Capítulo VIII GOLPE DE ESTADO A JUAN BOSCH Y LA L A GUERRA CIVIL 1961-1965
Crisis Política Post ajusticiamiento de Trujillo________________________________Pag. 02 Crisis Económica post Ajusticiamiento de Trujillo____________________________ Pag. 04 Victorial Electoral y el Gobierno de Juan Bosch _____________________________ Pag. 05 Derrocamiento de Juan Bosch y Formación del Triunvirato_____________________ Pag. 06 Inicio de La Guerra del 1965_____________________________________________ Pag. 08 Segunda Intervención Militar Norteamericana ______________________________Pag. 11 Actuación de la O.E.A. __________________________________________________Pag.15 Elecciones del 1966 y Triunfo del Doctor Balaguer__________________ Balaguer________________________ __________Pa ____Pag.18 g.18
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CRISIS POLITICA POST AJUSTICIAMIENTO DE TRUJILLO Tras el asesinato de Trujillo, el poder cayó en manos de su hijo Ramfis, quien era el jefe de las Fuerzas Armadas, y de Joaquín Balaguer, que era el presidente de la República desde el año 1960, cuando el hermano de Trujillo, Héctor Bienvenido, renunció de su cargo. La camarilla trujillista que Gobernaba la dirigían burgueses, principalmente familiares de Trujillo, y pequeños burgueses, muchos de ellos e nriquecidos. Como oposición al gobierno surgió la Unión Cívica Nacional, integrada por representantes de la burguesía opuesta a Trujillo, por sectores avanzados de la pequeña burguesía y por burgueses en el Gobierno, partidarios de crear un nuevo sistema de poder. Los cívicos también eran apoyados por mucha gente de extracción popular, al menos hasta finales del año 1961. Lo que en el fondo pretendía la Unión Cívica era quitarle el poder a los trujillistas que seguían en el Gobierno y ponerlo en manos de la burguesía tradicional. Su principal líder era Viriato Fiallo.Viriato Fiallo.
El poder económico de los cívicos era mayor que el de la camarilla trujillista, pues abarcaba a la burguesía tradicional y a sectores que se apartaban de los Trujillo. Los sectores populares se agruparon alrededor de dos partidos políticos, el PRD, dirigido por Juan Bosch, y el 14 de Junio, dirigido por Manolo Tavárez, quien salió de la cárcel debido a la presión internacional contra el nuevo gobierno. El 14 de Junio y la Unión Cívica se dedicaron principalmente a luchar por completar las tareas antitrujillistas. El PRD, en cambio, levantó un programa de reivindicaciones sociales a fin de ganarse el apoyo del pueblo. El PRD no confrontaba con el Gobierno y trataba de neutralizarlo y de captar gente de él que le temía a la Unión Cívica. Por otra parte, el Gobierno norteamericano presionó a Ramfis Trujillo para que liberalizara el régimen y lograra que la OEA le quitara la sanción. Ramfis aceptó la propuesta, pero
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enfrentó la oposición de sectores del Gobierno que pretendían romper con Estados Unidos y darle una solución de fuerza a la situación para que se mantuviera el esquema de dominación impuesto por Trujillo durante casi 31 años. El avance del movimiento antitrujillista fortalecía a la Unión Cívica y al 14 de Junio. Con frecuencia había manifestaciones de rechazo contra el Gobierno, como mítines, huelgas y enfrentamientos con la policía. Una gran parte de la población urbana participó de esas luchas.
Un levantamiento de jóvenes, en octubre de 1961, y una huelga general realizada en noviembre del mismo año, provocaron la huida de la familia Trujillo y la f ormación, a fines de 1961, de un gobierno provisional, llamado Consejo de Estado, el cual estaba dirigido por Balaguer y contaba con presencia de burgueses antitrujillistas. Los bienes de la familia Trujillo pasaron a manos del Estado. Con un Estado fortalecido económicamente, Balaguer pretendía resistir a la presión de la burguesía y mantenerse en el poder con el apoyo de Estados Unidos. Los cívicos pretendían eliminar el patrimonio del Estado, pero el PRD, algunos grupos revolucionarios y la presión popular no lo permitían. Balaguer dio un golpe de Estado el 16 de enero de 1962, pero no duró mucho tiempo en el poder. Un contragolpe de la burguesía lo destronó y liquidó el dominio del grupo trujillista. Se formó un nuevo consejo de Estado que realizaría elecciones en un plazo determinado.
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CRISIS ECONOMICA TRAS EL AJUSTICIAMIENTO DE TRUJILLO El Consejo de Estado aplicó una política que favorecía las importaciones, las cuales crecieron 131% entre los años 1961 y 1962. El aumento de las importaciones, que era fundamentalmente de bienes de consumo, afectaba la producción nacional, sobre todo a las industrias. Y como las exportaciones seguían bajas y muchos burgueses sacaron dólares del país, el Gobierno se endeudó para conseguir dólares. Varios bancos y otros negocios extranjeros se instalaron en el país y le prestaron mucho dinero a los burgueses importadores dominicanos, con los cuales hicieron una alianza. En esos años se dio un deterioro en el sector agropecuario y el industrial, así como en algunas empresas del Estado que no podían competir con l os bienes importados.
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VICTORIA ELECTORAL Y EL GOBIERNO DE JUAN BOSCH El Consejo de Estado organizó elecciones que ganó Juan Bosch, del PRD, en diciembre de 1962. Bosch tomó posesión en febrero de 1963 e inició un programa reformista, amparado en una nueva Constitución. El programa incluía, entre otras cosas, la prohibición del latifundio (grandes extensiones de tierras privadas), la realización de una reforma agraria y la participación de la población trabajadora en los beneficios de las empresas. El movimiento social creció y amplió sus niveles de organización. Se formaron muchos sindicatos. El programa de gobierno del PRD no era revolucionario, sino reformista, pero chocaba con los intereses de la burguesía, que no estaba dispuesta a permitir que el ingreso se redistribuyera a favor de los sectores populares. El gobierno de Bosch se caracterizó por el respeto a las libertades políticas y por el intento de redistribuir la riqueza en beneficio de la mayoría pobre de la población.
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DERROCAMIENTO DE JUAN BOSCH Y FORMACION DEL TRIUNVIRATO El 25 de septiembre de 1963, a los siete meses de asumir el mandato, Bosch fue derrocado por los militares, por la burguesía dominicana y por el Gobierno de Estados Unidos. Bosch salió al exilio y en el país se formó un Triunvirato (gobierno de tres) encabezado por representantes de la burguesía tradicional. La crisis económica y social se agudizó, debido a la política favorable a la burguesía importadora y a la represión contra el movimiento social. La deuda externa, que era de 11 millones de dólares en el año 1961, aumentó a 150 millones en 1965. Manolo Tavárez inició una lucha guerrillera contra el régimen ilegal y represivo, pero fue derrotado en pocos días. Manolo y la mayoría de sus compañeros fueron asesinados. Donald Reid Cabral Emilio de los Santos Manuel Tavares Espaillat Militares de origen trujillista partidarios de la legalidad democrática y apartados del poder, conspiraron con los líderes del PRD y dieron un contragolpe el 24 de abril de 1965, para reponer en el gobierno a Bosch, quien se encontraba en Puerto Rico. El pueblo se insurreccionó y tomó los cuarteles de los barrios. La Fuerza Aérea y la Marina rechazaron el golpe y empezaron a atacar a la población. Se inició una guerra civil donde se enfrentaron dos grandes fuerzas. Por un lado estaban los militares progresistas, el PRD y tres partidos de izquierda, quienes luchaban junto al pueblo por el retorno de Bosch al país y por la vuelta a la Constitución del año 1963. Por otro lado, estaban los militares que habían derrocado a Bosch y que contaban con el apoyo de la burguesía y el Gobierno de Estados unidos. Al frente de las fuerzas que pedían el retorno de Bosch se colocó el Coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó, líder del pueblo insurrecto y de todo el movimiento revolucionario. Bosch, desde el exilio, más adelante recomendó como presidente de la República al Coronel Caamaño.
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El 28 de abril, cuando las fuerzas revolucionarias estaban a punto de derrotar a los militares derechistas, el ejército de Estados Unidos invadió el país y creó un gobierno títere que enfrentó al gobierno constitucionalista. Un total de 48,000 marines norteamericanos ocuparon la mayor parte de la ciudad capital e impidieron que la guerra se extendiera al resto del país. La guerra civil se transformó en guerra patria. Los militares constitucionalistas, la militancia de la izquierda y buena parte del pueblo quedaron acordonados en una zona de la capital, con el mar Caribe detrás. En la capital del país se estableció una dualidad de poderes: el gobierno dirigido primeramente por José Rafael Molina Ureña y luego por Caamaño, sostenido por buena parte del pueblo y de los militares constitucionalistas, y el gobierno creado por las tropas de ocupación y llamado de Reconstrucción Nacional, dirigido por el general Antonio Imbert Barrera. La guerra se extendió por cuatro meses durante los cuales las fuerzas revolucionarias y democráticas resistieron contra las tropas de ocupación y contra el sector de las Fuerzas Armadas que las apoyaban. Antonio Imbert Barrera
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INICIO DE LA GUERRA DEL 1965 La Guerra Civil Dominicana, también conocida como la guerra de abril, la revolución del 65, o simplemente como la revolución de abril, tuvo lugar entre el 24 de abril y el 3 de septiembre de 1965, en Santo Domingo, República Dominicana. Inició cuando seguidores civiles y militares del presidente constitucionalmente electo Juan Bosch derrocó al presidente Donald Reid Cabral. El golpe de estado llevó al general Elías Wessin y Wessin a organizar militares leales al presidente Reid, iniciando una campaña contra los así llamados rebeldes constitucionalistas. Alegaciones de apoyo extranjero a los rebeldes conllevó a una intervención estadounidense en el conflicto, que después se transformó en una ocupación de la Organización de Estados Americanos (OEA) del país. Se realizaron elecciones en 1966, en las cuales Joaquín Balaguer fue elegido presidente. Más tarde en el mismo año las tropas internacionales se retiraron del país. El gobierno de Juan Bosch fue en gran medida una rareza en la historia dominicana en ese momento: unas elecciones libres legitimaron un gobierno liberal democrático, que expresó su preocupación por el bienestar de todos los dominicanos, especialmente los de circunstancias modestas, aquellos cuyas voces nunca antes habían sido realmente escuchadas en el Palacio Nacional. En abril de ese año una nueva constitución garantizaba los derechos civiles e individuales y respaldaba el control civil de los militares. El nuevo documento otorgaba libertades que nunca se habían conocido en el país; se declaraba algunos derechos laborales, así como a sindicatos, fueron tomadas en cuenta también las mujeres embarazadas, las personas sin hogar, la familia, los niños y los jóvenes, los agricultores y los hijos ilegítimos. Estos y otros cambios, como la reforma sobre las posesiones de tierra, golpeaban a los terratenientes conservadores y militares, sobre todo cuando se yuxtapuso en contra de tres décadas de autoritarismo somnoliento bajo el régimen de Rafael Leónidas Trujillo. La jerarquía de la Iglesia Católica también reprochó el carácter laico de la nueva Constitución, en particular la disposición de la legalización del divorcio. La jerarquía, junto con la cúpula militar y la élite económica, también temían la influencia comunista en el país, y advirtieron de la posibilidad
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de "otra Cuba". El resultado de esta preocupación y la oposición fue dar un golpe militar el 25 de septiembre de 1963. El golpe de Estado efectivamente negaba las elecciones de 1962 mediante la instalación de una junta civil, conocida como el "Triunvirato", dominada por los remanentes trujillistas. El líder inicial del Triunvirato fue Donald Reid Cabral. El Triunvirato no logró establecer su autoridad sobre las facciones conservadoras, ni dentro ni fuera del ejército, tampoco convenció a la mayoría de la población de su legitimidad. La vanguardia de la revolución de 1965, los perredeístas (miembros del PRD) y otros partidarios de Bosch encabezados por Francisco Alberto Caamaño, se llamaron constitucionalistas (en referencia a su apoyo a la constitución de 1963). El movimiento contó con algunos oficiales militares jóvenes entre sus filas. Una combinación de militares reformistas y aguerridos combatientes civiles salieron a las calles el 24 de abril, tomaron el Palacio Nacional, e instalaron a José Rafael Molina Ureña como presidente provisional. La revolución tomó la dimensión de una guerra civil, cuando las fuerzas conservadoras del ejército, dirigidas por el general Elías Wessin y Wessin, devolvieron el golpe contra los constitucionalistas el 25 de abril. Estas fuerzas conservadoras se autodenominaron
leales.
A pesar de los ataques con tanques y bombardeos aéreos por las fuerzas leales, de todos modos, los constitucionalistas mantuvieron sus posiciones en la capital, y extendieron el conflicto para asegurar el control de todo el país. El economista venezolano José Antonio Mayobre en representación del secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) actúa sin éxito como mediador entre las partes en conflicto durante la crisis de la República Dominicana.
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El 28 de abril, los Estados Unidos intervinieron el país activando la Operación Power Pack. El presidente Lyndon B. Johnson envió una fuerza de 42 000 hombres, para garantizar la seguridad en Santo Domingo y para restablecer el orden. Johnson había actuado con la firme creencia de que los constitucionalistas estaban compuestos por comunistas y que por lo tanto no se podía permitir que llegaran al poder. La intervención fue concedida en cierta medida debido a una aprobación hemisférica con la creación de una fuerza de paz auspiciada por la OEA, la cual complementó la presencia militar estadounidense en la República Dominicana. Un inicial gobierno provisional fue dirigido por uno de los "ajusticiadores" de Trujillo, Antonio Imbert Barrera; más tarde, Héctor García Godoy asume la presidencia provisional el 3 de septiembre de 1965. Algunos enfrentamientos violentos entre legitimistas y constitucionalistas continuaron de forma esporádica ya que, una vez más, las elecciones fueron organizadas.
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SEGUNDA INTERVENCION MILITAR NORTEAMERICANA El coronel Caamaño Deño, quien tuvo una actitud vacilante el martes 27 por los hechos que ocurrieron ese día cambió la misma en horas de la noche cuando se sintió vejad por el embajador norteamericano, Bennett, durante una reunión que se sostenían en la sede diplomática. Bennett trató a los constitucionalistas de manera prepotente al considerar que la revolución había fracasado y que éstos no tenían más opción que rendirse. El Coronel Caamaño Deño abandonó el lugar en forma repentina y se dirigió al puente Duarte, pero antes fue a la emisora estatal Radio Santo Domingo donde exhortó al pueblo a reactivar la lucha. La exhortación llenó su cometido, ya que centenares de personas volvieron al puente armados, principalmente de cócteles molotov, y enfrentaron los tanques de San Isidro que intentaron penetrar la ciudad. Los constitucionalistas, que a partir de ese momento fueron llamados rebeldes por la embajada norteamericana, comenzaron a atacar los destacamentos policiales para procurarse armas de fuego. La falta de armas constituyó el principal problema, ya que cada constitucionalista armado veinte o más estaban desarmados. Sin embargo, la situación cambió luego que capturaron la fortaleza Ozama, donde consiguieron armas de distintos calibre. Los constitucionalistas pasaron a la ofensiva al mediodía del miércoles 28 de abril al mando del coronel Caamaño Deño, e incluso se llegó a planificar un ataque sorpresivo a la base aérea de San Isidro. Los oficiales de la base aérea se percataron del curso que había tomado la revolución y de la crítica situación que estaban viviendo ante las vacilaciones que se presentaban en sus filas caracterizadas por la deserción.
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El entonces coronel Benoit pidió al gobierno norteamericano que desembarcara tropas porque alegadamente no podía garantizar la vida de los estadounidenses que se encontraban en el país. Los marines, unos cuatrocientos, pertenecientes a la 82 División Aerotransportada desembarcaron por el puerto de Haina en horas de la tarde del viernes 28, pasado la revuelta a una nueva etapa, en la los constitucionalistas, organizados en comando, o sea, en pequeñas unidades móviles de hombres destacados en distintos lugares de la capital, se dispusieron a enfrentar al invasor. El coronel Caamaño Deño, por su parte instaló su c uartel general en el sector Ciudad Nueva, que constituía el lugar más estratégico de la capital debido a que para la época era el sector de mayor actividad comercial, particularmente de los bancos que tenían su sede principal en la calle Isabel La Católica. El gobierno norteamericano que presidía Lindón B. Jonson argumentó que la intervención fue para <>. Pero de inmediato, se observó que los marines estaban al lado de los militares de San Isidro. La llegada de las tropas norteamericanas creó confusión entre muchos militares que combatían del lado constitucionalista quienes decidieron desertar y huir hacia el interior, particularmente a sus lugares de orígenes. Sin embargo, las armas dejadas por estos militares fueron tomadas por jóvenes menores de edad que comenzaron a luchar en contra de los estadounidenses y de los de San Isidro perteneciente al Centro de Enseñanza de las Fuerzas Armadas (CEFA) a los que comenzaron a llamar genocidas. El presidente Johnson, que temía perder la República Dominicana envió el 30 de abril al exembajador John Martín para que hiciera contacto con las partes en pugna. Al mismo tiempo envió más de 2,000 marines para reforzar las tropas que habían estado llegando desde la tarde del día 28. El ex-embajador Martín, que conocía la mayoría de los dominicanos
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comenzó a sostener contactos con ellos, pero insistió en que los constitucionalistas debían deponer las armas. La respuesta a esta insistencia fue la juramentación como presidente de la República del coronel Caamaño Deñó el 3 de mayo cumpliendo de esta manera el mandato constitucional de 1963 que establecía que correspondía al Ministro de Interior asumir la primera magistratura en ausencia de los titulares. La tregua concertada el 30 de abril favoreció a los dos bandos criollos en pugna, aunque más al de San Isidro que logró el reagrupamiento de las tropas regulares; ciertos de militares y policías que habían abandonado la capital marchándose a sus lugares de orígenes, retornando al tener conocimiento de que los <> estaban a favor de San Isidro. Los constitucionalistas, por su parte, fueron ganando durante la tregua, el apoyo internacional, incluyendo el de prestigiosos periódicos norteamericanos que manifestaron su malestar por la intervención militar. El Gobierno de Estados Unidos comunicó a la Organización de Estados Americanos (O.E.A.) la acción realizada en Santo Domingo, y el Comité Especial de la Décima Reunión de Consulta con el objetivo de <>. Sin embargo, el Comité Especial confrontó un primer problema: México, Chile, Perú y Venezuela rehusaron formar parte de ese organismo de la O.E.A. El Comité, controlado por el gobierno norteamericano, autorizó el día 2 de mayo la creación de la denominada zona neutral de refugio en la capital, por lo que se extendieron las líneas norteamericanas de manera que éstas cruzaban la ciudad. Se formó una línea ininterrumpida de poder militar estadounidense hasta la base aérea de San Isidro. El objetivo buscado fue dividir a los constitucionalistas que luchaban en las partes norte y sur de la ciudad, ya que los norteamericanos quedaron en el medio de ambos para así facilitar cualquier operación militar, como ocurrió días después.
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Las negociaciones continuaron percatándose los diplomáticos norteamericanos del apoyo que tenían el movimiento constitucionalista en la población dominicana. De ahí, que procedieron a maniobrar políticamente a fin de contrarrestarse ese respaldo. El primer objetivo que se trazaron fue buscar a una persona civil de prestigio para encargarlo de presidir otro gobierno opuesto al que encabezaba el coronel Caamaño. Las gestiones en ese sentido fueron infructuosas, ya que gran parte de las personas de prestigio del país estaban con el movimiento renuente a involucrarse con los militares de San Isidro. No obstante, encontraron a una persona dispuesta a prestarse a sus intereses, Antonio Imbert Barrera, quien fue uno de los sobrevivientes de la gesta del 30 de mayo de 1961 que culminó con la muerte de Trujillo. Imbert Barrera pasó a dirigir el denominado Gobierno de Reconstrucción Nacional a partir del 7 de mayo, fecha en que cesó el triunvirato de San Isidro. El Triunvirato o Junta Militar lo integraron los coroneles Pedro Bartolomé Benoit, de la Fuerza Aérea, Enrique Casado Saladín, del Ejercito Nacional y el capitán de navío Olgo Santana Carrasco, de la Marina de Guerra. Los generales, unos seis, que habían en San Isidro no integraron el triunvirato, ni siquiera Wessin y Wessin quien alegadamente era el era líder de ese bando. Las acciones bélicas se incrementaron a mediados de mayo, cuando se puso en práctica <> en la parte norte de la capital. Los Militares del CEFA, con la ayuda de los militares atacaron de manera salvaje a los constitucionalistas en los barrios de Villa Agrícola, Villa Juana, Villa Consuelo y los ensanches la Fé, Luperón, Espaillat y otros. Los crímenes cometidos en contra de civiles desarmados por parte de los miembros del CEFA le valió el calificativo de <> que le dio la población.
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ACTUACION DE LA O.E.A. El papel jugado por la Organización de Estados Americanos (OEA) durante el conflicto bélico le mereció el repudio de la población dominicana y de gran parte de la opinión pública internacional. La O.E.A. actuó como un instrumento del gobierno norteamericano a partir de la segunda mitad del mes de mayo pretendiendo justificar la intervención militar al desconocer los dos principios básicos del sistema interamericano que son la seguridad colectiva y la no intervención. Los debates de la O.E.A. culminaron con la votación de 14 a 5 para enviar tropas militares latinoamericanas que los días 15 y 16 de junio impidieron la realización de un encuentro entre una comisión de la O.E.A. y otra del gobierno presidio por Caamaño. Los combates que se escenificaron los días 15 y 16 costaron la vida de miles de dominicanos, pero también de decenas, quizás centenares de norteamericanos y de miembros de la Fuerza Interamericana de Paz que habían recibido órdenes de aniquilar todo tipo de resistencia. Sin embargo, no pudieron obtener su objetivo ante la férrea resistencia que encontraron de parte de los constitucionalistas. Los combates ocurridos a mediados de junio hicieron comprender a los distintos sectores que se encontraban en Ciudad Nueva que el gobierno norteamericano no accedería a la principal exigencia de los de los constitucionalistas: el retorno de Juan Bosch a la presidencia de la República. De ahí, que las negociaciones entre las partes continuaron durante los meses de julio y agosto aunque sin vislumbrarse una solución ante las posiciones encontradas, agregándose a ello la actitud hostil asumida por el general brasileño Hugo Panasco Alvim, comandante de la FIP, quien era partidario de la desaparición total de Ciudad Nueva.
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Los embajadores Ilmar Penna Marinho, del Brasil; Ramón de Clairemont Dueñas, de El Salvador y Ellsworth Bunker, de los Estados Unidos, por su parte, buscaron una solución política al problema. Las presiones norteamericanas en el campo político, militar y propagandísticos se hicieron sentir por los medios de comunicación, como la radio, la televisión y los periódicos creando un ambiente en que se daba como un hecho la derrota de los constitucionalistas, y que el único camino que tenían era aceptar la instalación de un gobierno provisional que en tiempo prudente celebrara elecciones. La situación comenzó a tornarse desesperante en la zona controlada por el coronel Caamaño y la división surgió entre los combatientes, ya que unos insistían en luchar hasta la muerte, principalmente los izquierdistas, mientras que otros, percatándose de la imposibilidad de conseguirse el retorno a la presidencia de Bosch, abogaron por una solución negociada. El coronel Caamaño no tuvo otro recurso que ceder a esta última opción al comprender que el gobierno norteamericano no estaba dispuesto a permitir el triunfo de la revolución. Las comisiones mediadores del gobierno presidido por Caamaño y de la O.E.A. firmaron el 31 de agosto el Acta Institucional y el Acta de Reconciliación, por lo que se supo término a dos meses de negociaciones. El presidente Caamaño anunció el 3 de septiembre su renuncia conjuntamente con la de su gabinete para dar paso al gobierno provisional. Los civiles retornaron a sus hogares, pero desarmados, mientras que los militares constitucionalistas fueron concentrados en el campamento 27 de fe brero. La revolución había sido derrotada.
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El gobierno norteamericano impuso como presidente provisional al doctor Héctor García Godoy, quien fue ministro del gobierno del profesor Juan Bosch y uno de los fundadores del Partido Reformista. García Godoy confrontó una serie de dificultades durante su breve gestión, principalmente por la actitud de los militares de San Isidro, quienes reiterativamente desobedecieron sus órdenes y pretendieron desplazarlo del poder. Sin embargo, el gobierno norteamericano se opuso de manera resuelta a los planes golpistas recordándoles a los oficiales de San Isidro la actitud miedosa que asumieron en los primeros días de la revolución. Los militares dominicanos acostumbrados a obedecer entonces dejaron a García Godoy <>, mientras de manera soterradas cometían distintas acciones en contra de los que habían luchado a favor de la constitución de 1963. Entre esas acciones, puede citarse el ataque al hotel Matún el 19 de diciembre de 1965 en momentos en que Caamaño y sus hombres se encontraban en el interior del mismo, así como la balacera en el Palacio Nacional donde murieron varios estadounidenses y decenas resultaron heridos, en momentos en que estos demandaban un mayor presupuesto. Se incrementó el terrorismo, asesinando casi a diario a hombres que se habían destacado en la zona constitucionalista. De todas maneras, el doctor García Godoy hizo incontables esfuerzos por detener esta situación acudiendo a cada momento a la misión norteamericana con el objeto de que frenara a los militares de San Isidro que ahora se portaban con una valentía asombrosa. El gobierno provisional tuvo a su cargo el programar unas elecciones, en las que dos candidatos figuraban como los principales contendores: el profesor Juan Bosch, por el Partido Revolucionario Dominicano y el Doctor Joaquín Balaguer, por el Partido Reformista.
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ELECCIONES DEL 1966 Y TRIUNFO DEL DOCTOR BALAGUER La campaña electoral se desarrolló en un ambiente tenso ante los crímenes que continuamente se realizaban en contra de personas que habían participado del lado constitucionalista. No obstante, el doctor Balaguer, a diferencia del profesor Bosch, se desplazó por todo el país con la consigna de que era el candidato de la paz y que había sido el hombre que al abandonar el país en 1961 distribuyó comida y otorgó privilegios. El doctor Balaguer rápidamente conquisto la simpatía de la población, principalmente de los campesinos y de los familiares de militares de militares que no deseaban la ocurrencia de otra revolución. El profesor Bosch, por su parte, desarrolló una campaña tímida circunscribiéndose a hablar una vez al día a través de una emisora de Santo Domingo. El candidato del PRD argumentó que no recorrería el país porque habían planes de asesinarlo. El 10 de junio de 1966 la revolución de abril había fracasado en lo político al resultar electo en los comicios celebrados ese día el doctor Joaquín Balaguer. El doctor Balaguer obtuvo una mayoría aplastante en esas elecciones, por lo que controló al Congreso Nacional, disponiéndose de inmediato a modificar la Constitución de la República de 1963. El triunfo del doctor Balaguer significó una victoria para el grupo de San Isidro que no aceptó la incorporación de los militares constitucionalistas al seno de los Institutos Castrenses. Los oficiales que lucharon del lado del coronel Caamaño tuvieron que conformarse con cargos diplomáticos, incluyendo al propio Caamaño, o con visas otorgadas por la embajada norteamericana. Los civiles, en particular los j óvenes que lucharon dementemente al lado constitucionalistas fueron tenazmente perseguidos, presos y acecinados en las calles y cárceles del país.
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La revolución de abril constituyó un rotundo fracaso en lo militar y político, pero e n el plano ideológico formó una generación anti-imperialista que se interesó por la educación y por las ideas independentistas. Ante la imposibilidad de derrotar a las tropas invasoras y a sus aliados internos, las fuerzas revolucionarias firmaron un acuerdo de paz con el gobierno invasor. Se formó un gobierno de transición que organizó elecciones en febrero del año 1966, en las que se enfrentaron Juan Bosch, por el PRD, y Joaquín Balaguer, que había retornado del exilio y fue el candidato del Partido Reformista. Balaguer ganó las elecciones con fraude y pasó a gobernar de forma represiva durante 12 años, hasta 1978.
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