IGLESIA PENTECOSTAL UNIDA LATINOAMERICANA
Un Estudio Apologético sobre El Evangelio de la Gracia vs “Un evangelio diferente”
Preparado por: Thomas W. Harrison R.
PANAMÁ - 2017
JUSTIFICACIÓN
“No es suficiente creer en Cristo, para obtener la salvación, es menester guardar la Ley”
Este mensaje fue el que el apóstol Pablo en el siglo I de la era de la Iglesia cristiana, detestó con todas sus fuerzas. Ahora, en pleno siglo XXI, vuelve a retornar aquella pesadilla. Lamentablemente, la iglesia de hoy, mantiene tan “ocupada” en cosas superficiales que ya no le
queda tiempo para dedicarse de forma seria al estudio de las Sagradas Escrituras.
La comunidad de creyentes se ha conformado a que sólo pasa por las páginas de la Biblia, cuando asiste a la reunión dominical. Es por ello que “cualquier viento de doctrina” a muchos los arrastra hasta conducirlos hacia la confusión. En nuestro país ya se encuentran los llamados “judaizantes”, “perros” como los lla mó nuestro
apóstol (Filipenses 3:2) que están infectando a varios creyentes con su virus teológico.
Cómo miembro de este pueblo santo y como alguien que forma parte del liderazgo de la Ipul, no puedo quedarme con los brazos cruzados, este es el motivo por el cual presento este documento apologético tocante a este asunto en específico. Este documento se basará en su mayor parte , en los escritos de la carta a los Gálatas.
CONTENIDO
Primera Parte: Los Judaizantes A. “Su identidad” B. “Maestros de un falso evangelio” C. “Motivo por el cual enseñan este falso evangelio”
Segunda Parte: Lo que Pablo enseñó sobre el verdadero Evangelio D. “El Evangelio de la Gracia” E. “Cristo satisfizo y expuso a su máxima expresión las exigencias de la Ley” F. “El peligro de rechazar la Gracia de Dios que se expresa en la Obra de Cristo”
Primera parte: Los Judaizantes A. “Su identidad”
Se trata de un grupo de judíos cristianos que tienen como objetivo, enseñar a los cristianos (gentiles) a practicar ciertos ritos, como la circuncisión, como requisitos adicionales para recibir la salvación; haciendo entonces a un lado la creencia de que la salvación se obtiene solamente por poner la fe en Cristo. Se les llama: “judaizantes” precisamente por su “esfuerzo” por inducir a los creyentes gentiles a
observar las costumbres judías.
B. “Maestros de un falso evangelio”
Cuando leemos la carta a los Gálatas, notamos que Pablo llama al evangelio que estos judaizantes proclamaban o enseñaban, como un “evangelio diferente”. “Estoy maravillado de que tan pronto os hayáis alejado del que os llamó por la gracia de Cristo, para seguir un evangelio diferente.” (Gá. 1:6)
El hecho de que los Gálatas se hayan apartado de Dios, para seguir el mensaje de estos judaizantes, nos demuestra lo bueno que eran estos judíos como maestros, pero lastimosamente, estos maestros son “maestros de un falso evangelio”.
Hoy día, encontramos a muchos desviarse de forma rápida de la sana doctrina, para seguir este “falso evangelio”, c omo si la iglesia donde conocieron el amor de Cristo, no valiera nada. Pero para conocer mejor, por qué las personas prefieren seguir este “evangelio diferente” vamos
a ahondar sobre este asunto: I.
¿En qué consiste este falso evangelio?
En primer lugar, es un evangelio que se considera completo. Pero para considerarse de esta manera, primero debe juzgar el Evangelio de la gracia, el cual Pablo enseñaba , como un evangelio incompleto, o sea, que le falta algo más, aparte de poner la fe en Cristo. Los judíos no podían creer que la salvación se recibía solo mediante la fe en Cristo, para ellos no era suficiente la fe y ya, sino que, era necesario además de la fe, observar la Ley. Y entonces, esto lo enseñaban a los hermanos gentiles, desviándolos del mensaje que Pablo les había enseñado. “No que haya otro, sino que hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo” (Gá. 1:7)
En segundo lugar, es un evangelio que se basa en la fe, más obras. Estos judaizantes no es que iban en contra de la fe, sino que enseñaban que la fe en Cristo no era suficiente, faltaba observar algunos ritos de la Ley para poder ser salvo. Pero el apóstol Pablo nos enseña que esto no se puede. No es correcto creer en un evangelio que se componga de fe más obras de la Ley. Si creemos que el evangelio es fe más obras, y lo predicamos a otros, entonces se llega a la conclusión obligadamente de que el Sacrificio de Cristo no fue suficiente y si creemos esto, entonces somos anatema. “Como antes hemos dicho, también ahora lo repito: Si alguno os predica diferente evangelio del que habéis recibido, sea anatema.” Gá. 1:9 (anatema significa: maldito) “He aquí, yo Pablo os digo que si os circuncidáis, de nada os aprovechará Cristo”. Gá. 5:2
Véase también: Gálatas 3:11-12; Romanos 3:19-24 C.
“Motivo por el cual enseñan este falso evangelio”
Pablo enseña que estos judaizantes predicaban este falso evangelio porque no querían pagar el precio de lo que conllevaba seguir a Cristo. Estos judíos cristianos temían más a los judíos ortodoxos que al propio Dios. John Macarthur lo dice así: “Los judaizantes no solo eran orgullosos, también eran cobardes. Defendían el
Legalismo para proteger sus vidas y su bienestar material así como para alimentar sus egos carnales. Su motivo explícito es: solamente para no padecer persecución. No estuvieron dispuestos a pagar el precio de la persecución a fin de identificarse con Jesucristo. Utilizaban su nombre y participaban en su iglesia sólo si ello no ofendía a los que les rodeaban. Ellos podían evitar la mayoría de esas ofensas con el simple hecho de negar el significado verdadero de la muerte de Cristo.” (Comentario Macarthur del Nuevo Testamento, Gálatas, pág. 252)
Sabían perfectamente que si ellos (los judaizantes) abrazaban el evangelio como lo predicaba Pablo, esto les iba a traer consecuencias, iban a sufrir persecución, así como perseguían a Pablo mismo. “Y yo, hermanos, si aún predico la circuncisión, ¿ por qué padezco persecución todavía? En tal caso se ha quitado el tropiezo de la cruz.” Gá. 5:11
Pablo sufría persecución porque predicaba el Evangelio de la Gracia, el cual consistía en el mensaje que decía que el hombre es justificado (salvado) mediante la fe en Cristo solamente. Y precisamente los judaizantes no querían, ni quieren predicar este Evangelio de la Gracia, porque no quieren ser expulsados del círculo del judaísmo por parte de sus hermanos judíos ortodoxos.
Segunda Parte: Lo que Pablo enseñó sobre el verdadero Evangelio D. “El Evangelio de la Gracia”
El evangelio que predicó Pablo, fue el Evangelio de la Gracia, dando a entender que la salvación se obtiene a través de la fe en la Obra de Cristo. Este ha sido el mensaje del Evangelio en toda la Biblia. La carta a los Gálatas nos brinda detalles hermosos sobre este asunto. Veamos algunos, para así comprender mejor lo que el Evangelio significa. 1. El Evangelio revela una salvación por medio de la fe en Cristo. Esta verdad se encuentra en Gálatas 2:16 que a la letra dice así: “sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la ley, sino por la fe de Jesucristo, nosotros también hemos creído en Jesucristo, para ser justificados por la fe de Cristo y no por las obras de la ley, por cuanto por las obras de la ley nadie será justificado.”
Para comprender mejor este texto, debemos definir lo que significa justificación . Es un término forense, que denota un acto judicial en el que se administra la ley - en este caso por medio de declarar un veredicto de absolución, y, de esta forma, excluyendo toda posibilidad de condenación. Así la justificación establece el estado legal de la persona justificada. 1 La justificación, en palabras sencillas es, la acción de parte de Dios en declarar inocente a todo aquel que pone su fe en la Obra de Cristo, obteniendo con esto el creyente, la absolución plena de todo castigo. Por lo tanto la justificación en este sentido nos hace libres de la condenación, por lo tanto: salvos. Ahora bien, lo que Pablo nos está enseñando en este verso de Gálatas es que el hombre no es justificado por medio de las obras de la ley. Nadie que crea que la salvación se obtiene por guardar los diez mandamientos o los demás preceptos de la Ley, debe pensar siquiera que llegará a cruzar las puertas de la Gloria Celestial. Nadie será justificado por medio de la observancia de la Ley. Esta Salvación se obtiene únicamente por la fe de Jesucristo (o en Jesucristo). Esto Pablo lo recalca en otros escritos. Véase: Romanos 3:24; Filipenses 3:8-9 Veamos cómo Macarthur hace comentario sobre este pasaje: “Por mucho que una persona guarde la ley, nunca podrá hacerse justa. Esto se debe a que la raíz
de la pecaminosidad humana está en el carácter caído del corazón del hombre y no en sus acciones externas. El problema básico del hombre radica en lo que es, no en lo que hace. Los actos pecaminosos no son más que la expresión interna de una naturaleza depravada imbuida por pensamientos pecaminosos. Una persona que odia es un homicida en su interior, sin importar que
1
“Justificar”, Everett F. Harrison, Diccionario de Teología, Libros Desafío.
alguna vez acabe o no la vida de otra persona. (Mt. 5:22). Un hombre con pensamientos inmorales acerca de mujeres es un adúltero, sin importar si comete o no el acto físico de adulterar (5:28). En consecuencia, ninguna cantidad de obras de la ley puede salvar a una sola persona, porque ni siquiera las mejores obras humanas pueden cambiar la naturaleza de la persona que las hace…” 2
2. El Evangelio de la Gracia, dignifica la Obra de Cristo. Esta verdad se encuentra de forma implícita en Gálatas 2:21, que a la letra dice: “No desecho la gracia de Dios; pues si por la ley fuese la justicia, entonces por demás murió Cristo.” “No desecho la gracia de Dios. Si la justicia se obtuviera mediante la ley, Cristo habría muerto en vano.” (Nueva versión internacional) El término “justicia” en este texto se refiere a la justificación de la que hablamos arriba, en
Gálatas 2:16. Por lo tanto, lo que Pablo una vez más nos enseña, es que, si alguien cree (como lo hacen los judaizantes) que la justicia se logra a través de la observancia de la ley, entonces, lo que realizó Cristo en la cruz del calvario fue totalmente en vano. Pero si creemos en el Evangelio de la Gracia, entonces dignificamos, o sea, le damos el valor que tiene el Sacrificio de nuestro Señor en la cruz. Todos aquellos que el día de hoy quieren guardar la ley judía para llegar a ser salvos, están diciéndole a Cristo: ¡Lo que tú hiciste en la cruz, no fue suficiente! Esto es muy grave, repito, esto es muy grave.
3. El Evangelio de la Gracia es incompatible con la Ley. Esta verdad se encuentra implícitamente en Gálatas 3:12-13 que a la letra dice así: “y la ley no es de fe, sino que dice: El que hiciere estas cosas vivirá por ellas. Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero)”
¿En qué sentido la Gracia es incompatible con la Ley? Para responder esta cuestión, necesitamos responder a otra primero: ¿Para qué fue dada la Ley? Pablo, otra vez, nos responde de forma formidable en Romanos 3:20 que a la letra dice así: “…porque por medio de la ley es el conocimiento del pecado” . Esto nos revela que el propósito original de la Ley era mostrar al hombre (en especial al judío) su propia pecaminosidad, con el fin de desear desesperadamente una Justicia superior, la cual estaba (y
está) en la Obra de Cristo. (Vea también: Romanos 5:20) 2
John Macarthur, Comentario Macarthur del Nuevo Testamento, Gálatas, pág. 83
Pero, ¿cuál era el concepto que tenían (y siguen teniendo) los judíos del propósito de la Ley? Pues ellos pensaban que la Ley era dada para obedecerla y así ganar la salvación del alma, o sea la justificación, como antes de su conversión Pablo lo creía. Véase: Filipenses 3:1-9 (observa como Pablo dice en el verso 9: …”no teniendo mi propia justicia, que es por la ley”)
Este concepto era y es totalmente equivocado. Ahora sí, podemos responder a la pregunta: ¿en qué sentido el Evangelio de la Gracia es incompatible con la Ley? Es incompatible el Evangelio de la Gracia con la Ley, porque uno enseña (El Evangelio) que para recibir la justificación es menester colocar la fe en la Obra de Cristo, pero la el otro (la Ley) dice que la justificación es por Obedecer lo que demanda la Ley. ¿Qué nos dice Pablo en Gálatas 3:12 entonces? Dice: “y la ley no es de fe, sino que dice: El que hiciere estas cosas vivirá por ellas ” Usted estimado lector, se preguntara: ¿Pero, no dice allí: “El que hiciere estas cosas vivirá por ellas”? ¿No se nos está indicando que vamos a ser salvos haciendo las cosas que demanda la
Ley? A simple vista parece que sí, pero, vamos analizar este pasaje. Lo que Pablo está haciendo es, citar el Antiguo Testamento, exactamente Levíticos 18:5. La Ley decía que si el hombre era capaz de guardar las cosas de la Ley, entonces alcanzaría la justicia. Sin embargo, la realidad de toda la historia de la humanidad es esta: NADIE A PODIDO CUMPLIR O HACER LAS COSAS QUE DEMANDA LA LEY. Para poder que alguien pudiese hacer al pie de la letra todas las cosas que demanda la Ley, esta persona tendría que ser perfecta, sin la incapacidad inherente que produce el pecado. ¿Quién es ese hombre perfecto, capaz de hacer todas las cosas que demanda la Ley Santa de Dios? JESUCRISTO, Él es el único que pudo cumplir todas las demandas de la Santa Ley. Por esto es que Pablo sigue diciendo a los Gálatas 3:13: “Cristo nos redimió de la maldición de la Ley…”
¿Cuál era esta maldición? Pues la maldición de saber que La Ley nos revela nuestra propia pecaminosidad y nuestra impotencia para vencer al pecado y así poder cumplir la Ley. Observemos como lo dice Pablo en Romanos 7: 7-11 G. “Cristo satisfizo y expuso a su máxima expresión las exigencias de la Ley” El único que pudo vivir de forma perfecta y cumplió a cabalidad todas las exigencias de la Ley, fue nuestro Señor Jesucristo. En la Escritura podemos encontrar varias referencias que nos confirman esta verdad. Tal es el caso de estos pasajes:
Isaías 53:9 “…aunque nunca hizo maldad , ni hubo engaño en su boca.” 1 Pedro 2:22 “el cual no hizo pecado, ni se halló engaño en su boca.” Hebreos 4:15 “…sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado.”
Hebreos 7:26 “Porque tal sumo sacerdote nos convenía: santo, inocente, sin mancha, apartado de los pecadores, y hecho más sublime que los cielos.”
Con todos estos ejemplos podemos concluir que nuestro Señor no hizo nada indigno que fuera en contra de la Ley divina. Se puede concluir que en la Vida de Cristo se cumplió, o sea, adquirió su verdadero valor toda la Ley. La forma de vivir de nuestro Señor hacía que la Ley irradiara su propia Luz. Es como si la Ley fuese la Luna que si no está expuesta a los Rayos de Sol de forma directa, no puede verse su plenitud, su plena exposición. Así mismo, Cristo, el Sol de Justicia, con su vida terrenal, resplandeció y proyectó sus Rayos de Santidad y Amor sobre la Ley Santa y ésta logró al fin exponerse a su máxima expresión. ¡Aleluya! La verdad es que la Vida de nuestro Maestro, hizo un terrible contraste frente a la forma de vivir de los fariseos y escribas de aquel tiempo. Con este ejemplo podemos darle una mejor interpretación a Mateo 5:17 que a la letra dice: “No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir .” Sobre el verbo “cumplir” que se menciona al final de este texto, el señor Carballosa nos enseña
algo muy interesante:
La palabra clave aquí es “cumplir” ( pleirosai ). Dicho vocablo ha recibido más de un
significado. Pero ¿Qué significa aquí?
1. Una posibilidad es que signifique “realizar”, es decir, rendirle completa obediencia a los grandes mandamientos de la ley. Ese parece ser el significado de 3:15 (“cumplir toda justicia”).
También está el hecho de que el contexto inmediato (5:19) habla de mandamientos específicos. De ser así, el significado sería que el Señor vino a cumplir las demandas del Antiguo Testamento mediante la perfecta satisfacción de las demandas de la ley que se oponía a quienes iban a creer en Él a través de su obediencia activa y pasiva que le llevó a padecer y a morir (Filipenses 2:8). Esa sería una buena interpretación del verbo “cumplir”. Pero hay otra interpretación que parece
ser más aceptable.
2. El vocablo pleirosai significa “llenar”, es decir “llenar una cosa”. La idea de llenar de contenido o de significado armoniza con el uso de dicho vocablo en otros pasajes en el Evangelio de Mateo (vea 13:48; 23:32, donde significa completar o llenar la culpa), también (1:22; 2:15, 17, 23). Esta interpretación parece estar más cerca de la intención del Señor. Armoniza mejor con la mención de “los profetas” porque de manera natural no se pensaría en mandamientos en sus escritos sino, más bien, de sus profecías en las que Él revela su pleno significado o llena su contenido. En segundo lugar, parece ser más apropiado al significado de la cláusula: “hasta que todo se haya cumplido” con que concluye el versículo 18. Eso parece referirse más apropiadamente a las profecías en su cumplimiento. Es decir la venida de Cristo “ha llenado” de significado pleno a
todas las Escrituras del Antiguo Testamento, tanto a la ley como a los profetas. Jesús no abroga o derriba la “ley de Moisés” sino que la interpreta correctamente y le da el profundo valor que tienen todas sus estipulaciones. Tampoco abroga ni derriba, los escritos proféticos sino que los llena y adorna con su gloria y autoridad, confirmando que el Antiguo Testamento es Palabra de Dios.
Podría decirse que la Persona y la obra de Cristo, lo que dijo e hizo, no solo llena ( pleirosai) sino que desborda toda la revelación que de Él aparece en el Antiguo Testamento . 3
¿Qué conclusión podemos sustraer de todo esto? Concluyo que nosotros los cristianos no estamos “tratando” de ganar la Salvación por medio de nuestra obediencia a la Ley, o a través
de observar ritos judíos, lo que hacemos es, cubrirnos o mejor dicho, dejar que Dios nos cubra con la Justicia de Cristo y no con la nuestra. Una vez más, veamos como lo dijo Pablo: “Aunque yo tengo también de que confiar en la carne. Si alguno piensa que tiene de qué confiar en la carne, yo más: circuncidado al octavo día, del linaje de Israel, de la tribu de Benjamín, hebreo de hebreos; en cuanto a la ley, fariseo; en cuanto a celo, perseguidor de la iglesia; en cuanto a la justicia que es en la ley, irreprensible. Pero cuantas cosas eran para mi ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo. Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo, y ser hallado en él, no teniendo mi propia justicia, que es por la ley, sino la que es por la fe de Cristo, la justicia que es de Dios por la fe.” Filipenses 3:4-9
“Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe.” Efesios 2:8-9
Y para que no haya dudas, quiero agregar un pasaje más de nuestro amado apóstol Pablo: “Así que, por la transgresión de uno vino la condenación a todos los hombres, de la misma manera por la justicia de uno vino a todos los hombres la justificación de vida. Porque así como por la desobediencia de un hombre los muchos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno, los muchos serán constituidos justos.” Romanos 5:18-19
Si observas las frases que están subrayadas, podrás ver lo que desea Pablo que veamos, que: La Salvación es producto de recibir la Justicia de Cristo, ESTO ES LO QUE ENSEÑA EL EVANGELIO DE LA GRACIA, la Salvación no es producto de nuestra propia justicia, que es por obedecer la Ley, ESTO ES LO QUE ENSEÑA EL JUDAÍSMO Y LOS JUDAIZANTES CON SU FALSO EVANGELIO.
H. “El peligro de rechazar la Gracia de Dios que se expresa en la Obra de Cristo” Ahora hemos llegado al último punto de este documento de apología. Nos vamos a dedicar a observar y a examinar aquellos pasajes de la Biblia que nos revelan el peligro de rechazar la Gracia de Dios la cual se expresa en la Obra de Cristo. 1. Mateo 5:20. “Porque os digo que si vuestra justicia no fuere mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos.” Este pasaje no es que está indicando que nuestra “propia justicia” debe superar a la “propia justicia” de los escribas y fariseos para poder entrar al reino de los cielos. Lo que Jesús quiso
decir es que si no llegamos a tener una justicia mayor, superior, diferente, sin mancha, una 3
Evis Carballosa, Mateo (La revelación de la realeza de Cristo, Mateo 1-14). Portavoz, pág. 203-204.
justicia verdadera no podremos entrar al reino de Dios. Ahora, ¿Cuál es esta justicia mejor y mucho más limpia que la de los escribas y fariseos? Pues esta JUSTICIA SUPERIOR ES LA JUSTICIA DE DIOS, con ésta sí que podemos entrar con toda confianza al Reino de los cielos. Veamos como lo dice otra vez el señor Carballosa: “El vocablo “justicia” (dikaiosýnei ) es de vital importancia en toda la Biblia y por supuesto en este
versículo en particular. Algunos piensan que Jesús se refiere aquí a la justicia personal o práctica. A menos que sus oyentes sobrepasen a los escribas y fariseos en su observancia de la ley, no tendrían la oportunidad de entrar en el Reino de los cielos.
Los escribas eran estudiosos de las Escrituras que estructuraban todas las normas y regulaciones de la interpretación oral de la ley de Moisés. En el siglo III d.C. se escribió un resumen de la ley que fue codificada. Dicho resumen se conoce como la Mishná (“repetición”). El
Talmud consiste de los comentarios que contienen las leyes civiles y religiosas que no se
encuentran en el Pentateuco. Los fariseos, es decir, “los separados” eran hombres que se habían
separado así mismo de todas las actividades comunes de la vida con el fin de guardar todas las normas y regulaciones escritas en la Mishná y el Talmud. Los escribas y los fariseos observaban escrupulosamente la letra de la ley, pero soslayaban su significado profundo y su verdadera importancia espiritual. Pensaban que esa meticulosidad equivalía a la justicia. De manera que habían confundido la justicia que se recibe por fe con la justicia que es producto de la carne. El apóstol Pablo, quien había sido un fariseo, lo explica así: “Ya que por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de él (Dios)” (Ro. 3:20).
Y en otro sitio: “Y ser hallado en él, no teniendo mi propia justicia, que es por la ley, sino la que es por la fe de Cristo, la justicia que es de Dios por la fe” (Fil. 3:9) El Señor expresa que la justicia de los discípulos debe ser diferente a la de “los escribas y fariseos”. Estos intentaban establecer su propia justicia (Ro. 10:1-3). Esos religiosos procuraban
justificarse a sí mismos (Lc. 16:15). Esa justicia es inaceptable delante de Dios. De manera que parece ajustarse mejor al contexto inmediato y a la enseñanza general del
Nuevo Testamento tomar el vocablo “justicia” como una referencia a la “justicia forense”. Esa es
la que se recibe por la fe. Una justicia como la de Abraham (Gn. 15:6; vea también Ro. 4:1-25). La justicia que Cristo requiere de todo aquel que espera entrar en su Reino tiene que estar por encima de la de los escribas y fariseos. El Señor es enfático cuando dice que sin una justicia
mayor (en excelencia) que la de los escribas y fariseos “no entrareis en el reino de los cielos”…Para que alguien pueda entrar en la presencia de Dios es necesario que esté recubierto
de una justicia exactamente igual a la de Dios. Solo Cristo posee esa clase de justicia. Él la otorga por la fe a todo aquel que confía en Él para la salvación eterna de su vida.” 4
2. Gálatas 3:10. “Porque todos los que dependen de las obras de la ley están bajo maldición, pues escrito está: Maldito todo aquel que no permaneciere en todas las cosas escritas en el libro de la ley, para hacerlas.” Este es uno de los pasajes más duros de los escritos de Pablo en contra de los judaizantes. Lo que dice es tan claro que no hay necesidad de comentar casi nada. Lo único que vamos a 4
Evis Carballosa, Mateo (La revelación de la realeza de Cristo, Mateo 1-14). Portavoz, pág. 208-209.
considerar es que Pablo hace alusión a que es un grave error, menospreciar la Gracia de Dios para preferir querer justificarse por medio de la observancia de la ley; y les cita Deuteronomio 27:26 que a la letra dice: “ Maldito el que no confirmare las palabras de esta ley para hacerlas. Y dirá todo el pueblo: Amén.”
Claramente hay una maldición para todo aquel que no obedezca y practique al pie de la letra todo lo que demanda la ley. Los judaizantes de hoy día, deben considerar seriamente este mensaje. John Macarthur dice: “El apóstol subraya en esta cita el requisito específico de permanecer en todas las cosas
escritas. En otras palabras, el hecho de que aquellos que confían en las obras de la ley están obligados a guardar todas las cosas contenidas en la ley, sin excepción alguna, significa que de forma inevitable está bajo maldición, porque nadie tiene la capacidad de permanecer fiel en cumplir todas las demandas de la ley divina y perfecta de Dios. Pablo confesó su propia incapacidad para guardar la ley aun como un fariseo devoto. El apóstol testificó con humildad: “hallé que el mismo mandamiento que era para vida, a mí me resultó para muerte ” (Ro. 7:10). Incluso siendo creyente dijo: “yo mismo con la mente sirvo a la ley de Dios, mas con la carne a la ley del pecado ” (Ro. 7:25). Si los hombres en su orgullo insisten en vivir conforme a la ley, esta decisión jactanciosa les traerá maldición y no les salvará, porque es imposible que cumplan la ley a perfección.” 5 Esto lo confirma el apóstol Santiago, vamos como lo dice: “ Porque cualquiera que guardare toda la ley, pero ofendiere en un punto, se hace culpable de todos.” Sant. 2:10
3. Gálatas 5:4. “De Cristo os desligasteis, los que por la ley os justificáis; de la gracia habéis caído.” Los creyentes de la iglesia en Galacia estaban expuestos a “perderlo todo ” por el hecho de estar considerando querer justificarse por medio de la ley. Pablo le dice que caerán de la gracia de Dios, la cual se haya en Cristo. En palabras sencillas: ¡TODO EL QUE QUIERA GUARDAR LA LEY CON LA INTENCIÓN DE SALVARSE POR ELLA, HACE A UN LADO A CRISTO, Y SI RECHAZA A CRISTO, RECHAZA LA GRACIA DE DIOS! ¿Quieres perder la gracia de Dios? Procura salvarte por medio de las obras de la ley. Considéralo muy bien. Quiero cerrar con Hebreos 10:26-31 que a la letra dice: “Porque si pecáremos voluntariamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda más sacrificio por los pecados, sino una horrenda expectación de juicio, y de hervor de fuego que ha de devorar a los adversarios. El que viola la ley de Moisés, por el testimonio de dos o de tres testigos muere irremisiblemente. ¿Cuánto mayor castigo pensáis que merecerá el que pisoteare al Hijo de Dios, y tuviere por inmunda la sangre del pacto en la cual fue santificado, e hiciere afrenta al Espíritu de gracia? Pues conocemos al que dijo: Mía es la 5
John Macarthur, Comentario Macarthur del Nuevo Testamento, Gálatas, pág. 107-108
venganza, yo daré el pago, dice el Señor. Y otra vez: El Señor juzgará a su pueblo. ¡Horrenda cosa e caer en manos del Dios vivo!
Lo que nos enseña el escritor a los Hebreos con esta advertencia es que nadie que rechace la gracia de Dios en el Evangelio de Cristo, puede esperar condolencias de parte de Dios. No hay perdón para el que rechace el Evangelio de la Gracia, el Evangelio que predicaba Pablo. Los destinatarios de la carta a los Hebreos eran cristianos judíos que estaban considerando volver al judaísmo o sea estaban pensando en volver a creer que la salvación se obtiene por las obras de la ley, pero se les advierte aquí que, si lo hacen les espera un castigo horrible por parte del Dios vivo. Además en este pasaje se nos revela de forma tremenda, lo que conlleva darle la espalda al Evangelio de la Gracia y volver abrazar el judaísmo como sistema de salvación. 1. “Pisotear el Hijo de Dios. ” Esto hace el que rechaza el Evangelio de la Gracia. 2. “Tiene por inmunda la sangre del pacto, con la cual fue santificado. ” Esto lo hace el que rechaza el Evangelio de la Gracia, para abrazar un evangelio diferente. 3. “Hace afrenta al Espíritu de Gracia.” Esto fue lo que hicieron aquellos judíos que mataron a Esteban a punta de piedras. (Hechos 7:51) Craig L. Blomberg dice: “…Si ningún otro sistema religioso, ni siquiera el judaísmo precristiano, tenía provisión completa
para la expiación del pecado, el abandonar el camino cristiano jamás podría ser la elección correcta, para nadie, por sombrías que se presentasen las circunstancias.” 6
“ Es una bendición pertenecer a la Iglesia de Cristo ”
Dedico este documento a: Todos aquellos hermanos que estén simpatizando con judaizantes.
6
Craig L. Blomberg, De Pentecostés a Patmos, Vida; pág. 488.