Colección editorial: La pluralidad Cultural en México
La educación indígena en México Elisa Ramirez Castañeda
Introducción
Este libro comienza con el encuentro de indios y españoles en nuestro país y no con la educación durante tiempos anteriores; me parece que solamente es posible hablar de indígenas y de educación indígena tras el primer contacto ±y cuando aparece el deseo de transformar a los habitantes habitantes originarios del país en algo algo diferente o cuando se les define desde categorías ajenas ajenas a sus culturas.
La
educación indígena siempre se ha referido a aquello que se considera que los indígenas deben saber, no la instrucción o enseñanza que los indios mismos mismos imparten o impartieron. Desde siempre, hablar de educación indígena supone supone una apreciación externa de sus culturas.
El papel de las diferentes poblaciones, culturas y lenguas que deben compartir un mismo territorio o deben participar en un solo proyecto de nación siempre fue conflictivo; las diferencias siempre se consideran valorativamente, otorgando a los indígenas una categoría inferior a la de otros mexicanos; y al hablar de diferencias hablamos de desigualdad económica, política y social. El sometimiento, la explotación, la exclusión de las esferas de decisión ±educativas, políticas- hacen de la diferencia, históricamente, una debilidad. Toda política indigenista ±o educativa- se ha encaminado desde un principio a hacer menores las distancias entre las culturas para así zanjar la brecha, pero tal acercamiento implica siempre la renuncia del indio a su cultura para adoptar la dominante.
Las distancias del principio fueron abismales: se dudaba incluso de la humanidad de los antiguos habitantes de las tierras recién descubiertas. Poco a poco se intenta igualar las distintas culturas subsumiéndolas en la cultura general y las culturas indígenas se asumen, en el mejor de los casos, como patrimonio genérico y antecedent e histórico de todos los habitantes de la nación. El indio deja de serlo en cuanto se integra a la sociedad nacional y renuncia a su cultura para convertirse en miembro de una nación genérica, donde
ya
no
reclama
su
especificidad.
Nunca han faltado, desde el primer contacto, quienes promulguen individualmente que dicha diferencia implicaba igualdad, riqueza y hasta superioridad; desde quienes reclamaron una evangelización anterior a la llegada de los españoles hasta quienes pretenden el retorno a las formas de gobierno prehispánicas o quienes declaran, durante el porfiriato, que los indios son los mejore adaptados al medio; desde aquellos que pretendían aislarlos para no contaminarlos de los males de los conquistadores hasta quienes actualmente consideran la propuesta comunitaria o india como la única solución contra todos los males que aquejan al país o al mundo entero.
La educación indígena en nuestro país jamás ha sido tal; nunca ha sido planeada ni ejercida autónomamente por los propios interesados, éstos se limitan a la educación informal de sus miembros por carecer de los recursos para crear una infraestructura escolarizada. De igual manera, nunca han ejercido el poder económico económico ni el político en tanto indígenas ni como como voceros de dicha causa. La educación indígena siempre ha sido trazada desde el exterior, apropiándose de los valores y culturas en provecho de la nación ±no de los indios- o simplemente anulándolos, devaluándolos o utilizándolos en su afán de homologar a todos los ciudadanos, independientemente de sus lenguas. Y todo ello con tal insistencia que cuando por fin los indios se sientan a la mesa para discutir la educación que les conviene y defenderla como un derecho ganado mediante la movilización consciente, lo que proponen no dista mucho de aquello que se ha trazado para ellos desde la cultura dominante, o se coloca incluso por debajo de las expectativas de los
teóricos o las propuestas pedagógicas de avanzada procedentes de la disidencia de la cultura no india. La educación indígena, en este sentido, ha sido un éxito, pues las demandas indígenas suelen ser por una educación igual a la que ya reciben, pero de mayor calidad, no específicamente relacionada con sus culturas ±que no son parte del currículo escolar sino apenas un medio para lograr el mejor
aprendizaje
de
una
segunda
lengua
y
de
otra
cultura.
Parte de la aculturación de los indígenas ilustrados incluye en proceso mediante el cual adoptan como propios los proyectos de avanzada de los indianistas y aliados de sus causas, aun a despecho de los deseos de las comunidades, a quines debe siempre convencerse de que la inclusión de sus culturas en la educación indígena facilita a los niños el aprendizaje de la cultura ajena. Nunca, por otra parte, han mostrado la necesidad de incluir sus propios contenidos en el currículo nacional sino desde ese nicho, como voceros
ya
aculturados.
En el campo de la educación en particular y del indigenismo en general, se permiten florilegios demagógicos que no podrían siquiera imaginarse si se tratara de la discusión de la explotación de recursos naturales, la autonomía política o la redefinición de la relación económica
entre
las
diferentes
culturas
de
una
democracia.
Tras casi quinientos años de convivencia, aún no hay un esquema que permita el libre desarrollo de culturas diferentes ±a pesar de las legislaciones que decretan la multiculturalidad y la propaganda que condena la discriminación en cápsulas televisivas- sin menoscabo
de
la
cultura
indígena.
No
se
trata
de
declaratorias
de
voluntad,
sino
de
distancias
irreconciliables.
Este análisis de la educación indígena comienza, pues, desde el primer encuentro entre indios y españoles y corresponde ±tal vez como ninguna otra acción- a un juego de espejos: atribuir al otro carencias y virtudes de acuerdo a la propia visión del mundo y considerarlo interlocutor pertinente en un diálogo de sordos. El primer bautizo colectivo, como la última ONG solidaria hermanada a una escuela zapatista autónoma, comparten un mismo principio: hay que hacer algo con ellos, por ellos, para ellos que, de ninguna manera, lograrán por sí mismos ±independientemente de las carencias o virtudes, reales o ficticias que se les atribuyan o tengan.
A lo largo de nuestra historia una de las principales preocupaciones ha sido la política lingüística; las lenguas indígenas se respetan, se prohíben, se rescatan, se utilizan como parte esencial de la relación interétnica y de la educación indígena. La prohibición tajante de usar lenguas nativas en asuntos oficiales data del siglo XVII; la permanencia de tantas lenguas hasta nuestros días es señal del fracaso de dicha política; el reconocimiento legal de nuestro país como una entidad multicultural y multilingüe, apenas en 2003, representa un cambio radical en la política que promovía la desaparición de los idiomas autóctonos ±así sea meramente formal. La castellanización
obligatoria
en
todas
las
escuelas
indígenas
muestra
la
ambigüedad
de
dichas
leyes.
Este libro es un recorrido por las políticas educativas hacia los indios, así como por las voces excepcionales que proponen otras opciones en distintos momentos. Los periodos tradicionalmente estipulados por la historia nacional ±asociados a los acontecimientos políticos, facciones o personajes que detentan el poder- no resultan útiles en el análisis de la educación: las leyes sobre educación de los liberales no se cumplen sino hasta el porfiriato, las propuestas porfiristas siguen vigentes hasta después de terminada la Revolución, el impulso iniciado por Vasconcelos se continúa durante algunas décadas y el impacto de las escuelas rurales se extiende mucho
después
de
su
cancelación.
El primer intento educativo de los conquistadores está marcado por el celo evangelizador de los frailes mendicantes. Su misión religiosa es la conversión; desde entonces se establece una relación de dominación y cualquier reconocimiento de virtudes o cualidades es usado en provecho de la Iglesia o la Corona. Conocer sólo es necesario para erradicar las antiguas creencias; la evangelización obedece a razones teológicas, a un llamado divino. Desde entonces se instaura una idea que perdura hasta nuestros
días: los indios educados necesariamente actuarán como agentes de la cultura recién adquirida. La población escolarizada durante este lapso fue mínima ±hijos de la antigua nobleza india- y la tolerancia de las lenguas nativas inevitable. La conversión fue previa a la
castellanización.
En términos educativos, consideramos que la siguiente circunstancia relevante fue la llegada de los jesuitas; bajo su tutela y guía el sometimiento y la conformidad son más importantes que la evangelización o la ortodoxia cristiana. La prohibición de las lenguas indígenas, los inventarios y relaciones auspiciados por la Ilustración, la explotación sistematizada de recursos y la burocratización marcan este periodo. La autonomía de las repúblicas y pueblos indígenas ±sólo muy recientemente estudiadas, dada la satanización que se hizo de la Colonia durante el siglo XIX- se refleja en leyes y autoridades indígenas, en escuelas pagadas por las cajas de comunidad; durante la Colonia se consolidan y adoptan como propias formas de gobierno y administración que llegan hasta nuestros días como ³usos y costumbres´. Asimismo, el éxodo masivo y constante hacia las ciudades y centros de población no india menguó las comunidades y convirtió a nuestra nación en un país mestizo, mayoritariamente monolingüe y con una cultura ³occidental´ ±si bien
con
peculiaridades
nativas
muy
palpables.
Comenzamos el tercer capítulo no con el grito de independencia, sino con el análisis y el balance del país hechos por Humboldt. Su calificación acerca de los indios habrá de ser canónica cuando menos durante la primera mitad del siglo XIX. El nacionalismo incipiente que recupera el pasado indígena, lo reinventa y convierte en ideario antihispano de los independentistas, aleja para siempre al indio real del histórico. Las primeras seis décadas del siglo XIX son ricas en propuestas y legislaciones educativas; las guerras y la bancarrota impiden llevarlas a la práctica. Sobresale, en este lapso, la sustitución de la religión por el civismo: ser ciudadano y liberar la educación del clero son tan importantes como lo fue siglos atrás la conversión de infieles. La desamortización de los bienes de las comunidades fue un golpe mortal para los pueblos indios. La igualdad de todas las castas y razas ante la ley hace perder a los indígenas todo privilegio ±por menor que éste haya sido- y toda especificidad en las demandas, convirtiéndolos en ciudadanos marginados
y
empobrecidos.
La Constitución de 1857, reforzada por la Ley de Educación de 1867, no fueron aplicadas hasta 1888, durante el porfiriato, cuando se considera que el lastre indígena debe ser eliminado y el desarrollo de los indios debe alcanzar el grado evolutivo del resto del país. El progreso de la nación depende de la concurrencia de todos sus miembros: los indios deben ser auxiliados para alcanzar el grado de civilización de los demás ciudadanos. Como menores de edad, se les asistirá para salir de su barbarie. Progreso y alfabeto se consideran
la
panacea.
Porfirio Díaz renuncia al poder el mismo día en que se aprueba la creación de un sistema de escuelas rudimentarias para indígenas, que permitiría la nivelación necesaria para incorporarlos al sistema educativo y a la vida nacional. Tras la Revolución se inaugura un nuevo discurso que pretende hacer justicia, finalmente, al indio. La creación de la Secretaría de Educación Pública y el proyecto educativo de Vasconcelos ±quien nunca considera que los indios debían recibir una educación especial- marcan esta época y las siguientes décadas. Bastaba una educación rural de calidad para incluirlos, sin segregarlos, como a cualquier otro campesino mexicano. La incipiente antropología se opone a semejante unificación y propone conocer al indio antes de trazar ningún proyecto o ejercer
ninguna
acción.
La educación socialista se ocupó, igualmente, de eliminar las lenguas indígenas y educar con programas rurales semejantes a todos los niños: la meta era crear una ideología campesina; el indigenismo de Cárdenas ±aun en contra del proyecto educativo de Rafael Ramírez o de Narciso Bassols- promueve la educación en lenguas indígenas. La antropología y el indigenismo son convocados para unir esfuerzos en el campo educativo; aunados al jacobinismo imperante en la educación ±en su afán por separar a los indios de la Iglesia- abren las comunidades al Instituto Lingüístico de Verano y a los protestantes. Comprender los motivos de su resistencia,
desde adentro, permitiría instruirlos: no se trata de hacerlos entender o hablar una segunda lengua, sino de modificar sus costumbres.
Durante la presidencia de Cárdenas se gesta el indigenismo oficial ±tras un impasse que coincide con la segunda Guerra Mundial-, y finalmente dará fruto con la fundación del INI; igualados los programas de educación rural y urbana, el INI habrá de suplir de manera integral las carencias de los indígenas, con trabajo intersectorial. La educación continúa sin cambios cualitativos sustanciales y con enormes avances cuantitativos. El quiebre radical se da solamente al crearse una dirección que se encargará exclusivamente de la educación
indígena,
planeada
y
consolidada
en
las
décadas
de
los
setenta
y
los
ochenta
del
siglo
pasado.
El surgimiento de una nueva conciencia indianista, las luchas por las reivindicaciones y derechos de los pueblos originarios y el desarrollo de la antropología y las ciencias sociales llevan a la creación de un sistema de educación específicamente dirigido a los indígenas; tras algunos prolegómenos, cuaja en la Dirección General de Educación Indígena. Desde su surgimiento y hasta nuestros días, esta Dirección se ha ocupado de la educación en lenguas maternas y de la formación de docentes bilingües. La institución ha sufrido diversas transformaciones y ha sido la primera y más importante acción en el campo indígena que se haya emprendido jamás en la historia de la educación en México. Es la respuesta oficial al problema del rezago educativo y se le trata en un solo capítulo a pesar de que haya uno más dedicado al análisis de las respuestas, tanto en el ámbito educativo oficial como en el independiente, al levantamiento
zapatista
de
Leer la historia de la educación indígena ±o de la educación en general-
11994.
es leer la historia de la ideología, las corrientes
antropológicas, las expectativas políticas del país. Encontramos en ella el dibujo tenue de lo que se considera el futuro y el destino de los indios y de la nación entera, puesto que cualquier medida que se tome afecta el proyecto democrático de todos los mexicanos, no sólo de los segregados.
Historia
breve de la educación indígena en México
Jueves, 25 de Noviembre de 2010 18:09 |
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En los siglos XVI y XVII, convivían dos visiones en torno a la población indígena: la de las autoridades civiles fundada en estigmas racistas, y la de los misioneros católicos convencidos en que la población indígena podía adquirir nuevos valores. Para los indígenas, la guerra de Independencia se tradujo en la eliminación de las Leyes de Indias que otorgaban derechos, obligaciones y un estatuto legal a los pueblos lingüística y culturalmente distintos. Porfirio Díaz, se centró en la consolidación del Estado nacional a través de un proyecto liberal asumido como asimilativo. El monolingüismo orientaba la atención de los maestros en la enseñanza del español, postergando la atención al resto de las asignaturas. Durante el periodo posrevolucionario José Vasconcelos, inspirado en el intelectualismo colonial, creó la Secretaría de Educación Pública en 1921 con la idea de recuperar a los indígenas de la barbarie y fusionar las herencias indias y españoles creando una raza cósmica. Así surgen las primeras Escuelas Normales Rurales o Casas del Pueblo y las
isiones Culturales.
M
Bajo la presidencia de Plutarco Elías Calles se diseñó un dispositivo pedagógico sustentado en acciones prácticas, articulado con el trabajo de las comunicaciones, trabajo social y comunitario con el que se buscaba consolidar el espíritu rural del reparto agrario y fortalecer el arraigo local mediante nuevas formas de producción. Fue una intervención pedagógica hecha para reinterpretar las culturas locales y castellanizar a los indígenas, mediante tareas de sustitución lingüística inmediata. El socialismo mexicano proponía mexicanizar a los indígenas a través de la Reforma agraria, el acceso a las nuevas tecnologías y el control que sobre ellos tendrían los aparatos del Estado. En el sexenio de Luis Echeverría Álvarez se creó la Dirección General de Educación Extraescolar en el Medio Indígena que impulsó el servicio nacional de promotores culturales y maestros bilingües extraídos de las propias comunidades. El INI, la Secretaría de la Reforma Agraria y la Confederación Nacional Campesina articularon las demandas de los maestros bilingües: una de ellas fue justamente lo que motivó la creación de la Dirección General de Educación Indígena (DGEI) en 1978. La nueva propuesta tenía como objetivo un bilingüismo coordinado que igualara el valor de las lenguas nativas y el castellano. El modelo de la DGEI parte de la insistencia de enseñar en lengua materna para acceder después al castellano. Las lenguas indígenas fueron reivindicadas como lenguas nacionales y la educación bilingüe bicultural fue promovida como una meta en sí misma y no como un paso para facilitar la castellanización. La educación bilingüe bicultural fue reconocida finalmente como pilar de la educación indígena. Las reformas a la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en 1992 y 2001, reconocen en el art. 2° el carácter multilingüe y multicultural de la nación, sustentado en sus pueblos indígenas. La Ley General de Derechos Lingüísticos de los Pueblos Indígenas reconoce y protege los derechos lingüísticos, individuales y colectivos de los pueblos y comunidades indígenas; promueve el uso y desarrollo de sus lenguas. También mandata una educación en las 68 lenguas indígenas nacionales, tomando en cuenta sus variantes.
Historia De La Politica Educativa En Mexico LEGISLACION EDUCATIVA Y DERECHO A LA EDUCACION EN MEXICO
PERIODO DE INDEPENDENCIA
El primero de los propósitos educativos en la época colonial fue la evangelización de los aborígenes. La tarea evangelizadora ofrecía serios obstáculos, por el desconocimiento de las lenguas indígenas, esta situación fue un tanto salvada al pintar en lienzos los pasajes más significativos de la Biblia además de hacerse valer de intérpretes para lograr su finalidad de transmitir estos conocimientos a los aborígenes. La acción educativa de los franciscanos fue favorecida por la legislación educativa dictada por Fernando el católico y por la campaña de Bartolomé de las Casas en favor de los indios. Las leyes sobre enseñanza imponen a los encomenderos la obligación de enseñar a leer y escribir y aprender el catecismo a un muchacho de sus tierras, a fin de que estos jóvenes enseñen a su vez a sus compañeros. Con estas acciones se puede apreciar, que esta Ordenanza, con perseguir el objeto final de la formación religiosa de los niños indios, se preocupó asimismo por la castellanización e instrucción elemental de éstos, Carlos V ordena que sean favorecidos los colegios fundados para educar a los hijos de los caciques y que se funden otros en las ciudades principales. Asimismo prescribe que instalen escuelas de lengua castellana para todos los indios, aunque no se estima que deba ser obligatoria la enseñanza de la lectura y la escritura.
La legislación educativa hasta entonces contaba con preceptos generales, nobles y generosos, que era preciso convertir en instituciones y usos concretos, y sobre todo, llevarlos a efecto mediante maestros con la vocación resuelta de realizarlos. Esta tarea la llevaron a cabo los primeros misioneros en las nuevas tierras lo que dio lugar al nacimiento del régimen misional.
Licenciatura en Educación Preescolar Y Primaria Para El Medio Indígena Plan '90 Objetivo:
1. Formar un profesional de la docencia con grado académico de licenciatura, capaz de elaborar propuestas pedagógicas congruentes con la situación de los pueblos indígenas, en un proceso que implica la transformación de su práctica docente y el reconocimiento de la diversidad cultural, lingüística y étnica. 2. Está dirigida a docentes de preescolar o primaria que prestan sus servicios en los subsistemas estatales de Educación Indígena. apa Curricular por semestre
M
ÁREA BÁSICA y y y y
Psicopedagogica : Análisis de la Práctica Docente Socio Histórica : Sociedad y Educación Antropológico : Lingüística Cultura y Educación : Metodología de la Investigación I
ÁREA TER MINAL y y y y y y
La Naturaleza Introducción al Campo de Conocimiento de la Naturaleza Lo Social : Campo de lo Social y la Educación Indígena I Cultura y Educación La Matemática : Matemáticas y Educación Indígena I La Lengua : Estrategias para el Desarrollo Pluricultural de la Lengua Oral y Escrita I
Sobre Upn - Universidad Pedagógica Nacional Descripción del centro
Acerca de la UPNCreada por Decreto Presidencial en 1978, fue encargada de ofrecer a los profesores de Educación Preescolar y Primaria en servicio la nivelación al grado de Licenciatura, como una respuesta a las demandas de superación profesional del magisterio nacional y formar profesionales de la educación.Para la primera misión asume la operación de la Licenciatura en Educación Preescolar y en Educación Primaria que ofrecía la Dirección General de Capacitación y Mejoramiento Profesional del Magisterio (Plan 1975) y diseña la Licenciatura en Educación Básica, en la modalidad de Educación a Distancia (Plan 1979). En 1985 diseñó las Licenciaturas en Educación Preescolar y Educación Primaria en la modalidad semiescolarizada (Plan 1985), asimismo en 1990 se iniciaron las Licenciaturas en Educación Preescolar y Educación Primaria para el Medio Indígena, Plan 90.Para la segunda, en la Unidad Central Ajusco, a partir de 1979 se ofrecen las Licenciaturas escolarizadas a maestros en servicio y a bachilleres en diversas especialidades educativas.En cuanto a oferta educativa de Posgrado se inició una primera etapa (1979-1990) con 7 especializaciones y 2 maestrías, misma que con base en la experiencia y el proceso de evaluación correspondiente se reforman en el programa institucional de posgrado, a partir de 1990.Objetivos y FuncionesLa Universidad Pedagógica Nacional es una institución pública de educación superior con carácter de organismo desconcentrado de la Secretaría de Educación Pública.Objetivos: Contribuir al mejoramiento de la calidad de la educación Constituirse en institución de excelencia para la formación de los maestros Funciones: Docencia Investigación Difusión de la Cultura y Extensión Universitaria
La educación indígena en México: inconsistencias y retos En síntesis, los alumnos indígenas, que son quienes más requieren de calidad en la atención educativa, son los que menos atención y calidad reciben. La mala calidad de la educación que recibe la población indígena, medida por los insumos materiales y humanos que se le destinan, es la segunda causa de los mayores índices de deserción, reprobación y el menor aprendizaje de esta población en la escuela. La tercera causa es la falta de pertinencia cultural y lingüística de la educación que México ofrece a esta población. Una revisión de la literatura etnográfica en torno de la relación entre la escuela y los
pueblos indígenas, realizada recientemente para una evaluación del impacto del programa Oportunidades sobre la población indígena3, permitió llegar a las siguientes conclusiones: y
y
En la mayor parte de las escuelas indígenas del país predomina la castellanización directa (sólo el 63 % de los maestros indígenas hablan una lengua indígena), hay una desubicación lingüística (maestros que hablan una lengua indígena pero que trabajan en una comunidad que habla otra) cercana al 20 %, o bien prevalece el uso instrumental de la lengua indígena (se maneja sólo mientras los alumnos adquieren suficiente español como para proseguir las clases en esta lengua). El bilingüismo, que teóricamente es el propósito del subsistema de preescolar y primaria indígena, no ha sido asumido como tal por los docentes indígenas. En el caso de los alumnos que han tenido poco contacto con el español, la enseñanza se vuelve ininteligible, y el aprendizaje se obstaculiza, para no hablar del efecto del desplazamiento lingüístico (pérdida de la diversidad lingüística) que estas prácticas suponen. La cultura indígena no está presente en las aulas. La experiencia escolar resulta ajena a los niños indígenas. Tampoco se toman en cuenta sus estilos de aprendizaje, que se basan más en la observación, la imitación, la exploración y la experimentación que en la transmisión verbal de conocimientos. La escuela enfatiza lo escrito incluso en el aprendizaje de una segunda lengua , cuando la cultura indígena es oral. La relación de la escuela con la comunidad no busca propósitos educativos: es más bien puntual e instrumental. Además, la escuela no respeta los calendarios rituales y agrícolas de las comunidades indígenas, que son ocasiones de intensa socialización y fuerte aprendizaje.
La escuela indígena no representa el mejor lugar para aprender. Los alumnos, al no entender la escuela, al no sentir que aprenden, prefieren no ir. Los padres, que con el tiempo los van ocupando más y más para el trabajo, acceden finalmente a interrumpir su carrera escolar. En los niveles posteriores de educación, los alumnos indígenas cargan con las siguientes desventajas: no lograron dominar el español porque no se partió de un buen dominio de la lengua propia; tuvieron una educación deficiente y por lo mismo no dominan muchas de las habilidades necesarias para seguir estudiando; si continúan a la secundaria, tienen serias dificultades para aprender; al llegar al nivel medio superior, o incluso al superior, se enfrentan con exámenes de admisión que los indígenas aprueban mucho menos que los no indígenas. De esta manera, se castiga a los indígenas por ser víctimas de un sistema educativo desigual en calidad y poco pertinente cultural y lingüísticamente hablando. Nuevos
acuerdos y proyectos
En los últimos cinco años ha habido desarrollos tanto normativos como de política educativa, que en teoría tendrían que modificar las formas de visualizar y enfrentar la problemática educativa indígena. En el año 2003 se publicó la Ley General de Derechos Lingüísticos de los Pueblos Indígenas. Esta es una ley que reglamenta varios aspectos del Artículo 2 Constitucional. En su Artículo 11, esta Ley señala que los indígenas tienen derecho a ser educados en su propia lengua a lo largo de su educación básica. La Ley General de Educación (LGE) se modificó en consecuencia, para incluir entre sus fines, en el Artículo 7, fracción 4ta : Promover mediante la enseñanza el conocimiento de la pluralidad lingüística de la Nación y el respeto a los derechos lingüísticos de los pueblos indígenas. En el año 2004 se creó la primera de nueve universidades interculturales, ubicadas todas ellas en zonas con población densamente indígena y, aunque no exclusivamente, sí privilegiadamente para los indígenas. Estas instituciones buscan formar cuadros para el desarrollo económico, lingüístico y cultural de las regiones en las que se encuentran insertas.
En el año 2006, 16 escuelas normales comenzaron a ofrecer una licenciatura en educación primaria intercultural bilingüe. Esta licenciatura suponía cursar a lado de otros futuros maestros, de origen mestizo, alrededor del 85% de un tronco común de materias, con un enfoque intercultural para todos. Pero además debían cursar seis horas semanales adicionales, a lo largo de los tres años escolarizados de la licenciatura, en las que aprendían su lengua, su cultura, cómo enseñarlas, y cómo enseñar el español como segunda lengua. Esta licenciatura presentó por primera ocasión la posibilidad de ofrecer formación inicial profesional a maestros indígenas. Desgraciadamente, la licenciatura no se ha extendido a todos los estados que tienen población indígena. Tampoco está, al parecer, recibiendo los apoyos necesarios. En octubre de 2007, México firmó la Declaración Universal de los Derechos de los Pueblos Indígenas, que en su Artículo 13 señala: T odo pueblo tiene el derecho de hablar su propia lengua, de preservar y desarrollar su propia cultura, contribuyendo así a enriquecer la cultura de la humanidad. La definición de la nación mexicana como pluricultural obligaría al sistema educativo a fortalecer las lenguas y las culturas que le h acen ser culturalmente plural.