Guia Bio Seduccion Animal

Bio Seducción Animal

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Sumario. Primera Secuencia. Enfoque Preliminar......................................................... 4

Segunda Secuencia. Mujeres vs. Hombres, Diferencias y Complementariedad. .........19

Tercera Secuencia. La Seguridad, Un Atributo Que Atrae a Las Féminas. ...............32

Cuarta Secuencia. El Método, Paso Por Paso. ...............................................53

Quinta Secuencia. ¿Cómo Disipar Las Inquietudes Ante Un Primer Acercamiento? ....75

Sexta Secuencia. Y Bien, ¿Cómo Pasar El Examen? ........................................89

Séptima Secuencia. Estudiar La Comunicación No Verbal. ................................ 101



Octava Secuencia. El Ingenio En El Amor. .................................................. 122

Novena Secuencia. Errores Que Es Mejor Evitar. .......................................... 137

Décima Secuencia. Recapitulación y Buenos Augurios .................................... 150



Primera Secuencia. Enfoque Preliminar. ¿Qué hombre no ha soñado alguna vez con convertirse en un verdadero Casanova? Mujeriego, elegante, cortés, mundano, Giacomo Casanova era lo que se dice un sibarita, entregado por completo a los placeres y a los deleites de la vida. Si bien transcurrió su existencia en el siglo XVIII, se convirtió en un mito de seducción que llega con fuerza aún hasta nuestros días.

En este Manual le voy a entregar a los lectores masculinos las herramientas y el asesoramiento para ser un Casanova, aunque un Casanova adaptado a los tiempos que corren y sin idealizaciones imposibles de concretar. Usted puede construirse a sí mismo como un bio seductor animal si sigue al pie de la letra mis recomendaciones, que he diseñado como si fuese una fórmula con su contenido distribuido en secuencias prácticas.

¿Por qué he dado en llamar al hombre prototipo como "bio seductor animal"? Con mi fórmula aspiro a que resurja un hombre con dominio y potenciación de sus propias capacidades sensuales, aquellas capacidades que provienen de los sentidos y que muchas veces están reprimidas.



Aspiro a resurja un hombre que a la vez posea esa especie de impulso animal que le dará vigor, energía, resistencia. ¡Y a no pensar que me estoy refiriendo a un animal como un insulto, por favor!

Tenga en cuenta que el hombre no nace sabiendo sino que se construye a sí mismo. El hombre se construye a sí mismo de manera sólida y pujante en la medida en que aprende a utilizar los conocimientos que lo benefician. De todos modos, incorporar el conocimiento teórico que aportaré a continuación no lo convertirá en forma automática en un bio seductor animal.

La información teórica le proporcionará la sabiduría necesaria que se debe tener para ser un bio seductor animal. Luego, para cumplir su cometido de ser en realidad un bio seductor animal deberá poner en práctica la información teórica una y otra vez, hasta hacerla suya e incorporarla a sus actos que son habituales. Asimismo, la teoría y la práctica aprendidas en cuanto a la seducción de mujeres no tendrán por qué agotarse en dicho cometido. La teoría y la práctica de la seducción implican una capacidad de comunicación desde la inteligencia emocional que lo conducirán a aprovechar sus fortalezas en todos sus quehaceres: en el trabajo, en el entorno familiar, en las amistades ocasionales o permanentes, en las interrelaciones con personas diversas.



Usted podrá fijarse metas, apuntar a objetivos de diferente índole, en la seguridad de que cada desafío que encare lo conduzca a vivir experiencias exitosas.

En cuanto a convertirse en un bio seductor animal, le propongo un trabajo sobre sí mismo que requiere un gran esfuerzo, por supuesto. Su voluntad es el motor imprescindible. Lo bueno es que el trabajo sobre sí mismo tiene la garantía de que será efectivo, una vez que haya interpretado todo lo que manifiesto en estas páginas y lo haya practicado lo suficiente. No sirve una única práctica sino que la práctica debe ser continua.

Muchas veces habremos escuchado decir que para vencer al enemigo hay que conocerlo. Que no se me malinterprete, aquí no se trata de considerar a las mujeres como si fueran enemigas. Aquí se trata de considerar a las mujeres como seres de sexo diferente, que debemos aprender a conocer para poder acceder a ellas de la mejor manera. No es cuestión de saber conquistar a la mujer de nuestros sueños pero luego no poder retenerla, si es eso lo que queremos.

Hay que saber mantener cautivada a la mujer que amamos, hoy y siempre. Si alguien quiere ir de conquista en conquista, emulando al Casanova al que hacíamos referencia al principio, allá él…



No me parece ni mal ni bien que sea un monógamo estricto o que sea un polígamo, que acumule varias mujeres a la vez con el visto bueno de ellas o engañándolas. No es de mi interés emitir juicios de valores, cada uno debe hacer lo que siente que quiere hacer para ser feliz y con ello poder realizarse. De todos modos, me propongo trabajar más allá de la seducción inicial, cavar cimientos más hondos en la construcción de un hombre carismático y dispuesto a caminar saliendo airoso de las situaciones complejas.

Cada una de las secuencias que voy a brindar ilumina una escena enfocada en la conquista de una mujer, haciendo hincapié en adquirir seguridad en sí mismo. Si bien he estructurado este Manual con secuencias diferentes

y progresivas, que natural-

mente se suceden unas tras otras, no son compartimientos estancos. No es que termina una secuencia y comienza otra independiente de la primera, a la que dejamos atrás. Tal como sucede

en

el

desarrollo

de

un

film,

las

secuencias

se

interrelacionan y dialogan entre sí, así como el aprendizaje de cada una de ellas potencia el aprendizaje del conjunto.

Ahora volvamos al punto que antes apenas mencioné: el de conocer a las mujeres. Se ha comprobado que en esto de la conquista amorosa hombres y mujeres tienen en sus mentes ideas muy diferentes, casi opuestas diría. Como me estoy dirigiendo a los hombres, no es necesario que aluda a lo que piensa un hombre cuando intenta acercase y cautivar a una mujer.



En todo caso pregúnteselo usted mismo, busque dentro suyo la respuesta y seguro que la hallará. Lo que en este momento me interesa señalar es que no todos los hombres conocen la psicología de la mujer en estas circunstancias, es decir, no todos conocen la psicología de la mujer cuando intentan la conquista amorosa. Si la conocieran, no habría tantos hombres que fallan rotundamente en sus intentos de seducción de mujeres. En primera instancia, una mujer se siente atraída por el hombre que

vislumbra como el más fuerte, es decir, se siente atraída por aquél que podrá aportarle genes que sean los más aptos para desarrollar con éxito la descendencia. Una mujer que demuestra interés por un hombre de manera inconsciente está pensando en su futuro, no solo vive el momento presente. Y en su proyección hacia el futuro se siente impulsada hacia el hombre fuerte, como si ese hombre fuerte poseyera un poderoso imán para atraerla. Ve en ese hombre fuerte su propensión a ser protector. En cierta forma, el hombre que va a la conquista debe demostrar que posee valor de supervivencia elevado para poder entrar en la selección de la mujer a la que aspira.



¡Pero no nos apresuremos con conceptos que por ahora nos pueden complicar la comprensión! Ya iremos paso por paso iluminando cada una de las secuencias que permitan conocer cómo es el juego en realidad, para poder jugarlo sin tropiezos ni sorpresas que resulten desagradables. Hay que conocer y hay que practicar una y otra vez el juego de la seducción, hasta llegar a convertirse en un bio seductor animal experto. El hombre que conoce como nadie el juego de la seducción y domina ciertas rutinas, tendrá ventajas a la hora de sacar provecho de todas las circunstancias que se le presentan en la vida. Aprenderá a enamorar a la mujer que desee, en cualquier sitio y sin importar el momento en que se encuentre. Aprenderá a enamorar a una mujer en particular o a muchas mujeres, si esto es lo que le interesa. Repito para que quede claro porque es muy importante:

hay que conocer el juego de la seducción, a la par que hay que practicarlo hasta aprenderlo, aprehenderlo e incorporarlo a los actos habituales. El hombre que practica el juego de la seducción termina por perder sus inseguridades. Le propongo, estimado lector, que no se pierda ni una palabra de las secuencias que siguen. Este Manual está diseñado en forma didáctica, con ejemplos claros y concretos como para poder despejar las dudas principales. Y para volver a nutrirse en los conceptos fundamentales tantas veces como sea necesario.



Puede tomar apuntes para internalizar mejor los conceptos, aunque al final haré un repaso para refrescar lo que se ha dicho, proporcionaré un esquema de las secuencias principales que se suceden de forma progresiva para lograr la conquista de una mujer.

Por otra parte, este manual está dirigido indistintamente a todos los hombres que ansíen convertirse en seductores. Mientras compilaba el material necesario y volvía a experimentar las secuencias para comprobar si mi método seguía dando resultados positivos, me imaginaba a otro hombre llevando a cabo la experiencia. Me costaba imaginarme a un hombre determinado por su profesión, quiero decir con esto que me costaba imaginarme a un farmacéutico, a un profesor de biología, a un carpintero, a un vendedor de autos, a un oficinista, a un empresario, a un estudiante… Me di cuenta que no podía imaginarme a un hombre determinado por su profesión porque le estoy hablando a todos los hombres sin distinción alguna. Incluso en cuanto a la edad también el segmento al cual me dirijo es muy amplio, desde un adolescente a un hombre que supere los setenta años pueden aprender las técnicas que propongo y utilizarlas para su beneficio.

En mis talleres de programación neurolingüística, coaching y programación motivacional, he visto desfilar a hombres de las profesiones más variadas, de las edades más disímiles y sin importar el estado civil.



Y lo curioso es que los que han llevado a la práctica con rigor el programa que he propuesto han conseguido idénticos resultados positivos. Todos ellos han logrado hacerse de las tácticas infalibles para conquistar a la mujer o a las mujeres deseadas. A la luz de las experiencias recogidas podría asegurar que cada uno de ellos tenía el poder de la seducción muy escondido en su interior y con mis técnicas logré que lo sacara afuera para emplearlo en provecho propio.

¡La bio seducción animal que yace dormida en un hombre puede despertarse y comenzar a actuar hasta con las féminas que suelen ser más difíciles en sus abordajes! Cada uno podrá emplear la habilidad rescatada como mejor le plazca o como mejor pueda lograrlo. Vale decir, una vez que el hombre haya liberado y puesto en práctica las armas de la seducción podrá utilizarlas a su favor siempre.

Si su propósito es conquistar a una mujer para llevarla ante el altar y formar una familia, si desea que muchas mujeres caigan rendidas a sus pies, si quiere seducir a un público determinado o si quiere cambiar los comportamientos autodestructivos cuando interactúa con otros por comportamientos que fortalezcan su autoestima, todo puede lograrse con las instrucciones precisas contenidas en este Manual.



La mayoría de los hombres ponen en su mira el hecho de querer conquistar a una mujer, aunque en el transcurso del tiempo se dan cuenta de que las estrategias incorporadas les sirven para muchos otros propósitos, sobre todo en lo que hace a lograr la comunicación efectiva con el mundo que les rodea. Al fin y al cabo, necesitamos comunicarnos continuamente con los demás a la vez que conseguir reciprocidad con nuestros mensajes.

A esta altura conviene aclarar que para seducir a una mujer no necesariamente se debe poder ganar mucho dinero. Hay quien piensa que si se convierte en una persona rica le vendrá por añadidura el don de la seducción. O no tiene la esperanza de convertirse en seductor porque no posee un gran capital económico que lo respalde ni tiene a la vista condiciones para conseguirlo. Y no es así, de ningún modo la riqueza económica está ligada de manera indefectible a la seducción.

Puede ser que una persona rica sea seductora naturalmente o puede ser que no lo sea, así como una persona pobre puede ser seductora naturalmente o puede no serlo. Lo cierto es que las mujeres no sucumben ante un hombre rico por su fortuna en sí sino porque admiran la aptitud y la voluntad que ha tenido para amasar esa fortuna. Además de la riqueza económica, ven en ese hombre poderoso su don de comunicación a la vez que su talento para resolver los problemas, así como su capacidad de brindar protección a los seres que lo rodean.



Para expresar el párrafo anterior de otro modo, cito un ejemplo ilustrativo. Si un hombre pobre aunque para nada seductor gana muchísimo dinero en un juego cualquiera de azar, como puede ser la lotería o el bingo, y de repente se convierte en un hombre riquísimo, ¿automáticamente se volverá un seductor irresistible?

Me estoy refiriendo a un hombre que consiguió su fortuna económica por pura casualidad, no porque haya puesto empeño y desplegado saber para poder lograrlo.

La respuesta contundente es que si un hombre no se trabaja a sí mismo para enriquecer su personalidad y volverse carismático, podrá tener mucho dinero, podrá tener un sinfín de propiedades económicas, pero eso no lo hará deseable para las mujeres. A lo sumo las mujeres se le podrán acercar por interés, lo que no es digno para nadie. Apropiarse de una fortuna económica puede estar ligado a la suerte, como en el caso que mencionaba del hombre que gana un juego de azar, pero el éxito en la conquista de las mujeres está ligado a un trabajo minucioso y consciente de la personalidad.

Si sigue con atención las secuencias de este Manual y pone en práctica cada una de las estrategias explicadas, se convertirá en un hombre ganador en todos los órdenes de su vida:



Con las mujeres, con sus pares, con la gente que trabaje bajo su dependencia, con las relaciones ocasionales, cuando actúe en los círculos sociales más encumbrados, cuando tenga oportunidad de viajar por el mundo. En suma, podrá interrelacionarse para su beneficio en cada situación que se lo proponga. ¿Se entiende cuál es la diferencia sustancial? Para seducir no solo importa lo que se tiene materialmente sino la actitud que se muestra y que se demuestra.

Por lo tanto, lo invito a no sentarse a esperar que lo toquen con una varita mágica y al momento le empiecen a suceder los acontecimientos dichosos que siempre soñó. A los príncipes afortunados en el amor por obra y gracia de un hada buena hay que dejarlos para los libros de cuentos infantiles, para los relatos fantasiosos. Muy por el contrario, a la suerte hay que buscarla y si llega por azar hay que saberla aprovechar.

Alguna vez escuché a un escritor famoso decir con mucho tino que no hay que sentarse a esperar a que lleguen las musas inspiradoras para escribir un buen texto. Hay que sentarse a practicar la escritura día tras día, hay que vencer la página en blanco hasta al fin lograr concebir un buen texto. Y si por casualidad las musas se avienen a visitarlo (¿por qué no?), ¡es mejor que lo encuentren en plena tarea!

Estoy dirigiéndome a usted para darle las herramientas que puedan ayudarlo a hacer realidad sus anhelos.



Los cambios positivos no suelen llegar por azar sino que se consiguen con planificación y con una buena dosis de empeño. Si le propongo seguir una a una las secuencias y practicarlas, es porque quiero darle esas herramientas que le permitan alcanzar el objetivo de ser un seductor irresistible.

Estoy dispuesto a no guardarme ningún as en la manga. En este Manual le voy a ofrecer todos mis conocimientos, fruto de años de trabajo, investigación, experiencia y testeo probatorio.

Me siento muy seguro con las recomendaciones que divulgo porque antes yo mismo las he puesto en práctica para corroborarlas. A la par, mis recomendaciones hay sido llevadas a la práctica en talleres vivenciales con otras personas. Y por qué no decirlo, les he dado recomendaciones para seducir a mis amigos y a unos cuantos familiares, quienes luego de ponerlas en práctica no me han devuelto más que elogios.

Sé que mi método da resultados positivos, aunque no se engañe: siempre dependerá de usted que funcione, querido lector. Dependerá de usted en cuanto al grado de compromiso que ponga.

A grandes rasgos, la fórmula para aprender a ser un seductor podría condensarse en las siguientes cinco instancias.



A saber: •

Primera instancia. Hay que tener bien en claro el objetivo en el que se deberá enfocar: Seducir, seducir y seducir, ¡hasta alcanzar la bio seducción animal!

•

Segunda instancia. Aprender a través de este Manual las secuencias para alcanzar la meta, siguiendo el orden preestablecido sin saltear ningún párrafo.

•

Tercera instancia. Practicar el conocimiento adquirido una y tantas veces como sea necesario. Solo la práctica puede llevar a la incorporación cierta del conocimiento.

•

Cuarta instancia. Comprobar que se puede aplicar el conocimiento adquirido de manera natural, en cada situación que se desee. El conocimiento incorporado debe fluir.

•

Quinta instancia. Alcanzado el resultado esperado, lograr el mantenimiento y el control deseados a través de un proceso consciente, explicado con detalle a lo largo de estas páginas.



Si usted incorpora el conocimiento y lo practica hasta que le salga bien lo que se propone, le garantizo que muy pronto va a poder liberar a pleno su poder de seducción. En este manual están las respuestas a las principales inquietudes que se le pueden presentar al momento de la conquista amorosa.

Incluso se dan ejemplos coloquiales, como para poder entender mejor de qué hablamos en cada situación en particular. A partir de hoy, usted puede empezar a dejar de lado las frustraciones que se le generaban al acercarse a una mujer con intenciones de conquistarla y sentirse rechazado.

¡Aprenda ya cómo interactuar y cómo ganar con las mujeres! ¡Aprenda a ser un bio seductor animal! ¡Pero basta de dilaciones! Vayamos al meollo de la cuestión. Le pido que preste atención y se mantenga como una esponja, dispuesto a absorber y a empaparse de todo el conocimiento que viene a continuación. Y también le pido que nunca baje los brazos ni se desanime, no puede haber ninguna circunstancia que justifique el abandono de su objetivo.

Las ganas de aprender junto con la perseverancia le permitirán llegar a la meta tan ansiada: comportarse como un seductor nato, en cualquier circunstancia y sin importar el lugar en que se encuentre. ¡Adelante entonces, estimado lector!



Notas y Conclusiones de la Primera Secuencia.

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Segunda Secuencia. Mujeres vs. Hombres, Diferencias y Complementariedad. El objetivo principal de este libro electrónico es despertar en el hombre la seducción que late escondida muy dentro de él mismo, para así poder obtener los mejores beneficios en su interacción con las mujeres.

Aunque a decir verdad también puede aprovecharla en su interacción social en general. Antes de seguir, mi consejo es que ningún hombre se apresure en su intento de seducción a una mujer si antes ella no ha demostrado una especie de magnetismo hacia su persona. Por lo que recomiendo seguir leyendo con atención para saber cómo debe progresar en su acercamiento a las mujeres. ¡Ni un paso en falso, por favor!

Retomo lo que dije antes en la Primera Secuencia:

Las mujeres no sucumben a un hombre por su riqueza monetaria sino que les atrae el talento que han tenido para conseguir dicha riqueza y para saber escalar en posiciones de prestigio.



Alguien que tiene talento es alguien seguro de sí mismo, que tiene desarrollada la capacidad para expresar sus ideas y para ejercer su liderazgo. Y alguien que se comporta como un líder tiene personas que lo siguen incondicionalmente, que sienten una corriente de simpatía por su forma de actuar, por su presencia y por sus palabras apropiadas a las circunstancias.

Con una actitud de generosidad, un líder se desarrolla él mismo y también posibilita el desarrollo de su gente. Justamente esas cualidades del líder son las que atraerán a las mujeres, mucho más que la atracción que pueda ejercer el poder económico que ostenta una persona.

Los líderes son irresistibles para las mujeres. Sienten que si muchas otras personas los necesitan, porque pueden obtener el apoyo que en cierta forma les brinda ese líder, ellas podrían obtener mucho de él a la vez que sentirse protegidas. Obsérvese el trasfondo de un hombre que es considerado un líder. Ese hombre puede ser una persona rica o quizás puede ser una persona sin demasiadas pertenencias económicas; la riqueza monetaria no es una condición necesaria para llegar a ser un líder. Lo que sí es una condición necesaria para ser considerado un líder es que se constituya en una persona que prevea y suministre aquello que se necesita para alcanzar un determinado fin.



Lo cierto es que las mujeres son muy intuitivas a la hora de reconocer la personalidad de un líder, de alguien que va a la cabeza porque tiene condiciones para ello. Hasta pueden reconocer a un futuro líder, a alguien que todavía está en gestación. Por lo general una mujer intuye que si ese hombre que tiene frente a sí es capaz de darle valor y protección a sus seguidores, él también será capaz de brindarle valor y protección a ella misma.

En consecuencia, las mujeres no ven a un hombre como importante por el hecho de tener muchos bienes económicos, sino que la verdadera importancia la encuentran en el hecho de que ha demostrado su inteligencia para ocupar el lugar al que llegó. La fortaleza del hombre rico reside en la capacidad que ha tenido para obtener esa riqueza, mucho más que el capital acumulado en sí mismo.

En un paso más hacia el imprescindible conocimiento que se debe tener de las mujeres, me voy a referir a las diferencias que existen entre los roles femenino y masculino. Si bien es sabido que a lo largo de la historia estos papeles femeninos versus masculinos han ido cambiando bastante. En la época que nos toca, tanto los hombres como las mujeres desempeñan algunos roles que antes eran impensados para su condición sexual. Si hablamos de nuestros antepasados remotos, los hombres salían a cazar para proveer los alimentos y daban protección a la familia, mientras las mujeres se quedaban pasivas al cuidado de la casa y de los hijos.



Desde entonces caudales de agua han corrido bajo el puente. La sociedad cambió mucho y se diseñaron reglas sociales para regularla, no se puede comparar en nada a la sociedad actual con la sociedad del hombre primitivo. ¡Ni siquiera se puede comparar a la sociedad actual con la de hace medio siglo! En la actualidad, el papel predominante de la mujer a cargo en exclusividad de las tareas de la casa ha ido cediendo.

Hay mujeres que son ayudadas por empleadas en sus quehaceres domésticos o para cuidar a los hijos. Muchas de ellas salen a la calle y trabajan a la par de los hombres, aunque el hombre asociado

a

la

producción

de

bienes

sigue

teniendo

preponderancia. El nuevo rol de la masculinidad es el de prestador social. El hombre hoy en día es bien visto cuando sabe desempeñarse como un buen proveedor y prestador social.

No obstante los cambios e intercambios de roles del hombre y de la mujer, existen normas de comportamiento que por lo general se siguen manteniendo. La mujer conserva la capacidad de la reproducción y eso de por sí implica un comportamiento diferente al del hombre. Lo que sin duda ha caído en desuso y hasta suena rara es la idea asociada a la doctrina del biólogo Charles Darwin, que aseguraba que la lucha por la vida y la selección natural se pueden considerar como los mecanismos esenciales de la evolución de los seres vivos, provocando la supervivencia de los más aptos.



Trasladado esto a la cuestión del género humano, es decir, a los atributos que una sociedad considera apropiados para hombres y para mujeres, hasta hace algunos años se consideraba a la mujer el sexo débil y dependiente, mientras que el hombre exhibía la fuerza y la decisión.

Cada vez más los roles de hombres y mujeres no se presentan como tan precisos en cuanto a sus límites. Hay roles que antes eran exclusivos del hombre y hoy lo desempeñan tranquilamente las mujeres, y viceversa.

Ya no resulta extraño que un hombre le cambie los pañales o bañe a su pequeño hijo, así como tampoco resulta extraño que una mujer conduzca un vehículo de gran porte o dirija un grupo de operarios. Y no está tan bien visto que un hombre haga gala de su fuerza física, salvo que tenga una profesión que así lo requiera.

La fuerza física no es un atributo imprescindible para conquistar a una mujer. Si así lo fuera, aquellos intelectuales que se han empeñado en cultivar sus mentes pero no en desarrollar sus músculos nunca tendrían éxito en la conquista de las féminas.

Sin embargo, la fortaleza intelectual suele superar y aún derrotar a la fuerza física. ¡Por eso es tan importante adquirir el conocimiento necesario para poder destrabar la cualidad de seducción!



Ahora bien, dejando de lado el hecho de que puedan existir mujeres que hayan trastocado un poco o mucho sus roles tradicionales, un hombre que desea seducir a una mujer debe mostrar desde un principio el rol que quiere reservar celosamente para sí.

En caso de que aspire a ser fuerte y decidido será mejor que no se muestre como alguien de temperamento débil, hipersensible y dependiente. ¿Por qué hago esta observación si antes dije que la fuerza física no es un atributo imprescindible para conquistar a una mujer? No me estoy contradiciendo en absoluto. Sucede que las relaciones hombre/mujer tienden por naturaleza a lograr la complementariedad.

Si un hombre se muestra fuerte y decidido generará que la mujer a la que aspira no ocupe ese espacio, atraerá a su oponente sin proponérselo de manera consciente. Desde el comienzo de una relación, existe una especie de atracción magnética del hombre por determinado tipo de mujer, así como existe una especie de atracción magnética de la mujer hacia determinado tipo de hombre. Dicho a grosso modo y de manera contundente, ¡no se le puede gustar a todo el mundo!

La cuestión de la complementariedad resulta importante para el hombre que quiere conquistar a un determinado tipo de mujer.



Un ser humano suele buscar en forma deliberada o no alguna cualidad en el otro que a él mismo le falta, más que buscar en el otro las cualidades que ya posee para sí mismo. Esto ha sido así desde tiempos remotos, por algo nos ha llegado la narración acerca del mito del andrógino. En el Banquete de Platón, donde se narra el mito del andrógino, se dice que en primera instancia los dioses formaron al hombre como una figura esférica, con ambos cuerpos y ambos sexos integrados. Luego esa figura esférica se separó y constituyó dos sexos diferentes, aunque ambos sexos mantuvieron una dualidad integrada.

Más allá del mito, los hombres son diferentes a las mujeres, diferencias que pueden agudizarse o bien pueden complementarse. Conocer

esta

premisa

sirve

para

sacar

una

conclusión

importantísima e ineludible: Usted se puede enfocar en ejercer su atracción hacia la mujer que le interesa y no distraer su atención en aquella mujer que no le interesa.

Lo mejor es poner el foco de atención donde se tiene que poner, sin margen de error. Un hombre inteligente suele comenzar por generar empatía con la mujer o con las mujeres que realmente está interesado en conocer, para acceder a ella o a ellas como las elegidas. La empatía consiste en una atmósfera afectiva, recíproca del hombre hacia la mujer y de la mujer hacia el hombre.



A

pesar

de

que

—como

decíamos

antes—

los

roles

masculino/femenino se han ido moviendo de sus concepciones originarias, existen mujeres a las que les sigue gustando mantener el rol femenino tradicional, donde prima la debilidad, la dependencia hacia el otro, la sensibilidad.

Este tipo de mujeres tradicionales sin duda aspira a hombres tradicionales, asociados al papel de productores y de protectores. Querido lector, si usted aspira a una mujer que le gusta mantener los roles tradicionales vinculados a su género, seguramente usted es una persona que también mantiene bien firmes sus roles tradicionales vinculados a su propio género. Por lo tanto, está bien que se enfoque en conquistar este tipo de mujeres si quiere entablar una relación con roles bien definidos, que con el tiempo puedan llegar amalgamarse y ser complementarios.

Considero que lo principal es que el hombre se conozca a sí mismo y sepa lo que en verdad quiere para sí. Sin ánimo de emitir juicios acerca de qué roles está bien cumplir o qué roles son deplorables, lo ideal es que cada uno se dé cuenta cuándo está perdiendo el tiempo intentando seducir a la persona menos indicada.

Si el hombre está bien plantado, seguro de lo que es y de lo que quiere,

trasmitirá

esa

imagen

y

rápidamente

generará

reciprocidad con la mujer anhelada. Además de saber lo que quiere, el hombre debe estar al tanto de las diferencias de género masculino versus género femenino.



Sabiendo lo que quiere y conociendo las diferencias que existen entre ambos géneros, tendrá mucho más probabilidades de poner sus energías en la conquista de la mujer más conveniente para su temperamento. ¡Y de triunfar en su aspiración! Si no se encuentra la mujer conveniente, más temprano que tarde la mujer puede sentirse decepcionada y motivada a alejarse. O el hombre puede albergar el sentimiento de que no está acompañado con la mujer apropiada para él, incluso puede llegar a pensar que es una mujer que no está a su altura.

Hay actitudes que suelen generar situaciones confusas porque como dice el dicho popular: un hombre no habla en el mismo

idioma que una mujer. El hombre siempre debe tener presente que por más que se esfuerce nunca su “idioma” será idéntico al “idioma” de la mujer. Ellas hablan desde sus roles femeninos y ellos hablan desde sus roles masculinos; esto es así, no hay vueltas. Resulta un diálogo complicado, si no se reconoce esta diferencia y se aprende a manejarla. Desde el lugar del hombre, ¿para qué intentar acordar con la mujer en todo lo que ella diga? Sin dudas, cada uno habla en su propio idioma y está aspirando a resultados diferentes. No tiene sentido intentar conquistar a una mujer dándole a entender con hechos y con palabras que se disfrutan absolutamente las mismas cosas.



Un comportamiento engañoso no podría durar demasiado y hasta en el peor de los casos podría llevar al rompimiento de una relación que recién se inicia.

Mi consejo atinado a esta altura de las circunstancias es el siguiente: hay que mostrarse digno de ser un hombre. En cierta forma, hay que observar hasta dónde la mujer acepta el rol masculino. De lo contrario, el papel del género masculino se verá menguado y hasta puede llegar a suceder que la mujer tome las riendas de la relación. Si usted no se muestra digno de ser un hombre no le está ofreciendo la protección a la que ella aspira. Recuerde cuando decía, palabras más palabras menos, que la mujer admira en el hombre rico más que su poder económico el poder de su personalidad para llegar a ese estadio.

El hombre no se debe mostrar vulnerable ante la primera estocada a su condición de género. Si él cumple su rol basado en la masculinidad podrá darle a ella una mayor seguridad. Ella asumirá naturalmente su rol de la femineidad, se sentirá protegida y en cierta forma se sentirá halagada.

Hay que tener en cuenta que en el trayecto hacia la seducción y luego durante la misma, se provocan acciones que son fructíferas mientras que hay otras acciones que empeoran las cosas. No es bueno que las cosas empeoren pero tampoco es para bajar los brazos, hay que empeñarse en retomar cuanto antes las acciones fructíferas.



En todos los casos, un hombre juega un papel importante para una mujer cuando pone en evidencia su seguridad, su masculinidad, sus capacidades de liderazgo y conducción. En lo general, entre los miembros del género o la especie humana existen analogías o similitudes importantes y constantes. En lo particular, el género femenino y el género masculino poseen entre sí diferencias importantes y constantes.

Hay que comprender que las diferencias existen, para poder actuar en la forma conveniente a la hora de atraer a la mujer o a las mujeres que nos interesan. Un hombre en su papel masculino resulta cien por ciento atractivo para una mujer en su papel femenino cien por ciento. Por el otro lado, un hombre en su papel con ciertos rasgos femeninos resulta atractivo para una mujer que desempeña un papel con ciertos rasgos masculinos.

No

estoy

diciendo

que

estas

atracciones

sean

siempre

premeditadas o intencionadas. En muchos casos, se actúa de la manera descrita en forma inconsciente, porque como venimos viendo

hay

un

mandato

inconsciente

que

predomina.

Lo

importante es que el hombre sepa con claridad la idea que transmite a una mujer.



Si quiere tener un papel viril deberá transmitir un papel viril desde el vamos, lo que provocará que la mujer se sienta a gusto desempeñando su papel femenino.

A lo largo de esta secuencia intenté —y espero haberlo logrado— que usted se conozca un poco más a sí mismo a la vez que conozca un poco más a las mujeres, es decir, que sepa la forma de conducirse

de

ellas

en

determinadas

situaciones

o

ante

determinados hombres.

Me pareció importante que sepa que existen diferencias entre los hombres y las mujeres, diferencias que son propias del género de cada uno. A la vez, existen complementariedades entre ambos sexos, que se buscan en forma consciente o no. De todos modos, aunque hemos avanzado un poco en el aprendizaje todavía no nos hemos zambullido en las aguas de la auténtica bio seducción animal.

La conexión emocional y la complicidad con la mujer deseada aún no han llegado. ¡Paciencia, no falta tanto! Arribaremos a esas secuencias más avanzadas, pero para llegar a nuestro cometido bien en forma y sin tropiezos estamos preparando la pista.

¡A seguir en carrera, querido compañero de ruta!



Notas y Conclusiones de la Segunda Secuencia.

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Tercera Secuencia. La Seguridad, Un Atributo Que Atrae a Las Féminas. Un hombre seguro de sí mismo tiene un poder enorme sobre las mujeres, sin excepción a la regla. ¿Qué sucede cuando un hombre se muestra seguro de sí mismo? Transmite confianza, firmeza, entereza, aplomo. Transmite la certeza de saber lo que quiere y de conocer a las claras hacia dónde va.

Pero sobre todo transmite la tranquilidad de que no hay ningún peligro al que temer. ¡Y un hombre así es un imán para la atención de las mujeres! Aunque no sea atractivo físicamente o no tenga un poder económico superlativo, ellas querrán conocerlo y lo admirarán a primera vista.

Por lo tanto, si se quiere ser un bio seductor animal con las mujeres, la seguridad en sí mismo es uno de los principales atributos a trabajar e incorporar. Ninguna mujer le va a prestar atención a un hombre que no demuestre seguridad en sí mismo. Y esto vale para cualquier tipo de mujer.



Se puede llevar a cabo una encuesta a mujeres de distinto target para preguntarles qué es lo que valoran de un hombre y sin dudas unas de las cualidades más mencionadas será la seguridad. Desde las adolescentes a las veteranas quieren un tipo seguro de sí mismo.

No nos engañemos, tampoco la seguridad se puede actuar. Ningún hombre se va a poder mostrar seguro ante una mujer si en realidad no es una persona con confianza en sí mismo.

La seguridad se intuye, se ve, se percibe de inmediato ante la presencia física o incluso al escuchar una voz por el teléfono. Alguien que intenta conquistar a una mujer y finge estar seguro de sí mismo aunque no lo esté, muy pronto se le caerá la máscara y quedará al descubierto su imagen auténtica, que lo revelará una persona que no tiene pleno dominio de sí.

¿Qué sucede con una persona que es segura de sí misma? Comunica su cualidad asertiva de manera natural en cada uno de sus gestos: con su caminar, con su forma de sentarse, con el movimiento de sus manos, con la mirada, con la posición de los hombros y de la cabeza, con el tono de voz.

Un hombre comunica su seguridad en sí mismo con los movimientos de su cuerpo más que con la expresión verbal.



Si intenta mostrarse seguro en la conversación aunque es una persona insegura, algunos de sus gestos con la cara o con el cuerpo lo delatarán enseguida. La seguridad en sí mismo no se imposta para el momento indicado sino que fluye naturalmente una vez que está incorporada. El lenguaje del cuerpo es muy importante y a partir de ahora lo mencionaré unas cuantas veces, además de referirme más adelante a la comunicación no verbal en una secuencia exclusiva.

Y aquí es importante volver a un tema al que hicimos alusión en la Primera Secuencia y le dedicamos unos cuantos párrafos en la Segunda Secuencia. (Este Manual es así, hay que ir y volver por sus páginas para poder fijar e incorporar los conceptos importantes.) Hablo de cuando analizamos las razones por las que una mujer se siente atraída por un hombre rico. ¿Lo recuerda? Dijimos que para una mujer el mayor atractivo del hombre rico no es su fortuna en sí sino la capacidad que tuvo para lograrla y para ocupar el lugar al que llegó.

En suma, a la mujer le interesa el talento del hombre, talento que le permite convertirse en un líder. ¿Cuáles son las razones de fondo de este interés? Si ese hombre que es líder es capaz de desarrollarse a sí mismo a la vez que posibilitar el desarrollo de otras personas que se ponen bajo su mando, mucho más valor agregado va a conseguir una mujer que esté a su lado en una relación amorosa.



El hecho de que un hombre tenga inteligencia para ganar dinero y ocupar un lugar de prestigio es lo más valorado, no el hecho en sí de ser rico.

¿Y qué sucede con un hombre que tiene inteligencia para ganar dinero y labrarse una posición de prestigio social? Evidentemente es un hombre seguro de sí mismo, invulnerable ante la adversidad. Consigue adeptos con facilidad porque tiene mucho carisma, quienes lo rodean se sienten mejores y hasta más valiosos por el hecho de colocarse bajo su liderazgo. ¿Acaso hay alguna mujer que no quiera sentirse valiosa? La confianza que inspira un hombre líder a un grupo en general se potencia en cuanto a la confianza que inspira a una mujer en particular.

Las mujeres más bellas pueden sucumbir rendidas a los pies de un hombre que demuestre tener capacidad de liderazgo. Voy a centrarme en el tema que nos desvela, aunque en ningún momento dejamos de rondarlo: el poder para seducir a una mujer. Cuando un hombre está frente a la mujer que ansía conquistar lo primero que quiere saber es qué está pensando ella acerca de él en

ese

preciso

momento.

¿Lo

ve

atractivo?

¿Muere

por

conquistarlo? ¿Puede estar interesada en conocerlo? ¿No le despierta ningún interés en particular? La buena comunicación verbal por supuesto que cuenta muchísimo.



Pero más aún cuenta en la evaluación que hará la mujer del hombre la comunicación para-verbal, es decir, el lenguaje corporal que ese hombre transmite.

Aunque de manera inconsciente, la mujer puede estar haciendo esta evaluación del lenguaje corporal de él aún antes de que hayan intercambiado alguna palabra.

La desenvoltura con la que se maneja una persona se evidencia más en sus gestos y en los movimientos corporales que en su lenguaje verbal propiamente dicho. El lenguaje del cuerpo salta a la vista desde un primer momento y lo dice todo, habla elocuentemente hasta de los sentimientos más profundos y reservados. Y aunque una mujer no pueda guiarse solo por esa primera impresión, casi seguro que esperará un poco más para hacer una evaluación firme, pero esa primera impresión es muy importante y hasta puede tener el carácter de ser decisiva. Indudablemente, se hace difícil de remontar cuando se provoca una impresión desfavorable.

El lenguaje del cuerpo es fiel a sí mismo. Si una persona transmite sentimientos negativos con su expresión corporal pero a la vez intenta convencer que es una persona positiva con sus palabras, difícilmente logre su cometido.



Al menos que esté con una persona tonta, que no se da cuenta de las cosas. Y usted no quiere seducir a una mujer tonta, ¿verdad?

Hay que trabajar el lenguaje del cuerpo para poder transmitir lo que se quiere transmitir. Y hay que trabajar el lenguaje del cuerpo para poder seducir a quien se quiere seducir. Pongamos un ejemplo ilustrativo. Un hombre trata de conquistar a una mujer y para ello le parece mejor mostrarse complacido con todo lo que a ella le gusta. Ella se manifiesta encantada por la música que está sonando en el ambiente, que en realidad a él le parece que le está perforando los oídos porque es discordante. Bah, le parece un auténtico bodrio.

Ella le dice con una sonrisa franca, buscando su parecer: “Qué hermosa es esta canción, ¿no lo crees?” Y él le contesta: “Sí, en verdad es muy bonita, me gusta mucho”.

Y mientras asegura que le gusta mucho la canción está serio y meneando la cabeza como si negara lo que acaba de afirmar. No puede disimular su opinión negativa. Si la mujer es observadora porque está interesada en él se dará cuenta que está mintiendo, que no le gusta la canción sino que le da la razón solo para agradarle. Y este hecho simple puede provocar que ella empiece a dudar de su sinceridad y en consecuencia no se sienta tan atraída por él.



Esta situación que parece banal, que por cierto habremos experimentado más de una vez, está dando cuenta de que en una situación concreta el lenguaje del cuerpo actúa como mucho más revelador que el lenguaje verbal.

El lenguaje corporal nos puede llegar a traicionar, como en el ejemplo que dábamos antes. Lo que sucede es que el lenguaje corporal no suele mentir.

Es un lenguaje que en gran medida viene desde el subconsciente y que es muy difícil de manipular. El subconsciente es un estado inferior de la conciencia psicológica, donde las percepciones escapan al manejo reflexivo de la persona debido a su baja intensidad o a su corta duración.

Resulta muy difícil de aprender a dominar el lenguaje corporal, sino que por el contrario es un lenguaje que surge de manera espontánea y sin control alguno, dominado por las emociones. Por eso el lenguaje del cuerpo dice lo más íntimo y recóndito de la persona, poniendo en evidencia sin tapujos las características de la personalidad.

Si bien el lenguaje corporal es muy difícil de controlar, se puede llegar a dominar si se controlan las emociones y con ello se orientan las acciones.



Hay que empezar por controlar qué es lo que provoca una emoción determinada. Alguien que está muy turbado es muy difícil que pueda transmitir que no lo está. No es un trabajo sencillo pero se puede manejar, es decir, se puede llegar a ejercer control sobre la mente para beneficio propio.

Resulta válido comparar a la mente como si fuera un aparato grabador, que puede llegar a grabar mensajes que nos han repetido una y otra vez y guardarlos en la memoria. Si esos mensajes incorporados no nos están beneficiando, ¿por qué no borrarlos de la mente?

El trabajo consistirá en que logremos eliminar esos mensajes, borrar de la grabación mental el mensaje que ya no nos sirve, para luego volver a grabar la mente pero esta vez con el mensaje que nos resulte útil.

Lo que pasa es que todos tenemos un sistema de creencias que se van incorporando desde nuestra infancia, que no siempre son ciertas. Las creencias pueden tener un sustento falso, pero aunque equivocadas dan sentido al mundo propio y propician un esquema mental negativo. Esto provoca muchas veces que las creencias puedan llegar a limitar nuestro accionar.



Para entender esta cuestión de las creencias, piénsese en el efecto placebo, tan empleado en la medicina. Un placebo puede consistir en una píldora inocua aunque inútil, sin valor terapéutico alguno, que se administra a una persona para producir un efecto psicológico de cura. Y que logra su efecto. Un placebo no es ni más ni menos que una creencia. La persona cree que ingirió un remedio y por ello se curó de su dolencia, aunque en realidad no tomó un remedio sino que tomó un placebo. En este caso es una creencia que sirve para modificar en forma positiva el estado de malestar de la persona.

Muchas veces tenemos necesidad de borrar y volver a grabar nuestra mente para modificar nuestras creencias. Las creencias pueden dominar nuestro accionar o podemos hacer que funcionen para lograr superarnos.

Al cambiar las creencias que nos traban, también cambiamos las emociones negativas por otras emociones que son positivas. Si grabamos en nuestra mente el mensaje de que somos seguros de nosotros mismos, no solo empezaremos a adquirir mayor seguridad en nuestros actos sino que transmitiremos a los otros que somos seguros de nosotros mismos. Por lo tanto, nosotros mismos nos damos valor. Al estar convencidos de que somos valiosos, los otros se convencerán fácilmente de nuestra verdad: de que somos valiosos.



Y aquí juega el lenguaje corporal, que es manejado por las emociones, que a la vez están manejadas por un sistema de creencias que hemos ido incorporando a lo largo de nuestra vida.

Pongamos el foco en la mujer que queremos conquistar, para no distraernos de nuestro objetivo primordial. Si queremos ser seductores tenemos que empezar por considerar que nuestro sistema de creencias no esté poniendo freno a nuestro accionar. Como decíamos y remarcamos, las creencias pueden llegar a ser invalidantes de nuestros actos.

El lenguaje corporal que trasmitimos está sustentado en nuestro sistema de creencias, que cuando son negativas muchas veces nos ponen límites a la hora de actuar. A la mujer que queremos conquistar tenemos que transmitirle seguridad con las palabras pero también con el lenguaje del cuerpo.

Un hombre que tiene dominio de sus emociones y las transforma en positivas, transmite con el lenguaje del cuerpo sus emociones positivas. ¡Y esto será un arma de seducción infalible, a no dudarlo! Si usted, querido lector, al salir de su oficina entra a un bar que está poblado de chicas (como suele suceder a la hora del after office) y provoca un bache en las conversaciones, consigue que ellas giren sus cabezas y concentren las miradas en su presencia, pueden pasar dos cosas.



Puede pasar que usted, que es una persona de carácter tímido y retraído, se sienta apabullado y hasta enrojezca de vergüenza, baje su cabeza e incline sus hombros hacia adelante, hundiendo su pecho e intentando hacerse lo más pequeñito posible (¡si pudiera desaparecería!). O muy por el contrario, puede suceder que usted mantenga su cabeza en alto y el cuerpo bien erguido, incluso que dibuje una leve sonrisa en sus labios, y que siga caminando con pasos firmes hacia la barra. Demás está decir que la primera actitud es descalificadora, automáticamente habrá hecho caer el interés de muchas de ellas, mientras que la segunda actitud le garantizará que las chicas se peleen por acercarse a usted y pueda ligar a la más bonita. ¡O haga citas con más de una!

Estas dos situaciones antagónicas que acabamos de mencionar, son independientes del hecho de que el hombre sea buen mozo o que no lo sea. Más bien tienen que ver con cómo se sienta el hombre y qué emociones transmita. Si se siente buen mozo y confiado en sí mismo (tenga la apariencia física que tenga), naturalmente será visto como un hombre buen mozo y apetecible para

las

mujeres.

Ergo,

las

creencias

positivas

provocan

reacciones positivas y estimulan para seguir avanzando hacia el objetivo de seducir.

Hay que empeñarse en adquirir creencias positivas para lograr ser un bio seductor animal con las mujeres, es decir, hay que poner el empeño en trabajarse a sí mismo en ese sentido.



Ya lo dije desde un principio, porque no quiero defraudar a nadie: es importante adquirir los conocimientos teóricos, pero los mismos no sirven cuando no se llevan a la práctica reiterada a la vez que se incorporan. Cambiar el sistema de creencias negativas por un sistema de creencias positivas requiere una práctica continua. Una y otra vez debemos revisar nuestro sistema de creencias y borrar de la mente aquella que no funciona, para grabar en su lugar aquella que pueda conducirnos al éxito.

¿Qué es lo primero que debemos hacer para cambiar una creencia que nos está provocando daño? Tenemos que trabajar en un proceso mental tendiente a incorporar una creencia positiva, que pueda borrar la que es nociva. En una primera instancia, debemos convencernos a nosotros mismos de esa creencia positiva.

Por ejemplo, si pensamos que no podremos conquistar a la chica que nos gusta porque es bastante más alta que nosotros, siempre nos dijeron que los petizos no les gustan a las mujeres altas, debemos remover esa creencia falsa. Habrá mujeres altas a las que les gustan algunos hombres altos y habrá mujeres altas a las que les gustan algunos hombres bajos. Incluso habrá mujeres altas que ni siquiera se fijan en el aspecto físico. Tenemos que convencernos a nosotros mismos del hecho que le vamos a gustar a esa mujer alta que queremos conquistar. Si empezamos por convencernos a nosotros mismos ya tenemos el camino allanado, nos costará mucho menos convencer a la mujer deseada.



Una vez que comprobemos que la nueva creencia que hemos grabado en la mente funciona tal como queríamos, debemos afirmar esa creencia positiva para que nos funcione también en otras circunstancias. Le gustamos a una mujer alta en particular aunque somos de estatura baja, sería la primera creencia positiva a afirmar. Y luego, le gustamos a las mujeres altas aunque somos de estatura baja, sería la siguiente creencia positiva a afirmar (que viene como consecuencia de haber afirmado la primera creencia).

Muchos trabajan la incorporación de un sistema de creencias positivas centrándose en una afirmación que quieren incorporar. Hasta que logran incorporar esa afirmación y luego se empeñan con otra afirmación diferente. Y así van avanzando con éxito hacia el dominio pleno de las creencias positivas.

El trabajo es arduo porque la mente suele ser desobediente y puede filtrarnos mensajes que nos boicoteen. Hay que poner mucho empeño en fijar en la mente lo que queremos lograr, es decir, incorporar aquellas creencias positivas o afirmaciones que nos permitan progresar en nuestras acciones.

Se puede construir lo que en programación neurolingüística se denomina anclaje emocional positivo, que consiste en anclar las propias emociones y sentimientos positivos del pasado, que no tengan una carga emocional perjudicial.



Si este anclaje no se genera espontáneamente, se puede trabajar como para poder generarlo.

Para organizarnos mejor en el trabajo de cambiar las creencias negativas por otras creencias positivas, elaboremos una estrategia que nos resulte útil. Veamos los pasos siguientes y llevemos cada paso a la práctica:

Primer paso. Reto a mí mismo. Hay que combatir una creencia negativa, por lo tanto, hay que darse cuenta de que está sustentada en la falsedad.

Vamos a retomar el ejemplo del hombre de baja estatura que ansía conquistar una mujer que es alta, pero antes de intentarlo se echa atrás porque tiene la creencia de que a las mujeres altas les gustan los hombres altos. El hombre tiene que empezar por argumentarse a sí mismo:

No en todos los casos a una mujer alta le gusta un hombre alto, puede ser que le guste un hombre más bajo que ella. Puede ser que siendo un hombre de baja estatura no les guste a todas las mujeres altas, aunque puedo gustarle a algunas mujeres altas. No significa que no sea atractivo para todas las mujeres altas.



Una vez que se convenza a sí mismo de que a pesar de ser de baja estatura puede conquistar a alguna de las mujeres que son altas, estará a un paso de afirmar sus convicciones que lo conduzcan a pensar que en realidad puede conquistar sin problemas a una mujer alta. Su propio convencimiento será lo que en definitiva transmita a la mujer alta de su interés.

Segundo paso. Borrar de la mente una grabación de una creencia negativa y reemplazarla por una grabación de una creencia positiva, es decir, por una afirmación. Cuando se quiere combatir una creencia negativa hay que esforzarse en borrarla de la grabación mental para que no se vuelva a repetir. La creencia positiva que se ha incorporado debe ocupar el espacio de la creencia negativa.

La afirmación negativa a borrar de la mente en el caso de nuestro ejemplo aseguraba que un hombre de baja estatura nunca le podría gustar a una mujer alta. La afirmación positiva que puede grabarse en la mente en reemplazo puede asegurar que un hombre de baja estatura puede gustarle a cualquier tipo de mujer, porque la atracción no pasa por el lado físico.

Convencido de sí mismo de esta nueva creencia, recién estará en condiciones de convencer a los demás.



Y si está firmemente convencido él mismo, no le costará convencer a otros, mejor dicho, a otras.

Tercer paso. Comunicar la nueva creencia. Una vez que se tiene la nueva creencia bien grabada en la mente, solo resta comunicársela a los demás.

Pero no hay que hacerlo como si se leyese un comunicado sino dejando entrever en la conversación lo que se piensa con seguridad. La nueva creencia incorporada será favorable porque es positiva y porque ha reemplazado totalmente a la vieja creencia que era negativa. Ahora se puede transmitir a quien quiera y obtener resultados óptimos.

Cuarto paso. La recepción. La nueva creencia positiva incorporada a uno mismo ya ha salido hacia afuera y debemos testear cómo funciona. Si observamos que fácilmente podemos convencer de nuestra nueva creencia es porque estamos plenamente convencidos nosotros mismos. Si vemos que en la recepción hay algunas resistencias, habrá que considerar que la nueva creencia no está firmemente grabada en nosotros mismos. O que la vieja creencia negativa aun pugna por salir.



También hay que evaluar que la creencia positiva que estamos tratando de incorporar no sea un verdadero disparate, que solo nos convenga a nosotros. Ante todo, hay que ser honesto con uno mismo. Si la creencia es válida para uno y puede llegar a ser válida para los demás, no hay que claudicar en el intento de incorporarla. Está comprobado que hasta las creencias negativas más arraigadas pueden modificarse y transformarse en creencias positivas,

para

luego

solidificarse.

¡A

empeñarse

con

las

afirmaciones positivas día a día, hasta que se reafirmen por completo y den sus frutos!

Este trabajo sobre el sistema de creencias es arduo, aunque reporta muy buenos beneficios. Cualquier mujer valorará a un hombre

que

quiere

mejorarse

a

sí

mismo

y

no

tiene

inconvenientes en realizar cambios positivos en su personalidad.

No hay que pensar que cambiar constantemente puede mostrar una imagen de hombre inseguro. Al contrario, los hombres que mantienen la mente abierta y el deseo constante de superación son pujantes y siempre están bien visto por las mujeres.

Indudablemente, cambiar las creencias negativas por otras creencias positivas redundará en que un hombre afirme su personalidad y logre incrementar su valor para las mujeres que desee conquistar. ¡No sería extraño que pudiera llegar a convertirse en un candidato muy asediado por las mujeres!



Una vez que un hombre ha aprendido a renovar su sistema de creencias con miras a la superación personal, le será útil conocer el valor de otras personas con las que interactúa. Para saber el valor de otras personas se puede recurrir a una técnica, que se basa en buscar un hecho determinado y analizar qué se propone la persona con ese hecho determinado. Existe una escala de valores, que pasamos a considerar.

Valor A. Quienes poseen este valor, que es el más elevado, son considerados colaboradores enérgicos. Se desarrollan a sí mismos y posibilitan que otros lo hagan. Extraen lo positivo de cada situación. Mejoran la vida de quienes los rodean. Están en el rango de líder. Demás está decir que el valor A está en la cúspide y ninguna mujer se puede resistir a un hombre que reúna estas características.

Valor B. Quienes poseen este valor se muestran competitivos. Sienten que tienen valor si pueden vencer a otro, de algún modo necesitan ganar o al menos tener el sentimiento de que han ganado. Constantemente se esfuerzan por demostrar superioridad.

Valor C. Quienes poseen este valor son guerreros. Prefieren reducir el valor de otros en vez de incrementar el propio. Se muestran propensos al ataque y son complicados para socializar.



Son fuertes aunque inseguros y piden respeto. Resultan difíciles de controlar.

Valor D. Quienes tienen el valor más bajo en esta escala se muestran suplicantes y miedosos. Piden constantemente que los acepten. Tienen el sentimiento de no poder dar nada y buscan tener el valor de otras personas. Para que una mujer desconocida les preste atención, están dispuestos a comprarle algo antes de conocerla, lo que no es bueno para dar el puntapié inicial en una relación.

Conocer

el

valor

que

tienen

otras

personas

ayuda

a

intercomunicarse positivamente. Además de saber el valor del otro, es interesante interrogarse acerca de porqué la persona actúa de la forma que lo hace.

Cualquier hombre puede ascender en esta escala de valores. Si un hombre se considera un valor D, puede transformarse en un valor C, luego en un valor B y al fin alcanzar al valor A. Y si llega al valor A, habrá aumentado su confianza en sí mismo y su desarrollo como persona habrá sido notable. A la par, su bio seducción animal habrá avanzado a pasos agigantados.



En conclusión, hay que trabajar para incrementar el valor personal y así lograr tener éxito en el propósito de conquistar a una mujer.

Aunque de todos modos lo ideal es empezar por conocerse a uno mismo. Si uno es autocrítico y reconoce sus debilidades puede empeñarse en superarlas.

Invito continuar con el aprendizaje que proporcionaré en las secuencias que siguen, aunque mis lectores fieles ya pueden ir poniendo en práctica las recomendaciones estudiadas hasta el momento.



Notas y Conclusiones de la Tercera Secuencia.

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Cuarta Secuencia. El Método, Paso Por Paso. Todo lo dicho hasta aquí es importante para tener en cuenta con el objeto de despertar la seducción, aunque en especial esta secuencia que vamos a abordar condensa mucha información de relevancia. ¡Así que a prestar suma atención! Vamos a establecer una especie de juego dinámico, que sirva para incorporar mejor los conocimientos. Les propongo a mis lectores que se sitúen como si estuvieran ante un plano interactivo, queriendo llegar a un destino y estudiando la mejor forma de hacerlo.

Se sabe, los planos interactivos facilitan la búsqueda para llegar a destino. Uno pone el lugar adonde se encuentra y pone el lugar adonde quiere llegar, ¡y listo! No solo aparece dibujado el camino adecuado sino que se muestran las diferentes maneras de llegar, ya sea en auto, en bus o caminando. Después uno puede investigar en dónde le conviene bajarse o ampliar la zona de interés para conocer las calles que circundan el punto donde queremos arribar.

El plano interactivo al que hago referencia es un poco más complicado, requerirá una cuota importante de esfuerzo personal para avanzar por el camino, pero al fin se llegará a la meta de la conquista de una mujer con éxito. Estoy hablando del plano interactivo de la conquista amorosa.



A propósito de esto de conquistar a la mujer soñada, casi todos conocemos a un amigo que siempre liga la mejor chica, en apariencia sin dar demasiados rodeos o sin poner esmero para seducirla.

Quizás ese amigo o conocido es lo que se dice un mariposón, de esos que van picando de flor en flor, que extraen el jugo, luego se posan en otra flor y luego en otra más. O quizás sabemos de alguien a quien se le dio esa comunión única que aparece cuando nos enamoramos de una mujer y somos correspondidos. Visto desde afuera, pareciera que ellos hubieran logrado su cometido casi sin proponérselo, como si estuviesen predestinados al éxito amoroso sin para ello hacer ningún esfuerzo con el fin de alcanzarlo.

Que me disculpen, pero me permito dudar. Habría que analizar si las cosas se han dado como por arte de magia. Desde afuera vemos el éxito aunque no sabemos los pormenores que sucedieron hasta llegar allí. Por mi parte he podido hablar confidencialmente con muchos hombres, quienes debido a mi profesión no se ahorran detalles en contarme cómo han conseguido sus propósitos. Soy una especie de “oreja” que lo escucha todo, para luego aprovechar la experiencia en ayudar a otros. De las confesiones suele desprenderse que las conquistas ansiadas en la mayoría de los casos no han sido tan a la ligera, sino que por lo general ha habido una especie de planificación para alcanzar la meta con éxito.



Todo esto lo digo para que si alguien se autodefine como lento y muy poco ganador con las mujeres no se sienta un perdedor irremediable. Como dice el dicho popular, ¡hay que transpirar la camiseta! El objetivo se alcanza con tesón, nunca de un día para el otro.

Con el método que doy a conocer paso por paso cualquier hombre puede convertirse en un ganador con las mujeres. Ayudo a los afortunados a aprovechar mejor su suerte, aunque también ayudo a quienes se consideran desafortunados a cambiar para siempre la mala predisposición por buenos resultados.

Con el método propuesto las buenas oportunidades se encuentran o se fabrican si es necesario, es decir, se fabrican si es que no existen. Tan solo hay que estudiar y experimentar mucho. ¡Muchísimo! Hay que empezar por desterrar del vocabulario habitual frases como:

•

No tengo suerte con las mujeres.

•

No se me da nunca.

•

Soy muy tímido y me cuesta acercarme a ellas.

•

¡Las mujeres ni me miran!

•

Veo una mujer, me ruborizo y empiezo a temblar.



Querido lector, ¡basta de hablar como un perdedor! Alguien que continuamente habla como un perdedor se termina creyendo su papel de perdedor y haciéndoselo creer a las mujeres a las que aspira conquistar.

Ya me referí a que hay que aprender a conocer lo que piensan las mujeres, que no siempre es lo que dicen. Para dar un ejemplo, hoy en día existen innumerables lugares para solos y solas, no está mal visto asistir a estos sitios para intentar encontrar una relación amorosa o al menos para conocer a un posible candidato o candidata.

Sin embargo, no sería extraño preguntarle a una mujer que se encuentra en uno de estos lugares qué está buscando y obtener como respuesta:

¡Ah, yo vine porque me trajo una amiga!, o No tenía muchas ganas de venir pero mi vecina quería que la acompañara a tomar algo.

Como si dijera: Ni siquiera tenía pensado terminar acá, pasé, vi luz y entré para ver qué había.

¡Oh, qué respuesta increíble! Difícilmente una mujer reconocerá que está allí para conocer a un hombre, porque en su rol femenino considera que debe justificarse para mantener su actitud pasiva.



Luego, si ellas conocen a un hombre que les interesa pueden manifestar sonrientes: ¡Uy, se dio por casualidad! ¿Por casualidad o era lo que en definitiva estaban buscando? Por el contrario, los hombres en su gran mayoría no tienen problemas en reconocer que no van a un lugar de solos y solas arrastrados por sus amigos, sino que concurren porque ansían conocer a una mujer.

Volviendo al plano interactivo de la conquista amorosa al que aludía al principio, imagínese un plano interactivo con postas en las que hay que detenerse para avanzar en la conquista de una mujer. Una vez puesto el foco en el destino al que se quiere arribar, hay que recorrer cada posta sin saltearse ninguna para no extraviarse. De todos modos, se debe tener en cuenta que cada posta no es un compartimiento estanco sino que se van enlazando una con otra y preparando el punto de llegada. Veamos cuáles son estas postas:

•

Posta Nº 1. Magnetismo o enfoque.

•

Posta Nº 2. Afinidad.

•

Posta Nº 3. Seducción.

•

Posta Nº 4. Armonía.

Para llegar a la meta por el camino más productivo hay que ir posta por posta, siguiendo el orden dado para no extraviarse o llegar a dar vueltas innecesarias.



¿Por qué es tan importante recorrer todas estas postas en el orden indicado? Sucede que si alguien pasa de largo la primera posta, que es la del magnetismo o enfoque, puede convertirse en un amigo y no lograr avanzar fuera de ese estadio. Tampoco es bueno no detenerse en la posta Nº 2, la de la afinidad, porque ello puede hacer perder seguridad en la futura relación. No detenerse en la posta Nº 3 de la seducción, que es la siguiente, puede conducir a entablar una relación donde no prime la fuerza del deseo. La última posta Nº 4, la de la armonía, resulta importante para construir una relación adulta.

Este esquema ilustrativo de las postas conviene que sea bien internalizado, como para poder recomponer la relación si el hombre se da cuenta que está fallando por omisión del paso por alguna de las postas. Si se ha cometido un error y se sabe reconocerlo, siempre se puede rectificar el rumbo.

Ha llegado la hora de especificar un poco más este recorrido posta a posta. Comencemos por la primera posta, la del magnetismo o enfoque, a partir del cual dos personas se gustan e intentan iniciar una relación. A su vez, el magnetismo o enfoque está integrado por:

• Preparación tendiente al objetivo. • Acreditar valor como candidato. • Aprobación recíproca.



Comencemos a desmenuzar la preparación tendiente al objetivo, que incluso puede ocurrir antes de hablar con ella. Se produce cuando reparo en la existencia de la persona de mi interés. Puede suceder que todavía no conozca ni siquiera su nombre u otro dato de filiación, pero está en mi mira.

Antes de acercarnos a la mujer de nuestro interés ya estamos recabando información, que simplemente puede derivar del hecho de observar. Si bien el hombre tendrá en cuenta ciertas cosas que pueden ser diferentes a las que tiene en cuenta la mujer, ambos se forman pensamientos preliminares acerca del otro. Puede resultar que esos pensamientos preliminares luego no resulten ciertos, pero aun siendo conscientes de ello no podemos evitar pensamientos preliminares referidos a la persona que queremos conocer.

¿Cómo construimos esos pensamientos preliminares acerca de la persona que comienza a interesarnos? Nos referimos en la secuencia anterior al lenguaje del cuerpo, que en esta primera instancia juega un papel preponderante. Observando cómo gesticula o cómo mueve su cuerpo una mujer estamos en condiciones de formarnos algunas ideas, así como ella también puede llevar a cabo el mismo estudio de nuestros gestos y movimientos del cuerpo. Una persona que está sentada algo encorvada y con la vista dirigida hacia abajo todo el tiempo, podemos inferir que es una persona tímida, de carácter introvertido.



Una persona que hace gestos declamatorios con sus manos y suelta una carcajada con franqueza, podemos inferir que es extravertida y no tiene problemas con llamar la atención.

¿Recuerdan cuando hablamos de los valores A, B, C o D, de acuerdo a si eran personas colaboradoras enérgicas, competitivas, guerreras o suplicantes/miedosas? Bien, en esta primera instancia de observación podemos aplicar alguna de estas categorías. A la par de los gestos con el cuerpo, el tono de voz nos estará proporcionando información que nos permita asignar un valor A, B, C o D a la persona en cuestión.

¡Ojo si se enciende la luz de peligro! Un simple flash rojo en el acercamiento inicial puede tirar por la borda el magnetismo o enfoque.

Remarco la cuestión del lenguaje del cuerpo o comunicación no verbal. Para afianzar el recorrido desde la posta inicial del magnetismo o enfoque, hay que tener muy en cuenta lo que transmite la persona que nos interesa con su lenguaje corporal a la vez que con los gestos de la cara.

En una secuencia posterior se describe con mayor profundidad esto de la comunicación no verbal, así que usted tendrá suficientes elementos para manejarse con soltura y de acuerdo al papel que quiere desempeñar.



A continuación vendrá el momento de acreditar valor como candidato. Aún seguimos en la posta Nº 1, referida al magnetismo o enfoque. El momento de acreditar valor como candidato no significa intentar venderse hablando hasta el hartazgo acerca de uno. Hay que acreditar valor como candidato dejando más que nada entrever con gestos y con algunas palabras, sin volverse excesivamente autorreferencial. Bien puede expresarse nuestra manera de ver las cosas con tacto, sin tratar por todos los medios de imponer una idea.

Debemos ser emisores de mensajes pero también receptores o escuchas de los mensajes de ellas, buscando la reciprocidad interpersonal para que el magnetismo o enfoque no decaiga. Y transmitir con el lenguaje corporal lo que queremos transmitir. Ya estamos en conocimiento de que el lenguaje del cuerpo nos puede delatar, para bien o para mal, razón por la cual no hay que entrar en contradicción en ese sentido.

El lenguaje corporal debe estar en perfecta consonancia con aquello que se expresa en forma verbal, para que no se encienda la luz de peligro y eche a perder lo que se ha logrado hasta el momento.

Hay que mostrar seguridad con lo que se dice y también con lo que se hace. Siempre es bueno estar atento a las preguntas y a las respuestas de la interlocutora.



Debemos

acreditar

desarrollándonos

a

valor

A

nosotros

(de

colaboradores

mismos

aunque

enérgicos),

permitiéndole

desarrollarse a la otra parte. Para acreditar valor como candidato no es necesario mostrarse serio y formal. Al contrario, siempre viene bien una cuota de humor, sin por ello caer en lo chabacano. Nunca hay que caer en el error de contar chistes groseros porque eso puede incomodar a la otra persona.

El humor debe ser sutil y de buen gusto, con una pizca de ironía, mostrando que se puede tener gracia y habilidad como para desestructurar el vínculo y arrancar una sonrisa. ¡Cuidado! Hay que dejar entrever una pizca de ironía pero nunca llegar al sarcasmo, a tal punto de que la burla confunda lo que se quiere decir.

También se puede recurrir a algunas citas de famosos o aludir a anécdotas de personajes de ficción, siempre que no se abuse de la erudición para no resultar un verdadero pelmazo y correr el riesgo de que se encienda la luz de peligro. Observando los gestos y las respuestas de la persona con la que interactuamos debemos tener la habilidad de darnos cuenta de los temas que invitan al diálogo, es decir, tender a una auténtica intercomunicación que se construya

con

frases

positivas.

No

es

necesario

que

la

conversación sea demasiado profunda ni tampoco que pueda derivar en contar o escuchar problemas muy serios, ya sean de índole personal o no. Por eso resulta conveniente apelar a una cuota de humor o a las anécdotas intrascendentes.



Una vez que se ha logrado acreditar valor como candidato, dentro del magnetismo o enfoque viene la aprobación recíproca: usted aprueba a la mujer y la mujer lo aprueba a usted. Resulta importantísimo reconocer este estadio, que se produce de manera natural. Si usted ha superado el estadio precedente de acreditar valor como candidato, casi seguro que se producirá la aprobación recíproca. Aunque puede suceder que no se produzca de inmediato la aprobación recíproca y se requiera un poco más de esfuerzo para alcanzarla.

¿Qué hacer para obtener la aprobación recíproca? Por medio de preguntas se puede conducir hacia el camino deseado. Algunas preguntas que el hombre podría realizar, con el mayor tacto y esbozando una sonrisa cómplice, pueden ser:

•

¿Cuáles consideras tus seis principales atributos?

•

¿Con qué seis elogios de tu persona te sientes más identificada?

•

¿Puedes nombrar seis cualidades personales que sean propias de ti?

•

¿Qué seis cosas te hacen inmensamente feliz?

Las respuestas podrán distribuirse en tres columnas bien definidas: la columna con características de índole racional, la columna con características

de

índole

emotiva

y/o

la

columna

con

características de índole sexual. Por ejemplo, una respuesta de índole racional podría derivarse de: soy estudiosa, soy aplicada.



Una respuesta de índole emotiva podría derivarse de: soy una buena amiga, soy franca. Una respuesta de índole sexual podría derivarse de: soy osada, soy una persona libre. Resulta un buen aliciente para seguir avanzando cuando la mujer da igual cantidad de respuestas de los tres tipos: de índole racional, de índole emotiva y de índole sexual.

Será más complicado cuando la mujer dé respuestas que sean todas solo de índole emotiva, o solo de índole racional, o solo de índole sexual. Si de parte de la mujer no hay ninguna respuesta de índole sexual quizás el mensaje sea que al hombre solo puede considerarlo un amigo. En tal caso, lo mejor es retroceder al momento de acreditar valor como candidato y volver a intentarlo con el diálogo bien encaminado. ¡Habrá que probar!

El tránsito por la posta Nº 1, la del magnetismo o enfoque, puede realizarse en tiempo récord, sin escollos. Pero no hay que confiarse. Así como el magnetismo o enfoque se realiza en tiempo récord también puede decaer en tiempo récord. A esta posta hay que dedicarle el tiempo que sea necesario y no subestimarla. No hay que olvidar que el magnetismo o enfoque nace sobre todo desde el deseo de conocer, por lo que ese deseo puede estimularse o también puede apagarse muy pronto. Con una mano en el corazón, ¿usted se considera a sí mismo que puede tener una personalidad magnética para una mujer?



Ellas desean conocer al hombre que tienen frente a sí, les provoca intriga, por lo que el hombre debe poner su empeño en alimentar ese deseo de conocimiento. Ahora bien, la mayoría de las cosas por las que sienten curiosidad las mujeres no son idénticas a las cosas por las que sienten curiosidad los hombres.

De todos modos, no hay que empeñarse en sentir curiosidad por las mismas cosas. Mientras el hombre se muestre desde su costado viril tendrá más posibilidades de ejercer magnetismo sobre la mujer deseada.

De lo contrario, si se muestra como la mujer por querer agradar, no logrará otra cosa que parecer menos varonil a los ojos de ella y esto será demoledor para el propósito de afianzar el magnetismo o enfoque.

Otra especie de testeo para obtener la aprobación recíproca puede ser el siguiente. El hombre puede preguntar, siempre en tono de complicidad afectiva:

No sé por qué percibo que eres como yo y eso me gusta, me refiero a que te sientes tan libre como los pájaros y dispuesta a experimentarlo todo. Seguramente has sabido liberarte de los tabúes porque eres una mujer inteligente, ¿verdad?



La mujer no puede sentirse acorralada con una pregunta así porque ha sido formulada con la mayor argucia. El hombre en cierta forma afirma que ella es libre y está dispuesta a experimentar, pero lo deja planteado como una percepción, que puede ser cierta o no puede ser cierta.

Si la mujer se empeña en argumentar que no es así, muy diplomáticamente el hombre le puede responder: Bueno, fue una percepción que tuve, pero si tú dices que no es así… Si la mujer enseguida se engancha en la identificación, el hombre tiene luz verde para seguir avanzando.

Puede manifestarle su agrado de no haberse equivocado en la percepción: Qué bueno, me siento a gusto contigo, presiento que nosotros dos vamos a llevarnos bien.

La táctica es comenzar las preguntas más comprometidas con una introducción que rápidamente permita enmendar el error, si es que a la mujer no le cae bien la pregunta o contesta en forma negativa.

•

No sé por qué percibo…

•

Me parece…

•

Dime si me equivoco…

•

No estoy seguro pero siento que…

•

Corrígeme si no estoy en lo cierto…



Estas especies de muletillas sirven para sacar información de manera elegante, a la vez que para dar un paso atrás de inmediato si no se obtiene la respuesta favorable.

La posta Nº 1, la del magnetismo o enfoque, a esta altura está superada, luego de haber atravesado la preparación tendiente al objetivo, el acreditar valor como candidato y la aprobación recíproca. Como se podrá observar, le hemos dedicado bastante espacio porque es importante arrancar bien. Arrancar bien da posibilidades de seguir aún mejor.

El plano interactivo permite entonces avanzar hacia la posta Nº 2, la de la afinidad, donde continúa un conocimiento de ambos en forma progresiva.

Aquí se ponen en evidencia componentes conductuales que provienen de lo que se denomina la técnica o teoría del “rapport”, que es donde existe atención, coordinación y positividad mutuas. Se comparten creencias y valores.

La posta de la afinidad está integrada por cuatro estadios:

•

Iluminación de la afinidad

•

Vínculo de extensa simpatía

•

Congeniar (estrechar el vínculo)

•

Expansión de la iluminación



En esta posta dos personas ya se sienten en sintonía emocional y psicológica. La iluminación de la afinidad posibilita conectarse con la mujer. El hombre muestra que a pesar de sus múltiples ocupaciones y compromisos sociales puede brindarle un tiempo.

Las preguntas pueden ser simples: •

¿Cómo te encuentras?

•

¿Cómo ha sido tu día?

•

¿Tu familia bien?

Es un estadio de construcción de la afinidad, se produce el vínculo de extensa simpatía, donde se recoge información que luego puede ser útil para conectarse en un nivel de comunicación más profunda. Y le seguirá el estadio de congeniar, que implica un intercambio de pareceres desde lo emocional.

Las preguntas simples que mencionábamos antes, ¿Cómo te encuentras? ¿Cómo ha sido tu día? ¿Tu familia bien?, pueden servir para establecer la reciprocidad interpersonal. No será solo transmitir una información sino que provocará un mecanismo de estímulo para avanzar en la conexión empática. El último estadio lo

denominamos

expansión

de

la

iluminación,

donde

la

profundización del vínculo puede tener un respiro. Si el hombre está muy interesado en la mujer, la posta de la afinidad es fundamental para afianzar la conexión.



Y ahora viene la posta Nº 3 tan ansiada: la de la seducción. Aquí ya no hay amistad posible: hay seducción, pura estrategia de seducción. Las miradas son intensas y los cuerpos tienden al acercamiento. Hay toques o roces con algunas partes del cuerpo. Pareciera que resuena en el ambiente la respiración entrecortada. La mujer inclina espontáneamente el cuerpo hacia el hombre y le clava su mirada, aunque luego baja la vista esbozando una sonrisa mientras puede llegar a rozarlo con un pie. Ya no se oculta el deseo y ambos permanecen como en una burbuja de magnetismo mutuo. Si están en un bar y ella se levanta para ir al baño, es posible que haya querido cortar el proceso de seducción. Cuando ella regrese del baño, habrá que afianzar la posta anterior de la afinidad hasta alcanzar la amplia sintonía.

Lo dijimos antes, el hombre que llega a conocer como nadie las técnicas de la seducción ya se ha creado valor. Sin embargo, insisto en que no hay que menospreciar ninguna de las postas anteriores, todas son importantes para llegar al cometido. La seducción no es un proceso de encantamiento, como suele pensarse.

El cerebro, que es el asiento de las emociones así como el principio de los movimientos voluntarios, tiene su parte lógica o raciocinio y su parte emocional. A veces está más activa la parte lógica, mientras que otras veces está más activa la parte emocional, en una especie de pugna por ejercer el control.



Obviamente, si la parte que ejerce el raciocinio está más activa, eso repercute en que se resuelva con más lógica y queden un poco atrás las emociones. Si la parte emocional está más activa, eso repercute en que se resuelva con más sentimiento emocional y casi ninguna lógica.

Cuando trabajamos o estudiamos importa que la parte lógica esté más activa que la emocional. ¿Qué sucede en el transcurso de la seducción a la mujer? Si a ella le agrada la seducción tendrá más activa su parte emocional que su parte de raciocinio. De todos modos, ella siempre puede encender la luz de peligro y poner un freno, a veces por temor a ir muy rápido.

La luz de peligro, aunque menos activada que en el hombre, también está en la mujer. En cierta forma la luz de peligro en las mujeres constituye la respuesta lógica, que en algún momento puede llegar a encenderse a pesar de estar primando la parte emocional del cerebro. Si usted logra mantener apagada la luz de peligro y hacer que en ella predomine su parte emocional, significa que la mujer se siente segura de confiar en aquello que le dicta su sensibilidad.

Si el recorrido a través del plano interactivo de la conquista amorosa se está llevando a cabo de manera satisfactoria, ¡felicitaciones! La comunicación está teniendo la armonía adecuada y ya se está ingresando a la posta Nº 4. La armonía en cierta forma augura estabilidad y permanencia del vínculo.



En el recorrido se ha dado la cuota necesaria de seguridad, de coraje, de óptima energía, de sentido del humor. Asimismo, la intercomunicación se apoya en cuatro pilares que están bien dosificados: la energía, la realización, la valoración externa al vínculo y la necesidad interna al vínculo. De aquí en más puede llegar a construirse una relación que se disfrute mientras se viva o también puede llegar a construirse una relación que conduzca a un matrimonio o a una unión de hecho pero con compromiso. ¡Cada cual elige qué modalidad le va mejor o se deja sorprender por lo que suceda!

Lo ideal es que el recorrido por las postas sea enteramente satisfactorio, pero como hemos visto se puede volver un poquito atrás y retomar para rectificar el rumbo. Todas las postas son importantes cuando se transita el plano interactivo de la conquista amorosa: el magnetismo o enfoque, la afinidad, la seducción y la armonía. Hay que centrarse en darle importancia a una posta en el momento en que se está detenido en ella.

Se podrá observar que al magnetismo o enfoque se le ha dedicado unos cuantos párrafos. Lo que sucede es que si se consolida esta primera etapa se arranca el recorrido con muy buenas probabilidades de éxito. Aunque luego habrá que consolidar la afinidad para alcanzar la verdadera conexión, la seducción que posibilita encender la llama de la pasión y llegar a la armonía, para que el vínculo alcance su mejor equilibrio.



Si se logra un buen tránsito por las tres últimas postas, no se echará a perder lo bueno que se haya logrado con el magnetismo o enfoque inicial.

Recomiendo a mis lectores saber distinguir cada una de las postas para no confundirse y poder transitarlas con éxito.

La confusión puede generar contradicciones que enturbien la relación. Repasemos un poco (y pido disculpas por la insistencia, pero soy obstinado cuando instruyo).

•

La Primera Posta, la del magnetismo o enfoque, hay que transitarla como una etapa un poco lúdica, evitando los roces o los malentendidos que puedan llegar a resentir estos primeros pasos en la relación. Si bien hay que ser lúdico, no hay que dejar de dominar la situación, observando las señales que emite ella con el lenguaje corporal y trasmitiendo con el propio lenguaje corporal lo que realmente se quiere transmitir. No hay que olvidar que el objetivo inmediato es acreditar valor como candidato.

•

En la Segunda Posta, la de la afinidad, hay que poner empeño

en

crear

confortabilidad

en

la

conexión

emocional, apuntar a una cierta complicidad de amigos.



•

En la Tercera Posta, la de la seducción, ya existe la atracción, ya sea ha creado confortabilidad y ya la etapa de la amistad ha sido superada porque claramente hay implicancia sexual.

•

La relación ha madurado y conduce a la Cuarta Posta, la de la armonía. Aquí ya la relación se ha equilibrado en sus componentes más importantes.

Hasta aquí el método paso por paso, a través de un plano itinerante que da cuenta de las diferentes postas que hay que recorrer para alcanzar la conquista deseada. ¡Ya es hora de empezar a aplicar el método! Pero no hay que abandonar la lectura de este libro electrónico, en la creencia de que ya se sabe todo lo que hay que aprender.

En las próximas secuencias se pone empeño en aprender a ejercer control cuando se está en las distintas postas: la del magnetismo o enfoque, la de la afinidad, la de la seducción o la de la armonía.

¡A seguir intentándolo, siempre utilizando todas las herramientas necesarias para poder alcanzar el éxito!



Notas y Conclusiones de la Cuarta Secuencia.

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Quinta Secuencia. ¿Cómo Disipar Las Inquietudes Ante Un Primer Acercamiento? En la secuencia anterior recorrimos un itinerario que conduce a alcanzar el éxito en la conquista de una mujer, a través de un recorrido cuyo desafío implica detenernos en distintas postas: la del magnetismo o enfoque, la de la afinidad, la de la seducción y la de la armonía. Ahora regresemos al punto de partida para saber cómo hacer el primer abordaje destinado a la conquista de la mujer que nos gusta. Aquí sucede como en un maratón. ¡Hay que prepararse para la carrera pedestre de más de 40 kilómetros! No se puede salir a correr por primera vez el día de la carrera, pretendiendo llegar a la meta sin siquiera haber entrenado lo suficiente.

En el caso del hombre que intenta acercarse a una mujer que le atrae, es natural que tenga varias inquietudes, que no se anime a dirigirse a ella con tanta facilidad y soltura. Bah, la mayoría de los hombres tienen temores ante esta situación y se hacen preguntas como estas.

•

¿Rebotaré?

•

¿Podré caerle bien de entrada?

•

¿No tendrá compromiso con otro tipo?



•

¿Cómo me verá?

•

¿Me dará bolilla?, porque parece mucho más alta que yo.

•

¿Y si me llega a decir que no?, todos se darán cuenta y se reirán de mí.

En fin, el qué pasaría si… realmente resulta paralizante, podríamos decir que es un diálogo con uno mismo donde no hay lugar para la esperanza.

Antes hablamos de lo importante que es el lenguaje de los gestos y del cuerpo, por lo que si la chica en cuestión le ha dado al hombre alguna señal de ese tipo, ¡adelante! El hombre tiene indicios que le deben servir de estímulo. Pero supongamos que la mujer no ha dado ninguna señal pero nos gusta mucho, ¿por qué no intentarlo igual? Siempre hay probabilidades de que tengamos suerte. Como se dice por ahí, el no ya lo tenemos, ¡pues entonces vayamos por el sí! La primera recomendación es que si usted ve a una mujer que le gusta no dé demasiados rodeos ni prejuzgue de antemano, ni siquiera deje un resquicio en sus pensamientos como para permitir que aparezcan los temores infundados.

A partir de que la mujer llamó su atención, acérquese dentro de los próximos tres segundos. ¡No espere ni un segundo más! Si pasa esos tres segundos el poder de decisión empieza a decaer y entran a conspirar en nuestra contra las creencias negativas, que son las especialistas en boicotearnos.



Ya nos referimos extensamente acerca del sistema de creencias positivas o negativas en la Tercera Secuencia. Aseguramos que cuando son creencias negativas pueden llegar a dominarnos e incluso contribuir a limitar nuestro accionar.

La verdad es que para tener suerte en el terreno de la seducción es fundamental ser un hombre decidido. A decir verdad, ¡para todo hay que ser un hombre decidido e ir al frente! Claro, a veces no es tan sencillo como parece y depende mucho del contexto en que nos encontramos. ¡Ojalá fuera algo sencillo de llevar a cabo!

Como reconozco que no es tan fácil lograr un primer acercamiento a la mujer que nos gusta le dedico esta secuencia completa a aprender a disipar las inquietudes. De entrada planteé lo de acercarse dentro de los tres segundos a partir de que la mujer llamó su atención, porque esto evitará que los pensamientos negativos que surgen de manera automática nos jueguen una mala pasada, es decir, se evitará que aparezca alguna creencia negativa que frene nuestros deseos. Cuando los hombres tienen su mecanismo de aproximación debilitado se puede provocar el temor al acercamiento a una mujer desconocida. Para vencer este temor tan poderoso, hay que ocuparse de trabajar uno de los atributos que a ellas más les atrae de los hombres: la seguridad en sí mismo.



A la par, alguien que es seguro de sí mismo tendrá en su haber cualidades interesantes como el coraje, la energía positiva, la capacidad de comunicación verbal y de comunicación gestual, la desenvoltura, la masculinidad, todas cualidades sobresalientes para ayudarlo a vencer cualquier tipo de inquietudes o temores. Con estas cualidades positivas, el hombre no solo se podrá acercar sin problema a las mujeres sino que ellas serán quienes se acerquen a él. ¡Las mujeres a veces toman la decisión en este sentido, por suerte para algunos!

Vale aclarar que así como los hombres tienen un mecanismo de aproximación, las mujeres tienen lo que se llama un mecanismo de selección, siempre que ambos estén desempeñando sus respectivos roles de género. Las mujeres, cuando desempeñan su papel femenino, suelen ser proclives a ser selectivas. Ellas de alguna manera inconsciente están entrenadas para detectar y para atraer un buen candidato biológico, que en el futuro les posibilite pasar los genes a la próxima generación.

En el caso de que un hombre tenga su mecanismo de aproximación debilitado no será un hombre que está seguro de sí mismo. Así como si una mujer tiene su mecanismo de selección debilitado será proclive a involucrase en relaciones sentimentales que no la favorezcan para nada.



Por ello no es visto con los mismos ojos que un hombre acumule al por mayor aventuras sexuales a que una mujer acumule al por mayor aventuras sexuales. Mientras que el hombre podrá ser considerado por sus pares como un exitoso Don Juan y hasta lo envidiarán, la mujer puede llegar a ser catalogada como lasciva (sin exagerar).

Si el hombre tiene escasas o nulas aventuras sexuales puede considerarse que tiene un mecanismo de aproximación debilitado, que no le permite acercarse a ellas de forma exitosa. Si la mujer tiene innumerables aventuras amorosas puede considerarse que posee un mecanismo de selección debilitado, actitud que no la dejará bien plantada ante el entorno social. De acuerdo a lo dicho, para que un hombre tenga éxito con las mujeres

que

desea

conquistar

debe

tener

fortalecido

su

mecanismo de aproximación. Para que una mujer tenga éxito con el hombre es conveniente que tenga fortalecido su mecanismo de selección. Si por el contrario la mujer no tiene lo suficientemente fortalecido su mecanismo de selección, no atraerá a aquellos hombres que han demostrado tener un valor elevado.

Aclaradas

estas

cuestiones,

volvamos

a

cómo

disipar

las

inquietudes ante un primer acercamiento. Suele suceder que el miedo terrible del hombre a ser rechazado por la mujer a la que aspira esté latente y frene sus impulsos.



Las causas que originan ese temor suelen ser imaginarias cuando están basadas en un sistema de creencias dominante que es negativo. El hombre piensa en acercarse a la mujer pero su mente le empieza a enviar mensajes agoreros, que no provocan otra cosa que emociones negativas. Aparece la angustia, que va por dentro y remueve la tranquilidad interior, a la vez que también la angustia puede traducirse en los gestos físicos, en la cara y en los movimientos corporales, como en el andar.

Las manos transpiran, unas cuantas gotas de sudor recorren la frente, las rodillas tiemblan, la expresión de los ojos y de la boca se muestra patética. En vez de fijar la concentración en el objetivo, se logra obnubilación y la atención de lo primordial se dispersa irremediablemente. Ante esta situación la mente solo trabaja para el boicot, largando mensajes negativos unos tras otros, mensajes negativos que traban el impulso de tomar la decisión de responder a los deseos. Acontece una sobrecarga de inhibiciones, que en verdad paraliza.

¿Recuerda cuando hablamos de la parte del cerebro que es emocional y de la parte del cerebro que es racional o lógica? Si el hombre pudiera analizar en estado de normalidad se daría cuenta de que no existe ninguna razón lógica para no intentar un acercamiento a la mujer que desea. Si el hombre pudiera analizar en estado de normalidad pensaría que se puede estar perdiendo una oportunidad única, y que más vale no desaprovecharla o dejarla pasar.



Pero en estos momentos de inseguridad extrema está mandando la parte emocional del cerebro y han tomado dominio las emociones negativas. ¡Qué terrible puede ser esta situación!

Los

seres

humanos

tendemos

a

elaborar

mecanismos

de

autodefensa ante las situaciones que nos resultan difíciles de abordar. Los mecanismos de autodefensa son accionados porque en alguna medida consideramos que debemos protegernos.

Son reacciones típicas, ancestrales diría, que hay que aprender a dominar para que no nos pongan palos en la rueda en nuestra forma de conducirnos. Si los miedos no se aprenden a dominar se corre el riesgo de que uno se pierda un montón de cosas interesantes que tiene la vida para ofrecernos, como puede ser, el conocer a una mujer hermosa que ha atrapado nuestro interés.

Dominar los miedos no es tarea sencilla, aunque le aseguro que puede lograrse. Como venimos recomendando desde las primeras páginas de este Manual, hay que trabajarse a sí mismo. Esta es la principal forma de mejorarse: el autodominio.

El perder los miedos es un trabajo arduo sobre la persona, quien debe empezar por racionalizar las situaciones que le provocan temor para luego poder enfrentarlas sin inconvenientes.



Como decíamos antes, hay que prepararse como lo hace quien va a correr un maratón. Si el cuerpo no está entrenado no va a poder resistir la carrera, nadie puede lanzarse a semejante ejercicio aeróbico sin antes no entrenar duro y sostenido durante largo tiempo. Los músculos y los tendones tendrán que haber adquirido fortalecimiento, a la vez que también tendrá que estar fortalecida la mente como para poder enfrentar el desafío.

Con el entrenamiento constante los músculos se van fortaleciendo y haciendo resistentes, cada vez estarán más preparados para soportar el maratón y alcanzar la meta. Con nuestras habilidades sociales sucede algo parecido o al menos comparable, las habilidades sociales se adquieren y se mejoran con la práctica continua. Y así como los músculos del cuerpo pierden su vigor si no se los entrena en forma regular, las habilidades sociales que caen en desuso se van deteriorando o atrofiando y terminan en el olvido. Si un hombre no aprende y practica su acercamiento a las mujeres nunca va a estar lo suficientemente entrenado para lograr el acercamiento sin problemas. La falta de práctica puede provocar (de hecho, es la mayor responsable) que el hombre no salga airoso de su intento de acercamiento a una mujer desconocida.

Puede suceder que los nervios lo traicionen o que se muestre como si fuera un párvulo. Hay que empezar con retomar o comenzar la práctica (si es que no se ha hecho antes), hasta alcanzar la desenvoltura y el aplomo deseados.



Las acciones que se quieren llevar a cabo tendientes a adquirir seguridad deben orientarse, para sacar un mejor provecho. En este caso, si el objetivo es acercarnos a una mujer que nos agrada, todas las acciones deben estar orientadas hacia esa meta. Siempre la actitud que se demuestre es fundamental. Un hombre confiado en sí mismo trasmite esa confianza con su manera de actuar. Puede tener una personalidad algo reservada, pero lo importante es que no esté manipulado por los miedos ni doblegado por la timidez.

El hombre se tiene que haber construido, con mucho esfuerzo por cierto, un sistema de creencias positivo que lo ayude a superarse día a día. Ese sistema de creencias positivas le dará sustento a sus emociones positivas. Por lo tanto, estimado lector, no espere a que llegado el momento de acercarse a una mujer tenga suerte y se comporte como conducido por la magia. Comience por cambiar su sistema de creencias negativas por otro sistema de creencias positivas.

Haga un trabajo de control mental cada día. Puede comenzar por trabajar una afirmación fundamental, como por ejemplo:

Soy una persona segura de sí, que confía en sus propias determinaciones.



Debe concentrar su atención en esa afirmación y tenerla presente a lo largo del día, por varios días consecutivos. Hay quienes se repiten su afirmación en voz alta aunque hacia adentro hasta internalizarla, a la vez que la escriben y la visualizan una y otra vez. Cuando esté plenamente convencido de su afirmación, póngase a prueba para saber si convence a otras personas. Si está convencido de la afirmación, no le costará convencer a los demás.

Pero en el caso de que no logre convencer a otros, trabaje un poco más con esa afirmación porque aún no se ha convencido usted mismo. Y así puede seguir poniendo empeño en destituir a las creencias negativas e incorporar a las creencias positivas, con afirmaciones que de aquí en más lo ayuden a desarrollarse como persona.

Para recordar los pasos fundamentales para cambiar las creencias negativas —a los que nos referimos en la Tercera Secuencia— repasemos:

Primer Paso. Reto a mí mismo. Hay que combatir una creencia negativa, por lo tanto, hay que empezar por darse cuenta de que está sustentada en la falsedad. El desafío es conmigo mismo porque nadie más es responsable de tener una creencia negativa que me está haciendo daño.



Segundo Paso. Borrar de la mente cualquier grabación de creencia negativa y reemplazarla por la grabación de una afirmación positiva. Una creencia negativa tiene que dar lugar a una creencia positiva. La nueva creencia incorporada no tiene por qué ser inamovible, se puede utilizar mientras nos es útil y modificarse más adelante si eso fuera necesario.

Tercer Paso. Comunicar la nueva creencia a los demás. La nueva creencia que adquirimos debe ser compartida por otras personas. No debemos adquirir una nueva creencia positiva y dejarla guardada para nosotros, sino que le debemos echar a andar. Una creencia se afirma cuando surte efecto ante los demás.

Cuarto Paso. La recepción. Una vez que la nueva creencia positiva incorporada a uno mismo ha salido hacia afuera, debemos testear cómo funciona con unas cuantas personas. Si nos hemos convencido a nosotros mismos de la creencia, va a funcionar bien con los demás. La creencia debe afirmarse primero en nosotros, para que luego resulte aceptada por los otros.



Resulta muy importante reforzar las creencias positivas dentro de uno mismo pero también hacia afuera, en el entorno. Para la comunicación de ida y vuelta, hay que conseguir un balance entre confiar en las propias creencias a la vez que aceptar la opinión que nos llega de los demás. Nuestro sistema de creencias nunca debe ser limitante de nuestros actos.

Siendo un hombre seguro de sí mismo y con un sistema de creencias positivo, ninguna mujer se le resistirá. Con un mecanismo de aproximación fortificado, las inquietudes ante un primer acercamiento quedarán superadas. Y no solo se liberará la capacidad de comunicación con las mujeres a las que se quiera conquistar, sino que se mejorará la capacidad de comunicación en todos los ámbitos sociales donde se interactúe. ¡Las puertas comenzarán a abrirse de par en par!

Una vez más hago hincapié en estudiar las recomendaciones que doy en este Manual, pero no hay que olvidarse de ponerlas en práctica una y tantas veces como sea necesario, hasta aprenderlas e incorporarlas. Con este Manual se puede acumular mucho conocimiento teórico, pero si el hombre que está leyendo en busca de ayuda no se acerca a una mujer y pone en práctica los consejos nunca sabrá si le dan buenos resultados. Estos conocimientos que proporciono también le tienen que ayudar a vencer los miedos, a lograr superarlos para siempre.



Está muy bien si usted se anima a acercarse a una mujer para practicar y probar este método. Pero cuidado, ¡nada de acercarse pensando que de inmediato la va a llevar a la cama para tener una noche de pasión! No funciona así este aprendizaje.

Empiece por practicar el acercamiento a una mujer para lograr que ella se interese por usted, no le conviene practicar el acercamiento con la idea fija de tener una relación sexual. Si algo falla una primera vez en el intento de despertar el interés de ella, o incluso si falla una segunda vez, o aún una tercera, ¡a no desesperar!

Hay que seguir intentándolo hasta aprobar, es decir, hasta el momento en que la comunicación con la mujer deseada se deslice sin tropiezos de manera natural. La práctica continua es el mejor aprendizaje. ¡Se lo aseguro!



Notas y Conclusiones de la Quinta Secuencia.

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Sexta Secuencia. Y Bien, ¿Cómo Pasar El Examen? En esta secuencia vamos a intentar seguir conociendo a las mujeres, ¡una cuestión difícil aunque le aseguro que no es imposible! Ellas sienten atracción por los hombres seguros de sí, de esto no hay dudas. En forma inconsciente, ponen a funcionar su radar selectivo para poder atraer al más fuerte, justamente a aquel hombre que ha demostrado que posee un valor elevado.

El mecanismo de selección que ellas dominan les permite no solo seleccionar

el

hombre

de

valor

superior,

sino

también

desenmascarar al hombre que intenta hacerse pasar por lo que en realidad no es. Una mujer se da cuenta muy pronto de que un hombre es inseguro y lo desaprueba, aunque él se esfuerce por hacerle creer lo contrario.

El mecanismo de selección de la mujer se pone en funcionamiento desde la primera posta en el plano interactivo de la conquista amorosa: la posta del magnetismo o enfoque. Recordemos que a la posta del magnetismo o enfoque la escalonamos en tres instancias que llamamos: preparación tendiente al objetivo, acreditar valor como candidato y aprobación recíproca.



Si el mecanismo de selección de la mujer está en alerta, como suele estarlo, y detecta que el hombre no acredita valor elevado como candidato, él no obtendrá aprobación y su acercamiento habrá resultado infructuoso.

Por eso insisto tanto con el consejo de que el hombre se trabaje a sí mismo para adquirir seguridad, derrotando su sistema de creencias negativas. La seguridad en sí mismo es un atributo que salta a la vista, no se puede exhibir cuando no se posee. La confianza en sí mismo resulta una de las características más útiles que puede exhibir el hombre en la conquista. Si esta cualidad es acompañada por la capacidad de expresarse con la palabra y con el cuerpo, por la masculinidad y por una cuota de humor, el hombre tiene el camino allanado hacia su objetivo de lograr la conquista de la mujer deseada.

Claro, puede ocurrir que una mujer no tenga activado su mecanismo de selección, mecanismo del cual hablamos en la secuencia anterior. Pero como ya vimos, una mujer con el mecanismo de selección debilitado no es interesante para un hombre. Desde este Manual instruimos para que el hombre adquiera un valor elevado a través de la seguridad en sí mismo, como para que se perfeccione y pueda aumentar su magnetismo con las mujeres. De ningún modo instruimos para que un hombre intente alcanzar la meta de lograr seducir sin siquiera haber construido las condiciones óptimas para ello.



El hombre que sigue las técnicas descritas y se esfuerza día a día por practicarlas, conseguirá crearse valor, lo que lo conducirá sin problemas a seducir mujeres en cualquier circunstancia que se encuentre. Y seducirá a las mujeres que quiera seducir porque le gustan, no a aquellas que hayan quedado rezagadas por ser las menos deseadas por otros hombres.

Nos referíamos al mecanismo de selección que emplean las mujeres para detectar al hombre de valor elevado. Las mujeres realizan una especie de examen al hombre que les interesa.

Si el hombre está siendo examinado, en principio es una buena señal en cuanto a que la mujer ha puesto su interés en él y por ello quiere probarlo. El examen tiende a ser interactivo, por lo que si el hombre es experimentado se da cuenta de que está siendo examinado y puede responder a ello con soltura. Así que el hombre debe estar atento a detectar cuándo está siendo examinado por la mujer, para poder atravesar la prueba en forma sobresaliente.

Vale insistir con el hecho de que el mecanismo de selección de la mujer no es un acto que llega a ser consciente. Se ha comprobado que de manera subconsciente la mujer selecciona un buen candidato biológico.



Si usted aprende a reconocer cuándo está siendo examinado va a tener muchas mejores posibilidades de manejar en forma conveniente sus propias reacciones, a la vez que va a tener posibilidades de salir triunfante de las pruebas y acreditar valor. El reconocimiento es una manera más de conocer a la mujer y de aprender a tratarla en forma beneficiosa. En suma, para alcanzar el éxito con las mujeres hay que aprender a aprobar con buenas notas cada uno de sus exámenes a los que ellas nos sometan.

Veamos en qué consiste un examen. A grandes rasgos, hay dos clases de exámenes que hacen las mujeres a los hombres tras la atracción inicial:

•

Un examen de verificación

•

Un examen de conveniencia

Comencemos por el examen de verificación que puede percibirse en la manera de solicitar alguna cosa, examen que no necesariamente sucede precediendo al examen de conveniencia.

Ellas realizan un examen de verificación de acuerdo a las respuestas que obtienen. Hay que tener en cuenta que un hombre sumiso, que se aviene a cumplir cualquier tipo de orden sin poner reparos, de ninguna manera resulta atractivo para una mujer. El hombre que muestra sometimiento es porque no está confiado en sí mismo, asume una especie de esclavitud que lo desdibuja como hombre bien plantado ante la vida.



Ahora bien, hay que ser muy cuidadoso en la actitud que se toma cuando se cae bajo un examen de verificación, porque si el hombre se va al extremo de no aceptar en nada la solicitud que le hace la mujer puede inducirla a pensar que está desinteresado de ella. El hombre tiene que ser lo suficientemente hábil como para lograr una cierta ecuanimidad, de alguna manera alcanzar un punto equidistante entre decir a todo que sí y decir a todo que no.

Se debe aprender a distinguir entre lo que es un examen de verificación y aquello que no lo es, aunque a primera vista lo parezca. Puede ser que la mujer esté solicitando algo cuyo cumplimiento es lo más adecuado para el momento, por lo que en ese caso no está realizando un examen de verificación sino que está pidiendo colaboración con algo lógico.

Por ejemplo, la mujer está lejos de un objeto que quiere alcanzar y se lo pide al hombre porque él tiene ese objeto al alcance de su mano. Le pide:

- Por favor, ¿puedes alcanzarme mi abrigo que quedó colgado en el respaldo de tu silla?

Esto suena como una petición lógica, de ninguna manera puede considerarse un examen de verificación y hay que saberlo distinguir en ese sentido.



¿Cuándo puede considerarse un examen de verificación, entonces? Vamos con otro ejemplo del examen de verificación, para que quede más claro. El hombre y la mujer se encuentran tomando algo en un bar, cuando entra un grupo de chicas que son conocidas de ella.

Las chicas no se acercan a la pareja sino que se ubican en una mesa un poco alejada. Desde allí le hacen gestos a ella y sonrisas cómplices, lo que provoca que ella esté ansiosa por acercarse a hablar con sus amigas. En un momento le dice a él:

- ¿Me esperas un momento aquí, por favor? Voy a saludar a mis amigas y enseguida regreso.

¿Qué debe hacer el hombre? No esperarla será un gesto descortés que pondrá en evidencia su falta de interés en ella.

Esperarla tal cual ella le indicó mostrará su aceptación sin reparos a una situación que no es demasiado cómoda. ¿Es necesario que ella lo deje solo y se acerque a saludar a sus amigas? ¿Tiene ella tanta necesidad de abandonarlo por un rato para estar con sus amigas? Lo que le queda por hacer a este hombre debe ser ingenioso, si es que le gusta mucho la mujer, como para dejar bien en claro que no se deja manejar con facilidad aunque tampoco huye de la escena, porque en el fondo desea seguir avanzando en la conquista.



Entonces él puede decirle, con amabilidad e incluso con un toquecito suave en su brazo:

- Ve tranquila mientras yo aprovecho para hacer una llamada que es muy importante. Me encontrarás en la parte de atrás del local, que es silenciosa como para poder hablar tranquilo por teléfono.

Con esta respuesta la mujer no puede sentirse atacada porque él ha sido amable, aunque no se haya sometido estrictamente a lo que ella pretendía: que lo esperara dócilmente en la mesa hasta que ella regresara de saludar a sus amigas.

Al contrario de sentirse atacada, la mujer va a sentir mayor interés por alguien que no se deja manipular. Percibirá que está ante un hombre que no se deja avasallar, seguro de lo que hace y de lo que quiere. A no dudarlo, a ella este simple gesto le provocará mayor atracción hacia él.

También el hombre puede emplear otras tácticas, siempre a medio camino entre aceptar todo tal cual se lo pide ella o dar un portazo o no rotundo, lo que significa un quiebre brusco al magnetismo o enfoque que podrían haber estado experimentando.

Por ejemplo, puede decirle a la mujer, provisto del mayor gesto de simpatía que le salga:



- Oh, qué bueno, ve a saludar a tus amigas mientras yo consulto mi agenda para saber cómo sigue mí día. ¡Pero te pido que no te alejes sin darme un beso de despedida!

Ante la petición hecha con simpatía, la mujer seguro que sonreirá, le dará un beso en la mejilla y no tardará en regresar de la mesa de sus amigas. Hasta le comentará a ellas:

- ¡Es un divino!

Nuevamente el hombre no ha sido manejado al antojo de la mujer. Aunque en cierta medida complaciente, se muestra muy seguro de lo que quiere y no deja de sorprender a la mujer.

En cuanto al examen de conveniencia que realiza la mujer, en cierta forma es también porque quiere corroborar que tiene ante sí a un hombre seguro. Por ejemplo, si una mujer hace algún comentario algo bochornoso hacia el hombre, la reacción de parte de él en ningún caso debe ser la de contraatacar. Hay que mostrarse con aplomo.

Dar respuestas firmes pero que en ningún caso devuelvan agravios de ningún tipo. El hombre no debe contestar lo primero que se le viene a la boca sino tomarse unos segundos para elaborar una respuesta ingeniosa.



De última, tanto el examen de verificación como el examen de conveniencia que lleva a cabo la mujer no hacen otra cosa que demostrar que está interesada en el hombre. Podríamos decir que es una especie de guiño cómplice.

Si no lleva a cabo ningún examen hay que dudar de si realmente somos atractivos para ellas. Así es que hay que saber atravesar este tipo de exámenes con soltura, sin reaccionar intempestivamente sino más bien como si se estuviera sonriendo hacia adentro, en la seguridad de que estamos siendo examinados porque le gustamos. ¡Y mucho! Ante este examen también cabe el humor sutil, para que si se ha producido una situación desagradable o engorrosa poder disiparla y seguir adelante como si tal cosa. El hombre puede decirle sonriendo:

- Mm… ¿acaso me estás cortejando? ¡Mira que lograrás espantarme!

Y con desenvoltura levantarse y hacer el ademán de irse, girando un poco el torso. La actuación debe llevarse a cabo con cierta gracia, como para arrancarle una sonrisa a ella e invitarla a una respuesta amable.



Si ella le dice algo así como:

- ¡Oh, no, no te vayas, por favor! ¡No creas nada de lo que dije!

Evidentemente él le agrada y está interesada en seguir en su compañía. Ya lo dijimos antes, el humor resulta un buen aliado en la conquista. Y en esta primera instancia de magnetismo y enfoque a menudo hay que apelar a él para poder crear un ambiente distendido para ambos.

Otras veces, a través del examen de conveniencia la mujer intenta poner en un apuro al hombre. Si él sabe salir incólume de la situación, habrá ganado unos cuantos puntos de aprobación por parte de ella. Por ejemplo, si ella le dice en un momento:

- ¿Siempre eres un tipo malo con las mujeres?

Sin mostrar enojo por la pregunta que está escuchando ni preguntarle a la mujer por qué piensa eso, el hombre puede sortear la prueba con respuestas como:

- ¿Acaso lo estás queriendo averiguar porque enloqueces por mí?

Le arrancará una sonrisa y quién sabe sino una respuesta audaz. En el juego de la seducción caben idas y vueltas, algo así como una tensión entre: te atraigo, me alejo, te atraigo, me alejo, te atraigo, me alejo…



Le propongo, querido lector, que practique cómo pasar el examen de una mujer cuando se encuentra en la posta del magnetismo o enfoque. Tiene que empezar por darse cuenta cuándo está sometido a un examen de verificación o cuándo está sometido a un examen de conveniencia, debe estar preparado para poder responder de la mejor forma.

El hombre tendrá que saber manejar la situación con destreza, con respuestas que lo muestren firme en su rol de masculinidad. Y el hombre tiene que saber que si es sometido a estos exámenes por parte de ella es porque está suscitando su interés.

Así que si le sucede un examen de verificación o de conveniencia, ¡póngase contento, querido lector! ¡Usted no pasa desapercibido para ella y debe aprovechar al máximo los exámenes a los que es sometido para sumarse aún más valor personal!



Notas y Conclusiones de la Sexta Secuencia.

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Séptima Secuencia. Estudiar La Comunicación No Verbal. Los seres humanos vivimos comunicándonos unos con otros desde que nacemos. La comunicación constituye una necesidad que es de carácter vital, porque existe de manera natural un impulso a estar en relación comunicativa.

En la comunicación somos emisores de mensajes a la vez que somos receptores de mensajes, en forma recíproca y en forma alternada,

lo

que

responde

a

un

mecanismo

de

estímulo/respuesta. Cuando el acto de la comunicación se lleva a cabo entre un hombre y una mujer que se atraen, como sucede con otros actos comunicativos se ponen de manifiesto los pensamientos propios, los deseos, las formas de ver las cosas, es decir, se dialoga en busca del conocimiento mutuo.

Estoy empeñado en que un hombre y una mujer que se gustan, que están en la primera posta del magnetismo o enfoque, construyan su diálogo de manera positiva, avanzando hacia una relación amorosa. Y estoy dándole una ayudita al hombre, para que sepa conducirse hacia una conquista exitosa. En lo que interesa específicamente, ¿cómo se produce la comunicación entre un hombre y una mujer que se atraen?



Un hombre y una mujer hablan en consonancia con su carácter o de acuerdo a los rasgos más relevantes de su personalidad. Se dan a conocer con las palabras, pero sobre todo se dan a conocer con la inteligencia emocional que significa poner de manifiesto la comunicación no verbal o para-verbal. La comunicación no verbal, también llamada lenguaje corporal, deja entrever las emociones, aunque lo hace de manera no consciente.

En esta secuencia me dedicaré a indagar en la comunicación no verbal, que al fin y al cabo es la que domina una situación de diálogo.

Muchas veces lo que dicen las palabras es insustancial. Sin embargo, lo que deja traslucir la comunicación no verbal, si se sabe interpretar puede llegar a aportar un conocimiento de la persona que la revela en su parte más íntima. La comunicación no verbal incluye la postura corporal, las miradas, los movimientos faciales y cualquier tipo de movimiento gestual, así como también el tono de la voz.

Básicamente, ¿por qué la comunicación no verbal es reveladora de la persona?



La comunicación no verbal es reveladora de la persona porque hay un predominio de la función emotiva o de la función sensible a las emociones, predominio que llega a estar muy por encima de lo que es la función referencial. Tan importante es la comunicación no verbal o, para decirlo de otro modo, tan importante es el lenguaje del cuerpo, que se presume que constituye un sesenta por ciento del acto comunicacional en sí. La comunicación verbal, por su parte, abarca un veinte por ciento. Y el otro veinte por ciento queda destinado al tono de la voz. Como decíamos, la comunicación no verbal es sensible a las emociones. Importa más cómo se dice algo que lo que se dice. Una persona habla por medio de su voz, a la vez que transmite acerca de lo que siente con los gestos de la cara y con los movimientos posturales (con su manera de estar sentado, con su manera de pararse y caminar).

Puede ser que no se esté emitiendo ninguna palabra, aunque transmita un mensaje no verbal por intermedio de su cuerpo. En el caso en que se esté diciendo una cosa a través de las palabras pero manifestando otra a través del lenguaje del cuerpo, habrá una contradicción manifiesta.



Si un hombre sabe leer el lenguaje no verbal de la mujer que desea, a la vez que sabe manifestar con su propio cuerpo lo que está queriendo decir, tendrá una amplia ventaja a la hora de la conquista amorosa. Porque atención, para que el diálogo transcurra por los carriles que queremos hay que aprender a leer la comunicación no verbal de la otra persona pero también hay que aprender a controlar la propia comunicación no verbal. Para ello, nada mejor que conocer de qué manera funciona la comunicación no verbal.

Piénsese en la siguiente situación, para apreciar la importancia que tiene el lenguaje del cuerpo. Si viajamos a un país donde no conocemos el idioma que hablan y no tenemos un intérprete que nos ayude a comunicarnos, ¿qué hacemos para que nos entiendan? Apelamos a los gestos con las manos, interpretamos nuestro propio discurso por medio de la mímica o el arte de expresarnos con gestos. También empleamos las palabras y las repetimos una y otra vez, pero las palabras no producen ningún efecto porque el lenguaje verbal no nos sirve para comunicarnos en esta situación.

Aunque sí puede ser que se interprete una palabra por el tono de la voz con que es dicha. El lenguaje corporal nos sirve para comunicarnos, para hacernos entender a pesar de no hablar el mismo idioma. Podríamos asegurar que con la ayuda del lenguaje del cuerpo no hay fronteras idiomáticas que inhiban nuestras ganas de hacernos entender y de entender al otro.



En el caso al que hacíamos mención, cuando queremos comunicarnos con alguien que no maneja nuestro mismo idioma, manifestamos un lenguaje corporal con un propósito: el de que nos entiendan.

En el caso de una comunicación como la que nos ocupa, la de un hombre y una mujer que se atraen, la comunicación no verbal puede ser que no la manejemos en forma deliberada, más bien nuestro inconsciente maneja nuestra comunicación no verbal.

Si no conocemos muy bien los códigos de la comunicación no verbal, no sabremos leer en el otro sus emociones ocultas ni estaremos

en

condiciones

de

transmitir

nuestras

propias

emociones tal como queremos transmitirlas. ¡Cuidado! se puede decir

una

cosa

y

transmitir

otra

bien

diferente,

hasta

diametralmente opuesta.

Atravesar la posta del magnetismo o enfoque debe tener como aliado al lenguaje del cuerpo, porque será el mejor transmisor de nuestras emociones. Con respecto al conocimiento de la comunicación no verbal se han hecho innumerables estudios. Hay quienes han llegado a la conclusión de que la mente sigue al cuerpo. Si se logra controlar al cuerpo, la mente responderá en tal sentido.



Por ejemplo, si una persona está desanimada y se empeña en levantar la cabeza, erguir el cuerpo y mirar hacia adelante, su mente responderá en forma satisfactoria y se sentirá muchísimo mejor. Por otra parte, hay quienes opinan que el cuerpo sigue a la mente. Si primero se logra controlar la mente, el cuerpo responderá en tal sentido. Ambas posiciones pueden ser ciertas, en algunos momentos resultar más eficaz una actitud y en otro momento resultar más eficaz la actitud opuesta.

Lo importante es saber que estas actitudes existen para poder controlarlas y lograr establecer un equilibrio entre la parte emocional y la parte lógica de la mente. Si se quiere estar en una posición de dominio, el lenguaje que transmite el cuerpo debe ser dominante, de lo contrario la persona se mostrará como si estuviese sometida y no convencerá con su discurso.

El lenguaje no verbal en una interacción puede transmitir si la persona está dispuesta a huir frente al primer contratiempo o si, por el contrario, estar dispuesta a ir al frente. Una vez más, hay que aprender a enviar los mensajes que realmente se quieren enviar. Y en este punto entra a jugar el sistema de creencias que se tiene. Alguien con un sistema de creencias positivas generará emociones positivas, enviará mensajes con su cuerpo y con sus gestos que sean positivos. Alguien con el predominio de un sistema de creencias negativas generará emociones negativas, enviará mensajes con su cuerpo y sus gestos que sean negativos.



¿Tiene sentido aprender a leer la comunicación no verbal para conquistar a una mujer? Aprender a leer la comunicación no verbal da una enorme ventaja cuando se quiere conocer a una mujer porque permite conocer sus sentimientos, que muchas veces ellas mismas no expresan con las palabras o no son lo suficientemente claras al hablar. Con observar la forma en que se mueve la persona o cómo permanece pasiva, incluso antes de acercarse a ella ya se tendrá una información importante. Luego, la comunicación cara a cara, el contacto visual y el tono de voz, aportarán otra información también importante. La comunicación no verbal será como una especie de fotografía del ser interior.

Cuando un hombre y una mujer dominan la comunicación no verbal están en condiciones de saber a los pocos minutos de conocerse si se han encontrado con la persona adecuada. La mujer sabrá si ha encontrado a la persona segura que busca, así como él sabrá si está frente a la mujer que posee el carácter que le atrae.

Este conocimiento en la primera posta del magnetismo o enfoque permitirá una comunidad de ideas e intereses muy favorable para avanzar en la relación. Y para dirigirse hacia la meta.



Existe un método para conocer mejor la comunicación no verbal y aprovecharla en la conquista de una mujer.

Ante todo, el hombre debe saber qué tipo de mujer quiere y luego poner su empeño en la conquista del tipo de mujer que le gusta. ¿Prefiere a una mujer dominante? ¿O acaso prefiere a una mujer obediente? Obviamente, si él es un hombre de carácter dominante, con su rol de masculinidad bien establecido, lo que no significa ser autoritario, va a tender hacia una mujer con rasgos de personalidad obediente, lo que no significa que sea una persona sometida. Entonces, el hombre tiene que empezar por mostrarse acorde a lo que quiere, para no perder su tiempo en atraer a la mujer o a las mujeres que no son de su preferencia.

Debe observar el lenguaje corporal de la mujer para saber si es lo que está buscando, a la vez que debe transmitir con su lenguaje corporal lo que quiere que quede demostrado. A no olvidar que las mujeres también suelen ser especialistas en leer el lenguaje del cuerpo del hombre con el que interactúan.

En la posta del magnetismo o enfoque, no conviene que el hombre enfrente su cuerpo al de ella directamente para no evidenciar necesidad. Esto cuando aún el hombre y la mujer no se han acercado a hablar sino que han reparado a la distancia el uno en el otro.



Lo conveniente para el hombre es inclinarse un poco hacia atrás, no demasiado, de tal manera que el torso y la cabeza no queden muy aproximados hacia el objetivo. Puede ser que se esté de pie, en cuyo caso no hay que balancear el cuerpo hacia delante y hacia atrás o apoyarse con más fuerza en los talones.

Si se está caminando, aquí también el hombre está mostrando con su actitud su carácter. Los pasos cortos indican miedo, inseguridad, rigidez. Los pasos largos y seguros demuestran dominio y desenvoltura. Aunque puede ser que el hombre esté caminando con pasos cortos porque están en un lugar con mucha gente y no quiere atropellarse con nadie. Pero en lo posible hay que mostrarse ante la mujer con paso seguro, extender la pierna hacia delante hasta apoyar el talón y luego apoyar todo el pie.

Hay que hacerlo con armonía y soltura, no como si se estuviese forzando un paso marcial para participar en un desfile militar. Los hombros y el pecho deben llevarse hacia atrás en forma natural y relajada, que no aparezcan como una armadura rígida que quita espontaneidad a los movimientos.

El caminar seguro de sí, con el cuerpo erguido y la cabeza alineada a la columna vertebral, inspira confianza y suma valor ante los ojos de la mujer que se quiere conquistar. Demás está decir que la mirada fija en el piso denota una total inseguridad y temores no resueltos.



Antes de que llegue el momento de la primera posta, la del magnetismo o enfoque, conviene que el hombre tenga bien ensayada su forma de pararse y de caminar. Puede aprender a caminar bien ensayando en su propia casa, incluso ayuda observarse en un espejo, pero luego es mejor que la forma de caminar correcta se ensaye en público. Cuando vaya caminando por la calle con la postura del cuerpo dominante y desenvuelto, comprobará que las mujeres se dan vuelta para mirarlo y sonreírle. Los hombres de postura rígida, que parecen estacas, repelen al sexo femenino. La buena predisposición corporal al desplazarse de un lugar a otro resulta fundamental para promover la atracción hacia uno.

¿Qué sucede cuando el hombre permanece sentado? También debe mostrar una actitud segura, ocupando verdaderamente el lugar y sin sentarse al borde del asiento, como si se estuviera cayendo o estuviese a punto de levantarse.

Si está sentado en un sillón, por más que el asiento sea mullido no debe parecer que se hunde o parecerá agazapado, como queriendo esconderse de algo. Si no quiere mostrarse sumiso tiene que permanecer en posición relajada, con el torso erguido, con los hombros hacia atrás aunque sin levantar y con la cabeza en alto. Las piernas deben estar un poco separadas o cruzadas, si esa posición ayuda a sentirse más cómodo.



Tanto si se está hablando con alguien como si se está en silencio, la cabeza debe permanecer levantada, con la barbilla paralela al piso. Más adelante, cuando el hombre haya arribado a la posta de la afinidad podrá inclinar un poco su cabeza mirando hacia abajo, para expresar que siente emoción profunda.

La espalda encorvada es signo de estar apesadumbrado o de vejez (es sentirse viejo, más que tener muchos años). Cuando los hombros y la espalda se inclinan hacia delante, la cabeza naturalmente sigue esta posición, se baja la barbilla y se tiende a llevar la mirada al piso. El cuello queda oculto, como si se lo quisiera esconder para proteger de un supuesto ataque. Esta es una postura que cientos de veces nos habrán corregido nuestras madres o tutores cuando éramos adolescentes. Cuando los jóvenes se están desarrollando, ante el rápido crecimiento les cuesta tomar conciencia de su cuerpo y lograr manejarlo. Pero cuando ya se es grande, el hecho de no haber adquirido una buena postura corporal casi seguro que irá de la mano con el hecho de no haber adquirido confianza en sí mismo. Siempre se está a tiempo de responsabilizarse y corregirse.

Una vez más recomiendo al hombre que se preocupe por mejorar su postura corporal, ya sea sentado o en posición de pie y caminando, aun antes de haber llegado a la posta del magnetismo o enfoque con una mujer. Puede ensayar en su casa, mucho mejor si lo hace frente a un espejo o con la ayuda de alguien de confianza que le marque los errores.



Y vendría bien que haga algunos ejercicios tendientes a fortalecer los músculos de la espalda y de los hombros, porque eso lo ayudará a caminar, a pararse y a sentarse erguido sin esfuerzo. Existen gimnasias que ponen su acento en lo postural, que utilizan algunos complementos como para dar fuerza al torso y en especial a la espalda.

Ahora bien, el hombre debe cuidar de transmitir un lenguaje corporal positivo a la vez que debe estar atento al lenguaje corporal de la mujer que le interesa. Hay gestos de parte de ella que van a ser totalmente expresivos de lo que está sintiendo y hay que saber leerlos para no dejar pasar una oportunidad. Si ella despliega sus brazos y sus manos hacia afuera, permitiendo que su torso quede sin ninguna barrera, es una buena señal de interés hacia el hombre. La apertura de brazos transmite buena capacidad de comunicación. El contacto visual es muy importante, más cuando se combina con la mente, que es la sede de los procesos creativos y también de la memoria. Cuando alguien dirige su vista en direcciones diferentes señala que tiene acceso a diferentes partes mentales. Si una persona mira hacia arriba y a su derecha (sería hacia arriba y a su izquierda, para quien la está mirando de frente) es porque está accediendo a su parte del cerebro visual o su memoria visual, por lo que puede estar imaginando algo que ha ocurrido en el pasado.



Si mira hacia arriba y hacia la izquierda (sería hacia arriba y a su derecha, para quien la está mirando de frente), accede al cerebro visual-conceptual, es decir, está imaginando algo visual que nunca ha visto en realidad. Las mujeres usan la memoria visual cuando están contando algo alegre o en momentos en que están tratando de no pensar en algo sexual. Si, por el contrario, se mira hacia abajo, hay un vínculo potente con las emociones.

En general, cuando una persona mira a su izquierda aborda su parte cerebral creativa y cuando una persona mira con insistencia a su derecha aborda su memoria o recuerdo. Estas orientaciones pueden combinarse, como cuando se accede a la memoria visual y se mira a la derecha y hacia arriba. O se mira hacia la izquierda y hacia abajo y se accede al cerebro emocional-conceptual, es decir, hay un sentimiento nuevo o se tiene temor del sentimiento que se experimenta. Mirar hacia la derecha y hacia abajo está señalando la memoria emocional.

Utilizar la habilidad de leer el contacto visual que provoca la mujer es una manera de obtener algunas señales para darse cuenta si está dirigiendo su función emotiva hacia el hombre. De todos modos, el contacto visual se interpreta mucho mejor en conjunto con la lectura de otras señales corporales. Tampoco hay que exagerar y utilizar la lectura de pistas visuales como para romper una relación. Pero hay una pista visual que es interesante tener en cuenta como para actuar.



Si una mujer mira la boca del hombre cuando él está hablando, luego dirige la mirada hacia un ojo y después hacia el otro ojo, se puede inferir el deseo de ella de querer besar al hombre. Y siempre que se pueda y se desee, ¡no hay que pasar por alto esta señal tan clara! Las posturas y los movimientos corporales, así como los gestos faciales, transmiten emociones. Y también es un trasmisor muy potente el tono de la voz. La voz surge de la garganta o viene desde el estómago o el diafragma.

Con la voz que surge de la garganta se puede hablar en forma más veloz pero no tiene la misma intensidad que si hablara con la voz proveniente del estómago, donde se puede percibir un sonido vibrante. Cuando se transcurre la primera posta, la del magnetismo o enfoque, hablar desde la garganta provocará una especie de relax, mientras que hablar desde el estómago puede llegar a inhibir a la otra persona.

La voz de la garganta viene bien para divertirse, para establecer un puente de confianza, para crear lazos de simpatía, mientras que la voz del estómago o diafragmática tiene la profundidad adecuada como para sumergirse de lleno en la seducción.



¿Ha prestado atención a cómo termina sus frases cuando habla? Cuando aprendemos un idioma solemos reparar en la intensidad de cada sílaba en el lenguaje hablado, en cuándo se debe descender en la entonación o se debe ascender. En cambio, cuando hablamos naturalmente nuestro idioma no le prestamos atención a la entonación que le damos a las frases. Si se entona una frase en forma descendente se transmite positividad, confianza en sí mismo.

Otra cosa muy importante es evitar las muletillas en el transcurso de un diálogo, como si se intentara a toda costa tapar un bache de silencio. ¿Qué son las muletillas? Son interjecciones, voces o frases, que se repiten con frecuencia en el transcurso de una conversación. Por ejemplo, a ver si le suenan las siguientes:

-

Mmmm

-

¿Viste?

-

¿No te parece?

-

A ver…

-

Pero deja que te explique

-

Yo en verdad estoy convencido

-

Fíjate si no es así

-

¡Olvídate!

-

Tal como si...



No es necesario llenar todos los espacios con palabras, porque los silencios a veces resultan mucho más elocuentes que las propias palabras. Los silencios no tienen por qué ser incómodos, pueden servir para intensificar una mirada o son adecuados para permitir la reflexión.

Y cuando la persona trata de no dejar ningún resquicio en su conversación como para que no la interrumpan, suele lograr un efecto contrario al que busca: la interrupción, aunque no haya nada que aportar. Las muletillas estorban y hay que desecharlas para no restarle fuerza a lo que dicen las frases.

Al fin, hay que permitir que surja una sonrisa o aun que estalle una carcajada. Sonreír tiene una fuerza increíble, cualquiera lo tiene que haber comprobado. Sonreír ilumina el rostro y distiende. Cuando dos personas se ríen juntas en forma espontánea han logrado uno de los mejores lazos de comunicación, comparten una alegría mutua y se demuestran confianza.

La

risa

hace

perder

los

miedos.

Y

cuando

se

provoca

naturalmente, la risa entre dos desconocidos casi podríamos decir que es tanto o más positiva que estrecharse las manos en un saludo o darse un fuerte abrazo.



Con lo dicho hasta ahora corroboramos que la comunicación no verbal supera en expresividad al lenguaje hablado. El hombre que quiere transitar con soltura las postas del magnetismo o enfoque, de la afinidad, de la seducción y llegar a la armonía, tiene que aprender a potenciar su lenguaje con el cuerpo, a la vez que tiene que aprender a leer el lenguaje que expresa con el cuerpo la mujer que desea.

La mujer buscará en el lenguaje corporal del hombre que le trasmita que es seguro de sí mismo. ¿Recuerda cuando hablábamos de que a las mujeres les atraen los líderes? Y los líderes tienen capacidad de expresar sus ideas con las palabras pero también tienen la capacidad de saber comunicar lo que quieren con los gestos corporales.

¿Se imagina a un líder caminando con la vista clavada en el piso? ¿Se imagina a un líder que no establezca contacto visual con su interlocutor? ¿Se imagina a un líder pronunciando un discurso plagado de muletillas sin sentido? ¡Imposible imaginarse a un líder con gestos de abatimiento!

Ahora bien, ¿cómo darse cuenta si una mujer siente atracción por un hombre a través de saber leer su lenguaje corporal? Veamos las principales señales que puede emitir una mujer hacia el hombre. ¡Para tenerlas en cuenta!



•

Cuando una mujer se siente atraída por un hombre busca en alguna forma provocar un efecto favorable que llame la atención de él.

•

Cuando una mujer se siente atraída por un hombre inclina levemente su cuerpo hacia él (su torso). De todos modos, el hombre debe manejarse con tacto y observar algunas otras señales. Mejor no iniciar la seducción si antes no se ha instalado la atracción, que en un primer momento puede confundirse con una simple curiosidad de parte de ella.

•

Una mujer que se siente atraída por un hombre suele mirarlo a los ojos y luego bajar unos segundos la vista, esbozando una sonrisa. Y repetir este gesto más de una vez.

•

Una mujer se siente atraída por un hombre cuando inicia una conversación con él con cualquier excusa, sobre todo si se está en un lugar como un bar o en una fiesta. Seguramente antes ella le clava la mirada y luego le habla.

•

Una mujer que se siente atraída por un hombre suele jugar a enroscar con sus dedos un mechón de cabello o acariciarse el cabello en la zona de la nuca. Esto se podría interpretar como un gesto de aburrimiento, aunque cuando la conversación avanza sin problemas tiene que ver más con sentir

atracción

sexual.

Acariciarse

la

cabeza

es



estimulante

y

provocador.

Por

otro

lado,

se

ha

interpretado que tocarse en forma insistente el pelo frente a la oreja expresa que se tienen dudas. •

Una mujer que se siente atraída por un hombre suele mirarlo a la boca mientras habla, luego hacia un ojo y después hacia el otro ojo. En ese gesto puede estar implícito el deseo de besarlo. ¿Por qué no averiguarlo?

•

Una mujer que se siente atraída por un hombre suele enfrentar su cuerpo al de él sin barreras, sin cruzar las manos y los brazos por delante. Cuando se cruzan los brazos por delante el pecho o se cruzan los brazos tomando ambos hombros se está mostrando una actitud defensiva.

•

Una mujer se siente atraída por un hombre cuando lo roza reiteradas veces durante la conversación: en un brazo, en una mano, con la punta del pie… Hasta puede llegar a borrarle suavemente con la yema de sus dedos la marca de rouge que le dejó en su mejilla. Y si usted no la ha tocado aún y ella empieza el juego con toquecitos delicados, ¡no siga poniendo distancia porque hay vía libre para avanzar un poco más rápido!

•

¿Recuerda cuando hablamos del examen de verificación y del examen de conveniencia? Si una mujer realiza al hombre este tipo de exámenes es porque se siente atraída



por él, no hay duda de ello. Si no se sintiera atraída lo ignoraría por completo, más que examinarlo.

Si bien la comunicación no verbal nace en su mayor parte desde el inconsciente y se percibe de la misma manera, también se puede dominar como para poder utilizarla a nuestro provecho.

La comunicación no verbal, así como otras recomendaciones que venimos sugiriendo a lo largo de estas páginas, se aprende con la práctica. ¡Por lo que empiece a practicar ya mismo! Practique cómo pararse, cómo sentarse, cómo caminar, cómo mantener contacto visual, cómo hablar, cómo mover las manos o la cabeza.

Practique adelante del espejo pero no se demore en practicar interactuando con otras personas. Las habilidades sociales se adquieren y mejoran con la práctica continua. Y una vez que se encuentre seguro de usted mismo, pleno de creencias positivas, su poder persuasivo le permitirá acercarse con aplomo a la mujer de sus sueños.



Notas y Conclusiones de la Séptima Secuencia.

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Octava Secuencia. El Ingenio En El Amor. Una relación amorosa real se conquista a la vez que se construye como algo posible, no se imagina como algo ideal, difícil de concretar en la vida real. En la construcción interviene el corazón, por supuesto, pero también interviene la cabeza.

Por eso usted está leyendo este libro electrónico, porque necesita conocer el método paso por paso en el plano interactivo de la conquista amorosa. En suma, necesita conocer un modo razonado de obrar para construir una relación amorosa real.

Podrá ponerle al amor una cuota de imaginación, pero nunca le dará resultado si lo sustenta en una fantasía irrealizable.

En esta secuencia voy a reiterar lo que vengo aconsejando desde el principio. Hay que prepararse para llegar a la meta, nunca conviene esperar que las cosas sucedan como por arte de magia. Podemos ponernos a esperar.

Eso sí, podemos pasarnos la vida esperando sin que pase lo que anhelamos.



Si estamos lo suficientemente entrenados en el arte de amar, sabiendo que queremos construir y no como se suele decir “tener un toco y luego me voy”, estaremos en condiciones de saber aprovechar la oportunidad cuando encontremos a la mujer que colma nuestros deseos. Alguien me gusta y trabajo para construir una relación con ese alguien que me gusta, ejerzo control sobre la situación y me mantengo firme en seguir con ese control.

La felicidad de encontrar el amor puede estar a la vuelta de la esquina. Lo que no va a seguir a la vuelta de la esquina es el amor real y sólido. Porque a partir de encontrar el amor a la vuelta de la esquina habrá que ir atravesando diferentes fases, si es que queremos que prospere.

La relación entre dos personas que se atraen tendrá momentos de buena comunicación y tendrá otros momentos difíciles de afrontar, que habrá que sortear con la mejor voluntad. Pero para que la conexión sea firme y auténtica el hombre debe construir el vínculo.

En el plano interactivo de la conquista amorosa, luego de la posta del magnetismo o enfoque venía la posta de la afinidad. La afinidad es lo que algunos definen como la técnica del “rapport”, que es cuando dos personas se sienten en sintonía, tanto emocional

como

psicológica.

Hay

positividad,

atención

y

coordinación mutuas, un ida y vuelta donde prima la confianza y la cooperación.



Dentro de la posta de la afinidad el dominio masculino se puede ejercer a pleno. Hay una iluminación de la afinidad, que propicia un vínculo extenso, congeniar y una expansión de la iluminación.

Las preguntas simples pueden ser un estímulo para avanzar en la conexión empática.

-

¿Cómo estuvo tu día de trabajo?

-

¿Cómo te fue con las compras que tenías que realizar?

-

¿Cómo te fue cuando llevaste a tu perro al veterinario?

Todas

ellas

son

preguntas

en

las

que

caben

respuestas

informativas poco complejas, pero compartir esa información sirve para que ambos construyan un sentimiento de sintonía emocional.

La afinidad se crea desde las cosas simples y se alimenta con las cosas simples de todos los días. Si no se crea una afinidad desde las cosas simples y cotidianas, no se está logrando congeniar a partir de encontrar conexiones entre las opiniones, los caracteres, los gustos de cada uno.

El intento de congeniar con la mujer que deseamos conquistar no debe quedar a expensas de la suerte sino que se debe propiciar en forma permanente, para que el vínculo no quede adormecido y pronto muera de inanición.



Hablábamos de las preguntas simples que puede realizar el hombre a su pareja.

-

¿Cómo estuvo tu día de trabajo?

-

¿Cómo te fue con las compras que tenías que realizar?

-

¿Cómo te fue cuando llevaste a tu perro al veterinario?

Las respuestas pueden llegar a ser aún más simples que las preguntas, pero no por ello se deben menospreciar. Hay que aprobar la respuesta tal como si fuera que nos están diciendo algo verdaderamente interesante y novedoso.

Hay que mostrarse como un escucha atento, interesado en lo que tienen para decirle. Nunca es conveniente contestar ignorando lo que ella dijo antes, porque entonces no se estará estableciendo una verdadera comunicación. Si la mujer le contesta a él su pregunta:

- Ah, sabes, llevé a mi Pichi al veterinario y me dijo que tengo que cambiarle el alimento balanceado.

El hombre no puede desentenderse enseguida de esa información porque le parece irrelevante y salir con otra cosa, como disparado para otro lado:



- Escucha, ¿por qué no te pones el jogging y las zapatillas para ir a correr?

Si antes él le hizo una pregunta debe escuchar lo que ella le responde y aunque sea responderle dos palabras, moviendo un poco la cabeza:

- Ah, mira…

Lo que no debe hacer es cambiar a otro tema sin más, porque eso demuestra un absoluto desinterés por la respuesta del otro y no construye afinidad. Parecieran cosas tontas pero no lo son en absoluto.

La afinidad se construye desde los diálogos de todos los días, desde la aprobación de lo que la otra persona está diciendo. Me refiero a aprobación no en el sentido de decirle a todo que sí, sino en el sentido de demostrar interés por la información que se está recibiendo. Y el interés se produce cuando se escucha al otro. Si la mujer percibe que él no le está prestando atención a lo que ella le responde y solo está esperando su oportunidad para hablar, ella puede encender la luz de peligro. Y una luz de peligro puede volver atrás la relación que recién empieza a construirse, y hasta la puede tirar por la borda.

Las conversaciones más triviales pueden llevar a construir afinidad. Retomemos. Él le pregunta:



- ¿Cómo te fue cuando llevaste tu perro al veterinario?

Ella le responde:

- Ah, sabes, llevé a mi Pichi al veterinario y me dijo que tengo que cambiarle el alimento balanceado.

Y él no tiene muchos comentarios para hacer pero igual le manifiesta que está escuchando lo que ella dice:

- Ah, mira…

Este diálogo simple puede conducir a otro diálogo más emotivo, que cree mayor interés en ella. Más adelante él le puede decir, enlazando con la respuesta de ella:

- Me acuerdo cuando era chico y le di de comer un postre a mi perro. ¡Pobrecito! Estuvo muy enfermo varios días y yo estaba triste, me sentía culpable por lo que había hecho. Por suerte pudo mejorarse, ¡pobre!

El hombre ha mostrado una vulnerabilidad en ese recuerdo de su infancia y esto enternecerá a la mujer, lo que va a contribuir a afianzar la afinidad. Ojo, se puede mostrar alguna pequeña vulnerabilidad de este tipo, pero nunca el hombre debe manifestarse ante la mujer como un ser totalmente vulnerable



porque perderá su encanto. ¡A no olvidar, el papel de duro de la película se lo lleva el hombre!

Para responder a la mujer, el hombre puede emplear palabras como:

-

Oh, me pareció genial

-

¡Fue un momento impresionante!,

-

¡Realmente me impresionó!

No debe utilizar expresiones como:

-

¡Qué dicha!

-

¡Qué felicidad!

-

Me pone contento

-

Me enoja

-

Me pone triste.

No hay que pensar que estas últimas expresiones van a ayudar a construir

afinidad.

Hay

que

manifestar

las

emociones

vinculándolas a un hecho.

-

¡Qué dicha!

-

¡Qué felicidad!

-

¡Qué alegría!

-

¡Qué enojo!

-

¡Qué tristeza tan grande!



Son expresiones muy generales que no transmiten los sentimientos propios como si realmente se estuvieran experimentando.

La anécdota que mencionábamos antes, que remonta al hombre a su niñez, a un recuerdo como puede ser referido al perro que tenía cuando era pequeño, es muy enganchadora como para construir afinidad. Ella puede estar escuchándolo atentamente, lo que se verá en la expresión de su cara, o simplemente asentir con su cabeza y seguir atenta a lo que está escuchando.

La conexión puede ir en aumento, porque este tipo de recuerdos de la niñez crean empatía. Si no se está seguro de que ella comparte lo que le estamos diciendo, lo mejor es cambiar hacia otro tema que provoque afinidad. Ella puede asentir con su cabeza, pero si queremos estar seguros de que nos está escuchado podemos comprobarlo haciéndole una pregunta que nos confirme su atención, como por ejemplo:

-

¿No te parece?

Si ella de inmediato contesta e incluso hace un comentario que demuestra que está escuchando y que le interesa, podemos estar seguros que vamos bien encaminados en la búsqueda de afinidad.

El recuerdo con su perro cuando era niño debe vincularse a lo que pasa ahora, al momento. Él puede decirle:



- Me acordé ahora que tú me cuentas que le debes cambiar el alimento a tu perro. ¡Aunque no quiero decir que tu perro se va a poner grave! Pero lo que me pasó con mi perro cuando era niño me ha servido para saber que si se tiene un animal se debe cuidar.

La anécdota de cuando se era pequeño y el vincularla al problema actual que tiene el perro de ella, será un buen recurso para construir afinidad. Ella ha estado atenta al relato del recuerdo de la infancia y se sentirá en sintonía emocional con usted.

La relación se está construyendo en base a las afinidades y la veracidad de la que se dice es el mejor respaldo. La mujer se engancha con el hombre por lo que considera sus verdades. Si más tarde se da cuenta que ha sido engañada, que lo que él le dijo era mentira, entonces sí que se encenderá la luz de peligro.

Si ella se vinculó a una persona que en verdad no es lo que dice ser, ¿cómo continuar una relación fructífera? Piense en lo contrario, si usted se sintiera engañado, ¿acaso no dudaría en seguir la relación con la mujer que no se ha mostrado sincera? Siempre hay que ir con la verdad, para en el futuro no comprometer la relación con malentendidos que provienen de alguna mentira, por pequeña que sea.



Al fin llega la validación, cuando la construcción de la afinidad ha progresado y se sabe que no se está con una mujer más sino con la mujer que se elige y con la que se puede llegar a proyectar.

Puede ser que aún no se haya consolidado el sentimiento de amor pleno, pero la posta de la afinidad es una construcción vital en la relación de pareja.

Con la afinidad se ha conseguido la atención mutua y la confianza. Hay identificación entre el hombre y la mujer. Volviendo a la posta del magnetismo o enfoque, lo conveniente es que lo antes posible la relación se construya cara a cara. Vayamos a un ejemplo muy común en esta época. ¿Cuántas personas se vinculan a través de internet, chateando o enviándose correos electrónicos?

La relación puede parecer que toma temperatura mediante las palabras virtuales, aunque mientras no exista un encuentro cara a cara no se sabrá lo que pueda pasar.

Ha sucedido con frecuencia que un hombre y una mujer pasan largo tiempo chateando y se sienten atraídos, hasta llegan a pronunciarse palabras de amor, pero esto no deja de ser una fantasía que puede desmoronarse muy rápido el día en que se encuentren de manera física.



El encontrarse en forma física es muy importante. Y también es muy importante no estar rodeados de otras personas que dificultan la comunicación, es el paso que realmente cuenta para construir afinidad.

Como ya se habló largamente en otras secuencias, además de las palabras que se dicen dos personas cuentan sus gestos, sus movimientos corporales, el contacto visual. Por eso, ¡siempre es mejor cara a cara!

Incluso si cuando se ha producido el magnetismo o enfoque ambos están compartiendo un grupo, en un bar o en una fiesta, el hombre debe ingeniárselas para apartar del grupo a la mujer que le gusta y llevarla a un lugar donde puedan conocerse con mayor reserva y tranquilidad, en un espacio que haga posible la comunicación más íntima.

Una vez cara a cara, hay que escuchar a la vez que saber leer los mensajes no verbales que ella pueda estar enviando. También hay que enviar las propias señales tal como se quiere que sean interpretadas.

La comunicación no verbal surgirá en forma espontánea, pero también puede dirigirse de manera satisfactoria hacia la meta.



Inclinar levemente el cuerpo hacia adelante y observar que ella responde de la misma manera, podrá ser un signo de interés mutuo. O el contacto visual, que puede ser directo o tener sus pausas para mirar hacia abajo por un momento al tiempo que se esboza una sonrisa. Y emplear el humor, para sortear situaciones difíciles o aún para distender. Una sonrisa o una frase graciosa pueden hacer perder todos los miedos.

Ahora usted está en la posta de la afinidad y quiere transitarla lo mejor posible, ¿verdad? Las relaciones entre un hombre y una mujer no son idénticas, no tienen por qué serlo. Y tampoco una misma persona vive sus relaciones con el sexo opuesto siempre de la misma manera, dependerá de lo que se elija para ese momento en particular.

Paso a enumerar tres tipos de afinidad que se pueden dar:

•

No enfocarse en asuntos negativos.

•

Saber conducirse ante asuntos imprevistos.

•

La ansiedad.

Enfocarse en un asunto negativo puede suceder cuando ella comenta una mala noticia o se refiere a algo malo que le pasó. Si el hombre toma ese hecho negativo y le sirve para contar a su vez otro hecho negativo que le pasó a él, y la conversación gira en torno a la mala onda más tiempo del que debería…, ¡hasta



pareciera que él se siente obligado a decir cosas negativas para que la conversación no decaiga!

Y la verdad es que no es bueno construir una relación en base a lo negativo. ¿Se imagina una relación que se sustente en un diálogo donde

se

cuenten

los

problemas

y

un

sinfín

de

cosas

desfavorables?

Con esto no estoy queriendo decir que no puede haber ningún tema desfavorable y que si ella cuenta algo así hay que cambiarle de inmediato de tema. No, de ninguna manera. La relación se construye con mucho tacto, sobre todo en sus comienzos. Y tampoco hay que ser un negador y pensar que todo va viento en popa cuando no es así.

Si la mujer viene con la noticia de que está muy enferma una prima de ella, a quien quiere mucho, hay que escucharla, quizás preguntarle algo acerca de la relación filial o dar alguna esperanza. Dedicarle unos minutos al problema, que no sea dominante para el resto del encuentro pero tampoco borrarlo de un plumazo.

Saber conducirse con asuntos imprevistos puede ser revitalizante para la relación. Si la mujer cuenta un hecho sin importancia que le ocurrió y a partir de allí se sigue contando una colección de hechos de ese tipo, puede resultar aburridísimo, ¡hasta provocar un largo bostezo!



En cambio, si se relaciona con un hecho más interesante se le puede dar un giro inesperado a la conversación, que la haga más dinámica y entretenida para los dos. Y puede surgir una empatía inesperada. ¿Qué sucede con la ansiedad? La mujer provoca una afinidad

ansiosa, habla de lo que ella quiere hablar, habla acerca de ella, en cierta forma demostrando ansiedad por conectarse con el hombre.

Si el hombre está interesado en continuar con la conexión intentará sacar a ella de su ansiedad, con las palabras apropiadas que ayuden a aplacar su ánimo exaltado. O si el hombre no quiere seguir afianzando la relación, ¡no tiene por qué escucharla ni un minuto más!

Desde aquí propiciamos la construcción en el amor cuando verdaderamente se desea levantar ese edificio. El hombre seguro de lo que quiere está en condiciones de elegir, de construir a la vez que controlar la relación con la mujer, llevándola por el cauce que realmente le interese.



Notas y Conclusiones de la Octava Secuencia.

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Novena Secuencia. Errores Que Es Mejor Evitar. Hemos visto muchas de las cosas que se puede hacer para conquistar a las féminas, pero en esta secuencia quiero centrarme en lo que no se debe hacer si se quiere tener éxito con ellas.

Me voy a referir a las torpezas más comunes que se suelen cometer. ¡Más de uno se va a sentir identificado o tendrá una anécdota al respecto! Durante años he realizado trabajo experimental de campo para llegar a determinar lo más fielmente posible por qué falla el hombre que quiere conquistar a una mujer que le gusta, porque incluso fracasa cuando a veces existen buenas posibilidades de tener éxito.

Observaba el comportamiento de los hombres en los cafés, en los clubes, en las discotecas, en una librería, en cualquier tipo de encuentro social. Me interesé por sus actitudes antes, durante y después del encuentro. Y encontré que hay errores muy habituales, que los hombres repiten hasta el cansancio. Hay quienes se equivocan y luego vuelven a hacerlo porque no se dan cuenta frente a qué actitud se ha producido el error. O no consideran siquiera que están equivocados, por lo que se golpean la cabeza contra la pared cientos de veces.



•

Comencemos por un primer ejemplo. Si un hombre se encuentra en un bar o en un lugar que es bailable y va rumbo a una chica que le gusta, que la vio por primera vez o que la tiene vista de antes, puede suceder que la chica camine hacia el otro lado. Lo ve y sale apresurada para el lado contrario. ¡Y sí, hay tantos motivos por los que puede querer alejarse! Él sabe muy bien que ella lo vio, pero también sabe muy bien que se escabulló ante sus propios ojos. Ante esta situación, no vale la pena intentar ir en busca de la chica, perseguirla y querer acercarse de algún modo a ella. ¡Tampoco hay razón para parecer un tipo desesperado! Hay que mirar alrededor y observar cuántas otras mujeres hermosas pueden estar mejor predispuestas al encuentro.

Cuando se está en la posta del magnetismo o enfoque, donde aún no ha habido nada concreto o apenas se ha interactuado, no hay nada que perder. Tampoco es bueno iniciar el magnetismo o enfoque desde la postura de la necesidad apremiante. Sería muy diferente si el hombre se encontrara en la posta de la afinidad y diera un paso en falso que lo condujera al fracaso, porque en ese caso ya se ha empezado a construir una relación empática. Con vistas a la posta del magnetismo o enfoque no hay más que un pasatiempo y hay que verlo de esa manera, de ningún modo hay que quedarse prendido en una falsa ilusión.



•

La falta de resolución o la indecisión suele ser letal para que florezca un primer acercamiento. El hombre que ve a una mujer que le gusta en un lugar público, donde no quedaría mal que se acerque a ella, ¡no debe pensarlo ni tres segundos! Si se acerca a ella dentro de los tres primeros segundos contados desde el momento en que la vio, su mente no le jugará una mala pasada y no tendrá tiempo de empezar a ponerse trabas alimentadas con falsas creencias. Además, las mujeres aprecian el carácter seguro de los hombres, se podría decir que admiran la actitud de no tener reparos e ir al frente. Como dice el dicho popular: el no ya lo tenemos, ¡vayamos por el sí! No cometamos el error de empezar a dudar y con ello atraer la inseguridad.

•

Cuando un hombre se siente atraído por una mujer en un lugar público que está abarrotado de gente, como puede ser un café o una discoteca, comete un error si no busca la manera de separar a la mujer del bullicio y llevarla para hablar a un lugar más tranquilo, sobre todo cuando ella está rodeada de amigos. Quizás no es el momento para poder quedarse los dos a solas, pero el hombre debe ingeniárselas para lograr que aunque sea en el mismo bar lleno de gente puedan sentirse más cómodos para dialogar. Entre un montón de gente y sobre todo en medio de los amigos, que están parando la oreja y de algún modo interfieren en el acercamiento, no se puede expresar nada interesante ni esperar escuchar de parte de ella nada interesante.



No se puede expresar ninguna cosa con palabras ni tampoco con el lenguaje del cuerpo, que es tan importante para “vendernos” y para captar qué es lo que ella nos insinúa. He observado a muchachos que se empeñan en conquistar a una chica que está rodeada de un séquito de amigos, le sonríen, estiran su cuello para decirle algo al oído, de pronto reciben de otra persona algún empujoncito sin querer que los aleja un poco de la chica que tienen en la mira, luego vuelven a intentarlo abriéndose paso, quizás ella le contesta algo pero su voz se pierde entre los sonidos del bar… En fin, aunque haya habido una atracción mutua a simple vista es casi imposible llegar a nada en esta situación tan caótica. ¡Y quién sabe si habrá otra oportunidad para aprovechar de conocerla! Para no incurrir en el error más común, recomiendo no abordar a la chica en medio de un tumulto de gente, aunque tampoco es aconsejable dejar escapar la oportunidad de hablar con ella. Hay que buscar la manera de invitar y convencer a la mujer para llevarla hacia un lugar más tranquilo y al menos intentar conocerla un poco más, si es que despertó nuestro interés. •

Jamás hay que caer en el error de mostrarse con suma frialdad. El hombre que demuestra frialdad puede pasar por ser indiferente y aún por ser una persona carente de gracia.



Por supuesto que cuando se está en la posta del magnetismo o enfoque no cabe ser ardiente, pero tampoco hay que caer en el error de mostrarse como si se estuviera parado sobre un pedestal, lejano e inalcanzable. Un hombre que se sabe buen mozo puede tener en un principio cierto terreno ganado con las mujeres, pero también puede perderlo rápidamente si no demuestra otras cualidades que les atraen a ellas, como: la confianza en sí mismo, la buena comunicación, la buena energía, el humor algo irónico. Y estas cualidades no se demuestran con una actitud fría y distante. Si ya se está interactuando en la posta del magnetismo o enfoque hay que mostrar una actitud abierta y sincera. Y apelar al humor. Hay que considerar que las mujeres intuyen cuando están ante un hombre arrogante y pierden fácilmente el interés. •

La necesidad excesiva de aprobación también es un error habitual en los hombres. Ante esa necesidad, ¡a algunos se les va la mano y piden permiso para todo! ¿Te importaría si te paso a buscar por tu trabajo? ¿Podrías darme tu número de teléfono, si no te molesta? ¿Puedo pedirte que abandonemos la barra y nos sentemos en los sillones, por favor? ¿No te molesta si te acompaño hasta tu auto? Decime si te molesta, por favor… Lo mejor es cambiar estar peticiones por un lenguaje menos elíptico, que demuestre que se tiene decisión, lo que no quiere decir que se la está obligando a ella a hacer algo.



Vea si no queda mejor decir las mismas cosas pero de la siguiente manera. Mañana te pasaré a buscar por tu trabajo. ¡Dame ahora mismo tu número de teléfono! Vamos a sentarnos a los sillones para estar más cómodos. Te acompaño hasta tu auto. A las mujeres les gustan los hombres ejecutivos, que saben resolver situaciones con seguridad y aplomo. Además, cuando se busca atracción

hay que ser espontáneo, lo menos

estructurado posible y siempre dispuesto a correr riesgos. Desde el papel masculino no cae bien que el hombre muestre una total dependencia o subordinación a lo que ella quiera. •

Y este es un error que suelen cometer muchos hombres, sobre todo los que son poco experimentados en esto del levante amoroso: construir una fantasía con respecto a una relación con ella. Tal vez se conoció a la chica en una fiesta o se la ve con frecuencia sentada en la barra de un bar, y sin que siquiera haya una señal clara de parte de ella se empieza a fantasear con una relación. ¡Ojo, que un simple mensajito de texto no dice mucho! O sucede con mucha asiduidad el error de fantasear ante los “encuentros” virtuales, donde aún no se ha llegado a conocer físicamente a la persona y hasta puede habernos mentido con respecto a su apariencia física, edad u otras cosas. Para no sentir que hemos fracasado conviene poner los pies sobre la Tierra, al menos hasta estar más seguros de que hay un magnetismo mutuo y algo bueno puede suceder.



Hay hombres (mujeres también pero aquí nos estamos dirigiendo a ellos) que han llegado a creerse que tienen una relación amorosa con alguien, ¡y la otra parte ni siquiera está enterada de dicha relación! Como sabemos, la mente es muy poderosa, ya vimos que almacena falsas creencias con mucha facilidad. Si empezamos a convencernos a nosotros mismos que estamos involucrados en una relación amorosa con la chica que nos mandó un mensajito de texto porque un amigo le dio el teléfono, estamos construyendo una falsa creencia. Aun no conocemos a la chica o apenas la hemos visto, en el futuro podrá pasar algo o podrá no pasar. Pero no hay que crearse falsas expectativas hasta que no haya un acercamiento concreto, incluso hasta superar la posta del magnetismo o enfoque. Mientras no haya un acercamiento real con una mujer, para distraer a la mente se puede poner el foco en varias mujeres que sean “posibles” candidatas, sin por ello convencerse de que se está rodeado de mujeres que caen rendidas a sus pies. O poner el foco de atención en otra cosa que no sea una mujer (un pasatiempo, un deporte, un trabajo), como para que la mente se disperse en varios intereses a la vez. •

Otro de los errores frecuentes de los hombres es cuando han aprendido a dominar la comunicación no verbal positiva y se empeñan en ponerla en práctica toda junta, cuando aún se está en la posta del magnetismo o enfoque.



Ya nos referimos a la importancia de los gestos de la cara, a los movimientos del cuerpo y al tono de voz, que conviene conocer para interpretar lo que nos está queriendo decir la mujer,

aunque

también

conviene

conocer

para

enviar

mensajes sobre lo que nosotros queremos transmitir. Pero no es cuestión de en un primer acercamiento poner a funcionar todo lo que se recuerde de la comunicación no verbal positiva, para con esto intentar convencer rápido a la mujer. Hay

que

ser

más

sutiles.

Utilizar

algunos

gestos

de

acercamiento y también valerse de algunos gestos de repliegue, que podría considerarse lenguaje corporal negativo. Esto creará mayor interés en la mujer, que querrá develar qué se desea en verdad. Sucede como con las palabras habladas, no se puede responder al impulso de decir todo lo que se quiere desde un primer momento porque esto podría saturar los oídos de la mujer. Tampoco es bueno comenzar un acercamiento demostrando un interés desesperado, ni con el lenguaje de la expresión hablada ni con el lenguaje de la expresión del cuerpo. La mujer está a la expectativa y llena de curiosidad, por lo que responderle con un poco de misterio y originalidad será el mejor gancho en esta instancia. Y el humor ingenioso siempre ayuda a allanar el camino.



Se le puede hacer una broma y decirle: -

¡Mira que si no te ríes me voy ahora mismo y no me ves más!

Y sonriendo hacer el ademán de levantarse y dar media vuelta el torso como para irse. Tal vez la broma no le hizo demasiada gracia, pero le va a hacer gracia el gesto de él. E intentará retenerlo con una sonrisa, si es que se siente a gusto con su presencia. Si se crea una atmósfera de humor compartido es una buena señal de que las cosas están funcionando bien. Ella le puede decir: -

¡Eres divertido!, te contrataré como clown en mi próxima fiesta de cumpleaños.

El hombre le puede contestar con una sonrisa, aunque girando un poco el torso como si se quisiera dar la espalda (lenguaje no verbal negativo): -

Magnífico, empezaré por convertirme en tu clown oficial.

¡Hay que esperar risas y más intrigas de parte de ella!



•

Mantener estrictamente la distancia física es otro de los errores que suele cometer un hombre en la posta del magnetismo o enfoque. No hay que marcar el propio terreno y respetar el terreno de ella, sino que hay que hay que ir buscando entradas mínimas al terreno de ella. La prudencia está bien, pero tampoco hay que exagerar. ¿Cómo se consigue avanzar con cierta cautela? Con el tacto, claro que sí. Un pequeño toque en un brazo, un leve frotamiento en una mano, apoyar levemente una mano en un hombro y darle un apretón leve… Claro, no hay que transformarse en un toquetón excesivo desde un principio porque podría resultar chocante, pero hay que ir tanteando el terreno de a poco y comprobando hasta dónde se puede avanzar.

•

No hay que reprimirse experimentando algún toquecito, porque tomar demasiado distancia no contribuiría a que ella se entusiasme. Tampoco hay que tocar y quedarse con la mano apoyada indefinidamente hasta sentir que ella la retira. ¡Después va a costar volver a empezar el toqueteo! Pero si se quiere avanzar más allá de la amistad, un toque fugaz bien dado, puede ser interrumpiendo por unos instantes lo que se está diciendo, permite observar la respuesta de ella, para saber si se va por el camino correcto.



•

Un error propio del hombre poco experimentado es querer despertar la curiosidad de ella o que ella le dispense su tiempo con una especie de “soborno”, que puede resultar hasta casi ostentoso. Se intenta demostrar poder y se termina

demostrando

flaqueza

de

ánimo,

e

incluso

consiguiendo que ellas se acerquen a él por algún interés. Por ejemplo, lograr que les pague algo u obtener un obsequio. Aquí nos estamos refiriendo a tener dicha actitud de pagar algo (una bebida o lo que fuere) antes de haber hablado siquiera con ella. Obviamente que cuando se haya construido la afinidad no va a ser un exceso invitarla con una copa o hacerle algún obsequio. En este caso ya será bien visto como un halago. •

Volvamos a los exámenes de verificación y de conveniencia que hace una mujer, porque dentro de los errores viene bien mencionarlos como importantes en esta secuencia. El error consiste en no darnos cuenta que estamos siendo examinados, no respondiendo en consecuencia de manera adecuada. Hay que aprender a aprobar estos exámenes para pasar el proceso de selección de la mujer. Ya nos referimos al tema ampliamente en la sexta secuencia, así que recomiendo volver a ella para refrescar la memoria. Él deberá manejar la situación con destreza, que lo muestre firme en su rol de hombre.



Tiene que saber que si es sometido a estos exámenes por parte de ella es porque está suscitando su interés. ¡Usted no pasa desapercibido para ella y le conviene aprovechar los exámenes a los que es sometido para sumarse aún más valor! Si no lo hace, ¡comete un grave error!

Estos errores que acabamos de enumerar son los más comunes, los que se cometen antes o durante la posta del magnetismo o enfoque. Conviene tenerlos en cuenta, como para poder alcanzar el éxito en la conquista a las mujeres hermosas. ¡O para disminuir las posibilidades de fracasar en la conquista a las mujeres hermosas!



Notas y Conclusiones de la Novena Secuencia.

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Décima Secuencia. Recapitulación y Buenos Augurios. “Que llegues a ser quien eres”. Píndaro.

Si usted ha arribado hasta aquí con la lectura atenta de todo lo que

he

propuesto

en

las

nueve

secuencias

anteriores,

¡enhorabuena! Ya tendrá acumulado un sinfín de conocimientos como para destrabar su poder de bio seducción animal y espero que haya comenzado con la práctica.

Si ha logrado despertar el poder de seducción y sacarlo hacia fuera, su autoestima estará más elevada que nunca porque se sentirá un auténtico ganador. ¡Y con razón! Se sentirá un ganador con las mujeres hermosas, lo que seguramente era su aspiración de máxima.

Aunque también se sentirá un ganador en su comunicación con las relaciones laborales, en su trato con los jefes o con las personas a su cargo, en su frecuentación a las reuniones sociales, en el intercambio comunicacional con los miembros de su propia familia y con el entorno más cercano. Una vez que el poder de seducción se ha despertado en nuestro ser, puede ejercerse en forma natural y en los diferentes órdenes de la vida.



Quiero que usted, estimado lector que aún no ha comenzado a practicar y a experimentar los buenos consejos que le di, se saque la idea de su cabeza de que es un desafortunado en el amor, que nunca liga porque no tiene suerte. Nadie tiene buena suerte como por arte de magia o se topa con la mala suerte porque está mal predestinado.

La buena suerte o la mala suerte se buscan, y se encuentran. Y lo mejor es adquirir la habilidad de atraer la buena suerte, hoy y siempre. Si la suerte en apariencia no está por ningún lado, ¡hay que fabricarla de algún modo y luego ponerla a funcionar para nuestro beneficio! Aquí le he dado las herramientas para que pueda aprovechar o para que pueda aún fabricar su propia buena suerte para ejercer el poder de seducción.

Examinemos una vez más, a grandes rasgos, los conceptos que tiene que tener bien en claro un hombre que quiere convertirse en un bio seductor animal por excelencia. ¿Se acuerda cuando hablábamos del hombre fuerte y decidido, que ha ocupado su lugar de poder desde tiempos inmemoriales? La fuerza y la decisión siguen siendo los papeles que mejor le sientan al hombre, mientras que la debilidad, la sensibilidad, la dependencia, siguen siendo los papeles que mejor les sientan a las mujeres. Por más que los tiempos hayan cambiado, estos roles de género siguen siendo mayormente arquetípicos, en cierta forma siguen siendo los modelos que la sociedad considera apropiados.



Aunque la mujer actual también está asociada a la producción, en tanto que el hombre sigue asociado a su papel productivo y protector,

adquiriendo

cada

vez

más

preeminencia

como

proveedor o prestador de lo social. Estos polos (género masculino versus

género

femenino)

se

atraen,

a

la

vez

que

se

complementan, siendo el papel de la masculinidad sumamente atractivo para ellas (ver Segunda Secuencia. Mujeres Vs. Hombres, diferencias y complementariedad).

Un hombre bio seductor animal es seguro de sí mismo (ver Tercera Secuencia. La seguridad, un atributo que atrae a las féminas). La confianza en sí mismo es uno de los atributos más apreciados por las mujeres. Si un hombre no logra superar sus inseguridades nunca pondrá en evidencia la inteligencia emocional que necesita para ser un seductor. La seguridad en sí mismo se puede adquirir, justamente con un trabajo arduo sobre la propia persona para que derrote su sistema de creencias negativas.

Un hombre bio seductor animal ha logrado derrotar el sistema de creencias negativas, que son las creencias que terminan limitando las acciones con temores que no tienen un asidero real. A la vez, ha reemplazado el sistema de creencias negativas por un sistema de creencias positivas. Al cambiar el sistema de creencias negativas por un sistema de creencias positivas, ha cambiado las emociones negativas por emociones positivas. ¡Todo un avance, por cierto! Un hombre que hace este trabajo sobre sí mismo se



supera y se rodea de situaciones que lo favorecen. Demuestra coraje, ¡una cualidad que a ellas las vuelve locas!

Un hombre bio seductor animal es catalogado como un colaborador enérgico, que es el valor máximo que se puede tener, a la vez que sabe reconocer el valor de los demás (ver Tercera Secuencia. La seguridad, un atributo que atrae a las féminas). Se dará cuenta si está interactuando con una persona de valor

competitivo,

de

valor

guerrero

o

de

valor

suplicante/miedoso. O se dará cuenta cuando tiene ante sí a un colaborador enérgico como él, que se desarrolla en todos sus emprendimientos en tanto ayuda a desarrollarse a los demás. Se conoce a sí mismo y conoce a los demás, como para poder interactuar con satisfacción en cualquier circunstancia que se le presente. El colaborador enérgico es muy buscado para compartir momentos, porque realmente se disfruta su compañía. Los líderes son colaboradores enérgicos, como no podría ser de otro modo. En el

extremo

opuesto

del

colaborador

enérgico

está

el

suplicante/miedoso, que es capaz de comprarle algo a una persona con la que aún no se ha involucrado afectivamente con tal de llamar su atención.

Un bio seductor animal recorre con solvencia el plano interactivo de la conquista amorosa, para lograr relacionarse con éxito (ver Cuarta Secuencia. El método, paso por paso). En el plano interactivo de la conquista amorosa existen cuatro postas bien definidas, que no conviene saltearse bajo ninguna excusa: la



posta del magnetismo o enfoque, la posta de la afinidad, la posta de la seducción y la posta de la armonía. El bio seductor animal sabe que si alguien se saltea alguna de estas postas puede tener consecuencias no queridas, como quedarse en la zona de amigos por haber excluido la posta del magnetismo o enfoque. O al saltearse la posta de la afinidad y llegar a trabarse más adelante. O al saltearse la posta de la seducción, con lo que se construirá una relación desapasionada. O al obviar la posta de la armonía podrá no construir una relación sólida y adulta.

Alguien muy experimentado, que ha ido una y otra vez por el plano interactivo del amor, puede un día atreverse a romper las reglas y aun así obtener buenos resultados. En esto sucede como en el arte, se pueden romper las reglas una vez que se conocen muy bien. Un artista plástico puede colgar un zapato viejo del techo y elevarlo a la categoría de arte. ¿Cómo llega con éxito a ese rompimiento de las reglas? Porque antes conoció las reglas y las experimentó mucho, hasta un buen día sentir la seguridad de que estaba en condiciones de hacer algo diferente y muy osado. No se le ocurrió romper las reglas de buenas a primeras, sin siquiera conocerlas.

El hombre que aspira a conquistar con éxito a las mujeres interpreta muy bien el plano interactivo de la conquista y avanza con seguridad hacia la meta. Si en algún momento percibe una luz de peligro, puede volver atrás y corregirse. No ve las postas como de tránsito rápido sino que se mantiene allí el tiempo que sea



necesario, porque se inmiscuye en cada uno de los recovecos. Cuando se detiene en la posta del magnetismo o enfoque, está atento a la preparación tendiente al objetivo, a acreditar valor como candidato y a la aprobación recíproca. Cuando se detiene en la posta de la afinidad, percibe la iluminación de la afinidad, construye un vínculo de extensa simpatía, se esfuerza

en

congeniar

y

alcanza

la

expansión

de

la

iluminación. Al llegar a la posta de la seducción, puede aprovechar lo que ha aprendido a reconocer entre la parte emocional y la parte lógica de la mente. Alcanzará la armonía en la relación con la cuota adecuada de la capacidad de liderazgo, poder y seguridad, transformándose en alguien que es necesario.

Un bio seductor animal supera ampliamente los “exámenes” que ella le realiza cuando aún están en la posta del magnetismo o enfoque (ver Sexta Secuencia. Y bien, ¿cómo pasar el examen?). Las mujeres poseen lo que se reconoce como un mecanismo de selección, que en forma inconsciente las lleva a detectar el mejor valor de supervivencia del hombre. Por su parte el hombre, cuyo mecanismo predominante se reconoce como de aproximación,

debe

atravesar

con

éxito

un

examen

de

verificación o un examen de conveniencia, a sabiendas de que está siendo examinado porque resulta un tipo interesante. Un bio seductor animal nunca posee su mecanismo de aproximación debilitado, porque siempre está confiado en sí mismo. A la vez, no está interesado en una mujer que posea su mecanismo de



selección debilitado, que suele tender a involucrarse en relaciones sentimentales autodestructivas.

Un bio seductor animal conoce a la perfección el lenguaje no verbal (ver Séptima Secuencia. Estudiar la comunicación no verbal). Sabe cómo pararse, cómo sentarse, como mover sus manos, como gesticular, cómo mantener el contacto visual, qué tono de voz es el apropiado para cada momento. Pero no solo sabe manejar su lenguaje corporal sino que sabe leer el lenguaje corporal de ella, lo que le da ventajas notables. Ha comprobado que a través del lenguaje no verbal, que es por sobre todo emotivo, se pueden conocer hasta los pensamientos más escondidos de la mente. En su rol de masculinidad, siempre muestra su posición dominante. En la posta del magnetismo o enfoque, su comunicación no verbal puede ser por momentos positiva o por momentos negativa, en una combinación sagaz como para atrapar aún más la atención de ella e incitarla a descubrirlo.

Un bio seductor animal no se enfoca en los asuntos negativos, sabe conducirse ante los asuntos imprevistos y reconoce la carga de afinidad ansiosa de la mujer por conectarse con el hombre (ver Octava Secuencia. El ingenio en el amor). Tiene gran capacidad para ingeniársela siempre y para conducirse con aplomo en cualquiera de las situaciones que le tocan.



Un bio seductor animal nunca pide de rodillas para comenzar o para seguir una relación que no funciona. Jamás se elabora fantasías con respecto a sus relaciones. Si ha tenido un primer acercamiento con una mujer, no es más que eso: un primer acercamiento. Si ella aún no ha manifestado su atracción, el hombre no intenta convencerse a sí mismo imaginando que ella está enloquecida de amor por él. No se le ocurriría decir “mi novia” o “mi mujer”, si no hay una relación que indique que de verdad es su novia o su mujer.

Un bio seductor animal no miente ni se miente a sí mismo. Como es una persona segura de sí, sabe que las mujeres lo admiran por su actitud sincera y que las mentiras encienden rápidamente la luz de peligro. Una mentira, por pequeña que sea, puede tener consecuencias nefastas en el futuro y más vale no arriesgarse de una manera tan boba.

Un bio seductor animal está cómodo en su rol de género masculino, por lo que no caería en el error de mostrar debilidad y dependencia. La debilidad y la dependencia las deja para ellas, para las que están cómodas en sus roles de género femenino. Él domina la relación, se arriesga si es necesario, toma para sí las responsabilidades de la interacción. No va por la vida pidiendo permiso o buscando permanente aprobación, porque no tiene la personalidad dócil y obediente que lo haga proclive a someterse. Domina con autoridad, nunca con autoritarismo.



Un bio seductor animal va al frente dentro de los tres segundos a partir del momento en que se siente atraído por una mujer. No espera a que su mente le trabaje en contra, enviándole mensajes agoreros. No es un perdedor, por lo que su mente está plagada de creencias positivas y entonces transmite emociones positivas. Se aproxima a ella a saciar su curiosidad, sin demostrar un interés extremo o exhibir vulnerabilidades. Conoce muy bien el juego de la seducción porque tiene mucha práctica en ello. Ha probado y ha comprobado una y otra vez su poder carismático con las mujeres. ¡Y ha salido indemne!

Un bio seductor animal se entrena en sus habilidades sociales en forma permanente. Así como el que corre un maratón, sabe que no puede llegar a la meta si no se entrena en forma habitual. Su capacidad de comunicación, de expresar ideas y de escuchar a las mujeres, la ha adquirido interactuando con ellas. No sale a la conquista luego de haber estado encerrado mucho tiempo, porque sabe que para conquistar antes tiene que haber adquirido con la práctica las destrezas necesarias.

Un bio seductor animal por nada del mundo deja pasar a la mujer que le interesa, no importa el lugar o la circunstancia en que se encuentre. Ha aprendido practicando y practicando. Y como ha realizado una práctica intensa puede ser que alguna vez haya salido desairado. Pero no por ello su ánimo ha descendido sino que por el contrario se ha vuelto aún más enérgico y dispuesto. Ha mirado a su alrededor y ha comprobado que hay



muchísimas otras mujeres a las que le agradará, que casi seguro estarán deseosas de conocerlo.

Un bio seductor animal se da cuenta muy bien de los errores más comunes que es mejor evitar (ver Novena Secuencia. Errores que es mejor evitar). Está confiado en su conocimiento, aunque como toda persona inteligente siempre se plantea alguna duda. Al experimentar puede comprobar que una táctica que funcionaba con una mujer no es tan eficaz con otra mujer, aunque ellas estén cortadas más o menos con el mismo patrón siempre puede haber una pequeña diferencia de molde. El bio seductor animal es capaz de revisar su estrategia y de corregirla a conciencia para mejorarla, sin por ello perder de vista su objetivo. Los hombres exitosos saben que es mejor cambiar a tiempo, si es que las circunstancias así lo exigen. Se dan tiempo para la conquista, logran que el interés de ellas vaya en aumento, interpretan las señales de ellas antes de actuar apresurados y echándolo todo a perder.

Un bio seductor animal auténtico tiene incorporadas de manera natural las recomendaciones que doy en este libro. Durante el proceso de aprendizaje fue y vino por estas páginas, recorrió hasta saciarse de conocimiento las diez secuencias prácticas para ligar con las mujeres, a la vez que buscó con insistencia las oportunidades de experimentar. Jamás esperó a que la suerte tocara su puerta sino que la buscó hasta encontrarla. Ahora sabe mucho y sigue aprendiendo. Tiene el



control sobre sí mismo e innova a cada paso que da, lo que lo hace un ser único en cada encuentro con las mujeres más bellas que alguien pueda imaginar.

Al hombre que se inicia en el camino de llegar a ser un bio seductor animal, le doy la bienvenida y le deseo el mayor de los éxitos. Al hombre bio seductor animal reconocido y probado, le deseo que siempre pueda mantener su éxito e incrementarlo (si ello es posible). A todos, gracias por leerme y por confiar en la fórmula infalible que diseñé para ayudarlo a convertirse en un bio seductor animal. Sé que existen otros caminos que se pueden ensayar para llegar a la meta. Pero, ¿para qué demorarse en atajos, idas y venidas inciertas? Mi fórmula para ser un bio seductor animal tiene en cuenta los deseos, impulsa a encontrar las mejores motivaciones, aporta serenidad interior a la vez que energía vital, promueve los cambios positivos, enaltece el valor del hombre hasta convertirlo en un verdadero líder. Sé que mi fórmula no es mítica para ningún hombre de carne y hueso, sino que una vez incorporada resulta tan natural como las cosas que hacemos todos los días. Lo sé, ¡es una fórmula probada y no falla!

¡La mejor de las suertes, mis queridos lectores!

Joey Palmer



Notas y Conclusiones de la Décima Secuencia.

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Notas Finales.

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Guia Bio Seduccion Animal

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