[125] Idealismo y realismo. Un diálogo.
[126] [127] Él: ¡En bata! ¿Estáis enfermo?
Naphe, kai mimnas apistein. arthra tauta ton phrenon. 103 Epicharm. Frgam. Troch. 48
Yo: Algo resfriado. Permanecí en cama hasta mediodía; no queria comer y, de este modo, permanecí sentado. Él: ¿Qué clase de libro divertido tenéis allí? Yo: ¿Un libro gracioso? ¿De dónde concluís que es divertido? Él: Por el semblante que vos teníais al entrar yo en la habitación. Yo: Yo leía consideraciones sobre la creencia. Él: ¿Las que aparecieron en mayo en el Berliner Monats-Schrift ? [128] Yo: ¿Son tan divertidas? ¡Ved el volumen! Ensayos de Hume. Él: ¿Así, pues, contra la creencia? Yo: ¡A favor de la creencia! ¿Habéis leído a Hume hace poco? Él: Los ensayos no hace muchos años. Yo: ¿No hace muchos años? Os habéis ocupado de la filosofía kantiana, y después de lo que aparece en el prefacio de los Prolegómenos, ¿no habéis cogido al instante a vuestro Hume para leerlo nuevamente de punta a cabo? ¡Eso es imperdonable! Él: Sabéis cómo me ha ido con Kant. Y, ¿acaso pertenece tan absolutamente a la comprensión de cada sistema filosófico toda su detallada historia? Eso no tendría fin. [129] Yo: No tendría principio, queréis decir. Él: Entiendo vuestra sonrisa. Dejémoslo estar, y con Hume como profesor de creencia hacedme confesar. Yo: Lo haré ahora con gusto. Me he mordido la lengua por tanto tiempo para no traicionar mi secreto prematuramente, y ahora se me escapa, no sé cómo.
103 “Sé prudente y
recuerda desconfiar, eso indica el buen sentido”. 65
66
El hombre conoce a Dios sólo en la medida que conoce a los hombres, esto es, en la medida que se conoce a sí mismo. Y honra a Dios sólo en tanto se honra a sí mismo, esto [288] es, en la medida que actúa, respecto de sí mismo y respecto de su prójimo, conforme a los más puros y mejores impulsos que hay en él. Por ello un hombre no debe elevar a otro a la religión por medio de imágenes y de palabras sino en virtud de sus actos. Pues es inútil que digas al pobre, “hay un Dios”, y al huérfano, “tienes un padre en el cielo”; con imágenes y con palabras ningún hombre enseña a otro a conocer a Dios. Pero si tú ayudas al pobre, de tal modo que pueda vivir como un hombre, entonces le muestras a Dios; y si educas al huérfano, esto es, como si tuviera un padre, entonces le enseñas a conocer al padre de los cielos, quien ha, pues, formado tu corazón de tal modo que te nías que enseñar.”
[289]
A p e n d i c e s
[290]
Él: ¡Bravo! ¡Bravo! Pero no sé cómo me viene al pensamiento un escrito de Asmus,173 donde trata de la “ pesadumbre del pie con gota” y de otros que “el abrigo cubre”. Las últimas palabras que han hecho en mí una fuerte impresión, son las siguientes: “; Ungir los p ies, hombre de Sinope”.
173 Asmus
omnia secum portans, o sämtliche Werke des Wandsbecker Boten, de Mathias Claudius (1740-1815) redactor de AdresscontoirNachrichten de Hamburgo y fundador de Wandsbecker Bote, que lo hizo famoso en Alemania. 139
140