Putas, brujas y mariposas negras Heli Morales El psicoanalista mexicano Helí Morales traza una historia de las perseguidas como brujas, por su sexualidad insaciable; de la “poderosa erótica” reprimida de las monjas, y de las prostitutas cuyo deseo el hombre cree poseer, dinero mediante
!as brujas, las monjas, las putas Esas mujeres "ue, al límite, o#recen o niegan una sexualidad exasperada son las "ue el psicoanalista mexicano Helí Morales eligió para a$anzar hacia una historia de la sexualidad “"ue no puede dejar de lado las pasiones de las mujeres” !as brujas, desde el siglo %&, #ueron perseguidas por una sociedad cuya legalidad es la de los goces del hombre y "ue no aceptó, en ellas, el #antasma de una “sexualidad desen#renada, insaciable” Es "ue, e#ecti$amente, “el goce de la mujer se abre a lo in#inito; su geogra#ía no est' ligada a un órgano, el cuerpo todo puede ser geogra#ía de lo erótico, y su temporalidad es abierta” (ara ilustrar esta tesis, originada en )ac"ues !acan, Morales examina la sexualidad de las monjas, esas “mariposas negras”, hasta encontrar en ellas “una erótic erótica a poder poderosí osísim sima” a” (ero (ero es en la relac relación ión con la prosti prostitut tuta a donde donde el hombr hombre e muestra, de la manera m's clara, “el #antasma de obtener el goce de una mujer mediante el pago, mediante algo del orden del tener* como si #uera posible tener a una mujer” +esde el psicoan'lisis psicoan'lisis es posible pensar una historia de la sexualidad sexualidad bajo una mirada distinta* una mirada a los m'rgenes; no hacia los sistemas sino hacia los puntos puntos donde donde los los sistem sistemas as se rompe rompen* n* esta esta histo historia ria no puede puede dejar dejar de lado lado las pasiones de las mujeres y, en particular, yo he trabajado la cuestión de las brujas, la de las prostitutas y la de las monjas +contó Helí Morales, miembro de la -ed .nalítica !acaniana, "uien $isitó recientemente la .rgentina +Hablemos entonces de las brujas +.ntes del siglo %&, las brujas tenían reconocimiento reconocimiento social* eran hechiceras, curanderas, sanadoras esde ese siglo aparecen #ilóso#os, como /ornelius .grippa, cuyas cuyas teoría teorías, s, "ue incluye incluyen n la magia magia y el estud estudio io de propi propieda edades des oculta ocultas s de las las plantas, est'n muy cerca de a"uellas hechiceras, y entonces necesitan di#erenciarse; las brujas, por su parte, no tenían un discurso "ue les permitiera legitimar su pr'ctica ante la 0glesia En este contexto aparece el Malleus Male#icarum, libro escrito por dos religiosos alemanes "ue por primera $ez identi#ica y clasi#ica a las brujas y "ue #ue usado como manual por la 0n"uisición (ero el punto #undamental por el "ue se las perseguía era su sexualidad* estaban las brujas "ue curaban, las "ue lastimaban y las "ue tanto curaban como lastimaban, pero coincidían en "ue a todas se les atribuía una sexualidad desen#re #renada, basada en un pacto carnal con 1atan's +Eran la encarnación del diablo +El demonio sólo ad"uiere existencia jurídica para la 0glesia a partir del siglo %000, cuando un concilio le da legitimidad legitimidad (ero no tiene cuerpo* se apodera de los cuerpos 2 el cuerpo de la bruja pasó a ser el del demonio; las brujas de$inieron la materialidad del diablo /omo 3l #ornicaba con ellas, se con$irtieron en las prostitutas del diablo, en el cuerpo del mal 4/ómo castigar al diablo5* "uemando el cuerpo de las brujas +4(or "u3 se les atribuyó a las brujas esa “sexualidad “sexualidad desen#renada”5 desen#renada”5 +El psicoanalista )ac"ues !acan planteó "ue hay dos grandes $ertientes posibles del
goce* un goce re#erido a los hombres y otro re#erido a las mujeres Esto no se re#iere necesariamente al sexo anatómico* un $arón, en el sentido anatómico, podría tomar la $ertiente #emenina del goce, y una mujer, en el sentido anatómico, podría gozar a la manera de los hombres (ero, en principio, el goce del hombre se re#iere a un órgano "ue 3ste tiene, un órgano $isible; así, este goce se inscribe en una geogra#ía corporal de#inida y en una temporalidad de#inida, "ue concluye en la eyaculación El goce de la mujer, en cambio, se abre a lo in#inito; su geogra#ía no est' ligada a un órgano, el cuerpo todo puede ser geogra#ía de lo erótico, y su temporalidad es abierta Es otro modo de goce, "ue no est' sujeto a la misma legalidad (ero, históricamente, se sostu$o "ue sólo existía el goce #'lico y "ue las mujeres debían circunscribirse a esta legalidad !a “en$idia del pene” se anota en la suposición de "ue sólo hay una manera, la del hombre, de gozar (uede haber algo de insoportable en esa otra #orma de gozar, esa sexualidad “desen#renada, insaciable”, de las brujas +4/ómo se ubica, en esto, el orgasmo #emenino5 +!os discursos sobre la sexualidad en 6ccidente surgen de .ristóteles, en el siglo 0& a/, y de 7aleno, en el siglo 00 a/ 7aleno planteaba "ue, para "ue se produjera un embarazo, el semen eyaculado en el orgasmo masculino debía mezclarse con otra sustancia generada en el orgasmo #emenino; debía haber una concordancia org'smica (ara .ristóteles, en cambio, la mujer es la causa material del embarazo y el hombre, mediante el semen, otorga el espíritu; en esta concepción, no tenía ninguna importancia "ue la mujer tu$iera orgasmo Esto se discutió durante siglos (ara la 0glesia, el sexo estaba sólo destinado a procrear* si 7aleno tenía razón, la 0glesia debería aceptar el orgasmo de las mujeres* 4"u3 hacer entonces con la “lujuria” ligada al goce #emenino5 +4/ómo se resol$ió la contro$ersia entre 7aleno y .ristóteles5 48ue autorizado o no el orgasmo #emenino5 +!a ciencia moderna, al establecer las #unciones del espermatozoide y del ó$ulo, $ino a tran"uilizar a la 0glesia, y a muchas personas, ya "ue el orgasmo de la mujer no resulta necesario para procrear 2 de hecho el goce #emenino #ue dejado de lado por el campo de la ciencia Habr' "ue esperar hasta #ines del siglo %0%, cuando 1igmund 8reud se replanteó la dimensión de la sexualidad #emenina pero ya #uera del campo de lo biológico* en la dimensión del ser y del goce El psicoan'lisis nace cuando 8reud ad$ierte "ue los cuerpos de a"uellas #amosas hist3ricas hablaban, en su carne, de algo "ue su palabra no podía decir, y "ue no era sino su sexualidad +2a en 8reud se planteaban cuestiones como la del orgasmo “clitorideano” al “$aginal” +esde "ue Mateo /olón lo incorporó al saber cientí#ico en el siglo %&0, se intentó plantear el clítoris, en una dimensión biológica, como explicación de la sexualidad de las mujeres (ara los anatomistas de los siglos %&0 y %&00, ese montículo, el amor $eneris, explicaba el amor y la sexualidad #emenina Hoy se habla de distintos tipos de orgasmos, anales, $aginales, clitorideanos El peligro es creer "ue el goce de las mujeres se de#iniría desde una especie de imperialismo de órgano El goce de la mujer $a m's all' 9omemos el caso de las "ue 1anta 9eresa de .$ila llamó “mariposicas negras”, mariposas negras +!as monjas +!as monjas católicas deben cumplir el $oto de pobreza, el de obediencia y el de castidad Hay órdenes donde no les es permitido mirar a un hombre a los ojos, donde no pueden mirar ni aun su propio cuerpo desnudo En las monjas, la 0glesia católica intenta negar el erotismo de las mujeres, pero, al mismo tiempo, instaura una nue$a modalidad erótica* la no$icia, en el acto pro#esional, se casa con ios Ella abandona
su cuerpo, su nombre, su cabellera, sus $estimentas, y se casa con el 1e:or +4/ómo es, en ese matrimonio, el erotismo5 +1e expresa en el mo$imiento de los místicos, una de cuyas grandes plumas #ue 1anta 9eresa de .$ila* en sus escritos hay un goce del "ue ella no sabe; un goce "ue tiene otra legalidad En su libro m's importante, !as Moradas, al llegar a la s3ptima morada, donde habita “el mesmo ios”, la religiosa se #unde con su Esposo en una sola luz, en un dolor "ue casi no puede soportarse pero ios le pide m's Es una erótica poderosísima (or supuesto "ue, por otra parte, muchas monjas suelen tener relaciones sexuales, l3sbicas, masturbatorias, pero en cual"uier caso y, sobre todo, sue:an* y el an'lisis de sus sue:os, no importa si con el (apa o con el sacerdote, los de$ela como sexuales +En la necesidad de prohibir ese goce de la mujer, 4hay en juego un #antasma especí#icamente masculino5 +istintos antropólogos sostienen "ue la en$idia, en la relación entre las dos posiciones sexuales, históricamente es en$idia del hombre hacia la mujer en su capacidad de procreación 2, si hay un campo en el "ue el gocey el cuerpo de la mujer est'n a#ectados por un #antasma masculino, es el de la prostitución . partir del ad$enimiento del cristianismo, la sexualidad se ubica en el orden de lo degradado, y "uien mejor encarna esta degradación es la prostituta, "ue es muy perseguida por su acti$idad sexual 1e la persigue en tanto se o#rece como deseante; en tanto ella misma llama como objeto del deseo y se engalana para llamar al otro; lo insoportable es "ue la mujer haga de su deseo el brillo de su belleza 2 el #antasma masculino es "ue se puede obtener el goce de una mujer mediante el pago, mediante la legalidad de los hombres El hombre, en su #antasma, cree "ue puede tratar el goce de las mujeres como algo del orden del tener, como si se pudiera tener a una mujer +Este imposible propósito masculino de capturar el goce de una mujer $aldr' no sólo para la prostitución +/laro, pero en el caso de la prostitución ad"uiere un car'cter grosero por lo inmediato del $alor de uso; en otras pr'cticas sexuales o amorosas es necesario, en la seducción, desplegar algo del orden del ser; en la prostitución, puede creerse "ue la dimensión del dinero genera directamente una propiedad 2, sí, es una dimensión del hombre la necesidad de "ue el goce de la mujer no se abra a lo in#inito, "ue se sujete a la misma legalidad "ue el del hombre !acan plantea "ue, en rigor, no se puede hablar de “la mujer” como se puede hablar de “el hombre” !os hombres pueden uni#icarse en una categoría "ue los represente pero no sucede lo mismo con las mujeres* una por una encarnan la di#erencia