GRUPO 1
INTRODUCCION A LA DEONTOLOGIA Y ETICA PROFESIONAL LA ETICA Y LOS VALORES INTRODUCCIÓN
El término deontología profesional hace referencia al conjunto de principios y reglas éticas que regulan y guían una actividad profesional. Estas normas determinan los deberes mínimamente exigibles a los profesionales en el desempeño de su actividad. Por este motivo, suele ser el propio colectivo profesional quién determina dichas normas y, a su vez, se encarga de recogerlas por escrito en los códigos deontológicos. Las normas deontológicas son incomprensibles sin la referencia al contexto o grupo social en el que son obligatorias. La obligación se circunscribe a ese grupo, fuera del cual pierden la obligatoriedad. A lo largo de la historia ha habido diversas maneras de entender la ética y distintas propuestas morales orientadoras de la vida humana. Es posible decir que la Ética es una parte de la Filosofía Práctica que se ocupa del hecho moral y de los problemas filosóficos que nacen de la conducta humana. La ética se dedica al estudio de los actos humanos, pero aquellos que se realizan por la voluntad y libertad absoluta, de la persona. Todo acto humano que no se realice por medio de la voluntad de la persona y que esté ausente de libertad, no forma parte del campo de estudio de la ética. La ética, por tanto, no inventa la vida moral sino que reflexiona sobre ella. Desde la perspectiva del discurso moral existe la presunción, además, de que el ser humano es en cierto modo libre. Esta consideración deja abierto el campo de posibilidades de actuación de los seres humanos. En el ejercicio de esa libertad se producen conflictos que constituyen la clave de la vida moral y sobre los que la ética, como reflexión teórica, trata de dar luz, para encauzar adecuadamente la praxis, la acción humana. La propia discusión de una ética profesional ya implica la idea de la existencia de un código moral colectivo con un cierto grado de intersubjetividad y con un carácter vinculante entre sus miembros, y no sólo un mero conjunto de normas apelativas a la intuición, a la emoción o al extremo del relativismo de la moral individual.
1. DEFINICIÓN DE DEONTOLOGÍA El término deontología procede del griego: to deon (lo conveniente, lo debido) y logía (conocimiento, estudio); lo que significa, en términos generales, el estudio o la ciencia de lo debido. El objeto de estudio de la Deontología son los fundamentos del deber y las normas morales. La deontología o teoría deontológica se puede considerar como una teoría ética que se ocupa de regular los deberes, traduciéndolos en preceptos, normas morales y reglas de conducta, dejando fuera de su ámbito específico de interés otros aspectos de la moral. El término deontología fue acuñado por primera vez por Jeremy Bentham, que la define como la rama del arte y de la ciencia cuyo objeto consiste en hacer en cada ocasión lo que es recto y apropiado. En su obra Deontología o ciencia de la moral , ofrece una visión novedosa de esta disciplina. Bentham explica que la deontología se aplica fundamentalmente al ámbito de la moral; es decir, a aquellas conductas del hombre que no forman parte de las hipótesis normativas del derecho vigente, aquellas acciones que no están sometidas al control de la legislación pública. Esto sugiere una de las intenciones de la redacción de los códigos deontológicos: explicitar la dimensión estrictamente moral de una profesión, aquellos comportamientos exigibles a unos profesionales, aunque no estén delimitados jurídicamente, o quizá, por ello mismo. Cuando esta teoría se aplica al estricto campo profesional hablamos de deontología profesional y es ella, en consecuencia, la que determina los deberes que son mínimamente exigibles a los profesionales en el desempeño de su actividad. Estos deberes, es habitual que se plasmen en códigos, códigos de ética que rigen la actuación de los representantes de la profesión (colegiados) con el fin de que a través del buen hacer se obtengan resultados deseables.1 Cuando se habla de deontología profesional se entiende por tal los criterios compartidos por el colectivo profesional convertidos en un texto normativo, un código deontológico. La deontología profesional es por tanto una ética aplicada, aprobada y aceptada por el colectivo profesional, lo que entraña un código de conducta, una tipificación de infracciones, un sistema de recepción y análisis de consultas, propuestas o quejas, un procedimiento de enjuiciamiento, y finalmente, si procede aplicarlo, un sistema de sanciones.
2. DEONTOLOGÍA PROFESIONAL El término deontología profesional hace referencia al conjunto de principios y reglas éticas que regulan y guían una actividad profesional. Estas normas determinan los deberes mínimamente exigibles a los profesionales en el desempeño de su actividad. Por este motivo, suele ser el propio colectivo profesional quién determina dichas normas y, a su vez, se encarga de recogerlas por escrito en los códigos deontológicos. A día de hoy, prácticamente todas las profesiones han desarrollado sus propios códigos y, en este sentido, puede hablarse de una deontología profesional periodística, de una deontología profesional médica, deontología profesional de los abogados, etc. Todo profesional está y debe estar sometido a controles sociales más o menos rigurosos que permitan exigirle responsabilidades de muy diversa índole en relación con sus actos, de ahí la necesidad de establecer unos principios éticos. Independientemente de la propia conciencia, que debiera ser quién más rigiera el cumplimiento de los códigos morales, existe la figura de los colegios profesionales para mantener, promover y defender la deontología. Estos vigilan el cumplimiento de determinados niveles de exigencia, de competencia y de calidad en el desempeño del trabajo de sus colegiados. El Estado, al convertir a los colegios profesionales en corporaciones a través de mecanismos legales, propicia el modo de mantener la deontología profesional. Les encarga funciones públicas y les dota de la potestad de imponer una determinada disciplina a todos los profesionales pertenecientes a este colectivo. Para que se pueda pedir responsabilidad por actuaciones profesionales se precisan dos requisitos: la independencia y la libertad. El profesional debe ser independiente en el momento de tomar decisiones y debe ser enteramente libre de ejecutarlas. La deontología es de sumo interés para el mundo profesional, y en concreto, para profesiones que comportan una elevada responsabilidad social (médicos, abogados, docentes, psicólogos, periodistas). Esa deontología busca un equilibrio entre un determinado estilo de vida moral (lo que antes denominábamos êthos o carácter moral) y un alto nivel de profesionalidad técnico-científica. Esta doble dimensión ha de tratarse con armonía y equilibrio para una mayor dignificación de cualquier actividad laboral. En la ordenación del ejercicio profesional los colegios han venido cumpliendo una triple función: a) Fijar una serie de criterios, de carácter científico-funcional, para el ejercicio de la profesión de que se trate al objeto de dar operatividad y eficacia a las actividades ejercidas en el ámbito cubierto por las normas establecidas. Esta función es hoy muy poco relevante ya que la han asumido otro tipo de instituciones, asociaciones u organismos.
b) Refundir orientaciones éticas para el ejercicio de la profesión y plasmarlas en códigos de deontología profesional. En la actualidad es una de las funciones relevantes de los colegios profesionales. Esta deontología profesional se impone a los colegiados, aunque no agota las convicciones morales del ejerciente, que pueden dar lugar a actuaciones que sin contradecir el código, sean de distinto signo, más o menos exigentes. c) La posibilidad de imponer sanciones disciplinarias a los colegiados que incumplan los dictados de los códigos deontológicos. Esta función tiene la particular singularidad de otorgar a éstos relevancia jurídica estatal, lo que viene a conferir a la deontología ciertas coincidencias con el Derecho en lo que se refiere a la utilización de un procedimiento típicamente judicial, aunque realizado por autoridades profesionales en vez de por jueces. Un código de ética profesional puede ser concebido como un reconocimiento colectivo de la responsabilidad de los profesionales individuales. Cuando se especifica en una forma clara y concisa, un código puede ser un factor decisivo en la creación de un ambiente en el cual la conducta ética sea la norma. "Un código deontológico debe ser una declaración concisa de reglas generales para la conducta profesional, preferentemente de naturaleza positiva". En cualquier caso no se debe perder de vista que la exigencia ética que fundamenta los códigos deontológicos y demás instrumentos autorregulativos es la responsabilidad. La principal función de un código es servir de guía o advertencia para la conducta en situaciones específicas. Un código debe ser diseñado fundamentalmente para inspirar, dar coraje y apoyar a los profesionales éticos, pero también para servir de base para proceder contra los que actúan mal. En contraposición con los códigos legales, los deontológicos no deben sólo prohibir conductas, sino que deben tener un énfasis positivo, apostando por modelos deseables de conducta profesional. En este sentido, podemos distinguir en todos los códigos dos tipos fundamentales de normas: normas de prohibición y normas de orientación. Ambas deben conjugarse para formar un documento, que a la vez que marque claramente la línea de lo permitido y no permitido en el ejercicio de la profesión, señale a las más altas de las cimas de la excelencia profesional. 3. LA ETICA El término ética proviene de la palabra griega ethos, que originariamente significaba “morada”, “lugar donde se vive” y que terminó por señalar el “carácter” o el “modo de ser” peculiar y adquirido de alguien.
Es la rama de la filosofía que estudia lo correcto o equivocado del comportamiento humano, la moral, la virtud, el deber, la felicidad y el buen vivir. Además, tiene como centro de atención las acciones humanas y aquellos aspectos de las mismas que se relacionan con el bien, la virtud y el deber. El estudio de la ética se remonta a los orígenes mismos de la filosofía en la Antigua Grecia, y su desarrollo histórico ha sido amplio y variado. Fernando Savater, en el primer capítulo de su libro Ética para Amador («De qué va la ética»), define la ética como «el arte de vivir, el saber vivir, por lo
tanto el arte de discernir lo que nos conviene (lo bueno) y lo que no nos conviene (lo malo)». La ética puede dividirse en diversas ramas, entre las que se destacan la ética normativa (son las teorías que estudia la axiología moral y la deontología, por ejemplo) y la ética aplicada (se refiere a una parte específica de la realidad, como la bioética y la ética de las profesiones). 3.1.
LA ÉTICA EN LA HISTORIA
La Ética en la historia ha tenido grandes etapas. En el mundo antiguo el hombre basaba su preocupación en determinar qué estaba bien o mal y aunque los distintos sistemas morales se establecían sobre pautas arbitrarias de conducta, evolucionaron en forma irracional, a partir de que se violaran los tabúes religiosos o de conducta que primero fueron hábito y luego costumbre, así como las leyes impuestas por líderes para prevenir desequilibrios en el seno de la tribu. Incluso las grandes civilizaciones clásicas egipcia y sumeria desarrollaron éticas no sistematizadas, cuyos preceptos fueron impuestos por líderes seculares. En el mundo medieval existe la influencia cristiana, por lo que el hombre es visto como una criatura hecha a imagen y semejanza de Dios. La felicidad se conseguía por la unión del hombre con Dios. En la edad moderna, la Ética deja de estar influenciada por la r eligión y la razón se convierte en la única fuente de conocimiento, que apoya al individualismo. Pero es hasta el Siglo XIX, cuando el mundo contemporáneo afirma que la voluntad del hombre es el máximo valor; se defiende su libertad y se niega que la moral esté relacionada con Dios. Las actividades comerciales y empresariales han sido afectadas durante dichas etapas y los negocios no han sido siempre la empresa básica y respetable que es en la actualidad; durante la mayor parte de la historia la concepción Ética de los negocios ha sido casi totalmente negativa. 3.2.
NATURALEZA Y OBJETO DE LA ÉTICA
La ética, se ocupa de lo bueno y lo malo, lo justo e injusto y, como ya mencionamos, se deriva de términos cuyo significado es costumbre o conducta. La ética es un saber práctico y de nada sirve saber mucho de ella si no la ponemos en práctica. El objeto del estudio de la ética, no son todos los tipos de conductas, sino sólo aquellas que se rigen por normas morales, como por ejemplo, robar, decir mentiras, sobornar, etc. Las normas morales se definen como los principios que en una sociedad regulan el comportamiento de los seres humanos, en función de lo que se considera bueno, correcto o justo. El hecho de que cada persona vea la realidad de cierta manera, depende de la experiencia que cada quien ha tenido durante su vida; esto nos lleva a
comprender los momentos que vivimos, a enfrentar dificultades, a tomar decisiones y repercute directamente en la forma en que nos relacionamos con otras personas y la manera en que participamos con el mundo que nos rodea. Para entender claramente el objeto de la ética, tenemos que considerar que éste siempre será la actividad del hombre en cuanto al hombre; es decir los actos humanos en cuanto considerarlos o calificarlos buenos o malos. Por tanto, dividiremos el objeto en formal y material. Las proposiciones sobre lo bueno son todas sintéticas, no analíticas. Bueno se puede definir en el sentido de dar a entender que un cierto objeto está compuesto de una forma determinada: - Objeto material: Son todos los actos libres. Para que un acto pueda considerarse acto humano necesita 2 condiciones: • Que el sujeto tenga conocimiento de lo que hace. • Que el sujeto sea libre de realizar su acción.
Para diferenciar los actos humanos de los actos del hombre, debemos tener en cuenta que los primeros se realizarán atrás de una deliberación racional y son voluntarios; en cambio los segundos, no son libres, porque son involuntarios o fruto del desconocimiento. - Objeto formal: Se refiere a los mismos actos en cuanto que pueden ser calificados como buenos o malos, desde el punto de vista de la moralidad.
4. DIFERENCIAS ENTRE ÉTICA Y DEONTOLOGÍA Estos dos términos suelen usarse como sinónimos, pero no lo son. Es importante destacar las principales diferencias entre ellos:
Deontología Profesional
Ética profesional
Orientada al deber
Orientada al bien, a lo bueno
No se encuentra recogida en normas ni en códigos deontológicos, está Recogida en normas y códigos relacionada con lo que piensa el propio "deontológicos" individuo (conciencia individual/profesional) Esas normas y códigos son mínimos y aprobados por los No es exigible a los profesionales de un profesionales de un determinado determinado colectivo (periodistas, colectivo profesional (periodistas, médicos, abogados,...) médicos, abogados,...) Se ubica entre la moral y el Parte de la ética aplicada derecho Una de las diferencias cuando hablamos de "ética" y "deontología" es que la primera hace directamente referencia a la conciencia personal, mientras que la segunda adopta una función de modelo de actuación en el área de una colectividad. Por ello, con la concreción y diseño de códigos deontológicos, además de autorregular esta profesión, se invita al seguimiento de un camino muy concreto y a la formación ética de los comunicadores. De forma teórica, podríamos diferenciar dos grandes grupos: la ética social y la ética individual. Dentro de la ética individual se diferencia, también, una ética interpersonal que es la que rige el comportamiento que tenemos en relación a otros individuos. Aquí se puede situar la ética profesional ya que rige el comportamiento del profesional en su actividad laboral. Los principios que rigen la profesión se obtienen a través de métodos similares a los de la ética general: dialógico, inductivo y deductivo. Para conocer el fundamento ético y moral de un código ético, se requiere el estudio de la actividad profesional en sí misma y no es suficiente la labor de un filósofo que desconozca la profesión. La ética de las profesiones se mueve en el nivel intermedio de las éticas específicas o “aplicadas”. El profesional se juega en el ejercicio de su profesión no sólo ser un buen o mal profesional sino también su ser ético. No acaba de ser considerada una persona éticamente aceptable quien en todos los ámbitos actuase bien y cumpliese con sus deberes menos en el ejercicio de sus responsabilidades profesionales. La ética general de las profesiones se plantea en términos de principios: el principio de beneficencia, el principio de autonomía, el principio de justicia y el principio de no maleficencia El deontologismo plantea los temas éticos en términos de normas y deberes.
La Deontología, además, tiene consecuencias de carácter sancionador. En definitiva, cuando nos refiramos a una profesión determinada, podemos hablar de la existencia de una ética y de una deontología determinada. La primera se podría centrar en determinar y perfilar el bien de una determinada profesión (aportación al bien social) y la deontología, por su parte, se centraría en definir cuáles son las obligaciones concretas de cada actividad.
5. LA ETICA Y LOS VALORES. Los valores son las creencias del individuo o grupo social acerca de lo que se considera importante en la vida, tanto en los aspectos éticos o morales como en los que no lo son. Dan el fundamento sobre el cual se formulan juicios y se realizan elecciones. Pueden derivarse del conocimiento, de consideraciones estéticas o de consideraciones morales. Se adquieren desde la más temprana edad, casi junto con el lenguaje y con los comportamientos de socialización, y se consolidan y amplían con la educación y el acceso a los medios culturales e informativos. Muchas veces permanecen implícitos y la persona no tiene claras sus prioridades valorativas. Valores
Hay que volver a la tradicional condición gregaria y solidaridad que caracteriza a la sociedad latinoamericana. Estamos enfrentando una sociedad resquebrajada por la corrupción y ambiciones egoístas desmedidas, esto demanda urgentemente a los formadores de jóvenes a adquirir un compromiso total con una educación integral que contemple a los individuos en todas sus facetas. 5.1.
DEFINICIÓN DE VALORES
La palabra valores viene del latín “valere” lo que significa “ser fuerte”. Este
vocablo alude a todos aquellos principios que le permiten a los seres humanos mediante su comportamiento realizarse como mejores personas; es decir son esas cualidades y creencias que vienen anexadas a las características de cada individuo y que ayudan al mismo a comportarse de una forma determinada. Los valores posibilitan la determinación de nuestras prioridades, y ayudan a encaminar la vida del ser humano a una autorrealización; estas creencias permiten elegir al hombre entre una situación u otra. Los valores éticos son guías de comportamientos que regulan la conducta de un individuo. En primer lugar, la ética es la rama de la filosofía que estudia lo que es moral, realiza un análisis del sistema moral para ser aplicado a nivel individual y social. Los valores éticos más relevantes son: justicia, libertad, responsabilidad, integridad, respeto, lealtad, honestidad, equidad, entre otros. Los valores éticos se adquieren durante el desarrollo individual de cada ser humano con
experiencia en el entorno familiar, social, escolar e inclusive medios de comunicación. Valores morales Los valores éticos incluyen a los valores morales que son aquellos que permiten diferenciar lo bueno de lo malo, lo justo e injusto de una situación o circunstancia determinada. El juicio moral es el acto mental que permite al individuo determinar su actitud con respecto a lo que es correcto e incorrecto.
Valores humanos Los valores humanos son las propiedades, cualidades o características de un individuo. Los valores humanos son considerados universales y dinámicos, en el cual se encuentran en todas las culturas y son pautas que marcan las normas de una conducta coherente. Valores estéticos Los valores estéticos son la consideración de la apariencia de un objeto, y las respuestas emocionales que provoca al observador. Los juicios estéticos permiten al individuo calificar una obra de arte, a través de los sentimientos. El concepto de valor ético-moral
Una vez definidas algunas posiciones teóricas estamos en condiciones de adentrarnos en el campo de los valores ético-morales. ¿En qué consisten los mismos? Son aquellas propiedades funcionales de elementos de la conciencia social a priori, así como de la conciencia individual e inconsciente, con una significación positiva para la dignidad humana, en el sentido que contribuyen a la adaptación social de agentes sociales por medio de una influencia directa en la autorregulación de la conducta. Esas cualidades de elementos de la conciencia individual e inconsciente, así como de la consciencia social previamente internalizadas, se expresan mediante motivos organizados en una determinada jerarquía, así como a través de actitudes de individuos concretos ante el mundo circundante, ante otros individuos y ante ellos mismos, de las cuales se deriven, con un alto grado de probabilidad, actos u omisiones que garanticen la adaptación a nivel social. Entre los elementos de la conciencia individual e inconsciente que participan en la conformación de los valores ético-morales podemos mencionar los siguientes: sistema de normas internalizadas, sentido de la vida, ideales morales, motivos dispuestos en una determinada jerarquía, etc. Es importante insistir que los elementos de la conciencia social sólo participan en la conformación de valores ético-morales cuando son asumidos por el individuo, cuando han sido previamente analizados y han cristalizado en forma de actitudes o predisposiciones, de lo contrario tendrán un carácter formal y
sólo participarán en la regulación de la conducta ante situaciones de control o presión externos. Dentro de estos elementos podemos mencionar los siguientes: sentido de éxito social, mitos, sistemas de normas imperantes en la sociedad, orientación fundamental de los sistemas ético-filosóficos o ético-religiosos que coexistan en el mismo espacio, etc. Cada valor tributa de forma diferente al valor fundamental, cada valor satisface necesidades diferentes o de diferente forma, y en cada caso contribuyen de distinta manera al equilibrio general que es la existencia humana. ¿Cómo tributan los valores ético-morales al valor fundamental “dignidad humana”? A través de sus funciones: reguladora, orientadora, educativa, cognoscitiva, valorativo/imperativa, motivacional y comunicativa. De ellas la fundamental es la reguladora, que consiste en moderar las relaciones que se establecen entre los seres humanos, y las actitudes de agentes sociales hacia ellos mismos, hacia otros agentes sociales y hacia el mundo circundante. Con esto permiten una forma superior de adaptación que es la social. Las demás funciones se subordinan a esta. Los valores ético/morales se dan siempre en una relación sujeto/objeto que se produce en un determinado contexto social, no existen como propiedades de objetos, procesos o fenómenos al margen del contexto social y del ser humano, sus necesidades y su dignidad. Ellos existen siempre en relación o como disposiciones a formas de pensar, sentir y actuar de agentes sociales ante la realidad interna y externa a ellos, en relación o como unidades estructurales y funcionales de la personalidad que posibilitan disponer una toma de decisiones que permitan la adaptación a nivel social de agentes sociales. Y estas disposiciones a formas de pensar, sentir y actuar tampoco han de ser analizadas al margen de las propiedades de los objetos, procesos o fenómenos a las cuales se refieren, ni al margen del contexto socio-histórico, que determinará particularidades de la relación sujeto/objeto. La absolutización del objeto conduce a una cosificación de los valores ético/morales, la absolutización de las propiedades psíquicas del sujeto conducen a una psicologización de los valores de este dominio y la absolutización del papel del contexto conduce a una sociologización. En todos los sistemas de relación del ser humano se conforman valores. Y existen tantos valores ético/morales como formas de relacionarse del ser humano con cada objeto, proceso o fenómeno de la realidad social. Siendo casi infinitas la cantidad de objetos, procesos o fenómenos de la realidad social, así como las formas de relacionarse el ser humano con ellos, casi infinito también es el número de valores ético/morales. Los valores no tienen existencia al margen de algún objeto, proceso o fenómeno que los porte a través de alguna de sus propiedades. ¿Qué tipos de elementos de la realidad pueden ser portadores de valores ético/morales? El ser humano a través de propiedades estructurales de su personalidad que hagan posible una disposición a una toma de decisiones que garanticen la adaptación a nivel social de agentes sociales.
Si las propiedades funcionales de algún objeto proceso o fenómeno tienen una influencia en la autorregulación de la conducta, pero indirecta; si sólo contribuyen tanto a formar como mantener elementos del inconsciente, la conciencia individual y social con influencia directa, el objeto será portador de valores de otros dominios axiológicos, pero no ético/morales.
CONCLUSIONES Toda actividad realizada en la vida puede ser calificada como buena o mala. En el ámbito profesional, los códigos profesionales buscan orientar la actividad de quienes la ejercen señalando lo permitido y lo no permitido. Su estudio y análisis debe ser parte fundamental del proceso de formación profesional de todo alumno, ya que es indispensable su conocimiento, la sensibilidad y voluntad para actuar éticamente. Actuar como profesional va más allá de poseer un cúmulo de conocimientos, significa tener compromiso con lo que se hace y principalmente con la forma en que se hace. Todo en este mundo tiene un origen y la ética tuvo el suyo en la época antigua, cuando determinar qué estaba bien o mal se convirtió en una preocupación, que provocó la evolución del pensamiento humano a través del tiempo hasta concebir a la ética como una ciencia moral que estudia y contiene las normas morales dentro de la persona misma (razón) y que no son impuestas desde fuera. El momento en que aparece en el hombre un punto débil en cuanto a su ética, lo sabe. En ese momento el hombre comienza a volverse ético y en la medida que pueda contemplar conceptos de supervivencia a largo plazo puede tener éxito.