Dr. G. ENCAUSSE (Papus)
Prólogo por el
Di. CESAR LOMBKOSO
Brujas operando u« sortilegio EDICIONES "DEL MAS ALLA B ubnos A eres
SÍMBOLO
DE
LA
FORTUNA
r*F"J
Queda hecho el depósito Qwe previene la ley. Copyright by IMPRESO EN EA ARGENTINA
PROLOGO
Mucho ee ha discutido, quizá más aún que del Espiritismo, de la Hechicería durante estos últimos años, IVo pocas personas me han hecho el honor de interrogarme acerca de cuál era mi opinión s o b r e tal asunto. A todas voy a contestar brevemente, diciendo lo que creo acerca de este particular y sin que pretenda imponer mi humilde opinión a nadie. Es un hecho indudable que el progreso de las ciencias ha dado realidad a muchas teorías imaginadas por los antiguos, y que actualmente podemos creer en muchas cosas que antes parecían falsas e imposibles a los hombres que pasaban por instruidos y sabios. Los alquimistas fueron tratados de locos y charlatanes por los sabios de los siglos pasados. Hasta hace pocos años se decía aún: “ ¡Transf ormar un cuerpo cuerpo simple! ¡Q ué locura! Sólo la IVaturaleza es capa 2 de fabricar o transformar un metal. La materia es varia, y no se puede admitir su unidad desde el momento que conocemos tantos cuerpos simples. Cuantos se han empenacha en hallar la piedra filosofal son unos ilusos. Pierden miserablemente el tiempo o tratan de engañar a unos cuantos infelices para obtener dinero con menos trabajo que fundiendo metal en sus crisoles”.
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Pasaron años. Las síntesis químicas de Berthelot hicieron dudar a los' más avisados. La ap arición del radio y los mila gros de sus emanaciones llevaron a los más inteligentes al convencimiento de que la unidad de la materia era una verdad inconcusa- La ciencia del instinto precedió a la cien cia de la razón. Los sabios oficiales se burlaron de la Alquimia tanto como de la Astrología. ¿Cómo puede un astro infl uir en bien o en mal en el curso de una existencia humana? La Astrología era puro charlatanismo. Sin embargo, se descubrió que las mareas no recono cían otra causa que la influencia lunar. Se ha comprobado que las maderas, cortadas cuando la Luna está en menguan te, se pudren y apolitlan con mucha mayor rapidez que las cortadas en otra época. época. ¿P or qué, influyendo en la masa masa casi inerte de la madera, no podían en muchos casos la Luna o el Sol, o los demás planetas de nuestro sistema solar, ejercer su influjo sobre los hombres? Nada aislado y sin conexión con el medio ambiente existe en el Universo. Si algo así exis tiera sería una monstruosidad. Del Sol depende nuestro siste ma planetario; el Sol depende, a su vez, de alguna estrella o constelación que aun desconocemos. Si esa constelación manda en el Sol, ¿por qué no puede mandar en nosotros? Existen, es cierto, muchos charlatanes que afirman que ellos conocen la ciencia astrológica, pero eso no es razón para que nosotros despreciemos la ciencia de los sabios que estudian con ahinco para descubrir hasta dónde puede llegar la influencia de los astros. También ahí la intuición ha precedido a la ciencia, y ésta ha sido guiada por aquélla. Han creído en la magia y en la brujería los hombres de todas las edades. Sabios e ignorantes acudieron a los hechi ceros en demanda de auxilio o con el fin de libertarse de enemigos encarnizados, Bien sé que es infinito el número de los que no piensan por cuenta propia, y que bastan algunos centenares de embaucadores para que toda la humanidad
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crea lo contrario de lo que debiera. Pero cuando una creencia perdura durante siglos y siglos, es permitido pensar que tiene un fundamento racional. ¿No ocurrirá con la hechicería algo parecido a lo que todos conocemos referente al hipnotismo? Cuando Cuando empezaron, a fines del siglo XV III , las prácticas hipnóticas en Europa, se tachó de charlatanes a los que pretendían hipnotizar a la gente. Multiplicáronse los ensayos y experimentos, estudiaron los médicos aquellos fenómenos que desconocían, y al cabo de medio siglo no tuvieron otro recurso que rendirse a la evidencia y aprovecharse del descubrimiento hecho a pesar de ellos. Hoy las prácticas hipnóticas son generales, y se recurre a ellas para curar ciertas dolencias y para obtener datos que de otro modo no sería posible conseguir. ¿Por qué lo que afirma el coronel Rochas debe considerarse como un puro extravio? ¿Po r qué negar en redondo redondo y sin examen que exista el plano astral, qué la sensibilidad de una persona se exteriorice, y que a causa de ello puedan producirse efectos que a primera vista parecen fabulosos? No hay razón alguna que abone tan rara conducta. Existen en la actualidad muchas cosas que no conocieron los antiguos. Disponen los hombres de poderosas fuerzas que no sospecharon siquiera nuestros antepasados. A un salvaje de la Australia, habladls de un ferrocarril eléctrico, o de un automóvil, de las maravillas del vapor y del hipnotismo, y creerá que os burláis de su ignorancia. Por el. solo hecho de haberse desconocido basta aquí el plano astral, no se puede condenar como falsa la teoría del coronel Rochas, que es una resurrección de prácticas antiguas conocidas de todos los magos de la antigüedad. ¿Se trata de un embeleso? Antes de afirmar que lo sea, conviene cerciorarse de ello. De lo contrario, se desprecia una fuerza poderosa sin tretar de saher si existe siquiera; es dejar en manos que pueden ser ineptas o venales un ins trumento susceptible de realizar grandes cosas.
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En suma: después de lo que tengo observado por raí misino, creo muy puesto en razón admitir la realidad de determinados fenómenos, ciertamente poco conocidos y menos estudiados, que conocemos con el nombre de hechicería, CESAR LOMBROSO
HUMERA PARTE
I EL EMBRUJAMIENTO EN NUESTROS DIAS
¿Recordáis esas curiosas historias de hechicería tan frecuentes durante la Edad Media, esos procesos célebres instruidos contra los adoradores de Satán, y las acusaciones de que eran objeto? Véase esta muestra: “En el remado de Luis X, Enguerrando de Marigny, director del Tesoro, fué detenido por atribuírsele los delitos de concusión y alteración de la moneda. Estaba el rey dispuesto a la clemencia cuando los enemigos de Enguerrando, que a toda costa querían perderle, dijeron a Luis X , “ que un nigromante de profesión, a instancias de la mujer y de la hermana del acusado, había hecho varias imágenes de cera que representaban el rey, el conde Carlos de Valois y otros barones, a fin de obtener, por medio de un sortilegio, la libertad de Enguerrando y echar un maleficio al rey y a dichos señores, cuyas imágenes estaban construidas de tal suerte, que mientras no se las destruyera, el rey, el conde y los barones hubiesen padecido y languidecido hasta morir.”
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Modelar imágenes de cera a fin de perjudicar al indi viduo a cuya semejanza se hizo la figurilla, constituía el crimen de embrujamiento, crimen castigado con la pena de muerte, lo propio que casi todas las demás prácticas de he chicería. En la actualidad los progresos de la fisiología psicoló gica y el estudio de los fenómenos de tales hechos permiten clasificar la mayoria de tales hechos entre los que dimanan del histerismo y sus anejos, y cuesta trabajo creer que los periódicos más importantes de Parts hayan dedicado de pronto mucha atención y muchas columnas al embrujamiento, que algunas personas afirman que vieron practicar en esta época de estudios positivos. Desde hace varios años, algunos investigadores procu ran encontrar la relación que pueda existir entre las teorías de los mágicos antiguos y las prácticas de los hipnotizadores actuales. Tal estudio exige un trabajo largo y prolijo, y existen ya varias obras destinadas a exponer los resultados obtenidos. Los únicos títulos que posee un escritor que trata de esos estudios abstractos son sus obras, y a ellas debe acu dir todo lector que desee juzgar con equidad. Pero ocurre que en estos últimos tiempos han aparecido una serie de indi viduos afirmando que esos estudios eran una vil explotación que se debía suprimir; que había llegado ya la hora de arrojar del templo a los escritores que lo profanaban. Por toda garan tía científica esos puristas sólo vomitaron injurias y malévolas insinuaciones, y aun no ha visto la luz ningún libro original de esos desconocidos que, a pesar del reclamo, continúan tan des conocidos como antes. Un gacetillero inició esa campaña, y pronto tuvo muchos émulos, deseosos de explotar un nuevo camino. Así se ha visto que un antiguo corredor de viajes económicos se revelaba como teólogo embrujador y un ex prestidigitador llevó su ciencia infusa hasta abrir cátedra. Creemos que nuestros lectores nos agradecerán que les
demos a conocer algo de lo que podríamos llamar El dominio de lo$ hechiceros. hechiceros. Estudiaremos sucesivamente: P El origen experimental experimental de de esas crónicas acerca del del embrujamiento empezadas cuando publicó sus trabajos el co ronel Alberto de RochaB. 2* Las aplicacion es erróneas hechas de tales trabajos, al morir un ex sacerdote de Lyon, el abate Boullan, por repór teres ávidos de publicidad. 3” Las curiosas consecuenci consecuencias as de de esta esta publicidad publicidad y la aparición de legiones de embrujadores, de contraembrujado res y de profesores de embrujamiento. Como garantía de nuestras indicaciones, citaremoi siem pre su origen, evitando reproducir sin citación obras espe ciales, procedimiento seguido por informadores desaprensivos, pero indigno de un investigador algo concienzudo.
II LOS EXPERIMENTOS DEL CORONEL ROCHAS
Cuanto atañe a la psicología experimental interesa a cuan tos se dedican dedican a la filoso fía; así no es de extraña r que entre los experimentadores de fenómenos hipnóticos haya tantos filósofos como médicos. En 1887 el señor Rochas publicó con el título de Les Forces non définies, una obra consagrada a investigaciones expe rimentales acerca de los puntos más obscuros del hipnotismo, entre otros la polaridad humana. Las teorías del autor no di-
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sentían mucho de las que entonces imperaban para explicar ta les hechos. Pero, prosiguiendo sus estudios, el coronel Rochas llegó a precisar ciertos experimentos hasta entonces poco conclu yentes y a determinar la existencia de estados hipnóticos pro fundos, en los cuáles se revelaban fenómenos citados por los antiguos magnetizadores y negados, por regla general, por los médicos que estudian hipnotismo. Para comprender la importancia de este descubrimiento, se hace necesaria una breve digresión. La Escuda de París, cuyo representante más eminente es el doctor Charcot, enseña que toda persona hipnotizada pasa por tres estados o fases características. Al principio, el sujeto está sumido en un sueño profun do; tiene cerrados los ojos, los miembros flácidos, y la insen sibilidad de la piel y de las mucosas es completa. Es la fase de nominada “letargía”. Si en tal estado se abre los ojos al paciente y se hace que la luz vaya a excitar los centros nerviosos, o bien si se produce una violenta e inesperada excitación en el oído, el paciente conserva la actitud que se da a sus miembros o a sus órganos, permanece con los ojos abiertos y la mirada fija, y es un excelente modelo para los escultores, parque no hay miedo que cambie de posición. Esta es la segunda fase, la “catalepsia”. Una nueva excitación cerebral engendra un nuevo estado, en el que el paciente toma cierta parte en lo que acaece en torno suyo, oye a los que le hablan, puede ocuparse en sus habituales quehaceres y se muestra propicio a las “sugestiones”. Es el estado de los que se levantan por la noche para reanudar el trabajo que realizan durante el día, o para pasear por las azoteas, estado que se llama “sonambulismo” y tercera y últi ma fase del hipnotismo, según la Escuela de París. Después del sonambulismo, una sugestión despertaba al pa ciente, y con esto se demostraba que sólo había tres fases ca pitales en el hipnotismo.
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Ahora bien; modificando los procedimientos procedimientos empleados empleados ha bitualmente y volviendo —cuando el paciente se hallaba en estado de sonambulismo— a las prácticas de los antiguos mag netizadores, a los pases, di señor Rochas señaló otro9 estados hipnóticos a los que dio el nombre de estados profundos de hipnosis. El descubrimiento de esos estados hipnóticos profundos es lo que iba a llevar al autor, como de la mano, al descubri miento de la exteriorización de la sensibilidad, origen del em brujamiento científico concebido por los ocultistas modernos.
Ya hemos llegado ai punto capital de nuestro estudio histórico. Cuando un paciente se. se. encuentra en una de la s tres f a ses clásicas de la hipnosis, no manifiesta ninguna sensibilidad; pero a medida que empiezan los estados profundos, la insensibi lidad lidad persiste persiste a flor de piel; pero — fenómeno curioso— cesa a 10, 15, 20 centímetros, y si se pellizca, o mejor, si se finge pellizcar un punto cualquiera del cuerpo del paciente a psa distancia, se se produce dolor. Es más: cie rtas substancias ( el agua y la cera) se impregnan impregnan de esa sensibilidad sensibilidad exteriorizada y la conservan durante algún tiempo, hasta el punto de que, sin saberlo el paciente dormido, acercando un fósforo al agua que contiene la sensibilidad, el sujeto manifiesta la sensación de una quemadura. Personalmente, en un experimento de com probación, hemos producido ampollas quemando la mano del paciente a más de cincuenta centímetros de su cuerpo físico. La exteriorización de la sensibilidad en estado de kinopsis pro * funda es la base de las teorías modernas del embrujamiento. El señor Joleaud-Barral, redactar de Jus tice y tan buen observador como crítico erudito, es quien por primera vez empleó en los periódicos la palabra envoútement (embruja miento). En el número de Jus tice del 19 de marzo de 1892
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se encuentra titulado En el mundo de lo desconocida: Em-
brujamiento. Son curiosos estos párrafos de dicho trabajo: “El 16 de marzo corriente, el coronel Rochas, por me dio de un sujeto, hacía sensible una disolución supersaturada. Cuando su ayudante echó en esa preparación el cristal que debía solidificar el líquido, el sujeto, que había cedido su sensibilidad a esa agua, fuá acometido de una tremenda crisis nerviosa, se desmayó y hubo que medicarle para que recobrase la salud. "¿ D e qué modo el cambio de estado del líquido pudo pudo engendrar semejante perturbación en el pacient e? ¡M isterio ! El señor Rochas guardó el líquido sin manipularlo más, y ayer, 18 de marzo, quiso ver si había perdido algo de sus maravillosas propiedades, algo de la extraña afinidad que poseía con la persona que, dos días antes, le comunicó al go sobre su propia vida. Sin que el paciente lo supiese, hundió en el líquido la hoja de un cuchillo, "Asistimos entonces a una escena inolvidable. Vimos que el paciente caía de rodillas como si acabaran de herirle, lanzar un grito desgarrador y llevar la mano al pecho. ”Ese experimento y otros análogos explican los críme nes de embrujamiento que en la Edad Media llevaron a tan tos individuos a la hoguera." Vemos, pues, que fué el señor Joleaud Barral quien empleó la palabra embrujamiento. embrujamiento. Vemos ahora cómo en presencia suya se renovó el experimento de las figuritas de cera: “El señor Rochas se dignó realizar en mi presencia aquella manipulación de la brujería antigua. “Formó una estatuíta de cera encarnada y la sensibilizó por medio de pases convenientemente ejecutados en una jovencita. "Desde aquel momento la existencia del sujeto fué has ta cierto punto desdoblada y ligada íntimamente a la suerte de la muñeca de cera. 18
"En cualquier parte que ésta fuera herida, la paciente lo sentía, y si el señor Rochas clavaba un alfiler en la figu rilla, la joven gritaba y frotaba con la mano la parte que creía lastimada. "Tales hechos me parecieron tan raros, tan evidente mente fantásticos, que intentamos explicarnos por medio de una sugestión que el operador ejercía. Pero no era así. Un hecho que voy a relatar me sacó de mi error, "Un experimento impensado: impensado: Ibamos n marcharnos. Los invitados y el sujeto hablaban en la habitación contigua antes de despedirse. Yo permanecía aún en el salón y exa minaba con detención la muñequita de cera. "De pronto, sin pensar, oprimí fuertemente la estatuíta. "Resonó un grito en la estancia de al lado. Era la pa ciente que se quejaba de uno dolor violento en la pierna iz quierda. que es donde yo apreté. "Sin intención y a distancia, había provocado «na sen sación de dolor en la persona embrujada." Fue. pues, en marzo de 1892, en presencia de una re dactor de lustice, cuando la figura de cera se modeló y se reprodujo el experimento del embrujamiento. Pero, ¿en qué condiciones? Por medio de un sujeto sumido en ¡estado de hipnosis pro fund a. a. Este es un punto que todo* los repórteres, que ignorau la forma operatoria, decidieron siempre; y he ahí los erro res monstruosos y grotescos que cometieron y que no cesa rán de perpetuar en sus pretendidos artículos documentados. El 27 de mayo de 1892 el señor Rochas publica en Le Temos Temos un estudio acerca de la Exleriorización de la sensibilidad. sibilidad. Recordemos, sin embargo, que la prueba más im portante se realizó en 16 de marzo. El 2 de agosto de 1892, Ju sti ce publicaba un nuevo artículo del señor Joleaud-Barml relatando una fase distinta de los experimentos, He aquí un extracto de dicho trabajo:
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“Rochas hit intentado transmitir la sensibilidad de un sujeto a una placa fotográfica. "Puso una de esas placas en contacto con un sujeto despierto: la fotografía que se obtuvo no ofrecía ninguna relación con él. ”Otra placa, puesta anteriormente en contacto con un sujeto dormido y ligeramente exteriorizado, dió una prueba apenas sensible. ”Una tercera placa, que antes de ser colocada, en el aparato fotográfico había sido fuertemente cargada en la sensibilidad del sujeto dormido, dió una fotografía que presentaba curiosos caracteres: cuantas veces el operador tocaba bu imagen, el sujeto lo sentía. Una vea tomó un alfiler y arañó por dos veces ia película de la placa en el punto que representaba la mano del sujeto. ”Este se desmayó completamente en el mismo instante. Al despertar pudo verse que presentaba dos manchas encarnadas correspondientes a los arañazos de la película fotográfica. ”E1 señor Rochas acaba, pues, de reproducir el “embrujamiento” de los antiguos hechiceros. ”Nos limitamos a ser meros narradores de tan misteriosos hechos. No se trata de creer. Decimos lo que hemos visto, y nada más.” El mismo coronel Rochas resumía todos sus trabajos en un escrito publicado en octubre de 1892 por el Cosmos y reproducido por Iniciación con ligeras modificaciones. Se titulaba “Embrujamiento”, era muy notable y exponía el triple aspecto crítico, histórico y técnico del asunto. Al mismo tiempo algunos investigadores emprendían el estudio experimental de tales hechos, y el doctor Luys, en el hospital de la Caridad, realizaba numerosos experimentos concernientes a esos nuevos fenómenos psíquicos.
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II Í ESTANISLAO DE GUAITA Y EL ABATE BOULLAN Los experimentos continuaban tranquilamente cuando en enero de 1893 ocurrió en Lyon el fallecimiento del abate Boullan, doctor en teología, sacerdote sin licencia, y secretario de una comunión de místicos, quien j. K. Huysman presentó bajo el nombre de doctor Johannes en su obra Lá-Blas.
Aquí empieza el segundo período de nuestro estudio, en el pasaremos del campo experimental al de las hipótesis c investigaciones de los reporteros. Pero veamos antes quién era el abate Boullan. Era un discípulo de Vintras, dado a las más impuras prácticas de la hechicería. Durante largo tiempo Be entregó a sus experimentos y al apostolado de sus raras concepciones del amor libre. En 1885, anhelando representar el papel de pontífice y deseoso de patentizar ante el mundo que era Juan Bautista vuelto a la tierra, el abate Boullan se decidió a tomar parte activa en el movimiento espiritualista. Pero los ocultistas sospecharon algún misterio tenebroso bajo las doctrinas del Carmelo ( así le llamaba la Iglesia de Boullan), y una asociación de Rosa Cruz tendió un lazo al profeta, quien cayó en él de lleno. En el extracto siguiente verá el lector los fines de esos Rosacruces, reunidos en fraternidades secretas: “Los hermanos de la Rosa Cruz prometieron por su honor perseguir a los adeptos de la Magia Negra, cuya actitud, asi como sus doctrinas, deshonran la fraternidad universal de la Magia Divina, a la cual se creen con derecho de pertenecer. ”Ya que tienen la audacia de llamarse nuestros compa-
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ñeros, tendremos nosotros la osadía de arrancarles la más cara de virtud que ostentan y de presentarles en todo su repugnante y verdadera naturaleza. '¡Les hemos condenado al bautismo de la Luz! Firmado:
Estanislao de Guaita.” El 23 de mayo de 1887, los ocultistas, reunidos en tri bunal de honor, pronunciaron la sentencia y condena del doctor Bautista por unanimidad. Se le comunicó al día siguiente. ¿A qué había sido condenado el abate Boullan? Al bau tism o de la luz, es decir, a descubrir por medio de pruebas, la realidad de sus doctrinas y sus obras. Pero entre la sentencia (m ayo de 1887) y la ejecución por la publicación publicación del del libro de Guaita Guaita (18 91 ), transcurrie transcurrie ron cuatro años, que aprovechó el doctor, como se puede comprender. Iba pregonando por todas partes que preparaban un em brujamiento contra él que varias veces había fracasado, y el hombre llegó progresivamente a creerse perseguido y a que ee acentuaran los trastornos cerebrales que padecía. Entonces fué cuando Huysmans, que procuraba inves tigar en el dominio de la magia, encontró al buen doctor, que supo engatusar al novelista, y describió en su libro Lá-Bas al doctor Juhanne3 (seudónimo de Bou llan ), con los más hala hala güeños colores, diciendo pestes de los Rosacruces, de los cuales el abate sentía la condena pesar sobre su cabeza. Para contestar a las acusaciones formuladas contra él, publicó el señor Guaita su obra, que impuso silencio al gran pontífice del Carmelo. Por fin, a principios de 1893, el terror de la muerte ejerció su imperio sobre el menguado cerebro del teólogo, y murió acusando a Estanislao de Guaita de haberle mata do por embrujamiento. A consecuencia de la muerte del abate, empezó una aguda campaña en uu diario de la mañana. Se pretendía que el abate murió embrujado y se fundaba la acusación en los recientes experimentos de Rochas.
Basta leer los trabajos de este investigador para saber que todas las pruebas se realizaron por medio de sujetos en catado de hipnosis profunda, y nunca con individuos que no &perimentaran jamás el sueño hipnótico, hipnótico, en cuyo caso se hallaba el famoso doctor Johannes, fin estudiante que durante tres meses se hubiese ocu pado solamente de tal materia, se habría dado cuenta de la casi imposibilidad del embrujamiento.
IV LOS PROFESIONALES DEL EMBRUJAMIENTO
La semilla estaba echada. El arte de hechizar estaba consagrado por ¡a prensa de París y el público se preocupó por los “prácticos” del embrujamiento. No queremos refutar a esos “profesionales” que pre tenden poder embrujar a diestro y siniestro; pero tuvimos la idea de proceder a un estudio personal, del que vamos a exponer los resultados, garantizando la autenticidad de to dos los datos y detalles. Hablaremos, pues, de “la hechicería del amor”, de “la buena bruja, que sana a los embrujados”, y de “la fanáti ca que a toda costa quiere embrujar a su marido.” las Halles, Halles, ca Embrujamiento de amor. — Barrio de las lleja obscura, casa vieja. Se sube una escalera sombría, se llama al primero, ante una puerta con muchas cerraduras. Aparece una forma humana detrás de los cristales de una ventana que da a la escalera. Después se abre la puerta. Ya estamos en la casa. No hay criada. La propia bruja atiende a todo- Así la
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discreción es más segura. Después de seguir un corredor, se entra en una sala bien alumbrada. En el centro bay una mesa, donde se amontonan juegos de naipes de todas las dimensiones. En los rincones, dos o tres muebles de madera dorada, recuerdos de una existencia suntuosa, ostentaban platos y fuentes de loza. En la chimenea, un fogón donde se cuece el puchero. — ¿Quiere usted que le eche las cartas, cartas, señora? —No, señora; quisiera saber si es posible obligar a que un hombre se case con una mujer determinada. Se tra ta de una amiga que no se atreve a venir en persona. — Comprendo; h echizo de amor. ¿Qu iere usted el ta lismán, el cirio, el corazón de buey? — El caso caso e s ... no s é .. . ¿En qué consiste consiste la dife dife rencia? — El talismán cuesta cinco franc os; el cirio , diez; el el corazón de buey, veinte. — Mi amiga puede gastar hasta diez francos. Escojo, pues, el cirio; pero, ¿está usted segura del resultado? —Veremos, señora Corte, eche siete cartas con la ma no izquierda, y piense en el asunto. Bien. Ya veo al sujeto. Es distinguido, elegante, ojos Degros, manos finas y deli cadas como las de una señorita, anda despacio como si te miera descomponer los pliegues de su pantalón, sus botas son relucientes; de su cuerpo se desprende un suave per fume de violetas.. . —Exactísimo, señora. — Pues bien ; ese hombre vacila, tiene deseos, pero una una mala m ujer pone obsta milos. Vi ctori a: las cartas le prome ten lo que desea. Porque se trata de usted, ¿verdad? — Sí, seño ra; no hay por qué ocultarlo. Es raro lo bien bien que adivina usted. usted. Hombre distinguido; obs tác ul os. .. ahí tiene señora, y gracias. ¿Cuándo debo volver? —Mañana a las cinco; pero después de hacer lo que voy a indicarle: — Por la mañana comprará usted un cirio de un franco sin regatear. Después irá a la iglesia y presentará usted el U
cuando el sacerdote dará la bendición a los fieles, ¿Tieii<- usted un guante de esa persona? —No, señora; pero tengo cartas de él. - Pues envuelva el cirio en esas cartas hasta la tarde, y me lo trae a la hora convenida. — Perfectamente. Hasta mañana, y mil gracias. —Hasta la vísta. No olvide usted que es a las cinco, mañana, dia de Venus. (Era viernes).
cIll' o.
Al día siguiente, A las cinco. — ¡Ah! Ya la reconozco, señora. señora. Temí hacer tarde. tarde. Ven go de casa de de la duquesa duquesa de M .. ., que me protege protege y me consulta para todas sus empresas. Me ha prestado su ca rruaje a fin de no hacerle esperar. ¿Trae usted el cirio? —Aquí esta, señora. —Muy bien. El cirio está encendido, la cera empieza a fundirse. Recemos. Yo recito siempre el gran evangelio de San Juan. Pero antes, bauticemos. ¿Cuál es el nombre del sexo masculino? —Alfonso. — ¿Y del del sexo femenino? femenino? —Elvira. —Déme usted la mano y piense con atención en su novio. —Entonces la bruja recita: Cirio bendito, tu cera es más resistente que tos obstáculos que separan a Alfonso de mi amor y, sin embargo, tu cera va a fundirse a la luz, como los obstáculos so desploma desplomarán rán ante mi afecció n. . . Tu cera yo la bautizo, en nombre de mi dueño Alfonso. Obedece en nombre de la oración de San Juan. — Ahora, señora, mientras la cera se funde, recite mos las dos el evangelio. He aquí mi Biblia. En esta página. Lea usted conmigo: At pri ncip io era el V er bo .. . Jua n ka res pon did o
par él y gritó dic ien do:
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“Alfonso, desde ahora estás unido a Elvira, por la virtud de la gran oración misteriosa de San Juan.” — Ya está, señora; basta por hoy. Clave un alfiler en el cirio: más alto, aun más a lt o ,. ., a sí. Bien. Escác Escácheme. heme. — Sí, señora. Me siento conmovida; presiento presiento que voy voy a triunfar. — Ciertamente, Ciertamente, señora; y he aquí ahora lo que debe debe usted hacer. Cuando esté usted en su casa, todos los días, a las cinco, encenderá el cirio durante diez minutos, y re citará la gran oración de San Juan, añadiendo luego: Juan
gri tó dic ien do : “Alfonso, desde este instante estás unido a Elvira M. No olvide usted estas palabras. Durante nueve días se guidos hará lo mismo, clavando todos loa días un alfiler, que arrancará después de la operación y que guardará preciosa?; mente. El noveno día apagará el cirio y pinchará a Alfonse en el dedo, con el último alfiler. — No me atreveré, señora, — Es indispensable para obtener buen éxito. - Diga us us ted a don Alfonso que hizo una apuesta, que eso es una pren da de de am o r. .. mil cosas. Es usted inteligente; busque una una excusa. Cuando le haya pinchado mírele fijamente y será usted obedecida. No obstante, si necesita más consejos, venga. Consultaremos las cartas, y si Alfonso resiste, le obligaremos a amarla a usted por medio del corazón de buey. — ¡Oh, señora! ¡Ser ía terrib le! Tengo confianza en usted usted.. Haré cuanto me ha dicho. Muchas gracias; estoy satisfecha y le reconmendaré a todas mis amigas. Hasta la vista señora. Tal es la transformación moderna del embrujamiento para el uso de las señoras y sentimentales y de las obreras tímidas. En cuanto a la maga que yo conocí es una mujer viva y que une a su misticismo religioso un afán desmesurado de lucro. Pero su corazón es excelente y capaz de compadecerse de las desdichadas, pues el gabinete de una echadora de cartas reem plaza para muchas mujeres el confesionario abandonado.
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Existe, sin embargo, gran diferencia entre este embru jamiento por el cir io y los hor rib les rit os de las br uja s de jjnlaño . Véase, si no, lo qtfé dice Gua ita en su obra Le Temple
de Satán: “El volt (de vukus, efigie) del embrujamiento mágico es la figura de cera hecha a semejanza de la persona que quiere perder. Cuanto mayor es el parecido, más probabi lidades hay de que obre el maleficio. Si en la composición del ¡ ‘>t puede el brujo echar unas gotas de crisma o frag mentos de hostia consagrada y ralladuras de uña o de dimi te, o los cabellos de su futura víctima, cree que esto da gran eficacia a su obra. Si puede procurarse una prenda de ves tir muy usada del embrujado, cortará de ella un traje para la figurilla de cera, traje que se parezca al de su modelo virinte, “La tradición quiere que se administren a ese muñe co todos ios sacramentos que haya podido recibir el embru jad o: Bautismo, Confi rmaci ón, Euc ari stía , Sace rdo cio y hasta la Extremaunción. Luego la execración se practica clavando en la figurilla gran número de alfileres envenenados, con gran copia de injurias para excitar el odio, o bien arañándola con vidrios o espinas venenosas empapadas en sangre corrompida. A veces se reemplaza la figurilla de cera por un sapo; pero las ceremonias imprecatorias son las mismas. Otra práctica quiere que el sapo sea atado con los cabellos de la victima, y después de haber escupido sobre él, se le entierra bajo el umbral de la casa del embrujado, o en otro sitio que tenga qoe frecuentar todos los días.” En un libro impreso en 1610, titulado El segundo día de los caniculares, se lee la historia de una buena mujer que había sido amenazada por una bruja: “Pocos días después, la infeliz sintió agudos dolores en el vientre; le parecía que se lo atravesaban de parte en parte, y gemía lastimosamente y 9us quejas alarmaban a los vecinos. Como algunos acudieron para consolarla, uno de ellos dijo que estaba embrujada e hizo cavar junto a la puerta. Se encontró una figurita de un palmo,
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atravesada por una aguja de acero. Cogieron la figurita, la que maron y la paciente recobró la salud.” Eduardo Dubus escribe en Le Fígaro, Fígaro, de 29 de enero de 1893, que en la América del Sur se entierra igualmente el sapo que sirve de volt volt en el umbral de la casa del embrujado. “Este muere ahogado, como si el aire se solidificara en torno suyo y le oprimiera como oprime la tierra al desdichado animal.” La Buena Bruja. Bruja. — ¿Teméis el embrujamiento embrujamiento y a los brujos? ¿Teméis que un enemigo os hiera desde lejos? ¿Te néis una idea fija que amenaza destruir el equilibrio de vuestra mente? No vaciléis; id a ver a la “Tía de los gatos”. Vive en una callejuela limpia de Montmartre, en una casita que ostenta sobre la puerta un rótulo que dice: “Sra, M . . . Cartomántica*’ Llamáis, y en seguida múltiples ladridos y maullidos in dican que la casa está bien guardada. En efecto, apenas abierta la puerta, se ve un gran número de perros y gatos de toda especie y colores, que saltan, corren, gritan y alborotan, en tanto que la dueña procura apaciguarlos. Todos son huérfanos, o heridos o mutilados, recogidos por el ama de la casa y cuidados a cuerpo de rey. Nos encontramos en presencia de un ejemplar único. Se trata de una verdadera iniciada en la magia rural, que emplea las hierbas y que opera según las fase3 de la luna o los días del año y marcha del sol. sol. ¿No vale todo eso una caminata hasta Montmartre? La “Tia de los gatos” es una mujer alta, de aspecto ma jestuoso , de perfil romano, pero atenuado por una profunda expresión de bondad. Tiene el pelo blanco pegado a las sienes. Oficialmente la maga se dedica a la cartomancia y Dios sabe los buenos consejos que las cartas, con auxilios de la intuición de la adivina, dieron a los que acuden en busca de esperanza, mediante dos o tres francos. Como se ve el precio es módico, y se emplea, casi por entero, en limosnas para los pobres o en comida para los animales. No ofrezcáis nunca a la “Tía de los gatos” ningún dinero para realizar un 28
embrujamiento, porque os despedirá a cajas destempladas. Pero si, por lo contrario, os creéis embrujados y acu dís a pedir un remedio para vuestro mal; si exponéis vues tro estado a la maga, veréis que su su mirada brilla. ¿S e trata de curar a un enfermo? ¡Perfectamente! Os hace entrar en su gabinete de consultas, que es una habitación reducida, con varias sillas, un sofá a la derecha y una mesa de nogal en el centro. En las paredes hay al gunos signos mágicos y el cuadro de las “consultas de car tomancia” cuyo precio oscila entre 50 céntimos y 3 francos. En la mesa hay juegos de naipes de todas dimensiones. Una vez sentado, veréis que los ojos profundos de la ma ga os miran con fijeza. Una voz grave y penetrante os in terroga. — ¿En qué mes mes nació usted, usted, caballero? —En diciembre. —Bien; diciembre. ¿Qué día? —El veinte, —Veinte de diciembre: Capricornio. Cara nocturna de Saturno. Está usted aquejado de profundos accesos de tris teza; se descorazona usted ante cualquier obstáculo, y eso produce su actual tristeza. Desconfíe de las rodillas. Está sujeto a enfermedades secas y frías. —En efecto; a veces me duelen las rodillas. —-Claro, —-Claro, como que nació usted ba jo Capricor nio. ¿Per o teme usted un embrujamiento? —Sí señora. —Venga conmigo. Y, levantándose, la maga se dirige al saloncito de es pera. Toma una llave y saca misteriosamente de una ala cena bocales y redomas de todos tamaños. Son las hierbas, las hierbas de San Jua n; porque todos todos los años, en junio, la maga pasa muchas noches en los alrededores de París en busca de sus hierbas. Durante los días de aquellas noches prepara las hierbas recogidas horas antes. ¿No os dije que 29
era digno de estudio esa muestra de la Edad Media que vive en nuestros días? —Tome usted usted estas hierbas —dice alargando al visi tante unas briznas secas extraídas de uno de los bocales— y llévelas siempre consigo. Además, dirá usted mañana y tarde la oración de San Cipria no, que es muy eficaz. Desde ahora nadie podrá nada contra usted. Como se ve, el remedio es sencillo, y casi siempre los efectos de la oración, reforzados por la acción fluídica de las hierbas magnetizadas, produce excelente efecto. Y el visitante, antes acongojado, regresa de Montmartre lleno de esperanza, confiando más en sí mismo y des embrujado. La que quiere embrujar a su marido. — En el gabinete de un médico joven especialista en tal materia. —Vengo, doctor, de parte de su colega el doctor X, quien me dijo que usted podría indicarme un procedimiento para desembarazarme de mi marido por medio del embru jamiento . — Siento muchísimo, señora, que mi colega la haya in ducido a error, porque es criminal intentar semejante cosa, y, además, la experiencia nos enseña, que, muchas veces, la primera víctima de semejantes prácticas es el desgraciado que las utiliza. —Pero, doctor; el caso es que soy víctima de actos odiosos y que no puedo defenderme de otro modo que por un medio medio misterioso y que nadie pueda descubrir. ¿Qué preciso hacer? — Existen en París, señora, una porción de individuos individuos que le estafarán el dinero, prometiéndole realizar semejan tes infamias. Cualquiera que le pida una suma, por pequeña que sea, para una operación de magia negra, es un malvado o un ignorante, y apenas merece ni el desprecio con que una persona inteligente le trata. No intente usted realizar esos malvados ritos. Evitará practicarlos con un leve es 30
fuerzo moral, y le aseguro que así se ahorrará no pocos dis gustos y penas.
Grabado de Brujería extraído del Libro PACTUM
-Perfectamente, doctor. Veo que se niega usted a de cirme lo que debo hacer; pero estoy segura de que lo sabe usted,
—Está usted dominada por el afán de una venganza que le producirá muchas penas, muchas más de las que ahora padece, mi señora. — ¿Qué me aconseja, pues, pues, que haga? — ¿Cree usted usted en Dios? —Si, ciertamente. ¿Cómo no creer en El? —Pues entonces vaya todos los días a la iglesia más próxima a su casa y rece usted fervorosamente por el que tanto daño le ha hecho; rece para que cambie su carácter y le devuelva su afecto. Esto es lo único, señora, que puedo aconsejarle; pues así las fuerzas divinas evocadas sabrán discernir la verdad. —No puedo yo rogar por ese hombre. —Así no será jamás dichosa y toda la culpa la tendrá usted. Consulte a “brujos” de profesión. Se burlarán de usted y explotarán su credulidad. — Quizá tenga usted usted razón. Procuraré seguir sus consejos. ¿Cuánto le debo, doctor? —La medicina, señora, me permite vivir con holgura, y jamás se me ocurrirá explotar los consejos que mi conocimiento de las ciencias ocultas me permite dar. Nada me debe usted, usted, y crea que celebraré que la oració n le evite una acción villana que, no por ser únicamente mental, es menos peligrosa. ¡Hasta la vista y buena suerte, señora!
S ecunda
parte
I EMBRUJAMIENTO CONSCIENTE E INCONSCIENTE
El Embrujamiento consiste en envenenar el cuerpo astral de una persona por el odio de otra. Murmurar de un ausente, procurar dañarle sin que lo advierta, pueden considerarse como embrujamientos verbales. Desear que le ocurra una desgracia a una persona que se supone harto feliz es embrujamiento mental. A éstos se les puede llamar embrujamientos inconscientes. Al propio tiempo existe el embrujamiento consciente o verdadero embrujamiento, que se practica con el fin de causar un daño o perjuicio, una venganza o la ruina, y hasta la muerte de una persona. El brujo, entonces, exterioriza su odio, que dirige en envenenados efluvios hacia la víctima. El ser malvado que así obra no sabe la terrible responsabilidad en que incurre y el mal que se atrae. La característica del embrujamiento es sembrar en torno de seres dichosos las desdichas terrestres por medio del odio concentrado y dirigido por corrientes astrales. 33
Sin embargo, las acciones ocultas de los brujos pierden toda su fuerza maléfica cuando recaen sobre una persona bondadosa, justa y caritativa. Aquel que es bueno y que sólo de cuando en cuando se entrega a los accesos de egoísmo compatibles con la vida humana norma!, aquel que tiene contianza en los invisibles y en su auxilio constante, poco tiene que temer de los bru jos ni de sus mágicas artes, Pero bay cerebros menguados, pecadores ciegos, reen carnados desdichados, desdichados, gentes gentes oue muchas veces pensaron dañar a sus vecinos, v oue si no lo hicieron fue ñor la falta de medios. Todos ésos abrieron las exclusas del odio y pueden ser obieto de acciones nocivas ocultas. Como los tribunales, ilustrados por los médicos oue po seen la ciencia oficial, declaran que todo esto cae dentro de los límites de la demencia, y como casi siempre la mujer sujeto o la muier médium ene percibe las influencias ocul tas es considerada loca, los hechiceros campan por sus res petos v pueden ejercer su ciencia maldita con la seguridad de un bandido que tiene un refugio seguro que jamás podrá descubrir la guardia civil. Creemos, pues, útil, estudiar detalladamente el medio de precaverse contra el embrujamiento. Este medio**comprende tres etapas: 1* Sanea r la mentalidad. 2* Aumentar las fuerzas fuerzas espirituales. 3* Poner en movimiento las fuerzas astrales que ro dean a todos los seres humanos.
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II HIGIENE MENTAL
El hombre irradia en torno suyo fuerzas físicas como el calor y la electricidad; irradia también fuerzas psíquicas, como las ondas vitales, conocidas generalmente bajo el nom bre de “fluido magnético.” Este fenómeno era conocido en Egipto tres mil años antes de Jesucristo, y allí se enseñaba el manejo de las fuer zas magnéticas llamadas “Sá". El hombre antes de de irradi ar fuerzas las absorbe ; y tén gase en cuenta que no hablamos del aspecto fisiológico del asunto, sino del psíquico, desconocido todavía por los mé dicos, que sólo han estudiado el primero. Así como un paisaje impresiona de un modo distinto el espíritu según se contemple, de igual manera la irradia ción de las fuerzas psíquicas es diferente según el estado mental del operador. Un individuo rencoroso, celoso, apegado a todo lo te rrestre y saturado de odio es un generador de veneno psí quic o; las fuerzas nocivas que cultiva se encuentran en el como en terreno propicio; y si se quiere desembarazarle de acciones psíquicas o de odios lanzados contra él, será pre ciso antes limpiar lo invisible de este ser, del mismo modo que si queremos servirnos sin riesgo de un vaso que haya contenido veneno, procederemos antes a su completa limpieza. Los pitagóricos realizaban la limpieza menta! por el «ilencio, acompañado de un régimen físico que excluía por completo el fluido astral de los animales. En nuestros tiempos, si se quiere desembarazar a una persona de sus ideas perniciosas -—suponiendo que no se 35
ti atase de un enfermo cere bral— hay que pedirle que ee abstenga cuidadosamente, durante doce días por lo menos, de murmurar de las personas ausentes, de abrigar pensa mientos de envidia, y de vigilar con gran cuidado el trabajo de su mente a fin de que no tome falsos caminos. Esa higiene menta] es precisa si se quiere obtener bue nos resultad resultados os y exigiría nu volume volumen n entero ( * ) . Aquí tene mos que limitarnos a indicar únicamente las líneas gene rales de precaución tan necesaria.
II I AUMENTO DE LAS FUERZAS ESPIRITUALES La Oración. — La oración ejerce una influencia extra ordinaria. Por o ración entendemos todo act o' espiritual que provoque realmente la influencia de las fuerzas supraterrenas. Para que resulte eficaz, la oración no debe consistir ai pronunciar con los labios y de rodillas una sucesión de pala bras; sino que es necesario esforzarse de todo corazón en perdonar a nuestros enemigos, pidiendo la luz para ellos, pues Dios ama a nuestros enemigos tanto como nos quiere a nosotros. La Caridad. -— La oración carece de fuerza si no va acompañada de un acto que vivifique el corazón y que deba mos cumplir venciendo nuestro egoísmo. Si sois pobres, id a consolar a los que están desesperados, enfermos, presos, sumidos en el vicio ; ofreced parte de vuestro tiempo — úni ca riqueza de que podéis disponer— a los demás. Si dispo néis de dinero, buscad a los desdichados, huyendo de los pro fesionales de la mendicidad, que son larvas humanas; salvad
(*) El mejor tratado tratado de higiene es la ob ra titulada Las Fuer zas del Espíritu, del doctor Feuchtersleben. 36
a algunas familias miserables pagando sados o dando de comer a los que lo de lo más indispensable. Hay que hacer esto personalmente, diarios, pues de los contrario perderéis fuerzas espirituales que obrando bien se
los alquileres atra necesitan y carecen y no por interme gran parte de las adquieren.
El Perdó n._ n._ — El que se acostumbra acostumbra a perdonar a sus enemigos, consigue con la oración poner en movimiento sus principios superiores y se ve libre de todo embrujamiento. Las tentativas de proyección de fuerzas astrales malvadas se estrellan contra su “aura” espiritual, como olas granadas contra la corona de un buque, y todas las fuerzas vuelven hacia su punto de partida. Así, pues, cuando se trata de un ser desesperado, víc tima realmente de fuerzas invisibles hay que empezar por dispersar las fuerzas psíquicas nocivas que le rodean, como acabamos de decir. Después de eso es cuando se puede veri fica r la accióu de las fuerzas astrales de que vamos vamos □ tratar.
IV LAS FUERZAS ASTRALES
El Carbón. — Ex iste en la naturaleza una substancia que tiene la singular propiedad de absorber todas las impure zas: es el carbón vegetal. Sabido es que su polvo purifica el agua, absorbe los gases deletéreos y se emplea para dife rentes usos de esta especie. Pues bien; el carbón absorbe igualmente los fluidos psíquicos. Suponed que eiiste un malvado o un maníaco que to dos los días, a la misma hora, envía pensamientos nocivos 37
hacia un ser cuya mente quiere emponzoñar. Estos pensamientos van acompañados de proyección de fuerzas psíquicas) lo mismo que m uchos vene nos est án di sueltos en un líquido. Si la persona que es objeto de esas acciones nefastas coloca en torno de ella carbón vegetal encendido, los flúidos enviados irán al carbón que los atrae en vez de penetrar en el aura astral del embrujado. Bastará, pues, ya que estas malas acciones se realizan casi siempre de noche, colocar tres o cuatro pedazos de carbón en un plato junto a la cama y arrojarlos a la basura al día siguiente para neutralizar los efectos de los brujos. Es este un procedimiento de defensa muy sencillo y que siempre nos ha dado excelentes resultados. Cuando el carbón no obra con Los signos mágicos. — Cuando la rapidez requirida, se puede reforzar su acción con los llamados “signos mágicos”. Estos signoB se relacionan con jero glífic os e imágenes del mundo invisible, sobre los cuales tienen una acción enérgica. En ciertos tratados de magia, antiguos y modernos, se encuentra una lista de estos signos. Lo mejor es consultar las obras siguientes, en las cuales se hallan, además, interesantes procedimientos para combatir los efectos del embrujamiento: maravilloso libro fué Enchiridion Leonis Papae. — Este maravilloso impreso por primera vez en Roma, en el año 1740. En español existe una traducción íntegra, la mejor que se conoce, la cual se debe al famoso Mago Bruno. Contiene muchos secretos rarísimos y oracio nes contra toda clase de encantamientos, encantamientos, hechizos, sortilegios, ligaduras y cuanto pueda acontecer a una persona por embrujamiento u otros actos de magia o por mediación del demonio y de los malos espíritus. La obra contiene numerosos grabados de pentáculos y talismanes. curioGran Gran Grimorio de l Papa Honorio. — Esta obra, tan curiosa como la anterior, fué publicada también en Roma, en 1760.
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La traducción mejor que existe en español se debe asimismo al gran Mago Bruno. En este libro se trata extensamente de los Exorcismos, Conjuros y Oraciones para dominar y ahuyentar a loa demonios. Trata además del arte de evocar a los espíritus infernales por medio de círculos mágicos; explica cómo librarse de las malas influencias y contiene secretos milv raros, como por ejemplo: hacerse amar de una persona y hacerla comparecer cuando se quiera y conseguir de día toda clase de favores, etc. Ilustran la obra curiosísimos grabados antiguos. Clavículas de Salomón. Recomendamos eficazmente la lectura de esta obra, de la verdadera, pues se han hecho de ella varias falsificaciones. La única edición exacta a la del original hebreo es la que hizo Iroe el Mago. Quien lea este libro maravilloso descubrirá el campo que conduce al conocimiento de la verdadera magia, poseerá la llave de la ciencia secreta y conocerá la influencia de los astros. Contiene grabados muy curiosos. Además de estas tres obras, que son las más indicadas para completar el estudio del embrujamiento, recomendamos las que siguen, pues también son de gran utilidad paTa el estudiante de la Ciencia Oculta: Los Secretos del Infierno. También de este libro se han hecho muchas falsificaciones. La edición auténtica consta de cuatro partes, y contiene los Responsos al revés. Con estos responsos se consigue recuperar lo que nos lian robado, castigar a los que nos quieren mal o nos han hecho algún daño o tratan de perjudicarnos. Contiene entre otros muchos secretos, el de la “Gallina Negra” para conseguir riquezas y poder, el de hablar con los muertos, etc., etc. En esta obra aparecen grabados antiguos muy notables. El Libro Negro. En esta obra, su autor, Héctor Hacks, revela los secretos más formidables de la Alquim ia, de la maneta y de la Magia Negra. Asl rolog ía de la fí a t domaneta
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Contiene, entre otros muchos secretos, el de transmutar el plomo y la plata en ORO PURO. Explica la fórmula de un Elixir que alarga la vida y retarda la vejes. vejes. El que hace uso de este maravilloso licor, a los sesenta años aparenta tener sólo treinta. Además se encuentra en El Libro Negro; Negro; El secreto para dominar a una persona y obtener de ella lo que se quiera. Para hacerse amar hasta la muerte. Para atraer la Fortunas el Exito y la Felicidad. El hechizo del A oj o, o de la mirada ve nenosa, y otros varios secretos de Brujería y Magia, todos muy interesantes. Contiene, además, el verdadero sistema de fabricar la Varita adivinatoria, adivinatoria, por medio de la cual se consigue descu brir las aguas subterráneas, los metales y los tesoros que se hallan bajo tierra o tapiados. En el Libro Negro Negro se halla, asimismo, el tratado de Astrolanía más claro de cuantos se han publicado en español. En ella se estudian las influencias que ejercen los planetas en el aspecto físico, de manera uue. examinando la fisonomía de una persona, Conocemos al momento cuáles son sus gustos, sus debilidades, su carácter, etc. Es muy curiosa, además, la in fluencia de la Eitnn en la menstruación. La lectora que con sulte la Tabla lanar para uso de las mujeres en determinados días del mes, mes, quedará sorprendida al ver cómo le anuncia los sucesos que han de acnntecerle dentro cíb brevísimo tiempo. Un magnífico volumen encuadernado, esmeradamente im preso en papel gris e ilustrado profusamente con grabados an tiguos. Ma gia Mag néti ca. ca. Se trata de una obra de un alto valor científico, expuesta en lenguaje llano y sin tecnicismos. El autor, Julias Baner. la divide en dos partes: en la primera trata de los fenómenos del Magnetismo antiguo, desde Mesmer basta los tiempos actuales, y en la segunda, segunda, se ocupa extensamente de la magia magnética. 40
El célebre doctor empieza su estudio dando una rápida hojeada a la historia de las creencias de los antiguos sobre la Sabiduría Oculta o la Magia, origen de todas las ramas del Ocultismo moderno ( Telepatía, Tele bulia, Espiritis mo, Metapsíquica, etc.). Nos habla luego de los Espejos Mágicos y y nos demuestra cómo cuantas maravillas que de ellos se cuentan no son vanas fantasías de nuestros antepasados, sino realidades ciert¡simas, puesto que él, personalmente, ha podido comprobar I03 sor prendentes fenómenos que con dichos espejos se obtienen. Y para desvanacer toda clase de dudas nos da a conocer el medio de fabricarlos uno mismo. En otro capítulo, que titula Cómo se realiza una Resurrección, ción, expone este doctor el caso verdaderamente inverosímil de resucitar a una persona recientemente fallecida. Este fenó meno puede realizarse en determinadas condiciones. “Estamos tan seguros de ello —-dice —-dice el doctor Baner — , que no duda mos en afirmar que la magia magnética es capaz de volver a la vida a muchos seres que-se dan por muertos, siempre que se actúe durante la3 primeras horas que siguen a la agonía”. Y en esta obra se revela el secreto para realizar la resurrec ción, fenómeno real, aunque tiene todas las apariencias de un verdadero milagro. Son asimismo interesantísimos los capítulos dedicados al Extasis Sonambúlico y al Extasis Pro fótico, fótico, y han de lla mar la atención no sólo de los profanos sino de los doctos en la materia. Ma gia Ne gra y Ma gia Blan ca. ca. Es ésta una de las obras más celebradas del doctor G. Maxwell. En ella se revelan los secretos más extraordinarios de la Magia Negra y de la Magia Blanca. Es una obra de un valor científico, indispensable a cuantos se interesan por el Ocultismo Superior, pues trata de ios problemas del Más Allá y se ocupa, asimismo, del mundo 41
de los demonios íncubos y súcubos y sus relaciones místico-eróti cas con el hombre. Al ocuparse de la Magia Blanca, dedica un extenso capítulo al poder de las Pala,bra$ mágicas o Manirams, tema casi inédito en la literatura esotérica española. Aquí da el doctor Maxwell, las reglas para pronunciar la sílaba sagrada AUM, cuyo secreto estaba reservado a los iniciados en la Magia Divina. La Magia Neg ra y la Magia Blanca, del doctor Maxwell constituye algo trascendental e inaudito que sorprende tanto a los profanos como a los ocultistas ya preparados. Quinientos Secretos para Ganar Dinero. Esta útilísima obra contiene 520 secretos, o sean algunos más de los que anun cia su titulo. Todos ellos han sido probados antes de darlos al público, por esto, su autor, el químico alemán Max Wdkmann, responde de su eficacia. Todas las fórmulas pueden eje cutarse en casa, sin aparatos. En esta obra se hallan los medios más seguros para conservar toda clase de alimentos: huevos, pescados, tocino, caza, qstras, etc., y toda suerte de frutas y legumbres, así como toda dase de liquides: aceite, leche, vino, vinagre^ jarabes, etc. Contiene, además, secretos para quitar toda clase de manchas, y lavar plumas, sedas, lanas, terciopelo, etc. Para la destrucción de toda clase de bichos: ratones, cucarachas, chinches, polillas, moscas, mosquitos, pul gas, etc. Fabricación de jabones comunes y de tocador. Fabri cación de toda clase de tintas^>ara escribir y dibujar sobre papel, mármol, metal, etc.; tintas simpáticas, invisibles, tinta china, tinta para pluma estilográfica, etc. Fabricación de bar-. nices de todas clases y lacres de todos colores, finos y econó micos. Fabricación de jarabes, licores, bebidas americanas: cocteles, whisky, brandy, etc. Secretos para Ber hermosa; pastas, cremas, depilatorios, cosméticos, dentífricos, etc. Re medios para las enfermedades más comunes. La verdadera rece
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ta para fabricar la milagrosa Agua del Carmen. Secretos raros, antiguos y modernos. Este libro, como hemos dicho, contiene más de quinientos secretos. Uno solo de ellos, bien explotado, puede ser la base de una fortuna. En los actuales tiempos difíciles usted puede ganar dinero y hacerse independiente, si se aprovecha de las enseñanzas de este libro. La Ciencia del Amor. Por el profesor H. Ridley. Filtros, Amuletos, Talismanes, Mentalismo, Fascinación, Magnetismo sexual. Nuestro libro, titulado La Ciencia del Amor, contiene todos los medios conocidos para hacerse amar, tanto los ex puestos en las ciencias mágicas de la antigüedad, como los que ofrece la Psicología trascendental, esa ciencia moderna llamada “Mentalismo”, Así el lector de La Ciencia del Amor pue pue de escoger aquellos medios más a propósito que las circunstancias le exijan para conseguir sus deseos esto es, puede hacer uso de aquellas prácticas mágicas, magnéticas o mentales que m is se adapten a sus gustos o facultades. Este libro es el único que contiene el secreto de la Estrella Mística, poderoso talismán, que el que lo posee consigue que otorgue toda clase de favo res. Es el gran talismán para dominar a las personas y con seguir que una persona le ame y le colme de regalos. Para contrarrestar los designios de los brujos que tratan de perjudicarnos, tenemos, además del carbón y de los signos mágicos, el uso de las puntas. sumarse Las Puntas. — A las defensas pasivas pueden sumarse las activas. La fuerza empleada por los brujos es de la familia de la electricidad. En las casas embrujadas, donde, generalmente, una niña o un niño sirven de médiums, la fuerza viva rompe
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los cuerpos que son malos conductores de electricidad, como el vidrio y la porcelana, y pone en movimiento los cuerpos me tálicos, como cacerolas, hierros y demás objetos. Las puntas obran sobre estas fuerzas exactamente como sobre la electricidad; de modo que si se presenta una punta a una corriente de fuerza psíquica, esa corriente queda inme diatamente diatamente destruida destruida con producción dé una chisp a o de haces di chispas. He hecho bastantes experimentos personales acerca de eso. La espada del mago, el cuchillo del verdadero brujo, el clavo que termina un palo, son instrumentos de de fensa efectiva contra esas fuerzas cuando han adquirido un dinamismo tal que produce los fenómenos de las casas em brujadas. Puede, pues, defenderse nn hombre rodeándose de puntas, así como se defiende una casa por medio del empleo de para rrayos.
Los vegetóles. — También es posible posible la defensa em pleando para ello los vegetales y los animales. Lo mismo que el hombre tiene derecho de segar para nutrirse y de coger los frutos para su subsistencia, también le asiste el derecho, en caso de defensa necesaria, para uti lizar a los animales inferiores, después do pedir permiso por medio de la oración. J. J, Jac ob, acon seja que en vera no se pase e por lo s ca minos arrancando algunas hojas de las plantas que crecen junto a la vía. Se puede también, todos los días a igual hora, imponer las manos a una planta y ae verá, a pesar de todos los cui dados de que se la rodee, que la planta se agosta poco a poco y muere. No aconsejamos el empleo de los animales para la de fensa como lo hacían los antiguos egipcios: sacrificándolos. Esa práctica expone a grandes responsabilida des ^espirituales. Ese desprendimiento magnético sobre los vegetales es muy eficaz en el caso en que el hechicero ha hecho una fígu44
rilla o v o l t d e l e m b r u j ad ad o , o s i u t i l iz iz ó a n i m a l e s p a r a e m p o n zoñar el astro de su enemigo.
L a f o t o g r a f í a . — E n e s t e c as as o l a a c c i ó n d e l o s v e g e t a l e s p u ed ed e i r a c o m p a ñ a d a d e u n a a c c i ó n s o b r e l a f o t o g r a f í a d e l embrujado. Esta fotografía dehe ser una prueba directa y no u n g r ab ab a d o r e p r o d u c id id o p o r i m p r e s i ó n . E s n e c e s a r i o i n c e n s a r d i c ha ha f o to to g r a f í a d o s v e c e s d i a r i a s en en c u a r t o c r e c i e n t e d e l a L u n a y ro ro d e a r la la d e p er er f u m e s, s, p e r o s i n i n c e n s a r l a e n c u a r t o m e n guante. salvo los domingos, en que es nece sario ince nsa rla a todas horas. Sj se. se. está en en relaciones con la perso na q ue so po rta el maleficio, se puede obrar magn éticamen te. Uno de nuestro s corresponsales curó así varios casos considerados confio des esperados de todo punto. D e s m a g n e t i z a c ió ió n r i el el e m b r u j a d o . — V a m o s a r e s u m i r es es t a acción magnética según M. Journet d*Aiguebel!es. 1® E s p r ec ec i so so q u e se se c o lo lo q u e n i su su j e t o q u e s e q u i e r a c u r a r , de de p ie ie , c o n lo lo s b r a z o s l e v a n ta ta d o s y c o n l a p a l m a d e la mano levantada en alto y hacia afuera. 2 * E l o p e r a d o r d e be be c o l o c a r s e d e t r á s d e l p a c i e n t e . 3 * E s n e c e s a ri ri o q u e e l o p e r a d o r c o lo lo q u e l a s m a n o 9 a ! nivel del vientre del sujeto, con la pa lma ha cia el vientr e, y es preciso llevar las manos hac ia los riñone s, con t od a len titud posible. Una vez en los riñones, se sacuden las manos y se sopla encima. Este pase se repite tres veces. Después se sube a! nivel del corazón y se llevan las manos hasta el centro de la la espalda. Tam bién se sacud en las manos y se ]as sopla, repitiendo tres veces la operación. Y s e p r o c ed ed e d e i gu gu a l m o d o p a r a l a c a b e z a , y e n d o d e la frente a la nuca y con la mayor lentitud que se pueda. Se termina con un desprendimiento magnético haciendo delante del sujeto los pasea necesarios y s o p l o s f r í o s . Esta operación, repetida cada ocho días, produce resultados admirables.
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Las Transmisiones. —
Si la acción magnética, que es muy muy poderosa, no basta, se puede recurrir a las transmisiones hip nóticas, tal como las practicaron Babinski y Luys, y como aún se practica en nuestra clínica. La transmisión de todos los casos de afección nerviosa dat resultados tanto más notables notables cuanto que no es menester hacer dormir al paciente, que conserva todas sus facultades. Cuando la acción individual no hasta para librar a una persona embrujada, es preciso averiguar si padece trastor nos psíquicos, delirio persecutorio y desórdenes mentales que deban someterse a un médico especialista. Es necesario un estudio 'muy serio del estado mental del sujeto, porque casi siempre hay larvas mentales. Existen sociedades de defensa de los desdichados y des esperados, sociedades que tienen conexión con el ilusionismo y que se distinguen por pedir a sus miembros esfuerzos espi rituales y no exigen nunca dinero. Las logias Martinistas, las agrupaciones de la Rosa Cruz se dedican a esas obras de defensa colectiva. Asi, pues, cuando un individuo es atacado colectivamente, puede ser curado por una acción individual; pero si esa ac ción no basta, puede dirigirse a las Sociedades de defensa de orden colectivo.
V PROCEDIMIENTOS DERIVADOS DE LA MAGIA Y DEL HERMETISMO
Acabamos de explicar los -medios que podemos llamar po sitivos contra el embrujamiento . Vamos a decir ' ahora upas 46
palabras acerca de los métodos derivados directamente de la Magia y del Hermetismo. Aconsejamos, ante todo, rechazar los medios sangrientos en los que se emplean corazones de diversos animales para hacer contraembrujamiento. Estos medios son repugnantes física y moralmente, y no son más eficaces que las oraciones y loa nombres místicos. La oración es un dinamismo astral. Está imantada por la acción de los que la emplearon durante siglos y siglos. Tiene, pues, una influencia extraordinaria. Hecha después de una purificación astral y física y seguida de una buena acción, la oración es invencible y aniquila los embrujamientos más poderosos. Daremos, pues, algúnas fórmulas destinadas a acom pañar el acto de la oración. Como complemento de la oración aconsejamos el empleo de Medallas y Pentáculos. Las primeras son verdaderos intermediarios de las fuerzas divinas. Esta blecen un lazo entre lo divino y lo humano, y prestan grandes servicios en la defensa contra los ataques astrales.
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Todas las medallas religiosas son eficaces. Recomendamos especialmente las de la Virgen Santa, las de Santa Filomena y las de San Benito. Todas las medallas deben ser consagradas especialmente para la persona que las emplea en su nombre patronímico. En la página 49 damos la reproducción de una medalla
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comunicada en visión astral a Eliphas Lévi y sacada de bu libro de notas que obra en nuestro poder. Tiene gran influencia y debe llevarla la persona embru jad a o la que teme estarlo. Si se trata de una persona que no sea cristiana, hay que recurrir a los pentáculos que se refieren a la religión nativa de dicha persona. Para los hebreos son necesarios los pentáculos derivados del libro de los Salmos y de Cabala. Esas figuras arrancadas de la “Magia Divina” son úlilcs a todos, y agregamos dos reproducciones de dichos pentáculos, sacados de un manuscrito de los más raros y todavía inédita Este talismán debe dibujarse sobre pergamino virgen. E! anverso se trazará con tinta áurea y el reverso con tinta ce leste. La fórmula de estas 'tintas se halla en el Enchiridfon Leo’nis nis Pa pae, edición del Mago Bruno. Tales son los procedimientos que recomendamos con efi cacia, También existen cie rtas prácticas" teúrgicas para comba tir el embrujamiento. Hemos tenido ocasión de estudiar los procedim ientos de uno de esos prácticos y podemos asegurar' que, merced a ellos, hemos obtenido resultados notables. Dejad qup I03 profanos se rían y burlen de esas cues tiones. Sus negqaios Ies ¡levan a la ruina, sus hijos padecen enfermedades misteriosas, que nípgún médico es capaz de curar, y esos desdichados-tienen cerrados los ojos y se mofan de lo que ignoran. Se puede decir de eflos: “Perdónalos, Pa dre mío, íjne no saben lo que hacen”. ■Daremos, pues, 3 título de documentos tradicionales, al guna^ fórmulas y práctic as usadas por la gente del campo. Pero queremos repetir una vez más que Jo da s esas prácticas y fórmulas no son iftás eficaces que la oración y los actos que la avaloran. Nada prevalece contra el llamamiento a las influencias del Plano Divino.
ORACION DE LOS SALMOS Qué debe llevar la persona embrujada o la que teme estarlo Dios mío muy misericordioso, muy grande y muy pode roso, yo adoro vuestra Majestad ^suprema; haced a vuestro servidor la g racia -jde reci bir 'la virtud de los Salm os; os conjuro por vuestros muy santos nombres ■]* Agía -j- Aglay -|Adonay -|- Agios •[- Otheos -j- Alfa y Omega -). que me con
cedáis el entero cumplimiento' cumplimiento' de de mi demanda. ¡ Oh Dios fuerte y abundante en todas las gracias, que vuestro santo nombre sea alabado y glorificado por.tuda la eternidad! Asi sea. -j- Así sea. Así sea, -|- “Quoniaru bonus Israel Deus his qui recto sunt carde.. carde .. 49
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El pentáculo debe ser de pergamino virgen; los círculos, trazados con tinta celeste; las letras, con tinta áurea. Hay que llevarlo encima, y al propio tiempo debe recitarse la oración ya copiada, todas las noches. Asaph cantó este salmo y también los primeros chantres, apenas David lo compuso. Asaph profetizó por la inspiración del Espíritu Santo, y tuvo inspiración para hacer versos por su virtud, como lo asegura San Agustín. San Jerónimo dice que'sirve para obtener gran número de gracias del Señor. Es conveniente para obtener respues ta en sueños; se le recita tres veces al acostarse el sábado por la noche; y nombrando cada vez su inteligencia y grabando sus caracteres sobre una hojadé hiedra y poniéndola debajo de la almohada y haciendo vuestra pregunta obtendréis ciertamente respuesta.
Es en el Altísimo que tú buscaste refugio; el mal no po drá alcanzarte ni ninguna calamidad penetrará en tu hogar. Pues por ti ha ordenado a sus ángeles que te guarden y pro tejan. Te llevarán en brazos temiendo que tropiecen tus pies en una piedra; pisarás el áspid y al basilisco, y con el talón herirás al león y al dragón, pues todo el que espera en Mí le protegeré y le libraré, porque ha reconocido mi nombre. Tan pronto como me llame le libertaré y estaré con él en la aflicción, le arrancaré de ella y le glorificaré. Le daré larga existencia y le enseñaré mi salvación. -|* Amén. -|- Amén. -|- Amén.
ORACION Contra la
ORACION Para decirla durante nueve mañanas al salir el sol
¡Oh Dios! El que se muestre firme será en Ti y por Ti salvado, y nada'prevaleéerá contra él si tiene Tu gracia. Toda su esperanza tiene puesta en Ti porque Tú has de salvarle. Pues es El qtfíen me ha librado de los lazos de los he chiceros y de la palabra perniciosa; El te cubrirá con sus hom bres y bajo sus alas verás la esperanza. Su verdad te rodeará como de un escudo, y nada tendrás que temer de los espantos nocturnos ni de las flechas que vuelan de día, ni de las em presas del que se arrastra por las tinieblas, ni de los ataques de los demonios diurnos ni nocturnos. Mil caerán a tu derecha, diez mil a tu izquierda y ni uno solo se acercará a ti, y hasta podrás ver por tus propios ojos el castigo castigo del del pecador, porque porque tú dijiste: ¡Señor, Dios mío; Vos sois mi defensor y mi única esperanza!
posejión
de los demonios
Verbo que habéis sido hecho carne, que fuisteis atado a la cruz, que estáis sentado a la diestra de Dios Padre, os conjuro, por vuestro Santo Nombre que al ser pronunciado hace doblar todas las rodillas en el cielo y en la tierra y en el infierno, que realicéis los votos de los que ponen su fe y sn creencia en Vos, que os dignéis proteger y reservar a esta criatur a (aq uí el nombre) por vuestro Nombre Santo, por los méritos de la Santísima Virgen, vuestra Madre, por las oraciones de todos los Santos; que la libréis de todo ataque y maleficio de parte de los demonios y de los espíritus malignos. Vos que vivís con Dios Padre, en la unidad del Espíritu San to. _|- Amén. -[■ -[■ Amén. -|- Amén. He aquí ¡a cruz de Nuestro Señor Jesucristo, de la que depende nuestra salvación, nuestra vida, nuestra resurrección espiritual, la confusión de todos los demonios y espíritus ma lignos. Huid, pues; desapareced de aquí, demonios, enemigos jurado s de los hombres. Pues yo os conju ro a vosotros, bestias infernales, espíritus malignos, quienesquiera que seáis llamados, invitados, conjurados o enviados voluntariamente o por fuer
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za, por amenaza o por artificio de hombres o mujeres malva dos para habitar o permanecer; yo os conjuro, pues, a que, por tenaces que seáis, abandonéis a esta criatura, -|- por el Gran Dios viviente, -|- por el Dios verdadero, -j- por el Dios santo, -|- por Dios P adre, *|- por Dig s Hij o, -|. -|. por Dios Espíritu San to; principalmente por El que que fué inmolado en Isaac , que fué vendido en José, •[- que siendo hombre fué crucificado, -|que fué inmolado como un cordero, -|- por la sangre de quien San Miguel combatiendo contra vosotros os ha vencido, .os ha hecho huir; yo os prohíbo de parte suya, por su autoridad, bajo cualquier pretexto que sea, que hagáis daño alguno a esta criatura {dígase el nombre), ni en su cuerpo ni fuera de ella por visión, ni espanto, ni horror, de día o de noche, en el sueño y en la vigilia, tanto si come como si reza, tanto si piensa como si trabaja. Si os rebeláis contra mi voluntad lanzaré sobre vosotros todas las maldiciones y excomuniones, y os condeno, de parte de la muy Santa Trinidad, a ir al estanque de. fuego y azufre adonde os llevará el bienaventurado San Miguel. Si se os invocó por medio de un imperioso man dato, bien rindiéndoos culto de incienso y adoraciones, bien que se os haya echado algún conjuro por palabras o por ma gia en las hierbas, en las piedras o en el aire; tanto si eso se bizo natural o misteriosamente, como si esas cosas son tempora les o espirituales; ya se hayan servido de objetos sagrados, ya de nombres; ya se emplearan caracteres secretos o se haya exa minado eMiempo en sus divisiones, o se hubiese hecho algún pacto con vosotros por medio de un juramento solemne. Rompo, destruyo y anulo todas estas cosas -j- por el poder de Dios Padre, -|- por la sabiduría del Hijo Redentor de todos los hombres, -j- por la bondad del Espíritu -|-|- Santo ; en una palabra, -|- por El que cumplió la ley por completo, -[- que era -|- y aera siempre -|- Omnipotente. Agios, •]- ísehy ros, -[- Athanato s, So ter , -|- Tetra grámmaton, Jehová , Alfa y Omega; en una palabra, que todo el poder infernal sea ahuyentado y destruido haciendo so bre esta criatur a (díga se el nombre) la señal de la Cruz en la 52
que Jesucristo murió, y por la intercesión de la bienaventurada Virgen María, de los ángeles, arcángeles, patriarcas, profetas, apóstoles, mártires, vírgenes y confesores, y de todos los santos que disfrutan de la presencia de Dios como también de las santas almas que viven en la Iglesia de Dios. Rendid vuestro homenaje al Dios Todopoderoso y que lleguen hasta su trono como el humo de este pez de los abismos, que fué que mado por orden del arcángel Rafael; desapareced delante de la casta Sara. Que todas estas bendiciones 09 echen y no os permitan acercaros a esta criatu ra (dígase el nombre que tie ne el honor de llevar en la frente el signo de la santa -|- cruz); porque el mandato que formulo no es mío, sino de Aquel que fué enviado del seno del Padre Eterno a fin de aniquilar y destruir vuestros maleficios, lo que hizo sufriendo la muerte en el árbol de la cruz. Por el poder que tenemos de Jesucristo, y en su nombre desapareced ante la Cruz _|-. He aquí la crU2 del Señor -|-; huid, poderosos enemigos, -|- el león de la tribu de Judá, vencid o; Raza de David, aleluya ; así sea, fíat, fíat, fíat. -| Jesús de Nazareth, Rey de los Jud íos; preservadnos de todo mal. Agí sea. -|- Jesucristo vence. -j- Jesucristo reina. -j- Jesucristo manda. Dios mío, purificad mi corazón y borrad todos mis pecados; Jesús, María y José, socorredme y libradme en nom bre del Padre, -|- del Hijo *¡- y del Espíritu Santo -|- Así sea. Bendición de Son. Francisco de Asís
Esta bendición fué revelada a Moisés en el desierto; fué la última bendición de Jesucristo a sus discípulos antes de subir al cielo; fué renovada por Jesucristo a San Francisco de Asís en el monte Alveme; a su vez vez el Santo la dió al hermano León para librarle de una tentación; pero la espar 53
ció plenamente en el capítulo de Artes, cuando apareció con los brazos en cruzj bendiciendo a los hermanos, y especialmente a San Antonio que Ies predicaba la cruz. Es de gran eficacia en ocasiones dolorosas cuando se la pronuncia co n fer vor: -|- Santísima Cruz -| -|- Agios, -]■ -]■ Ischiro s, - J - Athanatos, -|- Jehovam, *|- Alfa y Omega. -|- Tetragrámmaton: que el Señor os bendiga y os guarde, que os muestre su faz y tenga compasión de vosotros; que vuelva hada vosotros la cara y os dé la paz. paz. N. ( nombre, edad, ‘dom dom icili o), que el Señor os bendiga y os conceda (aquí precisad vuestra petición). .|- Así sea.
ORACION De San Front, uno de los 72 discípulos de Jesucristo Señor, que disteis a vuestros servidores todo poder contra la potencia del infierno, concededme lo que os pido y glorifi cad vuestro Santo Nombre cuando a N. (díga se el nombre), vuestro servidor, libertándole de la legión de demonios que le dominan -I- por Nuestro Señor Jesucristo. -I- Amén. -I- Amén. -|- Amén. ORACION Para ahuyentar de una habitación todo mal espíritu o para impedir todo ruido sospechoso Yo te arrojo, espíritu maligno, y te ordeno, -j- por el Dios verdadero, -|- por el Dios vivo, -|- por el Dios santo, que sal gas y te alejes de este sitio para no volver jamás, y te lo orde no en nombre del que te venció y que triunfó de ti en <3 Calvario y anuló tu poder para siempre.
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Te ordeno que no asustes nunca más a los que habitan en esta morada, en nombre del Dios Padre, -]- Hijo -|- y Espí ritu Santo, que vive y reina en todos los siglos de los siglos. Así sea. Nosotros os suplicamos, Señor, visitéis esta morada y arrojéis a lo lejos toda insidia del enemigo; que vuestros santos ángeles habiten en ella protegiéndonos y conserván donos la paz; y que vuestra bendición sea siempre con nos otros. Así sea. -|- Así sea. -j- Asi sea. -|ORACION
De Seat Benito y aplicaciones de las medallas Crux Sancti patris Benedicti, Crux Sacra Bit Mihi Luí Non Draco sit Mihi Dux vade retro Satana Numquam suade Mihi; vana; sunt mala quse Libas ipse venena bibas per -j- Cristum Dominum Nostrum. Amén. -¡- Amén, -j- Amén, -jCANTICO DE MOISES Contra todas las maquinaciones ocultas y las vengamos secretas Juzgadme, Señor , pues siempre dirigí mis pasos por el camino de la inocenc ia; ya que puse puse mi esperanza en Dios, no seré debilitado; probadme, Señor, y sondeadme; quemad mis riñones y mi corazón pues vuestra misericordia brilla ante mis ojos y me complazco en vuestra verdad; no me senté en la asamblea de vanidad y no iré con los portadores de inquietudes; aborrezco la iglesia de los malvados y no quiero sentarme entre los impíos; lavo mis manos en compañía de los puros y permanezco junto a vuestro altar, Señor, a fin de oír la voz de vuestras albanzas y para contar yo mismo vuestras maravillas. Señor, amo la bondad de vuestra casa
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y el lugar donde habita vuestra gloria. No perdáis mi alma con loa impíos, Dios mió, ni mi vida con los hombres de sangre; tienen las manos cargadas de iniquidades y su diestra está lle na de presentes; yo deseo progresar en mi inocencia; rescatad me y tened piedad de mi. Mi pie no se aparta del camino de vuestros templos. Señor: Yo os bendeciré, -|- Así sea. ORACION Contra tos tos enemigos invisibles Ellas, -|. Elohim, -|- Eleo, -|- León, -j. Ja, -L Agía, -I- Saday, Adonay, -|- Agios, .[- Otheos -[- Ichyro s, -j- Athanatos, iueason. • , j 6”01" 6”01"’ ^ratl Hios, Santo poderoso, inmortal, soco rredme a mi (d ígase el nomb re), ann cuando indigno, libradme de todo todo peligro de la muerte del alma y de la del cuerpo y de las ase chanzas de mis enemigos visibles e invisibles. -I- Jehová - J - Sabaoth Emmanuel, -|- Sole r, -j- Tetragrámmatón, -| -|- Omuzios, Omuzios, the ye , Alía y Omega, Omega, vía, veritas et et vita, que vuestros santos nombres me sean provechosos a mí (dígase el nombre) que soy el servidor (o la servidora) de Dios. Habéis dic ho: Este es mi -cuerpo; decid también; que me ame^y vuestro amor hará un milagro no menos grande: la conversión y la salvación de un alma, el encadenamiento de las fuerzas maléficas desencadenadas contra mí en nombre del Padre, del Hijo -J- y del Espíritu -|-|- Santo. Así sea. -IAsi sea. Asi sea. -|ORACION Contra las asechanzas de los espíritus malignos En nombre del Padre, -|. del Hijo - J - y del Espíritu -ISanto. A sí sea. Hel, -|- Elohim, -J- Sother, -|- Emmanuel, -|56
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Sabaoth, -|- Agía, -[- Tetragrámmaton, -j- Agios, -|- Otheos, -|- Tschyros, -j - Athanatos, -| -|- Jeho vá, -|- Ja , Adonay, -j- Saday, -]- Omuzios, -1- Mesías, -]- Esercheye, -|- increado es el Es píritu, -|- Jesús, -|- Cristo vencedor, -|- Jesucristo vence, -| Jesuc risto reina, -|- Jesuc risto manda, manda, -]■ Si por sus sugestiones o por Vibra alguna del demonio os ha ligado o tentado de re57
laciones a vos (dígase el nombre del hechizado), que por su misericordia os líbre de todo espíritu inmundo, Jesucristo, hijo de Dios vivo, que descendió del cielo y se hizo carne en el seno de María Virgen para salvar al,.género humano y rechazar lep de Vos al demonio demonio y todo espíritu maliguo maliguo hasta lo más pro fundo de los abismos inferiores -j-. He aquí la cruz. -|- El es el vencedor de la tribu de Judá y descendiente de la raza de David. -|- Aleluya, -[- Aleluya. Aleluya. TERCERA PARTE
R e s u m e n Después de todo lo expuesto podemos decir, en resumen, que la defensa contra el embrujamiento comprende tres frasea: la . Poner el mental mental en en estado estado de limpieza. 2a. Aumento Aumento de de las fuerzas espiritua les: oración, perdón, caridad. 3a. Empleo de de objetos físico s como medios de defensa astral: carbón, signos y palabras mágicas, puntas, vegetales, fotografías. Tales son, en resumen, tos procedimientos de defensa rela tivos al ser humano. Paca librarse de todas las malas del hechicero, sin recu rrir a fórmulas mágicas, recomendamos la lectura de una obra de un alto valor espiritual: El Poder de la Fe, Fe, de Ricardo Plank, En este libro hallaréis los medios más eficaces para combatir todas las formas de embrujamiento y curar todas las enfermedades mediante la Oración.
BRUJERIA, MAGNETISMO Y SUGESTION
Es necesario conocer minuciosamente los fenómenos de la hipnosis, por tratarse de medios que usan con frecuencia los brujos del campo y todos los que adquieren mayor o me nor reputacióp de magos. La Magia no consiste solamente en los procedimientos de] magnetismo, como tampoco se limita a los de carácter evocatorio, ni a la recogida >de ciertas hierbas; la Ciencia Oculta compónese de la síntesis de todas estas apli caciones. El conocimiento del magnetismo, de esa fuerza miste riosa llamada por los ocultistas “luz astral”, resulta un po deroso auxilio del mago. Estudiando el a utohipnotismo y desarrollando la meditación y el éxtasis, es como se llega a tener conciencia de lo que es dicha energía, cuyo empleo nunca fué del todo ignorado. Esta es la base del embruja miento. Los Anuales des Sciences psychiques psychiques (septiembre-octu bre) relatan una serie de experimentos que hizo hizo en 188 8 el doctor A. Gibotteau y que guardan estrecha relación con los efectos mágicos. Berta, el sujeto de experimentación, perte nece a una familia de campesinos en la que, según la fama, 59
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había algunos brujos. Entre otras cosas, sabía hacer perder el camino camino a una persona, haciendo que tomara su derecha en vez de su izquierda. Decía que siendo pequeñuela iba al bosque con su madre a coger fresas, y cuando, aburrida la muchacha, quería volverse, empleaba con La madre la ju garreta de hacer que perdiera el camino. Entre los brujos del campo esta facultad es muy común. En Cuba, los he chiceros se jactan de poder hacer ío mismo. En este terre no hay que emprender curiosas investigaciones no verifica das, y a propósito de semejante fenómeno puedo afirmar, por experiencia propia, que su certeza está probada. En otra ocasión, Berta me dijo lo que había que hacer pa ra que cay era una per son a. El procedimiento resulta no tablemente lógico. Ante todo hay que conocer, hablar e im presionar al individuo, basta donde sea posible, e inspirar le temor. Cuando se le encuentra en la calle, se le sigue imitando perfecta mente su paso y se le ca rgo (éste es el término de que Berta se valía para significar el hecho de apoderarse mentalmente dei pensamiento de alguien). Enton ces es necesario imaginarse que a pocos pasos más adelante hay una cuerda tendida de un lado a otro del camino. Síguense los movimientos de la persona, y en el instante en que se le ve llegar al obstáculo imaginario, el que va detrás da el traspié; el individuo que va delante se tambalea, pierde por fin el equilibrio y cae al suelo. aquí el modo de obligar a un enemigo a que se ahorque: Síganse sus pasos: muéstresele todos los días un árbol que esté en apartado lugar; hágasele pensar que es muy desgraciado, que sus asuntos están perdidos para siempre; muéstresele todos los días el mismo sitio, etc. Todo esto, ve rificado con una fuerza de voluntad inquebrantable, da el resul tado apetecido. Permítasenos cifrar un caso extraordinario de embruja miento que se esclareció ante los tribunales de justicia, y cu ya narración ha sido hecha por Montet en el periódico “La Patrié”, el 26 de marzo de 1883. Copiamos textualmente: 60
“Vamos hoy a someter a los lectores de esta publicación, una serie de hechos tan singulares, tan increíbles, tan faltos de admisión para las personas que, como todos nosotros, quien más, quien menos, estamos penetrados de las ense ñanzas de la escéptica filosofía del siglo XVII, que es necesaria toda la evidencia producida por un contradictorio debate judi cial — donde donde pasan de veinte los testigos que depusieron depusieron con unanimidad de apreciaciones respecto de los hechos porque fueron preguntados— para que nos atrevamos a afrontar el cometido de narrador de sucesos ocurridos en pleno siglo XIX, que trasladan la imaginación a las épocas de cuatrocientos años atrás. Probarán que la ciencia y filosofía modernas que han negado de un modo absoluto los hechos de la magia y de la brujería, han negado sin razón, y, en cambio, se prueba que los espíritus sencillos, las buenas gentes que creen en lo que vieron, aunque se haya declarado absurdo, los que testimonia ron son los únicos que vieron bien y que están en lo positivo.” Véase el relato de los hechos ocurridos en el año 1850. En Nonnandía, en el pueblo de Cideville, tal cual resultan de un voluminoso proceso existente en la escribanía del Juz gado de Yerbille: “En los primeros días del mes de marzo de 1840, M. Tinel, cura párroco de Cideville, al visitar a uno de sus feligreses, que estaba estaba enfermo, enfermo, halló a un un individuo individuo llamado llamado G. . quien quien desde larga fecha gozaba en el pueblo reputación de curandero y de de brujo. E l sacerdote diú diú a G . . . . una fuerte reprimenda e hizo que se le despidiera de la casa. Por su parte, la justicia echó mano al curandero, a quien buho de condenar a uno o dos años de prisión. G . . . , juró vengarse del del cura, cura, a quien con razón razón o sin sin ella, atribuía su encuentro con los jueces, y eligió, para que ejecutase su venganza, al pastor Thorel, discípulo y amigo suyo. En el presbiterio de Cideville vivían como internos dos chicos, el uno de doce años, llamado Gustavo Lemoniers, y el otro, Clemente Anime!, de catorce. La educación de estos 61
niños significaba para el sacerdote una agradable ocupación, al propio tiempo que un ingreso no despreciable en concepto pecuniario. Según opinión general de los deponentes, fué uno de los dos chicos la víctima escogida por el brujo. Un día de mercado, Gustavo se encontró con el pastor, y a las pocas horas comenzaron los fenómenos. En el mo mento de regresar el niño a su casa, algo así como una trom ba cayó sobre el presbítero, y al cerrar la borrasca comien zan a oírse sin cesar por todo el edificio formidables marti llazos que parecen lo bastante poderosos para derribar los muros. Los golpes adquieren tal intensidad, que llegan a ser perceptibles a la distancia de los kilómetros, y una gran par te de los moradores de Cideville, ciento cincuenta personas, según se dice, van al presbiterio, lo rodean por espacio de largas horas y exploran en todos los sentidos, sin poder descubrir la causa de aquel estrépito. Mientras que los misteriosos ruidos prosiguen su ince sante escándalo, reproduciendo cadenciosamente el ritmo de todos los aires que se les pide, los cristales de la ventana se rompen en todos los sentidos, los objetos se mueven, las mesas se vuelcan, las sillas corren; los cuchillos, los cepillos, los breviarios vuelan por un balcón y penetran de nuevo por el opuesto; las palas y tenazas de la cocina se levantan y avanzan hacia el centro del cuarto; los martillos salen dispa rados por el aire; enormes pupitres entrebo can y se rompen; por cierto que uno cargado de libros llegó horizontslmente con violencia hasta uno de los testigos, y frente a él, sin que nadie le tocara, burlando todas las leyes de la gravitación, cayó perpendicularment er a sus pies. Qtro testigo, propietario, a catorce leguas de distancia fué de improviso a Cideville y se instaló en la habitación de los muchachos. Interroga al misterioso ruido y hace que, obe diente, se produzca en todos los ángulos del departamento; acuerda con él las condiciones de un diálogo: un golpe, por ejemplo, querrá decir si, y dos golpes, no ; luego, por el número de golpes se designarán las letras del alfabeto, etc. Convenido 62
de este modo, eí testigo hace que el ruido marque lai letras com ponentes de bu nombre y apellido, el nombre de los chicos, su edad, por años, meses y días, el nombre del lugar, etc., y todo se cumple con exactitud maravillosa. Un sacerdote, sacerdote, el vicario vicario de Sain-Roch, nombrado L .. que casualmente se hallaba en Ivetot, se traslada a Cideville e interroga a los misteriosos golpes. Díjosele su edad y ape llidos de eu madre y de su padre, pero habíalos olvidado o quizá nunca lo supo. No obstante, toma nota de lo que se le indica, y al regresar a París va ala alcaidía y consulta consulta los registros del estado civil y halla en las revelaciones una exacta conformidad con las que le hicieron en Cideville. Respecto del estado del niño, objeto de la obsesión, di remos que ofrece síntomas extremadamente notables; hay una invasión completa del sistema nervioso; un peso insó lito oprime sus hombros y sofoca su pecho. Además, ve siem pre tras de si la sombra de un hombre de blusa, que no co noce, hasta el momento en que se le puso delante de Thorel, en cuyo acto se desvaneció y dijo. — ¡Ese es d hombre! hombre! Cierto día, acometió a dicho joven una alucinación. Ve una mano negra que desciende por una chimenea, y exclama que le ha dado un bofetón, y lo cierto es que se Je hinchó la mej illa. Una noche, el cura de Cideville y algunos compañeros de profesión conferenciaron para buscar el modo más oportuno de desposesionar al chiquillo. Uno de los sacerdotes recordó haber leído en un viejo libraco de magia el temor que los es píritus tienen a las puntas de hierro. Aun a riesgo de caer en prácticas supersticiosas, los eclesiásticos se armaron de pineros y se pusieron a dar estocadas en el vacío dondequiera que los ruidos parecían manifestarse. Al cabo de cierto tiem po, un golpe de punta más diestro parece dar en un sitio do donde sale una llama seguida de tan espesas humaredas, que, para no asfixiarse, hubo que abrir todos los balcones. Se vuel ve al ataque, y un gemido profundo se escucha, seguido de gritos 63
inarticulados, entre los cuales se percibe claramente la palabra: — ¡Perdón! — ¡Perdón! —responden —responden tos curas—. curas—. Te perdonamos, perdonamos, sí, y pedimos a Dios que te perdone, a condición de que tú, en persona, vengas a pedirlo a este nino. — ¿Nos perdonáis perdonáis a todos? — ¿Pero qué? ¿Sois varios, por por ]o visto? ■—So mos cinco , inc luyendo al pastor. — A todos os perdonamos. perdonamos. En (¡onc (¡oncea ea se restableció la calma en el presbite rio. A la tarde del día siguiente, alguien llama a la puerta de la religiosa vivienda. Abren, y aparece Tborel. Su actitud es humilde, su modo de expresarse cortado, y procura ocultar con el sombrero las sangrientas huellas de las heridas que le cubren el rostro. El niño se fija en el recién venido, y dice: —Es el hombre que me persigue hace quince días. — ¿Qué buscáis buscáis aquí, aquí, Thorel? —le pregunta el el párroco. —V en go ... vengo de parte de de mi maestro maestro a buscar buscar el organillo que usted tiéne. — No, Thorel, no ; usted no ha recibido tal encargo ; no es eso a lo que usted ha venido. Pero ahora que me fijo, ¿qué heridas son éstas y quién se las ha hecho a usted? —No me lo pregunte usted, señor cura; no puedo decírselo. — Dígame lo que usted usted pretende. pretende. Séatne franco y confie se que viene a pedir perdón a este niño. Hágalo usted asi; pongase de rodillas. — Pues bien, sí; pido perdón perdón — dijo Thorel— cayendo cayendo de hinoj os; , y en esta postura postura se arrastra y procura coger al niño por la blusa. Consiguióle, y todos los presentes comprueban que en el acto, fas torturas del chico y los ruidos misteriosos recorr.ienzan con intensidad en el presbiterio de Ci de vi lie. El señor cura obliga a Thorel a ir a la alcaidía. Allí se reúnen, y entonces, ante los testigos, y sin que nadie se lo indique, Thorel se arrodilla y por tres veces vuelve a pedir perdón. 64
Thorel continúa suplicando, pero a la vez procura, lo propio que en la escena del presbiterio, arrastrándose sobre las rodillas, tocar al sacerdote del modo que había tocado al niño. Vana resulta la advertencia. Thorel continúa aproximándose, Hasta que el cura, viéndose acorralado, se ve en la precisión de darle tres bastonazos en la espalda. Estos tres golpes precisamente son los que originaron el proceso en que intervino el juez de paz de Yerbilíe, y todos los hechos que venimos indicando, han sido comprobados hasta en sus menores detalles por numerosos testigos que jamás rectificaron sus declaraciones. El juez de paz de Yerbilíe, después de oír las declaracione sy a las partes en sus respectivas circunstancias de derecho, el 5 de febrero de 1851 dictó sentencia, por la cual se desestima la demanda de Thorel reclamando la indemnización de 1.200 francos por los golpes recibidos, y se le condena en costas.” Tal fué el fin jurídico de este asunto. En cuanto al hecho esencial, observamos que estos fenómenos y otros seme jantes producidos sin interrupción desde desde el 26 26 de noviembre de 1850 hasta el 15 de febrero de 1851, no cesaron hasta que, por orden del arzobispo de Rouen, los dos niños fueron alejados (jel presbiterio de Cideville y confiados a otTo cura, que continuó su educación en el propio Rouen. “Cuando el aire está comprimido por una aglomeración eléctrica y se extrae la electricidad por medio de una punta metálica, prodúcese una chispa muy viva seguida de aparente y compacta humareda. Basta para ello que la punta haya cortado un nudo de luz astral coagulada por una larva.” (Historie de l(t Mag ie ie — Eliphas Lévi). Este es el fenómeno que se produjo en el precedente relato. El instrumento de los embrujamientos ea el agente mágico, o sea, hablando en términos más circunscritos, la potencia magnética dirigida por una voluntad malsana. Lo que los brujos buscaban, sobre todo en sus evocaciones al espíritu impuro, era esa misma potencia, que constitu65
ye el patrimonio del verdadero adepto y que pretendían arrebatar para satisfacer infames impulsos. La locura de los brujos, siendo como es una perversa locura, uno de sus objetos, el principal, se encamina a la práctica de embrujamientos y de deletéreas influencias. El embrujamiento y la ciencia, ■—■ Tales relatos atraen las miradas del investigador hacia las antiguas maneras de proceder del embrujamiento, procedimientos que se han te nido po^ fabulosos y desaparecidos para siempre del campo de las ciencias. Pero las experiencias obstinadamente proseguidas desde 1891 por el Coronel A. de Rochas, respecto a la “exteriorización déla sensibilidad” en los estados profundos de la hipnosis, nueva mente han venido a comprobar la posibilidad de esos extraños fenómenos que pertenecen al dominio de la Magia. Para proceder con orden, daremos a conocer la primera experiencia característica, publicada por el propio autor del descubrimiento, señor A. de Rochas: “La mayoría de los sujetos, cuando se hiperestesian sus ojos mediante determinadas maniobras, ven como se esca pan del cuerpo de los animales, de las plantas, de las crista lizaciones y de los imanes, ciertos resplandores que pudieran tener relación directa con estas irradiaciones. Esto es lo que ha sido comprobado por primera vez hace cincuenta años, en las numerosas experiencias de un sabio químico de Austria, el barón de Rcichembach. “Serie de capas sensibles muy estrechas, concéntricas y separadas por zonas de insensibilidad, hasta el límite de va rios metros de distancias del exteriorizado. Esas capas dis tan unas de otras cinco o seis centímetros, y la primera sólo dista de la piel uno o dos centímetros, quedando ésta insen sible. “Conforme con la teoría de las ondas, que hoy sirve para explicar las propiedades y la manera de propagarse de la luz, del sonido y hasta de la electricidad, puede admitirse que
estas capas sensibles y estas zonas insensibles son debidas a las interferencias de las ondas que determinan grados máximos y mínimos. ”En el hombre, dichos efluvios se escapan por los ojos, las narices, los oídos y la extremidad de los dedos, mientras que el resto del organismo se muestra recubierto nada más que de una capa semejante a un aterciopelado luminoso. Cuan do se exterioriza la sensibilidad del sujeto, el vidente distingue cómo esa capa luminosa se aleja de la piel y se sitúa en el aire, precisamente en los puntos en donde se puede comprobar directamente la existencia de la sensibilidad del exteriorizado por medio de las palpitaciones o de las punzadas. “Continuando los procedimientos que determinan la ex teriorización, he visto, con la ayuda de diversos medios, que se forma sucesivamente una serie de interfe rencia s, por lo cual precisaba inquirir si las ondas de velocidades o de di recciones diferentes, necesarias para ocasionar tales interfe rencias, eran debidas a dos grandes movimientos rítmicos del cuerpo humano; los latidos del corazón y la respiración. “De tal modo fui a ensayar si esas ondas, a las cuales daré, siguiendo a Reichembach, el nombre de od, gozan de la propiedad de reflejarse y de refractarse, como sucede con todas las qne se estudian en la Física. “Valiéndome de un prisma de yeso de treinta centíme tros de lado, verifiqué numerosas experiencias variando su disposición; pero he visto que el fenómeno principal se com plicaba con la presencia de otros accesorios, y todo lo que creo poder decir en conclusión de mis observaciones, es que el prisma de yeso deja pasar las ondas desviándolas conforme a una ley que aun no pude descubrir. “Lo que sí considero claramente establecido, es que los líquidos en general, no solamente detienen el od , sino que, además, le disuelven, es decir, que haciendo pasar, por ejem plo, por un vaso lleno de agua, una de las capas sensibles más próximas al cuerpo, producen una sombra ódica, ódica, y las capas siguientes desaparecen detrás del vaso hasta llegar a determi-
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nada distancia. Además el agua se hace enteramente sensible y también emite, al cabo de cierto tiempo (es probable que suceda cuando está saturada), vapores sensibles que se elevan verti calmente sobre la superficie del liquido. Por último, si se aleja el vaso, continúa sensibilizada el agua que contiene hasta, que llegue a un límite de alejamiento, pasado el cual parece romperse el enlace que la une con el cuerpo del exteriorizado, después de irse debilitando gradualmente. "Hasta este momento, e! sujeto siente en su carne y en la región más próxima a] sitio donde está el agua cargada de sensibilidad, todos los tocamientos que el magnetizador hiciere en el líquido, y aunque la parte del ambiente adonde se haya llevado el vaso no contenga, por fuera del cristal, nin guna parte o espacio sensible. "La analogía que ofrece este fenómeno con las narra ciones referentes a personas que hicieron morir a distancia, hiriendo una figura de cera, hecha a imagen de la víctima, es evidente. Yo quise ver si la cera tendría, como el agua, la propiedad de retener la sensibilidad, y vi que ciertamente la tenía, y en alto grado, lo propio que otras materias grasas, viscosas o aterciopeladas, tales como el cold-cream, cold-cream, la gelatina y el terciopelo de lana. "Una estatuilla hecha con cera de modelar, y sensibi lizada, teniéndola algunos momentos frente a un sujeto y a poca distancia de él, producía en éste las sensaciones de las pi caduras que yo hacía en la cera; hacia lo alto del cuerpo, si yo picaba a la figura en la cabeza, y en la parte interior, si yo le pinchaba en loa pies; es decir, que la persona sentía, más o menos vagamente, las picaduras en las regiones de su cuerpo a que babia enviado más directamente sus efluvios. Pero llegué a localizar exactamente la sensación poniendo, como hacían los antiguos maleficiadores, en la cabeza de mi figurilla un mechón de pelo cortado en la parte de la nuca del exteriorizado, mientras dormía hipnóticamente. "Este es el experimento que ha presenciado nuestro cola borador del Costnos, Costnos, siendo en él hasta actor. Dicho tes 68
tigo llevó por su propia mano la figurilla preparada para ponerla detrás de uno de los cajones de una mesa-escrito rio, de manera que no pudimos verla ni el sujeto ni yo. Des perté perté a la señora señora S . .. , quien, quien, sin apartarse apartarse de de su sitio, sitio, se puso a conversar con él, hasta que, de pronto, y volviéndose bruscamente, llevó la mano a la parte posterior de la cabe za, y preguntó, riendo: “ ¿quién se entretenía tirándom e del del pelo?” En este este instant instante, e, X . .. , sin que yo le viera, viera, había tirado del pelo a la figurita.” A pesar de nuestro deseo de no acudir al sistema de las citas, dada la índole de este tratado elemental, iiob hemos visto precisados a describir con bastante extensión algunas de las experiencias practicadas. Aquellas transcripciones eran indispensables para mos trar al lector la realidad que distingue a los citados hechos mágicos, que se tienen siempre por directo producto de im postura, y a los efectos del d e j a m i e n t o o y de la acción mag nética de un hombre sobre todo otro. Podemos, por lo tanto, seguir nuestra labor y abordar el estudio de los detalles de la acción de la voluntad huma na sobre las fuerzas inteligentes de la Naturaleza. SenciHamenle recordamos al estudiante que, cuando haya de emplear la fuerza magnética, la primera regla a que debe atenerse consiste en actuar siempre para conseguir un bien, y que jamás le será lícito que dañe h persona alguna, antes bien ha de consagrar sus cnergias a la defensa de los débiles y de los ignorantes. Este es el único camino recto, y todos los demás sólo pueden conducir a la locura, a la desesperación y a la muerte. Para los que sepan entender, lo dicho basta. Agu í termino la obra del Dr, Papus
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APENDICE A Cómo se practica el Embrujamiento
Cuando oigas hablar de brujos y de sus artes maléficas, te aconsejo, caro lector, que no prestes ningún crédito desde el primer momento; pero, en confianza, te advertiré que, si la mayoría de los llamados hechiceros no son mas que unos char latanes, tampoco hay que reírse de la posibilidad del “embru jamiento” , y tanto es así, que sinceramente te deseo deseo que no te veas jamás amenazado por la acción de un maleficiador auten tico. No todos los hechizos tiene por objeto causar un da ño; algunos se encaminan a alcanzar mágicas curaciones de rebeldes dolencias, y otros a obtener, para determinada persona, el amor de otra. Sin embargo, la idea predominante del brujo es la de causar daño a una persona o en su hacienda, y para ello se vale de diferentes medios que sería prolijo describir. Siendo así, creo bastará que te hable del más comúnmente em pleado y tenido por el más eficaz de todos. Me refiero al embrujamiento realizado por medio de la figurilla de cera. Palabras de Paracelso. Paracelso. — He aquí cómo se expresa so bre el particular el divino Paracelso: “Ya sabéis que, según la voluntad de un espíritu en lu71
cha con otro espíritu, si se cubre de tierra y piedras una figura de cera (debidamente preparada), hecha a imagen de cualquier hombre, éste comienza a estar inquieto y atormentado en el lugar donde fueron amontonadas las piedras, y no descansa hasta tanto que no se desentierre la figura en cuestión. Advertid que si se le rompe una pierna a la figura, el hombre siente los dolorosos efectos de la fractura, e igual sucede con las picaduras y otras heridas que se hagan en cualquier parte de la imagen. “Asimismo, si se dibuja sobre pergamino virgen una figura que esté astrológicamente trazada a semejanza de determinada persona, tened por seguro que todos los golpes y heridas que se hagan en la figura pintada serán recibidas por la indicada persona.” Un campesino de Bretaña, llamado Juan el Rojo, que pereció en la hoguera en 1314, declaró a sus jueces que, efectivamente, se valía de figuras de cera para hacer morir a la persona que le designasen, de la siguiente manera: Procurábase cera virgen, a la que incorporaba partículas de hostia consagrada y algunas gotas de los santos óleos, que robaba de una iglesia; en una noche de martes o sábado que no hubiese luna y en lugar lejano del poblado, esperaba a que dieran las doce para invocar las potencias infernales, en tanto que modelaba la figura, pensando intensamente en la persona designada; le añadía pelos, roeduras de uñas, etc., provenientes de la misma, y le vestía con pedazos de telas sin lavar ni limpiar, de la misma procedencia. Preparado de tal manera el maleficio, lo guardaba hasta el próximo martes o sábado, en cuya noche lp llevaba a lugar sagrado, cogía en él agua bendita y con ella le bautizaba, poniéndole el nombre de la víctima, y así todo dispuesto, entregaba la figura a la persona que se la hubiese encargado, para que ella la fundiese a fuego lento cuando quisiera, invocando al. demonio y formulando sus más vehementes deseos de ver muerto entre mil torturas a su enemigo. 72
Desembrujamiento. Desembrujamiento. — El único medio que existe para evitar la muerte de la víctima es el “desembrujamiento”. He aquí cómo se realiza: Si se conoce el lugar donde está guardada o enterrada la figura, se irá por ella, y el propio maleficiado la arrojará al fuego, pronunciando al propio tiempo las palabras siguientes: “Oxo, “Oxo, Rux, Mihi, Lux. Lux. Santo Dios, Santo e Inmortal líbrame de malefici os y de todo mal”. Y al instante el hechizo quedará anulado. Si no se conoce ni el embrujador ni la clase, lugar y momento del maleficio, conviene acudir a las oraciones y a los amuletos o a las prácticas de la Magia Divina: conjuros y exorcismos. Véase el Enchiridion Eeonis Eeonis P aapet aapet y también el Oran Grimorío del Papa Honorio. Honorio . Repito, querido lector, que no prestes crédito alguno a la ciencia maléfica de que algunos hacen gala, si no tienes pruebas evidentes de su poder; pero no olvides que el embrujamiento es posible, que el rencor es su más poderoso acicate, y que en ese terreno las persecuciones del odio de una mujer son más terribles que los más infernales maleficios debidos a la pericia de un mago negro. El poder del pensamiento. pensamiento. — He aquí lo que sobre el "asunto expone el distinguido publicista en Ocultismo, don Quintín López, López, en su “Magia Goéli ca” : “Pensar en una cosa, es efectuar en lo invisible la cosa pensada. El brujo que pensaba dañar a determinada persona, la dañaba de hecho en la forma y con la intensidad que le daba en su pensamiento. De aquí las angustias, las zozobras, las consunciones lentas, las enfermedades inexplicables, las obsesiones, las locuras y los suicidios que se registran entre los hechos de brujería. "Pudiéramos citar a este respecto bastantes casos. Baste éste sólo: Cierto labrador tenía en arriendo un pequeño predio, que ya cultivaron sus abuelos. Ocurriósele al dueño de la finca reservársela para su regalo, y despidió al colono. 73
Este, indignado por lo que consideraba un vil despojo, deseó con todos los deseos de su alma que aquella tierra, basta entonces fecunda, se hic iera esté ril, .y que los pocos productos que rindiese fueran en daño del propietario de ellos. Y así sucedió. La tierra, de año en año, se hizo más improductiva, sin que de nada le sirvieran las labores y los abonos que le echaban; y los productos que rendía, escasos y esmirriados, te nían la propiedad de averiarse pronto y de contaminar a los otros don los cuales estaban en contacto, ”La amenaza y Ja maldición, son por si mismas hechi zos reales, sobre todo cuando la primera hiere a una ima ginación que acepta sin reservas el poder de la brujería, y cuando la segunda se pronuncia en determinado tono y con intensidad manifiesta, "Smirn refiere que, en cierta ocasión, tuvo que prestar sus auxilios médicos a una joven que estaba en trance de muerte por una hemorragia subsiguiente a un parto. Tuvo la fortuna de cortar la hemorragia y de devolverle a la pa ciente el dominio de los sentidos, y cuando ésta volvió en sí, dijo con tono cavernoso y como si le saliera del fondo de su Alma: “¡Que d cáncer te devore!” No supo Smirn el porqué de la maldición ni a quién se dirigía, pero dos meses más tarde tuvo que cuidar a un joven que padecía de un cáncer, y que pese a todos los cuidados de la ciencia, mu rió corroído por tan horrible dolencia. Entonces se enteró de cierta historia de amores fementidos, y de que era a este jé ven a quien la parturienta moribunda maldijo. ”La jeitat ur a en Italia y el mal de ojo en España, son tes timonios suficientes del embrujamiento por la'mirada. “En la época de nuestras discordias civiles, dice Eliphas Lévi, un horo”bre que poseía una tienda tuvo la desgracia de denunciar a ”uno de sus vecinos. Este, después de haber estado detenido al”gún tiempo, fué puesto en libertad; pero tuvo la desdicha "de perder su posición social. Por toda venganza, pasaba dos "veces al día por delante de la tienda de su denunciador, y "mirándole fijamente, le saludaba y pasaba, Al cabo de alguno
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"tiempo el comerciante no podía soportar el suplicio que le "causaba la mirada del denunciado, por lo cual vendió su "establecimiento con pérdida considerable, y cambió de barrio "sin dar noticia de su nuevo domicilio; en una palabra: estaba "arruinado”. "Todas las ceremonias, sean las que fueren, tienen por finalidad exaltar la imaginación y predisponer el ánimo en beneficio de aquello a que 6e consagren. Reparemos, si no, en la ceremonia de la Santa Misa, en la de la jura de la bandera, en la de dar fe en juicio, etc. Consideremos estos mismos actos antes y después de la ceremonia, y compare mos cada uno de ellos con otro similar, pero de solemnidad ceremoniosa diferente —la misa rezada, con la cantada o la pontificial; la jura de la bandera, en un patio de cuartel y ante la sola oficialidad de la compañía, con la prestada en una grande explanada, ante todo el Estado Mayor, con mú sicas y columnas de honor de toda clase de cuerpos; el ju. ramento requerido por un simple juez municipal, con el prestado ante un Tribunal de Audiencia, o en presencia del Supremo, etc.—, y pronto veremos la colosal, la inmensa ventaja que lo más ceremonioso tiene sobre to menos cremonioso. Pues bien: fíjemenos ahora en que el brujo, cuando quería producir un hechizo terrible, por lo general lentamente con suntivo, tomaba un símbolo, lo bautizaba, le hacía engullir una hostia consagrada ante la cnal había pronunciado previa mente las fórmulas de execración que le dictaba su odio, y le lacreaba mientras ensartaba maldición tras maldición contra el objeto de su satánico encono. ¿Qué efectos eran los que necesariamente tenía que producir todo esto? Claro está que la exaltación basta el delirio de su furor sin diques, y la concentración de su pensamiento y su deseo en la obra in fame que estaba realizando; y como ya hemos dicho que pen sar en una cos a es realizar la cosa en lo invisible, invisible, resulta que los efectos subsecuentes eran aquellos que anhelaba. "Más fijo, más incontrastable era todavía el hechizo si a la fórmula que precede, podía adicionarle “la corriente”.
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Esto lo lograba con poseer ciertos objetos de su victima. Entonces le aplicaba los objetos que tenía, mientras salivaba sobre él y íormulaba sus conjuros; y cuando ya satisfecho de haber vertido en él todo su virus ponzoñoso, quería rematar la suerte, acechaba la ocasión de poder enterrar el símbolo en el portal de la casa de la víctima, o en un sitio por ella frecuentado, o cuando menos, allí por donde acababa de pasar. Con esto restablecía blecía ja corriente Véase ahora nuestro comentario: La fe en k posibilidad posibilidad del embrujamiento es antiquísima y universal. En los rituales del Egipto, referentes a creencias sustentadas por aquella remota civilización, se menciona el hecho y no a título de cosa nueva y maravillosa, sino como un fenómeno corriente e indiscutible; lo mismo podemos ver en los textos de la India védica, y en una tablilla procedente de la Biblioteca Real de Ninive; los asiriólogos han descifrado su escritura, que contiene veintiocho fórmulas de oración deprecatoria contra los malos espíritus, las desgracias y las enfermedades, dispuestas a manera de letanía, entre las cuales se lee: “El que fabrica la imagen, el que la encanta, la cara malhechora, los ojos malhechores, la lengua malhechora, los labios malhechores, la palabra malhechora... Espíritu del Cielo, acuérdate. Espíritu de la tierra, acuérdate.” En Grecia hallaríamos abundante copia de datos e indicaciones sobre la brujería. Platón, en su libro Las Leyes, dice: “Existen dos clases de maleficios cuya exacta diferenciación no es fácil de hacer. La una comprende Jos realizados cuerpo a cuerpo, sin emplear otros medios que no sean los naturales; la otra, por virtud de ciertos prestigios, de encantamientos denominados ligaduras, sirve para persuadir a los hombres de que existen seres capaces de poder hacer daño empleando dichos procederes.” Cuando los misioneros visitaron la China, diversas regiones de América, del Africa y de Oceanía, encontraron en todas partes iguales o parecidas creencias, pudiendo decirse que en todo el mundo, lo mismo en los pueblos civilizados
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que en los más groseros y salvajes, la brujería subsiste en el fondo de todas las creencias. En la actualidad actualidad el embruja miento miento se practica, y , lo que es más, se discute, desde el punto de vista de su posibilidad científica, en las naciones más cultas de Europa y América. Respecto de tos hechos en el pasado siglo XI X , hallaremos en su mitad algunos tan notables como el ocurrido en la casa parroquial de Cydnvilte (del cual existe testimonio judicial, que contiene las conformes declaraciones de treinta y tantas personas de distinta clase y condición). No hace muchos oños murió en el Mediodía de Francia un cura con sus puntas y ribetes de mago negro, y murió de enfermedad rarísima y desconocida, declarando, en el supremo instante de su muerte, que fallecía a causa de un embrujamiento, que conocía a los embrujadores y que éstos eran... Comprenderá el lector que en la agonía no se miente, y que, por Jo menos, hay que admitir que nqucl moribundo creía firmemente en la verdad de !o que declaraba. Log investigadores modernos parten de los asombrosos fenómenos de la exteriomación de la sensibilidad para probar lo posible dei embrujamiento. Uno de ellos ha realizado en París experiencias muy notables y rigurosamente comprobadas, y a este propósito dice: “Mis trabajos prueban que este agente, este influjo nervioso especial (el fluido de la sensibilidad), no sale en circunstancias ordinarias del límite trazado por la piel del cuerpo, es decir, del extremo de los filetes nerviosos; pero algunas personas, bajo el influjo de particulares procederes, le proyectan fuera de sí, para formar una especie de atmósfera capaz de transmitir al cerebro las impresiones de contacto realizadas en ella. También he observado que ciertas substancias absorben este agente para lanzarlo al exterior, de parecida manera a lo que ocurre con la luz en los cuerpos fosforescentes, y asimismo he observado que si se
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coloca durante cierto tiempo una de estas substancias próxima al individuo cuya sensibilidad está exteriorizada, de ella se carga rá la substancia dicha, en cantidad proporcional al tiempo y a la intensidad de irradiación del sujeto, de suerte que la substaneia cargada se convertirá en un campo más o menos extendido, capaz de transmitir al cerebro del exteriorizado las impresiones que reciba.” (Rochas).
APENDICE B
EMBRUJAMIENTOS \ CONTUAEMBRUJAMIENTO.1 El embrujamiento por medio de la figurilla de cera es antiquísimo, y puede considerarse como “procedimiento clá sico del hechizo”. Nos hablan de él los poetas y filósofos de la antigüedad; su modas operandi operandi se halla minuciosamente des crito en cuantos tratados goéticos se han publicado desde la invención de la imprenta, y en los manuales de los inqui sidores no se olvida nunca mencionar dicha práctica. Su anti güedad es tal que puede afirmarse que era ya conocida por los egipcios, como lo prueba el Mag icat Pap yru s de que nos habla el famoso egiptólogo Mr. Chabas. En dicho papiro se lee lo siguiente: “El pastor Hai consiguió el libro de las fórmulas mágicas, que pertenecía a su amo real y lo manejaba por el procedimiento llamado “Neter Paul”, para poder encantar y fascinar a los hombres- Hacía imágenes de Menh, para lo cual usaba cera o alguna operación más oculta.” Sin embargo, el arte de embrujar no se reduce a ia fa bricación de muñecos de cera; los medios ocultos de que se valen los brujos para dañar al prójimo son muchos y varia dos, si hemos de dar crédito a los más célebres grimorios de la antigüedad. 78 79
Eli el libro de magia negra titulado Péctum, Péctum, cuya obra hoy día es rarísima y 6e pagan los ejemplares a peso de oro, se lee, entre otros, el siguiente procedimiento brujesco, que copiamos sin quitar punto ni coma: 11Embrujam iento m ágic o: o: Voy a revelarte uno de los procedimientos más terribles de embrujamiento, a pesar de su sencillez en realizarlo. La mayoría de los brujos no co nocen otro, y con él esperan conseguirlo todo: perjudicar la salud de una persona, alcanzar algún favor, hacer que una per sona ame forzosamente a otra, desifcir matrimonios, hacer que la desgracia se cierna en una casa, etc., etc. "Este embrujamiento puede hacerse a cualquier hora y en cualquier día, aunque siempre son preferibles los martes y los sábados, y las horas, de once a doce de la noche. "Tomarás ramas bien secas de las plantas y árboles si guientes: verbena, hierba doncella, salvia, menta, albahaca, romero, heno, avellano y pino. Con estas hierbas y ramas harás un haz, que debes atar con una cuerdecita de esparto. Echalo luego en un fogón de barro cocido y préndele fuego a las hierbas. Es conveniente hacer estos en un lugar venti lado, y, a ser posible a la luz de la luna. "Cuando la leña empiece a chisporrotear o a dar lla mas, echarás en ella una cucharadita de incienso mezclado cotí alumbre, y recitarás la invocación siguiente: “ ¡Oh, Gran Cabrón! Escucha mi petición, petición, Gamilaren Gamilaren uxtos Rohot. Manojo de leña que quemo, contigo abraso el corazón, el cuerpo, la sangre, el entendimiento y el espíritu de Fulano de Tal. (Pronuncia el nombre nombre de de k víctim a). "( A l llegar a esta esta parte de la invocación echarás al fuego otra cucharadita de incienso y alumbre, y luego continuarás): "Túrbam Keróbal: Infinitus est. Que no halle reposo, tranquilidad ni sosiego. Que el malestar le penetre hasta la médula de los huesos. Que no pueda permanecer quieto en ningún sitio. Que no pueda comer sin que la comida le ha ga daño. Que no pueda beber sin que la bebida le trastor ne las tripas. Y, por fin, que no pueda hacer nada de pro
vecho en tanto que no se cumplan los deseos de N. N. (Aqu í dirás el nombre de las persona que desea hacer el mal o con seguir el favor, etc. Y term inarás la invocación con las pa labras siguientes): "¡O h, Gran Cabrón! Cumple Cumple con tu obligación. Turban Keróbal: infinitus est’’. "Echa en el fuego otra cucharadita de incienso y alum bre mezclados. Deja que se consuma del lodo la leña, y sobre sus cenizas, aún calientes, echa un vaso de agua con sal.” En casi todos los libros de brujería suele hallarse al lado del del veneno, veneno, el .antíd .antídoto. oto. ¿Es fácil el embrujamiento? Así parece; y preservarse de él no es tampoco muy difícil. A continuación reproducimos unas páginas de otro libraco mágico dedicadas al contraembrujamiento. Copiamos textualmente: “Cómo se desvanecen las malos influencias. — El hom bre está expuesto a la malquerencia: a ser odiado, envidia do, calumniado, en fin, a ser perjudicado moral y física mente por enemigos desconocidos y por personas con quie nes sostiene tratos, sin sospechar la maldad que en sus pe chos encierran. "Todos esos pensamientos, engendrados por el odio y la envidia, se reflejan en el plano astral y llegan a influen ciar a la persona que los ha inspirado. "S i esta persona tiene una conciencia limpia, limpia, sin tach a; si se consagra a hacer el bien en su derredor, puede decir se que se halla al abrigo de los pensamientos envenenados de sus enemigos. De la conciencia del bueno irradia una es pecie de luz que rechaza todas las fuerzas maléficas que puedan asediarle; en una palabra: su pureza de alma le hace fuerte a los ataques del exterior. El fluido espiritual que le envuelve es su coraza. "Pero como generalmente somos egoístas, en más o menos grados, y es muy raro el que no tiene algo que reprocharse 81
respecto su conducta y su conciencia, de ahí que los pensa mientos del brujo casi siempre hacen mella en nuestra perso nalidad, ya moral, ya físicamente. "Para ¿«chazar esas influencias, así como toda clase de embrujamientos, existen varios medios, tales como las ora ciones. jos exorcismos y los talismanes. *’Oraciones: Récense las indicadas en el septenario del maravilloso libro Enchiridion Leotth Papae , y todos los sá bados a las doce de la noche, la misteriosa oración de San Cipriano. "Exorcismos: hay muchísimos; nosotros expondremos uno solo, muy eficaz para preservarse de toda clase de embruja mientos. "Se toma una vasija y se llena con agua de río o de fuente; échense en el agua tres pulgadas de sal común, di ciendo: Yo te exorcizo, exorcizo, ¡oh, criatura s al!,1 en nombre del Pa -|- dre, en nombre del Hi -|- jo, y en nombre del Espíritu ■j- Santo. Amén. "Luego, con una mata de espliego seco o tierno se ro ciarán cuatro puntos de la casa, correspondientes a los cua tro puntos cardinales. En cada uno de esos puntos se reci tará la siguiente oración: "Bendice -[- Señor, Dios Omnipotente, esta casa para que haya siempre en ella salud, victoria, tranquilidad y prós pera' pera' suerte, -j- Por lo que damos acción de gracias al Dios -|- Padre, al Dios -|- Hijo y al Dios Espíritu -J- Santo. Amén. Y esta bendición permanezca sobre esta casa y sobre los que en ella vivan, ahora y siempre. Amén. Amén. Amén. "En seguida se perfumará la casa con un sahumerio com puesto de las siguientes substancias: Ruda seca, canela, alcan for e incienso. "Talismanes: Son muchos los indicados contra el em brujamiento. En el corso de esta obra ya hemos dado a co nocer los más sencillos y eficaces que se conocen en la Ma gia Divina.” Aunque hemos manifestado reiteradamente que el odio
es la base o, mejor dicho, la fuerza generatriz de todo em brujamiento, es necesario hacer constar que algunas veces el brujo se propone despertar el amor y gozar de sus deli cias. ¿Cómo pretende realizar sus deseos? Leed ía siguien te muestra, que entresacamos de un famoso grimorio la tino: entre once once “Embrujamiento de Amor. Amor. — t!n sábado, entre y doce de la noche, sirviéndote de agua de mar, llenarás una vasija de barro cocido y echarás en ella una torcida de algodón de unos tres palmos, diciendo al propio tiempo: ¡Duxgor! ¡Duxg or! ¡Duxgor! ¡ Amapoylfac! (E sta última última palabra se repite doce veces), "Sacarás luego la torcida y la pondrás a secar a la luz de la luna, durante ocho noches consecutivas, es decir, has ta la noche del sábado próximo, y entre once y doce reanu darás la operación diabólica. Encenderás un fogón de barro cocido y en él arroja rás un perfume perfume satánico íal final en contrarás la fórmula) para sahumar con él la torcida. “Acto seguido tomarás la torcida y harás en ella siete nudos, recitando la siguiente invocación diabólica: “ ¡Oh, Padre Satán! ¡Oh, Madre Scheva! En vuestro vuestro honor he levantado esta pequeña pira para que me escu chéis y me ayudéis. ( Al llegar aquí hará s un nudo en la tor cida) . “Yo os invoco para que que Fulano (o Fulana) de Tal me per tenezca en en cuerpo y alma. alma. (Harás otro nudo ). “Yo 03 üido con todas las fuerzas de mi espíritu que Fulano (o Fulana) de Tal no baga caso de de ninguna mujer fu hombre) más que de mí. ( Otro nud o). “Yo quiero, si ama a otra mujer (u hombre), que la olvide desde este instante. (Otro nud o). "Y o deseo que Fulano de Tal sufra mucho por mí; que no pueda dormir ni sosegar, que mi imagen no se aparte de (Otro nudo). bu pensamiento. “Yo quiero que Fulano de Tal. ,. (Aquí puedes puedes pedir 83
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lo que particularmente desees de la persona que estás era trujando; otro nudo). “ ¡Oh, P , ¡Iré ¡Iré Satán! ¡Oh, Madre Scheva! Yo os ruego ruego que rae concedáis cuanto os he pedido y, en pago de ello, os levantaré, durante sábados seguidos, a la misma hora de hoy, una pequeña pira, como la de esta esta noche”. (Se hac e el último nudo en la torcida). “Se guarda la torcida envuelta con un paño negro y se oculta en un lugar que nadie lo sepa ni nadie la puede hallar. “Arrojando la torcida al fuego se destruye el embruja miento. “Perfume satánico: Mezcla una pequeña cantidad de pol vos de incienso con otra de harina y un huevo. Se añade leche, miel, alcanfor y agua de rosas, y con el todo se hace una pasta y se deja secar. Se echa a trocitos sobre las brasas”. Copiamos de otro libro mágico el siguiente secreto mara villoso : “Pora hacernos amar de una persona ausente y hacerle sentir grandes deseos de venirnos a ver. “Para realizar este trabajo de transmitir mágicamente nuestros deseos a largas distancias, es preciso poseer un ob jeto cualquiera que baya pertenecido por algún tiempo a la persona ausente que se trata de cautivar. Este objeto puede ser una prenda de vestir o sólo un fragmento de ella ; puede ser igualmente una petaca, una cartera, un monedero, un aba nico, un pañuelo de bolsillo, etc., etc. “Cuando se esté en posesión de dicho objeto, se hará lo que sigue: Una noche, entre once o doce, en un cuarto cerrado y sin testigos, cogerás un pedazo de pergamino virgen y tra zarás en él, con un cacho de carbón consagrado, un doble círcu lo cabalístico, de uno a dos palmos de diámetro, según con venga. “Entre las dos circunferencias escribirás, eon sangre de murciélago o de lagarto, el nombre y los dos apellidos de la persona ausente. Alrededor del círculo colocarás cuatro can84
deleros, con sus cirios correspondientes, los cuales se encende rán cuando se indique. Los candeleros, que serán de barro coci do y pequeñitos, deben colocarse a una distancia, aproximada mente, igual unos de otros y en dirección a los cuatro puntos cardinales. “Hecho lo que antecede, colocarás en el centro del círcu lo el objeto de la persona ausente. Luego se encenderán loa cuatro cirios, por el orden que sigue: en primer lugar el cirio correspondiente a la parte del Norte; en segundo, el de la parte Este; luego, el del Sur; y, por último, el de la parte Oeste. “Acto seguido se recitará el siguiente conjuro: Rápida ronca, Rum. Ras, Paxiforme; Grandura, Denelifax, Panta , Silonte. Yo os conjuro por los Cuatro Vientos, por Tizón y por Carbón y por cuantos demonios-hembras son; y por el Diablo Cojnelo para que con pronto vuelo me traigan a .. . . (aquí el nombre) a este sitio. Aquí: y me ame sólo a mí. Que venga, que venga, y no se detenga por el aire como torbellino sin que tropiece por el camino. Grandura, Denclifax, Panta, Silonte, Rápida ronca, Rum, Ras, Paxiforme. “Se matan las luces por el orden inverso en que han sido encendidas. Este conjuro debe repetirse nueve noches conse cutivas, y es más que seguro que la persona amada compa recerá, ansiosa de vernos, si una fuerza mayor no se lo impide, pero no por eso dejará de amarnos menos y procurará venir en cuarto le sea posible”. El extravagante conjuro que precede lo hemos extraído 85
de un pequeño libro de hechizos publicado en Sevilla el año 1619. Se atribuye a una bruja muy célebre, llamada Menita. Seguimos copiando textualmente: invocación diabólica'. diabólica'. Entre once y doce de una noche tempestuosa, en la que los relámpagos iluminan el espacio y el trueno retumba por la inmensa bóveda celeste y silba furiosamente el viento, pondrás en un fogón de barro cocido un manojo de las hierbas siguientes, bien secas: mejorana, verbena, ruda y calén dida, dida, y, además, unas ramas de olivo, pino y sarmientos, también secos. “Extenderás, unos instantes, tu mirada por los cielos, y con un cuchillo de mango negro, que llevarás en tu mano derecha, trazarás en el espacio una cruz de San Andrés. (La cruz de San Andrés tiene la forma de X ) . “Acto seguido prenderás fuego a la leña, y cuando empiece a chisporrotear recitarás con voz enérgica y con ánimo sereno y fuerte, la siguiente invocación: “Espíritus negros y tempestuosos que vagáis irritados por entre las tinieblas; espíritus malditos, enemigos de la luz divina, que andáis revueltos e impelidos por la furia de los elementos, yo os invoco en esta hora lúgubre para que sirviéndoos del agitado torbellino, del viento enfurecido y del trueno retumbante. podáis acudir a este recinto, apenas iluminado por fogón siniestro, alimentado por las siete plantas que os han de purificar. (Aquí darás un fuerte silbido). ¡Acudid, acudid, acudid! Dadme señales. Arboles, crujid. Niños, llorad. Perros, ladrad. Serpientes, silbad. Lobos, aullad. Vacas, mugid. Caballos, relinchad. Toros, bramad. Aires, silbad. Maderas, crujid. Puertas, rechinad. Brasas, chisporrotead. Truenos, retumbad, (al llegar aquí, darás otro silbido). ¡Ah, malditos! Ya os presiento ; ya estáis aquí. (Echad en el fuego tres granos diabólico s). Y o os pido, pido, espíritus espíritus errantes, errantes, que Fulano Fulano cíe cíe Ta l __ __ (Se pide a los invisibles lo que se desea obtener de la persona que se ha nombrado o bien se Ies obliga a que hagan tal o cual cosa para perjudicarla),
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“Una vez que hayáis formulado vuestros deseos, concluiréis la invocación con las siguientes palabras: “Omnipotens sempiterne Deus, qui nos omuius sanotórum tuórum. Amén”. “Los espíritus abandonarán inmediatamente ei lugar. Entonces apagaréis el fogón con agua, sai y vinagre. “Granos diabólicos. Se componen de resina de pino, alcanfor e incienso, en partes iguales. Se mezclan estas drogas con espíritu de vino, hasta formar una pasta consistente, y se deja secar, exponiéndola a la luz de la luna nueva”. La evocación que sigue es muy eficaz para resolver todos los asuntos referente al amor, pero es muy peligrosa, según nos advierte el grímorio de donde la hemos sacado. “Invocación mágica que debe hacerse en la noche de San Juan-: Juan-: Esta invocación se recitará a las doce en punto de la noche de San Juan. En el lugar escogido no debe haber ninguna imagen sagrada ni objeto bendecido alguno. La estancia se cerrará bien y estará iluminada por una débil lamparilla de aceite. Ante una mesa de madera de pino, cubierta totalmente con un paño negro, se colocará un espejo de gran tamaño. El brujo evocador vestirá sencillamente una bata de tela negra; calzará alpargatas negras y cubrirá su cabeza con un pañuelo negro dispuesto a manera de turbante y encima de él se pondrá una pequeña corona formada con hojos y flores de verbena. “El brujo o la bruja tomará un plato de barro cocido, que no haya servido, y echará sal en él, hasta cubrir por completo su superficie. Luego abrirá el pecho de un palomo negro y le arrancará el corazón, haciendo por manera que la sangre del ave caiga sobre la sal contenida en el plato. “El evocador tomará con la mano izquierda el corazón del palomo y, levantando el brazo, lo mostrará a su imagen refle jad a en el espejo, y pronunciará , a media voz, la siguiente invocación: “ ¡Oh, Gran Satán! ¡Oh, Gran Cabrón! que en en la noche de de San Juan los brujos con devoción te invocan, y por Satán cumplen su obligación. Los astros rodando van buscando su
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conjunción... Yo aprovecho la ocasión por la fuerza de Satán para que escuche mi oración y se realice mi plan. ¡Ho, Gran; Cabrón! ¡Oh, Gran Gran Satán! “AI llegar aquí, el brujo o la bruja debe añadir por su "uenta lo que desee resolver referente a sus amores, y el Espíritu del Averno o sus servidores le atenderán debidamente. “Después de la petición se recitarán las palabras satánicas siguientes; “Onkerris Satana Karrica Mufarra Kunfax Xícosnafe Califax Derrok Amphasqui Tumerka Filarna Tikurra Markax Luciferus Lilith et Moloc”. Para terminar, vamos a dar a conocer uno de los medios mágicos más eficaces para combatir o rechazar toda suerte de malas influencias, ya sean éstas provocadas por gentes que nos quieren perjudicar o bien sean “ráfagas astrales” que pueden envolvernos, ¡as cuales suelen ser producidas por nuestros malos pensamientos.
PENTACULO DIVINO Contra los hechizos y malas influencias La figura misteriosa que acompaña estas líneas es un pentáculo compuesto por el divino Paracelso. Este pentáculo maravilloso deberá dibujarse sobre el pergamino virgen, empleando la tinta celeste en la totalidad del del dib ujo ; se usará únicamente la tinta áurea para representar la imagen del Sol, que aparece en el centro de dicho pentáculo. Las fórmulas de dichas tintas se hallan en el Enchiridion Leonis Papae, Papae, edición del Mago Bruno. El tamaño del dibujo deberá ser aproximadamente el mismo que damos aquí, siendo preferible que sea más grande que más pequeño.
El día para realizar el trabajo debe ser domingo, y la hora, entre once y doce de la mañana. Una vez ejecutado el dibujo debe perfumarse con los perfumes del domingo o sean los del Sol, y quedará terminado el pentáculo divino. La fórmula de los perfumes se halla en el Gran Grimorio del Papa Honorio, Honorio, edición del Mago Bruno. Para preservarse de las malas influencias, de los hechizos, etcétera, se colocará dicho pentáculo en el dormitorio del interesado. Para evitar las miradas de gentes incrédulas que pudieras' profanar la divina imagen, que puede ser el santo de la persona que quiera verse libre del odio y de la malquerencia de la gente que nos rodea. Existe una razón de orden puramente mágico para conservar en su incoherente integridad las fórmulas de los grimorios, por ridiculas y extravagantes que nos parezcan. Considerado de la expuesta manera el contenido de los libros de magia, adquieren una importancia que justifica el cuidado con que los investigadores competentes procuran diferenciar las ediciones auténticas de las muchísimas falsificadas o apócrifas que de los más renombrados existen. Actualmente en español, las únicas ediciones de grimorios que pueden considerarse como auténticas por su fidelidad con el original antiguo y asimismo por su integridad, son las publicadas por un experto en la materia, conocido entre los ocultistas de España y América por el Mago Bruno, F IN
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