchas ventajas sociales. Contra las acusaciones injustas pesaba la fuerza de diversas leyes sobre la calumnia, la praeuaricatio y la tergiuersatio. Durante el Imperio el mal creció en proporciones gigantescas en favor del emperador. Se admitían las denuncias sobre todo de lesa majestad, premiándolas con buenas recompensas pecuniarias, dinero que el emperador pagaba de los bienes confiscados al condenado. Algunos delatores tenían organizadas bandas de sico fantas, que procedían siempre a las órdenes de su jefe. A veces los emperadores, asqueados de los delatores, se desprendían de ellos, pero la profesión pululaba con los malos gobernantes. La ley de lesa majestad confería al delator la cuarta parte de los bienes del condenado, premio que recibía aunque el denunciado se suicidara para evitar la confiscación. O tra ley confería al delator los honores del denunciado. Bajo los buenos emperadores, una reacción provocada por el clamor popular, hizo caer
61. L a liter a tu ra so b r e T ib e r io e s m u y a b u n d a n te. V é a s e p or eje m p lo : J . C . T a rv er, T ib e riu s th e tyra n t, L o n d o n 1 9 0 2 ; tie n e tra d , fra n c, e n 1 9 3 4 ; F . B . M a rsh , T h e reign o f T iberiu s, L o n d o n 1 9 3 1 ; E . C ia c er i, T ib e rio successore d i A u g u sto , M ila n o 1 9 3 4 ; K . S c o tt, T h e d irita s of 'Tiberius·. A J P h 5 3 (1 9 3 2 ) 1 3 9 ; E . K o r n e m a n n . S taaten , V ö lk er, Männer-, E r b e d e r A lte n , 2 Ser. 2 4 . L o s m o d e r n o s tie n d e n a d e fe n d e r a T ib e r io e n su s c o n d e n a s d e lo s n o b le s . P u e d e v e r s e E . C ia c er i, L ’im p era to re T ib e rio e in processi d i lesa m aestà, e n P rocessi p o litici e relazio n i in tern azion ali, R o m a 1 9 1 8 , 2 4 9 .
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sobre la turba de delatores castigos arbitrarios. Tito castigó hasta con la escla vitud y el destierro a los delatores o mandatarios que habían servido a Nerón; pero el abuso de la delación volvió con Domiciano. Trajano debió proceder de nuevo contra estos infames, que constituían una seria amenaza contra las cabezas y las haciendas de los nobles y ricos. 2) En un segundo sentido delator designa especialmente a los que buscaban los bienes vacantes, sobre los que el fisco tenía derecho, para denunciarlos a los agentes del erario público, mediante una recompensa, praemium delatorum. Tam bién en este sentido la delación manifiesta los malos sentimientos de estas perso nas, que no iban buscando más que su provecho material. En el Códice Theodo siano (10, 10) y en el de Justiniano (10, 11) hay títulos enteros que tratan de poner freno a la avidez de estas gentes desalmadas. Delatores, traidores, enemigos del género humano, de raza execrable, y uno de los grandes males de- la huma nidad, a decir de los mismos códigos. Constantino en 313 prohibió escucharles en su corte y los condenó a pena de muerte; en 319 dispuso que se les cortara la lengua y se los decapitara. 3) Y, por fin, se aplica el nombre de delator al simple denunciador privado o agente que, sin acusar él mismo, por vía de inscriptio, daba a conocer un delito al magistrado. 3. Vespasiano (69-79) Nada notable para las instituciones dejan los emperadores que siguen a Tibe rio, Caligula (37-41), Claudio (41-54), Nerón (54-68), Galba, Otón, Vitelio (6869), pero sí un imperio casi arruinado por el desorden popular, por la disolución de la vida y por la falta del prestigio de la autoridad.62 Vespasiano restablece la autoridad imperial e impone el orden desquiciado. Al peligro que ahora amenaza constantemente, por parte de las legiones diseminadas por todas las fronteras del Imperio, Vespasiano opone la autoridad civil del sena do. Claudio y Nerón habían introducido en él numerosos hijos de libertos y lo había privado de sus prerrogativas. Vespasiano restablece la censura63 y en su calidad de censor, con su hiio Tito como colega (73-74)64, elimina del senado a todos sus miembros indeseables, 6 2 . S u e to n io e sc r ib ió la v id a d e ca d a u n o d e e s t o s e m p e r a d o r es. S o b re C a lig u la e n c o n c r e to p u e d e v e r se : H . W illr ic h , Caligula·. F l. 3 (1 9 0 3 ) 8 5 , 2 8 8 , 3 9 7 in te n ta n d o r e h a b ilita rlo ; m á s e c u á n im e r esu lta la o b ra d e P . V . D . B a lsd o n , T h e em peror G aiu s, O x fo r d 1 9 3 4 ; v . ta m b ié n A . M o m ig lia n o , L a perso n a lity d i C aligu la : A n n . d . R . S c u o la N o r m a le S u p e r, d e P isa I I , 1 (1 9 3 2 ) 1; E . B . V a n D e m a n , T h e h ou se o f Caligula·. A J A 1 8 (1 9 2 4 ) 3 6 8 . S o b r e C la u d io : T . d e C o u r se y R u th , T h e p ro b le m o f Claudius·, d is s . J o h n H o p k in s , B a ltim o r e 1 9 1 6 , lo e stu d ia e n s e n tid o p a to ló g ic o ; A . M o m ig lia n o , L ’o p ere d e ll’im p era to re C lau dio, F lo r e n c ia 1 9 3 2 . S o b re N e r ó n : B . W . H e n d e r s o n , T h e life an d p rin cip a te o f th e em peror N ero, L o n d o n 1 9 0 3 ; M . L . C o n s ta n s , L as puissances tribu n icien n es d e Néron·. C R A I (1 9 1 2 ) 3 8 5 ; H . M a ttin g ly , T rib u n i cia potestas·. J R S 2 0 (1 9 3 0 ) 7 9 ; J. W ille m s . L e sé n a t rom ain en Van 65 p. C. d 'a p rès le s n otes d e P. W illem s·. M B 4 -6 (1 9 0 0 -1 9 0 2 ); V . Scra m u zza , T h e em p ero r Claudius·. H a r v a r d H is to r . S tu d ie s 4 4 , C a m b rid g e 1 9 4 0 ; H . P . L ’O r a n g e , O o m u s aurea d e r Sonnenpalast·. Serta E itr e m ia n a , S O , 1 9 4 2 ; A . B o e th iu s , N e ro ’s G o ld en H ouse·. E ra n o s R u d b e r g ia n u s, 1 9 4 5 , 4 4 2 ; F . K lin g n e r , D ie G esch ich te d e s K aisers O th o b e i Tacitus·. B e r ic h ü b er d ie V e r h a n d l. d e r sa ch s. A k . d. W is s . P h . H is t . CI. 1 1 2 / 1 , 1 9 4 0 ; C . M . F r a n z e r o , L a v ita e i te m p i d i N e r o n e : « S ir io » B io grafie e R itr a tti 4 , 1 9 5 5 . 6 3 . S u e t. V esp . 8 , 1: ''id . B . W . H e n d e r s o n , F ive R om an E m perors, C a m b r id g e 1 9 2 7 , d e V e sp a s ia n o a T ra ja n o ; M e E ld e r ry , Som e con jectu res on th e reign o f V espasian : J R S 3 (1 9 1 3 ) 1 1 4 ; M . A . L e v i, I p rin cip ii d e ll’im p ero d i V espasiano·. R F I C 1 6 (1 9 3 8 ) 5 3 ; G . M . B e r s a n e tti, V esp a sia n o (C o ll. R e s rom anae d e V . U ss a n i, R o m a 1 9 4 1 ). 6 4 . S u et. T it. 6.
T ito y Domiciano
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e introduce en él lo más sano de la aristocracia ecuestre de Italia y de las Provin cias 6S. Emperador y senado se han vuelto a encontrar en la honestidad de sus miras políticas y en el deseo de gobernar con la mayor sensatez y provecho del bien común. Reorganiza asimismo la administración del Estado. 4. Tito y Domiciano Tito (79-81) siguió los pasos de su padre, pero con más afabilidad, hasta el punto de merecer ser llamado «delicias del género hum ano».66 Domiciano (81-96) se aparta enseguida de la rectitud de miras de su padre Vespasiano, de la honradez y abertura de su hermano T ito 67 y tiende a un régi men de centralización administrativa y de monarquía absoluta68, sin romper del todo con el senado, al que apenas considera. Su poder lo buscará en el ejército. Es un buen administrador y vigila de cerca el comportamiento de los gobernado res provinciales, y mejora el servicio de la anona69. Trabaja asiduamente por la romanización del mundo mediterráneo; confiere generosamente la ciudadanía y muchos provinciales entran por el cursus honorum, y son nombrados miembros del senado. Con todo, Domiciano muere víctima de su absolutismo.70 Como su padre y hermano es un gran constructor y Roma queda hermoseada con los suntuosos edificios de los emperadores Flavios.71 5. Trajano (98-117) Nerva (96-98) nombrado emperador, ya muy anciano y enfermo, pasa por el Imperio casi con el único fin de ponerlo en las buenas manos de T rajano.72 Trajano, tiene 45 años cuando Nerva lo adopta y le transfiere el Imperio. Es de Itálica, en la provincia Bética. Había sido un soldado valiente y un adminis trador honrado. Pretor en el año 86, legado en España, cónsul ordinario en el 91; legado consular en Germania en el 98, adonde fue a buscarlo Nerva para adoptarlo y hacerlo emperador. Nunca, después de la proclamación del Imperio, había existido una compene tración tal entre el príncipe, el senado y el pueblo. Trajano tenía toda la sim patía del ejército, pero no quiere gobernar por la fuerza de las armas. Desea un gobierno civil fuerte y busca la total colaboración del senado, tan vilipendiado en su autoridad y en sus miembros por Domiciano. Sin sacrificar ninguna prerro gativa fundamental de su autoridad imperial, respeta todos los privilegios políti cos y administrativos del senado y lo asocia eficazmente a su gobierno.73
65. S u e t. V esp . 9 , 2 . 66. S u e t. T it. 1; 8 y 9. 67. S u e t. T it. 9, 3 ; D o m it. 1, 3 ; 2 , 3 ; 3 , 2. 68. S u e t. D o m it. 8. 6 9 . S u e t. D o m it. 8 y 1 0; d istr ib u y e tr e s v e c e s u n congiarium d e 3 0 0 n u m o s p o r cabeza (ib. 4 , 5 ); y e sta b le c e la s c en a s reg u la res e n v e z d e la sp o rtu la p ú b lic a (ib. 7 , 1). 70. S u e t. D o m it. 1 3 -1 4 ; 17. V id . S. G s e ll, E ssai su r le règne d e l'em pereu r D o m itien , P a rís 1 8 9 4 ; B . S tec h , S en atores R om an i in d e a V espasian o u squ e ad T raian i ex ittm ·. K l. 10 , B e ih e ft 1 9 1 2 . 7 1 . S u e t. V esp. 8, 5 ; D o m it. 5 , 1; D o m ic ia n o en lo s e d ific io s q u e é l te r m in a n o h a c e figu rar m ás q u e su p r o p io n o m b r e. 7 2 . N e r v a d e jó la im p r e s ió n d e ser u n h o m b r e s e v e r o , v id . R . S y m e, A govern or of Syria u ;der N e r v a : P h . 91 (1 9 3 6 ) 2 3 8 . 7 3 . A e l. S p a rtia n . H adrian . 4, 9. L . C a n ta r e lli, L e f o n ti p e r la storia d e ll’im p era to re Traía-
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E l Imperto
El orden y el bien público son los dos objetivos de este magnífico emperador. La justicia durante su mandato fue severa y expeditiva. Siempre que podía asistía él a los tribunales. La ley de majestad fue limitada a los casos más graves. Los delatores tan frecuentes y vivaces en los reinos precedentes fueron desterrados. La legislación fue sumamente humana y de orientación tradicional74. La hacienda fue subsanada, más bien porque se evitaron gastos inútiles que por imposición de nuevos im puestos7S. Las injusticias y concusiones de los gobernadores provincia les fueron severamente castigadas.· Combate la despoblación de Italia con ayuda racional a los padres de familias numerosas, pero más bien que con limosnas, con prestaciones para que pudieran montar sus negocios.76 6. Adriano (117-138) También su sucesor Adriano trata en un principio de conservar las mejores relaciones con el senado; hasta el punto de que una conjuración de senadores fue abortada por el mismo senado, y el senado mismo juzgó y condenó a muerte a los traidores77. Pero esta consideración para con el senado no era más que apa rente, según demostró luego, ya que fue de manos de Adriano de quien el senado recibió los golpes más decisivos: rehace el Consejo imperial: reorganiza las oficinas de la administración del tiempo de Claudio, sustituyendo los oficiales libertos por caballeros78; y crea gobernadores consulares de Italia semejantes a los provin ciales, con lo que priva al senado de las prerrogativas administrativas y tiende a la asimilación de Italia a las Provincias. En cuestiones de justicia Adriano hace un gran esfuerzo para fijar la jurispru dencia y asegurar la interpretación unánime de la ley. El Edicto perpetuo salido « o : S tu d i e d o c u m . d i S t o tia e t D it it t o (1 8 5 5 ) 1 8 5 ; P lin . P anegiricum , y o tr o d o c u m e n to d e p rim era m a n o la c o rr e sp o n d e n c ia d e P lin . c o n T ra ja n o d u ra n te lo s a ñ o s 1 1 1 -1 1 3 ; v id . la e d i c ió n c o m e n ta d a d e M . D u r r y , La correspon dance en tre T rajan e t P lin e, L o n d o n 1 8 8 9 ; G . d e L a B er g e , E ssai su r l'em p ereu r T rajan, P a r is 1 8 7 6 ; R . P a r ib e n i, O p tim u s prin ceps, saggio sulla sto ria e su i te m p i d e ll’im p era to re Traiano, M e s s in a 1 9 2 6 -1 9 2 7 ; L . H o lz a p p e l, R om . K aiserdaten , N e rv a u. Traian·. K l. 1 7 , 4 8 1 ; G . M ic k w itz , Z u d en F inanzen Trajans·. A r cto s 3 (1 9 3 3 - 1 9 3 4 ) 1; P . G s e ll, É tu d e sur le rôle du sénat rom ain à l’ép o q u e d e Trajan·. M E F R (1 8 8 7 ) 3 3 9 ; W e b e r , R o m s H errsch en tu m u n d R eich in sw e ite n Jah rh u n derte, 1 9 3 7 , d e s d e 9 6 al 1 9 2 ; L a m b r e ch ts, T ro is é tu d e s su r la co m p o sitio n d u sé n a t rom ain d e T rajan à D iocletien , 1 9 3 6 -1 9 3 7 ; H a m m o n d , T h e co m p o sitio n o f sen a te 68-235 p. C.·. J R S (1 9 5 7 ) ; B . S te c h , S en atores rom an i q u i fu e rin t in d e a V espasian o u sq u e ad T raian i exitum,·. K l. B e ih e ft 1 0 (1 9 1 2 ) ; C . S . W a lto n , O rie n ta l se n a to rs in th e service o f Rome·. J R S 19 ( 1 9 1 9 ) 3 8 ; P . L a m b r e ch ts, T rajan e t le recru tem en t du sénat·. A C 5 (1 9 3 6 ) 1 0 5 ; I d ., L a c o m p p o s itio n du sé n a t rom ain de l ’accession d ’H adrien à la m o rt d e Com m ode·. U n iv . d e G a n d . 7 9 e A fle v e r in g , A n v e r s 1 9 3 6 . 74. P u e d e v e r s e L . H o m o , L e siècle d ’or d e l ’em p ire rom ain, P a r is 1 9 4 7 . 75. A . M e r lin , L es re vers m on étaires d e l ’em p ereu r N erva , P a ris 1 9 0 6 ; G . M ic k w itz , Z u d en F inanzen Trajan·. A r cto s 3 (1 9 3 3 - 1 9 3 4 ) 1. 7 6 . La d e s p o b la c ió n d e I ta lia y d e R o m a , e m p ie z a ser ia m e n te en e l r e in a d o d e M arco A u r e lio , y fu e u n a d e la s ca u sa s d e l e m p o b r e c im ie n to ; v id . A . L a n d r y , La d ép o p u la tio n dans l’a n tiq u ité gréco-rom aine·. R H 6 1 (1 9 3 6 ) 1; T e n n e y F ra n k , N o te s on R om an com m erce·. J R S 2 7 ( 1 9 3 7 ) 7 2 ; J. C a r co p in o , L es richesses d e s D aces e t le re d ressem en t d e l’E m p ire rom ain sons T rajan. P o in ts d e vu e sir l ’im périalism e rom ain, P a r is 1 9 3 4 , 7 3 . 7 7 . A e l. Sp art. H adrian u s, 7 . P u e d e v e r s e , V o n P r e m e r ste in , D as A tte n ta t d e r vier K on su l'àre·. K l. B e ih e ft 8 , 1 9 0 8 . 7 8 . A e l. S p a rtia n . H cdrian . 2 2 , 8 y 1 3 ; v . ta m b ié n ib . 2 7 , 1-2. L . P e r r e t, T itu la tu re im p éria le d ’H a d rien , P a r is 1 9 2 9 ; R . H . L a ce y , T h e equ estrian officials o f Trajan an d H adrian , th e ir caeers, w ith so m e n o tes on H adrian 's reform s, P r in c e to n U . P r e ss 1 9 1 7 ; F . P r in g sh e im , T h e legal p o lic y an d reform s o f H a d ria n : J R S 2 4 (1 9 3 4 ) 1 4 1 ; G . H . P e la u m , E ssai su r les pro cu ra teu rs éq u estres sou s le H a u t E m p ire rom ain (te s is ) P a ris 1 9 4 8 , a c o m p a ñ a d o d e u n co rp u s d e to d a s la s in s c r ip c io n e s r e fe r e n te s a lo s ca b a lle r o s.
De Antonino a Cómodo
w
de sus manos recibe fuerza de ley por decisión del senado 79. Los Responsa Prudentum, que proceden de los jurisconsultos de su tiempo, cobran también fuerza de ley, cuando la opinión de sus autores es unánime. En la administración de la hacienda crea el abogado del fisco, un ministro público que debe velar por los intereses del erario público. Se reorganizan las postas públicas intentadas ya en tiempos de Augusto. Se extiende con abertura la ciudadanía entre elementos provinciales, y con el mundo cristiano deja cierta mayor tolerancia.80 7. De Antonino a Cómodo (138-192) Antonino (138-161). El senado, que se mantuvo con gran tirantez con Adria no, capituló ante la buena voluntad de Antonino. El Emperador suprime los consulares de Italia creados por Adriano, y devuelve al senado la administración de Italia, pero conservó el Consejo imperial, y las oficinas con personal de orden ecuestre. Antonino es un juez ejemplar. Las finanzas tendieron hacia una saludable eco nomía. Las instituciones alimentarias se abren generosamente y se manifiesta muy tolerante con el elemento cristiano.81 Justiciero fue también Marco Aurelio (161-180). Mejora con cuidado la situa ción de los libertos y de los esclavos. Su legislación se llena de humanitarismo y de solidaridad. Trata a los provincianos con justicia; pero no deja ninguna insti tución perm anente.82
7 9 . V id . e l E d ictu m P erp etu u m c o n u n a b u e n a in tr o d u c c ió n ju r íd ic o h istó r ic a . S . R ic c o b o n o , F on tes, p p . 3 3 5 -8 9 . S e s ir v e d e lo s ju r is c o n s u lto s d e su tie m p o : J u v e n c io C e lso , S a lv io J u lia n o , N e r a c io P r is c o y o tr o s (A e l. S p a rtia n . H adr. 2 8 , 1 ). 8 0 . S o b r e A d r ia n o y e l S e n a d o , e sc r ib e su b ió g r a fo : « O p t im o s q u o sq u e d e sen a tu in c o n tu b e rn iu m im p e r a to r ia e m a ie s ta ti a d s c iu it... E t in c o n tio n e e t in s e n a tu sa ep e d ix it ita s e rem p u b lic a m g e stu r u m u t sc ir e n t p o p u li r em e ss e , n o n p ro p ria m . T e r tio c o n s u le s cu m ip s e ter f u is s e t p lu r im o s fe c it, in fin ito s a u tem s e c u n d i c o n s u la tu s h o n o r e c u m u la u it... S e n a tu i le g itim o , c u m in u r b e u e l iu x ta u rb em e s s e t, sem p e r in te r fu it. S e n a tu s fa s tig iu m in ta n tu m e x tu lit, d iffi c ile fa c ie n s se n a to r e s u t , c u m A ttia n u m e x p r a e fe c to p r a e to r ii o r n a m e n tis c o n su la r ib u s p ra ed i tu m fa c e r e t se n a to r e m , n ih il se a m p liu s h a b er e q u o d in e u m c o n fe r ri p o s s e t o s te n d e r it. E q u ite s R o m a n o s n e c s in e se d e sen a to r ib u s n e c sec u m iu d ic a re p e r m isit. E r a t e n im tu n c m o s u t , cum p r in c e p s c a u sa s a g n o c e r e t, e t s e n a to r es e t e q u ite s ro m a n o s in c o n s iliu m u o c a r e t e t se n te n tia m e x o m n iu m d e lib e r a tio n e p r o fe r r e t. E x se c r a tu s e s t d e n iq u e p r in c ip e s q u i m in u s sen a to r ib u s d e tu lis s e n t» (A e l. S p a rtia n . H adrian u s, 8 ). J . D ü r r , D ie R eisen d e s K a isers H adrian , V ie n a 1 8 8 1 ; O . T . S c h u ltz , L e d e s K a isers H adrian, L e ip z ig 1 9 0 4 ; W . W e b e r , U ntersuch, zu r G esch ich te H a d rian u s, L e ip z ig 1 9 0 7 ; B . W . H e n d e r s o n , T h e life an d p rin cip a te of th e em peror H adrian, L ondon 1923. 8 1 . I u l. C a p ito l. A n to n . P iu s, 2 , lo p r e se n ta a sí: « F u it u ir fo r m a c o n s p ic u u s , in g e n io c la ru s, m o r ib u s c le m e n s, n o b ilis u u ltu , p la c id u s in g e n io , sin g u la r is e lo q u e n tia e , n itid a e litte ra tu r a e, p r a e c ip u e s o b r iu s , d ilig e n s a g r ic u lto r , m itis , la r g u s, a lie n i a b s tin e n s, e t o m n is h a e c cu m m en su ra e t s in e ia c ta n tia , in c u n c tis p o s tr e m o la u d a b ilis e t q u i m e r ito N u m a e P o m p ilio e x b o n o ru m s e n te n tia c o m p a r a tu r. P iu s c o g n o m in a tu s e s t a s e n a t u ... F u it q u a e sto r lib e r a lis , p raetor s p le n d i d u s ... H ic in o m n i p r iu a ta u it a in agris fr a q u e n tis sim e u ix it, s e d c la r u s in lo c is o m n ib u s fu it» . C o m o ju ez e je m p la r se sir v e d e lo s ju r is c o n s u lto s V in d io V e r o , S a lv io V a le n te , V o lu s io M aecian o , U lp io M a rc e lo y D ia v o le n o (ib. 1 2 ), s o b r e s u d e lic a d e z a b a sta recordar q u e r e p e t ía c o n fr e c u e n c ia la fr a se d e E sc ip ió n : « q u a ille d ic e b a t m a lle s e u n u m c iu e m seru a re q u a m m ille h o s te s o c c id e r e » (ib. 9 , 1 0 ). S o b re A n to n io P í o p u e d e n v e r se : G . L a co u r-G a y e t, A n to n in le P ie u x e t son te m p s, P a ris 1 8 8 8 ; E . E . B ry a n t, T h e reign o f A n to n in u s P ius, C a m b rid g e 1 895; W . H ü t t l, A n to n in u s P iu s I , P ra g a 1 9 3 6 ; C . H . D o d d , T h e cognom en of th e em peror A n to n in u s Pius·. N C . 11 (1 9 1 1 ) 6 ; F . S c h e ll, U n tersu ch u n gen zu r G esch ich te d es K a isers P iu s : H is t. 6 5 (1 9 3 9 ) 1 7 7 ss. 8 2 . 'Iu l. C a p ito l. M arcus A n to n in u s, 4, 10: « S tu d iu m p h ilo s o p h ia e seriu m e t grau en red d i-
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E l Im perio
Su hijo Cómodo (180-192) reina despóticamente y, apoyándose en el ejército, trata de aniquilar la aristocracia senatorial.83 8. Septimio Severo (193-211) Tuvo una gran influencia en lo sucesivo porque transformó la constitución en sentido de monarquía absoluta, con auxilio de los grandes jurisconsultos Papiniano, Ulpiano y Julio Paulo, que forman el Consistorium Principis. Al senado no se le dejó más que la opción de aplaudir las decisiones imperiales, y el honor de lla marse «senado» 84. Lo priva de las atribuciones legislativas sustituyendo los senadoconsultos por las constituciones imperiales; de las políticas, instalando un cuar tel legionario en un arrabal de Roma; de las judiciarias, ampliando los poderes de los profectos de la ciudad y del pretorio; de las financieras, haciendo derivar hacia las cajas imperiales los ingresos de la caja senatorial; de las militares con k crea ción de prefectos ecuestres. El senado deja de ser incluso el representante supremo del elemento civil. El Consejo imperial recoge sus facultades.85
d it , n o n ta m en p r o r su s a b o lita in e o c o m ita te , q u a m p r a e cip u e s u is , m o x am icis a tq u e e tia m m in u s n o tis e x h ib e b a t, c u m fr u g i e s s e t s in e c o n tu m a c ia , u e r e c u n d u s s in e ig n a u ia , s in e tr is titia g r a u is» . S o b re s u c o o p e r a c ió n c o n e l s e n a d o d ic e s u b ió g r a fo q u e n o s a lía d e la cu ria h a s ta q u e e l c ó n s u l le v a n ta b a la s e s ió n , c o n la s p a la b ra s r itu a le s : « n ih il u o s m oram u r, p a tre s c o n s c r ip ti» (1 0 , 9 ). D e s il p r e o c u p a c ió n ju d icia ria h a b la e n 1 0 , 1 0 - 1 1 , 10; 2 4 , 1-3; s o b r e s u g o b ie r n o d e la s p r o v in c ia s , 1 7 , 1: « p r o u in c ia s in g e n t i m o d e r a tio n e e t b e n ig n ita te tr a c ta u it» , para n o cargar a lo s p r o v in c ia n o s c o n im p u e s to s , v e n d e la s jo y a s im p e r ia le s e in c lu so la s d e su m u jer para fin an ciar la g u erra M a rc o m a n ic a , c f. 1 7 , 4 -5 y 2 1 , 9 . L a v id a y la obra d e M arco A u r e lio la e stu d ia n : H . D . S e d g w ic k , M arcus A u reliu s, a biograph y, Y a le 1 9 2 1 ; U . v o n W ila m o w its M o e lle n d o r f, K a iser M arcus, B e r lin 1 9 3 1 ; P . L a m b r e c h ts, L ’em p ereu r L uciu s V e ru s, essai d e ré h a b ilita tio n : A C . 3 (1 9 3 4 ) 1 7 3 ss; so b r e la filo s o fía d e M . A u r e lio trata A . M . F e s tu g iè r e , S agesse e t christianism e·. R B i 4 0 (1 9 3 1 ) 4 0 1 ss. 8 3 . A e l. L a m p r id iu s, C o m m o d u s A n to n in u s, q u e lo p r e se n ta a sí: « A p rim a sta tim p u e r itia tu r p is, im p r o b u s, c r u d e lis, lib id o n o s u s , o r e qu o,qu e p o llu tu s e t c o n stu p r a tu s f u it» ( 1 , 7 )... « a tq u e s e g e s s it u t le n o n u m m in iste r , u t p r o b r is n a tu m m a g is q u a m e i lo c o e u m c r e d e r e s, a d q u em fo r tu n a p r o u e x it» (2 , 9 ). C o n fía a l fa v o r ito P e r e n n e la a d m in istr a ció n d e l I m p e r io , « u t ip se d e lic iis u a c a r et... h a c ig itu r le g e u iu e n s ip s e c u m tr e c e n tis c o n c u b in is, q u a s e x m a tro n a ru m m er e tr ic u m q u e d ile c tu ad fo r m a e s p e c im e n co n c iv it, tr e c e n tisq u e a liis p u b e r ib u s e x o le tis , q u o s a e q u e e x p le b e ac n o b ilita t e u i p r e tiis q u e fo r m a d is c e p ta tr ic e c o lle g e r a t, in P a la tio p e r c o n u iu ia e t b a ln ea s b a c c h a b a tu r » . S o b r e la v id a d e C ó m o d o lo s d a to s fu n d a m e n ta le s lo s p r e se n ta H e r o d ia n o . c f. E . H o h l, D ie E rm ordu n g d e s C o m m o d u s, ein B eitrag zu r B eu rteilu n g H e ro d ia n s: O h W (1 9 3 2 ) 1 1 3 5 ss; J . M ., D e r h istorisch e W e r t d e r V ita Com m odi·. P h . B e ih e ft 9 , 1 9 0 4 . C f. ta m b ié n A e l L a m p r id ., C o m m o d u s A n to n in u s, 1 8 -1 9 : E l se n a d o p id e q u e s e le p r iv e d e lo s h o n o r e s y s e tir e a l r ío e l ca d á v er d e C ó m o d o . L as a c la m a c io n e s e m p eza b a n a sí: « H o s t i p a tr ia e h o n o r e s d e tr a h a n tu r . P a r r ic id a e h o n o r e s d e tr a h a n tu r . P a r r ic id a trah atu r. H o s t is p a tria e , p a rricid a , g la d ia to r , in s p o lia r io la n ie tu r ...» . 8 4 . A e l. S p a rtia n , S everu s. S o b re e l s e n a d o b a jo lo s S e v e r o s, p u e d e v e r se : L . H o m o . L es p riv ilèg e s a d m in istra tifs du sé n a t rom ain e t leu r disp a ritio n gradu elle au cou rs d u I I I siè c le : R H , 1 9 2 1 ; L a m b r e c h ts, R ech erch es su r l'o rd re sénatorial e l'o rd re éq u estre d u I I I e siècle', 1951. 8 5 . S o b r e lo s S e v e r o s e n g e n e r a l p u e d e v e rse , L . H o m o , L e H au t-E m pire, en G lo t z , H ist. R om . I V , 1 9 4 1 ; B e sn ie r , L 'em p ire rom ain d e l’a vèn em en t d es S évères au C on cile du N icée, en G lo t z , H ist. R o m . I V , 1 -1 9 3 7 ; M a zz a r in o , L 'im p ero rom ano, 1 9 5 6 ; V . C h a p o t, L es causes de la décaden ce d u m o n d e a n tiq u e (a n á lisis d e la c r isis d e l s. I l l ) : R e v u e d e S y n th e s e , 1 9 2 6 ; C a ld e r in i, I S everi: la crisi d e ll’im p ero n ell I I I secolo, 1 9 4 9 . C o n c r e ta m e n te so b r e S e p tim io S e v e ro : A . d e C e u le n e e r , E ssai sur la v ie e t le régne d e S eptim e-S évère: M e m , C ou ron n ées par l ’A c a d . R o y . d e B e lg iq u e 9 9 / 1 , 1 8 8 0 ; M . P la tn a u e r , T h e life an d reign o f th e em p e ro r L . S e p tim iu s S everu s, O x fo r d 1 9 1 8 ; J . H a s e b r o e k , U n tersu ch u n g, zu r G esch ich te d es K aisers S everu s, H e id e lb e r g 1 9 2 1 ; A . v . D o m a s z e w s k i, D e r S taatstreich d e s S ep tim iu s Severus·. R h . M . 5 3 (1 8 9 8 ) 6 3 8 .
Caracalla
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Lo único que le preocupó fue tener contento al ejército, según el consejo que daba a sus hijos: «Tened concordia, enriqueced a los soldados y no os preocupéis de nadie más» 86. Concede el derecho de casarse a los soldados, cosa que hasta el momento nunca se había hecho. 9. Caracalla (211-217) A su hijo Caracalla se debe una constitución del año 212 por la que todos los habitantes del Im perio reciben el derecho de ciudadanía 87. Lo que hizo, no impulsado por el deseo de igualdad jurídica sino por la ambición de allegar dinero del que era sumamente avaro, según dice Dión Casio: 88 L o p e o r d e é l era , q u e n o s ó lo p r o d ig a b a g r a n d e s su m as c o n lo s s o ld a d o s , s in o q u e ta m p o c o q u e r ía te n er m o d er a c ió n e n la s o tra s c o sa s; y p ara e sto s d e r ro c h e s n o só lo sa q u e a b a a to d o s lo s d e m á s r o m a n o s, s in o , e n p rim er té r m in o , procu rab a estrujar a lo s se n a d o r e s. P u e s fu er a d e la s co ro n a s d e o r o , q u e e x ig ía p o r la s v ic to r ia s q u e s ie m p r e p r e te n d ía h a b er a lca n za d o d e lo s e n e m ig o s (n o m e refie ro a la s coron as o r d in a r ia s, q u e h u b ie ra n s id o u n a p e q u e ñ e z , s in o a la s gra n d es c a n tid a d e s d e d in er o q u e la s c iu d a d e s te n ía n q u e dar al E m p e r a d o r c o n e l t ít u lo d e d in e r o c o r o n a r io )89, fu er a d e la s p r e sta c io n e s q u e le h a b ía m o s d e o fr e ce r , p a r te d e b a ld e , p a r te a n u es tra p r o p ia c o sta ; y q u e é l r eg a la b a e n te r a m e n te a lo s s o ld a d o s , ó v o lv ía a v e n d e r e n p ú b lic o ; fu er a d e lo s r eg a lo s q u e s o lic ita b a d e ricos p a r tic u la re s o d e la s ciu d a d e s ; y d e la s g a b e la s y n u e v o s tr ib u to s; d e lo s d ie z m o s q u e im p o n ía e n v e z d e l v ig é s im o e n to d a s la s m a n u m isio n e s d e e sc la v o s , e n la s h e r en cia s y d o n a c io n e s , su p r im ie n d o la s s u c e s io n e s ab in te s ta to y la e x e n c ió n d e to d o im p u e s to a lo s p r ó x im o s p a r ie n te s d e lo s d if u n to s q u e se s o lía c o n c e d e r e n ta le s ca so s; fu er a d e l d e r e c h o d e c iu d a d a n ía , q u e o to r g ó a to d o s lo s s ú b d ito s d e l I m p e r io r o m a n o , al p ar e ce r para h o n r a r lo s, p e r o , e n r ea lid a d , c o n e l d e s ig n io d e acrecen ta r su s in g r e so s , p o r q u e lo s n o c iu d a d a n o s n o h a b ía n d e pagar m u ch o s d e lo s m e n c io n a d o s tr ib u to s ; ad em ás d e e s t o , c u a n d o s a lía d e R o m a , e n la s e sta c io n e s q u e h a c ía , p o r m u y b r e v es q u e fu e ra n , te n ía m o s q u e h a cer c o n str u ir to d a c la se d e e d ificio s y caros a p e a d e r o s, e n los q u e jam ás h a b ita b a , y n i s iq u ie r a lo s lle g a b a a v e r . 90
8 6 . D io C a ss. 7 5 , 15. 8 7 . H e a q u í e l te x to d e la C o n stitu tio A n to n ia n a d e d u i t a t e , d e l añ o 2 1 2 d . C . H a b ía d ic h o U lp ia n o , D . 1 , 5 , 1 7 : « I n o r b e R o m a n o q u i s in t e x c o n s titu tio n e im p e r a to r is A n to n in i C iu e s R o m a n i e ffe c ti s u n t» . E l p a p iro e n q u e s e h a c o n s e r v a d o la C o n s titu c ió n se c o m p r ó en E g ip to e n e l a ñ o 1 9 0 2 , c o n o tr o s m u ch o s p a p iro s: « I m p e r a to r C aesar M arcu s A u r e liu s S eu eru s A n to n in u s A u g u s tu s d ic it: N u n c u e r o ... p o tiu s o p o r te t q u e r e llis e t lib e llis su b la tis q u aerere q u o m o d o d iis im m o r ta lib u s g ratias agam , q u o d is ta u ic to r ia ... m e s e r u a u e r u n t. I ta q u e e x istim o s ic m a g n ific e e t r e lig io se m a ie s ta ti eo ru m s a tisfa c er e m e p o s s e , si p e r eg r in o s, q u o tie sc u m q u e in m e o r u m h o m in u m n u m e ru m in g r e ss i s in t, in r e lig io n e s (? ) d e o r u m in d u c a m . D o ig itu r o m n i b u s p e r e g r in is, q u i in o r b e terra ru m su n t, c iu ita te m R o m a n o r u m , m a n e n te o m n i g e n e r e ciu itatu m , e x c e p tis d e d itic iis (o qu izás, p ra eter d e d itic io s o ded iticia s). O p o r te t e n im m u ltitu d in e m n o n so lu m o m n ia ... s e d e tia m u ic to r ia c ir c u m c in g i. P r a e te r ea h o c e d ic tu m a u g e b it ( ? ) m aiesta te m p o p u li R o m a n o r u m c u m fa cta s it e a d e m a lio r u m ( ? ) p e r eg r in o ru m ( ,) d ig n ita s ...» ( esto es: a tq u e e o ru m q u i n u n c c iu e s R o m a n i s u n t). V id . P . G ie s s , n . 4 0 ; G ir a r d , p . 2 0 3 ; R iccob o n o , F on tes, p p . 4 4 5 -9 . E s t e d o c u m e n to h a s id o m u y e stu d ia d o e in te r p r e ta d o en m u y d iv e r s o s s e n tid o s , c o m o p u e d e v e r s e e n la in tr o d u c c ió n q u e p o n e R ic c o b o n o y e n E . B ic k e rm a n n , D as E d ik t d e s K a isers Caracalla in P. G iessen 4 0 , B e r lin 1 9 2 6 ; A . S e g r é, La co stitu zio n e Antoniniana: R F I C (1 9 2 6 ) 4 6 1 ; A . M . H . J o n e s , A n o th e r in terp reta tio n o f th e C o n stitu tio Autoniniana: J R S 2 6 (1 9 3 6 ) 2 2 3 ; J . S tro u x , D ie C o n stitu tio A n ton in ian a: P h . 8 8 (1 9 3 3 ) 2 7 2 , le da u n s e n tid o n u e v o al d e c ir q u e C aracalla lo q u e b u sc a e n la C o n s titu c ió n e s m a n te n e r e l c u lto d e lo s d io s e s r o m a n o s fr e n te al cristia n ism o ; W . S c h u b a r t, Z u r C o n s titu tio A n ton in ian a: A ép . 2 0 (1 9 4 0 ) 3 1 ; I . H . B e ll, P a p yru s G iss. 40 and th e C o n s titu tio A n ton in ian a: J E A 3 8 (1 9 4 2 ) 39. 8 8 . D i o C a ss. 7 7 , 9 . 8 9 . D e e s t o ser b u r la m a n ifie sta m e n te e l s a tír ic o P e r s io , 6 , 4 3 -4 9 . 90. J. B . W e is , H ist. U n iversal I I I , B a rc e lo n a , 9 4 7 -9 4 8 . V id . ta m b ié n O . T S c h u lz, D er rom . K a iser Caracalla, G en ie, "Wahnsinn o d er V erbrech en , L eip z ig 1 9 0 9 , trata d e reh a b ilita rlo ;
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10. Alejandro Severo (222-235) Si lo nombramos es para hacer referencia al Consejo de Estado que él institu yó, fundado por los grandes jurisconsultos de estos reinados, que transmitían el derecho romano a todo el mundo para siem pre91. En este tiempo faltaba ya Papi niano, asesinado por Caracalla, porque éste le exigió un documento en que legiti mara el asesinato de Geta, y el gran jurisconsulto había respondido: « Es más fácil cometer un fratricidio que justificarlo; acusar a un inocente a quien han asesinado, se llama matarlo de nuevo». Acto seguido mandó matar a Papiniano. Pero allí estaba Ulpiano, Modestino y Julio Paulo entre otros muchos. Dice Lam pridio92: N o d a b a su a p r o b a c ió n a n in g u n a o r d e n a n z a s in a n tes h a b er o íd o a 2 0 ju r is c o n s u lto s y p o r lo m e n o s a 5 0 h o m b r e s e r u d ito s , sa b io s y e lo c u e n te s , para te n e r e n a q u e l C o n se jo n o m e n o s v o to s d e lo s q u e e ra n n e c e sa r io s para u n d e c r e to d e l s e n a d o (s e g ú n e s t o e ra n n e c esa r io s 7 0 v o to s ). S u m o d o d e p r o c ed er era in q u ir ir y p r o to c o liz a r la s e n te n c ia d e ca d a u n o d e e llo s , d e s p u é s d e h a b e r le d a d o tie m p o , a n tes d e p r o n u n c ia r s u p a recer, para m e d ita r lo .
11. Diocleciano y la Tetrarquía (285-305) La monarquía absoluta, apoyada en las armas de las legiones, no daba buen resultado, según podemos observar en muchos de los Emperadores que precedie ron a Diocleciano, ya que todos acaban asesinados. Así Aureliano, Tácito, Floriano, Probo, Caro, Numeriano, Carino y muchos antes que ellos.93 Diocleciano advierte que el cargo de Emperador del pueblo romano excede las fuerzas de un solo hombre y asocia a su imperio otro colega en la persona de Maximiano, dividiéndose el territorio en dos partes: el Oriente, donde reina Dio cleciano, y el Occidente donde impera Maximiano. Esta duarquta dura siete años. En el año 293 el sistema se completa con otros dos emperadores, Constancio Cloro y Galero. Sin embargo, los cuatro emperadores no arrogan el poder en un plano de completa igualdad. Por eso había dos Augustos y dos Césares. El gran peligro del sistema radicará en la posible desavenencia de estos cuatro, poderes.94 Desde luego, bajo Diocleciano se completa la idea de que el Imperio romano es una monarquía absoluta9S. Para definirlo así, toma tres medidas constitucio nales: 1) El tipo de gobierno será monarquía absoluta y de tipo oriental, de L . P e r r e t, P ro je t d e partage d e l ’empire·. R E H (1 9 2 2 ) 4 4 5 ; D r e x le r , Caracallas Z ug nach dem O r ie n t u. d e r le tz te P arth erkrieg, d is s . H a lle 1 8 8 0 , 2 1 4 -2 1 7 . E n tr e lo s a c to s m á s r e p u g n a n t e s d e C aracalla s e c ita e l a s e s in a to d e l gran ju r is c o n s u lto P a p in ia n o , p o r n o q u er e r le g itim a r le e l fr a tr ic id io d e G e ta . E s m ás fá c il, d ijo P a p in ia n o a l fr a tr ic id a , c o m e te r u n a s e s in a to q u e le g itim a r lo ( A e l. S p a rtia n , Carac. 8 ). S p a rtia n o , c o n d e n s a a sí su im p r e sió n s o b r e e s t e e m p e r ad or: « V ix it d e n iq u e in o d io p o p u li d iu A n to n iu s , n o m e n q u e illu d sa n c tu m d iu m in u s am a tu m e s t, q u a m u is e t u e s tim e n ta p o p u lo d e d e r it, u n d e C a r a ca llu s e s t d ic tu s, e t th er m a s m ag n ific e n tissim a s fe c e r it» ( I d ., ib. 2 1 , 1 1 ). 9 1 . S o b r e la v id a y o b r a d e A le ja n d r o S e v e r o , v é a se A . Jard é, É tu d e s c ritiq u e s su r la v ie e t le règ n e d e S évère A lex a n d re, P a r is 1 9 2 5 ; V a n S ic k le , T h e term in al d a te s of th e reign o f A lex a n d er Severu s: C P h 2 2 (1 9 2 7 ) 3 1 5 ; A . v . D o m a s z e w s k i, D ie P ira terie im M itte lm e e r u n ter S everu s A lex a n d er: R h M , 1 9 0 3 , 8 3 2 ; E . G o r lic h , A lex a n d er S everu s u. d e r A u sgan g des P rin zip a tes: A e v u m 11 (1 9 3 7 ) 1 9 7 . 92 L a m p r id . A lex . Se v. 1 6 . E l a s e s in a to d e P a p in ia n o v . A e l. S p artian . Caracalla, 4 , 1; 8,5. 9 3 . S o b re D io c le c ia n o v id . G . C o sta , II D alm ata fatale: A e R 1 8 (1 9 1 5 ) 2 1 7 ; A . P ig a n io l, D io k letia n , en la o b r a e n c o la b o r a c ió n M ensch en d ie G esch ich te M achten, d ir ig id a p o r P . R . R o h d e n , 2 2 3 , V ie n a 21 9 3 3 . 9 4 . G . G a y a u , L a tétrarch ie, S om m aire d'u n e é tu d e d'en sem ble: É tu d e s d ’h is to ir e ju rp : d iq u e o ffe r te s à P . F . G ir a r d , 1 9 1 3 . 9 5 . N . H . B a y n e s, T h ree n otes on th e reform s o f D iocletian : J R S 15 (1 9 2 5 ) 1 9 5 .
Constantino
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carácter divino. El Emperador se viste de seda, de oro, de púrpura, se recubre de piedras preciosas, pone la diadema sobre su cabeza, y ambienta su palacio en las complicadas ceremonias del Oriente. El vive recóndito en el fondo de su laberín tico palacio y sólo alguna vez aparecerá en público, envuelto en las aureolas de una verdadera teofanía. Una complicada etiqueta dirigirá todos los actos de la corte y cuantos lleguen al emperador tendrán que prosternarse y adorarlo, porque el emperador es un dios sobre la tierra. 2) Separación del poder civil y el militar. En esto, que constituye una de las innovaciones del reinado de Diocleciano, ve el emperador una protección contra la usurpación, y un rendimiento mayor en la administración al poderse servir de personas especializadas en uno y otro ámbito. Los gobernadores de provincias serán solamente jefes políticos y judiciales; las atribuciones militares las desempeñarán oficiales de carrera militar, verdaderos jefes. Sin embargo, no lleva este principio hasta lo último, puesto que el prefecto del pretorio seguirá con todas sus atribuciones. Esto se realizará con Constantino. 3) La centralización administrativa. Si algo quedaba del sistema administrativo de Augusto, había desaparecido en la crisis del siglo II I. Después de Galieno y de Auréliano los privilegios tradicionales del senado no eran más que un recuerdo. Diocleciano completa la obra: Italia fue dividida en circunscripciones permanen tes, verdaderas provincias96, llamadas correcturas, y queda sometida a la paga de impuestos como cualquiera otra región del Imperio. Unificada la administra ción por una burocracia poderosa y bien jerarquizada comunica rápidamente a to dos los rincones del Imperio la voluntad del Soberano. El gran organismo delibe rativo, el Consejo imperial, queda reorganizado por Diocleciano, bajo el nombre de Consistorio Sagrado ” , Este y la administración central: prefecto del pretorio, maestro de oficios, cuestor del palacio y encargado del tesoro asisten al Soberano en el régimen del Estado. Las provincias quedarán también divididas, para evitar poderes excesivos de sus rectores y para que su administración fuera más eficaz. Un órgano intermedio, la diócesis, administrada por un vicario reforzó la vigilancia y facilitó el control del poder cen tral.58 Todo esto resultaba un tanto artificioso para que pudiera mantenerse mucho tiempo. 12. Constantino (306-337) Constantino advirtió enseguida que la tetrarquía era una idea quimérica de Diocleciano y la derogó.99 La innovación constitucional de Constantino se basa en tres puntos: a) La transformación del poder imperial que evoluciona hacia la monarquía de tipo oriental, más claramente aún que bajo Diocleciano. Traslada la capital del Imperio 9 6 . J . A n d e r so n , T h e gen esis o f D io cletia n ’s provin cial reorganization·, v id . C . J u llia n , De la réfo rm e p ro vin cia le a ttrib u é e à D iocletien : R H I I , 1 8 8 2 , 3 3 0 ; C . E . v a n S ic k le , D io cle tian and th e d eclin e o f th e R om an m u nicipalities·. J R S 2 8 (1 9 3 8 ) 9 ; C . L éc r iv a in , L e sénat rom ain d e p u is D io clétien à R om e e t à C o n sta n tin o p le, P a r is 1 8 8 8 , r eim p r e sa e n 1 9 7 1 . 9 7 . S o b r e e l S a g ra d o C o n s isto r io p u e d e v é r s e K a k r z e w s k i, L e con sistoir im périal su BasE m p ire romain·. E o s 3 1 (1 9 2 8 ) 4 0 5 . 9 8 . S o b r e e l o r ig e n d e lo s V ic a r io s , p u e d e v e r s e E . C u q , N R H D , 1 8 9 9 , 3 9 3 , y C R A I, 1 9 1 2 , 3 7 2 ; P a llu d e L e s s e n , N R H D , 1 8 9 9 , 2 5 1 y B S A F , 1 9 1 7 , 2 0 5 ; E . M ic h o n , M S A F 7 4 , 2 4 4 ; W . E n s s lin , D e r vicariu s praefectu rae urbis·. B Z , 1 9 3 6 , 3 2 0 . 9 9 . L H o m o , L 'e m p ire rom ain, P a r is 1 9 2 5 , 1 1 2 -1 1 3 . S o b re e l fin a l d e la te tr a r q u ía véase R . A n d r e o tti, C on sta n zo Cloro·. D id a s k 9 (1 9 3 0 ) 1 3 1 ; E . A . S y d en h a m , T h e vic isitu d e s of M axim ian a fter h is abdication·. N C 3 (1 9 3 4 ) 1 4 1 .
E l Im perio
a Constantinopla por varias razones1UÜ: militarmente Roma está expuesta a fáciles invasiones; políticamente Roma representa lo pasado, las antiguas instituciones republicanas, y la tradición senatorial; religiosamente la Urbe es el centro del paganismo agonizante. Constantino pensó mucho sobre el punto de la nueva capi tal, inclinándose algún tiempo por Troya, hasta que se fijó en Bizancio como em plazamiento más estratégico. Rehizo y fortificó la ciudad y la llamó con su nom bre, Constantinopla. Allí instituyó un senado, magistrados, prefectos, etc., a imi tación de la Roma antigua; pero la nueva capital es cristiana. b) En el campo administrativo, Constantino sigue la senda trazada por Dio cleciano y la lleva a su perfección. La centralización y la jerarquización son incluso conducidos a sus últimos límites: nombrando tres prefectos del pretorio 101. Sigue separado el poder civil y el m ilitar en las provincias, e incluso Constantino lo aplicará a la administración central. Los prefectos del pretorio serán gobernadores civiles; los poderes militares que antes ostentaban pasan a oficiales de nueva crea ción, los maestros de la milicia. En el campo eje las finanzas, de la justicia y de la legislación Constantino llega a una perfección, que hacen de su reino en este sentido un verdadero hito en la historia universal. c) En materia religiosa Constantino publica en su edicto de Milán (año 313) una amplia libertad de cultos 102; aunque poco a poco va el cristianismo convirtién dose en la religión privilegiada. Esta época marca también un punto de llegada y un punto de partida: el Imperio pagano acaba de cerrarse, y se abre la edad del Imperio cristiano. Pasados unos años vividos a la luz de estas normas constantíníanas, el Imperio tendrá que defenderse de las invasiones de los bárbaros, y muy poco nuevo podrá crearse en orden a las instituciones político-sociales.103 1 0 0 . V id . C . E m e r e a u , L'archon te-proconsu l d e C onstantinople·. R A 1 (1 9 2 6 ) 1 0 3 ; L . Canta r e lli, II p rim o p re fe tto d i C o h sta n tin o p o li: M A L 2 6 , 1 9 2 7 ; I d ., L a serie d i p ro co n so li e d ei p r e fe tti d i C o n sta n tin o p oli: ib id . 2 7 , 1 9 1 9 ; E . B r e h ie r , L ’O rigin e d e s titre s im périau x à B y zance: B Z 1 5 (1 9 0 6 ) 7 4 ; A . A lfö ld i, O n th e fo u n d a tio n of C o n sta n tin o p le, a f e w n otes: JR S 3 7 (1 9 4 7 ) 1 0 ; A . F r o lo w , La dédicace d e C o n sta n tin o p le dans la tra d itio n byzan tin e: R H R 127 (1 9 4 4 ) 6 1 . 1 0 1 . V é a s e M o m m se n , O ie d io k letia n isch e R eich spräfektu r, 1 9 0 1 , G e s . S eh r. V I , 2 8 4 ; J. R . P a la n q u e , E ssa i su r la p ré fec tu re d e p ré to ir e d u B as-E m pire, P a r is 1 9 3 3 ; I d ., S u r la liste d es p ré fe ts d u p ré to ire du I V e siècle: B y z 9 (1 9 3 4 ) 7 0 3 . 1 0 2 . S o b re e l e d ic to d e M ilá n , v é a se : O . S e e c k , D as sogenan n n te E d ik t von M ailand: Z K G , 1 8 9 1 , 3 8 1 ; J . R . P a la n q u e , A p ro p o s d u p ré ten d u é d it d e M ilan: B y z 1 0 (1 9 3 5 ) 6 0 7 ; y H . G r é g o ir e , R é p o n se à J. R . P alanque: ib id ., 6 1 6 ; G . B a rd y , L a p o litiq u e religieu se d e C on s ta n tin a près le con cile d e N icée: R e v . S c ie n c . r e lig . (1 9 2 8 ) 5 1 6 ; J . V o g t, D ie B ed eu tu n g des Jah res 321 fü r d ir R e lig io n sp o litik K o n sta n tin s d e s G rossen : Z K G 61 (1 9 4 2 ) 17 1 ; J. G a u d e m e n t, L a législa tio n religieu se d e C on stan tin : R e v . d e l ’é g lis e d e F r a n c e 3 2 ( Í 9 4 7 ) 2 5 ; A . Kan iu th , D ie B eisetzu n g K o n sta n tin s d e s G rossen , U n tersu n ch . zu r religiösen H altu n g d e s K a i sers: B re sla u e r h is to r . F o r sch . 1 8 , 1 9 4 1 ; A . A lfö ld i, T h e con version of C o n sta n tn ie and pazan R o m e, O x fo r d 1 9 4 8 . 1 0 3 . V é a s e , K . H ö n n , K o n sta n tin d e r G ro sse, L e ip z ig 1 9 4 0 ; A . P ig a n io l, L 'em pereu r C o n sta n tin , P a r is 1 9 3 2 ; J. B u r ck h a r d t, D ie Z e it C o n stan tin s d es G rosses, 1 9 5 3 ; e d ic ió n r e v i sa d a p or S tä h e lin , e n S tu ttg a r t 1 9 2 9 ; E . S c h w a r tz , K a iser C on stan tin u. d ie ch ristlich e K ir che, 21 9 3 6 ; J. M a u r ic e, C on stan tin le G ran d, P a r is 1 9 2 4 ; L . S a lv a to r e lli, C o sta n tin o il G ran de (c o ll. d e P r o fili, n . 1 0 3 ), R o m a 1 9 2 8 ; J . R . P a la n q u e , C on stan tin , e n la c o le c . H o m m e s d 'É ta t 1 / 3 3 5 , 1 9 3 6 . S o b re e l fin d e l I m p e r io r o m a n o : E . S a lin - A . F ran ce-L an ord , L ’ép ée longue d e s grandes invasions: C R A I , 1 9 4 6 , 5 8 6 ; R . L a to u c h e , L es gran des in vasion s e t la crise de I’O c c id e n te a u V siècle, P a ris 1 9 4 6 ; S . M a z z a r in o , S tilic o n e , la crisi im p eria le d o p o T eo d o sio , R o m a 1 9 4 2 ; J. L . M a ria d e L e p p e r , D e re b u s g e s tis B o n ifa tii c o m itis A fricae e t m agistri-m ilitu m , T ilb u rg -B r e d a 1 9 4 1 ; L . S c h m id t, G esch ich te d e r W an dalen , M u n ic h 1 9 4 2 ; F . W . W alb a n c, T h e d eclin e o f th e R om an E m p ire in th e W e s t, L o n d o n 1 9 4 6 ; J. V o g t, II declin o di R o m a , m eta m o rfo si d ella c iv iltà an tica dal 200 al 5 0 0 d. C ., M ila n o 1 9 6 5 .
4 Las magistraturas a lo largo de la vida romana
« H o n o r u m p o p u li fin is e s t c o n su la tu s» . (C ic . Plane. 6 0 )
I.
LAS MAGISTRATURAS EN GENERAL
La trayectoria que hemos seguido en la exposición de las Instituciones polí ticas y sociales, a lo largo de la historia de Roma, nos ha impedido el plasmar de un golpe la personalidad de cada uno de los magistrados, sobre los que hemos ido constantemente añadiendo y quitando prerrogativas, y con ello difícilmente se concibe la imagen del carácter de cada uno de estos cargos. Dada su impor tancia en la vida de Roma, creemos oportuno condensar aquí la esencia de cada m agistratura en los momentos normales de la vida ciudadana, en los siglos III-I a. C. poco más o menos. Sobre las magistraturas en general señalaremos unos principios que luego que darán aplicados concretamente a cada una de ellas. 1. Magistrados propiamente se llaman el dictador, el cónsul y el pretor que están investidos de imperium-, pero por extensión también se aplica el nombre a los censores, a los ediles, a los cuestores y a los tribunos, que no tienen más que la potestas. A aquéllos se les llama magistrados mayores y a éstos menores. En el edicto de los cónsules, en que se señalan los días para los comicios cen turiados, se prescribe según una vieja fórmula, que durante tales comicios: ne quis magistratus minor de caelo seruasse u e lit1. Esto nos propone, según Aulo Gelio, la distinción entre magistrados mayores y. menores, tema que hallamos solu cionado en el libro De Auspiciis del augur Mésala, que escribe así: L o s a u sp ic io s d e lo s p a tric io s se d iv id e n e n d o s c a te g o r ía s. L os m á x im o s s o n lo s de lo s c ó n s u le s , p r e to r e s y c e n so r e s. P e r o , n i siq u ie r a é sto s s o n lo s m is m o s y d e id é n tic a c a te g o r ía , p o r q u e lo s c e n so r e s n o s o n c o le g a s n i d e lo s c ó n s u le s, n i d e lo s p r e to r es, p e r o s í lo s o n lo s c ó n s u le s y p r e to r es e n tr e s í. P o r e so n i lo s c ó n s u le s , n i lo s p r e to r es tu rb a n u o b s ta c u liz a n lo s a u sp ic io s d e lo s c e n so r e s, n i lo s c e n so r e s im p id e n lo s a u sp ic io s d e lo s c ó n s u le s y d e lo s p r e to r e s . E l p r e to r , a u n q u e e s c o le g a d e l c ó n s u l, n o p u e d e rogar e n d e r ec h o n i a o tr o p r e to r n i a l c ó n s u l, c o m o h e m o s r e c ib id o de
1.
Gell. 13, 15, 1.
160
L as magistraturas a ¡o largo de la vida romana n u e s tr o s p a d re s, o c o m o se h a o b s e r v a d o a n te s d e e sto s tie m p o s y se h a lla e x p u e s to e n e l C om en tario d é c im o te r ce r o d e C . T u d ita n o , p o r q u e e l p r e to r tie n e u n im p er io m e n o r , y e l c ó n s u l u n im p e r io m a y o r , n o p u e d e ser r o g a d o e n d e r e c h o p o r e l m e n o r , n i e l c o le g a su p e r io r p u e d e se r r o g a d o e n d e r e c h o p o r e l c o le g a in f e r io r ... L o s c e n so r e s n o s o n r o g a d o s p o r e l m is m o im p e r io q u e lo s c ó n s u le s y lo s p r e to r es. L o s a u sp ic io s d e lo s m a g istr a d o s r e s ta n te s s o n m enores. P o r la m ism a cau sa é sto s s e lla m a n m a g istr a d o s m e n o r e s, y a q u é llo s m a g istr a d o s m a y o res. L o s m a g istr a d o s m e n o r e s r e c ib e n su e le c c ió n y c o n fir m a c ió n e n lo s c o m ic io s tr ib u to s p o r u n a le y cu riad a, a lo s m a y o r e s lo s e lig e n lo s c o m ic io s c e n tu r ia d o s.
Con estas palabras de Mésala, prosigue Gelio, queda explicado quiénes son los magistrados menores y por qué se llaman así. Los magistrados mayores se dice que tienen auspicios, porque sus augurios están más confirmados que los de los otros. 2 Según que los magistrados sean permanentes o no, se distinguen tres clases en ellos: 1) magistrados permanentes anuales: cónsules, pretores, ediles, cues tores; 2) magistrados con competencia determinada, pero no permanentes: cen sores, dictadores, tribunos consulari potestate, que pueden permanecer en la ma gistratura más o menos de un año: 3) los magistrados creados por una ley espe cial, que determina su competencia, son extraordinarios: los decenviros legibus scribundis; los triunviros agris dandis, assignandis, coloniae deducendae·, cualquie ra que sea la fórmula con que se los nombre: cum imperio, cum potestate esse. 2. La potestas es la facultad, 1) de poder tomar los auspicios dentro del po moerium·, 2) de hacer edictos (ius ediscendi); 3) de imponer multas; 4) de poder reunir al pueblo para hablarle (contionem habere), o para someter alguna decisión a su voto (agere cum populo)·, 5) de convocar y presidir el senado (sena tum uocare), proponer un asunto a su deliberación (referre ad senatum), pedir su voto (cum patribus agere). EI imperium supone todo lo de la potestas y además: 1) Derecho de auspicios también extra pomoerium. 2) Derecho de reunir y capitanear el ejército, «con cedamos, por consiguiente, a César el imperium sin el cual no se puede actuar militarmente, mandar los ejércitos ni dirigir la guerra» 3. 3) Jurisdicción judicial en Roma. 4) Derecho coercitivo, facultad de arrestar a los ciudadanos y obligar los a comparecer ante la autoridad respectiva. 5 ) Derecho de convocar al pueblo incluso extra pomoerium, por ejemplo, en el campo Marte, para los comicios cen turiados. Hay un imperium domi, es decir, dentro de Roma, e imperium militiae, poder militar fuera de la ciudad. El m agistrado.que ha tomado los augurios en el Capi tolio y va vestido con el traje de campañana) el paludamentum 4, una vez ha pasado el pomoerium, pone las hachas en los fascios de los lictores. En los negocios ordi narios el punto de distinción entre una y otra potestad es el pomoerium·, para la prouocatio ad populum y la intercessio, se discute si el punto de distinción es el pomerio o el primer mijero después de las m urallas.5 Es natural que en la colisión de dos magistrados que quieren reunir al pueblo, por el motivo que sea, prevalezca siempre la autoridad del magistrado superior.
2. 3. 4. 5.
G e ll. C ic . F e s t. L iv .
13, 15.
P hil. 5 , 4 5 .
p . 1 7 3 ; L iv . 3 2 , 4 9 ; 4 5 , 3 9 , 1 1 ; 2 1 , 6 3 , 9 ; C ic. V e r r . 5 , 3 4 ; V arr. L . L. 7 , 3 7 . 3 , 2 0 , 7 ; s o b r e lo s m a g istr a d o s, c f. T . R . S. B r o u g h to n , T h e M a g istra tes o / th e Rom an R e p u b lik I : 5 0 9 B . C . - 1 0 0 B . C .; I I : 9 9 'B . C . - 3 1 B . C . C le v e la n d (1 9 5 1 - 1 9 5 2 ) 1 9 6 8 .
L es magistraturas en generat
161
A este respecto son muy elocuentes las palabras transmitidas por Aulo Gelio, tomadas del libro de los Magistrados menores de Mésala: E l c ó n s u l p u e d e d is o lv e r o im p e d ir lo s c o m ic io s y la s asa m b lea s c o n v o c a d a s p o r to d o s lo s d e m á s m a g istr a d o s; e l p r e to r ta m b ié n , e x c e p to s i la r e u n ió n h a sid o co n v o c a d a p o r e l c ó n s u l. L o s m a g istr a d o s m e n o r e s n o p u e d e n d is o lv e r n in g u n a a sam b lea. P o r lo ta n to e l p r im e r o q u e c o n g r eg a a lo s c iu d a d a n o s a c o m ic io s , o b r a r e c ta m e n te , p o r q u e n o p u e d e tra ta rse c o n e l p u e b lo e n u n a d o b le a sa m b le a a u n m ism o tie m p o , n i apartar g e n te d e u n o a o tr o . P e r o si q u ie r e n te n e r u n a asa m b lea para h a b la r al p u e b lo (co n tio ), d e fo r m a q u e n o tr a ta se n c o n e l p u e b lo , p u e d e n v a r io s m a g istr a d o s c ele brar co n d o n e s a l m ism o tie m p o » . D e e sta s p a la b ras d e M ésa la s e d e d u c e c la r a m e n te q u e u n a c o sa e s tratar c o n e l p u e b lo (agere cum p o p u lo ), y otra c eleb ra r u n a con tio (co n tio n em h o bere). P u e s tratar c o n e l p u e b lo e s p r o p o n e r le a lg o p ara q u e l o m ande' o l o p r o h ib a c o n s u s v o to s ; y c eleb ra r u n a co n tio e s d ir ig ir la p a la b ra a l p u e b lo sin p r o p o n e r le n in g ú n te m a so b r e e l q u e d e b a v o t a r .6
La lex Villia annalis, promulgada en el año 180 a. C., establecía el modo defi nitivo para conseguir las diversas magistraturas. El cursus honorum se iniciaba con la quaestura y terminaba con el consulado. Entre dos magistraturas consecutivas debían de pasar por lo menos dos años. Por eso uno podía ser cuestor a los 28 años; edil a los 31; pretor a los 34 y cónsul a los 37. La edilidad no era obligatoria para pasar al pretorado, pero los plebeyos entraban por ella en la nobleza, y la serie de juegos que organizaban los ediles, eran un señuelo extra ordinario para ganarse la simpatía del pueblo y conseguir así el pretorado. Sal tando la edilidad, podía uno ser pretor a los 31 años y cónsulo a los 34. Más tarde, la ley Cornelia de Sila modificó las edades: el cuestor debía tener por lo menos 30 años cumplidos, el edil curul 37, el pretor 40 y el cónsul 43. En un principio no se fijaban edades para desempeñar las magistraturas. «No obstante, entre los antiguos los Rullos, los Decios, los Corvinos y muchos otros, y en edades más próxima a la nuestra el Africano Mayor, T. Flaminino creados cónsules muy jóvenes, llevaron a cabo tales hazañas que ensancharon el imperio y honraron el nombre del pueblo romano» 7; pero luego las leyes establecían una edad de ma durez para el consulado, porque temían las imprudencias de los jóvenes.8 Las magistraturas se inauguraban el día 1.° de enero, con un sacrificio ofrecido en el Capitolio después de un desfile procesional de todos los nuevos magistra dos. Mientras la comitiva va discurriendo por el cliuus Capitolinus el pueblo suplica a Jano el de las dos caras, que ve el tiempo pasado y el futuro, que asista propi cio a los nuevos jefes, al pueblo de Quirino y mantenga cerrados durante todo el año sus templos. Amanece un día próspero en que hay que elevar súplicas al cielo y pronunciar durante todo él palabras delicadas, porque hoy no se puede discutir, ni murmurar, ni injuriar.9 Entre tanto los magistrados con sus togas recién estrenadas y todo el pueblo vestido de blanco sube al Capitolio: « S e v a a la s a lta s T a rp ey a s c o n lo s v e s tid o s n u e v o s , y e l p u e b lo v iv e c o n e l m is m o e s p ír itu fe s tiv o . Y a a b ren la m a rch a lo s n u e v o s fa s c io s, e ir isa al v ie n to la r e c ie n te pú rp ura: y e l n e v a d o m arfil s ie n te e l p e s o d e lo s n u e v o s m a g istra d o s.
6. 7. 8. 9.
11
G e ll. 1 3 , 1 6 . C ic . P hil. 5 , 4 8 . C ic . P h il. 5 , 4 7 . V id . O v id . Fast. 1, 6 3 -7 8 .
162
L as m agistraturas a lo largo de la vida romana P in g ü e s te r n e r o s o fr e c e n al c u c h illo sa crificia l su s c u e llo s in ta c to s p o r e l y u g o , q u e h a e n g o r d a d o e n s u s p r a d o s la gram a fa lisc a . C u a n d o J ú p ite r d e s d e s u fo r ta le z a sagrad a d ir ig e s u s o jo s so b r e e l m u n d o e n te r o , n a d a , q u e n o sea r o m a n o , e n c u e n tr a d ig n o d e s u s f a v o r e s » .10
3. En cuanto a los magistrados, la República reemplaza el principio monár quico por el de la colegialidad. Es una norma fundamental en el derecho romano. Salva la primacía del Pontífice Máximo, el interregno, la dictadura, la prefectura de laciudad, y en cierto sentido también el pretorado, cada magistratura forma un colegio. Hay magistraturas de dos miembros: cónsules, censores, etc., de seis como los tribunos militares, de diez, los tribunos de la plebe. Algunos colegios ya indi can en su nombre el número de miembros, como los decenviros..., triunviros, I I I uiri; X X uiri, etc. Por eso los consulados sine collega, de Pompeyo y de César fueron abusos de poder. Cada miembro del colegio tiene la plenitud del poder, puede obrar solo, dar por sí un decreto válido, pero su acción puede ser invalidada por él veto de un colega, que puede tanto como él, o por un magistrado supe rior, que puede más que él. 4. Las principales atribuciones generales, además de los auspicios, el imperium y la potestas, a que ya hemos aludido, tienen a) el derecho de coerción, que en cierta manera se opone a la jurisdicción crim inal11 es la facultad que tiene el magistrado de reducir a obediencia al ciudadano díscolo. La insubordinación pue de ser de muchos géneros n , y el magistrado goza de entera libertad para dar la gravedad que estime al acto de insubordinación, y en la represión no está tampoco limitado por ninguna jurisdicción penal. Pero con todo para aplicar las penas ma yores debe contar con la prouocatio ad populum y la intercessio de los tribunos. Este derecho forma parte del imperium; y corresponde por tanto a los cónsules 13, a los dictadores y a los pretores. Más tarde también a los tribunos de la plebe. E n la época histórica todos los magistrados investidos de jurisdicción tienen un derecho aunque limitado de coerción 14; el Pontífice Máximo con respecto a los Pontífices, los censores15, los ediles En el territorio militiae el general puede delegarla a sus subordinados, tribunos militares y otros oficiales. b) Iu s agendi cum populo, pertenece a los cónsules, dictadores, pretores, ma gister equitum, tribunos consulares, a -veces a magistrados extraordinarios: decen viros legibus scribundis, a los tribunos de la plebe, al pontífice máximo cuando convoca las tribus patricio-plebeyas 16, a uno de los pontífices en la elección de pontífice m áxim o.17 c) Ius agendi cum patribus, ius referendi, pertenecen ambos derechos a los magistrados superiores: cónsules, dictadores, pretores, tribunos militares consulari potestate, interreges, decenviros legibus scribundis, triumuiris rei publicae consti■ endae, magister equitum, prefecto de la ciudad 18 No lo tienen los censores, ni los magistrados nferiores, excepo los tribunos de la plebe, que lo consiguieron
10. 11. 12. 13 . 14. 15 16. 17. 18.
O v id . Fast. 1, 7 9 -8 6 . T o d o e l m u n d o s ir v e a R o m a , c f. V o p is c . P rob. 1 5 , 6. C ic. Leg. 3 , 6 ; P o m p o n . D . 1, 2 , 2 , 16. V id . L iv . 3 , 5 1 , 1 3; 6 , 2 8 , 1 2; 2 5 , 3 , 1 9 ; 2 5 , 4, 4; 4 3 , 1 6 , 9 ; P lin . E p . 1, 2 3 . V e il. 2 , 9 2 ; V a l. M a x . 9 , 7 , 1; A p p . B el. C iv. 1, 28; 3 , 31. V id . U lp . D . 5 0 , 1 6 , 1 3 1 , 1; 5 , 1, 2 , 8 . F e s t. p . 5 4 ; L iv . 4 3 , 16. L iv . 4 0 , 4 2 , 10. L iv . 2 5 , 5 , 2 -4 . C ic. L eg . 3 , 6 ; G e ll. 4 , 7 , 8
L as m agistraturas en general
163
muy pronto. El hacer una comunicación al senado está en las atribuciones de todos los magistrados inferiores hasta los cuestores. d) Derecho de cooptación de colegas. El cónsul elige al dictador. Hasta la ley Trebonia del año 448 a. C., en caso de elección incompleta, los tribunos eligen a sus colegas hasta completar el número de diez. Se duda si primitivamente el cón sul tenía derecho de cooptación para completar su colegio. e) Derecho de representar al Estado, frente a un dios, o junto a un estado extranjero. 1) Con respecto a una divinidad, la dedicatio, es decir, el traslado de propiedad del Estado a manos de un dios, no pertenece más que a los magis trados superiores 19; y entre ellos a los censores y a los ediles; después a los fun cionarios creados para el caso, por ejemplo, duo uiri aedi dedicandae. El derecho de hacer un voto que obligue al pueblo, no lo poseen más que los magistrados m ayores20 que habitualmente piden autorización al senado21; para prometer un uer sacrum se necesita además el voto de los comicios22. 2) Para los pactos con cluidos con un Estado extranjero, el magistrado superior tiene la debida compe tencia para realizar los preparativos de orden- provisional. Al tratado le da valor definitivo la intervención de los feciales. El foedus o la sponsio que el general hace por proia cuenta no obliga al pueblo, que se reserva el derecho de retirar lo pactado, poniendo a disposición del enemigo (deditio) si lo cree conveniente, a los autores del compromiso.23 f) Para todos los actos que no entraban en su competencia habitual los ma gistrados deben, según el mos maiorum, consultar al senado, y seguir el parecer de la mayoría, so pena de incurrir en una grave responsabilidad. 5. Una de las características de las funciones públicas, durante la República, es su gratuidad. E incluso algunos cargos, como la edilidad curul, comportaban grandes dispendios, por los juegos públicos que tenían que presentar. Aunque el magistrado utiliza los siervos públicos como aparitores y otros servicios, y aun que recibe también alguna indemnización del Estado, su deber de dar una buena variedad de juegos le importan con frecuencia gastos enormes, con los que muchos se empeñaban para toda la vida. Los que salen de Roma con una misión reciben además del equipo de viaje y el derecho de transporte con la presentación de su anillo de o ro 24 los gastos del viaje(uiaticum )25 y a veces una dieta fijada por el sena do 26. Los que salen a desempeñar una magistratura fuera de Roma, tienen derecho al transporte por tierra y por mar (equus, mulae, tabernacula, uehicula)21; a ut; equipo de viaje {supellex, uasa, uestis)28; y al viaje sumptu publico para si y para sus compañeros(la cohorspraetoria),y a por requerimiento g ratu ito 29, ya 19 . 20. 21. 22. 23.
L iv . 9 ,4 6 ,6 . L iv . 5 , 2 2 , 7 ; 2 3 , 3 0 , 14; 2 7 , 3 3 , 8 ; 3 0 , 2 7 , 1 1 ; 2 1 , 6 2 , 1 0 ; 2 7 , 1 1 , 6; 2 2 , 1 0 , 10. L iv . 7 ,1 1 ,4 . L iv . 2 2 , 1 0 , 1-3. L iv . 9 , 8 , 6 ; 3 8 , 4 2 ; V a l. M a x . 6 , 3 , 3 ; C ic . D e O r. 1, 4 0 ; 2 , 3 2 ; Of f . 3 , 1 0 9 ; T opic. 9 ; P ro Caec. 3 4 . 2 4 . P lin . N . H . 3 3 , 1, 1 1; V a l. M a x . 2 , 2 , 7. 2 5 . C ic . Fam. 1 2 , 3 , 2 ; V err. 1, 6 0 . 26. P lu t. T ib . G rac. 1 3 . 27. C ic. V err. 4 , 9 ; 5 , 8 3 ; Leg. A gr. 2 , 3 2 ; A tt. 15, 18, 1; G e ll. 1 5 , 4 , 3 ; P lu t. T i. Grac. 13; Cat. M ai. 6 ; S u e t. A u g. 3 6 . 2 8 . C ic . V err. 5 , 4 5 ; 4 , 9 ; L iv . 3 0 , 1 7 , 1 2 -1 3 ; 4 2 , 1, 1 9 ; C e lsu s, D . 3 3 , 10 , 7 , 1; V a l. M a x . 2 , 2 , 7 ; P lu t. C at. M ai. 6 . 29. C ic . A tt. 5, 1 6 , 3 ; 5 , 1 0 , 2 ; V err. 1 , 6 0 d e la 2 .a act.
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L as magistraturas a lo largo de la vida romana
cargando las compras a cuenta del E stad o 30. Para simplificar cuentas, ya desde muy temprano se les destinó una cantidad muy considerable, en conformidad siem pre con el punto de destino, para el equipo, el uasarium 31, fijado comúnmente por el senado, rara vez por el pueblo32 y para el frum entum in cellam, cantidad deter minada de trigo y el precio al que debía proporcionárselo33. Sobre estas dos últi mas provisiones el magistrado podía beneficiarse en principio saluis legibus34 sin contar con las apropiaciones caprichosas o las exigencias injustas a los naturales de las regiones por donde pasaban. Los inscritos en la cohors praetoria se incluían en los derechos del magistrado. Bajo el Imperio se les suministran cantidades fijas, distintas según las categorías de los magistrados, y lo mismo para los miembros de su com itiva35. Un procónsul consular tiene un millón de sestercios. 36 6. Como distintivos honoríficos los magistrados tienen: a) Los fàscios y los lictores. b) La silla curul: los magistrados mayores hasta el edil curul inclusive, y el censor, por lo menos en época reciente37, el flamen dialis tiene también silla cu rul 38. Los cuestores urbanos y provinciales y los iudices quaestionis tienen derecho a sella-, y los tribunos de la plebe a banco (subsellium) 39. Los magistrados curules, al dejar su cargo tiene derecho, por la lex Ouinia, a formar parte del senado, hasta la ordenación de una lista nueva de senadores. Esta prerrogativa se extiende luego a los ediles y tribunos de la plebe, e incluso, después de Sila, también a los cuestores. c) Derecho de administrar sus cargos sentados. Ante un magistrado un ciu dadano particular debe bajar del caballo, o si está sentado, levantarse40; lo mismo hace un magistrado inferior ante otro superior.41 d) Asiento de honor en los juegos públicos, en el teatro y en el circo.42 e) La toga pretexta, propia de los magistrados curules, incluidos los censo res 43, que se quitan o vuelven al revés en los actos de duelo. La toga purpurea, más tarde bordada en oro (toga pic ta) propia de los magistrados en la celebración del triunfo, y del pretor que preside los ludi Apollinares44. Durante el Imperio la usaban también los cónsules para el processus consularis, y el magistrado que pre sidiera unos juegos 45. En campaña el general lleva el paludamentum ro jo 46. Du rante el imperio se reserva para el Emperador. f) El derecho de hacerse acompañar durante la noche de luces y antorchas,47
30. 31. 32. 33. 34. 35. 36. 37. 38. 39. 40. 41. 42. 43. 44. 45. 46. 47.
P lu t. C at. M ai. 6 . C ic . I tt P is. 2 8 y 8 6 ; P ro D om . 2 3 . C ic . L eg. A g r. 2 , 3 2 . C ic . V e rr. 3 , 1 9 5 . C ic . Fam. 5 , 2 0 , 9. D io C a ss. 5 3 , 1 5 ; 5 2 , 2 3 ; S u e t. A u g . 3 6 . D io C a ss. 7 8 , 2 2 ; C IL . X I I I , 3 1 6 2 . L iv . 4 0 , 4 5 , 8 ; P o lib . 6 , 5 3 , 9 . L iv . 1 , 1 0 , 4 ; 2 7 , 8 , 8 ; P lu t. Q u a est. R om . 1 1 3 . V a tr . L . L . 5 , 1 2 8 . S e n e c a , E p. 7 , 2 ; S u e t. T tb. 3 1 ; L iv . 9 , 4 6 , 9 ; G e ll. 7 , 9 , 6 . P lin . E p. 1, 2 3 ; P lu t. C . G rac. 3 ; G e ll. 2 , 2 , 13. A r n o b . 4 , 3 5 ; L iv . 2 4 , 4 4 , 1 0 ; S u e t. N ero , 1 2 ; D io C ass. 4 4 , 4 ; 5 3 , 27. C ic . A d Senat. 1 2 ; V err. 5 , 3 6 ; L iv . E p it. 1 9 ; P lin . N . H . 9 , 3 9 , 1 3 7 . L iv . 5 , 4 1 , 2 ; P lin . N . H . 3 4 , 5 , 2 0 ; M a rtia l. 8 ,3 3 , 1; I u v e n a l. 1 0 , 3 6 ; 1 1 , 1 9 5 . D io C a ss. 4 9 , 16. L iv . 9 , 5 , 1 2; 2 5 , 1 6 , 2 1 ; S u et. Claud. 2 1 ; V a l. M a x . 1 , 6 , 11 . C ic . S en ect. 4 4 ; H o r . Sat. 1, 5 , 36.
L .’s m agis/ral liras en general
165
g) Los antiguos magistrados tienen el derecho de usar la toga pretexta en las fiestas públicas.48 h) Al magistrado difunto se le puede honrar con las insignias de la magistra tura mayor que haya desempeñado. El censor tiene derecho a la púrpura.49 i) Los magistrados mayores, a partir del edil curul, tienen derecho de conser var en sus casas las imágenes de sus antepasados.50 j) El derecho a elogio fúnebre, que al principio estaba reservado a los antiguos magistrados y luego se extendió a otras personas, incluso m ujeres.51 7. Las principales condiciones necesarias para ser elegidos magistrados pue den reducirse a éstas: a) Derecho de ciudadanía romana. Los plebeyos estuvieron excluidos durante algún tiempo de las magistraturas mayores. Los patricios no pueden desempeñar nunca las magistraturas plebeyas, sino efectúan la transitio ad plebetn. b) La función del rex sacrorum es incompatible, por lo menos hasta el Im perio, con cualquier m agistratura.52 c) Ño estar sometidos a ningún proceso penal. El examen del cumplimiento de los requisitos necesarios lo hace el magistrado que preside los comicios electorales. En caso de duda se asesora de un consejo especial; y a veces del senado.53 8. El candidato debe presentar públicamente su candidatura (nomen profiteri, professio) al magistrado que haya de presidir las elecciones. Este lo acepta (normen accipere) o lo rechazaM; aunque al final de la República se recibía a todos los que se presentaban si reunían las condiciones necesarias. Debían presentar la can didatura a lo menos 24 días antes de las elecciones5S, dentro de la ciudad56, y desde el año 62 tenían que hacerlo personalmente, si no habían alcanzado la dis pensa de ello 57, El candidato ha debido de completar también unos años de ser vicio militar, si bien en alguna época, como en la de Cicerón, es un simple expe diente de ir con un general, que le nombra enseguida tribuno militar, magistra tura que desempeña un año más o menos. Pero desde la edad de los 17 años hasta los 30 está en reserva y a disposición de los jefes militares, por lo menos desde Sila, por lo cual ninguna magistratura puede desempeñarse antes de los 31 años de edad. La expresión annus suus, annus meus, es el primer año legal en que uno
4 8 . L iv . E p it. 1 9 ; C ic . P hil. 2 , 1 1 0 . 4 9 . P o lib . 6 , 5 3 , 7. 50. C ic . In P is. 1; Leg. A gr. 2, 1 y 1 0 0 ; V ert.. 5 , 3 6 ; S ail. lu g . 8 5 , 1 0 y 25 . 51. C ic. B ru t. 6 2 y 8 1 ; L iv . 8 , 4 0 , 3 ; C ic. Sen ect. 1 2 y 6 1 ; L iv . 2 , 6 1 ; Q u in til. 3 , 7 , 2; 1 1 , 3 , 1 5 3 . L a p rim era m u jer so b r e la q u e se p r o n u n c ió u n a o r a c ió n fú n e b r e , seg ú n C ic . (D e O r. 2 , 4 4 ) fu e P o p ilia , m a d re d e Q . L u ta c io C a tu lo y d e C . J u lio C ésar E stra b ó n . S u e to n io n o s h a c o n s e r v a d o e l r ec u e r d o d e la s lau dation es fú n e b r e s p r o n u n c ia d a s p o r C ésar, la p rim era e n h o n o r d e su t ía J u lia (S u e t. D iu . lu í. 6 ) y la o tra e n h o n o r d e su e sp o sa C o r n e lia , s o b r e la q u e ta m b ié n h a b la P lu t. César, 5 . C a su a lm e n te s e n o s h a c o n s e r v a d o u n a lau datio fun ebris e n h o n o r d e u n a m u jer, c o n c ierta e x te n s ió n , e s la lla m a d a L au datio T uriae, v . C IL , V I , 1 5 , 2 7 y B r u n s -G r a d e n w itz , F o n tes lu r is R om an i, p , 3 2 2 ss; V . U ss a n i, S toria d ella L e tte r. Latina, M ila n o 1 9 4 2 , p p . 4 6 8 -4 7 1 . 5 2 . P lu t. O u aest. Horn. 6 3 ; L iv . 4 0 , 4 2 , 8 ; C IL . X I V , 3 6 0 4 ; 4 2 4 6 . 53. L iv . 2 6 ; 1 8 , 7 ; 3 , 6 4 , 5 ; C ic. B rut. 2 2 4 ; L iv . 2 7 , 6 , 9; 3 2 , 7 , 11; 3 9 , 3 9 , 6. 54. L iv . 3 , 6 4 , 5 ; 7 , 2 2 , 8 ; 8 , 1 5 , 19 ;· 9 , 4 6 , 2 ; 1 0 , 15 , 7 -1 1 ; 2 5 , 2 , 5 ; 3 9 , ' 9 , 4 ; C ic. F am. 1 6 , 1 2 , 3 ; B ru t. 2 2 4 ; G e ll. 7 , 9 , 3. 5 5 . C ic . Fam. 1 6 , 1 2 , 3 ; S a il. C at. 1 8 , 3 . 5 6 . P lu t. Caes. 13. 5 7 . C ic . Leg. A g r. 2 , 2 4 ; S u et. Caes. 1 8 y 2 8 ; P lu t. Caes. 13; D io C a ss. 4 0 , 5 6 .
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L as m agistraturas a lo largo de la vida romana
podía presentar su candidatura; por tanto era de sumo honor para un ciudadano ser elegido tan pronto como se presentaba.58 9. Acumulación de magistraturas. No pueden desempeñarse dos magistraturas patricias, ordinarias a la vez. Sin embargo, al principio podían acumularse magis traturas no permanentes, como la de dictador y maestro de caballería; censor y alguna magistratura anual o extraordinaria; cónsul y dictador59. Luego esta acu mulación resultó imposible, por la desaparición de las magistraturas no perma nentes. Pero siempre un magistrado ordinario pudo acumular un cargo extraordi nario, como un triunvirato agris dandis adsignandis, coloniae deducendae, etc. Nun ca pudieron acumularse las magistraturas plebeyas entre sí, ni las magistraturas patricias con las plebeyas. Nunca un cónsul pudo ser al mismo tiempo pretor o tribuno de la plebe, por ejemplo. 10. Continuación o repetición de una misma magistratura. Parece que en un principio podían prorrogarse las magistraturas patricias. Pero muy temprano se prohibió tal costum bre60. El tribunado se repitió durante algún tiempo, luego se prohibió tam bién61. En cuanto al consulado, una ley del 343 ó 330 exigía para la repetición de:l consulado un intersticio de diez años por lo menos, que en caso de un interés excepcional podía dispensarse“ . La ley fue'fenováda por S ila0 . La reelección de censor fue prohibida en 265 a. C. por más que solamente tenemos noticias de que fuera elegido dos veces el íntegro Coriolano64. A los tribunos se los reelige con frecuencia, aunque la reelección es siempre ilegal. 11. La elección de magistrados mayores se realizaba por orden de jerarquía: cónsules, pretores, ediles curules, cuestores65 en las fechas siguientes: Desde el año 224 al 154 a. C. en el mes de en ero 66; desde 154 a los tiempos de Sila de ordinario en el mes de noviembre; después de Sila, en el mes de ju lio 67. E ntre la elección y la toma de posesión quedan cinco o seis meses para juzgar de la legitimidad de la elección. Los magistrados menores, por lo menos al fin de la República, se elegían en el mes de ju lio .68 12. La entrada en funciones de un magistrado ordinario a partir del año 153 a. C., era el 1.° de enero. Antes de este año hubo diversas fechas, pero siempre se hacía en las kalendas o en los id u s 69. Los tribunos de la plebe tomaban posesión el 10 de diciembre, los cuestores el 5 del mismo mes. 58. C ic. Leg. A g r. 2 , 4 ; A t t. 1, 1, 2 ; Fam. 1 0 , 2 5 , 2 ; M il. 2 4 . 59. L iv . 7 , 4 2 , 2 e n e l a ñ o 3 4 2 a. C .: « I te m a liis p le b i s c itis c a u tu m n e q u is e u n d e m m a g istr a tu m in tra d e c e m a n n o s c a p e r e t n e u d u o s m a g istr a tu s u n o a n n o g e r e r e t u t iq u e lic e r e t c o n s u le s a m b o s p le b e io s crea ri» ; L iv . 2 , 1 8 , 5 ; D io n is . 5 , 7 2 . 6 0 . L iv . 3 . 2 1 , 2-3 ; 2 4 , 9 , 1; 2 7 , 6 , 4 ; D io n is . 1 0 , 19. 61. C ic . C at. 4 , 4 ; L iv . E p it. 5 8 y 5 9 ; A p p . B. C. 1, 1 4; S a il. Iug. 37, 2. 62 L iv . 7 , 4 2 , 2 ; P lu t. M ario 4 2 ; L iv . 4 1 , 1 5 , 6-8 ; 4 1 , 1 7 , 4 ; C ic. Leg. 3 , 9 d o n d e re d a c ta a s í su le y : « E u m d e m m a g istr a tu m , n i in te r fu e r in t d e c e m a n n i, n e q u is c a p ito ; a e u ita te m a n n a li le g e se r u a n to » . 6 3 . A p p . B. C. 1, 1 0 0 ; C ic. Leg. 3 , 9. 6 4 . P lu t. C oriol. 1; V a il. M a x . 4 , 1 , 3. 6 5 . C ic. Fam . 8 , 4 ; D io C a ss. 3 9 , 7 ; L iv . 4 , 4 4 y 5 4 . 6 6 . L iv . 4 3 , 11. 6 7 . C ic . V err. I a, 1, 10 y 1 7; A tt. 1, 1 6 , 1 3 ; Ad. Q . fr. 2, 15 , 5 . 6 8 . C ic . A tt. 1, 1, 1; 1 4 , 1 5 7-8. 6 9 . E n lo s p r im e r o s tie m p o s d e la R e p ú b lic a lo s c ó n s u le s e n tr a b a n e n fu n c io n e s ( consula tu m in ire ) e l 2 3 d e m a rzo , d ía d e l R egifu giu m . E n s e g u id a e l 1.° d e a g o sto ; e n tie m p o d e lo s d e c e n v ir o s e l 1 5 d e m a y o ; u n o s 5 0 a ñ o s d e s p u é s e l 15 d e d ic ie m b r e ; d e s p u é s h a sta e l 2 5 3 a. C . e l 1.° d e ju lio . D e s d e e s te a ñ o a l 1 5 4 , e l 1 5 d e m a rzo; d e l 1 5 3 e n a d e la n te , e l 1.° d e e n e r o . V é a s e , L iv . E p it. 4 7 ; O v id . Fast. 1 , 8 1 ; 3 , 1 4 7 ; L iv . 4 1 , 8 , 4 .
L o s m agistrados en particular
167
13. Terminado el tiempo de su función el magistrado sale de su cargo la víspera de la toma de posesión de los designados para el año siguiente. Un magis trado puede renunciar (se abdicare consulatu, por ejemplo) por los motivos que él crea oportunos. No está claro si hay autoridad que pueda deponer a un magis trado. Desde luego un magistrado mayor no puede deponer a otro menor, excepto el dictador al magister equitum, que él se nombró. El senado puede presionar a un magistrado, pero siempre sale por una abdicación, aunque sea forzosa. Con todo en épocas revolucionarias hay varios ejemplos de destituciones de cónsules, de pretores y de tribunos.70 14. Responsabilidad de los magistrados. En teoría los magistrados están so metidos, como cualquier ciudadano, a los tribunales ordinarios incluso durante el tiempo de su cargo; pero prácticamente durante ese año resultaban inmunes por las reglas de la potestas71. Los cónsules, procónsules, pretores y censores no podían ser citados por el p re to r72. Al tribuno nadie lo puede perseguir, y él puede per seguir a todos los magistrados, incluso al censor73. El cónsul puede actuar contra los magistrados inferiores a él; el pretor contra los ediles curules y los cuesto res 74; pero estas actuaciones resultaron muy raras. 15. Bajo el Imperio las magistraturas republicanas pierden casi toda su impor tancia política en aras de la autoridad imperial y de los nuevos cargos creados por los emperadores. Estas diferencias las indicaremos al exponer los avatares de cada una de las magistraturas.
II.
LOS MAGISTRADOS EN PARTICULAR
1. E l tribunado de la plebe Los tribuni plebis (plebi, plebei) en la época histórica son diez, plebeyos por nacimiento o por transición a la plebe75, elegidos por los comicios plebeyospor tribus, forman un colegio presidido por uno de ellos, designado por común acuer do o por votación, aunque no obren colegialmente, sino que cada uno puede ejer cer todos los poderes. Entran en su cargo el 10 de diciembre. Son magistrados de la plebe, no del pueblo romano. No disponen de lictores, sino de escribas, de uiatores y de heraldos. No ocupan silla curul sino subsellium, un banco menos elevado. Como su elección no va precedida de auspicios, no tienen auspicia populi Ro mani·, excepto cuando se los transfiere el pretor por los comicios centuriados. Entonces poseen la obnuntiatio para los actos de la p leb e76. No poseen juris dicción civil en Roma, ni mando militar. Su poder no está ratificado por ninguna
70. V e il. 2 , 2 0 ; e l c ó n s u l. L , C o r n e lio C in n a , e n 8 7 a. C .; L iv . E p it. 8 9 ; A p p . B. C. 3 , 9 5 , e l-p r e to r Q . G e lio , e n 4 3 ; P lu t. P o m p . 5 9 , e l tr ib u n o L u c ilio H ir r o en 5 3 ; D io C a ssio , 4 4 , 9 , M a rc e lo F la v io e n 4 5 ; D io C a ss. 4 6 , 4 9 , P . S e r v ilio C a sca e n 4 3 . 7 1 . S u e t. Caes. 1 7 , 2 . 7 2 . U lp . D . 2 , 4 , 2 ; 4 , 8 , 3 , 3 ; 4 , 8 , 4 ; U lp . D . 4 , ' 6 , 2 6 , 2 ; S u e t. Caes. 1 7 , 2>. 7 3 . S u e t. D o m it. 8 ; L iv . 2 4 , 43, 2. 7 4 . G e li. 1 3 , 1 3 . 75 L iv . 3 , 6 5 , 1; 5 , 1 0 , 11. 76 L iv . 3 0 , 2 9 ; C ic . D iu . 1, 2 9 ; A lt. 4 , 1 6 ; A d Q . fr. 3 , 3 , 2 .
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L as magistraturas a lo largo de la vida romana
ley legítima, sino que se apoya en los tratados entre la plebe y los padres, por los que se declaró su potestas sacrosancta, lo cual les confiere inviolabilidad, en virtud de la cual el tribuno no puede ser forzado, ni arrestado, ni castigado. Todos los ciudadanos deben levantarse ante él y dejarle lu g ar.77 Sus derechos: 1.° Ius agendi cum plebe·, reunir la plebe. Comunicar con ella, presidir las elecciones de tribunos y de ediles de la plebe. Pero no pueden interrumpir otros comicios para reunir a la plebe. 2 ° Iüs intercessionis, común a todos los magistrados. 3.° lu s coertionis, común también a todos los magistrados; pero el de los tri bunos es más eficaz, ya que se supone que cuentan siempre con el pueblo. Cuando los tribunos fueron asimilados a los demás magistrados del pueblo romano, continuaron siendo los representantes de los intereses del pueblo, y ade más consiguieron estos nuevos derechos: 1.° El ius edicendi, derecho de publicar norm as.78 2.“ La presidencia de las elecciones de cualquier magistrado, incluso de los dictadores.79 3.° Comunicación con el pueblo; citación de particulares, de embajadores, de magistrados, de cónsules.80 4.° Participación en las fiestas latinas, inclusión entre los otros magistrados en las cartas dirigidas al senado.81 5 ° Relaciones con el senado. Entra en el senado en virtud de la ley Hortensia-, y luego puede hablar y goza del ius sententiae dicendae. 82 6 ° Competencias especiales. Autorizan la mayor parte de las veces, a falta del decreto del senado, la dedicación de templos y altares; acompañan al pretor en la designación de tutores; sustituyen a los magistrados en la celebración de los juegos y declaración de ciudadanos para las distribuciones alimenticias; ayuda a los magistrados mayores en los momentos de crisis políticas, de incendios o pro blemas de calles y caminos. 7.° Proponen plebiscitos. Desde la ley Hortensia, desempeñan un papel im portante en la legislación civil y criminal; en la administración y en la política de Roma. 8.° En la jurisdicción criminal intervienen en m ultitud de casos, cuando no se trata de pena de muerte; salvo el caso en que el reo sea una mujer o un extran jero. Imponen multas, provocan la formación de tribunales especiales de quaes tiones. 83
P lin . E p . 1, 2 3 . C ic . V e n . 2 , 1 0 0 ; Of f . 3 , 8 0 ; P lu t. T ib . G rac. 10. L iv . 2 6 , 2 , 5 ; 2 2 , 5 ; P lu t. M arc. 2 4 . C ic. In Pis. 1 4; Sest. 3 3 ; A d Senat. 1 3 ; Fam. 1, 14 , 1; 1 2 , 3 , 2; 1 2 , 7 , 1; 1 4 , 2 0 , 5; D o m . 4 0 ; I n V a t. 2 4 ; G e ll. 1 3 , 1 2 , 6 ; V a l. M a x . 3 , 7 , 3. 81. C ic. F ant. 1 5 , 1, 2 ; A tt. 1 6 . 4 , 1. 82. C ic. L eg. 3 , 1 0; G e ll. 1 4 , 8 , 2. 8 3 . G e lio (6 , 1 9) n o s tr a n sm ite c o m o c u r io sid a d u n a s in te r v e n c io n e s d e lo s tr ib u n o s d e la p le b e , to m á n d o la s , s eg ú n n o s d ic e , d e l lib r o E x e m p la d e T ib e r io G r a c o , p ad re, tr ib u n o d e la p le b e . E l tr ib u n o d e la p le b e C . M in u c io A u g u r in o im p u s o u n a m u lta a L . E s c ip ió n A siá tic o , h e r m a n o d e P . E s c io ió n e l A fr ic a n o M a y o r. E l A fr ic a n o e n n o m b r e d e su h e r m a n o s e d ir ig e al c o le g io d e lo s tr ib u n o s p id ié n d o le s q u e d e fie n d a n d e l a ta q u e d e su c o le g a a u n v a r ó n c o n su la r y tr iu n fa l. O c h o tr ib u n o s c o n o c ie r o n la c a u sa y d e c re ta r o n a sí: « Q u o d P . S c ip io A fr i c a n u s p o s tu la u it p ro L . S c ip io n e A s ia tic o fr a tr e , c u m c o n tr a le g e s c o n tr a q u e m o r e m m a io r u m tr ib u n u s p l. h o m in ib u s a c citis p e r u im in a u sp ic a to s e n te n tia m d e e o tu le r it m u lta m q u e n u llo 77. 78. 79. 80.
Los magistrados en particular
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Cicerón propone esta ley sobre los tribunos de la plebe: «Que el pueblo tenga los diez tribunos que él se ha creado para socorrerla contra la violencia; que su prohibición, que sus proposiciones al pueblo, sean ley; que sean inviolables, y que nunca quede el pueblo desprovisto de tribunos» M, y un poco más adelante:· «Qué los tribunos que el pueblo se haya dado tengan derecho de obrar con el senado, y que ellos mismos comuniquen al pueblo lo que sea necesario comu nicarle».85 Durante muchos años los tribunos fueron la pesadilla de Roma, es decir, del Senado y de los magistrados, cuando en gravísimos peligros para la Patria pre ferían perder una campaña frente a un pueblo extranjero, antes que perm itir una leva de soldados, si previamente no se les concedía lo que ellos buscaban. De estas gravísimas crisis están llenas las historias de Roma. Por eso el tribunado es una magistratura fatídica o providencial, según el punto de vista desde donde se le considere. Cicerón expone los dos aspectos M, el negativo, por boca de su hermano Quinto 87 y el positivo él m ism o.88 Esta autoridad — dicp Quinto— me parece perniciosa, como nacida de la se dición y para la sedición. Si recordamos su prim er origen, la vemos alzarse al es truendo de la guerra civil, durante la ocupación de algunos puntos de la ciudad. Después, desechada rápidamente como los monstruos de nacimiento que las X II Tablas prescriben matar, volvió de nuevo, no sé cómo, pero más horrible y re pugnante 89. Entonces se sucedieron los tribunos violentos y sediciosos, baste re cordar a Canuleyo, Licinio Estolón; los dos hermanos Gracos, Saturnino, Sul picio, que propuso leyes contra los senadores y en nuestros tiempos, no tenemos más que pensar en Clodio, el hombre más funesto que ha nacido en la ciudad90. «Por eso, prosigue Quinto, alabaré a Sila que por su ley quitó a los tribunos del pueblo la facultad de ser peligrosos, y solamente les dejó la de ser útiles» 91. Sila e x e m p lo ir to g a u e r it p r a e d e sq u e e u m o b e a m r em d a re c o g a t a u t, s i n o n d e t, in u in c u la d u ci iu b e a t, u t e u m a c o lle g a e u i p r o h ib ea m u s; e t q u o d c o n tr a c o lle g a p o s tu la u it, n e s ib i in ter c e d a m u s, q u o m in u s s u a p te p o t e s ta te u t i lic e a t, d e e a r e n o s tr u m s e n te n tia o m n iu m ea e st: s i L . C or n e liu s S c ip io A sia tic u s c o lle g a e a rb itra tu p r a e d e s d a b it, c o lle g a e , n e e u m in u in c u la d u c a t, in te r c e d e m u s; si e iu s a rb itra tu p ra ed es n o n d a b it, q u o m in u s c o lle g a sua p o t e s ta te u ta tu r , n on in te r c e d e m u s » . C o m o E s c ip ió n n o p r e se n tó fia d o res, d e s p u e s d e e s t e d e c r e to , e l tr ib u n o A u g u r in o lo en c a rc e ló . V ie n d o a s í la s c o sa s, T ib . S e m p ro n io G r a c o , e l p a d re d e lo s G r a c o s, p r o te s ta n d o q u e jam ás s e a v e n d r ía e n s u s d ifer e n c ia s p o lític a s c o n e l A fr ic a n o , in te r c e d ió , s in e m b a r g o p o r e l A s iá tic o e n e s t o s té r m in o s: « C u m L . C o r n e liu s S c ip io A sia tic u s tr iu m p h a n s h o s tiu m d u c e s in c a rc e r em c o n ie c ta r it, a lie n u m u id e tu r e ss e d ig n ita te r e ip u b lic a e in eu m lo c u m im p er a to r e m p o p u li R o m a n i d u c i, in q u e m lo c u m ab e o c o n ie c ti s u n t d u c e s h o s tiu m ; ita q u e L . C o r n e liu m S c ip io n e m A sia tic u m a c o lle g a e u i p r o h ib e o » . P e r o s e g ú n refiere V a le r io A n tia s la s c o sa s n o s u c e d ie r o n a s í, s in o q u e , c o n d e n a d o E sc i p ió n e l A s iá tic o p o r pecu latu s p o r e l d in e r o r e c ib id o e n A n tio q u ía , p o r n o p r e se n ta r fiad ores, l o m e tie r o n e n la c á rc e l, d e la q u e s a lió p o r la in t e r c e s ió n d e l tr ib u n o S e m p r o n io G r a c o . C o n to d o , la s fó r m u la s d e lo s d e c r e to s esta b a n c o n c e b id a s e n e s o s té r m in o s q u e recu erd an lo s A n a le s. 84. C ic. Leg. 3 , 9 . 85. C ic. Leg. 3 , 1 0 . 86. C ic. Leg. 3 , 1 9 -2 6 . 8 7 . C ic . Leg. 3 , 19 -2 2 . 8 8 . C ic. Leg. 3 , 2 3 -2 6 , v . V err. 5 , 1 7 5 lo s tr ib u n o s v ig ila n la s a r b itraried ad es d e lo s pa tr ic io s e n lo s ju ic io s. ' 8 9 . C ic. ib . 1 9 , e n e l a ñ o 4 4 9 d e s p u é s d e la c a íd a d e lo s d e c e n v ir o s, v id . M o m m se n , H ist, d e R o m a I , 3 5 5 -3 5 7 . 90. C ic . L eg . 3 , 2 0 -2 2 . 91. C ic . ib . 2 2 .
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L as m agistraturas a lo largo de la vida romana
había dejado a los tribunos el derecho de intercesión y les quitó el de proponer leyes y otros. Cuando uno se creía atropellado por un magistrado y solicitaba el auxilio del tribuno, acudía a ellos diciendo: A uobis, tribuni, postulo, ut mihi auxilio sitis. Y los tribunos, según el caso, respondían: Auxilio erimus ; auxilio non erimus. Pompeyo Magno les devolvió los poderes de que los había despojado Sila; por eso Quinto dice que en eso no puede alabarlo.92 A esta opinión responde Marcos, distinguiendo entre el tribunado y los indi viduos que lo han desempeñado. Por el abuso personal de unos cuantos tribunos deplorables, no puede condenarse el tribunado, porque de esa forma podríamos decir lo mismo del consulado. Por otra parte no está bien enjuiciar las institu ciones sólo por su cara negativa. T a m b ié n y o c o n fie s o q u e e n e sa p o te s ta d h a y a lg o m a lo ; p e t o s in e so s in c o n v e n ie n te s n o te n d r ía m o s lo s b ie n e s q u e p o r e lla s e h a n c o n s e g u id o . L a a u to r id a d d e lo s tr ib u n o s e s e x c e s iv a . ¿ Q u ié n l o n ie g a ? P e r o la v io le n c ia d e l p u e b lo e s m u c h o m ás p e r ju d ic ia l y m u c h o m ás v e h e m e n te , y c o n u n je fe será s iem p r e m u c h o m á s fá c il ca lm a rla q u e s i s e e n c u e n tr a lib r e y s in fr e n o . E l je fe r ecu erd a q u e cad a p a s o q u e d é p u e d e s e r le fu n e s to : la m u ltitu d q u e se la n z a , n o p ie n s a jam ás e n lo s p e lig r o s ... — P e r o a lg u n a v e z e s e l tr ib u n o q u ie n s o liv ia n ta a l p u e b lo . — P e r o m u ch a s m á s v e c e s lo ca lm a . ¿ Q u é c o le g io d e tr ib u n o s e s ta n d e te s ta b le e n q u e n in g u n o d e lo s d ie z tr ib u n o s sea ra zo n a b le y n o r m a l? . . . E n e s to v e s la sa b id u r ía d e n u e s tr o s m a y o r e s: u n a v e z c o n c e d id a p o r e l s e n a d o e sta m a g istra tu ra a l p u e b lo , c a y er o n la s arm as y se c a lm ó la s e d ic ió n , s e e n c o n tr ó u n ju s to m e d io en q u e l o s m á s d é b ile s s e v ie r o n ig u a la d o s a lo s m á s p o t e n te s y e s t o ú n ic a m e n te fu e la sa lv a c ió n d e la c iu d a d .93
Hubo ciertamente tribunos sediciosos, como los Gracos y otros, pero gracias al tribunado el pueblo se siente amparado y en posesión de sus derechos. E ra n e c e s a r io , p r o s ig u e M a rc o s, o n o d e ste rr a r a lo s r ey e s, o c o n c e d e r a l p u e b lo la lib e r ta d d e h e c h o y n o d e p a la b ra , y s e le h a d a d o d e m an era q u e p u e d e c on fiarse fr e c u e n te m e n te a lo s m á s e sc la r e c id o s, y c e d e r a la a u to rid a d d e lo s m a g n a te s En c u a n to a la r e fe r e n c ia q u e h a s h e c h o a P o m p e y o , c o m p r e n d ió ( e l G r a n d e ) q u e n o p o d ía carecer p o r m á s tie m p o e sta c iu d a d d e la a u to rid a d d e lo s tr ib u n o s . ¿ Y c ó m o h a b ía d e r en u n c ia r a e lla , d e s p u é s d e c o n o c id a , u n p u e b lo q u e c o n ta n ta in s is te n c ia la h a b ía p e d id o a n te s d e c o n o c e r la ? E ra p r o p io d e u n c iu d a d a n o p r u d e n te n o ab a n d o n a r u n a m e d id a q u e , sin ser p e r n ic io s a , e ta tan p o p u la r , y n o era o p o r tu n o o p o n e r se a u n je fe d e l p u e b lo q u e p o d ía s e r p e lig r o s o .95
La decisión de Pompeyo fue prudente y hábil, puesto que el tribunado en este tiempo, guardando la apariencia exterior, en el fondo estaba anulado. Creado para proteger al pueblo, aun revolucionariamente contra la soberbia y los excesos de los altos funcionarios, pero habiendo conseguido relativamente pronto un cierto equilibrio entre la nobleza aristocrática y la nobleza plebeya, a la que de ordinario pertenecían los tribunos, se suavizó mucho el modo de proceder del tribunado. Ya que la supresión hubiera sido impopular, se procuró reformar la institución, dándole mayores atribuciones y haciéndola instrumento de gobierno como las de más magistraturas. Se les dio jurisdicción administrativa, casi igual a la de los cónsules; entraron en el senado, igual que los demás magistrados. Al principio asistían a las sesiones del senado, sentados en un banco cerca de la puerta, como 92. 93. 94. 95.
C ic . C ic . C ic . C ic .
ib . ib . 2 3 -2 4 . ib. 2 5 . ib . 2 6 .
L os m agistrados en particular
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meros observadores y eso les bastaba para informar aL pueblo, y orientarlo en favor o en contra de las decisiones senatoriales, según los casos. Ahora se .sientan en el interior de la curia, entre los otros magistrados, tienen derecho al uso de la palabra, aunque carecen de voto deliberativo, como no lo tiene ningún magis trado en Roma. El voto consultivo, según un principio de derecho público de Roma, lo poseen únicamente aquéllos que no han de obrar. En la consecución de prerrogativas llegan a equipararse con los cónsules y pretores: como ellos tienen facultad de convocar el senado, de presentar en él proposiciones y hacer que se vote un senadoconsulto. Según la práctica, observada, como vemos, en C icérón96, las comunicaciones oficiales que los procónsules, o propretores, etc., enviaban a Roma se dirigían a los cónsules, pretores, tribunos de la plebe y, por último, al Senado. Cuando el tribuno de la plebe llegó a ser uno de los órganos más activos de la administración y del senado, con el cometido de guiar el cuerpo de los ciuda danos y de impedir el abuso de los demás magistrados, fue absorbido totalmente en el sistema de gobierno y cesó el objetivo para el que había sido creado. Sus luchas serán contra grupos diversos y en favor de caprichos particulares y de inte reses partidistas, jamás en atención al pueblo. 2. La cuestura Según el nombíe, quaestor (quaesitor), esta magistratura fue creada para la investigación criminal, antes que para los quehaceres pecuniarios Existe una tradición, según la cual, la cuestura existía ya en tiempo de los reyes y sería una de las primeras m agistraturas98. Ciertamente coexiste· ya con los primeros cón sules. Al principio hubo dos cuestores urbani, según el número que la tradición asig na a los reyes Rómulo y Numa 99. El incremento de los negocios administrativos y la sucesión de las guerras casi de una forma ininterrumpida, exigieron la creación de cuatro cuestores más hacia el año 421 a. C., pudiendo ser elegidos también los plebeyos, a partir del año 409 10°. A estos dos últimos se les considera de un grado inferior y se ponen al servicio inmediato de un cónsul cada uno 101. Hacia la mitad 9 6 . C ic . Fam. 1 5 , 1; 1 5 , 2 : « M . T u lliu s M . F . C ic e r o P r o c o s, s . d . c o s ., p r ., tr . p l., s e n a tu i» . S o b r e lo s tr ib u n o s p u e d e v e r se : E . L e fe v r e , D u rôle d e s trib u n s d e' la p lèb e en pro céd u re civile, P a r is 1 9 1 0 ; E d . M ey e r , D e r U rspru n g d e s T rib u n a ts: K le in e S c h r ifte n , H a lle 1 9 1 5 , t. I ; G . N ic o lin i, I l trib u n a to délia p leb e, M ila n o 1 9 3 2 ; I d ., I fa sti d e i trib u n i della p leb e, M ila n o 1 9 3 4 ; F . S te lla M a ra n ca , II trib u n a to d ella p le b e dalla « L ex H o rten sia » alla « L ex Cornelia»·. S tu d ia Iu r id ic a 1 0 , R o m a 1 9 6 7 , r e im p r e sió n d e la e d . d e l 1 9 0 1 ; E . d i E . C oc h ia , II trib u n a to d ella p le b e e la sua a u to rità giu diciaria stu d ia ta in ra p p o rte colla procedu ra c iv ile : S tu d ia I u r id ic a 3 9 , R o m a 1 9 7 1 , r e im p r e sió n d e la e d . d e 1 9 1 7 . 9 7 . V arr. L . L . 5 , 8 1 : « Q u a e s to r e s a q u a e r e n d o , q u i c o n q u ir e r e n t p u b lic a s p e c u n ia s e t m a le ficia , q u a e tr iu m u ir i c a p ita le s n u n c c o n q u ir u n t; a b h is p o s te a q u i q u a e s tio n u m iu d ic ia e x er c e n t q u a e s ito r e s d ic ti» ; P o m p o n . D . 1 , 2 , 2 , 2 3 , h a b la d e lo s qu aestores parricidii, y e n e l p árrafo a n ter io r 2 2 , h a e x p u e s to su c o m e tid o fin a n c ie ro : « Q u a e s to r e s , q u i p e c u n ia e p ra essen t: d ic ti ab e o , q u o d in q u ir e n d a e , e t c o n ser u a n d a e p e c u n ia e c a u sa c r e a ti eran t». 9 8 . T a c. A n n . 1 1 , 2 2 ; U lp . D . 1 , 1 3 , 1 pr. « o r ig o q u a e s to r ib u s c re a n d is a n tiq u issim a e st, e t p e n e a n te o m n e s m a g istr a tu s» . 9 9 . U lp . 1. c . « G r a c ch a n u s d e n iq u e I u n iu s , l ib r o se p tim o d e p o te s ta tib u s , e tia m ip s u m R o m u lu m e t N u m a m P o m p iliu m b in o s q u a e s to r e s h a b u is s e , q u o s ip s i n o n su a u o c e ,' s e d p o p u li s u ffr a g io c re a r e n t, r efer t» . 1 0 0 . L iv . 4 , 4 3 -4 4 , 4 5 , 5 4 . 10 1 . V id . infra, lo s c u e sto r e s c o n su la r e s; v id . ta m b ié n C ic. V e rr. 2 a, 1, 3 4 V e r r e s c o n el c ó n s u l C n . C a rb ó n ; ib. 3 7 , e l c u e sto r M . P is o , c o n e l c ó n s u l L . S c ip io .
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Las magistraturas a lo largo de la vida romana
del siglo I I I a. C., se nombran cuatro cuestores italici, llamados classici·, y el nu m ero de estos magistrados aumenta conforme van agregándose provincias y más provincias al pueblo romano. Sila crea hasta veinte en el año 81, por una ley que regula sus atribuciones, sus insignias, y sus ayudantes102; y en el año 45 César crea veinte cuestores más 103. Augusto los reduce de nuevo a veinte y este es el número que se conserva durante todo el Imperio. Los magistrados reales eran creados por el voto del pueblo 104; en los primeros años de la República al parecer los creaban directamente los mismos cónsules105. Después ya, en la época histórica, se crean en los comicios por tribus, presididos por los cónsules o los pretores106. No tienen derecho a lictores, pero sí a viatores, scribas y praecones·, en cuanto al asiento es la sella simplede cuatro patas rectas, sin respaldo. Se conservan monedas con las insignias del cuestor: una bolsa o caja de dinero {fiscus), la cuchara que sirve para echar el dinero en el saco, un bastón recto cuyo sentido no está claro, y la silla, según hemos dicho, muy dife renciada de la curul. Desde Sila la cuestura da asiento en el senado. Usan toga pretexta para prestigio de su autoridad 107. Los cuestores y los ediles de la plebe no tiene derecho a llamar a su presencia, ni de prender a nadie; por el contrario, pueden ser citados a juicio por personas particulares, y el pretor tiene derecho a llamarlos. Así lo vemos en Aulo Gelio 108: Esta cuestión, dice, no me la propongo porque sí, sino que es un caso práctico en que ahora estamos metidos, en que el pretor tiene que «llamar» a un cuestor. Algunos piensan que no está en las atri buciones del pretor «llamar» a un cuestor, porque es un magistrado romano cier tamente, y no puede ser llamado, y, si no quiere ir, no puede ser prendido salua ipsius magistratus maiestate. Pero yo leo en el libro 21 de Rerum humanarum de Varrón lo siguiente: L o s m a g istr a d o s q u e n o tie n e n p o t e s ta d d e lla m a r, n i d e p r e n d e r in d iv id u a lm e n te a lo s c iu d a d a n o s p u e d e n ser c ita d o s p o r u n p a rticu la r. E l e d il c u r u l M . L e v in o fu e c ita d o p o r u n p a r tic u la r al tr ib u n a l d e l p r e to r ; ahora e n c a m b io , e sc o lta d o s p o r s ie r v o s p ú b lic o s , n o s o la m e n te n o p u e d e n ser p r e n d id o s, s in o q u e e llo s ap artan al p u e b lo d e la ca lle.
Esto dice Varrón de los ediles en aquella parte del libro, pero antes en el mismo libro dice que los cuestores no tienen ni uocationem. ni prensionem... «Leídas, por tanto, estas dos partes del libro, todos asintieron a la autoridad de Varrón, y el cuestor fue llamado a juicio ante el tribunal del pretor». El cuestor entraba en funciones el 5 de diciembre 109, fecha que se mantiene también durante el imperio; no obstante los cuestores provinciales entraban real mente el día 1 de julio, al mismo tiempo que el procónsul, y estaba allí hasta que lo llamaban porque su magistratura podía prorrogarse fácilmente. La cuestura ur bana es anual. Al terminar sus poderes debía esperar a su sucesor para hacerle
1 0 2 . T a c. A n n . 1 1 , 2 2 : « p o s t le g e S u lla e u ig in ti cre a ti s u p p le n d o s e n a tu i, c u i iu d ic ia tra d id e r a t» . 103. D i o C a ss. 4 3 , 4 7 , 5 1 ; S u et. Caes. 41, 1. 104 U lp . D . 1, 1 3 , 1, pr. 105. T a c. A n n . 1 1 , 2 2 : « m a n sitq u e c o n s u lib u s p o t e s ta s d e lig e n d i, d o n e c e u m q u o q u e h o n o r e m p o p u lu s m a n d a r et» ; s ie n te lo c o n tr a r io P lu t. P o p lic. 12. 1 0 6 . G e ll. 1 3 , 15. 1 0 7 . C ic . V err. 5 , 1 8 1 ; 4 , 1 1 ; Plane. 9 8 . 1 0 8 . G e li. 1 3 , 13. 109. C ic . V err. 1 , 3 0 .
Los m agistrados en particular
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entrega de las cuentas y del dinero. Hasta Sila el cuestor acompaña a su magis trado mientras a éste le duraba el cargo, es decir, que si al terminar el consu lado, iba de procónsul a una provincia, le acompañaba su cuestor 110. A partir de la dictadura de Sila un magistrado puede tener sucesivamente diversos cuestores111. Desde el Imperio los cuestores están mucho tiempo en sus puestos. Cuando a un cuestor urbano se le prorroga el cargo se le llama proquaestor. Con frecuencia al año siguiente de la cuestura urbana se le envía de cuestor a una provincia. Prác ticamente el cargo de proquaestor existía: a) cuando por causa de muerte o de ausencia inevitable del cuestor, el gobernador de la provincia tenía que dar el cargo a uno de sus subalternos, de esta forma Verres fue legatus pro quaestore de Dolabella en Cilicia, año 80 a. C. U2; b) y cuando el número de los cuatro desig nados no era suficiente para todas las provincias. En este caso se designa un anti guo cuestor (uir quaestorius) como procuestor m . La abundancia de plazas, que superaba en mucho a los cuestores designados, obligaba al empleo de estos quaes torii 114. El título de proquaestor desaparece muy pronto. Recordemos a los: 1) Quaestores urbani, representantes y ayxiliares de los cónsules, que en un principio tenían poderes judiciales, sobre todo en los crímenes de derecho común, luego se desglosan para este fin los quaestores parricidii. En la época histórica no tienen más cometido que la administración del tesoro público: quaestores aerarii115. Tiberio les agrega tres curatores tabularum publicarum, y Claudio, en el año 44 con fia el erario a cuestores escogidos por el emperador, para tres años, con el título de quaestores aerarii Saturni116. En el 56 Nerón confía el erario a antiguos pre tores, por el espacio de tres años por lo menos, con el título de praefecti aerari Saturni 117, disposición que se conserva en lo sucesivo. Los cuestores urbanos des plazan su atención hacia los archivos, según la orientación dada por Tiberio, se constituyen en sus oficiales y colaboran en la redacción de los documentos del senado 118, llegando así hasta el siglo II I. 2) Quaestores prouinciales que acompañaban a los procónsules y propretores a las provincias, investidos de poderes ordinarios o extraordinarios. El cuestor era el segundo magistrado de la provincia, y suplía en el gobierno al pretor en sus ausencias. A cada provincia se mandaba un cuestor; menos a Sicilia que iban dos, uno a Lilibeo y otro a Siracusa. Su inferioridad con respecto al pretor era manifiesta, pero tienen como una misma autoridad distribuida en los dos. El cuestor es el hacendista, el administra dor del pretor, pero con cierta autoridad propia de cuyo desempeño ha de ren dirle cuentas. Por su parte el propretor será como un padre para el cuestor. Si
1 1 0 . P lu t. C. 'G rac. 2 , p ro rro g a n la m a g istra tu ra al p r o p r e to r O r e ste s , p ara q u e G r a c o , q u e e s su c u e sto r , s e q u e d e ta m b ié n e n C erd efia. 111. C ic . D iu . in Caecil. 2 , 4 , 1 3 , 6 3 ; V err. 2 , 4 4 ; 3 , 168; 5 , 11 4 ; 4 , 14 6 ; C a e s. B. G. 5, 24; 6, 26. 112. C ic. V e rr. 1 , 9 1 . 113. C ic . S est. 1 3 ; A d Fam. 5 , 6 , 1, 114. C ic. Fam. 2, 1 7; 5 , 6 ; P h il. 1 0 , 1 1 ; A cad. 2 , 1 1 ; V err. act. I a, 11 . 115. T a c. A n n . 1, 7 5 ; 1 3 , 2 9 ; S u e t. A u g. 36 . 116. T a c . A n n . 1 3 , 2 9 ; S u e t. C laud. 2 4 , 2." 117. T a c . A n n . 1 3 , 2 8 -2 9 . 118. D io C a ss. 5 4 , 3 6 .
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L as magistraturas a lo largo de la vida romana
ambos se entendían bien, salían doblemente beneficiados y seguros en sus ganan cias. Las relaciones entre ellos las describe así Cicerón: N u e s t r o s m a y o r e s n o s e n s e ñ a r o n q u e e l p r e to r d e b e s e r p ara c o n su c u e sto r c o m o u n p a d re , y q u e n o h a y , n i p u e d e h a lla r se , c a u sa d e v in c u la c ió n alg u n a n i m á s ju sta n i m á s e str e c h a q u e la u n ió n d e la s u e r te , d e la p r o v in c ia , d e l d e b e r , d e l d e s e m p e ñ o d e u n ca rg o p ú b l i c o . 119 E s t a c o stu m b r e p r e sc r ib e q u e lo s p r e to r e s c o n v ie n e q u e sea n c o m o v e rd a d e ro s p a d r e s para c o n su s c u e s t o r e s .120
3) Quaestores militares. El cuestor es el principal ayudante del general, como demuestra el hecho de que en el campamento el quaestorium está siempre al lado del praetorium 121. Su principal función es la dirección del tesoro m ilitar122. Reci be el dinero de la administración central o de los impuestos que no cobran los publicanim . Hace los pagos en el ejército, lleva la intendencia, y acuña monedas provinciales con su nom bre124. Vende el botín que el general no toma para sí, ni reparte entre los soldados 125. Lleva las cuentas del ejército, y no tiene en ello más superiores que los cuestores del tesoro de Roma. El cuestor puede reemplazar a su jefe, aún presente, en la administración civil; pero durante el Imperio esta prerrogativa pasa a los legados 12í. Puede sustituir como propraetor a su jefe muerto o alejado del ejército. En el Imperio no habrá cuestores más que en las provincias senatoriales. Se llaman oficialmente quaestor pro praetore. Desaparecen en el Bajo Imperio. 4) Quaestores consulares. Se llaman asi los dos cuestores que, según hemos dicho, se asociaron a los cónsules al elevarse a cuatro el número de los cuestores urbanos. Servían inmediatamente a las órdenes de los cónsules, sobre todo para la formación de tropas, y le acompañaban al año siguiente cuando salía a gobernar alguna provincia. Así se originan los cuestores provinciales 127. Después del año 38 a. C., cada cónsul elige del colegio de los cuestores dos para su servicio; pero las atribuciones de estos cuatro cuestores no están bien determinadas. m 5) Quaestores Italici, llamados también classici. Creados en el año 267 a. C. m , para ayudar a los cónsules en la atención a las flotas de Ostia, de Cales en Cam pania, de la Galia al sur del Po, quizás en Ravena o en Ariminum, y Lilibeo de Sicilia. Su cometido era tener la flota a punto, con hombres y matalotaje, para una guerra eventual, y la de Ostia para transportar el trigo a la ciudad.130 6) Quaestores imperiales. Por lo menos hasta Caracall i, el principe se escogía dos cuestores, cuyo nombramiento él recomendaba, quaestores Augusti, o candi-
119. C ic . D iu . in Caecil. 6 1 . 1 2 0 . C ic . Plane. 2 8 ; C ic e r ó n a fea a l c u e sto r V e r s e s la acción im p e r d o n a b le d e tra ic io n a r a l c ó n s u l a c u y o s e r v ic io e sta b a d e s tin a d o p o r la su e r te ; y lu e g o a G n . D o la b e lla , q u e l o h a b ía e le g id o c o m o c u e sto r v o lu n ta r ia m e n te , V e rr. 1, 4 1 -4 2 . 121. C ic . V e n . 1, 4 0 ; L iv . 1 0 , 3 2 , 9 ; 3 4 , 4 7 , 2 -3 . 122. C ic . V err. 1, 4 0 ; T a c. A n n . 1 1 , 2 2 . 123. C ic . V e rr. 1, 3 4 ; 3 7 ; 3 , 1 7 7 ; 1, 9 5 . 1 2 4 . P lu t . Luc. 2 . 1 2 5 . L iv . 4 , 5 3 , 1 0 ; 5 , 1 9 , 8 ; 5 , 2 6 , 8 ; 1 0 , 4 6 , 5 ; 1 0 , 2 6 , 7 ; C ic. Fam. 2 , 17 , 4 ; A tt. 7 , 1, 6 . 1 2 6 . C ic . D iu . in Caecil. 3 0 -3 5 ; V err. 2 , 4 4 ; S u e t. Caes. 7. 1 2 7 . C ic . S est. 8 -1 2 ; Fam. 5 , 6. 1 2 8 . T a c . >4««. 1 6 , 3 1 ; P lin . Ep. 8 , 2 3 , 5 ; 4 , 1 5 ; 1 0 , 2 6 . 1 2 9 . T a c . A n n . 1 1 , 2 2 ; L iv . E p it. 1 5 . 1 3 0 . T a c. A n n . 4 , 2 7 ; P lu t. S ert. 4 ; C ic. H ar. R e sp . 4 3 .
L os m agistrados en particular
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dati principis 131. Están dispensados del tribunado y de la edilidad. Al principio elegidos entre los patricios, después de Alejandro Severo también de entre los plebeyos. Los quaestores imperiales leen en el senado las cartas, las orationes prin cipis ad senatum. 132 3. La edilidad curul Hemos hablado de los ediles de la plebe, creados por los años 366 a 365, a raíz de la retirada de la plebe al Monte Sacro: «La plebe se creó entonces por primera vez a lo largo de la sedición los tribunos y los ediles» 133. Eran propia mente ayudante de los tribunos y participaban de su magistratura. Para celebrar la posibilidad de la elección para el consulado de los plebeyos, se organizaron unos juegos, ante cuya celebración retrocedieron los ediles de la plebe encargados de organizados. Los patricios se ofrecieron a celebrarlos y para ello fueron creados ediles, pero con la categoría de curules 134. Deseándose luego legitimar esta magis tratura, un decreto del senado decidió que el dictador pidiera al pueblo el nom bramiento de dos ediles patricios. Por eso en un principio (año 366) se elegían de entre los padres B5, luego un año de cada rango, y por fin dos de cada orden social136. Por el mero hecho de ser elegidos ediles curules los plebeyos ingresaban en el estamento de patricios. No es fácil distinguir qué funciones específicas tenían los ediles plebeyos y cuáles los curules. En cuanto a los signos exteriores la diferencia es clara. El edil curul tiene las insignias del magistrado mayor: toga pretexta y silla curul, cuando los ediles de la plebe no tienen más que el subsellium, o banquillo. En cuanto a la elección, ambos se elegían en los comicios por tribus, pero la de los curules era presidida por un magistrado con imperium, de ordinario el cónsul137, y se elegía inmediatamente después de los cónsules y pretores, antes que los cues tores 138. Los ediles curules tienen desde el principio el ius contionis, el ius edi cendi, y el ius multae dictionis. Cuando Cicerón especifica las atribuciones de los ediles, sin distinguir entre plebeyos y curules, dice: Q u e lo s e d ile s sea n a d m in istr a d o r es d e la c iu d a d , d e l a v itu a lla m ie n to y d e lo s jue g o s s o le m n e s , y q u e é s te sea para e llo s e l p r im e r gra d o e n la escala d e lo s h o n o r e s .139
a) La vigilancia o la atención sobre la ciudad importa: 1) La policía municipal. Los ediles disponían de todos los medios para guar dar la seguridad interior. Perseguían y apresaban a los malhechores, envenenadores
U lp . D . 1, 1 3 , 1, 4 ; P lin . E p. 7 , 16. T a c. A n n . 1 6 , 2 7 ; S u e t. A u g. 65. G e ll. 1 7 , 2 1 . V id . J . S e id e l, F ásti aedilicii vo n d e r E in rich tu n g d er plebeisch en A edilitä t b is zu m T o d e Caesars, B re sla u 1 9 0 8 . C f. ta m b ié n H . V ic e n t, L e d ro it d e s éd iles, P aris 1 9 2 2 ; D . S a b b a tu c i, L ’e d ilità rom ana: m agistratura e sacerdozio, R o m a 1 9 5 4 ; G . Im a p a llo m en i, L ’e d itto d e g li e d ili curuli, P a d o v a 1 9 5 8 . 1 3 4 . L iv . 6 , 4 2 , 1 3; 7 , 1, 1. 1 3 5 . L iv . 7 , 1, 1. 1 3 6 . G e ll. 7 , 8 , 2 ; L iv . 2 5 , 2 , 7. 1 3 7 . C ic . A lt. 4 , 3 ; Plane. 2 0 ; V a rr. R . R . 3 , 2 ; L iv . 6 , 4 2 , 14 . 1 3 8 . V a l. M a x . 8 , 1 5 , 4 ; L iv . E p it. 5 0 . 1 3 9 . C ic. Leg. 3 , 7 . 131. 132. 133.
m
L as m agistraturas a lo largo de la vida romana
y hechiceros 14°; vigilaban los baños, las tabernas, las reuniones y mítines popula res, los castigos otorgados a los siervos. Tenían su tribunal en el Foro, entendiendo en él causas leves, delitos contra las leyes vigentes, y cuantas denuncias se hacían a los comicios por tribus. Su cons tante vigilancia por las calles y los barrios les permitía cerciorarse fácilmente de los delitos y de los culpables. La inmensidad de la ciudad aconsejó darles ayudantes para atender mejor a su vastó cometido, y dispusieron de escribas, alguaciles, he raldos, los triumuiri nocturni141·, los quinqueuiri cis Tiberim, y ultra T ib e rim 142, los quatuoruiri in urbe, los duumuiri extra urbem uiis purgandis, y las stationes uigilum. No tenían el imperium·, el tus prensionis en un principio lo ejercían por comi sión de los cónsules, luego parece que lo tuvieron propio. 2) La vigilancia del culto y de las costumbres. Esta comisión al principio es propia de los censores; pero como éstos eran nombrados cada cinco años y pro piamente no estaban en activo más que dieciocho meses, era preciso que alguien corrigiera los abusos y velara por la pureza del. culto. Con todo, los ediles, sin la comisión del senado, no podían más que reprimir los actos que fueran direc tamente contra las leyes en vigor. Por tanto podían perseguir la introducción de cultos extraños, tenidos como contrarios al derecho romano 14\ Con frecuencia se encarga a los ediles la celebración de las supplicationes. La alta misión de atender las tiendas y albergues llevaba consigo la vigilancia de las prostitutas y escándalos públicos m . Muchas mujeres principales fueron perseguidas por su vida escanda losa y multadas por los ediles en los comicios. Persiguen la bigam ia)45; el estupro masculino o femenino m , los juegos de azar 147 y los delitos contra las leyes agra rias y sum ptuarias.148 3) La sanidad, las calles y los edificios. Tenían la atención sobre los baños públicos149, fuentes, acueductos, tomas d e agua, cañerías y albañales 15°. En caso de epidemia los ediles debían investigar las causas y la extensión del mal, para informar a los cónsules 151. Entraba también en su competencia el vigilar la socie dades de pompas fúnebres, sobre todo en el cumplimiento de las leyes sumptuarias. Arreglo y limpieza de las calles y el tenerlas siempre expeditas para los vian dantes, y libres de animales peligrosos y de carruajes que entorpecieran el libre caminar de las personas 152. Por eso en algunas zonas de la urbe los carros no podían circular durante ciertas horas del d ía .153 i
140. C ic . V err. 1, 12; L iv . 8 , 1 8 , 2 2 . 141. L iv . 9 , 46; 3 9 , 1 4 . 142. P o m p o n . D . 1, 2 . 2 , 31. 143. L iv . 4 , 3 0 , 1 1 ; 2 5 , 1 , 1 0; 3 9 , 1 4 ; C ic . H a r. R esp. 13 . 144. T a c. A n n . 2 , 8 5 ; L iv . 1 0 , 3 1 , 9 ; 2 5 , 2 , 6 -1 0 ; V a l. M a x . 6 , 1, 7 , 8 . 145. G e ll. 1 6 , 7 , 1 2 . 146. L iv . 8 , 2 2 , 3 . 147. P la u t. M il. G l. 1 6 4 ; M a rtia l. 4 , 1 4 , 9 ; 5 , 8 4 ; 1 4 , 1. 148. L iv . 7 , 1 6 , 9 ; 1 0 , 1 3 , 1 4; C ic . P hil. “9 , 7 ; T a c. A n n . 3 , 5 2 . 5 5 . 149. S e n e c a , E p . 8 6 , 1 0 ; V it. B eat. 1. 150. L iv . 1, 3 3 . 5 6 ; 3 9 , 4 4 . 151. C ic . P hil. 9 , 7 ; O v id . Fast. 6 , 663. 1 5 2 . T ab u la e H eracleens. lin . 2 0 -5 5 . 1 5 3 . T ab u la e H eracleen s. lin . 5 6 -7 , e n la s lín e a s s ig u ie n te s in d ic a la s e x c e p c io n e s , c o m o lo s carros q u e s e e m p le a n e n la s o b r a s p ú b lic a s, lo s carros d e la s V e sta le s o d e l R e x sacrifie. c u a n d o v a n a e fe c tu a r su s fu n c io n e s , e tc ., lin . 5 8 -6 5 .
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Los ediles cuidan también de los edificios públicos, que se empleen en aquello para lo que fueron construidos, avisan a los cónsules y a los censores cuando creen que deben ser reparados o embellecidos. En cuanto a los edificios privados los ediles cuidan de que su situación, construcción y altura no perjudique los inte reses de nadie, ni al conjunto armonioso de la ciudad. Cuida de los incendios y de su extinción, por medio de sus ayudantes los quinqueuiri, los triumuiri nocturni, y las stationes uigilum. Los cuatro ediles forman un colegio en que los curules se llaman maiores colle gae y los plebeyos minores. Tenían dividida la ciudad en cuatro grandes depar tamentos basados en las cuatro regiones de Servio Tulio, y al entrar en la magis tratura el primero de enero echaban suertes para ver qué parte de la ciudad debía atender cada uno. b) El cuidado de la annona. Desde muy temprano se encomendó a los ediles el encargo de proveer a Roma de trigo 154, de distribuirlo al precio más bajo posi ble, persiguiendo a los que trataban de especular con los artículos alimenticios. Con frecuencia distribuyen al pueblo pan y aceite. Atienden y vigilan los merca dos, las buenas condiciones de los artículos; inspeccionan las pesas y medidas. Pero sobre quienes asientan bien la mano, cuando tienen ocasión, es sobre los usu reros y cam bistas.155 c) Pero lo que da más importancia política a los ediles es la misión de cele brar, organizando y presidiendo los juegos y las fiestas públicas. Aunque al prin cipio su competencia no se extendía más que a la atención y vigilancia de las fiestas, luego se les confió la dirección. Desde el año 313 a. C., se les ve dirigir la ornamentación del foro por donde debía pasar el cortejo de un general triun fa d o r156, cosa que luego hace ya para todas las solem nidades.157 En el reparto de este cometido, es natural que los curules cargaran con la parte más notable, encargándoseles de la celebración de los ludi Romani, y los ludi Me galenses·, los ediles de la plebe siguen con la celebración de los ludi plebeii. 154 H asta el año 213 a. C., el erario público costeaba las fiestas; pero desde ese año todo corría a cargo de los ediles curules 159. A partir de esa fecha tan solo los ricos y los caballeros podían aspirar a esa magistratura, que, como hemos visto en Cicerón era «la primera grada hacia las magistraturas superiores» 160. A los ediles curules no les importaba empeñarse, y cubrirse de deudas durante su edilidad, con la esperanza de que, dejando al pueblo satisfecho con la esplendidez de sus munera ofrecidos, seguirían eligiéndolos para el pretorado y consulado, y si esto conseguían, podrían resarcirse a su gusto. César salió de su edilidad empeñado hasta los cabellos, y a los pocos años tenía más dinero en sus arcas qué el Estado en su erario. La organización de las fiestas suponía el orden, los actos públicos del circo, del teatro, las decoraciones y todo el aparato de los cortejos públicos, de la pompa circensis, contrata de compañías de cómicos, etc., etc. y, en otro orden de cosas, la conservación del orden público y la alegría popular durante las fiestas y repre
154. 155. 156. 157. 158. 159. 160.
12
L iv . L iv . L iv . C ic . L iv . L iv . C ic .
1 0 , 1 1 , 9 ; 3 0 , 2 6 , 6. 7 , 2 8 , 9 ; 1 0 , 2 3 , 1 1 -1 2 ; 3 5 , 4 1 , 9 -1 0 . 9 , 4 0 , 16. v e r r . 4 , 3 ; P lin . N . H . 3 5 , 1 1 , 4 0 ; S u e t. Caes. 10. 2 7 , 3 6 , 8 ; 3 0 , 2 6 , 1 1; 3 1 , 4 , 5 ; 3 3 , 2 5 , 1-2. 9 , 4 0 , 16; 2 5 , 2 , 8 , ju eg o s q u e c o r r e sp o n d ía n al e d il, C ic. V err. 5 , 3 6 . Leg. 3 , 7 ; V err. 1 , 13.
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L as m agistraturas a lo largo de la vida romana
sentaciones. Aunque algunos juegos, como los Romanos, los preside siempre un magistrado mayor, cónsul, dictador o pretor, sobre el edil recaen los gastos y el honor. Durante el Imperio. El número y clasificación de los ediles no cambia con Julio César, pero su competencia e importancia va disminuyendo poco a poco hasta su total desaparición. La organización administrativa efectuada por Augusto tuvo como resultado la limitación de las atribuciones de los ediles. Estas van pasando a la jurisdicción del pretor, dejando a los ediles poco más que con la multae dictio, que todavía fue limitada por Nerón 161. Con Augusto se les quita también el cui dado de los incendios, y la cura annonae 162. Los ediles siguen con la vigilancia especial sobre los mercados: comestibles, pesas, medidas; atención sobre las ca lles, edificios públicos, albergues, tabernas, prostíbulos, etc. La cura ludorum pasó a los pretores. Desde ese momento en que la edilidad curul deja de ser el tram polín para lanzarse a magistraturas ■superiores, que el Emperador da como quiere, la edilidad no era solicitada por nadie, y los príncipes se veían obligados a impo nerla a los antiguos cuestores y tribunos 163. Los ediles se mencionan en el Digesto pero como formando parte del Derecho honorario.164 Su potestad era sacrosanta. La edad que se requería para esta magistratura era por lo menos 37 años. César creó dos ediles más que entendían en la suministración de trigo a la ciudad, y se llamaron ediles cereales.165 4. El pretorado No puede determinarse el año exacto de la institución de los pretores porque en los primeros tiempos se confundían con los cónsules o con los cuestores. Cice rón escribe: R e g io im p e r io d u o s u n to , iiq u e p r a e e u n d o , iu d ic a n d o , c o n s u le n d o , p r a e to r e s, iu d ic e s , c o n s u le s a p p e lla m in o : m ilitia e su m m u m iu s h a b e n to , n e m in i p a r e n t o .166
Los cónsules en tiempo de guerra no solían pasar en Roma más que el primer mes y para que en estas ausencias no quedara el pueblo sin autoridad, se creó en el año 367 a. C., este nuevo magistrado, inferior a los cónsules y superior a los
161. T ac. Ann. 13, 28. 1 6 2 . D io C a ss. 5 2 , 2 4 . 1 6 3 . D i o C a ss. 5 5 , 2 4 . 1 6 4 . P a p in . D . 4 3 , 10. 165 P o m p o n . D . 1, 2 , 2 ; D io C a ss. 4 3 , 5 1 . 166. C ic. Leg. 3 , 8 : « Q u e haya d o s q u e o s te n te n e l p o d e r rea l, y p u e s to q u e e llo s tie n e n la p r io r id a d , la ju stic ia y e l c o n s e jo , s ea n lla m a d o s p r e to r e s , ju e c e s, c ó n s u le s; q u e e n e l ejér c ito te n g a n u n p o d e r a b s o lu to , y n o e s t é n s o m e tid o s a n a d ie . S e a para e llo s le y su p r e m a el b ie n d e l p u e b lo » (c f. K a lin d e r o , D r o it p ré to rie n e t répon ses d e s p ru d en ts, A e le n 1 9 7 1 , reim p r. d e la e d . d e 1 8 8 5 ). P ra eto r < prae-ire, e l q u e v a d e la n te d e l e jé r c ito (V arr. L . L. 5 , 8 0 ) y a sí se c o n s e r v a n la s p alab ras praetoriu m , « tie n d a , p a b e lló n d e l g e n e ra l e n e l c a m p a m e n to » ; cohors praetoria, « la c o h o r te d e g u a rd ia d e l je fe o p ra e to r m axim u s » , lla m a d o a s í e l d ic ta d o r (L iv ! 7 , 3 0 ; 2 2 , 1 0 , 1 0 ). L u e g o se d is tin g u e n la s fu n c io n e s y se lla m a n cónsules, r e se r v á n d o se e l n o m b r e d e p ra e to r p a ra e s te a u x ilia r s u y o q u e , al crea rse p o r p r im e r a v e z e n e l a ñ o 3 6 7 a. C ., s e e rig e c o n lo s m is m o s a u sp ic io s q u e lo s c ó n s u le s (L iv . 6 , 5 5 , 1 1 ; 7 , 1, 6 ; 8 , 2 3 , 3; 2 7 , 2 5 ; 4 3 , 1 4 , 3 ; C ic, A tt. 9 , 3 , 3 ; G e ll. 1 3 , 1 5 , 4 ; P lin . Paneg. 77). C f. E . M a x is, D ie P rätorem R om a v o r 3 6 7 -167 vo n Chr., B r e sla u 1 9 1 1 ; M . H ö lz , F asti p ra e to rii 167-44 vo n C hr., L e ip z ig 1876.
L os m agistrados en particular
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otros, para que fuera como un intérprete autorizado d e 'la ley, en nombre de los cónsules. El testimonio de Pomponio es fehaciente: S ie n d o r ecla m a d o s lo s c ó n s u le s p o r la s g u erra s lim ítr o fe s y n o h u b ie r a e n la ciu d a d q u ie n a d m in istr a ra ju stic ia , s e c r e ó e l p r e to r , lla m a d o u r b a n o , p o r q u e a d m in istrab a e l d e r e c h o e n la u r b e . 167
O tra causa de la institución del pretorado pudiera ser la siguiente: en el año 367, precisamente, consiguieron los plebeyos el poder optar al consulado. Pero los nobles se resistían ante la posibilidad de que cayeran sus causas en manos de tribunales plebeyos. Para evitarlo, · disgregaron el poder judicial de las atribu ciones consulares y crearon esta magistratura a la que únicamente los nobles podían optar. «La plebe concedió a la nobleza la creación de un pretor, para que admi nistrara la justicia- en la ciudad, elegido de entre los patricios».168 Años más tarde también pueden optar los de la plebe, pero después de haber recibido en la edilidad curul el grado de nobleza. Tenían obligación de permanecer en Roma durante todo el pretorado. La ausencia mayor que se les consentía era de diez días. Eran elegidos en los comicios por centurias inmediatamente después de los cónsules. Su cargo era anual y entraban y salían cuando los cónsules. Tenían los mismos distintivos de los ediles curules, más seis lictores fuera de Roma, y dos en la ciudad. Hasta el año 247 no hubo niás que un pretor. En este año se añade el praetor peregrinus, del que se distingue el praetor urbanus o maior. Dos derechos distin guían los romanos el ius çiuile, de la ciudad, y el ius gentium, de los pueblos. En este último entendía el praetor peregrinus, el urbanus en el primero. Sus funciones podían resumirse en esta fórmula: Do, dico, addico. «Daban» la acción, la excepción, la posesión, los jueces, los árbitros, los tutores. «Decían» o pronunciaban las sentencias. «Adjudicaban» cuando el derecho lo reclamaba. To do lo cual lo resume así Cicerón: Q u e e l p r e to r , á rb itro d e l d e r e c h o , ju zg u e o h aga ju zgar lo s a s u n to s p articu la res; q u e sea e l g u a r d iá n d e l d e r e c h o c iv il; q u e te n g a ta n to s ig u a les e n a u to rid a d c o m o h a y a d e c r e ta d o e l se n a d o o m a n d a d o e l p u e b lo . m
Estos dos pretores al tomar posesión de su cargo venían obligados a redactar un programa de sus intenciones, declarando los decretos de sus antecesores que dejaban vigentes y los que abrogaban 1?0. Esto era indispensable para que los abo gados y los jueces supieran en qué fundarse para los pleitos. Este programa, ex puesto por un edicto, era leído con suma atención por todos los ciudadanos roma nos como una nueva constitución anual. Era el edictum praetoris. Al principio no hubo más pretores que el urbano y el peregrino. Tomada Sicilia y Cerdeña, nombraron también para estas provincias, luego para España y la Galia Narbonense. Estos praetores prouinciales tenían facultad de hacer la guerra. Sila los aumentó hasta 10, de los cuales 6 permanecían en la ciudad para en 167. 168. 169. 170. m u m iu s d ic tio n e m
P o m p o n . D . 1, 2 , 2 , 2 7 . L iv . 6 , 4 2 , 1 1 . C ic. Leg. 3 , 8 . V id . G a i. In s t. 1 , 6 : « I u s e d ic e n d i h a b e n t m a g istr a tu s p o p u li R o m a n i; sed a m p lissi e s t in e d ic tis d u o r u m p r a e to r u m , u r b a n i e t p e r eg r in i... q u o ru m in p r o u in c iis iu ris p r a e sid e s e a ru m h a b e n t» ; C ic . Fam. 3 , 8 , 4 ; A tt . 6 , 1 , 1 5 .
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L as m agistraturas a lo largo de la vida romana
tender en los pleitos públicos sobre la falsía, el parricidio, los sicarios, las injurias, el soborno, las denuncias provinciales, la majestad. Estos, al año siguiente, iban a una provincia con el cargo de propraetores. César añadió dos más. Augusto los redujo de nqevo a ocho. De ellos el praetor primus era el que obtenía más votos en los comicios por centurias, y era el publi cado el primero. De sus atribuciones y cometidos nada se deja como seguro, puesto que cam biaba con frecuencia según los tiempos y las circunstancias; pero resumiremos los más salientes: a) Puede confiarse al pretor urbano funciones militares, judiciarias y financie ras fuera de R om a.171 b) Tiene el imperium, por tanto, la facultad de conducir ejércitos.172 c) Atribuciones judiciales 173. El pretor urbano y el peregrino tienen esencial mente el ejercicio de la jurisdicción civil, y participan con el cónsul de la juris dicción graciosa. En lo criminal el pretor preside las quaestiones- perpetuae, y las cuestiones extraordinarias. Ejerce la jurisdicción criminal en Italia sobre los nociudadanos, con frecuenia también sobre los ciudadanos, y a veces, por delegación del senado, por causas graves que comprometen la tranquilidad pública, juzga tam bién a los magistrados romanos 174. Es el guardián del derecho civ il.175 d) La autoridad del pretor es como una desmembración de la de los cónsules*, de los que es colega — minor— , y participa de su imperium - minus 176. El pretor no puede nombrar a un dictador; ni interceder contra un acto del cónsul; pero el cónsul puede impedir que el pretor convoque y presida los comicios. e) En su esfera el pretor tiene un poder propio; y además el pretor urbano ■ — y en teoría también el peregrino— 177 posee a título auxiliar las atribuciones consulares, que en presencia de los cónsules no ejerce más que por orden especial generalmente recibida del senado m ; pero que en ausencia del cónsul ejerce regu larmente, porque en ese caso es la autoridad máxima de la ciudad. f) En general hace cumplir las órdenes emanadas del senado, y los mandatos que le delegan los cónsules.179 g) Es el intermediario en la correspondencia entre el senado y los cónsules ausentes180 y elige los senadores encargados de llevarles sus instrucciones.181 h) Reemplaza a los cónsules en los negocios administrativos y judiciales que pesan sobre ellos en lugar de los censores.182 i) En tiempos de Cicerón el pretor participa en las frumentationes, o alta ins pección por lo menos, sobre el aprovisionamiento de trigo, como se deduce del hecho de que el año 66 el praetor que preside de maiestate está ausente, auocatus propter publici frum enti curam. 183 171. 172. 173. 174. 175. 176. 177. 178. 179. 180. 181. 182. 183.
L iv . 3 2 , 8 , 4 -8 ; 3 3 , 3 6 ,2 . P s e u d . A sc o n . ad Cic. V err. 3 , 1 4 ; L iv . 2 7 , 3 5 , 1 3 ; 4 0 , 5 9 ; 4 3 , 11. C ic . M u r. 4 1 . L iv . 2 9 , 2 0 -2 1 . C ic . Leg. 3 , 8 . G e ll. 1 3 , 1 5 ; P a u l. D . 4 0 , 1 , 14. L iv . 2 2 , 5 5 , 1; 2 3 , 1 4 , 1. L iv . 4 2 , 3 5 , 4 ; 4 3 , 1 4 , 3. L iv . 4 3 , 1 1 , 2 5 ; C ic. P ro D om . 53. L iv . 2 2 , 2 3 ; 2 5 , 2 2 ; 2 7 , 4 ; 30, 24. L iv . 4 3 , 11. L iv . 4 4 , 1 6 . A s c o n . in C ornel. 5 9, 1 0 .
L o s m agistrados en particular
181
j) Tiene también algunas encomiendas de policía.184 k) Reemplaza al cónsul en la fijación de fiestas móviles, por ej., los Compi talia. 185 1) Ofrecía sacrificios públicos en el Ara Maxima: «Como antiguamente se consumía en el templo todo lo que era profano, ahora también se realiza lo que el pretor urbano hace todos los años, cuando inmola públicamente a Hércules una tern era» .186 m) Desde el principio de la República se le había encomendado la organiza ción de algunas fiestas, como la del 13 de julio, los juegos Apollinares y otros de orden inferior 187 y seguramente también participa en los ludi saeculares. 188‘ n) El pretor urbano solo, o con el peregrino (y a veces sólo el peregrino 189), tiene como el cónsul el derecho de convocar al senado 19°, pero como el cónsul lo puede impedir por su intercesión, salvo algunas excepciones 191, no suele congre garlo más que en ausencia de los cónsules o con su consentimiento, o por una invi tación del pueblo o ruego del senado. o) Puede reunir y presidir los comicios curiados, centuriados y por tribus. Convoca los comicios centuriados sobre todo para el ejercicio de iudicium populi, los comicios por tribus para la legislación y elección de magistrados menores; la elección de magistrados superiores y de pretores dirigidos por un pretor son ile gales. 192 p) En cuanto a las leyes tiene derecho la misma competencia que los cónsules, aunque las leyes más importantes han sido siempre propuestas por los cónsules 193. De ahí que en la división de las leyes no se distingan más que las consulares y las tribunicias.194 q) El pretor urbano, por delegación del cónsul o por orden del senado, dirige el reclutamiento de soldados 195 y en ese caso nombra también los oficiales 196. Tiene mando militar en la ausencia de los cónsules, en el territorio domi. Puede reempla zar a un cónsul, conducirle refuerzos, servirle de legado.197 r) Los pretores provinciales tienen normalmente el imperium militar en el límite de su provincia, que no pueden traspasar. Pueden triunfar, aunque de ordi nario las guerras más importantes se confían a lo cónsules.198 Durante el Imperio, a los 8 pretores que deja Augusto,Tiberio agrega luegoen el año 23 a. C., dos praetores aerarii, y al final de su reinado había doce pretores. Claudio creó dos pretores fideicommissarii·, Marco Aurelio un pretor tutelaris·, Nerva el pretor fiscalis, para juzgar los conflictos entre el fisco y los particulares. A finales del siglo I I o principios del I I I se crea el pretor de liberalibus causis para
184. 185. 186. 187. 188.
189.
L iv . 4 0 , 2 9 ; V a l. M a x . i , 1 , 9 y 12. G e ll. 1 0 , 2 4 , 3. V arr. L. L. 6 , 5 4 . L iv . 2 5 , 1 2 , 1 0 ; 2 6 , 2 3 , 3 ; M a cr o b . Saturn. 1, 1 7 , 28 . T ac. A n n . 1 1 , 11.
L iv . 2 2 , 5 5 , 1. Leg. 3 , 6 ; G e ll.
190. 191. 192. 193. 194. }9 5. Î96. 197.
C ic. L iv . C ic . L iv . C ic . L iv . L iv . L iv .
1 4 , 7. 3 3 , 2 1 , 9 ; 4 2 , 2 1 , 8 ; S u e to n . Caes.2 3 ; C ic . A tt. 3, 1 5 , 6; D e Im p . G n . Vom . 58. A tt. 9 , 9 , 3 ; 9 , 1 5 , 2 ; G e ll. 1 3 , 1 5 , 4. 27, 5; 47 , 21. Leg. A g r. 2 , 2 1 . 2 5 , 3 , 4 ; 2 5 , 2 2 , 4 ; 3 3 , 4 3 , 7 ; 3 5 , 2 , 4 ; 3 6 , 2 , 15 . 4 2 , 31, 5; 4 2 , 35, 4. 10; 3 1 , 3-5.
198.
Liv. 38, 48, 4; 33, 44, 1.
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Las magistraturas a ¡o largo de la vida romana
los procesos relativos a la condición de las personas 1W. Cuando Caracalla concede el derecho de ciudadanía a todo el Im perio, desaparece el praetor peregrinus. Los pretores, ya desde Augusto, se designan por nominatio o commendatio, que venía a ser igual en la práctica, puesto que siempre se elegía al candidatus Caesaris. Sus competencias se disipan paulatinamente, y los pretores van quedando poco a poco para organizar fiestas, cuyos emolumentos pagaba el Emperador, aunque ellos podían dar ludi voluntarios. Con todo, la pretura era apetecida, no por sí; sino porque daba derecho a muchas funciones. De entre los praetorii se reclutaban: 1) el jefe de las legiones; 2) los legados de las provincias consulares, imperiales y del senado; 3) los gobernadores de las provincias imperiales y senatoriales pre torias; 4) los prefectos del erario de Saturno; 5) los prefectos frumenti dandi ex S. C.; 6) los curatores uiarum. En el Bajo Imperio persiste el pretor urbano con los dos pretores de las tutelas y de las causas liberales. Pero su cometido se limita a ofrecer las fiestas más cos tosas. Todavía Justiniano reemplaza en Constantinople el prefecto de los Vigiles por un pretor popular, ayudado por un cuestor y soldados y está encargado de la policía y de la jurisdicción crim inal.200 Jurisdicción del pretor urbano y del peregrino. Ya lo hemos indicado pero conviene precisar. La jurisdicción de ambos se distinguía por la materia y por el lugar. Todos los asuntos de fuera del Lacio y de Roma pertenecían al praetor peregrinus, ya se desarollaran en la capital, ya fuera; lo mismo que todas las cuestiones de los ciudadanos que hubieran de resolverse fuera de Roma o del Lacio. Las cues tiones y denuncias entre ciudadanos y no ciudadanos, donde quiera tuvieran lugar, también eran asunto del praetor peregrinus. De forma que al urbanus tan sólo le quedaba los asuntos de los ciudadanos y de los latinos dentro de la demarcación de su territorio. «Los griegos que habían sido despojados, condujeron a Antonio (ciudadano romano) al tribunal de M. Luculo, pretor que administraba el derecho entre los peregrinos»201. Pero además el senado podía pasar al praetor peregrinus alguna causa del praetor urbanus, como podía confiar a un pretor provincial algún asunto del pretor peregrino.202 El emperador Marco Aurelio estableció el praetor tutelaris. «Fue el primero en establecer el pretor tutelar, porque antes, para que hubiera suma delicadeza en el nombramiento de los tutores, los conferían los cónsules» 203 5. Los propretores Hemos aludido a estos magistrados en páginas anteriores; el papel que desem peñan merece que hablemos algo de ellos.
1 9 9 . C o d . Iu s l. 4 , 5 6 , 1. 2 0 0 . I u s t . N o u el. 1 3 , 1 4 , 8 0 . 2 0 1 . A sc o n . p . 8 4 . T . R . S . B r o u g th o n , T h e m agistrates of Rom an R e p u b lic I I , 1 9 5 2 ; F . Serrao, L a ju risd ictio n d u p re teu r peregrin , 1 9 5 5 , e n ita l. M ila n o 1 9 6 8 ; D a u le , T h e p ere g rin e praetor·. J R S , 1 9 5 1 ; E . L a b o u la y e , E ssai su r les lo is crim in elles d e s R om ain s, con cer n a n t la resp o n sa b ilité d e s m agistrats, A e le n 1 9 7 1 , reim p r e sa d e la e d . d e P a ris 1 8 4 5 ; B . E liac h e v itc h , La perso n a lity ju rid iq u e en d ro it p riv é rom ain, P a ris 1 9 4 2 . 2 0 2 . L iv . 3 8 , 5 4 ; 43 , 2. 2 0 3 . V ita M arci, 1 0 ; C IL . V . 1874; V I I I , 7 0 3 0 : « P r a e to r c u r a to r ib u s e t tu t(o r ib u s) d a n d is» ,
Los magistrados en particular
m
AI principio de las guerras púnicas el senado se vio obligado a prorrogar el imperiutn de los cónsules y muy pronto prorrogó también el de los pretores 205. Durante la segunda guerra púnica se prorrogó el imperiutn de varios pretores aunque como se ve eran circunstancias especiales. Luego las prórrogas se hacen menos frecuentes. En 181 la ley Baebia crea dos propretores permanentes para las provincias de España, citerior y ulterior; pero esta ley no se. aplica más que una vez. Hasta el mandato de Sila se eligen seis pretores, pero la multiplicación de las provincias y el incremento del quehacer judicial exigen prácticamente el empleo de propre tores y procónsules. Se podía prorrogar los mandos en todas las provincias consu lares y en todos las pretorianas. El senado recurría con frecuencia a estas prórro gas y con buen acuerdo, para no confundir estos magistrados con los anuales, se les antepuso el pro- (propraetor, proconsul) 207, por eso los vemos llamados impro piamente praetores en varios lugares de Cicerón 208, César y Livio 209. Desde el principio los dos gobernadores de las Españas, de orden pretorio, tuvieron, por excepción, el imperium proconsular, y se llamaron procónsules.210 Por fin Sila crea la propretura provincial, elevando el número de pretores de seis a ocho, y disponiendo que estuvieran un año en Roma como pretores, y al año siguiente fueran a gobernar una provincia con el nombre de propretores. Con ello se separa del pretor el gobierno de las provincias y se hace independiente. El propretor tiene ayudantes delegados, nombrados por el senado, para que le ayuden en la administración de la provincia, son los legati pro praetore, como los quaestores pro praetore. Se nombran para un año, pero su gestión se prorroga con facilidad. Bajo el Imperio el procónsul consular tiene tres legados, y uno el procónsul pretorio; el de Sicilia dos cuestores, los demás uno solo. E n tiempo de la República el gobernador de una provincia puede tener nece sidad de un representante, por ejemplo, cuando todavía no ha tomado posesión de su mandato y está entretenido en R om a211; Pompeyo confiando el gobierno de España a sus legados durante dos años lo hizo de una forma ilegal212, o cuando sale de su territo rio 213; cuando un pretor urbano se ve retenido en Roma delega su mando en el extranjero2l4. Lo elige él mismo, de ordinario de entre sus cues tores, o el personaje más distinguido dé su com itiva.215 Este delegado obra cum imperio, con el nombre de pro praetore, es título ofi cial y se añade al que tenía antes: quaestor o legatus: quaestor et propraetor216.
2 0 4 . L iv . 8 , 2 3 , 12 = a ñ o 3 2 7 , e l p rim e r c ó n s u l a l q u e se le p r o r ro g ó e l imperium f u e Q . P u b lio P h ilo . 2 0 5 . C IL . I, 4 5 8 , a ñ o 2 4 1 , p r e to r Q . V a le r io F a lto . 2 0 6 . L iv . 2 2 , 8 , 7 ; 2 3 , 2 5 , 1 1 ; 2 4 , 1 0 , 3 -4 ; 2 5 , 3 , 5-6 ; 2 6 , 1 , 1-9; 2 7 , 7 , 8 y 1 2 ; 2 8 , 10 , 10-12 y 15; 2 9 , 1 3 , 4 y 7 ; 3 0 , 1, 3 . 7 . 10. 207. P o lib . 2 1 , 1 0 , 11. 2 0 8 . C ic . B alb. 4 3 ; Flacc. 4 5 ; Ligar. 3. 2 0 9 . C a e s. B . C. 1, 6 , 2 ; L iv . 2 2 , 5 2 , 1; 2 4 , 4 0 , 2 ; 4 0 , 19 , 10. 2 1 0 . L iv . 2 3 , 3 0 . 2 1 1 . L iv . 1 0 , 2 5 , 1 1; 3 1 , 3 , 2 ; 2 1 , 4 0 , 3 ; S a il. lu g . 3 6 -3 8 . 2 1 2 . D io C a ss. 3 9 , 3 9 . 2 1 3 . S a lí. lu g . 1 0 3 . 2 1 4 . L iv . 2 3 , 3 4 , 10 s.; 2 7 , 2 4 , 1; 2 7 , 3 5 , 2 ; 2 3 , 3 2 , 2 0 ; 1 0 , 2 6 , 1-4; 4 2 ^ 3 5 , 4 ; C aes. B. G . 8 , 5 2 . 215. C ic . Fam. 2, 1 5 , 4 : « E g o d e p r o u in cia d e c e d e n s q u a esto r e m C o e liu m p r a e p o su i prou in c ia e » ; A tt. 6 , 6 , 3. 2 1 6 . C ic. Fam. 2 , 1 8 , 3.
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L as m agistraturas a lo largo de la vida romana
El delegado tiene las insignias, los fascios, no más de seis, y la competencia de su jefe. Un general nombrado directamente por los oficiales o por los soldados en caso urgente puede nombrarse propretor. Así Léntulo se constituye a sí mismo en proquaestor propraetore, pidiendo luego la autoridad del senado 217. La suprema asamblea consideraba siempre la urgencia del caso, y por lo general confirmaba en el cargo. 6. El consulado Al desterrar a los reyes al frente del gobierno del pueblo se puso a dos cón sules con autoridad regia218. La elección de los cónsules se hacía proponiendo el senado al pueblo los candidatos en los comicios por centurias219, que debían ser presididos a lo menos por un cónsul, ya ordinario, ya sustituto, y en su defecto, si habían muerto los dos, por los tribunos militares, «consulari potestate». Cuando no era elegido más que uno, o el otro moría antes de tomar posesión, o renunciaba, el remanente podía promover nuevos comicios, y era lo más ordina rio; o también prescindía de él y era llamado consul sine collega. Así Pompeyo en el 52 y César en el 45. El pueblo elegía y los patricios en los comicios por curias confirmaban. Los primeros cónsules elegidos fueron Junio Bruto y Tarquinio Colatino. Al principio no podían optar más que los patricios; pero a partir del año 367 también los plebeyos. «Los tribunos C. Licinio y L. Sextio promulgaron tres leyes... la tercera, que no se celebraran comicios de tribunos militares, y que de los cónsules el uno fuera de la plebe» 22°. Más tarde los dos podían ser plebeyos: «Que se pudieran elegir los dos cónsules de la plebe»2íl. Su poder al principio era omnímodo, como había sido el de los reyes; pasando el tiempo se les desglosó las atribuciones que hemos asignado a los pretores, a los cuestores y la de los censores y el sumo pontificado. Judicialmente entendían en los crímenes de lesa patria, en los delitos religio sos, o solos, o juntamente con los Pontífices feciales o el Pontífice Máximo.
2 1 7 . C ic. Fam. 1 2 , 1 5 , 6. 2 1 8 . A s í C ic . Leg. 3 , 8 : « R e g io im p e r io d u o s u n to , iiq u e a p r a e eu n d o , r a d ic a n d o , c o n s u le n d o , p r a e to r es, iu d ic e s , c o n s u le s a p p e lla n to r ; m ilitia e su m m u m iu s h a b e n to , n e m in i p a r e n to ; o llis sa lu s p o p u li su p rem a le x e sto » . V id . C ic. M ur. 7 4 ; V arr. L . L . 5 , 8 0 . S in e m b a r g o e l tr i b u n o s a lía d e s u ju r isd ic c ió n , p o r q u e p o d ía p o n e r le e l v e to s iem p r e q u e q u isie r a : « I llu d q ^ id d e m ip s u m , q u o d in iu r e p o s itu m e s t, h a b e t c o n s u l, u t e i r e liq u i m a g istr a tu s o m n e s p a r e a n t e x c e p to tr ib u n o , q u i p o s t e x s t it it , n e id q u o d fu e r a t, e s s e t. H o c e n im p rim u m m in u it c o n s u la r e iu s , q u o d e x s t itit, ip s e q u i e o n o n te n e r e tu r , d e in d e q u o d a tt u lit a u x iliu m r e liq u is n o n m o d o m a g istr a tib u s, sed e tia m p r iu a tis c o n s u li n o n p a r e n tib u s » , C ic . Leg. 3 , 16 . C ic er ó n n o s r efiere e sp o r á d ic a m e n te u n c a so d e in te r c e sió n . S ie n d o é l c ó n s u l, p r e te n d ió cortar e l a b u so d e la s le g a c io n e s p r iv a d a s, r etrib u id a s p o r e l E sta d o ; c u a n d o y a e l se n a d o e sta b a para ap rob ar la p r o p o s ic ió n d e l c ó n s u l, se lo im p id ió u n tr ib u n o f r ív o lo y c a p r ic h o so : « Q u o d q u id e m g e n u s le g a tio n is e g o c o n s u l, q u a m q u a m ad c o m m o d u m se n a tu s p e r tin e r e u id e b a tu r , ta m e n a d p ro b a n te s e n a tu fr e q u e n tiss im o , n is i m ih i le u is tr ib u n u s p le b is in te r c e ss iss e t, s u stu lis se m » (C ic . L eg. 3 , 1 8 ). S o b re lo s c ó n s u le s p u e d e v e rse : W . .L ie b e n a m , F asti consulares im p erii R o m a n i vo n 30 v. Chr. b is 565 n. Chr.·. K le in e T e x t e d e H . L ie tsm a n n . n . 4 1 / 4 3 , B o n n 1 9 1 0 ; M . H . G r iffin e t G . A . H a r r er , F asti C onsulares: A J A 3 4 (1 9 3 0 ) 3 6 0 ; E . D e R u g g ie r o , II con solato e i p o te r i p u b lic i a R om a, R o m a 1 9 6 8 r e im p r e sió n d e la e d . d e R o n ïa 1 9 0 0 ; A . L ip p o ld , U n tersu ch u n gen zu r G esch ich te d es röm ischen C on su lates von 264 b is 201 v. C hr., B o n n 1 9 6 3 . 219. L iv . 1 , 6 0 , 4 ; D io n is . 4 , 84. 220. L iv . 6 , 3 5 , 5 . 221. L iv . 7 , 4 2 , 2.
L os m agistrados en particular
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Daban leyes, reunían al pueblo y promulgaban edictos ofales y escritos; con vocaban al senado, cosa que en ausencia de los cónsules hacía el senador más anciano o más prepotente de hecho, el princeps senatus, aunque de derecho era de la competencia del pretor urbano; disponían del tesoro público y de los bienes del Estado por medio de los cuestores; nombraban los sacerdotes inferiores y celebraban los sacrificios nacionales; fijaban las fiestas y presidían las asambleas religiosas; de su incumbencia· era celebrar las fiestas mayores; tenían la vigilancia suprema sobre la seguridad pública, en caso de incendio o de cualquier siniestro, o de un tum ulto p o pular.222 Para que no abusaran de su autoridad, eran elegido anualmente, y dos, a fin de que el uno sirviera de contrapeso al otro en caso de que abrigara torcidos propósitos. Podían ser reelegidos, pero mediando el intersticio de diez años: «que nadie desempeñe la misma magistratura sino después de un intervalo de diez años. Que se observe la edad regulada por la ley 'de la analidad’ (lex annalis)» m . Pero no siempre se cumplía esta norma. Se creaban por el mes de julio, en el año anterior y desde entonces se llama ban consules designati hasta el día primero de enero en que tomaban posesión, y ya quedaban constituidos consules proprii u ordinarii. Los que sustituían a los ordinarios, por muerte, se llamaban consules suffecti. La edad requerida para el consulado era 42 años. Presidían las asambleas populares y senatoriales y recogían los votos en los comicios. En tiempo de guerra, o cuando el senado les confería toda la autoridad con un voto de confianza, el senatus consultum ultimum, con la fórmula uideant (caueant) consuJ.es ne res publica detrimentum capiat, su poder era ilimitado, in cluso sobre todas las provincias: «todas las provincias deben estar bajo la auto ridad y el mando del cónsul».224 Reunían tropas, alistaban legiones y ellos eran los jefes supremos. En el campo de batalla vestían el paludamentum, manto de púrpura, como los empéradores. En este campo su principal cuidado era naturalmente obtener el triunfo, y luego cap tarse la amistad del senado
2 2 2 . P lin . N . H . 3 4 , 1 4 , 1 3 9 : « M a g p i P o m p e i in te r tio c o n s u la tu e x s ta t e d ic tu m in tu m u ltu n e c is C lo d ia n a e p r o h ib e n tis u llu m te lu m e ss e in u r b e » , v id . C ic. Plane. 8 7 ; I n Pis. 8; P ro S est. 3 2 ; M ur. 4. E l c o n s u la d o n o e stá e n la' to g a p r e te x ta o e n lo s fa s c io s, sin o e n bu scar e l b ie n d e la p a tria , Cic. P is . 2 3 -2 4 . 2 2 3 . C ic . Leg. 3 , 9. 2 2 4 . C ic . P b il. 4 , 9. 225. C ic. P ro Plane. 61. 226. C ic . B ru t. 3 2 0 : « N a m is (H o r t e n s iu s ) p o s t c o n s u la tu m c r e d o q u o d ú id e r e t e x c o n su la r ib u s n e m in e m e s s e s e c u m c o m p a r a n d u m , n e g le g e r e t a u te m e o s , q u i c o n s u le s n o n fu iss e n t» .
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Las magistraturas a lo largo d e la vida romana
Como procónsules, podían hacer la guerra dentro de su provincia, pero les era ilícito pasar sus fronteras y entrar en cualquier territorio fuera de su jurisdicción: L o s p r o c ó n s u le s n o se n a d o , sa lir d e s u r ie sg o , to d o e s t o s e h ib e e n a b s o lu to la
p o d ía n , s in e l m a n d a to d e l p u e b lo r o m a n o , o la a u to r iz a c ió n d e l p r o v in c ia , a lista r e jé r c ito s, h a c e r u n a gu erra p o r s u c u e n ta y l o p r o h ib ía n v a ria s le y e s a n tig u a s , y m á s r e c ie n te m e n te s e l o p r o le y C orn elia m a iesta tis y la le y J u lia d e pecu n iis re p etu n d is. m
7. La censura Las diversas clases de habitantes del pueblo romano, y las continuas mutacio nes de rango de dichos habitantes, originan un continuo trasiego de nombres: es clavos que obtenían la libertad, caballeros que llegaban al censo de los nobles y obtenían la nobleza, hijos que nacían o se independizaban de la patria potestad, personas que morían, otras que alcanzaban la mayoría de edad, etc. El Estado romano debía llevar una lista minuciosa y detallada de todo el padrón. Este acto de empadronarse o de inscribirse en las listas se llamaba census, y los magistrados que lo llevaban a cabo, censores. m E n un principio eran los mismos cónsules. Parece que la disgregación del census del desempeño consular data del año 311/443. Escribe Tito Livio: E n e s t e m is m o a ñ o s e in ic ió la c e n su r a , c a r g o q u e tu v o o r íg e n e s h u m ild e s , p e r o q u e d e s p u é s s e in c r e m e n tó d e ta l fo r m a q u e s e o c u p a d e l r é g im e n d e la s c o stu m b r e s y d e la d is c ip lin a ro m a n a , d e l e x a m e n d e l h o n o r y d e l d e s h o n o r d e l s e n a d o y d e las c e n tu r ia s d e lo s c a b a lle r o s, d e l,d e r e c h o d e lo s lu g a r e s p ú b lic o s y p r iv a d o s ; lo s tr i b u to s y v e c tig a le s d e l p u e b lo r o m a n o e s tá n b a jo s u c o n tr o l y a r b itr io . L a c o sa c o m e n z ó p o r q u e e l p u e b lo y a lle v a b a m u c h o s a ñ o s s in c en sa r y n o p o d ía retrasarse m á s e l c e n s o , y lo s c ó n s u le s n o p o d ía n o c u p a r se d e e llo p o r q u e a m en a za b a n las g u e r ra s c o n m u ch o s p u e b lo s . S e p r o p u so e l p r o b le m a e n e l s e n a d o y s e c o n v in o en q u e e s e m e n e s te r tr a b a jo so e im p r o p io d e lo s c ó n s u le s , n e c e s ita b a u n m a g istr a d o p r o p io , al q u e s e l e co n fia ra e l tra b a jo d e lo s e sc r ib a s y e l c u id a d o d e la c u s to d ia d e la s lis ta s , y la fija ció n d e la fó r m u la d e l c e n s o . L o s p a tr ic io s l o r e c ib ie r o n c o n s a tis fa c c ió n , p o r q u e a u n q u e s e tra ta b a d e u n n e g o c io h u m ild e , in c r e m e n ta b a e l n ú m e r o d e lo s m a g istr a d o s p a tr ic io s , y c o n fia n d o ta m b ié n , s e g ú n c r e o , e n l o q u e s u c e d ió , q u e m u y p r o n to la in flu e n c ia y la p r e sta n c ia d e lo s q u e d e s e m p e ñ a b a n ta l m a g istr a tu r a l e a g reg a ría n d e r e c h o s y la c o lm a r ía n d e m a jesta d ; y lo s tr ib u n o s , c o m o s u c e d ía e n to n c e s , c o n s id e r a n d o e l d e s e m p e ñ o d e u n q u e h a c e r m á s n e c e s a r io q u e h o n o r ífic o , y para n o o p o n e r s e in c ó m o d a m e n te ta m b ié n e n la s c o sa s in s ig n ific a n te s , n o s e r e s is tie r o n . H a b ie n d o r e c h a z a d o e l h o n o r lo s je r ifa ltes d e la c iu d a d , e l p u e b lo n o m b r ó p o r v o ta c ió n p a ra h a cer e l c e n s o a P a p ír io y S e m p r o n io , c u y o c o n s u la d o n o e sta b a m u y c la r o , para q u e c o n la n u e v a m a g istr a tu ra su p lie r a n e l c o n s u la d o p o c o firm e. S e lla m a ro n c e n so r e s, p o r e l c a rg o q u e d e b ía n r e a liz a r .229
Sila no suprimió la censura, pero le quitó tanta importancia que de magistra tura habitual que era la constituyó en ocasional, algo así como la dictadura. En tiempos del Imperio se la reservaron los emperadores, como se ve en Sue tonio: «(Claudio) desempeñó la censura interrumpida largo tiempo después de
2 2 7 . C ic. I n Pis. 5 0 . C ic e r ó n h a b la a m p lia m e n te d e las c u a lid a d e s d e l p r o c ó n s u l e n A d Q . fr. 1 , 1; M anil. 6 2 ; y lo s ju rista s U lp ia n o , M a rc ia n o , P a p in ia n o , V e n u le y o y L ic in io R u fin o e n D ig . 1, tit . 16. 2 2 8 . V arr. L. L. 5 , 8 1 ; 6 , 8 6 y 9 3 ; L iv . 4 , 8 , 7 . 2 2 9 . L iv . 4 , 8 , s e g ú n D io n is , lle v a b a n s in h a c e r e l c e n so d e s d e e l a ñ o 4 5 9 a. C . E l m is m o L iv . 9 , 3 4 , 7 : « O m n e s sc iu e r u n t e t id e o p o t iu s A e m ilia e p o p u lu s le g i p a r u e r u n t q u a m illi a n tiq u a e q u a p r im u m c e n so r e s c re a ti s u n t» . P u e d e v e r s e en V arr. L. L . 6 , 8 6 y 9 2 la r ú b r ic a d e in ic ia c ió n d e l a c to d e la c en su ra .
L os m agistrados en particular
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los censores Planeo y Paulo» 230. Domiciano se llama censor perpetuus231. Queda, pues, la censura absorbida por el Imperio. Las condiciones de elección eran probablemente las mismas que para el con sulado. Al principio sólo patricios. En el año 352 a. C. aparece el nombre del pri mer censor plebeyo C. Marcio Rútulo m . En el 339 se establece «que uno de los dos censores se elija de la plebe, aunque se ha llegado ya a conseguir que puedan serlo am bos».233 No solían ser reelegidos, pero la magistratura duraba cinco años, por cuanto se llamaba censoria potestas o quinquennalis. No faltan quienes digan que como esta magistratura se elegía para un fin determinado, al cumplirse este fin terminaba la censura, sin tener tiempo fijo de duración. Pero esta sentencia se compadece mal con los testimonios escritos. 234 Se elegían en los comicios por centurias, bajo la presidencia de un cónsul o de un magistrado con dignidad consular.235 Eran dos, como los cónsules. La decisión de sus actos tiene valor hasta que se realice un censo nuevo, para lo que a veces pasaban varios años.
2 3 0 . S u e t. Claud. 16, to d o e l c a p ítu lo d o n d e c u e n ta la fo r m a p e r e g r in a c o n q u e e s t e e m p e r a d o r a d m in is tr ó la c e n su r a . T r e b . P o llio (e n Valeriani duo, 5 , 4 -8 ), c u a n d o e l s e n a d o trata d e co n fia r la c en su ra a V a le r ia n o , d e s c r ib e e s t a e sc e n a : « D u o b u s D e c iis c o n s u lib u s V I K a l N o u e m b r iu m d ie , c u m o b im p er a to r ia s litte r a s in A e d e C a sto ru m se n a tu s h a b e r e tu r , ir e tu r q u e p e r s e n te n tia m s in g u lo r u m , q u i d e b e r e t cen su ra d e fe r r i n a m id D e c ii p o s u e r a n t in s e n a tu s am p lis s im i p o t e s ta te , u b i p r im u m p r a eto r e d ix it: 'q u id u o b is u id e tu r , p a tre s c o n s c r ip ti, d e c e n s o r e d e lig e n d o ? ’ a tq u e e u m , q u i era t p r in c e p s tu n c s e n a tu s , s e n te n tia m r o g a ss e t a b s e n te V a le r ia n o ... o m n e s u n a u o c e d ix e r u n t in te r r u p to m o r e d ic e n d a e s e n te n tia e : 'V a le r ia n i u it a cen su ra e s t . I l l e d e o m n ib u s iu d ic e t , q u i e s t o m n ib u s m e lio r . I l l e d e s e n a tu iu d ic e t, q u i n u llu m h a b e t c rim e n . I lle d e u ita n o str a s e n te n tia m fe r a t, c u i n ih il p o t e s t o b ic i. V a le r ia n u s a p rim a p u er itia f u it c e n so r . V a le r ia n u s in to t a u ita su a f u it c e n so r . P r u d e n s s e n a to r , m o d e s tu s s e n a to r , grauis se n a to r . A m ic u s h o n o r u m , in im ic u s ty r a n n o ru m , h o s tis c rim in u m , h o s tis u itio r u m . H u n c c e n s o re m o m n e s a c c ip im u s, h u n c im ita ri o m n e s u o lu m u s . P r im u s g e n e r e , n o b ilis s a n g u in e , em e n d a tu s u ita , d o c tr in a c la r u s, m o r ib u s sin g u la r is, e x e m p lu m a n t iq u ita tis ’. Q u a e c u m e s s e n t sa e p iu s d ic ta , a d d id e r u n t, ’o m n e s ’, a tq u e ita -d isc e ssu m e s t » ( 5 , 4 -5 ). « H o c se n a tu s c o n s u ltu m u b i D e c iu s a c c e p it, o m n e s a u lic o s c o n u o c a u it, ip s u m e tia m V a le r ia n u m p r a e c e p to ro g a ri, a tq u e in c o n u e n tu s u m m o r u m u ir o r u m r ec ita to s en a tu s c o n s u lto , 'F e lic e m t e ’, in q u it, 'V a le r ia n u m , to tiu s se n a tu s s e n te n tia , im m o a n im is a tq u e p e c to r ib u s to tiu s o r b is h u m a n i. S u s c ip e c e n su r a m , q u a m tib i d e t u lit R o m a n a t e s p u b lic a , q u a m s o lu s m e r e r is, iu d ic a tu r u s in m o r ib u s o m n iu m , iu d ic a tu r u s d e m o r ib u s n o s tr is . T u a e stim a b is q u i m an ere in curia d e b e a n t, tu e q u e s tr e m o r d in e m in a n tiq u u m s ta tu m r e d ig e s, tu c e n sib u s m o d u m p o n e s , tu r e s p u b lic a s r e c e n s e b is, tib i le g u m scr ib e n d a ru m a u c to r ita s d a b itu r , t ib i d e o r d in ib u s m ilitu m iud ic a n d u m e st; tu arm a r esp ic ie s; tu d e n o s tr o P a la tio , t u d e iu d ic ib u s , t u d e p r a e fe c tis em in e n tis s im is iu d ic a b is ; e x c e p to d e n iq u e p r a e fe c to u r b is R o m a e , e x c e p tis c o n s u lib u s o r d in ariis e t sacroru m r eg e ac m a x im a u ir g in e V e sta liu m ( s i ta m e n in c o r r u p ta p e r m a n e b it) d e o m n ib u s s e n te n tia s fe r e s . L a b o r a b u n t a u tem e tia m illi, u t tib i p la c e a n t, d e q u ib u s n o n p o te s iu d ic a r e ’. H a e c D e c iu s , s e d V a le r ia n o s e n te n tia h u iu s m o d i fu it: 'N e , q u a e s o , sa n tis sim e im p er a to r , ad h a n c m e n e c e s s ita te m a llig e s , u t e g o iu d ic e m d e p o p u lo , d e m ilitib u s d e s e n a tu , d e o m n i p e n itu s o r b e iu d ic ib u s e t tr ib u n is e t d u c ib u s . H a e c s u n t p r o p te r q u a e A u g u s tu m n o m e n te n e tis; a p u d u o s c en su ra r e s e d it, n o n p o t e s t h o c im p le r e p r iu a tu s. V e n ia m ig itu r e iu s h o n o r is p e to , c u i u ita im p a r e s t , im p a r e s t c o n fid e n tia , c u i te m p o ra s ic r ep u g n a n t, u t c en su ra m h o m in u m n atu ra n o n q u a e r a t’» (ib. 5 , 6 ). 2 3 1 . E p h . ep. 5 , p . 9 3 ; v id . S u e t. Dom it. 8 , 3-5; T ito, 6, 1. 2 3 2 . L iv . 7 , 2 2 , 7 ; 1 0 , 8 , 8. 2 3 3 . L iv . 8 , 1 2 , 16. C ic. Cluent. 1 2 9 -1 3 2 e x p o n e e l a lto c o n c e p to q u e tie n e d e e s t o s m a g istr a d o s: m a e str o s d e v ir tu d , e le c to r e s d e l se n a d o , p e r o , q u e c o m o h o m b r e s , p u e d e n te n er fa llo s. 2 3 4 . V id . C e n so r in u s, 1 8 , 1 3; L iv . 2 4 , 1 0 , 1; V a rr. L . L. 6 , 9 3 ; 6 , 11; C ic. Leg. 3 , 7. 2 3 5 . G e ll. 13, 1 5 , 4 ; L iv . 4 0 , 4 5 , 8 .
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L as m agistraturas a lo largo de la vida romana
Cuando vacaba esta magistratura, por no ser necesaria la ordenación de ningún censo o lustro, los cónsules recobraban· la autoridad censorial en cuanto a la correpción de costumbres y legitimidad de contratos. En defecto de los cónsules, el pretor urbano. La ley de Cicerón sobre los censores reza así: Q u e lo s c e n so r e s c u e n te n e l p u e b lo se g ú n la e d a d , n ú m e r o d e h ijo s, d e e sc la v o s y r en ta s; q u e v e le n p o r la c o n s e r v a c ió n d e lo s te m p lo s d e la c iu d a d , lo s c a m in o s , las a g u a s, e l te s o r o , lo s im p u e sto s; q u e d is tr ib u y a n las d ife r e n te s p a r te s d e l p u e b lo e n tr ib u s; q u e la s r ep a rta n p o r c a u d a le s, e d a d e s y ó r d e n e s; q u e r e g ístr e n lo s h ijo s d e lo s ca b a lle r o s y g e n te s d e a p ie ; q u e im p id a n e l c e lib a to , d irijan la s c o stu m b r e s d e l p u e b lo ; q u e n o c o n s ie n ta n la in fa m ia e n e l se n a d o . Q u e sea n d o s ; q u e su m a g is tra tu ra sea q u in q u e n a l; q u e lo s d e m á s m a g istr a d o s sea n a n u a les; q u e e sta m a g istr a tu ra s u b s ista s ie m p r e .236
Con relación a los magistrados mayores el censor no disfrutaba·. a) Del imperium. b) Del derecho de reunir al pueblo y convocar al senado.. c) De la facultad de nombrarse colega y presidir la elección desus sucesores. d) Del uso de lictores. e) Jerárquicamente se catalogaba inferior a la pretura, o a la maestría de caba llería en caso de dictadura, e inmediatamente superior a la edilidad curul. Disfrutaba como los magistrados mayores: a) De la elección por centurias. b) De los auspicios inaugurales. c) De inmunidad ante el pretor. d) De derecho de usar silla curul y toga pretexta con laticlave. e) Y sobre todos los magistrados tiene el privilegio de vestir de púrpura en los funerales. f) Disfrutaba de irresponsabilidad durante sus funciones.237 Las atribuciones de los. censores son: a) La lustración y los actos preparativos como la confección del censo. b) Independientemente de la lustración, la determinación de los derechos y de las obligaciones del pueblo. c) Determinación de las listas de miembros del senado. d) Examen y ordenación de las costumbres. Tiene derecho a preguntarle a cada uno su género de vida y aplicarle el correctivo necesario.238 236. C ic . Leg. 3 , 7 ; v id . L iv . 4 , 2 4 , 4 -9 .' 237. L iv . 2 0 , 3 7 , 17. 2 3 8 . C ic . L fg . 3 , 7 ; C lu en t. 1 1 9 y 1 2 9 . E n L eg. 3 , 4 6 -4 7 se q u eja C ic e r ó n d e q u e en R o m a n o e x ista u n a c o d ific a c ió n d e le y e s , y h a b ía q u e a p r e n d é r se la s d e m e m o r ia . V é a s e tam b ié n L eg . 2, 59, M á s (a rd e S a i v io Julia n o pu b licó una colección e n tie m p o s d e A d r ia n o , E d ic tu m p erp etu u m , a la q u e d e s p u é s sig u e n o tr o s C ó d ices e In stitu c io n es; p e r o e n tr e ta n to d e p e n d ía n d e lo s lib ra rii y d e lo s a p p a rito res o s u b a lte r n o s d e lo s m a g istr a d o s. « L e g u m c u s to d ia m n u lla m h a b e m u s... p u b lic is litte r is c o n s ig n a ta m m e m o r ia m p u b lic a m n u lla m h a b e m u s» . P o r e s o p r o p o n e co n fia r a lo s c e n so r e s e l e x a c to c u m p lim ie n to d e lo s m a g istr a d o s e n s u s car g o s . « G r a e ci h o c d ilig e n tiu s , q u o d q u o s n o m o p h y la c e s c re a b a n tu r , n e c ii s o lu m litte r a s (n afti id q u id e m a p u d m a io r e s n o s tr o s e ra t), s e d e tia m fa c ta h o m in u m o b s e r u a b a n t ad le g e s q u e reu ocab a n t. H a e c d e tu r cura c e n so r ib u s, q u a n d o q u id e m e o s in re p u b lic a se m p e r u o lu m u s e ss e . A p u d e o s d e m , q u i m a g istr a tu a b ie r in t, e d a n t e t e x p o n a n t, q u o d in m a g istr a tu g e ss e r in t, d e q u e iis c e n so r e s p r a e iu d ic e n t. H o c in G r a e cia fit p u b lic e c o n s titu tis a c cu sa to rib u s; q u i q u id e m g rau es e s s e n o n p o s s u n t, n is i s u n t u o lu n tä r ii. Q u o c ir c a m e liu s r a tio n e s refer r i, c a u sa m q u e exponi c e n s o r ib u s , in teg r a m ta m e n le g i, a c cu sa to ri iu d ic io q u e seru a ri» . C ic. Leg. 3 , 4 6 -4 7 .
L os m agistrados en particular
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M otivos por los que degradaban a los ciudadanos: a) Por cobardía o insubordinación en los soldados. b) Por el incumplimiento de los deberes militares. c) Por el abuso del Imperium de los magistrados. d) Por la negligencia de los oficiales subalternos del Estado. e) Por el abuso de las funciones de un jurado, corrupción de jueces, etc. f) Por el abuso del derecho del voto. g) Por la usurpación de las insignias de un orden superior. h) Por falsos testimonios y juramentos en falso. i) Por el hurto. j) Por maldad y falta de formalidad en los contratos privados k) Por intento de suicidio. 1) Por severidad y mal ejemplo en la sociedad doméstica. rn) Por matrimonios inconvenientes. n) Por abuso del derecho del divorcio. o) Por mala administración de la hacienda privada. p) Por el lujo excesivo.239 8. La dictadura Es una magistratura extraordinaria que reúne en una sola mano por un tiempo limitado el poder ejecutivo y judicial de la República romana. A veces es una ma gistratura creada para realizar algún acto solemne especial, y también recibe este nombre la primera magistratura de algunos ciudades municipales. La dictadura no es exclusiva de los romanos, existía en las ciudades latinas con diversidad de cometidos y tiempo de duración. En Roma primeramente parece que fue llamado magister populi, aunque el nombre de dictador aparece muy tem prano. El senado vio muy pronto que en los momentos de grandes peligros convenía entregar todo el poder a una persona. Se creó con ello un magistrado único con imperium regium, pero por un tiempo limitado, e incapaz de señalarse sucesor, doble aspecto que distingue la dictadura de la monarquía. El primer dictador 240 se creó en el año 253/501 en la persona de T. Larcio, según piensan los viejos analistas, y la ocasión fue una guerra contra los latinos y los T arquinios241. El segundo Postumio, que también fue nombrado con oca
2 3 9 . L a s c o r r e c cio n es d e lo s c e n so r e s s e lla m a b a n n otae, y n o im p o rta b a n m ás q u e la ver g ü e n z a o la ig n o m in ia , c o m o d ic e C ic er ó n : « C e n so r is iu d ic iu m n ih il fe r e d a m n a to o ffe r t n is i r u b o r e m . I ta q u e u t o m n is ea u in d ic a tio u er sa tu r ta n tu m m o d o in n o m in e , a n im a d u e r sio illa ig n o m in ia d ic ta e s t » (C ic . R e p . 4 , 6 e n N o n . p . 2 4 , 5 ) . « A r te lu d ic ra m sca e n a m q u e to ta m in p r o b r o d u c e r e n t, g e n u s id h o m in u m n o n m o d o h o n o r e c iu iu m r e liq u o r u m carere, s e d e tia m tr ib u m o u e r i n o ta tio n e c e n so r ia u o lu e r u n t» (R o m a n i). (C ic . R ep. 4 , 10 e n A u gu st. C iu . D ei, 2, 1 3 ). V id . L iv . 4 , 2 4 , 8 ; 3 9 , 4 2 y 4 4 ; G e ll. 4 , 2 0 ; V a l. M a x . 9 , 9 ; C ic. C lu en t. 10 9 ; 1 3 0 ; 129; so b r e e l g r a d o m á x im o d e la ig n o m in ia , la in fa m ia , p u e d e v e r s e A . H . J. G r e e n id g e , Infam ia: its P lace in R om an P u b lic, an d p riv a te L a w , O x fo r d 1 8 9 4 ; L . P o m m e ra y , É tu d e s su r l'infam ie en d r o it rom ain, P a r is 1 9 3 7 . 2 4 0 . C ic . R e p . 1, 6 3 ; 2 , 5 6 : « A tq u e h is ip s is te m p o r ib u s d ic ta to r e tia m e s t in s titu tu s d e c e m fe r e a n n is p o s t p r im o s c o n s u le s , T . L a rciu s, n o u u m q u e id g e n u s im p e r ii ù is u m e s t e t p r o x im u m s im ilitu d in i r eg ia e» ; V arr. L . L . 5 , 8 2 ; I s id o r . O rig. 9 , 3 , 10-11. 2 4 1 . L iv . 2 , 1 8 , 4-6: « I n h a c ta n ta r u m e x s p e c ta tio n e r eru m s o llic ita c iu ita te , d ic ta to ris p r im u m c re a n d i m e n t io o r ta ...» ; C ic . R e p . 2 , 3 2 ; P o m p o n . D ig. 1 , 2 , 18. S e g ú n C ic. R e p . 1, 6 3 e l d ic ta d o r s e crea sie m p r e e n lo s m o m e n to s c r ític o s .
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Las magistraturas a lo largo de la vida romana
sión de otra guerra el tercero se creó como ultimum auxilium contra una sece sión de la plebe. Se usaba a veces este procedimiento como remedio contra la inca pacidad de los cónsules, o en su ausencia por una abdicación que dejaba al Estado sin cónsules durante mucho tiempo si estaban aún lejanas las elecciones. Y a veces para aumentar el número de jefes militares 243. Dictador significa, entre otras cosas, preceptor, legislador {dicere - dictare - dictator).1** La dictadura fue establecida por una ley de dictatore creando. En ella se con tenía la expresión consulares legere, cuya interpretación fluctúa entre la norma de que se eligiera entre los que habían sido cónsules, o que fueran los consulares quienes lo eligieran. Es posible que al principio, hecha la elección por el senado, se pre sentara a la confirmación de los comicios curiados; en otra segunda etapa, elegido después de tomar los auspicios, era investido del imperium por una ley curiada. Cuando el voto de los comicios curiados se convirtió en pura formalidad, por el uso se confió la elección del dictador al cónsul, a quien el senado comisionaba para ello, dicere dictatorem. La necesidad de crear un dictador la determinaba el senado por un decreto, e invitaba al cónsul a ejecutar la decisión, aunque éste no se sentía con la obligación de hacerlo. Cuál de los dos cónsules debía nombrar al dictador lo séñalaba el senado, o lo sacaban a suertes, o el primero que in castris conocía el decreto del senado. Elegía al que le proponía el senado, o al que habían convenido previamente en nombrar cónsul y senado. Pero siempre era libre en elegir a quien le pareciera, de ordinario' a un antiguo colega, o un pretor en ejercicio. Parece que según le antigua ley de dictatore creando la elección debía hacerla una de los cónsules. En su defecto, o en la imposibilidad de comunicarse con ellos, como después de la batalla de Trasimeno, el pueblo elegía un prodictator. En el año 323/426 se precisó la decisión de los augures para saber si un tribuno militar consulari potestate podía nombrar un dictador, luego ya fue creado así sin dificul tad alguna. Anticonstitucionalmente se hizo elegir dictador Sila por un interrex, e igualmente César por un pretor. Los tribunos no pueden vetar el nombramiento de un dictador, porque la ley de dictatore creando es anterior al tribunado, y no admite limitación de ningún género. Según la ley el nombramiento no podía hacerse más que en Roma o en el ager Romanus, que por ficción se extendía a toda Italia. En la noche siguiente a la determinación del senadoconsulto el cónsul se levantaba para tomar los auspicios ritualmente (oriens [ surgens J de nocte silentio). El sólo podía atestiguar luego la omisión de alguna formalidad o la existencia de algún mal presagio que pudiera
2 4 2 . L ív . 2 , 1 9 , 2 ; V . B a n d e i, D ie römischen D iktaturen, B r e s la u 1 9 1 0 , y ta m b ié n C ic. Leg. 3 , 3; V e lle i. 2 , 2 8 ; L iv . 4 , 5 6 ; 6 , 3 8 . 2 4 3 . C ic e r ó n r ed a cta a s í s u p r o p o s ic ió n d e le y s o b r e e l d ic ta d o r : « E n c a so d e gu erra p e lig r o s a o d e d isc o r d ia c iv il, q u e u n o s o lo , s i l o d e c r e ta e l se n a d o , te n g a e l m is m o d e r e c h o q u e lo s d o s c ó n s u le s , p e r o n o p o r m á s d e s e is m e s e s , y q u e , n o m b r a d o , b a jo lo s b u e n o s a u s p ic io s sea s e ñ o r d e l p u e b lo . Q u e te n g a a s u s ó r d e n e s u n je fe d e c a b a lle r ía c o n ju risd ic c ió n ig u a l a la d e l p r e to r . C u a n d o e x ista e s t e je fe d e l p u e b lo , q u e su p la a to d o s lo s o tr o s m a g is tr a d o s » (C ic . Rep. 3 , 9 ). 2 4 4 . D ictator, p a la b ra e x p r e s iv a para in d ic a r la c r e a c ió n d e u n d ic ta d o r p o r u n c ó n s u l = dicere dictatorem (V a rr. L. L. 5 , 1 4 ; C ic . Rep. 1 , 4 0 ; F e s t. P lu t. Marcell. 2 4 ) o b ie n a dictan do, p o r q u e to d o s te n ía n o b lig a c ió n d e c u m p lir la s d is p o s ic io n e s d e e s t e m a g istr a d o , c o m o si fu e r a n le y e s. V . ta m b ié n V arr. L. L. 5 , 8 3 ; I s id o r . Orig. 9 , 3 , 1 0 -1 1 ; C ic . Rep. 1, 6 3 : « G ra u io r ib u s u e r o b e llis e tia m s in e c o lle g a o m n e im p e r iu m n o s tr i p e n e s s in g u lo s e s s e u o lu e r u n t, q u o r u m ip s u m n o m e n u im su a e p o t e s ta tis in d ic a t. N a m d ic ta to r , q u id e m ab e o a p p e lla tu r q u ia d ic itu r , s e d i n n o s tr is lib r is u id e s e u m , L a e li, m a g istr u m p o p u li a p p ella ri. V id e o , in q u it (.Lae liu s ) . E t S c ip io : sa p ie n te r ig itu r illi u e te r e s ...» .
Los m agistrados en particular
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hacer que el dictardor fuera uitio creatus. Si los auspicios le parecían favorables, y todo quedaba puntualmente realizado, designaba un dictador (dicebat dictato rem). Al principio no podía ser elegido más que entre los patricios por el imperium regium y los grandes auspicios de que estaba revestido; pero ya en 398/356 es elegido dictador el plebeyo C. Marcio Rútulo que nombró magister equitum al tam bién plebeyo C. P la u tio 24S. Nada impedía que fuera reelegido el mismo individuo para el cargo. Desde el momento en que se le comunicaba su designación, obtenía el dictador la potestas dictatoria. Apenas entraba en ejercicio debía elegir su lugarteniente, o jefe de caballería, y se hacía dar por los comicios centuriados la ley de imperio suo. Las insignias del dictador eran las regias, puesto que obtiene por seis meses el imperium regium. Podía usar 24 lictores con el hacha en los fascios, símbolo del ius gladii, incluso dentro de la ciudad. Tiene derecho a silla curul y toga pretexta. Puede m ontar a caballo (ascendere equum) como símbolo de la autoridad militar de los reyes.246 El dictador era nombrado rei gerendae causa o seditionis sedandae causa y la ley que le confiere el imperium se llama optima lex, en oposición al nombramiento por un motivo especial. La duración de esta dictadura era de seis meses, nunca un dictador prolongó en lo más mínimo su mandato; pero él podía abdicar al ter minar su cometido, sin esperar a los seis meses, y así se hizo siempre. Las dicta duras perpetuas de Sila y de César están fuera de toda regla constitucional de Roma. El dictador tenía toda la autoridad real durante seis meses, pero no podía asig narse sucesor. No es bastante decir con Cicerón (Leg. 3, 9) que tiene tanta auto ridad como los dos cónsules porque su poder es casi ilimitado, fuera de lo concer niente al erario del que no puede disponer sin la autorización del senado. La dic tadura es una magistratura legítima, puesto que se apoya en una ley curiada y deriva de la ley de dictatore creando, pero es extraordinaria 247. Se diferencia del consulado, además del tiempo de su duración, en tres puntos: Su unidad, su inde pendencia del senado, su irresponsabilidad. 1) El imperium regium del dictador no admite par potestas, por eso no tiene colega, y todas las magistraturas quedan suspendidas en sus funciones, excepto el magister equitum, que es el ayudante del dictador, y los tribunos de la plebe. 2) Puesto que el senado confía todas sus preocupaciones en el dictador, éste no necesita consultar al senado, más que para usar el dinero público; pero suele estar en perfecta inteligencia con el senado. 3) La irresponsabilidad comporta dos puntos principales: ausencia de recurso al pueblo contra las disposiciones del dictador; y la injuiciabilidad de los actos del dictador, después de su abdicación. Sobre estos dos puntos discuten largamente los romanistas. 248
2 4 5 . L iv . 7 , 1 7 , 6 . Y a e n e l a ñ o 3 6 8 h a b ía s id o e le g id o u n p le b e y o para m agister equ itu m (L iv . 6 , 3 9 , 3 ). 2 4 6 . L iv . 3 9 , 3 9 , 4 0 ; D io n is . 1 0 , 2 4 ; L y d u s , D e M ag. 1, 3 7 ; L iv . 2 3 , 1 4 , 2; P lu t . Fab. M ax. 4; D io n is . 1 0 , 2 4 ; P r o p e r t. 3 , 4 , 8 . ' 247. L o s c ó n s u le s d e b e n en m u ch o s ca so s c o n s u lta r al se n a d o y o b e d e c e r su s d is p o s ic io n e s , e l d ic ta d o r e s u n m a g istr a d o su p r e m o q u e n o d e p e n d e m ás q u e d e s í m is m o (P o lib . 8 7 , 7 ). 2 4 8 . L iv . 2 , 1 8 ; 7 , 3 , 4 ; 7 , 3 , 9 ; 8 , 1 8 , 1 2 ; 9 , 2 8 , 6 ; D io n is . 5 , 7 0 ; P o lib . 3 , 8 7 , 8 ; C ic. L eg. 3 , 9 .
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L as m agistraturas a lo largo de la vida romana
La dictadura no terminaba más que con la abdicación del dictador. Si a los seis meses no hubiera abdicado se le consideraría como aspirante a la tiranía (cri men affectati regni) y se hacía reo de la ley Valeria Publicola que consagraba a los dioses con toda su fortuna al que pretendiera alzarse con la m onarquía.249 Esta magistratura va decayendo poco a poco, ya que terminada la lucha de clases con la·'ley Hortensia (del año 297 a. C.) y prorrogando el imperium a los pretores y procónsules en el campo de la guerra, no se sentía la necesidad del dictador. El último de este tipo sé creó después de la derrota de Cannas en la persona de Junio Pera, puesto .que las dictaduras de Sila-y de César están fuera de la constitución romana. Con más vista política rechazó Augusto la dictadura perpetua que le ofrecía el pueblo, porque el principado le daba todos los poderes republicanos y sobre todo el imperium proconsulare, sin que viera sobre sí la deno minación impopular de dictador. a) Dictadores especiales A veces el senado indicaba por un decreto a los cónsules la necesidad de dicere dictatorem para algún acto solemne, como por ejemplo: dictator claui fingendi cau sa, nombrado en tiempo de peste o de calamidad pública, para plantar un clavo en la pared a la derecha del templo de Júpiter. Se trata del clauus annalis, cere monia mágica, con que- se pretende sujetar a la pared o al suelo la peste o la mal aventura, porque al parecer debía hacerlo el praetor maximus, y el imperium maius es el dictador. Para celebrar comicios centuriados en ausencia del cónsul, que tiene la autoridad de convocarlos ex imperio militari, es necesario crear un dicta dor comitiorum habendorum causa. De este tipo el último que se creó en Roma fue P. Sulpicio en el año 55 a. C. Otras veces se nombra un dictador para orga nizar unas fiestas feriarum constituendarum causa; o para celebrar las ferias lati nas, o presidir unos juegos, ludorum faciendorum causa, por enfermedad del pretor. b) Dictaduras de ciudades latinas Muchas ciudades latinas tenían dictadores al frente de su administración. Esta magistratura que sustituyó a los reyes, se conservó en muchas ciudades hasta el Imperio. Sabemos de la existencia de estas dictaduras en Lanuvio, en Aricia, en Nomento, en Sutrio, en Ceres y en Fabrateria Vetus. Cargo muy singular era el del dictador Albano, que propiamente era un sacerdote, como el rex sacrificulus en Roma. Esta magistratura se conservó después de la destrucción de Alba, en atención a ciertas funciones sacerdotales que no podían efectuarse más que por un dictador. El magister equitum Su constitución era de derecho, cuando había un dictador no creado directa mente por el ejército. Solían ser excónsules, o magistrados mayores que, por acu mulación recibían esta dignidad, de ayudante del dictador. César fue el primero que confirió este cargo a individuos que no habían sido pretores, aun a quienes
249. L iv . 3 , 2 9 , 7 ; 9 , 3 4 , 1 2 ; 2 3 , 2 2 , 1 1 . E l c a so e n q u e se le p r e sc r ib ió a C a m ilo q u e n o dejara la d ic ta d u r a n isi circu m acto an n o, e s q u e h a b ía to m a d o s u s p o d e r e s e n la m ita d d e l a ñ o (L iv . 6 , 1, 4 ); n o e sp er a n a lo s s e is m e s e s , c u a n d o h a n te r m in a d o su c o m e tid o , v . L iv . 3 , 2 9 , 6; 4 , 3 4 , 5 ; 4 , 4 7 , 6.
I.ijs m agistrados en particular·
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no habían desempeñado magistratura alguna. Así C. Octavio fue designado ma gister equitum para el año 44, a los 19 años de edad, sin haber sido ni siquiera cuestor.250 Era nombrado por el dictador, después de haber ofrecido sus sacrificios inaugu rales. Parece ser que una vez nombrado, el dictador no tenía derecho a destituirlo. Terminaba su cargo al mismo tiempo que el dictador deponía su magistratura. En rango jerárquico, era al principio superior a las magistraturas menores, de forma que se contaba inmediatamente después de los pretores. Luego fue deca yendo y vino a ser tenido por el último de los magistrados. En la guerra era comandante jefe de la caballería, cargo que, a falta de dic tador, desempeñaban los tribuni militum. Era en realidad el lugarteniente del dictador, el jefe de su Estado Mayor. Tenía como insignias: la silla curul, la toga pretexta, seis lictores y espada.251 9. El Pontífice Máximo En un principio el sumo pontificado era inherente a la realeza. Durante la Re pública el sacerdocio constituye una magistratura esencialmente diversa de las ma gistraturas políticas o militares. Son dignidades paralelas que no se exigen nun ca 252. En la elección de sacerdocio no interviene el pueblo. En tiempos de la República se apreciaban más las dignidades políticas que las religiosas; en cambio en la época del Imperio el hombre más considerado del Estado era el Sumo Pon tífice, cargo que siempre ostentaba el emperador. El pontificado y el augurado suponían mayor dignidad qué el mismo consulado.253 Para poder desempeñar el cargo no era necesario más que ser varón y que los dioses aprobaran la elección dando ciertas señales en el cielo. Los dioses son sujetos de derecho en el pueblo romano, y deben de tener un patrono, éste es el Pontífice Máximo. La institución del sumo pontificado parece que es debida a N um a.254 Suprimida la monarquía, en los asuntos religiosos, el sumo Pontífice es el re presentante legítimo de todas las divinidades del Im perio.255 Los principales cometidos del Pontífice eran: a) La elección de sacerdotes.256 b) La designación de los Flámines, de todos, o a lo menos los de los dioses mayores.257 c) Seleccionar y dirigir a las vírgenes V estales.258 d) Nombrar a los sacerdotes salios.259 2 5 0 . F a s t. C a p ito l. I I , 3 5 2 , n o ta 3 . 2 5 1 . V id . J. G u ille n , C icerón , su época, su vid a y su obra, 1 8 3 -1 8 4 . 2 5 2 . P u e d e v e r s e m i tra b a jo L o s sacerdotes rom anos, e n H e lm á n tíc a , 7 3 (1 9 7 3 ) 7 -7 6 , c o n c r e ta m e n te 2 5 -2 8 . E l p o n tífic e m á x im o , lo m is m o q u e lo s d e m á s m ie m b ro s d e su c o le g io , p u ed e d e se m p e ñ a r c u a lq u ie r m a g istra tu ra . E sta s d ig n id a d e s sa c e r d o ta le s, le jo s d e a islarlos d e l g o b ie r n o y d e la in te r v e n c ió n e n la m a rch a d e su p a ís , lo s p o n e n e n c ir cu n sta n c ia s d e se r m ás ú t ile s , al in c r e m e n ta r su p e r so n a lid a d c o n e l p r e stig io sa ce r d o ta l. 2 5 3 . S e n e c a , D e Ira, 3 , 3 1 ; T a c. H ist. 1, 7 7 . 2 5 4 . L iv . 1, 2 0 , 5 . 2 5 5 . C ic . R e p . 2 , 2 6 ; D e O r. 3 , 1 9 ; 7 3 ; L iv . 1, 2 0 , 5 . 2 5 6 . C ic . R ep . 2 , 1 5; 2 6 . , 2 5 7 . G e ll. 1 , 1 2 . 2 5 8 . G e ll. 1 , 1 2 . 2 5 9 . C IL ., 3 1 1 7 : « A . T . in n u m e r o S a lio ru m a d sc r ip tu s» , p o r C la u d io . O tr o te s tim o n io e n M arc. A u r e l. V ita M arci, 4 .
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L as m agistraturas a lo largo de la vida romana
Entre los años 292 y 210 a. C. seguramente pasó al pueblo el derecho de elegir al Pontífice 260. Tan sólo participaban 17 tribus sacadas a suerte.261 En el año 103 el tribuno de la plebe Cn. Domicio Ahenobarbo propuso una ley, según la cual el Pontífice Máximo debía ser elegido de entre los candidatos que presentaran los cuatro colegios sacerdotales: el de los pontífices, el de los augures, el de los guardianes de los oráculos, y el de los epulones. Se reunían las 17 tribus y votaban a uno de aquellos candidatos. Para ser nombrado legítimamente Pontífice Máximo no se necesitaba más que ser varón. Los niños podían serlo', como se desprende de L ivio.262 E l Pontífice tenía potestad legislativa e interpretativa de la ley; no podía, sin embargo, reunir al pueblo fuera de los templos. Interpretaba la ley y el de recho. 263 Al Pontífice Máximo competía publicar las fiestas. Este acto tenía lugar en el primer día de la luna nueva, en la curia Calabra. 264 E n los asuntos de interés extraordinario la autoridad decisiva era la de los Pontífices, el Máximo sólo o, mejor, dos más con é l.265 Al Pontífice Máximo pertenece también la administración de la justicia reli giosa, y el declarar una cosa sagrada. Sagrado propiamente no era más que lo consagrado a los dioses. El Pontífice Máximo podía declarar sagrada una cosa, o quitarle esta condición.266 Administraba como superintendente supremo los bienes de los dioses. Estos bienes son de dos clases: una que pertenece exclusivamente a los dioses, y otra que, siendo propiedad del Estado, la tiene destinada al decoro y esplendor del culto. Sobre ambas tenía poder el Pontífice. Además administraba el arca Pontifi cum, destinada a suplir las deficiencias de los bienes anteriormente nombrados, cuyo caudal se engrosaba: 1) Por los ofrecimientos y votos de los fieles. 2) Por cierto impuesto obligatorio en los juicios.267 3) Por los patrimonios de las Vestales que morían sin testar. 4) Por las multas que el mismo Pontífice imponía. 5) Por las multas funerarias.268 En el año 12 a. C. el sumo Pontificado se confiere de una manera permanente al Emperador, cobrando con ello su persona, sobre la dignidad de la magistratura imperial, la venerabilidad del sumo Pontificado.
2 6 0 . L iv . 2 5 , 5 ; C ic . Leg. 2 , 1 8 . 2 6 1 . E l s iste m a d e e le c c ió n lo p r o p o n e in d ir e c ta m e n te C ic e r ó n , e n Leg. Agr. 2 , 16 . A ñ a d e C ic er ó n q u e e l s istem a d e e le c c io n e s q u e p r o p o n e R u lo para n o m b ra r a lo s d e c e n v ir o s d e su L e y A g ra ria e s id é n t ic o a l q u e se s ig u e e n la e le c c ió n d e l P o n tífic e M á x im o (C ic . ib. 1 8 ). 2 6 2 . L iv . 4 0 4 2 , 7 . 2 6 3 . V é a s e F e s t. 1, 1 8 5 ; U lp . D . 1 , 1 , 1 0 , 2 . C o m p le ta b a e l d e r e c h o c iv il c o n c ie r ta s m o d a lid a d e s d e l ius Pontificium , C ic . Leg. 2 , 4 7 . 2 6 4 . V arr. L. L. 6 , 2 7 ; S e r v . A d Aen. 8 , 6 5 4 . 2 6 5 . C ic . D om . 6 9 ; Har. Resp. 1 1 -1 3 ; ‘P o m p o n . D. 1 , 2 , 2 , 6 . 2 6 6 . V é a s e F e s t. p . 3 1 8 ; M a rcia n . D . 1 , 8 , 6 , 3 ; L iv . 4 0 , 5 1 , 1; C ic . Leg. 2 , 5 8 ; Har. Resp. p a ssim . 2 6 7 . G a i. Inst. 4, 1 3 ; C ic. Rep. 2 , 6 0 . 2 6 8 . S e g ú n e l d e r e c h o r o m a n o lo s c iu d a d a n o s p o d ía n , a l le v a n ta r s u s m a u so le o s o s e p u l c ro s, e sta b le c e r la m u lta q u e h a b ía n d e p a g a r q u ie n e s lo s v io la r a n . E sta s m u lta s s u b ía n a v e c e s h a s ta 1 0 0 0 .0 0 0 y 2 0 0 .0 0 0 s e s te r c io s , q u e d e b ía n e n tr e g a r se al p o n tífic e m á x im o . V é a s e CIL. V I, 10; 844; X IV , 1153; V , 4057.
E l Principado-lmperium
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Con ello el Príncipe quedaba constituido en jefe de la religión nacional y tenía derecho a intervenir en todos los colegios sacerdotales. El emperador se titulará P. M., pero en realidad deja a un magister la presidencia efectiva del colegio de los Pontífices y la realización de los quehaceres que en su ámbito se originan. Excepto el principado de Augusto, en la época imperial preocupaban muy poco los proble mas religiosos, en un pueblo donde pululaban por doquier las religiones extran jeras. El pontificado era un vestigio glorioso del pasado, aureolado de tanta gloria que los emperadores creyeron oportuno que no la ostentaran otras cabezas. El escepticismo de Julio César, P. M. tuvo muy dignos sucesores en la mayor parte de los emperadores romanos. Ello no obstante, la asociación del poder civil y el religioso, fue uno de los acontecimientos más considerables de la historia universal, cuyas consecuencias to davía perduran. «Los emperadores cristianos del Oriente, aún después de haber dejado, por escrúpulo, el título pagano de P. M. (Graciano hacia el año 375), en una constitución del 380 llaman al obispo de Roma Pontificem Damasum 269, no perdieron jamás la costumbre de considerarse como jefes de la religión, sintién dose obligados a imponer a sus súbditos la unidad de la fe y de reprimir las herejías, como si se tratara de revueltas contra su autoridad. En Occidente el título de P. M., lanzado prematuramente como una injuria al rostro del obispo de Roma por Tertuliano 270 reaparece permeado enteramente de la idea monárquica que le habían incorporado cuatro siglos de pontificado imperial, y dio al pontífice romano la presidencia del amplio colegio de pontífices cuya autoridad está hoy día con centrada en sus m anos».271
III.
EL PRINCIPADO - IM PERIUM
Ya hemos hablado de cada uno de los emperadores que introdujeron alguna modificación en la constitución romana, pero creemos conveniente presentar la ma gistratura en conjunto, aunque haya que distinguir entre el Alto y el Bajo Imperio. 1. El A lto Imperio Augusto en el año 27 inaugura el principado, simulando restaurar las libertades republicanas, conculcadas por Julio César y por M. Antonio; pero en realidad inicia un despotismo militar, una monarquía absoluta con nombre de Imperio. Quiere tener en cuenta la soberanía del pueblo y compartir los poderes entre el senado y el príncipe 272, que era el magistrado único, permanente, vitalicio, tribuno
2 6 9 . C o d . T h eo d . 1 5 , 1 , 2 . 2 7 0 . T e r tu ll. D e P u d icit. 1, 6 : « A u d io e tia m e d ic tu m e s s e p r o p o s itu m , e t q u id e m p e r em p to r iu m . P o n t if e x s c ilic e t m a x im u s , q u o d e s t e p is c o p u s e p is c o p o r u m , e d ic it...» . 2 7 1 . A . B o u c h é -L e c le r c q , e n D a r em b e rg -S a g lio , D ictio n . d ’A n tic b . s. v . « p o n tific e s» , p . 5 7 8 . 2 7 2 . D io C a ss. 5 9 , 6 ; P o m p o n . D . 4 3 , 1 2 , 2 . L a s d iv e r sa s c o n d ic io n e s p o r la s q u e p a só e l se n a d o d u r a n te e l I m p e r io p u e d e n v e r s e e n T . A . A b e le , D e r S en a t u n ter A ugustus·. S tu d . z. G e sc h u . K u ltu r d . A lte r tu m s . 1, 2 , N e w Y o r k 1 9 6 7 ( l . a e d . 1 9 0 7 ); M . L . P a la d in i, L e vota zio n i d e l se n a te rom ano n e ïïe tà d i Traiano, P a v ia 1 9 5 9 ; P . L a m b r e ch ts, L a co m p o sitio n du sén a t rom ain d e l ’accession au trô n e d 'H a d rien à la m o r t d e C o m m o d e (1 1 7 -1 9 2 ), R o m a 1 9 7 2 , r eim p r. d e la e d . d e 1 9 3 6 ; I d ., L a co m p o sitio n du sén at rom ain d e S e p tim e S evère à D iocté tien , R o m a 1 9 6 8 , r eim p r. d e la e d . d e 1 9 3 8 ; W . E c k , S en atoren vo n V espasian b is H adrian,
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L as m agistraturas a lo largo de la vida romana
del pueblo, Es una especie de duünvirato del senado de Sila y de la dictadura de César. Deja existir las formas viejas, comicios, magistrados, etc., confiere al senado nuevos poderes legislativos y judiciales, el gobierno de unas cuantas provincias «senatoriales», quedándose él con otras, que llama «imperiales». Pero todo esto no es más que una añagaza que lleva en su seno una revolu ción profunda, conseguida con la desaparición bien calculada de las costumbres y de las instituciones republicanas, por la absorción de Italia y del mundo que trans formó la ciudad de Roma en un imperio, por la creación de un ejército profesional permanente. El, aunque así lo quiere demostrar, no va apoderándose solamente de las magistraturas antiguas, tiene, en realidad poderes de monarca. Ante la inca pacidad del senado, que él elige, toma personalmente la administración de Roma y de Italia y crea la prefectura del pretorio, órgano que contribuye muy eficazmen te a convertir el principado en un despotismo militar. Esta situación durará hasta la segunda m itad del siglo I I I , desembocando en la monarquía de Diocleciano y de Constantino. El principe teóricamente es un magistrado está sometido a las leyes, salvo cuando obtiene las dispensas correspondientes, como A ngusto'y Caligula con res pecto a sus matrimonios 274, o privilegios personales que transmiten a sus suceso res 215. En el siglo, I I I el derecho de dispensar de la ley pasa del senado·, al empe rador 276; en el Bajo Imperio el príncipe está sobre las leyes.277 Por su condición de tribuno, su potestad es sacrosanta, cualquier ofensa de palabra o de obra contra él es un crimen de lesa patria. Magistrado vitalicio, no puede ser perseguido durante su cargo, no es responsable ante nadie 278. Solamente si abdica o es depuesto, puede exigirle responsabilidades el senado. El culto im perial, organizado cuidadosamente por Augusto, consagra sü persona, dejándola señera y superior en todos los campos. Los emperadores rechazan reiterada y cuidadosamente el nombre de rey, adop tando el de princeps, tomado por Augusto, inspirado en los tratados De República de Cicerón, pero nunca fue el nombre oficial 279. En general conserva el cognomen o el nomen de la familia. El emperador se nombra cónsul cuando le parece, eli giendo también a su colega. Algunos se nombran varios años sucesivos; otros to man la magistratura vitalicia como Caligula y Vitelio; otros para hacer el censo o celebrar juegos En realidad después que Augusto dejó el consulado el año 23, esta magistratura no fue parte del poder im perial.281
M ü n c h e n 1 9 7 0 ; E . D ’A lfo n s o , II senato rom an o n et prim i regni d e ll’età barbarica, N a p o ïi 1 9 3 6 ; B . S te c h , S en a to res rom an i q u i fu e ru n t in d e a V espasian o u sq u e ad T raian i e x itu m , A e le n 1 9 6 3 , r eim p r. d e la e d . d e 1 9 1 2 ; N . D e l R e , L a C uria R om ana, R o m a 1 9 5 2 ; R . C h a s ta g n o l, L es m o d es d e recru tem en t du sén at au siècle I V e après ].-C ., e n R ech erch es su r les stru ctu res sociales, P a ris 1 9 7 0 , 1 8 7 -2 0 0 . 2 7 3 . T ib e r io p re sta e l ju ra m en to d e lo s m a g istr a d o s, s e g ú n n o s d ic e D io C a ss. 5 7 , 8 . 274. D io C a ss. 5 6 , 3 2 ; 5 9 , 1 5 . 275. P a u l. D . 4 0 , 1, 1 4 , 1. 276. N e r a t. D . 1, 3 , 2 1 ; S erv . A d A e n . 1 1 , 2 0 6 . 277. I u s t in . N o u . 1 0 5 , 4 . 278. P h il. L egat, a d G ai. 5 . 279. C . A u g u s t, M on . A n cyr. 1 3 ; 7 , 2 ; 3 0 , 1; D i o C a ss. 5 7 , 8 . 280. D i o C a ss. 6 0 , 2 3 ; S u e t. T ib . 2 1 . 281. D io C a ss. 5 3 , 3 2 .
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a) Esencia y adquisición del principado El fundamento del poder imperial desde Augusto fue el imperium o poder pro consular, el mando supremo de las fuerzas. El día en que un princeps toma este cargo empieza sus dies imperii. No deriva de los comicios sino de una invitación del senado, o de las legiones, representadas por las cohortes pretorias, o por un grupo de soldados que lo saludan como su imperatorm . Ordinariamente se antici pan las legionès y no dejan opción al senado, que se contentará con confirmar la elección de las cohortes 283. A la muerte de Caligula el senado trata de restablecer la república, y una parte de las tropas le confía la elección de emperador, dándole instrucciones 284. Hacia el siglo I I I unos cuantos emperadores son nombrados por el senado que defiende su derecho; pero el ejército sigue ganando muchas veces por la rapidez al senado que luego se contenta, como antes, con dar por buena la elección. La potestas tribunicia es otra de las bases del poder del emperador. Dice Augus t o 285: «Cuando escribo estas notas desempeño el consulado por 13.* vez, y estoy en el 37.° año de mi poder tribunicio», y un poco más adelante: «Todo cuanto el senado tuvo a bien confiarme, lo realicé en virtud de mi potestad tribunicia» 286. Augusto, pues, se contenta, en apariencia con nada, con la potestad tribunicia, y con el proconsulado vitalicio; pero en realidad tiene todos los poderes en su ma-
2 8 2 . T a c. H ist. 1, 2 7 ; S u e t. V e sp . 6 . A v e c e s la e le c c ió n s e h a c ía d e la form a m ás in v e r o s ím il, p o r e je m p lo la d e P r ó c u lo q u e r e s u ltó c a si g r o te sc a , s e g ú n refiere s u b ió g r a fo : « H ic ta m en (P r o c u lu s ) c u m e tia m p o s t h o n o r e s m ilita r e s s e im p r o b e , lib id in o s e , ta m e n fo r tite r g e r e r e t, h o r ta n tib u s L u g d u n e n sib u s , q u i ab A u r e lia n o g ra u iter c o n tu s i u id e b a n tu r e t P r o b u m u e h e m e n tis s im e p e r tim e s c e b a n t, in im p e r iu m u o c ita tu s e s t, lu d o p a e n e ac io c o , u t O n e s im u s d ic it; q u o d q u id e m a p u d n u llu m r e p e r isse m e scio . N a m cu m in q u o d d a m c o n u iu io ad la tr u n c u lo s lu d e r e tu r , a tq u e ip s e d e c ie s im p er a to r e x is s e t, q u id a m n o n ig n o b ilis scu rra 'A u e ’ in q u it 'A u g u s te ’, a d la ta q u e la n a p u rp u ra e h u m e r is e iu s u in x it e u m q u e ad o r a u it; tim o r in d e c o n s o c io r u m a tq u e in d e ia m e x e r c itu s te m p ta tio e t im p e r ii» (V o p is c . F irm . S a tu m . P rocul. 1 3 , 1-2). 2 8 3 . T a c. H ist. 2 , 5 5 . 2 8 4 . S u e t. C laud. 1 0 . E l se n a d o e sta b a sie m p r e c o n e l a n sia d e recu p era r a lg o d e su p o d er. E n e l a ñ o 2 7 5 e l s e n a d o e lig ió al em p e r a d o r T á c ito , q u e h a s ta e n to n c e s era e l prin ceps senatus. L a p r im e r a a cció n d e l n u e v o e m p e r a d o r fu e p r o n u n c ia r u n d is c u r so e n q u e p r o m e tió q u e n o h a r ía n a d a s in a p o y a rse p le n a m e n te e n e l se n a d o : « I ta m ih i lic e a t — d ijo e l em p era d or— p a tr e s c o n s c r ip ti, s ic im p e r iu m reg e r e u t a u o b is m e c o n s te t e le c tu m , u t e g o c u n c ta e x u e str a fa c e re s e n te n tia e t p o te s ta te d e c re u i. V e str u m e s t ig itu r e a iu b er e a tq u e sa n c ire q u a e d ig n a u o b is , d ig n a m o d e s to e x e r c itu , d ig n a p o p u lo R o m a n o e s s e u id e a n tu r » (V o p isc .. T acitus, 9, 1 ). E l s e n a d o se s in tió ta n o tr o , q u e o r d e n ó su p p lica tio n es d e acción d e gracias a lo s d io se s c o n h e c a to m b e s (ib . 1 2 ), y e n v ió a la s p r o v in c ia s ca rta s y m e n sa je s in d ic a n d o q u e d e s d e ahora e n a d e la n te lo s a s u n to s p e n d ie n te s s e r ía e l s e n a d o q u ie n lo s s o lu c io n a r ía y c o n q u ie n te n d ría n q u e c o n ta r : « S c ir e n t o m n e s s o c ii o m n e s q u e n a tio n e s in a n tiq u u m sta tu m r e d iis se r em p u b li ca m ac s e n a tu m p r in c ip e s le g e r e , im m o ip s u m se n a tu m p r in c ip e m fa c tu m , le g e s a s e n a tu p e te n d a s, r e g e s b a rb a ro s s e n a tu i su p p lic a tu r o s, p a c e m ac b e lla s e n a tu a u c to r e tra c ta n d a » , c f. ib. 18 y 1 9 . P e r o to d o e s t o n o fu e m á s q u e u n su e ñ o , tan b r e v e c o m o e l im p e r io d e T á cito (s e tie m b r e 2 7 5 a m a r z o 2 7 6 ). 2 8 5 . C . A g u s t. M on. A n cyr, 4 , 4 , la trib u cia p o te s ta s la d e s e m p e ñ ó A u g u s to in in te r r u m p id a m e n te d e s d e e l a ñ o 2 3 a. C . al 1 4 d . C . a ñ o d e su m u e r te . A n te s ya e n e l añ o 3 6 y lu e g o en e l 3 0 y d e s p u é s y a in d efin id a e n e l 2 3 . D ic e S u e t. A u g. 2 7 , 5: « T rib u n icia m p o te s ta te m p e r p e tu a m r e c e p it, in q u a s e m e l a tq u e ite r u m p e r s in g u la lu str a c o lle g a m s ib i c o o p ta u it» . Se e lid ió c o m o c o le g a e n e l a ñ o 18 a. C . a A g r ip a para c in c o a ñ o s; v e n e l 13 d e n u e v o ; y lu e g o a T ib e r io tr e s v e c e s , e n e l a ñ o 6 a. C . para u n q u in q u e n io , e n e l 4 d . C . p ara u n d e c e n io , y e n e l 1 3 d . C . P u e d e v e r s e a T a c. A n n . 3 , 6 5 . 2 8 6 . C . A u g u s t. M on. A n cyr. 6 , 2 ; v é a se ta m b ié n T a c . A n n . 1, 2 . 3 . 5 ; V e il. 2 , 9 9 .
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no. Con estas dos potestades vitalicias el principado queda también unido a su persona mientras viva. Luego toma también el nombre de imperator. Con estas tres potestades no hay nada en Roma que no le quede sometido m . Tiberio sigue el camino iniciado por Augusto y establece definitivamente la perpetuidad del poder, por más que de pa labra, se retiraría cuando al senado le pareciera. m Desde el año 23 el poder de todos los emperadores fue absoluto, y ninguno de ellos renunció a su potestad por muy buenas palabras que diera al tomar pose sión del imperio. El acto de entrada en funciones del nuevo emperador no estaba marcado por ninguna ceremonia especial. Se manifiesta, por ejemplo, en la primera salutación, en el ofrecimiento y aceptación del nombre de im perator289; acepta ción de títulos conferidos 290; la consigna dada a la guardia pretoria 291; la primera carta o el primer discurso al senado 292; el primer edicto al pueblo.293 b) Sucesión en el poder El defecto fundamental del Imperio consistía en no ser hereditario 294. Es cier to que en la dinastía Julia hubo una cierta sucesión familiar 295, pero el principio de la soberanía popular era incompatible con la herencia del poder. A la muerte del emperador, teóricamente el poder retornaba a los cónsules y al senado2%. Los emperadores hicieron todo lo que pudieron para transmitir en herencia su mando, preparando como sucesores a sus hijos si los tenían, o adoptando algún hijo, si no tenían descendencia propia. Augusto adoptó a Marcelo, a Gayo y a Lucio, y luego a Druso y a Tiberio; Tiberio a Germánico; Claudio a Nerón; Nerva a Tra jano; Trajano a Adriano, etc. Adopciones que al principio se hacían por las nor mas tradicionales, y luego por una simple manifestación de la voluntad, sin seguir las normas de la le y .297 El emperador reinante indica su sucesor de las siguientes formas: 1.a E n el siglo I lo presenta y recomienda al senado 298; o lo instituye here dero de su patrim onio.299 2.a A partir de Adriano el hijo natural o adoptivo que se destina a la sucesión del Augusto, se llama César. Este título lo da el emperador casi siempre por invi tación del senado. Las prerrogativas del César son: a) Es princeps iuuentutis des de el momento en que toma la toga viril. Ya desde ese instante tiene la esperanza
287. D io C a ss. 5 3 , 3 2 . 2 8 8 . S u e t. T ib . 2 4 , la g a z m o ñ e r ía d e T ib e r io lle g ó al e x tr e m o . C u a n d o e l s e n a d o n o s e le en tr e g a b a a b s o lu ta m e n te p e d ía , c u a n d o se le b r in d a b a n lo s h o n o r e s h a c ía c o m o q u e n o lo s q u e r ía , h a sta e l p u n to d e q u e a lg u ien le v a n tó en c ie rta o c a sió n la v o z , d ic ie n d o : « A u t agat a u t d e s is t a t ! » {ib .); p e r o é l s e g u ía a fe c ta n d o d e s p e g o a lo s h o n o r e s y d ic ie n d o : « D u m u e n ia m a d id te m p u s, q u o u o b is a e q u u m p o s s it u id e r i d a r e u o s a liq u a m s e n e c tu ti m e a e r e q u ie m » (ib. 2 ). 2 8 9 . T a c. A n n . 1 2 , 6 9 ; H ist. 1 , 2 7 ; 2 , 8 0 ; S u e t. C lau d. 10; O th o , 6; D io C a ss. 6 0 , 1. 2 9 0 . T a c. A n n . 1, 7. 291. T a c. ib.·. « S e d d e fu n c to A u g u s to sig n u m p r a e to r iis c o h o r tib u s u t im p er a to r d e d e r a t» . 292. T a c. ib.·, D io C a ss. 7 9 , 1, 2 . 293. T a c. ib.·, D io C a ss. 5 9 , 3 ; 7 9 , 1, 2. 2 9 4 . V ita Flor.1; P r o b . 1 0 -1 1 . 2 9 5 . T a c. H ist. 1, 1 6 . 296. D io C a ss. 5 3 , 3 2 ; T a c. H ist. 3 , 6 8 ; P lu t. G a lb a , 8. 297. S u e t. A u g . 6 4 -6 5 ; G d b a , 1 7 ; T a c. H ist. 1 , 1 5 y 17; A n n . 1 2 , 2 5 ; S u e t. Cal. 1 5 , 2. 298. T a c. A n n . 4 , 8. 299. S u e t. Calig. 1 4 , 1; 2 4 , 1; C laud. 4 4 ; T a c. A n n . 6 , 4 6 .
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de que llegará un día en que será emperador 30°. b) En el siglo I I I se le daba εΐ título de nobilissimus, c) Se acuña moneda con su imagen; d) Puede ir prece dido de antorchas, e) Seguramente viste de púrpura, f) Es cooptado en los cole gios sacerdotales, g) Toma el consulado ordinario el 1.° de enero después de su declaración, dejando con ello de ser princeps iuuentutis. h) La potestas tribunicia no la tiene más que cuando es asociado y asimilado al Augusto. 3.a César Augusto ensaya el sistema que Mommsen llama «corregencia» con su yerno Agripa y con su entenado Tiberio. Este corregente no tiene título espe cial, a veces se llama consors imperii, particeps, collega im perii301, pero no tiene valor oficial. El emperador se reserva el nombre de Augusto. Las prerrogativas de este corregente dependen de la voluntad del Augusto, pero frecuentemente se le concedía la potestas trinunicia, y el proconsulado, y en ocasiones ambos poderes a la vez, pero en un orden secundario. La concesión de la corregencia había de ser confirmada por el senado 302. Para llegar a Augusto necesitaba una nueva investi dura, cuya fórmula se desconoce.303 4.a Existe tam bién,el sistema de gobierno en común o colegiado. Quizás fue esa la idea que tenía César Augusto con Cayo y Lucio; pero no se realiza hasta Marco Aurelio, que comunicó su poder llamando también Augusto a Lucio Vero (año 161) y luego (en 177) a su hijo Cómodo. A la muerte de uno de los colegas, el superviviente queda como único Augusto. c) Poderes del príncipe 1) Es generalísimo de los ejércitos. 2) Administra directamente Roma, Italia y las provincias imperiales. 3) Da normas para nombrar a los gobernantes de las provincias consulares. 4) Dirige todos los asuntos exteriores, aunque a veces, por deferencia, recibe a los embajadores de pueblos extranjeros en el senado; o envía senadores como embajadores suyos.304 5) En cuanto a la legislacióón. Como magistrado tiene teóricamente la iniciati va de la proposición de leyes. Augusto en virtud de su potestas trinunicia hace votar por la plebe en el año 18 sus leyes De ambitu, y De maritandis ordinibus30S; De adulteriis coercendis; lex Papia Poppaea, del año 9, De vi publica del año 17 306. También Claudio y Nerva hicieron votar plebiscitos 307. Pero, de ordinario, los emperadores dejaron el poder legislativo al senado, interviniendo cuando lo creían conveniente en materias determ inadas.308 6) Constituciones imperiales. Como todos lös magistrados, el príncipe tiene el derecho de proponer edictos al pueblo. Además por una cláusula de la investi dura, tomada del régimen de César o de los triunviratos 309, tenía el derecho de realizar «todo lo que le parezca útil para el Estado en las cosas divinas y humanas», 3 0 0 . O v id . A rs am. 1, 1 9 4 : « N u n c iu u e n u m p r in c e p s , d e in d e fu tu r e se n u m » . 3 0 1 . T a c. A n n . 4 , 3 ; 1 4 , 1 1 ; S u et. O th o , 8 ; T ib . 6 ; D o m it. 2 ; A ug. 2 7 . 3 0 2 . T a c. A n n . 1, 1 4; 1 2 , 4 1 . 3 0 3 . V ita V eri, 3. 3 0 4 . C . A u g u s t. M on. A ttcyr. 3 1 -3 3 . 3 0 5 . S u e t. A u g. 3 4 , 1; S en eca , D e B enef. 6 , 3 2 , 1; D io C a ss. 5 4 , 18. 3 0 6 . C . A u g u s t. M on. A n c y r. 8 , 5 ; T a c. A n n . 1, 7 2 ; 3 , 2 4 ; 4 , 3 4 . ' 3 0 7 . T a c. A n n . 1 1 , 1 3 -1 4 ; C a llistr a t. D . 4 7 , 2 1 , 3 , 1. 3 0 8 . M a rtia l. 2 , 9; 9 2 ; 3 , 9 5 ; 9 . 9 7 ; C IL . I I , 1 1 6 7 ; P lin . E p. 2 , 12 , 8 ; 10, 9 4 ; A lfe n u s , D. 4 8 , 2 2 , 3 , 1; S u e t. T ib . 3 1 . 3 0 9 . D io C a ss. 4 4 , 6 ; A p p . Bell. C iu. 5 , 7 5 .
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es decir, que él da fuerza legal a todas las constituciones o prescripciones, de cual quier condición que sean: decretum, edictum, epistola, mandatum y a todas sus acta y constitutiones. Corta las controversias jurídicas con un rescripto, hace dere cho en cuanto prescribe sea de forma ordinaria o extraordinaria. 7) Nombra a todos sus colaboradores, auxiliares, senadores, etc., determina su competencia, y los mantiene en el cargo mientras le parece. Tiene los colaboradores de su casa: donde abundan los siervos, los libertos y los caballeros; los funciona rios del Estado, no magistrados, que elige de entre los caballeros, como los grados de oficiales del ejército; las oficinas administrativas y el prefecto del pretorio; y, por fin, los funcionarios elegidos entre los senadores, tales como los magistrados y el prefecto de la ciudad. Y junto a sí todavía tiene su consejo privado, consilium principis. 8) Muchos emperadores, como el mismo Augusto, no tomaron sobre sí la cen sura, aunque realiza el censo como cónsul, y hace revisiones y organizaciones del senado como censor o con potestad censoria 31°; o como luego Tiberio, por una ley especial. Es decir, que cuando tiene que realizar alguna competencia del cen sor, si no tiene el poder conveniente, se lo da él mismo, o hace que se lo conceda el senado. 9) Los actos judiciales del emperador son irrevocables. Pueden rescindirse por una condenación postuma, pero siempre se procedió en esto con mucha discreción. 10) Desde Augusto elige y nombra los miembros del senado por la potestas censoria o como censor311. Todos los años pone en público la lista de los senado res, album senatorium 312. Naturalmente Augusto, como todos los que le siguen, aparecía siempre encabezando la lista del senado3n, y se llama cuando quiere prin ceps senatus314. De ordinario asisten a todas las sesiones del senado315. El empe rador convoca al senado en virtud de su potestas tribunicia, o de una cláusula de su investdura que le da los más amplios poderes316. El emperador preside el senado y si hace proposiciones, pasan las primeras. Envía al senado disposiciones escritas, oratio principis ad Senatum; retira o deja discutir la proposición de un magis trado; anula un senadoconsulto por su intercesión tribunicia y vigila la redacción de las ponencias verbales o conclusiones escritas. Es evidente que, depurado el senado cuantas veces crea necesario, no se opondrá jamás a la voluntad del empe rador. Es una forma de mantener a la aristocracia junto a sí, con el señuelo de un poder y de una posición media entre el pueblo y el príncipe. 2. El Bajo Imperio Con Diocleciano y Constantino el principado se convierte en una monarquía absoluta, con una administración centralizada, una sociedad dividida en castas, te niendo cada cual fijados sus derechos, sus cargas y sus deberes. Para evitar la 3 1 0 . C . A u g u s t. M on . A n cyr. 8, 2 -3 ; S u e t. A u g. 2 7 , 5: « R e c e p it e t m o ru m le g u m q u e r eg im e n a e q u e p e r p e tu u m , q u o iu r e , q u a m q u a m s in e c en su ra e h o n o r e , c e n su m ta m en p o p u li ter e g it, p r im u m ac te r tiu m cu m c o lle g a , m e d iu m s o lu s » . 3 1 1 . C . A u g u s t. M on. A n cyr. 8 , 2 . 3 1 2 . D i o C a ss. 5 5 , 3 ; T a c. A n n . 4 , 4 2 . 3 1 3 . D i o C a ss. 5 3 , 1. 3 1 4 . C . A u g u s t. M on . A n cyr. 7 , 2 : « P r in c e p s se n a tu s fu i u s q u e a d e u m d ie m q u o d scr ip ser a m h a e c , p e r a n n o s q u a d r a g in ta » . 3 1 5 . T a c. A n n . 1, 7 4 ; V ita H adrian i, 8 ; V ita M arci, 1 0; V ita P ertin a c. 9. 3 1 6 . T a c . A n n . 1 , 7 ; S u e t. T ib . 2 3 .
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repetición de la anarquía del siglo I I I Diocleciano y Constantino aseguran la suce sión al trono y la preponderancia del poder civil por la asociación de dos o más emperadores, la separación definitiva de las funciones civiles y militares, el fin de la prefectura del pretorio, y la reducción de Roma a capital de provincia. En septiembre del año 285 Diocleciano nombra a Maximiano César con poder tribunicio; y luego en el 1.° de abril del año 286 lo declara Augusto en Nicome d ia 317. Los dos Augustos son colegas iguales, pero el de más edad ocupa el primer ran g o 318. Teóricamente el poder se conserva uno e indivisible, hay unidad legisla tiva y monetaria, pero en realidad hay dos poderes: cada Augusto tiene su ejér cito, su tesoro. Diocleciano tiene su corte en Nicomedia, y Maximiano en Milán, y no tardará mucho en pasar el centro de gravedad a Constantinopla. En 293 Diocleciano completa su sistema, nombrando dos Césares adoptados por los dos Augustos, y convertidos en sus yernos: Constancio Cloro y Galeró. Estos dos Césares son verdaderos emperadores, tienen el título de nobilissimus, púrpura, corona de laurel, no la diadema, poder tribunicio, militar y judicial. Go biernan directamente una parte del territorio: Constancio la Galia y la Bretaña, y Galero las provincias danubianas, el Ilirio, la Macedonia, Grecia y Creta; pero cada César está bajo la dependencia de su Augusto, a quien llama padre por su adopción ficticia. El emperador puede deponer cuando quiera al César. Este sis tema continúa después de Diocleciano. El título con que a partir de Diocleciano se saluda al emperador es dom inus319, maximus uictor ac triumphator. Graciano deja con el pontificado mucho de los anti guos títulos. Sus sucesores se hacen llamar inuictissimus princeps-, toto orbe uic tor·, aeternus, perpetuus perennis, maximus princeps o Augustus-, y sobre todo pius felix semper Augustus. Lleva Ia ropa de oro y seda, recamada de perlas y diamantes, manto de púr pura, y diadema. Cuando se llega a él se le rinde la adoratio, es decir, se arrodilla y se besa su púrpura 320. Con el cristianismo desaparece todo lo que suponga diviniza
3 1 7 . E u tr o p . 9 , 2 2 . 3 1 8 . L a c ta n t. D e M o rte P ersec. 8 -9. 3 1 9 . C o d . T h eo d . 6 , 2 , 2 5 ; 6 , 4 , 1 1 ; 8 , 1 8 , 1; 9 , 1, 3 , etc. 3 1 9 . D o m in u s < dom u s, « e l d u e ñ o » , « e l q u e g o b ie r n a la c a sa » , e s e l t ít u lo q u e se da a q u ie n s e e n c u e n tr a u n o e n la c a lle y n o r ec u e r d a s u n o m b r e , c o m o e n tr e n o s o tr o s, « se ñ o r » (S e n e c a , E p. 3 , 1 ). P e r o p o r la r e la c ió n q u e h a lla c o n e l g r ie g o δεσπότες to m a e l s e n tid o p e y o r a tiv o · d e e sta p a la b ra , c f. C ic. R ep . 2 , 2 6 : « V id e s n e u t d e reg e (T a r q u in iu s ) d o m in u s e x tite r it? H i c e s t e n im d o m in u s p o p u li q u e m G r a e c i ty r a n n u m u o c a n t» (c f. I d ., O ff. 3 , 83; P hil. 1 3 , 1 7 ). P r o n u n c ia d a c o n su m o r e s p e to , a l d ecla ra rse lo s s ú b d ito s se r v id o r e s d e l e m p e r a d o r , la p a la b ra d o m in u s e s p u r a m e n te h o n o rífic a p a ra q u ie n la r e c ib e , c o m o c u a n d o C iceró n la r efiere a la d iv in id a d (A cad. 2 , 1 2 9 ; Fin. 4 , 1 1 ; L eg. 2 , 1 5 ) y e n tr e lo s c r istia n o s q u e la d ir ig e n « a l S e ñ o r » tr a d u c ie n d o e l χύριος g r ie g o . P e l o a A u g u s to l e p a r e c ió d e m a s ia d o gaz m o ñ a y a d u la n te y p r o h ib ió por u n d e c r e to q u e n a d ie e n a b s o lu to le d ir ig ie r a ta l sa lu d o (S u e t. A u g . 5 3 ) , p o r lo s m is m o s m o tiv o s la rec h a z ó T ib e r io (S u e t. T ib . 2 7 ; T a c . A n n . 2 , 8 7 ) y A le ja n d r o S e v e r o (L a m p rid . A lex . Sev. 4 ). E n c a m b io D o m ic ia n o , d ic ta n d o u n a c a rta q u e h a b ía d e e sc r ib ir s e e n n o m b r e d e s u s p r o c u r a d o r es la e n c a b e z ó : « D o m in u s e t d e u s n o s te r h oc fie r i iu b e t » ... y q u is o q u e e n a d e la n te s e refiriera n a é l c o n e s e t ít u lo (S u e t. D o m it. 1 3 , 1-2) y a s í lu e g o M a rcia l: « e d ic tu m d o m in i d e iq u e n o s tr i» ( 5 , 8 , 1 ). L u e g o se h a c e c o m ú n a l diri g ir se a lo s e m p e r a d o r e s , c o m o v e m o s e n e l e p is to la r io d e P lin io e l J o v e n c o n T rajan o, e n q u e altern a e l s a lu d o « d o m in e » , c o n e l d e « im p er a to r s a n c tis sim e » ( 1 ) ; « im p e r a to r o p tim e » (4 ); « o p tim e im p e r a to r » (1 4 ) , p e r o d e o r d in a r io « d o m in e » . ' ' 3 2 0 . L a p u rp u r a c o m o in s ig n ia y d is tin tiv o d e l p o d e r e n R o m a , p u e d e v e r s e e n M . R ein h o ld , H isto r y o f P u r p le as a S ta tu s S ym b o l in A n tiq u ity (c o lle c t. L a to m u s, 1 1 6 ), B ru se la s 1 9 7 0 , d e d ic a d o ca si to d o e l f o lle t o d e 7 4 p p . a la p ú rp u ra e n R o m a , s o b r e to d o e n su tie m p o im p erial.
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L as m agistraturas a lo largo de la vida romana
ción y apoteosis, pero todo lo demás prosigue. La mayor parte de este ceremonial del emperador se acomodará luego en la iglesia para el romano Pontífice. En el orden legislativo procede de estas formas: 1) Por edictos destinados al pueblo, a una provincia, a una ciudad, a Roma, a Constantinopla, a una corporación o colegio. 2) Por constitutiones, orationes, enviadas al senado, con frecuencia en forma de cartas, cuya lectura hace el maestro de los notarios (primicerius notariorum), u otro funcionario o senador, designado para ello .321 3) Por constitutiones enviadas directamente a un magistrado, prefecto del pre torio, encargado de transmitirla a los magistrados inferiores. Iba pasando por va rios procesos, que se señalaban con palabras consagradas: data (o directa, emissa, subscripta), salida del emperador; missa, enviada por el magistrado; accepta, reci bida por el magistrado inferior o superior; lecta·, apud acta, registrada en las actas; puesta en público en el tablón de anuncios. El emperador nombra todos los cargos, que de alguna manera le ayudan en el gobierno, los jefes del ejército, y los prepósitos u oficiales y notarios del sacro palacio. Los poderes del emperador son omnímodos. Todos los emperadores respetan al senado como representante de Roma y de su nobleza, pero no comunican con él más que por medio del prefecto de la ciu dad, o por las comisiones de senadores que de cuando en cuando acuden al pala cio imperial. Naturalmente el senado es una asamblea de honor.322 3. Los emperadores romanos hasta Teodosio I ( t 395) Ya que tantas veces se alude a los emperadores en esta obra no podemos me nos de consignar sus nombres desde Augusto a Teodosio I.
F A M IL IA D E L O S J U L IO -C L A U D IO S
A u g u s to — 3 0 a. C . 1 4 d . C .— . (C . C ésa r O c ta v ia n o ). N a c id o e n e l a ñ o 6 3 a. C . A d o p t a d o p o r J u lio C ésa r. Q u e d a s o lo e n e l I m p e r io d e s p u é s d e A c c io , a. 3 1 . A u g u stu s e n e l 2 7 . O r g a n iz a lo s p o d e r e s d e s d e e l 2 7 al 1 9 . E n su r e in a d o n a ce J e su c r is to e n B e lé n d e J u d á . V ater pa tria e e n e l 2 a. C . M u e r to e n e l 1 4 d . C . D e c la r a d o D iu u s A u g u stu s. T i b e r i o — 1 4 -3 7 d . C .— . (T i. C la u d iu s T ib e r iu s ). N a c e e n e l 4 1 a. C . H ij o d e L iv ia y d e T i. C la u d io N e r ó n . A d o p ta d o p o r A u g u s to . D u r a n te s u r ein a d o , a ñ o 3 1 s e g ú n T e r tu lia n o , es
3 2 1 . C o d . T h e o d . 6 , 3 , 2 5 ; 6 , 4 , 1 1 ; 8 , 1 8 , 1; 9 , 1, 3 , e tc . 3 2 2 . C o m o h e m o s te n id o o c a sió n d e n o ta r , e l s e n a d o era e l o r g a n ism o q u e s e n tía m ás d ir e c ta m e n te la c o n d ic ió n d e l e m p e r a d o r . U n o s se a p o y a b a n e n é l y lo c o n sid e r a b a n (c f. V ita Cl. A lb in i, 1 3 , 3 s ), o tr o s se b u rla b a n m is e r a b le m e n te y lo d e n ig r a b a n . H e lio g á b a lo in tr o d u jo e n la a ltísim a cám ara a su m ad re: « q u a e c u m u e n is s e t u o c a ta ad c o n s u lu m su b s e llia scri b e n d o a d fu it, id e s t s e n a tu s c o n s u lti c o n fic ie n d i te s tis , s o lu s q u e o m n iu m im p er a to r u m fu it, s u b q u o m u lie r q u a si c la r issim a lo c o u ir i s en a tu m in g r e ss a e s t» (L a m p rid . H elio g . 4 , 1 ) p e r o in c lu so in tr o d u jo c o m o sen a d o r a a su a b u ela {ib. 1 2 , 3 ; 1 5 , 6 ). N o c o n te n to c o n e so c o n str u y ó e n e l Q u ir in a l « m u lie r u m se n a tu m » {ib. 4 , 2). « S e d S y m ia m ira fa cta s u n t se n a tu s c o n su lta ri d ic u la d e le g ib u s m a tro n a lib u s: q u a e q u o u e s titu in c e d e r e t, q u a e c u i c e d e r e t, q u a e ad c u iu s o s c u lu m u e n ir e t. Q u a e p ile n to , q u a e e q u o , q u a e sa g m a r io , q u a e a s in o u e h e r e tu r , q u a e c a rp en to m u la ri, q u a e b o u m , q u a e s e lla u e h e r e tu r , e t u tru m p e llic i an o s se a , an e b o r a ta an a rgen tea, e t q u a e au ru m u e l g e m m a s, u e l c a lc ia m e n tis h a b e r e n t» {ib. 4 , 4 ); c f. 18 , 3.
E l Principado-Imperium
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c ru cific a d o J e su c r is to e n J e ru sa lé n . B u e n a ca m p a ñ a m ilita r a n tes d e l im p e r io . M u e re en la C am p an ia . S e r etira a C apri 2 6 -3 7 . C a l i g u l a — 3 7 -4 1 d . C.— . (C . C aesar G e r m a n ic u s ). H ij o d e G e r m á n ic o y d e A g r ip in a . N a c e e n e l 12 d . C . D e s p u é s d e u n a g r a v e e n fe r m e d a d ca m b ia d e carácter. A se s in a d o en e l P a la tin o en el año 41. C l a u d i o — 41-54—·. (T ib . C la u d iu s). N a c e e n e l a ñ o 9 d . C . H ij o d e D r u s o y d e A n to n ia . V iv e p r iv a d a m e n te h a sta lo s 3 7 a ñ o s, d e d ic a d o a la e r u d ic ió n . N o era m a lo p or n a tu ra leza , p e r o s í e s t ó lid o y n e c io . S e so sp e c h a q u e fu e e n v e n e n a d o . C o n s a g r a d o d io s . N e r ó n — 54-68— . (T i. C la u d iu s C aesar N e r o ) . N a c e e n e l 38. H ij o d e A g r ip in a y d e D o m ic io A h e n o b a r b o . A d o p ta d o p o r C la u d io e n e l 5 0. I n c e n d ia R o m a e n e l 6 4. C o n str u c c ió n d e la d o m u s aurea, d iv in iz a a P o p e a e n s u m u e r te , a ñ o 6 5. M a n d a m atar a B ritá n ic o , e n 5 5 a sus m a e s tr o s, a s u m a d r e A g r ip in a e n e l 5 9. S e su ic id a e n e l 68. G a l b a ·— ju n . 6 8 - e n e r o 6 9 — . (S e r v io S u lp ic io G a lb a ). N a c id o e n e l 5 ó 6 a. C . p a tr ic io , se n a to ria l. A d o p ta a P is ó n . M u e r e a sesin a d o al 6 .ü m e s d e s u e le v a c ió n al I m p e r io . O t ó n — e n . - abr. 6 9 — . (M . S a lv io O tó n ). N a c id o e n e l 3 2 d . C . Se a sesin a al v e r s e c er c a d o p o r V it e lio , a lo s 4 m e s e s d e su e le v a c ió n a l tr o n o . V i t e l i o — a b r. - d ib r e . 69 (A . V ite liu s G e r m a n ic u s ). N a c id o e n e l 15 d . C . fu e asesin a d o a lo s o c h o m e s e s d e h a b er v e n c id o a O tó n .
L O S E M P E R A D O R E S F L A V IO S
V e s p a s i a n o — 6 9 -7 9 — . (T . F la u iu s V e sp a s ia n u s). N a c id o e l 9 d . C . e n la S ab in a. C o m a n d a n te d e l e jé r c ito d e S iria y P a le s tin a . C o n q u ista J e ru sa lé n . R e o rg a n iza e l O r ie n te . T ie n e d o s h ijos, T it o y D o m ic ia n o . C o n sa g ra d o diuus. T i t o — 7 9 -8 1 — . (T itu s F la u iu s V e sp a s ia n u s). N a c id o e l 3 9 . V iv e m u c h o tie m p o c o n su p a d r e e n e l O r ie n te . T ra ta d e h a c e t fe lic e s a lo s h o m b r e s . E r u p c ió n d e l V e s u b io e n e l 7 9 . In a u g u r a c ió n d e l C o lis e o . M u e r e q u izá s e n v e n e n a d o p o r su h e r m a n o . C o n sa g ra d o D iuus. D o m ic ia n o — 8 1 -9 6 — . (T i. F la u iu s D o m itia n u s ). M a la e d u c a c ió n e n R o m a . E sta b le c e u n g r a n p r o to c o lo en la D o m u s Flauta e n e l P a la tin o . Q u ie r e ser lla m a d o D io s , y su frió la dam na tio m em oriae.
LO S E M PE R A D O R E S A N T O N IA N O S
N e r v a — 9 6 -9 8 — . (M . C o c c e iu s N e r u a ). N a c id o e n e l a ñ o 3 0 d e fa m ilia se n a to r ia l. A d o p ta c o m o h ijo a T ra ja n o d e la n te d e l s en a d o . C o n sa g ra d o dios. T r a j a n o — 9 8 -1 1 8 — . (M . V lp iu s T ra ia n u s). N a c id o e l 5 3 e n I tá lic a . G r a n g e n e ra l. A m p lía lo s lím it e s d e l I m p e r io . M u e r e d e fieb re en C ilic ia . S u s c e n iz a s s o n tr a íd a s a R om a. C on sagra d o d io s c o n u n tr iu n fo p o s tu m o s o b r e lo s P a r to s . F a v o r e c e a A d r ia n o , a q u ie n a d o p ta e n lo s m o m e n to s d e la m u e r te . A d r ia n o — 1 1 7 -1 3 8 — . (P . A e liu s H a d r ia n u s). N a c id o e l 7 6 e n I tá lic a . P a r ie n te d e T rajan o. A d o p t a d o p o r é l. M u e r e d e u n a e n fe r m e d a d d o lo r o s a e n 1 3 8 . C o n sa g ra d o d io s , p e r o c o n la r e s is te n c ia d e l s en a d o . A n to n io P í o — 1 3 8 -1 6 1 — . (T i. A u r e liu s F u lv iu s A r riu s A n to n iu s ). N a c id o e n e l 8 6 d e fa m ilia se n a to r ia l. C o n v e r tid o e n A e liu s p o r a d o p c ió n d e A d r ia n o . M u e r e e n s u v illa d e L o r iu m . C o n sa g ra d o d io s . M a r c o A u r e l i o — 1 6 1 -1 8 0 , c o n V e r u s h a sta 1 6 9 — . N a c id o e n e l 1 2 1 , d e fa m ilia h isp an or om an a. D is tin g u id o p o r A d r ia n o s e e d u c a e n e l p a la c io im p e r ia l. S e d is tin g u e p o r su s e stu d io s e n filo s o fía . A so c ia a l im p e r io a L u c io V e r o q u e m u e r e d u ra n te u n a p e s te e n 1 6 9 . L u e g o aso c ia c o m o A u g u s to a su h ijo C ó m o d o . C ó m o d o — 1 8 0 -1 9 2 — . (M . A u r e liu s [ A n t o n in u s ] C o m m o d u s ). A partir d e l 192 tie n e la lo c u r a d e im ita r a H é r c u le s . S e d eja lle v a r p o r lo s fa v o r ito s so b r e to d o p o r la c o n c u b in a M ar cia. A s e s in a d o e n e l 1.° d e e n e r o d e l 1 9 3 . E s o b je to d e u n a dam n atio m em oriae, an u lad a lu e g o p o r S e p t. S e v e r o . P e r t i n a z ·— 8 7 d ía s d e l a ñ o 1 9 3 — . (P . H e lu iu s P e r tin a x ). S e n a d o r. E le v a d o a l im p e r io por lo s a s e s in o s d e C ó m o d o . E ra p r e fe c to d e la c iu d a d . A se s in a d o p o r lo s p r e to r ia n o s a lo s 3 m e se s y m e d io d e p r o c la m a d o em p era d o r. D id io J u l i a n o — 5 5 d ía s d e l añ o 1 9 3 — . ( D . D id iu s I u lia n u s ). M u y r ic o . I m p u e s to e n e l im p e r io p o r lo s p r e to r ia n o s . A se s in a d o e n s e g u id a p o r la s trop as d e l D a n u b io , q u izás p o r q u e n o p u d o d a r to d o lo q u e p r o m e tió para c o n s e g u ir e l im p e r io .
204
Las magistraturas a lo largo de la vida romana
CASA D E LO S SEVERO S
S e p tim io S e v e r o — 193-211·— ·. (L . S e p tim iu s S e u e m s ). N a c id o e n 1 4 6 e n L e p tis M a g n a . H iz o carrera se n a to r ia l. L e g a d o d e la P a n o n ia . T u v o q u e e lim in a r a s u s d o s c o n tr in c a n te s P e r c e n n iu s N ig e r e n O r ie n te (1 9 4 -5 ) y a C lo d io A lb in o e n la B re ta ñ a y G a lia (1 9 6 -1 9 7 ). E l ju rista U lp ia n o e s p r e fe c t o d e s u p r e to r io . M u r ió e n Y o r k y s u s c e n iz a s fu e r o n lle v a d a s a R o m a . D e c la r a d o d io s. C a r a c a l l a — 2 1 1 -2 1 7 — , (M . A u r e liu s A n to n in u s ). H ij o m a y o r d e S e p t. S e v e ro . S u p r im e a s u h e r m a n o G e ta e n 2 1 2 . M a n d a a sesin a r a l ju r ista P a p in ia n o . P o r su C o n s titu tio A n ton ian a c o n c e d e la c iu d a d a n ía a to d a s la s p e r so n a s lib r e s d e l I m p e r io , a ñ o 2 1 2 . A se s in a d o p o r u n c o m p lo t m ilita r e n 2 1 7 . D e c la r a d o diuus. S e p tim io G e ta , s u h e r m a n o , e stá a so c ia d o c o m o A u g u s to 2 1 1 -2 1 2 . M a c r i n o — 2 1 7 -2 1 8 — . (M . O p e lliu s M a c r in u s). O r ig in a r io d e C e sá r e a , d e M a u r ita n ia . P r e fe c to d e l p r e to r io e n 2 1 7 . E s e l p r im e r e m p e r a d o r q u e p r o c e d e d e l o r d e n e c u e s tr e . H e l i o g á b a l o — 2 1 8 -2 2 2 — . ( A v it u s ) . H ij o n a tu r a l d e C aracalla p o r e l o r ie n te . S e d e c ía h ijo d e u n a sa c e r d o tisa d e l s o l, S o a e m ia s. A s e s in a d o ju n ta m e n te c o n s u m ad re, y s u c u e r p o fu e a r ro ja d o a l T ib e r y e x ecra d a su m e m o r ia , d am n a tio m em oriae. S e v e r o A l e j a n d r o — 2 2 2 -2 3 5 — . N a c id o e n S iria . I m p u e s to a H e lio g á b a lo c o m o C ésa r en 2 2 1 . R e c ib ió la in flu e n c ia d e l ju r is c o n s u lto U lp ia n o , p r e fe c to d e l p r e to r io , a q u ie n a sesin a r o n lo s so ld a d o s e n 2 2 8 . N o m b r ó c ó n s u l c o n s ig o a l h is to r ia d o r D ió n C a sio . A se s in a d o en M a g u n c ia e n 2 3 3 . C o n sa g ra d o d io s . M a x im in o T r a c i o — 2 3 5 -2 3 8 — . O r ig in a r io d e T ra c ia . E le v a d o p o r e l e jé r c ito . A so c ia c o m o C é sa r a su h ijo M a x im in o . A p e n a s p e r m a n e c e n en R o m a . E llo s h a b ía n a sesin a d o a S e v e r o A le ja n d r o , s o n ta m b ié n a se s in a d o s p a d r e e h ij o d u r a n te e l s itio d e A q u ile y a , e n 2 3 8 . G o r d ia n o I y su h ijo G o r d ia n o 'H p r o c la m a d o s p o r lo s so ld a d o s in s u r g e n te s d e l A fr ic a . N o lle g a n a to m a r p o s e s ió n d e l I m p e r io e n R o m a . P o r l o c u a l e n e l a ñ o 2 3 8 h a y u n a c r isis d e l p o d e r . E l s e n a d o h a b ía n o m b r a d o c o m o c ó n su le s-e m p e r a d o r e s a B a lb in o y P u p ie n o , q u e tam b ié n fu e r o n a se s in a d o s e n e l m is m o a ñ o 2 3 8 . G o r d ia n o ΙΓ Ι — 2 3 9 -2 4 4 — . N ie t o d e G o r d ia n o I , c u e n ta 13 a ñ o s. D ir ig e u n a e x p e d ic ió n c o n tr a lo s P e r sa s . M u e r e a c a u sa d e la s h e r id a s r e c ib id a s e n la b a ta lla d e M is ic h é , n o a s e s i n a d o , c o m o s u e le d e c ir se p o r s u s u c e s o r F e lip e . C o n sa g ra d o d io s . F e l i p e e l A r a b e — 2 4 4 -2 4 9 — . P r e fe c to d e l p r e to r io (2 4 3 -2 4 4 ). N o fo r m ó u n c o m p lo t c o n tra G o r d ia n o I I I . P r o c e d e d e Itu r e a . C e le b r a la s fie sta s m ilen a ria s d e la fu n d a c ió n d e R o m a (2 4 7 -2 4 9 ). F u e a se sin a d o e n V e r o n a y s u h ijo e n R o m a . D e c io — 2 4 9 -2 5 1 — . ( Q . M e s s iu s D e c iu s T r a ia n u s ). S in ser p a r ie n te d e T ra ja n o d e b ió g r a n p a r te d e su fo r tu n a a l n o m b r e d e l g ra n e m p e r a d o r h is p a n o . N a c ió e n P a n o n ia . S e e n s a ñ ó p er s ig u ie n d o a lo s c r istia n o s. D ir ig ió d e sa fo r tu n a d a m e n te la g u e r ra c o n tr a lo s p ersa s, y p e r e c ió en e lla a h o g a d o e n u n a charca. G a l l o T r e b o n ia n o — 251-253 — , c r e a d o e m p e r a d o r , a so ció a s u h ijo V o lu s ia n o . A m b o s fu e r o n a s esin a d o s p o r lo s s o ld a d o s . T a m b ié n h a b ía a so c ia d o a H o s t ilio , q u e m u r ió v íc tim a d e la p e s te . E m ilian o, p r e fe c to d e la M e s ia , fu e e le g id o e n s u lu g a r , p e r o lo a sesin a r o n ta m b ié n a lo s m e s e s d e e le g ir lo . V a l e r i a n o — 2 5 3 -2 6 0 — c o n su h ij o G a lie n o , s e a p o d er a n d e l I m p e r io (P . L ic in iu s V a le r ia n u s ). D e u n a v ie ja fa m ilia itá lic a . S u p o lít ic a fa v o r e c ió m u c h o a lo s se n a d o r e s. P e r se g u id o r im p la c a b le d e lo s c r istia n o s (d e s d e 2 5 7 -2 5 8 , m u e r e S. C ip r ia n o e n C artago; S . S ix to y S . L o r e n z o e n R o m a ). E l m u e r e v e n c id o y p r is io n e r o e n la g u e r ra P e r sa . G a l i e n o — 2 6 0 -2 6 8 — su h ijo . R e in a s o lo , a la c a íd a d e su p a d te . M u e r e a se sin a d o e n e l a s e d io d e M ilá n e n 2 6 8 . S u c e d e u n a é p o c a d e a n a r q u ía lla m a d a d e lo s « tr e in ta tir a n o s» , h a y n u m e ro sa s u su r p a c io n e s lo c a le s, e lim in a c ió n d e se n a d o r e s , e tc . Z e n o b ia e n e l O r ie n te . V ic to r ia e n e l O c c id e n te .
E M P E R A D O R E S IL IR IO S
C l a u d i o G ó t i c o — 268-270— . (M . A u r e lliu s C la u d iu s ). O fic ia l d e l e jé r c ito , d e o r ig e n pan o n io . V e n c ió a lo s g o d o s . M u e re v íc tim a d e la p e s te cerca d e l D a n u b io . Q u in tilio , su h e r m a n o , e le g id o e m p e r a d o r , fu e a s e s in a d o a lo s 15 d ía s . A u r e l i a n o — 270-275— . (L . D o m it iu s A u r e lia n u s ). P a n o n io . M ilita r , je fe d e C a b a lle r ía e n q u e s e h a c ía lla m a r D o m in u s. V e n c ió a lo s A la m a n e s y M a ré a n o s. R e d u jo la r e b e lió n d e P al-
ÍU Prlndpaáo-Lmperlutn
205
iriira. V e n c ió a Z e n o b ia . D o t ó a R o m a d e s iste m a d e m u ra lla s M u r a lla s A u r e lia n a s. F u e ase s in a d o e n e l A sia M e n o r c u a n d o ib a a h a c e r la g u e r ra a lo s p ersa s. T á c i t o — se tb r e . 2 7 5 - m a r z o 2 7 6 — . S e d e c ía d e la fa m ilia d e l h isto r ia d o r . V e n c ió a lo s e sc ita s . M u r ió o c h o m e s e s d e s p u é s d e h a b er s id o e le g id o e m p e r a d o r . Floriano, su h e r m a n o . L e s u c e d ió e n O c c id e n te y P r o b o e n e l O r ie n te . F lo r ia n o s e abrió las v e n a s e s p o n tá n e a m e n te a lo s tres m e s e s d e e le g id o e m p e r a d o r . P r o b o — 2 7 6 -2 8 2 — . (M . A u r e liu s P r o b u s ). O fic ia l e x p e r im e n ta d o y b u e n a d m in istra d o r. A p a c ig u ó la s G a lia s . S o m e tió a lo s G e ta s y a io s P e r sa s. E s ta b le c ió c o lo n ia s d e b árb aros e n las G a lia s . A s e s in a d o e n 2 8 2 . C a r o — 2 8 2 -2 8 3 — . (M . A u r e liu s C a r u s). N a c ió e n N a r b o n a , p r e fe c to d e l p r e to r io . P r o c la m a d o e m p e r a d o r p o r e l e jé r c ito ren o -d a n u b ia n o . A s o c ia a s u s h ijo s C arin o y N u m e r ia n o . E m p r e sa a m b ic io sa y f e liz c o n tr a lo s P a r to s. D i o c l e c i a n o y s u te tr a r q u ía — 2 8 5 -3 0 5 — : ( D io c le c ia n o A u g u s to s ( M a x im ia n o
!
CYm i -p *
I C é sa r e s
j
i
C o n s ta n c io C lo r o G a le r io
t C o n s ta n c io C lo r o A u g u s to s j G a Ier io
J M a x im in o D a ia ( S e v e r o - L ic in io
D io c le c ia n o a b d ic a e n 3 0 5 y s e r e tir a a S p a la to e n D a lm a c ia . E l h ijo d e M a x im ia n o M aje n c io to m a e n I ta lia e l lu g a r d e S e v e r o . C o n s ta n tin o , h ij o d e C o n sta n c ia , d e sa rr o lla s u p o d er e n la G a lia , s e ca sa c o n F a u sta , h ija d e M a x im ia n o , y r o m p e p r o g r e s iv a m e n te c o n M a je n c io . E n O c c id e n te d is p u ta n la r g a m e n te C o n s ta n tin o y M a je n c io . C o n s ta n c io m u er e e n 3 0 6 ; G a le r io e n 3 1 1 . L a lu c h a d u ra d e 3 0 5 a 3 1 2 . C o n s t a n t i n o — 3 1 2 -3 3 7 , c o n L ic in io h a s ta 3 2 4 — . (F lauius V a leriu s C on stan tin u s). H ij o de C o n s ta n c io C lo r o y d e H e le n a . D e o r ig e n ilir io . E d u c a d o e n la G a lia . L ic in io , c o m p a ñ e r o d e g u e r ra d e G a le r io . A u g u s to , a la m u e r te d e é s t e e n 3 1 1 . P a c ta c o n C o n s ta n tin o e n 2 1 2 c o n tr a M a je n c io y M a x im in o D a ia , éste, q u e d a e lim in a d o e n 3 1 3 . D e m u tu o a c u e rd o C o n s ta n tin o y L i c in io c o n c e d e n la p a z a la I g le s ia . S e in sta la e n C o n s ta n tin o p la e n 3 2 4 . I n flu y e m u c h o e n é l O s io d e C ó r d o b a y lu e g o E u s e b io d e N ic o m e d ia . C o n s t a n c i o I I — 3 3 7 -3 6 1 , c o n C onstán'te h a s ta 3 5 0 — . L o s d o s s o n h ijo s d e C o n s ta n tin o . C o n s ta n c io I I r esta u ra la u n id a d d e l im p e r io a p e sa r d e l p la n d e d is tr ib u c ió n d e l 3 3 7 . R e e m p la z a to t a lm e n te a s u h e r m a n o C o n s ta n te e n 3 5 0 , q u e y a h a b ía e lim in a d o a su h e r m a n o C o n s ta n tin o I I . R e s id e e n C o n s ta n tin o p la . E s c r istia n o p e r o a rrian o. S e in ter fier e e n las c o sa s d e la I g le s ia . P e r s ig u e a S . A ta n a s io , le d ir ig e m u ch a s o b r a s S . L u c ife r d e C ag lia ri. V is ita so le m n ís im a a R o m a e n 3 3 7 . M u e r e d u ra n te e l c o n flic to d e s u s trop as (ilir ia s ) c o n la s d e la G a lia , e n fa v o r d e J u lia n o . J u l i a n o e l A p ó s t a t a — 3 6 1 -3 6 3 — . H ij o d e u n h e r m a n o d e C o n s ta n tin o e l G r a n d e . L o p r o c la m a n e m p e r a d o r lo s so ld a d o s d e la G a lia . A b ju r ó d e la f e c r istia n a e n q u e h a b ía sid o e d u c a d o e n C a p a d o c ia . M u r ió p o r la s h e r id a s r e c ib id a s e n la e x p e d ic ió n c o n tr a lo s P a r to s . J o v ia n o — 3 6 3 -3 6 4 — . O fic ia l ilir io . B u e n c r istia n o . M a n d ó cerrar te m p lo s p a g a n o s, y a b olir sa cr ificio s. M u e r e d e p a s o p o r e l A s ia , e n la e x p e d ic ió n c o n tr a lo s P a r to s , a lo s o c h o m e s e s d e se r p r o c la m a d o e m p e r a d o r . V a l e n t i n i a n o y V a l e n t e — 3 6 4 -3 7 9 — . V a le n tin ia n o d e o r ig e n p a n o n io . P r o c la m a d o e m p e r a d o r para c o n c ilia r la s te n d e n c ia s d e lo s e jé rc ito s d e l I lir io y d e la s G a lia s. S e a socia A u g u s to su h e r m a n o V a le n te . I n flu y e m u c h o e n é l S. A m b r o s io . V a le n tin ia n o e n T r é v e r is, V a le n te en C o n s ta n tin o p la . L e a y u d a m u c h o e l c o n d e T e o d o s io . M u e r e d e c ó le ra e n P a n o n ia . T e o d o s io I — 3 7 9 -3 9 5 , c o n G r a c ia n o h a s ta 3 8 3 ; c o n V a le n tin ia n o I I h a s ta 3 9 2 — . T h e o d o s iu s , h ijo d e l c o n d e T e o d o s io , g e n e r a l d e V a le n tin ia n o , d e c a p ita d o e n 3 7 7 . E sp a ñ o l d e o r ig e n . D e fa m ilia n e ta m e n te c ristia n a . E s m ilita r c o m o s u p a d re . A la ta u e r te d e V a le n tin ia n o I I r e c o n s tr u y e la u n id a d d e l im p e r io . R e s id e e n C o n s ta n tin o p la . S e p r o h íb e la r e lig ió n p agan a. C e sa n la s V e s ta le s . R e n u n c ia a l t ít u lo e in s ig n ia s d e P o n tífic e M á x im o p o r in flu jo φ S . A m b r o s io y d e S . D á m a s o , q u e c o n s ig u e n q u e e l b r a z o s ec u la r q u e d e s o m e tid o a la s au torid ad es· e c le s iá s tic a s. E l o b is p o d e R o m a tom ará e l t ít u lo d e P o n t. M á x . A su m u e r te e n 3 9 5 e l I m p e r io r o m a n o q u e d a d e fin itiv a m e n te p a r tid o e n d o s E s ta d o s. E l
La buena vida
1 Las comidas
« V e n a r i la u a r i lu d e r e r id e r e occ e st u iu e r e » .1
« Ñ e q u e e n im ip s o r u m c o n u iu io r u m d e le c ta tio n e m u o lu p ta tib u s m a g is q u a m c o e tu a m ico ru m e t ser m o n ib u s m e tie b a r » . (C ic . Sen ect., 4 5 )
No podemos silenciar este aspecto de la vida romana, puesto que las diversio nes, los pasatiempos inútiles, las fruslerías de la vida ocuparon en algún tiempo una gran parte de la existencia de la mayoría de los romanos. Dice Juvenal con amargo dolor: Y a h a c e tie m p o , d e s d e q u e n o v e n d e m o s n u e s tr o s v o to s a n a d ie , e l p u e b lo h a e ch a d o al v ie n to su s p r e o c u p a c io n e s, p u e s e l q u e a n te s daba e l im p e r io , lo s fa s c io s, la s le g io n e s y to d o , ahora s e d e sp r e o c u p a y n o d e sea a n s io s a m e n te m ás q u e d o s cosas: d is tr ib u c ió n d e a lim e n to s y ju e g o s c ir c e n s e s .2
A la antigua austeridad y virtud, fruto de la pobreza y del trabajo continuo, siguió la opulencia de un pueblo que acumuló todas las riquezas de la tierra y no supo administrarlas en la ordenación de un lujo noble y culto, como exigía una sana civilización, sino que, sintetizando todas las decadencias del pueblo griego, todas las molicies de Alejandría y del Asia Menor, degradó todo lo grande y bello. No se buscaba más que la ostentación y el aparato, no se pensaba más que en gozar con nuevos y desconocidos placeres. Séneca nos habla de los jóvenes «necios, lujuriosos e hijos de papá», de los que no pueden tolerar que el sirviente de la mesa sea menos ágil en el servicio, o que el agua para beber esté un poco ca liente, o que el diván esté algo removido, o que la mesa no esté preparada con
1.
I n sc r ip c . e n e l p a v im e n to d e l fo r o d e T im g a d (A fr ic a ), v . B o e s w ilw a ld e t C a g n a t, Ύirri
gad, p . 2 0 , fig . 9 ; C ÍL . V I I I , 1 7 9 3 8 . 2.
14
I u v e n a l. 1 0 , 7 7 -8 1 .
210
Las comidas
toda exquisitez; y como tipo de estas personas muelles presenta a Mindírides, de la ciudad de Síbaris, que viendo a un hombre cavar e hincar hondo el rastrillo en el campo se quejó de cansancio y prohibió al labrador que trabajara en su pre sencia. Y el mismo joven se quejó muchas veces de irritación en la piel, porque algunos pétalos de rosa, sobre los que se había recostado, estaban doblados3. Y Marcial, en su humildad y pobreza, proponía para una buena vida un plan como éste: S i y o p u d ie ra v iv ir c o n tig o , m i q u e r id o M a rc ia l, u n a v id a tr a n q u ila , y d is p o n e r d e u n tie m p o d e s p r e o c u p a d o , y p u d ié r a m o s ig u a lm e n te c o n fia r n o s a la v id a , tú y y o n o b u sc a r ía m o s, n o , lo s a trio s n i la s ca sa s d e lo s p o d e r o s o s, n i las c o n tr o v e r sia s a n g u s tio s a s , n i e l tr is te fo r o , n i q u er r ía m o s sa b e r n a d a d e la s im á g e n e s d e lo s a n tep a sa d o s; s in o la s lite r a s , lo s c h is m e s, lo s lib e lo s , e l c a m p o , lo s p ó r tic o s , las so m b ra s, e l agua V ir g e n , la s term a s; é s to s ser ía n n u e s tr o s trab ajos. A h o r a n a d ie v iv e para s í, y to d o s se n tim o s q u e se n o s p a sa n h u y e n d o lo s d ía s , q u e p e r d e m o s s in r e m e d io para s ie m p r e . S a b ie n d o v iv ir , ¿ p o r q u é n o lo h a c e m o s? 4
De nada servían las leyes sumptuarias, represoras de lujo, cuando el pueblo veía todo lo contrario en los palacios imperiales, y cuando el mismo emperador era el más interesado en mantener entretenido al pueblo ocioso, para que se des preocupara de todo y se manifestara contento y satisfecho. Ya hemos hablado de las termas. Ahora expondremos las comidas, los juegos, los paseos y los viajes de placer.
I.
GENERALIDADES
En las comidas, como en toda la vida romana, es muy notable la evolución de las costumbres. Hay un largo tiempo en que la austeridad romana no conocía más que los alimentos más sencillos, e incluso, al decir de los poetas, la tierra Ies ofrecía espontáneamente la comida. Esta aparece simbolizada en las bellotas 3 . S é n e c a , D e Ira, 2 , 1 6 , 3 ; 2 , 1 5 , 1-2; A e l. L a m p r id iu s, b ió g r a fo d e H eliogábalo, c u e n ta n o p o c a s e x tr a v a g a n c ia s d e s u r e fin a m ie n to : « N e c era t e i u lla u ita n is i e x q u ir e r e u o lu p ta te s » ( 1 9 , 6 ); la ca m a y lo s d iv a n e s d e q u e s e se r v ía e ra n d e p la ta m aciza (2 0 ) ; c eb a b a a s u s p erro s c o n h íg a d o s d e g a n so s (2 1 ) . « V su s e s t a u rea o m n ia tu n ic a , u s u s e t p u rp u rea, u s u s e t d e g e m m is P e r sic a , c u m gra u a ri s e d ic e r e t o n e r e u o lu p ta tis . H a b u it e t in ca lc ea m en tis g e m m a s, e t q u id e m sca lp ta s. V o lu it u ti e t d ia d e m a te g e m m a to q u o p u lch rio r fie r e t e t m a g is ad fe m in a ru m u u ltu m a p t u s ... M o n te m n iu iu m in u ir id a rio d o m u s a e sta te fe c it a d u ec tis n iu ib u s » (2 3 ) . « P isc e s sem p e r qu asi' in m a rin a aqu a c u m c o lo r e s u o c o c to s c o n d itu r a u e n e ta c o m e d it. M o m e n ta r ia s d e r o sa to e t r o sis p is c in a s e x h ib u it e t la u it c u m o m n ib u s s u is ca ld a rias d e n a r d o e x h ib e n s . I d e m in lu c e r n is b a lsa m u m e x h ib u it ... I d e m m u lie r e s n u m q u a m ite r a u it p r a e te r u x o r e m ... L u p a n a ria d o m i a m ic is, c lie n tib u s e t ser u is e x h ib u it ... P is c e s e u iu a riis s u is b u b u s tr a x it» (2 5 ) . « P r im u s R o m a n o r u m h o lo s e r ic a u e s te u su s fe r tu r » (2 6 ) . « C a lc ia m e n tu m n u m q u a m ite r a u it, a n u lo s e tia m n e g a tu r in t e r a s s e ... O n u s u e n tr is auro e x c e p it, in m u rr in is e t o n y c h is m i n x it ...» (3 2 ) . O fr e c ía p r e m io s a q u ie n le in v e n ta ra u n n u e v o p la c e r , p o r e je m p lo a l q u e l e p r e se n ta ra u n a sa lsa d e n u e v o sa b o r q u e le g u sta r a , « e i d a b a t m a x im u m p r a e m iu m , u t ser ic a m u e s te m , q u a e tu n c e t in r a rita te u id e b a tu r e t in h o n o r e » (2 9 , 6 ). 4 . M a rtia l. 5 , 2 0 .
Generalidades
211
(glandes), como dice Cicerón: «¿Qué perversidad tan grande hay en los hombres que siguen comiendo bellotas aún después de haber hallado los cereales?»5; y re cuerdan los poetas: D e s p u é s n a c ie r o n la s b e llo ta s , y y a c o n e lla s v iv ía b ie n e l h o m b r e; la du ra e n c in a l e o fr e cía m a g n ífic o s r ec u r so s. 6 L o q u e e l s u e lo y la s llu v ia s le d a b a n , l o q u e la tierra p r o d u cía e sp o n tá n e a m e n te , era e l r e g a lo q u e s a tisfa c ía e l a n sia d e s u s c o ra z o n e s. C o n s ta n te m e n te se so la za b a n e n tr e la s e n c in a s cargad as d e b e llo ta s, y e s t e fr u to q u e ahora v e s m ad urar e n e l in v ie r n o c o n u n c o lo r d e p ú rp u ra, e n to n c e s la tierra la s p r o d u cía e n m á s a b u n d a n c ia y d e m u c h o m a y o r ta m a ñ o .7 L o s r ío s y la s fu e n te s le in v ita b a n a saciar la s e d . 8 Q u e s e v a y a n c o n D io s lo s c er e a le s, s i c o n e llo s d e sa p a r ec e n la s m o c ita s d e lo s cam p os: N o s a lim en ta r em o s d e b e llo ta s y b e b e r e m o s e l agua c o m o a n tig u a m e n te. N u e s tr o s a n tep a sa d o s s e a lim en ta b a n d e b e llo ta s , p e r o v iv ía n e l a m o r s ie m p r e y e n [t o d a s p artes: ¿ Q u é p e r d ie r o n c o n n o te n e r sem b r a d o s lo s su r co s d e la tierra? 9
Pero la palabra glans hay que entenderla en un sentido amplio, como explica Gayo sobre Javoleto: Glandis appellatione omnis fructus continetur10. Por eso dice Ovidio: I n c lu s o la m ism a tierra lib r e y n o arañada p o r lo s r a str illo s, n i su rca d a p o r n in g u n a e sp e c ie d e a ra d o s, le s o fr e c ía to d o e sp o n tá n e a m e n te y lo s h o m b r e s sa tis fe c h o s c o n lo s a lim e n to s c re a d o s s in c u ltiv o , r ec o g ía n e l fr u to d e lo s a r b u s to s , la s fr e sa s s ilv e str e s, lo s e n d r in o s , la s m o ra s a d h erid a s e n tr e la s d u ra s zarzas, y la s b e llo ta s q u e caían d e la c o p u d a e n c in a d e J ú p ite r . D e s p u é s in c lu so la tierra n o la b ra d a p r o d u c ía m ie se s y e l c a m p o n o b in a d o o n d ea b a e n sa zo n a d a s esp ig a s; lo s c a u c es d e lo s río s se cu a ja b a n d e le c h e y d e n éctar y d e la v e r d e e n c in a g o te a b a e l o r o d e r r e tid o d e la m i e l . 11
Cuando faltaron estos alimentos fue necesario trabajar la tierra, arte que en señó Ceres a los hombres, según Ovidio: C e re s f u e la p rim era q u e , e le v a n d o e l g é n e r o d e v id a d e l h o m b r e, s u s t itu y ó la s b e llo ta s p o r a lim e n to s m á s c o n v e n ie n t e s 12;
y Virgilio: C e re s f u e la p rim era e n e n se ñ a r a r em o v e r la tierra c o n e l h ie r r o , c u a n d o fa lta ro n la s b e llo ta s y lo s m a d r o ñ o s, c u a n d o D ó d o n a n e g ó ya e l a lim e n to a lo s h o m b r e s .13
5. 6. 7. 8. 9. 10 . 11 . 12. 13 .
C ic . O r. 3 1 .
Ovid. F a it. 4 , 3 9 9 -4 0 0 . L u c r. 5 , 9 3 7 -4 2 . L u c r. 5 , 9 4 5 . T ib u l. 2 , 3 , 6 7 -7 0 . G a i. D . 5 0 , 1 6 , 2 3 6 , 1. O v id . M e t. 1 , 1 0 1 -1 2 . O v id . Fast. 4 , 4 0 1 -2 ; c f. V ir g . G eorg. 1, 7 -9 ; 3 4 8 . V ir g . G eo rg . 1 , 1 4 7 -9 .
Las comidas
212
Y surgieron los cereales, las legumbres y las hortalizas, que juntamente con la leche y los huevos constituyeron el alimento básico del rom ano.14 1.
Los cereales como alimento
Primeramente se comía el trigo cuando todavía estaba tierno y lechoso en la espiga. Dicen que fue Numa quien enseñó a los romanos a tostar el trigo para comerlo 15. Por tanto, el primer alimento preparado de ios cereales fue el grano tostado y hervido 16. Llamaban far a todo grano que ellos trataban. Luego prepa raban el far comestible, macerándolo durante algún tiempo en el agua; después se sacaba y se ponía sobre un pilón. Una vez que se desprendía la cascarilla, se secaba al sol, y se apilaba de nuevo hasta que el grano se partía en tres o cuatro frag mentos, y luego se secaba bien para conservarlo. Poco a poco, este far se convertía en harina (farina), equivaliéndose ambos términos, dándosele también el antiguo nombre de ador o adoreum 17. La farina se conseguía más fina en el m ortero de madera, que ya tenían los labradores. Este fue el alimento de los romanos durante trescientos años ie, y como es natural lo aplicaban también en los sacrificios y en las bodas, ritos por los que perduró muchísimo más tiempo. Catón distingue entre el far y la fariña, porque dice hablando de la uillica: Farinam bonam et far subtile sciat facere 19. En las X I I Tablas se cita el far como la comida ordinaria: N i suo uiuit, qui eum uinctum habebit, libras f arris endo dies dato. Si uolet plus d a to 7'0. Se trata de una persona insolvente, cautiva por un acreedor particular, a quien hay que alimentar, si no quiere comer por su cuenta. El far tostado, molido y reducido a polvo, se convierte en farina. A la harina se le da diversos nombres, según su preparación. Entre el grano y la harina los antiguos tuvieron objetos y palabras que nosotros no poseemos. Mica es la ha rina perfectamente molida. Plinio distingue tres variedades, según el grosor de los fragmentos: grandissimum, secundarium, minumum, obtenido en los morteros de madera por el pistor. Para hacerla más blanca se le añadía a la altea greda de Pu-
1 4 . P o r e s o s e c o m ie n z a n la s c o m id a s s ie m p r e p o r lo s h u e v o s ; c f. C ic . Yarn. 9 , 2 0 , 1: « I n te g r a m fa m e m a d o u u m a d fe r o , ita q u e u s q u e a d a ssu m u itu lin u m op era p e r d u c itu r » ; y H o r . Sat. 1, 3 , 6 . Y era d e s u m o g u s to c o n te m p la r c ó m o lle g a b a n la s cabras a casa, a l v e n ir Ia n o c h e , c o n s u s u b re s r e p le ta s (V ir g . E cl. 4 , 2 1 ) , y la le c h e q u e so b ra b a s e cu ajab a e n r e q u e s o n e s y q u e s o s (Ecl. 1, 8 2 ). E in c lu s o lo s r ú s tic o s c r e ía n q u e la le c h e era e l m ejo r s a cr ificio q u e p o d ía n o fr e ce r a lo s d io s e s (P lin . N . H . P r a e f. 1 1 ). 1 5 . O v id . Fast. 2 , 5 2 5 -7 ; P lin . N .H . 1 8 , 2 , 8 : « N u m a in s t it u it . . . f a r to r r er e , q u o n ia m to s tu m c ib o s a lu b r iu s e s s e t ... I s e t F o r n a c a lia in s t it u it farris to r r en d i fe r ia s» . 1 6 . V ir g . A sti. 1, 1 7 9 : « fr u g e s q u e r e c e p ta s / e t to rrere p a r a n t fla m m is e t fr a n g e r e sa x o » , q u e c o m e n ta a sí S erv . « E t h o d ie sicc a r i a n te fr u g e s , e t s ic fr a n g i u id e m u s , e t q u ia a p u d m a io r e s n o s tr o s m o la r u m n o n e ra t u s u s , fr u m e n ta to r r eb a n t, e t ea in p ila m is s a p in se b a n t, e t h o c era t g e n u s m o le n d i, u n d e e t p in so r e s d ic ti s u n t, q u i n u n c p is to r e s u o c a n tu r » . 17 . E n e s t e s e n tid o d ic e V ir g ilio adorea lib a para d e sig n a r la to r ta q u e ser v ía p ara s o s te n e r lo s m a n ja res e n lo s fe s tin e s (A en . 7 , 1 0 9 -1 6 ; 3 , 2 5 6 ) y p o r e llo s e lla m a b a m ensa, c o m o la c o r r e sp o n d ie n te p a la b ra u m b r a , s e g ú n M . B ré a l, T a b u l. E u gu b., t e x to , 1 0 1 ). C f. P . F e s t. 11 2 ; « M e n sa fr u g ib u s q u e iu r a to s ig n ific a t p e r m e n s à m e t fr u g e s » , A e n . 3 , 2 5 5 -2 5 7 ; y s u c u m p li m ie n to , ib. 7 , 1 0 7 -1 1 7 . 1 8 . P lin , N . H . 1 8 , 6 2 : « P o p u lu m R o m a n u m fa rre ta n tu m e t fr u m e n to C C C a n n is u su m V e r r iu s tr a d it» ; y 8 3 . 1 9 . C a to , R .R . 1 4 3 : « q u e 's e p a preparar b ie n la h a rin a y h a c e r fa rro m u y fin o » . 2 0 . X I I T a b . 3 , 4 : « s i n o v iv e d e l o su y o , e l q u e l o tu v ie s e a ta d o d e le u n a lib ra d e tr ig o p o r d ía . S i q u ie r e , d e le m á s» .
Generalidades
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teoli, de una colina que la tenía singularmente blanca. Del Africa procedía una alica falsa sacada de un trigo inferior y blanqueada con yeso en lugar de greda. E l pollen o similago tiene sus análogos en nuestros panaderos. El pollen es la parte almidonada en el interior del grano del trigo, la flor de la harina; la similago es la parte exterior, la más alimenticia, el gluten de los naturalistas. El amylum (6 amulum) es la comida que se hacía con el grano macerado durante bastante tiempo en el agua renovada día y noche, y antes de que fermente se pone entre paños y se aprieta y exprime al so l21. El amylum servía en la cocina para trabar las salsas, como dice Apicio, obligare amolo, o amolare21. Servía también empa pado en aceite para formar un adobo para las aves antes de ponerlas a asar; con ello se evitaba que les llegara demasiado directamehte el fuego sobre su superficie y se tostaran por fuera quedando crudas por dentro.23 La cebada en Roma se usó en tiempos prim itivos24; luego se daba únicamente a los gladiadores, o según Galieno a los soldados25; pero ya Vegecio nos dice que era por castigo26. Cuando la farina no sólo del trigo y de la cebada, sino también de otras legumbres, se mezcla con el agua forma el puls, primer alimento histó rico de los romanos, según Varrón: De uictu antiquissima p u ls21, y Valerio Má ximo: Pulte non pane uixisse longo tempore Komanos. 28 2.
Alimentos preparados con.la harina
Puls, pulmentum es un manjar compuesto esencialmente de agua y harina29. Cuando los hombres volvían del campo les aguardaban las buenas ollas de puls caliente. Así, Juvenal: «Cuando volvían de cavar o de labrar les esperaba una cena más abundante; en las grandes ollas humeaban los puches» 30. En un prin cipio se tomaban sin condimento. Persio condena ya como lujo el que los sega dores exijan que se apañe su comida con grasa: «Los segadores de heno mezclan los puches con pingüe grasa»31. El puis se servía en platos hondos: «El utensilio donde servían los puches lo llamaron catinum a capiendo» 32, o en tazones y escu dillas que recibieron su nombre del calor de los puches, como dice Varrón: «Calix a caldo, quod in eo calda puls apponebatur et caldum eum bibebant» .33 Cuando el puls se diluía en mucha agua, era un excelente refresco para los rústicos romanos, como dice Arnobio: «Luego el trigo candeal, y la harina de la flor del trigo para hacer puches, proveyó las mesas a donde confluía en otros tiempos el pueblo de Rómulo. Esta era la comida, y ésta la bebida cuando se diluía
2 1 . C a to , R . R . 8 7 ; P lin . N . H . 1 8 , 7 6 , e s u n o d e lo s b u e n o s ju g o s, c o m o d ic e C e ls o , 2 , 2 0 : « B o n i su c ci su n t tr iticu m , s ilig o , a lica , o ry za , a m y lu m » . 2 2 . A p ic . 3 , 3 9 8 . 2 3 . A p ic . n .° 13 2 . 24. P lin . N . H . 1 8 , 7 2 . 25. G a lie n . V I , p. 5 0 7 . 2 6 . V e g e t . D e art. m il. 1, 13. 2 7 . V a tr . R . R . 5 , 1 0 5 . 2 8 . V a l. M a x . 2 , 5 , 5 : « d e p u c h e s , n o d e p a n , v iv ie r o n d u r a n te m u c h o tie m p o lo s rom a n o s» ; v . P lin . N . H . 1 8 , 19. 2 9 . P I. M o st. 9 2 8 : p u ltifa g u s o p ife x ; V arr. L. L. 5 , 1 0 5 ; P lin . 18 , 1 9 ; I u v e n a l. 1 4 , 1 7 1 . 3 0 . I u v e n a l. 1 4 , 1 7 0 -1 . , 51. P e r s. 6 , 4 0 . 32. V arr. L. L. 5 , 12 0 . 33. V a rr. L. L. 5 , 1 2 7 : « C á liz d e c a lie n te , o o r q u e e n é l se r v ía n las p u c h e s c a lie n t b e b ía n c a lie n te s » .
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Las comidas
más claramente en el agua»34. P lin io 35 y H oracio36 mencionan la horchata ae arroz; en Galieno se prepara incluso con leche.37 Hay una especie de puls más blanca, la puls tiiuea de M arcial38, que, según P lin io 39, se hacía con el mijo de la Campania; o según Columela40 con el trigo de Clusio, que era más blanco, por lo cual también dice Marcial: «Llena las ollas plebeyas con puches de C lusio».41 Esta puls era la que se usaba en lossacrificios y en losaniversarios, prepa rada en fritilla («torta», quizá «frita»); por eso dice Plinio: «Hoy incluso los ritos antiguos y los aniversarios del nacimiento se celebran con fritilla de puches»42; y Séneca: «Los buenos son piadosos incluso con harina y con fritilla; los malos, en cambio, no escapan de la impiedad aunque empapen las aras de los dioses con torrentes de sangre victim al».43 Catón describe la preparación de otra puls, llamada Púnica: «Las puches pú nicas las prepararás así: pon en agua una libra de espelta y procura que se macere bien. Esto lo echarás en una vasija limpia, y añadirás a ello tres libras de queso, media de miel y un huevo; todo ello lo batirás hasta que quede bien mezclado. Luego lo echarás en una olla nueva».44 Algo más complicada resultaba la puls Iuliana, en que, según la receta de Api cio 45, se mezclaban además ostras hervidas, altea, sesos de animales, vinos y hier bas aromáticas. El alimento preparado con puis se llamaba pulmentum, pulmentarium, como dice S. Isidoro: «Pulmentum uocatum a pulte; ya consista simplemente en pu ches, ya se tome mezclado con alguna cosa más» te. La puls, según Plinio, fue manjar propio de Italia, donde se conoció tarde la polenta griega.47 Cuando la harina era de cebada, las farinetas o las tortas que con ella se ha cían se llamaban polenta. Puesta a remojo la cebada, la dejaban secar durante una noche; a la mañana siguiente la molturaban en cantidad para varios días. Cuando querían prepararla, hacían una masa y la freían en la sartén. Dice Plinio que al gunos añadían harina de otras semillas, como lino, coriandro, e tc .48 Los estoicos, según Persio, no comían más que algarrobas y polenta. Para el tiempo de Séneca resultaba tan vergonzoso el alimentarse sólo de polenta como el ostentar lujo en las com idas.49
34. 35. 36. 37. 38. 39. fa c it» . 40. 41. 42. 43. 44. 45. 46. 47. 48. 49.
A r n o b . E d y ll. d e cibis, 12, 5. P lin . N . H . 1 8 , 7 1 . H o r . Sat. 2 , 3 , 1 5 5 . G a lie n . V , p . 5 2 5 . M a rtia l. 7 , 7 8 , 7 ; 1 3 , 3 5 . P lin . N . H . 1 8 , 2 4 : « M ilio C a m p a n ia p r a e c ip u e g a u d e t, p u lte m q u e C o lu m . R . R. 2 , 6 , 3. M a rtia l. 1 3 , 8 . P lin . N . H . 1 8 , 9 , 19. S e n e c a , D e B ettef. 1, 6 , 3. C a to , R . R . 8 5 . A p ic . n .° 18 6 . I sid o r . O rig. 2 0 , 2 , 7. P lin . N . H . 1 8 , 19. P lin . N . H . 1 8 , 7 , 14. P e r s. 3 , 5 5 : « S iliq u is e t g ra n d i
c a n d id e m
ex
eo
p a s ta (iu u e n tu s ) p o le n ta » . S e n e c a , E p. Í 1 0 , 18 .
Generalidades
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La polenta, como la puls, podía prepararse en pequeñas porciones, albóndigas o croquetas (offae, offulae)50, e incluso se hacían con ella buenas bebidas, según Ovidio: L a a n cia n a d io agua a la d io s a q u e s e la p e d ía , d u lc e b e b id a q u e h a b ía c o c id o a n tes c o n to sta d a p o le n ta . M ie n tr a s e lla b e b e e l o b s e q u io ... la o fe n d ió u n jo v e n , y la d io s a arrojó, co n tra e l q u e to d a v ía e sta b a h a b la n d o , la p a r te d e p o le n ta líq u id a q u e a ú n n o h a b ía b e b i d o . 51
Con la farina se hacía también el pan. Contamos con abundancia de documen tos que nos presentan todo el proceso seguido en su preparación y disposición. El panadero elabora en su casa la harina y vende el pan. De ordinario a la masa se le añadía levadura, con la que resultaba el partis fermentatus o fermentaticius*2, más digerible que el p. azymus. La levadura la guardaban de una vez para otra, y parece que en algunas partes, como en Hispania y en la Galia, fermentaban la masa con levadura de cerveza, con la cual resultaba el pan más esponjoso53. Se amasaba con las manos o con los brazos, según la cantidad que se preparara. Este oficio lo realizaban de ordinario las esclavas. Pero en Italia se conocen máquinas de am asar54. Un recipiente en que se echaba la harina y el agua, que movían sin cesar unas aspas adheridas a una viga perpendicular al fondo de la vasija, y que movían un par de esclavos o un caballo. Cuando la masa estaba ya toda fermentada y dispuesta, se cortaba (fingere, defingere) 55, dándole la forma en que había de presentarse el pan. Los obreros de esta operación se llaman fictores. Estas fracciones de masa se ponían sobre una pala de mango largo y se introducían en el horno para su cochura. Es la última operación del proceso: coquere. Se cuece en el furnus, y. de ahí el panis furnaceus; si se cuece en una vasija llamada cliuanus, el pan se llamará pañis clibanites o cliuanicius pan más fino que el anterior. No podemos precisar la característica del pañis artopticius57, que parece más cuidado que el ordinario. El focaticus o sub cinericius 58, cocido bajo la ceniza caliente. El pañis testuacius, cocido en una va sija caliente de tierra: ut etiam nunc Matralibus id faciunt matronae59. El panis dipyrus (biscoctus), dos veces cocido; para dorar la corteza se rociaba con agua a intervalos, y se volvía al horno, buscando una cocción por igual en toda la pieza. 5 0 . A p u l. M e t . ' l , 4 . 5 1 . O v id . M e t. 5 , 4 4 9 -5 4 . 5 2 . P lin . N . H . 1 8 , 1 0 4 ; I sid o r . O rig. 2 0 , 2 , 1 5 . 5 3 . P lin . 1 8 , 6 8 : « G a llia e e t H is p a n ia e , fr u m e n to in p o tu m r e s o lu to q u ib u s d ix im u s g e n e r ib u s, sp u m a ita c o n c r e ta p r o fe r m e n to u tu n tu r , q u a d e c au sa le u io r illis q u am ceter is p a n is e st» . 5 4 . P a u l. S en t. 3 , 6 , 6 4 : « P is to r is in s tr u m e n to le g a to cribra a sin i m o la e e t se r u i q u i p is tr in u m e x e r c e n t, ite m m a c h in a e, q u ib u s fa r in a e s u b ig u n tu r ...» . 5 5 . C a to , R . R . 7 4 ; S e n e c a , E p . 9 0 , 2 3 . 5 6 . P lin . N . H . 1 8 , 1 0 5 ; I sid o r . O rig. 2 0 , 2 , 1 5 . E l cliuanus era u n a vasija d e barro c o c id o o d e m e ta l, a n ch a p o r abajo y e stre c h a p o r arriba, d o n d e se c o lo c a b a la m asa; p o r ab ajo s e m e tía e l fu e g o . 5 7 . P lin . ib . L a a rto p ta era u n a e sp e c ie d e to r te r a e n d o n d e se c o c ía e l p a n m ás f in o , p e r o h e c h o e n casa. P . A u l. 4 0 0 . V é a s e J . A n d r é , L ’alim en ta tio n e t la cuisine à R om e, P a ris 1 9 6 1 . 5 8 . P lin . ib. 5 9 . V a rr. L . L . 5 , 1 0 6 : « C o m o lo p rep a ra n to d a v ía h o y la s m atron as para la s fie sta s M atr a le s» ; C a to , R . R . 7 4 .
Las comidas
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Panis aquaticus, de los Partos, se rociaba de agua una vez cocido, estando to davía caliente.60 Los panes, según vemos en las reproducciones gráficas, y en los auténticos que se hallaron en Pompeya, eran de forma redonda, y marcados por la parte de arriba señalando sus cuatro partes (quadrae), menos esponjosos que el pan actual. Se componía de mollis (miga), crusta inferior, c. superior. A veces en la crusta supe rior se le daba un baño de huevo, añadiéndosele unos granos de anís, comino, etc., para darle mejor gusto.61 Se conocían muchas clases ■>de pan. Ya hemos hablado de los nombres que re cibía según fabricación. Pero además se distinguía también: a) Por el destino que se le daba: panis ostrearius, que se comía con las ostras82; panis militaris, castrensis, nauticus, rusticus, cuyo sentido se deduce bien de su nombre; panis gradilis, fiscalis, ostiensis, plebeius, que se distribuía gratuitamente o a muy bajo precio a los plebeyos. v b) Según el lugar de donde procedía, o donde los romanos habían tomado el sistema de su fabricación: panes picentes, pan de lujo de las panaderías del P i ceno; panis Parthicus, o aquaticus, que ya hemos mencionado. S. Isidoro lo llama spongia63; dice que, estando amasado durante más tiempo con agua, es menos seco que el otro pan; su ligereza es tanta que flota en el agua; mamphula, un pan es pecial, como galletas, de los sirios. c) La mayor variedad de pan resultaba de la condición de la harina empleada. Partamos del hecho de que los latinos cultivaban dos tipos de trigo: siligo, trigo ligero, y triticum·; y de que sacaban tres tipos de harina, según su finura, de cada una de estas especies de trigo. Es evidente que las ruedas de sus molinos no redu cían a finísimo polvo todo el contenido del trigo, sino que simplemente lo macha caban. Era, pues, precisa una operación de cerner, no sólo para quitar el salvado, sino también para separar los granulados no reducidos a polvoe4. La harina filtrada en esta primera operación por el cedazo se llamaba flos siliginis (del siligo) y pollen (del triticum). Esta última palabra era la ordinaria para indicar la flor de la harina; siligo, similago o simila indicará la harina de una segunda cernida con cedazo más ralo. Lo que en esta segunda operación quedaba sobre el cedazo era la tercera clase, secundarium o cibarium β5. De ahí resultan los panes siliginei; panis secun darius, secundus, sequens cibarius. Los panes sordidi, atri, duri, hechos con la ha rina de tercera clase, a los que se oponen los panes mundi, candidi. El menos apre ciado era el panis furfureus. 66 Según C elso67, el pan más alimenticio era el siligineus, luego el cibarius y fi nalmente el furfureus. La harina, además del trigo, podía obtenerse de otros cereales, cosa habitual en algunas regiones: far, spelta, o una variedad de far, propia de la Galia; brace
60. 61. 62. 63. 64. 65. 66. 67.
P lin . N . H . 1 8 , 1 0 5 . P lin . N .H . 1 3 , 8 2 ; 1 9 , 1 68; P lin . N . H . 1 8 , 1 0 5 . I sid o r . O rig. 2 0 , 2 , 16. P lin . N . H . 1 8 , 10 5 . P lin . N . H . 1 8 , 8 5 . G e ll. 1 1 , 7 , 3-7 ; P h a ed r. 4 , C e lso , 2 , 18.
2 0, 185; 2 9 , 75;
17.
I sid o r . O rig. 2 0 , 2 , 18 .
Generalidades
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o scandala™, la arinca, también de la G alia69; alica, del P iceno70; milium, del que se hacen diversas clases de p a n 71; panicium, poco usado por los panaderos72. De cebada (hordeum) se hacía el pañis hordaceus73, ordinario entre los antiguos, pero hoy desterrado de la vida, dice P linio.74 Dice Séneca: «Tengo hambre y hay que comer; que este pan sea plebeius o siligineus, nada atañe a la esencia de p a n » 7B. El mismo Séneca explica diversas ma neras de preparar el p a n .76 Como entre nosotros se hacen bollos, tortas, diversas clases de pan, etc., así también los romanos tenían varias maneras de presentar la harina para ser comida: placenta, que Juvenal llama exquisita en comparación de las pultes'1''. Según San Isidoro, se hacen también de farro, pero se le añadía además miel y queso 78. H o racio 79 y M arcial80 nos hablan de la dulzura de la placenta por la miel que se es curría; por eso, S. Isidoro®1 y otros la llaman liba, eo quod libeant et placeant; Varrón lo relaciona con libare: «libum porque era cocido para ser libado, antes de comerlo» 82. Entre las pastas y pasteles se conocen: las crustulae, panchrestae, pas-
68.
P lin . N . H . 1 8 , 6 2 . 69. P lin . N . H . 1 8 , 9 2 . 70. P lin . N . H . 1 8 , 1 1 2 ; I sid o r . O rig. 1 7 , 3 , 9. 71. P lin . N . H . 1 8 , 5 4 . 72. P lin . N . H . 1 8 , 5 4 . 73. P lin . N . H . 1 8 , 7 4 y 73. 7 4 . P lin . ib . V é a s e ta m b ié n A . J a rd é, L es cérales dan s l'a n tiq u ité grecqu e, P a r is 1 925; J . A n d r é , L ex iq u e d e s term e s d e bo ta n iq u e en latin , P a r is 1 9 5 6 . 75. Seneca, E p. 119, 3. 76. S e n e c a , E p . 9 0 , 2 2 -2 3 , e x p lic a , s e g ú n P o s id o n io , la in v e n c ió n d e l p an c o n e sta s pa labras: « R e c e p ta s, in q u it (P o s id o n iu s ) in o s fr u g e s c o n c u r re n s in te r se d u r itia d e n tiu m fra n g it, e t q u ic q u id e x c id it, a d e o sd e m d e n te s lin g u a refer tu r: tu n c u m o r e m is c e tu r , u t fa c iliu s p e r fa u ce s lu b rica s tra n sea t. C u m p e r u e n it in u e n tr e m , a e q u a li e iu s fe r u o r e c o n c o q u itu r , tu n c d e m u m c o r p o r i a c c e d it. H o c a liq u is, s e c u tu s e x e m p la r la p id e m a sp e ru m a sp e ro im p o su it a d sim i litu d in e m d e n tiu m , q u o ru m pars im m o b ilis m o tu m a lte r iu s e x sp e c ta t: d e in d e u tr iu sq u e a ttritu grana fr a n g u n tu r e t sa e p iu s reg e r u n tu r d o n e c ad m in u tia m fr e q u e n te r tr ita r ed ig a n tu r; tu m fa rin a m a q u a sp a r sit e t a d sid u a tr a c ta tio n e p e r d o m u it fin x itq u e p a n em , q u e m p r im o c in is ca lid u s e t fe r u e n s te sta p e r c o x it, d e in d e fu r n i p a u la tim r e p e r ti e t alia g e n e r a q u o ru m feru o r se r u ir e t a r b itr io » . V é a se ta m b ié n V ir g . M o retu m , 1 6 -5 0 ; e l a c to d e co m e r y d e g lu tir e n C ic. N at. D . 2 , 1 3 4 -6 . 77. I u v e n a l. 1 1 , 5 8 . 7 8 . I s id . O rig. 2 0 , 2 , 1 7 y C a to , R . R . 7 6 . 7 9 . H o r . Sat. 1, 1 0 , 1 0 ; 2 , 8 , 2 4 . 80. M a rtia l. 5 , 3 9 ; 6 , 7 5 . 8 1 . I s id o r . O rig. 2 0 , 2 , 17. 82. V arr. L. L. 5 , 1 0 6 ; y e n 7 , 4 3 : « lib a , q u o d lib a n d i c au sa fiu n t» ; O v id . la s relacion a ta m b ié n c o n e l d io s L ib e r ; c f. Fast. 3 , 7 3 3 -7 3 6 : « N o m in e ab a u c to r is d u c u n t lib a m in a n o m e n , lib a q u e : q u o d sacris p ars d a tu r in d e fo c is. L ib a d e o fiu n t: su c cis q u o d d u lc ib u s ille g a u d e t, e t a B a cc h o m e lla rep er ta fe r u n t» . C a tó n n o s d a u n a fó r m u la d e e sta s to rta s: « L ib u m h o c m o d o fa c ito . C a se i p o n d o I I bene d iste r a s in m o r ta r io . V b i b e n e d is tr iu e r is fa r in a e s ilig in e a e lib r a m a u t, s i u o le s te n e r iu s e ss e , selib r a m sim ila g in is so lu m e o d e m in d ito , p e r m is c e to q u e c u m c a se o b e n e : o u u m u n u m a d d ito et una p e r m is c e to b e n e . I n d e p a n em fa c ito , fo lia s u b d ito , in f o c o c a ld o su b té s tu c o q u ito le n ite r » (R . R . 7 5 ). Y a v e c e s se le d a b a u n a capa d e m ie l, s o b r e to d o si ib a d e stin a d a a fin e s sagrad os: « M e lle p a ter fr u itu r , lib o q u e in fu s a c a le n ti iu r e rep er to r i c a n d id a m e lla d a m u s» (O v id . Fast. 3 , 7 6 1 -7 6 2 ).
Las comidas
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tilli, pastilla, scriblita83; el laganum es una pasta de harina mezclada con vino, acei te, miel, leche, etc., y frita. Al parecer, era de gente p o b re84. Otras veces se designa con esta palabra un pan ligero, con levadura, pero no muy consistente; usado para hacer empanadas de carne, huevos o pescado, parecido a nuestras tor tas. En este caso se llamaba pastella Apiciana. 85 Una especie de roscones serían los circuli, llamados así «porque con masa com puesta de agua, harina y queso les daban forma de círculos regulares»8e; y si se hacía de cualquier manera, tal como los comen los sabinos, se llaman lixulae87. Otros preparados eran los globi, que también recuerda Varrón: «Del globo de harina extendido, y cocidos en aceite, se llaman globos por su figura de globo» M. Cuando el pan se cocía en una tartera de barro, se llamaba testuacium, «como to davía lo hacen las matronas en las fiestas Matrales» .89 El pan se vendía en las pistrinae, de las que en Roma se conoce la existencia de 258, repartidas en las X IV regiones. Era una profesión tan seria y necesaria que se llamaba functio pistoria. 90 Si la puis se dejaba tostar, como formando una costra (cruStula), lo llamaban crustulum .91 Lo que comían con el pulte, o lo sustituía entre los muy pobres, se llamó en un principio pulmentum, como en P la u to 92, y luego pulmentarium93. Con esta pa labra designaban antes de tener e! pan todo lo que comían junto con la puls, o lo añadían a ella. Así, dice Plinio: «Es evidente que los romanos durante largo tiem po vivieron de puches (pulte), no de pan, ya que todavía hoy llamamos pulmen taria a ciertos manjares» M. Luego al constituirse el pan en el alimento básico de todas las comidas, pasa el nombre a designar lo que acompaña al pan. Así, por ejemplo, habla Catón de las aceitunas: «Adoba gran cantidad de las olivas que caen, para pulmentario de la familia. Y luego, incluso, las aceitunas sinceras, pero que dan poco aceite, ponías en conserva, y hazlo de forma que duren mucho tiem po» 85; y Séneca: «Los higos secos, si tengo pan, me sirven de companaje (pul mentario); si no tengo, los como en lugar de p a n » 98. Como companaje muy ordi nario se usaba el caseus, llamado así, según Varrón, a cocto lacte ut coaxeus. 97
8 3 . P lin . N . H . 1 8 , 1 0 2 . 8 4 . H o r . Sat. 1, 6 , 11 5 . 8 5 . A p ic . 4 , 2. 8 6 . V a rr. L . L. 5 , 10 6 . 8 7 . V arr. ib . 1 0 7 . 8 8 . V a rr. ib . 1 0 7 . 8 9 . V arr. L . L. 5 , 1 0 6 . 9 0 . C od. T b eo d . 1 4 , 3. 91 . V arr. L . L. 5 , 1 0 7 . 9 2 . P I. P seu d. 1 2 0 ; A u l. 3 1 6 . 93. V arr. L . L. 5 , 108 . 94 . P lin . N . H . 1 8 , 8 3 . L as e tim o lo g ía s p r o p u e s ta s p o r V a r ró n , y las r e la c io n e s d e P lin io s o n n a tu r a lm e n te al o íd o . P u lm en tariu s e s u n a d je tiv o d e r iv a d o d e pu lm en tu m , y p u lm en tu m s e rela cio n a c o n pu lp a , m a g ro d e la c a rn e. P u lm en tu m e s u n p la to d e carn e c o c id a e n s u salsa, y p u lm en ta riu m lo q u e sir v e d e pu lm en tu m . N a tu r a lm e n te q u e e s to s m an jares s o n m u y a p r o p ó s ito para c o m e r s e c o n p a n (S en ec a , E p . 8 7 , 3 ); d e a h í la ilu s ió n d e la r e la c ió n e tim o ló g ic a
p u ls-p u lm en tu m . 9 5 . C a to , R . R . 5 8 . 9 6 . S e n e c a , E p. 8 7 , 3 . 9 7 . V arr. L .L . 5 , 1 0 6 ; 1 0 8 ; 6 , 4 3 ; e n c a m b io , S a n I s id . O rig. 2 0 , 2 , 3 3 : « C a se u m u ocari quod
carea t ser u m , p u a si ca reu m ;
nam
ser u m
e i o m n e d e d u c itu r
u t p o n d e r ib u s
argu atu r».
Generalidades
3.
219
La leche y el queso
La leche con sus derivados, butyrum, caseus, es uno de los alimentos más antiguos de la humanidad. Según todos los testimonios, es el alimento principal de los pueblos primitivos. Sobre todo la leche de cabras y de ovejasM. La leche de vaca entra más tarde. La de burra, y de yegua se tomaban más o menos como medicina; al igual que la de cerda, pero de ésta decían que a la larga causaba una especie de lepra " . En Roma se bebía con mucho gusto la leche de camella con tres partes de agua 10°. El queso era alimento normal en los pueblos de Ita lia 1M. Las casas rústicas tenían abundancia de leche, de queso, de miel y de otros artículos alimenticios.102 La cualidad de la leche dependía, según Varrón, del alimento dado a los ani males, de la sanidad de los mismos y de la época en que se extraía. Los calostros (colostra) son objeto de golosina entre los rom anos103. La leche ordeñada por la mañana se quedaba en casa para hacer el queso, Jos requesones, etc.; la obtenida por la tarde se llevaba a vender a la ciudad.104 La leche no sólo sé bebe fresca, sino que gran parte se hierve y se sala o adoba para el invierno, o también se le añade leche agria, oxygala (yogur) y así se guarda para cuando haga falta. De esta forma dicen que es buenísima y tonifica el estómago 105. Columela presenta una receta para confeccionar este yogur, en que entra m ultitud de hierbas aromáticas: tomillo, orégano, menta, cebolla, corian dro, e tc .loe, de lo que también nos habla Ovidio 107. Galieno presenta otra fórmula análoga, con la que se consigue la melca, que es un reconstituyente muy bueno, y en verano, tomada con hielo, es un refresco delicioso loe. La leche mezclada y combinada con miel, frutas y harina forma pastas riquísimas, lactarium opus 10β, o lacticinia, según A picio.110 Además de alimento, la leche en muchas ocasiones era una verdadera medicina: como purga, la más eficaz era la de yegua, luego la de burra, vaca, cabra. Se po nía como lavativa; bien caliente era maravillosa para hacer gárgaras, para lo cual la preferida era la de cabra. A los niños se los dormía con leche tibia mezclada con jugos de adormidera ln. Se recomendaba en cantidades masivas en caso de tu berculosis, mal de gota, lepra, parálisis, epilepsia, hipocondría, en que se recetaba un brebaje llamado schiston, que se preparaba hirviendo leche de cabra con hojas frescas de higuera, añadiendo luego un ciato de vino enmelado por cada hemina de leche. Guando quedaba aislado el suero por enfriamiento, se volvía a cocer hasta 9 8 . V ir g . G eo rg . 4 , 3 0 -8 9 . 9 9 . P lu t. D e Is. e t O s. 6 . 1 0 0 . P lin . N . H . 1 1 , 9 6 . 10 1 . V ir g . Gteorg. 3 , 1 7 6 -7 . 1 0 2 . C ic . Sen ect. 5 6 . 1 0 3 . V a rr. R . R . 2 , 1 1 , 2 2 ; P lin . N . H . 2 8 , 3 5 ; P I. P o e « . 3 9 0 ; M artial. 1 3 , 38. 1 0 4 . V ir g . G eo rg . 3 , 4 0 0 -3 . 1 0 5 . P lin . N . H . 2 8 , 3 5 , 3 6 . 10 6 . C o lu m . R . R . 1 2 , 8 . 1 0 7 . O v id . Fast. 4 , 3 6 9 : « L a cte m e r o u s i m e m o r a n tu r , e t h e r b is / ...c a n d id u s e lis a e m is c e tu r c a se u s h e r b a e » . ' 1 0 8 . G a lie n . AI. Succ. 1 3 . 1 0 9 . C e lsu s, 2 , 2 8 . 1 1 0 . A p ic . 7 , 1 1 . 1 1 1 . O v id . Fast. 4 , 5 4 7 -8 .
Las comidas
220
reducir el conjunto a una tercera parte. Luego se tomaba una ración cada día. También se hacían curas con leche de yegua. Durante cuarenta o cuarenta y cinco días consecutivos se tomaban en ayunas tres o cuatro tazas de leche. Para esto era muy buena la leche de vaca negra, sobre todo para los tuberculosos. En algunos casos se recurría también a leche de mujer 112. Por fin la leche se consideraba tam bién como un gran antídoto en caso de envenenamiento por cicuta, cólquica u otras plantas venenosas. En este sentido la leche entraba también en la confección de ciertos filtros. Por eso en las fiestas de la Fortuna Viril las mujeres tomaban una pócima de leche, de jugo de adormideras y de m iel.113 La leche entraba también en la cosmética femenina. Según Plinio, ciertas mu jeres se frotaban la cara setecientas veces al día para corregir o evitar las arru gas. El número .de veces era esencial; por tanto, lo observaban escrupulosamente114. Otras se bañaban completamente y a diario en leche de burra, como Popea, mu jer de Nerón, para dar más suavidad a su cutis. Para este menester contaba con quinientas burras, que desplazaban siempre a donde ella iba. También se empleaba en los sacrificios, sobre todo entre los pobres, ya que no contaban con ofrendas mayores 115. En las fiestas Palilia, después de haber ofre cido sus sacrificios, los paisanos bebían leche y vino en un vaso de m aderaue. También en los Ruminalm, por los niños de tierna edad, se presentaban ofrendas en que la leche sustuía al vino. 4.
Hortalizas, verduras
y
fru ta s117
Los romanos comían las legumbres de diversas maneras, en verde o secas, cru das o hervidas, y a veces tostadas como postre. Entre ellas encontramos men cionadas las siguientes: Lupinum, altramuz, buscado por los filósofos para afectar sobriedad, era un alimento mediocre, como lo atestiguan los bajos precios por lo que se com prabanlie. 1 1 2 . P lin . N . H . 2 8 , 2 1 . 1 1 3 . O v id . Fast. 4 , 15 1 -2 . 1 1 4 . P lin . N . H . 2 8 , 5 0 . 1 1 5 . H o t . E p . 2 , 1 , 1 4 4 ; V ir g . A e n . 3 , 6 6 . 1 1 6 . O v id . Fast. 4 , 7 4 6 -9 0 . 1 1 7 . L a e tim o lo g ía p o p u la r r e la cio n a legu m en c o n legere (V arr. L .L . 6 , 7 , 6 6 ; R .R . 1, 3 2 , 3 ), y la p a la b ra c o r r ie n te h a v e n id o a sig n ific a r to d a e sp e c ie d e le g u m b r e s , e n o p o s ic ió n a fru ges; a s í, en C ic. N at. D . 2 , 1 5 6 : « terra fe ta fr u g ib u s e t u a r io le g u m in u m g e n e r e » . Y C é sar (B. C. 3 , 4 7 , 6 ) e n tie n d e p o r legu m in a to d o s lo s g ra n o s a lim e n tic io s, e x c e p to lo s fru m en ta y la c eb a d a . C o n to d o , p a rece q u e la p a la b ra s e r e la cio n a c o n λ ε β η ρ ίς , « v a in a » , y d e sig n a r á las su sta n c ia s a lim e n tic ia s q u e a p a recen e n la s p la n ta s e n v u e lta s e n su v a in a , e n o p o s ic ió n a fru m en ta y a olera (V ir g . G eorg. 1, 7 4 : « u n d e p r iu s la e tu m s iliq u a q u a ssa n te le g u m e n » ). La lis ta d e la s le g u m b r e s v a ría s eg ú n lo s a u to re s. P lin . N . H . 18 , 1 1 7 -4 2 : faba, len s, p isu m , cicer, uicia, silicia, eruum , lu p in u m , cracca; e s d e c ir , s o la m e n te la s le g u m in o sa s . C o lu m . 2 , 7 , 1 aña d e a e lla s ph aselu s, cannabis, sesam a, y lo s c e r e a le s m iliu m , pan icu m , h ordeu m , y alg u n a s p la n tas forrajeras, c o m o m edica, fen u m graecum , farrago (C o lu m . 2 , 7 , 1-2); v . ta m b ié n V arr. R . R. 1, 3 2 , 2 ; I s id o r . O rig. 1 7 , 4 , 2 sq . 1 1 8 . C o lu m . 2 , 1 0 . C o m o p u n to d e r e fe r e n c ia v a m o s a record ar e l p r e c io d e e s t o s a li m e n to s, s eg ú n e l d e c r e to d e D io c le c ia n o d a d o e n e l a ñ o 3 0 1 d . C ., v á lid o p ara to d o e l im p e r io e n a q u e l a ñ o . L a m e d id a , s ie m p r e e l m o d io ( — d o s c e le m in e s c a ste lla n o s). T r ig o , 1 0 0 d e n a r io s; c eb a d a , 6 0 ; c e n te n o , 6 0 ; m ijo , 5 0 ; h a b a s m o lid a s, 1 0 0 ; s in m o le r , 6 0 ; le n te jas, 10 0 ; y e r o s, 8 0 ; g u isa n te s lim p io s , 1 0 0 ; s in lim p ia r , 6 0 ; g a rb a n zo s, 10 0 ; algarrob as, 100; a v e n a , 3 0 ; lu p in o c ru d o , 6 0 ; c o c id o , 4 ; ja d ía s sec a s, 1 0 0 ; s e m illa d e lin o , 1 5 0 ; arroz lim p io , 2 0 0 ; tisa n a lim p ia , 1 0 0 ; a lica lim p ia , 2 0 0 ; s é s a m o , 2 0 0 ; s e m illa d e c á ñ a m o , 1 5 0 ; ador m id er a s, 1 5 0 ; c o m in o lim p io , 2 0 0 ; s e m illa d e rá b a n o , 1 5 0 ; m o sta z a , 1 5 0 ; m o sta z a prep a-
Generalidades
221
Su amargura hacía que se tomaran cocidos 1I9, a menos de que se usaran en ensa lada como aperitivo120, o tostados como p o stre 121. Faba, por jaba, haba, se en tiende sobre todo el grano comestible. Eran tenidas las habas en tanto honor, que incluso se intentó hacer pan con su harina m , y desde luego mezclarla para mu chos usos con la harina de los cereales *23. Se comían verdes, crudas y cocidas, aun que sobre todo preparaban con su harina el sabroso puré que llamaban fabada y fabata. Aunque la prohibición de su comida por Pitágoras desprestigió esta legum bre 124, sigue utilizándose en muchos platos en la cocina rom ana.125 Lens, lentejas·; esta legumbre, a decir de Plinio 126, daba un gran equilibrio y ecuanimidad a los que la comían. Además se veía en ellas un buen número de condiciones terapéuticas127, razón por la cual estuvo siempre en las mesas de los romanos. Se consideraban sobre todo las lentejas venidas de Egipto m , y recibían los nombres de lens, lenticula, lenticla, lens esculenta, eruum lens. Eruum, eruilia, algorraba, arveja,'se distingue de las lentejas por sus granos cilindricos. De ordinario se daba como pienso a los bueyes, pero en los momen tos de mucha hambre las comían también los hombres. Su harina servía para la fermentación en las panaderías.129 Cicer, garbanzos; cultivaban varias especies de garbanzos, que distinguían por su tamaño, por su color, por la figura y por el sabor 130. Los preparaban cocidos con agua o con leche, y los espolvoreaban luego con queso rallado.131 rada, 8 (E d ictu m D io cletia n i e t C ollegarum d e p re tio rerum uenalium , d e l añ o 3 0 1 , ed. d e M arta G ía c c h e r o , G e n o v a 1 9 7 4 , I , p.' 1 3 8 ). 1 1 9 . P lin . N . H . 1 8 , 1 3 6 . 1 2 0 . P lin . N . H . 2 7 , 7 4 . 1 2 1 . O v id . M e d . Pac. 6 9 . 1 2 2 . P lin . 1 8 , 1 1 7 ; 1 9 , 4 0 ; 2 7 , 2 3 . 1 2 3 . P lin . Ή .Η . 1 8 , 1 1 7 ; la harin a d e la s h a b a s s e llam a lom en tu m . 1 2 4 . C ic . D iu . 1 , 6 2 ; 2 , 1 1 9 ; H o r . Sat. 2 , 6 , 6 3 ; G e ll. 4 , 1 1 ; P lin . U .H . 18 , 1 1 8 -9 . 1 2 5 . A p ic . n .° 1 9 7 s; s e g ú n c o n c lu y e A u lo G e lio (4 , 1 1 ), P itá g o r a s n o p r o h ib ió co m e r h ab as, p u e s to q u e é l c o m ía c o n to d a tr a n q u ilid a d y la s te n ía p o r m u y b u e n a s p ara e l v ie n tre. L a p a la b ra g rieg a q u e é l e m p le a , χΰ α μ ος, h a b ía s id o m a l in ter p r e ta d a ; e n v e z d e lo s « te s tíc u lo s d e lo s a n im a le s» , e n te n d ie r o n « h a b a s» . T a m b ié n s e narran fá b u la s s o b r e la m e ta m o rfo sis q u e s e o p e r a ro n c o n u n a s ha b a s arrojadas e n un a fe m e r a , d e d o n d e s a lie r o n h o m b res (L y d . D e M ens. 7 6 ), cre e n c ia fa b u lo s a d e d o n d e v in o la s u p e r stic ió n d e q u e c o m ie n d o h a b a s s e c o m ía u n o la s ca b eza s d e s u s p a d re s ( P lu t. ■,S ym p . 2 , 3 ; L y d . D e M ens. 7 6 ). L as h a bas e ra n c o n sid e ra d a s c o m o u n r e c e p tá c u lo d e g e n e r a c ió n d e la m ayor p o te n c ia , co sa q u e in d ic a to d a v ía P lu ta r c o a s im ila n d o la p r o h ib ic ió n h e c h a p o r lo s O r fic o s d e e sta le g u m b r e , id e a q u e lo s m is m o s le g is la d o r e s h a b ía n n o m b r a d o c o n r e s p e c to a lo s h u e v o s . N o s e o lv id e q u e ta m b ié n a la s m u jeres a te n ie n s e s s e le s p r o h ib ía co m e r e l fr u to d e l gran ad o p o r q u e d e cía n q u e e s t e á rb o l su r g ió d e la sa n g re d e D io n is o s Z a g re o , esp a rcid a p o r la tierra. E n lo s m is te r io s d e lo s c o r ib a n te s lo s sa ce r d o te s n o p o d ía n co m e r a p io , p o r q u e esta p la n ta h ab ía s id o p r o d u cid a p o r la sa n g re d e u n c o rib a n te . E s t o e x p lic a la p r o h ib ic ió n d e la s h a b a s en lo s m is te r io s E le u s in o s . S in d u d a e n to d o e llo n o h a y m ás q u e u n a s e n cilla p r e sc r ip c ió n h ig ié n ic a , c o m o la a b stin e n c ia d e c a rn e d e c e r d o e n tr e lo s ju d ío s; p ero lu e g o la s u p e r stic ió n crea fá b u la s para e x p lic a r lo . 1 2 6 . P lin . N . H . 1 8 , 3 1 , 12 3 . 1 2 7 . P lin . N . H . 2 2 , 1 4 2 . 1 2 8 . V ir g . G eorg. 1, 2 2 8 ; M a rtia l. 1 3 , 9 ; G e ll. 1 7 , 8. 1 2 9 . P lin . N . H . 1 8 , 1 0 6 . 1 3 0 . P lin . N . H . 1 8 , 1 2 4 : « D iffe r e n tia e p lu r e s, m a g n itu d in e , c o lo r e , fig u ra , sa p o r e. E s t e n im a r ie tin o c a p iti s im ile , u n d e ita a p p ella tu r , a lb u m , n ig r u m q u e ; e s t e t c o lu m b in u m , q u o d alii V e n e r iu m a p p e lla n t, ca n d id u m , r o tu n d u m , le u e , a r ie tin o m in u s , q u o d r elig io p e r u ig iliis a d h ib e t. E s t e t cic er u la m in u ti c ic e r is, in a e q u a lis , a n g u lo si, u e lu t i p isu m , d u lc iss im u m a u tem id q u o d e ru o s im illim u m , fir m iu sq u e q u o d n ig r u m e t r u fu m q u a m q u o d a lb u m » . 1 3 1 . G a lie n . V I , p . 5 3 3 .
222
L as comidas
Phaseolus, conchis, fréjoles, judías. Como entre nosotros, se comían verdes 132, y corresponden a nuestros fréjoles, o secos, y son como nuestras alubias, judías, que se comían con cierta frecuencia.133 Hortalizas Cuando probaron a comer las hierbas, verduras y hortalizas cocidas, las pre firieron a las crudas, y las cocían en la olla, de donde, al parecer de Varrón, bolera d icta 131. Holera (olera) llamarán a todas las hortalizas que sirven para alimento del hombre. Fueron también comida ordinaria de los romanos, sobre todo de los pobres, hasta que al aumentar las riquezas se buscaron las carnes y los pescados, y las hortalizas quedaron, como antes, en las mesas de los pobres. En Columela, el uilicus 135 prepara la comida sin necesidad de comprar nada fuera, porque uti liza todas las hierbas del huerto, que unas presenta cocidas y otras crudas en ensa lada, con vinagre, garó, sal y aceite (acetaria). Fuera de unas cuantas verduras, o legumbres, o tubérculos, que han llegado al mundo mediterráneo posteriormente, como las patatas, el maíz, etc., los roma nos esencialmente tenían las mismas que nosotros, aunque no siempre podemos identificar sus nombres. Las más nombradas y conocidas son las siguientes: Holus siluestre llamaban a toda clase de hierbas comestibles que surgían sin necesidad de cultivo, que también decían herbas: «fungos, heluellas, herbas omnis ita condiunt u t nihil possit esse suauius», dice C icerón.136 Brassica, llamada después de Catón holus y caulis (col), es la verdura por exce lencia: «La col es la primera de todas las hortalizas» 137. La comían lo mismo cruda que cocida. Los romanos la encontraron en torno al Mediterráneo en estado sil vestre (brassica insularis, agrestis, erratica, rustica, siluatica); con el cultivo consi guieron una hortaliza mucho más jugosa (br. oleracea) 13β, que recibe diversos nom bres: apiaca, que era rizada como el apium 139; Aegyptia, Aricina, Bruttiana, cyma, cym atau<>·, lenis (tiern a)141; leuis, laeuis (de hojas lisas)142. La coliflor se llamaba cauliflora, cauliculus, brassica Pompeiana 143. La col de grumo: brassica folio sessili, capite patulum, Cumana. 144
1 3 2 . P lin . N .H . 1 8 , 1 2 5 ; A p ic . 5 , 8 , 1. 1 3 3 . M a rtia l. 1 3 , 7 ; 7 , 7 7 ; I u v e n a l. 3 , 2 9 3 ; 1 4 , 1 3 1 ; F r o n to n . A d M . Caes. E p . 4 , 6: « q u id m e c e n s e s p r a n d isse ? p a n is ta n tu lu m , c u m c o n c h im , c a ep a s, e t m o e n a s b e n e p r a e g n a n tes a lio s u o r a n tes u id er e m » . 1 3 4 . V a rr. L . L. 5 , 10 8 . 1 3 5 . C o lu m . 1 1 , 3 1 ; v . V ir g . G eorg. 4 , 1 3 3 . 1 3 6 . C ic . Eam. 7 , 2 6 , 2 ; P I. P seu d. 8 1 0 -2 5 . H o lu s, fo r m a a n tig u a helus, P a u l. Fest. 8 9 , 3: « h e lu s e t h e lu s a a n tiq u i d ic e b a n t q u o d n u n c h o lu s e t h o le r a » ; olus, fo r m a r ú stic a s in asp ira c ió n . P r o c e d e d e u n a ra íz q u e s e h a lla e n b elu u s e in d ic a « c o lo r v e r d e c la r o » , c o m o e n tr e n o s o tr o s la p a la b ra c o n q u e l o tr a d u cim o s, « v e rd u r a » ; p o r ta n to , n o h a y n ad a d e la a p r o x i m a c ió n c o n olla, p o r q u e se c u e c e n d e n tr o d e la o l l a ... s eg ú n d ic e n lo s a n tig u o s. . 137. C a to , R . R. 1 5 6 ; la a p o lo g ía d e la b e r za la h a c e C a tó n e n to d o e l c a p . 1 5 7 , h a sta e l p u n t o d e q u e n o h a y e n fe r m e d a d p o r g r a v e q u e s e a q u e n o s e cu re c o n e m p la sto s o c o n p ó c im a s d e c o l. 138. C a to , R .R . 1 4 6 -7 ; C o lu m . 1 1 , 3 , 1 4 ; P lin . 1 9 , ' 1 3 6 s s ; 2 0 , 7 8 ss. 139. C a to , R. R. 1 5 7 , 2 . 1 4 0 . C o lu m . R . R . 1 0 , 1 2 9 ; A p ic . 8 1 . 141. C a to , R . R . 1 5 7 , 2 . 142. C a to , R . R . 1 5 6 ; 1 5 7 , 1. 143. Plin. N . H . 1 9 , 4 1 . 144. Plin. N . H . 1 9 , 1 4 0 .
Generalidades
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Beta (Sicula beta), «acelga». Plauto nombra varias herbas y bolera entre ellas: apponunt rumicem, brassicam, betam, blitum l45. Se comen también las hojas car nosas, pero se aprecia sobre todo sus pencas blancas l46. Las hay de otoño y de primavera. Se distingue la blanca y la negra. Malua, «malva», como alimento, aunque un poco laxante, es recordado en va rios lugares.147 Cichorea, ambubaia, intubus o intybum (escarola, achicoria), porque su tronco crece como una flauta, luego llamada endibia en el latín de la Edad Media. Las hay también dulces 148. Apreciada como bolera acetaria, es decir, para ensalada. Lactuca, que, además de refrescar, cura las mordeduras venenosas de los ani males a quienes la comen. Cultivaban varias especies. Plinio conoce muchas de ellas149, y Columela ha inventariado las principales. Las unas son sessiles, según término de M arcial150, que podemos traducir por «acogolladas» o «grumosas», como la caecilia, la Gaditana (blanca y rizada); y otras de hojas con venas roji zas, como la Cappadoci-a151, o la Cypria152, verdaderos regalos de los glotones. Otras se distinguían por el colorido de sus hojas: alba, candida; purpurea, rubens153. Se encontraban también sin cultivar, pequeñas y amargas, como las serralia, thridax agria, agrestis, caprina, fatuina, leporina, montana, siluatica, marina. Inula (enula Campana), de raíz aromática y amarga, pero se sabía condimentar bien para quitarle la amargura 154. Muchos la comían habitualm ente.155 Carduus (y cardo, -onis), «cardo» en todos los sentidos, el de las alcachofas, Cinarius, o scolymos. Se cultivaban en Sicilia, en Cartago y en Córdoba especial
145. P I. P seu d . 8 1 5 ; C ic. Fam. 7 , 2 6 , 2 ; C a tu l. 6 7 , 2 1 ; M a rc ia l llam a a e sta s verd u ras in s íp id a s y a lim e n to d e a r te sa n o s (1 3 , 1 3 ). P lin io (N . H . 2 0 , 6 9 ) h ab la d e su s v ir tu d e s m e d ic in a les. 146. C a tu l. 6 7 , 2 1 ; M a rtia l. 1 3 , 1 3; 3 , 4 7 . 147. H o r . O d . 1 , 3 1 , 1 5 ; E p d . 2 , 5 8 ; M a rtia l. 1 0 , 4 8 , 7 ; O v id . Fast. 4 , 6 9 7 ; C ic . Fam. 7 , 2 6 , 2: « a b e ta e t a m a lu a d e c e p tu s su m » . 1 4 8 . P lin . N. H . 1 9 , 3 9 . N o ta r e m o s ta m b ié n e l p r e c io d e la s h o r ta liza s m ás c o rr ie n tes. S u s p r e c io s, m u ch o m á s b a jo s q u e e l d e la s le g u m b r e s , h a c e n v e r q u e p o r n e c e sid a d lo s p o b res te n ía n q u e a c o g er se a e lla s. A q u í e l d e c r e to d e D io c le c ia n o (cfr. n o t a 1 1 8 ) m arca lo s p r e c io s p ara u n c ie r to n ú m e r o d e u n id a d e s, o p o r m a z o s o m a n o jo s, o a lg u n a s d e e lla s , com o las c e b o lla s , p o r m o d io s . E l d is tin g u e ca si s ie m p r e d o s c la se s d e cad a e s p e c ie , m a r c a n d o a la prim era e l d o b le d e p r e c io q u e a la seg u n d a . P a ra a b rev ia r n o c ita m o s m á s q u e e l p r e cio q u e fija a la p r im e r a c la se: 5 c a rd o s, 1 0 d e n a r io s; 1 0 a lc a c h o fa s, 6 ; 1 0 e sc a r o la s, 1 0 ; 5 m al v a s, 4; 5 le c h u g a s, 4 ; 5 c o le s, 4 ; u n m a n o jo d e m a ta s d e c o l, 4 ; 1 0 p u er r o s, 4 ; 5 a c elg a s, 4; 1 0 r a b a n illo s, 4 ; u n m o d io d e c eb o lla s sec a s, 5 0 ; 2 5 c e b o lla s tie r n a s, 4 ; u n m o d io d e ajos, 6 0 ; 2 0 b e r ro s, 1 0; u n m o d io d e alcaparras, 1 0 0 ; '10 ca la b a zas, 4 ; 10 c o h o m b r o s , 4 ; 2 m e lo n e s d u lc e s , 4 ; 4 p e p in o s , 4 ; u n m a z o d e 2 5 esp á rra g o s d e h u e r to o d e 5 0 d e se c a n o , 6; cu a tro m a n o jito s d e g a rb a n zo s v e r d e s , 4 ; u n se x ta r io d e h a b a s v e r d e s , 4 ; u n s e x t a t io de ju d ía s v e r d e s , 4 ; 2 0 rá b a n o s o za n a h o ria s, 1 2 ; u n m a z o d e e sp in a c a s, 6 ; 2 0 ca ra c o le s, 4; 4 h u e v o s , 4 ; 9 m a n o jito s d e h ie r b a s a ro m á tica s para c o n d im e n ta r , 4 . 1 4 9 . P lin . N .H . 1 9 , 3 8 , y C o lu m ela , 1 0 , ,3 7 9 ; 1 1 , 3 . 1 5 0 . M a rtia l. 3 , 7 4 ; P lin . N . H . 1 9 , 1 2 5 . 1 5 1 . M a rtia l. 5 , 7 9 . 1 152. C o lu m . 1 1 , 3 , 2 7 . 1 5 3 . P lin . N . H . 1 9 , 1 2 5 -6 . P r im e r a m e n te s e to m a b a al fin a l d e la c o m id a : V irg. M oret.: « G r a ta q u e n o b iliu m r e q u ie s la ctu ca c ib o r u m » , y e n tie m p o s d e l I m p e r io , a l p r in c ip io ; cf. M a rt. 1 3 , 1 4: ' « C la u d e r e q u a e cen a s la c tu c a s o le b a t a u oru m d ic m ih i cu r n o str a s in c h o a t illa d a p e s ? » . 1 5 4 . P lin . N . H . 1 9 , 9 2 ; C o lu m . R . R . 1 1 , 3 , 3 5 ; 1 2 , 4 6 ; H o r . Sat. 2 , 8 , 5 1 ; I u v e n a l. 1 0 , 118. 1 5 5 . P lin . N . H . 1 9 , 4 3 .
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Las comidas
mente. Se comían las alcachofas, aunque Teofrasto y Galieno no las aprecian ni poco ni mucho, y las pencas, sobre las que hay diversos gustos. Para unos son tan exquisitas que hasta las ponen en conserva, y otros, como Plinio, que se enojan porque hay personas a quienes gustan los cardos. Las recetas que conserva Api cio indican que se tenían en estim a.156 Una especie exquisita, el scolytnus Hispanicus, del que se comían las pencas cocidas, como todavía se hace hoy en España y en el sur de Francia. Pastinaca (zanahoria, chirivía, malvavisco). San Isidoro hace derivar el nom bre de pastus: «porque su raíz es una de las principales comidas del hombre» 157 Se ve la zanahoria en algunos bodegones de Pompeya juntamente con otras ver duras. Plinio la llama pastinaca Gallica l5S, señal de que era ya del gusto de los Galos, como ahora. Raphanus (y rapus), rábano, que se crían de muy diversas especies en la amplia geografía del imperio romano. Los comían crudos y cocidos, y era un alimento muy útil en el invierno. Se asociaba a la achicoria, o escarola. Las hojas cocidas hacían un buen potaje al mezclarse con otras hortalizas y sustancias.159 •También se comían el napus, «nabo», que, según Apicio, tenía muy buenas cua lidades alimenticias.160 Para condimentar o guarnicionar los platos usaban: Portulaca (verdolaga), de la que habla Plinio en diversas ocasiones.161 los que estaban persuadidos de sus magníficas condiciones alimenticias y prevenVrtica; la ortiga se condimentaba para comer entre la gente humilde y entre tivas contra toda clase de enfermedades durante un a ñ o .162 En las ensaladas se ponían a veces muchas hierbas inocentes, como el atri plex 163, «armuelle»; blitum, «bledo» 184· cardamum, o nasturcium 165, «berros»; ru m ex (romaza), que entre otras cosas servía, comiéndola cruda en ensalada, para ex citar el apetito .168 Cepa, «cebolla». Cuando el bulbo está solo (caput) lo llaman los labriegos unió sin el tallo o la caña (soboles, spico). Los antiguos conocieron' muchos tipos de cebollas. Los más estimados eran los de C hipre167; las de Egipto decían que eran propias de la divinidad, de ahí la burla de Juvenal168. Columela conoce un tipo, cepina, que no echa ta llo 169. Se comían crudas, cocidas, secas, confitadas, etc. 17°. Cepulla es nuestra «cebolla».171
1 5 6 . A p ic . n.° 1 0 6 . 1 5 7 . I s id o r . O rig. 1 7 , 1 0 , 6 . 158. P lin . N . H: 1 9 , 8 9 . 159. P lin . N . H . 1 8 , 1 2 6 -3 2 . 1 6 0 . A p ic . n.° 9 4 ; v . P lin . N . H . 1 8 , 1 3 1 ; C o lu m . R . R . 1 0 , 4 2 1 -2 2 . 161. P lin . N .H . 1 9 , 5 6 ; 2 0 , 2 1 0 ; 1 3 , 12 0 . 162. P lin . N . H . 2 1 , 5 5 ; 2 2 , 1 5; C a tu l. 4 4 , 1 5 ; H o r . E p . 1, 1 2 , 8; P e r s. 6 , 7 0 , 163. P lin . N . H . 2 0 , 2 1 9 . 164. P lin . N . H . 1 9 , 9 9 ; 1 1 7 ; 1 2 3 ; 2 0 , 2 5 2 ; I s id o r . O rig. 1 7 , 10 , 15. 16 5 . P lin . N .H . 1 9 , 1 1 8 ; V e g e t. 3 , 2 8 , 10. 1 6 6 . P lin . N . H . 2 0 , 2 3 1 ; 1 9 , 1 8 4 ; V ir g . M o ret. 7 3 : « fe c u n d u sq u e r u m e x , m a lu a e q u e in u la e q u e u ir e b a n t» . 1 6 7 . P lin . N . H . 1 9 , 3 2 . 16 8 . I u v e n a l. 1 5 , 9 ; P r u d e n t. In Sym m ac. 2 , 8 6 5 . 1 6 9 . C o lu m . R . R. 1 1 , 3. 1 7 0 . P lin . N . H . 1 9 , 3 2 . 17 1 . P a lla d . 3 , 2 4 .
Generalidades
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Alium (ajo), preferido a la cebolla por Hipócrates, es caliente y evacuante. Tie ne grandes cualidades medicinales m . Ordinariamente repelía por el olor que deja. Lo comían los pobres, como los remeros m , los labriegos y segadores 174 y, en ge neral, los antiguos 175. Se une a otras comidas fuertes: V t uitent acria, ut est sinapi, cepa, allium 176. Se hizo proverbio la frase allium cum sale obsignare, «sellar el ajo con sal», para indicar que se trata de una persona austera y tenaz. Bajo el nom bre de ajos ponían los antiguos diversos tipos: agreste, ceruinum, colubrinum, Cy prium, Gallicum, Punicum, praecox, ursinum, Baeticum, ulpicum, ulpium, que para nosotros son muy difíciles de identificar. Vorrum (puerro); además del silvestre, se conocía el porrum satiuum, y secti le 177. Se comían con mucho gusto no sólo el tallo, sino también el b u lb o .178 Asphodelus (gamón); sus raíces carnosas, o tubérculos globosos, se cocían bajo la ceniza y adobados con sal y aceite, o machacados con higos, eran las delicias de los griegos desde los tiempos de Hesíodo hasta Teofrasto; luego va cayendo en desuso, hasta el punto de que no sabemos que lo comieran los romanos, aunque lo usaban bastante en medicina.179 Asparagus (espárrago); al principio en estado silvestre180, pero luego cultivado con todo esmero 181. Los conoce bien P lin io 182. Era un plato exquisito y caro, por ende inaccesible a los pobres. Los mejores que se comían venían de Rávena, del Africa, e tc .183 También comían toda especie de cucurbitáceas que nosotros tenemos, como cu cumis, cucumer, cucurbita, melo, melopepo, pepo, etc., correspondientes a nuestros cohombros, cohombrillos, pepinos, calabazas, melones, etc. Los romanos tenían verdadera pasión por los hongos, setas, champiñones. Fun gus, agaricus, amanitae, boletus. Distinguían diversos tipos: fungorum tutissimi qui ru b en t184, un tipo casi purpúreo que llevaban del Mar Rojo ; lactarius, delicio so, también se decía albus, candidus18β; Apicio se deleita con los spongioli187; H o racio, con los fungi pratenses188. Luego distinguen también los sabores, si proceden de pinos, de fresnos, de haya: fagineus, oliuarius, farneus, de fresno, etc. Desde la época imperial a los fungi, que son los mencionados hasta ahora y que crecen es P lin , N .H . 1 9 , 1 1 1 ; C a to , R. R . 1 3 2 , 2 . P la u t. Roen. 1 3 1 3 -4 . H o r . E p d . 3, 3-5: « E d it c ic u tis a liu m n o c e n tiu s. O du ra m e sso r u m ilia ! Q u id h o c u e n e n i s a e u it in p r a e c o r d iis? » . V . V ir g . Eel. 2 , 1 0 -1 1 ; M o ret. 8 8 -9 . 175: V arr. e n N o n . p . 2 0 1 , 6 4 : « A u i e t a ta u i n o s tr i cu m a liu m ac c e p e e o ru m u e r b a o le te n t ta m en o p tu m e a n im a ti e ra n t» . 176. V arr. e n N o n . p . 2 0 1 , 6 4 M erc. 177. C o lu m . R . R . 1 1 , 3. 178. P lin . N . H . 1 9 , 33. 179. P lin . N . H . 22, 67. 180. C a to , R . R . 6. 181. C a to , ib. 1 6 1 . 182. P lin . N . H . 1 9 , 4 2 . 1 8 3 . I u v e n a l. 1 1 , 6 8 ; M a rtia l. 1 3 , 2 1 . 184. P lin . N . H . 2 2 , 47. 1 8 5 .. P lin . N . H . 1 3 , 1 3 9 . 186. O v id . Fast. 4 , 6 9 7 . 187. A p ic . n .° 1 9 0 . 188. H o r . Sat. 2, 5 , 2 0 ; P lin . N . H . 17, 223. 172. 173. 174.
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Las comidas
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pontáneos, se oponen los boleti, champiñones cultivados 18B. Los romanos eran ver daderamente apasionados por estos manjares, opimi cibi, a pesar del peligro que llevan consigo 190. Muchos pasaban ,a la cocina a prepararlos ellos personalmente.' Se traían también secos de Bitinia. Se los comían crudos, asados o hervidos. Se preparaban con vinagre, miel y sal. Las trufas (tuber, fungus suillum), aunque no conocieron las mejores especies, también las buscaban con avidez. Apicio da unas cuantas fórmulas de prepararlas. Se comían también crudas y asadas. También comían otras verduras, como el ocimum, menta, lapathium, serpylum, radix, pero 'siempre en menores proporciones.191 Frutas Entre las frutas que comían los romanos citaremos: ficus, mala, pira, baccae, siliquae, acini, uuae, mora, fraga, nuces. Ficus (higos); por lo mismo que es un fruto mediterráneo, y que desde los primeros tiempos lo comieron todos los pueblos de sus riberas, los nombres exis tentes para designar este fruto son muchísimos: albicellus, carica, caricula, caunea, cottana, grossulus, grossus, marisca, etc. Y luego según la región de donde proce dían: Ficus Aegyptia, Ebusia, Lydia, Alexandrina, Pompeiana; y según sus carac terísticas: ficus alba, albula, albicerata, bifera, duplex, duricoria, harundinea, hiber na, mamillana, marisca, nigra, ona, passeraria, praecox, purpurea, tellana, atra... Se comían frescos, pero la mayor parte se secaban al sol, o al fuego, y se co mían durante todo el año (caricae). A veces, antes de ponerlos a secar, se cortaban en dos (ficus duplicata). En muchos lugares se comían en lugar del p a n 192. En la estación de los higos Catón disminuía la ración de pan a los esclavos.193 Un tipo especial era el ficus Aegyptia, fruto del sicomoro, árbol con hojas de moral y fruto de higuera. Sus frutos eran precoces, hasta el punto que no faltaban del árbol en todo el año. En Roma eran un lujo. Venían del Oriente y de la isla de Rodas. Es curioso que los romanos comían también las ramas tiernas de la higuera, y las vendían en tiendas especiales, o protegiendo las cestillas de los higos. Mala (manzanas...); en este grupo entraban todas las frutas carnosas con hueso en el interior, a excepción delas ciruelas, lasperas y las uvas. Citaremos: el ma189. 190. 191.
M a rtia l. 3 , 6 0 , 5 . P lin . N . H . 2 2 , 4 6 -7 . V arr. L . L. 5 , 1 0 4 ; V ir g ., e n M o ret., r ec u e r d a varias d e ella s: H ic olus. H ic la te fu n d e n te s b r a c h ia betae, fe c u n d u sq u e ru m ex, m alu aequ e in u laequ e u ir e b a n t, h ic siser e t n o m e n c a p iti d e b e n tia porra h ic e tia m nocuum c a p iti g e lid u m q u e papau er g r a ta q u e r e q u ie s lactuca c ib o r u m e t g ra u is in la tu m d e m issa cu cu rbita u e n tr e m (v v . 7 2 -7 7 ). Caepa r u b e n s s e c tiq u e fa m em d o m a t area po rri q u a e q u e tr a h u n t a cri u u ltu s m a stu rtia m o r su (v . 8 3 -4 ). Q u a ttu o r e d u c it c u m s p is sis allia fib ris; in d e c o m a s a p ii g r a ciles ru ta m q u e r ig e n te m u e llit e t e x ig u o coriandra tr e m e n tia f il o (v v . 8 7 -9 0 ). 1 9 2 . P lin . N . H . 1 5 , 2 1 . 1 9 3 . C a to , R . R . 5 6 : « P a n is p o n d o V , u s q u e a d e o d u m fic o s e s s e c o e p e r in t, d e in d e ad p o n d o I I I r e d ito » .
Generalidades
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lum persicum, que según la especie equivale a nuestros melocotones, duraznos, pa vías, fresquilleros, etc.; malum cotoneum, m. cytonium, nuestros membrillos194; malum granatum, malum Punicum, granada105; malum Matianum, manzana; ma lum praecox, Armeniacum, albaricoque; malum citreum, cidro. Recibían también diversos nombres, según el lugar de donde procedían: Epiroticum, Pelusianum, etc.; o del horticultor que a través de experimentos e injertos había conseguido una es pecie nueva: malum Cestianum 198, Malianum 197; Qcratianum; o por sus cualidades específicas: malum lanatum, musteum, conditiuum, farinaceum 198, rubrum. Pira (peras); suelen ser más alargados sin tender a la redondez de los mala, pero su figura depende de las especies. De éstas habla Plinio 199 y Columela 200. Tam bién conocían una inmensa variedad, que distinguían por sus propiedades: pirum librale, por su peso; laureum, por su perfume a laurel; mulsum, por su dulzura; nardinum, por su olor a nardo; testaceum, de color de tierra cocida; thymosum, de olor a tomillo; ampullaceum, alargado como una botella; calculosum, con durezas como piedrecitas. Por el lugar de donde se traían: Alexandrinum, Amerinum, Crus tumium, Picentinum, etc. Por el nombre de su productor: pomum Anicianum, Decimianum, Dolabellanum, Pauonianum, Licerianum, Valerianum, etc. Esta variedad indica que es una fruta que se cultivaba con esmero; por con siguiente, que se tomaba con gusto en la comida. Baccae, bayas. A veces con huesecito en el interior, proceden de un árbol, como los olivos, endrinos, cerezos, laureles; o de matas y arbustos, como los madroños, nísperos291, yedra, mirto, rosal, espárrago. Se oponen por una parte a poma, nuces y siliquiae, y en cuanto que su carne es firme se opone a acinus. Las principales bayas que comían eran las aceitunas, endrinos, nísperos (mespilus), el madroño (unedo). Las olivas se comían o pasas o adobadas, para lo cual da Catón su re ceta. 202 Del tipo de pruna, «ciruelas», había gran variedad, desde la especie más o me nos silvestre, prunum siluestre, agreste, hasta las más delicadas, pr. purpureum 203, uersicolor, cerinum, cereolum, amydalinum 204. Las comían frescas, pasas y con fitadas. Los cerasa, «cerezas», introducidas en Roma por Lúculo después de su victoria sobre Mitrídates en 73 a. C. 205, se extendieron pronto por todo el Imperio.
1 9 4 . V ir g . Ecl. 2 , 5 1 . H a y d o s tip o s, u n o s r e d o n d o s y o tr o s alargados (P lin . N. H . 15, 10 ). S e lo s c o c ía c o n m ie l y fo rm a b a n la mala m u stea o ca rn e d e m e m b rillo . C r u d o s e ra n ásperos. 1 9 5 . C a to , R . R . 7 , 3 ; 1 3 3 , 2. 1 9 6 . C o lu m . R .R . 5 , 1 0 , 19. 197. P lin . N . H . 1 5 , 4 9 . , 198. P lin . N . H . 1 5 , 5 2 . 199. P lin . N . H . 1 5 , 5 3 ss. 200. C o lu m . R. R . 5 , 1 0 , 1 8 . A lg o ta m b ié n e n C a tó n , 7 , 3-4. 201. I s id o r . O rig . 1 7 , 7 , 10. 202. C a to , R . R . 7 , 4 : « O le a s o r c ite s, p o sia s; e a e o p tim e c o n d u n tu r u e l u ir id es in m u ria u e l in le n tis c o c o n tu sa e , u e l o r c ite s u b i n ig r a e e r u n t e t sicc a e , sa le c o n fr ia to d ie s V ; p o ste a sa lem e x c u tito , in s o le p o n ito b id u u m , u e l s in e s a le in d e fr u tu m c o n d ito » . 2 0 3 . P lin . N . H . 1 5 , 4 1 . 2 0 4 . P lin . ib . 1 5 , 4 2 . , 205. P lin . N . H . 1 5 , 1 0 3 . P ara la s fr u ta s, D io c le c ia n o , e n su d e c r e to d e l a ñ o 3 01 (c f. n o ta 1 1 8 ), m arca e s to s p r e c io s a la m ejo r c la se de c a d a e s p e c ie , s a b ie n d o q u e lo s in fer v a le n la m ita d : c ie n c a sta ñ a s, 4 d e n a r io s; c in c u e n ta n u e c e s v e r d e s o c ie n secas, 4; a lm en d ras lim p ia s , u n s e x ta r io , 6 ; a v e lla n a s, u n s e x ta r io , 4 ; p iñ o n e s lim p io s , u n sex ta rio , 1 2 ; azufaifa s , u n s e x ta r io , 4 ; p is c ta c h o , u n s e x ta rio , 1 6 ; c u a tr o lib ra s d e cer e z a s, 4 ; d ie z a lb a r ic o q u es, 4;
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Las comidas
Siliquae (ceronia), aunque en general significa la vaina de todas las legumbres, habas, alubias, e tc .206; en sentido concreto indica la algarroba 207, porque en ella la parte comestible precisamente es la vaina, por su suavidad y su dulzura, aunque un poco seca. De su empleo en la comida habla Columela 208. De la algarroba se trata, sin duda, cuando en la parábola del Hijo Pródigo el joven desea comer siliquas. 209 Acini, acina 21°; de por sí es el grano de la uva, y por extensión, otros tipos de baya de piel fina y pulpa blanda, como los granos que forman la granada.211 Vuae; de este manjar, como ya hemos dicho de los propiamente mediterrános, los romanos, como nosotros, conocían infinidad de especies212. Se comían frescas y pasas. Los poetas dedican a la uva epítetos descriptivos llenos de afecto: purpu rea, colorata, genialis, mitis, odorata, nitens, picta, etc. Para conservarla fresca du rante gran parte del año la metían en ollas, y la llamaban uuae ollares213; o entre paja, uvae paleales. 214 Mora, «moras», como nosotros, conocían las del árbol (morus), que llamaban morum satiuum, morum domesticum, que podían ser alba y nigra215, y las de zar z a 216, morum agreste, caninum, siluaticum. También llaman a veces morum al fruto del sicomoro 217. De sus cualidades nos hablan P lin io 218 y Celso.219 Palma, «dátil»; la palmera, en Italia, es estéril; fructifica en las costas surorientales de España; pero su plena dulzura la consiguen en Egipto, en la Arabia y en el Golfo Pérsico. No hay que decir que en los mercados de Roma había dátiles en suma abundancia 22°, y se comían como los higos secos221, aunque los pobres no podían comprarlo porqué eran caros.
d ie z d u ra z n o s, 4 ; d ie z m e lo c o to n e s , 4 ; d ie z p e r a s, 4 ; d ie z m an zan as, 4; d ie z c a m u e sa s, 8; tr e in ta c ir u e la s, 4 ; d ie z gra n a d a s, 8 ; d ie z m e m b r illo s, 4 ; lim o n e s , 2 4 ; u n c e s tit o d e m o ra s, d e u n s e x ta r io , 4 ; v e in tic in c o h ig o s , 4 ; c u a tr o lib ra s d e u va, 4; v e in tic in c o d á tile s, 4 ; v e in tic in c o h ig o s C aricas, 4 ; u n se x ta r io d e h ig o s p r e n s a d o s, 4 ; o c h o h ig o s d e D a m a s c o , s e c o s , 4; u n a lib ra d e h ig o s s e c o s , 4 ; v e in te o liv a s C a sia s, 4 ; o liv a s n e g r a s, u n s e x ta r io , 4 ; u v a s p asas, u n s e x ta r io , 4 ; tr u fa s, u n a lib ra , 1 6 ; le c h e d e o v e ja , u n s e x ta rio , 8 ; q u e s o r e c ie n te , u n a li bra, 8 ; q u e s o se c o , 12. 206. V ir g . G eorg. 1 , 7 4 ; V arr. R .R . 1, 2 3 ; P lin . N .H . 1 8 , 1 2 0 . 207. P lin . N .H . 1 5 , 9 5 ; 1 1 7 ; 2 3 , 1 5 1 . 2 0 8 . C o lu m . R . R. 1 0 , 7 , 9 . 2 0 9 .L u c. 1 5 , 16 . 210. C a to , R . R. 1 1 2 , 2-3. 211. P lin . N .H . 1 5 , 1 0 0 ; 2 1 , 1 7 7 y 2 4 , 7 7 . 2 1 2 . C o lu m . 3 , 3 , 3 ; 3 , 1, 2 ; P lin . N .H . 1 4 , 4 1 ; 2 3 , 17; 2 6 , 13 8 ; V arr. R . R . 1 , 2 5 ; V ir g . G eorg. 2 , 9 1 ss. 2 1 3 . M a rtia l. 7 , 2 0 ; C a to , R .R . 7 , 2 : « V u a e in o lla in u in a c e is c o n d u n tu r ; e a d e m in sapa, in 'm u sto , in lo ra r e c te c o n d u n tu r . Q u a s s u sp e n d a s d u ra cin a s A m in n ia s m a io r e s, u e l a d fa b ru m fe r ra r iu m p r o p a s sis e a e r e c te ser u a n tu r » . 214. C a el. A u r e i. T ard. 3 , 2 1 , 2 0 3 . 215. O v id . M et. 4 , 9 0 ; C o lu m . A r b . 2 1 , 1; P lin . N .H . 2 4 , 1 2 0 . 216. V arr. R . R . 2 , 1, 4 ; P lin . N . H . 2 4 , 1 1 7 ; 1 2 0 . ■ 2 1 7 . P lin . N .H . 2 3 , 1 3 4 . 2 1 8 . V . P lin . 2 8 , 1 1 2 : « C a rn e e t s u c c o m o ra c o n s ta n t, c u te e t su c co c er a si» , y e n 116: «C arn e p a lm a e p la c e n t, su c co u u a e, c a llo p ir a , m o r a ca rtila g in e » . 2 1 9 . C e lsu s, 2 , 2 4 : « s to m a c h o a p ta s u n t e x p o m is cera su m , m o r u m , so rb u m , e tc .» . 2 2 0 . P e r s. 6 , 3 8 . 2 2 1 . O v id . Fast. 1, 1 8 5 .
G eneralidades
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Fraga222, «fresas»; como nosotros, conocían los tres tipos, las que nacen en las matitas sobre tierra: humi nascentia fraga 223, y las que se crían en arbustos y ma torrales: montana fraga224, y fraga paruis uulsa rubetis 225, que responden a nues tras fresas, frambuesas y grosellas. Las servían en la mesa como entre nosotros, al natural, en compotas, en maceración en leche o vino, en bebidas y en jaleas, y confitadas con miel. Nuces, «nueces»; son todos los frutos que tienen la cáscara dura, conteniendo dentro su meollo, como las nueces, almendras, avellanas, etc. De sus especies habla Macrobio 226. Las principales eran: N ux iuglans, o nux escaria'13'1, la que nosotros llamamos propiamente nuez. N ux Graeca223, luego nux amygdalina, amygdala229, lu almendra, con su especia lidad de la almendra amarga, nux amara. N ux Abellana, corylus, nux minor™, la avellana. N ux castanea231; las castañas, en lugar de cáscara de leña, tienen piel. N ux pinea, pinea, piñón, bien distinguida de las anteriores por Columela.232 Y dentro de la nux iuglans, por sus cualidades, se distinguían la nux agrestis, la basílica, la calua o galba 233, la grandis, la longa, Ia maior, la mollusca, la regaliS o regia; por su procedencia: nux Albana, Alexandrina, Praenestina, Tarentina, Thesia 234. La pistacia 235, pistacho, introducida de la Siria en Italia por Vitelio e inme diatamente en España por Flaco Pompeyo; por tanto, su fruto se conoció tarde en Roma. 5.
Carne fresca y salada, embutidos
La evolución en la vida llevó a los hombres a no contentarse con la alimen tación vegetal, sino que empezó a gustar, quizá por ostentación y lujo, las sustan cias animales. En Roma, como dice Varrón 236, tratándose de un pueblo de agri cultores y de pastores, la carne no faltaba nunca, en mayor o menor abundancia, según los tiempos, ya fuera de bovinos, ovinos o de aves de corral. Todo ello proporcionaba alimentos más enjundiosos, y se comía fresca, o curada o embu tid a.237
2 2 2 . L a p a la b ra fraga, u sa d a c a si ú n ic a m e n te e n p lu ra l, e n tr a e n la liter a tu ra e n e l tie m p o d e V ir g ilio , d e e tim o lo g ía d e sc o n o c id a . 2 2 3 . V itg . Ecl. 3 , 9 2 . 2 2 4 . O v id . M et. 1, 1 6 4 . 2 2 5 . S e n e c a , H y p p o l. 5 1 6 . 2 2 6 . M a cr o b . Saturn. 2 , 14. 2 2 7 . V a rr. R . R. 1, 5 9 , 3. 2 2 8 . C a to , R. R. 8 , 2 : « n u c e s ca lu a s, A b e lla n a s , P r a e n e stin a s , G r a e ca s, h aec fa c ito u t i se r an tu r». 229. P lin . N . H . 2 3 , 1 4 4 . 230. P lin . N . H . 1 5 , 8 8 . 2 3 1 . P lin . N .H . 1 5 , 1 1 2 ; V ir g . Ecl. 1, 8 1 ; V arr. R . R. 3 , 1 5 , 1-2. 2 3 2 . C o lu m . R . R. 5 , 1 9 , 14: « e o d e m te m p o re iu g la n d e m , e t p in e a m e t c a sta n ea m s e te r e o p o r te t» . 233. C a to , R . R . 8 , 2 ; P lin . 1 5 , 9 0 . 234. G e li. 6 , 1 6 ; P lin . N . H . 1 5 , 90. 235. P lin . N .H . 1 3 , 5 1 . 236. V a rr. L . L . 5 , 1 0 9 . 2 3 7 . D ic e C ic e r ó n , h a b la n d o d e lo s tie m p o s v ie jo s : « S e m p e r e n im b o n i a s sid u iq u e d o m in i refer ta c ella u in a ria , o le a r ia e tia m p e n a r ia e s t , u illa q u e to ta lo c u p le s e s t, a b u n d a t p o r c o , h a e d o , a g n o , g a llin a , la c te , c a se o , m e ile . Ia m h o r tu m ip s i a g rico la e su c cid ia m a lte r a m a p p e lla n t. C o n -
Las comidas
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Carne de cuadrúpedos La carne fresca la comían asada, 238, cocida 239, en su ju g o 240 o frita .241 La carne seca podía ser salsa, rancida, succida, lardum, etc. Todo ello venía a significar poco más o menos lo mismo, porque la sal impide que se pudra la carne, pero no que se enrancie y seque. Siempre fue del gusto de los romanos la carne seca, sobre todo del cerdo y del jabalí. Hablando Cicerón de un epicúreo de su tiempo, dice: «Su mesa estaba abastecida no de mariscos y de pescado, sino de mucha carne un tánto rancia» 242, y Horacio: «Los antiguos alababan el jabalí rancio».243 En general toda carne salada y curada que se guarda para los momentos opor tunos se llama succidia. Succidia propiamente significa la carne de cerdo, pero se aplica a cualquier carne magra, cecina o tasajo, porque los cerdos fueron los pri meros animales que se mataron para salarlos 24\ De ellos se decía que fueron dados por la naturaleza para alimento del hombre. Mientras viven se conservan por. el alma; después de muertos, por la sal 240. Es un perezoso y un derrochador el que llena su despensa de carne comprada y no del producto de su heredad; porque ¿quién cultiva un campo que no críe cerdos al mismo tiempo? 248 Las partes que solían sazonar eran los lomos (tergora o tegora), los pemiles o jamones (perna), la cabeza (caput, sinciput), las costillas (costae) y el tocino (lardum o laridum) 247. Catón da las normas para preparar el jamón: «Cuando com pres unas piernas de cerdo, córtales las patas. Mételas en la sal. Cuando hayan es tado ya cinco días en la sal, sácalas de ella, y cuélgalas dos días al viento..., cuéld itio r a fa c it h a e c su p e r u a c a n e is e tia m o p e r is a u c u p iu m a tq u e u e n a tio » (S en ect. 5 6 ). E l ca so d e S ím ilo d e l M o retu m , q u e n o te n ía n a d a c o lg a d o e n la d e s p e n sa carn icera ( w . 5 5 -5 6 ) y q u e d e la s v e n ta s d e su s h o r ta liza s e n la c iu d a d « u ix u m q u a m 'u r b a n i c o m ita tu s m e r ce m a c e lli (r e d ib a t)» (v . 8 1 ), m a n ifie sta q u e e s u n p o b r e « c u lto r e x ig u i agri» (v . 3 ), q u e n o te n ía m ás a y u d a q u e la e sc la v a E s c íb a le , « A fr a g e n u s » (v . 3 1 -2 ), e s d e c ir , u n m ise ra b le . 238. A ssa, « h a n c p r im u m a ssa m , d ic tu m a ssa m , q u o d a b ig n i a s su d e s c it» (V arr. L. L. 5 , 10 9 ); « a ssu m , q u o d a rd et, q u a si a rsu m » (I s id o r . O rig. 2 0 , 2 , 2 2 ). 2 3 9 . Secu n do elixam , « e lix u m e liq u o r e a q u a e d ic tu m » (V arr. L. L. 5 , 1 0 9 ), q ü e S . I s i d o r o llam a coctam : « c o c tu m q u a si c o a c tu m , id e s t ab ig n e u e l aq u a u io le n to m o d o a c tu m u s q u e c o m e s tio n is a p tu m . S e d e t m u lti te m p o r is a liq u id c o c tu m u o c a tu r» (I s id o r , ib. 2 1 ). 2 4 0 . E tu re, iurulenta. « T e r tio e iu r e ... e t e x iu r e , q u o d iu c u n d u m m a g is c o n d itio n e » (V arr. L. L. 5 , 1 0 9 ). D ic e C e lso (2 , 1 8 ): « r es e a d e m m a g is a lit iu r u le n ta , q u a m assa, m agis assa q u a m fr ix a » . 241. Frixa. « F r ix u m a s o n o d ic tu m q u a n d o a r d e t in o le o » (I s id o r . O rig. 2 0 , 2 2 , 2 3 ). 242. C ic . P i i. 6 7 ; v . L iv . 3 2 , 1; 3 7 , 3. 243. H o r . Sat. 2, 2, 8 9 . 244. V arr. L . L. 5 , 11 0 . 245. V arr. R . R . 2 , 4 , 10. 246. V arr. R . R. 2, 4, 3. 247. E l p a r á sito E r g á silo d e l C a p tiu i d e P la u to h a tra íd o un a n o tic ia m u y b u e n a al an c ia n o H e g ió n , y é s te le h a d a d o e n p r e m io fa c u lta d d e o rg a n izar la c o m id a a su g u s to . D ic e E rg á silo : « I llic h in c a b iit; m ih i rem s u m m a m c r e d id it cib ariam . D i im m o r ta le s, ia m u t e g o c o llo s p r a e tr u n c a b o te g o r ib u s! Q u a n ta p e r n is p e s tis u e n ie t, q u a n ta la b e s la r id o , q u a n ta s u m in i a p su m e d o , q u a n ta c a llo ca la m ita s, q u a n ta la n iis la s situ d o , q u a n ta p o rcin a riis! N a m s i a lia m e m o r e m , q u a e ad u e n tr is u ic tu m c o n d u c u n t, m orast. N u n c ib o u t p r o p r a e fe ctu r a m e a iu s d ic a m la r id o , e t q u a e p e n d e n in d em n a ta e p e r n a e , is a u x iliu m u t fe r a m » (v v . 9 0 1 -9 0 8 ).
Generalidades
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galas otros dos días al humo del lar... y luego en la despensa de carne»24s. La parte más carnosa y mejor del pernil se llama petaso, porque se extiende a la manera de un jsojjrero.249 Para salar la cabeza se abría en dos mitades, sinciput, y se colgaban de las ore ja s 250. El laridum (lardum) es el tocino salado, que se distingue muy bien de la perna2Sl, aunque puede ser medio magro o veteado.252 Preparaban también una larga serie de embutidos, según la carne que metían o las mezclas o condimentos con que la adobaban. El nombre genérico era farcimen, según S. Isidoro 253. Yardmen es la carne triturada y desmenuzada que se mete, llenando un intestino, y mezclada con otros adobos y sustancias. Apicio da una variedad inmensa de embutidos 254. Nombraremos tan sólo algunas especies. Dice Arnobio 255: Ut spirulas, et botulos facerent, isicia, catiïlamenta, lucanica. Botulus será propiamente la morcilla 256; tiene como diminutivo botelus257. Según las rece tas de Apicio 258, entran muchos ingredientes en ella, como nueces, pimienta, in cienso, cebolla, etc. Según Celio 259, es una palabra vulgar empleada por farcimen. Varrón 260 nombra las siguientes: Lucanica, embutido que procedía de la Lucania; / articulum, en que se emplean los intestinos más delgados; Ion gano, formada del intestino recto, equivale a nuestra longaniza; murtetum, a murta, porque se emplea mucho en este em butido.261 En los banquetes buscaban las exquisiteces de los tostones (porci lactentes)2*1. Los platos más apreciados los formaban con las patas (petasones, ungulae), las orejas, la papada, el cerebro, los testículos de los machos, e tc.2β3. A las cerdas se
C a to , R . R . 1 6 2 . C f. M a rtia l. 3 , 7 7 , 6 ; 1 3 , 5 4 y 5 5 . P I. M en. 2 1 0 -1 : « G la n d io n id a m su illa m , la r id u m p e r n o n id a m , a u t s in c ip ita m e n ta p o r c in a a u t a liq u id ad e u m m o d u m » ; y P e r sio , 6 , 6 7 -7 0 : « V n g e , p u er , c a u les! m ih i fe s ta lu c e co q u a tu r u rtica e t fis s a fu m o ss u m s in c ip u t au re». 2 5 1 . P l. C apt. 9 0 3 ; 8 4 7 . H e a q u í lo s p r e c io s fija d o s p or D io c le c ia n o para e s t o s a lim en to s. S i n o s e in d ic a o tra c a n tid a d , n o s r efer im o s a la lib ra . C arn e d e c e r d o , 12 d e n a r io s; carn e d e v aca, 8 ; cabra o ca rn ero , 8 ; v u lv a , 2 4 ; u b r e s , 2 0 ; h íg a d o , 16; to c in o , 1 6 ; p e r n il-ja m ó n , 2 0 ; to c in o fr e -c o , 1 2; e n ju n d ia , grasa d e c er d o , 1 2 ; u ñ a s y v ie n tr e , 12; sa lch ic h a s d e c er d o , 2 ; sa lch ic h a s d e tern era , 1 0 ; lo n g a n iz a , 1 0 ; lie b r e , 1 5 0 ; c o n e jo , 4 0 ; d ie z lir o n e s , 4 0 ; carn e d e ja b a lí, 1 6 ; c ie r v o , 1 2 ; v e n a d o , cabra m o n té s o g a m o , 1 2 ; le c h ó n , 1 6 ; co rd er o , 12; c a b r ito , 1 2 ; m a n te ca , 16; se b o , 6. 252. P I. M en. 2 1 0 : « la r id u m p e r n o n id a m » , y I u v e n a l. 11, 8 2 -4 . 253. I sid o r . O rig. 2 0 , 2 , 2 8 ; c f. V arr. L . L . 5 , 1 1 1 . T a m b ié n se lla m a n insicia o isicia, carn e d e c e r d o m u y p ica d a y salad a, salis i s i c ia y sa lisic ia 'y , sa lch ic h a , c o m o d ic e V a r ró n , L. L. 5 , 11 0 : « a b e o q u o d in s e c ta caro, u t in c a rm in e S a lio ru m p r o s ic iu m , e st, q u o d in e x tis d ic itu r n u n c p r o se c tu m » . 254. A p ic . D ecem lib ri q u i d icu n tu r d e R e Coquinaria, 2 , 1-3. 255. A rnob. 2, 2, 42. 256. M a rtia l. 1 4 , 7 2 . 257. M a rtia l. 5 , 7 8 , 6 ; 1 1 , 3 1 . 258. A p ic . 2 , 3. 259. G e ll. 1 6 , 7 , 11. 260. V arr. L. L. 5 , 1 1 1 . 261. V arr. L . L . 5 , 1 1 0 . 262. M a rtia l. 3 , 4 7 , 1 2 ; C o lu m . 7 , 9 , 4 . 263. G a lie n . V I , p . 6 7 6 . 248. 249. 250.
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Las comidas
las engordaba con higos para que resultata más blanda y más jugosa la ubre y la vulva, que era lo más apreciado de toda ella.264 Pero además del cerdo, alimento casi obligado entre los labradores y las gentes del campo, comían también carne de buey, de cabra, de carnero, de liebre, de co nejo y de lirón. La carne de buey (bouina) o de vaca, si no era muy tierna, se consideraba como muy pesada y de digestión difícil; además producía la atra bilis 265. La carne de cabra o de carnero se comían relativamente poco. Galieno consideraba la carne de cordero como demasiado húmeda, e insuficiente para la nutrición288; decía que había en ella más leche que sangre267. La de la oveja era todavía más floja y tiene mucho desperdicio; la de la cabra es acre y de peor calidad. Se prefería la carne de los cabritos y carneros debidamente castrados. Sus testículos además eran ávida mente solicitados para las buenas mesas. A la carne de ciervo se le encontraba un gusto demasiado salvaje26S, y además es muy indigesta 269. Mejor es la carne del gamo (dama) y de la gacela (pygargus) 27°. No es buena la carne de asno, aunque Mecenas había tratado de poner de moda la carne de los asnos del O rien te271. En tiempos antiguos aparece servida en las mesas la carne de perro 272, e incluso todavía en tiempo de Plinio se servían perri tos tiernos en los festines de carácter religioso 273. Con todo, los romanos nunca se apasionaron por la carne perruna. La liebre (lepus) era una carne muy apreciada por los rom anos214, que la sabían preparar de muchas formas 275. El conejo (cuniculus), procedente de España y acli matado pronto en Córcega 276, se lo comían con pasión, pero sobre todo las crías o bien arrancadas del vientre de sus madres o en el período de su lactancia. La carne del lirón (glis) era muy colicitada por los romanos. Como en estado de libertad resulta difícil el poder procurarse los suficientes para formar buenos platos, se criaban en viveros, llamados gliraria 277. Fue prohibida su consumición por una ley sumptuaria del cónsul M. Emilio Escauro en el año 115 a. C., lo mis mo que las exquisiteces del cerdo, las almejas y las aves peregrinas 278. Pero siguen 2 6 4 . H o r . E p. 1, 1 5 , 4 1 ; P lin . E p. 1 , 1 5 , 3 ; I u v e n a l. 1 1 , 81 . 2 6 5 . H y p ó c r a t. I I , p . 8 8 . D u r a n te m u c h o tie m p o la r e lig ió n p o n ía rep aros a q u e e l h o m b r e c o m ie r a la carn e d e l b u e y , y a q u e se tra ta b a d e l a n im al q u e l e ayu d ab a e n su s trab ajos d e l c a m p o , V ir g . G eorg. 2 , 5 3 7 , y S erv . a e s t e lu g a r ; C ic. N at. Ό . 2 , 15 9 ; V arr. R . R. 2 , 5 , 4; O v id . Fast. 1, 3 6 2 ; 4 , 4 1 3 ; P lin . N . H . 8 , 7 0 . 266. G a lie n . V I , 6 6 3 . 267. I u v e n a l. 1 1 , 6 8 . 268. G a lie n . V I , 6 6 4 . 269. G a lie n . ib. 270. I u v e n a l. 1 1 , 1 2 1 . 271. P lin . N . H . 8 , 6 8 . 272. A th e n . V I I , p . 2 8 2 . 273. P lin . N . H . 2 9 , 14. 274. M a rtia l. 1 3 , 9 2 : « I n te r a u es tu r d u s, si q u id m e iu d ic e c er tu m e s t, in te r q u a d r ip e d e s m a tte a p rim a le p u s » . 275. A p ic . n .° 4 0 0 ; 3 9 5 ; 4 0 1 . 276. A e lia n . 1 3 , 15; P o lib . 1 2 , 3. 277. V a rr. R. R ., rodo el cap. 1 5 d e l lib r o 3. 278. P lin . N . H . 8, 2 2 3 y 3 4 , 4 . P ara e s to s g é n e r o s e n tie m p o d e D io c le c ia n o r eg ía n loi, s ig u ie n te s p r e c io s. M ie n tr a s n o a d v ir ta m o s o tra c o sa , n o s r efer im o s a la lib ra d e carn e. F a i sá n c eb a d o , 2 5 0 d e n a r io j; sin ceb a r, 1 2 5 ; fa isa n a ceb a d a , 2 0 0 ; s in ceb ar, 1 0 0 ; g a n s o c eb a d o , 2 0 0 ; sin c eb a r, 1 0 0 ; u n par d e p o llo s , 6 0 ; u n a p e r d iz , 3 0 ; u n a tó r to la g o r d a , 3 0 ; d e l
Generalidades
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hablando de su consumo en los banquetes Petronio 279 y Amiano M arcelinolB0, y Apicio da sus recetas culinarias para prepararlos281. Se apreciaban sobre todo los de mayor peso, y la tontería llegó hasta el punto que el anfitrión presentaba unas balancitas adaptadas para pesar cada ejemplar al servirlo en la m esa.282 Carne de aves Los romanos comían la carne de casi todas las aves que se criaban en su país, incluso los pájaros cantores 283. Naturalmente respetaban algunos, como las ibis y las cigüeñas, porque limpian las charcas de serpientes 284. En Tesalia había pena de muerte para quien abatiera una cigüeña, y en Roma un individuo que osó ser virse a la mesa una cigüeña fue castigado por las críticas del pueblo 285. Tampoco buscaban la codorniz, porque creían que se alimentaba de hierbas venenosas20β; ni las golondrinas ni vencejos, porque libran la atmósfera de parásitos y mosquitos. No intentamos mencionar todas las aves cuya carne comían los romanos, pero debemos agradecer a su buen gusto la aclimatación de la pintada o gallina de Guinea, el faisán, el gallo, venido de Persia; el pavo, traído de la India. El loro (psittacus), llevado a Grecia por Onesicrites, comandante de la flota de Alejandro, pasó luego a Italia. Según las recetas de Apicio, el loro era una de las víctimas propiciatorias del lujo de los rom anos.287 Entre los pájaros dentirrostros constituían las delicias de los romanos: los mir los (merula) 288, el estornino (stornus) 269, el tordo (turdus) 2S0, cuya carne la comían c a m p o , 1 2 ; una d o c e n a d e to r d o s, 6 0 ; un p a r d e p ic h o n e s , 2 4 ; u n par d e fr a n c o lín , 2 0 ; u n par d e á n a d es, 4 0 ; d ie z c a rd elin a s, 1 6 ; d ie z g o r r io n e s, 1 6 ; p a v o m a c h o , 3 0 0 ; h e m b ra , 2 0 0 ; u n a d e c e n a d e c o d o r n ic e s, 2 0 ; d ie z e sto r n in o s , 2 0 . 2 7 9 . P e tr o n . 3 1 : « P o n tic u li e tia m fe r ru m in a ti s u stin e b a n t g lir e s m e lle ac p ap au ere sp arsos». 2 8 0 . A m ia n M are. 2 8 , 4 . 2 8 1 . A p ic . 8 , 9 . 2 8 2 . A m ia n . M a re. 2 8 , 4 , 13. L o s lir o n e s n o s o la m e n te s e cazab an c o m o lo s c o n e jo s, s in o q u e ta m b ié n se cria b a n (V arr. R . R. 3 , 2 , 1 4 ; M a rtia l. 3 , 5 8 , 3 6 ). S e criaban e n las v i lla s e n p a r q u es cerra d o s c o n p a r e d e s m u y lis a s para q u e n o p u d ie r a n trep ar, co n a b u n d an cia d e á r b o le s fr u ta le s , c a sta ñ o s y e n c in a s, p o r q u e se a lim en ta n m u y b ie n c o n esta s fr u ta s. E n la é p o c a e n q u e lo s á r b o le s n o tie n e n fr u ta h a y q u e e ch a rles m u y b ie n d e c o m e r. P r e fie r e n lo s parajes s e c o s . Para q u e n o p a se n fr ío e n e l in v ie r n o s e le s p rep aran u n o s v a so s e sp ec ia le s, c o m o o lla s d e tierra co cid a , para q u e h a g a n e n e llo s s u v id a . E n e l in te r io r se h a c e n d iv e r so s c o m p a r tim ie n to s , c o m o fo r m a n d o p is o s , para q u e se acojan m u c h o s e n p o c o e sp a c io . P ara c eb a rlo s s e lo s en cierra e n la o scu rid a d c o n a b u n d a n te a lim e n to y e n g o r d a n m u c h o e n p o c o tie m p o , r e c ib ie n d o c o n e llo m a y o r a p recio y v is to s id a d . 2 8 3 . P lin . N . H . 1 0 , 7 2 . 2 8 4 . P lin . 1 0 , 3 1 . 2 8 5 . T a l su c e d ió a A s e lio S e m p ro n io R u fo , q u e r e c o m e n d ó co m e r la s crías d e la s cig ü e ñas. P r e se n tá n d o s e al p r e to r a d o , fu e r e p u ls a d o , y lu e g o c o m p u sie r o n co n tra é l e ste epigram a: « C ic o n ia r u m R u fu s is te c o n d ito r , h ic e s t d u o b u s e le g a n tio r P la n c is. S u ffra g io ru m p u n c ta n o n t u lit s e p te m , c ic o n ia r u m p o p u lu s u ltu s e s t m o r te m » . (P r o p h ir . a H o r . Sat. 2 , 2 , 4 9 ; c f. ta m b ié n T e r tu ll. P ali. 5 ; O v id . M et. 6 , 9 7 ; P e tr o n . 5 5 ). 286. S e x t. E m p . H yp o crat. 1, 1, 1 4; y p o r q u e a d em á s e s e l ú n ic o a n im a l q u e p a d e c e com o e l h o m b r e la e p ile p s ia (P lin . 1 0 , 6 9 : « C o tu r n ic ib u s u e n e n i s e m e n g r a tissim u s c ib u s , q u am o b c au sam ea s d a m n a u e r e m e n sa e , s im u lq u e c o m itia le m p r o p te r m o r b u m d e s p u i s u e tu m , qu em so la e a n im a liu m s e n tiu n t p r a e te r h o m in e m » ; c f. I u v e n a l. 1 2 , 9 7 ). 2 8 7 . A p ic . n.° 2 3 4 . 2 8 8 . A th e n . 2 , 6 5 . 2 8 9 . A th e n . 2 , 5 5 . 2 9 0 . A th e n . 2 , 6 5 ; M a rtia l, 1 3 , 9 3 ; v . supra n o ta 2 7 4 .
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L as comidas
con tanto placer y tan relam idamente291 que algunos pretendían distinguir el sexo del animal por el gusto 292; el cagaaceite (turdus uisciuorus); la oropéndola (galgu lus), sumamente buscada, porque era objeto de un amplio comercio 293; el papafigo, cazado sobre todo en la temporada en que maduran los higos. De los pájaros conirrostros conocían sobre todo el pinzón 294 y el hortelano (miliaria) . 295 De los columbinos, los romanos tenían grandes cantidades, puesto que los cria ban en enormes palacios destinados a ellos (ornithon) 29β. Distinguen diversas es pecies: columba, palumbus, palumbus minor, palumbes, columba domestica, turtur. Animales muy pingües y fecundos. Además de la carne, utilizaban la sangre para preparar platos especiales con ella. De entre las gallináceas comían el pavo, la pintada, el faisán, el pollo, el uro gallo, el francolín y la perdiz. El pavo, procedente del Asia, donde vivía en libertad en los grandes bosques 297, entró por Samos en el mundo grecorromano 298. En Roma fue el orador Hortensio el primero que hizo servir pavo en el banquete que dio al festejar su ingreso en el colegio sacerdotal de los augures. Al poco tiempo no podía celebrarse un ban quete suntuoso en que no se sirviera este m anjar2" , más apreciado, por cierto, por su plumaje que por su carne.300 La pintada (Afra, Numidica auis o gallina Africana)301, en tiempos de Varrón, era todavía muy cara en Roma. Su carne, no exquisita, pero hay que servirla en los grandes festines por eso de que se importa de fuera. · El faisán (fasianus) entró tarde en el mundo de Roma 302. En ciertos festines muy suntuosos, cada convidado veía aparecer en su sitio una de estas aves, suma mente costosas y cuyo uso limitó el decreto de Diocleciano 303. En la cocina se apre ciaba sobre todo la grasa del faisán.304
291. H o r . E p. 1, 1 5 , 4 1 ; Sat. 2 , 2 , 7 4 ; P lin . N . H . 10 , 73. 2 9 2 . S c o l. ad P e r s. 6 , 2 4 . S e cria b a n e n la s granjas y pajareras d e la s v illa s , lo cual d a b a u n a g a n a n cia p in g ü e a su s d u e ñ o s , V a rr. R . R . 3 , 5 . C fr. p r im e r v o lu m e n d e e sta ob ra, p á g in a s 9 0 -9 2 . 293. P lin . N . H . 1 0 , 5 0 . 294. A th e n . 2 , 6 5 . 295. V arr. L . L. 5 , 7 6 ; R. R . 3 , 5 , 2 . 296. V arr. R . R . 3 , d e d ic a to d o e l ca p . 7 a la cría d e las p a lo m a s, y e l cap. 8 , a las tó r to la s; c f. e sta o b ra , to m o I , p p . 9 0 -9 2 . 297. P lin . N . H . 1 0 , 5 2 ; H o r . Sat. 2 , 8 , 9 1 . 298. P lu t. P ericl. 13. 299. C ic. Fam. 4 , 2 0 , 3. 300. V arr. R . R. 3 , 6 , e l c a p ítu lo e n te r o ; C olurn. 8 , 11, 1; H o r . Sat. 2 , 2, 2 3 ; I u v e n a l. 1, 14, -3; P e tr o n . 5 5: « T u o p a la to c la u su s p a u o p a sc itu r p lu m a to a m ic tu s a u reo B a b y lo n ic o , g a llin a tib i N u m id ic a , tib i g a llu s s p a d o ...» . 301. V arr. R . R . 3 , 9 , 18. 302. T r a íd o d e P h a sis p o r lo s A r g o n a u ta s, M a rtia l. 13 , 7 2 . 3 0 3 . D io c . D ecret. I V , 1 7 -2 0 , e l E m p e r a d o r T á c ito n o lo ser v ía m ás q u e e n d ía s m u y e sp e c ia le s (V o p is c . Tac. 11 ): « P h a sia n a m a u e m , n is i s u o e t su o r u m n a ta li e t d ie b u s fe s tis s im is , n o n p o s u it» . 304. L a sacra d iv in a m a jesta d d e C a lig u la in c lu ía a lo s fa isa n e s e n tr e la s v íc tim a s q u e e x ig ía s e le sa crifica ra n d ia ria m en te: « H o s tia e e ra n t p h o e n ic o p te r i, p a u o n e s, te tr a o n e s, numïd ic a e , m e le a g r id e s, p h a sia n a e, q u a e g e n e r a tim p e r s in g u lo s d ie s im m o la r en tu r » (S u e t. Calig. 2 2 , 3).
Generalidades
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E l urogallo (tetrao), gallina rustica de Varrón. Ave muy rara en Roma, por que no puede criarse doméstica más que en jaulas. Libre se encontraba en la insula gallinaria. 305 El gallo, celebrado por los griegos, domesticado fácilmente, constituye la gran familia de las gallinae uillaticae 306. Los pollos se castran, capones, para conseguir la carne más blanda y más pingüe. En torno del capón-pollo-gallina se desarrolla una buena industria. Se tiene por más exquisita la carne del animal blanco que la del negro 307. Los huevos que proporcionan son otro gran alimento. El francolín (attagen ionicus, perdix petrosa) presentaba una carne exqui sita para las ocasiones solemnes30S. Cuando Caelius Aurelius 309 habla de las car nes fáciles de digerir y al mismo tiempo nutritivas y aptas para reponer las fuerzas perdidas, cita los pichones (pulli columbarum) y los francolines, sobre todo las pe chugas. Y el mismo en otro lugar310 recomienda la carne poco grasienta pero nu tritiva de las pechugas de las palomas, de los francolines y de las perdices. Según Clemente de Alejandría, los ejemplares más apetecidos eran los de Egipto, y San Jerónimo habla en sus cartas de la exquisitez de la carne del francolín. Los antiguos comían mucho la perdiz311, porque es excelente para el estó„„„„ mago. 312 Entre las aves zancudas recordaremos: la avutarda (otis, auis tarda). Dice Pli nio que la carne de la avutarda es insípida y mala; en cambio, Sinesio asegura que es excelente313; quizá Sinesio hable de alguna otra especie de la Libia. La grulla (gruis); su carne era muy apreciada por los antiguos. La llamaban pájaro de Scitia, porque pasaba el verano hacia el norte, y ave de la Libia, porque invernaba hacia el sur. En la cocina se apreciaba de la grulla sobre todo la grasa314. Se buscaban especialmente las de la isla de Melos. El pelícano (porphyrio)315 era muy apreciado sobre todo en su adjetivación phoenicopterus, que equivale sin duda a nuestro flamenco, de alas de color de fue go y de bocados exquisitos para los glotones31β. En Roma lo puso de moda Apicio, que descubrió la exquisitez de su lengua 317. Parece que Apicio lo presentaba en tero en la mesa 318. La hermosura del ave y el sabor de su carne explica que Vi-
3 0 5 . V a t t . R . R. 3 , 9 , 1 6 -1 7 . 3 0 6 . V arr. R . R . 3 , 9 , to d o e l c a p ítu lo ; C o lu m . 8 , 2 . 3 0 7 . A th e n . 9 , 3 7 3 . S o b re la s g a n a n cia s p r o d u cid a s p o r e sta s aves e n la s v illa s , m u y su p e r io r es a la s d e m á s q u e dab a e l c a m p o , V arr. R . R . 3 , 2 , 13-16. 3 0 8 . A th e n . 9 , 3 8 7 ; P lin . N . H . 1 0 , 1 3 3 ; H o r . E p d . 2 , 53: « N o n A fr a a u is d e s c e n d a t in u e n t te m m e u m , n o n a tta g en I o n ic u s » ; c fr . M a rtia l. 13 , 6 1 . 3 0 9 . C a el. A u r. A c u t. 2 , 3 7 . 3 1 0 . C a e l. A u r . T a rd . 2 , 1 3 . 3 1 1 . P lin . N . H . 1 0 , 9 9 ; M artial. 3 , 5 8 , 1 5 ; 1 3 , 6 5 y 7 6 . 3 1 2 . P lin . N . H . 3 0 , 15. 3 1 3 . P lin . N . H . 1 0 , 5 7 , a u n q u e su m a n te ca e s b u e n a para lo s p e c h o s, ib. 3 0 , 1 3 1 ; S in es. E p ist. 4, 1 6 5 . 3 1 4 . H o r . Sat. 2 , 8 , 8 7 ; P lin . 1 0 , 3 0 ; 3 0 , 3 3 . 3 1 5 . G e ll. 7 , 1 6 ; V arr. R . R. 3 , 2 , 14. 3 1 6 . M a rtia l. 3 , 5 8 ; 1 3 , 7 1: « D a t m ih i p in n a r u b e n s n o m e n , s e d lin g u a g u lo sis, n o str a sa p it. Q u id s i garru la lin g u a fo r e t? » . I u v e n a l. 1 2 , 1 3 9 ; S u e t. V ite i. 13. 3 1 7 . P lin . N . H . 1 0 , 1 3 3 . 3 1 8 . A p ic . n.° 2 3 4 ; I u v e n a l. 1 1 , 1 3 9 .
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telio y que Heliogábalo se hicieran servir grandes platos de lenguas de flamenco.319 De entre las palmípedas citaremos: el somorgujo, que criaban en viveros pre parados sobre grandes lagos artificiales; los patos, los gansos, los ánades, las cer cetas (querquedula), los cisnes y, sobre todo, las ocas 320. Estos animales se cebaban con higos para engordar su hígado, ficatum iecur anseris321, que era lo que más se apreciaba de ellos. Los romanos hacían uná amplia consumición de huevos de diversas aves y pre parados de muy variadas formas 322. Se apreciaban sobre todo los huevos de pava, de faisán y de gallina...; los de oca y de avestruz eran muy poco buscados. Se pre ferían los alargados porque tienen más clara.323 Los caracoles entraban en un gran número de platos de los antiguos 324. Durante la guerra civil entre César y Pompeyo, Fulvio Hirpino se construyó un parque (cochlearium) para criar caracoles, donde juntó diversos limaces de diferentes cla ses y procedencias.325 Animales acuáticos Presentaremos también algunas clases buscadas especialmente por los romanos. Los pescados eran un alimento, esencial en la mesa de los antiguos, y sin su carne no se celebraba ningún banquete de trascendencia. A veces eran presa de verdaderas manías, sobre todo ante los peces raros, por su clase, por su tamaño o por su es casez. En una cena de Vitelio se sirvieron dos mil pescados selectos 32e. El refina miento en la exigencia de su presentación llegaba en ocasiones a conservar vivo el pescado, en grandes vasos de vidrio, para que los convidados los vieran morir en su presencia. Esto solía hacerse con los peces de agua dulce, sobre todo con los que se criaban en las propias piscinas, o cuando se pescaban en los brazos de mar que penetraban hasta las ventanas del comedor. Conocían alrededor de 150 especies de pescados comestibles; de entre ellos nombraremos: la lamprea, la raya con sus diversas especies: torpedo, cuyo hígado era buscadísimo “ 7, y la raya (rata) 328 y raia flossada, de piel áspera. Los tiburones, poco apreciados porque su carne despide un olor desagradable 329. Plinio lo llama
3 1 9 . S u e t. V ite ll. 1 3 , 2 ; A e l. L a m p r id . H eliogab. 2 0 : « C o m e d it sa e p iu s ad im ita tio n e m A p ic ii c a lca n ea c a m elo ru m e t crista s u iu is g a llin a c e is d e m p ta s, lin g u a s p a u o n u m e t lu sc in ia tu m , q u o d q u i e d e r e t a p e s tile n tia tu tu s d ic e r etu r . E x h ib u it e t P a la tin is la n c e s in g e n te s e x tis m u llo r u m r efer ta s e t c e r e b e llis p h o e n ic o p te r u m e t p e r d ic u m o u is e t c e r e b e llis tu rd o ru m e t cap itib u s p s ita c o r u m e t p h a sia n o ru m e t p a u o n u m . B a rb a s sa n e m u llo r u m ta n ta s iu b e b a t e x h ib e r i, u t p r o n a tu r tiis, a p ia ste r is, e t p h a se la r ib u s e t fa e n o G ra eco e x h ib e r e t p le n is fa b a ta r iis e t d is c is. Q u o d p r a e cip u e stu p e n d u m e st» . 3 2 0 . V a rr. R. R. 3 , 10 -1 1 . 3 2 1 . H o r . Sat. 2 , 8 , 8 8 ; M a rtia l. 1 3 , 5 8 ; P e r s. 1, 2 5 ; P lin . N . H . 10 , 2 7 ; P a lla d . 1, 3 0 , 4 . 3 2 2 . H o r . Sat. 1, 3 , 6 ; M a rtia l. 1 0 , 4 8 , 1 1 ; 1 1 , 5 3 , 8 ; P lin . E p . 1, 15. 3 2 3 . H o r . Sat. 2 , 4 , 12. 3 2 4 . A p ic . n .° 3 2 6 ss; A th e n . 2 , 6 5 y 6 4 . 3 2 5 . P lin . N . H . 9 , 8 2 ; V arr. R . R. 3 , d e d ic a to d o e l cap . 14 a la e x p lic a c ió n d e la cría d e lo s c ara co les y sim ila res. 3 2 6 . S u e t. V ite l. 1 3 , 2 . 3 2 7 . P lin . N . H . 9 , 6 7 . S o b re la m a n ía d e lo s p e sc a d o s v iv o s , v . M a rtia l. 1 3 , 7 9 , titu la d o
M u lli uiui. 328. 329.
P lin . N . H . 9 , 4 0 y 4 7 . P lin . N . H . 9 , 6 7 .
Generalidades
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uulpes marina, porque da un gusto parecido a la carne de zorro 330. A esta especie pertenece también el pez sierra (sena) . 331 El esturión (accipenser, attilus), el pescado favorito de los romanos, por el que hacían verdaderas locuras 332. El siluro (silurus) del Danubio y de los grandes ríos de Europa 333 no era el más solicitado 334, sino el silurus glanis y el s. mystus del Nilo 335. El jabalí (caper) 336 o aper porculus marinus 337, cuya cabeza era ávida mente buscada para los festines. La anguila, que Numa apartó de las mesas sagradas por su mucho valor, ha sido siempre muy apetecida tanto por los antiguos como por los modernos 338. El con grio (muraena conger), de tamaño tan grande en Sición que había que transportarlo en un carro. Las murenas eran de los pescados preferidos por los romanos 339; la merluza (gadus merlucinus, mustela) 340; la alosa (clupea, alausa); la sardina (alausa pilchardus, sardina) M1, a la que sin duda se asimila también el chalcos 342; próxi mas a las sardinas estaban también las anchoas (maenae). Los salmónidos, como habitantes de los mares del norte, se conocieron más tarde en el mundo mediterráneo, pero luego se apreciaron bastante en las mesas romanas, tales como el salmón (salmo) 343; el salar, pequeñas truchas con pintas rojas de nuestros río s .344 O tro grupo formaban las carpas (cyprinus carpió), el gubio, el barbo, la tenca y la locha. El escaro (scarus cretensis), procedente del mar Egeo, fue aclimatado en el mar Tirreno en tiempos de Claudio con gran contento de lös glotones 345. La exqui sitez de su carne lo convirtió en un «bocato di cardinale» 34°, hasta el punto que 330. 331. 332.
A th e n , p . 3 5 6 . P lin . N . H . 9 , 1. P lin . N . H . 9 , 2 7 ; M a rtia l. 1 3 , 9 1: « A d P a la tin a s a c ip e n se m m it tite m en sa s: am b ro sia s o r n e n t m u n e r a rara d a p es» . V . G e ll. 7 , 16; V arr. R . R . 2 , 6 , 1; H o r . Sat. 2 , 2 , 4 7 ; M a cr o b . 2 , 1 2 ; C ic. Fin. 2, 9 1 ; T use. 3 , 4 3 . 3 3 3 . P lin . N . H . 9 , 17. 3 3 4 . I u v e n a l. 4 , 2 2 -3 3 . 3 3 5 . P lin . N . H . 5 , 1 0 ; 6 , 3 7 ; 9 , 17. 3 3 6 . P lin . N . H . 1 0 , 1 1 1 . D io c le c ia n o im p o n e lo s p r e c io s o b lig a to r io s s ó lo p ara lo s ar tíc u lo s q u e e sta b a n d e o r d in a r io e n e l c o m e r c io , n o p a ra lo s q u e h a b ía q u e ir e x p r e sa m e n te a b u sc a r lo s a lo s c o n fin e s d e l m u n d o r o m a n o , o q u e s o la m e n te s e traían p o r e n c a rg o d e al g u n o s r ic a ch o n e s. P o r e s o e n la s lis ta s d e lo s p e s c a d o s n o se h a lla n m á s q u e lo s m á s o r d i n a r io s d e l M e d ite r r á n e o . L o s o tr o s q u ed a b a n p a ra e l c a p r ic h o o la o s te n ta c ió n d e lo s an fi tr io n e s. M ie n tr a s n o a d v ir ta m o s o tra c o sa , se trata d e l p r e c io d e la lib ra . P e c e s m a r in o s d e e s c o llo , 2 4 d e n a r io s lo s m ejo res; lo s o tr o s , 1 6 ; p e c e s d e río, 1 2 y 8; p e s c a d o sa la d o , 6; sar d in a s, 12; c ie n o str a s, 1 0 0 ; c ie n e rizo s, 5 0 ; u n se x ta r io d e e r iz o s s a la d o s, 10 0 ; c ie n m e ji llo n e s , 5 0 . 3 3 7 . P lin . N . H . 3 2 , 9. 3 3 8 . C o n to d o , s e g ú n J u v e n a l, s e a p recia m á s la m u re n a q u e la a n g u ila (5 , 9 9 -1 0 3 ). 3 3 9 . P lin . N . H . 9 , 2 8 . 3 4 0 . P lin . N . H . 9 , 2 9 . 3 4 1 . G a lie n . V I , p . 7 4 6 ; C o lu m . 8 , 17. 3 4 2 . A th e n , p . 3 2 8 -9 . 3 4 3 . P lin . N . H . 9 , 3 2 ; A u s o n . M os. 9 7 . 3 4 4 . A u s o n . E d y ll. 1 0 , 8 8 y 1 2 8 ; id . E p . 2 , 2. 3 4 5 . P lin . N . H . 9 , 6 2 ; M a cro b . 2 , 12. 3 4 6 . H o r . Sat. 2 , 2 , 2 1 ; M a rtia l. 1 3 , 8 4 : « H ic sca ru s, a e q u o r e is q u i u e n it a d e su s ab u n d is, u isc e r ib u s b o n u s e s t , c e te r a u ile s a p it» .
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lo llamaban cerebrum lo u is 3IÏ. Se apreciaba sobre todo la salsa que se hacía con sus entrañas, porque además de su gusto exquisito tenía la virtud de excitar el apetito 348, Vitelio la mezclaba con sesos de pavo y de faisán, con lenguas de fla menco y lecha de murenas, plato al que llamaban «escudo de Minerva» 349. De la misma especie se buscaba también el turdo o merula, y otros. En otro orden de pescados, comían también el scomber y el eolias, que se en volvían en papel para cocerlos 350. El scomber es nuestra caballa; del eolias se co nocían dos tipos: el eolias sexitans, de Sex en la Bética; el sexitans, la certa de M arcial351 y el eolias parianus, que se pescaba en abundancia en torno a Parium, en el H elesponto.352 El atún (orcynus) era uno de los pescados preferidos por los antiguos, al que dieron diversos nombres a través de los tiempos. Los griegos lo llamaron cordyla 353. Los ejemplares mayores se servían cortados en menudas rodajas, puestas previa mente a secar 354; los jóvenes se cortaban en pequeños trozos cúbicos, y se servían juntamente con los huevos duros 355. El atún entero se llamaba también cybium, como esos cubitos de loá que acabamos de hablar 356. A cada una de las partes del atún, lomo, nuca, cola, etc., se le daba su nombre correspondiente. Muy apreciada era también la carne del pez espada (lacertus) 35?, condimentada sobre todo con mostaza. De la familia de los mújoles conocían varios tipos (mugil o mugilis auratus, m. saliens, m. cephalus), de carne muy apreciada, sobre todo la de la cabeza, y sus huevas 358. Este pescado se aplicaba como instrumento de castigo a los adúlteros, como vemos en la literatura.359 De otro tipo de pescado son los gobios (gobio), que dejan sus huevos en las al gas de la orilla 300. No llamaban demasiado la atención, por lo cual su precio era muy b ajo 3S1. Quizá con este nombre designaran todo tipo de pescado menudo. Tampoco se apreciaba mucho la carne de los pescados llamados umbrae (coruina nigra), que se pesca de color oscuro en el Mediterráneo norte, aunque en las costas
3 4 7 . E n n . e n A p u l. A p o l. 3 9 , 3 , d o n d e trae 11 h e x á m e tr o s d e E n n io e n q u e recu erd a u n a b u e n a c a n tid a d d e p e c e s c o m e stib le s. 3 4 8 . M a rtia l. 1 2 , 8 4 . 3 4 9 . S u e t. V ite l. 1 3 , 2: « F a m o sissim a su p e r ceter a s f u it cen a d ata e i a d u e n tic ia a fratre, in q u a d u o m ilia le c tis sim o r u m p is c iu m , se p te m a u iu m a p p o sita tr a d u n tu r. H a n c q u o q u e ex su p e r a u it ip s e d e d ic a tio n e p a tin a e , q u a m o b in m e n sa m m a g n itu d in e m c lip e u m M in e r u a e d ic ti tab at. I n h a c sca ro ru m io c in e r a , p h a sia n a ru m e t p a u o n u m c e r e b e lla , lin g u a s p h o e n ic o p te r u m , m u ren aru m la c te s a P a r th ia u s q u e fr e to q u e H is p a n ic o p e r n a u a rch o s ac tr irem es p e tita r u m c o m m is c u it» . A lg o p a r e cid o h a cía H e lio g a b a lo , c o m o h e m o s v is t o e n la n o ta 3 1 9 . 350. M a rtia l. 4 , 8 6 . 3 5 1 . P lin . N . H . 3 2 , 5 3 ; M a rtia l. 7 , 7 8 . 352. A th e n , p . 1 1 6 , 353. M a rtia l. 3 , 2 ; 1 3 , 1, 1. 354. P lin . 9 , 1 8 . 355. M a rtia l. 5 , 7 8 , 5 ; 1 1 , 2 7 , 3 . 356. V arr. L. L. 5 , 7 7 . 3 5 7 . A th e n , p . 3 5 7 ; M a rtia l. 1 1 , 2 7 , 3. 358. P lin . N . H . 9 , 5 9 . 3 5 9 . I u v e n a l. 1 0 , 3 1 7 ; C a tu l. 1 5 , 1 9; L u c il. e n N o n . p . 6 5 , 3 0 , se c ita ju n ta m e n te con e l raphanus, q u e ta m b ié n se a p lica b a c o n e l m is m o fin . 360. O v id . H al. 1 2 2 ; P lin . N . H . 9 , 4 2 . 361. I u v e n a l. 1 1 , 3 7 ; M a rtia l. 1 3 , 8 8: « I n V e n e tis s in t la u ta lic e t c o n u iu ia terris, p r in c ip iu m c e n a e g o b iu s e s s e s o le t» .
Generalidades
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del Africa dene un color amarillento 362. De este tipo ¿onocían también otros pes cados, como el sparulus, pez pequeño e insípido 363; el picarel; el sargo (sargus), que es el sparulus de las costas de Provenza, muy apreciado por los griegos, poco por los latinos; la maena, muy poco apreciada; el rutilus pagur 364, del que no co mían más que la cabeza; la dorada (aurata, orata), en cambio, era uno de los pes cados que se estimaban de verdad365; bastante menos se apreciaba el dentex. 366 De carne sabrosa y delicada era la perca (perca), que podía pescarse en los ríos o en el mar 307. De la familia de las percas el más apreciado era el barbo (lupus) 368. Decían que la fatiga que tomaba al remontar los ríos agua arriba hacía su carne más blanda y delicada. Por eso los mejores se pescaban en Roma mismo, entre los dos puentes del T ib e r.369 Próximo a los barbos estaba el mullus barbatus, nuestro salmonete 37°. Era uno de los pescados que comían los romanos con más gusto371. Se pagaba a cualquier precio 372. El precio más elevado que se recuerda fueron 30.000 sestercios (unas 8.000 pesetas) por tres piezas. Del salmonete se apreciaba sobre todo el hígado, que, hervido con vino, proporcionaba una salsa de condimento delieioso para cual quier plato. En busca precisamente del hígado de los salmonetes mayores se paga ban esos precios 373. Los de mayor tamaño procedían del océano septentrional y del occidental. Y por fin nombraremos los lenguados (solea, lingulaca) 374 y el rhombus, «roda ballo», de carne muy fin a 375 y buen tamaño, puesto que es el mayor de los peces planos, llegando a alcanzar un metro de anchura. E ntre los crustáceos citaremos: la langosta (astacus, locusta), muy buscada por todos los mares y presentada en la mesa compuesta de mil maneras 376. La squilla, langostino, quisquilla, que se presentaban sobre hojas de higuera. El cancer, diver sos tipos de cangrejos, menos apreciado. A los cefalópodos se les atribuyó antiguamente mucha importancia en la ali mentación. Se deleitaban con la sepia, muy buscada ya en Grecia y luego entre los romanos. Se consideraba su carne como de digestión muy fácil, sobre todo si al
362. 363. 364. 365.
P lin . N . H . M a rtia l. 3 , O v id . H al. P lin . N . H .
9, 24 y 37. 6 0 , 6 , e n o p o s ic ió n al e s p lé n d id o r o d a b a llo ; O v id . H al. 1 0 6 -1 0 7 . 108. 9 , 1 6 , 2 5 ; V arr. R. R. 3 , 3; M a rtia l. 2 , 1 1 ; 1 3 , 90: « N o n o m n is la u d e s p r e tiu m q u e au rata m e r etu r , s e d c u i s o lu s e rit c o n c h a L u c rin a c ib u s» ; S o b r e s u p r e p a r a ció n c u lin a ria , v . A p ic . n .° 4 7 3 , 4 7 4 . 3 6 6 . C o lu m . 8 , 1 6 ; A p ic . 4 7 1 , 4 7 2 . 367. P lin . N . H . 9 , 2 4 ; A p ic . 4 5 8 . 368. P lin . N . H . 9 , 2 8 ; 7 9 ; H o r . Sat. 2 , 2 3 2 ; L u c ii, e n M a cr o b . 3 , 1 2 ; M artial. 13 , 89. 3 6 9 . V arr. R . R. 3 , 3 , 9. 370. P lin . N . H . 9 , 3 0 ; V a rr. R. R . 3 , 1 7 ; C ic . A t t. 2 , 1, 7; Parad.· 3 8 . Y si s e v e ía v iv o , m u c h o m e jo r , c o m o d ic e M a rtia l. 1 3 , 7 9 : « S p ir a t in a d u e c to , s e d ia m p ig e r , a eq u o re m u llu s; la n g u e s c it. V iu u m d a t m are: fo r tis e rit» . 371. H o r . Sat. 2 , 2 , 3 4 ; M a rtia l. 1 0 , 3 7 , 3 1 ; 1 1 , 50. 3 7 2 . I u v e n a l. 4 , 1 5 ; 5 , 9 3 . 3 7 3 . P lin . N . H . 9 , 3 0 . 374. C o lu m . 8 , 16. 375. P lin . N . H . 9 , 1 6 9 ; H o r . Sat. 2 , 2 , 9 5 ; 2 , 8 , 3 0 ; I u v e n a l. 2 ,2 ; 4 , 3 9 ; M a rtia l. 1 3 , 81: « Q u a m u is la ta g e ra t p a te lla r h o m b u m , rh o m b u s la tio r e s t ta m e n p a te lla * . 3 7 6 . P lin . N . H . 9 , 5 1 ; A p ic . n.° 4 0 9 s.
L as comidas
240
prepararla se le sacaban los ojos 3". Pero aún más que la sepia se apreciaba el ca lamar y el pulpo (loligo) 378. Entre los moluscos testáceos se buscaba el murex brandaris, estrombo, lapa, venera, ostras y otros tipos de mariscos. Los romanos apreciaban mucho las ostras y mariscos, sobre todo los que ve nían de Abydos, en el estrecho de los Dardanelos, de las costas de Brindis y del lago Lucrino.379 6.
Las comidas de los romanos
Los romanos comían tres o cuatro veces al día: desayuno (ientaculum), almuer zo (prandium), merienda (merenda) y cena (cena). Ientaculum es la primera comida en que se rompe el ayuno del día. Se tomaba entre las siete y las ocho de nuestro horario. Era muy modesto: un poco de pan remojado en vino, o rociado de aceite y frotado con ajo y sal 300. A veces se toma miel, queso, higos, leche, huevos, fruta fresca o seca, uva, dátiles pasos, olivas adobadas. Cuando se desarrolló la pastelería, al principio del día se tomaban unos bizcochos con vino passum. Los niños se lo llevaban como bocadillo a la escuela.381 Hacia el mediodía tomaban una colación ligera, cualquier eosa que hubiera so brado del día anterior 382, según lo describe Séneca: «Comida que se hace sin pre parar la mesa, y terminada la cual no hay que lavarse las manos» 383. Plauto nombra legumbres verdes o secas', pescado, huevos, champiñones, frutas 384. Propiamente era diversos elementos de chacinería y otras cosas que solían tomarse de refrigerio: la comida que tomaban los militares antes de lanzarse a la batalla, de donde pro cede aquella arenga de un general: «Comamos como quienes han de cenar entre los m uertos».385 Merenda. La tomaban los trabajadores del campo, que estaban en él de sol a sol, y en verano partían la tarde con este pequeño refrigerio. Se merendaba tam bién cuando por cualquier motivo se retrasaba la cena, y entonces se llamaba uesperna. 388 La comida principal era la cena, que tenía lugar al final de la jornada, y esto tiene su explicación sencilla. Los romanos primitivos pasaban el día en el campo y a él se llevaban únicamente la «merienda», que distribuían en el prandium y en la merenda. La comida que hacían en familia, expresamente preparada para todos, era la cena. Y esta costumbre continuó en todos los tiempos. Unicamente cuando P la u t. R u d. 6 5 9 . A p ic . 4 1 7 . D e l e r iz o d e l m a r d ic e M a rtia l. 1 3 , 8 5: « I s t e lic e t d ig ito s te s tu d in e p u g n a t acu ta, c o rtic e d e p o s ita m o llis e q u in u s e r it» . 3 7 9 . P lin . N . H . 9 , 7 9 ; M a rtia l. 1 3 , 8 2: « E b r ia B a ia n o u e n i m o d o c o n c h a L u crin o : n o b ile n u n c s itio lu s u r io s a garu m ». 3 8 0 . I u i. C a p ito l. A n to n . P iu s, 1 3 , 2 : « S e n e x e tia m , a n teq u a m sa lu ta to re s u e n ir e n t, p a n e m sic c u m c o m e d it a d su ste n ta n d a s u ir e s » . G a lie n . V I , p . 4 1 2 . 3 8 1 . L a m p rid . A lex . Seu. 3 0 ; A p u l. M e t. 1, 1 8; M a rtia l. 1 3 , 3 0 -3 2 ; 14 , 2 2 3 ; P lin . E p . 5 , 3 , 10. 382. P la u t. P ers. 1 0 9 . 383. S e n e c a , E p. 8 3 , 6: « p a n is d e in d e sic c u s e t s in e m e n sa p ra n d iu m , p o s t q u o d n o n s u n t la u a n d a e m a n u s» . C f. J . A n d r é , L ’a lim en ta tio n e t la cu isin e à R o m e, P a r is 1 9 6 1 . 3 8 4 . P la u t. P ers. 1 0 5 -6 ; M enee. 2 0 8 -1 2 ; Cure. 3 2 1 -4 ; Bacch. 7 1 6 . 385. I sid o r . O rig. 2 0 , 2 , 1 1; cfr. C ic. T use. 1, 1 0 1 , la aren ga d e L e ó n id a s e n las T e r m o p ila s: «P erg ite (q u e a lg u n o s c o rr ig e n p ra n d ete ) a n im o fo r ti, L a ce d a e m o n ii; h o d ie a p u d in fe r o s fo r ta sse c en a b im u s» ; c f. L iv . 2 7 , 1 3 , 1 3; 2 8 , 1 4 , 7 ; 2 1 , 5 4 , 2 y 5 ; C a to e n G e li. 1 5 , 1 3 , 5. 3 8 6 . H o r . Epd . 2 , 6 1 ; I sid o r . O rig. 2 , 2 , 1 2 ; 2 0 , 3 , 3 ; 2 0 , 2 , 14. 377. 378.
L a comida ordinaria
241
el romano vive en la ciudad, y la jornada de su trabajo en el foro termina hacia la una de la tarde, se adelanta la cena hacia las dos o las tres 387. Antes de ponerse a comer tomaban un baño. Sentarse a comer antes de esa hora se decía cenare de die 3β8. E n las casas en que entraba el lujo estaban en la mesa toda la tarde; a veces celebraban orgías que duraban hasta el amanecer. La expresión tempestiuum o intempestiuum conuiuium 389, tomado casi siempre en mal sentido, expresaba a la vez un convite comenzado demasiado temprano o acabado exageradamente tar de, como hacía Nerón, que, según Suetonio, se sentaba a la mesa a mediodía y no se levantaba hasta media noche 390. Plinio el Viejo solía pasar también tres horas en la cen a391. Y no hay que extrañarse que hiciera tal cosa este trabajador empedernido, porque la hora de la cena era el tiempo destinado a charlar con los amigos de todos los problemas y asuntos, familiares, políticos, sociales. Para mu chos era el tiempo destinado a la lectura de las obras que les interesaba oír leer, o el momento en que los ponían al corriente de todas las novedades o aconteci mientos públicos o de su hacienda y familia592. Catón el Viejo se entretenía gustoso hablando de mil cosas útiles con sus comensales, incluso siendo ya viejo 393. Otros llevaban para su entretenimiento y solaz diversos grupos de músicos, cantores, co mediantes, graciosos, bailarines y otros elementos de distracción y pasatiempo.394
II. 1.
LA COMIDA ORDINARIA
El triclinio.
Los antiguos cenaban en el atrium 395, sentados en banquillos o sillas, alrededor de la mesa que luego se ha conservado como un mueble indispensable de este lu gar de la casa, como dijimos al hablar del atrio. Algo más tarde, para retirarse un poco más a la intimidad, lo hacían en una habitación sobre el tablinum, y por eso se llama cenaculum toda habitación puesta sobre el piso normal de la casa de tipo pompeyano. En las villas se cenaba deordinario en la cocina, que, según dijimos, era muy amplia, sentados también en torno a una o varias mesas, según la gente que había en ella. En la villa urbana se procedeal estilo de la ciudad. 387. C ic . Fam. 9 , 2 6 , 1; Auct. ad Herenn. 4 , 5 1 y 6 4 ; M a r tia l. 4 , 8 , 6 ; 7 , 5 1 , 1 1 ; H o r . Ep. 1, 7 , 7 1 ; P lin . Ep. 3 , 1, 8. 388. L iv . 2 3 , 8 , 6 ; P la u t. As. 8 2 5 -6 ; C a tu l. 4 7 , 5 ; H o c . Sal. 2 , 8 , 3. 389. C ic . Mur. 13; Senect. 4 6 . 390. S u e t, Ñero, 2 7 , 2 ; P la u t. Men. 1 7 5 : « . . . I n d e u sq u e a d d iu rn a m s te lla m crastin am p o ta b im u s» ; M ost. 2 0 -1 . 391. P lin . Ep. 3 , 5 , 13. 392. P e t s . 1 , 3 0 ; P lin . Ep. 1, 1 5 , 2 ; 3 , 5 , 1 0 .1 3 ; 9, 1 7 , 3 ; M a rtia l. 5 , 7 8 , 2 5 ; 3 , 4 4 ; 4 , 8 2 ; I u v e n a l. 6 , 4 3 4 ; 1 1 , 4 3 4 .
393
Cic Senect 4,5
3 9 4 . P lin . Ep. 3 , 1, 2 ; '1, 1 5 ; H o r . Ep. 2 , 2 , 9 ; M a cr o b . 2 , 4 , 2 8 ; 2 , 1 , 5 ; I u v e n a l. 11 , 7 7 ; O v id . M et. 8 , 6 6 5 s. 3 9 5 . S erv . ad Aen. 1, 6 . S ó lo e) p a d re te n ía d e r e c h o a r ec lin a rse p ara comfer; la m ad re lo h a c ía sen ta d a . I sid o r . Orig. 2 0 , 1 1 , 9 ; V a l. M a x . 2 , 1, 2 ; S e r v . ad Aen. 1, 7 9 ; 2 1 4 ; 7 0 8 ; 7 , 1 7 6 . L o s n iñ o s m u ch a s v e c e s te n ía n u n a m e s ita a p a rte (T a c . Ann. 1 0 , 3 ); c o m o s o lía s u c ed er ta m b ié n a lo s e sc la v o s , q u e d e o r d in a r io c o m ía n e n la m is m a sala, p e r o o c u p a n d o u n o s a s ie n to s m á s b a jo s u o tra m e sa , o c o m ía n e n e l h o g a r , c o sa q u e su ced ía d e o r d in a r io e n la s
16
242
L as comidas
Cuando entró la costumbre griega de comer recostados en divanes, se reservó una habitación para la cena, que se llamó triclinio39β. En las casas grandes había triclinios de invierno abiertos hacia el sol de mediodía y triclinios de verano diri gidos hacia el norte. Además había cenadores de manipostería, como en algunos jardines de Pompeya, cubiertos de parras, de madreselvas u otras plantas aromáticas. El nombre triclinio procede de los tres lechos que se tendían en torno de la mesa del comedor. Estos lechos, yendo de derecha a izquierda, se llamaban summus, medius, imus, y cada uno tenía sitio para tres comensales, que procediendo en el mismo orden se decían locus summus, locus medius, locus imus. lectus medius
3 Limus.
2
1 I.summus
El que ocupaba el número 1 de cada lecho se decía summus, superior, supra accumbere; medius, el del número 2, e infra, inferior, inferius accumbere, el del número 3. Y puesto que se recostaban sobre el brazo izquierdo, el summus que daba a la izquierda -del medius; el inferior, infra, a su derecha. El lecho de más honor era el medius, y si en cada lecho había tres comensales el más digno de cada cual era el medius; después, el sum m us307. Si había cuatro, el
casas d e c a m p o (H o r . Epd. 2 , 6 5 ; P lin . N. H. 2 8 , 2 6 7 ; H o r . Sat. 2 , 6 , 6 5 s; T ib u l. 2 , 1 , 2 3 ; M a rtia l. 3 , 5 8 , 2 2 ). C f. p r im e r v o lu m e n d e e sta o b r a , p p . 6 4 -6 7 ; 7 1 -7 2 ; 8 4 -8 5 . 3 9 6 . D e s d e e s te m o m e n to la s m u je re s s e r e c u e sta n a la m e sa , l o m ism o q u e lo s h o m b r e s (V a l. M a x . 2 , 1, 2 ; S u e t. Calig. 2 4 ; P e tr o n . 6 7 ) , e in c lu so lo s n iñ o s , q u e ya p a r tic ip a b a n e n la c o n v e r s a c ió n d e lo s m a y o r e s, c o sa q u e se g ú n P lu ta r c o c o n tr ib u y ó g r a n d e m e n te a la c o rr u p ció n d e c o stu m b r e s (P lu t. Simp. 7 , 8 , 4 ). 3 9 7 . S e n e c a , Quaest. Nat. 5 , 1 6 , 6 ; P lu t. Brut. 3 4 ; P la u t. M ost. 4 3 ; Stich. 4 9 2 . L o s d o s p r iih er o s se r ese rv a b a n para lo s h u é s p e d e s; e l imus, para lo s d e casa. E l p u e s to d e h o n o r d e cad a s itio era e l d e la iz q u ie r d a , e l q u e h e m o s m a rca d o c o n e l 1 , sa lv o e n e l medius, d o n d e e ra e l d e la d e r ec h a , locus consularis o praetoris (S e n e c a , Controu. 9 , 2 5 ; M a rtia l. 6 , 7 4 , 1; T a c. Ann. 3 , 1 4 ). P o r ta n to , e l o r d e n será e l s ig u ie n te ; 1.°, locus consularis, o im us (conuiua) in m edio (lecto); 2 ° , summus in m edio; 3 .°, m edius in m edio; 4 ° ; summus in summo, 5 ° , me dius in sum m o; 6 °, imus in summo; 7 .°, summus in im o; 8 ° , m edius in im o; 9 °, imus in imo. T ip o d e c o lo c a c ió n n o r m a l la d e H o r . Sat. 2 , 8 , m e n o s N a s id e n o , q u e h a d e ja d o s u s it io a N o m e n ta n o , o c u p a n d o é l e l medius in imo. A v e c e s h a b ía c o n v ite e n q u e h a b ía s e is y h a sta d ie z tr ic lin io s (V itr u v . 6 , 7 , 3 ). C ic er ó n h a b la d e lo s tr e in ta le c h o s e n lo s conclauia d e V e rr e s, c o n to d o e l lu jo q u e e s o 1r eq u ie r e (V e n . 6 , 5 8 ): « tr ic e n o s le c to s o p tim e s tr a to s c u m c e te r is o r n a m e n tis c o n u iu ii» .
L a comida ordinaria
243
sitió de más honor era el próximo al summus, es decir, el 2. Cuando comían mu jeres ocupaban los números 3, de forma que pudiera reclinar la cabeza en el del medio. Esto hablando de comidas privadas. Si asistía un cónsul o un magistrado, ocupaba el número 3 del medius, llamado por ello locus consularis, para que tuviera fácil acceso si alguien llegaba a darle al gún recado, o tenía que darlo él, o firmar algo, etc. El lugar summus del lectus imus tiene también esas ventajas, y además percibe bien a todos los comensales y el ajetreo del servicio; por eso era el lugar del dueño de la casa. Junto a él se recli naba su esposa. Así se explica bien el pasaje de C icerón39B. Come en casa de Eutrapelo: supra me Atticus, infra Verrius. Es decir, Cicerón está en el medius del lectus medius; en el 1 está Atico, y en el 3, Verrio. Infra Eutropelum Cytheris accubuit. Eutrapelo ocupa el 1 del imus, como le corresponde por ser el dueño de la casa. La hetera Cíteris está en el lugar de la dueña de la casa, el 2 del imus. 398 En cada lecho, de ordinario, se acomodaban tres comensales, pero podía haber más. Dice Horacio: «Con frecuencia se ve cenar a cuatro en cada uno de los tres lechos» 400. Los lugares en los lechos se marcaban con almohadones y cojines. Cuan do los divanes de un cohiedor estaban preparados para dos personas se llamaban biclinia401, y si para uno sólo, scimpodia.402 Varrón aconseja que en una cena no haya menos de tres personas, que es el número de las Gracias, porque de lo contrario la animación que ha de haber en la charla decaería; ni más de nueve, el número de las Musas, porque difícilmente se mantendría una sola conversación 403. Nueve hay en la cena que describe Horacio 404; nueve, en Plauto 405. La ley Orchia, del año 623/131, prohibía que se sentaran a la mesa más de ocho personas. Pero a esta ley no se le hizo mucho caso, según se desprende de las protestas que lanzaba por su incumplimiento Catón el Viejo 406. Macrobio 407 describe una cena pontificia!, de hacia el año 500/254, en la que en dos triclinios había recostados diez pontífices, y en el otro triclinio seis mujeres, al modo griego.408 Si llegaba alguien cuando ya estaban ocupados todos los lugares, se sentaba en un banquillo o en una silla (subsellium) cerca de la m esa.409
3 9 8 . C ic. Fam. 9 , 2 6 , 1. 3 9 9 . A s í, S a lu stio , e n S erv. ad. A en . 1, 6 9 8 : « S e q u e m e d ia m q u e lo c a u it: I p s e e n im a p u d m a io r e s d o m m i fu e r a t lo c u s , u t a p e r te S a llu stiu s d o c e t: ’ig itu r d is c u b u e r e , S e r to r iu s in fer io r , in m e d io su p e r e u m T . F a b iu s H is p a n ie n s is s en a to r e x p r o s c r ip tis, in su m m o A n to n iu s , e t in fra scr ib a S e r to r ii V e r s iu s , e t a lte r scrib a M ec a e n a s in im o , m e d iu s in te r T a r q u in iu in e t D e n a tiu m P e r p e n n a » . E n la d is tr ib u c ió n d e lu g a r e s e l a n fitr ió n d e b ía d e p r o c ed er c o n su m a cau te la , p o r q u e fá c ilm e n te se h e r ía n s u sc e p tib ilid a d e s s i a a lg u n o s e l e señ a la b a alg ú n s it io in fer io r al q u e c re ía c o r r e sp o n d e r le . C f. S e n e c a , O e Ira, 3 , 3 7 , 4 : « m in u s h o n o r a to lo c o p o s itu s irasci c o e p is ti c o n u iu a to r i, u o c a to r i, ip s i q u i tib i p r a e fe re b a tu r : d e m e n s , q u id in te r e st q u a m le c ti p r e m a s p a r te m ? H o n e s tio r e m te a u t tu rp io re m p o t e s t fa c e r e p u lu in u s? » . 4 0 0 . H o r . Sat. 1, 4 , 8 6 . 4 0 1 . P la u t. Bacch. 7 2 0 -1 . 4 0 2 . G e li. 1 9 , 1 0 , 1. 4 0 3 . G e li; 1 3 , 1 1 , 1-3. 4 0 4 . H o r . Sat. 2 , 8 . 4 0 5 . P l a j t . Stich . 6 7 4 -8 2 . 4 0 6 . E n M a cr o b . Satur. 2 , 13. 4 0 7 . M a cro b . Satur. 2 , 9. 4 0 8 . A s í, C ic er ó n , P is. 6 7 : « G r a e ci s tip a ti q u in i in le c tis , s a e p e p lu r e s » . 4 0 9 . P la u t. S tich . 7 0 3 .
Las comidas
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Las mujeres, de ordinario, comían sentadas410. Así lo hacían también los jóve nes praètextados 4n, y los que estaban de lu to 412. Sin embargo, llega un momento en que la posición sentada la dejaron para los dioses en el Capitolio, como dice Va lerio M áxim o413, y las mujeres comían reclinadas entre los hombres. En tiempos de Augusto empezaron a usarse las mesas de cidro, que eran redon das, y como los anteriores triclinios resultaban incómodos, se dispuso un gran tri clinio circular, llamado stibadium, y sigm a414. Para él los comensales eran ocho, se gún el dístico de Marcial: « A c c ip e lu n a ta s c r ip tu m te s tu d in e sigm a: o c to c a p it; u e n ia t, q u is q u is a m ic u s e r i t » . 415
H e aquí el orden en este lecho circular: el más digno, en el extremo izquierdo; el segundo, en el extremo derecho; luego el 3, 4, 5, etc., de forma que el último quedaba a la espalda del primero.
410. V a l. M a x . 2 , 1 , 2 ; T a c. Ann. 1 5 , 4 4 . 411. T a c. Ann. 1 3 , 1 6 ; S u e t. Aug. 6 4 , 3 ; Claud. 3 2 . 412. P lu t. Cato Min. 5 6 . 413. V a l. M a x , 2 , 1, 2 . 4 1 4 . S u e t o n io e x p lic a e l n o m b r e , a l h a b la r d e l c o m e d o r d e la Dom us Aurea, N ero, 3 1 : « p r a e cip u a c e n a tio n u m r o tu n d a , q u a e p e r p e tu o d ie b u s ac n o c tib u s u ic e m u n d i c ir cu m a g e re tu r» . Stibádion e s e l d im in u tiv o d e stibás, q u e e s p r o p ia m e n te e l le c h o p ara a c o sta rse d e l v e r b o ste'tbo, « p is o » , p o r q u e s e p isa y c o m p r im e c o n e l p e s o d e lo s q u e s e r ec u e sta n . Stibás p r o p ia m e n t e s ig n ific a e l le c h o d e h ie r b a s o d e fr o n d a s, c o m o e l q u e s e p r ep a ra b a n lo s a n tig u o s; d e s p u é s s e h iz o d e o tr a s m a ter ia s. P o r su fo r m a m e d io r e d o n d a s e lla m ó ta m b ié n sigma, se g ú n la form a m á s a n tig u a d e e sta le tr a (C ). E l stibadium fu e c o n o c id o e n R o m a a fin a le s d e la R e p ú b lic a . C f. V a r ró n , L. L. 5 , 1 1 8 : « m e n s a m esca ria m c illib a m a p p ella b a n t, ea e r a t q u a d r a ta ... p o s te a r o tu n d a fa c ta » ; S erv . ad Aen. 1, 6 9 8 : « S ta b a d ia a n tiq u i n o n h a b e b a n t, s e d str a tis tr ib u s le c tis e p u la b a n tu r: u n d e e t tr ic lin iu m s te r n i d ic itu r . S ic C icero: s te r n i tr ic lin ia e t ili fo r o e t in r o stris iu b e b a t» . A v e c e s s e te n d ía e i stibadium e n e l s u e lo , n o s ó lo e n e l ja r d ín o el c a m p o , o e n e l fo r o , s in o ta m b ié n d e n tr o d e l p a la c io (L a p r id . Heliog. 2 6 ; c f. I u v e n c u s , 3 , 6 1 5 s). 4 1 5 . M a rtia l. 1 4 , 8 7: « R e c ib e e sta sigma d e c o n c h a e n fo r m a d e lu n a ; e n e lla c a b e n o c h o ; v e n g a q u ie n s e s ie n ta v e r d a d e r o a m ig o » .
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Este orden se observa en un convite descrito por Sulpic. Severo416, al que asiste en Tréveris Magno Augusto, en el año 384 d. C. Y lo mismo el que descri be Sidon. A polinar417, en Arlés, el año 461. El número de ocho, con todo, no es cerrado. Hay cenas en que en el stibadio se sientan cinco41B, seis41e, siete 420; nueve, frecuentemente; doce, para igualar el número de las musas y de las gracias, y entonces se añadía un decimotercero, que se llamaba el rey del convite.421 2.
Los sirvientes
Para servir a la mesa se reservaban los esclavos más hermosos que pudieran competir con el mítico Ganimedes. Se les tenía ricamente equipados y se cuidaban mucho sus maneras, sus gracias y sus movimientos. Los más graciosos escanciaban el vino, cortaban los manjares y los ofrecían a los invitados. Iban vestidos de co lores vivos, y estaban muy cuidadas sus cabelleras largas y rizadas. Los que retiraban los platos y se cuidaban de la limpieza de las mesas y de recoger del pavimento todo lo que los comensales tiraban (scoparii) 422 iban menos atildados y llevaban la barba y la cabeza rapada. El presentar un espléndido cuadro de sirvientes era una de las grandes vanidades del anfitrión.423 Además cada invitado llevaba consigo su seruus ad pedes, que permanecía siem pre junto a él, pegado a la pared, o echado a sus plantas, para prestarle los servi cios que necesitara, que, al comer y beber en demasía, solían ser bastante des agradables. El servicio se realizaba por el lado vacío enfrente al lectus medius, o en la parte abierta del stibadium. Los lechos estaban mullidos con colchones y cojines, y sobre ellos se tendían cobertores lujosos, que a veces se cambiaban durante la cena. Los lugares indivi duales quedaban separados por almohadillas. Como es natural, estos comedores se lucían en las casas ricas; los pobres y en el campo continuaban con las mesas rectangulares o cuadradas y los comensales se acomodaban en banquillos o en sillas. Sobre la mesa se ponían los manjares, ya partidos, de los que los comensales podían servirse a su voluntad; un salero (salinum), que nunca faltaba 424, no sólo S e p t. S e v e r. V ita S. Martini, 20 . S id . A p o ll. E p. 1, 11. L as m u je re s o lo s h u é s p e d e s q u e lle g a b a n sin esp era rlo s s e e n silla s o ta b u r etes a d ic io n a d o s (L u c ia n . Conu. 1 3 ). M a rtia l. 1 4 , 8 7 . M a rtia l. 9 , 6 0 . M a rtia l. 1 0 , 4 8 . M a cr o b . Saturn. 1, 7. H o r Sat. 2 , 4 , 8 1 -2 : « V ilib u s in s c o p is, in m a p p is , in sco b e q u a n tu s s o n s is tit s u m p tu s? n e g le c tis Ila g itiu m in g e n s » . 4 2 3 . D ic e S én eca : « C o n u iu ia m e h e r c u le s h o r u m n o n p o s u e r im in te r u a can tia tem p o ra , cu m u id e a m q u a m s o llic iti a rg en tu m o r d in e n t, q u a m d ilig e n te r e x o le to r u m su o r u m tu n icas s u c cin g a n t, q u am su sp e n si s in t q u o m o d o a p er a c o c o e x e a t, q u a c e le r ita te sig n o d a to gla b r i ad m in iste r ia d isc u r ra n t, q u a n ta arte sc in d a n tu r a u es in fr u str a n o n e n o r m ia , q u am c u r io se in fe lic e s p u e r u li e b r io r u m fa m a ca p ta tu r e t u s q u e e o in o m n e s u ita e se c e ss u s m alá s u a e o s s e q u u n tu r , u t n e c b ib a n t s in e a m b itio n e n e c e d a n t» (S e n e c a , Breu. V it. 12 , 5 ). 4 2 4 . ‘ P e r s. 3 , 2 5 : « e s t tib i far m o d icu m , p u e r u m e t s in e la b e s a lin u m » ; v . H o r . O d. 2 , 16 , 13: « p a ter n u m sa lin u m » . E I sa lin u m e n e l h o g a r e ra ca si u n o b je to sagrad o, c f. P e r s. 5 , 1 3 8 . L o e gra n d es y a u ste r o s r o m a n o s, p o r e je m p lo F a b r ic io , p o s e ía n u n sa le r o d e p la ta , y p r o h ib ía n q u e 416. 417. sen ta b a n 418. 419. 420. 421. 422.
L as comidas
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por su utilidad para el condimento al gusto de cada uno, sino también con sentido ritual, como dice Arnobio 425: «hacéis sagradas vuestras mesas poniendo sobre ellas un salero», y una vinagrera y aceitera (acetabulum). 3.
Manteles y servilletas
El mantel (mantile, mantele, mantilium, mappa, mappula, gausape) se usó por lo menos desde el siglo I a. C. 426. Según V arrón421, servía para que los comensales se limpiaran en él las manos y en ese sentido podría confundirse con nuestra ser villeta. Pero Marcial ya distingue el mantel de la servilleta (mappa): N a d ie trajo s e r v ille ta , p o r te m o r a q u e s e la robaran; y H e r m o g e n e s se lle v ó e l m a n te l d e la m e s a .428
El mantel lo ponía el anfitrión sobre la mesa; la servilleta (mappa) la traía cada cual para secarse las manos y para recoger los regalos con que obsequiaba el anfi trión a los convidados. Por eso dice S. Isidoro: «Los manteles ahora se ponen para cubrir las mesas; pero, como su nombre indica, antiguamente se ofrecían para se carse las manos» 42S. El mantel es felpudo, o velloso; la servilleta, no. Los ricos ha cían ostentación también con la riqueza y hermosura de sus manteles, como dice Lampridio: «Con frecuencia — Elagábalo— iba poniendo en la mesa manteles pin tados con los manjares que iba presentando» 430; y en otro lugar, hablando ahora de Alejandro Severo: «El convite fue de sumo esplendor: de suerte que iba ponien do manteles blanquísimos, festoneados muchas veces de escarlata; de tejidos de oro, nunca, a pesar de haberlos usado antes Adriano y después Elagábalo» 431 Y Trebelio, en la vida de Galieno: «Muchas veces sirvió frutas recién cortadas de los árboles en los meses en que no las había, y extendió sobre las mesas manteles dorados».432 h u b ie ra o tr o o b je to d e lu jo e n e l h o g a r. S e lo tr a n sm itía n d e p a d res a h ijo s , c o m o s ím b o lo d e la c o n tin u id a d d e la casa. C f. V a l M a x . 4 , 4 , 3 ; P lin . N . H . 3 3 , 1 2 , 5 4 : « F a b r ic iu s im p e ra to res p lu s q u a m p a tera m e t s a lin u m e x a r g en to h a b e r e u e ta b a t» . 425. A r n o b . 2 , p . 9 1 ; c f. P e r s. 5 , 1 3 8 , q u e r ec o m ien d a a lo s h o m b r es p ia d o so s y q u e q u ie r e n v iv ir e n c o m u n ió n c o n J ú p ite r c en a r, c o m o lo s a n tig u o s, u n p o c o d e p a n r o cia d o d e sal. 4 2 6 . V . V a rr. L . L . 6 , 8 5 . E n la é p o c a ro m a n a s e p o n ía n lo s p la to s d ir e c ta m e n te s o b r e la m e sa , se c á n d o lo s c o n u n a r o d illa (gau sappa), e n tr e lo s d iv e r so s s e r v ic io s (H o r . Sat. 2 , 8 , 10; P la u t. M en. 7 7 -8 ; L u c il. Sat. frg . X X , 1 ). L as m appae q u e ap a r e ce n en lo s c o n v ite s e n u n p r in c ip io p o d r ía n ser lo s c o b e r to r e s d e lo s le c h o s d e l tr ic lin io , d e lo s q u e h a b la , s in d u d a , V a r ró n , al refer ir se a la s m appae triclin ares (V a rr. L . L . 9 , 4 7 ). 427. V a rr. L .L . 6 , 8 5 ; cfr. P la u t. M o st. 2 6 7 : « lin te u m ca p e a tq u e e x te r g e tib i m a n u s» . 428. M a rtia l. 1 2 , 2 8 , 1 1 -1 2 ; H o r . Sat. 2 , 8 , 6 3 . L o s a n tig u o s n o d is tin g u e n b ie n e n tr e m a n te l, s e r v ille ta , to a lla , p a ñ u e lo d e c a b e za , p a ñ u e 'o d e b o ls illo , e tc . L o s l? íin o s te n ía n d i v e rsa s p a la b ra s, c o m o m an tile, m an tiliu m , m appa, m appu la, gausape, facitergiu m , m an u tergiu m , m anu m andim n , orarium , su d a r iu m ..., c o n to d o lo cu a l s ig n ific a n u n a p ie z a d e te la m ás o m e n o s cu ad ra d a o recta n g u la r q u e , dad a la o c a sió n , se a p licab a c o m o p a ñ u e lo d e c a b eza , c o m o to a lla d e m a n o s, v e s tid o , m o q u e r o , c o b e r to r , c o r tir .j, e tc . Y e s to s u c ed ía p o r q u e d u r a n te m u c h o tie m p o e n la a n tig ü e d a d n o se e m p le a r o n h a b itu a lm e n te e sta s p ren d as. 4 2 9 . I s id o r . O rig. 1 9 , 2 6 , 6. 4 3 0 . L a m p rid . Èlagab. 2 7 , 4 ; c f. ib. 1 9 , 7: « S tr a u it e t tr ic lin ia d e ro sa e t le c to s e t p o r tic u s ac sic d e a m b u la u it, id q u e o m n iu m flo r u m g e n e r e , liliis , u io lis , h y a c in th is e t n a r c issis. H ic n o n n is i u n g u e n to n o b ili a u t cro co p is c in is in f e c tis n a ta u it. N e c c u b u it in a c c u b itis fa c ile n isi iis q u a e p ilu m le p o r in u m h a b e r e t a u t p lu m a s p e r d ic u m su b a la r e s, sa ep e c u lc ita s m u ta n s» . Jb. 2 9 , 8 : « S e m p e r a u t in te r flo r e s s e d it s u t in te r o d o r e s p r e tio s o s» . 4 3 1 . L a m p r id . A lex . Seu. 3 7 . 4 3 2 . T r e b e ll. G alten . 16.
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A partir de Adriano el uso de los manteles y de las servilletas se convirtió en una verdadera ostentación de lujo, llegando su culminación en tiempos de Heliogábalo, como hemos indicado. En el palacio imperial existía un equipo de sirvientes a mappis, es decir, empleados únicamente en preparar, limpiar, guardar y disponer los manteles y servilletas de la mesa im perial433. Pero los pobres seguían sin usarlas. No parece que la servilleta se la pusieran de forma que protegiera el pecho de los comensales, porque tenían un uso más general que entre nosotros. La ser villeta sigue siendo un linteum, para usarlo como se precise, para sonarse la nariz, limpiarse el sudor, la boca, las manos. Cuando Trimalción sale del baño no se seca con lintea, sino con palia de lana suavísima, y cuando se lava las manos se las enjuga en los cabellos de un lindo es clavo 434. Su mujer Fortunata, durante el banquete, se seca las manos con el pa ñuelo que lleva al cuello 435. Trimalción lleva sobre los hombros una servilleta con amplios galones de púrpura, cuyos extremos caen por delante y por detrás 436; pero en torno de este personaje todo es estrambótico. La distinción plena entre servilleta y mantel entra por el culto. La servilleta la lleva el camillus sobre sus hombros, en su brazo, o entre las manos 437, y es una pieza de tela fina en cuyas extremidades cuelgan hermosas puntillas o artísticos flecos. Con ella limpia cuanto coge el camillus pagano o el diaconus cristiano, seca sus manos, etc., y el mantel blanco, después de haber cubierto el altar, se extien de robre la mesa del ágape como un emblema de pureza. Durante toda la antigüedad la comida era considerada como un acto religioso, y el cristianismo la ha convertido incluso en un acto de piedad. La mesa es como un altar, y al igual que cada comensal tiene su servilleta para conservar puras sus manos, así la mesa se cubrirá con un mantel blanco. Por eso el uso del mantel y de la servilleta hoy es casi obligado, al paso que la antigüedad apenas lo conocía. 4.
Condiciones de un buen convite
Según Varrón, el convite, para que sea cumplido, ha de tener cuatro cualidades: que los convidados sean personas amables y de buena crianza, que el lugar sea con veniente, que el tiempo sea oportuno y que la comida esté cuidadosamente pre parada. 438 H an de invitarse personas que no sean ni locuaces ni taciturnas, porque la elo cuencia está bien en el foro y en el senado, y el silencio, a su vez, no es propio del convite, sino del aposento. Los temas de la conversación durante la cena no serán inquietantes ni abstrusos, sino agradables y sugestivos, llenos de encanto y delica damente útiles, de forma que nuestro espíritu se dignifique y deleite 439. Y esto se 4 3 3 . C IL . I 2, 8 8 9 2 . 4 3 4 . P e tr o n 27 y 2 8 . 4 3 5 . P e tr o n . 6 7 . 4 3 6 . P e tr o n . 3 2 . 4 3 7 . O v id . Fast. 4 , 9 3 3 . 4 3 8 . V arr. e n G e ll. 1 3 , 1 1 , 2 -5 . s 4 3 9 . C ic er ó n era u n co n v e rsa d o r ex tr a o rd in a r io , d e m an era q u e fá c ilm e n te h a c ía las d e lic ia s d e lo s c o m e n s a le s . D ic e e n Fam. 9 , 2 6 , 2 : « C o n u iu io d e le c to r ; ib i lo q u o r q u o d in s o lu ta , u t d ic itu r , e t g e m itu m in risu s m a x im o s tr a n sfe r o » ; y te r m in a e sta carta: « n o n m u lti c ib i h o s p ite m a c cip ie s, m u lti io c i» . E s c u r io so q u e la m a y o r p a r te d e lo s c h is te s q u e corrían p o r
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L a s comidas
conseguirá conversando sobre temas de la vida ordinaria, de los que no tenemos tiempo de hablar en el foro, ni en el afán de nuestros quehaceres. No es preciso que el señor de la casa sea magnífico; basta con que no se le pueda tildar de tacaño. No toda clase de lecturas son convenientes en el festín; hay que elegir las que resultan útiles y agradables. 5.
Invitaciones frecuentes
Los romanos se invitaban mutuamente y con mucha frecuencia a cenar. ..Cuando a la caída de la tarde cesaban los negocios, se cerraban los tribunales, o terminaban su paseo o su estancia en las termas, era muy ordinario que, para poder ir siguiendo sus conversaciones, o permanecer más rato juntos, se invitaran a cenar. Otras veces la invitación tenía un motivo familiar, una fiesta de aniversario de nacimiento, o de bodas, una despedida o llegada de viaje, o simplemente hablar de política o de te mas literarios o filosóficos 440. De ello resultaba una serie de invitaciones mutuas en cadena, como en P lau to 441: — Y o te h u b ie r a in v ita d o a cen a r e n m i ca sa , s i n o m e h u b ie ra d ic h o tu h e r m a n o , a l in v ita r m e a m í, q u e tú cen a ría s c o n é l. M e jo r h u b ie r a s id o q u e h u b ie r a is v e n id o to d o s a m i ca sa , para d a ro s u n c o n v ite d e b ien ven id a," p e r o n o h e q u e r id o co n tr a r ia rlo . M as y o n o h a g o c u m p lim ie n to s d e pu ra fó r m u la ; m añ ana v e n d r é is a m i casa a cen a r tu . h e r m a n o y tú c o n v u e str a s e sp o sa s. — Y p a sa d o m a ñ a n a , to d o s a m i casa.
6.
Función social de los convites,
Cicerón reprende a Peto porque ha dejado de ir a'cenar fuera y de invitar a su casa, siendo así que el mayor placer de la vida se obtiene én estas conversaciones y en esta convivencia que brindan las cenas: Y e s to n o lo d ig o p o r e l p la c e r , s in o p o r la u n ió n d e la v id a , o s o la z d e la s alm as q u e se lo g r a e n la c o n v e r s a c ió n fa m ilia r , q u e
la c o n v iv e n c ia y e l e n lo s c o n v ite s re-
la c iu d a d se a tr ib u ía n a C ic er ó n . E n te r a d o d e e llo , e sc r ib e a s í a su a m igo V o lu m n io , Fam . 7, 3 2 , 2: « P u e s to q u e h a y ta n ta p o r q u er ía e n R o m a , q u e ya n o h a c e reír m ás q u e lo m u y p i c a n te , tú p u e d e s jurar q u e s i lo s d ic h o s n o s o n h e r m o s o s, n i a g u d o s, n i e le g a n te s, n i b e llo s , n i g r a cio so s, n i lle n o s d e in g e n io , n o s o n m ío s » . 4 4 0 . E ra p o c o d e lic a d o reh u sa r la in v ita c ió n d e u n a m ig o , y se fa lta b a a la c o r te s ía a c ep ta n d o la in v ita c ió n y n o a c u d ie n d o lu e g o a la cen a . S i e n e s te c a so n o s e a d u cía n b u en a s e x c u sa s, e l d e sa ira d o q u ed a b a c o n v e n c id o d e q u e se h a b ía d e ja d o d e ir a s u casa p o r q u e o tr o in v ita n te o fr e c ía m a y o res esp er a n z a s d e su n tu o sid a d y . r eg o c ijo s. E n e s t e s e n tid o esc r ib e P lin io e l J o v e n a su a m ig o S e p tic io C la so . L a ca rta , a d em ás d e e sta s q u ejas le g ítim a s, d a e l m e n ú d e d o s c o m id a s (E p . 1, 1 5 ): « E u s tu , p r o m ittis a d c en a m n e c u e n is ! D ic itu r iu s : ad a sse m im p e n d iu m r e d d e s, n e c id m o d ic u m . P a ra ta e era n t la c tu c a e sin g u la e , c o c h le a e tern ae, o u a b in a , h a lica cu m m u ls o e t n iu e (n a m h a n c q u o q u e c o m p u ta b is , im m o h a n c in p r im is, q u a e p e r iit in fe r c u lo ), o liu a e , b e ta c e i, c u c u r b ita e , b u lb i, alia ’m ille n o n m in u s la u ta . A t tu a o u d n e s c io qu era o str e a , u u lu a s , e c h in o s , G a d ita n a s m a lu isti. D a b is p o e n a s , n o n d ic o q u as. D u r e fe c is ti; in u id is ti, n e s c io a n tib i, c e r te m ih i, fe d ta m e n e t tib i. Q u a n tu m n o s lu s is s e m u s , r isiss e m u s , s tu d u iss e m u s ! P o te s a p p a ra tiu s c en a re a p u d m u lto s , n u sq u a m h ila r iu s, s im p lic iu s, in c a u tiu s. I n ru m m a e x p e r ie r e ,- e t n is i p o s te a te a liis p o tiu s e x c u ssa u e r is, m ih i sem p e r ex cu ssa . V a le » . S in e m b a r g o , n o to d o s te n ía n q u e c o m e r d e to d o lo q u e se serv ía , s in o q u e , h a c ie n d o e lo g io s d e to d o , cada cual to m a b a lo q u e le c u m p lía : « I n r a tio n e c o n u iu io r u m , q u a m u is a p le r is q u e c ib is s in g u li te m p er e m u s, to ta m ta m e n c e n a m la u d a re o m n e s s o le m u s , n e c e a q u ae sto m a c h u s n o s te r r ecu sa t a d im u n t .qratiam illis q u ib u s c a p itu r» (P lin . E p. 2 , 5 , 8 ). E n M arcial le e m o s u n a d e s c o r te s ía s e m e ja n te d e u n in v ita d o q u e desaíra a su am ig o , b u sc a n d o u n a m esa m ás p in g ü e : 5 , 4 4 y 9 , 14. 4 4 1. P la u t , S tich . 5 1 0 -1 7 .
L a comida ordinaria
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su lta a g r a d a b ilísim a , d e g u isa q u e lo s n u e s tr o s e stu v ie r o n m ás acertad os e n s ig n ifica r e sta s c o sa s q u e lo s g r ie g o s al lla m a rla s « c o m b e b id a s» y « c o n c o m id a s » , lo s n u estr o s « c o n v iv e n c ia s » , p o r q u e e n to n c e s s o b r e to d o s e v iv e e n c o m p a ñ ía d e o t r o s ... P rocu ra e sta r b ie n , y sá b e te q u e e s to lo c o n seg u irá s fá c ilm e n te c en a n d o fu er a d e tu casa. 442
Del mismo Catón indica en de Senectute: A s í q u e a m í m e g u sta n lo s c o n v ite s a su s h o r a s p o r e l d e le ite d e la c o n v e r s a c ió n , y n o s o la m e n te c o n lo s d e m i tie m p o , d e lo s c u a les y a v a n q u e d a n d o m u y p o c o s , s in o ta m b ié n c o n lo s d e v u e str a e d a d ... A m í m e d e le ita n a q u e llo s m in iste r io s in s ti tu id o s p o r n u e s tr o s m a y o r e s, y la c o n v e r sa c ió n q u e s e g ú n su c o stu m b r e m a n tie n e e l q u e g o b ie r n a la c o p a ... Y e sto lo p r a c tic o e n m i granja d e la S a b in a , y c o n v id o to d o s lo s d ía s a m is v e c in o s , ala rg a n d o e l c o n v ite h a sta m u y tard e d e la n o c h e , s eg ú n p o d e m o s , c o n c o n v e rsa c io n e s m u y v a r ia d a s .443
Á veces sucedía que además de las personas invitadas se presentaba algún ami go, que, no sospechando nada, llegaba a aquella hora de visita. Y claro... no se le iba a dejar marchar sin que participara del convite. Dice Horacio 444 que en esos casos se mata una gallina, y si se terne que salga dura se la empapa bien en vino antes de matarla, y resultará una pura manteca. Si se presentaban dos o tres más, ya podía causar una preocupación en la co cina; pero, con todo, los ricos no se apuraban por tales menudencias. Cuenta Plu tarco, en la vida de Lúculo, que .un día paseaban por la plaza de la ciudad (quizá en Túsculo) Cicerón, Pompeyo y Lúculo. Y Cicerón, que era muy amigo de Lúculo, le dijo, a bocajai;ro, si les invitaba a cenar. — Con mucho gusto, respondió Lúculo; pero decidme qué día. —-Esta misma tarde, agregó Cicerón; porque queremos tu cena ordinaria. Lúculo se defendía y rogaba que lo dejaran para el día siguiente. No le hicieron caso y le impedían hablar con nadie de su casa, para que no aña diera nada a lo que tenía preparado para él. — Me contento con que me permitáis que diga a un sirviente que cenaremos en el Apolo. — Bueno, no hay inconveniente. Pero Apolo era el nombre de una de las salas más magníficas de su casa, y para cada comedor Lúculo tenía señalada una despensa, un menaje, un servicio y un menú especial. Bastaba que él dijera que cenaría en el Apolo para que su servi dumbre supiera al detalle el servicio y la calidad del menú, etc. La cena en la sala de Apolo era de cincuenta mil dracmas. Se empleó esa suma en la cena de aquella misma tarde, y admiró grandemente a Pompeyo tanto la suntuosidad como la rapidez con que había sido preparada.445 Con todo esto se establecía entre los romanos amigos una convivencia tan ín tima que pasaban juntos la mayor parte de las veladas, unas veces en la casa de uno y otras en la de otro. El convite, pues, tenía una función social y familiar de primera categoría. Los comensales no buscaban precisamente el placer del comer, sino la satisfacción y el gusto de convivir. Así, dice Cicerón: «Y no medía yo aquel 4 4 2 . C ic. Fam. 9 , 2 4 , 2 -3 . I d e a q u e ta m b ié n e x p o n e e n d e S en ectu te, 4 5 : « Ñ e q u e enim ip so ru m c o n u iu io r u m d e le c ta tio n e m u o lu p ta tib u s m a g is q u a m c o e tu a m ico ru m e t ser m o n ib u s m e tie b a r : b e n e e n im m a io r e s a c c u b itio n e m e p u la r e m a m ic o r u m , q u ia u ita e c o n iu n c tio n e m h a b e r e t, ‘c o n u iu iu m ’ n o m in a u e r u n t — m e liu s q u a m G r a e c i q u i h o c id e m tu m ‘c o m p o ta tio n e m ’, tu m ‘c o n c e n a tio n e m ’ u o c a n t, u t , q u o d in e o g e n e r e m in im u m e st, id m a x im e p ro b a re u id e a n tu r » . 443. C ic. Senket. 4 6 . J u v e n a l cen su ra c o n to d o r ig o r e l d e te s ta b le p r o c e d e r ' d e a lgu n os ricos q u e n o in v ita b a n a n a d ie para h a rta rse a su g u s to (Sat. 1, 9 4 -5 ; 1 3 7 -4 1 ), p ero n o es raro q u e e s to s g o lo so s-a v a ro s m u riera n c u a lq u ie r n o c h e d e s p u é s d e c en a r (ib. 1 4 2 -4 6 ). 444. H o r . Sat. 2 , 4 , 1 7 -2 0 . 445. P lu t. Lucul. 4 1 .
L as comidas
250
deleite por el gusto del cuerpo, sino por la compañía y conversación de los ami gos» 446. E invitándose a cenar en casa de su amigo Peto: «Aguarda, pues, a un in vitado poco comedor y absolutamente enemigo de las cenas suntuosas» 447; y ha blando en nombre de Catón: «La vejez ha acrecentado en mí el deseo de conversar, y me ha quitado el de comer y el de beber».448 Era natural que la persona invitada rogara al anfitrión que no hiciera ningún gasto extraordinario, porque no quería causar el más mínimo trastorno. El anfi trión aseguraba que no escalfaría ni un huevo más de lo ordinario, que haría pe nitencia con él, que no le invitaba más que por el placer de estar juntos y poder hablar. Por fin el invitado acepta únicamente con esta condición. Costumbre que ridiculiza Plauto: P l.
S i a sí lo q u ie r e s, n o p r e p a r es m u ch a s c o sa s, n o h agas g a sto s; y o m e c o n te n to c o n c u a lq u ie r cosa. P e r . ¡B u e n o ! N o m e v e n g a s a h o ra c o n e sa s fó r m u la s d e a n tañ o y p asa d a s d e m o d a . H a b la s, q u e r id o a m ig o , c o m o lo s d e l p u e b lo . C u a n d o se h a n s e n ta d o a la m e sa , s u e le n decir: « ¿ Q u é n e c e s id a d h a b ía d e g astar ta n to p o r n o s o tr o s? T e h a s v u e l to lo c o , p o r H é r c u le s . S i h a s p r e p a r a d o c o m id a para u n r e g im ie n to » . Y , c riti c a n d o q u e te h a s e x c e d id o p o r e llo s , se lo c o m e n t o d o ... N o e sp er e s q u e n in g u n o d e e llo s te d ig a , p o r a b u n d a n te s q u e s ea n lo s p la to s: « H a z retirar e sto , m an d a q u e se lle v e n e sa fu e n te , n o p o n g a s esp ja m ó n , n o q u ie r o m á s; q u e r e tir e n esa s a lb ó n d ig a s d e c e r d o , e s t e c o n g r io estará b u e n o fr ío , o r d e n a q u e lo r e tir e n » . N o le s o ir á s n u n c a h a b la r a s í, s in o q u e s e e stira n y e c h a n m e d io c u er p o so b r e la m e sa , para lle g a r b ie n a lo s p l a t o s . 449
7.
Los parásitos
Había otros que buscaban la invitación. Eran los parásitos. Resulta curioso este género de hombres que procuraban el modo de vivir a cuenta ajena. Se decían puestos bajo la protección de Hércules, y así parece que era en un principio 450. Cuando se presentaban los diezmos en honor de H ércules451, y con este motivo se preparaban banquetes públicos, a ellos eran invitados ante todo los parásitos. Porque hubo tiempo en que los parásitos eran considerados como personas sagra das, constituidos en Atenas como ministros de los sacrificios bajo la autoridad de los sacerdotes, y con ellos recibían parte de las víctimas que sacrificaban. Poco a poco cayeron de categoría, reduciéndose a personas viles, ridiculas y des preciadas. 452 Aun siendo invitados a comer, no ocupaban ningún lugar de la mesa, sino que se sentaban en bancos alrededor o en cualquier rincón. El Ergasilus del Captiui de Plauto llama a los parásitos Lacones unisubselli uiros, plagipatidas 453, «hombres tan sufridos como los lacedemonios, ocupadores de banquillos individuales». El Gelasimus de Stichus, ante el anuncio de que no quedan divanes, responde: «No te pido, naturalmente, un lugar en los divanes. Ya sabes que soy de esos convidados 4 4 6 . C ic . S enect. 4 5 . 4 4 7 . C ic. Farn. 9 , 2 3 ; v . Fam. 9, 2 6 , 3. 4 4 8 . C ic . S en ect. 4 6 . 4 4 9 . P la u t. M il. G l. 7 4 9 -6 2 . 4 5 0 . P l. Stich. 2 2 3 : p id e u n a c en a y se le r e s p o n d e : « H e r c u le s t e a m a b it p r a n d io , cen a tib i» : « H é r c u le s te será p r o p ic io p o r u n a c o m id a ... y a t i p o r u n a cen a». 4 5 1 . P la u t. S licb. 2 3 3 : « u t d e c u m a m p a r te m H e r c u li p o llu c e a m » ; ib. 3 8 6 : « H e r c u le s , d e c u m a m e s s e a d a u cta m tib i q u a m u o u i g r a tu lo r » . 4 5 2 . C f. I u v e n a l. 1, 13 1 -9 . 4 5 3 . P la u t. C apt. 4 7 1 .
L a comida ordinaria
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que se conforman con un taburete» 451. Estará contento en cualquier lugar: «Los embajadores públicos y los altos personajes ocuparán los lugares elevados; yo, ín fimo, me sentaré en el último puesto» 455. Cuando le indican que ni sitio habrá para él en el banquillo, responde: «¡Bueno, estaré de pie; lo que hace falta es com ida!»466; y, por fin, cuando le dicen que vaya a ver si encuentra sitio, agrega: «O entre las patas de la mesa: me basta y me sobra con el espacio que puede ocupar un perrito». Se distinguían tres clases de parásitos: los burlones, que se mofaban de todo, referían todas las novedades y chismes de la ciudad y contaban chistes y chascarri llos; los aduladores, que se empeñaban en hacerse simpáticos exagerando las buenas condiciones de los invitados, sobre todo del dueño y de la señora de la casa; y los pacientes, o sufretormentos, que eran el objeto de todos los desprecios, burlas e in sultos de los comensales, pero que pasaban por todo con tal de llenar su estómago voraz, y hacían bueno el dicho de «dame pan y llámame to n to » .458 Entre los parásitos los había de muy diversas procedencias: hombres que pre ferían quedarse muchos días en ayunas antes de ponerse a trabajar; llegados de to dos los rincones del Imperio, con la esperanza de medrar en Roma y la fortuna no les era favorable 459; jóvenes procedentes de buenas familias, pero que se habían arruinado por el juego o por las orgías, no podían seguir la vida por su cuenta y procuraban hacerlo a costa de los demás. De éstos se encontraban sobre todo en tre los clientes. Era difícil que un solo patrón tuviera bien mantenidos a seiscientos o mil; por eso muchas veces los clientes se buscaban un señor (rex, dominus) que los atendiera supletoriamente. Llega un tiempo en que la comida del patrono es sustituida por la sportula, pobre distribución cotidiana que recibían los clientes, siendo para muchos de ellos el único recurso.460 Pero a pesar de sus constantes esfuerzos de vivir de lo ajeno, no siempre les salía bien. «Desde que he nacido nunca me he visto harto — dice Gelásimo, el pará sito del Stichus de Plauto— ; mi madre debió de ser el Hambre, porque ella me ha
4 5 4 . P la u t. Stich . 4 8 8 -9 . 4 5 5 . P la u t. ib. 4 9 1 -2 . 4 5 6 . P la u t. ib. 5 9 2 -3 . 4 5 7 . P la u t. ib. 6 1 8 -2 0 . 4 5 8 . A é s to s s e le s g a sta b a n la s b ro m a s m á s p e sa d a s para q u e lo s c o m e n sa les s e rieran. A s í, p o r e je m p lo , d ic e L a m p r id iu s (Elagab. 2 5 ) q u e e s t e em p e r a d o r lo s a c o m od ab a s o b r e a s ie n to s in fla d o s d e aire, y c u a n d o lo s v e ía m ás d e s c u id a d o s , o r d e n a b a a lo s sir v ie n te s q u e lo s d e s in fla r a n y q u e d a b a n to d o s lo s p a rá sito s r o d a n d o p o r d e b a jo d e la m esa. « E b r io s a m ic o s p le ru m q u e c la u d e b a t e t s u b ito n o c te le o n e s e t le o p a r d o s e t u rso s ex a rm a to s im m itte b a t, ita u t e x p e r g e fa c ti in c u b ic u lo e o d e m le o n e s , u rso s p a rd o s c u m lu c e , u e l q u o d e s t g r a u iu s, n o c te in u e n ir e n t, e x q u o p le r iq u e e x a n im a ti s u n t. M u ltis u ilio r ib u s a m ic is fo lle s p ro a c c u b itis ster n e b a t, e o s q u e r efla b a t p r a n d e n tib u s illis , ita u t p le r u m q u e s u b ito su b m e n sis in u e n ir e n fu r p ran d e n te s . P r im u sq u e d e n iq u e in u e n it sig m a in terra ste r n e r e , n o n in le c tu lis , u t a p e d ib u s u tres p er p u e r o s a d r e fla n d u m s p ir itu m s o lu e r e n tu r » (ib . 2 5 , 1 -3). A v e c e s a lo s p a rá sito s le s g a s tab a tales b ro m a s q u e le s p o n ía d e co m e r p ie d r a s d isim u la d a s c o n a lgú n e n v o lto r io a p e tito so (ib . 2 5 , 4 s s). 4 5 9 . P o r e je m p lo , J u v e n a l y M a rcia l. E s t e ú ltim o , c u a n d o lle g ó a R o m a , e n c o n tr ó abiertas las casas d e lo s S é n e c a s, p e r o c a íd o s e n d esg ra cia , y m u e r to s , tu v o q u e bu scar o tr o s ap oyos y p e n s ó n a d a m e n o s q u e e n e l p r o p io em p e r a d o r D o m ic ia n o , a q u ie n e lo g ió v erg ö n zo sa m e n te, para p o d e r c o m e r. V é a s e M a rtia l. 5 , 5 ; 16: 1 8; 1 9 ; 4 , 1; 6 , 3; 6 , 8 3 , 5 -6 ; 6 , 8 7 : 7 , 2; e tc . C f. L o r e n z o R ib e r , M arco V alero M arcial, M a d r id 1 9 4 1 , 1 2 1 -1 4 8 . S o b re J u v e n a l, c f. e l m ism o M a rcial, s u c o m p a ñ er o d e p e n a s y fa tig a s, 1 2 , 1 8 , 1-6. 4 6 0 . I u v e n a l. 1,. 1 1 7 s; M a rtia l. 4 , 2 6 .
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dado el nombre de “ ridículo” . No me niego nunca cuando me invitan. Antes nos invitaban con frecuencia; pero ahora nos dicen: “Bien quisiera invitarte, pero esta tarde ceno yo fuera de casa” 461, o “ con gusto te invitaría, pero no quedan sitios vacantes” 432. O yo le digo: “ ¿quieres que vaya a cenar a tu casa?1’, y me respon den: “ si pudiera, con mucho gusto 463, pero tengo ya los divanes llenos” . Con todo ello estoy muerto de ham bre».464 El parásito tiene que hacer gala de chistes y gracejos para llegar a la mesa de los ricos. El mismo Gelásimo se pone en la calle corno un pregonero, prometiendo que va a hacer almoneda de sus bienes y grita: «Vendo frases graciosas. Venid, ofreced: ¿Quién las quiere por una cena? ¿Quién ofrece una comida por ellas? 465. También vendo adivinanzas griegas de las que hacen sudar, blandas risotadas para cuando se está bebido, agudezas, halagos y regocijos parasitarios; un “ estrígil” he rrumbroso, un frasco rojo, un parásito vacío para depositar en él las sobras de ia comida. Me es necesario vender esto por lo que sea» 4ββ. Entrando en una casa ob serva los preparativos de un banquete y recobra la esperanza: «por fin hay con fianza de arrojar del vientre el hambre importuna» 467; pero le anuncian que han invitado a otros parásitos ridiculissimos y marcha a preparar sus chistes: «Voy a hojear mis libros y recordar los mejores chistes; porque si no suplanto a esos hom bres estoy totalmente perdido» 468, y marcha luego al puerto a dar la bienvenida al dueño de la casa, para disponerlo con sus chistes.469 Igual está dispuesto a barrer la casa410 que a prestar su colaboración en algún negocio difícil4’1; no tiene miedo, porque nada le pueden quitar, ni nadie le lle vará cautivo a su casa, porque saben que es un tragón. Todo lo hace ante una mesa bien abastecida 472: procede como un hombre prudente y buen consejero413; ha con seguido su propósito después de largas peripecias y pide la paga: me ad cenam uoca 474, y ve su cielo abierto cuando le responden: Pol uero uoco. 475 El Saturius de Plauto es capaz de vender a su propia hija por una buena co milona 476, e incluso a sí mismo 477. No conoce más amigos que los que le dan de comer 478. También sus antepasados fueron parásitos, pero siempre les fue bien: C o m o la s ratas s iem p r e c o m ie r o n e l m an jar ajen o, y n a d ie lo s p o d ía v e n c e r e n v o r a c id a d .478
461. 462. 463. 464. 465. 466. 467. 468. 469. 470. 471. 472. 473. 474. 475. 476. 477. 478. 479.
P la u t. Stich. 1 9 0 . P la u t. Stich. 5 9 2 . P la u t. ib. 4 8 6 . P la u t. ib. 1 5 5 -2 3 3 . P la u t. S tich. 2 2 0 -1 . P la u t. ib. 2 2 6 -3 2 . P la u t. ib . 3 8 7 . P la u t. ib. 4 0 0 -1 . P la u t. ib. 4 5 4 -5 0 4 . P la u t. ib. 3 5 1 -4 . P la u t. C urculius, to d a la c o m e d ia . T er. P hor. 3 1 5 -4 7 . T er . ib. 3 4 8 -4 4 0 . T er . ib . 1 0 5 3 . T e r . ib . 1 0 5 4 . P la u t. P ers. 3 2 9 -3 8 . P la u t. ib. 1 4 5 -6 . P la u t. ib . 1 3 2 : « m e u t q u isq u a m n o r it n is i ille q u i p r a e b e t c ib u m ? » . P la u t. ib. 5 7 -9 .
L a comida ordinaria
El sigue siéndolo, porque aun cuando podría dedicarse a la delación y al robo, odia a los delatores y a los ladrones 48°. Prefiere, si no lo han invitado, ir por la mañana a las casas donde se brindó una buena cena en la noche anterior481 y so ñar con la esperanza de alguna que otra com ilona.482 Cuando un interlocutor le pide dinero prestado, describe así al verdadero pa rásito: U n p a r á sito q u e tie n e d in e r o en casa n o v a le n ad a; e n seg u id a le v ie n e n ganas d e h a cer u n b a n q i$ t e , o d e arruinar s u p r o p ia d e s p e n sa Cuando t ie n e algo. P u e d e te n e r u n fr a sco d e a c e ite , u n « e s tr íg il» p a ra su b a ñ o , u n a taza, su p ar d e sa n d a lia s, u n a c a p a y su· b o ls a c o n a lg o d e a y u d a para q u e s u fa m ilia yaya v i v ie n d o .493
El tipo más perfecto del parásito adulador es Gnatón del Eunucus de Terencio, a quien vamos a observar y escuchar por unos momentos: En la escena segunda del acto segundo refiere que se ha encontrado con un paisano suyo, arruinado lo mismo que él: «Soy un hombre que ha perdido todo lo que tenía, pero no me ha fallado la esperanza y el ingenio 484; estoy sano, lustroso, voy bien trajeado, lo tengo todo, aunque nada poseo; de nada dispongo, pero nada me falta» 485. Dice el otro, pensando en los parásitos burlones y en los sufretormentos: «Pero yo, pobre de mí, ni soy gracioso, ni puedo aguantar que me peguen mojicones, ni golpes» 486. Y le responde: «Pero ¿es que te piensas que ahora se puede medrar así? Estás muy equivocado. Eso fue en el siglo pasado. Yo he inventado otro sistema. Hay un tipo de hombres que quieren ser los primeros en todo, y no lo son. Yo voy tras de ellos. No me preocupo de hacerles reír, sino que me adelanto a sonreírles y a admirar al mismo tiempo su ingenio 487. Aplaudo cuanto dicen; si luego afirman otra cosa, celebro su cambio de parecer; si uno niega, niego yo también; si afirma, afirmo con él; en pocas palabras: me he propuesto complacer en todo, y esto me trae ganancias sustanciosas» 488. No sorprende, pues, que cuando pasa por el mer cado todos los vendedores le saludan, se alegran de verlo y le invitan a cenar, por que saben que les proporciona buenos clientes 489. A lo largo de la comedia procede siempre según su plan 490, hablando oportunamente de la forma que le gusta a cada interlocutor491. De cuando en cuanto tiene sus consejos morales 492 y sus buenas sen-
480. 481. 482. 483. 484. 485. 486. 487.
488. 489. 490. 491. 492.
P la u t. ib. 5 3 -7 6 . P la u t. ib . 7 7 -8 0 . P la u t. ib. 9 3 -8 . P la u t. ib . 1 2 0 -6 . T e r . Eun. 2 4 1 . T e r . Eun. 2 4 2 -3 . T e r . ib. 2 4 4 . E n tr e e s to s p a r á sito s c a ta lo g a M a rc ia l a S á b e lo , c u a n d o d ic e : « L a u d a s b a ln ea u e r sib u s tr e c e n tis c e n a n tis b e n e P o n tic i, S a b e lle . V is cen a re, S a b e lle , n o n la u a r i» (9 , 19 ). T er . Eun. 2 4 8 -5 3 . T e r . ib. 2 5 5 -9 . T e r . ib. 2 7 0 -9 . T e r . ib . 3 9 1 -4 5 3 . T er . ib . 7 9 9 -8 0 3 ; 8 1 4 .
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tencias493. Como él va siempre buscando su interés, aun favoreciendo a los de más 494, con sus halagos se asegura una mesa preparada y servida para siempre: — S i h a g o e s t o te p id o q u e tu ca sa e s t é sie m p r e a b ie r ta para m í, e s té s tú p r e se n te o a u se n te , y q u e te n g a e n e lla s ie m p r e u n lu g a r, a u n q u e n o m e lla m e s ... — T e d o y m i p a la b ra q u e a sí s e r á ... — le r e s p o n d e e l h a la g a d o — , 405
e incluso consigue entrar en la sociedad de sus interlocutores.,406 Este parásito de Terencio está conforme con su condición, como aquel otro de Luciano, que decía: L a p r o fe s ió n d e p a r á sito e s u n a rte q u e a v en ta ja a to d a s la s o tra s; p o r q u e u n a rte, c u a lq u ie ra q u e sea , n o lle g a a a p r e n d e r se sin tra b ajos, s in p e n a s, y s in g o lp e s q u e le p r o p in a n lo s q u e le e n s e ñ a n . E l a rte d e l p a r á sito s e a p r e n d e sin trab ajo. E l p a r á sito n u n ca sa le llo r a n d o d e u n c o n v ite , c o m o s a le n lo s a lu m n o s d e la e sc u e la . ¿ Q u ié n va a u n f e s tín c o n la cara tr is te , c o m o h a c e n lo s a lu m n o s c u a n d o v a n a ca sa d e s u m a e s tro ? U n r éto r , u n g e ó m e tr a , u n h er re r o p u e d e ser u n m ise r a b le o u n im b é c il, e s o n o le im p e d ir á ejercer s u arte; p e r o u n p a r á sito n o p u e d e ser u n im b é c il. . .. A u n pará s ito n o s e le p o d rá acusar d e a d u lte r io , d e v io le n c ia , d e r a p to , n i d e n in g ú n c rim en . Si a sí fu er a , te n d ría q u e deja r d e ser p a r á s it o .497
Quizás el tipo de parásito mejor logrado sea el Ergásilo del Captiui de Plauto, que abre la escena, cansado de buscar quien le invite a cenar sin haberlo con seguido: N o s lla m a n p a r á sito s, y c o n r a zó n , p o r q u e n a d ie n o s c o n v id a , p e r o n o s o tr o s a c u d im o s c o m o la s ratas a co m e r lo s m a n ja res a je n o s. C u a n d o lle g a n la s v a c a c io n e s, cad a u n o s e v a a s u s c a m p o s, y para n u e s tr o s d ie n t e s h a y v a c a c io n e s ta m b ié n . N o s s u c e d e c o m o a lo s ca ra co les c u a n d o c a lie n ta e l s o l, s e e n c ie rr a n e n su c o n c h a y tie n e n q u e v iv ir d e su p r o p ia su sta n c ia , h a sta q u e lle g u e e l r o cío . A s í lo s p a r á sito s, e n tie m p o d e va c a c io n e s, s e e s c o n d e n e n su r in c ó n , y , lo s d e sg ra c ia d o s, v iv e n d e su p r o p io ju g o , m ie n tra s h a c e n d e c a m p e s in o s lo s h o m b r e s a c u y a s e x p e n s a s v iv e n . D u r a n te e s e t i e m - ' p o m a ld ito lo s p a r á sito s s o n p e r ro s d e caza; p e r o a la v u e lta s e c o n v ie r te n e n v e rd a d e r o s d o g o s, r e lu c ie n te s d e g ra sa s, in s o p o r ta b le s y m o le s to s . A h o r a , p o r H é r c u le s , si e l p a r á sito n o sa b e a g u a n ta r lo s b o f e t o n e s , y n o p e r m ite q u e le r o m p a n u n a m arm ita e n la m o ller a , y a p u e d e c o g er su a lfo r ja y p o n e r s e a p e d ir lim o sn a e n la p u e r ta T r i g é m in a ... 498. E l h o m b r e m á s d e sg ra c ia d o e s e l q u e se v e d e v o r a d o p o r e l h a m b r e y n o tie n e q u é c o m e r ... m a ld ita sea e l a r te d e l p a r á sito . L a ju v e n tu d d e h o y n o s re ch aza c o n n u e s tr o s c h is te s y n o s d e ja e n la m ise ria . N o le s im p o rta d e lo s q u e c o m o E sp a rta n o s n o s c o n te n ta m o s c o n u n b a n q u illo , s u fr id o r e s d e g o lp e s (p la g ip a tid a e )... e llo s c o m e n y b e b e n , d e r e c h o n u e s tr o e n o tr o s t ie m p o s ... p e r o p o r u n h o m b r e gra c io s o n o d a n n i u n o c h a v o , ¡e g o ísta s q u e s o n ! . .. P o r e je m p lo , h a c e u n m o m e n to , m e a c er q u é a u n o s jó v e n e s e n e l fo r o : — B u e n o s d ía s — le s d ig o — , ¿ d ó n d e v a m o s a c en a r ju n to s ? Y e llo s s e c a lla n . — ¡B u e n o ! — in s is to — , ¿a v e r q u ié n ab re la b o c a ? ¿ Q u ié n n o s in v ita ? Y q u e d a n m u d o s , n i m e s o n r íe n s iq u ie r a . — ¿ D ó n d e cen a m o s? — re p ito — . L e s c u e n to u n o .d e m is m e jo r e s c h is te s , c o n lo s q u e a n te s m e. asegu rab a la c o m id a para u n m e s ... y n a d ie se r íe . V e o q u e a q u e llo e s u n c o m p lo t, y q u e se
493. 494. 495. 496. 497. 498.
T er . ib. 8 1 2 -3 . T e r . ib . 1 0 6 9 -7 1 . T e r . ib. 1 0 5 4 -6 . T e r . ib. 1 0 8 4 -6 . L u c ia n o , E l P arásito. P la u t. C apí. 7 5 -9 0 .
L a comida ordinaria
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b u r la n d e m í. M e acerco a u n o s , a o tr o s , y a o tr o s , .y to d o s igu al; así q u e h e te n id o q u e v e n ir m e p o r a q u í... c u a n d o h e v is to q u e o tr o s p a rá sito s corrían en e l fo r o la m is m a su e r te q u e y o . 499
En el puerto se ha enterado de la llegada del hijo del viejo Hegión, corre a darle la noticia, esperando darse un banquete a satisfacción y aun asegurarse el mantenimiento a perpetuidad.500 Algo similar le sucede a Curculio, cuando asegura que llevará a cabo una buena empresa de su anfitrión.501 Los parásitos muchas veces se aplicaban a algún conocido y asistían al banquete como «sombras» del invitado, costumbre que Plutarco hace remontar hasta Só crates, que persuadió a Aristodemo a que fuera a cenar con él a casa de Agatón sin haber sido invitado. La aventura de Aristodemo resultó graciosa, porque sin darse cuenta dejó atrás a Sócrates y entró el primero. Al verlo entrar, sin ser invitado, le preguntaron quién era. Sócrates, que llegaba entonces, viendo que la luz les daba en las espaldas, respondió: «Es mi sombra». 8.
Manjares de los romanos
Los romanos conocían todos los alimentos que hoy se sirven en nuestras mesas, si exceptuamos los. importados de América; y ciertamente el arte culinario tenía sus refinamientos distintos de los nuestros. No prescindían de nada para excitar su apetito. Los muros de los comedores aparecían adornados con pinturas que representaban animales, frutas, legumbres, etcétera, destinados a la alimentación. Roma tenía un comercio muy intenso con todo el mundo conocido, y de todas partes les llegaban los manjares más raros y buscados. En las villas o casas de campo tenían sus provisiones fundamentales: aves, frutas, hortalizas 502; de los mares próximos les venían los pescados, ostras, almejas, etc. 503: «Las lunas nuevas rellenan los blandos moluscos, pero no todos los mares les son igualmente favorables. Mejor que las conchas de Bayas son las del Lucrino. Conocemos por su gusto las ostras de Circe, los erizos del Miseno, y reconocemos que Tarento se jacta por sus insuperables moluscos. Para comer bien
4 9 9 . P la u t. ib. 4 6 Ί -9 1 . E s t o d e b u sc a r q u ié n le s in v ite e s e l quaerere in triuio uocationes d e C a tu lo , 4 7 , 6 ; c f. M a rtia l. 5 , 4 7 : « N u m q u a m se c e n a ss e d o m i P h ilo iu r a t, e t h o c est: n o n c en a t, q u o tie n s n e m o u o c a u it eu m » . 5 0 0 . P la u t. Capt. 7 6 8 -8 0 . 5 0 1 . P la u t. Cure. 3 6 6 -7 0 . 5 0 2 . M a rtia l. 3 , 5 8 . 5 0 3 . C f. H o r . Sat. 2 , 4 , 3 0 ss. S o b re la m o d e r a c ió n e n la c e n a , v . P lin . Ep. 3 , 12. L os e x c e s o s y c a p r ic h o s lo s e x p o n e ta m b ié n S en eca , Ep. 8 9 , 2 2 : « A d u o s d e in d e tr a n se o , q u o ru m p r o fu n d a e t in s a tia b ilis g u la h in c m a ria scru ta tu r, h in c terras, a lia h a m is, alia la q u e is , alia retiu m u a r iis g e n e r ib u s c u m m a g n o la b o r e p e r se q u itu r : n u llis a n im a lib u s n is i e x fa s tid io pax e s t . Q u a n tu lu m ( e s t) e x is tis e p u lis, q u a e p e r to t c o m p a r a tis m a n u s, fe s s o u o lu p ta tib u s ore b ib a tis? Q u a n tu lu m e x is ta fe r a p e r ic u lo s e c a p ta d o m in u s cru d u s ac n a u se a n s g u sta t? Q u a n tu lu m e x t o t c o n c h y liis ta m lo n g e a d u e e tis p e r is tu m s to m a c h u m in e x p le b ile m la b itu r ? I n fe li c e s , e c q u id in t e lle g it is m a io r e m u o s fa m em h a b e r e q u a m u e n tr e m ? » . M u y se m e ja n te m e n te ha b la S. A m b r o s io (Exposit. Euang. sec. Lucam, p r o l. 6 ): « Q u i e n im n o n e s t c o n te n tu s ani m a liu m p a b u lo c eter o r u m , c u i n o n sa tis e s t lig n u m fr u c tife r u m c o m m u n e o m n ib u s a d escam d a tu m , s e d d e lic ia s s ib i u a ria ru m e x q u is iu it e p u la r u m , d e lic ia s s ib i tran sm a rin is a r c e ssit e t d a tu m , s e d d e lic ia s s ib i u ariarum e x q u is iu it e p u la r u m , d e lic ia s s ib i tran sm a rin is a r c e ssit e terris, d e lic ia s u e r rit e flu c tib u s » .
L as comidas
no basta traer a la mesa el pescado más caro, si no se sabe prepararlo bien...»; y sigue hablando Horacio de diversos manjares: jabalí, cabritos, corderos, caza, etc. En la Sátira 2, 2, aconseja Horacio sentarse a la mesa con verdadero apetito, y no dejarse impresionar ni por el precio, ni por la rareza, ni por el tamaño de los manjares presentados. ¿Qué más da un pavo real que una gallina? El pavo real tie ne hermosas plumas, pero ¿es que te comes las plumas? Alabas un rodaballo de tres libras, pero ¿no tienes que partirlo para comerlo? No te dejes llevar de las apariencias. No hay que excederse ni en un sentido ni en otro. No hay que ser avaro para comer, como Avidieno, que no comía más que aceitunas de cinco años y cornejos silvestres, y no bebía más que vino picado y aceite ácido; pero tampoco hay que ser sibarita, hasta el punto que te conviertas en. el hazmereír de todos, por la inmensidad del rodaballo que sacas entero sobre una fuente que no cabe en la mesa, y te has arruinado para pagarlo, de forma que no te queda más dinero que el indispensable para comprarte el cordel con que te vas a ahorcar. Lo mejor es hacer como Ofelo, nutrirte y ser parco a un tiempo; con eso proteges tu salud y madru gas a la mañana siguiente hábil para el trabajo.504 E ntre los manjares predilectos estaba la ubre de cerda (sumen) 505, el jabalí 506, las aves más raras, las ostras, los pescados más grandes, y uno de los ingredientes más caros, el garum, preparado con las visceras de la caballa (scomber), elaborado en la famosa fábrica de Cartagena (garum sociorum), que resultaba muy caro. Así, Marcial 507: R e c ib e e s te r ic o g a ró , r eg a lo d a v ía c o le a .
co sto so
de
la p rim era
san gre d e l e sc o m b r o q u e
to
Marcial 508 dedica sendos dísticos a cada uno de los alimentos y vinos más co nocidos, expresando ligeramente su aprecio y el uso que de ellos se hacía, desde la 5 0 4 . S o b r e lo s e fe c to s d e la s g r a n d e s c en a s a la m a ñ a n a s ig u ie n te , c f. C ic. P h i!. 2 , 6 3 , A d Senat. 13 ; In Pis. 2 5 ; Brut. 1 5 7 , M a cr o b . Saturn. 3 , 1 6 , 4 4 e n d e fe n s a d e !a le y Fannia Sumptuaria d e l a ñ o 1 6 1 a. C . E l a m b ie n te d e la s g r a n d e s c en a s e s ta n a r tificia l q u e lo s q u e co n c u r re n c o n fr e c u e n c ia a e lla s s e in u tiliz a n para lo s tr .b a jo s d e l F o r o (C ic . ro C el. 6 7 ). 5 0 5 . M a rtia l. 1 3 , 4 4 . 5 0 6 . E l aper, c o m o d ic e J u v e n a l (1 , 1 4 0 -1 ): « a n im a l p r o p te r c o n u iu ia n a tu m » , era d e su m o g u s to p a ra lo s r o m a n o s, c o m o v e m o s e n P lin io ( N .H . 8 , 5 0 , 7 8 ); H o r a c io (Sat. 2 , 8 , 6 ; 2 , 3 2 3 4 ). S e g ú n P lin io (N . H . 8 , 5 1 , 7 8 ) y V a r r ó n (R. R. 3 , 1 3 ), lo s r o m a n o s c ria b a n ja b a líe s e n gran d es e x te n s io n e s cerradas d e s u s v illa s e in m e n s o s c o to s , y lu e g o lo s cazab an p a r a lo s c o n v ite s . E l ja b a lí m á s a p r e cia d o e s e l q u e v ie n e d e la U m b r ía , c e b a d o c o n b e llo ta s: « E s e d o b la rá tu s g r a n d e s fu e n te s ; e l d e L a u r e n to , a lim e n ta d o c o n o v a s y c a ñ a s, e s in s íp id o » , d ic e H o r a c io , Sat. 2 , 4 , 4 0 -2 . P lin io c u e n ta c ó m o s e p u s o d e m o d a e l jab alí: « Y a C a tó n e l c e n so r , e n su s d isc u r so s, rep ro ch a b a a su s c o n te m p o r á n e o s e l a fá n p o r lo s lo m o s d e ja b a lí. S e d iv id ía e l a n i m a l e n tr e s p a r te s, p e r o n o se s e r v ía m á s q u e l1 c e n tr o , q u e se lla m a b a c o stilla s o lo m o s . E l p r im e r r o m a n o q u e p r e se n tó e n su m e sa u n ja b a lí e n te r o fu e P . S e r v ilio R u fo , p a d re d e l q u e p r o p u so la s le y e s agrarias e n e l c o n s u la d o d e C ic er ó n , y h o y e s e n tr e n o s o tr o s c o sa c o m ú n . L o s a n a le s h a n n o ta d o c o m o c o sa v e r g o n z o s a en p r e se n ta r h a s ta tres ja b a líes e n te r o s , n o para to d a la c o m id a , s in o c o m o p r im e r p la to » . 5 0 7 . M a rtia l. 1 3 , 1 0 2 , y e n e l 1 0 3 h a b la a sí e l Am phora Muriae: « A n tip o lita n i, fa te o r , su m filia th y n n i: e ss e m s i sc o m b r i, n o n tib i m issa fo r e m » . EI p r e c io d e lo s c o n d im e n to s d e la s c o m id a s lo s fija a sí D io c le c ia n o e n su d e c r e to d e l a ñ o 3 0 1 (c fr . n o ta 1 1 8 ). U n id a d , e l s ex ta rio : a c e ite p rim era c a lid a d , 4 0 d e n a r io s; s eg u n d a c a lid a d , 2 4 ; tercera c a lid a d , 8 ; v in a g r e , 6 ; sa lsa d e p e s c a d o , 1 6 y 2 2 ; sa l, 1 0 0 ; sal a rom atizad a, 8; m ie l d e p rim era c a lid a d , 4 0 ; d e se g u n d a , 2 4 ; m ie l d e d á tile s, 8. 5 0 8 . M a rtia l. 1 3 , 5 -1 2 5 .
L a comida ordinaria
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pimienta hasta los vinos generosos, los perfumes y las .cosas de que debían pro veerse los invitados.509 Los convites entre amigos procedían con la mayor naturalidad, sin ostentacio nes de lujos, ni de grandes dispendios. Lamayor parte de losmanjares que pre sentaban procedían de sus fincas. Era natural que altener invitados hicieran algo de extraordinario. Dice Juvenal: «En los días de fiesta, como por ejemplo en el día del natalicio, está bien poner a los invitados el lomo colgado, jamón y carne» 51°. Horacio presenta a Ofelo, labrador honrado, diciendo: En los días de trabajo como verduras con pata de cerdo; pero cuando tengo algunos convidados «el ve cino invitado come bien, no pescados traídos de la ciudad, sino pollo y cabrito; luego las uvas colgadas y las nueces nos sirven de postre, juntamente con los higos partidos por la m itad»511; después se.bebe a gusto de cada cual, hasta que el vino quita las preocupaciones de la vida. Una cena con invitados, es decir, un convite, constaba de tres p artes512: a) El gustus o gustatio, esto es, los aperitivos o entremeses, en que no faltaban los huevos duros, por los que se comenzaba siempre; de ahí la expresión cena recta, ab ouo usque ad m ala513; las olivas o aceitunas, que, según Marcial 51\ abren y cierran la comida. En un convite que prepara el poeta jocosam ente515 servirá en el gustus: lechuga, melón, puerros, atún (cordyla) y huevos recubiertos con hojas de ruda, croquetas y olivas del Piceno. También presentaban todo lo que creían que excitaba el apetito, como la col de diversas formas, nabos, alcachofas, acederas, tru fas, champiñones, ostras crudas o cocidas o en vinagre, pescado salado, etc. Bebían mulsum, vino en que se había disuelto miel, pero algunos ya hacían la gustatio con Falerno, como dice P etronio.516 b) Prima mensa, llamada propiamente cena, se componía de variedad de pla tos, y cada uno de ellos se llamaba ferculum o cena; por lo tanto, dentro de esta 509. 510.
M a rtia l. 1 3 , 1 2 6 -7 . I u v e n a l. 1 1 , 8 2 , 5 ; c f. P e r s. 6 , 1 6 7 -7 0 : « . . . m i h i fe s ta lu c e co q u a tu r urtica e t fis s a fu m o s u m s in c ip u t au re». 5 1 1 . H o r . Sat. 2 , 2 , 1 1 8 -2 5 . 5 1 2 . E x a g e r a n d o e n to d o lo q u e p r o p o n e e n e s t e c o n v ite , M arcia l d is tin g u e la s tres par te s d e la cen a : « G u s tu p r o tin u s h a s e d e s i n ip s o , h a s p rim a fe r e t a lte r a u e c en a , h a s cen a tib i te r tia r e p o n e t, h in c seras e p id ip n id e s p a r a b it» (1 1 , 3 1 , 4 -7 ). Epidipnis, s e g ú n in d ic a la p a la b ra , e s to d o lo q u e s e s ir v e d e s p u é s d e h a b er c e n a d o . D ic e P e tr o n . (6 9 ): « E p id ip n is e s t alla ta , tu r d is, s ilig in e , u u is p a sis, n u c ib u s q u e fa r tis» . A I p r in c ip io n o h a b ía m á s q u e d o s s e r v ic io s (C a to , e n S e r v . ad Aen. 1, 6 3 7 ), p e r o lu e g o n o r m a lm e n te h a b ía tres y e n c a so s e x c e p c io n a le s h a sta s ie t e y m á s (I u v e n a l. 1 , 9 4 ). L a cen a c o m en za b a sie m p r e c o n u n a in v o c a c ió n a lo s d io r e s (Q u in til. Decl. 3 0 1 ); e ig u a lm e n te al term in ar se o b s e q u ia b a a lo s P e n a te s (V ir g . Aen. 8 , 2 8 3 ; S erv . ad Aen. 1, 7 3 0 ; P e tr o n . 6 0 ). 5 1 3 . H o r . Sat. 1, 3 , 6-7 ; S u et. Aug. 7 4 ; Dom itian. 7 ; M a rtia l. 2 , 6 9 , 7 ; 7 , 2 0 , 2 ; 8 , 5 0 , 10. 5 1 4 . M a rtia l. 1 3 , 3 6 , b a jo e l e p íg r a fe d e Cistella oliuarum: « H a e c q u a e P ic e n is u e n it s u b d u c ta tr a p e tis in c h o a t a tq u e e a d e m f in it o liu a d a p es» . 5 1 5 . M a rtia l. 1 1 , 5 2 , 5 -1 2 . 5 1 6 . P e tr o n . Satyr. 2 1 y 2 3 . L o s p r e cio s d e l v in o , s e g ú n e l d e c r e to d e D io c le c ia n o , eran é s t o s , r e fir ié n d o n o s sie m p r e al se x ta r io ( = m e d io litr o ). C o sta b a n 3 0 d e n a r io s e l 's e x t a r io d e l v in o p ic e n o , d e T ib u r , s a b in o , a m in e o , s e tin o , so r r e n tin o , fa le r n o ; v in o a ñ e jo o r d in a r io , 2 4 e l m e jo r y 15 e l d e s eg u n d a c la se ; v in o r ú s tic o , 8 ; c e r v e z a , 4 ; cerveza e g ip c ia , 2; v in o d u lce m e o n io , 3 0 ; v in o d o r a d o d e l A tic a , 2 4 ; m o s to c o c id o , 1 6 ; m o s to c o c id o c o n c e n tr a d o , 2 0 ; v in o a r o m a tiz a d o , 2 4 ; v in o d e ajen jo , 2 0 ; v in o r o sa d o , 2 0 .
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L as comidas
prima mensa podía haber prima, secunda, tertia, etc., cena. En esta parte se bebía el vino que cumplía a cada cual para acompañar a los manjares. El plato fuerte se llamaba caput cenae517 o fundus, fundamentum cenae. 518 c) Secunda mensa, los postres, frutas, dulces. Todo lo que se presentaba como postres entraba en el nombre genérico de bellaria. Dice Varrón: «Bellaria sobre todo son los dulces que no· resultan demasiado empalagosos, porque no va bien la digestión con los pasteles» sl°. E incluso los vinos dulces en las comedias antiguas, dice Gelio, se llamaban Liberi bellaria 520, y entre los dulces el legisperito Paulo incluye, además de los vinos dulces, los dátiles, higos secos, uvas pasas, y algunos, nos dice, incluyen también las demás fru ta s521. Todo esto se llamaba también, como hemos dicho, epidipnis, o, con nombre más ordinario, comissatio.
5 1 7 . C ic. Fin. 2 , 2 5 ; M a rtia l. 1 0 , 3 1 . S e lla m a b a fercu lu m u n a gran b a n d e ja e n q u e se in tr o d u c ía n e n e l c o m e d o r to d o s lo s p la to s q u e fo rm a b a n u n s e r v ic io o m issu s (P e tr o n . 2 5 ; 3 5 ; 3 9 ; 4 6 ; S en e« a . E p . 9 5 , 1 9 y 2 8 ; 1 2 2 , 3 ; N a t. Q u aest. 4 , 1 3 , 6; P lin . N . H . 3 3 , 4 7 , 2 ). C u a n d o C a tó n o p o n e a la s u n tu o sid a d m o d er n a la tem p la n za a n tig u a , d ic e q u e e n lo s p r i m e r o s tie m p o s n o h a b ía m á s sala d e c o m e d o r q u e e l a tr io , y e l b a n q u e te m ás s u n tu o s o n o e x c e d ía d e d o s fercu la (S er u . a d A e n . 1, 7 2 6 : « E t in a tr io e t d u o b u s fe r c u lis e p u la b a n tu r an tiq u i» , e ib . 6 3 7 ); e s d e c ir , d e d o s p la to s , p o r q u e e l c o n te n id o d e cada u n o ya era u n se r v ic io . P o r u n p la t o lo e n tie n d e S é n e c a (Q u a est. N at. 3 , 1 8 , 2 ; H o r . Sat. 2 , 6 , 1 9 4 ), lo cu al n o im p id e q u e e n e so s p la to s p u d ie ra n ir' v a r io s a lim e n to s c o m b in a d o s. P e r o e l lu jo c r e c ie n te lle g a b a h a sta s ie t e fercu la y m ás (I u v e n a l. 1, 9 4 ; L a m p r. E legab. 3 0 : « E x h ib u it a liq u a n d o e t ta le c o n u iu iu m u t h a b er e t u ig in ti e t d u o fe r c u la in g e n tiu m e p u la r u m ...» ) . S e alab a la m o d er a c ió n d e A u g u s to , q u e d e o r d in a r io s e c o n te n ta b a c o n tr e s fercu la y e x c e p c io n a lm e n te lle g a b a a s e is (S u e t. A u g . 7 4 ), a u n q u e é l d e o r d in a r io n o c o m ía n a d a d u ra n te lo s b a n q u e te s. C ada fercu lu m s e in tr o d u c ía h a c ie n d o u n a f ie s t a e sp ec ia l: « m o r e p o m p a e in te tr a s ty lu m fe r c u la ... tr a n s ie r u n t» , s e d ic e en A ct. A r v . (e d . H e n s e n , p p . 2 7 y 3 5 ); h a c ie n d o g r a n d e s a sp a v ie n to s y g e stic u la c io n e s, lo s sir v ie n te s q u e lo in tr ó d u c ía n , y a p la u d ie n d o y c e le b r á n d o lo c o n gran jo lg o r io , lo s c o m e n s a le s . C u a n d o la v a jilla in tr o d u c id a p esa b a d e m a sia d o , e n v e z d e l fercu lu m la p r e se n ta b a n e n u n a carroza m á s s o le m n e lla m a d a re p o sto riu m (P e tr o n . 3 5 ; 3 6 ; 4 0 ; 4 9 ). 5 1 8 . G e ll. 1 7 , 8 , 2 . P ara c o n d im e n ta r la s le g u m b r e s y las carn es e m p le a b a n lo s a n tig u o s i u n a salsa o liquamen q u e c a u sa b a s u s d e lic ia s; era e l garus (o garum) (M a r tia l. 7 , 9 4 , 2; 11 , 2 7 , 2 ; 1 2 , 1 0 2 ; G a le n . A lim . Fac. I I , p . 5 8 6 , e d . K ü h n ; A p ic . 7 , 8 ). D e b ía d e te n e r c ie r to p a r e cid o c o n n u e s tr o s ju g o s d e a n c h o a s. S e c o n fe c c io n a b a c o n la s trip as y otra s p a r te s d e p e s c a d o s m e z cla d a s c o n p e c e c ito s e n te r o s q u e s e sa la b a n y s e e x p o n ía n á l s o l d u r a n te varias sem a n a s, o s e s o m e tía n al fu e g o para a celera r s u p rep a ra ció n ; a lg u n o s ech a b a n ta m b ié n v in o (M a r tia l. 7 , 2 7 , 8 ). C o m o e s n a tu r a l, h a b ía d iv e r sa s fó r m u la s: u n o s e h a c ía d e la s trip a s d e lo s p e sca d o s m e z cla d a s c o n ' o t r o s p e c e c ito s p e q u e ñ o s , c o m o a n c h o a s, sa lm o n e te s , e tc . O tr o tip o , e l d e B itin ia , se c o n fe c c io n a b a c o n c a b a lla s, muria y alex. O tr a e sp e c ie , lla m a d a baimátion, se p rep a ra b a c o n lo s d e s p e r d ic io s d e lo s a tu n e s, a ñ a d ié n d o le s san gre y o tr o s ju g o s q u e d e s p r e n d e n lo s p e c e s. E s t e era e l c o n sid e r a d o garum d e m e jo r c a lid a d (M a n il. Astron. 5 , 6 7 1 ). P lin io lla m a garum u n exquisitus liquor, q u e p o r o tr a p a r te d e fin e putrescentium sanies (N . H. 3 1 , 4 3 ). S u b u en a fa m a te n ía ta m b ié n e l garum sociorum, c o m o s e llam ab a e l fa b ric a d o e n E s pañ a, s o b r e to d o c o n la c a b a lla d e C a rta g en a (S e n e c a , Ep. 9 5 , 2 5 ); e l garum arcanum ; e l garum foecosum, q u e d e b ía ser ta m b ié n d e C a rta g en a (M a r tia l. 7 , 2 7 , 8; 1 3 , 1 0 2 , 2 ) . E n e l fo n d o s o n ju g o s fo r m a d o s c o n lo s d e s p e r d ic io s d e lo s p e c e s esc a b e c h a d o s. E l alee (alex o haléx) era e l r e s id u o d e e s to s in g r e d ie n te s d e lo s q u e s e h a b ía sa ca d o e l garum; d á n d o se ta m b ié n e s te n o m b r e a u n garum h e c h o d e a lm eja s, d e e r iz o s , q u isq u illa s , la n g o s tin o s, a c a le fo s, h íg a d o s d e s a lm o n e te s , e tc . (P lin . N . H. 3 1 , 4 3 ). A l garum s e le a tr ib u ía n c u a lid a d e s m u y sa lu d a b le s, c o m o e l e x c ita r e l a p e tito , fa c ilita r la d ig e s tió n (A p ic . 1, 3 4 ), e in c lu s o lo s m é d ic o s te n ía n su s receta s d e garum c o m o m e d ic in a (A e tiu s , 3 , 8 2 ; 1 6 , 1 2 1 ; M arc. E m p . 3 0 ). 5 1 9 . V arr. e n G e ll. 1 3 , 1 1 , 6 -7. 5 2 0 . G e ll. ib. 5 2 1 . P a u l. Sent. 3 , 6 , 7 7 ; e s c u r io sa la e x p r e s ió n d e C ic e r ó n (Fam. 1 6 , 2 1 , 7 ): s u lib e r to T ir ó n h a c o m p r a d o u n a fin ca (praedium ); d e s p u é s d e d a rle la e n h o r a b u en a , l e d ic e graciosa m e n te : m e p a rece v e r te co m p ra r lo s a p e r o s d e la b ra n za , h a b la r c o n e l uillicus, « . . . i n la c in ia ser u a n te m e x m e n s a sec u n d a se m in a » , « g u a rd a r en u n sa q u ito la s sem illa s d e la s fr u ta s» .
L a comida ordinaria
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Iusta cena era la que comenzaba y terminaba a su debido tiempo; excluía, na turalmente, la comissatio. Las cenas que se alargaban más del tiempo necesario para comer se llaman tempestiuae 522, y entre amigos se alargaban por el gusto de estar juntos y por el interés de las conversaciones que se suscitaban 523. Las que duraban toda la noche hasta el amanecer se llamaban cenae antelucanae. 524 9.
Presentación de algunos menús
Conservamos varios menús de cenas: Marcelo en Macrobio 625: Cena haec fuit: A nte cenarn (aperitivos): erizos de mar, ostras, pelóridas, tordo, espárragos, etc. In cena: ubre de cerda, cabeza de jabalí, pescados, etc. Marcial 526: Sí quieres hacer penitencia conmigo no te faltarán ligeras lechugas y pesados puerros, huevos partidos, col tierna y fresca, salchichas sobre blanquísi mas gachas, y judías pintas con tocino magro. De postre se te servirá uva, peras, castañas asadas, todo con vino corriente. Si quieres tomar algo más tendrás olivas, garbanzos cocidos y altramuces calientes. La cena es corta, pero luego podrás des cansar. No te molestará el dueño con la lectura de un grueso volumen, ni te distrae rán las muchachas de Cádiz con sus procacidades. Tu descanso lo arrullará el so nido de una delicada flauta... M arcialm , siete comensales que caben en el sigma: Aperitivos: malvas y hortalizas: lechuga, puerros, menta, rábanos, y atún. Cena: cabrito, albóndigas, habas, col, pollo y jamón. Postres: frutas y vinos. Chistes sin malicia, ni torcidas intenciones. Un convi dado disertará sobre el color verde y el verde claro. Juvenal528: a) Menú de Curio Dentado: Hortalizas cocidas que el mismo cogía en el huer to; cosa que hoy, agrega el poeta, no quieren ni los esclavos que cavän el campo atados. Pero cuando en los días de fiesta tenía invitados Curión: descolgaba los lomos curados que tenía en la despensa, y servía tocino veteado y carne fresca. Las mesas eran sencillas y de madera del país; cuando había que cortar algún nogal se aprovechaba para hacer una buena mesa para el com edor.529 b) Menú de los senadores que en otro tiempo se tuvo por lujoso: todos los alimentos proceden de la hacienda propia: cabrito de leche, espárragos camperos, huevos, pollo, y postres: uva, peras y manzanas.630 C ic . “Senect. 4 6 . C ic. Senect. 4 5 ; v . A tt. 9 , 1; 9 , 1 3; Arch. 1 3 ; Muren. 13; Verr. 3 , 6 2 ; Sen eca, Ira, 2 , 2 8 . 5 2 4 . C ic. Cal. 2, 22. 5 2 5 . M a c r o b . Saturn. 2 , 9. Y a h e m o s v is to e n u n a n o ta a n ter io r , 4 4 0 , d o s m e n ú s p r e se n ta d o s p o r P lin io (E p . 1, 1 5 , 2 -3 ). 526. M a rtia l. 5 , 7 8 ; 5 , 9 8 ; 1 1 , 5 2 . 527. M a rtia l. 1 0 , 4 8 . 528. I u v e n a l. 1 1 , 7 8 ss. 529. I u v e n a l. 1 1 , 1 1 7 -9 . 5 3 0 . I u v e n a l. 1 1 , 6 5 -7 7 . N o m e r ec e la p e n a d e p r o p o n e r la c o m id a d e u n avaro, p u e s to q u e e sta m o s h a b la n d o d e c o m id a s o r d in a r ia s, q u e s e h a c ía n reg u la r m e n te ; c f. I liv e n a l. 14 , 1 2 6 -3 4 , y M a rtia l. 1, 1 0 3 . O tr o s , p o r e l c o n tr a r io , se arru in ab an para sie m p r e p o r e l afán d e c o m e r b ie n y h a cer o s te n ta c ió n d e e llo d e la n te d e su s c o n v id a d o s, c o m o lo s q u e p r e se n ta J u v e n a l (1 1 , 4 -4 9 ). S e n e c a , A d H elu. 1 0 , 4 -5 , h a b la d e lo s q u e g a s ta n en u n a cen a u n a ca n tid a d sim ila r al tr ib u to q u e c o b ra R o m a p o r tres p r o v in c ia s; d e A p ic io , q u e se arru ina p o r lo s lu522. 523.
L as comidas
260
Plauto 531 presenta un banquete que se preparan unos cuantos siervos: nueces, habas, higos, olivas adobadas, altramuces, bocados de tarta...; cada uno, dicen ellos, según sus posibilidades. Séneca, que conoció las locuras y los despilfarros de los banquetes romanos, recomienda la mayor sencillez en los manjares 532; pero ve la ridiculez de ciertos magnates, que para gozar más de sus mesas hacen algunos días una penitencia ex traña para sentir lo que es ser pobre y disfrutar más intensamente no siéndolo: «Eligen ciertos días, cuando los oprime el tedio de las riquezas, en que comen en el suelo, y· en lugar.de la vajilla de oro y de plata usan la de tierra cocida. ¡Insen satos! Pero están siempre temiendo lo que de cuando en cuando desean» 533. A esto llamaban pauperis celia. 534
II I . 1.
LOS BANQUETES
Nueva orientación de las cenas
Las cenas opíparas eran efecto de los gustos extragados y del afán de ostenta ción, propios de tiempos decadentes. Así como los convites de que antes hemos ha blado eran un medio excelente de practicar la familiaridad y la amistad, y una bue na ocasión de hablar tranquilamente de política y de mil temas que difícilmente se podían tratar sin esa tranquilidad que ofrecía la cena, estas orgías, que queremos distinguir con el nombre de banquetes, o festines, eran un cúmulo de ocasiones para excitar la voluptuosidad y de sumergirse en un ambiente de lascivia y de co rrupción. Ya no era el comer; era el pasar la noche en una serie de liviandades y bagatelas que manifestaban la inmoralidad en que Roma estaba sumergida y la precipitaba aún más hondamente hacia su ruina. Sentían como un cierto afán de llevar gran número de invitados a su mesa para que pudiera ser admirada por muchos su opulencia y celebrado el lujo de su vida 535. jos d e la c o m id a (ib . 1 0 , 8 -9 ); N e r ó n , e n u n a s o la c en a , g astab a h a sta cu a tr o m illo n e s d e s e s tercio s (S u e t. Ñ ero , 2 7 , 3 ). V ite lio , « n u m q u a m m in u s c e n tu m s e s te r tiis c e n a u it, h o c e s t a r g en ti lib ras tr ig in ta . A liq u a n d o a u tem tr ib u s m ilib u s s e s te r tiu m c e n a u it o m n ib u s s u p p u ta tis q u ae im p e n d it» (A e l. C a p ito l. V ite ll. 2 5 ). 5 3 1 . P la u t. S tich . 5 8 4 ss. 5 3 2 . S e n e c a , E p. 1 1 0 , 1 2-3. 5 3 3 . S e n e c a , A d H elu . 1 2 , 3. 5 3 4 . C f. M a rtia l. 3 , 4 8 : « P a u p e ris e x tr u x it c e lla m , s e d u e n d id it O lu s p ra ed ia : n u n c c e lla m p a u p e r is O lu s h a b et» . C f. ta m b ié n S en eca , E p . 1 8 , 7 : « p a u p e r u m c e lla s» , r e c o m e n d a n d o las p r o lo n g u e c u a tr o o seis d ía s para saber q u é s o n d e v erd a d . 5 3 5 . M a rtia l. 1 1 , 3 5 , 1; 1 1 , 5 5 . E sta m a n ía d e in v ita r a s u m e sa , p o r p r e su n c ió n , la cen su ra ta m b ié n S e n e c a e n D e tran qu ill. 7 , 2 : « P u to in t e lle g is m u lto m in u s ad e o s itu r u m , q u i cu m am icoru m o ff ic iis p a ria m e n s a fa c iu n t, q u i fe r ic u la p r o c o n g ia r iis n u m e r a n t, q u a si in a lie n u m h o n o r e m in te m p e r a n te s sin t: d e m e illis te s te s sp e c ta to r e s q u e , n o n d e le c ta b it p o p in a secreta » . M arcial s e q u eja , y c o n r a zó n , d e la s tr e sc ie n ta s m e sa s q u e lle n a A n n io e n su s b a n q u e te s: « C u m m e n sa s h a b e a t fe r e tr e ce n ta s, p r o m e n s is h a b e t A n n iu s m in istr o s; tr a n sc u r ru n t g a b a ta e u o la n tq u e la n c e s. H a s u o b is e p u la s h a b e te , la u ti: n o s o ffe n d im u r a m b u la n te c e n a » (7 , 4 8 ).
L o s banquetes
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Por otra parte, los invitados podían llevar sus «sombras», es decir, sus amigos o parásitos, con lo que el número de comensales crecía enormemente. 2.
Antes de sentarse a la mesa
Los invitados llegaban con bastante anticipación a la casa 536. Conforme iba en trando cada uno, los esclavos le recogían la toga y los zapatos, y le presentaban una síntesis, que se ponían sobre la túnica y luego se llevaban a casa. Se les ofrecía un baño caliente y perfumado, o, si lo preferían, los esclavos les lavaban los pies, se los perfumaban y los calzaban con unas ligeras sandalias. Cada cual traía consigo su servilleta para secarse las manos y envolver en ella porciones de comida para que participaran también sus parientes o amigos, o lle varse provisiones para sí mismo para días sucesivos. Marcial dice que Hermógenes no llevaba servilleta; pero robaba luego el m antel.537 Iban pasando a una dependencia en que el dueño de la casa había preparado una exposición de su mejor vajilla sobre bufetes y aparadores. Es natural que los llegados, que esperaban una buena cena, ponderaran la cantidad, la riqueza y el arte con tanta más fuerza y sobreabundancia de palabras cuanto menos sentían lo que decían. El señor de la casa iba haciendo la historia de alguna de sus piezas. Marcial se burla de esta manía: «Nada hay más insoportable que los vasos origina les del viejo Aucto; yo prefiero los vasos moldeados con tierra de Sagunto» 53e. «Mientras pondera este charlatán la noble antigüedad de su vajilla de plata, hace a sus vinos tan añejos como a su inventor. Estas copas, dice él, se usaron en la mesa de Laomedonte, y por poseerlas levantó Apolo los muros de Troya, al sonido de la lira. Por esta copa se batió el feroz Reto con los Lapitas; ya sabéis lo mal que le fue. De estos dos vasos se dice que pertenecieron al viejo Néstor: la paloma que lo decora está gastada por el pulgar del rey de Pilos. Mirad esta taza; en ella el hijo de Eaco vertió el vino larga y generosamente para sus amigos. En esta patera brindó la hermosa Dido por la salud de Bíticis, en la cena que ofreció al héroe fri gio. Y cuando hayáis admirado estas antigüedades cinceladas, os dará a beber en la copa del viejo Príamo, ún vino reciente como Astianax» 539. Y en otro epigrama el mismo Marcial: «Todo cuanto brilla en esta sala, digna de Parrasio, se ofrece a nuestros dioses y a nuestros ojos. El mismo Júpiter se admira de tanto lujo. Estos vasos son dignos de que Ganimedes sirva en ellos el vino a Júpiter Tonante. Todos nos sentimos felices con Júpiter; pero ¡ah! Todos nos quedamos tan pobres como é l» .540 Después de esta espera en que además re presentaban unos a otros los invita dos, se encontraban de nuevo, o hacían nuevas amistades, entraban en el salón del 5 3 6 . C u a n d o O v id io , A r s A m . 3 , 7 5 1 -4 , r ec o m ie n d a lle g a r u n p o c o tard e, n o s e o lv id e q u e se r e fie r e a la s m u jeres q u e p r e te n d e n algo: « S era u e n i p o s ita q u e d e c e n s in c e d e lu c e r n a ; grata m ora u e n ie s ; m a x im a le n a m ora e st. E ts i tu rp is e ris, fo r m o sa u id e b e r e p o tis e t la te b r is u itiis n o x d a b it ip s a tu is» . 5 3 7 . M a rtia l. 1 2 , 3 8 ; e n 7 , 2 0, h a b la d e o tr o g lo tó n q u e r o b a e n la c e n a y lu e g o lo v e n d e . C f. tip o s d e g o r ro n es, M a rtia l. 2 , 1 4 ; 5 , 5 0 ; y p a r á sito s id . 5 , 4 7 ; 7 , 54 , 5 3 8 . M a rtia l. 8 , 6 . D ic e P e tr o n . Satyr. 3: lo s q u e s o n in v ita d o s d ic e n lo q u e agrada a lo s d e m á s, s o b r e to d o al a n fitr ió n . C f. M a rtia l. 1 4 , 1 0 8 , y I u v e n a l. 5 , 2 5 . L o s v a so s d e S a g u n to eran ta m b ié n m u y c eleb ra d o s en las m esa s rom anas. 5 3 9 . M a rtia l. 8 , 6. 5 4 0 . M a rtia l. 1 2 , 15.
L as comidas
262
festín, para lo que había que observar ciertas etiquetas, que describe así Petronio en la cena de Trimalción: «Cuando nos disponemos a entrar en la sala del ban quete, un esclavo, comisionado para ello, gritó: ¡Con el pie derecho!... Reinó en tre nosotros la confusión, temiendo que alguno de los convidados contraviniera aquella orden»541. Una vez acomodados en los divanes, los siervos camareros pre sentaban agua para lavarse las manos y otros terminaban de limpiar los pies, perfu mándolos de nuevo.542 3.
En la mesa: modales debidos
En la mesa hay que observar un complicado código de urbanidad, si no se quie re pasar por corto o ineducado. Luciano describe así la torpeza de un filósofo ins truido en su ciencia, pero ignorante de las exigencias de la vida, que ha sido invi tado a la mesa de un opulento: T ú crees q u e e stá s e n e l p a la c io d e J ú p ite r , t e ad m iras d e to d o , le v a n ta s s in cesar la ca b eza , t e so rp re n d e to d o , to d o te r esu lta d e sc o n o c id o ; e n tr e ta n to lo s e sc la v o s n o te q u ita n lo s o jo s d e e n c im a , y ca d a u n o d e lo s c o m e n s a le s e sp ía tu s a c c io n e s. E llo s a d v ie r te n tu a so m b r o , se r íe n d e tu a tu r d im ie n to , y d e d u c e n q u e n o h as c o m id o n u n ca e n casa d é u n r ic o , p o r q u e e l u s o d e la se r v ille ta te resu lta in s ó lit o . E llo s d isfr u ta n , p o r su p a rte, al v er tu p e r p le jid a d , p o r e l su d o r q u e te v ie n e a la cara. T e m u e res d e s e d , y n o te a tr e v es a p e d ir b e b id a ; te m e s d e m o str a r q u e te g u s ta e l v in o . D e to d o s lo s p la to s v a r ia d o s q u e se h a n c o lo c a d o y d is p u e s to s im é tr ic a m e n te d e la n te d e ti, n o sa b e s a c u á l d ir ig ir la m a n o ; te c o n te n ta s c o n m irar d e r eo jo a tu v e c in o , d e to m a rlo p o r m o d e lo y d e a p re n d e r d e é l e l c o m p o r ta m ie n to e n u n a c o m id a ... P e r o lle g a e l m o m e n to d e lo s b r in d is. E l d u e ñ o p id e u n a gran c o p a , te sa lu d a lla m á n d o te su m a e str o o c o n c u a lq u ie r o tr o tít u lo . T ú r ec ib es la c o p a , p e r o t e v e s e n u n a p u ro , y n o sa b e s q u é r esp o n d e r. C o n e llo te g an as la r ep u ta c ió n d e u n h o m b r e m a l e d u ca d o .
4.
Diversos servicios según la condición de los invitados
E n un principio se presentaban los platos hechos, como en Grecia, y luego esto evolucionó de una forma verdaderamente extraña. No solamente los lugares eran ocupados por las personas según sus categorías, sino que incluso se les servían di versos manjares. .Marcial se queja a Póntico de que, cenando con él, no cena pro piamente con él, porque toma otros condumios: S i m e in v ita s a cen a r, ¿ p o r q u é n o s e m e d a n lo s m is m o s m an jares? T ú c o m e s ostra s, y a m í m e d a s a lm eja s d e la s p e o r e s ; tú to m a s c h a m p iñ ó n y a m í m e p r e se n ta n h o n g o s d e e stié r c o l d e c er d o s; a ti te s ir v e n r o d a b a llo y a m í p e q u e ñ a s d orad as; a ti te p r e se n ta n d o r a d o s m u slo s d e tó r to la y a m í u n a p ic a z a m u erta e n u n a c u e v a . 543
La Sátira 5 de Juvenal está dedicada toda ella a ponderar los desprecios que en los convites se hacían a los invitados pobres, a quienes se llevaba a veces para que no quedara ningún sitio vacante 544. Ni la vajilla, ni los vasos, ni el vino, ni los manjares eran lo mismo que los que ponían delante de los ricos.545
5 4 1 . P e tr o n . Sat. 3 0 . 5 4 2 . P e tr o n . 3 1 . 5 4 3 . M a rtia l. 3 , 6 0 . 5 4 4 . I u v e n a l. 5 , 17. 5 4 5 . I u v e n a l. 5 , so b r e to d o lo s v e r so s 3 1 -4 1 ; 5 1 -5 5 ; 6 6 -7 5 ; 8 0 -9 1 ; 9 9 -1 0 6 ; 1 1 1 -1 1 9 ; 1 4 6 -1 6 0 ; 1 6 5 -1 7 3 . E l d o c u m e n to m ás c o m p le to e n e s te s e n tid o lo te n e m o s e n P lin io , E p. 2 , 6 : « C . P li-
Los banquetes
5.
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Lujo en los manjares y en la vajilla
Por lo demás, los siervos camareros trinchaban los manjares (structor, scissor, carptor) que se presentaban enteros, como los grandes peces y los animales, y se partían a la vista de los invitados, a quienes se servía cuanto deseaban, natural mente de las partes mejores (pulmenta). Para esta operación había otras mesas adi cionales (repositoria), en las que se colocaban los platos antes de ponerlos en la mesa propia del triclinio. Esta solía ser muy valiosa y los ricos hacían ostentación de ellas cambiándolas a veces a cada servicio, lo mismo que los tapices de los triclinios. Dice Juvenal 546: Nuestros ricos no sacan sabor a la cena, ni al rodaballo, ni al gamo, y creen que apestan los ungüentos y las rosas si las grandes mesas no están sostenidas por un enorme pie de marfil: y un leopardo rampante con la boca abierta, y lanzando los bramidos temerosos que emiten por la puerta de Siene, los ágiles moros, o los in dios más negros que los moros, cuando el elefante los ha dejado en el bosque de Nabatea porque eran demasiado gruesos y pesados para su cabeza. Esto les da ape tito y les dispone el estómago. Porque para ellos un pie de plata en la mesa sería como un anillo de hierro en su dedo. La máxima ostentación del lujo se hacía en las vajillas, platos, fuentes, vasos, etcétera. La vajilla de los antiguos era sumamente sencilla. Dice Tibulo: A s is tid m e , o h d io s e s , y n o d e s d e ñ é is lo s p r e se n te s d e u n a m e sa p o b r e y d e u n o s v a s o s s e n c illo s d e arcilla: d e a rcilla h iz o s u s p rim era s c o p a s e l la b r a d o r a n tig u o , d e u n d ó c il b a rro la s c o n f ig u r ó .647
Hasta los tiempos de Escipión Emiliano había en todas las casas un salero de plata, y como excepción alguna bandeja del mismo metal. Escipión Emiliano ya poseyó 30 libras de plata labrada; su nieto Quinto Fabio (cónsul en 633/121) ya tenía 1.000 libras; Marco Druso (tribuno de la plebe en 663/11) poseía 10.000.
n iu s A u it o s. L o n g u m e s t a ltiu s r ep e te r e , n e c r e fe r t q u e m ad m o d u m a c cid e rit u t h o m o m i n im e fa m ilia r is cen a re m a p u d q u em d a m , u t s ib i u id e b a tu r , la u tu m e t d ilig e n te m ,· u t m ih i, so r d id u m s im u l e t su m p tu o s u m . N a m s ib i e t p a u cis o p im a q u a ed a m , c eter is u ilia e t m in u ta p o n e b a t. V in u m e tia m p a r u u lis la g u n cu lis in tria g e n e ra d isc r ip se r a t, n o n u t p o te s ta s e lig e n d i, s e d n e iu s e s s e t r ec u sa n d i, a liu d s ib i e t n o b is, a liu d m in o r ib u s a m ic is (n a m grad atim a m ic o s h a b e t) , a liu d su is n o s tr is q u e lib e r tis . A n im a d u e r tit q u i m ih i p r o x im u s rec u m b e b a t e t an p r o b a rem in te r r o g a u it. N e g a u i. ‘T u e rg o , in q u it, q u a m c o n s u e tu d in e m se q u e r is ? ’. ‘E a d e m o m n ib u s p o n o : a d c e n a m e n im , n o n ad n o ta m in u ito c u n c tis q u e r eb u s e x a e q u o , q u o s m e n s a e t to r o a e q u a u i’. ‘E tia m n e lib e r to s ? ’. ‘E tia m : c o n u ic to r e s e n im tu n c , n o n lib e r to s p u t o ’. E t ille 'm a g n o tib i c o n s ta t!’. ‘M in im e ’. ‘Q u i fie r i p o t e s t ? ’. ‘P o t e s t q u ia s c ilic e t lib e r ti m e i n o n id e m q u o d e g o b ib u n t, s e d id e m e g o q u o d lib e r ti’. E t h e r c u le s i g u la e te m p e r e s, n o n é s t o n e r o su m q u o u ta ris ip s e c o m m u n ic a re c u m p lu rib u s. I lla e rg o r ep rim e n d a , illa q u a si in o r d in e m r ed ig e n d a e s t , s i s u m p tib u s parcas, q u ib u s a liq u a n to r ec tiu s tu a c o n tin e n tia q u a m alie n a c o n tu m e lia co n su la s. Q u o r su s h a e c ? N e tib i, o p tim e in d o lis iu u e n i, q u o ru n d a m in m e n s a lu x u ria s p e cie fr u g a lita tis im p o n a t. C o n u e n it a u te m a m o ri in te m e o , q u o tie n s ta le a liq u id in c id e r it, s u b e x e m p lo p raem o n ere, q u id d e b e a s fu g e r e . I g itu r m e m e n to n ih il m a g is e ss e u ita n d u m , q u am istam lu x u r ia e e t so rd iu m n o u a m so c ie ta te m ; q u a e c u m s in t tu rp issim a d isc re ta ac sep arata, tu rp iu s iu n g u n tu r . V a le » . ' 546. I u v e n a l. 11, 1 2 0 -2 6 . 547. T ib u l. 1, J, 3 7 -4 0 . S o b re la v a jilla h a b la V a r r ó n e n L .L . 5 , 1 2 0 -2 4 . C . F a b ricio , c en so r , arrojó d e l c en a d o a C o r n e lio R u fo , d e s p u é s d e h a b er s id o d o s v e c e s c ó n s u l y d ic ta d or, p or te n e r en su casa d ie z lib ra s d e p la ta ( G e ll. 4 , 8 , 7 ).
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Las comidas
En tiempo de Sila había en Roma más de 150 bandejas de más de 100 libras cada una. Al peso de· la plata hay que añadir el labrado y modelado, por el que se pa gaba de 18 a 20 veces más del valor de la materia de que estaba confeccionada. Dentro de la gama de las vajillas de los pobres se destacaban por su dignidad los uasa Saguntina, de barro cocido, pero muy apreciados, lo mismo que los de Samos.548 E n las mesas de los ricos la vajilla solía ser de plata (argentum escarium), lo mismo que los vasos (argentum potorium). Las copas (pocula) eran con frecuencia de cristal, de electro o aleación de cuatro partes de oro y una de plata; de oro, de ónice, de murra (uasa murrhina). Pompeyo Magno fue el primero que introdujo es tos vasos del Oriente en el año 61 a. C. Era una piedra especial veteada en varios colores, predominando el color de púrpura. Su escasez y su fragilidad al trabajarla le daban un valor exorbitante. Plinio habla de un calix murrhinus que había cos tado setenta talentos Me. Sin embargo, en tiempos del Imperio era bastante común el tener algunos vasos de esta materia, según se deduce de Marcial: «Zoilo sirve a los bufones el néctar opimiano en copas de cristal y de murrina» 550. Creían que el vino ganaba mucho en fragancia y sabor al contacto de esta piedra 551. Además estos vasos solían estar labrados con relieves y en este trabajo se malograban mu chas piezas 552; tenían incrustaciones de piedras preciosas, de manera que les pa recía beber en las mismas joyas 553. Marcial pide que se retiren de las mesas esos vasos provocativos y vuelvan los sencillos de los antiguos tiempos S54, y la razón potísima para ello la da Séneca: T e n g o s e d , q u e e s te agua la h a y a tr a íd o d e l la g o p r ó x im o , o q u e la te n g a guardad a e n tr e u n b lo q u e d e n ie v e para c o m u n ic a r le e l fr e sc o a je n o , a la n a tu r a lez a le im p o r ta p o c o . E lla n o cjuiere m á s q u e apagar la s e d , l e e s l o d e m e n o s q u e s e a e n u n v a s o d e o r o , o d e c rista l, o d e p ie d r a m irrin a , o e n c o p a d e T lb u r , o e n la cu e n c a d e la m a n o .555
Tenían platos hondos (catinus) para los manjares líquidos, que tomaban con cuchara (cochlear, lingula), de las que se han conservado diversos ejemplares de va riadas formas; y platos llanos (platina, platella) para los sólidos. Se mantenían en la mano izquierda. Los alimentos se tomaban con los dedos, puesto que el tenedor no lo conocían más que para la cocina, ni usaban tampoco el cuchillo, porque los manjares se los servían convenientemente partidos. Señal de distinción era tomar
5 4 8 . I u v e n a l. 5 , 2 9 ; M a rtia l. 1 4 , 1 0 8 ,. y lo s d e S o r r en to , M a rtia l. 1 4 , 1 0 2 ; m e n o s apre c ia d o s lo s d e A r e z z o y d e la R e c ia , 1 4 , 9 8 y 1 0 0 . 5 4 9 . P lin . N . H . 3 7 , 2 , 18. 5 5 0 . M a rtia l. 3 , 8 2 , 24-5. 5 5 1 . M a rtia l. 1 4 , 1 13: « S i c a ld u m p o ta s, a r d e n ti m urra F a ler n o c o n u e n it e t m e lio r f i t sa p o r in d e m e r o » . C f. ta m b ié n 1 4 , 1 0 9 -1 1 2 ; 9 4 -9 5 ; y d e u n a fo r m a p a r e cid a , L u c a n o , 4 , 3 8 0 , y E sta c io , Silu. 3 , 4 , 5 7 ss: « c r e s c it n o u a gratia B a cc h o » . 5 5 2 . C f. M a rtia l. 1 4 , 11 5 . 5 5 3 . C f. M a rtia l. 1 4 , 9 4 ; id . 1 0 9 (C alices gem m ati): « G e m m a tu m S c h y tic is u t lu c e a t ig n ib u s aurum a sp ic e. Q u o t d ig ito s e x u it is te c a lix !» . J u v e n a l e n u m er a a lg o d e la v a jilla d e u n c ie r to C a tu lo , e n la q u e ab u n d a la p la ta cin c e la d a ( 1 2 , 4 3 -8 ). 5 5 4 . M a rtia l. 1 1 , 11. 5 5 5 . S e n e c a , E p. 1 1 9 , 3 ; so b r e e l agua refresca d a co n n ie v e , c f. M artial. 1 4 , 116-8.
Los banquetes
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los alimentos con las puntas de los dedos, sin llenarse la mano ni la cara de grasa. Regla de urbanidad que nos transmite Ovidio: T o m a lo s m a n ja res c o n lo s d e d o s , h a y cie rta d e lic a d e z a d e l c o m e r, y n o t e e n su c ie s to d a la cara c o n la m a n o g r a s ie n t a .556
La cuchara (ligula, Ungula, cochlear) tenía diversas formas y tamaños, desde la que podríamos llamar «cucharillas de café» hasta los cucharones y cazos para servir y trasvasar los líquidos (trulla). Las que se ponían en la mesa solían ser de plata y con frecuencia se ofrecían en obsequio a los comensales; por eso, en algunas que se conservan se hallan inscripciones como uale, utere felix 557. En varias tumbas se han encontrado cucharas junto a algún plato preparado para el difunto. Como las bebidas se tomaban calientes, era preciso tener utensilios para con servar el vino y el agua a cierta temperatura. En Pompeya y en Herculano se han descubierto preciosos enseres para ello: oenophori para el vino y caldaria para el agua. Para mezclar convenientemente el agua y el vino usaban las cleterrae, cra terae; de ella lo servían en los vasos (paterae, calices, sciphi, etc.) de cada uno por medio de un pequeño recipiente de mango largo, llamado cyathus y trulla. El vino, que se conservaba en tinajas o ánforas embadurnadas con pez, o con hollín de mirra, rara vez salía perfectamente limpio; por eso era necesario filtrarlo (liquare) con el sacculus linteus, saccus, o con el colum uinarium, «colador de me tal», que podía llenarse antes de nieve, consiguiendo con ello tres efectos: limpiarlo, refrescarlo y templarlo con agua.558 En la vajilla y en los vasos, lo mismo que en la comida, les guía el afán de distinguirse y de manifestar un lujo superior al que emplean los demás, para que se hable de ellos y se los tenga por más ricos y espléndidos que los otros. Los dila pidadores — decía Séneca— aspiran a que la gente se pase la vida hablando de ellos. Si nadie comenta su derroche, creen que han perdido el tiempo y el dinero. Les enfurece que algo de lo que hacen escape al comentario público. Son muchos los que derrochan el dinero, muchos los que sostienen amantes: para hacerse fa moso entre ellos no basta con vivir espléndidamente, tirando el dinero; hay que hacerlo, además, de un modo ostentoso, pues el derroche vulgar y corriente no mueve comentarios en una ciudad tan pervertida como ésta. Y Marcial escribe: N o e stá s c o n te n to , T u ca , c o n ser u n e c h a se n e sa fa m a y h a b la sen d e t i . 559
sib a r ita , p u es te
gu staría
q u e lo s d e m á s
te
De ahí el afán de presentar las piezas de vajilla más insólitas, y la manía de atribuirles antigüedades y dueños mitológicos, y de presentar en el festín las co midas más exóticas, exorbitantes y raras, y de invitar a la mesa al mayor número posible de comensales, para que fueran testigos y divulgadores de las gestas panta gruélicas más estrafalarias. O v id . A r s am. 3 , 7 5 5 -6 . C IL . V , 8 1 2 2 , 1 4; c f. M a rtia l. 1 4 , 1 2 0 -1 . H o r . O d . 1, 1 1 , 6 : « sa p ia s, u in a liq u e s» . P lin . N . H . 1 5 , 2 9 , 3 7 , h a b la d e l u inum li q u a tu m ; C o lu m . R . R . 9 , 1 6 , 1 2 , e x p lic a u n m o d o d e h a cerlo : « te n u i u im in e ratus c o n te x tu s sa cc u s, q u a lis e s t, q u o u in u m liq u a tu r ...» . A e sta o p e r a c ió n se r e fie r e ta m b ié n V ir g ilio , G eorg. 2, 2 4 1 -2 , y ^Marcial, 1 2 , 6 0 , 9 : « tu rb id a s o llic ito tr a n sm itte re C a ecu b a s a c c o » ; v . 1 4 , 103-4. 5 5 9 . M a rtia l. 1 0 , 4 4 ; cfr. 3 , 14. 556. 557. 558.
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L as comidas
Comer, por ejemplo, pollo y caza y beber Falerno, como hacía el emperador Alejandro Severo y el emperador Tácito, les parecía una vulgaridad. Un tal P. Oc tavio se llenó de gloria durante una temporada porque compró y sirvió en su mesa un barbo marino (mullus) de cuatro libras y media ( — 1,47 kg.) que se vendía por 5.000 sestercios y no lo quisieron comprar por caro ni el emperador Tiberio ni el refinado Apicio. Juvenal 560 nos habla de un rombo enorme que se pescó en el Adriático y del consejo gastronómico que se constituyó para determinar cómo ha bía que servirlo en la mesa: para presentarlo entero hubo que ir a un alfarero para que al momento preparara una fuente capaz de contener aquel m onstruo.561 Y estos dispendios no los hacían sólo los ricos de verdad, sino incluso ricos advenedizos, como Crispin, que compró por 6.000 sestercios un rodaballo de seis libras, precio por el que hubiera podido comprar también al mismo pescador.562 Macrobio 563 nos recuerda la primera parte de un banquete que se celebró en Roma entre los años 74 y 63 con motivo de la toma de posesión del sumo ponti ficado de Mucio Léntulo Niger, y al que asistieron los hombres y mujeres más distinguidos de Roma, entre ellos Julio César y las Vírgenes Vestales. Entre los aperitivos nombra Macrobio: erizos de mar, ostras frescas a discreción, dos clases de almejas, tordos con espárragos, gallina cebada, pastel de ostras y mariscos, be llotas de mar blancas y negras; diversos platos de mariscos, papafigos, riñones de ciervo y de jabalí, aves rebozadas en harina; y de nuevo papafigos con almejas púrpuras (murex). En la primera cena sirvieron: ubre de cerda, pastel de lo mis mo, cabeza de jabalí, pastel de pescado; ánades, codornices de dos clases, liebres, aves asadas, una pasta de harina y pan del Piceno. En la descripción del menú, Macrobio se olvidó de detallar la altera mensa, o los postres, y tampoco nombra los vinos que se escanciaron. Este banquete debió de hacerse famoso, puesto que lo recuerda un escritor al cabo de tanto tiempo de haberse celebrado. Los festines pontificales eran muy famosos; de ellos dice Varrón: «Las cenas de los colegios (sacerdotales), que cuando son numerosas encarecen enormemente todas las mercancías del m ercado».564 Más detallado, e incluso con la señalación de las personas asistentes y el lugar que ocuparon, es la descripción hecha por Horacio de la cena que Nasidieno ofre ció en obsequio de Mecenas 565. La disposición, descrita en los versos 20-23, es ésta: Mecenas ocupa el lecho consular; Nasidieno no ocupa el 7, como le correspon día, para que Nementanus explique a Mecenas la procedencia, las cualidades y la preparación de cada cosa que se servía; los lugares 4 y 5 están ocupados por dos umbrae que llevó Mecenas. Horacio presenta esta cena, rayana en lo ridículo, para manifestar cómo un hombre de baja condición y costumbres plebeyas, enriquecido durante la guerra civil, quiere afectar modales de la buena sociedad.566
5 6 0 . I u v e n a l. 4 , 3 7 ss. 5 6 1 . I u v e n a l. 4 , 3 7 -1 4 9 . 5 6 2 . I u v e n a l. 4 , 9 -3 3 . 5 6 3 . M a cr o b . Saturn. 2, 9: «L a casa s e a d o r n ó p r e v ia m e n te y se d is p u sie r o n le c h o s de m a rfil e n e l c o m e d o r . L o s c o n v id a d o s s e d is tr ib u y e n e n tr e s triclin ia, s e is p e r so n a s e n cada m esa. E l m e n ú q u e se s irv ió fu e e l s ig u ie n t e ...» . 5 6 4 . V a rr. R . R . 3 , 2 , '16; c f. M a rtia l. 1 2 , 4 8 ; 8 , 6 ; 1 2 ,5 0 ; 10 , 4 9 . L a v a jilla lu jo sa se c om p ra e n lo s S eptae, id . 9, 5 9 ; h a c ie n d o g a s to s e n o r m e s y r id íc u lo s , 3 , 6 2 . 5 6 5 . H o r . Sat. 2, 8. 5 6 6 . E l m is m o H o r a c io , Sat. 2 , 4 , r e c o g e la s te o r ía s g a str o n ó m ic a s d e s u ép o c a .
Los banquetes
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M aecen as
Vibidibus
4 Aeruilus Balatro
o o o o o o O 'o M ensa
Lo más vergonzoso de los banquetes era la manía de retirar lo ordinario y de buscar lo más raro y lo más costoso501. Se rechaza el asado clásico y se han puesto de moda los pescados de mar y las ostras588. Los pescados de los ríos italianos se desprecian por insípidos. Vitelio hará que las flotas romanas le consigan los ingre dientes necesarios para sus famosas fuentes gigantescas, colmadas de hígados de caballa, de sesos de faisán y pavo real, de lenguas de flamenco y de lecha de mo rena, yendo a buscarlos hasta las costas de España y hasta las tierras de los Partos. Varrón, en una de sus sátiras, enumera los manjares deliciosos y exóticos que buscaban a todo precio los romanos: «Pavos reales de Samos, pollos de Frigia, grullas de Melos, corzos de Ambracia, atunes de Calcedonia, morenas del estrecho de Gades, ostras y almejas de Tarento, etc.» .569 5 6 7 . P e tr o n . Sat. 9 3 ; G e llio (1 5 , 8 ) n o s tr a sm ite d e l orad or F a v o r in o e l s ig u ie n te párrafo co n r ela ció n a e s te tem a: « P r a e fe c ti p o p in a e a tq u e lu x u r ia e n e g a n t cen am lau tam e ss e , n isi, cu m lu b e n tis s im e e d is , tu m au fera tu r e t alia e sc a m e lio r a tq u e a m p lio r su c c e n tu r ie tu r . I s nu nc flo s c en a e h a b e tu r in te r is to s , q u ib u s su m p tu s e t fa s tid iu m p r o fa c e tiis p r o c e d it, q u i n egan t u lla m au e m p r a eter fic e d u la m (p a p a fig o ) to ta m c o m e ss e o p o r te r e; ceteraru m au iu m a tq u e a lti liu m n is i ta n tu m a d p o n a tu r , u t a c lu n ic u lis in fe r io r e p a r te sa tu ri fia n t, c o n u iu iu m p u ta n t in o pia so rd er e , su p e r io r e m p a r te m a u iu m a tq u e a ltiliu m q u i e d in t, e o s p a la tu m n o n h a b ere. Si p r o p o ttio n e c r e s c it lu x u r ia cre sce r e, q u id r e lin q u itu r , n is i u ti d e lib a r i s ib i cen as iu b e a n t, n e e d e n d o d e fe tig e n tu r , q u a n d o stra tu s a u ro , a r g en to , p u rp u ra a m p lio r a liq u o t h o m in ib u s qu am d is in m o r ta lib u s a d o rn a tu r? » . 5 6 8 . U n in d iv id u o , s e g ú n J u v e n a l (8 , 8 5 ), to m a c ie n ostra s d e l lago L u c rin o p ara cenar. C f. S é n e c a , A d H elu . 1 0 , 2 . 5 6 9 . S u e t. V ite ll. 1 3 , 2 ; G e ll. 6 , 16. C f. ta m b ié n S é n e c a , A d H elu . 1 0 , 3: « V itr a P h a sin c a p i u o lu n t, q u o d a m b itio sa m p o p in a m in str u a t, n ec p ig e t a P a r th is, a q u ib u s n o n d u m p oen as r e p e tim u s , a u e s p e te r e . V n d iq u e c o n u e h u n t o m n ia n o ta ig n o ta fa s tid ie n ti g u la e ; q u o d d ir so lu tu s d e lic iis sto m a c h u s u ix a d m ita t ab u ltim o p o r ta tu r O c e a n o » . D ic e T r e b e lio d e l e m p era d o r G alien o (2 6 0 -2 6 8 ): « H a e c u ita G a llie n i f u i t . .. q u i n a tu s a b d o m in i e t u o lu p ta tib u s d ie s ac n o c te s u in o e t s tu p r is p e r d id it ... A c n e e iu s p r a eterea tu r m ise ra n d a s o lle r tia , u e r is tem p o re cu b icu la d e r o sis f e c it, d e p o m is c a stella c o m p o s u it; V u a s tr ie n n io ser u a u it. H ie m e su m m a m e lo n e s e x h ib u it. M u s tu m q u e m m a d m o d u m to to a n n o h a b er e tu r d o c u it. F ic o s u ir id es e t p om a e x arbo r ib u s r e c e n tia sem p e r a lie n is m e n sib u s p r a eb u it. M a n te lib u s a u reis sem p er strau it. G e m m a ta u a sa fe c it e a d e m q u e a u r e a ...» (T r eb . P o llio . G a llien i du o, '16). « B ib it in a u reis sem p e r p ocu lis a sp e rn a tu s u itru m , ita u t d ic e r e t n ih il e s s e c o m m u n iu s . S em p er u in a u a r ia u it n e q u e u m q u am unip c o n u iu io e x u n o u in o d u o p o c u la b ib it. C o n c u b in a e in e iu s tr ic lin io sa ep e a ccu b u eru n t. M e n sa m sec u n d a m scu rraru m e t m im o ru m sem p e r p r o p e h a b u it» (ib . 2 1 , 6 ). Y V o p is c o d ice
Las comidas
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Clemente de Alejandría da un claro testimonio de la glotonería de la clase rica de su tiempo (siglo III). Es inútil — dice— que el buen médico Antífanes afirme que esta variedad de platos es la causa principal de todas las enfermedades. Los glotones se irritan contra esta verdad, y empujados por yo no sé qué vanagloria, desprecian y rechazan todo lo que sea simple, frugal y natural, y hacen buscar sus alimentos más allá de los mares. Nada escapa a su avidez; no Ies importan ni ries gos ni gastos. Las morenas del mar de Sicilia, las anguilas de Meandros, los corzos de Melos, los pescados de Skiatos, los moluscos de Pélore, las almejas de Abidos y hasta las legumbres de Líparo; ¿y qué más?: los pentoncles (pectiunculi) de Metimmna, los mejillones del Atica, los tordos de Dafne, los higos de Quelidonia; en fin, los pájaros de Fase, los faisanes de Egipto, los pavos de Media; ellos lo compran y lo devoran todo. Hacen de estos manjares rebuscados los platos más exquisitos cuando todavía contemplan el ojo parpadeante y la boca abierta. Al ru mor de las viandas que chirrían y bullen sobre los hornos encendidos, gritan tu multuosa y alegremente, se agitan y forman corros hombres tragones y omnívoros, ctiya boca parece ser de fuego. El pan mismo, alimento sencillo y ordinario, no se escapa tampoco de sus refinamientos, convirtiéndolo en el oprobio de su voluptuo sidad. Su glotonería no tiene límites; la buscan en todos los sentidos, la excitan, la provocan cuando se sacian con mil suertes de golosinas. Ni siquiera se contentaban con presentar los manjares más raros, costosos y exóticos, sino que sentían un placer inmenso en dar a los comensales verdaderas sorpresas, cambiando el aspecto de los mismos, de forma que lo que creían ser unos garbanzos resultaban ser riñoncitos de liebre o de ave; o se les presentaba un pollo que en realidad era una pieza de jamón, o se servían unos pececillos que no eran más que unos champiñones, etc. Escribe Marcial: «De aquí resulta al cocinero una variada menestra, cuando crees que comes lentejas y alubias; imita los champiñones y las salchichas, la cola del atún y las pequeñas anchoas...».5,0 6.
Un tipo de cenas: la de Trimalción
Petronio, en su Satyriconm , describe la cena de Trimalción, colmo del sibari tismo, del desenfreno y del mal gustó reinante entre los nuevos ricos, que deseaban sentar plaza de magníficos y de elegantes, para quienes — dice Séneca-—: «el co de C a rin o : « H o m in ib u s im p r o b is p lu r im u m d e tu lit e o s q u e ad c o n u iu iu m se m p e r u o c a u it, C e n tu m lib ra s a u iu m , c e n tu m p is c iu m , m ille d iu er sa e ca rn is in c o n u iu io s u o fr e q u e n te r e x h ib u it. V in i p lu r im u m e ffu d it. I n te r p o m a e t m e lo n e s n a ta u it. R o sis m e d io la n e n sib u s e t tr ic lin ia e t c u b ic u la s tr a u it» (V o p is c . Carinus, 1 7 ). P e r o n o im a g in e m o s q u e to d o s lo s e m p e r a d o r es fu e r o n g lo to n e s . L o s h u b o d e to d o s lo s tip o s: ta c a ñ o s y m ise r a b le s c o m o P e r tin a x (c f. I . C a p ito l. Per tinax, 1 2 ), D id o J u lio (c f. A e l. P a r tía n . D id. Iul. 3 , 9 ), C lo d io A lb in o (c f. I . C a p ito l. Clod. A l bin. 1 1 , 2 ); m u y p a r c o s, c o m o S e p tim io S e v e r o (ç f. A e l. Sp art. Seuer. 19 , 7 ); n o r m a le s, c o m o A n to n in o P ío , s e g ú n l u í . C a p ito l. Anton. Pius, 7 , 5 : « V ic tu s A n to n in i P ii ta lis f u it u t e ss e t o p u le n tia s in e te p r e h e n s io n e , p a r sim o n ia s in e s o r d ib u s , e t m e n s a e iu s p er p r o p r io s s e r u o s , p e r p r o p r io s a u c u p e s , p isc a to r es ac u e n a to r e s in s tr u e r e tu r » ; A d r ia n o , en e l c a m p a m en to , c o m ía y b e b ía c o m o lo s so ld a d o s (A e l. S p a rtia n . Hadrian. 1 0 ); p e r o te n ía un p la to fa v o r ito : «Ín ter c ib o s u n ic e a m a u it tetra p h a rm a cu m , q u o d era t d e p h a sia n o s u m in e p ern a e t c r u stu lo » (ib. 2 1 , 4 ), c o m b in a c ió n q u e , s e g ú n e l m is m o A e l. S p a rtia n u s (Aelius. 5, 4 -5 ), la h ab ía in v e n ta d o e s te ú l tim o m a g n a te : « T etra p h a rm a cu m , s e u p o tiu s p e n ta p h a r m a c u m , q u o p o s te a se m p e r H a d r ia n u s e st u s u s , ip s e (A e liu s ) d ic itu r r e p e r isse , h o c e s t s u m e n p h a sia n u m p a u o n e m p ern a m cru stu la ta m e t ap ru n a m » . 5 7 0 . M a rtia l. 1 1 , 3 1 , 1 1; c f. ta m b ié n P e tr o n . 7 0 . 5 7 1 . P e tr o n . 3 1 , 7 8 .
L o s banquetes
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mer, el beber, el disfrutar materialmente de todo, es la vida; esto es acordarse que uno es m ortal».572 Recordemos algunos pasajes de esta cena: C u a n d o p o r fin o c u p a m o s n u estr o s p u e s to s ju n to a la m esa, e sc la v o s e g ip c io s n o s s ir v ie r o n a la s m a n o s a gua d e n ie v e , y lu e g o fu e r o n ree m p la z a d o s p o r o tr o s q u e n o s la v a r o n lo s p ie s y arreglaron la s u ñ a s c o n g r a n d ísim a d e str ez a ; y p r e sta b a n e ste s e r v ic io n o e n s ile n c io , s in o c a n tu r r e a n d o ... S e p r e se n ta r o n u n o s e n tr e m e se s e sp lé n d id o s; p o r q u e ya to d o s e sta b a n a c o m o d a d o s, e x c e p to T r im a lc ió n , a q u ie n , co n tr a la c o stu m b r e , s e l e h a b ía r eserv a d o e l p u e s to d e h o n o r. S o b r e u n a fu e n te d e stin a d a a lo s a p e r itiv o s h a b ía u n a s n illo e n b r o n c e d e C o r in to c o n u n s e r ó n q u e c o n te n ía e n u n c o g u jó n a c eitu n a s v e r d e s y e n e l o tr o n e g r a s. S o b r e e l lo m o d e l a n im a l había d o s b a n d e ja s e n c u y o s b o r d e s aparecía e s c r ito e l n o m b r e d e T rim a lc ió n y e l p e s o d e la p la ta . P u e n te c illo s tra b a d o s s o ste n ía n u n o s lir o n e s e m p a p a d o s e n m ie l y e n ad o rm id era . U n p o c o m á s le jo s sa lch ic h a s ^ ch irr ia n tes s o b r e u n a s p arrillas d e p lata, y d e b a jo de. la s p a rrilla s, cir u e la s d e S it ia c o n p a n a les d e granada. C u a n d o e m p e z á b a m o s a reg o d ea r n o s c o n ta le s d e lic ia s , lle g a T rim a lc ió n , tr a íd o p o r e sc la v o s q u e l o co lo c a ro n m u e lle m e n te s o b r e u n le c h o fo r m a d o p o r d im in u to s c o ji n e s , y d ir ig ió u n a so n r isa a lo s c ir c u n s t a n te s ... C u a n d o , p o r fin , s e lim p ió lo s d ie n te s c o n u n a p lu m a d e p la ta , n o s d ice: « A m ig o s , p o r m i g u s to to d a v ía n o h u b ie r a v e n id o a la m esa ; p e r o p o r n o retard ar m á s v u e s tr o p la c e r c o n m i a u se n c ia , h e d e ja d o u n ju e g o q u e m e d e le ita . O s r u e g o q u e m e p e r m itá is term in ar m i p a r tid a » . E n e fe c to , le seg u ía u n e sc la v o c o n u n d a m ero d e te r e b in to , y c o n d a d o s d e cristal; y e n lugar d e da m a s b la n ca s y n eg ra s s e serv ía d e d e n a r io s d e p la ta y d e o r o . M ie n tr a s é l iba a p o d e r á n d o se d e to d o s lo s p e o n e s d e s u a d v e r sa r io , n o s p r e se n ta n un a m e s ita sobre la c u a l h a b ía u n c a n a stillo , y e n é l u n a g a llin a d e m a d er a rec o sta d a , c o m o cu an d o in c u b a n lo s h u e v o s . S e acerca ro n e n s e g u id a d o s cam areros q u e , esc a r b a n d o e n la p aja c r u jie n te , sa ca ro n u n o s h u e v o s d e p a v a , q u e d istr ib u y e r o n e n tr e lo s c o m e n sa les. E s t a e sc e n a atrajo la a te n c ió n d e T r im a lc ió n , y « a m ig o s — d ic e — , m a n d é p o n e r h u e v o s d e p a v a d e b a jo d e la g a llin a , p e r o m u c h o m e te m o q u e e s t é n ya e m p o lla d o s; p r o b e m o s s i to d a v ía se p u e d e n so rb er » . S e n o s o fr e c e n para e llo u n a s cu ch a ra s, q u e n o p e sa b a n m e n o s d e m e d ia lib ra , y g o lp e a m o s lo s h u e v o s r ec u b ie rto s d e u n a pasta lig e r a q u e im ita b a p e r fe c ta m e n te la cáscara. Y o e stu v e a p u n to d e tirar a q u e llo q u e s e m e h a b ía s e r v id o , p o r q u e c r e í q u e y a h a b ía u n p o llit o d e n tr o ; p e r o m e c o n tu v o u n v ie jo p a r á sito d ic ié n d o m e : « A q u í d e n tr o d e b e h a b er a lg o b u e n o » . B u s q u é , p u e s, d e n tr o d e la cáscara y sa q u é u n b e c a fig o g o r d o , r e b o z a d o c o n y e m a d e h u e v o pim e n ta d o . Y a T r im a lc ió n h a b ía in te r r u m p id o s u p a r tid a y s e h iz o servir s u c e s iv a m e n te to d o s lo s p la to s q u e n o s o tr o s ya h a b ía m o s c o m id o , y p r e g u n tó e n alta v o z si a lg u n o q u e ría m á s v in o e n m e la d o ; c u a n d o e n se g u id a , d a d a la s e ñ a l p o r la o r q u e sta , u n coro d e e sc la v o s s e lle v a lo s e n tr e m e se s a l r itm o d e una m e lo d ía ... A l m o m e n to en tran d o s e tío p e s d e ca b e lle ra riza d a c o n u n o s p e q u e ñ o s o d r e s y n o s s irv ier o n v in o en las m a n o s ... A la b a d o e l a n fitr ió n p o r s u e le g a n c ia , d ijo : « A M a rte le g u sta lo e q u ita tiv o , q u e cada sie r v o o c u p e s u lu g a r, a sí n o n o s d arán ca lo r» . A c o n tin u a c ió n traen d o s á n fo ra s d e c rista l c u id a d o sa m e n te s ella d a s, d e c u y o c u e llo p e n d ía u n a e tiq u e ta q u e d e c ía : « F a le r n o O p im ia n o d e c ie n a ñ o s» . M ie n tr a s le e m o s lo s títu lo s , T rim a lc ió n d a u n a s p a lm a d a s c o n su s m a n o s y d ic e : « ¡ A y q u é p e n a ! ¡E l v in o v iv e m ás tie m p o q u e e l h o m b r e! P o r ta n to a b e b e r c o m o e sp o n ja s. E l v in o e s la v id a . O s d o y verd a d e r o O p im ia n o . A y e r n o lo p u se ta n b u e n o , a u n q u e lo s in v ita d o s eran m u c h o m ás d is tin g u id o s » . M ie n tr a s n o s o tr o s b e b ía m o s y p o n d e rá b a m o s la su n tu o sid a d d e l fe s tín , u n e sc la v o trajo u n e s q u e le to d e p la ta , ta n p e r fe c ta m e n te h e c h o q u e las v é rteb ra s y la s articu la c io n e s s e m o v ía n c o n fa c ilid a d e n to d o s lo s s e n tid o s . C u an d o e l e sc la v o l o p u so d o s o tres v e c e s so b r e la m e sa y s u s r eso r te s le h ic ie r o n tom ar d iv ersa s a c titu d e s, a ñ a d ió T rim a lc ió n : « ¡A y , p o b r e s d e n o s o tr o s, q u é p o c a co sa es u n h o m b re! A s í se r em o s to d o s c u a n d o b a jem o s al O r c o . P o r c o n s ig u ie n te , b e b a m o s m ie n tra s p o d e m o s» . S u d is c u r so q u e d ó in te r r u m p id o p o r la lle g a d a d e l s e g u n d o se r v ic io , Cuya m agn i fic e n c ia n o r e s p o n d ió a n u estr a e x p e c ta c ió n ; p e r o u n n u e v o p r o d ig io atrae las m i
572.
S é n e c a , E p . 1 2 3 , 10.
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L as comidas radas d e to d o s: era u n d is p o s itiv o e n fo r m a d e g lo b o , e n to r n o d e l c u a l e sta b a n d is p u e s to s lo s sig n o s d e l Z o d ía c o , o r d e n a d o s y e n c ír cu lo . E n c im a d e cad a c u a l e l je fe d e l c o m e d o r h a b ía d is p u e s to p ia to s q u e , p o r su fo r m a o su n a tu ra leza , te n ía n algun a r ela ció n c o n la s c o n s te la c io n e s. S o b re e l Aries, ga rb a n zo s lla m a d o s d e ca rn ero ; so b re e l Taurus, u n p ie d e vaca; so b r e Gém inis, cria d illa s y r iñ o n e s; so b r e e l Cáncer, una c o ro n a ; so b r e e l Leo, h ig o s a fr ic a n o s; s o b r e Virgo, u n a m a triz d e cerd a; so b r e Libra, u n a b a la n za , e n u n o d e c u y o s p la t illo s h a b ía un a tarta, y e n e l o tr o , u n p a ste l; so b r e Scorpio, u n p e c e c illo d e m ar; so b r e Sagitario, u n a lie b r e ; so b r e Capricornio, u n a la n g o s ta d e m ar; s o b r e Aquario, u n g a n so ; so b r e Piscis, d o s r o d a b a llo s. E n m e d io d e l g lo b o , u n tr o z o d e c é s p e d c o n h ie r b a s, s o s te n ie n d o u n p a n a l d e m ie l. U n e sc la v o e g ip c io n o s o fr e c ía e n to r n o p a n c a lie n te e n u n c a n a stillo d e p la t a ... N o s o t r o s , c o m o d e s ilu s io n a d o s , íb a m o s a e m p r e n d e r a q u ella s v ia n d a s, tan o r d in a r ia s, c u a n d o n o s d ijo T r im a lc ió n : « O s a c o n se jo q u e c e n e m o s , p o r q u e é s t e e s e l p la to fu e r te » . E n e s t e ■in s ta n te , a l s o n id o d e lo s in s t r u m e n t o s . m ú sic o s , cu a tro e sc la v o s d a n za n d o s e acercaron a la m e sa , y le v a n ta r o n la p a r te su p e r io r d e a q u e l g lo b o y al p u n to apa r e c ió a n te n u e s tr o s o jo s u n n u e v o ser v ic io : a v es c eb a d a s, u b res d e cerd a, u n a lie b r e c o n alas so b r e e l c o sta d o , fig u r a n d o u n P e g a s o . A d v e r tim o s ta m b ié n en lo s án g u lo s d e la e n o r m e b a n d eja cu a tro sá tir o s, d e c u y o s p e lle jo s caía garum c o n p im ie n ta so b re lo s p e c e s , q u e n a d a b a n c o m o e n u n e sta n q u e . L o s cam areros e m p ie z a n a a p lau d ir y n o s o tr o s c o n e llo s , y r ie n d o lle n o s d e sa tisfa c c ió n n o s lan za m o s so b r e e s t e p la to tan e x q u is ito . T rim a lc ió n , e n c a n ta d o com o n o s o tr o s a n te e sta sorp resa prep arad a p o r su c o c in e r o , « C o rta » (carpe), d ic e e n v o z a lta . S e a d e la n tó e n s e g u id a e l tr in c h a d o r (lla m a d o Carpus), q u e , a co m p a sa n d o su s m o v im ie n to s a lo s aires d e la o r q u e s ta , se c c io n ó la s ca rn es c o n ta l e x a c titu d q u e s im u la b a u n au riga, r ec o r r ien d o la aren a, a lo s s o n id o s d e l ó r g a n o h i d r á u l i c o ...573 Y a h a b ía n r etir a d o e l s e g u n d o se r v ic io , y lo s c o m e n s a le s , r eg o c ija d o s, e m p e z a ro n a b e b e r y a p a rticip a r to d o s e n u n a c o n v e r sa c ió n c o m ú n . E n to n c e s T rim a lc ió n , a p o y á n d o se so b r e su c o d o , d ijo : « E s n e c e s a r io q u e a le g r em o s e s te v in o , a m ig o s m ío s. B e b a m o s h a sta q u e n a d en lo s p e c e s q u e h e m o s c o m id o . ¿ P e n sá is q u e y o m e c o n te n to c o n lo s p la to s q u e h a b é is v is to e n e sa m e sita ? ¿ T a n m a l c o n o c é is a U lis e s ? ¿ P u e s e n to n c e s q u é? E s p r e c is o -h a b la r d e f ilo s o fía d u ra n te la c e n a . . . » . 574 ¡M u y b ie n ! , ex cla m a m o s t o d o s ... Y a ú n h a b la b a é l, c u a n d o u n o s s ir v ie n te s v in ie r o n a e x te n d e r so b r e n u e s tr o s tr ic lin io s ta p ice s n u e v o s , e n q u e a p arecían recam ad as r e d e s y c a za d o re s c o n v e n a b lo s , y d e m á s a rreos d e la caza. N o s a b ía m o s q u é s ig n ifi c a b a to d o a q u e llo , c u a n d o lle g ó h a sta n o s o tr o s u n in m e n so g r ite r ío su r g id o fu er a d el c o m e d o r , y h e a q u í q u e u n o s p e r ro s d e L a co n ia e m p e z a r o n a dar v u e lta s e n to r n o d e la m e sa . A e llo s le s seg u ía u n a b a n d e ja c o n u n in m e n so jab alí, q u e lle v a b a so b r e su c a b e za u n g o rro d e lib e r to . D e su s c o lm illo s c o lg a b a n d o s e sp u e rta s te jid a s c o n h o jas d e p a lm era , lle n a la u n a d e d á tile s d e Siria y la o tr a d e d á tile s d e la T eb a id a . E n to r n o d e é l, y c o m o c o lg a d o s d e s u s u b r e s, u n a se r ie d e le c h o n c ito s , h e c h o s d e p a sta c o cid a , in d ic a n d o q u e se tratab a d e un a jab alin a. E sto s le c h o n c ito s s e d is tr i b u y e r o n c o m o reg a lo s. A trin ch a r e l ja b a lí n o e n tr ó e l m is m o q u e h a b ía p a r tid o las a v e s, s in o u n cor p u le n to b a r b a d o , c o n p o la in a s e n la s p ie r n a s y traje d e cazad or. S a c a n d o su c u c h illo d e m o n te , d a u n fu e r te g o lp e e n e l v ie n tr e d e l ja b a lí, y p o r la h e r id a s a lió v o la n d o u n a b a n d a d a d e to r d o s, q u e e m p e z a r o n a r e v o lo te a r p o r la sala; p e r o u n o s c u a n to s c a za d o res, p r e p a r a d o s c o n cañas im p re g n a d a s d e lig a , lo s atrap aron e n u n m o m e n to , y p o r o r d e n d e su je fe , e n tr e g r o n u n o a cada c u á l d e lo s c o m e n s a le s . T r im a lc ió n a ñ a d ió : « F ija o s b ie n d e q u é d e lic a d a s b e llo ta s s e a lim en ta b a e s te p u e r to salv a je» . E n seg u id a lo s la c a y o s s e acerca ro n a la s e sp u e rta s q u e c o lg a b a n d e lo s c o lm illo s d el ja b a lí y n o s d is tr ib u y e r o n a p a r te s ig u a le s lo s d á tile s d e Siria y d e la T e b a id a ... 575 M ie n tr a s h a b la m o s y c o m e n ta m o s e l h e c h o , u n e sc la v o m u y h e r m o s o , c o ro n a d o d e p á m p a n o s y h ie d r a , q u e im ita b a to d a s la s a c titu d e s d e B a co , n o s o fr e c ió d iv e r sa s
5 7 3 . P e tr o n . 3 6 ; T rim a lc ió n ju eg a d e l v o c a b lo e n e s te c a p ítu lo c o n Carpe, carpe, p o r c o in c id ir e l v o c a tiv o d e l sie r v o tr in c h a n te , Carpe, c o n e l im p e r a tiv o d e carpere, cotia. — carpe. L os c a p ítu lo s 3 7 -3 8 r e fie r e n u n d is c r e te o q u e tie n e e l n arrad or c o n e l p a r á sito q u e le h a to c a d o d e c o m p a ñ er o so b r e la m u jer d e T r im a lc ió n y c ie rta s c o n d ic io n e s d e l d u e ñ o d e la casa. 5 7 4 . Ib. 3 9 . 5 7 5 . Ib. 4 0 .
L os banquetes
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cla se s d e u v a e n u n c a n a s tillo y - d e c la m ó c o n v o z d e lic a d ísim a u n o s p o e m a s d é su se ñ o r . C o n m o v id o T rim a lc ió n , d ir ig ié n d o se a é l, le d ijo : « D io n is io , eres lib r e » . E l m u c h a c h o q u itó e l g o rro d e la ca b eza d e l ja b a lí y lo p u s o so b re la suya. T rim a lc ió n , d ir ig ié n d o se a n o so tr o s: « N o n eg a réis — a ñ a d ió — q u e te n g o c o m o p a d re a L iber» (B a c o ). A p la u d im o s la o cu rren cia d e T r im a lc ió n , y b e s a m o s d a n d o la en h o r a b u en a al n u e v o lib e r to q u e circu la b a e n to r n o a n o s o t r o s . . . 576 Q u e d a r o n lim p ia s la s m esa s al c o m p á s d e la m ú sic a , y a l m o m e n to e n tr a r o n tres c er d o s b la n c o s p r o v is to s d e c a b e stro s y d e sus* r e sp e c tiv a s c a m p a n illa s ... y o esp erab a q u e en tra ra n u n o s v o la tin e r o s y q u e lo s c er d o s h ic ie r a n a lg ú n n ú m e r o d e c ir c o , p ero T r im a lc ió n d ijo a l v e r q u e lo s in v ita d o s e sta b a n a la e x p e c ta tiv a : « ¿ C u á l d e e llo s q u e réis q u e n o s p r e p a r en e n seg u id a para cen a r? ; p o r q u e p o llo s y p e c h u g a s d e p o llo , y to n te r ía s d e esa s, la s s u e le n p o n e r lo s r ú s tic o s; m is c o c in e r o s s u e le n servir h a sta ter n e r o s c o c id o s e n u n a p ie z a » . E n s e g u id a lla m ó al je fe d e la c o cin a y , s in esp erar n u e str a e le c c ió n , m a n d ó m a tar e l c e r d o m a y o r y d ijo c o n v o z q u e to d o s p u d ie r a n o ír: — ¿ D e q u é d e c u r ia eres tú ? L e r e s p o n d ió e l c o c in e r o q u e d e la c u a r en ta , y é l agregó: — ¿ C om p rad o o n acid o e n casa? ·— N i u n a c o sa n i o tr a , r e s p o n d ió e l c o c in e r o ; s in o q u e h e v e n id o a tu p o d er p o r te s ta m e n to d e P a n s a . . . 5’'7. L e o r d e n ó v o lv e r s e a la cocin a y retirar lo s cerd os p ara p rep a ra rlo s e n seg u id a . L u e g o T rim a lc ió n nos. m ir ó p a te r n a lm e n te y n o s d ijo : « H a c e d lo s h o n o r e s a e ste v in o , p e r o s i o s p a rece flo jo lo c a m b ia r é » ... 578 A l m o m e n to e n tra ro n u n a b a n d eja y en e lla u n c e r d o in m e n so q u e lle n ó to d a la m e sa . L o s a s iste n te s se a d m ira ro n p o r la d ilig e n c ia d e l c o cin e ro y ju rab an q u e e n tan p o c o tie m p o n o p o d ía p rep a ra rse n i u n p o llo to m a te r o , c u á n to m e n o s u n c e r d o m a y o r to d a v ía q u e e l ja b a lí a n te r io r m e n te s e r v id o . T r im a lc ió n , m ir a n d o c u id a d o sa m en te a l c er d o , d ijo : « ¡P e r o , c ó m o ! ¿ E ste c e r d o n o e stá d e str ip a d o ? ¡P u e s n o lo está! A n d a , d ile al c o c in e r o q u e v e n g a a q u í in m e d ia ta m e n te » . E l p o b re d ia b lo se aproxim a te m b la n d o y c o n fie s a q u e se h a o lv id a d o d e d e str ip a r al cerd o. — ¿ H a sta d e e so te h a s o lv id a d o ? , g r itó T rim a lc ió n . A n d a , d e s tr íp a lo a q u í m ism o . A l p u n to e l c u lp a b le s e d e sp o ja d e s u s v e s t id o s , y q u ed a en m e d io d e d o s v e r d u g o s . . .. S e p id e p e r d ó n para e l c o c in e r o ... « L e p e r d o n a r ía s i s e h u b ie r a o lv id a d o d e d estr ip a r u n b a r b o » ... L u e g o T r im a lc ió n s o ltó la carcajada y o r d e n ó : « P u e s to q u e te h a s o lv id a d o d e h a c e rlo en la c o cin a , ¡v a m o s, d e s tr íp a lo a q u í d e la n te d e to d o s !» . E l c o cin e ro se p u so la tú n ica, e m p u ñ ó u n c u c h illo , y te m b lá n d o le la m a n o h iz o algu n as ab ertu ras e n e l v ie n tr e del a n im a l. A l m o m e n to , p o r su p r o p io p e s o , e m p e z a r o n a sa lir p or las heridas, m orci lla s , c h o r iz o s, sa lch ic h a s y s a lch ic h u e la s q u e c re c ía n al s a l i r . . . 579 A la v is ta d e e s t e p r o d ig io in e s p e r a d o , to d o s lo s e sc la v o s e m p eza ro n a aplau dir y a gritar: ¡V iv a e l c o cin e ro ! S e b r in d a e n s u h o n o r y s e le r egala un a c o ro n a de p la ta c o n c e d ié n d o le e l h o n o r d e b e b e r e n n u estr a p r e se n c ia en u n a copa d e b ron ce d e C o r in to ... 580
Siguen varias escenas con la distribución de regalos581, discursos, bailes, etc., y al hablar de Ayax... C u a n d o e sta b a h a b la n d o T rim a lc ió n , e m p ie z a n a gritar lo s b om eristas, y e n tr e toda la ser v id u m b r e q u e en tra b a tra ía n en un a fu e n te in m en sa u n b u e y c o c id o , c o n la ca b e z a p r o te g id a p o r u n ca sco gu errero . T ra s e l b u e y s e g u ía A yax, q u e , con la esp ada d e s e n v a in a d a , ib a g e stic u la n d o c o m o fu e r a d e s í, h a sta q u e se la n z ó sob re e l b u ey , q u e to m ó p o r su s e n e m ig o s , y lo tr in c h ó e n tr e g e stic u la c io n e s d e fu ria , y to m a n d o la s p o r c io n e s c o n la p u n ta d e la esp a d a la s b rin d a b a s u c e s iv a m e n te a lo s c o n v id a d o s e s t u p e f a c t o s saz. N o p u d im o s adm irar d u r a n te m u c h o tie m p o su h a b ilid a d y su d e s
576. Ib . 4 1 . T r im a lc ió n se r etira p o r u n o s in s ta n te s , y lo s in v ita d o s h a b la n a su g u s to . v o lv e r T r im a lc ió n le s m a n ifie sta e l e sta d o d e su v ie n tr e . 577. Ib . 578. Ib . 579. Ib . 580. Ib. 581. Ib. 582. Ib .
Al 47. 48. 49. 50. 56. 59.
272
L as comidas treza , p o r q u e e l a r te so n a d o e m p e z ó a cru jir y te m b la b a to d o e l sa ló n . M e le v a n té a te r ro riza d o , y te m ía q u e p o r e l te c h o s e d e sco lg a r a a lg ú n sa ltim b a n q u is. T o d o s lo s in v i ta d o s a lza ro n ta m b ié n s u s r o stro s, e sp e r a n d o a lg u n a n o v e d a d so r p r e n d e n te d e l tech o . E n s eg u id a s e a b re e l a r te so n a d o y a p a r e ce u n in m e n so c ír c u lo , q u e , p r e n d id o d e la cú p u la , b ajab a so b r e n u estr a s c a b e za s y n o s o fr e c ía s en d a s co ro n a s d e o r o y v a so s a la b a str in o s lle n o s d e p e r fu m e s 503. S e n o s ro g ó q u e acep táram os a q u e llo s p r e se n te s , y . . . al v o lv e r lo s o jo s h a c ia la m e sa la v e m o s c u b ie r ta , c o m o p o r e n c a n to , d e una fu e n te in m e n sa p r o v is ta d e p a s te le s y d e tartas. E l c e n tr o lo o c u p a b a u n a fig u ra d e p a s te l, r e p r e se n ta n d o a P r ía p o , lle v a n d o u n a g ra n c a n a stilla lle n a d e u v a s y d e fru ta s d e to d a s la s c la se s. L as ta rta s y la s fr u ta s, a l m e n o r c o n ta c to , e m p e z a r o n a ech ar aza fr á n , c u y o in te n s o p e r fu m e lo lle n ó to d o . H e c h a s la s lib a c io n e s d e c o stu m b r e , n o s a lza m o s to d o s y g r ita m o s a un a: L o s d io s e s g u a r d e n a l e m p e r a d o r , p a d re d e la pa tria ; y n o s p r e cip ita m o s to d o s s o b r e las fr u ta s, q u e g u a rd a m o s e n n u e s tr a s s e r v ille ta s . E n tr e ta n to , tres e sc la v o s v e s t id o s d e b la n ca s tú n ic a s, e n tr a r o n e n la sa la , d o s d e lo s c u a le s p u sie r o n so b r e la m e sa lo s d io s e s L a res, c o n b u la s d e o r o c o lg a d a s d e su c u e llo , y e l o tr o lle v a n d o u n a cop a lle n a d e v in o e n to r n o d e la m e s a ib a g r ita n d o : ¡L o s d io s e s n o s s e a n p r o p ic io s ! 584
Para no interrumpir la presentación de los manjares servidos, hemos omitido diversos momentos y peripecias de la cena, con las conversaciones propuestas y sos tenidas por Trimalción, casi siempre para préparai;, los servicios que seguían; y he mos pasado por alto varias escenas, más o menos ridiculas, como cuando Trimal ción quiere que baile Fortunata, su mujer 585; juegos de volatineros 586, o cuando Trimalción se finge airado contra un siervo, y ante la petición de clemencia de los comensales, no sólo lo perdona, sino que le concede la libertad; o cuando Trimal ción sale al escusado M7, etc. También pasamos por alto las escenas de la c o m i s s a t i o , que llenan desde el 61 al 78. Aun admitiendo en el relato la exageración propia de la sátira, nos presenta admirablemente el estilo de la época y amplía las ligeras alusiones a comilonas y demás que leemos en los poetas moralistas de estos tiempos. Así, por ejemplo, Juvenal: ¡Q u é v o r a z e s la g u la q u e s e h a c e ser v ir ja b a líe s e n te r o s, an im a l n a c id o para lo s c o n v ite s ! E l c a stig o e s in m e d ia to c u a n d o tú , tu r g e n te , d eja s lo s v e s t id o s , y arrojas e n e l b a ñ o u n p a v o e n te r o s in d ig e r ir . D e a q u í se s ig u e n la s m u er te s r e p e n tin a s d e v ie jo s s in te s ta m e n to . L a n o tic ia r e c ie n te e s la c o m id illa e n las c en a s, p e r o n a d ie s ie n te p e sa r, y lo s m is m o s a m ig o s d e s p is ta d o s en c u e n tr a n q u e e stá b ie n q u e s e haya m u e r to . 5?8
5 8 3 . Ib . 6 0 . E ra fr e c u e n te e n lo s g r a n d e s c o n v ite s e l c am b iar c o n cad a p la to n o s ó lo lo s ta p ice s d e lo s tr ic lin io s y la s c o rtin a s d e la s p a r e d e s d e l c o m e d o r , s in o in c lu s o e l a r te so n a d o d e la sa la y e l a m b ie n te g e n e ra l. D e e llo n o s h a b la S én eca (E p . 9 0 , 15): « H o d ie u tru m ta n d e m s a p ie n tio r e m p u ta s, q u i in u e n it q u e m a d m o d u m in im m en sa m a ltitu d in e m c ro c u m la te n tib u s fis tu lis e x p r im a t, q u i e u r ip o s s u b it o a q u a ru m im p e t u im p le t a u t sicc a t e t u e r sa tilia c e n a tio n u m la q u ea r ia ita c o a g m e n ta t, u t s u b in d e a lia fa c ie s a tq u e alia su c c e d a t e t to t ie n s te c ta q u o tie n s fe r ic u la m u te n tu r » . C f. ta m b ié n ib. 9 0 , 9 ; S u et. N ero , 3 1 , 2 : e l a r te so n a d o d e la d o m u s aurea d e N e r ó n g ira b a c o n tin u a m e n te c o m o e l h e m is fe r io , y o p o r tu n a m e n te h acía llo v e r flo r e s y p e r fu m es. 5 8 4 . P e tr o n . 6 0 .
585. 586. 587. 588.
Ib . 52. Ib . 53. I b . 41.
Iuvenal. 1, 140-6.
Los banquetes
7.
273
Comer para devolver
Juvenal recuerda las vomitonas que, según Séneca, no podían evitar al juntarse en el estómago alimentos tan diversos. Existían, es cierto, glotones que aun estando ellos solos se hacían servir siete platos, y que, como dice Séneca, «vomitaban para comer y comían para vomitar y no querían siquiera perder el tiempo en digerir los alimentos traídos de todas las partes del mundo» 569. En este mal sentido habla Cicerón: Asotï, qui in mensam uomant, et qui de conuiuiis auferantur 590; y como ejemplo de incontinencia y de glotonería habla de Marco Antonio 591. Pero de or dinario los vomitivos se usaban como recursos dietéticos. Cada uno conocía la con dición de su cuerpo y unos lo aligeraban tomando vomitivos y otros lo robustecían comiendo abundantemente. No había cenado mucho, ni pensaba cenar más, Julio César con Deyótaro cuando pidió un vomitivo después de la refección, cosa que Cicerón refiere con la mayor naturalidad: «Cuando después de la cena dijiste que querías vomitar, te llevaron al baño».592 8.
El recuerdo de la muerte
Hemos visto en la cena de Trimalción que después de los entremeses un es clavo presentó un esqueleto de plata, y que el anfitrión filosofaba sobre la breve dad de la vida humana, sacando la conclusión: ergo uiuamus, dum licet esse b en e593. El recordar la muerte en el convite no fue una rareza de este hombre, sino una costumbre bastante generalizada en los banquetes romanos. En una copa de plata procedente de Boscoreale y conservada en Louvre hay unos cuantos esqueletos ges ticulantes; y en el mosaico del pavimento de un triclinio romano se conserva una calavera con las cuencas de los ojos vaciadas y un esqueleto que se retuerce sobre una gran parrilla de garfios, y debajo aparece escrita la famosa sentencia de la filo sofía griega «conócete a ti mismo». La costumbre es muy antigua. Según Herodoto 594, en los banquetes egipcios pasaba de mano en mano de los comensales una pequeña escultura de madera que representaba un muerto dentro dél ataúd. Y en él estaba escrito: «mirándolo, bebe y diviértete; porque, muerto, serás como él». Es la idea con que en varias ocasiones invita Horacio a disfrutar de los pla ceres de la vida: M a n d a traer a q u í v in o , y flo r e s p o c o d u ra d era s m ie n tra s lo c o n s ie n te e l y lo s n e g r o s h ilo s d e la s
u n g ü e n to s , d e la s am en as ro sa s, tie m p o y la v id a tres h e r m a n a s .595
5 8 9 . S e n e c a , A d . H elu . 1 0 , 3. 5 9 0 . C ic . Fin. 2 , 2 3 . 5 9 1 . C ic . P hil. 2 , 6 3 . 5 9 2 . C ic . D ei. 2 1 . S o b r e e s to , v é a se a d em á s S e n e c a , E p. 1 8 , 4 ; S u e t. Claud. 3 3 ; V ite l. 9; M a rtia l. 3 , 8 2 ; 7 , 6 7 , 10. 5 9 3 . P e tr o n . 3 5 . 5 9 4 . H e r o d o to , 2 , 7 8 . 5 9 5 . H o r . O d . 2 , 3 , 1 3 -1 6 ; cf. C a tu l. 5 ; H o r . O d . 1 , 4 , 1 7 -2 0 ; 1, 1 1 , 6-8; ? , 1 4 , 25-8; E p. 1, 4 , 1 5 -6 ; P r o p e r t. 1, 1 3 , 3 3 -4 ; T ib u l. 1, 1, 6 9 -7 0 ; M a rtia l. 5 , 6 4 . Y en realid ad se p rocu ra b a sa ca r le to d o e l ju g o a la v id a ; c f. S e n e c a , O e V ita B eata, 11, 4 : « A sp ic e N o m e n ta n u m e t A p ic iu m , terra ru m ac m a r is, u t is t i u o c a n t, b o n a c o n c o q u e n tis e t su p e r m en sam
18
Las comidas
274
De una forma semejante, en el libro de la Sabiduría se invitan a gozar los mun danos: «Venid, pues, y gocemos de los bienes presentes, y usemos de las criaturas con el ardor de la juventud. Llenémonos de vino generoso y de perfumes, y no se nos pase de largo una flor de primavera. Coronémonos de capullos de rosas antes de que se marchiten. Que nadie de nosotros deje de participar de nuestra orgía; dejemos por doquier señales de alegría, porque esa es nuestra suerte».596
IV. 1.
LA C O M IS S A T IO 597
La sobremesa
Las cenas normales (cerne iustae) terminaban con las libaciones a los dioses la res y los brindis en que se deseaba la asistencia de los dioses a los circunstantes, a la patria y al emperador; pero en los festines, como el de Trimalción, etc., tras esta breve ceremonia, que aún recordaba el carácter sagrado de la cena, empezaba la comissatio, sobremesa o velada nocturna, en la que consumían gran parte de la noche o toda ella, lo que Horacio dice: producere cenam uieunditer. 598 E n realidad era un segundo banquete, que se hacía larga y distraídamente en tre medio de mil escenas de todo tipo: juegos, discursos, lecturas, recitaciones de poemas, conversaciones, música, bailes, pantomimas, indecencias, monstruosidades, etcétera.599 A veces acudían a comissari, «hacer postres» diríamos, gentes alegres, jóvenes que no habían sido invitados a la cena. Cicerón la nombra como algo que se une al conuiuium, pero ya fuera de él conuiuia, comissationes, cantus, symphonias... iactant. 600 Ante todo los comensales ceñían su cabeza con coronas de flores, de hiedra, de laurel, etc., en la creencia de que el olor de estas plantas neutralizaba en la ca beza los efectos del vino. Se nombra un rex conuiuü (o magister 6°l), arbiter bi-
r e c o g n o s c e n tis o m n iu m g e n tiu m a n im a lia , u id e h o s e o sd e m in s u g g e stu r o sa e d e s p e c ta n tis p o p in a m su a m , aures u o c u m s o n o , s p e c ta c u lis o c u lo s , sa p o r ib u s p a la tu m su u m d e le c ta n te s ; m o lli b u s le n ib u s q u e fo m e n tis to tu m la c e ss itu r e o ru m c o r p u s e t, n e n ares in te r im c e s s e n t, o d o r ib u s u a r iis in fic itu r lo c u s ip s e in q u o lu x u r ia e p a r e n ta tu r » . D e e s t e N o m e n ta n o h a b la H o r a c io , Sat. 1 , 1 , 1 1 2 ; 1, 8 , 1 1 . D e A p ic io d ic e S é n e c a ( A d H elu . 1 0 , 8 ) q u e s e a r ru in ó p o r e x c e s o s c u lin a r io s; cfr. M a rtia l. 3 , 2 2 . 5 9 6 . S ap ien t. 2 , 6 -9 . L a p rá ctica p u e d e d e d u c ir s e b ie n c la r a m e n te d e e s te e p ita fio d e d o s h e r m a n o s h a lla d o e n la I ta lia cen tra l: « D . M . S . M a x im u s e t L a sc iu s / d u o fr a tr e s c o n u e / n ie n te s in u n o h u n c / titu lu m n o b is p o s u i / -m u s u iu is , u t p o s s e / m u s a t su p e r o s s e c u / riu s u ita m b o n a m g e re / re, q u a f in i fa ta u o le / b a n t. Q u i q u a u ita u i / x im u s u n a , n u m q u a m / in te r n o s fe c im u s u er / b u m am arum . V o lu p / ta tes s e c u ti sim u s / o m n e s; u ita e n o s tr e / a n o b is n u m q u a m q u it / q u a m n e g a tu m e s t. I ta tu , q u i le g is , b o n a / u ita u iu e , so d a lis, 'q u a r e ? ’. P o s t o b itu m / n e c r isu s n e c lu s u s / n e c u lla u o lu p ta s / e r it. H a u e , M a x im a e . / M e n te m h a b e q u o d le g e r is, q u a re? V ita / m o r ti p r o p io r f i t c o ttid ia e . V a le » ( C I L . X , 3 4 7 3 ). C f. ib. 3 8 2 1 : « C o g ita to te h o m in e m e s s e / e t scito : m o r ie n d u m e s t. V a le » . 5 9 7 . S e d e c ía ta m b ié n ep id ip n is, q u e era to d o l o q u e s e ser v ía d e s p u é s d e h a b e r c e n a d o . C f. M a rtia l. 1 1 , 3 , 1 , 4 -7 ; P e tr o n . Satyr. 6 9 . 5 9 8 . H o r . Sat. 1, 5 , 7 0 . 5 9 9 . M a rtia l. 3 , 8 2 . 6 0 0 . C ic . p ro Cael. 3 5 ; 6 7 ; M ur. 1 2 ; C at. 2 , 1 0 ; G e ll. 4 , 1 4 , 5 . 6 0 1 . M a rtia l. 1 2 , 4 8 , 15.
L a comissatio
275
bendi 602, que determinaba las veces que había que beber y la proporción de agua que debía infundirse en el vino para templarlo. Se tenía por costumbre griega, pero Cicerón atribuye su institución a los antepasados romanos, como dice por boca de Catón el Viejo; A m í m e d e le ita n la s o r d e n a c io n e s d e la m e sa e sta b le c id a s p o r n u e s tr o s m a y o r e s, y la c o n v e r sa c ió n q u e seg ú n la c o stu m b r e a n tig u a s e in icia d e s d e e l a s ie n to p r in c ip a l a la h o r a d e l v in o , y m e g u sta n la s c o p a s q u e , c o m o e n e l B an qu ete d e J e n o fo n te , « s o n p eq u e ñ ita s y b u rb u je a n te s e n g o tita s d e r o c ío » , y g o z o c o n e l fr e sc o r e n e l v e r a n o , y c o n e l s o l o e l fu e g o e n e l in v ie r n o . T o d o e s to l o c o n s e r v o e n la S a b in a , d o n d e cada d ía lle n o la m e sa d e v e c in o s in v ita d o s , y p r o lo n g a m o s la c e n a to d o l o q u e p o d e m o s e n e l c o ra z ó n d e la n o c h e h a b la n d o d e m il te m a s in t e r e s a n t e s .603
2.
Rex conuiuii
De ordinario se nombra rex conuiuii al dueño de la casa, o una persona pru dente y práctica en estos menesteres, porque debía desempeñar una función deli cada. Por Plutarco sabemos las condiciones que debía reunir quien fuera consti tuido en este gozoso reinado. El rey de un festín debe ser el más entendido en banquetes. Debe no caer en la borrachera, pero no echarse nunca atrás ante el vino. Quien se emborracha es injurioso e inconveniente; quien permanece sobrio en el banquete resulta desagradable. Su oficio es más de pedagogo que de presidente del festín. No debe autorizar las cosas deshonestas, pero no debe poner límite al placer. Debe conocer el carácter de cada uno de los convidados y saber su resistencia fren te al vino; al.que es proclive a la borrachera, se lo mezclará con más agua; al que lo resista todo, se lo dará más puro. H a de conocer la condición de cada uno de los vinos y la mezcla de agua que ha de echar en ellos. A unos comensales los incitará a beber y a otros los reprimirá y de esta forma guardará en equilibrio el estado de todos los comensales de forma que a todos los conserve siempre en un temple similar. Esto no resultaba siempre fácil, porque cuando comenzaban a calentarse las cabezas y a descomponerse los estómagos, no había rex bibendi que pudiera contener los excesos. 3.
Los cantos convivales
En los tiempos antiguos, durante la comissatio, se entonaban cánticos patrió ticos (carmina conuimlia) y se ponderaban las hazañas de los héroes, según dice Ci cerón: «¡Y ojalá se conservaran aquellos poemas que, según dejó escrito Catón en los Orígenes, se entonaban en las comidas muchos siglos antes de su época sobre las alabanzas de los varones ilustres!» 604. Y Varrón: «En los convites eran introducidos unos jovencitos bien educados, para que cantaran poemas antiguos sobre las glorias de los antepasados, o bien a pura voz o sostenidos por la melodía de la flauta» 605. Esto duró hasta los tiempos de Aníbal. 6 0 2 . H o r . O d . 2 , 7 , 2 5 -6 ; 1, 4 , 1 8 : « r eg n a u in i» , la rea leza e n e l b a n q u e te . E n tr e lo s c o n v id a d o s lo p r im e r o q u e se h a c ía al em p e z a r u n b a n q u e te era q u é cada u n o , to m a n d o u n d ad o, lo e ch a b a para v e r q u ié n q u ed a b a c o n s titu id o e n rey d e l c o n v ite . T o d o s d e b ía n o b e d e c e r le y b e b e r c u a n d o é l in d ic a b a (H o r . O d . 2 , 7 , 2 5 -2 6 ). E s t e era su p r in c ip a l c o m e tid o ; ta m b ié n in d i cab a la s c a n c io n e s q u e se h a b ía n d e e n to n a r , lo s fr a g m e n to s q u e s e d e b ía n le e t¡ la s dan zas q u e h a b ía q u e ejecu ta r. 6 0 3 . C ic . Sen ect. 4 6 ; R e p . 6 , 10. 6 0 4 . C ic . B ru t. 7 5 ; T use. 1, 3 ; 4 , 3 . 6 0 5 . V a r r. e n N o n . p , 7 7 ,· 2 M ere; c f. Q u in til. 1 , 1 0 , 2 0 .
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Las comidas
Posteriormente en los convites se suscitaban toda suerte de temas para la con versación, desde los chascarrillos y adivinanzas hasta los problemas más intrincados de la filosofía, pasando por declamaciones de poemas, lecturas de pasajes de libros que solía efectuar el siervo lector o anagnostes, entretenimientos que Plinio llama «honestos» y Marcial «aburridos». Es curioso que éste, al invitar a cenar a Julio Cereal, le dice que lo mejor de la comida será que: nihil recitabo tib i60β, e invita a cenar a Filomuso con la única condición de que no le hable de todas las cosas que sabe.607 En Gelio el filósofo Taurus propone en un convite estos dos temas: ¿Por qué el aceite se hiela con toda facilidad, el vino muy difícilmente y el vinagre casi nun ca? ¿Por qué el agua de los ríos se densifica por el hielo y la del mar no? 608 Otros, aprovechando su saber, suscitan temas poéticos, como en Juvenal: E n m i c o n v ite h a b rá o tr o s e n tr e te n im ie n to s , s e r ecitarán c a n to s d e H o m e r o y d e V ir g ilio q u e h a rá n d if íc il e l d isc e r n ir a q u ié n s e h a d e d a r la p a lm a . P o c o im p o r ta la v o z c o n q u e e so s v e r s o s s e r e c it e n .609
Intolerables se hacían aun para Juvenal las sobremesas de las mujeres sabias, que hablan de Virgilio y de Homero, de gramática, de retórica, de filosofía moral, de lógica...; una mujer enjoyada y rica y que no tolera un solecismo en boca de su marido es el ser más aburrido del mundo 61°. Entre tanto se comía y se bebía sin cesar, aprovechando de cuando en cuando cualquier interrupción, cualquier aplau so, cualquier pasaje regocijado que moviera la risa.611 4.
Los brindis
Siempre que se bebe en la comissatio se brinda a la ,salud de algún comensal, de los ausentes, y sobre todo de las amigas. Cuando el convidadopronunciaba el nombre de su amada debía beber tantas copas cuantas letras tuviera el nombre. No hay que decir que alguno nombraba a Licorides y tras ello, bebía nueve copas seguidas. Así nos concreta Marcial: A l nom bre c in c o al d e E l nom bre p u e s to q u e
d e L a ev ia h a y q u e b e b e r s e is L y ca s, cu a tr o al d e L id e , tr e s d e ca d a a m iga s e c u e n ta p o r a m í n o m e o c u r re n in g u n a ,
c o p a s, s ie t e a l d e J u s tin a , al d e Id a . e l F a le r n o esc a n c ia d o , a ca ricía m e tú , S u e ñ o .612
6 0 6 . M a rtia l. 1 1 , 5 2 , 1 6 ; 3 , 4 5 ; 3 , 5 0 ; le c tu r a s, p u ellae G aditan ae y m ú sic a , e l m ism o M a rcial, 5 , 7 8 . 6 0 7 . M a rtia l. 9 , 3 3 . 6 0 8 . G e ll. 1 7 , 8 . E n r ea lid a d G e lio r ec o g e m u ch a s d e la s c o n v e r sa c io n e s h a b id a s e n e s to s m o m e n to s d e l b a n q u e te . V é a se 2 , 2 2 y 2 6 , d o n d e in d ic a q u e n o d e b e d e h a b la r u n o s ó lo ; 7 , 1 3 , 18, 2 ; 1 9 , 2 ss; e n 1 8 , 13 n o s h a b la G e lio d e lo s ch a sca rrillo s y ad iv in a n z a s q u e s e p r o p o n ía n a v e c e s . S i e l in ter r o g a d o n o a certab a c o n la s o lu c ió n p a g a b a u n num o, y c o n e l d in e r o re c o g id o s e o r g a n iza b a o tr a cen a . 6 0 9 . I u v e n a l. 1 1 , 1 7 9 -8 2 . 6 1 0 . I u v e n a l. 6 , 4 3 4 -6 0 ; M a rtia l. 1 1 , 1 9 . 6 1 1 . L o s c o m e n sa le s so lía n a p la u d ir c u a n d o h a b la b a e l a n fitr ió n , so b r e to d o s i la cen a h a b ía s id o a . s a tis fa c c ió n . M a rcia l, 6 , 4 8 : « Q u o d ta m g r a n d e s o p h o s c la m a t tib i tu rb a togata, n o n tu , P o m p o n i, c en a d ise r ta tu a e st» . 6 1 2 . M a rtia l. 1, 7 1 ; v . 8 , 5 0 , 2 1 -6 ; 9 , 9 3 -4 ; in v ita c ió n a b e b e r , 6 , 2 7 ; y u n b e b e d o r e m p e d e r n id o , 6 , 7 8 .
La comissatio
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Una de estas escenas está admirablemente descrita por H oracio.613 Si se brindaba por un presente se hacía de la siguiente manera: se llenaba la copa, se alzaba y se pronunciaban unas palabras: bene tibi, N.; feliciter! Se bebía de un trago todo el contenido y llena la copa de nuevo se mandaba pasarla al homenajeado para que la bebiera a su vez. En este caso se decía también: Propino hoc... Pulchro Critiae!, y explica Cicerón: «Porque los griegos en los banquetes suelen nombrar al comensal a quien van a pasar la copa» 614. Si se brindaba por to dos, se decía: Feliciter!, o Bene omnibus nobis!, y se bebía igualmente, pero en tonces todos tenían que echar una ronda.615 5.
Cantos, bailes, juegos
Y seguían luego en la conversación emprendida, o se sugería otra. Gelio re coge las ideas de Varrón sobre los temas oportunos para la conversación de la so bremesa: no han de ser cosas que angustien, ni intrincadas, sino alegres, variadas, útiles, y que atraigan la atención de todos por su interés.618 Difícilmente se mantenía una conversación muy prolongada; en tiempos opor tunos hacían su aparición los músicos: citharaedi, lyristae, tibicines, cymbalistriae, que a veces despertaban a los que estaban medio dormidos por el vino. Así lo in dica Petronio: u E l je fe d e l c o m e d o r , d e sp e r ta d o p o r e l ja le ó , h a b ía v e r t id o ya a c e ite e n la s m o r ib u n d a s lá m p a ra s, y lo s e sc la v o s , d e s p u é s d e h a b e r se fr o ta d o u n p o c o lo s o jo s , h ab ían v u e lt o a s u se r v ic io , c u a n d o e n tr ó u n a to ca d o ra d e c ím b a lo y c o n su r u id o sa m ú sica a ca b ó d e d e sp e rta rn o s a to d o s. E l fe s tín c o m e n z ó , p u e s , d e n u e v o , y u n a v e z m ás
6 1 3 . H o r . O d a . 1 , 2 7 . V a m o s a tratar d e e x p o n e r la e sc e n a d e scr ita p o r H o r a c io . E l b an q u e te s e h a p r o lo n g a d o h a s ta m u y en tra d a la n o c h e (v . 5 ) , e n u n a am ista d y cam aradería adm i rab le; p e r o lle g a la h o r a d e b e b e r , lo s c o m e n sa le s se le v a n ta n d e su s le c h o s y la s c o p a s se lle n a n u n a y o tr a v e z . C ada u n o p r o n u n c ia e l n o m b r e d e su am ad a y tie n e n q u e b e b e r tan tas c o p a s se g u id a s c u a n ta s le tr a s c o m p o n e n e s e n o m b r e. A lg u n o n o m b r a a L ic o r id e s y tie n e q u e lib a r n u e v e c o p a s se g u id a s, q u e d a n d o y a m a ltre c h o . A s í s e v a n d a n d o v u e lta s y tu r n o s e n tre lo s c o m e n s a le s . E s t o s se p r e o cu p a n d e H o r a c io , q u e s e m a n tie n e ser e n o s in b e b e r . S e arma u n a g r ite r ía e n c o n tr a d e l p o e ta . E l c a n ta a d is tin ta s m u ch a ch a s, p u e s q u e p r o n u n c ie e l n o m b r e d e a lg u n a y q u e b e b a ta n ta s c o p a s a l arreo c o m o le tr a s c o n te n g a e l n o m b r e q u e p r o n u n c ie. H o r a c io s e r e s is te . S e alzan lo s c o m e n s a le s , le a m en a za n c o n r o m p e r le la ca b e za c o n lo s escifo s . E l p o e ta , e n la s d o s p rim era s e str o fa s, a co n seja , la calm a; n o h ag a m o s c o m o lo s bárb aros, e sta d q u ie t o s e n v u e s tr o s d iv a n e s . E s t o y d is p u e s to a apu rar m i c o p a d e g e n e r o s o F a le r n o c o n u n a c o n d ic ió n . E n tr e to d o s lo s c o m e n sa le s h a y u n o q u e s e d is tin g u e p o r s u s g r ito s y e x ig e n c ia s, al q u e a p e n a s s e le c o n o c e p o r o tra c u a lid a d q u e p o r ser h e r m a n o d e M eg ila O p u n c ia . H o r a c io s a b e c o s a s ... y la n z a la c o n d ic ió n : b e b e r é , p e r o q u e a n tes d ig a e l h e r m a n o d e M eg ila q u é V e n u s le r etu e rc e ahora e l c o ra z ó n . L a a te n c ió n s e d ir ig e ah o ra h acia e l jo v e n ; s e c h illa co n tra é l, s e esp era n r e v e la c io n e s , p e r o e l jo v e n ca lla . E l p o e ta in s is te : d e b e hab lar s i q u iere q u e y o b e b a ; ya s é q u e tú n o c o n o c e s m á s q u e n o b le s a m o res; ad em á s, d e b e s d e fia r te d e m i d is c r e c ió n . E l jo v e n s e acerca al o íd o d e H o r a c io y p r o n u n c ia u n n o m b r e; to d o s e sp e r a n la r e v e la c ió n d e l s e c r e t o ... P e r o e l p o e ta n o fa lta a la d e lic a d e z a ; e n lo s ú lt im o s v e r s o s q u e si g u e n a la m a n ife sta c ió n d e l jo v e n (v . 1 8 ) h a b la e l p o e ta c o n ta n to a r te q u e e l jo v e n te m e y lo s d e m á s e sp e r a n la m a n ife sta c ió n d e l se c r e to , p e r o H o r a c io s e m a n tie n e d ig n o y n o p r o n u n c ia e l n o m b r e. C o n e llo lo s á n im o s s e h a n d is tr a íd o , se h a n o lv id a d o d e q u e H o r a c io n o h a b ía ap u r ad o la c o p a . ' 6 1 4 . C ic . Tuse. 1 , 9 6 . 6 1 5 . C f. P la u t. Stich. 7 0 8 -9 : « T ib i p r o p in o ... B e n e u o s , b e n e n o s , b e n e t e , b e n e m e , b e n e n o str a m e tia m S tep h a tiiu m » . 6 1 6 . G e ll. 1 3 , 1 1 , 4 -5 .
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Las comidas C u a rtila in v it ó d e n u e v o a b e b e r a to d o s . L a c im b a lista lle n ó a to d o s d e r eg o c ijo . E n tr ó e n to n c e s u n b a ila r ín ... 617
Y Plauto: D e s p u é s , c o m o ib a y o d ic ie n d o , in tr o d u jo lir is ta s y fla u tis ta s y ta ñ ed o re s d e arpa d e u n a rara b e lle z a .618
Con los músicos instrumentistas entraban también los cantadores (choraules), que no eran precisamente muy del agrado de la gente alegre, según dice Marcial: ¿ P r e g u n tá is q u e c u á l e s e l m e jo r c o n v ite ? A q u e l e n q u e n o h a y c a n to r e s .619
Muchos preferían entretenerse con juegos de azar, o escuchar los chascarrillos v procacidades de los bufones (derisores), que, con tal de hacer reír, no respeta ban ni a vivos ni a muertos, a ausentes, ni presentes; o contemplar representaciones cómicas que hoy llamamos «variedades» y «revistas» 62°. Con mucho gusto seguían los afeminados movimientos de los bailarines (cinoedi), que, como vemos en Petro nio, solían acompañar sus movimientos y sus gestos con recitaciones provocati v as621, y los saltos de los acróbatas (petauristarii). Buena diversión ofrecían los enanos medio idiotas, que se hacían los bobos (moriones) con sus estupideces y pa yasadas. Dice S. Agustín: «Hay algunos de tal estupidez que apenas se distinguen de las bestias; comúnmente se los llama moriones» 622. Eran míseros esclavos que poseían las grandes familias para divertirse con sus estupideces 623. Los bufones, los idiotas, los contrahechos, los enanos y en general los monstruosos eran buscados en la alta sociedad romana como elemento de diversión. Había mercados especializa
617. 618. 619. com o se
P e tr o n . 2.3. P la u t. S tich . 3 8 0 -1 . M a rtia l. 9 , 7 7 , 5 -6 . S in e m b a r g o , e s t o s m ú sic o s co b ra b a n m u y caras s u s a c tu a c io n e s, v e e n e l m is m o M a rcia l, 5 , 6 6 , 8-9: « a r te s d is c e r e u u lt p e c u n io sa s? F a c d is c a t c ith a r o e d u s a u t c h o r a u le s» . 6 2 0 . N o d eja d e resu lta r c u r io so q u e n a d ie s e o fe n d ía c o n la s p r o c a cid a d e s d e e s t o s b u f o n e s , a u n q u e le s to c a r a n c o n s u s m o fa s. L a c a u sa q u e d a S é n e c a e s la s ig u ie n te : J am ás s e e n o jan lo s p a d re s p o r q u e s u s h ijo s p e q u e ñ o s le s p e g u e n , le s m e s e n la barba o le s tir e n d e lo s c a b e llo s , o le s d irijan p alab ras q u e su e n a n a in ju r ia , « p o r q u e q u ie n l o h a c e n o p u e d e o fe n d e r » . Y , p a s a n d o a lo s b u fo n e s , p r o sig u e : « E a d e m c a u sa e s t c u r n o s m a n cip io r u m n o s tr o r u m u rb a n ita s in d o m in o s c o n tu m e lio sa d e le c te t, q u o r u m a u d a cia ita d e m u m s ib i in c o n u iu a s iu s fa c it, si c o e p it a d o m in o , e t , u t q u isq u e e c o n te m p tis s im is e t u t lu d ib r iu m e s t, ita s o lu tis s im a e lin g u a e e s t. P u e r o s q u id a m in h o c m e r ca n tu r p r o c a ce s, e t illo r u m im p u d e n tia m a c u u n t a c su b m a g istr o h a b e n t, q u i probra m e d ita te e ffu n d a n t, n e c h a s c o n tu m e lia s u o c a m u s, s e d a rgu tias; q u a n ta a u te m d e m e n tia e s t iis d e m m o d o d e le c ta r i, m o d o o f f e n d i, e t r em a b a m ic o d ic ta m m a le d ic tu m u o c a r e, a s e r u u lo io c u la r e c o n u ic iu m !» (S e n e c a , D e C on st. Sap. 1 1 , 2 -3 ). Y e n D e Ira, 3 , 3 7 , 1 , d ic e ta m b ié n S é n e c a , s i n o p u e d e s so p o r ta r e sa s b r o m a s q u e s a b e s q u e s e e stila n , n o a sista s a e so s b a n q u e te s: « I n c o u iu io q u o r u m d a m te sa les e t in d o lo r e m tu u m ia c ta u e r b a te tig e r u n t: u ita r e u u lg a re s c o n u ic tu s m e m e n to , s o lu tio r e s t p o s t u in u m lic e n tia , q u ia n e s o b r iis q u id e m p u d o r e st» . C u a n d o lle g a b a n e s t o s m o m e n to s d e l d e s e n fr e n o , m u c h o s p r e se n ta b a n su s r e s p e to s y s e m arch a b a n (P lin . E p. 9, 1 7 ). 6 2 1 . P e tr o n . 2 3 . 6 2 2 . ^ S . A u g u s t. E p. 26. V . L a m p rid . Elagab. 2 9 , 3 ; id . C om m . A n to n . 1 0 , 2: « D u o s g ib b o s r e to r to s in la n c e a rg en tea s ib i sin a p i p e r fu s o s e x h ib u it e o s d e m q u e s ta tim p r o m o v it ac d ita v it» . 6 2 3 . C f. M a rtia l. 8 , 13; 1 2 , 9 3 ; 1 4 , 2 1 0 ; P lin . Ep. 9 , 17.
La comissatio
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dos en estos seres y se pagaban por ellos precios muy elevados m . Marcial pre senta la prosopografía del morio, que, sobre estúpido, «tenía la cabeza triangular, las orejas largas, que se movían como las de un b u rro » 625. Cuanto más contra hechos y más deformes fueran, más entretenían a los circunstantes. Pero sobre todo se esperaban las puellae Gaditanae 626 y tocadoras de castañue las (crotalistriae), que causaban las mayores delicias con su presencia, sus movimien tos de baile y sus contorsiones, descritas por Juvenal627 y M arcial.628 6.
Aperitivos
Entre tanto se seguía comiendo y bebiendo sin cesar. Trimalción todavía va sa cando platos tan enjundiosos como un ganso en medio de una gran fuente rodeado de aves y de peces ®29, hechos de cerdo, habilidad del cocinero que celebra amplia mente el dueño de la casa: «No hay hombre de más precio. Si tú quieres, de la matriz de una cerda te hace un pez, del tocino una paloma, del jamón una tórtola, de la pata una gallina; por eso lo llamo D édalo»830. Y todavía entran dos siervos con; ostras y almejas que van ofreciendo a los circunstantes631, y se sigue bebiendo hasta el'amanecer en torno de unas mesas de plata, y derramando por el suelo el vino servido en la copa que ya no cabe materialmente en el estómago.632 No era, pues, raro que la luz de la mañana encontrara estos salones empapados en vino y en vomitonas 633, y que los convidados al despertar se encontraran ten didos promiscuamente por los divanes y los pavimentos 634. Cualquier renta, por grande que sea, se consume en las sobremesas, decía Séneca.635 7.
Regalos y lotería
Porque además en estos festines se hacían distribuciones de apophoreta, o re galos sorteados por medio de una lotería. En tales sorteos se ponían premios de 6 2 4 . Q u in til. 2 , 5 ; D eclam at. 2 9 8 . 6 2 5 . M a rtia l. 6 , 3 9 , 1 5 -1 6 . 6 2 6 . E s e v id e n te q u e n a d ie asegu rará q u e to d a s la s llam ad as a sí p r o c e d ía n d e C ád iz. 6 2 7 . I u v e n a l. 1 1 , 1 6 2 -8 2 . 6 2 8 . M a rtia l. 6 , 7 1 ; 1 4 , 2 0 3 ; 5 , 7 8 . E n M a rtia l. 1 4 , s e h a lla n d iv e r so s tip o s d e lo s q u e sa lía n e n la com issa tio ; c f. 2 1 0 ; 2 1 2 ; 2 1 4 ; 2 0 5 . 6 2 9 . P e tr o n . 6 9 . 6 3 0 . P e tr o n . 7 0 . 6 3 1 . P e tr o n . ib . 6 3 2 . P e tr o n . 7 3 -4 . 6 3 3 . I u v e n a l. 6 , 4 2 5 -3 3 . 6 3 4 . O v id . A r s A m . 3 , 7 6 5 -8 ; c fr . C a to e n G e ll. 1 0 , 1 3 ,·2 : « I b i p ro s c o r to f u it , in c u b ic u lu m s u b r e c ta tu it e c o n u iu io , c u m p a r tim illo r u m ia m s a e p e a d e u n d e m m o d u m e r a t» ; O v id . Fast. 1, 4 2 1 -2 , h a b la n d o d e u n b a n q u e te d e d io s e s , d ic e a l te r m in a r e l b a n q u e te : « N o x e ra t, e t , u in o s o m n u m fa c ie n te , ia c e b a n t co rp o ra d iu e r s is u ic ta s o p o r e lo c is » . L o s b a n q u e te s d e L . P is ó n , se g ú n d ic e C ic e r ó n (I n P is. 6 7 ) , d u ra b a n h a s ta e l c a n to d e l gallo: « V b i g a lli c a n tu m a u d iu it, a u u m s u u m r e u ix is s e p u ta t; m e n sa m to lli iu b e t » . D e la s b acan ales d e M . A n to n io e n la m e sa n o s h a b la ta m b ié n C ic e r ó n , P h il. 2 , 1 0 4 -1 0 5 ; 5 , 15: « s a lta tio n e s , c ith a r ista s, to tu m d e n iq u e c o m is sa tio n is A n to n ia n a e c h o r u m » ; s o b r e V e r r e s, en V e rr. 5 , 2 8 y 3 1 ; A e l. S p a rtia n o (H adrian , 2 6 , 4 ) n o s d ic e q u e e s t e e m p era d o r: « I n c o n u iu io tragoed ias c o m o e d ia s a te lla n a s sa m b u ca s le c to r e s p o e ta s p ro re se m p e r a d h ib u it» . 6 3 5 . S e n e c a , A d H elu . 1 0 , 4 ; C . C ésar (C a lig u la ) e m p le a e n u n a c e n a d ie z m illo n e s d e se s te r c io s ( 2 .6 0 0 .0 0 0 p e s e ta s), y s ig u e h a b la n d o d e e sto s e x c e so s e n to d o e l c a p ítu lo 1 0 . C f. D e Benef. 6 , 3 2 ; y M a rtia l. 3 , 6 0 ; 7 , 4 8 : A n n io tie n e e n s u c o m e d o r tr e sc ie n ta s m esas y to d a v ía tie n e n q u e ir c ir cu la n d o s u s sir v ie n te s, c o m o m e sa s m o v ib le s.
Las comidas
280
valor muy desigual; por ejemplo, en las fiestas dadas por Heliogábalo podían sa carse diez camellos o diez moscas, diez anillos de oro o de hierro. En los dísticos compuestos por Marcial para estos sorteos figuran siempre dos premios, uno va lioso y otro insignificante, agrupados por parejas 636. Entre los premios había ma teriales de escribir, objetos de aseo, ropas, herramientas, cacharros e instrumentos de todas clases, entre otros musicales; cosas de comer, juegos, pájaros de jaula, muebles, armas, obras de arte, libros, por ejemplo las obras de Homero o de Vir gilio; animales, como un azor adiestrado para la caza, y esclavos. Algunos de los objetos sorteados eran de gran valor: había, por ejemplo, mantos de escarlata, co pas de arte de antiguos maestros, vasos de cristal y murra, estatuillas de oro y plata, esclavos especializados en diversas artes; una bailarina, un estenógrafo, un enano, un bufón, un cocinero, un repostero. L. Vero ofreció una comida que costó seis millones de sestercios; en ella todos los regalos eran objetos de valor. Por los datos que poseemos figuraban hermosos esclavos, animales vivos, vasos y otros recipientes de los materiales más costosos, coronas hechas de flores de otras estaciones con cintas de oro, carrozas guarnecidas de plata con tiros de muías y sus correspondientes aurigas, e tc .637 Estos regalos podía enviarlos el anfitrión al día siguiente a casa de sus comen sales, como refiere Plinio que hizo el emperador Trajano: ' M e in v ita b a a c en a r to d o s lo s d ía s; la c e n a era m ó d ic a , p e n s a n d o q u e e l a n fitr ió n era e l p r ín c ip e . U n a s v e c e s e sc u c h á b a m o s m ú sic a s p la c e n te r a s y o tr a s p a sá b a m o s la n o c h e su m e r g id o s e n la s c o n v e r s a c io n e s m á s a g ra d a b les. A las ú ltim a s h o r a s d e l d ía , c u a n d o n o s m a rch á b a m o s — ta n d e lic a d a e s la c o r te sía d e l C 's a '— n o s e n v ia b a rega. lo s a casa. P e r o a m í ta n to c o m o la g r a v e d a d d e lo s ju ic io s, ta n to c o m o la s u a v id a d y la s e n c ille z d e l tr a to , m e d e le ita b a la m ism a b e lle z a d e l lu g a r .688
8.
Las leyes suntuarias
Contra estas comilonas nocturnas y el despilfarro que se hacía con ocasión de ellas, poco o nada podían las leyes suntuarias que se venían dando desde el con sulado de C. Fannio y M. Valerio Mésala (año 161 a. C.) hasta los tiempos de 6 3 6 . V é a s e e l lib r o 13 d e M a tc ia l, titu la d o X e n ia , y e l 1 4 , A p o p h o reta . A s í, e n s u v id a e sc r ita p o r L a m p rid . E lagab. 2 1 -2 2 : « É u n u c h o s p r o a p o p h o r e tis d e d it, d e d it q u a d r ig a s, e q u o s str a to s, m u lo s , b a ste r n a s, e t raed as d e d it e t a u r e o s m ille n o s e t c e n te n a p o n d o a r g en ti. S o r te s s a n e c o n u iu a le s scrip ta s in c o clea r ib u s h a b u it ta le s u t a liu s e x ie r it 'd e c e m c a m e lo s ’, a liu s ‘d e c e m m u sc a s ’, a liu s ‘d e c e m lib ra s a u r i’, a liu s ‘d e c e m p lu m b i' a liu s ‘d e c e m s tr u th io n e s ’, aliu s ‘d e c e m o u a p u llin a ’, u t u e r e so r te s e s s e n t e t fa ta te m p ta r en tu r . Q u o d q u id e m e t lu d is s u is e x h ib u it, c u m e t u r so s d e c e m e t d e c e m g lir e s e t d e c e m la c tu c a s e t d e c e m auri lib ra s in s o r te h a b u it» . E in c lu so e sta b le c ió la c o s t u m b r e ' d e so rtea r c o sa s e n lo s ju eg o s e sc é n ic o s c o n la m is m a v a r ie d a d d e s u e r te s y d e p r e m io s , c o sa q u e g u s tó a l p u e b lo , c o m o n o s in d ic a e l m is m o A e l. L am p rid .: « Q u a e p o p u lu s ta m lib e n te r a c ce p it, u t e u m p o s te a im p er a r e g r a tu la r e n tu r» (ib . 2 2 , 4 ). 6 3 7 . V . J . C a p ito l. V eru s, 5 , 2 ss: « D o n a to s a u tem p u e r o s d e c o r o s q u i m in istr a b a n t s in g u lis , d o n a to s e tia m str u c to r es e t la n c e s s in g u lis q u ib u s q u e , d o n a ta e t u iu a a n im a lia u e l cicuru m u e l fera ru m a u iu m u e l q u a d r ip e d u m , q u o r u m c ib i a d p o s iti e ra n t, d o n a to s e tia m c a lic es s in g u lis p e r sin g u la s p o t io n e s , m u rr in o s e t c r y s ta llin o s A le x a n d r in o s , q u o tie n s b ib itu m e s t; d ata e tia m aurea a tq u e a r g en te a p o c u la e t g e m m a ta , co ro n a s q u in e tia m datas le m n isc is a u reis in te r p o s itis e t a lie n i te m p o r is flo r ib u s , d a ta e t u a sa a u rea c u m u n g u e n tis ad s p e c ie m a la b a stro ru m , d a ta e t u e h ic u la c u m m u la b u s ac m u lio n ib u s c u m iu n c tu r is a r g en te is, u t ita d e c o u iu io r ed ir en t. O m n e a u te m c o n u iu iu m a e stim a tu m d ic itu r se x a g ie s c e n te n is m ilib u s s e s te r tio r u m ( 6 .0 0 0 .0 0 0 ) ... P o s t c o u iu iu m lu s u m e s t te sse r is u s q u e a d lu c e m » . D e s p u é s d e o ír e sto , y a n o lla m a la a te n c ió n la lo c u r a d e H e lio g á b a lo , v . L a m p r id . E lagab. 2 9 , 4 : « D o n a u it e t a r g en tu m o m n e con u iu iis q u o d h a b u it i n c o n u iu io e t o m n e m a p p a ra tu m p o c u lo r u m id q u e sa e p iu s» . 6 3 8 . P lin . E p . 6 , 3 1 , 1 3 -1 4 .
La comissatio
281
Augusto, limitando los gastos de los banquetesβ39; ni los ejemplos de austeridad que se .recordaban de Rómulo 640; ni las prédicas de Séneca, indicando que la sed igual se sacia con el agua bebida en copas de oro o en la cuenca de la mano, to mada por sí mismo o servida por un doncel de rubia cabellera, e tc .641; ni las burlas de Marcial, que no acepta esos banquetes, porque él no quiere regalos a los que no pueda corresponder con igual o superior medida y pide que se retiren de las mesas los vasos preciosos y que vuelvan los sencillos y cómodos de antaño643; ni los consejos de Horacio, ponderando los efectos saludables de la frugalidad y las muertes repentinas que siguen a las harturas de las cenas exageradas 644, recordadas también por Séneca, hablando de los trasnochadores, que son de peor agüero que las aves nocturnas: ¿ P ie n sa s q u e s a b e n c ó m o tie n e n q u e v iv ir é s t o s q u e n o sa b e n n i c u á n d o ? ¿ Y te m e n la m u e r te é s to s q u e se su m e r g en v iv o s e n e lla ? S o n d e tan m a l agü ero c o m o la s a v e s n o c tu rn a s. A u n q u e p a se n la s n o c h e s e n e l v in o y e n lo s p e r fu m e s , a u n q u e c e le b r e n s u s v ig ilia s e n hartu ras y e n s e r v ic io s d e c o c in a , e s to s h o m b r es n o b a n q u e te a n , s in o q u e c eleb ra n s u s fu n e r a le s. T a m b ié n a lo s m u er to s s e lo s h o n r a d u ra n te e l d í a . 646
639. 640. 641. 642. 643. 644. 645.
G e ll. 2 , 2 4 ; 1 5 , 8 . G e ll. 1 1 , 14. .S e n e c a , E p. 1 1 9 , '13-14. M a rtia l. 1 2 , 4 8 . M a rtia l. 1 1 , 11. H o r . Sat. 2 , 2 , 7 0 -8 1 . Seneca, E p. 12 2 , 3.
Juegos y diversiones
« N o n o m n is a etas, L y d e , lu d o c o n u e n it» . (P l. Baccb. 12 9 ) « I m b e r b u s iu u e n is , ta n d e m c u s to d e rem o to , g a u d e t e q u is c a n ib u sq u e e t ap rici gr a m in e cam p i» ( H o r . A .P . 1 6 1 -1 6 2 )
Entre las diversiones de los romanos hay algunas que son tan comunes que to davía perseveran entre nosotros; y resulta inútil decir las que coinciden con las de los griegos, porque ciertamente son de carácter universal. Hablamos de los juegos, que distinguiremos en dos clases: juegos privados, es decir, aquellos con que se distraían los niños, los jóvenes o los hombres; y las diversiones públicas, que pro porcionaba el Estado o los magistrados a todo el pueblo; de los paseos en que buscaban el descanso (ambulationes) o bien individualmente o en grupos de dos ó tres; o un solaz más prolongado, como en la caza y en la pesca; o en los viajes de recreo por los alrededores de Roma.
I.
LOS JUEGOS
Los juegos (ludus o ludi, lusus, lusio) son el divertimiento de las personas que buscan una expansión de su ánimo o un pasatiempo agradable en su ocio. Ya he mos dicho que consideraríamos los juegos privados y los juegos públicos. En los juegos privados hemos de distinguir también el natural entretenimiento de los ni ños y de los jóvenes, el juego más o menos aleatorio en que media el dinero y los pasatiempos o solaces de los ancianos. A)
J u e g o s d é n iñ o s
Cuando Horacio, en su Arte Poética \ presenta el carácter de los hombres se gún la edad, dice hablando de los niños: E l n iñ o q u e ya sa b e r ep etir la s p alab ras y p o n e ya s e g u r o su p ie e n e l s u e lo , desea fugar c o n s u s ig u a les, y sin ra zó n n i tin o s e en o ja y s e c o n te n ta , y tan p r o n to llora com o r íe .2 1. 2.
H o r . A . P. 1 5 6 -1 6 8 . H o r . A . P. 1 5 8 -1 6 0 .
Juegos y diversiones
284
¿A qué jugaban estos niños? Como los de todas las partes, y sobre todo, como los de los pueblos donde la riqueza de los juguetes no les quita la iniciativa de entretenerse y divertirse, haciendo en pequeño lo que ven hacer a sus padres. No olvidemos que estamos en un pueblo labrador y pastor: jugarían, pues, a guardar ovejas, que serían unos tiestos o unas piedrecitas que se distinguen del polvo del suelo; a hacer sus campitos y sus aradas en las arenas o plazas de tierra movible, o en las proximidades del pueblo; «a edificar casitas, a uncir ratones a un carri to, a pares o nones, a montar a caballo sobre una caña larga»3; a plasmar sus caballitos de arcilla; a recoger el flujo del agua corriente en sencillas balsas; en formar sus carritos y sus arados con las cosas más aparentes que encuentran a mano, etc. Exactamente igual que juegan nuestros niños por las calles de los pueblos. Las niñas se entretenían con sus muñecas, de las que se han encontrado va rios ejemplares, incluso de brazos, cabeza y piernas articuladas; sus cocinitas de tiestos de vajilla, sus tiendas de ventas, sus hogares minúsculos. P lutarco4 había perdido una hija de dos años, y recuerda luego a su mujer el buen corazón que había manifestado la criatura, pues indicaba a su nodriza que diera también el pecho a otros lactantes, e incluso a sus muñecas. En Roma la joven que se iba a casar, en la víspera de sus nupcias, consagraba sus muñecas a los Lares y a los Penates del hogar. La mayor parte de las muñecas conservadas se han encontrado en sepulcros infantiles. Las muñecas griegas y romanas, come las de nuestros días, tenían su ajuar completo, su alcobita, sus lechos, sus asien tos, sus canastillas, incluso llevaban diminutos anillos de oro. Se han encontrado también peines de boj y vasitos de tierra cocida tan pequeñitos que no se con ciben más que si eran del ajuar de las muñecas. Conocían también las marionetas, que por medio de un hilo (nerum) se ponían en movimiento y danzaban. Se conserva una figurita de Hércules, de tierra roja cocida, con las piernas en dos piezas movibles, que está provisto de un agujero en cada parte de la cintura y otro en lo alto de la cabeza, que ciertamente esta ban hechos para pasar por ellos un filamento y hacerlo mover a capricho. Esta figurilla bastante tosca nos da una idea de lo que podrían ser los teatrillos de ma rionetas que divertieran a los niños. Llamaban delicium o deliciae a todo lo que entretenía a los niños y jovencitas en casa, tal como los animalitos domésticos y otros niños o niñas de edad simi lar 5. Los niños que formaban parte de lös entretenimientos en las grandes casas erart elegidos para ser compañeros de juego de los hijos, o para diversión de las personas mayores por su viveza o agilidad.6 En los sepulcros se representa muchas veces a los niños jugando con los ani malitos que les deleitaban; tienen un pajarito en la mano, un perrito a sus pies. Trimalción recomienda que cuando muera coloquen a los pies de su estatua yacen te la imagen de su perrita, y a su derecha la estatua de su mujer con una paloma en la mano y acariciando a la p e rrita 7. Es curioso que la losa de un sepulcro del museo Capitolino representa una escena idéntica a la que Trimalción pide para
3. 4. 5. 6. 7.
H o r . Sai. 2, 3 , 2 4 7 -2 4 8 . P lu t. Consol. 2 . C a tu l. 3 , 4 ; M a rtia l. 1 3 , 9 8 . M a rtia l. 7 , 4 9 . P e tr o n . 7 1 .
Los juegos
285
su sepulcro. En las inscripciones funerarias se leen las palabras delicium, deliciae, e incluso delicias, como expresiones de ternura de los padres para con el hijo o hija pequeños sumamente queridos, y de un dueño para una de esas tiernas cria turas que le servían de distracción.8 Nos referimos ahora a los entretenimientos de los niños para lo que les ser vían los perritos, los corderos, los cabritos, las liebres, los conejos, los ratones, las tortugas, las comadrejas; aves como el águila, el alcón, las palomas, las perdices, tórtolas, alondras, gallos, ánades, patos, ocas, cisnes, pavos, cigüeñas, grullas, aves truces; y todos los pájaros cantores, como ruiseñores, cardelinas, etc.; y todos los pájaros parlantes, como el grajo, el cuervo, la pica, el loro venido de la India, el estornino. El loro era el animal parlante por excelencia. No se conocía bien ni en Grecia ni en Roma antes del siglo I a. C. Procedía de la India, donde se llamaba sittaké, de donde el griego y el latín psittacus9. En la India pasaba por ser ave sagrada y era el ornato de los jardines reales, en donde volaban en libertad. Cuando lo conocieron los europeos lo buscaron ansiosamente, sobre todo los romanos. En tiempos de Varrón se exponen durante las fiestas públicas con nuevas curiosidades, como mirlos blancos y otras rarezas. Luego lo adquieren los particulares a precios elevadísimos y se convierte en el ave familiar, come en la mesa de su señor, si guiendo la conversación con él y constituye para todos un gratísimo pasatiempo. E n el siglo I I d. C. Clemente de Alejandría señala la pasión de las mujeres por los pájaros raros. Ovidio cantó las gracias del loro de Carina, que convivía fami liarmente con una tórtola y repetía sin cesar: Carinna uale!, y aun cuando estaba muriendo repetía la misma expresión. Cantinela que le valió los honores de un sepulcro 10. Famoso igualmente fue el lorito de Atelio Melior cantado por Esta do, que al mismo tiempo de inteligente era sensible, puesto que lloró con su dueño la muerte de un amigo. Su cuerpo fue sepultado envuelto en perfum es.11 Los niños jugaban también con las cigarras y los grillos cantadores, que guar dan en pequeñas jaulas preparadas, eincluso con insectos voladores, como scara baeus, a los que hacían volar después de haberlos atado con un hilo. Varios son lös juegos propios de los niños que han llegado hasta nosotros. Además de hacer casitas de piedra, o de arena en la playa12, enganchaban ratones 8 . « S e x tilia e I . L . P r im ig e n ia e ann . X I I I d e lic io e o r u m ...» (G r u te r . In scr. 6 6 1 , 1 4 ). «A m ar a n h io C e r y lli d e lic iu s u ix it a n n is I I I . m e n s . I I I d a t o lla m C e ry llu s L » (G o r iu s C o lu m b . L iv. p . 7 3 , n . 4 ). 9 . P lin . N . H . 1 0 , 4 2 , 5 8 (1 1 7 ) ; P e r s. prol. 8 ; d e s c r ip c ió n d e l lo r o e n A p u l. Flor. 12. M a rtia l. 1 4 , 7 3 -7 4 ; 7 , 7 6 ; 1 9 8 -1 9 9 ; 2 0 0 -2 0 2 ; cfr. a d em á s 1 , 10 4 ; 1, 109; 7 , 14; 7 , 8 7 ; 8 , 2 6 . 10. O v id . A m o r. 2 , 5 6 . 11. S ta t. Silu. 2 , 4 . Y h a b la n d o d e o tr o s a n im a lito s d e é s t o s , C a tu lo h iz o fa m o so e l g o rrió n d e L e sb ia , s u am ada: « p a sse r , d e lic ia e m e a e p u e lla e , q u e m p lu s illa o c u lis s u is am ab at: n a m m e llitu s era t s u a m q u e n o r a t ip sa m ta m b e n e q u a m p u e lla m a trem » . Y la b e lla llo r ó ta n to la m u e r te d e s u g o r rió n q u e « fle n d o tu r g id u li r u b e n t o c e lli» (C a tu l. 3 ; cf. ta m b ié n 2 ). P ro rito le im ita M a rcia l (1 , 1 0 9 ) y A r ru n c io S te lla e n s u C olu m ba, q u e , s e g ú n e l ¡propio M ar c ia l (1 , 7 ) , « u ic it - p a sse r e m C a tu lli» . A v e c e s c o g ía n la s señ o ra s ta n to c a r iñ o , a e s t o s anim a lit o s fa ld e r o s q u e se n tía n m á s la m u e r te d e u n a p errita , p o r e je m p lo , q u e la d e l p r o p io m a rid o , s e g ú n te s tim o n io d e J u v e n a l (6 , 6 5 4 ). 12. S e n e c a , C o n st. Sap. 1 2 , 2 : « I n lito r ib u s h a r e n a e c o n g e stu sim u lacra d o m u u m e x c ita n t» .
286
Juegos y diversiones
uncidos a carritos minúsculos. Creciendo los niños, los carritos se hacían mayöres y se enganchaban a ellos perritos o corderos, e incluso a falta de ellos los arras traban otros niños, mientras el organizador del juego, el prepotente del grupo, se montaba en el carro y hacía de auriga. Jugaban al escondite: uno de ellos se sitúa en un rincón, o se tapa los ojos, mientras sus compañeritos buscan un refugio donde ocultarse.El que es sor prendido y cogido en su escondite pasa a ser el· investigador del juego siguiente. Este juego está representado en una pintura de Herculano. Pares o nones (par, impar); uno encierra en su puño algunas piedrecitas o pa jas e invita a su compañero a que adivine: «¿pares o nones?»; el interpelado dice lo que le parece, y si acierta ha ganado. Este juego, además de H oracio13, lo re cuerda Augusto en una carta a su hija conservada en Suetonio 14. El juego se des cribe así en Nux: H a y u n ju e g o q u e d ic e si e l n ú m e r o d e o b je to s o c u lto s e s p ar o e l augur q u e l o a d iv in a s e lle v a e l c o n t e n id o .15
im p ar:
La mosca de bronce; se le vendan los ojos a un niño y grita: «Yo cazaré la mosca de bronce». Los otros responden: «Tú la cazarás, pero no la atraparás». Y corren zumbando hasta que es atrapado uno de ellos. La gallinita ciega, parecido al anterior; pero en éste, sobre todo en su varie dad llamada andábate 16, podían taparse los ojos de dos o más, y tenían que cogerse y reconocerse, sin hablar. En otra forma de este juego, llamada muinda, se tapan los ojos solamente a uno; los demás le tocan en silencio y debe acertar el nombre del último que lo toca o lo señala con el dedo. Caput aut nauis (aut caputa aut nauiam), a «cara o cruz», como decimos nosotros. E n ciertas monedas (asses, pondere sextantario) aparecía grabada en una parte la cabeza de Jano y en la otra el espolón de una nave. Su forma de jugar es idéntica a la nuestra 17. Hablan de este juego infantil M acrobio18, Aurelio Victori no 10 y Paulo N olano.20 Oar sustos; los niños son más o menos inclinados a asustar a los más peque ños. Este juego se llamaba Mormolycion21. Lo vemos reproducido en una pintura de los' amorcitos de Pompeya, y recordado por Clemente de Alejandría: «Muchos se asustan con la filosofía de los gentiles, como los niños con elMormolycion». Este nombre se aplicaba sobre todo a las máscaras trágicas o cómicas, cuyas fac ciones ridiculas o terribles, por ejemplo la cabeza de Medusa, espàntaban a los niños. Uno se escondía detrás de una puerta y cuando sus compañeritos estaban más entretenidos con otros juegos abría de pronto y se presentaba con la más cara. Algunos caían horrorizados por el suelo. Era una broma de poco gusto. 13 . H o r . Sat. 2 , 3 , 2 4 8 . H o r a c io c en su ra a lo s h o m b r e s q u e p r o lo n g a n e s te ju eg o h a sta p a sad a la in fa n c ia . 14 . S u e t. A u g. 7 1 , 4 . A u g u s to e n tr e g a b a d e s p u é s d e la cen a a c a d a c o m e n s a l z 5 0 d e n a r io s para q u e ju garan a p a r e s o n o n e s d u ra n te la com issatio. 15 . N u x , e le g ía a n ó n im a , 7 9 -8 0 . 16 . C ic. Fam. 7 , 1 0 , 2 . 17 . P lin . N .H . 3 3 , 3 , 1 3 ; O v id . Fast. 1 , 2 3 9 . 18 . M a cr o b . Saturn. 1 , 7 , 2 2 . 19. A u r e l. V ic to r . O rig. G en t. R om . 3. 2 0 . P a u l. N o l. 3 8 , 7 3 . 2 1 . M o rm o lik eio n , c o m o m a n iq u í para a su sta r a lo s n iñ o s, lo c o n o c e ya P la tó n . F edro, 7 7 e; m o rm o lycio n e n C le m e n t. 7 8 0 .
Los juegos
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Tenían aros (orbis, trochus) que guiaban con unos palos rectos o encorvados en la punta (clauis)22. Los aros eran más o menos grandes; los mayorcitos lleva ban adosadas anillas o cascabeles con que amenizaban su ro d a r23. El aro lo con ducían también los m ocitos24. El buen «arista» no debía de contentarse con llevar su aro en línea recta, sino que debía saber describir círculos y dar vueltas en re dondo con la guía. «El que no sabe correr con el aro, dice Horacio, se abstiene de correr con él en público para no hacer reír a la gente» 25. Es curioso que hasta se escribió un poema didáctico sobre el arte de conducir el aro 26. Posteriormente llamaron también trochus a las peonzas (turbo) y al objeto que hoy llamamos «diábolo», y que ellos tenían como instrumento de sortilegio (rhom bus).21 Se divertían también con la peonza (turbo, turben), que era puesta en movi miento con una cuerda o látigo (scutica, uerber, flagellum). Hecha ordinariamente de boj (buxus), más o menos torneada, eran idénticas a las nuestras. Virgilio des cribe este juego, al servirse del rodar de la peonza como imagen de la agitación de Amada, esposa del rey Latino, agitada por las Furias: P a r e c e u n a d e e sa s p e o n z a s d e lo s m u ch a ch o s q u e d a n v u e lta s s o b r e su e je , trazan d o n u m e r o s o s c ír c u lo s, a n te la a d m ira ció n d e lo s p r e se n te s , q u e la h a c e n bailar c o n sta n te m e n te c o n su s lá tig o s. A s í e s c o m o v a la r e i n a . . . 28
y Tibulo, para explicar su turbación interior: M e v e o a g ita d o c o m o la p e o n z a , q u e p o r u n p a v im e n to lis o h a c e girar a g o lp e s d e tralla u n n iñ o á g il c o n a rte b ie n a p r e n d id o .28
O tro juego que se comenzaba desde niño y ocasionalmente se practicaba en to das las edades era la morra (digitis micare). Micare significa moverse rápidamente algo, como la liga, las venas, el corazón y especialmente los dedos en el juego lla mado de la morra. Dos jugadores puestos de frente a una distancia oportuna le vantan la mano derecha con algunos dedos tendidos y otros replegados y al propio tiempo los dos dicen un número; el que acierta la cantidad de dedos desplegados entre las derechas de los dos contendientes es el que gana. El número no puede ser superior a diez, pero puede empezar por cero, porque el puño cerrado repre senta el cero. Para que el juego sea recto es necesario que el gesto y la palabra sean absolutamente simultáneos, y los golpes deben seguirse con extremada rapi dez, de forma que los jugadores no tengan tiempo de hacer mentalmente la suma. Este juego se practicaba mucho en Egipto y en Grecia. Necesita vista y rapidez.
2 2 . P r o p e r t. 3 , 1 2 , 6 : « in c r e p a t e t u ersi c la u is a d u n c a tr o c h i» . N u e s tr o s n iñ o s la llam an « g u ía » y s e fa b rica d e a la m b re fu er te . 2 3 . M a rtia l. 1 4 , 16 8 -9 ; 1 1 , 2 2 ; H o r . O d . 3 , 2 4 , 5 7 ; A . P. 3 8 0 ; O v id . A r s A m . 3 , 383; T rist. 2 , 4 8 6 ; Ib is , 5 8 6 : « Q u o p u e r O e b a lid e s ic tu s ab o r b e cad a s» . 2 4 . H o r . O d . 3 , 2 4 , 5 7 ; O v id . A r s A m . 3 , 3 8 1 -3 . 25 . H o r. A .P . 380. 2 6 . O v id . T rist. 2 , 4 8 5 -6 : « E c c e c a n it fo r m a s a liu s ia c tu s q u e p ila ru m , h ic a rtem n a n d i p r a e c ip it, ille tr o c h i» . 27. O v id . A m . 1, 8 , 6 ;. P r o p e r t. 2 , 2 1 , 3 5 ; M a rtia l. 9 , 30; 12, 57. 28. V ir g . A e n . 7 , 3 7 8 -8 3 , trad , d e E . G ó m e z d e M ig u e l, E d ic . Ib é r ic a s , M a d r id ; P e r s. 5 , 5 1 ; H o r . E p d . 1 7 , 7 ; P lin . N . H . 2 0 , 1 0 ; A r n o b . A d u . N a t. 5 , 19 . 29. T ib u l. 1, 5 , 3-4. A lg u n o s m á s p e q u e ñ o s q u e s e im p u ls a b a n c o n lo s d e d o s p u lg a r y m e d io , c o m o e l h u s o d e h ila r, p a rece q u e s e r v ía n ta m b ié n para u s o s m á g ic o s.
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Juegos y diversiones
Cada uno debe de tener muy fija la mirada sobre la mano derecha del adversario, porque un jugador poco leal puede disimuladamente bajar o elevar más dedos para que no coincidan con el número indicado por el otro. Había que jugarse con bue na luz, porque, como dice San Agustín, jugando a la morra en la oscuridad se puede engañar como se q uiera30. Cicerón decía para indicar que un hombre es sumamente honesto que «con él se podía jugar a la morra aun en la oscuridad» 3l, y al atribuirlo al proverbio indica que era un juego antiguo y popular entre los romanos. Muchas ' veces, cuando dos personas no llegaban a ponerse de acuerdo, como nosotros solemos solucionarlo, echando una moneda a cara o cruz, ellos lo confiaban a una partida de morra. Juego también de niños, que podía seguir entre mayores, era el tres en raya, que describe perfectamente para entonces y para ahora el Diccionario de la Real Academia: «Juego de muchachos que se juega con unas piedrecillas o tantos colo cados en un cuadro, dividido en otros cuatro, con las líneas tiradas de un lado a otro por el centro, y añadidas las diagonales de un ángulo a otro. El fin del juego consiste en colocar en cualquiera de las líneas los tres tantos propios, y el arte del juego, en impedir que esto se logre, interpolando los tantos contrarios». Figu ras preparadas para este juego se hallan aún varias en las piedras del pavimento del Foro Romano; aunque también se jugaba sobre tableros, como vemos en Ovidio: L a p e q u e ñ a ta b la d e ju eg o r e c ib e tres p e o n e s d e cada p arte; la v ic to r ia e s d e q u ie n lo s c o lo c a p r im e r o e n lín e a r e c t a .32
El cabalgar sobre una caña (equitare in arundine), como dice H oracio33, era, como entre nosotros, propio de los más pequeñitos. Cuando los niños se juntaban ya en cuadrillitas, tenían otros juegos colectivos, en los que solían vencer los más hábiles. Jugaban mucho con las nueces, concepto en el qué también entraban los huesos de algunas frutas, como melocotones y albérchigos. Los niños se proveían de nueces en sus casas, y yéndolas a recoger en las bodas en las que tradicional y ritualmente repartían, o echaban nueces a los niños Hasta tal punto se unen las nueces a los juegos de los niños qué P ersio35 dice, para indicar el paso de la infancia, nucibus relictis, y cuando Suetonio habla de la afabilidad del emperador Agusto dice que: «A veces jugaba a los dados o a las canicas, o a las nueces, con los niños pequeños» 88. Cátulo, en un epitalamio: «Echa nueces a los chicos, esposo; ya has jugado tú bastante con ellas».37 El juego no ha variado mucho hasta nuestros días: se ponían montoncitos de cuatro nueces, y desde una distancia convenida se tiraba hacia ellas con un objeto
30. S . A u g u s t. D e T rin . 8 , 5 . 31. C ic. Off. 3 , 7 7 ; 9 0 ; l o m is m o en Fin. 2 , 52 ; D iu . 2 , 8 5; y a lu d e a é l e n Leg. 1 , 4 1 , y P e tr o n . 4 4 ; S u et. A u g. 1 3 , 2 . 3 2 . O v id . A rs A m . 3 , 3 6 5 -6 . 3 3 . H o r . Sat. 2, 3 , 2 4 8 . 34. V ir g . Ecl. 8 , 3 0 : « sp a r g e, m a r ite , naces»; In scrip t, e n H e n z e n , 7 , 12 8 : « iu s s it p u er is n u c e s sp a rg i» ; S e n e c a , C on st. Sap. 1 2 , 2 ; M a rtia l. 1 4 , 19. 35. P e r s. 1, 1 0 ; c f. C a tu l. 6 1 , 1 3 2 -3 : « s a tis d iu lu s is ti n u c ib u s » . 3 6 . S u et. A u g . 8 3 : « A n im i la x a n d i c a u sa m o d o p isc a b a tu r h a m o , m o d o ta lis a u t o c e lla tis n u c ib u s q u e lu d e b a t c u m p u e r is m in u tis , q u o d fa c ie e t g a r ru tilita te am a b ilis u n d iq u e c o n q u i r e b a t, p r a e c ip u e M a u r o s e t S y ro s» . 3 7 . C a tu l. 6 1 , 1 2 8 ( 1 2 1 ) ; 1 3 1 -6 (1 2 4 - 1 2 8 ).
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Los juegos
más pesado, una piedra llana, un trozo de metal, y se conseguían las nueces cuan do por efecto del tiro perdían contacto entre sí. También hacían con ellas el juego de los castillos (ludus castellorum): sobre tres nueces preparadas en un montoncito había que colocar sin desbaratarlas una cuarta nuez tirando desde lejos. El que lo conseguía se ganaba las otras tres nueces38. Otras veces se disponían varias en una mesa o superficie inclinada, y desde su extremo se hacía rodar una nuez propia: todas las que iba tocando en su marcha quedaban de la propiedad del que la lanzaba 39. O tra suerte consistía en una especie de «juego a la rana», en que puesta a cierta distancia una vasija se echaban las nueces para ver cuántas se introducían en ella por su boca.40 Cosa triste era para los niños el que acabaran las vacaciones, porque suponía el tener que dejar el juego de las nueces.41 Dice Suetonio 42 que Augusto, ya mayor, disfrutaba jugando con los niños a las tabas (talis), a las canicas (ocellatis) y a las nueces (nucibus). No cabe duda que los niños y niñas en Roma jugaban a las canicas con bolas de barro cocido, piedrecitas redondas, e incluso con perlas. Varrón habla de piedrecitas que las ni ñas pedían a sus padres y de perlas que las mujeres reclamaban a sus maridos: libram ocellatorum, semodium margaritarum. Entre las cosas que los galanes re galaban a sus amadas, enumera Ovidio: «Conchas, piedrecitas redondas y pinta dos pajarillos». Sin duda estas piedrecitas redondas son las canicas, que a veces eran de mármol numídico: lapilli Libyci. Como variedad del juego griegb chytrinda los niños romanos jugaban al clavo y a la marmita. Del primero se conservan dos pinturas, una en Herculano y otra en Pompeya. En la primera 43 se ven unos amorcitos alrededor de un clavo plan tado en la tierra, al cual hay uñida una cuerda cuya extremidad tiene uno de ellos, mientras otro la tiene cogida por el medio, éste aparece provisto de un vergajo. Los dos se guardan de un tercero que los persigue con una vara en alto para pegarles. En la pintura de Pompeya hay seis niños; la cuerda la tiene uno sólo; la otra extremidad está atada a un clavo hincado en la tierra, como en la pintura anterior; los niños van en torno de él. Todos, menos uno, van armados de vergas y correas. 38.
C f. N u x , 7 5 -7 6 : q u a ttu o r i n n u c ib u s, n o n a m p liu s , alea to ta e st; c u m s ib i s u p p o s itis a d d itu r u n a trib u s.
39.
N u x , 7 7 -7 8 :
P e r ta b u la e c liu u m la b i iu b e t a lte r ; e t o p ta t ta n g a t u t e m u ltis q u a m lib e t u n a suam . 4 0 . P e r s. 5 , 5 0 : « a u g u sta e c o llo n o n fa llie r o r ca e » ; N u x , 8 5 -8 6 : V a s q u o q u e sa ep e ca u u m s p a tio d is ta n te lo ca tu r; id q u o d m issa le u i n u x c a d a t u n a m an u . O tr o s d o s ju e g o s m á s s e d e s c r ib e n e n N u x, 7 3 -7 4 : H a s p u e r a u t c e r to r ec ta s d ila m n ia t ic tu ; a u t p r o n u s d ig ito b is u e s e m e lu e p e tit; y e n lo s v e r s o s 8 1 -8 4 : F it q u o q u e d e creta , q u a le m c a e le s te fig u ra m s id u s , e t in G r a e cis litte r a q u a rta g e rit. H ic u b i d is tin c ta e s t g r a d ib u s, q u i c o n s titit in tu s q u o t te tig it u irg a , to t c a p it in d e n u ces. D e la s n u e c e s c o m o e le m e n to d e ju eg o s in fa n tile s h a b la ta m b ié n M arcial, 1 4 , 194 1 . M a rtia l. 5 , 8 4 , 1-5. 4 2 . S u e t. A u g. 8 3 . 4 3 . C f. D a r e m b e r g - S a g lio , s. v . « C h y tr in d a » , p . 1 1 4 1 , fig. 1 4 4 0 .
1?
14
1
12.
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Juegos y diversiones
Este juego recuerda el de la marmita. Con frecuencia sirve de marmita un som brero o una prenda de vestir. Puesto en medio de un círculo en torno del cual corren los niños que pretenden hacerlo salir del centro de un puntapié, pero la defiende uno de ellos. Este pretende atrapar al que pueda, y el que resulte cogido deberá ocupar su lugar de defensor de la marmita. Otras veces es un clavo lo que se coloca en medio del círculo; tiene atada una cuerda y el niño que la sujeta está expuesto a los golpes de los demás hasta que, sin soltar la cuerda, atrapa a uno, que ocupará su lugar. Otros juegos eran imitaciones de los actos de los mayores: jugaban a cartagi neses y romanos, simulando batallas; organizaban entradas triunfales, desfiles de magistrados en que éstos aparecían rodeados de lictores44 provistos de sus fasces y segures; jugaban a los jueces (lusus ad iudices) 45; a jefes y a emperadores (du catus et imperta ludere) 4β; jugaban a montar a caballo, haciendo unos de cabal gadura y otros de jinetes. O proponían una prueba de habilidad y el triunfador era proclamado rey, y el menos hábil declarado «sarnoso» (scaber), y éste debía sufrir las burlas y los pes cozones de todos los demás. Mientras tanto, cantaban: rex erit qui recte faciet, qui no faciet non erit, como se desprende de H oracio47; y los que estaban seguros
4 4 . S e n e c a , D e C o n st. Sap. 1 2 , 2 : « Q u o d i lli (p u e r i) in te r ip s o s m a g istr a tu s g e r u n t e t p r a e te x ta m fa c e sq u e ac tr ib u n a l im ita n tu r , h i (u ir i) in c a m p o fo r o q u e e t in cu ria se r io lu d u n t» . 4 5 . S p a rtia n . S ever. 1, 4 : « I n p r im a p u e r itia , p r iu sq u a m L a tin is G r a e c is q u e litte r is im b u er e tu r q u ib u s e r u d is tis sim u s fu it, n u llu m a liu m in te r p u e r o s lu d u m n is i ad iu d ic e s e x e r c u it, c u m ip s e p r a e la tis fa sc ib u s ac sec u r ib u s o r d in e p u e r o r u m c ir c u n sta n te s e d e r e t ac iu d ic a r e t» . P lu t. C ato M in . 2: « E n u n a o c a sió n u n p a r ie n te , c o n m o tiv o d e celeb rar lo s d ía s d e su n a c i m ie n to , c o n v id ó a c en a r a C a tó n y a o tr o s n iñ o s , lo s c u a le s p ara h acer tie m p o ju g a b a n e n una p a r te retira d a d e la c a sa , m e z cla d o s n iñ o s p e q u e ñ o s c o n o tr o s m a y o res, y s u ju eg o era ju icio s, a c u sa cio n es y p r is io n e s d e lo s s e n te n c ia d o s . U n o d e é s t o s , q u e era d e m u y b u e n a fig u r a , lle v a d o a la p r is ió n p o r o tr o m á s g r a n d e y en c er r a d o e n e lla , e m p e z ó a lla m a r al n iñ o C a tó n . S e e n te r ó é s t e al p u n to d e lo q u e era , y d ir ig ié n d o s e a la p u er ta , r etir ó a lo s q u e s e p o n ía n d e la n te y n o l o d eja b a n acercarse, s a c ó a l n iñ o , y m o str a n d o g r a n d e e n o jo , lo lle v ó a su casa, a d o n d e lo s d e m á s lo a co m p a ñ a ro n » . 4 6 . S u e t. Ñ ero, 3 5 , 5 . Y lo m is m o q u e lo s n iñ o s ju g a b an a ser m a y o r e s, n o e s raro q u e lo s m ayores a fe c te n a lg u n a v e z la in fa n c ia y ju e g u e n d e in t e n to a se r n iñ o s. S a b em o s q u e A u g u s t o se e n tr e te n ía c o n lo s n iñ o s ju g a n d o a la s ta b a s o a la s ca n ica s. H e lio g á b a lo te n ía o tr o s e n tr e te n im ie n to s c ie r ta m e n te m á s sin g u la r e s, d e lo s q u e v a m o s a recordar su m a n ía d e c a p tu rar m u sa r a ñ a s, y d e ju gar a lo s c a rrito s d e v a ria s fo r m a s p o r s u p a la c io : « lo c a b a tu r sa n e ita cu m s e r u is u t e o s iu b e r e t m ille n a p o n d o s ib i a ran earu m d e fe r re p r o p o s ito p r a e m io , c o lle g isse q u e d ic itu r d e c e m m ilia p o n d o a ra n ea ru m , d ic e n s e t h in c in te lle g e n d u m q u am m a g n a e ss e t R o m a . M itte b a t p a r a sitis p r o c ella rio sa la rii a n n u i uasa c u m ra n is e t sco r p iis e t c u m se r p e n tib u s e t h u iu s m o d i m o n str is . C la u d e b a t e t in e iu s m o d i u a sis in fin itu m m u sca ru m , a p es m a n s u e ta s eas a p p e lla n s ... I u b e b a t s ib i e t d e c e m m ilia m u riu m e x h ib e r i, m ille m u ste lla s , m ille so r ic e s ...» (L a m p rid . Elagab. 2 6 , 6 -2 7 , 1 -2). Y ju g a n d o c o n c arritos tira d o s p o r p e r ro s: « C a n e s q u a te r n o s in g e n te s iu n x it ad curru m e t s ic e s t u e c ta tu s in tr a d o m u m regiam id e m q u e p r iu a tu s in agris s u is f e c it ... H a b u it g e m m a ta u e h ic u la e t au rata c o n te m p tis a r g en ta tis e t e b o r a tis e t aeratis. I u n x it e t q u a tern a s m u lie r e s p u lc h e r r im a s e t b in a s a d p a b illu m u e l tern as e t a m p liu s e t s ic u e c ta tu s e st. S e d p le r u m q u e n u d u s , c u m illu m n u d a e tr a h e r en t» (ib . 2 8 , 1; 2 9 , 1-2). 4 7 . H o r . E p. 1, 1, 5 9 -6 0 : ‘ . . . A t p u e r i lu d e n te s : « r e x e r is» a iu n t, « s i r e c te fa c ie s» ; e l v e r s o c o m p le to fo r m a u n s e p te n a r io tr o c a ic o y n o s lo c o n ser v a P o r fir ió n : « R e x e r it q u i r e c te fa c ie t, q u i n o n fa c ie t n o n e r it» . V é a s e ta m b ié n V o p is c . P rocu l. 13 , 2: « C u m in q u o d a m c o n u iu io a d la tr u n c u lo s lu d e r e tu r , a tq u e P r o c u ly s d e c ie s im p er a to r e x is s e t, q u id a m n o n ig n o b ilis scu rra ‘A u e ’ in q u it ‘A u g u s te ’. A d lt a q u e la n a p u rp u r ea u m er is e iu s u in x it e u m q u e ad or a u it» , lo c u a l se to m ó c o m o p r e sa g io d e su d e s tin o a l I m p e r io .
L o s juegos
291
de ño quedar los últimos decían: occupet ultimum scabies™. Otras veces, echando a correr hacia un punto determinado, decían: habeat scabiem quisquis ad me uenerit nouissimus. ' O se divertían gastando bromas y plantando engaños a los transeúntes; por ejemplo, con lo que recuerda Persio: inque luto fixum possis transcendere num mum 49. Pegaban en el suelo una moneda y se escondían en las inmediaciones, es perando que un transeúnte la viera. Cuando éste la iba a coger y no podía des pegarla, los chicos salían gritando de su escondite y riéndose de la persona burlada. A los niños siempre les gusta jugar con el agua y con el barro. San Agustín nos dice que también se entretenían con ello los niños romanos: «Los niños se escapan de la vista del pedagogo y vuelven a escondidas al barro, y cuando los en cuentran, esconden las manos, para que no se las vean».50
B) 1.
J u e g o s d e jó v e n e s
En el Campo de Marte Conforme iban creciendo, cambiaban también sus entretenimientos: E l jo v e n a ú n im b e r b e , p e r o y a lib r e d e la g o z a c o n lo s c a b a llo s, y c o n lo s p erro s y c o n
p r e se n c ia d e l ayo, la gram a d e l ca m p o
a b r ig a d o .51
De una forma parecida habla también Terencio de la diversión de los jóvenes con perros y caballos: E s p r o p io d e c a si to d o s lo s a d o le sc e n te s e l a fic io n a r se e sp e c ia lm e n te a a lg u n a co sa ; p o r e je m p lo , c u id a r c a b a llo s o p erro s para la caza. 52
En la oda 8 del libro 1 Horacio expone los juegos del Campo de Marte: equi tación, natación, lanzamiento del disco y de la jabalina, etc. El pasar gran parte de la tarde en el Campus, comto se decía, era propio de la juventud lozana. Los otros preferían estar largas horas en las termas, donde también podían hacer de portes y ejercicios gimnásticos; o entre las sombras de los jardines, o, como el Síbaris de la oda horaciana, se ocultaban en los antros menos saludables, privados del aire puro y de la clara lu z .53 En el Campus corrían, saltaban, lanzaban el disco y la jabalina, montaban a caballo, hacían evoluciones militares, luchaban entre sí en toda clase de juegosde 4 8 . H o r . A . P . 4 1 7 : « ¡ A l ú ltim o , q u e le co ja la sa rn a !» . «— ¡Q u e coja la sarna e l ú ltim o q u e lle g u e a d o n d e y o e s t o y !» . 4 9 . P e r s. 5 , 1 1 1 . 5 0 . S . A u g u s t. Sertn. 6 2 , 12, 1 8 = P . L. t. 3 8 , 4 2 3 . 5 1 . H o r . A . P. 16 1 -2 . 5 2 . T e r . A n d . 56-7. 53. H o r .O d . 1, 8 . D e e s t e a b a n d o n o s e la m e n ta e l jo v e n F ilo la q u e s e n P la u t. M o st. 149-55: C o r d o le t, c u m sc io u t n u n c s u m a tq u e u t fu i, , q u o ñ e q u e in d u str io r d e íu u e n tu t e erat a rte g y m n a stica , d is c o , h a s tis , p ila , c u r su , a rm is, e q u o , u ic tita b a m u o lu p . P a r s im o n ia e t d u ritia d is c ip lin a e a liis eram ; o p tu m i q u iq u e e x p e te b a n t a m e d o c tr in a m sib i.
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Juegos y diversiones
habilidad y fuerza, jugaban a la pelota y, por fin, se zambullían en las aguas del Tiber, quo — dice Cicerón— omnis iuuentus causa natandi u en it54. La natación era un deporte muy común, siendo muy rara la persona que no supiera nadar. Al gunos pasaban y repasaban varias veces el río aun cuando viniera crecido 55. La an chura del Campo de M arte — dice E strabón56— es admirable y «deja un espacio libre para guiar los carros y efectuar otro cualquier ejercicio con los caballos al grandísimo número de jóvenes que allí se ejercitan en la pelota, en el disco y en la lucha». Guiaban los carros veloces en reñidas competiciones, o evolucionaban sus caballos en mil suertes de carreras, saltos de obstáculos o en torneos y justas apos tadas. Aquí ensayaban también largamente el ludus Troianus o Troia, que luego representaban en el circo.57 La gimnasia era parte de la educación de los jóvenes y buscaba el desarrollo equilibrado del cuerpo y del espíritu, avezándose a superar con tesón las fatigas y las molestias consiguientes. Empezaba a practicarse en la palestra, bajo la direc ción de un maestro, y luego se continuaba en el Campus, que seguía llamándose también palestra. Tenemos el testimonio clarísimo de Plauto al darnos la primi tiva disciplina de la educación: P e r o tú , q u e te e m p e ñ a s e n d e fe n d e r a tu c o rr o m p id o h ijo , ¿era é sta la e d u c a c ió n q u e rec ib ía s c u a n d o eras jo v e n ? E s t o y se g u r o q u e d u ra n te tu s p r im e r o s v e in te a ñ o s n o eras d u e ñ o d e a p a rta rte n i e l g r u e so d e l d e d o d e t u p r e ce p to r c u a n d o sa lía s d e casa. S i n o e sta b a s e n la p a le str a a n tes d e sa lir e l s o l, n o era p e q u e ñ o e l c a stig o q u e te im p o n ía e l d ir e c to r d e l g im n a sio . A q u ie n s u c ed ía e s to , ad em á s, é l y su m a e str o e ra n c ritic a d o s p o r to d o s. A llí s e e je rc ita b a n c o rr ie n d o , lu c h a n d o , c o n la jab a lin a , con e l d is c o , c o m p itie n d o a l p u g ila to , a la p e lo ta , al s a lto , y n o c o n m u je rz u e la s y b e s o s. A llí p a sa b a n su v id a y n o e n lu p a n a res o sc u r o s. C u a n d o v o lv ía s a casa d e l h ip ó d r o m o o d e la p a le str a , e n se g u id a , c e ñ id o c o n tu b a ñ a d o r , o c u p a b a s tu b a n q u illo d e la n te d e l m a e str o . S i a l le e r t e e q u iv o c a b a s e n u n a s o la síla b a , te p o n ía la p ie l c o m o c h u p a d e d ó m in e .58
Se completaba con otros ejercicios deportivos, como: La lucha (lucta, luctamen, luctatio) en que se trababan los combatientes cuer po a cuerpo en un duro forcejeo, cayendo frecuentemente los dos en tierra. Que
5 4 . C ic. Cael. 3 6 ; 11. 5 5 . H o r . Sat. 2, 1, 7 -8. 5 6 . E str a b . 5 , 2 3 6 . 5 7 . C f. d e s p u é s h a b la n d o d e lo s e s p e c tá c u lo s d e l circo. E n R o m a lo s jó v e n e s se e je rc i ta b a n e n la e q u ita c ió n , e n e l c a m p o M a rte, d o n d e h a b ía u n e sp a c io circu lar, c o n e l s u e lo b ie n p r ep a ra d o para lo s c a b a llo s. O v id io lo lla m a certu s orbis: . .. d u m c er tu m fle c tit in o rb em q u a d r u p e s cu r su s, s p u m a n tia q u e o ra c o er c e t (M e t. 6 , 2 2 5 -6 ). P la n u s era t, la te q u e p a te n s p r o p e m o e n ia ca m p u s, a ssid u is p u lsa tu s e q u is ... (M e t. 6 , 2 1 8 -2 1 9 ). S u n t illis (u ir is) c e le r e sq u e p ila e ia c u lu m q u e tr o c h iq u e arm a q u e e t in g y ro s ir e c o a ctu s e q u u s (A rs A m . 3 , 3 8 3 -3 8 4 ). V é a se ta m b ié n H o r . O d . 1, 8 , 5 ; 3 , 7 , 2 5 : S ta t. Silu . 5 , 2 , 1 1 3 . L o s so ld a d o s d e cab allería ro m a n a s e e je rcita b a n a l a ire lib r e d u ra n te e l v e r a n o , p e r o para e l m a l tie m p o h ab ía p ó r tic o s (V e g e t. R. M il., 2 , 1 3 ), e in c lu s o u n a basilica eq u e stris (C IL . V I I , 9 6 5 : « b a silic a m e q u e s tr e m e x e r c ita to r ia m ia m p r id e m a s o lo c o e p ta m a e d ific a u it c o n s u m a u itq u e » ; ib. I I I , 6 0 2 5 ). E n e s to s lu g a r e s n o s ó lo e n c o n tr a b a n c a b a llo s b ie n p r e p a r a d o s para to d a su e rte d e e je rc ic io s, sin o q u e in c lu so h a b ía c a b a llo s d e m a d era s o b r e lo s q u e s e a c o stu m b r a b a n a saltar c o m p le ta m e n te a rm ad os, y a p o r la iz q u ier d a , y a p o r la d e r ec h a . 5 8 . P la u t. Baccb. 4 2 1 -3 4 .
L os juegos
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daba vencido aquél cuyas dos espaldas tocaran al mismo tiempo la tierra. Dice Virgilio: P a r te d e e llo s e jercita n s u s m ie m b ro s e n la s p a le str a s d e gram a, o tr o s c o m p ite n e n su s ju eg o s y lu c h a n s o b r e la aren a d o r a d a .69
Se ungían previamente el cuerpo con aceite por motivos de higiene y para ad quirir agilidad en los músculos. Este deporte persiste hoy todavía con el nombre de lucha grecorromana. Las carreras (cursus), que podían ser individuales, de grupos o por relevos. El fin era llegar los primeros a un punto prefijado, llamado meta: qui cupit optatam cursu contingere m e ta m ...60. En las carreras por relevos el testigo podía ser, entre otros objetos, una tea encendida, como dice el autor de la Rhet. ad Herennium: «Como en la palestra, el que recibe la tea ardiendo no es más rápido en la carrera que el que la en treg a...» .61 Los saltos (saltus). Dice Séneca, recomendando a Lucilio el ejercicio físico: H a y e je rc ic io s b r e v e s y fá c ile s q u e c a n sa n p r o n to e l c u e r p o y ah orran tie m p o , d e lo s q u e h a y q u e o c u p a r se a n te to d o : la carrera, e l m o v i m i e n t o d e la s m a n o s c o n al g ú n p e s o y e l s a lto , ya sea e n a ltu ra , y a e n lo n g itu d , y a e l q u e p o d e m o s llam ar « sa lia r » , o m e n o s d e c o r o sa m e n te « d e l b a ta n e r o » . E lig e c u a lq u ie ra d e é sto s, p e r o q u e s e á a l m is m o tie m p o r u d o y fá c il. H a g a s l o q u e h agas, v u e lv e e n s eg u id a d e l cu erp o a l alm a; e je rc íta la d e día y d e n o c h e . . . 62
Estos ejercicios, como hemos visto en la cita de Plauto, llegan a la más le jana antigüedad. Como se deduce del pasaje de Séneca, los saltos podían hacerse en altura o en longitud, lo mismo que entre nosotros. Cuando saltaban en longitud, por ejem plo a tres saltos seguidos, se ayudaban con unos contrapesos en las manos piedras u objetos metálicos, en forma de disco u ovalados, c.omo suele hacerse todavía (pondera, halteres) . 63 El disco (discus), círculo macizo de bronce o de piedra, de peso y de diámetro variables. Se pretendía lanzarlo lo más lejos posible. A veces se tiraba al aire, haciéndolo girar y recibiéndolo de nuevo en la mano. Este ejercicio lo practicaban mucho los .griegos, sobre todo los espartanos; por eso Marcial lo llama discus Spar tanus. 64 , Lanzamiento de jabalina (hasta), como en nuestros tiempos. Ejercicio muy útil además porque adiestraba para la guerra y para la caza mayor, enla que se las lanzas y venablos. La jabalina usada en el deporte no estaba afilada, ni se ar maba con la punta de hierro; pero sí solía estar provista de amentum, es decir, de una correa corta cuyas dos puntas estaban fijas en el centro de la vara; en ella se metía el dedo índice o el mayor, con lo que se le imprimía un movimiento
59. 60. 61. 62. 63. n e n lo s 64. 6, 646
V ir g . A e n . 6 , 6 4 2 . H o r . A . P. 4 1 2 .
A u c t. A d H eren tt. 4 , 6 9 . S e n e c a , E p . 1 5 , 4 -5 .
C f. M a rtia l. 1 4 , 4 9 ; 7 , 6 7 ; I u v e n a l. 6 , 4 2 1 ; a u n q u e a q u í n o s e c ita e l n o m b r e, io p o e sc o lia sta s. M a rtia l. 1 4 , 1 6 4 y 1 7 3 . L a c o m p e tic ió n d e l tir o d e d is c o la d e s c r ib e E s t a d o , T heb. ss; v . H o r . O d . 1, 8 , 1 1; Sat. 2 , 2 , 1 3 ; P r o p e r t. 3 , 1 2 , 1 0 ; O v id . M e t. 1 0 , 177-85; A r s A m . 3 , 3 8 3 -4 .
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Juegos y diversiones
rotatorio para darle estabilidad en la trayectoria. En este lanzamiento se buscaba también superar la línea fijada por el más diestro.65 12.
Juegos de pelota
También se jugaba a la pelota (pila, sphaera), y de varias formas. San Isido ro 66 relaciona el nombre de pila con pilus porque su interior se rellenaba de pelos, que luego se cubrían de lana, o quizá también se forraban con p iel67. Según Pli n io 68 la pila lusoria la inventó Pythus y puede ser de cuatro clases: trigonalis, pa ganica, follis y harpastum. Estas palabras designan a un tiempo la pelota en si y su juego especial, porque con cada una de ellas se jugaba de diversa-manera. En general el juego de la pelota era de todas las edades del hombre, aunque cambiara la manera de jugarse por los niños, por los jóvenes y por los ancianos. A la pelota jugaban todos, incluso los hombres más severos y de ocupaciones más graves: el pontífice Mucio Escévola, Catón el Uticense, Julio César, Augusto, Mecenas, Mar co Aurelio, e tc .69. Y entre el pueblo sentía tanta afición por este juego que mu chos no hacían otra cosa en todo el d ía .70 La pila paganica se hacía con plumas en su interior, que luego se cubrían de lana y de una ligera piel. No resultaba dura ni pesada, era más gorda que la trigonica y más pequeña que el fo llis71. Se empezó a jugar con ella en los pueblos ,y luego pasó a Roma. Se utilizaba en los gimnasios,-sobre, todo.antes de tomar el baño, como dice Marcial: non pila, non follis, non fe paganica thermis praeparat12. Jugaban con ella los niños, y sin duda también las muchachas, que, para no da ñarse las manos, empleaban una especie de raqueta (reticulum) según Ovidio: «Las pelotas ligeras hay que lanzarlas con una raqueta, y sin ella no trates de impulsar pelota alguna».73 Los niños jugaban en cualquier parte, en el foro mismo,, como dice Varrón: «En Roma en el mismo foro verás a los niños jugar tirándose la pelota con toda la fuerza delante de las carnicerías».74 Los jóvenes, en el Campo de Marte, en los gimnasios y en las termas. Preci samente en. las termas había algunos locales destinados al juego de pelota y otros ejercicios, que se llamaban sphaeristeria y anteriormente corycea. Dice Plinio el Joven, describiendo las termas de una de sus villas: «Sobre el apoditerio (sala de 6 5 . E l la n z a m ie n to d e asta c o m o e je r c ic io g im n á stic o , e n P la u t. Bacch. 4 2 8 ; M o st. 152. 6 6 . I s id o r . O rig. 1 8 , 6 9 . 6 7 . D ic e F e s to (P . F .) 2 7 3 , 7 : « p ila e e ffig ie s u ir ile s e t m u lie b r e s e x la n a » . S. I s id o r o cita a D o r ca c io : neu tu p a rce p ilo s u iu a c is c o n d e r e c er u i, u n cia d o n e c e rit g e m in a m su p e r a d d ita lib ram . 6 8 . P lin . N . H . 7 , 5 6 , 5 7 . 69. C ic. D e O r. 1, 2 1 7 ; V a l. M a x . 8 , 8 , 2 ; H o r . Sat. 1, 5 , 4 8 ; 2 , 2 , 11; S u et. A u g. 53; L a m p r id . A lex . Seu. 3 0 , 4 ; C a p ito lin . M arc. A n t. 4 , 9 : « A m a u it p u g ila tu m lu c ta m in a e t c u rsu m e t a u c u p a tu s e t p ila lu s it a d p rim e e t u e n a tu s e s t» ; M a cr o b . 2 , 6 , 5 ; S e n e c a , E p. 5 6 , 80; 1 0 4 , 3 3 ; P lin . E p. 3 , 1 , 8 ; C ic. A rch . 13. 7 0 . S e n e c a , Breu. V it. 1 3 , 1; H o r . S a t. 2 , 2 , 1 1 ; A . P. 3 8 0 . 7 1 . M a rtia l. 1 4 , 4 5 , la d e s c r ib e así: H a e c q u a e d if fic ili tu r g e t p a g an ica p lu m a , f o lle m in u s la x a s t e t m in u s arte p ila . 7 2 . M a rtia l. 7 , 3 2 , 7-8. 73. O v id . A rs A m . 3 , 3 6 1 -2 . 7 4 . V a rr. e n N o n . 1 0 4 , 2 9 M ere.
L os juegos
calderas) esta puesto el esferisterh, en que pueden hacerse muchas clases de ejer cicios, y admite varios círculos a la vez» 75. De aquí que cualquier espacio que per mitiera organizar un juego de pelota, ocasionalmente se llamaba también esferisterio, como vemos en Sidonio Apolinar.76 En esos «diversos círculos» del esferisterio, de que nos habla Plinio, podía ju garse de varios estilos: o bien lanzando la pelota de suerte que estuviera siempre en el aire, según los juegos descritos por Séneca 77, o bien dejándola votar antes en el suelo entarimado, cuyos golpes llenaban de animación y de ruido el am biente, este juego se decía uitrae pila ludere, y los jugadores, pilicrepi. Sobre el origen de esta forma de jugar y, la animación que suscitaba nos habla una inscrip ción: «Yo, Urso togado, fui el primero que jugó técnicamente a la pelota ‘vitrea’ con mis jugadores, tributándonos el pueblo los mayores aplausos en las termas de Trajano, en las de Agripa y de Tito y especialmente en las de Nerón: Venid triunfantes, jugadores de pelota (pilicrepi)».™ La pila trigonica era más pequeña que la paganica, pero más dura. Su interior está relleno de pelos. Este juego también podía hacerse en los sphaeristeria, en los gimnasios y en las palestras de las termas. El nombre lo recibe de su forma de ju garse, en el que participaban tres jugadores, dispuestos en ángulo (trigon, -onis). Debía de jugarse mucho, puesto que los poetas lo nombran con frecuencia. Era un excelente ejercicio gimnástico que lo practicaban desnudos y ungidos de aceite, como los grandes deportes19. Dispuestos los tres jugadores en ángulo, se echaban la pelota de uno a otro sin fallarla ni detenerla y con la mayor fuerza y rapidez posible para que el otro la fallara. Con ello entraban en seguida en calor, según dice Marcial·80. La pelota iba cada saque en una dirección, de derecha a izquierda y luego de izquierda a derecha, por lo que en un turno se jugaba con las derechas y en el otro con las izquierdas81. Quien no fuera ambidiestro, no tenía nada que hacer, como dice Marcial: «Si sabes expulsarme con ágil mano izquierda / soy tuya. ¿Tú no sabes? Rústico, devuelve la pelota».82 Los jugadores-no se-movían del sitio 83. Para recoger las pelotas perdidas o sus tituirlas por otras tenían sirvientes. Estos las recogían en un bolso o en una caja y las echaban cuando hacía fa lta 84. Otros se dedicaban a contarlas (numerare pi las) para que los jugadores no estuvieran con esa preocupación. Para tres jugadores hay tres recogedores de pelotas y tres contadores.
7 5 . P lin . E p. 5 , 6 . 7 6 . S id o n . E p. 2 , 2 . 7 7 . S e n e c a , Benef. 2 , 1 7 , 3 -5 . D e e sta fo r m a ju g a b a T r im a lc ió n a n tes d e m e te r s e e n e l b a ñ o . S e acerca n lo s p r o ta g o n ista s d e la n a rra ció n a lo s c ír cu lo s y v e n a u n v ie jo c a lv o , v e s tid o d é tú n ic a c o lo r d e a u rora, ju g a n d o a la p e lo ta c o n su s e sc la v o s d e h erm o sa s caballeras. S e fija n , s o b r e to d o , n o e n lo s jó v e n e s , d ig n o s d e to d a a te n c ió n , s in o e n s u d u e ñ o , q u e , cal z a d o c o n p a n tu fla s, ju gab a c o n u n a s p e lo ta s v e r d e s . J a m á s v o lv ía a p o n e r s e e n c ir cu la ció n la q u e h u b ie ra to c a d o e l s u e lo ; u n e sc la v o te n ía u n s a c o lle n o , y p r o v e ía d e p e lo ta s a lo s ju g a d o r e s (P e tr o n . 2 7 , 1-2). 7 8 . In scrip t. en O relli, 2 5 9 1 ; v . S ta t. Silu. 1, 5 , 5 7 -8 . 7 9 . M a rtia l. 7 , 7 2 , 9 -1 1 . 8 0 . M a rtia l. 4 , 19; 1 2 , 8 2 , 3-6. 8 1 . M a rtia l. 7 , 7 2 , 11. 8 2 . M a rtia l. 1 4 , 4 6 , « P ila tr ig o n a lis» ; a e s t e ju e g o a lu d e n P r o p e r t. 3 , 14 , 5 , y H ö r . Sat. 1, 6 , 1 2 6 . 8 3 . P e tr o n . 2 7 ; M a rtia l. '12, 8 2 , 5 ; O v id . A r s A m . 3 , 3 6 1 . 8 4 . P e tr o n . 2 7 ; S e n e c a , E p. 5 6 , 1; C IL . I V , 1 9 3 6 .
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Follis. Es la pelota más gorda. Podríamos decir pelotón o balón. Propiamente es una piel bien cosida, que se inflaba de aire con fuelles, como los de la cocina. Era menos dura que las otras, y por eso jugaban con ella los niños y los ancianos, como dice Marcial: D e ja d m e e n p a z , jó v e n e s: y o s o y p a ra la tiern a ed ad ; c o n m ig o (fo llß ) n o e s tá q u e ju eg u en m ás q u e lo s n iñ o s y lo s a n c ia n o s .85
b ie n
Si era un poco más menuda, se llamaba folliculus. Como era poco pesada, y gorda, su lanzamiento no podía ser rápido. Por lo tanto, aunque exigía ciertos ejercicios del cuerpo, nunca resultaban violentos, sino muy conformes con la nor ma deCicerón para los ancianos: utendum exercitationibus m odicis88. Era, pues, un ejercicio noble, que complacía a Augusto, según eu biógrafo87. Es de su poner que también jugaran con el follis las muchachas. Los jóvenes lo usaban como follis pugilatorius. Se llamaba así cuando estaba colgado, y lanzaban contra él sus puños, ya un solo muchacho, ya dos o tres, echándolo unos contra otros. Era un buen ejercicio para desarrollar los músculos de los brazos y en él se preparaban los púgiles,88 Harpastum. Es una pelota mayor que la paganica y menor que el follis. Se po día jugar con las manos o con los pies. Un buen número de jugadores se distribuye en dos bandos. El campo rectangular se limita en sus extremos por una línea que defenderá cada uno de los equipos. Cada jugador se esfuerza en apoderarse de la pelota para lanzarla a sus compañeros que se encuentran más próximos a la raya de los contrarios. El triunfo se consigue cuando se ha logrado introducir la pelota más allá de la línea contraria. Es un juego muy fatigoso y propio, por ende, de los jóvenes; porque cuando son varios los que pretenden apoderarse de la pelota, se tiran mutuamente al suelo, sudan y se ensucian. Podía lanzarse con la mano y con el pie. Muy similar al rugby. Por la lucha que supone se llama también spháeromachia89. Sán Isidoro lo llama pila arenata90, y lo describe así: 8 5 . M a rtia l. 1 4 , 4 7 , « F o llis » . E n e sta s d e s c r ip c io n e s d e d if íc il in te r p r e ta c ió n d a r e m o s en la n o ta e l te x to liter a l d e lo s au to res: I t e p r o c u l iu u e n e s , m itis m ih i c o n u e n it aetas: f o lle d e c e t p u e r o s lu d e r e , f o lle se n e s. 8 6 . C ic . Sefiect. 3 5 . 8 7 . S u e t. A u g . 8 3 : « P o s t c iu ilia b e lla ad p ila m p r im o fo llic u lu m q u e tr a n siit» ; L am p rid . A lex . Seu. 3 0 : « P o s t le c tio n e m o p e r a m p a la e str a e, a u t sp h a e r iste r io , a u t c u r su i, a u t lu c ta m in i b u s m o llio r ib u s d a b a t» . 8 8 . D ic e P la u t. R u d . 7 2 1 -2 : E x te m p lo h e r cle e g o te fo lle m p u g illa to r iu m fa cia m , e t p e n d e n te m in c u r s a b o p u g n is. 8 9 . « H a r p a s tu m p u lu e r u le n tu m » l o lla m a M a rc ia l, 7 , 6 7 , 4 , q u e n o s p r e se n ta e s te ju e g o c o n lo s o tr o s d e p e lo ta : S e u le n tu m cero m a te r is te p id u m u e trig o n a s iu e h a rp a sta m a n u p u lu e r u le n ta rapis, p lu m e a s e u la x i p a r tir is p o n d e r a f o l l i s . .. (4 , 1 9 , 5 -7 ). L a m ism a id e a d e arrebatar la p e lo ta e n M a rc ia l, 7 , 3 2 , 1 0: « N o n h arp asta u a g u s p u lu e r u le n ta r a p is» ; y e n 1 4 , 4 8 , b a jo e l le m a « H a r p a sta » ; P la u t. T ru c. 7 0 5 ; la im p r e s ió n d e la v io le n c ia c o n q u e s e ju g a b a e n e s t e ju e g o la v e m o s ta m b ié n refle ja d a e n A lfe n u s , D ig. 9 , 2 , 5 2 , 4: « C u m p ila c o m p lu r e s lu d e r e n t, q u id a m é x h is se r u u lu m , cu m p ila m p e r c ip e r e c o n a r etu r , im p u lit: ser u u s c e c id it e t cru s fr e g it; q u a er e b a tu r, an d o m in u s s e r u u li le g e A q u ilia c u m e o , c u iu s im p u ls u c ec id e r a t, agere p o te st? R e sp o n d i, n o n p o s se : cu m ca su m a g is , q u a m · c u lp a , u id e r e tu r fa c tu m » . C f. ta m b ié n M a n ii. .5 , 1 6 5 ; S ë n e c a , E p. 8 0 , 1 ; I sid o r . O rig. 1 8 , 6 9 , 2. 9 0 . I s id o r . O rig. 1 8 , 6 9 .
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« A r en a d a » lla m a n la p e lo ta e n c u y o ju eg o , p a r tic ip a n d o u n gran n ú m e ro d e ju ga d o r e s, es la n za d a d e e n m e d io d e u n o s q u e e stá n ju n to a e lla , y o tr o s, q u e e stá n a la e x p e c ta tiv a , tra ta n d e arrojarla m ás a llá d e la lín e a ju sta , para e m p ezar e l ju eg o d e n u evo.
Este era un juego de los que decían raptim y expulsim ludere. 91 No hay motivo alguno para no admitir que en Roma se practicara’con la pe lota las diversas formas de jugar que tenían los griegos. De los juegos recogidos por Pollux recordaremos: a) Σφαίρα έπίσκυρος, llamada también de los efebos, porque era un ejercicio violento que no podían realizar más que los jóvenes. Es del tipo del harpaston; pero, divididos los jóvenes en dos partes iguales del campo, trazaban una raya con una piedra que los separaba a unos de otros y sobre esta línea se colocaba la pelota; luego, en la parte de atrás de cada campo, a distancias iguales de la raya central, se echaban otras rayas, donde se situaba cada uno de los bandos. Dada la señal, se lanzaban todos hacia la pelota; los que la hubieran tocado primero, la lanzaban hacia el campo contrario por encima de las cabezas de los jugadores. I,o importante era cogerla en el aire y devolverla cuanto más lejos se pudiera hacia el campo contrario. Como la pelota se lanzaba desde donde se cogía, lo interesante era echarla lo más lejos posible en el campo contrario. Cuando llegaba a pisar la línea de atrás, re terminaba la tirada y el que lo conse guía ganaba un punto, b) Φενίνδα, la palabra es un adverbio de sentido oscuro. Puede significar algo así como «el juego de engaños». Dos bandos de jugadores en dos campos. El que tiene la pelota indica nominalmente el jugador contrario que deberá cogerla, y esto no es más que un despiste, ya que él la puede lanzar al lado opuesto al que se encuentra el jugador retado. La gracia consiste en des orientar al adversario lo más posible. Si éste deja que la pelota toque el suelo, pier de un punto. Por tanto, el que lanza tratará de sacar de forma que el otro no pue da cogerla, y el otro estará oio avi/or para atraparla en el aire, con lo cual se ganará el punto para sí. c) Άκόρραξις el juego del bote o salto. Se lanza la pe lota contra el suelo con toda, fuerza y se coge con la mano cuando está a su altura. Se vuelve a tirar de la misma forma y se cuenta el número de botes y de cogidas buenas. Gana el que lo hace más veces en el mismo tiempo. En lugar del suelo puede tirarse contra una pared, y cogerla en el aire cuando vuelve, d) Ουρανία, la pelota en el aire. Uno de los jugadores lanza la pelota al aire todo lo alto que pueda sobre su cabeza; los otros deben cogerla en su bajada. Hace un punto el oue la atrapa en el aire. Como estos juegos son todos tan espontáneos y senci llos, no cabe duda que los romanos jugaban también a ellos, aunque no podamos documentarlos por falta de precisión en las descripciones. Séneca nos habla de un juego en que, puestos dos jugadores a una distancia convenida, se envían mutuamente la pelota sin dejarla botar en el suelo: Q u ie r o e m p le a r u n a co m p a r a c ió n d e l ju eg o d e la p e lo ta , tom ada d e n u estr o C risip o: c u a n d o la p e lo ta c a e, n o h a y d u d a q u e e s p o r d e fe c to o d e l q u e la im p u lsa o d e l q u e la r ec ib e; se m a n tie n e e n su m o v im ie n to c u a n d o v a y v u e lv e e n tre la s m an os
91. N o u iu s e n N o n . p . 9 2 , 2 0 M ere.: « I n m o lis lu d u m r a p tim p ila » . R a p tim , expu lsim lu d ere io n té r m in o s m u y v a g o s q u e n o n o s p e r m ite n d e te r m in a r el ju ego. S e g ú n e l s e n tid o d e cada a d v e r b io ra p tim lu dere: e l ju g a d o r d e b e a p o d era rse d e la p e lo ta y lu e g o lan zarla, será e l ju e g o h a rp a stu m ; ex p u lsim , e n c a m b io (ex p eliere, expu lsare), n o in d ic a m á s q u e la d e v o lu c ió n d e la p e lo ta im p u lsá n d o la c o n la p a lm a d e la m a n o . L a p e lo ta p u e d e v e n ir d e o tr o ju gador, d o n d e p u e d e h a b er v a r io s, o r ee x p e d id a p o r u n m u r o o u n fr o n tó n c o n tr a e l q u e s e lanza.
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d e lo s d o s , c o n v e n ie n te m e n te tir a d a y r ec ib id a p o r u n o y o tr o . E s p r e c iso q u e el b u e n ju g a d o r la tír e d e d iv e r sa fo r m a a u n ju g a d or a lto ( o q u e e stá le jo s ) y a o tr o b a jo (o q u e e stá c e r c a )... (co llu so ri lo n g o ... collu sori breu i). S i n u e s tr o c o n tr in c a n te e s u n h o m b r e e je rc ita d o y h á b il, s er e m o s m á s a tr e v id o s e n lan zar la p e lo ta , p o r q u e , v a y a c o m o v a y a , s u m a n o e x p e d ita y á g il la d e v o lv e r á ; s i c o n u n ju g a d o r n o v e l e in e x p e r to , n o la tira rem o s c o n ta n ta d u re z a y c o n ta n ta fu ria , s in o m ás flo ja , y d ir i g ié n d o la d e lic a d a m e n te h a cia su m a n o ... S i lo s ju g a d o r es m a licio so s s e p r o p o n e n d e jar e n r id íc u lo al c o n tr in c a n te , c o n p e r ju ic io m a n ifie s to d e l ju e g o , é s t e , s i n o v a d e a c u e rd o , n o p u e d e p r o lo n g a r se. 92
Y algo más adelante: E n e l ju e g o ya e s a lg o e l r ec ib ir la p e lo ta h á b il y d ilig e n te m e n te , p e r o n o s e llam a b u e n ju g a d o r s in o e l q u e la d e v u e lv e ju sta y r á p id a m en te d e s p u é s d e h a b er la r e c i b i d o .. . Y n o d ejaré d e ca lifica r d e b u e n ju g a d o r al q u e r ec ib e la p e lo ta c o m o es d e b id o y n o tarda e n d e v o lv e r la p o r s u p a r te . P e r o a u n q u e e l arte d e l ju g a d o r n o te n g a d e fe c to c u a n d o h a c u m p lid o la p a r te d e su p a p e l, s i d eja d e h acer a lg o q u e d e b e , e l ju e g o resu lta im p e r fe c to e n s í, p o r q u e é s te r e q u ie r e e l r ec ib ir la p e lo ta y e l d e v o lv e r la .93
Este juego descrito por Séneca se llama datatim pila ludere04 y se refiere en general a los juegosrealizados con la pila paganica, la trigonica y el follis. San Isidoro nos recuerda otras dos formas de jugar a la pelota: llama a la pri mera cubitalis lusus: «llaman juego ‘cubital’ cuando los dos jugadores se ponen próximos y dan a la pelota únicamente con los brazos plegados, casi juntos los dos codos»; se jugaría con el folliculus o con la paganica; y a la segunda llama sura: «se llama juego de la ‘pantorrilla’ cuando los jugadores tratan de dar a la pelota con la pierna extendida» 65, que será el mismo juego descrito por Manilio: «aquel trata de devolver la pelota que huye con el pie extendido».98 No vemos en ninguna parte que se jugara ál frontón. Sí había prestidigitadores (pilarius, pilibudius, sphaeropaeta, uentilarius), que lanzaban al aire varias pelotas a la vez, y las iban cogiendo y lanzando ordenada mente, recibiéndolas con las manos, con la boca, etc. De ellos nos habla Quinti lian o 07, y su arte lo describe así Manilio: E l e s cap az d e ech ar u n a o le a d a d e p e lo ta s e n to r n o d e su s m ie m b r o s y d is p o n e r s u s m a n o s e n c o n tr a d iz a s p o r to d o e l c u e r p o , para d o m in a r tan tas p e lo ta s , d e v o lv ié n d o s e la s a s í m ism o , c o m o si, a m a estra d a s, la s m an dara v o la r e n to r n o s u y o .98
Los romanos jugaban a la pelota en los grandes espacios libres que tenían en la ciudad, sobre todo en el Campo de Marte, hasta finales de la República. Des pués, buscando mayor comodidad, se fueron construyendo sphaeristeria en los gim nasios y en los baños " , sobre todo en las grandes termas, como las de Agripa, de 9 2 . S e n e c a , D e B enef. 2 , 1 7 , 3-5. 9 3 . S e n e c a , ib. 2 , 3 2 , 1-3. 9 4 . N a e u iu s , frg m . R ib b . 7 5 ss; P la u t. Cure. 2 9 6 . 9 5 . I sid o r . O rig. 1 8 , 6 9 : « C u b ita le m lu s u m a p p e lla n t c u m d u o c o m m in u s e x p r o x im o ac p a e n e c o n iu n c tis c u b itis p ila m fe r iu n t» . « . . . Su ram d ic itu r d are q u i p ila m cru re p r o la to p e r ie n d u m c o n lu s o r ib u s p r a e b e n t» . 9 6 . M a n ii. 5 , 1 6 5 : « I lle p ila m c ele r i fu g ie n te m red d e re p la n ta » . 9 7 . Q u in tii. 1 0 , 7 , 1 1 . E n C IL . V I , 8 9 9 7 , e n u n e p ita fio , al se p u lta d o se le Hama « P ila riu s o m n iu m e m in e n tiss im u s» . N a tu r a lm e n te é s t o s in te r v e n ía n e n lo s e sp e c tá c u lo s y ju eg o s p ú b lic o s. 9 8 . M a n il. 5 , 1 6 8 -7 1 . 9 9 . C f. P e tr o n . 2 7 ; S e n e c a , Ep. 5 6 , 1; M a rtia l. 7 , 3 2 , 7; 12 , 8 2 , 3; 1 4 , 1 6 3 ; P liri. E p. 3 , 1, 8; 5 , 6 , 2 7 ; L a m p rid . A lex. Seu. 3 0 .
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Nerón, de Tito, de Trajano, de Domiciano, de Caracalla, e tc .100. Los ricos cons truían también salones de juego de pelota en sus casas de cam po.101 En general, se jugaba desnudo y al terminar se bañaban. Los médicos reco mendaban el juego de pelota hasta la edad madura. En la época imperial había equipos de jugadores de pelota que daban espec táculos de su arte con fines lucrativos. 3.
Los columpios
Los romanos, al igual que los griegos, se divertían con diversas clases de co lumpios, o balanzas, distinguiendo unos y otras como nosotros. 1.° La balanza (petaurum), formada por una tabla más o menos larga, apo yada en su punto central sobre una piedra, o un tronco, o un pivote preparado ya expresamente. En cada uno de los extremos de la tabla se colocaba una persona, que se iban elevando y bajando alternativamente. Cuando se establecían compe ticiones, los que se balanceaban se ponían de pie sobre el balancín y cada uno se esforzaba en hacer perder el equilibrio a su competidor, para que no se mantu viera sobre su puesto. Más fácil y cómoda resultaba cuando, sentados cada uno en un extremo de la tabla, la impulsaban hacia arriba apoyando el peso del propio cuerpo sobre los pies en la tierra; de esa forma, el que estaba sentado en el otro extremo bajaba hasta el suelo, y así alternativamente. 2.° El columpio (oscillum), asiento sostenido por dos cuerdas a una viga o resistencia transversal, o las ramas de los árboles. El que se sienta en el centro de la cuerda, en donde podía haber una tabla o una silla, etc., se agarraba con las manos a ambos ramales, y se mecía o bien por propio impulso o por el empuje de otra persona. En las representaciones gráficas de este divertimiento aparecen casi siempre las figuras de jovencitas o de sátiros. 4.
El baile y la música
Si en todos los temas que tratamos es preciso distinguir los tiempos de la vida de Roma, mucho más en este género de expansión del alma a que nos referimos ahora. La música y la danza en la época antigua era un rito religioso. Nuestros ma yores — dice Servio— quisieron que ninguna parte de nuestro cuerpo se quedara sin sentir la religión 102. Pero las primeras danzas tenían muchode bárbaro, de solemne y de marcial. Era un golpear constantemente la tierra con los pies en un ritmo de tres tiempos, por lo que se llamaba tripudiare. Según Tito Livio 103, fue Numa quien creó el colegio de los doce Sallares, dedicados a M arte Gradivo. Les dio como distintivo una túnica pintada y sobre la túnica un cinto de bronce: i y les ordenó llevar por la ciudad las armas bajadas del cielo, como son los escudos (ancilia), mientras iban cantando y bailando solemnemente al compás de sus «tri pudios». El ritmo de su danza era ternario (un-dos-tres), el mismo que luego con 100. 101. 102. 103.
C IL . V , 9 7 9 7 . P lin . E p . 2 , 1 7 , 1 2 ; 5 , 6 , S e tv . a d Eel. 5 , 7 3 . L iv . 1, 2 0 , 4.
2 2 ; S u et. V espas. 2 0 ; C IL . X , 7 0 0 4 .
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servaron los soldados en sus marchas. Por eso dice Vegecio de los soldados bisoños: «Aprendan también a saltar y a herir a un tiempo, a levantarse danzando con su escudo y agacharse de nuevo, a adelantarse saltando y corriendo animosos y a retroceder saltando para atrás».104 Con ello la danza de los saliares era una mezcla de espíritu religioso y militar. E n las fiestas organizaban una procesión, y en ella, detrás de las imágenes de los dioses y detrás de los guerreros, iban los grupos de bailarines, los unos serios, y alegres los otros. La comparsa de los serios estaba formada en tres grupos: adul tos, adolescentes y niños. Todos llevaban la túnica encarnada y el cinto bronceado, e iban armados de espadas o de lanzas cortas; los hombres llevaban la armadura completa. El grupo de los alegres iba ordenado en dos filas: la de las ovejas, ves tidos con pieles de estos animales y adornados con objetos de varios colores; y la de los chivos, desnudos hasta la cintura, pero con la espalda cubierta con pieles de cabritos. Los sallares (salii) formaron la corporación sacerdotal más antigua, y en tre otros cometidos les correspondía bailar y cantar en el mes de M arte (Martius) la danza de las armas en honor de la divinidad.105 Había otros ludii o ludiones, formando también corporaciones, que asistían a todos los cortejos religiosos y a las solemnidades fúnebres, y solían ir acompaña dos de músicos, flautistas, que también tenían constituido un colegio desde anti guo (collegium tibicinum). Otro colegio sacerdotal, el de los arvales, tenía también sus danzas, que acom pañaban con el himno que conocemos, igualmente de ritmo ternario: Enos, Lares, iuuate; Enos, Lares, iuuate. El baile, pues, acompasado y honesto, era practicado por las personas más sen satas: los jóvenes ingenuos y los hijos de los senadores iban a la escuela de danza. Salustio 108 reprende a Sempronia no porque sabe bailar, sino porque sabe bailar demasiado bien para una persona decente. Del mismo Escipión nos dice Séneca que bailó algunas veces: E s c ip ió n m o v ía r ítm ic a m e n te e n la d a n za a q u el c u e r p o d e h é r o e tr iu n fa d o r , n o c o n to r n e á n d o se m u e lle m e n te , c o m o ahora a c o stu m b r a n m u c h o s, q u e in c lu s o e n e l and ar d e ia n atrás e n d e lic a d e z a a la s m ism a s m u je re s, s in o ta l c o m o lo s a n tig u o s v a r o n e s s o lía n da n za r v a r o n ilm e n te e n lo s ju e g o s y e n la s fie s ta s , d e su e r te q u e a u n q u e lo s c o n te m p la r a n su s p r o p io s e n e m ig o s , n o p o d ía ser v ir le s d e d e s h o n r a .107
En Roma, como en cualquier otro pueblo, hubo su música desde los tiempos más remotos, con que entonaban sus himnos religiosos los. fratres amales, los fe ciales, los sallares, las lamentaciones fúnebres (neniae), los cánticos de regocijo y pasatiempo (fescennina) y las gesta maiorum que cantaban ad tibiam en los ban quetes 108 los cánticos triunfales, que también podían entonarse sin acompañamien to, uoce assa, como dice Varrón 109. Aunque para los romanos dé estos tiempos primitivos tanto la poesía como la música eran algo en que no había que fijarse m ucho.110 104. 105. 10 6 . 107. 108. 109. c a n ta r e n t
110.
V e g e t . M ilit. 2 , 3 3 . V arr. L. L. 5 , 8 5 ; O v id . Fast. 3 , 2 5 9 -3 9 8 . S a lu st. Cat, 26. S e n e c a , D e Tranquil. 1 7 , 4 . C ic. Tuse. 4, 3; Brut. 7 5 . V a rr. e n N o n . p . 1 0 7 L ; D e V ita popul. Roman. 2: « in c o n u iu iis p u er i m o d e s ti ut c a rm in a a n tiq u a , in q u ib u s la u d es e ra n t m a io r u m , e t assa u o c e , e t c u m tib ic in e » .
Nep. Epam. 2, 2.
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Dionisio de Halicarnaso111 y Plutarco 112 nos hablan de cánticos que celebra ban la crianza maravillosa de Rómulo; y Dionisio 113 de cantos que ensalzaban la justicia y la piedad de Coriolano. Los instrumentos básicos, lituus, tuba, cornu, tibia, parecen antiguos en Roma, y la existencia de un collegium tibicinum en el Aventino hace pensar en un tipo de flauta indígena. De todas formas los etruscos eran muy aficionados a la músi ca, e incluso celebraban competiciones (agones) musicales, y sin duda por el si glo V a. C. influyeron grandemente en Roma. En el siglo siguiente entró todo el instrumental griego de cuerda, especialmente por el teatro. El drama romano, cal cado sobre la tragedia griega, lleva consigo diversos cantica, además de los prelu dios y las pausas de los entreactos que llena la tibia modulando diversas melodías. Dice Horacio: L a fla u ta n o era c o m o ahora q u e e stá r e v e s tid a d e o r ic a lco y e s é m u la d e la tr o m p eta , s in o d e lg a d a y se n c illa y c o n p o c o s agu jeros; e ra ú t il para ayud ar y aco m p a ñ a r a lo s c o r o s y para lle n a r c o n su m e lo d ía lo s a s ie n to s to d a v ía n o m u y r e p le to s d e a s is t e n t e s .114
Ni Plauto ni Terencio componen la música de sus comedias; este menester lo confían a músicos, esclavos griegos sin duda, con lo cual el gran público va to mando gusto por la música helénica. Hacia la mitad del siglo I I a. C. podemos decir que la música en Roma es casi toda ella de inspiración griega.115 Con los poetas líricos, inspirados en la escuela lesbia, entró y floreció en Roma el canto monódico; y en ocasiones señaladas se forman nutridos coros de jóvenes y doncellas que de una forma solemne y oficial van entonando por las calles los grandes himnos seculares. El primero de que se tiene noticia fue en el año 207 antes de Cristo sobre la letra compuesta por Livio Andrónico en honor de Juno R eginaue. Y en el año 17 a. C., el día 3 de junio, después del último sacrificio de los celebrados aquellos días y noches en honor de Apolo y de Diana sobre el Palatino..., «veintisiete niños y niñas, cuyos padres y madres aún vivían, can taron el poema igualmente en el Capitolio...; el poema lo compuso Q. Horacio Flaco» u1. Y de una forma semejante en las procesiones, en las ovaciones y en los triunfos, la música más o menos inspirada acompañaba a los que iban desfilando. D io n is . Hal. 1, 7 9 , 10. P lu t. Numa, 5: « Y a. R ó m u lo se lo c eleb ra c o n e n c o m io s c o m o h ijo d e d io s e s , y se s u p r o d ig io sa cria n za , y d e la m a n era in c r e íb le c o m o se sa lv ó s ie n d o n iñ o » . D io n is . 8 , 6 2 . H o r . A . P. 202-5. 115. M a cro b . 2 , 1 0 . L e e m o s e n la s didascaliae d e la s c o m e d ia s teren cian as: A nd.: « M o d o s f e c it F la ccu s C la u d i f iliu s tib iis p a r ib u s d e x tr is u e l s in is tr is» ; H tm .: « M o d o s f e c it F laccus C la u d i, acta p r im u m tib iis im p a rib u s, d e in d e d u a b u s d e x tr is » ; Eun.: « M o d o s fe c it F la c c u s C lau d i tib iis d u a b u s d e x tr is » ; Phorm.: « M o d o s f e c it F la cc u s C la u d i tib iis im p a rib u s» ; y Hec.: « M o d o s d e c it F la cc u s C la u d i tib iis p a r ib u s» . P la u t. Stich.: « T . P u b liliu s P e llio m o d o s fe c it M a rcip o r [S e r u u s M a r c i] O p p ii tib iis sa rra n is to ta m » . 1 1 6 . L iv . 2 7 , 3 7 , 7 -1 5 : « D e c r e u e r e p o n tific e s u t u ir g in es ter n o u e n a e p e r u r b e m eu n tes c a rm en c a n e re n t. I d c u m in I o u is S ta to r is a e d e d is c e r e n t c o n d itu m ab L iu io p o e ta c a r m e n ... T u m s e p te m e t u ig in ti u ir g in e s , lo n g a m in d u ta e u e s te m , carm en in I u n o n e m regin am ca n e n te s ib a n t, illa te m p e s ta te fo r s ita n la u d a b ile r u d ib u s in g e n iis , n u n c a b h o rren s e t in c o n d itu m si re f e r a tu r ... in F o r o p o m p a c o n s titit e t p e r m a n u s r e s te d a ta u ir g in e s s o n u m u o c is p u ls u p ed u m m o d u la n te s in c e ss e r u n t» . 1 1 7 . Commentarium ludorum saecularium, in s c r ip c ió n h a lla d a e n 1 8 9 0 , grabada e n una c o lu m n a d e m á rm o l. 111. 112. h a b la d e 113. 114.
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Juegos y diversiones
Aún en tiempos de Cicerón el demasiado dilectantismo por la música era con siderado de condición muelle y afeminada, prejuicio que desaparece en absoluto durante el Imperio, época en que el gusto por la música más refinada llega basta convertir en músicos a buena parte de la nobleza. Muchos emperadores, como Caligula, Tito, Adriano, Cómodo, Heliogábalo, Alejandro Severo, son aficionados a la música; y no digamos Nerón, que pretendía ser el divo número uno en este a rte .118 Las religiones orientales celebran también sus liturgias con abundantes cán ticos. Pero el ámbito propio de la música es el teatro, tanto acompañando a las pantomimas con una música muelle y lasciva como en forma de verdaderos con ciertos orquestados y corales ua. Las Eglogas de Virgilio y las Heroidas de Ovidio fueron orquestadas. En estos conciertos se conjuncionan todos los instrumentos de cuerda y viento 120, entrando muy de moda el órgano hidráulico, instrumento ante el cual se pasaba gran parte del día N e ró n 121, y cuando preparaba un viaje su única preocupación era disponer los vehículos en que pudiera transportar su ó rgano122. La misma obsesión por estos instrumentos tuvieron Alejandro Seve ro 123 y H eliogábalo.124 No es raro que los virtuosos de la música fueran celebrados y obtuvieran gran fama en la sociedad. Conocemos a Tigellius bajo César, los citaredos Terpnos, Menécrates y Diodoro bajo Nerón; Cirisógono, bajo Domiciano. Mesómedes recibió una pensión de Adriano y Caracalla le erigió un cenotafio. Los grandes citaristas y flautistas se sienten mimados por los grandes señores y amados por las matronas. Ellos se hacen valer y exigen grandes sumas de dinero por sus actuaciones. El avaro Vespasiano alquilaba por 200.000 sestercios a dos citaristas para que to caran en la reapertura del teatro de Marcelo. Los concurso^ musicales (agones) tardan a establecerse en Roma. Se iniciaron en el año 17 d. C. en el teatro de Pompeyo; Nerón quiso celebrarlos de una forma regular y estableció para ello las Neronia, que se repetirían cada cinco años 125, y no tuvieron éxito. En el año 86 Domiciano estableció los Capitolini ludi cada cinco años, que por fin se mantuvieron. Para ello se había construido el Odeón en el Campo de Marte, que podía acoger a diez mil espectadores, en un ambiente especial para "audiciones de m úsica.126 En la vida privada de los romanos el momento de entregarse a la pasión de la música es durante la cena, y esto se hacía inclusive en las casas más modestas, no
1 1 8 . « D e s tin a u e r a t e tia m , q u i A p o llin e m c a n tu a e q u ip a ra te e x istim a r e tu r » . S u e t. N ero, 5 3 ; y a s í se lo c re ía é l: « q u a lis a r tife x p e r e o ! » , d ijo a l m o r ir (ib . 4 9 , 1). S o b re s u s o s te n ta c io n e s e n e l c a m p o d e la m ú sic a p u e d e v e r s e lo s c a p ítu lo s 2 0 y 2 1 d e la m ism a b io g ra fía . 1 1 9 . V o p is c . Carin. 1 9 ; S e n e c a , E p . 8 4 , 9 -1 0 . 1 2 0 . H o r . A . P. 2 0 2 ss. 1 2 1 . S u e t. Ñ ero, 4 1 : « r eliq u a m d ie i p a r te m p e r o r g a n a h y d ra u lic a n o u i e t ig n o t i g e n e r is c ir c u m d u x it» . 122. S u e t. ib . 4 4 : « in p raep aran d a e x p e d itio n e p r im a m cu ra m h a b u it d e lig e n d i u e h ic u la p o r ta n d is sc a e n ic is o r g a n is» . 1 2 3 . L a m p r id . A lex . S eu : 2 7 . 1 2 4 . L a m p r id . E lagab. 3 2 ; so b r e e s t e in s tr u m e n to y s u in v e n c ió n , v é a s e V itr u v io , 9 , 9, y 1 0 , 13. 125. S u e t. N ero , 1 2 , 3: « in s tit u it e t q u in q u e n n a le c er ta m en p r im u s o m n iu m R o m a e m o r e G r a e c o tr ip le x , m u sic u m g y m n ic u m e q u e s tr e , q u o d a p p e lla u it N e r o n ia » . 126. S u e t. D o m it. 4 , 4 : « C e rta b a n t e n im e t p r o sa o r a tio n e G r a e ce L a tin e q u e ac p r a e te r c ith a r o e d o s c h o r o c ith a r ista e q u o q u e e t p s ilo c ith a r is ta e » .
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digamos en las mansiones ricas y sobre todo en los grandes banquetes. Algunos, de gusto refinado, como un amigo de Gelio, hacía cantar a coros de chicos y de chicas las odas de Safo y de Anacreonte y de los líricos latinos Valerio Edituo, P. Licino y Q. Catulo 127; otros tenían sus pueri symphoniaci, sus citaristas y flau tistas. Los voluptuosos hacían desfilar por sus triclinios las citaristas sirias y egip cias, y a las elegantes puellae Gaditanae, que repicoteaban el ambiente con sus parlantes castañuelas. En la cena de Trimalción todo se hace al aire de la música, incluso la presentación de los platos y la limpieza de las mesas. Lo mismo que en la literatura clásica vieron no pocos padres de la Iglesia ele mentos de perversión de las almas y se declararon en contra de toda delicadeza de estilo por juzgarla obra del paganismo, lo mismo sucede en cuanto a la música. Quizá no tuvieron en cuenta más que la música escandalosa y pegajosa de los pantomimas, y bastó eso para que la suprimieran enteramente del culto. Por fin los esfuerzos de San Hilario y de San Ambrosio consiguieron que la Iglesia Latina adoptara una serie de cánticos, de salmos y de himnos que se can taban a coro. No cabe duda que esto elevaba las almas aunque se sintieran en el fondo los modos orientales o helénicos. Sindistinguirse mucho en la música, los jóvenes romanos cantaban y bailaban, como es natural. El nombre del baile (saltatio) indica que se realizaba sobre todo dando los saltos característicos marcados por el ritmo del tripudio m . Pero dice Macrobio que pronto se fue corrompiendo esta decencia del baile y fue haciéndose muelle y disoluto, incluso cuando se hacían en los convites por placer y por de licia, después de haber comido y bebido hasta la saciedad129. Ÿ aduce estas pa labras de Escipión Emiliano: S o n fo r m a s in d e c e n te s d e e x h ib ic ió n esa s q u e n u e s tr o s jó v e n e s se h a c e n e n señ a r. V a n a la s e sc u e la s d e lo s h is tr io n e s e n c o m p a ñ ía d e b a ila rin es im p ú d ic o s; lle v a n p ífa n o s e in s tr u m e n to s d e c u erd a , y a p r e n d e n a llí a ca n ta r; co sa s s o n é sta s q u e n u e s tr o s an te p a sa d o s te n ía n sie m p r e p o r d e sh o n r o sa s para lo s jó v e n e s d e lib r e alcu rn ia; s í, joven c ito s y m u ch a ch a s v a n a la s e sc u e la s d e d a n za e n m e d io d e lo s b a ila r in e s. L o hab ía o íd o d e c ir a m u c h o s, p e r o y o n o lo creía ; n o q u er ía creer q u e h o m b r e s de la n o b lez a h ic ie r a n dar a s u s h ijo s u n a e n señ a n z a d e a q u e l g é n e ro . P u e s b ie n , m e lle v a r o n a una d e a q u ella s e sc u e la s d e d an za; v i a llí, p o r lo m e n o s , a m ás d e q u in ie n to s e n tr e n i ñ o s y n iñ a s; y v i ta m b ié n (y m e d o lió e l c o ra z ó n al v e r lo , p o r la su e r te d e l E sta d o ), v i a l h ijo d e u n o q u e aspira al c o n s u la d o ; era u n jo v e n c ito q u e n o p o d ía te n e r m ás d e d o c e a ñ o s; lle v a b a to d a v ía la bulla s o b r e e l p e c h o y d an zab a a c o m p a ñ á n d o se con lo s tim b a le s; n i u n e sc la v o im p ú d ic o da n za ría d e a q u e l m o d o sin in c o n v e n ie n c ia .130
Esto sucedía en el siglo II a. C. cuando se introdujeron las danzas más refi nadas, que, procedentes de la Lidia, habían causado las delicias de los jonios y de todos los griegos. Máxime en los convites de la alta sociedad, se danzaba a la griega, pero sólo las mujeres y los niños. Un hombre serio no podía bailar en pú blico; y la designación de bailarín (cinaedus) &s la mayor injuria que pudiera ha cerse a un hombre. Y en esto, según dice Nepote, diferimos de los griegos: «Sa bemos que según nuestras costumbres la música no se compadece bien con la persona de un noble y que la danza figura incluso entre los vicios» 131; pero los 127. 128. 129. 13 0 . 131.
G e ll. 1 9 , 9. H o r . O d . 3 , 1 8 , 1 5 -6 ; 4 , 1, 2 8 ; 1, 3 6 , 12; E p. 1, 14, 25-6. M a cro b . Satur. 2 , 1 0 . M a cr o b . Satur. 3 , 1 4 , 7. N e p o t . E pam . 1, 2 ; y P raefat. A v e c e s u n a c o stu m b r e s e desarraiga p o r la c a u sa m ás
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griegos no vieron mal que su austero Epaminondas danzase en un convite. Cice rón, cuando se enteró de que el cónsul A. Gabinio bailaba, no dudó en calificarlo de saltatrix tonsa 132, y acusa en el mismo discurso tanto a L. Pisón como a su colega A. Gabinio de costumbres deletéras.133 Y lo mismo que Cicerón a estos cónsules indignos, Catón el Uticense acusa a Murena de haber bailado, por lo cual es indigno de ser cónsul. El mismo M. Tu lio lo defiende de esa acusación, indicando que, si es verdad, es una afrenta; pero si es mentira es una injuria que no puede lanzarse así, temerariamente: consulem populi Romani saltatorem uocare! El bailar es la secuela de una vida bohemia y viciosa. Muy pocos bailan en estado de sobriedad, a no ser los demen tes, ni siquiera en la vida íntima, ni en un banquete moderado y honesto. Se suele bailar en los festines prolongados, en los lugares deliciosos y es la última conse cuencia de las reuniones placenteras. Tú acusas del último eslabón de una cadena de vicios, sin atreverte a nombrar los hitos intermedios, de los que nadie puede acusar a M urena.134 Los acusadores del rey Deyótaro ante César lo culpaban también de bailarín. Al defenderlo, Cicerón pudo muy bien distraer sus argumentos por las costumbres asiáticas, en donde el baile no tenía nada de reprochable 135; pero, sin embargo, prefiere apelar al testimonio de los testigos: «¿Quién vio jamás a Deyotaro bai lando o bebido?» 13e, y recordar sus virtudes de moderación y templanza que exclu yen las liviandades del baile. Siendo un hombre frugal, modesto y templado, no puede imaginarse que sea un bailarín, aunque esto pertenece a su vida privada.137 E ntre las ocupaciones que Cicerón reprueba para el hombre cita los perfumis tas (unguentarii) y los bailarines (saltatores). Entre los bailes más reprobables es tán los de los afeminados, cinaedi, y las puellae Gaditanae, o bailarines de pro fesión. Todos ellos se ganaban la vida vendiendo su arte y sus personas. Pero de éstos no hablamos. Había un baile gracioso, de cierta dignidad, que consistía en la combinación y posturas de los brazos y en el ágil movimiento de las manos ■38 más bien que en pasos procaces o provocativos. Este, entre la gente joven, no era mal visto. Las muchachas sobre todo tenían sus juegos, que, por lo acompasado y el ritmo de sus movimientos, era un baile: formaban sus ruedas, sus círculos, to mándose las manos y golpeando rítmicamente la tierra con sus plantas, tal como nos presenta Horacio a las Ninfas y a las Gracias 139, bajo la atención de Venus 140.
fú til. E n tr e lo s g r ie g o s s e d e jó d e tocar la fla u ta p o r u n a n iñ er ía d e A lc ib ia d e s . N o s lo r efie re a s í A u lo G e lio : « A lc ib ia d e s A th e n ie n s is , c u m a p u d a u u n c u lu m P e r ic le m p u e r a r tib u s ac d is c i p lin is lib e r a lib u s e ru d ir e tu r e t a rcessi P e r ic le s A n tig e n id a m tib ic in e m iu s s is s e t, u t e u m c a n ere tib iis , q u o d h o n e s tis s im u m tu m u id e b a tu r , d o c e r e t, tr a d ita s s ib i tib ia s, c u m a d o s a d h ib u is s e t in fla s s e tq u e , p u d e fa c tu s o r is d e fo r m ita te a b ie c it in fr e g itq u e . E a r es cu m p e r c r e b u isse t, o m n iu m tu m A th e n ie n s iu m c o n s e n su d is c ip lin a t ib iis c a n e n d i d e s ita s t. S c r ip tu m h o c e s t in com m en tario P a m p h ila e n o n o e t u ic e sim o » (1 5 , 1 7 ). 1 3 2 . C ic . I n P is. 18. 1 3 3 . C ic . ib. 22. 134. C ic . M u r. 1 3 . 135. C ic. M u r. 12. 136. C ic. D e io t. 2 6 . 137. C ic . D e io t. 2 8 . 1 3 8 . O v id . A r s A m . 1, 5 9 3 ; 2 , 3 0 5 ; 3 , 3 4 9 -5 3 ; R em . A m . 3 3 3 . 139. H o r . O d . 1 , 4 , 5 -8 ; O v id . M e t. 1 4 , 5 2 0 . 140. H o r . O d . 1, 3 0 , 5 -8 ; 3 , 19 , 17.
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Podemos imaginar que estas ruedas de danzas están formadas por doncellas y jó venes esposas que alegran con sus cantos y sus ritmos los prados, al dejarse sen tir los primeros días de la primavera, mientras sus maridos, como Cíclopes, tra bajan ansiosamente con el ardor que en todos pone la estación vigorosa. Estos bailes, que nos recuerdan nuestras sardanas y nuestras jotas de coros, se llamaban orbes y choreae y eran practicadas en grupos o en multitud. Así dice Arnobio: «De forma que la m ultitud se dispersaba en movimientos descompa sados de los cuerpos, saltaba y cantaba, formando luego sus círculos de baile, etcétera» M1. Lucrecio a estos bailes que se hacían trabándose las manos los lla maba catenae (ludere catenas) 142. Tenían estos bailes un profundo sentido reli gioso, como vemos en Virgilio: «Ensalzad a Dios aplaudiendo a coro» 143. En los campos Elíseos los bienaventurados forman también sus corros de danzas l44. En los momentos de descanso en la guerra contra Turno el ejército de Eneas no duda en buscar su expansión, entre otros juegos m ilitares145, en la delicia de las danzas: iuuat indulgere choreisMs; las Ninfas en que se habían convertido las naves de Eneas, para evitar el incendio proyectado por Turno, salen al encuentro de Eneas danzando 147: «de lejos conocen a su rey y lo rodean formando coro en torno suyo». No tiene nada de particular que siendo ésta la opinión propugnada por Virgi lio, la juventud encontrara una cierta invitación a este descanso y emoción del áni mo en sus grandes poetas. Así, Horacio: Y tú , jo v e n , n o d e s p r e c ie s lo s d u lc e s n i lo s b a ile s, m ie n tra s e stá leja n a la b la n ca a n c ia n id a d m o r o s a .148
a m o res,
Sin embargo, el mismo Horacio reprueba el afán que muchos jóvenes tenían de aprender los bailes provocativos de los jonios.149 En la época imperial no bailan los hombres serios, ni los jóvenes morigerados, pero era una atracción demasiado profunda para que la mayor parte de los jóve nes la resistieran, aunque sólo hacían ostentación de ello los afeminados, los pre suntuosos y los que hacían gala de llevar una vida libre y voluptuosa, como aquel jactancioso interlocutor de Horacio 15°, que, según él mismo, es quien compone más rápidamente los mejores versos y baila más muelle y delicadamente que na die. Así también, por ejemplo, el Atico que Marcial presenta comoprototipo del joven insulso y presumido que aseguraba que todo lo hacía mejor que nadie, in cluso b ailar.151 Bailaba Nerón al ritmo de sus poesías 152; bailaba sobre todo Caligula, quien, según nos dice Suetonio, danzaba día y noche, y cuando asistía al teatro, cantaba 141. A rnob. 2, 42. 1 4 2 . L u c re t. 2 , 6 3 0 . 1 4 3 . V ir g . C u l. 1 9 . 1 4 4 . V ir g . Aen. 6 , 6 4 4 ; T ib u l. 1, 3 , 5 7 -6 4 , e sp e c ia lm e n te : « H ic (e n lo s cam p os E lís e o s ) c h o r ea e c a n tu sq u e u ig e n t , p a s sim q u e u a g a n te s / d u lc e s o n a n t te n u i g u ttu r e c a r m e n ...» . P ro p e r t. 4 , 7 , 8 . 1 4 5 . V ir g . Aen. 9 , 6 0 3 -7 . 1 4 6 . V ir g . Aen. 9 , 6 1 5 -2 0 . 147. V ir g . Aen. 1 0 , 2 2 4 . 148. H or. O d. 1 , 9 , 1 5 -8 . 149. H or. O d. 3 , 6 , 2 1 ss. 150. H o r . Sat. 1 , 9 , 2 1 -5 . 1 5 1 . M a r tia l. 2 , 7 . 1 5 2 . I u v e n a l. 8 , 2 2 5 .
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y se movía en su sillon de la presidencia como los histriones en el escenario, e incluso una noche llamó a su palacio a tres senadores, y cuando éstos llegaron a horas tan insólitas, y pensaban que había llegado el fin de su vida, fueron invi tados por unos siervos a sentarse en un estrado, cuando de pronto vieron entrar al emperador vestido con una túnica talar y cubierto de un riquísimo manto. Danza y canta durante un espacio de tiempo, y, sin dirigirles una palabra, ni es perar a que se la dijeran, se marchó. Terminado el espectáculo, los senadores, sor prendidos, pudieron volverse a sus casas.153 Con ello va entrando el baile también en las casas; empezando por las sobre mesas (comissationes), pasó a otros acontecimientos familiares. La música y el bai le pasan a ser, como en Grecia, una disciplina de la educación, y ya no se acusa a nadie porque se le haya visto bailar, ya que era una forma común de manifestar los regocijos familiares, y los ricos poblaron sus casas de citaristas y liristas para que los acompañaran en sus diversiones. No se explica de otra manera el que los santos Padres y los Concilios de los primeros siglos se propusieran la preocupación de apartar a los cristianos del baile y de sacarlas danzas de las iglesias, donde se habían introducido sobre todo en las vigilias,y en las mayores festividades como la Pascua y N avidad.154 5.
Las cortesanas
Comúnmente se llamaban meretrices ( = quae corpore merent), y los juristas las definen también por mulieres quaestuariae, corpora quaestuoria155. De ahí que su oficio se llama meretricium 158. El Digesto precisa el concepto: palam quaestum facere se dice de la que se vende en los lupanares, o ejerce la ganancia con su cuerpo en los mesones y tabernas157. Palam quiere decir «sin elección», que recibe a todo el que llega, no la que tiene algún que otro contacto con alguna persona15B, «tampoco la que vende sus favores a uno o a dos, parece comerciar con su cuer po» 159; pero la que recibe a cualquiera, aunque sea gratis, es una prostituta IE,°. No basta para excusarse de prostitución el hacerlo arrastrada por la pobreza161. Se la llama también scortum, «pellejo» 162; lupa, por su rapacidad propia de las lobas 163; togata, porque en Roma debía de ir con la toga, en lugar de la stola de las matronas 164. Prostibulum era una cortesana de ínfima clase 165, como las po-
1 5 3 . S u e t. Calig. 5 4 . 1 5 4 . V id . Dictionnaire D'Arcbéol. cbêtienne e t de Liturg. I V , 2 5 1 -2 5 3 . 1 5 5 . C ic. Cael. 4 9 : « u t n o n s o lu m m e r e tr ix , s e d e tia m p r o te r u a m e r e tr ix p r o c a x q u e u id ea tu r » . 1 5 6 . P la u t. Cas. 5 8 5 : « n o n m a tro n a ru m o ff ic iu m s t, s e d m e r etriciu m » . 1 5 7 . U lp . Dig. 2 3 , 2 , 4 3 . C o n c e p to e n pr. 1 5 8 . Ib. 1. 1 5 9 . Ib. 2. 1 6 0 . Ib. 3 . 1 6 1 . Ib. 5. 1 6 2 . F est. p . 3 3 1 . M ü ll.: « q u ia u t p e llic u la e s u b ig u n tu r » . 1 6 3 . C ic. M il. 5 5 : « ille q u i sem p e r s e c u m sco r ta , se m p e r e x o le to s , sem p e r lu p a s d u ce b a t» ; A u r e i. V ie t. D e Or. Gent. Rom. 2 1 : « M u lie r c o r p u s p r e tio u u lg a r e so lita , lu p a d ic itu r , u n d e e t e iu s m o d i lo c i, in q u ib u s h a e c o n s is tu n t, lu p a n a r ia d ic ta » ; Q u in tii. 2 , 4 , 1 9 ; 3 , 7 , 5 . 1 6 4 . H o r . Sat. 1, 2 , 6 3 y 8 2 ; M a rtia l. 9 , 6 4 ; I u v e n a l. 2 , 7 0 . 1 6 5 . P la u t. Aul. 2 8 5 ; Am m . Mare. 2 8 , 4 ; ta m b ié n la lla m a n prostibula, P la u t. Clitell. e n N o n . 4 2 3 , 1 8 M er e .; T e r tu l. Apol. 6 . E n N o n . ib. le e m o s e sta d ife r e n c ia e n tr e prostibulum y meretrix: « I n te r m e r etrice m e t p r o s tib u la , q u o d m e r e tr ix h o n e s tio r is lo c i e t q u a e s tu s s it, e t
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sedae, las alicariae, las ambubaiae y las bustuariae, nombres que figuran sobre todo en los cómicos.. Durante mucho tiempo las costumbres de Roma fueron sanas y austeras. Se respetaba la santidad del matrimonio, y durante muchos siglos no se conoció ni un divorcio 166. Naturalmente que no todos los matrimonios vivían en plena feli cidad, sobre todo si se tiene en cuenta que las nupcias las concertaban los padres de los esposos167. Los maridos malhumorados buscaban sus expansiones con las esclavas, siempre abundantes en las casas ricas; cosa que, aun cuando proporcio naba rencillas conyugales16B, no producía escándalo, ni difamación. Muchas mu jeres hacían la vista gorda, como dice Valerio Máximo de Tercia Emilia, esposa del primer Africano, quien sabiendo que su marido se entretenía con una sierva, lo disimuló «para no denunciar al dominador del mundo como sometido a la li viandad femenina de una esclava» 169. Y, lejos de vengarse de la joven, cuando murió Cornelio Escipión, Tercia dio la libertad a la coima de su marido, y la casó con un liberto suyo; y Livia, la mujer del mismo Augusto, según nos cuenta Sue tonio, incluso buscaba a su marido doncellas, por las que el divino pervertido sen tía especial inclinación.1,0 Los jóvenes, educados en una disciplina severa, fácilmente s e . reprimían, ya que por otra parte se casaban jóvenes. Una conversación ejemplar entre un padre prudente y un hijo atento es digna de leerse en Plauto 171. Además, así como se veía mal un trato familiar y prolongado entre personas de diverso sexo, ciertos encuentros pasajeros se consideraban como una expansión lícita de una exigencia natural. Para Catón el Viejo, como para Solón, las prostitutas son un preservativo del honor de las familias. Horacio nos recuerda una escena: «Viendo salir a un hombre de buena familia de un lupanar: ‘Bravo, ánimo’, le dijo la divina sabi duría de Catón; ‘pues cuando el deseo furioso hinche las venas, es aquí donde deben venir los jóvenes, y no sobar las mujeres de otros’» 172. Pero, continúa el episodio el escoliasta Acrón: «Viéndolo salir más veces del :mismo lugar, le dijo: ‘Joven, yo te alabé creyendo que venías alguna que otra vez; no sabía que habías fijado aquí tu domicilio’». La vida de estas pobres mujeres era por esta época mísera y vergonzante. Hacia el final de la segunda guerra púnica, se inicia en Roma una radical transformación en las costumbres 173. Roma se ha enriquecido. H a visto el género de vida de los pueblos que va dominando, y copia sus modos de vivir, sus lujos, sus gustos, sus artes y con todo ello su desenfreno y libertinaje. Esta desmorali-
c o p ia m s u i ta n tu m m o d o n o c tu fa c ia t; p r o s tib u la u e r o a n te sta b u lu m s e d e a t q u a e stu s d iu rn i e t n o c tu r n i ca u sa » . 166. G e li. 4 , 3 , 1; T e r tu l. A p o l. 6 ; c f. e sta o b ra , v o l. I , p p . 1 5 0 -1 5 6 . 167. J. M a rq u a r d t, La v ie p riv é e d e s R om . e n « M o n . d e s A n tiq u it . r o m .» , par T h . M o m m s e n e t J . M à rq u a r d t, to m . X I V , p . 3 8 , trad. H e n r y ; c f. e sta o b ra , v o l. I , p . 1 2 8 . 16 8 . P la u t. M en. 6 0 4 ss; A s. 8 5 1 . 169. V a l. M a x . 6 , 7 , 1. 170. S u e t. A u g . 7 1 , 1. Y c o n e llo e v itó q u e l e r esp o n d ie ra c o m o E lio V e r o a s u m ujer: « I d e m u x o r i c o n q u e r e n ti d e e x tr a n e is u o lu p ta tib u s d ix is s e fe r tu r : ‘P a ter e m e p e r alia s ex er cer e c u p id ita te s m e a s ’; u x o r e n im d ig n ita tis n o m e n e s t , n o n u o lu p ta tis » (S p a r tia n . A c i. V er. 5 , 1 1 ); o q u e la ech ara d e c a s a 'c o m o h a ría d e s p u é s e l e m p e r a d o r C arino: « V x o r e s d u ce n d o ac r e iç ie n d o n o u e m d u x it p u lsis p le r is q u e p r a e g n a n tib u s » (V o p is c . Carinus, 17). 171. P la u t. T rin . 2 7 6 -3 2 5 . P u e d e le e r s e e n e sta o b r a , v o l. I , p p . 2 0 4 -2 0 6 . 172. H o r . Sat. 1 , 2 , 3 Í . 1 7 3 . L iv . 3 9 , 6 , 7 ; P lin . N . H . 1 7 , 2 4 4 ; V a l. M a x . 9 , 1, 3 ; I u v e n a l. 6 , 2 9 8 -3 0 0 .
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zación irá cundiendo y apoderándose de todas las clases sociales, en especial de las elevadas, que se entregarán a unavida muelle y voluptuosa, a imitación de los pue blos asiáticos, aunque ellos decían a eso graecarim . Quien, ausente unos años de Roma, no hubiera presenciado el cambio, al volver a la ciudad hubiera creído sin duda que llegaba a ella en días de los Bacchanalia. El amor libre, la vida fuera de casa, las cortesanas introducidas en el gran mundo y agasajadas públicamente, el libertinaje y la desmoralización en los juegos, en las reuniones de amigos y en los banquetes, manifiesta que el sentimiento popular ha cambiado fundamentalmente. Lasrelaciones de los jóvenes ricos con las cortesanas se convierte en cosa ordi naria y admitida. Del año 184 a. C. es el caso referido por Tito Livio de los amo res del joven P. Elucio con la liberta Híspala: «Unión, dice el historiador, que no perjudicó a Ebucio ni en su fortuna ni en su reputación« l7S. Un siglo después Cicerón, excusando las liviandades de su cliente Celio, escribe: P e t o s i h a y a lg u n ö q u e p ie n s e q u e ta m b ié n e stá p r o h ib id o a la ju v e n tu d e l so la za rse c o n a m o res m e r e tr ic io s, e s d e m a s ia d o s e v e r o — n o p u e d o n eg a rlo — , y s e apar ta n o s ó lo d e la lic e n c ia d e e s t o s tie m p o s, s in o ta m b ié n d e las c o stu m b r e s y fran ca c h e la s d e n u e s tr o s m a y o res. ¿ C u á n d o d e ja r o n d e fr e c u e n ta r se las casas d e e sa s m u jeres? ¿ C u á n d o fu e cen su ra d o ? ¿ C u á n d o s e p r o h ib ió ? ¿ C u á n d o , p o r fin , s u c e d ió q u e p r o n u n c ia ré e l n o m b r e d e n in n o fu er a líc ito lo q u e e s líc ito ? V o y a c o n c re ta r . N o g u n a m u jer. T o d o q u ed a rá e n c o n c e p to s . S i a lg u n a m u jer no, casad a tu v ier a sie m p r e s u p u erta a b ierta , para la sa tis fa c c ió n d e l g u s to d e to d o e l m u n d o , y s e e sta b le cier a p ú b lic a m e n te e n u n a v id a d e m e r etriz, y la ta l n o se p r iv a d e a sistir a lo s c o n v ite s d e lo s h o m b r es m ás e x tr a ñ o s, y e s t o l o h a c e e n la c iu d a d , e n lo s h u e r to s , e n a q u el in m e n s o to r b e llin o d e c o n fu s ió n h u m a n a q u e e s B a y a s, y si, p o r fin , e lla s e c o m p o r ta n o s ó lo e n s u s m o v im ie n to s , s in o ta m b ié n e n e l lu jo d e s u a d e r ez o p e r so n a l, y e n la g e n te d e q u e s iem p r e v a ro d e a d a , n o s ó lo e n e l asaetear d e su s o jo s , n i e n e l d e sca r o d e s u s c o n v e r s a c io n e s, s in o ta m b ié n e n s u s ab razos y e n s u s b e s o s d a d o s p or d o q u ie r e n la s p la y a s, e n la s e m b a r c a cio n e s, e n lo s c o n v ite s , d e fo rm a q u e p a rece n o s ó lo u n a p r o s titu ta , s in o u n a d e sv e r g o n z a d a y p r o v o c a tiv a p r o s titu ta ; s i c o n u n a p é c o r a ta l e stá e v e n tu a lm e n te u n jo v e n , a é s t e , L u c io H e r e n n io , ¿ lo te n d rá s p o r a d ú lte r o o p o r g a lá n ? , ¿ te p a recerá q u e p r e te n d e v io le n ta r s u p u r e z a o d e s fo g a r e l a rd o r d e s u p r o p ia p a sió n ? 176
Este testimonio prueba que en tiempos de Cicerón no era un crimen el satis facer la concupiscencia con una cortesana, e incluso que siempre fue permitido estar con una mujer así, puesto que no se acechaba a su pureza (pudicitia), sino que únicamente servía para aplacar la liviandad (explere libidinem), exactamente lo que había dicho Catón. Esta conciencia ha penetrado en las costumbres de tal forma que ya es un principio de comportamiento. Séneca, en sus Controversiae, pone en boca del de fensor de un joven corrompido estas palabras: «En nada ha pecado: que ama a una meretriz, es lo ordinario; es joven, ten un poco de paciencia; se enmendará y se casará».177 Célibe o casado, cuando un romano se éncontraba en cierta libertad de vida, por ejemplo en una provincia, en una legación, al frente de un ejército, veía como la cosa más natural correr las aventuras que se le ofrecieran. Así nos presenta
174. 175. 176. 177.
H o r . Sat. 2 , 2 , 11. L iv . 3 9 , 9. C ic. Cael. 4 8 -4 9 ; v . ib. 2 8 ; 4 3 . S e n e c a , C o n tro v. 2 , 1 2 , 1 0 .
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Cicerón a Verres en Sicilia con Chelidón 178 y con Tercia o a M. Antonio con C ytheris.179 Pero los clientes habituales de las cortesanas eran los solterones empedernidos. Augusto trata de remediar el mal con sus leyes Iulia y Papia Poppaea, que no con siguieron su objetivo, porque la aversión al matrimonio no era más que una de las manifestaciones del egoísmo, del amor a la tranquilidad y a la despreocupación en todos los órdenes. Lo que se busca en el celibato es la independencia, la vida fácil y cómoda, libre para satisfacer las inclinaciones ocasionales y momentáneas. El hombre joven y rico tiene siempre a su disposición las concubinas que quiere, como dice Plinio hablando de Larcio M acedo.180 En esta época las Cortesanas en Roma ya presentaban diversas categorías, de las que nos fijaremos en dos, según la división que hace Nonio Marcelo: «Entre la meretriz y la callejera hay esta diferencia, que la primera manifiesta cierta dig nidad en su aposento y en su ganancia, Porque las meretrices derivan su nombre del verbo merecer, porque solamente se venden de noche; las callejeras (prosti bula) están siempre delante de la puerta y van a la caza tanto de día como de noche».181 Las de esta segunda clase eran las de peor condición. Pensionarías de lupana res o de casas de prostitución, se llamaban prostibula porque estaban delante de las casas (stabula) día y noche, esperando clientes o provocando a los que pasaban. Se llamaban también prosedae por la misma causa.182 En Roma no parece que hubiera lupanares oficiales o del Estado, como los que montó Solón en Atenas, descritos por Atheneo 183. En Pompeya se han des cubierto dos prostíbulos de la misma formación: un vestíbulo con celdas a una y a otra parte. Estas celdas, pequeñas, no mayores de dos metros cuadrados, tienen un poyo de mampostería, el lecho sin duda, sobre el que se pondría el colchón y las almohadas. Reciben la luz por un montante al pasillo, o por una claraboya a la calle. En el vestíbulo está sentada la lena o el leño, «Y todo lo demás oscuro y en tinieblas» 184. El interior de la casa estaba decorado con pinturas apropiadas y muy realistas. Muchas de ellas se encuentran en el museo secreto de Nápoles. Cada pensionista tenía designada o alquilada su celda 18S, En la puerta de cada celda había un cartel con el nombre de la inquilina 1ββ. Así nos presenta Júvenal la celda que la emperatriz Mesalina tenía alquilada en uno de los barrios más corrompidos de Roma, en cuya puerta figuraba su nombre profesional, LYCISCA l87. Cuando a una le llegaba un cliente, ponía debajo de su nombre otra ta 17 8 . C ic . Verr. 1, 1 0 4 ; 1 2 0 ; 1 3 6 -4 1 ; 5 , 3 4 ; 3 8 ; c o n Tertia, C ic. ib. 3 , 7 8 ; 5 , 3 1 ; 40. 1 7 9 . C ic . Phil. 2 , 5 8 ; A tt. 1 0 , 1 0 , 5 ; v . P lin . N . H . 8 , 16 . 1 8 0 . P lip . E p . 3 , 1 4 , 3 . 181. N o n . 5 , 8, p . 42 3 . 1 8 2 . Fest. p. 2 2 6 , 2 , M ü ll.: « P o s e d a e m e r etrice s P la u tu s a p p e lla t, q u a e a n te sta b u la se d e a n t, e a e d e m e t p r o s tib u la e » . L a e tim o lo g ía n o e s m u y c o n v in c e n te , p o r q u e e s n a tu r a l q u e u n a s v e c e s esp era ra n se n ta d a s y o tra s d e p ie . C f. I u v e n a l. 3 , 1 3 6 . 1 8 3 . A th e n . 1 3 , 5 6 9 D . 1 8 4 . P la u t. Poen. 8 3 3 -4 . 1 8 5 . S u e t. Calig. 4 1 : « A c n e q u o d n o n m a n u b ia r u m g e n u s e x p e r ir e tu r , lu p a n a r in P a la tio c o n s titu it, d is tin c tis q u e e t in s tr u c tis p r o lo c i d ig n ita te c o m p lu r ib u s c e llis , in q u ib u s m a tr o n a e in g e n u iq u e s ta r en t, m is it c ir cu m fo r a e t b a s ilic a s n o m e n c u la to r e s a d in u ita ftd o s ad lib i d in e m iu u e n e s s e n e s q u e » . 1 8 6 . M a rtia l. 1 1 , 4 5 , 1; S e n e c a , Controu. 1, 2 , 1: « d e d u c ta e s t in lu p a n a r, tit u lu s in sc rip tu s e st» . 1 8 7 . I u v e n a l. 6 , 1 1 6 -1 3 2 : « tit u lu m m e n tita L y cisc a e » .
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blilla en que se leía occupata188, aunque lo más ordinario sería que eso lo indicara el leño. El precio se pagaba al entrar. Si las mozas eran esclavas, se pagaba al leño; si eran inquilinas, cobraban ellas. Lo sabemos también por la indicación de Juvenal al hablar de Mesalina l89. Los precios eran bajos, aunque no siempre los mismos. En las inscripciones de Pompeya se recogen diversos: desde un as a un denario, es decir, desde 0,05 a 1,05 pesetas, poco más o menos. Estas casas en Roma no se abrían hasta la hora nona, «con el fin de que — dice el escoliasta de Persio— no abandone la juventud las ocupaciones de la mañana»; por ello Persio llama a, estas mujeres nonariae190. En estos lupanares las mozas vi vían en común, en calidad de internas, a las órdenes de un leño o una lena, a quien pertenecían como esclavas, y a quien iba en absoluto la ganancia de su tra bajo. O si eran libres, tenían alquilada una celda, dando un tanto convenido al leño. Además de estos lupanares propiamente dichos (stabula, prostibula), en Pom peya se han encontrado en diversas calles celdas aisladas (cellae) abiertas en el piso bajo de algunas casas, con las que no tienen comunicación, ya que dan direc tamente a la calle. Como en las celdas de los lupanares, la mitad de la pieza la ocupa un poyo de manipostería para recibir el colchón. Cada celda la tenía alqui lada al dueño de la casa una prostituta, que vivía y trabajaba por su cuenta. E mismo destino tenían las habitaciones situadas bajo la bóveda de las arcada nices) que rodean muchos monumentos, como el circo, los teatros, el estadio, el anfiteatro 191. En estos lugares se aposentaban las sirias y las orientales, vestidas de forma exótica, que danzaban impúdicamente al aire de címbalos y castañuelas.192 Lugares de esparcimiento de este género eran también los establecimientos o las villas donde se vendían bebidas (thermopilia, cauponae, ganeae), que eran verdaderos lupanares disimulados, como reconoce el Digesto 193. Un edicto de Ale jandro Severo prohíbe que la esclava que ha sido liberada bajo la condición de que no sea prostituida se coloque a servir en una posada194. Cauponae son los mesones, las hosterías y las ventas diseminadas a lo largo de las grandes vías de Italia donde los viajeros hacían un alto para holgar y comer. Un relieve de Aeser nia, èn el Samnium, representa a un viajero dispuesto a marchar, teniendo del ronzal a su mulo, y arreglando las cuentas con la mesonera. El diálogo, grabado encima de la imagen de los personajes, especifica los diversos gastos: — H o s te le r a , h á g a m e la c u e n ta . — -Un se x ta r io d e v in o . (M e d io litr o ; n o d ic e n a d a d e l p r e cio ; se v e d o ). P o r e l p a n , u n as; p o r e l pulm entarium , d o s ases.
q u e y a era sa b i
1 8 8 . P la u t. As. 7 6 0 : « in fo r ib u s scr ib a t o c cu p a ta m e ss e se» . 1 8 9 . I u v e n a l. 6 , 1 2 5 : « e x c e p it b la n d a in tr a n tis a tq u e aera p o p o s c it» ; c f. M a rtia l. 1 1 , 6 2 . 1 9 0 . P e r s io , 1, 1 3 3 . 1 9 1 . I u v e n a l. 3 , 6 5 ; L a m p r id . Elagab. 2 6 ; S. C y rp ria n . Spect. 5 . 1 9 2 . I u v e n a l. ib.; H o r . Sat. 1, 2 , 1; S u e t. N ero, 2 7 . 1 9 3 . U lp . Dig. 2 3 , 2 , 4 3 : « P a la m q u a e s tu m fa c e r e d ic e m u s , n o n ta n tu m e a m , q u a e in lu p a n a rio s e p r o s titu it, u e r u m e tia m si q u a , u t a d s o le t, e t in ta b ern a c a u p o n ia , u e l q u a alia p u d o r i s u o n o n p a rcit, (p r .). Lenas eas d ix im u s , q u a e m u lie r e s q u a estu a ria s p r o s titu u n t. (7 ). Lenam a c c ip ie m u s , e t ea m , q u a e a lte r iu s n o m in e h o c u ita e g e n u s e x e r c e t (8 ). S i q u a c a u p o n a m e x e r c e n s, in ea co rp o ra q u a estu a ria h a b e a t, u t m u lta e a d s o le n t, su b p r a e te x tu in s tr u m e n ti cau p o n ii p r o s titu ta s m u lie r e s h a b er e , d ic e n d u m h a n c q u o q u e le n a e a p p e lla tio n e c o n tin e r i (9 )» ; c f. M a rtia l. 6 , 6 6 , la trata d e b la n ca s. 1 9 4 . Cod. lu st. 4 , 5 6 , 3: « E a m , q u a e ita u e n it , n e co rp o re q u a estu m fac e re t; n e c in cau p o n a s u b s p e c ie m in istr a n d i p r o s titu i, n e fra u s le g i d ic ta e fia t, o p o r te t» .
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— C o n fo r m e . — P o r la m o z a , o c h o a ses. — D e a cu erd o ta m b ié n . — H e n o para la m u ía , d o s ases. — B i e n . 195
La prostitución se ejercía libremente por estos mesones 19e. Era un género de explotación de las fincas que daban a las grandes rutas. Según Varrón, los propie tarios de esos predios construían tabernas, que alquilaban o explotaban ellos por medio de sus esclavos o libertos 197, y es posible que aluda a ellas la frase de Ul piano cuando dice: «En las fincas de muchos hombres honestos hay abiertas casas de prostitución».198 Las mismas panaderías se convirtieron muy temprano en cabarets, y por con siguiente en verdaderos prostíbulos 199. Las que merodeaban las panaderías se lla maban alicariae ( < alica, «trigo, espelta»), meretrices, de las que dice Plauto que incluso iban a la caza de esclavos y que se vendían por dos óbolos: P e r o ¿ es q u e q u ier e s fr e cu en ta r e l tra to c o n e sa s su c ia s ram eras, p la to d e la s g e n te s d e lo s m o lin o s, lle n a s d e ca sca rilla s d e la m o lie n d a , m ise r a b le s y o lie n d o a ju n c o s, p e n d ie n te s s ie m p r e d e l g u s to d e lo s e sc la v o s , para q u e te a p e s te n a e sta b lo y a q u ie tu d ; m era s s illa s y c u lo s d e a s ie n to , a la s q u e n u n ca h a to c a d o u n h o m b r e lib re , n i jam ás la s h a lle v a d o a su casa, p e lle jo s d e d o s o c h a v o s d e lo s sier v o s m á s d e sp r e c ia b le s? 200
Si llegaban hasta las panaderías, no hay que admirarse de que la prostitución se instalara en los baños y en las termas y en muchos lugares semejantes201. El «barrio chino» de Roma era la Subura 202. En este barrio, desmesuradamente ha bitado por la clase baja, vivían los comerciantes detallistas, los revendedores y las rameras. El uicus Patricius, en el Esquilmo 203, los abrigos de las murallas 204, los templos 205, los monumentos funerarios 206; en una palabra, todos los lugares opor tu n o s207, sobre todo los ocultos y sombríos, estaban llenos de mujeres de pe rra gorda. Pero además había otra clase de meretrices, distinguidas y galantes, que vivían solas, con una hermana de idéntica profesión, con su madre o incluso con su con descendiente marido, que las encubría. Procuraban llenarse de atractivos de todo género. Además de hacer brillar su hermosura y encanto por todos los medios, procuraban aprender algún arte, poesía, canto, flauta, cítara, danza 208, y trataban 195. 196.
Bull. Napolet. V I , p l. 1. U lp . Dig. 3 , 2 , 4 , 2 ; 2 3 , 2 , 4 3 , pr. y 9 ; P a u l, Sent. 2 , 2 5 , 11; C o d . T h e o d . 7 , 13, 8;
9 , 7 , 1. 197. V arr. R. R. 1, 2 , 2 3 . 1 9 8 . U lp . D . 5 , 3 , 2 7 ; c f. C a tu l. 3 7 . 199. P a u l. Diac. p . 7 , 18 M ü ll. 200. P la u t. Poen. 2 6 5 -7 0 . 201. T a c. H ist. 3 , 8 3 . 202. M a rtia l. 6 , 6 6 ; 1 1 , 6 1 , 3 ; 1 1 , 7 8 , 1 1; P e e r s io , 5 , 3 2 ; so b r e la s casas d e p r o s titu c ió n e n R o m a p u e d e v e r se : G ilb e r t, Gesch. und Topogr. d. Stadt Rom . I I I , L e ip z ig 1890, 301. 203. M a rtia l. 1 0 , 6 8 . 204. M a rtia l. 1 , 3 5 , 6 ; 3 , 8 2 ; 1 1 , 6 1 ; 1 2 , 3 2 . 205. I u v e n a l. 9 , 2 2 -2 6 : « n a m q u o n o n p r o s ta t fe m in a te m p lo ? » ; M in . F e lj O ct. p . 67; T e r tu l. A pol. 1 5 , 7 ; D e Pudic. 5 . 206. M a rtia l. 1, 3 4 , 8 ; 3 , 9 3 , 1 5 ; « b u stu a ria e m o e c h a e » . 207. M a rtia l. 1, 3 4 . 208. P la u t. Rud. 4 3 ; T er . Phor. 8 0 ; A d. 389.
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de mostrarse más cultas que la misma Safo 209. La limpieza y los afeites hacían resaltar sus atractivos personales.210 Cuando después de las guerras púnicas se convierte Roma en la capital de un gran imperio mediterráneo, con sus puertas abiertas a todas las importaciones del Oriente, del Oriente le llegaron las cortesanas, heteras de cultura exquisita, a quie nes muy pronto trataron de imitar las nacionales. Los soldados que volvían del Oriente, los comerciantes que abundaban en dinero, para satisfacer sus caprichos, fueron fáciles presas de esas hechiceras, atraídos por su exquisitez y por su cultura. Cuando Cornelio Cetego se adueñó de Roma, el verdadero dueño, según Plu tarco 21l¿ no era Cornelio, sino una joven, Precia, que a sus grandes atractivos unía la cualidad de ser protectora activa y solícita de todos sus amigos; y a ella debió Lúculo la Cilicia y la encomienda de la guerra Mitridática, ambicionada por m uchos212. E incluso Lúculo, que, según Plutarco213, entremezcló en su vida la política, la guerra, los devaneos y las locuras, incluso Lúculo, durante su consu lado, se dejó dominar por Chelidón, que dominaba al mismo tiempo al pretor ur bano C. V erres.214 Famosa fue la mima Citérides, a quien cantó Cornelio Galo, bajo el nombre de Licórides, que antes de ser la amante de Galo lo había sido de Bruto el me nor 215 y de M. Antonio, y abandonando después a Galo por otros amores, puso en trance de desesperación al poeta, como vemos en Virgilio216; y según Cice ró n 217 estaba relacionada ya antes con Volumnio Eutrapelo y quizá con Atico. Plutarco nos habla también de una Flora, que al sentirse dejada por Pompeyo sufrió una larga enferm edad.218 La ciudad pululaba en estas doctae puellae2I9. Cátulo las llamará: Saphica puellae Musa doctiores. 220 Los hombres trataron de que sus mujeres se instruyeran siguiendo esos gustos, y las mismas matronas se apresuraron a ello para no sentirse preteridas en ningún m om ento.221 2 0 9 . C a tu l. 3 5 , 16-7. 2 1 0 . P la u t. Poen 2 1 7 -3 2 . 2 1 1 . P lu t. L uc. 6 : « . .. c u a n d o P r e c ia lo g r ó a traer y te n e r p o r su a m a n te a C e te g o , q u e era e l d e m á s n o m b r e y e l q u e to d o lo p o d ía e n la c iu d a d , e n to n c e s p u e d e d e c ir se q u e p a só a e lla to d o e l p o d e r , p o r q u e n a d a s e h a c ía e n la R e p ú b lic a s in q u e C e te g o lo d is p u s ie s e y n a d a h acía C e te g o s in la v o lu n ta d d e P r e c ia » . 2 1 2 . P lu t, ib.: « . ..G a n a n d o , p u e s , L ú c u lo a P r e c ia c o n d á d iv a s y agasajos — ad em ás d e q u e para u n a m u jer v a n a y o r g u llo sa era y a g r a n d e p r e m io e l q u e la v ie r a n in te r e sa d a p o r L ú c u lo — , tu v o y a é s te a C e te g o p o r p a n e g ir ista y p o r s u a g e n te para alcanzar la C ilic ia » . C f. C ic. Parad. 4 0 : « C e th e g o h o m in i n o n p r o b a tiss im o , seru ire c o e g it e o s, q u i s ib i e ss e a m p lis s im i u id e b a n tu r , m u n e ra m itte r e , n o c tu u e n ir e a d e u m , P r a e c ia e d e n iq u e s u p p lica r e » . 2 1 3 . P lu t. Luc. 3 9 . 2 1 4 . C f. C ic. Verr. 2 , 3 4 y 3 8 ; '104; v . n o ta 1 9 8 . 2 1 5 . A u r e l. V ie t. D e Vir. I l l , 8 , 2. 2 1 6 . V ir g . E d . 10. 2 1 7 . C ic . Fam. 9 , 2 6 . 2 1 8 . P lu t. Pom p. 2. 2 1 9 . P r o p e r t. 2 , 1 1 , 6. 2 2 0 . C a tu l. 3 5 , 16-7. 2 2 1 . U n b u e n r etr a to d e e sta s m u jeres n o s l o d e jó S a lu stio e n Cat. 2 5 e n la e sp o sa d e D . J u n io B r u to y m a d re d e D . J u n io B r u to , e l a s e s in o d e C ésar: « S e d in e is e r a t S e m p ro n ia , q u a e m u lta sa ep e u ir ilis a u d a cia e fa c in o r a c o m m ise r a ti H a e c m u lie r g e n e r e a tq u e fo r m a , prae-
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Gasi todas éstas eran extranjeras o libertas, sobre las cuales no se comete stu prum 222. Su matrimonio, aun cuando estuvieran casadas, no era reconocido por la ley, y por tanto nadie podía ser perseguido por adulterio al mantener relaciones con ellas. Ellas hacían valer esta seguridad y exigían más precio por sus favores. El Ars amandi de Ovidio es el manual de perversión que descubre todos los resortes de captación de todo tipo de mujeres, sobre todo de éstas. Habrá que ir a buscarlas a los teatros de Pompeyo, de Marcelo, de Balbo 223, a donde acuden las mujeres «como las abejas a las flores del tomillo del campo» 224. No te faltarán tampoco en el circo 225. En los pórticos de Pompeyo, de Octavia, de Livia. Estos lugares sombreados en verano y tibios en invierno son muy a propósito para el encuentro del mundo joven.228 Los templos eran también lugares de seducción; por ejemplo, el de Venus, pa trona de estas mujeres, donde se celebraba, según el rito siríaco, el culto de Ado nis 227; el templo de Isis, cuyas sacerdotisas tenían fama de buenas Celestinas 228; el templo de Diana Aricia, al fondo de un bosque en la vía Appia 229; y el sábado de los judíos 230. No había templo alguno, ni santuario, ni bosque sagrado, ni lugar de culto que no fuera al propio tiempo lugar de pasatiempo y corrupción.231 Lugar y momento apropiadísimo para la liviandad eran los festines 232, acom pañados de vino abundante, canciones obscenas, representaciones lúbricas, danzas voluptuosas, exhibiciones impúdicas, posturas lascivas, etc. 233. Las mismas matro nas honorables asistían a estos banquetes, no digamos las puellae meritoriae, y no ya sentadas, como en el tiempo de la República, porque desde los primeros días del Imperio se recostaban en los divanes entre los hom bres.234 Y, por fin, las playas de moda, sobre todo Aquae Baiae, las fuentes termales, tan abundantes por la Campania, donde se reunían grandes multitudes de personas con el pretexto de la búsqueda de la salud, eran lugares donde las cortesanas im peraban y se desenvolvían a su gusto 235. Todos los lugares públicos servían para la galantería, los conciertos, y las citas.238 terea u ir o lib e r is sa tis fo r tu n a ta fu it; litte r is G r a e c is e t L a tin is d o c ta , p s a le r e , saltare e le g a n tiu s q u am n e c e s s e e s t p r o b r a e , m u lta a lia , q u a e in s tr u m e n ta lu x u r ia e s u n t. S e d e i cariora sem p e r o m n ia q u a m d e c u s e t p u d ic itia fu it; p e c u n ia e an fa m a e m in u s p a r c er e t h a u d fa c ile d is cer n e r e s; lu b id o s ic a c ce n sa u t sa ep iu s p e te r e t u ir o s q u a m p e te r e tu r . S ed ea sa ep e an teh ac fid è m p r o d id e r a t, c r e d itu m a d iu ra u era t c a ed is c o n sc ia fu e r a t, lu x u r ia a tq u e in o p ia p r a e ce p s ab ierat. V e r u m in g e n iu m e iu s h a u d a b su rd u m : p o s s e u e r su s fa c e r e , io c u m m o u er e , serm o n e u ti u e l m o d e s to , u e l m o lli, u e l p ro ca ci; p r o r su s m u lta e fa c e tia e m u ltu s q u e le p o s in e r a t» . 2 2 2 . U lp . D ig. 2 5 , 7 , 1 , 1: « . . . e t p u to , s o la s ea s in c o n c u b in a tu h a b e r e p o s se s in e m etu c r im in is, in q u a s s tu p r u m n o n c o m m ittitu r » . 2 2 3 . O v id . A rs Am . 1, 8 9 ss; 3 , 3 9 4 ss. 2 2 4 . O v id . ib. 1, 9 5 -7 : « s p e c ta tu m u e n iu n t; u e n iu n t sp e c te n tu r u t ip s a e » (ib . 9 9 ). 2 2 5 . O v id . ib. 1, 1 3 5 ss; 3 , 3 9 5 ss; 1, 2 1 9 . 2 2 6 . O v id . ib. 1, 6 7 ; 6 9 ; 7 1 ; 4 9 2 ; 3 , 3 8 7 ; 3 9 1 . 2 2 7 . O v id . Ars Am . 1, 7 5 . 2 2 8 . O v id . ib. 1, 7 7 ; 3 , 3 9 3 . 2 2 9 . O v id . ib . 1, 2 5 9 . 2 3 0 . O v id . ib . 1, 7 6 . 2 3 1 . M in u e . F e l. O c t. p . 6 7 ; T e r tu l. Apol. 1 5 , 7 ; I u v e n a l. 9 , 2 2 -6 . 2 3 2 . O v id . A rs Am . 1, 2 2 9 -5 2 ; T a c. Germ. 1 9 ; Q u in t il. 1, 2 , 8. 2 3 3 . I u v e n a l. 1 1 , 1 6 2 -7 0 ; Q u in til. 1, 2 , 8 : « o m n e c o n u iu iu m o b sc a en is c a n ticis str ep it, p u d e n d a d ic tu s p e c ta n tu r » . ' 2 3 4 . V a l. M a x . 2 , 1, 2. 2 3 5 . O v id . A rs Am . 1, 2 8 5 ; C ic. Lael. 1 5 ; H o r . Ep. 1, 2 , 8 3 ; P r o p e r t. 1, 1 1 , 1 ss; M a rtia l. 1, 6 2 . 3 3 6 . O v id . ib. 1, 7 9 ; C a tu l. 5 8 .
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De las comedias de Plauto y de Terencio se deduce que los clientes ordinarios de las cortesanas eran los jóvenes ricos; y los más provechosos para ellas, los sol terones empedernidos. Los banquetes eran su elemento esencial 237. La vida del amante con la cortesana en Roma era idéntica a la vida de mil años antes en el Oriente y dos mil años después en todo el mundo. Los latinos la habían resumido en una palabra, pergraecari, «llevar la vida de los griegos», «vivir a lo griego». En qué consista esa vida lo expone un honesto esclavo en la Mostellaria de Plauto: A h o r a q u e tie n e s g an as y p u e d e s , b e b e , d er ro c h a la h a c ie n d a , c o rr o m p e a l h ijo d e l a m o , h a sta a h o ra j o v e n ta n e x c e le n te ; p a s a d b e b ie n d o lo s d ía s y la s n o c h e s , v iv id a la griega, c o m p r a o s a m ig a s, d ad les; lu e g o la lib e r ta d , e n g o r d a d p a r á sito s, g a sta d e l d in e r o o p íp a r a m e n te .238 D e s p u é s q u e m a r c h ó e l p a d re d e e sta casa: N o se d e ja n p a sa r tres d ía s s in q u e s e c e le b r e n fe s tin e s r u in o so s. — ¿ Q u é d ic e s? — Q u e n u n c a h a n p a sa d o tr e s d ía s s e g u id o s sin q u e a q u í s e c o m a y s e ' b e b a , s e p u e b le la casa d e p r o s titu ta s, s e v iv a a la g rieg a , s e traigan ta ñ ed o ra s d e liras y d e f la u t a s ... 239
Por las calles solían ir provocativas 240. A veces sus sandalias iban dejando en la tierra del pavimento una invitación: «sequere me». Si por casualidad al llegar los jóvenes a la casa se les cerraba la entrada, se armaba en la puerta la de San Quintín. E n el caso mejor daban una serenata que ponía en movimiento a toda la vecindad (occentare ostium) 241, escribían con tizones en todo el muro sentidas elegías 242. Pero con frecuencia, al desesperar el joven de que el leño le concediera una entrevista con su amada, o de que ésta lo recibiera, ayudado el mozo por sus camaradas, rompía o pegaba fuego a la puerta, apaleaba al patrón y a sus criados y se llevaba a su moza a viva fuerza243. El leño chillaba y amenazaba con la jus ticia y con reparaciones debidas, pero de ordinario no seguía adelante, y dejaba lo perdido por lo ganado 244, porque su profesión era lucrativa, pero deshonrosa, y no se atrevía nunca a exigir ante la justicia 245, sino que terminaba por suplicar hum ildem ente.246 El amor de los jóvenes era violento, sensual, y celoso 247. Llevado por esta fu ria, el amante arrancaba muchas veces las lágrimas de los ojos de su bella 248 y lle-
237. H o r . O d . 3 , 1 5 , 1 4 -1 6 ; O v id . A m . 1, 4 . L a u n ió n d e scorta e t conuiuia e s h a b itu a l e n la ju v e n tu d ro m a n a (S a il. C at. 7 , 5 ; E p. ad Caes. 1 , 4 , 4 ; P la u t. C apt. 7 2 ; M en. 1 7 0 ; 4 7 6 ; 1 1 4 2 ; M o st. 3 6 , e tc .). 238. P la u t. M o st. 2 0 -2 4 . 239. P la u t. ib. 9 4 5 -9 6 1 . 240. P la u t. M erc. 4 0 6 -8 ; C a tu l. 5 5 , 6 -1 2 . 241. P la u t. M erc. 6 0 8 ; H o r . O d . 1, 2 5 ; 4 , 13. 2 4 2 . P la u t. M ere. 4 0 9 . ■2 4 3 . T e r . A d . 8 9 ss; P r o p e r t. 1, 1 6 , 1 0; H o r . O d . 1 , 2 5 , 1; 3 , 2 6 , 7-8; O v id . A m . 1 , 6 , 5 7 ; 1, 9 , 2 0 ; A rs A m . 3, 71 y 526. 2 4 4 . T e r . A d . 2 0 7 -8 . 245. P la u t. R u d . 1 2 6 ; 3 1 7 -8 ; T er . A d . 1 8 9 . 246. P la u t. P s. 2 2 5 ; P er s.5 6 1 . 247. C a tu l. 8 , 1 8 , 7 ; 1 1 , 1 7 -2 0 ; 5 8 ; 85. 248. T ib u l. 1 , 1 0 , 6 7 ; 2 , 4 , 3 7 .
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gaba hasta a maltratarla 249. En seguida se daba cuenta y se le rendía como un niño pidiéndole perdón.250 A este mundo de libertas y extranjeras pertenecen, de ordinario, las amantes inmortalizadas por los poetas. Todos los amores de Horacio, a las que canta con sus propios nombres o fingidos, son cortesanas, según propia confesión del poeta: «yo no toco a matrona alguna» 251. Las odas del mismo Horacio, 3, 26-28, forman como una especie de ciclo femenino, cerrando entre sí una unidad perfecta. En la oda 26 se nos presenta la primera edad de la mujer, figurada en Cloe, que en 1, 23 era todavía una niña, que huía de Horacio como una cervatilla amedrentada; en la oda 27, dedicada a Galatea, admiramos a la mujer en su plenitud; y en la oda 28, dirigida a Lyde, se presenta a la mujer decadente o del arroyo. Por eso el visitante entra a pie llano sin dar siquiera explicaciones al odiado iariitor. Lidia es seguramente la citarista de 2, 11, 21; como citarista aparece también una Lydia en 3, 11. De estas tres odas en que aparece Lydia, la primera cronológicamente será 3, 11; la segunda, 2, 11, y la última, 3, 28. La familiaridad de Horacio con Lydia es muy antigua. Se celebran las fiestas Neptunalia, pero Horacio no irá a las umbrae del Tiber, sino que prefiere pasarlas a solas con Lydia bebiendo y can tando al son de la lira de la amada. De ciertas expresiones de los versos de este poema parece deducirse que Horacio se dirige a casa de Lydia y se invita a pasar con ella el día de fiesta; pero tampoco se excluye que este poemita sea una tarjeta de invitación para que Lydia vaya a la propia casa del poeta, como en la oda 2, 11, 22; o como la Nerea de 3, 14, 21 va a casa de Horacio, obedeciendo a una previa invitación. Perdida toda la templanza, beberán el viejo Cécubo, cantarán alternativamente a Neptuno, a las Nereides, a Latona, a Diana y a Venus, y no quedará tampoco la diosa Noche, encubridora de los amantes, sin su correspon diente «nana», para terminar la jornada con un dulce sueño. De igual categoría son la Lycoris (Cytheris) de Galo, la Delia (Plania) de Ti bulo, Cyntia (Hostia) de Propercio. Solamente Lesbia (Clodia), famosa por sus amores con Catulo, era una mujer de la alta sociedad. A todas ellas les cambiaban el nombre para idealizarlas y disimular al mismo tiempo ante el público la verdad de su amada; pero es curioso que en todos los casos el nombre real y el fingido constan del mismo número de sílabas y tienen la misma medida métrica, de for ma que puede sustituirse el uno por el otro en la mayor parte de los versos. Había también un buen número de ciudadanas que, por causas diversas, caían en la prostitución. En virtud de una ley antigua, las ciudadanas que querían dedi carse a la prostitución hacían ante los ediles una declaración pública: professio quaestus faciendi; profesión, dice Tácito 252, que era el mayor castigo que podía darse a estas desgraciadas mujeres. El fin de esta declaración era sustraerlas de las penas aplicadas al adulterio y al estupro 253. La lex Iulia de adulteriis et pudicitia pone de una parte las matronae honestae, entre las que se incluyen las solteras,
2 4 9 . H o r . O d . 1, 1 7 , 2 6 -8 ; O v id . A m . 1, 7 , 2-3 ; 1 1 , 4 4 , 4 8 -5 0 ; A rs A m . 5 6 8 -7 0 ; T ib u l. 1, 1 0 , 5 7 -6 6 ; P r o p e r t. 2 , 5 , 1-3. 2 5 0 . O v id . A m . 1, 7 ; T ib u l. 1, 1 0 , 5 9 -6 0 ; 2 , 5 , 1 0 2 . 2 5 1 . H o r . Sat. 1 , 2 , 5 4 ; 7 7 -7 9 ; 9 4 ; 1 1 9 -1 3 4 . S in bajar a m á s d e ta lle s , q u e can ta a Pyrra (O d . 1, 5 ); a L y d ia (O d . 1, 8 ; 1 , 3 ; 1 , 2 5 ; 2 , 11; 3 , 9 ; (O d . 1, 2 2 ; 2 ,5 ); a C h lo e (O d . 1, 1 0 ); a C h lo r is (O d . 3 , 1 5 ); a N e r e a [O d . d e la p o b r e C a n id ia e n E p d . 3 y 8. 2 5 2 . T a c. A n n . 2 , 8 5 . 2 5 3 . S u e t. T ib . 3 5 .
2 , 1 6 9 ; 17 1 ; 3,
v é a se a H o r a c io 3 , 2 1 ); a L álage 3 , 14): se bu rla
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sobre las que cualquier acto impuro constituye stuprum o adulterium, quedando sometidos al castigo de esos crímenes ambos cómplices 254; y de otra parte las mu jeres in quas stuprum non com m ittitur™ . En esta categoría están las libertas, las lenae, las cortesanas, las concubinas, y lo que es más notable: quae publice merci bus uel tabernis exercendis procurant258, las sirvientas de mesones y cabarets 257. Estas igual da que estén solteras corno casadas, ya que su matrimonio no es reco nocido por la ley. La lex Julia, además del stuprum y el adulterium, reprime el lenocinium, en que comprende delitos como el del marido que coge en adulterio a su mujer y no la repudia, componiendo un arreglo a precio de dinero con el adúltero 258; el ma rido que recibe cualquier tipo de ganancia con los adulterios de su mujer 259. Los maridos complacientes o desaprensivos abundaban en esta época 260. Bajo las pe nas del lenocinio caían también los que favorecían el adulterio, por ejemplo faci litando el local261; o moralmente con consejos o persuasiones.262 Caligula les impuso un impuesto (lenonum uectigal et meretricium). Según Suetonio, cada prostituta debía pagar al fisco «cuanto cada una gana en una sesión».263 Durante mucho tiempo, para que no pudieran confundirse con las matronas, las prostitutas llevaban una toga, más o menos oscura, al paso que las matronas llevaban la stola 264 y la instita 265, ancha franja que adornaba la stóla, y la palla 286, que se echaba encima al salir. Las prostitutas, para ejercer su trabajo, llevaban la túnica corta, sin instita™ , y encima, la toga2m-, por eso instita significa, por metáfora, «la mujer decente», que Marcial dice también stolatus pudor 269, y toga indica «la cortesana».270 Tampoco se les permitía las cintas que cubrían el cabello de las casadas (u itta e)271. Estas normas se observaban en la ciudad, porque fuera de ella se ves tían a su gusto para hacerse respetar. Así dice un pasaje de Afranio: «¿Cómo?
2 5 4 . U lp . D ig. 4 8 , 5 , 1 3 , 1 2 ; C od. h t í t . 9 , 9 , 1 8 y 2 0 ; P a u l. Sent. 2 , 2 6 , 14: « A d u lte r ii c o n u ic ta s m u lle r e s d im id ia p a r te d o tis e t te r tia p a r te b o n o r u m ac r e le g a tio n e in in su la m p la c u it c o erceri: a d u lte r is u e r o u ir is p a r i in in s u la m r e le g a tio n e d im id ia m b o n o r u m p a rtem au ferri, d u m m o d o in d iu ersa s in su la s r eleg e n tu r » . 2 5 5 . U lp . D ig . 2 5 , 7 , 1, 1. 2 5 6 . P a u l. S en t. 2 , 2 6 , 11. 2 5 7 . C od. lu s t. 9 , 9 , 29. 2 5 8 . U lp . D ig. 4 8 , 5 , 2 9 , 1-2. 2 5 9 . U lp . ib . 3 ; P a p in . D . 4 8 , 5 , 8 , 1; U lp . D . 4 8 , 5 , 2 , 2 . 2 6 0 . I u v e n a l. 1, 5 5 ss; A p u l. A p o l. 7 5 , 1-4; H o r . O d . 3 , 6 , 2 1 -3 2 , e n q u e s e d e s c r ib e la tr is te d e g r a d a c ió n e n q u e la s casad as b u sc a n a m a n te s m ás jó v e n e s q u e e l m a r id o , c o n ç l b e n e p lá c ito d e é s t e , en su p r o p ia casa, en la q u e e l m a r id o c eleb ra u n b a n q u e te para q u e s u m u jer s e p u e d a so la za r a su s an ch as. 2 6 1 . U lp . D ig. 4 8 , 5 , 9 , 1; P a p in . D . 4 8 , 5 , 1 1 , 1; 4 8 , 5 , 9 , 2; U lp . D . 4 8 , 5 , 1 0 , 1-2. 2 6 2 . U lp . D . 4 8 , 5 , 12. 2 6 3 . S u et. Calig. 4 0 . 2 6 4 . C ic . P hil. 2 , 4 4 ; O v id . T rist. 2, 252. 2 6 5 . O v id . A r s A m . 2 , 6 0 0 ; 1, 3 1 . 2 6 6 . H o r . S a t. 1, 2 , 9 8 . 2 6 7 . O v id . 1. c. 2 6 8 . S c h o l. C ruq. ad H o r . Sat. 1, 2 , 6 3 : « m e r e tr ic e s p ro stra re s o le b a n t c u m to g is p u llis » . 2 6 9 ., M a rtia l. 1, 3 5 , 8. 2 7 0 . T ib u l. 4 , 1 0 , 3 ; M a rtia l. 2 , 3 9 . 2 7 1 . S erv . ad A en . 7 , 4 0 3 : « c rin a le s u it ta s , q u a e so la ru m m atron aru m e ra n t; n am m e r e tr ic ib u s n o n d a b a n tu r » .
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¿Una cortesana con ropa larga? — Se lo permiten fuera de Roma para hacerse res petar». 272 Con el tiempo desaparecen toda clase de signos exteriores que las distinguie ran. E n el siglo II, según Tertuliano 273, es imposible distinguir una cortesana de una matrona.
C) 1.
J u e g o s d e l o s a n c ia n o s
El merecido descanso
Decía Catón por la pluma de M. Tulio: «Tengan para sí los jóvenes las ar mas, los caballos, las jabalinas, los dardos, la caza, las carreras; a nosotros, los viejos, de entre todos los juegos, déjennos los dados y las tabas» 274. Y si los ni ños se entregaban a los juegos, aunque les resultaran fatigosos, con tanta pasión, «que no se apar iaban de ellos ni con azotes» 275, no lo hacían con menos ilusión los ancianos o mayores, puesto que nadie chasqueaba sobre ellos el látigo amenazador. Y no .pensemos que sólo se entretenían en el juego los ancianos; dice Cicerón 276: hombres acostumbrados a un trabajo asiduo y diario, cuando por causa del mal tiempo no pueden realizar su trabajo, juegan a la pelota, saltan a la comba 277; cogen las tabas o los dados o seinventan otros juegos durante el descanso. Los juegos de azar hacían furor entre los hombres. Jugaban también a la morra co los muchachos, pero en lugar de nueces apostaban dinero. 2.
Cara o cruz
La nauta capita (cara o cruz) gustaba a los hombres sobre todo con dos mone das simultáneas, idéntico a nuestro juego de «las chapas». Podían jugar dos o más personas. Tiraban al alto dos monedas iguales al mismo tiempo; si al caer al sue lo quedaban ambas con la cara hacia arriba, el que las había tirado ganaba a to dos las apuestas y dejaba de tirar. Si resultaba cara y nave, ni ganaba ni perdía y tiraba de nuevo. Si salían las dos naves, perdía el que tiraba. Los juegos más apasionados y en que perdían o ganaban más dinero eran los tali (tabas) y las tesserae (dados). 3.
Las tabas y los dados
El talus (talón) es un hueso de las patas de los animales bífidos, como los car neros, las ovejas, las cabras, que presenta seis caras, pero las dos extremas, más alejadas, no se cuentan, porque al echarlas al .aire difícilmente pueden quedar apoyadas en ellas. Cuando eso sucedía se llamaba rectus talus, pero no valía 278. Las otras cuatro caras, dos más anchas que las otras, tienen sus nombres y su va lor determinado. Se utilizaban a un tiempo cuatro o al menos tres tabas. Ordina-
272. 273. 274. 275. 276. 277. 278.
A fr a n . e n N o n . 1 4 , 2 7 , p . 5 4 1 . T e i t u l. D e cu lt. Fern. 2 , 1 2 ; A p o l. 1 6 ; P all. 4 , 9. C ic . S en ect. 5 8 ; A m te. 1 8 ; I u v e n a l. 6 ,2 4 7 . C ic . Fin. 5 , 5 5 . C ic . D e O r. 3 , 5 8 . T e r . A d . 7 5 2 ss. C ic . Fin. 3 , 5 4 .
318
Ju egos y diversiones
ñám ente se usaban para jugar los huesecillos indicados, pero los ricos utilizaban otras semejantes hechas de marfil, de cristal o de otra sustancia preciosa.279 El lado primero se llamaba unio, canis o uolturius 280; el opuesto se llamaba senio281; de los otros dos, el lado eminente, ternio, trinio, suppum; el cóncavo, quatrio o quaternio2β2. Cuando se lanzaban las tres o cuatro tabas, y cada una de ellas presentaba al caer una cara diversa, el tiro se llamaba uenerius, basilicus o V e nus 283; era el tiro deseado, porque lo ganaba todo 284. Era mal tiro si uno o más presentaba la cara del canis 205. La peor tirada, cuando todas las tabas presentaban la misma cara, se llamaba canis. De ordinario, antes de empezar, se establecían las bases del juego y se deter minaba la cantidad de las apuestas para cada resultado2“6. No solamente se ju gaba el dinero, sino juguetes, objetos preciosos, alhajas, etc. Lo que se tenía a la mano. Para evitar las trampas que podían hacerse si se tiraba con la mano, se echa ban en un cubilete (pyrgus, turricula, fritillus, orca, phimusj 287, se agitaban en él y se arrojaban sobre el tablero de juego (alueolus, tabula lusoria). Claudio se ve condenado en el infierno por el juez Eaco a jugar a las tabas con un cubilete de fondo movible 288. Plauto describe así un juego de tabas después de cenar: «Des pués de cenar y bien bebidos, pide las tabas y me invita a jugar, llamándome ha cia la mesa de juego: yo apuesto mi palio; él, su anillo. Invoca a Planesia; tira: iacit uolturios quattuor. Cojo yo las tabas; invoco a Hércules, mi vida, iacto basi licum ... ego ei subduco anulum» .288
2 7 9 . M a rtia l. 1 4 , 1 4 ; P r o p e r t. 2 (3 ) , 2 4 , 1 3 ; lu s t in . 3 5 , 9 , 9 . E s to s so lía n ser m ás p e q u e ñ o s q u e lo s d e h u e s o n a tu ra l. 280. E ra m u c h o m á s fá c il q u e sa liera e sta cara q u e la co n tra ria , y p o r e s o , para in d icar q u e u n a c o sa e s m u y fá c il, se d ecía : « ta m fa c ile q u a m c a n is e x ta e d it» . C f. S u et. Aug. 7 1 , 2; O v id . Trist. 2 , 4 7 4 ; A rs A m . 2 , 2 0 6 . S e lla m a b a ta m b ié n canicula, P e r s. 3 , 4 8 . 2 8 1 . E l sanio, d e seni, e s e l la d o o p u e s to al canis, y v a le s e is n ú m e r o s, a l p a s o q u e e l c a n is n o v a le m á s q u e u n o . P o r ta n to , sacar e s te la d o e s ganar. P e r s. 3 , 4 8 ; M a rtia l. 1 , 1 3 , 1; I sid o r . Orig. 1 8 , 6 6 : lo s q u e ju e g a n b ie n tira n d e fo r m a q u e salg a l o q u e d e se a n ; p o r e je m p lo , e l senio q u e le s h a c e ganar y e v ita n e l canis, q u e le s h a c e p e r d e r. S in e m b a r g o , la s le y e s e sta b le c id a s e n e l ju e g o q u e d e s c r ib e A u g u s to (S u e t. Aug. 7 1 , 2 ) g a n ab a s ó lo e l Venus: « T a lis e n im ia c ta tis, u t q u isq u e c a n e m a u t s e n io n e m m ise r a t, in s in g u lo s ta lo s s in g u lo s d e n a r io s in m e d iu m c o n fe r e b a t, q u o s to lle b a t u n iu e r s o s , q u i u e n e te m ie c er a t» . 2 8 2 . S . I sid o r . Orig. 1 8 , 6 5 : « la e t u s q u iq u e a p u d lu so r e s u e te r e s a n u m e r o u o c a b a tu r , u t u n io , tr in io , q u a te r n io , s e n io . P o s te a a p p e lla tio s in g u lo r u m m u ta ta e s t , e t u n io n e m ca n e m , tri n io n e m su p p u m , q u a te r n io n e m p la n u m u o c a b a n t» . 2 8 3 . Q u a ttu o r ta li ia c ti ca su V e n e r e m e ffic iu n t, C ic. Diu. 1, 2 3 ; 2 , 4 8 ; Fin. 3 , 5 4 . 2 8 4 . M a rtia l. 1 4 , 1 4 ; P e r s. 3 , 4 8 ; P o m p o n , e n P r isc ia n . 3 , p . 6 1 5 ; H o r . Sat. 2 , 7 , 17; S c h o l. a I u v e n a l. 1 4 , 6 : « F r itillu s , p y x is c o rn ea , q u i p h im u s d ic itu r G r a e ce » ; M a rtia l. 1 4 , 16 , b a jo e l le m a « T u r ricu la » . 285. P r o p e r t. 4 , 8 , 4 5 . 286. S u et. Aug. 7 1 , 2 ; cfr. n o ta 2 8 1 . 287. M a rtia l. 1 4 , 16. 2 8 8 . S e n e c a , Apocol. 1 5 , d e s c r ib e a s í s u s a fa n es d e ju gador: N a m q u o tie n s m issu r u s era t r e s o n a n te fr itillo , u tra q u e su b d u c to fu g ie b a t te sse r a fu n d o . C u m q u e r e c o lle c to s a u d e r e t m itte r e ta lo s , fu su r o s im ilis s em p e r se m p e r q u e p e te n ti, d e c e p e r e fid em : r e fu g it d ig ito s q u e p e r ip s o s fa lla x a d s id u o d ila b itu r a le a f u r t o ... 289. P la u t. Cure. 3 5 4 -9 .
L o s juegos
319
La afición de los niños y de los jóvenes a las tabas era ya muy grande 290. Zeus llevándose a Ganimedes al empíreo le asegura que jugará a las tabas con Eros. Para los niños era un precioso regalo el obsequio de unas decenas de tabas, Parece que los jóvenes no sólo jugaban de la forma descrita, sino también lan zando los cuatro huesecitos al aire, tratando de cogerlos sobre la palma de la mano. A esto jugaban también las niñas, y lo llamaban τό πεντελίξειν. O tra for ma de jugar era arrojando los huesecitos dentro de un pequeño círculo o de un agujerito previamente hecho en la tierra; tantos como se metían dentro, tantos se ganaban al contrario. Y por fin un jugador adelantaba un huesecito a la dis tancia que creía conveniente y el otro trataba de tocarlo con su taba; si lo con seguía, ganaba; de lo contrario, el otro, desde la posición en que había quedado su taba, procuraba tocar con la suya la del otro, y se hacía con ella. Muy relacionado con el juego de las tabas está el de los dados. Los dados (tesserae, cubi) eran cubitos de hueso, de madera, de marfil, de mármol o de algún material precioso291 que tenían sus seis lados iguales 292. Como por sí mismos no se distinguen estos lados, se marcaba su valor imprimiéndoles un número del uno al seis. Con los mismos nombres que en las tabas: unio, binio, ternio, quaternio, quinio, senio293. Se jugaba de una forma casi idéntica al juego de las tabas, pero había sus diferencias. Para las tabas se necesitaban, de ordinario, cuatro; dados no se tiraban más que tres, y a veces, dos. Al tener sus seis caras iguales, el azar era mucho mayor en los dados, y además solían hacerse mayores apuestas. La jugada de Venus era en los dados el sacar en los tres cubitos el número seis. El juego se hacía muchas veces con dos dados solamente 294. Plinio dice que Pompeyo trajo del Asia un tablero de juego con dos gem as.295 El juego de los dados se prestaba a ganar o perder rápidamente grandes can tidades de dinero. Augusto perdió una noche en el juego 20.000 sestercios29e. Nerón estaba dominado por la pasión del juego y apostaba siempre cantidades elevadísimas, cuatrocientos sestercios cada vez 297. Claudio era fanático por los da dos, y jugaba aun cuando iba de viaje; para ello había adaptado un tablero fijo en el interior de su carro 298, y escribió un libro sobre los juegos de azar. Jugaban sobre todo los ricos 299, y a veces se perdían verdaderos patrimonios 30°, hasta de jar sin túnica a los esclavos301. También eran aficionadas las m ujeres.302
2 9 0 . D a d o s y ta b a s o fr e cid a s e n reg a lo . M a rc ia l, 1 4 , 1 4 ; 15, 1 6 . 2 9 1 . P e tr o n . 3 3 : « S e q u e b a tu r p u e r c u m ta b u la te r e b in th in a e t c r y s ta illin is te sse r is» . 2 9 2 . I sid o r . O rig. 1 8 , 6 3 : « T esser a e u o c a ta e q u ia q u a d ra e s u n t e x p a r tib u s o m n ib u s» . 2 9 3 . I sid o r . O rig. 1 8 , 6 5 . 2 9 4 . M a rtia l. 1 4 , 1 7: « h a c m ih i b is s e n o n u m e ra tu r te sse r a p u n c to » ; O v id . A rs A rm . 3 , 3 5 4 ; T rist. 2 , 4 7 5 . 2 9 5 . P lin . N . H . 3 7 , 2 , 6 . 2 9 6 . S u e t. A u g . 7 1 : « E g o p e r d id i u lg in ti m ilia n u m m u m , c u m e ffu s s e in lu su m lib er a lis fu iss e m » . L a s ta b a s, c o m o p r o p ia s d e n iñ o s , p a r e c ía n m á s in o f e n s iv a s , p e r o ta m b ié n p o d ía n a p o sta r m u c h o d in e r o c o n e lla s (M a rtia l. 4 , 6 6 , 1 5 ; 1 4 , 1 5 ). 2 9 7 . S u e t. Ñ ero, 3 0 , 3 . 2 9 8 . S u e t. C laud. 3 3 ; Calig. 4 1 . O tr o s la tin o s h a b ía n e sc r ito ta m b ié n p o e m a s d id á c tic o s so b r e lo s d a d o s; c f. O v id . T rist. 2 , 1, 4 7 1 -6 . 2 9 9 . I u v e n a l. 2 , 1 7 6 -6 . 3 0 0 . P e r s. 5 , 5 7 ; H o r . E p. 1, 1 8 , 2 1 . 3 0 1 . I u v e n a l. 1, 9 2 -3 . 3 0 2 . O v id . A r s A m . 3 , 3 5 4 -6 8 ; 2 , 2 0 3 -2 1 .
m
Ju egos y diversiones
Los dados se lanzaban como las tabas sobre el tablero, con un cubilete, por que el echarlos con la mano se prestaba a fraude 303. Para que acompañara la suerte en la tirada, al hacerla, se invocaba a una divinidad o se pronunciaba el nombre de la mujer amada (inuocare) . 304 En estos juegos es la suerte, el azar, lo que hace ganar o perder. Dice Ci cerón: «¿Qué es la suerte? Algo similar al juego de la morra, de las tabas o de los dados, en que únicamente la ventura o la casualidad es lo que. cuenta, no la reflexión ni el raciocinio».305 Se jugaba sobre todo en las cenas 30e, durante gran parte de la noche 307, y so lía mezclarse con todas las averraciones de una vida corrompida 308, que, por zam bullirse en ella los ricos, no llamaban criminal, sino graciosa y «alegre».309 4.
Prohibición de los juegos de azar
Los juegos de azar estaban prohibidos ·por las leyes Titia, Publicia y Corne lia™, permitiéndose únicamente en los convites: «quod in conuiuio, uescendi cau sa ponitur, in eam rem familiae ludere perm ittitur»311, y en las fiestas Saturna les 312. En las demás ocasiones estos juegos los perseguía el pretor por el fraude y el perjurio que siempre hay en ellos y por las ruinas familiares que ocasiona ban 313. Aluden a estas prohibiciones Plauto 314 y, sobre todo, Cicerón315, que pre senta como compañero de juego de M. Antonio a Licinio Dentículo, «el hombre peor que existe, que no dudaría en jugar a juegos prohibidos en el mismo foro y fue condenado por la ley sobre el juego». El decreto del pretor disponía sobre los juegos de azar: no se da acción judicial al dueño de la casa en que se juega por los daños personales o reales que le puedan infligir los jugadores. El que fuerza a jugar será castigado a trabajos forzados o a cárcel pública. Si alguien roba algo de la casa en que se juega, no será perseguido316. Las deudas del juego no son reconocidas legalmente. El deudor no puede ser molestado para que pague lo que ha quedado a deber en el juego, e incluso puede reclamar judicialmente las can tidades entregadas, cosa que, sin embargo, nadie hacía; preferían, como Augusto, volver a jugar para probar nueva fortuna. Así decía Terencio: «Si una vez no tie-
303. 304.
M a rtia l. 1 4 , 16. P la u t. Capt. 72 -3 : . . . N a m s co r tu m in c o n u iu io s ib i am ator ta lo s c u m ia c it sco r tu m in u o ca t; Cure. 3 5 4 -9 ; S id o n . A p o l. Ep. 2 , 9. 3 0 5 . C ic . Diu. 2 , 8 5 . 306. I u v e n a l. 1 1 , 17 7 -9 . 3 0 7 . I u v e n a l. 8 , 10: « lu d itu r alea p e r n o x » . 3 0 8 . C ic . Phil. 1 3 , 2 4 ; Cat. 2 , 1 0 . 3 0 9 . I u v e n a l. 1 1 , 1 7 6 -7 . 3 1 0 . M a rcia n . D ig. 1 1 , 5 , 3 . Q u e d a b a n p r o h ib id a s la s a p u e sta s d e d in e r o e x c e p to e n las c o m p e tic io n e s c o m o e l lanzar la ja b a lin a o e l d is c o , sa lta r, correr, lu ch ar. A c to s q u e d e p e n d e n d e l v a lo r y d e la h a b ilid a d d e cada u n o y n o d e la su e r te o d e l azar (P a u l. ib. 1 1 , 5 , 2 ). 3 1 1 . P a u l. Dig. 1 1 , 5 , 4 . 3 1 2 . M a rtia l. 4 , 1 4 , 7 -9 ; 5 , 8 4 . 3 1 3 . I sid o r . Orig. 1 8, 6 8 . 3 1 4 . P la u . Mil. G l. 16 4 -5 ; H o r . O d. 3 , 2 4 , 5 8 : « S e u m a lis u e tita le g ib u s a lea». 3 1 5 . C ic . Phil. 2 , 5 6 ; c f. V a l. M a x . 9 , 9 ; M a cr o b . 2 , 12; P lu t. Ant. 2 8 ; H o r . O d. 3 , 24; I u v e n a l. 1, 8 7 ; 7 , 9 ; 1 4 , 4 ; M a rtia l. 5 , 8 5 ; S u et. Calig. 4 1 ; Nero, 3 0 ; V itell. 4 ; D om it. 2 1 ; S e n e c a , Apocol. 15 ; L a m p r id . Com m od. 2 , 9. 3 1 6 . U lp . Dig. 1 1 , 5 , 1.
Los juegos
321
nes, suerte, procura enmendarla tirando mejor» 3n. En una copa de bronce se lee esta inscripción, sin que propiamente sepamos por dónde hay que empezar a leerla: MINVS. BIBES. SI. MINVS. MISERIS. PLVS. BIBES. SI. PLVS. MISERIS. (De izquierda a derecha: «Beberás menos, si apuestas menos; beberás más, si apuestas más». De derecha a izquierda: «Cuanto más apuestes, más beberás; cuan to menos apuestes, menos beberás»). En una pintura de Pompeya, dos jugadores sentados sostienen la tabula lu soria en sus rodillas, sobre la que tienen dados o fichas. Uno de ellos, con un cubilete en la mano, acaba de echar (iacere, iactare, mittere) y grita a su contrin cante: «¡Te he ganado!» (Exsi!). El adversario, señalándole con el dedo la ficha, le responde: «No es un tres, sino un dos» (Non tria, duas est). 5.
Los cristianos y los juegos
La afición al juego de los dados pasó, naturalmente, a los cristianos, y, no bastando para desarraigarla los consejos de los escritores y de los obispos 318, fue necesario que los concilios excomulgaran a los jugadores31β. Justiniano prohíbe a los eclesiásticos no sólo jugar, sino incluso el mirar el juego.320 Había otros juegos que dependían de la reflexión y de la , habilidad, que pro cedían con ciertas normas, en el movimiento de las fichas (calculi) o de las pie drecitas sobre un tablero (tabula lusoria, abacus). Se hallan muchas veces alusio nes a estos juegos en los escritores, pero no es fácil reconstruirlos. 6.
Ludus latrunculorum
Ludus latrunculorum; las piezas se llaman calculi o latrones321. Se necesitan 32 piezas; 16 de cada color: blancas-negras, rojas-doradas. Se disponían sobre un tablero de juego (tabula lusoria, tab. latruncularia), formando dos equipos orga nizados en disciplina y nomenclatura militar; el conjunto se llamaba acies, o mili tes S22. El manípulo lo formaban dos centuriones, dos elefantes, dos caballeros, dos satélites y ocho infantes (pedones, pedites). Su forma de moverse también es dis tinta, pues mientras hay unos, ordinarii, que se mueven en un solo orden: ordine transuerso uel directo 323, hay otros, uagi, que pueden avanzar e incluso saltar en varias direcciones 324. Debían de moverse con mucho arte por su campo y sus líneas, para no dejarse rodear o comer, porque si algún «cálculo» solitario se veía Ter. A d . 739-41 : Ita uitast hominum, quasi quom ludas tesseris: si illud quod maxime opus est iactu non cadit, illud quod cecidit forte, id arte ut corrigas. 318. Cf. por ejemplo, S. Cesáreo; decía en un sermon de cuaresma: «tempus quod nobis furiosus tabulae ludus solebat auferre, lectio diuina incipiat occupare» (S. Caesar. H om il. 141 = P. L. t. 66, 1498). 319. Por ejemplo, el Concilio de Elvira, año 300: Conc. Illib erita n u m , can. 79: «si quis fidelis aleam, id est, tabulam luserit nummis, placuit eum abstineri: etsi emendatus cessauerit, post annum poterit communioni reconciliari». 320. Iustin. N o u el. 123, 10; C od. I u s tin. 1, 4, 25 y 34. 321. El primer sentido de la palabra latro es «soldado mercenario», como se ve en Plau to, M il. G l. 948-50, recuerda Serv. ad A en. 12, 7, y explica Varrón, L. L. 7, 52. De aquí que las piezas de este juego se llamen también m ilite s, b ella to res, Martial. 14, 18. 322. Martial. 14, 18. 323. Varr. L. L. 10, 22. 324. Isidor. O rig. 18, 67. 317.
21
Juegos y diversiones
322
rodeado por dos del color contrario, se decía que quedaba cogido (captus). Si con tra las leyes del juego se movían a un tiempo dos piezas, no podían ser cogidas por un adversario, pero si eran apresadas (ligari) 325, o se encerraban de forma que no podían salir más, quedaban inutilizadas (calculi inciti). Las piezas cambian por el damero de un modo muy hábil y se dan varios combates con los soldaditos de vidrio; los blancos, para atrapar a los negros, y los negros, para apoderarse de los blancos. Pero ¿quién te hizo sin espaldas?, ¿qué peón volvió para atrás?, o ¿quién al morir no mató al enemigo? Tu manípulo combate de mil maneras: aquel huye del que le persigue, y se apodera de él; el otró viene de muy atrás. El que estuvo en la vanguardia se atreve a entablar combate y engaña al ene migo, que venía a aniquilarlo. El otro se detiene unos momentos, como si estuviera apresado, pero se apodera de otros dos. Este proyecta un audaz ataque para penetrar rápidamente por entre los peones desconcertados y busca entrar en la fortaleza, des baratado el valladar que la cierra. Y entre tanto, heridos los soldados enemigos, aun que se traben encarnizadas luchas, íntegras todavía las fuerzas, o perdidos unos po cos peones, vences. Y se te da un aplauso cuando has cautivado todas las fuerzas enemigas.326
Desde luego, no creo que con esta descripción pudiéramos rehacer el juego. Debía de tener algo de nuestras damas y de nuestro ajedrez, pero no sabemos ni cómo se movían los calculi uagi, aunque se nos dice que corrían con agilidad por los espacios libres, o saltaban algunos al estilo de los caballos del ajedrez. La vic toria consistía en arrebatar todas las piezas al adversario o dejárselas inmovili zadas. El que vencía era declarado imperator. Jugaban sobre todo los jefes mili tares y los que en su juventud habkn pasado muchos años en el ejército 327, por que era un juego propio de estrateg^sy Hay quienes pretenden distinguir entre el juego calculorum y el latrunculorum, pero hay muchos lugares en que se confun den totalmente. 7.
Ludus duodecim scriptorum
Cicerón nos dice que P. Mucio Escévola jugaba muy bien a la pelota et duo decim scriptis, y a las doce rayas, o a los doce sabios 328. Dice también Quinti liano: «Escévola, en el juego de las doce rayas (duodecim scriptorum), tocándole mover a él el primero, fue vencido. Luego, yendo al campo, reproduciendo men talmente todo el proceso del juego, se recordó la jugada en que falló; volvió a su compañero de juego y le aseguró que efectivamente en aquel movimiento de fichas había fallado» 329. Se ha descubierto en Autún un tablero (abacus), al parecer des 325. Seneca, E p. 117, 30: «Prospicit ut sciat quomodo alligatus exeat calculus». 326. Autor del P anegírico a d .P ison em , 180. 327. Jugando a los L a tru n cu li presenta Séneca a Cano Julio, varón extraordinario, cuando el centurión encargado de ajusticiarlo por orden de Caligula llega a donde él se encontraba: «Ludebat latrunculis, cum centurio agmen- periturorum trahens illum quoque excitari iuberet. Vocatus numerauit calculos et sodali suo: ‘uide’ inquit ‘ne post mortem meam mentiaris te uicisse’; tum annuens centurioni: ‘testis’ inqtiit ‘eris uno me antecedere’» (Seneca, D e tran qu ill. an. 14, 7). 328. Cic. D e O r. 1, 217. 329. Quintil. 11, 2, 38; Ovid. A r s A m . 3, 363: Est genus in totidem tenui ratione redactum scriptula quot menses lubricus annus habet; y de nuevo Cic. en un frgm. conservado en Non. p. 179, 30 Mere.: «Itaque tibi concedo, quod in duodecim scriptis solemus, ut calculum reducas, si te alicuius dati paenitet».
323
Diversiones: caza y pesca
tinado a este juego33°, reflexionando sobre el cual H. Leclercq331 concluye que efectivamente es un tablero del juego duodecim scriptorum, que en sustancia coin cidía con el trictrac francés. Los italianos lo asimilan a su juego tavola reale, pero en realidad no conocemos las normas que regían este juego, aunque ellos las tenían bien determinadas, como demuestra el caso de Escévola, referido por Quinti liano. 332 Con éstos y otros juegos los romanos distraían sus ocios y pasaban entreteni dos sus buenos ratos, ya que eran inclinados, como dice Plinio, a laxare animum lusu calculorum 333. Cicerón se enoja de que vayan a jugar al Foro, lugar augusto, dedicado a la administración de la justicia 334; pero en la misma basílica Julia se hallan marcados diversos juegos en el pavimento de mármol. No conocieron las cartas, que, venidas del Oriente, se extendieron por Europa durante la Edad Media.
II.
DIVERSIONES: CAZA Y PESCA
O tro buen entretenimiento de la gente fuerte era la caza y la pesca. Hay que conceder sus distracciones a la edad juvenil, dice Cicerón 335 y Quintiliano 336. Ya hemos visto las distracciones de los jóvenes en el Campo. Ahora vamos a seguirles en otro deporte, considerado también como diversión: la caza. Dice Cicerón: «Ho nestas formas de distracción nos proporciona nuestro Campo y la afición a la caza».337 A) 1.
L a ca za
Sus especies
La caza ha sido siempre una dedicación de los hombres, para proveerse de co mida o para aniquilar las fieras que pueden resultar dañinas. La caza como medio de vida fue anterior a la agricultura 338. Esta caza la realizaban los que podemos llamar cazadores de oficio y los esclavos, hasta el punto de que Salustio la llama 330. Véase J . B. Bulliot, N o tic e su r une tabu la lu soria tro u vé e à A u tu n , en «Mémoires de la société éduenne» 29, 1902, 145-153. 331. H . Leclercq, D ie t, d ’arch. ch rét. e t d e L itu rg. 7, 2.apart., 2467-2473. 332. El pasaje de Ovidio en A r s A n t. 3, 355, es ininteligible para quien no conoce pre viamente las leyes del juego. No podemos precisar más en la explicaciónde este juego, a pe sar de que el poeta Agatias trató de describir una partida jugada por el emperador Zenón (cf. Saumaise, A d S crip t, h ist. A u g. II, 751; Jacobs, A n th. G r. XI, 99; De Paw, D e A lea u eter. a d epigr. A g a th ., 1727). Solamente advertimos que el tablero sobre el que se juega tiene un lado derecho y un lado izquierdo; que sobre cada uno de ellos hay trazadas doce líneas paralelas, designadas las unas por su rango y las otras por nombres como «la extrema», «la divina Antigona», etc., y que cada jugador contaba con quince damas. 333. Plin. E p . 7, 24. 334. Cic. P h il. 2, 23. 335. Cic. Cael. 28. 336. Quintil. 1, 3, 10. ^ 337. Cic. Of f . 1, 104. Muchos emperadores fueron amantes de la caza y de la pesca; por ejemplo, Adriano (v. Ael. Spartian. H adrian. 2, 1; 20, 12 y 26, 3), Antonino Pío (v. J. Capitolin. 11, 2: «Piscando se et uenando multum oblectauit et deambulatione cum amicis atque sermone»), 338. Lucr. 5, 980; Virg. A en . 8, 316; 9, 602; Plin. N . H . 7, 5, 7. Especies de cazas, sus
Juegos y diversiones
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seruile officium 339. Los señores que querían tener siempre sobre la mesa carne de animales del campo tenían unos quantos esclavos dedicados a la caza. Pero de esta industria no hablamos ahora, sino de la caza seguida por diversión. En este sen tido, los romanos tenían verdadera pasión por salir a cazar, incluso las mu jeres. 340 Para los del campo es un descanso el poder dedicarse a ella, cuando no pueden trabajar en la hacienda, y para los de la ciudad es un asueto y una cierta necesi dad de pasar el día en contacto con la naturaleza. En una tabla lusoria se leen estas palabras: VENARI, LAVARI, LVDERE, RIDERE OCC EST VIVERE M1. Polibio nos refiere que P. Escipión Emiliano fue uno de los primeros cazadores, e iba siempre acompañado de griegos expertos 342. Cicerón distingue dos clases de caza: aucupium atque uenatio 343. El aucupium o caza de pájaros era más propio de los ancianos, y la uenatio, caza de animales corredores o feroces, la practicaban los jóvenes. Un tipo de cazador tranquilo era Plinio el Joven, cuando estaba en alguna de sus villas 844. Si organizaba con sus siervos una cacería, él se sentaba junto a las redes, sin venablos ni cuchillos, pero sí con sus tablillas enceradas y sus estiletes para ir anotando lo que le ocurría. Con ello hacía buena la expresión virgiliana: «Mientras tú persigues a los jabalíes, yo guardo las redes» 345. Sin em bargo, le gustaba salir de caza «para ejercitar el alma y el cuerpo con ese ejer cicio».346 2.
La uenatio
La uenatio era una cacería de fuerza y de rapidez, puesto que se encontraban con osos, jabalíes, lobos, liebres, etc., a los que había que cansar corriendo, o he rir en una lucha mortal. A las aves se las engañaba con astucias, redes, cepos, la zos y trampas, ya que con su vuelo se ponían a salvo de las armas que podían em plear los cazadores. La uenatio podía hacerse en cotos cerrados, o en campo abierto. La cacería en cotos cerrados. Varrón nos habla de algunas villas que tienen acotadas con pa redes (saeptá uénationis) extensiones inmensas, dedicadas a la cría de liebres, cier vos, cabras monteses, ovejas salvajes, conejos, jabalíes, lirones, caracoles, animales que debidamente alimentados en sus mejores condiciones se multiplican de una peripecias, sus formas, etc., cf. J. Aymard, E ssai su r le s ch a ssis rom ain es d e s origin es à la fin d e siècle d e s A n to n in s, Paris 1951, donde el autor, en sus 614 páginas, ilustradas con cua renta cuadros alusivos y explicativos, expone cuanto se sabe hoy sobre la caza de aquellos re motos tiempos. 339. Sail. Cat. 4, 1. 340. Iuvenal. 1, 22-3. Escipión Emiliano fue un apasionado por la caza (Polib. 32, 15; Plut. Aernil. 6). A Catón el Mayor le parece un ejercicio excelente (Cic. S en ect, 56, v. Ter. A n d r. 55; P h o rm . 5); Catilina se atraía a la juventud proporcionándoles caballos y perros de caza (Sail. C at. 14, 6); a Cicerón le camplace grandemente la caza (S en ect. 58; N at. D eor. 2, 44); Varrón compone un poema sobre la caza de Calidón, y contribuye a facilitar a los roma nos su vocabulario cinegético (los fragmentos están reunidos en Sat. M en ip. reliqu iae, de Oehler, 1844). Durante los primeros tiempos del Imperio se despertó una afición grandísima a la caza, e incluso en la literatura tomó una importancia enorme desde que Virgilio describió la jornada de Dido y de Eneas en el campo; cf. A e n . 4, 129-172. 341. C IL . V III, 17938. 342. Polib. 31, 29, 3. 343. Cic. S enect. 56. 344. Cf. Plin. E p. 1, 6. 345. Virg. Ecl. 3, 75. 346. Plin. E p . 1, 6, 2.
Diversiones:, caza y pesca
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manera prodigiosa MT. Dada la abundancia de presas que no pueden escapar de las cercas, es una verdadera delicia la caza en estos parajes. Pero, como es natural, en esos cotos no puede cazar más que el dueño, o los amigos a quienes él se lo per mita. Estas «conejeras» son los centros de provisión segura de caza para las me sas de los sibaritas de la ciudad. Los conejos y las liebres se cogían como hormigas; pero las piezas mayores, ciervos, cabras, ovejas monteses, etc., tenía el dueño buen cuidado de seleccionar las piezas que capturaba, para no impedir su reproducción. La caza en campo abierto era más 'emocionante. Los cazadores formaban un grupo numeroso, que se dividían previamente los oficios: los uestigatores seguirán las huellas de las fieras 348 hasta sacarlas de sus cubiles o dirigirlas hacia un punto determinado del campo abierto, cosa que ya hace también el indagator o «busca dor». Los alatores, formando largas líneas de hombres, espantan con sus gritos y gesticulaciones las piezas levantadas para que vayan a enredarse en las redes preparadas y cierran todos los demás pasos por donde quisieran escapar los ve nados. Los pressores, azuzadores, los persiguen de cerca, y, una vez cogidas en las redes, tratan de matarlos. Los cazadores se ponían los vestidos más corrientes y ligeros para su excur sión. Túnicas cortas y ceñidas349, una manteleta o alicula sobre los hombros 350, y botas altas, polainas de vendas o de piel, un sombrero bien calado para el sol (galerus o petasus). Las armas que llevaban eran: la honda, la clava, el pedum o cayado para la caza de la liebre, el hacha (securis), sobre todo en la caza primitiva para abatir los jabalíes; la furca, la fuscina, harpones, harundo la jabalina, lan zas, cuchillo montés (culter uenatorius), y cuando se trataba de la caza del oso o del jabalí el venablo, el hasta y el iaculum, incluso con dos puntas de hierro. Se recomendaba que estas armas fueran de madera consistente, comus, myrtus, taxus, que a veces se encuentran como sinónimo de lanza, jabalina, flecha. Contra las fieras había también que protegerse con escudos ovalados. Antes de salir prepa raban bien todo el instrumentum uenatorium, es decir, armas, caballos, perros, sier vos especializados y corredores, y una buena provisión de merienda para todos. 353 Los perros cazadores 353, de buen olfato 354, que responden a nombres signifi cativos, de los que Ovidio ofrece un buen elenco 355, eran bien preparados para 347. Varr. R . R . 3, 12-15. Hortensio tenía un coto de cincuenta iugera en Laurento para la cría de jabalíes (Plin. N . H . 8, 78) y T. Pompeyo otro de cuarenta mil pasos de perímetro en la Transalpina (Varr. R . R . 3, 12). Estos espacios se llamaban saltu s (cf. Martial. 9, 55; T. Liv. 5, 6, 3; Sil. It. 8, 563) y sa e p ta u e n a tio m i (cf. Varr. R . R . 3, 12, 3). 348. Varr. L. L. 5, 94. 349. Claud. 35, 33. 350. Petron. 40, 5. 351. Martial. 9, 54; 14, 218; Petron. 109.· 352. Puede verse la salida a la caza en Virgilio, A e n . 4, 130-50; Seneca, D e B enef. 1, 11, 6. 353. C an es uenatici, Varr. R . R. 2, 9, 2; Hor. E p . 1, 2, 65; uenatores, Virg. A e n . 12, 751. 354. Plaut. M il. G l. 268;JCic. V err. 4, 31. Se distinguían por tres condiciones: g rau ioribus a p ta e m o rsib u s, como los Seres (del Tibet), los In d ic i, los Ib e ri, los A lb a n i (del Cáucaso), los H yrcan i y los M e d i; 2 ) H a e p e d ib u s celeres, como los egipcios, los libios, los gálicos, los segusios (de los Alpes), los vestragos (de Bélgica), los agusios (de Bretaña), los p e tro n es o p e tru n cu li; 3) hae nares sagaces, etolios, sicilianos, laconios, cretenses, etruscos, umbros y bretones. Se les daban nombres cortos, que se escribían en sus collares (collaria). Les seguían las genealogías y se pagaban muy caros. No faltaron casos en que se les elevaron monu mentos. En la u estig a tio ellos seguían los accessus, los u estigia, los a b itu s de las fieras hasta dar con su cu bile. Cuando iban a la caza de fieras, además de las carlancas, los protegían con ventreras y manteos de púas. 355. Ovid. M et. 3, 206-33.
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Juegos y diversiones
la caza por un siervo entendido en ello (magister canum). Cuando por su poco tiempo apenas podían resistir las fatigas de la caza, eran llevados con los mayores para que se acostumbraran a perseguir a las alimañas. Los caballos (uenatores equi) 35e, además de llevar a los cazadores allugar ele gido, servían para perseguir, por ejemplo, a los ciervos y a las liebres, hasta que estos animales se cansaban y se dejaban matar con un palo o con la lanza. Eran muy útiles para este menester los caballos gallegos, asturianos 357, escitas, partos, ilirios, tracios y sicilianos. Marcial reprocha a un amigo que emplea los caballos hasta para perseguir a las humildes liebres.358 Llegados al lugar elegido, los cazadores tomaban sus armas y se distribuían las tareas. Los uestigatores e indagatores, llevando atraillados a sus perros, seguían las huellas de los animales y procuraban sacarlos de sus guaridas y escondites; y una vez fuera, empezaba la persecución y el acoso. Era el momento de mayor emoción: unos los perseguían con sus caballos, otros les lanzaban las jabalinas, aquellos les cortaban el paso cuando querían huir de nuevo hacia los montes, los de más allá los dirigían hacia las espesas redes, dispuestas en lugares convenientes y que otros guardaban escondidos para lanzar sus venablos hacia las presas, una vez que se hubieran enredado en las m allas.359 Los animales feroces, como el oso, el jabalí, el lobo, etc., se lanzaban a veces contra sus perseguidores y entonces venía un momento de peligro en que el hom bre tenía que matar a la pieza, que, al sentirse herida, sacaba toda su ferocidad 380. Otros animales, como los venados, los gamos, los ciervos, las cabras monteses y las liebres h u ían 381, y allí venía la persecución con los perros y con los caballos, y el dirigirlos hacia las redes. En lugares determinados por donde podía huir, y no podían cubrir los alatores, se servían de las formidines, o cordeles tendidos, en los que habían colgado diversas plumas de varios colores o alas de aves versicolores y otros objetos que hicieran ruido al ser movidos por el viento 382, y que nos describe Nemesiano.383
356. 357. 358. 359.
Stat. T b e b . 9, 685. Martial. '14, 199; Gratt. C yn. 514. Martial. 12, 14; 1, 50; 14, 81. Virgilio describe así el acoso: Postquam altos uentum in montis ätque inuia lustra, ecce ferae saxi deiectae uertice caprae decurrere iugis; alia de parte patentis transmittunt cursu campos atque agmina cerui puluerulenta fuga glomerant montesque relinquont. At puer Ascanius mediis in uallibus acri gaudet equo, iamque hos cursu, iam praeterit illos, spumantemque dari pecora inter inertia uotis optat aprum aut fuluom descendere monte leonem (A en . 4, 151-9). 360. Según Ovidio, H aleu ticon , 52-61, los animales que se lanzan contra los cazadores son el león, el oso de la Lucania y el jabalí perseguido. Una lucha encarnizada entre el cazador y el jabalí puede verse en Apuleyo, M e t. 8, 4. 361. Ovid. H a k u t. 62-5. 362. Cf. Seneca, D e Ira, 2, 11, 5; D e C lem . 1, 2, 5; Lucan. 4, 437; Virg. G eorg. 3, 371. 363. Nemesian. C yn et. 303: Linea quin etiam, magnos circundare saltus, quae possit, uolucresque metu concludere praedas, digerat innexas non una ex afite pinnas.
Diversiones: caza y pesca
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Singularmente los ciervos sienten terror ante el color rojo de las plumas, y al verlas en el camino de su huida se volvían para atrás y se entregaban indefensos a la jauría de perros que les perseguían. Virgilio describe maravillosamente este momento de la caza: Así le ocurre al perro cazador, cuando al hallar a un ciervo detenido por la corriente de un río lo acosa con sus ladridos. O bien cuando lo halla asaltado por el temor de la roja pluma. Aterrado el animal por el espanto que esto le produce y por las escarpas de la orilla, va y viene, dando cien vueltas; mas el perro umbro salta hacia su presa, con la boca abierta, y rechina sus mandíbulas como si entre ellas la tuviese, engañándola con vana mordedura.364
Mientras unos están empeñados en una pieza mayor, quizá otros van persi guiendo una liebre, caza menos peligrosa, pero no por eso de menor fatiga. Contra estas pequeñas piezas se lanzaban los canes Gallici (galgos), cuya persecución la pinta así Ovidio: Como sucede cuando un,perro gálico ve una liebre en campo abierto, y se lanza en carrera veloz hacia su presa y ella huye para salvarse, el perro, como si la alcan zara, espera ya lograrla de un momento para otro, y esfuerza y alarga sus pasos con la boca abierta hacia la liebre, y ésta teme en cada momento ser atrapada, y se libra de las dentelladas y deja por fin atrás la boca que ya la rozaba.365
Las liebres eran muy buscadas y perseguidas por la creencia romana de que quien comía liebre siete días seguidos lograba una gran hermosura de cuerpo y de ingenio, por el refrán que habían formado por un juego de palabras: léporem lepórem uocare, «que la liebre llama a la hermosura». Las redes se llamaban de tres maneras: retia, plagae, cassesm , cuya diversa utilidad en la caza parece deducirse de Nemesiano: Necnon et casses iidem (serui) uenatoribus aptos atque plagas, longoque meantia retia tractu addiscant raris semper contexere nodis.387
Según esto, con la retia se rodeaba más o menos el terreno fuera del cual no se quería .que salieran los venados en su huida, como leemos en Varrón: «y este
Namque ursos magnosque sues ceruosque fugaces, et uulpes acresque lupos, ceu fulgura caeli, terrificant, Unique uetant transcendere saeptum. 364. Virg. A e n . 12, 750-5. 365. Ovid. M e t. 1, 533-8. 366. Es difícil distinguir el valor de estas palabras por su etimología. Lo único que po demos decir es que cassis (-is) es la más reciente, aparecida quizá en tiempos de Virgilio; y que re te (-is) no parece tampoco de origen latino, dado el sentido de «red», «tejido»; y que plaga indica originariamente «una cosa extendida», por ejemplo una cortina, una colcha, una llanura... Con todo, es de suponer que en el habla de los cazadores tuviera cada una su sen tido propio, que nosotros no distinguimos bien, porque nuestras fuentes, casi todos ellos poe tas, no precisaban tampoco mucho. Cf. Tibul. 4, 3, 16-24; Martial. 3, 58, 28. Se ha querido concluir de Horacio, O d . 3, 5, 31; E p d . 2, 31-32, que plagae son las redes para la caza ma yor; y retia , según el mismo Horacio, E p d . 2, 33-36; y Martial. 3, 58, 26, las redes para cazar pájaros. Pero en Ovidio, Fast. 5, 371, se usan los re tia para apresar leones; y en H aliu t. 22, para cazar lobos. Servio, en Virg. A en . 6, '131, razona así: «Plagae uero minora; alii plagas per definitionem accipiunt, ut intelligamus quae sunt rara retia plagae. Sciendum tamen proprie plagas, funes dici illos quibus retia tenduntur circa imam et summam partem». 367. Nemesian. C yneg. 229: «Aprendan los mismos siervos a tejer redes espesas, medianas y ralas, en un largo espacio, con sus nudos correspondientes, para los cazadores».
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Juegos y diversiones
espacio se cierra con Hilos de fuertes mallas» 36a. Parece que casses se llamaban las redes de mallas más tupidas, que al mismo tiempo formaban bolsas (sinus) que envolvían al animal y le impedían salir, como vemos en Marcial: impeditam cassibus dam m anm . Y las plagae serían intermedias entre las casses y las retía, y se utilizarían para impedir la huida en los puntos de paso y para enredarlos en las mallas.370 Con frecuencia a los cazadores, empeñados en la consecución de algún venado interesante, se les echaba encima la noche sin advertirlo, y se quedan a pernoctar en el campo, como delicadamente dice Horacio: Pernocta al raso el cazador olvidado de su tierna esposa, si han visto una cierva sus fieles perros o si el jabalí marso está enredado en las bien trenzadas mallas371;
o más duramente Cicerón: «Pasan la noche los cazadores sobre la nieve, toleran los más recios calores por los m ontes».372 El regreso de estas excursiones de montería debía ser regocijado y tumultuoso, sobre todo si habían tenido suerte en la captura. Cargadas las piezas sobre carros o sobre los caballos, o a espaldas de los siervos, y las aves en las mochilas o ata das a la cintura, entraban en el poblado, procurando llamar la atención sobre sus presas. Otrp sistema de caza más silencioso daba también buenas presas, pero aisla das y ocasionales. Se observaba el paso o la guarida de determinadas piezas, y en lugares oportunos se les plantaban lazos o cepos (laquei, limbi,pedicae) 373, o tam bién redes en ciertas encrucijadas, o se abrían fosas (foueae) disimuladas con ma torrales o follajes, y la apetecida pieza caía en estas insidias del hom bre.374 3.
El aucupium
El otro género de caza, el de las aves (aucupium), se realizaba poco más o me nos con los mismos medios que hoy se emplean en esta especie de capturas, cuan do no se usa h escopeta. El cazador ahora se llama auceps, «pajarero» 315. La tram-
368. 369.
Varr. R . R . 3, 11, 3; v. Ovid. M e t. 2 , 499; Tibul. 4, 3, 12. Martial. 3, 58, 28. Así también diceGratius Faliscus, C yn eget. 28-30: Tunc ipsum medio cassem qui nascitur ore, per senos circum usque sinus laqueabis, ut omnem concipiat tergo, si quisquam est plurimus, hostem. 370. Ovid. A r s A m . 1, 392; 2, 2; M e t. 5, 578. 371. Hor. O d . 1, 1, 25-8. 372. Cic. Tuse. 2, 40. 373. Gratius Faliscus, C yn eget., habla de los lim b i (lazos), 25; de los laqu ei curraces (la zos corredizos), 89; que conviene cubrir con tendones de ciervos para disimularlos mejor, 90-91; e incluso de unos cepos dentados para que las alimañas no puedan deslizar de ellos sus patas: «quid qui dentatas iligno robore clausit, uenator pedicas?», 92-93. 374. De este sistema de caza nos habla Cicerón, Of f . 3, 68; Virg. G eorg. 3, 371; Hora cio, E p d . 2, 31 ss; Ovid. A rs A m . 3, 428. 375. Cfr. Hor. A . P . 4 5 8 . La caza máspingüe y más segura selograba en ciertos lugares ya preparados para ello en lasfincasprivadas, no muydistantes de lasvillas, donde se dis ponía todo lo conveniente para que se criaran y vivieran los ánades, perdices, codornices, tórto las, palomas silvestres, etc., de lo que habla Varrón en R . R . 3, 9-11; 1. 23, 5. El cazador de pájaros, en Marcial, 14, 216; y el azor, ib. 14, 217.
Diversiones: cazd y pesca
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pa más sencilla y elemental con que el hombre trata de captar las aves son los lazos de cerdas, que arma entre las matas o las ramas por donde ha de pasar el ave, sobre todo hacia su nido. Contra las aves en reposo se usaba la honda. Pero este sistema era poco renditivo. Más numerosa solía resultar la caza cuando por medio del canto o de la comida se atraía una buena cantidad de aves, que se apresaban por medios preparados de antemano. Por ejemplo, se disponía un te rreno que pudiera quedar cubierto por unas redes, se echaba abundancia de comida sobre él e incluso se ponían algunos ejemplares de pájaros atados de una pata, o metidos en una jaula, para que llamara con su canto a los congéneres. El auceps escondido observaba la llegada de los pájaros, y cuando creía haber un número conveniente y los veía picotear sin miedo alguno, alzaba rápidamente las redes por medio de unos cordeles dispuestos para ello, y las aves quedaban capturadas. O tra forma de cazar era con liga: fallere uisco m . Se los atraía con el reclamo del canto del macho, o de la hembra en celo, o con una fistula que imitaba esos cantos. E n un paraje entre matas, o el que se conoce requerido por el instinto del ave que se perseguía, Se plantaban unos palitos untados con liga (uiscata) que al moverse entre ellos las piezas codiciadas se adherían a sus alas, in uisco inhaescere3’'1, y ya le era imposible alzar el vuelo, como dice Ovidio 378: non auis utiliter uiscatis effugit alis. O bien se plantaban unos junquitos empapados en liga a lo largo de un arroyuelo al que se sabía que iban a beber los pájaros, añagazas que incluso solían disponer los niños. Y por fin citaremos otro sistema más compli cado descrito por Marcial: N o sólo con las pajas, también se engaña al pájaro con el canto, mientras la caña va subiendo impulsada por la mano silenciosa.379
Con todo sigilo el auceps hacía llegar cautelosamente unas cañitas untadas (ca lami aucupatoris) hasta donde el pájaro saltaba de rama en rama. Si el árbol era muy alto, el cazador iba provisto de cañas muy largas, en cuyo extremo se dispo nían varias varitas enligadas; si el pájaro se posaba en ellas, quedaba apresado, como lo describe Valerio Flaco: El pájaro sorprendido por las trampas y la liga pegajosa busca las ramas y, burlado, agita las alas.380
Muy poco sabemos sobre la cetrería entre los romanos, aunque ya Marcial nos describe así la historia del halcón: Fue salteador de las aves: ahora es sirviente del cazador de pájaros, sorprende lo mismo, pero domesticado, ya no caza para s í.381
376. Virg. G eorg. 1, 139. El modo de preparar el uisCus o utscum lo expone Plin. N . H . 16, 44, 94. 377. Cic. N a t. D . 2, 144. 378. Ovid. Ars' A m . 1, 391: «No puede volar el pájaro consus alas enligadas». 379. Martial. 14, 216. 380. Val. Flacc. 6, 263; cf. Propert. 4, 2, 33-34. 381. Martial. 14, 117 «Accipiter». En el Oriente era conocida muchos siglos antes. En Africa se introduce en tiempos de Apuleyo (Apul. A p o l. 1, 34: «Accipiter»).
Juegos y diversiones
330
B)
La
p esca
Cicerón cita la pesca juntamente con la caza: piscatu, aucupio, uenationem . La pesca era sobre todo un trabajo, con el que muchos pobres se ganaban la vida 383. Pero al mismo tiempo podía servir de distracción tranquila a muchos romanos que vivían o iban a pasar su día junto a las aguas de los ríos, de los lagos o del mar. La pesca podía hacerse en grupo y solían servirse de alguna pequeña barca. Ovidio recomienda no adentrarse en alta mar, ni quedarse tampoco entre los es collos del acantilado; el lugar intermedio será el mejor para una grata excursión 384. Bueno es, antes de lanzarse a la pesca de determinados animales marinos, conocer sus especies, cosa que enseña Ovidio 385, y las diversas artes instintivas con que algunos de los peces se defienden contra las redes y los anzuelos echados por el hombre para atraparlos.386 En la pesca no se nombran las plagae, ni las casses; solamente las retia. Pero las redes marinas tenían disposiciones diversas de las usadas en la caza. Lo mismo que hoy, tenían en una de sus franjas unos pesos de piedra o de metal que las hun dían en el agua, y en la otra unos corchos que, flotando en la superficie del mar, las mantenían tensas. Luego se recogían o arrastraban, de donde les viene el nom bre de tragum, uerriculumm . Para esta operación se necesitaban varios hombres. A veces se tendían las redes entre dos barcas, sosteniendo cada una de ellas el respectivo extremo de la red; recorrían así, con la red tendida, un espacio con venido del mar y luego se juntaban para recoger los peces que hubieran sorpren dido en su redada. Otras redes más pequeñas se lanzaban desde la misma barca, o desde una peña en la orilla del mar; al tirarla se abría en un círculo completo, y al recogerla el mismo cordel del que se tiraba la cerraba en su extremo, atra pando los peces que se encontraran en el espacio abarcado. Esta red se llamaba iaculum. 388 Por las orillas de los ríos, en los lagos y en la playa del mar se veían también pacientes y tranquilos pescadores que con su caña (calamus piscatoria), el sedal (linea) y el anzuelo (hamus) trataban de sacar los peces que picaran, exactamente igual que hoy. Usaban también las nassae, que poco más o menos serían como las nuestras: un cilindro de juncos entretejidos, con una especie de embudo dirigido hacia aden tro en una de sus bases y cerrado con una tapadera en la otra para vaciarlo. Se colocaban en puntos convenientes del mar, untados con sustancias que atrajeran
382. Cic. Fin. 2, 23. 383. Como dice Plauto en R u d. 297-300: Echinos, lopadas, ostrias, balanos captamus, conchas, marinam urticam, musculos, plagusias striatas. Postid piscatum hamatilem et saxatilem adgredimur. Cibum captamus e mari. 384. Ovid. H a leu t. 83-90. 385. Ovid. H a leu t. 91-132. 386. Ovid. ib. 9, 47. 387. Isidor. O rig. 19, 5, 3; Serv. a d G eorg. 1, 142. 388. Ovid. A r s A m . 1, 763; o re te iaculum , Plaut. A s. 100; T ruc. 35.
Diversiones: caza y pesca
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a los peces, o cón cebos dispuestos en su interior 300. Una vez que entraban enla trampa, los peces ya no lograban salir. Dispuestas una serie de ellas, se iba de tiempo en tiempo a recoger los pescados que hubieran entrado y a renovar los cebos. Silio Itálico la describe así: El pescador diligente teje una nasa ligera de mimbres, de amplia bpca, para echarla en las aguas cristalinas. El interior lo dispone con cautela, y en el centro de su panza lo estrecha en forma de embudo, y teje luego el extremo; y con el fraude del agujero estrecho impide volver a la boca de entrada fácil, al pez que atrajo del mar.390
Los peces mayores, como los atunes, bonitos, pulpos, etc., una vez atraídos ha cia la barquita con diversos señuelos de objetos colorados o cebos lanzados junto a la embarcación, o apresados en el anzuelo, se procuraba rematarlos con un largo tridente. El captar alguno de estos grandes peces llenaba de emoción sobre todo a los que habían salido al mar para distraerse un rato.
389. petam». 390.
Así se deduce de Pl. M il. G l. 581: «Numquam hercle ex ista nassa ego hodie escam Sil. Ital. 5, 47.
3 Juegos públicos y fiestas religiosas
«Dianam tenerae dicite uirgines, intonsum, pueri, dicite Cynthium». (Hor. O d . 1, 21, 1-2)
I. 1.
LOS JUEGOS PUBLICOS
Los días de fiesta
Q ertos días del año consagrados en honor de los dioses y destinados al deleite del pueblo se llamaban dies festi, feriae. Pero como en todas las solemnidades re ligiosas asistían los ludii o ludiones, bailarines, cantantes, músicos, tibicines; se llamaron también ludi, «entretenimientos, jueg;os», en oposición a los días de tra bajo. E l baile se-tomaba como una manifestación religiosa y por ello pudo resistir la severidad policíaca de los ediles y de los censores, que permitían a los bailari nes y cantores recorrer en esos días las calles enmascarados y beodos. Los bailes y los cantos, los desfiles de cuadrillas de bailadores, las representa ciones pantomímicas de unas cuadrillas y de otras desarrollaban a veces una es cena y.entablaban un diálogo, muy en conformidad con la cáustica romana, que llamaron fescennina \ Estos diálogos satíricos, y otras representaciones populares, dichas atelanas, verdadera comedia popular de origen plenamente itálico, alegraban a las gentes que ya vivían en un ambiente de fiesta. 2.
Los ludi maximi Romani
En un principio no había más que unas fiestas, los ludi maximi Romani, que empezaron a celebrarse como una solemnidad extraordinaria de acción de gracias por el cumplimiento de una promesa hecha por un general en el momento de en trar en batalla. Duraban un solo día, pero poco a poco fueron añadiéndose algunos días más, hasta cuatro. De fiesta extraordinaria se convirtió en habitual; entró ya como tal en el calendario y se celebraba en el otoño, cuando los ejércitos volvían de sus campañas. Así fue durante los cinco primeros siglos de Roma. Se celebra ban en el Circo Máximo. Cayo Flaminio instituyó nuevos juegos y construyó un nuevo circo (el circo Flaminio) en el año 534-220. Lo nombraron cónsul y fue derrotado por Aníbal 1.
Hor. Ep. 2, 1, 145.
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Juegos públicos y fiestas religiosas
junto al lago Trasimeno. Estos nuevos juegos (ludi plebeii) se celebraron por pri mera vez en el circo Flam inio2, en el año 538-216, cuatro años después de cons truido el nuevo circo.3 Siguiendo el ejemplo de Flaminio, quien hallaba un motivo para instituir unos nuevos ludi, no perdía la ocasión. Siguen los ludi Cereales, en honor de Ceres, en el mes de abril. En el 212 se establecieron los Apollinares4. Marcio, antiguo adi vino, cuyas profecías sobre el desastre de Canas se revelaron después de la derro ta, ordenaba la institución de unas fiestas en honor de Apolo 5. En el año 204 se instituyen las fiestas en honor de la Gran Madre Frigia (Magna Mater Idaea), traída recientemente a Roma. En 173 se establece una festividad menor, ludi Flo rales o Floralia. Todas estas fiestas se ofrecían oficialmente al pueblo; por eso se llamaban ludi publici, y de su organización se encargaban los magistrados. Los ediles curules presentaban los grandes juegos romanos, los megalenses y los florales. Los ediles plebeyos, los juegos de la plebe y los de Ceres. El pretor urbano, los apolinares. Se aseguraba del erario público una cantidad para ellos, pero de ordinario no bastaba, y los magistrados se esforzaban en darles la mayor solemnidad y presentar los entretenimientos y atractivos más complacientes para el pueblo, aunque muchísimos se arruinaban con ello; pero el pueblo juzgaba del valor de las personas según el rumbo que derrochara cada cual en sus fiestas co rrespondientes. Por eso, si el pueblo quedaba complacido de sus fiestas, cuando su organizador se presentaba como candidato a otra magistratura superior, tenía su elección asegurada. De lo cual se seguían muchos perjuicios: se cerraba el paso de las magistraturas a los que no dispusieran de mucho dinero o de firme crédito para pedirlo prestado; no siempre el que más derrochaba tenía mejores condicio nes para gobernar; una vez llegados a las supremas magistraturas, una de las preocu paciones serias que les dominaba era el resarcirse de los grandes dispendios hechos durante el cursus honorum. La plena satisfacción la conseguían cuando al año si guiente del consulado o del pretorado les encomendaba el Senado el gobierno de alguna provincia del imperio: Macedonia, Gallia, Hispania, Africa, etc.; donde las frecuentísimas exacciones no sólo los libraban de sus deudas, sino que los enri quecían para siempre. Los juegos recibían diversos nombres según el dios al que se dedicaban, el lugar donde se desarrollaban, e tc .6 Según el dios, serán ludi: Capitolini, Cereales, Apollinares, Florales, Mega lenses, Saturnales, etc. Por el lugar donde se celebran: Circenses, Scaenici, Theatrales, Compitalini, Feriae Latinae, etc. Por la preparación y la gente que asistía: Magni Romani, Maximi Romani. Por los ciudadanos a los que se destinaban: Romani, Latinae Feriae, Plebeii. Por el motivo de la celebración: luuenales, Funebres, Votiui, Vinalia. Por el tiempo en que se congregan: Saeculares.
2. Val. Max. 1, 7, 4. Sobre el Circo Máximo y el Circo Flaminio, véase el primer tomo de esta obra, pp. 46-47; 49. 3. Liv. 23, 30, 17. 4. Liv. 25, '12, 9-15; Macrob. Saturn. 1, 17. 5. Liv. 25, 12, 1-8. Sobre las profecías de Marcio, cfr. Cic. D iu . 1, 89 y 115. 6. El elenco completo de losdioses y de los días de fiesta lo damos en la exposición de la R elig ió n R om ana, vol. III.
Las fiestas religiosas
Unos mismos ludí pueden pertenecer a varios de estos estamentos; por ejem plo, los Apollinares, dedicados a Apolo, pueden desarrollar actos en el Circo y serán Circenses; en el teatro y serán Theatrales; por las calles yserán compitales; puede dedicarse un día a la juventud y serán luuenales. Nuestro método de exposición será, pues, presentar en particular el carácter religioso de cada una de estas fiestas; luego hablar en generalde las representa ciones en el circo, en el teatro, etc.
II.
LAS FIESTAS RELIGIOSAS
1. Los Magni ludi Romani, de los que ya hemos dicho que fueron los únicos que se celebraban en Roma durante los cinco primeros siglos, fueron establecidos por Tarquinio Prisco, y se celebraban en el Circo Máximo, el más antiguo y el más hermoso de todos los circos, según Dionisio de Halicarnaso7. En un principio fueron votivos, y se celebraban al caer el otoño, cuando volvían los ejércitos de la campaña. Luego, como hemos dicho, quedaron fijo s8, y se prolongaron por quin ce días. Desde el 4 al 19 de septiembre9. Se dedicaban a Júpiter, a Juno y a Mi nerva, como dice C icerón.10 Se llamaban Magni por el aparato y la solemnidad con que se celebraban. De ellos dice el Pseudo-Asconio 11: «Los juegos romanos fueron establecidos por los reyes y se llamaban ‘magni’ por los grandes gastos que suponían». Desde un prin cipio costaban 200.000 numos. A partir del siglo I I I a. C. los gastos del Estado para estos juegos fueron creciendo considerablemente: en el año 217 el erario pú blico dio para estos juegos 330.000 sestercios; en el 51 a. C., 760.000 sestercios. Y proporcionalmente crecía lo invertido en los demás juegos; por ejemplo, para los Apollinares, en el año 212, el Estado había contribuido entregando al pretor 12.000 ases (30.000 sestercios), y en el año 51 entrega para los mismos juegos 380.000 sestercios. Otros piensan que se llamaron magni por estar en un princi pio consagrados a Conso, el dios de los consejos secretos 12; esto es, a Neptuno, el dios de los líquidos y de las cosas escondidas, y se dedicaban a los grandes dio ses, es decir, a los Lares de la ciudad de Roma, por quienes dicen que fueron arrebatadas las sabinas, razón por la cual parece decir Virgilio que eso sucedió Magnis Circensibus actis13, pues es lo mismo magni y circenses. E n ellos un nú mero de la fiesta era siempre el ludus Troiae, que recuerda Virgilio 14. Más tarde 7. Dion. Halic. 4. Sobre las fiestas, cf. W. Warde Fowler, R om an fe stiv a ls of th e p eriod of th e rep u b lic, London 1895; G. Vacci, L e fe ste d i R o m a antica, Torino 21927; L. Delatte, R ech erch es su r q u elq u es fê te s m o b iles d u calen drier R om ain : L’Antiquité Class. 5, 2-VI, 1, y aparte Lieja, 1957; I. S. Ryberg, R its o f th e S ta te R e lig io n in R om an A r t., Amer. Acad, in Rome, vol. 22, 1956. 8. Liv. 2, 36, 1; 1, 35, 9. 9. Cic. V m . Act. 1*. 31; 5, 36. 10. Cic. V err. 5, 36: «Mihi ludos antiquissimos, qui primi Romani appellati sunt, dignitate maxima et religione Ioui, Iunoni, Mineruae esse faciundos». ' 11. Pseudo-Ascon. a Cic. V err. 1, 31. 12. Varr. L. L. 6, 20. 13. Virg. A e n . 8, 636. 14. Virg. A e n . 5, 545 ss.
cum
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Juegos públicos y fiestas religiosas
se llamaban también m axim i15, como llamó también Nerón a los que organizó para la celebración de la eternidad del Im perio.18 2. Los ludi Capitolini, según unos, fueron instituidos por Camilodespués de liberar a Roma de la opresión de los Galos 17. Tertuliano atribuye su fundación a Rómulo: «Luego el mismo Rómulo instituyó en honor de Júpiter Ferentino unos juegos en la roca Tarpeya, que según Pisón se llamaron Tarpeyos o Capito linos» 18. Su origen, pues, nos es desconocido. De estos juegos no se tiene más re cuerdo que la aplicación de un proverbio transmitido por Plutarco 19 y F esto20. Durante estos juegos se presentaba delante de la m ultitud un anciano vestido de toga pretexta con bulla de oro al cuello, y mientras lo paseaban delante de la gente, se gritaba: Sardi uenales; alius alio nequior! Unos pretenden ver en el anciano la figura de un rey etrusco de Veyes, cogido prisionero por Rómulo, porque a los etruscos se los creía originarios de la Lidia, cuya capital es Sardes; y otros lo ex plican porque cuando Ti. Sempronio Graco conquistó la Cerdeña en 239 a. C. llevó a Roma multitud de prisioneros, que se vendían baratísimos. 3. Ludi Cereales (o Cerealia) en honor de Ceres. Desde el año 202 a. C. se celebraban del 12 al 19 de abril, según el viejo calendario21. En estas fiestas las matronas, vestidas de togas blancas, paseando con hachas encendidas, celebraban el llanto y las excursiones de Ceres, que buscaba por todas partes a su hija Proser pina, raptada por P lu tó n 22. Los juegos se celebraban en el circo23. A ellos asistía el pueblo vestido de blanco24. Durante estos juegos estaba prohibido beber vino, las intimidades matrimoniales y comer nada antes de la noche.26 4. Ludi Apollinares, en honor de Apolo. Antes del año 202 se celebraban fuera de la puerta Colina, junto al templo de Venus Ericina, todos los años, du rante algunos días, aunque sin fecha fija 2e. Por ley del pretor Licinio Varo pasaron
15. Cic. H ar. R esp. 12. '16. Suet. Ñ ero , 11, 2: «Ludis,quos pro aeternitate imperii susceptos appellari ‘maximos’ uoluit, ex utroque ordine et sexu plerique ludicras partes sustinuerunt; notissimus eques Ro manus elephanto supersidens per catadromum decucurrit; inducta Afranii togata, quae In cen diu m inscribitur, concessumque ut scaenici ardentis domus supellectilem diripere'nt ac sibi ha berent;sparsa et populo missilia omnium rerum per omnes dies; singula cotidie milia auium cuiusque generis, multiplex penus, tesserae frumentariae, uestis, aurum, argentum, gemmae, margaritae, tabulae pictae, mancipia, iumenta, atque etiam mansuetae ferae, nouissime naves, insulae, agri». 17. Lie. 5, 50, 3-4. 18. Tertull. D e Spectac. 5, 8. 19. Plut. Q u aest. R o m . 53. 2.0. Fest. s. v. «Sardi uenales». «Sardos venales; cada uno peor que el otro». 21. Gruter. 133. 22. Ovid. Fast. 4, 389-620. 23. Ovid. Fast. 4, 391;3: «Circus erit pompa celeber numeroque deorum: primaque uentosis palma petetur equis. Hi Cereris ludi; non est opus indice causa. Sponte deae munus promeritumque patent». 24. Ovid. Fast. 4, 619-20: «Alba decent Cererem: uestes Cerealibus albas sumite. Nunc pulli uelleris usus abest». Véase también ib. 5, 355. 25. Cf. Plaut. A u l. 354-5. Se recuerdan estas fiestas, entre otros muchos pasajes, en Cice rón, A t t . 2, 12, 2; Liv. 30, 39, 8; Tac. A n n . 15, 74. 26. Lic. 27, 23, 5.
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a celebrarse al Circo Máximo y se les fijó como comienzo el día 5 de ju lio 21, aun que alguna vez comenzaron el 7. Duraban hasta el 12. Su institución y la causa que movió a ello la refiere Tito L ivio28. Se ofrecía a Apolo un buey dorado y dos cabras blancas doradas, y a Latona una vaca dorada. Se celebraban ya definitiva mente en el Circo M áxim o29 y en el teatro 30. Los organizaba el pretor urbano. Los espectadores llevaban coronas de laurel y cada uno debía cotizar con su con tribución personal para el gasto de las fiestas. E n el año 169 se representó la tra gedia Thyeste de Ennio; en el año 60 a. C. gran parte de los juegos pasó al tea tro 31. Al final de la República en estos juegos se daba también una uenatio. 32 5. Ludi Florales, en honor.de Flora. Se celebraban los últimos días de abril y los primeros de m ayo33. Fueron establecidos definitivamente en el año 173 a. C. por C. Servilio, hijo de Cayo, edil de la plebe. Según Plinio 34 los antiguos los ce lebraban entre el 28 de abril al 3 de mayo, desde el año 516-238, según los oráculos sibilinos, para impetrar una buena floración de todas las plantas. Los instituyeron tras una frustración de todas las cosechas, como dice Ovidio: Florecían los olivos, los vientos dañosos abatían las flores, crecían rozagantes las mieses, pero las truncó una dura granizada. Mostraba buena esperanza la viña, pero se encapotó el cielo desde la región Austral, el rápido aguacero tronchó los pámpanos. No quise que sucediera, porque no soy violenta en la ira; pero tampoco tenía mucho interés en impedirlo. Se reunieron los padres y acordaron que si el año era próspero celebrarían en mi honor una fiesta votiva anual. Acepté su ofrecimiento. El cónsul Lenas y el cónsul Postumio celebraron los juegos en mi honor.35
Estos juegos se celebraban en el circo y en el te a tro 36, y los asistentes se ves tían de variados colores para imitar la naturaleza que en la primavera viste los cam pos de todos los colores 37. Eran fiestas de gran regocijo M, que ocupaban también gran parte de la noche.39
27. Liv. 27, 23, 7. 28. Liv. 25, 12. 29. Liv. 25, 12, 13-14. 30. G e. A t t . 2, 19, 3; cf. tambiénLamprid. A lex . Seu. 37. 31. Plin. N . H. 19, 6. 32. Plin. N . H . 8, 20; Cic. A tt. 16, 4, 1. 33. Ovid. Fast. 5, 184-8. 34. Plin. N . H . 18, 29, 286. 35. Ovid. Fast. 5, 321-30. En el verso 330 nombra los cónsules del año 173 a. C. L. Po pilio Albino y M. Popilio Lenas. Desde el verso 195 al 374 es la misma diosa Flora quien explica el desarrollo de sus cultos y de sus fiestas. 36. Ovid. Fast. 5, 189-90. Durante la República estos juegos eranorganizados por los ediles; durante el Imperio pasaron al cuidado de los pretores. Las representaciones escénicas se limitaban a la actuación de los m im o s (Arnob. 3, 23; 7, 33); Iuvenal. 14, 262, los indica simplemente con la palabra genérica aulaea, en un teatro construido circunstancialmente delante del templo de Flora. En el circo corrían liebres y caballos, aunque también se introducían otros entretenimientos. , 37. Ovid. Fas. 5, 355-68. 38. Ovid. ib. 183: «mater, ades,florum, ludiscelebrandaiocosis». 39. En estos lu d i se representaban m im o s (Ovid. ib . 347-52), que daban lugar a exhibi ciones tan licenciosas que el pueblo no se atrevía a pedirlos en presencia de Catón, el año 55. Este se salió para no aguar la fiesta y le tributaron un enorme aplauso (Val. Max. 2, 10, 8; 22
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Algunos piensan que estos juegos eran los que luego se llamaron Maiuma, que describe Suidas y dice que se celebraban en cierto día del mes de mayo. En ellos bajaban los romanos por la orilla del Tiber hasta el puente de Ostia, donde pasa ban el día nadando. Estos juegos degeneraron muy pronto en las más vergonzosas obscenidades hasta que los suprimieron los emperadores cristianos40. En primer lugar los situaban en el mes de mayo, como sí su nombre, Mamma, derivara de Maius, cosa que no es verosímil, puesto que conservaron el nombre de la ciudad marítima de Siria, Majuma, de donde importaron los romanos esta carnavalada. En los juegos Florales nunca se tuvo acto alguno de natación, ni se celebraron jamás en el puerto de Ostia. Los Maiuma hay que identificarlos con las fiestas Venerabiles y el Peruigilium Veneris, señaladas en el antiguo calendario. En un principio no eran más que una competición naval para celebrar el nacimiento de Venus en el mar y la llegada de Eneas, hijo de Venus, al puerto de Ostia, y el origen de la gente romana. Pero creciendo el lujo y desatándose la lujuria se les fueron aña diendo números de natación lasciva, tal como se realizaban en la ciudad de Ma juma en Siria. Era de lo más vergonzoso que se conocía: foedum atque indecorum spectaculum lo llama el Cod. de Teodosio.41 6. Ludi Megalenses (Megalensia, Megalesia), en honor de Cibeles, la gran ma dre de los dioses42. Establecidos hacia el fin de la segunda guerra Púnica, siendo cónsules M. Cornelio Cetego y P. Sempronio Tudetano, año 204 a. C. Tito Livio 43 cuenta la llegada de la Magna Mater Idaea al puerto de Ostia, el recibimiento que se le hizo, su colocación en el templo de la Victoria en el Palatino y las fiestas celebradas el día 4 de abril, llamadas Megalesia H, y luego el 12 de abril, porque fue el día en que M. Junio Bruto consagró a la diosa el templo que en el Palatino habían edificado los cónsules P. Cornelio Násica y M ’. Acilio Glabrión el año 196.45 Durante los días de esta fiesta los sacerdotes de Cibeles no cesarán ni un mo mento de recorrer frenéticos las calles de Roma pulsando sin interrupción sus tím panos, panderetas y cuernos. Cesan las causas judiciales 46 y todo el mundo se en trega a los juegos. Son propiamente escénicos 47. De las seis comedias de Terencio, cuatro se estrenaron en los juegos M egalenses4e. Los organizaban los ediles curules.
Seneca, E p . 97, 6-8; Lactant. In st. .1, 20, 6). Marcial, sin embargo, lo interpreta en otro sen tido y llama así la atención a Catón: Nosses iocosae dulce cum sacrum Florae festosque lusus et licentiam uolgi, cur in theatrum, Cato seuere, uenisti? An ideo tantum ueneras, ut exires? (Martial. Praef. 1). 40. Cf. C o d . T h eo á . 15, 6, 2; 16, 10, 5. 41. C o d . T h eo d . 15, 6, 2. 42. Cic. H ar. R esp . 22; F est. 262, 18 Müll.;Varr.L. L. 6, 15. 43. Liv. 29, 14, 5-14; 29, 10, 4; 36, 36. 44. En un principio se celebraban del día4 al10de abril,Ovid. F a it. 4, 179. 45. Cf. Ovid. Fast. 4, 179-372. 46. Cic. Cael. 1. 47. Su condición de juegos escénicos puede verse en Ovid. Fast. 5, 181-88; Liv. 36, 16; 34, 54. 48. Por ejemplo, A n d .: Incipit Andria Terentii acta Ludis Megalensib. M. Fuluio M. Glabrione Aedil. Curul... e igualmente en H im . E un. y H c.; P h or. fue representada lu d is R om an is; y A d ., acta lu d is F u n ebribus.
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E n esta festividad solían intercambiarse las comidas los patricios y los plebe yos, como se lee en Kal. Praenestinum 49: «Se llaman Megalensia porque la diosa se llama Megale: suelen hacerse con frecuencia intercambios de cenas de los nobles, porque la Mater Magna fue traída de Frigia a Roma mudando de lugar por in dicación de los libros sibilinos. El día 4 los juegos se celebraban en el circo; los juegos Megaleses de la magna madre Idea, en el Palatino, porque en ese día fue dedicado su templo». Se hacía un lectisternium 50. El lugar principal de los ludi era el Palatino, en la explanada del templo de Cibeles, como dice Cicerón: «¿Qué diré yo de los juegos Megaleses que nuestros mayores quisieron que se celebraran en el Palatino delante del témplo y ante los ojos mismos de la Magna M adre?... Estos juegos cuya santidad es tan grande que fueron traídos desde las tierras más remotas para celebrarse y establecerse en esta c iu d ad ...» 51. Ovidio pregunta por qué estos intercambios de comidas y finge que le responden: porque Berecintia cambió felizmente de residencia toman el mismo presagio cambiando de aposento. 52
7. Ludi Saturnales (Saturnalia), fiestas en honor de Saturno. Al principio se celebraban durante un solo día; luego fueron aumentando tres, cinco, siete. Esta blecidas por los cónsules A. Sempronio Atratino y M. Minucio Augurino el año 257-497 a. C. en la dedicación del templo de Saturno 53. Estas fiestas empezaron a celebrarse en el Atica, como dice Macrobio 54. Era una festividad de muchas ale grías en que los romanos solían felicitarse y obsequiarse mutuamente con regalos que especifica E stacio55 y de los que habla Marcial m ultitud de veces56. Catulo llamaba a esta fiesta «el mejor de los días» 51. Tenían lugar en el mes de diciem bre, al principio en el día 19 58. La ciudad solía salir al monte Aventino a pasar el día en él. César añadió dos días más y duraban del 19 al 21 de diciembre. Ca ligula los elevó a cinco, dedicando el quinto día a la juventud, llamado por eso iuuenalis59. Claudio los elevó a siete días, y por ello dice Marcial: La salchicha que recibes en el corazón del invierno, llegaba en los tiempos de Saturno siete días antes.60
49. En· Foggin. P r. N on . A p ril, lu d i M . D . M . I . (ludi Megaleses deae Magnae Ideae). 50. Se llamaba así un género de sacrificios, en que se preparabangrandes banquetes a los dioses, cuyas imágenes se colocaban junto a las mesas provistas demanjares. Cfr. Val. Max. 2, 1, 2; Liv. 5, 13, 6. 51. Cic. H ar. R esp . 24-25. 52. Ovid. Fast. 4, 354-6. D e esto habla Aulo Gelio 2, 24, 2; 18, 2, 12. 53. Liv. 2, 21, 1-2. 54. Macrob. Saturn. 1, 10. 55. Stat. Silu. 4, 9. 56. Martial, por ejemplo, 4, 19; 46; 56; 5, 18; 19; 30; 84; 7, 53; 91; 8, 41; 10, 87. Algunos daban cualquier cosa que les sobraba en casa, y Marcial indica: «regalos inútiles, no» (10, 82), porque el poeta tiene que comprar las cosas que regala (7, 31). Cfr. Suet. V e sp . 19, 1; A u g . 75. 57. Catul. 14, 15, e incluso para indicar que no hay que pensar en vivir siempre dis frutando, se decía el proverbio: «Non semper erunt Saturnalia»; véase en Seneca, ,Apoco/. 12: «Ex his unus cum uidisset capita conferentes et fortunas suas deplorantes causidicos, accedit et ait: ‘dicebam uobis: non semper Saturnalia erunt’». 58. Macrob. S a tu m . 1, 11; Liv. 2, 21, 1-2; 22, 1, 19-20. 59. Suet. Calig. 17, 2. 60. Martial. 14, 72.
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Días de continua alegría, de comidas y comissationes interminables. Todos de jaban la toga e iban por las calles con un simple justillo (síntesis). En estos días los siervos se sentaban a la mesa y les servían los señores, porque en tiempos de Saturno todo era común y no había esclavitud. Los días se distinguían por secun dis, tertiis Saturnalibus, etc., «segundo, tercer día de las fiestas saturnales» 61. Y en la misma ca rta82 dice Cicerón: «A los libertos menos acomodados y a los siervos no les faltó nada». Era su día. 8. Había otras fiestas de menos importancia, como las: Neptunalia, en honor de N ep tu n o 63; Quirinalia, en honor de Quirino (Róm ulo)84; 'Terminalia, en ho nor del dios Terminus 65; Vinalia, en honor de Baco, por la cosecha del v in o 68; Li beralia, también en honor de Liber (Baco)67; Fontanalia, en honor de las fuen te s 68; Taurilia60; Consualia. 70 Según el motivo por el que se celebraban recordaremos los ludi funebres71 y los que hacían en cumplimiento de algún voto o promesa, ludi uotiui. 9. Unas fiestas especiales eran las feriae Latinae, que remontan a los tiem pos de la confederación latin a72. Durante cuatro días se dirigían las mujeres y los hombres al monte Albano, llevando las víctimas que iban a ofrecer73. Los sacri ficios se ofrecían durante la noche74, en honor de Júpiter Lacial75. Después que se distribuían la carne inmolada se volvía cada cual a su ciudad7e. Concurrían a la fiesta los magistrados romanos y los latinos. Durante esos días estaba prohibido agere cum populo; por eso, aún después de la desaparición de la Liga Latina, res tablecieron las fiestas los cónsules romanos, y las celebraban cuando querían opo nerse a la acción de los tribunos de la plebe, que intentaban introducir alguna ley perniciosa77. Cuando los cónsules salían a campaña, debían haber augurado feliz Cic. Att. 13, 52, 1. Cic. ib . 2. Varr. L . L . 6, '19. Varr. L. L. 6, 13. Varr. L . L. 6, 14. Varr. L . L . 6, 16 y 20. Varr.L .L . 6, 14; Naeuius, frgm, en Paul. Fest. 83, 1; E x in cert. fab. 27 Warmingt. Plaut. Stich . 699: Fontanalia, o por lo menosladiosa F ontina, enoposición al dios L ib e ro ; Varr. L. L . 6, 22: «Fontanalia a Fonte, quodis dies feriae eius; ab eo tum et in fontes coronas iaciunt et puteos coronant». 69. Liv. 39, 22. 70. Liv. 1, 9, 6-7. 71. Liv. 23, 30, 15. 72. Según una tradición, fue Eneas quien estableció estas fiestas, a la muerte del rey La tin u s. Otros van más lejos y piensan que derivan del mítico rey fundador del L a tiu m , Faunus. Su antigüedad está confirmada por la lista de los treinta pueblos que se reunían en torno del altar de Júpiter Latino, en el M o n s A lban u s, la mayor parte de los cuales no se conocen en la Historia Romana más que por la lista de Plinio en N. H . 3, 68, y Dionisio 5, 61, que da los siguientes: A lb e n se s (?), A lb a n i, A e so la n t, A ccien ses, A b o la n i, B u retan i, B olan i, Cu61. 62. 63. 64. 65. 66. 67. 68.
su etan i, C oriolan i, F iden ates, F oretii, H o rte n se s ( ? ) , L atin ien ses, L ongu lan i ( ? ) , M an ates, M acrales, M u n ten ses, N u m in ien ses, O llicu lan i, P edan i, P ollu scin i, Q u erq u etu la n i, Sicani, S isolen ses, T o lerien ses, T u tien ses, V im itella rii, V e lien ses, V e n e tu la n i, V itellen ses. Véase, sobre alguno de estos pueblos, J. Guillén, E l la tín d e las X I I T ablas (Forctis-Sanates), 1, 5: Helmántica 58
(1968) 74-78. 73. Cic. Att. 1, 3, 1. 74. Lucan. 1, 550; 5, 402. 75. Liv. 21, 63, 8. 76. Cic. Platte. 23. 77. Cic. D iu . 1, 18; D e C onsul. 2.
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mente y sacrificado en las Feriae Latinae, a Júpiter Lacial, en el m onte78. Tam bién podían instaurarlos los pontífices 79 cuando se intentaba realizar algo que no convenía por motivos religiosos. Tarquinio el Soberbio les dio un solo día de dura ción; luego, cuando se arrojó a los reyes, se añadió un día más; cuando se retiró la plebe al Aventino, se fijaron tres; y, por fin, cuando Camilo pacificó a los patri cios con la plebe, los extendió a cuatro. No tenían una fecha determinada; por eso se llamaban conceptiuae. Los dos primeros' días se dedicaban a regocijos populares, que consistían casi exclusivamente en las reuniones celebradas en el bosque que cubría la cima de la montaña. Durante esas reuniones se colgaban de las ramas de los árboles colum pios (oscilla) con que se divertían los asistentes. Según antiguas interpretaciones, que los modernos admiten como verosímiles, estos cuerpos mecidos en el aire eran los simulacros de las víctimas humanas que primitivamente se ofrecían a los dio ses en estas fiestas. Lo. que sí parece cierto es que el rito de los oscilla es un acto de purificación. Los antiguos latinos se purificarían así, meciéndose en el aire, de las batallas libradas durante el año antes de acercarse al sacrificio del último día de las fiestas. Servio dice que los oscilla son genus purgationis maximum. 80 El tercer día era el de la fiesta propiamente dicha, dedicada a Júpiter Lacial, y se desarrollaba en dos partes: ante todo una procesión solemne, dirigida por los magistrados de las ciudades; desfilaba por los flancos de la montaña y conducía ante el altar de Júpiter el toro blanco que se le sacrificaba en nombre de las ciu dades aliadas. El jefe de la Liga Latina, el cónsul romano, inmolaba la víctima. Las entrañas se quemaban en honor de la divinidad, pero la carne se repartía en tre los representantes de las ciudades confederadas, de las que todas debían recibir su parte correspondiente. Esta repartición de la carne era lo esencial de las fiestas, hasta el punto que había que repetir el sacrificio si la distribución se hacía irregu larmente 81. Recibir una parte de la víctima era ser reconocido como miembro de la Liga Latina. Por eso P linio82, para nombrarlos, se sirve de la expresión: «Los pue blos que reciben la carne del toro sobre el monte Albano». En la segunda parte de la fiesta los delegados o magistrados de cada ciudad ofrecían a Júpiter sus sacrificios particulares, cada pueblo según sus posibilidades, desde leche y queso, hasta carneros y ovejas. Después la fiesta tomaba un carácter de alegría popular. Se daban grandes fes tines, en que se consumían los restos de las víctimas. Al caer de la tarde se en cendían luminarias en la cumbre del monte para indicar a todo el Lacio que sus fiestas habían terminado. Dice Plinio que en estas fiestas había cuadrigas en el Capitolio y el vencedor bebía ajenjo (absinthium), porque pensaban nuestros mayores que el mejor pre mio era darle un elemento portador de salud.83 Esto sucedía en Roma por lo menos durante la época imperial. Lanota carac terística de las fiestas latinas en Roma era que se inmolaba una bestia o un cri
78. 79. 80. 81. 82. 83.
Liv. 21, 63, 5 y 8; 22, 1, 6; 25, 12, 2. Liv. 32, 1. Serv. a d G eorg. 2, 389: «La mejor forma de purificación». Liv. 32, 1, 9; 37, 3. Plin. N . H . 3, 68. Plin. N . H . 27, 7, 28. Se recuerdan entre otros lugares en Liv. 5, 17, 2; Suet. Caes. 79; N er. 7; C laud. 4.
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minal ante la estatua de Júpiter, que se rociaba luego con la sangre de la víctima. Los testimonios son muy claros, porque los cristianos clamaron siempre contra este sacrificio, que llegó por lo menos hasta el siglo I V 84. De todos los dioses de Italia fue Júpiter Lacial al que se honró siempre con víctimas humanas. 10. Lupercalia. Eran unos ritos religiosos85 celebrados en Roma por los Lupercos en honor de Pan, dios de los pastores86. Sobre su origen hay dos referen cias: una, que lo atribuye a Evandro, que, llegando al Palacio desde los montes de la Arcadia, trajo consigo el culto y los ritos de P a n 87; y otra lo atribuye a Rómulo, como luego diremos. Se celebraban el 15 de febrero.88 Tenían su sede en la cueva llamada Lupercal, en la falda del P alatino89. Se llamaba así, según O vidio90, porque al ser colocados los gemelos Rómulo y Remo sobre una tabla, aguas arriba del Tiber, se detuvieron a la orilla izquierda del río, entre el Campo de M arte y el Foro Máximo. Allí había un árbol (ficus RomulaRumina), bajo cuyo follaje los dejaron las aguas. Una loba acudió a sus vagidos, los acarició con la cola y les puso las ubres en la boca. Del hecho se le aplicó a aquel punto preciso el nombre de Lupercal, y por la abundancia de la leche de la loba fue considerado desde entonces como lugar productor de fecundidad. De ahí que cuantos asistían luego a los sacrificios que allí se celebraban se investían de este don. Se dice que Rómulo instituyó una fiesta en este lugar y que empezó inmo lando un perro en honor de la loba nutricia, porque los perros .son los animales más enemigos de los lobos. Luego, como la fiesta la celebraban, los pastores, ofre cían una cabra al dios Pan, y, terminando el sacrificio, desnudos como estaban, hacían algunos juegos entre s í 91. Avanzando el tiempo, en lugar de una cabra em pezaron a inmolar un macho cabrío. Ya en el reinado de Rómulo, los sacerdotes llamados Lupercos, ofrecido el sa crificio ritual, se ponían una máscara, o se untaban la cara con la sangre de la víc tima, y, sin más vestidos que unos ligeros taparrabos (subligar, cinctus, campes
84. Cfr. Tertul. A p o l. 9, 5 y 9; Scorp. 7, 6: «Et Latio ad hodiernum (diem) media in urbe humanus sanguis ingustatur, nec quisquam retractat aut non rationem praesumit aliquam aut inaestimabilem dei sui uoluntatem»; Cyprian. D e S pect. 5; Minut. Fel. O c t. 30, 4; Lactanct. 1, 21; Prudent. In S ym m . 1, 396: «Funditur humanus Latiari in munere sanguis». 85. Varr. L. L. 6, 13 y 34. 86. Ovid. Fast. 2 , 277-8. 87. Ovid. Fds't. 2, 269-81. 88. Cfr. Cic. A d Q . fr. 2, 11, 4, escrita el día 15 de febrero: «Hodierni diei res gestas Lupercalibus habebis». Ovid. Fast. 2, 267, les asigna el te rtia p o s t idu s, es decir, el 17, cosa que se explica porque los junta a la feb ru a tio (Varr. L. L . 6, 13), que era el día destinado a la purificación de la ciudad, ceremonia realizada también por los Lupercos, según Varr. L. L. 6, 34. 89. Liv. 1, 5, 1-3. 90. Ovid. Fast. 2 , 381-424. 91. E l ir desnudos lo atribuye Ovidio al género de vida agreste que se llevaba en el mundo antes del reinado de Júpiter, Fast. 2, 289-99; y como Rómulo y Remo llevaron también una vida pastoril, los presenta también desnudos (ib. 365-80). Lo mismo Varrón, L. L . 6, 34, y Virgilio, A e n . 8, 663: «nudosque Lupercos», que comenta así Servio: «Cum in honorem Panos Lupercaliorum solemnitas celebraretur, pecora Romanorum subito a latronibus rapta sunt. Illi proiectis uestibus persecuti sunt latrones, quibus oppressis et receptis animalibus propter rem a nudis prospere gestam permansit consuetudo, ut nudi Lupercalia celebrarent».
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tre) 92, y bien bebidos93, iban corriendo y bailando por la ciudad antigua, es decir, en torno del P alatino94. Los adolescentes les salían al paso con lana empapada en leche para limpiarles la sangre. Cortada en correas la piel del cabrito inmolado, las llevaban en sus diestras, y golpeaban con ellas a las mujeres, que les ofrecían para ello sus espaldas 05, o sus manos, según Juvenal96 y Plutarco 37, seguras de que con ello les transmitían la fecundidad.98 Hubo dos clases de Lupercos: los Fabios y los Quincios; luego, en honor de César, se instituyeron los Julios99. En los primeros tiempos los Lupercos eran pas tores y, aunque luego se elegían a los más nobles de la ciudad, su colegio sacer dotal, cuyos doce miembros se renovaban todos los años, conservó siempre un ca rácter agreste y de un elevado desenfreno, como dice Cicerón: Asociación rústica en verdad y enteramente pastoril y agreste la de los hermanos Lu percos, cuya selvática unión fue establecida antes de la educación humana y de las leyes, puesto que no solamente se acusan unos a otros los hermanos, sino que incluso al acusarse nombran su hermandad.100
Los Lupercos no sólo existían en Roma, sino también en otras ciudades latinas; por ejemplo, Veliterna y Preneste. Estos ritos derivaban de ordinario en degra dantes carnavaladas, en que, aun los magistrados más altos, perdían su requerida gravedad, como le sucedió a M. Antonio, el triunvir 101. Todo les estaba permitido hasta el punto de que Augusto prohibió que salieran por la ciudad de Lupercos los jóvenes im berbes.102 11. Más dignas y religiosas eran las fiestas Compitales (Compitalia). Son los juegos que se celebran en honor de los Lares por los cruces de las calles. Tenían lugar en el invierno, durante un solo día 103, poco después de los Saturnalia, pero sin fecha determinada, que fijaba anualmente el p re to r.104 Se cuenta en las fábulas que Ocrisia, sierva de la reina Tanacril, esposa de Tar quinio Prisco, que estando sentada junto al fuego, vio surgir de las cenizas del fo gón al Lar familiar, que la violentó y le dio un hijo, que fue Servio Tulio, sexto 92.
Ovid. Fast. 5, 101-2: Semicaper, coleris cinctutis, Faune, Lupercis, cum lustrant celebres uellera secta uias. En Fast. 2, 283-333, se pregunta: ¿por qué van desnudos?, y responde: porque el dios Pan gusta de correr desnudo por los altos montes y de perseguir a las fieras dañinas para los ganados; por tanto, sus ministros deben ir también desnudos, porque los vestidos estorban para correr. 93. Val. Max. 2, 2, 9. 94. Varr. L. L. 6, 34. 95. Ovid. Fast. 2, 445. 96. Iuvenal. 2, 142. 97. Plut. Caes. 61. 98. Ovid. Fast. 2, 425-52; Serv. a d A e n . 8, 343 y 663. 99. Suet. Caes, 76, 1. 100. Cic. Cael. 26. 101. Cic. P hil. 2, 84-5; 3, 12. 102. Suet. A u g. 31, 4: «Lupercalibus uetuit currere imberbes, item Saecularibus ludis iuuenes utriusque sexus prohibuit ullum nocturnum spectaculum frequentare nisi cum aliquo maiore natu propinquorum». 103. Fest. p. 254, 34 Müll.; Cic. P is. 8. 104. Gell. 10, 24, 3; así, Varr. L. L. 6, 25: «Dies attributus Laribus uialibus: ideo ubi uiae com petunt tum in competis sacrificatur. Quotannis in dies concicipitur»; Suet. A u gu st. 31, 4: «Compitales Lares ornari bis anno instituit uernis floribus et aestiuis».
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rey de los romanos. Tulio, por indicación del Lar, su padre, estableció esta fies ta 195. Hizo poner unas capiliitas de madera en los cruces de las calles y ordenó que todas las casas hicieran unas tortas para obsequiar a los Lares. En la confec ción de estas ofrendas y en el momento de presentarlas a los Lares debían estar presentes los siervos entre los miembros de la fam ilia106. Los cruces de las calles son gratos a los dioses 107, porque nosotros veneramos a los Lares por todas par tes 108, y Roma cuenta hasta mil Lares 109, representados en imágenes pequeñitas, ante los cuales se disponen en ciertos días sus aras correspondientes.110 En este día no sólo se hacían sacrificios por todos los cruces de las calles, como, según Servio, describe Virgilio m , sino también lejos de la ciudad; en las vi llas rústicas los esclavos los hacían con la autorización de sus amos, según Catón hablando a la encargada de la villa (uillica): «Que no ofrezca sacrificios excepto en las fiestas Compítales en el hogar y en los cruces de caminos» 112. Los labradores consagraban sus aperos, como el yugo, el arado, colgándolos en estas capiliitas, en honor de los Lares Compitales, y luego celebraban modestos banquetes, como dice Persio por boca de unos murmuradores: «¿Te refieres a aquel que, airados contra sí los dioses, y enojado su Genio, cada vez que cuelga un yugo en los agujereados templos de las encrucijadas, temiendo raspar el limo de una botella de vino añejo, dice tristemente: ‘a mi salud’, mordiendo una cebolla cubierta de muchas envoltu ras (sin limpiar) untada de sal, y bebe las heces mohosas de un vinagre desvirtua do, mientras los siervos hacen fiesta a una olla de gachas?».113 12. E n tiempos del Imperio solían los príncipes celebrar algunos juegos ex traordinarios; para su organización nombraban unos curatores ludorum. De enorme importancia fueron los ludi Saeculares, que, como su nombre indica, se habían de celebrar una vez cada siglo; pero el ansia de tener ocasiones con que agradar a la plebe hizo que algunos emperadores los celebraran a distancias irregulares. Los ludi Saeculares más famosos fueron los que celebró Augusto en el año 17 a. C., cuyos motivos y celebración vamos a exponer. Sobre el desarrollo y naturaleza de estas fiestas tenemos los 37 versos sibilinos griegos que se han completado con el descubrimiento de una inscripción el 29 de septiembre de 1890. Unos obreros tra bajando en unas construcciones encontraron a seis metros de profundidad una vie ja muralla construida con materiales más viejos, entre los cuales hallaron una co lumna de mármol sobre la cual estaba grabada una leyenda que explica la cele bración de los juegos. Commentarium ludorum saecularium. Los heraldos anuncia ron las fiestas por las calles de Roma los días 26, 27 y 28 de mayo. El 29 y 30 los Quindecimuiri distribuyeron entre los ciudadanos libres lo necesario para ha cer una purificación total de la ciudad: tea, azufre y betún para hacer zahumerios en casa cubriendo todo de humo. El 31 los ciudadanos ofrecieron a los sacerdotes las primicias de sus campos: trigo, cebada, habas. Las fiestas comienzan la noche del 31 de mayo al 1 de junio y duran sin interrupción tres noches y tres días. En 105. 106. 107. 108. 109. 110. 111. 112.
Plin. N . H . 36, 27, 70. Dionis. Hal. 4. Ovid. Fast. 5, 140. Ovid. Fast. 5, 135-6. Ovid. ib. 145-6. Ovid. ib. 129-30. Virg. A e n . 8, 717-9. Cat. R. R . 5 y 17.
113.
P e r s io , 4 , 2 8 -3 2 .
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esta primera noche Augusto y Agripa sacrificaron a las Parcas in campo ad Tibe rim nueve corderas y nueve cabras negras; en la segunda noche ad Tiberim ofreció a las Ilithyiae nueve liba, es decir, 27 hogazas de diversa forma y composición; en la tercera noche, también ad Tiberim, sacrificó a la Terra Mater una cerda pre ñada. En el día primero (1 de junio) el emperador y M. Agripa sacrificaron cada uno un bouem marem blanco a Júpiter sobre el Capitolio; en el segundo día, bouem feminam a Juno Reina, y en el tercero, diversas ofrendas a Apolo y a Dia na sobre el Palatino. Después de este último sacrificio, en el Palatino, « ...v e in tisiete donceles y veintisiete doncellas cuyos padres y madres vivían, cantaron de la misma forma en el Capitolio... El poema lo compuso Q. Horacio Flaco». Todo esto con acompañamiento de juegos escénicos, circenses y d e -Sellisternia o cenas públicas de carácter religioso que celebraban las mujeres juntamente con sus maridos 114. Los juegos se celebraron sin interrupción durante los tres días y tres noches. Los circenses y los teatrales se tuvieron a la antigua usanza, sin teatro ni asientos, en un local hecho de madera, junto al Tiber. El tercer día, en el circo, hubo carreras de desultores, de caballeros que saltaban de un caballo a otro mien tras corrían arrastrando los carros. Celebradas las fiestas oficiales de los tres días, hechas a expensas públicas, después de un día de descanso, y por espacio de siete días más, del 5 al 11 de junio, se celebraron juegos extraordinarios (honorarii), con espectáculos de todo género, costeados por los quindecimuiri, presididos por Augusto, y se terminaron el 12 de junio con una uenatio, es decir, un combate de gladiadores y de fieras En el pregón en que se anunciaban públicamente las fiestas, se recomendaba siempre entre otras cosas que durante ellas «se abstuvieran todos de pleitos y de contiendas».115
1 1 4 . V é a s e su d e s c r ip c ió n e n V a le r io M á x im o , 2 , 1 , 2 ; T a c. A n n . 1 5 , 4 4 . S o b re la s cere m o n ia s y d e sa rr o llo d e e sto s ju eg o s p u e d e v e rse : A . P ig a n io l, R ech erch es su r les Jeux ro m ains, S tra sb o u r g 1 9 2 3 ; S. W e in s to c k , L u d i T a ren tin i u n d L u d i saeculare: G lb tta (1 9 3 2 ), 4 0 -5 2 ; J. G a g é , R ech erch es su r les Jeu x séculaires rom ain s, P a ris 1 9 3 4 ; G . B . P ig h i, D e lu dis saecularibus p o p u li R om an i Q u iritiu m lib ri sex , M ila n o 1 9 4 1 ; G . P a sc a l, D e lectistern is apud R om an os: R iv . d i F ilo l. 2 2 (1 8 9 3 ) 2 7 0 -3 4 0 . 1 1 5 . C ic. D iu . 1, 10 2 .
Juegos públicos y fiestas profanas
« . . . N a m q u i d a b a t o lim im p e r iu m fa sc es le g io n e s o m n ia , n u n c se c o n tin e t a tq u e d u a s ta n tu m r es a n x iu s o p ta t, p a n e m e t c ir c e n s e s» . (I u v e n a l. 1 0 , 7 8 -8 1 )
I.
LUDI CIRCENSES
1. EI Circo Máximo EI circo por excelencia es el llamado Circo Máximo, en el valle abierto entre el Palatino y el Aventino, preparado ya en tiempo de los reyes para celebrar en él las carreras de carros, de caballos y aun de peatones. La excelente disposición topográfica permitió con muy poco esfuerzo convertir aquel valle de 650 metros de largo y de 100 de ancho en un gran campo llano, cuyos extremos bajaban en pendiente, donde se dispusieron los asientos para los espectadores. Después de las obras emprendidas por Julio César y terminadas por Augusto, el Circo Máximo era uno de los edificios más espléndidos de Roma. Las graderías formaban tres pi sos, de los cuales sólo el más bajo era de piedra; los otros, de madera, cosa que ocasionó al hundirse en diversas ocasiones verdaderas hecatombes de millares de muertos. Nerón lo reconstruyó después del incendio de Roma; lo perfeccionaron, agrandaron y embellecieron Domiciano y sobre todo Trajano. Se calculaba que te nía un aforo de 200.000 a 300.000 espectadores \ En las gradas inferiores, más próximas a la pista, se sentaban los senadorse; las inmediatas las ocupaban los ca balleros, y la sección más alta, el pueblo en general. Las mujeres en el circo no tenían sitio especial y se sentaban entre los hombres. Un palco levantado y que comunicaba con los palacios del Palatino era el lugar reservado para el emperador, su familia y acompañantes. 1. Q u iz á h a y a q u e d is tin g u ir se g ú n la s d iv e r sa s é p o c a s e n q u e lo c o n sid e re m o s: d e sp u é s d e la refo rm a d e C ésa r y d e A u g u s to te n d ría u n a fo r o m ín im o d e 2 5 0 .0 0 0 d e p ie , se g ú n P li n io , N . H . 36, 1 0 , 2 , c o r r e sp o n d ie n te s a la s 1 5 0 .0 0 0 p la z a s d e a s ie n to d e D io n is , d e H a li. A n t. R om . 3 , 6 8 . D e s p u é s d e la s refo rm a s d e T ra ja n o , c a si se g u r o q u e e l a fo r o d e e sp ec ta d o re s e n p ie ser ía a lr e d e d o r d e l m e d io m illó n . S o b re lo s ju eg o s r o m a n o s, c f. G . P icc a lu g a , E lem en ti Spettacolari n et ritu a li fe s tiv i rom ani, R o m a 1 9 6 5 ; A . P ig a n io l, R ech erch es su r les. jeu x ro m ains, P u b l. F a c. d e s L e t. U n iv . S tra sb o u r g , P a r is 1 9 2 3 ; V . S a le tta , L u di circen si, R o m a 1 9 6 4 , c o n 1 6 ilu str a c io n e s ; R . A u g u e t, C ru au té e t civilisation : L es jeu x rom ains, P a r is 19 7 0 .
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Ju egos públicos y fiestas profanas
Los espectáculos más importantes que se daban en el circo eran los juegos troyanos, las. carreras de carros y otras competiciones, que resume así Cicerón: «En cuanto a los juegos públicos, puesto que aparecen divididos en juegos de orquesta y de circo, es necesario que estos últimos consten de carreras, de pugilato y de lucha, de carreras de carros y de caballos hasta una victoria determ inada».2 2.
Desfile de inauguración
Los juegos del circo se iniciaban con un desfile triunfal de carácter religioso 3. En el Capitolio se organizaba una procesión con numerosas imágenes de dioses, que bajando al Foro torcía luego a la derecha, pasaba por el barrio Etrusco, por el Velabro y el Foro Boario y entraba en el circo por la puerta central, recorriendo toda la pista. A su cabeza iba el magistrado organizador de los juegos, de pie, sobre un carro; y si era un cónsul o un pretor, vestido con las insignias de general en día de triunfo: la toga de púrpura recamada de oro sobre la túnica bordada con hojas de palma. Sobre su cabeza* una gran corona de oro figurando hojas de roble, y en su mano, el cetro de marfil terminado en un águila. Delante del carro, largas filas de músicos y otros acompañantes; en torno de él, una muchedumbre de clientes vestidos con la toga blanca. Detrás venían las imágenes de los dioses transportadas en andas y angarillas, y sus correspondientes atributos les seguían en carros lujo samente ataviados, tirados por bueyes, caballos o elefantes. La imagen de cada dios iba escoltada por sus correspondientes sacerdotes y m inistriles.4 Los lujosos carros en que eran conducidos los dioses al circo se llamaban tensae o thensae, de formas muy variadas, algunos imitando templos y otros con cuatro ruedas, como los pilenta. Iban arrastrados por briosas cuadrigas, dirigidas por jó venes cuyos padres vivieran aún, que debían de ir tocando con una mano la urna en que se conducía al dios y con la otra las riendas5. Si alguno de los conductores tocaba las riendas con la mano izquierda, había que volver a empezar el desfile; así lo asegura Plutarco: «Por lo que hace a los sacrificios, las procesiones y los espectáculos, suelen los romanos repetirlos no sólo por una causa tamaña, sino por otras más pequeñas; pues con que tropezase uno de los caballos que conducían las llamadas criadas (tensae), o con que un auriga tomase las riendas con la mano iz quierda, decretaban que de nuevo se hiciese la rogativa, y aun en tiempos poste riores se hizo hasta treinta veces el mismo sacrificio, porque siempre pareció que había habido alguna falta o se había atravesado algún estorbo; ¡tal era en estas cosas divinas la piedad de los rom anos!».6
2. C ic. Leg. 2 , 3 8 . E l p u g ila to era u n v e r d a d e r o b o x e o y se practicab a m u c h o p ara fo r ti ficar lo s m ú sc u lo s , e n d u re c er se fís ic a m e n te y to m a r r a p id ez e n la a c ció n y e n la d e fe n s a . L o s m é d ic o s lo r ec o m e n d a b a n m e su r a d a m e n te c o n tr a e l d o lo r d e ca b e za y lo s v é r tig o s (G a lie n . D e ualet. tu en d a , 1, 1 2 ). L o s e tr u sco s c o n o c ía n e l p u g ila to o b o x e o lo m ism o q u e lo s g r ie g o s y d e b ie r o n tr a n sm itirlo a lo s r o m a n o s. S e p ie n s a q u e e s t o s ju e g o s s e c eleb ra b a n ya e n tie m p o s d e T a r q u in io e l V ie jo (L iv . 1, 3 5 , 9 ) y n o h a y fie s ta ro m a n a e n q u e n o h aya c o m b a tes d e p u g ilis tas (P o lib . 3 0 , 1 3 , 1 1 ; D io . 7 , 7 3 ; C ic. Leg. 2 , 3 8 ). C a tó n eje rc ita b a a su h ijo e n e s t e d e p o r te (P lu t. C a to M ai. 2 0 ) y A u g u s to y C a lig u la d isfr u ta b a n m u c h o e n lo s asa lto s p ú b lic o s (S u e t. Aug. 4 5 ; Calig. 1 8 ; T a c. A n n . 1 6 , 2 1 ). 3." C f. C ic. V e rr. 4, 3 3 ; G e ll. 3 , 1 0 . A u n c u a n d o e n a lgu n a o c a sió n n o se c eleb ra r o n en cir co , e s to s ju eg o s se lla m a b a n circenses, c o m o se d e d u c e d e S u e to n io , A u g. 4 5 , 1; C laud. 2 1 , 2. 4 . T e r tu l. D e S p ect. 7, 2-3. 5. C ic. H ar. R esp . 2 3 : « a u t p u er ille p a trim u s e t m a trim u s si te n sa m n o n te n u it, au t l o ru m a m is it» . C f. C . P icc a lu g a , E le m e n ti sp e tta c o la ri net ritu ali fe s tiv i rom ani, R o m a 1 9 6 5 ; J . A . H a n s o n , R om an T b ea ter-T em p les, P r in c e to n 1 9 5 9 . 6 . P lu t. C oriol. 2 5 , 5 .
L u di circenses
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En las pompas solían desfilar los doce grandes dioses y otras divinidades grie gas ’. Los símbolos o imágenes de los dioses que llevaban en la pompa reciben el nombre de exuuiae. César recibió en vida el honor de que su imagen figurara en estas pompas °, y después de él se introdujeron en el desfile las imágenes de los emperadores e imperatrices glorificados por la apoteosis. La pompa circensis respondía al desfile del triunfo; por tanto, hay que relacio nar la tensa de los dioses con el carro del general triunfador9, ya que el general vic torioso se revestía con las exuvias de Júpiter C apitolino.10 En general estos carros eran de muchísimo lujo, abundantes en columnitas de marfil y de oro, y brillantes muchas veces en perlas preciosas. Es natural que el público recibiera todo este desfile emocionado y puesto en pie, y que cada cual aclamara especialmente al dios de su devoción: los labradores, a Ceres; los solda dos a Marte; la juventud, a Venus; los comerciantes, a Mercurio, y todos, a Jú piter. Una vez terminado el desfile religioso, las miradas se dirigían hacia el presiden te de los juegos, que, bajando del carro, se había situado en un lugar elevado sobre las cocheras, donde se daban los últimos repasos a la disposición de los carros, de los caballos y de los aurigas. Ante todo se hacía público é f orden que seguirían las diversas clases de juegos que iban a presentarse, reservando casi siempre para el último lugar las carretas de coches. 3.
Ludus Troianus
Era muy ordinario empezar, sobre todo en tiempos de Augusto, por los ludi Troiani (Troia) 11. Ya durante la República se realizaba en el circo un simulacro de batalla entre jóvenes de la aristocracia, vestidos con su armadura completa, y dis tribuidos en fuerzas de caballería y de infantería. En Alba se realizaba una danza sagrada, semejante a la de los Salios, pero a caballo; pasó a Roma en tiempos de Sila. La renovó C ésaru , atribuyéndola a la gente Julia, y la instituyó regular mente Augusto, incluyédola entre los juegos del circo.13 Para darle a este juego mayor atractivo, Virgilio lo presenta como traído dé Troya por Ascanio. En efecto, volviendo del Africa Eneas, camino de Italia, se ve obligado por una tempestad a retirarse al puerto de Erix, en donde un año antes había dado piadosa sepultura a su padre, Anquises. Troyanos y sicilianos se juntan para celebrar el aniversario, y para ello organizan diversos juegos, que también se
7 . D io n is . H al. 7 , 7 2 , 1 3 . 8 . S u e t. Caes. 7 6 , 1: « . .. t e n s a m e t fe r cu lu m c ir c e n s i p o m p a , te m p la , a r a s ...» . H a y m o n e d a s e n q u e la s te n sa s lle v a n e l ra y o d e J ú p ite r ; o tr a s, e l p a v o d e J u n o ; e l m o c h u e lo de M in e r v a , e l c a d u c e o d e M er c u r io , e tc . S o n r ecta n g u la res y d e d o s r u e d a s, tiradas p o r cu atro ca b a llo s. P e r o p o d ía h a b er la s ta m b ié n d e o tr a fo r m a , y c o n c u a tr o ru ed as c o m o lo s pilen ta. C ésar se a v in o a q u e su s im á g e n e s fu er a n c o n d u c id a s ta m b ié n e n las p o m p a s c o m o las d e lo s d io s e s , e in c lu s o ib a é l a c o n te m p la rse . 9. L iv . 5 , 4 1 , 2 : « A u g u s tis s im a u e s tis e s t te n sa s d u c e n tib u s tr iu m p h a n tib u su e » . 10 . S u e t. Aug. 9 4 , 6 : « A t q u e ... u id e r e u is u s e s t filiu m m o r ta li s p e c ie a m p lio r em cu m fu l m in e e t s c e p tr o e x u u iis q u e I o u is O p t im i M a x im i ac rad iata c o ro n a , su p e r la u r e a tu m curru m , b is s e n is e q u is c a n d o r e e x im io tr a h e n tib u s» . 11. S u e t. A u g. 4 3 : « S e d e t T r o ia e lu d u m e d id it fr e q u e n tiss im e , m a io r u m m in o ru m q u e p u e r o r u m d e le c tu » ; c f. S u et. Calig. 1 8 ; Caes. 3 9 ; C laud. 2 1 . 12 . S u e t. Caes. 10. 13 . S u e t. A u g. 4 3 .
Ju egos públicos y fiestas profanas
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repetían en las fiestas romanas: una carrera naval14, una carrera p ed estre15, una lucha de pugilato 16, lanzamiento de flechas 17, y el joven Ascanio, por su parte, organiza un número de jóvenes a caballo18: tres escuadrones, de doce caballos cada uno, bajo el mando respectivamente de Príamo, de Ato y de Ascanio, mues tran su habilidad en la conducción de sus caballos. Después de avanzar en línea, y siguiendo cada uno a su capitán, cada escuadrón, a una señal de su heraldo, se divide en dos escuadrillas que van al galope, y vuelven y huyen efectuando todas las evoluciones de un combate real. Sus movimientos, dice Virgilio, son un verda dero laberinto, o mejor parecen los movimientos fantásticos de una multitud de delfines. Ascanio enseñó estos ejercicios a la juventud de Alba; de allí pasó a Roma, como hemos dicho, en donde se los contempla con la emoción de algo establecido por sus mayores. Y los niños que ahora hacen este juego se llaman escuadrón troyano, combates todavía celebrados en honor del venerado padre Anquises.19 Al dividirse cada escuadrón en dos escuadrillas necesitan seis capitanes, llama dos posteriormente seuiri (seis varones) equitum Romanorum, tres de los mayores (de quince a diecisiete años) y tres de los menores (de doce a quince). Ascanio, en el momento de su representación en Sicilia, tenía trece años. Estos jóvenes anti guamente se llamaban principes iuuentutis. Cuando fueron creados seuiri los hijos de Augusto, sólo éstos eran llamados principes iuuentutis20. Cuando el César tenía dos hijos, el mayor era el princeps seniorum, y el menor, princeps iuniorum. Los escuadrones se completaban con los hijos de los senadores más distinguidos. 4.
Los desultores
En las corridas de carros había hombres que al final de la carrera bajaban de los carros y disputaban el premio a pie. En el circo había también carreras de caballos antes de empezar las de los carros. Los artistas conducían dos caballos y a veces más, e iban saltando de un caballo a otro, razón por la que se llamaban desultores21. Las figuras conservadas en los monumentos de los Marcios, de los Pisones de Seppelius Macer figuran desultores, tocados con el pileus, con lo que parece que aluden a los juegos Apolinares, consistentes sobre todo en carreras de caballos. Otras veces aparecen de pie, o de rodillas, o recostados simplemente so bre los lomos de los caballos a galope tendido, es decir, toda la gama de acrobacias que son tradicionales en el circo. Manilio describe estos caballistas volando de un caballo a otro, sosteniéndose en pie sobre los lomos del animal lanzado al galope, esgrimiendo sus armas en esa posición y saltando a tierra para montarlo de nuevo sin detenerlo y tenderse tranquilamente sobre sus lomos. “
14 . V ir g . A e n . 5 , 1 0 4 -2 8 4 . 15. V ir g . A e n . 5 , 2 8 5 -3 6 1 16 . V ir g . ib . 3 6 2 -4 8 4 . 17 . V ir g . ib . 4 8 5 -5 4 4 . 18 . V ir g . ib . 5 4 5 -6 0 3 . 19. V ir g . ib. 6 0 2 -3 . 2 0 . A u g u s t. M on u m . A n cyr. 1 4 , 2 . 2 1 . D io n . H al. 7 , 7 3 ; L iv . 2 3 , 2 9 , 5 ; P r o p e r t. 5 , 2 , 3 5 ; C ic. M ur. 2 7 ; H y g in . Fab. 8 0 ; I s id o r . O rig. 1 8 , 3 9 . 2 2 . M a n ii. 5 , 8 5 -9 0 : « N e c n o n a lte r n o d e s u lto r fid e r e d o r so q u a d r u p e d u m , e t s ta b ile s p o t e r it d e fig e r e p la n ta s
m
Ludi circenses
5.
Las carreras pedestres
Las carreras pedestres tenían también lugar en el circo, con un recorrido y una duración casi inverosímiles. Plinio cuenta que en el año 59 una muchacha de ocho años corrió en el circo desde el mediodía hasta el anochecer 75 millas (111 kiló metros); y que otros llegaron a recorrer 160 millas (237 kilómetros). El tipo y los avatares de una competición de estas carreras lo describe Virgilio23; la prepara ción que esto exige, H oracio24; la ilusión de vencer, Cicerón25, que presenta a dos cursores soñando en sus carreras; el esfuerzo que ponían para ello, también Cice rón 2β, y la rapidez que a veces se conseguía la aplica Virgilio a Camila: . .. C ap az d e av en ta ja r e n su c u r so a lo s v ie n to s . E lla p o d r ía v o la r so b r e u n c a m p o d e m ie s e s s in a b a tir e n su carrera la gram a n i la s e sp ig a s d elica d a s; o b ie n p o d r ía seg u ir s u c a m in o p o r m e d io d e l m ar, s o ste n id a p o r la s o la s , s in m o ja r siq u ie r a s u s lig e r a s p la n ta s . 21
De Lucrecio podemos conjeturar que a veces se corría también con relevos, entregándose unos a otros unas antorchas ardiendo: et quasi cursores uitae lam pada tradunt. 28 6.
Juegos de gladiadores
Otros juegos circenses muy ordinarios eran los ludi gladiatorii. El origen de los combates de gladiadores se atribuye a los etruscos, porque entre ellos formaban parte de las honras fúnebres. Degollar prisioneros o esclavos u obligarlos a que se mataran mutuamente era la satisfacción más noble que podía darse a sus manes. La frecuencia con que aparecen representadas estas luchas en las urnas funerarias de la Etruria nos manifiesta que era entre ellos una institución nacional. Cuando los etruscos bajaron hacia la Campania aficionaron también a los cam panos a estos combates, hasta el punto que en tiempos de Estrabón ya era entre ellos una costumbre antigua el contemplar luchas de gladiadores durante los fes tines 28. Capua fue siempre la ciudad en que se hallaba ' mayor número de gladia dores 30. Por fin el Lacio siguió el ejemplo de sus vecinos. En Roma se vieron por
p e r q u o s u a d it e q u o s : lu d e t p e r terg a u o la n tu m : a u t s o lo u e c ta tu s e q u o , n u n c arm a m o u e b it, n u n c , lic e t in lo n g o p e r c u r su s p r a e m ia c ir c o , q u id q u id d e ta li s tu d io fo r m a tu r , h a b e b it» . L o s c a b a llo s u s a d o s p o r lo s d esu lto res s e lla m a b a n d e su lto rii e q u i (S u e t. Caes. 3 9 ). L o s desul to re s lle v a b a n e l p ileu s. S e p o n ía n d e p ie , d e r o d illa s , s e n ta d o s , r e c o sta d o s y d e m il m an eras so b r e lo s lo m o s d e lo s c a b a llo s, sim u la b a n c o m b a te s , e tc . E s t e e je r c ic io h a q u e d a d o e n n u e s tr o s c ir co s. 2 3 . V ir g . A e n . 5 , 2 8 5 -3 6 1 . 2 4 . H ö r . A . P. 4 1 2 -3 . 2 5 . C ic . D iu . 2 , 1 4 4 . 2 6 . C ic . S en ect. 2 7 ; T use. 2 , 5 6 . 2 7 . V ir g . A e n . 7 , 8 0 7 -1 1 . '28. L u cr. 2 , 7 8 . 2 9 . S tra b . 5 , 4 , p . 2 5 0 . 3 0 . C ic . A t t . 7 , 1 4 , 2 ; 8 , 2 , 1.
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Ju egos públicos y fiestas profanas
primera vez luchas de gladiadores en el año 246 a. C., en los funerales de Brutus Perea, ocasión en que lucharon tres parejas de gladiadores en el foro B oario.31 En años sucesivos sólo esporádicamente, y siempre por particulares, fueron pre sentándose luchas de gladiadores, como parte del rito funerario. Pero a lo largo de los siglos I I I y II , con la mayor frecuencia del espectáculo y el mayor número de combatientes presentados cada vez, el pueblo se aficionó desenfrenadamente a ellos.32 La pasión por contemplar las luchas de gladiadores llegó hasta el punto de que en 105, siendo cónsules P. Rutilio Rufo y C. Manilio, el senado se vio obligado a admitir los combates de gladiadores entre los espectáculos públicos. Y además las familias pudientes siguieron ofreciendo estos combates en los funerales de los miem bros de sus casas. Hasta el fin del Imperio la palabra munus distingue este espectáculo de los otros, que se llaman ludi. En estos combates predomina siempre la idea de obse quio ofrecido a los muertos. César fue el primero que dio luchas de gladiadores en elfuneral de una mujer, en el año 54, en honor de su hija Ju lia 33. En el año 6 a. C. Augusto hizo comba tir gladiadores en la solemnidad consagrada a la memoria de su yerno Agripa. Es tos munera del año 6, al igual que los del 54, fueron ofrecidos tiempo después de la muerte de la persona en cuyo honor se celebraban. Lo ordinario era que la lucha se desarrollara junto al bustum del muerto. P or estos años se repetían con tanta frecuencia que Cicerón escribe en el 52: «No hay nadie que no esté ya harto de estos combates» M, aunque en otras partes reconoce que no hay espectáculo que atraiga de tal forma a la m ultitud.35 A partir del año 105 se empezó a legislar sobre los combates de los gladiado res, apareciendo de cuanto en cuando las leges gladiatoriae M, siendo de suma tras cendencia el senadoconsulto descubierto en Itálica -(España), redactado bajo Mar co Aurelio entre los años 176-178. Cuando en el año 65 César era edil y se disponía a dar un munus fúnebre en memoria de su padre, el senado, atónito ante el número de gladiadores^ reunidos, publicó un decreto fijando el número máximo que un ciudadano no debería exce der; pero, con todo, César presentó trescientas parejas de com batientes.37 En el año 22 a. C. Augusto rebajó a cien el máximo de parejas de gladiadores cada vez, y reduciendo a dos los munera de cada a ñ o .38 En la lex Italicensis antes 3 1 . L iv . E p it. 16: « D . I u n iu s B r u tu s m u n u s g la d ia to r iu m in h o n o r e m d e fu n c ti p a tris e d i d it p r im u s» . C f. V a l. M a x . 2 , 4 , 7 ; A u s o n . Idyll. 1 1 , 3 6 . 3 2 . È n e l a ñ o 2 1 6 lu c h a r o n 2 1 p a reja s; e n e l 2 0 0 , 2 4 p arejas; e n e l 1 8 3 , 6 0 parejas. E n e l a ñ o 1 7 4 h a y v a ria s r e p r e s e n ta c io n e s, u n a d e la s c u a le s, e n m e m o r ia d e F la m in in o , dura tr e s d ía s . P u e d e v e r s e L iv . 2 3 , 3 0 , 1 5 ; 3 1 , 5 0 , 4 . 3 3 . S u e t. Caes. 2 6 , 2 : « M u n u s p o p u lo é p u lu m q u e p r o n u n tia u it in filia e m e m o r ia m , q u o d a n te e u m n e m o » ; P lu t. Caes. 5 5 : « P o r l o q u e h
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recordada reduce el senado los gastos de los munera a 200.000 sestercios. Si Polibio cree que un munus, por poco lucido que fuera, debía costar unos treinta ta lentos, alrededor de 700.000 sestercios, se advertirá que era dar un golpe de gracia oficial a estos combates, aunque siempre encontraban escapatorias. El carácter funerario de estas luchas se conservó largo tiempo, y con frecuencia se hallan disposiciones testamentarias determinando los gladiadores que habían de luchar en la ceremonia del entierro del testador. Plinio manifiesta en una carta a su amigo Máximo que ha hecho muy bien en prometer a los de Verona una lu cha de gladiadores para honrar a su esposa difunta, que era de esa ciudad.39 Se creyó que el homenaje agradaría más al difunto si los que se mataban sobre su sepulcro eran prisioneros de guerra40. Pero al querer honrar la memoria del difunto, aunque no hubiera sucumbido en el campo de batalla41, con víctimas ene migas del pueblo romano, no siempre había prisioneros que sacrificar, y se recurrió a hombres dedicados a la profesión de la lucha, es decir, a los gladiadores. Luchaban o bien por parejas o bien en grupos o en formaciones de verdaderos ejércitos, tras cuya batalla quedaba la arena del circo empapada en sangre y cubier ta de cadáveres. Había escuelas de gladiadores, unas del Estado y otras de particulares. Los pri meros se llamaban «cesarianos», que solían ser los más hermosos y los más hábiles. ¿De dónde sé nutrían estas escuelas? Los gladiadores eran: a) Prisioneros de gue rra. b) Condenados ad gladium o ad ludum, que no era en absoluto una condena a muerte, aunque sí perdían la libertad. Podían redimirse de esta pena a los tres años entregándoles el espadín (ruáis) como símbolo de su liberación del deber de luchar, y a los cinco el sombrero (pileus), prenda de su emancipación completa. Los gobernadores de provincias condenaban con demasiada frecuencia para que no faltaran gladiadores en Roma, c) Los condenados a trabajos forzosos, aunque había gran diferencia entre los anteriores y éstos. Los condenados ad gladium ludi depu tati pasaban directamente de la cárcel a la arena del anfiteatro o del circo; éstos no eran conducidos antes a una escuela de gladiadores para que se prepararan y estuvieran en igualdad de condiciones que sus adversarios. Si salía vencedor, no perdía el dueño el derecho de vida sobre su persona; y como, en general, tenía in terés en prolongar su existencia, le curaba cuidadosamente las heridas y se preocu paba de su salud y de sus fuerzas. Pasado algún tiempo, podía ser liberado. Los prisioneros de guerra eran tratados poco más o menos como éstos. Tito envió a las canteras de Egipto multitud de judíos cogidos con las armas en las manos; a otros los envió .a las ciudades griegas para que se mataran mutuamente luchando y divirF eras L y b ic a s u n a d ie c e n tu m e x h ib u it, u r so s u n a d ie m ille » ( l u i . C a p ito l. G ordian , tres, 3 , 5 -6 ). E l e m p e r a d o r A d r ia n o : « G la d ia to r u m m u n u s p e r s e x d ie s c o n tin u o s e x h ib u it e t m ille fe r a s n a ta li s u o e d id it» ( A e l. 'Spartian. H adrian. 7 , 1 2 ). A l salir a u n a c am p añ a m ilita r lo s em p e r a d o r es s o lía n o fr e ce r al p u e b lo u n a lu c h a d e g la d ia d o r es y u n a uenatio. L a causa d e e llo se la p r e g u n ta C a p ito lin o : « V n d e a u tem m o s tra ctu s s it, u t p r o fic is c e n te s ad b e llu m im p er a to r e s m u n u s g la d ia to r iu m e t u e n a tu s d a ren t, b r e u ite r d ic e n d u m e st. M u lt i d ic u n t a p u d u e te r e s han c d e u o tio n e m co n tra h o s te s fa cta m , u t c iu iu m sa n g u in e lit a to s p e c ie p u g n a r u m se N e m e s is (id e s t u is q u a ed a m F o r tu n a e ) satiaret. A lii h o c litte r is tr a d u n t, q u o d u eri s im iliu s c r e d o , itu ro s ad b e llu m R o m a n o s d e b u iss e p u g n a s u id er e e t u u ln e ra e t ferrurn e t n u d o s in ter se c o eu n te s, n e in b e llo a rm a to s h o s te s tim e r e n t a u t u u ln e ra , e t s a n g u in em p e r h o r re sce r en t» (I u i. C ap ito l. M axim , e t B albitt. 8 , 5 -7 ). 3 9 . P lin . E p . 4 , 3 4 . 4 0 . T e r tu l. D e S p ect. 1 2 , 2-3. 41.' L iv . 2 3 , 3 0 , 15.
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Ju egos públicos y fiestas profanas
tiendo con ello a los pueblos reunidos en fiesta, d) Numerosos esclavos, a quienes sus dueños aristócratas enviaban a los lanistas, jefes y entrenadores de las escue las de gladiadores para que los adiestraran y fueran luego su guardia de corps, y una vez preparados se ofrecían a luchar en actos familiares o los alquilaban para los juegos públicos, e) Hombres libres que, desesperados de la vida, o rechazados por la sociedad, preferían «dejarse azotar con varas, quemar con fuego y matar por el hierro», como decía el juramento que prestaban, a seguir viviendo en la miseria. Este juramento lo prestaban delante del tribuno de la plebe, que registraba su nombre; si era libre, con sus tres nombres: Q. Ducennius Optatus, o Q. Cleppius; su edad, y la cantidad de dinero por la que se alquilaba, gladiatorium 42, cuyo mí nimo marcaba la ley en 2.000 sestercios (400 pesetas), y luego lo entregaba al lanista o al editor. El tribuno podía negarse a inscribirlo o bien por la edad, si ya era mayor (senior), o por su constitución menos fuerte (inhabilior). El gladiador así contratado se llamaba auctoratus43, como los soldados entregados al ejército; pero los gladiadores eran declarados infames, carecían del derecho de usar el caba llo del orden ecuestre, se veían privados del asiento de honor en los juegos públi cos, no podían ser nombrados decuriones en los municipios, ni llevar consigo de fensor a un tribunal de justicia, ni ser enterrados con los honores comunes. Aun que no perdían su condición de hombres libres, eran en todo semejantes a los esclavos mientras duraba el compromiso de su alistamiento. Formalizado su contrato y pronunciado su juramento, el auctoratus pasaba por la ferula 44, prueba muy dolorosa que les manifestaba que su juramento no era le tra muerta. A finales de la República y primeros tiempos del Imperio hay muchos hombres libres que, por diversos motivos, se ejercitan como gladiadores en las escuelas de los lanistas. Personajes del orden ecuestre o senatorial renuncian a su rango para luchar en la arena. Se suceden las disposiciones legislativas para evitar estos escán dalos de que personas nobles se degradaran para dedicarse activamente al teatro, al circo y al anfiteatro45. La repetición de las leyes indica su escaso resultado, a lo que por otra parte contribuían algunos emperadores, como dice Tácito: Se p r o h ib ió s e v e r a m e n te q u e lo s c a b a lle r o s se d esh on raran e n lo s c o m b a te s d e la are na; co sa q u e im p u lsa r o n lo s p r im e r o s p r ín c ip e s , y a c o n d in e r o , y a so b r e to d o a la fu erza . Y la m a y o r p a r te d e lo s m u n ic ip io s y c o lo n ia s c o m p e tía n e n c o n tr a ta r a s u e ld o a lo s jó v e n e s m á s c o r r o m p id o s .46
Y, finalmente, otros hombres libres se entregaban a los lanistas por el gustó de exponerse a peligros extremos y de matar hombres. A veces bastaba el capricho del emperador para obligar a un ciudadano cualquiera, que estaba contemplando los juegos, a bajar a la arena, como hacían algunas veces Caligula y Claudio. Por otra parte, el oficio de gladiador ejercía su atracción en hombres valientes e irreflexivos. Los premios que recibían al triunfar, la fama que lograban, la popu 4 2 . L iv . 4 4 , 3 1 , 1 5 ; I u v e n a l. 1 1 , 5 -8 . = 4 3 . A cro n . a d H o r. Sat. 2 , 7 , 5 8 ; A p u l. M e t. 2 , 2 3 ; P lin . N . H . 3 5 , 1 1 7 . 4 4 . S e n e c a , A p o c o l. 9, 3. 4 5 . E n c u a n to a lo s g la d ia d o r es, c f. S e n e c a , Q u aest. N at. 7 , 3 2 ; T a c. A n n . 1 4 , 1 5 -6 , 1 5 , 3 2 ; I u v e n a l. 8 , 1 9 5 -2 1 0 ; S u et. Caes. 3 9 ; A u g. 4 3 ; T ib . 3 5 ; Calig. 3 0 ; N ero, 1 0 ; D o m it. 8 . S e n eca , E p . 9 9 , 13: « A s p ic e illo s iu u e n e s , q u o s e x n o b ilis s im is d o m ib u s in h a r e n a m lu x u r ia p r o ie c it» . 4 6 . T a c. H ist. 2 , 6 2 .
Ludi circenses
laridad que alcanzaban y el ascendiente, sobre todo, que ejercían sobre las mujeres de todas las clases sociales era un algo que los arrastraba a la temeridad de la lucha. Los gladiadores eran cantados por los poetas, sus retratos se exhibían en las tien das, se grababan en las vasijas y en las joyas. En la Historia del Arte se recogen numerosas estampas de gladiadores famosos, sacadas de las decoraciones de los tea tros, de los sepulcros y de los mismos templos. Había una trata prolongada y sórdida de gladiadores a fin de tenerlos dispues tos para cada fiesta. Para ello el magistrado acudía a las escuelas de gladiadores, cuyo jefe y apoderado de cada uno era el lanista, que exigía según la categoría de los que le quisieran contratar, porque había diversas especies y categorías de gla diadores. En Roma debía de haber dos o tres palestras, una de las cuales nombra casual mente H oracio47. Fuera de Roma eran famosas las de Capua, Preneste, Alejandría y Pérgamo. Pero el número de gladiadores «cesarianos» era siempre muy crecido. Nerón dejó al morir 2.000; en el desfile de Galieno figuran 1.200, y en el de Aure lio, 1.660. El adiestramiento de los gladiadores era muy duro; empezaban ejercitándose con muñecos de paja y armas embotadas; luego tomaban armas más pesadas que las que habían de usar en los combates. Practicaban una esgrima de defensa, répli ca, contrarréplica, ataque, réplica doble, contraataque, etc. Estaban organizados con disciplina militar. Solían tomar nombres especiales a su gusto, como «Furor», «Pa vor», «Destructor», etc., o el de otros gladiadores que hubieran sido antes famo sos. Los vencedores en un torneo subían de categoría; cuando eran veteranos amaes traban a los tirones. Pero dice Cicerón 48: «No es fácil que un gladiador consiga seis palmas». Los torneos de gladiadores se anunciaban en las paredes de las casas, de los edificios públicos y de los sepulcros que se levantaban en las entradas de las ciu dades. Así se ve en Pompeya, en donde se hallan anuncios como éste: «Los gla diadores del edil A. Suetio Cerio pelearán en Pompeya el 31 de mayo. Habrá tam bién un acoso de fieras y se tenderá una lona». El programa solía constar de estas partes: 1.a Ocasión del munus: «Pro salute domus Augustae», «ob dedicationem tem pli»... 2.a Nombre del editor, magistra do, etc. 3.a Número de parejas de gladiadores que iban a combatir. 4.a Nombre de la ciudad donde se celebraría el espectáculo, porque los carteles se fijaban tam bién por otras ciudades. 5.a Fecha de los días en que se tendrá el munus. 6.a Con frecuencia se añadían diversos detalles, indicando los otros géneros de diversiones, o ciertas particularidades, como uenatio, sparsio, uela erunt (se tenderán los toldos para quitar el sol); sine ulla dilatione (a la hora en punto); qua dies permittat (si el tiempo lo permite), e tc .49 En la víspera del combate se les ofrecía públicamente una cena libera, obse quiándoles con manjares exquisitos y bebidas abundantes. Unos comían y bebían como animales, y otros procuraban dejar arregladas sus cosas por si morían. El pú blico entraba a verlos comer; por eso el editor tenía buen cuidado del servicio abundante de la mesa. Era el momento en que muchos encomendaban sus muje 4 7 . H o r . A . P. 3 2 . 4 8 . C ic. P h il. 1 1 , 1 1 . 4 9 . C IL . I V , 1 1 8 9 : « A . S u e tii. C e rii / a e d ilis, fa m ilia g la d ia to ria , p u g n a b it / p r. K . I u n ia s . V e n a tio , e t. u e la . e r u n t» . C f. C IL . I V , 1 1 7 7 -8 1 ; 1 1 8 3 -1 2 0 4 y 1 9 8 9 .
P o m p é is,
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res e hijos a sus amigos; y si eran de condición libre, daban la libertad a sus esclavos. Al empezar el espectáculo los gladiadores desfilaban dando una vuelta al circo o al anfiteatro, ataviados con sus armas y distintivos, y al llegar a la tribuna del emperador le dirigían el fatídico saludo: Aue, Caesar, morituri te salutantso, y di rigiéndose hacia el promotor (editor) de las fiestas le presentaban las armas para que las examinase. Antes de la lucha verdadera precedía un combate simulado (prolusio) con ar mas inofensivas (arma lusoria). Esta parte del espectáculo, en que los atletas po nían también todo su ardor, era un ejercicio de precalentamiento (calefieri). Era el momento en que los aficionados saltaban a la arena para dar al público una muestra de sus facultades. Así lo hacía el emperador Tito y Cómodo, que natural mente vencía a uno detrás de otro, y el prefecto del pretorio, por el esfuerzo su puesto le aplicaba 250.000 dracmas (260.000 pesetas). Algunos emperadores, como Oomiciano, exigían que estuvieran sumamente afiladas; otros, en cambio, como Marco Aurelio, ncs permitían que lucharan más que con armas embotadas. Es difícil determinar durante cuánto tiempo duraba el compromiso de la ins cripción al servicio de un jefe de gladiadores y cuántas veces tenía que exponer la vida durante ese tiempo, porque debía de depender todo de la condición de los individuos. Hay que distinguir la escuela, o ludus,donde el gladiador vive y se prepara, y el anfiteatro, que es su campo de batalla. Queda dispensado de jugarse la vida en el anfiteatro cuando se le entrega, como símbolo de su liberación, el rudis, una espada de madera, semejante al florete de la esgrima; pero con ello no quedaba libre del ludus hasta pasados otros dos años por lo menos. Nos hemos referido antes a los gladiadores condenados a luchar. La libertad del gladiador esclavo dependía en absoluto de su amo, que se la daba cuando le parecía. La manumissio ex exclamatione populi, por la que el editor se veía forzado a dar la libertad a un gladiador, fue considerada siempre como un abuso. El auctoratus no tenía que esperar para conseguir el pileus, ya que no había perdido la libertad; podía incluso comprarse (se redimere) antes de haber comba tido, pagando al lanista o editor su gladiatorium y los gastos ocasionados en el ludus. Todo dependía en última instancia de los términos del contrato entre él y el lanista ante el tribuno de la plebe. Algunos, después de haber obtenido el rudis, se reenganchaban para volver de nuevo al anfiteatro. Había otros que se alquilaban como gladiadores sólo para un combate. Gayo nos conserva un contrato de este tipo 51. Se estipuló que el que daba el munus pagaría 20 denarios (unas 20 pesetas) por cada hombre que saliera vivo y sin he ridas graves del anfiteatro como una remuneración pro sudore. Por cada hombre muerto o malherido pagaba el alquilante mil denarios (unas 1.000 pesetas). Esto sería, advierte Gayo, lo que hubiera tenido que pagar si los hubiera comprado y no alquilado. De esta forma se ve que tenía sentido la ley de Marco Aurelio, a la que antes hemos aludido. Así, con muy poco dinero, se podía ofrecer un munus.
5 0 . S u et. C laud. 2 1 , 6: « H a u e , im p e r a to r , m o r itu r i te sa lu ta n t» , a lo e m p erad o r: « A u t n o n » , o se g ú n o tr o s m s.: « A u e te u o s» . 5 1 . G a i. ln s t. 3 , 1 4 6 .
q u e r e s p o n d ió
el·
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Es verdad que estos gladiadores, sestertiarii, no solían apasionar mucho; más bien daban pena, como vemos en Petronio: P r e s e n tó u n o s g la d ia d o r es d e a lq u ile r y a d e c r é p ito s, q u e si le s sop laras caerían p o r tierra; lo s b e s tia r io s n o fu e r o n m e jo r e s, v e rd a d e ra s g a llin a s, e l u n o b o b o , e l o tr o c o n lo s p ie s to r c id o s y e l tercero m á s m u e r to q u e v iv o , c o m o s i tu v ier a c ortad os lo s n e r v io s. A l f in to d o s fu e r o n s a c r ific a d o s ... to d o s d e l m o n tó n . N o o b s ta n te lu e g o m e d ijo : « te h e o fr e c id o u n m u n us», « y y o te a p la u d o » , le r e s p o n d í. 52
Los gladiadores pertenecían a categorías diferentes, y era muy raro que lucha ran entre sí dos de la misma condición; por tanto, su vestimenta y sus armas eran casi siempre diferentes. Los retiarii iban semidesnudos y armados solamente de una red, un tridente y un puñal, y luchaban uno a uno o en grupo. Como armas defen sivas, el retiarius lleva el subligaculum, que le protegía el vientre, y en el brazo izquierdo un brazalete o manga que le cubría hasta el hombro, donde sobresalía un protector de metal, llamado galerus, que le defendía algo la cabeza, que llevaba al descubierto. El contrincante del retiarius se llamaba Gallus, por el género de su armadura, o «mirmilón» por un género de pez; iba armado de escudo, una hoz y un casco, en cuya extremidad lucía este pez; o secutor, porque evitaba huyendo como podía el golpe del retiarius. El secutor aparece por primera vez en tiempos de Caligula53. Es propiamente un Samnita, cuya especialidad es perseguir al retia rius, como dice San Isidoro: secutor ab insequendo retiarium dictus M. Por tanto, lleva las armas del samnita: casco grande, espada, escudo amplio, ocrea en la es pinilla izquierda. EI retiario lo esperaba, le lanzaba la red y si lo prendía en ella lo enredaba y le daba el golpe de muerte con el puñal o el tridente. Si el secutor evitaba el lanzamiento de la red, se lanzaba contra el retiario, ya casi desarmado, y lo perse guía para alcanzarlo con su hoz o su espada. El retiario, enseñando la red, cantaba frente al adversario: Non te peto, piscem peto, quid me fugis, Galle? 55. Cuenta Suetonio que en una lucha en que combatían cinco retiarii contra otros tantos se cutores cayeron todos los retiarios casi sin intentar echar sus redes; cuando la pre sidencia dio la orden de acabarlos, uno de los retiarios empuñó el tridente y mató a los cinco vencedores5δ. Gen todo, los retiarios solían ser bastante despreciados. Juvenal presenta a un senador luchando en el circo poco airosamente como retia rio: «Cuando el príncipe se convierte en citarista, un noble puede hacer de his trión... ¿Queda alguna vergüenza mayor? Sí, que el senador Graco baje a la arena con su tridente, que lance mal la red y tenga que huir por el circo con la cara descubierta, perseguido por un secutor. .. » . 57 Los samnitas iban armados como los antiguos soldados samnitas: un casco ce rrado con dos alas, un escudo grande y rectangular un tanto curvo, un protector del brazo derecho que no quedaba defendido por el escudo y una espada corta. Esta armadura esa pesada y magnífica. Además la pierna izquierda iba protegida por una espinillera de cuero (ocrea) y a veces de metal. Sobre la cabeza, un casco 5 2 . P e tr o n . 4 5 . 5 3 . S u e t. Calig. 3 0 . 54 . I s id o r . O rig. 1 8 , 5 5 . C fr. P r u d e n t, in Sym tn. 2 , 1 1 1 0 . 5 5 . V e t. p . 2 8 5 , 1 0 , M ü ll. N o h a y q u e o lv id a r q u e q u ien id e a r a e ste ju e g o p e n sa b a eri la p e sca . C f. M a rtia l. 5 , 2 3 , 1 2; A r n o b . A d u . G en t. 6 , 2 ; A e q u o r e its s e lla m a en C IL . X , 1 9 2 7 . 5 6 . S u e t. Calig. 3 0 . 5 7 . I u v e n a l. 8 , 1 9 8 -2 1 0 .
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(galea) adornado de plumas (pinnae), o penacho (crista) muy elevado, que agran daba su estatura. Es curioso que de estos gladiadores no se habla después de Augus to, quizá para evitar la denominación deshonrosa para un pueblo del imperio, que continuaron con otros nombres, secutor, homoplachus. El homoplaco es el gladiador de armas pesadas, fuerte y cerrado casco, jarre teras en las piernas hasta las rodillas, y enfundados también los muslos. Cuando no llevaban los hombros protegidos, y las espinilleras no subían hasta las rodillas, se llamaban de armadura ligera o uelites. Su adversario suele ser un gladiador de los llamados tractos. Aparecen en Roma al principio del Imperio, algunos años an tes que el secutor. Los tractos, como gladiadores, se ven por primera vez en tiempos de Sila, cuan do los romanos capturaron soldados de esa nación que combatían a las órdenes de M itrídates58, pero quien habla primero de ellos es CicerónΒβ. El gladiador lla mado Tracto llevaba un escudo pequeño (parma, parmula), redondo o cuadrado y a veces triangular. Su arma ofensiva era la sica, sable de corte encorvado y a veces formando ángulo en su hoja. Protege el brazo derecho con la manica; lleva el balteus y el subligaculum. Su casco puede presentar formas muy diversas. Por que su escudo es pequeño, lleva ocreas en ambas piernas y fajados los muslos. El oponente al tracio es el homoplacus o el mirmillo 60; pero no era raro que comba tieran dos tfarios entre sí. Los esedarios empezaban a combatir sobre un carro dirigido por un auriga. Buscaba no sólo traspasar con sus armas a los contrarios, sino también deshacerles el carro si podían, descuartizándolos entre las tablas desvencijadas. Luego bajaban al suelo y combatían con la espada. Los ecuestres eran como dos soldados de a caballo, armados de lanza y de ro dela, un casco con visera y una clámide sobre sus hombros. Partían el campo por la mitad y se lanzaban a galope tendido el uno contra el otro. Los meridiani eran unos gladiadores que luchaban en los días que había otros espectáculos para rellenar los intermedios y el tiempo de descanso que quedaba al m ediodía.81 Cuando en la lucha por parejas caía uno vivo al suelo, o quedaba desarmado frente al adversario íntegro, el presidente de los juegos solía dejar al arbitrio del público si debían matarlo o le perdonaban la vida. Para pedir gracia el gladiador caído, dejaba a un lado el escudo y levantaba un dedo de la mano izquierda (ma num tollere). La señal de la concesión de la gracia era agitar los pañuelos al aire (Missum!). Si se bajaba el pulgar hacia abajo (uertere pollicem), era señal de que el vencedor debía rematarlo, y gritaban: iugula! Si el gladiador se sentía herido de muerte, su única preocupación era caer elegantemente al suelo, con gesto de des precio de la vida. Eso arrancaba los aplausos del público. Si el gladiador esquivaba el encuentro con el enemigo, se le azuzaba con láti gos y con hierros candentes. La bestialidad humana gritaba entonces desde los
5 8 . P lu t. Cray. 8. 5 9 . C ic . P hil. 7 , 17; Prou. C ons. 4 . 6 0 . C ic . P hil. 7 , 17. 6 1 . S e n e c a , E p . 7 , 3 -4 , e n d o n d e e l f iló s o f o c o rd o b é s p r o te s ta y c en su ra e sta s salvajadas d e n o p o d e r p asar u n m o m e n to s in v e r m o r ir h o m b r es: ...h a e c fiu n t d u m uacat harena; « I n te r m is su m e s t sp e cta cu lu m : ‘in te r im iu g u le n tu r h o m in e s, n e n ih il agatu r’» (ib . 5 ).
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graderíos: «¡Matadlo, azotadlo, quemadlo! ¿Por qué tiene tanto miedo a la es pada? ¿Por qué el otro no lo mata? ¿Por qué se resiste a morir el cobarde?».62 Si ninguno de los dos caía por haber luchado valientemente, el público, entu siasmado, solía concederles la vida: stantes missi. 63 El galardón por excelencia de un gladiador que triunfaba era una palma, y con ella, al estilo de nuestros toreros, daban la vuelta al anfiteatro (discurrere). Cada victoria se premiaba con una palma, de suerte que los gladiadores contaban sus triunfos por las palmas recibidas: gladiator plurimarum palmarum 64. A veces las recompensas eran más sustanciosas y un gladiador podía enriquecerse. Nerón re compensó una vez a un mirmilio «con el patrimonio y las casas de hombres que habían obtenido los honores del triunfo».65 Antes de Augusto se celebraban torneos en que todos los que salían tenían que morir. Al vencedor de un combate se le echaba otro gladiador, y así hasta el final, en que se degollaba a los últimos supervivientes. Augusto prohibió esta atrocidad, dando opción a la concesión de la v id a.69 Llega un momento en que ya no saben qué inventar para halagar a la plebe, y los emperadores ruegan al pueblo que les diga qué es lo que desearían67. Domiciano celebró luchas de gladiadores de noche, para que el centelleo de las espadas impresionara al público. En unas fiestas de diciembre, quizá del año 88, sacó a luchar parejas de pigmeos y de mujeres. En otras luchas obligó el emperador a lu char a mujeres de la alta sociedad y senadores68. El emperador Caligula y el em perador Cómodo lucharon como gladiadores, este último hasta setecientas treinta y cinco veces, atraídos por el ansia de la sangre y de la teatralidad60. En el año 200 se prohibió que las mujeres lucharan como gladiadores. Cicerón había calificado este espectáculo: Crudele gladiatorum spectaculum et inhum anum 70. Séneca protestaba enérgicamente contra estos crímenes71; y los Pa dres de la Iglesia insistieron por humanidad en la oposición originada en Cicerón y Séneca. Todos estos juegos los prohibió Constantino el Grande en el año 3 2 5 72, aun que siguieron celebrándose esporádicamente. En 399 se cierran todos los ludí im
6 2 . S e n e c a , D e Ira , 1 , 2 , 5 ; E p. 7 , 5: « O c c id e , u e r b e ta , u r e ! Q u a r e tam tim id e in cu rrit in férru m ? Q u a r e p aru m au d a cter o c c id it? Q u a r e p a ru m lib e n te r m o r itu r ? » . L actan t. In st. D iu . 6 , 2 0 ; S e n e c a , T ran qu il. 1 1 , 4 ; C ic. M il. 9 2 . 6 3 . S e n e c a , C o n st. Sap. 1 6 , 2. 6 4 . C ic. R ose. A m er. 17 ; M a rtia l. S p e d . 3 2 ; S u e t. Calig. 3 2 . C ó m o d o , q u e h a b ía lu c h a d o c o m o g la d ia d o r m á s d e 7 3 5 v e c e s y h a b ía c o n s e g u id o m á s d e m il p alm as (L am p . C om od. 11 , 1 0 -1 2 ; 1 2 , 1 2 ); e l em p e r a d o r M a cr in o h a b ía s id o g la d ia d o r y r e c ib id o la restis (J . C a p ito lin , O p il. M acrin. 4 , 5 ). 6 5 . S u e t. Ñ ero , 3 0 , 2. 6 6 . S u e t. A ug. 4 5 ; N ero , 4. 6 7 . S u e t. T it. 8 , 2. 6 8 . T a c. A n n . 1 5 , 3 2 : « S p ec ta c u la g la d ia to r u m id e m a n n u s h a b u it» , e l 6 3 d . C . . . , « fe m i naru m illu str iu m se n a to r u m q u e p lu r e s p er aren a m fo e d a t i s u n t» ; S u e t. D o m . 4: « N e c u iroru m m o d o p u g n a s (e d id it), sed e t fe m in a r u m ...» . 6 9 . S e n e c a , D e Ira, 2 , 3 1 ; B enef. 1, 3; E p. 8 5 , 5 1 . C f. S u e t. Calig. 5 4 ; L a m p rid . Com m . A n t. 12 , 1 0 -1 2 . N e r ó n h a c ie n d o e l p a y a so , S u et. 2 5 -2 6 ; lo s n o b le s h a c ie n d o e l r id íc u lo con la s b e s tia s , J u v e n a l, 8 , 1 9 5 -2 1 0 . 7 0 . C ic . Tuse. 2 , 4 1 . 7 1 . E p. 7 , 2-4 ; 9 0 , 4 5 . 7 2 . C od. T h eo d . 1 5 , 1 2 , 1.
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periales de gladiadores. En 404 Honorio descartó ya definitivamente los combates de gladiadores 73; y si todavía suena la palabra munus, indica las uenationes, que persisten hasta el siglo VI. 7.
Las uenationes
Las uenationes, como los juegos de gladiadores, se desarrollaban en el circo o en el anfiteatro. Es un espectáculo contemplado en Roma ochenta años después que las luchas de gladiadores. Exactamente en el año 186 a. C., cuando M. Fulvio Nobilior celebró su victoria sobre los E tolios74. Parece que los romanos introdu jeron estos juegos sobre todo después de la batalla de Zama, porque en sus ex cursiones por el Africa pudieron capturar fieras salvajes. En las fiestas que dieron en el año 169 los ediles P. Cornelio Escipión Násica y P. Léntulo presentaron en Roma 63 fieras del Africa, panteras, más de cuarenta leones y elefantes.75 Este juego tenía tres modos de practicarse: el más sencillo era la simple pre sentación de fieras extrañas y exóticas; otras veces se las hacía luchar unas con otras; y, por fin, en ocasiones, se lanzaban al circo hombres y fieras. La uenatio, aunque formaba parte de los ludi, estaba muy relacionada con los munera y solían unirse a los combates de gladiadores. Con frecuencia en los anun cios de munera se añadía: habrá una uenatio, habrá uelum y sorteo de regalos, sparsio 76. Incluso se daban las uenationes con motivo de las honras fúnebres, como hizo Julio César en memoria de su hija Julia, ejemplo que luego imitaron o tro s.77 a) Para poder hacer esta presentación de fieras en Roma, se organizaban en todo el Imperio cacerías constantes que ocupaban muchos miles de hombres, desde los que acechaban a los hipopótamos cuando salían de las aguas del Nilo por la noche a pastar por los campos próximos, los que perseguían a los elefantes en la Libia, los leones en la Tesalia, hasta los que perseguían a las cabras hispánicas por las montañas centrales de la Península Ibérica, y los tigres en Hircania. En las orillas del Rin se tendían redes para atrapar jabalíes; a la orilla izquier da del Danubio se perseguían los osos; los moros corrían en el desierto tras los avestruces, y por las gargantas del monte Atlas se disponían trampas para coger leones. Y no era sólo el lograr una de estas piezas ansiadas; el compromiso mayor era cogerlos vivos, reducirlos a una jaula y trasportarlos en barcas o en lentos ca-
73. P r u d e n t. In Sytnm . 2 , 1 1 2 1 . 74. L iv . 3 9 , 2 2 , 2 ; v . P la u t. Vers. 1 9 9 ; 4 3 5 -6 : so b r e e sta s u en ation es e n g e n e ra l, v . C ic. F am. 7 , 1; L iv . 2 9 , 2 4 ; S u e t. C laud. 2 1 . 7 5 . L iv . 4 4 , 1 8 , 8. E l em p e r a d o r A d r ia n o : « I n c ir co m u lta s feras e t sa ep e c e n tu m le o n e s in te r fe c it. M ilita r e s p irrich ia s p o p u lo fr e q u e n te r e x h ib u it. G la d ia to r e s fr e q u e n te r sp e c ta u it» (A e l. S p a rtia n . H adrian. 1 9 , 8 ). Y d e A n to n in o P í o d ic e s u b ió g r a fo : « E d ita m u n e ra , in q u ib u s e le p h a n to s e t c o ro c o tta s (c r o c o tta s) e t tig r id e s e t r h in o c e r o n te s, c r o c o d illo s e tia m a tq u e h ip p o p o ta m o s e t o m n ia e x to to o r b e terrarum e x h ib u it, C e n tu m e tia m le o n e s c u m tig r id ib u s una m is s io n e e d id it» (C a p ito l. A n to n . P iu s, 1 0 , 9 ). 76. V é a s e la n o ta 4 9 . C u r io sa fu e la u en atio q u e d io e l em p e r a d o r P r o b o para celeb rar e l tr iu n fo so b r e lo s G e r m a n o s y lo s B le m m io s , c o m o d ic e s u b ió g r a fo : « V e n a tio n e m in circo a m p lissim a m d e d it, ita u t p o p u lu s c u n c ta d ir ip e r e t. G e n u s a u te m s p e c ta c u li fu it ta le : arb ores u a lid a e p e r m ilite s r a d ic itu s u u lsa e c o n e x is la te lo n g e q u e tr a b ib u s a d fix a e s u n t, terra d e in d e su p e r ie c ta to t u s q u e C ircu s ad s ilu a e c o n s itu s s p e c ie m gratia n o u i v ir o r is a ffr e n d u it. M iss i d e in d e p e r o m n e s a d itu s str u th io n e s m ille , m ille c er u i, m ille ap ri; J a m d a m a e, ib ic e s , o u e s fe r a e e t c eter a h erb a tica a n im a lia q u a n ta u e l a li p o tu e r u n t u e l in u e n ir i. I m m is si d e in d e p o p u la r es, r a p u it q u isq u e q u o d u o lu it» (V o p is c u s , P robu s, 1 9 , 1-4).
77.
Dio. Cass. 43, 22; Plin. Ep. 6, 34.
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rros hasta Roma. No era cosa rara que muchos de estos animales murieran antes de ser presentados al público, a causa de estos viajes y cambios de temperaturas, etcétera7e. Los fosos y los jardines zoológicos de Roma estaban abastecidos de las fieras más raras y valiosas. Las que podían ser domesticadas se reservaban para en señarla al pueblo: bisontes, ciervos, leopardos, grullas, avestruces, focas, leones, ele fantes, jirafas, cocodrilos, hipopótamos, rinocerontes, monos, etc. Los antiguos tendían a amansar y amaestrar a los animales más fieros, como leones y osos, e incluso los particulares tenían animales feroces domesticados: panteras, leones, osos. Según Séneca, los osos, los leones y los tigres están libre mente por la casa y se dejan acariciar dulcemente por la señora 79. Este capricho peligroso obligó muy pronto a las autoridades a tomar medidas de prevención. Un decreto de los ediles prohibía tener un perro, un verraco, un jabalí, una pan tera, un lobo o un león suelto, o en lugares de paso. La manía de dar vida real a las ficciones de los poetas hacía empeñarse a los hombres en domesticar a los tigres como Baco en la India, o Cibeles, que los llevaba uncidos a su carro. Los que conseguían domesticar alguna fiera de éstas se creían y se presentaban como un dios. El rcv Egipcio Ptolomeo Philadelfo celebró una pompa dionisíaca en que figuraron veinticuatro carros tirados por elefantes, sesenta arrastrados por boques uncidos y doce por leones. No hay que decir que muy pronto imitaron estas extra vagancias los tiranos de Roma, y las bestias más feroces aparecían por la calle y en el circo. M. Antonio el triunviro se paseaba en Roma sentado con la hetera Citheris en un carro tirado por leones, inmediatamente después de la batalla de Farsalia. Augusto, que tenía afición a los animales raros, mostró a los romanos un tigre domesticado 80; Domiciano tenía un león más dócil que un perrito faldero; Caracalla tenía varios, pero entre ellos uno llamado Acinaces, que lo llevaba a todas partes, comía en la mesa con él, lo acostaba en su cama y lo abrazaba en público. Con ello pretendía rivalizar con Hércules. Heliogábalo se paseaba por su casa en un carrito arrastrado por cuatro perros robustos, y en público llevaba uncidos a su carro cuatro ciervos; o cuatro leones, y entonces se llamaba «la gran Madre»; o cuatro tigres, y entonces hacía el papel de Baco, cuyos vestidos y símbolos empu ñaba. Hacía presentar en la mesa al tiempo de los postres leones y leopardos adies trados para ello, con el pánico correspondiente de los convidados, muriendo alguna vez personas del susto, desconocedores de que las tales fieras tenían limados los
78.
A p u l. M et. 4 , 14. C azas d e p a n tera s para la s fie s ta s o rgan izad as p o r e l e d il (C ic . 7 am.
2 , 11, 2 ). 7 9 . S e n e c a , D e Ira, 2 , 3 1 ; D e B enef. 1, 3 ; E p. 8 5 , 5 1 . C f. M a rtia l. 1 , 1 0 4 , a n im a le s d o m e stic a d o s u n c id o s a carros. C reo q u e es in te r e sa n te reco rd ar e l p r e cio d e alg u n o s d e e sto s a n im a le s s e g ú n e l e d ic to d e D io c le c ia n o d e l a ñ o 3 0 1 (E d ictu m D io clet. e t C ollegarum de pre tio reru m uenalium , e d . M . G ia c c h e ro , G e n o v a 1 9 7 4 ). U n le ó n d e prim era c a teg o ría , 1 5 0 .0 0 0 ses te r c io s ; d e seg u n d a , 1 2 5 .0 0 0 ; u n a le o n a , 1 2 5 .0 0 0 y 1 0 0 .0 0 0 ; u n le o p a r d o , 1 0 0 .0 0 0 y 7 5 .0 0 0 ; u n a v e stru z, 5 .0 0 0 ; u n o s o , 2 5 .0 0 0 y 2 0 .0 0 0 ; u n ja b a lí, 6 .0 0 0 y 4 .0 0 0 ; u n c ie rv o , 3 .0 0 0 y 2 .0 0 0 ; u n o n a g r o , 5 .0 0 0 s e ste r c io s. N o señ a la e l p r e c io m á s q u e d e lo s a n im a le s q u e s e traen d e la L ib ia o d e lo s h e r b ív o r o s m ás c o m u n e s , q u e s e c o m p r a b a n ta m b ié n p o r lo s p articu lares. D e lo s o tr o s a n im a le s, c o m o c a im a n es, jirafas, c o c o d r ilo s, e le fa n te s , p a n tera s, e tc ., μ ο se habla p o r q u e a v e c e s se e m p le a b a n le g io n e s en tera s d e c a za d o res d e l em p e r a d o r o d e lo s m agistrad os e n las p r o v in c ia s y era in c a lc u la b le e l p r e cio p o r e l q u e p o d ía resu lta r cad a p ieza. 8 0 . S u et. A u g. 4 3 , 4: « S o le b a t e tia m citra s p e cta cu lo ru m d ie s , s i q u a n d o q u id in u isita tu m d ig n u m q u e c o g n itu a d u ee tu m e ss e t, id ex tra o r d in e m q u o lib e t lo c o p u b lic a r e, u t r h in o c e r o n te m a p u d S a e p ta , tig r im in sca e n a , a n g u em q u in q u g in ta c u b ito r u m p r o C o m itio » .
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Juegos públicos y fiestas profanas
colmillos y cortadas las uñas 81. Los ciervos en casa no ofrecían peligro alguno; eran un juguete de los chicos y de las niñas, que jugaban de mil maneras con ellos. Igual hay que decir de los carneros y cabritillos. Los monos, en todas sus especies conocidas, no faltaban en las casas. Estas muestras causaban admiración, sobre todo cuando aparecían animales que no sabían ni cómo se llamaban, como sucedió por los años 58 al 46 a. C., cuando se presentaron por primera vez los hipopótamos, el cocodrilo. En los juegos del 58 presentados por Emilio Escauro, además de 150 fieras de toda especie, hizo apa recer por vez primera el hipopótamo y cinco cocodrilos, para los que había cons truido un estanque especialnz. En los del 44, ofrecidos por Julio César, vieron en Roma la jirafa por primera vez. Estas uenationes de César duraron cinco d ías.83 En el año 104 a. C., en virtud de la ley votada a propuesta de Cn. Aufidio, se autorizó la importación de fieras de allende los mares. Al año siguiente se pre sentaron por vez primera muchos leones juntos en el circo. En el año 99, varios elefantes. En el 93, siendo pretor Sila, se sacaron en un día más de cien leones al público. Pompeyo hizo aparecer de una vez 600 leones. Augusto se gloría de haber presentado al pueblo veintiséis uenationes bestiarum Africanarum, en las que mu rieron 3.500 fieras84. El emperador Cómodo tomó varias veces parte activa en las uenationes85. Marco Aurelio, en cambio, asistía con repugnancia a estos espec táculos. 88 b) Los animales que no se dejaban domesticar fácilmente, como el tigre, u otros en los que no se quería perder tiempo en hacerlo, se sacaban a luchar unos contra otros; por ejemplo, el tigre con el león, el elefante con el rinoceronte, el oso contra el toro, el toro contra el tigre o la pantera. Y como si la natural fero cidad de estos animales fuera poca, todavía se los acuciaba con aguijones y con fuego, se les echaban muñecos de tela roja (pilae) . 87 El pueblo seguía con emoción los instintos de ataque y de defensa de cada uno de estos animales, hasta que el uno vencía y descuartizaba a su contrario, que se envolvía en un torbellino de sangre. Un número que apasionaba grandemente ya en Grecia era la lucha de gallos. Estas peleas las presentaban sobre todo a los jóvenes, para que aprendieran a lu char sin rendirse hasta el último momento. El gallo está acostumbrado a reinar en su corral y no admite competidor; por eso es un animal dispuesto siempre a luchar y vencer cuando tiene un contrincante. Los gallos de pelea solían traerlos de Rodas, de Tanagros, de Melos, de Calcis. Se les adiestraba en la lucha. Los asis tentes hacían apuestas elevadas en favor de uno o de otro. Para excitarlos más a la pelea se les hacía comer ajos y cebolla, y a veces se armaban sus espolones de ganchos de bronce. Al dueño del gallo vencedor se le concedía una palma y una corona.
81. A e l. L a m p rid . H eliogab. 2 1 : « H a b u it le o n e s e t le o p a r d o s ex a rm a to s in d e lic iis , e d o c to s p e r m a su e ta r io s s u b id o ad s ec u n d a m e t tertia m m e n sa m iu b e b a t a c cu m b e r e, ig n o r a n tib u s c u n c tis q u o d e x a rm a ti e s s e n t, a d p a u o r e m r id ic u lu m e x c ita n d u m » . C f. su pra c a p . 2 , n o ta 4 5 8 . 82. P lin . N . H . 8 , 6 4 y 9 6 . 83. S u et. Caes. 3 9 ; D io . Cass. 4 3 , 2 2 -2 3 ; P lin . N .H . 8 , 6 9 ; V arr. L .L . 5 , 2 0 . 8 4 . A u g u s t. M onurn. A n cyr. 2 2 . 8 5 . L a m p r id . C om tn. A n t. 1 2 , 12. 8 6 . C a p ito lin . M . A n to n . 4. 8 7 . M a rtia l. S p e d . 2 1 , 7 -8 ; v . S e n e c a , D e Ira , 3 , 4 3 , 2 .
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. c) O tro numero presentaba la lucha de un tropel de cazadores bien armados y acompañados de buenos perros de caza, que, solos o en conjunto, se disponían a ca zar las fieras previamente sacadas a la arena. Los perros acosaban, perseguían y cansaban al animal, que luego caía herido por una certera flecha o por un golpe de lanza. Vistoso por demás resultaba cuando salían al acoso de un buen número de piezas un grupo de personas, como cuando Claudio mandó un destacamento de jinetes de su guardia pretoriana, con sus oficiales al frente, a luchar contra una ma nada de panteras africanas; y Nerón hizo que otro destacamento de su guardia imperial montada peleara contra 400 osos y 300 leones a un tiempo. Aunque la emoción mayor la sentían cuando se dejaba a un solo hombre frente a un león, a un tigre o a un toro bravo. El pueblo aclamaba al cazador que de un puñetazo bien asentado en la cabeza derribaba a un oso; o cuando cegaba a un león, suje tándole un trapo en la cabeza, con que ya lo tenía a su merced. Marcial recuerda al cazador Carpóforo, que llegó a matar veinte fieras en un solo d ía .88 De ordinario estos bestiarii eran gladiadores, o condenados a las fieras (a i feras); o algunos que se presentaban gratuitamente a demostrar su valentía frente a los animales más feroces. Gente tan necia que, sin que nadie les haya condenado a ello, salen a luchar con las fieras, luciendo una talla varonil y ostentando unas ropas valiosísimas, cuando se hallan en la plenitud de su vida; y tan irreflexivos que se exponen a la muerte tan sólo porque ellos son más feroces que las pro pias fieras. Y al escribir esta frase, como para comentarla, vamos a referir el suceso admi rable que recoge Aulo Gelio (5, 14, 5 ss) de Apión, que lo refiere como testigo presencial: «En el Circo Máximo — dice— se ofrecía una uenatio copiosísima al pueblo. Encontrándome casualmente en Roma, fui a contemplar el acoso de fieras. Allí se veían numerosas y enconadas fieras, de una grandeza extraordinaria, y to das ellas hermosas y feroces como nunca había visto. Pero entre todas las fieras llamaban la atención los leones, y entre los leones uno que descollaba por su agre sividad y su fiereza. Este león, por el ímpetu de su cuerpo y por la fuerza y el pavor que causaba con sus fortísimos rugidos, había atraído poderosamente sobre sí las miradas de todos los espectadores. En el grupo de hombres introducidos a luchar con las fieras se encontraba un siervo de cierto varón consular. El siervo se llamaba Androclo. Apenas aquel terrible león vio a lo lejos a Androclo, de re pente, como admirado, se detuvo y luego, despacio y tranquilamente, se aproximó al hombre como si lo conociera. Luego giró en torno suyo moviendo la cola deli cadamente al estilo de los cerritos que hacen caricias a sus señores. Junta su cuer po al de Androclo y lame blandamente las piernas y las manos del pobre hombre, que estaba pálido de miedo. Androclo, ante aquellas muestras de halago de la te rrible fiera, recupera el ánimo perdido y poco a poco inclina los ojos para con templar al león. Entonces, como recordándose mutuamente, se advertían muestras de satisfacción y de placer en el hombre y en el león. El hecho suscitó la admira ción y los aplausos clamorosos del público, y el César llamó al esclavo para pregun tarle por qué a él sólo había perdonado aquel león tan horrible. Androclo refiere un hecho maravilloso. ‘Durante el proconsulado de mi señor en el Africa — dijo— yo, debido a los azotes diarios v a los tratos inicuos a aue me sometía, me vi obligado a huir, y para que los escondrijos de aquella tierra, dominada por mi señor, me protegieran de su 88.
Martial. Epigrm. 15; 23 y 27.
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Juegos públicos y fiestas profanas
crueldad, me retiré al desierto de arena, determinado a morir como fuera, sí lle gaba a faltarme el alimento. Entonces, en las horas en que el calor lo abrasa todo por aquellas latitudes, divisé a lo lejos una cueva escondida y resolví penetrar y ocultarme en ella. Al poco tiempo de haber entrado en la cueva vino a ella un león con un pie herido y sangrante, dando gemidos lastimeros y rugidos que ma nifestaban su inmenso dolor y su tormento. Yo, al verlo, de primera intención me creí devorado y crujiendo ya mis huesos entre sus dientes. Pero después que entró el león, como en su propia morada, me ve que trataba de esconderme a lo lejos y se me aproximó manso, como suplicante y levantando su pata, enseñándo mela y como suplicándole que lo curara. Yo le saqué una grande espina que te nía clavada en la parte inferior del pie, y apreté la herida para sacar el pus que ya se le estaba formando, hasta que empezó a salir sangre natural; le sequé la herida y se la limpié. Aliviado el animal con aquella cura que yo le hice, se reclinó entre mis manos y descansó el animalito. Desde aquel día el león y yo vivimos durante tres años en la misma guarida y comiendo del mismo alimento-, pues de los anima les que él cazaba siempre me traía a la cueva las partes mejores, que yo, por no tener fuego para prepararlas, las asaba exponiéndolas sobre una piedra al sol del mediodía. Pero cuando ya me cansé de aquella vida de fiera, una mañana, después que mi león salió a cazar, me escapé de la cueva, y al cabo de tres días de camino me vie ron los soldados, me capturaron y me condujeron al señor, que ya había marchado del Africa a Roma. El me condenó a muerte y se agenció para que me entregaran a las fieras. Veo que este león, capturado también después que yo lo abandoné, me agradece ahora el beneficio y la cura que yo le hice’. El pueblo, al conocer este episodio, pidió que se diera libertad a Androclo y que se le regalara el león». «Después — termina Apión— veíamos a Androclo y al león, que llevaba atado con un ligero bramante, ir por todas las tiendas, y todo el mundo daba dinero a Androclo y echaban flores al león, y decían: ‘Este es el león que hospedó al hombre, y éste es el hombre médico del león’» .89 A Nerón le complacía bajar a la arena desarmado, o provisto únicamente de una maza, para enfrentarse a un león y m atarlo80; pero había tenido buen cuidado de aue se lo prepararan bien, quitándole los dientes y arrancándole las uñas. En tre los espectadores se dividían las opiniones: uíios se reían, porque conocían el truco; pero el populacho gritaba emocionado por la audacia del emperador. Dión Casio cuenta, como testigo presencial, que Cómodo mató por su propia mano, en un solo día, cinco hipopótamos; y en varios días dos elefantes, una jirafa y algunos rinocerontes. E n las fiestas Floralia y Cerealia se organizaban cazas divertidas y sin peligro para el hombre. Se soltaban corzos, ciervos, cabras monteses y liebres91, que per seguía el hombre ayudado por algún perro.
8 9 . G e ll. 5 , 1 4 , 5 ss. 9 0 . S u et. Ñ ero , 5 3 : « P r a e p a r a tu m q u e lé o n e m a iu n t, q u e m u e l claua u e l b r a c h io r u m n e x i b u s in a m p h ite a th n h a ren a sp e c ta n te p o p u lo n u d u s e lid e r e t» . D ic e A e l. S p artian . d e Caracalla (5 , 9 ): « E x c e p it ap ros fr e q u e n te r , co n tr a le o n e m e tia m s te tit. Q u a n d o m i;s is ad a m ic o s litte r is g lo r ia tu s e s t s e q u e ad H e r c u lis u ir tu te m a c c e ssisse ia c ta u it» . C ó m o d o lle g ó a m atar d e la n te d e l p u e b lo m u ch o s m ile s d e e le fa n te s (L a m p rid . C om m od. 12, 12). 9 1 . M a rtia l. 1, 4 4 .
Ludi circenses
8.
El anfiteatro
Estos y los siguientes juegos se hacían en el circo o en el anfiteatro. Después que Tito inauguró el anfiteatro Flavio el año 80 d. C., muchos de los juegos que antes se celebraban'en el circo pasaron al anfiteatro, como la lucha de gladiadores, la caza de fieras, etc. El recinto era imponente. Levantado sobre cuatro pisos, ad mitía un aforo de unos 80.000 espectadores92. También había órdenes de asientos para las distintas clases sociales, reservándose para las mujeres las filas altas. Sólo las Vestales y las damas de palacio tenían su tribuna cerca de la imperial. Toda vía hoy se distingue por sus asientos de mármol blanco. El anfiteatro era más acogedor que el circo, más recogido. Su decoración fas tuosa era el marco más soberbio del mundo para unas fiestas romanas. Cuando el sol apretaba se tendía en su altura un inmenso toldo que cernía la luz (uelum). E n la palestra brotaban surtidores de agua fresca, que de cuanto en cuando llegaba saturada de perfumes. Tódo el ambiente se llenaba de voluptuosidad, y adormecía la voluntad más firme. Una vez en el anfiteatro o en el circo, todos gritaban, ges ticulaban y se enfurecían de la misma forma, despojándose de todo sentimiento de humanidad. Poco importa que fueran vírgenes Vestales o cargadores de muelles; apenas se veía correr la primera sangre, todos se convertían en fieras. Dice Pru dencio: L u e g o , e l gran p u d o r y la d e lic a d a p ie d a d d e la d o n c e lla v a a ocu p ar s u a sien to e n e l g r a d e río , a p r e se n c ia r lo s c h o q u e s m o r ta le s d e lo s h o m b r e s y su s m u er te s, y a c o n te m p la r c o n su s sagrad os o jo s la s h e r id a s co m p ra d a s p o r la c o m id a . S ié n te s e e lla in s ig n e p o r lo s a d o r n o s v e n e r a n d o s d e la s ín fu la s y s e d e le ita c o n lo s g la d ia d o r es. ¡O h co ra zó n tie r n o y d e lic a d o ! S e le v a n ta para v e r m ejor lo s g o lp e s; y c u a n d o e l v e n c e d o r cla v a e l p u ñ a l e n e l c u e llo d e l v e n c id o , d ic e e lla q u e e stá e n s u s d e lic ia s , y la d e lic a d a v ir g e n in d ic a c o n su p ó lic e v u e lto a tierra q u e le d esga rre n e l p e c h o para q u e n o se o c u lte n i un a p a r te d e l alm a en la s en trañ as d e l v e n c id o m ie n tr a s e l g la d ia d o r a h o n d a c u a n to p u e d e e l h in c a d o p u ñ a l.83
9.
Ejecución de condenados
Otro espectáculo del circo o del anfiteatro lo ofrecían los castigos y las eje cuciones de los condenados a muerte. Tenían que m orir..., pues procuraban hacer de su muerte una diversión para el pueblo 94. O bien atados a un madero espe
9 2 . A l p a recer eran 8 7 .0 0 0 la s lo c a lid a d es n u m e ra d a s, y e n c a so s d e n e c e s id a d p o d ía n c o lo carse 1 5 .0 0 0 e sp e c ta d o r e s m á s. V é a se C . T h e rr y , A m p h itea tru m , D . S ., v o l. I , 1 , p. 2 4 6 , η . 7 6 , c ita u n a te sse r a d e e n tr a d a c o n la lo c a lid a d q u e h a b ía d e o cu p ar e l d u eñ o : C V N (e o ), V I I N (fe r io r i), X (d e c im o g r a d u ), V I I I (o c ta u o lo c o ) = S e c to r s e x to (¿ b a jo ? ), fila 1 0 , lo c a lid a d 8 . C f. a d em á s, G a r c ía B e llid o , A r te rom ano, 3 0 5 ss; P .-J . M e ie r , A m ph iteatrom ·. R E I , c o l. 1 9 5 9 ss. E l a n fite a tr o s e c o n o c e d e s d e a n tes d e l 5 3 ó 5 2 a. C ., se g ú n P lin io e l V ie jo , q u e l o r efiere a C u r ió n e l J o v e n . E l m o n u m e n to su r g ió e n P o m p e y a , o fr e c id o a la c iu d a d e n e l a ñ o 7 0 ó 6 5 p o r lo s d u o u iri qu in quenales, C . Q u in c tiu s V a lg u s y M . P o r c iu s . L a p alab ra su r g e m ás tarde e n con c u r re n c ia c o n lo s e sp e c tá c u lo s , y e n p lu ra l, am ph ith eatra, e stá a te s tig u a d o a n te s d e l a ñ o 2 a. C . L u e g o s e im p o n e e l n o m b r e sin g u la r , am ph ith eatru m . C f. R . É tie n n e , La naissance d e l ’am ph i th éâ tre: L e m o t e t la chose·. R E L 4 3 (1 9 6 5 ) 2 1 3 -2 2 1 . ' 9 3 . P r u d e n t. In S ym m . 2 , 1 0 9 0 -1 1 0 0 . 9 4 . D ic e n q u e e s te tip o d e d iv e r sio n lo a p r e n d ie r o n lo s ro m a n o s d e A m ílc a r , p or lo s añ os 2 4 1 a. C . E l g e n e r a l ca rta g in és se d e s e n te n d ió d e e sta fo r m a d e to d o s lo s e n e m ig o s q u e h a b ía ca p tu ra d o c o n v id a (P o lib . 1, 8 4 , 8 ). P a u lo E m ilio , d e s p u é s d e P id n a (a ñ o 1 6 8 a. C .),
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Juegos públicos y fiestas profanas
raban indefensos la acometida de las fieras, que en un zarpazo les desgarraban las entrañas palpitantes, o de un bocado les llevaban un brazo o una pierna; o bien los exponían a las fieras hambrientas, ligeramente armados, para que se prolongara más tiempo su agonía; o vestidos de trapos rojos les echaban una vaca enfure cida 95, por el gusto de ver el cuerpo humano danzar por los aires o enredado entre los cuernos, o sentir el placer de ver brotar la sangre por cada herida que la bestia les abría. Las muertes que más divertían al pueblo eran las que se enmarcaban en una representación escénica en que se terminaba con la muerte del protagonista. En las representaciones ordinarias la víctima era sustituida por un monigote; pero en el circo todo se hacía en la realidad. Había representaciones en que los actores salían ricamente vestidos, con las cabezas ceñidas con coronas de oro, y en un momento determinado de entre aquellos ricos vestidos surgían unas poderosas llamas en las que morían achicharrados los delincuentes. No es imaginable ni tortura ni género de muerte que no se aplicara a estos desgraciados para solaz del puebló. En el año 64, cuando Nerón culpó a los cris tianos del incendio de Roma, el circo y las calles más anchas se iluminaron con már tires empalados o crucificados, revestidos de la túnica molesta; rociados de pez y de resina, eran convertidos en fatídicas antorchas que rasgaban la oscuridad de la noche. Otros, revestidos de pieles de animales, eran echados a las fieras para que los devoraran.86 Las leyendas míticas se plastificaban en sangrientas realidades. Un personaje, representando a Orfeo, aparecía rodeado de fieras mansas que se recostaban junto a él, como adormecidas por los arpegios de su lira, hasta que de momento un oso o un león fiero y hambriento lo destrozaba v iv o 97. La leyenda de Dédalo e Icaro también se representaba con el mayor verismo. El joven Icaro se lanzaba en un fugaz vuelo desde la mayor altura que pudieran alcanzar las tramoyas; el viejo Dédalo, desde una altura media. Un ajetreo inútil de brazos y de pies, una caída precipitada y un montón informe de carne y de sangre. Si Dédalo había corrido mejor suerte, le servía de muy poco, porque al momento soltaban unas panteras furiosas que sembraban sus miembros por la arena del circo en un m om ento98. El episodio de Mucio Escévala en presencia de Porsenna era también representado al vivo. Un pobre condenado se dejaba quemar el brazo derecho, impasible y sony E s c ip ió n E m ilia n o , d e s p u é s d e la d e s tr u c c ió n d e C artago, a to d o s s u s so ld a d o s a u x ilia res q u e r e c u p e r ó , lo s h iz o m o r ir a sí. L iv . E p it. 5 1 ; V a l. M a x . 2 , 7 , 13-4. A e s t o s d e sg ra c ia d o s n o se le s deja b a m e d io d e d e fe n sa . A s í m u r ie r o n m u c h ísim o s m ártires c ristia n o s. 9 5 . V é a n se u n o s p árrafos d e la P assio P erp etu a e d e l tie m p o d e S e p tim io S e v e r o . « P e r p e tu a y F e lic id a d sa le n d e sn u d a s al a n fite a tr o , para s e r e x p u e s ta s a la arrem etid a d e u n a v a ca b ravia. E l p u e b lo , o n d u la n te e n s u s e n tir , s e s ie n te a h o r a c o n m o v id o a la v is ta d e a q u ella jo v e n d e li cad a y d e la o tr a , m a d re h a c ía m o m e n to s , c o n lo s p e c h o s c h o r re a n d o . S e la s h iz o retirar y s e la s c u b r ió d e u n a s tú n ic a s. A s í v e s tid a s , P e r p e tu a e s la p rim era e n su fr ir la e n v e s tid a d e la b e s tia , y ca e d e e sp a ld a s. In c o rp o ra d a tras e l g o lp e , a c o rd á n d o se a n tes d e l p u d o r q u e d e l d o lo r , r e c o g ió su v e s t id o d e str o z a d o y s e c u b r ió e l m u s lo . L u e g o , c o n u n a aguja, s e s u je tó la d isp e r sa c a b e lle ra , para q u e n o se in ter p r e ta r a s u d e s c o m p o s ic ió n p o r se ñ a l d e lu t o e n e l m o m e n to d e la v ic to r ia . S e le v a n ta e n to n c e s , y v ie n d o a su co m p a ñ era F e lic id a d te n d id a e n e l s u e lo , se acerca a e lla y la le v a n ta d e la m a n o ... S á t u r o ..., arrojado a u n le o p a r d o ; la fie r a le d io ta l m o r d e d u ra q u e le b a ñ ó to d o e n sa n g r e , y la c h u sm a fe r o z e x c la m ó sa rc á stic a m e n te ; « ¡B u e n b a ñ o , b u e n b a fîo !» ( D . R u iz B u e n o , A c ta s d e lo s m ártires, B A C , 1 9 5 1 , 4 1 2 -4 1 3 ). 9 6 . C f. A p u l. M e t. 4 , 15 -2 1 . 9 7 . M a rtia l. L ib. S pect. 2 1 , 7 -8 . 9 8 . S u et. N ero , 1 2 ; M a rtia l. L ib. S pect. 8 .
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riente hacia los espectadores99; por si alguien se movía a compasión por el heroís mo del paciente, se corría la idea de que no podía hacer otra tosa: o sufrir aque llos dolores impertérrito, o ser arrojado vivo dentro de un balón de pez ardien do l0°. Existía un mimo titulado Laureolus 101 que reproducía la vida de un capitán de bandoleros, llamado así, que terminó en la cruz y destrozado por un oso. Este mimo se había representado muchas veces en R om a102. Pero en tiempo de Domi ciano se hizo al vivo en el circo. Hizo de protagonista un condenado y cuando llegó el momento se lo crucificó de veras, soltando luego un oso enfurecido que, agarrando con sus zarpas el cuerpo sangrante del infeliz, lo dejó desgarrado· como una piltrafa. Dice Marcial: D e u n a cru z v erd a d era p e n d ía L a u r é o lo , la fá b u la e s rea lid a d , c o m o c a stig o e n é l. S u s m ú sc u lo s d esg a rra d o s sa n g ra b a n p o r su s m ie m b ro s y e n to d o s u c u e r p o n o h a b ía u n r a sg o h u m a n o .103
Todo el cuerpo del desgraciado era una inmensa herida, que aún vivía y palpitaba. Juntamente con estas escenas horripilantes se entremezclaban otras mitológicas más alegres, pero no menos vitandas y pasionales, como el abandono de Ariadna por Teseo, el rapto de Europa por el Toro, Pasifae con el Minotauro, la violación de Lucrecia en que ella luego tenía que matarse de veras, Júpiter y Leda, Júpiter y Alcúmena, etc. No hubo idealización poética, por repugnante que fuera, que no se representara al vivo en aquellas fiestas interminables del circo o del anfiteatro. Muchos cristianos y cristianas recibieron la corona de su glorioso martirio en me dio de estas torturas del cuerpo y de mayores angustias del alma. Y en medio de estos horrores no hubo ni un gesto de humanidad, ni una voz que desentonara de esta crueldad pública a que se llegó en tiempos del Imperio. Sólo se oyó la voz tímida de Séneca, que expresaba más su repugnancia que su condena. E n su E pístola10* dice que no hay cosa más contraria a las buenas cos tumbres que el asistir a un espectáculo público, donde todos los vicios se depositan en el alma. Del circo vuelve uno más avaro, más ambicioso, más cruel, más inhu mano. Y refiere que, por casualidad, entró en el circo a mediodía, cuando él ima ginaba que habían cesado los números sanguinarios, y que tan sólo se exhibían en treactos graciosos y distraídos. Pero no sucedió así. Lo de antes no fue nada. Lo de ahora no son juegos, son verdaderos homicidios. A estas horas se sacaban para pasar el rato a los gladiadores meridiani, que iban sin armas defensivas. «No tie nen nada con qué protegerse, dice Séneca; todo el cuerpo está expuesto a los gol pes, y nunca se mueve la espada sin herir al contrario. La mayor parte de especta 99. 100. 101. 102. 103.
M a rtia l. 1 , 2 1 . M a rtia l. 1 0 , 2 5 . T e r tu l. A d u . V a len t. 1 4 , 4 , d ic e q u e fu e e s c r ito p o r C a tu lo : « C a tu lli L a u r eo lu m » . I u v e n a l. 8 , 1 8 7 ; S u et. Calig. 5 7 . M a rtia l. E pigram . 1, 7 . P e r o v é a se la v iv ís im a d e s c r ip c ió n q u e h a c e n u e s tr o p oeta: N o n fa lsa p e n d e n s in c ru ce L a u r e o lu s, u iu e b a n t la c e r i m e m b ris s tilla n tib u s artus in q u e o m n i n u sq u a m c o rp o re c o r p u s e r a t ... ' in q u o q u a e fu e r a t fa b u la p o e n a fu it. L as r e p r e se n ta c io n e s e n lo s ju e g o s , s e g ú n d e c ía H e lio g á b a lo , d e b e n h a c e rse e n to d a s u realid ad , in c lu s o lo s a d u lte r io s (A e l. L a m p rid . H eliogab. 2 5 , 4 -9 ). 1 0 4 . S e n e c a , E p . 7 , 3 -5 .
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dores prefieren estas luchas a las de los gladiadores protegidos. ¿Cómo no lo van a preferir? Ni casco ni escudo protege de la espada. ¿Para qué las armaduras y el arte de la esgrima? Todo eso es dilación de la muerte. Por la mañana han expues to a los hombres frente a los leones y a los osos; al mediodía los enfrentan a los espectadores. Mandan que se maten unos a otros y el vencedor se reserva para otra matanza; el fin de los combatientes es la muerte. Todo se lleva a espada y fuego. Así se llenan los entreactos de la arena. ■ — Pero es que es un ladrón, es un homi cida. ■ —-¿Y qué? — Si él mereció ese castigo, ¿por qué motivo mereces tú presen ciar esa escena? ¡Mátalo, hiérelo, abrásalo! ¿Por qué va hacia la espada con tanta vacilación? ¿Por qué lo mata con tan poca resolución? ¿Por qué muere de tan mala gana? Que aproveche las heridas para hundir más la espada. Que presenten resueltos su pecho frente al filo de la espada». Se ha terminado este espectáculo. Para no aburrirse ni un momento, mientras sale otro espectáculo, gritaban los es pectadores: «Ahora, para no estar sin hacer nada, que se degüelle a los que hay que degollar». En este espacio meridiano actuaban también los volatineros, equilibristas, bai larines de la cuerda floja, malabaristas, prestidigitadores, ilusionistas, etc., que tan to más atraían la atención cuanto mayor era el peligro a que se exponían. Así dice Plinio: «¿Ves qué clamores excitan los que se esfuerzan en andar por una cuerda colocada allá en lo alto, cuando parece que ya, ya se van a caer? Se tiene por lo más admirable, lo más insólito y lo más peligroso».105 Embrutecidos, pues, con estas crueldades, no hay que extrañarse de que aún el pueblo que antes daba leyes y creaba magistrados ahora no piense más que en pedir a sus emperadores panem et circenses 106; que no piensen más que en el cir co, que no tengan más ideal que emborracharse en sus espectáculos107 y que la mayor contrariedad que podía ocurrir a un romano de estos tiempos sea el no po der presenciar los juegos circenses: E l ú n ic o d o lo r y la ú n ic a tr iste za d e lo s q u e sa len d e la p atria e s e l carecer p o r u n s o lo a ñ o d e lo s ju eg o s c ir c e n s e s .108
10.
Las carreras de coches
Aunque de momento estos espectáculos que hemos referido enardecían a quie nes los contemplaban, las pasiones más hondas y más duraderas las levantaban las carreras de coches. Estos juegos son antiquísimos en Roma y se llamaban consualia, como dice Paulo: «Se llaman Consualia los juegos que se celebraron en honor de Conso, que veneraban como el dios del consejo». Y explica la causa: «Rómulo, después de fun dar la ciudad, necesitaba mujeres para celebrar matrimonios y conseguir así la pro
1 0 5 . P lin . E p . 9 , 2 6 , 3 ; v . A p u l. Flor. 5 , 2 ; 1 8 , 4. 1 0 6 . I u v e n a l. 1 0 , 7 7 -8 1 . 1 0 7 . I u v e n a l. 8 , 1 1 8 . 1 0 8 . I u v e n a l. l ' l , 5 2 -3 . C ic er ó n (Farn. 7 , 1, 3 ), h a b la n d o d e u n a s u en ation es m agnificae o fr e cid a s p o r P o m p e y o , p r o te s ta co n tr a ta l e sp e c tá c u lo , p o r c o n sid e ra r lo in d ig n o d e lo s h o m b r es d e lic a d o s . A s í c o m o lo s g la d ia d o r es fu e r o n s u p r im id o s al p r in c ip io d e l s ig lo v , las u en ation es e x is tía n e n C o n s ta n tin o p la a m e d ia d o s d e l s ig lo V I . L o s em p e r a d o r es b iz a n tin o s p r o h ib ie r o n celeb ra rla s e n d o m in g o , y n o p e r m itie r o n a lo s e c le s iá s tic o s a sistir a e lla s (C od. Iu st. 1, 4 , 34; 3 , 1 0 , 1 1; I u s t ín . N o u el. 1 0 5 , 1 ). P e r o n o o b s ta n te la s p r é d ic a s d e lo s sa n to s P a d r e s , p e r d u raban c o m o d iv e r sió n tr a d ic io n a l (c f. S a n J u a n C r isó s to m o , In E p. 1 ad C orin t. H orn. 1 2 , 5 ).
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pagación de los ciudadanos, peto todos los pueblos vecinos se las negaban. En tonces concibió un propósito secreto (arcanum consilium) y fue el de apoderarse por la fuerza de algunas mujeres. Ofreció unos juegos al dios Conso, que preside los consejos secretos (arcani consilii praeses); los celebró, y en ellos aprovechó la ocasión para arrebatar las jóvenes sabinas» loe. Y Tertuliano especifica más: «Los juegos Consualia en un principio se celebraban en honor de Neptuno, al que por otro nombre llaman Conso...; juegos que derivan de Rómulo, que los dedicó a Conso, dios según dicen del consejo, porque entonces inspiró a sus soldados el rap to de las Sabinas para hacerlas sus esposas...» uo. En la actualidad el ara de Conso está soterrada111 hacia las primeras líneas (metas) con esta inscripción: «Conso el del buen consejo, M arte poderoso en la guerra, los Lares influyentes en el com icio».112 Se celebraban el 20 de agosto. En este día desfilaban los caballos y las muías por delante del ara de Conso, que al hacerlo rápidamente se convirtió en una com petición de carreras, con carros. Entonces se adaptó el valle Murcia para este des file, y para que pudiera ser contemplado por los romanos, de donde surgió el Circo Máximo, como hemos dicho. En estas primeras carreras guiaban los carros sus dueños; y era tan honorable el espectáculo que las coronas obtenidas en estas competiciones se colocaban el día de la muerte junto al féretro, como las coronas conseguidas en el campo de batalla. Pero cuando este desfile se convierte en un puro espectáculo, la dirección de los carros, como la actuación en cualquier otro juego público, se cubrió de cierto deshonor. Por eso desde entonces los aurigas serán casi siempre libertos o esclavos. Este número de las fiestas llenaba de verdadera pasión a Roma, y no precisa mente por atención a los aurigas, o a los caballos, sino por las banderías o facciones formadas en torno a cuatro colores: rojo (russata), blanco (albata), azul (ueneta) y verde (prasina). Al principio no existían más que los «blancos» y los «rojos», es decir, no había más que dos partidos; luego, ya entrado el Imperio, aparecen los cuatro señalados. Domiciano introdujo dos nuevos colores: el oro y el púrpura; pero desaparecieron en seguida, puesto que no se habla más de ellos; e incluso los dos antiguos, sin desaparecer del todo, se fusionan, los «blancos» con los «ver des» y los «rojos» con los «azules».113
1 0 9 . P a u l. F est. 4 1 ; c f. L iv . 1, 9 , 6: « C u i te m p u s, lo c u m q u e a p tu m u t d a te t R o m u lu s a e g r itu d in e m a n im i d iss im u la n s lu d o s e x in d u str ia p a r a t N e p tu n o e q u e s tr i s o lle m n e s; C o n su a lia u o c a t» ; C ic . R ep . 2 , 12. 1 1 0 . T e r tu l. D e S p ect. 5 , 5 y 7 . 1 1 1 . P lu t. R o m . 14. 1 1 2 . S erv . a d A e n . 8 , 6 3 5 -6 , d ic e q u e e l ara e stá e sc o n d id a b ajo tierra p o r q u e lo s p e n sa m ie n to s im p o r ta n te s d e b e n p e rm a n ecer o c u lto s . L u e g o C o n s o se id e n tific ó c o n N e p tu n o . V arr. L . L. 6 , 2 0 : « C o n s ilia d ic ta a C o n so , q u o d tu m fe r ia e p u b lic a e e i d e o e t in circo ad aram e iu s ab sa c e r d o tib u s lu d i illi, q u ib u s u ir g in es S a b in a e ra p ta e » . S e le e e n e l ca len d a rio P raenest. (C IL . I , p . 2 3 7 ): « D e c e m b r . 1 5 . C o n su a lia fe r ia e C o n s o , e q u i e t m u li flo r ib u s c o ro n a n tu r, q u o d in e iu s tu te la s u n t» , a u n q u e se g ú n o tr o v ie jo C a le n d a r io ( e n G r u te r . p . 133; O r e ll. In s crip tio n , v o l. 2 , p . 4 1 1 ) d ic e q u e se celeb ra b a n e l 2 0 d e a g o sto . 1 1 3 . D ic e T e r tu lia n o , D e S pect. 9 , 5: « N a m q u e in itio d u o so lu m fu e r u n t, alb u s e t ru sseu s. A lb u s h ie m i o b n iu e s c a n d id a s, r u sse u s a e sta ti o b s o lis r u b o rem u o ti era n t. S ed p o s te a tam u o lu p ta te q u a m s u p e r stitio n e p r o u e c ta ru sse u m a lii M a r ti, a lii a lb u m Z ep h y r is c o n sec r a u e ru n t, p r a sin u m u e r o T erra e m a tri u e l u e r n o , u e n e tu m C a e lo e t M a ri u e l a u tu m n o » . C o m o v e m o s , T e r tu lia n o r ec u erd a la s d iv e r sa s e x p lic a c io n e s q u e s o b r e e l o r ig e n d e l n om b r e d e las cu a tro fa c c io n e s s e d a b a n e n R o m a . S o b re e llo p u e d e v e r s e ta m b ié n C a sio d o r o , Var. 3 , 5 1 . S e e x p lic a la o p o s ic ió n d e l v e r d e d e la T ierra y e l azul d e lo s m a res; p e r o lo q u e n u n c a se exp lic a r á es
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Ju egos públicos y 'fie sta s profanas
Desde luego que es un fenómeno social, verdaderamente curioso, que estas ban derías dividan casi todo el pueblo romano en dos facciones, desde el propio empe rador hasta los artesanos y los esclavos. Pocos se interesaban ni por aurigas, ni por los caballos; los colores ilusionaban a todo el mundo. Los mismos emperadores eran de un determinado color: Caligula, Nerón, Domiciano, etc., eran hinchas de los «verdes»; Vitelio, Caracalla, etc., los fueron de los «azules», y emperadoras hubo que se consideraban tan compenetrados con su color que favorecían descara damente a los que les daban la consigna de su color, u oprimían y maltrataban a los contrarios.114 En el fondo las facciones eran sociedades comerciales muy fuertes, que admi nistraban y dirigían caballeros, y que tenían numerosos empleados a los que pro porcionaban medios de vida. Las yeguadas, las cuadras, la remonta y doma, etc., de cada una de las cuatro sociedades exigían el trabajo de muchos hombres, a los que se añadían constructores de carros, zapateros, sastres, médicos, veterinarios, maestros de conducción de carros, mensajeros, corredores, propagandistas, chismo sos y proselitistas. Las cuadras de las cuatro facciones se hallaban en_el IX dis entre el Capitolio y el Circo Flaminio. A juzgar por las sumas que enellas plearon algunos emperadores,, como Vitelio, debían presentar un lujo verdadera mente imperial. Se sabe que Caligula pasaba gran parte del día entre los caballos de los «verdes», y muchas veces hasta comía en las cuadraspara no separarse de sus caballos. Pocas veces debieron de organizar carreras por su cuenta los’ directivos de las facciones, pero en cada carrera aparecía siempre un carro adornado con los colores de cada una de ellas. Los organizadores de los juegos tenían que acudir necesariamente a los direc tivos de estos clubs para que les suministraran los caballos, los carros y los aurigas para conducirlos. Es natural que los domini factionum sacaran toda la ventaja po sible en sus arriendos; pero además recibían pingües donativos de los emperadores y de los particulares en dinero y en caballos. Los caballos y los aurigas cambiaban, pero los colores permanecían. Es inconcebible que un señuelo tan fútil atrajera de tal modo la preocupación del pueblo, que durante cinco siglos, bajo cualquier em perador y en las circunstancias que fuera, lo único que interesaba a todos los ro manos era si en las próximas carreras ganarían los «verdes» o los «azules». Y esta pasión suscitó más de una vez en el circo verdaderas batallas campales entre los espectadores. Se cuenta de Caracalla que durante unas corridas un grupo de espectadores se puso a gritar insultando a un auriga de los «azules», el color de Caracalla, y el emperador ordenó a su guardia que mataran a todos los que gritaban, convirtiendo los graderíos en un escenario de muerte y de sangre. Y en Constantinopla, donde se copiaron todos los defectos de Roma y ninguna de sus virtudes, bajo el reinado de Anastasio, los de la facción «verde» entraron y distri buyeron puñales en los ces titos de pan y a una señal dada mataron en las gradas del circo a más de tres mil «azules».115
la fo b ia d e l p u e b lo p o r e l c o lo r q u e e le g ía , a u n q u e b a jo lo s c o lo r e s d e l c ir co la tía n d iv e r sa s te n d e n c ia s p o lític a s y riv a lid a d es fa m ilia r es. 1 1 4 . D e e s t o se la m e n ta P lin . E p . 9 , 6. 1 1 5 . G ib b o n , S toria della decad. e cad. d e llo Im p e ro R om an o, e d . d e E . P a is , T o r in o 1 9 6 6 , v o l. I l l , to m . I , p . 2 1 7 . T a c. A n n . 1 4 , 1 7 , e n e l c ir c o d e P o m p e y a , e n tr e lo s n u ce r io s y lo s p o m p e y a n o s.
L u di circenses
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En un pueblo tan supersticioso como el romano era natural que se recurriese a la brujería y a los ensalmos para dar rapidez a los caballos del propio color, y cegar los caballos o mejor volcar los carros contrarios, de forma que caballos y aurigas fueran luego pisoteados por las cuadrigas siguientes. Cuando llegaba el día de la carrera, desde muchas horas antes del amanecer, se desplazaban hacia el circo verdaderas muchedumbres para coger buen sitio en los graderíos. Los senadores y los caballeros tenían sus gradas reservadas y por tanto su plaza segura, pero los plebeyos muchas veces no lo conseguían sino a fuerza de codazos y de puñetazos. Por eso preferían madrugar. Al no estar cubiertas las graderías, quedaban expuestas al sol, al viento y a la lluvia, pero por todo pasaban con tal de no dejar el sitio logrado, y esto lo hacían lo mismo los hombres que las mujeres, que solían ir ataviadas con sus mejores prendas para lucir mejor sus encantos entre los hombres. Cosa que constituía otro medio de desmoralización.116 Los carros se disponían en las cocheras (carceres), que estaban cerradas simple mente con una soga. Detrás de ella piafaban los caballos ansiosos de salir a la pista, se preparaban los aurigas y se daba la última mano al engrase y aderezo de los carros. Estos debían de ser lo más resistentes posible, con el menos peso que se pudiera: un timón, el eje con las dos ruedas y sobre ella una especie de pulpito para una sola persona, cerrado por delante y abierto por detrás. Sobre él se colo caba el auriga. Los aurigas llevaban sobre la cabeza un yelmo de metal y vestían una túnica corta, muy ajustada, del color que representaban y ceñida con la faja de correas de cuero. En ellas llevaban un puñal por si fuera necesario cortar las bridas que se sujetaban a la cintura. Los caballos iban sujetos con las bridas y un simple correaje adaptado a la parte posterior del cuello y pecho, que se unía al timón. Cuando todo estaba dispuesto se retiraba la soga que los mantenía en el inte rior de los carceres y el director de los juegos daba la señal de salida agitando un pañuelo almidonado (tnappa) U7. Las cuadrigas que corrían cada vez eran cuatro, una de cada color. Cada carrera consistía en siete vueltas en torno a la espina del circo. En la parte opuesta a los carceres estaba la m eta 11B, un fuerte mojón al que había que rodear y salvar lo más próximamente posible, sin tocarlo, porque si el eje o la rueda rozaba en él fácilmente se desvencijaba el carro, que volcaba dando tumbos, llevando consigo al auriga y a los caballos. Sobre la espina en que estaban sentados los jueces de la competición, desde el año 174 a. C., colocaron siete delfines con sendos remates en forma de grandes huevos de madera, de los que a cada vuelta de los carros bajaba uno. De esta for ma el público y los mismos aurigas podían darse cuenta de las vueltas en que se encontraban. La caída del último huevo indicaba el fin de la carrera. Vencía el que, completada la última vuelta, cruzase el primero una raya marcada con yeso, al lado izquierdo de los carceres de donde habían salido. El espacio recorrido era de 8.300 metros. En el año 33 Agripa tomó las medidas oportunas para que la ma
1 1 6 . O v id . A r s A m . 1, 1 3 5 -7 0 ; T e r tu l. D e S pect. 1 5 , 2-4: « P r o p te r is t o s e n im c o n u e n tu s e t m u ltu m u id e r e e t u id e r i o m n e s p o m p a e in p u b lic u m p r o fe r u n tu r , a u t u t lu x u ria n e g o tie tu r a u t g lo r ia in s o le sc a t» . 1 1 7 . S u et. N ero, 2 2 , 2 ; M a rtia l. 1 2 , 2 8 , 9. 1 1 8 . U n a a lu s ió n d e O v id . M e t. 1 0 , 1 0 6 , n o s d a e l a s p e c to d e la m eta. A tis q u e d a c o n v e r tid o e n cip r é s: « A d fu it h u ic tu rb a e m e ta s im ita ta c u p r e ssu s» .
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Juegos públicos y fiestas profanas
niobra de los huevos dejara de indicar error en el pueblo, porque antes no funcio naban con seguridad. Los carros iban tirados por dos (bigae) o por cuatro caballos (quadriga). Las carreras de dos caballos solían ser de aficionados. Los que deseaban manifestar su arte en el dominio de los caballos corrían por ostentación, con tiros de seis, de ocho y hasta de diez caballos. Las carreras de ver dadera competición eran las de las cuadrigas. En ellas hacía mucho la disposición de los caballos. Los dos de dentro iban emparejados con un ligero·yugo (introiugi); los de fuera solamente bridados (funales). El más exterior debía ser el más ligero y ágil; el del interior (funalis interior), el más seguro y el más obediente a las indicaciones de la brida, que manejaba el auriga con la mano izquierda, porque con la derecha restallaba el látigo. Los carros, los aderezos del auriga y los arreos de los caballos eran del color distintivo de su facción. La victoria no dependía sólo de la velocidad, sino también de la estratagema de los cocheros, que solían zigzaguear para cortar el paso a los que seguían. La vuelta trágica era la séptima. El girar sobre la meta lo más rápidamente que se pu diera y el lanzarse luego en el espacio recto hasta la línea del fondo. Con frecuen cia en el espacio de la meta había una conglomeración de carros, o vuelcos de otros, con lo cual todo quedaba en un momento en unas astillas y un rebullir de caballos y aurigas sangrientos. P e r o lo m ejo r d e lo s e sp e c tá c u lo s e ra , c o m o o b se r v a c o n ra zó n u n au to r c ristia n o , e l d e lo s p r o p io s e sp e c ta d o r e s. L a s g ra d ería s q u e s e e x te n d ía n a u n a r e s p e ta b le d is ta n cia , u n o s p is o s so b r e o tr o s , e sta b a n c u b ie r ta s p o r u n m ar h u m a n o y o n d u la n te . A m e d id a q u e la carrera se ib a a c erca n d o al fin a l, a u m en ta b a n e n tr e e l p ú b lic o la te n s ió n , la a n g u stia , la ira , e l jú b ilo y e l d e s e n fr e n o . 'Sin p e r d e r jam ás la v is ta a lo s carros, lo s e sp e c ta d o r e s a p la u d ía n y g rita b a n c o n to d a s s u s fu er z a s, s e le v a n ta b a n s o b re s u s a sie n to s, a g ita b a n p a ñ u e lo s y p r e n d a s d e v e stir , an im a b a n c o n s u s g r ito s a lo s c a b a llo s d e s u b a n d o , a largaban lo s b ra zos c o m o s i q u isie r a n abrazar la p is ta , r ec h in a b a n lo s d ie n te s , h a c ía n v is a je s y g e sto s am en a za d o res, se p e le a b a n , m a ld ec ía n , r e sp la n d e cía n d e jú b ilo , p r o r ru m p ía n e n e x p lo s io n e s d e u n a alegría fr e n é tic a . P o r fin lle g a b a a la m e ta e l carro v e n c e d o r y e l g r ite r ío atro n a d o r y c la m o r o so d e lo s p a r tid a rio s d e su b a n d o , c o n e l q u e s e m e z cla b a n lo s d e n u e s to s y la s m a ld ic io n e s d e lo s o tr o s , reso n a b a n p o r to d o s lo s á m b ito s d e la R o m a d e sie r ta , a n u n c ia n d o a lo s q u e s e h a b ía n q u e d a d o e n su s ca sa s q u e la carrera h ab ía te r m in a d o 119 . . . y a p e sa r d e q u e la s carreras d u ra b a n g e n e r a lm e n te to d o e l d ía , d e s d e p o r la m añ an a te m p r a n o h a sta la ca íd a d e la ta r d e , in ter r u m p id a s ó lo p o r p e q u e ñ o s d e sc a n so s, so b r e to d o a m e d io d ía , la m u c h e d u m b r e n o s e m o v ía d e su s s itio s a u n q u e ab rasase e l s o l o d ilu v ia s e , s in fa tig a rse n i u n m o m e n to , s ig u ie n d o d e s d e e l p rim e r m in u to h a sta e l ú ltim o c o n la m ism a te n s ió n a q u el e sp e c tá c u lo para e lla a p a s io n a n te .120
No hay que decir que muchos aurigas se hicieron famosos y ricos en Roma, y que entre los monumentos de los ciudadanos ilustres se veían con frecuencia esta tuas dedicadas a aurigas populares. También eran famosos algunos caballos que· la gente nombraba y animaba en el circo, como si fueran personas. «Tusco», «Víctor», «Tigris», «Paserino», «Andremón» eran caballos que estaban en el corazón y en la boca de todos. Marcial 119.
A u n q u e S é n eca v iv ía le jo s d e l C ir c o M á x im o , lle g a b a n h a sta su casa lo s
c la m o r e s.
Ep. 8 3 , 7 : « E c c e c ir ce n siu m o b s tr e p it cla m o r: su b ita a liq u a e t u n iu e r sa u o c e fe r iu n tu r aures m e a e , n e c c o g ita tio n e m m eam e x c u tiu n t, n e in te r r u m p u n t q u id e m . F r e m itu m p a tie n tis s im e fe r o : m u lta s u o c e s e t in u n u m c o n fu sa e p r o flu c tu m ih i s u n t a u t u e n to silu a m u e r b e r a n te e t c e te r is s in e in t e lle c tu s o n a n tib u s » . 1 2 0 . E n F r ie d la e n d er , L a S o cied a d rom ana, M é x ic o 1 9 4 7 , 545-546.
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creía sinceramente que no podría igualar con sus poemas la fama de uno de estos caballos: «Soy muy conocido en todo el mundo, ¿pero por qué me tenéis tanta envidia? No soy tan famoso como el caballo Andremón» m . Nerón, L. Vero y Có modo asignaron jubilaciones elevadas a. los caballos famosos que ya no podían co rrer, y Caligula llegó a pensar seriamente en hacer cónsul del pueblo romano al caballo «Incitato». Cuando iba a correr este caballo, montaba unos días antes guar dia de soldados en las cuadras para que nadie perturbara él descanso de «Inci tato». 122
II.
LAS NAUMAQUIAS
Tomamos esta palabra griega en el sentido de combate naval representado para divertimiento del pueblo, y cuyos actores se llaman naumachiarii123. En tales fue gos se representa con más o menos realidad una batalla naval. Rara vez .se repre senta en el mar; de ordinario se prepara una laguna artificial o se aprovecha un lago natural, para que los espectadores puedan contemplar cómodamente las peri pecias del combate. El recipiente se llama también naumachiaI24, o nauale stag num. 125 Es posible que estos juegos empezaran como entretenimientos en la vida pri vada de algunos romanos, que reproducían en pequeño en sus piscinas los comba tes históricos, como sabemos que hicieron los hijos de Lolio en la villa urbana de su padre. Sus esclavos les prepararon en pequeño facsímiles de los barcos de Octaviano y de M. Antonio y reprodujeron la batalla de A ctium .1M Llevados estos juegos a proporciones públicas, se trata de reproducir casi exac tamente alguna batalla naval determinada, con sus barcos, sus remeros, sus solda dos, sus peripecias y sus muertes y heridos en casi todas ellas. Los naumachiarii son siempre prisioneros de guerra o malhechores condenados a muerte. La primera naumachia pública de que tenemos noticia la presentó el dictador César durante sus juegos triunfales en el año 46 127. Preparó un lago artificial en el Campo de Marte, en comunicación con el Tiber. Se simulaba un combate entre las flotas tiria y egipcia, y participaban naves birremes, trirremes y cuatrirremes ocupadas por 4.000 remeros y 2.000 combatientes, prisioneros de guerra y conde nados a muerte. El lago artificial se cubrió tres años después, porque resultaba 1 2 1 . M a rtia l. 1 0 , 9 ; y a v e c e s s e c o n c e d e a lo s c a b a llo s l o q u e s e n iega al c ab allero, íd e m 4 , 6 7 . 12 2 . S u e t. Calig. 5 5 ; cfr. D io n is . 5 9 , 1 4 . S i a lo s c a b a llo s lo s p r e m ia b a n y c o n sid e ra b a n lo s e m p e r a d o r es, c o m o h e m o s v is to e n la n o ta a n terio r; o tr o s n o se o lv id a b a n ta m p o c o d e lo s jin e te s q u e lo s m o n ta b a n al triu n fa r. « V id im u s p r o x im e c o n s u la tu m F u r ii P la c id i ta n tu a m b itu in c ir co e d itu m u t n o n p r a e m ia dari a u rig is s e d p a tr im o n ia u id e r e n tu r , cu m d aren tu r tu n ic a e su b serica e, lin e a e p a ra g a u d ae, d a ren tu r e tia m e q u i, in g e m e s c e n tib u s fr u g i h o m in ib u s» (F I. V o p isc . D iu u s A u relian . 1 5 , 4 ). L a palab ra paragauda in d ic a u n v e s t id o c o n u n a fran ja d orad a, p roce d e n te , al p a recer, d e lo s p e r sa s. L a p a la b ra la u sa ta m b ié n T r e b e lio . 1 2 3 . A u g u s t. M on. A n cyr. 2 3 ; M a rtia l. E pigr. 1, 5 ; S p e d . 2 8 ; S u e t. Caes. 3 9 y 4 4 ; C laud. 2 1 ; N ero , 1 2 . ' 1 2 4 . S u e t. T ib . 7 2 ; N ero, 2 3 ; T ito , 7 ; D o m it. 5 ; M a rtia l. E p ig r. 26 y 2 8 . 1 2 5 . S ta t. Silu. 4 , 4 , 5 ; T a c. A n n . 1 4 , 15. 1 2 6 . H o r . E p . 1, 1 8 , 6 0 -7 . 12 7 . S u e t. Coes. 3 9 , 4 ; D io . Cass. 4 3 , 2 3 ; A p p ia n . B. C. 2, 1 0 2 .
Juegos públicos y fiestas profanas
insalubre. El anuncio de este espectáculo atrajo gran número de peregrinos, que, no cabiendo en las casas, montaron sus tiendas por las calles y plazuelas. De las avalanchas del personal por las calles y de los apretujones consiguientes perecieron aplastados muchos ciudadanos, entre ellos dos senadores, según afirma Suetonio.128 E l lugar de la presentación de estos espectáculos, además de un gran lago lleno de agua, tenía en los alrededores los graderíos necesarios para que el público pu diera contemplar cómodamente el espectáculo. Augusto, con motivo, de la dedicación del templo de Mars Vítor, año 2 a. C., entre otros espectáculos ofreció una naumachia. Construyó otra laguna inmensa a la orilla derecha del Tiber, cuyas medidas, dadas por el mismo A ugusto129, eran: 1.800 pies (540 metros) de largo por 1 206 pies (360 metros) de ancho. Partici paron en el combate treinta naves rostradas, trirremes o birremes y muchas más pequeñas. Su dotación, sin contar los remeros, fue en torno de 3.000 soldados 13°. La lucha simulaba la batalla de Salamina librada por persas y atenienses, quedando victoriosos los segundos. Según los designios de Augusto este lago debía conservarse y realmente duró mucho tiempo. Se surtía del agua A lsietina131, con una cantidad de 24.000 metros cúbicos diarios, que se aprovechaba luego para regar los jardines que por allí se ordenaron, ya que el agua no era potable. En totno de la naumachia se plantó un bosque, nemus Caesarum. 132 Sin duda la naumachia más real y de mayores proporciones la celebró Claudio en el año 52 en el lago Fucino, que intentaba disecar, conduciendo sus aguas a tra vés de un túnel bajo la montaña hasta el río Liris (Garigliano). Varios años se llevaba trabajando ya en aquellas obras, y para que todo el mundo las viera ideó la celebración de un combate naval antes de abrir las compuertas para disecar el lago. En el combate intervinieron 14 trirremes y cuatrirremes, con un total de 19.000 hombres. En esta ocasión el combate no iba a ser simulado, sino real. Por eso cuando los combatientes desfilaron por delante del emperador le gritaron: Aue, Imperator, morituri te salutant, y fueron a ocupar los lugares señalados.133 Rodeó todas las orillas de barcas y de balsas ocupadas por la guardia pretoria de a pie y de a caballo, y en las laderas se habían alzado parapetos con catapultas y ballestas para que no pudieran huir los condenados a luchar. Las orillas y las colinas cercanas y las faldas de los montes circundantes estaban repletas de espec tadores de la ciudad y de todas las poblaciones vecinas que habían venido al espec táculo y a obsequiar al príncipe. Presidieron las fiestas el emperador, vestido de general, y Agripina, con su manto de oro. La orden de ataque la dio la bucina de un tritón de plata que surgió del centro del lago. Aunque los luchadores eran condenados, combatieron muy bien; de for ma que, desnués de recibir muchas heridas por una y otra parte, todos fueron indultados.134
128. 129. 130. 131. 132. 133. 134.
S u et. C aes 3 9 , 4 ; c f. P lu t. Caes. 5 5. A u g u s t. M on. A n cyr. 2 3 . A u g u s t, ib .; c f. O v id . A rs A m . 1 , 1 7 1 -6 . D e la g o A ls ie t in o , P lin . N . H . 3 , 5 1 , h o y M a rtig n a n o , au n o s 3 3 k iló m e tr o s de R om a. A u g u s t. M on. A n cyr. 2 3 ; D io . Cass. 6 6 , 2 5 ; T a c. A n n . 14 , 15; S u et. A u g. 4 3 , 1. S u et. Claud. 2 1 , 6. T a c. A n n . 1 2 , 5 6 .
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Nerón organizó otra naumaquia aprovechando el estanque preparado por Augus to 135, y a continuación se sirvió un banquete en los mismos barcos. Tito, en el año 80, inundó el anfiteatro y repitió en él un simulacro de com bate naval entre atenienses y siracusanos, quedando vencedores los primeros que al final desembarcaron en una pequeña isla y tomaron por asalto una fortificación construida en lo alto de ella.138 Domiciano dio otra naumaquia en el anfiteatro I37, y además hizo preparér otro lago tan enorme que pudo representar sobre él una ficción de batalla naval n que el número de barcos y de soldados igualó al de. las flotas m arinas.138 Los espectáculos del circo y del anfiteatro se difundieron por todo el Imperio, y en cada provincia, según sus posibilidades, se celebraban las mismas clases de jue gos que en Roma 139 En Italia, las Galias, Africa, España había numeroso^ circos, anfiteatros y teatros donde se reproducían, aunque en menor escala, las luchas de gladiadores, acosos de fier s, etc., que a pesar de todas las cortapisas y limitacio nes de los emperadores cristianos perduran hasta la invasión de los bárbaros. Los Padres de la Igles a advirtieron muy pronto el peligro moral y de fe que estos juegos suponían par los cristianos y trataron de apartarlos; pero debió de ser un algo a lo que les costaba enormemente renunciar. «Tu mihi metas et scae nas et puluerem et harenam suspiras», dice Tertuliano 140. Ante las notas apocalíp ticas y declaración de la vuelta a la idolatría que suponía la asistencia a los juegos circenses y teatrales 141, se defendían respondiendo que «el sol» y «más aún el mis mo Dios contempla todo eso desde el cielo y no fe contamina». «El sol llega con sus rayos a las cloacas y no se mancha» 142. Pero el circo y el teatro son la peor es cuela de todas las pasiones, y la legitimación pública de las obscenidades más re pugnantes l43. Y más tarde, San Agustín cuenta una historia que debió reproducirse infinidad de veces: Tenía el obispo de Hipona un buen amigo, cristiano, llamado Alipio; que estaba estudiando jurisprudencia en Roma. Un día se encontró con unos compañeros y le invitaron que fuera con ellos al anfiteatro. El se resistió, pero, amablemente coaccionado, cedió, mientras se decía: podrán arrastrar al es pectáculo mi cuerpo, pero no mi alma; me sentaré entre ellos, cerraré los ojos, y abismándome en los pensamientos de mi fe, me abstraeré totalmente del mundo, que me rodee. Así estuvo un buen rato, pero un griterío ensordecedor en un lance de la lucha le hizo abrir los ojos. Entonces, diceSan Agustín, su alma recibió una herida mas grave que la del cuerpo de aquel en quien se clavaron sus ojos ll de avidez. Y *e derrumbó más dolorosamente que el gladiador cuya caída había levantado el griterío de los espectadore . Pues el espectáculo de la sangre manchó su alma con el estigma de lo inhumano, y ya no desvió la vista de lo que estaba 1 3 5 . T a c. A n n . 1 4 , 1 5 . 1 3 6 . S u e t T it 7 , 3 , d ic e sim p le m e n te : « d e d it e t n a u a le p r o e liu m in u eteri n au m chia». 1 3 7 . S u e t. D o m it. 4 , 1. 1 3 8 . S u e t. O o m it. 4 , 2. 1 3 9 . T e r tu l. D e S p e d . 7 , 4. 1 4 0 . T e r tu l. ib. 2 8 , 4 : « L o s f iló s o fo s c ifra n su p la c e r e n e l so sie g o y en la tr a n q u ilid a d , y tú m e su sp ir a s p o r la s m e ta s, la s e sc e n a s, e l p o lv o y la aren a d e l c ir co . M e p o d ría s decir: ‘n o p o d e m o s v iv ir s in p la c e r , so b r e to d o n o s o tr o s q u e h e m o s d e m orir c o n g u s to ’. P e r o ¿ q u é o tr o p la c e r p u e d e e x is tir s in o e l d e l A p ó s to l o u e d e se a b a sa lir d e e s te m u n d o' y v o la r c o n C risto ? E l p la c e r s e h a lla e n la s a tisfa c ció n d e l d e s e o » (ib . 6 ). 1 4 1 . T e r tu l. ib. '4-14. 1 4 2 . T e r tu l. ib. 2 0 . 1 4 3 . T e r t\il. ib. 15 -1 7 .
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sucediendo en la palestra, sino que siguió con los ojos fijos en el cruel espectáculo, deslumbrado por la sangrienta voluptuosidad. En lo sucesivo la nueva víctima era ya uno de tantos; estaba pendiente de todo, gritaba, se acaloraba y se dejó arras trar por la locura de los demás, y desde entonces ya no perdió ningún espectáculo. «Todos los ojos, dice Tertuliano m , están puestos ansiosamente en el pretor, me jor dicho, en el pañuelo (mappa) que lleva en su mano. Apenas lo levanta, resue na una voz ensordecedora de todos: misit; todos lo han visto, pero todos lo dicen». «Ex eo itaque itur in furias et animos et discordias et quidquid non licet sacerdoti bus pacis. Inde maledicta, conuicia sine iustitia odii, etiam suffragia sine merito amoris». Plinio 145 y Suetonio 146 nos hablan de los ludi circenses plebeii, por lo cual pa rece que había unos circenses patricios y otros plebeyos. Los primeros los celebra ban los cónsules, los ediles curules y los emperadores en el Circo Máximo, por di versos motivos y en distintas épocas del año; los segundos, los ediles de la plebe, en el Circo Flaminio, el día 20 de octubre, establecidos en favor de la plebe, cuan do fueron expulsados los reyes, o con motivo de la reconciliación con los patricios, después de la secesión del Aventino, como dice el Pseudo-Asconio147. Estos jue gos plebeyos los recuerda Tito Livio 148 instaurados siempre por los ediles de la plebe, en relación con los ludi Romani, organizados por los ediles curules.
III.
JUEGOS ESCENICOS
Los espectáculos teatrales eran los ludi que suponían menos gastos y menores dificultades en su presentación, y eran en cierto modo los episodios más nobles de las fiestas. Se presentaban al pueblo con más frecuencia que los juegos del circo y del anfiteatro, pero no tenían tanta aceptación ni apasionaban tan violentamente a los espectadores. 1. Lugar donde se representan Por falta de lugares adecuados para ello, en un principio se representaban en el mismo circo, pero la enorme distancia a que quedaba la escena de los especta dores y las malas condiciones acústicas del lugar hacían que no llegara la voz a la inmensa mayoría de los circunstantes, que por la misma causa no prestaban la más mínima atención a aquellos monigotes que alláa lo lejos se movían, gritaban y ges ticulaban. Fue necesario disponer locales adecuados, y a imitación de lo que suce dió en Grecia, surgieron los teatros. E n la disposición de los mismos, según Tácito 149, podemos distinguir tres eta pas: a) en un primer tiempo el pueblo asistía de pie a las representaciones tea1 4 4 . T e r tu l. ib. 1 6 , 3-4: « A p a r tir d e 'e s t e m o m e n to se s u e lta n las fu ria s, lo s e n c o n o s y las d isc o rd ia s y c u a n to n o e s líc ito a u n s a c e r d o te d e la paz. E n s e g u id a v ie n e n las m a ld i c io n e s, lo s in s u lto s in ju s to s d e l o d io , y lo s fa v o r itism o s sin e l m é r ito d e l am or». 1 4 5 . P lin . N. H . 4 2 , 65. 1 4 6 . S u e to n . T ib . 2 6 . 1 4 7 . P s e u d o A sc o n . a Cic. V err. 2 , 1 0 , 3 1 . 1 4 8 . L iv . 2 3 , 3 0 , 1 7; 2 7 , 6 , 1 9; 2 7 , 3 6 , 9 ; 2 8 , 10, 7 ; 2 9 , 3 8 , 8. 1 4 9 . T a c. A n n . 1 4 , 2 0 ; D io . Cass. 3 9 , 3 8 .
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traies, que se desarrollaban en un simple palco de madera (scaena in tempus struc ta)·, b) luego se construyeron unas gradas desmontables (subitarii gradus) para asiento de los espectadores, teatros provisionales; c) y en tercer lugar surgieron los teatros estables por obra de Pompeyo (mansura theatri sedes). a) Refiriéndose a esta etapa en el teatro griego, dice Horacio que Tespis fue el primero que inventó una forma de representar la tragedia naciente, llevando en carros a sus representantes150. Montó, pues, una plataforma ambulante, enmascaró con albayalde o con lienzos de lino a sus personajes, que utilizaban la parte cubier ta del carro como vestuario y los alrededores del mismo para las danzas del coro. Esto le ofrecía la ventaja de que podía establecer su escenario en cualquier plaza o lugar oportuno, como hacen en nuestros días los cómicos ambulantes. Esquilo ele va el número de actores y «montó sobre unas vigas un pequeño escenario». Ya tenemos un teatro de madera. En Roma se siguieron los mismos pasos. Es cosa evidente que las representaciones dramáticas son anteriores a los teatros. Familias o catervas de cómicos, que llevaban unos cuantos pasos o episodios escenificados, no podían establecerse en un sitio fijo, sino que recorrían las ciudades y los pue blos paseando su teatro trashumante. Un simple tablado de unos dos metros de alto, porque los espectadores están de pie. De ordinario se aplicaba a una pared, o a un monumento, para dejar espacio a un supuesto vestuario y poder colgar alguna cortina o alguna pintura que abstractamente pudiera ayudar a fingir el lu gar en que se desarrollaba la acción representada. Una misma decoración servía para muchas cosas, con una indicación del que presentaba la obra y la indulgente comprensión de los circunstantes. Todavía Plauto: «Mientras se representa esta fá bula, esta ciudad es Epidamno; cuando se represente otra obra será otra ciu dad» 151; y: «Plauto os pide un poquito de espacio de vuestra grande y amena ciu dad para transportar Atenas a ella sin ayuda de arquitectos».182 Es natural que las obras así representadas fueran sencillas y cortas. Desarrollo de un acto, un chiste escenificado y poco más, tal como sabemos que eran las Atelanas. b) No es fácil describir la contextura íntegra de estos teatros, ocasionales que montaban los organizadores de los ludi scaenici antes del establecimiento de tea tros estables, porque es evidente que no fueron uniformes. Es posible que en oca siones establecieran los teatros a la manera griega, aprovechando los declives de al gún monte para extender los asientos en gradas, y el tablado en lo hondo para que la voz llegara más fácilmente; es posible también que lo montaran en algún local cerrado y cubierto, armando en torno de la escena los asientos en declive; o que, disponiendo sólo unos órdenes de asientos para los magistrados o senadores, quedaran atrás y de pie los asistentes menos calificados. A esta condición de los teatros se refiere Horacio al indicar que la flauta sencilla y delgada para dar el tono y la modulación de la declamación del coro llenaba perfectamente el ámbito de los asientos, a donde se reunía un pueblo escaso en número, pero frugal, bueno y respetuoso.153
150. 151. 152. 153.
H o r . A . P. 2 7 6 -8 0 . P la u t. M en. 7 2 -3 . P la u t. T ruc. 1-3. H o r . A . P . 2 0 5 -7 .
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Según Tito Livio, en el año 195 a. C. se asignaron a los senadores asientos jun to a la escena 154; y de algunos pasajes de Plauto se deduce que por aquellos años también los demás espectadores ocupaban asientos, quizá sobre el entarimado, o que cada cual se llevaba su silla155. Dice Valerio Máximo 156 que durante 558 años pueblo y senadores asistían juntos al teatro; pero los ediles Atilio Serrano y L. Escribonio, en los juegos Megalenses, siguiendo el parecer del primer Africano, dis tinguieron los lugares. En el año 179 a. C., M. A. Lépido erige un teatro y proscenio junto al templo de Apolo, y al parecer debía ser de manipostería 157; pero fue arrasado muy pron to 15e. Precisamente en el año 154 se renovó por un senadoconsulto, solicitado por Escipión Násica, la prohibición de construir teatros permanentes, y se destruyó también el que unos años antes se había establecido en las pendientes del Pala tino: «El decreto del senado proveyó que nadie fijase asientos en la ciudad, ni en el espacio de mil pasos junto a ella, ni pretendiera contemplar los juegos sen tado». 169 La reacción contra esta severidad vino muy pronto, puesto que un decenio des pués (145-144) L. Mummio, con ocasión de los juegos triunfales por la conquista de Grecia, erigió una cauea, no encontrando oposición, como dice el mismo Valerio Máximo: «Con el auge de las riquezas vino también una mayor amplitud en el desarrollo de los juegos»160. Aunque terminados los juegos fue también destruida. En el año 78 a. C., Q. Catulo «fue el primero que protegió con velos el local de los espectadores de los juegos, imitando el lujo de la Cam pania».161 Estos velos fueron más tarde ricamente decorados182. También la escena o lu gar en que representaban los cómicos fue embelleciéndose poco a poco, y de un simple tablado pasó a ser casi una obra de arte: Claudio Pulcro la adornó con pin turas, C. Antonio, Petreyo y Q. Catulo la revistieron de plata, de marfil y de oro. También se enriquecieron y hermosearon los vestidos de los cómicos.163 El teatro provisional más espléndido y más grande que se alzó en Roma lo eri gió el edil M. Escauro en el año 58 a. C., una obra que, según P lin io 184, parecía destinada más para la eternidad que para ser destruida ja sa d a s las fiestas. Supone Plinio que cabrían en él 80.000 espectadores, más del doble que en el posterior teatro de Pompeyo. En el año 53 ó 52 a. C. el edil C. Escribonio Curión construyó dos teatros ado sados, con las escenas respaldadas la una a la otra de forma que, terminadas las representaciones teatrales, se corrieron los frontis de las escenas, quedando el con junto convertido en un anfiteatro, en que se dieron luchas de gladiadores.165
154. 155 C p t. 1 2 ; 15 6 . 157. 158. 159. 160 161. 162. 163. 164. 165.
L iv 3 4 , 4 4 , 5 . P la u t A u l. 7 1 9 ; E p id . 7 3 3 ; M il. G l. 8 1 -3 ; T ruc. 9 6 8 ; T oen. 18; P s 1. V a l. M a x 2 , 4 , 3. L iv . 4 0 , 5 1 , 3 ; 4 1 , 2 7 , 5 . T e r tu l D e S pect. 1 0 , 4 . V a l. M a x . 2 , 4 , 2. V a l M a x 2 , 4 , 6 ; p e r o ya h a b ía m u e r to T e r e n d o , en e l a ñ o 1 5 9 . V a l. M a x . 2 , 4 , 6. P lin . N . H . 1 9 , 6. V a l. M a x . 2 , 4 , 6 . P lin . N .H . 3 6 , 2 4 . P lin . N . H . 3 6 , 2 4 .
20;
23;
'2 2 4 ,
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El pueblo veía con pena que se destruyeran estos edificios, pero así lo exigían las leyes. c) En el año 55 a. C., continuando en vigor el senadoconsulto de Escipión Násica, Pompeyo el Grande se ingenió para construir un teatro definitivo, sin que los censores pudieran ordenar su demolición. En lo alto de las gradas del teatro construyó un templo dedicado a Venus Victrix. Con ello se hizo ver que el teatro era el simple apoyo del templo de Venus, abierto en semicírculo, y enfrente tenía un escenario, como podía haber tenido una fuente. Este templo de Venus tuvo su fiesta de dedicación, y se tomó la precaución de que por un edicto aquella cons trucción se llamara Templum Veneris, al que hemos unido gradas para espectáculos. De esta forma, bajo el nombre de la religión, se burló soberanamente la le y .166 El teatro se alzaba en el Campo de Marte, es decir, en una llanura. Esto su ponía un gasto enorme con respecto a los teatros griegos, que, como hemos dicho, aprovechaban para establecer la cauea, o semicírculo en que se colocaban los asien tos, los declives de alguna montaña; pero, de conseguirse airosamente, los teatros romanos podrían ser monumentos de una majestad y una grandiosidad enteramente nueva. Y así fue. El teatro de Pompeyo trató de imitar el de Mileto, pero el md'delo quedó tamañito ante la nueva obra. E l teatro romano, como el griego, será un semicírculo destinado a los espec tadores, que tendrá enfrente un escenario maravilloso. H a de tener, pues, una vis tosidad externa y una ordenación interna. Al exterior presenta una fachada semi circular en que se han de unir el arte y la resistencia para soportar el empuje del graderío interior. Enfrente del semicírculo, una fachada recta, en cuyo interior se alza todo el complejo de la escena. Todo se logra ya en el teatro de Pompeyo. La fachada tiene tres pisos: los dos inferiores, abiertos con arcos, separados por columnas adosadas; las del primer piso, del orden dórico; las del segundo, jó nico, y el tercer piso, cerrado, tiene pilastras corintias poco relevadas. Esta con junción de los tres órdenes de columnas nunca se atrevieron a realizarla los grie gos; pero después las encontramos en los grandes monumentos romanos, el Co liseo, teatros, anfiteatros dé Roma y de las provincias. La monumentalidad exte rior quedaba, pues, superada por el genio de un arquitecto romano. El graderío se montó en declive sobre una serie de galerías abovedadas, que además contri buían a la amplificación de la voz de los que hablaban desde el escenario. La al tura de todo el semicírculo, bien estudiada, contenía también la voz, que llegaba íntegra hasta los espectadores más apartados. El buen resultado de la estratagema de Pompeyo para burlar la ley convirtió pronto en letra muerta la prohibición de Escipión Násica. En el año 13 a. C. se erigieron otros dos teatros monumentales en Roma, el de Balbo y el de Marcelo. Del primero de estos dos no queda resto alguno; sabemos que se inauguró el año 13 a C , que estaba junto al Tiber y que era riquísimo en su ornamenta ión, contando entre sus columnas con cuatro de ó n ix 187. El teatro de Marcelo, empe zado a construir por Julio César, fue terminado por Augusto, que le dio el nom bre de su nieto 188. De el nos quedan imponentes ruinas, que han permitido re construirlo perfectamente en maqueta. La disposición y características son análo gas a las del teatro de Pompeyo. Eldiámetro de la fachada era de 150 metros; 166. 167. 168.
T e t t u l. D e S pect. 1 0 , 3 -6. P lin . N . H . 3 6 , 6 0 . S u e t. Caes'. 4 4 ; A u g u s t. M on. A n cyr. 4 ,
22.
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el escenario, de 80 metros de longitud. Pero el de Pompeyo era mayor. Según P lin io 169 contenía 40.000 espectadores, aunque quizá haya algo de exageración en esta cifra. El de Marcelo se supone que tenía un aforo de 14.000, y de 7.000 el de Balbo. d) El teatro latino, como el griego, se componía de tres partes esenciales: la escena, la orquestra y la cávea. La escena, o lugar de representación, formaba de ordinario un rectángulo ele vado, algo más de un metro, más o menos amplio, y constaba del tablado propia mente dicho, llamado p r o s c a e n i u m , en el que distinguimos la f r o n s o su cara ele vada desde el suelo al alto del tablado ( t a b u l a e ) . Solía estar ricamente decorada. En un principio era recta y sencilla, pero luego formaba un rico frontal de colum nas y hornacinas. El p u l p i t u m o l o g e i o n , lugar central del tablado. La s c a e n a o fa chada erigida sobre el tablado, que solían representar un palacio o edificio, rica mente construido. En su parte superior solía tener una cornisa que cubría parte del tablado, inclinada hacia arriba, y servía para protegerlo de la lluvia y como tornavoz para que ésta se dirigiera hacia la cávea. Su inclinación estaba en.relación con la altura de los muros exteriores del teatro. El escenario tenía tres accesos: una puerta central para los personajes que entraban y salían de la casa; otra a la derecha del espectador, que utilizan los actores cuando se supone que van o vienen de la ciudad ( f o r u m ) ; y otra a la izquierda, que comunica convencionalmente con el campo y con el extranjero ( p e r e g r e , r u r e ) . El p o s t c a e n i u m era la parte que queda ba detrás de la escena. En ella se preparaban los cómicos y de ella salían y en ella entraban al retirarse. Diversas y potentes máquinas cambiaban la escena cuan do era necesario, sobre todo corriendo cortinajes. El telón no bajaba, sino que su bía de debajo del escenario. La señal de que el acto iba a comenzar se daba con el s c a b i ll u m : D e i n s c a b i ll a c o n c r e p a n t , a u l a e u m t o l l i t u r 17°. El telón ( a u l a e u m ) estaba levantado mientras se acomodaba la gente en el graderío; se bajaba al empezar la obra 111 y se subía al terminar m , cuando el c a n t o r decía: u o s , p l a u d i t e . 173 La cauea era el graderío donde se acomodaban los espectadores. Ya hemos di cho que en un principio no había distinción de puestos, ocupando cada cual el que lograba; así, Cicerón: «Aunque el teatro es común, sin embargo cada cual dice con toda justicia que es suyo el lugar que ha ocupado» m . Después se reservaron las primeras gradas, es decir, las más próximas al tablado, para los senadores. E in1 6 9 . P lin . N .H . 3 6 , 1 1 5 , 1 7 0 . C ic. Cael. 6 5 . É l scabillu m e ra u n in s tr u m e n to m u sic a l, a m an era d e z a p a to c o n su e la d e m ad era (P o llu c e , 7 , 8 7 ), a b ie r to b a jo lo s d e d o s , c o n u n a fisu r a h o r iz o n ta l, d o n d e h a b ía c o lo c a d o u n a parato so n o r o . L o u tiliz a b a n lo s fla u tis ta s para in d ic a r e l p r in c ip io y e l f in d e to d o s lo s a c to s y para a com p añ ar a lo s o tr o s in s tr u m e n to s m ú sic o s (S u e t. Calig. 5 4 ; A u g u s tin u s , D e M usica, 3 , 1). 1 7 1 . H o r . E p. 2 , 1, 1 8 9 ; O v id . M e t. 3 , 1 1 1 ; A p u l. M e t. 1, 8. 1 7 2 . H o r . A . P. 1 5 4 -5 ; a sí lo p r e se n ta O v id io , M e t. 3 , 1 1 1 -4 , c u a n d o d e sc r ib e le v a n tá n d o s e a lo s h o m b r e s n a c id o s d e lo s d ie n te s d e la h id ra , sem b r a d o s p or C a d m o s, q u e m u estr a n p r im e r o la p u n ta d e la la n z a , lu e g o e l ca sc o d e la ca b eza , lo s h o m b r o s, e tc ., a p a rició n q u e re la c io n a c o n la p r e se n ta c ió n d e la s fig u ra s r ep ro d u c id a s e n e l te ló n q u e s e v a a lz a n d o d e sd e abajo: S ic u b i to llu n tu r fe s tis a u la ea th ea tris, su rg ere sig n a s o le n t; p r im u m q u e o s te n d e r e u u ltu m ; ceter a p a u la tim : p la c id o q u e e d u c ta te n o r e to ta p a te n t, im o q u e pedes, in m a r g in e p o n u n t. 1 7 3 . T er . H tm . 1 0 6 7 ; Eun. 1 0 9 4 ; P horm . 1 0 5 5 ; H ec. 8 8 0 ; A d . 9 9 7 ; A n d . 9 8 1 . 1 7 4 . C ic. O ff. 3 , 6 7 .
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cluso la ley Roscia, defendida por Cicerón, reservó otras catorce gradas para los caballeros 175, que se colocaban, por tanto, detrás de los senadores y delante del resto del pueblo. Las gradas formaban un semicírculo de asientos118 que estaban distribuidos horizontalmente por las praecinctiones, o pasillos anchos a lo largo del semicírculo, y perpendicularmente por las escalae, que ponían en comunicación las praecinctiones con los uom itoria117. Los espacios ocupados por los graderíos se llamaban maeniana17B, o cunei. Los dos primeros tenían las gradas de mármol; la tercera, de ladrillo o de madera. La parte más alta del graderío se,llamaba pulla rium, «gallinero», como entre nosotros. En un principio estaba reservada para las mujeres. Entre la escena y las primeras gradas de la cávea quedaba un semicírculo (or chestra, arena) en que había una pequeña ara dedicada a Dionisos. A veces podía rellenarse de agua, como aparecía en el teatro de Pompeyo, cosa que se ha expli cado de diversa manera: sería un ninfeo, apoyado en las hornacidas de la frons pul piti; o un surtidor de agua perfumada, que se esparcía por todo el teatro; o para funcionar los órganos hidráulicos; o para los espectáculos mímicos en el agua. E n el teatro de M. Escauro la orchestra estaba ocupada por un estanque, y en él pre sentó por primera vez a los romanos un hipopótamo y cinco cocodrilos.179 En la parte más alta de los muros del teatro había vmos dispositivos, unos pi votes, como se ve todavía en el Coliseo, que sostenían un gran toldo (siparium, umbraculum) para proteger a todo el teatro de los rigores del sol. Aunque los teatros griegos estaban al aire libre, como los romanos, jamás ocu rrió a los griegos protegerlos con un toldo para resguardarlos de los ardores del sol, filtrar la luz o cubrirlos de algún chubasco ocasional. Es una de las mejoras que aplicaron los romanos al teatro griego. El uso de este elemento del teatro empezó en la Campaña, según Valerio Má ximo 18ü, aunque, según Plinio, lo introdujo Q. Catulo con ocasión de las fiestas
1 7 5 . H o r . E p d . 4 , 1 6; S en eca , D e Benef. 3 , 9 , 2 : « I n q u a ttu o r d e c im d e d u x iss e » = ad m itir e n tr e lo s ca b a lle r o s. P u e d e ser q u e e s te p r iv ile g io s e lo c o n c e d ie r a ya a lo s ca b a lle r o s C ayo G r a c o e n e l a ñ o 1 2 3 . S e g u r a m e n te e n tie m p o d e S ila s e v o lv ió a l m is m o p r iv ile g io , q u e fin a l m e n te c o n fir m ó la le y R o sc ia , e n e l añ o 5 7 a. C ., d e fe n d id a p o r C ic er ó n (C ic . M u r. 19 ). L a le x lu lia th ea tra lis d e A u g u s to (S u e t. A ug. 44,) c o n fir m ó lo s lu g a r e s d e lo s sen a d o r es y caba lle r o s , p e r o d e s tin ó e l c e n tr o d e la cauea para lo s c iu d a d a n o s y lo a lto para e l b a jo p u e b lo (p u lla ti) (S e n e c a , O e T ran qu il. 1 1 , 8 ). S e p a r ó a la s m u je re s d e lo s h o m b r e s , q u e a n te s se s e n tab an m e z c la d o s (O v id . A m . 2 , 7 3 ; P r o p e r t. 5 , 8 , 7 7 ). D e s tin ó u n lu gar para lo s m ilita res. R e se r v ó a s ie n to s e sp e c ia le s para lo s h o m b r es ca sa d o s (M a rtia l. 5 , 4 1 ); y p ara los n iñ o s n o b le s (p ra e te x ta ti) y cerca d e e llo s para su s p e d a g o g o s . E n fr e n te d e la esc e n a , e n la p rim era grada, se g u ía n lo s d o s a s ie n to s d e h o n o r; y a lo s la d o s d e la orchestra, d erech a e iz q u ier d a d e la e s cen a, lo s p a lc o s (trib u n a lia ), a la d e r ec h a e l d e l e m p e r a d o r y a la iz q u ier d a e l d e la em p era triz, e n m e d io d e la s V e sta le s (S u e t. A ug. 4 4 ). 1 7 6 . O v id . A r s A m . 1, 4 9 7 : « C u r u o th e a tr o s e d e r e » ; c f. ib. 3 9 4 . 1 7 7 . L o s u o m itoria era n la s en tra d a s q u e , e n c o m u n ic a c ió n c o n lo s p a s illo s in te r io r e s y las esca lera s, c o n d u c ía n a la s gradas y a lo s a sien to s. 1 7 8 . E n M a rin . Fratr. A rvales, p . 2 2 4 y s s., s e h a lla e sta in sc r ip c ió n : « L o ca a d sin g n a ta in a m p h ith e a tr o fr a tr ib u s a ru a lib u s m a e n ia n o I c u n e o X I I g ra d ib . m arm . V I I I . . . e t m a e n ia n o I I c u n e o V I m a r m ... e t m a e n ia n o su m m o in lig n e is ta b u lis L U I . . . » . 1 7 9 . P lin . N . H . 8 , 2 6 . A v e c e s lo s p e r fu m e s se esp a rcía n p o r lo s a s ie n to s , ç o m o h izo e l em p e r a d o r A d r ia n o : « R o m a e p o s t cetera s in m e n sissim a s u o lu p ta te s in h o n o r e m so cr u s su a e aro m a tica p o p u lo d o n a u it, in h o n o re m T ra ia n i b a lsa m a e t cro cu m p e r g ra d u s, th e a tr i flu e r e iu s s it, fa b u la s o m n is g e n e ris m o r e a n tiq u o in th ea tro d e d it, h is tr io n e s a u lico s p u b lic a u it» ( A e l. Spartian . H adrian. 1 9 , 3 -8 ). 1 8 0 . V a l. M a x . 2 , 4 , 6.
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Juegos públicos y fiestas profanas
que dio en el año 69 a. C. por la dedicación del nuevo Capitolio 1S1. Pronto se convirtió en objeto de lujo y de sibaritismo. El pretor del año 60 a. C., Léntulo Spinter, dio los juegos Apollinares cubriendo el teatro con un velo no de lino or dinario, sino finísimo (carbasus) 182. Por el mismo tiempo, Lucrecio habla de toldos del teatro de tejidos finísimos y de colores delicados (lutea, russa, ferruginea), todo para tamizar la luz y dar al ambiente un tono enmelado y agradable.183 El velo se aplica luego al anfiteatro. En tiempos de Nerón el anfiteatro se cu brió con un velo de extraordinaria riqueza, color azul cielo, recamado de estrellas de oro, el campo de púrpura y en el centro la imagen del emperador guiando un carro 184. Es natural que la disposición del velo del anfiteatro fuera diversa por su contextura que la del teatro, que formaba un semicírculo. Quedan todavía en los diversos edificios conservados, como el Coliseo de Roma, elementos destinados a soportar las sogas que téndían el toldo. Extender el toldo era una operación com plicada; por eso se hacía sólo en ciertas ocasiones y no había de hacer mucho v ien to .185 Lo que debía de estar siempre cubierto era el proscenio, ya porque al estar orientados los teatros al mediodía daba siempre el sol de cara a ios actores, ya para enviar la voz hacia la cauea. e) El llamado «Teatro pequeño» de Pompeya, capaz para unos 1.500 especta dores, tenía la misma estructura del teatro grande, pero estaba cubierto total mente; esto indica que se destinaba para los conciertos musicales, como luego el Odeón construido por Domiciano. E l concepto de odeón marca dos características: el odeón es un edificio públi co, construido para dar recitaciones musicales, aunque en ciertas circunstancias pueda albergar otras representaciones. La segunda característica, que deriva de la anterior, es que está provisto de techo, que desempeña un doble oficio: da a la sala mejores condiciones acústicas y protege a los espectadores del ambiente molesto, por lo que sea, del aire libre. Tales requisitos reunían los edificios construidos por Domiciano 186 y Trajano en R om a.187 De estas audiciones nos da una buena descripción Séneca: «En nuestros con ciertos hay más cantores que espectadores antes en los teatros: todos los pasos están llenos de filas de cantores, la platea está rodeada de trompetas y el pros cenio resuena de flautas y de instrumentos músicos de toda especie, y de sonidos tan diversos resulta una armonía m aravillosa».188 f) Al teatro entraban todos los ciudadanos romanos, incluso las mujeres y los niños 189. Los esclavos estaban excluidos por derecho 19°, lo mismo que los extran jeros; en cambio, los huéspedes públicos tomaban asiento entre los senadores 191.
1 8 1 . P lin . N .H . 1 9 , 2 3 . 1 8 2 . P lin . ib. 1 8 3 . L u cr. 4 , 7 3 . 1 8 4 . P lin . N . H . 1 9 , 2 3 ; D io . Cass. 6 3 , 6 . 1 8 5 . V itr u v . 1 0 p r a e f.; M a rtia l. 1 2 , 2 9 , '16; S u er. Calig. 2 6 , 5 ; M a rtia l. 9 , 2 9 , 6 ; 1 1 , 2 1 , 6 ; 14, 2 8 ; 1 4 , 2 9 . 1 8 6 . S u e t. O o m it. 5 ; E u tr o p . 7 , 15. 1 8 7 . D io . Cass. 4 9 , 4. 1 8 8 . S e n e c a , E p . 8 4 , 10. 1 8 9 . V a l. M a x . 6 , 3 , 1 2 . 1 9 0 . C íe . H ar. R esp . 2 4 -2 5 . 1 9 1 . V arr. L .L . 5 , 1 5 5 .
Ju egos escénicos
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Sin embargo, esta prohibición no se llevó a rajatabla, como se ve en el prólogo del Poen. de Plauto, donde se ordena a los esclavos que no se sienten quitando el lugar a las personas libres, o que lo paguen 192. Cada espectador llevaba su billete (tessera). Se ha encontrado una de ellas, como una moneda, formada por una ser piente que se muerde la cola y en el interior esta leyenda: CAV. I I / CVN. I I I / GRAD. V III / CASINA / PLAVTI. 2.
Las representaciones a)
Oías de representaciones escénicas
Las representaciones escénicas en Roma van unidas a las fiestas de los dioses, aunque estos juegos hayan perdido su carácter cultual en honor de Baco. Se pre sentaban con ocasión de los ludi, que podían ser fijos o extraordinarios. A lo largo del año había siete fiestas (o ludi) fijas: 1.a Los ludi Romani, magni o maximi, en el mes de septiembre. Durante ellos, en el año 364 a. C., empezaron a representarse las pantomimas. En el año 240, con Livio Andrónico, la tragedia griega y la comedia. En el 161 se representó el Phormion de Terencio. 2.a Los ludi Plebei, en el mes de noviembre. Se establecen hacia el 220, y muy pronto se dan en ellos obras teatrales. En el 200 se representa el Stichus de Plauto. 3.a Los ludi Ceriales, en el mes de abril. Hasta los tiempos del Imperio no se documentan en ellos representaciones teatrales. 4.a Los ludi Apollinares, mes de julio, esencialmente escénicos desde su ins titución en el año 212. 5.a Los ludi Megalenses, mes de abril. Desde el año 194 había en ellos repre sentaciones teatrales. Según los didascalia se representó en ellos el Pseudolus de Plauto. 6.a Los ludi Florales, en abril. Las representaciones teatrales se reducían, al parecer, a los mimos. 7.a Los ludi Palatini, en enero. Fiesta privada de la casa imperial en honor del numen Augusti, reservada para los familiares e invitados personales del empe rador. Los ludi o fiestas extraordinarias podían ser motivadas por alguna de estas causas: 1.a Ludi uotiui, ofrecidos por alguna promesa hecha, por ejemplo, al empezar o al terminar alguna guerra, ante una calamidad pública, etc. Las representaciones teatrales empiezan en ellos por lo menos a partir de la época imperial. 2.a Ludi dedicatorii, por ejemplo con la ocasión de la dedicación o consagra ción de algún edificio público, templo, teatro, etc. 3.a Ludi triumphales, decretados después de alguna guerra victoriosa. Después de la batalla de Actium se representó la tragedia Thyeste de Vario. 4.a Los ludi saeculares, en los que precisamente su arte esencial eran las re presentaciones teatrales.
192.
Plaut. Poen. 23-27.
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5.a Los ludi funebres, formados únicamente por estas diversiones. En los jue gos fúnebres de Paulo Emilio, en el año 160 a. C., se representó Adelphoe de Terencio. Los juegos escénicos se agregaron a los del circo, que antes llenaban por entero todas las fiestas. De esta forma se incrementaron las distracciones y en algunos casos se alargaron las fiestas. Las fiestas extraordinarias estaban presididas por los cónsules; las fijas, a excepción de los juegos Apolinares que correspondían al pre tor urbano, las ofrecían los ediles curules y de la plebe. Así hasta el año 22 a. C. A partir de esta fecha la organización de todas las fiestas anuales correspondía a los pretores. Sobre el organizador de las fiestas recaían todos los honores, todas las quejas y todos los gastos. El pagaba la obra teatral, a los actores, y antes de la existencia de teatros fijos, la erección y la demolición del teatro, etc. b) Compañías teatrales Las compañías teatrales tenían un jefe, dominus gregis, que era quien trataba con el organizador de las fiestas todo lo concerniente a la obra, representación, etc. El poeta (scriba) lfl3 se contentaba con presentar el texto de la obra. O tro artista, el músico, ponía música y organizaba las danzas (modos facere, modulari). Los didascalia suelen contener todas estas circunstancias. Por ejemplo: In c ip it H ea u to n tim o ru m en o s acta lu d is L. C orn elio L en tu lo A e d ilib . C u ru lib. E g it A m b iu iu s M odos fecit A c ta p rim u m D e in d e d u a b u s G raeca M enan dru Facta I I M ’. lu u e n tio
T eren ti M egalensib. L. V alerio Flacco T u rpio Flaccus C laudi T ib iis im paribu s d ex tris
T t. S em p ro n io Cos.
Actor principal, Ambivio Turpión. Compuso la música, Flaco, siervo de Claudio. Antes de que el director de la compañía teatral y del organizador de la fiesta se decidieran por presentar esta obra y no la otra, lo pensaban mucho. De ordina rio no se tenía en cuenta el mérito de las obras, sino el gusto o las preferencias del pueblo. Cuando se tenía interés en presentar una obra nueva se consultaba con personas entendidas y de buen gusto literario l04. En el tiempo de Cicerón pasaba como buen juez en estas lides Sp. Meció Tarpa 1S5. Antes de representarse la A n dria de Terencio la examinó el poeta, ya veterano, Cecilio.196 En Roma, como en todos los pueblos, variaron enormemente con el andar del tiempo las escenas representadas ante el público. En los primeros tiempos actores y cantores ambulantes, llamados por Catón el Viejo crassatores 101, «vagos», y spa tiatores ies, «ambulantes», iban de ciudad en ciudad y de pueblo en pueblo dan-
193. 194. 195. 196. 197. 198.
V a l. M a x . 3 , 7 , 11. C ic. O ff. 1, 1 1 4 . C ic. Fam. 7 , 1, 1; H o r . Sat. 1, 1 0 , 3 8 ; A .P . 3 8 7 . S u et. V ita T eren ti, 3. G e ll. 1 1 , 2 , 5 . M a cr o b . Satur. 2 , 10.
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2ando sus canciones al compás de la flauta. No había acción ni diálogo propia
mente dicho, pero sí una escenificación mímica sobre un carro o un tablado. De seguro que, para llamar la atención y atraer a las gentes, tendían hacia la proca cidad y el dicterio satírico, y muy pronto cayó sobre ellos la fuerza de la ley de las X II Tablas: «Qui malum carmen can tassit...» 1S9, además de la agria auste ridad de los censores, que consideró a esos cómicos como infames, declarándolos indignos de servir en el ejército y de votar en las asambleas del pueblo. c) Los flíaques (phlyaches) Entre las primeras representaciones que hubo en Italia hay que mencionar los flíaques, venidos de la Laconia a la Magna Grecia. Conocemos los flíaques por dos fuentes: 1.°) Los textos desgraciadamente mal explicados hasta el momento, y 2.°) Por una serie de vasos pintados. En los lexicógrafos, el flíaques es definido unas veces por «un hombre borra cho» y otras por un «burlón, un truhán»; en ambos casos parece que está rela cionado con el culto dionisíaco. El texto principal se encuentra en Ateneo 200 ci tando a Sosibios, el laconio. Según Sosibios, hacia el 300 a. C. existía aún en La conia un género muy antiguo de comedia popular, cuyos argumentos, muy sim ples, estaban tomados de la vida ordinaria. Se representaba, por ejemplo, los la drones de fruta, un médico extranjero que tenía un acento muy raro y hacía reír cuando hablaba. Se llamaban estas obras dikélistes, y se hallan en otros países griegos, como en la Magna Grecia, donde se llaman flíakes. La relación es preciosa, porque nos permite atribuir a estas últimas los mismos asuntos de la vida ordi naria. E n los vasos en que se representan escenas de flíaques serán unos 60. Y más de trece resultan muy interesantes, porque tienen reproducido el logeion, o escena. Estos se dividen en dos clases. Los unos presentan el escenario de madera, sin puertas ni ventanas. A él se llega por una escalera desde la parte de delante, o por dos, una a cada lado de la escena. Según los peldaños y la estatura de las perso nas, el escenario tendrá un poco más de un metro de altura. Otros presentan una construcción de albañilería y abren sus puertas y ventanas en el escenario. Lo que nos permite concluir que los flíaques se representaban no sólo en los teatros fijos existentes en el siglo I I I en la Magna Grecia, por ejemplo en Pestum y en Taren t o 201, sino también en tablados construidos por los pueblos ocasionalmente, como suelen hacer nuestros feriantes. El rasgo característico de los flíaques es el enorme falo postizo que llevan los personajes masculinos, que responde a la descripción de Aristófanes 202. En ello hay una referencia manifiesta al culto dionisíaco, de donde nació el arte de los flíaques. También su máscara es característica, una caricatura repugnante en que se han dado cita todas las deformaciones del semblante humano. Toda la persona del flíaques está en conformidad con la caricatura. Ambos sexos muestran unas barrigas y unos traseros extravagantes, formados con almohadones provistos de un forro color carne. Los vestidos son los habituales. Los hombres llevan el chiton
199. 200. 201. 202.
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X I I T ab. 8 , 1. A th e n . 1 4 , 15. F lo r . 1, 13 (1 8 ) ; V a l. M a x . 2 , 2 , 5. A r is tó f. L a s N u b es, 5 3 8 .
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o exomis, de cuero más bien que de lana, y se mantiene rígido para que deje ver el falo. Excepcionalmente los jóvenes, tanto hombres como mujeres, no presentan tipos ridículos. Los asuntos, tomados de la vida ordinaria: por ejemplo, un hom bre y una mujer tienen entre sus manos una bandeja que parecen disputarse entre los dos; mientras tanto, un esclavo aprovecha la ocasión y les coge de la bandeja un buen pastel, que esconde en el seno. En otros vemos al enamorado subiendo por una escalera de mano a la habitación de la amada, o persiguiendo a una co queta que hace como que huye; el soldado fanfarrón; otras veces son parodias mitológicas: Zeus escalando la ventana de Alcmena, y muchas travesuras de todo tipo. Se hallan vasos corintos del siglo V I a. C. que representan el cortejo de Diopisos. Entre la m ultitud hay danzarines grotescos, que lo mismo que los que llevan el tirso son sin duda seres divinos, genios, ya que en un vaso aparece escrito el nombre de dos: Eüνους ( = el que vigila bien), Όφέλανδρος ( = el hombre útil), nombres de genios bienhechores de la vegetación y de la fecundidad. Si conside ramos los detalles de su vestimenta, observamos chiton ajustado, vientres y ancas enormes y falo gigantesco. Por necesidad hay que reconocer en ello los antepa sados del flíaques. Pero ¿cómo se han convertido en bufones los acompañantes de Baco? Hay que recordar las danzas mágicas o evocadoras de todas las religio nes antiguas, por las cuales los hombres disfrazados de animales o de genios de la naturaleza se imaginan atraer sobre sí mismos las bendiciones del cielo. Así, por ejemplo, en la religión griega los coros de machos cabríos o de sátiros, de donde ha salido el drama. De la misma forma, pues, los flíaques no eran originariamente más que una danza ritual. En esta danza se contenía un elemento mímico, que se ha desarrollado pasando el tiempo. Esta etapa final representa para nosotros el drama de los flíaques. Pero el arte de los flíaques no es un fenómeno aislado en la historia de la comedia en Grecia. Todo lo contrario; tanto los asuntos tomados de la vida ordinaria como la vestimenta de los actores demuestran una íntima rela ción con los otros géneros dramáticos. Por tanto, los flíaques de la Magna Grecia, los dikélistes de Laconia, la comedia siciliana de Epicarmo, la farsa de Megara, la Atelana de Roma, la comedia antigua del Atica tienen todas un mismo origen. Todas son formas hermanas que se relacionan en la danza ritual primitiva. Desde el Peloponeso, tierra de mimos y de bufones, pasando por Megara, la ciudad de las farsas, saldría el culto de Dionisos, que pasó al Atica con la comedia antigua ha cia la magna Grecia y Roma. Pero así como en Sicilia ya en el siglo V I y en el Atica en el V tuvo su desarrollo literario, en la Magna Grecia tuvieron que llegar al siglo I I I para encontrar un desarrollo parecido. Parece que fue Rhinthon quien tuvo ese honor. Nacido en Siracusa, vivió en Tarento. Suidas lo llama «iniciador del género hilaro-trágico, es decir, fliacógrafo». Según nos dicen, trataba de pre sentar en forma ridicula las leyendas trágicas. Tomaba, pues, los argumentos de las tragedias y los presentaba siempre por su aspecto ridículo. Los títulos de las obras de Rhinthon permiten esa suposición: Amphitrion, Heracles, Ifigenia en Aulis, Medea, etc. Rhinthon emplea las palabras vulgares del territorio de Tarento, el verso senario yámbico, pero con toda clase de licencias y pasando de cuando en cuando a escazonte.
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d) La Atelana De la Campania subió a Roma una especie de paso o sainetillo, la Atelana, re presentado por cuatro personajes característicos: el astuto y jorobado Doseno, que encuentra remedio para todo, que todo lo sabe y acompaña sus respuestas con gol pes y bofetadas, porque es del sentir del aforismo griego «el hombre que no es desollado, no es educado». Según Varrón 203, se llamaba también Manducus, de donde se formó luego el verbo manducare. El Bucco, o tragón, que no pensaba más que en comer; el Pappo, o viejo bonachón, y el Macco, o tonto, que solía ser el hazmerreír de los otros y salía molido a palos en cada representación. Este género entra en la literatura en tiempo de Sila, cuando Pomponio y Novio escri bieron Atelanas. Los títulos conservados, como «Los dos Maccos», «Macco don cella», «Macco soldado», «Macco tabernero», etc., nos indican que jugaban con el equívoco y con el carácter de las clases sociales, sobre todo humildes; y su índole de fábula se desprende de, estos otros: «la Borrica», «la Cabrita», «el Cerdo en fermo», «el Cerdo curado», etc., todo ello desarrollado y aderezado con astraca nadas y obscenidades. e) El mimo El mimo era parecido a las Atelanas, pero sin personajes fijos. Se sobrepuso como representación sainetera de entreactos a la Atelana al final de la República y persistió durante todo el Imperio. La palabra «mimo» indica a un tiempo una pieza teatral y al cómico que la representa. Al definirla, los gramáticos latinos restringen su sentido griego y dicen: «El mimo es la imitación de acciones vulgares y de personajes groseros».204 Podemos distinguir tres clases de mimos, según se representen en las plazas públicas, en las casas particulares o en los teatros: 1) En las ciudades y poblados antiguos las gentes no solían estar metidas en casa; cuando no estaban en sus respectivas ocupaciones, salían siempre a la calle y a las plazas públicas, que se convertían con mucha frecuencia en el foro de sal timbanquis, charlatanes de toda especie, mimos que imitaban a los anímales y a las personas con su voz y con su gesto, llamados todos ellos circulatores. En se guida que cualquiera de ellos montaba un tenderete, o daba unas voces desacom pasadas, ya fuera un prestigiditador (praestigiator), o un echador de buenaventuras (diuinus) con quienes se entretenía Horacio 205, ya fueran personas andando sobre zancos (grallatores) 206, o equilibristas sobre cuerdas (petauristae, funambuli) 207, o
2 0 3 . V arr. L . L . 7 , 9 5 . S in d u d a a lg u n a la ju v e n tu d d e s e m p e ñ ó u n p a p e l m u y e fic a z en lo s o r íg e n e s d e l te a tr o r o m a n o , ya q u e por la lib e r ta d d e q u e g o z a b a e n s u s palab ras, en su s a ctos y e n su s d iv e r sio n e s c o n s titu ía e l a u d ito r io m á s o r d in a r io d e lo s flía q u e s, d e las atelan as, d e lo s exord ia , d e lo s m im o s, c o n lo c u a l se fa v o r e c ía d e c isiv a m e n te la cre a c ió n d e l teatro, c o m o p a r e c e d e d u c ir s e d e L iv . 7 , 2 y V a l. M a x . 2 , 4 , 4 . C f. J .-P . M o re, L a I u u e n tu s e t les origin es d u th éâ tre ro m a in : R E L 4 7 (1 9 6 9 ) 2 0 8 -2 5 2 . 2 0 4 . I s id o r . O rig . 1 8 , 4 9 ; E v a n tio , D e trag, et com .: «a d iu rn a im ita tio n e u iliu m reru m e t le u iu m p e r so n a ru m » . ' 2 0 5 . H ö r . Sat. 1, 6 , 1 1 4 . 2 0 6 . P la u t. P oen. 5 3 0 ; V arr. L . L. 7 , 69. 2 0 7 . U n n ú m e r o m u y e n tr e te n id o d e a cro b a cia r e su lta b a e l d e l a rtista q u e d an zab a o p a seab a p o r u n a cu erd a . E n g r ie g o s e lla m a b a sch oen obates; e n la tín , fun am bu lu s. P ara J u v e n a l
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bailarines20B, o los que se dedicaban a decirse mutuamente injurias (opprobria rus tica), o a interpelar a los que pasaban, bastaba, digo, que uno se pusiera a demos trar sus artes, para que al momento se viera rodeado de una inmensa turba que reía sus gracias y escuchaba con agrado sus palabras. Entre todos ellos se coloca ban, sin duda, los que imitaban a diversos animales, a los artesanos que hacían trabajos humildes, a los arrieros, a los cocineros, a los charlatanes, etc., e incluso oficios más elevados, como aquel que se gloría en el epitafio de «haber sido el primero en imitar a los abogados»ao9, el que se llama a sí mismo el gracioso de Tiberio (Caesaris lusor). De estos mimos no sabemos nada más. 2) Alguna noticia más tenemos sobre los mimos que trabajaban en las casas particulares. Plutarco nos refiere en la vida de Sila210 que al caer de la tarde daba de mano a sus preocupaciones y se holgaba recostado a la mesa con diversos tipos de bufones, con el cómico Roscio y Sorix, jefe de los histriones, y que les recom pensaba bien distribuyéndoles tierras del dominio público2U. Augusto escuchaba mientras comía a mimos, histriones, bufones y danzantes, que hacía subir de la calle o venir del circo; pero sobre todo le gustaban los aretalogi o relatores de gestas fabulosas212. A Aureliano le gustaban con exageración213, hasta el punto que el
resu lta b a u n a in tr o m isió n d e p a y a so s y g a n a p a n e s g r ie g o s (I u v e n a l. 3 , 7 7 ), y p ara T e r e n c io , c u a n d o e n e l a ñ o 1 6 5 a. C . r ep re sen ta b a su c o m e d ia H ecyra, s u p u s o e l q u e to d o s lo s e sp e c ta d o r e s s e sa lie ra n d e l te a tr o p o r q u é u n im p o r tu n o d io e l a v is o d e q u e fu er a h a b ía u n o s s a ltim b a n q u is (H ec. P r o l. 1-4; p r o l. I I , 2 6 ). D e s d e e n to n c e s lo s fu n á m b u lo s n o d e ja r o n d e ser a d m i r ad os p o r e l p u e b lo , h a sta e l p u n to d e h a c e r se p r o v e r b ia l la fr a se « an d ar p o r c u e rd a te n sa » p o r realiza r a lg o d if íc il y p e lig r o s o (S e n e c a , Ira, 2 , 1 2 , 5 ). O tr o s fu n á m b u lo s s u b ía n y b a ja b a n p o r u n a cu erd a te n sa e n s e n tid o o b lic u o d e s d e e l s u e lo a u n p u n to e le v a d o , lo q u e e n realid ad era y s e d e c ía adu ersis fu n ib u s su bire. E l c a b le a s í d is p u e s to rec ib ía e l n o m b r e g r ie g o cata d ro m u s (S e n e c a , Ira, 2 , 1 2 , 4 ; P lin . E p . 9 , 2 6 , 3 ; S u e t. Ñ ero , 1 1 ). E n e l a ñ o 1 6 6 d . C ., en m e d io d e u n a s fie s ta s a la s q u e a sistía M a rco A u r e lio , u n jo v e n ca y ó d e lo a lto d o n d e h acía su e x h ib ic ió n . E l e m p era d o r d e te r m in ó q u e e n a d e la n te s e p u sie r a n c o lc h o n e s d e b a jo d e la cu erd a e n q u e a ctu a b a n lo s fu n á m b u lo s. E n tie m p o s d e C o n s ta n tin o lo s c o lc h o n e s s e s u s t itu y e r o n p o r u n a r ed . P e r o a ú n a sí h a b ía a r tista s im p r u d e n te s o te m e r a rio s q u e s e m a ta b a n . E n la cu erd a a c tu a b a n a v e c e s a n im a le s a m a estra d o s; p o r e je m p lo , cabras. G e r m á n ic o p r e se n tó p or p rim era v e z al p u e b lo , e n e l a ñ o 1 2 d. C ., e le fa n te s a n d a n d o p o r la s cu erd as (P lin . N . H. 8 , 2 , 2 ; 8 , 2 3 ). L u e g o , G a lb a , c u a n d o n o era m á s q u e p r e to r e n e l a ñ o 3 0 (S u e t. G alb. 6 ). E n e l a ñ o 5 9 , e n u n o s ju eg o s d a d o s p o r N e r ó n , c o n o c a sió n d e la m u e r te d e A g r ip in a , se p r e se n tó u n e le fa n te , so b r e c u y o s lo m o s m o n ta b a u n c a b a lle r o m u y c o n o c id o , y b a jó d e s d e el á b s id e d e u n te a tr o h a sta la o r q u e str a p o r e l catadrom u s (S u e t. Ñ ero, 11; c f. ta m b ié n S e n e c a , E p . 8 5 , 4 1 ; D io . Cass. 6 1 , '17). E n C IL . V I , 1 0 1 5 7 , s e h alla e l e p ita f io d e u n catodrom ariu s m u y a p la u d id o e n lo s ju e g o s ro m a n o s; se lee: « C a to d r o m u m d e c u c u r rit C C X X V I in G la u c e » . S e s u p o n e q u e G la u c o era u n c a b a llo a m a estra d o . C o n lo s fu n á m b u lo s s e m e z cla b a n a v e c e s lo s grallatores, q u e d a n za b a n m o n ta d o s so b r e z a n c o s, d e fin id o s p o r V arr. e n N o n . 2 , p . 11 5 : « G r a lla to r e s q u i g r a d iu n tu r g r a llis, q u a e p e r tic a e s u n t lig n e a e , e t ab h o m in e e o q u i s ta t a g ita n tu r » . S e sir v e n d e lo s z a n c o s c o n ta n ta a g ilid a d q u e r ep re sen ta n d an zas c o m p lica d a s y m o v id a s. L le v a b a n v e s t id o s tr a n sp a r e n te s para q u e se a d v ir tier a la gracia d e s u s m o v im ie n to s (P o llu x , 4 , 1 4 , 1 0 4 ). T u v ie r o n a lg o d e a c e p ta c ió n d u r a n te e l Im p e r io , a u n q u e su a r te s ie m p r e fu e c o n s id e r a d o c o m o m u y s e c u n d a r io y b a r a to (c f. P la u t. P oen . 5 3 0 ; V arr. L. L. 7 , 6 9 ; A r n o b . 2 , 3 8 ). 2 0 8 . M a cr o b . Satur. 3 , 1 4 , 9 . 2 0 9 . C IL . V I , 4886. 2 1 0 . P lu t. Sila, 3 6 . 2 1 1 . A th e n . 6 , 2 6 1 . 2 1 2 . S u et. A u g. 7 4 ; I u v e n a l. 1 5 , 16: « r isu m fo r ta s se q u ib u sd a m / m o u er a t u t m e n d a x a r eta lo g u s» . 2 1 3 . V o p is c . A u rei. 5 0 , 4 .
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mimo Carino era el todo en el palacio 214. No había fiesta de familia en que no entraran los mimos como un número de placer. Es natural que se montaran escuelas para formar mimos, ya que tenían tanta aceptación en las casas de los grandes de Roma. Horacio habla del músico Tigel lius Hermogenes, entre cuyos alumnos había mimos, mimas, e tc .215. Los mimi ambos que compone Cn. Matius en tiempos de César y Vergilius Romanus en là época de Trajano, que P linio216 encuentra muy elocuentes, iban destinados al gran mundo. 3) Pero su ambiente era el teatro, y según San A gustín217 el templo de Flo ra. Se conocen desde el tiempo de Sila218, aunque es posible que iguale en anti güedad a los juegos escénicos. Los actores de mimos desempeñan diversos papeles en el teatro. En los primeros tiempos los vemos representar sus sainetillos in plano orchestrae, es decir, en el semicírculo del suelo, junto a los pies de los espectadores del primer orden de asientos, de donde piensan algunos que se les dio el nortibre de planipedes; aunque quizá se los llamó así porque iban descalzos o con simples sandalias, ni con los coturnos de los trágicos, ni siquiera con los zuecos de los ' ■ 219 comicos. Las representaciones de estos mimos eran sin duda pasillos, o sainetes cortos, que entretenían fuera del escenario a los espectadores mientras se daban los últi mos toques a la escena o se terminaban de disponer los actores de la comedia o de la tragedia. También actuaban entre acto y acto, sustituyendo a veces al flautis t a 220. E n cierta época las representaciones escénicas se terminaban con una inter vención de los mimos. Un escoliasta de Juvenal nos dice que era costumbre entre los antiguos el que un bufón «secara las lágrimas que había arrancado la trage dia» 221. Este bufón se llama exodiarius y las piezas que él representaba exodia. Estos exodios fueron introducidos en las Atelanas, que según nos dice Cicerón fueran sustituidas por los mimos.222 En Roma los mimos empezaron seguramente con la conquista de Tarento, pero sobre todo cuando se pusieron los romanos en contacto con los egipcios, puesto que de Alejandría, según Cicerón, vienen la mayor parte de los mimos 223. Los da tos que nos quedan sobre este género literario son tan escasos y a veces referidos a hechos tan diferentes, que no podemos precisar ni qué eran exactamente los mi mos, ni qué concepto tenían de ellos los propios romanos. Lo que se advierte como tónica constante en ellos es el hecho de que se trata de una imitación. El epitafio del mimo Vital en la Anthologia recuerda la esencia del arte que le proporcionó gloria y fortuna: «Imitaba — dice él— tan perfectamente las facciones, los gestos y las palabras de las personas, que aquel cuya imagen yo reproducía se admiraba al ver que yo era mucho más él que él mismo» 22Y Pero con frecuencia los mimos 2 1 4 . V o p is c . Carinus, 1 6 , 7. 2 1 5 . H o r . Sat. I , 2 , 1-3; 1 , 1 0 , 9 0 -1 . 2 1 6 . P lin . E p. 1 1 , 13. 2 1 7 . A u g u s t. C iu. D ei, 2 , 2 6 . 2 1 8 . A u c to r , A d H eren n . 3 , 14. 219. S u e t. D e uir. III. p . 14. 220. P la u t. P s. 5 7 3 ; P lin . N . H . 7 , 4 8 : «m im a e m b o lia ria » . 221. E n I u v e n a l. 3 , 1 7 5 . 222. C ic . Fam. 9 , 1 5 ; 9 , 1 6 , 7 . 223. C ic . R abir. P o st. 3 5 : « I llin c o m n e s p r a e stig ia e , illin c , in q u a m , o m n e s fa lla cia e , o m n ia d e n iq u e ab e is m im o ru m arg u m en ta n ata su n t» . 2 2 4 . B urm an, 4 , 26.
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Juegos públicos y fiestas profanas
debían de ser pequeñas piezas costumbristas, entretenidas y ligeras; por ejemplo, el cuadro de un calavera, hecho rico de pronto, y que se entrega a todo género de excesos 225; o un hombre caído en crisis letárgica, que al despertarse de un golpe se lía a puñetazos con el médico que lo está curando.226 Pero los fragmentos que conservamos nos dan una triste impresión de los mi mos. Serían ingenuidades, simplezas... ¡e imaginamos que con eso disfrutaría el pueblo romano avezado a espectáculos tan fuertes! Que un pobre hombre pide vino a las Ninfas y agua a Baco 227. O tro que comenta sobre la fortuna de un se gundo: «¡Qué bobo! ¡Cuando empezaba a ser rico se ha dejado morir!» 220. O este diálogo: «— ¿Qué tiene que ver esta mujer contigo? — Es mi esposa. — Ah sí, se te parece mucho» 229. El propio Cicerón habla de un antiguo mimo, que llama T u tor, y que debía jugar del vocablo: «Se usa el equívoco cuando se fija uno en la sonoridad de las palabras y no en su sentido; ahí radica toda la gracia de Tutor, antiguo mimo, sumamente gracioso» 230. Cicerón resume: «Es un género ligero, pero lo recibimos bien, porque vemos que uno que no es palurdo habla como si lo fuese231; aunque estas cosas y las que dicen los hombres sensatos absurda y graα 1 · 0^2 ciosamente mueven la risa». Cicerón no nombra ningún autor de los mimos. Hasta ahora solían ser anóni mos o se contentaban con aludir a los autores con la palabra genérica mimographi. Es que su trabajo no suponía la verdadera composición de una obra literaria, sino que simplemente se contentaban con concebir una escena, un paso, lo señalaban en grandes rasgos, imaginaban alguna situación cómica o detallaban un juego de palabras; pero la expresión final la improvisaba el cómico delante del pueblo en cada caso. L. Crassicio, según Suetonio 233, «se dedicó al teatro, mientras ayudaba a los mimógrafos», con lo cual se indica que en ese tiempo ya había quien se dedi caba a componer mimos, como Plauto y Accio, por ejemplo, componían sus obras teatrales. Pero la impresión general es que el mimo se renovaba cada vez que se repetía, según lugares y conveniencias del momento. Hay gracejos, o alusiones o imitaciones, que hoy y aquí tienen su golpe, pero que mañana y en otro lugar no dicen nada. Esta sospecha la podemos confirmar por un pasaje de Cicerón, en que. hablando de una acusación sin fundamento y mal llevada, dice que se parece al proceder de un mimo que se deja a la inspiración del momento, y si ésta falta, sobre todo al final, se recurría a los procedimientos más primitivos y rudimenta rios, como hacer una señal para que suban el telón. Dice Cicerón: «¡Qué vacía está de fundamento, y cómo se presenta sin pies ni cabeza esta fábula de la vete rana y fecunda poetisa!... esto’ es la conclusión de un mimo, no de una tragedia; en el cual, cuando no r.e halla una forma graciosa de acabar, se escapa uno de en tre las manos, se hace una señal, ÿ se alza el telón».234 Pero precisamente en los tiempos de Cicerón el caballero romano D. Laberio, hombre de ingenio y de buenas letras, intenta elevar el mimo a la categoría de la 225. 226. 227. 228. 229. 230. 231. 232. 233. 234.
C ic. P h il. 2 , 2 7 . H o r . Sat. 2, 3 , 3 0 . A u g u s t. C iu. D e i, 4, 22. C ic. D e O r. 2 , 2 7 4 . C ic. ib. C ic. D e O r. 2, 2 5 9 . C ic. ib. 2 7 4 . C ic. ib . 2 7 5 . S u et. G ram m . 18. C ic. Cael. 5 4 -5 .
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comedia. El núcleo de la obra no se va a poner ya sólo en las obscenidades, como en la época anterior, sino que va a plastificar el sucedido, a hacer chistes de la política y a exagerar el ridículo de cualquier escena callejera o familiar. De Laberio conservamos cuarenta y tres títulos, en su mayoría de oficios: «El Pescador», «El Batanero», «Las Tejedoras»; o de caracteres, como «El Adulador»; de utensi lios domésticos, como «La Marmita» (Aulularia); de relaciones familiares, como «Los Gemelos»; de fiestas, .como Compitalia, Saturnalia, etc.; de mitología, como Anna Perenna. De su sencillo competidor Publilio Siro nos queda muy pocos tí tulos, «El Rezongón» (Murmurco), «Los Bebedores»; eso sí, tenemos un buen nú mero de sentencias, sacadas de sus obras. Por Séneca sabemos que los mimos con tenían, en medio de sus bufonadas, pensamientos muy hermosos 235. La colección que manejó Séneca contaba unas 653 sentencias de Publilio, que hoy se han per dido. Ya hemos aludido antes a otro autor de mimos, Cn. Mattius, de quien nos habla Gellio 236. De Cicerón 237 parece deducirse que el jurisconsulto L. Valerio componía también mimos; y en las Filípicas presenta a M. Antonio como autor de mimos 238. Durante el tiempo del Imperio se hallan tres o cuatro nombres de mimógrafos: Lentulus, Hostilius, Marcellus y Catullus, nombres que apenas nos dicen nada. Lo que significa que el mimo, literariamente hablando, seguía siendo una especie de guión, y que su valor dependía de la inspiración que el actor sintiera en el momento de actuar y de la oportunidad del chiste. Los mimos representan al natural la vida de la familia de Roma. Los tres personajes más o menos habituales en estos temas son el marido, la mujer y el amante. La mujer y su querido se entienden para burlar al esposo. El amante es apuesto y galán; la mujer, astuta y embaidora; el marido, un zote 239. Y esto lo contemplan los jóvenes, las doncellas, «y siempre que el amante engaña al marido de alguna forma nueva, resuenan los aplausos y se premia al autor» 240.Juvenal alude a una pieza en que llega el marido tan oportunamente que el amante no tie ne más escapatoria que meterse desnudo en un b a ú l241. La pieza más famosa de los mimos era el Laureolus de Catulo, contemporáneo de Caligula y Nerón 242. Un jefe de bandoleros cogidos por la justicia. El interés procedía, sin duda, de la habilidad de Lauréolo para escapar en los momentos más críticos. Por fin cae bajo el poder de la justicia, y el mimo termina en drama, con el suplicio del bandolero. El Laureolus se representó por primera vez al final del reinado de Caligula 243. En la época de Domiciano se le dio todo el verismo posible a la fábula y para ello se sustituía en el último momento al actor por un esclavo, a quien se crucificaba realmente 244. Tertuliano habla del Laureolus como de una pieza que se represen taba aún en su tiem po.245 235.
S e n e c a , D e T ran qu il. 1 1 , 8 ; A d . M arc. 9 , 5 ; E p . 9 4 , 4 3 ; 8 , 9; 1 0 8 , 9; 9 4 , 2 8 ; 1 0 8 ,
11 ; 10, 21 . G e ll. 1 5 , 2 5 , 1; 2 0 , 9 , 1; c f. H . B a rd o n , L a L itt. lat. inconn. I , 1 6 1 -1 6 3 . C ic. Fam. 7 , 1 1 , 2 . C ic . P hil. 1 1 , 1 3; 8 , 2 6 ; v . H . B a td o n , o. c., 3 2 8 -3 3 0 . O v id . T rist. 2 , 4 9 7 -5 0 0 . O v id . ib . 5 0 4 -5 , y v é a se to d o e l p a sa je 4 9 7 -5 1 8 . I u v e n a l. 6 , 4 1 -4 , y S c h o l. ib. M a rtia l. 5 , 3 0 3 . S u e t. Calig. 5 7 , 4 . M a rtia l. 1 , 7 , 4 ss.; c f. su pra n o ta 1 0 3 . T e r tu l. A d u . V a len t. 1 4; c f. H . B a rd o n , o. c. I I , 1 2 8 -1 2 9 ; V . U ss a n i, C atu llo m im ografo: B o lle t. F ilo l. c la ss. 1 9 0 2 -1 9 0 3 , 6 3 -6 4 . 236. 237. 238. 239. 240. 241. 242. 243. 244. 245.
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La noticia de que un personaje muera realmente en el escenario hoy nos pa rece increíble y propio de la mayor barbarie. Pues para que se advierta que no hemos superado en nada el salvajismo voy a citar un hecho publicado en «Ya» (l-X I-1975, p. 18, «Películas eróticas con muerte real») firmada por mi querido amigo Pascual Cebollada: «Ahora se confirma oficialmente una noticia que por su propia entidad no deja lugar para consideraciones que no sea la información mis ma, de la que las personas normales podrán deducir, sin ayuda de nadie, las con secuencias oportunas, y que afecta de manera especial a la sociedad y a los órga nos encargados de su defensa. El F. B. I. acaba de confirmar la existencia y la di fusión de películas erótico-pornográficas con muerte real. Es una nueva escalada hacia la degradación y la barbarie; un nuevo paso en la búsqueda del ‘sadismo absoluto’: la muerte real, filmada con varias cámaras, de la actriz, después de la orgía sexual. Tras una encuesta realizada en los Estados Unidos, la policía y el F. B. I. han comprobado la autenticidad de las denuncias. Cine clandestino, pero no tanto que no tenga ya su público, a pesar de que cada entrada cuesta doscien tos dólares (claro que también cabe la posibilidad de comprar una copia por mil quinientos y llevársela a casa para verla cuantas veces se quiera, incluso en mo viola). Un inspector de la policía de Nueva York — se da el nombre, Mr. Joseph Horman— ha declarado que estas películas constituyen ‘la obscenidad últim a’ y ha citado títulos y lugares donde se han exhibido en Nueva Orleáns, en Miami, en Los Angeles y en Nueva York. Una de estas películas presenta con todo detalle una sesión de desenfreno erótico, al acabar la cual la única actriz de la escena es asesinada a puñaladas y luego despedazado su cuerpo sangrante; la infeliz ignoraba el final del guión. La cámara ha recogido minuciosamente el horror de su mirada y los espasmos agónicos de su cuerpo. Mr. Horman ha aventurado la hipótesis de que esas películas hayan sido rodadas en América del Sur, aunque no se comprende por qué los norteameiicanos tienen que salir de su país libre para hacer eso».246 En algunos mimos, como en el Laureolus, intervienen varios actores, y entre ellos se habla de segundos, terceros y cuartos papeles 247. Todos ellos formaban una compañía (grex) dirigida por un archimimus, o una archimima248, llamado también magister mimariorum. 249 Como es natural, en estas representaciones burdas los actores recurrían con fre cuencia a los subterfugios de la zancadilla, del bofetón o del puntapié. Uno de los personajes, el «bobo» (stupidus), no tenía más cometido que decir alguna que otra inconsecuencia y ser blanco de todos los golpes. Cuando el jefe de los mimos La tino abofetea al pobre Parnículo todo el teatro disfruta v ríe 250. En estas piezas aparecía al menos el archimimus, el stupidus y el scurra. 551 El mimo era de ordinario un erpectáculo muy obsceno. Era la representación obligada de los ludi Florales, en torno del día 28 de abril. Empezó esta fiesta en el año 238 a. C. y a celebrarse anualmente en el 173 a52. Durante los días en que se celebraban reinaba la licencia más procaz. Eran los días del desenfreno de las 246. 247. 248. 249. 250. 251. m im o s. 252.
« Y a » , d ia r io d e M a d r id , l- X I - 1 9 7 5 , p . 18. C IL . V I , 1 0 1 0 3 ; 1 0 1 1 8 ; X , 8 1 4 ; X I V , 4 1 9 8 ; S u et. Calig. 5 7 : F lu res secundarum . A lfe n u s V a r u s, D ig. 3 8 , 1, 2 6 , 1; C IL . I l l , 6 1 1 3 ; X I V , 2 4 0 8 ; 2 9 8 8 . O r e lli, In scrip t. 1 6 3 1 . M a rtia l. 2 , 7 2 , 3-6. C IL . V I , 1 0 5 3 ; 1 0 6 4 ; H o r . E p . 1, 1 8 , 4 , d o n d e h a b la d e pa rte s secu ndas e n lo s . O v id . Fast. 5 , 3 2 8 .
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meretrices e invertidos que representaban los mimos despojándose de todos los ves tidos en medio del espectáculo 253, cosa que excusaba Ovidio diciendo que esta complaciente diosa no calzaba coturno. Un día asistió Catón al espectáculo y rti las mimas osaban desnudarse, ni el público se atrevía a pedírselo, por respeto que le tenían; por lo cual su amigo Favonio se lo advirtió, y Catón salió del teatro para no privar al pueblo de aquel ansiado espectáculo 254. Marcial, en el prólogo de su libro I, advierte que su? epigramas están escritos para mayores, e incluso de buenas tragaderas: P a r a lo s q u e e stá n h a b itu a d o s a c o n te m p la r lo s F lo r a le s. Q u e n o e n tr e C a tó n en m i tea tro ,' y si en tr a q u e m ire: P u e s to q u e c o n o c ía s la aleg re fie s ta d e la d u lc e F lora y lo s ju eg o s fe s tiv o s y la s b r o m a s d e l v u lg o ¿ p o r q u é v in is te , s e v e r o C a tó n , al teatro? ¿ A c a so v in is te ú n ic a m e n te p o r la o s te n ta c ió n d e sa lirte?
Heliogábalo dispuso que en el mimo todo se hiciera al natural, incluso si se trataba de un adulterio, que se realizara delante de todos 255. Y según nos indican los Padres de la Iglesia la orden se cumplía puntualm ente25C. No hay que decir que el éxito de estos mimos en medio de una turba cosmopolita y ociosa era clamo roso. Como hemos indicado, los papeles femeninos eran representados por muje res sin decoro, hasta el punto que cuando Eliano quiere caracterizar las desvergüen zas de una Celestina de la peor especie dice que «es más escandalosa que las que aparecen en los mimos». Además de las desnudeces absolutas, de los gestos y alu siones obscenas el público aplaudía a rabiar las frases de doble sentido, sobre todo si podían aplicarlas al emperador o a alguna dama de su palacio 257. De este tipo sería la representación del juicio de Paris, que describe Apuleyo25a, y bestialidades como las que siguen a este juicio en el mismo escenario 259, y quizá también un juicio que el pueblo pide que se celebre en el teatro para que sirva de espectáculo público 260. Cualquier cosa que llamara la atención, como las intrigas de unas co madres, las riñas de unas vecinas, las pocas simpatías para con una suegra, etc., la representaban los mimos, tomándola siempre por su parte ridicula o escandalosa. Al representarse estas obras sin máscaras, no podían los hombres hacer los pa peles femeninos, sino que intervenían ellas. Algunas se hicieron famosas y juntaron 2 5 3 . L a cta n t. In st. D iu . 1, 2 0 , 10. 2 5 4 . V a l. M a x . 2 , 10 , 8 ; C ic er ó n es in m e n sa m e n te h u m a n o y sin c er o c u a n d o d ic e q u e e l p u e b lo se d e le ita g r a n d e m e n te en lo s ju eg o s, a u n q u e a lg u n o s tr a te n d e d isim u la r lo farisaica m e n te (C ic . M ur. 3 8 -4 0 ). L a cta n t. In st. D iu . 1, 2 0 ; S c h o l. d e J u v e n a l, 6 , 2 5 0 . 2 5 5 . A e l. L a m p r id . Elagab. 2.5, 4: « I n m im iis a d u lte r iis ea q u a e so le n t sim u la to fie r i e ffic i ad u e ru m iu s s it» . 2 5 6 . V é a s e p o r to d o s a S a n A g u s tín , Ciu. D ei, 2 , 2 6 . 2 5 7 . S irv a n d e c o n fir m a c ió n esta s n o ta s d e T e r tu lia n o : « T h e a tr u m e s t o riu a tu m c o n s isto r iu m im p u d ic itia e , u b i n ih il a liu d p r o b a tu r q u a m q u o d a lib i n o n p r o b a tu r ( D e Spectac. 17, 1). Ita su m m a gra tia e iu s d e sp u r c itia p lu rim u m c o n c in n a e s t , q u am A te lla n u s g e stic u la to r , quam m im u s e tia m p e r m u lie b r e s r ep ra e sse n ta t, s e n su m se x u s e t p u d o r is e x te rm in a n s, u t fa c iliu s d o m i q u a m in sce n a e r u b e sc a n t, q u am d e n iq u e p a n to m im u s a p u e r ita p a titu r in c o r o o r e , u t a r tife x e s s e p o s s it (ib . 2 ). L u e g o c o m e n ta c ó m o lo s p r o s tíb u lo s s u b e n p ú b lic a m e n te a lo s esce n a r io s (ib . 3 ) para h a cer d e la s tra g ed ia s y d e la s c o m e d ia s e sc u e la s d e c o rr u p ció n y d e in m o ralid ad v iv a y rea l (ib . 7 ). 2 5 8 . A p u l. M et. 1 0 , 3 0 -4 . 2 5 9 . A p u l. M et. 1 0 , 2 3 ; 3 4 -5 ; m o n str u o sa s c r u e ld a d e s h e c h a s realid ad en e l te a tr o , cf. M a rtia l. E pigr. 5 ; 7 ; 8 ; 1 6 b; 2 1 . 2 6 0 . A p u l. ib. 3 , 1-11.
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grandes fortunas. Atico pregunta a Cicerón por la mima Arhuscula y éste le res ponde que ha triunfado en sus representaciones: quaeris nunc de Arbuscula; ualde placuit261; es verdad que una vez le silbaron desde el. gallinero, pero ella, muy tranquila, comentó: «Me basta con que me aplaudan los caballeros». Sobre la mima Dionisia habla Cicerón en Roscio Comedo 262. Por «estrella» era tenida tam bién en estos tiempos la hermosa liberta del rico Volumnio, por sobrenombre Eutrapelo. E n el mundo en que se movía era llamada Cytheris. Eutrapelo la hacía ■sentar en los banquetes junto a los grandes personajes, como hizo una vez con Cicerón y Atico a los que invitó a cenar. Cicerón da cuenta de ello a su amigo Paeto: « ... Junto a Eutrapelo se recostó Cytheris. Y sin duda me dirás: ¿pero, cómo, el severo Cicerón en aquel convite? — Te doy mi palabra de honor de que jamás sospeché que pudiera asistir tal pécora» 263. Con esta misma Cytheris dará sus escándalos por toda Italia M. A ntonio264 y luego sería el tormento amoroso de Cornelio G allo.265 De estas mimas había por toda Italia 266. Se acusaba a Plancio, cliente de Ci cerón, de que en su juventud había sido un poco ligero con una mimula en su pueblo de Atina. Cicerón responde tranquilamente: «Es una vieja costumbre, y cuando se trata de mujeres del teatro es casi un derecho en las ciudades pe queñas». 261 Los mimos gozaron siempre del favor del público, porque además de ser ali ciente y escuela de sus bajos instintos, se hacían eco de los acontecimientos del momento, de los chismes del día y de los bulos que se lanzaban. Los romanos tu vieron siempre buen cuidado de que la comedia no se metiera para nada en la po lítica; pero nadie trató de coartar la omnímoda licencia de los mimos. Cuando des pués de la muerte de César, Cicerón se disponía a salir a Grecia, escribe a su amigo Atico, rogándole que le escriba sobre todo lo que pase en la ciudad y especial mente «cuéntame lo que dicen los mimos» 268. Los mimos conservaron su libertad de hablar incluso durante el Imperio. Bajo Marco Aurelio hacen broma de los amantes de Faustina 269; se burlan de la necedad de Maximino 270. Toman parte en los ataques contra los cristianos, cosa que no es de extrañar, puesto que ponen en la picota del ridículo a Hércules, a Venus y al mismísimo Jú p ite r271. En el mimo, dice Lydus m , no hay rasgo de arte que valga la pena; lo único que se pro pone es suscitar el risus mimicus de la turba. Y esta forma grosera se conserva hasta el fin del Imperio.
261. 262. 263.
264. 265. 266. 267. 268. 269. 270. 271. 272.
C ic. A t t . 4 , 1 5 , 6 . C ic. Rose. C om . 4 8 . C ic . F am. 9 , 2 6 , 1-2. C ic. A t t . 10, 10; P hil. 2 , 2 4 . V ir g . E cl. 1 0 . H o r . Sat. 1, 2 , 5 4 -9 . C ic . Plane. 3 0 ; c f. ta m b ié n s o b r e e s t o a T a c. A n n . 14 , 17. C ic. A tt. 1 4 , 3 , 2 . I u l. C a p ito l. M . A n t. P hil. 2 9 , 1-3. I u l. C a p ito l. M axim . 9 , 3-5. T e r tu l. A p o l. 14. L y d u s , D e M agist. 1, 4 0 .
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f) El embolium Embolium es todo género de entretenimiento que se presentaba en el teatro para rellenar los intermedios: cantos, danzas, declamaciones, revistas grotescas, frag mentos de música. Dice Cicerón, hablando de Clodio, que omnia sororis embolia n o u it213, porque fue histrión, actor y bufón, introduciéndose en la asamblea de mujeres disfrazado de psaltria; y en otro lugar indica que se propone intercalar en el libro que está componiendo (la historia de su consulado) un mirificum, Ιμβο'λιον, en que se verá a Apolo hablar en el senado de los dioses 274. Apuleyo presenta como embolium una representación escénica en Corinto 275. Debe repre sentarse el Juicio de Paris, y antes de la pieza un grupo de chicos y de chicas, de hermoso aspecto y ricos aderezos, ejecutan, describiendo hermosas figuras, los pírrica de los griegos. Era un embolium. Emboliaria era la actriz que representaba el embolium. Plinio 276 recuerda a la actriz Galería Copiola, que vivió más de cien años. En Roma se ha encontrado el epitafio de una embolaría, Phoebé, muerta a los doce años, del país de los Vocones, artis omnium erodita2,11. Otra embolaría fue Eucharis, liberta, muerta a los catorce años. También se ha conservado su epitafio, del que tres versos se refieren a su arte: d o c ta e to d it a p a e n e m u sa r u m m a n u , q u a e m o d o n o b iliu m lu d o s d e c h o r a u i c h o r o . e t graeca in sce n a p rim a p o p u lo a p p a r u i.276
También es de suponer que el muchacho de doce años llamado Septentrio, que encantó a los habitantes de Antibes: Antipoli in theatro biduo saltauit et placuit ™, era un embolarius. g) Tragedias y comedias Pero los juegos escénicos no podían mantenerse sólo con estas piezas, que de sí eran muy breves. Las tragedias y las comedias ocupaban la mayor parte del tiem po que estaban en el teatro 260. Los romanos, acostumbrados a los juegos circenses, no recibían con demasiado gusto las seriedades de la tragedia; por eso preferían a ella las comedias de Plauto. En el prólogo del A m phitruo 261 Plauto juega con esta realidad. Acaba de decir que va a exponer el argumento de «esta tragedia» y en seguida advierte el descontento general, y prosigue: «¿Qué, arrugáis la frente porque os he dicho que esto iba a ser una tragedia? No os preocupéis; como soy dios (habla Mercurio), la convertiré en comedia», que es lo que vosotros queréis.
273. 274. 275. 276. 277. 278. 279. 280. 281.
C ic. P ro S est. 1 1 6 . C ic. A d Q . fr. 3 , 1. A p u l. M e t. 1 0 , 2 9 . P lin . N . H . 7 , 4 9 , 5 . C IL . V I , 1 0 1 2 7 . C I L . V I , 1 0 0 9 6 , v e rso s 11 -1 3 . C IL . X I I , 1 8 8 . L iv . 7 , 2 , 3 -4. P la u t. A m p h . 5 1 -6 2 .
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Las comedias de Plauto perduraron mucho tiempo en el teatro; así lo reconoce él mismo en el prólogo de Casina: N o s o t r o s , d e s p u é s d e q u e h e m o s a d v e r tid o p o r e l ru m or d e l p u e b lo q u e v o s o tr o s d e se á is a r d ie n te m e n te la s c o m e d ia s p l a u t i n a s . .. 282
y el mismo Horacio, que no es de su devoción: P e r o v u e s tr o s a n tep a sa d o s e lo g ia r o n la arm on ía y la s gracias d e P la u to , q u iz á d e m a s ia d o c o n d e s c e n d ie n te m e n te .283
Seguía representándose en tiempo de Cicerón, y como su lenguaje resultaba ya un tanto arcaizante, lo pusieron al día Terencio Escauro y Sisena. Dice Cicerón: «El gracejo es de dos tipos: el uno, grosero, insolente, deshonesto, torpe; y el otro, elegante, cortés, ingenioso y delicado. En este último sobresalió no solamente nuestro Plauto y la comedia ática antigua, sino también los discípulos de Sócrates, cuyos libros rezuman sales y finuras».284 Varrón, en su libro De Poetis, recoge el epitafio de Plauto: D e s p u é s q u e P la u to h a m u e r to la C o m e d ia e stá lle n a d e d o lo r , la e sc e n a se v e d e sie r ta , y la s R isa s, e l J u e g o y la D iv e r s ió n y lo s v e r so s in n u m e r a b lé s llo r a n to d o s ju n ta m e n te sin c o n s u e lo .285
La comedia era mucho más respetuosa que los mimos, y jamás se metió en po líticas, ni en censuras de los poderoros, escarmentada quizá por la experiencia de Nevio, que acabó con sus huesos en la cárcel y en el destierro al censurar a los M etelos206 y a Escipión en el apogeo de su gloria: «Este hombre, que con tanta gloria ha llevado a cabo cosas tan grandes, cuyas hazañas están vivas y dando sus frutos; este hombre, el único a quien respetan todos los pueblos; a este hombre, su padre lo ha sacado medio desnudo de la casa de su querida» 287. Por más que invocaba la solemnidad del día para hablar libremente: «Hoy, día de la fiesta de la Libertad, hablaré libremente» 288, no se consintió que el Aristófanes en ciernes que había en Nevio molestara nominalmente a nadie. Luego la comedia lo más que hizo fue estimular a los ciudadanos a seguir en sus triunfos contra los enemigos, sobre todo contra los cartagineses, al terminar el prólogo. Así, Plauto: «Pasadlo bien; administrad bien vuestros negocios y venced con verdadero valor, como habéis hecho hasta ahora» 289; «Salud, y que vuestro gran valor obtenga la victoria, como ha sucedido hasta ahora. Guardad a vuestros aliados antiguos y recientes. Aumentad el número de vuestros auxiliares por la justicia de vuestras leyes, aplastad a vuestros enemigos, conseguid laureles y glo rias y que los cartagineses vencidos reciban el castigo que se m erecen».290 2 8 2 . P la u t. Cas. 11 ss. 2 8 3 . H o r . A . P. 2 7 0 -1 ; c f. ta m b ié n E p . 2 , 1, 170. 284. C ic. O ff. 1, 1 0 4 ; c f. D e O r. 2 , 218. 285. G e ll. 1, 2 4 , 3. 2 8 6 . P s e u d o -A s c o n . a Cic. Vc-rr. 1, 1 0 , 2 9 ; 5 , 2 : « F a to M e t e lli R o m a e c o n s u le s fiu n t» . 2 8 7 . G e ll. 7 , 8 , 5 -6 . 288. N a e u . frgm. R ib b . 11 3 . 289. P la u t. Cas. 8 7 -8 8 . C f. la n o b le d e fin ic ió n d e C iceró n : « C o m o e d ia m e s s e C ic er o ait im ita tio n e m u ita e , s p e c u lu m c o n s u e tu d in is , im a g in e m u e r ita tis» (R ep. 4 , 4 1 , e n D o n a t. Exc. D e C om . p . 2 2 , 1 9 W e sn e r ). 2 9 0 . P la u t. C ist. '197-202; C a p t. 6 7 -6 8 .
Ju egos escénicos
Quizá en un principio se representaban cada día una tragedia y una comedia. Después, una comedia. Los espectadores se dirigían al teatro después del bocadillo del mediodía (prandium) y volvían a sus casas a la hora de la cena, poco más o me nos a las cuatro de la tarde291, porque al terminar las comedias suele invitarte a los espectadores a retirarse a sus casas. No debe de extrañar que una comedia de Plauto, que en conjunto rondan sobre los mil versos, pueda durar cerca de cuatro horas, porque además de los pasajes cantados en el interior de la obra estas piezas se representaban con entremeses de cantos, bailes y sainetes. A veces los organizadores de las fiestas preparaban espectáculos impresionantes para la vista de los concurrentes, con lo que el populacho disfrutaba ante aquellas inmensas caravanas de soldados de a pie y de a caballo, de acémilas, de carros, de procesiones de enemigos vencidos, de desfiles triunfales, de vestidos exóticos, de animales nunca vistos, etc., y así pasaban las cuatro horas de representación, en las que los espíritus selectos que habían acudido para ver el desarrollo de la trama de una obra dramática se aburrían soberanamente ante aquel despilfarro de esca parate. M. Mario manifiesta a Cicerón su pena por no poder asistir a los juegos 'y éste le responde que no ha perdido mucho con ello: T u v im o s q u e aguan tar lo q u e n o s q u iso p o n e r S p . M e c ió ... lo s ju eg o s m u y b ie n p r e p a r a d o s, p e r o n o d e tu g u s to n i d e l m ío . ¿ Q u é p la c e r p u e d e causar e l v e r d iscu rrir se is c ie n to s m u lo s, tres m il á n foras y ta n to s so ld a d o s d e in fa n te r ía o d e c a b allería c o m o in te r v ie n e n e n u n a b atalla? T o d o e s t o le v a n tó la a c la m a c ió n 1p o p u la r , p ero a ti n o te h u b ie r a p r o p o r c io n a d o e l m e n o r g u s t o . 292
Más tarde las representaciones teatrales empezaban por la mañana y termina ban por la tarde; y según Tácito los espectadores pasaban todo el día en el tea tr o 293. La gente se llevaba la comida y la bebida al teatro, e incluso para los des cuidados los Organizadores se encargaban de proporcionársela, juntamente con go losinas que repartían de cuando en cuando 294. Y lo mismo que al circo, la gente acudía al teatro la noche antes para asegurarse un buen sitio. Es natural que el alboroto y la gritería que allí se armaba llenara todo el ambiente de Roma, rom piendo el silencio de la noche. h) Las pantomimas La pantomima es un género teatral enteramente latino. Deriva de la forma en que ya desde los tiempos de Livio Andrónico se representaban los cantica o monó logos cantados de las comedias y tragedias. Un actor cantaba las palabras del pa saje y otro lo representaba e interpretaba mímicamente.295 2 9 1 . P la u t. P oen . 10. 2 9 2 . C ic. F am. 1, 1. 2 9 3 . T a c. A n n . 1 4 , 2 0 . 2 9 4 . S ta t. Siltt. 1 , 6 , 2 7 ss. 2 9 5 . L iv . 7 , 2 , 8 - l í : « L iu iu s p o s t a liq u o t a n n is, q u i ab sa tu ris a u su s e s t p r im u s argu m e n to fa b u la m serere, id e m s c ilic e t — id q u o d o m n e s tu m e ra n t — su o r u m c arm in u m actor, d ic itu r , c u m sa e p iu s r o u o c a tu s u o c e m o b tu d is s e t, u e n ia p e tita p u e r u m ad ca n e n d u m an te tib i c in e m c u m s ta tu is s e t, c a n tic u m e g is s e a liq u a n to m a g is u ig e n te m o tu q u ia n ih il u o c is u su s im p e d ie b a t. I n d e ad m a n u m c a n ta n ti h is tr io n ib u s c o e p tu m d iu e r u ia q u e ta n tu m ip so r u m u o c i r e lic ta » ; y V a l. M a x . 2 , 4 , 4 : « E t q u ia lu d iu s a p u d e o s (E tr u s c o s) h is tr io a p p ella b a tu r , sce n ic o n o m e n h is tr io n is in d ic tu m e st. P a u la tim d e in d e lu d ic r ia ars a d satyraru m m o d o s p e r re p sit, a q u ib u s p r im u s o m n iu m p o e ta L iu iu s ad fa b u la r u m a r g u m e n ta , s p e c ta n tiu m a n im os tr a n stu lit.
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Juegos públicos y fiestas profanas
El actor se llamaba saltator; el arte, saltatio, y al acto de representar, saltare29B; de ahí el sentido de cantare y saltare tragoediam. 297 Esta separación de la recitación y del gesto, según Plinio, existía en su tiempo, incluso en las recitaciones de algunos poetas, en que mientras uno declamaba los versos otro los iba ritmizando mímicamente 208. La representación satisfizo tanto que se vio capaz de constituir género por sí misma y se separó del drama, supri miendo todo lo demás. Por su fuente de procedencia, quedaron automáticamente divididas las panto mimas en trágicas y cómicas. Esta independencia se consiguió por obra de dos libertos de Augusto, Pílades de Cilicia y Batilo de Alejandría. Batilo se dedicó sobre todo a la pantomima cómica, tratando, según Plutarco, argumentos como la ninfa Eco, Pan o un sátiro folgando con Eros. Pílades tomaba sus asuntos de la mitología y representaba de ordinario las le yendas más atroces, como Atreo y T iestes2" , el furor de Ayax, Agave, Niove y las aventuras escandalosas de Fedra, Leda, Europa, Danae, Ganimedes, Atis, Adonis, M arte y Venus; y algunas de ambiente romano, como Turnus, imitando a Virgi lio, en la cual bailó Nerón 30°, y Dido, que constituía las delicias del público en tiempos de M acrobio.301 La pantomima resultaba de la conjunción de tres artes distintas: canto, música y mímica. El libretista se contentaba con señalar los momentos esenciales de la acción para que el público pudiera seguirla más fácilmente, encargándose la. música de servir de nexo o de elemento descriptivo del desarrollo de la misma. Litera riamente la obra valía muy poco, ya que los versos se hacían para la danza y no la danza para los versos. Si el asunto se tomaba de una tragedia griega, se iban eli giendo versos de acá y de allá a manera de centón. Pílades sustituyó al primitivo cantor por un coro entero; al flautista le añadió otros instrumentos, de forma que pronto encontramos una verdadera orquesta, cuyo papel, además de sostener las voces del coro, será regular los gestos del actor. La medida o el ritmo se llevaba por medio del scabillum o scabellum, especie de cajita de metal o de madera que, puesta debajo del pie, marcaba con su sonido claro el ritmo de la pieza. Tampoco la música tenía valor alguno artísticamente hablando; así lo juzgan los hombres de gusto, que la veían muelle, sensual, muy pegadiza al oído por su aire y por el abuso de los trinos, y enervante de las almas 302. Lo importante en las pantomimas es la mímica, arte por la que los romanos sintieron siempre una viva pasión.
I ta q u e s u i o p e r is a cto r, cu m sa ep iu s a p o p u lo r eu o ca tu s u o c e m o b tu d is s e t, a d h ib ito p u e r i e t tib ic in is c o n c e p tu , g e s tic u la tio n e m ta c itu s p e r e g it» . 296. I u v e n a l. 6 , 6 3 . 2 9 7 . C f. G . B o iss ie r , D e la sign if. d e s m o ts cantare e t saltare tragoediam : R e v . A r c h e o l., N o u v . S é r ie , I V , 1 8 6 1 , 3 3 3 -3 3 4 ; M a cr o b . Sat. 3 , 1 4; 2 , 7 , 15; P r u d e n t. P erist. 2 , 8 1 . 2 9 8 . P lin . E p . 9 , 3 4 , 2 . P lin io e sta b a c o n v e n c id o d e q u e le ía m u y m a l lo s v e r s o s y p o r e so am a estra b a a u n sie r v o p a ra q u e lo s le y e r a , y añ ad e; « I p s e n e s c io q u id illo le g e n te in te r im faciam ; se d e a m d e fix u s e t m u tu s e t s im ilis o tio s o , a n , u t q u id a m , q u a e p r o n u n tia b it m u rm u re, o c u lis , m a n u p e r se q u a re ? S e d p u to m e n o n m in u s m a le sa lta r e q u a m le g e re » . 299. L u c ia n . D e S a ltation e, 3 1 . 300. S u e t. N ero , 5 4 ; y o tr o s m im o s, c f. 2 0 -2 1 . 301. M a cr o b . S a tu m . 5 , 1 7 , 5. 302. L u c ia n . D e S altat. 2 , 6 3 ; O v id . R em . A n i. 7 3 3 ; P lin . Paneg. 5 4 , 1.
ju e g o s escénicos
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Los temas favoritos de las pantomimas eran las historias de amor y sobre todo los episodios más escabrosos de la vida de los dioses y de los héroes, como las tranformaciones de Zeus, Afrodita y Adonis, Afrodita y Ares en las redes de Efesto, Fedra e Hipólito, Jasón y Medea, etc. Para que los espectadores entraran bien en el contexto de la fábula bailada por el mimo, un heraldo explicaba previamente la representación que iba a hacerse, y el coro cantaba los intermedios que servían de nexo entre una y otra parte de la expresión mímica. El mimo debía de hacer figurar toda la escena y personas entre las que se desarrollaba el episodio que él solo representaba, sirviéndose fundamen talmente de una serie de movimientos expresivos y rítmicos de cabeza, de manos y de todo el cuerpo. El mismo artista representaba, por ejemplo en el Festín de Tlestes, Atreo, Tiestes, Egesta, Aerope e incluso debía evocar la idea de otros per sonajes del drama. Carecía del recurso expresivo del rostro y de los ojos, puesto que iba enmascarado; el paso, las actitudes, las indicaciones eran todo de lo que disponía. El pantomimo hacía hablar a todas las partes del cuerpo: T ot linguae quam membra uiro, se lee en un epigrama de la Antología 303; pero su mayor ex presividad residía en las manos y en los dedos 304. Véase sobre el lenguaje de las manos el bello pasaje de Quintiliano, texto que parece que va analizando la inter pretación plástica de un texto realizado por un m im o.305 S e d ic e q u e e l fa m o so f iló s o fo c ín ic o D e m e tr io , e n e l rein a d o d e N e r ó n , s e e x p r esó u n a v e z d e sp r e c ia tiv a m e n te so b r e la s p a n to m im a s, las c u a le s, s e g ú n é l, n o e ra n ca p a c e s d e su g e rir n a d a a m e n o s q u e e stu v ie r a n c o m p le ta d a s p or lo s c o ro s y e l acom p a ñ a m ie n to m u sic a l. E l m á s p r e stig io so d e lo s p a n to m im o s d e R o m a e n a q u e lla é p o ca (p r o b a b le m e n te P a r is) d e c id ió c o n v e n c e r le d e lo c o n tr a r io y b a iló an te é l la p a n to m im a q u e r ep re sen ta b a e l a d u lte rio d e A r e s y d e A fr o d ita . E l m is m o e x p r esó c o r e o g r á fic a m e n te la d e n u n c ia h e c h a p o r e l d io s d e l S o l a l m a rid o b u rla d o , la celada te n d id a p o r E fe s t o , c o n ta n ta e lo c u e n c ia , q u e e l f iló s o fo h u b o d e co n fe sa r c o n asom b r o c u á n e r r ó n e o era e l ju ic io q u e h a b ía e m i t i d o . 308
La pantomima se representaba en los teatros ordinarios. El mimo ocupaba el pulpitum, teniendo a sus espaldas el coro y la orquesta. El actor iba vestido de palla y tunica talaris de seda que le facilitaba los movimientos, dándoles gracia y majestad al mismo tiempo. El pantomimo debía poseer cualidades físicas especiales: una talla bien propor cionada, finura, flexibilidad y vigor. Luciano le exige que cumpla el canon de Policleto 307. H asta el siglo IV de nuestra era las pantomimas fueron representadas exclusivamente por hombres. Desde esta época entraron también las mujeres, con siguiendo muchas de ellas gran popularidad; por ejemplo, bajo Justiniano, Teodo ra, que llegó a emperatriz. Hubo pantomimos que fueron tenidos como verdaderos ídolos en Roma, por ejemplo Paris, el sirio Nomio, Pílades, Batilo, Hilas, etc. 308. Ellos consiguieron que su género teatral fuera ansiosamente deseado por los espectadores durante todo el tiempo del Imperio. Pronto se extendieron también por todas las tierras 303. A n th o l. L at. 1, p . 6 2 2 . 304. Q u in til. 1 1 , 3 , 8 7 , 9 1 s; S e n e c a , E p. 1 2 1 , 6 ; T a c. D ial. 2 6 . 305. C f. Q u in til. 1 1 , 3 , 8 7 . 306. L . F r ie d la e n d e r , L a S ociedad rom ana, 622. 3 0 7 . L u c ia n . D e S altat. 7 5 s. 3 0 8 . M a cr o b . Saturn. 2 , 7 ; S u et. A u g. 5 4 : « E t s u n t q u i tr a d a n t P a r id e m h is tr io n e m occi su m ab e o q u a si g ra u em a d u ersa riu m » .
Ju egos públicas y fiestas profanas
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del imperio romano, y penetraron no sólo en las escenas de los teatros, sino in cluso en el palacio imperial y en las casas de los ricos 309. Su éxito fue tan grande que hizo olvidar los otros géneros teatrales, excepto el mimo, que se permitía las mismas licencias e inmoralidades. Se tenían estas representaciones por algo tan inmoral que los mismos jóvenes que quisieran conservar su buen nombre se abstenían de asistir a ellas, y San Agus tín atribuía la existencia de tales espectáculos a invención de los mismísimos de monios, ansiosos como están de corromper al género hum ano310. El mismo Ovidio dice así en el Remed. Amoris: E n e r v a n la s a lm a s la s c íta r a s, la s fla u ta s y las liras, y e l c a n to y lo s b ra zo s m o v id o s en c a d e n c ia s a rm on iosas. C o n fr e c u e n c ia s e d a n za n a llí la s p a sio n e s d e a m ores fin g id o s , ¡C o n q u é arte e n s e ñ a u n a c to r a l p ú b lic o la v o lu p tu o s id a d ! 311
i) Las ptrricas De entre las danzas presentadas las que mejor conocemos-son las llamadas ptrricas. Eran propiamente unos ejercicios militares con que se ejercitaban en Esparta los jóvenes armados delante del pueblo para manifestar su agilidad y su destreza. Luego los cretenses, sobre la base militar, le dieron un carácter de espec táculo, según dice Plinio: «El baile con armas ceñidas lo enseñaron los Curetes; la pírrica, Pirro; ambos proceden de Creta» 312. De estas dos Ja primera resultaba más ruda; más artística la que enseñaba Pirro, que incluso introdujo en su danza a muchachas. En Asia y en Bitinia la representaban los hijos de los príncipes 313. Cuando todavía no había jóvenes romanos preparados para representarlas, los em peradores traían a estos jóvenés del Oriente para que actuaran en los espectáculos de Roma, y con frecuencia después de la actuación solían premiarlos con los de rechos de la ciudadanía. De estas danzas, las más militares eran ejecutadas por muchachos solos; pero en otras de carácter báquico entraban también muchachas: en este caso los danzarines representaban a titanes, sátiros, coribantes que agitaban en sus manos antorchas y tirsos. Salían a la escena ricamente vestidos y coronadas las cabezas. Danzaban varios a la vez formando diversas figuras y cuadros de ver dadero ballet. Así las describe Apuleyo: C h ic o s y c h ica s c o n to d o e l fr e sc o r d e su tiern a e d a d , v e r d a d e r a m e n te h e r m o s o s, v e s tid o s e le g a n te m e n te y d e m o v im ie n to s á g ile s, b a ila ro n la d an za P írrica , s e g ú n las reg la s e sta b le c id a s, e v o lu c io n a n d o g r a cio sa m e n te, ora fo r m a n d o u n a c ir cu n fe r en cia s e m e ja n te al c ír c u lo d e u n a r u e d a , o ra e n tr e la z a d o s en u n a lín e a o b lic u a y fo r m a d o s d e cu a tro e n cu a tro y se p a r á n d o se lu e g o e n g r u p o s. P e r o c u a n d o e l s o n id o d e la tr o m p eta p u s o fin a la s c o m p lic a d a s e v o lu c io n e s d e su s m o v im ie n to s , r etir a n d o e l te ló n y reco g id a s la s c o rtin a s d e l fo n d o , la e sc e n a q u e d ó al d e s c u b ie r to . 314
3 0 9 . S u et. Calig. 5 4 ; P lin . E p. 7 , 2 4 , 4 . 3 1 0 . T e r tu l. D e Spectac. 1 7 , 2 ; A r n o b . A d u . G en t. 4 , 3 5 . 3 1 1 . O v id . R em . A m . 7 5 3 -6 . 3 1 2 . P lin . N . H . 7 , 5 6 , 2 0 4 ; A d r ia n o era m u y a fic io n a d o a p r e se n ta r al p u e b lo « m ilita r es p y r r ic h a s» (S p a rtia n . H adrian. 1 9 , 8 ). 3 1 3 . S u et. Caes. 3 9 , 1: « P y r r ic h a m sa lta u e r u n t A sia e B ith y n ia e p r in c ip u m lib e r i» . 3 1 4 . A p u l. M e t. 1 0 , 2 9 ; S u e t. Ñ ero , 1 2 , 2 : « I n te r P y rrich a ru m argu m en ta tau ru s P a ;¡p h am lig n e o iu u e n c a e sim u la cro a b d ita m in iit, u t m u lti s p e c ta n tiu m c re d id e ru n t; Ica r u s p r im o c o n a tu iu x ta c u b ic u lu m e iu s d e c id it ip s u m q u e c ru o re r e sp e r sit» .
Ju egos escénicos
3.
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Las máscaras (personae)
Los actores trágicos y cómicos se proveían de máscaras apropiadas al papel que en cada momento representaban, y a veces añadían pelucas sobre las mismas más caras, de suerte que no sólo su cara, sino también su cabeza, quedaba cubierta y disfrazada. Había máscaras para hacer el papel de niños, de viejos, de reyes, de esclavos, etcétera, de forma que el público, al ver la careta de que iba provisto el actor que entraba en escena, sabía al punto el papel que representaba. Las máscaras escé nicas eran verdaderas cabezas ahuecadas, cuya disposición cóncava mudaba la voz, la hacía más potente y la enviaba más lejos, sirviéndole la boca de la misma de verdadera bocina, según la describe Gabio Basso3l5, de donde le viene el nombre de persona. Las máscaras se fabricaban de diversas materias: Virgilio presenta unas care tas rústicas preparadas con cortezas de árboles318; Marcial, etc., nos hablan de personae fictiles317, o de tierra cocida; Lucrecio, prius arida quam sit / cretea per sona3™, es decir, de yeso. Quizá las más ordinarias fueran éstas descritas por Lu crecio. Preparado un molde conveniente, se le disponía un fondo conexivo de tela y se recubría de yeso mezclado con cola, que, todavía blando, se perfilaba según las facciones más convenientes, y luego se pintaba. La expresión de la máscara cambia con el tiempo. Las que se fabricaban en la época de Esquilo, hacia el 484 a. C.,,lo mismo que las estatuas (por ejemplo, fron tones de Egina), presentan una uniformidad grande: todas sonríen y están poli cromadas. Por lo general la cabellera y los labios están teñidos de un tono rojo. Un trazo negro señala las cejas y los párpados. La pupila, negra, rodeada de un círculo rojo, simula el iris. Hacia el año 475, en el frontón de Olimpia, ha desapa recido la sonrisa y en los rostros ya se manifiesta la curiosidad y la atención y tra tan de expresar la pasión y el dolor, y esto mismo sucede en las máscaras del teatro. Después de Fidias comienza una revolución en la escultura y por tanto en las máscaras, que ya van condensando una expresión realista y patética. A esta época pertenecen las máscaras alejandrinas y romanas. Por eso se explican sus cejas con traídas, sus arrugas profundas, sus dilatadas pupilas, sus bocas desmesuradamente abiertas, su expresiva fealdad. Un estudio sobre las máscaras lo presenta Pollux en su Onomásticon sobre las máscaras trágicas, satíricas y cómicas. Es una pena que sus descripciones sean de masiado secas, lacunosas y oscuras. Presenta 76 máscaras, de lascuales 27 perte necen a la tragedia, 4 al dramo satírico y 44 a la comedia. a) Las máscaras trágicas Seis corresponden a personas mayores: 1) «El afeitado» es la que representa a la persona de más edad. Cabellera blanca y echada sobre el oncos, barba afeitada a ras de piel, ojos lacios. Será la 315. 316. 317. 318.
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G e ll. 5 , 7. V ir g . G eo rg . 2 , 3 8 7 ; P r u d e n t. I n Sym m . 2 , 6 4 6 . M a rtia l. 1 4 , 1 7 6 ; P lin . N. H . 1 2 , 3 5 , 4 3 (1 5 2 ); U lp . D ig. 1 9 , 1, 1 7 , L u c re t. 4 , 2 9 7 .
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máscara de Príamo. La barba afeitada expresa el dolor. Los ojos apagados mani fiestan a un tiempo la ansiedad y el dolor. Los cabellos, blancos, sobre el oncos, como suelen hacer los ancianos con los pocos pelos que les quedan. El oncos le da la majestad real. 2) «El hombre blanco». Barba y cabellos grises, encarnación blanca; los me chones saltones; los bucles, en torno de la cabeza; barba corta, oncos pequeño. Sus personajes representan unos sesenta años. 3) «El hombre canos o» es un poco más joven que el anterior. Barba y cabe llo negros, que empiezan a canear; tiene de cuarenta a cincuenta años. Color pá lido, que refleja hondo sufrim iento.310 De edad media, aunque Pollux los cataloga entre los ancianos: 4) «El hombre moreno» es el héroe de unos cuarenta años. Color moreno, barba y cabellos negros y crespos, manifestando la fuerza viril. El oncos, alto. Aire de persona ruda; su aspecto hace pensar que se destinaba para personas anti páticas; por ejemplo, el tirano, Creón, Egisto. 5) «El hombre rubio» y 6) «El hombre más rubio». Es el color de la juven tud y de la hermosura. Representa de veinticinco a treinta años. El segundo, de en carnación pálida, que manifiesta la enfermedad, la ira o el furor. Ocho, de jóvenes; tiene de común que todas presentan el rostro imberbe: 1) «El dispuesto a todo». Es el mayor de los adolescentes; color fresco y un poco moreno, cabellera negra y espesa; este tipo admite mucha variedad. 2) «El crespo» es rubio; tiene elevado el oncos, cabellos crespos, cejas levan tadas, aspecto altanero. Propio de héroes jóvenes, ardientes e indomeñados, como Aquiles, Neoptolemo. 3) «El casi crespo» se distingue de la anterior sólo por su aspecto más joven. 4) «El delicado». Es rubio, con bucles, encarnación blanca, aire sonriente. Propia de un dios o de un hermoso efebo. 5) «El sórdido», joven héroe caído en la desgracia o en la miseria. Color li bido, ojos bajos, cabellera rubia descuidada. 6) Parecido es el «Casi sórdido», pero más joven y más delgado. Por ejemplo, Télefo. 7) «Pálido»: carnes fláccidas, cabellos Castaños y caídos, color enfermizo. Máscara propia de un fantasma o de un herido. La sombra de Polidoro en Las Bacantes. 8) «Casi pálido», igual que el anterior; pero su palidez deriva de pasión amorosa. Ocho, de mujeres. Dos, de viejas: 1) «La primera anciana» en dignidad y en edad. Oncos de mediana altura. Co lor pálido. Cabellera pendiente. 2) «La vieja mujer libre». Cabellos grises, oncos pequeño. Sus cabellos no ba jan más de los hombros, porque han sido cortados en señal de duelo. Manifiesta el sufrimiento. Hécuba en las Troyanas. Cinco mujeres jóvenes. Todas ellas manifiestan el sufrimiento o el duelo.320 3 1 9 . T ip o d e E d ip o R e y , S o fo c l. E d . R e y , 7 4 2 -3 . 3 2 0 . S o n : 1 ) « L a m u je r p á lid a d e lo s c a b e llo s p e n d ie n te s » ; la p a lid e z , la tr iste za d e la m i rada m a n ifie sta n e l s u fr im ie n to y e l d o lo r . 2 ) « L a m u je r p á lid a to n su r a d a » . 3 ) « L a m u jer r e c ie n te m e n te to n su ra d a » . 4 ) «L a jo v e n d e lo s c a b e llo s c o rta d o s» . 5 ) «L a s eg u n d a jo v e n d e lo s
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rSeis, de sirvientes; característica común es el peinado. En la vida real los ca bellos largos les estaban prohibidos a los esclavos. Por tanto, las máscaras de sier vos de ambos sexos llevan el cabello corto, o cubierto con un gorro de piel. Son muy realistas, y exageran los rasgos para que se refleje en seguida su origen ex tranjero. Tres, de hombres: 1) «El hombre vestido de piel», viejo, con barba y pelo gris. En lugar de oncos lleva un casquete de piel. Frente alta, color pálido, nariz y ojos hoscos. Pa rece el rostro de pedagogo. 2) «El hombre de la barba en punta» está en la flor de la vida. Tiene el oncos alto y ancho, cabellos rubios, aire rudo, color encarnado; es el mensajero. 3) «El hombre chato» es el mensajero más joven; las mismas características: los cabellos encrespados sobre lo alto de la cabeza, imberbe. Tres, mujeres: 1) «La vieja esclava» lleva un gorro de piel de cordero en lugar de oncos. El rostro arrugado. 2) «La esclava tonsurada», un poco más joven; su cabello empieza a engríSarse, oncos bajo, color pálido. 3) «La mujer vestida de piel» no tiene oncos. Estas máscaras no representan a individuos, sino caracteres. La misma máscara puede hacer igual de Príamo que de cualquier rey anciano. Pero poco a poco se iba tratando de individualizar y distinguir: a) máscaras de dioses o héroes con dis tintivos singulares; b) divinidades que personifican la naturaleza, centauros, ríos, musas, etc.; y c) monstruos y abstracciones personificadas, una ciudad, la Ira, etc. b) Máscaras satiricas Los personajes de estas obras teatrales son más uniformes; por tanto, las más caras son menos. Pollux no distingue más que cuatro: 1) sátiro canoso; 2) sátiro barbudo, con pelo rojo; 3) sátiro imberbe; 4) el pa dre Sileno. Los sátiros no se distinguen más que por la edad. Sileno suele repre sentarse lo mismo que los sátiros, pero de más edad. c) Máscaras de la comedia nueva En las máscaras de la comedia vieja o media no se buscaba más que la nota cómica. Por tanto, los rasgos solían ser muy exagerados, pero poco expresivos. La comedia nueva retiró esas máscaras y las sustituyó por otras más bellas y hu manas que expresen el carácter y la condición de la persona significada. Pollux recoge y explica: Nueve máscaras de viejos, pero entendiendo que él comprende en este término a las personas mayores de veinte años. 1) «El primer padre», tipo de padre bonachón y generoso, que excusa fácil mente los vicios del hijo. Cabellos cortos, aspecto sonriente, cejas en calma, mira da sencilla y b aja.321 \
c a b e llo s c o r ta d o s» . E n to d a s e sta s m áscaras la c a b e lle ra c o rta d a e s s e ñ a l d e lu t o ; la p a lid e z e x p r e sa e l s u fr im ie n to . H a b ía a d em á s la m áscara d e « la jo v e n c ita » , q u e , c o m o s u n o m b r e in d ica , p e r so n ific a b a a u n a tiern a n iñ a . 3 2 1 . A s í M ic ió n e n A d e lp h o i d e T er e n c io .
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2) «El segundo padre», antítesis del anterior; avariento, duro y austero. Aire brusco, mejillas secas, barba poblada, color bilioso, pelo rojizo, orejas disform es.322 Con todo, estas dos máscaras no podían expresar todas las actitudes de un padre a lo largo de una pieza teatral, puesto que debe reaccionar ante diversas con sideraciones de diversas maneras. Por eso se ideó otra máscara. 3) «El viejo principal»; mientras la ceja derecha, arqueada, indica la cólera, la izquierda, plenamente horizontal, expresa la calma y la tranquilidad. El actor ofrecía a los espectadores una u otra parte, según el estado de emoción en que se encontraba. 4) «El viejo de barba larga». 5) «El hombre de barba en punta», que es el tío censor,patruusobiurgator, personaje muy característico de la comedia nueva. 6) «El sycophanta impudens», cabellera encrespada, larga barba, una ceja ele vada, aire de intriga. 7) Más repugnante es todavía el tipo «Del corruptor». Las otras máscaras son muy difíciles de precisar. Once máscaras de jóvenes. Cuatro, de hijos de familia. 323 Y otros como: 1) «El palurdo», tez cetrina, labios gruesos, nariz roma. 2) «El capitán», moreno, negro el pelo, cabellera flotando en copiosa me lena. 324 3) «El soldado fanfarrón» no se distingue del anterior más que en su aspec to más delicado y sus cabellos rubios. 4) «El parásito», moreno de color, nariz aguileña, aspecto atrayente; pero a veces tiene las orejas deformes por los golpes que recibe en ellas. 5) «El rico extranjero», cabellera agrisada, barba afeitada, manto orlado de púrpura. Siete máscaras de sirvientes masculinos. 1) «El pappus», viejo, pelo gris y aderezo de liberto. 2) Luego, los sirvientes.325 Enumera luego Pollux siete máscaras de mujer sin distinción de edad, ni condi ción social, ni profesión. 1) «La vieja gruesa» tiene anchas arrugas en su cara redonda y una pequeña cinta que sujeta sus cabellos.
3 2 2 . C o m o D e m e a , e l h e r m a n o d e M ic ió n , e n la m is m a ob ra te r en cia n a . 3 2 3 . Q u e s e d is tin g u ía n así: 1 ) « J o v e n p r im e r o » , a s p e c to u n ta n to c o lo r a d o , im p r e s ió n d e b u e n a sa lu d , a lg u n a arruga e n la fr e n te . C eja s e le v a d a s. E s e l e fe b o g r ie g o d e a s p e c to r o b u s to y r e s u e lto . 2 ) « E l jo v e n m o r e n o » , u n p o c o m á s jo v e n q u e e l an terio r. S u s cejas bajas q u ie r e n in d ic a r q u e é l r e p r e se n ta a lo s jó v e n e s s e s u d o s y a u ste r o s, lo s iu u en es seueri. 3 ) « E l jo v e n ri z a d o » , e l tip o d e l jo v e n c o r r o m p id o , h e r m o s o , c o lo r u n p o c o r o sa d o , cejas a lta s, u n a so la arruga e n la fr e n te . 4 ) « E l d e lic a d o » , c ria d o e n e l lu jo y la m o lic ie , c o lo r b la n c o a fe m in a d o . 3 2 4 . C f. e l M iles gloriosus d e P la u to , 6 4 . 3 2 5 . D e e n tr e lo s ser v id o r e s s e d is tin g u ía n : e l s e r v id o r p r in c ip a l, q u e d e s e m p e ñ a e l p r i m e r p a p e l e n tr e la se r v id u m b r e . C ejas e le v a d a s, p e lo ro jo . E s t e c o lo r d e l p e lo era r e p u g n a n te ; p o r e s o s e p o n e e n la m a y o r p a r te d e la s m á sca ra s d e s ie r v o s . E l s er v id o r c o n c a b e lle ra la c ia , m e d io c a lv o . E l s er v id o r p r in c ip a l c o n m e le n a s ig u e a l a n ter io r ; q u iz á e s u n d o b le su y o . E l s e r v id o r b iz c o , d e p e lo c re sp o . D o s d e c o c in e r o s , u n o c a lv o y ro jiz o y o tr o m e d io c a lv o , m o r e n o y b iz c o .
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2) «La fisiognómica», vieja, con buenas carnes, buena naturaleza, representa a la mater indulgens. 328 3) «La charlatana», y 4) «La del pelo rizado». Estas dos máscaras servían para la uxores matronae, uxores dotatae. No es denigrante la atribución, puesto que muchas veces vemos a los maridos en las comedias de Plauto y de Terencio que se quejan de la charlatanería de sus esposas. 5) «La doncella» es la hija, la enamorada; pero entre los griegos no suelen salir las jóvenes decentes en las comedias. 6) «La falsa doncella» se conoce por la palidez de su color, por sus cabellos anudados en lo alto de la cabeza. Aspecto de casada joven.327 De cortesanas. Abundan en adornos y joyas sobrepuestas.329 De sirvientas, que son los personajes ínfimos de la com edia.329 Los espectadores conocían ya cada una de las máscaras y no tenían que hacer gran esfuerzo de imaginación para advertir quién era el que hablaba. El principal inconveniente de las máscaras es la falta de expresividad en el ros tro cuando en una escena se reciben diversas impresiones y el actor debe pasar de un sentimiento a su contrario ante las palabras que está oyendo. Quizá los antiguos se imaginaban las diversas reacciones, pero no hay duda que el inconveniente es muy serio. Trataron de corregirlo y recurrieron al cambio de márcaras a lo largo de una pieza; o las máscaras de doble expresión, un ojo negro y otro azul, un carrillo sonriente y otro estirado, etc., mostrando el actor al pueblo la parte que conviniera en cada momento. Las soluciones no fueron muy expeditivas. Pero por otra parte tenían la ventaja de que un mismo actor podía hacer di versas personas de una obra con sólo cambiar de máscara. Los hombres podían hacer los papeles femeninos, porque a la mujer no se la admitía en el teatro. Ade más la máscara servía también de altavoz en aquellos inmensos teatros al aire libre. No hay que olvidar que tanto en Roma como en Grecia el teatro está íntima mente relacionado con la religión, y, por ejemplo, en las fiestas de Tellus y Silvano los paisanos se divertían enmascarados de minium, o con caretas de corcho o de cortezas de árboles pintadas, para poder lanzarse imprecaciones o injurias libre mente. Estos juegos se llamaban fescenninosm . Relacionando las bromas y chistes fescenninos con la danza etrusca, nació hacia el 364 a. C. la satura, primera mani festación de la dramática indígena en Ita lia 331. En las fábulas Atelanas los perso najes que salían a escena eran figuras tipificadas y cada una tenía su máscara tra dicional e invariable.332
3 2 6 . L a N a u sistra ta d e l P horm . d e T er e n c io . 3 2 7 . L a P a m p h ila e n A d e l, d e T er e n c io . 3 2 8 . S e d is tin g u e n : 1 ) « L a v ie ja seca o la lo b a » , r o str o ala rg a d o , arrugas fin a s y a b u n d a n te s , c o lo r b la n c o c a si a m a r illo , b iz c a , e s e l tip o d e la laena. 2 ) « L a h a b la d o ra c a n o sa » , algo m ás jo v e n q u e la a n ter io r , e s, se g ú n P o llu x , u n a c o rtesa n a q u e y a n o ejerce. 3 ) «L a co n c u b in a » e s la c o rtesa n a retira d a , p o r q u e h a p e s c a d o u n m a r id o . 4 ) «L a c o rtesa n a m ad u ra», e n la flo r d e la e d a d , lla m a d a ta m b ié n p o r su o r n a to « la d e la d ia d e m a » , p o r la c in ta m u ltic o lo r q u e c iñ e su fr e n te . 5 ) « D e la lá m p a ra » , p o r q u e s u p e in a d o s u b e h a c ia arriba c o m o u n a llam a. 3 2 9 . S e d is tin g u ía n la s s ig u ie n te s : 1 ) «L a v ie ja c u id a d o sa » , c h a ta y c o n d o s m u e la s sola m e n te e n ca d a e n c ía . E s la v ie ja E stá fila d é la A u lu laria d e P la u to . 2 ) «L a d elica d a ^ e s la c o n se n tid a d e su señ o ra . 3 ) « S ir v ie n ta s d e c a b e llo s lis o s » s o n la s sier v a s d e la s co rtesa n a s. 3 3 0 . H o r . E p . 2 , 1 , 1 4 5 ; V ir g . G eorg. 2 , 3 8 5 ss; T ib u l. 2 , 1 , 5 5 . 3 3 1 . L iv . 7 , 2 , 3 -7 . 3 3 2 . V é a s e la n o ta 2 0 3 .
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Con L. Andronico, en 240 a. C., entra la tragedia, pero quizá las máscaras em pezaron a usarse algo más tarde, y se recibieron todas las griegas lo mismo en la tragedia que en la comedia. Al parecer con rasgos extraordinariamente patéticos. Una anécdota, que se repite con frecuencia, manifiesta la impresión que causaban las máscaras al público desacostumbrado. En tiempos de Nerón, un grupo de có micos ambulantes llegó hasta la Bética y se dispusieron a dar una sesión de teatro. Levantan su tablado y anuncian la representación de una tragedia. La gente acudió ante la novedad, pero al contemplar el aspecto de los actores cuando empezaron a declamar se llenaron de tal pánico que huyeron espantados todos los espec tadores. Hacia el siglo IV d. C., según Donato, suben las mujeres al tablado y represen tan los papeles femeninos en las comedias de Terencio. Entonces estas representa ciones se hacen ya sin caretas, como los mimos. En cambio las pantomimas seguían representándose con careta. 4.
Los actores a)
Su degradación social
En Roma la profesión de actor era ejercida por extranjeros, esclavos y libertos, que, como todas las personas que tenían que vivir vendiendo su ingenio o su tra bajo, se consideraban deshonradas. A diferencia de Grecia, había mujeres para representar los papeles femeninos, pero por eso mismo ya se les consideraba sin honor. En el gremio de cómicos estaba el pantomimus, el orchest'es (bailarín) y los que nombra Apuleyo: mimus, comoedus, tragoedus, funirepus, praestigiator, histrio, ceterique omnes ludiones 333. Gelio recuerda el bajo concepto en que ya los tenía Aris tóteles 334. Dice que un discípulo del filósofo Taurus, hombre joven y rico, gustaba de ir con comediantes, tragedos y flautistas, y su maestro, para apartarlo de tales compañías, le aconsejó que leyera todos los días una sentencia de Aristóteles en la que se expone la carencia de valor moral de la mayor parte de los artistas dionisíacos, porque su arte los aparta de la filosofía, y porque viven tan pronto en me dio de la disipación como en medio de la penuria, cosas ambas que conducen a la decadencia moral del hombre. Los actores teatrales y demás representantes de es pectáculos (ars ludiera; ludii, ludiones) carecían de voto activo y pasivo en los comicios (ius suffragium et honorum), y se les limitaba también mucho la esfera de los derechos privados, como se deduce del Digesto: ni el cómico (o cómica) ni sus hijos pueden emparentar con familias senatoriales 335; si la esposa de un senador artem ludicram facere coeperit, debe echarla de casa33β. En las mujeres el arte có mico se equiparaba legalmente al meretricio, y a la condena judicial, como se ve en Paulo: L a h ija d e u n sen a d o r , q u e v e n d e s u c u e íp o o e jerce e l arte c ó m ic o o h a s id o c o n d e n a d a e n ju ic io p ú b lic o , se casa im p u n e m e n te c o n u n lib e r tin o , p o r q u e n o c o n se r v a h o n o r a lg u n o q u ie n h a b a ja d o a ta m a ñ a t o r p e z a .337
333. 334. 335. 336. 337.
A p u l. Flor. 18. G e ll. 2 0 , 4. P a u l. D ig. 2 3 , P a u l. D ig. 2 3 , P a u l. D ig. 2 3 ,
2 ,44. 2 , 7 ; 2 3 , 2 , 4 4 , 7. 2 ,47.
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Y no solamente eso, sino que un senador no podía visitar ni recibir la visita de un cómico, e incluso para un caballero resultaba comprometido el hablar con un actor en la calle 338. Por este motivo los actores eran ordinariamente libertos, esclavos o extranjeros, con lo cual resultaba difícil que este gremio de personas llegara a dignificarse socialmente. Incluso escribir para el teatro no parecía digno de las personas del alto rango. En las grandes casas, entre los esclavos, había siempre pantomimos, cómicos, tragedos, flautistas para divertir a los señores durante las comidas, y a veces com pañías enteras que alquilaban a quien las pidiera, incluso a los organizadores de los juegos públicos; aunque los histriones más afamados solían estar en el palacio del emperador. Estas compañías de siervos cómicos se compraban y se vendían de ordinario juntos, como los portadores de literas. Trimalción compró una compañía de comediantes, pero creyó más oportuno que se dedicaran a la representación de A telanas.338 b) Compañías de cómicos Los libertos formaban también sus compañías (greges, cateruae) estables, con un administrador o representante (dominus gregis, primus actor), que solían hacer además los primeros papeles. Su fortuna dependía mucho de los éxitos consegui dos y de su ascendiente ante los magistrados organizadores de los juegos. c) Concurso de actores y de poetas A partir de la mitad del siglo I I a. C. el magistrado que organizaba los ludi scaenici convocaba un concurso de autores y compañías de actores. El solo decidía y su juicio era inapelable. Al dramaturgo triunfador se le entregaba como premio una palma, y al administrador de la compañía se le daba el dinero convenido, que debía de devolver si la representación no satisfacía. Y esto podía ocurrir por el descuido más insignificante de los actores, o de los tramoyistas, o por el influjo de los partidarios de otras compañías teatrales enemigas, que se distribuían por los graderíos para hacerlos fracasar, aunque contra ellos se distribuían también los fautores o mosqueteros propios, o por cualquier incidente ajeno al interior del tea tro. Cuando Terencio presentó por primera vez su Hecyra bastó que corriera por el graderío la noticia de que unos saltimbanquis (funambuli) habían montado su tenderete en las proximidades del teatro para que no pudiera representarse la co-
3 3 8 . T a c. A n n . 1, 7 7 . D e e n tre lo s fr a g m e n to s d e C ic. R e p . 4 , 1 0 -1 1 , le e m o s e sta s id ea s: «C u m arte lu d ic ra m sca e n a m q u e to ta m in p r o b r o d u c e r e n t, g e n u s id h o m in u m n o n m o d o h o n o r e c iu u iu m r e liq u o r u m carere, s e d e tia m tr ib u m o u e r i n o t a tio n e cen so ria v o lu e r u n t (R o m a n i)» (A u g u st. Ciu. D . 2 ,1 3 ). (Q u id h in c s e n se r in t R o m a n i u e te r e s , C ic er o te s ta tu r in lib r is q u o s d e re p u b lic a s c r ip sit, u b i S c ip io d is p u ta n s a it). « N u m q u a m c o m o e d ia e , n is i c o n s u e tu d o u ita e p a te r e tu r , p r o b a r e su a th e a tr is fla g itia p o tu is s e n t» . (C o m o e d ia m e ss e C ic er o ait im ita tio n e m u ita e , s p e c u lu m c o n s u e tu d in is , im a g in e m u e r ita tis) (D o n a t .
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media 340. La segunda vez le ocurrió lo mismo; ya se había representado con buen éxito el primer acto cuando circuló el rumor de que unos gladiadores iban a ba tirse fu e raM1. A estos recursos acudían a veces las compañías contrarias en la fe roz competencia que se hacían unas a otras. Es muy curioso este pasaje del pró logo del Ampbitruo de Plauto, declamado por el dios Mercurio: J ú p ite r rae h a en ca rg a d o q u e o s d ig a q u e se d istr ib u y a n u n o s in s p e c to r e s e n tr e lo s a s ie n to s d e la c á v ea , y si v ie r e n a a lg u n o s e sp e c ta d o r e s p u e s to s para a p la u d ir a d e te r m in a d o a cto r, q u e le s to m e n la to g a c o m o p r e n d a e n e l m is m o g ra d erío . S i a lg u n o h a s o lic ita d o la p a lm a e n fa v o r d e lo s c o m e d ia n te s o d e c u a lq u ie r o tr o a r tista , ya sea p o r carta, ya sea p e r so n a lm e n te , o p o r in te r m e d ia r io s, o s i lo s e d ile s d e c id e n in ju s ta m e n te e l p r e m io , J ú p ite r h a m a n d a d o q u e se le s a p liq u e la m ism a le y q u e si h u b ie r a n m a n ip u la d o ile g a lm e n te u n a m a g istra tu ra para s í o para o tr o . E l d ic e q u e v u e str a s v ic to r ia s sea n c o n s e g u id a s c o n v u e s tr o v a lo r , n o p o r la in trig a , n i p o r la p e r fid ia : ¿ p o r q u é e l c o m e d ia n te n o h a d e so m e te r s e a la m ism a le y q u e u n gran c iu d a d a n o ? H a y q u e c o m p e tir c o n e l m é r ito p r o p io , n o c o n p a r tid a rio s. E l q u e obra b ie n s iem p r e tie n e p a r tid a rio s, s i lo s ju ec e s s o n im p a rc ia le s. T a m b ié n m e h a en car g a d o e n s u s in str u c c io n e s: q u e se n o m b r e n in s p e c to r e s so b r e lo s c ó m ic o s. Q u e s i v e n p e r so n a s a p o sta d a s para a p la u d ir lo s o para c o n tr ib u ir al é x it o d e s u s c o m p a ñ e r o s, q u e lo s d e s p o je n d e lo s v e s t id o s y le s m a g u lle n la p ie l. N o o s e x tr a ñ é is q u e J ú p ite r s e p r e o c u p e ta n to d e lo s c ó m ic o s, p o r q u e ahora v a a h a c e r é l d e a cto r e n e s ta p ie z a . ¿ P o r q u é o s s o rp re n d éis? ¡C o m o si fu e r a u n a n o v e d a d q u e J ú p ite r salga s o b r e la s ta b la s! ¿ N o a p a rece e n la s tr a g e d ia s? E s m á s, e l a ñ o p a sa d o , c u a n d o lo s c ó m ic o s l o in v o c a r o n e n e s te m is m o e sc e n a r io , J ú p ite r e n p e r so n a v in o en su a y u d a .342
Las ganancias económicas en conjunto no eran muchas; y a buen seguro que la economía de su vida se apoyaba en otros trabajos habituales, porque los ludi scae nici no se daban más que en ocasiones, y había diversas catervas de cómicos que se hacían rabiosa competencia. d) Cómicos bien considerados A pesar de este desprecio social que recaía sobre los actores de toda ars ludi era, siempre hubo cómicos sobresalientes y destacados, que, con la admiración del público, lograban la amistad de los grandes, la atención de los magistrados e in cluso el favor y la simpatía de dqjnas de la más alta alcurnia. Como representantes de estos cómicos extraordinarios citaremos a Q. Roscio de Lanuvio, que fue amigo de Sila el dictador, de quien recibió el anillo de oro, y el erario público le señaló una pensión diaria de mil denarios 343. Fue maestro de pronunciación y declamación de Cicerón, que le dedica los más grandes elogios, llamándolo el prototipo del buen actor M\ Empezó a actuar con máscara porque era un poco bizco 345, pero el público, movido por la dulzura de su voz y la finura de su acción, le pidió que se presentara al natural, y entonces la expresión de su rostro y el lenguaje de sus ojos, a .pesar de su defecto natural, le proporcionaron los mayores éxitos 34e. Acusado judicialmente por un tal Fanio, lo defendió C icerón347 340. 341. 342. 343. 344. m o d i s it, 345. 346. 347.
T er . H ec. 2 5 -7 . T e r . H ec. 3 0 -4 . P la u t. A m p h . 6 4 -9 2 . M a cr o b . Saturn. 2 , 10. C ic. D e O r. 2 , 2 3 3 ; 1, 1 3 0 ; B ru t. 2 9 0 ; P ro Q u in ct. 7 8 : u t s o lu s d ig n u s u id e a tu r e ss e , q u i in sca en a sp e c te tu r » . C ic. N a t D eor. 1, 7 9 . C ic. D e O r. 3 , 2 2 1 . C ic . P ro R o scio C o m o e d o .
« e te n im
cu m
a r tife x e iu s
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y fue absuelto. Q. Catulo, colega y compañero de armas de C. Mario, compuso este epigrama en honor de Q. Roscio: M e h a b ía d e te n id o c a su a lm e n te para sa lu d a r a la A u to r a q u e su rgía, c u a n d o d e p r o n to ap a rece R o sc io p o r la iz q u ier d a . N o o s e n o jé is , c e le s tia le s , si o s d ig o q u e e s t e h o m b r e m e p a r e ció m u c h o m á s h e r m o so q u e u n d io s . 348
Murió ya viejo, pero por la exquisitez y excelencia de su arte, dice Cicerón, parecía que no debía m o rir.349 Del tiempo de Cicerón es. también el actor Esopo, recordado por Horacio 350 juntamente con Roscio; por Valerio Máximo: Aesopus artis ludicrae petilissi m u s 3S1, y donde lo llama tragoedus352. Al morir dejó a sus hijos una fortuna de veinte millones de sestercios. Auló Gelio nos recuerda a un actor trágico famoso de Grecia llamado Polo: S o b re sa lía e n tr e to d o s p o r la p u reza d e su v o z y p o r su h e r m o s u r a ... P e r d ió u n h ijo al q u e a m ab a e x tr a o rd in a r ia m e n te. C u a n d o c r e y ó q u e y a lo h a b ía llo r a d o b a sta n te, v o lv ió a s u p r o fe s ió n . E n la E le c tr a d e S ó fo c le s q u e r e p r e se n ta b a e n to n c e s e n A te n a s d e b ía lle v a r u n a urna c o m o s i e n e lla se en cerraran lo s h u e s o s d e O r e ste s . E n e sta p ie z a , E le c tr a , c re y e n d o lle v a r e n s u s m a n o s lo s r e s to s d e s u h e r m a n o a sesin a d o , g im e a n g u stio sa m e n te s u m u er te y se a b a n d o n a a lo s tr a n sp o rtes d e l m ás p r o fu n d o d o lo r . P o lo , v e s t id o c o n lo s o r n a m e n to s lú g u b r e s d e E le c tr a , y te n ie n d o en lu gar d e la s p r e te n d id a s c en iz a s d e O r e ste s la u rn a q u e en carrab a lo s h u e s o s d e su p r o p io h ijo , q u e é l h a b ía sa ca d o d e l s e p u lc r o , la a p reta b a co n tr a su c o r a z ó n , y lle n ó to d o e l te a tr o , n o d e g r ito s sim u la d o s, s in o d e u n d o lo r r e a l y d e la m e n ta c io n e s d esga rrad oras. T o d o e l p ú b lic o a p la u d ía y llo r a b a a n te l o q u e im a g in a b a u n a h erm osa f ic c ió n en la r e p r e se n ta c ió n d e su p a p e l; p e r o e l artista e stab a m a n ife sta n d o su d o lo r v iv o y r e a l . 353
Estos cómicos excepcionales eran sumamente honrados por los individuos de sus gremios, e incluso por las ciudades donde representaban, máxime en los po blados de la Campania, donde los nombraban decuriones y augures y les erigían estatuas. Los emperadores los obsequiaban y pagaban extraordinariamente. Cuando Vespasiano organizó unos ludi scaenici para celebrar el reestreno del teatro de Mar celo, restaurado por él, además de las coronas de oro, etc., a ningún cómico que intervino le pagó menos de 40.000 festercios, y al tragedo Apeles, 400.000. Nerón, en unas fiestas, les regaló 2.200.000 sestercios, a distribuir entre los cómicos y los atletas, y a buen seguro que la mayor parte de ese dinero correspondía a los cómicos. Pero los ludiones más famosos dependían del palacio imperial, en donde mu chos eran los Ganimedes de los emperadores, y otros los Paris de las emperatri-
348.
349. 350. 351. 352. 353.
C ic . N a t. O eor. 1, 7 9 : C o n stite r a m , e x o r ie n te m A u r o r a m fo r te sa lu ta n s, cu m s u b ito a la e u a R o sc iu s e x o r itu r . P a c e m ih i lic e a t, c a e le s te s, d ic e r e u e str a , m o r ta lis u is u s p u lch rio r e ss e d e o . C ic. P ro A rch . 4 7 . H o r . E p . 2, 1, 8 0 . V a l. M a x . 8 , 10I, 2 . V a l. M a x . 9 , 1, 2 . G e ll. 6 , 5 .
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ces 35\ Es difícil pensar en un reinado imperial en el que no haya un histrión, o un pantomimo que no conmueva los sentimientos familiares del interior del palacio, y las envidias de unos y las pullas de otros del exterior. Por eso ya no es extraño que los personajes de la alta sociedad romana se rodeen de pantomimos y de histriones. El senadoconsulto 'del año 15 d. C., que prohibía a los senadores visitar a los cómicos y a los caballeros saludarles por la calle, se convirtió muy pronto en papel mojado. Durante el reinado de Nerón fueron muchos los jóvenes de familias nobles que se convirtieron en verdaderos lacayos de pantomimos y pantomimas. En tiempos de los Antonios había muchos senadores que se pasaban gran parte de la mañana entre los cómicos y los aurigas del circo. Un cómico que por recuerdo de Paris el pantomimo y compañero de orgías de Nerón 355 tuvo este mismo nombre en tiempos de Domiciano fue muerto por éste, porque se había ganado los favores de la emperatriz Dom icia356. Pero el lugar donde cayó muerto apareció cubierto de flores y rociado de perfumes depositadas por sus admirado ras, y su sepulcro se honró con este epitafio escrito por Marcial: T ú , p a se a n te p o r la v ía F la m in ia , n o p a se s d e la r g o p o r d e la n te d e e s t e n o b le m o n u m e n t o d e m á r m o l. Y a c e n a q u í c o n P a r ís la s d e lic ia s d e R o m a , e l in g e n io d e A le ja n d ría , e l arte y la gracia, la b r o m a y la a leg ría , e l o r n a to y e l d o lo r d e l te a tto r o m a n o y d e to d a s la s d io sa s y d e to d o s lo s d io s e s d e l a m o r .357
5.
Los espectadores a) Van creciendo en número
Los actores levantaban hondas pasiones en los espectadores y difícilmente se contemplaba impasiblemente una representación de los ludiones. Se formaban ban dos en favor de unos o de otros, parecidos a los de las facciones circenses, de don de surgían a veces verdaderas batallas en los graderíos.
3 5 4 . S u e t. O o m it. 3 , 1. E n tie m p o d e C a ro , C a rin o y N u m e r ia n o , « d o n a tu m e s t G r a e cis a r tific ib u s e t g y m n ic is e t h is tr io n ib u s e t m u sic is a u tu m e t a r g en tu m , d o n a ta e t u e s tis serica » (V o p is c . Carinus, Carus, N u m erian . 19, 3 ). Y n o fa ltó q u ie n d ila p id ó c o n e llo s to d a s u h a c ie n da, c o m o M é sa la . D ic e e l m is m o h isto r ia d o r : « M e ssa lla p a tr im o n iu m su u m sca e n ic is d e d it, h e r e d ib u s a b n e g a u it, m a tris tu n ic a m d e d it m im a e , la c e rn a m p a tris m im o , e t r e c te , s i au ia e p a llio a u ra to a tq u e p u r p u r e o p r o sy rm a te tr a g o e d u s u te r e tu r . I n sc r ip tu m e s t a d h u c in ch o r a u le p a llio ty r ia n th in o , q u o ille u e lu t s p o lio n o b ilita tis e x u ltâ t, M essa lla e n o m e n u x o r is . Ia m q u id lin e a s p e tita s A e g y p to lo q u a r? Q u id T u r o e t S id o n e te n u ita te p e r lu c id a s, m ic a n te s p u rp u ra , p lu m a n d i d iffic u lta te p e r n o b ile s ? D o n a ti s u n t e t A tr e b a tis b ir r i p e tit i, d o n a ti b irri C a n u s in i, A fr ic a n i, o p e s in sca en a n o n p r iu s u isa e . E t h a e c q u id e m id c ir c o e g o in litte r a s r e tu li, q u o d fu tu r o s e d ito r e s p u d o r e ta n g er e t, n e p a tr im o n ia su a p r o sc r ip tis le g itim is h e r e d ib u s m im is e t b a la tr o n ib u s d e p u ta r e n t» (id . ib. 2 0 -2 1 ). 3 5 5 . S u et. N ero , 5 4 ; T a c. A n n . 1 3 , 1 9 . Y d e l em p e r a d o r G a lie n o d ic e s u b ió g r a fo T r e b e ll. P o Ë io , 2 1 , 6 : « S e m p er n o c tib u s p o p in a s d ic itu r fr e q u e n ta ss e e t c u m le n o n ib u s , m im is, scu rrisq u e u ix is s e » . 3 5 6 . S u e t. O o m it. 3 . I n c lu s o h u b o e m p e r a d o r e s q u e se g lo r ia b a n d e rep re sen ta r e llo s e n p e r so n a lo s m im o s. A s í n o s d ic e A e l. L a m p r id . H eliog. 5 , d e e s te c o rr o m p id o e m p era d o r: « A g e b a t d o m i fa m b u la m P a r id is ip s e V e n e r is p e r so n a m s u b ie n s , ita u t s u b ito u e s te s ad p e d e s d e flu e r e n t, n u d u s q u e u n a m a n u ad m a m m a m a ltera p u d e n d is a d h ib ita in g e n ic u la r e t, p o s te r io r ib u s e m in e n tib u s in s u b a c to r u m r e ie c tis e t o p p o s itis . V u ltu m p raeterea e o d e m q u o V e n u s p in g itu r sch a em a te fig u ra b a t, co rp o re to to e x p o lit u s , e u m fr u c tu m u ita e p r a e cip u u m e x istim a n s , si d ig n u s a tq u e a p tu s lib id in i' p lu r im o r u m u id er e tu r » . 3 5 7 . M a r t itl. 1 1 , 13.
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Pero esto no sucedía en un principio cuando el público era escaso y se reunía en el teatro sobria y respetuosamente, como para contemplar una escena de signifi cación religiosa 358. Cuando el pueblo creció, se sometió el mundo al imperio de Roma, y las riquezas afluían de todas partes hacia la capital del mundo, se aumen taron los graderíos en el circo, se erigieron grandes teatros y a las fiestas de Roma acudían no sólo los municipes del Lacio, sino curiosos y espectadores de todo el mundo. En el teatro se reunían los doctos y los indoctos, los rústicos y los urbanos, los torpes y los honestos 359. Es natural que en las competiciones cómicas se tra tara de influir en el público de formas soliviantadoras para conseguir triunfar so bre los adversarios, ya que el público ignorante no podía juzgar muchas veces por sí mismo. De ahí vino el que la compañía que representaba distribuyera entre los asientos de la cávea un buen equipo de mosqueteros o una poderosa claque (ope rae) que, con la iniciación de los aplausos y sus gritos de aprobación, inclinaran en su favor a los circunstantes 360. Pero los contrarios no se descuidaban tampoco: aprovechaban cualquier paso inverosímil del drama para silbar y levantan su voz de protesta, o cualquier sílaba mal pronunciada, o cualquier movimiento desacom pasado, para patalear y formar una escandalera, como decía Cicerón: «Si un cómi co se mueve fuera de compás, o si ha pronunciado una sílaba demasiado breve o demasiado larga, es silbado y pataleado».361 b) Augusto pretende reformar el teatro Augusto pretendió llevar al teatro su plan de reforma moralizadora y quizá confió a Horacio el cometido de restaurar el teatro antiguo. Horacio, el juicioso Horacio, que examina escrupulosamente todo el contorno que hay a su alcance an tes de mover un pie, escribe una Epístola 362 a Augusto exponiéndole su opinión sobre los poetas arcaicos, en especial los cómicos 363', para disuadirlo. Al pueblo hay que ofrecerle teatro, pero dado el poco gusto de los autores arcaicos, la esterili dad de los autores modernos 364 y la desvergüenza de los mimos, de las atelanas y de las pantomimas, hay que darle un género nuevo que lo entretenga agradable mente 365. Pero ante todo hay que educar al pueblo para que sepa contemplar y vaya al teatro no a vocear, sino a deleitarse con las obras representadas. Porque ahora el populacho no se satisface más que con espectáculos de luchas y cazas de animales, y con ver discurrir en el tablado legiones enteras, hileras de carros y carrozas cargadas de botín, .y el intentar hablarle en cuerdo sería lo mismo que el pretender referir un cuento a un asno sordo. Por otra parte los tumultos que se for man en las graderías son semejantes a los vendavales que azotan los ventalles del Gárgano o los bramidos que surgen de los oleajes en el estrecho de Mesina 366.
358. 359. 360. te r o s d e l cap az d e m ic o s la 361. 362. 363. 364. 365. 366.
H o r . A . P. 2 0 6 -7 . H o t . A . P. 2 1 2 -3 . V é a se P lin . E p . 2 , 1 4 , 6 -1 3 . T ac. A nn. 1, 1 6 , h a b la d e u n P e r c e n n io , jefe d e m o sq u e te a tr o , ta n p o t e n te q u e , lu e g o s o ld a d o d e la s le g io n e s rom an as e n la G e r m a n ia , fu e r e v o lu c io n a r la s, c o m o c u e n ta e l m ism o T á c ito , A n n . 1, 1 6 ss. E sta riv a lid a d d e lo s c ó e x p o n e ta m b ié n T á c ito , A n n . 1, 5 4 . C ic. Parad. 2 6 ; c f. D e O r. 3 , 198. H o r . E p . 2 , 1. H o r . E p . 2 , 1, 5 0 -1 0 2 ; 1 8 2 -9 3 . H o r . E p. 2 , 1, 1 8 5 -2 0 1 . H o r . A . P. 2 2 3 . H o r . E p. 3 , 1, 1 8 3 -2 0 3 .
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Esto es lo que aparta del teatro al poeta más audaz 367. Ante esas multitudes de ig norantes que llenan los teatros: a u n q u e m u c h o s e n n ú m e r o , p o c o s p o r e l m é r ito y la c o n sid e ra c ió n , ig n o r a n te s y e s tú p id o s , y p r o n to s a d a r se d e p u ñ e t a z o s 3M,
exclama Horacio que se sentía longe longeque remotum 389 de ese profanum uulg u s310; ualeat res ludiera. 371 Como un comentario de esta opinión de Horacio, podemos recoger la recomen dación de Plauto en el prólogo del Poenulus: «Que se vayan las nodrizas que lle ven crios demasiados pequeños, y'las mujeres que no chillen» 372; y: «Os vengo a exponer el argumento de la comedia, si vuestra benignidad se presta a escucharlo; el que no quiera oírlo que se vaya fuera y deje el asiento a los que quieran es cuchar». 373 c) La plebe en el teatro Al resultar imposible esta previa formación del populacho, la reforma del tea tro no se intentó siquiera, y el público se hizo tanto más difícil e indisçiplinado, lo mismo en el circo que en el teatro, por la abundancia de juegos con que los emperadores pretendían ganárselo. La plebs sordida et circo ac theatris sueta de Tácito 374 resultaba demasiado peligrosa para los emperadores, que trataron de ganársela satisfaciéndole en todo sus deseos, que por otra parte se concretaban a panem et circenses. El gobierno velaba por el pañis mediante los grandes repartos periódicos de trigo, e incluso de dinero (congiarium) 375; y, como es natural, a esta plebe de holgazanes había que entretenerla, y de ahí la necesidad ya ineludible de ofrecerles también juegos constantes. Y lo que en un principio creyeron los prín cipes conceder por su generosa benignidad, advirtieron muy pronto que se había convertido prácticamente en un derecho del pueblo. Por eso, cada emperador, al subir al trono, veíase obligado a hacer lo posible por superar el esplendor y la grandiosidad de las fiestas organizadas por sus antecesores. Y esto era tanto más necesario cuanto al cesar prácticamente los comicios o asambleas del pueblo, era el teatro y el circo la única ocasión que el pueblo tenía de ponerse en contacto con sus príncipes y manifestarle su aquiescencia o su re pulsa. Cuando aparecía el príncipe en el teatro o en el circo, el pueblo complacido se levantaba de sus asientos, sé componía la toga, y aplaudía frenético, repitiendo el nombre del emperador. Estas aclamacionessolíanhacerse también en honor de al gún general victorioso, o dealguna persona grata, como sabemos que aconteció a Mecenas, al aparecer en el teatro de Pompeyo después de una larga enfermedad. Al ver al ministro de Augusto el pueblo se alzó y tributó un triple aplauso, muy 3 6 7 . H o r . E p. 2 , 1, 1 8 2 . 3 6 8 . H o r . E p. 2 , 1, 1 8 3 ss. 3 6 9 . H o r . Sat. 1 , 6 , 18. 3 7 0 . H o r . O d . 3 , 1, 1. 3 7 1 . H o r . E p . 2 , 1, 1 8 0 . 3 7 2 . P la u t. P oen. 2 8 -3 5 . 3 7 3 . P la u t. M il. G l. 7 9 -8 3 . 3 7 4 . T ac. H irt. 1, 4. 3 7 5 . C f. T a c. A ttn . 1 2 , 4 1 ; S u e t. A u g. 4 1 : « C o n g ia r ia p o p u lo fr e q u e n te r d e d it, s e d diu ersa e fe r e su m m a e : m o d o q u a d r in g e n o s, m o d o tr e c e n o s , n o n n u m q u a m d u c e n o s q u in q u a g e n o sq u e n u m m o s » . C f. P lin . Paneg. 2 6 -2 9 .
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prolongado, como nos dice Horacio 376. Plinio alaba la decisión de Trajano de par ticipar lo más posible en los juegos públicos: «De este modo tus ciudadanos po drán verte a ti y tú verlos a ellos; todo el mundo disfrutará viendo, no solamente el palco del príncipe, sino al príncipe en persona, sentado entre el pueblo y a la vista de to d os».317 El público aprovechaba muchas veces la alegría del circo o del teatro para ha cer sus peticiones al emperador: pedía los espectáculos que deseaba, el indulto de tal o cual gladiador, la libertad de este o de aquel atleta o cómico, etc. Y a veces llegaba a más: en los juegos triunfales'celebrados por Augusto en el año 9 exigían la abrogación de la ley que acababa de promulgar sobre el matrimonio; bajo Galba el público pedía al emperador la muerte de Tigelino316; los decretos de persecución contra los cristianos surgían muchas veces del griterío de las cáveas de los teatros. Ni faltaban tampoco las bromas y las pullas contra los mismos emperadores, que no siempre tomaban la cosa a chanza y hacían grandes escarmientos, aun en el mismo teatro 379. Escribía Casiodoro en el año 509: «Nada de lo que el pueblo jubiloso puede decir en el circo se considera como injuria, pues el lugar disculpa los excesos. Su locuacidad debe ser acogida con paciencia y ni siquiera mueve a ira a los emperadores». Esto sucedía a veces, pero cuando el pueblo bramaba agitado por una pasión, el emperador mandaba sonar la trompeta de la cohorte encargada de conservar el orden y dictaba allí mismo un decreto imponiendo el silencio por medio de su heraldo. Ya Cicerón advertía el peligro que encierra el teatro para la legitimidad de los sentimientos, porque con frecuencia en él se ensalza a unos y se abate a otros por impresiones momentáneas.380 En el año 15 d. C., en presencia de Tiberio, el público insultó a los magistra dos; intervino la cohorte pretoria que montaba la guardia en el teatro y murieron 3 7 6 . H o r . O d . 2 , 1 7 , 2 5 -6 . 3 7 7 . P lin . P aneg. 5 1 , 4 -5 ; 5 5 , 11. 3 7 8 . T a c. H ist. 1, 7 2 . C ic e r ó n , e n A tt. 2, 1 9 , 3 , r ec u e r d a la o fe n s a q u e d ir ig ió a P o m p e y o e l tr a g e d o D íf il o e n io s ju eg o s A p o lin a r e s . E l p u e b lo a p r o v e ch a e sta s r e u n io n e s para m a n ife s tar su p e n s a m ie n to s o b r e lo s m a g istr a d o s. C u a n d o C ic e r ó n e sta b a e n e l d e stie r r o e l teatro fu e u n e sc e n a r io d e la s e x ig e n c ia s d e l p u e b lo para la v u e lta d e l or a d o r (C ic . Sest. 1 1 5 -1 1 7 ). P e r o e l m is m o C ic er ó n n o ta q u e e s t o e s p o c a se r ie d a d y p r o p io d e los g r ie g o s, o u e tom an a la lig e r a la s d e c isio n e s m á s tr a sce n d en ta le s e n lo s te a tr o s (C ic . Flacc. 1 5 -1 7 ). J u lio C a p ito lin o , e n la v id a q u e e sc r ib ió d e l em p era d o r M a cr in o (M acrin. 1 2 , 7 -9 ), n o s r ec u erd a lo s in s u lto s q u e le d ir ig ió e l p u e b lo e n e l tea tro . 3 7 9 . T a c. A n n . 1, 7 7 , 1-2. E l em p e r a d o r M a rco A n to n io era d e m a sia d o in d u lg e n te c o n los d e v a n e o s d e su m u jer, a q u ie n acababa d e so rp re n d er c o n T e r tu llu s , e n c u m b ra d o n o o b s ta n te p o r e l e m p e r a d o r . « D e q u o m im u s in sca en a p r a e se n te A n to n in o d ix it, c u m s tu p id u s n o m en a d u lte ri u x o r is a ser u o q u a er e re t, e t ille d ic e r e t ter ‘T u llu s ’, e t a d h u c s tu p id u s q u a e r e r e t, res p o n d it ille : ‘iam d ix i te r , T u llu s d ic itu r ’. E t d e h o c q u id e m m u lta p o p u lu s , m u lta e tia m alii d ix e r u n t p a tie n tia m A n to n in i in c u s a n te s » (I u i. C a p ito l. M a tc u s A n to n in u s, 2 9 , 2-3); e l m is m o I u i. C a p ito l. M a x im in i du o, 9 , 3-5: « D e n iq u e c u m im m o r ta le m s e p r o p e cre d e r e t o b m ag n itu d in e m c o r p o r is u ir tu tis q u e , m im u s q u id a m in th e a tr o p r a e se n te illo d ic itu r u e is u s G r a e co s fix is s e , q u o ru m h a e c era t L a tin a sen te n tia : ‘E t q u i ab u n o n o n p o t e s t o c c id i, a m u ltis o c c id itu r . E le p h a n s g ra n d is e s t e t o c c id itu r , le o fo r tis e s t e t o c c id itu r , tig r is fo r tis e s t e t o c cid itu r; c a u e m u lto s , si s in g u lo s n o n tim e s ’»·. E l em p e r a d o r , q u e n o te n ía largas e n te n d e d e r a s , n o c o g ió e l c h is te y p r e g u n tó q ú é sig n ifica b a a q u ello : « D ic tu m e s t e i q u o d a n tiq u o s u e r su s c a n ta r e t co n tr a h o m in e s a sp ero s scr ip to s; e t ille , u t erat T h r a x e t b a rb a ru s, c r e d id it» . · 3 8 0 . C ic . A t t . 2 , 1 9 , 3 ; P hil. 1, 3 6 .
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varias personas del pueblo, algunos soldados, un centurión y el mismo tribuno de la cohorte resultó herido. Al día siguiente un senadoconsulto autorizó a los pre tores a enviar al destierro a los perturbadores del te a tro 381. Nerón incluso llegó a suprimir la guardia del teatro, con lo cual surgían frecuentes luchas campales en los graderíos, cosa que entusiasmaba tanto el emperador que hasta él lanzaba pie dras y rompía bancos para tirarlos contra unos o contra otros, llegando en cierta ocasión a herir él mismo en la cabeza a un pretor. Estas escenas movieron a dar diversos decretos de expulsión de los pantomimos por parte de unos emperadores, y de llamada por parte de otros 302, hasta que al fin Justiniano les prohibió actuar, primero en Antioquía y después en Roma. Pero a estos extremos de escandalosas escaramuzas no se llegaba más que al guna que otra vez. Lo ordinario era que los encontronazos se redujeran a algunos grupos que protestaban por las protestas de los otros, y que no pasarán de algu nas palabras o de unos golpes, como vemos en Plauto: «El que quiera camorra, que la arme, si tiene a su lado un contrincante más fuerte, y no le aseguro la ga nancia». 383 d) El teatro, lugar de reunión y de ostentación El espectáculo no procedía sólo de la escena, sino del conjunto, del ambiente, como sucede en nuestras plazas de toros. El teatro, lo mismo que el circo, se con vertía en un lugar de reunión. En las últimas filas se apretaba el pueblo, pero en las gradas inferiores se reunía la nobleza como en un gran salón. No hallaban me jor ocasión ni las mujeres mundanas para sus cazas o tercerías ^ ni las ligeras para sus devaneos, como les aconseja Ovidio 385; ni las elegantes ocasión más opor tuna para hacer ostentación de sus alhajas y de su hermosura: «Van al teatro a ver y a que las, vean» 3M. Con razón decía Tertuliano que el teatro estaba dedicado a Venus y a Liber 337, y que los cristianos no podían asistir a él porque era una ver dadera escuela de lascivia.388 e) Comidas, regalos y loterías en el teatro Es verdad que Plauto 389 recomienda comer algo antes de ir al teatro, porque no es bueno alimentarse sólo de fábulas; pero esto era en las representaciones ordinarias y en su tiempo, cuando no asistían más que a una comedia, desde la una a las cinco de la tarde; porque en tiempos posteriores, incluso al final de la República, los espectáculos se empalmaban y el pueblo pasaba gran parte del día en el teatro. En este caso hacia el mediodía se interrumpían los actos y el pue blo salía á comer o se les obsequiaba con la comida en sus propios asientos. Los esclavos de los organizadores de los juegos circulaban con canastillas y grandes 381. 382. 383. 384. 385.
386. 387. 388. 389.
T a c. A n n . 1, 7 7 . P lin . Paneg. 5 6 , 1-4. P la u t. C apt. 6 3 -5 . P la u t. P oen . 17. O v id . A r s A m . 3 , 5 1 3 -4 : S p e c ta n te m s p e c ta , r id e n ti m o llia r id e . I n n u e t; a c ce p ta s tu q u o q u e r e d d e n o ta s. O v id . A r s A m . 1, 9 9 ; I u v e n a l. 6 , 3 5 2 -4 ; O v id . A r s A m . 1, 8 8 -1 3 4 ; 1 3 5 -2 7 0 ; 2 9 5 -5 0 2 . T e r tu ll. D e S p ect. 1 0 , 3-7. T e r tu ll. ib . 1 0 , 1 7 . P la u t. P oen . 6 -1 0 .
fuegos escénicos
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fuentes de comida, y numerosos cántaros de v in o 300. Todo el mundo, niños, mu jeres, caballeros y senadores participaban como de una mesa común, e incluso al gunos emperadores no se dedignaron de participar de aquella algazara familiar. Se dice que en una ocasión Caligula vio a un caballero que comía con verdadero apetito y le envió su propia ración, y a un senador que también se deleitaba con los manjares ofrecidos le envió una esquela autógrafa en que lo nombraba pretor. A veces se arrojaban sobre el público regalos comestibles como frutas: higos, dátiles, nueces, ciruelas; empanadas, queso; muslos de pollo y hasta gallinas ente ras. Así lo hizo Domiciano, que en otras ocasiones arrojó esquelas, como billetes de lotería, con números que eran la contraseña de grandes o pequeños premios. Nerón, en unas fiestas organizadas para pedir a los dioses la eternidad del Impe rio romano, echó por la cávea del teatro mil aves de todas las especies cada día, con gran número de papeles que se canjeaban según la contraseña por costales de tri go, prendas de vestir, oro, plata, piedras preciosas, fieras domesticadas, bestias de tiro, casas para vivir y fincas rústicas301. En otra fiesta dada por Heliogábalo a uno le tocaron diez osos, a otro diez lirones, a otro diez libras de oro, a otro diez le chugas, etc. No hay que decir que la gente se arremolinaba sin miramiento alguno, se tiraba por el suelo en el afán de la rebatiña, y que con frecuencia sacaban al final a varias personas totalmente descuajaringadas. Nerón, sobre todo, gozaba la mar co n ’esto; pero las personas prudentes procuraban salirse en seguida del tea tro cuando el pregonero anunciaba los xenia o munera. f) Fiestas nocturnas Y estos espectáculos no siempre se acababan con el día. Ya en tiempos anti guos se había iluminado alguna vez el foro y el Comicio por motivos de culto religioso u otros acontecimientos. Augusto, en el año 17 a. C., en que organizó los ludi saeculares, iluminó el Palatino, el Foro y el Capitolio, lugares que recorría de noche el desfile imperial, acompañado del cántico del Carmen Saeculare de Ho racio, ejecutado rítmicamente por 27 jóvenes y otras tantas doncellas. El empera dor proveyó que a esas fiestas nocturnas no podía asistir la gente joven sino acom pañando a alguna persona mayor. En las fiestas Saturnales, por celebrarse en el mes de diciembre, en que los días son más cortos, abundaban también las iluminaciones 392. Domiciano llegó a
3 9 0 . S ta t. Silu. 1, 6 , 2 8 -3 4 . D o m ic ia n o . rep a rte b o c a d illo s e n tr e lo s a s iste n te s a lo s ju eg o s, e m p e z a n d o a c o m e r é l e n m e d io d e t o d o s ... « d ie q u e p r o x im o o m n e g e n u s reru m m issilia s p a r sit, e t q u ia p a rs m a io r in tra p o p u la r ia d e c id e r a t, q u in q u a g e n a s te sse r a s in sin g u lo s c u n eo s e q u e s tr is ac s e n a to r ii o r d in is p r o n u n tia u it» (S u e t. O ornit. 4 , 5 ). 3 9 1 . S u e t. N ero , 1 1 , 2 ; D o m it. 4 , 1: « V e n a tio n e s g la d ia to r e s q u e e t n o c tib u s ad lu c h n u c h o s (e d id it): n e c u ir o r u m m o d o p u g n a s, s e d e t fe m in a ru m » . 3 9 2 . S u e t. D o m it. 4 , 1; S ta t. Silu. 1, 6, 8 5 ss. N o era raro q u e alg ú n em p era d o r, c o m o si n o h u b ie r a b a s ta n te s e n tr e te n im ie n to s, in ten ta r a crear s u s p r o p io s ju e g o s . A s í v e m o s , p o r ejem p lo , al e m p e r a d o r G a lie n o (2 6 0 -2 6 8 ), q u e h iz o u n a e x c u r s ió n al O r ie n te y, h a b ie n d o p e r d id o e n e lla m u ch o s s o ld a d o s , s e v o lv ió a R o m a , c o m o s i h u b ie r a c o n s e g u id o lo s o b je tiv o s p ro p u e s to s , y p a ra c eleb ra r lo e sta b le c ió u n o s ju eg o s n u e v o s q u e n o s d e scr ib e a sí s u b ió g r a fo : « R o m a m c u r su r a p id o c o n u o la u it c o n u o c a tis q u e p a trib u s decen n ia c e le b r a u ít n o u o g e n e r e lu d o r u m , n o u a s p e c ie p o m p a r u m , e x q u is ito g e n e r e u o lu p ta tu m . Tam p r im u m in te r to g a to s p a tr e s et e q u e str e m o r d in e m a lb a to m ilite e t o m n i p o p u lo p r a e e u n te , se r u is e tia m p r o p e o m n iu m e t m u lie r ib u s c u m c er e is fa c ib u s e t la m p a d ib u s p r a e c e d e n tib u s C a p ito liu m p e tiit. P r a e c e s e r u n t etiam a ltr in se c u s c e n te n i a lb i b o u e s c o rn u is auro iu g a tis e t d o r s u a lib u s s er ic is d is c o lo r ib u s p r a e fu l g e n te s ; arn a e c a n d e n te s ab u tra q u e p a r te d u c e n ta e p r a e c e s e r u n t e t d e c e m e le p h a n ti, q u i tu n c
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Ju egos públicos y fiestas profanas
presentar acosos de fieras y torneos de gladiadores con luz artificial durante la noche. Nerón organizó representaciones teatrales nocturnas y cuando le dijeron que esas fiestas podían prestarse a demasiadas aventuras respondió que con una ilumi nación tan fuerte todos lo verían en el caso que se diera y sería otro espectácu lo más. N o es fácil que nosotros podamos imaginar la impresión que causaría, por ejemplo, el anfiteatro Flavio en una fiesta nocturna. Aquel coso gigantesco soste nido por ochenta poderosos arcos que se encumbraba sobre cuatro pisos, hasta una altura de 48 metros, y albergaba de 40 a 45.000 espectadores desde la primera fila de asientos, cercanos a la arena, reservada para los senadores, hasta la última del cuarto piso, allá arriba donde se situaban las mujeres, dominados todos por el mismo sentimiento del goce de la vida. Allí los miembros de los colegios sacerdo tales con las ropas y las insignias de su dignidad, las vírgenes vestales, con sus túnicas y sus mantos de nieve, y en el centro de estos graderíos, siendo con fre cuencia el blanco de todas las miradas el palco del emperador, con todas las per sonas dé su casa imperial centelleantes en oro y en pedrería. Si el aspecto del coliseo, incluso de día, era ya una fiesta para los sentidos, ¿qué diremos con el parpadear y centellear de las mil luces que lo iluminaban de noche, poniéndose todo él como un ascua de fuego, con destellos de claridades e intervalos de luces enmeladas, con los efluvios intermitentes de los perfumes que se lanzaban al aire o se quemaban en pebeteros, y el moverse continuo de los espectadores o su posición estática ante un momento crucial de la escena? No era fácil que quien hubiera contemplado una vez esta escena la olvidara jamás en su vida.
era n t R o m a e , m ille d u c e n ti g la d ia to r es p o m p a b ilite r o r n a ti c u m au ratis u e s tib u s m a tro n a ru m , m a n su e ta e fe ta e d iu e r s i g e n e r is d u c e n ta e o r n a tu q u a m m a x im o a ffec ta e , c a rp en ta c u m m im is e t o m n i g e n e r e h is tr io n u m , p u g ile s fla c c u lis n o n u e r ita te p u g illa n te s . C y c lo p e a e tia m lu s e r u n t o m n e s a p in a rii (p a la b r a u sa d a p o r e s t e a u to r: ‘p a y a so , b u fó n ’), i t u t m iran d a q u a ed a m e t s tu p e n d a m o n str a r e n t. O m n e s u ia e lu d is s tr e p itu q u e e t p la u sib u s p er so n a b a n t. I p s e m e d iu s c u m p ic ta to g a e t tu n ic a p a lm a ta in te r p a tr e s , u t d ix im u s , o m n ib u s sa c e r d o tib u s p r a e te x ta tis C api to liu m p e tiit. H a s ta e a u ra ta e a ltr in se c u s q u in g e n a e , u e x illa c e n te n a p r a e te r e a q u a e c o lle g io ru m e r a n t, d r a c o n e s e t sig n a te m p lo r u m o m n iu m q u e le g io n u m ib a n t. I b a n t p r a e te te a g e n te s sim u la ta e , u t G o th i, Sa rm a ta e, F r a n c i, P e r sa e , ita u t n o n m in u s q u am d u c e n i g lo b is sin g u lis d u c e r e n tu r ...» (T r e b e ll. P o llio , G a llien i d u o , 7 , 4 -8 , 1 -7). Y c o m o e n la p o m p a lle v a b a n ta m b ié n u n o s c u a n to s q u e ib a n v e s tid o s d e p e r sa s c a u tiv o s , u n o s m im o s s e m e z cla ro n e n tr e e llo s y fu e r o n m ir á n d o lo s c o m o su m a cu r io sid a d ; c u a n d o le s p r e g u n ta r o n q u é h a c ía n , r e s p o n d ie r o n , c o m o in c u lp a n d o la d e s id ia d e l e m p era d o r: « P a tr e m p r in c ip is q u a e r im u s» , p o r q u e e l p a d re d e G a lie n o e sta b a c a u tiv o d e lo s p e r sa s. E n te r a d o d e e llo G a lie n o , s in p u d o r y s in v e rg ü en za , lo s m a n d ó q u em a r v iv o s . Y u n o s a ñ o s d e s p u é s (2 8 2 -2 8 4 ) lo s e m p e r a d o r es C aro, C a r in o y N u m e r ia n o : « M e m o r a b ile m a x im e C ari e t C a r in i e t N u m e r ia n i h o c h a b u it im p e r iu m , q u o d lu d o s p o p u lo R o m a n o n o u is o r n a to s sp e c ta c u lis d e d e r u n t, q u o s in P a la tio circa p o r tic u m s ta b u li p ic to s u id im u s . N a m e t n e u r o b a te m , q u i u e lu t in u e n t is c o th u r n a tu s fe r re tu r, e x h ib u it, e t to ic h o b a te n , q u i p e r p a r ie te m u r so e lu s o c u c u r rit, e t u r so s m im u m a g e n te s e t ite m c e n tu m sa lista s in c r e p itu c o n c in e n te s e t c e n tu m c er a ta u la s, c h o r a u la s c e n tu m , e tia m p y th a u la s c e n tu m , p a n to m im o s e t g y m n ic o s m ille , p e g a m p r a e te re a , c u iu s fla m m is see a e n a c o n fla g r a u it, q u a m D io c le tia n u s p o s te a m a g n ific e n tio r e m r e d d id it. M im o s p r a e te re a u n d iq u e a d u o c a u it. E x h ib u it e t lu d u m S a r m a tieu m , q u o d u lc iu s n ih il e s t. E x h ib u it C y c lo p e a » (V o p is c . Car. Carin. N u m er. 1 9 ).
5 Paseos y viajes de recreo
« Q u o d c a re t altern a r e q u ie d u ra b ile n o n est: H a e c rep arat u ir e s, fe s sa q u e m em b ra le u a t» . (O v id . H eroid. 4 , 8 9 )
1.
Hay que descansar
En medio de los trabajos, sobre todo de la mente, hay que tomar algún respiro que refresque nuestra inteligencia y renueve su tensión. Así lo recomienda Séne ca: «No podemos mantener el espíritu siempre en la misma tensión, sino que de bemos de tomar alguna distracción» \ Sócrates no se avergonzaba de jugar con los niños, Catón distraía en el vino su espíritu fatigado por los quehaceres públicos2, Escipión hacía saltar rítmicamente en la danza aquel cuerpo de héroe triunfador, no flexionándose muellemente, como ahora acostumbran muchos, que incluso en el andar superan la molicie de las mujeres, sino como aquellos antiguos varones que en los juegos y en las fiestas solían danzar varonilmente, al estilo de los sa liares, de suerte que ningún desdoro les podía causar, aunque los estuvieran vien do sus propios enemigos. Hay que darle algún respiro a nuestra mente y conce derle con frecuencia algún descanso, porque luego queda más fuerte y más ágil. Como a los campos fértiles no hay que exigirles una producción continuada — por que pronto se esquilman— , así también la tensión continuada y el trabajo asiduo del alma quebranta sus fuerzas, las cuales se recobran con el descanso y la distrac ción. Del trabajo ininterrumpido surge el embotamiento y la debilidad. Si el juego y la distracción no tuvieran un cierto deleite natural y legítimo, no sentirían todos los hombres tanto gusto por ellos; pero hay que guardarse de dejarse llevar por ellos porque acabarían con toda la gravedad y con toda la energía del alma. Por que también el sueño es necesario para recuperarse, pero dormir día y noche sería la muerte. Hay mucha diferencia entre aflojar y deshacer una cosa. Los legisladores establecieron días de fiesta para que todos se vieran obligados a participar en las distracciones públicas, e interpusieran en sus trabajos la mode ración necesaria. Algunos hombres sumamente sensatos se toman algunos días de vacación dentro de cada mes, y otros dividen su jornada entre el descanso y los negocios. Así recuerdo a Asinio Pollón, gran orador, que después de la hora dé cima daba de mano, y ni siquiera leía las cartas que le llegaran después de esa hora, 1. 2.
27
S e n e c a , T ra n q u ill. 1 7 , 4 -8 . H o r . O d . 3 , 2 , 11.
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Paseos y viajes de recreo
para que no le sobreviniera ninguna preocupación; y durante esas dos horas se re cobraba de todo el cansancio del día. Algunos tomaban el descanso del mediodía y dejaban para las horas de la tarde los trabajos más ligeros. Nuestros antepasa dos prohibieron que después de las diez se tomara resolución alguna en el senado. El soldado tiene divididas sus guardias, y los que vuelven de alguna expedición tienen la noche libre de todo servicio. Hay que darle algún respiro a nuestra mente y concederle con frecuencia al gún descanso, que podríamos comparar al alimento y al refuerzo. Hay que pasear por parajes al aire libre, para que el espíritu se rehaga bajo el techo del cielo y a pleno aire. Algunas veces un paseo en vehículo, un viaje y un cambio de lugar darán vigor, como también una comida y una bebida más abundante. «Estos via jes, dice en otro lugar, que estimulan mi inercia, y juzgo tan interesantes para mi salud y para mis trabajos».3 2.
Paseo por la ciudad y alrededores
Los romanos paseaban mucho, aun cuando estaban en Roma; o bien solos, o bien con otros amigos, por .el foro, o por las famosas vías que partían de la ciudad, como dice Horacio de sí mismo, que todos los días daba un paseo por la vía Sacra: «Iba casualmente por la vía Sacra, como es mi costum bre»4; por el Capitolio, por el circo, e tc .5. Le gustaba distraerse6, huía de las fiestas bullicio sas 7; y su alegría mayor era acompañar a Mecenas en sus paseos:8 Muchos paseaban porque era lo único que podían hacer. A ese vagabundeo, que atiborraba de personas desocupadas casi todos los lugares de Roma, se refiere Séneca: H a y q u e ir cer c e n a n d o la s id a s y v e n id a s , c o m o la s q u e aco stu m b r a n u n a g r a n p a r te d e lo s h o m b r e s , q u e v a n d iv a g a n d o c o n s ta n te m e n te p o r la s c asas, p o r lo s te a tr o s y p o r lo s fo r o s , m e tié n d o s e e n lo s a s u n to s a je n o s, p a r e c ie n d o q u e v a n h a c ie n d o a lg o . S i a cu a lq u ie ra d e é s to s le s p r e g u n ta s, a l sa lir d e su casa: « ¿ A d ó n d e v a s? ¿ Q u é p ie n sa s h a c e r? » . T e resp o n d e rá : « P o r H é r c u le s , q u e n o l o s é , p e r o v o y a h acer u n a s cu a n ta s v is ita s , n o d eja ré d e h a c e r a lg u n a c o sa » . D iv a g a n s in o b j e t iv o a lg u n o , b u sc a n d o e n q u é m a ta r e l tie m p o , y n u n c a h a c e n l o q u e h a b ía n p e n s a d o , s in o lo q u e s e le s p r e se n ta . S u ca m in a r e s s in o b je to y s in fr u to , c o m o e l d e la s h o r m ig a s q u e s u b e n e n largas h iler a s h a s ta la c im a d e lo s á r b o le s, p a r a bajar lu e g o a l s u e lo d e v a c ío . M u c h o s h o m b r e s p a sa n la v id a d e u n a fo r m a se m e ja n te , y d e e llo s p o d r ía d e c ir se , y n o s in ra zó n , q u e v iv e n e n u n a o c io s id a d in q u ie ta . A lg u n o s d a n p e n a , v a n c o m o s i co rriera n a apagar u n in c e n d io , e m p u ja n d o a lo s q u e se e n c u e n tr a n a s u p a so y p r e c ip itá n d o lo s a e llo s y a s í m is m o s c o n tr a lo s d e m á s. Y v a n c o rr ie n d o a sa lu d a r a u n o q u e n o le s d e v u e lv e e l s a lu d o , a agregarse al c o rtejo fú n e b r e d e a lg ú n d e s c o n o c id o , a a c u d ir al ju ic io d e u n o q u e p le it e a c a si t o d o s lo s d ía s , a lo s e sp o n sa le s d e u n a m u je r q u e s e casa cada d o s p o r tr e s, a se g u ir
3 . S e n e c a , E p. 8 4 , 1. E n la E p . 2 8 d ic e q u e p a ra d esca n sa r n o b a sta recorrer e l m u n d o , s in o d e sp r e o c u p a r se d e la s co sa s q u e a g o b ia n : « A d m ira r is q u a si r e m n o u a m , q u o d p e r eg r in a t io n e ta m lo n g a e t to t lo c o r u m u a r ie ta tib u s n o n d is c u s s is ti tr is titia m g r a u ita te m q ü e m e n tis? A n im u m d e b e s m u ta r e n o n c a elu m . L ic e t u a s tu m tr a ie c er is m a re, lic e t, u t a it V e r g iliu s n o s te r , ‘te rra eq u e u r b e s r e c e d a n t’ s e q u e n tu r te q u o c u m q u e p e r u e n e r is u itia » . E n e s t e m is m o s e n tid o , la E p. 1 0 4 , to d a e lla , a u n q u e e n e s p e c ia l e l p á r r a fo 13. 4. H o r . Sat. 1, 9 , 1. 5. H o r . Sat. 1, 6 , 1 1 1 -1 4 . 6. H o r . Sat. 2 , 7 , 1 2 . 7. H o r . Sat. 2 , 3 , 4 -5 . 8. H o r . Sat. 2 , 6 , 4 0 -2 ; v . e n la Sat. 1 , 5 : d e s c r ib e e l v ia jé a B rin d is c o n M ec e n a s.
Paseo por la ciudad y alrededores
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d e tr á s d e u n a lite r a , y e n o c a sio n e s h a sta a y u d ar a lle v a r la . C u a n d o , p or f in , v u e l v e n a ca sa , d e s h e c h o s d e ca n sa n c io in ú til, ju ra n q u e n o sa b e n p o r q u é s a lie ro n , n i d ó n d e h a n e s t a d o ... Y m a ñ a n a sig u e n la s m is m a s p is a d a s .0
Esta necesidad de salir de casa, de ser llevado a otros sitios, arrojaba a las calles de Roma una cantidad tal de peatones, de literas, de sillas portátiles y me dios similares que, a pesar de estar prohibida durante el día la circulación de ca rruajes tirados por caballerías, era un verdadero compromiso el poder andar por la ciudad10. Esto, sobre todo, antes del incendio de Nerón, cuando las calles eran sumamente estrechas y tortuosas. Y si era difícil el moverse al peatón que iba solo, resultaba casi imposible al grupo que acompañaba a un señor en su litera, Por es de ordinario iban delante los batidores o «anteambulones» abriendo camino con estas o similares palabras: «Paso a mi señor». Si no bastaban las palabras, entra ban en función los codos, los puños y los pies. Dice Marcial que el liberto que sabe apartar las turbas a empellones es un compañero más útil que el alto ciuda dano poco resuelto 11; y Juvenal apunta el riesgo de ser derribado alsuelo por un codazo o un golpe de varal en medio de la muchedumbre 12. El bullicio de estas turbas y los pasos ajustados de las redas por las calles de la ciudad no dejan dormir durante la no ch e.13 Las calles principales de Roma y las vías famosas como la Apia y la Flaminia presentaban de día una abigarrada vitalidad de personas de toda condición, que o bien circulaban de prisa por urgirles sus trabajos o sus necesidades, o bien deam bulaban parsimoniosamente como quien tiene todo el día por suyo o no saben a dónde ir, o formaban animados corros en que se hablaba o se discutía gesticulando y gritando de todos los problemas divinos y humanos. Los parques y los jardines del Transtévere, sobre todo después que César or denó en esa región los horti Caesaris y Augusto estableció su Naumachia, del collis hortorum o Pincio, del Aventino y sobre todo del Campus Martius, atraían diaria mente a los jóvenes de uno y otro sexo. Máxime las jóvenes, que, excepción hecha de algunas de espíritu viril, como la Filene presentada por M arcial14, no frecuen taban los deportes del Campo, ni la natación del río; se distraían paseando por lugares que de tiempo en tiempo se ponían de moda para su solaz y los fáciles encuentros con los jóvenes 15. «Os conviene pasear, no estéis encerradas», les re comienda O v id io 16. Según el m ism o17, en los días calurosos del verano pasean 9 . S e n e c a , T ra n q u ill. 1 2 , 2 -4 . 1 0 . L a p r o h ib ic ió n d e circu la r lo s plo stra p o r la s c a lle s d e la c iu d a d n i d e s p u é s d e la sa lid a d e l s o l, n i a n tes d e la h o r a X , s e c o n tie n e e n la T abu la H eraclen sis, 5 6 -5 0 . P r o h ib ic ió n q u e e x te n d ió C la u d io a la s d e m á s c iu d a d e s d e I ta lia : « V ia to r e s n e p e r I ta lia e o p p id a n is i aut p e d ib u s a u t s e lla a u t le c tic a tr a n sir en t, m o n u it e d ic to » (S u e t. C laud. 2 5 , 2 ). 1 1 . M a rtia l. 3 , 4 6 ; c f. M a rtia l. 2 , 1 7; 1 0 , 7 4 , 3 , 7 . 1 2 . I u v e n a l. 3 , 2 4 3 -8 : « . . . N o b i s p r o p e r a n tib u s o b s ta t u n d a p r io r , m a g n o p o p u lu s p r e m it a g m in e lu m b o s q u i s e q u itu r; fe r it h ic c u b ito , f e r it assere d u r o a lte r , a t h ic tig n u m c a p iti in c u tit, ille m e tr e ta m . P in g u ia crura lu t o , p la n ta m o x u n d iq u e m agn a ca lc o r e t in d ig ito c la u u s m ih i m ilitis h a e r e t» . 1 3 . I u v e n a l. 1 , 2 3 2 -8 ; M a rtia l. 1 0 , 7 4 . 14 . M a r tia l. 7 , 6 7 . 1 5 . C ic. Cael. 3 8 . 16 . O v id . A r s A m . 3 , 4 1 7 -8 . 17 . O v id . A r s A m . 3 8 6 -9 6 .
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Paseos y viajes d e recreo
por el pórtico de Pompeyo; van al templo de Apolo en el Palatino; visitan los altares de Isis; los alrededores y los pórticos de los teatros de Pompeyo, de Balbo y de Marcelo, y luego del anfiteatro Flaviano; el circo con su arena humeante de la sangre de los juegos, etc. Recorrían los saepta y las tiendas para ver las novedades llegadas de todo el mundo. Frecuentes eran también los paseos de los romanos a los alrededores de Roma, donde, según Plinio, hay muchas cosas dignas de verse que no conocemos más que por los libros y que si estuvieran en Sicilia o en Grecia haríamos los impo sibles por visitar. 3.
Viajes a las provincias
Los provincianos sentían satisfechas sus ansias cuando lograban visitar la ca pital del Imperio, sobre la que oían contar tantísimas maravillas ie. Los habitantes de Roma emprendían también largos viajes por las provincias, deseosos de cono cerlas: el Oriente, Egipto, Grecia, las islas del archipiélago griego, el Asia Me nor; y hacia Occidente, las Galias y sobre todo España, y en ella particularmente Cádiz, a donde les atraía el recuerdo del fabuloso reino de Gerión, las columnas plantadas por Hércules con la leyenda Non Plus Vltra, el reclamo de conocer de uisu el nido de las famosas puellae Gaditanae, y el amor que siempre sintió Roma para con esta ciudad.19 Pero estos viajes largos quedaban al alcance tan sólo de emperadores y mag nates. La mayoría de los romanos procuraba combatir el malhumor y el hastío que a la postre causaba Roma, con pequeños viajes buscando la tranquilidad para el trabajo literario, el relajamiento de la tensión de nervios20, el sueño apetecido y el aire libre de la campiña o de las playas. A veces la vida se hace pesada y se pretende buscarle alivio distrayéndose: P o r e s o — d ic e S é n eca — s e e m p r e n d e n v ia je s s in r u m b o fijo y s e rec o r r en la s p la y a s ex tra n jera s y , ora e n e l m ar, o ra e n la tierra , s e e x p e r im e n ta s in cesa r la lig e r ez a e n e m ig a s iem p r e d e l p r e se n te . « V a m o s a h o ra a la C a m p an ia». E n s e g u id a a q u e llo s h e r m o so s lu g a r e s ca u sa n e n o jo . « H a y q u e v e r lo s lu g a r e s a g r e ste s, v a m o s a la s s e l v a s d e lo s A b r u z o s y d e la L u c a n ia » . P e r o e n m e d io d e lo s d e s ie r to s s e p r e c isa al g ú n lu g a r a m e n o , e n e l c u a l s e e x p la y e n lo s o jo s a n sio so s d e s p u é s d e c o n te m p la r d u r a n te ta n to tie m p o la s e sc a b r o sid a d e s d e a q u e llo s lu g a r e s h o r r ib le s. « V a m o s a T a r e n to , y a s u fa m o so p u e r to , al c lim a d e lo s d u lc e s in v ie r n o s , a la r e g ió n o p u le n ta d e a q u ella s a n tig u a s g e n te s » . D e m a s ia d o tie m p o care c e n n u e s tr o s o íd o s d e a p la u so s y d e g r ite r ío , h a y q u e d isfr u ta r a h o ra d e la v is ió n d e l d e r ra m a m ie n to d e la sa n g re h u m a n a . « V o lv a m o s a R o m a » . D e e sta fo r m a se e m p r e n d e u n v ia je d e s p u é s d e o tr o , y u n e sp e c tá c u lo sig u e a o tr o e s p e c t á c u lo .21
4.
Cómo se viajaba
Los que tenían fincas suburbanas se retiraban a ellas, cuando los negocios del Foro, de la Curia o de sus diversas ocupaciones se lo permitía. El emprender lar gas caminatas con la mochila al hombro con ansia de subir montes y acampar al cielo raso era deporte desconocido, que no practicaban más que los cazadores22. 18. C ic. B alb. 2 9 . 19 . C ic. B alb. 4 3 : « Q u is e s t e n im n o s tr u m c u i n o n illa c iu ita s s it h u iu s s tu d io , cu ra, d i lig e n tia c o m m e n d a tio r ? » . 20. H o r . E p . 1, 7 , 1 0 ss; 2 , 2 , 6 5 ss; 2 , 6 , 2 0 ss. 2 1 . S e n e c a , T ra n q u ill. 2 , 13. 22. H o r . O d . 1, 1, 2 5 -8 .
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Cóm o se v iajaba’
Los romanos viajaban cada cual según sus medios, pero buscando en ello la má xima comodidad. Se viajaba a pie o a caballo, utilizando vehículos de muy diversas clases. a) Viajes a pie Las gentes de pocos recursos viajaban a pie, apoyados en su báculo y con su mochila correspondiente. Qui asinum non potest, stratum caedit, decía el re frán ’3. La alforja (manttca) se llevà colgada al hombro cayendo un cogujón delante y otro detrás24. Ordinariamente es de cuero25 y sirve para llevar las provisiones del via j e 26. Cuando se viajaba a caballo se echaba sobre la cabalgadura27. El que no lle gaba a la mantica se contentaba con la manticula, bolsa en forma de saco, cerrado en medio por una anilla. Era el maletín de los pobres, Un manticulator se distin gue muy poco de un pordiosero.28 Estos viajeros iban además provistos de un birrus con el que se protegían del frío y de la lluvia, y al mismo tiempo les servía de resguardo y cobijo cuando te nían que acampar al relente. En cuanto les era posible trataban de hacçr el viaje, sobre todo si era largo, en compañía de otra persona para auxiliarse mutuamente y distraerse con la con versación y las diversas ocurrencias. Buen servicio prestaba también un perro. Esta forma de viajar tenía muchos inconvenientes, como es fácil de ver, pero los via jeros iban sin miedo a los salteadores de caminos, puesto que nada podían qui tarles. Cantabit uacuus corant latrone uiator, escribió Juvenal con toda verdad.29 b) Viajes a caballo Sobre todo los labradores que iban y venían habitualmente de su finca a la ciudad y viceversa, iban «obre borricos, mulos o caballos. Así nos presenta Séneca a Catón el Viejo sobre su cabalgadura, cuyos lomos compartía con las alforjas y se rones en que llevaba y traía cuanto precisaba30. Y Horacio asegura: «Nadie me impide ir, si quiero, aunque sea hasta Tarento, sobre un mulo sin cola, al cual le despelleje la carga las costillas y el jinete el espinazo».31 Apuleyo indica que cuando se tiene prisa la forma más rápida y expedita de viajar es un caballo: S u p o n g a m o s a a lg u n o s h o m b r es a p r e m ia d o s p a ra h acer u n v iaje: p r e fie r e n m o n ta r a c a b a llo a n te s q u e e n u n carro, p o r lo s e sto r b o s d e l e q u ip a je , d e la p e sa d e z d e lo s
23. 24. 25. 26. 27. 28. 29. 30. 31.
P e tr o n . 4 5 : « E l q u e n o p u e d e g o lp ea r al a sn o , g o lp e a la alb ard a». C a tu l. 2 2 , 2 1 ; P e r s. 4 , 2 3 . G r a t. C yn. 3 3 9 ; P e r s. 5 , 1 4 0 ; P e tr o n . 1 0 2 . A p u l. M e t. 1 , 18. H o r . Sat. 1, 6 , 1 0 4 . P a c u v . e n F e s t. p . 1 3 3 M ü ll. I u v e n a l. 1 0 , 2 2 : « E l v ia je r o a h o r r o ca n ta d e la n te d e l la d r ó n » . Seneca, E p. 8 7 , 9. H o r . Sat. 1, 1, 1 0 4 -6 .
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.
carruajes, d e la s ru ed a s em b a rra d a s, d e lo s .c a m in o s c o n b â c h e s, h a y .q u e c o n ta r c o n lo s m o n to n e s d e p ied ra s,· c o n .lo s tr o n c o s d e lo s á r b o le s, .los c a m p o s -e n c h a r c a d o s, las c o lin a s e n t a lu d .. Q u e r ie n d o e v ita r to d o s e s to s m o tiv o s d e tardan za h a n e s c o g id o para m o n ta r u n o s c a b a llo s ta n s ó lid o s c o m o ■v ig o r o so s , ta n fu e r te s c o m o r á p id o s, « q u e d e u n e sc a p e sa lv a n lo s c a m p o s y c o lin a s » , c o m o d ic e L u c ilio .32
Y en otro pasaje dice así el mismo Apuleyo: Y e n d o y o a T e s a lia , q u e d e a llí era m i lin a je p o r p a r te d e m i m a d re , d e a q u e l n o b le P lu ta r c o , y S is to s u s o b r in o , d e s p u é s d e h a b e r p a sa d o p o r sierras y v a lle s , d e le i to s o s p ra d o s lle n o s d e h ie r b a s, y m u llid o s b a r b e c h o s, y a m i c a b a llo ib a r e n d id o , y así p o r e s t o c o m o p o r eje rc ita r la s p ie r n a s , y a ca n sa d as d e v e n ir c a b a lle r o , s a lté d e é l a tie r r a , y c o m e n c é a ca m in a r m u y p o c o a p o c o lle v á n d o lo p o r d e la n te . D e e sta m a n era a lca n cé d o s c a m in a n te s q u e ib a n a llí cerca y e sc u c h é l o q u e h a b la b a n . 33
c) Viajes en vehiculo El medio más común pata los viajes, sobre todo largos, eran los vehículos. Ci cerón relaciona los dos tipos de viajar en un pasaje del pro Milone: De una parte, Milón en su carro pesado, envuelto en un abrigo, con su mujer al lado casi dormida sobre sus hombros; y de otra, Clodio, expedito y libre sobre su caballo, saliendo al paso a la caravana formada por Milón y sus acompañantes34. En el orden de vehículos de viajes los había para todos los gustos y fortunas, como indica la in mensa variedad de palabras que hay en latín para designarlos, desde la lujosa li tera hasta el humilde carromato. l.° La litera (lectica) era una pequeña habitación, dispuesta para llevarse a hombros, por medio de unas lanzas o varales que se pasaban a través de unas ar gollas fijas en las laderas de la caja de la litera, o bien atadas a ésta por medio de correas. Estas varas podían sacarse fácilmente y se utilizaban, si había necesi dad, para abrirse paso entre la multitud, o como armas ofensivas, como sucedió cuando Casio Chereas se avalanzó para asesinar al emperador Caligula, llevado en una litera. A la primera señal del tumulto, dice Suetonio, los lecticarios deja ron la litera en tierra, sacaron los varales con que la llevaban y trataron de hacer frente a los asesinos.35 En las literas se ponía cuanto fuera necesario para que el viaje resultara agra dable a los señores: cojinetes, almohadones, e incluso se cerraba con toldos de pieles o de telas, para resguardarlo como ei estuviera en una alcoba. El viajero podía ir recostado, e incluso podía dormir tranquilo M, como hacía Augusto con mucha frecuencia cuando en Roma iba de una parte a otra 37. En la litera se aco modaban dos personas muy cómodamente. Iba provista de cortinas para proteger contra el calor del sol, contra el polvo, el viento, la lluvia y la curiosidad de los transeúntes, si se creía oportuno. Más tarde se protegía todavía mejor cuando se le pusieron portezuelas o ventanillas de vidrio (lapis specularis). Las literas iban 3 2 . A p u le i. F lorid. 2 1 , 4 . 3 3 . A p u le i. M e t. 1, 2 . 3 4 . C ic . P ro M il. 5 4 -5 . 3 5 . S u et. Calig. 5 8 , 3 . 5 6 . I u v e n a l. 3 , 2 4 1 -2 . 37. S u et. A u g. 7 8 , 2 . A u g u s to in c lu so to m a b a a lg ú n b o c a d illo e n la lite r a , e n p a r te p o r a p rovech a r e l tie m p o y e n p a r te p o r q u e e s t e e m p e r a d o r s o lía c o m e r a lg o c u a n d o le d ab a la gan a, s in p r e o c u p a r se m u c h o d e la s h o ra s. S u e t. 7 6 , 1-2: « . . . D u m le c tic a e x reg ia d o m u m r e d e o , p a n is u n c ia m c u m p a u cis a c in is u u a e d u ra c in a e c o m e d i» .
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conducidas por un tronco de esclavos, de ordinario sirios o capadocios que se com praban y se vendían juntos, porque se buscaba que fueran de idéntica constitución. Eran dos, cuatro, seis u ocho, según las circunstancias. Ataviados con trajes de ca mino, de color rojo intenso, tejidos con fina lana de Canusium, de donde les venía el nombre Canusinati. Las literas podían alquilarse, como hoy se alquila un taxi, en los Castra lecti cariorum, en la región X IV (Trans Tiberina). Los portadores de estas literas de alquiler formaban gremio, como vemos por una inscripción hallada en Valaquia: Deae Nemesi reginae Cornel. Cornelianus defensor lecticariorum 38, y otras como: Ti. Claudio Aug. Lib. Tigrano ex corpore Lecticariorum Caesaris39 y Decurio Lec ticariorum. 40 Como las literas eran objeto de mucho lujo, por regla general las empleaban los ricos, que podían imitar a los reyes de Bitinia, llevados por un octophoro, y reclinados en cojines repletos de pétalos de tosas de M alta41, o las mujeres pre tenciosas 42; pero luego los jóvenes afeminados llegaron a abusar de ella hasta tal punto que suscitan las protestas de Séneca, que les pregunta si no sienten vergüen za al ser ellos conducidos en muelles literas y contemplar la estatua ecuestre de la doncella Cloelia43. Marcial se admira de que un joven mozo más pobre que Irus y más joven que Partenopeo se haga llevar en una litera portada por seis esclavos capadocios.44 César prohibió el uso de la litera excepto a ciertas personas ancianas y en cier tos días, lo mismo que los vestidos exquisitos45. Domiciano excluyó del uso de la litera a las mujeres deshonradas.46 2.° La sella, silla portátil, o de manos, se usaba también mucho. El viajero iba sentado, por tanto no tan cómodamente como en la litera. También podía ce rrarse con cortinas47. La usaba mucho Plinio el Viejo, que incluso durante los via jes iba dictando en ella sus notas y apuntes à un escriba que llevaba junto a sí. Augusto, durante sus consulados por dentro de la ciudad, iba frecuentemente a pie; cuando no era cónsul, iba de ordinario en silla, permitiendo que se llegaran hasta él los que querían saludarlo48. Era muy ordinario que los basiatores imper tinentes estuvieran siempre al acecho del señor que pasara, para ir a saludarlo
3 8 . H e n z e n , In scrip t. 6 2 8 5 . 39/ G r u te r . 5 9 9 , 11. 40. G r u te r . 6 0 0 , 1. 41. C ic. V e n . 5 , 2 7 . 42. C ic . P hil. 2 , 5 8 . L a s m u jeres h a b la n m a l d e l m a r id o q u e n o p e r m ite a su e sp o sa ir d a n d o tu m b o s p o r la c iu d a d e n silla o e n liter a . N o s lo d ic e S e n e c a , B enef. 1 , 9: « R u s tic u s , in h u m a n u s ac m a li m o r is e t in te r m a tro n a s a b o m in a n d a c o n d ic io e s t , si q u is c o n iu g e m suam in sella p r o str a re u e tu it e t u u lg o a d m issis in s p e c to r ib u s u e h i p e r sp icu a m u n d iq u e » . 4 3 . S e n e c a , D ial. 6 , 1 2 , 2. 4 4 . M a rtia l. 6 , 6 7 ; a sí ib a V erres lle v a d o p o r to d a S ic ilia (C ic . V err. 5 , 2 7 ). D e l lu jo e n las liter a s h a b la M a rcia l, 6 , 7 7 ; 6 , 8 4 ; 9 , 2 , 11. 4 5 . S u e t. Caes. 4 3 , 1. 4 6 . S u et. D o m it. 8 , 3. 4 7 . G r a c ia s a lo s v e lo s c o n q u e se cerraba p u d o e l tru h án d e q u e h ab la J u v e n a l en gañ ar al. d o n a n te , p id ie n d o ta m b ié n para su m u jer, c o m o s i e stu v ie r a cerrada e n la s illa , y e sta b a fu e ra d e c a s a - (I u v e n a l. 1, 1 2 4 ). 4 8 . S u et. A u g. 5 3 , 2 : « I n c o n s u la tu p e d ib u s fe r e , e x tra c o n su la tu m s a e p e a d o p erta sella i p e r p u b lic u m in c e s s it. P r o m isc u is sa lu ta tio n ib u s a d m itte b a t e t p le b e m , ta n ta c o m ita te ad eu n tiu m d e sid e r ia e x c ip ie n s , u t . . . » . ·
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Paseos y viajes d e recreo
y ver si con ellos podían medrar. Así hace Marcial con P au lo 49, y manifiesta que se hace por ganar un amigo si se puede. Bastante desgracia tienen: besar a quien no se quiere.50 3.° Los carros propiamente dichos pueden dividirse en dos clases: provistos de dos ruedas o de cuatro. Entre los carruajes de dos ruedas usaban mucho: a’) E l essedum, procedente de los galos y bretones. Era muy rápido y de or dinario unipersonal. Lo vieron los romanos por primera vez en Bélgica en la cam paña de César, y lo adoptaron en seguida para la guerra, como lo empleaban los galos: para transportar personas y bagajes, y luego también como vehículo en los viajes. Al principio se consideraba como un coche de mucho lujo, razón por la cual Cicerón recrimina su uso a V edio51 y a M- Antonio Sí; pero andando el tiem po el essedum se fue haciendo vehículo com ún53. No era raro que personas que querían mostrarse gratas, o solicitar alguna gracia, fueran acompañando el essedum del em perador.54 Los esseda solían presentarse sumamente adornados, o construidos en materias preciosas. Uno de los actos que se recuerdan de la censura del emperador Claudio fue precisamente que viendo expuesto un essedum de plata lo mandó comprar y que lo destruyeran delante de s í.55 b ’) El carpentum era otro carro de dos ruedas, cubierto y usado especial mente por las matronas romanas en actos oficiales, dentro de la ciudad, porque en los caminos no lo usaban apenas B6. Se prohibió su uso durante la segunda gue
4 9 . M a r tia l. 1 0 , 10. 5 0 . M a rtia l. 1 1 , 9 8 . 5 1 . C ic . A l t . 6 , 1, 2 5 : « H ic V e d iu s m ih i o b u ia tn v e n it c u m d u o b u s s e d is s e t raed a e q u is iu n c ta e t le c tic a e t fa m ilia m a g n a p r o q u a , s i C u r io le g e m p e r tu le r it, H S c e n te n o s p e n d a n e c e s s e e s t . E r a t p r a eterea c y n o c e p h a lu s (u n a m o n a p a r e c id a a A n u b is ) in e s s e d o n e c d e e r a n t o n a g r i. N u m q u a m u id i h o m in e m n e q u io r e m » . 52. C ic. P hil. 2 , 5 8 : « V e h e b a tu r in e s s e d o tr ib u n u s p le b is » . 53. O v id . P o n t. 2 , 4 , 5 8 ; P r o p e r t. 2 , 2 3 , 4 3 ; M a rtia l. 1 0 , 1 0 4 ; 4 , 6 4 , 1 9 ; 1 2 , 2 4 , 2; 12, 57, 23. 5 4 . S u e t. Calig. 2 6 : « Q u o s d a m su m m is h o n o r ib u s fu n c to s a d e ss e d u m s ib i cu rrere to g a to s, p e r a liq u o t p a s su u m m ilia p a ssu s e s t» ; S u e t. G a lb . 6 : « A d e ss e d u in im p er a to r is p e r u ig in tí p a s su u m m ilia c u c u rrit» . 5 5 . 'Suet. C lau d. 1 6 , 4 : « F u e r u n t e t illa in c en su ra e iu s n o ta b ilia , q u o d e s s e d u m a rg en te u m s u m p tu o s e fa b ric a tu m ac u e n a le ad s ig illa r ia r e d im i c o n c id iq u e co ra m im p e r a u it» . S e g u r a m e n te n o s e tratab a d e u n carro d e p la ta m a ciza , s in o c h a p a d o c o n p la n ch a s d e e s e m e ta l. C f. P r o p e r t. 2 , 1 , 7 4 , y 2 , 2 3 , 4 3 ; P lin . N . H . 3 4 , 4 8 , 3 . E sto s, d e m u c h o lu jo s e u s a b a n para p a sea r e n lo s a lr e d e d o r es d e R o m a (O v id . A m . 2 , 1 6 , 4 9 ). 5 6 . A s í d ic e L iv . 5 , 2 5 , 9 : « H o n o r e m fe r u n t m a tr o n is h a b itu m u t p ile n tu m ad sacra lu d o s q u e , c a rp en tis f e s t o p r o fe s to q u e u te r e n tu r » . E n e l a ñ o 3 9 5 a. C ., q u e r ie n d o e l s e n a d o re c o m p e n sa r a la s m a tro n a s p o r su am o r a la p a tria , le s r e c o n o c ió e l d e r e c h o d e sa lir d e su s casas e n p ile n to , r e s e r v á n d o lo , sin e m b a r g o , para c ir cu n sta n c ia s s o le m n e s , c o m o ir a lo s e sp e c tá c u lo s, tra sla d a rse a u n te m p lo , e tc . E l carpen tu m , e n c a m b io , p o d ía n u sa r lo a s u v o lu n ta d . S ie m p re s e u sa b a e l p ilen tu m para tra sla d a r o b je to s r e lig io so s , la s sa ce r d o tisa s v e s ta le s y otra s sa ce r d o tisa s c u a n d o esta b a n e n s e r v ic io sa ce r d o ta l. P o d ía r ec ib ir u n arca, p ara traslad ar lo s o b je to s sa g ra d o s, s in e x p o n e r lo s a la s m ira d a s d e lo s in d isc r e to s. E n tie m p o d e H o r a c io s e h acía d e s fila r e l p ile n t o p o r e l e sc e n a r io p a ra im p r e sio n a r a lo s e sp e c ta d o r e s (H o r . E p . 2 , 1 , 1 9 2 ). C u a n d o s e ca sa b a u n a d am a d e gran ca te g o ría era tr a sla d a d a a casa d e l e s p o s o e n p ilen tu m c o n a d o r n o s fa sc in a d o r e s. H e lio g á b a lo p r e te n d ió lim ita r m ás e l u s o d e e s t o s v e h íc u lo s , p e r o n ad a c o n s ig u ió c o n tr a la v a n id a d d e la s g e n te s ric a s, q u e c o n c u a lq u ie r p r e te x to r e lig io so lle n a b a n la s c a lle s d e R o m a c o n s u s pilen ta.
Cóm o se viajaba
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rra púnica, pero una vez terminada se permitió de nuevo57. Se usaba también en. las pompas circenses para transportar las imágenes de las mujeres augustas fa llecidas, por cuanto competían en honor con los mismos dioses, ya que éstos eran conducidos en las tensas, y las imágenes de las mujeres de la familia imperial, en los carpenta. 58 En un sentido más general, carpentum se tomó como nombre genérico de ca rro 59, de donde los constructores de carros se llamaron carpetentarii, artífices que incluso acompañaban a las legiones60. Ya en este sentido, como .carro grande pro tegido con cortinas, servía para los viajes muy largos. Así nos dice Propercio que viajó Cintia desde Roma hasta Lanuvium en un carpentum con cortinas de seda.61 c’) Más sencillo, puesto que podía ser conducido por el mismo viajero sin necesidad de auriga, era el couinus. Marcial recibió uno como obsequio de su ami go Eliano, y escribió un epigrama62 celebrando la agradable soledad en que iba en él, puesto que no hay cochero, ni arriero, y uno puede ir hablando lo que le dé la gana, puesto que las mulitas callarán. Aunque coincide en el nombre con el carro couinus de guerra de los bretones y de los belgas, no hay que confundirlos. d ’) Semejante al couinus y muy libero era el cisium 63 Se usaba como hoy los taxis. Se alquilaban y los conducían los cisarii. Así los presenta Cicerón al hablar de la rapidez con que M. Antonio ha hecho un viaje64, v en pro Rose. Am. Ma lio Glaucia recorre 56 millas en diez horas de la noche65. Virgilio, en el Catalepton lo pone como término de comparación en la rapidez, como nosotros decimos «más ligero que el viento».66 e’) De entre los grandes carruajes decuatro ruedas el/más nombrado, y por consiguiente de los más usados, fue el reda (rheda o reda), coche arrastrado por dos o cuatro caballos y destinado a transportar lo mismo personas que bagajes67. En un principio el reda era un coche de familia. Umbricio, de quien nos habla Juvenal, obligado a salir de Roma por los sobresaltos y la agitación de la vida en la capital, empaqueta toda su familia y su ajuar en un re d a 6a. Luego sirve de omni bus o diligencia (rheda meritoria)m. Es un carro amplio donde se va cómodo, y se puede trabajar aprovechando el tiempo del viaje 70, si se va en familia o solo, na turalmente. Cuando los redas circulaban por las calles de Roma, rodando sus cuatro ruedas por las losas de los pavimentos y teniendo que girar en las calles estrechas y tor5 7 . L iv . 3 4 , 3. 5 8 . S u e t. Calig. 1 5; Claud. 11. 5 9 . A p u l. M e t. 11: « C a r p e n to p e r u o la r e a liq u o » ; L a m p r id . Elagab. 4 , 4. 6 0 . V e g e t . M ilit. 2 , 1 1 . 6 1 . P r o p e r t. 4 , 8 , 2 3 . 6 2 . M a rtia l. 1 2 , 2 4 . 6 3 . N o n ., p . 8 6 , 3 0 , M er. 64. C ic . m i . 2, 77. 65. C ic. R ose. A m er. 19 ; 9 6 e n 9 7 se a d m ira d e la r a p id e z c o n q u e se e fe c tu ó e l viaje: « Q u id h ic in c r e d ib ilis c u r su s, q u id h a e c ta n ta c eler ita s fe s tin a tio q u e s ig n ific a t? » . 6 6 . V ir g . C a ta lep t. 8 , 3 . 6 7 . I s id o r . O rig. 2 0 , 12. 6 8 . I u v e n a l. 3 , 2 1 . 6 9 . S u et. Caes. 5 7 : « L o n g issim a s u ia s in c r e d ib ili c e le r ita te c o n fe c it, e x p e d itu s , m erito ria r h ed a » . 70. C ic. M il. 5 4 , ib a M iló n co n su e sp o sa ; H ö r . Sat. 2 , 6 , 4 2 , h a c e su b ir a otro s via jero s c o n é l. C ic. A t t . 5 , 7 , v a d ic ta n d o su c o rr e sp o n d e n c ia e n la red a . E lu v iu s C in n a , e n G e ll. 1 9 , 13, d ic e q u e r esu lta b a r á p id o p o r q u e ib a tir a d o p o r n a n o s: « b in is rh ed a r a p it c ita ta n an is»,
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Faseos y viajes de recreo
tuosas, sobre todo en los cruces de las calles en que unas losas más altas se ele vaban al nivel de las aceras, para que los peatones pudieran pasar de una calle a otra salvando los barros y los baches, y las ruedas tenían que encajonarse por necesidad en los relejes previamente abiertos, es natural que los redas crujieran, chisporrotearan los aros de hierro de sus ruedas, y formaran un ruido infernal, ca paz, decía Juvenal, de despertar al mismo Claudio o a las focas del m a r.71 Los redas usados en la ciudad solían ir ricamente adornados en las cajas y en las ruedas. Los que se usaban en las ceremonias oficiales llevaban a veces las rue das doradas, ricos ornamentos o chapas de plata, y cortinas de púrpura. Los desti nados para viajes ordinarios se protegían con un toldo de cuero contra la lluvia y el viento. f ’) Mientras los señores iban cómodamente en el reda, los sirvientes iban aco modados en otros carruajes menos pretenciosos, como el petorritum o petoritum, de origen hispánico o galo 72. Carro pesado y cubierto, en que se transportaban per sonas, y en los viajes podían servir para una familia 73. Era semejante al canuca o al carrus, de forma que petorritum podía ser también un término genérico para indicar todos estos vehículos. Durante el Imperio los hubo muy lujosos74. El te ner que usar estos vehículos es efecto de la riqueza, dice H oracio78, que lo nom bra entre otros carros: Esseda festinant, pilenta, petorita, ñaues. 76 g’) Muy similar al petoritum era la canuca, de cuatro ruedas y cubierto por todas partes. Equivaldría a nuestra «carroza». Acrón dice que la canuca ahora presta los mismos servicios que antiguamente el carpentuni77. Había carrucas muy lujosas, de plata, con chapas de oro 7e. Alejandro Severo permitió a los senadores, para prestigio de su honorr el viajar en carruças de p la ta 79, cosa que más tarde Aureliano se lo permitió a todos los ciudadanos que pudieran80. Servíatambién de coche dormitorio (canuca dormitoria), según el D igesto81, por lo cual algunos pensaron que se trataba de la lectica, pero en ese pasaje se une a las muías, cir cunstancia que descarta la confusión con las literas. Lo mismo que carpentum y petoritum se convirtió en nombre genérico para designar los carros.82 h ’) La basterna era un vehículo sin ruedas, en forma de litera, provista de dos varales largos, que en vez de ser portado por esclavos lo era por dos muías que iban unidas a los varales (amites), una delante y otra detrás de la caja de la litera (septa), que de esta forma quedaba colgada (pendula) entre las dos muías. Empieza 7 1 . I u v e n a l. 3 , 2 3 6 -2 3 8 . 7 2 . G e ll. 1 3 , 3 0 ; F e s t. p . 2 0 6 , 7 0 M ü ll. 7 3 . I s id o r . O rig. 2 0 , 1 2 , 4 ; A c to , A d H or. E p. 2 , 1, 1 92. 7 4 . S é n e c a , E p . 1 1 3 , 1. 75. H o r . Sat. 1, 6 , 1 0 3 . 76. H o r . E p. 2 , 1 , 1 9 2 . 7 7 . A c r o n , S ch ol a d H or. Sat. 1, 6 , 1 0 4 . 7 8 . P lin . N . H . 3 3 , 1 6 , 1 40: «C arru cas e x a r g en to caelare»; M a rtia l. 3 , 6 2 : «C arruca aurea»; c f. ta m b ié n 1 2 , 2 4 ; A m m . 2 4 , 1 4 , 1 6; P a u l. D ig. 1 3 , 6 , 17 , 4 ; C od. T h eod. 1 4 , /12, 1. 79. L a m p r id . A lex . Seu. 4 3 . 80. V o p is c . A u rel. 4 6 : « D e d it p o te s ta te m u t a rg en ta ta s p r iu a ti carrucas haberenn; cu m an tea aerata e t e b o r a ta u e h ic u la fu is s e n t» . E l e m p e r a d o r C ó m o d o u s ó « u e h ic u la arte fa b rica e n o u a p e r p le x is d iu is is q u e rotaru m o r b ib u s e t e x q u is itis s e d ilib u s n u n c ad s o le m d e c lin a n d u m n u n c ad sp ir itu s o p p o r tu n ita te m p e r u e r tig in e m ; e t alia ite r m e tie n d a h o r a sq u e m o n str a n tia e t c etera u itiis e iu s c o n u e n ie n tia » (C a p ito l.. C o m m odu s, 8 8 , 7 ). A l fin a l h ab la d e m arcam illas y r e lo je s, q u e n a tu r a lm e n te llev a ría ta m b ié n en s u s v ia je s. 8 1 . S ca eu . D ig. 3 4 , 2 , 13: «C arru ca d o r m ito ria cu m m u lis , cu m sem p er u x o r usa s it ...» . 8 2 . M a rtia l. 3 , 4 7 ; L a m p r id . Elagab. 3 1 ,
Cómo se viajaba
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a usarse en tiempo de los emperadores y sobre todo por las mujeres. En la Anthologia Latina nos encontramos esta descripción: L a s h o n e s ta s m a tro n a s v a n c o n d u cid a s e n la áu rea b a ste r n a , q u e lle v a a b ie r to s su s d o s la d o s r a d ia n tes; la c o n d u c e n d o s m u lo s a c u y o s c o sta d o s s e a p lica n s e n d o s v arales, y p r o c e d e co lg a d a y seg u ra c o n u n p a s o m ó d ic o . S e h a p r o v is to c a u ta m é n te q u e al pasar p o r lu g a r e s fr e c u e n ta d o s s e o c u lte la casta e sp o sa d e la v is ta d e lo s h o m b r e s .83
i’) i Para el transporte de mercancías y objetos pesados se usaba sobre todo los plaustra y los serruca. ']’) A los enfermos, heridos y ancianos se los trasladaba en un vehículo es pecial de cuatro ruedas, llamado arcera. Se usó antes que las literas. Aparece ya en las X II Tablas, juntamente con los iumenta. 84 Para el tiro de esos vehículos con ruedas se usaban caballos, o muías, que en los viajes muy largos se cambiaban en los altos que se hacían a lo largo del camino, en las ventas, postas, o tabernas u hostales. De ordinario en cada región se usa ban las caballerías comunes en el país, pero a los romanos gustaban mucho unas jaquitas galas, llamadas manni, mannuli¡ hinni, burdones, burrichi, nani. 88 d) Por el camino Los coches para los grandes viajes partían de alguna de las puertas de la ciu dad, puesto que ya hemos visto que no podían circular por ella durante el día. Lo mismo pasaba en ciertas ciudades mayores, ya que en las poblaciones pequeñas partía de la puerta de la casa de cada cual. Si eran de servicio público salían de un lugar convenido. Umbricio, en Juvenal, deja que el coche espere en la puerta Ca pena, mientras él va a despedirse de un am igo.86 Durante el viaje se leía, se hablaba, se escribía, se observaba el paisaje. Cuan do iban varios jugaban a los dados, u otros juegos de mesa, o dormían según los gustos y necesidades de cada cual. Se distraían y descansaban un poco estirando las piernas en los cambios de tiro o haciendo noche en los mesones o ventas o ta bernas que ya conocían del camino, o en casas de amigos que tenían en los trayectos. La gente rica rara vez tenía "necesidad de hospedarse en ningún hostal, o bien tenían amigos en los lugares claves del trayecto, o cuando se trataba de un camino que tenían que frecuentar mucho, como entre la ciudad y alguna villa, de la Cam pania, etc., tenían construidos diversoria87 o estaciones o albergues particulares para descansar. O llevaban tiendas de campaña que paraban en los lugares más oportunos y de su antojo. También existían mansiones oficiales donde cambiaban los tiros de los coches y pernoctaban los que iban en viaje oficial. Los mesones
83. A n th o lo g . L atin a, 3 , 1 8 3 . 84. X I I T a b i. 1, 3. 85. L u cr. 3 , 1 0 7 6 ; P r o p e r t. 4 , 8 , 15; H o r . O d . 3 , 2 7 , 6; O v id . A m o r. 2 , 1 6 , 49. 86. I u v e n a l. 3 , 1 1 ss. 87. A C ic e r ó n m a la s in te r p r e ta c io n e s d e u n o s y d e o tr o s le h a n e n d o s a d o una s e r ie de e sta tu a s para a d o r n o d e s u p a lestra e n T ú s c u lo , e n tr e e lla s u n as B a ca n te s, e tc . E l, a q u ien r ep u g n a n e sa s im á g e n e s r id ic u la s, d ic e a su a m ig o A tic o : « I s ta q u id e m su m m a rie e g o m u lto lib e n tiu s e m e rim d e u e r so r iu m T erra cin a e, n e s em p e r h o s p it i m o le s tu s sim » ( A t t . 7 , 2 3 . 2-3).
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y tabernas quedaban para los viajeros pobres. Esto hacía que los mesoneros no se esmeraran mucho en el servicio y que intentaran de ganar cuatro cuartos de la manera que fuera. De ordinario estas tabernae eran lugares de prostitución, actuan do el posadero de intermediario entre los viajeros y sus maritornes. Horacio nos refiere un poco jocosamente el viaje que hizo en compañía de Me cenas desde Roma hasta B rindis08. Como no en todas las partes tenía Mecenas amigos en cuyas casas pudieran descansar, en algunas partes tuvieron que servirse de los mesones y posadas. Vamos a seguir siquiera sea las principales impresiones que nos da Horacio de este viaje, que podrá servirnos de molde para otros muchos que se realizaban en aquellos tiempos. Sale Horacio de Roma por la vía Appia en compañía del rétor griego Heliodoro y llegan a dormir a Aricia, que dista unos 23 kilómetros de Roma, y se cobijan en un hostal modesto (hospitio modico). En una segunda etapa llegan a Forum Appi, pequeña población distante 43 kilóme tros de Aricia; para recorrer esta distancia de 43 kilómetros en una jornada tie nen los viajeros que arregazarse las faldetas (praecinctis). Horacio advierte que el agua es mala y prefiere acostarse sin cenar, viendo no sin cierta envidia cómo ce naban los compañeros de mesón tranquilamente. Después de una etapa de viaje durante la noche, sobre el canal que atraviesa las marismas Pontinas, llegan a la fuente Feronia, donde desayunan y divisan a tres millas de distancia a Anxur (Terracina), que brilla a lo lejos por sus rocas blancas. En Anxur se encuentran con Mecenas, Coceius Nerva y Fonteyo Capitón, encargados de negociar la reconcilia ción de Octaviano y Antonio. Horacio sufre una oftalmía y debe aplicar un colirio negro a sus ojos. Pasan a Fundi, donde los acoge Aufidio Lusco, el pretor ridículo a quien dejan gustosos; cenan y duermen en la villa de Mamurra, en Formia, pa sando luego a la casa de Murena, donde duermen solamente, ya que el dueño no está en ella. El día siguiente resultó gratísimo, porque en Sinuesa se encuentran con Plocio, Vario y Virgilio. Horacio está fuera de sí por la alegría de encon trarse y proseguir el viaje con estos amigos. Van a descansar a Puente Campano, distante de Formia 39 kilómetros, donde en la hospedería oficial se les brinda leña y sal. Luego a Capua, 25 kilómetros más allá. «Desaparejamos nuestros mulos tranquilamente y Mecenas se va a jugar; Virgilio y yo, a dormir, porque Virgilio sufre del estómago y a mí me molestan mucho los ojos». En la mañana del sexto día de viaje desayunan en Capua y llegan a la villa de Coceius, cerca de las taber nas de Caudium, 31 kilómetros. Allí una discusión entre los bufones Mesio y Sar mento les regocija la comida. Dice Sarmento: «Yo digo que tú pareces un caballo salvaje». Todos nos reímos, pero el insultado, Mesio, replica: «Entendido, y sacu de la cabeza». El séptimo día comen en Benevento (que dista de Caudium 16 ki lómetros), donde tienen que hacer de bomberos ayudando a apagar un fuego que se había prendido en el mesón, al dar la vuelta a unos tordos que estaban asando. El fuego lamió las paredes de la cocina y en un santiamén se había apoderado del techo. Por la tarde llegan a Trivico, desde donde Horacio empieza a divisar/ los montes conocidos de su región de Ja Apulia. Una maritornes de la posada le/ase gura que se refocilarían juntos aquella noche, pero Horacio estuvo esperando vanamente durante algunas horas. No acudió ella. Las etapas siguientes qupdan narradas muy de prisa. El primer descanso, en Asculum Apulum (Ascoli), nom bre que no entra en el verso, a 35 kilómetros. De Asculum a Canusium, donde
88.
Hör. Sat. 1, 5.
Cóm o se viajaba
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e] pan que les sirven está más seco que las piedras y no encuentran ni un jarro de agua en toda la venta. En esta ciudad, con gran pena de todos, se separa de la comitiva Vario. De Canusio a Rubi (35 kilómetros), a donde llegan muy cansados porque tuvieron que desviarse del camino que había deshecho la lluvia. De Rubi a Bario (34 kilómetros). De esta ciudad a Egnacia (Torre d ’Agnazzo), 54 kilóme tros, donde nos reímos a gusto ante la pretensión de los que nos querían conven cer de que el incienso echado sobre el pavimento del templo ardía sin aplicarle fuego. El día decimotercero, por fin, llegamos a Brindis, término del viaje. Propercio refiere las peripecias que tuvo con su Cintia en el viaje que hicieron por la vía Appia desde Roma a Lanuvium en el mesón donde se hospedaron junto al bosque de D ian a89. Muchas de las narraciones de Propercio se desarrollan en los ventorros de los caminos. Cuando por la heredad de un señor pasaba una calzada, edificaba frecuente mente una posada, para que los viajeros pudieran descansr. Ponía al frente de ella a un liberto, que se esforzaba en hacer rentable el negocio vendiendo vino, comi das y ofreciendo buen cobijo para pernoctar. Si por el mucho tráfico mejoraba y rendía el establecimiento, se iban construyendo a su vera más pabellones para al bergar a más personas, y otras construcciones anejas, como cuadras, cocheras, he nares, etc. No era raro que en torno a estos negocios surgieran verdaderos po blados, como sucedió en Tres Tabernae, en la vía Appia. E n los lugares muy des poblados era el Estado quien tenía que proveer de esas necesidades, teniendo en cuenta que los oficiales del Estado viajaban sin cesar y en todas las direcciones. En las vías por las que el tráfico era grande había mesones bien provistos. Cuando esto faltaba, los funcionarios oficiales recibían unos vales de las autorida des, mediante los cuales eran alojados en las casas particulares de los poblados donde descansaban, lo cual no dejaba de ser una carga molesta para estas pobres gentes. Las posadas de los lugares a donde la gente acudía en plan de turismo o en busca de salud estaban bien acondicionadas e incluso con lujo. Así sucedía, por ejemplo, en los paradores que había en el monte Etna para recibir a los turistas que iban a contemplar el volcán; y lo mismo en cualquier otro sitio donde o bien las aguas termales o medicinales o bien la fama de algún santuario atrajeran el tu rismo rico y caprichoso. De la agradable estancia en estas posadas saca Epicteto buenas enseñanzas morales de las que vamos a citar un párrafo que viene al caso: «Los hombres — dice el filósofo— obran generalmente como el viajero que, cami nando hacia su patria, entra en una posada agradable, y encantado del sitio per manece en ella. Al que así obra se le puede decir: ‘¡Viajero, has olvidado tu pro pósito! T ú no venías a esta posada, sino a hacer alto en ella un momento para descansar y seguir tü camino’. Pero dices: ‘Es que esta·posada es muy agradable’. Sin embargo, ¡cuántas-posadas son agradables y cuántas campiñas lo son también! Y a pesar de ello se pasa por unas y por otras sin detenerse». El clima y los fenómenos atmosféricos son unos factores con los que había que .contar al emprender un viaje. Los calores, los fríos, las lluvias, los vientos. Durante el tiempo de los grandes calores, máxime en las regiones del sur y del oriente, se procuraba viajar aprovechando el fresco de la noche y descansar du rante el día en algún lugar acogedor. En las regiones frías y durante el invierno se hacía todo lo contrario. 89.
Propert. 4, 8.
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La velocidad en la marcha dependía de mil factores: del clima, del estado en que se encontraban los caminos, de los lugares por los que se iba, de la prisa que se llevara y sobre todo del vehículo utilizado. Un viajero de buena salud, a pie, solía caminar como mucho unas 26 ó 27 mi llas romanas, unos 41 a 43 kilómetros por día. Ya hemos visto las jornadas del viaje descrito por Horacio, en que el término medio son los 30 kilómetros, y ellos iban en mulos. La jornada media con carruajes eran las 40 millas, 64 kilómetros. Así se desprende de la noticia de Marcial a su amigo Flavio, cuando le indica que desde Tarraco a Bilbilis se empleaban cinco días, siendo 200 millas el camino que hay que recorrer: D ir íg e te p o r m ar a la s fo r ta le z a s d e la e sp a ñ o la T arragona, d e a llí e n u n v e h íc u lo v e rá s m u y p r o n to la e le v a d a Ç a la ta y u d y tu r ío J a ló n , q u izá e n e l q u in to d ía d e o c u p a r tu essedo. 90
Los que usaban buenos carros, por las calzadas corrientes, podían hacer 50 mi llas, y quizá más. En la posta imperial la rapidez era mayor, pudiendo casi dupli carse, porque los tiros se renovaban con mucha frecuencia. En casos especiales se batieron verdaderas marcas de velocidad. Ya hemos visto cómo Cicerón nos dice que Malio Glaucia recorrió 56 millas en diez horas, de la noche, cuando llevó la noticia del asesinato de Roscio. El vehículo utilizado fue un cisium. La velo cidad máxima la marcó Tiberio, que fue desde Ticinium a Germania a través de la Recia, logrando ver a su hermímo Druso unos momentos antes de morir. Re corrió en veinticuatro horas una distancia de 200 millas. En viaje ordinario hu biera echado cuatro días largos. Muy raudo voló también el liberto Icelo, que recorrió el trayecto de Roma a Cartagena en siete días para anunciar a Galba la muerte de Nerón. La posta imperial era mucho más rápida que los coches particulares. Desde Roma a Toledo empleaba seis días, mientras que los viajeros particulares y yendo a marcha ordinaria tardaban diez días desde Roma a Brundisium. Y Mecenas y Horacio, que no quisieron darse ningún mal, emplearon quince. Uno de los peligros más temidos para los que viajaban era el caer en manos de los bandoleros. Sabemos que en los últimos años de la República abundaron sobremanera, llegando a realizar sus fechorías casi en las mismas puertas de Roma. Naturalmente había unas regiones más infectadas de salteadores que otras. Cór cega y el Asia Menor estaban plagadas de ladrones, de forma que constituía una verdadera temeridad el emprender un viaje por ellas, sobre todo en caravana o con ostentación de carruajes y provisiones. El castigo que se les imponía si se los capturaba era la crucifixión, lo cual indica los recursos a que ellos acudirían para defenderse y sacar el mayor provecho de los asaltos realizados. Los empera dores combatieron con todas sus fuerzas el bandolerismo, como nos dice Sueto nio: «Desórdenes y turbulencias de índole sumamente perniciosa para la seguridad y tranquilidad del Estado han persistido aun en tiempo de paz a consecuencia 90,
M a rtia l. 1 0 , 1 0 4 , 4-7 : « H is p a n a e p e t e T a rr a c o n is arces: illin c te ro ta t o lle t e t c ita tu s a lta m B ilb ilim e t tu u m S a lo n e m q u in to f o r s it t n e s s e d o u id e b is» .
Cómo se viajaba
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de los malos hábitos contraídos durante las guerras civiles. Muchos ladrones y sal teadores de caminos se mostraban con toda insolencia e impunidad armados con espadas como los funcionarios del Estado para su propia defensa. Por todo el país los viajeros, lo mismo los ciudadanos libres que lös esclavos, eran secuestrados y encerrados en cuevas y chozas habilitadas como de calabozos o cárceles (ergas tula), donde los mantenían secuestrados hasta que algún interesado acudía a su rescate01. Se formaban asociaciones, con el disfraz de recreos y deportes, para co meter toda clase de villanías. El emperador Octavio acudió a reprimir este bando lerismo estableciendo puestos militares en lugares convenientes, ordenando ins pecciones detenidas y constantes en todos los locales que pudiesen servir de encie rros y disolviendo todo linaje de asociaciones, excepto aquellas de carácter bene ficioso para el viajero y de historia antigua y bien probada».92 Los secuestros de las personas que iban de viaje eran frecuentes. Por muchas de ellas pedían un rescate proporcionado a la calidad del personaje raptado. A otros, después de robarles, los hacían desaparecer sin más. El sistema de bando lerismo se ha perfeccionado bastante en nuestros tiempos. No se espera a la víc tima en el camino, sino que se le arranca de su propia casa; o se le exige a dis tancia bajo pena de muerte irrevocable para sí y miembros de su familia si en el día fijado no ha depositado en cierto lugar una cantidad enorme de dinero. En veinte siglos que llaman de cultura o de madurez humana, hemos ganado bastante en barbarie, en criminalidad, en el refinamiento de la maldad y en las añagazas dispuestas para que los criminales, lejos de ser castigados, sean considerados como víctimas de la represión injusta si la autoridad trata de defender a los ciudadanos inocentes perjudicados. Bástenos citar un largo pasaje de Apuleyo en que se pinta, como la cosa más natural, una serie de peligros en que podían verse los viajeros sobre todo en ca ravana. El hecho sucedía hacia los tiempos de Trajano: Y e n d o p o r n u e s tr o c a m in o , h a b ie n d o p a sa d o u n a cu e sta m u y ásp era d e u n e sp e s o m o n te , e n tr a m o s p o r u n o s g ra n d es c a m p o s, y y a q u e la n o c h e v e n ía , lle g a m o s a una v illa m u y g r a n d e y rica, d o n d e lo s v e c in o s n o s a v isa ro n q u e n o c a m in á se m o s d e n o c h e , p o r q u e h a b ía p o r a llí in f in ito s lo b o s m u y g r a n d e s, fe r o c e s y m u y b r a v o s, qu e e sta b a n a c o stu m b r a d o s a sa ltea r y c o m e r a lo s h o m b r es q u e ca m in a b a n d e n o c h e . P e r o a q u e llo s m a lv a d o s tra id o res q u e n o s lle v a b a n , c ie g o s c o n e l a tr e v im ie n to d e la p r e sa q u e c o n d u c ía n y e l m ie d o q u e lo s s ig u ie s e n , d e s e c h a n d o e l c o n s e jo sa lu d a b le
9 1 . A p u le i. M e t. 4, 2 3 -7 , 1 3 . L u c io , y a c o n v e r tid o e n a sn o , cae e n m an os d e u n o s b a n d o le r o s q u e h a b ía n s ec u e str a d o a u n a jo v e n m u y h e r m o sa e n e sp er a d e u n b u e n rescate ( 4 , 2 3 ). L a jo v e n llo r a s in cesa r r ec o r d á n d o se d e su s p a d re s y d e s u n o v io . U n a v ie ja q u e está a l ser v ic io d e la b a n d a d e la d r o n e s tr a ta d e c o n so la r la c o n tá n d o le m il fá b u la s y c o n se ja s, e n tr e e lla s la b e llís im a fá b u la d e P s iq u is . E llo s la tie n e n e sc o n d id a e n s u b a s e d e o p e r a c io n e s agu ard an d o e l r esca te. L a jo v e n tra ta d e h u ir , p e r o so rp re n d id a e n s u fu g a s o b r e e l a sn o L u c io , y v ie n d o q u e n a d ie trata d e h a b la r c o n e llo s para su r esc a te , p ie n s a n lo s sec u e str a d o r es d e sh a c er se de e lla d e la fo r m a m á s h o r r ib le . C u a n d o esta b a n e n e llo s e le s agrega u n in d iv id u o q u e d ecía ser H e m o d e T ra c ia , e l la d r ó n m á s fa m o so d e to d a la M a c e d o n ia , y trata d e c o n v e n c er a sus c o m m ilito n e s q u e v e n d a n la m u ch a ch a a a lg ú n tra ta n te d e b la n ca s q u e c ie r ta m e n te , d ad a su tiern a e d a d y s u g ra n h e r m o su r a , le s dará u n b u e n c a p ita l p o r e lla ( 7 , 9 ). C e leb ra n o p íp a ra m e n t e la lle g a d a d e l b a n d o le r o H e m o d e T ra cia , y a lo la rg o d e la c en a e l p r e su n to c a p itá n d e b a n d o le r o s ech a e n e l v in o d e s u s co m p a ñ er o s u n s o m n ífe r o q u e su m e r g e a to d a la p an d a e n e l m ás p r o fu n d o le ta r g o . M ie n tr a s ta n to , T le p o le m o , e l n o v io d e C h a r ité s, la jo v e n , q u e tal era e l p r e te n d id o la d r ó n , se la lle v a , y c o n e lla ta m b ié n a l a sn o (L u c io , 7 , 1 3 ). 9 2 . S u et. A u g . 3 2 , 1.
Paseos y viajes d e recreo
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q u e le s d a b a n , n o e sp e ta r o n al d ía , m a s cerca d e la m e d ia n o c h e n o s cargaron y c o m e n z a r o n a c a m in a r ... A q u e llo s p a s to r e s q u e n o s lle v a b a n h ic ié r o n s e a m a n er a d e u n ejé rc ito : u n o s lle v a b a n la n z a s, o tr o s d a r d o s, o tr o s b a lle s ta s y o tr o s p ie d r a s e n las m a n o s, y o tr o s lle v a b a n p ic a s b ie n a g u d a s y o tr o s h a c h a s a r d ie n d o para e sp a n ta r lo s lo b o s ; d e ta l m a n er a ib a n q u e n o le s fa lta b a m á s q u e u n a tr o m p eta para q u e p are ciera h u e s te d e gu erra. P e r o a u n q u e p a sa m o s n u e s tr o m ie d o s in p e lig r o , c a ím o s en o tr o la z o m u c h o m a y o r, p o r q u e lo s lo b o s , o p o r v e r m u c h a g e n te , o p o r la s lu m b r es d e a q u é llo s, tu v ie r o n m ie d o , o p o r v e n tu r a p o r q u e e ra n id o s a o tr a p a r te , n in g u n o d e e llo s v im o s , n i p a r e ció cer c a n i le jo s . M a s lo s v e c in o s d e a q u e llo s c o r tijo s p o r d o n d e p a sa m o s, c o m o v ie r o n ta n ta g e n te arm ada, p e n s a r o n q u e e ra n la d r o n e s , y p r o v e y e n d o a s u s b ie n e s y h a c ie n d a , c o n g ra n te m o r q u e te n ía n d e ser r o b a d o s, lla m a r o n a lo s p e r ro s, q u e e ra n m á s r a b io s o s y fe r o c e s q u e lo s lo b o s y m á s c r u e le s q u e lo s o s o s , y lo s c u a le s te n ía n c ria d o s b r a v o s y fu r io s o s para gu ard a d e s u s ca sa s y g a n a d o s, y c o n s u s s ilb o s a c o stu m b r a d o s y o tr a s ta le s v o c e s ech a ro n lo s p e r ro s c o n tra n o s o tr o s , y e llo s , a d em á s d e s u p r o p ia b r a v e za , e sfo r z a d o s c o n la s v o c e s d e sus a m o s, c er cá ro n n o s d e un a y o tr a p a r te y c o m e n z a r o n a saltar y a m o r d e r e n la g e n te , s in h a cer a p a r ta m ien to d e h o m b r e s y d e b e s tia s ; m o r d ía n tan fie r a m e n te , q u e a m u c h o s e ch a ro n p o r e l s u e lo ... H e a q u í q u e a e s te p e lig r o s u c e d ió o tr o m ayor: q u e ,l o s v illa n o s d e e n c im a d e lo s te ja d o s y d e u n a c u e sta q u e e sta b a a llí arriba arrojaban c o n tr a n o s o tr o s ta n ta s p ie d r a s q u e n o s a b ía m o s d e q u é h a b ía m o s d e h u ir . D e u n a p a r te lo s p e r ro s q u e n o s c erca b a n , y d e la o tr a , m á s le jo s , las p ie d r a s q u e v e n ía n so b r e n o s o tr o s; d e m a n era q u e e stá b a m o s e n h a r to a p r ie to . E n e s t o u n a p ie d r a d e sc a la b r ó a u n a m u j e r ..., y e lla , c o n e l gran d o lo r , c o m e n z ó a dar g r ito s y v o c e s lla m a n d o a su m a r id o , q u e era u n p a sto r d e a q u é llo s, q u e le v in ie s e a so co rrer. E l, c u a n d o la v io , lim p iá n d o le la san gre, c o m e n z ó a d a r g r ito s, d ic ie n d o : « ¡J u stic ia d e D io s ! ¿ P o r q u é m a tá is a lo s tr is te s c a m in a n te s y lo s p e r se g u ís , e sp a n tá is y a p ed reá is c o n ta n c r u e le s á n im o s? ¿ Q u é d a ñ o o s h e m o s h e c h o ? ¿ Q u é r o b o e s é s te ? » . ■ ■ A p e n a s o y e r o n esta s p a la b ra s, c e sa r o n d e llo v e r las p ie d r a s y e sp a n ta r o n la jau ría d e lo s p erro s b r a v o s y u n o d e a q u e llo s la b r a d o r e s d ijo a v o c e s: «— N o creá is q u e n o s o tr o s, te n ie n d o c o d ic ia d e v u e s tr o s d e s p o jo s , o s q u er ía m o s robar; m a s p e n s a n d o q u e v e n ía is a ro b a rn o s a n o s o tr o s, n o s p u sim o s e n d e fe n s a para q u ita r n u e s tr o d a ñ o d e n u estra s m a n o s; a sí q u e d e a q u í e n a d e la n te p o d é is ir seg u ro s y e n p a z » . E s t o d ic h o , c o m e n z a m o s a p r o s e g u ir n u e s tr o c a m in o , b ie n d e sca la b ra d o s, y cada u n o c o n ta b a su m a l: lo s u n o s h e r id o s d e p ie d r a s, lo s o tr o s m o r d id o s d e p e r r o s, d e m a n era q u e to d o s ib a n la s t im a d o s .03
5.
Viajes por mar
Los viajes podían hacerse también por mar. Roma tardó mucho tiempo en ser marinera, pero la circunstancia histórica y su posición geográfica la hizo a los ma res por necesidad. De la marina de guerra y de sus tipos de barcos hablamos en otro lugar oportunamente; ahora diremos lo indispensable para poder seguir a los ciudadanos romanos surcando también los mares en busca de las tierras divididas por ellos, o solazándose en viajes costeros de una a otra ciudad de Italia por el gusto de hacerse a la mar. Tranquila y despaciosamente surcaban los mares aquellas naos mercantes que, sin cesar, transportaban de todas las partes del mundo lo que Roma precisaba o apetecía. Plinio habla de buques que transportaban de una vez tres mil ánforas, y en Alejandría se armaban buques inmensos para trasladar obeliscos y mármoles en bruto. El Acatus, que fue el primer buque alejandrino que entró en el puerto de Ostia durante el gobierno de Augusto, llevó a bordo un obelisco erigido des pués por Cayo Caligula en el Circo Máximo. El mismo barco conducía mil dos cientos pasajeros, además de un gran cargamento de papiro y otras sustancias del
93.
Apul. M et. 8, 1M 8.
A sus villas y fincas
433
Oriente. Grandes eran también los buques para el transporte de trigo. Estos bu ques iban de ordinario en escuadra, pero también se conocen casos de embarca ciones que navegaban en solitario. Cuando se trataba de largas expediciones, mucha gente prefería viajar en los barcos mercantes, en las grandes trirremes, como si fueran más seguros y disminu yera el peligro del mareo. » Había barcos que se destinaban exclusivamente para viajeros y su equipaje. De este tipo eran los phaseli, especie de bajeles que no se aventuraban a viajes largos más que en el tiempo bueno. Catulo hizo un viaje desde Bitinia al lago de Como en un bajel que luego inmortaliza en dos de sus poem as94. Otros barcos de via jeros eran los uictoriae; en uno de ellos cruzó César el Helesponto después de la batalla de Farsalia. Se usaron más en e'l siglo segundo que en el primero. Carecemos casi en absoluto de relatos de estos viajes, que si se hacían feliz mente a nadie le ocurría el referirlos, y si por el contrario sufrían algún percance todo se reducía al relato del naufragio. Ovidio, hablando de su viaje a Tomos, no dice más que los sentimientos que él iba teniendo, sin preocuparse para nada de ios demás. Unicamente en Dión Crisóstomo encontramos un párrafo alusivo a estos viajes: «Muchos pasajeros, dice, cuando el tiempo está bueno, pasan las hor ras jugando a los dados, o cantando, o comiendo sin cesar; pero en cuanto la tor menta aparece se envuelven la cabeza con la túnica y así aguardan los aconteci mientos, Otros se acuestan y procuran dormir, no levantándose hasta que se ha llegado al p u erto » 95. E n resumidas cuentas, como höy poco más o menos. Para los viajes costeros se empleaban barcos más pequeños, llamados orariae9β. Estos bajeles costeaban la península italiana, la helénica e incluso el mar Egeo en tiempo de bonanza y cuando no perdían de vista la tierra. Los viajes por mar ofre cían también serios peligros: vientos contrarios, tempestades y... el asalto y el rapto de los piratas. 6.
A sus villas y fincas
Desde los primeros días del verano hasta entrado el otoño Roma aparecía casi desierta. Todos huían de las malarias y del calor, que durante esta época hacía muy incómoda la vida en la ciudad. Los ciudadanos pudientes tenían espléndidas villas en los parajes montañosos del Apenino y a lo largo de las costas de la Etruria, el Lacio y la Campania. Por no citar más que a Cicerón, sabemos que poseía villas en Arpiño, en Túsculo, en Ancio, en Astura, en Formia, en Cumas, en Puteolt y en Pompeya. No hablemos de los patricios ancestrales y linajudos y, sobre todo, de los emperadores.97 9 4 . C a tu l. 4 y 6 . 9 5 . D i o C h r y so st. O r. 3. 9 6 . P lin . E p . 1 0 , 2 6 . 9 7 . S in e m b a r g o , A u g u s to p r e fe ría p asar in v ie r n o y v e r a n o e n s u s e n cilla m a n sió n d e l P a la tin o , d o n d e v iv ió m á s d e c u a ren ta a ñ o s e n la m ism a h a b ita c ió n ; y lo m ás q u e h a cía n cu a n d o q u er ía q u e n o le m o le sta r a n era s u b ir a u n d e p a r ta m e n to q u e lla m a b a Siracusa; y c u a n d o sen tía v e rd a d e ra n e c e s id a d d e sa lir d e la c iu d a d ib a a a lg u n a fin c a q u e e n lo s alr e d e d o r es d e R o m a te n ía a lg u n o d e s u s lib e r to s , y c u a n d o e sta b a e n fe r m o guard ab a cam a e n casa d e M e c e n a s ... « E x s e c e ss ib u s p r a e c ip u e fr e q u e n ta u it m a r itim a in s u la s q u e C a m p a n ia e au t p r o x im a u r b i o p p id a , L a n u u iu m , P r a e n e ste , T ib u r , u b i e tia m in p o r tic ib u s H e r c u lis te m p li p e r sa e p e ius d ix it» (S u e t. A u g. 7 2 , 1 -2). E n T ib u r se e d ific ó d e s p u é s A d r ia n o s u e sp lé n d id a v illa , cuyas r u in a s s o n a ú n la a d m ira c ió n d e lo s tu rista s. C f. A e l. S p a rtia n . H adrian. 2 6 , 5: « T ib u r tin a m
28
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Paseos y viajes de recreo
En estas fincas los hombres entregados a las letras trabajaban muy a su gusto, porque se veían libres de la barahúnda de la ciudad y del visiteo obligado en la urbe, como puede verse en los prólogos de las obras de Cicerón. Convivían con algunos amigos invitados y'daban de lado a sus afanes diarios, aunque se comuni caran con los dueños de las villas vecinas, porque nunca querían perder de vista los acontecimientos políticos más notables. Plinio, en su epistolario, da cuenta a diversos amigos del género de vida que hace en sus villas: el tiempo que no lee, medita o escribe, pasea con algún amigo, va de caza o de pesca con algunos de sus esclavos, monta a caballo, juega a la pelota, e tc .98 Esta variedad de villas facilitaba el gusto de cambiar de clima, según las es taciones del año. Ellos conocían muy bien las características de cada lugar, según escribe el emperador Marco Aurelio: En Nápoles el clima es muy grato, pero muy variable. En las primeras horas de la noche es tibio como en Laurento; hacia el amanecer, fresco como en Lanuvio; a la puesta del sol, frío como en el Algido; por la mañana, soleado como en Túsculo; a mediodía, abrasador como en Puteoli; por la tarde y al anochecer, templado como en Tibur. En la canícula en general preferían las alturas y los bosques de los montes albanos, Preneste, T ib u r" , Túsculo, el Algido, etc.; en el invierno, las costas abri gadas de Spezia, Velia, Salerno, Tarento, etc.; en la primavera gustaban de ir a Ancio, Anxur (Terracina) 10°, Gayeta, Formia, y sobre todo al golfo de Nápoles, desde el Miseno hasta Sorrento. Estacio 101 invita a su mujer a que salga de Roma y vaya con él a disfrutar las delicias de la bahía de Nápoles: aquí el invierno es dulce, el verano fresco, bañado por un mar tranquilo con olas que parecen dor mitar; aquí reina la paz, la ausencia de cuidados y una quietud jamás turbada, la vida parece un sueño ocioso. Aquí se alza la espléndida ciudad de Nápoles, rica mente decorada con sus templos, sus plazas orladas de innumerables columnas, sus teatros cubiertos y al aire libre, donde se celebran unas fiestas periódicas que ape nas tienen nada que envidiar a las del Capitolio. Reina aquí una alegría y una libertad como las que pondera Menandro, en las que se hermanan la dignidad ro mana y el desenfreno griego. Los alrededores brindan las distracciones más varia das, ya se visite la deliciosa playa de Bayas, o la gruta de la Sibila en Cumas, o la ciudad de Miseno, o las frondosas faldas cubiertas de viñedo del Gauro, o de la isla de Capri, cuyo faro alumbra a los navegantes con un resplandor comparable al de la luna, o las alturas de Sorrento, tan amadas por Baco y por otros dioses, jo las aguas medicinales de Estabia. De toda esta región, en que se asentaba la seductora ciudad de Venus (Pompeya) y de Hércules (Herculano) y el gran sanatorioyde la Villa de Estabia (Castellamare), la más lujosa por sus innumerables, y soberbias villas era la de las al turas de Sorrento, como se desprende de la descripción que hace E stacio102 de la villa de Polio Félix, situada entre el cabo de Sorrento y Massa.
u illa m m ir e e x a e d ific a u it, ita u t in e a e t p r o u in cia ru m e t lo c o r u m c eleb er r im a n o m in a ir scri b e r e t, u e lu t L y c e u m , A c a d e m ia m , P r y ta n a eu m , C a n o p u m , P o ic ile n , T e m p e u o c a r et, e t , u t líh il p r a eter m itte r e t, e tia m in fe r o s fin x it» . 9 8 . C f. P lin . E p . 1, 6 ; 1, 9 ; 9 , 3 6 ; 9 , 4 0 ; 9 , 8 , 2 -4. 9 9 . S ta t. Silu. 1, 3 . 1 0 0 . M a rtia l. 5 , 1; 6 , 4 2 . 1 0 1 . S ta t. Silu. 3 , 5 , 8 1 -1 1 3 . 1 0 2 . S ta t. SUu. 2 , 2.
A sus villas y fincas
La isla de Capri, propiedad de Augusto, quedó convertida en una gran edifi cación que entrelazaba materialmente los palacios construidos por Augusto y los doce que Tiberio levantó, sendos templos en honor dé los doce dioses mayores; en la villa de Júpiter vivió Tiberio desde el año 27 al 33. Pero Capri ' quedaba prohibida para los profanos, como también quedó reservado el barco que, con enormes gastos, se hizo construir Caligula, grande y hermoso como un palacio, con columnatas, baños y jardines, en el que se desplazaba a lo largo de la costa desde Ostia hasta Tarento; buscando siempre el clima más benigno. Lugares famosos eran también Puteoli y Cumas, donde veraneaban los que querían disfrutar de paisajes similares a Bayas, sin meterse en el barullo· de esa ciudad peligrosa. Baiae es un lugar amenísimo 1M, corno ya hemos dicho de toda esta región, por su cielo purísimo 104, que se llenaba de gente forastera105, tanto en el invierno como en el verano, por sus aguas termales muy útiles para la sa lud 10e. Allí tenían sus villas Hortensio, Pisón, Lúculo, Pompeyo, César, Domiciano, Caligula, Adriano, que murió en ella el 10 .d e julio del año 138, y muchos otros. La concurrencia, el descanso, las fiestas continuas, los saraos interminables y el lujo exquisito convirtieron muy pronto este lugar, en frase de Séneca, en se des luxuriae et uitiorum diuersorium 107. Fue durante cinco siglos el lugar del re creo, del esparcimiento y del vicio más famoso de todo el mundo. Según la leyen da, las aguas de Bayas eran frías, hasta que un día -Venus.mandó a Cupido que se bañara en ellas, y una chispa que se escapó de su antorcha las inflamó. Desde en tonces quien se baña en esas aguas cae rendido de amor. Dice Ovidio: «No es necesario hablar dé Bayas, de la costa que la baña y de sus aguas sulfurosas que humean. Al dejarlas, más de uno, con el corazón herido, gritó: ‘No, estas aguas no son tan saludables como dicen’» 108. Las intrigas amorosas, que allí se daban constantemente abatían la virtud más firme, hasta el punto, nos dice Marcial, que una dama que llegó a Bayas más firme que Penélope salió de Bayas más lasciva que Elena 109. Y Propercio escribe a su amada: D e ja , C in tia , en se g u id a la s co rro m p id a s aguas d e B ayas: e sta s p la y a s e n e m ig a s d e la c a stid a d fe m e n in a h a n c a u sa d o d e sa v e n e n c ia s e n tr e m u c h o s. ¡A h , q u e s e seq u e n la s a gu as B ayas e n e m ig a s d e l b u e n a m o r ! » .110
El estar en Bayas era algo así como manifestar públicamente que se había per dido el decoro y la vergüenza m . Pero el lugar no tenía la culpa, como es natural, de las orgías y desenfreno que en él se desarrollaban m . Símaco pudo decir que él vivió en Bayas «sin canciones en las barcas ni francachelas en los banquetes».113 Muchos eran los romanos que desde los tiempos de la República visitaban Si cilia. Les atraía la proximidad de la isla, la dulzura desu clima, su brillante sol, 103. 104. 105. 106. 107. 108. 109. 110. 111. 112. 113.
H o r . Ep. 1, 1, 8 3 ; O d . 3 , 4 , 2 4 ; S ta t. Silu. 3 , 5 , 9 6 . M a rtia l. 6 , 4 2 , 7 -1 0 . C ic. Cael. 4 9 . P r o p e r t. 3 , 1 8 , 2 ; M a rtia l. 3 , 2 0 , 1 9 ; 4 , 5 7 , 6 ; 6 , 4 3 , 1-2. S e n e c a , Ep. 5 1 , to d a ella ; H o r . O d . 2 , 1 8 , 2 0 ; Ep. 1, 15 , ?.. O v id . A r s A m . 1, 2 5 5 -5 8 . M a rtia l. 1, 6 2 . P r o p e r t. 1, 1 1 , 2 6 -3 0 . C ic. Cael. 2 7 ; 3 5 y p a ssim . 'S en eca, Ep. 5 1 . S im m . Ep. 1, 1; 6 , 6 7 .
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Paseos y viajes d e recreo
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el haberse localizado en ella m ultitud de fábulas mitológicas, como el rapto de Proserpina, el Cíclope, el haber salido Plutón de las entrañas de la tierra por uno de los abismos de la isla, el sepulcro de Arquímedes, la tumba de Anquises, padre de Eneas; el deseo de conocer los misterios de Escila y Caribdis y, sobre todo, las misteriosas erupciones del Etna. ( El interés histórico y artístico reclamaba la atención de los romanos hacia las tierras del Oriente, sobre todo de Grecia, con su idealizada Atenas y su mitificada Corinto; Egipto, con las ciudades de Alejandría y Menfis; las islas del Egeo, con sus famosas Cicladas, brillantes por el mármol y perfumadas por sus vinos exqui sitos; el Asia Menor, con su monte Ida y su ciudad de Troya. Pero a estos parajes ya no llegaban más que los muy pudientes, y alguno de. ellos se complacía en re novar con sus embarcaciones los viajes de Ulises o de Eneas, para sumergirse en los sueños de las leyendas antiguas. 7.
Viajes más largos
Muchas veces los ricos viajaban por viajar, por echar de sí el tedio, el aburri miento o los disgustos de la vida. Así lo dice Séneca.114 Algunos estaban siempre danzando de una parte a otra. En primavera no fal taban de Bayas; en el invierno pasaban a las delicias de Canope, pues en sus fa mosos hoteles y lujosas naves de recreo, sitas entre esa localidad y Alejandría, se daban cita las gentes más ávidas de placeres de todo el mundo. Otros iban reco rriendo los lugares siguiendo rigurosamente el calendario de las fiestas típicas de cada localidad, ya estuviera en Grecia, en Asia Menor o el Africa. Misterios Eleu sinos, fiestas dionisíacas de Atenas, juegos Ñemeos de Argos, juegos píticos de Delfos, grandes juegos Istmicos o Corínticos, misterios de Samotracia, etc. Otros viajaban con el fin de recobrar la salud. Los médicos mandaban a los clientes que tenían medios para ello a climas más suaves o más tónicos, según lo requería el caso; o a tomar aguas o baños en fuentes termales o de virtud recono cida o supuesta. Un liberto a quien Plinio el Joven tenía empleado como lector cayó en una grave enfermedad de la laringe, a consecuencia de sus continuas lec turas en alta voz. Su patrono lo envió a Egipto una temporada, para que descansara y se recuperara con el buen clima del delta del Nilo, como efectivamente sucedió. Al volver a su trabajo recayó en la misma enfermedad y entonces lo envió a una granja que su amigo Paulino poseía en Forum Iulii, a tomar buena leche y respi• 11R rar aire puro. E n este sentido hay que citar los muchos templos que eran famosos, como aho ra algunos balnearios. Descollaban entre todos los templos de Esculapio en Cos y en Epidauro. A uno y a otro acudían los enfermos con la esperanza de que dur miendo y reposando en ellos el dios de la salud les inspiraría en sueños los reme dios necesarios para verse libres de su enfermedad o dolencia. Causa admiración ver las distancias que recorrían a veces para llegar a uno de estos puntos. Los en fermos que habían recuperado la salud, antes de volverse a sus tierras, dejaban un exvoto, ordinariamente de terracocta colgado en los muros del templo, reprodu ciendo la parte del cuerpo curada. Por estos exvotos se han conocido después muchos de estos lugares de concentración de enfermos, tal como el templo de Diana Nemorensis y el de Juno en Veyes. 114. 115.
S e n e c a , T ran qu ill. 2 , 13. P lin . E p. 5 , 19.
Viajes más largos
a)
437
Viajes de estudio
O bien aprovechando sus tiempos libres y de vacaciones, o por dedicación constante al estudio, muchos romanos emprendían viajes de trabajo en los que sacaban verdadera utilidad científica. Así los geógrafos, los naturalistas, los explo radores e incluso los filósofos y los gramáticos recorrían lejanas y vastas regiones por el ansia de saber cosas nuevas, para ver y aprender. Roma, Atenas, Alejandría eran los tres centros principales de la cultura; pero había otros puntos interesantes para culturas y saberes determinados, como la ciudad de Antioquía en Siria, que ya era famosa por sus sabios en tiempo de Ci cerón; Esmirna, a donde acudían jóvenes ansiosos de saber de Grecia, Asiría, Fe nicia y Egipto; Tarso, cuyas escuelas de filosofía a decir de Estrabón superaban a las de Atenas y Alejandría. Maestros y discípulos viajaban constantemente de una parte a otra. Estos viajeros aprovechaban de ordinario la posta imperial. Su equipaje era pequeño y su tipo de viajar sencillo y sin aparato. Si había necesidad se utilizaba el caballo; si la conveniencia aconsejaba el uso del carro, solía ser un cisio, un reda o un carpento. Los domésticos seguían en un petorrito o una canuca. Así nos dice Séneca que realizó un viaje que tuvo que hacer con su amigo Má ximo 1W. Las muías caminaban a paso tranquilo, las comidas eran tan frugales o sencillas que nunca emplearon más de una hora para prepararlas. Al hacer alto por la noche, tendían un colchón en el suelo y se arropaban con la abolla o capa. En este viaje Sénéca pasó unos días deliciosos y aprendió que hay muchas cosas que no son necesarias en la vida. En Roma había lugares donde se alquilaban los vehículos con cocheros; de no encontrarse, había que hacer el viaje con los medios propios, o resignarse a ca minar a pie. Tácito nos refiere el viaje emprendido por Germánico con el fin exclusivo de instruirse. Pasa con mucho peligro el Adriático y el mar Jónico hasta la ciudad de Nicópolis en Acaya. Al dejar el Adriático visita el escenario de Accio, donde habían luchado su tío Octaviano y su abuelo Antonio. De aquí llegó a Atenas, donde fue recibido con gran entusiasmo. Prosiguiendo su viaje, visitó la isla de Euboea, Lesbos, Berinto, Bizancio, las ciudades de la Tracia; penetra luego por las gargantas de la Propóntida, en el Póntico, deseoso de conocer todos aquellos lugares famosos en la historia. Estuvo un año visitando el Asia Menor. Luego pasó a Egipto para estudiar sus antigüedades, embarcándose en Canopus y navegando por el Nilo hasta las ruinas de Tebas. Contempló la estatua de Memnón, las pirá mides y el lago que sirve de desagüe al Nilo en el período de las crecidas de sus aguas. Avanzando más hacia el sur, llegó a Elefantina y Siena, visitando tam bién las poblaciones fronterizas de Egipto con la remota E tiopía.117 Estrabón fue el geógrafo que recorrió más regiones del mundo con fines cien tíficos. O tro famoso viajero fue Plinio el Viejo, que reunió todas sus observaciones en su Historia natural, que es una verdadera enciclopedia de ciencias naturales, con una acumulación de datos realmente inmensos, pero muy desordenadamente transmitidos. Murió en el año 79 d. C., mientras observaba de cerca el fenómeno
116. 117.
S e n e c a , E p. 8 7 . T a c. A n n . 2, 5 3 ; 5 9 -6 1 .
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Paseos y viajes de recreo
de la eclosión del Vesubio. Su sobrino Plinio el Joven (del año 62 al 133 d. C.) también viajó y escribió cosas muy curiosas, sobre todo sus cartas, en que da mu chos datos de la vida romana de sus tiempos. Buen viajero fue también el empe rador Adriano, que deseaba conocer personalmente todo lo que había leído en los libros sobre los lugares del m undo.118 b) Viajes de trabajo Además de los comerciantes que llenaban todos los caminos del mar y de, la tierra con sus vehículos llenos de mercancías, también viajaban sin reposo, para buscar la vida, otras personas más humildes, como los buhoneros, juglares, atletas, músicos, cómicos, charlatanes y otros aventureros que iban a Roma con la idea de prosperar y medrar al arrimo de algún paisano que se había abierto camino. Para imaginarnos todos estos viajeros no tenemos más que recordar nuestros gitanos, afiladores, cómicos de la legua, titiriteros y otros feriantes que van de poblado en poblado montando sus tenderetes o sus retablos durante las épocas de las ferias. Nunca faltaban tampoco las tropas de prostitutas presentadas por los rufianes bajo un aspecto u otro. Formaban a veces largas caravanas de jumentos, carros de toda especie para trasladar sus mercancías y todo lo necesario para montar sus teatrillos o realizar acrobacias. Pernoctaban en sus carros, donde acampaban, ordinariamente a las afueras de las poblaciones. Los charlatanes y buhoneros iban en menor número y solían llevar mejor por te. Estos sí entraban en las fondas e incluso albergues de cierto nombre para pro porcionarse con ello mayor eficacia en sus ganancias. Entre los atletas, acróbatas, bailarines, cantores, músicos y demás circulaban a veces hombres de un arte refinado, y hacían giras periódicas por Italia, por Gre cia y por el Asia Menor. De ordinario eran recibidos con gran júbilo de la pobla ción, porque se presentaban en las épocas de ferias y de fiestas y constituían uno de los elementos más importantes para el regocijo popular durante aquellos días. Todos estos artistas estaban siempre en movimiento por los caminos, lo mis mo que otros grupos de truhanes y vagabundos que vivían a costa de la ingenuidad de los demás, como aquellos de quien nos habla ,Apuleyo por boca de Lucio, el personaje de la noyela convertido en asno, que siendo en una ocasión vendido a pregón en un lugar se presentó un comprador de estas condiciones: U n v ie jo c a lv o y b e lla c o ..., d e l m á s b a jo lin a je y d e la s h e c e s d e to d o e l p u e b lo , e l c u a l a n d a b a c o n o tr o s tr a y e n d o a la d io s a S iria p o r e sa s p la za s, v illa s y lu g a r e s, ta ñ e n d o p a n d e ro s y a ta b a les y m e n d ig a n d o d e p u e r ta e n p u er ta sin n in g u n a v e rg ü en za . Y a ñ a d e q u e al o tr o d ía lo s d e la tro p a , « v e s t id o s d e v a r io s c o lo r e s y cada u n o / d e
118. A d e m á s d e la s v a ria s e x p e d ic io n e s m ilita r e s q u e tu v o q u e h acer p o r la d e fe n s a d e l I m p e r io , v ia jó p o r g u s to d e c o n o c er , d e v e r y d e a p ren d er. A s í lo v e m o s e n la c im a d e l E tn a , c o n e l f in d e o b se rv a r e l v o lc á n y e l s o l n a c ie n te ( A e lio S p a rtia n . H adriatt. 1 2 , 3 ). N in g ú n e m p e r a d o r v ia jó ta n to c o m o é l p o r to d o e l m u n d o (ib . 1 2 , 5 ) . S u b ió a l m o n te C a sio d e n o c h e p ara v e r la sa lid a d e l s o l d e s d e é l (ib . 1 4 , 3 ). R e c o r r ió la A r a b ia y n a v e g ó p o r e l N ilo (ib . 1 4 , 4 -5 ). Y p o r fin su b ió g r a fo r esu m e a sí s u a n sia d e v ia ia r: « P e r e g r in a tio n is ita c u p id u s u t o m n ia q u a e le g e r a t d e lo c is o r b is terra ru m p r a e se n s u e lle t a d d isc e re » (ib. 1 7 , 8 ). E n c a m b io , d e A n to n in o P í o d ic e su b ió g r a fo J. C a p ito lin o (7 , 1 1 ); « N e c u lla s e x p e d itio n e s o b iit n is i q u o d a d agros su o s profeçtvjs e s t e t ad C a m p a n ia m , d ic e n s g rau em e s s e p r o u in c ia lib u s c o m ita tu m p r in c ip is, e tia m n im is p a rci» .
V iajes más largos
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s u tra je, u n o s c o n m itra s e n s u s c a b e za s, o tr o s c o n tú n ic a s b la n ca s ceñ id a s, p u sie r o n e n c im a d e m í a la d io s a Siria, c u b ie r ta d e u n a v e stid u r a d e sed a. E llo s lle v a b a n lo s b ra zo s d e s n u d o s h a sta lo s h o m b r o s y u n o s c u c h illo s e n la s m a n o s, y al s o n d e la fla u ta b a ila b a n d e la n te d e la d io sa . Y y e n d o d e esta m an era, p a sa m o s p o r a lgu n os c a se r ío s ÿ p u e b lo s , d o n d e a q u ello s h ip ó c r ita s fa ls o s c o m e n z a ro n a h a c e r gr a n d e s m a r a v illa s, b a ja n d o fu r io sa m e n te su s c a b e za s, to r c ie n d o a u n a p a r te y a otra s u s p e s c u e z o s , c o lg a n d o lo s c a b e llo s y m o r d ie n d o a lg u n a s v e c e s lo s b r a z o s, y c o n a q u ello s c u c h illo s q u e tr a ía n s e d a b a n c u c h illa d a s. E n tr e é s to s h a b ía u n o c o n m ayor fu r ia , así c o m o h o m b r e e n d e m o n ia d o , fin g ía a q u ella lo c u r a , p o r p arecer q u e con la p r e se n c ia ' d e lo s d io s e s s u e le n lo s h o m b r es n o ser m e jo r e s e n s í, s in o h a c e rse fla c o s y e n fer m o s ... Y lu e g o , h a c ie n d o p a u sa e n a q u ella ca rn icería , c o m e n z a ro n a recib ir e n sus fa ld a s a b ierta s d in e r o d e c o b r e y ta m b ié n d e p la ta q u e m u ch o s le s o fr e cía n . A d e m á s d e e s t o , le s d a b a n jarros d e v in o y d e le c h e , y q u e s o y h a rin a y tr ig o can d eal, y a lg u n o s d a b a n ceb a d a para m í, q u e traía la d io sa . E llo s , c o n a q u ella c o d ic ia , ra p a b a n c u a n d o p o d ía n y la n z á b a n lo e n c o sta le s q u e para e s t o tra ía n d e in d u str ia apa reja d o s para a q u ella ech a co rv ería , y to d o s lo s e ch a b a n e n c im a d e m í, d e m o d o q u e y o ib a b ie n ca rg a d o c o n carga d o b la d a , p o r q u e ib a h e c h o a la v e z troje y tem p lo . D e e sta fo r m a d isc u r r ie n d o p o r a q u ella r e g ió n la s a q u e a b a n t o d a » . 119
c) ¡A Roma a probar fortuna! Otros viajeros eran los pobres que acudían a Roma atraídos por el ansia de medrar y, en el caso peor, de vivir de la annona y de la sportula. De los epigra mas de Marcial puede sacarse la impresión exacta de las calamidades y miserias que casi siempre sufrían estas pobres gentes, que carecían de medio seguro de subsistencia o del apoyo de alguna persona en la ciudad. Todos estos individuos, después de haber hecho un viaje a pie de muchos días, quizá sin más equipaje que un saquillo, unas veces mendigando y otras echando mano a cualquier trabajo tran sitorio que les proporcionara algunos medios de continuar su peregrinación, cuan do, llenos de esperarla, llegaban a Roma se veían por lo general condenados a va gar errantes por la urbe, sufriendo todas las inclemencias del tiempo y todos los desprecios incluso de sus semejantes, que se molestaban con los nuevos llegados como si fueran a quitarles la parte de su distribución o de su comida gratuita. Marcial desaconseja a sus compatriotas de que emprendan la aventura de ir a Roma, porque «si eres honrado — le decía Marcial a Sexto— no es seguro que puedas vivir» 12°. Confiado iba el español Tucio de saciar su hambre en Roma, pero
'119. A p u l. M e t. 8 , 2 4 . 120, M a rtia l. 3, 3 8 . V a le la p e n a d e r ep ro d u c ir e s t e b e llo e p ig r a m a q u e rec o g e la s aspira c io n e s y la s a n sia s d e m u c h ísim o s p r o v in c ia n o s q u e v e n ía n a R o m a « a v iv ir m ejor»: « Q u a e te cau sa tr a h it u e l q u a e fid u c ia R o m a m , S e x te ? q u id a u t sp era s a u t p e tis in d e ? refer. ‘C a u sa s’ in q u is ‘agam C ic er o n e d is e r tio r ip s o a tq u e e rit in tr ip lic i par m ih i n e m o fo r o ’. E g it A te s t in u s ca u sa s e t C iu is — u tr u m q u e ñ oras— ; s e d n e u tr i p e n s io to ta fu it. ‘S i n ih il h in c u e n ie t, p a n g e n tu r c a rm in a n o b is: a u d ie r is, d ic e s e ss e M a ro n is o p u s ’. In sa n is: o m n e s g e lid is q u ic u m q u e la c e rn is s u n t ib i, N a s o n e s V e r g ilio sq u e u id e s . ‘A tr ia m agn a c o la m ’. V ix tr e s a u t q u a ttu o r ista res a lu it, p a lle t c eter a tu rb a fa m e. ‘Q u id fa cia m ? su a d e: n a m c er tu m e s t u iu e r e R o m a e ’. S i b o n u s e s, ca su u iu e r e , S e x te , p o te s » .
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Paseos y viajes de recreo
enterado de cómo se vivía en la ciudad, se volvió a España desde el puente M ilvio.121 De igual forma Séneca describía estas multitudes que afluían a Roma desde todas las partes del Imperio: «Dices, madre mía, que es insoportable el que un hombre tenga que dejar su propio hogar; pues bien, te ruego que contemples esas multitudes para las cuales los innumerables albergues de Roma no son bastantes a procurar asilo. La mayor parte de esas gentes han dejado por su propia voluntad su país natal y afluyen a nuestra ciudad desde todos los ámbitos del mundo, aban donando sus ciudades y sus campiñas. Llegan algunos atraídos por su propia am bición; otros, por las exigencias de los cargos públicos que desempeñan; ciertos de ellos ostentan embajadas. Buscan otros solamente un lugar apropiado rico en vicios, para engolfarse en ellos; no faltan los que acuden por completar su educa ción, y son muchos los que anhelan únicamente recrearse en los espectáculos públi cos. Los que acuden atraídos por la amistad, y no pocos por los industria, que encuentran en Roma amplio campo para desarrollarse. Gentes hay que se presen tan para vender su hermosura y otras su elocuencia, y son muchos y de toda ín dole los que en Roma se congregan para poner precio a las virtudes y a los vicios. Figúrate, madre mía, que todos fuesen llamados uno a uno por su nombre y que se les preguntase de dónde procedían; se encontraría entonces que la mayor parte ha dejado sus hogares y acudido a una ciudad que, a pesar de su grandeza y mag nificencia, no es, sin embargo, su patria» . 122 De esto resultaba que la masa de gentes que llenaban las calles d e la ciudad formaba un conjunto de lo más abigarrado. Aunque ya en tiempo de Cicerón po día decirse que Roma era un gran municipio formado por la unión de todos los pueblos del mundo, la inmigración en masa de las provincias a la capital no empezó hasta la caída de la República. Lucano podía decir que en Roma quedaba muy poco de la savia de los primeros ciudadanos, puesto que se veía infestada por la hez del mundo entero y el emperador Constantino se admiraba de la rapidez con que se habían reunido en Roma todas las razas de la tierra. Roma era, pues, una ciudad universal, y cuando Caracalla concedió la ciudadanía a todos los habitantes libres del Imperio, quedó convertida en un compendio del mundo.
121.
122.
L a r a p id e z y v e r ism o c o n q u e lo r e fie r e M a rc ia l m e r e c e q u e le c o p ie m o s d e n u e v o : « R o m a m p e te b a t e s u r itio 'T u cciu s p r o fe c tu s e x H is p a n ia . O c c u r r it illi sp o r tu la r u m fa b u la : e p o n te r e d ii M u lu io » (M a rtia l. 3 , 14 ). S e n e c a , A d H elu . 6 , 2 -3. C f. M a rtia l. E pigr. 3:. « T o d o e l m u n d o v ie n e a R o m a » .
Indice de nombres propios
1.
D e lo s tie m p o s an tigu os
P u e s to q u e e l n o m b r e d e a lg u n o s e m p e r a d o r es, v a r io s p o lític o s y m u ch o s e sc r ito r e s s e cita n c o n m u ch a fr e c u e n c ia e n e sta s p á g in a s, n o lo s c o n s ig n a m o s a q u í, m á s q u e e n a lgú n c a s o d ig n o d e a te n c ió n .
A ca tu s, b u q u e a le ja n d rin o : 4 3 2 A d r ia n o , e m p .: 1 5 2 -1 5 3 , 2 0 3 — s u le g is la c ió n s o b r e m u n ic ip io s y co lo n ia s: 7 9 — le d e le ita b a la caza: 3 2 3 — f u e u n g ra n v ia je r o : 4 3 8 A fr ic a , p r o v in c ia d e : 6 7 , 6 8 A g r ip a , M e n e n io : 2 7 — su fá b u la d e l e stó m a g o : 5 6 A g r ip a , M ., c a p itá n d e A u g u s to : 139 — c eleb ra c o n é l lo s ju e g o s secu la res: 3 4 4 -3 4 5 A g u s t ín , S .: 1 0 1 , 3 7 5 A lb a L o n g a : 1 5 , 1 6 , 3 9 — g e n te s v e n id a s d e : 3 2 A lb a n o (m o n te y la g o ): 15 A le ja n d r o S e v e ro : 1 5 6 , 2 0 4 A lfe n o (ju r isc o n s .): 1 9 9 , passim A m b iv io T u r p ió n , a cto r c ó m ic o : 3 8 4 A m b r o s io , S .: 1 1 3 , 2 5 5 ' A m ia n o M a rc e lin o : 1 1 2 , passim A m ílc a r : 3 6 5 A n c o M a rc io , rey : 3 2 A n d r o c lo y e l le ó n : 3 6 3 -3 6 4 A n íb a l: 4 9 A n q u is e s , p a d r e d e E n e a s: 3 4 9 , 3 5 0 A n tiu m , m u n ic ip io : 14 A n to n in o P í o , e m p .: 1 5 3 , 2 0 3 — le g u sta b a cazar: 3 2 3 A p ic io , se arru ina p o r s u s g u s to s cu lin a rio s: 259-260,,. 2 7 4 A p p ia n o , h is t.: 2 3 , 4 5 , 5 1 , 105 A p u le y o : 4 3 1 -4 3 2 , 4 3 8 , 4 3 9 A r n o b io : 1 4 6 , 4 0 0 A r p in o , m u n ic ip io : 4 7 A rx : 39, 46 A sc a n io , h ijo d e E n e a s: 3 4 9 -3 5 0
A s c o n io , esc r ito r : 4 9 , 71 A s c o n io (P se u d o -): 1 8 0 , 3 3 5 A s ia , p r o v in c ia rom an a: 6 7 , 6 8 A ta lo d e P é r g a m o , rey, p a sa su h e r en cia al p u e b lo r o m a n o : 121 A t e io C a p itó n , ju risc.: 5 7 , 93 A tilio , L .: 5 2 A u g u s to C . J ., C ésa r O c ta v ia n o : 1 3 7 -1 4 8 — A c u m u la c ió n d e h o n o r e s : 1 3 8 , 1 3 9 — c o n s ig u e la p a z: 1 3 8 — s u s p o d e r e s: p rin ce p s senatus, im pe riu m proconsu lare, tr ib u h o v ita lic io , P o n tífic e M á x im o : 1 3 9 — m o d e r a c ió n e n la c o m id a : 2 5 8 — l e g u sta ju g a r e n fa m ilia : 2 8 6 — d is fr u ta ju g a n d o c o n lo s n iñ o s: 2882 8 9 , 290 — ju g a b a a la p e lo ta : 2 9 4 , 2 9 6 — s u afición a l ju e g o d e lo s d a d o s: 3 1 9 , 320 — en ca rg a a H o r a c io la r e n o v a c ió n d e l te a tr o : 4 1 1 -4 1 2 — e n la liter a : 4 2 2 — v ia ja m u y p o c o : 4 3 3 — c e le b r a lo s [ju e g o s sec u la r e s: 3 4 4 -3 4 5 A u r e lia n o , e m p .: 2 1 , 2 0 4 -2 0 5 A u r e lio V íc to r : 31 A v e n tin o , m o n te : 3 4 , 5 6 B a y a s, lu g a r d e d e v a n e o : 3 1 3 — lu g a r d e d e lic ia s : 3 3 4 -4 3 5 B a tilo d e A le ja n d r ía , p a n to m im o : n 3 9 8 , 39 9 B r u to , L . J u n io , p r im e r c ó n s u l: 19 B r u to s : 4 1
C aerites, m u n ic ip io : 7 1 , 7 2 — c iu ita s sitie suffragio·.
75
442
Indice de nombres propios
— ta b u la e Caeritum ·. 15 C a lig u la , e m p .: 1 5 0 , 2 0 3 — p a s ió n p o r lo s c a b a llo s d e ca trera ; 370 — p e n s ó no m b ra r c ó n s u l a s u c a b a llo « I n c ita to » : 3 7 3 — s u a sesin a to : 4 2 2 C a llistr a to , ju risc.: 3 5 , 101 C a m ila , a m a zo n a : 3 5 1 C a m ilo , F u rio : 3 7 — d ic ta d o r: 6 5 , 1 9 2 — p a d r e d e la p a tria : 6 4 — fu n d a lo s ju e g o s C a p ito lin o s : 3 3 6 — y la s F e r ia s la tin a s: 3 4 1 C a m p o d e M a rte: 3 8 , 4 6 , 61 C an as, d e r ro ta d e : 1 1 7 C a n o p e e n E g ip to , lu g a r d e d e lic ia s: 4 3 6 C a n u ley o : 6 0 C ap ri, is la d e e n s u e ñ o : 4 3 4 -4 3 5 C ap u a, p r e fe ctu r a : 7 4 — ciu ita s sin e suffragio·. 7 5 — c u a r te l d e g la d ia d o r e s: 3 5 1 C aracalla, e m p .: 1 5 5 , 1 8 2 , 2 0 4 — s u p a s ió n p o r la s carreras d e carros: 370 C aro, e m p .: 2 0 5 C a tó n , M . P o r c io , e l C e n so r : 5 4 , 8 8 — p r e to r d e C erd eñ a : 1 0 8 — s ir v e a la p atria e n c u a lq u ie r g ta d o m ilita r : 1 1 0 — c en so r : 1 1 6 — p o lít ic o p r e v iso r : 1 1 8 , 1 1 9 — d e sca n sa b e b ie n d o m o d er a d a m en te :
417
C a tó n , M . P o r c io , e l U tic e n s e : 1 3 , 1 3 3 — h a b la to d o e l d ía e n e l se n a d o : 8 9 — e n e l te a tr o d e m im o s: 3 9 3 C a tu lo , p o e ta : 6 9 , passim C a tu lo , m im ó g ra fo : 391 C ay o , ju risc .: 3 4 , passim C e c ilio , p o e ta : 3 8 4 C e lio , m o n te : 3 7 C e lso , ju rsic.: 1 6 3 C e n so r in o : 1 8 7 C erea , c iu d a d : 4 2 C e re s, s u tem p lo:. 3 4 , 6 0 C ésar, C . J u lio : 1 3 3 -1 3 5 , 1 3 7 — líd e r d e l p a r tid o p o p u la r : 133 — em perador, d ic ta d o r , m o d era d o r de c o stu m b r e s: 1 3 4 -1 3 5 ■— c r ític a d e C ésar: 1 3 5 ■— d erro ca la R e p ú b lic a : 1 3 5 C ib e le s, sa c e r d o te s d e : 1 1 3 , 1 1 4 , 4 3 8 , 4 3 9 — s u s fie sta s M e g a le n se s: 3 3 8 C ic er ó n , M . T u lio , a b u e lo d e l o r a d o r : 4 7 C ic er ó n , M . T u lio , o ra d o r, fr e c u e n te m e n te : — e l cursus honorum·. 5 4 — c u e sto r e n S ic ilia : 7 0 — v u e lv e d e l d e stie r r o p o r u n p le b is c ito p o p u la r : 7 6 — p r o s c r ito p o r lo s tr iu n v ir o s: 1 0 5 — lo am en a za A n to n io : 8 6
— —· ■— —
u n a in te r v e n c ió n e n e l sen a d o : 8 8 -8 9 narra u n a s e s ió n d e l sen a d o : 9 1 -9 2 s u c o n c e p to d e l princeps·. 133 su c o n s titu c ió n e n e l D e Legibus·. 133 — c o n s u m u e r te d e sa p a r ec e la R e p ú b li ca: 13 7 — C ic. y e l tr ib u n a d o d e la p le b e : 169170 — b u e n co n v e rsa d o r en la m esa: 2 4 7 -2 4 8 ■— d e fie n d e a C e lio p e r se g u id o p o r C lo dia: 3 0 8 — co n tr a las c ru eld a d e s d e lo s g la d ia d o res: 3 5 9 — y d e lo s a c o so s d e fieras: 3 6 8 ■— ■ h a b la d e lo s m im o s: 3 8 9 C ic e r ó n , Q . T u lio : 2 7 — co n tr a e l tr ib u n a d o d e la p le b e : 1 69 C in c in n a to , s u h a c ie n d a : 6 6 , 111 C in tia , am ad a d e P r o p e r c io : 3 1 5 C la u d io , e m p .: 1 5 0 , 2 0 3 — s u a fic ió n al ju eg o : 3 1 8 , 3 1 9 C la u d io G ó tic o , e m p .: 2 0 4 C la u d io s, g e n te d e lo s: 3 2 C le m e n te d e A le ja n d ría : 2 6 8 C lo d io , C . c ó n s.: 5 3 C lo d io , tr ib . q u ier e hab lar to d o e l d ía en e l sen a d o : 8 9 , 9 2 — a lu s io n e s a é l e n e l se n a d o : 9 2 — p r o fa n a ció n d e lo s m is te r io s d e la B u e n a D io s a : 3 9 5 C lo e lia , h e r o ín a : 4 2 3 C lo e lio s : 1 6 , 3 2
C o d e x Iu stin ian : passim C o d e x T heodosian : passim C o llin a , r e g ió n d e R om a: 3 1 , 3 7 C o m itiu m , lu g a r d e l fo r o : 5 1 , 6 5 C ó m o d o , e m p .: 1 5 4 , 2 0 3 — lu c h a c o n la s fieras en e l circo : 3 6 4 — lu c h a c o m o glad iad or: 3 5 9 C on cordia, te m p lo d e la: 6 5 C o n s o , d iv in id a d : 3 3 5 — su s fie sta s C on su alia: 3 6 8 -3 6 9 C o n s ta n c io I I , e m p .: 2 0 5 C o n s ta n tin o e l G r a n d e : 1 5 7 -1 5 8 , 2 0 5 C o n s ta n tin o p la , c a p ita l d e l Im p e r io : 1 5 8 C o r n e lia , g e n te : 14 , 5 4 C o r n e lio s, lib e r to s d e Sila: 1 3 0 C o r u n c a n io , T ib . p rim er P o n t. M a x . d e la p le b e : 6 6 \ C ra so , M .: 5 3 C u m a s: 4 2 — ■ p la ya d e e x p a n s ió n y d e sca n so : 4 3 5 C u r ia c io s: 1 6 , 3 1 , 3 2 C u r io D e n ta d o , M a n io : 6 6 — su h a c ie n d a : 111 C y th e r is, m im a , p r o stitu ta : 3 6 1 , 3 9 4 D e c io , e m p .: 2 0 4 D e c io s , c o n s s.: 6 6 D e lia , am ad a d e T ib u lo : 3 15 D ian ae n em u s, en A r icia : 15
Indice de nombres propios
443
D ia v o le n o , ju risc .: 153 D id io J u lia n o , e m p .: 2 0 3 D i o C a sio : 1 3 7 -1 3 8 , passitn D io d o r o : 1 2 8 D io c le c ia n o , e m p .: 1 5 6 -1 5 7 — s u te tr a r q u ia : 2 0 5 D io c le s d e P e p a r e th o s : 19 D io n is io d e H a lic a r n a so : 2 2 , 2 6 , passim D io n is o s , d iv in id a d : 3 8 5 -3 8 6 D o m ic ia n o , e m p .: 1 5 1 , 2 0 3 D r u s o L iv io : c f. L iv io D u ilio , C ., trib .: tr iu n fa d o r d e lo s c a rta g i n e s e s : 1 0 9 -1 1 0 E m ilio s , lo s : 1 4 , 5 4 E n n io : 3 7 , p assim E sc é v o la , s u le y e n d a e n e l circo : 3 6 6 -3 6 7 E s c ip ió n , P . C o r n e lio A fr ic a n o : 5 4 E s c ip ió n E m ilia n o : 1 1 9 , 1 2 0 — b u e n ca za d o r: 3 2 4 — d an za s o le m n e m e n te : 3 0 0 , 4 1 7 — ■ m u e r e a sesin a d o : 1 2 2 E s c ip ió n N á s ic a , P ., c en so r : 5 2 , 5 3 — a sesin a a T ib . G r a c o : 121 E sc ip io n e s: 5 4 — tr iu n fa n te s: 1 1 0 E s o p o , a cto r c ó m ic o : 4 0 9 E sp a ñ a , d o s p r e to r es e n : 6 8 E sq u ilia s , r e g ió n d e R o m a : 31 E s q u ilm o , m o n te : 3 4 , 3 7 E sta c io , P . P a p in io : 2 2 E str a b ó n : 1 4 0 — v ia je r o d e la c ie n c ia : 4 3 7 E tr u sc o s: 3 4 passim E v a n c io , gra m á t.: 3 8 7 F a b io s, lo s : 1 4 , 5 4 F a b io M á x im o , Q .: 2 9 , 4 9 , 6 6 F a b io P ic to r , a n a lista : 1 5 , 1 7 , 19 F a b ricio , C .: 6 6 λ F e lip e e l A r a b e , e m p .: 2 0 4 F e r e n tin a , fu e n te (h o y M a r in o ): 16 F e s to (y P a u lo F e s to ): p assim F la v io s , e m p .: 1 5 1 , 2 0 3 F la c o s , lo s: 5 4 F lo r a , s u s fie sta s: 3 3 7 -3 3 8 F lo r a , a m a n te d e P o m p e y o : 3 1 2 F lo r o , h is t.: 1 2 8 F o r o , s e r e ú n e n lo s c o m ic io s tr ib u to s: F r o n tin o , S e x . J u lio : 2 7 , 9 6 F r o n tó n , M . C o r n e lio : 9 6 F u lv io , Q ., p r o c ó n s.: 4 9 , 5 2 F u lv io s , lo s: 5 4
G a llo T r e b o n ia n o , em p .: 2 0 4 G a y o , ju risc.: : 5 0 , 9 3 , p assim G e g a n io s , g e n te d e lo s: 3 2 G e lio , A u lo , gram át.: p assim , 3 6 3 -3 6 4 G e n u c io , tr ib .: 5 9 G e r m á n ic o , v ia je d e e s tu d io : 4 3 7 G o r d ia n o , e m p .: 2 0 4 G r a c io F a lisc o , p o e ta : 3 2 8 G r a c o , T i. S e m p r o n io , p a d re: 2 9 , 1 6 8 -1 6 9 G r a c o , T i. S e m p r o n io , tr ib .: 1 1 4 , 1 2 0 -1 2 2 G r a c o , C . S e m p ro n io : 1 2 2 -1 2 6 — s u s le y e s: 1 2 3 -1 2 6 G r a c o s, lo s: 2 0 , 3 5 , 5 4 , 8 6 — su e sfu e r z o y sacrificio: 1 20
H ea u to n tim o ru m en o s, d e T er e n c .:
384 H e lio g á b a lo , e m p .: 2 0 4 — s u s ju e g o s in fa n tile s : 2 9 0 — s u s v e h íc u lo s tir a d o s p o r fieras: 361 — r eg a lo s y lo te r ía s e n las fie sta s: 2 80 — s u g lo to n e r ía : 2 3 6 , 2 3 8 , 2 4 6 , 2 4 7 , 2 5 8 — m a n d a q u e e n e l c ir c o to d o s e haga r ea lm e n te : 3 6 7 — y l o m is m o en e l te a tr o : 3 9 3 A d H eren siu m , retórica: 5 2 , 121 H e r m o g e n ia n o , ju risc.: 3 5 H é r n ic o s , p u e b lo d e Ita lia : 1 4 , 15 H e r o d ia n o , h is t.: 1 54 H o r a c io , Q ., p o e ta : 13, passim — s u s a m an tes: 3 1 5 — r e c ib e d e A u g u s to e l en ca rg o d e ren o v a r e l te a tr o : 4 1 1 -4 1 2 — s u v ia je a B rin d is a c o m p a ñ a n d o a M e c en a s: 4 2 8 -4 2 9 H o r a c io , M ., c o n s .: 4 2 , 6 0 H o r a c io , M . P u lv illo , c o n s .: 19 H o r a c io s, lo s : 1 4 , 31 H o r te n s io , Q ., d ic ta d o r: 5 7 I c a r o y D é d a lo , s u m ito e sc e n ifica d o e n e l c ir co : 3 6 6 I n d o e u r o p e o s , s u cu ltu ra: 13 — s u m u n d o : 17I s id o r o d e S e v illa , S.: 4 7 , passim
51
G a lie n o , e m p .: 2 0 4 — e sta b le c e u n o s ju eg o s n u e v o s : 4 1 5 -4 1 6 G a lb a , e m p .: 1 5 0 , 2 0 3 G a le s io s , g e n te d e lo s : 14 G a b io , p o b la d o : 16 G a lia C isa lp in a , r e c ib e e l iu s c iu ita tis : 7 5 — T ra n sa lp in a , r e c ib e e l iu s ciuitatis·. 7 6
J a n o , d iv in id a d : — te m p lo s d e : 161 — se cierran e n tie m p o d e paz: 1 3 8 J a v o le to , ju risc.: 21 1 J o v ia n o , em p .: 2 0 5 J u a n C r isó s to m o , S .: 3 6 8 J u lia n o e l A p ó s ta ta , e m p .: 2 0 5 J u lia n o , S a lv io , ju risc.: 1 8 8 J u lio , ju risc.: 9 8 J u lio C a p ito lin o , h is t.: 1 53 J u lio P a u lo , ju risc.: 3 7 , 1 5 4 , 1 5 6 J u lio s , lo s : 16, 3 2 , J ú p ite r , d iv in id a d : 2 2 , 2 9 — s u te m p lo e n e l C a p ito lio : 4 2 J ú p ite r L a cial: 1 5 , 16 , 3 4 0 , 3 41 J u s tin ia n o , e m p . ju risc,: 1 8 2 , passim — s u s « I n s titu c io n e s » : 3 5
444 L a b e ó n , ju risc .: 3 5 , 5 7 L a b e r io , D ., m im ó g ra fo : 3 9 0 -3 9 1 L a b icu m , c iu d a d d e l L a cio : 16 L a cio : 1 7 , 18 — s u s lím ite s : 14 — s u s c iu d a d e s : 16 L a eliu s F elix, e sc r it.: 2 6 L a m p r id io , E lio , h is t.: 1 5 6 L anu u iu m , c iu d a d d e l L a cio : 15 L a re s, d iv in id a d e s : 3 1 — s u s fie sta s C o m p ita le s: 3 4 3 -3 4 4 L a rg io , T .: 5 6 L a tin a lig a : 1 5 , 1 8 , 3 9 L a tin o s , lo s : 1 3 -1 6 , 18 — Casci Latini·. 1 4 — P risci L atin i: 1 4 , — y la ciu ita s R o m a n a: 7 3 s., 1 2 4 , 1 2 8 , 130 L a tin u m nomen·. 1 6 L a uin iu m , c iu d a d d e la L a cio : 1 4 , 1 6 L au reolu s, s u m it o e n e l circo : 3 6 7 L e g a n io s, lo s : 16 L e lio , C ., in t e n ta la refo rm a so cia l: 1 1 9 ,
120 L e m a n io s , g e n te d e lo s : 1 4 L e ó n id a s e n la s T e r m ó p ila s: 2 4 0 L é p id o , E m ilio , ataca la c o n s titu c ió n d e Sila: 1 3 2 L e sb ia , a m a n te d e C a tu lo : 3 1 5 L ic in io , S e x tio , p r im e r c ó n s u l p le b e y o : 6 5 L ic in io , R u fin o , ju risc.: 1 8 6 L ic ó r id e s (C ité r id e s ), c o rtesa n a : 312, 315 L id ia , a m a n te d e H o r a c io : 3 1 5 L iv io D r u s o , M ., tr ib u n o , c o n tr a C . G ra co : 1 25 L iv io D r u s o , M ., e l J o v e n , s u s le y e s: 1271 28 — y lo s a lia d o s itá lic o s: 1 2 8 — m u e r e a sesin a d o : 1 2 8 L iv io , T it o , h is t.: passim L ú c er e s tr ib u .: 17 L u c illo , C ., p o e ta : 5 1 L u c r e c io T r ic ip itin o , S p . c o n s .: 19 L ú c u lo , p o lí t . m ilit., u n a c en a en su ca sa . 249 L upercalia, fie sta s: 1 8 L u p e r c o s , c o le g io sa ce r d o ta l: 31 L u p u s, p o lí t . h a b la e n e l sen a d o : 91 L yd u s, h is t.: 191 M a ce r , ju risc .: 3 5 M a cr in o , e m p .: 2 0 4 M a cr o b io , g ram .: 181 M a n ilio , p o e ta : 3 5 0 M a r c e lo , U ., ju risc.: 153 M a rc ia l, M . V a l., p o e ta : 1 1 0 , passim — p la n d e u n a v id a b u e n a : 2 1 0 M a rc ia n o , ju risc.: 3 5 M a rcio : 3 3 4 M a rc io R u tilio , C ., p r im e r d ic ta d o r p le b e yo: 65 M arco A u r e lio , e m p .: 1 5 3 , 2 0 3
Indice de nom bres propios M a rio , C .: 3 7 , 1 2 6 -1 2 7 , 12 9 M a r te , d iv in id a d : 31 M a x im ia n o , e m p .: 1 5 6 M a x im in o T r a c io , e m p .: 2 0 4 M e c e n a s , m in istr o d e A u g u s to : 13 7 — V ia je d e R o m a a B rin d is: 4 2 8 -4 2 9 M e c ió T a rp a , S p ., c r ític o teatral: 3 8 4 , 3 9 7 M é s a la , au gu r.: 159-1 6 1 M e s a lin a , e m p e r a tr iz , e n e l p r o s tíb u lo : 3 0 9 310 M e t e lo , L ., c o n s.: 9 9 M e t e lo C é ler : 4 6 M o d e s t in o , ju risc.: 6 9 , 1 5 6 M o n t e Sacro: 5 6 N á p o le s , c iu d a d d e d e s c a n so y v e ra n eo : 4 3 4 N a v io A t to , au gu r: 31 N e m e s ia n o , p o e ta : 3 2 6 -3 2 7 N e r ó n , e m p .: 1 5 0 , 2 0 3 — lu jo e n s u s c o m id a s: 2 6 0 — su afición a la m ú sic a y al b a ile: 3 0 2 — d a d o al ju eg o : 3 1 9 — lu c h a e n e l c ir c o c o n la s fieras: 3 6 4 — b a ila d e p a n to m im o : 3 9 8 N e r v a , e m p .: 1 5 1 , 2 0 3 N e v io , p o e ta : 3 9 6 N o m en tu m , c iu d a d : 1 6 N o n io , gram .: 5 1 , passim N u m a P o m p ilio , rey: 19, 2 1 , 3 2 O c r isia , m a d re d e l rey S e r v io T u lio : 3 4 3 O c ta v io , C ., c o n s .: 2 4 O r fe o , s u m it o e sc e n ifica d o c o n to d a r ea li d a d en e l circo : 3 6 6 O s tia , p u e r to y c o lo n ia : 2 5 , 3 7 O tó n , e m p .: 1 5 0 , 2 0 3 O v id io , p o e ta : passim — « p r e c e p to r d e l am or»: 3 1 3 P a la tin a , r e g ió n d e R om a: 3 7 P a la tin o , m o n te : 1 8 , 1 9 , 31 P alladiu m , r e liq u ia troyan a: 9 9 P a n , d io s d e lo s p a sto r e s: 3 4 2 -3 4 3 P a p in ia n o , ju risc.: 6 9 , 9 3 , 1 5 4 , 1 5 6 — p r e fe c to d e l p r e to r io : 14 1 P a r is , p a n to m im o : 3 9 9 , 4 1 0 P a tr ic io s , lo s : 3 2 P a u lo D iá c o n o : 2 6 , 9 8 P a u lo , J u lio , ju r isc ., p r e fe c to d e l p r e to r io : 141 P e r e n n e , fa v o r ito d e C ó m o d o : 1 5 4 P e r p e tu a y F e lic ita s , sa n ta s, sul m a r tir io : 366 P e r s io , p o e ta : 1 5 5 , 3 4 4 P e r tin a z , e m p ,: 2 0 3 . P íla d e s , p a n to m im o : 3 9 8 , 3 9 9 P ir r o , rey: 3 7 , 6 6 P is ó n , c o n s.: 2 7 P la u to : 1 1 2 — p e r v iv e n c ia d e su s c o m e d ia s: 3 9 5 -3 9 6 — su e p ita fio : 3 9 6
Indice de nom bres propios — p id e sin c e r id a d a lo s esp ec ta d o re s; 408 P lin io e l V ie jo : 1 5 , 4 5 , passim — via ja m u c h o p o r m o tiv o s d e e stu d io : 4 3 7 -4 3 8 — m u e r e o b s e r v a n d o la e r u p c ió n d e l V e s u b io : 4 3 8 P lin io e l J o v e n : 2 3 , 2 4 8 , 2 6 2 -2 6 3 — le g u s ta m u c h o v ia ja r y o b serv a r: 4 3 8 P lu ta r c o , h is t.: 1 9 , 2 0 , 3 2 , passim P e tr o n io , e sc r it.: 2 6 8 -2 7 2 P o lib io , h is t.: 4 5 — su c o n s titu c ió n ro m a n a : 5 4 P o lo , a cto r tr á g ic o : 4 0 9 P o llio , T r e b .: 1 8 7 P o llu x , e sc r it.: 4 0 1 -4 0 6 P o m p e y o , G n ., s u s c u a lid a d e s: 133 P o m p o n io , ju risc .: 2 3 , 2 8 , 5 0 P o p ilio , M ., c e n so r : 5 3 P o r firió n , e sc o lia s ta : 9 8 P r e c ia , a m a n te d e C e te g o y d e L ó c u lo : 3 1 2 P r o b o , e m p .: 2 0 5 P r o p e r c io , p o e ta : 6 4 — s u s v ia je s c o n C in tia : 4 2 9 P r u d e n c io , p o e ta : passim P u b lilio F iló n , Q ., p r im e r p r e to r p le b e y o : 65 — d ic ta d o r: 6 5 — su s le y e s : 6 5 -6 6 P u b lilio , S ir o , m im ó g ra fo : 3 9 1 P u b lio V a le r io , cóns.·. 4 4 P u te o li, c iu d a d d e la C a m p a n ia : 4 3 5 Q u in c io s , fa m ilia Q u in tilia n o , r et. Q u in tilio s , g e n te Q u ir in a l, m o n te : Q u ir ite s : 3 2
d e lo s : 16 fr e c u e n te m e n te d e lo s : 3 2 18, 19, 3 1 , 34, 37
R a b ir io , d e fe n d id o p o r C ic er ó n : 4 6 R a m n e s , tr ib u : 17 R e g ilo , la g o : 3 3 R é g u lo , C . A t ilio : 6 6 R e m o , c f. R ó m u lo y R e m o R e y e s d e R o m a , lis ta y r ein a d o : 19 R h in th o n , p o e ta : 3 8 6 R o m a : 1 5 , c o n tin u a m e n te — su o r ig e n : 1 7 ss. — e m p la z a m ie n to : 18 — ca b e za d e la s tr ib u s la tin a s: 18 — se ñ o r a d e l M e d ite r rá n eo : 1 0 7 -1 0 8 — c iu d a d c o sm o p o lita : 1 1 0 , 4 4 0 — u n h o m b r e h o n r a d o n o p u e d e v iv ir en: 111 R ó m u lo : 2 1 , 2 5 , 3 2 — fu n d a lo s ju eg o s C a p ito lin o s: 3 3 6 — e sta b le c e lo s ju e g o s C o n su a le s; y en e llo s ra p ta n a la s sa b in a s: 3 6 8 -3 6 9 R ó m u lo y R e m o : 1 7 , 19 R o s c io Q ., c ó m ic o , gran a rtista tea tra l: 4 0 8 -4 0 9 R o s tr o s , tr ib u n a d e : 4 6
445 Rullus, autor de la ley agraria: 52 S a b e lio s, p u e b lo d e lo s : 17 S a b in o s , p u e b lo s d e lo s : 17 , 19 S a lu stio , C ., h is t.: 2 0 , 3 7 , 4 5 , passim S a rd o s, p u e b lo , m a la o p in ió n : 3 3 6 S a tu r n in o , L u c io A p u le y o , tr ib ., s u le y s o b r e e l tr ig o y las c o lo n ia s : 1 27 S a tu r n o , s u te m p lo : 6 0 S e ja n o , fa v o r ito d e T ib e r io : 149 S e m p ro n ia , b a ila b a d e m a sia d o b ie n : 3 0 0 — tip o d e m u jer ro m a n a c o rrom p id a: 3 1 2 -3 1 3 S é n e c a , e l filo s.: 1 7 , 2 4 , 2 6 0 , passim — p r o te s ta c o n tr a lo s ju eg o s d e gladia d o r e s: 3 5 9 — d e n u n c ia la s c ru eld a d e s d e l circo: 3 6 7 -3 6 8 S e p tim io S e v e r o , em p .: 1 5 4 -1 5 5 , 2 0 4 S e p tim o n tiu m , r eg ió n d e R om a: 18 S e r to r io , Q ., e sp er a n z a d e R om a: 1 3 2 S e r v ilio s , fa m ilia d e lo s : 3 2 S e r v io , gram , c o m e n t, d e V ir g ilio : 1 5 , 2 3 , 2 7 , 4 6 , fr e c u e n te m e n te . S e r v io T u lio , rey: 19 , 2 8 , 3 2 , 4 1 , 4 5 , 4 8 , 59 — su c o n s titu c ió n : 3 5 -3 9 — s u s m u ra lla s e n to r n o d e R o m a : 18 — s u n a c im ie n to m a r a v illo so : 3 4 3 S e v e r o s , lo s e m p .: 3 5 , 2 0 4 S ic ilia , p r im e r a p r o v in c ia rom ana: 6 7 S ila : 2 4 , passim — c o n tr a M ario: 129 — s u c o n s titu c ió n : 1 2 9 -1 3 2 — d e p o n e la d ictad u ra: 131 — ju ic io c r ític o so b r e s u obra: 1 3 1 -1 3 2 — p a r te p o s itiv a : 1 3 1 -1 ? 2 — p a r te n e g a tiv a : 132 S ó c r a te s, ju ega c o n lo s n iñ o s: 4 1 7 S o r r e n to , lu gar d e tu rism o : 4 3 4 S p a r tia n o , e sc r it.: 151 S u b u rra , r e g ió n d e R o m a : 3 1 , 3 4 , 3 7 S u e to n io , h ist.: 2 2 , 2 4 , c o n frecu en cia S u lp ic io R u fo , trib .: 7 5 — in te n ta r e n o v a r la R e p ú b lica : 1 29 X I I T a b la s : 4 8 , passim — c o n tr a lo s in s u lto s e n las co m e d ia s: 385 T a c io , T ito , rey: 19 T á c ito , C o r n e lio , h ist.: 1 7 , 2 3 , passim T á c ito , e m p .: 2 1 , 2 0 5 T a r q u in io C o la tin o L ., p r im e r c ó n s.: 19 T a r q u in io e l S o b e r b io : 4 2 — e n la s fe r ia s la tin a s: 34 1 T a r q u in io é l V ie jo : 2 5 , 3 1 , 3 2 , 3 9 — e sta b le c e lo s M agn i lu d i Rom ani·. 3 35 T a r q u in io s, lo s : 1 6 , 4 3 ' T e o d o s io I , e m p .: 2 0 5 T e r e n c io , p o e ta : 3 8 4 — fracasa e n la r e p r e se n ta c ió n d e la H e cyra: 4 0 7 -4 0 8
ín dice de nombres propios
446 T er r e cía , v e sta l: 9 9 T e r ta c ln a (A n x u r): 1 4 , 4 2 8 T e r tu lia n o , e sc r it,: 8 2 , 37.5, fr e c u e n te m e n te T ib e r , r ío : 1 7 , 18 T ib e r io , e m p .: 3 5 , 1 4 8 -1 5 0 , 2 0 2 , 2 0 3 T ib u lo , p o e ta : 2 1 1 , passim T ib u r , la fa m o sa v illa d e A d r ia n o : 4 3 3 -4 3 4 T ic io s , tr ib u d e lo s : 17 T ir o T u lliu s, lib e r to d e C ic.: 5 8 T it o , e m p .: 1 5 1 , 2 0 3 T o r c u a to T . M a n lio : 4 9 T ra ja n o , e m p .: 1 5 1 -1 5 2 , 2 0 3 T r a s im e n o , la g o y b a ta lla : 3 3 4 T r ig é m in a , p u e r ta d e R o m a : 1 1 2 T r im a lc ió n : 2 4 7 — cen a q u e o fr e c e y s u c o m p o r ta m ie n to e n e lla : 2 6 8 -2 7 2 — ju g a n d o a la p e lo ta : 2 9 5 T u lo H o s t ilio , rey: 2 1 , 3 2 T u r ia , la u d a tio fun.·. 3 4 T ú s c u lo , m u n ic ip .: 1 5 , 4 2 U lp ia n o ,
D o m ic io ,
ju risc .:
24,
d e l p r e to r io :
141
35,
passim — p r e fe c to
V a le n tin ia n o y V a le n te , e m p .: 2 0 5 V a le r ia n o , c e n so r , su e le c c ió n : 187
2. A b e le , T . A .: 1 4 2 , 1 9 5 A lf ö ld i, A n d .: 1 6 , 1 5 8 b is A lf o n s o , E . D ’.: 1 9 6 A lth e im , F .: 4 2 , 5 7 A n d e r s o n , J .: 1 5 7 A n d r é , J .: 2 1 5 , 2 1 8 , 2 4 0 A n d r é , J .-M .: 1 0 5 A n d r e o tti, R .: 1 5 7 A n tô n ie lli, U .: 17 A r a n g io - R u iz , V .: 4 2 , 4 8 , 143 A r b o t, F . F .: 17 A r n o ld , W . T .: 1 4 7 A u g e t, R .: 3 4 7 A y m a r d , J .: 3 2 4 B a c c h in i, A .: 4 4 B a d ia n , E .: 16 B a k e r: 1 3 0 B a lsd o n , J . P . V . D .: 1 3 5 , 1 5 0 B a n d e i, V .: 1 9 0 B a rb a g a llo , C .: 1 4 , 1 7 , 1 1 8 B a r d e n , H .: 3 9 1 ter B a rd y , G .: 1 5 8 B a y n e s, N . H .: 1 5 6 B e ll, I . H .: 1 5 5 B e n n e t, H .: 1 2 9 B e n v e , H .: 1 3 3 B ér a n g e r , J .: 1 0 8 B er c h e m , D . v a n : 111
154,
— e m p .: 2 0 4 V a le r io , L .: 6 0 V a le r io , M .: 5 6 V a le r io , c ó n s .: 4 2 V a le r io M á x im o , e sc r it.: 2 3 , 2 4 , 4 5 , passim V a le r io P r o b o : 9 6 V a le r io P u b lic o la , c ó n s.: 19 , 2 3 V a r ró n , M . T e r e n c io : 1 7 , 2 8 , 4 5 , 4 6 , 909 1 , passim V e lle y o P a té r c u lo , h ist.: 4 7 , 5 0 , c o n fr e c u e n c ia V e n u le y o , ju risc .; 3 5 , 1 86 V e n u s L a tin a , d iv in id a d : 16 — p eru igiliu m Veneris·. 3 3 8 V e n u s , s u e r te d e l ju e g o d e la s tab as y d e lo s d a d o s: 3 1 8 , 3 1 9 V e r r e s , C .: 2 4 , 7 1 , 1 08 V e sp a s ia n o , e m p .: 1 5 0 -1 5 1 , 2 0 3 V e s ta , s u f u e g o sagrad o: 19 , passim V e s ta le s : c o n m u ch a fr e cu en cia V im in a l, m o n te : 3 4 , 37 V ir g ilio M a ró n , p o e ta : 1 7 , 2 3 , passim V it e lio , e m p .: 1 5 0 , 2 0 3 — su g lo to n e r ía : 2 3 5 -2 3 6 , 2 3 8 , 2 6 0 V o ls c o s , p u e b lo d e lo s : 13-15 V o p is c o , F la v ., h is t.: 21 V o tu r ia , c en tu r ia : 4 9 V u lc a n a l, lu g a r d e l fo r o : 51
A u to r e s m o d ern o s B erge, G . d e: 152 B e r s a n e tti, G . M .: 1 50 B esn ie r : 1 5 4 B ia n c h in i, M .: 1 48 B ic k e rm a n n , E .: 1 55 B ilz , K .: 1 19 B in d e r , G .: 19 B in d e r , J .: 3 3 B le ic k e n : 5 7 B lo c h , G .: 2 5 , 3 5 , 5 5 b i s , 1 1 9 , 13 4 B lo c h , L .: 1 4 B lo c h , R .: 14 B o em er , F .: 17 B o e s w ilw a d e t C agn at: 2 1 9 B o e t h iu s , A .: 15 0 B o iss ie r , G .: 1 3 3 , 3 9 8 B o la ffi: 133 B o n fa n te , Ί .: 15 B o n jo u r , M .: 16 B o u c h é -L e c le r c q , A .: 19 5 B r a n d e s, G . G .: 13 4 B r e h ie r , E .: 1 5 8 B r o u g th o n , T . R . S.: 1 6 0 , 1 8 2 B ru n s: 7 2 , 7 6 , 1 1 8 , 1 3 0 , 1 3 4 B ru n s -G r a d e n w itz : 16 5 B ru w aen e, M . van: 15, 38 B ry a n t, E . E .: 1 53 B u llio t , J . B .: 3 2 3 B u r ck h a r d t, J.: 15 8
Indice de nombres propios C a lc a g n í, M .: 5 5 C a ld e r ih i: 1 5 4 ' C a n c e lli, F .: 6 2 C an tareÚ i, L .: 1 5 1 , 1 5 8 C a n tó , C ésa r: 5 9 C a r co p in o , J .: 1 5 , 2 2 , 1 2 4 , 1 3 0 b is , 1 5 2 C ard in ale: 14 C ary, M .: 1 3 4 C a sagran d i, V .: 31 C a sso la , F .: 5 4 C av a ig n a c, E .: 4 8 , 6 2 C e b o lla d a , P .: 3 9 2 C e u le n e e r , A . d e : 1 5 4 C ia c er i, E .: 1 4 , 1 3 3 , 1 4 9 b is C ic h o r iu s: 1 4 2 C o c ch ia , E .: 171 C o li, U .: 1 5 , 4 2 , 4 8 C o n sta n s, M . L .: 1 5 0 C o r n e liu s : 4 2 C o sta , G .: 1 5 6 C o u r se y R u th , T . d e : 1 5 0 C o u s in , J .: 14 C o w e ll, F . R .: 3 3 C rook: 140 C u q , E .: 1 5 7 C h a p o t, V .: 1 5 4 C h a sta g n o l, A .: 1 3 8 C h a sta g n o l, R .: 1 9 6 D a n ie l, R .: 1 3 9 D a r em b e rg -S a g lio : 2 8 9 D a u le : 1 8 2 D e g r a s si, A .: 1 4 2 D e la t t e , L .: 3 3 5 D e l R e , N .: 1 9 6 D em an , E . B. van: 150 D e v o t o , G .: 1 4 , 17 D o b e s c h , G .: 1 2 5 D o d d , C . H .: 1 5 3 D o m a s z e w s k i/ A . v o n : 1 5 4 , 1 5 6 D r e x e l, F .: /1 4 7 . D r e x le r : 1 5 6 D ü r r , J.: 1 5 3 D u r r y , M .: 1 5 2 E c k , W .: 1 9 5 E ise n lo h r , C .: 2 0 E ld e r ry , M c.: 1 5 0 E lia c h e v itc h , B .: 1 8 2 E m e r e a u , C .: 1 5 8 E n s z lin , W .: 1 2 6 , 1 5 7 E r a s m u s, H . J .: 14 E r n o u t, A .: 1 3 8 E r n o u t-M e ille t: 3 0 É tie n n e , R . : 3 6 5 F a iro n : 1 4 7 F a y d e n , D . M a c.: 1 3 4 , 1 3 9 F e s tu g iè r e , A . M .: 1 5 4 F isc h e r , G .: 1 4 2 F o u s t e l d e C o u la n g e s , N .: 3 3 , 1 3 4 F o w le r , W . W a r d e : 1 3 4 , 3 3 5
447 F ra cca ro , P .: 1 4 , 3 7 , 1 1 6 , 1 1 9 F ra n ce-L a n o rd , A .: 158 F r a n c isc i, D e : 1 4 , 2 0 , 4 2 , 4 8 , 139 F r a n z e r o , C . M .: 1 5 0 F rezza : 15 F r ie d la e n d e r , L .: 3 7 2 , 3 9 9 F r o lo w , A .: 1 58 G abba: 130 G a g é , J .: 14 , 15 , 5 5 , 1 0 8 , 1 4 8 b is , 3 4 5 G a lie ti, A .: 15 G a ll, J . L e: 1 11 G a llo : 4 8 G a r c ía B e llid o , A .: 3 6 5 G a r d th a u s e n , V .: 1 3 8 G a u d e m e n t, J.: 1 4 , 18 , 1 58 G a y a u , G .: 1 5 6 G e n tile , I .: 4 8 G ia c c h e r o , M .: 2 2 1 , 361 G ib b o n : 3 7 0 G ic o g n a , G .: 1 4 0 G ie s s e n , P .: 1 5 5 G ilb e r t: 3 1 1 G in to w t: 4 2 G ir a r d , P .-F .: 1 1 8 , 1 3 0 , 1 3 4 G lo tz : 1 5 4 G o r lic h , E .: 1 5 6 G r e e n id g e , A . H . J .: 189 G r é g o ir e , H .: 1 5 8 G r iffin M . H . e t H a r r er , G . A .: 1 84 G r im a i, P .: 1 6 , 1 0 8 , 135 G r o a g , E .: 1 42 G r o s s o , G .: 2 0 G r u te r : 2 6 G s e ll, S .: 151 G s e ll, P .: 1 52 G u a r in o , A .: 1 6 , 4 2 G u iU é n , J .: 2 2 , 2 5 , 3 2 , 6 0 , 1 9 2 b is , 3 4 0 G u ir a u d , P .: 3 8 , 1 2 9 , 1 34 H a lg a n , C .: 1 47 H a m m e r , J.: 1 3 8 , 1 3 9 H am m ond: 142, 152 H a n s o n , J . A .: 3 4 8 H ä p k e , N .: 1 22 H a r d y , E . G .: 1 3 0 , 1 34 H a s e b r o e k , J.: 1 5 4 H e in z e , R .: 1 38 H e lv ig , H .: 2 2 H e n d e r s o n , B . W .: 1 5 0 b is , 1 53 H eu s: 20 H ill,· H .: 5 7 , 1 3 0 H ir s c h fe ld , O .: 1 39 H o h l, E .: 1 5 4 H o lz a p p e l, L .: 1 5 2 H ö lz , M .: 1 78 H o m o , L .: 1 4 , 3 1 , 4 1 , 5 7 , 1 3 8 , 1 4 2 , 1 4 3 , 1 5 2 , 1 5 4 , 1 57 H ö n n , K .: 1 3 8 , 1 5 8 H o w , W . W .: 1 3 3 H o w e : 1 41 H u m b e r g , G .: 5 7
Indice de nombres propios
448 H iit t l, W .:
153
Ia c o b s: 3 2 3 Ih n e: 6 0 , 117 I m a p a llo m e n i, G .:
17.5
J a h n , J .:' 2 1 J a td é , A .: 1 5 6 , 2 1 7 J e lu s ic h , M .: 1 3 4 J o n e s , A . M . H .: 1 0 8 , 1 5 5 J u llia n , C .: 1 5 7 K a e r st, J .: 1 1 9 K a h r s te d t, U .: 1 2 6 K a lin d e r o : 1 7 8 K a k r z e w sk i: 1 5 7 K a n iu th , A .: 1 5 8 K a ser, M .: 1 5 , 31 K e in h o ld , M .: 1 3 9 K e y e s, C . W .: 133 K lin g n e r , F .: 1 5 0 K lo tz : 6 2 K o lb e : 1 3 9 K o r n e m a n n , E .: 1 3 8 , 1 4 9 K ö s te r m a n n , E .: 1 3 9 K r e tsc h m e r , P .: 3 0 K u m a n ie c k i, K .: 1 3 3 L a b o u la y e , E .: 1 8 2 L a ce y , R . H .: 1 5 2 L a co u r-G a y e t, G .: 153 L aÜ ier, R .: 4 6 L a m b r e ch ts, P .: 1 5 2 b is , 1 5 4 b is , 1 9 5 L a n d r y , A .: 1 5 2 L a n z a n i, C .: 1 2 5 , 1 2 9 , 1 3 0 L e c le r c q , H .: 3 2 3 L é c r iv a in , C .: 1 5 7 L e fe v r e , E .: 1 7 1 L e n g le , J .: 1 3 0 L ep ore: 133 Leppqj:, J . L . M a ria d e : 1 5 8 . L e n z e , O .: 6 2 L e v i, M . A .: 4 4 , 1 2 0 , 1 2 4 , 1 3 0 b is , 1 3 5 , 143, 150 L ie b e n a m , W .: 1 8 4 L in to t t, A . W .: 1 3 3 L ip p o ld , A .: 1 8 4 L o m b a r d i, G .: 3 1 , 4 4 L o ti F a r a v e lli, A .: 6 2 L ü b t o w , v o n : 1 5 , 2 0 , 31 L u g li, G .: 15 L u z za b o : 15 M a fii, M .: 1 3 3 M a g d e la in , A .: 1 8 , 2 0 , 2 8 , 3 3 , 1 3 9 M a ie r: 4 8 M a n n i, E .: 1 3 3 M a n s fie ld H a r w o o d , R .: 1 1 9 M a ra c h e , R .: 1 1 1 M a rin o A v o n z o , F . d e : 5 5 M a rq u a r d t, J .: 3 0 7 M a r tin o , F . D e : 1 5 , 3 1 , 3 3 , 4 2 , 4 4 , 4 8 , 5 7 M a rsh , F . B .: 1 4 9
M a r ttin g ly , H .: 3 8 , 1 50 M a u r ic e, J.: 1 58 M a x is, E .: 1 78 M a z z a tin o , S.: 16 , 17 , 4 2 , 1 5 4 , 15b M e ie r , P .-J .: 3 6 5 M e r lin , A .: 1 52 M e y e r , E .: 3 3 , 4 1 , 5 4 , 1 3 0 , 1 3 5 , 1 71 M ic h e l, A .: 1 0 8 M ic h e ls: 1 4 7 M ic h o n , E .: 15 7 M ic k w itz , G .: 1 52 M o m ig lia n o , A .: 16 , 2 6 , 3 3 , 1 5 0 b is M o m m s e n , T h .: 1 4 , 17, 2 2 , 2 3 , 2 8 , 3 3 , 3 4 , 36, 42, 48, 58, 119, 122, 124, 126, 127, 1 2 9 , 1 3 0 , 1 3 2 , 1 3 4 , 1 5 8 , 16 9 M o r e J .-P .: 3 8 7 M o r p u r g o , L .: 15 M u lle n , R . M a c.: 133 M u lle r , F .: 1 38 N e u m a n n , K . J .: 3 3 N ic o le t , A .: 4 7 N ic o le t , C .: 4 4 N ic c o lin i, G .: 5 7 , 1 2 4 , 1 3 0 , 171 N ic c h o ls : 4 8 N o c e r a , G .: 4 8 O b e r z im e r: 3 3 O ltra m a re , A .: 1 2 2 , 133 O r a n g e , H . P . L ’.: 1 50 O r e lli: 3 9 2 O r m a n n i, A .: 5 5 O r o , A . D e l l ’: 3 3 , 4 4 P a g é , J .: 13 8 P a is , E .: 17 , 4 8 , 1 2 4 , 1 3 5 , 3 7 0 P a la d in i, M . L .: 1 95 P a la n q u e , J . R .: 1 4 0 , 1 58 P a lm e r , R . E . A .: 1 6 , 18 P a llo tin o , M .: 14 P a llu d e L e s s e r t: 1 57 P a n ta le o n i, D .: 4 4 P a o li, E . U .: 2 0 P a r ib e n i, R .: 1 3 8 , 1 52 P a sc a l, G .: 3 4 5 P aw , D e: 323 ■pelaum , G . H .: 1 52 P e r e m a n s , W .: 2 6 , 33 P e r r e t, J .: 17 P e r r e t, L .: 1 5 2 , 1 56 P e te r : 1 1 4 P e t t o c h i, G .: 1 48 P ic c a lu g a , G .: 3 4 7 , 3 4 8 P ie r i, G .: 6 2 P ig a n io l, A .: 1 9 , 3 3 , 3 8 , 1 4 0 , 1 5 6 , 1 5 8 , 3 4 5 , 347 P ig h i, J . B .: 3 4 5 P la tn a u e r , M .: 1 5 4 P la u m a n n , G .: 1 18 P o h le n z , M .: 1 4 0 P ö h lm a n n , R . v o n : 1 2 6 P o lid o r i, M . T .: 1 25
Indice de nombres propios P o m m e r a y , L .: 1 8 9 P o u c e t, J .: 17 P r e m e r ste in , A . v o n : P r in g sh e im , F .: 1 5 2
143,
152
R a n o u il, P .-C h .: 3 2 R e ic h e , F .: 3 0 R e in h o ld , M .: 2 0 1 R e itz e n s te in : 1 3 3 R e llin i, U .: 1 4 R ib e z z o , F .: 1 4 R ic c o b o n o , S.: 5 0 , 1 1 8 , 1 2 3 , 1 3 0 , 1 3 4 , 1 5 3 , 1 55 R ic c o b o n o (J r .): 1 4 3 R ic h a r d , J .-C .: 1 6 , 3 2 R o b e r tis , M . d e : 3 3 R o h d e n , P . R .: 1 5 6 R o s e , H . J .: 3 3 R o se n b e r g , A .: 3 3 R u d ig e r , V .: 7 0 R u g g ie r o , E . d e : 1 8 4 R y b e r g , I . S.: 3 3 5 S a b b a tu c i, D .: 1 7 5 S a g e , E . T .: 1 1 9 S a le tta , V .: 4 8 , 3 4 7 S a lin , E .: 1 5 8 S a lm o n , E . T .: 7 6 S a lv o r e lli, L .: 1 5 8 S a n ctis G . d e : 3 8 , 4 8 , 1 2 6 Sartori: 1 4 S a u m a ise: 3 2 3 S a u n d e r s, C .: 1 2 9 S e a la is, R .: 1 2 0 S c o tt, K .: 1 4 9 S cram u zza , V .: 1 5 0 ScuU ard, H . H .: 4 1 S c h e ll, F .: 1 5 3 S c h iller : 1 4 1 S c h m a lin g : 6 2 S c h m id t, L .: 1 5 8 S c h n a b e l, P .: 1 3 4 Schönbauer: 4 8 , 140 S c h u b a r t, W .: 1 5 5 S c h u lz , O . T .: 1 5 3 , 1 5 5 S c h u r, W .: 1 1 9 S c h w a r tz , E .: 1 5 8 S e d g w ic k , H . D .: 1 5 4 S e g r é , A .r 1 5 5 S e id e l, J .: 1 7 5 S e r e n i, E .: 16 S e r g i, S.: 16 S errao, F .: 1 8 2 S e y m o u r, J . A .: 1 2 5 S ib er , H .: 3 4 , 4 8 , 1 4 0 S ie k le , C . E . v a n : 1 5 6 , 1 5 7
S m ith , F .: 3 8 S o lta n , W .: 1 3 5 S o r d i, M .: 71 S ta b e le y : 4 1 , 4 8 S ta c io li, R . A .: 4 8 S te c h , B .: 1 5 1 , 1 5 2 , 1 96 S te lla M aran ca, F .: 171 S to b a r t: 14 2 S tr e h l, W .: 1 25 S tr o u x , J.: 1 55 S u n d e n , J . M .: 1 3 0 S u o la h ti, J.: 6 2 S y m e , R .: 1 3 9 , 151 S y n d e n h a m , E . A .: 157 T a e g e r , F .: 1 2 2 T a rv e r , J . C .: 1 4 9 T a u b ie r , E .: 2 6 T a y lo r , L . R o ss: 4 7 , 4 8 , 5 7 , 5 9 , 1 35 T e n n e y F ran k : 1 5 2 T h e r r y , C .: 3 6 5 T ib ile t t i, G .: 1 4 0 T r e v e s, P .: 1 33 U s a n n i, V .:
1 6 5 , 3 91
V a c c i, G .: 3 3 5 V a lg ig lio : 1 30 V a n d la e r , M .: 1 4 7 V e n d r y e s , J.: 3 0 V ic e n t, H .: 1 7 5 V ig n a u x , P . E .: 1 43 V is s c h e r , D e : 1 3 9 V itu c c i: 143 V lie t , J . v a n : 1 4 7 V o c i, Ü .: 2 0 V o g e l: 2 0 V o g t, J .: 1 58 W a g e n v o o r t, H .: 1 3 9 W a lb a n c , F . W .: 1 58 W a lto n , S . C .: 1 5 2 W e b e r , W .: 1 5 2 , 153 W e g n e r , A . J .: 1 1 9 W e in s to c k , S t.: 1 3 5 , 3 4 5 W e is , J . B .: 1 5 5 W e s tr u p , C . W .: 1 5 , 31 W ie a c k e r , U . v o n : 15 W ila m o w its-M o e lle n d o r f, U . v o n : W ille m s , J.: 5 5 , 1 5 0 W illr ic h , H .: 1 5 0 Z a n c a n , L .: 3 8 , 1 1 7 , 121 Z a n ie w s k i, R .: 3 3 Z ie lin s k i, T .: 1 4 8 Z m ig r y d e r : 4 8
154
Indice analítico
A b o g a d o d e l fisc o : 153 A ccen si: 2 4 A c e itu n a s : 2 1 8 , 2 5 7 A c to r e s c ó m ic o s: 4 0 6 -4 1 0 — s u s e sp e c ie s : 4 0 6 — d e g r a d a c ió n so cia l: 4 0 6 -4 0 7 — c o m p a ñ ía s d e c ó m ic o s: 4 0 7 — c o n c u r so s d e a c to r es y d e p o e ta s : 4 0 7 — m o s q u e te r o s y sa lte a d o r e s e n la s re p r e se n ta c io n e s : 4 0 7 -4 0 8 , 4 1 1 — e sc a sa s g a n a n cia s: 4 0 8 — b ie n c o n s id e r a d o s y fa v o r ito s d e m a g n a te s y señ o ra s: 4 0 8 A d o r a c ió n , e x ig id a p o r D io c le c ia n o : 1 5 7 — d e b id a al e m p e r a d o r : 2 0 1 A d ro g a tio : 2 8 , 3 0 A d u lte r io , n o s e c o m e te c o n la s co rtesa n a s: 315, 316 A era rii, tip o d e c iu d a d a n o s: 6 1 A g e r publicus·. 4 5 A g r ic u ltu r a , s e - a b a n d o n a e n Ita lia : 1 1 0 A g u a , p r o h ib ic ió n He a g u a y fu e g o : 1 0 5 , 106 τ A je n jo ( a b sin th iu m ): 3 4 1 A jo {allium ): 2 2 5 A lb ó n d ig a s : 2 1 5 A lb u m (ta b la d e an u n cio ^ ): 2 6 A lfo r ja ( m a n tica ): 4 2 1 A lic a , a lim e n to : 2 1 2 -2 1 3 A m a n te s d e lo s p o e ta s : 3 1 5 A m y lu m , c o n d im e n to p a ta m a n ja te s: 2 1 3 A n fite a tr o , su a m b ie n te e n e rv a n te : 3 6 5 — d e noche: 4 1 6 A n g u ila s, a lim e n to : 2 3 7 A n o n a : 1 1 0 -1 1 5 , e sp e c ia lm e n te : 1 1 4 -1 1 5 — e n c o m e n d a d a a lo s e d ile s c u r u le s: 117 A n z u e lo , d e p e sca : 3 2 0 A p e la c ió n al p u e b lo : 2 0 , 4 5 A p e r itiv o s : 2 5 7 — e n la so b r em esa : 2 7 9 A p o llin a res, ju eg o s: c f. lu d i
— p r e se n ta d o s p or e l p retor: 1 8 1 , 38 3 A p u e s ta s , p r o h ib id a s e n lo s ju e g o s d e azar: 320 A rca p o n tificu m : 1 9 4 A rcera, v e h íc u lo : 4 2 7 A r isto cr a c ia : passim — c o n tr a C a tó n e l V ie jo : 1 16 — h alaga a la p le b e : 1 1 8 — c o n tr a t o d o in t e n to d e reform a: 119-
120 —
C . G r a c o la sep a ra d e lo s cab alleros: 124 — s e o p o n e a C . M a rio : 127 — n u ev a : 1 0 7 A r o , ju eg o : 2 8 7 A r s am an di d e O v id io , m a n u a l d e p e rv er s ió n : 3 1 3 A r te so n a d o d e l c o m e d o r , m o v ib le : 2 7 2 A r ú sp ic es:! 2 0 A r x , c iu d a d e la d e R o m a : 15 A r r e s to : 1 0 3 -1 0 4 A te la n a s , p a so s o s a in e tillo s : 3 3 3 , 3 7 7 , 3 8 7 — s u stitu id a s p o r lo s m im o s: 3 8 9 — m ascara d e las: 4 0 5 — c ó m ic o s d e las: 4 0 7 A tú n , a lim e n to : 2 3 8 A u ce p s, ca za d o r d e pájaros: 3 2 8 -3 2 9 A u cto ra tu s, g la d ia d o r : 3 5 4 A u cu p iu m , caza d e pájaros: 3 2 4 , 3 2 8 -3 2 9 A u g u r e s: 2 8 , 4 3 , 4 7 , 6 6 — s u c o le g io : 6 4 A u r ig a , e n la carrera d e carros: 3 7 1 -3 7 2 A u s p ic io s p ú b lic o s : 2 0 , 2 7 , 4 6 — d e r e c h o d e lo s : 2 9 — o b s e r v a c ió n d e l c ie lo : 4 6 — m a y o r e s: 4 6 A u to r id a d : 2 6 , 2 8 — patru m : 5 3 , 8 3 , 9 3 , 9 5 , 9 9 — d e l s e n a d o e n e l c a m p o le g is la tiv o : 83 — d e l s e n a d o e n m a ter ia s d e e le c c io n e s : 84
452
Indice analítico —
— d e l s e n a d o e n e l g o b ie r n o : 8 4 -8 5 A v e s , d e c u y a caza se s er v ía n : 2 3 3 -2 3 6 A v u ta r d a , pájaro: 2 3 5 B a ila r ín {cinaedus)·. 3 0 3 -3 0 6 B a ile y m ú sic a : 2 9 9 -3 0 6 — c o m o r ito r e lig io so d e lo s S aliares: 2 9 9 -3 0 0 ----------d e o tr o s lu á ii o ludiones·. 3 0 0 ----------d e lo s A r v a les: 3 0 0 ----------m a n ife sta c ió n r elig io sa : 3 3 3 B a ile s , e n tr a e n R o m a la a fic ió n al b a ile la s c iv o : 3 0 3 -3 0 4 , 3 0 5 — lo s ro m a n o s g ra v es n o b a ila b a n : 3 0 4 — · d e c e n te s : 3 0 4 -3 0 5 — m u e lle s y a fe m in a d o s: 3 0 5 — d e N e r ó n y d e C a lig u la : 3 0 5 -3 0 6 — y lo s P a d r e s d e la I g le s ia : 3 0 6 B a n q u e te s : 2 6 0 -2 7 4 — n u e v a o r ie n ta c ió n d e la s c en a s: 2 6 0 261 — a n te s d e se n ta r se a la m esa : 2 6 1 -2 6 2 — ■ m o d a le s d e b id o s d u r a n te la co m id a : 262 — d iv e r so s s e r v ic io s se g ú n la c o n d ic ió n d e lo s in v ita d o s : 2 6 2 -2 6 3 — lu j o e n la s v a jilla s y e n lo s m an jares: 2 6 3 -2 6 8 — s e b u sc a q u e s e h a b le y c o m e n té so b r e e l lu jo m a n ife sta d o : 2 6 5 — d e T r im a lc ió n , s u d e sa rr o llo : 2 6 8 -2 7 2 — la p r im e r a m ensa e n T rim a lc ió n : 2 7 0 — p e lig r o s q u e c o m p o r ta n c o n s ig o : 2 7 3 , 281 — c o m e r para d e v o lv e r : 2 7 3 — la com issatio: 2 7 4 -2 7 5 — la so b r em esa : 2 7 4 -2 7 5 — h a s ta la m a ñ a n a s ig u ie n te : 2 7 9 — e x a g e r a c io n e s d e g a sto s y m e n ú s: 2 7 9 , 280 B a r u llo p o r la s c a lle s d e R o m a : 4 1 8 -4 1 9 B a ster n a , tip o d e liter a : 4 2 6 -4 2 7 B a y a s ( baccae ): 2 2 7 Bellaria, d u lc e s y ¡postres: 2 5 8 B e llo ta ( g la n s ), a lim e n to d e lo s h o m b r e s p r i m itiv o s: 2 1 1 B estia rii, tip o d e g la d ia d o r es: 3 6 3 -3 6 4 B eta , acelg a : 2 2 2 Brassica, c o l: 2 2 2 B r in d is e n la s c en a s: 2 7 6 -2 7 7 — q u ie r e n q u e b e b a H o r a c io : 2 7 7 B u e y , s u ca rn e: 2 3 2 — . s e r v id o e n te r o e n la m esa: 2 7 1 -2 7 2 B u fo n e s e n la m esa : 2 7 8 -2 7 9 B u r d e l: c f. c o rtesa n a s y lu p a n a r C a b a lle r ía : 3 1 -3 2 , 3 6 — d u r a n te la m o n a rq u ía : 2 6 , 3 0 C a b a lle r o s: 1 5 , 3 6 , 4 8 . 4 8 , 1 1 9 — s e a p r o x im a n a lo s n o b le s: 107 — s u e s p ír itu fin a n c ie r o , c o b r a d o r es lo s tr ib u to s , b a n q u e r o s: 1 1 9
de
C . G r a c o lo s aparta d e la aristocracia: 124 — fa v o r e c id o s p o r C . G r a c o e n to d o s lo s á m b ito s: 1 2 4 -1 2 5 C a b a llo s para la caza: 3 2 6 — fa m o so s d e carrera: 3 7 2 -3 7 3 C ala m a res, a lim e n to : 2 4 0 C a le n d a r io : 2 6 C a lo str o s: 2 1 9 C a lle s d e R o m a , lle n a s d e g e n tío : 4 1 9 C am illu s, sa cr istá n , ay u d a n te: 2 4 7 C a n d id a to s a u n a m agistratu ra: 1 65 C a n ica s, ju e g o d e n iñ o s: 2 8 9 C anis, s u e r te e n e l ju e g o d e d a d o s y d e ta b a s: 3 1 8 , 3 1 9 C a n to s c o n v iv a le s : 2 7 5 -2 7 6 — y b a ile s : 2 7 7 -2 7 9 C a p ite censi, e n S e r v io T u lio : 3 6 , 3 7 , 4 8 C a p itis d em in u tio : 8 1 , 1 0 2 , 1 0 5 , 1 9 6 C a pitoliu m : 1 5 C ara o c ru z, ju e g o d e n iñ o s: 2 8 6 ----------ta m b ié n ju eg a n lo s h o m b r e s: 3 1 7 C a ra co les, a lim e n to : 2 3 6 C árcel: 1 0 2 Carceres, c o ch er a s d e l circo: 3 7 1 -3 7 2 C a r d o , v e rd u r a , alcach ofa: 2 2 3 -2 2 4 C a rn e, a lim e n to : 2 2 9 -2 4 0 — d e c u a d r ú p ed o s: 2 3 0 -2 3 3 — d iv e r so s m o d o s d e p repararla: 2 3 0 — p a r te s m ás a p e te c id a s: 2 3 0 — d e b u ey: 323 — d e c ie r v o : 2 3 2 — d e p e r ro : 2 3 2 — d e lie b r e : 2 3 2 — d e lir ó n : 2 3 2 — d e a v es: 2 3 3 -2 3 6 — d e a n im a le s acu á tico s: 2 3 6 -2 4 0 C arn ifex, v e r d u g o : 2 4 C a rp a s, b a r b o s: 2 3 7 C arpen tu m , v e h íc u lo para m u je re s: 4 2 3 4 2 5 , 237 C arreras: 2 9 3 — se n c illa s y c o n r elev o s: 3 51 — d e c o c h e s : 3 6 8 -3 7 3 ----------s u s o r íg e n e s se n c illo s: 3 6 9 --------- la s c u a tr o fa c c io n e s d e la s carre ras: 3 6 9 -3 7 0 --------- b a ta lla s ca m p a le s e n lo s g r a d e río s e n fa v o r d e u n c o lo r o d e o tr o : 370 ----------c o n ju r o s y e n sa lm o s c o n tr a lo s ca b a llo s d e lo s c o n tra rio s: 3 7 1 ----------d e sa rr o llo d e u n a carrera: 3 7 1 -3 7 3 C arru ajes, n o p u e d e n circu lar d e d ía : 4 1 9 Carruca, carroza: 4 2 6 , 4 3 7 Cauea, g r a d e río : 3 8 0 -3 8 1 Caupona, m e s ó n , ta b er n a , lu p a n a r: 3 1 0 -3 1 1 C aza: 3 2 3 -3 2 9 ■— e sp e c ie s: 3 2 3 ■— · m o d o s d e practicarla: 3 2 4 -3 2 8 C e b a d a , a lim e n to : 2 1 3 , 2 1 7 C en a : 2 4 0 -2 4 1
Indice analítico — iu s ta : 2 5 9 — antelucana·. 2 5 9 C e n a s p o n tific a le s : 2 6 6 C e n á c u lo : 2 4 1 C e n so : 6 0 -6 3 , 183 — lu stra tio : 4 5 C e n so r : 2 4 , 4 5 — n o m b r a a lo s sen a d o r es: 8 1 , 8 2 , 8 3 C en su ra : 1 8 6 — c a si la su p r im e S ila : 131 — la r e s ta b le c e V e sp a sia n o : 1 5 0 — su c r e a c ió n , a tr ib u c io n e s, d e b e r es: 1 8 6 -1 8 9 — a b so r b id a p o r e l e m p era d o r: 187 — e le c c ió n d e c e n so r d u r a n te e l I m p e r io : 187 — le y d e C ic e r ó n s o b r e la : 1 8 8 — su r e la c ió n c o n la s o tra s m a g istr a tu ras: 1 8 8 C e n tu r ia s, e n S e r v io T u lio : 3 6 , 3 8 , 4 1 , 4 8 ■— ■ y c u ria s d u r a n te la R e p ú b lica : 4 4 — praerrúgatiua: 4 9 — tu re uocata: 4 9 C epa, c e b o lla : 2 2 4 Cerasa, c ereza s: 2 2 7 C e r d o , e n te r o e n la m e sa : 2 7 1 — s u ca rn e: 2 3 1 -2 3 2 — e n e m b u tid o s : 2 3 1 C e re a le s, a lim e n to d e l h o m b r e : 2 1 2 -2 1 3 C ie r v o , s u ca rn e: 2 3 2 — caza d e l: 3 2 7 C ig ü e ñ a , n o s e c o m e su ca rn e: 2 3 3 C irco F la m in io : 4 7 , 3 3 3 — e n é l s e c e le b r a n lo s C ircen ses p leb ei: 376 — M á x im o : 3 4 7 -3 4 8 , passim ----------la p o m p a in ic ia l d e lo s ju eg o s: 348349 C ircu li, r o s c o n e s , r o sq u illa s : 2 1 8 C iru ela s (pru n a): 2 2 7 C isiu m , c o c h e m u y lig e r o , ta x i: 4 2 5 , 4 3 0 C ita r ista s: 3 0 3 \ C iu d a d a n ía ro m a n a : 4 5 — C aracalla la c o n c e d e a to d o e l I m p e rio : 1 5 5 C iu d a d a n o s d u r a n te la m o n a rq u ía : 2 9 -3 2 — d e r e c h o s y o b lig a c io n e s : 3 0 , 4 4 — s u je to s d e la s le y e s: 9 9 C iu itas: 1 4 , 1 5 , 1 9 , 2 8 — y la s c iu d a d e s p r o v in c ia le s : 7 7 C la ses so c ia le s : 3 5 -3 7 — - e n la c o n s titu c ió n d e S e r v io T u lio : 36, 48 — lu c h a s : 1 1 2 — d iv is ió n d e C . G r a c o : 1 2 4 — lu c h a s d ir ig id a s p o r D r u so : 1 2 5 — la e c o n o m ía d e la s d iv e r sa s c la se s s o c ia le s: 4 8 — d e sa p a r ec e la c la se m e d ia : 1 0 8 , .114 — a c o m o d a c ió n d e la p le b e e n la s trib u s: 116 — r u in a d e la c la se m e d ia : 1 1 8
29
453 — lo s p o t e n te s se e n r iq u e c e n e n o r m e m e n te : 1 18 — lo s la b r a d o r e s m e d io s caen : 1 1 8 , 1 2 0 — d e fe n s a d e la c la se m ed ia: 1 21 C lau u s annalis: 1 9 2 C lie n te s : 3 2 C lo a c a m á x im a , o b r a d e lo s reyes: 3 9 C o e r c ió n , p o t e s ta d d e lo s m a g istr a d o s: 1 62 C oh ors praetoria: 6 9 , 1 6 3 , 1 6 4 , 1 7 8 C o lo c a c ió n e n la m esa: 2 4 2 -2 4 5 — e n e l b a n q u e te d e s c r ito p o r H o r a c io : 2 6 6 -2 6 7 — T r im a lc ió n s e rese rv a e l p u e s t o d e hon or: 2 6 9 C o lo n ia s : 4 5 — s u s tip o s : 7 7-79 — p a ra d is m in u ir la p le b e u rb an a: 1 1 5 , 116, 119 — fu n d a d a s p o r C . G r a c o : 1 2 3 , 1 25 — e sta b le c id a s p o r C . M ario: 1 2 7 — creadas· p o r C ésar: 1 3 4 C o lu m p io s , ju e g o : 2 9 9 — m e d io r e lig io so d e p u rifica ció n :. 341 C o m b a te s d e fieras: c f. uen atio , C o m e d ia s: 3 9 5 -3 9 7 — e s r e s p e tu o sa y a p o lític a : 3 9 6 — e l p u e b lo e stá to d o e l d ía e n e l tea tr o : 3 9 7 C o m ic io s , r e s p o n sa b le d e l o r d e n e n ello s: 53 — d e ja n d e e x is tir c o n T ib e r io : 1 48 — c e n tu r ia d o s : 2 6 , 3 8 , 4 4 -5 0 , 6 7 se refo rm a n d e s p u é s d e C an as: 117 — c e n tu r ia d o s y trib u tos:, 5 2 , 6 0 — tr ib u to s : 2 6 , 5 0 -5 4 , 5 1 , 67 — c u r ia d o s: 2 6 -2 8 , 4 4 C ó m ic o s , g e n te in fa m e : 3 8 5 — v a n p o r lo s p u e b lo s: 4 3 8 C o m id a s d e lo s rom an os: — d e s a y u n o , a lm u er z o , m e r ie n d a , cena: 2 4 0 -2 4 1 — la c. e s u n a c to r e lig io so : 2 4 7 — s e e m p ie z a c o n u n a in v o c a c ió n a lo s d io s e s: 2 5 7 — te r m in a c o n u n a lib a c ió n a lo s L ares: 257 C o m is io n e s y c ú r a te la s, d e agua, d e traba jo s p ú b lic o s: 1 4 6 -1 4 7 C om issatio, o ep id ip n is: 2 5 7 , 2 5 8 , 2 7 2 — s u d e sa rr o llo : 2 7 4 -2 8 1 — b a ile s : 3 0 6 . — s e ju eg a a lo s d a d o s: 3 2 0 — in te r m in a b le e n lo s S atu r n a le s: 3 4 0 C o m itia calata: 2 6 , 3 0 — e le c to r a le s : 4 3 , 4 7 — c o n su la r e s: 4 6 , 5 0 — p r e to r io s: 4 6 , 5 0 — curiata: 2 6 -2 8 , 4 4 C o m itia les dies: 4 5 C o m itia lis m orbu s: 51 C o m itia tu s m axim u s: 1 0 5 C o m p a ñ ía s te a tr a le s: 3 8 4 -3 8 5
Indice analítico C o n ciliu m plebis·. 5 0 , 5 1 , 5 3 , 6 7 C o n d e (com es): 1 4 7 C o n fin a c ió n : 1 0 3 C o n fisc a c ió n d e b ie n e s : 1 0 2 Congiaria, d o n a c io n e s p ú b lic a s d e a lim e n to s: 115 C o n secratio locorum : 2 0 C o n s e jo d e E sta d o : — d e A le ja n d r o S e v e ro : 1 5 6 — im p er ia l: 1 5 2 , 1 5 3 , 1 5 7 C o n s isto r io sa g ra d o d e D io c le c ia n o » 1 5 7 C o n sisto riu m prin cip is: 1 5 4 C o n s titu c ió n , p r im itiv a d e R o m a : 31 — d e S e r v io T u lio : 5 5 -5 9 — la c. ro m a n a y P o lib io : 5 4 — d e la R e p ú b lic a : 4 1 -4 2 — r e s u lta in a d ec u a d a para e l Im p e r io : 108 — d e C . G r a c o : 1 2 4 -1 2 6 — d e S ila : 1 2 9 -1 3 2 — lu c h a c o n tr a la c o n s . d e S ila : 1 3 2 — C ésa r d erro ca la c . d e S ila: 1 3 3 — D e S e p tim io S e v e ro : 1 5 4 — A n to n ia n a d e C iu ita te: 1 5 5 — d e D io c le c ia n o : 1 5 6 -1 5 7 — d e C o n s ta n tin o : 1 5 7 -1 5 8 C o n s u la d o : 8 0 — s u c re a c ió n , p r e rr o g a tiv a s, fu n c io n e s , e tc .: 1 8 4 -1 8 5 C o n su la r e s: 1 8 5 -1 8 6 C ó n s u le s: 2 4 , 4 4 , 4 5 — p rim u s: 5 0 — d esig n a ti: 1 8 5 — su ffecti: 1 8 5 — e n la s p r o v in c ia s: 6 8 , 6 9 — s u s in sig n ia s: 6 9 — e q u ip o s : 6 9 — s u coh ors praetoria: 7 0 — g a s to s d e v ia je : 7 0 — s u s p o d e r e s: 7 0 C o n tio : 2 6 , 2 7 , 3 0 , 4 6 , 4 7 , 5 7 — y co m itia: 5 7 — v e r d a d e r o s m ítin e s : 9 5 C o n u iu iu m te m p e stiu u m e in tesp estju u m : 241 C o n v e r sa c ió n e n la m esa : 2 4 7 -2 4 8 C o n v ite , s u s c u a tr o c u a lid a d e s: 2 4 7 -2 4 8 — in v ita c io n e s fr e c u e n te s: 2 4 8 — n o era c o r té s reh u sa r la in v ita c ió n : 348 — fu n c ió n s o c ia l d e lo s c.: 2 4 8 -2 5 0 , 2 7 5 — lo s q u e lle g a n s in in v ita c ió n : 2 4 9 , 2 5 5 — s e in v ita a v e c e s p o r p r e su n c ió n : 2 6 0 — c o n v it e n o r m a l, s u s p a rtes: 2 5 7 -2 5 9 , C o o p ta tio : 2 8 C o r r u p c ió n d e lo s s e n tim ie n to s e n e l circo : 3 6 7 -3 6 8 C o r te sa n a s: 3 0 6 -3 1 7 — s u s c la se s y n o m b r es: 3 0 6 , 3 0 9 — in fid e lid a d d e m u ch a s e sp o sa s: 3 0 7 — to le r a n c ia a n tig u a e n e l tr a to c o n : 3 0 7 , 308
—
se m u ltip lic a n c o n e l lu jo d e R om a: 3 0 7 -3 0 8 — lo s c lie n te s d e lo s lu p a n a r es: 3 0 9 , 3 1 4 — lib e r ta d d e lo s r o m a n o s e n la s p r o v in c ia s : 3 0 9 -3 1 0 — lo s p r o s tíb u lo s : 3 0 9 -3 1 2 --------- e n la s tab ern as y h o s te r ía s: 3 1 0 311 --------- e n la s p a n a d e ría s: 3 1 1 --------- e n b a ñ o s y term as: 3 1 2 ----------p o r la Su b u rra: 3 1 2 ----------p o r e l V icu s P atriciu s: 3 1 1 — m e r e tr ic e s d is tin g u id a s : 3 1 1 -3 1 5 — h e te r a s cu lta s: 3 1 2 -3 1 3 — e n lo s te m p lo s: 3 1 3 — e n lo s fe s tin e s : 3 1 3 , 3 1 4 — e n B ayas y P u té o li: 3 1 3 — v a n v e stid a s c o n la to g a : 3 1 6 -3 1 7 C ou in u s, c o c h e : 4 2 5 C r istia n o s , e n e l tr ib u n a l d e l p r e fe c to d e la c iu d a d : 1 4 4 , 1 45 — cie rta to le r a n c ia d e A d r ia n o : 1 53 — ta m b ié n d e A n to n in o : 153 — e l e d ic to d e M ilá n d a lib e r ta d r e lig io sa, 1 5 8 — a la s fieras: 3 6 6 , 3 6 7 — s e le s p r o h íb e p o r su a u to rid a d a sis tir a lo s ju eg o s: 3 2 1 , 3 7 5 -3 7 6 — e l c. p e r v e r tid o e n lo s ju e g o s: 3 7 5 -3 7 6 — se le s p r o h íb e ir al te a tr o : 4 1 4 C r o q u e ta s: 2 1 5 C u c u r b itá ce a s, s u s e sp e c ie s: 2 2 5 C uchara: 2 6 4 -2 6 5 C u e s tio n e s ju d ic ia r ia s; su p r o c e s o : 4 7 — c iv ile s y m ilita r es: 6 3 , 6 4 — q u e tr a ta e l sen a d o : 6 3 C u e stu r a , c u e sto r , s u s fu n c io n e s: 1 7 1 -1 7 5 — u n c . c ita d o a ju icio : 1 72 — c u e sto r p roqu aestor, 173 C u ratores lu doru m : 3 4 4 C u ria : 2 1 , 2 6 , 2 8 — y tr ib u s: 3 8 — y la s v o ta c io n e s : 3 0 — la s tr e in ta c u rias: 3 1 — H o s tilia : 2 8 — flam en curialis: 2 6 — C urio: 2 6 , 2 8 C u rsu s h on oru m : 5 4 — se g ú n la o r d e n a c ió n d e S ila: 131 — e d a d c o r r e sp o n d ie n te : 1 61 C horeae, o rb es, b a iles: — e n c ír c u lo c o m o la sa rd a n a y la jota: 305
D a d o s , ju eg o : 317_, 3 1 9 -3 2 0 — tr a ta d o s e sc r ito s s o b r e lo s : 3 1 9 D á t ile s , a lim e n to : 2 2 8 D ecem p rim i, e n e l sen a d o : 8 8 D e c e n v ir o s , p ara e sc r ib ir la s le y e s: 5 9 D e c u r ia s d e lic to r e s: 2 4 , 2 5 D e c u r ió n : 3 5
Indice analítico D edicatio·. 1 6 3 D e d ic tio : 1 6 3 D e g r a d a c ió n : 1 0 2 — d e c iu d a d a n o s h e c h a p o r e l cen so r: 189 D e la to r e s , b a jo e l im p e r io : 1 4 9 -1 5 0 — c a stig a d o s p o r T ra ja n o : 1 5 2 D elicia e, d eliciu m , e n tr e te n im ie n to s d e n i ñ o s: 2 8 4 -2 8 5 D e p o r ta c ió n : 1 0 6 D e r e c h o , c iv il, p r e to r io : 9 2 , 9 3 — · d e c o o p ta c ió n d e lo s c o le g a s: 163 — d e r ep re sen ta r a l E sta d o : 1 6 3 D esa y u n o : 2 4 0 D e s c a n s e n e c e sa r io : 4 1 7 -4 1 8 D e s e q u ilib r io so cia l: 1 0 7 D e s ig n a c ió n d e la le y : 9 7 D e s p o b la c ió n d e l I m p e r io : 1 4 7 -1 4 8 — T ra ja n o b u s c a ' s u r em ed io : 1 5 2 D e stie r r o : 1 0 2 -1 0 3 , 1 0 5 -1 0 7 D e s u lto r e s: 3 4 5 , 3 5 0 D e u d a s , r e m isió n d e : 5 6 D ic a s te r io s im p e r ia le s: 1 4 9 , 1 5 2 D ic ta d o r : 1 9 , 2 0 , 4 3 , 4 5 — lo n o m b r a e l se n a d o : 8 4 — l o n o m b r a e l c ó n s u l: 163 — C é sa r , d .: 1 3 4 D ic ta d u ra : 8 0 — d e S ila : 1 2 9 -1 3 2 — s u a b o lic ió n : 1 1 7 -1 1 8 — su in s tit u c ió n , v ic is itu d e s , p e r ro g a tiv a s, tip o s: 1 8 9 -1 9 3 — le y d e C ic er ó n s o b r e la d .: 1 9 0 — s u d ife r e n c ia d e l c o n s u la d o : 1 9 1 — d ie t, e sp e c ia le s : 1 9 2 — d e la s c iu d a d e s la tin a s: 1 9 2 D ió c e s is , d iv is ió n te r rito r ia l d e D io c le c ia n o : 157 I D ip lo m a , p a r a v ia já r o fic ia lm e n te p o r e l im p e r io : 7 0 1 D iscessio , v o t o p o r: y8 9 -9 0 D is c o , la n z a m ie n to d ç : 2 9 3 D is c u r s o s , e n la s c en a s: 2 7 1 D o m ic ilio , s u in v io la b ilid a d : 1 0 4 D o m in io , s o b r e la s tierra s m u n ic ip a le s: 7 7 — lo s m u n ic ip io s p r o v in c ia le s n o l o tie n e n , s ó lo la p o te s ta d : 7 9 D o m in u s, t ít u lo d e l e m p e r a d o r : 2 0 1 D o m u s, d e l p a te r familias·. 2 0 D u o d ecim , ju e g o d e : 3 2 2 -3 2 3 D u q u e ( d u x ): 1 4 7 E d a d , p ara e n tr a r e n e l s e n a d o : 8 2 — p ara eje rc e r la s m a g istra tu ra s: 161 E d ic to d e M ilá n : 1 5 8 — d e l p r e to r : 1 7 9 — p e ip e t u o : 1 5 2 -1 5 3 , 1 8 8 E d ile s c e r e a le s: 1 7 8 — c u r u le s, s u c re a c ió n : 6 5 ----------e n tr a e n la aristo cra cia : 1 0 7 ----------y lo s ju e g o s p ú b lic o s: 3 3 4 , 3 3 8 — d e la p le b e : 5 0 , 6 0
455, T-------- p r e se n ta n lo s ju eg o s p le b e y o s : 3 7 6 E d ilid a d c u r u l, s u cre a c ió n , fu n c io n e s d u r a n te la R e p ú b lic a y e l I m p e r io : 1 7 5 -1 7 8 — d e la p le b e : 175 E je c u c ió n d e c o n d e n a d o s: 3 6 5 -3 6 8 — e x p u e s to s a las fieras: 3 6 5 -3 6 6 — e n u n a r e p r e se n ta c ió n e scén ica : 3 6 6 — lo s c r istia n o s c o n d e n a d o s p o r N e ró n : 366 — le y e n d a s m ític a s escen ifica d a s: 366367 — m ito lo g ía s p a s io n a le s en e l c ir co : 3 6 7 — v o la tin e r o s , e q u ilib r ista s, e tc .: 3 6 8 E jé r c ito : 2 2 , 3 6 — s e reb ajan la s e x ig e n c ia s para entrar e n las le g io n e s : 1 1 7 — r efo rm a d e M ario: 127 — S ila l o h a c e p e r m a n e n te: 1 3 0 E le c c ió n d e m agistra d o s: 16 5 E le c c io n e s , c am p añ a e le cto ra l: 2 7 E lo g io s fú n e b r e s : 1 6 5 — — d e m u je re s: 1 65 d e T u r ia : 16 5 E m b o liu m , s a in e tillo : 3 9 5 — a c to r es fa m o so s : 3 9 5 E m b u tid o s : 2 3 1 E m p a d r o n a m ie n to s b a jo A u g u s to : 1 4 8 E n s a la d a , d iv e r sa s v erd u ra s en : 2 2 4 E n tr e m e se s : 2 5 7 — e n la c en a d e T rim a lc ió n : 2 6 8 E q u ita c ió n : 2 9 2 E r a r io , p ú b lic o d u r a n te la m o n a rq u ía : 3 0 — d e la c iu d a d : 5 7 , 6 0 — d e lo s p le b e y o s e n e l te m p lo d e Cer es: 5 7 , 6 0 E ru u m , arveja: 2 2 1 E sc a r o , p e sc a d o : 2 3 7 E sc a r o la , ach icoria: 2 2 2 E sc e n a , p a r te d e l te a tr o rom an o: 3 8 0 E s c la v itu d so b r e e l d e u d o r in s o lv e n te :· 100 E s c o n d ite , ju e g o d e n iñ o s: 2 8 6 E s fe r is te r io , lu g a r para ju g a r a la p e lo ta : 2 9 4 -2 9 5 , 2 9 8 -2 9 9 E sp á rr a g o s ( asparagus ): 2 2 5 E s p e c ta d o r e s e n e l teatro: 4 1 0 -4 1 6 — v a c r e c ie n d o e l n ú m e ro : 4 1 0 -4 1 1 — fa v o r ito s y m o s q u e te r o s: 4 1 1 — A u g u s to q u ie r e reform ar e l teatro: 4 1 1 -4 1 2 — la p le b e e n e l te a tr o ; e l te a tr o c o so d e la s m a n ife sta c io n e s y e x ig e n c ia s p o p u la re s: 4 1 2 -4 1 4 — lu g a r d e r e u n ió n y d e o s te n ta c ió n : 4 2 4 — c o m id a s, r eg a lo s, lo te r ía s : 4 1 4 -4 1 5 E ssed u m , v e h íc u lo d e lu jo : 4 2 4 E s tu r ió n , p e s c a d o : 2 3 7 E u ectio, d e r e c h o s d e u n m a g istr a d o e n e l v ia je : 7 0 E x te n s ió n d e la R e p ú b lic a : 6 7 -8 0 E x u u ia e, s ím b o lo s o im á g e n e s d e lo s d io se s: 3 4 9
Indice analítico
456 Faba, a lim e n to :
221 — - ¿ p r o h ib ió P itá g o r a s c o m e rla s? : 2 2 1 f a is á n , s u ca rn e: 2 3 4 F a m ilia n u m e r o s a b a jo A u g u s to : 1 4 7 -1 4 8 Far y farina, a lim e n to s: 2 1 2 -2 1 3 , 2 1 5 — tr e s c la se s d e h arin a: 2 1 6 Farcim en, e m b u tid o : 2 3 1 F a sc io s: 2 3 , 4 4 — la u r e a d o s: 2 3 F a v o r ito s, b a jo e l im p er io : 1 4 9 -1 5 0 , 1 5 4 F e c ia l: 2 5 Ferculum , u n p la to : 2 5 8 F e r ia s la tin a s, d e sa rr o llo d e e sta s fie sta s: 3 4 0 -3 4 2 — p u e b lo s d e la lig a la tin a : 3 4 0 — ¿ sa crificio s h u m a n o s e n e lla s ? : 3 4 2 F e s c e n n in a s , ju g u e te s c ó m ic o s: 3 3 3 , 4 0 5 F id es ro m a n a : 6 6 F ie r a s, p r e s e n ta c ió n e n e l circo : 3 5 2 -3 5 3 — su caza: 3 2 4 -3 2 8 — su a c o so e n e l circo : 3 6 0 -3 6 4 F ie s ta s , d ía s d e fie sta : 3 3 3 -3 4 5 — r e lig io sa s : 3 3 5 -3 4 5 — n o c tu rn a s: 4 1 5 -4 1 6 — e n e l a n fitea tro d e n o c h e : 4 1 6 Flam en D ia lis : 2 2 F la m in e s : 6 6 F lía q u é s , p a s illo tea tra l: 3 8 5 -3 8 6 F lo r a le s , ju e g o s : 3 8 3 F loralia, a c o s o d e a n im a le s p e q u e ñ o s: 3 6 4 F o r tu n a , e x ig id a p a ra .se n a d o r : 8 2 F o ru m : 1 5 , passim F r a n c o lín , s u ca rn e: 2 3 5 F r e sa s, fr a m b u e sa s, g r o se lla s: 2 2 9 F ritilla, to r ta : 2 1 4 F r u ta s, q u e c o m ía n lo s r o m a n o s: 2 2 6 -2 2 ? F u n á m b u lo s , tit ir ite r o s : 3 8 7 -3 8 8 , 4 0 7 F u n c io n a r io s im p er ia le s: 14Ö-141 — c o n s e j o im p e r ia l: 1 4 0 ■T- p r e fe c to d e l p r e to r io : 1 4 0 :1 4 1 G a lo s , lo s g . e n R o m a : 6 4 G a llin á c e a s , a v e s d e e sta fa m ilia q u e c o m ía n lo s ro m a n o s: 2 3 4 G a llin ita c ie g a , ju e g o d e n iñ o s : 2 8 6 G a llo , g a llin a , c a p ó n : 2 3 5 G a llo s , lü t h a d e : 3 6 2 G a m ó n ( a sp h o d elu s ), a lim e n to : 2 2 5 G a r b a n z o s (cicer): 2 2 1 G aru m , ga ró ; 2 5 6 , 2 7 0 — s u s e s p e c ie s: 2 5 8 G e n e r a le s v ic to r io s o s , s u tr iu n fo : 1 0 9 -1 1 0 G en s, g e n te : 1 5 , 1 9 , 2 5 , 2 8 G e n te s m a y o r e s y m e n o r e s: 3 1 , 3 4 G im n a sia : 2 9 2 G la d ia d o r e s , s u s d if e r e n te s c la se s y m o d o s d e c o m b a tir: 3 5 1 -3 6 0 — ■ r ito fu n e r a r io : 3 5 1 -3 5 3 — e sc u e la s d e : 3 5 3 -3 5 5 — ¿ d e d ó n d e p r o c e d ía n ? : 3 5 3 -3 5 4 ■ — s e r e g istr a c ó m o p r o fe s io n a l a n te e l tr ib u n o d e la p le b e : 3 5 4
— fa m o so s: 3 5 5 — tr a to d e : 3 5 5 — a d ie s tr a m ie n to d e : 3 5 5 — p rogram as d e la s v e la d a s: 3 5 5 — ■ e l c o m b a te : 3 5 5 -3 5 6 — c o n d ic ió n so c ia l d e : 3 5 6 — c a te g o r ía s y tip o s d e lu c h a : 3 5 7 -3 6 0 ■— retiarius-gallus / sam nita-secutor·. 3 5 6 — S a m n ita : 3 5 7 -3 5 8 — h o m o p la c a -tr a c io : 3 5 8 — e se d a r io s: 3 5 8 — e c u e str e s: 3 5 8 — m e rid ia n i : 3 5 8 , 3 6 7 -3 6 8 — la c a íd a d e : 3 5 8 -3 5 9 — la p a lm a d e l v e n c e d o r : 3 5 9 — cru dele spectacu lum : 3 5 9 — lo p r o h íb e n lo s e m p e r a d o r es c r istia n o s : 3 5 9 -3 6 0 G lo t o n e s : 2 6 1 , 2 7 3 — em p e r a d o r es: 2 6 7 -2 6 8 G o b e r n a d o r e s d e p r o v in c ia s: 1 3 4 G o b io , p e sc a d o : 2 3 8 G r a c ejo , s u s tip o s s eg ú n C ic er ó n : 3 9 6 G ra eca ñ , pergraecari, v iv ir d is o lu ta m e n te : 314 G r u lla , s u ca rn e: 2 3 5 G u e r r a c iv il e n tr e C ésar y P o m p é y o : 1 33 G u e r r a ju sta : 2 5 — i — c o m p e te a l R e y : 2 6 — so cia l: 1 2 8 G u sta tio , e n tr e m e se s : 2 5 7 H a c ie n d a , d e c a d a o r d e n s o cia l: 3 6 — d e u n r o m a n o : 6 4 , 6 6 , 1 11 — s e g ú n T i. G rqco: 121 H a c h a , e n lo s fa sc io s: 2 3 H a lc ó n , cazad or: 3 2 9 H a r in a , c f. far H e r a ld o , e n lo s c o m ic io s : 5 2 H e r m a n d a d e s ( so d a lita tes): 3 2 H e te r a s , c f. C o r te sa n a s H ig o s : 2 1 8 — e s p e c ie s y m o d o d e c o m e r lo s: 2 2 6 H o lu s, h ie r b a : 2 2 2 H o m o nouus: 1 0 7 , 1 2 9 H o n estio res, h u m iliores, c iu d a d a n o s: 3 5 — a n te la s p e n a s: 101 H o n o r a b ilid a d , r eq u e rid a p ara se r sen a d o r : 82 H o r ta liz a s , v e r d u r a s, su s e s p e c ie s: 2 2 2 -2 2 6 H u e v o s , a lim e n to : 2 l 2 , 2 3 6 H u ésp ed es: 3 2
Ie n ta cu lu m , d e s a y u n o : 2 4 0 I g u a ld a d c iv il d u r a n te la m o n a rq u ía : 2 9 -3 0 — p o lític a e n e l p u e b lo : 6 4 -6 5 — c iv il: 1 0 7 Im p e ra to r: 2 3 , passim Im p e ria ex tra o rd in a ria : 3 5 I m p e r io : 1 9 5 -2 0 5 Im p e riu m , a u to rid a d : 2 0 , 2 1 , 2 9 , 8 0 , 1 0 3 , 1 5 9 -1 6 0
Indice analítico —
su p ró rro g a :
457 68
I n d e x d e u n a le y : 9 5 , 9 6 I n fa n te r ía : 2 6 , 3 0 , 3 1 , 3 2 , 3 6 I n g e n ie r o s , e n la c o n s t, d e S e r v io T u lio : 3 6 In g en ú i: 3 4 I n g e n u id a d , r e q u is ito p a ra s e r sen a d o r: 81 I n s titu tio n e s d e J u s tin ia n o : 3 5 In terregn u m ·. 1 9 , 2 1 , 2 6 — e n tr e e l r e in a d o d e R ó m u lo y d e N u m a : 21 — e n tr e lo s e m p e r a d . A u r e lia n o y T á ci to : 2 1 Interrex·. 2 1 , 2 4 , 3 8 , 8 4 In u la, v erd u ra : 2 2 3 'In v ita c io n e s a co m er: 2 4 8 Iudices-consules·. 4 2 I u s a g en d i cu m patribus·. 1 6 0 , 1 6 2 ----------cu m populo·. 1 6 0 , 1 6 2 •— ciu ita tis, r e q u e r id o para sen a d o r: 91 — gla d ii: 6 9 — in tercessio n is: 4 2 — lib ero ru m : 1 4 7 -1 4 8 — 'Papirianum: 8 2 — · p ro u o ca tio n is: 4 3 — R om an u m : 6 8 — suffragii, a n u la d o p o r T ib e r io : 7 6 J a b a lí, c o m o a lim e n to : 2 5 6 — s e r v id o e n te r o p o r T rim a lc ió n : 2 7 0 — caza d e l j. y a n im a le s sem eja n te s: 3 2 6 — m a r in o : 2 3 4 Ja b a lin a , la n z a m ie n to : 2 9 3 -2 9 4 J a r d in e s y p a s e o s fr e c u e n ta d o s p o r la ju v e n tu d : 4 1 9 J u d ía s ( p h a seo lu s ): 2 2 2 J u e g o s d e lo s ro m a n o s: 2 8 3 -3 2 3 , c f. L u di. — c o m o e n tr e te n im ie n to d e la p le b e : 1 0 9 -1 1 0 \ J u e g o s d e n iñ o s: 2 8 3 -2 9 1 — m a r io n e ta s: 2 8 4 — d eliciu m o deliciae: 2 8 4 -2 8 6 — al e sc o n d ite : 2 8 6 — p a res o n o n e s : 2 8 6 — la m o sc a d e b r o n c e : 2 8 6 — la g a llin ita c ie g a : 286 — cara o cru z: 2 8 6 — dar s u s to s ( m o rm o lycio n ): 2 8 6 — e l aro: 2 8 7 — la p e o n z a : 2 8 7 — la m orra: 2 8 7 -2 8 8 — tr e s e n raya: 2 8 8 — cab a lg a r s o b r e u n a cañ a: 2 8 8 — c o n n u e c e s: 2 8 8 -2 8 9 — a la s ca n ica s: 2 8 9 — al c la v o y a la m arm ita : 2 8 9 -2 9 0 — a se r m a y o r e s: c a r ta g in e se s y r o m a n o s, a d iu d ices: 2 9 0 -2 0 1 — c o n e l a gua y e l b a rro : 2 9 1 — la s n iñ a s c o n s u s m u ñ e ca s; 2 8 4 J u e g o s d e jó v e n e s , e n e l c a m p o d e M a rte: 2 9 1 -2 9 4 — n a ta ció n : 2 9 2
— ■ e q u ita c ió n : 2 9 2 — g im n a sia : 2 9 2 — lu c h a : 2 9 2 -2 9 3 — carreras: 2 9 3 — sa lto s: 2 9 3 — la n z a m ie n to d e d isc o : 2 9 3 — la n z a m ie n to d e ja b a lin a : 293-294 — d e p e lo ta : 2 9 4 -2 9 9 (c f. P e lo t a ) J u e g o s d e lo s an cia n o s: 3 1 7 -3 2 3 — su m e r e c id o d e sca n so : 3 1 7 — ca ra o c r u z , las c h a p a s: 3 1 7 — ta b a s y d a d o s: 3 1 7 -3 2 0 — s e p r o h íb e n lo s ju e g o s d e azar: 32 0 322 — latru n cu loru m : 3 2 1 -3 2 2 — d u o d ecim scriptoru m : 3 2 2 -3 2 3 — p r o h ib id o s a lo s cristia n o s: 3 2 1 J u e g o s c ir ce n se s: 3 4 7 -3 7 3 ,— e l C ir c o M a x im o : 3 4 7 -3 4 8 , passim — p o m p a -d e s file in a u g u r a l: 3 4 8 -3 4 9 — lu d u s T roian u s ( T ro ia ): 3 4 9 -3 5 0 — desu ltores: 3 5 0 — d e g la d ia d o r e s: 3 5 1 -3 6 0 — u en ation es, a coso d e fieras; 3 6 0 -3 6 5 — a n fitea tro : 3 6 5 — e je c u c ió n d e c o n d e n a d o s: 3 6 5 -3 6 8 — m a ta lo s s e n tim ie n to s d e h u m a n id a d : 3 6 7 -3 6 8 — carrera d e c o ch es: 3 6 8 -3 7 3 J u e g o s e sc é n ic o s: 3 7 6 -4 1 6 — lu g a r d e s u r e p re sen ta c ió n : 3 7 6 -3 8 3 J u e g o s p ú b lic o s: 3 3 3 -3 3 5 — M a y o re s R o m a n o s: 3 3 3 , 3 3 5 , 3 3 6 — C a p ito lin o s : 3 3 6 — p le b e y o s : 3 3 4 — C e re a le s: 3 3 4 , 3 6 — A p o lin a r e s: 3 4 , 3 3 6 , 3 3 7 , 1 0 9 — M e g a le n se s: 3 3 4 , 3 3 8 -3 3 9 , 1 0 9 — F lo ra le s: 3 3 4 , 3 3 7 -3 3 8 , 10 9 — M a iu m a : 3 3 8 — S atu r n a le s: 3 3 9 -3 4 0 ----------fie sta d e lo s e sc la v o s: 3 4 0 — N e p tu n a le s , T er m in a le s: 3 4 0 — F e r ia s la tin a s: 3 4 4 0 -3 4 2 — L u p e r ca les: 3 4 2 -3 4 3 — C o m p ita le s: 3 4 3 -3 4 4 — sec u la r e s: 3 4 4 -3 4 5 — s o b r e e l se p u lc r o d e A n q u ise s : 349350 — p le b e y o s : 1 0 9 — d iv is ió n y n o m en cla tu r a d e : 3 3 4 -3 3 5 — g a sto s d e lo s : 3 3 4 , 3 3 5 — o fr e c id o s p o r lo s e d ile s : 1 77 — d e e llo s s e s ir v e n lo s m a g istr a d o s p a ra su b ir p o r e l cu rsu s honorum : 3 3 4 J u e g o s , r e p r e se n ta c io n e s, b u fo n a d a s: 27 7 279 J u ic io s , fo r m a c ió n d e tribunales': 1 2 4 , 1 26 — C . G r a c o lo s e n tr e g a a lo s c ab alleros: 1 2 4 -1 2 5 — se g ú n L iv io D r u so : 1 27 — se g ú n S ila: 1 3 0 , 1 3 2
458
Indice analítico
— tr ib u n a l d e l p ra efectu s urbis·. 1 4 4 -1 4 5 — T ib e t io se lo s r eserv a al sen a d o : 1 4 9 J u r is d ic c ió n crim in a l: 4 5
L actuca, le c h u g a ;
su v a r ie d a d , e m p ie z a la s 223 Laganum , a lim e n to : 2 1 8 L a n g o sta , la n g o s tin o : 2 3 9 L a n ista , je fe d e lo s g la d ia d o r es: 3 5 5 , 3 5 6 L a ticla ve, a n g u sticla ve: 8 3 , 1 0 7 L a tiu m m aius, L . m in u s : 7 8 L a tr u n c u lo s , ju eg o : 3 2 1 -3 2 2 L au reolu s, tip o d e m im o : 3 9 1 , 3 9 2 — lu e g o s e r ep re sen ta r ea lm e n te : 3 6 7 — p e líc u la s m o d er n a s c o n m u e r te real: 392 L ectistern iu m , 3 3 9 , so b r e e llo se h a b la lar g o y te n d id o e n v o l. I I I . L e c h e , a lim e n to : 2 1 2 — s e to m a b a d e d iv e r sa s fo rm a s: 2 1 9 c o m id a s:
220 — c o m o m e d ic in a : 2 1 9 ■*— c o m o c o sm é tic o : 2 2 0 — e n lo s sa crificio s: 2 2 0 L e g a d o , d e l c ó n s u l: 4 3 — d e A u g u s to : 6 9 L e g u m b r e s: 2 2 0 -2 2 3 — . s u s e s p e c ie s y p r e cio s: L en gu ad os: 2 3 9 L eñ o , lena·. 3 0 9 -3 1 0 , 3 1 4 L e n o c in io : 3 1 6 L en s, le n te ja s : 2 2 1 L ex : 2 9 — naturae: 9 4
2 2 0 -2 2 1
L ex : A c ilia rep etu n d a ru m : 5 0 — A e lia Fufia: 4 6 , 5 1 — A e m ilia : 6 7 — d e a m b itu : 6 4 — A q u ilia : 5 3 , 9 3 — A gra ria ( B o e b ia ?): 5 0 , 1 1 2 , 1 1 5 S em pron ia: 1 2 0 -1 2 1 ----------d e C . G r a c o : 1 2 3 ----------d e L iv io D r u so : 1 2 8 ----------se n a d o r e s c o n tr a la s: 121 — B aebia: 6 8 , 1 8 3 — B antia: 8 2 — B oria (T h oria): 1 2 2 — Caecilia: 6 7 — C aecilia D id ia : 4 7 , 9 6 , 1 2 7 — C alpurnia: 1 1 8 — Canuleia: 5 3 , 6 0 — Cassia: 4 7 , 8 2 — d e C ésar: 1 3 4 --------- T a b . H eraclen .: 1 3 4 , 1 7 6 --------- Iu i. M u n icipalis: 1 3 4 --------- D e G allia C isalp. : 1 3 4 --------- C olon. G e n t. Iu liae: 1 3 4 — C incia d e d o n is e t m u n eribu s: :— C oelia: 4 7 — C ornelia: 161 — C orn elia Fuluia: 1 0 6 — C o rn elia m a te sta tis: 1 8 6
53
— C orn, d e prou in c. ordin an d.: 6 8 — Falcidia: 5 3 — G abin ia: 4 7 — G abin ia d e i a. 13 1 : 9 5 , 1 17 — G ladiatoriae: 3 5 2 — d e C . G r a c o , agraria: 12 3 — — m ilita r : 12 3 ---------- d e ju ic io s: 12 4 ----------d e d u ita te sociis danda: 1 24 — c o n ju n to d e s u s le y e s: 1 2 5 -2 1 6 — H oratia: 9 9 — H orten sia: 5 9 . 5 1 , 5 3 , 5 7 , 6 0 , 6 7 , 9 4 , 168 — Iu lia d e l añ o 8 9 : 12 8 ----------d e l añ ó 9 0 : 7 5 , 7 6 ---------- d e adu lteriis: 3 1 5 , 3 1 5 , 3 1 6 ----------d e c e s ió n d e b ie n e s : 1 0 0 --------- Italicien sis: 2 5 2 ----------d e m aritan dis ordin ibu s: 9 6 ----------m unicipalis: 7 2 , 7 I\ 7 6 , 7 7 , 1 3 4 ---------- d e prou in ciis: 7 0 —-d e rep etu n d is: 1 8 6 — Laetoria: 5 3 — L iciniae: 81 — L icin ae S extiae: 6 4 — L icin ia Iunia: 9 5 , 9 8 — L icin ia d e Sodaliciis: 1 06 — d e L iv io D r u so : 1 2 7 -1 2 8 ----------in diciaría: 1 27 ---------- agraria: 1 2 8 ----------d e d u ita te sociis danda: 128 — M u n icip ii T aren tin i: 7 6 — O gulnia: 6 6 — O rchia: 2 4 3 — O uinia: 8 1 , 1 6 4 — P a etelia P apiria: 53 — P apiria: 4 7 — P laetoria: 8 2 — P lau ta P apiria: 7 5 , 1 28 — P om peia: 7 5 — P o p eia d e prouinciis: 6 8 — Porcia: 1 0 5 — Porciae: 2 0 — Prouinciae: 6 7 , 7 0 — Publia: 9 9 — P u b lia P hilon is: 5 1 , 6 0 — P u bliliae: 6 7 — R u bra: 7 6 — S a lp esa y M álaga: 7 2 , 7 8 , 7 9 — S em pron ia: 2 0 , 4 5 — S em pron ia d e prouinciia: 6 9 — d e S ila: 1 31 — Sulpicia: 8 2 — · d e S u lp ic io R u fo : 1 29 ■— Su m ptuariae: 2 1 0 , 2 8 0 — T abulae H eraclens.: 1 3 4 , .176 — T ullia: 5 2 — V aleriae H oratiae: 2 0 , 4 3 , 5 1 , 5 7 , 6 0 — V aleria d e prou ocation e: 2 3 — V aleria P ublicola: 1 92 — V ilia: 82 — V illia annalis: 1 61
Indice analítico L ey:
cu riata d e im perio·. 2 0 , 2 8 , 4 4 , 6 9 — data·. 6 7 — X I I Tabularum ·. 2 0 , 2 9 , 4 5 , passim . — d e b ello : 4 5 — ex sen a tu s con su ltu : 4 5 — d e d ic ta to re creando: 1 9 0 — satu ra, p e r saturam : 9 6 — tr ib u n ic ia : 9 5 L e y e s: e m a n a d a s d e l sen a d o : 9 3 -1 0 0 — c o n fe c c ió n d e la le y : 9 4 -9 5 — r e d a c c ió n d e la le y : 9 5 -9 7 — d e s ig n a c ió n : 9 7 — p u b lic a c ió n : 9 7 -9 8 — a b ro g a ció n : 9 8 — a n u la c ió n : 9 9 — d is p e n s a d e : 9 9 — á m b ito d e su a p lica c ió n : 9 9 -1 0 0 L ey e s: d e c la r a tiv a s y p r o h ib itiv a s : 9 6 -9 7 — p e r fe c ta s, m e n o s p e r fe c ta s, im p e r fe c tas: 9 7 — o b ra r c o n tr a la le y , o e n fr a u d e d e la le y : 9 7 — sacratae: 9 8 — regiae: 2 2 — c o n su la r e s: 5 0 — tr ib u n ic ia s: : 5 0 -5 1 L iba, lib u m , c o m id a : 2 1 7 — adorea: 212 L ib a c io n e s a l te r m in a r la c en a : 2 7 2 , 2 7 4 L ib e r ta d , p é r d id a d e : 1 0 2 L ib e r to s: 3 4 L ic to r es: 2 2 -2 5 , 5 8 , 4 6 L ie b r e y c o n e jo s s u ca rn e: 2 3 2 ----------ca za d e í 3 2 7 , 3 3 7 , 3 6 4 L ig a la tin a : 3 4 0 \ — s u s fie sta s: xAQ-242 L ir ó n , s u ca rn e: 2 3 2 -2 3 3 L ite r a ( le c tic a ): 4 2 2 -4 2 3 L o b a , d e R o m a : 17 L o r o , a n im a l d e d iv e r sió n : 2 8 5 — s u ca rn e: 2 3 3 L o te r ía s, e n e l te a tr o : 4 1 4 -4 1 5 L u c h a , ju e g o : 2 9 2 -2 9 3 L u d i, c f. J u e g o s — C ereales: 3 8 3 — C ircen ses p leb ei: 3 7 6 — fu n ebres: 3 8 3 — g lad ia to ru m , c o n d e n a c ió n a: 103 — M egalen ses: 3 8 3 — p leb ei: 3 8 3 — R om an i: 3 8 3 — saeculares: 3 8 3 , 4 1 5 — triu m p h a les: 3 8 3 — T ro ia e (T ro ia ): 2 9 2 , 3 5 3 , 3 4 9 -3 5 0 — V o tiu i: 3 8 3 L u jo , crea n e c e s id a d e s : 1 1 1 -1 1 2 L upan ar: 3 0 9 -3 1 2 — C a lig u la m o n ta u n o e n e l P a la tin o : 309
— v id a e n lo s : 3 1 0 — e n las ta b er n a s y h o s te le r ía s: 3 1 0 -3 1 1 — e n las p a n a d e ría s: 3 1 1 — e n lo s te m p lo s: 3 1 3 — e n la s c e n a s: 3 1 3 — e n B ayas: 3 1 3 — a n te la p u e r ta d e: 3 1 4 -3 1 5 L u p e r ca l: 3 4 2 L u p e r c a le s , fie sta s: 3 4 2 -3 4 3 L u p e r co s: 2 4 2 -2 4 3 — su p r o c e s ió n p o r la c iu d a d : 3 4 3 — s u d e s e n fr e n o :,. 3 4 3 L u p in u m , altram u z: 2 2 0 -2 2 1 L u stru m , c e n so : 3 8 — p u rific a ció n : 63
M a g ister eq u itu m : 2 4 , 3 0 , 4 2 , 4 3 , 1 9 1 , 192193 — m orum : 1 4 7 -1 4 8 — po p u li: 19 — conuiuii: 2 7 4 -2 7 6 M a g istr a d o s: 8 0 -1 0 7 — e le c c ió n : 5 2 , 6 0 , 6 3 — o r d e n d e la e le c c ió n : 4 6 — tie m p o d e la e le c c ió n : 166 — c o m p o r ta m ie n to : 5 5 — r e e le c c ió n : 1 1 6 — fa s c io s y lic to r e s: 1 6 4 — s illa cu r u l: 1 64 — lu c e s y an torch as: 1 6 4 — d e r e c h o s d e lo s a n tig u o s m .: 1 6 5 — c o n d ic io n e s para s u e le c c ió n : 1 6 5 — c a n d id a to s : 16 5 — r en u n cia : 1 6 7 — d e p o s ic ió n d e u n m .: 167 — m u n ic ip a le s : 73 M a g istra tu r a s e n g en era l: 159-167 — e n p a r tic u la r: 1 6 7 -1 9 5 — e l p r in c ip a d o : im periu m : 1 9 5 -2 0 2 — m a y o r e s y m e n o r e s: 1 59 — o r d in a r ia s y extra o rd in a ria s: 1 6 0 — in a u g u r a c ió n : 1 6 1 -1 6 2 , 166 — c o le g ia lid a d : 16 2 — c a rg o s g r a tu ito s: 1 63 — a c u m u la c ió n d e m .: 1 66 — c o n tin u a c ió n y r e p e tic ió n : 1 6 6 — r e s p o n sa b ilid a d : 1 6 6 -1 6 7 — p ie r d e n s u im p o r ta n c ia d u r a n te e l I m p e r io : 1 6 7 — al a lca n ce d e lo s p le b e y o s : 6 5 -6 7 M aiestas p o p u li rom ani: 4 4 — rom ana: 6 6 M ala (fr u ta s) y s u s va r ie d a d e s: 2 2 6 -2 2 7 M a lv a , a lim e n to : 2 2 2 M a n ja res: 2 1 2 ss. — m o d e r a c ió n e n la m e sa : 2 5 5 -2 5 6 — e x c e s o s y c a p rich o s: 255-P56 — e x q u is ite c e s e n la com ida¿ '2 5 5 -2 5 6 — lu jo e n lo s : 2 6 3 -2 6 8 . — rarezas e n : 2 6 6 — m an jares e x ó tic o s: 2 6 7 -2 6 8 — ca m u flaje d e m an jares: 2 6 8 , 2 7 0 -2 7 1
460 — e l c o c in e r o d e T r im a lc ió n : 2 7 9 M a n s io n e s , o e sta c io n e s d e l E sta d o : 7 0 — v e n ta s y m e s o n e s: 4 2 7 -4 2 8 M a n te le s y se r v ille ta s : 2 4 6 -2 4 7 — y ta p ic e s d e c o m e d o r : 2 6 3 — e n la ca sa d e T rim a lc ió n : 2 7 0 , 2 7 2 M ar: v ia je s p o r e l m . L a s barcas m erca n te s: 4 3 2 -4 3 3 — b arca s d e v ia je r o s: 4 3 3 M a r io n e ta s: 2 8 4 M áscaras: 4 0 1 -4 0 6 — s u e v o lu c ió n : 4 0 1 ■ — trá g ica s: 4 0 1 -4 0 3 — s a tír ic a s: 4 0 3 — c ó m ic a s: 4 0 3 -4 0 5 — v e n ta ja s y d e sv e n ta ja s d e : 4 0 5 — im p r e s ió n q u e ca u sa b a n : 4 0 6 M a x im u s com itiatus·. 4 8 , 5 3 M e n d ic id a d : 1 1 0 -1 1 5 M e n d ig o s-n á u fr a g o s: 1 1 3 M en sa p rim a ( c a p u t cenae)·. 2 5 7 -2 5 8 — secunda-, p o str e s: 2 5 8 M en ú s: 2 4 8 — p r e se n ta c ió n de a lg u n o s m .: 248, 2 5 9 -2 6 0 , 2 6 6 M e r e tr ic e s , c f. C o rtesa n a s M e r ie n d a : 2 4 0 , 4 1 4 -4 1 5 M iliu m , m ijo , a lim e n to : 2 1 7 M im o : 3 8 7 -3 9 4 — r e p r e s e n ta c ió n e sc é n ic a d e tres cla ses: e n la c a lle , acró b a ta s: 3 8 7 -3 8 8 — e n la s ca sa s p a r tic u la re s: 3 8 8 -3 8 9 — e n e l teatro: 3 8 9 -3 9 4 — al p r in c ip io era c o m o s a in e tillo s : 3 8 9 390 — era u n e p is o d io im p ro v isa d o : 3 9 0 — p e r so n a je s d e l m im o : 3 9 1 — L aureolu s, r e p r e se n ta d o a l v iv o : 3 9 2 — r e p r e se n ta c ió n o b sc en a : 3 9 1 -3 9 3 — to d o s e r e p r e s e n ta a l n a tu ra l: 3 9 1 -3 9 3 — lo s m im o s g o z a ro n sie m p r e d e l fa v o r d e l p u e b lo : 3 9 4 M im ó g r a fo s la tin o s : 3 9 1 M ir lo , su ca rn e: 2 3 3 M o n a r q u ía : 1 7 -3 8 — a b s o lu ta d e D io c le c ia n o : 1 5 6 -1 5 7 — d e C o n s ta n tin o : 1 5 7 -1 5 8 M o ra s, a lim e n to : 2 2 8 M o rr a , ju e g o : 2 8 7 -2 8 8 , 3 1 7 M o s maiorum·. 6 6 M u e r te , p e n a d e m u e r te : 1 0 1 -1 0 3 — r ec u e r d o d e la m . d u r a n te e l fe s tín : 2 6 9 , 2 7 3 -2 7 4 — la m . s ig u e m u ch a s v e c e s a la s c en a s o p íp a ra s: 2 7 3 , 2 8 1 — r ea l e n r e p r e s e n ta c io n e s e sc é n ic a s: 3 9 2 , 367, 392 M u je r e s, e n la m esa : '244 — s a b ih o n d a s e n la so b r em esa : 2 7 6 — se e n tr e tie n e n c o n a n im a lito s: 2 8 5 — ju g a b a n a lo s d a d o s: 3 1 9 — e n e l c ir co : 3 4 7
Indice analítico — lu c h a n d o c o m o g la d ia d o r es: 3 5 9 — e n la s carreras d e c o c h e s : 3 7 1 — al p r in c ip io e n e l te a tr o o c u p a b a n e l g a llin er o : 3 8 1 — c ó m ic a s y m im as: 3 9 3 -3 9 4 s u m a la fam a: 3 9 4 — e m b o la r ía s: 3 9 5 — p a n to m im a s: 3 9 9 — e n la s d an zas p ír r ic a s: 4 0 0 — a l sa lir la s m u jeres al e sc e n a r io se su p r im e n las m áscaras: 4 0 6 — d e s h o n o r d e la s c ó m ic a s: 4 0 6 — p a se a n p o r ja rd in es y lu g a r e s a m en o s: 4 1 9 -4 2 0 M ú jo le s : 2 3 8 M u lta : 1 02 M u n era, lu c h a d e g la d ia d o r es: 3 5 2 , 3 5 3 , 3 6 0 M u n ic ip io s: 7 1 -8 0 — a n tes d e la gu erra social: 7 2 -7 5 — d e s p u é s d e la gu erra so cia l: 7 5 -7 7 — y la c iu d a d a n ía rom ana: 7 3 ss. — fú n d a n o s : 7 6 -7 7 — p r o v in c ia le s: 7 7 -8 0 — c a d a m . e s u n e n te aparte: 7 7 ss. — y p r e fe ctu r a s: 7 4 , 7 6 , 7 7 — m a g istr a d o s m u n ic ip a le s: 7 7 , 7 9 -8 0 M u ñ e c a s, ju g u e te s d e n iñ a s: 2 8 4 M u ra lla s d e S e r v io T u lio : 3 9 M ú s ic a , su p r o c e s o e n R o m a : 3 0 0 — u s o d e lo s d iv e r so s in s tr u m e n to s m ú s ico s: 3 01 — carm ina saecularia·. 301 ■— ■ e n la s r e lig io n e s: 3 02 — e n e l te a tr o : 3 0 2 — c o n c u r so s m u sic a le s: 3 0 2 — e n las c en a s: 30 3 — c o n c ie r to s ser io s (é g lo g a s d e V ir g ilio , o d a s d e S a fo ): 3 0 2 , 3 03 — lo s P a d r e s d e la I g le s ia r ep ru eb a n e s ta m ú sic a : 3 0 3 M ú s ic o s , e n la c o n s t, d e S e r v io T u lio : 3 6 — y c a n ta n te s en las cen as: 2 7 7 -2 7 8 — fa v o r e c id o s y fa m o so s: 3 0 2 N a b o (napus)·. 2 2 4 N a sa , in s tr u m e n to d e p e sca : 3 3 0 -3 3 1 N a ta c ió n : 2 9 2 N a u m a q u ia s , d e sa rr o llo d e e sta d iv e r sió n : 3 7 3 -3 7 6 — de C ésar e n e l c a m p o M arte: 3 7 3 -3 7 4 — de A u g u s to e n la o r illa d erech a d e l T ib e r : 3 7 4 — de C la u d io e n e l la g o F u c in o : 3 7 4 — de N erón : 375 — de T ito e n e l anfiteatro: 3 7 5 N iñ a s , ju eg o s: 2 8 4 , 3 1 9 N iñ o s , q u ié n e s so n : 3 7 — · s u s ju eg o s: 2 8 3 -2 9 1 N o b le s : passim — s u s in trig a s: 6 4 N o ta e, la s c o r r e c c io n e s d e l c e n so r : 1 8 9 N u e c e s (a v e lla n a s, a lm en d ra s, castañ as): 2 2 9 .
Indice analítico ju e g o s c o n : 2 8 8 -2 8 9 N u p c ia s le g ítim a s : 4 4 O d e ó n , p a ra r e c ita le s d e m ú sica : 3 8 2 215 O fic ia le s d e la c a sa im p er ia l: 147 O p in ió n g e n e r a l, s u a b erra ció n : 9 4 — e n g a ñ o s y s o b o r n o s; 1 1 7 O p p id u m : 1 5 O p tim a te s y populares·. 1 1 8 O rariae, e m b a r c a cio n e s p a ra v ia je s c o ster o s: 433 O rch estra , p a r te d e l te a tr o : 3 8 1 O s tr a s, c o m id a : 2 4 0 O u ile (saepta)·. 2 7
Of f ae (a lb ó n d ig a s , c ro q u e ta s ):
P acis custos·. t ít u lo d e l p r e fe c to d e la c iu d a d : 1 4 6 ■Pacto c o n u n p u e b lo ex tra n jero : 1 6 3 P a d re d e la P a tr ia , C a m ilo : 6 4 P á ja ro s, caza d e p.', c f. aucupium P a lo m a s y tó r to la s : 2 3 4 P aludam entum ·. 6 9 P a n , y s u s d iv e r sa s c la se s : 2 1 5 -2 1 8 , 2 6 8 P a n a d e r ía s: 2 1 8 — c o n v e r tid a s e n b u r d e le s : 3 1 1 P anem e t circenses: 3 4 7 , 3 6 8 P aniciu m , a lim e n to : 2 1 7 P a n to m im a , su s c o m ie n z o s y e sp e c ie s: 3 9 7 400 — te m a s fa v o r ito s : 3 9 9 — e l p a n to m im o : 3 9 9 — r e p r e s e n ta c ió n e n e r v a n te : 4 0 0 P a r á s ito s , s u s c la se s: 2 5 0 -2 5 5 — la s so m b r a s: 2 5 5 P a r e s o n o n e s \ ju eg o : 2 8 6 P a r tid o s p o lític b s : 4 1 P a s e o s, d e sca n so s 4 1 7 -4 4 0 — p o r la ciua& d y a lr e d e d o r es: 4 1 8 -4 2 0 P a s te le s: 2 1 7 -2 1 8 P a te r fam ilias: 1 9 , 2 0 , 2 5 , 2 8 , 3 0 — . gen tiu m : 1 9 — d u ita tis : 19 P a tr ic io s : 1 5 , 3 4 , 3 6 , 4 1 , 4 3 , 4 4 , 5 0 , 5 1 , 5 9 , 61 — g e n te s p a tricia s: 14 — s e v a n a p o d er a n d o d e l ager pu blicu s: 6 4 -6 5 — q u e d a n a b so r b id o s e n e l p u e b lo : 6 6 P a tr io tis m o : 1 0 7 P a u p eris cella, d ía e n q u e lo s r ic o s c o m e n a lo p o b r e : 2 6 0 P a v o , su ca rn e: 2 3 4 P e líc a n o , s u ca rn e: 2 3 5 P e lo ta , s u s fo r m a s y ju eg o s: 2 9 4 -2 9 9 — to d o e l m u n d o ju eg a a la : 2 9 4 — trigon alis: 2 9 5 — paganica: 2 9 4 -2 9 5 — follis: 2 9 6 — h arpastu m o ru g b y : 2 9 6 -2 9 7 — d iv e r so s tip o s g r ie g o s d e ju eg o : 2 9 7
461 —
fo rm as d e jugar s e g ú n Séneca: 297298 — se g ú n S . Isid o r o : 2 9 8 — p r e stid ig ita d o r e s c o n varias p e lo ta s e n e l aire: 2 9 8 P e n a s , im p u e sta s p o r e l sen ad o: 1 0 0 -1 0 3 — su fu n d a m e n to : 1 0 0 — s e n tid o r e lig io so : 1 0 0 — d e r e c h o p e n a l p r iv a d o : 1 00 — d e m u er te : 1 0 0 -1 0 3 - d u r a n te la R e p ú b lica : 101 ----------d u r a n te e l I m p e r io : 1 0 0 -1 0 3 — c ir c u n sta n c ia s a g r a v a n te s y a te n u a n te s : 1 01 — c o rp o ra les: 102 — e n la le g is la c ió n rom an a: 10 5 P e n a te s d e l p u e b lo : 19 P e o n z a , ju e g o : 2 8 7 P e r a s, (pira): 2 2 7 P e r c a , p e sca d o : 2 3 9 P e r d iz , su ca rn e: 2 3 5 P erd u ellio , c r im e n d e: 2 0 , 4 5 , 4 7 , 1 0 0 , 1 06 P e r fu m e s e n e l te a tr o : 3 8 1 P e r r o , ca rn e d e : 2 3 2 — d e caza: 3 2 5 -3 2 7 P erson a, c f. m áscara P e s c a , c o m o in d u s tr ia y d iv e r sió n : 3 3 0 -3 3 1 — in s tr u m e n to s d e p .: 3 3 0 -3 3 1 P e s c a d o , c la se s d e p . q u e c o m ía n lo s rom a n o s : 2 3 6 -2 4 0 P e to ritu m , carro p e sa d o : 4 2 6 , 4 3 7 P haselu s (b a je l): 4 3 3 P ile n tu m , v e h íc u lo para u s o s r elig io so s: 424 — ca rro d e lu jo : 3 4 8 , 3 4 9 P ira ta s: 18 P ír r ic a s, d an zas: 4 0 0 P lacen ta, a lim e n to : 2 1 7 P la c e r e s , an sia d e : 2 0 9 -2 1 0 — p a n y ju e g o s d e l c ir c o : 2 0 9 P lau stra, carros: 3 2 7 P le b e : 1 5 , 5 0 , 5 1 , 5 9 , 6 4 — s u fo r m a c ió n d u r a n te la m o n a rq u ía : 3 2 -3 5 — y p u e b lo : 35 — u rb an a: 5 0 — s e r etira a l M o n te Sacro: 5 6 , 5 7 , 6 0 — e le m e n to s d e la p . p a sa n a la a r isto cracia: 1 0 7 — s e c o n v ie r te e n p o p u la c h o : 1 0 8 -1 0 9 — co m p ra d a p o r la à n o n a y o tr o s m e d io s: 109, 116 — s e e n tr e tie n e co n lo s ju eg o s: 111 — sie m p r e o c io sa n o q u ie r e m ás q u e d is fru tar: 1 11 •— su v e n a lid a d : 118 ----------al m e jo r p o sto r : 1 2 5 N — C . M a rio s e ap oya e n la: 1 27 •— e n e l te a tr o : 4 1 2 -4 1 4 P le b e y o s : 3 8 , 4 1 , 4 3 , 4 4 , 4 8 , 5 0 , 5 1 , 5 6 , 5 7 , 61, 6 3 , 64 — e n e l sen ad o: 55
462 — u n o d e lo s c ó n s u le s h a d e s e t: 6 5 — lo s d o s p u e d e n ser: 6 5 — e d ile s c u r u le s y p r e to r e s : 6 5 — c e n so r e s: 6 6 — sen a d o r es: 8 3 — ju eg o s: 1 0 9 P le b is c ito : 2 9 , 3 4 , 3 5 , 5 0 , 5 9 , 6 0 — su v a lo r d e le y : 6 5 — « A p u le y o » : 8 2 , 9 9 — « T ic io » : 9 9 P o d e r le g is la tiv o d e lo s c o m ic io s c e n tu r ia d o s: 4 5 P o d e r e s , lo s p . a n tig u o s d u r a n te e l Im p e r io : 141 — d e lo s c o m ic io s : 1 4 1 -1 4 2 — d e lo s m a g istr a d o s r e p u b lic a n o s: 1 4 2 — d e l se n a d o : 1 4 2 — d e l p rin ce p s senatus·. 1 4 2 -1 4 3 — e l e m p e r a d o r d e s ig n a a lo s sen a d o r es: 14 3 P o le n ta , a lim e n to : 2 1 4 P om oerium ·. 2 3 , 4 6 P o m p a circen sis: 1 7 7 , 3 4 8 -3 4 9 P o n tife x m axim us·. 2 4 , 4 2 , 4 3 ----------p le b e y o : 6 6 — su c o n s titu c ió n , s u s c o m e tid o s y p r e r ro g a tiv a s: 1 9 3 -1 9 5 — su e le c c ió n : 1 9 4 — p a sa n s u s p r e rr o g a tiv a s al o b is p o d e R om a: 195 P o n tific a le s , c en a s: 2 6 6 P o n tífic e s : 2 6 , 2 8 , 4 3 , 4 7 , 6 6 P ortu laca, v erd u ra : 2 2 4 P o s ta im p er ia l: 4 3 0 P o s tr e s: 2 5 8 , 2 5 9 — e n la c en a d e T rim a lc ió n : 2 7 2 P o t e s ta d sa cr o sa n ta , d e lo s e d ile s : 1 7 8 ----------d e lo s tr ib u n o s: 6 0 — tr ib u n ic ia d e l e m p era d o r: 1 9 7 -1 9 9 — d e im perator·. 1 9 8 — e n e l B a jo I m p e r io , e l e m p . e s u n rey a b s o lu to : 2 0 0 -2 0 2 — D io c le c ia n o e n N ic o m e d ia y M a x im ia so e n M ilá n : 2 0 1 — T e tr a r q u ía d e D io c le c ia n o : 2 0 1 P o te sta s, a u to rid a d : 2 4 , 1 5 9 -1 6 0 P o te sta s cen so ria : 6 3
P raecon es: 24 P ra n d iu m , a lm u erzo :
240 P r e fe c to d e la A n o n a : 1 4 6 , 1 4 8 — d e l p r e to r io : 1 4 0 -1 4 1 — s u s p o d e r e s m ilita r es: 1 4 0 -1 4 1 — su s p o d e r e s c iv ile s: 141 — d e la c iu d a d , b a jo la m o n a rq u ía : 21 --------- d u r a n te e l Im p e r io : 1 4 3 -1 4 6 ----------s u tr ib u n a l: 1 4 4 -1 4 5 — — s u ju r isd ic c ió n : 1 4 5 --------- b a jo C o n s ta n tin o y d e s p u é s: 146 — d e v ig ile s : 1 4 6 P r e sc r ip c ió n d e u n a le y : 9 6 P r e to r p r im ero : 1 8 0
Indice analítico — u rb a n o : 1 8 0 -1 8 2 — p e r eg r in o : 1 8 1 , 1 82 — s u r e s p e c tiv a ju risd ic c ió n : 1 82 — tu te la r: 1 8 2 P r e to r e s: 4 2 , 4 5 , 6 5 — p r im ero : 5 0 — e n la s p r o v in c ia s: 6 8 , 6 9 , 1 7 9 -1 8 1 — p r o v in c ia le s: 1 0 7 -1 0 8 — p e r eg r in o : 1 0 7 -1 0 8 — P r e to r a d o , cre a c ió n , a tr ib u c io n e s, ju r isd ic ció n : 1 7 8 -1 8 2 P rin cep s c ic e r o n ia n o : 1 9 6 — senatus: 1 4 2 -1 4 3 — ' iu u en tu tis: 3 5 0 P r in c ip a d o -im p e r io : 1 9 5 -2 0 2 — A lto im p e r io : 1 9 5 -2 0 0 — ■ B a jo im p e r io : 2 0 0 -2 0 2 — e l I m p e r io e s u n a m o n a rq u ía ab so lu ta : 1 9 5 -1 9 6 — p o d e r e s d e l em p erad or: 1 9 6 — e se n c ia y a d q u is ic ió s d e l p r in c ip a d o : 1 97 — e le c c ió n d e l em p erad or: 19 7 — s u c e s ió n e n e l p o d e r : 1 98 — p o d e r e s d e l e m p .: 1 99 P riu ilegium : 2 9 — p r o h ib id o p o r la s X I I T a b la s: 2 9 P r o c ó n s u le s: 1 8 5 , 1 8 6 P r o le ta r io s: 3 6 , 3 7 , 4 8 P r o m u lg a c ió n d e la le y : 9 4 , 9 5 P r o p r e to r e s: 6 8 , 1 80 — c re a c ió n , a tr ib u cio n e s: 1 8 2 -1 8 4 — se· p ro rro g a fá c ilm e n te su g e stió n : 183 — su s a y u d a n te s: 1 83 P r o s c r ip c io n e s : — d e S ila: 1 2 9 ss. — d e lo s tr iu n v ir o s: 1 0 4 -1 0 5 P rou ocatio (a p e la c ió n ) al p u e b lo : 2 0 , 3 1 , 56, 57, 162 P r o v in c ia n o s e n R om a: 4 3 9 -4 4 0 P r o v in c ia s : 6 7 -7 1 — S ic ilia la p rim era p .: 6 7 — le y d e la s p .: 6 7 — con u en tu s y dioecesis: 6 8 ■— stip en d iu m : 6 8 — le g a d o s o g o b e r n a d o r e s d e : 6 9 — . c o n sid e ra d a s c o m o p r e d io s d e l g o b e r n a d o r: 7 0 — im p e r ia le s y sen a to r ia le s: 1 4 7 P u b lic a n o s : 7 1 P u e b lo , d u r a n te la m o n a rq u ía : 2 6 — e n la rep ú b lica : 6 7 — b a jo A u g u s to : 1 48 P u ellae doctae, h e te r a s: 3 1 2 -3 1 3 P u ellae G aditan ae: 2 7 6 , 2 7 9 — e n la s c en a s: 3 0 3 P u e r r o s, a lim e n to : 2 2 5 P u e r to d e R o m a : 18 P u g ila to o b o x e o : 3 4 8 P u lm en tu m , pu lm en tariu m : 2 1 4 , 2 1 8 , 3 1 0 P u ls, p u c h e s: 2 1 3 -2 1 8
Indice analítico
463
— c o m o h o rch a ta : 2 1 3 -2 1 4 P ú rp u r a , in s ig n ia y d is tin tiv o d or: 2 0 1
d e l e m p era
Q u a estio n es perpetu ae·.
100, 118, 131, 149 :— la s p r e sid e e n p r e to r urb a n o : 1 8 0 — repetundarum ·. 1 1 8 — reru m capitaliu m : 1 2 4 Q u a esto res p a rricidii: 2 1 , 4 5 , 4 6 — aerarii: 2 1 Q u e s o , a lim e n to : 2 1 8 , 2 1 9 -2 2 0 Q u ir ite s , c iu d a d a n o s: 3 0 , 4 6 R á b a n o (raphanus): 2 2 4 R a q u e ta , para ju gar a la p e lo ta : 2 9 4 R a y o , in v a lid a lo s c o m ic io s : 5 2 R e d a , carro d e c u a tr o r u ed a s: 4 2 5 -4 2 6 , 4 3 7 R e d e s d e caza: 3 2 7 -3 2 8 — d e p e sc a : 3 3 0 -3 3 1 R e fo r m a so c ia l, te n ta tiv a s : 1 1 5 -1 1 6 — p e q u e ñ o s p r o g r eso s: 1 1 7 — a b o lic ió n d e la d icta d u ra : 1 1 7 -1 1 8 — q u a estio n es p erp etu a e: 1 1 8 — e sp er a n z a s d e : 1 2 0 -1 2 1 — lo s G r a c o s: 1 2 0 -1 2 6 — e fím e r a r esta u ra c ió n sen a to r ia l: 126 — C . M a rio : 1 2 6 -1 2 7 R e g a lo s y lo te r ía s e n la cen a ; 2 7 1 , 2 7 9 -2 8 0 — b ajan d e l a r te so n a d o m o v ib le : 2 7 2 — lo c u r a s d e a lg u n o s em p e r a d o r es: 2 8 0 — e n e l te a tr o : 4 1 4 -4 1 5 R e g io n e s d e R o m a : 3 7 R ela tio , e n e l se n a d o : 8 5 , 8 6 , 8 7 -8 8 R e le g a c ió n : 1 0 2 -1 0 3 , 1 0 6 R e lig ió n , lo s n o b le s s e s ir v e n d e ella : 6 4 R e p o sito ria , m e sa s su p le to r ia s e n e l c o m e d or: 2 6 3 \ R e p o ste r ía : 2 1 7 -2 1 8 R e p ú b lic a ro m a n a : 4 1 -1 3 4 R esp o n sa p ru d en tu m : 153 R ex conuii: 2 7 4 -2 7 5 — sacrificulus, sacrorum : 4 2 , 6 6 R ey: 19, 22 — y la le y : 2 2 — y lo s lic to r e s: 2 4 — e q u ilib r a la s fu er z a s d e lo s p a tric io s y d e la p le b e : 3 4 , 4 1 — y lo s c ó n s u le s : 4 2 -4 3 R o g a tio legis: 2 7 , 2 9 , 3 0 , 4 5 , 4 6 4 7 , 5 2 , 5 3 — p e r saturam : 4 7 , 5 0 — tip o d e : 5 2 — s u m is ió n d e u n a le y al p u e b lo para s u a p r o b a c ió n : 9 6 R o m a , a R . a p r o b a r fo r tu n a : 4 3 0 -4 4 0 — R o m a , c o m p e n d io d e l m u n d o : 4 4 0 R u g b y ( h a rp a stu m ): 2 9 6 -2 9 7
Sacer, hom o:
100 S a c e rd o te s, n o m b r a m ie n to :
Sacra, d e te s ta tio sacrorum : — gen tilicia: 3 4 — pu blica: 1 9
43 28
S a crificio a n tes d e lo s c o m ic io s: 2 7 S a c r ile g io : 1 0 0 S aepta, d e lo s c o m ic io s: 2 7 — Caesaris: 2 7 — u ouilia, para v o ta r : 4 7 Sagum , sa y o m ilita r : 2 3 S a le r o so b r e la m esa: 6 6 , 2 4 5 -2 4 6 , 2 6 3 S a lia re s, sa ce r d o te s: 3 1 , 6 6 — su s d a n za s sagradas: 2 9 9 -3 0 0 S a lm ó n , a lim e n to : 2 3 7 S a lm o n e te ( m u lu s barbatu s): 2 3 9 S a ltea d o re s d e c a m in o s: 4 3 0 -4 3 2 S a lto s: 2 9 3 S a lu d y d istr a c ció n p r o cu ra d a c o n lo s v ia jes: 4 3 6 — lu g a r e s e n q u e b u sc a la sa lu d : 4 3 6 S a n c ió n d e la le y : 9 6 -9 7 Sá tira : 4 0 5 — p e r satu ram , v o ta c ió n d e la le y : 4 7 S cabelu m (scabillu m ), in s tr u m e n to m ú sico : 380, 398 Scandala, tip o d e trigo: 2 1 7 S com ber, cab alla: 2 3 8 Scribae: 2 4 S e c u e str o s d e p e r so n a s, e n e l m u n d o a n ti g u o y e n e l m o d e r n o : 4 31 S ella curulis: 2 2 — aurea d e C ésar: 2 2 — g e sta to r ia : 4 2 3 -4 2 4 S ellistern ia: 3 4 5 Senad o: 21 — d u ra n te la m o n a rq u ía : 2 5 -2 6 — d u r a n te la R e p ú b lica : 4 3 , 5 4 -5 9 — lo s p le b e y o s e n e l: 5 4 — pa tres con scripti: 5 4 — lo s c ó n s u le s y e l: 5 4 -5 5 — r e n o v a c ió n h e c h a p o r C ésar: 1 34 — n o m b r a sen a d o r a s u b arb ero: 1 34 — s u s fu n c io n e s : 8 1 -8 5 — s u s s e s io n e s : 8 5 -9 2 — ■ s u s d is p o s ic io n e s: 9 2 -1 0 7 — m o d o d e v o ta r : 8 3 , 8 8 -9 2 — c o n v o c a to r ia : 8 5 , 8 6 , 9 0 — lu g a r d e r e u n ió n : 8 6 , 9 0 — d ía s h á b ile s para e l: 8 8 , 91 — lu g a r d e cad a cu a l: 8 7 — o r d e n d e l d ía : 8 7 — u n a s e s ió n d e l: 9 1 -9 2 S e n a d o d u r a n te e l I m p e r io : — r ecu p era s u s a tr ib u cio n e s c o n T ib e r io : 1 4 8 -1 4 9 — s u . d ig n id a d b a jo V e sp a s ia n o : 151 — b a jo D o m ic ia n o : 1 51 — c o n T rajan o: 151 — b a jo A d r ia n o : 1 5 2 , 15 3 — c o n A n to n in o : 153 — b a jo lo s S e v e ro s: 1 5 4 — c o n lo s d e m á s em p e r a d o r es: 2 0 2 S e n a d o r e s , q u ié n e s son : 8 1 — c o n d ic io n e s r eq u erid a s: 81-83 — pedarii: 8 3 — p a tre s c o n sc r ip ti: 8 3
Indice analítico
464 — o b lig a c ió n d e a sisten cia : 8 6 — m u lta c u a n d o fa lta n : 9 1 S en a tu s p o p u lu sq u e R om an u s: 5 4 S en a tu sco n su ltu m : 9 2 -9 3 — u ltim u m , le y m arcial: 2 0 , 1 1 7 -1 1 8 Sen iores-iu n iores, e n la c o n s t, d e S e r v io T u lio : 3 6 , 3 7 , 3 8 , 4 5 , 4 8 , 4 9 S e n tid o r e lig io s o d e l b a ile : 3 0 5 S e p a r a c ió n d e l p o d e r c iv il y m ilita r : 1 5 7 — b a jo C o n s ta n tin o : 1 5 8 S e p ia , a lim e n to : 2 3 9 S e r en a ta , a n te la p u e r ta d e la am ad a: 3 1 4 315 S e r v ic io m ilita r : 3 0 S e r v ille ta : 2 6 1 , 2 6 2 S e s ió n d e l se n a d o : 8 5 -9 2 S e ta s y c h a m p iñ o n e s : 2 2 5 -2 2 6 S ib a rita (M in d ir id e s): 2 1 0 S iliq u a e, a lg a rro b a s: 2 2 8 S ilu r o , p e sc a d o : 2 3 7 S illa d e lo s d iv e r so s m a g istr a d o s: 1 6 4 , c f.
S ella S ir v ie n te s d e la m esa : 2 4 5 -2 4 6 — e n la c en a d e T rim a lc ió n : 2 6 9 S o b re m e sa : 2 7 4 -2 7 5 — c a n to s c o n v iv a le s : 2 7 5 — c h is te s , ch a ra d a s, r ec ita c io n e s: 2 7 6 — b r in d is: 2 7 6 -2 7 7 — c a n to s , b a ilé s , ju e g o s , b u fo n e s: 2 7 7 — a p e r itiv o s: 2 7 9 — r eg a lo s y lo te r ía s : 2 7 9 -2 8 0 — ju e g o s : 3 2 0 S o m b ra , tip o d e p a r á sito e n e l c o n v ite : 2 5 5 S parsio, d if u s ió n d e p e r fu m e s e n e l a m b ie n te : 2 5 5 — d is tr ib u c ió n d e m a n ja res: 3 6 0 , 3 6 5 S p elta , tr ig o : 2 1 6 S p o rtu la : 1 1 0 -1 1 5 — e sp e c ia lm e n te : 1 1 4 -1 1 5 S tib a d iu m , o sigm a, tr ic lin io e n m e d ia lu n a: 2 4 4 -2 4 5 S u p p lica tio n es, c eleb ra d a s p o r lo s e d ile s cu r u le s: 1 7 6 S u o u etaurile: 6 3 T a b a s y d a d o s: 3 1 7 -3 2 0 — ju eg o : 2 1 7 -3 1 9 X I I T a b la s, le y d e c en v ir a l: 5 2 , 5 9 -6 0 , 9 8 , 100, 101 , 102 T e a tr o , s u s c o m ie n z o s: 3 7 6 — lo s carros p o r la s p la za s: 3 7 6 -3 7 7 , 3 8 4 -3 8 5 — o c a sio n a le s: 3 7 7 — p r o h ib ic ió n d e c o n s tr u ir te a tr o s fijos: 2 7 8 -2 7 9 •— e l d e M . E sc a u r o y e l d e E sc r ib o n io C u r ió n se d e s tr u y e n : 3 7 8 -3 7 9 •— ■ P o m p e y ó l o c o n str u y e e sta b le : 3 7 9 •— m o n u m e n ta lid a d d e l t. ro m a n o : 3 7 9 ■— · d e B a lb o : 3 7 9 — d e M a rc e lo : 3 7 9 -3 8 0 — p a r te s d e l: 3 8 0 -3 8 2
— — — — — — — — — — — — — —
p eq u eñ o d e P om peya: 382 e n tr a d a e n e l: 3 8 2 -3 8 3 r e p r e se n ta c io n e s: 3 8 3 -4 0 0 d ía s e n q u e h a b ía : 3 8 3 -3 8 4 c o m p a ñ ía s teatrales: 3 8 4 -3 8 5 flía q u e s: 3 8 5 -3 8 6 A te la n a : 3 8 7 m im o : 3 8 7 -3 9 4 em bolion : 3 9 5 tr a g e d ia s y c o m e d ia s: 3 9 5 -3 9 7 p a n to m im a s: 3 9 7 -4 0 0 P írr ic a s: 4 0 0 m áscaras: 4 0 1 -4 0 6 actores: 4 0 6 -4 1 0 e sp e c ta d o r e s: 4 1 0 -4 1 6 — lu g a r d e r e u n ió n y d e o s te n ta c ió n : 414 — r eg a lo s y lo te r ía s : 4 1 4 -4 1 5 — fie sta s n o c tu rn a s: 4 1 5 -4 1 6 T e ló n ( au laeu m ): 3 8 0 T e m p le d e l a gu a y d e l v in o e n e l b a n q u e te : 2 6 5 T e m p lo s , lu g a r d e c ita s: 3 1 3 T e n sa s , carrozas d e lo s d io s e s: 3 4 8 -3 4 9 T e s ta m e n to : 2 8 — in procinctu : 3 9 T e tra r q u ía d e D io c le c ia n o : 1 5 6 -1 5 7 T im o s y e n g a ñ o s: 1 13 T o g a , v e s t id o n a c io n a l d e R o m a : 3 0 — d e l m a g istr a d o : 16 4 — d e la s c o rtesa n a s: 3 1 6 -3 1 7 T o r d o , carn e d e : 2 3 3 -2 3 4 — e n la c e n a d e T rim a lc ió n : 2 7 0 T ó r to la , s u carn e: 2 3 4 T rabaea, to g a : 4 3 T ra b a jo , d e g r a d a c ió n d e l t. m anual:' 1 11 T r ib u n a d o d e la p le b e : 8 1 , 1 6 7 -1 7 1 — lo s tr ib u n o s in fo rm a n al p u e b lo : 1 1 6 — r e e le c c ió n d e l tr ib u n o : 1 6 6 — ¿ m agistratu ra fa tíd ic a o p r o v id e n c ia l? : 1 6 9 -1 7 0 — e l tr ib u n o en tr a e n e l sen a d o : 1 70 — la m a g istr a tu ra m ás a ctiva: 171 — m ilita r : 6 4 , 6 5 T r ib u n a l: 2 2 T r ib u n o d e la p le b le : 3 4 , 5 0 , 5 2 — p o te s ta d sacrosan ta: 6 0 — ■ co a rta d o p or Sila: 1 3 1 , 1 59 — P o m p e y o l e r e s ta b le c e s u p o d e r : 1 7 0 T r ib u s : R a m n e se s, L ú c e te s y T ic io s: 1 7 , 1 8 , 25, 26, 29 —- p r im itiv a s: 5 1 — r ú stic a s: 1 4 — s u e v o lu c ió n : u rb an as y rú stica s: 5 1 , 59 — p a tric ia s y rú stica s: 6 9 T r ib u to : 6 8 T r ic lin io , c o m e d o r : 3 4 1 -2 4 5 — d is p o s ic ió n y p r e ce d e n c ia s e n to r n o d e la m esa : 2 4 2 -2 4 3 — n ú m e ro o r d in a r io d e c o m e n sa le s: 2 4 3 — d e la d o m u s áurea d e N e r ó n : 2 4 4 , 2 7 2
Indice analítico
465
T r ig o , d o s c la se s: 2 1 6 T r iu n fo , d e lo s g e n e ra les
v ic to r io s o s:
1 09-
110 T ru fa s, a lim e n to : 2 2 6 T u r b a fo r e n s e , v e n a l y
d is p u e s ta
a
to d o :
112 U su ra :
112
U ti rogas, fo r m a d e v o ta r : U va:
27
228
U x o r iusta·. 3 0 V a g a b u n d o s , a R o m a : 4 3 9 -4 4 0 V a jilla , e x p o s ic ió n e n ap arad ores: 2 6 1 — e v o lu c ió n y lu jo : 2 6 3 -2 6 8 — o s te n ta c ió n d e : 2 6 5 V a so s p r e c io so s : 2 6 4 V e h íc u lo s : ‘ 4 2 2 -4 2 7 V e la ti, u n o s s o ld a d o s: 3 6 V e lo , para cu b r ir e l te a tr o : .3 7 8 , 3 8 1 -3 8 2 — para cu b rir e l anfitea tro : 355, 360, 365 V e lo c id a d e n lo s v ia je s: 4 3 0 V e n a tio , ca za : 3 2 4 -3 2 8 — e n c o to s cerra d o s: 3 2 4 -3 2 5 — e n c a m p o s a b ie r to s: 3 2 5 ■— u n a m o n te r ía : 3 2 5 -3 2 8 — ■ c e p o s y tra m p a s: 3 2 8 — r e d e s para: 3 2 7 -2 8 — C o m b a te s d e fiera s e n e l c ir co o en an fite a tr o : 3 4 5 — c o m o d iv e r s ió n p ú b lic a e n e l circo : 3 3 7 , 3 6 0 -3 6 4 — tr e s m o d o s d e e fe c tu a r se : 3 6 0 ■—■ p r e se n ta c ió n d e fieras: 3 5 2 -3 5 3 , 3 6 0 , 362 — p r o v isió r i y caza d e fiera s: 3 6 0 -3 6 1 — fieras d o m e stic a d a s: 3 6 1 -3 6 2 — u n c id a s a V a r r o s : 3 6 1 — p r e c io d e a lg u n o d e e s t o s ¡animales: 361 — lu c h a d e lo s a n im a le s e n tr e s í: 3 6 2 — lu c h a d e g a llo s: 3 6 2 — lu c h a d e fieras c o n h o m b r es: 3 6 3 -3 6 4 — e l le ó n d e A n d r o c lo : 3 6 3 -3 6 4 V e n ta s y m e s o n e s e n lo s v ia je s: 4 2 7 -4 2 8 — a l o la r g o d e lo s c a m in o s: 4 2 9 — p a r a d o r e s d e tu r is m o e n lu g a res estra té g ic o s: 4 2 9 V e r a n e o e n la s fin ca s y v illa s : 4 3 3 -4 3 4 — e n e l in v ie r n o e n la pla y a : 4 3 4 -4 3 6 V e r sacrum·. 163 V e sta le s : 2 0 , 2 4 , 3 1 , 4 3
— e n su casa: 9 0 — su in h u m a n id a d e n e l an fiteatro: 3 6 5 ■— su lu g a r d e h o n o r e n lo s ju eg o s: 3 81 V e te r a n o s, a c o m o d a d o s e n lo s ca m p o s: 1 12 — d e S ila: 130-1 3 1 — d e C ésar: 1 34 V e to , o in te r c e sió n : 8 5 , 9 0 , 9 4 , 9 9 , 162 — u n ca so h is tó r ic o d e : 1 6 8 -1 6 9 V ia je s: — a la s p r o v in c ia s: 4 2 0 — ■ a la s p la y a s y c a m p o s a b ie r to s: 4 2 0 — ■ a lg u n o s s ie m p r e e stá n en: 4 2 0 — ■ c ó m o s e viajab a: 4 2 0 -4 3 2 — a p ie : 4 2 1 — a c a b a llo : 4 2 1 -4 2 2 — e n v e h íc u lo : 4 2 2 — tip o s d e v e h íc u lo s : 4 2 2 -4 2 7 — e n e l c a m in o : 4 2 7 -4 3 2 — v e lo c id a d e n la m archa: 4 3 0 — sa lte a d o r e s d e c a m in o s: 4 3 0 -4 3 2 — p o r m ar: 4 3 2 -4 3 3 — a la s v illa s , fin cas y playas: 4 3 3 -4 3 6 — h a c ia e l O r ie n te : 4 3 6 ■— m á s la r g o s: 4 3 6 -4 4 0 ■— · d e e s tu d io : 4 3 7 -4 3 8 — d e trabajo: 4 3 8 — d e c o m e rc ia n te s, c ó m ic o s, a r tista s, pas ie g o s : 4 3 8 -4 3 9 V ia ticu m (g a s to s d e v ia je o ficial): 1 6 3 -1 6 4 V ia to r : 2 4 , 5 7 , 5 8 , 103 V icto ria e, b a r c o s p e q u e ñ o s d e v ia je r o s: 4 3 3 V id a p o lític a d e R o m a , s u d e sa rr o llo en lo s c o m ic io s : 5 3 V in o , s u p r e c io : 2 5 7 — te m p la d o c o n agua: 2 6 5 — h a y q u e co la r lo : 2 6 5 — e n m e la d o : 2 6 9 — a rb ite r bibendi·. 2 7 4 -2 7 5 V o m ito ria , e n tr a d a s e n lo s g r a d e río s: 381 V o m ito r io s , c o m o d ie té tic o s : 27 3 V o ta c ió n , m o d o d e v o ta r en lo s c o m ic io s: 2 7 -2 8 , 3 8 , 4 7 — p io c e s o d e : 4 8 -5 0 , 5 2 — e n e l s e n a d o : 8 3 , 88-92 — d e u n a le y : 9 5 V o to d e la m u ltitu d , su irra cio n a lid a d : 108109 Y ogur:
218
Z a n a h o ria (pastinaca)·. 2 2 4 Z a n c o s (grallatores)·. 3 8 7 -4 8 8
Indice general
P r e l u s ió n . .. I.
.........................................................................................................................
9
L A V I D A S O C I A L Y P O L I T I C A ......................................................... 1. L a m o n a r q u í a .................................................................................................... 1. O r íg e n e s d e R o m a (7 5 3 - 5 0 9 a. C . ) .............................................. 2 . E l rey .............................................................................................................. 3 . L o s l i c t o r e s .................................................................................................... 4. E l sen ado ................................................................................................... .................................................................................................. 5. E l p u e b lo 6 . L o s c o m ic io s c u r i a d o s ............................................................................. 7 . L o s c iu d a d a n o s ................................................................................... 8 . F o r m a c ió n d e la p l e b e .............................................................................. 9 . C o n s titu c ió n d e S e r v io T u l i o .............................................................
11 17 17 19 22 25 26 26 29 32 35
2.
L a R e p ú b l ic a .............. ........................................... ; ................................. I. O r g a n iz a c ió n ................................................................................... 1. C a m b io d e c o n s t i t u c i ó n ......................................................... 2 . L o s c ó n s u le s .............................................. ......................... 3 . C en tu ria s y c u r i a s .................................................................... 4 . C o m itia c e n t u r i a t a .................................................................... 5 . C o m itia t r i b u t a ............................................................................. 6 . E l s e n a d o ......................................................... ....................... 7 . E l p u e b lo : e l tr ib u n o d e la p l e b e .................................... 8 . L a s X I I T a b la s .................................................................... 9 . N u e v a s c o n s e c u c io n e s d e lo s p le b e y o s : e l c e n s o 1 0 . L a c u e stu r a ......................... · .................................................. 1 1 . N u e v a s in trig a s d e lo s n o b l e s ................................... 12 . L a ig u a ld a d p o lític a ......................................................... 1 3 . E l p r e t o r ......................................................................................... 14 . A c c e s o a to d a s la s m a g is t r a t u r a s .................................... 15 . E l p u e b l o ......................................................................................... I I . E x te n s ió n d e là R e p ú b lic a . . . ... .................................... 1. L a s p r o v i n c i a s . ............................................................................... 2 . L o s m u n i c i p i o s .............................................................................. a) L o s m u n ic ip io s a n tes d e la guerra s o c i a l ............... b ) L o s m u n ic ip io s itá lic o s d e sp u é s d e la gu erra s o c ia l ......................................................................................... c ) L o s m u n ic ip io s p r o v i n c i a l e s ............................................ I I I . L o s m a g istra d o s .............................................................................. 1 . E l c o n s u la d o .......................... '..................................; ... -2. L a d icta d u ra ................................................................................. 3 . E l tr ib u n a d o ................................................................................. 4. E l sen ad o ... ................................................................................. A ) S u s fu n c io n e s .....................................................................
41 41 41 42 44 44 50 54 56 59 60 63 64 64 65 65 67 67 67 71 72 73 77 80 80 80 81 81 81
Indice general
468
IV .
V.
3.
a) E n e l c a m p o le g is la tiv o .................................... b ) E n m a ter ia d e e le c c io n e s ................................... c) Y p o r fin , e n e l g o b i e r n o .................................... B ) L as s e s io n e s d e l s e n a d o .............................................. L a v o t a c i ó n .............................................................................. C ) D is p o s ic io n e s d e l s e n a d o .............................................. a) E l senatu scon su ltu m ............................................. b ) L a s l e y e s .............................................................................. c ) L as p e n a s ............................................................................ d ) E l a r r e s t o ............................................................................ e ) L a p r o scr ip c ió n ......................................................... f) E l d e stie r r o .................................................................. C risis i n t e r n a ..................................................................................... 1. N u e v o d e s e q u ilib r io so c ia l .............................................. 2 . E l p ra e to r peregrin u s y p r e to r e s p r o v in c ia le s . . . 3 . L a p le b e s e c o n v ie r te e n p o p u l a c h o ......................... 4 . L o s ju e g o s c o m o e n t r e t e n i m i e n t o .................................... 5 . L a m e n d ic id a d , la sp o rtu la y la a n n o n a ......................... I n te n to s d e r efo rm a ................................................................... .................................... 1. P r im er a s te n ta tiv a s ....................... . 2 . M a rco P o r c io C a tó n , e l c e n so r .............. ............... 3 . P e q u e ñ o s p r o g r eso s ................................................................... a) A b o lic ió n d e la d i c t a d u r a .............................................. b ) L as q u a estio n es p e r p e t u a e ................................... . .. c ) R u in a d e la c la se m e d i a .............................................. d ) L o s c a b a lle r o s ............................................................................ e ) P r im er a s e sp er a n z a s d e r e f o r m a .................................... 4 . E l e sfu e r z o y sa crificio d e lo s G r a c o s ......................... a) T ib e r io G r a c o (1 6 3 -1 3 3 a. C . ) .................................... b ) C a y o G r a c o (1 5 4 -1 2 1 a. C . ) ............................................... c ) E fím e r a r esta u ra c ió n s e n a t o r i a l .................................... 5 . C a y o M a r i o .............. ............... .............................................. 6 . M . L iv io D r u s o . . . ..-................................................................ 7 . L e y e s d e S u lp ic io R u f o ......................................................... 8 . C o n s titu c ió n d e S i l a ................................................................... 9 . C a y o J u lio C ésa r ...................................................................
83 84 84 85 88 92 92 93 100 ■ 1 03 104 105 1 07 1 07 107 108 1 09 110 115 115 116 117 117 11 8 118 119 119 12 0 120 1 22 126 126 1 27 1 29 129 13 3
E l I m p e r io . .. . . . ... ... .................................................................... 1. C . J u lio C ésa r O c ta v ia n o A u g u s t o .............................................. a) L o s p o d e r e s d e A u g u s to ......................................................... b ) L o s fu n c io n a r io s im p er ia le s .............................................. c ) L o s p o d e r e s a n tig u o s . . . ............................................................. d ) L a a d m in istr a ció n d e l e s t a d o ............................................. 2 . T ib e r io (1 4 -3 7 d . C .) ................................................................... L o s fa v o r ito s y d e l a t o r e s ................................................................... 3 . V e s p a s ia n o ... ......................................................................................... 4 . T ito y D o m ic ia n o .............................................................................. 5 . T ra ja n o ( 9 8 - 1 1 7 ) . . . . . . ................................................................... 6 . A d r ia n o (1 1 7 - 1 3 8 ) .............................................................................. 7 . D e A n to n in o a C ó m o d o ( 1 3 8 - 1 9 2 ) .............................................. 8 . S e p tim io S e v e r o (1 9 3 - 2 1 1 ) ......................................................... 9 . C aracalla (2 1 1 - 2 1 7 ) . . . .................................................................... 10 . A le ja n d ro S e v e r o (2 2 2 - 2 3 5 ) ......................................................... 1 1 . D io c le c ia n o y la T etra r q u ía ( 2 8 5 - 3 0 5 ) .................................... 12. C o n sta n tin o (306-Í337) ....................................................................
137 1 37 139 140 141 1 43 14 8 1 49 150 151 151 1 52 1 53 154 155 156 156 157
4 . L a s m a g ist r a t u r a s a lo lar go de la v id a r o m a n a .............. I . L a s m a g istr a tu ra s e n g e n e ra l ................................................ II. L o s m a g istr a d o s e n p a r tic u la r ......................................... 1. E l tr ib u n a d o d e la p l e b e ......................................................... 2 . L a c u e s t u r a .. .................................................................................... 3 . L a e d ilid a d , c u r u l ................................................................... 4 . E l p r e t o r a d o ......................................................................................
159 1 59 167 1 67 171 1 75 178
Indice general
469
III.
II.
5 . L o s p r o p r e t o r e s ............................................................................. 6 . E l c o n s u la d o .............................................................................. L o s co n su la r es .............................................................................. 7 . L a c e n s u r a ......................................................................................... 8 . L a d ic t a d u r a ....................................................................................... a) D ic ta d o r e s e sp e c ia le s ......................................................... b ) D ic ta d u ra s d e c iu d a d es l a t i n a s ....................................... E l m agister e q u i t u m ................................................................... 9 . E l P o n tífic e M á x i m o ................................................................... E l P r in c ip a d o -I m p e r iu m ................................................................. 1. E l A lt o I m p e r i o .............................................................................. a) E se n c ia y a d q u isic ió n d e l p r in c ip a d o .......................... b ) S u c e s ió n e n e l p o d e r ......................................................... c ) P o d e r e s d e l p r í n c i p e ......................................................... 2 . E l B a jo I m p e r io .................................................................... 3 . L o s e m p e r a d o r es r o m a n o s h a s ta T e o d o s io I ..............
182 184 1 85 1 86 189 192 192 192 193 1 95 1 95 197 198 199 200 202
L A B U E N A V I D A ....................................................................................................
207
.............................................. ; ............................................. G e n e r a lid a d e s ......................................................................................... 1. L o s cerea les c o m o a l i m e n t o .............................................. 2 . A lim e n to s p rep a ra d o s c o n la h a r i n a ......................... 3 . L a le c h e y e l q u e s o ................................................................... 4 . H o r ta liz a s , v erd u ra s y f r u t a s .............................................. 5 . C arne fresca y sa la d a , e m b u t i d o s .................................... 6 . L as c o m id a s d e lo s r o m a n o s .............................................. L a c o m id a o rd in a ria .................................................................. 1. E l t r i c l i n i o ......................................................................................... 2 . L o s sir v ie n te s .............................................................................. 3 . M a n te le s y s e r v ille ta s ......................................................... 4 . C o n d ic io n e s d e u n b u e n c o n v i t e .................................... 5 . I n v ita c io n e s fr e c u e n te s ......................................................... 6 . F u n c ió n s o cia l d e lo s c o n v i t e s .................................... 7 . L o s p a r á sito s .............................................................................. 8 . M anjares d e lo s r o m a n o s ......................................................... 9 . P r e se n ta c ió n d e a lg u n o s m e n ú s .................................... L o s b a n q u e t e s ........................................................................................ 1. N u e v a o r ie n ta c ió n d e la s c en a s .................................... 2 . A n te s d e sen ta r se a la m e s a .............................................. 3 . E n la m esa: m o d a le s d e b i d o s .............................................. 4 . D iv e r s o s ser v ic io s s eg ú n la c o n d ic ió n d e lo s in v i ta d o s .................................................................................................... 5 . L u jo e n lo s m an jares y e n la v a j i l l a ......................... 6 . U n tip o d e c en a s: la d e T r i m a l c i ó n ......................... 7 . C o m er para d e v o lv e r ......................................................... 8 . E l r ec u e r d o d e la m u er te .............................................. L a c o m is s a tio ......................................................................................... 1. L a so b r em esa .............................................................................. 2 . R c x conuiuii .............................................................................. 3 . L o s ca n to s c o n v iv a le s ......................................................... 4 . L o s b r i n d i s ......................................................................................... 5 . C a n to s, b a ile s, j u e g o s ................................................................. 6 . A p e r itiv o s ......................................................................................... 7 . R e g a lo s y lo te r ía .................................................................... 8 . L as le y e s s u n t u a r ia s ...................................................................
209 210 212 213 219 220 229 240 241 241 245 246 247 248 248 250 255 2 59 260 260 261 262
J u e g o s y d iv e r s io n e s ................................................................... i . . . I. L o s ju eg o s ....................................................................................... A ) J u e g o s d e n i ñ o s .............................................................................. B ) J u e g o s d e jó v e n e s .................................................................... 1. E n e l C a m p o d e M a r t e ......................................................... 2 . J u e g o s d e p e l o t a ......................................................... ...
2 83 283 2 83 2 91 2 91 2 93
1.
L as I.
II.
III.
IV .
2.
c o m id a s
262 2 63 268 2 73 2 73 274 274 275 27 5 276 277 27 9 279 280
ín d ic e general
II.
3. L os c o lu m p io s .................................................................................. 4 . E l b a ile y la m ú s i c a ..................................................... 5 . L as co rtesa n a s ..................................................................... C ) J u e g o s d e lo s a n cia n o s ..................................................... 1 . E l m e r e c id o d e s c a n s o ..................................................... 2 . C ara o c r u z ........................................................................... 3 . L as ta b a s y lo s d a d o s ..................................................... 4 . P r o h ib ic ió n d e lo s ju eg o s d e a z a r ..................... 5 . L o s c r istia n o s y lo s j u e g o s ........................................... 6 . L u d u s latru n cu loru m ..................................................... 7 . L u d u s d u o d ecim scriptoru m ......................................... D iv e r s io n e s : caza y p esca ..................................................... A ) L a c a z a ........................................................................................................................ 1. S u s e sp e c ie s ................................................................................................ 2 . L a u en atio ... .................................................................................. 3 . E l a u c u p i u m ........................................................................... B ) L a p esca .............................................................................................................
J uegos I.
II.
pú b l ic o s
y
f ie s t a s
r e l i g i o s a s ................................
.
L o s ju e g o s p ú b l i c o s .............................................................................................. 1. L o s d ía s d e fie s ta . . . .................................................................... 2 . L o s lu d i m a x im i R o m a n i .................................................................... L as fiesta s r e l i g i o s a s .............................................................................................
J ueg o s p ú b l ic o s y f ie s t a s p r o f a n a s ....................................................... I . L u d i c i r c e n s e s .............................................................................................................
II. III.
1. E l C ir co M á x im o .................................................................................. 2 . D e sfile d e i n a u g u r a c i ó n .................................................................... 3 . L ifdu s T roian u s .................................................................................. 4 . L o s d e s u l t o r e s ................................................................................................ 5 . L as carreras p e d e s tr e s .................................................................... 6 . J u e g o s d e g la d ia d o r es .................................................................... 7 . L as u e n a tio n e s ................................................................................................ 8 . E l a n fite a tr o ............................................................................................... 9 . E je c u c ió n d e c o n d e n a d o s ....................................................... 1 0 . L a s carreras d e c o c h e s .................................................................... L as n a u m a q u ia s ................................................................................................ J u e g o s e sc é n ic o s ................................................................................................ 1. L ugar d o n d e s e r e p r e s e n t a n ....................................................... 2 . L as r e p r e s e n t a c io n e s .................................................................................. a) D ía s d e r ep re sen ta c io n e s e s c é n i c a s ............................ b ) C o m p a ñ ía s te a tr a le s .................................................................... c ) L o s f l í a q u e s ................................................................................................ d ) La A te la n a ................................................................................................ e ) E l m i m o ........................................................................................................... f ) E l em b o liu m ......................................................................................... g ) T ra g ed ia s y c o m e d i a s .................................................................... h ) L as p a n to m im a s .................................................................................. i ) L as p ír r ic a s ................................................................................................ 3 . L as m áscaras ( p erso n a e ) ................................................................... a ) L as m áscaras t r á g i c a s .................................................................... b ) M áscaras s a t ír ic a s ................................................................................ c) M áscaras d e la c o m e d ia n u e v a ......................................... 4 . L o s a c t o r e s ............................................................................................................. a) S u d eg ra d a ció n s o c i a l .................................................................... b ) C o m p a ñ ía s d e có m ic o s ....................................................... c) C o n c u r so d e acto res y d e p o e t a s ............................ d ) C ó m ic o s b ie n c o n s id e r a d o s ....................................................... 5 . L o s e s p e c t a d o r e s ............................................................................................. a ) V a n c r e c ie n d o e n n ú m e r o ....................................................... b ) A u g u s to p r e te n d e reform ar e l t e a t r o ............................ c ) L a p le b e e n e l t e a t r o ................................ . . . d ) E l te a tr o , lu g a r d e r eu n ió n y d e o s t é s t ^ ió p .
299 299 306 317 317 317 317 320 321 321 322 323 323 323 324 328 330 333 333 333 333 335 347 347 347 348 349 350 351 351 360 365 365 368 373 376 376 383 383 384 385 387 387 395 395 397 400 401 401 403 403 406 406 407 407 408 410 410 411 412 414
Indice, general
471
^
d ) E l te a tr o , lu g a r d e r e u n ió n y d e o s te n ta c ió n . . . f) F ie s ta s n o c t u r n a s .................................................................
5.
P a se o s y
v ia je s
d e r e c r e o ..............................................................
1. H a y q u e d esca n sa r .................................................................. ... 2 . P a s e o p o r la c iu d a d y a l r e d e d o r e s ................................................ 3 . V ia jes a las p r o v in c ia s ...................................................................... 4 . C ó m o s e v i a j a b a .......................................................................................... a) V ia je s a p ie . „ .............................................................................. b ) V ia je s a c a b a llo ................................................................................. c ) V ia je s e n v e h í c u l o .............................................................................. d ) P o r e l c a m i n o .......................................................................................... 5 . V ia je s p o r m ar ......................................................................................... 6 . A su s v illa s y fin ca s ............................................................................ 7 . V ia je s m á s l a r g o s ....................................................................................... a) V ia je s d e e s t u d i o .............................................................................. b ) V ia jes d e t r a b a j o ..................................................................... . . . c ) ¡A R o m a a p ro b a r f o r t u n a ! ...........................................................
I n d ic e
d e no m bres
I n d ic e
a n a lít ic o
p r o p i o s .........................................
414 415
417 417 418 420 420 42 1 42 1 422 427 432 433 436 437 438 439
...............................
441
....................................................................................................
451
f
r
:
Una sesión d el senado romano. Cicerón descu bre la conjura ción de L. Ser gio Catilina
■ Λ :
M-
tilina con su prim era Catilinaria: «Quousque tandem Catilina...»
D etalle d e l cuadro su perior
El erario ha quedado exhausto p o r las guerras; pero los ciudadanos lo reponen
L. Junio Bruto, 1. " cónsul
P. Cornelio Escipión Africano
Un republicano cualquiera
P. Cornelio Escipión Emiliano
M. Porcio Catón e l Censor
M. Tulio Cicerón
M. A ntonio, triunvir
C. Julio César
Cn. Pompeyo Magno
LOS GRANDES HOMBRES República romana
de la
César Augusto
Nerón
Vitelio
Trajano
A dñ an o
Caracalla
Majencio
Constantino e l Grande
Algunos
emperadores romanos
Diocleciano
Un banquete de Amorcitos en Pompeya-
Un aparador de vajilla
Frutas diversas Manjares d e l mar
Caza y fru ta
Un cerdo entero Caza y pesca
Patos y cabritillos
Vino y carne
A ves de corral
Manjares
de buen gusto
tan apetecidos
.T. A S M B
J O « · · · ' 11 » .
Un joven con su aro
Jugando a las tabas
Muchachas en e l columpio
El ju eg o d e l susto o tm orm olyciom
Caza m ayor
Pesca y caza.
D iversiones
y ju ego s
Vista general d e l Circo Máximo, desde la p a rte d e l A ventino. En e l fo n d o izquierda las cocheras. Parte su perior, los palacios d e A ugusto y de S eptim io Severo. En e l centro d a espina », en to m o de ella giraban los carros
Las cuadrigas en e l m om ento crucial de girar en su carrera
Los aurigas de los cuatro colores en competición
Una «uenatio » en e l Coliszo, celebrada en e l año 247 d. C. E l toldo de lino tam iza la lu z d e l sol